Qué es la diabetes El envejecimiento de la población, el sedentarismo y la obesidad han multiplicado el número de diabéticos.... Causas de diabetes El envejecimiento de la población y los cambios en los estilos de vida son los dos factores que más... Síntomas de la diabetes En las fases iniciales de la enfermedad puede no haber síntomas de la diabetes. Los síntomas... Diagnóstico de la diabetes El límite normal de azúcar en sangre se ha ido modificando en el transcurso de los años.... Tratamiento de la diabetes El objetivo del tratamiento de la diabetes no es tanto controlar el azúcar en sangre,... Recomendaciones para diabéticos En las fases iniciales de la enfermedad puede no haber síntomas o ser estos muy leves. La prevalencia... Complicaciones oculares de la diabetes La diabetes se asocia con un grupo de problemas oculares que pueden derivar en pérdida de visión... Neuropatía diabética periférica Te explicamos en qué consiste la neuropatía diabética periférica, una complicación de la diabetes Qué son las enfermedades de transmisión sexual Casi la mitad de la población sexualmente activa está contagiada por alguna enfermedad de transmisión... Virus Inmunodeficiencia Humana (VIH) El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) es uno de los principales problemas de salud... Herpes genital El herpes genital es la causa más frecuente de úlceras genitales en países industrializados.... Virus del Papiloma Humano (VPH) Actualmente el papiloma virus es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes e importantes.... Gonorrea La gonorrea es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuente y conocida. Se produce por la infección... Sifilis La sífilis o lúes es transmitida por una bacteria llamada Treponema pallidum. Clamidia Chlamidya trachomatis es una bacteria de pequeño tamaño cuya infección constituye la enfermedad de transmisión... Chancroide La chancroide está producida por una bacteria llamada Haemophilus ducreyi. La rabia es una enfermedad causada por un virus, que afecta a los animales y a los seres humanos. Se transmite cuando la saliva infectada por el virus penetra en el organismo a través de una herida o corte en la piel. La causa de que se desarrolle la rabia es un pequeño virus alargado, como un bastón, que tiene en su interior una molécula de ARN. Se puede encontrar por todos los lugares del mundo donde haya mamíferos, ya que vive en su saliva, y pasa de un mamífero a otro cuando la saliva infectada entra en contacto con músculos y sangre del mamífero sano; para ello tiene que haber una puerta de entrada a través de una mordedura o un arañazo. Los animales que transmiten la rabia con más frecuencia al ser humano son: Perros. Murciélagos. Zorros. Mapaches. Rabia violenta o furiosa (70%) Hiperactividad, incapacidad para quedarse quieto o para dormir. Ansiedad, excitación, depresión… Ideas delirantes de persecución. Ataques de violencia contra las personas del entorno. Espasmos musculares; son característicos los espasmos laríngeos que provocan “hidrofobia” o “miedo al agua”, ya que no pueden tragar ni siquiera la saliva. En ocasiones también impiden respirar y se llama “aerofobia”. Convulsiones. Rabia paralítica (30%) Pérdida de la sensibilidad en el lugar de la mordedura, que se expande por todo el cuerpo. Parálisis muscular; primero en el lugar de la mordedura, y que asciende progresivamente. Pérdida de fuerza muscular progresiva. Coma y muerte Cualquiera de los dos casos de rabia terminan con el coma y la muerte del paciente que la sufre. El coma puede durar de uno a diez días, y se puede acompañar de convulsiones o crisis respiratorias según el tipo de rabia. Al final, la parada cardiorrespiratoria es la causa más frecuente de muerte, si bien en otros casos se debe a infecciones secundarias o infartos. Tratamiento de la rabia y prevención de la rabia En primer lugar es esencial el tratamiento local de la herida producida por el animal infectado. Se recomienda acudir a un centro de salud lo antes posible, donde un médico o enfermera limpiará la herida con agua y jabón. Es importante que el agua arrastre la suciedad de la herida con la presión suficiente para que se pueda eliminar la mayor parte del virus. También es importante eliminar cuerpos extraños y nunca raspar la herida al limpiarla, ya que facilitaría el paso del virus hacia el interior del cuerpo. El tratamiento en sí de la rabia consiste en su prevención mediante una vacuna, que se debe administrar cuando hay riesgo de contraer la infección a través de heridas. La vacuna activa al sistema inmune para que identifique y elimine el virus de la rabia de nuestro cuerpo. La pauta de la vacuna es de cinco dosis repartidas en un mes; se debe comenzar el tratamiento en el mismo momento que se limpia la herida, pero la profilaxis también es efectiva si se comienza hasta 14 días después. Si la herida es muy profunda y se ha sangrado bastante es recomendable añadir a la vacuna una inmunoglobulina, es decir, anticuerpos que atacan directamente al virus sin tener que esperar a que se active el sistema inmune. En este caso también hay que tener en cuenta que la herida puede estar infectada por tétanos y otras bacterias, que obliguen a administrar tratamiento antibiótico y profilaxis tetánica. Cuando la rabia ya se ha instaurado, se trata directamente con inmunoglobulina y se mantiene al paciente en una unidad de cuidados intensivos donde esté controlado constantemente para evitar el coma. El éxito del tratamiento en esta fase es escaso, y por eso se debe evitar con una profilaxis adecuada. Prevención de la rabia Para evitar el contagio de la rabia y prevenir su propagación se recomiendan una serie de medidas: Vacunar a todos los mamíferos que se tengan como mascota siguiendo las recomendaciones del veterinario. No entrar en contacto con animales callejeros o salvajes de los que se desconozca cuál es su estado de salud. Se puede recomendar la vacuna directamente a las personas que viajen a zonas de alto riesgo durante largo tiempo o trabajen en contacto con animales con riesgo. Si compra animales en otros países infórmese de si pueden cruzar fronteras y si están correctamente vacunados. Cuando entre en contacto con mamíferos sospechosos de rabia consulte al médico, incluso cuando no haya herida El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es el estado avanzado de la enfermedad producida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este virus destruye de manera progresiva el sistema inmunitario de la persona que lo padece. En concreto, afecta a las células denominadas linfocitos T4 (también llamados linfocitos T cooperantes o CD4). Una persona infectada por el VIH se denomina seropositiva (VIH positiva) cuando el virus se encuentra en su organismo pero no presenta síntomas manifiestos; y desarrolla un cuadro de sida cuando el recuento de linfocitos T4 es menos de 200 células por mililitro cúbico de sangre (el recuento normal de una persona sana varía entre 500–1500 células por mililitro cúbico) y presenta manifestaciones clínicas de la enfermedad. Esto provoca que el organismo se quede desprotegido frente a las infecciones oportunistas, que son aquellas infecciones que no se producirían en un individuo sano, debido a que su sistema inmunitario es capaz de luchar contra los organismos que las originan. También puede provocar la aparición de cáncer. Todas las personas que tienen en su organismo el virus, ya sean seropositivas o hayan evolucionado a sida, son portadoras y pueden transmitir el virus. El VIH se contagia a través del semen, la sangre, las secreciones vaginales y la leche materna. Estos son los fluidos corporales que presentan una concentración del virus suficiente como para infectar a una persona. Por tanto, hay tres vías mediante las cuales el virus del sida sí se contagia: Vía sexual: mediante el contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral; siendo el anal el que presenta un mayor riesgo por la delicadeza de los tejidos y la facilidad con la que se pueden producir heridas. Vía sanguínea: se produce al compartir cualquier material que haya estado en contacto con sangre de una persona infectada y que pueda ponerse en contacto posteriormente con la sangre de una persona sana. Puede tratarse de jeringas, agujas, y todo el material que se use para realizar piercing, tatuajes, o en sesiones de acupuntura, y no haya sido esterilizado previamente. El riesgo de transmisión a través de las transfusiones de sangre actualmente es muy bajo, gracias a los grandes controles que se realizan a la sangre donada. Vía vertical (madre-hijo): cuando la madre es seropositiva se puede producir la transmisión del virus durante el embarazo, el parto y la lactancia. Partiendo de esto, hay una serie de colectivos que presentan un mayor riesgo de contraer el VIH: Recién nacidos de madres con VIH que durante el embarazo no recibieron ningún tipo de terapia. Drogadictos que comparten agujas para inyectarse drogas por vía intravenosa. Personas que mantienen relaciones sexuales sin preservativo. Personas que recibieron transfusiones sanguíneas o hemoderivados entre 1977 y 1985 (en esta época los exámenes de detección de la enfermedad en las donaciones sanguíneas no eran un protocolo obligatorio). Prostitutas. Síntomas del sida Hay que tener en cuenta que no en todas las personas se manifiesta la enfermedad de la misma manera. Por lo tanto, unas personas puede que no presenten síntomas iniciales al infectarse con el virus, mientras que otras experimentan síntomas que no son específicos, sino que son comunes a muchas enfermedades como son: síntomas pseudogripales con fiebre, erupción cutánea, inflamación de los ganglios linfáticos e irritación de garganta. Algunas personas permanecen años sin síntomas desde el contacto con el virus hasta que desarrollan el sida. En todo este tiempo, su sistema inmunitario se va debilitando por la actuación del virus, de manera que, a medida que va disminuyendo el recuento de células CD4, aumenta la posibilidad de que se vean afectados por ciertas enfermedades: Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 350 células/mililitro cúbico Tuberculosis. Virus del herpes simple. Candidiasis bucal o vaginal. Herpes Zoster. Linfoma de Hodgkin. Sarcoma de Kaposi. Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 200 células/mililitro cúbico Neumonía. Esofagitis por Candida. Angiomatosis bacilar. Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior a 100 células/mililitro cúbico Meningitis. Encefalitis por toxoplasmosis. Leucoencefalopatía multifocal progresiva. Diarrea por criptosporidio. La prueba del sida La única forma fiable de saber si una persona está o no infectada por el virus del sida es mediante la prueba del VIH. Estos test miden, mediante un sencillo análisis de sangre, los anticuerpos que genera el organismo frente al VIH. Solo en España, una de cada tres personas infectadas por el VIH no sabe que lo está, de ahí la importancia de hacerse la prueba ante la mínima sospecha de infección. Tratamiento del sida No hay cura conocida para el sida. Ningún tratamiento elimina por completo el virus del organismo. Sin embargo, sí hay disponibles tratamientos que ayudan a mantener el recuento de CD4 alto y mejoran la calidad de vida de los pacientes. Es muy utilizada la terapia antirretroviral altamente activa (HAART en inglés o TARGA en español). Se trata de una combinación de varios fármacos antirretrovirales, cuya finalidad es impedir que se multiplique el virus. Consigue reducir el número de partículas de VIH en la sangre, y permite que el conteo de CD4 permanezca alto, lo que conduce a mejorar y prolongar la vida del paciente. Aunque hay que tener presente que el paciente puede seguir transmitiendo el virus. Esta terapia tiene sus inconvenientes, y es que pueden aparecer los efectos secundarios específicos de cada uno de los fármacos que componen la terapia. Entre los más comunes: náuseas, dolor de cabeza, debilidad, malestar general, y acumulación de grasa en la espalda y en el abdomen. Cuando se utilizan durante un tiempo prolongado aumentan el riesgo de que el paciente sufra un ataque cardíaco. El médico que prescriba este tratamiento tiene que hacer un seguimiento al paciente para valorar estos posibles efectos secundarios y, cada tres meses, solicitar análisis de sangre para medir los conteos de CD4 y la carga viral del VIH. Otro inconveniente de esta terapia es que el VIH se puede hacer resistente al tratamiento, por lo que sería preciso cambiar la combinación, y sustituir unos fármacos por otros. Los parásitos en los humanos Habitualmente convivimos con una gran cantidad de parásitos, estos se encuentran mayoritariamente en nuestros intestinos y suelen convivir en “harmonía” con el resto de la flora intestinal. Cuando la persona tiene las defensas altas, está en un estado de mayor protección, pero cuando se somete a cualquier tipo de estrés tanto físico como mental puede tener una bajada de defensas que implique una proliferación de ciertos parásitos ya existentes en el organismo, o incluso de otros nuevos aún no presentes. Hay muchos tipos, desde lombrices, gusanos, trematodos, amebas, plasmodios, chinches etc. Hay incluso investigadores como la Dra. Hulda Clark que les hace corresponsables de infinidad de enfermedades, fundamentalmente de cánceres y tumores. Según esta investigadora la combinación de un parásito con un tóxico suele ser la puerta de entrada de este a órganos y zonas importantes del organismo, lo que acarrea tarde o temprano una grave enfermedad. Si a esto le unimos unas bajas defensas el cáncer está asegurado. Como hemos dicho los parásitos se instalan en nuestros intestinos (Intestino Delgado e Intestino Grueso), ya que sus huevos (proteicos) muchas veces no son disueltos por nuestro estómago. Estos en nuestro estómago se alimentan fundamentalmente de las proteínas que no digerimos. Pero veamos antes qué ocurre con los tóxicos que absorbemosya que están muy relacionados con ellos: Por intestino delgado los liposolubles y los eliminamos por pulmón e hígado Por intestino grueso los hidrosolubles y los eliminamos por riñón. Si el hígado está muy cargado las toxinas, muchas de ellas producidas por parásitos se eliminan por: Por la piel: salen dermatitis, eczemas, grasa en la piel, psoriasis.. Por el riñón: Salen pelos, si hay un componente hormonal por ejemplo en mujeres un exceso de testosterona es frecuente el hirsutismo. Todos tenemos parásitos y como hemos dicho al principio lo fundamental es controlarlos de una forma endógena, es decir con una alta inmunidad. Tipos de parásitos Los principales que afectan al hombre son: Oxiuros (muy activos y rápidos, lombrices de los niños) Tenias Lamblias Amebas Equinococos Ascaris Yardias Anisakis Fasciolopsis buski, Trematodo que según H. Clark es el más peligroso de todos. Qué causa los parásitos La causa suele ser problemas de malas digestiones, o hipocloridria, por supuesto tomar también productos o bebidas contaminadas. También nuestras propias mascotas son una fuente de contaminación muy importante si no tomamos las medidas preventivas adecuadas, así como la falta de aseo personalya que bajo nuestras uñas se concentra gran cantidad de huevos. ¿Cómo saber si tengo parásitos? Se puede ver que hay parásitos con una simple prueba, si ponemos en la boca un poco de Betaina y nos da AR; eso significa que tienes mala asimilación de proteínas, y si presionamos y soltamos varias veces los mastoideos (bombeamos los ganglios vagales) y se corrige el AR es señal de que hay infección parasitaria. Esto también se puede hacer sustituyendo la Betaina por una pastilla de avecrem. Síntomas Los principales síntomas son: Hipocloridría y/o Mala eliminación de proteínas hidrosolubles (riñón) En los niños suele ocurrir cuando hay o Alergias o Hiperactividad o Problemas escolares o Problemas de piel o Intolerancias alimentarias. Testaje y tratamiento El test de parásitos se puede realizar con la ampolla general de nuestro Kit de testaje de parásitos. Todos los problemas de parásitos suelen dejar residuos en el hígado, pero lo primero será limpiar el intestino, para ello se puede utilizar, la plata coloidal, ajo (mejor en polvo), hierbabuena, nuez verde y negra, artemisa, hydrastis, Papaina (ayuda a asimilar las proteínas y disuelve la piel del parásito), Bromelaina igual que la papaína, ayuda a digerir, arcilla blanca o verde limpia por arrastre los tóxicos del intestino, L-ornitina y coenzima Q10, ambos abren las vías y la ornitina limpia el amoniaco generado por el parásito. Hay que dar drenadores para limpiar hígado y riñónasí evitaremos que las toxinas no pasen a la linfa ni al riñón y de esta forma eliminaremos las proteínas por la orina. Drenadores de Hígado Alcachofa Cardo mariano (regenera hepatocitos) Diente de león Romero Drenadores de vesícula Boldo Genciana Drenadores de riñón Solidago Berberis En cuanto a la dieta deberemos tratar de comer todo aquello que es bueno para el hígado y disminuir la ingesta de proteínas. Tratamiento para los parásitos en los niños Para ellos es especialmente bueno la Biosal 7 (Magnesia fosfórica, que nutre el sistema nervioso) y en general drenadores del sistema nervioso como: Escrofularia 2DH Bardana 2DH Olivo 2DH Cilantro (limpia las neuronas de los metales tóxicos) Galium La enfermedad mental es un término muy amplio que agrupa a varios tipos de trastornos. Se puede definir como una alteración de tipo emocional, cognitivo y / o del comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. Para poder afirmar que una persona tiene una enfermedad mental es necesario que un médico psiquiatra haya realizado el diagnóstico. Por otro lado, este tipo de trastornos tienen repercusiones sobre la vida diaria de la persona, dificultando su adaptación al entorno cultural y social en que vive y creando alguna forma de malestar. Por otro lado, los estudios demuestran que las enfermedades mentales se manifiestan en diferentes grados o niveles. No se debe confundir la enfermedad mental con la discapacidad intelectual, lo que significa una limitación en la inteligencia. Las personas con enfermedad mental no pierden inteligencia, sino que sus capacidades para desarrollarla adecuadamente están afectadas. También hay que aclarar que no es sinónimo de lesiones cerebrales, ya que los síntomas de la enfermedad mental se dan sin que exista una lesión. - See more at: http://www.feafesgalicia.org/ES/contenido/18/#sthash.M6fZGJKy.dpuf Existen distintos tipos de enfermedades mentales, pero aunque a lo largo de la historia se han hecho diferentes intentos para agruparlas por categorías, sigue habiendo algunos desacuerdos entre modelos. Sin embargo, actualmente se acepta el sistema de diagnóstico psiquiátrico propuesto por la American Psychiatric Association (DSM-IV Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), que distingue, entre otros, trastornos del estado de ánimo, trastornos psicóticos, trastorno de ansiedad, trastornos sexuales, trastornos de la personalidad, trastornos del sueño, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos cognoscitivos, etc. Esta clasificación es muy similar a la de la Organización Mundial de la Salud, llamada CIE-10 (abreviatura de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima Revisión), que brinda un marco conceptual basado en la etiología. El funcionamiento y la discapacidad asociados con las condiciones de salud se clasifican en la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, conocida como CIF. El trastorno mental responde muy pocas veces a modelos simples del tipo causa - efecto. Las causas de las enfermedades mentales son probablemente múltiples, y en algunos casos son desconocidas. Se sabe que factores como alteraciones en la química del cerebro u otros mecanismos biológicos, predisposición genética, factores ambientales y culturales, lesiones cerebrales, consumo de substancias, etc., pueden influir poderosamente en su aparición y curso, pero no se conoce con exactitud ni en qué grado impacta cada uno de estos factores, ni qué combinaciones se producen significativamente en cada caso. } Qué debo hacer si estoy preocupado por los síntomas mentales, conductuales o emocionales de mi hijo? R. Hable con el médico o el proveedor de cuidado de la salud de su hijo. Haga preguntas e infórmese todo lo que pueda sobre la conducta o los síntomas que le preocupan. Si su hijo va a la escuela, pregúntele a sus docentes si han observado cambios preocupantes en su conducta. Comparta esta información con el médico o el proveedor de cuidado de la salud de su hijo. Tenga en cuenta que cada niño es diferente. Incluso el desarrollo normal, como cuando los niños desarrollan el lenguaje o las habilidades motoras y sociales, esto varía de niño a niño. Pregunte si sería necesario que un especialista con experiencia en problemas conductuales en la niñez le realice más evaluaciones a su hijo. Los especialistas pueden ser psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras psiquiátricas y terapeutas de la conducta. Los educadores también pueden ayudar a evaluar a su hijo. Si lleva a su hijo a un especialista, pregunte lo siguiente: "¿tiene experiencia en el tratamiento de los problemas que observo en mi hijo?" No tema consultar con más de un especialista hasta encontrar el que sea adecuado. Continúe informándose todo lo que pueda sobre el problema o el diagnóstico. Cuanta más información tenga, mejor podrá colaborar con el médico de su hijo y tomar decisiones que parezcan adecuadas para usted, para su hijo y para su familia. P. ¿Cómo sé si los problemas de mi hijo son graves? R. No todos los problemas son graves. De hecho, muchas de las tensiones diarias pueden provocar cambios en la conducta de su hijo. Por ejemplo, el nacimiento de un hermano(a) puede provocar que un niño actúe temporalmente como si fuera más chico. Es importante distinguir entre los cambios típicos de la conducta y los que están relacionados con problemas más graves. Preste especial atención a las conductas como: Problemas en diferentes entornos como en la escuela, el hogar o con los compañeros. Cambios en el apetito o el sueño. Retraimiento social o conductas temerosas hacia cosas a las que su hijo normalmente no teme. Repetición de conductas más comunes en niños más pequeños como incontinencia urinaria en la cama, durante mucho tiempo. Signos de malestar como tristeza o llanto. Signos de conducta autodestructiva como golpearse la cabeza o una tendencia a hacerse daño a menudo. Pensamientos repetitivos de muerte. P. ¿Los síntomas pueden ser causados por la muerte de un familiar, la enfermedad de uno de los padres, los problemas financieros familiares, el divorcio u otros eventos? R. Sí. Las tragedias o el estrés extremo pueden afectar a todos los miembros de una familia, incluso a los niños más pequeños. Es normal que el estrés provoque malestar en los niños. Recuerde esto si percibe síntomas mentales, emocionales o conductuales en su hijo. Si su hijo tarda más de un mes para adaptarse a una situación, o si su hijo tiene reacciones graves, hable con su médico. Observe la reacción de su hijo ante el estrés. Preste atención si mejora con el tiempo o si necesita atención profesional. Los eventos estresantes son un reto, pero le dan la oportunidad de enseñar a su hijo importantes maneras cómo sobrellevarlos. P. ¿Cómo se diagnostican las enfermedades mentales en los niños pequeños? R. Al igual que en los adultos, los niños con enfermedades mentales reciben el diagnóstico después de que un médico o un especialista en la salud mental observa cuidadosamente los signos y los síntomas. Algunos médicos de atención primaria pueden diagnosticar a su hijo ellos mismos, pero la mayoría lo derivarán a un especialista que pueda realizar un diagnóstico y tratamiento en los niños. Antes de diagnosticar una enfermedad mental, el médico o especialista tratará de descartar otras causas posibles para la conducta de su hijo. El médico hará lo siguiente: Registrará los antecedentes de problemas médicos importantes. Registrará los antecedentes del problema (durante cuánto tiempo ha observado el problema) y los antecedentes de desarrollo de su hijo. Registrará los antecedentes familiares de trastornos mentales. Preguntará si su hijo ha experimentado traumas físicos o psicológicos, como un desastre natural o situaciones que puedan provocar estrés, como la muerte de un familiar. Analizará la información proporcionada por los padres y otros cuidadores o docentes. Los niños muy pequeños a menudo no pueden expresar sus pensamientos y sentimientos; por lo tanto, puede resultar desafiante hacer un diagnóstico. Los signos de una enfermedad mental en los niños pequeños pueden ser muy diferentes de los que se presentan en los niños más grandes o en los adultos. Como los padres y los cuidadores saben, los niños cambian y crecen constantemente. El diagnóstico y el tratamiento se deben realizar teniendo en cuenta estos cambios. Mientras que algunos problemas son de corta duración y no requieren de tratamiento, otros pueden ser constantes y muy graves. De cualquier manera, una mayor cantidad de información ayudará a entender las opciones de tratamiento y a tratar el trastorno o el problema con mayor efectividad. Aunque el diagnóstico de problemas de la salud mental en los niños pequeños puede resultar desafiante, es importante realizarlo. El diagnóstico puede resultar útil para guiar el tratamiento y vincular la atención de su hijo con las investigaciones realizadas en niños que tienen problemas similares. P. ¿Mi hijo mejorará con el tiempo? R. Algunos niños mejoran con el tiempo, pero otros, necesitan ayuda profesional continua. Hable con el médico o especialista de su hijo sobre los problemas que son graves, continuos y que afectan las actividades diarias. Además, no demore en buscar ayuda, ya que el tratamiento puede producir mejores resultados si se comienza temprano. P. ¿Existen opciones de tratamiento para los niños? R. Sí. Después de realizar un diagnóstico, el especialista de su hijo recomendará un tratamiento específico. Es importante entender las diversas opciones de tratamiento que generalmente incluyen psicoterapia o medicamentos. Hable sobre las opciones con un profesional de atención médica que tenga experiencia en el tratamiento de la enfermedad que se observa en su hijo. Algunas opciones de tratamiento se han estudiado de manera experimental y otros tratamientos forman parte de la práctica médica. Además, no todas las comunidades cuentan con todos los tipos de servicios o programas. P. ¿Qué son los medicamentos psicotrópicos? R. Los medicamentos psicotrópicos son sustancias que afectan los químicos del cerebro relacionados con el estado del ánimo y la conducta. En los últimos años, se han realizado investigaciones para entender los beneficios y los riesgos del uso de psicotrópicos en los niños. Sin embargo, se necesita aprender más sobre los efectos de psicotrópicos, especialmente en los niños menores de seis años. Mientras los investigadores intentan determinar de qué manera el tratamiento prematuro afecta al cuerpo en crecimiento, las familias y los médicos deben considerar los beneficios y los riesgos de los medicamentos. Cada niño tiene necesidades individuales y cada niño necesita ser supervisado de cerca mientras que toman medicamentos.