Mesa de Encuentro por Autogestión y Construcción Colectiva El ciclo de auto-organizados para la transformación social se desarrolló durante los meses de setiembre a diciembre de 2010. Participaron del mismo diferentes personas y colectivos, en distintos espacios socio-territoriales de Montevideo y el área metropolitana a saber: En la zona Norte de la ciudad Sayago y Peñarol, en la zona Oeste del Cerro y la Teja y en el Este de Montevideo, desde Flor de Maroñas, Malvin Norte hasta Carrasco Norte. A partir de un documento inicial base para el debate, se fueron ampliando las miradas y temáticas en la búsqueda de constitución de un frente común para al acción compartida entre experiencias y procesos de autoorganización, autonomía y autogestión de cara a la transformación social. Dicho ciclo tiene su cierre el día Lunes 13 en el Paraninfo de la Universidad. Cierre que que se concibe a la vez como la apertura para ampliar esas posibilidades de trabajo entre los participantes actuales y potenciales concretando niveles crecientes de intercooperación y estableciendo un compromiso público sobre el tema con los diferentes niveles de responsabilidad que esto supone. Desde la convocatoria inicial realizada por FUCVAM en abril de 2010 hasta la formulación del ciclo se fueron sumando voces, propuestas y relaciones entre los colectivos organizados tanto de emprendimientos de base como entidades de segundo grado como son: La Asociación Nacional de Empresas Recuperadas, La Federación Uruguaya de Cooperativas por Ayuda Mutua, La Federación de Cooperativas de Vivienda (nuclea a las cooperativas de ahorro y crédito), La Federación de Cooperativas de Producción, La Coordinadora de Economía Solidaria, La Unidad de Estudios Cooperativos de la Universidad de la República, La Comisión de fomento Rural y el PIT-CNT a través de la secretaría de Desarrollo Productivo. Todas las organizaciones involucradas nos definimos por un cambio, entendemos que el modelo capitalista en que vivimos encierra la peor de las injusticias, la explotación de los trabajadores. Nos definimos en contra del régimen capitalista que es necesario cambiar. Somos trabajadores organizados, autogestionados y por ello en nuestros emprendimientos se establecen relaciones de igualdad a la interna, que así mismo queremos reproducir hacia fuera, cuando nos complementamos con otras organizaciones autogestionadas y establecemos acciones en la comunidad. Los primeros debates han puesto sobre la mesa tres ejes fundamentales de trabajo que se debatieron durante todo el ciclo en los talleres zonales: • • • La necesidad de acordar una plataforma de reivindicaciones en torno a la cual acordar acciones. La necesidad de debatir públicamente, convocando a la institucionalidad, sobre algunos temas que pensamos afectan directamente el desarrollo de las propuestas autogestionarias, en sus diversas formas. La necesidad de trabajar por la creación de redes de solidaridad que potencien y viabilicen estos emprendimientos. De las diversas instancias y a modo de síntesis sobre los ejes debatidos se pueden establecer algunos ejes de reflexión que fueron suscitando acuerdos entre los participantes y que se considera constituyen bases abiertas para profundizar en la elaboración de propuestas concretas. 1.- Aspectos del debate vinculados a la generación de Políticas Públicas destinadas al fortalecimiento de las iniciativas económicas autogestionarias. Uno de los ejes que concitó mayor atención fue la búsqueda de apoyo a la creación de mercados mínimos para la sustentación de los diversos emprendimientos, como podría ser la definición de una cuota parte de las compras estatales destinadas a emprendimientos de trabajadores, la priorización en los sistemas de compra y licitaciones, la búsqueda de acuerdos sostenidos de mediano y largo plazo en mercados determiandos, sistemas de promoción y comercialización compartida para la exportación etc. Las propuestas entorno a la creación de un Fondo de capital de riesgo, caracterizado por: la participación de los trabajadores en su administración, con contralor social y transparencia en cuanto a criterios de asignación, seguimiento, establecimiento de contrapartidas, fue otra de las confluencias del espacio, respecto a la necesidad de concreción de políticas públicas. En este sentido, desde la “mesa de encuentro por autogestíón y construcción colectiva” se ha trabajado el tema definiendo algunos criterios para el debate que permitan identificar a quienes comprendería este tipo de apoyo a saber: La existencia de un fondo de inversión para emprendimientos gestionados por los trabajadores hace surgir la necesidad de: • Establecer parámetros para definir que tipo de emprendimientos van a ser considerados como tale, y no permitir que bajo tal dominación ingresen como aspirantes a estos fondos empresas encubiertas. • En el curso del tiempo estos emprendimientos pueden evolucionar hacia empresas encubiertas, por lo cual se debe establecer una forma periódica de evaluar si mantienen o no las características iniciales. • La existencia de fondos de financiamientos también tienta la posibilidad de desarrollar emprendimientos poco sustentables, tanto social como económicamente. Por lo cual creemos en la necesidad de establecer evaluaciones de sustentabilidad, tomando en cuanta los aspectos económicos y sociales. La definición de emprendimientos gestionados por los trabajadores debe contener tres aspectos que consideramos básicos y que creemos alcanzan para definir estos emprendimientos: • Deben conformar un colectivo en el cual todos los trabajadores que participen deben estar asociados al mismo, o sea, no debe haber asalariados. Esto permite establecer emprendimientos que no fomenten la explotación al interior de los mismos • Deben gobernarse democráticamente, respetando el principio fundamental de la democracia directa de un trabajador un voto. Creemos fundamental esta característica pues permite la eliminación de formas de control y dominación encubiertas, abriendo la posibilidad de la educación a través del ejercicio de las responsabilidades. • Deben estar asociados: en la propiedad de los medios de producción (herramientas y/o materia prima), en los bienes inmuebles y en la propiedad intelectual asociada. Podríamos resumir que deben detentar la propiedad social colectiva de medios de producción (herramientas y/o materia prima), bienes inmuebles y bienes intelectuales. Otra área de políticas públicas priorizadas en los debates se refieren a la necesidad de formación, capacitación y asistencia técnica de los emprendimientos autogestionaros, en este sentido se señala la necesidad de avanzar en una propuesta integrada con perspectiva latinoamericana desde los movimientos sociales, estructurada desde la participación de los diversos colectivos y con el aporte de los organismos públicos a los diferentes niveles de la enseñanza, buscando pensar la educación popular para el trabajo asociado e incidiendo fuertemente en los cambios sobre la educación primaria, secundaria, técnica, profesional y universitaria, en la búsqueda de propuestas que recuperen las propias experiencias en curso y el papel de formadores de los propios trabajadores. Para avanzar en este sentido se considera interesante la utilización de fondos yaxistentes a partir del aporte de los trabajadores del INEFOP para la capacitación de emprendimientos autogestionados, buscando canalizar el apoyo estatal (INEFOP, INACOOP, UDELAR) a una propuesta de formación en autogestión, gestionada por las organizaciones de trabajadores, alimentada desde la práctica de las mismas, transversal a las distintas modalidades y formas jurídicas. 2.- Cuestiones vinculadas a la intercooperación al establecimiento de redes. Se ratifica la necesaria unidad del movimiento de organizaciones autogestionarias, independientemente de su forma jurídica, planteándose como criterio distintivo de la integración, la asociación de trabajadores para la satisfacción de sus necesidades económicas, el rechazo de toda forma de explotación entre trabajadores, buscando nuevas formas de concebir el conocimiento, el poder y la propiedad (propiedad social, propiedad colectiva o co-propiedad) de los medios de producción y operación (medios de producción, de consumo, de crédito, etc.) para la satisfacción colectiva de las necesidades, así como la gestión democrática de dichas organizaciones, reivindicándolas como experiencias de clase. Otro elemento destacado en este eje en los diferentes talleres, es el apoyo a la creación de cadenas de producción integradas por emprendimientos autogestionarios, el énfasis en la intercooperación bajo el convencimiento de que la viabilidad debe ser buscada en las relaciones de la unidad productiva con otros colectivos, es una de las consideraciones claves del ciclo. El papel del trabajo en red entre las diversas organizaciones desde un enfoque socioterritorial fue debatido en los diversos talleres y esta siendo experimentado en algunas de las zonas como una estrategia concreta que supera la mera relación comercial entre los emprendimientos y busca asumir proyectos comunes efectivamente enraizados y sostenidos desde el apoyo mutuo. Se destacó en los diferentes talleres la importancia de vincularse más estrechamente a los medios de comunicación local. Por otra parte, nos proponemos ir al encuentro de las organizaciones de igual naturaleza en nuestras comunidades de pertenencia, procurando la cooperación en iniciativas para el mejoramiento de la calidad de vida de las mismas, superando la la fragmentación y el aislamiento. Nos ocupa el vínculo no sólo a la interna de nuestras organizaciones, sino entre ellas y con la comunidad, como componente ineludible de la transformación social a la que apostamos. Revalorizamos la práctica cotidiana en nuestras organizaciones y territorios como privilegiado lugar de trabajo por la misma, los espacios micropolíticos como ámbitos de gestación y maduración de un sujeto colectivo autónomo frente al Estado, a las políticas públicas, a los actores sociales que monpolízan o usurpan la gestión de las necesidades ajenas, disponen de tiempo para la militancia. Las prácticas caudillistas o clientelares también están presentes en las organizaciones populares y es preciso romper con ellas. 3.- Cuestiones vinculadas a los obstáculos y al fortalecimiento de la participación Consideramos que la recreación de espacios de participación tiene mucho que ver con la posibilidad de vincular una experiencia con otra, asumiendo tareas compartidas en los territorios. Entre las iniciativas surgidas se destacan: propuestas de recuperación de talleres de AFE, construcción de espacios públicos en espacios abandonados, sistemas de colaboración con las experiencias del “plan juntos” en algunos asentamientos, mediante la integración de emprendimientos de trabajo autogestionarios coordinados en cada zona y apoyados por los emprendimientos ya existentes. En este sentido, nos comprometermos con la valorización de las experiencias y su visibilidad pública, que han dado lugar a una forma alternativa al mercado para satisfacer las necesidades de trabajo, de vivienda, de consumo, además de posibilitar el surgimiento de relaciones sociales horizontales, democráticas y solidarias, sin eludir la necesaria autocrítica que permita su profundización orientada a la transformación social de las estructuras sociales que las condicionan. En los talleres zonales pudimos reafirmar la importancia de constituir un sujeto autónomo que se forje junto a las organizaciones generadoras de autonomía, para lo cual es necesario superar la idea de gestión de lo existente, de rescate individual, de posibilismo, que marca muchas de las experiencias en curso. Conformarse como sujeto cultural que busca constituirse y cambiarse cambiando con otros y ampliando sus bases efectivas en los distintos espacios. Una debilidad de estas iniciativas que surgen para dar respuesta a una necesidad que no puede ser satisfecha en el mercado, es la paralización luego de alcanzadas las metas materiales, descuidando el potencial transformador de las relaciones sociales generadas y el abandono de un proyecto político que pareciera estar claro en los momentos fundacionales. Nos proponemos reestablecer el compromiso por una política de formación continua, tanto a los compañeros que se van integrando como a aquellos vinculados desde hace tiempo a este tipo de experiencias, asumiendo que la autogestión es un proyecto siempre inconcluso y que demanda la permanente asunción del desafío inscripto en las prácticas cotidianas. En este sentido, es preciso estar atentos a: los estilos y discursos dirigenciales y la forma de operación de los liderazgos, la creación de mecanismos que favorezcan la formación para la rotación de todos los compañeros en los cargos de responsabilidad, la insuficiencia de los mecanismos de la democracia formal, muchas veces claramente establecidos a nivel estatutario pero no por eso favorecedores de una participación efectiva y fecunda, la burocratización, la creencia de que lo mejor que podemos hacer es gestionar lo existente, la pérdida creatividad para fijarnos objetivos comunes y definir los medios para alcanzarlos, la pérdida de vigencia de la discusión política. Las transformaciones en nuestras organizaciones se van a propiciar en la medida en que nos abrimos al diálogo con otras y nos dejamos interpelar. 4.- Vínculo de las organizaciones autogestionarias con los sindicatos Existe una tensión no definitivamente resuelta entre los emprendimientos productivos autogestionarios y los sindicatos, si bien muchas de estas iniciativas surgen en el seno de los mismos, en la lucha por mantener o recuperar las fuentes de trabajo. Cuesta visualizar la autogestión como una experiencia de clase. La gestión de un emprendimiento productivo es una experiencia de intenso aprendizaje de otra forma de organización social, a condición de que la experiencia no se cierre sobre sí misma y ponga al servicio de sus compañeros de clase su aprendizaje: actuar como ente testigo, poner a disposición del sindicato información oculta por la patronal respecto al proceso productivo, a los costos y rentabilidades de la producción, nutrir las discusiones en el marco de los Consejos de Salarios. Las organizaciones productivas autogestionarias tienen información que aportar y las dirigencias sindicales no siempre están preparadas para lidiar con esta realidad. Finalmente, de los talleres zonales se fue forjando la idea de que las propuestas autogestionarias al tiempo que habilitar la generación o complementación de ingresos a sus participantes y a la sociedad en su conjunto tienen una vocación que las aglutina referida a participar directamente de la producción de la riqueza y de la distribución efectiva de sus resultados y beneficios generados lo que permite reafirmar el sentido global de estas propuestas y su vocación transformadora, orientada a generar otro orden económico y social donde la riqueza socialmente producida pueda ser efectivamente apropiada y distribuida entre y por los productores directos libremente asociados.