I^ Núm. 8 - 75 HD I ^^II^^ EL GANADO VACUNO LECHERO Y EL PASTOREO LUIS IBAÑEZ PELAYO Ingeniero Agrónomo ':r^ Y MINISTERIO DE 1 AGRICULTURA EL GANADO VACUNO LECHERO Y EL PASTOREO En la empresa ganadera, a1 igual que en toda empresa, el aumento de productividad de la mano de obra es una exigencia continua y constante, como factor fundamental que condiciona el pregreso económico de las personas implicadas en tal ocupación. Hasta ahora, las faenas que más tiempo y más personas exigían eran, por orden de importancia : el ordeño, el manejo del estiércol y la recogida de forrajes. La adopción del sistema de ordeño mecánico fue la primera mejora que permitió aumentar el número de vacas explotadas pcr persona; la estabulación libre continuó este progreso ya iniciado, evitando la limpieza diaria del establo, aunque no el transporte desde el estercolero a los campos; el pastoreo elimina los trabajos que suponen la siega cotidiana de forrajes verdes y el manejo del estiércol en su totalidad. Ciertamente, no todos los tipos de explotaciones lecheras se prestan de igual modo a este sistema de manejo. R.ecordemos quc el pastoreo se ha venido practicando en regiones de clima húmedo y templado, sobre praderas naturales de tipo atlántico, constituidas por gramíneas fundamentalmente, y cuyo período de actividad vegetativa ocupa gran parte del año, es decir, regiones de clima análogo a las que encontramos en toda la cornisa Cantábrica. En estas regiones la hierba encuentra condiciones de desarrollo óptimas, crece en cualquier partc y el raygrás, dactilo y trébol blanco forman cubierta vegetal de modo semiespontáneo en cuanto el terreno deja de labrarse. En casi todas las expl,^tacione^ ganadcras de cstas regiones, más dc la mitad de su supcrficie es de praderas naturales, llegando en ocasiones -3- a superar las tres cuartas partes e incluso, en alguna de ellas, la totalidad de la superficie agrícola está ocupada por la pradera natural. Por el contrario, otras explotaciones de ganado vacuno lechero se asientan en los regadíos de la España seca ; en ellas, el forraje fresco, básico en la alimentación del ganado, es la alfalfa, la cual hay que segar y dar en pesebre, porque no se puede realizar el pastoreo. Dos son los protagonistas del pastoreo : la vaca y la hierba; y a ellos dedicaremos nuestra atención en los puntes siguientes. LA ^IIF.RBA En pastoreo, conviene aprovechar la hierba cuando alcance una altura de 15 cm., aproximadam°nte. Si se hace en una fase anterior de desarrollo, la planta no habrá sido capaz de recuperarse totalmente del castigo que supone el arranque a diente y, por tanto, el rebrote será menos vigoroso, más lento, la producción de hierba descenderá e, incluso, la pradera puede degenerar. Por el ^^ontrario, demorar el aprovechamiento, una vez alcanzada aa citada altura, puede dar lugar a que la hierba se endurezca y sea peor aceptada y transformada por el animal y, consiguientemente, a una pérdida del potencial nutritivo d^^ la pradera. Fig. l.-Los protagonistas del pastoreo son la vaca y la hierba. -4- Desde que es pastada una pcrción del terreno, hasta que el ganado vuelva a entrar en ella, ha de transcurrir cierto período de tiempo, que se denomina tiempo de reposo, y que puede variar desde unas tres semanas en primavera hasta unas siete semanas en agosto-septiembre, desembocando, finalmente, en la parada invernal. La duración del período de reposo está influida por la humedad del suelo en el que crece la planta y por las temperaturas ambientales, siendo tantc más corto el plazo cuanto más altas sean la temperatura y la humedad; asimismo influye el abonado con fertilizantes nitrogenados, que actúan acelerando el rebrote. La superficie de la explotación destinada a pastoreo debería variar a lo largo del año, en consonancia con la amplitud del período de reposo, que es más del doble a finales de verano respectc al mínimo primaveral ; sin embargo, por razcnes prácticas de manejo, se impone una superficie única para todo el año, capaz de hacer frente al período de verano, y a la que el ganadero ha de procurar ir adaptándose en cada ocasión. La norma práctica es destinar al pastoreo al menos tanta superficie como precisemos en verano, y dadc que en primavera sobrará rnás de la mitad, iremos segreg'ando espaciadamente bloques de divisiones del terreno, que destinaremos a siega y posterior henificado o ensilado, siempre que, al avanzar con el rebaño, veamos que la hierba nos "invade", al superar los 15 cm. EL GANAUO Para realizar el pastoreo, comenzaremos por separar los animales del rebañc en dos grupos: uno formado por las hembras que ya han dado algún parto y el otro con los animales jóvenes, terneros y novillas, incluyendo en esta denominación todas las hembras que no hayan parido hasta le fecha. En el caso de existir animales machos de eda.d superior a los seis-ocho meses, tampoco éstos pueden incluirse en ninguno de los dos grupos. Dcs son las razones de la separación entre jóvenes y adultos. -5- Isas enfermedades parasitarias La primera razón es de tipo sanitario. La separación constituye una medida profiláctica, tendente a evitar la transmisión de enfermedades parasitarias. Los ariimales jóvenes tienen muy pocas defensas frente a lcs parásitos causantes de estas enfermedades, y la infestación a partir de los animales adultos, que son portadores de tales p^^rásitos, se realiza con facilidad. IIe entre las parasitosis cabe destacar, como más importantes: Parasitosis pulmonar, producida por un gusano que se aloja en los brenquics de los animales ; allí pone hucvos, de. los qu^ salen larvas que, al toser, pasan a la faringe, luego son tragadas por el animal y, después de atravesar todo el tubo digestivo, salen al exterior por las heces y son ingeridas por otro animal junto con °1 pastc. Esta eni'ermedad es de consecuencias funestas en los terneros. Yarasitosis gastrointestinal. De todas ellas, la más gravc es Ia cocciciiosis o disenteria roja, producida por un protozoc. Los animales quc la padecen presentan diarrea fétida y sanguinolenta, en la que se encuentran los huevos que. transmiten la cnfermedad. Fig. ?.-L•a separacián de lus animales en grupu, ^le jó^^ene^ c adul^u, es una medida eficar para prevenir las cnlermedades paresi^aries. -6- Parasitosis intestinales y parasitosis hepáticas, originadas por vermes o gusanos de forma redonda o plana, tales como las lombrices intestinales, las tenias y los distomas del hígado, cuyos efectes suelen ser menos temibles que los de las parasitosis anteriores. En todos los casos, la transmisión de la enfermedad tiene lugar a través del pasto, en el que se encuentran los huevos o larvas procedentes del animal enfermo, expulsados por las heces. La regulación en el consumo La segunda razón de la división del rebaño dimana de la exigencia de observar una regulación cuidadosa de la cantidad de hierba ingerida entre ordeños por los animales en producción. Conviene que estos animales adultos consuman en cada ciclo de pastoreo, entre ordeños, la misma cantidad de hierba, para que en ningún momcnto decaiga su producción de leche. No olvidemcs que, eri el caso de producirse un descenso, tardan en recuperar su nivel en posteriore^ crdeños. Esto se consigue practicando un pastoreo intenso -muchas vacas en poco espacio durante poco tiempo- y cambiándolas de lugar después de cada ordeño. Esta forma de proceder equivale a un pastoreo en el que se fraccionase la superficie total a pastar en un número elevado de divi y donde el ganado permanece del orden de 100 siones sabre cada una de estas divi ^iones tan sólo medio día. Evidentemente, no podemos pretender hacer las divisicnes con una cerca fija definitiva, tanto por el elevado coste que su pone como por los impedimentos que presenta tal parcelación diminuta para la recogida del forraje sobrante en primavera. Mientras tanto, con el grupo de animales jóvenes podemcs observar un pastoreo menos exigente, confinándoles en divisiones o subparcelas, en cada una de las cuales permanecerán tres o cuatro días sin mudar y sin que los pequeños altibajos de hierba consumida del pritnero al cuarto día te:^gan mayor importancia. -7- En estrecha relación con lo anterior está la cantidad de hierba que debe ponerse a disposición de los animales cacla vez o, lo que es lo mismo, la superficie por cabeza que debemos cercar en cada posición. Este dato debe deducirse y rectificarse teniendo en cuenta los detalles que proporcione la atenta observación diaria que el ganadero debe dedicar a su rebaño. La vaca tiene un "cupo" de comida máximo, limitado fundamentalmente por la cantidad de materia seca ingerida, de manera que, una vez alcanzado, no sigue comiendo. Si, una vez retirado el rebaño de:^ pasto, quedan sobre el terreno muchos restos de hierba, :zay que pensar que la superficie asignada en esta posición es excesiva; por el contrario, si la superficie es escasa, se producirá un rápido aviso al someter el rebaño a ordeñc, ya. que, de forma general, descenderá la producción. La cant:^dad de conccntrado suministrado en el momento del ordeño influye de forma decisiva en la mayor o menor superficie que deb^ quedar a disposición del animal de acuer^^o con su producción. Finalmente, sólo queda decir que no toc^as las vacas se adaptan al pa^toreo con igual facilidad ; algunas lo hacen sin dificultad, mientras que en otras observamos un brusco descenso en su producción. Debemos juzgar siempre el conjunto del rebaño y nc un animal en particular, y cuando alguno de cllos no acabe de adaptarse al nuevo sistema de manejo, se debe pensar en eliminar el anirnal y no el sistema. Fig. 3.-Las cercas son indispensables para regular el pastoreo. -8- EL PASTOREO EN PEQUEÑAS PARC^I,AS Dadas las particularidades que presenta el pastoreo con respecto al ganado vacuno lechero, ya expuestas en puntos anteriores, el pequeño tamaño de las parcelas no afecta para nada al manejc del ganado, pues al delimitar todo el rebaño y para cada vez tan escasa superficie -lo necesario para medio día-, pocas son las parcelas que tendrán que se.r excluidas por no ser capaces de albergar al rebaño una sola vez. Dos son las características que deben reunir las parcelas para que permitan el pastoreo con el ganado de leche : 1^ La facilidad de accesos al punto de ordeño, tanto por su cercanía como por la ausencia de obstáculos a la circulación del ganado, pues no olvidemos que han de ir y venir dos veces ai día de un sitio a otro. 2a Que sea factible el suministro de agua a los animales en todc momento, bien sea por existir fuentes o conducciones accesibles, bien por estar en condiciones de asegurar el suministro mediante acarreo con cisterna. Respecto a esta segunda característica cabe recordar que una vaca puede consumir unos 30-50 litros de agua al día, divididcs en cuatro tragos por término medio, y que suelen coincidir con estos momentos : después de ambos ordeños, a media mañana, a media tarde y, a veces, a media noche. En caso de no disponer de agua en la parcela, conviene tener estos datos muy en cuenta. Otro aspecto que merece comentario es el de las cercas. Es conveniente que las fincas estén cercadas exteriormente, pues ello evitará posibles accidentes y situaciones embarazosas con los vecinos ; pero no son necesarias divisiones interiores, ya que el espacio a pacer en cada momento puede delimitarse con ayuda de la cerca eléctrica. LOS COMIENZOS SIEMPKE SON DIFICILES Como toda innovación en agricultura, el pastoreo no carece de dificultades en sus comienzos, lo que suele ser causa -9- de abandono en unos, los menos decididos a aceptarlo, mientras que otros lo superan y es luego fuente d.e enormes progresos. He aquí algunas observaciones que pueden conducir al éxito : - El momento más oportuno para comen.zar a practicar el pastorec es la primavera, porque la temperatura es cada día más benigna y hay tiempo suficiente para que el ganado se adapte a los rigores de la intemperie en invierno. - Lo mejor es comenzar con novillas recriadas al airc libre, que luego se continúan explotando en pastoreo. -- En el caso más desfavorable de un rebaño estabulado que se suelta a pastar, lo primero es conse5uir la tranquiiidad dentro del misino; en principio sobrevienen persecuciones, acosos y disputas entre los animales, hasta quedar establecida una jcrarquía: '^unas vacas mandan en otras y éstas en otras a su vez"... Evidentemente, s',., hasta que se ]ogra esto, el rebaño está cenfinado en un espacio reducido, es fácil que algún animal d.erribe la cerca al verse acosado. Así pues, estos primeres días se procurará tener el rcbaño en un parque lc más amplio posible y, desde luego, muy vigilado. Focos días después la calma vuelve al rebaño y ya se puede ir pensundo en mantenerlo en espacios i°educidos. }^ig. 4.-C^^nado vacuno en inia plant<ieibn dc• manz^inos. Aprí ciese qtie los ^roncos dc^ lus árbulc^, c^^án prritcgidos cun dclensas. Fig. 5.-La adap^ación <Icl gtinadu ^^^^cuno a le rerca el^ ctriri dur^^ unos días. En cuanto a la adaptación a la cerca clécti•ica, también sucle durar unos días, que se deben hacer coincidir con los d^^ jerarquización y en lcs que hay redoblar la viyilancia. Estos problemas de jerarquización y adaptación a la cerca eléctrica son prácticamente inexistentes cuando se parte de un grupo manejado en estabulación libre. ALUUNOS DATOS Comenzaremos por considerar las fechas de iniciación y de final del pastoreo, así como los períodos de reposo a observar en cada época. Se trata de valores que varían en cada localidad y qun hay que deducir de la observación sobre el propio terreno. De forma muy general, y para zonas próximas a la costa, puede fijarse la fecha de comienzo del pastoreo hacia finales de inarzo, y la de cese del mismo, a finales de noviembre. Aún más inciertos, si cabe, son los valores de tiempo de reposo que deben seguir a un aprovechamiento en una fecha determinada. Exponemos a continuación los que se dan para la región francesa de Normandía, que, por su climatología análoga a la cornisa Cantábrica. pueden servir como primera orientación a efectcs de planificación del sistema. Aunque parezca imprescindible el conocimiento de estos datos, - 11 - no lo es tanto, pues cada año la variabilidad climatológica hace que no sepamos, sino sólo a grandes rasgos, sus valores, y ello no imposibilita el manejo. TABLA UE TIF.MPOS DF. ItEP050 Fecha de aprovechalnientu Tiempo de reposo tdías^ 1 a 10 de abril ... ... ll a 20 de abril ... 21 a 30 de abril ... 1 a 10 de mayo ... 11 a 20 de mayo ... 21 a 31 de ma^ o... 1 a 10 de junio ... 11 a 2 0 d e junio ... 21 a 30 de junio ... ... 1 a 10 de julio ... ... ll a 20 de julio ... ... ... 21 a 31 de julio ... I a 10 cle agosto . 11 a 20 de agosto ... 21 a 31 de agosto .. ... 1 8 10 dP septlPmbfP I I a 20 cle septiembre ... 21 a 30 de septiembre ... I a 10 de octubre ... ... ll a 20 de octubre ... 21 a 31 de octubre Particular interés presenta la superficie media asignada por vaca y día ---dos estancias^ que debe ser capaz de alimentarla en producción hasta cierto nivel. Esta superficie media varía con la calidad de las praderas de que dispongamos; así, por ejemplo, si nuestras praderas dan de media por corte 5.000 kg./Ha. de materia verde, la superficie po^ cabeza y día debe ser de unos 80 metros cuadrados para qu° de este modo el animal consuma unos 42 kg. de matcria verde, lo que implica unos 11 kg. de materia seca ingerida. Como dato para la superficie asignada por cabeza y día podemos dar de 40 a 100 metros cuadrados, scgún quc la producción por corte sea de 10.000 ó de sólo 4.000 kg./Ha_ de materia verde. - Iz En el supuesto de asignar 80 metros cuadrados por cabeza y día y si el tiempo de reposo en ag'osto es de cincuenta días, el total de superficie de que debemos dispcner para una sola vaca es de 4.000 metros cuadrados, lo que equivale a 2,5 vacas por hectárea. Si, por ejemplo, tenemos 20 vacas, debemos disponer de ocho hectáreas para practicar el pastoreo con el grupo de producción. Habrá que contar, además, con la superficie necesaria para mantener el grupc de recría y para dedicar a los cultivos forrajeros de invierno. Puede suceder que la superficie en pastoreo no sólo resuelva el mantenimiento del animal de abril a noviembre, sino que, además, permita ensilar o henificar el producto de las divisiones saltadas desde primavera a agosto, cuando el período de reposo exigido es menor del que es posible observar. Esto no debe ser motivo de preocupación. A1 contrario, resulta muy conveniente, porque permite disponer de forrajes conservados en épocas en las que los forrajes frescos escasean y, además, conviene alternar el aprovechamiento a diente y a siega para mantener el equilibrio de gramíneas y leguminosas en la pradera. PUBLICACIONES DE EXTENSION AGRARIA Bravo Murillo, 101 Madríd-20 Se autoriza la reproducción íntegra de esta publicación mencionando su origen: ^^Hojas Divulgadoras del Ministerio de Agricultura». 156ti: SI-3-II-0390^7 - Depósi^o legcil. 1^1. I-.c)„-19-7 (?0.000 1ec^gr^i(i,, S. L. - Sunti^igu Eslé^°ez. 8- Vl^^drid 19 ejemplares)