EL PROBLEMA DEL ORO Y LA LIQUIDEZ INTERNACIONAL

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EL PROBLEMA DEL ORO Y LA LIQUIDEZ INTERNACIONAL
Ricardo Ffrench-Davis M.
y Benjamín Mira M.*
En los últimos meses los medios de información han sido copados por referencias al llamado
problema del oro. Este no es un problema con vida
propia; es, por el contrario, fundamentalmente producto de otro de mayor alcance y de efectos bien
concretos en la vida y desarrollo del comercio internacional.
El problema básico es el de la "liquidez internacional", que se viene arrastrando por muchos
años, y que ha sido engendrado por las características mismas del sistema monetario internacional
existente.
Aclaremos, sí, que éste —el problema de fondo— es un estado de enfermedad crónica del sistema. La "crisis del oro" (el paso de la enfermedad
crónica a un estado de virulencia) se debe al hecho
de que al problema de fondo se agregó el recrudecimiento de la guerra del Vietnam —con su impacto en la Balanza de Pagos de EE.UU.— y la
postura de Francia en materia de política internacional.
No deseamos examinar los factores reactivantes de tipo político recién mencionados. Nuestro
Los autores son profesores de tas Escuelas de Economía de las
Universidades Católica y de Chile, y miembros del Departa memo
de Estudios de! naneo Central. Las opiniones emitidas son hechas
«elusivamente u título personal.
220
propósito en el presente artículo es concentrarnos
en el intento de mostrar las deficiencias del sistema
que rige hoy las relaciones monetarias del comercio
entre las naciones: cómo ellas han conducido a la
crisis del oro, y cuál puede ser el desenlace que
resulte en el futuro próximo.
I. La liquidez internacional
Un primer concepto en el campo que abordamos es el de "liquidez internacional". La liquidez
internacional consiste en los medios de pago ' que
se utilizan en las transacciones internacionales. Su
función, en el ámbito de la economía internacional,
es semejante a la de los medios de pago (dinero o
circulante! en cualquier economía nacional.
En términos generales, puede afirmarse que la
cantidad de dinero en un país, es decir su liquidez,
(billetes, monedas y depósitos bancarios en cuenta
corriente) debe estar ligada a las necesidades de
su comercio interno y al nivel de su capacidad productiva. A su vez, a medida que esa capacidad productiva crece, los medios de pago también deben
aumentar para dar salida en el mercado a la ma\or
Puro los efectos de este artículo, los término? 'medios de pago
internacionales", "dinero internacional" y "reservaa internacionales", se emplean como sinónimos.
producción. De manera semejante, el aumento de
la liquidez internacional debe guardar relación con
el crecimiento de ¡a capacidad exportadora de los
diversos países y con el aumento de la producción
mundial.
Una restricción del circulante interno en un
país tiende a provocar una contracción de su actividad económica, y una expansión excesiva tiende
a provocar un impacto inflacionario. De la misma
manera, una deficiencia de los medios de pago internacionales provocará una depresión en el comercio
internacional, y una expansión excesiva podría provocar una inflación mundial.
Dentro de un país el Banco Central es el encargado de regular la cantidad de dinero conforme
a los requerimientos de la economía. Sin embargo,
en el orden mundial no existe una institución supranacional que adecúe racional y conscientemente la
cantidad de reservas internacionales al crecimiento
potencial del intercambio y de la producción de las
distintas naciones.
¿En qué consisten las reservas internacionales
y cómo se crean?
El sistema monetario internacional está basado
en lo que se denomina patrón de cambio oro. En
términos simplificados las reservas internacionales
están formadas por oro, por las monedas "duras".
fundamentalmente el dólar norteamericano y, adicionalmente, por ciertos recursos que los países
miembros del Fondo Monetario Internacional pueden girar de éste en el momento que lo requieran
(los créditos de stand-by).
Al constatar la necesidad de adecuar el crecimiento de las reservas internacionales con el crecimiento del comercio internacional, para que éste se
desenvuelva en forma satisfactoria, es notorio que
el sistema, sin duda, deja mucho que desear.
II. La inadecuación de la oferta de oro
Veamos primero lo que sucede con el oro. Su
incremento depende de los costos de producción en
las reservas mineras de este metal actualmente conocidas y en explotación. Por consiguiente, el aumento o la disminución de su producción anual no
guarda relación con el n>ayor o menor desarrollo
del comercio entre las nacionales. El paulatino agotamiento de ios minerales de más barata explotación
tenderá a elevar los costos y a disminuir su producción; los adelantos tecnológicos en sus labores mi-
neras tenderán a producir el efecto contrario; finalmente, el descubrimiento de nuevos yacimientos de
alta ley y de fácil acceso puede eventualmente producir, en el lapso de pocos años, aumentos en las
disponibilidades del metal lo suficientemente importantes como para generar una inflación mundial.
El ejemplo se ha dado en el siglo XiX en que la
plata, que se usó como metal monetario, al aumentar bruscamente por el descubrimiento de grandes
yacimientos de rica ley, se devaluó rápidamente, derrumbando de paso los sistemas monetarios bimetálicos existentes en la época, basados en ese metal
y en el oro.
Las siguientes cifras sirven, en lodo caso, para
establecer la poca relación que de hecho han guardado el volumen mundial del comercio y las tenencias mundiales de oro en el período 1958-1966.
Tenencias mundiales Variac.
de oro mondarlo
% anual
(Millones de 1 ssi
Volumen mundial Variac.
de importaciones •', anual
(Millones de USD
\sO
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
Promedia
38.030
37.880
38.030
38.870
39.275
40.220
40.845
41.850
40.900
anual
—0,4
0,4
2,2
1,0
2,4
1,6
2.5
—2.3
106.700
1 19.400
124.600
132.400
143.500
160.800
175.100
192.500
0,9
11,9
4,4
6,3
8,4
12,1
8,9
9,9
8,8
FUENTE: FMI, ImerniHionn! Financial StallsUcs, enero de I9WS.
Por otra parte, la producción de oro del mundo
occidental alcanza a cerca de US? 1.500 millones
anuales. En 1965, esta producción fue aportada por
los siguientes países:
Países
Millones de dólares
Sudáfrica
Canadá
EE.UU.
Varios
1.070
126
59
TOTAL
1.440
195
Simultáneamente, la Unión Soviética vendió a
Occidente US$ 550 millones, después de haber entregado alrededor de US$ 250 millones anuales en
los primeros años de este decenio. Así, es posible
221
apreciar que del oro que llega a los mercados occidentales, el 90% proviene de 4 países y más del
80% procede de sólo dos países: la Unión Sudafricana y la Unión Soviética.
En los últimos años, alrededor de un tercio de
la producción mundial de oro se ha usado como
dinero o medio de pago internacional (llamado oro
monetario). El resto se ha utilizado en usos comerciales (joyería y dentístka, principalmente}, y
como medio de ahorro de particulares europeos. A
este uso se ha agregado, en los últimos años, la
acumulación con propósitos especulativos, de particulares y empresas de los países industriales, que
preveían una posible devaluación del dólar o aumento del precio del oro.
Poi consiguiente, se puede apreciar que la oferta de oro monetario a) está concentrada en pocas
manos, y b) depende de factores no relacionados
con las necesidades del comercio internacional.
II!. La inadecuación de la oferta de dólares
El dólar norteamericano, pur su parte, tampoco
se ha adecuado a su función de instrumento de reserva monetaria internacional, e indudablemente, no
había por qué esperar que lo hiciera.
En efecto, veamos de qué depende el que el
resto del mundo fuera de EE.UU. posea, en un momento dado, más dólares que antes. Depende de
que en ese lapso EE.UU. haya tenido una Balanza
de Pagos desfavorable; esto es, un déficit. Es decir,
que sus gastos en el exterior hayan sido superiores
a los gastos del resto del mundo en EE.UU.
Lo anterior, sin embargo, poco tiene que ver
con que los demás países puedan necesitar o deseen
acumular mayores reservas internacionales en dó222
lares. Una razón importante de por qué el dólar
ha sido instrumento de tan general aceptación en
el mundo está en la confianza que él despierta; confianza que se basa en el potencial económico de
EE.UU. y en el hecho de que este país —dentro
del actual sistema monetario internacional basado
en el oro— mantiene desde 1934 la paridad de su
moneda con ese metal en una proporción de USS 35
por onza de oro fino. A esto último cabe agregar
que el Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos (su Banco Central) estuvo dispuesto a comprar
o vender oro a ese precio al país y en el monto que
se le solicitase.
En la década inmediatamente siguiente al término de la segunda guerra, la rápida expansión del
comercio y de la economía mundiales hizo que ni
el oro ni los dólares gastados por EE.UU. en el exterior fueran suficientes para abastecer la creciente
demanda de recursos de reserva; fue la época en
que la escasez de dólares era el problema que inquietaba a quienes se ocupaban del desarrollo adecuado del comercio internacional. El Fondo Monetario Internacional contribuyó a atenuar la escasez
de reservas de esos años, creando recursos crediticios adicionales: los créditos de stand-by, ya mencionados.
Ya en la década del 50, la Balanza de Pagos
de EE.UU. empezó a deteriorarse.
La situación de hecho es que Estados Unidos
ha tenido un déficit persistente de su Balanza de
Pagos en los últimos 18 años, y por consiguiente,
ha estado proveyendo al mundo dólares que sirven
como medios de pago internacionales.
Esta tendencia se ha acentuado en los últimos
ocho años, en que las cifras muestran lo siguiente:
Balanza de Pagos de EE.UU.
(en miles de millones de dólares)
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
— 3,9
— 2,4
— 22
—
—
—
—
—
2,7
2,8
1,3
1,4
3,51*)
(•) Cifra provisional.
Detrás de estos déficit de la Balanza de Pagos
de EE.UU. están los ingentes gastos en que ha in-
zurrido ese país por razón de sus compromisos militares y políticos así como de sus inversiones en
el exterior.
No obstante, durante los primeros años de deterioro, el mundo estaba ávido de dólares y procedió
a acumularlos, utilizándolos como medio de pago
en sus transacciones internacionales. Así, EE.UU.
incurría en déficit en su comercio con el resto del
mundo que financiaba con la poco costosa "impresión de dólares". Por consiguiente, en términos nelos
recibía bienes del resto del mundo y entregaba, en
cambio, billetes.
En 1958, sin embargo, el problema tomó un
cariz diferente. Las reservas en oro de EE.UU. emperazon a declinar sistemáticamente, como lo muestran las cifras siguientes:
Reservas de Oro en EE.UU.
1950
1951
1<)52
1953
1954
1955
Millones de
US$8 B H M
de cada
Millones di:
LSS a fines
período
periodo
22.820
22.873
23.252
22.091
21.793
21.753
Millones de
US$ a fines
de cada
periodo
de cada
1956
1957
1958
1959
1960
1961
22.0S8
22.857
1962
196)
20.582
19.507
17.804
1964
1965
1966
1967
16.947
16.057
15.5%
15.471
14.065
15.235
12.003
Lo ocurrido a partir de los años 1958 y 1959
indica que el resto del mundo empezó a considerar
que la expansión de sus reservas en dólares era mayor de la que era conveniente absorber. La reacción.
lógica dentro del sistema vigente de patrón oro. fue
demandar de EE.UU. que a cambio del excedente
no deseado de dólares entregasen oro al cambio establecido de US$ 35 por onza de ese metal.
¿Por qué ha surgido hoy la "crisis del oro" y
no antes? En primer lugar, el otro país poseedor
de una moneda de reserva, Gran Bretaña, experimentó un déficit creciente, desembocando en noviembre de 1967 en una devaluación de su moneda.
En segundo lugar, el déficit de EE.UU. también
experimentó un fuerte aumento durante 1967 acompañado de incipientes signos de inflación. En tercer
lugar, las inversiones estadounidenses en Europa se
mantenían en un alto nivel. ¿Cómo se financiaban
en última instancia estas inversiones? En la medida
en que EE.UU. incurre en un déficit de Balanza de
Pagos, producto de inversiones en Europa, y ésta, a su
vez. está dispuesta a mantener reservas en dólares,
se presenta una situación paradojal. EE.UU. adquiere propiedad de bienes europeos a cambio de
la simple entrega de un papel: billetes o documentos expresados en dólares. Esta situación, naturalmente, no era mirada con buenos ojos por los europeos, especialmente, Francia.
Además, la pérdida persistente de oro de
EE.UU. había traído consigo un elemento adicional
de "corrida al dólar": el temor de que EE.UU. se
viera abocado, como Inglaterra, a la necesidad de
devaluar su moneda —esto es. de entregar menos
onzas de oro por US§ 35— como la Forma de evitar
el virtual agotamiento de reservas en oro. Al aparecer este temor, surgió el deseo de carácter especulativo de desprenderse de dólares a cambio del oro
que guardaba el Sistema de Reserva Federal estadounidense. Este conjunto de circunstancias creó una
situación favorable para un ataque frontal contra el
dólar. La vanguardia de ataque fueron los especuladores de los mercados de Zurich, París y Londres,
que compraron voluminosas partidas de oro, pagándolas con dólares. Las consecuencias no dejaron de
sentirse. En pocas semanas. EE.UU. se vio obligado
a recibir más de mil millones de dólares, que el
resto del mundo previamente había recibido a cambio de sus exportaciones a EE.UU., y a entregar un
monto equivalente de oro.
El lector informado puede preguntarse por qué
los países europeos miembros del Pool del Oro (excluyendo Francia) apoyaron a EE.UU. en ei momento de la crisis : . La respuesta es, simplemente, que
una crisis más prolongada del dólar, como la que
rigió entre noviembre de 1967 y marzo de 1968,
hubiera provocado una conmoción en el comercio
mundial que hubiese venido no sólo a azotar a
EE.UU., sino también al resto del mundo, entre ellos
a Europa Occidental.
IV. La solución adoptada por EE.UU. y el Pool Oro
El apoyo brindado por el Pool del Oro, ayudó
a EE.UU. a capear el temporal: a su vez, la existencia misma de éste lo empujó a apurar la búsqueda de soluciones a su problema de Balanza de
Pagos.
La consecuencia más notorlu fue i-I acuerdo de creación de dos
mercados del oro: uno reservado para bancos centrales y otro
para el público en general. Asi se detuvieron las mermas de las
reservas de oro a manos de especuladores privados con base en
P.uropa. Cabe nolar que EE.UU. prohibí: u los particulares la
compraventa de oro dentro <lc! país.
223
En el caso estadounidense correspondía una solución distinta a la adoptada para los problemas
de Balanza de Pagos de Gran Bretaña. A cada tipo
de problema corresponde un tipo de solución. A un
problema permanente y estructural de Balanza de
Pagos corresponde una devaluación (medida permanente, pues no es razonable pensar en una posterior
revaluación). A un problema transitorio corresponde una solución igualmente transitoria. Ese es el
camino que ha seguido EE.UU.
Su déficit se debe a un exceso general de demanda interna por bienes y servicios (que en parte
eleva las importaciones y reduce sus exportaciones);
a la huelga del cobre (que pesó fuertemente en su
déficit de diciembre) y a la guerra de Vietnam. Por
otra parte, aunque el déficit representa casi un 10%
de sus exportaciones, apenas alcanza a un 0,5% de
su producción nacional anual.
Fundamentalmente, lab medidas de Balanza de
Pagos tomadas por EE.UU. consisten a) en restringir los créditos e inversiones estadounidenses en países de Europa Occidental, que gozan de una buena
situación de Balanza de Pagos, y b) en reducir el
exceso de demanda por bienes y servicios, mediante
la elevación dfe los impuestos a la renta y la reducción de la expansión de los créditos de su sistema
bancario.
Resulta interesante tener presente que de ser
el déficit de Balanza de Pagos de EE.UU. un problema transitorio y. por lo tanto, innecesaria una
devaluación, los especuladores del oro habrían realizado un pésimo negocio. En efecio. en el momento
tle la "crisis" adquirieron oro a un precio de alrededor de 39 dólares por onza. Si no hubieran comprado oro habrían tenido la posibilidad de obtener
un interés anual de aproximadamente 6%; así, los
59 dólares se transformarían en 41 dólares después
de transcurrido un año. Por su parte, la onza de
oro difícilmente alcanzaría a precios superiores a
este nivel a fines de año. Más aún, si el mundo
sigue el camino de una reforma del sistema monetario internacional, que elimine los jjroblcmas que
hoy presenta, es previsible que el precio oficial del
oro se mantenga constante por innumerables años a
los niveles de 35 dólares por onza. En efecto, como
las reservas de oro monetario alcanzan actualmente a
40 mil millones de dólares, la supresión gradual del
oro como medio de pago internacional permitiría
duplicar la actual oferta de oro para usos comerciales durante los próximos SO años.
224
V. Los problemas de fondo
De los problemas que presenta el sistema monetario internacional vigente nos hemos preocupado
aquí de tres más importantes:
a) La oferta de liquidez ¡niernacional no está
regulada de acuerdo a las necesidades del comercio
mundial. No sólo no sigue la tendencia de incremento del comercio inlernacional, sino que, además,
puede experimentar bruscas variaciones creando
inestabilidad en el desarrollo de las transacciones
internacionales.
b) En la medida que parte de la oferta de
reservas internacionales proviene de la acumulación
de oro, el mundo está gastando recursos en desenterrar mineral de oro para luego proceder a volver
a enterrarlo en las bóvedas de un banco. Así, un
banco centra], como el de Chile, que mantiene reservas de oro por 45 millones de dólares ha tenido
que gastar recursos equivalentes en adquirirlos. Durante los numerosos años en que ha mantenido esas
reservas no ha obtenido ningún provecho directo por
ellas. En cambio, si mantuviese reservas en monedas de otros países podría obtener un ingreso anual,
por concepto de intereses, de 2,5 millones de dólares. La tenencia en dólares plantea la posibilidad
de una pérdida en el hipotético caso de que EE.UU.
devaluase. Sin embargo, aun en ese caso, —a nuestro juicio improbable— existe la casi certeza de que
una serie de países, debido a su extraordinariamente
favorable posición de Balanza de Pagos, no seguirían
a EE.UU. en ese paso. Por consiguiente, la mantención de reservas en monedas de esos países reduciría los riesgos de una devaluación del dólar. Al
reemplazar el oro por esas monedas se posibilitaría
la obtención de intereses, derivados del depósito de
esas reservas en bancos extranjeros. El mito internacional del oro, reflejado en las disposiciones que
han conducido al Banco Central de Chile, y a los
del resto del mundo, a mantener reservas elevadas
en dicho metal, ha costado hasta ahora al paí^
2.5 millones de dólares anuales y, debido a la pérdida acumulada de intereses, 36 millones en la dé
cada pasada.
c) Por último, un problema que merece máxima atención en cualquier fórmula de solución de
fondo, es el constituido por el hecho de que la
oferta de liquidez internacional está concentrada en
unos pocos países que captan los beneficios de ella.
Decíamos que la oferta de reservas internacionales está constituida fundamentalmente por oro,
dólares americanos y libras esterlinas. Una expansión de su oferta medíanle la producción de oro
representa una exportación para el país productor.
Una expansión mediante dólares o libras esterlinas
representa una "donación" temporal du los países
que acumulan reservas en esas monedas en favor
de ios países que las emiten3: EE.UU. y Gran Bretaña. De la misma manera en que cualquier persona
que quiera efectuar compras en el mercado chileno
requiere mantener una caja (billetes en el bolsillo
o un depósito en cuenta corriente) en escudos, cualquier país que quiera comerciar con otros se ve
obligado a mantener reservas —o si se quiere saldos
de caja— en alguna forma que tenga aceptación
internacional.
El sistema monetario internacional ha estado
en observación durante los últimos años con el propósito de reducir o eliminar los defectos que actualmente lo caracterizan. En septiembre de 1967, en
Río de |aneiro, se reunieron los países miembros
del Fondo Monetario Internacional y acordaron dar
los primeros pasos en favor de una reforma fundamental del sistema. La crisis posterior del oro ha
apurado el proceso de reforma. Así, en estos momentos se encuentran en las manos de los Bancos
Centrales, a lo largo de todo el mundo, las propuestas para la creación de los ''Derechos Especiales de
Giro". Estos serán una moneda fiduciaria, con el
respaldo de los miembros del Fondo Monetario InterYa hemos: mencionado que tus puises con moñudas duras pueden
Incurrir en difícil de balanza tic pagos —recibiendo más bien»
de! exterior que les que remiten a él— financiándolos mediante
L ' i í t r c p a d e
i u t m o n e d a s
n U l
nacional, que vendrá a agregarse a las actuales reservas internacionales.4
Lo; beneficios recibidos en el pasado por los
países emisores de monedas de reserva se mantienen.
Sin embargo, de aquí en adelante, las adiciones de
reservas internacionales provendrían fundamentalmente de la emisión de Derechos Especiales de
Ciro. De acuerdo a las propuestas en estudio los
montos de emisión serán determinados conscientemente, teniendo en vista las necesidades del comercio mundial. Así se elimina un defecto intrínseco
del sistema monetario internacional. Por otra parte.
la emisión no irá sólo a los países con monedas
fuertes, sino que se distribuirá a cada país miembro
del F.M.l. en proporción a su cuota o aporte. Así.
en base a los montos de emisión previstos a partir
de 1969, Chile recibiría probablemente recursos por
US$ 8 millones anuales y US$ 41 millones en los
próximos cinco años. Nótese que la aceptación de
los Derechos Especiales de Giro es absolutamente
independiente de la opinión que se tenga sobre la
orientación del F.M.l. en otros aspectos.
Por consiguiente, la crisis del oro tendería en
última instancia, más que a acarrear perjuicios a
Chile y a los países en desarrollo, a favorecerlos
con la agilización de] proceso de reforma del sistema
monetario internacional. Estos beneficios provendrían tanto de la recepción de Derechos Especiales
de Giro, sin previo pago por ellos, como de un desarrollo más ordenado del comercio internacional,
materia ésta de indudable interés para todos los países del orbe.
1
t u la actualidad, mis de ¡00 naciones, incluyendo países sncidlistas, son miembros del F.M.l. Estos representun ¡a mayur parkCÍL'I comercio internacional de huv día.
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