GUIA DE TRABAJO (1º medio, Historia y Ciencias Sociales)

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Liceo Andrés Bello A Nº 94
Corporación Municipal De San Miguel
Departamento de Historia y Geografía.
V. Flores 2015
Curso:
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Integrantes ________________________________
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OBJETIVO:
1.- Leer comprensivamente.
GUIA DE TRABAJO
(1º medio, Historia y Ciencias Sociales)
2.- Caracterizar un proceso histórico.
INSTRUCCIONES:
1.
2.
3.
4.
forme grupos de un máximo de 4 integrantes y determine jefe de grupo.
lean el documento que se presenta en esta guía y anoten sus apuntes en el cuaderno de la asignatura.
no se asignen partes del texto dado, sino que lean todo en conjunto.
identifiquen cada uno de los aspectos que a continuación se establecen:
I. Causas de la Primera Guerra Mundial. Explicarlas y relacionarlas con materias pasadas el año
anterior (Imperialismo y Nacionalismo) cuando sea necesario.
II. Bandos que luchan. Quienes lo componen.
III. Etapas de la guerra. Guerra de movimientos, de trincheras, importancia de la salida del conflicto
por parte de Rusia e impacto del ingreso de Estados Unidos.
IV. Consecuencias, políticas, económicas y sociales.
5. Entregue un documento con el nombre de los integrantes. La revisión considerará “aspectos formales” que
revisará presentación, ortografía, correcciones y limpieza.
PUNTAJE:
Cuatro puntos por cada aspecto desarrollado. Total aspectos 5. Total puntaje 20 puntos. Puntaje nota 4= 12
ptos.
Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado entre los grandes imperios mundiales de la época. Desde
1870 Europa vivía temerosa de la guerra, pues nunca los estados europeos habían mantenido ejércitos tan
grandes en tiempos de paz. Por lo mismo, este período se conoce también como de paz armada.
La tensión política entre las principales potencias europeas se había hecho evidente. El nacionalismo entre los
Estados de Europa venía generando diversas disputas entre los países. Francia y Alemania se hallaban
enfrentadas desde que, tras la guerra franco-prusiana (1870-1871), Francia perdiera los territorios de Alsacia y
Lorena, y la situación se había agravado con la disputa colonial en el norte de África. A esto se sumaban los
intereses económicos derivados del imperialismo, que había aumentado la rivalidad entre Inglaterra y Alemania,
y la competencia entre Rusia y Austria por los territorios balcánicos.
Fue así como se generaron dos bloques militares antagónicos, en virtud de acuerdos secretos: la Triple Alianza,
conformada por Italia, que desde 1887 se hallaba unida a Alemania y al Imperio Austrohúngaro, y la Triple
Entente que agrupaba a Rusia, Francia e Inglaterra.
El asesinato del heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro el archiduque Francisco Fernando en la ciudad de
Sarajevo en agosto de 1914 hizo que las potencias centrales (Alemania y Austria-Hungría) se enfrentaran a
los aliados (Serbia, Bélgica, Rusia, Francia e Inglaterra). Al bloque aliado se sumaron luego Italia (1915),
Rumania (1916), Portugal y Grecia (1917). Las potencias centrales aumentaron su poderío con la incorporación a
su causa de Turquía (1914) y Bulgaria (1915). Estados Unidos decidió intervenir en el conflicto en apoyo de los
aliados, lo cual, como veremos, rompería el equilibrio de las fuerzas. Por consiguiente, solo permanecerían
neutrales Suiza, los países escandinavos, Holanda y España. La contienda se extendió más allá de los territorios
europeos, pues las colonias respectivas de los países implicados colaboraron con combatientes o sirvieron de
escenario secundario de operaciones.
Durante la primera etapa de la guerra se abrieron en Europa dos frentes: el occidental en Francia y el oriental en
Rusia.
La estrategia militar alemana se basaba en el Plan Schlieffen, que consistía en un ataque rápido contra Francia
en dirección hacia el oeste. Sin embargo, en la batalla del Marne (Francia), librada entre el 6 y el 9 de septiembre
de 1914, las tropas francesas –dirigidas por el mariscal Joseph Jacques Joffre– detuvieron el avance sobre
París de las tropas alemanas, a cargo del general Helmuth von Moltke. Asimismo, los aliados resistieron una
serie de ataques alemanes contra frentes como Calais, Boulogne y Dunkerque, con los que se pretendía detener
la llegada del apoyo inglés. El frente quedó estabilizado desde Flandes en el canal Yser, hasta la frontera suiza,
a lo largo de unos 800 kilómetros.
Mientras tanto, en el frente oriental las tropas alemanas –a cargo del general Paul von Hindenburg– vencían a
los rusos del general Alexander Samsonov, en Tannenberg. Pero también el ejército austrohúngaro era
derrotado en Lemberg teniendo que retirarse de Polonia.
La segunda etapa de la guerra fue la de posiciones. En un principio se pensaba que este conflicto iba a ser de
rápida solución, pero a fines de 1914 la guerra se estabilizó debido a la construcción de trincheras. Esto se
mantuvo hasta que el alto mando alemán, decidido a terminar con ellas, inició una ofensiva contra Verdún. Las
tropas francesas –encabezadas por el mariscal Henri Petain– lograron resistir diez meses; pero la lucha dejó
enormes pérdidas para ambas alianzas y terminó sin un vencedor.
En el frente oriental la ofensiva austroalemana quedó detenida por la victoria de Rusia en Tarnopol, en
septiembre de 1915. No obstante, aparecieron nuevos frentes para romper el estancamiento, que se ubicaron en
los Dardanelos, el Cáucaso y Macedonia.
El hundimiento del gobierno zarista se vio acelerado por el conflicto armado, y tras la abdicación de Nicolás II,
ocurrida el 15 de marzo de 1917, el gobierno provisional ruso decidió continuar la guerra. No obstante, la toma
del poder por los bolcheviques, que eran partidarios del fin de la contienda, motivó la firma de la paz entre Rusia
y Alemania en el Tratado de Brest-Litovsk (1918). Este documento reconocía la independencia de Polonia,
Finlandia, Ucrania y las provincias bálticas del dominio de Rusia, pues así Alemania se aseguraba un cordón de
resguardo en su frontera oriental.
En Estados Unidos el sentimiento pro bélico comenzó a aumentar y, luego de que barcos alemanes atacaran a la
marina comercial estadounidense, el Presidente Woodrow Wilson decidió declarar la guerra a Alemania el 6 de
abril de 1917. El ejército de Estados Unidos, que contaba con 130.000 soldados en 1916, movilizó a más de tres
millones y medio de civiles. También los estadounidenses contribuyeron a este conflicto, con aportes económicos
que se hicieron efectivos en préstamos a los aliados y, luego, una vez que ingresaron a la guerra, sumaron
10.000 millones de dólares invertidos en autoaprovisionamiento de alimentos y pertrechos.
Luego de firmada la paz con Rusia, el general alemán Erich Ludendorff trasladó sus tropas al frente occidental
(Francia). En marzo de 1918 consiguió derrotar a los aliados en Picardía y en mayo llegó hasta el río Marne,
donde fueron detenidos por las tropas aliadas.
Hacia 1917 el ejército alemán se encontraba sin recursos y muy desgastado, la llegada de los soldados
estadounidenses aumentó aún más su debilidad y los obligó a retroceder. Finalmente, los generales Hindenburg
y Ludendorff pidieron la suspensión de hostilidades. La pérdida de la guerra significó para las potencias centrales
una grave crisis, que terminó en noviembre de 1918 con la abdicación de los emperadores Guillermo II de
Alemania y Carlos II de Austria.
El 18 de enero de 1919, los representantes de los países vencedores se reunieron en la denominada
Conferencia de París, bajo la dirección del Comité de los Cuatro: el Presidente estadounidense Wilson, el
premier británico Lloyd George, el primer ministro francés Clemenceau y el jefe del ejecutivo italiano Orlando.
Esta reunión se realizó para iniciar las negociaciones por la paz luego de la Primera Guerra.
Las condiciones se estipularon con los cinco países vencidos mediante la firma de cinco tratados por separado,
cuyos nombres corresponden a barrios de París: Tratado de Versalles con Alemania, Tratado de Saint Germain
con Austria, Tratado de Neuilly con Bulgaria, Tratado de Trianón con Hungría y Sèvres con Turquía.
A grandes rasgos, puede decirse que Europa se modificó sustancialmente con la formación de nuevos estados
con la desaparición de los grandes imperios convertidos en repúblicas. Los estados que surgieron fueron:
Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia. Por su parte,
Rumania y Grecia se ampliaron.
A Alemania, acusada de ser la única responsable del conflicto, le fue vetado su ingreso a organismos
internacionales. Se fijó como concepto de reparaciones de guerra una cifra de 220 millones de marcos, cantidad
exorbitante que años más tarde fue reducida.
Temerosas del poder económico y de la recuperación de Alemania, las potencias vencedoras decidieron la
ocupación temporal de la rica cuenca industrial del Rhin, además del Sarre y del Ruhr (territorios alemanes). Por
último, en el terreno militar se redujo su ejército de tierra a cien mil hombres, se prohibió la reorganización de la
aviación y se ordenó la entrega de la flota marítima. El resentimiento alemán provocado por las humillantes
reparaciones de guerra, junto con la grave depresión económica de los años treinta, y la extrema debilidad de la
república recién creada, influyeron decisivamente en el ascenso del nacionalsocialismo y su victoria en 1932.
Esto fue el precedente para una nueva guerra mundial.
En abril de 1919 se creó la Sociedad de Naciones, organismo político internacional cuyo objetivo era preservar
la paz y arbitrar en las posibles disputas. La Sociedad de las Naciones debía administrar las ex colonias
alemanas y supervisar los territorios perdidos por Turquía y confiados a otras naciones: Siria y Líbano, a Francia,
y Palestina e Irak, a Gran Bretaña.
Desde el punto de vista social la guerra significó la muerte de alrededor de diez millones de personas y la
invalidez de otros veinte millones. Esto generó dentro de la población europea un sentimiento de frustración y de
cuestionamiento a la forma de vida de Europa del siglo XIX. Por otra parte se desarrolló un fortalecimiento de los
sectores obreros quienes, descontentos de la guerra y su inutilidad, generaran partidos políticos que lucharan
para lograr el poder de los Estados. No podemos dejar de mencionar que la primera guerra mundial permitirá que
las mujeres comiencen a luchar por la igualdad política y económica.
Finalmente los costos económicos fueron enormes. Europa perdió importancia como rectora de la economía
mundial, así como también Estados Unidos se fortaleció.
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