“ARQUITECTURA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD. Fórum Internacional de tesis doctorales”, José Manuel Calvo del Olmo ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DE LOS CONDICIONANTES POLÍTICOS ECONÓMICOS Y SOCIALES EN EL CASO DE LOS POBLADOS DIRIGIDOS DE MADRID, 1957-19631 Desde hace ya bastante tiempo –tanto que a veces llegamos a olvidar que en algún momento no fue así–, los intereses financieros, financieros basados en el afán de lucro y la especulación, han ido limitando el campo de acción de los arquitectos en el territorio de la ciudad, ciudad recortando progresivamente su área de trabajo hasta reducirla –en el mejor de los casos– al contorno de la superficie de manzana. Este proceso se observa de manera más evidente en los desarrollos periféricos de nuestras ciudades, cuya morfología responde a un sistema viario autónomo, trazado con anterioridad al diseño de los tipos edificatorios y financiado generalmente por el “lobby” de las grandes superficies comerciales que, a cambio, se aseguran una estricta normativa que impida el desarrollo del pequeño comercio en las calles; el auténtico motor de la vida urbana. Cuando a los arquitectos les llega el turno de intervenir, se encuentran con una estructura pre-establecida que escapa completamente a su control y que reduce extraordinariamente su campo de acción. Entonces, con un fragmento de ciudad absolutamente cerrado e impermeable, se le pide al arquitecto que actúe, que resuelva los problemas de la ciudad sin haber podido participar en la planificación del tejido urbano. Se le niega, por tanto, la posibilidad de cuestionar el procedimiento y sin embargo, se le exige que sea capaz de dar una solución puntual con el fin de paliar en lo posible la gran cantidad de problemas derivados de ese perverso modelo de gestión. Esta situación, cada vez más generalizada, nos ha llevado a plantear este trabajo de investigación, investigación que se entiende como una oportunidad de reflexionar sobre el papel del arquitecto en la conformación de la ciudad. ciudad Y para ello, se han escogido como objeto de estudio un conjunto de actuaciones actuaciones de vivienda social denominadas “Poblados Dirigidos” Dirigidos”, que fueron realizados en la década de los cincuenta en Madrid para solucionar el problema del alojamiento de los inmigrantes que, masivamente, llegaban a la capital desde las zonas rurales. Estos barrios, barrios que constituyen el último y más interesante intento de resolver el problema de la vivienda en la capital por parte de la Administración franquista, no hubieran podido materializarse de no ser por las singulares singulares circunstancias sociales, económicas económicas y políticas que se produjeron durante su realización. realización La “crisis de febrero” de 1957, que impulsó una efímera recuperación de la influencia de los falangistas dentro del Régimen, generó una permeabilidad en el Gobierno a las iniciativas sociales que duró hasta la reforma gubernamental de 19572. Esta situación, sumada a la problemática situación que se vivía en 1 Este texto forma parte de la tesis “El Poblado dirigido de Caño Roto: Dialéctica entre morfología urbana y tipología residencial”, título aprobado por la Comisión de Doctorado del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid el 11 de Noviembre de 2010 y que, actualmente, se encuentra en proceso de realización. 2 Hacia mediados de la década de los cincuenta, la Falange más populista y reformista va a experimentar un efímero impulso en su intento por alcanzar la hegemonía política. Sin embargo, en febrero de 1957 se produjo un cambio de gobierno precipitado por el desgaste que la situación económica del país había producido en dos de los dirigentes falangistas con más peso dentro del Régimen: José Antonio Girón de Velasco, que ocupaba el cargo de ministro de trabajo, al que se responsabiliza de la inflación causada por sus demagógicas subidas salariales y José Luis Arrese, que había redactado las “Leyes Fundamentales” sin hacer ninguna mención a la monarquía, lo que tenía descontentos a los tradicionalistas, católicos y monárquicos y que fueron rechazadas por Franco. El más crítico con su gestión fue Laureano López Rodó, protegido del almirante Carrero Blanco. Franco decide actuar: aparta a Girón y “ARQUITECTURA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD. Fórum Internacional de tesis doctorales”, José Manuel Calvo del Olmo Madrid, con miles de personas que ante la falta de alojamiento vivían hacinadas en la periferia en chabolas autoconstruidas permitió a Julián Laguna –Director de la Comisaría de Urbanismo (COUM)– y a Luis Valero –Director del Instituto Nacional de la Vivienda (INV)– programar e iniciar el desarrollo de una primera fase de Poblados Dirigidos, dentro del marco legislativo de las viviendas de “Renta Limitada”. Así, en 1957 comenzó la construcción de los poblados de Canillas, Fuencarral, Entrevías, Orcasitas y Caño Roto, un año después, el de Manoteras y, en 1959, se encargó el último de esta serie: Almendrales. Estas actuaciones, que constituyen el último y más brillante ejemplo de vivienda social de la arquitectura española –al menos en lo que se refiere a las agrupaciones urbanas–, fueron realizadas, paradójicamente, durante la transformación definitiva de la política de vivienda del Régimen franquista, cuando éste ya había abandonado todos sus objetivos sociales y se había echado en brazos de una iniciativa privada cuyo único interés era –y sigue siendo– explotar hasta el límite la posibilidad de negocio que ofrece el mercado inmobiliario3. Y es que la construcción de los dirigidos coincidió con la aprobación del Plan de Urgencia Social (1957), que supuso el traspaso de las competencias en materia de vivienda económica del sector público al privado. Este nuevo Plan inició un cambio de rumbo definitivo de la política de vivienda llevada a cabo hasta entonces por el Régimen y supuso además, el abandono de una cultura arquitectónica de debate y reflexión sobre la vivienda que se había dado casi siempre en las promociones realizadas por el Estado. Mientras que las actuaciones de poblados dirigidos fueron desarrolladas por arquitectos como Oíza, Romany, Cubillo, Leoz y Vázquez de Castro, entre muchos otros –avalados por una brillante trayectoria profesional y a los que hoy en día consideramos maestros–; a partir de entonces las grandes inmobiliarias van a dejar de contar con los mejores profesionales del país a la hora de encargar sus promociones. Los “Poblados Dirigidos” pudieron llevarse a cabo a través de una labor de coordinada de los dos organismos públicos encargados de la promoción de vivienda social en la época –el INV y la COUM– y, sobre todo, gracias al esfuerzo e interés de un grupo de jóvenes arquitectos que ejercieron de constructores, constructores, gestores, consultores y hasta de mediadores sociales y que, pese a la falta de medios y materiales, trataron de dar una respuesta a la necesidad de alojamiento sin renunciar a proyectar una arquitectura comprometida con su tiempo y que aún hoy nos sorprende por su modernidad. El que no se hayan vuelto a repetir actuaciones similares nos lleva a concluir que los problemas de la arquitectura, y más aún si hablamos de la ciudad, no pueden limitarse únicamente a cuestiones estrictamente disciplinares sino que están fuertemente vinculados a cuestiones políticas, sociales y económicas que trascienden la disciplina. Por tanto, para ser capaces de plantear propuestas y soluciones que permitan recuperar el modelo urbano que representan los Poblados Dirigidos, es imprescindible analizar en profundidad el proceso legislativo, político y social que posibilitó su realización. desplaza a Arrese al nuevo Ministerio de la Vivienda y da entrada en el Gobierno a los tecnócratas encabezados por el propio López Rodó, vinculados al “Opus Dei”. 3 La segunda serie de Poblados Dirigidos, entre los que se encuentran “La Elipa”, “Cerro de San Blas”, “Virgen de Begoña”, “Gran San Blas (Parcela H)”, “San Cristóbal de los Ángeles”, y la actuación del Manzanares que fueron construidos poco después, ya se acogieron a la “Ley de Viviendas Subvencionadas”, en el marco del Plan de Urgencia Social. Al introducirse en este normativa, sus planteamientos no tuvieron nada que ver con los siete poblados de “renta limitada”, conservando únicamente de la idea inicial la denominación de “dirigidos”.