DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CORPORACIÓN CHILENA DE ESTUDIOS DE DERECHO REGISTRAL, DON LUIS MALDONADO C. CON OCASÓN DE LA XVIII ASAMBLEA GENERAL Y SEMINARIO ANUAL DE LA CORPORACIÓN QUE TUVO LUGAR EN VIÑA DEL MAR EN MAYO PASADO. Estimados amigos Conservadores de Bienes Raíces, Comercio, Minas y Aguas de Chile, junto con darles la más cordial bienvenida a la XVIII versión de este Seminario, quiero agradecerles su presencia en esta instancia tan relevante y útil para todos nosotros. Relevante, porque se trata de un Congreso que ya tiene casi dos décadas de vida. Y útil, porque nos permite tomar una pausa en nuestro día a día para analizar con perspectiva y altura de miras nuestro quehacer profesional. En esta ocasión, junto con promover una instancia de sana camaradería, queremos que también ésta sea una ocasión, más bien una oportunidad, para evaluar escenarios y definir cuáles son los nuevos desafíos para los Conservadores. En este sentido, el Chile actual es un país muy distinto al de hace apenas una década atrás. Hoy vivimos en un mundo absolutamente interconectado, donde la tecnología es una herramienta de acceso masivo que juega un rol trascendental tanto para entregar servicios como para construir o destruir la imagen y reputación de las instituciones. La sociedad cambió, los consumidores y usuarios son cada vez más informados y exigentes, los medios de comunicación adaptan sus agendas a las nuevas demandas de los diferentes actores sociales, y las empresas e instituciones se ven obligadas a entrar en esta nueva dinámica. Ante esta nueva realidad, tenemos el deber de preguntarnos si hemos sido capaces de responder a los nuevos desafíos y exigencias de los tiempos, no hacerlo sería tan antojadizo como querer tapar el sol con un dedo. Como saben, hoy se tramita en el Congreso un proyecto de ley para modificar el sistema de constitución de sociedades y en los próximos días ingresará otra iniciativa del Ejecutivo para regular la labor de los Notarios y Conservadores. Es decir, por la vía legislativa se nos impondrán cambios cuyo alcance e impacto, tanto para nosotros como para el país, aún desconocemos. Es frustrante que, no obstante todos nuestros esfuerzos en mejorar nuestro trabajo, nadie reconozca nuestros logros (uso masivo y a nuestro costo de la firma electrónica avanzada, digitalización de los protocolos, implementación de páginas web, mejora en la rapidez de nuestros trámites, mayor seguridad jurídica de nuestras actuaciones, entre muchos otros). Sin embargo, lo cierto es que lamentarnos no nos ayudará. Durante esta jornada podemos dedicar nuestros esfuerzos a analizar estos proyectos; a especular por qué tal o cual Ministerio toma determinadas decisiones; a intentar dilucidar quién o quiénes están detrás de estas maniobras, etc., pero me parece que, en esta etapa de discusión parlamentaria y con la unánime opinión pública contraria a nuestra labor, no avanzaremos nada. En este proyecto y el que vendrá son un hecho cierto, nos guste o no. En consecuencia, hoy debemos centrar nuestros esfuerzos en ser autocríticos y en analizar con objetividad qué cosas hemos hecho bien y en cuáles hemos fallado. Y para ello, quizá debamos empezar preguntándonos por qué nacen estos proyectos de ley. En el pasado, ¿Hemos desatendido críticas razonables sobre nuestro quehacer? ¿Hemos sido lo suficientemente proactivos para cambiar al ritmo de la sociedad? ¿Nos preocupamos de saber qué piensan nuestros usuarios respecto de los servicios que les prestamos? ¿Hemos sido eficientes para comunicar nuestros logros a autoridades, usuarios y ciudadanía en general? ¿Por qué la opinión pública es tan crítica con nosotros? Probablemente en las respuestas a estas preguntas encontraremos las luces que nos permitan evidenciar nuestras deficiencias, reforzar nuestros aciertos y definir los pasos que debemos dar para, por un lado, evitar regulaciones innecesarias y, por otro, para ofrecer un servicio más eficiente garantizando siempre la seguridad y la certeza jurídica, que nos caracteriza. Debemos ser capaces de realizar un análisis objetivo de esta situación e incluso ver lo bueno y lo malo o, si ustedes prefieren, las amenazas y oportunidades que ofrecen estos proyectos de ley. Sinceramente, creo que si somos autocríticos y proactivos podremos influir en el resultado de estas iniciativas. Y, asimismo, tengo la convicción de que si nuestra postura es cerrada y si encontramos que todo lo que se nos propone es deficiente y que no tenemos nada que mejorar, seremos fuertemente afectados por estos y otros proyectos que probablemente vendrá. Como un tsunami, nos pasará por encima. Amigos Conservadores, aún estamos a tiempo de aportar a este debate. En ese espíritu, quiero compartir con ustedes la visión que los Conservadores de Santiago tenemos sobre el proyecto de ley de sociedades express: De esta iniciativa valoramos que se promueva el uso de las tecnologías de la información para generar un registro único nacional en un sitio de Internet al que puedan acceder todos los ciudadanos las 24 horas del día, los 365 días del año, para constituir sociedades y consultar la información de aquellas ya existentes a lo largo de todo el país. Ello es un mérito del proyecto. Sin embargo, nuestros reparos son muchos. Los principales, son los siguientes: 1. Nos parece que no es bueno que existan dos registros paralelos, pues eso podría implicar un daño a la seguridad y certeza jurídica. El actual sistema garantiza y protege los intereses y derechos de los socios y accionistas, de los terceros que contratan con la sociedad, y de los bancos. La función del Conservador es preventiva; evita litigios con evidentes costos para las personas y el Estado. El nuevo sistema, por el contrario, y dado que sólo implica un “archivo de documentos”, no garantiza la legalidad de las actuaciones relacionadas con la creación de empresas. 2. Genera reparos el hecho que las personas gocen de un subsidio permanente del Estado para la constitución, modificación o disolución de sus empresas. Frente a tantas necesidades, porqué beneficiar ésta freten a otras?. También, porque beneficiar a medianas y grandes empresas, a instituciones financieras, a inmobiliarias, a sociedades de inversión, etc.? 3. Un último aspecto que estimamos delicado, es que el proyecto de ley dejen tantas normas de relevancia para ser regulados en un futuro reglamento que deberá ser dictado fuera del Congreso, y cuyos alcances todos conocemos. ¿Habrá o no licitación del servicio? ¿Cómo será esta? ¿Cuánto costará implementar y mantener este sistema? ¿Serán todos los trámites costo cero para los usuarios? Estas respuestas no las debe dar un simple reglamento, que será discrecional y que quedará sólo a criterio de la autoridad de turno. Esta es la visión que tenemos los Conservadores de Santiago sobre el proyecto de ley. Como ustedes saben, es un antiguo anhelo de esta Corporación que todos los Conservadores de país estemos interconectados, de manera tal que un usuario, desde cualquier parte del país, pueda solicitar un trámite registral en un portal único, con iguales plazos de despacho y costo, independientemente del oficio registral al que corresponda la actuación. Nuestro primer esfuerzo fue SIRI. Aunque logró empaparnos a todos de las nuevas tecnologías – lo que trajo como consecuencia el avance informático individual y separado de nuestros oficios registrales, especialmente por la creación de portales web -, lo cierto es que no logró sus objetivos fundacionales. Esto, sin embargo, no debe desanimarnos a intentarlo de nuevo y con más fuerza. Debemos entender que la ciudadanía exige registros únicos nacionales. Existe el registro nacional del prendas, el de posesiones efectivas y el de vehículos (todos antes llevados en forma separada y autónoma por nosotros), el de testamentos, el de marcas, el de multas, el de personas, etc., a lo que próximamente deberemos sumar el registro nacional de sociedades (también llevados por nosotros). Y quizá más adelante veremos nacer el registro nacional de hipotecas (ya varias veces ello ha sido insinuado) y el de las propiedades. Al igual que algunos de ustedes, como Conservador de Santiago hemos hecho grandes esfuerzos para contar con una página web para el Registro de Comercio que permita realizar las actuaciones registrales en forma remota las 24 horas del día, como sí se estuviese presente en el Conservador. Más del 26% de las sociedades que se constituyen lo hacen vía web, y más del 47% de los certificados y copias que se expiden, lo hacemos de dicha forma. Sin embargo, entendemos que nuestros esfuerzos, y los de cada uno de ustedes por separado, no es suficiente; la unificación debe ser a nivel nacional. Nuestros registros, aunque autónomos, deben permitir a los usuarios tener toda la información y todos los trámites en un solo portal. Muchos Conservadores han demostrado con creces ser competitivos, por lo que, con un acuerdo gremial se puede lograr que todos los Conservadores utilicemos la tecnología necesaria para crear un portal único nacional de sociedades, y en una segunda fase, un portal único de propiedades e hipotecas. El portal de sociedades en un preámbulo al portal de propiedades e hipotecas. Tenemos la ventaja que ya hemos avanzando mucho, por lo que la implementación debiera ser rápida y de no muy compleja ejecución, con el agregado que no implicamos costo para el Estado. No es necesario que el Estado incurra en un gasto que se financiará con nuestros impuestos, para administrar un sistema paralelo al actual, que funciona bien pero que podría funcionar mejor introduciendo los cambios señalados. No necesitamos que nos obliguen por ley… podemos hacerlo solos. Sabemos que es difícil, pero también sabemos que es la única forma de intentar seguir ejerciendo nuestra función. Si no lo hacemos nosotros, tengan la seguridad que otros lo harán por nosotros, o en el mejor de los casos, otros nos obligarán a hacerlo en la forma que ellos determinen. Debemos demostrar al Congreso que somos capaces de llevar adelante un proyecto de integración como el descrito. Y si finalmente la voluntad del Congreso es crear un segundo registro para promover mayor competencia – aun cuando la existencia de registros paralelos sea absolutamente contrario a todos los principios y normas que regulan el Derecho Registral nacional y extranjero -, nuestra visión e intención es competir con este nuevo registro. Estoy convencido que nuestra experiencia, preparación y sistema registral, unido a la cohesión del gremio en la forma antes señalada, nos hará prevaleces en esta competencia. Esta competencia, sin embargo, debe ser en igualdad de condiciones. Esto es, que las reglas sean iguales para todos los actores, sin que el Estado discrimine, como por ejemplo, estableciendo que un registro será gratuito para el usuario – no así para el Estado – en detrimento del otro. O el Estado subsidia al particular para la creación de su empresa en el registro que éste estime, o simplemente no lo subsidia. Estimados amigos conservadores, los cambios y regulaciones llegarán con o sin nuestro visto bueno, con o sin nuestra participación. Por eso, estimamos que este seminario es una excelente oportunidad para que seamos parte de los cambios y no víctimas de los mismos. Hoy tenemos la oportunidad de avanzar a paso forme en nuestro desarrollo, por el bien de nuestros usuarios, del país y de nuestro Derecho Registral. Ciertamente el futuro es impredecible y lleva implícito altos grados de incertidumbre, pero si uno hace lo que debe hacer y está atento a las señales de la sociedad, estará mejor preparado para enfrentar los nuevos desafíos. Espero sinceramente que esta XVIII versión de nuestro seminario anual sea una instancia que nos sirva para reflexionar, para discutir sobre la base de la razón y para tomas las decisiones necesarias para avanzar en las mejoras que debemos implementar. Luis Maldonado Croquevielle Presidente Corporación Chilena de Estudios de Derecho Registral