En busca del sentido común Una persona con sentido común, recibe el año nuevo en compañía de la familia, visualizando un porvenir lleno de salud, prosperidad, amor, éxitos y muchas otras buenas intenciones. Algunos otros lo reciben con rituales muy conocidos, como las famosas 12 uvas, las vueltas a la manzana con una maleta, hasta de tirar agua por la ventana. En Mazatlán, se recibió el año 2022 de una manera distinta. Una de las principales figuras públicas, el presidente municipal Luis Guillermo Benítez, estuvo de nueva cuenta en el ojo del huracán, anunciando a través de las redes oficiales del ayuntamiento la realización de un concierto de bienvenida al 2022. La realización de un evento masivo, con el conocimiento comprobado de la llegada de la variante Omicron a Sinaloa, fue un total desacierto para el Ayuntamiento de Mazatlán, Gobierno del Estado y para los asistentes que se expusieron a ser contagiados con la variante Omicron. El hubiera no existe; las declaraciones en las que se argumenta que “no cree” que aumenten los casos de Covid-19 derivado de la fiesta que se organizó son burdas y carecen de sensibilidad humana; se atenta contra los principios esenciales de la 4T; ¿Dónde quedó la austeridad, el humanismo, la no búsqueda de la satisfacción de intereses egoístas? El desentenderse de lo que pasaría fue consecuencia de un conflicto político-personal en la arena pública sinaloense. Un resquicio que no ha sido (ni será) posible solucionar entre dos químicos; lo ocurrido en Mazatlán es un altercado para ver quién es quién en la política sinaloense. Una vez más, pareciera que, como en las jornadas electorales, a nosotros como ciudadanos se nos olvida que un momento, por más insignificante que pareciera, tiene consecuencias a corto y mediano plazo. De las 20 mil personas que se asegura, asistieron a la fiesta, ténganlo por seguro que, mínimamente el 1% de los asistentes se encontraban contagiados (entre asintomáticos y sintomáticos). Del impacto mediático y político ni hablamos; es más que claro que nadie nace sabiendo qué hacer cuando se es un actor público, sin embargo, el sentido común, al que hago alusión en el título de la columna, debería ser enseñado y repasado al interior de los partidos políticos; justamente para evitar que un tomador de decisiones, que en teoría salvaguarda en las mejores condiciones a la ciudadanía, sea el promotor de un espacio de contagio y propensión de la nueva variante de Covid19.