A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 21 de junio de 2006, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: Pettigiani, Corte de doctores se Kogan, reúnen Justicia los en Hitters, señores acuerdo Soria, jueces ordinario de Roncoroni, la para Suprema pronunciar sentencia definitiva en la causa Ac. 92.602, "C. , C. N. contra C. , C. y otro. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La Sala I de la Cámara Segunda de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata confirmó el fallo que había rechazado la demanda. Se interpuso, por la parte actora, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de dictar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I O N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I O N A la cuestión planteada, la señora Jueza doctora Kogan dijo: 1. Se reclama en autos resarcimiento por los daños ocasionados por una presunta mala praxis médica aparente extirpación del ovario derecho de la accionante), los que fueran negados en la instancia de origen, cuyo pronunciamiento confirmó el Tribunal interviniente. La Cámara luego de sostener que "... las declaraciones rendidas por los profesionales de la medicina que intervinieron en (la) atención de la actora, como de los dictámenes (sic) periciales concretados por los Dres. L. y A. , no puede concluirse que la falta de visualización del ovario derecho en las ecografías que se le realizaran y en la video laparoscopía que llevara a cabo el Dr. H. con motivo de la extirpación del quiste hemorrágico del ovario izquierdo, implique la inexistencia de aquél (sic) órgano..." (fs. 1005 vta.), agregó que "... los perjuicios exigen, para indemnizatorios, su reconocimiento que sean ciertos y a no los que efectos resulten de meras conjeturas ..., de modo que el juzgador se halló en la imposibilidad de resolver de manera diversa a como lo hizo..." (fs. 1008). 2. Contra dicho pronunciamiento la accionante denuncia que el fallo irrazonable, de Cámara absurda e argumenta ilegal que en la forma actora ilógica, no ha acreditado debidamente el daño cierto y efectivo sufrido y reclamado, así como el nexo de causalidad entre ese daño producido y la conducta culposa y reprochable del doctor C. (fs. 1017, 1022, etc.). Agrega resolución en de su la extenso Cámara es escrito de producto agravios de una que la valoración absurda, equivocada e ilógica de las pruebas aportadas por la actora, todo ello en clara violación de los arts. 163 inc. 5, 375, 384, 456, 474 del Código procesal. 3. El recurso no puede prosperar. Liminarmente corresponde señalar que la responsabilidad profesional es aquélla en la que se incurre al faltar a los deberes especiales que la actividad impone y, por lo tanto, para su configuración juegan los elementos comunes a la responsabilidad civil en general. Ello quiere decir que cuando el médico incurre en la omisión de las diligencias correspondientes a la naturaleza de su prestación asistencial, ya sea por impericia, imprudencia o negligencia, falta a su obligación y se coloca en la posición de deudor culpable (art. 512,Código Civil; conf. Ac. 59.937, sent. del 25-XI-1997; Ac. 62.097, sent. del 10-III-1998; Ac. 65.802, sent. del 13-IV-1999; Ac. 71.581, sent. del 8-III-2000). En este orden de ideas, determinar la existencia de relación de causalidad entre el obrar y el daño -en el caso entre la mala praxis médica atribuida al demandado y el daño producido- constituye una cuestión de hecho que es irrevisable en sede extraordinaria salvo que medie absurdo (conf. Ac. 62.097, sent. del 10-III-1998; Ac. 71.581, citada). El recurrente se agravia de lo resuelto por la Cámara, limitándose a exponer sus propias argumentaciones, lo cual no resulta base idónea de agravios, ni configura absurdo que dé lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, pues dicha anomalía existe cuando se demuestra el error palmario y fundamental que autoriza la apertura de ésta instancia para el examen de una cuestión de hecho (conf. Ac. 41.583, sent. del 13-III-1990; Ac. 42.965, sent. del 27-XI-1990; Ac. 53.172, sent. del 3-V- 1995). Para que la Corte pueda revisar las cuestiones de hecho no basta con exponer -de manera paralela- la propia versión de los hechos e interpretación de los mismos como hace el recurrente, sino que es necesario demostrar contundentemente que las conclusiones que se cuestionan son el producto de una apreciación absurda de los hechos, con el alcance ya explicado. Por más respetable que pueda ser la opinión del recurrente, ello no autoriza -por sí sólopara que esta Corte sustituya con su criterio al de los jueces de sent. del la instancia 16-V-1989 de en apelación (conf. "Acuerdos Ac. y 41.576, Sentencias", 1989-II-113; Ac. 55.342, sent. del 5-VII-1994). Habiendo determinado entonces el tribunal en conclusión irrevisable en esta instancia, la inexistencia de relación de causalidad entre el presunto obrar culpable del demandado y el daño, al no resultar probado -por parte de quien tenía la carga de hacerlo- habérsele practicado a la actora una oforectomía o extirpación total del ovario, las alegaciones de la parte recurrente son inatendibles. Por todo ello, no habiéndose demostrado ni el absurdo ni las violaciones legales denunciadas -art. 279 del Código procesal- corresponde rechazar el recurso. Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Hitters, Soria, Roncoroni y Pettigiani, por los mismos fundamentos de la señora Jueza doctora Kogan, votaron la cuestión planteada también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario interpuesto; con costas (arts. 84 y 289, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase.