ORACIÓN INTERCEDE POR NOSOTROS 1573 1636 COSME MUÑOZ PÉREZ Y mirad, Señora mía, que quiero que de hoy más corra por vuestra cuenta mi vida. Doy gracias a Dios porque po la intercesión del P. Cosme Muñoz, fundador de las Hijas del Patrocinio de María, he alcan zad o conseguir un trabajo. Mª Belén Casan Aguilar Villafranca El P. Cosme intercedió por mi para que me ayudara en un gran peligro que sufrí en el que estuve a punto de perder la vida, sentí que él me auxiliaba y que fue mi salvavidas, experimenté su fuerza cuando pedía de forma desesperada que me salvara. Zoraida Zerpa Guacara (Edo. Carabobo) Venezuela Hoja informativa de la vida y fama de santidad del P. Cosme Muñoz, sacerdote y fundador de las Hijas del Patrocinio de María. Un profundo cambio de vida Oh Dios, rico en misericordia, que concediste a tu siervo, el P. Cosme Muñoz Pérez, el don de estar solícito a cualquier necesidad de los hombres y mujeres de su tiempo, especialmente a la educación cristiana de las niñas huérfanas y pobres, te pedimos nos concedas por su intercesión un corazón misericordioso, fortaleza en el bien obrar y un entrañable amor a María, Madre, Reina y Señora nuestra. Concédenos, también, la gracia que ahora te pedimos y su glorificación en la tierra, si es según tu voluntad salvadora. Amén Año 2015 - nº 9 La profunda transformación interior experimentada por Cosme Muñoz le lleva a dar un giro en su vida, mostrándose firmemente convencido de que a partir de ahora se dedicará por entero a buscar la gloria de Dios. Resultan muy llamativas las palabras pronunciadas en el templo de los mínimos de San Francisco de Paula con las que muestra su disposición firme a cumplir ese ofrecimiento ante la venerada efigie de la Virgen de la Victoria: “Y mirad Señora mía, que quiero que de hoy más corra por vuestra cuenta mi vida”. La frase se convierte en una especie de lema o divisa que practicará a lo largo de toda su vida, demostrando al mismo tiempo un profundo amor y entrega a Nuestra Señora. A sus 25 años de edad de tomar el hábito en una orden religiosa y más concretamente en la de los franciscanos En 1599 abandona la ciudad de Málaga y se dirige a Córdoba con el propósito de ser admitido en el convento recoleto de San Francisco de la Arruzafa como lego. El camino a la ciudad de la Mezquita lo hace lleno de alborozo y a lo largo del trayecto realiza acciones caritativas con menesterosos y castiga su cuerpo con rigurosas disciplinas, como lo atestigua el biógrafo Luis de Mercado y Solís. Al mismo tiempo, alimenta el espíritu con la comunión y los ratos de oración y lecturas edificantes. MADRE DESBORDANTE DE PIEDAD "Y mirad, Señora mía, que quiero que de hoy más, corra por vuestra cuenta mi vida" ¡Qué intenso, apasionado y auténtico es el amor que brota del regazo de una Madre! No hay nada como sentir su presencia muy cerca mientras el corazón se ensancha en el pecho casi queriendo ocupar todo nuestro ser e incluso escapar y extenderse más allá de las fronteras y ataduras humanas. Cosme, el que fue esclavo de María, el que vivió por y para su amor incondicional, debió sentirse inundado plenamente por esa fuerza sublime que le llevaría a sacrificar todo a cambio de nada hasta el final de sus días. Porque quien ama y es amado de esa forma no puede guardar aquel sentimiento para sí, n o p u e d e ocu lta rlo , arrancarlo del alma, ni siquiera adulterar su pureza con el egoísmo del mundo. Sólo el amor de María es capaz de llamar al amor, multiplicándose y expandiéndose en el ambiente, de la misma forma que la sangre riega todos nuestros sentidos y los hace partícipes de una misma dicha que es la ternura de unos brazos siempre abiertos para el hijo que llora y desespera. No es la Virgen un algo más en la vida del Padre Cosme. Es el aire para sus pulmones, el agua para una garganta sedienta, las entrañas en el cuerpo, la causa y consecuencia de todos su pensamiento, de todo su sentir, de todo su ser: cuerpo, alma y espíritu. María es vida para su propia vida. Así pues, cuando Cosme experimenta muy cerca la miseria, el dolor y la amargura de quienes vivían despojadas de todo, al margen de una sociedad injusta e hiriente, será ella, Madre y Señora, quien le impulse a buscar más allá del abandono, la soledad o el olvido. Sólo invocándola como su fiel mediador, conseguirá devolver la sonrisa y el calor humano al rostro de las que vagaban perdidas en medio de la ignorancia y la indiferencia, de tal forma, que toda su actividad, sacrificio y entregas constantes estarían impregnadas de los continuos ruegos y promesas que di rigirá a María. Cosme es el siervo, el mendigo que acepta hasta con gratitud su condición, pues el amor maternal es un algo que enriquece el espíritu, es una esclavitud que hace a los hombres más libres que nunca. Esta sería la base esencial que se dilató con el paso de los años: una sumisión radical, vivida íntimamente. Por ello, nosotros, herederos directos de aquella esclavitud mariana, debemos corresponder auténticamente a ella. El espíritu de nuestro fundador seguirá vivo, estará siempre presente: en nuestras palabras, cuando alientan y restituyen; en nuestro corazón, cuando es capaz de compartir el dolor del hermano y, sobre todo, en nuestro amor que, bajo el amparo de María, quiere amar. Para com unicar gracias y favores, solicitar estam pas, biografías... dirigirse a: Hijas del Patrocinio de María. c/Julián Hernández, 14. CP 28043 Madrid Para enviar donativos: Banco Popular ES 79- 0075-0010-020703599341 Rogamos a las personas que alcancen algún favor por intercesión del P. Cosme Muñoz, lo comuniquen para que pueda ser publicado.