Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 TECNOLOGÍA DE MATERIALES. 1 TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS. 4.1. ORIGEN DE LOS DEFECTOS EN LOS MATERIALES. 4.2. INSPECCIÓN. 4.3. ENSAYOS NO DESTRUCTIVOS. 4.4. ENSAYOS MECÁNICOS. 4.5. OTROS ENSAYOS DE CARACTERIZACIÓN DE LOS MATERIALES 4.1. ORIGEN MATERIALES. DE LOS DEFECTOS EN LOS 4.1.1. INTRODUCCIÓN El material perfecto no existe. Un defecto se define normalmente como la falta o ausencia de algo esencial para la integridad o perfección. Los defectos pueden variar en los metales desde dislocaciones en el campo atómico, no observables incluso con los más potentes microscopios, hasta discontinuidades apreciables a simple vista. La rotura del material se define como la falta de ejecución o cumplimiento que da lugar al deterioro o destrucción. Muchos defectos aparentes, que son claramente visibles, pueden no reducir la vida del recipiente del componente. Por otra parte, muchos defectos superficiales, perfectamente visibles, y otros no superficiales y por lo tanto invisibles pueden ser peligrosos y pueden dar lugar a roturas en servicio. Las roturas pueden también producirse en materiales casi perfectos debido a causas externas como un proyecto defectuoso, la corrosión, o una utilización inapropiada del equipo en el que el material fue empleado. Bajo unas determinadas condiciones de trabajo y utilización, un defecto determinado, puede ser muy improbable que cause o contribuya a la rotura en servicio. Bajo otras condiciones, el mismo defecto puede ser extremadamente peligroso y causar una rotura instantánea dando lugar a explosiones, fuego y otros deterioros, y poniendo en peligro la salud y vida de la población. Los defectos se consideran generalmente como una separación dentro de la estructura normal del metal. La palabra “defecto” es ampliamente utilizada. También se usa otra terminología para describir las condiciones defectuosas tales como inclusiones, falta de homogeneidad, grietas, discontinuidades estructurales, imperfecciones, etc. Sin embargo, en sentido universal, la palabra defecto puede también describir las desigualdades en la estructura metalúrgica o las deficiencias de proyecto. En muchos casos, la defectología de los diversos tipos de materiales ha sido avanzada en los temas específicos tratados en la parte inicial de este curso, por lo que en este tema se abordará este aspecto como complemento a lo ya tratado, y con el objeto de obtener una cierta visión de conjunto. 4.1.2. DEFECTOS INCLUSIONES. MICROESTRUCTURALES E Dentro de este grupo de defectos podemos incluir fundamentalmente las segregaciones y las inclusiones. También podrían incluirse diversos defectos consistentes en desviaciones de la microestructura esperada, causados generalmente por tratamientos térmicos incorrectos. Véase en este aspecto los citados en el apartado “defectos producidos en otros procesos de fabricación”, “defectos de tratamiento térmico”. Segregaciones La distribución de los elementos químicos en las aleaciones industriales no siempre es uniforme. A menudo (especialmente en lingotes y piezas moldeadas), se encuentran algunas regiones enriquecidas en ciertos elementos, mientras que otros están empobrecidas en los mismos. Durante la solidificación, cambia en cada momento la composición de las fases, sólida y líquida. Los fenómenos de difusión tienden a igualar las diferencias de composición en la fase sólida, pero no son tan rápidos como la solidificación diferencial, y por tanto se conservan gradientes de composición de la solución sólida formada. Como consecuencia de este proceso de solidificación se desarrolla una estructura dendrítica Fig. 4.1.1. La solidificación de las aleaciones industriales raramente es tranquila y libre de interferencias con algunos factores perturbadores. Corrientemente va acompañada de desprendimiento gaseoso, que produce un estado turbulento en la masa en solidificación, con corrientes ascendentes y descendentes en el seno de la fase líquida, causando una mezcla irregular de las fases sólida y líquida. La solidificación local a través del molde trae como consecuencia la formación de puentes que ocluyen sustancias no metálicas (costras de fundición) que evitan su descenso a las regiones inferiores del rechupe. Debido a la contracción de los cristales primarios durante la solidificación, se forman unos conductos capilares a través de los cuales penetra un líquido de bajo punto de fusión a las regiones con componentes de punto de fusión elevado. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Cuando la segregación tiene lugar como variaciones de concentración en pequeñas distancias se llama microscópica. También se suele aludir a ella como segregación intracristalina. Este tipo se encuentran en aleaciones con estructura dendrítica. Las segregaciones también pueden producirse a gran escala. Este es el caso de las segregaciones en los lingotes de acero, en los que pueden observarse trazos angulares en forma de V, bien normal o invertida (A), Fig. 4.1.2. Estas marcas son producidas por la segregación de elementos tales como el azufre y el fósforo. b. c. d. Inclusiones e. 2 En los materiales tratados térmicamente no son deseables las inclusiones, porque pueden originar grietas de temple o tratamiento térmico. Las impurezas segregadas, como el fósforo y el azufre del acero, se concentran en ciertas regiones donde su contenido excede el límite admisible de seguridad y ponen en peligro el metal. Sin embargo en ocasiones se añade intencionadamente azufre en cantidad inferior al 0,15% para facilitar el mecanizado del metal. Las inclusiones en los metales pueden considerarse como entallas internas que localizan las tensiones y llevan a la ruptura prematura por fatiga. Las inclusiones disminuyen la resistencia de las soldaduras. Las impurezas en el metal pueden estar en solución sólida o como partículas independientes, llamadas inclusiones. 4.1.3. Los orígenes de la contaminación de los metales son muy variados. Las impurezas pueden ser: 4.1.3.1. Defectos producidos en los procesos de moldeo. 1. 2. Estos defectos han sido tratados en el Tema 1.1, Moldeo de materiales metálicos y no metálicos. 3. 4. Procedentes del mineral y otras materias primas. Originadas en la fase de desoxidación y desulfuración en el afino del acero. Producidas por las ferroaleaciones, compuestos carburantes y otras adiciones al baño fundido. Partículas del revestimiento del horno o convertidor, de la buza o del tapón. Según su origen entre los inclusiones no metálicas se distinguen: las endógenas o naturales y las exógenas o accidentales. Las primeras se producen por precipitación de sustancias no metálicas en el metal sólido o líquido, mientras que las segundas tienen su origen en partículas no metálicas ocluidas por el metal en el estado líquido. En general el efecto nocivo de las impurezas dependerá en gran parte de cómo se presenten, de su punto de fusión y de su naturaleza. Los principales efectos perjudiciales son: DEFECTOS DE FABRICACIÓN. 4.1.3.2. Defectos producidos en los procesos de deformación. Estos defectos han sido tratados en el Tema 1.3, Deformación de materiales metálicos y no metálicos. 4.1.3.3. Defectos producidos en los procesos de soldadura. Estos defectos han sido tratados en el Tema 2, Técnicas de unión. 4.1.3.4. Defectos producidos en otros procesos de fabricación. Fallos en el mecanizado a. b. a. Las impurezas que se presenten en películas continuas o alargadas son las menos deseables, por producir discontinuidades en las que el metal se sustituye por material extraño de naturaleza frágil o débil, que disminuyen la ductilidad y la resistencia del metal. Si las impurezas tienen un punto de fusión más bajo que el metal, estas películas se funden o ablandan al calentar hasta el punto que basta una pequeña deformación en caliente para producir la rotura. Se dice que el metal es frágil en caliente. Cuando se encuentran en contacto dos superficies animadas del movimiento rápido, como sucede en las bolas de los cojinetes, se desprenden fácilmente los inclusiones. Por esta razón del acero para bolas y superficies de rodadura de los cojinetes debe ser excepcionalmente limpio y libre de inclusiones no metálicas. En los metales forjados y laminados, las inclusiones están alineadas de forma más o menos continua. Esto produce una debilitación del metal cuando trabajaba en sentido perpendicular al de conformación de la pieza. Son errores dimensionales producidos durante el mecanizado, debidos a unas inadecuadas dimensiones de la pieza inicial, una deficiente ejecución del trazado de la pieza antes del mecanizado, o bien por un fallo humano, de la máquina o de la herramienta durante la operación de mecanizado. Golpes Son huellas, o magulladuras de golpes producidas en la superficie de las piezas mecanizadas en terminación. Normalmente son debidas a descuidos o accidentes en el manejo de las piezas una vez mecanizadas, y que al trasladarlas de un lugar a otro con la grúa se pueden golpear con otras piezas o con alguna herramienta, produciéndose el defecto. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Grietas de rectificado Son grietas finas superficiales, que aparecen a menudo en forma de malla o red, y generalmente se presentan más bien en grupos, siendo poco profundas (0.5 a 2 mm). Son debidas a un calentamiento local excesivo, que se da en la zona de contacto de la muela con la pieza, provocado por una técnica inadecuada de rectificado o una deficiente ejecución, como poca refrigeración, embotamiento de la muela, una velocidad excesiva o una carga demasiado elevada. Las capas cementadas con red de carburos precipitados puede favorecer la formación de grietas de rectificado. Defectos por tratamiento térmico Se trata de una serie de defectos, debidos a tratamientos térmicos aplicados de forma inadecuada. Entre éstos, podemos citar las estructuras incorrectas de tratamiento térmico, que son estructuras inapropiadas a los tratamientos térmicos de reconocido, normalizado, temple y revenido u otros dados a los productos transformados. En estas estructuras se observa una distribución anormal de los microconstituyentes, o que éstos no son los correctos con respecto a los que se obtendrían con el tratamiento adecuado. Otro tipo de defecto debido al tratamiento térmico son las estalladaduras de temple. Son grietas o roturas, de origen integranular, producidas en la superficie de las piezas o barras templadas. La dirección de las estalladuras puede ser muy variada. Proceden de fisuras producidas en el temple, aunque a veces son tan pequeñas que se observan solo cuando se extienden gradualmente debido a las condiciones de servicio. Suelen ser debidas a una excesiva rapidez de enfriamiento para el tipo de acero, dimensiones y peso de las piezas. El sobrecalentamiento es otro de estos defectos, consistente en un aumento exagerado del tamaño de grano. El material sobrecalentado puede llegar a presentar aspecto de piel de cocodrilo. Esto es debido a que el acero se somete a una temperatura de calentamiento excesivamente elevada o a un calentamiento demasiado prolongado en atmósfera oxidante. Este defecto afecta a las propiedades mecánicas, especialmente al alargamiento, la estricción y la resiliencia. El quemado es un aumento del tamaño del grano cristalino, con alteración pronunciada en los bordes. Puede considerarse como un grado más acusado sobrecalentamiento. Es debido a que temperatura se aproxima hasta la de fusión, de forma que se origina una penetración de gases oxidantes en los bordes de grano, o una fusión incipiente. Por esto, el acero quemado presenta una oxidación intergranular, conteniendo normalmente película de óxido en los bordes de grano. El acero quemado está permanentemente dañado, no teniendo remedio este defecto. 3 La descarburación es la reducción o perdida del contenido de carbono en la superficie de la barra o pieza del acero. Este debidas al calentamiento del acero en un medio que reacciona con el carbono. Se produce en el calentamiento que se realiza anterior a un trabajo de deformación plástica. En materiales que vayan a trabajar en condiciones de fatiga (por ejemplo, muelles), puede tener problemas especialmente significativos. Defectos de limpieza y acabado En este caso, agrupamos una serie de defectos referentes a la condición superficial. Algunas condiciones de servicio requieren piezas exentas de óxido. Los métodos normales de limpieza son el decapado químico y chorreado con arena o granalla. Cuando no se realizan bien estas operaciones puede producirse daños en las piezas e incluso roturas en servicio. Los defectos de decapado químico se relacionan con una corrosión excesiva, resultado de una inmersión prolongada en el ácido decapante para quitar la capa de óxido. 4.1.4. FALLOS PRODUCIDOS EN SERVICIO. Se dice que un sistema, mecanismo o estructura falla en servicio cuando pierde su capacidad para desempeñar satisfactoriamente la misión para la que fue proyectado y construido. El estudio del fallo en servicio de un sistema es la fase previa al estudio del fallo del elemento o elementos que han ocasionado el del sistema y consiste básicamente en la localización de los mismos. En esta fase puede aparecer el concepto de fallo primario y fallo secundario, es decir, qué elemento o pieza es la que ha dejado de funcionar correctamente, estando las demás cumpliendo las suyas satisfactoriamente (fallo primario) y cuales han sufrido avería como consecuencia del fallo primarios de otra pieza (fallo secundario). El análisis y estudio de un fallo en servicio se realiza para conocer las causas y los factores que hayan podido influir en el. Las consecuencias que se obtienen de un estudio de este tipo son de gran importancia en todos los órdenes y la información que proporciona es muy valiosa, ya que corresponden a las condiciones reales de servicio en que puede encontrarse la pieza y no a los supuestos de solicitación que se hallen establecido en el cálculo o impuesto a la pieza en ensayos de laboratorio. Dentro del campo del mantenimiento, es de vital importancia poder establecer si el fallo en servicio detectado es de tipo accidental o sistemático, es decir, la probabilidad de que otras unidades en servicio se vean afectadas por el mismo fallo, a fin de poder adoptar las medidas urgentes necesarias. La investigación de un fallo en servicio es muy compleja y requiere considerar un gran número de circunstancias. Dentro de esta investigación un aspecto básico está la determinación del tipo de fallo ante el que nos encontramos. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 TECNOLOGÍA DE MATERIALES. 4 Clasificación de fallos en servicio. Tratamiento térmico defectuoso (tanto general como local en zonas endurecidos). Desde el punto de vista funcional, es decir, de cómo o por qué el elemento deja de cumplir su función en el conjunto. Descarburación. Grietas previas (de temple, de rectificado, etcétera). Tensiones residuales (de tratamiento, de soldadura, etc.). - Deformación excesiva Deformación plástica Inestabilidad elástica Fluencia Mantenimiento inadecuado. - Fractura Total Parcial Agrietamiento - Mala realización o falta de inspecciones periódicas. Errores al cambiar piezas dañadas. Alteración de componentes en las inspecciones o reparaciones. Utilización anormal. Modificación de dimensiones iniciales (desgaste) Alteración del estado superficial inicial Degradación del material por agentes ambientes o condiciones de funcionamiento. Esta clasificación permite enlazar el fallo en servicio del mecanismo, sistema o estructura, con la causa primera de dicho fallo, pero no es adecuada para investigar la causa y factores preponderantes o coadyuvantes del fallo de elemento que ha provocado el del sistema. Clasificación según los factores preponderantes. Defectos de diseño Apreciación equivocada de solicitaciones y de condiciones ambientales de funcionamiento Cálculo equivocado o insuficientemente preciso. Mala elección de condicionan y estado). Detalles de diseño insuficientemente cuidados. Falta de previsión en cuanto a inspecciones periódicas. materiales (naturaleza, Defectos de fabricación. Procedimiento de fabricación no adecuado. Errores de mecanización. Mala realización de procesos, tales como: soldadura, remachado, recubrimientos, etcétera. Manejo y limpieza inadecuados o insuficientes. Defectos de montaje. Ajustes y juegos mal elegidos o realizados. Pares de apriete incorrectos, etcétera. Defectos intrínsecos del material (naturaleza, condición y estado del mismo). Impurezas o defectos de composición. Inclusiones o poros. Mala orientación de fibra. Utilización fuera de los límites impuestos por el fabricante. Transgresión de los reglamentos. Cúmulo de circunstancias incidentales no previstas. Esta clasificación es muy importante porque indica, a diversas escalas, las áreas en las que hay que actuar para evitar la repetición del fallo. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.2. INSPECCIÓN. 5 forma, del cómo y del cuándo la inspección va a ser efectuada. 4.2.1. PRINCIPIOS DE INSPECCIÓN. La inspección se define como el examen de un diseño de producto, producto, servicio, proceso o instalación, y la determinación de su conformidad con requisitos específicos o bien con requisitos generales basándose en un juicio profesional. De la definición antes expuesta, se deduce que el principal objetivo, durante la inspección de, por ejemplo un producto o una instalación cuyo fallo pueda dar lugar a daños en personas o bienes, es el determinar el grado de fiabilidad del conjunto inspeccionado. Es decir, poder conocer si lo inspeccionado va a poder se utilizado en las condiciones para las que fue diseñado. Esto no quiere decir que el conjunto inspeccionado esté totalmente libre de defectos. Pueden, durante las distintas fases de inspección, detectarse imperfecciones o desviaciones sobre los requisitos establecidos, que no influyan esencialmente en el futuro comportamiento en servicio y que, a pesar de su existencia, se considere al conjunto apto para la instalación y funcionamiento. La inspección debe hacerse evaluando los resultados en relación con unas exigencias establecidas en códigos o normas aplicables al producto examinado y son, en muchos casos, estos mismos documentos, los que "a priori" permiten ciertas anomalías o desviaciones respecto al ideal de obtener cero defectos, lo cual no es prácticamente imposible, pero tampoco es normalmente exigido. Como se indica en la definición, puede ser objeto de inspección también los diseños o los servicios, pero en el ámbito de la Tecnología de Materiales, habitualmente se tratará de la inspección de materiales, equipos y componentes. El convencimiento de la importancia de inspeccionar estos conjuntos, ha sido la causa de que, en todos los países industrializados, se hayan publicado códigos, especificaciones y normas relativos a su construcción e inspección de aquellos cuyo fallo pone en riesgo bienes y/o personas. Además, en la mayoría de dichos países, es la propia Administración la que establece la obligatoriedad de construir e inspeccionar siguiendo unas determinadas normas, así como que el personal que la ejecute tenga unos conocimientos y experiencia mínimos. Al mismo tiempo, la industria también se ha hecho eco de esta necesidad, casi se puede decir que no existe una empresa industrial competitiva que no disponga de normas o instrucciones propias, estableciendo las bases de fabricación e inspección necesarias para que los conjuntos o equipos por ella fabricados, cumplan los requisitos de seguridad que los Organismos, nacionales e internacionales, fijan para el buen comportamiento en servicio de los equipos y componentes. Una vez definido el que un equipo va a ser sometido a una determinada inspección, es de la mayor importancia, para obtener de la misma el mayor aprovechamiento posible, el establecer un orden o sistemática acerca de la La forma de llevar a cabo una inspección, así como el cómo y el cuándo, deben quedar reflejados en documentos escritos, tal como una especificación redactada al respecto. No deben quedar a capricho de los Inspectores o Clientes, pues en función de los conocimientos particulares de cada persona se inspeccionarían trabajos idénticos bajo diferentes puntos de vista, pudiendo darse el caso de efectuar las inspecciones cuando posibles defectos no fuesen fácilmente localizados. De la misma forma, los criterios de aceptación y rechazo deben quedar establecidos y acordados previamente al comienzo del trabajo. Para el seguimiento y control de las diferentes inspecciones, suele ser de gran utilidad el que, los propios Inspectores, se confeccionen unas listas donde figuren cronológicamente las inspecciones a efectuar y vayan cumplimentándolas a medida que la inspección prospera. Con ellas, se puede conocer el estado del equipo en cualquier momento y tener la evidencia de que todas las inspecciones requeridas se han efectuado en su momento oportuno. Una de las actividades que con más frecuencia está sujeta a inspección es la soldadura, dada su naturaleza de “proceso especial” (que no se puede conocer la calidad intrínseca mediante ensayos únicamente del producto final, sino que requiere control durante todas las fases del proceso). Por este motivo, desarrollamos las fases y etapas que supone la inspección de una construcción soldada. En términos generales, a continuación se enumeran una serie de actividades a considerar antes, durante y a la terminación de la soldadura. Inspección antes de la soldadura Material base Composición química. Características mecánicas. Homogeneidad. Aspecto superficial y dimensiones principales. Posibles defectos internos (laminaciones, grietas, etc... Material de aportación Composición química. Características mecánicas. Estado de conservación (secado, condiciones de almacenaje, etc... Procedimientos de soldadura Alcance Compatibilidad aportación. Ensayos de cualificación. Requerimientos específicos (precalentamiento, aporte térmico, tratamientos térmicos, etc...) de los materiales base y de Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 6 4.2.2. ASPECTOS DE CONTROL DE CALIDAD. Cualificación de los soldadores Alcance. Ensayos de cualificación. Validez de la cualificación. Medios Características de las máquinas. Características de los medios auxiliares. Estado de conservación y funcionamiento. Preparación de la unión Es frecuente que se asocie el "control de calidad" con lo que son actividades normales de "inspección". Indudablemente, casi todo programa de control de calidad precisa utilizar técnicas de inspección y éstas suponen, en muchos casos, la mayoría de las acciones a tomar, pero siempre dentro del contexto más amplio, que es de control de calidad. Un programa integrado de control de calidad debe contar al menos con las fases de: Formación personal. Limpieza. Control de suministros. Características del punteado o medios de sujeción. Alineación y separación entre bordes. Control del equipo de mediciones, ensayos y pruebas. Predeformaciones. Control del proceso de fabricación. Posición en la que vaya a soldarse. Control de desviaciones. Control de costes. Control de las preparaciones de bordes. entrenamiento y cualificación del Inspección durante la soldadura Precalentamiento. Temperaturas entre pasadas. Deposición y penetración del cordón de raíz. Grietas en el cordón de raíz. Resanado del cordón de raíz. Orden de deposición del resto de los cordones. Limpieza entre cordones. Forma de los cordones. Características eléctricas. Velocidad de soldadura. Atmósferas protectoras. Inspección después de la soldadura Velocidad de enfriamiento. Aspecto exterior. Dimensiones. Tratamientos térmicos. Deformaciones. Ensayos destructivos y no destructivos. Puede verse que las actividades posibles de inspección "antes" de la soldadura superan a la suma de las indicadas "durante" y "después" de la soldadura: En la preparación está la clave del éxito y esto lo saben muy bien los soldadores. Todos los esfuerzos que se dediquen a preparar la unión correctamente, y la zona de trabajo, facilitarán su labor al soldador para la consecución de soldaduras libres de imperfecciones, con el consiguiente ahorro de reparaciones y rechazos. Todas estas fases anteriores van dirigidas a que durante la aplicación de un control de calidad fiable hay que contar con personas preparadas y medios adecuados, y con criterios prefijados de independencia con respecto a la actividad de producción. Lo anterior supone, indudablemente, un coste empresarial que debe ser tenido en cuenta. Lo que no cabe ninguna duda es que no hay que tener un departamento, grupo o sección de control de calidad por el sólo hecho de tenerlo, esto además de que cuesta no se aprovecha. Cada empresa tiene que estudiar la fiabilidad que a sus productos le demanda el mercado y, con este dato, implantar su correspondiente programa de control de calidad. Se puede decir que el control de la calidad en la inspección de actividades en el ámbito de la Tecnología de Materiales, representa una serie de acciones que deben ser consideradas como parte del proceso productivo, encaminadas a asegurar un determinado grado de fiabilidad y a conseguir que los diferentes procesos industriales se apliquen de la forma más eficaz posible. Debe desecharse rotundamente la suposición de que la función principal del control de calidad es detectar imperfecciones, pues ello supondría reconocer el absurdo de que una empresa fabrica un producto sin conocer los rechazos que del mismo pueda tener. Para lograr esto es imprescindible dos cosas: voluntad empresarial y actitud de las personas que efectúan actividades que afectan a la calidad de las uniones soldadas. La voluntad empresarial se precisa para que facilite los medios adecuados y la formación y promoción permanente de su personal. La actitud de las personas que llevan a cabo actividades que afectan a la calidad, influyen directamente no sólo en la calidad final del producto, sino en la productividad y competitividad de su empresa. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 7 4.2.3. INSPECCIÓN Y ENSAYO 4.2.4. INSPECCIÓN VISUAL Hemos definido la inspección como el examen de un diseño de producto, producto, servicio, proceso o instalación, y la determinación de su conformidad con requisitos específicos o bien con requisitos generales basándose en un juicio profesional. Existe la costumbre de asignar al ámbito de la de inspección visual prácticamente toda la actividad de la inspección, es decir, los aspectos tratados anteriormente, tales como inspecciones antes de la soldadura, por ejemplo, estado de las máquinas de soldar, o recepción de materiales, en aspectos tales como revisión de certificados de chapas, electrodos, etc. Sin pretender entrar en polémicas, la inspección visual que aquí se aborda, tiene relación más con la evaluación del aspecto superficial del cordón de soldadura, para la detección de posibles discontinuidades, que con los aspectos antes citados, siendo todos ellos de indudable importancia. Podemos definir el ensayo como una operación técnica que consiste en la determinación de una o varias características de un producto, proceso o servicio dado, basándose en un procedimiento específico. Vemos de las definiciones que la inspección comprende un aspecto más general, pues no se limita a la determinación de características de un producto, sino que puede evaluar más cosas, y además la inspección requiere la determinación o evaluación de la conformidad, en tanto que los ensayos en general proporcionan simplemente un resultado, que será necesario evaluar (a veces de manera sencilla, pero no siempre), para decidir si el producto ensayado es conforme. La inspección y los ensayos están en relación porque frecuentemente la inspección requiere la realización de ensayos para obtener datos en base a los cuales poder realizar una evaluación de conformidad. Por ejemplo, la inspección de una instalación puede requerir una serie de actividades comprobación de existencia de medidas de seguridad, fechas de caducidad de elementos, distancias entre equipos y paredes, existencia de cubetas de rebose, que se pueden comprobar mediante la observación “in situ” y algunas verificaciones documentales. Aquí no hay ensayos y si inspección. Pero si como parte de la inspección se requiere que haya una puesta a tierra, habrá que hacer el ensayo eléctrico correspondiente, para ver que la resistencia medida es inferior a un determinado valor. En este caso hemos hecho un ensayo en apoyo de la inspección. En el caso de los Ensayos No Destructivos (END), existe una cierta situación de mezcla de inspección y ensayo. Así, es frecuente emplear términos tales como “inspección por ultrasonidos” en lugar de “ensayo por ultrasonidos”, lo que facilita que la confusión pueda suscitarse, y por otra parte, la aplicación de los métodos de END en la mayoría de los casos requiere la evaluación de la conformidad del producto examinado con respecto a criterios de aceptación recogidos en normas o códigos, aspecto este que sin ser privativo de la inspección, si resulta distintivo de esta actividad. La realidad es que los ensayos no destructivos participan en su desarrollo de caracteres relacionados con la inspección, lo que queda reconocido en la normativa, exigiendo controles de calidad propios de inspección, tales como el trabajo de acuerdo a procedimientos escritos específicos, o con requisitos de cualificación del personal operador de métodos de END, que hacen énfasis en los conocimientos y entrenamiento necesario para realizar la evaluación de la conformidad. La inspección visual es un método de ensayo no destructivo que provee un medio de detección y examen de una gran variedad de defectos superficiales, tales como corrosión, contaminación superficial, y discontinuidades superficiales en uniones (por ejemplo, soldaduras, uniones adhesivas, etc.). La inspección visual es también el método más ampliamente utilizado para detección y examen de grietas superficiales, que son de gran importancia debido a su relación con los mecanismos de fallos estructurales. Incluso cuando se emplean otras técnicas no destructivas para detección de grietas superficiales, la inspección visual a menudo ofrece una ayuda suplementaria por ejemplo, cuando se realiza un proceso de examen mediante corrientes inducidas de tubos, la inspección visual a menudo se usa para verificar y examinar con más detalle las irregularidades superficiales. La mayoría de las normas que contemplan la inspección visual contiene requisitos para garantizar la detectabilidad de las discontinuidades, incluyendo aspectos tales como intensidad de iluminación requerida en la superficie de examen, distancia y ángulo de observación, etc. Dada la gran variedad de defectos superficiales que se pueden detectar por examen visual, el uso de inspección visual puede comprender técnicas diversas, dependiendo del producto y el tipo de defectos superficiales que se trate de detectar. En este apartado, trataremos de algunos equipos utilizados para ayudar del proceso de inspección visual. Los métodos de inspección visual comprender una amplia variedad de equipos, que se extiende desde el examen a ojo desnudo hasta el uso de microscopios de interferencia para medición de la profundidad de grietas en el acabado de superficies pulidas finas o lapeadas. Algunos de los equipos usados para auxiliar en la inspección visual incluyen: Boroscopios rígidos o flexibles para iluminar y observar áreas internas, cerradas o de otra manera inaccesibles. Sensores de imagen para detección remota o para obtener registros visuales permanentes en forma de fotografías, cintas de vídeo o imágenes digitales. Sistemas de aumento para evaluación del acabado superficial, forma de la superficies (perfil y contorno) y microestructura superficial. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Líquidos penetrantes y partículas magnéticas para mejorar la observación de grietas superficiales (y en ocasiones subsuperficiales en el caso de inspección por partículas magnéticas) En este apartado se tratará sobre los equipos usados en inspección visual dejando los aspectos de líquidos penetrantes y partículas magnéticas para temas siguientes. 8 extremos del distal no son intercambiables, aunque algunos modelos (tal como boroscopios extensibles) pueden serlo. Algunos boroscopios rígidos tienen un localizador orbital (Fig. lc), que incluye la rotación del eje óptico para fines de búsqueda. Dependiendo del modelo de boroscopio, el ángulo de rotación puede variar entre 120 y 360º. Algunos boroscopios rígidos también pueden tener prismas móviles en la punta de búsqueda. 4.2.4.1. BOROSCOPIO Un boroscopio (Fig. 4.2.1) es un largo dispositivo óptico tubular que ilumina y permite la inspección de las superficies dentro de tubos estrechos o cámaras de difícil acceso. El tubo, que puede ser rígido o flexible posee una variedad amplia de longitudes y diámetros estando provisto de la conexión óptica necesaria para la unión entre ocular y objetivo encontrándose ambos en los extremos del boroscopio. Esta conexión óptica puede lograrse de una de las tres maneras siguientes: Utilizándose un tubo rígido con una serie de lentes de reemplazo. Usando un tubo (normalmente flexible aunque también a veces rígido) que lleva en su interior un haz de fibras ópticas. Utilizando un tubo (normalmente flexible) con instalación alámbrica que transporta la señal de imagen recibida a través de un sensor de imagen que posee un dispositivo acoplado de carga (CCD). Estos tres diseños básicos de tubo permiten enfocar la lente objetivo en el extremo distal. Dicho extremo tiene prismas y espejos que definen la dirección y el campo de visión (ver Fig. 4.2.2). Las vistas varían según el tipo y aplicación del boroscopio. El diseño del sistema de iluminación también varía con el tipo de boroscopio. Generalmente, para dicha iluminación se emplean una guía de luz de fibra óptica o una lámpara que produce luz blanca, aunque a veces la luz ultravioleta puede usarse cuando se trata de registrar superficies tratadas con líquidos penetrantes fluorescentes. 4.2.4.1.1. Boroscopios rígidos Los boroscopios rígidos generalmente se limitan a las aplicaciones en las que exista una trayectoria rectilínea entre el observador y el área a inspeccionar. Los tamaños oscilan entre 0.15 a 30 m de longitud y 0.9 a 70 mm de diámetro. La ampliación es normalmente de 3 a 4x, pero puede alcanzarse hasta 50x. El sistema de iluminación es o, bien, una lámpara incandescente situada en el extremo distal (Fig. 4.2.1a) o un haz guía de luz conducido a través de fibras ópticas (Fig. 4.2.1c) y emitido desde una fuente externa. La elección de las cabezas de inspección para boroscopios rígidos (Fig. 4.2.2) varía según la aplicación, como se describe posteriormente en el punto "Selección". Los boroscopios rígidos generalmente tienen un campo de visión de 55º, aunque existan algunos que poseen ángulos de visión entre 10 y 90º. Normalmente, los Existe una variedad de modelos de boroscopios rígidos teniendo importantes diferencias en el diseño del eje, en la punta del distal, y en el sistema de iluminación. Algunas de estas diferencias en el diseño se describen más adelante. Diseño Básico. Normalmente el boroscopio rígido tiene una serie de lentes acromáticas de reemplazo en el tubo óptico. Estas lentes conservan la resolución de la imagen según ésta se desplaza desde el objetivo al ocular. El diámetro del tubo de estos boroscopios oscila entre 4 y 70 mm (0.16 a 2.75 pulgadas). El sistema de iluminación puede ser o, bien, una lámpara distal o un haz guía de luz e incorporar distintos accesorios como un localizador orbital, varias cabezas de visión y ajuste de los focos de los objetivos. Miniboroscopios. En vez de las lentes convencionales de reemplazo, los miniboroscopios tienen un único tubo óptico que lleva fibra de cuarzo para transmitir la imagen. La longitud de los miniboroscopios oscila entre los 1 1 0 y 1 70 mm, y diámetros comprendidos entre 0.9 a 2.7 mm. La ampliación (superior a 30x) se conseguirá por medio de mínimas distancias focales, no siendo en este caso necesario un foco ajustable, pues el visor posee una profundidad de campo infinita. Los tamaños más grandes poseen visión delantera, lateral, y delantera-oblicua. El diámetro de 0.9 mm tiene simplemente visión delantera. Los miniboroscopios tienen un haz guía de luz integrado. El boroscopio híbrido emplea lentes de varilla combinadas con lentes convexas para transmitir la imagen. Las lentes de varilla tienen menos bordes aire-cristal; esto reduce el poder de búsqueda pero permite una guía óptica más compacta. En consecuencia, un mayor haz se puede emplear con un aumento de iluminación consiguiéndose una imagen con mayor contraste. El boroscopio híbrido posee longitudes hasta de 990 mm, con diámetros que oscilan entre 5.5 y 12 mm. Todos los boroscopios híbridos tienen un foco ajustable de objetivo y un localizador orbital de 360º de rotación. Las diferentes direcciones de visión son delantera, lateral, retrospectiva, y delantera-oblícua. Los boroscopios extensibles permiten al usuario construir un tubo más largo boroscópico uniendo varios de ellos. Existen boroscopios extensibles con o bien una guía de luz de fibra óptica o una lámpara incandescente en el extremo distal. Los boroscopios extensibles con lámpara integral tienen una longitud máxima aproximadamente de 30 m. Los visores con un haz guía de luz tienen una longitud máxima más corta (aproximadamente 8 m), aunque permiten diámetros menores de tubo [por ejemplo, tan pequeños como 8 mm]. También tienen cabezas de visión intercambiables. Los Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 boroscopios extensibles no poseen ajuste del foco del objetivo. Los boroscopios de cámara rígidos permiten una inspección más rápida de largos recintos. Estos tienen una ampliación variable (zoom), una lámpara en la punta distal, y un espejo de exploración que permite al usuario observar en distintas direcciones. La iluminación más alta y la ampliación mayor de de los boroscopios de cámara permite la inspección de superficies que se encuentran a 910 mm desde la punta del visor. Las fundas de espejo pueden convertir un boroscopio de visión delantera en uno de visión lateral. Una funda de espejo está diseñada para ajustarse sobre el extremo del visor y así refleja una imagen hacia el costado de éste. En cambio, no en todas las aplicaciones es conveniente este dispositivo. Una cabeza de visión lateral, delanteraoblicua, o retrospectiva proporcionan mayores resoluciones y alto grado de contraste de imagen. Una funda de espejo también produce una imagen inversa y reflejos no deseados. Exploración. Como ampliación respecto al localizador orbital descrito anteriormente, algunos boroscopios rígidos tienen la capacidad de examinar longitudinalmente a lo largo del eje de la vara. Un prisma móvil con un control en la empuñadura realiza esta exploración. Normalmente, el prisma puede abarcar un arco de visión de 120º. 4.2.4.1.2. Boroscopios flexibles Los boroscopios flexibles se utilizan prioritariamente en aplicaciones que no tienen una dirección recta respecto al punto de observación. Los dos tipos de boroscopios flexibles son fibroscopios y videoscopios que llevan un sensor de imagen con dispositivo acoplador de carga (CCD) en la punta distal. Fibroscopios Flexibles. Un fibroscopio común (Fig. 4.2.1b) consta de un haz guía de luz, un haz guía de imagen, un objetivo, cabezas de visión intercambiables, y control remoto para la articulación de la punta distal. Existen fibroscopios con diámetros que oscilan entre 1.4 y 13 mm (0.055 y 0.5 pulgadas) y con longitudes de hasta 12 m (40 pies). Existen fibroscopios especiales de cuarzo de hasta 90 m (300 pies) de longitud. Las fibras utilizadas en el haz guía de luz tienen normalmente 30 m de diámetro. El segundo haz óptico, llamado guía de imagen, se utiliza para llevar la imagen formada desde plano focal del objetivo al ocular. Las fibras en la guía de imagen deben alinearse con precisión para que se encuentren siempre en la misma posición relativa con relación a sus extremos con el fin de lograr una resolución apropiada de la imagen. El diámetro de las fibras en la guía de imagen es otro factor a tener en cuenta con el fin de conseguir una nítida resolución de la misma. Con fibras de menor diámetro, pueden obtenerse imágenes más nítidas y con mejor resolución por medio de la unión de más fibras en la guía de imagen. Con una resolución más alta, es posible utilizar un objetivo con un campo de visión más amplio y a la vez aumentar la imagen en el ocular. Esto permite una mejor observación de los objetos circundantes de la 9 imagen. La gama de las fibras de guía de imagen se extienden desde 6.5 a 1 7 m. Las puntas distales intercambiables proporcionan varias direcciones y campos de visión diferentes para el fibroscopio simple. Sin embargo, debido a que la punta puede ser articulada con fines de exploración, las puntas distases pueden utilizarse eficazmente con direcciones de visión frontales o laterales. Son normales los campos de visión de 40 a 60º, aunque existe un rango de 10 a 120º. La mayoría de los fibroscopios tienen ajuste de los focos correspondientes a los objetivos. Los videoscopios con sondas que poseen dispositivo acopiador de carga (CCD) incorporan la transmisión electrónica del color o imágenes en blanco y negro al monitor de video. La punta distal de los videocopios electrónicos portan un chip CCD, integrado por millares de elementos sensibles a la luz ordenados en un patrón de filas y columnas. El objetivo enfoca la imagen de un objeto en la superficie del chip, donde la luz se convierte en electrones que se almacenan en cada elemento del panel (puntos de la pantalla del monitor) del dispositivo CCD. La imagen del objeto, por tanto, se almacena en forma de electrones en el CCD. En ese momento, se crea una tensión proporcional al número de electrones en cada punto de la pantalla del monitor. Esta tensión es ampliada, filtrada y trasladada al monitor de video. Como en los boroscopios rígidos y fibroscopios flexibles, la resolución de los videoscopios depende de la distancia entre la lente y el objeto y, también, del campo visual, debido a que estos dos factores afectan a la ampliación. Generalmente, los videoscopios producen una mayor resolución que los fibroscopios, sin embargo estos últimos con fibras de pequeño diámetro pueden competir con la resolución de los videoscopios. Otra ventaja del videoscopio es su mayor distancia de trabajo. Con una determinada cantidad de iluminación en la punta distal, los videoscopios pueden enviar una imagen a mayor distancia que los fibroscopios. Otros aspectos de los videoscopios son los siguientes: Una disposición que puede ayudar a reducir la fatiga ocular (pues no permite el examen directo a través del ocular). No se crea una visión tipo panal de abeja o distorsión irregular de la imagen como ocurre con otros fibroscopios. La forma electrónica de la señal de imagen permite un aumento digitalizable de la imagen y una potenciación para la integración con sistemas automáticos de inspección. . Esta disposición permite la creación de retículos sobre la pantalla para visualizar medidas punto a punto. 4.2.4.1.3. Accesorios especiales Los boroscopios y fibroscopios de medida poseen un cursor móvil que permiten medidas durante el examen óptico. Cuando el objeto sometido a medida está enfocado, el cursor móvil proporciona una referencia para la obtención de las dimensiones en el plano óptico del objeto. Esta capacidad elimina la necesidad de conocer la Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 distancia objeto-lente para determinados factores de ampliación. los canales de trabajo se utilizan en boroscopios y fibroscopios para trasladar dispositivos de trabajo al extremo distal. Actualmente los canales de trabajo se emplean para trasladar instrumentación de medida, dispositivos de localización selectiva, y anclajes que ayudan a la introducción de delgados fibroscopios flexibles. 4.2.4.1.4. Aplicaciones Existen boroscopios rígidos y flexibles de diferentes diseños dada la gran variedad de aplicaciones. Por ejemplo, para la inspección de fugas en tuberías rectas, se utilizan boroscopios rígidos con visión radial de 360º capaces de examinar el interior de tubos con diámetros que oscilan entre 3 y 600 mm. Los visores también son utilizados por inspectores y contratistas para examinar el interior de muros, conductos, grandes tanques, u otras áreas oscuras. La aplicación principal de los boroscopios radica en programas de mantenimiento de equipos, pues pueden reducir o eliminar la necesidad de costosos desmontajes de máquinas. Algunos tipos de equipos, tales como turbinas, tienen puertas de acceso específicamente diseñadas para boroscopios. Estos proporcionan un medio de chequeo de defectos en el interior de una gran variedad de equipos que están en servicio, tales como turbinas, componentes de automoción y oleoductos. Los boroscopios tienen una gran utilización en la industria de fabricación pues pueden asegurar la calidad del producto en componentes de difícil acceso. Los fabricantes de cilindros hidráulicos, por ejemplo, utilizan boroscopios para examinar las superficies de su interior en busca de picaduras, ralladuras y marcas de herramientas. Los fabricantes de aviones y naves aeroespaciales también utilizan boroscopios para verificar el ajuste y colocación idóneos de dispositivos de cierre, uniones, empaquetaduras y subconjuntos que se localizan en lugares donde resulta difícil la inspección visual del observador. 4.2.5. REQUISITOS OPERADORES ESPECÍFICOS PARA LOS Los atributos más importantes de un Inspector Visual son sus conocimientos y su capacidad visual, ya sea natural o corregida. Debe estar familiarizado con planos, croquis, pedidos, especificaciones, códigos de diseño y construcción, organización interna de los talleres, normas de trabajo y, en general, todas las facetas de lo que se conoce como la buena práctica de fabricación. La capacidad visual es esencial para que pueda distinguir claramente pequeños detalles o alteraciones superficiales ya que, por citar un ejemplo, todos los códigos exigen que las uniones soldadas se encuentren exentas de grietas, lo que supone disponer de agudeza para detectar defectos del tamaño de un cabello. Habitualmente se suele requerir una certificación anual de aptitud física para el examen visual, que se puede demostrar por la capacidad de lectura de las cartas 10 JAEGER nº 1 o Times New Roman 4,5 en visión cercana (a 30 cm.). También se requiere capacidad de distinción de los colores (no ser daltónico). Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 TECNOLOGÍA DE MATERIALES. 4.3. ENSAYOS NO DESTRUCTIVOS 4.3.1. INTRODUCCIÓN DESTRUCTIVOS. A LOS 11 de tensiones; detección de fugas; defectos en maquinaria en movimiento; puntos calientes. ENSAYOS NO 4.3.1.1. INTRODUCCIÓN Caracterización de los materiales: Características químicas, estructurales, mecánicas y tecnológicas; propiedades físicas (elásticas, eléctricas y electromagnéticas); transferencia de calor y trazado de isotermas. Los métodos de Ensayos No Destructivos (END), son aquellos que permiten definir la calidad intrínseca de un producto sin deteriorarlo, es decir, sin perjudicar su ulterior empleo. Metrología: Control de espesores: medidas de espesores por un solo lado; medidas de espesores de recubrimientos; niveles de llenado. En general, los métodos de END se basan en medir alguna propiedad del material cuyas variaciones estén relacionadas con la existencia de discontinuidades de cualquier índole y con el comportamiento de las piezas. El éxito de la aplicación de un ensayo no destructivo, en un problema de inspección industrial, está supeditado, fundamentalmente, al cumplimiento de los siguientes requisitos: Bajo este aspecto, los métodos de END se basan, esencialmente, en la aplicación de uno o varios de los siguientes fenómenos físicos: a. ondas electromagnéticas (incluidos fenómenos basados en las propiedades eléctricas y/o magnéticas de las muestras), ondas elásticas o acústicas, emisión de partículas subatómicas, otros fenómenos, tales como los de capilaridad, absorción, estanquidad, etc. Podemos considerar los END comparativamente con los ensayos convencionales, que tienen generalmente la característica de ser destructivos, es decir, inutiliza la pieza o probeta sometida al ensayo. Los métodos de ensayos destructivos aplicados en un control de calidad estadístico permiten, sin duda, comprobar, con un cierto grado de seguridad, el nivel de calidad de una producción. Sin embargo, requieren la inutilización de un número determinado de muestras, obtienen en general datos de una zona local de un producto o pieza, pero no de todo su volumen y no pueden asegurar la calidad de todos los elementos de un lote. En cambio, los Métodos de Ensayos no Destructivos permiten la inspección 100 % de la producción, si ello es requerido y la obtención de datos de todo el volumen de un producto o pieza; con lo que contribuyen a mantener un nivel de calidad uniforme, con la consiguiente conservación y el aumento del prestigio del producto y a asegurar la calidad funcional de los sistemas y elementos. Además, colaboran a prevenir accidentes y proporcionan beneficios económicos directos (por disminución de los costes de fabricación y aumento de la producción) e indirectos (por su contribución a la mejora de los diseños y el control de los procesos de fabricación). Bajo el aspecto de sus aplicaciones, los métodos de ensayos no destructivos cubren tres amplias áreas: Defectología: Detección de heterogeneidades, discontinuidades e impurezas; evaluación de la corrosión y deterioración por agentes ambientales; determinación b. Que el ensayo permita desarrollar correctamente las etapas básicas de la inspección, de manera que la inspección pueda realizarse al ritmo de la producción y que los resultados no sean afectados por el juicio subjetivo y cansancio del operador. Que, teniendo en cuenta los factores económicos, el ensayo sea programado bajo el criterio de rendimiento y de beneficio económico máximos. Para cumplir los requisitos anteriores, es preciso recurrir, frecuentemente, a dispositivos de exploración especiales, diseñados para cada problema, según sea la forma y tamaño del producto y a la automatización del proceso de inspección, mediante contadores, registradores y clasificadores que complementan el equipo de ensayo convencional. En las industrias con grandes volúmenes de producción, tales como las de primeras materias y de productos semielaborados, será preciso introducir los métodos automatizados para el análisis de gran número de datos proporcionados por el ensayo y para poder establecer la calificación de evaluación de la producción diaria. 4.3.1.2. ETAPAS MEDIANTE END. BÁSICAS DE LA INSPECCIÓN Las etapas básicas de la inspección de un material estructural, mediante los métodos de ensayos no destructivos, por lo que respecta a problemas de defectología, caracterización y metrología, es decir, a su calidad intrínseca, pueden concretarse en las cuatro siguientes: a. b. c. d. elección del método y técnicas operatorias idóneos, obtención de una indicación propia, interpretación de la indicación, evaluación de la indicación. 4.3.1.2.1. Elección del método y técnicas operatorias idóneos. En la elección racional del método y técnicas operatorias idóneos de inspección, hay que tener presente la Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 naturaleza del material, su estado estructural, es decir, procesos de elaboración a que ha sido sometido, el tamaño y forma del producto, así como tener conocimiento del tipo de heterogeneidades que se pretenden detectar o de la característica del material a determinar o de la dimensión a medir; ya que todos los métodos presentan limitaciones de interpretación, limitaciones debidas a la geometría y a la naturaleza del material, así como limitaciones en el campo de observación y en la velocidad de aplicación que permite el ensayo. Por otra parte, cada método posee una sensibilidad limitada, la cual podrá ser adecuada para el examen de un tipo de material con una condición de empleo o de servicio. Teniendo en cuenta que el aumento de sensibilidad trae consigo, entre otros inconvenientes, el aumento del coste del ensayo, es preciso, para especificar los límites de sensibilidad y tolerancias requeridos en el ensayo, que previamente esté claramente definido el nivel de calidad o nivel de aceptabilidad requerido en el producto. Sin este requisito no es posible elegir racionalmente un ensayo no destructivo, como tendremos ocasión de insistir más adelante. 4.3.1.2.2. Obtención de una indicación propia Una característica común a los métodos de ensayos no destructivos es que siguen procedimientos indirectos, esto es, que determinan la característica buscada en el producto a través de cualquier otra propiedad relacionada con ella. Así, por ejemplo, los métodos radiográficos proporcionan una indicación que es una imagen de las heterogeneidades presentes en el material; el ensayo por ultrasonidos, una indicación en una pantalla de un tubo de rayos catódicos; el examen por partículas magnéticas y por líquidos penetrantes, una indicación que es una ampliación de la heterogeneidad según una sección por la superficie de observación; los métodos magnéticos y eléctricos miden una variación en las propiedades físicas del material, dando una indicación, según el sistema representativo de cada ensayo, de la que se deducirán variaciones en composición, tratamientos térmicos, espesores, presencia de heterogeneidades, etcétera. En la detección de heterogeneidades mediante ensayos no destructivos, las limitaciones en la obtención de una indicación propia vienen supeditadas a su naturaleza (discontinuidades e impurezas), a su morfología (esférica o puntual, cilíndrica y plana o laminar), a su situación (superficial, subsuperficial e interna), a su orientación y a su tamaño. Así, a título de ejemplo, para la obtención de una indicación propia de una grieta (discontinuidad laminar o plana), las circunstancias óptimas se presentarán cuando sea paralela al haz de radiación X o gamma, perpendicular al haz de ondas ultrasónicas, perpendicular a las líneas de campo magnético y a la superficie de observación y próxima a ella, en el examen de partículas magnéticas o que aflore a la superficie, en el caso del ensayo por líquidos penetrantes. Para producir, pues, una indicación propia de, por ejemplo, una heterogeneidad presente en el material, es preciso tener conocimiento sobre las características de los 12 Productos, sobre las características de las probables heterogeneidades que puedes presentar y sobre los tipos de heterogeneidades que pueden ser detectadas mediante las diferentes técnicas operatorias que permita cada método. 4.3.1.2.3. Interpretación de la indicación Producida la indicación, es preciso interpretarla. La interpretación consiste en hallar la correlación entre la indicación observada con, por ejemplo, la propia naturaleza, morfología, situación, orientación y tamaño de la heterogeneidad; es decir, la interpretación es el dictamen sobre qué es lo que da motivo a una indicación. Para una correcta interpretación, será aconsejable recurrir, en las primeras fases de la puesta a punto del método, a los ensayos destructivos que sean precisos, con el fin de asegurar la validez del ensayo. En algunos casos, bastará la experiencia y pericia del operador, adquirida con la observación de gran número de productos defectuosos; pero, siempre será muy conveniente introducir, cuando sea factible, dichos estudios y ensayos destructivos. La interpretación es, pues, una función de primordial importancia y su responsabilidad recae de lleno en el experto en los métodos de ensayos no destructivos. 4.3.1.2.4. Evaluación de la indicación Finalmente, después de obtenida e interpretada una indicación, debe evaluarse. La evaluación consiste en hallar la correlación entre la heterogeneidad detectada o la característica determinada o la dimensión medida en el material con su efecto posterior en las propiedades requeridas de dicho material; esto es, la decisión sobre cuándo una heterogeneidad o característica del material afecta a su empleo. Así como vimos que la interpretación era una función propia del experto en las técnicas de ensayos no destructivos, la evaluación es de la responsabilidad de un equipo humano constituido, esencialmente, por proyectistas, por personal responsable de los ensayos de experimentación o de pruebas de duración, por expertos en fiabilidad y por expertos con conocimiento sobre la ciencia y técnica de los materiales. Este equipo analizará los datos relativos a cargas de servicio y condiciones de funcionamiento, determinará con la ayuda de dichos datos las secciones o zonas críticas de la pieza o del componente estructural, estableciendo en cada una de ellas un grado de responsabilidad y fijará, finalmente, teniendo presente los resultados estadísticos de los ensayos de duración, el nivel de calidad, es decir, los límites de aceptación o de rechazo requeridos. Desgraciadamente, existe la práctica o costumbre demasiado frecuente de asignar a los expertos en las técnicas de ensayos no destructivos o de hacer recaer en la persona de un inspector todas estas funciones. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Como consecuencia de ello, muchos programas de ensayos no destructivos han fracasado al no estar establecidas especificaciones adecuadas relativas a la evaluación. En estos casos, el inspector basa, muchas veces, sus decisiones en la experiencia sobre el comportamiento de piezas similares bajo iguales condiciones de servicio. Pero puede ser muy peligroso si extrapola sus conclusiones para condiciones de servicio nuevas y completamente diferentes. En caso de duda, el inspector tiende, generalmente, a ser muy precavido, particularmente en el caso de no poseer especificaciones o no ser éstas adecuadas. Ello supone grandes pérdidas económicas a la industria. Si esta etapa básica de la evaluación, que cierra el ciclo de la inspección, no queda adecuadamente establecida, es decir, si no se relacionan las propiedades medidas con el comportamiento en servicio, el ensayo no destructivo es ineficaz, no tiene objeto. 13 Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.2. LIQUIDOS PENETRANTES 4. 5. 14 tensión superficial poder humectante. 4.3.2.1. INTRODUCCIÓN El examen por líquidos penetrantes es un método de ensayo no destructivo, mediante el cual es posible detectar discontinuidades, en materiales sólidos no porosos, siempre que éstas se encuentren abiertas a la superficie. El método es aplicable tanto a los metales férreos como a los no férreos, pero su campo de aplicación más amplio es el de los metales no magnéticos, tales como aluminio, magnesio, aleaciones ligeras, aceros inoxidables, cobre, bronces, latones y otros metales y aleaciones. Ello no excluye el que pueda ser aplicado sobre materiales magnéticos, pero en este caso resulta más ventajoso utilizar el método de las partículas magnéticas. La aplicación práctica de este método de ensayo es relativamente sencilla, además al no requerir aparatos complicados no resulta costosa, hasta el extremo de que puede ser considerado como el método de ensayo no destructivo más económico. Como antecedente histórico de este método de ensayo se puede considerar el procedimiento seguido, hace unos ochenta años, en los talleres para detectar determinados tipos de grietas. El ensayo, conocido bajo la denominación de ensayo "del petróleo y la cal", consistía en cubrir, con un aceite mineral disuelto en keroseno, la superficie de las piezas. Al cabo de algunas horas, se limpiaban las piezas y una vez secas se cubrían con Lechada de cal. La pieza, entonces, se golpeaba para ayudar al líquido a salir de las grietas, obteniéndose así una mancha oscura sobre fondo blanco como indicación de la grieta o discontinuidad. Este procedimiento, permitía detectar grietas grandes, pero no resultaba adecuado para las pequeñas discontinuidades y sobre todo, tenla el grave inconveniente de su falta de uniformidad en los resultados. 4.3.2.2. PRINCIPIOS FÍSICOS. El examen por líquidos penetrantes depende fundamentalmente de aquellas propiedades de los líquidos que le comunican un determinado poder humectante, suficiente para mojar la superficie del sólido u objeto sometido a examen, al tiempo que le permita fluir sobre ella formando una película razonablemente continua y uniforme; así como, de una facultad o poder de penetración que le faculten para introducirse en la discontinuidad abierta a la superficie. La aptitud de un líquido dado, que desde ahora denominaremos penetrante, para poder fluir sobre la superficie de un sólido y penetrar en el interior de las discontinuidades que se encuentren abiertas a ella, depende principalmente de las siguientes condiciones y propiedades: 1. 2. 3. estado de limpieza de la superficie configuración de la discontinuidad tamaño de la discontinuidad La fuerza con la cual moléculas semejantes se atraen entre sí, se denomina "cohesión", mientras que en la superficie límite entre dos substancias diferentes, o en el seno de una mezcla, las moléculas de distinta naturaleza se atraen unas a otras, llamándose a este tipo de atracción "adherencia". Consecuencia de la cohesión es la "tensión superficial" que puede ser definida como la fuerza por unidad de longitud que se ejerce tangencialmente sobre la superficie de separación entre un líquido y un gas, o entre un líquido y un sólido. Cuando un líquido entra en contacto con la superficie de un sólido, la del líquido tiende a ser curva. En la zona de contacto entre el sólido y el líquido, las moléculas están sometidas a la cohesión propia del líquido y a la adherencia del sólido y del gas, si bien la fuerza ejercida por este último acostumbra a ser tan pequeña que se puede despreciar. La acción de estas dos fuerzas, cohesión y adherencia, determina el ángulo de contacto , entre el líquido y la superficie del sólido. Si el ángulo es menor de 90º, figura 4.3.2.1 a), se dice que el líquido "moja" al sólido o que su poder humectante es bueno; por el contrario si el ángulo es igual o mayor que 90º, figura 4.3.2.1 b) y c), no moja la superficie del sólido y su poder humectante es malo. Íntimamente ligado con la tensión superficial y el poder humectante, se encuentra la "capilaridad". En virtud de este fenómeno si se introduce un tubo de pequeño diámetro interior (tubo capilar) en un líquido, puede ocurrir alguno de los tres casos que se representan en la figura 4.3.2.2. Como puede apreciarse en la figura, si el ángulo de contacto , entre el líquido y la pared del tubo capilar es inferior a 90º, esto es si el líquido moja la pared del tubo, el líquido asciende por el tubo y su menisco es cóncavo (Figura 4.3.2.2 a). Si = 90º no hay capilaridad (Figura 4.3.2.2 c,). Como se ha visto, las dos propiedades estudiadas, tensión superficial y poder humectante, determinan la facultad de penetración de un líquido penetrante. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que mientras la tensión superficial es una característica propia del líquido, el poder humectante depende también de la sustancia sobre cuya superficie se aplique el líquido. Este poder humectante, que se puede medir por el ángulo de contacto entre la gota del líquido y la superficie del sólido, es tanto mayor cuanto menor sea el valor del ángulo de contacto, . La adición de agentes tensoactivos a un determinado líquido, reduce considerablemente este ángulo de contacto, bajando también la tensión superficial, de forma que la mezcla obtenida puede llegar a tener buenas características de penetrabilidad. Tanto es así, que los buenos líquidos penetrantes se caracterizan más por un ángulo de contacto muy pequeño que por el valor de su tensión superficial. Aunque, tanto estas dos propiedades, como el fenómeno de la capilaridad, puedan ser considerados como los principios básicos que rigen la penetración de un líquido en las discontinuidades abiertas a la superficie, en la Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 práctica se puede comprobar que el proceso es más complejo y no tan sencillo como podría pensarse a la vista de los ejemplos citados. Así, por ejemplo, las grietas no son en realidad tubos capilares, no obstante, la interacción entre el líquido y la superficie del sólido, responsable de la elevación del líquido en un capilar, también lo es de la introducción de un penetrante entre las superficies, muy próximas entre sí, de una grieta fina. Otra propiedad de los líquidos a considerar es, la viscosidad. Esta propiedad que no entra como factor en la ecuación básica de la capilaridad, lo que hace que, en sí mismo, no sea decisiva para la calificación de un penetrante, pero sí en cambio, tiene un marcado efecto sobre determinadas propiedades del penetrante. En primer lugar, influye de forma decisiva sobre la velocidad de penetración del líquido en las discontinuidades, de tal forma que un líquido viscoso tardará más tiempo en penetrar que otro que sea más fluido. Igualmente, el tiempo de escurrido, necesario para la eliminación del exceso de penetrante, será tanto mayor cuanto mayor sea su viscosidad, lo cual dará lugar a pérdidas de tiempo o de penetrante. Por el contrario, los penetrantes muy poco viscosos al escurrir rápidamente, dejarán sobre la superficie del sólido una capa demasiado fina que puede ser causa de una penetración insuficiente. Como ventaja de emplear un penetrante poco viscoso, es el que se gastará menos líquido penetrante por unidad de superficie examinada. Como segundo efecto de la viscosidad, se tiene el que si se trabaja con penetrantes demasiado fluidos se corre el riesgo de arrastrar, con el agua de lavado, el penetrante contenido en el interior de la discontinuidad. Todo esto hace necesario que se tenga que llegar a una solución intermedia que permita resolver ciertos problemas sin perjudicar a otros aspectos de la utilización de este método de ensayo. Además de cuanto se ha indicado, otra propiedad que debe tener un líquido penetrante es su capacidad para disolver una determinada cantidad dé un colorante o compuesto fluorescente adecuado, así como, el hecho de que sea compatible con los disolventes o emulsificadores, si es que el penetrante no es lavable con agua. Hasta ahora se ha considerado la importancia que tiene para el ensayo, el que el penetrante pueda entrar en el interior de las discontinuidades. Siendo evidente la importancia que tiene el poder de penetración, no es menos importante el que el penetrante empleado emerja de la discontinuidad, después de que de la superficie haya sido eliminado el exceso de penetrante. El hecho, aparentemente paradójico, de que la misma interacción entre el líquido y la superficie del sólido que motiva la penetración del líquido en el interior de la discontinuidad, sea también la causa que facilita su salida, tiene una explicación muy sencilla: una vez que la superficie del sólido, por la acción del lavado, queda libre del exceso de penetrante, vuelve a ser accesible al líquido retenido en la discontinuidad, el cual, bajo la acción de las fuerzas de adhesión entre el líquido y el sólido, se difunde sobre la superficie limpia hasta que se alcanza un estado de equilibrio entre el penetrante que queda en la discontinuidad y el que emerge a la superficie. Aunque en algunos casos la cantidad de penetrante que emerge a la superficie, después de eliminado el exceso 15 de líquido penetrante, puede ser suficiente para poner de manifiesto la discontinuidad, la sensibilidad del método se incremento considerablemente al utilizar un revelador. Los reveladores están constituidos fundamentalmente por un polvo muy fino, con gran poder de absorción, que se extiende sobre la superficie a examinar después de haber eliminado el exceso de penetrante. El revelador, en esencia, actúa como un papel secante, ya que debido a su calidad absorbente extrae una gran parte del penetrante retenido en la discontinuidad. Expuestos los principios físicos básicos del método de ensayo por líquidos penetrantes y teniendo en cuenta cuanto de ellos puede derivarse, se pueden establecer las características que deben reunir tanto él líquido penetrante como el revelador que vaya a ser empleado. Estas características son las que se dan a continuación. 4.3.2.2.1. Características del penetrante. El hecho de que la característica fundamental de un líquido penetrante sea precisamente su poder de penetración, ello .no es suficiente para que sea apto para examinar un producto, sino que precisa de otras propiedades que le confieran, en su conjunto, esa aptitud. Resulta, por tanto, que un penetrante ideal debería reunir las siguientes características: poder penetrar en discontinuidades o grietas muy finas, poder permanecer en discontinuidades gruesas, no evaporarse o secarse rápidamente, ser fácilmente eliminable de la superficie, que esta operación de limpieza superficial no afecte al penetrante retenido por la discontinuidad, permanecer en estado fluido para poder emerger con facilidad al aplicar el revelador, poder extenderse en películas finas y de espesor uniforme, conservar el color o la fluorescencia durante un tiempo suficiente, que su color o fluorescencia contrasten bien sobre el fondo, no ser corrosivo ni atacar a los materiales que se examinen, no tener olor intenso o desagradable, ser estable en almacenamiento, no tener componentes tóxicos, ser económicamente rentable. las condiciones de uso o Es evidente que el conjunto de todas estas características difícilmente se pueden encontrar reunidas en una sola sustancia, por esto los líquidos penetrantes que se encuentran en el comercio son mezclas de muy diversa composición que se aproximan más o menos a las características requeridas por un penetrante que pudiera estimarse como ideal. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Al exponer los principios físicos del método, han sido consideradas como propiedades fundamentales de un penetrante su tensión superficial, su poder humectante y su viscosidad. No obstante y teniendo en cuenta las características que debe tener un penetrante, convendrá añadir algo más sobre alguna de estas características, tales como: volatilidad, inercia química y toxicidad. La volatílidad de un penetrante debe de ser pequeña, ya que de ella depende, en gran parte, su estabilidad en forma líquida una vez que ha sido extendido sobre la superficie. Debido a esto es por lo que se utilizan para la preparación de los penetrantes productos de baja presión de vapor y alto punto de ebullición. Todo esto es de la mayor importancia, sobre todo, teniendo en cuenta que al ser, generalmente, los productos que entran en la composición del penetrante, derivados del petróleo y por tanto, combustibles, se hace preciso mantener su volatilidad tan baja como sea posible para disminuir el riesgo de incendio. Dado que los hidrocarburos al aumentar su punto de ebullición aumenta también su viscosidad, lo cual va en detrimento del tiempo de penetración, motiva el que tenga que recurriese a mezclas de hidrocarburos para disminuir la viscosidad del sistema, conseguir mayor velocidad de penetración y procurar que aunque se evaporen, la película líquida sea lo suficientemente fluida para no entorpecer el proceso. Por cuanto a la inercia química se refiere, resulta evidente que el líquido penetrante debe de ser inerte y no corrosivo con respecto tanto a los materiales a inspeccionar, como a los recipientes en que tiene que ser almacenado. En general, los penetrantes cuya base son hidrocarburos, cumplen satisfactoriamente esta condición, pero no suele ocurrir lo mismo con los penetrantes lavables con agua, ya que en ellos la presencia de los emulsificadores (mezclas de agentes tensoactivos neutros) puede originar, si el penetrante se contamina con agua, corrosión en el aluminio. Este ligero poder corrosivo que pudiera tener un cierto penetrante, no representa peligro de ataque a las piezas que se examinan, ya que éstas se mantienen en contacto con el penetrante durante un tiempo muy corto. Sin embargo, puede ocurrir que por un lavado deficiente queden restos de penetrantes en algunas partes de las piezas, lo cual pudiera dar lugar a picaduras de corrosión. La toxicidad de un penetrante, en especial por cuanto se refiere al efecto que pueda tener sobre la salud de las personas que los manejen, es de importancia capital y constituye uno de los factores principales a tener en cuenta en la formulación de un producto. En muchos casos, no resulta fácil obtener un producto totalmente inocuo y libre de riesgo en su manipulación, pero siempre es necesario sacrificar alguna característica puramente tecno1ógica, para el logro de productos menos agresivos. Es por esto, por lo que se evita, por todos los medios, el empleo de productos venenosos, corrosivos o malolientes, de forma que los penetrantes puedan ser empleados con un mínimo de molestias. Generalmente, el mayor peligro se encuentra en la aplicación de ciertos productos fluorescentes -hidrocarburos cristalinos- que han sido utilizados en la preparación de algunos penetrantes y que han mostrado cierta actividad carcinógena. Esta actividad se ha manifestado en alquitrán de hulla, pero, sin embargo, los pigmentos fluorescentes obtenidos por síntesis, son completamente 16 inocuos, razón por la cual son los que se emplean en la composición de todos los penetrantes fluorescentes. 4.3.2.2.2. Características del revelador. Considerando que el revelador es el agente que ha de poner de manifiesto los lugares en que ha tenido lugar una retención de penetrante y que, generalmente, actúa como un papel secante que extrae el líquido de la discontinuidad, con lo cual, además contribuye a aumentar la visibilidad, puesto que suele proporcionar una base sobre la cual, al extenderse el penetrante aumenta la superficie visible. Además, esta base constituye un fondo adecuado que aumenta el contraste, acorta el tiempo necesario para que la indicación sea visible, llegando incluso, en los reveladores aplicados por vía húmeda (dispersos en un disolvente) a aumentar la cantidad de penetrante extraída. Por tanto, un revelador para cumplir adecuadamente su misión, debe reunir, en mayor o menor grado, las siguientes características: tiene que ser absorbente, debe de estar finamente dividido (polvo muy fino) para conseguir una buena definición y al propio tiempo aumentar su poder absorbente, su poder cubriente debe ser lo mayor posible, para así enmascarar los colores de fondo del objeto examinado, debe ser de fácil aplicación y dar una capa continua de espesor uniforme, 1 tiene que ser eliminable fácilmente, no debe contener productos tóxicos. El empleo de los reveladores tiene algunos inconvenientes entre los que pueden destacarse los siguientes: debido a su porosidad y a la lógica dispersión del penetrante tienden a aumentar el tamaño de la indicación, la dispersión del penetrante en la capa de revelador puede ser causa de una atenuación del color o de la fluorescencia, si el espesor de la capa de revelador excede ciertos límites óptimos, se reduce la detectabilidad de las discontinuidades. 4.3.2.3. ETAPAS BÁSICAS DEL ENSAYO. Los líquidos penetrantes, teniendo en cuenta su composición química y el sistema que tenga que ser empleado para eliminar el exceso de penetrante que haya quedado sobre la superficie a examinar, pueden ser clasificados en tres grupos: a. Penetrantes lavables con agua; Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. b. c. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Penetrantes postemulsificables. No lavables directamente con agua y que requieren el uso de un emulsificador; Penetrantes eliminables con disolventes. Con independencia del tipo de penetrante que se utilice, las etapas básicas del ensayo por líquidos penetrantes son las siguientes: 17 Estas cinco etapas básicas, referidas a los casos de que se aplique un penetrante lavable con agua, quedan representadas esquemáticamente en la figura 4.3.2.3. Las figuras 4.3.2.4 y 4.3.2.5, corresponden a los casos en que se utilicen penetrantes eliminables con disolventes o postemulsificables, respectivamente. 4.3.2.4. MATERIALES NECESARIOS. 1 - Preparación de la superficie 4.3.2.4.1. Penetrantes Todas las superficies sobre las que se vaya a aplicar el penetrante, deben ser cuidadosamente limpiadas y quedar completamente secas antes de proceder a la segunda etapa del proceso. Las discontinuidades abiertas a la superficie tienen que estar libres de aceite, agua o cualquier otro contaminante. 2- Penetración Una vez limpia y seca la superficie a examinar, se aplica el penetrante de forma que éste se extienda sobre aquélla dando lugar a una película uniforme. Esta película de penetrante deberá mantenerse sobre la superficie durante un tiempo suficiente para conseguir el máximo de penetración del penetrante en el interior de la discontinuidad. 3- Eliminación del exceso de penetrante El exceso de penetrante ha de ser eliminado de la superficie. El método de limpieza dependerá del tipo de penetrante utilizado. Si se utiliza agua como agente de limpieza, será preciso añadir una operación de secado de la superficie, pues de lo contrario el revelador no podría ser aplicado correctamente. En el caso de emplear penetrantes fluorescentes es aconsejable realizar esta operación de limpieza bajo luz negra para asegurarse de que no quedan restos de penetrante que pudieran dar lugar a falsas indicaciones. 4- Revelado El revelador se aplica sobre la superficie procurando que se deposite en forma de una capa fina de espesor uniforme. El revelador actúa como extractar del penetrante, acelerando su tendencia natural a salir de la discontinuidad y a extenderse alrededor de sus bordes. Al mismo tiempo, proporciona un fondo uniforme sobre el que resulta más fácil la observación. 5- Observación Transcurrido un tiempo prudencial desde la aplicación del revelador, se puede proceder a examinar el objeto ensayado para buscar las posibles indicaciones producidas. Esta observación deberá llevarse a cabo bajo luz natural cuando se trate de penetrantes coloreados o bajo luz negra en el caso de que se hayan empleado penetrantes fluorescentes. Básicamente existen dos tipos de líquidos penetrantes Penetrantes coloreados Penetrantes fluorescentes Los penetrantes coloreados o penetrantes rojos, presentan la ventaja de que no se necesita una fuente luminosa especial para su observación, razón por la cual son particularmente interesantes en sus aplicaciones a la inspección a pie de obra. Asimismo, para facilitar su empleo en estos trabajos a pie de obra, se suelen emplear eliminadores especiales que hacen innecesaria el agua del lavado. Los disolventes más frecuentemente empleados son los orgánicos no inflamables (hidrocarburos halogenados). Aunque la sensibilidad de estos penetrantes rojos suele ser inferior a la de los fluorescentes, ello no implica el que resulten inadecuados para un gran número de aplicaciones. Los penetrantes fluorescentes, generalmente de color amarillo, incorporan en su composición un pigmento fluorescente sensible y visible bajo iluminación con luz negra adecuada. En general, estos penetrantes fluorescentes presentan mayor sensibilidad que los coloreados. En relación con la forma en que el penetrante puede ser eliminado, entendiendo como tal, la eliminación del exceso de penetrante que no se ha introducido en las discontinuidades y que permanece sobrante en la superficie del material a inspeccionar y teniendo muy en cuenta que hay que eliminar el exceso de penetrante, pero de tal modo que no se extraiga todo o parte del penetrante que se haya podido introducir en la discontinuidad, cabe indicar lo siguiente: a) Penetrantes lavables con agua Son penetrantes que se eliminan directamente con agua debido a que en su formulación se les ha incorporado tensoactivos o detergentes que les hace solubles en agua. Lavando la pieza con agua, bien por inmersión o pulverización, la pieza quedará limpia y libre del exceso de penetrante. Son de uso muy cómodo y su empleo está bastante extendido, a pesar de su menor sensibilidad. El proceso de aplicación se resume en la Fig. 4.3.2.4. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 b) Penetrantes postemulsificables El penetrante no es por si soluble en agua y necesita una etapa intermedia entre la penetración y el lavado con agua. En la etapa intermedia se aplica un agente tensoactivo al que se denomina "emulsificador". De la unión penetrante-emulsificador resulta una mezcla que es soluble y lavable con agua. En este tipo de penetrantes, el tiempo de contacto, penetrante-emulsificador, es crítico y debe ser el más corto posible ya que, si el tiempo de contacto se aumenta, puede ocurrir que el emulsificador se mezcle con el penetrante que se encuentra en el interior de la discontinuidad, lo que de producirse, daría lugar a que al lavar se extraería esta parte de penetrante y haría ineficaz el ensayo. El proceso de aplicación se resume en la Fig. 4.3.2.5. c) Penetrantes eliminables con disolventes Estos penetrantes requieren para su eliminación el empleo de un disolvente especial al que se le llama "eliminador". Por lo general los eliminadores a base de disolventes, son productos especiales, particularmente formulados por cada fabricante y apropiados para eliminar sus propios penetrantes. Al igual que en el caso anterior, el eliminador sólo debe estar en contacto con el penetrante el tiempo suficiente para eliminar el exceso del mismo, pero este tiempo debe ser el mínimo posible, ya que si se abusa se corre el riesgo de eliminar, parte o todo, el penetrante que se encontraba en el interior de la discontinuidad. Generalmente, el eliminador a base de disolventes es el que se utiliza cuando el proceso se realiza por pulverización con aerosol. 4.3.2.4.1.1. Selección del penetrante Las principales ventajas y limitaciones de los líquidos penetrantes quedan resumidas en la tabla 4.3.2.1. De lo expuesto en esta tabla se deduce que los penetrantes fluorescentes postemulsificables son los que presentan mayor sensibilidad y su aplicación permite detectar pequeñas discontinuidades. Al propio tiempo requiere de un tiempo de penetración corto; sin embargo, la aplicación del emulsificador alarga el tiempo de ensayo, con lo cual se encarece el costo del ensayo. Posiblemente, aún teniendo en cuenta las limitaciones reseñadas, es el sistema ideal para los ensayos sobre una gran producción. Los penetrantes fluorescentes lavables con agua, aunque menos sensibles que los anteriores, resultan algo más económicos. Siendo su sensibilidad suficiente para una gran parte de las discontinuidades, no es adecuado para las discontinuidades poco profundas. Puede ser empleado tanto sobre superficies pequeñas como grandes e incluso sobre superficies rugosas. Su mayor inconveniente es que un lavado excesivo puede disminuir la sensibilidad. 18 Ambos sistemas presentan como desventaja la necesidad de tener que emplear una cámara oscura, dotada de luz negra, para la observación. El sistema más simple y de aplicación más rápida es él de los penetrantes coloreados lavables con agua. Sin embargo, es el sistema menos sensible. El sistema que resulta más indicado para su utilización en instalaciones portátiles, para las inspecciones a pie de obra, es el dé los penetrantes coloreados eliminables con disolventes. El sistema es muy sensible para pequeñas discontinuidades aunque las indicaciones son menos visibles que las obtenidas con penetrantes fluorescentes. Otro de sus inconvenientes es el de su difícil aplicación sobre superficies rugosas. Los penetrantes fluorescentes eliminables con disolventes, emplean un procedimiento que se puede equiparar al seguido en los postemulsificables. Este sistema es particularmente recomendado para la inspección por zonas y en aquellos casos en que no puede ser utilizada el agua. Es más sensible que el penetrante fluorescente lavable con agua. Por último los penetrantes coloreados postemulsificables, presentan mayor sensibilidad que sus equivalentes eliminables directamente con agua, pero la necesidad de la etapa de aplicación del emulsificador, lo encarece. 4.3.2.4.1.2. Tiempos de penetración. En todos los sistemas y sea cual sea el tipo de penetrante que se utilice, el tiempo necesario para una correcta penetración depende fundamentalmente del tipo de discontinuidad, del propio penetrante, de la temperatura de la pieza y del material de que esté constituida. Por cuanto a estos tiempos de penetración se refiere, es aconsejable atender las recomendaciones del fabricante. En ciertos casos puede recurriese a calentar la pieza a temperaturas no superiores a los 50ºC para acelerar el proceso de penetración. Esta práctica no está demasiado extendida ya que su realización implica invertir un cierto tiempo para calentar la pieza, tiempo que dependerá del tamaño de la pieza y del sistema de calefacción que se utilice, sino también por implicar un gasto mayor, en función de la energía consumida que encarece el proceso 4.3.2.4.2. Eliminadores del exceso de penetrante. Como ya se ha indicado anteriormente el penetrante residual que no ha penetrado en los defectos tiene que ser eliminado, sin eliminar simultáneamente el que penetró en la discontinuidad. Es evidente que sólo será preciso tomar en consideración el caso de los penetrantes postemulsificables y el de los que son eliminables con disolventes, puesto que los restantes son directamente eliminables por lavado con agua. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 19 Para eliminar el exceso de penetrante, cuando éste es postemulsificable, es necesario un agente emulsificador que al ser incorporado al penetrante dé lugar a una mezcla que sea lavable con agua. Existen dos tipos de emulsificadores: base aceite y base agua. Los tiempos de emulsificación varían, por lo general, entre muy amplios límites, 10 segundos, o incluso menos, hasta 5 minutos, pero sólo se puede dar una mayor aproximación a la vista del problema concreto de que se trate y de los medios de que se disponga. Los emulsificadores base aceite o lipofílicos, son una mezcla de agentes tensoactivos en aceite que se mezclan y disuelven en el penetrante, dando lugar a una emulsión cuando el agua actúa sobre esta mezcla, siendo esta emulsión eliminable por el mismo agua. Los emulsificadores hidrofílicos o base agua son una mezcla de agentes tensoactivos e inhibidores de corrosión. En este último caso, los agentes tensoactivos que componen estos emulsificadores son del tipo hidrofílico, es decir son polares o presentan afinidad por el agua, por lo cual son insolubles en los penetrantes. Esta mutua insolubilidad evita que se extraiga parte del penetrante que haya quedado en el interior de la discontinuidad. Estos emulsificadores hidrofílicos actúan por un proceso de humectación que reduce la tensión superficial de los aceites que contienen los penetrantes los cuales son desplazados por el eliminador acuoso y el agua. 4.3.2.4.3. Reveladores Los disolventes o eliminadores, se diferencian de los emulsificadores en que actúan por su acción disolvente sobre el penetrante. Aunque estos disolventes suelen ser productos especiales, particularmente formulados por cada fabricante y adecuados para un tipo determinado de sus propios penetrantes, cabe indicar que en esencia pueden ser clasificados en dos grandes grupos, según sean o no inflamables. Los inflamables son hidrocarburos, o mezclas de ellos, exentos de halógenos, pero con el grave inconveniente de su inflamabilidad, mientras que los no inflamables son compuestos halogenados que presentan como inconveniente principal el de que son tóxicos. Revelador es el agente que realiza la operación de revelado, entendiéndose como tal el poner de manifiesto los lugares donde ha tenido lugar una retención de penetrante, actuando de distintas formas, todas ellas encaminadas a aumentar la visibilidad. El revelador suele ser un polvo seco o una dispersión de una sustancia pulverulento en un líquido, con una gran capacidad de absorción y precisamente por este poder de absorción, el revelador tiene la propiedad de extraer el penetrante que quedó retenido en la discontinuidad, quedándose manchado con el color característico del penetrante y extendiéndose a través de él por capilaridad. La imagen que se hace visible, suele ser algo más grande que el defecto real. Los reveladores deben ser blancos ya que sobre este color como fondo es donde más contraste puede ofrecer el color o la fluorescencia de los penetrantes más ampliamente utilizados. Básicamente se tienen cuatro grupos o tipos de reveladores: polvo seco suspensiones de polvo en agua suspensiones de polvo en disolvente Se deduce de lo expuesto que, en general, el eliminador a emplear queda determinado por el tipo de penetrante utilizado. 4.3.2.4.2.1. Tiempo de eliminación. Prácticamente sólo puede ser tenido en cuenta en el caso de los penetrantes postemulsificables, aún en este caso, el tiempo es muy variable dependiendo, muy especialmente de que la superficie sea lisa o presente un mayor o menor grado de rugosidad. Por lo general no puede darse una norma con este carácter, ya que, en principio, el tiempo depende de la composición del penetrante y de la del propio eliminador, en consecuencia es un dato a proporcionar por el fabricante de los productos utilizados. Si no se dispone de este dato, únicamente la-experiencia podrá aportar la información necesaria que permita determinar el tiempo óptimo, tiempo que será variable según el tipo de discontinuidades que se presenten o traten de ser descubiertas. Para las discontinuidades poco profundas o muy abiertas, habrán de emplearse tiempos cortos con el fin de que en el lavado no se arrastren las cantidades de penetrante presentes en las zonas defectuosas. disoluciones acuosas. Sin embargo, pueden quedar reducidos a tres ya que los más empleados son los reveladores en forma de polvo seco o bien las suspensiones de polvo en medios líquidos, tales como el agua o el alcohol etílico. Reveladores secos Los primeros reveladores secos que se utilizaron fueron el yeso o el talco en forma de polvo muy fino, materiales que aún hoy día se siguen utilizando con buenos resultados, si bien se han descubierto otros tal como la sílice amorfa pulverizada, que son más ligeros y proporcionan mejores resultados. Los reveladores secos deben ser ligeros, esponjosos y capaces de adherirse con facilidad a las superficies metálicas, formando sobre ellas una capa continua, sin dar lugar a capas gruesas ya que, en muchos casos, del espesor de la capa de revelador puede depender el que se lleguen a obtener indicaciones que enmascararían las que pueden producirse por la presencia de discontinuidades muy pequeñas. Es importante, también, que el revelador no tenga tendencia a flotar en el aire dando lugar a nubes de polvo, cosa no siempre posible, Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 puesto que esto se contrapone con-otras propiedades fundamentales; por tanto, el empleo de estos reveladores secos hace inevitable la formación de estas nubes y la contaminación de la zona de trabajo, aspecto que deberá ser tenido muy en cuenta desde el punto de vista de la seguridad del personal. c. d. Suspensiones de polvo en agua e. Estos reveladores presentan la ventaja de no dar lugar a la formación de nubes de polvo, son de fácil aplicación y pueden llegar a cubrir zonas no accesibles al polvo seco. Como desventaja, se reconoce que, en general, son algo menos sensibles y además presentan el problema del mantenimiento de la suspensión. El empleo de estos reveladores acuosos presenta ciertas limitaciones a la temperatura. Si la temperatura es alta, se pueden producir aumentos en la concentración como consecuencia de una evaporación excesiva y por el contrario, si la temperatura llega a ser inferior al punto de congelación el revelador quedará inutilizado. Sin embargo, la adición de agentes estabilizadores, inhibidores, etc., bajan el punto de congelación lo que permite el poder trabajar en condiciones que raramente llegan a darse en la práctica. Suspensiones de polvo en disolventes En general se utilizan para los penetrantes rojos y están formados por un polvo blanco en suspensión en un disolvente orgánico volátil. Estos productos suelen presentarse envasados en forma de aerosoles, lo que facilita su aplicación por pulverización, sobre la superficie a examinar. 4.3.2.4.3.1. Selección del revelador El proceso del revelado tiene una gran importancia en el desarrollo del método de examen por líquidos penetrantes, lo cual implica que deban seguirse determinadas reglas para la adecuada elección del revelador, conducentes a la obtención de los mejores resultados. Mucho se ha discutido sobre la influencia que puede tener sobre la sensibilidad el espesor de la capa de revelador; no obstante, se puede indicar que, partiendo de la base de que el revelador debe ser lo más blanco posible y su poder de absorción óptimo, la película seca que resulta de la evaporación del vehículo acuoso o no acuoso en el que va dispersado el polvo, debe ser de espesor uniforme. De otra parte, si el espesor de la capa es grueso produce enmascaramiento de las grietas muy finas, mientras que una capa demasiado fina y no homogénea en espesor da lugar a que la interpretación presente ciertas dificultades. Para la selección del revelador deberán ser tenidas en cuenta las siguientes consideraciones: a. b. Sobre superficies con acabado muy fino debe emplearse un revelador húmedo. Sobre superficies rugosas se empleará un revelador seco, puesto que, el húmedo tenderá a acumularse 20 en las irregularidades y la capa de revelador será de espesor muy variable. Los procesos automáticos son en los que mejores resultados rinden los reveladores húmedos. Los reveladores húmedos no deben ser empleados en el examen de piezas con entallas agudas, ya que se producirían acumulaciones de revelador que enmascararían los resultados. La utilización de reveladores húmedos dificulta el reensayo. 4.3.2.4.3.2. Tiempos de revelado Aunque el tiempo de revelado no suele ser crítico, un exceso en é1 podría dar lugar a una difuminación de las indicaciones. En la actualidad, las características de la gran mayoría de los reveladores suministrados por los fabricantes de estos productos, permiten tiempos de revelado cortos (del orden de 1 minuto), sobre todo cuando se emplean reveladores en forma de polvo seco o en suspensión en líquidos volátiles. Cuando se trata de reveladores acuosos, el tiempo de revelado necesariamente es más largo. De una forma bastante aproximada puede darse la siguiente regla: Como tiempo de revelado se dará la mitad del tiempo de penetración. 4.3.2.5. DESARROLLO DEL MÉTODO La secuencia de las operaciones a seguir es la siguiente: Limpieza inicial Secado Aplicación del penetrante Eliminación del exceso de penetrante Secado Revelado Observación. 4.3.2.5.1. Limpieza inicial Una limpieza adecuada, de la superficie a examinar, es absolutamente necesaria si se desean obtener buenos resultados. La importancia de esta operación previa, es de la mayor importancia ya que de ella depende el que sean accesibles a las posteriores etapas del método las discontinuidades que afloran a la superficie y que pudieran quedar tapadas por óxidos, cascarillas, escorias u otros contaminantes que aparecen en los procesos de fabricación tales como: lubricantes, taladrinas, aceites protectores, abrasivos, virutas, calaminas de tratamientos térmicos, etc., mientras que si las piezas ya han estado en servicio, los contaminantes más frecuentes son: aceites, carbonillas, corrosiones, óxidos y pinturas. Sin una limpieza adecuada o con una preparación insuficiente de la superficie, en definitiva, sin que ésta quede libre de agentes contaminantes, no es aconsejable pasar a las siguientes etapas, ya que pueden perderse las indicaciones debido a que: el penetrante no entre en la discontinuidad, que el penetrante pierda su posibilidad de Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 identificar la discontinuidad por haber reaccionado con algo que se encontrase próximo a ó1 o porque la superficie en las proximidades de la discontinuidad retenga suficiente cantidad de penetrante que enmascare la verdadera apariencia del defecto. Existen numerosos sistemas o métodos para efectuar esta limpieza inicial que pueden quedar clasificados en alguno de los siguientes grupos: mecánicos, químicos, disolventes o combinaciones de ellos. En el caso de tener que emplear un sistema mecánico, será preciso tener muy en cuenta que el procedimiento utilizado no produzca arrastre de material de la superficie, que bloquee la entrada de los defectos o dé lugar a aplastamiento por deformación de la misma, pudiendo incluso rellenar los defectos con sustancias extrañas. Esto puede ocurrir en operaciones de amolado en las que predomine el arrastre de material sobre el corte del mismo y en el granallado o chorreado con arena. Los contaminantes que con mayor frecuencia se van a encontrar sobre las piezas son grasas y aceites, en cuyo caso el mejor sistema del eliminarlos, es mediante la acción de disolventes. Si lo que es preciso eliminar son óxidos, cascarillas, etc., se debe ir al empleo de un desoxidante o un decapante, en cuyo caso, un decapado ácido puede ayudar a abrir los bordes de los posibles de las principales condiciones que debe cumplir cualquiera de estos productos es que sea adecuado a la limpieza que se desea obtener, no ataque ni contamine la pieza, que seque con facilidad y no deje residuos que interfieran el proceso posterior. También pueden ser utilizados para la limpieza, los ultrasonidos, baños de sales fundidas y el desengrasado por chorro de vapor. 4.3.2.5.2. Secado Después de la limpieza y preparación de las superficies, éstas, antes de la aplicación del penetrante, deben quedar completamente secas y libres de restos de cualquiera de los productos empleados en su limpieza. El secado se puede hacer por evaporación natural o bien forzándola con chorro de aire caliente, rayos inftarrojos o calefacción en estufa. El tiempo mínimo de secado que asegure la total eliminación del agua de lavado o la evaporación de los disolventes empleados, deberá quedar establecido en el procedimiento aprobado, con anterioridad a la aplicación del método. 4.3.2.5.3. Aplicación del penetrante Para la aplicación del penetrante se tendrá en cuenta las siguientes consideraciones: a. El penetrante podrá ser aplicado por inmersión, con brocha o por pulverización. Si el penetrante es aplicado por pulverización empleando un compresor de aire, el aparato deberá incorporar el sistema de filtros adecuados para evitar que el penetran te se contamine con aceite, agua o cualquier otra suciedad que puedan contener los depósitos o líneas del sistema de aire comprimido. b. 21 El tiempo de penetración es crítico. Como regla general debe tenerse en cuenta que el penetrante no deberá ser aplicado a temperaturas inferiores a los 16º C ni superiores a 52º C. Como tiempo de penetración, entendiendo como tal no el tiempo de inmersión de la pieza en el penetrante, el tiempo de pulverización o el de pintado, sino el tiempo que hay que dejar actuar el penetrante para que se introduzca en la discontinuidad, se tomará el recomendado por el fabricante del producto. En cualquier caso el tiempo de aplicación deberá estar incorporado al procedimiento escrito. Se podrá recurrir a calentar o enfriar localmente las piezas para conseguir mantener la temperatura dentro del intervalo marcado, o sea, entre 16 y 52º C, durante el examen. Podrán ser utilizadas otras temperaturas y tiempos de penetración, siempre que sean previamente cualificadas e incluidas en el oportuno procedimiento. 4.3.2.5.4. Eliminación del exceso de penetrante Transcurrido el tiempo de penetración especificado en el procedimiento, es preciso eliminar el exceso de penetrante que pueda quedar en la superficie. Esta eliminación deberá ser efectuada tomando las precauciones necesarias para reducir al mínimo las cantidades de penetrante que se pudieran extraer de las discontinuidades. 4.3.2.5.4.1. Penetrantes lavables con agua El exceso de penetrante puede ser eliminado por lavado con agua, bien por inmersión de la pieza o pulverizando agua sobre ella. En este último caso, la presión del agua 2 más aconsejable es la de 2,1 kg/cm y nunca será 2 superior a 3,5 kg/ cm y su temperatura estará comprendida entre 15 y 40ºC, no sobrepasando nunca los 43ºC. El tiempo de lavado dependerá del estado de rugosidad de la superficie, si bien, de una forma general, se puede decir que varía entre 15 segundos y 2 minutos. 4.3.2.5.4.2. Penetrantes postemulsificables El emulsificador puede ser aplicado por pulverización o inmersión, empleándose uno u otro sistema según sea el tamaño de la pieza. Aunque la temperatura del agente emulsificador no es extremadamente crítica, sí es aconsejable que se encuentre comprendida entre los 20 y 32º C. En cambio el tiempo de emulsificación sí es crítico, estando muy influenciado por el estado de superficie y el tipo de discontinuidad que se busca. Este tiempo puede variar entre pocos segundos y algunos minutos (generalmente de 15 segundos a 4 minutos), en muchas especificaciones se fija en 3 minutos como máximo. Después de la emulsificación, la mezcla de penetrante más emulsificador debe ser eliminada con agua empleando el mismo procedimiento que se ha indicado para los penetrantes lavables con agua. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.2.5.4.3. Penetrantes eliminables con disolventes En este caso el exceso de penetrante debe ser eliminado lo más rápidamente posible. La eliminación o limpieza se hará con trapos o papel absorbente impregnados con el disolvente, con los que se frotará o restregará la superficie, repitiendo la operación hasta la total eliminación del penetrante. Las trazas de penetrante que puedan quedar se eliminarán frotando ligeramente la superficie con trapos o papel absorbente humedecidos con disolventes. Debe tenerse especial cuidado en emplear la cantidad adecuada de disolvente para reducir al mínimo la cantidad de penetrante que pueda ser extraído de las discontinuidades. La limpieza de la superficie con chorro de disolvente, a continuación de la aplicación del penetrante y antes del revelado, está prohibida. 4.3.2.5.5. Secado Eliminado el exceso de penetrante y como operación previa a la aplicación del revelador, es preciso secar cuidadosamente las piezas, o partes de las mismas, que han de ser sometidas a examen. La forma de operar será la siguiente: a. b. Si se ha empleado penetrante lavable con agua o postemulsificable, antes de que sea aplicado un revelador seco o no acuoso, la superficie sobre la que haya de ser aplicado, se secará con trapos limpios o con corriente de aire caliente. Cuando se emplee corriente de aire caliente, su temperatura podrá estar comprendida entre los 80 y 105º C y se operará de forma que en ningún caso la temperatura de la superficie sobrepase los 52º C. Temperaturas superiores a los 120º C en el aire de secado pueden ocasionar pérdidas de componentes del penetrante que restarían sensibilidad al método. Los reveladores acuosos podrán ser aplicados sobre las superficies húmedas o después de haber sido secadas con corriente de aire caliente; el secado con trapos no está permitido cuando se empleen reveladores acuosos. Cuando se empleen penetrantes eliminables con disolventes, las superficies se podrán secar por evaporación normal, con trapos o con corriente de aire. 4.3.2.5.6. Revelado El revelador se aplicará tan pronto como sea posible, una vez que el exceso de penetrante haya sido eliminado de la superficie a examinar. El intervalo de tiempo transcurrido entre la terminación de la eliminación del exceso de penetrante y la aplicación del revelador no será nunca superior al establecido en el procedimiento aprobado. Pueden ser empleados dos tipos de reveladores secos y reveladores húmedos. Ambos pueden ser utilizados en el caso de haber sido aplicados penetrantes fluorescentes. En el caso de que el examen se haga con penetrantes 22 coloreados, solamente se podrán utilizar reveladores húmedos. 4.3.2.5.6.1. Reveladores secos Los reveladores secos podrán ser aplicados con: una brocha suave, con pulverizador manual, con pistola en cámara de pulverización o por inmersión. Dependiendo de la forma de la pieza, podrá aplicarse cualquier otro procedimiento para cubrir de revelador la superficie a examinar, siempre que se asegure un adecuado recubrimiento de las mismas. 4.3.2.5.6.2. Reveladores húmedos Los reveladores húmedos, constituidos por una solución o una suspensión de un polvo en agua o en un disolvente volátil, pueden ser aplicados por inmersión, con brocha o por pulverización, de forma conducente a obtener un recubrimiento en capa delgada sobre la superficie que ha de ser examinada. Los reveladores en forma de suspensión en disolventes se aplicarán por pulverización, excepto en el caso de que por motivos de seguridad, higiene u otros condicionamientos, así lo aconsejen. En estas condiciones, los reveladores (suspensiones en disolventes) se aplicarán con brocha. Si el recubrimiento es demasiado fino se corre el riesgo de que la extracción del penetrante por el revelador no sea la suficiente y la indicación no sea buena; por el contrario, una capa demasiado gruesa puede enmascarar los resultados. Con anterioridad a la aplicación de un revelador húmedo, éste debe ser agitado para asegurar la adecuada dispersión de las partículas. Si el revelador es acuoso, para que el tiempo de secado no sea demasiado largo se puede utilizar aire caliente, siempre que la temperatura de la superficie no se eleve por encima de los 52º C. En consecuencia los reveladores acuosos se podrán secar con aire caliente siempre que se cumplan las recomendaciones establecidas anteriormente. 4.3.2.5.7. Observación Cualquiera que sea el tipo de penetrante empleado, la indicación a que da lugar es consecuencia de una discontinuidad que aflora a la superficie del objeto y señala su situación, poniéndose de manifiesto por el contraste de color o fluorescencia, sobre el fondo del revelador, de las cantidades de penetrante extraídas y retenidas en la capa de revelador. El verdadero tamaño y tipo de la discontinuidad no es fácil de evaluar si el penetrante se difunde excesivamente en el revelador. En consecuencia, una buena práctica es observar la superficie durante la aplicación del revelador con el fin de detectar la naturaleza de cualquier indicación qué tienda a dispersarse o extenderse demasiado, dando lugar a que la indicación aparezca difusa. La interpretación final después de que el penetrante haya podido ser extraído por el revelador durante un tiempo comprendido entre los 7 y 30 minutos, pudiéndose permitir tiempos más largos siempre que los resultados no se alteren. Si la superficie a examinar es demasiado Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 grande para poder completar su examen en el tiempo previsto, la observación deberá efectuarse por zonas. 4.3.2.5.7.1. Penetrantes coloreados En este tipo de penetrantes la indicación de la discontinuidad se manifiesta por el contraste del color, generalmente rojo, sobre el fondo blanco de la capa más o menos uniforme del revelador. Estas indicaciones se producen como consecuencia de la exudación del penetrante contenido en la discontinuidad y que es extraído por la acción absorbente del penetrante. Las indicaciones que muestren una coloración rosada débil pueden ser consecuencia de una excesiva limpieza al eliminar el exceso de penetrante. Si por el contrario la limpieza no ha sido adecuada, el fondo presentará una tonalidad rosada más o menos intensa que dificultará la interpretación. Es evidente, que al objeto de alcanzar la mayor sensibilidad posible, para hacer la interpretación será preciso hacer la observación bajo una iluminación adecuada. 4.3.2.5.7.2. Penetrantes fluorescentes El mecanismo de formación de la indicación, esencialmente, es el mismo que el expuesto anteriormente con la única diferencia de que la observación ha de hacerse en una cabina o zona oscurecida, iluminando la superficie a examinar con luz negra filtrada. La intensidad de esta luz negra medida sobre la superficie de la pieza a examinar deberá ser comprobada al menos una vez dada 8 horas de trabajo y siempre que se cambie de lugar de observación, y debe 2 de ser como mínimo de 800 W/cm . La luz negra debe filtrarse para eliminar la parte del espectro visible. Este filtro puede ser un cristal rojo púrpura, que absorbe prácticamente la casi totalidad del espectro visible permitiendo el paso de las radiaciones de longitudes de onda comprendidas entre los 330 y 390 nm, con un máximo a 365 nm (3650 Å), que es la zona de espectro aprovechable a los efectos de la inspección con líquidos penetrantes fluorescentes. Las lámparas de luz negra deberán permanecer conectadas para su calentamiento por un tiempo no inferior a 5 minutos, antes de ser utilizadas para la observación. 4.3.2.6. CALIFICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO Todo cuanto se ha expuesto anteriormente es aplicable siempre que el examen se realice en el intervalo de temperaturas comprendidas entre los 16 y 52º C. Cuando esto no sea posible, será preciso confeccionar un procedimiento para la temperatura requerida, procedimiento que necesariamente ha de ser aprobado con anterioridad a su aplicación. Para la calificación del procedimiento es necesario disponer de una pieza que se denomina "comparador de líquidos penetrantes" o "bloque patrón" en el que por un 23 proceso de temple se produzcan grietas. Una parte de este bloque se examinará a la temperatura propuesta y la otra parte a la temperatura normal de aplicación del método (16 a 52º C). 4.3.2.7. EVALUACIÓN DE LAS INDICACIONES a. b. c. Todas las indicaciones serán examinadas de acuerdo con las normas de aceptación establecidas en la Sección del Código que sea de aplicación. Cualquier discontinuidad abierta a la superficie dará lugar a una indicación. Sin embargo, irregularidades en el mecanizado y otras condiciones superficiales pueden dar lugar a falsas indicaciones. En el caso de producirse amplias o extensas zonas con coloración o fluorescencia, las cuáles pueden enmascarar las indicaciones de las discontinuidades, el examen no será aceptable. Estas zonas tendrán que ser sometidas a un proceso de limpieza y examinadas de nuevo. La interpretación de las indicaciones se realiza atendiendo a los siguientes factores: o o o o Brillo y extensión de la indicación. Tiempo necesario para que aparezca Persistencia de la indicación Aspecto de la indicación: Línea continua Línea intermitente Redondeada Puntiformes agrupadas o dispersas Difusas Aspecto de los bordes. En el examen mediante líquidos penetrantes pueden aparecer indicaciones falsas, que suelen estar causadas por: o o o Limpieza defectuosa Manipulación poco cuidadosa Geometría irregular de la pieza Cuando se tiene una indicación falsa, el proceso a seguir es repetir el proceso de examen en la zona afectada. No es correcto aceptar piezas con indicaciones supuestas como falsas dado que bajo una indicación falsa puede existir una discontinuidad no detectada por defecto en la aplicación del método. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.3. PARTICULAS MAGNETICAS El método de ensayo por partículas magnéticas permite la detección y localización de discontinuidades superficiales y subsuperficiales en los materiales ferromagnéticos. Cuando un objeto construido con un material ferromagnético, presenta una discontinuidad, al ser imantado o sometido a la acción de un campo magnético, las líneas de fuerza del campo, en especial cuando su dirección es normal al plano que contiene la discontinuidad, se distorsionan al tiempo que en el lugar en que se encuentra la discontinuidad se produce un “campo de fuga”. La presencia de este campo de fuga y en consecuencia la de la discontinuidad, es detectada aplicando sobre el objeto, partículas ferromagnéticas que se orientan siguiendo la dirección de las líneas de fuerza y que se acumulan en la zona en que se produce el campo de fuga, o lo que es igual, sobre la discontinuidad. El principio de este método de ensayo fue descubierto por W.E. Hoke, al observar que las partículas de pequeño tamaño producidas en el proceso de rectificado de determinados aceros, cuando las piezas a rectificar se sujetaban mediante platos magnéticos, tendían a orientarse y acumularse sobre determinadas zonas, pudiéndose comprobar en estas zonas la presencia de grietas. Posteriormente A.V. Forest, establece las bases del método al introducir la magnetización por paso de corriente, lo que permitía conocer la dirección de las líneas de fuerza del campo magnético y propugnar la utilización de partículas magnéticas, de forma, tamaño y propiedades perfectamente controladas, para así poder asegurar la reproducibilidad de los resultados y aumentar la seguridad de los mismos. 4.3.3.1. PRINCIPIOS FÍSICOS Los materiales ferromagnéticos presentan como característica una elevada densidad de flujo magnético, en comparación con otros materiales. Así, si introducimos una barra de acero en un campo magnético, atraerá las líneas de flujo, haciendo que circulen por el interior de la barra (fig. 4.3.3.1.a). Si en la barra existiera una discontinuidad en el material ferromagnético, que rompiera las líneas de flujo, se producirá una distorsión en éstas, dado que el material contenido en la discontinuidad (aire, escoria, etc.), no tiene la misma capacidad de atraer las líneas de flujo magnético. Esto da lugar a que se produzca un “campo de fuga”, consistente en un grupo de líneas de flujo magnético que sales del material en la zona no ferromagnética (discontinuidad), y luego vuelven a entrar en el material (fig. 4.3.3.1.b). En el caso de que la discontinuidad esté orientada paralelamente a las líneas de flujo, no se produce distorsión en éstas, no habrá campo de fuga (fig. 4.3.3.1.d). Los metales ferromagnéticos son el Fe, Ni y Co. Muchas de sus aleaciones no lo son, debido a cambios microestructurales con la adición de elementos de aleación, o debido a que la Tª de Curie se encuentra por debajo de la ambiente para la aleación considerada. Si en las condiciones de la figura 4.3.3.1.a, extendemos sobre la superficie de la barra partículas finas de un material ferromagnético, estas partículas tenderán a 24 acumularse en los campos de fuga para de esta forma facilitar el paso de las líneas de fuerza y así conseguir que disminuya la energía del sistema al pasar éste a un estado más estable, dando lugar a una acumulación de partículas que, si tienen un contraste de color adecuado con el fondo, permitirán la detección fácil de la discontinuidad (fig. 4.3.3.1.c). Es evidente que si el plano de la discontinuidad es paralelo a la dirección de las líneas de fuerza, no hay distorsión del campo o esta distorsión es mínima, lo cual puede dar lugar a que no se produzcan indicaciones. Esto hace que en la práctica, como se discute más adelante, nos veamos obligados a hacer magnetizaciones en direcciones distintas (aproximadamente perpendiculares entre sí) para garantizar que no haya una discontinuidad que pueda pasar desapercibida por tener una dirección perfectamente paralela a los campos magnéticos aplicados. Las partículas magnéticas actúan en realidad como detectores del campo de fuga a que da lugar la discontinuidad presente en la pieza y cuya imagen aparece o se manifiesta en su superficie correspondiéndose exactamente con la forma de la discontinuidad. 4.3.3.1.1. Campos magnéticos inducidos Cuando una corriente eléctrica circula por un conductor, a su alrededor se crea un campo magnético. Si el conductor tiene una forma uniforme, por ejemplo, una barra o hilo de cobre, la densidad del campo, o líneas de fuerza por unidad de área, es uniforme en cualquier punto a lo largo del conductor y disminuye uniformemente a medida que aumenta la distancia al conductor. La dirección de este campo, definido por la de sus líneas de fuerza forma, siempre, ángulos rectos con la dirección de la corriente (Fig. 4.3.3.2.). Una forma sencilla para conocer la dirección de las líneas de fuerza de un campo magnético creado por el paso de una corriente eléctrica, es la aplicación de la “regla de la mano derecha”, la cual dice que si se coge un conductor con la mano derecha de forma que el dedo pulgar señale la dirección en que fluye la corriente, las líneas de fuera del campo magnético que se crea alrededor del conductor, siguen la dirección de los restantes dedos que lo abarcan. Si el conductor por el que circula la corriente eléctrica en lugar de ser recto (Fig. 4.3.3.2.a), se arrolla, formando una bobina de una o más vueltas (Fig. 4.3.3.2.b), las líneas de fuerza que rodean al conductor crean un campo magnético en el interior y el exterior de la bobina. El campo interior es análogo al de una barra imantada, es por lo tanto un campo magnético longitudinal. Al mismo tiempo al introducir en el interior de una bobina una barra de un material ferromagnético, en ella se inducirá un campo magnético longitudinal. La fuerza magnética de una bobina o solenoide no depende de su diámetro, ya que todas las líneas de fuerza pasan por su interior; en cambio aumenta con el número de espiras, al sumarse las acciones individuales de éstas, y con la intensidad de la corriente que por ellas circula; en consecuencia, crece con el producto de los Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 amperios por el número de espiras. A este producto se le denomina, “amperios-vuelta” y su valor nos define el de la fuerza magnética. La intensidad de un campo magnético (H) en un punto es la fuerza con la cual es atraída o repelida en él la unidad de polo. Si esta fuerza es de 1 dina se dice que la intensidad del campo es de 1 oersted (Oe). Cuando se trate de un conductor circular de radio r por el que circula una corriente de intensidad I, el valor de H viene dado por la expresión: H = 2I/r Si el solenoide tiene un número n de espiras la, intensidad del campo en su centro será: H = 2nI / r fórmula en la que si n es igual al número de espiras por centímetro de longitud del solenoide, se convierte en H = 4nI que nos da el valor de la intensidad del campo a lo largo del solenoide. Las líneas de fuerza de un circuito magnético (Fig 4.3.3.l.) forman anillos cerrados y el número total de estas líneas que se encuentran en un campo magnético se denomina flujo magnético. Es decir, flujo magnético es el producto del área de la superficie por la intensidad del campo. Suele designarse por la letra . La densidad de flujo o inducción magnética resultante cuando cualquier sustancia es sometida a un campo magnético se mide como el flujo por unidad de superficie tomada perpendicularmente a la dirección del flujo. Generalmente la inducción magnética se designa por la letra B. Cuando se introduce un trozo de hierro o de un material ferromagnético en un campo magnético, estos materiales ejercen una atracción aparente sobre las líneas de fuerza que le rodean, como si ellas hallasen más fácil camino por estos materiales que a través del aire. Esta propiedad, llamada “permeabilidad”, puede definirse como la relación entre la inducción magnética (B) y la intensidad de campo (H) a que está sometido el material de que se trate. Su valor viene dado por: = B/H este factor sirve de medida a la conductibilidad magnética de un material. Contraria a la permeabilidad es la “reluctancia”, análoga a la resistencia en un circuito eléctrico, pudiendo ser considerada como la oposición a que en un determinado material se establezca un flujo magnético. 25 4.3.3.1.2. Histéresis magnética Si se somete una barra o una pieza de un material ferromagnético a la acción de un campo magnético, la barra o pieza se magnetiza por el fenómeno de la inducción magnética. Partiendo de cero, es decir, de que el material se encuentre sin magnetizar (Fig. 4.3.3.3.), al introducir la pieza en un campo magnético, a medida que se aumenta el valor del campo magnetizante (H), aumenta el valor de la inducción magnética (B) creada en la pieza, hasta alcanzar un valor límite máximo que se corresponde con el de su saturación, a partir del cual cualquier aumento en el valor de H no ejerce acción alguna sobre el valor máximo alcanzado para B. Este proceso es el seguido según la línea de trazos o-a. Cuando alcanzado este punto a, H se reduce a cero, los valores que se van obteniendo para B siguen la curva a-b, de manera que para H = 0, B tiene un cierto valor representado por la ordenada ob. El magnetismo remanente, ob, puede ser reducido a cero, ya que al invertir el sentido de H, la inducción se anula siguiendo la línea b-c para un valor de la fuerza magnetizante H, representado por la abscisa o-c. Esta cantidad se llama “fuerza coercitiva”. Si se hace el campo más negativo, el material se aproxima a la saturación en el sentido opuesto, tal como queda representado en la parte c-d de la curva. Cuando el campo H se reduce de nuevo a cero, la curva d-e indica que hay un remanente o-e en sentido negativo, en comparación con o-b. Si de nuevo se aumenta el campo positivamente, el material se satura otra vez en a. Si se repite el ciclo, la curva abcdfa, se repite tantas veces como el ciclo. 4.3.3.1.3. Efecto de la dirección del flujo De lo expuesto anteriormente, apartado 4.3.3.1.l., resulta evidente que se podrán obtener sobre una pieza dos tipos de magnetización: circular y longitudinal. Supongamos que se trata de examinar una barra en la que se hallan presentes una serie de discontinuidades (Fig. 4.3.3.4.). Si la corriente de magnetización pasa a través de la barra siguiendo su longitud se obtendrá un campo magnético circular. Dado que para que se forme la indicación sobre la discontinuidad, las líneas de fuerza del campo magnético al aproximarse a la discontinuidad deben formar con el plano que la contiene un ángulo suficientemente grande par que pueda ponerse de manifiesto el campo de fuga, es 1ógico que los mejores resultados se obtengan cuando este ángulo es de 90º, o sea, cuando las líneas de campo sean normales al plano de la discontinuidad. Por tanto, en este caso, al tratarse de una magnetización circular, discontinuidades tales como las A y B, al aplicar las partículas magnéticas sobre la pieza pueden no ser descubiertas ya que su dirección es paralela a la dirección del flujo (Fig. 4.3.3.4.a). Las discontinuidades C, D y E, al formar un ángulo de 45º con la dirección del flujo, se encontrarán en condiciones más favorables para ser detectadas, mientras que las F, G y H, al encontrarse a 90º presentan las condiciones óptimas para su detección. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 En el caso de la magnetización longitudinal (Fig. 4.3.3.4.b), las discontinuidades A y B se encontrarán en las mejores condiciones para su detección, las F, G y H podrán no ser detectadas y las C, D y F al igual que en el caso anterior, podrán ser o no detectadas, cualquiera que sea el procedimiento de magnetización empleado. De todo cuanto ha sido expuesto se deduce que el ensayo por el método de partículas magnéticas consta, básicamente, de tres etapas. Estas etapas son las siguientes: 1. 2. 3. Magnetización de la pieza. Aplicación de las partículas magnéticas. Interpretación de las indicaciones. 4.3.3.2. MAGNETIZACIÓN DE LA PIEZA En el examen de un objeto por partículas magnéticas, la aplicación de las partículas podrá ser realizada mientras está circulando la corriente de magnetización o después que ésta haya cesado. El que pueda o no ser aplicado uno u otro método de magnetización depende fundamentalmente de la retentividad o capacidad del material examinado para que al cesar la corriente de magnetización, presente un magnetismo residual de intensidad suficiente. La primera técnica es conocida bajo la denominación de “método continuo” y la segunda como “método residual”. Si el magnetismo remanente que presenta el objeto después de que la corriente de magnetización haya circulado durante un cierto tiempo, no proporciona un campo de fuga con intensidad suficiente para dar lugar a indicaciones claras, el objeto deberá ser magnetizado aplicando el método continuo. Consecuentemente el método residual puede ser aplicado únicamente sobre aquellos materiales con retentividad suficiente, es decir, sobre aquéllos que pueden ser transformados en imanes permanentes. El método continuo, es el único que puede ser empleado para el examen de los aceros con bajo contenido en carbono, hierro y en general aquellos materiales ferromagnéticos cuya retentividad sea baja o nula. Cualquiera qué sea el método empleado, la primera etapa que se ha de cubrir es la de magnetizar el objeto o pieza que se va a examinar. Esta primera etapa tiene por finalidad crear en la pieza, o introducir ésta, en un campo magnético de intensidad y dirección conocidas. Estos campos magnéticos se pueden crear mediante dos sistemas, el primero de ellos es por imanes y el segundo por corriente eléctrica. 4.3.3.2.1. Magnetización mediante imanes Cuando se coloca entre los polos de un imán permanente un material ferromagnético (Fig. 4.3.3.1.), las líneas de fuerza del campo que cerraban el circuito a través del aire, pasarán casi en su totalidad a través de la barra de material ferromagnético, ya que ésta presenta una permeabilidad superior a la del aire. 26 De esta forma se consigue una magnetización longitudinal de la pieza que dará lugar, si la magnetización es lo suficientemente intensa, a un campo de fuga sobre la discontinuidad, siempre que ésta presente su plano orientado normalmente a la dirección del flujo, cuya presencia será revelada cuando se apliquen las partículas magnéticas. Esta magnetización se consigue, generalmente, mediante imanes en forma de yugo de los que básicamente existen dos tipos: de imán permanente y de electroimán. Los yugos de imán permanente se utilizan cuando no hay posibilidad de suministro de energía eléctrica o bien cuando esté prohibido el magnetizar por corriente, como ocurre en el caso de que el examen haya de ser efectuado donde pueda existir una atmósfera explosiva. Como principales inconvenientes para su empleo, cabe destacar los siguientes: a) no es posible magnetizar piezas grandes con intensidades de campo adecuadas que permitan indicaciones satisfactorias; b) su densidad de flujo no puede ser modificada; c) si el imán es muy fuerte no resulta cómoda su utilización; d) las partículas pueden adherirse a sus polos y dificultar la observación. Los yugos electromagnéticos consisten en una bobina devanada alrededor de un núcleo de hierro dulce (Fig. 4.3.3.5.). Los apoyos o patas pueden ser fijos o bien pueden poder modificar su posición y longitud con el fin de abarcar mayor zona y adaptarse mejor a la configuración de la pieza que se vaya a examinar La intensidad de campo que es posible alcanzar con un electroimán, además de poder ser considerablemente superior a la que se consigue con un imán permanente, puede ser regulada a voluntad, lo que permite adaptar la intensidad de campo a las necesidades del examen. Aunque este método de magnetización, tanto con el empleo de imanes permanentes como con electroimanes, puede resultar adecuado y proporcionar, en ciertos casos, buenos resultados, no suele ser el más indicado en la generalidad de las aplicaciones de este método de ensayo. 4.3.3.2.2. Magnetización mediante corriente eléctrica La magnetización mediante el paso de corriente eléctrica a través de las piezas que vayan a ser sometidas a ensayo, engendrándose en ellas un campo magnético circular, es, sin duda, el método de magnetización más adecuado. Esta magnetización circular se debe a que las 1íneas de fuerza del campo magnético creado, por ejemplo, sobre una barra cilíndrica, tienen forma circular y quedan contenidas en planos perpendiculares al eje de la barra rodeando a la misma. Por lo tanto, este método permitirá, detectar aquellas discontinuidades que se encuentren orientadas según la dirección del eje de la corriente por ser éstas las que interceptarán mayor número de líneas de fuerza del campo magnético y, en consecuencia, producir campos de fuga más intensos. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.3.2.2.1. Conductor central Para gran número de piezas de forma cilíndrica, resulta ventajoso utilizar un conductor, generalmente denominado “conductor central”, por el que circula la corriente de magnetización y al cual rodean las piezas que han de ser examinadas (Fig. 4.3.3.6.). Mediante este conductor central, que puede ser hueco o macizo, es posible crear el campo magnético circular en la pieza sin que ésta tenga que estar en contacto con las tomas de corriente. Con respecto al campo magnético creado alrededor de este conductor central, que puede ser de un material ferromagnético o no, cuando por ó1 circula corriente continua, es posible establecer las siguientes tres reglas básicas. - - El campo magnético externo a un conductor de sección constante es uniforme a lo largo de la longitud del conductor. El campo magnético forma un ángulo de 901 con la dirección de la corriente que circula por el conductor. En el exterior del conductor el campo decrece, siendo esta disminución inversamente proporcional a la distancia radial tomada desde el centro del conductor. La distribución del campo magnético en el interior de un conductor no ferromagnético, tal como una barra de cobre, cuando por ó1 circula una corriente continua es distinta a la que se observa en el exterior de la barra. En cualquier punto del interior de la barra, el campo es debido solamente a la parte de la corriente que fluye en el metal entre este punto y el centro de la barra; por tanto, el campo crece linealmente desde cero, en el centro, hasta un máximo en la superficie. Fuera del conductor, el campo va decreciendo según la curva de la Figura 4.3.3.7.a), de tal forma que si la corriente estuviera concentrada en el centro de la barra cuyo radio es R y siendo el valor máximo del campo en su superficie H este campo a una distancia 2R del centro será H/2; a 3R, H/3 y así sucesivamente. Cuando se trata de un conductor macizo pero de un material ferromagnético, al ser atravesado por una corriente continua, se tendrá la misma distribución del campo magnético que en el caso anterior (Fig. 4.3.3.7.b) pero su fuerza será mucho mayor, compárense las figuras 4.3.3.7.a) y 4.3.3.7.b). Si el diámetro de los conductores son los mismos, en este caso, el campo en su centro será también cero, pero en la superficie será . H, donde es la permeabilidad magnética del material del conductor, pudiendo llegar a valer 1.000 ó 2.000 el campo de un conductor no ferromagnético. En el exterior del conductor, justamente a partir de su superficie, sin embargo, la fuerza del campo disminuye hasta alcanzar el mismo valor y siguiendo la misma curva de distribución que cuando se trata de un conductor no ferromagnético. Hasta ahora se ha considerado que la corriente que circulaba por el conductor era corriente continua. Cuando la corriente que atraviesa un conductor ferromagnético es alterna, tiende a concentrarse en la superficie del conductor, siendo esta tendencia tanto más pronunciada 27 cuanto mayor sea la frecuencia de la corriente. Como consecuencia de este fenómeno, conocido como “efecto piel”, el campo es nulo en el centro del conductor, crece a medida que se acerca a la superficie en la que se alcanza el valor máximo, pero este aumento es lento al principio y va creciendo tanto más rápidamente cuanto más cerca se encuentre el punto considerado de-la superficie del conductor (Fig. 4.3.3.7.c). En el exterior del conductor la distribución del campo es exactamente la misma que en los casos anteriores. En los tres casos anteriores se ha estudiado la distribución del campo magnético producido por una corriente eléctrica cuando ésta circulaba por un conductor macizo. Cuando la corriente circula por un conductor hueco y, refiriéndonos a los mismos tres casos estudiados anteriormente, se observará que la distribución del campo es la que aparece en las figuras 4.3.3.7.d), e) y f). Si se trata de un conductor no ferromagnético y corriente continua (Fig. 4.3.3.7.d), no habrá flujo de corriente a través del hueco interior y, en consecuencia, no habrá campo magnético en la superficie interna del conductor. Sin embargo, en la superficie externa del conductor el campo será el mismo que se encuentra en un conductor macizo, siempre que en ambos casos circule por el conductor la misma cantidad de corriente. La distribución del campo en el exterior del conductor es la misma a la que tiene lugar en un conductor macizo (Fig. 4.3.3.7.a) con la única diferencia de que al calcular la fuerza del campo en un punto las distancias han de referirse al centro geométrico del conductor y no a su superficie interna. El gradiente del campo desde la superficie interna hasta la externa del tubo o conductor hueco, depende del espesor de la pared y no es tan lineal como para un conductor macizo de igual diámetro exterior. Cuando se trata de un conductor hueco ferromagnético (Fig. 4.3.3.7.e), se puede observar que existe cierta correlación con lo que ocurre en un conductor no ferromagnético. En su cara interna, el campo es nulo y aumenta siguiendo una curva-muy parecida a la del caso anterior (Fig. 4.3.3.7.d) hasta alcanzar un valor en la superficie externa que es igual al que tendría si de un conductor no ferromagnético se tratase multiplicado por el valor de la permeabilidad magnética μ del material ferromagnético que constituye el conductor. En el exterior del conductor tubular, la fuerza del campo decrece con la distancia siguiendo la misma curva del caso anterior. Por último, cuando se trata de un conductor hueco atravesado por una corriente alterna y el conductor es de un material ferromagnético, se presenta el mismo “efecto piel” que en el caso de un conductor macizo (Fig. 4.3.3.7.c) y la distribución del campo magnético es, en este caso, la que se indica en la Fig. 4.3.3.7.f). De lo expuesto cabe deducir que, dada la distribución del campo magnético en un conductor hueco cuando por él circula una corriente eléctrica, dado el valor del campo en la superficie interna del conductor, esta técnica operatoria no resulta adecuada para la detección de discontinuidades que se encuentren localizadas en la superficie interna del tubo. Sin embargo, dada la forma de la curva de crecimiento del valor del campo en la pared del tubo, es posible que discontinuidades de cierta profundidad puedan interceptar suficiente número de Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 28 líneas de fuerza del campo magnético para que sean detestables. un banco de ensayo que incorpora la fuente de corriente magnetizante. La técnica operatoria más adecuada cuando se trate de magnetizar piezas de configuración cilíndrica huecas en las que se sospeche la existencia de discontinuidades en su cara interna, es la que se indica en la figura 4.3.3.6. En este caso, por el conductor central macizo no ferromagnético (barra de cobre, por ejemplo), se hace circular una corriente continua, este conductor (Fig. 4.3.3.6.) queda situado en el interior de la pieza de material ferromagnético y sección circular que ha de ser examinada. Especial cuidado ha de tenerse en la construcción de los contactos o cabezales, para que no dañen la pieza que se ensaya. Los daños que estos contactos pueden producir a la pieza son, fundamentalmente, de dos tipos: los debidos a la presión que es preciso ejercer para asegurar el contacto y los que puedan ocasionarse por la formación de pequeños arcos o chispas en las zonas en las que el contacto no sea bueno. Siempre ha de tenerse en cuenta que es necesario evitar la posibilidad de calentamientos locales en la zona de contacto ya que pueden dañar la superficie de la pieza examinada. En este caso, la distribución del campo magnético en el conductor no ferromagnético central será la que se indicó en la figura 4.3.3.7.a); es decir, el campo será máximo en su superficie y decrece hacia el exterior a través del espacio comprendido entre el conductor y la superficie interna de la pieza cilíndrica. En esta superficie, al tratarse de un material ferromagnético el campo aumenta como consecuencia del factor de permeabilidad para a continuación decrecer hacia el exterior, siguiendo una curva parecida a la que seguiría en el aire, pero en este caso multiplicada por el factor . En consecuencia, la distribución del campo magnético en este caso es la que se indica en la figura 4.3.3.8., donde podemos apreciar que este método de magnetización da lugar a que el valor máximo del campo se encuentre en la superficie interna de la pieza a examinar, siendo, por tanto en esta superficie donde se producirán las indicaciones más fuertes de las discontinuidades que puedan hallarse presentes. Sin embargo, también es posible que se produzcan indicaciones que se encuentren en la superficie externa. En esta figura 4.3.3.8., podemos apreciar que en la distribución del campo en la pieza objeto de examen es independiente, tanto de que el conductor central sea de material ferromagnético o no ferromagnético como de que la corriente que por ó1 circule sea alterna o continua, cosa que como se vio anteriormente en los casos a que se hace referencia en la figura 4.3.3.7., era determinante en la realización del ensayo. Resulta evidente que si el conductor central se encuentra en el eje de la pieza cilíndrica el valor del campo será el mismo en toda la superficie interna del cilindro. Si, por el contrario, el conductor central se encuentra desplazado hacia una determinada zona de la pared interna, el valor del campo será más fuerte en esta zona más próxima y más débil en la diametralmente opuesta. 4.3.3.2.2.2. Contacto directo Este método para crear campos circulares, en piezas que por no presentar partes huecas no permiten aplicar el método anterior, consiste en hacer pasar la corriente de magnetización directamente a través de la pieza que va a ser examinada. Para ello se dispone la pieza entre dos “cabezales” o contactos, análogos a los empleados para establecer el contacto con el conductor central (Fig. 4.3.3.6.) que en este caso sería la pieza objeto de examen. Generalmente estos contactos, forman parte de Para el examen completo de una pieza de forma compleja, empleando este procedimiento de magnetización, será preciso variar la posición de la pieza entre los Cabezales el número de veces que se considere necesario, realizando otras tantas magnetizaciones para cubrir adecuadamente la totalidad de la pieza. 4.3.3.2.2.3. Puntas de contacto La magnetización de piezas que por sus dimensiones no puedan ser colocadas en un banco de ensayo, como en el caso anterior, se puede conseguir, bien de una forma total o lo que es más aconsejable, de una determinada zona de la misma, mediante el empleo de unas “puntas o punzones de contacto” por las que se hace llegar a la pieza la corriente necesaria. Si bien cada uno de estos contactos, aisladamente considerado (Fig. 4.3.3.9.) no da lugar a un campo realmente circular, la imantación conseguida resulta muy adecuada para un gran número de aplicaciones, sobre todo para el examen de uniones soldadas y grandes piezas fundidas. El empleo de estas puntas de contacto o punzones es ampliamente utilizado, sobre todo porque presenta una gran ventaja: su portabilidad, lo que hace que este método resulte muy adecuado para los trabajos de inspección a pie de obra. La sensibilidad del método para las discontinuidades subsuperficiales es mayor que para otros métodos de magnetización, especialmente cuando se emplea corriente alterna monofásica semirrectificada en conjunción con la aplicación de partículas magnéticas secas y siguiendo la técnica del método continuo de magnetización. Como desventajas fundamentales del método deben ser consideradas las siguientes: 1. El campo magnético más adecuado para los fines del examen, se encuentra entre ambos contactos y en sus proximidades. Por esta razón raramente se sitlan de forma que la distancia que los separe sea superior a los 300 mm. 2. La influencia del campo exterior al creado entre los dos contactos, puede producir interferencias que Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. 3. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 29 pueden llegar a dificultar la observación de las indicaciones. conseguiría magnetizar una longitud total de 150 a 225 mm. Se hace imprescindible poner especial cuidado en la aplicación de los contactos sobre la pieza, con el fin de asegurar el contacto y evitar la formación de chispas y calentamientos locales que podrían dañar la superficie de la pieza. Esto tiene especial importancia cuando se trata de examinar piezas de acero cuyo contenido en carbono es de un 0,3% o superior. Existen equipos que disponen de una o de una serie de bobinas de diferentes tamaños, pero si no se dispone de uno de estos equipos, un cable aislado arrollado a la pieza puede hacer el mismo efecto y permitir la magnetización longitudinal de la zona que interesa examinar. 4.3.3.3. APLICACIÓN MAGNÉTICAS DE LAS PARTÍCULAS 4.3.3.2.2.4. Magnetización con bobina o solenoides Como ya se ha indicado al referirnos a los campos magnéticos inducidos (Apartado 4.3.3.1.l., Fig. 4.3.3.2.b), cuando una corriente eléctrica, continua o alterna, circula por un conductor que se arrolla, formando una bobina de una o más vueltas, se crea un campo magnético cuyas líneas de fuerza, en el interior de la bobina o solenoide, son paralelas a su eje. Si, en estas condiciones, introducimos en el núcleo de la bobina una barra de un material ferromagnético, de modo que su eje coincida con el de la bobina, o sea paralelo al mismo, la barra se magnetizará longitudinalmente. Este método de magnetización está particularmente indicado para efectuar el examen por partículas magnéticas en aquellos objetos cuya longitud es considerablemente mayor que su diámetro o sección transversal. El valor del campo en el interior de la bobina (Apartado 4.3.3.1.l.) es igual al producto de la intensidad de la corriente que circula por ella y el número de vueltas de que está formada. Esta circunstancia permite actuar sobre uno cualquiera de estos valores para conseguir el valor adecuado del campo magnético. Aunque, como se acaba de indicar, el valor del campo es independiente del diámetro de la bobina, las dimensiones de la misma son de la mayor importancia para conseguir una correcta magnetización de la pieza. A este fin es preciso considerar fundamentalmente dos factores. En primer lugar se ha de tener en cuenta la relación entre el área de las secciones transversales de la bobina y de la pieza, esta relación o “factor de llenado” entre ambas secciones determina el que se consiga, o no, un campo adecuado en la pieza. Sobre este particular, cabe indicar que, en general, no conviene que el diámetro de la bobina sea del orden de 10 veces superior al de la pieza. En segundo lugar, la relación de la longitud de la bobina a la de la pieza también es importante, especialmente cuando se trata de examinar piezas de gran longitud. Si bien, lo ideal es que la longitud de la bobina sea igual a la de la pieza, en la práctica lo normal es utilizar bobinas bastante más cortas, haciéndose, por tanto necesario, varias etapas para magnetizar y examinar piezas de gran longitud. A este respecto, cabe indicar que si se toma como referencia el plano central de la bobina es posible conseguir una magnetización efectiva sobre una longitud de la pieza del orden de 6 a 9 veces la de la bobina, tomada a cada lado de la misma, es decir con una bobina cuya longitud sea de 25 mm, se Las partículas magnéticas que, una vez magnetizada la pieza, han de ser aplicadas sobre su superficie para detectar los campos de fuga que se originan en las discontinuidades, pueden ser clasificadas, en primer lugar, teniendo en cuenta el medio que se utilice para su aplicación sobre la pieza: si el medio empleado es el aire, el método de aplicación se denomina “por vía seca”, mientras que si se utiliza un líquido, se designará como “por vía húmeda”, cualquiera que sea la naturaleza del líquido empleado para la dispersión de las partículas. A su vez y, al objeto de favorecer su visibilidad y contraste, estas partículas podrán ser coloreadas e incluso fluorescentes. Resumiendo, se puede indicar que según su tipo y método de aplicación, las variantes a considerar en las características de las partículas magnéticas son las siguientes: - Partículas coloreadas Partículas fluorescentes - Aplicación por vía seca Aplicación por vía húmeda. Ahora bien, estas cuatro características no son suficientes para llegar a conocer las propiedades de las partículas, sobre todo si se tiene en cuenta que de este conocimiento exacto de sus propiedades y de su posterior aplicación a su selección, permitirá que los ensayos presenten una uniformidad en sus resultados que los haga reproducibles, incluso por distintos operadores. Por lo tanto, se hace preciso conocer el comportamiento de las partículas que vayan a ser utilizadas, tan exactamente como ello sea posible, al menos en lo referente a sus siguientes características: - Propiedades magnéticas Tamaño Forma Movilidad Visibilidad y contraste. 4.3.3.3.1. Propiedades magnéticas Teóricamente la permeabilidad de las partículas empleadas en este método de ensayo, debe ser lo más alta posible. Cuanto mayor sea la permeabilidad tanto Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 más fácilmente capturarán las líneas de fuerza en los campos de fuga ocasionados por las discontinuidades que puedan estar presentes y, por tanto, las indicaciones serán más claras y se producirán más rápidamente. Sin embargo, en la práctica, la importancia de la permeabilidad magnética por ser uno de los factores que intervienen en el conjunto de propiedades que deben tener estas partículas, motiva que su influencia no sea tan decisiva como a primera vista pudiera parecer. Por cuanto a la retentividad y fuerza coercitiva se refiere, su valor debe ser lo más bajo posible. Si en las partículas que se utilicen se alcanzan valores altos para estas características, las partículas tenderán, en su primera utilización, a formar imanes permanentes, tanto más fuertes cuanto más altos sean los valores de la fuerza coercitiva y de la retentividad. Como consecuencia inmediata de esta formación de imanes permanentes, es el que disminuirá la tendencia de las partículas a orientarse por los campos producidos por las discontinuidades, mientras que, por el contrario, tenderán a adherirse magnéticamente a la superficie de la pieza. 30 un medio líquido, permitiendo el que puedan ser utilizados tamaños mucho más pequeños. Por cuanto al tamaño de las partículas se refiere hay que tener en cuenta que si éste sobrepasa ciertos valores no será fácil mantenerlas en suspensión en la el medio líquido, inconveniente que también se pone de manifiesto por el hecho de que su movilidad disminuye, hasta llegar a anularse, cuando disminuye el espesor de la capa líquida en la que las partículas van suspendidas y que moja la pieza. De otra parte, las partículas gruesas presentan cierta tendencia a alinearse formando agrupaciones en forma de cadena que se deforman por la acción de las fuerzas de arrastre del líquido, pudiendo dar lugar a falsas indicaciones. En este sentido, cabe decir que, generalmente, como límite superior para el tamaño de las partículas se suele tomar el de 40 a 60 micras, mientras que no suele fijarse límite inferior para su tamaño. 4.3.3.3.3. Forma de las partículas La forma de las partículas magnéticas es factor de gran importancia sobre su comportamiento, cualquiera que sea el método de aplicación que se utilice. 4.3.3.3.2. Tamaño de las partículas La influencia que el tamaño de las partículas pueda ejercer en la obtención de las indicaciones, es algo que resulta evidente. Si su tamaño es grande, 1ógicamente para conseguir sus desplazamientos serán necesarias fuerzas relativamente grandes que solo los campos de fuga de gran intensidad podrían proporcionar, mientras que las pequeñas discontinuidades no darían ninguna indicación. Por el contrario, si las partículas fuesen de muy pequeño tamaño o muy finas, es posible que se produzcan falsas indicaciones. El problema del tamaño de las partículas magnéticas no debe ser estudiado aisladamente debido, principalmente, a la necesidad de tener que considerar conjuntamente el método de aplicación de las mismas. Cuando se trate del método de aplicación por vía seca, la sensibilidad para las discontinuidades de pequeño tamaño aumenta, al menos de una forma general, al disminuir el tamaño de las partículas. Sin embargo, cuando las partículas son muy finas, pueden, aun en piezas con acabado fino, acumularse en las irregularidades superficiales dando lugar a falsas indicaciones que, incluso, pueden llegar a formarse por la presencia de huellas digitales o zonas ligeramente engrasadas. Por tanto, en este método de aplicación no es aconsejable el empleo de partículas finas, ya que pueden dar lugar a problemas de interpretación. Consecuentemente, en la práctica, al emplear este método las partículas no tienen un solo tamaño sino que se hace uso de mezclas de diversos tamaños mezclados en proporciones elegidas cuidadosamente para que mientras las de menor tamaño proporcionen la sensibilidad requerida, las más grandes, dado su mayor facilidad de movimiento pueden ayudar, por su efecto de arrastre sobre las más finas, tanto a localizar las discontinuidades como a evitar la formación de falsas indicaciones. En el método de aplicación de las partículas por vía húmeda, las partículas magnéticas van en suspensión en Dado que las partículas tienden a alinearse siguiendo la dirección de las líneas de fuerza de los campos de fuga, resulta evidente que las partículas alargadas formarán dipolos, norte-sur, con más facilidad que aquellas partículas cuya forma sea redondeada o globular, siempre que se trate de partículas del mismo material. Quiere esto decir que, las partículas alargadas se orientarán mejor y más rápidamente que las redondeadas, lo que en definitiva redundará en una indicación más clara. Esta mayor efectividad de las partículas alargadas, donde se pone más de manifiesto, es cuando se trata de detectar pequeñas grietas, superficiales o subsuperficiales, las cuales, por su naturaleza, dan lugar a campos de fuga muy débiles. La influencia de la forma de las partículas es más acusada cuando la aplicación se hace por vía seca. En este caso, las partículas alargadas, por su natural tendencia a formar agrupaciones en forma de cadena, incluso en el recipiente que las contiene, no fluirán con regularidad por el orificio de salida del aparato que se utilice para su proyección sobre la pieza, lo cual puede llegar a ser causa de que el examen resulte incómodo y laborioso. Por el contrario, si se trata de partículas redondeadas o lobulares, no se presentará este inconveniente, fluirán mejor, pero estas partículas redondeadas proporcionan indicaciones menos claras y cuya formación es más lenta. De todo ello se deduce que, en el caso de tener que efectuar la aplicación de las partículas por vía seca, será preciso mezclar en proporciones convenientes partículas de distintas formas con el fin de que puedan fluir con facilidad y al mismo tiempo proporcionen indicaciones aceptables. Si la aplicación de las partículas se hace por vía húmeda, la influencia de su forma no es tan acusada como en el caso anterior ya que, la presencia de un medio líquido que contiene las partículas en suspensión, da lugar a que su salida a través de la boquilla del aparato de proyección no presente dificultades. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Como última consideración, por cuanto a la forma de las partículas se refiere, cabe indicar que el empleo exclusivo de partículas alargadas encarecería considerablemente el ensayo al tiempo que no reportaría las ventajas que del aumento de coste cabría esperar. 4.3.3.3.4. Movilidad La movilidad de las partículas tiene una influencia decisiva en la formación de las indicaciones ya que cuanto mejor se muevan estas partículas, tanto m s rápidamente se formarán las indicaciones y al mismo tiempo éstas serán más definidas. Cuando se trata del método de aplicación por vía seca se pueden facilitar los movimientos de las partículas golpeando ligeramente o haciendo vibrar la pieza sometida a examen. Esta vibración puede también conseguirse empleando, para magnetizar la pieza, corriente alterna o semirrectificada, ya que estas corrientes someten a las partículas a una vibración de igual frecuencia. En cambio, cuando se trata del método por vía húmeda, este fenómeno de la movilidad es bastante más complejo, ya que en este caso intervienen tres factores: tamaño de las partículas, su densidad y la viscosidad del líquido que actúa como medio de dispersión. La influencia del tamaño de las partículas ya ha sido estudiado anteriormente (Apartado 4.3.3.3.2.) y hemos podido comprobar que las indicaciones se formarían lentamente si no fuera porque se produce la aglomeración de las partículas. Por cuanto a la densidad se refiere, cabe decir que las partículas, magnéticas tienen una elevada densidad, que si bien puede ser reducida recubriéndolas con pigmentos o sustancias más ligeras, esto hace que se modifiquen sus características magnéticas en un sentido desfavorable. Por último, si se aumenta la viscosidad del líquido, la formación de las indicaciones se retardará en la misma proporción ya que las partículas se mueven con mayor dificultad en un medio viscoso. Como puede apreciarse, en cualquier caso, la movilidad de las partículas está muy lejos de ser la ideal siendo necesario alcanzar una solución de compromiso entre esta propiedad y las restantes para conseguir resultados convenientes. 4.3.3.3.5. Visibilidad y contraste Resulta evidente que estas dos propiedades, visibilidad y contraste, son de la mayor importancia ya que de nada serviría el que se formasen indicaciones rápidas y nítidas si después no fuesen claramente perceptibles sobre la coloración de fondo de la superficie de la pieza. Es por ello, por lo que se fabrican partículas coloreadas sin que la capa de colorante afecte, al menos en forma decisiva, a sus características magnéticas. En la actualidad es posible encontrar en el mercado partículas magnéticas grises, negras, blancas, amarillas o rojas, permitiendo esta gama de colores un contraste adecuado 31 y suficiente sobre la casi totalidad de las superficies que han de ser observadas. En determinadas ocasiones, sobre todo en trabajos de gran responsabilidad, se puede recurrir a cubrir la superficie de la pieza con una pintura adecuada. Sin embargo, no es frecuente el tener que recurrir a este artificio ya que existen partículas magnéticas fluorescentes cuyas indicaciones al poder ser observadas en cámara oscura con luz negra, proporcionan una visibilidad y un contraste que pueden estimarse como óptimos. Por último y, por cuanto a estas partículas magnéticas se refiere, se ha de tener en cuenta que magnéticamente las partículas fluorescentes son las menos sensibles, pero esta desventaja es solo aparente ya que se encuentra ampliamente compensada por el hecho de que es suficiente un pequeño número de partículas sobre la discontinuidad para conseguir su visualización. 4.3.3.4. INTERPRETACIÓN DE LAS INDICACIONES Para la correcta interpretación de las indicaciones proporcionadas, por cualquiera que sea el método de ensayo no destructivo que se utilice, es aconsejable: - Conocer la naturaleza del material que constituye la pieza objeto del ensayo, así como el historial de fabricación de la misma (proceso de fabricación y tratamientos térmicos a que ha sido sometida). - Heterogeneidades o discontinuidades que con carácter específico pueden presentarse con frecuencia en cada una de las etapas de fabricación. - Efectuar, si es que se juzga necesario, ensayos complementarios, aplicando cualquier otro método de ensayo con el fin de disponer de información suficiente para la identificación de la indicación. Por cuanto se refiere al método de ensayo por partículas magnéticas, se puede afirmar que, en la generalidad de los casos, las indicaciones que proporciona son nítidas y claramente definidas siempre que procedan de discontinuidades, tales como grietas superficiales, cuyo plano sea perpendicular a las líneas de fuerza del campo magnético. En cambio, si las discontinuidades son subsuperficiales, sus correspondientes indicaciones aparecerán con sus bordes más difusos. Esto mismo ocurrirá con las heterogeneidades de morfología cilíndrica, ya que éstas como las inclusiones alargadas presentan o suponen un menor obstáculo a las líneas de fuerza del campo magnético. Las discontinuidades o heterogeneidades de morfología esférica, tales como las cavidades y poros, son poco detectables por este método de ensayo, ya que en el mejor de los casos, dan lugar a indicaciones poco definidas. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.3.5. DESMAGNETIZACIÓN c. Todos los materiales ferromagnéticos, después de haber sido sometidos a un campo magnético y una vez que ha cesado su acción, presentan un cierto magnetismo residual o remanente, cuya intensidad dependerá de la retentividad del material. Este magnetismo remanente puede ser despreciable para materiales tales como aceros blandos de bajo contenido en carbono (baja retentividad), mientras que puede alcanzar valores altos en materiales duros, pudiendo llegar a ser del orden de magnitud de los valores que se pueden alcanzar en las aleaciones especiales para imanes permanentes, cuando de éstas se trate. d. Aunque no siempre es necesaria la desmagnetización, sobre todo si se tiene en cuenta que a veces es más fácil magnetizar una pieza que desmagnetizarla y que en general este proceso implica un tiempo y coste adicionales, resulta conveniente prestar atención a este problema y considerar cuando es y cuando no es necesaria la desmagnetización. Entre las razones que aconsejan proceder a desmagnetización conviene destacar las siguientes: - - - - - la Que el magnetismo remanente pueda afectar al correcto funcionamiento de equipos o aparatos incorporados en la estructura donde va montada la pieza, parte o componente examinado. Que durante las operaciones de mecanizado posteriores al examen y como consecuencia del campo remanente se puedan producir retenciones de viruta que puedan afectar al acabado final de la pieza. Que pueda afectar a determinados procesos de soldadura eléctrica por arco, ya que, si el campo es suficientemente intenso puede afectar sensiblemente a la estabilidad del arco. Que al poder retener determinadas cantidades de metal e incluso de partículas magnéticas, éstas puedan actuar como abrasivo y causar daflos en partes móviles. Que pueda impedir la correcta limpieza de las piezas después del ensayo, lo cual podría dificultar operaciones posteriores tales como las de plaqueado o pintura. De todas formas, aunque la desmagnetización no es necesaria en casi todos los demás casos, generalmente se practica como una operación más del método de ensayo sin que tenga un objetivo específico. En otras circunstancias, existen razones por las cuales la desmagnetización no es necesaria. Entre estas últimas razones se pueden destacar las siguientes: a. b. Que el material sea de baja retentividad. Que la pieza vaya a ser sometida a un tratamiento térmico a temperatura superior a la del punto de Curie (770º C). 32 Que la pieza vaya a ser magnetizada en posteriores procesos de fabricación. Que el campo magnético residual no afecte a la función que la pieza tenga que realizar en servicio. 4.3.3.5.1. Límites y sistemas de desmagnetización Siempre que una pieza que no ha sido magnetizada se somete a la acción de un campo magnético, el campo en la pieza pasa de un valor cero al que corresponde al punto de saturación a lo largo de su curva de magnetización y, una vez magnetizada la pieza, no podrá ser desmagnetizada completamente por procedimientos de tipo magnético, ya que por tener la fuerza coercitiva un cierto valor en todos los aceros el único camino práctico para alcanzar la desmagnetización total es el de calentar la pieza por encima del punto de Curie. De todas formas conviene indicar que, en general, el límite inferior de desmagnetización queda definido por el valor del campo magnético terrestre (aproximadamente unos 0,5 Oe). Existen varios métodos para conseguir de una forma más o menos efectiva la desmagnetización, pero todos ellos operan bajo el mismo principio: someter a la pieza a la acción de un campo magnético alterno cual intensidad va disminuyendo gradualmente hasta anularse. La figura 4.3.3.10., muestra la variación del ciclo de histéresis así como su descomposición en las variaciones del campo y de la inducción en la pieza. Como puede verse en estas curvas, a medida que va disminuyendo el campo en cada ciclo, al mismo tiempo disminuye la inducción en la pieza llegando ambos valores a anularse simultáneamente. Para que esto ocurra así es preciso que el campo inicial sea suficientemente intenso para vencer la fuerza coercitiva y de esta manera conseguir la inversión del campo residual de la pieza. De lo expuesto se deduce la importancia que tiene la alternancia del campo para conseguir una desmagnetización efectiva. Cuanto menor sea el número de ciclos, mayor será la penetración del campo en la pieza y más fácilmente se conseguirá la desmagnetización en toda su masa. Posiblemente de todos los métodos de desmagnetización que se utilizan en la práctica, el de mayor aplicación es el que emplea corriente alterna normal de 50 Hz así como, cuando se quiere conseguir una mayor penetración y en consecuencia una mayor eficacia, utilizar una frecuencia menor, por ejemplo, 10 Hz. Generalmente, para conseguir la desmagnetización, se hacen pasar las piezas a través de una bobina por la que circula la corriente alterna. De esta forma las piezas quedan sometidas a un campo magnético alterno, pero de intensidad máxima constante. Para conseguir que el campo vaya disminuyendo de una forma progresiva, existen dos procedimientos: el primero consiste en mover la pieza desde el núcleo de la bobina hacia el exterior, con lo cual el campo a que está sometida la pieza ir siendo cada vez menor. El segundo procedimiento mantiene fija la pieza en el interior de la bobina y mediante un Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 potenciómetro se va reduciendo la intensidad de la corriente. También puede ser utilizada la corriente continua para la desmagnetización. Ahora bien, en este caso se requiere un equipo más complejo, ya que, además de un reostato para disminuir la corriente, se hace necesario un dispositivo para poder invertir el sentido del paso de la corriente cada cierto periodo de tiempo. Esto, sin embargo puede resultar ventajoso, pues al poder hacer que estos periodos de tiempo puedan ser relativamente largos (0,5 a 1 seg) se alcanza la desmagnetización en toda la masa de la pieza. Para desmagnetizar piezas de gran tamaño se hace uso de yugos magnéticos alimentados con corriente alterna y provistos de un dispositivo que permita disminuir la intensidad de la corriente. 33 Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.4. RADIOLOGIA INDUSTRIAL 4.3.4.1. INTRODUCCIÓN. La radiología industrial estudia la teoría y aplicación las radiaciones X y gamma, fundamentalmente en cuanto se relaciona con la obtención de la radiografía, entendiéndose como tal la imagen fotográfica producida por un haz de cualquiera de estas radiaciones ionizantes, y que tiene por finalidad, basándose en la propiedad de las mismas de atravesar los materiales opacos a la luz y de ser absorbidos en mayor o menor proporción según la naturaleza y el espesor de los materiales atravesados, obtener una imagen lo más nítida y fiel de las proyecciones de los defectos que puedan existir en el objeto examinado. La imagen radiográfica se produce como consecuencia de la propiedad de estas radiaciones de impresionar una emulsión fotográfica y de la distribución variable de la intensidad de la radiación que emerge del objeto radiografiado, debido, principalmente, a las diferencias de espesor o a la presencia de sustancias extrañas al material que lo constituye. En consecuencia, la radiografía no es más que la materialización de una sombra o “imagen radiográfica” proyectada sobre una película fotográfica u otro medio de detección, por un objeto situado entre la película y el foco emisor de la radiación. L0 d 0 Li d 0 t o bien Li 34 L0 (d 0 t ) d0 Lo cual nos permite deducir que el tamaño de la imagen Li, será mayor que el tamaño del objeto L 0 a no ser que éste, considerado su espesor despreciable, se encuentre en contacto con la pantalla, d0 + t = d0. Dependiendo de la posición relativa del foco e la radiación, el objeto y la pantalla, se pueden producir fenómenos de distorsión de la imagen (Figura 4.3.4.2). Con el fin de evitar en lo posible estos fenómenos de distorsión, se ha de procurar que el haz de radiación sea perpendicular a la pantalla o película y que ésta, a su vez, sea, en nuestro caso, paralela al objeto radiografiado. Si estas condiciones no se cumplen, la imagen radiográfica se presentará deformada. 4.3.4.2.1. Penumbra geométrica. Los focos emisores de radiación X y las fuentes de radiación gamma, al igual que las fuentes luminosas, tienen en la práctica unas dimensiones finitas. En este caso, cada punto de foco o fuente emisora de radiación se comporta como si estuviera aislado y da lugar a la formación de un sombra; la superposición de estas sombras reduce las dimensiones de la sombra propiamente dicha, apareciendo ésta rodeada de una zona menos iluminada, que es la “penumbra” y que podemos designar como penumbra geométrica. La distancia foco-pantalla, o bien, en el caso de la radiografía, foco-película (Fig. 4.3.4.3) para reducir a un valor mínimo el valor de la penumbra geométrica, depende de las dimensiones del foco emisor de la radiación y de las distancias foco-objeto y objeto-película. El valor de esta penumbra viene dado por la ecuación: Ug 4.3.4.2. FACTORES GEOMÉTRICOS. Para conseguir una radiografía con una nitidez satisfactoria, es necesario tener en cuenta los principios fundamentales de la formación de la sombra o imagen radiográfica. Si consideramos una pantalla o película, iluminada por una fuente o foco de radiación puntual F y situamos entre ambos un objeto, sobre la pantalla aparecerá una sombra o silueta del objeto. (Figura 4.3.4.1). Teniendo en cuenta la semejanza de los triángulos podemos escribir que: Ft d0 en la cual: Ug = penumbra geométrica. F = tamaño del foco o fuente de radiación. t = espesor del objeto. Si durante la exposición radiográfica se mueve la fuente emisora de la radiación, el objeto que se radiografía o la película, los contornos de la imagen aparecerán borrosos. Dado que la falta de definición o nitidez ocasionada es análoga a la producida por la penumbra geométrica Ug, se designa este factor como “penumbra del proceso” Up, incluyéndose en él la penumbra que se produce a consecuencia del proceso de revelado y fijado de la película. La nitidez de la imagen radiográfica es afectada, además de por la penumbra geométrica y por la debida al proceso, por otro factor que podemos denominar “penumbra Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 interna o inherente” Ui, que depende del tipo de película radiográfica utilizada y de la energía de la radiación empleada. La penumbra, que podemos llamar total depende, esencialmente, de los factores considerados. Ahora bien, si eliminamos las causas de movimiento de la fuente emisora, el objeto o la película, una vez determinado el tipo de película y de radiación que hemos de utilizar, la falta de definición depende únicamente de la penumbra geométrica incluyendo en ésta la debida al proceso. Este valor de la penumbra resulta de la máxima utilidad para el cálculo de la distancia mínima óptima foco o fuentepelícula que nos proporciona una imagen radiográfica de buena calidad. 4.3.4.2.2. Distancia foco-película - D.F.P. Para una distancia foco o fuente objeto do, y un espesor de éste t, la distancia foco-película, teniendo en cuenta que ésta debe estar tan próxima como sea posible a la zona del objeto que se radiografía, la distancia focopelícula será: D.F.P. = do + t como por otra parte, se sabe que el valor de la penumbra es: Ug Ft d0 D.F .P. 4.3.4.2.3 Ley de la inversa del cuadrado de la distancia Cuando la emisión de una radiación X o gamma es constante, cosa que en la práctica puede estimarse como cierta durante la exposición radiográfica, la intensidad de la radiación que llega al objeto viene determinada por la distancia, ya que, como sucede con las fuentes de otras formas de energía, el flujo de la misma o la intensidad total que pasa a través de toda la superficie cerrada que envuelve a la fuente emisora es constante. Por tanto, la intensidad de radiación que atraviesa un elemento al cuadrado de la distancia entre el objeto y el foco emisor. Este principio, que matemáticamente se puede expresar en la forma siguiente: 2 I1 d 2 I 2 d1 2 queda representado gráficamente, en la figura 4.3.4.4. Análogamente, si E1, es la exposición que hemos de dar para obtener una radiografía, trabajando a una distancia foco-película d, la nueva exposición para una distancia d será: 2 E1 d1 E2 d 2 2 sustituyendo valores y considerando el valor que se establezca para la penumbra se tendrá que: Ft t Ug 35 y por tanto E2 E1d 2 2 d1 2 4.3.4.3. FUENTES DE RADIACIÓN. Los rayos X y gamma son radiaciones electromagnéticas -10 cuyas longitudes de onda están comprendidas entre 10 -7 y 10 centímetros. expresión en la que: D.F.P. = distancia mínima foco-película; F = tamaño efectivo del foco o fuente emisora; t = espesor atravesado por la radiación; Ug = penumbra geométrica. Tomando como base las recomendaciones contenidas en el código A.S.M.E., Sección V - NONDESTRUCTIVE EXAMINATION, nos encontramos que para el valor de la penumbra geométrica se establece que estos no deben ser superiores a los siguientes: Espesor del material Penumbra máxima Hasta 51 mm 0,5 mm 51 < t < 76 mm 0,76 mm 76 < t < 102 mm 1,00 mm Superior a 102 mm 1,8 mm En el espectro electromagnético, cuya representación esquemática se muestra en la figura 4.3.4.5, puede apreciarse la zona en que se encuentran las radiaciones X y gamma. Como puede verse, comprenden un campo del espectro en el cual las radiaciones se caracterizan por tener una gran energía y pequeña longitud de onda. Es evidente que en la parte en la que ambas radiaciones se superponen, tendrán idénticas propiedades. Los rayos X se producen cuando un haz de electrones animados de gran velocidad, y por tanto con gran energía, chocan contra un obstáculo, en el caso de los tubos de rayos X, el metal que constituye el anticátodo. Los rayos gamma son emitidos por el núcleo de los elementos radiactivos. Ambas radiaciones presentan unas propiedades características, en las que se basa el método radiográfico para el examen no destructivo de los materiales. Estas propiedades son las siguientes: Atraviesan aquellos materiales que son opacos a la luz. Su poder de penetración depende de la energía de la radiación. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Son radiaciones electromagnéticas, cuya energía es inversamente proporcional a su longitud de onda. No tienen carga eléctrica ni masa. Se propagan en línea recta a la velocidad de la luz. Son prácticamente absorbidas por la materia. El tanto por ciento en que la radiación es absorbida es directamente proporcional a la densidad del material, e inversamente proporcional a la energía de la radiación. Dada su naturaleza, al atravesar un objeto, se producen interacciones con la materia que lo constituye. Pueden ionizar la materia. Como consecuencia de su poder de ionización impresionan la película fotográfica y pueden producir fluorescencia sobre determinados materiales. No son visibles y no pueden detectarse por ninguno de nuestros sentidos. 4.3.4.3.1. Radiación X Teniendo en cuenta que la radiación X se produce siempre que un haz de electrones animados de gran velocidad, chocan contra un obstáculo material cualquiera, para crear condiciones necesarias para que esto se produzca será preciso disponer de una fuente de electrones (cátodo), un obstáculo material que actúe como blanco y contra el cual choquen los electrones (anticátodo) y algún medio para acelerar estos electrones y provocar su choque contra el anticátodo a la velocidad suficiente para producir la radiación deseada. Estas condiciones se consiguen en el tubo de rayos X. el tubo de radiación o tubo de rayos X (Figura 4.3.4.6), está constituido esencialmente por una ampolla de vidrio, en cuyo interior se colocan el filamento (cátodo) y el anticátodo (ánodo), y de la cual se ha extraído aire hasta alcanzar un grado de vacío del orden de 0,01 a 0,001 mm/Hg. Determinados materiales gozan de la propiedad de que, al ser calentados, sus electrones adquieren un grado de agitación o movilidad que puede llevarles a que se desprenda del material y den lugar a electrones libres, este fenómeno se conoce como emisión termoiónica. Estos electrones libres forman una nube alrededor del material de que se han desprendido. El cátodo o fuente de electrones, en un tubo de rayos es el filamento, el cual está formado por un hilo, generalmente de volframio, que llevado a una temperatura suficiente, emite electrones. La cantidad de electrones emitidos depende de la temperatura alcanzada por el filamento, temperatura que puede ser regulada variando la intensidad de la corriente alimentación del filamento. La generación de la radiación X tiene lugar siempre que electrones con alta velocidad chocan contra cualquier materia, sea cual sea el estado, sólido, líquido o gaseoso en que se encuentre. Cuanto mayor sea el número atómico del material que forma el antícátodo o blanco 36 contra el que han de chocar los electrones, tanto mayor será el rendimiento en la generación de la radiación X. Teniendo en cuenta que una gran parte de la energía que lleva el electrón, se transforma en calor, el anticátodo debe ser buen conductor térmico para que el calor se disipe con facilidad y el tubo pueda tener una refrigeración efectiva. Todo ello hace que, en los tubos de radiación actuales, el anticátodo esté constituido por un bloque de metal buen conductor del calor, generalmente cobre, en el cual se disipa adecuadamente, en el se coloca una pieza de metal del alto punto de fusión, de forma variable y con una inclinación de 20 a 30º con respecto a la dirección del eje del haz de electrones que provienen del cátodo. El metal que forma esta placa suele ser volframio, el cual constituye el verdadero anticátodo. Por lo tanto, comunicando carga positiva al ánodo y negativa al cátodo, se podrá crear entre ambos electrodos una diferencia de potencial que acelere el movimiento de los electrones libres que, emitidos por el cátodo, irán a chocar con gran velocidad sobre el anticátodo. Este es el principio básico que se utiliza en todos los tubos de rayos X. 4.3.4.3.1.1. Intensidad y calidad de la radiación. En términos generales, se llama “calidad” de una radiación a la energía de sus fotones, lo que determina que vaya íntimamente ligada a la longitud de onda de la radiación de que se trate. En el caso de la radiación X, la longitud de onda de la radiación emitida y, en su consecuencia, su poder de penetración, depende de la tensión de excitación (kV); ahora bien, las variaciones en la tensión de excitación afectan no solamente a la calidad, sino también intensidad de la radiación, es decir, que un aumento en la tensión de excitación implica un aumento simultáneo en el poder de penetración y en la intensidad de la radiación En efecto, la radiación emitida por un tubo de posee un espectro (Figura 4.3.4.7), en el que sobre el fondo del espectro continuo se superpone el de la radiación característica propia del elemento que constituye el anticátodo. Como la longitud de onda de la radiación está determinada, aunque solo en parte, por la energía del electrón que la produjo al chocar contra el anticátodo, se deduce que, al aumentar la tensión de excitación, se aumentará la energía de la radiación y aparecerán radiaciones con menor longitud de onda, la Figura 4.3.4.8 indica lo que ocurre al aumentar la tensión de un valor V a otro valor 2V. Puede apreciarse que el aumentar la tensión aplicada al tubo afecta no solamente a la calidad, sino también a la intensidad de la radiación. Cuando lo que se varia es el valor de la intensidad de la corriente que circula por el tubo, su efecto queda representado en la Figura 4.3.4.9, en la que puede verse cómo al pasar de un valor de la intensidad M a otro 2M, esta variación hace que se modifique la intensidad del haz, sin que aparezcan nuevas longitudes de onda. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.4.3.2. Radiación gamma. La radiación gamma se produce en la desintegración del núcleo de las sustancias radiactivas. La desintegración del núcleo de una sustancia radiactiva natural va acompañada de la emisión de una o más formas de radiación que se denominan radiaciones alfa, beta y gamma, cuyas características principales son las siguientes: a. b. c. Radiación o partículas alfa - Los rayos alfa son núcleos de helio que constan de dos protones y dos neutrones. Esta radiación aunque posee una gran energía cinética, su poder de penetración es pequeño. Dada la constitución de su núcleo tienen carga positiva. Radiación o partículas beta - los rayos beta son electrones y, al igual que la radiación alfa, su poder de penetración es muy pequeño. Radiación gamma - La radiación gamma es una radiación electromagnética de la misma naturaleza física que los rayos X, presentando, en general, menores longitudes de onda que éstos. La intensidad de la radiación gamma y su longitud de onda quedan determinadas por la naturaleza del isótopo que la emite, no pudiendo ser modificada, detenida o controlada Los radioisótopos generalmente utilizados en la radiografía industrial son artificiales. Uno de los isótopos que ha sido utilizado en radiografía industrial, el Cesio137, se obtiene como un subproducto de la fisión nuclear. El procedimiento más ampliamente utilizado para crear radioisótopos, consiste en bombardear con neutrones determinadas sustancias. Esto hace que los núcleos de los átomos bombardeados sufran un cambio, producido, generalmente, por la captura de neutrones, que los inestabiliza y los hace radiactivos. Radioisótopos obtenidos por este procedimiento son: el Cobalto 60, el Iridio 192 y el Tulio 170. Estos isótopos, obtenidos artificialmente, emiten radiación gamma, partículas alfa y partículas beta; es decir, se comportan exactamente igual que lo hacen los isótopos naturales. La tabla 4.3.4.1 resume las principales características de estos isótopos. Contenedores o gammágrafos. Debido a que las fuentes radiactivas están emitiendo su radiación continuamente, estas fuentes tienen que manejarse y deben estar contenidas en contenedores o gammágrafos que al tiempo que permiten su utilización en forma fácil y segura, garanticen una protección eficaz contra la radiación que emiten aún cuando no se están utilizando. Uno de estos, gammágrafos es el que puede verse en las Figuras 4.3.4.10 y consta de: a- Contenedor - Es una caja de chapa de acero en cuyo interior se aloja un bloque de plomo o uranio-238 que constituye el blindaje, en el que la fuente queda encerrada cuando no se hace uso de ella. Dentro de la caja existen unos microcontactos que encienden unos pilotos 37 indicadores de la posición en que se encuentre la fuente. En los extremos de la caja se sitúan dos conectores: uno para la manguera portadora del cable de arrastre, y otro para aplicar a él la manguera o guía por la cual se llevará la fuente a suposición para la exposición b - Bobina de arrastre - La bobina de arrastre o mando para la maniobra de llevar o retirar la fuente al lugar en que ha de hacerse la exposición, no es más que un carrete o bobina en la que puede recogerse la manguera de arrastre, una manivela para efectuar el desplazamiento del cable que lleva la manguera en su interior y un panel con tres pilotos que nos indican la posición en que se encuentra la fuente: GUARDADA, en el interior del blindaje; ABIERTA, fuera del blindaje o EXPOSICION cuando se encuentra en el lugar en que ésta se efectúa. c - Interruptor de emplazamiento - Al final de la manguera de emplazamiento va situado un terminal metálico, generalmente construido con una aleación ligera, en forma de tubo cerrado por un extremo, o un colimador. El primero cuando se trata de hacer exposiciones panorámicas y el segundo cuando se trata de trabajar con un haz direccional. Ambos dispositivos incorporan un interruptor, que es accionado por la cápsula que contiene la fuente, que enciende el piloto que indica que ésta se encuentra en exposición. d - Montaje de la cápsula - La cápsula que contiene la fuente suele ir montada en el extremo de un cable de poca longitud, cuyo otro extremo lleva un conector al que se acopla el cable de arrastre. 4.3.4.3.2.1. Intensidad y calidad de la radiación. Cuando nos referíamos a la intensidad y calidad de la radiación X, vimos, que la intensidad de la radiación emitida por un tubo de rayos X dependía del flujo de electrones que pasa por el tubo; es decir, de la intensidad de corriente que circula por el tubo, cuyo valor se mide en miliamperios (mA), mientras que la calidad de la radiación o, lo que es igual, la energía de sus fotones y en su consecuencia la longitud de onda de la radiación, depende de la tensión de excitación (kV). En el caso de las sustancias radiactivas, al ser su transformación un fenómeno absolutamente independiente de toda acción exterior, no puede ser modificado por ningún agente físico exterior (temperatura, campo magnético o eléctrico, etc.), resultando que la calidad de la radiación gamma emitida por un isótopo radiactivo depende única y exclusivamente del isótopo de que se trate. A diferencia de lo que ocurre con el espectro de la radiación X, el espectro de la radiación gamma está integrado por una serie discreta de energías que dan lugar a una serie de líneas. La figura 4.3.4.12 muestra la distribución de las 10 líneas características del espectro del iridio 192. La intensidad de una radiación gamma queda determinada por la actividad de la fuente emisora. Como tal “actividad” se entiende el número de desintegraciones Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 en la unidad de tiempo que se producen en una sustancia radiactiva; es decir, la actividad representa la velocidad de desintegración de la fuente en ese momento. La unidad con que se mide la actividad es el Curio (Ci) y representa, aproximadamente, la que tiene 1 gr de Radio. Como cada fotón gamma procede de la desintegración de un núcleo, es posible definir exactamente el curio en función del número teórico de núcleos que se desintegran en 1 gr de 10 radio. Este número es 3,7 x 10 desintegraciones por segundo; por lo tanto: 1 Ci = 3,7 x 10 10 38 en la cual, es la “constante de desintegración” y representa la probabilidad de desintegración de un núcleo del elemento de que se trate. Integrando la ecuación anterior, se tiene que: N = No e - T Evidentemente, N puede ser sustituido por la actividad, con lo cual esta expresión se convierte en: desintegraciones/segundo A = Ao e - T El cociente actividad/peso de la fuente, recibe el nombre de “actividad específica” de la misma. Dos fuentes que tengan la misma actividad (Ci) pero con actividades especificas diferentes, tendrán distintas dimensiones, siendo la de mayor actividad especifica la menor de ellas. Para los radioisótopos de aplicación radiográfica, su actividad especifica es importante ya que, cuanto menor sea la fuente, tanto mejor será la calidad de la imagen radiográfica que se pueda obtener. Al igual que ocurre en la radiación emitida por un tubo de rayos X, la cantidad de radiación emitida por una fuente radiactiva será proporcional al tiempo de exposición y a la actividad de la fuente. Esta cantidad de radiación se mide en Roentgens hora a la distancia de un metro y por curio (R.h.m/Ci). El roentgen es la dosis de exposición y se define como la cantidad de radiación X o gamma que produce en 0,001293 gr de aire, en condiciones normales, iones con 1 v.e.e. de cantidad de electricidad de cualquier signo. De acuerdo con estas características de la radiación gamma las fuentes de Cobalto 60 se utilizan para espesores gruesos, no debiendo emplearse para espesores menores de 50 mm en acero por la baja calidad obtenida. En el caso Iridio 192 los espesores a radiografiar en acero están entre 12 y 63 mm (Tabla 4.3.4.1). 4.3.4.3.2.2. Período de desintegración o vida media. En la desintegración de un elemento radiactivo, cada desintegración produce un fotón. En principio, resulta evidente que, a medida que se van desintegrando átomos quedan menos por desintegrar, aumentando por tanto el número de átomos estables. Teniendo en cuenta que la actividad representa la velocidad de desintegración en un instante determinado, esta velocidad será proporcional al número presente de átomos inestables, potencialmente capaces de emitir radiación. Sea No el número de átomos de un elemento radiactivo inicialmente existentes y N el número de átomos de dicho elemento al cabo de un tiempo T contado a partir del momento inicial, la ley que rige la velocidad de desintegración es la siguiente: dNo No dT Como puede verse la actividad decrece con el tiempo sin llegar a anularse. En cierto momento, Ao = 2A. El intervalo de tiempo necesario para que esto ocurra se conoce como período de semidesintegración o vida media ya que como se deduce fácilmente: 1/2 T =ln 2/ 4.3.4.4 ABSORCIÓN DE LA RADIACIÓN. Cuando la radiación atraviesa un material, lo mismo que cuando la luz atraviesa un medio diáfano, la absorción depende del espesor del material, de su naturaleza y de la longitud de onda de la radiación. Si bien el mecanismo de la absorción de la radiación por los cuerpos es bastante complicado, esquemáticamente obedece a la siguiente ley: I = Io e - t en la que: Io I = intensidad de la radiación incidente. = intensidad de la radiación emergente. t = coeficiente de absorción lineal. = espesor del material absorbente. El átomo se concibe como formado por un núcleo pesado, conteniendo protones y neutrones, a cuyo alrededor, en distintas órbitas o capas, se encuentran girando los electrones. El volumen ocupado por el núcleo es considerablemente menor que el total del átomo, lo cual hace que, al ser también muy pequeño el de los electrones, la mayor parte del átomo sea un espacio vacío. La diferencia entre los átomos de los distintos elementos reside en el distinto número de protones y neutrones que hay en su núcleo y, como su consecuencia, la cantidad de electrones que giran en las distintas órbitas, todo lo cual influye en el peso de cada átomo. Toda acción que destruya o modifique el estado de equilibrio de un átomo, se llama “ionización” y su consecuencia es la formación de “iones” entendiéndose como tales todos aquellos átomos o partículas subatómicas libres (no formando parte de ningún átomo) con carga eléctrica positiva o negativa. Los electrones Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 39 libres son iones negativos y las partículas libres con carga positiva (p.e., los protones) son iones positivos. Los rayos X y gamma, al atravesar la materia, modifican su equilibrio eléctrico y la ionizan. La energía de la radiación es capaz de desalojar un electrón de la órbita en la que se encontraba y arrancarlo del átomo a que pertenecía y, este electrón, temporalmente libre, puede unirse a otro átomo, quedando el primer átomo cargado positivamente y el segundo negativamente; o sea, una pareja de iones. Esta es la forma en que la radiación X o gamma, neutra y sin masa, que puede ser como “cuantos de energía” que recorren trayectorias electromagnéticas a la velocidad de la luz, interaccionan con la materia, dando lugar a los fenómenos que se conocen como: efecto fotoeléctrico, efecto Compton y producción de pares. exactamente, de los 1,02 MeV. En este caso, cuando el fotón de alta energía (1,02 MeV) pasa por la proximidad de un núcleo se desdobla en un electrón (e-) y en un positrón (e+). El positrón se combina posteriormente con un electrón dando lugar a dos fotones con energía mitad de la primitiva (E = h/2); en este caso igual a 0,51 MeV, que están sujetos al efecto Compton y al fotoeléctrico. Efecto fotoeléctrico - Cuando los rayos X (fotones) pasan a través de la materia, la energía del fotón puede transmitiese o cederse a un electrón cortical. Parte de esta energía se invierte en arrancar el electrón de su órbita y el resto en comunicarle velocidad. Como la cantidad de movimiento debe conservarse en el proceso, éste sólo puede ocurrir cuando está presente, por lo menos, una tercera partícula capaz de compartir la cantidad de movimiento con el fotón y el electrón. De acuerdo con esto, el efecto fotoeléctrico es una interacción con todo el átomo y nunca puede tener lugar con los electrones libres. Como consecuencia de cuanto ha sido expuesto, se puede admitir que, cuando la radiación atraviesa un cuerpo (Figura 4.3.4.14), las dos formas básicas de la radiación que emergen son: radiación primaria no modificada y radiación secundaria modificada. La radiación primaria es la que ha seguido una trayectoria rectilínea desde la fuente emisora a través del material que se va a examinar, sin que se hayan producido en ella fenómenos de absorción o desviación. Este es el componente de radiación útil registrado y medido en el examen radiográfico. La expulsión de un electrón cortical y el reajuste electrónico subsiguiente da lugar a la emisión de la radiación X característica del elemento de que se trate. Por lo tanto, el efecto fotoeléctrico tiene lugar cuando un fotón provoca la expulsión de un electrón de la capa cortical K y al producirse la transferencia de un electrón exterior a esta capa se produce la emisión de otro fotón de menor energía que el incidente (Figura 4.3.4.13). Efecto Compton - En el efecto Compton (Figura 4.3.4.13), el fotón al interaccionar con un electrón, libre o ligado, le transfiere parte de su energía y es impelido según las leyes del choque elástico. El fotón pierde energía, perdiéndola del único modo posible, o sea, aumentando su longitud de onda. Este fotón con menor energía continúa su camino, siguiendo una trayectoria que forma un cierto ángulo con la que originalmente traía. Este proceso, que va debilitando progresivamente al fotón, se repite hasta que el efecto fotoeléctrico lo absorbe por completo. En el trabajo radiológico, este efecto se manifiesta como el resultado de las múltiples interacciones individuales fotón-electrón. Estos fotones difundidos, al ser menos penetrantes y poder sufrir nuevas interacciones se degradan rápidamente, llegando a ser absorbidos por el material. Como resultado se tiene que sobre la película radiográfica, además de la radiación primaria formadora de la imagen, se superponen los fotones dispersos que pueden emerger del objeto y que afectan desfavorablemente a la calidad radiográfica. Formación de pares - Este efecto (Figura 4.3.4.13) solo se produce con fotones de alta energía y en la radiografía convencional sólo tiene cierto interés a partir, El resultado de este proceso es una degradación de la energía de los fotones que sufren esta interacción, aunque por el contrario el número de fotones creados duplica al de los originales. De otra parte, los nuevos fotones son difusos, esto es, tienen direcciones distintas de la primitiva del haz. La radiación que ha sufrido alteración o cambio por el mecanismo de la absorción o difracción se denomina radiación secundaria o modificada. En efecto, los tres procesos anteriores: efecto fotoeléctrico, efecto Compton y formación de pares, liberan electrones que se mueven con distintas velocidades y en varias direcciones. Como la radiación X se engendra siempre que hay electrones libres que chocan contra la materia, resulta que la radiación X al atravesarla, da lugar a una radiación secundaria. Esta radiación secundaría es una componente, no la principal, de la que se conoce con el nombre de radiación dispersa o difusa. La componente principal de esta radiación dispersa está constituida por los fotones debilitados por el efecto Compton. Esta radiación dispersa es de baja energía y de dirección totalmente caprichosa, siendo difundida en todos los sentidos por los átomos que constituyen el objeto radiografiado. Además, esta radiación, cuya intensidad crece al aumentar el espesor del objeto, produce sobre la película radiográfica un velo uniforme que reduce el contraste y resta definición a la imagen radiográfica. En relación con la formación de esta radiación difusa, es preciso hacer constar que se puede producir tanto en el propio objeto que se radiografía, como en todos los cuerpos (soportes, suelo, muros, techo, etc.) situados en sus proximidades y a las que la radiación puede llegar y, cuya acción puede llegar a ser de importancia en la relación con la radiación transmitida por el objeto sometido a examen. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. 4.3.4.5. PELÍCULA RADIOGRÁFICO. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 RADIOGRÁFICA. PROCESO 4.3.4.5.1. Películas radiográficas. La película radiográfica es básicamente análoga a la empleada en fotografía. Ambas presentan como componentes fundamentales (Fig. 4.3.4.15) una capa sensible, “emulsión”, que es una suspensión de haluros de plata en gelatina, recubriendo en forma de capa fina (aprox. 0,02 mm) las dos caras de una hoja soporte,, transparente, de acetato de celulosa. La diferencia esencial entre la película fotográfica normal y la película radiográfica es que esta última presenta dos capas de emulsión, una por cada lado del soporte o base, mientras que aquélla tiene una sola capa. De esta forma se consigue reducir el tiempo de exposición y obtener una imagen más contrastada. No obstante, para determinados casos, existen películas radiográficas que tienen una sola capa de emulsión sensible. Estas películas, en general, de grano muy fino, se designan como “películas monocapa”. Las películas radiográficas industriales se clasifican, en cuatro grandes grupos o tipos, en función de su rapidez, contraste y tamaño de grano. El detalle de esta clasificación es el que aparece en la Tabla 4.3.4.2. La acción de la radiación sobre la película radiográfica da lugar a la formación de una imagen latente, la cual es puesta de manifiesto por el tratamiento de revelado y fijado adecuado. La imagen radiográfica así obtenida está formada por las partículas de plata metálica que quedan en suspensión en la gelatina, distribuidas de acuerdo con la cantidad de radiación que ha actuado sobre la película y que dará lugar a distintos grados de ennegrecimiento o diferencias de densidad. El ennegrecimiento que se produce en la película radiográfica, una vez que se ha sometido al tratamiento adecuado, es función de la cantidad de plata metálica depositada por unidad de superficie, dependiendo a su vez de la cantidad de radiación absorbida por la emulsión sensible de la película. El término empleado, tanto en fotografía como en radiología, para designar el grado de ennegrecimiento de una película expuesta a la acción de una radiación es el de densidad fotográfica y se define como: D ln 40 Ii It 1siendo: Ii = Intensidad del haz luminoso que se hace incidir sobre la película para su observación; Cuando se observa una radiografía por transparencia mediante un iluminador (negatoscopio) adecuado, se ve la imagen como variaciones en la intensidad de la luz transmitida a través de las diferentes densidades de la película. La diferencia de densidad entre dos zonas adyacentes se denomina “contraste”. Por ejemplo el contraste C entre dos zonas que presentan densidades D l = 1,5 y D2 = 3,2 será: C = 3,2 - 1,5 = 1,7 El paso de una densidad D1 a otra densidad D2 en dos regiones contiguas no tiene lugar de una forma brusca, sino que existe una zona mas o menos amplia en la que se pueden observar una serie de densidades intermedias, cuanto más estrecha sea esta zona tanto mejor definición presentará la imagen radiográfica (Fig. 4.3.4.16). Los conceptos de contraste y definición, tal y como han sido definidos, dependen de la radiografía en si y para nada de la apreciación del observador, en su consecuencia pueden ser designados como “contraste objetivo” y “definición objetiva”. Ahora bien, el contraste percibido por el observador, al depender de las condiciones en las que la observación se realice y del propio observador, es un “contraste subjetivo”. Este contraste, a diferencia de lo que ocurre con el contraste objetivo, no puede ser medido y depende de un gran número de factores, encontrándose entre los más importantes la intensidad y color de la iluminación, el tamaño del campo observado, el gradiente de densidad, el grado de iluminación del lugar en que se observa la película y el deslumbramiento producido por las zonas que transmiten una gran cantidad de luz. Análogamente, mientras que la definición objetiva puede medirse con un densitómetro, haciendo una serie de medidas a lo largo de una banda que atraviese las zonas contiguas de distinta densidad, existe una “definición subjetiva” que depende del valor de la diferencia de luz transmitida por dos campos próximos, de tal forma que, cuanto mayor sea esta diferencia tanto mejor será la definición subjetiva, es decir, la definición subjetiva queda influenciada por el contraste, de tal forma que en dos imágenes con la misma definición objetiva, aquélla que presente mejor contraste es la que un observador normal considerará como mejor definida. 4.3.4.5.2. Curvas características. Las películas radiográficas, al igual que todas las películas fotográficas, pueden ser comparadas entre si de una forma cualitativa en cuanto se refiere a su rapidez y contraste. No obstante para un mejor conocimiento de las películas y sus posibilidades de aplicación, es preciso realizar un examen cuantitativo de lo que los términos, contraste y rapidez, representan. Para este examen cuantitativo, se determinan las “curvas características”, “curvas sensitométricas” o “curvas H.D.” (Hurter-Driffíeld) de las películas, que relaciona la exposición aplicada a una película con la densidad resultante, obtenida en condiciones de procesado de las películas, previamente establecidas y normalizadas. It = Intensidad de la luz transmitida. D = Densidad fotográfica. La Fig. 4.3.4.17 muestra las curvas características correspondientes a los cuatro tipos de película indicados en la Tabla 4.3.4.2. Si se observan estas curvas, se Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 aprecia en primer lugar que ninguna de ellas comienza en la densidad cero. Esto se debe a que toda película radiográfica presenta una pequeña densidad inherente o “velo”, que puede ser medida sobre una película que no haya sido expuesta y que se ha revelado en condiciones normales. La aparición de este velo se debe, fundamentalmente, a dos causas: en primer lugar a la absorción de luz por el soporte o base y en segundo lugar, a la aparición del velo químico como consecuencia de la acción ejercida por los reactivos químicos utilizados en los baños de revelado y fijado sobre la emulsión. En la curva correspondiente a una película del tipo 4, que es la de una película para ser utilizada con pantallas reforzadoras salinas, se observan las siguientes zonas: Zona AB - la curva es plana, lo que indica que la densidad no aumenta sobre el velo hasta un determinado valor de la exposición. Zona BC - el aumento de la exposición da lugar a pequeños incrementos de la densidad. Zona CD - se caracteriza porque en ella pequeñas variaciones en la exposición dan lugar a considerables aumentos en la densidad. Es la parte más interesante de la curva, ya que corresponde a una película expuesta correctamente. Zona DEF- un aumento de la exposición no determina un aumento sensible en la densidad, cuyo valor máximo se alcanza en F y a partir de él la densidad comienza a disminuir. Esta reversibilidad del efecto fotográfico se denomina solarización. película 4, D2-D1 = 2,8 - 2,18 = 0,62 en consecuencia, la película 2 tiene mejor contraste que la 4. Esto se aprecia claramente en el gráfico, ya que la curva 2 presenta una pendiente mucho más marcada que la curva 4, para la misma zona de exposiciones. 4.3.4.5.3. Procesado de las películas. Una vez realizada la exposición, hay que someter la película a un tratamiento adecuado que permita hacer visible la imagen latente creada por la acción de la radiación. Todas y cada una de las etapas del proceso a seguir para la obtención de la imagen radiográfica deben ser cuidadosamente realizadas, ya que cada una de ellas depende de cómo se haya efectuado la anterior y afecta, a su vez, a la siguiente. Del cuidado que se ponga en el desarrollo de este proceso depende en gran parte que una radiografía sea útil o no. Para obtener los mejores resultados deberán ser tenidas muy en cuenta las siguientes recomendaciones: 1. 2. 3. 4. Estas curvas características permiten explicar las propiedades relativas de las películas. Así por ejemplo, comparando las curvas 2 y 4, puede verse que: a. b. c. d. La película 4 tiene un velo superior al de la película 2. En las zonas bajas de las curvas, las densidades obtenidas con exposiciones iguales son mayores para la película 4 que para la 2, en su consecuencia, la película 4 es más rápida que la 2. En el punto P, donde se cortan ambas curvas y al que le corresponde una densidad igual a 2,8 y un logaritmo de la exposición relativa de 2,07, ambas películas tienen la misma rapidez. Por encima de la densidad 2,5 el contraste de la película 2 continúa aumentando con la exposición, mientras que en la película 4 decrece gradualmente. Asimismo, es posible hacer una comparación cuantitativa del rendimiento en contraste de ambas películas, para lo cual no hay más que comparar las densidades conseguidas en cada una de ellas con dos exposiciones distintas. En el caso a que nos estamos refiriendo, si comparamos las densidades correspondientes a las exposiciones cuyos logaritmos de la exposición relativa son 2,07 y 2,80 se tiene: película 2, D2-D1 = 2,8 - 1,64 = 1,16 41 5. Seguir escrupulosamente las instrucciones que al efecto da el fabricante de la película. Mantener dentro de los límites establecidos las concentraciones de los baños, su temperatura y los tiempos fijados para cada una de las etapas. Utilizar equipos, depósitos, bateas, marcos o colgadores para la película, pinzas, etc., que resistan la acción de los productos químicos que intervienen en el proceso y no contaminen los baños. Emplear las luces de seguridad requeridas por la película y asegurar que los interruptores de la línea de alumbrado de la cámara oscura no puedan ser accionados inadvertidamente y evitar que se vele la película. Mantener una escrupulosa limpieza. La figura 4.3.4.18 resume el procesado manual de las películas. El proceso automático suele ser más rápido y una vez puesto a punto permite la obtención de radiografías de mayor calidad. 4.3.4.6. PANTALLAS REFORZADORAS. De toda la energía disponible en el haz de radiación, solamente una pequeña parte, del orden de un 1%, es aprovechada por la película para dar lugar a la formación de la imagen latente. Al aprovecharse únicamente esta energía para el efecto fotográfico, los tiempos de exposición pueden llegar a ser demasiado largos. Para reducir estos tiempos de exposición a valores adecuados o, lo que es igual, mejorar el rendimiento radiográfico de la energía disponible en el haz de radiación, se recurre a la utilización de las pantallas reforzadoras, que pueden ser de dos clases: fluorescentes y metálicas. a) Pantallas fluorescentes - Las pantallas reforzadoras fluorescentes o salinas tienen como parte activa un Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 42 material fluorescente en polvo, que suele ser volframato cálcico, adherido a una base de plástico o cartón. Cuando la radiación actúa sobre estas pantallas, el material fluorescente que hay en ellas emite luz en cantidad directamente proporcional a la intensidad de la radiación que sobre la pantalla actúa en un determinado punto. Las pantallas se usan en parejas, colocando la película entre ellas, y el conjunto se sitúa en el interior de un chasis o portapelícula. El efecto fotográfico sobre la película, se debe ahora a la acción conjunta de la radiación y la luz emitida por las pantallas. Como esta luz sufre una determinada difusión, la imagen que se obtiene es menos nítida que cuando no se usan pantallas; no obstante, se puede mejorar la calidad de la imagen manteniendo un buen contacto entre las pantallas y la película; pues, de no ser así, la radiografía quedará borrosa y llegará a no ser posible su interpretación. electrones, cuya energía es absorbida por la emulsión de la película, sumándose esta energía a la propia de la radiación incidente en aquel punto. Se llama factor de intensificación al cociente entre el valor de la exposición sin pantalla y con pantallas para obtener el mismo valor de la densidad sobre la película. Las pantallas fluorescentes tienen factores de intensificación altos que permiten reducciones en la exposición del orden de un 95%, siendo ésta la única ventaja que se puede obtener de su aplicación. Debido a la falta de definición que las caracteriza, estas pantallas se utilizan únicamente en aplicaciones especiales, que prácticamente quedan reducidas a los casos en que se requiera un tiempo de exposición corto y siempre que la disposición geométrica del objeto permita protegerlo adecuadamente para disminuir la radiación dispersa. Las pantallas fluorescentes dan lugar a mucha granulación, en especial cuando se emplea radiación de alta energía, lo cual hace que su uso quede limitado a aquellos casos en que se utilice radiación de baja energía. Las pantallas reforzadoras metálicas deben mantenerse perfectamente limpias y libres de polvo, grasa o cualquier suciedad, ya que todas estas cosas son materiales absorbentes de los electrones, con lo cual, al no llegar a la película y no actuar sobre ella queda reducido o anulado su poder de intensificación. Este tipo de pantallas pueden limpiarse con tetracloruro de carbono y si se desea una mayor limpieza, podrá ser utilizado algún abrasivo muy fino que no produzca rayas profundas, pues este tipo de rayas, como las arrugas y grietas darán lugar a que los resultados radiográficos no sean buenos. Para evitar que, en la radiografía, aparezcan sombras motivadas por el polvo y suciedad que al existir sobre las pantallas pueden bloquear o impedir que la luz emitida por ellas llegue a la película, es necesario que las pantallas están bien limpias, que no haya polvo sobre ellas y que su superficie no presente manchas. Siempre que sea preciso limpiarlas, deberán seguirse las instrucciones que dé el fabricante de las pantallas. b) Pantallas metálicas - Las más utilizadas son las de plomo y suelen hacerse de una aleación de plomo y antimonio que es más dura que el plomo puro. Al igual que las fluorescentes o salinas, se usan en parejas, colocando una a cada lado de la película y en contacto con ella. Los grosores de estas pantallas dependen de la energía de la radiación que vaya a ser utilizada, siendo, por lo general más fina la pantalla anterior que es la colocada del lado que incide la radiación que la, “posterior” que es la que va en el lado por el que sale la radiación. Una combinación de espesores muy frecuente es la de 0,10 mm para la pantalla anterior y 0,15 mm para la posterior. Las pantallas de plomo son especialmente eficaces pues además de su acción reforzadora sobre el efecto fotográfico, absorben en gran parte la radiación dispersa que, al no incidir sobre la película, da lugar a que la imagen sea más nítida. La acción reforzadora de estas pantallas metálicas se debe a que, al ser excitados por la radiación incidente, los átomos metálicos liberan El factor de intensificación de las pantallas de plomo es mucho menor que el de las salinas: Puede incluso ocurrir que, al utilizar radiación de baja energía (del orden de los 125 kV), el coeficiente de absorción de la pantalla anterior sea lo suficientemente alto para que se requiera mayor tiempo de exposición que el que sería necesario sin pantallas. Sin embargo, las pantallas de plomo se utilizan siempre que ello es posible, debido a que al absorber la radiación dispersa se mejora considerablemente el contraste y definición de la imagen radiográfica. Estas pantallas de plomo se emplean en casi todas las aplicaciones de la radiación gamma. Como regla general se debe indicar que, la tallas reforzadoras salinas, cuyo empleo está prohibido por algunos códigos, no deberán emplearse más que en aquellos casos en que existe una razón ineludible para ello, en este caso se utilizarán únicamente las denominadas de “alta definición”, debiendo ser citado su empleo en el informe de la inspección, ya que esta técnica entraña una pérdida de definición. En la Tabla 4.3.4.3, se dan los espesores recomendados para las pantallas de plomo en función de la energía de la radiación utilizada. 4.3.4.7. CHASIS O PORTAPELÍCULAS. Las películas y las pantallas reforzadoras, en el caso que éstas sean utilizadas, se colocarán en chasis o porta películas que podrán ser rígidos o flexibles. Dado que los chasis se han de colocar en íntimo contacto con la superficie del objeto a examinar y que en las zonas en las que sea preciso solapar dos chasis, por poder obtener más de una radiografía por exposición, si se tiene en cuenta que la distancia entre chasis y superficie de la pieza no debe ser superior a 4 mm, se utilizarán preferentemente chasis flexibles, con la condición de que se asegure un buen contacto entre las películas y las pantallas. Estos chasis flexibles se construyen con material plástico de poco poder de absorción y opacos a la luz visible. Su forma más frecuente es la de dos bolsas que encajan una en la otra. Los chasis rígidos, que se utilizan cuando se trata de radiografiar objetos planos, se construyen con Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 aleaciones ligeras en forma de caja, cuyo fondo es abatible o puede ser quitado para introducir la película y las pantallas. Una vez realizada esta operación, la tapa o fondo es colocada en su posición y asegurado el cierre mediante un dispositivo adecuado. 4.3.4.8. SENSIBILIDAD Y CALIDAD RADIOGRÁFICA. La percepción de los posibles defectos que se puedan, presentar en una unión soldada, sometida a un examen radiográfico, depende tanto de la calidad de la imagen como de la sensibilidad de la radiografía obtenida. En muchos trabajos radiográficos ambos términos, calidad y sensibilidad radiográfica, se consideran sinónimos, muy especialmente en la detección de defectos de estructura, en cuyo caso, la capacidad, para evidenciar un defecto pequeño, hace que un aumento de la sensibilidad se considere como una mejora de la calidad radiográfica. Sin embargo, al inspeccionar piezas moldeadas de espesor irregular, la posibilidad de cubrir en una sola radiografía una gama de espesores, de forma que la radiografía obtenida ofrezca una sensibilidad aceptable en todas sus partes, puede ser considerada como un criterio de calidad y puede ser preferido a tener un máximo de sensibilidad para un determinado espesor de la pieza. La calidad radiográfica, en este ejemplo, requiere tener en cuenta tanto la visualización de los distintos espesores como la sensibilidad. Con independencia de que un defecto pueda o no ser detectado radiográficamente, la calidad radiográfica depende de una serie de factores, cuya influencia en el resultado final puede ser muy diversa. Los factores de los que, en mayor o menor grado, depende la calidad radiográfica, son los que se relacionan en el diagrama representado en la figura 4.3.4.19. Es evidente que entre calidad y sensibilidad radiográfica existe una cierta relación y buena prueba de ello es que tanto una como otra se basan en los mismos conceptos: contraste y definición. Uno de los métodos más antiguos para medir la sensibilidad es el de colocar sobre el objeto que se radiografía una serie de placas delgadas de diferentes espesores. Estas placas, hechas con el mismo material del objeto a radiografiar, suelen tener unas dimensiones aproximadas de 10 x 10 mm. Obtenida la radiografía, se toma como criterio de sensibilidad la placa más fina cuyo contorno se puede ver sobre la radiografía; el espesor de esta placa es una medida de la sensibilidad conseguida en ese objeto determinado con la técnica empleada. La sensibilidad radiográfica rara vez se expresa directamente como un espesor. Generalmente se define en forma de un tanto por ciento del espesor real del objeto: e S % .100t t expresión en la cual 43 e = espesor de la placa más delgada visible colocada sobre el objeto t = espesor del objeto S = sensibilidad radiográfica. Este valor se denomina “sensibilidad de espesor porcentual” o más corrientemente “sensibilidad de espesor”, llegando a llamarse algunas veces “sensibilidad de con traste”. La utilización del término “sensibilidad de espesor” implica que el espesor adicional se coloca en el lado del objeto más alejado de la película; si se coloca del lado de ésta, se obtendrá un valor distinto para la sensibilidad. A estas placas delgadas de diferentes espesores, bien aisladas o constituyendo un conjunto en forma de cuña escalonada en la que cada placa corresponde a un escalón, se las designa con el nombre de “penetrámetros” o más específicamente como un “penetrámetro de escalones” o “penetrámetro de espesores”. El origen de este nombre además de no ser muy claro es poco afortunado ya que lo que con él se mide no es precisamente una penetración. Como consecuencia de los muchos estudios realizados sobre la sensibilidad y calidad radiográfica, se puede asegurar que, la percepción de los posibles defectos que se puedan presentar en un objeto sometido a un examen radiográfico depende de la calidad de la radiografía obtenida. 4.3.4.8.1. Indicadores de calidad de imagen. La calidad de imagen que es consecuencia de la técnica radiográfica seguida, es necesario plasmarla en un valor numérico y para ello se recurre a los “indicadores de calidad de imagen” (ICI). Esta denominación de “indicador de calidad de imagen”, aceptada por el Instituto Internacional de la Soldadura (I.I.S./I.I.W.), sustituye al término “penetrámetro”, anteriormente utilizado en Europa y aún hoy de uso en algunos países. El indicador de calidad de imagen, que en general es un pequeño dispositivo constituido por un material de naturaleza idéntica, o de propiedades análogas desde el punto de vista de su poder de absorción de la radiación a la del objeto que se radiografía, debe poseer las características esenciales siguientes: a. Ha de ser sensible en sus lecturas a los cambios en la técnica radiográfica seguida para la obtención de la radiografía. b. El método de lectura de su imagen debe serlo más sencillo y concreto posible. Su interpretación debe ser siempre la misma, cualquiera que sea la persona que efectúe la lectura de la radiografía al tiempo que el valor obtenido para la sensibilidad ha de ser correcto y exacto. c. Ha de ser versátil y de aplicación sencilla. Los objetos que se han de radiografiar no tienen espesores normalizados y es conveniente que no sea preciso utilizar Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 una gran variedad de indicadores de calidad. Por otra parte, e indicador ha de poder ser utilizado tanto en superficies planas como en curvas e incluso sobre las que presenten un cierto grado de rugosidad. d. Ha de ser pequeño. Su imagen, que ha de aparecer en la radiografía, no ha de ocultar zonas o partes útiles de la imagen radiográfica, ni debe poder ser confundida con la de un posible defecto. e. El indicador ha de ser preferentemente de fabricación económica y de fácil normalización. f. El indicador ha de incorporar alguna marca o identificación de su tamaño. Cumpliendo con todas o parte de las características anteriores, existe una gran diversidad de indicadores de calidad de imagen. Ante la imposibilidad de estudiar todos ellos nos referiremos a aquéllos de más frecuente uso, que cumpliendo con los requisitos establecidos pueden quedar incluidos en uno de los dos grupos siguientes: 44 Indicadores A.S.T.M. (4T-T-2T) Este es el grupo más importante de los indicadores americanos, siendo, además, el más ampliamente utilizado. Las marcas de identificación, dimensiones, tolerancias y materiales de estos indicadores de calidad de imagen, quedan especificados en la norma A.S.T.M. - E 142 “Standard Method for Controlling Quality of Radiographic Testing” cuyo contenido fundamental es el siguiente: Indicadores americanos de espesor constante. Esta norma ASTM - E 142, al igual que la UNE-EN, ya citada indica que el nivel de sensibilidad radiográfica debe ser por lo menos de un 2%, a menos que en el procedimiento radiográfico no se especifiquen otros niveles más altos o más bajos. Esta norma establece como normales tres niveles de calidad: 2-1T, 2-2T y 2-4T; calificando como especiales otros tres niveles 1-1T 1-2T y 4-2T. En esta designación de los niveles de calidad debe entenderse que el primer número se refiere al grosor del indicador expresado en tanto por ciento del espesor examinado y el segundo indica el diámetro del taladro que debe ser visible. Indicador de hilos: UNE-EN 462-1 4.3.4.9. TÉCNICAS RADIOGRÁFICAS. El indicador de calidad de imagen de hilos, está formado por una serie de de siete hilos de 50 mm de longitud, separados entre sí 5 mm, cuyos diámetros varían según la progresión geométrica adoptada por el I.I.S./I.I.W. Estos hilos van embutidos en una lámina de plástico transparente Las radiografías de las uniones soldadas, cualquiera que sea su tipo, se obtendrán por el método de transmisión situando la unión a radiografiar entre la película y la fuente de radiación. En su consecuencia, la disposición de los elementos que intervienen en la obtención de una radiografía, puede corresponder a alguno de los casos representados en la figura 4.3.4.21. Indicadores de hilos de acuerdo con las normas del I.I.S./I.I.W. Se han previsto tres series de indicadores, una para la radiografía de los aceros y materiales férreos (clase Fe), otra para el aluminio y sus aleaciones (clase Al) y una tercera para el cobre y sus aleaciones (clase Cu). La forma de estos indicadores así como de sus tipos son los que se dan en la figura 4.3.4.20, correspondiente a la antigua norma DIN, sustituida por la norma UNE-EN citada. La forma es prácticamente idéntica. Indicadores americanos de espesor constante. Estos indicadores de espesor constante se dividen en dos grupos principales, caracterizados por el diámetro de los taladros que lleva cada uno de ellos. Si el espesor de la placa que constituye el indicador es T, los diámetros para cada uno de los grupos o tipos de indicadores son los siguientes: tipo 4T - T - 2T tipo 4T - 3T - 2T Al primer tipo corresponden los indicadores recomendados por las normas de la American Society for Testing Materials (A.S.T.M.) y al segundo los requeridos por el código “Boiler and Pressure Vessels Code”, de la American Socity for Mechanical Engineers (A.S.M.E.). De acuerdo con esta disposición y la imagen radiográfica obtenida sobre la película, las técnicas radiográficas que se pueden considerar son dos: a. Técnica de una sola pared con interpretación de la imagen de una sola pared. Corresponden a esta técnica los casos 1, 2, 3, 4 y 5 de la figura 4.3.4.21. b. Técnica de doble pared con interpretación de de las dos paredes atravesadas por la radiación. Esta técnica es la representada en el caso 6 de la figura 4.3.4.21. Teniendo en cuenta que en la radiografía de elementos, componentes y soldaduras a tope en productos tubulares, válvulas, bridas y objetos similares de configuración cilíndrica, se pueden considerar dos tipos de uniones: longitudinales y circunferenciales. Uniones longitudinales. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Este tipo de uniones puede ser equiparado al caso de una unión plana. En su consecuencia y dependiendo de que la unión sea o no accesible por ambos lados, se podrá obtener la radiografía siguiendo la técnica de una o doble pared, pero siempre con interpretación sobre la imagen de una sola pared. En el primer caso, cuando la unión sea accesible por ambos lados (figura 4.3.4.22), la fuente de radiación se colocará en el interior del tubo o cilindro y la película en el exterior, siempre que las dimensiones del objeto permitan alcanzar la D.F.P. requerida. Si ello no fuera posible y se pudiera colocar la película en el interior del cuerpo cilíndrico y la fuente en el exterior (figura 4.3.4.22), se podrá obtener así la radiografía. Cuando cualquiera de éstas dos soluciones no fuesen posibles, se hace necesario disponer la película y la fuente de radiación en el exterior del objeto cilíndrico (figura 4.3.4.23). En este último caso, al tener que estar la película y la fuente en el exterior del tubo, la radiación tiene que atravesar las dos paredes, lo cual hace que pueda ser considerado como un caso de radiografía de doble pared pero con interpretación de la imagen radiográfica correspondiente a una sola pared. Uniones circulares. La radiografía de las uniones circulares podrá ser obtenida siguiendo la técnica de una sola pared con interpretación de la imagen de una sola pared o la técnica de doble pared con interpretación de las dos paredes atravesadas por la radiación. La elección de una u otra técnica depende únicamente del diámetro exterior del tubo o cuerpo cilíndrico. Radiografía con interpretación de una sola pared. a. En la radiografía de uniones soldadas a tope sobre tubería o productos tubulares con diámetro nominal exterior superior a 3 1/2 pulgadas (89 mm), solamente se permite la aplicación de la técnica que implica la interpretación sobre la imagen de una sola pared. El número de exposiciones será el adecuado para cubrir la totalidad de la unión, si es que así lo requiere la inspección (figuras 4.3.4.22 y 4.3.4.23.1). b. Para la radiografía de uniones soldadas sobre tuberías cuyo diámetro nominal exterior sea igual o inferior a 3 1/2 pulgadas (89 mm), la interpretación podrá efectuarse sobre la imagen de una sola pared siempre que la fuente de radiación no se encuentre situada en el plano definido por la unión que se examina. Para la radiografía total de la unión, en es caso, se precisan por lo menos tres exposiciones a 120º. Radiografía con interpretación de doble pared. A menos que no se especifique de otra manera, para la radiografía de uniones soldadas sobre tubería o productos tubulares con diámetro nominal exterior de 3 1/2 pulgadas (89 mm) o inferior, se obtendrá siguiendo la técnica en la que la radiación atraviesa las dos paredes del tubo y la 45 imagen de la soldadura sobre ambas paredes puede ser interpretada en la misma película. Para obtener la radiografía de una unión soldada, siguiendo esta técnica, el eje del haz de radiación no debe estar contenido en el plano en que se encuentra la soldadura y sí formando un ángulo suficiente (aprox. de 15º) para evitar la superposición de las dos imágenes a que dan lugar la parte de la unión próxima a la fuente de radiación y la que se encuentra junto a la película. La inspección completa de una de estas uniones puede ser realizada con dos exposiciones a 90º. Como alternativa, se podrá hacer la radiografía de forma que las imágenes de las dos paredes queden superpuestas, en cuyo caso se precisarán como mínimo tres exposiciones a 60º. Este mismo caso se presenta cuando la relación del diámetro exterior al interior sea de 3 a 1 o mayor. En este caso de la radiografía de doble pared, teniendo en cuenta únicamente consideraciones geométricas y aunque sobre este particular nada se diga en los códigos, la experiencia aconseja recomendar que, para el cálculo de la D.F.P. se debe tomar como espesor el correspondiente al diámetro exterior del tubo u objeto de configuración cilíndrica que se examine. Marcas de identificación y situación. Las marcas de identificación y situación que han de aparecer como imagen radiográfica en la película se colocarán sobre el objeto que se radiografía (nunca sobre el chasis que contiene la película) y se copiarán sobre la parte que ha sido radiografiada o sobre un plano, para que de una forma permanente permita la localización de la radiografía o de la zona que sea de interés sobre el objeto examinado, al tiempo que aporte la evidencia suficiente de que el examen se realizó en la zona requerida. 4.3.4.10. INTERPRETACIÓN DE LAS RADIOGRAFÍAS. La lectura de las radiografías o su interpretación, debe ser realizada bajo unas condiciones en las que se consiga por una parte un máximo en la sensibilidad de detalle y se alcance, por otra, un grado de comodidad que ocasione un mínimo de fatiga al observador. La interpretación de las radiografías en un lugar oscuro o poco iluminado favorece la percepción del detalle, ya que conduce a una disminución apreciable del umbral diferencial de luminancia. En consecuencia, la luminancia del campo que rodea la zona en que se hace la observación o lo que es igual la del local en el que se realiza la lectura de las radiografías, debe ser del mismo orden de magnitud que la luminancia media de las radiografías. Si, por otra parte, se tiene en cuenta que las grandes diferencias de luminancia entre zonas próximas pueden dar lugar a una disminución en la percepción de los contornos, convendrá limitar el campo de observación tanto como sea posible. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Todo esto permite establecer cuáles han de ser las condiciones que deben cumplirse para que la lectura de las radiografías se efectúe con el máximo de comodidad y seguridad. 4.3.4.11. PROTECCIÓN Y SEGURIDAD. Las radiaciones ionizantes, y como tales las radiaciones X y gamma son peligrosas. Su peligrosidad es tanto mayor puesto que además de no ser detestables por ninguno de nuestros sentidos, sus efectos son acumulables con el tiempo: es decir, que, contrariamente a lo que ocurre, por ejemplo, con el calor o la electricidad, toda dosis de radiación que se reciba se va acumulando a las recibidas anteriormente. Todos los países tienen establecidas normas análogas referentes al uso, manipulación y transporte de materiales radiactivos. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los efectos que la radiación produce en el cuerpo humano son conocidos y pueden predecirse, los métodos de protección y medidas de se seguridad se basa tanto en este conocimiento como en el de las características de la radiación que se utilice; ahora bien, como de otra parte la radiación no es detestable por nuestros sentidos y sus efectos no se hacen notar inmediatamente, resulta que tanto la protección personal como la seguridad de las instalaciones ha de basarse en dispositivos de detección y en el blindaje adecuado de las zonas en que se opere con radiación y en consecuencia, se puede establecer que todas las normas existentes sobre protección y seguridad están concebidas para que la exposición a la radiación quede limitada a niveles estimados como seguros o no peligrosos y en proporcionar la protección adecuada al público en general. El énfasis que todos los gobiernos ponen en todas las normas de seguridad y protección radiológicas indica el carácter de obligado cumplimiento de las mismas y es por ello, por lo que el personal que ha de utilizar cualquier fuente de radiación debe tener conocimiento de todas cuantas normas afecten a su trabajo y saberlas aplicar correctamente. Debe quedar bien entendido que si se respetan las reglas de seguridad no existe peligro en el trabajo con equipos emisores de radiación y que, tomando las debidas precauciones, la salud no sufrirá ningún daño; pero no debe olvidarse que si en estas condiciones la radiación puede estimarse como no peligrosa, no puede ofrecer más seguridad que la que aportan las personas que trabajan con ella. 46 Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.5. ULTRASONIDOS 4.3.5.1. INTRODUCCIÓN. Los ultrasonidos son ondas acústicas de idéntica naturaleza que las ondas sonoras, diferenciándose de éstas en que su campo de frecuencias se encuentra por encima de la zona audible. En el espectro acústico se pueden distinguir las tres bandas siguientes: a. Infrasónica: frecuencia inferior a 16 ciclos/segundo o Hertz. b. Sónica (audible): frecuencias comprendidas entre 16 Hz y 20 kHz c. Ultrasónica: frecuencias superiores a los 20 kHz. El límite superior de frecuencia no está definido físicamente, dependiendo en la práctica de la posibilidad de su generación y recepción. Como origen de este método de ensayo se puede considerar el conocido ensayo de percusión en el que la muestra se golpea con un martillo y el sonido emitido se percibe por el oído, Sin embargo, los primeros ensayos mediante ultrasonidos fueron aplicados por Sokolov, en 1929, para detectar la presencia de heterogeneidades, midiendo la caída de la intensidad acústica transmitida en el material' cuando el haz de ultrasonidos atraviesa zonas del objeto examinado en las que existen heterogeneidades o defectos (método de transparencia). Posteriormente (Firestone, 1942), se aplicó el principio del sonar, de localización de buques y de medida de profundidades marinas, para la detección de heterogeneidades en los materiales mediante una señal reflejada (método de impulso-eco). 47 fenómeno, consistente en que un tipo de onda puede transformarse en otro, es decir, las ondas longitudinales en transversales y viceversa, son la base de la aplicación de los ultrasonidos al reconocimiento de los materiales. Para alcanzar los mejores resultados en la aplicación del método de ensayo por ultrasonidos al reconocimiento es imprescindible un conocimiento, aunque sea somero, de la física de los ultrasonidos. 4.3.5.2. FÍSICA DE LOS ULTRASONIDOS. 4.3.5.2.1. Ondas ultrasónicas. La oscilación sonora puede imaginarse como un movimiento de las partículas dentro del material, describiendo este movimiento a través del desplazamiento máximo de una partícula de su posición de reposo o posición cero, que será una función de la posición y del tiempo, o bien, como es usual en el ensayo de materiales, a través de la variación de la presión acústica, en función del espacio y del tiempo. Cuando en ensayo de materiales se habla de presión acústica, este refiere a la variación de presión debida a la onda acústica que se produce junto a la oscilación. Este concepto de la presión acústica es sumamente importante, porque la tensión eléctrica producida en un cristal piezoeléctrico es directamente proporcional a esta presión cuando la onda alcanza el cristal, y recíprocamente, la presión de la onda acústica generada en el cristal es directamente proporcional a la tensión aplicada al mismo. Los tipos de onda existentes son los siguientes: a. Ondas longitudinales (Figura 4.3.5.1) En principio, las ondas ultrasónicas pueden propasarse dentro de todos los medios donde haya fracciones de materia, átomos o moléculas capaces de vibrar, por lo que su propagación podrá tener lugar en los gases, líquidos y sólidos. Por el contrario, no podrán producirse o propasarse en el vacío. Ahora bien, estas ondas son absorbidas, en mayor o menor grado por todos los materiales a causa de la transformación de su energía vibratoria en calor. Dado que algunos materiales tienen un gran poder de absorción, no todos los materiales serán aptos para la propagación de las ondas ultrasónicas. De otra parte, de modo similar a lo que ocurre en óptica, si una onda ultrasónica incide perpendicularmente a la entrecara plana que separa dos medios diferentes, una parte de la onda se refleja y vuelve en la misma dirección de la incidente, otra parte se propaga en el segundo medio manteniendo su dirección y sentido; si, por el contrario, la onda ultrasónica incide oblicuamente sobre la entrecara plana que separa los dos medios, con un determinado ángulo de incidencia, se producen ondas reflejadas y transmitidas, pero en las que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, sufren variaciones en su dirección con relación a la de la onda incidente. En este caso las ondas transmitidas, en razón de su cambio de dirección se denominan ondas refractadas. Estos fenómenos de transmisión, absorción, reflexión y refracción de las ondas ultrasónicas, unidos al hecho de que, en contraste con la óptica se añade aquí un nuevo Es la onda de verdadero carácter audible. En ella las oscilaciones tienen lugar en la dirección de propagación de la onda. Debido a que están activas en ellas fuerzas de comprensión y dilatación, se denominan también “ondas de presión o comprensión” y, debido también a que su densidad de partículas fluctúa se les ha dado el nombre de “ondas de densidad”. Este mismo tipo de onda es el que transmite el sonido a través de los cuerpos sólidos y líquidos. b. Ondas transversales (Figura 4.3.5.1) Si el medio es capaz de transmitir esfuerzos de cizalladura, lo que ocurre en la mayoría de los cuerpos sólidos, las partículas pueden oscilar también en dirección transversal a la de propagación de la onda, originándose así las ondas transversales. En este caso, la presión acústica de la onda longitudinal se reemplaza, por la fuerza cortante alternativa. La presión acústica es la fuerza en ángulo recto por unidad de superficie, mientras que la fuerza cortante es la fuerza por unidad de superficie, pero paralela a ella. La única diferencia entre presión y cortadura es la dirección; en los demás aspectos estas dos características son Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 48 idénticas, por lo que al referirnos a la fuerza cortante en la onda transversal daremos la denominación general de presión acústica. Los parámetros de la onda ultrasónica más importantes, desde el punto de vista de su aplicación, para el ensayo de materiales son los que se dan a continuación: A diferencia de lo que ocurre con las ondas longitudinales, los gases y los líquidos son prácticamente incapaces de transmitir ondas transversales ya que sus moléculas apenas ofrecen resistencia al desplazamiento transversal y, por tanto, no existen vínculos elásticos que las liguen a su posición cero. Esta circunstancia coincide con la propiedad de tener un modulo de elasticidad transversal (G) igual a cero, a excepción de los líquidos muy viscosos que por poseer un cierto “m6dulo complejo de elasticidad transversal” pueden propagar ondas transversales aunque fuertemente amortiguadas. Frecuencia = f Hertz En los casos prácticos de ensayos de materiales, las ondas transversales, sólo pueden alcanzar distancias apreciables en los cuerpos sólidos. Ambos tipos de ondas, longitudinales y transversales, son ondas ideales ya que pueden producirse únicamente en medios infinitos. Si en el ensayo se producen reflexiones en las superficies límite de la pieza, es decir, la propagación de la onda tiene lugar en un medio limitado, como consecuencia de alteraciones producidas en su propagación por fenómenos de reflexión y refracción, dan lugar a la aparición de otros tipos de ondas. Entre estos tipos de onda que aparecen en los medios limitados se pueden citar las siguientes: c. Ondas de superficie Las ondas de superficie o de Rayleigh se propagan solamente en la periferia plana o curva de un sólido semiinfinito, siguiendo las irregularidades de la superficie o contorno del mismo. Se puede considerar como un tipo especial de onda transversal. (Hz) = ciclos/s. Es el número de oscilaciones de una partícula dada por segundo. La frecuencia, dentro de una misma onda, es la misma para todas las partículas y es igual a la frecuencia del generador, la cual se puede elegir arbitrariamente. Longitud de onda = (m) Es la distancia entre dos planos en los que las partículas se encuentran en el mismo estado de movimiento. Es inversamente proporcional a la frecuencia. Velocidad acústica = C (m/s) Es la velocidad de propagación de la onda para una condición dada, por ejemplo, de una zona de compresión. Esta velocidad es una característica del material y, en general, es constante para un material dado, para cualquier frecuencia y cualquier longitud de onda. Entre la velocidad acústica, la frecuencia y la longitud de onda, existe la siguiente relación: C=f. Amplitud de la oscilación A (m) Es el desplazamiento máximo de una partícula de su posición cero. Velocidad instantánea de vibración = v (m) d. Ondas de Lamb Es la propia de la partícula en su movimiento oscilatorio. Si el sólido semiinfinito se reduce en espesor, se obtiene una chapa en la que la onda puramente de superficie ya no puede existir como tal, a no ser que su longitud de onda sea considerablemente menor que el espesor de la chapa. Cuando el espesor es del mismo orden que la longitud de onda se producen varios tipos de “ondas de chapa”, que presentan, siempre, componentes de la oscilación de partículas en ángulo recto a la superficie. Presión acústica = P (N/m2) Los dos tipos básicos de estas ondas de chapa o de Lamb, son los siguientes: onda simétrica o de dilatación onda asimétrica o de flexión. En el primer caso, las partículas de la zona media o fibra neutra se comportan según oscilaciones puramente longitudinales y, en el caso de la onda de flexión según oscilaciones puramente transversales. En los puntos de gran densidad de partículas, la presión es mayor que la presión normal, mientras que en las zonas dilatadas es menor. Esta presión alterna es la presión acústica y tiene lugar no sólo en los gases, sino también en los sólidos y en los líquidos. La desviación máxima en relación con la presión normal, es decir, sin onda acústica se denomina “amplitud de la presión acústica” y está íntimamente relacionada con la amplitud de oscilación. En el caso de las ondas planas y esféricas, la presión acústica y la amplitud máxima de oscilación están relacionadas por P=Z.V=ZwA expresión en la que Z es la impedancia acústica y w la frecuencia angular (w = 2 f). De esta fórmula se deduce, para las ondas longitudinales, la presión acústica como Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 TECNOLOGÍA DE MATERIALES. fuerza por unidad de superficie normal a la superficie de onda y, para las ondas transversales, la fuerza cortante por unidad de superficie paralela a la superficie de onda. 2 49 1 1 1 1 P2 2 2 2 2 I CV ZV Z A 2 2 2 2 Z Impedancia acústica = Z (kg/m .s) Cálculo de las velocidades acústicas Es la relación entre la presión acústica y la velocidad máxima de vibración. Las velocidades de los diversos tipos de onda pueden ser calculadas a partir de las constantes elásticas del material de que se trate. Las constantes elásticas que interviene: el cálculo son: En el caso de ondas planas y esféricas, viene dada por la expresión: E = Módulo de elasticidad Z = P/V = Relación o coeficiente de Poisson. Adimensional La impedancia acústica es una resistencia que se opone a la vibración de la onda. Si un medio posee una impedancia baja, ofrecerá poca resistencia a las deformaciones elásticas causadas por las ondas, mientras que, por el contrario, si la impedancia es elevada, el medio ofrecerá gran resistencia a las deformaciones elásticas. La impedancia, por tanto, se opone a la vibración de los elementos de masa, pero no a la propagación de la onda. La fórmula anterior es poco práctica para la obtención de los valores de la impedancia de los distintos medios. La teoría de la propagación de las ondas acústicas proporciona una fórmula muy sencilla: Las fórmulas que nos dan los valores de la velocidad para los distintos tipos de onda son: Ondas longitudinales CL Ondas transversales Z=C que indica que la impedancia acústica es una constante del material 3 Energía acústica específica = Ee (Ws/m ) La propagación de una onda se caracteriza por un transporte de energía y no de masa. La energía presente en la unidad de volumen del medio (que avanza con la velocidad acústica) se denomina energía específica de la onda. En el caso de ondas planas y esféricas se expresa según: Ee 1 1 1 P2 1 P2 V 2 A 2 2 2 2 C 2 2 ZC que la relacionan con la amplitud A y la presión acústica P, 1 (1 )(1 2 ) E CT E 1 G 2(1 ) entre las velocidades de las ondas longitudinales y transversales existe la siguiente relación: CT C L 1 2 2(1 ) Teniendo en cuenta que en todos los materiales sólidos el valor del coeficiente de Poisson oscila entre 0 y 0,5, el valor de la raíz que figura en la expresión que relaciona CL y CT, se mantiene por debajo de la unidad, o más exactamente, está comprendido entre 0,7 y 0. De acuerdo con esto, dado que los valores del coeficiente de Poisson para el acero es 0,28 y para el aluminio, 0,34, nos encontramos que CT/CL = 0,53 en acero y CT/CL = 0,49 en aluminio, por lo que se puede admitir que en estos materiales, al menos de una forma aproximada, la velocidad de las ondas longitudinales es doble que la de las ondas transversales. Intensidad acústica = I (W/m2) Es la cantidad de energía que pasa por unidad de área en la unid#ad de tiempo y viene dada por el producto de la energía específica y la velocidad acústica, obteniéndose para el caso de ondas planas y esféricas las siguientes expresiones: 4.3.5.2.2. Comportamiento de las ondas ultrasónicas en superficies limites. En la propagación de la onda acústica se considera “superficie limite” a aquélla que separa dos medios con propiedades elásticas diferentes. Es evidente que si un material se encuentra rodeado de un espacio vacío, no puede transmitir ningún tipo de onda acústica y la onda retorna de un modo u otro. Si otro material se encuentra Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 adherido al primero, la onda acústica se propagará, si bien más o menos alterada en dirección, intensidad y modo. Para el estudio del comportamiento de las ondas ultrasónicas en superficies límites, conviene distinguir dos casos: que la incidencia sea perpendicular o normal y que la incidencia sea oblicua o angular. 4.3.5.2.2.1. Incidencia normal. Sí una onda acústica cuyo frente de onda es plano alcanza la superficie limite entre dos medios, con un ángulo de incidencia de 90', una parte de la energía de la onda se refleja y vuelve al primer medio en la misma dirección que la incidente, otra parte, se propagará al segundo medio manteniendo su dirección y sentido. Todo ello puede quedar representado gráficamente en la forma que se indica en la figura 4.3.5.2. 50 ondas refractadas ya que su dirección cambia en relación la dirección de la incidente. Las direcciones de las ondas reflejadas y transmitidas vienen dadas por la ley de Snell: sen 1 C1 sen 2 C 2 expresión en la que 1 y 2 son dos ondas arbitrarias, con velocidades acústicas Cl y C2, ligadas entre si por un proceso de reflexión o de refracción. Como puede apreciarse (figura 4.3.5.3) los ángulos de reflexión r y de refracción o transmisión t, dependen del ángulo de incidencia i y de las velocidades acústicas de la onda en los dos materiales. Podemos definir los coeficientes de reflexión R y de transmisión T (ambos adimensionales) de la siguiente forma: En contraste con la óptica, aquí aparece un nuevo fenómeno al aparecer un nuevo tipo de onda por transformación de la incidente, es decir, las ondas longitudinales en transversales y éstas en aquellas. R = Ir/It T = It/Ii que nos expresan el porcentaje de intensidad reflejada y transmitida respectivamente, en relación con la intensidad incidente. En la figura 4.3.5.3, se presentan las fórmulas correspondientes a cada una de las cuatro ondas a que puede dar lugar una onda incidente que incide oblicuamente sobre la superficie límite entre dos sólidos. En ella se puede observar: El balance de la energía, expresada en intensidad, nos dice que: a. Ii = Ir + It b. y por tanto: R+T=l c. De otra parte, teniendo en cuenta las expresiones que relacionan la intensidad acústica con la impedancia acústica, se deduce: ( Z 2 Z1 ) 2 R ( Z 2 Z1 ) 2 T 4Z1 Z 2 ( Z1 Z 2 ) 2 La conclusión que se deduce es que, desde el punto de vista de las intensidades acústicas, es indiferente el lado de la superficie límite sobre el que incide la onda ya que los valores de R y T no cambian al permutarse entre sí Z l y Z 2. 4.3.5.2.2.2. Incidencia angular. Si una onda acústica incide oblicuamente sobre la entrecara plana que separa dos medios 1 y 2, con un ángulo de incidencia 1, figura 4.3.5.3, se producen, al igual que ocurre en óptica, ondas reflejadas y transmitidas. A estas últimas se las denomina también, La onda incidente (Sólido 1) y la reflejada son del mismo tipo y dado que la velocidad acústica es la misma por estar en el mismo medio, formarán el mismo ángulo con la normal a la superficie límite. Como la velocidad acústica para las ondas transversales es menor que la de las longitudinales, los ángulos de reflexión y de refracción de las ondas longitudinales serán mayores que los ángulos respectivos de las ondas transversales. Se puede hacer desaparecer la onda longitudinal refractada en el sólido 2 y conseguir que se transmita en él exclusivamente la onda transversal. Esto se puede conseguir provocando la reflexión total de la onda longitudinal refractada. Esta condición límite se alcanzará cuando tL = 90º; es decir, cuando se alcancen los siguientes “ángulos de incidencia críticos”: sen iL C L1 CL2 sen iT CT 1 CT 2 siempre que se cumpla C L1 C L2 y C T1 C L2 d. Análogamente es posible lograr que la onda transversal transmitida en el medio 2, alcance su reflexión total, tT = 90º. Los ángulos críticos para que esto se produzca serán en este caso: Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 TECNOLOGÍA DE MATERIALES. sen iL C L1 CT 2 sen iT CT 1 CT 2 siempre que: C L1 C T2 y C T1 C T2 En este caso limite, las ondas transversales no se propagarán como tales, sino como “ondas de superficie”. e. Se puede conseguir una transformación completa en la reflexión Sólido l), de una onda transversal en una longitudinal y viceversa. Para ello se deberá cumplir: iL rT 90º iT rL 90º 51 Este último máximo de presión acústica determina el fin del campo de interferencia, también denominado “campo próximo”, en contraste con el campo continuo libre de interferencia denominado “campo lejano”. La longitud N del campo próximo se puede calcular de forma precisa mediante la expresión: N D 2 2 4 pero para longitudes de onda muy cortas, comparadas con el diámetro del oscilador, en los casos prácticos, es suficiente la siguiente aproximación: D2 R2 S N 4 Con lo cual se tiene que tg iL f. C L1 CT 1 tg iT CT 1 C L1 Es fácil comprobar que al interponer en la superficie límite un medio de acoplamiento acústicamente conductor, se mantiene la ley de refracción entre el primero y el tercero, sin más que el hecho de producirse un pequeño desplazamiento paralelo de la onda. 4.3.5.2.3. Campo ultrasónico. Cuando se habla del campo sonoro, éste se considera, desde el punto de vista de su definición, como limitado. A cada punto del espacio se le puede hacer corresponder la amplitud de presión que reina en el mismo y que en ciertos casos podrá ser nula. El conjunto de estos puntos y sus valores de la presión acústica constituye el “campo acústico”, que más exactamente tendría que denominarse, campo de la variación de la presión acústica. Debido a la superposición del fenómeno de difracción y del efecto de los bordes, se produce en la onda plana, en su Proximidad al oscilador, un campo con máximos y mínimos de la presión acústica; es decir, un fenómeno de interferencia del campo ultrasónico análogo al producido detrás de un diafragma, según el principio de Huygens. La relación entre el diámetro del oscilador D y la longitud de onda determina la extensión del campo de interferencia y el número de máximos y mínimos de presión acústica. En la dirección de propagación de la onda existe un último máximo localizado en el eje que es el máximo principal. expresiones en las que: R = radio y S = superficie del oscilador. El campo lejano es mucho más sencillo que el campo próximo, observándose, figura 4.3.5.4, que a partir de un determinado momento que coincide con el final del campo próximo, que puede ser considerado como un cilindro de altura N y diámetro igual al del oscilador D, se inicia una divergencia, lo que hace que el campo lejano tenga forma de tronco de cono, en el cual la presión acústica decrece desde el eje a la superficie mientras que en el campo próximo esta presión acústica es constante en el interior y nula en el exterior. El ángulo de divergencia 0, de acuerdo con la teoría de difracción viene dado por la expresión sen 0 1,2 D 4.3.5.2.4. Eco y sombra de un obstáculo en un campo ultrasónico. Atenuación Cualquier heterogeneidad que pueda estar presente en un material constituye un obstáculo para una onda acústica, cuya presencia se pondrá de manifiesto por su “eco” cuando se emplea el “método de eco” o por su “sombra” si se aplica el “método de transparencia. Si la heterogeneidad es grande y tiene una forma regular, se podrá obtener de su eco o de su sombra información suficiente que permitirán, basándose en conceptos geométricos ópticos, determinar sus características. Sin embargo, lo más frecuente es que las heterogeneidades naturales sean lo suficientemente pequeñas que den lugar a fenómenos de interferencia, tanto en el eco como en la sombra. Estos fenómenos dependen del tamaño de la heterogeneidad u obstáculo, pero no a su tamaño real, sino al referido a la longitud de onda que se utilice. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Para un oscilador dado, la amplitud del eco es directamente proporcional al área de la heterogeneidad e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. La alteración de la altura de los ecos corresponde a la variación de la presión acústica en relación con la distancia. Esta presión acústica disminuye, en el campo lejano, tanto más deprisa cuanto mayor sea la divergencia del haz. Considerando, el caso al que antes se hizo referencia, de un disco circular situado perpendicularmente al haz de ultrasonidos y a gran distancia del emisor. Este disco, cuyo diámetro es, mucho menor que el diámetro del haz ultrasónico, quedará “iluminado” o afectado uniformemente, actuando a su vez, como un nuevo oscilador, de manera que la onda reflejada será idéntica, por cuanto a su forma se refiere, a la de la onda emitida por el oscilador. Estas características se tienen en cuenta en los diagramas llamados “diagramas DAT” (distancia, amplificación, tamaño), “díagramas AVG” o “diagramas DGS”. Los diagramas DAT en el campo próximo sólo se pueden obtener mediante medidas experimentales. La figura 4.3.5.5 representa el diagrama DAT correspondiente a un palpador típico de incidencia normal aplicable al examen sobre acero, fabricado por Krautkramer. Hasta ahora se ha supuesto que la atenuación de la presión acústica se debía únicamente como consecuencia de la divergencia del haz. Sin embargo, los materiales sólidos dan lugar a un efecto, más o menos pronunciado, de atenuación que se traduce en una debilitación de los ultrasonidos, debido a dos causas; la “atenuación” denominada también amortiguación o extinción. La dispersión es debida a que los materiales no son estrictamente homogéneos. Contienen superficies límites o entrecaras pequeñas (inclusiones, heterogeneidades naturales o artificiales, constituyentes precipitados, fases en la estructura cristalina de los metales, límites de grano, etc.) en las que la impedancia acústica cambia bruscamente, debido a la diferente densidad o velocidad acústica de los materiales, de naturaleza, condición o estado diferentes en dichas entrecaras. La absorción es una conversión directa de la energía acústica en calor de los que son responsables varios procesos, cuyo estudio no es nuestro objetivo. Se puede explicar la absorción, de una forma elemental, como un efecto de frenado de la oscilación de las partículas, lo cual explicaría también por qué una oscilación rápida pierde más energía que una oscilación lenta. La absorción aumenta generalmente con la frecuencia, pero en menor grado que la dispersión. 52 4.3.5.3. GENERACIÓN Y RECEPCIÓN DE LAS ONDAS ULTRASÓNICAS. La generación y recepción de las ondas ultrasónicas se puede conseguir por diversos fenómenos físicos, siendo de todos ellos los más utilizados en los ensayos no destructivos, los siguientes: el efecto piezoeléctrico el efecto magnetoestrictivo 4.3.5.3.1. Efecto piezoeléctrico. El efecto piezoeléctrico fue descubierto en 1880 por J. y P. Curie, los cuales observaron que si un material piezoeléctrico se deforma, mediante una presión mecánica externa, aparecen unas cargas eléctricas en su superficie. EL fenómeno inverso, consiste en que si este material se coloca entre dos electrodos, cambia su forma si se aplica un potencial eléctrico, fue descubierto un año más tarde, 1881, por G. Lippman. Al primer efecto se le denomina “efecto piezoeléctrico directo” empleándose para medir presiones, deformaciones y oscilaciones, es decir, en nuestro caso como “receptor” de ultrasonidos. Al segundo efecto se le denomina “efecto piezoeléctrico recíproco” y se utiliza para producir o generar presiones, deformaciones y oscilaciones o lo que es igual, como “generador” de ultrasonidos. Aunque este efecto piezoeléctrico se presenta en muchos materiales desde el punto de vista de su aplicación a los ensayos no destructivos, los más frecuentemente utilizados son los siguientes: cuarzo sulfato de litio titanato de bario metaniobato de plomo De estos cuatro materiales, es el cuarzo, en el que desde más antiguo se observan y estudian los efectos piezoeléctricos. El cuarzo natural se encuentra cristalizado en forma de prisma hexagonal con una pirámide en cada extremo, siendo posible que pueda presentar otras formas variantes de la indicada. Como se puede apreciar en la figura 4.3.5.6, un cristal de cuarzo tiene tres clases de ejes. El eje que une los vértices de las pirámides es el “eje óptico” o eje Z del cristal. Un eje X o “eje eléctrico”, que está definido por la línea que une dos vértices opuestos del hexágono, lo que implica la existencia de tres de estos ejes. El tercer eje Y, llamado también “eje mecánico”, viene definido por la perpendicular a los lados de dicho hexágono; habiendo, por lo tanto, tres ejes Y. Tallando una lámina normalmente a uno de los ejes X o Y, se obtienen cristales piezoeléctricos que son denominados “cristales de corte X” o “cristales de corte Y” Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 respectivamente. La diferencia fundamental que existe entre estos dos cristales es que, mientras los cristales de corte X son generadores de ondas longitudinales, los cristales de corte Y, lo son de ondas transversales. 4.3.5.3.1.1. Frecuencia característica. Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto al describir el efecto piezoeléctrico, resulta evidente que se logrará la eficacia máxima, cuando la frecuencia de la excitación mecánica o eléctrica coincida con la frecuencia característica fundamental del oscilador. Esta frecuencia característica, fc, está relacionada con el espesor, t, del oscilador y la velocidad acústica del mismo, por la expresión: fc = C/2t Si el cristal piezoeléctrico se excita a una frecuencia distinta de la característica fundamental, oscilará a aquella frecuencia según una oscilación forzada, pero con una amplitud mucho menor. Para la generación y recepción de ondas ultrasónicas de muy alta frecuencia seria preciso, de acuerdo con la expresión que nos da el valor de la frecuencia característica fundamental, a espesores del oscilador muy finos, lo que daría lugar a serias dificultades prácticas. Estas dificultades se salvan de forma muy ventajosa mediante la excitación por armónicos, a pesar de su menor amplitud. Para la obtención de ondas ultrasónicas por impulsos, el cristal piezoeléctrico se excita mediante choques o impulsos (tiempos de actuación de la excitación muy cortos). Para evitar que su vibración se prolongue excesivamente, o lo que es lo mismo, que los impulsos resulten demasiado largos, se adosa a una de las caras del oscilador un material de gran poder de amortiguación. La otra cara del oscilador se aplica bien directamente sobre la pieza de ensayo o por intermedio de un material plástico protector. Esto permite obtener impulsos de pocas vibraciones. En los palpadores angulares el propio prisma de plástico puede actuar como amortiguador. Las ventajas y limitaciones de los cuatro materiales piezoeléctricos que han sido citados anteriormente se pueden concretar como sigue: Cuarzo: Presenta como ventajas su estabilidad térmica y eléctrica, insolubilidad en muchos líquidos, dureza elevada y resistencia al desgaste, homogeneidad excelente y resistencia al envejecimiento. Como limitaciones, un módulo piezoeléctrico bajo, lo que le califica como un “mal emisor”. Sulfato de litio: Sus ventajas principales residen en su facilidad de proporcionar una amortiguación acústica óptima, mejorando el poder de resolución; módulo piezoeléctrico medio v constante de presión piezoeléctrica elevada, lo cual le califica como el “mejor receptor”. Por el contrario su uso queda limitado a temperaturas inferiores a los 75º C. 53 Titanato de bario: Como material cerámico polarizado, tiene un módulo piezoeléctrico elevado (el mayor de los cuatro) lo que le califica como el “mejor emisor”, pero a efectos de acoplamiento y amortiguación es el peor debido a su impedancia acústica elevada. Debido a su resistencia mecánica baja y a su frecuencia característica fundamental relativamente baja, su empleo está limitado a frecuencias inferiores a los 15 MHz. Otro de los inconvenientes que presenta es la interacción que se produce entre varios modos de vibración. Metaniobato de plomo: Por ser material cerámico polariza posee un módulo piezoeléctrico elevado, lo que le califica como un buen emisor. Al igual que el cuarzo, presenta estabilidad térmica, siendo indicado para ensayos a temperatura; posee elevado coeficiente de amortiguación interna lo que le hace ser el mejor material para generar “impulsos cortos”. Su frecuencia característica fundamental es la más baja de los cuatro, lo que unido a baja resistencia mecánica, limita su aplicación a frecuencias altas, Otra limitación es la interacción que se produce entre varios modos de vibración. 4.3.5.4. PALPADORES. Hemos visto que, las “ondas longitudinales” se generan mediante los osciladores piezoeléctricos, en forma de disco, de cristales o materiales cerámicas polarizados y vibrando en la dirección de su espesor. Esto en el caso del cuarzo, se logra en los cristales tallados según un corte X, mientras que si se tienen cristales de corte Y, se generan ondas transversales. Si bien, existen palpadores de esta naturaleza, no son empleados con frecuencia en los ensayos no destructivos. Para estos ensayos, las “ondas transversales” se generan, casi exclusivamente, aprovechando los fenómenos de transformación o conversión de ondas que se producen al incidir una onda longitudinal oblicuamente a la superficie de la muestra a ensayar, de acuerdo con las leyes de la refracción. Basándose en estos mismos principios se generan las ondas de superficie. Esta es la razón fundamental para que existan dos tipos básicos de palpadores: de incidencia normal de incidencia angular 4.3.5.4.1. Palpador de incidencia normal. Se emplean en los equipos que operan por los métodos de impulso-eco, de transparencia y de resonancia. La mayor parte de estos palpadores llevan incorporados osciladores diseñados para emitir ondas longitudinales. Según el número de cristales u osciladores que lleven incorporados, se pueden considerar los siguientes tipos: Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Palpadores de cristal único, emisor y receptor R (Figura 4.3.5.7.1) Palpadores de cristal doble, uno emisor y otro receptor, tipo E - R (Figura 4.3.5.7.3) Palpadores de cristales aplicaciones especiales. múltiples para 4.3.5.4.2. Palpadores angulares. Los palpadores angulares de contacto consisten, en esencia, en un oscilador de ondas longitudinales aplicado a una de las caras de un prisma de plástico (generalmente perpex), tallado con un ángulo de incidencia adecuado al ángulo de refracción o de penetración que se desea para un determinado material. Teniendo en cuenta los límites, los palpadores para la emisión del haz bajo ángulo, únicamente se construyen para ángulos de refracción comprendidos entre los 35 y 80º. Los palpadores angulares más corrientes, refiriéndonos siempre al acero, se construyen para ángulos de refracción de 35, 45, 60 y 70º. A estos ángulos se les suele llamar “ángulos de entrada 4.3.5.5. EQUIPOS DE ULTRASONIDOS. Dada la gran diversidad de aplicaciones de los ultrasonidos, no es posible diseñar un equipo que pueda satisfacer las exigencias propias de cada una de ellas, existiendo, por tanto, una gran variedad de equipos. Por cuanto a su aplicación al campo de los ensayos no destructivos se refiere, según la finalidad del ensayo, detección e identificación de heterogeneidades o defectos (defectología), control de espesores en fabricación o mantenimiento (metrología) o problemas de caracterización sobre naturaleza y estado de materiales.las características de diseño de los equipos que han de servir para resolver cada uno de estos problemas, han de ser diferentes entre sí. Lo mismo ocurre por cuanto se relaciona con la naturaleza de los objetos sometidos a examen, sea esta metálica o no metálica. Cada problema que se presente requerirá su tratamiento adecuado y en su consecuencia una aplicación adecuada de una serie de características básicas de diseño. Como tales características básicas pueden ser consideradas las siguientes: sistemas de excitación sistemas de emisión y recepción de ondas ultrasónicas frecuencia generadores de alta frecuencia sistemas de sincronismo sistemas de representación palpadores así como sus variantes. De la elección adecuada de estas variables y de su correcta aplicación, resultará el equipo idóneo para lograr una indicación propia de la cualidad o propiedad significativa que se quiere medir o detectar. 54 Los equipos de impulso-eco, con medida de la intensidad acústica y del tiempo de recorrido -equipo impulso-eco (IT) emiten impulsos acústicos cortos, a intervalos constantes, de manera que se obtiene una respuesta periódica función del tiempo de recorrido del impulso acústico desde el oscilador emisor al cristal piezoeléctrico receptor. El orden de magnitud de la duración del impulso -6 es de 3.10 s, a este impulso sigue un período de reposo cuya duración, en comparación con la del impulso, es -2 mucho mayor, del orden de 10 s, en este tiempo de reposo o “intervalo de silencio” es cuando el cristal emisor puede actuar como receptor. El tiempo de actividad del -4 cristal entre impulso será por lo tanto, del orden de 10 s. El ”eco” o impulso acústico, procedente de su reflexión en una heterogeneidad o en una superficie del objeto examinado, se transforma en una señal o impulso eléctrico, que se visualiza según una indicación en la pantalla de un tubo de rayos catódicos (TRC), cuya altura es proporcional a la presión acústica del eco En la figura 4.3.5.8 sobre un esquema, muy simplificado, se ha representado el principio básico del método. EL impulso eléctrico procedente del generador de alta frecuencia, excita el cristal emisor que emite un tren muy corto de ondas, impulso acústico, que al encontrar un obstáculo en su recorrido, se refleja y es recogido por el receptor. Este, genera un impulso eléctrico de muy baja tensión que es enviado al amplificador, el cual envía esta señal convenientemente amplificada, a las placas de deflexión vertical de un TRC, con lo que se produce la señal correspondiente al eco. Si el objeto examinado presenta una heterogeneidad cuyo tamaño es menor que la sección del haz emitido por el palpador emisor, la parte del haz que no ha sido interceptada por la heterogeneidad seguirá su camino hasta llegar a la superficie límite del objeto, sobre la que incidirá bajo un determinado ángulo y se reflejará. Esta reflexión de la onda acústica llegará al receptor más tarde que la enviada por la heterogeneidad, ya que su recorrido ha sido mayor, por lo cual la indicación de su eco estará situada más a la derecha en la pantalla del TRC. En el caso de utilizar un solo palpador (E + R) el razonamiento sigue siendo válido. Como puede apreciarse en el esquema, las indicaciones de los ecos aparecen, a distancias de la base de tiempo proporcionales su distancia al palpador y su altura, es proporcional a la presión acústica reflejada por el obstáculo. Aunque los equipos de medida de la intensidad acústica y del tiempo de recorrido están especialmente concebidos para el método de impulso-eco, ello no impide el que puedan ser empleados en los métodos de transparencia o sombra en los que sólo interese medir una de las dos magnitudes: la intensidad acústica (I) o el tiempo (T). Esta versatilidad, que no afecta para nada a su capacidad de operación es, por tanto, una de sus grandes ventajas. Los equipos de impulso-eco, como queda representado en el esquema de la figura 4.3.5.8, básicamente están constituidos por: Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. a. b. c. d. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 un sistema de sincronismo un generador de alta frecuencia un amplificador un TRC como sistema de representación. b. 4.3.5.5.1. Acoplantes y preparación de las superficies. c. Al utilizar la técnica operatoria por contacto se hace imprescindible emplear un medio acústicamente conductor interpuesto entre el palpador y el objeto a examinar. Este medio suele ser llamado “acoplante”. También influye en la consecución de un buen acoplamiento acústico entre el palpador y la pieza, siendo por tanto necesaria una preparación de las superficies antes de comenzar el examen. d. A - Acoplantes a. b. c. d. e. Como acoplantes podrán ser utilizados, entre otros, los siguientes: aceite lubricante SAE 20 6 SAE 30, agua, glicerina, benceno, pastas acoplantes, siliconas, soluciones jabonosas, líquidos con inhibidores de la oxidación. En el caso de utilizar agua se le podrá añadir agentes humectantes y correctores de la dureza. El acoplante, cualquiera que sea éste, con todos sus aditivos no ejercerá acción alguna que pueda afectar al estado de la superficie de la pieza sometida a examen. Se utilizará el mismo acoplante para la calibración del aparato que para la realización del examen. Los acoplantes, una vez terminado el examen, serán eliminados, utilizando los materiales adecuados. Los acoplantes que se utilicen en el examen por ultrasonidos de aceros inoxidables, no contendrán cloruros que excedan de 100 p.p.m. o sulfuros que sobrepasen los 500 p.p.m. B - Preparación de la superficie Tanto en el caso de las uniones soldadas como en cualquier otro, el método que se emplea para la limpieza o preparación de las superficies para el examen por ultrasonidos no alterarán al metal base ni afectarán al acabado final de la pieza. Cuando se trate del examen por ultrasonidos de chapas, se recomienda que su superficie esté suficientemente limpia y lisa para permitir que la señal del eco de fondo correspondiente al lado opuesto de la chapa se mantenga por lo menos en un 50% del total de la escala durante la exploración. Cualquier residuo de grasa, óxido o suciedad deberá ser eliminado antes de hacer el examen. Todo esto es válido para las soldaduras, pero además, se tendrán en cuenta las consideraciones siguientes: a. Las superficies sobre las que haya de aplicarse el palpador estarán exentas de proyecciones de soldadura y de cualquier rugosidad que pueda 55 interferir el libre movimiento del palpador o que pueda afectar al buen acoplamiento del mismo. La superficie del cordón estará terminada de tal forma que no enmascaren o produzcan reflexiones que puedan ser confundidas con ecos producidos por discontinuidades. El cordón de soldadura presentará una transición suave con el material base. Todo el volumen del material base sobre el que ha de deslizarse el palpador angular con el que se ha de efectuar el examen de la unión soldada, deberá ser examinado al 100% con un palpador normal, para comprobar que el metal base se encuentra libre de defectos que puedan afectar a la buena transmisión de los ultrasonidos. Como puede apreciarse, tanto la preparación de las superficies como el empleo de acoplantes, tienen como única finalidad asegurar la buena transmisión de la onda ultrasónica entre el palpador y el objeto sometido a examen. 4.3.5.6. TÉCNICAS OPERATORIAS. Las técnicas operatorias, vienen establecidas, fundamentalmente, por la naturaleza del problema y por el objeto que se ha de examinar. En el caso de las uniones soldadas, éstas, al menos, en principio, podrían ser asimiladas a objetos con superficies paralelas relativamente próximas, con configuración prismática cilíndrica, pero las uniones realizadas, aunque sean consecuencia de la unión de formas simples, pueden dar lugar a formas más complejas desde el punto de vista de las técnicas operatorias para su examen por ultrasonidos. La elección de la técnica operatoria al estar supeditada, en primer lugar, al problema de detección de heterogeneidades y al depender éste a su vez de su morfología, orientación y posición, convendrá conocer o tener idea de qué es lo que podemos encontrar para obtener los mejores resultados de la técnica operatoria que se utilice. De otra parte, la naturaleza, forma y tamaño del objeto a examinar, así como la accesibilidad de la zona en que haya de hacerse este examen, serán condiciones determinantes para el establecimiento de la técnica operatoria. En el examen por ultrasonidos de las uniones soldadas, se opera, normalmente, por contacto, empleándose la técnica de eco simple o la de eco múltiple. En el primer caso, (figura 4.3.5.9a), la anchura total de la base de tiempo en la pantalla del TRC, equivale al espesor del material o zona del mismo que se examina. La indicación del eco de fondo (F) que será el primer eco procedente de la pared opuesta, aparecerá en el extremo derecho de la pantalla, situándose entre éste y la señal inicial (I) aparecerá la indicación (H) del primer eco de una heterogeneidad situada en esa zona del material. El segundo caso, eco múltiple, requiere que la muestra presente dos superficies paralelas relativamente próximas. Esto se consigue (figura 4.3.5.9b) graduando la base de tiempo de forma que aparezcan las indicaciones de los sucesivos ecos de fondo. Si el objeto examinado Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 contiene una heterogeneidad pequeña en el plano medio es espesor, las indicaciones de sus sucesivos ecos de orden impar aparecen en la misma posición detrás de cada indicación de los sucesivos ecos de fondo. Como puede verse en la figura, la altura de las indicaciones correspondientes a la heterogeneidad varía, pero no como las de los ecos de fondo, esto se debe a que la máxima sensibilidad se alcanza al final del campo próximo, mientras que en el campo lejano, las indicaciones decrecen inversamente con el cuadrado de la distancia. 56 calibración, en su conjunto, del equipo, palpador o palpadores y cables de conexión que vayan a ser utilizados en el trabajo de inspección de que se trate. Esta calibración, deberá siempre que se produzca cualquier variación en las condiciones en que inicialmente fue realizada. Es decir, la calibración será necesaria siempre que se cambie, bien de operador como de de cualquiera de los elementos que constituyen el sistema: equipo, palpador o palpadores, cables de conexión o medio Bloques de calibración o referencia. La técnica de ensayo con incidencia normal no resulta de gran aplicación en el examen de las uniones soldadas. Esta técnica requiere el mecanizado de la superficie del cordón o que el borde lateral, paralelo al cordón sea accesible. Este es el caso de uniones de brida a tubo (figura 4.3.5.10), y que también puede presentarse en algunas soldaduras a tope por chispa o resistencia sobre componentes de sección cilíndrica. Para las uniones soldadas, la técnica de aplicación generalizada es la de incidencia angular. Entre las ventajas que presenta este método se pueden citar las siguientes: a. b. c. d. e. Se puede aplicar a objetos tanto de forma simple como complicada. Se puede elegir el ángulo de propagación de la onda acústica más en consonancia con la morfología, orientación y posición de la heterogeneidad a detectar. Se puede elegir la superficie de la muestra que resulte más adecuada para la obtención de una indicación propia de la heterogeneidad y para hacer una exploración rápida y sencilla. En la mayoría de los casos basta con una sola superficie para alcanzar resultados correctos. Zonas que pueden quedar o resultar ocultas en un ensayo con incidencia normal, son accesibles o exploran con facilidad con incidencia angular, bien directamente o por medio de reflexiones en otras superficies del objeto. Cuando el objeto a examinar presenta dos superficies paralelas suficientemente próximas, se obtiene una trayectoria en zig-zag. Como inconveniente, a esta técnica de incidencia angular, se debe señalar el que si se opera con un solo palpador mediante el método de impulso-eco, la zona muerta se ensancha debido a las reflexiones secundarias en el interior del prisma, no obstante, este efecto no se produce cuando se opera con dos palpadores angulares separados. 4.3.5.7. CALIBRACIÓN Como operación previa al proceso de inspección por ultrasonidos es necesario proceder, en primer lugar, a una comprobación satisfactoria del estado de funcionamiento del equipo. Esta comprobación incluirá el ajuste de la linealidad vertical de la pantalla, la proporcionalidad del control de amplificación (ganancia) y la apertura del haz. Efectuada esta comprobación es necesario realizar la Para la realización práctica, tanto de la comprobación del equipo como de la calibración del sistema, existen varios tipos de bloques o piezas de referencia a. b. c. Bloque normalizado por el Instituto Internacional de la Soldadura (I.I.S./I.I.W.) (Fig. 4.3.5.11). Bloque tipo ASME. (Fig. 4.3.5.12) Bloques auxiliares para referencia. En cualquier caso el material con el que se construya el bloque de calibrado, debe ser igual o ultrasónicamente equivalente al que se va a examinar. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.3.6. CORRIENTES INDUCIDAS 57 el efecto del campo resultante en las características eléctricas de la bobina excitadora. 4.3.6.1.- INTRODUCCIÓN. La inspección por corrientes inducidas está basada en los principios de la inducción electromagnética y se usa para identificar o diferenciar una gran variedad de condiciones físicas, estructurales y metalúrgicas en piezas metálica, conductoras de la electricidad, tanto ferromagnéticas como no ferromagnéticas. La inspección por corrientes inducidas puede utilizarse para: - Medir o identificar condiciones y propiedades relacionadas con la conductividad eléctrica, la permeabilidad magnética y las dimensiones físicas. - Detectar grietas, fisuras, defectos e inclusiones. - Distinguir materiales diferentes, detectando desviaciones en cuanto a su composición, microestructura y otras propiedades (tales como tamaño de grano, tratamiento térmico y dureza). Alternativamente, el efecto del campo electromagnético puede ser monitorizado observando el voltaje inducido en una o más bobinas situadas en el campo cerca de la pieza inspeccionada. Los efectos mas habitualmente utilizados para controlar las condiciones de la pieza que se está inspeccionando son la impedancia eléctrica de la bobina y el voltaje inducido, tanto en la bobina excitadora como en otra u otras bobinas auxiliares. Los elementos de un sistema típico de inspección se muestran esquemáticamente en la Figura nº 4.3.6.3. 4.3.6.3.- VARIABLES OPERATIVAS. Las principales variables operativas en la inspección mediante corrientes inducidas son la impedancia de la bobina, la conductividad eléctrica, la permeabilidad magnética, los factores de separación y de llenado, el efecto de borde y el efecto de piel. - Impedancia de la bobina. - Medir el espesor de recubrimientos no conductores sobre metal conductor, o de metal no magnético sobre el metal magnético. 4.3.6.2.- PRINCIPIOS DE OPERACIÓN La pieza a inspeccionar se coloca en el interior o adyacente a una bobina eléctrica. Como se muestra en la figura nº 4.3.6.1, la corriente alterna que circula por ella, llamada corriente de excitación, provoca el flujo de corrientes inducidas en la pieza como resultado de la inducción electromagnética. Estas corrientes fluyen en lazos cerrados en la pieza y su magnitud y desfase depende de: a. El campo original o primario establecido por la corriente de excitación. b. Las propiedades electromagnéticas de la pieza. c. El campo electromagnético establecido por las corrientes inducidas en la pieza. El flujo de corrientes inducidas en la pieza depende de las características de la pieza, la presencia o ausencia de defectos o discontinuidades en la pieza y el campo electromagnético establecido en el interior de la pieza. La figura nº 4.3.6.2 muestra la diferencia en el flujo de corrientes inducidas cuando existe una grieta. En este caso el flujo de las corrientes resulta dificultado y cambiado en cuanto a su dirección, causando cambios significativos en el campo electromagnético asociado. Las características de la pieza pueden controlarse observando Cuando por una bobina circular una corriente continua, el campo magnético alcanza un nivel constante y la única resistencia al flujo de la corriente es la resistencia eléctrica del cable eléctrico. Sin embargo, cuando la corriente alterna fluye por una bobina, se introducen dos limitaciones: la resistencia del cable y una cantidad conocida como reactancia inductiva. - Conductividad eléctrica. La Figura nº 4.3.6.4 muestra el plano de impedancias, cuando situamos una bobina próxima a diferentes metales con diversas conductividades eléctricas, expresadas en IACS. Como se aprecia, la conductividad afecta a la impedancia medida en la bobina. - Permeabilidad magnética. Los metales ferromagnéticos actúan concentrando el flujo de un campo magnético. La curva de la Figura nº 4.3.6.5 muestra la relación entre la intensidad de campo magnético y el flujo magnético en el interior del acero. Se conoce como curva de magnetización. La permeabilidad magnética de un material sujeto a inspección ejerce una fuerte influencia en la respuesta de las corrientes inducidas. - Factor de separación. Los cambios del resultado con los cambios en la distancia entre la bobina y la pieza se conoce como factor de separación. Este efecto es tan pronunciado que pequeñas variaciones en la distancia referida puede enmascarar indicaciones relevadas. Por tanto, usualmente es Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 necesario mantener una relación constante entre el tamaño y forma de bobina y el tamaño y forma de la pieza inspeccionada. La figura nº 4.3.6.6 ilustra el efecto del factor de separación en la impedancia, en función de las distintas conductividades del metal inspeccionado. Si bien el factor de separación supone una dificultad en muchas aplicaciones, en otras resulta ser útil. Así, los equipos de corrientes inducidas pueden servir para medir el espesor de recubrimientos no conductores, tales como pintura o capas anodizadas, sobre metales. - Factor de llenado. El factor de llenado es, en una bobina circular que rodea a la pieza, comparable al factor de separación. Es una medida de en qué grado la pieza inspeccionada rellena la bobina. Este factor puede ser utilizado como método rápido para comprobar las variaciones en diámetro exterior de barras. - Efecto de borde. Cuando una bobina se acerca al borde de la pieza que se está inspeccionando, las corrientes inducidas resultan distorsionadas, dado que las corrientes no pueden fluir por el exterior de la pieza. Esta distorsión se conoce como efecto de borde. Poco se puede hacer para eliminar el efecto de borde. Una reducción en el tamaño de la bobina puede reducir algo el efecto, pero existen límites prácticos en esta reducción. En general no es adecuado inspeccionar a distancias menores de 3,2 mm del borde de una pieza. Una alternativa es hacer un barrido en una línea paralela al borde, con lo cual se neutraliza dicho efecto. - Efecto piel. Las corrientes inducidas son más densas en la superficie inmediatamente debajo de la bobina, resultando progresivamente menor la densidad según es mayor la profundidad en la pieza. A esto se le conoce como efecto piel. La figura nº 4.3.6.7 muestra la variación de las corrientes inducidas en función de la profundidad bajo la superficie. Se define como la profundidad estándar de penetración a aquella a la que la densidad de las corrientes se reduce al 37% de la densidad en superficie. Esta profundidad depende de la conductividad eléctrica, la permeabilidad magnética y la frecuencia de la corriente magnetizadora. La profundidad estándar de penetración puede calcularse por la ecuación: S 1980 . f S = profundidad en pulgadas. 58 = resistividad (ohm - cm). = permeabilidad. f = frecuencia (Hz). La figura 4.3.6.8 muestra las profundidades estándar de penetración para diversos materiales. 4.3.6.4.- FRECUENCIA DE INSPECCIÓN. Las frecuencias empleadas en la inspección varían entre 60 Hz y 6 MHz o más. La mayoría de las inspecciones de materiales no magnéticos se realizan a frecuencias del orden de Kilohercios. Las frecuencias menores se usan para inspeccionar materiales magnéticos. La frecuencia usada habitualmente del espesor del material inspeccionado, la profundidad de penetración deseada, el grado de sensibilidad o resolución requerida y el propósito de la inspección. En general se selecciona la mayor frecuencia que permite alcanzar la profundidad deseada, para tener la mejor resolución y sensibilidad posible. 4.3.6.5.- BOBINAS DE INSPECCIÓN. La forma de la bobina de inspección depende fundamentalmente del tipo de inspección a realizar y de la forma de la pieza a inspeccionar. Hay una enorme variedad de tipos de bobinas, en función de los parámetros citados. La mayoría responde a uno de dos tipos genéricos: tipo palpador y tipo bobina circular, como se muestran en la Figura nº 4.3.6.9. En general se trata de que las corrientes inducidas encuentren en sentido perpendicular los defectos buscados, para que la distorsión producida sea máxima. En algunos montajes se utilizan sistemas con bobinas múltiples. Las parejas de bobinas (Figura Nº 4.3.6.10) pueden ser utilizadas en montaje absoluto o diferencial. En el modo absoluto (Fig. 4.3.6.10a), la muestra de material aceptable se coloca en una bobina, y de otra es utilizada para la inspección. De esta forma las bobinas comparan una pieza desconocida con una estándar, siendo indicadas las diferencias (si las hay) en un instrumento adecuado. En muchas aplicaciones el montaje absoluto no es adecuado. Por ejemplo, en la inspección de tubería el montaje absoluto indicará pequeñas variaciones dimensionales en diámetro o espesor, incluso dentro del margen admisible por las tolerancias. Para evitar este problema se emplea un montaje diferencial como el empleado en la Figura 4.3.6.10b. Las variaciones dimensionales graduales así como son detectados. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.4. ENSAYOS MECÁNICOS 4.4.1. INTRODUCCIÓN El comportamiento de los materiales metálicos en los diferentes estados de fabricación, construcción o servicio, puede variar ampliamente en función de su composición química, tratamiento térmico, trabajo mecánico, condiciones superficiales, presencia de discontinuidades y otras características del material. El análisis de las propiedades de los materiales puede realizarse mediante ensayos que permiten comprobar que se dispone de las características adecuadas para su utilización en piezas y componentes para los que se ha diseñado y construido. Los ensayos también permiten poder hacer comparaciones precisas con los datos obtenidos de ensayos similares con otros materiales, permitiendo seleccionar el más idóneo para cada aplicación. Las propiedades mecánicas de dureza, resistencia, alargamiento, tenacidad, etc., son de primordial importancia en el momento del diseño para la determinación de tamaños y dimensiones de los elementos que deban soportar cargas. También pueden verificar la aptitud del material para cumplir unas necesidades de procesamiento específicas. En este caso pueden efectuarse en condiciones similares a aquellas en las que el proceso vaya a ser llevado a cabo. El objetivo de cualquier ensayo es poder tomar decisiones que produzcan los mejores resultados económicos. Independientemente del ensayo que sea necesario llevar a cabo, es de la mayor importancia el que se realice bajo condiciones preestablecidas y que estas sean registradas junto con los resultados obtenidos, con el fin de garantizar la fiabilidad de los datos que, sobre el ensayo en cuestión, se vayan produciendo. Una de las características más importantes de los metales que se utilizan para construir elementos estructurales u órganos de máquinas, es su respuesta a las acciones mecánicas. El conocimiento, en términos cuantitativos, del comportamiento de un metal en las condiciones de solicitación que está llamado a resistir durante el servicio, o en el curso de la fabricación, resulta así de importancia fundamental para el técnico. Las características o propiedades mecánicas son el resultado del comportamiento del material cuando se le somete a solicitaciones sencillas, fácilmente reproducibles. Esas pruebas reciben el nombre de ensayos mecánicos y sus resultados permiten, en su conjunto, predecir, con una elevada probabilidad de acierto, la respuesta del material frente a los sistemas de carga, mucho más complejos, a que estará sometido en servicio. En algunos casos las solicitaciones de servicio son fácilmente reproducibles y el ensayo es muy concluyente. Tal como sucede, por ejemplo, si tratamos de conocer la 59 adecuación de un acero para construir con él un elemento estructural, que, en las condiciones reales, va a estar sometido a compresión a una temperatura de 200ºC. Bastará para ello someter en el laboratorio una muestra de ese material a un ensayo de compresión realizado a aquella temperatura y observar su comportamiento. En ocasiones, la conducta del material en servicio depende de una característica, cuya medida en el laboratorio se consigue, por medio de una prueba que no reproduce en la muestra las condiciones de trabajo reales, pero que puede correlacionarse directamente con ella. Cuando las condiciones en servicio son muy complicadas, resulta difícil discernir de una manera razonada qué propiedad o propiedades son responsables de la conducta del material, se requerirán especiales conocimientos de los materiales para poder alcanzar conclusiones aplicables a estos casos. Las aplicaciones de los metales y las operaciones de conformación a que pueden verse sometidos, son muy variadas. Se han desarrollado, por tanto, numerosos ensayos mecánicos encaminados a medir propiedades diferentes con vistas a disponer, en cada caso, del ensayo o ensayos que mejor caractericen a un material para un uso concreto. 4.4.2. ENSAYO DE TRACCIÓN En el ensayo de tracción se somete una barra del material en estudio, de forma y dimensiones normalizadas, a una fuerza de tracción axial que crece lenta y gradualmente hasta la rotura de la muestra. Durante la prueba, se miden la carga soportada por la probeta en cada instante, en relación con el desplazamiento del actuador o la deformación experimentada por la muestra, que proporcionan, una vez procesados, información sobre su aptitud para resistir cargas estáticas (propiedades resistentes) y sobre su deformabilidad (propiedades dúctiles). Las probetas tienen un cuerpo central de sección constante, llamado parte calibrada que se une, a través de acuerdos, con las cabezas reforzadas sobre las que se realiza el agarre con las mordazas de la máquina de tracción. En la parte calibrada de la barra se practican dos marcas separadas por una distancia L0, llamada distancia inicial entre puntos. La fuerza de tracción producida por la máquina se genera con dispositivos mecánicos o hidráulicos y se aplica exactamente en el eje de la barra, mediante mecanismos de autoalineación que aseguran la ausencia de momentos flectores durante el ensayo, de forma que la muestra, en la zona entre referencias, está sometida a un estado de tracción uniaxial, es decir, a una solicitación bien definida y fácilmente reproducible. El cuerpo central de la barra y sus cabezas están adecuadamente dimensionados para asegurar que la rotura siempre tiene lugar entre referencias. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Cuando se carga la barra, la longitud entre puntos aumenta con la fuerza de tracción, de forma que un valor F de ésta corresponde una distancia entre referencias L. La máquina de ensayos mide continuamente el valor F de la carga y la variación L-L0 de la distancia entre puntos, relacionando ambas magnitudes mediante un gráfico. La extensión de la barra va acompañada de una contracción lateral, es decir, de una reducción de la sección recta, que si, inicialmente tenía un valor S0, valdrá S cuando la fuerza sobre la barra sea F. Para independizar los valores obtenidos de la geometría de la muestra se analizará el comportamiento del material durante el ensayo por la tensión = F / So y el alargamiento unitario: e = L / L o = ( L - Lo ) / Lo Obsérvese que e, como es el cociente de dos longitudes se expresa por un número adimensional. El diagrama que traza la máquina proporciona una relación entre la tensión y el alargamiento unitario, o sea, entre la solicitación de la barra medida por y su alargamiento e, por lo que dicha relación es ya una característica del material. La gráfica proporcionada por la máquina se llama curva convencional de tracción (Fig. 4.4.1). 4.4.2.1. Propiedades obtenidas en el ensayo de tracción La mayor parte de los metales dúctiles muestran una curva convencional de tracción con una zona lineal, zona elástica, y una zona curvada, zona plástica. Para valores reducidos de las deformaciones de la barra son elásticas, es decir, desaparecen cuando se retira la carga, con los que la distancia entre puntos recupera su valor inicial L0. Cuando los valores de son suficientemente elevados, la deformación de la barra es en parte elástica y en parte plástica, de manera que, al retirar la cargas, la probeta se recupera de la parte elástica de la deformación pero conserva una deformación remanente de carácter plástico. 60 elástico convencional o el límite elástico aparente y se designan con el símbolo E. El límite elástico convencional es la tensión que produce en el material una deformación permanente e = 0,002 (0,2%) ver fig. 4.4.2. Algunos materiales, entre los que se encuentran los aceros de bajo carbono, presentan una conducta singular al iniciarse en ellos, durante el ensayo de tracción, la deformación plástica. El fenómeno en cuestión se llama a veces fluencia o cedencia (fig. 4.4.1). En los materiales llamados frágiles la rotura se verifica sin deformación plástica observable macroscópicamente, es decir, estos materiales rompen sin salirse del período elástico. La tensión E es a la vez la que produce la máxima deformación elástica, es decir es el límite elástico, y la que origina la rotura, o tensión de rotura, representada por R. Es pues, en este caso R = E En los materiales dúctiles la curva de la tensión sobre el material supera a un determinado valor su límite elástico, se inicia la deformación plástica y con ello el endurecimiento por deformación del material, por lo que para que la deformación aumente, debe hacerlo la tensión. La curva tiene así, curso ascendente hasta que al alcanzar la tensión un valor = R se produce la rotura. El valor R es ahora la tensión de rotura. La máxima fuerza de tracción sobre la barra, dividida por el área de su sección recta inicial S0, se llama tensión de rotura R y vale R = Fmax / S0 Una vez rota la probeta de tracción, el área de la sección de rotura es SR. Se denomina estricción al valor Z = (S0 - SR) / S0 · 100 Si llamamos LR a la longitud remanente de la probeta después de la rotura, medida juntando los dos trozos resultantes, el alargamiento será: A = (LR - L0) / L0 · 100 El alargamiento representa la máxima extensión plástica unitaria que el metal puede soportar antes de romperse. Es una característica de la ductilidad del material. Existirá, por tanto, un valor de la tensión, E, al que corresponderá la máxima deformación exclusivamente elástica y, superado el cual, quedará ya, en la probeta descargada, una deformación plástica. Ese valor E se llama límite elástico. 4.4.3. ENSAYO DE DUREZA En el período elástico se cumple la ley de Hooke y la deformación es proporcional a la tensión, de forma que Se han ideado diversos sistemas de medir la dureza, basados en esta propiedad que consisten en comprimir la superficie del material a ensayar con un penetrador, de forma y dimensiones fijas, bajo una carga suficientemente grande como para asegurar la producción en él de una deformación permanente localizada. Se mide, después, alguna dimensión de la huella causada por el penetrador y se expresa numéricamente la dureza como función de esa dimensión. Los sistemas de medida de durezas de uso más corriente en metales son: =E·e en donde E es el módulo elástico o módulo de Young. Debido a la complejidad de medir en determinados materiales el límite elástico verdadero, se opta por utilizar como parámetro característico del material el límite En la caracterización de los metales, la de dureza es la resistencia que oponen esos materiales a ser penetrados superficialmente por otros cuerpos. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.4.3.1. Dureza Brinell En el año 1900, el ingeniero sueco J.A. Brinell propuso el ensayo de dureza que lleva su nombre y que utiliza un penetrador consistente en una bola de acero (o de carburo de volframio) de 10 mm. de diámetro, que se comprime contra la superficie de la muestra mediante una fuerza de 3.000 kg. El número de dureza se calcula a partir de la medida del diámetro d de la huella. La dureza Brinell se designa por HB (Hardness Brinell) o HBW cuando se utiliza la bola de carburo de volframio. En muchos casos la carga de 3.000 kg. no puede ser soportada por el conjunto de la pieza cuya dureza queremos medir. Entonces pueden emplearse cargas menores con bolas más pequeñas, siempre que entre F y D exista la relación 2,22. Se usan corrientemente bolas de 5 ó 2,5 mm. de diámetro, con cargas de 750 y 187,5 kg. respectivamente. Debe tenerse también en cuenta que el ensayo de Brinell no conviene a materiales muy duros (HB 500 o superiores) pues la bola se deforma al ser comprimida contra ellos, con lo que el diámetro de la huella es mayor que si el penetrador permaneciese esférico, lo que hace que el material aparezca como más blando de lo que realmente es. 4.4.3.2. Dureza Vickers Emplea como penetrador una pirámide de diamante de base cuadrada en la que las caras opuestas forman un ángulo de 136º + 1º (fig. 4.4.3). La carga normal que actúa sobre el penetrador es de 30 Kg. La carga debe actuar durante un tiempo de 15 segundos. El ángulo de 136º no es arbitrario. Esta diseñado para que la medida de la dureza vickers obtenida con este ángulo coincida con la dureza del mismo material medida por el método Brinell. En este caso el penetrador, al ser de diamante, es más indeformable y las huellas producidas sobre un mismo material, bajo cargas distintas, son todas semejantes. 4.4.3.3. Dureza Rockwell En el ensayo de Rockwell para medida de durezas se utiliza, alternativamente, un penetrador cónico de diamante con carga de 150 kg (dureza Rockwell C, HRC) o un penetrador esférico de acero con carga de 100 kg (dureza Rockwell B, HRB). El penetrador cónico tiene un ángulo en el vértice de 120º y la punta está redondeada con un radio de 0,2 mm. En el ensayo se mide la profundidad de la huella mediante un micrómetro, accionado por el penetrador, cuya escala está graduada de 0,002 en 0,002 mm. La figura 4.4.4 muestra el desarrollo del ensayo. La dureza Rockwell se expresa con las iniciales HR seguidas de la que corresponde a la escala empleada. Así 61 un material con dureza de 52 unidades, medida con penetrador cónico y carga de 150 kg tiene una dureza 52 HRC 4.4.4. ENSAYOS DE TENACIDAD A LA ROTURA Denominamos fractura o rotura, a la fragmentación o división de un sólido en dos o más partes. La producción de una fractura requiere el aporte al cuerpo de cierta cantidad de energía. Llamamos rotura frágil a la que tiene lugar sin deformación plástica macroscópicamente observable. Si se recomponen los fragmentos producidos en una rotura frágil, el conjunto recupera la forma y dimensiones originales. Se denomina rotura dúctil la que se produce con una deformación plástica apreciable, de forma que, si se recomponen los fragmentos obtenidos, la geometría del conjunto así formado es muy distinta de la que tenía el cuerpo antes de romperse. Los ensayos de tenacidad a la rotura se realizan mediante la flexión por choque de una probeta apoyada en los extremos. El ensayo más utilizado se denomina ensayo Charpy o ensayo de resiliencia y representa bastante bien la tenacidad o resistencia de un material a la rotura frágil, por lo que su uso está muy generalizado, figurando a menudo entre las pruebas de recepción especificadas para muchos materiales. En el ensayo de resiliencia se coloca una probeta entallada, generalmente de sección cuadrada, sobre dos soportes y se la somete a un impacto en el centro de la misma. El valor del resultado se expresa generalmente en función de la energía de impacto necesario para romper la barreta de ensayo. La figura 4.4.5 muestra un esquema del péndulo utilizado para la rotura y el esquema de las energías puestas en jueguen el choque en función de las alturas antes y después del choque. 4.4.5. ENSAYO DE FATIGA Las piezas de máquinas, o los elementos estructurales sometidos a esfuerzos que varían cíclicamente, se rompen al cabo de cierto tiempo, de manera brusca y casi sin deformación plástica, bajo tensiones que en ningún momento superan la de rotura del material. Este fenómeno se llama fatiga y las roturas que produce se denominan roturas por fatiga. Este proceso es muy importante, ya que son muchas las piezas sometidas a solicitaciones cíclicas o aproximadamente cíclicas, como es el caso de numerosos componentes de motores, compresores, bombas, turbinas, ejes de transmisión, palas de hélices, alas de avión, etc. La rotura por fatiga comienza con la iniciación de una grieta, que aparece en la zona más cargada de la pieza, casi siempre la que superficie, a partir de la cual se propaga a través del material hasta que se produce la fractura. La propagación es, al principio, lenta, pero continúa luego con más rapidez a causa de la Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 concentración de tensiones producida por la presencia de la grieta. Cuando la parte todavía sana de la sección resulta insuficiente para resistir la última aplicación de la carga, la pieza rompe bruscamente. 62 y las deformaciones pueden suponerse dependientes tan solo de las tensiones. Los ensayos de fatiga para que proporcionen indicaciones comparables sobre la respuesta de distintos materiales ante ese fenómeno, deben realizarse utilizando probetas de igual forma y dimensiones, con acabados superficiales lo más perfectos posible, para eliminar el efecto aleatorio de la existencia de entallas superficiales concentradoras de tensiones. A temperaturas más altas el comportamiento del material es ya muy diferente. Un elemento resistente proyectado con arreglo a los principios anteriores y sometido a una tensión inferior al límite elástico, medido a la temperatura de servicio, adquiere instantáneamente, cuando se le carga, una deformación elástica, que será dependiente tan solo de la tensión, pero a medida que el tiempo transcurre, el material continúa deformándose de forma continua, ya plásticamente, bajo tensión constante. Las probetas deben someterse a ciclos de carga bien definidos y fácilmente reproducibles. El ciclo de carga se mantiene generalmente constante durante el ensayo, se caracteriza comúnmente dando las tensiones máxima (max) y mínima (min) o bien la tensión media (m). La deformación, por tanto, no es función exclusivamente de la tensión, como ocurriría a temperatura ambiente, sino que depende además del tiempo. Este fenómeno de fluencia continua de los metales a alta temperatura bajo tensión constante, se denomina termofluencia o creep. Para expresar el comportamiento de un material bajo solicitaciones de fatiga realizadas en una máquina determinada, se someten diversas muestras a ensayos en que el intervalo max - min varía en forma decreciente y se cuenta en cada uno de ellos el número de ciclos N que han de transcurrir hasta la rotura. Cada ensayo se representa por un punto en un diagrama, en el que en ordenadas figura la tensión máxima y en abcisas el número de ciclos necesarios para la rotura. El conjunto de los ensayos realizados conduce así al trazado de una curva que se llama curva S-N o curva de Wöhler. El ensayo bajo carga constante se efectúa en una máquina en la que la fuerza de tracción se aplica, mediante un peso y un sistema de palancas, a una probeta confinada en un horno eléctrico de resistencias, dotado de un sistema de control de temperatura que garantice el mantenimiento de ésta a lo largo de toda la prueba, que puede durar de 1000 a varias decenas de miles de horas, dentro de un intervalo de temperaturas conocido. El control del ensayo se realiza midiendo periódicamente la deformación de la muestra. 4.4.7. ENSAYO DE DOBLADO La resistencia a la fatiga se define como la máxima tensión fluctuante que el material puede resistir sin romperse antes de un cierto número de ciclos, que es 7 8 generalmente N = 10 ó 10 ciclos. En algunos materiales la curva S-N pone de manifiesto que cuando el material está sometido a una tensión cíclica cuyo máximo no excede de un cierto valor, la rotura por fatiga no se produce. Esa tensión recibe el nombre de límite de fatiga del material. El fenómeno de la rotura por fatiga se inicia con la aparición de una grieta en la zona más cargada de la pieza, resulta evidente que la fractura se favorecerá por todas aquellas causas que determinen concentraciones locales de tensiones. Entre ellas, algunas son consecuencia de la geometría de la pieza, condicionada inevitablemente por las funciones que ha de cumplir, pero dependiente también del mayor o menor acierto con que estén diseñadas. 4.4.6. ENSAYO DE FLUENCIA EN CALIENTE (CREEP) Cuando un material se carga a temperatura ambiente, adquiere instantáneamente una deformación, que será solo elástica o en parte plástica, según cual sea el valor de la tensión a que esté sometido, pero en todo caso, la deformación se mantiene invariable mientras no se modifique la tensión. A temperaturas superiores a la ambiente, pero relativamente moderadas (en los aceros hasta unos 370ºC), las cosas suceden de manera análoga La medición de la ductilidad se realiza en el ensayo de tracción por medio del alargamiento, que nos determina la ductilidad general del material, como conjunto todo él, y por medio de la estricción, que nos determina la ductilidad localizada en la zona de fractura, pero en dicho ensayo no es posible determinar si existen secciones fragilizadas en la probeta, es por ello que se hace necesario el ensayo de doblado o plegado, para la confirmación de dicha ductilidad. La ductilidad se define como la medida de la deformación plástica que puede soportar el material antes de romper. El ensayo se realiza doblando la probeta con una curvatura determinada hasta que las dos ramas de la misma, permaneciendo durante el plegado en el mismo plano, queden paralelas o formando un ángulo determinado. Al doblar una probeta, su cara exterior queda sometida a tracción, debiendo ser observada durante el ensayo para poder apreciar la posible formación de grietas, que corresponderían a una rotura del material por tracción. La características más importante del ensayo es el diámetro del mandril sobre el que se realiza el doblado de la muestra, ya que es el que define la curvatura y por tanto la solicitación a la que se somete la cara de tracción de la probeta. A mayor radio de mandril, menor curvatura y por tanto menor esfuerzo. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 TECNOLOGÍA DE MATERIALES. 4.4.8. ENSAYO DE TORSIÓN En el ensayo de torsión se somete una probeta cilíndrica del material en estudio a un par torsor cuyo momento es paralelo al eje de aquélla, y cuyo valor crece gradualmente hasta la rotura de la muestra. La probeta se sujeta entre dos mordazas, que forman parte de los cabezales de la máquina de ensayo. La cabeza de torsión aplica el par y la cabeza de medida registra el valor de éste y el del ángulo de torsión correspondiente. 4.5. OTROS ENSAYOS DE CARACTERIZACIÓN DE LOS MATERIALES 4.5.1. METALOGRAFÍA 4.5.1.1. INTRODUCCIÓN. Como es sabido el comportamiento de los metales depende fundamentalmente de su estructura cristalina. El examen de ésta puede hacerse a simple vista (puede juzgarse la calidad de un metal por el aspecto de su fractura), con lupa o con microscopio. Según el aumento del instrumento óptico que se utilice para la observación, se distinguen dos tipos de análisis: Macroscópico, desde la simple vista hasta con 15 aumentos. Microscópico, desde los 15 aumentos en adelante. 4.5.1.2. FASES PREVIAS MACRO Y MICROSCÓPICA. A LA OBSERVACIÓN Salvo en el caso de observación de superficies naturales (examen de fracturas, aspecto de superficies acabadas, etc.), las operaciones previas al examen, en cualquiera de ambos casos, son: selección y extracción de la muestra, desbaste, pulido y ataque. Selección y extracción de la muestra. El lugar de donde se extrae la muestra depende del fin que nos proponemos investigar, y ejerce una marcada influencia tanto en el examen metalográfico como en los resultados del análisis químico. Así, probetas del mismo material, sacadas de la periferia y del centro del lingote, difieren completamente; lo mismo ocurre si se examina una superficie perpendicular y otra paralela a las paredes de la lingotera. En materiales forjados, los resultados que se obtienen, cuando se examinan superficies paralelas al sentido de conformación, son distintos de los conseguidos cuando la superficie es perpendicular. La extracción de la muestra no ofrece ninguna dificultad cuando se trata de materiales fácilmente mecanizables, pues basta el empleo de una sierra de mano o mecánica para cortar la probeta. Sin embargo, cuando se trata de aleaciones endurecidas (aceros templados, compuestos intermetálicos, metales duros, fundiciones blancas) hay que emplear muelas aglomeradas de corindón, 63 carborundum o diamante, que giran a gran velocidad y van provistas de un dispositivo de refrigeración muy enérgico, para impedir cualquier calentamiento que pueda producir transformaciones físico-químicas en la probeta. En general, siempre que se opera con materiales capaces de experimentar transformaciones por elevación de la temperatura, hay que emplear la refrigeración para evitar que, por calentamiento, se altere la estructura que se desea examinar. Desbaste. Es la operación que sigue al corte. Con ella se trata de poner al descubierto la superficie metálica, libre de toda clase de impurezas que pudieran obstaculizar su examen, a la vez que darle a la muestra una conformación plana. Se efectúa por alguno de los procedimientos siguientes: a. Con limas adecuadas. b. Con muelas de esmeril, carborundum o diamante. c. Con papel de esmeril. d. Combinando los procedimientos a) ó b) con c). Con los dos primeros se consigue un desbaste grosero, mientras que con los papeles de esmeril se va afinando a medida que se emplean papeles de granos cada vez más pequeños. El procedimiento más sencillo para obtener un desbaste fino consiste en colocar el papel de esmeril sobre un vidrio plano y desplazar, a mano, alternativamente la probeta en la misma dirección, hasta conseguir que desaparezcan las rayas de la fase anterior. Hay que tener presente que, al pasar de un papel de esmeril al de número más fino, se tienen que eliminar los granos que puedan quedar adheridos del anterior y efectuar el desplazamiento de la probeta perpendicularmente a las rayas del lijado precedente, hasta que se consiga su desaparición, y así sucesivamente. Esta operación puede efectuarse también mecánicamente, con una desbastadora de cinta provista de discos de madera, bronce o aluminio, sobre los que se fija el papel de esmeril con un pegamento adecuado, o bien discos recubiertos de parafina o plomo, en los que se deposita el abrasivo, y están sometidos a un movimiento de rotación. Durante las operaciones de desbaste deberá evitarse el ejercer una presión excesiva sobre las probetas, para evitar posibles calentamientos y que se incrusten en ellas granos de abrasivo. Pulido con abrasivos. En esta etapa se pretende conseguir una superficie reflectora tal que, al ser atacada convenientemente y reflejar los rayos luminosos, éstos den en el ocular microscópico una imagen fiel. La operación se efectúa en máquinas pulidoras, que van provistas de un disco plano de madera, aluminio o bronce, recubierto de un paño de gamuza sobre el cual se proyecta un abrasivo fino en suspensión en un líquido adecuado. Durante el proceso hay que procurar que la temperatura de la probeta no sobrepase a la de la mano, pues de este modo se impide el que un calentamiento excesivo provoque cambios estructurales. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Entre los abrasivos más corrientes en Metalografía están: diamante, alúmina, óxido férrico (rojo inglés), óxido de cromo y óxido de magnesio. Se consiguen seleccionar abrasivos de distinto tamaño de grano mediante el procedimiento de sedimentación, que consiste en agitar una cierta cantidad de abrasivo reducido a polvo, con un volumen determinado de líquido, y dejarlo en reposo un cierto tiempo, por ejemplo, media hora. a. b. c. d. e. Transcurrido este tiempo, se decanta la suspensión que sobrenada, la cual contendrá el abrasivo de media hora. Si esta suspensión se dejase en reposo durante cuatro horas, la parte que sobrenada contendría el abrasivo de 4 horas, y así sucesivamente. Es evidente que el tamaño de grano del abrasivo es tanto más pequeño cuanto mayor es el número de horas. El tipo de abrasivo, su tamaño de grano y el líquido que le ha de mantener en suspensión dependen del metal que se vaya a pulir. Si el espesor de la probeta es pequeño, como sucede cuando se estudian depósitos electrolíticos, debe hacerse el desbaste y pulido en dirección oblicua, ya que entonces se consigue aumentar la superficie. Durante el pulido con paños y abrasivos, se produce en la capa superficial del metal una alteración física y química. La primera crea una zona exterior, de naturaleza amorfa, formada por cristalitas desorientadas, que se originan cuando el metal fluye para recubrir las irregularidades superficiales. Por debajo de esta zona, existe otra de más espesor, formada por cristalitas orientadas, seguida de una zona de transición, a través del metal. Se ha podido llegar a las conclusiones anteriores, mediante el examen con rayos X y difracción electrónica, de las superficies metálicas pulidas. La alteración química se traduce en oxidaciones, descarburación, etc., en las protuberancias superficiales que, durante la operación de pulido, han podido alcanzar temperaturas muy elevadas. En ciertas ocasiones se pueden producir reacciones químicas superficiales que originan una capa de composición muy compleja. Pulido electrolítico. Consiste en disolver anódicamente la superficie desbastada de la probeta, en un electrolito adecuado (la velocidad de disolución es mayor en los promontorios que en los surcos). Presenta sobre el mecánico la ventaja de ser más rápido y de evitar la zona distorsionada anormal. Lo empleó por primera vez Jaquet en 1932 y actualmente se ha situado en paridad con el mecánico. Existe también la posibilidad de incluir en el proceso el ataque de la probeta. 4.5.1.3. MACROSCOPIA Técnicas macroscópicas. El examen macroscópico opera sobre zonas amplias y da una visión de conjunto de la organización cristalina o macroestructura del material. Suministra información sobre alguna de las cuestiones siguientes: f. g. 64 Segregaciones Inclusiones no metálicas (grafito en las fundiciones, sulfuros de manganeso y de hierro, óxidos, silicatos en el acero). Tratamientos termoquímicos (cementación, nitruración, etcétera). Defectos de fabricación (porosidades, microrechupados, grietas, copos, oquedades, etc.). Orientación de la fibra (con formación por forja, soldadura, mecanizado, etc.). Deformación de los granos cristalinos (diferencia de acritud por trabajo en frío). Penetración del temple, sobrecalentamiento y acero quemado. Observación de superficies naturales. Se lleva a cabo sobre fracturas producidas en servicio o provocadas. Se detalla el aspecto de la rotura del grano, inclusiones, porosidades, grietas, penetración del temple, descarburaciones, etc. Observación de superficies preparadas, sin ataque. Se lleva a cabo después del pulido y se pueden poner de manifiesto: inclusiones, porosidades, grietas, copos, etc. Observación de superficies preparadas, con ataque. El ataque se lleva a cabo después de preparar la superficie y desengrasarla con alcohol, eter u otro agente desengrasante. Puede realizarse por impresión o por inmersión; éste, a su vez, puede ser rápido (desde unos segundos a 2 horas) y lento (varias horas de duración). En los ataques por inmersión, si la pieza es pequeña, se introduce en el reactivo; en caso contrario, se aplica el reactivo con un pincel o con un algodón sobre la superficie que se desea examinar. 4.5.1.4. MICROSCOPÍA Técnicas microscópicas. Con el examen microscópico se estudian zonas muy pequeñas del material. Por tanto, si es homogéneo, se admite que el resto de la estructura es la misma que la de la zona examinada, pero si es heterogéneo (capas cementadas, plaqueadas, etc.) sólo corresponde a la zona examinada. En todo caso los resultados se han de valorar estadísticamente. Suministra información sobre alguna de las cuestiones siguientes: a. b. c. d. e. f. Constituyentes estructurales de las aleaciones (control de tratamientos térmicos). Tamaño del grano, forma y procesos de formación. Naturaleza de las microinclusiones no metálicas. Defectos microscópicos (porosidades, grietas, microrechupados, etcétera). Corrosión intergranular (acero quemado, zonas descarburadas, eccetécera). Capas superficiales (cementadas o plaqueadas). Las superficies han de prepararse de forma que estén perfectamente pulidas y desengrasadas. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 Observaciones microscópicas, sin ataque. Puede poner de manifiesto las inclusiones no metálicas, grietas, microrechupados, microporosidades, constituyentes coloreados o con dureza muy distinta de los restantes, etc. Ataque para observaciones microscópicas. Tiene por objeto hacer visibles los bordes de los granos y los diversos constituyentes estructurales de la aleación. El reactivo de ataque tiene que elegirse convenientemente según el fin que se persiga. Microscopio metalográfico. Aunque el fundamento lo suponemos conocido de Física elemental daremos a grandes rasgos una idea de sus partes esenciales. Una lente convergente (objetivo) produce una imagen real del objeto, a una distancia determinada de su plano focal imagen, la cual actúa como objeto de una segunda lente, también convergente (ocular), que forma la imagen final, ampliada, para observarla directamente o ser recogida en una placa fotográfica. La distancia entre el plano focal imagen de la primera lente y la imagen formada por ésta se llama longitud óptica del tubo objetivo. Tanto el objetivo como el ocular se caracterizan por su aumento, existiendo en cada microscopio tres o cuatro de cada uno mediante los cuales se pueden, combinándolos, obtener los aumentos requeridos. 4.5.1.5. APLICACIONES. Tamaño de grano. Ya se ha descrito en otros temas cómo la solidificación de un metal origina la formación de núcleos de cristalización que, al crecer, originan granos cristalinos, limitados por superficies irregulares (bordes de grano). Cuando se habla de tamaño de grano, se expresa un concepto que no se ajusta íntegramente a su sentido estricto, debido a que no nos referimos a su volumen, sino a un conjunto de pequeños dominios con superficies de tamaños diferentes, que no son más que las intersecciones de los granos con la superficie de corte, pulimentada. Estas superficies pueden considerarse proporcionales a los volúmenes de los constituyentes estructurales. El tamaño de grano varía con los tratamientos térmicos, trabajo en frío y con la recristalización. Su influencia es considerable en el comportamiento de los metales, razón por la cual exponemos a continuación los distintos métodos para su determinación. Medida del tamaño de grano. Se comienza por reproducir la imagen de la probeta, bien fotográficamente o sobre papel transparente, milimetrado, procediéndose después a la medida. Varios métodos hay en uso, que pueden reducirse a dos tipos, según se determine la superficie media o el diámetro medio de los granos. Determinación del grado de estirado. Como los granos de los metales conformados en frío aparecen alargados en una determinada dirección, es interesante a veces, para conocer la intensidad de la deformación, determinar el grado de estirado, definido por la relación L/T, donde L 65 es la longitud media del grano en la dirección de máxima deformación y T en la dirección transversal. Para hallar estas longitudes se procede de igual forma que para determinar el diámetro medio del grano. Estudio microestructural general. Mediante éste, se trata de determinar las fases existentes, precipitados, distribuciones, etc. con el fin de averiguar si el material corresponde con los tratamientos térmicos, mecánicos, etc que haya podido recibir. Es una potente herramienta que requiere un elevado grado de conocimiento por parte de quien la realice. 4.5.2. ENSAYOS TECNOLÓGICOS Los ensayos tecnológicos se emplean cuanto interesa comprobar el valor práctico de un material para una determinada aplicación y cuando, con los ensayos científicos descritos en el tema anterior, estas comparaciones no se pueden realizar o representan cargas económicas demasiado elevadas. 4.5.2.1. ENSAYO DE FLEXIÓN Y DE PLEGADO Con el ensayo de flexión se trata de comprobar la flexibilidad del material a temperatura ambiente. La prueba hay que realizarla en el mismo estado en el que el material va a llegar más tarde a su fase de transformación (por ejemplo, después del tratamiento térmico). En el ensayo, la deformación puede hacerse por golpes (dinámicamente) o aumentando la carga lenta y uniformemente (estáticamente). En ambos casos el doblado se hace sobre un mandril (figura 4.5.1). Como probetas se emplean barras planas de 30 a 50 milímetros de ancho, cuyas aristas deben estar redondeadas. También pueden ensayarse perfiles redondos u otros perfiles macizos. Generalmente, la especificación del material o producto indica el ángulo de doblado hasta el que se deben llegar (habitualmente 90 ó 180º). El requisito para la superación del ensayo suele ser que no aparezcan fisuras en la zona sometida a tracción. 4.5.2.2. ENSAYO DE RECALCADO Este ensayo se emplea para valorar materiales a los que hay que golpear o presionar en frío, y que se utilizan para la fabricación de tornillos y remaches. La probeta habitualmente es un cilindro ante una altura igual al doble de su diámetro. También se usan probetas cilíndricas con el diámetro igual a la altura. La probeta es golpeada o comprimida hasta que se reduzca su altura en 1/3, o bien no se establece ninguna reducción determinada de altura y se la va deformando hasta que aparezcan las primeras fisuras. El recalcado constituye una medida del comportamiento del material bajo esfuerzos de compresión o choque, según sea la naturaleza del ensayo aplicado. Con esfuerzo de choque, la deformación debería tener lugar por medio de un gran número de golpes de pequeña magnitud. Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 4.5.2.3. ENSAYOS DE EMBUTICIÓN. Se emplea este método para conocer la actitud de una chapa para ser sometida a embutición profunda. El método normalizado más conocido se conoce como ensayo de Erichsen (figura 4.5.2), y consiste en estampar una bola o un punzón con un extremo esférico sobre una chapa sujeta por todos sus lados. La magnitud de la embutición producida en la chapa, hasta que la chapa empiece a desgarrarse, es una medida de la aptitud para la embutición profunda. Como material de ensayo se emplean chapas y flejes de hasta dos milímetros de grueso. La probeta ha de sujetarse de manera que la bola ataque en un punto situado por lo menos a 35 milímetros del borde de la chapa. Para conseguir resultados satisfactorios y uniformes, es conveniente emplear probetas cuadradas, o circulares, de dimensiones apropiadas. La aptitud de una chapa para ser sometida a procesos de embutición no se mide únicamente por la embutición medida en el ensayo Erichsen; el aspecto de la probetas tirada es también un trato que sirve para juzgar la idoneidad de la chapa ensayada para los fines citados. De suma importancia es la variación de largo sida superficial de la chapa por efecto de la deformación y la orientación de las fisuras al llegar a la rotura. En estos aspectos es de gran importancia el tamaño de grano del material. 4.5.2.4. ENSAYO DE ABOCARDADO En este ensayo se introduce mediante golpes o a presión un cono en el tubo a ensayar, después de lo cual no deben aparecer fisuras en las paredes del tubo. Con esta prueba se puede investigar principalmente la presencia de grietas de estirado y vetas de escoria, pues la aparición de tensiones de tracción en la periferia del tubo da lugar a que éste se desgarre por estos puntos. El cono tiene la forma representada en la figura 4.5.3. El comienzo y el final del cono están provistos de sendas prolongaciones cilíndricas. El diámetro del cono o del extremo cilíndrico está relacionado con el diámetro del tubo. La longitud del cono, y por consiguiente la magnitud del ensanchamiento, viene determinada por la relación de abocardado adecuada para el tubo a examinar y, en consecuencia, se rige por el grado de esfuerzo exigido. La relación de ensanchamiento porcentual ensanchamiento (D) se calcula como sigue: o del D = ((d1-do)/do).100 (%) 4.5.2.5. ENSAYO DE APLASTAMIENTO DE TUBOS La prueba se realiza comprimiendo un trozo de tubo de unos 50 milímetros de largo entre dos placas paralelas, de tal modo que la sección circular se convierta en otra de lados paralelos (figura 4.5.4). 66 contacto una con otra, al hacer el ensayo se introduce dentro del tubo una pieza de sección rectangular de medidas adecuadas. El espesor de paredes y el material de que se componen los tubos es el factor determinante de la magnitud de la compresión. En esta prueba, se determina si el trozo de tubo puede ser comprimido hasta la medida prescrita sin que aparezcan fisuras, o bien hasta qué punto se le puede comprimir para que se produzcan las primeras fisuras. 4.5.2.6. ENSAYO DE PRUEBA HIDROSTÁTICA DE TUBOS Se trata de un ensayo con presión interna que se realiza en tubos y otros cuerpos huecos, a los que se somete a una presión interior, principalmente mediante un líquido (agua) a presión, que ejerce una presión regular por todos los lados. Este ensayo tiene una gran importancia como prueba de recepción. Las presiones utilizadas para éste ensayo son siempre superiores a la presión nominal. Frecuentemente, se utiliza una presión 1,5 veces superior a la presión de servicio o a la presión de diseño correspondiente al tubo o equipo ensayado. Al ejecutor de ensayo hay que ir aumentando la presión hidráulica con uniformidad, y tiene que conservase por lo menos durante un minuto en su punto más alto. Hay que prestar la debida atención para que, dentro de la pieza ensayar, no tienen bolsas de aire, sino que éste sea expulsado de todas partes por el líquido. En este ensayo, se requiere para considerarlo superado, que no se produzcan fugas del fluido empleado para el ensayo, ni deformaciones plásticas apreciables en la pieza ensayada. 4.5.2.7. ENSAYO DE FLEXIÓN ALTERNATIVA DE ALAMBRES. Este ensayo sirve para determinar el comportamiento de alambres bajo esfuerzos plásticos de flexión. Para llevar a cabo el ensayo, se sujetan los alambres entre dos mordazas (figura 4.5.5) y se doblan sobre puntos de los denominados cilindros pobladores templados. Con el fin de obtener una flexión uniforme se pasa al extremo libre del alambre por el agujero de una palanca de doblado o llevador. La flexión se hace con esta palanca, que gira alrededor de un eje situado ligeramente por encima de los cilindros. Se van haciendo doblados alternativamente hacia uno y otro lado hasta la horizontal. Se mide el número de flexiones hasta la rotura y el resultado se redondea a números enteros. La flexión se hará en lo posible sin golpes, y su duración tiene que ser aproximadamente de un segundo. En este ensayo es de gran importancia el diámetro de los cilindros de flexión, que varía con el diámetro del alambre. A mayor diámetro de alambre corresponde mayor diámetro de los cilindros dobladores. 4.5.2.8. ENSAYOS DE TORNILLOS Con el fin de que por la compresión no se aplasten las paredes del tubo completamente, llegando a estar en En los tornillos interesa principalmente conocer el comportamiento de los mismos sometidos a esfuerzos de tracción en la zona de la transición de la cabeza al Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Materiales TECNOLOGÍA DE MATERIALES. TEMA 4. DEFECTOLOGÍA. INSPECCIÓN Y ENSAYOS – REV.01 vástago. En este caso, existe peligro de rotura tanto en la parte de la cabeza como los hilos de rosca, y en la zona de transición de la rosca al vástago cilíndrico. Para comprobar la calidad de los tornillos se hacen algunos ensayos tecnológicos: 4.5.2.8.1. Ensayo de impacto en la cabeza En el esquema representado la figura 4.5.6 se muestra disposición para el ensayo de impacto en la cabeza de tornillos. La cabeza apoyada sólo por un lado es golpeada varias veces con un martillo hasta doblarla en el ángulo . Después de la prueba, los tornillos o de presentar ninguna fisura. El ángulo exigido es función de las características mecánicas del material. 4.5.2.8.2. Ensayo de plegado de la zona roscada El ensayo de plegado de tornillos es un ensayo de flexión en el que la parte roscada de un tornillo se coloca apoyada sobre dos rodillos y se somete a una cadena es un centro. El punzón que ejercerá presión es de forma redondeada, y para protección de las roscas tiene una cubierta compuesta por plomo o cobre. El plegado se prolonga hasta que los dos lados queden uno sobre otro o sean paralelos entre sí. Se observa entonces si se han formado fisuras en el fondo de la entalla por el lado de tracción. La probeta se desecha cuando parece fisuras abiertas. Se admiten sin embargo fisuras finas no abiertas. 4.5.2.8.3. Ensayo de tracción en el cuello En un tornillo se dispone una tuerca de acuerdo a la figura 4.5.7, que a través de una grande labor de un anillo ejerce una compresión sobre la cabeza del tornillo y por tanto, una fuerza de tracción sobre la parte roscada entre la cabeza y la tuerca. Hasta el momento de la rotura, los tornillos tienen que mostrar un claro alargamiento y estricción en la zona traccionada. 4.5.2.8.4. Ensayo de mandrilado de tuercas En este ensayo se comprueba la capacidad de ensanchamiento de las tuercas, la cual debe ser por lo menos del 5% del diámetro del orificio. La dimensión de éste viene dada por diámetro exterior de la rosca. El ensanchamiento se hace con mandril cónico de una pendiente de 1:100. El mandril se engrasa y con una presión que se va aumentando gradualmente, se introduce en el agujero de la tuerca. 67