CEREBRO MASCULINO Y FEMENINO Introducción cerebro femenino. A pesar de que las diferencias genéticas entre hombres y mujeres son de tan solo el 1%, esa pequeña variación provoca múltiples diferencias. Los cerebros masculinos son un 9% más grandes, lo que en siglos pasados ha llevado a la conclusión de que las mujeres tienen menos capacidad cerebral, cosa errónea. Antes se investigaba poco sobre los aspectos mentales femeninos, achacando algunos la culpa a el hecho de que los ciclos menstruales complicarían todo. El autor descubre que los ratios de depresión entre hombres y mujeres empiezan a divergir cuando las niñas empiezan a menstruar. El mínimo cambio de hormonas provocaba en las mujeres un cambio de actitud enorme, y estos cambios podían llegar hasta el 25% cada mes. El cerebro femenino está muy influenciado por las hormonas, por eso la realidad neurológica de la mujer no es tan constante como la del hombre. Gracias a los avances científicos se han podido descubrir numerosas diferencias los cerebros. Una de ellas es la sensibilidad al estrés y el conflicto; las mujeres reaccionan de una forma mucho más exagerada ante estímulos que podrían provocar estrés, mientras que los hombres no tienden a estresarse a menos que haya un verdadero peligro. Los hombres poseen más procesadores en la amígdala, lo que les provoca a ser más agresivos y ser más tolerantes al conflicto, mientras que las mujeres tenderán a evitar el conflicto a toda costa. Las mujeres tienden a recordar mejor los detalles, y al completar tareas usaban las mismas funciones cognitivas que los hombres, pero usando distintos circuitos cerebrales. El hipocampo es mayor en el cerebro femenino, lo cual provoca que las mujeres sean mejores en el lenguaje y las emociones. Por supuesto, las áreas sexuales también son distintas, siendo los hombres más propensos a activarlas que las mujeres. Ambos poseen el mismo promedio de inteligencia, y hasta la adolescencia tienen la misma capacidad matemática y científica; sin embargo, los estrógenos provocan que las mujeres tiendan más a las áreas sociales y relacionadas al lenguaje, mientras que la testosterona en los hombres provoca que sean menos comunicativos y más centrados en lograr hazañas en sus campos de interés, esto provoca que haya una separación entre las carreras a las que tienden a ir las mujeres y los hombres. Introducción cerebro masculino. Antes se asumía el cerebro masculino como el cerebro estándar, la ciencia se centraba en los hombres y dejaban a un lado las mujeres. Ese pensamiento persiste con la idea de que los hombres son simples y las mujeres complejas. Los cerebros femeninos y masculinos se empiezan a diferenciar desde la concepción, cada célula masculina posee el cromosoma Y, el cual las células femeninas no poseen. La testosterona empieza a afectar al cerebro antes de nacer, lo que ya empieza a formar las estructuras del cerebro. Los hombres y mujeres tienen una distinta forma de resolver y procesar información, los hombres tienen unas conexiones entre el sistema nervioso y los músculos distinta, principalmente en la cara. Los hombres y mujeres usan las mismas funciones cognitivas y circuitos mentales similares, pero llegan al fin de forma distinta. Los hombres tienen el área sexual del hipotálamo más grande, lo que provoca que en su cerebro rondeen pensamientos sexuales de forma bastante frecuente y que estén muy dispuestos a aprovechar cualquier oportunidad sexual, y cuando e amor y deseo se sincronizan, los hombres pueden enamorarse tanto o más que las mujeres. Los hombres, debido a que tienen una mayor disposición muscular y ala agresividad, están hormonalmente preparados para la acción y defensa de sus seres queridos. No solo importa la biología para el comportamiento, sino que también afecta la cultura y lo que se inculca a los niños. Se les da a entender que deben ser fuertes y no mostrar sus emociones, aunque quieran afecto, no lo muestran porque temen el juicio de las mujeres y otros hombres. El cerebro de la adolescente Las adolescentes están obsesionadas con su aspecto, lo único que desean en ese momento es ser sexualmente atractivas. Comienzan a compararse con otras mujeres, todo esto gracias a una oleada de hormonas. El estrógeno provoca una obsesión por atraer la atención del hombre, las hormonas que afectan al estrés social están por las nubes. No necesitan realmente de modelos para tener estas actitudes, las propias hormonas provocan que se comporten así y buscar cuál es el aspecto que interesa a los chicos. Las hormonas seguirán cambiando mientras las chicas luchen por su independencia e identidad. Las hormonas que llevan esperando desde el nacimiento afloran al fin, mandan a que el aparato reproductor entre en funcionamiento, y a partir de ahí vendrán olas de estrógenos y progesterona. Estos oleajes provocan que sean más sensibles a las emociones. Las niñas siempre tenían más capacidad de entender las emociones que los niños, y las adolescentes tienen aún más. Como las interpreta depende del día en el que se encuentre del ciclo, en la primera semana cuando el estrógeno es elevado tienen más confianza en sí mismas y están más relajadas, mientras que en la última semana cuando la progesterona es elevada, son más inseguras y reactivas. Los chicos y las chicas reaccionan de forma distinta al estrés, los chicos reaccionan ante el cuestionamiento de su autoridad, mientras que las chicas reaccionan ante el conflicto entre relaciones, el cual evitan. Los cambios hormonales provocan que las chicas estén más estresadas y necesitan buscar formas de relajarse. Los circuitos de relaciones sociales son más vigorosos en las chicas, por eso se pasan tanto tiempo hablando en el baño, para ellas la relación más placentera e importante es la que tienen con otras chicas. Las mujeres tienen ciertas áreas verbales más desarrolladas, y en promedio hablan más y más rápido que los hombres. Para las chicas cotillear y contarse secretos, sobre todo si son de carácter romántico o sexual, es desestresante y placentero, porque esto produce dopamina y oxitocina en ellas. Cuando se eleva el estrógeno, el cerebro se ve necesitado de crear más oxitocina, lo que refuerza esa necesidad de conectarse con las demás. A pesar de que las chicas tienen esta necesidad de relacionarse, no lo ocurre lo mismo a los chicos. Estos no tienen tanto interés en la comunicación y relación, por lo que para las chicas hablar con chicos suele resultar decepcionante. La testosterona provoca en ellos menos interés en las interacciones sociales, solo en los deportes y las interacciones sexuales. Los chicos se sienten abrumados y avergonzados por sus constantes pensamientos sexuales, por eso no hablan con los adultos, para que no puedan notarlo, y solo se sueltan con sus amigos a los que les ocurre lo mismo. Las chicas reaccionan ante el conflicto con estrés, más que los chicos. Cuando se siente amenazada o perdida una relación, el cerebro empieza dejar de producir serotonina, dopamina y oxitocina, y empieza a producir cortisol. Ante la angustia, se refugia en otras relaciones. Se creía que los seres humanos reaccionaban al estrés luchando o huyendo, pero parece que esta es una forma más bien masculina. Las mujeres prefieren reaccionar uniéndose y aliándose entre otras mujeres para protegerse y defenderse. Por eso resulta horrible para las chicas el sentirse excluidas. Los receptores de estrógeno al llegar a la pubertad cambian los ciclos de sueño. Hasta entonces los niños y niñas presentaban las mismas ondas cerebrales al dormir, pero a los 13 años las chicas cambian. El cerebro femenino madura en promedio 2 o 3 años antes que el masculino. Las mujeres tienden a levantarse y acostarse un poco antes. El primer día del ciclo resulta eufórico, gracias a que el aparato reproductor se renueva y las chicas se sienten más calmadas las 2 primeras semanas. Más tarde comienza a salir la progesterona, y en las dos últimas semanas la progesterona hace que el cerebro se sede y vaya volviéndose más irritable. En los últimos días se anula el sedante y se vuelve una explosión de estrés e irritabilidad. El desarrollo cerebral de la mujer puede fluctuar según los ciclos. Las células cerebrales ya están bastante desarrolladas a los 12 años, pero las conexiones siguen siendo inmaduras, por lo que tienden a la impulsividad y cambios de humor repentino. El cerebro se sobresatura por el incremento procedente de la amígdala, y hace que se aferren a ideas sin pensar en sus consecuencias y cuestionen la autoridad, resulta complicado afrontar las situaciones con sentido común. La amígdala y el centro de control emocional, para poder afrontar de forma eficiente el estrés, necesitan de la mielina, pero esto no ocurre hasta el fin de la adolescencia, por lo que se sobrecarga el circuito y tienen comportamientos rudos. Los ciclos menstruales, por supuesto, también afectan. Pueden comportarse de una manera agradable, pero al mínimo estrés cambian por completo su comportamiento, y en esas oleadas de estrés muchas chicas se refugian en vicios. Los chicos y las chicas sufren de la misma probabilidad de depresión, pero a los 15 años, esta probabilidad se incrementa el doble en chicas que en chicos. Hay tipos de genes que en las chicas hacen más probable que sufran de depresión en la adolescencia. Las mujeres también sienten competitividad e incluso malicia entre ellas, solo que tienden a hacerlo de una manera más sutil, para así conseguir sus objetivos sin destrozar las relaciones. Las hormonas relacionadas a la agresividad son los andrógenos, las chicas que tienen más testosterona, androstenediona, DHEA ,y también estrógenos, tienden a ser más agresivas y descaradas, además de que produce mayor acné y tienden a relaciones sexuales más precoces. Además, también fluctúan con el ciclo. Cuando bajan los niveles de andrógenos, disminuyen los impulsos agresivos y sexuales. El cerebro de un adolescente Los cerebros de los hombres en la pubertad sufren también un montón de cambios. Entre los 9 y 15 años, los circuitos cerebrales empiezan a funcionar, y la testosterona se multiplica muchísimo, provocando además del estimulamiento de los circuitos cerebrales, la ampliación de los testículos, el desarrollo de músculos y huesos, crecimiento de vello, cambio de voz y alargamiento y ensanchamiento del pene. Desarrollan también, y mucho más que las chicas, los circuitos cerebrales en relación con la sexualidad, su mente se llena de estos pensamientos, tanto que se sienten avergonzados e intentan ignorarlos. Además, estimula también la vasopresina, que provoca la necesidad de defender su territorio y autoridad. Ante el estrés, reaccionan luchando o huyendo, y desean ocupar un buen puesto en la jerarquía. Para los chicos resulta muy complicado concentrarse a la hora de hacer los deberes o cualquier tipo de tarea obligatoria que les resulte aburrida, porque su cerebro no para de mandarle impulsos e imágenes sexuales o agresivas. Son los chicos los que más tienden al fracaso escolar, malas notas o malos comportamientos en clase, no porque no sean inteligentes y no puedan hacerlo, sino porque las hormonas hacen que no les importe, además que las clases no están ajustadas a los ciclos de sueño de los adolescentes. La testosterona provoca en los chicos a los 12 o 14 años un cambio en los horarios de sueño, por ello la mayoría de los adolescentes vienen tan cansados a la escuela, porque se acuestan muy tarde y la escuela los obliga a levantarse muy pronto. Los chicos tienen el horario de sueño una hora atrasada al de las chicas, y eso no cambiará hasta la menopausia. El centro de placer de los adolescentes está entumecido, es mucho más complicado estimularlos, por ello tienden a aburrirse mucho. Las hormonas también transforman sus caras y gestos faciales. La vasopresina hace que los chicos perciban otras caras como hostiles. Se vuelven hipersensibles a las amenazas, y activan su instinto de lucha o huida. Los chicos que presentaban mayor nivel de testosterona tendían a ser más agresivos, irritables e impacientes. Los chicos a esas edades empiezan a aprender que deben ocultar sus emociones, solo podrían mostrar enfado, que es un símbolo de poder. Afectan también a los sonidos. Los chicas chicas pueden captar los sonidos blancos y musicales de igual manera, pero los chicos solo procesaban los musicales, omitían el ruido blanco, además que los chicos en la adolescencia hablan, de promedio, menos que las chicas, y hablan de distintas cosas. Las chicas tienden ha hablar más de personas y relaciones, mientras que los chicos hablan más sobre objetos, y cuanta más testosterona haya, más se acrecientan estas diferencias. A pesar de que aparenten no importarles su aspecto, es en verdad lo que más les importa. Para ellos encajar en un grupo social es lo más importante, y no solo eso, también el ocupar un buen rango en la jerarquía. Lo consiguen viéndose agresivos e intimidantes, enfrentándose a la autoridad, aunque no suele ser más que apariencia. La testosterona aumenta con la competición, y al ganar produce dopamina y vasopresina, lo que hace que se sientan muy animados y con muchísimo bienestar. Lo contario ocurre si es que pierden, este efecto se presenta incluso si son meros espectadores. Los adolescentes son curiosos, imprudentes y con un cerebro flexible, y su necesidad de independencia provoca que rechacen lo antiguo para abrazar y crear nuevas ideas. Toman decisiones arriesgadas, y esto incrementa cuando están con sus amigos. El sistema de activación, que es el impulsivo, se desarrolla antes de la adolescencia. En cambio, el sistema de inhibición, que es el reflexivo, no madura hasta los veinte años. Esto provoca la temerosidad de los adolescentes. También empiezan a sentir repulsión por el contacto físico de sus madres, probablemente un mecanismo contra la endogamia. Los chicos empiezan a sentir impulsos sexuales a los 12 años, los estudios indican que los adolescentes se masturban de una a tres veces al día, en comparación a las chicas, que es inferior a una vez diaria. El córtex visual fija constantemente la atención en los atributos sexuales femeninos, se encuentran dominados por sus circuitos cerebrales sexuales. Sexo. El cerebro por debajo de la cintura. Mujeres Las mujeres necesitan de estar muy relajadas para poder llegar al orgasmo. A medida que va aumentando la excitación, los circuitos cerebrales relacionados a las preocupaciones y la amígdala se desactivan, pero en el caso de que vuelvan en algún momento a la mente, el orgasmo se imposibilitará. El clítoris es el órgano de placer en las mujeres, incluso la vagina está relacionada a este a la hora de sentirlo. Se tienen pocas investigaciones e interés sobre como conseguir un mejor rendimiento sexual en las mujeres, el clítoris no es un pene pequeño, por lo que se necesitarían investigar y descubrir otros métodos. El orgasmo es un mecanismo biológico que incentiva a las mujeres a tener más sexo, y así tener más probabilidades de concebir. Los científicos han atribuido varias funciones a los orgasmos femeninos. Una es que el placer, la relajación y el bienestar hacen que la mujer suela quedarse tumbada después de tener relaciones, lo que ayuda a que el semen vaya subiendo hacia los óvulos, además que las contracciones musculares también ayudan a la subida. Se ha descubierto una correlación, cuánto más atractivos sean los hombres, mejores serán los orgasmos. Atractivo sería ser simétrico y tener unas buenas proporciones, lo cual es un signo de buenos genes y salud. No se ha visto ninguna correlación entre orgasmos femeninos y anticonceptivos. Cuando las mujeres se encuentran antes de la ovulación en su ciclo menstrual, su capacidad de oler y captar feromonas masculinas se agudiza, y esto puede afectar a las emociones y a la disposición sexual. Se ha descubierto que las mujeres tienen mejores orgasmos con hombres que no son su pareja estable, y muchas veces fingen tener orgasmos con estos para evitar que se den cuenta de su infidelidad. La testosterona es la hormona que ayuda, tanto a hombres como mujeres, a encender e impulsar los circuitos sexuales, aunque la cantidad es mucho mayor en estos. Las mujeres que tienen una mayor cantidad de testosterona son más sexualmente activas. No solo es distinta la cantidad, sino que también cambia el hecho de que en las mujeres la testosterona va y viene, según el ciclo menstrual. Las mujeres aumentas su testosterona antes de la ovulación, y el impulso sexual es ayudado por los estrógenos, sin embargo, cuando llega la progesterona, neutraliza la testosterona, y por ende los impulsos sexuales también bajan. Los hombres tienen las estructuras del cerebro y los circuitos sexuales mucho más desarrollados que las mujeres. Esto provoca que la mente de los hombres esté inundada por imágenes y pensamientos eróticos, y si no eyaculan frecuentemente, pueden sentir presión en sus gónadas y próstatas. En las mujeres, sin embargo, no es tan frecuente los pensamientos eróticos, y aumentan dependiendo del día del ciclo. Para los hombres el sexo es bastante importante, y si una mujer lo rechaza, piensan que no los aman y empiezan a tener pensamientos fatalistas, a pesar de que puede ser que la mujer simplemente esté cansada y no le apetezca. Pasa algo parecido a las mujeres con la comunicación verbal, sus cerebros se llenan de negatividad cuando un hombre rechaza comunicarse con ellas. Sexo. El cerebro por debajo de la cintura. Hombres Los hombres tienen a lo largo de su vida, en promedio, 14 parejas sexuales, en comparación a las mujeres que es de media 2. Estos necesitan solo de 12 décimas de segundo para decidir si una mujer es atractiva, y al interactuar con estas, generan más testosterona. Los hombres pueden sentirse tan acomplejados con su cuerpo como las mujeres, sobre todo en lo que respecta al tamaño de su pene. Ellos piensan que el rasgo más importante es cuán largo sea, a pesar de que la mayoría de las mujeres dan más importancia a otros rasgos físicos, y el 85% de las mujeres están satisfechas con el tamaño de pene de sus parejas. Las erecciones son reflejos que los hombres no pueden controlar. Esta se puede producir sin necesidad de excitación, solo por las hormonas, o por imágenes y pensamientos eróticos. Cuando el hombre nota que tiene oportunidad de tener sexo, su cerebro desactiva todas las demás conexiones y distracciones, solamente se centra en eso. Proyectar imágenes sexuales o fantasías ayuda a mantener la erección. Los hombres tienden a ser más aventureros en las relaciones sexuales que las mujeres; afecta que, en las felaciones, los hombres pueden tener más sensibilidad en la uretra y obtener más placer. Probablemente para evitar el dolor en las relaciones sexuales, a medida que el hombre se excita más teniendo sexo, el glande pierde sensibilidad. Tanto hombres como mujeres tienen que desconectar las preocupaciones y las alertas ante el peligro de su cerebro para llegar al orgasmo. Sin embargo, a las mujeres les es mucho más difícil relajarse que a los hombres. A pesar de ello, los orgasmos sen muy parecidos entre sí. Los cerebros del hombre al llegar al clímax se llenan de dopamina, oxitocina y norepinefrina, y las zonas de vocalización e inhibición del dolor y las del placer intenso se activan intensamente. Las mujeres suelen tardar mucho más en llegar al orgasmo que los hombres, sin embargo, los hombres pueden más o menos controlar su eyaculación pensando en otras cosas, así consiguiendo que tarden más en llegar al clímax. La eyaculación precoz afecta entre el 25 y 40 % de los hombres estadounidenses, y la mayoría de los hombres lo han experimentado alguna vez. No solo se debe a la falta de control físico, también afectan muchos factores psicológicos; muchos chicos al ponerse nerviosos por querer impresionar terminan no pudiendo mantener la erección. El haber experimentado este trastorno una vez puede inducir a que ocurra más veces, la ansiedad y el miedo a que ocurra puede inducir a que ocurra, por eso antes de tener relaciones sexuales lo mejor es intentar relajarse, aunque también existen productos como la viagra que ayudan a mantener la erección. La narcolepsia poscoital es la sensación de querer dormir de muchos hombres después de tener sexo. Muchas mujeres se quejan de esto, ya que la oxitocina del orgasmo provoca en ellas el querer, después de tener sexo, abrazarse y hablar; sin embargo, en los hombres la oxitocina provoca una especie de somnífero que hace que tengan muchas ganas de dormir. Conclusiones Los hombres y mujeres tenemos bastantes diferencias con respecto a las hormonas, lo cual provoca que nuestra realidad y nuestras reacciones ante esta sean distintas, o tiendan a ser distintas. A pesar de que existan diferencias científicas entre hombres y mujeres, esto no debe ser un motivo para la discriminación o exclusión de ninguno de los dos géneros. Como dice en el libro, estas diferencias hormonales no son absolutas, ni deben determinarnos como individuos, son bases biológicas las cuales uno puede ir más o menos amoldando según lo que quiera conseguir y qué tipo de persona quiera ser. Son tendencias, no tienen por qué siempre ser así, el propósito y la necesidad de conocer estas diferencias es ayudar a entendernos mejor entre nosotros.