(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2005; 52: 235-238) CASO CLÍNICO Síndrome de hipotensión intracraneal espontánea tratada con parche hemático epidural A. B. Cuartero del Pozo*, M. Arcas Molina**, M. Gerónimo Pardo*, M. R. Calero Calero**, M. Cortiñas Saez**, J. M. Jiménez Vizuete**, J. Gómez Garrido** Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital General Universitario de Albacete. Resumen Paciente mujer de 41 años que ingresó en el servicio de Medicina Interna para estudio de cefalea postural invalidante. Ante los hallazgos clínicos se le realizó una tomografía axial computerizada y resonancia magnética nuclear craneales llegando al diagnóstico de síndrome de hipotensión intracraneal espontáneo. Posteriormente se intentó localizar el punto de fuga de líquido cefalorraquídeo causante del síndrome mediante cisternografía isotópica y resonancia magnética nuclear de columna sin éxito. El tratamiento conservador resultó ineficaz y se solicitó la colaboración de la unidad de dolor para la realización de un parche hemático epidural. La aplicación de un parche epidural a nivel dorsal mejoró los síntomas, que se resolvieron definitivamente tras un segundo parche a nivel lumbar. Palabras clave: Cefalea. Hipotensión intracraneal espontánea. Parche hemático epidural. Introducción El síndrome de hipotensión intracraneal espontáneo (HIE) se caracteriza por una clínica similar a la cefalea postpunción dural. Algunos pacientes refieren una historia de traumatismos triviales o ejercicios violentos previos al inicio de la clínica 1 y se han publicado casos de defectos congénitos preexistentes y susceptibles de rotura (p.ej quistes aracnoideos) como factores predisponentes2,3. Afecta más a mujeres, sobre todo entre la tercera y cuarta década de la vida. *Médico Interno Residente **Médico Adjunto Correspondencia: Ana Belén Cuartero del Pozo C/ Muñoz Seca, 18 - 2º dcha. 02002 Albacete Aceptado para su publicación en enero de 2005. 53 Intracranial hypotension syndrome treated with an epidural blood patch Summary A 41-year-old woman was admitted to the internal medicine department to assess incapacitating postural headache. Clinical findings suggested the need for computed tomography and nuclear magnetic resonance scanning of the head, which led to a diagnosis of spontaneous intracranial hypotension syndrome. Later, isotopic cysternography and nuclear magnetic resonance imaging of the spine were used unsuccessfully to try to locate the cerebrospinal fluid leak that caused the syndrome. When conservative treatment proved ineffective, the pain clinic was called in to perform an epidural blood patch procedure. The patch led to an improvement in symptoms and the syndrome resolved completely after a second lumbar blood patch was used. Key words: Headache. Intracranial hypotension, spontaneous. Blood patch, epidural. Se admite que la depleción de volumen de líquido cefalorraquídeo (LCR) tras una laceración dural por traumas o esfuerzos banales es lo que determina los diversos hallazgos clínicos y radiológicos del síndrome1. El diagnóstico de sospecha del síndrome de HIE es fundamentalmente clínico una vez descartadas otras causas de cefalea 4. Las técnicas de imagen (tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM), cisternografía isotópica, etc.) ayudan a confirmarlo tanto por la identificación de los hallazgos compatibles como por la eventual localización del punto de fuga de LCR. El tratamiento inicial suele ser conservador, reservándose las opciones más cruentas para aquellas cefaleas incapacitantes o muy persistentes o, sobre todo, si se asocian síntomas neurológicos. El parche epidural sanguíneo es el tratamiento más frecuentemente utilizado y eficaz5,6, sobre todo cuando se realiza cercano a la fístula7. 235 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 52, Núm. 4, 2005 Presentamos un caso de síndrome de hipotensión intracraneal espontáneo con respuesta parcial a un primer parche hemático epidural, en el que se consiguió la remisión definitiva tras un segundo parche, a pesar de no localizar el punto de fuga de LCR. Caso clínico Mujer de 41 años fumadora de un paquete de cigarrillos al día y en tratamiento con anticonceptivos orales. Acudió al Servicio de Urgencias aquejando un cuadro de cefalea severa holocraneana no pulsátil iniciada quince días antes tras la realización de un esfuerzo banal (maniobra de flexoextensión de la columna para ayudar a levantar a una persona del suelo), que empeoraba con el ortostatísmo y mejoraba claramente al adoptar el decúbito, sin náuseas ni vómitos. La cefalea era limitante, a pesar del tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos y relajantes musculares prescritos por su médico de Atención Primaria, por lo que fue ingresada en el Servicio de Medicina Interna con el diagnóstico de cefalea a estudio. La exploración física era normal con buen estado general, cervicalgia sin clara rigidez de nuca, afebril y sin focalidad neurológica. En la analítica basal de sangre y orina no se hallaron alteraciones. Se efectuó una TC craneal sin y con contraste intravenoso (iv) que evidenció disminución del tamaño de los ventrículos con borramiento de las cisternas y surcos cerebrales, así como delgadas colecciones subdurales frontoparietales bilaterales (figura 1). Se planteó la sospecha de empiema subdural versus hematoma crónico subdural y se inició tratamiento antibiótico-antivírico empírico; no se realizó una punción lumbar por precaución dada la imagen radiológica compatible de "swelling cerebral". Ante las dudas diagnósticas se solicitó una RM cerebral con y sin contraste iv en la que se pusieron de manifiesto los hallazgos típicos del síndrome de HIE (figura 2). Con este diagnóstico se suspendió el tratamiento antibiótico y se procedió a la realización de cisternografía isotópica para localizar un eventual punto de fuga de LCR. Para su ejecución se realizaron múltiples intentos de punción lumbar sin obtención de LCR (desconocemos tipo y calibre de aguja puesto que esta exploración complementaria tuvo lugar en otro centro) y la técnica fue abandonada, apareciendo empeoramiento de la cefalea al cabo de unas horas. Al día siguiente se volvió a intentar la cisternografía, siendo la punción lumbar atraumática y realizada con una aguja de Quincke del calibre 27, obteniéndose un LCR xantocrómico con presión de apertura de 1 cm H2O; sin embargo, no se identificó ningún punto de fuga en la cisternografía distinto al punto de esa punción diagnóstica. Por ello se realizó una RM de columna, que halló una colección epidural de LCR desde D2 a D10 (Figura 3), pero que tampoco evidenció ningún punto sospechoso de rotura de la duramadre. Se consultó a la Unidad del Dolor para la realización de un parche hemático epidural, dada la cefalea invalidante de la paciente. La punción se realizó a nivel de D11-D12, y fueron inyectados 20 mL de sangre autóloga; tras ello se 236 Fig. 1. TC craneal en la que se objetiva una disminución del tamaño de los ventrículos con borramiento de las cisternas y surcos, además de colecciones subdurales frontoparietales bilaterales. obtuvo una discreta disminución de la sintomatología en los días sucesivos. No obstante, ante la persistencia de la clínica, se realizó al quinto día un segundo parche, esta vez localizado a nivel L3-L4, con resolución de la sintomatolo- Fig. 2. RM cerebral con contraste en la que aparece una intensa captación homogénea y difusa en todas las meninges, las amígdalas cerebelosas están descendidas por debajo del agujero magno con ventrículos simétricos, línea media centrada y sin evidencia de masas intraparenquimatosas. 54 A. B. CUARTERO DEL POZO ET AL– Síndrome de hipotensión intracraneal espontánea con parche hemático epidural TABLA I Signos radiológicos en RM del síndrome de hipotensión intracraneal 1. Engrosamiento dural difuso con captación de gadolinio. 2. Colecciones (higromas y hematomas subdurales) 3. Descenso rostrocaudal del encéfalo: descenso de las amígdalas cerebelosas (seudomalformación de Arnold Chiari tipo I), acercamiento de la protuberancia hacia el clivus y depresión y compresión del quiasma óptico. 4. Disminución del tamaño de los ventrículos, de las cisternas subaracnoideas y de los surcos corticales. 5. Aumento de la hipófisis. 6. Alteraciones espinales (colecciones espinales extradurales, dilatación de venas epidurales cervicales y captación dural) gía en 48 horas. Tras 30 días de ingreso la paciente fue dada de alta asintomática, con metamizol vía oral (vo) de rescate. A las dos semanas acudió a revisión en consultas externas confirmando la ausencia de cefalea, y sin focalidad neurológica. Veintitrés días tras el alta reingresó en planta de Medicina Interna con crisis parciales consistentes en parestesias y debilidad de mano derecha de minutos de duración, que se acompañaban de dificultad para el habla; fueron confirmadas mediante electroencefalograma realizado a las 24 horas del ingreso. En la TC craneal fue hallado un higroma parietal anterior izquierdo, probable causa de la crisis, y se inició tratamiento con carbamazepina vo 200 mg/24 horas aumentado posteriormente a tres tomas diarias por indicación neurológica (200-100-200). Las crisis no se han repetido tras cinco meses de seguimiento. Discusión Presentamos el caso de una paciente con cefalea ingresada en el Servicio de Medicina Interna y diagnosticada de síndrome de HIE. Este cuadro es similar a la cefalea postpunción dural y, por tanto, fácilmente reconocible por los anestesiólogos. Es una entidad con la que otros especialistas no están tan familiarizados y su diagnóstico puede resultar lento y costoso. En nuestra paciente la confusión diagnóstica inicial fue evidente, pues ante los hallazgos de la TC craneal se planteó el diagnóstico de empiema versus hematoma crónico subdural asociado a "swelling" cerebral, y fueron los hallazgos de la RM cerebral, realizada para dilucidar esta duda diagnóstica, los que finalmente orientaron al diagnóstico definitivo de HIE (Tabla I8-12). En otros casos, las dudas diagnósticas han llevado a la realización de angiografías e incluso biopsias meníngeas13. Para la localización del punto de fuga del LCR se solicitó en primer lugar la realización de una cisternografía isotópica; el problema de esta técnica es que 55 Fig. 3. RM de columna vertebral en la que se observa una colección epidural de LCR desde D2 a D10. su sensibilidad es baja cuando no existe escape activo de LCR3. En nuestra paciente sólo halló salida de LCR a nivel del lugar de punción de la cisternografía, pero no sirvió para localizar un eventual punto de fuga diferente. Nos planteamos la posibilidad de que el primer intento complicara el cuadro, ya que la apertura de nuevos orificios de salida de LCR pudo contribuir a que el punto de salida original quedara inactivo y no pudiese ser identificado por las técnicas de imagen; esta suposición se sustenta en el hecho que el LCR obtenido a las 23 horas era xantocrómico, y que la paciente empeoró tras el primer intento. 237 Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 52, Núm. 4, 2005 Ante el fracaso de la cisternografía para detectar la localización de la fístula de LCR se realizó RM de columna. Esta técnica es muy sensible para detectar pequeñas fugas de LCR14 pero en nuestro caso sólo evidenció una colección epidural de LCR de D2 a D10. Estas colecciones, aunque no son esenciales para el diagnóstico de síndrome de HIE, pueden ser un hallazgo importante que lo soporte15 y orientan a la identificación del punto de fuga de LCR. Muchos pacientes mejoran con medidas conservadoras, como reposo en cama, analgesia convencional y sedante, incluso hay documentados casos de cefalea grave postpunción dural en el puerperio que ceden con hidrocortisona iv16; por tanto, parece razonable iniciar el tratamiento de manera no agresiva. En nuestra paciente el fracaso de las medidas conservadoras motivó la realización de un parche hemático epidural. La RM mostraba un acumulo de LCR a nivel dorsal (D2-D10) siendo máximo a nivel D5-D6. En este caso se decidió infiltrar a nivel dorsal bajo (D11-D12) y no directamente sobre D5-D6 para evitar confusión en la localización del espacio epidural ante la eventual salida del LCR extravasado por la aguja de punción epidural. Hay autores que han demostrado que el parche sanguíneo es eficaz aún cuando no se localice un punto concreto de fuga5,17. La zona de punción para la realización del primer parche hemático fue elegida de acuerdo a los indicios radiológicos; sin embargo, sólo obtuvimos resultados parciales. En esta situación hay autores que han conseguido buenos resultados aplicando un segundo parche a un nivel diferente del primero5,18. En nuestro caso el segundo se aplicó a nivel lumbar coincidente con el lugar de punción para la cisternografía, lográndose de forma gradual la remisión de la cefalea. En vista de esto, se nos plantea la duda de si el primer parche no fue eficaz por no alcanzar el nivel de localización del punto de fuga (aproximadamente 10-15 mL de volumen epidural se pueden extender de 8 a 10 segmentos del sitio de infiltración, un promedio de 6 segmentos en dirección cefálica y tres caudales)19, o porque las punciones de la cisternografía produjeron un segundo punto de fuga clínicamente relevante. Otra opción de tratamiento a considerar, en casos refractarios al parche sanguíneo epidural, podría ser el parche epidural con un sistema adhesivo de fibrina, sus resultados son prometedores20. Para concluir queremos resaltar la importancia de fomentar la interrelación entre internistas/neurólogos y anestesiólogos, ya que podemos aportar una expe- 238 riencia clave en el reconocimiento de estos síndromes. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. Benito-León J, Reina MA, Álvarez-Linera J. El síndrome de hipotensión intracraneal. Rev Neurol 2001;16:418-426. Fishman RA, Dillon WP. Dural enhancement and cerebral displacement secondary to intracranial hypotension. Neurology 1993;43(3 Pt1):609-611. Obón Monforte H, González Enguita R, Vilá Justribó X, Montero Matamala A. Cefalea por hipotensión endocraneal secundaria a un traumatismo sacrococcígeo en un paciente con un quiste aracnoideo congénito. Rev Esp Anestesiol Reanim 1999;46(10):460-463. Ben Amor S, Maeder P, Gudinchet F, Duc C, Ingvar-Maeder M. Spontaneous intracranial hypotension syndrome. Rev Neurol (Paris) 1996; 152(10):611-614. Benzon H, Nemickas R, Molloy RE, Ahmad S, Melen O, Cohen B. Lumbar and thoracic epidural blood injections to treat spontaneous intracranial hypotension. Anesthesiology 1996;85(4):920-922. Chung SJ, Kim JS, Lee MC. Syndrome of cerebral spinal fluid hypovolemia. Neurology 2000;55(9):1321-1327. Szeinfeld M, Ihmeidan I, Moser MM, Machado R, Klose KJ, Serafini AN. Epidural blood patch: evaluation of the volume and spread of blood injected into the epidural space. Anesthesiology 1986;64(6):820-822. Arjona A, Ortiz JA, Blasco MR, Saucedo G, Álvarez-Linera J. Hipotensión intracraneal espontánea. Hallazgos radiológicos. Rev Neurol 1997;25:1565-1568. Atkinson JL, Weinshenker BG, Miller GM, Piepgras DG, Mokri B. Acquired Chiari I malformation secondary to spontaneous spinal cerebrospinal fluid leakage and chronic intracranial hypotension syndrome in seven cases. J Neurosurg 1998;88(2):237-242. Murakami M, Morikawa K, Matsuno A, Kaneda K, Nagashima T. Spontaneous intracranial hypotension associated with bilateral chronic subdural hematomas- case report. Neurol Med Chir (Tokyo) 2000; 40(9):484-488. Reina MA, Álvarez-Linera J, López A, Benito-León J, De Andrés JA, Sola RG Aportaciones de la resonancia magnética en la cefalea pospunción dural y en pacientes que cursan con hipotensión de líquido cefalorraquídeo. Rev Esp Anestesiol Reanim 2002;49(2):89-100. Spelle L, Boulin A, Tainturier C, Visot A, Graveleau, Pierrot L. Neuroimaging features of spontaneous intracranial hypotension. Neuroradiology 2001;43(8):622-627. Mokri B, Parisi JE, Scheithauer BW, Piepgras DG, Miller GM. Meningeal biopsy in intracranial hypotension. Neurology 1995;45(10):1801- 1807. Johnson DB, Brennan P, Toland J, O’Dwyer AJ. Magnetic resonance imaging in the evaluation of cerebrospinal fluid fistulae. Clin Radiol 1996;51(12):837-841. Rabin BM, Roychowdhury S, Meyer JR, Cohen B, LaPat KD, Russell EJ. Spontaneous Intracranial Hypotension: Spinal MR Findings. Am J Neuroradiol 1998;19(6):1034-1039. Moral Turiel M, Rodríguez Simón MO, Sahún de la Lastra J, Yuste Pascual. Tratamiento de la cefalea postpunción dural con hidrocortisona intravenosa. Rev Esp Anestesiol Reanim 2002;49(2):101-104. Weitz S, Drasner K. Spontaneous intracranial hypotension: A series. Anesthesiology 1996;85(4):923-925. Moayeri NH, Henson JW, Schaefer PJ, Zervas NT. Spinal dural enhancement on magnetic resonance imaging associated with spontaneous intracranial hypotension. J Neurosurg 1998;88(5):912-918. López-Sánchez F, Asensio I, Molina I, Barrio J, Sánchez-Roy R, García-Fernando V. Parche sanguíneo epidural como tratamiento de un cuadro de hipotensión intracraneal espontánea. Rev Soc Esp Dolor 2003;10:511-515. Kamada M, Fujita Y, Ishii R, Endoh S. Spontaneous intracranial hypotension succesfully treated by epidural patching with fibrin glue. Headache 2000;40(10):844-847. 56