1 Distancia social y cultural en una red de hombres gay. David Galaviz. Escuela Nacional de Antropología e Historia. Resumen. En este documento se enfocan algunos aspectos relacionados con el estudio desde la antropología de un grupo de hombres gay ubicado en Cuernavaca, en el sur de México, que se conceptúa como red social. Como consecuencia de la diversidad presente, particularmente notoria en términos socioeconómicos, y de la identificación preliminar de la formación de subgrupos dentro de la red según patrones diferenciados de interacción social, el análisis se propone desde una perspectiva que parte de considerar el papel que tiene la distancia en la interacción social en lo que se considera como parte del proceso de estratificación visto en esta red. Palabras clave: Estratificación; distancia social; exclusión; identidad gay. Introducción En estos tiempos de lo post-gay, de la post-heteronormatividad y, todavía más, de la posthomonormatividad, algunas discusiones viejas parecerían carecer de relevancia en lo que al estudio de grupos gay se refiere. Existe una discusión sobre el colectivo gay que tiene mucho tiempo. En 1979, José Joaquín Blanco escribía que “en la mayoría de los casos somos más cómplices de nuestra clase, de nuestras chambas, almacenes, prejuicios sociales, comodidades y privilegios, que solidarios de los jodidos, incluso de los homosexuales jodidos” (Blanco, 1981:185). Esta discusión, sin embargo, pareciera todavía ser sumamente relevante en vista del ímpetu de que goza, a partir de hace algunos años, la discusión de la multiplicación de los movimientos de minorías, de las reivindicaciones particulares, casi individuales, a veces vistas como responsables de la fragmentación de movimientos más amplios –entre ellos el movimiento gay. Porque sucede a menudo que movimientos minoritarios tienden a cerrarse en sí mismos, negándose a cualquier diálogo con otros grupos y convirtiéndose, 1 2 por lo tanto, en comunitarismos (Tourain, 1997). La solución parecería ser llamar a los movimientos minoritarios a que se unan y compartan con los movimientos más amplios para que juntos se logren las demandas, si no las de cada uno, por lo menos las que todos comparten. Pero la pregunta relevante –seguramente con una multiplicidad de respuestasparecería ser ¿por qué se da la multiplicidad de movimientos de reivindicación, por qué se fragmentan los movimientos minoritarios amplios y terminan siendo una colección desarticulada de movimientos pequeños1? También se ha sugerido que pensar que los movimientos minoritarios son responsables de esta ruptura particularista “cuando se movilizan para reivindicar los derechos universales que les son, de hecho, negados”, equivale a invertir el orden de las responsabilidades (Bourdieu, 2000:148). La investigación de que este documento forma parte se inscribe en los estudios de las identidades gay, desde la perspectiva de los procesos de estratificación social y del diálogo intercultural. En ella se considera a la ciudad de Cuernavaca como un contexto urbano que, al atraer una variedad de inmigrantes y visitantes de diversos lugares, provee ciertas características importantes al grupo informal de hombres gay de que se ocupa este trabajo. El grupo se conceptuará aquí como una red social formada por sujetos diferenciados de acuerdo a los diferentes contextos socioculturales de que provienen: en primer lugar, la zona metropolitana de Cuernavaca y, después, los sitios de los que la ciudad atrae y ha atraído históricamente visitantes e inmigrantes, es decir, las ciudades más pequeñas de alrededor y de las zonas rurales circundantes; la ciudad de México y en menor medida el resto del país y, finalmente, el ámbito internacional, representado principalmente por Estados Unidos. 1 Véase, por ejemplo, Giglia y Miano, 2001. 2 3 El contexto urbano también se define por sus condiciones propias de estratificación, entendida como “la organización jerarquizada de las relaciones sociales” (Bottero y Prandy, 2003:177). Se considerará aquí que por medio de la observación de los patrones de interacción social –que producen y reproducen la distancia social- entre los integrantes de la red se puede identificar una estructura que es parte de la estratificación social local (Bottero y Prandy, 2003). Una de las motivaciones de esta investigación es reflexionar con respecto a que como gays urbanos, “somos parte de [la sociedad establecida], sobre todo de su clase media” (Blanco, 1981:184) y también reproducimos sus patrones de distanciamiento social. Por otra parte es interesante advertir que, como en muchos trabajos de escritores decimonónicos que creían ver en los países del sur un supuesto estado primigenio2, en la actualidad en esta red hay quienes creen ver en la “comunidad gay” en México un símil de la norteamericana de fines de los años 70 y principio de los 80 y, con ello, la posibilidad o la semilla de “un camino alternativo al liberalismo tolerante consumista que tan completamente ha reclutado a la política liberacionista feminista y gay [en Estados Unidos]”3. Este documento de trabajo forma parte de una investigación más amplia4; el propósito aquí es hacer una breve exploración del efecto que la distancia en las interacciones sociales tiene en la estructuración de la red con que se está trabajando. Esta red se compone de hombres que se definen como homosexuales y se articula con base en tres grupos formales de la ciudad. 2 Saltan a la vista, por ejemplo, las alegorías como la de la bella joven de piel oscura, Dulce Oportunidad, de Goethe en su Erotica Romana. 3 Uno de los informantes norteamericanos. 4 La metodología en la investigación es cualitativa, se han aplicado entrevistas semiestructuradas y se está tomando el registro de historias de vida –también se aplicó un cuestionario socioeconómico y demográfico a todos los participantes-, y se llevó a cabo observación participante. 3 4 Red de diversidad Por las características que se le asocian de buen clima, baja criminalidad, tranquilidad, cercanía a la ciudad de México y otras resultantes de su tamaño, industria y recepción de turistas, Cuernavaca puede formar parte de distintos imaginarios: la “utopía suburbana”5, la seducción de los “países del sur”6 y su bajo costo de la vida, o la “gran ciudad”7 rica sin los problemas de “caos urbano” asociados con la ciudad de México. Históricamente ha atraído visitantes e inmigrantes de los ámbitos regional, nacional e internacional, como capitalinos para pasar el fin de semana o temporadas de descanso y los que “huyen del caos urbano”; turistas extranjeros para aprender español y extranjeros que emigran a la ciudad después de jubilarse; e inmigrantes provenientes de ciudades más pequeñas y zonas rurales de Morelos, Guerrero y alrededores buscando una vida mejor, trabajo y hasta la libertad para vivir una “sexualidad trasgresora”. El grupo informal con que aquí se trabaja no se define realmente en términos de participación política; se puede considerar uno de los llamados grupos intermedios, que son externos tanto al ámbito familiar como al político y entre ellos se cuentan los grupos de amigos y las asociaciones voluntarias (Cucó, 1996). Aunque la mayoría de sus integrantes normalmente no se reconoce como una red establecida, sí ha habido varios intentos de constituirse como red con propósitos políticos8, ya sea por motivación de algún partido político y sus esfuerzos de organización política al nivel comunitario, ya sea como resultado de los intereses explícitos de algunos de sus integrantes con más influencia 5 De Cuautitlán Izcalli, en el norte de la zona metropolitana de la ciudad de México, al centro de Tlalpan, en el sur, puede tomar hasta 2:30hr en transporte colectivo. Transportarse en autobús de la Terminal de Casino de la Selva, en Cuernavaca, a la Central del Sur, en la ciudad de México, normalmente toma 1:15hr. 6 Como en Byron, Wilde, Goethe y muchos otros ejercían la “naturaleza primigenia” y la “exaltación de las emociones” de los países cálidos del sur como Grecia, Italia, España o Egipto. 7 Con una población de poco menos de un millón de habitantes para su zona metropolitana: INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000, Aguascalientes, Ags., México, 2001. 8 Con diferentes nombres, uno de los más recientes –a partir de 2005 más o menos- es Comité Pro Diversidad Sexual del Estado de Morelos. 4 5 dentro de ella de creación de una comunidad gay. Aquí se le considera una red de amistad, de relaciones horizontales que acoge a los recién llegados a la ciudad y pone en circulación recursos que se intercambian entre los individuos. Entre esos recursos están información, conexiones sociales, préstamos de dinero, servicios, apoyo emocional o moral y otros (Adler, 1994). La red se forma de un grupo de hombres9 que se autodefinen laxamente como gay entre los que existe una variedad de relaciones interpersonales como contactos casuales, sexuales, de amistad y de relaciones sexoafectivas o de pareja. Se articula con base en tres grupos formales de la ciudad, que son la Iglesia de la Comunidad Metropolitana o ICM (cuyos participantes normalmente se enfocan más en la socialización10), y otros dos grupos específicamente definidos como de activismo relacionado con el VIH/sida, uno en protección y empoderamiento de personas afectadas por la epidemia y el otro en prevención de la infección. Pocos de los participantes en la red no están directamente relacionados con las organizaciones que son su base y se vinculan con ellas a través de relaciones personales. En la red hay integrantes originarios de Cuernavaca, de los Estados de Morelos y Guerrero, de la ciudad de México y otras del país, y algunos extranjeros. Esta diversidad da a la red ciertas características, una de ellas es poner en contacto sujetos de diferentes orígenes socioculturales, lo que también propicia que en el grupo se den las condiciones para que exista diálogo entre diferentes configuraciones culturales. 9 Se ha trabajado con 33 hombres de edades entre los 19 y los 65 años; 17 de ellos, de 24 a 38 años, constituyen el grupo central de informantes. A los 33 se les aplicó un cuestionario socioeconómico y demográfico, a 15 se les aplicó una entrevista semiestructurada y de 4 se está registrando la historia de vida. 10 ICM como organización siempre ha organizado y participado en eventos comunitarios y de activismo. Este año organizó la 1ª Semana Cultural de la Diversidad Sexual, que culminó con la 1ª Marcha de la Diversidad Sexual en Cuernavaca el 6 de agosto de 2005 que, según diferentes opiniones, reunió entre 500 y 1000 personas. 5 6 La subcultura gay (Guasch, 1997) tiene un universo simbólico asociado, una matriz de significados, definiciones de sujetos, un conjunto de imaginarios compartidos11 que, como referentes, son los elementos de que los sujetos hacen uso para la construcción de sus identidades y, así, tanto para autodefinirse como para relacionarse con otros. Como la bibliografía antropológica documenta en distintos lugares del país, sin embargo, se siguen dando contactos eróticos entre varones relativamente al margen12 del conjunto de definiciones puestas en juego a partir del movimiento gay (Núñez, 1999 y 2001; entre otros). En 1986, Clark Taylor equiparaba el ambiente13 mexicano con la gaylife norteamericana, lo que, aunque de diferentes maneras, se ha seguido haciendo por numerosos autores14. Por otra parte, García Canclini (1989), habla de hibridación15 para explicar situaciones como las mezclas en diferentes grados de elementos provenientes de la interacción entre las metrópolis y las sociedades locales en un complejo proceso de diálogo y confrontación que yuxtapone y cohesiona esos elementos. Desde la perspectiva de la hibridación de la cultura, entonces, tiene sentido considerar una especie de continuum cultural que va desde lo más “tradicional” hasta lo más “global” y que pone en juego en esta red, a través de la interacción en ella de sujetos de diversa procedencia 11 Desde donde se conciben, por ejemplo, ciertos estilos de vida propios de sujetos gay. “Los significados atribuidos a una misma realidad en distintas culturas pueden ser tan distintos que la realidad deja de ser la misma” (Guasch, 1999:139) 13 “[De ambiente] hace referencia al grupo a que pertenecemos toda persona que es gay, que es homosexual… estar dentro del ambiente”, dice un informante. Este término, según diversos autores, se empezó a utilizar en los años 70, con el inicio (o incidencia) del movimiento gay en México. Es interesante notar que entre los gays más urbanos y más jóvenes, “de ambiente” está cayendo en desuso. 14 En 1991, Guasch proponía hacer del entendido (con su correspondiente sujeto entendido) una categoría que sustituyera a la de gay, para referirse a la configuración cultural española, por considerar que más que importarlo, en España se copiaban sólo ciertos rasgos del modelo gay, aunque, en 1999, argumenta que la propuesta no se sostiene teóricamente. 15 Que prefiere sobre el uso de mestizaje o sincretismo por considerar que integra mejor la compleja mezcla de diferentes elementos como los culturales, más allá de los “raciales” o religiosos, por ejemplo, e integra la complejidad de procesos que individualmente se describen mejor con los otros dos conceptos en el contexto de la globalización contemporánea. 12 6 7 sociocultural, una serie de elementos culturales que se relacionan con los sectores de ese continuum. Desde esa perspectiva, el sujeto gay provendría de lo que se puede considerar la subcultura gay global, originada principalmente en Estados Unidos y que ha incidido en México desde principio de los años 70, cuando inició el movimiento gay en el contexto local (Giglia y Miano, 2001). Aunque en la investigación de que este trabajo forma parte existe el interés de introducir en el análisis la existencia de sujetos diferenciados de acuerdo con los contextos socioculturales de que provienen los integrantes de la red –si bien nunca de manera rígida-, en este trabajo sólo interesa señalar que en esta red, la identidad gay se presenta con una rica serie de variantes, de algunas de las cuales se podría incluso cuestionar su inclusión como parte de una identidad gay propiamente dicha16 y, sin embargo, los integrantes forman parte de la red en sí y se incluyeron en la investigación tomando como primer criterio el que ellos mismos se identifiquen como gays. De contacto y distancia social Como espacio de interacción, se considera que una red social es una red de relaciones en la que intervienen las posiciones sociales de los individuos y sus disposiciones duraderas (“el sentido hecho cuerpo”, o habitus17); de ahí que, al trabajar con este grupo de hombres 16 En 1991, Guasch proponía hacer del entendido (con su correspondiente sujeto entendido) una categoría que sustituyera a la de gay, para referirse a la configuración cultural española, por considerar que más que importarlo, en España se copiaban sólo ciertos rasgos del modelo gay, aunque, en 1999, argumenta que la propuesta no se sostiene teóricamente. 17 “Los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen habitus, sistemas de disposiciones duraderas y transferibles […], principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos” (Bourdieu, 1991:92) 7 8 gay, se pretenda centrarse en las interacciones entre los individuos que la forman (Bourdieu, 1991; Rodríguez-Villasante, 1999). Bottero y Prandy (2003), en directa referencia al habitus y a la distinción en Bourdieu, proponen que las “diferencias en el gusto y los modales, y la falta de comodidad en la interacción se pueden describir como exclusión social, pero se entienden más apropiadamente como distancia social” (Ibíd., 193). Argumentan que, por medio del análisis de los patrones diferenciados de relaciones sociales, se puede entender la estratificación social como un proceso de producción y reproducción de la distancia social. La interacción18 social en la red se da principalmente en reuniones para organizar y planear diversos eventos que las organizaciones llevan a cabo en conjunto, o en los eventos mismos que realizan. Las reuniones se dan en lugares que para ello establecen las organizaciones, especialmente en ICM19. En otras reuniones sociales y fiestas20 en casas particulares o en lugares como ICM también se da la interacción de los integrantes de la red pero de manera restringida. Estos y otros mecanismos de la red promueven entre sus integrantes el establecimiento de relaciones interpersonales de diferente índole – de ya muchos años en algunos casos-, desde contactos casuales hasta relaciones de amistad o pareja; además de aquellas de intercambio de conexiones personales o profesionales21 y de circulación de información. 18 Independientemente de que sus integrantes se “ubiquen” con anterioridad –es decir, se identifiquen como homosexuales- por medio de la interacción gay en diferentes lugares donde ésta se da en Cuernavaca, como el Jardín Juárez, la Plaza de Armas y otras diversas plazas públicas, las discotecas, el baño de vapor o simplemente “cualquier calle” de la ciudad (por medio del conjunto de códigos que Guasch define como “entender”), dice un informante. 19 Casi sin interrupción ha contado con diferentes espacios establecidos para ello desde principio de los 90. 20 Como en cumpleaños, alguna conmemoración del calendario o reuniones de las organizaciones o individuos de la red con objetivos como obtención de fondos –personales o para la organización- al estilo de las “fiestas” para vender cosméticos y utensilios de cocina, o como los “bazares navideños” que se hacen en casas privadas. 21 Para encontrar trabajo o para establecer contactos entre organizaciones en el país o entre México y Estados Unidos, por ejemplo. 8 9 Por medio de la observación de la interacción entre los diferentes integrantes de la red lo primero que se nota es la intensidad diferenciada de interacción entre ellos, a partir de la cual se pueden definir tres subgrupos. Las interacciones que se dan entre los integrantes y las relaciones que a partir de ellas se establecen dependen en gran medida de a cuál de los tres subgrupos pertenezcan los individuos. Por ejemplo, es posible que llegue a haber interacción sexual entre dos individuos de subgrupos diferentes y, sin embargo, la interacción entre estos dos individuos en otros ámbitos puede ser poca o nula y, en cambio, ser más intensa entre integrantes de un mismo subgrupo aunque entre ellos no haya interacción sexual. El primero de los subgrupos identificados se forma de una diversidad de individuos de entre 19 y 38 años e incluye hombres provenientes de zonas rurales o pequeñas ciudades de alrededor en los estados de Morelos o Guerrero, la mayoría sin educación universitaria, desempleados o con empleos intermitentes que requieren secundaria o preparatoria, principalmente en supermercados y establecimientos comerciales o de entretenimiento. También incluye varones originarios de Cuernavaca y otras ciudades, algunos con educación universitaria, con una variedad de fuentes de ingresos desde empleos no calificados hasta puestos administrativos en dependencias de gobierno; algunos son dueños de diversos pequeños negocios. Este subgrupo se relaciona principalmente con ICM y con la organización de activismo que protege a personas afectadas por el VIH/sida. Entre los integrantes de este subgrupo se dan una serie de interacciones cotidianas que suceden o en las instalaciones de la ICM o en fiestas privadas de alguno de sus miembros o, incluso, en las plazas de Cuernavaca, como el Jardín Juárez y la Plaza de Armas. Es común que vayan en diferentes pequeños grupos de ellos a las discotecas gay de la ciudad. A partir de esas interacciones surgen amistades o relaciones de pareja entre ellos y en no pocas ocasiones más de alguno ha vivido compartiendo casa, sea como pareja o no, con alguno o algunos más de los integrantes. El segundo subgrupo incluye hombres de los 24 a los 65 años, muchos de ellos originarios de la ciudad de México y algunos extranjeros que viven en Cuernavaca; sólo 9 10 algunos de ellos no tienen educación universitaria; tienen una variedad de fuentes de ingresos, como diversos pequeños negocios entre los que se incluyen casas de huéspedes (en las que normalmente reciben extranjeros) y otros de servicios o establecimientos comerciales que pueden o no combinar con empleos asalariados, algunos de ellos académicos. La mayoría de este subgrupo es parte de la organización de activismo en prevención de la infección por VIH/sida o se relaciona con sus miembros. Entre ellos se dan interacciones cotidianas similares a las que se dan entre los del grupo anterior pero más en reuniones y fiestas privadas, salidas al cine o a bares, principalmente a uno en particular22 ubicado en el centro histórico. El tercero está formado por extranjeros, generalmente de Estados Unidos, la mayoría de ellos con algún vínculo universitario o en organizaciones de activismo de diversa índole. La mayoría de ellos viene a Cuernavaca para aprender español y se vincula con la red por medio de alguno de sus integrantes relacionados con escuelas de español, por medio de dueños de casas de huéspedes o sus amigos, o por medio de actividades de las escuelas que incluyen contacto e información sobre las organizaciones vinculadas con la red. Su interacción con el resto de los integrantes de la red varía mucho, porque algunos viven permanentemente o por temporadas en Cuernavaca, mientras otros visitan repetidamente la ciudad por diversas razones, y otros tienen alguna interacción al visitar Cuernavaca y luego mantienen algún tipo de contacto a distancia. Estando en Cuernavaca, en todo caso, su interacción social es similar a los otros dos subgrupos y pueden encontrarse en las plazas con ellos o pueden salir en pequeños grupos o en parejas a discotecas, bares, cines o estar presentes en reuniones diversas sea de ICM o de las otras organizaciones. Este grupo tiene interacciones en particular con los dueños de casas de huéspedes que forman parte de la red y que se pueden identificar como parte del segundo subgrupo, cuando los visitantes se hospedan en una o en repetidas ocasiones 22 Cuya dueña es una de las integrantes de la organización que trabaja en prevención de VIH. 10 11 con ellos. Es importante señalar que la diferencia de idioma limita los tipos de interacciones que existen entre los integrantes de este grupo con los de los otros dos. Por ejemplo, pueden existir frecuentes interacciones casuales (sean o no sexuales) pero las relaciones más íntimas (amistades, parejas, compartir ideas, etc.) se ve más limitada entre ellos y quienes hablan inglés en los otros dos subgrupos23. Con respecto a los tipos de interacciones que suceden entre los integrantes de los dos primeros subgrupos, una significativa es la interacción que se origina en plazas o calles de la ciudad, siendo mucho más frecuente entre los integrantes del primer subgrupo y casi inexistente entre los del segundo. También se dan más visitas a bares, cafés, restaurantes o a cines entre los del segundo subgrupo. Además, se puede señalar que entre los integrantes del segundo subgrupo se organizan fiestas en las que se cobra la entrada, como la Cena del Día del Amor y la Amistad que hacen cada año24. Cabe señalar que en estas fiestas normalmente sólo participan los miembros del segundo subgrupo y sus amigos más cercanos. Lo más significativo es la variedad de relaciones que se establecen entre los miembros de un mismo subgrupo y entre los miembros de los dos primeros. En general, existen muchas más relaciones de cercanía (como amistades y relaciones de pareja) entre los integrantes de cada subgrupo por separado que entre los integrantes de un subgrupo con el otro, lo que no sorprende si se observan la frecuencia de interacciones y su tipo y cómo se dan entre subgrupos y dentro de cada subgrupo, como se explica antes. 23 24 También hay que señalar que entre los extranjeros el grado de dominio del español varía. En este caso, lo que se recolecta es para beneficio de la organización que trabaja en prevención de VIH 11 12 ‘Desde la perspectiva del análisis de la distancia social, la estructura de estratificación no es lo que influencia los patrones de asociación (en el sentido que se pudiera investigar hasta qué punto la posición económica afecta la amistad, o la ubicación de “clase” influencia las relaciones de “estatus”), sino que los patrones de asociación diferenciados y el estilo de vida constituyen la estructura de la estratificación’ (Bottero y Prandy, 2003:178) Como se explica antes, entre los integrantes del segundo grupo hay más encuentros en lugares como cafés, restaurantes, cines o bares25 –y también entre los del grupo de extranjeros tanto entre ellos como con integrantes de los otros dos subgrupos-, que son lugares en los que obviamente se requiere hacer un gasto para poder disfrutarlos26. Se puede argumentar que no existe la intención verificable por parte de los integrantes de este subgrupo de excluir a los miembros del primero o de limitarles el acceso a estos establecimientos –que forman parte de su estilo de vida- o el contacto con ellos en dichos lugares. El resultado de la capacidad de los integrantes del segundo grupo de acceder a esos lugares –o a las fiestas en las que se cobra la entrada, por ejemplo- influye, sin embargo, en la formación de grupos de privilegio. Una consideración relevante derivada de ahí es que si particularmente en los grupos gay los privilegios de acceso a información o a conexiones sociales (independientemente de que puedan o no heredarse también por vía familiar) – 25 Lo que se explica fácilmente al notar que sus integrantes en general tienen mayores ingresos, evidenciado, por ejemplo, por el mayor número de ellos que son propietarios de casas o de automóviles o por su tipo de empleos o fuentes de ingresos. 26 Y cabe señalar la conocida reputación de Cuernavaca de ser una ciudad relativamente cara comparada con otros lugares de México, especialmente en lo que a este tipo de establecimientos y los de hospedaje se refiere. 12 13 relacionados a su vez con el acceso a grupos privilegiados- pueda darse por medio de relaciones personales de cercanía (amistades o por la pareja ya insertas en esos grupos) y entre los integrantes del primer subgrupo y el segundo se dan pocas relaciones de cercanía (debido a la distancia de sus interacciones, debido a su vez a la falta de comodidad en esas interacciones señalan Bottero y Prandy siguiendo a Bourdieu), el resultado efectivo es el poco acceso de los miembros del primer subgrupo a esos privilegios o beneficios que pertenecer a la red debería implicar. Esto también aplica en otro nivel según señalan Bottero y Prandy siguiendo a Park: la influencia entre los diferentes subgrupos (y de ahí la posibilidad de diálogo intercultural) también se ve limitada, lo que tiene implicaciones en la capacidad de este grupo intermedio de construcción “de la identidad colectivamente ratificada y públicamente expresada” (Cucó, 1996:220), es decir, de la identidad social. En relación con la muy discutida implicación de la identidad gay de ser un fenómeno particularmente de la llamada clase media, el “salir del clóset [por sí solo] no convierte a los hombres gay en abogados, arquitectos o ejecutivos de negocios” (Morris, 1990). Consideraciones finales La distancia en las interacciones sociales de esta red tiene importantes implicaciones por lo menos en dos ámbitos diferentes aunque relacionados. Primero, porque “las relaciones sociales no solamente reflejan la distancia social, sino que son un elemento clave en su proceso de reproducción” (Bottero y Prandy, 2003:188), los patrones diferenciados de interacción contribuyen en gran medida a crear un acceso diferenciado a los recursos que se ponen en juego en la red, contribuyendo así a la creación dentro de ella de grupos de privilegio. Aún más, “la desigualdad es un proceso de diferenciación individualizada, que enfatiza la jerarquía sobre la colectividad y acentúa la fusión de los elementos económicos, culturales y simbólicos en la diferenciación jerárquica” (Bottero y Prandy, 13 14 2003:178). Si además se ve esta red gay como el espacio social donde se da el diálogo entre diferentes configuraciones culturales y se observan los patrones de relaciones que se dan ahí, se advierte que, dependiendo del tipo de relaciones27, éstas siguen patrones diferenciados que se relacionan con cercanía o distancia (similitud o diferencia) social y cultural entre quienes establecen esas relaciones, más allá de sólo las similitudes en términos económicos lo que se relaciona con la gran diversidad dentro del primer subgrupo. Es decir, al enfocar la red como un espacio que permite la interacción entre sujetos provenientes de diferentes contextos socioculturales se nota que si las relaciones de intimidad se establecen principalmente entre los integrantes de subgrupos entre sí, sólo entre los integrantes de los distintos subgrupos habría influencias importantes. Pero queda por estudiar en más detalle, cómo y hasta qué punto esos patrones de relaciones concuerdan con estilos de vida y con cómo se identifican específicamente a sí mismos los integrantes de la red, lo que puede permitir distinguir grupos o subgrupos diferenciados también en términos de identidad sociosexual, a pesar de que el punto de partida sea que todos sus integrantes se relacionan con la red primero por identificarse como gay, de manera más o menos laxa. Se propone estudiar este proceso por medio de integrar el enfoque biográfico, es decir, analizar historias personales en sus relaciones con los distintos subgrupos de la red con la intención de identificar y entender los cambios que se hayan dado o se estén dando en las identidades sociosexuales dentro de la red. Dependiendo de qué posición se tome en la discusión, el subgrupo de extranjeros, aunque de tránsito constante, se puede considerar bien como una influencia de homogeneización cultural o como una fuerza de cambio. Incluirlo, en todo caso, pone en perspectiva algunos de los recursos que circulan en la red. 27 Es decir, íntimas –lo que para el colectivo gay no necesariamente significa sexuales- o casuales. 14 15 Finalmente, es importante destacar la necesidad de continuar con los estudios sobre las diferentes realidades de vinculación erótica y afectiva entre personas del mismo sexo, considerando los procesos de distanciamiento social y de fragmentación, tanto como los de autoafirmación. Bibliografía ADLER LOMNITZ, L. (1994) Redes sociales, cultura y poder: ensayos de antropología latinoamericana. México: FLACSO y Grupo Editorial Porrúa. BLANCO, J. (1981) “Ojos que da pánico soñar”, en Función de media noche: Ensayos de literatura cotidiana. Pp. 181-190. México: Ediciones Era. BOTTERO, W. y Kenneth Prandy. (2003) “Social interaction distance and stratification” en British Journal of Sociology Vol. 54, No. 2 (Junio 2003) Pp. 177–197. Londres: Routledge Journals. BOURDIEU, P. 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