OM LUIS ALBERTO ROMERO 1916-2016 Edici6n definitiva FI LA DD .C BREVE HISTORIA CONTEMPOAANEA DE LA ARGENTINA FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE - ECUADOR - ESPANA ESTADOS UNIDOS DE AMERICA - GUATEMALA - PERU - VENEZUELA Este archivo fue descargado de https://filadd.com OM Primera edici6n, 1994 Segunda edici6n ampliada, 2001 Te:rcera e<hci6n revisada y aumentada, 2012 Cuarta edici6n revisada y ampliada, 2017 indice LA DD .C Romero, Luis Alberto Breve historia contempordllea de la Argentina: 1916-2016 / Luis Alberto Romero , prefacio de Luis Alberto Romero. - 4a ed. ampliada. - Ciudad Aut6noma de Buenos Aires : Fonda de Cul tura Econ6mica, 2017. 439 p.; 23 x 16 cm. - (Iezontle) ISBN 978-987-719-129-5 1. HistoriaArgentina 2. Hist.aria Contemporfuiea I. Romero, Luis Alberto, pref. II. Tfmlo. CDD 982 Prefacio a la cuarta edicwn . . Prefacio ................. DistribuciOn mun.dial DisefLo de tapa:Juan Balaguer Poto de solapa: Rafael Calvino 2017, FONDO DE CULTURA EcoN6MJCA DE ARGENTINA, El Salvador 5665; C1414BQE Buenos Aires, Argentina [email protected] I www.fce.com.ar Comentarios y sugerencias: [email protected] D.R.© CarreteraPicacho Ajusco, 227; 14738 Ciudad de Mexico ISBN: 978-987-719-129-5 S.A. Hecho el dep6sito que marca la ley 11723. Se termind de irnprimir en el mes de agosto de 2017 en Nomos Impresores, Diagonal 18 Bill N' 41-17, Bogota, Colombia. La tirada fue de 7.500 ejemplares. Fotocopiar hbros est.i penado por la ley. 17 1916. Los gobiernos radicales, 1916-1930......................................................43 La restauraci6n conservadora, J 930-1943....................................77 IV. ElgobiernodePer6n, 1943-1955.................................................111 V. El empate, 1955-1966.............................................................. 153 VI. Dependencia o liberacion, 1966-1976................................................195 Vil El Proceso, 1976-1983....................................................239 FI FONDO DE CULTURA ECON6MICA I. II. Ill 9 13 VIII. IX. X. XI. El impulso y sufreno, 1983-1989...............................................275 Lagran transformaciOn, 1989-1999............................................... 305 Crisis y reconstrucciOn, 1999-2005.....................................................339 Una opartunidad perdida, 2005-2015........................................367 Ept1ogo....................................... Bibliografta . . . . . . fndice de nombres . fndice general. . . . . Prohimda su reproducci6n total o parcial por cualquier media de impresi6n o digital, en forma idelltica, extractada o modificada, en espanol o en cualquier otro idioma, sin autorizad6n expresa de la editorial. IMPRESO EN COWMBIA - PRINTED IN COLOMBIA Este archivo fue descargado de https://filadd.com . ... 409 .419 . .431 .437 FI LA DD .C OM 5 Este archivo fue descargado de https://filadd.com OM Prefacio a la cuarta edici6n FI LA DD .C l I' CRE0 que una vez publicado, un hDro debe ser para el autor un caso ce rrado: vive su vida, es leido, envejece; lo masque se puede esperar es que lo haga con dignidad. Pero hay ocasiones -par cierto, felices- en que el autor debe seguir ligado a su libro, sumarle nuevos capftulos y asumir el riesgo de que se transforme en una novela por entregas. Lo he hecho varias veces, irnpulsado por su ampha utilizaci6n en cursos ba5icos, en los que estoy con venci.do de que la historia debe prolongarse hasta el presente inmediato. Este libro se public6 inicialmente en 1994 y concluia en 1989, aunque induy6 un primer balance de la gran transformaci6n de las afi.os noventa En 2000, agregue un capitulo sabre las a:f10s de Menem sin modificar el resto. Par entonces, se tradujo al mgtes y al portugues, lo que aument61os incentivos para volver a actualizarlo. En 2012 agregue dos capitulos, uno centrado en la crisis de 2001 y los afios inmediatamente anteriores y poste d.ores, y el otro, en los aftos de apogeo de Nestor Kirchner hasta su muerte en 2010. En esta nueva edici6n, completo el ciclo kirchnerista explicando los afios, memorables en muchos sentidos, en que Cristina Kirchner se pro puso "ir por todo" y fracas6. Al agregar nuevos capitulos, se hacen mas evidentes los problem.as de la unidad de criterio. Los aftos pasan y la perspectiva del pasado cambia para todos; tarnbiell para el historiador. Por eso en 2012, adem.is de agre- gar un par de capitulos nuevos, revise todo lo posterior a 1976. Quiz.i de beda haber reescrito el libro completo, pero esa empresa superaba mis fuerzas. Este archivo fue descargado de https://filadd.com Los cambios fueron menores en el capitulo vn, sobre el Proceso, y FI LA DD .C OM 9 Este archivo fue descargado de https://filadd.com ahora agrego lo ratifica. BREVE HIS10RIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA en el vm, dedicado al gobiemo de Alfonsfn. Fueron mas sustanciales en el 1x, sobre el perfodo de Menem, que encontre un poco farragoso, excesiva mente adjetivado y algo desenfocado. Esta vez, mantengo en sustancia lo dicho hace cuatro afios, aunque sacando un poco de hojarasca. Es posible que dentro de un tiempo encuent.re esos mismos problemas en Ia secci6n que ahora agrego. Creo que es inevitable cuando se trata alga muy pr6:ximo. FI LA DD .C Al mirar esta epoca reciente, cerrada el 10 de diciembre de 2015, confieso que me falta la temura y la condescendencia que me inspiran Ios periodos pa sados, incluidos las afios de Menem, y soy consciente de que ese estado de cinimo no ayuda a entenderla. Tarnbien puedo mirar en perspectiva, y con alglin distanciamiento, mi propio texto. Como se advertir.i en el prefacio a la primera edici6n, de 1994, el texto estil fuertemente marcado por la elecci6n de RaU.l .Alfonsin y Ia ex perienda democrcl.tica que por entonces se inici6. El hbro se articul6 en tomo al problem.a de la democracia y sus variantes. En aquel momento, creia que el pais habfa encontrado el rum.ho politico adecuado: democracia institucional, Estado de derecho, pluralismo, ciudadania. En 2000, ya podia perdbir cu.auto se habia alejado de aquel ru.mbo, pero confiaba en que lo retornarla. La experienda del kirchnerismo me convenci6 de que lo de 1983 habfa sido una ilusi6n, una especie de parentesis o de recreo, y que con ra pidez renada la vieja Argentina polft:ica, aunque en condidones sociales muy diferentes. A fines de 2015, de la construcci6n democrcl.tica de 1983 s6lo estaba plenamente vi.gente el sufragio, que es mucho, pero no sufi ciente para una democracia inst:itucional. La empobrecida sociedad no era propicia para generar ciudadanos. La palabra democrcl.tica era apenas una OM 10 entre varias, y los discursos dominantes estaban casi en las antipodas. Hasta los principios de los derechos humanos, piedra fundamental de aquel experimento democrcl.t:ico, habian sido reformulados en sent:idos diferentes. Seria incorrecto atribuir solamente a1 ciclo kirchnerista esos cambios ' queen miperspectiva actual arrancan en la decada de 1970. Por entonces, la Argentina inici6 una gran transformaci6n, y los problemas de Ia demo cracia son insuficientes para explicarla. Crea que en el centro de ese pro ceso -que hoy esperamos revertir- se encuentra el Estado. Las modifica ciones que en 2014 introduje en el texto se proponian subrayarlo, y Io que Este archivo fue descargado de https://filadd.com 11 LA DD .C Antes de los aiios setenta, Ia Argentina tuvo un Estado potente, aunque colonizado par los intereses que to explotaban. Desde entonces, los sucesi vos gobiemos -salvo el de Alfonsin, que al respecto fue neutro- se dedica ron a desannar el Estado, inutilizar sus agendas e instrumentos de control y dejarlo inerme en manos de los gobiemos. En este aspecto, cada gobieroo le ha impreso a su acci6n un sentido diferente; sin embargo, he tratado de seftalar llamativas continuidades entre la politica de Videla y Martinez de Hoz y la de Menem y Cavallo. Tombien percibo una continuidad, mas profunda, entre los aftos de Menem y los de Nestor y Cristina Kirchner. Uno y otros encontraron la form.a de manejarse con un Estado debil. Hallaron tambien la f6rmula para extraer de una sociedad empobrecida los sufragios necesarios para legiti mar su poder. En ese sent:ido, creo que puede hablarse de un "segundo pe ronismo", comparable por su duraci6n y car.icter sistem<l.tico con el de 1945-1955. Este segundo peronismo se construy6 desde 1983, alcanz6 el poder en 1989 y lo conserv6 hasta el 10 de diciembre de 2015. El reciente triunfo de la coahci6n Cambiemos y Ia elecci6n de Mauri cio Macri coma presidente cierran un ciclo y probablemente inicien uno nuevo. Al menos, esas son las intend.ones de los nuevos gobemantes, de Ia ciudadania que los llev6 al gobiemo y tambien de una parte de quienes votaron por su competidor, Daniel Sdoh. En la Viguera, Mario Grus- OM PREFACIO A LA CUARTA EDICI6N FI agenda de Cambiemos es tan los problemas que -coma se sen.ala en el libro- son el meollo del largo ciclo decadente de la Argentina: el Estado, las institudones de la Republica y el consohdado mundo de Ia pobreza. Pero adem.is hay una serie de cues tiones y escollos, menos importantes pero mucho mas urgentes, que en definitiva seratl decisivos para que este nuevo proyecto se afiance. Como dice la vieja maldici6n china, a la Argentina le esperan tiempos interesan tes. Hoy abandono este esforzado intento de mantener actualizado este texto. Espero que quienes en el futuro encaren una empresa similar pue dan concluirla con algo mas consistente que mi modesta esperanza actual: que la Argentina sea un pais normal. Al tenninar mi propia historia con este hbro, vuelvo al comienzo, para reiterar mi agradecillliento a Alejandro Katz, que hace mas de veinte afios me embarc6 en esta aventura que hoy termina. A lo largo de las sucesivas ediciones, Juan Carlos Korol, Ricardo Sidicaro, Anibal Este archivo fue descargado de https://filadd.com f, BREVE HISTORIA CONTEMPORJ\NEA DE LA ARGENTINA koin y Gabriel Palumbo me ayudaron a reducir errores que, sm embargo, no he podido eliminar totalmente. Tumbiell mi hija Ana, ya historiadora, durante varios aftos fue seiialandome adertos e imperfecciones y, sin pro ponerselo, me alent6 a mantener este texto ligado al presente. l l LA DD .C 10 de abril de 2016 l OM 12 EN ESTA EXPOSJCJ6N sintetica de la historia de la Argentina en el siglo xx, no me he propuesto --como suele ser comlin en este tipo de libros- ni probar una tesis ni tampoco encontrar aquella causa Unica y efidente de u.n destino nacional singular y poco afortunado; s61o se trata de recons tru.ir la historia, compleja, contradictoria e irreductible, de una sociedad que sin dud.a conoci6 epocas mas brillantes, que se encuentra hoy en uno de los puntos mas bajos de su decurso, pero cuyo futuro no esta -conffo- definitivamente cerrado. Las cuestiones en torno a las cuales este texto se organiza -preguntas nacidas de nuestra experiencia, angus tiada y desconcertada- son s6lo algunas de las muchas posibles, y su explicitaci6n da cuenta del voluntario acotamiento que un intento de este tipo requiere. E1 primer interrogante se refiere al lugar que ho;r e:xiste en el nmndo para la Argentina -que tan seguramente se ubic6 en el hace s6lo cien aiios- y a la organizaci6n econ6mica factible para asegurar a nuestra so ciedad algunas metas minimas como un ci.erto bienestar general, un pro greso razonable, una cierta racionalidad. Una pregunta similar se hicieron Alberdi, Sarmiento y quienes hace casi un siglo y medio trazaron el disefio de la Argentina modema. Pero, a diferencia de las circunstancias en que nuestros padres fundadores la fonnularon, la respuesta no es hoy ni obvia ni evidente. La misma pregunta se enuncia desde una perspectiva mas mo desta ya la vez mucho menos ilusionada que hace ciento cincuenta a:.6.os, pues hoy u.n aurea mediocritas nos parece un destino mas que apetecible. Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI Prefacio FI LA DD .C OM 13 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 14 PREFACIO BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C El segundo interrogante se refiere a las caracterfsticas, las funciones y Ios instrumentos que debe tener el Estado para garantizar lo pu:blico, regu lar y racionalizar la economia, asegurar la just:icia y mejorar la equidad en la sociedad. Nuevamente, la pregunta traduce, en un plano mucho mas modest□,cuestiones que nuestra sociedad discuti6 y resolvi6 de una cierta manera, hace quizi media siglo, proponiendo soluciones que hoy estan agotadas o que han sido deliberadamente descartadas, pero sin que otras las hayan reemplazado. El tercer interrogante se refiere al mundo de la cultura ya Ios intelectua les, ya las condiciones que pueden estimular 1a existencia de una creaci6n y un pensamiento que sean a la vez criticos, rigurosos y comprometidos, y que cumplan una tarea Util_ y aprovechable para la sociedad, explicando la realidad y proponiendo altemativas. Asi ocurri.6 en la Argentina del Cente nario, en la efimera experiencia de la d&:ada de 1960 o en la mas breve aUn del ilusionad.o retomo a la democracia, lo suficientemente cercanas como para recordamos que tal conjunci6n no suele ser ni natural ni facil. Todo ello confluye en las dos cuestiones mas angustiantes, aquellas en las que mas se advierte que nuestro pais esta hoy en una encrucijada: la de la sociedad y la de la democracia. lQue posibilidades hay de salvar o re construir una sociedad abierta y m6vi1, no segmentada en mundos aisla dos, relativamente igualitaria y con oportunidades para todos, fundada en la competitividad pero tambien en la solidaridad y la justicia? Toda ello constituy6 el legado, hoy mejor apreciado que nunca, que se fue constru yendo a lo largo del Ultimo siglo y media, y cuyo impulso perdura hasta un momenta no demasiado Iejano, ubicado quiza veinte a.nos atras, cuando la tendencia comenz6 a quebrarse y a invertir su sentido. Sohre todo: lque caracteristicas debe tener el Sistema politico para ase gurar la democracia, y hacer de ella una pr.ictica con a.Igun sentido social? En este caso, el pasado se nos muestra rico en conflictos, pero no es f.icil contabilizar en et demasiados logros, ni siquiera en las epocas de vigencia formal de la democracia, en las que pueden percibirse, in nuce, las pr.icti cas que llevarnn a la destrucci6n de un sistema institucional nunca del todo maduro, cuya construcci6n se nos aparece coma la tarea de Sfsifo. Quiz.i par eso, el Ultimo interrogante es hoy el primero: cual es el destino de OM nuestro sisterna repubhcano y de la tradici6n que lo alimenta. Volvemos Este archivo fue descargado de https://filadd.com 15 aquf a Sarmiento ya Alberdi, a una tarea que un poco ingenuamente con sider.ibamos realizada y cuyos frutos hoy parecen fragiles y Un libro guiado por tales preguntas es a la vez un trabajo de historiador profesional y una reflexi6n personal sobre el presente. No podria ser de otro modo: todo intento de reconstrucci6n hist6rica parte de las necesida des, las dudas y los interrogantes del presente, LA DD .C procurando que el rigor profesional equilibre la labilidad de 1a opini6n, pero sabiendo que habi tualmente la ecuaci6n se desbalancea had.a este Ultimo extrema cuanto mas cercano est.i el tema a la experienci.a de quien lo trata. En verdad, es cribir este texto me ha llevado, en buena parte, a alejarme de un estilo de trabajo mas habitual y a sumergirme en mi propia historia y en mi expe riencia de un pasado aun vivo. Tuve una primera cornprobaci6n de esto al intentar aprovechar los ma teriales usados hace veinte aiios -cuando, trabajando con Alejandro Rof OM vulnerables. m.an, esboce un esquema de la historia argentina-, y descubrir que poco de ello me era Util hoy. Las preguntas de entonces apuntaban a explicar las rakes dela dependencia y sus efectos en las deformaciones de la economia y de la sociedad. Las cuestiones relativas a la democracia y a Ia repiiblica no nos parecian relevantes y, en general, la politica apareda apenas coma un reflejo de aquellas condiciones estructurales o, por el contrario, coma el lugar no condicionado donde, FI con voluntad y poder, tales condiciones po dian ser cambiadas, pues en la conciencia colectiva de entonces la percep ci6n de la dependencia se complementaba con la busqueda de algtin tipo de li.beraci6n. Se trata, me parece, de un buen ejemplo de lo que es un t6pico de nuestro oficio: la conciencia hist6rica guia el saber hist6rlco; este puede controlarla, someterla a la prueba del rigor, pero no ignorarla. En periodos anteriores, probablemente el eje de una reconstrucci6n hist6rica de este tipo habria sido puesto en la justicia social y la independencia econ6mica; mas atr.is alln, en el progreso yen la modemizaci6n social, o aun en la cons tituci6n del Estado y la naci6n. Ciertamente, esas perspectivas no desapare cen para el historiador, y estan incorporadas a este relato como lo que en sus tiempos fueron: aspiraciones, ideologias o utopias movilizadoras. Los problemas a que se referian estan tambien presentes en las preguntas de Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA hoy, pero el orden, los encadenan:rientos y los acentos son diferentes, como lo atestiguan las preguntas que organiian este texto, pues el mundo en que vivimos, cuyos rasgos definitivos apenas vislumbramos, es radical mente distinto no s6lo del de hace cien o cincuenta afios, sino del de ape nas veinte aiios atr.is. jf LA DD .C Suele deci.rse que quien escribe piensa implicita o explicitamente en un lector. Empece a escribir este texto pensando en mis colegas, pero progre sivamente me di cuenta de que mi lector implicito eran mis hijos, y los de su edad, adolescentes y niiios: los que casino tienen noticias de nuestro pasado reciente, ni siquiera de los horrores mas cercanos, pues nuestra so ciedad cada vez cuida menos de su memoria, quiza porque hoy padece de una gran dificultad para proyectarse hacia el futuro. En vadas partes del texto guise tan s6lo dejar un testimonio, quiz.is academicamente redun dante pero civicamente necesario, pues sigo convencido de que s6lo la conciencia del pasado permite construir el futuro. En tiempos en que al pesimismo de la raz6n se suma tambien el del coraz6n, quiero seguir cre yendo en Ia capacidad de los hombres para realizar su historia, hacerse cargo de sus drcunstancias y construir una sociedad mejor. i: OM 16 I. 1916 FI Yrigoyen asumi6 la presidencia de la .Argentina. Fue una jomada excepcional: una multitud ocup6 Ia Plaza del Congreso y las calles adyacentes, vitoreando a quien par primera vez habia sido elegido por el voto universal, secreto y obligatorio, segt1n la nueva ley electoral, sancionada en 1912 por iniciativa del presidente S.ienz Pefia. Luego de la ceremonia, Ia muchedumbre desat6 los caballos de la carroza presidencial y la arrastr6 en tri.unfo hasta Ia Casa Rosada, Agradezco a Alejandro Katz su confianza en que pudiera escribir este hbro. A sede del Poder Ejecutivo. Juan Carlos Korol y Ricardo Sidicaro, su lectura atenta y sus observaciones; Su victoria, si no abrumadora, habia sido clara, e indicaba una voluntad s6lo lamento no haber sabido aprovechar sus sugerencias en todos los casos. ciudadana mayoritaria. Visto desde la perspectiva predominante por enton Cuando empece a trabajar en este texto, le pedi a Leandro Gutierrez ces, la plena vigencia de la Constituci6n, medula del programa de la Uni6n que cumpliera esa funci6n de lector crftico, y me prometia, coma era habi Civica Radical {ucR), el partido triunfante, se coronaba con un regimen tual entre nosotros, un dialogo poco complaciente y muy fecundo. Siento electoral democrAtico, que colocaba al pais a la vanguardia de las experien que no haya podido ser asf, pero estoy seguro de que mucho de su espi cias de ese ti.po en el mundo. La refonna politica pacifica, que llegaba a tan ritu, agudo, hasta Acido, pero enormemente ca.lido, esta presente en estas feliz termino, se sustentaba en la profunda transformaci6n de la economia p.iginas, pues con nadie como con el -salvo con mi padre- he aprendido y la sociedad A lo largo de cuatro decadas, y aprovechando una asociaci6n tan.to de la historia con Gran Bretana que era vista como mutuamente beneficiosa, el pais habia crecido de mod.a espectacular, multiplicando su riqueza. Los inmigrantes, 15 de octubre de 1993 atraidos para esa transformaci6n, fueron integrados con exito en una socie dad abierta, que ofreci6 abundantes oportunidades para todos, y si bien no faltaron las tensiones y las enfrentamientos, estos fueron finalmente asimi lados y el consenso predomin6 sobre 1a contestaci6n La decisi6n de Este archivo fue descargado de https://filadd.com Yrigo yen de modificar la tradicional actitud represora del Estado, EL 12 DE OCTUBRE DE 1916, Hip61ito utilizando su FI LA DD .C OM 17 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C poder para mediar entre los distintos actores sociales y equilibrar asi la ba lanza, parecfa cerrar la Ultima arista conflictiva. En suma, la asunci6n de Yrigoyen pod.fa ser considerada, sin violentar demasiado los hechos, como la culminaci6n feliz del largo proceso de modernizaci6n emprendido por la sociedad argentina desde mediados det siglo xrx. Otra imagen era posible, y muchos de los contemporalleos adhirieron a ella y actuaron en consecuencia. Yrigoyen semejaba uno de aquellos caudi llos barbaros que se crefa definitivamente sepultados en 1880, y tras de el se adivinaba el gobierno de Ios mediocres. LJl transici6n polit:ica hacia la demo cracia no era bien vista, y quienes se sentfan desplazados del pod.er manifes taban escasa Iealtad hacia el Sistema institucional recientemente disei'iado y una aiioranza de los.tiempos en que gobemaban las mejores. For otra parte, la Primera Guerra Mundial, que habfa estallado en 1914, pennitia vislumbrar el fin del progreso fi:lcil, crecientes dificultades y un escenario econ6rnico mucho mas complejo, en el que la relaci6n con Gran Bretana no bastaria ya para asegurar la prosperidad. Las tensiones sociales y politicas que empeza ban a recorrer el mundo en la Ultima fase de Ia guerra, y que se desencade narian con su fin, tambie!l se anunciaban en la Argentina, y alimentaban una visi6n dominada por el conflicto. La sodedad estaba enferma, se decfa; los responsables eran las cuerpos extraiios, yen Ultima instancia la inrnigra ci6n en su conjunto. Creci6 asi una actitud cada vez mas intolerante, que de memento se expres6 en un nadonalismo chauvinista. Ambas :imagenes de la realidad, parciales y defonnadas, estaban presentes en 1916 y, cada una a su manera, eran producto de la gran transfonnaci6n producida a lo largo del media siglo anterior. For mucho tiempo moldearon actitudes y conductas, modificadas par nuevos datos de la realidad que, in cluso, corrigieron o rect:ificaron la imagen de la etapa de la expansion. 1916 19 los contempora!leos llamaban el "progreso". Los primeros estfmulos se per cibieron desde mediados del siglo xrx, cuando en el mundo comenz6 la OM 18 LA CONSTRUCCI6N En aquellas decadas previas a 1916, no tan lejanas coma para que nose recordara la aceleraci6n de los cam.bias, la Argentina se embarc6 en Io que Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM fortalecido por las facultades integraci6n plena del mercado y la gran expansi6n del capitalismo, pero sus efectos se vieron limitados por diversas razones. la principal de ellas fue Ia deficiente organizaci6n institucional, de modo que la tarea de con solidar el Estado fue fundamental: hacia 1880, cuando asumi6 por primera vez la presidencia el generalJulio A. Roca, se habia cumplido lo mas grueso, pero todavfa se requiri6 mucho trabajo para completarla. Lo primero fue asegurar la paz y el orden, y el efectivo control sobre el territorio. Desde 1810, ya lo largo de siete decadas, las guerras civiles ha bfan sido casi endernicas: los poderes provinciales habian luchado entre si y contra Buenos Aires, incluso despues de 1852. Desde 1862, el flam.ante Estado national, poco a poco -y con escasa fortuna al prindpio-, fue do rninando y subordinando a quienes hasta entonces habian desafiado su poder, y asegur6 para el Eje!dto nacional el monopolio de la fuerza. Algu nas cuestiones se dirimieron durante la guerra del Paraguay (1865-1870), y otras inmediatamente despues, cuando sucesivamente fueron doblegaw das Entre Rios -gran rival de Buenos Aires en la conformaci6n del nuevo Estado- y luego Ia propia provincia porteiia ---cuya rebeli6n fue derrotada en 188(}-, que debi6 aceptar la transfonnaci6n de la ciudad de Buenos Ai res en Capital Federal. El Estado afirm6 su pod.er sabre las vastos territories controlados por los indigenas: en 1879 se asegur6 la frontera sur, arrinco nando a las tribus en el contrafuerte andino, y hacia 1911 se complet6 la ocupaci6n de los territories de la frontera nordeste. Los limites territoriales del Estado se definieron con claridad, y las cuestiones internas se separa ron de manera tajante de las exteriores, con las que tradicionalmente se babfan mezclado: la guerra del Paraguay contribuy6 a definir las fluctuan tes fronteras de la Cuenca del Plata, y la Conquista del Desierto, en 1879, asegur6 la posesi6n de la Patagonia, aunque los confuctos con Chile se mantuvieron vivas hasta por lo menos 1902, y reaparecieron mas tarde. Desde 1880 se configur6 un nuevo escenario instituci.onal, cuyos ras gos perduraron largamente. Apoyado en los triunfos militares, se consolid.6 un centro de poder fuerte, cuyas bases jutidicas se hallaban en la Consti tuci6n sancionada en 1853 y que, segd.n las palabras de Alberdi, debian cimentar una monarqufa vestida de repllblica". Como ha mostrado Natalia Botana, se aseguraba alli un fuerte poder presidencial, ejercido sin lilnita ciones en los vastos territorios nacionales y Este archivo fue descargado de https://filadd.com 1916 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENnNA sus versiones extremas y menos prolijas, fue calificado de unicato, pero que en rigor se emple6 nonnalmente antes y despues de 1916. El FI Ejecutivo lo us6 para disciplinar a Ios grupos provincial.es, pero a la vez reconoci6 a €stos un amplio margen de decisi6n en los asuntos locales. El poder, que se habfa consohdado en tomo de las grupos dominantes del pr6spero li toral -induyendo a la muy dinamica C6rdoba-, encontr6 distintas formas de hacer participar de la prosperidad a las elites del Interior, particular mente a las mas pobres, y asegurar asi su respaldo a un arden politico al que, ademiis, ya no podi'an enfrentar. Aunque en 1880 est.aban delineadas, en sus rasgos b.3.sicos, las institu ciones deI Estado -el sistema fiscal, el judicial, el administratlvo-, en mu chos casos eran apenas esbozos que deb:fan ser desarrollados. Escaso de ins 21 plicaba una asociaci6n estrecha con Gran Bretafia, potencia que venfa oficiando de metr6poli desde 1810. Limitados al principia a lo comercial, esos vinculos se estrecharon luego de 1850, par lagran expansi6n de la producci6n lanar -la prim.era organizada sobre bases definidamente ca- LA DD .C de intervenir las proVlllcias y decretar el estado de sitio. Par otra parte, los controles institucionales del Congreso, y sabre todo la exclusi6n de la po sibilidad de la reelecci6n, aseguraban que ese poder no derivara en tirania. Quienes asi lo concibieron tenian presente la larga experienci.a de las gue rras civiles y la facilidad con que las elites se dividian en luchas facciosas encarnizadas y esteriles. En ese sent:ido, las resultados colmaron las expec tativas. Las facultades legates fueron reforzadas par una priictica politica en la que, desde el vertice del poder, se controlaban simultaneamente las resortes institucionales y las politicos. Se trataba de un mecanismo que, en OM 20 trumentos y medios para la realizaci6n de muchas de las tareas mas urgentes, como educar o fomenta.r la inmigraci6n, el F.stado se asoci6 inicialmente con sec.tores particulares, pero a medida que sus recursos aumentaron, fue ex pandiendo sus propias instituciones, y lleg6 a adquirir consistencia y solidez mucho antes que la sociedad. Esta, en pleno proceso de renovaci6n y reconstituci6n, careci6 inicialmente de la organizaci6n y de las nUcleos capa ces de limitar su avance. Deliberada y sisternaticamente actu6 el Estado para facilitar la inser ci6n de la Argentina en la ecanomia mundial y adaptarse a un papel y una funci6n que -se pensaba- le cuadraba a la perfecci6n. Ese lugar im Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C las relaciones comerciales y se anudaron las financieras, especialmente par el s6lido aporte brit.inico al costo de la construcci6n del Estado. Pero la verdadera maduraci6n se produjo Iuego de 1880, en la era del imperia lismo. Por entonces, Gran Bretafia -duefia indiscutlda del mundo colo nial- empezaba a afrontar la competencia de nuevos rivales -Alemania primero, y luego Estados Unidos-, y el mundo entero fue dividi€ndose en areas imperiales, form.ales o inform.ales. En el momenta en que se conso lid6 la asociaci6n con Gran Bretana, la metr6poli entraba en su madurez, ciertamente s6lida, pero tambit'n poco dinfilllica. Incapaz de afrontar la competencia industrial, se refugi6 en su Imperio y sus monopolios, y opt6 por las ganancias aseguradas por inversiones privilegiadas, de bajo riesgo y alta rentabilidad. En la Argentina, entre 1880 y 1913, el capital britanico creci6 casi veinte veces. A los rubros tradicionales -comercio, bancos, prestamos al Estado--, se agregaron los prestamos hipotecarios sobre las tierras, las inversiones en empresas p6blicas de servicios, coma tranvias o aguas corrientes, y sobre todo los ferrocarriles. Estos resultaron extraordinariamente rendidores: en condiciones por cierto privilegiadas, las empresas britanicas se aseguraron una ganancia que garantizaba el Estado, que tambien otorgaba exenciones im.positivas y tierras a los costados de las vias por tenderse. En etapas posteriores se subrayaron persistentemente estos problem.as, pero los contemporaneos vieron mas bien en la conex:i.6n angloargentina sus aspectos positivos: silos britanicos obtenian buenas ganancias par sus inversiones o Ia comercializaci6n de la producci6n local, dejaban un am plio campo de acci6n para los empresarios locales, las grandes propietarios rurales, a quienes quedaba reservada la participaci6n mayor en una pro ducci6n que fue posibilitada por la infraestructura instalada por los briti nicos. Los 2.500 km de vfas existentes en 1880 se transformaron en 34 mil en 1916, s6lo un poco menos de las 40 mil que, en su momenta maxima, lleg6 a tener la red argentina. Algunas grandes lfneas troncales sirvieron para integrar el territorio y asegurar la presencia del Estado en sus confi nes, rnientras que otras cubrieron densamente la pampa hUmeda, lo que posibilit6 -junto con el sistema portuario- la expansi6n de la agricultura OM pitalistas- y la contemporan.ea profund.Jzaci6n de la industrializaci6n de Gran Breta:fi.a, convertida ya en el taller del mundo. Se profundizaron Este archivo fue descargado de https://filadd.com 1916 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI 23 cuando el exito estaba asegurado. En materia monetaria se acept6 y esti mul6 la depreciaci6n, en beneficio de los exportadores, y hasta 1890 al menos, a traves de los bancos estatales, se manej6 el credito con gran Ii beralidad. Sabre todo, el Estado se hizo cargo de lo que se llam6 la "Con quista del Desierto•: de la que result6 la incorporaci6n de vastas superfi des de tierra apta para Ia explotaci6n que fueron transferidas en grandes extensiones y con un costo minimo a particulares poderosos y bien rela cionados. Muchos de ellos ya eran propietarios y otros lo fueron desde entonces, pero esta acci6n estatal result6 decisiva para la consolidaci6n de la clase terrateniente. La tierra luego se compr6 y vendi6 amphamente, aunque su espectacular valorizaci6n hasta 1890 -debida al calculo de fu twos beneficios asegurados par 1a expansi6n que se iniciaba- redujo el circulo de posibles adquirentes. Aunque beneficiarios de la generosklad del Estado -que porotra parte ellos mismos controlaban-, las terratenientes de la pampa hllmeda mani festaron una gran capacidad para adecuarse a las condiciones econ6micas y buscar el maximo posible de ganancias. En el Litoral, donde escaseaba el ganado y la producci6n podia trasladarse fa.cilmente por los rios, se inclina ron por la agricultura; alli donde la tierra era barata, optaron por la coloni zaci6n, que la valorizaba, pero cuando el valor aument6 preftrieron el sis tema de arrendarniento. En la provincia de Buenos Aires perdur6 la gran propiedad :indivisa y la e:xplotaci6n del lanar, hasta que la instalaci6n de los frigorificos hizo rentable la explotaci6n del vacuno refinado con las razas inglesas y destinado a la exportaci6n. Entonces, las necesidades de praderas artificiales estimularon la colonizaci6n agricola: las tierras se destinaron al ternativamente a cereales, forrajes y pastoreo, por lo cual la agricultura se asoci6 definitivarnente con la ganaderia. Esta combinaci6n resultaba la mas adecuada para las condiciones es pecificas de entonces. La calidad de las praderas aseguraba altos rendi mientos con escasas inversiones; por otra parte, las condiciones del mer cado mundial, extremadamente cambiantes e inconttolables desde este lejano sur, hacian conveniente mantener la flexibilidad para elegir, cada afto, la opci6n mas rentable. Parecia mas razonable mantener la tierra unida para conservar todas las opciones y encarar explotaciones mas bien extensivas. Como ha propuesto Jorge F. Sabata, los em.presarios se habi- LA DD .C primero y de la ganaderia despues, cuando las mismos britinicos instala ron el sistema de frigorfficos. Esa expansi6n requiri6 abundante mano de obra. El pais habia venido recibiendo cantidades de inmigrantes en fonna creciente a to largo del si glo, pero a partir de 1880 las cantidades crecieron abruptamente. Desde el lado de Europa la emigraci6n estaba estimulada par un fuerte crecimiento demografico, la crisis de las economias agrarias tradicionales, la bUsqueda de empleos y el abaratamiento de las transportes; desde el pafs se decidi6 modif:icar la politica inmigratoria tradicional, cauta y selectiva, y fomentar activamente la inmigraci6n, con propaganda y pasajes subsidiados. Pero ninguno de esos mecanismos hubiera sido efectivo si, simultaneamente, no hubiera creddo la posibilidad de encontrar trabajo. Los inmigrantes de mostraron una gran flexibilidad y adaptaci6n a las condiciones del mer cado de trabajo: en la decada de 1880 se concentraron en las grandes ciu dades, en la construcci6n de sus obras ptiblicas y la remodelaci6n urbana, pero desde mediados de la decada siguiente, al abrirse las posibilidades en la agricultura, se vokaron masivamente al campo tanto quienes venian para instalarse en forma definitiva como quienes viajaban cada afio para trabajar en las cosechas. Este fen6meno -posibilitado por la baratura de los pasajes y par los salarios locales relativamente altos- explica en parte la fuerte diferencia entre los inmigrantes llegados y los efectivamente radica dos: entre 1880 y 1890 los arribados superaron el mill6n, y los efectiva mente radicados fueron unos 650 mil, cantidad notable para un pais cuya poblaci6n rondaba Ios dos millones. En1a dfrada siguiente, luego de la cri sis de 1890, se atenu6 la llegada, y las que retornaron fueron, afio a afio, mas que los que llegaban, pero el ritmo se restableci6 en la primera decada del siglo xx, cuando los saldos positivos superaron el mil16n. OM 22 La promoci6n activa de la inmigraci6n fue s6lo un aspecto del con junto de actividades que el Estado, lejos de la prescindencia del supuesto .1 l "modelo liberal desarroll6 para estimular el crecimiento econ6mico, so lucionando los cuellos de botella y creando las condiciones para el desen volvimienio de los empresarios privados. Particularmente, entre 1880 y 1890 esta acci6n fue intensa y definida Las inversiones extranjeras fueron gestionadas y promovidas con amplias garantias, y el Estado asumi6 el riesgo en las menos atractivas, para luego transferirlas a los privados Este archivo fue descargado de https://filadd.com 1916 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA tuaron a rotar por diversas actividades, buscando en cada caso la crema de la ganancia, sin fijarse definitivamente en runguna y procurando no FI LA DD .C inmovilizar el capital: a las agropecuarias se agregarnn luego las inversio nes urbanas -tierra, construcciones- e incluso las industriales. Asi, a par tir de la tierra, se constituy6 una clase empresaria concentrada y no espe cializada, una ohgarquia, que desde la ciispide controlaba un conjunto amplio de actividades. Esas condiciones estimularon tambien Ia conducta especulativa de los chacareros. Los inmigrantes que durante la expansi6n agricola se convir tieron en arrendatarios y disponian de un capital limitado prefirieron al quilar par tres fill.as extensiones importantes de tierra antes que adquirir definitivam.ente una parcela mas pequefla: especuladores trashumantes jugaron sus cartas a unos afios de trabajo intenso, con minimas inversio nes fijas, quiz.i premiado con unas buenas cosechas, para volver a repetir la apuesta en otro campo arrendado. En esa primera etapa, este comportamientoaltamente flexible penniti6 aprovechar al maxima los estimulos extemos y posibilit6 un crecimiento verdaderamente espectacular. Desde 1890, la expansi6n de la agricu1tura fue continua, y el campo se llen6 de chacareros y jornaleros. Entre 1892 y 1913, se quintuplic6 la producci6n de trigo, de la cual la mitad se expor taba En ese lapso, las exportaciones totales se multiphcaron cinco veces, mientras que las importaciones lo hicieron en proporci6n algo menor. Al trigo se agregaron el maiz y el lino, y entre los tres cubri.eron la mitad de las exportaciones; en el resto, junta a la Jana, comenz6 a ocupar una parte cada vez mas importante 1a came, sobre todo a partir de 1900, cuando los frigorificos empezaron a exportar hacia Gran Bretana came vacuna conge lada o enlatada. Por entonces, el lanar habfa sido desplazado de Buenos Aires hacia el sur, y lo reemplazaba el vacuno mestizado con las razas bri tanicas Shorthorn y Hereford. En visperas de la guerra, la Argentina era uno de los principales exportadores mundiales de cereales y came. Si las ganancias de los socios extranjeros fueron elevadas a traves de los ferrocaniles y los frigorfficos, del transporte maritimo, de la comercia lizaci6n o del financiamiento-, tambien lo fueron las del Estado, prove nientes fundamentalmente de impuestos a la importaci6n, y las de los te rratenientes, quienes, dadas las ventajas comparativas con respecto a otros OM 24 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 25 LA DD .C igualmente espectaculares, palacios o petits hotels. El ingreso rural se difundi6 en la ciudad multiplicando el empleo y generando a su vez nuevas necesidades de comercios, servicios y finalmente de indus trias, pues en conjunto las ciudades, sumadas a los centros urbanos de las zonas agrfcolas, constituyeron un mercado atractivo. El sector industrial alcanz6 una dimensi6n significativa y ocup6 a mucha gente. Algunos grandes OM productores del mundo, optaron por destinar una pord6n importante de estas al consumo. Ello explica en parte la magnitud de los gastos reahza dos en las ciudades, que unos y otros se ocuparon en embellecer imi tando a las metr6polis europeas, pero cuyo efecto multiplicador fue muy :iroportante. El Estado las dot6 de los modemos servidos de higiene o de transporte, asi coma de avenidas, plazas y un conjunto de edificios pllbli cos ostentosos y no siempre de buen gusto. Los particulares construyeron residencias FI establecimientos, como los frigorfficos, las molinos y algunas fa bricas grandes, elaboraban sus productos para la exportaci6n o el mer cado interno. Otro grupo de establecimientos importantes, textiles o ah mentarios, suministraba productos elaborados con m.ateria prima local, y un extenso universo de talleres, generalmente de propiedad de inmigran tes afortunados, completaba el abastecimiento del mercado intemo. Este sector industrial creci6 asociado con la economia agropecuaria, expan diendose y contrayfodose a su ritmo, y nutrielldose de capitales extran jeros, aunque a traves de los bancos los terratenientes locales o quienes controlaban el comercio exterior pudieron agregar la inversi6n industrial al conjunto de sus opciones. El grueso de estos cambios se produjo en el Lltoral, ampliado con la in corporaci6n de C6rdoba, y se acentu6 la brecha secular con el Interior, inca paz de incorporarse al mercado mundial. No llegaron alli ni inversiones ni inmigrantes, aunque si el ferrocarril, que, en algunos casos, al romper el ais lamiento de los mercados, afect6 algunas actividades locales. En cambio, bubo mayores gastos realizados por elEstado nacional, que sostuvo en parte la ad.ministraci6n y la educaci6IL Pero, sabre todo, pesaron el atraso relativo y las diferencias cada vez mas manifiestas entre la vida agitada de las gran des ciudades del Iitoral y la de las somnolientas capitales provinciales. Huba algunas excepciones. En el norte santafesino, una empresa in glesa, expansiva y depredadora a Ia vez, constituy6 un verdadero enclave Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C para la explotaci6n del quebracho. Pero las excepciones mas importantes se produjeron en Tucuman primero y en Mendoza despues, en tomo a la producci6n de azllcar y de vino. Ambas prosperaron notab1emente para abastecer a los expansivos mercados del Lltoral, merced a la reserva de es tos productos hecha por el Estado, que los rode6 con una fuerte protecci6n aduanera. Fue el mismo Estado el que permiti6 el despegue inici.al de esa industria regional, construyendo las ferrocarriles y financiando las :inver siones de los primeros empresarios de ingenios y bodegas. En ambos casos hubo razones de equilibria politico general, pero mas inmediatamente pesa ron las relaciones que importantes empresarios de las nacientes industrias -Ernesto Tornquist en la azucarera y Tiburcio Benegas en la vitivinicola- te nian en las mas altas esferas oficiales. La fisonomia de Tucuman, y sabre todo la de Mendoza, donde la e:xpansi6n supuso la incorporaci6n de im portantes contingentes inmigratorios, se modificaron sustanciahnente, I l OM 26 quiz.f contra lo que hubieran indicado las normas de 1a divisi6n interna cional del trabajo -la azucar tucumana siempre fue mucho mas cara que 1a que podfa importarse desde Cuba-, pero de acuerdo con la pauta de FI ga nancia monop6lica y de asociaci6n entre el Estado y los empresarios que caracteriz6 toda la expansi6n finisecular. En torno del Estado se confonn.6 un importante sector de especulado res, intermediarios y financistas cercanos al poder, que medr6 en conce siones, prestamos, obras pUblicas, compras o ventas, especialm.ente en Ia decada de 1880, cuando el Estado inyect6 de forma masiva credito a tra ves de las bancos garantidos. Los contempor.fneos atribuyeron a esta fie bre especulativa la crisis de 1890, que fren6 por una decada el avance espectacular de la economia Pero las causas eran mas profundas y resul taron recurrentes. La estrecha vinculaci6n de la economia argentina con la internacional la sensibiliz6 a sus fluctuaciones cfclicas, como habfa ocu rrido en 1873. El fuerte endeudamiento convertia el servicio de la deuda extern.a en una carga onerosa, solventada con nuevos prestamos o con los saldos del comercio exterior, y ambas cosas se reducian dr.isticamente en los momentos de crisis cfclica, generando un periodo mas o menos pro l011gado de recesi6n. La crisis intemacional de 1890 tuvo la particularidad de desencadenarse en la Argentina y de arrastrar con e11a a uno de los mas importantes inversores britanicos: la banca Baring. En Io inmediato, Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C tuvo efectos catastr6ficos, sabre todo para los pequeiios ahorristas, pero al concluir con el ciclo especulativo urbano de la decada de 1880 alent6 otras actividades, particularmente la agricultura, que empez6 par enton ces su expansi6n importante. La inmigraci6n masiva y el progreso econ6mico remodelaron profun damente a la sociedad argentina, y podrfa decirse que la hicieron de nuevo. Los 1,8 millones de habitantes de 1869 se convirtieron en 7,8 millones en 1914, yen ese mismo periodo Ia poblaci6n de Ia ciudad de Buenos Aires pas6 de 180 mil habit.antes a 1,5 millones. Dos de cada tres habitantes de la ciudad eran ex:tranjeros en 1895, yen 1914, cuando ya habian nacido de ellos muchos hijos argentinos, todavia la mitad de la poblaci6n de la ciudad era extranjera. La mayoria fueron los italianos, primero del norte y luego del sur, y los siguieron los espafioles, y en menor medida los france ses. Pero llegaron inmigrantes de todas partes, aunque en contingentes pequefios, al punto que se pens6 en Buenos Aires coma en una nueva Ba bel. Como seftal6 Jose Luis Romero, la nuestra fue una sociedad aluvial, constituida por sedimentaci6n, en la que los extranjeros aparecfan en to das partes, aunque naturalmente no en la misma proporci6n. Al Interior fueron pocos, con excepci6n de lugares como Mendoza. En el Lltoral, muchos se dirigieron al campo, y la mayoria se insta16 precaria mente, como arrendatarios. Los chacareros y sus familias fueron protagonis tas de una sacrificada y azarosa empresa Quizil porque estaban dispuestos a prosperar en poco tiempo, a sacrificarse y arriesgar su escaso capital en una apuesta muy fuerte, prefuieron vivir en rudimentarios e inh6spitos ran chos, sin las comodidades minimas, prestos a abandonar el lugar cuando el contrato vencia. Como todos los inmigrantes, se jugaron al ascenso econ6- mico rilpido, que algunos lograron y muchos no. A la larga, los primeros, o sus hijos, se integraron a las clases medias en constituci6n; las segundos probablemente marcharon a las ciudades o se volvieron. Lo que es seguro es que unos y otros contribuyeron a las gruesas ganancias de terratenientes y casas comerciales e:xportadoras, que se asociaban a las beneficios OM 27 1916 de los chacareros, pero sin participar de sus riesgos. Al principio Ia mayorfa iba a las ciudades, pues alli estaba la mas am pha demanda de trabajadores. Las grandes ciudades, y en primer lugar Buenos Aires, se llenaron de trabajadores, en su mayoria extranjeros, pero Este archivo fue descargado de https://filadd.com 28 que ignora la de las fracasados. Pero de BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C OM tambien criollos. SUs ocupadones eran muy diversas y su condici6n labo ral heterogenea: habia jornaleros sin c.alill.caci6n a la busca cada dia de su conchabo, artesanos calificados, vendedores ambulantes, sirvientes y tam biell obreros de las prim.eras fabricas. En cambio, muchas de sus experien cias eran similares: vivian hacinados en las conventillos del centro de la ciudad, pr6ximos al puerto donde muchos trabajaban, o del barrio de La Boca. Padedan dificiles condiciones cotidianas: la mala vivienda, el costo del alquiler, las problemas sanitarios, la inestabilidad en los empleos y los bajos salarios, las epidemias y los problemas de mortalidad FI infantil, todo lo cual conformaba un cuadro muy duro, del que al principio muy pocos es capaban. Era todavia una sociedad magm.itica y en formaci6n. Los extran jeros eran ademas extraiios entre si, pues ni siquiera los italianos -una de nominaci6n en cierto modo abstracta, que englobaba origenes diversos-, separados por 1os diferentes dialectos, podian comunicarse entre ellos. La integraci6n de sus elementos diversos, la constituci6n de redes y micleos asociativos, y la definici.6n de identidades en ese mundo del trabajo fue un proceso lento. Muchos de los inmigrantes, impulsados por el afan de "hacer la Ame rica" y qu.iza volver ricos y respetables a la aldea de donde habian salido miserables, concentraron sus esfuerzos en la aventura del ascenso indivi dual, o mas exactamente familiar. Quienes no lo lograron a fracasaron des pues de algun exito inicial -y no volvieron a Ia patria- permanecieron den tro del conjunto de los trabajadores, renovado de manera permanente con las nuevos llegados. Fue entre ellos donde mas amphamente se desarrolla ron las forrnas de solidaridad, estimuladas par las militantes contestatarios. Pero Ia mayoria obtuvo al menos algt.in exito dentro de la "aventura del ascenso". Este consistia por lo general en llegar a tener la casa propia y quizci un pequefio negodo o taller tambien propio. Sohre todo, el camino pasaba por la educaci6n de los hijos: la educaci6n primaria permitia supe rar la barrera idiomatica que segregaba a las padres; la secundaria abria las puertas al empleo pUbhco o al puesto de·maestra, dignos y bien remune rados. La universitaria y el titulo de doctor eran la llave mcigica que penni tia ingresar a las circulos cerrados de la sociedad constituida. Se trata sin dud.a de una imagen con mucho de archivo fue convencional, elaborada a partir de las experiencias de losEste triunfadores, y descargado de https://filadd.com II i FI LA DD .C cualquier modo, estas aventuras del ascenso fueron lo suficientemente im portantes como para plasmar una imagen mitica de hondo arraigo y Iarga perduraci6n, y para constituir las amplias clases medias, urbanas y rurales, que caracterizaron de forma definitiva nuestra sociedad. En suma, lo que se constituy6 fue una sociedad nueva, que permane ci.6 por bastante tiempo en formaci6n, en la que las extranjeros o sus hijos estuvieron presentes en todos los lugares, los altos, las medias y las bajas. Fue abierta y flexible, con oportunidades para todos. Fue tarobien una so-- ciedad escind.ida doblemente: por una parte, el pais modemizado se dife renci6 del Interior tradicional; par otra, la nueva sociedad se mantuvo bastante tiempo separada de las dases criollas tradicionales, y las clases altas, un poco tradicionales pero en buena medida tambien nuevas, pro-curaron afirmar sus diferencias respecto de la nueva sociedad. Mientras en la nueva sociedad los inmigrantes se mezclaban sin reticen cias con las criollos y generaban formas de vida y de cultura luDridas, las clases altas -capaces de acoger sin reticend.as a los extranjeros ricos o exito sos- se sentian tradicionales, afrrmaban su argentinidad y se crefan las due fias del pais al que 1os inmigrantes habfan venido a trabajar. No todos sus miembros tenfan riqueza antigua, pues entre ellos habia muchos advenedi zos o rastacueros, como se decia entonces, y ni siquiera todos tenian verda deramente riqueza. Algunos lo lograron con medias dudosos, gracias a los favores del pod.er, y otros apenas podian conservar lo que llamaban la "de cencia". Pero todos ellos, frente a la masa de extranjeros, manifestaron una cierta voluntad de cerrarse, de recordar sus antecedentes patrici.os, de ocu parse de las apellidos y la prosapia, y quienes podian, de hacer gala de un lujo y una ostentaci6n -que quiza sus modelos europeos consideraran vul gares y chabacanos- Utiles para marcar las diferencias. Esa funci6n cum plian los lugares pt'ibhcos donde mostrarse, coma la Opera, Palermo o la ca Ile Florida, y sabre todo el club, exclusivo y a Ia vez educador: el Jockey, fund.ado por Carlos Pellegrini y Miguel Cane para constituir una aristocracia vasta y abierta, "que comprenda a todos los hombres cultos y honorables". Esos mismos hombres se reservaron el manejo de la alta politica. Esta fue una actividad de "notables , provenientes de familias tradicionales, de centes y educados, aunque no necesariamente ricos, pues en la politica abundaron los parvenus, que hari'.an alli su fortuna El sistema institucional OM 29 1916 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA era perfect.amente republicano -aunque disefiado para mediatizar las deci siones mas importantes y alejarlas algo de la "voluntad popular"-, pero las priicticas electorales de la epoca, y sobre todo la fuerte injerencia del go biemo en cad.a uno de sus pasos, tendian a desalentar a quienes quisieran participar en esa competencia. En la ctispide del sistema politico, la selec ci6n del personal pasaba pot los acuerdos entre el presidente, las gobernadores y otros notables de prestigio reconocido. En las niveles mas j j ! I I ' LA DD .C bajos, la competenda se daba entre caudillos electorales, que movilizaban 1916 contribuido a la consolidaci.6n del regimen y a la eliminaci6n de las antiguas confron- OM 30 FI maqu:inarias aguerridas, capaces -con la complicidad de la autoridad- de asaltar atrios y volcar padrones. El sistema -estigmatizado luego por la opo sici6n pol:ftica- descansaba sabre una escasa voluntad general de participaci6n en las elecci.ones. Alejada de las grandes procesos democrati. zadores de las sociedades occidentales, la constituci6n de la ciudadanfa fue aqui lenta y trabajosa. Particularmente, pes6 el escaso interes de los extran jeros por nacionalizarse y participar de las elecciones, perdiendo algunos privilegios y garantias inherentes a su condici6n de tales, y esta situad.6n inquiet6 incluso a los espfritus mas lllcidos de la ehte dirigente, preocupa dos por asentar las bases consensuales del regimen politico. Quizil la caracteristica mas notable y perdurable de ese regimen haya sido la falta de competencia entre partidos politicos alternativos y su es tructuraci6n en torno de un partido Unico, cu.yo jefe era el presidente de la repllblica. El Partido Autonom.ista Nacional era en realidad una federaci6n de gobernadores, cabezas de Nsituacionesu provinciales, y el presidente usaba sus atribuciones institucionales para disciplinarlos, mezclando con fusamente lo que era propio del Estado con lo mas especfficamente poli tico. Ausentes los mecanismos de alternancia, raquiticos los espacios de discusi6n pU.blica amplia, los conflictos se negociaban en circulos reduci dos, entre la Casa Rosada y el Circulo de Armas, la redacci6n de un diario y los pasillos del Congreso, El sistema era eficaz cuando se trataba de dife rencias en torno de convicciones comunes -como ocurri.6 a lo largo de la decada de 1880-, pero revel6 sus debilidades cuando las discrepancias se hicieron mas serias, a partir de 1890. Qued6 claro entonces queen ell'egi men politico no habia lugar para partes con intereses divergentes y legit:i mos, capaces de discrepar y de acordar, y el unicato, que habfa Este archivo fue descargado de https://filadd.com 31 LA DD .C principal de la elite dirigente. El panorama que se presentaba ante sus ojos era ciertamente inquietante: una masa de extranjeros, desarrai gadas, escasamente solidarios, s6lo interesadas en lucrar y en volver a su terrufio, despertaba la indignaci6n de quienes, como Sarmiento, habian vista otrora en la inmigraci6n el gran instrumento del progreso. Par otra parte, en el empeiio de dar form.a a esa OM taciones, revel6 sus limitaciones para canalizar las propuestas de cambio de una sociedad que se estaba constituyendo y diversificando, y en la que se desarrollaban intereses variados y contradictorios. Moldear y organizar esa sociedad en fonnaci6n, segUll sus defmidas convicciones acerca del progreso, y generar en ella el consenso necesario para las vastas transformaciones que se estaban desarrollanda fue quiza la preocupaci6n masa, apareci6 un oonjunto de com petidares importantes: laIglesia en primer lugar, FI aunque en el Rio de laPlata su influencia era mucho menor que en et resto de Hispanoamerica; las aso daciones de las colectividades extranjeras, y particularmente la itali.ana, y luego las grupos politicos contestatarios, sabre todo los anarquistas, que ya esbozahan para los sectores populares un proyecto de sociedad definida mente altemativo. Frente a ellos, ese Estado todavia debil present6 combate y triunf6. En forma progresiva fue extendiendo su Iarga mano por cierta, visible- sabre la sociedad, tanto para controlar su organizaci6n coma para acelerar las cambios que aseguraran el progreso buscado. Las leyes de registro civil y de matrimonio civil, inspiradas en la legis laci6n europea mas progresista, impusieron la presencia del Estado en los actos mas importantes de la vida de los hombres -el nacimiento, el casa miento, la muerte-, hasta entonces regulados por la Iglesia. Posterior mente, esa presencia del Estado se reforzaria en la regulaci6n de la higiene, del trabajo, y sobre todo con la ley de servicio militar obligatorio, que, al llegar a la mayoria de edad, colocaba a todos los hombres en situaci6n de ser controlados, disciplinados y argentinizados. Pero en la decada de 1880 el gran instrumento fue la educad6n primaria, y hacia ella se valcaron los mayores esfuerzos. Esta, segiin la Ley 1420 de 1884, fue laica, gratuita y obligatoria. Desplazando tanto a la Iglesia como a las colectividades, que habian avanzado mucho en este terreno, el Estado asumi6 toda la respon sabilidad: con la alfabetizaci6n aseguraba la instrucci6n biisica comUn para todas los habitantes, y a la vez Ia integraci6n y nacionalizaci6n de las ni- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 1916 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ftos hijos de extranjeros, que si en sus hogares filiaban su pasado en al guna regi6n de Italia o Espana, aprendfan en la escuela que este se FI LA DD .C remon taba a Rivadavia o a Belgrano. Aunque Ia elite fue constitutivamente cosmopolita, critica de la heren cia criolla o hispana y abierta a las influencias progresistas de las metr6po lis, tuvo a la vez una temprana preocupad.6n por lo nacional, tanto para afirmar su identidad en el pais aluvional como para integrar en ella a la masa extranjera La elite patricia, que se sentia consustanciada con la cons trucci6n de la patria, se ocup6 de dar forma a una versi6n de su historia, como lo hizo Bartolome Mitre, que era a la vez una autojustificaci.6n. Con las :mismas preocupaciones, discutieron sabre que cosa era el arte, la mll sica o Ia lengua nacional. Sabre estos y otros tern.as se hablaba tanto en los circulos y en las tertulias privadas como en los peri6dicos y en sus redac dones, quiza.5 en Ia catedra universitaria o en el Congreso. Algunos incluso escribieron libros, que editaban en Europa. Si no hubo muchos grandes creadores, en cambio constituyeron un grupo de :intelectu.ales que, sin es pecializaci6n profesional, contribuyeron muy eficazmente a moldear las ideas de su clase. Conocieron todas las corrientes europeas, y de cada una de ellas hubo una versi6n local: realismo, impresionismo, naturalismo... Pero la que mas se adecu6 a su filosofia espontanea de la vida fue el posi tivismo, en su versi6n spenceriana, por su valoraci6n de Ia eficiencia y el pragmatismo, de1 orden y el progreso, en todo adecuados a una sociedad que por entonces llegando al Centenario de la Revoluci6n de Mayo- se definia por su optimism.a. testimonio del espectacular desempeiio de la repU.blica, al igual que el OM 32 TENSIONES Y TRANSFORMACIONES El Centenario de la Revoluci6n de Mayo fue Ia ocasi6n que el pais, alegre y confiado, tuvo para celebrar sus logros recientes. La asistencia de la in fanta Isabel de Borb6n, tfa del rey de Espaiia, y del presidente Montt de Chile indicaba que las hostilidades externas, viejas o nuevas, pertenedan al pasado. lntelectuales, politicos y periodistas, como Georges Clemenceau, Enrico Ferri, Adolfo Posada o Jules Huret, dejaron, cada uno a su manera, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 33 OM FI LA DD .C poeta Ruben Dario, que escribi6 un Canto a la Argentina alga pomposo. Atestiguando el car<l.cter aluvial de nuestra soci.edad, cada una de las co lectividades extranjeras honr6 al pais y a sus espectaculares Iogros con un monumento alusivo, cuya piedra fundamental se coloc6 apresuradamente ese afio. Pero el discurso oficial, vado, hueco y conformista, apenas alcat1- zaba a disimular la otra cara de esta realidad: una huelga general, mas vi rulenta alln que la del afto anterior cuando coincidi6 con el asesinato del jefe de Pohcia a man.as de un anarquista-, amenaz6 frustrar los festejos, y una bomba en el Teatro Co16n puso en evidencia las tensiones y Ia violen cia, a la que desde la sociedad establecida se respondi6 con las primeros episodios del terror blanco y con una draconiana 1ey de defensa social. Ma.5 a11a de la pompa de la celebraci6n, una honda preocupaci.6n por el rumbo de la naci6n invadia las espiritus mas reflexivos, ganados por un pesimismo credente. Utilizando los modelos de la sociologia positivista, y combinandolos con la historia y Ia psicologia social, se diagnostic6 que la soci.edad estaba enfenna. Retomando la tradici6n reflexiva de Sarmiento o de Alberdi, aparecieron ensayos profundos, balances descamados y pro puestas, coma los que hicieron Joaquin V. Gonzalez en El juicio del siglo, Agustfn Alvarez en Manual de patologia politica,,Carlos Octavio Bunge en Nuestra Amirica,Jose Maria Ramos Mejia en Las multitudes argentinas o Ricardo Rojas en La restauraciOtt nacionalista. Parte de los males se atri buian a la misma elite, su conformism.a fa.city su abandono de Ia tradici.6n patricia y ta conciencia pU.blica. Pero el punto central del cuestionamiento era el cosmopohtismo de la sociedad argentina, inundada par la masiva presencia de Ios inmigrantes y dirigida por quienes habi'.an buscado su ins piraci6n en Europa. Todos los conflictos sociales y politicos, todo cuestio namiento a la direcci.6n de la elite tradicional, podian ser atribuidos a los malos inmigrantes, a los cuerpos extraftos, a las extranjeros disolventes, incapaces de valorar lo que el pais les habfa ofrecido. Pero mas alla de estas manifestaciones extremas, preocupaba la diso- 1uci6n de un ser nacional que algunos ubicaban en la sociedad criolla pre via al alud inm.igratorio y otros, mas ex.tremos, filiaban poll>micamente en 1a ruptura con la tradici6n hispana Si bien esta ultima posici6n era cues tionada por quienes segufan asoci.ando esta tradici6n con la intolerailcia y el atraso, en cualquier caso se dibuj6 en 1a conciencia de la elite la imagen Este archivo fue descargado de https://filadd.com 34 1916 BREVE ffiSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA hacienda mas compleja, tanta pot la acrecida participaci6n de Francia y Alemania en el comercio y las inversianes coma por la presencia cada vez OM de unas masas torvas y oscuras, desligadas de todo vinculo, peligrosas, que 35 FI LA DD .C acechaban en las sombras y que comenzaban a invadir 19s .imbitos hasta entonces reservados a 1os hijos de la patria. En respuesta, algunos adhirie ron mas agresiva de Estados Unidos en el .irea de los servicios piiblicos y ta al ehtismo aristocratizante que habia puesto de moda el uruguayo Jose electricidad, y sabre tado en los frigorificas, Su dominio de la tecnica del chillei o enfriado, le permiti6 ganar posiciones en el mercado extemo y, Enrique Rod6 con su Ariel. Otros buscaron la soluci6n de cada uno de los tras sucesivos acuerdos por las cuotas de exportaci6n, lleg6 a controlar las problemas en alguna de las f6rmulas de 1a IDgerrieria social, incluyendo las tres cuartas partes <lei comercio de cames con Gran Bretana, aunque los que habia ensayado en .A1emania el canciller Bismarck. Pero la mayoria en ingleses siguieron administrando el flete y los seguros. Eran los prim.eras contr6 la respuest.a en una afirmaci6n polemica y ret6rica de la nacionali anuncios de una relaci6n triangular, mucha mas campleja que la anterior, dad: Ia soluci6n era subrayar la propia raigambre criolla, argentinizar a esa que se profundiz6 cuando la industria local empez6 a demandar maqui masa extrafta, y a la vez disciplinarla Desde principios de siglo, y sin duda nas, repuestas a petr6leo, suministrados por Estados Unidas, o cuando se inspirado en el dim.a europeo de preguerra, empez6 a predominar un na populariz6 el uso del autom6vil, y que requiri6 un manejo de la palitica cionalismo chauvinista, queJose Maria Ramos Mejia, desde el Consejo Na econ6rnica bastante mas delicado y precisa. Pero esas problem.as queda donal de Educaci6n, intent6 inculcar a los niftos de la escuela primaria en ron postergados por el mucho m.is acucioso planteado por la Primera sus pr.icticas cotidianas, y que tuvo su apogeo en los festejos de 1910, Guerra Mundial, que desarganiz6 los circuitos comerciales y financieros, cuando las patotas de uniiios bien" se compladan en hostilizar a cualquier rettajo las nuevas inversiones, provac6 un fuerte encarecimiento de la extranjero que demorara en descubrirse al sonar las notas del Himno. subsistencia y dificultades en muchas industrias, aunque benefici6 a aque A partir de esta percepc:i.6n de una enfermedad en la sociedad, ratifi llas actividades, coma la exportaci6n de carne enlatada, destinadas al cada par la cotidiana emergencia de conflictos y tensiones de la m.is va abastecimiento de los beligerantes. Aun cuando se viera en esto el efecto riada indole, se dibujaron dos actitudes en la elite dirigente. Algunos opta de una coyuntura breve y acotada a la duraci6n del conflicto belico, lo ron por una conducta conciliadora, hactendose cargo de los reclamos de la cierto es que nadie convalidaria en 1916, al asumir el nueva presidente, el sociedad y proponiendo reformas. Otros, en cambio, mantuvieron una ac diagn6stico optimista y despreocupado de 1910. titud intransigente, que ape16 al Estado para reprimir cualquier manifesta Las mayores preocupacianes provenian de la emergencia de tensiones ci6n de descontento y, no satisfechos por un apoyo que por otra parte no saciales, de demandas y requerimientos diversos, generalmente expresa se retaceaba, se organizaron para actuar por su propia cuenta. dos de manera violenta, pravenientes de los diversos actores que se iban Algunos motivos de preocupaci6n se adivinaban en la marcha de la definiendo a medida que la sociedad se estabilizaba y diversillcaba. Las economia, pese a que en los primeros aiios del siglo la Argentina realiz6 tensiones no surgieron del Interior tradicional, de existencia aletargada, lo m.is espectacular de su crecimiento. Un renovado empuje migratorio Sino de las zonas dinamicas del Litoral. En el .imbito rural, una prim.era ma hizo queen 1914 casi se alcanzaran los ocho millones de habitantes, du nifestaci6n notable fue la de las chacareros de Santa Fe, protagonistas de plicando ta cifra de 1895. El area cultivada alcanz6 el record de 24 millones la primera expansi6n agricola, entte quienes abundaban las propietarios. de hectareas, y el pais lleg6 a set el primer productor mundial de maiz y Se combin6 aqui una cayuntura econ6mica critica -derivada de la crisis de lino, y uno de los ptimeros de Jana, came vacuna y trigo. Buenos Aires 1890- y una decisi6n palitica del Estado, que par entonces elirnin6 el de -que exhibia orgullosa su subterralleo- se convirti6 en la primera metr6recho de Ios extranjeros a votar en las eleccianes municipales. En el poli latinoamericana. Sin embargo, las crisis de 1907 y 1913, y despues rnismo afi.a se produjo la revaluci6n de la Uni6n Cfvica, yen los siguientes de dos ai:i.as de depresi6n motivados por la guerra de las Balcanes, los co lonos incorporaron sus reclamos -eliminaci6n de un impuesta recorda ban la vulnerabilidad de ese crecimiento. La relaci6n extema gravaso y se estaba Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI 37 pero de consecuencias mas espectaculares. Entre los sectores populares, la heterogeneidad cultural y lingiiistica fue superandose en la experiencia cotidiana de afrontar las duras condiciones de vida, que estimularon la cooperaci6n y la constituci6n de todo tipo de asociaciones: mutuales, de resistenda, gremiales, en torno de las cuales la sociedad popular comenz6 a tomar forma. Par otra parte, la convivencia permitia la espontatlea inte graci6n de las tradiciones culturales y el surgimiento de formas lubridas pero de una vigorosa creatividad, coma el tango, el sainete o el lunfardo, donde confluian las elementos criollos y los muy diversos aportados por la inmigraci6n. Sabre esta elaboraci6n espontanea se propusieron influir tanto la Igle sia coma las grand.es asociaciones de colectividades y sabre todo el Estado, que combin6 coacci6n con educaci6n. Pero su gran instrumento, la es cuela pUblica, choc6 en esta primera etapa con una masa de trabajadores adultos, analfabetos, casi impermeables a su mensaje. Esto dej6 un ancho cam.po de acci6n para otro sector alternativo, proveniente de intelectuales contestatarios, y particularmente de los anarquistas. Ellos encontraron el lenguaje adecuado para dirigirse a una masa trabajadora dispersa, extran jera, segregada, que para actuar en conjunto necesitaba grandes consignas movilizadoras, coma la de deshacer la sociedad y volver a rehacerla, justa y pura, sin patrones y sin Estado. La huelga general y el levantamiento es pontaJleo eran Ios instrumentas imaginados para integrar a esta masa Ia boral fragmentada, y para hacer mas eficaz la lucha par las reivindicacio nes especfficas de cada uno de las gremios, que las anarquistas•encauzaron eficazmente. Frente al anarquismo, el Estado galvaniz6 SU actitud repre sora, y la ley de residencia de 1902 autorizaba incluso la expulsi6n de los mas discolos. En un juego de desaffos reciprocos, la agitaci6n social, que comenz6 hacia 1890, se agudiz6 had.a el 1900 y culmin6 con las grandes huelgas de 1910, momenta de apogeo de la agitaci.6n de masas y del motfn urbano -aunque la organizaci6n no alcanz6 un desarrollo sim:ilar-, y tam bien de la represi6n. Esta identidad, segregada y contestataria, motivo de la mas seria pre ocupaci6n de las clases dirigentes, no fue la Unica que se constituy6 en tre las trabajadores urbanos. Progresivamente se fue dibujando un sector de obreros mas calificados, en general con una educaci6n b.isica, decidi- LA DD .C derechos politicos en los municipios- a las de Ios radicales. Colaboraron con ellos en la revo1uci6n de Santa Fe de 1893, donde Ios colonos en ar mas" -especialmente las suizos- desempeiiaron un papel importante, para sufrir luego la represi6n gubemamental y las efectos de un chm.a general adverso a las "gringos". El episodic siguiente, bastante posterior, estall6 en 1912 y tuvo par actores al conjunto de las arrendatarios que habian protagonizado la no table expansi6n cerealera de la regi6n del Litoral, las esforzados chacare ros que al frente de pequefias empresas familiares, y con enorme sacrifi cio, pudieron a veces prosperar y consolidar su posici6n, aunque siempre atenazados par presiones permanentes: la de los terratenientes, que ajus taban peri6dicamente sus arriendos, estimulados par la creciente de manda de tierras originada en un flujo migrataria permanente, y1a de las comercializadores, una cadena que empezaba en el bolichero del lugar y terminaba en las grandes empresas expartadoras, coma Dreyfus o Bunge y Born. En epocas de buenos precios, los chacareros podian mantener un aceptable equilibria, pero la cafda de los precias internacionales en 1910 y 1911, en epocas en que las arriendos se mantenfan altos, hizo critica la situaci6n Por otra parte, los chacareros ya habian echado raices en el pais, se habian nucleado y delineaban los que eran sus intereses. Asi, en 1912 realizaron una huelga, neg.indose a levantar la cosecha a menas que las propietarios de tierras satisficieran ciertas candiciones: contratos mas lar gos, rebajas en los arriendos y otras cosas, coma el derecho a contratar 1ibremente la maquinaria para la cosecha o a criar animales domesticos. Tanto en el caso de las colonos santafesinos coma en el de las arrendata rios pampeanos llama la atenci6n el cantraste entre la moderaci6n de las reclamos --que ni cuestionaban las aspectos b3.sicos del sistema ni propo nian alianzas con las jornaleros rura1es- y la violencia de la acci6n en el caso de las colonos de Santa Fe, o la madurez organizativa de las arrenda tarios, que iniciaron un importante movimiento cooperativo y constituye ron una entidad gremial: la Federaci6n Agraria Argentina. Desde enton ces, quedaron constituidos coma un actor, que permanentemente reclam6 y presion6 a los terratenientes ya las autoridades. En las grandes ciudades -sabre todo Buenos Aires y Rosario-, la defi nici6n de las identidades fue mas compleja, y el resultado menos univoco, 1916 OM 36 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE ffiSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 39 El sistema politico diseftado por la elite, eficaz mientras la nueva socie dad se mantenia pasiva, empez6 a revelar sus debilidades apenas nuevos actores hicieron oir sus voces. En 1890 se produjo una primera fractura, pues una disidencia surgida dentro mismo de los sectores tradicionales -encabezada por la juventud universitaria-encontr6 insospechado eco en la sociedad, golpeada pot la crisis econ6mica. Es significativo que las prin cipales dirigentes de los nuevos partidos -Leandro N. Alem, Hip6lito Yri goyen, Juan B.Justo, Llsandro de la Torre- hayan luchado juntas en el Par que. El golpe afect6 al regimen politico, profundamente dividido, que durante tres o cuatro aiios zozobr6, incapaz de encontrar una respuesta adecuada a un desafio que progresivamente se fue haciendo mas definido. Hacia 1895, luego de un par de revoluciones sofocadas, ypor obra de Car los Pellegrini, la ugran mufieca" politica del rt'.igim.en, se recuper6 el equili brio, que consolid6 el general Roca cuando alcanz6 en 1898 la presidencia par segunda vez. Qued6 sin embargo un residua no reabsorbido: el Partido Socialista, vokado had.a las trabajadores, y la ucR, un movimiento cfvico a la biisqueda de su piiblico. Pasada la agitaci6n poHtica, el radicalismo subsisti6 durante unos aiios en estado de latencia. En 1905, :intent6 un levantamiento revolucio nario, civico pero tambit'.in militar, que fracas6 coma tal aun cuando tuvo un enorme efecto propagandistico, sabre todo porque estall6 en momen tos en que el regimen politico otra vez se vela aquejado par una profunda divisi6n, originada en la ruptura ocasional entre sus dos cabezas, Roca y Pellegrini, pero que revelaba discrepancias mas hondas. Asf, pese al fra caso revolucionario y a la dura represi6n afrontada, la UCR comenz6 a cre cer, a conformar su red de comites y a incorporar a sectores sociales nue vos, que hacfan sus primeras e:xperiencias politicas: j6venes profesionales, FI LA DD .C dos a afincarse en el pais y en muchos casos ya argentinos. Entre ellos, y tarnbien entre otros sectores populares ya integrados a la sociedad ur bana, encontraron su piiblico1os socialistas, que a diferencia de los anar quistas ofrecian, con un lenguaje mas racional que erootivo, una mejora gradual de la sociedad en la que las aspiraciones Ultimas resultarian el producto de una serie de pequefias reformas. Estas debfan lograrse en buena medida par la via parlamentaria, par lo que incitaban a los traba jadores a que se nacionalizaran. Los socialistas obtuvieron siempre bue nos resultados electorales en las ciudades a partit de Ia consagraci6n en 1904 de Alfredo L. Palacios como diputado par Buenos Aires. Sin em bargo, no tuvieron exito en encauzar las reivindicaciones especificas de los trabajadores que, cuando no siguieron a las anarquistas, prefirieron a las s:indicalistas. Estos tuvieron particular predicamento entre los grandes grernios, coma las ferroviarios o los navales, y tambien entre las portua rios. Como1os socialistas, eran partidarios de las refonnas graduales, pero se desinteresaban de la lucha politica y de los partidos, y centraban su estrategia en la acci6n especfficamente gremial Unos y otros contribuye ron -sobre todo despues de 1910- a encauzar la conflictividad hacia vias reformistas y a encontrar terrenos de contacto y negociaci6n con el Es tado, donde pudo desenvolverse una actitud mas conciliadora,.expresada en el proyecto de C6digo, de inspiraci6n bismarckiana, propuesto en 1904 par el ministro Joaquin V. Gonzalez y elaborado con Ia colaboraci6n de las dirigentes politicos mas progresistas, yen la creaci6n del Departa mento Nacional del Trabajo en 190Z La actividad sindical constituy6 en definitiva un actor de presencia y reclamos permanentes. No alcanzaba sin embargo a expresar otras :inquie tudes de la sociedad, y particularmente de quienes preferian intentar el camino del ascenso antes que unir su suerte a la del conjunto de las tra bajadores. Se trataba de una opci6n atractiva y relativamente realizable, en una sociedad que en su base era abierta y fluida. El logro de una posi ci6n econ6rnica era una aventura esencialmente individual, pero el reco nocimiento social y la posibilidad de acceder a las reductos que las clases tradicionales mantenian cerrados era un problem.a colectivo, que se ex pres6 en terminos politicos, aun cuando estos no agotaran las cuestiones enjuego. 1916 OM 38 l I! I I medicos, abogados, comerciantes, empresarios, y en las zonas rurales mu chos chacareros, todos1os cuales integraban el mundo de quienes habian recorrido con exito las primeros tramos del ascenso, pero encontraban ce rradas las puertas para el ejercicio pleno de una ciudadania que tenia, junta con su dimensi6n especfficamente politica, otra que implicaba el re conocimiento social. El programa del radicalismo -centrado en la plena vigencia de la Cons Este archivo fue descargado de https://filadd.com i ti.tuci6n, la pureza de! sufragio y una cierta moralizaci6n de la FI LA DD .C OM funci6n pii- Este archivo fue descargado de https://filadd.com puestas al servicio de una transformad6n que, al hacerse cargo de las arBREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C blica- expresaba esos intereses conmnes, limitados pero precisos. Apli cando los principios preconizados, la UCR, al igual que el Partido Socialista, tuvo una Carta Organica y una Convenci6n, aunque siempre se respet6 la preeminencia de los diri.gentes hist6ricos, la mayoria nacidos a la vida po litica en 1890 en el Parque. Sobre todo, tuvo un arma poderosa para en frentar lo que con exito denominaron el regimen", que era rataz y des crefdo"; "la causa se definia por su intransigencia, es decir, la negativa a cualquier tipo de transacci6n o acuerdo, traducida en la abstend6n electo ral La UCR se negaba asi al eventual establecimiento de un sistema de par tidos que se alternaran y compartieran las responsabilidades, e identificall dose con la Naci6n, exigia la remoci6n total de un Tegimen que, a su vez, se habfa constituido sobre la base del unicato. Ciertam.ente, la abstenci6n electoral -qui'Za la mas clara expresi6n de la incapacidad del regimen poli tico para dar lugar a los reclamos de la sociedad- facilit6 al principio su gesti6n a Ios gobernantes, pero a la larga la condena moral result6 cada vez mas efectiva. Las tensiones que recorri'.an la sociedad, que e:xpresaban su creciente complejidad, y Ia cantidad de voces legitimas que buscaban manifestarse resultaban mas v:iolentas y amenazantes de lo que intrfnsecam.ente eran, por la escasa capacidad de los gobiemos para darles cabida y encontrar los espacios de negociaci6n adecuados. Desafi.ados pot la form.a extrema de sus manifestaciones, muchos dirigentes optaron por una respuesta dura: acusar a minorfas extraiias, desconocer, reprimir, y tambien mantener y OM 40 salvaguardar los privilegios. Esta actitud tom6 el presidente Manuel J. Quintana, que sucedi6 a Roca y reprimi6 el levantamiento radical de 1905. Esa postura se hizo cada vez menos sostenible, no s6lo por la magnitud de la impugnaci6n global, sino por las dudas de las dirigentes y la creciente conciencia de su ilegitimidad, que derivaron en divisiones y debilitamn su posici6n, lo que permiti6 el avance de quienes se inclinaban por la re form.a. El pasaje de Pellegrini a ese bando, al fm de la segunda presidencia de Roca, fue decisivo, lo mismo que la deterrninaci6n del presidente Figue roa Alcorta, que asumi6 en 1906, de usar todos los instrumentos del poder para desmontar Ia maquinaria armada por Roca y posibilitar en 1910 la elecci6n de Roque Saenz Pefia. Las peores armas del v:iejo regimen fueron Este archivo fue descargado de https://filadd.com LA DD .C gumentos del radicalismo, pretendia volver mas transparente la vida poli tica incorporando al conjunto de la pob1aci6n nativa a la pr.ictica electoral. La propuesta del sufragio secreto, segU.n el padr6n militar, tendia a evitar cualquier injerenda delgobiemo en las comicios, mientras que el caracter obligatorio del sufragio -que Saenz Pefia tradujo en el enf.it:ico imperativo de "!Quiera el pueblo votar!"- apuntaba a incorporar a la ciudadanfa a una masa de gente que, pese a la predica de radicales y socialistas, no manifes taba espontaneamente mayor intetes en hacerlo. Par otra parte, la reforma electoral establecia la representaci6n de ma yorias y rninorias, segll.n la proporci6n de dos a uno. Quienes diseil.aron el proyecto estaban absolutamente convencidos de que las partidos que re presentaran las intereses tradicionales ganarian sin problema las mayorias, y que la representaci6n minoritaria quedaria para los nuevos partidos -so bretodo la UCR y quiz.is el Partido Socialista-, que de ese modo quedarian incorporados y compartirian las responsabilidades. Tai conv:icci6n se fun daba en la simultanea decisi6n del grupo reformista de modificar sus pro pias prAct:icas politicas, desplazar las maquinarias electorales que hasta en tonces habian operado - OM 41 1916 FI representadas arquetipicamente en el mit:ico Cayetano Ganghi, un caudillo de la Capital portador de una valija repleta de libretas civicas- e incorporar a la contienda politica en cada lugar a figuras de la suficiente envergadura social e intelectual coma para atraer a sus electores en form.a espontinea y sin necesidad de trampas. Se trataba, en sum.a, de erradicar la politica criolla y constituir un partido de "notables' favorecido sin duda par la obligatoriedad del sufragio, que ayudaria a rom per el aparato de caudillos hasta entonces dorninante. Aprobada la ley en 1912, las primeras elecciones depararon unafuerte sorpresa para quienes habfan diseftado la reform.a: si bien las partidos tra dicionales ganaron en muchas provincias -donde los gobiemos encontra ron la forma de seguir ejerciendo su presi6n-, las radicales se impusieron en Santa Fey en Ia Capital, donde los socialistas obtuvieron el segundo lu gar. La perspectiva del triunfo arrastr6 a mucha gente al radicalismo, que en esos afios se convirti6 en un partido masivo, constituy6 su red de comi tes y de caudillos y se empap6 de muchos de los mecanismos de Ia politica criolla. Hip6lito Yrigoyen, un misterioso dirigente que nunca hablaba en pllblico, pero incansable en la tarea de recibir a los hombres de su partido, Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORLA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA II. Los gobiernos radicales, I 9 I 6-1930 LA DD .C se convirti6 en un lider de dimensi6n nacional. Para enfrentarlo, los grupos tradicionales, que ya empezaban a ser denominados conservadores, inten taron organizar un partido organico, de dimensi6n nacional como el radi cal, sabre ta base de los distintos grupos o "situaciones provinciales. Lisan dra de la Torre -fundador de un partido "nuevo': la Liga del Sur de Santa Fe- fue el candidato de lo que em.blematicamente se llam.6 el Partido De m6crata Progresista. Pero el exito del proyecto era cada vez mas dudoso, y muchos diri.gentes, encabezados por el gobernador de Buenos Aires Mar celino Ugarte, reticentes al proyecto de la reforma politica, y mucho mas ante un dirigente profundamente hberal coma De la Torre, prefirieron plantear su propia altemativa Divididos los conservadores, los radicales -que tambi€n afrontaban sos propias divisiones- se impusieron de forma ajustada, en una elecci6n que, en 1916, inauguraba una etapa institucional y social sustancialmente novedosa. OM 42 FI HIP6LITO YRIGOYEN fue presidente entre 1916 y 1922, aiio en que lo suce di6 Marcelo T de Alvear. En 1928, fue reelegido Yrigoyen, para ser depuesto par un alzamiento rnilitar el 6 de septiernbre de 1930. Pasarian 59 afios an tes de que un presidente electo transmitiera el mando a su sucesor, de modo que esos 12 aiios, en que las instituciones democrAticas comenzaron a funcionar regularrnente, resultaron a Ia larga un periodo excepcional. Aunque las dos eran radicales, y habian compartido las Jargas luchas de! partido, ambos presidentes eran muy diferentes entre si, y mas diferen tes aun fueron las im.igenes que de ellos se construyeron. La de Yrigoyen fue contradictoria desde el principio: para unos, era quien -todo probidad y rectitud- venia a develar el ignominioso Iegimen ya iniciar la regenera ci6n; hubo incluso quienes lo vieron como una suerte de sant6n laico. Para otros, era el caudillo ignorante y demagogo, expresi6n de los peores vicios de la democracia. Alvear en cambio fue identificado, para bien o para mat, con Ios grandes presidentes del viejo regimen, y su politica se asimil6 con los vicios o virtudes de aquel. Ton disimiles coma fueran sus estilos perso nales, uno y otro debieron afrontar problemas parecidos, y sabre todo el doble desafio de poner en pie las flamantes instituciones democr.iticas y conducir, por los nuevos canal.es de representaci6n y negociaci6n, las de mandas de reforma de la sociedad, que el radicalismo de alguna manera habia asurnido. Esa orientaci6n refonnista no era exclusiva de la Argentina: en Uru guay la habfa encarnado desde 1904 el presidente Batlle y Ord6:fiez, asi Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM 4 3 Este archivo fue descargado de https://filadd.com LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISIORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA como desde 1920 lo haria Arturo Alessandri en Chile. En Mexico, con alter FI LA DD .C nativas mucho mas dramdticas, la revoluci6n estallada en 1910 y consolidada en 1917 habfa emprendido igualmente una profunda transfor maci6n <lei Estado y la sociedad, mientras que otros movimientos reformistas, coma Ia peruana Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), aunque no llegaron a triunfar, conmovieron a algunos de los regi menes oligarquicos o dictatoriales que en general predominaban en America Latina En todos los casos, las .reclarnos de participaci6n politica se relacionaban con mejoras en la situaci6n de los distintos sectores sociales. Ese mandate y esa voluntad reformista, que sin duda caracterizaron al ra dicalismo, y que habfan surgido en el proceso de expansi6n previa, se desarrollaron en circunstancias marcadamente distintas e infinitarnente m.is complejas que aquellas que ambos imaginaron. La Primera Guerra Mundial, particularmente, modific6 todos los datos de la realidad: la econo mia, la sociedad, la politica o la cultura. Enfrentado con una situaci6n nueva, no resultaba claro si el radicalismo tenia respuestas o, siquiera, si estaba preparado para imaginarlas. La guerra misma constituy6 un desaffo y un problema diffcil de re solver. Inicialmente Yrigoyen mantuvo la polftica de Victorino de la Plaza, su antecesor: Ia uneutralidad benevola hacia los aliados suponfa continuar con el abastecimiento de los clientes tradicionales, y ademas concederles creditos para financiar sus compras. En 1917, Alemania ini ci6, con sus temibles submarinos, el ataque contra los buques comer ciales neutrales, empujando a Ia guerra a Estados Unidos, que pretendi6 arrastrar consigo a los paises latinoamericanos. La Argentina habia re sistido tradicionalmente las apelaciones del panamericanismo, una doc trina que suponia la identidad de intereses entre Estados Unidos y sus vecinos americanos; pero el hundimiento de tres barcos mercantes por los alemanes moviliz6 una amplia corriente de opini6n a favor de la ruptura, que era impulsada por los estadounidenses y entusiastamente apoyada por Ios diarios La Naci6n y La Prensa. Las opiniones se dividie ron de un modo singular; el Ejercito -cuya formaci6n profesional era germana- tenia simpatfas por Alemania, mientras que la Marina se ali neaba' por Gran Bretafia. La oposici6n conservadora era predominante mente rupturista, al igual que Ia mayoria de Ios socialistas, aunque en 45 abril de 1917 se produjo entre ellos una escisi6n que, siguiendo a la Uni6n Sovietica, adhiri6 al neutralismo. Los radicales estaban muy divi didos en torno a esta cuesti6n, que prefiguraba futuras fracturas, y diri gentes destacados coma Leopoldo Melo o Alvear se manifestaron a fa vor de Inglaterra y Francia, mientras Yrigoyen, casi tozudamente, defendi6 una neutralidad que, si no lo enernistaba con los aliados europeos, lo distanciaba de Estados Unidos. Yrigoyen tuvo varias actitudes de hostilidad hacia ese pais: en 1919 orden6 que una nave de guerra saludara el pabell6n de la Repll.blica Dominicana, ocupada por los ma rines estadounidenses, yen 1920 se opuso al diseiio que el presidente Wilson habia hecho de la Liga de las Naciones. Tambien, habia procla mado el 12 de octubre -aniversario del viaje de Col6n- coma Dia de la Raza, oponiendo al panamericanismo la imagen de una Hispanoamerica que exclufa a los vecinos anglosajones. Fue una decisi6n de fuerte valor simb6hco, que entroncaba en una sen sibilidad social difusa en sus formas, pero hondamente arraigada. El senti miento antiestadounidense habia venido creciendo desde 1898, cuando la guerra de Cuba inaugur6 la fase fuerte de su expansionismo, y conducia por oposici6n a la postulaci6n de algutl tipo de identidad latinoamericana. En esta actitud los motivos tradicionales se mezdaban con los mas avanzados y progresistas. Jose Enrique Rod.6, un escritor de profunda influencia, habia identificado en Ariel a F.stados Unidos con el materialismo, contraponien dolo al espiritualismo lrispanoamericano. Yrigoyen se uni6 a quienes -po niendo distancia del cosmopolitismo dominante- encontraban esa identi dad en la comlln raiz hispana, mientras que otros distinguieron el filibusterismo depredador de los yanquis del mas tolerable imperialismo, discreto y civilizador, de los britiinicos. En otros all1bitos, el sentimiento antiestadounidense se vincul6 con las ideas soci.alistas, como en el caso de Manuel Ugarte, que en 1924 escribi6 La patriagrande. LI postu1aci6n de una unidad latinoamericana militante contra el agresor fue reforzada por la Re voluci6n Mexicana: en 1922, con motivo de la visita del mexicano Jose Vasconcelos, Jose Ingenieros y otros intelectuales progresistas impulsaron una Uni6n Latinoamericana, que recogia los motivos del antiimperialismo tambien presentes en otro movimiento de dimensi6n latinoamericana: la Reforma Universitaria. OM 44 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 46 BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA 47 porte, la Federaci6n Obrera Maritima y la Federac:i.6n Obrera Ferrocarrilera, OM CRISIS SOCIAL Y NUEVA ESTABILIDAD LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 FI LA DD .C cuya fuerza se incrementaba por su capacidad de obstaculizar o paralizar En esta dimensi6n fuertemente simb6lica y declarativa, el gobiemo radical el embarque de las cosechas, un recurse que usaron y dosificaron con pru pudo dar respuestas originales y acordes con las nuevas expect.ativas, dencia. Conducidos por el grupo de los sindicalistas, que dirigian la Fede pero no ocurri6 lo mismo cuando debi6 enfrentar problem.as mas raci6n Obrera Regional Argentina (FORA) del IX Congreso (para distinguirla concretos, como las que suscit6 en la sociedad la Primera Guerra de 1a FORA del V, anarquista), tuvieron exito en buena medida por la nueva Mundial. Las condi ciones sociales, que ya eran complicadas en el actitud del gobierno, que abandon6 1a politica de represi6n lisa y Ilana y momenta de su estallido, se agravaron luego par las dificultades del oblig6 a las compaiifas maritimas y ferroviarias a aceptar su arbitraje. comercio exterior y de la retrac ci6n de las capitales: en las ciudades se Coincidieron asi una actitud sindical que combinaba la confrontaci6n y la sinti6 la inflaci6n, el retraso de las salarios reales -las delasempleados negociaci6n y otra del gobiemo que, mediante el simple recurso de no ape pUbhcos incluso sufrieron rebajas- y la fuerte desocupaci6n. La guerra tar a la represi6n armada, creaba un nuevo equilibrio y se colocaba en po perjudic6 las exportadones de cereales, y particulannente las de maiz, yen sici6n de a!bitro entre las partes. Los exitos iniciales fortalecieron la posi ci6n las zonas rurales agrav6 la situaci6n ya deteriorada de las chacareros y de la FORA sindicalista, cuyos aftliados aumentaron notablemente en los tambiein la de los jomaleros. Se confonn6 asi un clima de conflictividad afios siguientes, y que impuso su estrategia de confrontaci6n limitada. No que se mantuvo mas o menos latente mien tras las condiciones fueron muy obstante, la predisposici6n negociadora del gobierno no se manifest6 en adversas para los trabajadores, pero que empez6 a manifestarse todas los casos y-seg6n ha seftalado David Rock- parecia dirigirse es plenamente desde 1917, apenas comenzaron a no tarse en la economia pecialmente a los trabajadores de la Capital -potenciales votantes de la signos de reactivaci6n. Se inici6 entonces un ciclo breve pero violento de Uni6n Qvica Radical (ucR), en un distrito en el que esta dirimia una dura confrontaci.6n social que alcanz6 su momento cul minante en 1919 y se confrontaci6n con los socialistas-, pero no se extendia ni hacia los sindica prolong6 hasta 1922 o 1923. Esa ola de convulsiones se desarrollaba de tos con mayoria de extranjeros ni a los trabajadares de las provincia de manera parecida en todo el mundo occidental, reco giendo las ecos, Buenos Afres. Asf, la huelga de los frigarificos de 1918 fue enfrentada con primero, de la revoluci6n sovietica de 1917 y, luega, de las movimientos los tradicionales metodos de represi6n, despidos y rompehuelgas, que tam revolucianarios que estallaron, apenas termin6 la guerra, en Alemania, biell se aplicaron en 1918 a los ferroviarios, cuando su acci6n traspas6 los Italia y Hungria. La impresi6n de que la revoluci6n mundial era limites de la prudencia y amenaz6 el vital embarque de la cosecha. inminente oper6 en cierta medida camo ejempla para las trabajadores, Tanto los sindicalistas como el gobiemo transitaban por una zona de pero mucha mas lo hiza coma revulsivo para las clases propietarias. La equilibria muy estrecha, que la propia dinamica del confhcto termin6 por revolu ci.6n se mezc16 con la contrarrevoluci6n, y entre ambas hirieran de clausurar a lo largo de 1919, cuando la ola huelguistica Ileg6 a su culmi muerte naci6n. En enero, con motivo de una huelga en un establecimiento meta a las democraci.as liberales: en media de la crisis de valores desatada en la hirgico del barrio obrero de Nueva Pompeya, se produjo una serie de inci posguerra, estas fueron ampliamente cuestionadas par distintos ti.pas de dentes violentos entre los huelguistas y la Policfa, que abandon6 la ideologias y de movimientos politicos, que iban desde las dictaduras lisas pasividad y reprimi6 con ferocidad. Huba muertos de am.bas partes, y y llanas -coma la establecida en Espaiia en 1923 por el general Primo de pronto la vio1encia se generaliz6. Una sucesi6n de breves revueltas no ar Rivera- hasta 1os nuevos experimentos autoritarios de base plebiscitaria, ticuladas, espontatleas y sin objetivos precisos hizo que durante una se como el iniciado en Italia en 1922 por Benito Mussolini, cuyas formas no mana la ciudad fuera tierra de naclie, hasta que el Ejetcito encar6 una re vedosas ejercieron una verdadera fascinaci6n. presi6n en regla. Cont6 con la colaboraci6n de grupos de civiles armadas, Las huelgas comenzaron a multiphcarse en las ciudades a lo largo de Este archivo fue descargado de https://filadd.com 1917 y 1918, impulsadas sabre todo por los grandes gremios del trans- LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA puso el C6digo del Trabajo, no se continuaron, y el Foder Ejecutivo no supo idear mecanismos mas originales que la recurrencia -igual que en 185(}- a la acci6n arbitral del jefe de Policia, responsable desde tiempo in memorial de las problem.as laborales. Tampoco el Congreso asumi6 que debia intervenir en las conflictos urbanos, consideralldolos una mera cues ti6n policial, aunque si lo hizo con las chacareros: en 1921 sancion6 una ley de arrendamientos que tenia en cuenta la mayorfa de sus reclamos acerca de las contratos, y que sin duda contribuy6 -junto con un retorno de la prosperidad agrfcola- a acallar Ios reclamos de quienes, cada vez mas, se definian coma pequefi.os empresarios rurales. Luego de la experienda de 1919, y fuertemente presionado por unos sectores propietarios reconstituidos y galvani:zados, el gobierno abandon6 sus veleidades reformistas y retom6 las mecanismos cliisicos de la repre si6n, ahora con la colaborad6n de la Liga Patri6tica, que en 1921 alcan zaron incluso a la Federaci6n Maritima, el sindicato con el que Yrigoyen estableci6 vinculos mas fuertes y durables. For entonces, y par diferentes razones, la ala huelguistica se habia atenuado en las grandes ciudades, aunque perduraba en zonas mas alejadas y menos visibles: en el enclave quebrachero que La Forestal habfa establecido en el narte de Santa Fe, en el similar de Las Palm.as en el Chaco Austral a en las zonas rurales de la Patagonia. En esos lugares, las an6nimos e impredecibles efectos de la co yuntura econ6mica internacionaL traducidos par empresas voraces e in controladas en acciones concretas en perjuicio de las trabajadores, hicie ron estaliar entre 1919 y 1921 fuertes movimientos huelguisticos. El gobierno autoriz6 a que fueran sometidos mediante sangrientos ejerci cios de represi6n militar que alcanzaron justa celebridad, coma en el caso de la Patagonia. La experiencia de 1919 tuvo profundos efectos entre las sectores pro pietarios. Derrotados en 1916, conservaron inicialmente mucho poder ins titucional -que Yrigoyen fue minando en fornia paulatina- y todo su po der social, pero estaban a la defensiva, sin ideas ni estrategia para hacer frente a un proceso politico y social que les desagradaba pero que sabian legitimado por la democracia. En 1919, los fantasmas de la revoluci6n so FI LA DD .C organizados desde el Circulo Naval, que se dedicaron a perseguir a judios y catalanes, que identificaban con "maxima1istas" y anarquistas. Todavfa por entonces el gobierno pudo apelar a sus contactos con las socialistas y las dirigentes de la FORA para acordar el fin de la huelga inicial de Vasena, asi coma para negociar el cese del largo y pacffi.co conflicto que simulta neamente mantenia el gremio maritimo. La Semana Trcigica -asi sela llam6- galvaniz6 a las trabajadores de la ciudad y de todo el pais. Lejos de disminuir, el numero y la intensidad de las huelgas aumentaron a lo largo de 1919: infinidad de movimientos fue ron protagonizados por trabajadores no agremiados, pertenecientes a las mas variadas actividades industriales y de servicios, entre quienes la con sign.a de la huelga general ayudaba a la identificaci6n y unificaci6n. Estos movimientos coincidieron con un nuevo pico de las movilizaciones rura les. Los chacareros, que, dirigidos par la Federaci6n Agraria Argentina, mantenfan desde 1912 sus reivindicaciones por las condiciones de las con tratos, encararon nuevas huelgas, empujados par las dificiles candiciones creadas por la guerra. Su movilizaci6n coincidi6 con la de los jornaleros de las campos y de las pueblos rurales, generalmente movilizados por los anarquistas, aunque los chacareros procuraron diferenciarse de ellos con claridad. Pese a que las radicales habfan simpatizado con ellos en 1912, el gobierno fue poco sensible a sus reclamos, yen 1919, acusando a las "maximalistas", encar6 una fuerte represi6n. El afio 1919 marc6 una inflexi6n en la politica gubernamental hacia estos mavimientos de protesta. Hasta entonces, una actitud alga benevola y tolerante, acompaiiada de la no utilizaci6n de las recurses cl.isicos de la represi6n -el envio de tropas, las despidos, la contrataci6n de rompehuel gas- habia bastado para ampliar el espacio de manifestaci6n de la conflic tividad acumulada y para equilibrar la balanza, hasta entonces sistem.iti camente favorable a las patrones. Es probable que en la acci6n de Yrigoyen se combinaran, junta con mucho de calculo politico, una actitud mas sen sible a las problem.as sociales y una idea del papel arbitral que debfa asu mir el Estado, y quiz.is et mismo. Pero esa nueva actitud estuvo lejos de materializarse en instrumentos institucionales, pese a la manifiesta volun tad negociadora de las direcciones sindicales. Los avances realizados a principios de siglo, cuando se cre6 el Departamento de Trabajo o se pro- 49 OM 48 1a Liga Patri6tica Argentina, fundada en las calientes jornadas de enero, fue la primera expresi6n de su reacci6n. Este archivo fue descargado de https://filadd.com cial los despertaron bruscamente: 50 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 51 FI LA DD .C OM Confluyeron en ella los grupos mils diversos: la Asociaci6n del Trabajo mocracia liberal y patricia, pero el nuevo discurso sigui6 operando en .im -una instituci6n patronal que suministraba obreros rompehue1gas-, los bitos marginales. Mientras tanto, fueron otras poderosas instituciones las clubes de elite, como el Jockey, los circuios militares -la Llga se organiz6 encargadas de dar progresivamente fuerza al nuevo movimiento, unificar en el Cfrculo Naval- o los representantes de las empresas extranjeras. sus acciones, dotarlas de legitimidad, y tambien reclutar sostenedores mas all.i de las propios sectores propietarios. La Liga Patri6tica se dedic6 al "hu Con servadores y radicales coincidieron y se mezclaron en las tramos manitarismo pr.ictico"', organizando escuelas para obreras y movilizando a iniciales las "sefioritrut de Ia alta sociedad. Mucho mas importante fue la acd6n de -su presidente, Manuel Carles, fluctu6 durante su vida entre ambos parti dos- y el Estado le prest6 un equivoco apoyo a traves de Ia Policia. Lo la Iglesia, que en 1919, en el pico de la crisis, organiz6 la Gran Colecta Na mas notable fue la capacidad que la Liga demostr6 en ese annus mirabilis cional, destinada a movilizar a los ricos e impresionar a los pobres. Ese afio, para movilizar vastos contingentes de la sociedad, reclutados en sus sectores medias, para la defensa del orden y la propiedad y la fueron unificadas todas las instituciones cat61icas que actuaban en Ia so reivindicaci6n chau vinista del patriotismo y la nacionalidad, amenazada ciedad -con tendencias y propuestas diversas- dentro de la Uni6n Popular por Ia infiltraci6n ex tranjera. Tambien fue notable su capacidad para Cat6hca Argentina, un ejercito laico comandado unificadamente por los organizar gran m1mero de "brigadas': que asumian la tarea de imponer el obispos y las curas parrocos, quienes organizaron una guerra en regla con orden a palos -luego fueron muy activas en el medio rural-, y para tra el socialismo, compitiendo palmo a palmo en la creaci6n de bibliotecas, presionar al gobierno, que proba blemente tuvo muy en cuenta la dispensarios, conferencias y obras de fomento y caridad, tareas estas en las magnitud de las fuerzas polarizadas en tomo de la Liga cuando a lo largo que las activistas reclutados en los altos drculos sociales adquirian la con de 1919 imprimi6 un giro, sutil pero de cisivo, a su politica social ciencia de su alta mis:i6n redentora. Sintom.iticamente, la Iglesia -cada La derecha tenfa un nuevo impulso y un argumento decisivo, aunque vez mas reacia a las instituciones democr.iticas- clausuraba la posibilidad todavia impreciso, contra la democracia: voluntaria o involuntariamente, de Yrigoyen era sospechoso de subvertir el orden. Desde entonces, cobraron crear un partido politico. El Ejercito, par Ultimo, que habfa sido organizado forma una serie de tendencias ideol6gicas y politicas que circulaban am desde principios de siglo sobre bases estrictamente profesionales, empez6 pliamente en el mundo de la contrarrevoluci6n. La Llga aport6 los a interesarse en la roarcha de los asuntos politicos, quizil molesto por la motivos del orden y la patria. Los cat6licos combinaron el pensantiento forma en que Yrigoyen lo empleaba para abrir o cerrar la valvula del con social -ca paz de competir con la izquierda- con el integrismo antilibera1, trol social, y quizil tambien preocupado por el uso que el presidente hada que em pez6 a difundirse a traves de los Cursos de Cultura Cat61ica y de criterios politicos en el roanejo de la instituci6n. Lo cierto es que la cristaliz6 mas tarde en la revista Criterio, fundada en 1928. J6venes des confianza a Yrigoyen fue creando las condiciones para hacerlo intelectuales, coma los hermanos lrazusta, difundieron las ideas de receptivo a las criticas mas generales al sistema democrAtico, que con Maurras, y Leopoldo Lugones proclam6 la"llegada de "la hara de la fuerza credente se escuchaban en la sodedad El antiliberalismo que nutria todas estas manifestaciones result6 efi espada". Sin duda habia dis cordancias en estas voces, y no menores caz como arma de choque, coma discurso unificador y coma bandera de Lugones era declaradamente an ticristiano-, pero esto no preocupaba a su combate. Pero la reconstituci6n de la derecha politica nose agot6 en esto. auditorio, que probablemente no tomaba demasiado en serio mucho de lo No escapaba a nadie que no podia volverse a 1912, que el mundo habia que oia pero recogia en tad.as ellas un mensaje comlln: el rechazo a la cambiado mucho desde la Gran Guerra, y que era necesario volver a dis movilizaci6n social y la crftica a la democracia liberal. cutir cual era el lugar de la Argentina, que papel debfa cumplir el Estado La Ilegada al gobierno de Alvear, en 1922, tranquiliz6 en parte a las en las conflictos sociales, c6mo pod.fan articularse las distintos intereses clases propietarias. La mayoria volvi6 a confiar en las bondades de la deEste archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM propietarios, y muchas cuestiones mas, acerca de las cu.ales el gobiemo de Este archivo fue descargado de https://filadd.com 52 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA conservadurismo tradicio- OM Yrigoyen no parecia demasiado urgido en aportar soluciones novedosas. La Liga Patri6tica organiz6 congresos donde representantes de los mas di FI LA DD .C versos sectores discutieron sabre todo esto, y tambien lo hicieron a traves de las publicaciones del Museo Social Argentina o en la Revista de Econo mfa Argentina, que Alejandro Bunge fund6 en 1918. Una Argentina dis tinta requeria ideas nuevas, y en ese sentido la discusi6n fue intensa. Es posible, incluso, que en ese clima algunos j6venes militantes del Partido Socialista -con una s6lida formaci6n de raigambre marxista en cuestiones econ6micas y sociales- pensaran que los marcos del partido eran dema siado estrechos. iHasta que punto eran justificados las terrores de la derecha? La ala de huelgas, que culmin6 entre 1917 y 1921, habia sido formidable, pero no estaba guiada por un prop6sito explfctto de subversi6n deI orden, sino que expresaba, de manera dertamente violenta, la magnitud de las reclamos acumulados durante un largo periodo de dificultades de la Argentina hasta entonces opulenta. Par otra parte, entre quienes podfan presentarse como conductores de ese movimiento, las que propiciaban dicha subversi6n -los anarquistas, y luego las comunistas- s6la tenian una influencia marginal e inflma. Las direcdones y orientaciones mas fuertes correspondian a Ia corriente de las "sindicalistas" y a los socialistas, y am.hos bregaban tanto par reformas limitadas en un orden social que aceptaban en sus rasgos ba sicos coma, sabre todo, par encontrar los mecanismos y las ambitos de negociaci6n de los conflictos. Los sindicalistas, reacios a la acci.6n politica partidaria, apostaron a la negociaci6n entre las sindicatos y el Estado, un camino que ya habia sido propuesto desde el Estado antes de 1916 y que, retomado par Yrigoyen, debi6 ser abandonado en la convulsi6n de 1919, aunque ciertamente se mantuvo coma tendencia, para reaparecer en forma espectacular al fin de la Segunda Guerra Mundial. El Partido Socialista -fundado en 1896 y de una fuerza electoral con siderable en la Capital- tambien estaba lejos de posturas de ruptura De acuerdo con lo que eran las lfneas dominantes en Europa, el socialismo era vista coma Ia coronaci6n y el perfeccionamiento de la democracia liberal, como la ultima instancia de una modernizaci6n que debia remover obsticu Ios tradicionales. Entre ellos, las socialistas subrayaban lo que llamaban la "polftica criolla en la que englobaban, junta fue al descargado de https://filadd.com Este archivo WS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 53 FI LA DD .C OM nal, al radicalismo, al que se opusieron con fuerza. El Partido Socialista tuvo escasa capacidad para arraigar en los roovimientos sociales de pro testa: algunos exitos entre Ios chacareros de la Federaci6n Agraria no com pensaron su escasisimo peso entre las gremialistas, que aunque votaran a las socialistas preferian seguir a las sindicalistas. El socialismo apost6 todas sus cartas a las elecciones, y reuni6 en la Capital un importante caudal de votos, con el que compiti6 exitosamente con las radicales, pero a costa de diluir lo que quiza.5 hubieran sido redamos especificos de los trabajadores dentro de un conjunto mas ampllo de demandas, que incluia a las sectores me dias. Esto dejaba libre un espacio a su izquierda, par el que compitieron di versos grupos, sabre todo luego del remez6n de Ia guerra y la revoluci6n sovietica Pacifistas, partidarios de la Tercera Internacional y de la Uni6n So vietica confluyeron finalmente en el Partido Comunista, que durante las aiios veinte tuvo escasfsimo peso, aunque cosech6 muchas simpati'.as entre las inteiectuales. Pero otras tendencias progresistas, de alguna manera em parentadas con el leninismo, emergieron en el antiimperialismo de esa epoca y en el pensamiento de Ia Reform.a Universitaria. Los socialistas apostaron a la acci6n legislativa y a la posibilidad de crear en el Congreso un an1bito de representaci6n. Pero habia en el partido una incapacidad casi constitutiva para establecer alianzas o acuerdos y, aunque impulsaron algunas reformas Iegislativas, no lograron dar fonna a una fuerza poli'.tica vigorosa, capaz de equilibrar a la derecha reconstituida o, siquiera, de precisar las puntos centrales del conflicto que se avednaba. Su otra apuesta fue -a largo plazo- la ilustraci6n de la clase obrera que, segtin suponian, se esclareceria en el contacto con la ciencia. De ahi'. su in tensa acci6n educadora, a traves de centros, bibhotecas, conferencias, gru pos teatrales y corales y la Sociedad Luz. La difusi6n de ciertas practicas en los grandes centros urbanos atestigua adecuadamente las cambios que -superada 1a crisis social- estaban experimentando los trabajadores y la sociedad toda. El fin de la Iucha grernial intensa, Ia reducci6n de la sindicalizaci6n y el debilltamiento de la Uni6n Sindical Argentina dan testimonio de la ate nuaci6n de los conflictos sociales. La Uni6n Ferroviaria, fundada en 1922 y convertida en cabeza indiscutida del sindicalismo, expres6 el nuevo tono de la acci6n gremial: un sindicato fuertemente integrado, dir.i.gido Este archivo fue descargado de https://filadd.com 54 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA WS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 55 FI LA DD .C OM en form.a f ea y centralizada, negoci6 de manera sistemiltica y organica para apropiarse de un caudal cultural -tan variado que inclui'a desde Pla con las autoridades, descart6 la huelga como instrumento y obtuvo exi t6n hasta Fedor Dostoievski- que hasta entonces habia sido patrimo:nio de tos sustanciales. Por su parte, el Estado manifest6 la voluntad de avanzar Ia elite y de las clases mas establecidas. en una legislaci6n social -sancionada en su mayorfa durante la presiden La e:xpansi6n de 1a cultura letrada form6 parte del proceso de movili cia de Alvear- que suponfa a la vez el pleno reconocimiento del actor dad social propio de una sociedad que era esencialmente expansiva y de grernial: propuesta de regfmenes jubilatorios para empleados de corner oportunidades. Fruto de ella eran esos vastos sectores medias, en cuyos do y ferroviarios, regulaci6n del trabajo de mujeres y niiios y estableci nriembros podian advertirse los resultados de una exitosa aventura del as miento del 1° de Mayo -convertido en un conciliador Dfa del Trabajo censo: los chacareros establecidos, que se identificaban como pequeiios como feriado nadonal empresarios rurales, o los pequei'ios comerciantes o industriales urbanos, Mils alla de las coyunturas y de 1as revulsiones, la sociedad argentina de entre quienes surgian algunos grand.es nombres o fortunas importantes. venia experimentando cambios profundos, que maduraron luego de la Junto a ellos, una nube de empleados, profesionales, maestras o doctores, guerra y que explican este apaciguamiento. Aunque luego del conflicto se pues ese titulo sigui6 siendo la culmi.naci6n, en la segunda o quizd la ter reanud6 la inmigraci6n, la poblad6n ya se habfa nadonalizado sustancial cera generaci6n, de esta carrera en la que la fortuna no podia separarse del mente. Los hijos argentinos ocuparon el lugar de los padres extranjeros, las prestigio. asociaciones de base etruca empezaron a retroceder frente a otras en las que Quiz.i par eso la universidad constituy6 un problema importante para la gente, sin d.istinci6n de origen, se agrupaba para actividades especificas, esta sociedad en expansi6n, y la Reforma Universitaria -un movimiento y la ucuesti6n nacional': que tanto preocup6 en el Centenario, empez6 a que estall6 en C6rdoba en 1918 y se expandi6 por el pafs y por toda Ame desdibujarse. La acci6n sistemdtica de la escuela pU.blica habia generado rica Latina- fue una expresi6n de esta transformaci6n. Las universidades, una sociedad fuertemente alfabet:izada, y con ella un pUblico lector nuevo, cuyo prop6sito dominante se basaba en formar profesionaies, eran por en quiz& no demasiado entrenado pero .ivido de materiales. Crecieron los tonces socialmente elitistas y academicamente escolllsticas. Muchos j6ve grandes diarios, con linotipos y rotativas; en 1913, Critica, que respondia a nes estudiantes quisieron abrir sus puertas, participar en su direcci6n, re ese nuevo pU.blico, ya la vez lo moldeaba, revolucion6 las formas period.is mover las viejas camarillas profesorales, instaurar criterios de excelencia ticas, y otra vez lo hizo desde 1928 El Mundo. Las variadas necesidades de academica y de actualizaci6n cientifica, y vincular la universidad con los informaci6n y entretenimiento fueron satisfechas por los magazines, que problemas de la sociedad. La agitaci6n estudiantil fue muy intensa y coin siguieron la huella de Caras y caretas y culminaron en Leoplan, o un am cidi6 con lo mas duro de la crisis social, entre 1918 y 1922, al punto que muchos pensaron que era una e:xpresi6n mas de aquella. Otros plio espectro de revistas especializadas, coma El Grdfico, Billiken, Tit Bis o advirtieron El Hogar. En los aiios siguientes a la guerra hicieron furor las novelas se que se trataba de un reclamo tolerable. Los refortnistas recibieron el impormanales -un genera entre sentimental y tenuemente er6tico-, mientras tante apoyo de Yrigoyen, lograron en muchos casos que se incorporaran que las necesidades culturales o politicas mas elaboradas eran satisfechas, representantes estudi.antiles aI gobierno de las universidades, que se des primero, por las ediciones espafi.olas de Sempere y, luego, par las bibliote cas plazara a algunos de Ios profesores mas tradicionales y que se introdujeran de Claridad o Tor. En una sociedad 3.vida de leer, estas publicaciones eran nuevos contenidos y prdcticas. Tambien elaboraron un programa de largo vehiculo eficaz de diversos mensajes culturaies y politicos, que circu laban plazo, que desde entonces sirvi6 de bandera a la actividad politica estu tambien por las bibliotecas populares o las conferencias. Muchos leian diantil, un espacio que a partir de ese momenta sirvi6 de antesaia para la para entretenerse. Otros buscaban capacitarse para aprovechar las politica mayor. El reformismo universitario fue, mas que una teoria, un mU.ltiples oportunidades laboraies nuevas, pero otros muchos lo hacian sentimiento, expresi6n de un movimiento de apertura social e intelectual Este archivo fue descargado de https://filadd.com 56 BREVE HISIDRIA CONTEMPOR.ANEA DE LA ARGENTINA WS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 que servia de aglutinante a las ideologias mas diversas, desde el marxismo FI LA DD .C OM de la obligaci6n de trabajar- en el centro de la familia, que pronto se reuni ria en tomo del aparato de radio. Por un movimiento complementario, las Wjas aspiraron a trabajar, en una tienda o en una oficina, a estudiar, y tam bien a una creciente libertad sexual. Una cierta holgura econ6mica y la progresiva reducci6n de la jomada de trabajo -que adem.is del domingo empez6 a incluir el "s.ibado ingles - aumentaron el tiempo libre disponi ble. Ello explica el E!xito de bibliotecas, conferencias y lecturas, pero tam bifo eldesarrollo de una gama muy variada de ofertas para llenarlo. El teatro habia llegado a su apogeo ya hacia 1910. En las ciudades las salas se multiplicaron, tanto en el centro como en los barrios, y los gran des actores, como Florencio Parrav:icini, fueron quiz.a las primeras figuras que gozaron de una popularidad indiscutida. Despues de la guerra, los gustos se deslizaron del tradicional sainete a la nueva revista, con "bata clanas y con canciones. El tango fue definitivamente aceptado por la so ciedad y despojado de los rastros de su origen prostibulario. El tango-can d6n y el fon6grafo hicieron la popularidad de las cantantes, mientras las partituras, junto con las infaltables pianos, lo afincaron en las casas de clase media. Por entonces se ciment6 la popularidad de Enrique Delfino, Enrique Santos Discepolo y carlos Gardel, quien sin embargo s6lo alcanz6 su consagraci6n popular en la decada siguiente, a traves de las peliculas que film6 en el extranjero. El cine -mudo hasta 1929- ejerci6 una fuerte atracci6n; las salas proliferaron en las ciudades y la cultura popular que se estaba acufiando, quiza marcadamente criolla, se nutri6 de algunos nuevos elementos universales. Asf, los nuevos medias de comunicaci6n multiplicaban su influencia sabre las formas de vida y sobre las acti.tudes y las valores de esta sociedad expansiva. Tambi€n operaron sabre la sensibilidad deportiva, asociada desde principios de siglo con una actitud vitalista y con las concepdones higienicas y el placer par el ejercicio y el aire libre, que desde la elite se ha bian ido difundiendo en la sociedad. La creaci6n de clubes deportivos fue una de las form.as caracteristicas del impulso asociadonista general. Progre sivamente, algunas de sus actividades se transformaron en espectaculos ma sivos, que los medias de comunicaci6n proyectaban desde su aIIlbito local origin.aria hacia todo el pais. En 1931, se constituy6 la Llga Este archivo fue descargado de https://filadd.com Profesional de Ft'i.tbol, y de la mano de la radio y la prensa escrita, los hasta el idealismo, pero que se nutri6 sobre todo del antiimperialismo lati noamericano, todavfa difuso, y de la misma Revoluci6n Rusa, con su ape laci6n a las masas. Se vincul6 con otras vertientes latinoamericanas, creando una suerte de hermandad estudiantil, e inyect6 nn torrente nuevo y vital en los movimientos politicos progresistas. Pero ademas, expresaba algunas tendencias hacia las que la nueva so ciedad era particularmente sensible. A pesar de que, avanzando en la de cada de 1920, los movimientos sociales contestatarios estaban en declina ci6n, y de que la fuerte movilidad social desalentaba los enfrentamientos de clase por entonces dominantes en Europa, hubo en esta sociedad una fuerte corriente reformista. Confluyeron en e11a diversas experiencias de cooperaci6n y cambio -desde la de los chacareros aglutinados en sus coo perativas hasta las de las sociedades de fomento en los nuevos banios ur banos- que se alimentaron con las corrientes del pensamiento social y progresista de Europa y dieron el tono a una actitud reflexiva y critica acerca de la sociedad y sus problem.as. Esta actitud se fue plasmando en una cierta idea de la justicia social, probablemente alimentada a su vez desde fuentes ideol6gicas mas tradicionales -como la de la Iglesia- pero igualmente preocupadas por la necesidad de adaptar las instituciones a una sociedad en cambio. Se trataba de una idea alin imprecisa, que no al canz6 a concretarse en una representaci6n politica eficaz, pero que cirru laba tambiell en el mundo de los trabajadores. Ellos mismos, influidos por la movilidad social y por las imagenes que ella creaba, se identiflcaban cad.a vez en menor medida con aquel sector segregado de la sociedad que, a principios de siglo, inquietaba a los intelectuales. No era facil distinguir, fuera del trabajo, a un obrero ferroviario de un empleado, o a su hija de una maestra. En las grandes ciudades, y en las areas rurales pr6speras, se estaba constituyendo una sociedad mas caracterizada por la continuidad que por los cortes profundos. La aspiraci6n al ascenso individual y a la reforma social fue s6lo un aspecto de esa nueva cultura que caracterizaba a estos sectores populares, entre trabajadores y medias. Los cambios en las form.as de vida estaban modelando nuevas ideas y actitudes, que resultaron perdurables. El acceso a la vivienda propia cambi6 la idea del hogar y ubic6 a la mujer -liberada 57 I I I I FI LA DD .C OM clubes de ft'i.tbol Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISIORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA portefios agregaron un nuevo elemento de identificaci6n nacional, quiza tan fuerte como los sfmbolos patrios o la figura de Hip6lito Yrigoyen. La tendencia a la homogeneizaci6n de la sociedad, en tomo de una cultura compartida por sectores sociales diversos, se acompafi6 de un proceso igualmente significativo de diferenciaci6n de funciones. Una de sus manifestaciones fue la constituci6n de un mundo intelec tual y artistico que, aunque estuvo impulsado par la creciente demand.a cultural de la sociedad, defini6 una forma de funcionamiento que le era propia. Como ha puntu.alizado David Vifias, a diferencia de las "genftemen escritores de fines de siglo, las artistas y las escritores se sintieron profesio nales, y algunos lo fueron plenamente. Tuvieron sus propios iimbitos de reuni6n -cafes, redacciones, galerias y revistas- y sus propios criterios para consagrar el me:tito o abominar de la mediocridad. Desde 1924 Buenos Ai res tuvo una "vanguardia': iconoclasta y combativa: ese afio Pettoruti trajo el cubismo, Ernest Ansermet introdujo la mlJ.sica impresionista y se fund6 la revista Martin Fierro, que en torno de Ia estetica ultraista nucle6 a mu cl10s de los nuevos escritores, ansiosos de criticar a los viejos. Otros muchos abrazaron la consigna del compromiso social y la utopia del comunismo, y entre am.bas grupos -identificados con Florida y Boedo- se entabl6 una aguda poMmica Los puntos de co:incidencia y los intercambios eran proba blemente mas que las de oposici6n, pero lo derto es que las intelectuales empezaron a practicar por entonces un nuevo estilo de discusi6n, en el que la realidad local resultaba inseparable de Ia de Europa, Estados Unidos y la propia Uni6n Sovietica, quiza mas idealizada que conocida. WS GOBIERNOS RADICALES, 1916--1930 59 La guerra puso de manifiesto en forma aguda un viejo mal: la vulnera OM 58 FI LA DD .C bilidad de la economia argentina, cuyos nervios motores eran las exportado nes, el ingreso de capitales, de mano de obra, y la expansi6n de la frontera agraria. La guerra afect6 tanto las canti.dades como los precios de las expor taciones, e inici6 una tendencia a la declinaci6n de los terminos del inter cambio. Las ex:portaciones agricolas sufrieron prim.era el problema de la falta de transportes, pero, acabado el conflicto, se plante6 otro mas grave y defi nitivo: el exceso de oferta en todo el mundo y la existencia de excedentes agricolas permanentes, que impuls6 a cada gobiemo a proteger a sus agri cultores. Mas profunda fue la caida de las exportaciones ganaderas luego de 1921. Durante la guerra hubo repatriaci6n de capitales, pero alfinalizar esta fue evidente que los tiempos del flujo f.icil y autoillatico habfan terminado, pues las inversores de Gran Bretana y los demas pafses europeos no estaban ya en condiciones de alimentarlo. Su lugar fue ocupado por los banqueros estadounidenses, como Morgan, que tambien estaban comprometidos con los prestamos a Europa, de modo que elflujo estuvo condicionado a la situa ci6n econ6mica general. El pafs ex:perim.ent6 con violencia los efectos de la coyuntura europea: vivi6 una fuerte crisis entre 1913 y 1917, se recuper6 entre ese a:iio y 1921, especialmente porque regulariz6 su comercio de gue rra, sufri6 entre 1921 y 1924 el sacud6n de la reconversi6n de posguerra, y conoci6 un perfodo de tranquilidad durante los "afios dorados , hasta 1929, que sin embargo bast6 para dar el tono general al period.a. La principal novedad fue la fuerte presencia de Estados Unidos que, aqui coma en otras partes del mundo, ocup6 los espacios dejados libres par los paises europeos, en mayor o menor medida derrotados en la gue rra. La expansi6n econ6mica de Estados Unidos en la decada de 1920 se LA ECONOMfA EN UN MUNDO TRIANGULAR manifest6 en primer lugar en un fuerte impulse ex:portador de autom6vi les, camiones y neumAticos -para lasque la Argentina se convirti6 en uno Con la Primera Guerra Mundial -mucho mis que con la crisis de 1930de sus principales clientes-, fon6grafos y radios, maquinaria agricola y term.in6 una etapa de la economia argentina: la del crecimiento relativa ma quinaria industrial. Para asegurar su presencia en un mercado tentador, mente fa.cit, sabre rumbas claros. Desde 1914 se ingresa en un mundo y saltar por sobre eventuates barreras arancelarias, las grandes empresas mas complejo, de manejo mas dehcado y en el que el futuro era·relativa in dustriales -General Motors, General Electric, Colgate, entre otrasmente incierto, al punto de predominar las dudas y el pesimismo, que realiza ron aqui inversiones significativas, que al principio se destinaron s6lo en algunos circulos se transformaba en desafio para 1a blisqueda de s6lo a armar localmente las piezas importadas. Tambien avanzaron sobre nuevas soluciones. Este archivo fue descargado de https://filadd.com las em presas de servicios pU.bhcos --electricidad y tranvfas-- como propietarias y BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C como proveedoras, en particular de los Ferrocarriles del Estado, los linicos que por entonces crecieron. A diferencia de las inversiones britanicas, y salvo en el caso de la maquinaria agricola, las estadounidenses no contri buian a generar exportaciones, y con ellas divisas. Como, por otra parte, las posibilidades de colocar nuestros productos tradicionales en Estados Uni dos eran remotas -pese a algunas expectativas iniciales-, esta nueva re1a ci6n creaba un fuerte desequilibrio en la balanza de pages, que se convir ti6 en un problema insoluble. Por otro lado, la vieja relaci6n "especial" con Gran Bretana se sostenfa sobre bases minimas: las compras britanicas de cereales y came, que paga ban con las beneficios obtenidos par la venta de material ferroviario, carb6n, textiles, y con las ganancias que daban las ferrocarriles y otras empresas de sertjcios. Sus insuficiencias eran cada vez mas evidentes: los suministros eran caros, Gran Bretana no podia satisfacer las nuevas demandas del con sumo y el capital britanico era incapaz de promover las transfonnaciones que impulsaba el estadounidense. Pero, a la vez, la Argentina carecia de compradores alternativos, particularmente para la carne, sobre todo des pues de 1921. Hostilizados de modo creciente por los estadounidenses -que ya antes de la guerra los habian desplazado de los frigorffi.cos-, los britanicos podian presionar sobre el gobierno argentino con volcar sus compras a las pafses del Commonwealth, una altemativa par otra parte re clamada par quienes querian introducir a Gran Breta:fia en el nuevo mundo del proteccionismo. En suma, como ha subrayado Arturo O'Connell, la Argentina era parte OM 60 de un triangulo econ6mico mundial, sin haber podido equilibrar las dife ''! tensiones en la agri cultura; desde 1921 se manifestaron en un punto mucho mas sensible y que afectaba a intereses mas poderosos: la ganaderia. I I I ! rentes relaciones. Manejarse entre las dos potencias requeria un arte del que el gobierno de Yrigoyen pareci6 escaso, mientras que el de Alvear fue, al respecto, mas imaginativo y sutil, aunque tampoco encontr6 la soluci6n a las problemas de fondo, que probablemente no la tenian. Pero ademils, se requeria un arte especial para enfrentar las situaciones de crisis, cuando los conflictos entre las partes se exacerbaban y las perdidas se descargaban en los actores mas debiles: las productares locales, a quienes trabajaban para ellos. Desde 1912 se habia conocido este tipo de Este archivo fue descargado de https://filadd.com LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 Gracias a las ventas de came enlatada, los aii.os finales de la guerra fueron excelentes, y beneficiaron no s6lo a las ganaderos de la zona cen tral, sino a los de las zonas m.arginales, y hasta a quienes criaban ganado criollo. La situaci6n cambi6 bruscamente a fines de 1920, cuand.o los go biernos europeos, FI LA DD .C que habian estad.o haciendo stock,cortaron sus compras, y los precios y volt'imenes se detrumbaron. Las mayares pefdidas fueron sufridas por los ganaderos de las zonas mils distantes, mientras que quie nes paseian las tierras de invernada y suministraban el ganado fino para ser enfriado -y para el que se conserv6 una cuota- lograron sortear en parte las dificultades. La crisis que termin6 de definir la diferenciaci6n entre cri.adores e invemadores- desat6 conflictos que en epocas de bo nanza se disimulaban, frente a los cuales el gobiemo de Yri.goyen reac cian6 tarde y mal. En 1923, par presi6n de los criadores y con el respaldo del presidente Alvear, el Congreso sancion6 un conjunto de leyes que los protegian, en desmedro tanto de las consumidores locales como de los fri gorificOs. La oposici6n de estos y de sus vaceros politicos -los socialistas fue de escasa significaci6n, pero la resistencia de los frigorificos result6 demoledora: interrumpieron sus campras y en pocos meses obligaron al gobiema a suspender las leyes sancionadas. El episodio prob6 el enorme pod.er de los frigorificos, y de las grandes ganaderos directamente asociados con ellos, que result6 canfrrmado poco despues. En los primeros afios de la posguerra los ganaderos se ilusionaron con la posibilidad de colocar sus productos en Estados Unidos -lo que hu biera solucionado al menos en parte el problem.a de la balanza desfavara ble-, pero a fines de 1926 el gobierno de aquel pais, con el argumenta del peligro de la fiebre aftosa, decidi6 prohibir cualquier importaci6n de la Ar gentina. Gran Bretaiia esgrimi6 una amenaza similar, logrando de los ate rrorizados hacendados la aceptaci6n de que la vuelta al bilateralismo era la uni.ca soluci6n, para ellos y para el pafs. La Sociedad Rural invit6 ahora a restringir en general la presencia estadounidense en la economia, y lanz6 la consigna de "comprar a quien nos compra", lo que implicaba defender las importaciones y las inversiones britanicas y hacer pagar sus costos al conjunto de la sociedad. Las cuestiones relacionadas con laagricultura despertaban menos preocu pacianes, pese a que, como cansecuencia de la crisis ganadera, hubo un OM 61 ' Este archivo fue descargado de https://filadd.com 62 WS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISTORIA CONTEMPORANE.A DE LA ARGENTINA 63 FI LA DD .C OM contemponineos atribuyeron en buena medida estos cambios a la eleva ci6n de las aforos aduaneros, establecida par Alvear en 1923, pero proba blemente fueron las ya citadas inversiones estadounidenses el principal factor de esa expansi6n, que alent6 tambien a inversores locales. Entre otros casos similares, Bunge y Born, la principal casa exportadora de gra pectacular previo, pero tambiell sin los problemas y el estancamiento pos nos, instal6 por esos afios la fabrica de pinturas Alba, y en la decada si teriores a 1940. La e:x:pansi6n se proyect6 en esos afios hacia las zonas no guiente, la textil Grafa. En buena medida, las nuevas industrias se equipa pampeanas, en las que el gobierno, impulsado por el ministro Le Breton, ron con maquinaria estadounidense. Mientras Estados Unidos trataba de encar6 una vigorosa empresa de colonizaci6n que absorbi6 los excedentes conquistar sinmltaileamente un mercado apetecible y parte de las divisas de poblaci6n rural pampeana, asi coma nuevos contingentes migratorios. generadas par las exportaciones a Gran Bretana, los sectores propietarios De esta manera, entraron en producci6n la zona fruticola del valle <lei Rio locales comenzaron a deslizarse hacia una actividad que parecia mas dini Negro, la yerbatera de Misiones y, sabre todo, la regi6n algodonera del co mica que las tradicionales. For entonces, el tema de la industria empez6 a raz6n del Chaco, que habria de tener importancia decisiva en el futuro instalarse en el debate, y constituy6 el eje del discurso del mas hlcido bu crecimiento de Ia industria textil. ceador de la economia argentina de entonces, Alejandro Bunge, inspirador Los observadores no se engafiaban acerca de esta calma, pues para to de la reforma arancelaria de Alvear. Es posible, como ha p1anteado Javier dos estaban visibles las limites que suponia tanto un mercado mundial Villanueva, que en escala limitada tal reform.a apuntara a alentar -me cad.a vez mas dificil coma el fin de las ventajas comparativas naturales, por diante alguna traba al comercio- las inversiones estadounidenses, sin au el cierre de la frontera agropecuaria y el encarecimiento de la tierra. A eso mentar los conflictos con Gran Bretana, preocupada tanto par el destino de se sum.aha la escasez de inversiones, salvo en la mecanizaci6n de la cose las divisas coma por la creciente competencia en algunos rubros de su an cha, que solucion6 el problema de la reducci6n en la mana de obra dispo nible, sabre todo por la desaparici6n progresiva de las migrantes golandri tiguo negocio, y particularmente los textiles. De este modo, la incipiente corriente industrialista agreg6 un nuevo elemento al debate central sabre nas". La pauta de canducta que hada preferible mantener la liquidez del las relaciones entre nuestro pais y sus dos metr6po1is, y, de momenta al capital y oscilar entre distintas posibilidades de inversi6n, acufiada en la menos, quienes vislumbraban en el crecimiento industrial el Camino del etapa anterior y amplillcada par la diversificaci6n de la economia -que futuro carecieron de peso para imponer sus convicciones. La propia Uni6n hasta entonces habia impulsado eficazmente el credmiento-, dej6 de cum Industrial se sum6 al grupo de los partidarios de "comprar a quien nos plir esa funci6n en las nuevas condiciones del mercado mundial Tulia compra' una f6rmula que, por otra parte, habia sido acuftada por el emba Halperin Donghi sefial6 esa conciencia incipiente de las males y, a la vez, jador britanico. la escasa propensi6n a hacer alga para enfrentarlos de parte de una socie Ni la cuesti6n agraria ni Ia industrial estaban en el centro de la preocu dad que, en cambio, empezaba a interesarse en la cuesti6n industrial. paci6n de los gobernantes, mucho mas angustiados par las problem.as pre La guerra habia tenido efectos fuertemente negativos sabre Ia indus supuestarios. La guerra habia puesto en evidencia la precariedad del finan tria que se habfa canstituido en la epoca de la gran expansi6n agropecua ciarniento del Estado, apoyado ba8icamente en las ingresos de Aduana yen ria: dependiente en buena medida de materias primas o combustibles im las impuestos indirectos, y respaldado por las sucesivos ptestamos exter portados, no pudo aprovechar las condiciones naturales de protecci6n nos. Todo ello se redujo fuertemente en los dos periodos de crisis, y creadas par el conflicto. Pero apenas este concluy6, comenz6 una soste coinci di6 con el advenimiento de la admirristraci6n radical, que por nida expansi6n, que se prolong6 hasta 1930, caracterizada por la diversifi diferentes motivos debia encarar gastos crecientes. El gobiemo de caci6n de la producci6n, que alcanz6 asi a nuevas zonas del consumo. Los Yrigoyen necesit6 Este archivo fue descargado de https://filadd.com notable vuelco hacia esa actividad. La frontera agropecuaria pampeana se estabiliz6 en 50 millones de hect.ireas; la agricultura creci6 en ella enor memente, asf coma su papel en las exportaciones. Se inici6 entonces un largo periodo de estabilidad, una suerte de meseta sin el crecimiento es 64 BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA primero recursos para su politica social y luego para la amplia distribuci6n de empleos publicos, que constituy6 su principal anna poHtica en los ulti mas ail.Os. Desde 1922, Alvear empez6 con una politica fiscal ortodoxa y LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 65 FI LA DD .C OM control de la gesti6n. En ninguno de estos aspectas las resultados fueron automciticos, o siquiera satisfactorios. Respecto de la participaci6n electo ral, la masa de inmigrantes sigui6 sin nadonalizarse, de modo que los va rones redujo fuertemente las gastos hasta que, por necesidades de la lucha in adultos que no votaban eran tantos o mas que los que pod.fan ha cerlo; terna con el yrigoyenismo, debi6 apelar -aunque con tn.as moderaci6n- a esta cuesti6n s6lo se resolvi6 de manera natural, con el tiempo y el fin de 1a misma distribuci6n de puestos que su antecesor, quien cuando volvi6 la inmigraci6n Pero incluso entre los posibles votantes la participa ci6n no al pod.er, en 1928, hizo uso generoso de ese recurso. En ambos casos, las gas fue masiva: en 1912 -quizA por efecto de la novedad- a1canz6 el 68% en tos del Estado aumentaron respecto de epocas anteriores, pero sabre todo todo el pais, pero en seguida cay6 a algo mils del 50%, tocando fondo en su composici6n difiri.6 sustancialmente, reduciendose la parte de inv-ersio nes 1924, con el 40%; s6lo en 1928 -con la elecci6n plebiscitada de Yrigoyenen beneficio de las gastos de administraci6n, donde las empleados pU repunt6 espectacularm.ente, con valares que desde entonces se blicos tenian un peso fuerte. mantuvieron, en tomo al 80 por ciento. En cualquier caso, era claro que el Estado debia buscar otra forma de Concedida, antes que conseguida, la ciudadania se constituy6 lenta financiar sus gastos. Inspirilndose en reform.as similares emprendidas en mente en la sociedad. Las mllltiples y diversas asociaciones de fines espe Francia e Inglaterra, Yrigoyen propuso en 1918 un irnpuesto a Ios ingresos dficos que la cubrieron -desde lasfomentistas urbanas hasta las personales. El Congreso prActicamente no lo trat6 entonces, ni en 1924, coopera tivas rurales- contribuyeron a la gestaci6n de experiencias cuando Alvear insisti6 en la idea. En cambio, hubo un amplio debate en primarias de participaci6n directa y al desarrollo de las habilidades que, aquellos circulos donde se estaban discutiendo las cuestiones del future y par otra parte, la politica requeria: hablar y escuchar, convencer, ser Alejandro Bunge, entusiasta sostenedor de la idea, le consagr6 un amplio convencido y, sobre tado, acordar. Tambien contribuyeron a otra espacio en la Revista de Economia Argentina. Se trat6 de una discusi6n ele experiencia importante: la gesti6n ante las autoridades, la mediaci6n vada y principista, donde se analizaban las cuestiones de libertad, equidad entre las demandas de la socie dad y el poder politico. Funciones similares y justicia social que por entonces se debadan en Europa. Es posible que cumplieron los comites o cen tres creados por las partidos politicos, que alli se generara el consenso que luego llev6 a su rApida aprobaci6n en fueron cubriendo densamente a la sociedad a medida que la pr.ictica 1931, Iuego ya de la crisis y de la caida de Yrigoyen Pero por entonces las electoral se convertia en rutina. En buena medida funcionaban al viejo razo nes del bloqueo parlamentario fueron mas pedestres: las opositores se estilo: un caudillo repartia favores ne gaban a cualquier legislaci6n que diera al presidente mas recurses que, -tanto mayores cuanto mas directa fuera su conexi6n con las autoridades y seglln suponian, se volcarian en menesteres electorales. esperaba as( poder influir en el vato de los beneficiados. Los radicales, naturalmente, pudi.eron expandir, grad.as al apoyo oficial, esta red cliente lar que de todos modos ya habfan constituido en el llano. El propio go DIFfcIL CONSTRUCCI6N DE LA DEMOCRACIA biemo utiliz6 las comites para desarrollar algunas politicas sociales masi vas, que aunque tenian claras finalidades electorales apuntaban a una El frustrado debate fiscal ejemplilica las dificultades para constituir un nueva concepci6n de las derechos ciudadanos: la came barata, o c.ame sis tema democriltico eficiente, en el que las propuestas pudieran nra dical': y tambien el pan o las alquileres. En cierto modo -sobre todo discutirse racionalmente y donde las distintos poderes se contrapesaran entre las soci.alistas-, apuntaban a la educaci6n ya la integraci6n del en forma adecuada. La reforma electoral de 1912 proponia a la vez ciudadano y su familia en una red de sociabilidad integral: capacitaci6n, ampliar la ciuda dania, garantizar su expresi6n y asegurar el respeto de entreteni miento, cultura... Pero en todos las casos contribuyeron a las minorias y el Este archivo fue descargado de https://filadd.com desarrollar las capacidades politicas. En ese ambiente se form6 el FI LA DD .C OM nuevo ciudadano, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 66 LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 67 FI LA DD .C OM de Buenos Aires ejerci6 un liderazgo reconocido, y pudieron ponerse de educado y consciente de sus derechos y de sus obllgac:iones, y de manera acuerdo para las elecciones presidenciales, no se lleg6 a estructurar una progresiva se fue revelando la dimensi6n politica de todas las activida fuerza nacional estable, quizd porque tradicionalmente esto se habia lo des, de modo que gradualmente la brecha entre la sociedad y el Estado grado a traves de la autoridad presidencial se fue cerrando. En las elecciones nacionales, la UCR obtuvo algo menos de la mitad de El crecimiento de los partidos da la medida del arraigo de la nueva de Ios votos, aunque en 1928, cuando Yrigoyen fue plebiscitado, se acerc6 al mocracia. La Uni6n Civica Radical fue el Unico que alcanz6 la dimensi6n 60%. Los conservadores reunidos obtuvieron entre el 15 y el 20% y las del modemo partido nacional y de masas. Templado en una larga oposi so cialistas entre el 5 y el 10%, con excepci6n de 1924 -el aiio de la mayor d6n, y constituido para enfrentarse al regimen, pudo funcionar eficaz abstenci6n- en que ascendieron al 14%. Los dem6cratas progresistas roente aun Iejos del poder. Basado en una extensa red de comites locales, tuvie ron una evo1uci6n similar, aunque con cifras alga menores. Asi, la ucR se organiz6 escalonadamente hasta llegar a su Convenci6n y su Comite fue en realidad el unico partido nacional, y s6lo enfrent6 oposiciones, Nacional; una carta organica fundamentaba su organizaci6n, y su doctrina fuertes pero locales, en cada una de las provincias, incluyendo grupos era, ni mas ni roenos, la de la Constituci6n, coma gustaba de subrayar Yri escindidos de su tronco, como el bloquismo sanjuanino o el lencinismo goyen. Pero ademas el partido demostr6 una preocupaci6n muy moderna mendocino. por adecuar sus ofertas a las cambiantes demandas de la gente. Quizd la La participaci6n, finalmente, arraig6 y se canaliz6 a traves de las parti expresi6n mas acabada de su modemidad fue su capacidad para suminis dos, como lo testimonian las cifras de 1928 y la intensa politizaci6n previa trar una identidad politica nacional, la primera y la mas arraigada, en un de toda la sociedad, que al fin estaba hacienda uso de la democracia. Pero, pais cuyos signos identificadores comunes eran todavia escasos. Pero esa en cambio, el delicado mecanismo institucional, que tambien es propio de modemidad se asentaba en elementos muy tradidonales: toda la compleja las democracias, no lleg6 a constituirse plenamente, y la responsabilidad les organizaci6n institucional pesaba poco frente al liderazgo de Yrigoyen, y cupo a todos los actores. en la identifi.cad6n de sus seguidores, el partido ·se fundia con su figura. La reforma electoral prevefa un papel importante para las minorias, de Caudillo silencioso y recatado, que se mostraba poco y que jam.as hablaba control del Ejecutivo desde el Congreso. Esa relaci6n, que de algt1n modo en pUblico, empez6 luego a estimular una suerte de culto a su persona: el podia remitirse a las prcicticas instituci.onales anteri.ores, se mezclaba con pais se llen6 de sus retratos, de medallones, de mates con su imagen, en otra nueva, que debia aprenderse, entre el presidente y la oposici6n. Si las que la gente identill.c6 al presidente con un ap6stol o un mesias. bien las relaciones del gobierno con los sectores tradicionales no fueron El Partido Socialista tambiell tenfa una organiza.ci6n formal y cuerpos malas al comienzo -cinco de los nuevos ministros eran socios de la Socie organicos, y ademas tenfa un program.a, pero careda de dimensi6n nacio dad Rural-, las que mantuvo con la oposici6n politica fueron desde el nal, pues aunque logr6 algt1n arraigo en Mendoza, Tucuman o Buenos Ai prin dpio diffciles. Yrigoyen comenz6 su gobierno con un Parlamento res, casi toda su fuerza estaba concentrada en la Capital. Alli, gracias a la penetraci6n de su red de centros, ya su e:xito en ofrecer una alternativa de hostil, al igual que la mayoria de las gobiemos provindales, y buena parte control al gobiemo, compiti6 palmo a palmo con el radicalismo y lo de su es trategia se dirigi6 a aumentar su escueto poder. Para ganar las elecciones, us6 amphamente el presupuesto del Estado, repartiendo venci6 a menudo. El Partido Dem6crata Progresista, por su parte, arraig6 empleos pUblicos entre sus upunteros", aunque en Buenos Aires la entre los chacareros del sur de Santa Fe y de C6rdoba, asi coma en la competencia con los so cialistas lo llev6 a emplear metodos mas ciudad de Ro sario; junta con las temas agrarios desarroll6 los de la modemos. En 1918 logr6 obtener la mayoria en la Camara de Diputados, limpieza electoral, y tuvo un cierto peso en Ia Capital Los partidos de pero la clave seguia pasando por el control de los gobiemos provinciales, derecha s6lo se constitu yeron en el nivel provincial; aunque el Partido decisivos a Ia hara de votar. No va cil6 en intervenir las provincias Conservador de la provincia Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM desafectas, organizando luego elecciones Este archivo fue descargado de https://filadd.com 68 WS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 69 FI LA DD .C OM el radicalismo y su caudillo hacian una contribuci6n sustancial a la incorpo en las que triunfaban sus candidatos, y asi su poder aument6 considera raci6n ciudadana a la vida politica -en un estilo tradi.cional y modemo a la blemente, aunque nunca logr6 afirmarse en el Senado, y tropez6 con dill vez-, fallaban no s6lo en el afi.anzamiento, sino en1a puesta en valor ante la cultades imprevistas en Diputados, donde los legisladores opositores em ciudadania del sistema institudonal democriltico. pezaron a encontrar aliados en muchos radicales que no aceptaban las Como Saenz Pefia, Alvear se benefici6 de la milquina montada, que en metodos del presidente. 1922 lo eligi6 can6nicamente y con escasa oposici6n. Es posible que su Yrigoyen plante6 un conflicto con el Congreso desde el primer dia de elecci6n por Yrigoyen apuntara a limar asperezas con unos sectores opo su mandato, cuando descart6 la tradicional ceremonia de la lectura del sitores cuya gravitaci6n reconocia Pero Alvear avanz6 mucho mas en ese mensaje, y envi6 una breve comunicaci6n, que ley6 un secretario. Simb6camino. En su gabinete s61o se sent6 un yrigoyenista, el ministro de Obras licamente, desvalorizaba al Congreso y desconocia su autoridad, del mismo P'Ublicas. Limit6 la creaci6n de nuevos empleos pU:blicos y acept6 las fun modo en que lo hizo todas las veces que aquei par la via de la interpela dones de control que institucionalmente le correspondian al Parlamento, ci6n, intent6 controlar sus actos: el presidente y sus min:istros no s6lo no cuyas relaciones cultiv6 con cuidado. Sohre todo, no dispuso intervencioasistieron, sino que le negaron injerencia en las actos del Ejecutivo. Este nes federates por decreto. El aparato partidario reaccion6 en primer t€r cortocircuito institucional fue ID.as evidente aU:n con las intervenciones fe :roino, pues la distribuci6n de pequefios empleos pU:blicos era la principal derales. Durante los seis aiios, se sandonaron 19, y s6lo Santa Fe nunca fue herramienta de las caudillos locales: el upopular" Yrigoyen fue contra intervenida. S6lo en cuatro ocasiones se solicit6 una ley parlamentaria para puesto al "ohgilrquico Alvear. Pero ademas Alvear se fue apoyando en intervenir provindas administradas por radicales, en las que habia que ter ciar quienes en distintas ocasiones se habian opuesto a Yrigoyen o habfan en conflictos internos. En 15 ocasiones se hizo por decreto, ignorando al cuestionado sus metodos, y los seguidores del viejo caudillo pronto for Congreso, para eliminar gobiernos adversos y "dar vuelta" situaciones maron una corriente cada vez mas hostil al gobiemo. A fines de 1923, Al provinciales. El metodo, en nada diferente al de Juarez Celman o Figueroa Alcorta, fue exitoso: en 1922 el oficialismo s6lo perdi6 en dos provincias. vear pareci6 inclinarse decididamente par el grupo opositor, al nombrar Si Yrigoyen reiteraba pr.icticas muy arraigadas, que otros retomarian ministro del Interior a Vicente Gallo, quien junta con Leopoldo Melo en luego, su justificaci6n era novedosa: el presidente debia cumplir unman cabezaba Ia corriente denominada antipersonalista. La divisi6n del radi dato y una misi6n, la "reparad6n", para la que habfa sido plebiscitado, y eso calismo se profundiz6: en 1924, presentaron listas separadas, y pronto constituyeron dos partidos diferentes. La disputa verbal fue muy intensa: lo colocaba par encima de los mecanismos institucionales. Quizii por eso el "ap6stol" empez6 a ser deificado par sus seguidores. Mils allil del conte unos eran "genuflexos", par su obediencia incondicional al jefe, y otros, nido de esa reparaci6n, lo cierto es que las mecanismos democraticos di ucontubernistas", segt'in una nueva y afortunada palabra, que ca1ificaba ficilmente pudieron arraigar en ese clima de permanente avasallamiento las acuerdos entre las antipersonalistas, conservadores y socialistas. El mi autoritario. nistro Gallo quiso recurrir a las viejos y probados m€todos para desplazar Es curioso que quienes se convirtieran en custodies de la pureza insti a los yrigoyenistas: dar empleos a los partidarios e intervenir gobiernos tucional fueran aquellos que, en otras ocasiones antes y despues, provinciales ad-versos, pe.ro Alvear no quiso abandonar hasta tal punto sus. :manifesta ron escaso aprecio por dichos mecanismos. Lo cierto es que tanto principios. En julio de 1925, fracas6 en el Congreso un proyecto de inter conserva dores coma radicales disidentes -encabezados par el habil venci6n a Buenos Aires, que era clave para la estrategia de Gallo, y €ste Vicente Gallo se hicieron fuertes en la defensa del orden institucional, y renunci6 al ministerio. lo hicieron encona damente, junta con socialistas y demoprogresistas, y hasta Desde entonces Alvear qued6 en el medio del fuego cruzado entre an salieron a la calle, en el agitado afm 1918, para reclamar por sus fueros. tipe.rsonalistas -que s6lo pudieron arraigar firmemente en Santa Fe- y los Deese modo, mientras Este archivo fue descargado de https://filadd.com 70 LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 71 FI LA DD .C OM que La Naci6n ya habia difundido en aquella ocasi6n. La adhesi6n mani yrigoyenistas, que hicieron una elecci6n nmy buena en 1926 y ganaron fiesta del general Jose Felix Uriburu, que acababa de pasar a retiro, perrni posiciones en un Congreso convertido en aID.bito de combate de las dos tia sin duda alentar esperanzas de un golpe militar regenerador, y esa era facciones. La polarizaci6n fue extrema, y al grupo antiyrigoyenista se su la oferta que desde las grupos nacionalistas se hacia a una elite todavia in maron sectores provinciales disidentes, como el lendnismo mendocino o dedsa entre la vieja repUblica liberal y las promesas de la nueva repUblica el cantonismo sanjuanino, de fuerte estilo populista, s61o unidos con sus nacionalista. sodos por el odio al jefe radical. La derecha conservadora estaba por entonces totahnente volcada aim Las expectativas de los nacionalistas con las Fuerzas Armadas eran exa geradas, maxime cuando no habia una crisis social que justificara, coma en pedir el retomo de Yrigoyen, en quien veia encarnados las peores vicios de 1919, la revisi6n de las principios institucionales en los que habian sido s6la democracia: ya lo presentaban coma el agitador social, ya coma el cau Hdamente educadas. Si las Fuerzas Armadas experimentaron malestares dillo autoritario, ya sitnplemente como la expresi6n de la chusma tosca e varios durante el gobierno de Yrigoyen, todo se solucion6 en el periodo incompetente. Tal imagen era expuesta, con diversos matices, par La Na siguiente. Bajo la conducci6n del general.Justo, ministro de Guerra, se ha ci.6n o La Prensa y, para un pU.blico m.is popular, par Critica, convertida en bian reequipado adecuadamente, y grandes edificios junta con grandes centro de la campafia antiyrigoyenista. De momento, su oposici6n no su maniobras le habian dado al Ejercito una buena visibilidad social. El presi ponia un cuestionamlento del regimen politico, pues estaban decididos a dente Alvear se mostraba sensible a las planteos del grupo de los ingenie jugar la carta electoral, reuniendo en un gran frente a toda fuerza hostil al ros militares, preocupados desde la Primera Guerra Mundial por la cues caudillo, que incluia al grupo de socialistas que, encabezado por Antonio ti6n de las "dependencias criticas". En 1927, se cre6 la F<lbrica Militar de de Tomaso y Federico Pinedo, acababa de separarse del viejo partido para Aviones, y desde 1922 un militar, Enrique Mosconi, presidia Yadmientos fonnar el Partido Socialista Independ.iente. Petroliferos Fiscales (YPF), creado par Yrigoyen cuando su periodo ya expi A diferencia de 1916, la derecha politica estaba segura de sus objet:ivos raba Baja la direcci6n de Mosconi -que al igual que Justo era ingeniero y del apoya que tenia entre las clases propietarias, pero empezaba a mani militar- la empresa se ex:pandi6 en la explotaci6n y, gracias a Ia construc festarse una am.bigii.edad acerca de los medias: si la carta electoral ci6n de su refinerfa en La Plata, avanz6 en el mercado interno, poblando fallaba el pais con sus caracteristicos surtidores. Pero simultaneamente, y al calor -empezaba a pensarse-, habria que jugar otra que, de una u atra manera, de la expansi6n del autom6vil, tambiell crecieron las grandes empresas terminara con un regimen democritico que no aseguraba la e1ecci6n de priva das: la britanica Shelly la estadounidense Standard Oil, que actuaba las mejores. En favor de esa postura actuaban distintos grupas politicos e en Salta, de modo que la competencia empez6 a convertir el petr6leo en ideol6gicas que, aunque minoritarios, habian contribuido a 1a nueva gal un tema de discusi6n pU.blica. vanizaci6n de la derecha. Desde La Nueva RepUblica, fundada en 1927, las Las Fuerzas Armadas, y particularmente el Ej€rcito, estaban ocupando j6venes maurrasianos, como las hermanos Rodolfo y Julio Irazusta o Er un lugar cad.a vez mas importante en el Estado, y en la medida en que nesto Palacio, descargaban sus baterias contra el sufragio universal y la de finian intereses propios, se convertian en un actor politico de democracia oscura, que debia ser reemplazada por la segura direcci6n de considera d6n. TambieTI ellas estaban asediadas par propuestas diversas: un jefe, rodeado de una elite y legitimado plebiscitariamente. Pronto, 1a la relad6n de sus oficiales con la derecha liberal tradicional era estrecha, Llga Republicana que formaron sali6 a la ca11e, aun cuando qued6 claro asl como era s6lido el profesionahsm inculcado par el general Justo, pero que eran incapaces de revivir las movilizaciones de 1919. Una "marcha sa tambien eran estrechas sus vinculaciones con la Liga Patri6tica, y fuerte bre Roma" era impensable, de modo que las ojos se volvieron hacia las la interpelaci6n que llegaba desde los nuevos ide6logos nacionalistas. La Fuerzas Armadas, a las que Leopoldo Lugones ya habia apelado en 1924, en unas conferencias que el Ej€rcito edit6 para consumoEste de sus oficiales, y vuelta al gobiemo archivo fue descargado de https://filadd.com LOS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 BREVE HISfORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA de Yrigoyen reactualiz6 viejos resquemores -por su tendencia a manejar 'i; petrO leo aparecia como la panacea que aseguraria la vuelta a la prosperidad, una LA DD .C los ascensos con los criterios del comit&- y sin duda polariz6 a los oficiales, como al pais todo. Pero significativamente, en las elecciones del Circulo Militar de 1929 se im.puso la lista del general Mosconi, contra otra simpa tizante con la oposici6n. Quien se perfilaba como la cabeza natural de el1a, el general Uriburu, dirigia sus acciones desde elJockey Club, yen realidad carecia de s6lido arraigo en un Ejercito cuya conducta era todavia un enigma LA VUELTA DE YRIGOYEN FI Desde 1926 la opini6n se polariz6 en torno de la vuelta de Yrigoyen, y la discusi6n se propag6 a todos las 8.mbitos de la sociedad. El yrigoyenismo, impulsado par una camada de nuevos dirigentes, desarrol16 ampliamente su red de comites y fortaleci6 la imagen mitica <lei caudillo. Aunque tradi cionalmente Yrigoyen se habfa negado a identificar su "causa regenera dora concualquier programa definido de manera explicita, en esta ocasi6n utiliz6, junto con la consigna de derrotar al "contuberniou, la bandera de la nacionalizaci6n del petr6leo. Se trataba de una situaci6n curiosa, pues du rante su prim.era presidencia el tema no le habfa preocupado mucho, mien tras que los rnayores avances en esa linea debian atribuirse, sin duda, a la adrninistraci6n de Alvear. Pero -como empezaba a descubrirse- en la de mocracia de masas las consignas son eficaces por la cantidad de motivos ideol6gicos que logran reunir. En los af10s anteriores, el problema petrolero se habia instalado en 1a discusi6n pUblica, y la presencia extranjera era aso ciada con su manifestaci6n mas agresiva: la estadounidense de la Standard Oil. La bandera de la nacionalizaci6n coincidia con la predica de los sectores militares preocupados por asegurar la autarquia del pais respect □ de los re cursos estrategicos, se vinculaba con la nueva y fuerte hostilidad de los sec tores terratenientes hacia Estados Unidos, a partir del conflicto de las cames, y enraizaba finalmente en un sentimiento antiestadounidense de mas larga data, que asociaba univocamente la metr6poli del norte con el "imperia lismo". Pero sabre todo, da la impresi6n de que Este de alguna manera el archivo fue descargado de https://filadd.com 73 fuente de rentas tan abundante que con ellas podria asegurarse a la vez el OM ii 72 OM FI LA DD .C bienestar de los sectores propietarios, del Estado y de la sociedad que, de un modo u otro, obtenia sus recursos de ambos. Es dificil saber cu.into in fluy6 esta bandera -ciertamente moderna- en la campafia y cua.nto una adhesi6n mucho mas personal al viejo caudillo. Lo cierto es que su victoria de 1928 fue triplemente notable: por la cantidad de gente que particip6, por los votos que reci.bi6 Yrigoyen, que rondaron el 60%, y por haber sido obtenida casi desde el llano, sin la bendici6n presidencial. El proyecto de nadonalizad.6n, aprobado par la Camara de Diputados, se detuvo en el Senado, y hasta tanto lograra resolver la cuesti6n, Yrigoyen se dedic6 a otra que afectaba mis directamente sus relaciones con las sectores propietarios. Invitada por el presidente, vino al pals una misi6n comercial britanica, encabezada por lord D'Abernon. El acuerdo firmado estableci6 fuertes concesianes camerciales a los brit.inicos, asegura.Ildo les el suministro de materiales a las ferrocarriles del Estado, asi como un arancel preferencial a la seda artificial, a cambio de la garantfa de que se guirian camprando la came argentina. Este tratado, que suponia importan tes concesiones sin un beneficio daro, muestra a Yrigayen solidarizada con la corriente, fuerte entre la elite, de robustecer las relacianes bilatera les con Gran Bretaii.a, en desmedro de las nuevas con Esta.dos Unidos. Pero esta caincidencia no bastaba frente a la exacerbaci6n del con flicto politico. Lanza.do a conquistar el Ultimo baluarte independiente -el Senado---, el gobierno apel6 a los cliisicos mecanismos: amplio reparto de puestos pUblicos -con lo cual saldaba su deuda con el aparato partidario, fiel durante los afios de abstinencia- e intervenci6n a gobiernos provincia les adversos: esta vez le toc6 a Santa Fe, baluarte antipersonalista, a Co rrientes, y sabre todo a Mendoza y a San Juan, donde se desat6 un largo conflicto institucional acerca de la aprobaci6n de las diplomas de los sena dores ya electos. En esas provincias, donde ya se habfan registrado episo dios de violencia, se agreg6 uno nuevo: el asesinato de Carlos Washington Lencinas, el caudillo mendocino, en un acto en el que la intervenci6n fe deral apareci6 comprometida. Es probable que Ia oposici6n, abrurnada por los resultados electorales, ya hubiera desesperado de desalojar a Yrigoyen por metodos instituciona les, y no apreciara en su real significaci6n las consecuendas inmediatas de Este archivo fue descargado de https://filadd.com estableBREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C la crisis econ6mica mundial, estallada en octubre de 1929. La cafda de las exportaciones y el retiro de los fondos estadounidenses afectaron a las em presas ferroviarias y rnaritimas, vinculadas con el comercio exterior, y tam bien al gobiemo. La fuerte inflaci6n, las reducciones de sueldos y los des pidos se reflejaron inmediatamente en los resultados electorales: en marzo de 1930, y con el apoyo de la oposici6n toda, Ios socialistas independientes derrotaron en la Capital tanto a las radicales coma a los socialistas, y en otros puntos el gobiemo tambien retrocedi6. Sin OM 74 embargo, a esa altura to das las voces de la oposici6n, desde Critica a la Llga Repubhcana o los es tudiantes universitarios reformistas, clamaban par la caida del gobierno. La senilidad atribuida al presidente y su incapacidad para dar respuestas rilpi das a la crisis, as( coma la pUblica lucha por su sucesi6n --entre el vicepre sidente Enrique Martinez y el ministro de Interior, Elpidio Gonzalez-, da ban un nuevo y contundente argumento a los opositores. Las discusiones giraban acerca de si se buscarfa una soluci6n institu cional o si se apelarla a una intervenci6n militar; si con el nuevo gobiemo se intentaria una reinstitucionalizaci6n segun los mold.es tradicionales o si habia Uegado la ocasi6n de la nueva replibhca, inspirada en alguno de los modelos que por entonces ofrecia Europa. Probablemente la elite oscilara entre ambas soluciones, una alentada por los dirigentes politicos y por el FI grupo de militares que segula al general Justo y otra por los ide6logos na cionalistas que rodeaban al general Uriburu. S6lo cuando ambos jefes se pusieron de acuerdo, pudo producirse el golpe de Estado, el 6 de septiem bre de 1930. La resistencia de las instituciones fue casi nula -el dfa ante rior, Yrigoyen habia pedido licencia en su cargo-, pero tam.bi.en las fuerzas movilizadas por los sublevados fueron escasas, y su grueso estaba consti tuido por los bisoftos cadetes del Colegio Militar. Igualmente escasa fue la movilizaci6n a favor del presidente caido, que poco antes casi habfa sido plebisci.t.ado. La indiferencia con que fue acogido el fm de una experiencia institu cional sin dud.a importante obliga a una reflexi6n acerca de su consisten cia. En buena medida, el proceso de democratizaci6n complet6 la larga etapa de apertura y expansi6n de la sociedad iniciada cinco decadas atras y aparecia como su coronaci6n natutal: la incorporaci6n creciente de sec tores sociales cad.a vez mas vastos a los beneficios la sociedad Estedearchivo fue descargado de https://filadd.com 75 WS GOBIERNOS RADICALES, 1916-1930 FI LA DD .C OM ana cida que mas de la crisis de 1917-1921 caracteriza a este periodo su puso finalmente una ampliaci6n de la ciudadania, induci.da al principio desde el Estado pero finalmente asumida por la sociedad, como lo testimo nia el espectacular aumento de la participaci6n hacia el final del periodo. Pero a la vez era necesario traducir institucionalmente ese proceso, po ner en marcha las pr<lcticas requeridas y arraigarlas de ta1modo que su ejer cicio resultara natural, y aqui losgobiemos radicales no lograron avanzar lo suficiente como para que esas instituciones aparecieran para la sociedad como un valor que debia ser defendido. Podria decirse que el radicalismo no logr6 desprenderse de las pr<lcticas corrientes en el viejo regimen -aquel.las estigmatizadas con una expresi6n muy grafica: el unicato- y subordin6 el desarrollo de las nuevas practicas a las exigenci.as de la antigua costumbre. Por su parte, una oposici6n a menudo facciosa hizo poco por hacer semejar la enconada lucha politica a un diAfogo constructivo entre gobiemo y opo sici6n, e hizo mucho menos por defender a ultranza unas instituciones de las que las clases propietarias desconfiaron desde el principio. El balance no estaria completo si no se agregara que democracia y radi calismo advinieron en el preciso momento en que las circunstancias propi cias para su floredmiento cambiaban en forma brusca, por mas que la socie dad tardara en percatarse de ello. La Primera Guerra Mundial modific6 sustancialmente los datos del funcionamiento de nuestra economia, puso en cuesti6n el lugar que el pais ocupaba en el mundo y desat6 una serie de conilictos intemos, que en ocasiones se manifestaron con violencia Quien gobernara el pais no podia conformarse con las antiguas f6rmulas y debia inventar respuestas imaginativas. Si ad.em.is pretendfa gobemarlo democra ticamente, tenfa que encontrar las forrnas institucionales de resoluci6n de los conflictos, ampliando los espacios de representaci6n y de discusi6n, asi como los mecanismos estatales de regulaci6n, yen ambos aspectos el deficit de las administraciones radicales fue grande. Estas cuestiones, tan.to o mas que las vinculadas con la democracia instituctonal, dominaron el perfodo siguiente. Este archivo fue descargado de https://filadd.com OM LA DD .C III. La restauraci6n conseroadora, 1930-1943 EL 6 DE SEPTIEMBRE DE 1930, el general Jose Felix Uriburu asumi6 como presidente provisional y el 20 de febrero de 1932 transfiri.6 el mando al ge neral Agustin P. Justo, que habia sido electo, junta con el doctor Julio A. Roca, en noviembre del afio anterior. En el interin, el gobiemo provisional habfa realizado una elecci6n de gobernador en la provincia de Buenos Ai res, el 5 de abril de 1931, en la que triunf6 el candidato radical Honoria Pueyrred6n, y que fue anulada. El episodio muestra la incertidumbre en FI que se debat:i.6 el gobierno provisional, vacilante entre la "regeneraci.6n na dona!" o la restauraci6n constitucional REGENERACI6N NACIONAL O RESTAURACI6N CONSTITUCIONAL la incertidumbre era comUn a todos los sectores que hab:fan concurrido a derribar el gobiemo de Yrigoyen y a interrumpir continuidad institucio nal. Ciertamente coincidfan en este primer objetivo, y se salidarizaban con el gobierno cuando perseguia a los dirigentes radicales, dejaba cesantes a las empleados pU.blicos nombradas par el gobierno derribado a investi gaba fantasiosas corrupciones. La mayaria tambien apoyaba la palftica de mano dura adoptada con el movimiento social: la intervenci6n en las puer tos para desarmar alli el control sindical, las deportaciones de dirigentes anarquistas o comunistas -perseguidos por la nueva Secci6n Especial de la Palicia-, y hasta el fusilamiento <lei "anarquista expropiador Severino di Este archivo fue descargado de https://filadd.com ta FI LA DD .C OM 77 Este archivo fue descargado de https://filadd.com I;' BREVE HISTORIA CONTEMPOR.ANEA DE LA ARGENTINA Giovanni. Pero en rigor-ya diferencia de 1919-, en 1930 la movilizaci6n social era escasa, la Depresi6n paralizaba la contestaci6n, y las direcciones sindicales, escasamente identilicadas con la institucionalidad democrAtica, habian hecho poco para defenderla. Este no habfa sido el objetivo desen cadenante de la revoluci6n, como tampoco lo fue la crisis econ6mica mun dial, ausente del debate y cuyas vastas conSecuencias parecian no adver tirse todavia. Para sus protagonistas, Ia revoluci6n se habia hecho contra los vidos atribuidos a la democracia, pero una vez depuesto Yrigoyen, no habia acuerdo sabre que hacer, y las clases propietarias, asi como el Ejer cito, que de form.a paulatina se iba constituyendo en un nuevo actor po1i tico, vacilaban entre diversas propuestas. La mas vocinglera era la de los nacionalistas, que r.ipidamente toma ron la iniciativa. Su voz habia sido muy eficaz coma ariete contra el radi calismo, por el talento polemico de sus voceros, por su capacidad para ar ticular discursos cliversos, que apelaban a distintas sensibilidades, asf como para expresar y legitimar lo que para otros era inconfesable: un elitismo autoritario del que se enorgullecian. Tambiell los fortalecia el suceso que en todo el mundo estaban teniendo este tipo de propuestas, que inspira ban tanto a regfmenes autoritarios muy tradicionales cuanto a novisimas y por entonces exitosas experiencias, como la de Benito Mussolini en Italia. Finalmente, podian contar con alglln respaldo, limitado pero importante, del poder. En el gabinete de Uriburu, compuesto por conservadores de viejo estilo, las apoyaba el ministro del Interior, Matias Sanchez Sorondo, un conservador tradicional como Uri.bunt, que simpatizaba con estas nue vas fonnas de autoritarismo; tambiell lo hadan algunos oficiales del en tomo presidencial y otros altos funcionarios, como el interventor en C6r doba, el escritor y ensayista Carlos Ibarguren, uno de los iniciadores de Ia rehabilitaci6n de Juan Manuel de Rosas. Los militantes nacionalistas, en cambio, s6lo ocuparon algunos cargos de menor importancia en distintos gobiemos provinciales. Uriburu hizo todo lo posible por apoyarlos. Habl6 en distintos foros, principalmente militares, abo:mmando de la democracia, reclamando una reforma institucional de fondo y predicando las ventajas del corporati. vismo y la representad6n funcional. Pero su poder y su habilidad politica eran escasos. Parad6jicamente, jug6 tad.as sus cartas a nna elecd6n, con- ' 79 fiando en un triunfo plebiscitario en Buenos Aires, y 1a derrota del 5 de abril pricticamente lo convirt:i.6 en un cadaver politico. Fracasada su ape laci6n a la sociedad, :intent6 sin embargo una segunda baza con el Ejel'cito, al que quiso movilizar mecliante la Legi6n Civi.ca, una escuadra civil orga nizada por oficiales, que debia ser la vanguardia de la revoluci6n anun ciada pero que no pudo superar la intrascendencia Los nacionalistas eran mucho mils eficaces para goIpear que para cons truir, y esta participad6n marginal en el poder mas los estorbaba que los beneflciaba. Progresivamente se fueron distanciando del gobiemo, a me dida que crecia la influencia de quienes rodeaban a Justo y la alternati.va institucional, a la cual sin embargo terminaron apoyando. For entonces habian acabado de conformar su discurso, que pronto emplearon tanto para combatir la soluci6n triunfante como para apelar, con energla cre ciente, al Ejfacito. Los temas tradicionales contra la democracia se habian integrado con un vigoroso anticomunismo y un ataque al liberalismo, fuente primigenia de los males denunciados. En una operaci6n muy tipica de la epoca, redujeron todos sus enemigos a uno: las altas finanzas yla ex plotaci6n internacional se fundfan con los comunistas, las ext:ranjeros cau santes de la disgregaci6n nacional, y tambien los judios, unidos en una siniestra confabulaci6n. Reclamaban por Ia vuelta a una sociedad jerar quica, como la colonial, no contaminada por el liberalismo, organizada por un F.stado corporativo y cimentada por un catohcismo integral. Si mucho de esto podfa identificarse con el fascismo, carecfan de la vocaci6n y capa cidad plebisdtaria de aquel; mas bien, reclamaban la constituci.6n de una nueva minoria dirigente, nacional y no enajenada al extranjero, que con fiaban encontrar entre los m.ilitares. Fracasada Ia alternativa de Uriburu, el Ejefcito se convirti.6 en su objetivo principal. Mientras los nacionalistas proponian un camino reaccionario pero novedoso, el grueso de la clase politica optaba por la defensa de las insti tuciones constitucionales, pero seiialando que estas no habian estado nunca supeditadas a las formas mas crud.as de la democracia. Par el con trario, existia en el pasado una amplia experiencia acerca de c6mo resol ver la cuesti6n electoral y form.as, no necesariamente groseras, de media tizar la voluntad popular. Esta alternativa, que salvaba los principios del liberalismo, fue reclamada desde la sociedad, fue defendida vigorosaEste archivo fue descargado de https://filadd.com LA DD .C FI LARESTAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 OM 78 80 BREVE HISTORIA CONTEMPORJ\NEA DE LA ARGENTINA ' LA RESTAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 81 FI LA DD .C OM unian las banderas del constitucionalismo con las del profesionalismo; mente por las principales 6rganos de opini6n, como La Nacion o Crltica, pero en el grueso de ellos predominaba todavia la desconfianza hacia la y fue asumida por los partidos politicos que hab(an constituido la oposi politic.a y una postura basicamente profesional, que inclin6 la balanza en ci6n a Yrigoyen. Mientras los socialistas y Ios demoprogresistas pasaron favor de Justo. de nuevo a la oposici6n, las partidos queen 1928 habian apoyado 1a can La mayor dificultad estaba en los radicales, que habian resurgido coma d.idatura de Leopoldo Melo oscilaron entre enfrentar los proyectos auto el ave Fenix luego de la victoria de abril de 1931 y del retorno de Marcelo ritarios y corporativistas de Uriburu y utilizar para una eventual elecci6n T de Alvear, quien, con la bendici6n de Yrigoyen, reunific6 el partido. Tam et apoyo del gobierno, sin duda indispensable para derrotar a los radica les. poco entre los radicales estaban claras las opciones, pues muchos aposta Las diferencias tacticas los dividieron profundamente. El primer grupo que ban a la carta electoral y otros a derribar al gobierno provisional, con un se constituy6, la Federaci6n Nacional Democr.itica, definidamente movimiento civico-militar. Los numerosos oficiales radicales conspiraron, liberal y energicamente opuesto a Uri.burn, fue fracturado par el Partido y el gobiemo utiliz6 las conspiraciones para desarmar a su mas temible Conservador de la provincia de Buenos Aires, menos hostil a la poHtica opositor politico. En julio de 1931, estall6 en Corrientes una revoluci6n, presidencial; pero su derrota el 5 de abril -que clausur6 a la vez los pro encabezada por el coronet Pomar, que fue rapidamente sofocada permi yectos de regeneraci6n y la ilusi6n de veneer a los radicales en elecciones tiendo al gobiemo detener o deportar a la plana mayor del partido. Pese a limpias- cre6 las condiciones para un reagrupamiento de las fuerzas, en ello, la Convenci6n proclam6 la candidatura presidencial de Alvear, que el tomo de la ya perfilada candidatura del general Justo. El sector mas gobiemo vet6 aduciendo de modo especioso a la vez razones constitucio con sistente de la coallci6n eran los grupos conservadores, que nales y de seguridad Los radicales volvieron entonces a su antigua t:actica constituyeron el Partido Dem6crata Naciona1, una coalici6n de la abstenci6n, sin abandonar las intentos de conspiraci6n, y dejaron el heterogenea de partidos provinciales que incluia desde los mas campo libre a la candidatura de Justo, que incluso pudo presentarse como tradicionales de Buenos Aires hasta los mils liberales de C6rdoba o un termino media entre la dictadura de Uriburu y el extremismo subver Mendoza. El radica1ismo antiperso nalista, su competidor en el frente en sivo de Alvear. formaci6n, se habia desgranado luego de que muchos retornaran al En la elecci6n de noviembre de 1931, s61o lo enfrent6 una coallci6n viejo tronco, diri.gido ahora por Al vear. El Partido Socialista del Partido Socialista y el Dem6crata Progresista, que proponian a dos Independiente s6lo pod.fa ofrecer una base s6- lida en la Capital, y tambien pres tigiosos dirigentes:. Lisandra de la Torrey Nicolas Repetto. Aunque un grupo calificado de dirigentes. Este con glomerado se uni6 tras la even tualmente podia capitalizar la oposici6n al gobierno, tenia la figura del general Justo, pero sin superar sus diferencias, al punto de que debilidad de la escasa organizaci6n partidaria fuera de la C.apital y de Santa lo apoyaron con dos candidatos a vicepresi dente distintos. Fe, asi como el conocido antirradicalismo de sus candidatos. En noviembre Justo -pieza central en esta alianza- podia presentarse como un mill tar de 1931, y en una elecci6n no totalmente escandalosa, Ia f6rmula con vocaci6n civil, pero sobre todo como quien contaba con el respaldo encabezada por Justo obtuvo un triunfo que tampoco fue aplastante y del Ejercito. Desde el 6 de septiembre libr6 una guerra sorda con Uriburu permiti6 que la opo sici6n ganara el gobierno de una provinda y una por el control de los mandos principales, y sall6 triunfante. Su mas fl.el respetable representaci6n parlamentaria. sos ten, el coronel Manuel A Rodriguez, no s6lo mandaba Campo de Las fornias institucionales estaban salvadas y la revoluci6n pareda Mayo, sino que fue electo presidente del Circulo Militar, lo que haber encontrado un puerto seguro. En el Congreso hubo un oficialismo atestiguaba el es tado de animo predominante en la instituci6n. Los y una oposici6n, que se desempeii6 prolijamente y fue reconocida como oficiales eran reclama dos por diferentes grupos de activistas: los tal, quiza porque unos y otros sabian que no competfan realmente por el radicales, embarcados en cons piraciones, los nacionalistas, igualmente Este archivo fue descargado de https://filadd.com activos, y las adeptos a Justo, que 82 , BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA RESTAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 83 FI LA DD .C OM 1NTERVENCI6N Y CIERRE ECON6MICO poder. La abstenci6n radical pesarfa luego, pero par el momenta consti tllia una ventaja, pese al llamado de atenci6n que pudo significar el La eficacia del gobiemo debia quedar demostrada, ante la sodedad en ge mul titudinario acompaiiamiento popular al funeral de Hip6lito neral y en particular ante las clases propietarias, por su capacidad para en Yrigoyen, muerto en julio de 1933. frentar la dificil situaci6n econ6mica. La Depresi6n, que se venia manifes Organizar el oficialisrno no fue una tarea sencilla. Justo procur6 equi tando desde 1928, persisti6 hasta 1932, golpeando duramente a lo que , librar la participaci6n de las distintas fuerzas en su gobiemo, aunque fue -pese a los cambios de la decada anterior- era hasta entonces una econo notoria su reticencia hacia las parti.dos conservadores, que sin embargo roia abierta. Ces6 el flujo de capitales, que tradicionalmente la habfa ali constituian su mas s6lida base. S61o uno de sus ministros -el de Obras Pti mentado, y muchos incluso retornaron a sus lugares de origen. Los precios blicas, Alvarado- provenia de esas filas, aunque otros dos -el canciller Car internacionales de los productos agricolas cayeron fuertemente -mucho los Saavedra Lamas y el rninistro de Hacienda, Horacio Hueyo- de alguna mas min queen la crisis de 1919-1922- y, aunque el volumen de las ex roanera pertenecian a ese tronco. Los antipersonalistas tuvieron dos minis portaciones no descendi6, los :ingresos del sector agrario y de la economia terios -Leopoldo Melo en Interior y el santafesino Sim6n de Iriondo en toda se contrajeron mucho. Como el gobierno opt6 por mantener el servi Educaci6n y Justicia- y los socialistas :independientes, uno: Antonio de cio de la deuda externa, mucho mas gravosa par la disminuci6n de las re To maso, rmo de los politicos mas respetados por Justo, y el Unico de cursos corrientes, debieron reducirse en forma dr<lstica tanto las importa origen plebeyo, fue ministm de Agricultura. ciones como los gastos de1 Estado, cuyo deficit pas6 a convertirse en rm Pese a que el Partido Socialista Independiente pronto declin6 electoral problema grave. mente y se disolvi6, sus dirigentes, y en particular De Tomaso y Federico Por otra parte, el dislocamiento de la economfa intemaci.onal, ya anun Pinedo, cumplieron un papel fundamental en la estructuraci6n de la ciado en la d6cada anterior, era cada vez mayor. En la crisis, los pafses cen ahanza y en la formaci6n de lo que se llam6 1a Concordancia par1amenta trales utilizaron su poder de compra para defender sus mercados, asegurar ria, as:f como en el disefto de las principales politicas del gobierno. Los par el pago de las deudas y proteger las inversiones. Gran Bretafia se refugi6 tidos oficialistas ganaron las elecciones utilizando tecnicas muy conocidas, en el proteccionismo comercial y constituy6 un "afea" de la Ubra, defen sobre las que habfa una vasta experiencia acumulada, que comb:inaban el dida por el control de cambios, primero, y por la inconvertibilidad de la apoyo de 1a autoridad -en particular, los comisarios- con el sistema del moneda, despues. Identico camino tomaron Alemania y Francia, y por ul caudillismo, y explotaban las mUltiples colusiones entre ambos. Mientras timo Estados Unidos, que en 1933 declar6 la inconvertibilidad del d6lar. las radicales mantuvieron su abstenci6n, la aplicaci6n de estos mecanis Era un mundo distinto, que requeria una politica econ6mica nueva e ima mos sirvi6 principalmente para dirimir los conflictos en el seno del oficia ginativa. La adoptada inicialmente -par Urlburu y por Justo al principio de lismo, pero desde 1935 se us6 para bloquear el camino a1 partido condu su gobierno- se habfa limitado a las medidas reactivas cl.isicas, y s6lo in cido por Alvear. La ciudad de Buenos Aires -mas expuesta a la opini6n cursion6 tfmidamente por nuevos caminos; a mediados de 1933, con la pUblica- se vio libre de ellos, y siempre gan6 alli la oposici6n; en la provin designaci6n de Pinedo coma ministro de Hacienda-con quien colabor6 cia de Buenos Aires, en cambio, se practicaron las fonnas mas groseras del RaUl Prebisch-, se avanz6 por un rumbo mas novedoso, delinealldose dos fraude, que un gobernador, Manuel A. Fresco, calific6 de patri6tico, di tendencias que habrian de perdurar largamente: la creciente :intervenci6n ciendo lo que seguramente muchos pensaban. Qui.za sea significativa la del Estado y el cierre progresivo de la economia. Tambiell otra, menos du estigm.atizaci6n por la sociedad de estas prilcticas, en el fondo muy tradi radera pero de mayor trascendencia en lo inmediato: el reforzamiento de cionales, que revela hasta que punto la cultura democri:1tica habfa empe la relaci6n con Gran Bretana. zado a arraigar en la sociedad. Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORAN°EA DE LA ARGENTINA tana y Estados Unidos. En noviembre de 1933, una sustancial reforma es tableci6 dos mercados de cambio; uno, regulado por el Estado, administraba las divisas provenientes de las exportaciones agropecuarias tivo, aunque limitada al escaso sector del mercado que escapaba a los fri gorificos extranjeros. El sistema se extendi6 tambien a productos extra pampeanos, como el algod6n y el vino. Por ese camino, el Estado fue asumiendo funciones mayores en la ac tividad econ6mica, y pas6 de la simple regulaci6n de la crisis a la defini ci6n de reglas de juego cada vez mas amplias, segtin u.n modelo que teo riz6 el economista brita.11ico John Maynard Keynes y que empezaba a aplicarse en todo el mundo. A la vez, el conjunto de la economfa fue ce rralldose en forrna progresiva a un mundo donde tambien se dibujaban, con nitidez creciente, ireas relativamente cerradas. Era todavia una ten dencia incipiente, impulsada por factores coyunturales, pero que se fue FI afirmartdo progresivamente, y estimu16 modificaciones que finalmente la tradicionales, mientras que en el otro se coni.praban y vendian libremente harfan irreversible. las originadas en prestamos recibidos o en exportaciones no tradicionales, La mas importante tuvo que ver con la industria, cuya producci6n co coma las industriales. Para el primero, la devaluaci6n fue mfnima, aunque menz6 a crecer en el marco de la crisis, y sigui6 haciendolo luego de Ia se estableci6 una diferencia del 20% entre el precio de compra y el de recuperaci6n de la segunda mitad de la decada. Con ]a prosperidad de las venta. El Estado se hizo de una importante masa de recursos, y sabre todo decadas anteriores se habia constituido en el pafs un mercado consumidor pudo decidir sabre su uso. Ast estableci6 una serie de prioridades para de importancia. El cierre creciente de la economfa, los aranceles y la esca vender las divisas que controlaba: el servicio de la deuda extema era la sez de divisas creaban condiciones adecuadas para sustituir los bienes im prim.era; luego, atender las impartaciones esenciales, yen tercer termino, portados por otros producidos localmente, sabre todo si la producci6n no las remesas de las empresas de servicios ptiblicos, coma las ferroviarias. exi.gfa una instalaci6n fabril muy compleja o si ya existia una base indus trial En el segundo mercado se negociaban las escasas divisas restantes, tanto que pod.fa ser utilizada con mayor intensidad. Esta se habia extendido en la para la importaci6n de bienes de consumo coma para atender al equipa decada de 1920 y sigui6 expandiendose, sabre las mismas Hneas, luego de miento de las empresas. 1930. Creci6 mucho el sector textil, pero tambiell Ia mayoria de las Avanzando sabre el control de las finanzas, en 1935 se cre6 el Banco actividades volcadas al consumo: alimentos, confecciones y productos Central, cuya funci6n principal era regular las fluctuaciones ciclicas de la quimicos y metalicos diversos. Los grandes capitales, vinculados hasta en masa monetaria, evitando tanto una excesiva holgura coma la escasez, asi tonces en forma predominante a las actividades agropecuarias para la excoma controlar la actividad de los bancos privados -que participaban de Este archivo fue descargado de https://filadd.com '!' 85 su Directorio-, sabre todo en el manejo de sus CTeditos. El Institute Movi lizador de Inversiones Bancarias asumi6 la liquidaci6n ordenada de las bancos golpeados por la crisis. Tambien para atenuar las efectos de las cri sis dclicas y defender a los productores locales, se comenz6 a regular la comercializaci6n de la producci6n agropecuaria. Utilizando los fondos pro venientes del control de cambios, la Junta Nacional de Granos asegur6 un precio minima para los productores rurales, evitalldoles tener que vender en el pear momento. La Junta Nacional de Carnes apunt6 al mismo obje LA DD .C A fines de 1931 -poco antes de que Justo sucediera a Uriburu- se es tableci6 el impuesto a los reditos, seg6n un antiguo proyecto de Yrigoyen, sistem.iticamente vetado hasta entonces, pero que en el nuevo clima de 1a crisis -y en manos de un gobierno confiable- fue aceptado sin discusi6n por las sectores propietarios. Las finanzas pllblicas dejaron de depender exclusivamente de los impuestos a las importaciones ode prestamos exter,. nos. Sumado a la dr.istica reducci6n inicial de gastos, hacia 1933 el go biemo habia logrado equillbrar su presupuesto. Tambien de 1931 fue el establecimiento del control de cambios, me diante el cual el gobierno centralizaba la compra y venta de divisas. En principio fue una medida para enfrentar la crisis y asegurar la disponibih dad para el pago de la deuda ex:tema, pero pronto se vio que constituia un poderoso instrumento de politica econ6mica: desde el gobierno podian establecerse prioridades para el uso de divisas, y esto era una cuesti6n que preocupaba no s61o a las distintos sectores intemos, sino, particular mente, a las dos grandes aspirantes extemos a disponer de ellas: Gran Bre LA RESTAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 OM 84 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LARESTAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 La sustituci6n de importaciones ofreda el atractivo de un mercado existente y cautivo, y una ganancia r.ipida. Una vez satisfecho, era mas conveniente pasar a otra rama, iguahnente insatisfecha, antes que profun dizar la inversi6n en la anterior. A esto concurrieron factores de distinto tipo. Como mostraron Jorge Sabato y Jorge Schvarzer, la vieja dinamica de Ios sectores propietarios, de diversificaci6n en distintas actividades sin atarse defmitivamente a una, encontr6 en la industriahzaci6n sustitutiva un nuevo campo, que se complement6 posteriormente con la inversi6n in mobiliaria For otra parte, la combinaci6n de un mercado cerrado y algu nas pocas grandes empresas por cad.a rama o actividad torn6 poco rele vante la presi6n por la mayor eficiencia o el menor precio. Lo eran, en cambio, las reglas de juego que poni.a el Estado, ya fuera por la via de los aranceles o del tipo de cambio. Asi, el crecimiento industrial abri6 un nuevo campo de negociaci6n entre las sectores propietarios y el Estado. Los cambios en el sector agropecuario fueron menos notables, sobre todo en la regi6n pampeana La ganaderia sigui6 retrocediendo respecto de la agricultura, al igual queen la decada anterior. La producci6n agricola no decay6, pese al derrumbe de las precias, aunque la situaci6n de las pro 87 del area pampeana, donde crecieron algunos cultivos industriales orienta dos al mercado intemo, y muy en especial el del algod6n, que desde 1930 se consumia casi integramente en el pafs. En todo el nordeste se extendi6 Ia ocupaci6n de nuevas tierras, iniciada en la decada anterior, y se consti tuy6 un amplia sector de pequeii.os productores dependientes de un sector comercial e industrializador muy concentrado. Tambien aqul el Estado in tervino para regular la comercializaci6n. En suma, la crisis y las respuestas de indole coyuntural habian creado una serie de candid.ones nuevas que hadan muy dificil el retomo a la situa ci6n previa Podia discutirse si el equilibrio y la relativa prosperidad que se advertia hacia 1936 -y que se manifestaba en una reactivaci6n de la pra testa sindical- debfa atribuitse a esos cambios o simplemente -coma ha planteado Arturo O'Connell- a una transitoria prosperidad de las exporta ciones. Pero el cierre de la economia, la intervenc:i.6n del Estado y un cierto crecimiento industrial parecian datos sabre las que no se podia retomar. LA DD .C portaci6n, acentuaron su orientaci6n hacia la industria. El mas importante grupo exportador, Bunge y Born, que ya tenia otras industrias, instal6 en 1932 la empresa textil Grafa, precisamente en la rama por entonces mas dinamica. Lo mismo hicieron otros grupos econ6micos tradicionales, coma Leng Roberts o Tornquist -que combinaban actividades agropecuarias con otras, industriales o financieras-, y tambien nuevos inversores extranjeros: significativamente, a mediados de la decada de 1930, se instalaron tres grandes empresas textiles estadonidenses, Anderson Clayton, Jantzen y Sudamtex, y en seguida Ducilo, dedicada al hilado sintetico. . OM 86 LA PRESENCIA BRIT.ANICA FI Estos cambios se fueron produciendo gradualmente, sin suscitar grandes discusiones ni polarizaciones. En cambio, la cuesti6n de la relaci6n con Gran Bretafia -que se venia debatiendo desde la decada anterior- result6 mucho mas controvertida. Presionada por el avance de Estados Unidos, y en el marco de la crisis desatada en 1930, Gran Bretafia opt6 par reconcen trarse en su imperio, fortalecer sus vinculos con las colonias y dominios y acotar en ellos la presencia estadounidense. A la vez, en un contexto mun dial de restricciones financieras, se propuso defender sus antiguos merca dos y salvar sus ingresos provenientes de prestamos o inversiones antiguas. No todos las objetivos eran compatibles, de modo que ductores se deterior6 sensiblemente, en especial la de las m.is pequeflos, y al establecerse las prioridades habia un margen considerable para la se fueron delineando las condiciones del exodo rural, visible luego del co negociaci6n. En 1932, la Conferencia Imperial de Ottawa inclin6 la balanza mienza de la Segunda Guerra Mundial. Hasta entonces, las expartaciones hacia los miembros de la Commonwealth, quienes tendrian preferencia en las de maiz crecieron mucho en los afios centrales de la decada -aprove impartaci.ones brita.ni cas. Entre otras medidas, se decidi6 reducir en un chando un periodo de sequia en Estados Unidos-, lo que influy6 tanto en tercio las compras de came cangelada argentina, que podia reemplazarse el equilibria fiscal coma en la relativa prosperidad de la econamia entre por la de Australia, y el 10% la enfriada, tomando para esta coma base 1934 y 1937, al punto de que sus efectos se manifestaron en el estimulo a las campras de 1932, ya la industria y la construcci6n. El cambio mas importante produjo Estese archivo fuefuera descargado de https://filadd.com control de partes s:ignifi.cativas de un mercado intemo amenazado. Los es88 BREVE HISfORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM muy bajas. Se trataba de un punto en extrema sensible para la Argentina, quiza no tanto par su importancia econ6mica intdnseca coma par la mag nitud de las intereses constituidos en torno de la exportaci6n de came: pm ductores, frigorfficos y empresas navieras eran capaces de presionar fuert mente sabre el gobiemo. A la vez, el gobierno argentino poseia un arma tambien decisiva: la politica arancelaria y el control de cambios pennitlan discriminar las importaciones y regular el monto de las divisas que serla utilizado para pagar el servicio de la deuda brit.inica, para seguir com prando sus productos o para remitir las utilidades de sus empresas instala das en la Argentina. En un contexto de escasez de divisas, y con fuertes demandas de los intereses comerciales estadounidenses, el punto se con vertia en sumamente importante para Gran Bretafia. En 1933, una misi6n encabezada par el vicepresidente Julio A. Roca negoci6 en Landres las candid.ones para el mantenimiento de la cuota ar gentina de came. Ello era vital para asegurar la credibilidad <lei gobiemo entre las diversos sectores ligadas a la actividad pecuaria, yen este aspecto obtuva un exito relativo: se mantendrian las condiciones de 1932, y se consultarian eventuales reducciones posteriores que fueran necesarias. No logr6 gran cosa en su segundo objetivo: aumentar la partid.paci6n de las productores locales en el control de las exportaciones, de modo de nego d.ar en mejores terminos con las frigorificos. El tratado, firmado par Roca y el ministro britanico Runciman, limit6 al 15% el cupo que podria ser ma nejado par frigorfficos nacionales, entre las cuales se prevefa que padria existir uno de tipo cooperativo, sin fines de lucro. A cambio de eso, Gran Bretana se asegur6 de que la totalidad de las hbras generadas par este co mercio se emplearfan en la propia Gran Bretafta: en el pago de la deuda, en la importaci6n de carb6n, material ferroviario o textiles -para las que se establecfa un tratamiento arancelario preferencial-, yen la remisi6n de uti lidades de empresas britanicas. A la vez, se estipulaba un "tratamiento be nevolo" para esas empresas, que estaban sometidas a multiples dificulta des. Se trataba sin duda de una gran Victoria para los britanicos: a cambio del mantenimiento de la participaci.6n argentina en el mercado de carnes -un negocio en el que las empresarios britanicos eran el socio principal-, Esteinversiones archivo fue ydescargado de https://filadd.com se aseguraban el cobra de las servicios de sus antiguas el 89 FI LA DD .C tadounidenses, por su parte, discriminados con las aranceles y con el uso de las divisas, retrocedieron en este mercado, aunque luego contraataca ron reahzando inversiones industriales que saltaban la banera arancelaria. La tendencia al bilateralismo con Gran Bretana, insinuada en 1929 con el Tratado D'Abernon, qued6 ampliamente ratificada. El "tratamiento benevolo" apuntaba a reflotar empresas britanicas en dificultades: las ferroviarias y las de transparte urbano. Los ferrocarriles estaban atenazados par gastos fijos muy altos, una reducd6n general de su actividad y la creciente competencia del transporte automotor, estimulado par la sisteffiatica construcd.6n de caminos iniciada en 1928 y mantenida con vigor par Justo. El cami6n solfa llevarse la parte mas apetecible del ne gocio de carga, y a la vez estimulaba las importaciones de automotores, repuestos y neuffiaticos de origen estadounidense. El tratado asegur6 a las empresas que podri'.an enviar sus ganancias, pero estas fueron minimas a lo largo de toda la decada Alga parecido ocurria con la empresa Anglo de tranvias de Buenos Aires -propietaria tambieD de la primera linea de sub terrfilleos-, vktima de la competencia de las taxis colectivos, mas rdpidos y eficaces. El "tratamiento preferencial" consisti6 en la creaci6n de una Corporaci6n de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, que despert6 la indignaci6n general sin lograr su objetivo: que los colectiveros se incorpo raran a ella y cesaran con su competencia. En ambos casos, se t:rataba de empresas que habian dejado de ser rentables y que, par otra parte, no ha bian hecho las inversiones necesarias para conservar su peso, de mod.a que el "tratamiento preferencial" s61o buscaba aumentar algunas ventajas mo nop6licas y dilatar su ineludible deterioro, para el cual las directivos em pezaron a trazar una nueva estrategia: venderlas al Estado. Pese a que las beneftcios no eran parejos para todos las involucrados, el t:ratado de Landres fue apoyado par las diversos grupos propietarios: cuando se discuti6 en el Congreso, la oposici6n mas consistente fue la del Partido Socialista, preocupado par las repercusiones que estos arreglos ten drian sobre los consumidores locales. Sin embargo, casi de in.mediato aflo raron las conllictos entre las distintos intereses: los frigorffi.cos, los ganade ros "invemadores", que suministraban la carne para el enfriado y habfan oonservado casi intacta su cuota en el mercado britanico, y el grueso de los "criadores", que debfan optar entre la exportaci6n de came congelada de OM LA RESIAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 Este archivo fue descargado de https://filadd.com . FI LARESTAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 91 El debate termin6 abruptamente, sin resoluci6n. El gobierno perdi6 mu cho ante la opini6n y, sabre todo, comprob6 que la etapa mas facil de su gesti6n habfa terminado. En los aftos siguientes, y con vistas a las elec ciones presidenciales, la oposici6n reconstituy6 sus filas. Aunque se apoyaba en Ios reclamos de un sector de ganaderos, De Ia Torre habia sabido dar una amplitud politica mayor a su reclamo, esgri mi.enda un argumento capaz de polarizar, contra el "imperialismo y la "oligarquia", una opini6n sensibilizada por el avance, en cierto modo gro sero, de las intereses britinicos. La argumentaci6n se reconocfa en la tra dici6n socialista y de izquierda -en Manuel Ugarte o en Alfredo Pala cios-, pero tambien en la de otros intelectuales provenientes de las clases tradicionales y movilizados par la crisis. En 1934 los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta -ganaderos entrerrianos y veteranos del nacionalismo antirradical- publicaron un libro de impacto: La Argentina y el imperia Usmo britdnico, en el que historiaban una relaci6n que juzgaban perjudi cial desde sus comienzos, all.i por 1810; responsabilizaban tanto a las britanicos coma a la clase dirigente local, encandilada par el liberalismo y ciega a los verdaderos intereses nacionales. A ella contraponfan la fi gura de Rosas, expresi6n de las intereses autf'.nticamente nacionales, y a la vez de una form.a de gobierno dictatorial no contaminada por el libe ralismo corruptor. La reivindicaci6n de la figura de Rosas ya habfa empezado en la de cada anterior y se desarroll6 intensarnente en los aiios treinta, tanto en medios historiogr.ificos como politicos. Servia para identificar a quienes eran movidos par el rechazo de la influencia britanica y tambif'.n a Ios que veian al liberalismo como el principal enemigo. Alli, confluyeron na turalmente el nacionalismo ftlofascista y sabre todo las nuevas corrientes del catolicismo, para quienes Rosas representaba no el antiimperialismo, sino la tradici6n hispana de una sociedad autoritaria, jerirquica y cat6lica, que contraponian a la contemporanea, corrompida par el libera lismo, el protestantismo, el judaisma y el mar:xismo. El acercamiento de las clases dirigentes y la Iglesia cat6lica -manifiesto en las grandes jorna das del Congreso Eucaristico de 1934- cre6 el espacio para la expansi6n de estas ideas, que empezaban a revertiI el tradicional liberalismo de la sociedad argentina LA DD .C menor cahdad,1a venta a1os invemadores o el consumo intemo. Los gran des invernadores, mils estrechamente vinculados con los frigorfficos, se expresaban a traves de la Sociedad Rural; los criadores organizaron la Con federaci6n de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP}, vocero de sus intereses sectoriales. En el acalorado debate, no se discutie ron tanto las terminos del tratado coma la form.a en que los frigorificos habrian de manejar los predos intemos, las ventajas relativas de unos pro ductores y otros, y la posibilidad de que los productores participaran en su regulaci6n a traves de un frigorifico corporativo, utilizando la cuota del 15% que el tratado les reservaba En 1933 se sancion6 la ley que establecia una Junta Nacional de Carnes, destinada a intervenir de manera limitada en la regulaci6n del mercado, y se disput6 intensamente por la composi ci6n de su directorio. Dos afi.os despues se produjo el episodio mas espec tacular del debate. En 1935, el senador por Santa Fe Lisandra de la Torre, que ya habia manifestado reservas ante el tratado de Landres, solicit6 una investiga ci6n sabre el comercio de las carnes en el pais y las actividades de las frigorfficos. Los sen.adores oficialistas reconocieron la existencia de abu sos importantes par parte de las frigorfficos, de precios excesivamente bajos pagados a las productores, priicticas manap6licas, evasi6n de im puestos y reluctancia ante la investigaci6n. De la Torre fue mis alli y uni6 el ataque a los frigorificos con una embestida muy fuerte contra el gobiemo. Propietario rural el mismo, y dirigente de una sociedad rural santafesina, De la Torre habia sido candidato presidencia1 en 1916 contra Yrigoyen yen 1932 contra Justo, y era por entonces la figura destacada de la oposici6n parlamentaria de socialistas y demoprogresistas. Denun ci6 que los frigorfficos, protegidos por las autoridades, no pagaban im puestos, ocultaban sus ganancias y daban trato preferencial a algunos ganaderos influyentes, coma el propio ministro de Agricultura, Luis Duhau, que habia sido presidente de la Sociedad Rural. Fue una inter venci6n espectacular, que dur6 varios dias, atrajo a la opini6n pUblica y suscit6 una violenta respuesta de los ministros Duhau y Pinedo. En lo mas violento de una de las sesiones cay6 asesinado el senador electo Enzo Bardabehere, compaftero de bancada de De la Torre, a quien iba di rigido el disparo, a manos de un hombre de acci6n vinculado con Duhau. ';' BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA OM 90 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORMIEA DE LA ARGENTINA UN FRENTE POPULAR FRUSTRADO Pese a sus entos en lo econ6mico, el regimen presidido por Justo fue visto 93 triunf6 su candidato a gobernador, Amadeo Sabattini. Quiz.i para compen sar, el gobierno intervino la provincia de Santa Fe, gobernada por el demo progresista Luciano Molinas, y aval6 el desembozado fraude con el que Manuel Fresco gan6 en la provincia de Buenos Aires. Un "man:i:fiesto de las derechas", que redact6 Pinedo, alert6 contra el resurgimiento de las "masas degas" Y la turbia democracia, desplazada en 1930, y justific6 el "fraude patri6tico", que desde entonces el gobierno utiliz6 sistem.it:icamente en fa vor de los partidos oficialistas, con la Unica excepci6n de la Capital. La reacci6n del gobierno se dirigi6 tambien hacia el nuevo sindica Hsmo combativo: la ley de residencia fue aplicada en 1937 contra los LA DD .C -con intensidad creciente- como ilegftimo: fraudulento, corrupto y ajeno a los intereses nacionales. Si hasta 1935 el gobierno habia avanzado sin grandes contratiempos, desde esa fecha se hicieron evidentes los signos de una creciente movilizaci6n social y politica. En julio, el prestigioso general Ram6n Molina habia elogiado en forma pUblica la presidencia de Alvear, y poco despues hizo un reclamo par la vigencia de la soberania popular y de elecctones libres, que recibi6 el en tusiasta apoyo de la Federaci6n Universitaria Cuando en 1937 fue pasado a retiro, hub□ una itnportante manifestaci6n de apoyo, en la que hablaron • LA RESTAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 OM 92 FI Alfredo Palacios y el propio Alvear. En octubre de 1935, las trabajadores de la construcci6n de Buenos Ai res, conducidos par dirigentes comunistas, iniciaron una huelga que dur6 mas de noventa dias; en los barrios de la ciudad se manifest6 una amplia solidaridad y en enero la Confederaci6n General del Trabajo (cGT) realiz6 una huelga general de dos dias -la Unica de la decada- al cabo de la cual los huelguistas obtuvieron la satisfacci6n de una parte sustancial de sus demandas. El saldo mas importante fue, quiz3, la constituci6n de 1a Fede raci6n Obrera Nacional de la Construcci6n, uno de los sindicatos mas :im portantes y combativos de1pafs. En 1936 se efectuaron muchas huelgas, al igual queen 1935 y 1937, coincidiendo probablemente con la reactivaci6n principales dirigentes de Ia construcci6n, comunistas de origen itahano de portados a la Italia fascista A la vez, se aprob6 en el Senado una ley de represi6n del comunismo, que fue bloqueada por los diputados. Para equi librar el aglutinamiento de las fuerzas que reclamaban par 1a democracia, Justo abri6 un poco el juego a los sectores nacionalistas que hasta enton ces habfa relegado: asf, el gobernador Fresco pudo hacer fe pl.lblica de militanda fascista y los oficiales nacionalistas, entusiasmados con los nue vos exitos del Tercer Reich, pudieron hacer campa.fia con hbertad entre los ruadros del Ejercito. Se decia que el coronet Juan Bautista Molina,. ac6lito de Uriburu en 1a creaci6n de la Legi6n Civica, conspiraba contra Justo, quien sin embargo lo prornovi6 a general. Las derechas habian convocado a un "frente nacional" contra el Frente ' Popular que se esbozaba. Las denominaciones no eran caprichosas, pues y alcanz6 la mayoria en la Camara de Diputados; en C6rdoba, econ6mica. En ese afto,1a CGT, cuya direcci6n se habia reconstituido con adem.As, predominio de socialistas y comunistas, celebr6 el 1°de Mayo con un acto conjunto de los distintos partidos de oposici6n: radicales, demoprogresis tas, socialistas y comunistas adhirieron a las reclamos de Ios trabajadores, fustigaron a los Nherederos del 6 de sept:iembre" y reclamaron par la liber tad y la democracia Por primera vez en esa fecha, se cant6 el Himno Na cional, y Marcelo T. de Alvear fue elogiado como Nun obrero autentico de la democracia nacional". En 1936, la Uni6n Civica Radical (ucR), que el afto anterior habla le vantado la abstenci6n electoral, tri.unf6 en las elecciones de diputados en Este archivo fue descargado de https://filadd.com algunos de los principales distritos -Capital, Santa Fe, Mendoza, C6rdoba OM FI LA DD .C los nuevos alineamientos y polarizaciones que se estaban dando en el mundo influfan en las conflictos locales, alertaban fuerzas adormecidas, suministraban consignas y banderas, definian a los indecisos y ayudaban a delinear potenciales alianzas. En el campo de las opositores al gobiemo fue muy importante el cam bio de posici6n del Partido Comunista, queen marzo de 1935, adoptando r.ipidamente las nuevas orientaciones del Comintem, habia abrazado la consign.a del Frente Popular. En los a:fios anteri.ores, con la consi.gna de "lu cha de clase contra clase", los comunistas hablan combatido por igual a los nazis y fascistas y a 1os partidos socialdem6cratas, a quienes estigmatiza ban coma los mas peligrosos enemigos del proletariado, pero desde 1935 se lanzaron a impulsar la unidad de las sectores democrit:icos para en- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 94 BREVE IITSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 95 'LARESIAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 FI LA DD .C OM res -una suerte de universidad popular-fundado en 1930, orientado frentar el nazifascismo, sacrificando las consignas y pr.icticas que pudieran tanto a Ios temas de alta cultura como a la discusi6n de las cuestiones irritar o atemorizar a los grupos progresistas y democraticos de la burgue politicas, sia. Con tal programa, en Francia y en Espana integraron, junta con socia econ6micas y sociales. La misma combinaci6n se encuentra en revista listas y partidos radicales de centro, sendos frentes populares que ganaron las elecciones de 1936. Aunque la situaci6n local no era exactamente daridad, dedicada al ensayo, la crftica y los temas politicos, que fueron igual, el gobiemo de la Concordancia fue identificado con el enemigo ocupando un espado creciente. Claridad, que adema.s editaba diversas co universal, y el reclamo de un frente popular y democratico sirvi6 para lecdones populares de literatura y ensayo, reuni6 a muchos de las intelec cerrar filas en tuales y escritores que habian militado en el grupo Boedo, y que habian tre sus opositores. definido una opci6n par el arte cornprometido"; entre ellos, Le6nidas Bar Luego, Ia Guerra Civil espafi.ola, cuyo impacto en la Argentina fue letta cre6 en 1931 el Teatro del Pueblo, donde por 20 centavos podfa enorme, sirvi6 para definir mas claramente aun las campos. No s6lo se di verse a Ibsen, Andreiev o Arlt. Ese mismo afio, los herederos de Florida, vidi6 la extensisima colectividad de espafioles, sino la sociedad argentina partida rios de la renovaci6n estetica y de la "creaci6n pura·: se nuclearon toda, y proliferaron colectas, comites de ayuda, manifestaciones y peleas en la revista Sur, fundada por Victoria Ocampo. Es significativo que ambos en cualquier alllbito compartido par partidarios y adversarios de la Repll gru pos se alinearan -aunque condistinto entusiasmo- en el bando de los blica. En las derechas, la Guerra Civil integr6 a conservadores autoritarios, de fensores de la democrada. nacionalistas, filofascistas y cat6licos integristas en una comUn reacci6n La instalaci6n de algunas editoriales creadas por emigrados espaiioles contra el liberalismo democr.itico. En el cam.po contrarlo, termin6 de sol -Losada, Emece y Sudamericana, entre ellas- multiplic6 la actividad del dar el bloque de solidaridades que iba desde el radicalismo hasta el comu mundo intelectual y artistico y dio trabajo a escritores, traductores y criti nismo, pasando par socialistas, demoprogresistas, las estudiantes de la cos. Esta actividad se prolongaba naturalmente fuera de los ambitos inte Federaci6n Universitaria, las dirigentes sindicales agrupados en la CGT y lectuales, en infinidad de publicaciones populares y conferencias, par obra un vasto sector de opini6n independiente y progresista, que tarnbiell in de un amplio grupo de militantes de la cultura, que a menudo tambien lo cluia figuras del liberahsmo conservador. Salvo estos, probablemente eran eran de la poUtica, sobre todo a medida que el clima de polarizaci6n se iba los mismos queen 1931 habfan apoyado la Ahanza Civil de De la Torrey extendiendo. Habia en todo este movi.miento una tendencia fuerte al anJ. Repetto; pero lo cierto es que la Espafia republicana, y la convicci6n de lisis de los problemas de la sociedad, la critica y la propuesta de que las democracias se aprestaban a dar una batalla final contra el fas soludones alternativas para cuestiones especfficas: la educaci6n, la salud, cismo, creaba un polo de solidaridad e identificaci6n mucho mas atractivo la cuesti6n agraria, la condici6n de la mujer. Aunque en muchos aparece y movillzador. la referenda a la Uni6n SoviCtica, se trata mas bien de un modelo de Una parte importan.te de ese area se asentaba en el mundo intelectual, sociedad organi zada radonalmente antes que de una indtaci6n a la toma cuya politizaci6n se acentu6 en la segunda mitad de la decada La Reforma violenta del po der. Lo que predomina es el espfritu refonnista y la Universitaria, con su ideologia genericamente antiimperialista, democrJ. convocatoria a todos quienes coinciden en Ia aspiraci6n al progreso, la tica y popular, ernpezaba a penetrar en la politica: algunos de sus principales libertad, Ia democracia y dirigentes se incorporaron a los partidos -Jose Peco, al Radical; Alejandro una sociedad mas justa. Korn y Julio V. Gonzalez, alSocialista; Rodolfo Ara.oz Alfaro, al Comunista-y Muchas de esas preocupaciones estan presentes en la CGT, maxima re otros tuvieron militancia independiente, coma Deodoro Roca y Sall.I Ta presentaci6n de los obreros organizados. Habia nacido en 1930, uniendo a borda. Similar combinaci6n de lo academico y lo politico, desde una pers las grupos sindicalistas y socialistas hasta entonces separados. Sus prime pectiva progresista, se encuentra en el Colegio Libre Este de Estudios ros afios fueron azarosos: Ia dura represi6n gubernamental, aunque diri archivo Superiofue descargado de https://filadd.com ta FI LA DD .C OM gida a anarquistas y comunistas, disuadia de cualquier acci6n demasiado Este archivo fue descargado de https://filadd.com fue BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA militante, que por otra parte estaba Iejos de las intenciones de los dirigen tes, predominantemente sindicalistas"; la fuerte desocupaci6n provocada LA DD .C por la crisis restaba capacidad de movilizaci6n, pese a que no faltaban motivos: las salarios cayeron mucho, y s61o en 1942 se recuper6 el nivel de 1929. Desde 1933, la recuperaci6n econ6mica y la reorientaci6n industrial empezaron a hacerse notm:. La desocupaci6n fue en forma gradual absor bida, y empez6 lentamente el movimiento de migrantes de las zonas rurales hacia los grand.es centros urbanos, atraidos par el nuevo empleo industrial. En Buenos Aires, hasta mediados de la decada, este crecimiento OM 96 mil FI se radic6 en los barrios perifericos de Ia ciudad para ir luego engrosando progresivamente el cintur6n suburbano. Entre las organizaciones gremia les seguian dominando los grandes sindicatos del transporte y los servicios: la poderosa Uni6n Ferroviaria en primer lugar -verdadero ejemplo de or ganizaci6n-, la Fraternidad, de los maquinistas de trenes, la Uni6n Tranviaria, Ios municipales, los empleados de comercio. Pero poco a poco fueron creciendo los grupos de trabajadores de las nuevas industrias ma nufactureras o de la construcci6n; alli los dirigentes comunistas tuvieron exito en organizar sindicatos que agruparan Ios antiguos oficios por ramas de industria: metalfugicos, textiles, madereros, alimentarios -entre loscua les dontinaban los trabajadores de la came- y sobre todo obreros de la construcci6n. Con mas de cincuenta mil afiliados, la Federaci6n Obrera Nacional de la Construcci6n era hacia 1940 el segundo sindicato, detra.5 de la Uni6n Ferroviaria, que rondaba los cien Adonnecida en los ailos inmediatamente posteriores a la crisis, la activi dad sindical resurgi6 hacia 1934 y creci6 mucho en los afios siguientes hasta 1937, acompafi.ando el ciclo econ6mi.co. Los dirigentes sindicales de entonces -comandados par los ferroviarios- mantuvieron la tendencia ges tada en la decada anterior de deslindar sus reclamos gremiales de los plan teas polfticos mas generales, y esto vali6 incluso para muchos que perte nedan al Partido Socialista. Gradualmente obtuvieron algunas mejoras, pero concedidas en fonna parcial y aplicadas a regafi.adientes. Los ferrovia rios pudieron salvar sus empleos a pesar de la crisis, pero a costa de una reducci6n salarial. Los empleados de comercio lograron una ley que esta bleda la licencia por enfermedad y Ia indemnizaci6n despido, pero Estepor archivo fue descargado de https://filadd.com . LARESIAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 97 FI LA DD .C zad6n paulatina del "s.ibado ingles"', y en algunas actividades se instru mentaron sistemas de jubilaci6n, pero en ninglin caso exi.stieron las vaca ciones pagas. El Estado no ignor6 ni los reclamos ni la importancia de este actor so cial. El presidente Roberto M. Ortiz, que habia sucedido a Justo en 1938, no s6lo mantuvo buenos contactos con las ferroviarios, sino que procur6 fonnarse entre ellos una base de apoyo, interviniendo activamente en SUS cooflictos intemos. El gobemador Fresco fue mas all.i; siguiendo las pric ticas del Estado fascista italiano, declar6 que su objetivo era armonizar el capital y el trabajo. Al tiempo que reprimia con dureza a las comunistas, legalizaba los sindicatos y utilizaba el poder arbitral del Estado para prote ger a los trabajadores. Meis discretam.ente, el Departamento Nacional del Trabajo --que realiz6 una notable tarea de recopilaci6n de informaci6n fue extendiendo de manera gradual la pnictica del convenio colectivo y del arbitraje estatal; sus frutos se aprecian en la cantidad de huelgas resueltas por algUll tipo de transacci6n. Entenderse directamente con uno de las actores principales de Ia socie dad fonnaba parte de la estrategia general del Estado intervencionista y di rigista y, a la vez, coincidia con la tendencia de sus dir.igentes a reducir el espacio de la polftica partidaria y de las instituciones representativas, coma el Congreso. Reconocer la importancia del Estado y hacer de €1 su interlocu tor principal constituia tambiell una tendencia muy fuerte entre las dirigen tes sindicales. Esta tendencia -denominada "sindicalista"- foe cri.ticada par quienes, desde las partidos politicos opositores, empezaron a dar prioridad a las reclamos democrciticos y al enfrentamiento politico con el gobierno, y presionaron para alinear en el a las organizaciones sindicales. Un conflicto interno de Ia Uni6n Ferroviaria condujo a fmes de 1935 -en el marco de una agitaci6n sindical creciente- a una renovaci6n radical de la conducci6n de la CGT y a un peso mayor de las dirigentes gremiales firmemente alineados con el Partido Socialista; a la vez, penniti6 el ingreso progresivo a la conduc ci6n de los comunistas, cuya fuerza sindical era creci.ente. Unos y otros im pulsaron el acto del 1° de Mayo de 1936, con la participaci6n de los partidos politicos que debfan integrar el Frente Popular. Esa coincidencia no se repi- OM vetada par el presidente Justo en 1932, aunque Iuego fue sancionada. La jomada de trabajo se redujo progresivamente, en especial por la generali Este archivo fue descargado de https://filadd.com 98 BREVE msroRIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ti6, y en 1939 incluso se separa.ron socialistas y comunistas, divididos ' LA RESTAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 99 FI LA DD .C OM La consigna de Ia democratizaci6n, despojada de sus aristas mas radi cuando Stalin pact6 con Hitler. Por entonces, la agitaci6n sindical estaba calizadas, result6 tentadora para grupos <lei oficialismo, preocupados par merman.do, y las dificultades del Frente Popular eran crecientes. la legitimidad del regimen y espoleados por disputas intemas crecientes. La pieza clave del frente era la UCR. El levantamiento de la abstenci6n En 1937, el presidente Justo pudo imponer a sus partidarios la candidatura electoral, en 1935, habia sido impulsado por los sectores mas conciliadores presidencial de Roberto M. Ortiz, de origen radical antipersonalista como de1 partido, que rodeaban a Marcelo T. de Alvear. Con fuerte peso en la Ca e pero debi6 aceptar para la vicepresidencia a un representante de las mara de Diputados y en el Concejo Deliberante, el radicalismo contribuy6 grupos conservadores mas tradicionales: el catamarquefio Ram6n S. Casti a mejorar la imagen de las institudones, cuya legitirnidad se hallaba fuer llo. Para enfrentar la candidatura de Alvear se recurri6 sin disimulos a pro temente cuestionada, asf coma a convalidar algunas de las decisiones mas cedimientos fraudulentos que -segu.n Pinedo- hacian "imposible catalogar controvertidas, coma la renovaci6n de las concesiones elt!ctricas de la Ca esas elecdones entre las mejores ni entre las regulares que ha habido en el pital, una medida que, segti.n prob6 una investigaci6n posterior, aport6 al pafs . A Ortiz le resu1t6 m.is dificil que a Justo mantener el equilibria con partido una generosa gratificaci6n. Pero la vuelta a la lucha poHtica tarn Ios grupos conservadores de su partido, y menos aun con las naci.onalistas, biell aument6 las posibilidades de manifestaci6n de los grupos mas avan fuertes en la cal.le yen el Ej€rcito. A la vez, lo atrajo la posibilidad de acer zados del radicalismo, nutridos de j6venes veteranos de la militancia uni carse al radicalismo; con el apoyo de Alvear, Ortiz se propuso depurar los versitaria y que reivindicaban una tradici6n yrigoyenista. Sabattini, en mecanismos electorales y desplazar a los dirigentes conservadores de sus C6rdoba, sostuvo un programa muy innovador en lo social, yen la Capital principales bastiones. En febrero de 1940, intervino la provincia de Cata los opositores a Alvear constituyeron una tendencia fuerte, que critic6 el marca -de donde provenia el vicepresidente- y al mes siguiente hizo lo electoralismo conciliador de los dirigentes, mientras que el grupo Fuerza mismo con la de Buenos Aires, cuando el gobemador Fresco se aprestaba de Orientaci6n Radical de laJoven Argentina (FORJA), constituido en 1935, a transferir el mando a Alberto Barcel6, el ejemplo mas conspicuo del cau comenz6 a definir una linea mas preocupada por los problemas nacionales. dillismo fraudulento y gansteril. Ese mes, las radicales triunfaron en las El propio Alvear oseilaba entre ambas corrientes: jefe natural de los conci elecciones de diputados y consolidaron su predominio en la Camara. liadores, sus propuestas de 1937, cuando compiti6 en la elecci6n presiden Pero cuando todo parecia conducir al triunfo de esta versi6n del pro cial, recogian mucho del discurso progresista y de izquierda afin con el grama de la democratizad6n, oficialista y de derecha, aunque tambiell apo esbozado Frente Popular. yado al comienzo por el Partido Comunista, la enfermedad del presidente En esa ocasi6n, s6lo 1o acompafi.6 formalmente el Partido Comunista, Ortiz lo oblig6 en julio de 1940 a delegar el mando en el vicepresidente Cas pues el Soci.alista se hallaba en franca competencia con el radical. Hasta tillo. Aunque trat6 de resistirse a su sino, fmalmente debi6 renunciar en forma 1936, los socialistas habian tenido una fuerte representaci6n parlamenta definitiva, luego de presenciar c6mo Castillo deshacia todo lo construido en ria, que se redujo dra5ticamente con el retomo electoral de los radi.cales. Al pro de lademocratizaci6n Afines de 1940, en las elecdones provinciales, vol mismo tiempo, mejor6 su situad6n en el cam.po gremial, con la nueva di vieron a usarse las peores metodos fraudulentos. En octubre de 1941, y pro recci6n de la CGT, pero en 1937 sufri6 la escisi6n de un grupo de militantes bablemente por presi6n de las militares, Castillo disolvi6 el Concejo Delibe disconformes con la anquilosada elite dirigente: muchos de quienes por rante de la ci.udad de Buenos Aires, sin despertar con esta medida mayores entonces integraron el Partido SocialJsta Obrero pasaron luego al Partido resistencias. Asf, el intento de democratizaci6n iniciado en 1936 se desmoro Comunista, y este conflicto, profundizado en 1939 luego de la finna del naba a fines de 1940. Este fracaso sinduda tenia que ver con el cambio de pacto nazi-sovietico, complic6 las alianzas de un Frente Popular par enton ces la coyuntura :internadonal que lo habfa alimentando:1os :Erentes populares cada vez mas problematico. ha bian sido dermtados en Espana y en Francia, el nazismo acumulaba Este archivo fue descargado de https://filadd.com triunfos -sobre todo acerc6 posiciones entre las radicales y algunos sectores con- BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA militares contundentes en el inicio de la guerra, la Uni6n Sovietica desertaba del campo antinazi y la guerra generaba alineamientos diferentes. Sin embargo, la corriente que desde 1936 habfa hecho de la LA DD .C democracia un punto de convergencia contra los herederos de septiembre se habia afir mado tambien en un proceso mas especffico de la sociedad. La democracia, concedida en 1912, habfa arraigado lenta y progresivamente en 1a sociedad. Una red de asociaciones de distinto ti.po, destinadas a cana1izar hacia las au toridades los reclamos de sus diferentes sectores, contribuy6 a la vez a la fonnaci6n de las ciudadanos, al desarrollo de las h3bitos y de las pri1.ct:icas de participaci6n, al ejerdci.o de las derechos. La tarea docente realizada par el amplio movimiento intelectual y politico de carte progresista y de iz quierda contribuy6 a moldear a las "ciudadanos educados" caracteristicos de esta decada. Ciertamente fue un proceso desigual, mucho mas visible en las grandes ciudades que en las zonas rurales, pero no por eso menos real, y capaz de afinnarse pese a las restricciones que desde el Estado se pusieron a la vida polit:ica partidaria, y a su desnaturalizaci6n por las pr.ict:icas frau dulentas. Quizi Ios partidos no supieron canalizar y dar fonna a esa movili zaci6n democri:ltica, encontrar el punto de acuerdo entre ellos y adoptar una posici6n verdaderamente opositora. Quienes debian enfrentar categ6rica mente al gobiemo OM JOO FI fraudulento optaron por las transacdones, y contribuye ron a un progresivo descreimiento ciudadano: las band.eras de la regenera ci6n democr.itica habian pasado a miembros del mismo regimen. Pero en verdad, desde el Estado se contribuy6 en mucho a esa descalificad.6nde los partidos politicos y del mismo Sistema representativo: mientras la politica quedaba asociada con el fraude, el Estado encaraba la negociaci6n de las cuestiones de gobierno directamente con los distintos actores de la sociedad -los sindicatos, los empresarios, las Fuerzas Armadas, la Iglesia y hasta las asociaciones civiles-- ignorando al Congreso y a los partidos politicos. LA GUERRA Y EL "FRENTE NACIONAL" La guerra mundial que se desencaden6 en septiembre de 1939 cambi6 gra dualmente el panorama politico, reacomod6 a los distintos grupos internos Este archivo fue descargado de https://filadd.com 101 LARESTAURACI6N CONSERVADORA, 1930-1943 FI LA DD .C servadores- y plante6 nuevas opciones. Pero las diferentes alternativas no se superpusieron ni recortaron en forma definida a los actores politicos, de mod.a que en Ios afios iniciales de la guerra los alineamientos fueron con fusos y contradictorios. El primer impacto lo produjo sobre las relaciones comerciales y econ6micas con Gran Bretana y Estados Unidos. El progresivo cierre de los mer cados europeos -provocado por los triunfos alemanes- redujo drcistica mente las exportaciones agricolas, pero en cambio aumentaron mucho las ventas de came a Gran Bretaiia, tanto enfriada coma congelada. Como a la vez disminuyeron las importaciones de origen britanico, la Argentina em pez6 a tener con el Reino Unido un importante saldo a su favor; en 1939, un acuerdo entre el Banco Central y el Banco de Inglaterra estableci6 que las libras permanecerfan bloqueadas en Landres durante la contienda, y que, concluida esta, se aplicarian a saldar las deud.as por compras de pro ductos brit.anicos o a repatriar titulos de la deuda. Por otra parte, aprove chando las dificultades en todo el comercio intemacional, y una suerte de 0 vado de poder regional, se empezaron a exportar a paises Hmitrofes pro ductos industriales: las ventas de textiles, confecciones, alimentos y bebi das, calzado y productos qufmicos acentuaron el crecimiento industrial i.niciado con la sustituci6n de importaciones y el pals empez6 a tener sal dos comerciales favorables, incluso con Est.ados Unidos. La novedosa situaci6n confirmaba las expectativas de muchos: los OM ' cambios creados por la crisis de 1930 se profundizaban y la vuelta a la nor malidad, es decir, a la situaci6n existente antes de la crisis, se hada cad.a vez mas remota. Entre las sectores empresarios comenzaron a discutirse distintas alternativas, sin que se deftnieran claramente ni intereses ni ali neamientos ftjos. Las exportadones tradicionales parecian tener pocas perspectivas en el largo plazo, pasada la coyuntura de guerra que benefi ciaba a los ganaderos, pero en cambio las exportaciones industriales, yen general la expansi6n de este sector, tuvieron perspect:ivas promisorias. En cualquier caso, esas alternativas implicaban aumentar la intervenci6n del Estado en la regulaci6n econ6mica, y tambien un cierre mayor de la eco nomia local. En noviembre de 1940, Pinedo, designado lllinistro de Hacienda por Castillo, formu.16 una evaluad.6n I-Ucida de este nuevo escenario y una pro Este archivo fue descargado de https://filadd.com 102 ' LARESTAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 103 FI LA DD .C OM La otra dimensi6n del triangulo -la diplom.itica- marchaba por carri Ies diferentes. Desde 1932, con Roosevelt, Estados Unidos habfa modill cado sustancialmente su politica exterior, al menos en sus form.as: la cl.i sica del "garrote" fue reemplazada por la de la "buena vecindad"; Estados Unidos aspiraba a estrechar las relaciones bilaterales, y en el marco del pa namericanismo, a ahnear detr.is de si al "hemisferio". Esto era particular mente d:ificil con la Argentina: el comercio bilateral -vieja aspiraci6n de los product.ores rurales argentinos- estaba obstaculizado par la oposici6n del llamado Jann block: es decir, los intereses agrarios competidores de ta Ar gentina. La subordinaci6n era tambien dificil de aceptar para un pats que todavia aspiraba a una posici6n independiente y hasta hegem6nica en el Cano Sur, y que tradicionalmente se habia opuesto a la direcci6n estadouni dense, contraponiendo a la formula uAmetica para los am.ericanos': del pre sidente Monroe, la de "America para ta humanidad", es decir, vinculada de manera estrecha con Europa. Los gobemantes de la decada del t:reinta persistieron en ese rumba tra dicional, y en las sucesivas conferencias panamericanas hicieron todo Io posible para poner obstaculos al alineamiento. En 1936, en la celebrada en Buenos Aires -a la que concurri6 Roosevelt, transportado por un crucero de guerra-, una enmienda de Ultimo momenta impuesta por el canciller Saavedra Lamas relativiz6 una declaraci6n sobre consulta entre gobiernos en caso de agresi6n e:x:tracontinental, en la que los estadounidenses habian puesto mucho empefio; en 1938 el canciller Jose yes contra el dumpingy una intensa promoci6n del intercambio. Maria Cantilo desair6 a sus colegas abandonando sorpresivamente la El proyecto fue aprobado por el Senado, con mayoria oficialista, pero la reuni6n de Lhna antes de la finna de la declaraci6n final Camara de Diputados no lo trat6. Como seiial.6J,J. Llach, su fracaso fue po La neutralidad en caso de guerra europea tambien era una tradici6n litico antes que econ6rnico. Los radicales, que eran Ia mayoria y no tenian argentina. Su adopci6n en 1939 -una medida 16gica, pues permitia seguir objeciones de fondo a ta propuesta -incluso retomaron luego partes de comerciando con las tradicionales clientes- no fue objetada por Estados esta-, habfan decidido bloquear cualquier proyecto oficial como una forma Unidos, que propuso precisamente esa politica com(in en la reuni6n de de repudio a la nueva orientaci6n fraudulenta del gobierno de Castillo. Pi Cancilleres de Panama en 1939. Por entonces, el gobierno de Ortiz procu nedo intent6 solucionar el problema entrevistindose con Alvear, pero no raba acercarse a Estados Unidos, en el contexto de su politica democratiza Iogr6 convencer al jefe radical, e incluso debi6 renunciar por ello al dora, y lo mismo hizo el primer canciller de Castillo, Julio A. Roca, que rninis terio. El "bloque democratico': que reclamaba un compromiso acompafi.6 la gesti6n de Pinedo. Pero progresivamente la guerra se impuso diplom.itico mas estrecho con Estados Unidos, no advirti6 las ventajas de este en las discusiones internas y empez6 a revivir los agrupamientos de la opi¥ plan, que suponia la dausura delfetreo bilateralismo con Gran Bretana. Tal ni6n que asociaban el apoyo a los aliados con la reivindicaci6n de la situaci6n revela lo confusos que por entonces eran los alineamientos. demoEste archivo fue descargado de https://filadd.com puesta audaz y desprejuiciada.Su Plan de Reactivaci6n Econ6mica proponia, coma sahda a las dificultades generadas por la guerra, insistir en la compra de las cosechas por parte del Estado, para sostener su precio, y a la vez esti mular la construcci6n, plibhca y privada, capaz de movilizar muchas otras actividades; sabre todo, remarcaba la importancia de estimular la indus tria: si el comercio exterior seguia siendo la "rueda maestra" de la econo mia, estas otras actividades, "ruedas menores", contribuirian al equilibria general. Pinedo advertia el problema de una economia excesivamente ce rrada en si misma y proponia estimular las industrias "naturales que ela boraran materias primas locales y pudieran exportar a los pafses vednos y a Fstados Unidos. Por esa via, a largo plaza, la Argentina habria de solucio nar un deficit comercial con el pais del Norte, que sin duda se haria mas gravoso a medida que fuera creciendo el sector industrial y aumentara Ia demanda de m.iquinas, repuestos o combustibles. Se trataba de una operaci6n compleja, que modificaba los tel:minos de la relaci6n triangular, proporriendo una vinculaci6n estrecha con Estados Unidos, e incluso apuntaba a una inserci6n sustancialmente distinta de la Argentina en la economia mundial. Requeria de una firme orientaci.6n por parte del Estado y de un desarrollo mayor de sus instrumentos de inter venci6n. El Estado debfa movilizar el credito privado, orient.indolo hacia inversiones de largo plazo, entre ellas las industriales. Las exportaciones de productos manufacturados se beneficiarian con sistemas de reintegros, le 1,: BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 104 BREVE HISTORIA CONfEMPORl\NEA DE LA ARGENTINA ' LARESIAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 .,;,, FI LA DD .C OM nazi, y en una serie de actos ptiblicos se proclam6 simult.ineamente la cracia y el ataque al gobierno. En junio de 1940 se constituy6 Acci6n Ar solidaridad con Estados gentina, dedicada a denunciar las actividades de los nazis en el pais y Ia injerencia de la embajada aleroana En ella participaron radicales, sodalis tas, muchos intelectuales independientes y muchos conspicuos miembros de la oligarqufa conservadora. Acci6n Argentina se diferenciaba <lei antiguo Frente Popular por la presencia de estos recientes conversos a las valores de la democracia, lo que reflejaba las perplejidades y divisiones de quienes hasta entonces habian apoyado al gobierno de la Concordancia. Tambietl, por dos ausencias conspicuas: el Partido Comunista, que a consecuencia del pacto Hitler-Stalin habia optado por denunciar par igual a ambos impe rialismos, y el grupo de radicales opositores a la conducci6n de Alvear, en tre quienes descollaban los militantes de FORJA, muy activos en denunciar, al igual que los comunistas, el car.icter interimperialista de la guerra. El panorama cambi6 sustancialmente en 1a segunda mitad de 1941. En junio Hitler invadi6 la Uni6n Sovietica y en diciembre los japoneses ataca ron a los estadounidenses; Estados Unidos entr6 en ta guerra y procur6 forzar a los pafses americanos_a acompafiarlo. En enerQ de 1942, se reuni6 en Rio de Janeiro la Conferencia Consultiva de Cancilleres, y nuevamente la oposici6n argentina frustr6 los planes estadounidenses: la decisi6n de que todos Ios paises del hemisferio entraran en guerra fue cambiada por una simple urecomendaci6nu debido a la fCrrea oposici6n del canciller ar gentino Enrique Ruiz Guliiazd, que habia reemplazado a Roca. Para Esta dos Unidos estaban en juego intereses especificos, pero sobre todo una cuesti6n de prestigio, y respondi6 con fuertes represalias: la Argentina fue excluida del programa de rearme de sus ahados en la guerra -mientras Brasil era particulannente beneficiado- y las grupos democrclticos, oposi tores al gobierno, empezaron a recibir fuerte apoyo de la embajada. El frente que se agrupaba en torno de las consignas democniticas y rup turistas empez6 a crecer, engrosado ahora por los comunistas nuevamente partidarios de combatir al nazifascismo- y por conspicuos conservadores, coma Pinedo y el general Justo, a quienes la opd6n entre el fascismo y la democracia los llevaba a alinearse con sus antiguos adversarios. La Comi si6n de Investigaci6n de Actividades Antiargentinas, creada por la Camara de Diputados, se dedic6 a denunciar la infiltraci6n Este archivo fue descargado de https://filadd.com '',:1' 105 a l f r a u d e . E n e s a c a r a c t e r OM una buena bandera para cerrar filas y enfrentar a sus enemigos. Estos eran cada vez mas entre los politicos, por lo que Castillo opt6 por buscar apoyo entre los militares. Castillo segufa aqui la tradici6n de sus antecesores. Justo cultiv6 a las militares, aument6 los efectivos bajo bandera, construy6 notables ed.ificios, coma el Ministerio de Guerra, que eclipsaba a la mism.isima Casa Rosada, pero a la vez se propuso despolitizar la instituci6n, acallar la discusi6n in terna y mantener el equilibria entre las distintas facciones. Sobre todo, logr6 mantener el control de los mandos superiores, lo que oblig6 a sus sucesores a apoyarse en los hombres de Justo. Ortiz encontr6 un ministro fiel en el general Mru-quez, quien fue derribado por un escalldalo -sabre la compra de tierras en El Palomarque tenia coma destinatario final a su presidente. Castillo a su vez debi6 designar ministro de Guerra a otro jus tista, el general Tonazzi, pero se dedic6 a cultivar a los jefes y a colocar progresivamente en los mandos a enemigos del expresidente. Baja su go bierno se crearon la Direcci6n General de Fabricaciones Militares -cuyo primer director fue el coronel Savio- y el Instituto Geografico Militar, im pulsando asi el avance de las Fuerzas Armadas sabre terrenos mas ampllos que las especffi.cos. Durante su gobiemo, la presencia de las militares fue cada vez mas visible, asl coma la sensibilidad del presidente a las opinio nes y presiones de las jefes militares. Rapidamente, las Fuerzas Armadas se constituyeron en un actor politico. Un elemento central del nuevo perfil militar fue el desarrotlo de una conciencia nacionalista. El terreno habfa sido preparado por el naciona- LA DD .C o p o s i c i 6 n FI y 1 a izaci6n de amigos y enemi gos, dertamente simplificadora, predominaban las necesidades ret6ricas y politicas, El gobierno de Castillo no necesitaba simpatizar con los nazis -un adjetivo aplicado con amplitud- para aferrarse a la neutralidad. Bas taba con mantener la continuidad de una tradici6n politica del Estado -otrora sostenida por Yrigoyen- y sumarles alguna lealtad a los tradiciona les socios britinicos, que veian con alarm.a c6mo, con motivo de la guerra, Estados Unidos avanzaba sabre sus Ultimas baluartes. Pero habfa ademas una raz6n politica clara: los rupturistas, que asumfan la band.era democra tica, condenaban simultaneamente al gobierno fraudulento; quienes se mantenfan fi.eles a el -y resistfan la transacci6n que proponian otros, coma Pinedo o Justo- encontraban en el neutrahsmo U n i d o s Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA lismo uriburista, difundido par un grupo roinoritario pero activo, de den ' LA DD .C FI 107 -pues cabian posiciones divergentes y hasta antag6nicas-, revelaron una tro y fuera de la instituci6n. Era este un nacionalismo tradicional, antiliberal, xen6fobo y jerarquico. La guerra cambi6 las preocupaciones. Predominaba en el Ejel'cito, tradicionalmente influido por el germanismo, un neutralismo visceral. Pero ad.em.as veian que el equilibria regional tra dicional se alteraba par el apoyo de Estados Unidos a Brasil y la exclusi6n de la Argentina de Ios programas de rearme. La soluci6n debia buscarse en el propio pais, y asi la guerra estimul6 preocupaciones de tipo econO-mico, pues la defensa requeria de equipamiento industrial y este, de in.su mos bcisicos. Desde mediados de la decada el Ejercito habia ido montando distintas filbricas de armamentos. Desde 1941, ya traves de la Direcci6n de Fabricaciones Militares, se dedic6 a promover industrias, como la del acero, que juzgaban tan "natural" coma la alimentaria, e indispensable para garantizar la autarquia. Los militares fueron encadenando las preocupaciones estrategicas con las institucionales y las politicas. La guerra demandaba movilizaci6n indus trial y esta, a su vez, un Estado activo y efitiente, capaz de unificar la vo luntad national. Los ejemplos de Italia y Alemania lo demostraban feha cientemente, y asi lo repetian las peri6dicos apoyados par la embajada alemana, coma El Pampero o Crisol. Tambien era importante el papel del Estado en una sociedad que seguramente seria acosada en la posguerra par agudos conflictos: la reconstituci6n del Frente Popular, las banderas rojas en las mftines obreros y la presencia en las calles del Partido Comu nista parecian s:ignos ominosos de ese futuro, y para enfrentarlo se reque ria orden y paz social. Ese ideal de Estado legitimo y fuerte, capaz de ca pear las tormentas de la guerra y la posguerra, poco se pareda al gobierno tarnbaleante y radicalmente ilegitimo del doctor Castillo. Ya desde 1941 hubo militares que empezaron a conspirar, mientras otros empujaban a Castillo par la send.a del autoritarismo. Desde diciembre de 1942, cuando renunci6 el ministro Tonazzi, la deliberaci6n se extendi6 en el Ejercito. Esa difusa pero pujante sensibilidad nacional no se limitaba al Ejercito. Ma.5 que de una idea definida y precisa, se trataba de un conjunto de sen timientos, actitudes e ideas esbozados, presentes en vastos sectores de la sociedad Si de ellos no podia deducirse una ideologia en sentido estricto Este archivo fue descargado de https://filadd.com LARESTAURACI6NCONSERVADORA, 1930-1943 OM 106 FI LA DD .C ciones y crear otras. Asi, cuando todo pareda conducir al triunfo del Frente Popular, un "frente nadonal" comenz6 a dibujarse coma altemativa. Las raices de ese sentimiento national eran antiguas, pero en tiempos m.is recientes las habian abonado las corrientes europeas antiliberales, de Maurras a Mussolini, y con ellas habia empalmado una Iglesia cat6lica for talecida en el integrismo. Sabre esta base habia operado el nuevo naciona lismo, antibritanico. Al libro inicial de las lrazusta siguieron el de Scala brini Ortiz sabre las ferrocarriles, y en general tad.a la predica del grupo FORJA. En esta nueva inflexi6n, las enemigos de la nacionalidad no eran ni los :irunigrantes, ni la "chusma .democratica", ni las "rojos", sino Gran Bre taiia y la oligarqufa "entreguista". Este antiimperialismo result6 un anna ret6rica y politica formidable, capaz de convocar apoyos a derecha e iz quierda, coma lo demostr6 en 1935 Usandro de la Torre: la consigna an tiimperialista empez6 a ser frecuente en los discursos de politicos radical.es o socialistas, coma Alfredo Palacios, de dirigentes sindicales y de intelec tuales, que empezaron a encarar desde esa perspectiva el analisis de los problem.as nacionales y muy particularmente los econ6nricos. En este campo, el nuevo nacionalismo compartia el terreno ya traba jado par el refornrismo progresista de izquierda, y am.bas podian coincidir en distintos faros. Con el nacionalismo tradicional de derecha se encon traba en otro terreno: el del revisionismo hist6rico, donde la condena a Gran Bretana y sus agentes locales derivaba en una reivindicaci6n de la figura de Rosas hecha en nombre de valores diversos y antiteticos, desde la emancipaci6n nacional hasta el integrismo cat6lico. En esa plasticidad radic6 precisamente la capacidad de esta corriente para arraigar en una sociedad cuya preocupaci6n par las temas nacionales se manifestaba de mu chas otras maneras. En la literatura --sobre todo la difundida a traves de pu blicadones peri6dicas de amplia circulaci6n-1os temas rurales o camperos solian traer la contraposici6n entre el interior nacional y el litoral gringo, o entre el mundo rural y criollo y el mundo urbano y extranjero. Los temas hist6ricos, donde Ia presencia del Restaurador era frecuente, abundaban en las folletines, y tambien en exitosos radioteatros, coma Chispazos de tradici6n, '3.vidamente consunridos. OM gran capacidad, atribuible en parte a1 empeiio de los militantes de algunas de sus tendencias parciales mas definidas, para disolver antiguas polariza Este archivo fue descargado de https://filadd.com enero de 1943, BREVE IIlSfORIA CONTEMPORANEA DE 1A ARGENTINA La preocupaci6n por lo nacional se manifest6, finalmente, en intelec tuales y escritores. Tres notables ensayos e:x:presaron intuiciones profundas sobre el "ser nadonal y dieron el marco a una amplia reflexi6n colectiva. OM 108 FI LA DD .C En 1931, Raul Scalabrini Ortiz public6 El hombre que esta solo y espera; el hombre de "Corrientes y Esmeralda" amalgamaba las diferentes tradicio nes de un pais de inmigraci6n, se definia por sus impulsos, in!uiciones y sentlmientos, que anteponia a cualquier elaboraci6n o calculo racional, y -recordando a Ortega y Gasset- construfa con ellos una imagen de si mismo y de lo que podia llegar a ser, que juzgaba mils valiosa que su pro pia realidad. Para Eduardo Mallea, ta1 amalgama era dudosa; observaba la crisis del sentido de argentinidad, particularmente entre las elites, ganadas por la vida c6moda, el facilismo y la apariencia, y renunciantes a la espiri tualidad y las preocupaciones mas profundas sabre el destino de la comunidad En Hist-Oria de una pasiOn argentina, aparecida en 1935, con traponia esa "Argentina visible" a otra "invisible", donde las nuevas elites, por el momenta ocultas, se estaban formando en una "exaltaci6n severa de la vida . Ezequiel Martinez Estrada era mas radicalmente pesimista, y vefa a la colectividad argentina presa de un destino fatal, ortginado en la ipisma conquista. En Radiografia de la pampa, que se publicO en 1933, seiial6 la escisi6n entre unas multitudes aruirquicas, que acumulaban el resentimiento originario del mestizo, y ciertas elites europeizantes e inca paces de comprender a esta sociedad y encarnar en ella un sistema de norm.as y de principios sustentado en creendas colectivas. Estos esfuerzos por develar la naturaleza del "ser argentino': inquiriendo en clave ontol6gica por los elementos singulares y esenciales de la sociedad y la cultura, aunque entroncaban en preocupaciones comunes de todo Occidente, eran sin duda la expresi6n intelectual de est.a nueva inquietud comU.n por en tender, defender o constituir lo "nacionaY La fu.erza de est.a colTiente nacional, que en el caso de la guerra se incli naba por el neutralisrno, tard6 en manifestarse. Por el momenta, el grupo de los partidarios de la ruptura con el Eje iba ganando nuevos adeptos, especial mente entre los grupos conservadores. Sin embargo, en pocos meses los prindpales dirigentes del bloque democriltico mu.rferon: en matw de 1942, Alvear; en los meses siguientes, el expresidente Ortiz -con Este archivo fue descargado de https://filadd.com cuyo hipot€tico retorno aUil se especulaba-y el exvicepresidente Roca, yen LA RESTAURA06N CONSERVADORA, 1930-1943 109 AgUstin P. Justo, quien se perfilaba coma el mas fmne candidato a encabezar una formula de acuerdo con los radicales. Encontrar candidatos no era facil, ya la vez la posible victoria electoral parecfa masque dudosa, a medida que el gobierno retornaba sin empacho a las prJ.cticas fraudulentas: a fines de 1941, el conservador Rodolfo Moreno gan6 en la provincia de Buenos Aires y al aiio siguiente la Concordancia triunf6 en las elecciones legislativas. Paco antes, Castillo habia clausurado el Concejo Deliberante y establecido el es tado de sit:io, e ignoraba ostensiblemente a la Camara de Diputados. No obs tante, la Concordancia enfrentaba el grave problem.a de la elecci6n de su LA DD .C candidato. Castillo se i.nclin6 finalmente par el senador Robustiano Patron Costas, poderoso empresario azucarero salteiio y figura destacada del Par tido Dem6crata Naciona.1, en una o_pci6n de sentido discutido, que muchos interpretaron coma un seguro cambio de rumba en la futura politica exte rior y que dividi6 aun mas a sus partidarlos. OM . FI Las dos alianzas politicas, que se sentian debiles, empezaron a cultivar a las jefes militares, esperando que las Fuerzas Armadas ayudaran a desequi librar una situaci6n trabada ya fortalecer un Tegimen institucional cad.a vez mas debit. Cultivando a los rnilitares, Castillo contribuy6 a debilitarlo aun mas. Los radicales, por su parte, se sumaron al nuevo juego y especularon con la candidatwa del nuevo ministro de Guerra, el general Pedro Pablo Ramirez. Par SU parte, los jefes militares discutieron casi abiertamente to das las opctones, y aparecieron grupos golpistas de diversa fndole y ten dencias, entre los cuales se destac6 una logia, el Grupo de Oficiales Unidos (Gou), que reunia a algunos coroneles ya otros oficiales de menor gradua ci6n. Muchos apostaban a la ruptura del orden institucional, sin que se perfilara el sujeto de la acci6n. Esta finalmente se desencaden6 cuando Castillo pidi6 la renuncia al ministro Ramirez. El 4 de junio de 1943, el Ejercito depuso al presidente e interrumpi6 por segunda vez el orden cons titucional, antes aun de haber deflllido el program.a del golpe, y ni siquiera la figura misma que lo encabezaria. Este archivo fue descargado de https://filadd.com OM LA DD .C IV El gobierno de Peron, 1943-1955 EL G0BIERN0 militar que aswni6 el 4 de junio de 1943 fue encabezado su cesivamente por los generales Pedro Pablo Ramirez y Edelmira J. Farrell. El coronet Juan Domingo Per6n, uno de sus miembros mas destacados, logr6 concitar un vasto movimiento politico en torno de su persona, que le per FI miti6 ganar las elecciones de febrero de 1946, poco despues de que su apoyo popular se manifestara en una jornada por demas signillcativa, el 17 de octubre de 1945. Per6n complet6 su perfodo de seis afios y fue reelecto en 1951, para ser derrocado por un golpe militar en septiembre de 1955. En estos 12 aftos en que fue la figura central de la politica, al punto de dar su nombre al movimiento que lo apoyaba, Per6n y el peronismo imprimie ron a la vida del pafs un giro sustancial y perdurable. LA EMERGENCIA La revoluci6n del 4 de junio fue inicialmente encabezada por el general Rawson, quien renunci6 antes de prestar juramento, y fue reemplazado por el general Pedro Pablo Ramirez, ministro del ultimo gobiemo constitu cional. El episodio es expresivo de Ia pluralidad de tendencias existentes en el grupo revolucionario y de su indefinici6n acerca de1 rumba a seguir, mas a11a de coincidir en la convicci6n de que el orden constitucional es taba agotado y que la proclamada candidatura de Patr6n Costas no llenarfa el vacfo de poder existente. El nuevo gobierno suscit6 variadas expectatiEste archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM 111 Este archivo fue descargado de https://filadd.com EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA y un imperativo moral acabar con Ios militares, y para estos, una cuesti6n de principio no aceptar el diktatdel Departamenta de Esta.do. A principios de 1944, luego de que Ramirez decidiera romper relaci.ones con el Eje, fue des plazado par las aficiales m.is decididamente antiestadounidenses. Aislado en lo interno y tambien en lo externo, el gobiemo se encontr6 metido en un callej6n sin salida. Esta fue ftnalmente propordonada par uno de1os ofi ciales que por entonces habfa ascendido en forma notable dentro del gobiemo: el coronet Juan Domingo Per6n, uno de los ntiembros mas influ yentes del GOU, secretario del ministro de Guerra Farrell y luego ministro, cuando Farrell reemplaz6 a Ramirez en la presidencia en febrero de 1944. Poco despues, en jullo, y luego de desplazar a varios posibles competidores, Per6n lleg6 a ser vicepresidente y el alma verdadera del gobiemo. Per6n sobresalia entre sus colegas por su capaci.dad profesional y por la amplitud de sus miras politicas. Una estadfa en Europa en los aii.os ante riores a la guerra le habfa hecho admirar los logros del regimen fascista italiana, asf coma comprobar las terribles resultadas de la Guerra Civil en LA DD .C vas fuera de las Fuerzas Armadas, pues muchos concordaban con el diag n6stico, y ad.em.is esperaban algo del golpe, incluso los radicales; sin em bargo, se constituy6 casi exclusivamente con militates, y el centro de las discusiones y las decisiones estuvo en el Ministerio de Guerra, controlado par un grupo de oficiales organizado en una logia, el Grupo de Oficiales Unidos (Gou), en tomo del rninistro de Guerra Farrell. Los militares en el gobierno coincidian en la necesidad de acallar la agitad6n politica y la protesta social: proscribieron a 1os comunistas, per siguieron a los sindicatos e inteninieron la Confederaci6n General de1Tra bajo (CGT) -par entonces dividida-, disolvieron Acd6n Argentina, que nu deaba a lospartidarios de romper relaciones con el Eje, y mas tarde hicieron Io m.ismo con las partidos politicos, intervinieron las universidades dejando cesante a un vasto grupo de profesores de mihtancia opositora y final mente establecieron la obligatoriedad de la ensefianza religiosa en las es cuelas pliblicas. Contaron con la colaboraci6n de un elenco de nacionalis taS y cat6licos integristas, algunos de antigua militancia junta a Uriburu, quienes dieron el tono al regimen militar: autoritario, antiliberal y mesi8. nico, obsesionado por la fundaci6n de un orden social nuevo y por evitar el caos del comunismo que, segun pensaban, seria la secuela inevitable de la posguerra. No le fue dificil a la oposici6n democrAtica identificar al g(} 113 OM 112 FI bierno militar con el nazismo. Sin embargo, en el gobiemo habia, junto con algunos que simpatizaban con Alemania, otros proaliados y muchos partidarios de mantener la neu tralidad que habfa practicado el gobierno de Castillo, benevolente con Gran Bretana. Por otra pa.rte, en 1943 la guerra estaba evolucionando de un modo tal que un alineamiento con el Eje era impensable. De hecho, el acuerdo comercial con Gran Bretana se mantuvo. Estados Unidos, en cam bio, atac6 con fuerza creciente a uno de las dos Unicos gobiemos arnericanos renuentes a acompaiiarlo en la guerra con el Eje, y adetnas sospechoso de apafiar a los nazis. El Departamento de Estado emprendi.6 una cruzada con tra las militares, desinteresalldose de las repercusiones internas de su acci6n Espaiia. La clarividencia y la preocupaci6n lo llevaron a ocuparse de un actor social poco tenido en cuenta hasta entonces: el movimiento obrero. A cargo de la Direcci6n Nacional del Trabajo -que poco despues convirti6 en secretaria-, se dedic6 a vincularse con Ios dirigentes sindicales. Todos fueron convocados, con excepci6n de las dirigentes comunistas, quienes ]uego de un frustrado acercamiento initial, resultaron sistem.iticamente perseguidos y erradicados de sus posiciones. Al resto se Ios impuls6 a or ganizarse y a presentar sus demandas, que empezaron a ser satisfechas: adem.as de dirirnir conflictos especificos, par la via de contratos colectivos, que supervisaba la Secretarfa, se extendi6 el regimen de jubilaciones, de vacaciones pagas, de accidentes de trabajo, se ajustaron las categorias ocu pacionales y, en general, se equilibraron las relaciones entre obreros y pa tranes, incluso en Ia actividad misma de laS plantas. En muchos casas se trataba simplemente de aplicar disposiciones legales ignoradas. La sanci6n del Estatuto del Pe6n innov6 en lo sustancial, pues extendi6 estos criterios al mundo rural, introduciendo un elemento pt'iblico en relaciones maneja e ignorando las gestos de acercamiento del gabiemo argentino. Esto penni das hasta entonces en forma paternal y privada. ti6 a las mils acerrimos partidarios de la neutralidad ganar posiciones, de Desde la Secretarla de Trabajo, Per6n expandia los mecanismos del Es mod.o que el conflicto se desenvolvi6 en una escalada creciente: para Esta tado .irbitro, esbozadas durante el gobierno de Yrigoyen y apenas utilizados Unidos -coma ha subrayado C. Escude- era una cuesti.6n de prestigio Este archivo fue descargado de https://filadd.com del comuBREVE HISfORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA dos durante la decada del treinta, con la excepci6n de Fresco en la provincia de Buenos Aires, ya la vez estimulaba la organizaci6n de los tra bajadores, incentivaba sus reclamos y presionaba para que estos fueran satisfechos. La reacci6n de los dirigentes sindicales fue al principio de duda y desconcierto. Desde principios de siglo habfan ido reconociendo el papel central del Estado en las relaciones con las patrones y se habituaron a negociar con el. Pero mils recientemente, y ante gobiernos muy poco LA DD .C in teresados en desempefiar ese papel mediador, habfan hecho un acuerdo con las partidos politicos opositores, en el que las reclamos sindicales se fundian con la demanda democriltica, segdn las lineas de los frentes popu lares. La tendencia original sindicalista, sin embargo, no habia desapare-. cido: en 1942, la cGT se dividi6 entre un sector mas afin a los partidos opositores, encabezado por los comunistas y muchos de los dirigentes so• cialistas, y otro mas identificado con la vieja linea sindicalista, donde se alineaban los gremios ferroviarios. La propuesta de Per6n agudiz6 una dis cusi6n ya existente entre los dirigentes sindicales: el Frente Popular OM 114 FI perdfa atractivo, pero a la vez la polarizad6n de la guerra lo revitahzaba; las me· joras ofrecidas eran demasiado importantes como para rechazarlas o en frentar al gobierno, so pena de perder el apoyo de los trabajadores. Los sindicalistas adoptaron lo que Juan Carlos Torre llam6 una estrategia opor tunista: aceptaron el envite del gobierno sin cerrar las puertas a la "oposi ci6n democratica". Tampoco las cerraba el propio Per6n, dispuesto a hablar con todos los sectores de la sociedad y la politica, desde los radicales hasta los dirigen· tes de las sociedades de fomento, y capaz de sintonizar con c.ada uno el discurso adecuado, aunque dentro de una constante apelaci6n a todos los argentinos . A sus colegas mllitares les sefialaba los peligros que entra :fiaba la posguerra, la amenaza de des6rdenes sociales y la necesidad de un Estado fuerte que interviniera en la sociedad y en la economia, y que a la vez asegurara la autarquia econ6mica En el Consejo Nacional de Pos guerra que constituy6, insisti6 en la importancia de profundizar las poli ticas de seguridad social, asi como de asegurar la plena ocupaci6n y la protecci6n del trabajo, ante la eventual crisis que pudieran sufrir las in dustrias crecidas con la guerra. A los empresarios les seiial6 la amenaza que entraiiaban las masas obreras desorganizadas y el Este archivo fuepeligro descargado de https://filadd.com I15 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 se veia avanzar en Europa. Ante unos y otros se presentaba como quien podia canalizar esa efervescencia, si lograba para ello el poder necesario. Pero los empresarios fueron desconfiando cad.a vez mas del "bom.bero piromaniaco" -segtin la feliz imagen de A. Rouquie- que agre gaba combustible a la caldera, hasta el limite de su estallido, y al mismo tiempo controlaba la valvula de escape. Progresivamente, las agrupacio nes patronales fueron tomando distancia de Per6n y de la politica de la secretaria, mientras este en paralelo acentuaba su identificaci6n con las obreros, subrayaba su predica anticapitalista y desarrollaba ampliamente en su discurso los motivos de la justicia social. A la vez, se fueron redu ciendo las reticencias de los dirigentes sindicales, quienes encontraban en 1os partidos democr.iticos un eco y un interes mucho menoi; que el de mostrado por el coronet Per6n. La oposici6n democr.itica, que para defi.n:ir su propia identidad habia encontrado en el gobiemo militar un enemigo mucho mas adecuado que el viejo regimen oligatquico, empez6 a reconstituirse a medida que el avi zorado fin de la guerra hacia mils dificil la intransigencia del gobiemo. La liberaci6n de Paris, en agosto de 1944, dio pie a una notable manifest:aci6n daramente antigubernamental, y desde entonces un vigoroso movimiento social gan6 la calle y revitaliz6 las partidos politicos. El gobierno mismo estaba en retirada: en marzo de 1945, y ante la inminenda del fm del con flicto, acept6 el reclamo de Estados Unidos -donde una nueva conducci6n en el Departamento de Estado prometfa una relaci6n mas fi3,cil- y declar6 la guerra al Eje, condici6n para ser admitidos en las Naciones Unidas, que empezaban a constituirse. Al mismo tiempo, y par iguales razones, 1ibera liz6 su politica interna. Los partidos opositores reclamaron la retirada lisa y Ilana de las gobemantes y la entrega del poder a la Corte Suprema, Ul timo vestigio de la legalidad republicana, y sellaron su acuerdo para las eleccianes que veian pr6:ximas: la Uni6n Democr.3.tica expresaria el repu d.io de la civilidad a los militares y la total adhesi6n a los principios de los vencedores en la guerra. El frente politico, que incluia a comunistas, socia listas y demoprogresistas, y contaba con el apoyo implicito de los grupos conservadores, estaba animado por los radicales, aunque un importante sector del partido, encabezado por el cordobes Amadeo Sabattini, rechaz6 la estrategia "unionista" y reclam6 una postura intransigente y "nacional': FI LA DD .C OM n,isIUO, que Este archivo fue descargado de https://filadd.com el marco !l6 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM que apostaba a algunos interlocutores en el Ejercito, adversos a Per6n. Esa posici6n no prosper6, y la Uni6n Democr,itica fue definiendo su frente y sus alianzas: en junio de 1945 un Mani.fiesta de la Industria y el Comercio a repudiaba la legislaci6n social del gobierno. En septiembre de 1945, una multitudinaria Marcha de la Constituci6n y de la Llbertad termin6 de sellar la alianza politica, pero tambien social, que excluia a la mayoria de los sec tores obreros, otrora animadores del Frente Popular. El Ejl-rcito, presionado par la opini6n ptibhca y ganado por la descon fianza al Coronel sindicalista, forz6 su renuncia el 8 de octubre, pero no encontr6 una altemativa: el general Avalos, nuevo ministro de Guerra, y la oposici6n democriltica especularon con varias opciones, pero no pudieron deflllir ningt1n acuerdo. En media de esas vacilaciones un hecho novedoso volvi6 a cambiar el equilibria: una multitud se concentr6 el 17 de octubre en la Plaza de Mayo reclamando por la libertad de Per6n y su restituci6n a los cargos que tenia. Los partidarios de Per6n en el Ej€rcito volvieron a inl ponerse, el coronel habl6 a la multitud en la plaza y volvi6 al centro del poder, ahora como candidato oficial a la presidencia Lo decisivo de la jornada de octubre no residi6 tanto en el nllmero de las congregados -quizas inferior al de la Marcha de la Constituci6n y de la Libertad de septiembre- cuanto por su composici6n, definidamente obrera. Su emergencia coronaba un proceso hasta entonces callado de credmiento, organizaci6n y politizaci6n de la clase obrera. La industrializaci6n habia avanzado sustantivamente durante la guerra, tanto para exportar a las pai ses vecinos cuanto para sustituir las inlportaciones, escasas por las dificul tades del comercio y t.ambien por el boic'ot estadounidense. Lo cierto es que la ocupaci.6n industrial habia crecido y que la masa de trabajadores industriales habia empezado a engrosar con migrantes rurales, expulsados por la crisis agricola. No fue un crecimiento visible, pues a menudo se de sarroll6 en la periferia de las grandes ciudades, coma Rosario, La Plata o Buenos Aites, pero sabre todo porque no se trataba de un actor social cuya presencia fuera esperada, ni siquiera para un observador tan sagaz como Ezequiel Martinez Estrada, que lo ignor6 en su versi6n de 1940 de La ca beza de Goliat Pero alli estaban, cada vez mas compactos en torno de unos sindicatos de fuerza acrecida, cad.a vez mas entusiasmados con la polftica de Per6n, y fmalmente cad.a vez mas inquietos por su renuncia. En Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C de sus organizaciones, y encabezados por sus dirigentes, quienes todavfa no habfan despejado todas sus dudas respecto del coronel, marcharon el 17 la plaza de Mayo, el centro simb6lico del poder, rnaterializando un reclamo que en primer lugar era politico, pero que tenfa profundas consecuencias soci.ales. Decidieron la crisis en favor de Per6n, inauguraron una nueva fonna de participaci6n, a traves de la movilizac:i.6n, definieron una identidad y ganaron su ciudadania politica, sellando al mismo tiempo con Per6n un acuerdo que ya no se romperia. Probab1emente algunos de esos significa dos no fueron evidentes desde un principio -muchos creyeron ver en ellos a los sectores marginales de los trabajadores, la uchusma ignorante" o el "lumpemproletariado"- pero, en forma paulatina se fueron revelando, al tiempo que una imagen mitica y fundacional iba recubriendo y ocultando la jornada de octubre real. Con las elecciones a la vista, Per6n y quienes lo apoyaban se dedica ron a organizar su fuerza electoral. Los dirigentes sindicales, fortalecidos por la movi1izaci6n de octubre, decidieron crear un partido politico pro pio, el Laborista, inspirado en el que acababa de triunfar en Inglaterra. Su organizaci6n aseguraba el predominio de los dirigentes sindicales, y su programa recogfa diversos motivos, desde1os mas estrictamente socialist.as hasta los vinculados con el dirigismo econ6mico y el Est.ado de bienestar. En el nuevo partido, Per6n era, nada mas o nada menos, el primer afiliado y el candidato presidencial, una posici6n todavfa distante de la jefatura plena que asumiria luego. Qu.iz.i para buscar bases de sustentad6n alter nativas, o para recoger apoyos mas amplios fuera del mundo del trabajo, Per6n promovi6 una escisi6n en el radicalismo, la Uni6n Civica Radical Junta Renovadora, a la que se integraron unos pocos dirigentes de presti gio, de entre quienes ehgi6 a Jazmin Hortensia Quijano -un anciano y pintoresco dirigente correntino- para acompafiarlo en la f6rmu1a. Las re laciones entre laborist.as y radicales renovadores fueron malas: aquellos pretendian que el coronet Domingo Mercante, que habia secundado a Pe r6n en la Secret.aria de Trabajo, lo acompa.fiara en la f6rmula, pero debieron conformarse con colocarlo coma candidato a gobemador de la provincia de Buenos Aires. Apoyaron tambien a Per6n muchos dirigentes conservadores de segunda linea, y sabre todo lo respaldaron el Ejercito y la Iglesia, que en una pastoral recomend6, con pocos eufemismos, votar por el candidato del OM 117 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 Este archivo fue descargado de https://filadd.com l 1B EL GOBIERNO DE PERON, 1943-1955 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ll9 FI LA DD .C OM pero no abrumador. En las grandes ciudades, fue evidente el enfrenta gobiemo que habia perseguido al comunismo y establecido la ensefianza miento entre los grandes agrupamientos de trabajadores y las de clases religiosa. medias y altas, pero en el resto del pais las divisiones tuvieron un signifi La Uni6n Democr.itica incluy6 a los partidos de izquierda, pero -por la cado mas tradicional, vinculado al peso de ciertos caudillos, al apoyo de la impugnaci6n de los radicales intransigentes- excluy6 a los conservadores, Iglesia o a 1a decisi6n de sectores conservadores de respaldar a Per6n. Pe r6n que debieron resignarse a apoyarla desde fuera o pasarse calladamente al habfa ganado, pero el peronismo estaba todavia por construirse. bando de Per6n, coma hicieron muchos, movidos por la vieja rivalidad con el radicalismo. Sus candidates -Jose P. Tamborini y Enrique Moscaprove- nian del rifi6n de la conducci6n alvearista del radicalismo. Su MERCADO INTERNO Y PLENO EMPLEO programa era sodalmente progresista -tanto quiza coma el de Per6n-, pero su im pacto qued6 diluido por el entusiasta apoyo recibido de las El nuevo gobierno m.antuvo 1a ret6rica antiestadounidense, que elabor6 organizaciones patronales. Sin embargo, para sus dirigentes y para las luego en la doctrina de la "tercera posici6n", distanciada tanto del comu masas que esta coa lici6n movilizaba, lo esencial pasaba por la defensa de nismo coma del capitalismo, per□ estableci6 relaciones diplomilticas con la la democracia y la derrota del totalitarismo, que habfa sucedido yen cierto Uni6n Sovit;'itica, e hizo lo posible para mejorar sus relaciones con Washington. modo prolongado al gobierno fraudulento. Asi se habia pensado la politica Por presi6n de Per6n, y venciendo las reticencias de much.as antiguos na en los ultimas diez afios, con la segura convicci6n de que, en elecciones cionalistas que lo habfan acompaiiado, el Congreso aprob6 en 1946 las libres, 1os adali des de la democracia ganarian. Actas de Chapultepec, que perntitfan el reingreso a la comunidad interna Pero el pais habfa cambiado, en fonna lenta y gradual quizis, aunque cional, y al aiio siguiente el Tratado Interamericano de Asistencia Reci el descub:r:imiento de esas transformaciones fue brusco y espectacular. Pe proca, fumado en Rio. En el mismo lugar donde, cinco afios antes, el pais r6n asumi6 plenamente el discurso de la justicia social, de la reforma justa ma.nifestara plenamente su independencia diplomatica, el canciller Juan y posible, a la que s6lo se oponia el egoismo de unos pocos privilegiados. Atilio Bramuglia se limit6 en la ocasi6n a plantear diferencias menores. Estas actitudes sociales, atraigadas en pr.icticas igual de consistentes, se Pero la hostilidad estadounidense, alimentada por viejas razones econ6mi venian elaborando en los diez o veinte afios anteriores, lo que explica el cas -la competencia de los granjeros- y motivos politicos mas recientes, no eco suscitado por las palabras de Per6n, que contrapuso la democracia fordisminuy6, y Estados Unidos sigui6 dispuesto a hacer pagar a la Argentina mal de sus ad.versarios a Ia democracia real de la justicia social, y dividi6 la por su independencia durante la guerra. El boicot fue sisteIIl.atico. El blo sociedad entre el "pueblo" y la uoligarqufa". Un segundo componente de queo a armamentos e insumos vitales no pudo mantenerse en la posgue estos cambios, las actitudes nacionalistas, emergi6 en forma brusca como rra, salvo en algunos casos, pero el comercio exterior era vulnerable. Las respuesta a la intempestiva intervenci6n en la elecci6n del embajador es exportaciones industriales a Ios paises limitrofes, que habfan crecido mu tadounidense Spruille Braden, quien, reanudando el virulento ataque del cho durante la guerra, empezaron a retroceder ante la competencia esta Departamento de Estado contra Per6n, acusado de ser un agente del na dounidense. Las exportaciones agrkolas a Europa -que entraba a la paz zismo, respald6 piiblicamente a la Uni6n Democriitica. La respuesta fue literalmente hambrienta- fueron obstaculizadas por Estados Unidos, res contundente: "Braden o Per6n" agreg6 una segunda y deci.siva antinomia tringiendo los transportes o vendiendo a precios subsidiados. La apetencia y termin6 de configurar el bloque del nacionalismo popular, capaz de en de los paises maltrechos por la guerra era demasiado grande para que esto frentar a lo que quedaba del Frente Popular. impidiera las ventas, pero en rigor ninguno de ellos posefa ni productos El 24 de febrero triunf6 Per6n por alrededor de 300 mil votos de ven para intercambiar ni di.visas convertibles que el pais pudiera usar para saltaja, equivalentes a menos del 10% del electorado. Fue un triunfo claro Este archivo fue descargado de https://filadd.com 120 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE IA ARGENTINA EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 dar sus compras en Estados Unidos, de modo que en estos aftos excepcio nales la Argentina cosech6 beneficios modestos. En 1948, se lanz6 el Plan Marshall, pero Estados Unidos prohibi6 que los d6lares aportados a Europa se usaran para importaciones de la Argentina. Ya desde 1949, las econo mias europeas se recuperaron, Estados Unidos inund6 el mercado con ce reales subsidiados y la participaci6n argentina disminuy6 dr.isticamente. Para el gobierno quedaba la esperanza de que una nueva guerra mundial restableciera la situaci6n excepcional de principios de los afios cuarenta, y en verdad no faltaban indicios en ese sentido, como la crisis de Berlin o Ia guerra de Corea, que estall.6 en 1950. El acotamiento del conilicto y la ra pida respuesta de Estados Unidos para impedir una alteraci6n del mercado mundial acabaron con la Ultima esperanza. Gran Bretafia no acept6 las presiones estadounidenses para restringir sus compras en la Argentina. Ademas de la came, estaban en juego las h bras argentinas bloqueadas en Landres durante la guerra y las inversiones britaTiicas radicadas en el pais. La magnitud de las deudas britanicas -la Argentina era s6lo un acreedor menor- hacia impensable el pago de las libras. La pesima situaci.6n de las empresas ferroviarias, la descapita1izaci6n y obsolescencia y la perdida general de rentabilidad hacian conveniente para las brita.Ilicos desprenderse de ellas. Luego de una larga y compleja negaciaci6n, se arreg16 la compra de las ferrocarriles par un valor similar a las libras bloqueadas y un acuerdo sabre venta de came, que seria en lo sucesivo pagada en libras convertibles. Tras la ret6rica nacionalista que envolvi6 esta operaci6n -presentada coma parte del programa de inde pendencia econ6mica y celebrada con una gran manifestaci6n en la Plaza de Mayo- se trataba sin dud.a de un exita britanico, frente a un pa.is que no tenia mejor opci6n. La crisis fmanciera britanica de 1947 y el dose menos significativo y esto contribuy6 a definir las opciones -econ6micas y polfticas- que la guerra habia planteado. La Segunda Guerra Mundial, la criSis de los mercados y el aislamiento, acentuado por el boicot estadounidense, habian contribuido a profundizar el proceso de sustituci6n de importaciones iniciado en la decada anterioi;. que, extendiendose mas alla de los limites considerados "natutalesff -la ela boraci6n de materias prim.as locales-, avanz6 en el sector metalU.rgico y otros. Una empresa tfpica, Siam Di Tella, que habia comenzado elaborando roAquinas de amasar y surtidores para Yacimientos Petroliferas Fiscales (YPF), creci6 notablemente con las heladeras, a las que despues sum6 ven tiladores, planchas y lavarropas. En algunos casos se export6 a paises vecinos, que tambien padecfan la falta de los suministros habituates; en otros, se fabricaron localmente los productos importados ausentes: se adaptaron las modelos y los procedimientos, con ingenio y quizJ. de ma nera improvisada y poco eficiente, y se us6 intensivamente la mano de obra, lo que sumado a las dificultades para incorpora:r maquinarias hizo que los aumentos de producci6n implicaran caidas en la productividad la boral. Creci6 asi, junta a las empresas industriales tradicionales, una amplia capa de establecimientos medianos y pequeiios, y aument6 en fornia no table la mano de obra industrial, que se nutria de la corriente de migrantes intemos, cada vez mas intensa. LA DD .C OM 121 FI El fin de la guerra y la conclusi6n de esa suerte de "vacio de poder" en el mundo, que habia permitido el crecimiento de sectores industriales mar gin.ales coma el argentino, planteaban distintas opciones. Abandonada de finitivamente la idea de una vuelta a la "normalidad" previa a 1930 o a 1914, quienes estaban vinculados con los grupos empresarios mas tradi cionales, ubicadas tanta en el sector exportador abandono de 1a convertibilidad de la libra acabaron con la Unica ventaja como en el industrial, adoptaban las ideas planteadas por Pinedo en impartante obtenida. 1940: estimular las indus trias "naturales': capaces de produciI Vender cereales fue cada vez mas diflcil y vender carne, cada vez me eficientemente y de competir en las mercados externos, asociarse con nos interesante. La consecuencia fue una reducct6n de la producci6n agro Estados Unidos para sustentar su creci miento, y a la vez mantener un pecuaria -motlvada tambien par otros aspectos de la politica econ6mica equilibria entre el sector industrial y el agropecuario, del cual debian que se acompafi.6 de un crecimiento sustantivo de la parte destinada al seguir saliendo las divisas necesarias para Ia consumo intemo. El lugar en el mundo que tradicionalrnente tenia la Ar industria La opci6n era dificil, no s6lo par la necesidad de recomponer una gentina, como praductor privilegiado de bienes agropecuarios, fue hactenrelaci6n con Estados Unidas que estaba muy deteriorada, asi como de Este archivo fue descargado de https://filadd.com pro curar finnemente recuperar las mercados de los productos ;i, FI LA DD .C OM agropecuarios, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 122 EL GOBIERNO DE PERON, 1943-1955 BREVE HISIDRIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 123 FI LA DD .C OM sino porque suponfa una fuerte depuraci6n de] sector industrial, eliminar redistribuci6n de ingresos hacia las sectores trabajadores contribuian a la el segmento menos eficiente crecido durante la guerra al amparo de la pro expansi6n sostenida del consumo. En ese singular periodo, la alta ocupa tecci6n natural que esta generaba y afrontar a la vez las costos de una di ci6n y los salarios en alza trajeron aparejada una expansi6n de la ficil absorci6n de la mano de obra que quedaria desocupada. Una segunda y demanda una inflaci6n cuyos niveles empezaran a elevarse, pero a la vez alternativa habia sido planteada par grupos de milltares durante la guerra, ganan y recogfa tanto motivos estrategicos de las Fuerzas Armadas coma ideas ctas import.antes para los empresarios. que arraigaban en el nacionalismo: profundizar la sust:ituci6n, extenderla a En sum.a, Per6n habia aptado por el mercado interno y por la defensa la producci6n de insumos ba-Sicos, coma el acero o el petr6leo, mediante una del pleno empleo. Se trataba de una verdadera "cadena de la fellcidad", que decidida intervenci6n del Estado, y asegurar asf la autarquia. La imagen de pudo financiarse principalmente par la existencia de una abundante re la Uni6n Sovietica -que, mas all.i del comunismo, se habia convert:ido en un serva de divisas, acumulada dwante las pr6speros aiios de la guerra, y que Estado poderoso- estaba presente en esta propuesta, yen la subsecuente penniti.6 en la posguerra un acelerado, desenfrenado y con frecuencia paco ret6rica de las planes qu:inquenales. Pero, igual que en la Uni6n Sovietica, eficiente equipamiento industrial. Desafiando las leyes de la contabilidad, esto implicaba un enorme esfuerzo para la capitalizaci6n, restricciones al y con la esperanza puesta en una nueva guerra mundial, en e.sos a:fios se consumo y probablemente una "generaci6n sacrificada . gast6 en el exterior mucho mas de Io que entraba. Par otra parte, el IAPI Per6n venia participando de estas disrusiones, que el mismo promovi6 monopoliz6 el comercio exterior y transfiri6 al sector industrial y urbano en el Consejo de Posguerra constituido en 1944. Su soluci6n fue eclectica mgresos provenientes del campo, mediante la diferencia entre los precias y tambien novedosa, y tuvo en ruenta principalmente los intereses inme pagados a los productores y los obtenidas por la venta de las cosechas en diatos de los trabajadores, que constituian su apoyo mas s6lido. La inspira el exterior. Era un golpe fuerte al sector agropecuario, al que sin duda ya ci6n aut.irquica de los militares se dibuja en el Primer Plan Quinquenal, no se consideraba la "rueda maestra" de la economfa, o al que quiza se su que debia servir para planillcar la economia, pero se limit6 a una serie de ponia capaz de soportarlo todo. Los productores rurales padecian tambien vagos enunciados, y tambien en la constitud6n de la empresa sideIUrgica por la falta de insumos y maquinarias -para las que no habia cambio pre estatal Sociedad M1xta Siderurgia Argentina (soMISA), que sin embargo to ferencial-, el congelamienta de las arrendamientos, que afect6 el ciclo na davfa seguiria casi en proyecto diez aiios despues. La presencia del sector tural de recuperaci6n de la fertilidad de la tierra, y el costo mas alto de la industrial crecido en la guerra se advierte en su primer equipo econ6mico, mano de obra, debido a la vigencia del Estatuto del Pe6n. Todas estas a ruya cabeza estaba Miguel Miranda, un fabricante de envases de hoja razo nes agudizaron la caida de la superficie cultivada, al tiempo que el lata, secundado por Ratll Lagomarsino, un industrial del vestido, y aseso au menta del consumo interna -reflejado en el trigo, y sobre todo en la rado por Jose Figuerola, un destac.ado tecnico espafiol. Miranda, nombrado carne reduda at'i.n m.is las disponibilidades para la exportaci6n. presidente del Banco Central, del poderoso lnstituto Argentina de Promo La politica peronista se caracteriz6 por un fuerte impulsa a la parti.ci ci6n del Intercambio (IAPI) y del Consejo Econ6mico Social, fue durante paci6n del Estado en la direcci6n y regulaci6n de la economia; desarroll6 tres aiios el conductor de la economfa. La politic.a del Estado -dotado tendencias inidadas en la decada anterior, bajo las administraciones con coma se vera de instrumentos mucho mas poderosos- apunt6 a la defensa servadoras, pero las extendi6 y profundiz6, segun una corriente de inspi del sector industrial instalado y a su expansi6n dentro de las pautas raci6n keynesiana difundida en muchas part.es durante la posguerra. A la vigentes de protecci6n y facilidad Este recibi6 amplias creditos del Banco vez, hubo una generalizada nacionalizaci.6n de las inversiones Indus trial, protecci6n aduanera para eliminar competidores externos y extranjeras, particularrnente de empresas cantroladas por capital britanico, divisas adquiridas a tipos preferenciales para equiparse. Ademas, las que se ha llaba en plena proceso de repatriaci6n; se adjudic6 a esto una politicas de Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM gran impor .tancia simb6hca, expresada en la f6rmula de la Independencia Econ6mic.a, Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 125 _._ mos, mejora de la salud pU.blica -la acci6n del ministro Ram6n Carrillo <_fue fundamental-, planes de vivienda, construcci6n de escuelas y cole giOS, organizaci6n del sistema jubilatorio, y en general todo lo relativo al cam.po de la seguridad social. LA DD .C solernnemente proclamada en Tucuman el 9 de julio de 194Z A los ferro carriles se sumaron Ios telefonos, la empresa de gas y a1gunas compafiias de electricidad del interior, sin afectar sin embargo a la legendaria Compa :fiia Argentina de Electricidad (CADE) que servia a la Capital. Se dio fuerte impulso a Gas del Estado, construyendo el gasoducto desde Comodoro Ri vadavia, a la Flota Mercante -a la que se incorporaron las naves del ex tenso grupo Dodero- ya la incipiente Aerolfueas Argentinas. El Estado avanz6 incluso en actividades industriales, no s6lo par la vfa de las fabricas militares, sino con un grupo de empresas alemanas nacionalizadas, que in tegraron la Direcci6n Nacional de Industrias del Estado (DINIE). Pero la re form.a mas importante fue la nacionalizaci6n del Banco Central. Desde et se manejaba la politica monetaria y la crediticia, y tambien el comercio ex terior, pues las dep6sitos de todos los bancos fueron nacionalizados, y al Banco Central se le asign6 el control del IAPI. Asi, la nacionalizaci6n de la economia y su control par el Estado fue ron una de las claves de la nueva politica econ6mica La otra -y quiza la primera- tuvo que ver con los trabajadores, con el mantenhniento del em pleo y con la elevaci6n de su nivel de vida. Esto tenia probablemente rai ces polfticas mas importantes que las econ6micas: el terror a las posibles consecuencias sociales del desempleo, el recuerdo de la crisis de la pri mera posguerra -de la que Per6n mismo tuvo una experiencia directa, cuando particip6 en la represi6n de las amotinados de Vasena-, asl coma la misma experiencia europea de entreguerras, y tambifo de posguerra, deben haber influido no s6lo en el disefio politico mas general, sino en el privilegio, en materia de politica econ6mica, de la salvaguardia del empleo industrial primero y de la redistnbuci6n de los ingresos despues. Pero a Ia vez, la justida social sirvi6 para el sostenimiento del mercado interno. En tre 1946 y 1949 se extendieron y generalizaron las medidas sociales lan zadas antes de 1945. Par la via de las negociaciones colectivas, garantiza EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 OM 124 EL ESTADO PERONISTA FI Esta combinaci6n de lo conseguido y lo concedido es reveladora de la compleja relaci6n establecida entre los trabajadores y el Estado. Los termi , nos en que esta se habfa desarrollado hasta las elecciones enseguida se •, , modificaron radicalmente despues del triunfo. Justifica11dose en la innu merable cantidad de conflictos entre laboristas y rad.kales renovadores, Per6n orden6 la disoluci6n de las distintos nucleamientos que lo habfan apoyado, y entre ellos el Partido Laborista, a traves del cual las viejos sin ·dicalistas aspiraban a conducir una acci6n politica aut6noma, solidaria con Per6n pero independiente. La decisi6n -que culminarfa en la creaci6n del Partido Peronista- fue al principio resistida, pero en definitiva s6lo Ci priano Reyes, el dirigente de los frigorfficos de Berisso, se enfrent6 con Pe r6n, ganaDdose una enconada persecuci6n. Poco despues, en enero de 1947, Per6n elimin6 de la direcci6n de la CGT a Luis Gay, veterano gremia lista e inspirador del Partido Laborista, y uno de los propulsores de1 pro yecto aut6nomo, y lo reemplaz6 por un dirigente de menor cuantia, indi cando asi la voluntad de subordinar al Estado la cUpula del movimiento obrero. Una vez mas, no hubo resistencias: probablemente para el grueso de las trabajadores Ia sohdaridad con quien habia hecho realidad tantos beneficios importaba mas que una autonornia politica cuyos prop6sitos, en ese contexto, no resultaban daros. Pero a la vez, la organizaci6n obrera se consolid6 firm.emente. Como ha mostrado Louise Doyon, la sindicalizaci6n, escasa hasta 1943, se das por la ley, los salarios empezaron a subir notablemente. A ello se exten di6 ripido a los gremios industriales primero y a las empleados del agregaron las vacaciones pagas, las licencias par enfermedad o las siste Estado d.espues, alcanzando su maxima had.a 1950. La ley de asociaciones mas sociales de medicina y de turismo, actividades en las que los sindica profe- sionales aseguraba la e:xistencia de grandes y poderosas tos tuvieron un importante papel. Por otros Caminos, el Estado benefactor organizaciones contribuy6 decisivamente a la elevaci6n del nivel de vida: congelamiento -un sindicato por rama de industria y una confederaci6n Unica-, con de los alqu:ileres, establecimiento de salarios minimos de predos maxiEste yarchivo fue descargado de https://filadd.com fuerza para negociar de igual a igual con los representantes patronales, Ii 126 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA ' FI "i LA DD .C OM pero a la vez dependientes de Ia "personeria gremial otorgada por el ya la decisi6n de controlar su acci6n, estos nunca dejaron de ser la expre Estado. si6n social y politica de los trabajadores. Desde la perspect:iva de estos, el ·Las orientaciones y demandas circulaban preferentemente desde arriba ha Estado no s6lo facilitaba y estimulaba su organizaci6n y los colmaba de cia abajo, y la CGT, conducida por personajes mediocres, fue Ia responsable benefidos, sino que creaba una situad6n de comunicaci6n y partidpaci6n de transmitir las directivas <lei Estado a los sindicatos y de controlar a las fluid.a y hasta familiar, de modo que estaban lejos de considerarlo coma discolos. Similar fue la funci6n de los sindicatos respecto de las organizacio algo ajeno. El Estado peronista, a su vez, tenia en las trabajadores su gran nes de base: controlar, achicar el espacio de acci6n aut6noma, intervenir fuer.z:a legitimadora, y los reconocia como tal; y no de un modo ret6rico o las secciones demasiado inquietas; a la vez, se hicieron cargo de funciones abstracto, sino referido a sus organizaciones y a sus dirigentes, a quienes concedi6 un lugar desti._lcado. cada vez mas complejas, tanto en la negociaci6n de los convenios coma Pero a la vez, el Estado peronista procur6 extender sus apoyos a la en las actividades sociales, y debieron desarrollar una administraci6n amplia franja de sectores populares no sindicalizados, con quienes esta especia lizada, de modo que la fisonomfa de las dirigentes sindicales, bleci6 una comunicaci6n profunda, aunque de indole diferente, a traves convertidos en una burocracia estable, se diferenci6 notablemente de la de los v:iejos de Eva Per6n y de la fundaci6n que llev6 su nombre. Financiada con fon dos pUblicos y aportes privados mas o menos voluntarios, la Fundaci6n luchadores. En la base, la acci6n sindical conserv6 una gran vitalidad, por realiz6 una obra de notable magnitud: cre6 escuelas, hogares para ancia obra de las comisiones intemas de fabrica, que se ocuparon de infinidad de problemas inmediatos referidos a las condiciones de trabajo, negociaron nos o huerfanos y policlinicos; reparti6 alimentos y regalos navidefios; directamente con patronos y gerentes, y establecieron en la f<'ibrica un estimu16 el turismo y los deportes, a traves de campeonatos infant:iles o principio bastante real de igualdad. En los primeros afms, hasta 1949, las juveniles de dimensi6n nacional, bautizados con las nombres de la pareja huelgas fueron uumerosas, y se generaron al impulso de las refonnas lan gobernante. Sohre todo, practic6 la acci6n directa: las unidades b<'isicas -organizaciones celulares del partido- detectaban las casos particulares zadas desde el gobiemo, para hacerlas cumplir o extenderlas, con la con de desprotecci6n y transnritian las pedidos a la Fundaci6n, donde, par vicci6n par parte de los trabajadores de que se ajustaban a la voluntad profunda de Per6n. otra parte, la propia Eva Per6n recibia cot:idianamente, sin fatiga, una per Este, sin embargo, se preocupaba por esa agitaci6n sin fin y procuraba manente caravan.a de solicitantes que obtenian una mciquina de coser, profundizar el control del movimiento sindical. Los gremialistas que lo acompaiiaron en el inicio fueron alejalldose, reemplazados par otros elegi dos por el gobiemo y mas proclives a acatar sus indicaciones. Las huelgas formula simple. Pese a la fuerte presi6n del gobierno sabre fueron consideradas inconvenientes al principio, y francamente negativas los sindicatos luego: se procur6 solucionar las conflictos mediante los mecanismos del arbitraje, y en su defecto se opt6 por reprimirlos, ya sea por mano del pro pio sindicato ode la fuerza pUblica. Desde 1947, Eva Per6n, esposa del pre sidente, se dedic6 desde la Secretaria de Trabajo -el lugar dejado vacante por Per6n- a cumplir las funciones de mediaci6n entre los dirigentes sin dicales y el gobiemo, facilitando 1a negociaci6n de los conflictos con un estilo muy personal que combinaba la persuasi6n y Ia imposici6n. La relaci6n entre Per6n y el sindicalismo -crucial en el Estado pero nista- fue sin dud.a·compleja, negociada y difidlmente reducible a una Este archivo fue descargado de https://filadd.com ,·.,. :.· ·,;: 127 OM FI LA DD .C una cama en el hospital, una bicicleta, un empleo o una pensi6n quizil, un consuelo siempre. Eva Per6n resultaba asf la encarnaci6n del Estado benefactor y providente, que a traves de la "Dama de la Esperanza" adqui ria una dimensi6n personal y sensible. Sus beneficiarios no eran exacta mente lo mismo que las trabajadores: muchos carecian de la protecci6n de sus sindicatos, y todo lo debian al Estado y a su intercesora. Los me dias de difusi6n machacaron sin cesar sobre esta imagen, entre benefac tora y reparadora, replicada luego par la escuela, donde las nifios se in troducfan a la lectura con "Evita me ama". La experiencia de la acci6n social directa, sumada al reiterado discurso del Estado, tenninaron cons tituyendo una nueva identidad sod.al, los "humildes", que complet6 el area popular de apoyo al gobiemo. Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA Segtin una concepci6n que se desarroll6 mas amphamente a medida que transcurrlan los af10s, el Estado debfa vincularse con cad.a uno de los sectores de la sociedad, que era considerada como una comunidad y no como la suma de individuos, y aspiraba a que cad.a uno de ellos se organi zara y constituyera su representaci6n corporativa. Con mayor o menor for tuna, aspir6 a organizar a las empresarios, reuniendo en la Confederaci6n General Econ6mica (cGE) a todas las represent.aciones sectoriales, asf como a las estudiantes universitarios o a las profesionales. Intent6 tambien, con cautela, redefinir las relaciones con las grandes corporaciones tradiciona les. Con Ia Iglesia existi6 un acuerdo bisico, que se tradujo en el poco ve- ,, Iado apoyo electoral de 1946. El gobiemo peronista mantuvo la ensefianza rellgiosa en las escuelas, y concedi6 Ia conducci6n de las universidades a personajes vinculados con el clericalismo hispan6filo. Reserv6 un lugar im portante en el ceremonial pUblico a los altos prelados, como monsefior San- • ti.ago Copello, e incorpor6 a su elenco politico a algunos sacerdotes, como el padre Heman Benitez, confesor de Eva Per6n, o el padre Virgilio Filippo, fo goso cura pa!roco del barrio de Belgrano, que cambi6 el pUlpito por una banca en el Congreso. Fue sin embargo una relaci6n algo distante: un grupo importante de eclesiasticos -entre ellos, monseftor Miguel D'Andrea-, preocu pados por el autoritarismo creciente, se aline6 firmemente en el lado de los opositores; otros lamentaron la renuncia de Per6n a las consignas naciona listas, y otros muchos miraron con reservas algunos aspectos de la politica democratizadora de las relaciones sociales, como por ejemplo la igua1aci6n de derechos entre hijos "naturales" y legftimos . Con respecto a las Fuerzas Armadas, aunque Per6n recurri6 de manera " habitual a oficiales para desempeftar funciones de importancia, se cuid6 inicialmente tanto de inmiscuirse en su vida interna coma de darles cabida institucional en el gobiemo. Sobre todo, procur6 conservar la identificaci6n establecida en 1943 entre las Fuerzas Armadas y un gobiemo del que se queria continuador: el 4 de junio, "olimpico episodio de la historia': si.gui6 siendo un Fausto fundador; tern.as centrales del gobierno, corno Ia indepen dencia econ6mica, la unidad nacional y el orden, y sobre todo Ia imagen de un mundo en guerra donde la neutralidad se traducia en la "tercera posi. ci6n", sirvieron para consolidar un cam.po de solidaridades comti.n, a1terado sin embargo por el estilo excesivamente plebeyo que los militares vefan en EL GOBIERNO DE PERON, 1943-1955 LA DD .C FI 129 el gobiemo, y sobre todo por la presencia, acci6n y palabra, dificiles de :. aceptar, de la esposa del presidente. seglln la concepci6n de Per6n, el Estado, aderncis de dirigir la econo rofa y velar por la seguridad del pueblo, debia ser el ambito donde los dis tlntos intereses sociales, previamente organizados, negociaran y dirimieran sus conflictos. Esta linea -ya esbozada en la decada de 1930- se inspiraba en modelos muy difundidos por entonces, que pueden filiarse tan to en Be nito Mussolini coma en el mexicano Lazaro Cardenas, y rompfa con la con cepci6n liberal del Estado. Implicaba una reestructuraci6n de las institu ciones republicanas, una desvalorizaci6n de los espacios democraticos y representativos y una subordinac:i.6n de las poderes constitucionales a1 Eje cutivo, lugar donde se asentaba el conductor, cuya legiti.midad derivaba menos de esas instituciones que del plebiscito popular. Parad6jicamente, un gobiemo surgido de una de las escasas e1ecciones mobjetables que hubo en el pais recorri.6 con decisi6n el camino hacia el autoritarismo. Asf, en 1947 reemplaz6 a Ia Corte Suprema mediante un jui do politico escasam.ente convincente. Utiliz6 con amplitud el recurso de intervenir las provincias; en muchos casos -en Santa Fe, Catamarca, C6r doba, entre otros-, y en Ia mejor tradici6n argentina, Io hizo para resolver cuestiones entre sectores de su heterogenea cohorte de apoyos. Pero en un caso, en Corrientes, y sin que mediara conilicto alguno, lo us6 para depo ner a1 Unico gobemador no peronista elegido en 1946. Una Iey acab6 en 1947 con Ia autonomia universitaria, estableciendo que toda designaci6n , docente requeria de un decreto del Ejecutivo. El Foder Legislativo fue fortnalmente respetado -el corpus legislativo elaborado en esos afios fue abun -. dante-, pero se lo vad6 de todo contenido real: los proyectos se preparaban en oficinas de la presidencia, y se aprobaban sin modificaciones; los oposi to.res fueron acusados de desacato,_ excluidos de la Catnara o desaforados, corno ocurri6 en 1949 con Ricardo Balbin, y la discusi6n parlamentaria fue eludida recurriendo al Ncierre del debate , especialidad del diputado Jose Astorgano. En 1951, una modificaci6n del sistema de circunscripciones electorales -diagramado por Roman Subiza, secretario de .Asuntos Politi cos- redujo al minimo la representaci6n opositora en la Camara de Dipu Este archivo fue descargado de https://filadd.com ·tados. EI avance del Ejecutivo lleg6 tambiell al cuarto poder": con recurses OM 128 FI LA DD .C OM di.versos, el gobiemo form6 una importante cadena de diarios y otra de ra- Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C dios, que condujo desde la Secretari'.a de Prensa y Difusi6n, administrada par RaUl Alejandro ApoId, a qui en la oposici6n solia comparar con el doctor Goebbels. Los diarios independientes fueron presionados de mil maneras: cuotas de papel, restricciones a la circulaci6n, clausuras temporarias, aten tados, y en dos casos extremos -La Prensa y La Nueva Provincia, en 195 I la expropiaci6n. La reform.a de la Constituci6n, realizada en 1949, acab6 con la tlitima y gran salvaguardia institucional al autoritarismo y estableci6 la posibilidad de la reelecci6n presidencial. Dos aiios despues, en noviem bre de 1951,Juan Domingo Per6n y Juan Hortensia Quijano fueron reelec tos, obteniendo en la ocasi6n -cuando votaron par primera vez las muje res- altededor de las dos terceras partes de las sufragios. Para Per6n, tan importante coma afirmar la preeminencia del Ejecutivo sabre el resto de las instituciones republicanas fue dar forma al heteroge neo conjunto de fuerzas que lo apoyaba, proveniente de diferentes sectores, con tradiciones diversas, y muchas veces nutrido de cuadros y militan tes sin experienda ni formaci6n politica. A todo ello habia que darle un disciplinamiento y una organizaci6n acordes con los principios politicos mas generales del peronismo, y adem.is evitar tanto las conilictos intemos como la posibilidad de que encarnaran y transmitieran tensiones y deman das desde la base de la sociedad Para ello recurri6 a un metodo muy tra dicional, ya practicado por Roca, Yrigoyen y Justo: el uso de la autoridad del Estado para disciplinar las fuerzas propias, y uno novedoso, la utiliza ci6n de su hderazgo personal e intransferible compartido con su esposa-, que se constituy6 de manera natural, pero que luego fue cuidadosamente alimentado por la maquinaria propagandistica. En el Congreso, Per6n exi gi6 de cada diputado o senador una renuncia en blanc□,como garantia de su disciplina. El Pill'tido Peronista, creado en 1947, adopt6 una organiza ci6n tot.almente vertical, donde cada escal6n se subordinaba a la decisi6n del nivel superior, hasta culminar en el lider, presidente del pafs y del par tido, con derecho a modificar cualquier decisi6n partidaria. Se trataba de una versi6n local del celebre Fiihretprinzip aleman, pero su aplicaci6n fue menos dram.Atica: el Partido -manejado por el almirante Alberto Teisaire se limit6 a organizar las candidaturas, y Per6n, a arbitrar en los casos organiza ci6n se modific6 variasveces y, como mostr6 Alberto Ciria, los organigramas, OM 130 difi ciles o a mencionar simplemente quienes debian ser electos. La Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C cada vez mis complejos, acentuaron la verticalidad. Finalmente, el Partido fue incluido dentro del movimiento, junto con el Partido Peronista Feme ninO -que organiz6 Eva Per6n- y la CGT, a las 6rdenes del jefe supremo, a quien se subordinaban el Comando Estrategico y los Comandos Tcicticos. Ademis de esta terminologfa militar, la organizaci6n inclufa un ele roento revelador: en cada nivel se integraba la autoridad pUblica ejecutiva respectiva -intendente, gobernador o presidente-, con lo cual quedaba ciaro, y puesto por escrito, que movimiento y naci6n eran considerados una misma cosa. Lo que inicialmente fue Ia doctrina peronista se convirt:i.6 en la Doctrina Nacional, consagrada en esos terminos por la Constituci6n de 1949, que articulaba tanto al Estado coma a la comunidad organizada. Estado y movimiento, movimiento y comunidad confluian .en el lider, quien formulaba 1a doctrina y la ejecutaba, de manera eListica y pragml tica, con su arte de conductor que, aunque personal e intransferible, pod.fa ser enseiiado a quienes asumieran los comandos subordinados. Se combi oaban aqui las tradiciones del Ejercito, donde la conducci6n es un capitulo fundamental del mando, y la de los moderoos totalitarismos, que, en su versi6n fasci.sta, sin duda impresionaron a Per6n. Esta ret6rica era indudablemente ajena a la tradici6n politica principal del pais, liberal y democritica, aunque su emergencia no puede resultar del todo extra:fia si se recuerda lo que fueron anteriormente las practicas con cretas: ni la identificaci6n del partido con la naci6n, ni la marginaci6n del Congreso, ni la identificaci6n entre el jefe del Estado y el jefe del partido oficial eran novedades absolutas. Par otra parte, si el peronismo seg6 siste l11aticarnente los atnbitos de participaci6n aut6noma, ya fueran estos par tidarios, sindicales o civiles, y tuvo una tendencia a penetrar y "peronizar" cualquier espacio de la sociedad civil, no es menos cierto que encam6 y concret6 un vigorosisimo movimiento democratizador, que asegur6 los derechos politicos y sociales de vastos sectores hasta entonces al margen, y culmuin6 con el establecirniento del voto femenino y la instrumentaci6n de medidas concretas para asegurar a 1a mujer un lugar en las institucio nes. Los conceptos mas tradicionales de democracia no alcanzan a dar cuenta de esta forma, muy moderna, de democracia de masas. Esta singular form.a de democracia se constituia desde el Estado. Los diversos actores que conforrnaban su base de sustentaci6n eran considera- OM 131 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 132 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 dos como umasas': es decir, un todo indiferenciado, cuya expresi6n aut6noma o espedfica no era valiosa, y que debia ser moldeado, inculcalldole la "doctrina". A ello se dirigia la propaganda masiva, que saturaba las me dias de comunicaci6n -utilizados por primera vez en forma sistemAtica- y tambi€n la escuela. El I'egimen tuvo una tendencia definida a "peronizar" c orn□ del de quienes lo apoyaban y aceptaban su direcci6n -la patria, el _pueblo, las trabajadores-, yde los enemigos, calificados como la antip tria OM BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 133 y, coma tales, excluidos del sistema de convivencia, pues "a las enermgos, FI LA DD .C ni justicia". Silvia Sigal y Eliseo Ver6n han seiialado la incorporaci6n defini tiva a la cultura politica popular de dos elementos dificilmente asimilables todas las instituciones y a convertirlas en instrumentos de adoctrina a Ia ttadici6n democr.itica mas cla5ica: la verticahdad y el faccionalismo, miento. Seria diffcil dudar de la eficacia de estos mecanismos, que se tra convertidos desde entonces en valores politicos. dudan en un sufragio masivo en favor de Per6n o de las candidatos por el lHasta que punto esto fue responsabilidad exclusiva del peronismo7 indicados. La oposid6n termin6 ocupando el lugar asignado en este sistema. La de Pero la fonna mas caracteristica y singular de la politica de masas eran rrota de 1946 desarticul6 totalmente el proyecto de la Uni6n las movilizaciones y las concentraciones. Realizadas en dias fijos -1 ° de Democrcitica Mayo, 17 de octubre- y en ocasiones especiales -cuando habia que celebrar -Ultima figuraci6n del Frente Popular- y confront6 a los partidos oposito alga o ratificar a1guna decisi6n politica-, conservaban mucho del res con una cuesti6n dificil: desde d6nde enfrentar a Per6n. I.os socialistas, pathosdesafiante, espontineo y contestatario de Ia movilizaci6n fundadora apartados de toda representaci6n politica, mantuvieron su caracterizad6n del peronismo, pero ritualizado y atemperado, mas en memoria y potencia de "nazifascismo", denunciaron las avances hacia el autoritarismo y consi que en acto. Ya no eran espontfilleas siim convocadas, con suministro de deraron que la prioridad era acabar con el regimen; los grupos de sacialis medias de transporte; tas que intentaban una postura mas comprensiva hacia los trabajadores ordenadas y encuadradas, y hasta incluyeron controles de asistenda. Sobre que habfan adherido al peronismo no lograron quebrar la s61ida y ya an todo, eran jomadas festivas, despojadas de elementos de enfrentamiento real, quilosada estructura partidaria. Alga similar ocuni.6 en el Partido Comu-, salvo con la metaf6rica uoligarquia" o ''antipatriau, que expresaban antes la nista: bubo un period□ de acercamiento y simpcitica comprensi6n, por la unidad de la naci6n que de sus conllictos: en la "fiesta del trabajo" -segfui el vfa de las organizaciones de trabajadores, que culmin6 con la expulsi6n de inspirado verbo de Oscar Ivanissevich, ministro de Educaci.6n y vate oficial-, Ios dirigentes que la propiciaron. Los conservadores sufrieron el cimbro los trabajadores, "unidos por el amor de Dios", se reunian"al pie de la nazo de una cantidad de dirigentes que se "pasaron", pero finalmente el bandera sacrosanta". En rigor, este proceso no era nuevo y la lenta transici6n antiguo frente se reconstituy6 en una linea de oposici6n frontal, fundada de la jor nada combativa a la festiva se inici6 en la decada de 1920. En rigor en la defensa de la legalidad republican.a. tambien, la tradici6n contestataria era recordada y mantenida tanto por En el radicalismo, el proceso fue mas amplio. La derrota de 1946 abri6 Per6n como, sabre todo, en las palabras .isperas, llenas de furor plebeyo y el camino a la renovaci6n partidari.a y una coahci6n de intransigentes re desaffo clasista de Eva Per6n novadores y sabattinistas, criticos de Ia estrategia de la Uni6n Democra Al renovar el pacto fundador entre el Hder y el pueblo, las grandes tica, desplaz6 a los "unionistas" que venfan del tronco alvearista. En 1947, con centraciones cumplian un papel fundamental en la legitimaci6n en la Convenci6n de Avellaneda, el Movimiento de Intransigencia y Re plebiscitaria del regimen, que era considerada mucho mas importante que novaci6n (MIR) habia form.ulado sus principios, que transformaban sus la electoral. Ademas, eran el moment □ privilegiado en la constituci6n de tancialmente el programa radical, hasta entonces ambiguo e impreciso. una identidad, que resultaba tanto trabajadora y popular como peronista. El MIR, sin renunciar a la defensa de la Constituci6n y de 1a repUbhca, Toda preparaba el moment□ privilegiado de la recepd6n del discurso del combati6 al peronismo desde una posici6n que se presentaba como mas lider, quien, al apelar desde el "balc6n" a los "compafieros", incluia tanto progresista, tanto en Io social coma en lo nacional, y lo hizo con md.s sol una definici6n de su lugar, mas atla de las pasiones y de los conflictos, tura a medida que el regimen, par las exigencias del gobierno, fue abanEste archivo fue descargado de https://filadd.com 134 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 135 FI LA DD .C OM dieron sus empleos estatales. Pero en cambio se nutrieron de nuevos y vi gorosos contingentes llegados por las vfas mas tradicionales de la sociedad argentina: la modesta prosperidad econ6mica de los trabajadores y la edu caci6n de sus hijos, pues una de las caracteristicas salientes de estos afi.os fue la formidable expansi6n de la matricula en la ensefianza media y la no menos notable expansi6n de la universitaria. Las migraciones intemas habian venido modificando en profundidad ta fisonomia de los sectores populares. En ellas, la crisis de la agricultura pampeana oper6 de manera tan fuerte coma la oferta de trabajo industrial, y estabilizada esta, fue la mera atracci6n de la vida en las ciudades, que reflejaba los procesos de modernizaci6n y aparici6n de expectativas y as piraciones nuevas, generalizadas por la radio y el cine. Durante los aftos finales de la decada del treinta y el perlodo de la guerra, predorninaron los migrantes de las zonas pampeanas mas cercanas y luego se incorporaron los provenientes del Interior tradicional, con quienes se construy6 la ima gen social del "cabecita negra". Con ellos se expandieron las cinturones de UN CONFLICTO CULTURAL las grandes ciudades -el Gran Buenos Aires, Gran Rosario, Gran C6rdoba-, donde se repiti6 una historia social ya conocida: el late modesto, la casita La virulencia del discurso politico y, sobre todo, los encendidos ataques a precaria, construida por partes -con la novedad de los planes sociales de la "oligarquia" no se correspondian con una conflictividad social real ni vivienda-y el esfuerzo societari.o para urbanizar el lugar. mucho menos con una guerra social, coma parecia desprenderse de aque La novedad de esta historia, que prolongaba el secular proceso de ex llos. El regimen peronista no atac6 ning(in interes fundamental de las cla pansi6n de la sociedad argentina, fue la brusca incorporaci6n de los secto ses altas tradicionales, aunque algunos segmentos de ellas pudieran verse res populares a aillbitos visibles, antes vedados. Mas a1la de su significado afectados por la politica agropecuaria. Las instituciones que expresaban los politico, el 17 de octubre fue simb6lico precisamente por eso. Estimulados intereses corporativos de los propietarios -la Sociedad Rural, la Uni6n In y protegidos por el Estado peronista, y aprovechando una holgura econ6dustrial y otras- no se opusieron ptiblicamente al gobiemo, e incluso acep mica novedosa, los sectores populares se incorporaron al consumo, a la taron discretas cooptaciones. Hubo, si, nuevas incorporaciones de empre ciudad, a la politica. Compraron ropas y calzados, y tambien radios o sarios exitosos, y sabre todo de quienes supieron aprovechar vinculaciones hela deras, y algunos las "motonetas que el lid.er se encargaba de y prebendas para hacer jugosos negocios. En el imaginari.o social ocup6 promocionar. Viajaron por el pais, gracias a los planes de turismo social, y un lugar importante el "nuevo rico", el parvenu, que se mezcl6 con otros nue accedieron a los lugares de esparcimiento y diversi6n, aprovechando la vos integrantes de una ehte dirigente que, ciertamente, era mucho mas generalizaci6n del sii.bado ingles y aun el asueto sabatino total para variada que la anterior a 1945: los sindicalistas ocuparon puestos visibles, algunos de ellos. Se llenaron las canchas de ftitbol, las plazas y los junta con una nueva camada de politicos, deportistas o artistas. Las clases parques, el Parque Retiro y los lugares de baile -coma La Enramadarne s tradicionales tuvieron quizi mas motivos de queja, en especial donde la mlisica folcl6rica recor daba la vieja identidad y facilitaba la quienes gozaban de rentas fijas, reducidas por la inflaci6n, o quienes perasunci6n de la nueva. Sohre todo, fueron al cine, la gran diversi6n de Este archivo fue descargado de https://filadd.com donando sus posiciones iniciales mas avanzadas. Mientras el grupo unionista optaba par el desafio frontal y especulaba con un golpe mili tar, las intransigentes discutieron en el Congreso cada uno de los pro yectos gubernamentales, coincidieron a veces y sefi.alaron objeciones fundadas y atendibles en muchos casos. En el grupo de las 44 diputa dos, presidido por Ricardo Balbin y Arturo Frondizi, se form6 tad.a la dirigencia radical posperonista. Pero no llegaron a constituirse en una verdadera oposici6n democrAtica, en parte porque entre muchos de ellos el faccionalismo era tambien muy fuerte, pero sabre todo porque la mayoria peronista no estaba dispuesta a convertir al Congreso en un lugar de debate, e incluso a tolerar que fuera una tribuna de los disi dentes con la Doctrina Nacional. Todos los recursos se usaron para aca llar sus voces y, frnalmente, para ubicarlos en la posici6n que se les ha bia asignado con anterioridad. FI LA DD .C OM aquellos a:fios. Invadieron la dud.ad, in- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 136 BREVE HIS10RIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA proceso de integraci6n. FI LA DD .C OM cluso el centro, y lo usaron todo. Ejercieron plenamente una ciudadania social, que naci6 intimamente fusionada con la politica. El reconocinriento de la existencia del pueblo trabajador y el ejercicio de nuevos derechos estuvi.eron asociados con la acci6n del Estado, y la jus ticia social fue una idea clave y constitutiva tanto del discurso del Estado -que deriv6 de elta la doctrina llamada "justicialista"- coma de la nueva identidad social que se constituia. Los materiales de esta idea se habian ido conformando en las dos decadas anteriores, tanto por obra de las experien cias de las sectores populares coma de diversas fuentes discursivas, del socialismo a la doctrina de la Iglesia. Toda ello habia decantado en una percepc:i.6n, racional y emotiva a la vez, de las injusticias de la sociedad -manifiesta tanto en un discurso de Alfredo Palacios como en una pelicula d Tita Merello-, unida a una acci6n racional para soludonar sus aspectos mas vis:ibles, para alcanzar mejoras, quiza modestas pero posibles e inme diatas, en las que el Estado benefactor tenia la responsabilidad principal y la propia organizaci6n de las interesados era relegada a una situaci6n an cilar. Lo singular-ha subrayado con justezaJose Luis Romero-fue la com binad6n de esta nueva concepd6n con aquella otramas espontanea y ver daderamente constitutiva de la sociedad argentina moderna: la ideologia de Ia movilidad social La acci6n del Estado no sustitufa la cl.isica aventura in dividual del ascenso, sino que aportaba el empuj6n i.nicia1, la eliminaci6n de las obstaculos mas gruesos, para que las mecanismos tradicionales pudieran empezar a funcionar. La justicia social venia a completar asi el proceso secu lar de integraci6n de la sociedad argentina, y la identidad que se constituy6 en tomo de ella fue a la vez obrera e integrativa. A diferencia de las de cadas anteriores, todo lo referente al mundo del trabajo, y a la misma dignidad inherente a el, tuvo un significado central, reforzado par el pa pel de la instituci6n obrera por exce1encia -el sindicato- en innumera bles iimbitos de la vi.da, laboral y no laboral, pues de la mano del sindi cato los trabajadores aseguraron su salud tanto coma accedieron al turismo o al deporte. Los trabajadores se integraron a la naci6n de Ia mano del Estado y a la vez se incorporaron a la sociedad establecida, de cuyos bienes acumulados aspiraban a disfru.tar, con pr.lcticas tlpicas ya desarrolladas par quienes, en epocas anteriores, habian mismo Esteseguido archivoel fue descargado de https://filadd.com EL GOBIERNO DE PER◊N, 1943-1955 FI LA DD .C El Estado facilit6 el acceso a dichos bienes. Al fuerte estimulo a la edu caci6n -particularmente en el nivel media- se agreg6 la protecci6n y pro moci6n de las diversas actividades cultural.es: conciertos y representacio nes teatrales a precios populares, apertura del Teatro Col6n a actividades mas variadas, y una fuerte protecci6n a la industria cinematografica, que se sumaron al crecimiento natural de la radiofonia. El Estado distribuia, y el pU.blico recibfa, junto con los bienes, una dosis masiva de propaganda. La rnayoria de las diarios y tad.as las radios fueron manejados, directa o indi rectamente, desde la Secretaria de Prensa y Difusi6n. El agudo Enrique San tos Discepolo o el mediocre America Barrios fueron las voces de una pro paganda oficial que tambien desbordaba en las relatos deportivos de Luis Elias Sojit, y que finalmente se instal.6 en las escuelas, cuando La raz6n de mi vida, el libro de Eva Per6n, fue establecido coma texto obligatorio. El Estado facilitaba el acceso a la cultura erudita, pero sabre todo dis tribufa cultura upopular que incluia mucho de lo folcl6rico tradicional -coma lo podian expresar Antonio Torma o Alberto Castillo- y mucho de comercial. Pero en conjunto, distribuia en el imaginario de la sociedad Ios modelos sociales y cultural.es establecidos, de la misma manera que, deca das antes, lo habia hecho la revista El Hogar: eso es lo que se vefa en el cine de las telefonos blancos, con su imagen convencional de las clases tradicionales, tal coma las podia encamar Zully Moreno, o en los libros es colares, donde los trabajadores eran representados en su hogar, sentados en un sil16n, con saco y corbata, y leyendo el diario. Distribufa tambiell una cierta vi.si6n de la tradici6n nacional, rnanifiesta en la preocupad6n por develar el mitico ser nacional que deb(a unificar a la comunidad. Cu riosamente, para este movimiento alguna vez surgido del nacionalismo, esa tradici6n se encarnaba en primer lugar en Jose de San Martin, el Liber tador -el centenario de su muerte conmemorado con profusi6n-, que pre figuraba al segundo Llbertador, y luego -conspicuamente ausente Rosas en la mas clAsica tradici6n liberal, la de Justo Jose de Urquiza, Bartolome Mitre, Domingo Sarmiento y Julio Roca, con cuyos nombres fueron bauti zadas las lineas de las ferrocarriles nacionalizados. Ese momenta fundacio nal se separaba del presente por un pasado negro y ominoso, de una den sidad tal que el peronismo -sin perder su arraigo en la tradici6n- podia exhibir plenamente su dimens:i.6n fundadora y revolucionaria, legitimada OM 137 Este archivo fue descargado de https://filadd.com EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE HISTORlA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA en un futuro en construcci6n. Un pasado negro y un presente rosa, un an tes y un ahora, eran 1os elementos centrales que organizaban las text.as y las discursos peronistas. Esa construcci6n discursiva, y la forma elegida de difundirla, no nece 139 rnodelo cultural diferente del establecido, sino en una manera diferente y mas amplia de apropiarse de et, de participar de algo juzgado vahoso y ajeno. OM 138 En esa perspectiva, la oli.garquia -fria y egolsta- era la que pretendia restrin gir el acceso a esos bieites y excluir al pueblo. Se trataba de una definici6n FI LA DD .C precisa e11 cierto sentido, sobre todo etico, pero sociahnente muy difusa, y sitaron tanto de verdaderos intelectuales coma de mediadores un poco permitia combinar un violento ataque discursivo --en particular, en 1a voz militantes y otro poco obsecuentes. Ciertamente, pese al apoyo disponible, plebeya de Eva Per6n- con escasas acdones concretas en contra de los su la creaci6n intelectual y artistica fue escasa en el media oficial, donde pue puestos destinatarios,1a "ohgarquia encerrada en sus madrigueras". Inversa den recordarse pocas figuras notables: el ftl6sofo Carlos Astrada, las escri mente, desde la oposici6n, la resistencia a las pr.icticas politicas del pero tores Leopoldo Marechal y Maria Granata, el poeta Horacio Rega Molina nismo se combinaba con Ia irritaci6n ante la forma peronista del proceso de Los mejores :intelectuales y creadores criticos e innovadores convivi.eron, democratizaci6n social: hubo en ellos mucho de reacci6n horrorizada frente junta con las de la antigua cultura establecida y un poco caduca, en insti a la invasi6n popular de las espacios antaiio propios, y mucho de ira ante tuciones surgidas al roargen del Estado, y animadas por un cierto fuego la perdida de Ia deferencia y el respeto, que juzgaban producto de las sagrado: Ver y Estimar, Amigos de la MU.sica, el Colegio Iibre de Estudios medidas Superiores, que funcion6 como universidad altemativa, y la revista Sur, demag6gicas del regimen. Su respuesta fue, junto con el ataque al regime11 donde el esteticismo cosmopohta y apolitico hada las veces de una ideo la ridiculizad6n del paroenu, tan.to del nuevo rico como del humilde habi logia opositora. Quiz.:i lo m.is novedoso de estos afios en materia de crea tante urbano, incapaz de manejar con destreza los instrumentos de la nueva ci6n cultural haya sido el auge del teatro uindepemliente", cultivado por cultura o de comprender sus claves, ya menudo encandilado con sus mani artistas no profesionales, donde encontr6 terreno adecuado una renovada festaciones mas superficiales. producci6n nacional -a partir de El puente, de Carlos Gorostiza, estrenada Fueron dos configuraciones culturales antag6nicas y excluyentes, que en 1949- que contrast6 con la chatura repetitiva de los grandes teatros se negaron mutuamente pero que compitieron por la significac:i.6n de un comerciales o estatales. campo comU.n. En tomo de Eva Per6n se libr6 un combate de ese tipo. Con El peronismo habia surgido, en los af10s de la guerra y la inmediata frontaron dos versiones antag6nicas e igualmente estilizadas, frente a las posguerra, en el marco de un fuerte conllicto social, alimentado desde el cuales el verdadero personaje se fue esfumando: como ha mostrado Juhe mismo Estado. Con el correr del tiempo, deriv6, por una parte, en un Taylor, a la Dama de Ia Esperanza se contrapuso la Mujer del Latigo, dos fuerte enfrentamiento politico, que separaba al oficialismo de la oposici6n, y, ver siones de la misma imagen de la mujer y de sus funciones, elaborada por por otra, en un conflicto que, mas que social, era cultural. El Estado habfa las clases medias, de la cual unos y otros pretendian apropiarse. Mas visible tra bajado mucho para encuadrar los conflictos sociales en una aUll fue la disputa en tomo delaimagen de los "descamisados", que en la concepci6n mas general de Ia annonfa de clases, la comunidad de practi.ca aludia al acto ritual de las dirigentes de sacarse el saco en las intereses y la nego ciad6n, que et arbitraba, y a la vez habia desplazado el ceremonias oficiales, quiz<l para lucir sus camisas de seda. conflicto al cam.po del imaginario de la sociedad. Originariamente, como el Fue un conflicto cultural, infmitamente mas violento que el existente sans-culotte £ranees, encierra todo el prejuicioso desprecio de la gente de entre los intereses sociales b.isicos, el que opuso lo "ohgatquico" con lo "po cente frente a un comensal inesperado; pero del otro lado, en lugar de una pular". Lo popular combinaba las dimensiones trabajadora e integrativa, y imagen diferente que cambiara los terminos del conllicto asu.miendo la pro careda de aquellos componentes clasistas que, en otras sociedades, se pia identidad obrera, hubo una asunci6n positiva del descamisado, una mani fiestan en una cultura cerrada y centrada en si misrna. No se apoy6 Este archivo fue descargado de https://filadd.com apropiaci6n y resignificaci6n de la imagen del otro, como si el conflicto cul en un 1 FI LA DD .C OM tural se librara en el campo ya organiz.ado por las sectores tradicionales. Este archivo fue descargado de https://filadd.com EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE ffiSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA CRISIS Y NUEVA POLfTICA ECON6MICA 141 rado un extenso sector de medianos y pequeiios establecimientos, en general muy paco eficientes, que subsistia de alguna manera al amparo de las gran d.es f.ibricas y de sus elevados precios. Las ramas de alimentos y de textiles, OM 140 FI LA DD .C La coyuntura externa favorable en la que surgi6 el Estado peronista co que encabezaran el crecimiento, habian llegado a1limite de sus posibilidades menz6 a invertirse hacia 1949: los precios de los cereales y las carnes vol de crecimiento. Otras ram.as, coma la metalUigica, la de electradomesticos, vieron a su normalidad y los mercados se contrajeron, mientras que 1a·s caucho, papel o petroquimica, tenian todavia amplias posibilidades en el mer reservas acumuladas, consumidas con poca previsi6n, se agotaron. La si cado intemo, pero se encontraban trabadas por diversas limitaciones. El prin tuaci6n era grave, pues el desarrollo de la industria, quiz.i cipal problema del sector industrial era su reducida eficiencia, oculta par Ia parad6jicamente, hacia al pais mis dependiente de sus importaciones: protecci6n y los subsidios que par distintas vias recibia del Estado. Las cau combustibles, bienes intermedios como acero o papel, repuestos y sas eran varias: a la maquinaria obsoleta se sumaba el deterioro de las ser maquinarias, cu.ya falta difi cultaba el desenvolvimiento de la industria y vi.cios, particularmente la escasa electri.cidad y las deficientes transportes, provocaba, finalmente, infla ci6n, paro y desocupaci6n. Los primeros sobre todo ferroviarios, cuya renavaci6n el Estado habja abandonado. En signos de la crisis llevaron en 1949 a Ia caida de Miguel Miranda, las f.ibricas, ausentes los incentivos que derivan de la competencia, reemplazado por un equipo de econo mistas profesionales -encabezado por habian subsistido procesos productivos ineficientes y costosos. For Alfredo G6mez Morales- que se en carg6 de iniciar los ajustes. Las Ultimo, la in dustria empleaba una alta proporci6n de mano de obra, y el medidas no evitaron que, tres aiios des pues, la crisis del sector extemo peso de los salarios resultaba particularmente alto y diffcil de reducir se repitiera, agravada por dos sequias sucesivas. En ese duro inviemo de debido a la alt.a ocupaci6n ya la fuerte capacidad sindical de negociad.6n. 1952, la gente debi6 consumir un pan negruzco, elaborado con mijo, falt6 La expansi6n de la demanda, que al principio compensaba los costos la came y los cortes de luz fueron fre cuentes. Tambiell en ese inviemo salariales altos, habia perdido su efecto dinamizador, de modo que el muri.6 Eva Per6n, uno de 1os simbolos de la prosperidad perdida. problema comenz6 a ser gravoso para las empresarios. Precisamente en 1952 el gobiemo adopt6 con fumeza un nuevo rumbo La nueva politica econ6mica apunt6 a esas problem.as. Se restringi6 el econ6mico, rati:f:icado luego en el Segundo Plan Quinquenal, mucho mas credito industrial y el uso de las divisas, y se dio una nueva priori.dad a las especifico que el anterior, que debia tener vigencia entre 1953 y 1957. Para empresas grand.es y sobre todo a las industrias de bienes de capital: el reducir la inflaci6n, se restringi6 el consum.o intemo: fueron eliminados sub pro yecto siderfugico de SOMISA fue reactivado y se procur6 iniciar la sidios a distintos bienes de uso popular, se estableci6 una veda parcial al fabri.ca ci6n de tractores y autom6viles. Los contratos colectivos de consumo de came y se levant6 el congelamiento de los alquileres; ademas, trabajo -pie dra angular de la politica sindical- fueran congelados por dos Per6n hizo una apelaci6n a la reducci6n vo1untaria y consciente del con aiios. A principios de 1955, se convoc6 a empresarios y sindicalist.as para sumo, de sorprendente efecto. Par otra parte, se proclam6 la uvuelta al discutir las cuestiones de la productividad y afloraron las temas que cam.po": el IAPI, manejada por un uministro liquidador': invirti6 su meca preocupaban a aquellos: la ineficiencia de la mano de obra, el poder excesivo nismo y empez6 a estimular a los productores rurales con precios retributi de los de Iegados de f.ibrica, el ausentismo de los lunes. Tambien aflor6 vos, al tiempo que se daba prioridad a la importaci6n de maquinaria agri una sorda inquietud gremial, expresada en parte en la reivindicaci6n de la cola. Esta politica, cuyos efectos no llegaron a ser apreciables, apuntaba a palitica originaria del regimen yen parte en huelga.s, como la metalU.rgica de aumentar la disponibilidad de divisas para seguir impulsando el desarrollo 1954, cuidadosamente acalladas por la disciplinada prensa ofici.al. del sector industrial, clave para todo el andamiaje del peronismo. El gobierno puso sus mayores esperanza.s en alga que desde entonces Par entonces, el estancamiento industrial era evidente. En las aftos an seria el tema central de las politicas econ6micas: la concurrencia de capiteriores, y al amparo de una amplia politica proteccionista, habia prolifeEste archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CON1EMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C tales extranjeros, que empezaron a ser imaginados por unos como Ia pie drafilosofal y por otros como el caballo de Troya de la economia. En 1953, el gobiemo sancion6 una ley de radicaci6n de capitales: pese a establecer importantes resguardos respecto de repatriaci6n de utilidades o reenvio de ganancias, suponia una modificaci6n fundamental respecto de los postu lados de la independencia econ6mica y1a tercera posici6n. Esto ocurri6 en el marco de una visible reconciliaci6n con Estados Unidos, jalonada par el apoyo a su politica en Corea yen Guatemala -donde en 1954 la Agenda Central de Inteligencia (c1A, por sus siglas en ingles) derrib6 al presidente Arbenz-, y el entusiasta recibimiento al herrnano del presidente Eisen hower. En el marco de esta politica comenzaron a concretarse algunos pro yectos, que maduradan plenamente luego de que en buena medida OM 142 FI 1955: Ia FIAT italiana se inte res6 en tractores, autos y motores; otro grupo italiano inici6 una aceria en Campana, la Mercedez Benz se radic6 para fabricar camiones y ta Kaiser instal6 en C6rdoba una planta de autom6viles, ya obsoleta en Estados Uni dos. Lo mas importante fue el proyecto petrolero: en 1954, el gobiemo firm6 con una filial de la Standard Oil de California un contrato de explo taci6n de 40 mil hectareas en la provincia de Santa Cruz, con amplios de rechos. Se trataba de una medida que desafiaba convicciones hondamente arraigadas -e incluso una disposici6n de la Constituci6n de 1949- y que suscit6 un amplio debate pllblico, por lo que Per6n prefiri6 enviarlo al Congreso para su ratificaci6n. Allifue discutido tanto par la oposici6n-Ar turo Frondizi public6 por entonces PetrOleo y pol#ica- como par sectores del propio peronismo, cuya voz mas visible fue el joven diputad.o John Wi lliam Cooke, y no lleg6 a ser ratificado. Los logros de la nueva politica econ6mica fueron rnodestos: se redujo la inflaci6n y se reequilibr6 la balanza de pagos, pero no se apreciaron cambios rna.5 sustanciales en el agro y en la industria Ciertamente, esa poli tica marcaba un rumba nuevo, que en sus lineas basicas anticipaba la de los gobiemos posperonistas, pero su aplicaci6n fue moderada y tuvo en cuenta la necesidad de resguardar la situaci6n de los sectores populares, lo queen cierto sentido result6 poco compatible con la ortodoxia econ6mica que la inspiraba: ni se recurri6 a la devaluaci6n -el gran instrumento con el que posteriormente se opera.ran r.ipidas y sustanciales Este el archivo descargado de https://filadd.com transferencias de ingre sos entre sectores- ni se redujo gasto fue pliblico, LA DD .C sUbsidiaba a las sectores asalariados. En ese sentido, esta nueva politica econ6roica se mantenfa dentro de la tradici6n peronista. Los comienzos de la crisis econ6mica fueron acompafiados de impor tantes manifestaciones de disconformidad entre dos de las principales apoyos del tegimen, los sindicatos y el Ejtircito, cuya soluci6n implic6 un avance en el camino del autoritarismo. Hacia 1948, el Esta.do habia lo grado estabi.lizar y controlar el frente gremial, pero desde el aiio siguiente las huelgas, aunque menores en mimero, fueron mas duras y con una veta creci.entemente opositora. En 1949, en dos ocasiones fue la Federa ct6n Obrera Tucumana de la Industria del Azucar (FOTIA), que nucleaba a fos trabajadores azucareros de Tucuman; finalmente fue declarada ilegal y se intervino el sindicato. Luego fueron las bancarios, los gr.ificos y los ferroviarios, a fines de 1950 y principios de 1951. Estas Ultimas constitu yeron un fuerte desafio al regimen, por su visibilidad imposible de ignorar y porque ocurrieron al margen de la complaciente e ineficaz direcci6n de1 sindicato; los trabajadores, golpeados por la politica de hacer menos cos tosos los ferrocarriles, siguieron a antiguos gremialistas opositores, y su voluntad ni siquiera pudo ser torcida par Eva Per6n, que jug6 su prestigio recorriendo pattiticamente las talleres ferroviarios y reclamando a sus trabajadores solidaridad con Per6n. Este finalmente opt6 por aplicar wta dura represi6n: prisi6n a las dirigentes rebeldes y rnovilizaci6n militar a OM 143 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 los obreros. Los problem.as con las militares siguieron a un avance inicial del regi men FI sabre 1a instituci6n, ante la que al principio habia mantenido una cierta prescindencia El general Franklin Lucero, nuevo ministro de Ejer cito, se preocup6 de ganar apoyos entre los oficiales -creci6 el escalaf6n, los ascensos se agilizaron y hubo variadas prebendas para jefes y oficiales y tam.bi.en entre los suboficiales, beneficiados con el derecho al voto -hasta entonces, una capitis dfminutto los colocaba en el nivel de los irresponsa bles-, el uso de uniforme similar a las oficiales y un Sistema de becas para educar a sus hijos, a lo que se agreg6 Ia posibilidad de "abrir los cuadros" y permitir su ascenso al cuerpo de oficiales. Todos estos beneficios, que suponian tambien el incremento de las rivahdades y las suspicacias inter nas, apuntaban a lograr un compromiso rn.is pleno par pa.rte de quienes debfan ser un componente central de la comunidad organizada. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 144 BR.EVE HISTORJ.A CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA El compromiso solicitado puso en evidencia todas las reticencias y du das que el regimen -no ya el presidente constitucional- suscitaba entre los EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 FI LA DD .C OM por el tragico acallamiento de la voz mas dura del regimen- podia hacer presuponer una marcha hacia la pacificaci6n polftica y una relaci6n m.is militares. Se preguntaban acerca de la solidez de un □rd.en proclamado, pero normal con las que disentfan, en el marco de un cierto pluralismo. Pero basado en la agitaci6n popular permanente; se indignaban ante avances fla habia otras fuerzas que empujaban al mantenimiento y acentuaci6n del grantes del autoritarismo, coma la expropiaci.6n del diario La Prensa, y se ntmbo autoritario: el propio desenvolvimiento de la m.aquinaria puesta en irritaban sobre todo con Eva Per6n, su injerencia en las asuntos del Estado m.archa, que avanzaba inexorablemente sabre las zonas no controladas, y y su peculiar estilo. La prodamaci6n de su candidatura a la vicepresidencia, ta poca predisposici6n para reconstruir los espacios democr.iticos por parte en el Cabildo Abierto del Justicialismo del 22 de agosto de 1951, a la que de muchos de las opositores, jugados a la eliminaci6n <lei Hder. ella renunci6 dfas despues, fue sin duda dillcil de tolerar. Estos y quizas En los tres afi.os finales de su gobiemo, Per6n tuvo una conducta err.a. otros motivos dieron el espacio minima para la acci6n de grupos de oficiales ti.Ca. Pue evidente la dificultad para llenar el vacio dejado par la muerte de decididos a derribar a Per6n, vinculados con aquellos politicos opositores -,--, - Eva Per6n: tanto en la Fundaci6n como en el nuevo Partido Peronista Fe embarcadoS ya en la misma ruta. El 28 de septiembre de 1951, el general menino o en la misma cGT, se advirti6 un manejo burocrAtico y una per Benjamin Menendez encabez6 un intento, notoriamente improvisado y fa dida de iniciativa. Per6n mismo pareci6 perderla, manifest6 cierto cansan cilmente sofocado. Si bien se puso de manifiesto la fume posici6n legalista cio y menor concentraci6n en el trabajo y en la conducci6n politica; pas6 del grueso del Ejercito, tambien constituy6 un llamado de atenci6n para un mucho mas tiempo en la residencia de Olivos y se dedic6 a exhibirse ro fegimen que hasta entonces no habia tropezado con oposici6n consistente deado por las adolescentes de la Uni6n de Estudiantes Secundarios (uES), alguna. Per6n aprovech6 la intentona -que calific6 de chirinada- para es :inStaladas en Ia misma residencia, o a encabezar desfiles juveniles en mo tablecer el estado de guerra intemo y mantenerlo hast.a 1955. Con ese ins toneta -la Ultima novedad en sustituci6n de irnportaciones-, luciendo un trumento se dedic6 a depurar a los m.andos militares de adversarios, sospe Ilamativo gorrito de beisbol. chosos, tibios o vacilantes. A la vez, en plena campafia electoral, restringi6 La UES era precisamente una de las nuevas manifestaciones de esa aun mas la acd6n de las politicos opositores y obtuvo un aplastante triunfo via autoritaria, que procuraba encuadrar todos las sectores de la sociedad en noviembre de ese afio, en las primeras elecciones con sufragio femenino: en organizaciones controladas y "peronizadasN. La mciquina plebiscitaria, logr6 el 64% de los votos, la totalidad de los senadores y el 90% de las di _-perfectamente organizada, produda regulares y previsibles convocatorias putados, gracias a las ventajas del Sistema de circunscripciones. _ a la plaza. Se avanz6 en la "peronizaci6nN de la administraci6n pUbhca y -;: la educaci6n, con la exi.gencia de la afiliaci6n al partido, la exhibici6n del , "escudito" o el luto por la muerte de Eva Per6n, la donaci6n de sueldos -- para la fundaci6n y todo tipo de manifestaciones celebratorias del lider y CONSOLIDACI6N DEL AUTORITARISMO su esposa, cuyos nombres fueron impuestos a estaciones ferroviarias, hospitales, cailes, plazas, ciudades y provincias. La "peronizaci.6n" lleg6 a Per6n inici6 su segundo periodo visiblemente consolidado par el nuevo las Fuerzas Armadas: hubo cursos de adoctrinamiento justicialista, y las plan econ6mico, que pareda tener exito, la victoria sabre rebeldes milita promociones y selecci6n de jefes obedecieron desembozadamente a ra res y sindicahstas y el espectacular triunfo electoral. Incluso la muerte de zones politicas. Los espacios de la oposici6n fueron reducidos al mfnimo, Evita, sin duda un golpe muy duro para el regimen, fue ocasi6n para unos en la prensa yen el Parlamento, donde el doctor Campora, presidente de funerales convertidos en singular manifestaci6n plebiscitaria. El fin de la la Camara de Diputados, proclam6 la superioridad de la obsecuencia soetapa revolucionaria -visible en la nueva politica econ6mica y en la nor >, bre la consecuencia. malizaci6n de las relaciones con Estados Unidos, y tambien simbolizado Este archivo fue descargado de https://filadd.com :' •!•,;·_; 'l ,· 145 146 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 147 FI LA DD .C OM -Quijano habla muerto apenas reelecto- llev6 a montar de nuevo el esce Mientras por esa via el regimen marchaba hacia el totahtarismo, pro . nario y la maquinaria electoral: el almirante Teisai:re -que admini.straba el curaba simultaneamente -aunque conmenor consecuencia- reconstruir ;··,. partido- derrot6 con la tradicional amplitud a Cris6logo Larralde, uno de un espacio de convivencia con los opositores, empezando por un objetivo -- ·' los mas destacados dirigentes de la intransigencia radical. mfuimo: el reconocimiento reciproco. Encontr6 alguna recepci6n en las Por entonces el radicalism.a habia definido su perfil, encontrando un partidos, para las que su situaci6n en las hordes mismos de la ilegalidad generaba tensiones diffciles de soportar. Algunos de sus dirigentes se ani .wgulo de oposici6n posible a un regimen que giraba simultaneamente al maron a acercarse al gobierno y dialogar: la respuesta que encontraron ,conservadurismo y al autoritarismo. Al igual que los otros partidos, las ra dicales debfan soportar, desde 1946, una dura divisi6n interna. Los fue tan ca.Iida coma dura la critica de sus compaiieros reluctantes. Pri unio nistas, herederos del alvearismo y la Uni6n Democr<l.tica, estaban mero fue, en 1951, una entrevista secreta del conservador Reynaldo Pru. total mente jugados a la abstenci6n, la ruptura total y el golpe militar, y tor. Luego, un ofrecimiento pl.lblico de un grupo de dirigentes del Partido las sabattiniStas de C6rdoba se habian plegado a esa Un.ea. El grupo de Comunista, encabezado par Juan Jose Real, que propuso integrarse a un Intran sigencia y Renovaci6n, en cambio, insisti6 desde el comienzo .en la Frente Popular Unido, pero choc6 con el s6lido anticomunismo peronista. lucha instltucional e ideol6gica, y sigui6 haciendolo pese a la reducci6n casi Finalmente, a fines de 1952, fue un veterano dirigente socialista, Enrique total de las espacios. En 1954, gan6 definitivamente el control del partido, Dickmann, quien negoci6 con Per6n la liberaci6n de presos politicos so cuando Arturo Frondizi alcanz6 la presidencia del Cornite Nacional. Acu cialistas y la reapertura del peri6dico La Vanguardia; para ser de inme sado de "rojo" por sus enemigos internos, Frondizi habia definido una ima diato expulsado del partido. Con apoyo oficial, Dickmann fund6 el Par gen original de politico intelectual, reforzada par Ia public.aci6n de su hbro tido Sociahsta de la Revoluci6n Nacional, que recolect6 disidentes varios Petr6leo y politica. Con el, habi'.a lanzado la propuesta de combatir al pero de la izquierda, con el que Per6n proyect6 infructuosamente dividir al nismo desde lo que este tenia de mas progresista, y sin renunciar a la cri socialismo. tica institucional, reivindicar la reforma agraria y el Este tenue comienzo de una apertura -no declarada por ninguna de antiimperialismo,tema que las contratos petroleros habian tornado las dos partes- termin6 bruscamente en abril de 1953: durante una con urticante. centraci6n, y mientras hablaba Per6n, estallaron en la Plaza de Mayo born bas Puede especularse sabre la sinceridad de esta propuesta y la posible co1ocadas por grupos opositores lanzados al terrorismo y murieron emergencia de una clase politica renovada. Pero ciertamente, en 1954 se varias personas. La respuesta fue en la misma clave violenta: grupos pero ubicaba -como lo ha seftalado Felix Luna- en el cuadro general de una nistas incendiaron la Casa Radical, la Casa del Pueblo socialista y el Jockey cierta reapertura del debate pUblico, que coincidia con un envejecimiento Club, centro emblemiitico de la ambigua y ubicua/'oligarquia"; la Policia, del regimen y de su lider. Por entonces, la revista Esto Es practicaba un llamativamente pasiva, se volvi6 activa para impedir el incendio del diario periodismo abierto que se distingui6 de la mon6tona apologia de la prensa La Nacion. A esa explosi6n de terror administrativo sigui6 una amplia e oficial; el peri6dico De Frent:e; de John William Cooke, pareci6 introducir indiscriminada detenci6n de dirigentes y personahdades opositores, que en el peronismo un inesperado debate interno, que en ese movimiento inclufa desde Ricardo Balbin hasta Victoria Ocampo. Pero en la segunda verticalista no reconoda antecedente alguno; las revistas Imago Mundi y mitad del aiio, el regimen se abland6 y acept61iberar a las presos siempre Contorno abrian una alternativa cultural y mostraban un renovado interes que los partidos lo pidieran y dieran asi prueba de reconocimiento al regi por la actualizaci6n del mundo intelectual. Ese aiio, la fundaci6n del Par men, conducta que, discretamente, siguieron los partidos menores. En di tido Dem6crata Cristiano pareda indicar -coma ha dicho Tulia Halperin ciembre, al final, una ley de amnistia permiti6 liberar a la mayorfa. AI a.no Donghi- que la Iglesia se sumaba a esta visi6n en cierto modo p6stuma siguiente, 1954, la convoc.atoria a elecciones para designar vicepresidente del regimen envejecido. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 148 BREVE HISTORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA EL GOBIERNO DE PERON, 1943-1955 LA CAiDA LA DD .C La fundaci6n del Partido Dem6crata Cristiano marc6 el comienzo del con flicto entre Per6n y1a Iglesia, que rclpidamente llev6 a su cafda. Pese a que habia multiples razones, no era un conflicto inevitable; dejarse llevar a el fue sin duda un grave error, y la seii.al de que ese ha.bi! politico -tan capaz de unificar el campo propio como de explotar las debilidades del adversa rio- habia perdido muchas de sus capacidades. La Comunidad Organizada -o, mas modestamente, la peronizaci6n de las instituciones de la sociedad- era un proyecto con una dinamica propia, OM ver- FI ,' '·; ejecutado par un conjunto de funcionarios, que ya marchaba de manera independiente de la voluntad o del arte para conducir del Hder. El Ejercito, al principio resgu:ardado en su independencia y profesionalidad, habia su cumbido en su camino, y las voces disconfonnes eran cada vez mas fuer tes. Pero la Iglesia, con la que al principio se habfa establecido un acuerdo mutuamente conveniente, era irreductible a el, y por eso potencialmente enemiga, max:ime cuanto en la compleja instituci6n tenian un lugar no despreciable viejos enemigos del regimen -identif:i.cados con la oposici6n y nuevos disidentes, quejosos de distintos aspectos de la nueva politica, como el abandono de las consignas nacionalistas. El Estado peronista y la Iglesia empezaron a chocar en una serie de campos especificos. La Iglesia era sensible a los avances de aquel en el terreno de la beneficencia, a tra ves de la Fundaci6n, y en el de la educaci6n; aquf, al desagrado por el cre ciente culto laico del presidente de la Naci6n y su esposa, se agregaba la preocupaci6n por los avances del Estado en la organizaci6n de los estu diantes secundarios, en un contexto de sombrfas sospechas de corrupci6n. Al gobiemo lo turbaba la conspicua intromisi6n de la Iglesia en la politica, con la Democrada Cristiana, y1a mas solapada en el campo gremial que, desde el punto de vista del regimen, resultaba francamente subversiva. El conflicto estal16 en septiembre de 1954, cuando en C6rdoba compi tieron dos manifestaciones celebratorias del Dia del Estudiante, una orga nizada por los cat6licos y otra por la UES. En noviembre Per6n lanz6 su ataque contra la Iglesia; el enfrentamiento pareci6 enfriarse enseguida, pero se agudiz6 en diciembre, luego de la multitudinaria procesi6n en Este El archivo descargado de https://filadd.com Bue nos Aires en el dia de la Inmaculada Concepci6n. ataquefue mostr6 la 149 e l a p a r a t o p o l i t i c OM LA DD .C e n FI a l c a n z a d a o oficial: todos a una, con escasas disidencias, descubrieron los tremendos vicios de la Iglesia. Aunque se in tent6 limitarlo a "unos pocos curas", fue un ataque feroz, asombroso para una sociedad que desde 1930 habia retrocedido tanto en su apredo por los valores del laicismo. Se prohibieron las procesiones, se suprimi6 la ense nanza religiosa en las escuelas, se introdujo -en una ley en vfas de aproba ciOn referida a otra cuesti6n- una sorpresiva clausula que permit(a el di vorcio vincular, se autoriz6 la reapertura de los prostibulos y se envi6 un proyecto de refonna constitucional para separar a la Iglesia del Estado. Mu chos sacerdotes fueron detenidos, y los peri6dicos se llenaron de denun cias piiblicas y comentarios groseros sabre la conducta y 1a moralidad de prelados y sacerdotes. La defensa de la Iglesia no fue menos eficaz y demostr6 su poder como mstituci6n, en una sociedad que sin embargo no se caracterizaba por su devoci6n. Atacada por los medias de comunicaci6n monopolizados por el gobierno, inund6 la ciudad con todo tipo de panfletos, mientras sus aso ciadones laicas, y en particular la Acci6n Cat6lica, movilizaron sus cua dros, engrosados par los opositores, que encontraron finalmente la brecha en el regimen y nose sintieron inhibidos por la tonalidad clerical, naciona lista e integrista que predominaba en la acci6n eclesiastica. El 8 de junio, el dfa de Corpus, se celebr6 una multitudin.ar.ia procesi6n; el jefe de Policia -luego se demostrO-- hizo quemar una bandera argentina y acus6 de ello a los opositores cat6licos. El 16 de junio, se produjo un levantamiento de la Marina contra Per6n. Dificilmente la genesis del levantamiento se encontrara en este conflicto, pues ia Marina era la mas laica y hberalde las tres fuerzas, pero Ios golpistas -oficiales y politicos opositores- encontraron aquf su ocasi6n. El proyecto de los marinas -en verdad descabellado- consistia en bombardear la Casa de Gobierno para asesinar a Per6n; su ejecuci6n, totalmente defectuosa, cul min6 en el bombardeo y ametrallamiento de una concentraci6n de dviles reunida en la Plaza de Mayo para apoyar a Per6n, que caus6 unas treseientas muertes. La intentona fracas6 r;ipidamente y el Ej€rcito dem.ostr6 otra vez su -,, -fidelidad a las instituciones legates. Como en 1953, la primera reacci6n del regimen fue el terror administrativo:grupos visiblemente impunes incendia ron la Curia metropolitana y varias iglesias de la Capital. t i e a l i d a d Este archivo fue descargado de https://filadd.com 150 EL GOBIERNO DE PER6N, 1943-1955 BREVE ffiSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 151 FI LA DD .C OM Paraguay y el 23 de septiembre el general Lonardi se present6 en Bue Tambien, coma en ocasiones anteriores, esta explosi6n de furia fue nos Aires coma presidente provisional de la Naci6n, ante una multitud seguida de una actitud concihadora de Per6n que, aunque triunfador, tan numerosa coma las reunidas por el regimen, pero sin duda distinta habia perdido mucho de su libertad de maniobra, y en cierto modo era prisionero de sus salvadores militates. De modo SU.bito, concluyeron los en su composici6n. ataques a la Iglesia, que molestaban profundamente a la m.ayorfa de los jefes militates. Se ensay6 una renovad6n de los cuadros dirigentes, ex cluyendo a los personajes mas conflictivos y convocando a otros con ma yor aptitud para el diilogo, y se Uam6 a la oposici6n a negociar. Per6n declar6 solemnemente que dejaba de ser el jefe de una revoluci6n y pa saba a convertirse en el presidente de todos las argentinos. Los dirigentes opositores fueron invitados a abrir un debate pUblico, utilizando las me dias de prensa del Estado, incluyendo la cadena nacional de radiodifu si6n, a traves de la cual pudo oirse a Arturo Frondizi invitar al gobierno a volver a la senda republicana y fornmlar, con sobriedad, un verdadero programa de gobierno alternativo. Otros dirigentes pudieron hablar, pero al socialista Alfredo Palacios -que reclam.6 la renuncia del presidente no se lo autoriz6. Por entonces, Per6n habia concluido que la pasibilidad de abrir un espacia para la discusi6n democnitica que lo incluyera era minima. El 31 de agosta, luega de presentar ret6ricamente su renuncia, convoc6 -par Ultima vez- a las peronistas a la Plaza de Mayo, denunci6 el fracaso de la canciliaci6n y lanz6 el mas duro de sus ataques contra la oposici6n: par cada uno de los nuestros, afirm6, caeran cinco de ellos. Fue el canto del cisne. Poca despues, el 16 de septiembre, esta116 en C6rdoba una sublevaci6n militar que encabez6 el general Eduardo lo nardi, un prestigiaso oficial, conspirador de 1951. Aunque las apoyos civiles fueron nmchos, especialmente entre las grupos cat6licos, las uni dades del Ej€rcita que se plegaran fueron escasas. Pero entre las fuerzas "leales" habia,poca valuntad de combatir a los sublevados. A ellos se sum6 la Marina en pleno, cuya flota amenaz6 con bombardear las ciu dades costeras. Per6n habfa perdido par completo la iniciativa y tam poco manifest6 la voluntad de defenderse moviendo todos las recursos de que disponia; sus vacilaciones coincidieron con una decisi6n de quienes hasta ese momenta habian sido sus sostenes en el Ej€rcito, que con sobriedad decidieron aceptar una renuncia dudosamente presen tada. El 20 de septiembre de 1955, Per6n se refug:i.6 en la embajada de Este archivo fue descargado de https://filadd.com OM LA DD .C V. El empate, 1955-1966 FI AL nfA siguiente de Ia victoria-si no antes-, se advirti.6 la heterogeneidad del frente que habia coincidido para derribar al presidente Per6n. El gene ral Eduardo Lonardi encabez6 el nuevo gobiemo, que se present6 como provisional para indicar su decisi6n de restaurar el orden constitucionaL Rodeado por las grupos cat6hcos -lo mas activo y tambien lo mis reciente de la oposici6n- y por militares de tendencia nacionalista, el jefe de la Re voluci6n libertadora proclam6 que no habia ni vencedores ni vencidos y procur6 establecer acuerdos con las principales fuerzas que habian soste nido a Per6n, en particular los sindicalistas. En su opini6n, el proyecto nacio nal y popular que aquel habfa fundado seguia teniendo vigenda, siempre que fuera convenientemente depurado de sus elementos cormptos o inde seables. Los dirigentes sindicales se mostraron contemporizadores con el gobierno, aunque en muchas barriadas obreras -en Avellaneda, Berisso y Rosario- hubo manifestaciones espontaneas contra los militares. Pero los partidarios de Lonardi compartian el gobiemo con representantes de los gru pos antiperonistas mas tradicionales, respaldados por la Marina, la mas ho mogenea de las tres Fuerzas Armadas, cuya voz expresaba el vicepresi dente, contraalmirante Isaac F. Rojas. En el Ejercito, luego de una lucha, se impusieron los partidarios de una politica de abierta ruptura con el derri bado regimen peronista El 13 de noviembre, apenas dos meses despues de designado, Lonardi debi6 renunciar, y fue reemplazado por el general Pe dro Eugenio Aramburu, mas afin a los sectores liberales y antiperonistas, mientras Rojas se rnantenia en la vicepresidencia. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 153 154 EL EMPATE, 1955-1966 BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA 155 FI LA DD .C OM de exportaci6n tradicionales. No obstante, progresivamente empez6 a for n:mlarse una politica altemativa, elaborada sabre todo en el afilbito de la Comisi6n Econ6mica para America Latina (CEPAL): las pafses "desarrolla dos" podian ayudar a los subdesarrollados" a eliminar las factores de atraso mediante adecuadas inversiones en los sectores clave, que estos acompafiarian con reformas "estructurales", como la reforma agraria. Desde entonces, las recetas "monetarista" y "estructuralista" compitieron en Ia opini6n yen las politicas. Pod.fa pensarse que ambas estrategias eran en Ultima instancia complementarias, pero en lo inmediato tenian corola rios politicos muy diferentes: mientras que la primera llevaba a revitalizar a las viejos aliados, los sectores olig.irquicos, quiz.i a las dictaduras, Ia se gunda impulsaba cam.bias profundos: una "modemizaci6n" de la sociedad que se coronaria con el establecimiento de democracias estables, similares a las de los pafses desarrollados. economia. Para adecuarse a este mundo del capitalismo reconstituido, el libera En 1955 ese reordenamiento era estimulado y hasta e:xigido por un lismo y Ia democracia, no bastaba con restaurar el orden constitucional y mundo que, concluida la etapa de la reconstrucci6n de la posguerra y ya en plena Guerra Fria, planteaba desafios novedosos. Las consignas de la acabar con los vestigios de un regimen que se filiaba en los autoritarismos Revoluci6n Libertadora en favor de la democracia coincidian con las ten de entreguerras. Era necesario modernizar y adecuar la economia, dencias politicas de Occidente, donde la democracia liberal -prdctica y transfor mar el aparato productivo. Luego de 1955, en la Argentina la bandera- dividia claramente las aguas con el Este totalitario. Al igual que apertura y la modernizaci6n fueron valores compartidos, pero las en la Argentina peronista, en Estados Unidos y en Europa los Estados in herramientas de esa transfonnaci6n generaron una amplia polemica entre tervenian decididamente, ordenando la reconstrucci6n econ6mica y orga quienes confiaban en el capital extranjero y quienes, desde la tradici6n nizando las vastos acuerdos entre empresas y trabajadores. Pero ese des nacionalista que habia alimentado el peronismo, o desde la de la izquierda antlimperialista, des confiaban de el. Las discusiones, que dominaron las dos pliegue del welfare state-el Estado inteivencionistaybenefactor- acompaii6 decadas siguientes, giraron alrededor de c6mo atraerlo o de c6mo controlarlo. a una integraci6n y liberalizaci6n de las relaciones econ6micas en el Algunos sectores empresariales locales descubrieron las ventajas de la mundo capitahsta. En 1947, los acuerdos monetarios de Bretton Woods asociaci6n, pero otros, crecidos y consolidados al amparo de la protecci6n establecieron el patr6n d6lar y las capitales volvieron a fluir libremente estatal, y que se sentian seguras vfctimas ya fuera de la competencia o del por el mundo. Las areas cerradas fueron desaparedendo y las grandes em presas cornenzaron a instalarse en los mercados antes vedados. Para los fin de la protecci6n, aspi raron a ponerle trabas, y encontraron eco no s6lo paises cuyas ecanomias habian crecido hacia adentro y cuidadosamente en los nacionalistas o en las izquierdas, sino en la mayorfa de las fuerzas protegidas, como los latinoamericanos, y en particular la Argentina, el politicas. Fonda Monetario Internacional -un ente financiero que en el nuevo con Los empresarios, nacionales o extranjeros, coincidian en que cualquier texto tuvo un enorme poder- propuso politicas Uamadas "ortodoxas": es modemizaci6n debia modificar el estatus logrado por los trabajadores du tabilizar la moued.a abandonando la emisi6n fiscal, dejar de subvencionar rante el peronismo. Como ya lo habian insinuado al final del !egimen pe a los sectores "artificiales", abrir los mercados y estimular las actividades ronista, apuntaron a revisar su participaci6n en el ingreso nacional y tarn Este archivo fue descargado de https://filadd.com bien a elevar la productividad, racionalizando las tareas y reduciendo El episodio puso r.ipidamente de manifiesto la complejidad de la he rencia del peronismo. La f6rmula con la que se habia constituido aquel movi.rniento -autoritario, nacionaHsta y popular, nacido en las excepciona les condiciones de la guerra yla inmediata posguerra- ya habia hecho cri sis hacia 1950, cuando el mundo empez6 a normalizarse, y Per6n mismo inici6 en 1952 una reorientaci6n sustancial de sus politicas para adecuarse a las nuevas circunstancias. Las caracteristicas de su movimiento, las fuer zas social.es que lo apoyaban y que et mismo habia movilizado y consti tuido le impidieron encarar decididamente el nuevo rumba. Caido Per6n, esas mismas fuerzas se convirtieron en un obst.iculo insalvable para las intentos de sus sucesores, que declaraban querer reconstrnir una convi vencia democr.itica perdida hacia ya mucho tiempo, pero tambien se pro ponian -con menos claridad- reordenar sustancialmente la sociedad y la FI LA DD .C OM la Este archivo fue descargado de https://filadd.com defini6 una escena po- BREVE HISTORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C mano de obra. Esto implicaba restringir el pod.er de los sindicatos, y tam bil'n el que los trabajadores, amparados par la legislaci6n, habian alcan zado en plantas y fAbricas. Recortar las ingresos y recuperar la autoridad patronal eran las puntos salientes de una actitud mas general contra la si tuaci6n de mayor igualdad social lograda por las trabajadores, la peculiar practica de la ciudadanfa en que se habfa fundado el peronismo; en esa actitud se combinaban las exigencias de cierta racionalidad empresarial con resentimientos mas generales y menos confesables, pero ciertamente fuertes en muchos de quienes se habian cohgado contra Per6n. Aqui se encontraba el mayor obstaculo. Como ha sefialado Juan Carlos Torre, se trataba de una clase obrera madura, bien defendida en un mer cado de trabajo que se acercaba a la situaci6n de pleno empleo, homoge nea y con una clara identidad social y politica. Esto result6 decisive, de bido a la indisoluble identificaci6n de Ios trabajadores con el peronismo, fuerte antes de 1955, pero defioitivamente sellada despues de esa fecha. En un sentido general, la exclusi6n del peronismo de la polftica -que se pro long6 hasta 1973-fue para Ios vencedores de 1955 el requisito para poder operar esa transformaci6n en las relaciones de la sociedad, y a la vez la fuente de las mayores dificultades. Entre las fuerzas sociales embarcadas en la transformaci6n, que no habian terminado de defi.nir sus objetivos, primadas y alianza.s, y las antiguas, que conservaban una importante ca pacidad de resistencia, se produjo una situaci6n que Juan Carlos Portan tiero defini6 como de "empate': pmlongado ha.sta 1966. OM 156 Tempranamente aparecia un conflicto entre la modernizaci6n y la de mocracia, una dificultad para conciliar las dos exigencias principales del mundo de la posguerra. Pero en lo inrnediato no se lo interpret6 asL La propuesta de proscribir al peronismo, que se impuso rApido en el gobierno de la Revoluci6n Llbertadora, se decidi6 no tanto en nombre de la raciona hdad capitahsta como en el de la regeneraci6n democr.itica que el mundo alentaba En la denuncia del totalitarismo peronista se habia unido un con junta vasto y heterogeneo de sectores, que inicialmente al menos tambi€n coincidieron en el diagn6stico de que el peronismo coma tal era inadmisi ble, pero que los antiguos peronistas, luego de un period.a de saneamiento, se redimirian y podrian volver a ser admitidos a la Este archivo fue descargado de https://filadd.com ciudadania La proscrip ci6n del peronismo, y con ella de los trabajadores, ELEMPATE, 1955-1966 157 litica ficticia, ilegftima y constitutivamente inestable, que abri6 el camino a la puja -no resuelta- entre las grandes fuerzas corporativas. LA DD .C El general Aramburu, que encabez6 el gobiemo provisional hasta 1958, asumi6 plenamente la decisi6n de desmontar el aparato peronista. El Par tido Peronista fue disuelto y se intervinieron la Confederaci6n General del Trabajo (cGT) y los sindicatos, puestos a cargo de oficiales de las Fuerzas Armadas. Una gran cantidad de dirigentes politicos y sindicales fueron de tenidos, sometidos a un prohjo escrutinio por comisiones inve adoras y por ultimo proscriptos politicamente. La administraci6n p(iblica y las uni versidades fueron depuradas de peronistas y se controlaron ferreamente los medias de comunicaci6n, que en su m.ayorfa estaban en manos del Es tado. Se prohibi6 cualquier propaganda favorable al peronismo, asi como la mera menci6n del nombre de quien, desde entonces, empez6 a ser de signado coma el "tirano pr6fugo" o el "dictador depuesto". Por un decreto se derog6 la Constituci6n de 1949. OM LIBERTADORES Y DESARROLLISTAS Esta politica fue respaldada masivamente por la Marina, convertida en basti6n del antiperonismo, pero.suscit6 dudas y divisiones en el Ej€rcito, donde muchos oficiales habian acompaftado a Per6n casi hasta el Ultimo momenta. Las discrepancia.s entre los FI antiperonistas de Ia primera hora y los de la ultima se agravaron por un problema profesional -la reincorpora ci6n de las oficiales dados de baja en los Ultim.os afios por razones politi ca.s-, y las facciones se hicieron enconadas. El 9 de junio de 1956, un grupo de ofi.ciales peronistas organiz6 un levantamiento; contaba con el apoyo de muchos grupos civiles y aprovechaba un clima de descontento y moviliza ci6n gremial. El gobiemo lo reprimi6 con desusada violencia, ordenando el fusilamiento de muchos civiles y de los principales jefes militares, indu yendo al generalJuan Jose Valle. Se trat6 de un inusitado hecho de fria vio lencia, que dio la med.id.a de la tajante divisi6n que desde el gobierno se planteaba entre peronistas y antiperonistas. Desde entonces, las depuracto nes de oficiales fueron frecuentes, y poco a poco el grupo mas decidida mente antiperonista los Ngorilas"- fue ganando el control del Ejercito. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 158 ELEMPATE, 1955-1966 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 159 FI LA DD .C OM Alli, se encuentra una de las fuentes de la firme resistencia de los tra Quienes sobrevivieron se adecuaron r.ipidamente a las nuevas circunstan bajadores. Algunos se Umitaron a cantar la Marcha Peronista en los esta cias y abrazaron el credo liberal y democr.itico por entonces dominante, dios de filtbol o a escribir en las paredes "Per6n vuelve". Pero tambien las al que agregaron un nuevo anticomunismo, a tono con la vinculaci6n mas huelgas fueron numerosas y combativas, sabre todo en 1956, y fue fre estrecha del pais con Occidente. cuente el sabotaje o el terrorismo, con rudimentarios artefactos de fabri Los militates se propusieron compartir el gobierno con los civi1es y caci6n casera. Sindicalistas y terroristas adherfan en el fondo a estrategias transferlrselo tan pronto como fuera posible. Proscripto el peronismo, se ilu divergentes y hasta enfrentadas, pero en el clima de la comUn represi6n sionaron con una democracia limitada a los democriticos probados, se pre que sufrieron unos y otros estas divergencias no afl.oraron. La politica de sentaron coma continuadores de la tradici6n de Mayo y de Caseros -Per6n los vencedores, exi.tosa entre otros sectores de Ia sociedad, que abandonaM fue sistem.iticamente comparado con Rosas-, y convocaron a los partidos ron su militancia peronista, logr6 en cambio soldar definitivamente la que compartian el "pacto de proscripci6n" a integrar la Junta Consultiva, identificaci6n entre los trabajadores y un peronismo que de momenta te una suerte de Parlamento sin pod.er de decisi6n, presidida por el vicepresi nfa mas de sentimiento que de movimiento organico. No variaron los ele dente Rojas. El acuerdo induia todas las tendencias del frente civil, con mentos basicos de su ideologfa: el nacionalismo popular y la idea del pa excepci6n de las comunistas, desde las conservadoras hasta las mas pro pel arbitral y benefactor del Estado. Como en la decada anterior, no se gresistas. Estas Ultimas dominaron en las universidades, pese a que el mi nistro de Educaci6n era un cat6lico tradicionalista, pero pronto se enfren trataba de una doctrina revolucionaria o subversiva, pero se hizo mis de taron con el gobierno cuando este propuso autorizar la existencia de finidamente obrera; la nostalgia del parafso perdido implicaba a la vez una universidades privadas, segun lo demandaba la Iglesia. utopia, que solia materializarse en la expectativa del retorno de Per6n, En politica econ6mica hubo una parecida ambigi.iedad. RaUI Prebisch, imaginado en un avi6n negro". Como ha sefialado Daniel James, simple mentor de Ia Comisi6n Econ6mica para America Latina (cEPAL), elabor6 un mente aspiraban a un funcionamiento normal y correcto de los mecanis plan que corobinaba algunos principios de la nueva doctrina con un pro mos capitalistas, que incluian el Estado benefactor y la justicia social. S6lo grama mas ortodoxo de estabilizaci6n y liberalizaci6n. Esta fue la linea se que, confrontada esa aspiraci6n con un contexto tan sustancialmente ad guida, aunque con vacilaciones y dudas. Los instrumentos que el Estado verso, terminaba generando una reacci6n dura y dificil de asimilar. Esta tenia para intervenir -el Instituto Argentina de Prornoci6n del Intercambio fue la primera novedad del peronismo en la era del antiperonismo. La otra fue (IAPI) o el manejo de los dep6sitos bancarios- empezaron a ser desrnonta dos. el surgimiento de una capa de nuevos dirigentes sindicales, form.ados no Se devalu6 el peso y el sector agrario recibi6 un importante estimulo, con en la c6moda tutela del Estado, sino en las duras luchas de esos afios, y lo que se confiaba equilibrar las cuentas extemas. Se aprob6 el ingreso de por ello mucho mas templados para el combate. El gobierno libertador hizo lo posible par desplazarlos, pero fracas6 por complete y debi6 resig la Argentina al Fonda Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mun dial, narse a tolerarlos y a que progresivamente ganaran las elecciones en las y se obtuvo la ayuda de estos organismos para los problemas mas in sindicatos que se normalizaban. En septiembre de 1957 se reuni6 el Con mediatos, lo que les permiti6 dar al pa.is sus contundentes recomendacio greso Normalizador de la CGT y los peronistas, nucleados en las 62 Orga nes. No hubo en cambio una legislaci6n clara sabre el capital extranjero, cuya concurrencia -ya planteada por Per6n- sigui6 despertando dudas. La nizaciones, accedieron a su control, aunque compartiendolo con algunos politica social fue m.is definida. Combinando eficiencia y represi6n, patrosectores independientes. nes y gerentes empezaron a recuperar autoridad en las plantas. Las con Proscripto el peronismo, estas organizaciones sindicales asumieron si vend.ones colectivas fueron suspendidas, yen el marco de una fuerte crisis multaneamente la representaci6n gremial y la politica, y fueron, desde en ciclica en 1956, los salarios reales cayeron fuertemente en 1957. tonces, la "columna vertebralH del rnovimiento. Desde su exilio -en AsunEste archivo fue descargado de https://filadd.com 160 BREVE HISIDRIA CONTEMPORA.NEA DE LA ARGENTINA ELEMPATE, 1955-1966 FI LA DD .C OM con el d6n, Caracas, Santo Domingo y finalmente en Madrid- Per6n conservaba todo su poder simb6lico, pero en lo concreto debi6 dejar hacer y to1erar las desobediendas para no ser negado, aunque reservalldose cierto poder de veto. Per6n se dedic6 a reunir a todos cuantos aceptaran invocar su nom bre, alentandolos y empuj.indolos a unos contra otros, para reservarse asi la ul.tima palabra en cualquier negociaci6n. Aprendi6 una nueva tecnica de conducd6n y la utiliz6 admirablemente. Para el gobierno y las fuerzas politicas que lo apoyaban, el "pacto de proscripci6n" planteaba un problem.a para el futuro, mediato o inmediato: que hacer con el peronismo. Algunos aceptaron la exclusi6n sine die,con fiando vagamente en que la educaci6n democr.itica -tal el no bre de unanueva materia de la escuela media- tenninaria surtiendo su efecto. Otros aspiraban a comprender y redimir a los peronistas, y los miis pr8.cti cos, sencillamente a recibir su apoyo electoral, y a traves de el a integrar los . Las distintas opciones dividieron a todas las fuerzas politicas. En la derecha, optaron por acercarse al peronismo algunos de los viejos naciona listas y los conservadores populares". En la izquierda, la politica represiva del gobierno libertador apart6 pronto a muchos de un bloque antipero nista en el que hasta entonces habfan convivido con sus enemigos natura les. Su misi6n era dirigir a la clase obrera, y esta era peronista y no dejaba de serlo, lo que planteaba un serio problem.a a quienes seguian creyendo en Ia naturaleza burguesa o aun fascista de ese movimiento. El Partido So cialista se dividi6 en 1956 entre quienes se mantenian fieles a la lfnea an tiperonista y se vincularon cad.a vez mas con los grupos de derecha, y quienes creyeron que el partido debfa construir una altemativa de iz quierda para los trabajadores, mas atract:iva que la del peronismo. Algunos intelectuales, de la izquierda o del nacionalismo popular, se identificaron con el peronismo, mientras que para muchos otros el radical Arturo Fron dizi empez6 a representar una alternativa atractiva. El ascenso de Frondizi en la Uni6n Civic.a Radical (ucR) provoc6 su ruptura. Desde antes de 1955 los intransigentes convivian con dificultad con los unionistas y los sabattinistas, mas cercanos a los grupos golpistas y conspirativos. Despues de la cafda de Per6n el radicalismo se dividi6: quienes segufan a Ricardo Balbin se i.dentificaron con el gobiemo Este archivo fue descargado de https://filadd.com liberta dor, mientras que Arturo Frondizi eligi6 la 1:fnea de acercamiento 161 FI LA DD .C ruptura, y el viejo partido se dividi6 en dos: la UCR Intransi gente y la UCR del Pueblo. En 1957, acosado por dificultades econ6micas y una creciente oposi ci6n sindical y polftica, el gobierno provisional empez6 a arganizar su re tlro y a cumplir con el compramiso de restablecer la democracia Se con voc6 una Convenci6n Constituyente, en parte para legalizar la·derogaci6n de Ia Constituci6n de 1949 y actuahzar el texto de 1853, yen parte para auscultar los resultados de la futura e1ecci6n presidencial. Per6n orden6 votar en blanco, y esas vatos -alrededor del 24%- fueron las mas nume rosas, aunque ciertamente muchos menos de los que el peronismo cose chaba cuando estaba en el gobierno, y casi iguales a las de la UCR del Pue blo, que era el partida oficialista. En tercer lugar, a no mucha distancia, se coloc6 la ucR Intransigente. La Convenci6n result6 un fracaso y se disolvi6 luego de introducir enmiendas menores -una ampliaci6n del articulo 14, que inclufa el derecho de huelga-, pero las enseiianzas de las resultados electorales fueron claras: quien atrajera a las votantes peronistas tenia ase gurado el triunfo, siempre que el peronismo siguiera proscripto. Esta con dici6n era garantizada por el gobiemo libertador. Arturo Frondizi se lanz6 al juego, ciertamente riesgoso. Con un dis curso moderno, referencias claras a los prablemas estructurales del pais y una propuesta novedosa, que llenaba de contenidos concretos los vie jos principios radicales, nacionales y populares, se habia convertido sin dillcultades en la alternativa para las fuerzas progresistas y para un sec tor amplio de la izquierda. Su vinculaci6n con Rogelio Frigerio introdujo un sesgo significativo en su discurso, al subrayar la importancia del de sarrollo de las fuerzas productivas y el papel que en ello debian cumplir los empresarios. La maniobra mas audaz consisti.6 en negociar con el pro pio Per6n su apoyo electoral, a cambio del futuro levantamiento de las proscripciones. La orden de Per6n fue acatada -salvo por unos 800 mil OM peronismo, basa.Ildose en el tradicional programa nacional y popular del radicalismo, asi como en su constitutiva oposici6n a las uniones democra ticas". Para atraer a las peronistas, reclam6 del gobiemo el levanta.miento de las proscripciones y el mantenimiento del regimen legal del sindica lismo. En noviembre de 1956 -cuanda las elecciones presidenciales eran cosa remota- la UCR proclam.6 la candidatura presidencial de Frondizi, lo que aceler6 la Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE mSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 163 Fl nuevo gobiemo tenia amplia mayoria en el Congreso y controlaba la totalidad de las gobernaciones, no obstante lo cual su pod.er era claramente precario. Los votos eran prestados, y la ruptura con Per6n y sus seguidores era una poSibilidad muy real Las Fuerzas Armadas no simpatizaban con quien habfa roto el compromiso de la proscripci6n, ganando con Ios votos peronistas, y desconfiaban tanto de las antecedentes izquierdistas de Fron dizi coma de su reciente conversi6n hacia el capitalismo progresista. Los partidos politicos, escasamente interesados en Ia legalidad constitucional, no llegaban a conformar una red de seguridad para las instituciones, y el propio partido oficial, dirigido desde Ia presidencia, era incapaz de cual quier iniciativa aut6noma Quizd por eso F!ondizi apost6 a obrar con pron titud, mientras pudiera hacer]o libremente, e introducir de manera inme diata cambios tales que configuraran una escena mas favorable. Un aumento de salarios del 60%, una amnistia y el levantamiento de las pros cripciones -que sin embargo no incluian ni a Per6n ni al Partido Peronista-, asf coma la sanci.6n de la nueva1ey de asociaciones profesionales, casi igual a la de 1945, que la Revoluci6n Libertadora habia derogado, fueron parte de la deuda electoral. Frondizi asumi6 personalmente lo que llam6 la "ba talla del petr6leo' esto es, la negociaci6n con compafiias extranjeras de la exploraci6n y puesta en exp1otaci6n de las reservas, y al rn.ismo tiempo anunci6 la autorizaci6n para el funcionamiento de universidades no esta tales, lo que gener6 un profundo debate entre los defensores de la ense ftanza Nlaica" y las de la "hbre en su mayoria cat6hcos. En los calculos del presidente arnbos debates -el del petr6leo y el de la ense.ftanza- acabarian neutralizalldose. I El meollo de la politica econ6mica fueron las leyes de radicaci6n de capitales extranjeros y de promoci6n industrial, sancionadas antes de que Pueblo- manifestaron un rechazo a priori de cualquier cosa que hiciera un terminara 1958. For ellas se aseguraba a los inversores extranjeros hbertad presidente cuya victoria consideraban ileg{tima, asf corno escaso aprecto para rernitir ganancias y aun para repatriar el capital. Se establecfa un regi por las instituciones democrdticas y poca fe en el valor de la continuidad men especial a las inversiones en sectores juzgados clave para la nueva institucional, al punto de especular con la posibilidad de un golpe militar. etapa de desan:ollo: la siderurgia, la petroqufmica, celulosa, automotriz, Pero el estilo politico de Frondizi y su grupo -convencidos de la verdad energia, y naturalmente el petr6leo, al que todos los diagn6sticos sefi.ala in trlnseca de sus propuestas- era de par Sl p,oco inclinado a la discusi6n ban como el mayor cuello.de botella del crecimiento industrial. Habria pro gramatica, la persuasi6n o la busqueda de acuerdos politicos, ni trato preferencial en materia de derechos aduaneros, creditos, impuestos, siquiera en el ambito de sus propios partidarios. suministro de energia y compras del Estado, asi coma en la protecci6n Este archivo fue descargado de https://filadd.com •' FI LA DD .C reluctantes-, y Frondizi se impuso en las eleccioneS del 23 de febrero de 1958, con algo mas de 4 millones de votos, contra 2,5 millones que ob tuvo Ricardo Balbin. Frondi.zi presidi6 el gobiemo entre mayo de 1958 y marzo de 1962. En la nueva versi6n de su programa -que decepcionaba a sus seguidores de izquierda- Frondizi aspiraba a renovar los acuerdos, de raigambre pero nista, entre los empresarios y los trabajadores; estos eran convocados a abandonar su actitud hostil e integrarse y compartir, en un futuro indeterminado, los beneficios de un desarrollo econ6mico impulsado por el capi tal extranjero. Esta ret6rica incorporaba el novedoso tema del desarrollo, asociado con las inversiones extranjeras, y lo unia a la condena del viejo imperialismo britanico. Todas las fuerzas del pais modemo eran convoca das a unirse en Ia comUn oposici6n a las intereses, locales y. foralleos, for jados en la etapa agroexportadora. Ademds de trazar el prospecto de un pais en crecirniento y sin conflictos, la ret6rica, deliberadamente hnprecisa, servfa para justificar las arriesgadas maniobras ticticas del presidente. Se legitimaba asi a los equipos tecnicos que encabezaba Rogelio Frigerio -su puestamente representante de la "burguesia nacional"- asi coma el pacto con Per6n y el acuerdo con los sindicatos. La confianza en la eficiencia de este programa justificaba las concesiones a otros "factores de pod.er", en cuestiones juzgadas secundarlas, como a la Iglesia, en el campo de la ense fianza, y a las militares, entre quienes, sin embargo, se aspiraba a desarro llar una tendencia adicta, "nacional" y desarrollista El realismo politico del presidente inclufa una tendenda a inclinarse por la negoctaci6n tactica con las grandes corporaciones, y en consecuen cia una escasa valoraci6n de la escena politica, que acababa de ser fonnal mente restaurada. Es cierto que los partidos -y en particular 1a ucR del ELEMP.ATE, 1955-1966 OM 162 mis combativas de cad.a planta. 164 BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM arancelaria del mercado local, todo ello manejado con un alto grado de discrecionalidad, manifiesto notorlamente en los contratos petroleros, que el presidente negoci6 en forma personal y secreta Los resultados de esta politica fueron notables: las inversiones extranjeras, de alrededor de 20 millones de d61ares en 1957, subierona 248 en 1959, y 100 mas en los dos aftos siguientes. La producci6n de acero y automotores creci6 de modo es pectacular y casi se lleg6 al autoabastecimiento de petr6leo. La fuerte expansi6n hizo probablemente rruis intensa la crisis ciclica trienal -las anteriores fueron las de 1952 y 1956-, anunciada a ftnes de 1958 par una fuerte inflad6n y dificultades serias en la balanza de pagos. En diciembre de 1958 se pidi6 ayuda al FMI y se lanz6 un Plan de Estabili zaci6n, cuya receta recesiva se profundiz6 en Junia de 1959, cuando Fron dizi convoc6 al Ministerio de Economia al ingeniero Alvaro Alsogaray. Se trataba de uno de los voceros prindpales de las corrientes hDerales, y aplic6 un ortodoxo program.a de devaluaci6n, congelamiento de salarios y supre si6n de controles y regulaciones estatales cuyas consecuencias fueron una fuerte perdida en los ingresos de los trabajadores y una desocupaci6n ge neralizada. Esta segunda politica, liberal y ortodoxa, era contradictoria con la desarrollista inicial, que se ftliaba en las propuestas estructuralistas, pero en cierto modo complementaba y reforzaba sus efectos. Sin embargo, su adopci.6n marc6 el final de la ilusi6n integracionista y puso en evidencia la necesidad de enfrentar el obstaculo sindical. El Plan de Estabilizaci6n puso fin a una precaria convivencia entre el gobierno y los sindicatos peronistas, que hasta entonces habian apre ciado medidas gubernamentales como el fin de las proscripciones y, sa bre todo, la ley de asociaciones profesionales, que establecia el sindicato Unico y el descuento por planilla. Pero las efectos de la politica de estabi lizaci6n y la dureza con que el gobiemo reprimi6 las protestas, a partir de la huelga del Frigorifico Lisandra de 1a Torre de enero de 1959, pusieron a las sindicatos en pie de guerra. Las huelgas se intensificaron en las me ses siguientes, y luego recrudeci6 el sabotaje. El gobierno respondi6 in terviniendo los sindicatos y empleando al Ejercito para reprimir -segU.n lo estableda el plan Conintes (Conmoci6n Interna del Estado)-, al tiempo Este archivo descargado de https://filadd.com que Ios empresarlos, aprovechando la recesi6n, despedian a los fue cuadros ELEMPATE, 1955·1966 165 FI LA DD .C OM El afio 1959 fue un punto de inflexi6n. La intensa ala de pratesta sindi cal iniciada a la caida de Peron concluy6 con una derrata categ6rica Lara ctonalizaci6n laboral pudo avanzar hbremente, mientras que en los sindica tos se consohdaba un nuevo tipo de direcci6n, menos comprometida en la Iucha cotidiana y mas preocupada por contralar las complejas estructuras sindicales, recurriendo inclusa a la corru.pd6n o al matonismo para acallar las disidencias. Reconocieron que no podian sostener una lucha frontal y se dedicaron, mas pragmiticamente, a golpear -sobre todo al gobiemo--, para enseguida negociar. Augusto Vandor, jefe del sindicato metalUrgico -la Uni6n Obrera Metaltirgica (uoM)-, fue la figura principal y arquetipica de esta nueva burocrada sindi.cal, especializada en administrar la desmoviliza d6n, con paros generales duros de palabra pero poco combativos y negocia ciones permanentes con todos los fact.ores de poder. En momentos en que se debilitaba en el terreno de la negociaci6n especificamente laboral, este nueva sindi.calismo adquiri6 una enorme fuerza en la escena politica. Esa fuerza provenia de la persistencia de un problema politico pen diente e insoluble -la proscripci6n peronista-, pero sobre todo del fuerte hostigamiento que el gobierno sufrla a manos de los militares. Estos vieron con desconfianza el triunfo de Frondizi y se dedicaron a vigilarlo, y en par ticular a controlar sus relaciones con los peronistas. Se dividieron seg(in sus diferentes opiniones acerca de cuallto debfa haber de respeto a las ins tituciones constitucionales y cu.into de presi6n corporativa, que tomaba la forma de "planteo" al presidente para que adoptara determinada rnedida La Marina fue m.is homogenea en su rechaza a la politica presidencial, pero en el Ej€rcito domin6 un faccionalismo creciente, que amplillcaba las divisiones anteti.ores. El gobiema intent6 alentar en el Eje!cito una tenden cia que lo apoyara, pero cuando el conflicto estallaba fue incapaz de soste ner a sus eventuales partidarias. A lo largo de las casi cuatro aftos de su presidencia, Frondizi soport6 32 uplanteos" rnilitares, algunos para exigir cambios en su linea politica y atros destinados a ganar terreno en 1a propia instituci6n. A todos cedi6. En junio de I959 lleg6 a la Comandancia enJefe del Ejercito Carlos Severo Taranzo Montero, el mas dura de los jefes anti peronistas, que durante dos afios ejerci6 una tutela pretoriana sobre el pre sidente. Fue el periodo del ministerio de Alsogaray y del Plan Conintes, y sin duda la Cpoca de mayor represi6n social y politica. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 166 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM Las tendend.as pretorianas de las Fuerzas Armadas tenninaron de cris talizar con la Revoluci6n Cubana El trlunfo de Fidel Castro de 1959 habia sido celebrado por dem6cratas y liberales, pero hacia 1960 su acercamiento al bloque soctalista dividi6 profundamente las aguas. Las izquierdas, vaci lantes ante la cuesti6n del peronismo, encontraron en el apoyo a la algo lejana experiencia cubana un campo de coincidencias propicio: a principios de 1961, el socialista Alfredo Palacios gan6 una banca de senador en la Ca pital, lo que po1ariz6 a las fuerzas progresistas y de izquierda. El anticomu nismo, en cambio, prendi6 fuertemente en la derecha, en el liberalismo an tiperonista y tambiell en la Iglesia. America Lltina y la Argentina entraban en el mnndo de la Guerra Frfa, y las militares, duramente interpelados por sus colegas estadounidenses, asumieron con decisi6n una postura antico munista que, so pretexto de la seguridad interior, venia a legitimar el preto rianismo. Los militares asociaron con el comunismo tanto al peronismo como al grupo que orientaba Rogeho Frigerio o a los estudiantes universi tarios. En momentos en que Estados Unidos empezaba a reclamar alinea miento y solidaridad contra Cuba, los militares encontraron otro espacio para presionar a Frondizi. El presidente, que habia adherido con entusiasmo a las consign.as de la Ahanza para el Progreso del presidente Kennedy, era reacio a condenar a Cuba, asi coma a perder cierta libertad de maniobra internacional que le brindaba la existencia de una altemativa socialista en el continente. Algunos tibios gestos de independencia horrorizaron a los militares y al frente antiperonista y anticomunista: el acuerdo con el sospe choso presidente brasileiio J.inio Quadros en abril de 1961; su entrevista en agosto de ese afio con Ernesto Guevara, a la saz6n ministro de Industrias de Cuba, y sabre todo la abstenci6n argentina en la Conferencia de Cancilleres de Punta del Este, que expuls6 a Cuba del sistema interamericano. El hecho de que los ministros de Relaciones Exteriores que acompaftaban tales medidas fueran notorios dirigentes conservadores coma Adolfo Mugica o Miguel .Angel Carcano no arnilan6 a las militares, que presionaron duramente al presidente hasta que, un mes despues de la abstenci6n, et gobierno rompi6 relaciones con Cuba. Por entonces, la marcha del proceso politico y electoral acercaba al de Este archivo fue descargado de https://filadd.com bil gobiemo de Frondizi a su catastrofe final. Las elecciones de 1960, con el peronismo proscripto, habian mostrado que sus votos seguian siendo 167 FI LA DD .C decisivos, mas alla de oscilaciones menores entre el oficial.ismo y la princi pal oposici6n. Las elecciones de principios de 1962 debian ser mas rlesgo sas, pues habrian de elegirse gobemadores provinciales. Para enfrentarlas con mayores posibilidades, Frondizi despidi.6 a principios de 1961 a Also garay y a Toranzo Montero, dio por terminada la estabilizaci6n, adopt6 una politica social mas flexible y se lanz6 a la ardua tarea de enfrentar electo ralmente a los peronistas, cuya proscripci6n no podia mantener sin riesgo de que estos apoyman a cualquiera de sus enemigos. Como en otras ocasiones, se esbozaron distintas alternativas, segun hubiera proscripci6n o no. Una de eltas, la que generaba mas preocupa ci6n, era el apoyo a alguna de las fuerzas de izquierda, con quienes la Re voluci6n Cubana habia creado un campo de solidaridad y entendimiento. La sola existencia de esta alternativa, a la que el sindicalismo era profun damente reacio, mostraba que el peronismo empezaba a ser trabajado por una fuerte renovaci6n ideol6gica. Pero el deseo general de 1os dirigentes era levantar la abstenci6n, concurrir a elecciones y recuperar espacios en las Iegislaturas, las municipalidades y las provinci.as, y el mismo Per6n de bi6 aceptarlo. Lo deseaban muches caudillos provinciales, que suponian que no serian vetados par los militares, y lo querian particularmente Ios sindicalistas, dueiios de la (mica estructura formal existente en el pero nismo. A traves de las 62 Organizaci.ones dominaron el aparato electoral y pusieron sus hombres a la cabeza de las listas. Meis alla del resultado mismo de las elecciones, habian ganado la puja intema: el peronismo era el movimiento obrero, y este a su vez era su direcci6n sindic.al, que enca bezaba y adm:inistraba Vandor. En el piano nacional, un triunfo peronista seguia siendo inadmisible para quienes habian suscripto en 1955 el ti.cite pacto de proscripci6n, in cluyendo al propio Frondizi, quien antes de las elecciones dedar6 que, frente a un eventual triunfo peronista, no les entregaria el poder. Pero na die queria asumir los costos de la proscripci6n, y el gobierno, alentado par algunos exitos electorales, corri6 el riesgo de enfrentar al peronismo en elecciones abiertas. El 18 de marzo, los candidates peronistas ganaron am pliamente en las principales provincias, incluyendo el distrito clave de Bue nos Aires. En tos agitados dias siguientes Frondizi hizo lo imposible para capear la situaci6n: intervino las provincias donde hab:fan triunfado las pe- OM EL EMPATE, 1955-1966 Este archivo fue descargado de https://filadd.com ronistas, quienes se mostraron muy prudentes, cambi6 todo su gabinete y encarg6 a Aramburu una mediad6n con los partidos politicos, que se ne garon a respaldarlo y se declararon totalmente indiferentes ante la suerte del presidente y del sistema institucional mismo. Esta era la sefial que los militares esperaban, y el 28 de marzo de 1962 depusieron a Frondizi, quien conserv6 la serenidad coma para organizar su reemplazo por el presidente del Senado, Jose Maria Guido, y salvar asi un jir6n de institucionalidad costos de una participaci6n tan directa del Ejercito en la conducci6n poli- OM 'i,-- BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C I 168 CRISIS Y NUEVO INTENTO CONSTITUCIONAL Muchos de quienes habian acompaftado a Frondizi en su Ultimo tramo ro dearon al presidente Guido y a la fragil institudonalidad por el represen tada, buscando negociar una alternativa politica que de alguna manera tuvi.era en cuenta a los peronistas. Pero apenas ttes meses despues, los mi litares, que habfan asumido por completo su funci6n tutelar, impusieron un gabinete definidamente antiperonista. La crisis politica y la crisis eco n6mica dclica coinddieron y se potenciaron mutuamente, dando lugar a medidas err<lticas. En un fugaz ministerio de quince dias, Federico Pinedo dispuso una espectacular devaluaci6n, que favoreci6 en general a los gru pos agropecuarios y en particular a sus amigos, segttn se dijo. En seguida fu.e reemplazado por Alvaro Alsogaray, quien repiti6 su receta estabiliza dora, que esta vez go1pe6 ademas al sector industrial local, que habia cre cido durante el periodo frondicista La inestabilidad politica de esos meses de 1962 reflejaba sobre todo las opiniones contrastantes de los distintos sectores de las Fuerzas Armadas, dueii.os no asumidos del poder. :Mientras que los grupos de oficiales anti peronistas mas duros controlaban el gobiemo y seguian buscando una sa lida basada en una infinita fu.ga hacia adelante -la proscripci6n categ6rica del peronismo-, una posici6n altemativa empez6 a dibujarse en el Ejercito. Se constituy6 en torno a los jefes y ofi.ci.ales del arma de Caballerfa, que mandaban los regimientos de blind.ados y el estrategico acantonamiento de Campo de Mayo. Reflejaba en parte una competencia profesional in Este fueydescargado de https://filadd.com tema, pero sabre todo una apreciaci6n diferente sabre lasarchivo ventajas los FI ,, ' ,;' OM LA DD .C tica. El grupo de Camp o de Mayo descu bria que el costo pagad o por ello -la exace rbaci 6n faccio sa, la divisi 6n del Ejerci to, su crecie nte debili dad ante otras fuerz asera dema siado alto y que conve nia refugi FI 169 arse en una actitud mas prescindente, que en temrinos politicos significaba un acata rni.ento mayor a las autoridades constitucionales. Asl, el legalismo esgri mido era en realidad, antes que una manifestaci6n de creendas civicas, una expresi6n de estricto profesionalismo. Creian ademas que la asocia ci6n de peronismo con comunismo era simplista y exagerada, y que, dad.a su tradici6n nacional y conciliadora, el peronismo podia incluso aportar algo al frente anticomunista. Esta posici6n se fue perfilando a lo largo de sucesivos enfrentamientos con la facci6n "gorila", que hicieron crisis en el mes de septiembre, cuando unos y otros -azules y colorados, segun la de nominaci6n que entonces adoptaron- sacaron las tropas a la calle y hasta amagaron combatir. Los azules triunfaron en la contienda mihtar y en la de Ia opini6n ptiblica, a la que se dirigieron sus asesores civiles: explicaron a traves de sucesivos comunicados la preocupaci6n de la facci6n par la le galidad, el respeto institucional y la bUsqueda de una salida democr<ltica. Poca despues, grupos vinculados con ellos promovieron la aparici6n de una revista singular -Primera Plana- para defender su posici6n. El triunfo azul en septiembre Ilev6 al Coman.do en Jefe al general Juan Carlos Ongania, y al gobiemo a quienes, al igual que Frondizi, habian tra tado de estructurar un frente politico que de alguna manera integrara a Ios peronistas. Se trataba de un grupo de politicos provenientes de la democra cia cristiana y del nacionalismo, y algunos del propio desarrollismo, a la busca de una f6nnu1a que reuniera a militares, empresarios y sindicalistas. Disponian de varias estructuras electorales vacantes -entre ellas la Uni6n Popular, un partido neoperonista-, pero no del candidato, que eventual mente podria haber sido el propio general Ongania. Pero las condiciones para esta altemativa todavia no habfan madurado: la mayorfa de los em presari.os desconfiaban de las peronistas y en general de cualquier poHtica que no fuera estrictamente liberal; los peronistas desconfiaban de los fron dicistas, mientras que las fuerzas tradiciona.lmente antiperonistas, coma la ucR del Pueblo, denunciaban :indignadas la nueva alternativa espuria e ile gitima. Tambien se oponia la Marina, ausente de los enfrentamientos de septiembre, que el 2 de abril de 1963 realiz6 su propia sublevaci6n Esta ELEMPATE, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 170 BREVE HISTORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA una magra parte de los sufragios, y si bien tenia la mayorfa en el Senado, s6lo FI LA DD .C OM vez el enfrentamiento con el Ejercito fue violento, hubo bombardeos y cuarteles destruidos; la Marina fue derrotada, pero su impugnaci6n tuvo exito. Al t€rmino del episodio, el comunicado fmal de los azules retomaba las posturas antiperonistas y se declaraba en favor de la proscripci6n del peronismo. Los frentistas insistieron en encontrar la f6rmula alqufmica, esta vez sin Ios militares, reuniendo a frondicistas, democristianos y nacionalistas. En estas negociaciones, y en las anteriores, los sindicalistas hicieron valer su poder, practicando hasta sus Ultimas consecuencias el "doble juego", que no los comprometfa defmit:ivamente con ninguna altemativa y les per mitia sacar provecho de todas. En enero de 1963 lograron que la CGT fuera normalizada, con lo que tenninaron de redondear su estructura sindica:1, y de inmediato comenzaron a presiornrr al gobierno con una Semana de Pro testa Pero a la vez jugaron la carta politica, negociando su participaci6n en el Frente, en competencia cad.a vez mas evidente con Per6n. Las negocia ciones no tenninaron bien: cuando Per6n proclam.6 candidato a Vicente Solano Lima, un veterano politico conservador que desde 1955 se habfa acercado al peronismo, se apart6 el grueso de la ucR Intransigente y tam bien otros grupos menores, al tiempo que el gobierno vetaba la f6rmula, apelando a la legislaci6n proscriptiva del peronismo de 1955. Asi se lleg6 a julio de 1963 en una situaci.6n muy parecida a las eleccio nes de 1957. Los peronistas deci.dieron votar en blanco, pero una proporci6n de sus votos emigr6 en favor del candidato de la UCR del Pueblo, Arturo Illia, quien con el 25% de los sufragios obtuvo la primera minoria, y luego la nominact6n en el Colegio Electoral. Es probable que haya influido en ese apoyo sorpresivo la presentaci6n como candidato del general Aramburu, que estaba siendo postulado desde 1958 para distinto ti.po de alternativas, y que defini6 su posici6n en terminos decididamente antiperonistas. Arturo lllia gobem6 entre octubre de 1963 y junio de 1966. Esta se gunda experiencia constitucional posperonista se inici6 con peares perspectivas que la prim.era. Las principales fueczas Corporativas, incapaces par el momenta de elaborar una alternativa a la democracia constitucio nal, habian hecho un alto pero estaban lejos de comprometerse con el Este archivo fue descargado de https://filadd.com nuevo gobierno. El partido ganador, la ucR del Pueblo, habfa obtenida EL EMPATE, 1955'-1966 FI LA DD .C controlaba alga mas de la mitad de las gobernaciones y no tenia mayoria en la Camara de Diputados donde, debido al sistema de voto proporcional, estaba representado un amplio espectro de fuefzas politicas. A diferencia de Frondizi, el nuevo gobierno radical le dio mucha mas importancia al Congreso y a la escena politica democrAtica, tanto por autentica convic ci6n coma por su escasa propensi6n o capacidad para negociar con las principales corporaciones. La vida parlamentaria tuvo mas actividad y bri llo, pero el radicalismo no logr6 estructurar alli una allanza consistente, ni tampoco comprometer autenticamente a las fuerzas politicas en la defensa de la institucionalidad. Arturo Illia, un polftico cardobes de la linea sabattinista, no era la fi gura mas destacada de su partido, y es probable que su candidatura deri vara de la escasa fe de las principales dirigentes en su triunfo. Dentro del abanico de tendencias del radicalismo, tenfa simpatias por las posiciones m.is progresistas, pero debi6 negoci.u con los otros sectores, que ocuparon posiciones importantes en su gobierno. Su presidencia se defini6 par el res peto de las normas, la decisi6n de no abusar de los poderes presidenciales y la voluntad de no exacerbar los conflictos y buscar que estos decantaran naturalmente. Las cri'.ticas se centraron en esta modaJidad, tachada de irrealista e ineficiente, revelando el escaso aprecia que en la sociedad ar gentina existla par las formas democrAticas e institucionales. La polftica econ6mi.ca tuvo un perfil muy definido, dado por un grupo de tecnicos con fuerte influencia de la CEPAL. Los criterios basicos del po pulismo refonnista que la UCR del Pueblo heredaba del viejo programa de las intransigentes radicales -enfasis en el mercado intemo, politicas de dis tri.buci6n, protecci6n del capital nacional- se combinaban con elementos keynesianos: un Estado muy active en el control y en la planiftcaci6n eco n6mica. El gobierno se benefici6 ademas de la coyuntura favorable que sigui6 a la crisis de 1962-1963, la recuperaci6n industrial y particular mente de dos afios de buenas exportaciones. Los ingresos de los trabajado res se elevaron y el Congreso vot6 una ley de salario minima. El gobiemo control6 las precios y avanz6 con decisi6n en algunas areas conflictivas, como la comercializaci6n de los medicamentos. Frente al capital extran jero, sin hostilizarlo, procur6 reducir la discrecionalidad de las medidas de promoci6n. Un caso especial fueron los contratos petroleros, que habfan OM 171 Este archivo fue descargado de https://filadd.com ::::i; .· ·,:!!!t· BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C sido un caballito de batalla en la lucha contra Frondizi, y que fueron anu lados y renegociados. Esta politi.ca econ6mica y social intentaba desandar parte del camino seguido despues de 1955 y despert6 enconadas resistencias entre las sec tores empresariales, expresadas tanto por los voceros desarrollistas, que se quejaban de la falta de alidentes a la inversi6n extranjera, coma sabre todo par los Iiberales, que reaccionaban contra lo que juzgaban estatismo y de magogia, y se preocupaban par las avances de los sindicatos y la pasividad del gobierno ante ellos. Este habia intentado aplicar los recursos de la ley de asociaciones para controlar a Ios dirigentes sindicales, especialmente en el manejo de los fan dos y de las elecciones intemas, con la esperanza de que surgiera una co rriente de dirigentes que rompiera el monolitismo peronista. Los sindica listas respondieron con un Plan de Lucha que consisti6 en la no podia superar cier- OM 172 FI ocupaci6n escalonada, entre mayo y junio de 1964, de 11 mil fabricas, en una opera ci6n que involucr6 a casi cuatro millones de trabajadores, realizada con una p1anificaci6n exacta, sin desbordes ni amenazas a la propiedad, y des montada con igual celeridad y pulcritud Aunque desde la derecha y desde la izquierda se quiso ver en esto el comienzo de un asalto al sistema, fue s6lo una expresi6n, de rara perfecci6n, de la estrategia impulsada por Van dor, capaz de obtener los maxi.mos frutos con una movilizaci6n controlada y resttingida. Tal desphegue estaba dirigido en parte a obtener concesiones del gobierno -particularmente el fin de Ia presi6n sabre las sindicatos-, pero sabre todo a hacer ver que estos constituian un actor insoslayable y de real peso en cualquier negociaci6n seria, esto es, la que mantuvieran con las militares, los empresarios y el mismo Per6n. El vandorismo aprovechaba asi su cabal donrinio de los sindicatos y tambien de las organizaciones poHticas del peronismo, para actuar simul tanea o alternativamente en Ios dos frentes y practicar su arte de la nego ciaci6n. En el primer semestre de 1964, y alentados por un eventual levan tamiento de la proscripci6n, las sindicatos encabezaron una reorganizaci6n del PartidoJusticialista (PJ) -nuevo nombre del Peronista-, que realizaron a su estilo, pues una afiliaci6n relativamente baja les permiti6 un petfecto control, lo que las fue llevando a un enfrentamiento creciente con Per6n, amenazado en su liderazgo. La disputa entre fue ambos Este archivo descargado de https://filadd.com 173 EL EMPATE, 1955-1966 FI LA DD .C retomo de Per6n al pais, una provocaci6n al gobiemo y quiz.is al propio Per6n, de envergadura similar a la de una presentaci6n electoral, que ponfa sobre el tapete los pactos tacitos de proscripci6n. El Operativo Retomo suscit6 una gran expectativa entre las peronistas y aviv6 nostalgias y fantasias. Per6n tom6 un avi6n, pero antes de que el gobiemo se viera obhgado a decidir que hacer, las autoridades de Brasil lo detuvieron y enviaron de nuevo a Espana. No est.i claro quien perdi6 mas con este resultado, si el gobiemo, Vandor o el propio Per6n -los acontecimientos posteriores hicieron irrele vante el balance-, pero lo cierto es que Per6n estaba dispuesto a jugar sus cartas para evitar cualquier acuerdo que lo excluyera. Par entonces em pez6 a cobijar y alentar a los incipientes sectores crfticos de la direcci6n sindical e inclinados a una politica mas dura, o incluso a seguir la send.a de la Revoluci6n Cubana. La principal preocupaci6n de Per6n se hallaba en el campo electoral, donde podia competir mejor con Vandor. En marzo de 1965 se realizaron las elecciones de renovaci6n parlamentaria. El gobiemo proscribi6 al PJ pero autoriz6 a tos peronistas a presentarse tras r6tulos menos conflictivos, coma la Uni6n Popular, controlados par el sindicalismo vandorista o par caudillos provinciales "neoperonistas , que interpretaban de manera muy amplia y flexible el liderazgo de Per6n. Los resultados fueron buenos para el peronismo pero no aplastantes, pues sumando todos las segmentos ob- tuvieron alrededor del 36% de 1os votos. Lograron OM tos Hnrites, pues ni Per6n podia prescindir de los sindicalistas m.is repre sentativos ni estos pod.fan renegar del liderazgo simb6lico de Per6n. La competencia consisti6 en un tironeo permanente, en el que Vandor fue ganando posiciones. A fines de 1964 la dirigencia local organiz6 el constituir un fuerte grupo parlamentario, que encabez6 un a ldtere de Vandor, y ernpezaron a prepararse para las elecciones de 1967, en las que -coma en 1962- se com petiria por los gobiemos de provincia. Si Vandor imponia sus candidatos en las principales provincias y lograba reunir a los grupos neoperonistas pro vinciales, habria logrado institucionalizar al peronismo sin Per6n y armar una poderosa fuerza disidente. De alguna manera implic:ita, Per6n y el go bierno concunieron a enfrentarlo. En los Ultimas meses de 1965, Per6n envi6 a la Argentina a su esposa Maria Estela, conocida coma Isabel, como su representante personal Isabel Este archivo fue descargado de https://filadd.com por el LA DD .C reuni6 a todos las grupos sindicales adversos o refractarios al liderazgo de Vandor, tanto de izquierda coma de derecha, y motoriz6 rm.a divisi6n en las 62 Organizaciones; aunque la encabez6 el propio secretario general de la CGT, Jose Alonso, fracasaron en su intento de ganar 1a conducci6n sindi cal. Pero a principios de 1966, cuando se celebraba la elecci6n de goberna dor de Mendoza, Isabel apoy6 una candidatura peronista altemativa a la que propici.aba Vandor y la super6 ampliamente en votos. Asi, a mediados de 1966, la competencia entre Per6n y Vandor concluia con un empate: aquel se imponia en el escenario electoral y este en el sindical. Quiz.i par eso Vandor descart6 de momenta el escenario electoral, dirigiendo sus pa sos had.a las grandes actores corporativos. Las Fuerzas Armadas no miraban con demasiada simpatia el gobierno de Illia -donde tenian predicamento los derrotados militares colorados-, pero se abstuvieron de hacer planteos o de presionar. En el Ejercito, la prioridad del comandante Ongania y del grupo de oficiales de Caballeria que lo rodeaba era la reconstrucci6n de la instituci6n, el establecimiento del orden y la disciplina, largamente quebrados en los afios siguientes a OM 174 BREVE IflSTORIA CONTEMPQRl\NEA DE IA ARGENTINA FI 1955, y la consohdaci6n de la autoridad del comandante. Masque de res peto a las instituciones constitucionales, se trataba de la convicci6n de que, dadas las caracteristicas de la escena polftica, cualquier intervenci6n parcial provocaria divisiones facciosas. Progresivamente, las Fuerzas Ar madas no hablaron mas que a traves de sus com.andantes en jefe, y de entre etios Ongania fue adquiriendo una primada nacional. En 1965, en una reuni6n de jefes de Ejercito americanos en West Point, manifest6 SU adhesi6n a la llamada "doctrina de la seguridad nacional : las Fuerzas Armadas, apartadas de la competencia estrictamente politica, eran sin em bargo la garantia de los valores supremos de la nacionalidad y debian obrar cuando estos se vieran amenazados, particularmente por la subver si6n comunista. Poco despues complet6 esto enunciando -esta vez en Brasil, donde los militares acababan de deponer al presidente ]Dao Goulart la doctrina de las ufronteras ideol6gicas", que en cad.a pais dividia a los par tidarios de los valores occidentales y cristianos de quienes querian subver tirlos. Entre esos valores centrales, no figuraba el sistema democr<ltico -que habia sido la bandera de las roilitares luego de 1955-, lo que Este fue descargado de https://filadd.com revela un cambio no s61o interno, sino internacional: la archivo era inaugurada presidente Kennedy terminaba, Estados Unidos retomaba en Santo Do mingo su cl.isica politica de intervenci6n y los militates comenzaban a derrocar a los gobiernos democriiticos sospechosos de escasa militancia anticomunista. En este renovado discurso de las Fuerzas Armadas, que no se mostraban ansiosas por sacar de el los corolarios obvios, Ia democracia eropezaba a aparecer como un lastre para la seguridad. Desde esa perspec tiva tambil'n lo seria, finalmente, para la modernizad6n econ6mica, que necesitaba de eficiencia y autoridad. LA DD .C LA ECONOMfA ENTRE LA MODERNIZACI6N Y LA CRISIS OM 175 EL EMPATE, 1955-1966 FI El programa queen 1958 sintetiz6 de manera convincente Arturo Frondizi expresaba una sensibilidad colectiva y un conjunto de convicciones e ilu siones compartidas acerca de la modernizaci6n econ6mica. En parte esta debia surgir de la promoci6n planif:icada par el Estado y de una renovaci6n tecnica y cientifica hacia la cua1 de 1955 en adelante se volcaron muchos esfuerzos. Asi surgieron el Instituto Naciona1 de Tecnologia Agropecuaria (INTA), de incidencia importantisima en su campo, y el menos influyente Instituto Nacional de Tecnologia Industrial (INTI). La investigaci6n basica y la tecnol6gica fueron promovidas desde el Consejo Nacional de Investiga ciones Cientfficas y Tecnicas (Conicet), creado en 1957, o desde la Comi si6n Nacional de Energia At6mica (CNEA), que frecuentemente actuaron asociados con las universidades. El Consejo Federa1 de Inversiones (CFI) debia regular las desigualdades regionales, mientras que el Consejo Nacio nal de Desarrollo (Conade), creado en 1963, asumiria la planificaci6n glo bal y la e1aboraci6n de planes nacionales de desarrollo. En suma, un con junto de instituciones debian poner en movimiento, planificadamente, la palanca de la inversi6n pUblica, la ciencia y la tecnica. Pero la mayor fe estaba puesta en los capitales extranjeros. Estos llega ron en cantidades relativamente considerables entre 1959 y 1961; luego se retrajeron, hasta que en 1967 se produjo un segundo impulso, aun cuando en el pesaron mucho las inversiones de corto plazo. Pero su influencia exce di6 largamente 1a de las inversiones directas. Los inversores tuvieron una gran capacidad para aprovechar los mecanismos intemos de capitalizaci6n, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 176 ELEMPATE, 1955-1966 BREVE HISTORIA CONTEMPORJ\NEA DE LA ARGENTINA 177 FI LA DD .C OM di6 a estancarse, sin que el aumento en las nuevas empresas compensara la ya sea de creditos del Estado o por medio del ahorro particular, que perdida en las tradicionales, y se deterioraron los mgresos de las asalariados juzgaba conveniente canalizarse a traves de las empresas extranjeras. por razones tanto econ6micas coma polfticas: un mayor desahogo empresa Tambien se instalaron por la via de la compra o la asociaci6n con empresas rial en el mercado de trabajo, debido a los frutos de la racionalizaci6n y nacionales existentes, o simplemente por Ia concesi6n de patentes o rnarcas. la contracci6n, se sumaba a un recorte en la capacidad de negoci.aci6n de las Su influen cia se not6 en la transforroaci6n de las servicios o en las formas organizaciones sindicales, sobre todo en el atnbito especifico de la de comer empresa cializaci6n -los supermercados fueron al principio lo mas caracteristico- y y la planta. Asi, la participaci6n relativa de capital y trabajo en el producto en general en una modificaci6n de los habitos de consumo, estimulada por bruto interno vari6 sensiblemente, revelando la consistencia de la fase lo que podia llegar a verse y apetecerse a traves de la televisi6n. La presencia acumulativa que se habia puesto en marcha: la porci6n de los asalariados creciente del idioma ingles atestigua el grado de adaptad6n a los estilos cay6 aproximadamente del 490/o del PBI en 1954 -pico maxima de la mundiales que akanz6 la vida econ6mica etapa peronista- al 40% hacia 1962. En estos prim.eras aiios, su efecto fue traum.itico. En la industria, las El efecto traum.itico debia compensarse con otro renovador mas nuevas ramas -petr6leo, acero, celulosa, petroquimica, automotores- cre fuerte y persistente, que sin embargo se relativiz6 bastante. Aun en el cieron aceleradamente, par efectos de la promoci6n y aprovechando la caso de las activ:idades modemas, los inversores nuevos debfan moverse existencia de un mercado insatisfecho, mientras que las que habfan lide en un conte:x.to de caracterfsticas singulares y arraigadas: el tipo de fci.bri rado el crecimiento en la etapa anterior -textil, calzado, y aun electrodo cas heredado de la etapa peronista se caracterizaba por su escala peque:fia, mesticos- se estancaron o retrocedieron, en parte porque su mercado se alta integraci6n vertical, elevados costos y escasa preocupaci6n par la habfa saturado o incluso retrocedia, y en parte tambien porque debfan competitividad. Eran mas bien grandes talleres que verdaderas f.ibricas competir con nuevos productos, como fue el caso del hilado sintetico, que modernas. Las empresas nuevas -particularmente las de automotores- tu lo hizo con el algod6n en el sector de los textiles. Por otro lado, aument6 vieron que adecuar su tecnologia y sus formas de organizaci6n a estas la concentraci6n, sobre todo en la industria, modificando la estructura re realidades, de las que no podian desentenderse, de modo que -coma es lativamente dispersa heredada de la etapa peronista. En las rarnas nuevas, tudi6Jorge Katz- su eficiencia fue mucho menor queen lospaises de ori donde pesaron los capitales extranjeros, esto se debi6 a la magnitud de las gen. Muchas empresas vinieron a aprovechar la crema de un mercado inversiones iniciales requeridas asi como a las condiciones mismas de la protegido y largamente insatisfecho, antes que a reallzar una instalaci6n promoci6n estatal, que con excepci6n de los automotores garantizaban esa de riesgo con perspectivas de largo plaza. Tal lo que ocurri.6 con las 21 concentraci6n. En las actividades antiguas, tradicionalmente dispersas, y terminates de automotores existentes en 1965. Pero aun las que tenian en un contexto de contracci6n, algunas empresas con mayor capacidad de adaptaci6n lograron, gracias a un ctedito o a una asociaci6n ventajosa, cre planes de largo alc.ance no estuvieron dispuestas a sacrificar la protecci6n concedida, que les garantizaba el dominio del mercado local pero las con cer a expensas de otras. En suma, se cre6 una brecha entre un sector moderno y eficiente de la denaba a limitarse a el. En esos aftos la sociedad argentina, dominada por la problem.itica del economia, en progresiva expansi6n, Ugado a la inversi6n o al consumo de desarrollo, la dependencia y el imperialismo, discuti.6 mucho mas la mag los sectores de mayor capacidad, y otro tradicional, mas bien vinculado al nitud y el destino de las ganandas de estas empresas que su aporte -cier consumo masivo, que se estancaba. La brecha tenia que ver con la presen tamente relativo- a la modernizaci6n y competitividad de la economia y cia de empresas extranjeras, o su asociaci6n con ellas, de modo que para particularmente del sector industrial. Lo cierto es que los capitales extran muchos empresarios locales la experiencia fue fuertemente negativa. Lo Este archivo fue descargado de https://filadd.com jeros contribuyeron a mantener algunos de los mecanismos b.isicos, tal fue, sobre todo, para muchos de las trabajadores. El empleo industrial ten- 178 EL EMPATE, 1955-1966 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 179 FI LA DD .C OM hasta mediados de la decada siguiente. Perceptible a la distancia, esta bo coma se habian conformado en las aiios treinta y reforzado durante la nanza relativa pennaneci6 oculta a los contempora.neas, cuya perspectiva guerra y Ia posguerra Su horizonte sigui6 siendo el mercado intern□,y, estuvo dominada por los ciclos de expansi6n y contracci6n, y las violentas al igual que sus antecesoras nacionales, no fue prioritario alcanzar ac.i una cri.5:is que los separaban. eficiencia que les permitiera competir en mercados externos, a los que Las crisis estallaron con regularidad cad.a tres aiios -1952, 1956, 1959, abastedan desde otras filiales, salvo con estimulos especificos. Atraidos 1962, 1966-y fueron puntualmente seguidas por politicas llamadas de es con regirnenes de promoci6n, pugnaron por mantener las situaciones de tabilizaci.6n". Desde un punto de vista estrictamente econ6mico, expresa privilegio y hasta extenderlas, y asl -junto conlas empresas nacionales que ban las limitaciones que desde 1950 experimentaba el pais para un creci pudieron seguirlos en esa linea- contribuyeron a fortalecer Ia injerencia de miento sostenido. La expans:i.6n del sector industrial y del comercial y de un Estado que debia garanti.zar las ventajas especiales. servicios ligados al mercado interno dependia en Ultimo termino de las di Pese a que el gobierno habia desarrollado una serie de organismos de visas con las que pagar los insumos necesarios para mantenerlo en movi planificad6n, sus politicas de promoci6n no tuvieron en cuenta cuestiones miento. Estas eran provistas par un sector agropecuario con escasas posibi clave, como cuiindo dejar de promover, para estimular la competitividad, lidades de expandirse, que afrontaba diffciles condidones en las mercados o la forma de compatibilizar las necesidades fiscales con la promoci6n, que mundiales y que era habitualmente usado, a traves de las politicas cambia generalmente consistia en la exenci6n de impuestos. Sobre toda, fue una rias y de precios relativos, para solventar al sector interno. De ese modo, palitica errS:tica: huba bruscas ascilacianes, determinadas en parte por la toda crecimiento de este significaba un aumento de las impartaciones y capacidad de presi6n de cad.a una de los interesados -coma cuando el mi concluia en un deficit serio de la balanza de pagos. El endeudamiento ex nistro Pinedo dispusa en 1962 una devaluaci6n del 800/o- yen parte por temo, creciente en la epoca, y la necesidad de cumplir con Ios servicios razones politicas generales -coma cuando el gobierna de Illia anu16 los contratos petroleros-, que reforz6 en las empresas la actitud contraria de agregaban un elemento adicional a la crisis y un motivo de interes para los consolidar los privilegios obtenidos. acreedores y sus agentes. Los planes de estabil.izaci6n, que recogfan la nor En los diez afios que siguieron al fin del peronismo, la economia no mativa est.indar del Fonda Monetario Internacional -al cual se recurria en s6lo se transform6 sustancialmente, sino que, en conjunto, creci.6, aunque la emergencia-, consistian en primer lugar en una fuerte devaluaci6n, y quiza menos de lo que se esperaba. En el sector industrial, esto fue el re luego en politicas recesivas -suspensi6n de CTeditos, paralizaci6n de obras publicas-, que reducian el empleo industrial y los salarios, y con ellos las sultado de un promedio entre el crecimiento de los sectores nuevos -mu importaciones, hasta recuperar el equilibria perdido, creando las condicio chos de los cuales tenfan un ciclo de maduraci6n largo- y la retracci6n de nes para un nuevo crecimiento. las tradicionales. En el sector agricola empezaron a sentirse algunos efec Cada uno de estos ciclos de avance, detenci6n y nuevo avance -capa tos de los incentivos cambiarios ocasionales, de las mejoras tecnol6gicas ces de justificar el difundido pesimismo acerca del futuro de la economia impulsadas por el INTA o par grupos de empresarios innovadores, o de la se inscribia en el contexto de la puja por el ingreso entre los distintos sec mayor difusi6n de las tractores, producidos par plantas industriales insta tores, que a su vez formaba parte de la puja politica m.is general, pues al ladas poco tiempo antes. Sin ser espectaculares, los resultados permitieron empate politico correspondia un empate econ6mico. En una negocia.ci6n que 1a producci6n alcanzara en promedio los niveles de 1940, antes entre varias partes, los beneficiados y los perjudicados cambiaban en forma del comienzo de la gran contracci6n. Huba tambien algunas mejoras relativas pennanente, asi como las alianzas y las enfrentamientos. En las fases as cendentes, los intereses de empresarios y trabajadores industriales pod.fan en el comercio exterior. Todo ello fue la base de una etapa de crecimiento coincidir, a costa de los sectores exportadores: esta coincidencia, que fue general sostenido pero moderado, sustentado principalmente en el mer cado intemo, iniciada en los afi.os del gobierno de nlia, que se prolongaria Este archivo fue descargado de https://filadd.com 180 EL EMPA'IE, 1955-1966 BREVE HISTORIA CONTEMPOR_ANEA DE LA ARGENTINA 181 FI LA DD .C OM pobres del nordeste y el noroeste, golpeadas ademas por la crisis de sus economfas regionales, coma el algod6n o el azticar. Tambie!l comenzaron las de los paises limftrofes. Siguieron llegando al Gran Buenos Aires, que en esos ai'ios, con el 36% de la poblaci6n total, alcanz6 el pico de su creci :miento relativo, pero tambiell a otros grandes centros urbanos, entre los que empez6 a despuntar C6rdoba. Quiza la mayor novedad estuvo en la form.a de incorporaci6n a las ciu dades. El empleo industrial, que habfa sido la gran via durante la decada peronista, se estanc6 y aun retrocedi6, y su lugar fue ocupado por la cons wcci6n -las obras piiblicas, a cargo de grandes empresas, y tambien la constrocci6n particular, dorninada por el pequeiio empresario-, que junto al pequefto comercio y algunas actividades de Servicios absorbieron a los ntigrantes internos y tambietl a los contingentes de bolivianos, paraguayos o chilenos, cuya migraci6n contribuy6 a ampliar la masa de trabajadores. No era s6lo la posibilidad del empleo, en general precario, lo que mo vilizaba a los migrantes, sino tambiell el deseo de disfrutar de los atracti vos de Ia vida urban.a, y en ese sentido las migraciones forman parte del proceso social de la Argentina expansiva, de permanente incorporaci6n a los beneficios del progreso, reforzado por la difusi6n de las comunicacio nes, y particularmente Ia televisi6n. El resultado fue el fen6meno, muy comlln en toda America Latina, de la nueva marginalidad: un cintur6n de "villas miserias" en las grandes ciudades y sus alrededores, donde se com binaban, de manera sorprendente para los observadores, casas de lata y antenas de televisi6n. El mundo de los trabajadores urbanos experiment6 cam.bias profun dos. El nfunero de asalariados industriales se mantuvo estable, y en conse LAS MASAS DE CLASE MEDIA cuencia perdi6 importancia relativa. Fueron en general victim.as de las po liticas sociales regresivas que dominaron en estos aiios, salvo durante el La modernizaci6n econ6mica introdujo algunos cambios profundos en la period.a de Illia, aunque los cam.bias econ6micos produjeron una gran dis sociedad, pero tambiell dio nuevo impulso a transformaciones que venian persi6n de los ingresos y claras ventajas en favor del sector de los trabaja de anta:fio, de modo que los efectos potencialm.ente conilictivos de aque llas dores de empresas modernas. Los sindicatos organizaron una eficaz resis no se manifestaron de inmediato. La fuerte migraci6n del campo a la tencia y se anotaron buenos tantos en la puja distributiva, los suficientes ciudad, que caracteriz6 este periodo, en realidad formaba parte de una ten como para no quedar descolocados ante sus bases, y contribuyeron a man dencia iniciada en la decada de 1940. Cambi6 en parte el lugar de origen: tener la homogeneidad de la clase obrera, sindicalizada y peronista. El de las tradicionales zonas pampeanas, donde ya la crisis agricola habia ma yor cred.miento se reg:istr6 entre Ios obreros de la construcci6n, y completado su obra de expu1si6n, se desplaz6 a las zonas sobre Este archivo fue descargado de https://filadd.com tradicionalmente una de las bases de la alianza petonista, explica el margen de negociaci6n logrado por los sindicatos luego de 1955. Otras veces -y en estos afios fue mas frecuente-, los empresarios aprovecharon la coyuntura para ca pitalizarse intensamente. Con la crisis y la devaluaci6n habfa en primer lugar una traslaci6n de ingresos del sector urban□ al rural, pero tambien de los trabajadores a los empresarios, pues los salarios reales retrocedian ante la fuerte inflaci6n. Tambien solian perder las empresas chicas a ma-, nos de las grandes, yen esas coyunturas la concentraci6n de la propiedad avanz6 a saltos. En sum.a, la crisis potenci6 la puja por el ingreso entre aquellos secto res con capacidad corporativa para negociar y cre6 la posibilidad de apro vechar una coyuntura, un cambio de las reglas del juego, producidas desde el poder, y quedarse con la parte del otro. Se trataba de un juego en el que no habfa reglas racionales y previsibles, ni un sector capaz de imponerselas al otro. Si bien la acci6n del Estado era decisiva, no se trazaban desde alli politicas aut6nomas, sino que estaba a disposid.6n de quien pudiera cap turarlo un instante, y utilizarlo para sacar el mayor provecho posible. Hubo entre los sectores propietarios quienes advirtieron las posibilidades que ofreda un funcionamiento tan anonnal para los par.imetros del capita lismo y descubrieron las ventajas de la indisciplina Hubo otros, en cambio, cuyas mejores posibilidades radicaban en el establecimiento del orden y la racionalidad, y empezaron a reclam.ar la presencia, en el pod.er politico, de quien pudiera cumplir esa tarea. 182 ELEMPAIE, 1955-1966 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 183 FI LA DD .C OM Entre las clases altas, los cambios completaron las anunciados en la todo entre las trabajadores por cuenta propia, ligados a los servicios o al decada peronista. Pese a la cafda del regimen odiado, las viejas clases altas pequeiio comercio. Su expansi6n correspondia todavia a las necesidades no recuperaron su antiguo prestigio: la posesi6n de un apellido, o la fre de la economia, y antes que desempleo disfrazado, se trataba de trabajo cuentaci6n de las secciones de sociales de La Prensa o La Naci6n, no ase complementario, nonnalmente remunerado, aunque precario y carente de guraban por si ni riqueza ni pader. Las elites siguieron diversillci.ndose y la protecci6n sin.di.cal. El sector de los desprotegidos, que se expandi6 pre se nutrleron de nuevas empresai:ios, militares -con frecuencia t.ambien de cisaroente cuando el Estado de bienestar renunciaba a algunas de sus res venidos dirigentes de empresa- y hasta algdn gremial.ista particularmente ponsabilidades, comenz6 a constituir, en form.a progresiva, una de las fuen exitoso. tes de tensi6n de la sociedad. Lo mas caracteristico de estos a.nos fue la emergencia y visibilidad de Nuevos contingentes engrosaron el impreciso pero bien real sector de la capa de las asf llamados ejecutivos, que segdn su nivel se ubicaban en las clases medias, prolongando y culminando el proceso secular de expan tre las clases altas o las medias. Eran por una parte la expresi6n de la mo si6n, diversificaci6n y movilidad de la sociedad. Pero esta apreciaci6n glo dernizaci6n econ6mica, el signo de que las empresas dejaban de ser ma bal incluye irnportantes cam.bias intemos, que matizan fuertemente su nejadas por los hi.jos de las familias fundadoras y pasaban a manos de senti.do. Seglln los aruilisis de Susana Torrado, los pequefios empresarios funcionarios expertos, duefios de la eficacia y de una cultura internacio manufactureros se redujeron de manera dr.istica por obra de la concentra nal. Como tales, fueron glorificados coma heroes civilizadores. Pero tam ci6n industrial, y aunque aument6 el nllmero de comerciantes, en con bien aparecieron como la nueva versi6n del parvenu, un poco "ras junto los sectores medios aut6nomos fueron menos numerosos. Creci6 en tacuero , por la exhibici6n agresiva de la riqueza y por lo que era juzgado cambio el nUmero de las asalariados de clase media, presentes en todos las coma la usurpaci6n de los signos del estatus. Contenian la grandeza y la sectores de la economia yen especial en la industria, donde las nuevas em miseria de la modernizaci6n. presas demandaron tecnicos y profesionales. Los cam.bias en las form.as de vida fueron notables, sabre todo en las Su presenci.a puso de relieve el papel decisivo que en esta etapa grandes ciudades. La pildora anticonceptiva y en general una act:itud mas sigui6 teniendo la educaci6n, la via de ascenso por excelencia de los flexible sobre las conductas sexuales y sabre las relaciones familiares mo sectores me dios. Consolidada Ia prim.aria, se prolong6 la expansi6n de la dificaron la relaci6n entre hombres y mujeres, aunque tales cambios refle ensefianza media, cuya matricula creci6 en forma espectacular en la jaron s61o mfnimamente -en una sociedad todavia pacata y tradiciona decada peronista, y luego la universitaria, donde se empezaron a plantear Usta- las que se estaban produciendo en los pafses centrales. El voseo las problemas de la masividad Viejas y nuevas expectat:ivas COnfluian en empez6 a imponerse en el trato cotidiano y la conversaci6n se nutri6 de este crecimiento: la tradicional b\J.squeda del prestigi.o anejo al titulo, el deseo de participar -a traves de las nuevas carreras- en el proceso de terminos tomados de la sociologia y del psicoanalisis, una de las pasiones de las sectores medias, que constituyeron en Buenos Aires una de las ma modernizaci6n de la eco nomia y de la ciencia, y luego, tambit'in, el deseo yores comunidades psicoanaliticas del mundo. Al igual que en el resto del de incorporarse a uno de las faros intelectuales y politicos mas act:ivas. Pero mundo, los cambios en el consumo empezaron a resultar claves en 1a la mec.inica tradicional empezaba a revelar fallas: Ios egresados dife renciaci6n social. Era signilicativo que los nuevos sectores populates, universitarios aumentaron mucho mas r.ipido que los empleos -uno de a di ferencia de sus antecesores de la primera mitad del siglo, no pusieran lossignos de la debilidad de la mo dernizaci6n anunciada-, mientras que, sus esperan.zas en la casa propia -sfmbolo mismo de la movilidad social-, progresivamente, se producia una petdida de valor de los titulos, y, por sino en el televisor, en parte porque aquella se habia tornado inalcanzable, ejemplo, para determinadas posido nes no bastaba ya el de bachilter. Aquf en parte por la singular combinaci6n de placer inm.ediato y presti.gio que tambien empezaba a anunciarse uno de los focos de tensi6n de la nueva proEste archivo fue descargado de https://filadd.com sociedad. BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C porcionaba el televisor, y luego el aparato electr6nico o la motocideta En tre las clases medias, fue el autom6vil lo que colm6 sus expectativas e ilu siones, pero tambien las libros entrar.in en el cfrculo del consume masivo, y las best sellers comenzar.in a constituir una referencia. Fuerzas poderosas impulsaban la expansi6n y la homogeneizaci6n del consume: la producci6n en masa, la propaganda, las tecnicas del marke ting, pero tambien tendencias mas profundas a la democratizaci6n de las relaciones sociales y al acceso generalizado a bienes tradicionalmente con siderados coma propios de las clases ahas. Todos consumieron muchos mas productos novedosos. En c.ada ciudad, el viejo "centro" perdi6 impor tancia, y las nuevos centros comerciales se esparcieron par todos las ba rrios; el jean se convirti6 en prenda universal, y, en su aspecto al menos, las ciudades aparecieron habitadas por vastas masas de clases medias. Pero si el jean homogeneizaba todo e impedia que las diferencias sociales cris talizaran en apariencias fijas, generaba de inmediato un movimiento in verso; la recurrencia a marcas exclusivas y caras, visibles en etiquetas conspicuas, que r.ipidamente era absorbido por la falsificaci6n o la vulga rizaci6n de esas etiquetas. Asi, frente a la homogeneizaci6n de las aparien cias, las clases medias acomodadas y los sectores altos de la sociedad, esti mulados por una polarizaci6n creciente de los ingresos, buscaron fonnas origi.nales de diferenciaci6n a traves de una exclusividad que debia cam biar permanentemente de referencias, antes de que la vulgarizaci6n las atrapara. Saber en cad.a circunstancia que es lo que marcaba esa diferenda, OM 184 y los ejecutivos efi cientes. Para ellos se revelaban las secretos de lo que debia saberse sobre la y conocer el momento en que lo in se convertia en out y lo distinguido en mersa o cache-segun el curioso c6digo del humorista Landro- pas6 a ser una ciencia apreciada y el tern.a de los mas lefdos semanarios. Uno de ellos, Primera Plana, cump1i6 una funci6n esencial en la educa ci6n de las nuevos sectores medias y altos. Apareci6 en 1962, para servir de vocero a las grupos que empezaban a nudearse detras del general Ongania y de la evanescente f6nnula del "frente". Pero ademas -o qui7.a precisamente por eso- asumi6 con entusiasmo y una cierta ingenuidad la tarea de difun dir la modemidad entre unos lectores que, gracias a la profusi6n de daves para iniciados que su lectura demandaba, debian ser Este archivo fue descargado de https://filadd.com ellos mismos una mi noria, reclutada entre las nuevas capas profesionales 185 LA DD .C "vida moderna", las ultimas conquistas de 1a ciencia o la nueva literatura latinoamericana, cu.yo boom recibi6 un decisivo impulso, asf coma de todo aquello cu.yo consumo marcara la diferencia. En otro registro, un personaje de historieta que iba a conquistar 1a inmortalidad Mafalda, de Quino- ex pres6 toda otra gama del im.aginario de las clases medias, combinando la ilusi6n del auto -un modesto Citroen- y de las breves vacaciones anuales con las preocupaciones par el pacifismo, la ecologia o la democracia, comu nes a 1a ala de d.isconformismo y renovaci6n que se insinuaba en el mundo. Quiz.i por es:o Mafalda alcanz6 difusi6n intemacional y, pese a expresar una sensibilidad tan distinta, coincidi6 con Primera Plana en mostrar cu.an cerca del mundo estaba el pafs por entonces. OM ELEMPATE, 1955-1966 LA UNIVERSIDAD Y LA RENOVACI6N CULTURAL FI Los intelectuales antiperonistas -y entre ellos quienes habian logrado iden tificarse tanto con el rigor cientffico cuanto con las conientes esteticas y de pensamiento de vanguardia- pasaron a regir las instituciones oficiales y el campo de la cultura todo, dominado par la preocupaci6n de la aper tura y la actualizaci6n. Viejos grupos, como el Colegio Libre de Estudios Superiores, o Sur, perdieron relevancia, desplazados par nuevas institucio nes y muchas veces debilitados par las escisiones internas. Las vanguar dias artisticas se concentraron en el Instituto Di Tella, combinando bajo el amparo de una empresa por entonces pujante y modernizada la experi mentad6n con la provocaci6n. Quienes animaban esa experiencia -y en particular Jorge Romero Brest estaban convencidos de recrear en Buenos Aires un verdadero centro internacional del arte, y si el diagn6stico quiz.is era excesivamente optimista, lo cierto es que, coma pocas otras veces, la creatividad local se vincul6 con la del mundo. Ubicado en el centro mismo de la ciudad, en la llarnada "manzana loca", y cerca de la Facultad de Filo- Sofia y Letras, el Di TeJla se convirti6 en punto de referenda de otras co rrientes, emergentes y medianamente contestatarias, pero por cierto pro vocativas, como el hippismo. El principal foco de la renovaci6n cultural estuvo en la universidad. la designaci6n en 1955 de Jose Luis Romero como rector de la de Buenos Ai- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 186 187 ELEMPATE, 1955-1966 BREVE HIS10RIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM Desde 1955, la universidad se gobern6 segun las principios de la Re fonna Universitaria de 1918, verdadera ideologia de estudiantes e intelec tuales progresistas: autonomfa y gobierno tripartito de profesores, egresa dos y alurnnos. Desde el comienzo, sus relaciones con las gobiernos fueron conflictivas y la ruptura se produja cuando el presidente Frondizi decidi6 autorizar las universidades privadas -eufemisti.camente llamadas Nlibres" en igualdad de condiciones con las del Estado. El debate de 1958 entre los partidarios de la ensefianza ulibre" -b.isicamente las ligados a la Iglesia- y la "laica" -que nucleaba todo el arco liberal y progresista- fue notable, aunque la masividad del apoyo a "la laica" no logr6 cambiar la deterrnina ci6n de Frandizi de entregar ese botfn a uno de los factores de poder que reconoda La confrontaci6n -renovada posteriarmente en las redamos par mayor presupuesto- mostr6 c6mo la universidad se convertia en un polo critico no s61o del gobierno, sino de tendencias cada vez fuertes en la sociedad y la politica, y a la vez c6mo se procesaba de manera interna ese cuest.ionamiento, politico pero no partidario y preocupado par mantener ala enseiianza ya la investigaci6n, ylos egresados marcharon masivamente a -mas alla de las avatares de la polit.ica nacional- el area de las solidarida completar su fonnaci6n en el exterior. Incluso las viejas carreras cambiaron: des progresistas: en primer lugar la fe en la dencia y luego la confianza en la economia yla administrad6n de empresas -escue1a de ejecutivos- empe el progreso de la humanidad, ejemplificado en 1a amplia solidaridad des zaron a reemplazar la vieja formad6n de los contadores pUbhcos. pertada por la Revoluci6n Cubana. En ese sent.ido, y gracias a su autono En las ciencias sociales -una idea de par si moderna- la moderniza mfa, la universidad se convirti.6 en una "isla democrl:1.tica" en un pais que ci6n se asod6 con dos nuevas carreras: psicologfa y saciologia. En la es lo era cada vez menos y -lo que es pear- quecreia cada vez menos en la cuela fundada par Gino Germani, la tearia de la madernizaci6n, muy facil de integrar con la del desarrollo ecan6mico y hasta con el marxismo, cons democracia, de modo que la defensa misma de la "isla" contribuy6 a con tituia a la vezun diagn6stico y un programa, mutuamente potenciados: las solidar las sohdaridades internas. sociedades marchaban todas par un camino similar, de lo tradicional a lo No se trataba, sin embargo, de una isla con volu.ntad de end.erro. Mien tras germinaban en ella multitud de propuestas politicas que luego se modemo, y la ciencia indicaba el camina para que la Argentina recorriera transferirian al debate de la sociedad, la universidad se preocup6 intensa esas etapas y por esa vfa se incorporara al mundo. La sociologfa suminis mente, aunque con exito desigual, par la extensi6n de sus actividades a la traba a 1a vez una filosofia de 1a historia, un vocabulario -frecuentemente malas traducciones del ingles- y otros signos de modernidad, y una vasta sociedad toda. El ejemplo m.is exitoso de ello fue Eudeba, la editorial fun dada par la Universidad de Buenos Aires y arganizada primero par Arnaldo camada de nuevos profesionales, que podfan dedicarse al marketing o a las Ocilla Reynal-alma mater de dos editoriales mexicanas de honda influen relaciones industriales en las empresas, a a trabajar en las distintos orga c:i.a en el mundo intelectual, el Fonda de Cultura Econ6mica y Siglo xx1- y nism.as de planeamiento e investigaci6n desarrollados por el Estada. Antes de que las subocupadas a desocupados predominaran entre ellos, las so luego par Boris Spivacow, que recre6 en la decada del sesenta las grandes ci6logos constituyeron, con psic6logos, economistas, cientfficos y tecrricos proyectos editoriales populares de las afi.os treinta y cuarenta. Lo singular industriales, toda una cohorte de nuevos sectores medias, adahdes de la de Eudeba fue su combinaci6n de palitica de ventas agresiva y novedosa modernizaci6n y consumidores privilegiados de sus Este productas. archivo fue descargado de https://filadd.com res, con el respaldo del poderoso movimiento estudiantil, marc6 el rumbo de los diez afios siguientes. Estudiantes e intelectua1es progresistas se pro pusieron en primer lugar "desperonizar" la universidad -esto es, eliminar a los grupos clericales y nacionalistas, de infuno valor academico, que la ha bfan dominado en la decada anterior- y luego modernizar sus actividades, acorde con la transfonnaci6n que la sociedad toda ernprendia Segtm la utopia del desarrollo dominante, la ciencia debfa convertirse en palanca de la econotnia, lo que plante6 un largo debate acerca de las priori dades: ciencias ba5icas, que trabajaran segtln las estandares internacionales, o tecnologia aplicada, mirando las problemas especificos de nuestra econo mia y atendiendo a la formaci6n del personal cahficado que esta podia re querir. Frente a la vieja universidad profesional surgi6 una nueva, orientada a la biologia, la bioquimica, la fisica, la agronomia o la computaci6n; las fa cultades se nutrieron con laboratorios y dentifkos con dedicad6n exclusiva mas 188 ELEMPATE, 1955 1966 BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 189 FI LA DD .C OM parte del micleo progresista el que revel6 la imposibili.dad de mantener 1os -libros muy baratos, quioscos en las calles- puesta al serv:icio de la difu acuerdos en las que esa experiencia se habia fundado. si6n de lo mas modemo en el campo de las ciencias. Sus tiradas -vendi6 tres millones de ejemplares entre 1959 y 1962- muestran tanto la reahdad de la ampliaci6n del pU.blico lector coma el decisivo papel de Ia universi LA POLfTICA Y LOS LfMITES DE LA MODERNIZACI6N dad y su editorial para conformarlo. En este polo de modemidad concentrado en la universidad empeza La radicalizaci6n de 1os sectores progresistas y Ia formaci6n de una ron a manifestarse tensiones crecientes. El valor absoluto de la ciencia nueva iquierda -cuya trayectoria han reconstruido Oscar Teran y Silvia universal -ya presente en las discusiones sabre ciencia bilsica o tecnoloSi.gal- tu vieron en la universidad su ambito privilegiado antes de partir, gia- fue cuestionado a la luz de las necesidades nacionales. Se debati6 luego de 1966, hacia destinos mas amplios. Pero hasta esa fecha su primero el financiamiento de muchos grupos de cientif:icos par fundaciopenetraci6n en otros circulos fue escasa -los gremiales estaban nes intemacionales -que solian estar vinculadas con grandes empresas, ce1osamente custodiados por un sindicalismo siempre hostil-, y fue en la coma la Fundaci6n Ford, o con los mismos gobiernos- suponiendo que universidad y sus debates donde los intelectuales construyeron y tal financiamiento orientaba las investigaciones en una direcci6n irrelereconstruyeron sus interpretacio nes y sus discursos, que con vante o directamente contraria a los intereses del pueblo y la naci6n. De posteriori.dad encauzarian en una amplia gama de opciones politicas. alli se pas6 al cuestionamiento de los paradigm.as d.entfficos mismos, pos La ruptura entre el sector mas progresista de los intelectuales y sus tulando una manera "nacional de hacer ciencia, diferente de la que se aliados mas conservadores del frente antiperonista, anunciada desde antes identificaba con los centros internacionales de dominaci6n, y a 1a larga de 1955, cristaliz6 casi de inmediato, por obra de la politica antipopular y se cuestionaria la necesidad misma de la ciencia. El llamado a mirar al represiva del gobierno libertador, y sobre todo par una suerte de culpa pais, o a Latinoamerica, entroncaba con la cuesti6n del compromiso de ante la incomprensi6n de unas mayorlas populares cu.ya persistencia en el los intelectuales con su realidad, un viejo debate -lo habian animado en los peronismo, mas al1i de la acci6n del aparato estatal, qued6 demostrada en aii.os de 1920 Ios partidarios de Boedo y Florida- que encontraba nuevos las elecdones de 195Z Desde Sur hasta el Partido Socialista, las agrupacio motivos. Si bien el compromiso era un valor compartido entre el connes y los partidos que habian cobijado a la oposici6n antiperonista sufrie junta de los intelectuales progresistas -que novacilaban en manlfestarse ron todo tipo de fracturas. La atracd6n que ejerd6 Frondizi entre 1os pro masivamente en favor de la Cuba agredida-, habia quienes cuestionaban gresistas independientes y aun entre militantes de los partidos de Ia supuesta neutralidad de Ia ciencia -defendida por los "cientificistas"- e izquierda tradicionales obedecia a que proponia la apertura al peronismo insistfan en su cara.cter siempre valorativo. Una discusi6n similar planteaban sin renun ciar a la propia identidad; se debia. al energico tono en el cam.po artfstico quienes cuest:ionaban la frivolidad y falta de comproantiimperialista -un valor par entonces en alza-, y sabre todo a la miso del Di Tella y contraponian por ejemplo el teatro realista de Roberto modernidad y la eficaci.a que Cossa o German Rozenmacher -que tematizaban las perplejidades de las .informaba su estilo politico, que combinaba las ilusiones de la epoca con clases medias ante el peronismo- con el teatro del absurdo de la "manlas tentaciones, mas propias de los intelectuales, de acercarse al poder sin zana loca". pasar por los filtros de las partidos. La desilusi6n, que sobrevino pronto, Por entonces, y pese al voluntarismo de los nt'.icleos modemizadores, \.\ ,: inici6 una etapa de reflexi6n, critica y discusi6n que culmin6 en la fornia la realidad nacional no hacia sino mostrar la superficialidad de 1os camd6n de la "nueva izquierdaff. bios, asi coma el vigor de las resistencias que esos cambios despertaban Se form6 mirando al peronismo primero y luego a la Revoluci.6n Cu en la soci.edad tradici.onal. Pero, sobre todo, fue el giro a la izquierda de bana Se caracteriz6 por la espectacular expansi6n de! marxismo, fuente de Este archivo fue descargado de https://filadd.com buena Colombia y BREVE HISfORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA las creencias bllsicas: se era rnarxista o nose lo era. Dentro de el, las varte OM 190 FI LA DD .C dades eran infinitas; la ortodoxia estali.nista retrocedi6 frente a nuevas fuentes doctrinarias: Lerun, cuyo Iugar central se mantuvo por sus tesis sobre el imperialismo, Sartre, Gramsci, Trotski, Mao, de las que se deriva ban todas las interpretaciones imaginables -desde condenar al peronismo hasta abrazarse con el-, Iegitimadas en un Marx que daba para todos. Pa ralelamente, se expandi6 el antiimperialismo, recogiendo una ola mundia1 que partfa de los movimientos de descolonizaci6n de la posguerra, seguia con las pafses del Tercer Mundo, continuaba con Ia guerra de Argeha y culminaba con la incipiente Iucha de Vietnam, todo lo cual parecia anun ci.ar la iruninente crisis de las imperios. la desilusi6n con Frondizi, y con su equivalente brasilefio Juscelino Kubitschek, el asesinato de Kennedy y la intervenci6n estadounidense en Santo Domingo, en 1965, diluyeron las ilusiones en la Alianza para el Progreso, y las teorias del desarrollo dejaron paso a las de la dependencia, que reelaboraba las motivos anteriores pero subordinando las raices del atraso a situaciones politicas, frente a las cua les Ia opci6n era una alianza nacional para la liberaci6n. Este populismo tendi6 un puente hacia sectores cristianos que, releyendo las evangelios en clave popular, se interesaron en dialogar con el rnarxismo, mientras que el antiimperialismo vincul6 estas corrientes con sectores del nacionalismo, tambien en intenso proceso de revisi6n. De Hernandez Arregui ---cuyo libro La formaciOn de'la conciencia nacional fue clave en est.a amalgam.a- a Jose Maria Rosa, intelectuales nacionahstas :incorporaron el marxismo -en su vertiente mils crudamente economicista- rehaciendo un camino que, en sentido opuesto, habian recorrido Rodolfo Puiggr6s y Jorge Abelardo Ra mos, autores de otros dos libros de enorme influenda: Historia critica de los partidos politicos y Revoluci6n y contrarrevoluci6n en Argentina. A su vez, las izquierdas revisaron su interpretaci6n liberal de la historia -en la que Rosas encarnaba el feudalismo y Rivadavia el capitalismo- y empeza ron a releerla a la luz del revisionismo, un camino que les pennitia, al final, asignar al peronismo un lugar legitimo en el progreso de la humanidad. La amalgama fue dificil y la polemica intensa La Revo1uci6n Cubana -en cuyo apoyo todos coincidieron- tuvo la virtud de resumir Ia mayoria de esos sentidos. Mostraba a America Latina alzada contra el imperialismo, sa bre todo luego de la expansi6n de la guerrilla en Venezuela, Este archivo fue descargado de https://filadd.com LA DD .C Perl1, y llevaba a una revalodzaci6n cultural que iba desde las fuerzas telU ncas hasta la "nueva novela". La conexi6n estrecha entre marxismo y revo luci6n, que se desdibujaba al contemplar los grandes partidos europeos o la propia Uni6n Sovietica, se manifest.aha con toda su fuerza en Cuba Antes de que se extrajeran de e1la recetas politicas especificas, Cuba consagr6 la idea roism.a de revoluci6n, la convicci6n de que, pese a sus pesadas determina ciones, Ia realidad era plastica y que la acci6n humana organizada podia modi:ficarla. Esa transformaci6n, cuya posibilidad era reforzada por su ne cesidad hist6rica, era una cuesti6n politica, que se jugaba en el poder y postergaba o subordinaba otras cuestiones coma el crecimiento econ6- mico, el progreso cientifico o la modernizaci6n cultural. Para la vertiente nacionalista, el sujeto de est.a transformaci6n seguia siendo, en clave ro OM 191 ELEMP.ATE, 1955-1966 FI malltica, el pueblo, mientras que para la izquierda Io era el trabajador, de tr.is de quien, como ha dicho con agudeza Teran, no se vislumbraba toda via al guerrero. Efectivamente, la nueva izquierda todavia no tenia claro que hacer. Miraba con avidez al peronismo, alentaba sus variantes "duras" -algunos militantes sindicales, o John William Cooke, que venia de una larga residen cia en Cuba-, especulaba con su vuelco a la izquierda, y empezaba a jugar con diversas alternativas: el leninismo -que privilegiaba la acci6n de ma sas-, el foquismo -que buscaba constituir un polo de pod.er a traves de la guerra irregular-, o el "entrismo", decidido a ganar al peronismo desde adentro. Nada estaba definido en 1966, salvo el rechazo cada vez mas ca teg6rico de la tradici6n liberal y democr.itica. Para la nueva izquierda -que no separaba los principios mas generates de la inmediata experiencia ar gentina- la democracia era apenas una forma, las libertades individuales una farsa, e ilusionarse con ellas era s6lo encubrir la opresi6n. En realidad, nadie tenia demasiada fe en la democracia, ni siquiera las partidos politicos que debian defenderla Ciertamente se trataba de una democrada fictida y de escasa legitimidad, pero los interesados directos en su supervivencia y mejora la dieron por caduca sin lucha, hasta que el final anunciado lleg6. Si las izquierdas creian que se trataba de un opio burgues; el frondicismo preferia apostar a la eficienda tecnocr.itica mientras que las radicales del Pueblo y sus aliados no vacilaron, en ocasiones, en preferir un golpe militar a un gobierno que abriera demasiado el juego a los peronis- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 192 Esta reacd.6n, que iba de lo politico a lo cultural y de ahi a los .imbitos mas prtvados, encontr6 amplio eco en ta sociedad, revelando que los avan- BREVE HISTORIA CONTEMPOR.ANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C OM tas. Estos -los menos responsables, dada su exclusi6n- fluctuaban en la apuesta a las elecci.ones o a la negociaci6n directa con los factores de po d.er. La derecha, por su parte, no lograba organizar un partido capaz de ha cer atractivos sus intereses al conjunto de la sociedad, en parte par las pro blem.as ya cr6nicos de estas fuerzas, que s6lo funci.onaron eficazmente cuando se las articu16 desde el poder, yen parte porque, en el seno mismo de los sectores propietarios, subsistlan los conilictos y no se habia llegado a confonnar una propuesta que fuera valida para todos ellos, y mucho me nos para un sector mayoritario de la sociedad. Los sectores mas concentrados de la economia, en las que el capital e:x: tranjero tenia un peso decisivo, se movian con mas comodidad en la escena corporativa, donde sus intereses eran fonnulados con precisi n claridad por un grupo de bien entrenados economistas y tecnicos. Alh dtalogaban con los factores de poder reales -los sindicalistas, las Fuerzas Armadas, Yen menor medida la Iglesia- que por distintos motivos tampoco tenian . mayor interes en fortalecer la escena democratica Los sindicalistas, dirigidos por vandor, hahlan probado sin suerte la arena electoral, donde Per6n los habia derrotado; los militares estaban cad.a vez mas consustanciados con su papel tutelar del Estado y defensor de los valores occidentales y cristianos. Se tra taba, sin embargo, de una negociaci6n empantanada, a mitad de camino entre la democrada y el autoritarismo, donde ninguno de los actores tenfa Ia fuerza para volcar en su favor la situaci6n, pero podia vetar eficazrnente cualquier altemativa que lo excluyera. Las voces para romper el empate empezaron a multiplicarse. Para los militares, la democracia resultaba un obst.iculo en el combate contra un enemigo comunista imaginado, que veian cada vez m.is amenazador. Si ha bian llegado a admitir que el grueso del sindicalismo peronista era de mo menta rescatable, en cambio lo veian enseii.oreado en la universidad, desde donde se intentaba fascinar al peronismo; se alannaban por la atracci6n que ejercia la Revoluci6n Cubana y los horrorizaba el cuestionami.ento de Ios val.ores tradicionales de la sociedad y la convivencia, pues en el fondo la libertad sexual, la revoluci6n y el arte de vanguardia les paredan distintos aspectos de un mismo desafio a los valores occidentales y cristianos. Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI ! !93 FI LA DD .C ces de la modernizaci6n no eran tales. Era alimentada desde los sectores tnas tradicionales de la Iglesia, de gran predicamento entre militares y em presarios. Para el catolicismo integrista, el cuestionamiento de los valores sustantivos de la sociedad -la familia, la tradici6n, la propiedad- arrancaba con la Revoluci6n Francesa -cuando no de la Reforma-, y suponia una condena del mundo moderno y en particular de la democracia liberal, asi como una reivindicaci6n de la sociedad organicista, donde los autenticos intereses sociales estuvieran directamente representados a traves de sus corporaciones. Esta postura ultramontana resultaba bien acogida por quie nes, por otros motivos, encontraban en el escenario democr.itico y sus ca llejones sin salida las rakes del desorden econ6mico y reclamaban un Es tado fuerte, con capacidad para ordenar la vida econ6mica, disciplinar a sus actores y superar los bloqueos para una altemativa eficiente. Todos re clamaban mas autoridad y orden, unos con tradici6n y otros con eficacia En torno de esta idea, divulgada desde los mas diversos a.Illbitos, em pez6 un r.ipido aglutinamiento de fuerzas que, como se advertia, habian to m.ado la restauraci6n constitucional como un interludio que permitiera re tomar lo que habfa empezado a esbozarse en 1962. El gobierno de illia fue condenado por ineficiente por Primera Plana, vocero de este grupo, ya en septiembre de 1963, un mes antes de que el nuevo presidente asumiera, y desde entonces la propaganda se ensaii.6 con et. Objetivos distintos pero no contradictorios -la efid.encia, el orden, Ia modernizad.6n y hasta el "destino de grandeza"confluian en la critica al gobierno yen una propuesta defi nida, de manera algo vaga como corresponde a una propuesta politica, como el "cambio de estructuras" que se entendia se referia a las politicas. Esta idea fue desarrollada en fonna sistem.itica por un elenco de propagandistas, mu chos de ellos expresamente contratados con tal fin, dedicados a desprestigiar al gobiemo y al sistema politico en general, ya exaltar la figura de Ongania -quien pas6 a retiro a fines de 1965-, modelo de eficiencia pero, sobre todo, "Ultima alternativa de orden y autoridad como escribfa Mariano Grondona en Primera Plana. Durante los seis meses finales del gobierno de Illia se te niala impresi6n de que buena parte del pais -que "estaba en el go1pe"- em prendia, sin disinmlo alguno, con paciencia y con confianza, el camino que llevaria a la redenci6n. Quienes no participaban de esa fe parecfan en cam bio compartir el diagn6stico, a juzgar por sus mfnimos intentos para defen- OM EL EMPATE, 1955-1966 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA. der el sistema institucional que se derrumbaba. El 28 de junio de 1966 los VI. Dependencia o liberaci6n, I 966-1976 LA DD .C comandantes en jefe depusieron a Illia y entregaron la presidencia al general onganfa Con la caida de Ia democracia limitada termin6 el empate, las oir ciones se defmieron y los conflictos de la sociedad, hasta entonces disimu lados, pudieron desplegarse plenamente. OM 194 Un amplio consenso acompaii6 al golpe del 28 de junio de 1966: los gran des sectores empresarios y tambien los medianos y pequefios, la mayoria de los partidos politicos -con excepci6n de los radicales, los socialistas y los comunistas- y hasta muchos grupos de extrema izquierda, satisfechos del fm de la democracia "burguesa". Per6n abri.6 una carta de credtto, aunque recomend6 "desensillar hasta que aclare'; los politicos peronistas fueron algo mas explicitos y los sindicalistas se mostraron francamente esperan za.dos y concurrieron a la asunci6n del nuevo presidente, especulando con la persistencia del tradicional espacio para la negociaci6n y la presi6n, y quiza. con las posibles coincidencias con un militar que -como aquel otro ponia el acento en el orden, la unidad, un cierto patemalismo y un definido anticomunismo. Este credito amplio y variado tenia que ver con la indefinici6n inicial entre las diversas tendencias que coex:istian en el gobiemo. El estado mayor de las grandes empresas -el establishment econ6mico- tenia interlocutores directos en much.as jefes militares. Otros -sabre todo Ios que rodeaban al general Ongania- se nutrfan en cambio de una concepci6n mucho mas tra dicional, derivada en parte del viejo nacionalismo, pero sabre todo de las doctrinas corporativistas u organicistas que se estaban abriendo paso entre la nueva derecha. Las contradicciones profundas entre corporativistas y li Este archivo fue descargado de https://filadd.com beral.es (que ni crefan en las libertades individuates ni en el liberallsmo eco- FI EL ENSAYO AUTORITARIO FI LA DD .C OM 195 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 196 BREVE IITSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA n6mico ortodoxo) se disimulaban en una red de contactos sociales e ideas mezcladas, tejidas en la Escuela de Economia de la Universidad Cat6lica, el Institute de Ciendas Politicas de la Un:iversidad del Salvador o en los cursi llos de cristiandad que la Iglesia -lanzada a la conquista de los grupos diri gentes y h<l.bil para disimular las diferencias- organizaba para militares, j6venes empresarios o "tecn6cratas de sacristia". Asi, por el momenta primaron las coincidencias. Era necesario reorga DEPENDENCIA O UBERACI6N, 1966-1976 197 FI LA DD .C OM el foco del desorden, pues se consideraba que las manifestaciones en re clamo de mayor presupuesto eran un caso de gimnasia subversiva. Las universidades fueron iotervenidas y se acab6 con su autonomia acade mica. El 29 de julio de 1966, en la "noche de las bastones largos", la polida irrUmpi6 en algunas facultades de la Universidad de Buenos Aires y apale6 a alumnos y prafesores. A este impromptu, grave, simb6lico y premonito rio, sigui6 un mavimiento importante de renuncias de docentes. Muchos nizar el Estado, hacerlo fuerte, con autoridad y recursos, y controlable de ellos continuaron con sus trabajos en el exterior y otros procuraran tra desde su cirna. Para unos, era la condici6n de un reordenamiento econ6bajasamente reconstruir, de manera subterrinea, las red.es intelectuales y mico que usara las tradicionales herramientas keynesianas para romper los academicas, par lo general en espacios recoletos, que alguien compar6 con bloqueos del crecimiento. Para otros, era la condici6n de un reordena las catacumbas. Mientras tanto en las universidades reaparecieron las gru miento de la sociedad, de sus maneras de organizaci6n y representaci6n, pos tradicionalistas, clericales y autoritarios que habian predominado an que liquidara las formas politicas del liberalismo, juzgadas nefastas, y tes de 1955. creara las bases para otras, naturales, organicas y jeraiquicas. La censura se extendi6 a las manifestaciones mas diversas de las nue La primera fase del nuevo gobiemo se caracteriz6 por un slwck auto vas costumbres, coma las minifaldas o el pelo largo, expresi6n de los males ri.tario". Se proclam6 el comienzo de una etapa revolucionaria, y a la Cons que, seglln la Iglesia, eran la antesala de! comunismo: el amor libre, la tituci6n se le ados6 un Estatuto de la Revoluci6n Argentina, par el cual par nografia, el divorcio. Al igual que en el casa de la universidad, venia a jur6 el general Juan Carlos Ongania, presidente designado par la Junta de des cubrirse que amplias capas de la sociedad coincidian con el Comandantes, que se mantuvo en el poder hasta junio de 1970. Se disolvi6 diagn6stico de los militares o de la Iglesia acerca de las peligros de Ia el Parlamento -el presidente concentr6 en sus manos las dos poderes- y modernizaci6n inte lectual y con la necesidad de usar la autoridad para tambiell las partidos politicos, cuyos bienes fueron confiscados y vendidos, extirpar las males. para confirmar lo irreversible de la clausura de la vida politica. Los milita res Los gestos de autoridad se repitieron en ambitos elegidos arbitraria mismos fueron cuidadasamente apartados de las decisiones politicas, mente, donde mas visible era la generosidad de1 Estado, o su debilidad aunque en cuestiones de seguridad se institucionaliz61a representad6n de frente a las presiqnes corporativas. Antes de que se hubiera definido una las arm.as par la via de sus com.andantes. Los ministeri.as fueron reducidos politica econ6mica, se procedi6 a reducir de manera drastica al personal en a cinco, y se cre6 una suerte de Estado Mayor de la Presidenda, integrado la administraci6n pllblica y en algunas empresas del Estado, coma las fe par las Consejos de Seguridad, Desarrollo Econ6mico y Cienda y Tecnica, rrocarriles, y se realiz6 una sustancial modificaci6n de las condiciones de pues en la nueva concepci6n el planeamiento econ6mico y la investiga trabajo en las puertos, para reducir las costos. Otra medida espectacular ci6n cientifica se consideraban insumos de la seguri.dad nacianal. fue el cierre de la mayoria de las ingenias azucareros en la provincia de Unificadas las decisiones, se comenz6 a encorsetar a la sociedad. La Tucuman, que venian siendo ampliamente subsidiados, con el prop6sito represi6n del comunismo -uno delastemas que rmia a todos las sectores de racionalizar la producci6n. En todos las casos la protesta sindical, que golpistas- se ex.tendi6 a todas aqueIIas expresiones del pensamienta di fue intensa, result6 acallada con violencia, y si bien no se derag6 la ley de tico, de disidencia o hasta de diferenda. El blan c □ principal fu.e la univer asociaciones profesionales -se trataba del punto principal de la disputa en sidad, que era vista coma el lugar tipico de la infiltraci6n, la cuna del co tre corporativistas y liberates-, se sancian6 una de arbitraje obligatorio, munismo, el lugar de propagaci6n de todo tipo de doctrinas disolventes Y que condicionaba la posibilidad de iniciar huelgas. Paco quedaba de las Este archivo fue descargado de https://filadd.com esperanzas de 1os sindicalistas, rudamente golpeados por la politica auto- BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ritaria. En febrero de 1967 lanzaron un Plan de Acci6n, que recordaba el Plan de Lucha montado contra illia. Pero en la ocasi6n tropezaron con una respuesta muy fuerte: despidos masivos, retiros de personeria sindical, in DEPENDENCIA O UBERACI6N, 1966-1976 199 plazo, se proponia racionalizar el funcionamiento de la economia toda y facilitar asi el desempeiio de las empresas mas eficientes, cuya imposici6n sabre el conjunto acabaria definitivamente, en este terreno, con empates y bloqueos. Contaba para ello con las poderosas herramientas de un Estado perfec ci.onado en sus orientaciones intervencionistas. En el caso de la inflaci6n se recurri6 a la autoridad estatal para regular las grandes variables, asegu rar un periodo prolongado de estabilidad y desalentar las expectativas in flacionarias. Sometidos los sindicatos, se congelaron los salarios por dos afios, luego de un m6dico aumento, y se suspendieron las negociaciones co1ectivas. Tambien se congelaron tarifas de servicios pU.blicos y combus tibles, y se estableci6 un acuerdo de precios con las empresas lideres. El deficit fiscal se redujo con las racionalizaciones de personal y una recau daci6n mas estricta, pero sobre todo porque se estableci6 una fuerte deva Iuaci6n del 40% y una retenci6n similar sobre las exportaciones agrope cuarias. Con esta medida, la mas importante en lo inmediato, se logr6 a la vez arreglar las cuentas del Estado, evitar el alza de los alim.entos, impedir que la devaluaci6n fuera aprovechada por los sectores rurales asegurar un periodo prolongado de estabilidad cambiaria, reforzado por pfestamos OM 198 FI LA DD .C tervenciones a las sindicatos y el uso de todos los resortes que la ley le daba al Estado para controlar al gremialismo dfscolo. El paro tuvo por otra parte escasa repercusi6n y la Confederaci6n General del Trabajo (CGT) de bi6 reconocer su derrota total y suspender las medidas. El gobierno habfa encontrado la f6nnula politica adecuada para operar la gran reestructuraci6n de la sociedad y la economia. Con la clausura de la escena politica y la corporativa, habfa puesto fin a la puja sectorial, de jando descolocado al sindicalismo vandorista, protagonista principal de ambas escenas, y hasta al propio Per6n, que se tom6 unas vacaciones poli ticas, Acallado cualquier .irnbito de expresi6n de las tens:i.ones de la socie dad, y aun de las mismas opiniones, podia diseiiar sus politicas con tran quilidad, sin urgencias -la revoluci6n no tiene plazos, se decia- y con un instrumento estatal poderoso en sus manos. Pero en los seis primeros meses, y mas alla de aquellas acciones espec taculares, no se habfa adoptado un rumbo daro en materia econ6mica pues Y el equipo designado -de orientaci.6n vagamente social crlstiana- estaba lejos de conformar al establishment El conflicto se resolvi6 en diciembre de 1966 en favor de los llamados liberates. El general mas afin a ellos, Julio Alsoga del Fond□ Monetario y una importante corriente de inversiones de corto ray -hermano de.Alvaro- fue designado comandante en jefe del Ejercito, y plazo. Todo ello penniti6 establecer el mercado libre de cambios. Enlo in Adalbert Krieger Vasena, ministro de Economia y Trabajo. Se trataba de mediato, Ios e:xitos de esta politica de estabilizaci6n fueron notables: a me un economista surgido del riii.6n mismo de los grandes grupos empresa diados de 1969 la inflaci6n se habia reducido dr.isticamente, aunque se rios, con excelentes conexiones con los centros financieros internaciona guia siendo elevada para los niveles de los paises centrales, y las cuentas del Estado estaban equilibradas, lo mismo que la balanza de pagos. les y de capacidad tecnica reconocida. Krieger ocup6 el centro del go Otros poderosos instrumentos de intervenci6n estatal fueron utiliza bierno -su influencia se extendfa a los ministerios de Obras Publicas y de Relaciones Exteriores-, peto debi6 seguir enfrentandose con los grupos dos para mantener el niveI de la actividad econ6mica y estimular a los corporativistas, que se concentraron en el Ministerio de Interior -donde sec tores juzgados mas eficientes. No hubo restricci6n monetaria ni credit:icia Las inversiones del Estado fueron considerables, particularm.ente se manejaba la educaci6n, tema clave para la Iglesia- y la Secretaria en obras piiblicas: la represa hidroelectrica de El Choc6n, que debfa Gene ral de la Pres:i.dencia. El plan de Krieger Vasena., lanzado en marzo de 1967, coincidiendo con solucionar el fuerte deficit energetico, puentes sobre el Parana, cam.inos y accesos a la Capital, a lo que se sum6 un impulso similar de la la debacle de la CGT, apuntaba en primer termino a superar Ia crisis ciclica construcci6n prlvada. Las exportaciones no tradicionales fueron -menos aguda que la de 1962-1963-y a lograr una estabilizaci6n prolon beneficiadas con reintegros de impuestos a insumos importados. Se gada que eliminara una de las causas de la puja sectorial. Meis a largo estimul6 la eficiencia general de 1a economfa roediante una reducci6n, Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM ciertamente select:iva, de los aranceles Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C y Ia eliminaci6n de subsidios a economias regionales, como la azucarera tucumana o la algodonera chaquefia. Tambien aqui los exitos globales fue ron notables: creci6 el producto bruto, sosteniendo la tendencia de los aiios anteriores, la desocupaci6n fue en general baja -aunque las reestruc turadones crearon bolsones de alto desempleo-, los salarios no cayeron notablemente y la inversi6n fue en general alta, aunque concentrada en obras pUblicas. No hubo un movimiento inversor privado sostenido, de modo que hacia 1969 el crecimiento pareda alcanzar su los trabajadores. OM 200 tech□. El sector mas concentrado -predominantemente extranjero- result6 el mayor beneficiario de esta politica, que ademas de estabilizar, apuntaba a reestructurar de manera profunda el mundo empresario ya consolidar de modo definitivo las cambios esbozados desde 1955. Mucl1aS de las empre sas instaladas en la epoca de Frondizi empez.aron por entonces a producir a pleno, pero ademas hubo compras de empresas nacionales por parte de extranjeras -se not6 en bancos o tabacaleras- de manera que la desnacio FI nalizaci6n de la economia se hizo mas manifiesta Sin renundar a las ven tajas de las regfrnenes de promod6n con que se instalaron, estas empresas se beneficiaron con la situaci6n de estabilidad, en la cual podian hacer pe sar sus ventajas en organizaci6n, planeamiento y racionalidad. Las grandes obras publicas realizadas en esta etapa en general soludonaban sus pro blemas de transporte o energia, a la vez que creaban oportunidades atrac tivas para las que empezaban a operar como contratistas del Estado, un rubro llamado a crecer considerablemente. En cambio, la lista de perjudicados fue amplia A la cabeza estaban las sectores rurales; si bien se los estimul6 a la modemizaci6n y tecnificaci6n -a eso apuntaba el temido impuesto a la "renta potendal"-, se sintieron perju dicados par lo que consideraban un despojo: las fuertes retendones a la ex portad6n. Los sectores empresarios nacionales -que hacian oir su voz a tra ves de la Confederaci6n General Econ6mica (cGE)- se quejaban de falta de protecci6n y se lamentaban de la desnacionalizad6n. Economias provincia les enteras - Tucuman, Chaco, Misiones- habian recibido verdaderos maza zos al supriro:irse protecciones tradici.onales. La lista de maltrechos se com pletaba con amplios sectores medias, perjudicados de formas varias, desde la liberaci6n de los alquileres urbanos hasta el avance Este archivo fue descargado de https://filadd.com de los supermercados en la comercializaci6n minorista, y naturalmente con LA DD .C La nueva politica modificaba en forma profunda las equilibrios -cam bi.antes pero estables- de la etapa del empate, y volcaba la balanza en favor de los grandes empresarios. La utilizaci6n del mas tradicional de las instru mentos de politica econ6mica -la transferencia de ingresos del sector rural tradicional al sector urbano- operaba de un modo nuevo: en lugar de ali mentar a este por la vfa del mayor consume de los trabajadores y la expan si6n del mercado interno -cli'isica en las alianzas distribucionistas entre empresarios y trabajadores-, lo hada por Ia expansi6n de la demand.a au t6noma: inversiones, exportadones no tradicionales y un avance en la sus titud6n de :importaciones. Como ha sefialado Adolfo Canitrot, se trataba de] proyecto propio y especifico de la gran burguesfa, que s6lo en estas cir cunstancias sociales y politicas podia ser propuesto. Sostenido por quienes gustaban de llamarse liberal.es, era en realidad una polit:ica que si bien achicaba las funciones del Estado benefactor, conservaba y aun expandia las del Estado intervendonista. Ni los empresarios querfan renunciar a esa poderosa palanca, ni los militares hubieran aceptado el achique de aque llas partes del Estado con las que mas facilmente se identificaban: las em presas militares orientadas de una u otra manera a la defensa y las mismas empresas del Estado, que con frecuencia eran llamados a administrar. En estos afios la expansi6n del Estado pareda perfectamente funcional con la reestructuraci6n del capitalismo, pero es probable que nose ocultaran a sus beneficiaries los peligros potenciales de conservar activa una herra mienta tan poderosa. A lo largo de 1968, empezaron a notarse los prim.eras indicios del fin de OM 201 DEPENDENCIA O LIBERACI6N, 1966-1976 FI la pax romana. En marzo, un grupo de sindicalistas contestatarios, en cabezados par Raimundo Ongaro, dirigente gr.ifico de orientaci6n social cristiana, gan6 la conducci6n de la CGT, aunque de inmediato los dirigen tes mas tradidonales la dividieron. Pero a lo largo de 1968 la CGT de los Argentinos -en tomo de la cual se reunieron activistas de todo tipo- enca bez6 un movimiento de protesta que el gobierno pudo controlar combi nando amenazas y ofrecimientos. Esta emergencia contestataria reuni6 a dos grupos de dirigentes hasta ese momenta enfrentados: el tradicional nlicleo vandorista, carente de espacio para su politica, y los llamados aparticipacionistas dispuestos a aceptar las reglas del juego impuestas por el !egimen y a asumir su funci6n de expresi6n corporativa, ordenada y des- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 202 BREVE HISTORIA CONTEMPORl\NEA DE LA ARGENTINA politizada, del sector laboral de la comunidad. En ellos centraban sus ilu siones quienes rodeaban a Ongania: concluida la reestructuraci6n econ6mica-pensaban-, era posible iniciar el "tiempo social': con el apoyo de uila cGT unida y domesticada. Esta corriente, con representad.6n en el Ejel:cito, pero fuerte sabre todo por su cercanfa a la presidencia, se sum6 a otra ali mentada par las protestas cad.a vez mas generales de la sociedad. Los sec tores rurales eran f.icilmente escuchados por las jefes militares, y tambiell las sectores del empresariado nacional, capaces de tocar una fibra todavia sensible en ellos: frente a la politica econ6mica imperante, hay otra alter nativa, decian; es posible un desarrollo mas nacional, alga mas popular y mas justo. Todas estas voces, poco orquestadas todavia, pusieron en tensi6n la relaci6n entre el presidente y su rninistro de Economfa. A mediados de afro, Onganfa relev6 a los t:res comandantes y reemplaz6 a Julio Alsogaray -conspicuo liberal- por Alejandro Lanusse, par el momento menos defi nido. Las voces del establishment salieron a defender a Krieger Vasena, co menzaron a quejarse del excesivo autoritarismo de Onganfa, de sus velei dades corporativistas y autoritarias, y empezaron a pensar en una salida politica, para Ia que se ofrecia el general Aramburu y hacia su aporte el nuevo delegado personal de Per6n, Jorge Daniel Paladino. Cuando en mayo de 1969 estall6 el breve pero poderoso movimiento de protesta-el Cordo bazo-, el Unico capital de Ongania, el mito del orden, se desvaneci6. DEPENDENCIA O LIBERACI6N, 1966-1976 203 FI LA DD .C OM gente. La fortfsima represi6n policial gener6 un violento enfrentamiento: hubo barricadas, hogueras para combatir los gases lacrim.6genos y asaltos a negocios, aunque no pillaje. La multitud, que control6 varias horas el casco central de la ciudad, no tenia consignas ni organizadores -sindica tos, partidos o centros estudiantiles fueron desbordados por la acci6n-, pero se comport6 con rara eficacia, dispers.indose y reagrupalldose. Final mente intervino el Ejercito, con llamativa demora, y recuper6 el control, salvo en algunos reductos -como el barrio universitario del dinicas donde francotiradores jaquearon a Ios militares un dfa mas, mientras los manifestantes reaparecian en las suburbios, armando barricadas o asal tando comisarias. Lentamente, el 31 de mayo se restableci6 el orden. Ha bian muerto entre veinte y treinta personas, unas quinientas.fueron heri das y otras trescientas detenidas. Consejos de Guerra condenaron a los ,principales dirigentes sindicales -como Agustin Tosco- en quienes se hizo caer Ia responsabilidad. Como acci6n de masas, el Cordobazo s6lo puede ser comparado con la Semana Tr.igica de 1919, o con el 17 de octubre, con la diferencia de que en este Ultimo caso la policfa apoy6 y custodi6 a los trabajadores. Como este, fue el episodio fundador de una ola de movilizaci6n social que se prolong6 hasta 1975. Par eso, su valor simb6lico fue enorme, aunque de el se hicieron lecturas diversas, desde el poder, desde las estructuras sindicales o politicas existentes o desde la perspectiva de quienes, de una u otra manera, se identificaban con la movilizaci6n popular y extrafan sus ensefianzas de la jomada. Pero cualquiera fuera la interpretaci6n, un punto era indudable: el enemigo de la gente que LA PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS masivamente sali6 a la calle era el poder autoritario, detras del cual se adivinaba la presencia multiforme del capital. El estallido ocurrido en C6rdoba en mayo de 1969 vino precedido de una La ola de movilizaci6n social que inaugur6 el Cordobazo se expres6 de ola de protestas estudiantiles en diversas universidades de provincias -ya en maneras diversas. Una de ellas fue un nuevo activismo sindical, que se ma 1966, en C6rdoba, habia muerto un estudiante, Santiago Pampil16n- y de nifest6 prim.ero en la zona de Rosario o sabre todo en C6rdoba, donde se una fuerte agitaci6n sindical en C6rdoba, centro industrial donde se concen destacaban las plantas de las grandes empresas establecidas luego de traban las principales f.ibricas de automotores. Activismo estudiantil y 1958, en especial las automotrices. Con obreros estables, especializados y obrero -componentes principales de la ola de agitaci6n que se iniciaba- se relati vamente bien pagos, los conflictos no se liroitaron a lo salarial conjugaron el 29 de mayo de 1969. La CGT local reahz6 una huelga general donde se agotaba el sindicalismo tradicional- y se extendieron a las y grupos de estudiantes y obreros -con aportes masivos de las fabricas au condiciones de trabajo, los ritmos, los sistemas de incentivos, las Este archivo fue otra descargado de https://filadd.com tomotrices- ganaron el centro de la ciudad, donde se sum6 mucha clasificaciones y catego- 204 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA DEPENDENCIA O11BERACI6N, 1966-1976 205 FI LA DD .C OM rias. Estas cuestiones, vitales para las grandes empresas, lo eran sobre Par entonces, ya muchos salian a la calle. Paco despues del todo para las automotrices, que despues de una instalaci6n masiva e Cordobazo hubo episodios si.milares en Rosario -el Rosariazo- y en improvi sada debfan afrontar, desde 1965, un duro proceso de Cipoiletti, en la zona fruticola del Valle de1Rio Negro; los episodios se racionalizaci6n, de modo que los motivos de conflicto eran permanentes. repitieron luego en C6rdoba, en 1971, en Neuquen yen General Roca, y Esas mismas empre sas -empefiadas en debilitar el control sindical- habfan adquirieron una mag nitud notable en Mendoza, en jullo de 1WZ. I.a misma logrado autoriza ci6n del gobierno para negociar particularmente sus agitaci6n se advertfa en las zonas rurales, sabre todo en las no pampeanas, convenios de trabajo como el Chaco, Misio nes o Formosa, donde arrendatarios y colonos, -eludiendo el convenio nacional- e incluso para crear sindicatos por presionados por los desa1ojos o las bajos predos del algod6n o 1a yerba, se planta,. como ocurri6 con las de Fiat. Al principio esto debilit6 a las organizaban en las Llgas Agra riaS. Las explosiones urbanas se prolongaron organi zaciones sindicales, pero a Ia larga permiti6 que surgieran en manifestaciones callejeras, a las que se sumaban los estudiantes conducciones con orientaciones marcadamente diferentes de las del universitarios en permanente estado de ebullici6n, yen acciones mas sindicalismo nacio nal, tanto en sus objetivos coma en sus metodos. cotidianas de reclarno en barrios o villas de emergencia. Estas fonnas Mientras aquet se limi taba a negodar los salarios y afirmaba su control en originales de protest.a -que recordaban los ufuro res" o las motines la desmovilizaci6n,la cooptaci6n y el matonismo, los. nuevos dirigentes preindustriales- eran desencadenadas por algtin episo dio ocasional: un gremiales ponian el acento en Ia honestidad, la democracia interna y la impuesto, un aumento de tarifas, un funcionario particu larmente atenci6n de los proble m.as de la plan.ta. desafortunado, pero expresaban un descontento profundo y un conjunto de Una movilizaci6n que escapaba a las lfmites y controles de las buro.. demandas que, puesto que el poder autoritario habia cortado los canales de cracias gremiales y un tipo de demandas novedoso fueron configurando expresi6n estableddos, se rnanifestaban en espactos sociales rec6nditos, en un sindicalismo singular, circunscripto al principio a los centros indus villas, barrios o pequeiias ciudades, y eroergian poniendo en movimiento triales nuevos, pero extendido, hacia 1972, a las zonas mas tradidonales extensas y difusas redes de solidaridad SUrgidas de cuestio nes que hacian del Gran Buenos Aires, hast.a entonces mejor controladas por el aparato a la vida cotidiana antes que laborales -la vivienda, el agua, la salud-, gremial puesto en discusi6n. En ese .imbito era posible pasar de las rei movilizaban a sectores mucho mis vastos que el de las obreros vindicaciones concretas a un cuestionamiento mils amplio de las relacio nes sindicalizados: desde trabajadores ocasionales, no agremiados y sociales y de la misma propiedad. Los sindicalistas del Sindicato de desprotegidos, hasta sectores medios cuya participaci6n era uno de los da Trabajadores de Concord (SITRAC) y del Sindicato de Trabajadores de Ma tos mas novedosos, y que se manifestaba tambien en las huelgas de maes tetfer (sITRAM) -los sindicatos de la automotriz Fiat- o del Sindicato de tros y profesores, empleados pUblicos, funcionarios judiciales o en las lock Mec.inicos y .A.fines del Transporte Automotor (sMATA), el gremio de las out de pequenos comerciantes e industriales. mec.inicos, en C6rdoba, fueron espontaneamente "clasistas" antes de que Se trataba de un coro miiltiple, heterogeneo pero unitario, regido por el CUillulo de militantes de izquierda, de las tendencias mas variadas, que se una 16gica de la agregaci6n, al que se sumaban las voces de otros intere congreg6 en torno de ellos le diera a esta acci6n una definici6n mas ex ses heridos, coma las grand.es productores rurales o las sectores naciona tensa. Pero ademas, era una acci6n gremial fuerteniente transgresora, al les d.el empresariado. Unos y otros se legitimaban de manera reciproca y borde de la "violencia", que incluia ocupaciones de plantas y toma de rehe conform.aron un imaginario social sorprendente, una verdadera uprima nes, y con una gran capacidad para movilizar al resto de la sociedad, so,. vera de los pueblos , que fue creciendo y cobrando confianza -hasta ma bre todo en las ciudades, donde la fabrica ocupaba un lugar muy visible, durar plenamente en 1973- a medida que descubria la debilidad de su y cuando en un paro active las trabajadores salian a Ia·calle convocando adversario, por entonces incapaz de encontrar la respuesta adecuada. Se a la solidaridad. Este archivo fue descargado de https://filadd.com giin una visi6n comiin, que progresivamente iba definiendo sus perfiles y BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C simplificando los matices, todos las males de la sociedad se concentraban en un punto: el poder autoritario y los grupos minoritarios que lo apoya ban, responsables directos y voluntarios de todas y cada una de las formas de opresi6n, explotaci6n y violencia de la sociedad. Frente a ellos se al zaba el pueblo, hermandad solidaria y sin fisuras, que se ponia en moVJ. miento para derrotarlos y resolver todos las males, aun los mas profundos, pues la reahdad toda pareda ser transparente y lista para ser transformada por hombres y mujeres impulsados a transitar el camino entre las reivin dicadones inmediatas y la imaginaci6n de mundos distintos. Cual.es eran estos mundos y c6mo se llegaba a ellos eran cuestiones que empezaban a OM 206 los cam.pas estaban bien delimitados: si para el poder autoritario el desa- FI discuti:rse en otros ilmbitos. No era dificil encontrar por entonces en todo el mundo sell.ales confir matorias de esa primavera. Los vastos acuerdos sociales que habfan presi dido el largo ciclo de prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial estaban agotalldose, como se advertia en la ola de descontento que reco rria a la sociedad, y sobre todo en la rebeli6n de su grupo mas sensible, las estudiantes. Se expres6 en Praga, Mexico o Berkeley, y culmin6 en Paris en mayo de 1968, clamando contra el autoritarismo y por el poder de la ima ginad6n. La expresi6n mas notoria del poder autoritario -el imperialismo trastabillaba visiblemente frente a la ola de movimientos emancipatorios: la SOl:piendente capacidad de resistencia del pueblo de Vietnam mostr6 la imagen derrotada de un gigante que, ademis, debfa lidiar en su propio frente interno con estudiantes, negros y una sociedad entera que recla maba sus derechos. Si la Uni6n Sovietica ---develadora de la primavera de Praga- habia dejado hada yamucho tiempo de encarnar una utopia, China y su Revoluci6n Cultural proclamaban la posibilidad de otro comunismo, a la vez nacional y antiautoritario. La imagen del presidente Mao, asi coma la de Fidel Castro, oscilaban entre el mundo socialista y un Tercer Mundo -cuyos representantes se congregaron en 1965 en la Conferenda Tri.conti nental de La Habana- cada vez mas volcado a la izquierda, en el que dis tintas expresiones nacionales del socialismo podian encontrar un campo comt'in de reconocirniento y acci6n. En America Latina, donde los prospectos de la Alianza para el Progreso y el apoyo a las democracias habfan quedado defmitivamente archivados, Este archivo fue descargado de https://filadd.com rrollo era un fruto de la seguridad nacional, para quienes lo enfrentaban la {utlca altemativa a la dependencia era la revoluci6n, que conduciria a la Ii beraci6n. CUba constituia un ejemplo fundamental, no tanto parla propia experiencia -de la que se conocfa poco- coma par su papel active en lo que sus enemigos llamaban la exportaci6n de la revoluci6n. La acci6n del Che Guevara en Bolivia mostr6 las posibilidades y limites del "foco" revo lucionario, pero sabre todo su muerte -una imagen que recorri.6 el mundo dio origen al simbolo mas fuerte de quienes luchaban, de una u otra ma nera, pot la liberaci6n. En el mismo frente, unidos por el enemigo, se alineaban las guerrillas urbanas del Brasil o del Uruguay -los romanticos Tupamaros-, 1os partidos marxistas chilenos que llevaron a Salvador Allende a la presidencia FI LA DD .C por la via electoral, o militares nacionalistas y po pulistas coma el boliviano Torres, el panamefi.o Torrijos o el peruano Ve lasco Alvarado. Hasta la Iglesia, tradicional baluarte de los sectores oligat quicos, se sumaba, al menos en parte, a esta primavera. Al calor de los cambios institucionales introducidos primero por Juan XXIII, y por el Con cilio Vaticano II despues, parte de la Iglesia latinoamericana hizo una lec tura singular de sus propuestas. En 1967 los obispos del Tercer Mundo, encabezados por el brasileiio Helder Cfunara, proclamaron su preocupa ci6n prioritaria por las pobres -reales, y no s61o de espiritu-, asf como la necesidad de comprometerse en forma activa en Ia reforma social y asumir las consecuencias de ese compromiso. Esta linea qued6 parcialmente legi timada cuando en 1968 se reuni6 en Medellin, con la presencia del Papa, la Conferencia Episcopal Latinoamericana. Una teologfa de Ia liberaci6n adecu.6 el tradicional mensaje de la Iglesia a los conflictos de la hora, y la afirmad6n de que la violencia "de abajo era consecuencia de la violencia de arriba" autoriz6 a franquear el lfmite, cad.a vez mas estrecho, entre la denuncia y la acci6n. Ese era el camino que ya habia seguido el sacerdote y guerrillero colombiano Camilo Torres, muerto en 1966, figura tan emble m.itica coma la del Che Guevara. Esta tendencia tuvo r.ipidamente expresi6n en la Argentina. Desde 1968, las religiosos que se reunieron en el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, y los laicos que lo acompafiaban, militaron en las zonas mas pobres, particularmente las villas de emergencia, promovieron la formaci6n de orga nizaciones solidarias e impulsaron reclamos y acciones de protesta, que OM 207 DEPENDENCIA O UBERACI◊N, 1966-1976 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C incluian huelgas de hambre. Su lenguaje evangelico fue haciendose r<lpida mente politico. La violencia de abajo -decian- selegitimaba por la injustici.a social, que tambii§n era una forma de violencia. La solidaridad con el pueblo -cuyo rostro, a diferencia de los "clasistas", vefan mas bien en las marginales desprotegidos que en las trabajadores industriales sindicalizados- llevaba de m.anera inevitable a identificarse con lo que era su creencia basica: el pero iban desde De Gaulle y el europeismo hasta el tercermundismo -que aso- OM 208 nismo. Los sacerdotes tercermundistas facilitaron la incorporaci6n a la politica ya la militanci.a de vastos contingentes de j6venes, educados en los colegi.os religiosos y formados inicialmente en el nacionalismo cat6lico. Asu mieron la solidaridad y el compromiso con las pobres, y tambiE'n el peronismo, y aunque entraron en contacto con ideas provenientes de la iz quierda, continuando la tendencia al "dialog□ entre cristianos y marxistas", FI conservaron una fuerte impronta de su matriz ideol6gica original. Por esa y otras vias, contingentes de j6venes se incorporaron r.ipida mente a un activismo cuyo perfil resuitaba irreconocible para muchos. La tradicional politica universitaria cambi6 de forma y de sentido Iuego de que el poder autoritario destruy6 la "'isla democriltica que se habia cons truido desde 1955, en Ia que era posible combinar la excelencia academica con la militancia, y el compromise con algdn distanciamiento critico frente a las opciones concretas. Desde antes de 1966, ambos terminos se hallaban en fuerte tensi6n, pero fue la represi6n la que tronch6 lo mejor de ese pen samiento critico o lo lanz6 a una actividad totalmente subordinada a la politica -una ciencia que diera puntualmente cuenta de la "dependencia" y contribuyera de modo directo a la hberaci6n-, y zambull6 de manera di recta en la acci6n a 1os disidentes, al punto de que las universidades, cada vez mas descalificadas desde la perspectiva academica, se fueron convir tiendo en centres de agitaci6n y de redutamiento. Para muchos, y muy especialmente para los j6venes sin experiencias politicas anteriores, ejerci6 una atracci6n muy fuerte el peronismo, pros cripto y resistente, donde encontraban el mejor espacio para la contesta ci6n. Del peronismo pasado y presente -y del propio Per6n- podian deri varse mochas imi3.genes, y los nuevos militantes tambien construyeron una. En su exilio de Madrid, y algo apartado de los problem.as cotidianos, el lider habfa ido actualizando su discurso, incluyendo vartos que Estetemas archivo fue descargado de https://filadd.com DEPENDENCIA O LIBERACI◊N, 1966-1976 FI LA DD .C ci6 con su tercera posici6n-, la dependencia, la liberaci6n y tambien las cuestiones ecol6gicas o alimentarias, que preocuparon al Club de Roma. Mientras Per6n iba sintonizando, de ese cUmulo de elementos, 1os que me jor cuadraban a su pape1 de jefe de ig1esia, obligado a ser uno para muchos, quienes en Ia Argentina lo proclam.aban su lider seleccionaban aquellos elementos que mejor se adaptaban a su propia percepci6n de la realidad. Silvia SigaI y Eliseo Ver6n encontraron en esta capacidad para la "lectura estrategica" una explicaci6n del espectacular crecimiento de quienes la cultivaron, y tambifo la raiz del hondo drama que sigui6. En sus nuevos portadores, y a falta de quien 1egitimara una Unica or todoxia, el peronismo result6 permeable a mliltiples discursos, provenien tes del catolicismo y de1 nacionalismo, del revisionismo hist6rico y tam bien de Ia izquierda, sabre todo en la medida en que esta iba resolviendo sus perplejidades ante lo que John William Cooke llam6 el "hecho maldito". Definida coma se vio por la via revolucionaria, y admitido el hecho de que los trabajadores -elemento inexcusable para la construcci6n del socia lismoeran irrevocablemente peronistas, buena parte de las corrientes de izquierda acept6 profesar la religi6n, algunos con sinceridad y otros con reservas de conciencia, para fusionarse con el "pueblo peronista", espe rando ser reconocidos como su vanguardia. No fueron todos: la experien cia del Cordobazo vitaliz6 a las corrientes que, en una perspectiva mils cla5ica, confiaban en las posibilidades de la acci6n de las masas y privile giaron "la clase" por sobre "el pueblo . Los que optaron por el peronismo terminaron de redondear su revisi6n ideol6gica y de encontrar el lugar que ese movirniento ocupaba en el gran proceso de construcd6n del socialismo. Algunos que provenian del mar xismo -como Jorge Abelardo Ramos y Rodolfo Puiggr6s-y otros del nacio nalismo -coma Juan Jose Hernandez Arregui, Arturo Jauretche o Jose Ma ria Rosa- terminaron por crear -al menos a los ojos de quienes los lefan- una via intermedia en que las exigencias del socialismo se comple mentaban con las de la liberaci6n nacional, un tern.a al que tan.to aporta ban el viejo nacionalismo com□ el leninismo. Al igual que 1a politica, la historia se ley6 en clave maniquea, y se busc6 descifrar, tras el oculta miento de la "h.istoria oficial el recuerdo soterrado de las luchas populares por la naci6n y la liberaci6n, en las que el peronismo prolongaba la acci6n OM 209 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 210 DEPENDENCIA O LlBERACI6N, 1966-1976 BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM En cambio, las discursos politicos predominantes, que mezclaban ele de las montoneras federal.es, Rosas e Yrigoyen. En otras versiones, la "linea mentos del mand.smo revoludonarto con otros del nacionalismo o el catoh incorporaba actores diversos: unos poni'.an al general Roca y otros a las cismo tercermundista, se nutrieron en la experiencia de la primavera, poten anarquistas o socialistas. Pero todos compartian la convicci6n -expresada ciaron el imaginario popular y lo reforzaron y legitimaron con referencias con fuerza y fortuna por el revisionismo hist6rico- de que habia una linea, te6ricas. Aunque cortaran la realidad y la sociedad de distintas man.eras, to que separaba la historia en dos bandos inconciliables y eternamente en dos ellos la <livid.fan tajantemente en dos campos enfrentados: amigos y ene frentados, que culminaba con el enfrentamiento entre el poder autoritario migos. La clave de la opresi6n, la injusticia y la entrega se encontraba en y el pueblo peronista. el poder, monopolizado por unos pocos -nacionahstas y trotskistas El peronismo habia sido en la posguerra et 3Illbito para una primera legitima ban esta visiOn conspirativa-, y asf como todo era posible desde el emergencia del pueblo -en el contexto de la industrializaci6n, la burguesia pod.er, el fin Unico de la acci6n politica era su captura. La falta de nadonal, el Estado nacionalista- y lo seria para una segunda emergenda, condiciones y de posibilidades reales podia ser suplida con la voluntad, que se preparaba, donde el contexto llevaria a redefinir las banderas yen primer lugar on la violencia, lo que era abonado desde el leninismo, hist6ricas hacia la emancipaci6n del imperialismo y al socialismo. Podfa el guevarismo o el fascismo. For uno u otro camino, todo llevaba a discutirse -y asi ocurria- sabre quienes eran las aliados del pueblo, interpretar la politica con la 16gica de la guerra, y naturalmente quienes integrantes del frente nacional, y aun sabre que cosa era ese pueblo, en el mejor se adecuaron a esta 16gica privaron en el debate de los activistas e que algunos encontra ban a la c1ase obrera segura y orgullosa, y otros a los imprimieron su sello a la movilizaci6n popular. miserables oprimidos, necesitados de una guia paternal y autoritaria En el Las prim.eras organizaciones guerrilleras habian surgido -sin mayor arnbito de la izquierda y del activismo, urgido por explicar el fen6meno trascendencia- al principio de la decada de 1960, al calor de la experiencia presente de la movilizaci6n popular masiva, estas discusiones fueron cubana, y se reactivaron con la acci6n de Guevara en Bohvia, pero su ver intensas. Pero por sabre ellas priv6 la exigencia de la acci6n, que en el nuevo dadero caldo de cultivo fue la experiencia autoritaria y la convicci6n de contexto -tan distinto en ese sen tido al clasico de la izquierda- tenia total que no habfa altemativas mas alla de la acci6n armada Desde 1967 -yen prioridad sobre la reflexi6n. el aIDbito de la izquierda o del peronismo- fuernn surgiendo distintos gru La revoluci6n era posible. As( lo mostraban Cuba, el Cordobazo y la pos: las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Descamisados, las Fuerzas Ar movilizaci6n social, tan intensa coma carente de direcci6n y programa. En madas Revolucionarias (FAR), las Fuerzas Armadas de Llberaci6n (FAL), y contrarlos en la acci6n misma fue la pretensi6n del nuevo activismo. La hacia 1970 las dos que tuvieron mas trascendenda: la organizaci6n Mon alternativa democr.itica -desprestigiada para los viejos militantes y carente toneros, surgida del integrismo cat6lico y nacionalista y devenida pero de sentido para las mas j6venes- estuvo totalmente ausente de las discu nista, y el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), vinculado al grupo siones. La izquierda ofreci6 una lectura cl.isica de la movilizaci6n y sus trotskista del Partido Revolucionario de las Trabajadores (PRT). Su acta ofi posibilidades, a traves del "clasismo sindical, fuerte sobre todo en C6r cialde nacimiento a la vida pUbhca fue el secuestro y asesinato del general doba. En 1971, SITRAC y SITRAM prnpusieron un programa que debfa reunir Aramburu, en mayo de 1970, por obra de Montoneros. Paco despues, las a toda la izquierda, convertida en vanguardia del proletariado mas cons FAR "coparon la pequeiia ciudad de Garin, a pocos ki16metros de la Capi tal, ciente, pero descubrieron que las trabajadores no estaban dispuestos a y los Montoneros hicteron lo mismo con La Calera, en C6rdoba. Desde acompafiarlos en una propuesta que, cuestionando las relaciones sociales entonces, y hasta 1973, las actos de violenda fueron en crecimiento, tanto y la propiedad, desbordaba ampliamente los limites reivindicativos de sus en m1mero como en espectacularidad. Aunque su sentido no siempre era reclamos. Al igual que con anarquistas y radicales a principios de siglo, claro, muchos tenian que ver con el equipamiento de las organizaciones: los trabajadores de C6rdoba seguian a las clasistas en lo gremial, pero en Este archivo fue descargado de https://filadd.com po litica continuaban siendo peronistas. j_:. 21I 212 DEPENDENCIA O LlBERACION, 1966-1976 BREVE msroRIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM vivo sino su cadaver arm.as, dinero, material medico. Otros, como los copamientos, eran demos traciones de poder, que desnudaban la impotencia del Estado, y no faltaron acciones de expropiaci6n" y reparto entre las pobres, al estilo Robin Hood. En muchos casos las acciones procuraban insertarse en 1os confhctos so dales y profundizarlos, por ejemplo secuestrando a empresarios o a geren tes en media de una huelga. Lo mas espectacular fueron los asesinatos: antes que Aramburu, habfa muerto Augusto Vandor -aunque sus autores nose revelaron-y luego Jose Alonso, otro dirigente sindical destacado. En 1972, casi simultilneamente, fueron asesinados un importante empresario italiano y un general de alta graduaci6n. El caso de Aramburu reline todas las exphead.ones y las significadones de esta prilctica: venganza -o justida-por los fusilamientos de 1956, caida en un dirigente particulannenteodiado por los peronistas, pero tambiell li quidaci6n -stricto sensu- de una alternativa poJitica que los grupos liberales venian preparando ante el desgaste de Ongania. Ciertos contactos entre los dirigentes Montoneros y miembros del equipo de Ongania hicieron pensar en una conspirad6n desde el pod.er y llevaron a algunos a reflexionar tem pranamente sobre el caracter manipulador de la via armada. Entre todas las organizaciones habia grandes diferencias te6ricas y polfticas, pero privaba un espiritu comUn. Todas aspiraban a transformar la movilizaci6n espontanea de la sociedad en un alzamiento generalizado, y todas coincidfan en una cultura potitica que retomaba y potenciaba la de los grupos de izquierda, pero que de alguna manera tomaba la de sus ad versarios. La l6gica de la exclusi6n -esa constante de Ia politica en el siglo xx- era Ilevada hasta sus ultimas consecuencias: el enemigo -lacayos del imperialismo, Ejercito de ocupaci6n- debia ser aniquilado. Las organi zaciones eran la vanguardia de la movilizaci6n popular, cuya representa ci6n consistia en la acci6n violenta. La unidad, el orden, la jerarquia y la disciplina eran -igual que en el Ejercito, :igual que en el cuerpo social ima ginado por la Iglesia y los corporativistas- los atributos de la organizaci6n armada. La violencia no s6lo se justificaba por la del adversario: era glorifi cada como Ia partera del orden nuevo. Los atributos <lei verdadero mili tante eran el heroism.a y ta disposid6n a una muerte gloriosa y redentora, carnino de la verdadera trascendencia, "entre los heroes Este no archivo descargado de https://filadd.com de la patria amada . Como ha seiialado Juan Jose Sebreli, es el fue Guevara 213 OM FI LA DD .C el faro de quienes, desde origenes diversos y por distintos caminos, coinci dian en vivar a la muerte. Tan revelador de la cultura politica de la sociedad era que un ampho grupo de j6venes hiciera del asesinato un arma politica, como la form.a en que el resto de la sociedad lo recibia, con una mezcla de simpatia por la justicia consumada, de satisfacci6n por haber golpeado duramente al ene migo o de intriga, en muchos casos, por las verdaderas razones de crime nes que no se terminaban de entender, pero de cuya razonabilidad, ya fuera etica o t.actica, nadie dud.aha. Esa simpatfa general, irreflexiva y boba, como pronto se verla, hizo por el momenta que cualquier propuesta de re presi6n sistem.itica estuviera destinada al fracaso. Del cllmulo de organizacionesguerrilleras, fue Montoneros la que me jor se adecu6 al clima del pais, y la que fue absorbiendo a casi todas las otras, con la excepci6n del ERP. Fueron ellos los que privilegiaron enter minos absolutos la acci6n y los que menos se sentlan atados por tradicio nes o lealtades politicas previas, lo que les permiti6 funcionar con plena eficiencia como aparato militar. Tambien triunfaron, dentro del peronismo, en la diffcil competencia de la "lectura estrategica de Per6n, ganando es pacios para su acci6n aut6noma, ya la vez el reconocimiento del lider, que tambifo habfa adquirido maestria en el arte de "utilizar sus dos manos". Eran tambien, por su formaci6n y tradici6n, los menos orientados al movi roiento obrero y los mas propensos a buscar sus apoyos y su legitimaci6n en los amplios sectores marginales cultivados por los sacerdotes tercer mundistas. Desde 1971, aprovecharon el clima creado por la sahda politica y el retomo de Per6n, se volcaron a la organizaci6n y movilizaci6n de esos y otros sectores en barrios, villas, universidades y, en menor medida, en sin dicatos, a traves de la Juventud Peronista, que creci.6 notablemente. MILITARES EN RETIRADA La movilizad6n popular fue identificandose cada vez mis con el pero nismo y con el propio Per6n, que hacia 1971 lleg6 a ocupar en la politica argentina una posici6n casi tan central como la que tenia cuando era pre sidente. Impotentes y desconcertadas, las Fuerzas Armadas fueron advir- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 214 DEPENDENCIA O LlBERACI6N, 1966-1976 BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 215 FI LA DD .C OM .Aldo Ferrer, destacado economista de tendencia cepalina, que habia ocu tiendo que debian buscar una salida al callej6n en que estaban metidas. En pado cargos durante Ia administraci6n de Frondizi. Ferrer se propuso ree retirada, debian negociar sus te!minos con diversas fuerzas sociales y po ditar la formula nacionalista y populista, en las modestos terminos posibles liticas, y en definitiva con Per6n mismo. Pese a que el calvario era inevita luego de las transformaciones de los anteriores diez a:fi.os. Un ministro de ble, los caminos posibles eran varios. Trabajo de extracci6n peronista negoci6 con Ia CGT y bubo un impulso sa A su manera, Ongania inici6 la bU.squeda En mayo de 1969 su autori larial distribucionista. Se protegi6 a los sectores nacionales del empresa dad se resinti6 tanto por la impotencia frente al desafio social cuanto por riado, por la via del credito y de las contratos de las empresas del Estado. laS vacilaciones del Ejercito para reprimirlo. Sint:i.6 tambien el impacto en el El "compre argentino"' y la "argentinizaci6n del credito" sintetizaban esa area econ6mica, donde se produjo una apresurada salida de capita1es ex politica, quiz.i modesta pero original en su contexto. Sus estrategas confia tranjeros y una reaparici6n de las ex:pectativas de inflaci6n. Ongania in ban en que, en un plaza que estimaban en cuatro o cinco aftos, se crearian tent6 sortear las dificultades con modillcaciones menores -sacrific6 a Krie las condiciones para una salida politica adecuada y una democracia "au ger Vasena y lo reemplaz6 por un tecnico de menor perfil pero parecida tentica". Levingston confmn6 la caducidad de los "vi.ejos" partidos y alent6 orientaci6n- y una apertura mas decidida a ulo social , en particular con la la formaci6n de otros "nuevos y quiza de un movimiento nacional que CGT y sus dirigentes "partidpacionistas"'. Pero el clima habia cambiado: los asumiera la continuidad de la transformaci6n, para lo que agit6 vagas con sindicalistas eran menos d.6ciles y las empresarios manifestaban abierta signas antiimperialistas e intent6 atraer a politicos de segunda lfnea de los mente su desconfianza par las escarceos populistas. Un sector hasta enton partidos tradicionales, junta con dirigentes de fuerzas politicas menores. ces sacrificado -las productores rurales- elev6 su protesta y mantuvo un La aspiraci6n a movilizar al "pueblo" desde el gobiemo militar resultaba duro entredicho con los frigorlficos extranjeros, aparentemente protegidos ingenua, pero de cualquier modo fue el primer reconocimiento formal de por el gobierno. Onganfa estaba cada vez mas aislado de las Fuerzas Arma la necesidad de una salida politica. das, pero se benefici6 de su indecisi6n y sus perplejidades. Habia grupos Convocatldola a negociar, el gobierno reflot6 a la alicaida CGT. Los di que querian probar 1a via del nacionalismo, y quiz.is del populismo, mien rigentes sindicales, presionados por demandas social.es crecientes y la in tras que los liberales dudaban entre una dictadura mas extrema o la nego flaci6n que habia reaparecido, y estimulados par la reapertura del espacio ciaci6n de Ia salida politica, empresa que se asociaba con el nombre del de presi6n creado par la debilidad del gobierno, lanzaron en octubre de general Aramburu. El 29 de mayo de 1970, a un a:no exacto del Cordobazo, 1970 un plan de lucha que incluy6 tres paros generates, no contestados Aramburu fue secuestrado y pocos dfas despues se encontr6 su cadaver. por el gobierno. Los partidos tradicionales, por su parte, con el aliento del Muchos sospecharon, con alg(in fundamento, que ciertos drculos que ro general Lanusse, tambien reaparecieron en el escenario. A fines de 1970 la deaban al presidente estaban de alguna manera implicados. Lo cierto es mayoria de ellos firm6 un documento, La Hora del Pueblo, cuyos artffices que el episodio despej6 las dudas de los militares: a principios de junio de fueron Jorge Daniel Paladino, delegado personal de Per6n, y Arturo Mor 1970, depusieron a Ongania y designaxon a un presidente -mandatario de Roig, veterano politico radical. y que fue la base de su acci6n conjunta la Junta de Comandantes, que se reservaba la autoridad para intervenir en hasta 1973. Alli se acordaba poner fin a las proscripciones electorales y las principales cuestiones de Estado-. El designado fue el general Roberto ase gurar, en un futuro gobiemo electo de manera democr.itica, el respeto Mar celo Levingston, figura poco conocida ya la saz6n ausente del pais. a las minorias y a las norm.as constitucionales. Radicales y peronistas Levingston, que gobem6 hasta marzo de 1971, reve16 tener ideas pro deponian las armas que tradicionalmente habfan esgrimido y ofrecian a la pias, muy diferentes de las del general Lanusse, figura dominante en la sociedad la posibilidad de una convivencia politica aceptable. El documento Junta, y acordes con las del grupo, minoritario pero influyente, de oficiales incluia tambien algunas definici.ones sabre politica econ6mica, nacionalistas. Design6 ministro de Obras Piibhcas yEste luego de Economia a moderadamente archivo fue descargado de https://filadd.com 216 DEPENDENClA O UBERACI6N, 1966-1976 BREVE HISTORIA CONJ'EMPORANEA DE LA ARGENTINA 217 FI LA DD .C OM a cualquier rumba y se disolvi6 el Ministerio de Economia, repartido en nacionalistas y distribucionistas, que permitieron el posterior acercamiento secretarfas sectoriales que se confiaron a representantes de cada una de tanto de la CGT como de la CGE, las organizaciones sindical y empresaria, las organizaciones corporativas. Asi, en un contexto de inflaci6n desatada, que por su parte tambiell acordaron un pacto de garantias minimas. fuga de divisas, caida del salario real y desempleo, agravado por la ola El resurgimiento del sindicalismo organizado y de los partidos politi ge neralizada. de reclamos, el tironeo sectorial se instal6 en el gobierno cos se debia en parte a la apertura del juego por un gobierno que buscaba mismo, presto a conceder lo que cada uno pedia. su salida, pero fundamentalmente a la emergencia social, que en fo:nna in Para el gobiemo, el centro de la cuesti6n estaba en el Gran Acuerdo directa los revitalizaba y a la vez los convertfa en posibles mediadores. Le Nacional (GAN), que empez6 siendo una negociaci6n amplia y se convirti6 vingston result6 incapaz de manejar el espacio de negociaci6n que se es en un tironeo entre Lanusse y Per6n, bajo la mirada pasiva del resto. La taba abriendo. Era hostilizado par el establishment econ6mico -al que el propue ta inicial del gobiemo contemplaba una condena general de la gobierno, cultivando una ret6rica nacionalista, calificaba de "capitalismo "subversi6n", garantias sabre la politica econ6mica y el respeto a las nor, apiitrida"-, y estaba enfrentado con los partidos politicos, con las que no mas democr.iticas, y que se asegurara a las Fuerzas Armadas un lugar ins queria negociar, con la CGT y hasta con los "empresarios nacionales". Los titucional en el futuro I"egimen, desde donde tutelar la seguridad. Pero lo jefes militares apreciaron que Levingston era tan poco capaz como Onga principal era acordar una candidatura presidencial de transici6n, para la nia de encontra:r la salida, y cuando en marzo de 1971 se produjo una que el propio general Lanusse se ofrecia. Algunos de los puntos, sabre el nueva movilizaci6n de masas en C6rdoba -el "viborazo': en que las orga programa econ6mico y las normas democr.iticas, ya habian sido estableci nizaciones armadas se hicieron daramente presentes- decidieron su remo dos en La Hora del Pueblo. Asegurar el Iugar institucional de las Fuetzas ci6n y su reemplazo par el general Lanusse, quien por entonces apareda Armadas era imposible, dado el dim.a del momenta. Los otros dos puntos como el unico jefe militar con envergadura politica para conducir el dill'.cil -la condena de la subversi6n y el acuerdo de la cand.idatura- tenian que proceso de 1a retirada. ver principalmente con la tactica de Per6n. En marzo de 1971, Lanusse anunci6 el restablecimiento de la En noviembre de 1971, Per6n relev6 a Paladino -que habia negociado actividad poUtica partidaria y la pr6xima convocatoria a elecciones hasta entonces los acuerdos con los radicales y los militares- y lo reem generales, subor dinadas sin embargo a un Gran Acuerdo Nacional, sabre plaz6 por Hector J. campora, cuya principal virtud era la total subordina cuyas bases habfa venido negoci.ando con las dirigentes de La Hora del d6n a Iavoluntad del lider exiliado. Per6n se propuso conducir Ia negociaci6n Pueblo. Finalmente, las Fuerzas Armadas optaban par dar prioridad a la sin renunciar a ninguna de sus cartas. Como ademas se hacia cargo del salida politica y con ella aspiraban a reconstruir el poder y la legitimidad de clima social y politico del pais, no resign6 su papel de referente de la ala de un Estado cad.a vez mas jaqueado. Mientras la cuesti6n del desarrollo descontento social ni renunci6 al apoyo proclamado por buena parte de quedaba postergada, se gu:fa siendo acuciante la de la seguridad, que las las organizaciones annadas. M.is ai:in, las alent6 y legitim6 militares ya no podian garantizar. Las discrepancias sabre c6mo enfrentar permanentemente, y, cuando en 1972 se organiz6 laJuventud Peronista, a las organizaciones ar madas y la protesta social eran crecientes y incluy6 a su dirigente mas notorio, Rodolfo Galimberti, en su propio anunci.aban futuros dilemas: mientras se cre6 un fuero antisubversivo y Comando estrategico. Al mismo tiempo, alent6 a La Hora del Pueblo y tnbunales especiales para juz gar a los guerrilleros, algunos sectores del organiz6 su propio GAN, el Frente Cfvico de Llberaci6n Nacional, con E.stado y las Fuerzas Armadas iniciaron una represi6n ilegal: secuestro, partidos aliados y luego con la CGT-CGE. En verdad, nadie sabra a d6nde tortura y desaparici6n de militan tes, o asesinatos a mansalva, coma queria llegar Per6n. ocurri6 con un grupo de guerrilleros detenidos en la base aeronaval de Lanusse plante6 al principio que el Acuerdo era condici6n para las Trelew en agosto de 1972. Similares va cilaciones habfa con la politica elecci.ones, pero progresivamente tuvo que reducir sus exigencias, vista la Este archivo fue descargado de https://filadd.com econ6mica, hasta que se opt6 por renunciar BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA imposibilidad de obligar a Per6n a negociar. En el mes de julio de 1W2, y convencido de que nada podia esperarse de Per6n, Lanusse opt6 por ase gurar la condici6n mfnima: que Per6n no seria candidato, a cambio de su propia autoproscripc:i.6n. Tacitamente, Per6n acept6 las condiciones. En no viembre de 1972, regres6 al pais, par unos pocos di'.as. No trat6 con el go biemo pero dialog6 con los politicos y en particular con el jefe del radica lismo, Ricardo Balbin, sellando el acuerdo democr.itico. Cultiv6 su imagen pacificadora, habl6 de las grandes problem.as del mundo, coma las ecol6gicos, y evit6 cualquier referenda urticante. Par Ultimo, organiz6 su com binaci6n electoral: el Frente Justicialista de Liberaci6n, con una serie de partidos menores, al que impuso la formula presidencial: Hector J. Cam pora, su delegado personal, y Vicente Solano Lima, un politico conservador que desde 1955 acompaftaba fi.elmente a los peronistas. Per6n mantuvo su juego pendular, entre Ia provocaci.6n y la pacifica ci6n. La f6rmula constitufa un desafio a los politicos de La Hora del Pueblo y sabre todo a los sindicalistas, a quienes excluy6 de la negociaci6n, y un aval al ala contestataria del movimiento, que ya rodeaba a C.impora y le dio a la campafia electoral un aire desafi.ante. ueampora al gobiemo, Per6n al poder", su lema, seiialaba el carilcter ficticio de la representaci6n politica, por lo que resultaba ser una suerte de transacci6n entre los partidarios de la salida electoral y quienes la desdeii.aban, en pro de las propuestas de li beraci6n nacional. Los radicales, con la candidatura de Balbin, aceptaban el triunfo peronista y su futuro papel de minorfa legitimadora, mientras que a derecha e izquierda surgieron otras formulas de escasa significaci6n. La Juventud Peronista dio el tono a la campafia electoral, que permanente mente roz6 Ios limites de los acuerdos de garantias entre los partidos y consti.tuy6 una verdadera culrninaci6n de la polarizaci6n de la sociedad DEPENDENCIA O LIBERACI6N, 1966-1976 219 politicos condenados por actos de subversi6n. Las fonnas institucionales fueron salvadas por una inmediata ley de amnistia dictada par el Con greso. Para muchas, parecia llegada la hara del argentinazo . Otros, mils cautamente, tomaban nota del releva de Galimberti ordenado par Per6n, luego de que este dirigente amenazara con la formaci6n de "milicias OM 218 FI LA DD .C popu lares". Esos y otros diagn6sticos -pues todo era virtualmente posible aquel 25 de mayo- pasaban por los designios, secretos pero sin dudageniales, de Per6n, identificado como el salvador de la naci6n. Este fen6meno, sin dud.a singular, de ser a la vez tantas cosas para tan tos, tenia que ver con la heterogeneidad del movimiento peronista y con la decisi6n y la habilidad de Per6n para no desprenderse de ninguna de sus partes. Pero era mas que eso: como ha escrito Jose Luis Romero, la figura simb6lica de Per6n, una y muchas a Ia vez, habia llegado a reemplazar a su figura real. Para todos, Per6n expresaba un sentimiento general de ti.po na cionalista y popular, de reacci6n contra la reciente experiencia de desnacionalizaci6n y privilegio. Para algunos -peronistas de siempre, sin dicalistas y politicos- esto se encarnaba en el lider hist6rico, que, como en 1945, traeria la antigua bonanza, distribuida par el Estado protector y mu nificente. Para otros -los mas j6venes, los activistas de todos Ios pelajes- Per6n era el lid.er revolucionario del Tercer Mundo, que eliminarla a los traidores de su propio movimiento y conduciria a Ia Uberaci6n, nacio nal o social, potenciando las posibilidades de su pueblo. Inversamente, otros, encarnando el ancestral anticomunismo del movimiento, veian en Per6n a quien descabezarfa con tad.a la energia necesaria la hidra de la subversi6n social, mas peligrosa y digna de e:xtenninio en tanto usurpaba las tradicionales banderas peronistas. Para otros muchos -sectores de las clases medias o altas, quizil los mas recientes descubridores de sus virtu descontra el poder militar. Per6n era el padficador, el Hder descarnado de ambiciones, el "le6n El clima se prolong6 luego del triunfo electoral del 11 de marzo de herbfvoro" que anteponia el uargentino" al.,.peronista", capaz de encauzar 1973 -cuando el peronismo triunf6 con casi el 50% de Ios votos- hasta el los conflictos de la sociedad, real.izar la reconstrucci6n y encaminar al pais 25 de mayo siguiente, fecha de la asunci6n de C.impora. Ese dia memora por la via del crecimiento hacia la Argentina potenci.a . El fen6meno sor ble asistieron el presidente chileno Salvador Allende y el Cubano Osvaldo prendente de 1973, la maravilla del carisma de Per6n, fue su capacidad Dortic6s. Baja la advocaci6n de las dos experiencias socialistas del conti para sacar a la luz tantos anhe-los insatisfechos, mutuamente excluyentes nente, Ia sociedad movilizada y sus dirigentes escaroecieron a los militates, pero todos encamados con alguna legitimidad en el anciano lider que vol transformando la retirada en huida, y liberaron de la ca.reel a las presos via al pais. El 11 de marzo de 1973, el pais vot6 en forma masiva contra Ios Este archivo fue descargado de https://filadd.com sustanciales en las for- ' ' BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA mi1itares y el poder autoritario, y crey6 que se iban para no volver. Pero no vot6 por alguna de estas opciones, todas ellas contenidas en la f6rmula ga nadora, sino par un espaeio social, politico y tambien milltar, en el que Ios conflictos todav.fa debian dirimirse. LA DD .C 1973: UN BALANCE OM 220 FI Para sus protagonistas, las rakes de esos conflictos, sin duda violentos, se hallaban en una economia exasperante par su sucesi6n de arranques y de tenciones, de promesas no cumplidas y frustraciones acumuladas. Sin em bargo, vista desde una perspectiva mas amplia -y sin duda mejorada por posteriores calamidades, todavia no imaginadas en 1973-,1a economia del pais tuvo un desempefio medianamente satisfactorio, que se habria de pro longar hasta 1975, y que no justificaba 1os pron6sticos apocalipticos, aun que tampoco las fantasias de la Argentina potencia. Lo mas notable fue el crecimiento del sector agropecuario pampeano, que, revirtiendo el largo estancamiento y retroceso anterior, se iniei6 a principios de los aiios sesenta y se prolong6 hasta el comienzo de los ochenta. En estos aiios pr6speros, el mundo se encontraba en condidones de transfonnar al menos parte de su necesidad de alimentos en demanda efectiva, y se abrieron nuevos mercados para los granos y aceites argenti nos, particularmente en los paises socialistas -que purgaban el fracaso de su agrtcultura- y en los que estaban disfru.tando de las buenos predos del petr61eo o comenzaban su crecimiento industrial. El sector agrario pampeano se transform6 sustancialmente, asi como diversos islotes modernos en el interior tradicional, coma el Valle del Rio Negro. El Estado promovi6 el cambio de diversas maneras -hubo creditos y subsidios para las inversiones, y una acci6n sisterndtica del Instituto Na• cional de Tecnologfa Agropecuaria (INTA)-, aunque no cambi6 su tradicio nal politica de transferir recursos a la economia urbana, que se mantuvo con apenas algunas modificaciones en las metodos. Pero lo decisivo fueron las efectos de la modernizaci6n general de la economia. La fabricaci6n lo· cal de tractores y cosechadoras, y tambieJl silos y otras Este descargado de https://filadd.com instalaciones, per miti6 una mecanizaci6n total de la archivo tarea y fue cambios 221 FI LA DD .C mas del almacenaje y el transporte. Las empresas agroquimicas -en general filia}es de grandes empresas extranjeras- introdujeron las semillas hibri das: a principios de la decada de 1970 se obtuvieron exitos espectaculares con el maiz, y luego con el sorgo granifero, el girasol, el trigo y la soja. Mas tarde fueron las plaguicidas y las herbieidas, y finalmente los fertilizantes sinteticos. En la organi.zaci.6n de la explotaci6n fueron introduciendose cri terios empresariales modernos, facilitados par una flexibilizaci6n del sis tema de arrendamientos y la incorporaci.6n a Ia explotaei6n de empresarios que no poseian tierra. Had.a 1985, punto ftnal de esta onda expansiva, la superficie cultivada en la regi6n pampeana se habia extendido en alrede dor del 30% respecto de 1960, sabre todo par conversi6n de explotaciones ganaderas en agricolas, pero la productividad de 1a tierra se habia duph cado y la de la mano de obra cuadruphcado. Esta verdadera revoluci6n productiva penniti6 el crecimiento de las exportaciones de granos y aceites, mientras que las mercados para la came continuaron estancados o en retroceso. Tambien crecieron las exportacio nes industriales: maquinaria agricola, m.'i.quinas herramienta, automotores, productos side11l.rgicos y quimicos pudieron competir en las paises veei nos, aprovechando a veces las oportunidades de la Asodaci6n Latinoame ricana de Libre Comerci.o (ALALC). Asi, poco a poco la fuerte constricci6n que el sector externo representaba para el conjunto de la economia se fue atenuando, el im.pacto de las crisis dclicas disminuy6 y el margen para el crecimiento industrial aument6. La fase traum.itica dej6 lugar a una ex pansi6n suave y sostenida, que arranc6 en las aiios de la presidencia de illia y se mantuvo pese a fos cambios de gobierno y a las avatares de las pol:fticas econ6micas. Como mostraron Gerchunoff y Llach, el producto industrial creci6 en forma sostenida luego de la gran crisis de 1963, sin nmgun afio de retro ceso hasta 1975. Parte de ese credmiento corresponde a la maduraci6n de muchas de las inversiones realizadas luego de 1958, pero tambien contri. buy6 a el un conjunto variado de empresas naeionales, de rarnas dinami cas o vegetativas, grand.es o median.as, que repuntaron luego de soportar el primer impacto de la instalaci6n de las empresas extranjeras: a]gunas captaron un segmento dinarnico y no explotado del mercado, otras crecie ron a costa de la competencia, apoyadas en una mayor eficiencia, pero OM DEPENDENCIA O UBERACI◊N, 1966-1976 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 222 DEPENDENCIA O IJBERACI◊N, 1966-1976 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA tambien por un sostenido crecimiento del mercado intemo, que di□ nueva vida a los sectores mas tradicionales com □ el textil, el de alimentos o el de electrodomesticos.Las empresas nacionales, luego de sufrir una fuerte de puraci6n, se adecuaron a las nuevas condiciones, acomodaron sus posibi lidades al espacio que le dejaban las grandes empresas extranjeras, absor OM trabajadores no sindi- FI LA DD .C bieron lo que podian de las nuevos sodas o encontraron formas de asociaci6n, com□ el uso de patentes y 1icencias o el suministro de partes para las grandes plantas de montaje. Simulta.neamente, aprovecharon un terreno en el que se movian con facilidad: el uso de los creditos subsidia dos a de los mecanismos de promoci6n del Estado. En un proceso que Jorge Katz denomin6 de "maduraci6n': aumentaron su escala -las f.ibricas reemplazaron a las talleres- y luego hicieron un esfuerzo para hacer mas eficiente su organizaci6n y sus procesos. Este impulso a la racionalizaci6n -que requiri6 de muchos ingenieros, administradores y ejecutivos en ge neral, coraz6n de los nuevos sectores medias- fue comUn por entonces a las empresas nacionales y a muchas de las extranjeras, coma las automo trices, que en su instalaci6n se habian apartado de las normas de funcionamiento de sus matrices. Los efectos de estas palfticas se advirtieron en las reacciones de los trabajadores y en su creciente sensibilidad a los pro blemas de las plantas. Al igual que la agricultura, la industria se moderniz6 y se acerc6, coma nunca antes ni despues, a las estfilldares internacionales. Como se seiial6, su creci.miento se relaciona en parte con los procesos de concentraci6n y depuraci6n, y tambien con el aumento de la inversi6n del Estado, las com pras de las empresas publicas o las nuevas obras de infraestructura, o la expansi6n de un sector consumidor pudiente, dispuesto a cambiar su au tom6vil cada dos afios. Pero tambiell, invirtiendo la tendencia iniciada en 1955 huba un crecimienta del mercado interno debido al aumento del ' emplea industrial y sabre todo de la construcci6n, junta con una recuperaci6n en las ingresos de los asalariados. La tendencia de la fase traumatica se invirti6 y su participaci6n en el producto se elev6 -con excepci6n de las agitados afios de 1971 y 1972- hasta superar el 45% del Producto Bruto Interno (PBI). Ma5 all.i de las politicas racionalizadoras, los sindicatos con servaron su eficacia en la defensa de sus representados, aunque probable mente esto no vali6 para la masa sinarchivo duda fue vasta de Este descargado de https://filadd.com 223 LA DD .C sustancia1mente. La fuerte conflictividad social, sustentada en un ctclo de crecimiento y de elevaci6n de las expectativas, no podrfa ser satis fecha con una facil redistribuci6n, segti.n la formula hist6rica del peronismo. Pero esta formula contenia otros elementos apreciados por quienes depo- sitaban su fe en Per6n: una regulaci6n estatal mayor de las relaciones entre las part.es y un lugar mas amplio para los excluidos en la mesa de la nego ciaci6n. En sum.a, la :iniciativa para la paz social pasaba al Estado. Pese al declamado liberalismo de las sectores propietarios, desde 1955 no habian disminuido ni los atributos del Estado ni su capacidad para de finir las reglas del juego. Por alli pasaban grandes decisianes, como la transferencia de ingresos del sector exportador agrario al industrial, pero tam.bien otras mas especificas, a traves del uso del credito subsidiado, la promoci6n, las compras de empresas estatales o las contratos de las obras publicas. Para los empresarios todo ello representaba la posibilidad de ga nancias mas faciles y seguras que las derivadas de mejorar la eficiencia o la OM calizados, de donde provenian muchos de Ios protagonistas de las nuevas formas de protesta social. Hada 1973, esa expansi6n ya se acercaba a los limites de la capacidad :inStalada, que por falta de una importante inversi6n privada no habia cre cido competitividad, as:f como de perdidas igualmente f.iciles y rapid.as, de modo que el control de sus politicas era una cuesti6n vital Pero ni ellos ni nadie controlaban del todo el conjunto de sus estruc turas, crecidas a veces por agregaci6n y escasamente subordinadas a una Unica vo1untad ejecutiva La experiencia del general Ongania -la mas sis temiltica para poner en pie lo que Guillermo O'Donnell llam6 el Estado burocr.itico autoritario"- muestra esas dificultades aun para las Fuerzas Armadas, proclives a identificar su propia estructura institucional con la del Estado. Los FI otros actores corporativos -Ios lobbies empresarios, los s:in dicatos, la Iglesia-, protagonistas principales de la puja sectorial, solian concluir sus conflictos en empates o bloqueos redprocos, coma el1ogrado por el sindicalismo ante las intentos de reducir la dimensi6n del Estado benefactor. El sorprendente poder conservado por el s:indicalismo despues de 1955 muestra otro aspecto de ese Estado incontrolable: las frecuentes alianzas entre dos competidores -industriales y gremialistas, por ejemplo para sacar beneficio a costa de un tercero ode la comunidad toda. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 224 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA DEPENDENCIA O IJBERACI6N, 1966-1976 Beneficios inmediatos podfan traer aparejadas complicaciones futuras. A traves de la reiterada convocatoria a las sindicalistas para participar de la puja, los sectores subordinados tuvieron desde 1945 algdn acceso al Es tado y a sus decisiones. Durante el gobierno de Per6n, su poder y su vo luntad de controlar a cualquier fuerza social o politica aseguraron la disci plina. Despues de 1955, la conducci6n vandorista de las OM abrumados por la FI LA DD .C sindicatos fue para los empresarios una garantia de la desmovilizaci6n de las trabajado res y de la negociaci6n siempre posible. La ruptura de ese equilibria luego de 1966, la fuerte movilizaci6n social y el desborde de cualquier instancia mediadora, asf coma la incapacidad demostrada par las militates para cus todiar el poder, mostraron el peligro de que porciones importantes de Jos resortes del Estado cayeran en manos dudosas. Quienes en 1973 confiaron su suerte a Per6n esperaban que fuera capaz, como en 1945, de controlar la movilizaci6n social, y a Ia vez de disciplinar a quienes, como aprendices de hechiceros, apelaran en Ia puja corporativa a su capacidad de presi6n. Unos y otros debfan ser organizados y disciplinados en el Estado mismo. El acuerdo entre la CGE y la CGT empez6 a dibujar la figura del pacto social y la gran negociaci6n entre las principales corporaciones. En 1973, podia vislumbrarse un futuro para la escena corporativa, en la que Per6n habfa demostrado saber manejarse con soltura. Sohre la es cena democr.itica, en cambio, habfa muchas mas dudas, pese a 1a especta cular experiencia electoral de marzo. Los partidos politicos que debfan ocu parla no entusiasmaban mayormente. El Partido Justicialista (PJ) apenas existia en el conjunto de lo que se llamaba, de eraunpoco eufemistica, el Movimiento, y Per6n nunca lo consider6 coma otra cosa que una fa chada. Los restantes, luego de tanto tiempo de inactividad o de actividad s6lo parcial, eran un conjunto de direcciones anquilosadas, verdaderas cla ques vacias, con pocas ideas y con muy escasa capacidad para representar los intereses de la sociedad. La Hora del Pueblo, que cumpli6 un impor tante papel en la salida electoral, no Ileg6 a constituir un espacio de discu si6n y negociaci6n reconocido; mas alla de las acuerdos iniciales, Per6n s6lo la us6 como escenario para mostrar a la sociedad su fisonomia pacifi cadora, y a Io sumo para garantizar el respeto de las formas constituciona les. El resto de los partidos, empezando por Ia Uni6n Civica Radical, parti ciparon del embeleso general con Per6n o se sintieron Este archivo fue descargado de https://filadd.com 225 FI LA DD .C am OM culpa de la proscripci6n y se lirnitaron a acept.ar sus tetminos, renunciando de entrada a su funci6n de control y alternativa. La idea misma de demo cracia, de representaci6n politica de los intereses sociales, de negociaci6n primero en el arllbito de cada partido y luego en las espacios politicos co munes, de constituci6n colectiva del poder, tenfa escaso prestigio en una sociedad Iargamente acostumbrada a que cada una de sus partes negociara por separado con el pod.er constituido. La politica parecfa una ficci6n que servia para velar la verdadera negociaci6n entre los factores reales de po der. Los sectores propietarios se sentian mucho mas c6modamente expre sados por sus organizaciones corporativas. Los sectores populares, por su parte, que podrian haber estado interesados en la constituci6n de un bito espedficamente politico, no encontraron para ello ni representaci6n ni voceros entre los actores politicos, ni mucho menos entre las corporativos. Esto fue crucial para el destino de la experiencia que se iniciaba en 1973 con una elecci6n donde la voluntad popular se expres6 tan libre y acabadamente coma en 1946. La ola de movilizaci6n, que estaba llevando el enfrentarniento social a un punto extrema, contenia en sus origenes un importante elemento de participaci6n, visible en cada uno de las lugares de la sociedad donde se gestaba, desde una sociedad vecinal a un aula uni versitaria o una f.ibrica. Pero sus elementos potencialmente democr.iticos se cruzaban con toda una cultura politica espontanea -acu:fiada en largos a:fios de autoritarismo y democracia fingida- que Uevaba a identificar el poder con el enemigo y la represi6n, a menos que se lo "tomaran, para re primir a su vez al enemigo. Mientras los partidos politicos carecian de fuerza o de convicci6n para hacerse oir entre ellos, los activistas formados en las matrices del peronismo, el catolicismo o la izquierda tendieron a acentuar y dar forma a esta cultura espontanea ya incluirla -como se vie enla16gica de la guerra Asi, no fue dificil que las organizaciones armadas se insertaran en el movimiento popular, en los barrios, en las f;ibricas, en el movimiento estudiantil, llenando un vado que debia ser ocupado. Los Montoneros, particularmente, tuvieron una enorme capacidad para com binar la acci6n clandestina con el trabajo de superficie, que realizaron a traves de Ia Juventud Peronista. Pero al hacerlo introdujeron un sesgo en el desarrollo del movimiento popular: lo encuadraron, lo sometieron a una organizaci6n rigida, cuya estrategia y tilcticas se elaboraban en otras par- Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA tes, y eliminaron todo lo que la movilizaci6n tenfa de espontalleo, de par ticipativo, de plural. Convertida en parte de una m.iquina de guerra, la movilizaci6n popular fue apartada de la altemativa democrcltica y llevada a dar en otro terreno el combate final. LA DD .C LA VUELTA DE PER6N la OM 226 FI El 25 de mayo de 1973, asumi6 el gobierno el presidente Hector J. Campora, y el 20 de junio retorn6 al pais Juan Domingo Per6n. Ese dia, cuando se ha bia congregado en Ezeiza una inmensa multitud, un enfrentamiento entre grupos armadas de distintas tendencias de1 peronismo provoc6 una ma sacre. El 13 de julio, Campora y el vicepresidente Solano Lima renunciaron; ausente el titular del Senado, asumi6 la presidencia el de la Camara de Di putados, Raul Lastiri, que era yemo de Jose L6pez Rega, el secretario privado de Per6n ya la vez rninistro de Bienestar Social En septiembre se realizaron las nuevas elecciones y la f6rmula Per6n-Per6n, que el lider comparti6 con su esposa Isabel (nee Maria Estela Martinez) alcanz6 el 62% de los votos. El 1" de julio del aiio siguiente, muri.6 Per6n e Isabel lo reemplaz6, hasta que fue depuesta por los jefes militares el 24 de marzo de 1976. Los tres a:iios de la segunda experi.encia peronista, verdaderamente prodigiosos por Ia con centraci6n de acontecimientos y sentidos, clausuraron -de manera desdichada y tenebrosa- toda una epoca de la historia argentina. Es dificil saber en que momenta de su exilio Per6n dej6 de verse a si mismo coma el insobomable jefe de la resistencia, dispuesto a desbaratar las tentaciones provenientes del poder, y se consider6 el destinado a pilo tear el vasto proyecto de reconstrucci6n que asumi6 coma Ultima misi6n de su vida. Puede dudarse, incluso, de si se trat6 de una decisi6n delibe rada o si result6 arrastrado par circunstancias incontrolables aun para su :irunenso talento tactico. Lo cierto es que, puesto en el juego, arm6 su pro yecto -parecido pero distinto al de 1945- sabre tres bases: un acuerdo democr.itico con las fuerzas politicas, un pacto social con los grandes re presentat)tes corporativos y una conducci6n mas centralizada de su movirniento, hasta entonces desplegado en varios frentes y dividido en Este archivo fue descargado de https://filadd.com es trategias heterogeneas. Para que funcionara, Per6n necesitaba que DEPENDENCIA O LIBERACI6N, 1966-1976 FI LA DD .C economia tuviera un desempefi.o medianamente satisfactorio -las expecta tivas eran buenas- y que pudiera reforzarse el poder del Esta.do, tal coma lo reclamaba la mayoria de la sociedad Este era un punto debil: los meca nismos y 1os instrumentos estaban desgastados y resultaron ineficaces, y el control que Per6n podia tener no era pleno, pues las Fuerzas Armadas se mostraban reticentes, pese a la rehabilitaci6n routua que se conced.ieron con Per6n; el gobierno, finalmente, result6 corroido par la formidable Iu cha desencadenada dentro del movimiento. Asi, una de las premisas de su acci6n fall6 de entrada. El pacto social funcion6 ma1casi desde el principio y termin6 hecho aiiicos, mientras que el pacto democr.itico, aunque fun cion6 formalmente bien y se respetaron las acuerdos, al final result6 irrelevante pues no sirvi6 ni para constituir una oposici6n eficiente ni para suministrar de por si, cuando los otros mecanismos fallaron, el respaldo necesario para el mantenimiento del gobierno constitucional. El Program.a de Reconstrucci6n y Liberaci6n Nacional, presentado en mayo de 1973, pese a la concesi6n al c1ima de epoca que habia en su titulo, consistla en un intento de superar las limitaciones al crecimiento de una economia cuyos rasgos basicos no se pensaba modificar. No habia en el nada que indicara una orientaci6n hacia el "socialismo nacional'; y tam. poco un intento de buscar nuevos rumbas al desarrollo del capitalismo. Como en 1946, Per6n recurri6 para pilotearlo a un empresario exitoso, en este caso ajeno al peronismo:JoseBer Gelbard, jefe de la CGE, donde se nu cleaban la mayoria de las empresas de capital bcisicamente nacional. Sus objetivos, acordes con las cambios ya consolidados en la estructura econ6- mica del pais, eran fuertemente intervencionistas y, en menor medida, na donalistas y distribucionistas, y no implicaban un ataque directo a nin guno de las intereses establecidos. Siguiendo las tendencias de la decada anterior, se esperaba apoyar el crechniento de la economia tanto en una expansi6n del mercado interno -segun la tradid6n de 1os empresarios que respaldaban a ambos partidos mayoritarios- cu.auto en el crecimiento de las exportaciones. Las perspec tivas de las exportaciones tradicionales eran excelentes: nmy buenos pre dos y posibilidad de acceder a nuevos mercados, coma la Uni6n Sovietica; la nacionalizaci6n del comercio exterior apuntaba a asegurar la transfe- rencia de parte de los beneficios al sector industrial, aunque a la vez se OM 227 Este archivo fue descargado de https://filadd.com DEPENDENCIA O UBERACI6N, BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA cuid6 mucho de preservar Ios ingresos de los sectores rurales, cuya pro ductividad se quiso incrementar combinando alicientes y castigos. Uno de 229 Los primeros resultados de este programa de estabilizaci6n fueron es pectaculares. La inflaci6n, desatada con intensidad en 1972, se fren6 brus camente, mientras que la excelente coyuntura del comercio exterior per nriti6 superar la angustiante situaci6n de la balanza de pagos y acumu1ar un buen superilvit, y las mejoras salariales y el incremento de gastos del Estado estimulaban el aumento de la actividad intern.a, Par esa via, se lleg6 pronto a estar cerca de la plena ut11izaci6n de la capacidad instalada. Pero desde diciembre de 1973 comenzaron a acumularse problemas. El incre mento del consumo hizo reaparecer la inflaci6n, mientras que el aumento del precio del petr6leo en el mundo -que yaanunciaba el fin del ciclo de prosperidad de la posguerra- encareci6 las importaciones, empez6 a com plicar las cuentas externas e increment6 los costos de las empresas. Final mente, el Mercado Com(in Europeo se cerr6 para las carnes argentinas. Se trataba de una crisis dclica habitual, pero su resoluci6n clasica estaba ve dada a un gobierno que habia hecho de la "inflaci6n O" una bandera y que sabfa que una devaluaci6n tropezaria con fuertes resistencias. El pacto so cial debia servir para encontrar la manera equitativa y razonable de repar tir las mayores costos, pero las reglamentaciones cad.a vez mas frondosas a las que se ape16, que se cumplieron escasamente, no s6lo reve1aron las dillcultades de la persuasi6n, sino las crecientes falencias del Estado para hacer valer su autoridad. Asi, antes de que el gobierno popular hubiera cumplido un afio, estaba de nuevo planteada en forma abierta la lucha sec torial, cuyas cond.iciones, sin embargo, e:xistfan desde el mismo comienzo de esta ex:periencia populista. Los actores del pacto social demostraron escasa capacidad y poca vo luntad para curnplirlo. La CGE, investida de la delegad6n global de las em LA DD .C ellos -la posibilidad de expropiar las tierras sin cultivar, incluido en el pro yecto de ley agraria- desencaden6 a la larga un fuerte conflicto. Pero so bre todo se trat6 de continuar expandiendo las exportaci.ones industriales a traves de convenios especiales, coma el realizado con Cuba para vender autom6viles y camiones. Las empresas nacionales, que tambie!l deberian participar de los be neficios de las exportaciones, fueron respaldadas con lineas especiales de credito y con el mecanismo del compre argentino en las empresas pllbli 1966-1976 OM 228 cas; para lograr mayor eficiencia y control, estas se integraron en una FI Corporaci6n de Empresas Nacionales. Por otra parte, se apoy6 especial mente algunos grandes proyectos industriales, de "interes nacional", me diante import.antes subvenciones. Muchos resortes pasaban por las ma nos del Estado: el manejo centralizado del credito y tambien el control de precios, fundamental para la politica de estabilizaci6n. Pero ademas, el Estado aument6 considerablemente sus gastos a traves de obras sociales e increment6 el nUmero de empleados pUblicos y de empresas del Es tado; contribuy6 asi a activar la economia interna, aunque a costa de un deficit creciente. La clave del programa residia en el pacto social, con el que se procu raba solucionar el problema clasico de la econom:fa, ante el cual habfan fracasado los sucesivos gobiernos desde 1955: Ia capacidad de las distintos sectores, empeiiados en la puja distributiva, para frenarse mutuamente. Mientras Onganfa habia fracasado en su intento de cortar el nudo con la pura autoridad, Per6n recurria a la concertaci6n, un mecanismo muy co mlln en la tradici6n europea, pero ademJ.s muy facil de filiar en su propia presarios, las representaba rnal, y aun a sus instituciones primarias, que en muchos casos habian sido forzadas a encuadrarse en ella, de acuerdo con concepci6n de la comunidad organizada. El Estado debia d.isciplinar a las actores combinando persuasi6n y autoridad. Hubo concertaciones secto las concepciones organicistas de Per6n. Es probable que en muchos casos, riales y una mayor, que las subsumia a todas, suscripta par la CGE y la CGT, por las mismas razones, hayan finnado los acuerdos sin mucha convicd6n, esperando que el paso del tiempo trajera condiciones mejores. Pero sobre que estableci6 el congelam.iento de los precios y la supresi6n par dos aiios todo, se descubri6 que no podian asegurar que sus miembros cumplieran de las convenciones colectivas o paritarias, Esto era duro de aceptar para lo acordado, Los empresarios -y muy en especial las chicos o medianos, el sindicalismo y fue compensado con un inmediato aumento del 20% ge neral en los salarios, muy distante sin embargo de las expectativas genera dificiles de controlar- encontraron muchas maneras de violar el pacto: de das par el advenimiento del gobierno popular. sabastecimiento, sobreprecios, mercado negro, ex:portadones clandestinas; Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA tambien hallaron una fonna de manifestar su escaso entusiasmo: la inver si6n privada fue relativarnente magra. La CGT no se hallaba c6moda y a gusto con un gobierno peronista con el cual no servfa su tActica cla5ica de golpear y negociar sin comprome terse, la unica que sabian manejar cabalmente. No s6lo Per6n debia subor dinar - como siempre- a quienes Io apoyaban, sino que las sindicalistas carecian de tradici6n, instrumentos y objet:ivos para cogobemar. Par otra parte, Ia movilizaci6n de las trabajadores, que los ponia en jaque, les impe DEPENDENCIA O IJBERACI6N, 1966-1976 231 los partidarios de Ia negociaci6n dura, en la mejor tradid6n vandorista, en carnada precisamente por su sucesor entre los metallirgicos, Lorenzo :Mi guel. Isabel Per6n -alrededor de cuya figura simb6lica todas las fuerzas concertaron una tregua t.icita- se lanz6 a construir una base propia de po d.er, rodeada de un grupo de fieles, de escasa traclid6n en el peronismo, que encabezaba la extrafta y siniestra figura de Jose L6pez Rega, a quien apodaban el Brujo" por su gusto por las practicas OM 230 LA DD .C esottiricas. Pese a que Isabel se declic6 a parodiar las f6rmulas y los gestos del lider muerto para capitalizar su herencia simbolica, su politica sociedad y dio un nuevo estimulo a Ia primavera de Ios pueblos ; en las se apart6 totalmente de la que aquel habia trazado en sus ultimas afios. fabricas, se tradujo en un generalizado incremento de las reivindicaciones Isabel se propuso homogeneizar el gobiemo, colocando a arrrigos e y en un estilo de lucha que incluia ocupaciones de plantas, que rebas6 a incondici.onales en los puestos clave y rompiendo una a una las alianzas las d:irecciones sindicales y hasta cuestion61a autoridad de los gerentes y que habfa tejido Per6n, que en el futuro esperaba reemplazar por otras patrones. Antes de que las organizaciones guerrilleras llegaran a tener un nuevas, con los militares y los empresarios. En algunos de esos papel activo, segiin Juan Carlos Torre, las f.ibricas estuvieron, por obra de prop6sitos, Isabel y los sindicalistas coincidieron. Asi, la movilizaci6n sindical, "en estado de rebeldia". provocaron 1a renunci.a del ministro Gelbard y, aprovechando los mecanis En la mayoria de los casos esa movilizaci6n concluia con ventajas sala mos de la nueva Iey de asociaciones y de la Icy de seguridad, desalojaron riales directas o encubiertas, lo que aumentaba la amenaza sobre los dirigen sistemiticamente a las cabezas del sindicalismo opositor: Raimundo On tes nacionales obligados a atarse al pacto. Per6n se dedic6 a fortalecerlos; garo, Agustin Tosco y Rene Salamanca perdieron sus sindicatos, y la agita desde que retorn6 al pais los halag6 de mil maneras distintas, ci6n gremial disminuy6 de manera considerable en 1975. reivindicando su imagen pUblica, amenazada por la izquierda peronista, y Pero bcisicamente se enfrentaron alrededor de los restos del pacto so reinstalandolos simb6licamente en el centro :rnismo del movimiento. Una cial En 1975 la crisis econ6mica urgfa a tomar medidas dr.isticas, que ter mod:ificaci6n de la ley de asodaciones profes:ionales reforz6 la minarian de hquidarlo: los problemas de la balanza de pagos eran muy centralizaci6n de los sinclicatos, aument6 el poder de sus autoridades y graves, la inflaci6n estaba desatada, la puja distributiva era encarnizada y prolong6 sus mandatos, de modo que pudieron enfrentar el desafio el Estado estaba totalmente desbordado. En ese contexto, el gobiemo de antiburocr.itico, pero no impidi6 que re clamaran la convocatoria a bi6 acceder a la tradicional demanda de la CGT y convoc6 a paritarias, de paritarias y exigieran peri6clicos ajustes salaria les. Violado de uno y otro modo que el ajuste inminente debia realizarse en el momenta mismo en lado, el pacto se fue desgastando ante Ia impoten cia de las autoridades. El que estas se encontraban discutiendo los ajustes salariales, lo que gener6 propio gobierno, que habia congelado las t.arifas pllblicas, tuvo interes en una situaci6n inmanejable. A fines de marzo, la mayoria de los gremios una renegociaci6n, que se produjo en marzo de 1974, con una ronda habia acordado aumentos del 40%; el 2 de junio, el nuevo ministro de Eco general de aumentos que no satisfizo a nadie. La puja continu6. El 12 de nomia, Celestino Rodrigo, del equipo de L6pez Rega, provoc6 un shock eco junio Per6n convoc6 a una concentraci6n masiva en Ia hist6rica Plaza de n6mico al decid:ir una devaluaci6n del I00% y un aumento de tarifas y Mayo, dramaticamente pidi6 a las partes disciplina y ame naz6 con combustibles similar o superior. El "rodrigazo" ech6 por tierra las aumen renunciar. Fue la ultima aparid6n en ptiblico antes de su muerte. En la tos acordados; los sindicalistas volvieron a exigir en las paritarias y los em segunda fase del gobierno peronista, los actores cambiaron de estrategia presarios concedieron -con llamativa facilidad- aumentos que llegaban al y Ia puja recuper6 sus form.as dcisicas. En Este Ia CGT se impusieron archivo fue descargado de https://filadd.com 200%. La presidenta decidi6 no homologarlos y gener6 una masiva resis- FI dia negoci.ar con libertad. El triunfo electoral aviv6 las expectativas de la agregaron 232 BREVE HISTORIA CONTEMPORAN°EA DE IA ARGENTINA LA DD .C OM tencia de los trabajadores, que culmin6 en movihzaciones en la Plaza de Mayo y un paro general de 48 horas. El hecho era notable porque, contra toda una tradici6n, la CGT encabezaba la acd6n contra un gobierno pero nista. Isabel cedi6, L6pez Rega y Rodrigo renunciaron, los aumentos fueron homologados y devorados par la inflaci6n en s6lo un mes. En medio de una crisis econ6mica galopante, el gobierno entr6 en su etapa final. La Iucha en torn□ del pact□ social fue paralela a la que se libr6 en el seno del peronismo, involucrando al gobiemo y hasta al mismo Estado, y sabre todo definiendo la suerte del movimiento popular. Esa lucha estaba implicita en las equivocas relaciones entre Per6n y quienes, alrededor de Montoneros y laJuventud Peronista, constituian la llamada "tendencia re volucionaria" del peronismo. Basta 1973, unidos en la lucha comun contra los militares, ni uno ni Ios otros tenian interes en hacerlas explicitas. Per6n cimentaba su liderazgo en su capacidad de incluir a todos los que invoca ran su nombre, desde los j6venes revolucionarios hasta los sindicalistas, los politicos provinciales mas conservadores o los grupos de choque de ex trema derecha. Su estrategia de enfrentamiento con quienes lo expulsaron del pod.er consistia en utilizar a los j6venes, y a los sectores populares que ellos movilizaban, para hostigarlos, y a la vez para presentarse como el unico capaz de contenerlos. En ese sentido, repetfa su estrategia de 1945 del "bombero piromaniaco0 Montoneros y laJuventud Peronista aprovecharon su proclamada ad hesi6n a Per6n para insertarse mas profundamente en el movitniento po pular y servirse de su espectacular crecimiento luego de 1973, cuando la sociedad entera pareci6 entrar en una etapa de rebeli6n y creatividad. En Ia cultura politica de estos sect.ores, incorporados en form.a masiva al pe ronismo, podian reconocerse dos grandes concepciones. Una de ellas se apoyaba en la vieja tradici6n peronista, nacionalista y distri.bucionista, ali mentada durante la larga exclusi6n por la ilusi6n del retorno del lider, y con el, ffiagicamente, de los buenos tiempos en los que Ia justicia social co ronaba el ascenso individual. Quienes permanecieron fieles a lo que sin duda era la capa mas profunda y s6lida de la cultura politica popular adhe rian al viejo estilo politico, autoritario, faccioso, verticalista y visceral mente anticomunista. La otra, menos preclsa, arrai.g6 en una parte fue descargado de https://filadd.com impor tante de las sectores populaces, pero sobre Este todo archivo en quienes se FI • 233 FI LA DD .C tarde al peronismo, e incorpor6 la critica radical de la sociedad, conden sada en la consigna "1iberaci6n o dependencia". Ambas concepciones, en un contexto de guerra, se definieron en consignas de batalla: la "patria pe ronista" o la "patria socialista". Los Montoneros, que aspiraban al principio a encarnar a ambas, terminaron identificados con la segunda, mientras el sindicahsmo y los grupos de extrema derecha se convirtieron en abande rados de la primera. El triunfo de 1973 acab6 con los equivocos dentro del peronismo y abri.6 la lucha par la conducci6n real y simb6lica del movimiento y del pueblo. Otros grupos revolucionarios no tuvieron las dilemas de los Mon toneros. El trotskista ERP, la otra gran organizaci6n armada, no creia ni en la vocaci6n revolucionaria del peronismo ni en la democracia misma, de m.odo que, pasada la breve tregua de 1973, facilmente retom6 la lucha en los mismos temrinos que contra los militares. Otras lfneas revolucionarias dentro del peronismo nunca habian contado con el posible apoyo de Pe r6n, y estaban dispuestas a una guerra Iarga y de posiciones, en la que la victoria electoral de 1973 era apenas una etapa y una circunstancia. Para Montoneros, que habia crecido identificalldose plenamente con Per6n y el peronismo, el triunfo de marzo abrfa una lucha decisiva por el control del pod.er y del discurso peronista, ambos indivisibles, y concentraron todas sus energias en dominar a ambos, e:xpulsando a los enemigos "inftltrados y traidores" -una amplia categoria en la que cabian los politicos, las orga nizaciones sindicales, los empresarios y los colaboradores directos de Pe r6n- y ganando para su causa al propio Per6n, presionado a ratificar la imagen que de el habian construido y que el mismo habfa alentado. A principios de 1973, empujados por la euforia electoral y estimulados por el espacio que les habia abierto el propio Per6n -quien margin6 de las listas electorales a los sindicalistas-, los militantes de la Tendencia se lan zaron a ocupar espacios de poder en el Estado, quizil suponiendo que el poder real estaba al alcance de la mano. Aliados o simpatizantes suyos ocupaban varias gobemaciones -incluyendo las que eran clave, como la de Buenos Aires, C6rdoba y Mendoza-, dos o tres ministerios, las universi dades, que fueron la gran base de movilizaci6n de laJuventud Peronista, y muchas otras instituci.ones y departamentos gubernamentales.Pero pronto se restablecieron las relaciones de fuerza reales. A partir de la renunci.a de OM DEPENDENCIA O UBERACI6N, 1966-1976 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 234 BREVE HISfORIA CON1EMPORAN£A DE LA ARGENTINA DEPENDENCIA O LlBERACI◊N, 1966-1976 235 FI LA DD .C OM Campora, el 13 de julio de ese a:fio, una a una perdieron las posiciones ocu Per6n. Contra ellos se constituy6 otro terrorismo, con aparatos parapolicia les padas. Primera fueron las ministerios. En enero de 1974, luego de que el -nutridos de matones sindicales, cuadros de los grupos fascistas del ERP realizara un ataque importante contra una guarnici6n militar en Ia peronismo y empleados a sueldo del Ministerio de Bienestar Social- que provincia de Buenos Aires, Per6n aprovech6 para exigir la renuncia de su operaban con el r6tulo de Acci6n Anticomunista Argentina, o mas senci gobernador, y poco despues promovi6 un golpe palaciego contra el de llamente Triple A. Los asesinatos se multiplicaron y cobraron victimas en C6r doba; la operaci6n sigui6 despues de su muerte, en julio de 1974, personas relativamente ajenas al combate, pero que servfan para demos cuando cayeron los gobemadores restantes, asf como muchos sindicalistas trar el poder de cada organizaci6n. disiden tes, y las universidades fueron entregadas para su depuraci6n a Por Ultimo, la competenci.a se desenvolvi6 en el atnbito del discurso. sectores de ultraderecha. Los Montoneros habian hablado en nombre de Per6n, pero, como han Desplazada de las posiciones de poder en el gobierno, la Tendenda re mostrado Sigal y Ver6n, en el peronismo no cabia mas que un solo enun volucionaria se lanz6 a la lucha de aparatos, en competencia con el sindi ciador, aunque tuviera :infinitos traductores, mas o menos traidores. Maes calismo y con los grupos de derecha que rodeaban a Per6n. Se trataba de tros en esa traducci6n cuando Per6n estaba en Madrid, los Montoneros demostrar, de diversas maneras, quien tenfa mas poder, quiell mavia mas debieron enfrentarse con el problema de un lider vuelto al pafs que, aban gente y qui€n pegaba mas duro. Dentro de la tradici6n del peronismo, la modonando su cultivada ambigiledad, empezaba a hablar inequivocamente, vilizaci6n callejera y la concentrad.6n en la Plaza de Mayo, lugar de la repre recordando la ortodo:xia peronista, que poco tenia que ver con la "socia sentaci6n mitica del poder, constituian la expresi6n del poder popular y el lista" y denunciando a las uapresurados" e infiltrados. Desde el 20 de junio, ilIIlbito donde el lider recogia los impulsos del pueblo. En el clima de moel conflicto era piiblico, pero durante un aiio los Montoneros lograron vilizaci6n y enfrentamiento de tendencias, la vieja fiesta popular domin sos layar la definici6n: mientras concentraban toda su artilleria en los guera se transform6 en una demostraci6n de fuerza, en la que las vanguarutraido res': ajenos al peronismo, reinterpretaron hasta donde era posible dias debl'.an exhibir su capaci.dad para organizar al pueblo y convertirlo en la pala bra de Per6n, sosteniendo que se trataba de desvios puramente una milquina de guerra lanzada a la lucha contra otras falanges igual tacticos, muestras de la genialidad de un lider que no los desautorizaba en mente organizadas. Los manifestantes se encolumnaban de manera disci form.a explicita, elaboraron la teoria del "cerco" o el "entorna" que pllnada y competian por los lugares mas visibles o mas cercanos al lider, impedfa a Pe r6n canacer la verdadera voluntad de su pueblo, y se los carteles o las consignas. En cada una de esas jornadas se libraba una aferraron a la imagen de una "Evita montonera" que debia legitimar su batalla real, como el 20 de junio de 1973, en Ezeiza, donde ante dos millo ortodoxia en las origenes mismos del peronismo. EI 1° de Mayo de 1974, nes de personas reunidas para redbir a Per6n se pele6 a tiros par los espa se lleg6 a 1a ruptura: al abandonar una Plaza de donde el propio Per6n las cios, o el 1° de mayo de 1974, cu.an.do los militantes de la Tendencia seen expulsaba, renunciaban a hablar en nombre del Movi.miento. frentaron con sus competidores y con el mismo Per6n y luego Reaparecieron una vez mas, apenas dos meses despues, en las fantasticos abandonaron la Plaza de Mayo dejillldola semivada. funerales de Per6n, y luego preten dieron asumir su herencia, fundando el Simultalleamente, la guerra de aparatos se desarroll6 bajo la terrible Partido Peronista Autentico, sin mayor exito: la magi.a se habia roto y s6Io forma del terrorismo, y en particular de los asesinatos, que podian ser, en Ios seguian las militantes. proporci6n variable, estrat€gicos, justicieros o ejemplarizadores. Montone ros Pronto optaron por volver a la vieja tilctica y pasaron a la clandestini se dedic6 a eliminar a personajes conspicuos, como Jose Rucci, secreta rio dad. Huba mils asesinatos, secuestros espectaculares para mejorar sus fi general de la CGT y pieza importante en la estrategia de Per6n con los nanzas --el de Jorge Born les report6 60 millones de d6lares-, intervenci6n sindicalistas, asesinado pocos dias despues de la elecci6n plebiscitaria de en conilictos sindicales, donde Ia fuerza armada era usada para vokar en Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM favor de los trabajadores las negociaciones con los patrones, y acciones Este archivo fue descargado de https://filadd.com 236 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA DEPENDENCIA O LIBERACI6N, 1966---1976 237 FI LA DD .C OM militares de envergadura, pero fracasadas. En ese camino los sigui6 el ERP, paci6n, hicieron imposible restablecer el acuerdo entre gremiahstas y que desde 1974 habfa instalado un foco en el monte de Tucuman. Contra empresarios. El Congreso, del que se esperaba que encontrara el meca ambos creci6 la represi6n dandestina, que se ceb6 sabre todo en quienes nismo para remover a la presidenta, tampoco pudo reunir el respaldo -intelectuales, estudiantes, obreros, militantes de villas o barrios- habian necesario. El retomo de Isabel a la presidencia clausur6 la posibilidad ya la acompaiiado la movilizaci6n pero no pudieron pasar a la clandestinidad. vez agrav6 la crisis politica que, sumada a la econ6mica, cre6 una situaci6n Desde febrero de 1975, el Ejercito, convocado por la presidenta, asumi6 la de tensi6n insoportable y una aceptaci6n anticipada de cualquier salida. tarea de reprimir Ia guerrilla en Tucuman. El genocidio estaba en marcha. Muchos peronistas se convencieron de que la caida de Isabel era Por entonces, el gobietno peronista se acercaba a su final. El "rodri gazo" inevitable y, pensando en el future, prefirieron evitar divisiones, habfa desatado una crisis econ6mica que hasta el final result6 im posible acompaiiandola hasta el fin, el 24 de marzo de 1976, cuando las de dominar: inflaci6n galopante, "corridas" hacia el d6lar, apari ci6n de com.andantes militares la depu sieron y arrestaron. Como en ocasiones los mecanismos de indexaci6n y, en general, escasas posibilidades para anteriores, el grueso de la poblaci6n recibi6 el golpe con inmenso alivio y controlar la coyuntura desde el poder. La crisis econ6mica prepar6 la muchas expectativas. crisis politica. En julio de 1975, ni las Fuerzas Armadas ni los grandes em presarios -a cuyo apoyo habia apostado Isabel- hicieron nada para respal dar a la presidenta, a quien ya miraban p6stumamente. Los empresarios cedieron con facilidad a los reclamos de los sindicalistas, com□ si se com placieran en fomentar el caos de 1a economia. Rotas las acuerdos que ha bia construido Per6n, las grandes empresarios se separaron de la CGE y atacaron con decisi6n al gobiemo. Basta entonces, las militares se habfan acomodado a las distintos clirn.as del gobiemo, sin enfrentarlo: con Cam pora, practicaron el populism □ y confraternizaron con la Juventud Pero nista; con Per6n, tuvieron a su frente a un profesional apolitico, y con Isa bel, a otro que simpatizaba con las grupos derechistas del l'egimen. Pero luego de julio, cuando L6pez Rega cay6 en desgracia, comenzaron a pre pararse para el golpe. El general Videla, nuevo comandante en jefe, al tiempo que se negaba a respaldar politicamente al gobierno en crisis, le puso plazas - com□ tantas veces habian hecho antes los militares-, esper6 que la crisis econ6mica y la politica sumadas consumaran su deterioro y prepar6 su reemplazo. Luego de la renuncia de L6pez Rega y de Rodrigo, una alianza de poli ticos y sindicalistas ensay6 una salida: ftalo Luder, presidente del Senado, reemplaz6 brevemente a Isabel y se especul6 con que el cam.bi□ fuera defi nitivo, par renuncia o juicio politico. Antonio Cafiero, un economista respetado y bien relacionado con las sindicalistas, intent6 capear Ia crisis, pero la inflaci6n desatada,. a la que se sum.aha una fuerte recesi6n y desocuEste archivo fue descargado de https://filadd.com OM LA DD .C VII. El Proceso, 1976-1983 FI EL 24 DE MARZO de 1976, la Junta de Comandantes en Jefe, integrada par el general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Ram6n Agosti, se hizo cargo del poder, dict6 los instru mentos legales del llamado Proceso de Reorganizaci6n Nacional" y de sign6 presidente de Ia Naci6n al general Videla, quien ademas continu6 al frente del Ejercito hasta 1978. En 1981, fue reemplazado par el general Roberto Viola, quien renunci6 a fines de ese aiio. Su sucesor, el general Leopoldo Galtieri, renunci6 a mediados de 1982, luego de la derrota en la guerra de Malvinas. El general Reynaldo Bignone convoc6 a elecciones en octubre de 1983 y entreg6 el mando al presidente electo, Ralll Alfonsfn, el 1O de diciembre de ese afio. EL ESTADO TERRORISTA E1 caos econ6mico de 1975, 1a crisis de autoridad, las luchas facciosas y la muerte presente cotidianamente,la acci6n espectacular de las organizacio nes guerrilleras -que habian fracasado en dos grandes operativos contra unidades militares en el Gran Buenos Aires yen Formosa-, el terror sem brado por la Ahanza Anticomunista Argentina (Triple A), todo ello cre6 las condiciones para Ia aceptaci6n de un golpe de Estado que prometia resta blecer el orden y asegurar el monopoho estatal de la fuerza. La propuesta de las militares -quienes poco habfan hecho para impedir que Este archivo fue descargado de https://filadd.com el caos Ileno H ,• •. 240 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA gara a ese extrema- iba mas alla: consistia en eliminar de raiz el problema, que en su diagn6stico se encontraba en la sociedad misma y en Ia natura leza irresoluta de sus corrflictos. El car.icter de la soluci6n proyectada podia adivinarse en las meta'foras empleadas -enfermedad, tumor, e:xtirpaci6n, cirugia mayor-, resumidas en una mas clara y contundente: cortar con la espada el nudo gordiano. El tajo fue en realidad una operaci6n integral de represi6n, cuidadosa mente planeada por Ia conducci6n de las tres armas, ensayada primero en EL PROCESO, 1976-1983 241 FI LA DD .C OM de trabajo, en la calie, y algunas en paises vecinos, con la colaboraci6n de las autoridades locales. Al secuestro seguia el saqueo de la vivienda, perfeccionado posterionnente cuando se oblig6 a las victimas a ceder la propiedad de sus inmuebles, con todo lo cual se confonn.6 el botin de la horrenda operaci6n. El destino primero del secuestrado era la tortura, sistemitica y prolon gada. La "picana el "submarino" -mantener sumergida 1a cabeza en un re cipiente con agua- y las violaciones sexuales eran las formas mas Tucuman -donde el Ejercito intervino ofidalmente desde 1975- y luego comunes; se sumaban otras que combinaban la tecnologfa con el refinado ejecutada de modo sistem.itico en todo el pais. Asf lo estableci6 luego la sadismo del personal especializado, puesto al servicio de una operaci6n Justicia. Los mandos militares concentraron en sus manos toda Ia acci6n, institucional. En principio la tortura servia para lograr la denuncia de y las grupos parapoliciales de distinto tipo que habian operado en los compafieros, lugares, operaciones; pero mas en general tenia el prop6sito a:fios anteriores se disolvieron o se subordinaron a ellos. Las tres ann.as se de quebrar la resisten cia del detenido, anular sus defensas, destruir su asig naron diferentes zonas de responsabilidad yhasta mantuvieron una dignidad y su personali dad. Muchos morian en 1a tortura, se "quedaban"; cierta competencia, lo que dio a la operaci6n una fisonomia aruirquica y Ios sobrevivientes inida ban una detenci6n mis o menos prolongada en faccio na1que, sin embargo, no implic6 acciones casuales, descontroladas alguno de las trescientos cuarenta centros dandestinos de detenci6n o irres ponsables, y lo que pudo haber de ello form.6 parte de la las"chupaderos"-que funcio naron en esos afios. Se encontraban en concepci6n gene ral de la operaci6n. unidades militares -la Escuela de Mecinica de la Armada, Campo de La planificaci6n general y la supervisi6n t<lctica estuvieron en manos Mayo, los Comandos de Cuerpo-, pero generalmente en dependencias de los mas altos niveles de conducci6n castrense, y las oficiales superiores policiales, y eran conocidos con nombres de macabra fantasia: el Olimpo, el no desdeiiaron participar personalmente en tareas de ejecuci6n, poniendo Vesubio, la Cacha, la Perla, la Escuelita, el Reformatorio, Puesto Vasco, de relieve el compromiso colectivo. Las 6rdenes bajaban, por Ia cadena de Pozo de Banfield La administraci6n y el con mandos, hasta las encargados de la ejecuci6n, las Grupos de Tareas -inte trol del movimiento de este enonne nlllllero de centros da idea de la com grados principalmente por oficiales j6venes, con algunos suboficiales, po plejidad de la operaci6n y de la cantidad de personas involucradas, asi coma licfas y civiles-, que tambien tenian una organizaci6n especffica. La ejecu de la determinaci6n requerida para mantener su clandestinidad. En esta ci6n requiri6 ademils un complejo aparato administrativo, pues debia etapa final de su calvario, de duraci6n imprecisa, se completaba la degrada darse cuenta del movimiento -entradas, traslados y salidas- de un conjunto ci6n de las victimas, mal alimentadas, sin atenci6n medica y siempre enca muy numeroso de personas. La represi6n fue, en suma, una acci6n puchadas o "tabicadas". Muchas deteni.das ernbarazadas dieron a luz en esas sistelllatica realizada desde el Estado. condiciones; muchas veces las mismos secuestradoresse apropiaban de sus Se trat6 de una acci6n terrorista dandestina, dividida en cuatro mohijos, o los entregaban a conocidos. No es extrafio que, en esa situaci6n ver mentos principales: el secuestro, la tortura, la detenci6n y la ejecuci6n. daderamente Hmite, algunos secuestrados hayan aceptado colaborar con Para los secuestros, cada grupo de operaciones -conocido como 1a pa sus victimarios, realizando tareas de servicio o acompa:ficindolos para indi tota"- operaba preferentemente de noche, en los domicilios de las vidualizar en Ia calle a antiguos compafieros. Pero para Ia mayoria el destino victimas, a Ia vista de SU familia, que en muchos casos era incluida en la final era el "traslado': es decir, su ejecuci6n. operaci6n. Pero tambien muchas detenciones fueron realizadas en Esta era la decisi6n mas importante y se tomaba en el mas alto nivel fcibricas o Iugares Este archivo fue descargado de https://filadd.com de man.do, despues de un analisis de los antecedentes, potencial utilidad o 242 BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA EL PROCESO, 1976-1983 243 FI LA DD .C OM "recuperabilidad" de las detenidos. Pese a que la Junta Militar estableci6 la 0 haber sido mencionados en una sesi6n de tortura. Pero mas alla de los pena de muerte, todas las ejecuciones fueron clandestinas. A veces las ca accidentes y los errores, las victim.as fueron las queridas: con el dilveres aparecian en la calle, como muertos en enfrentamientos o en in argument□ de enfrentar y destruir en su propio terreno a las tentos de fuga. En algunas ocasiones se dinamitaron pilas enteras de cuer organizaciones armadas, Ia operaci6n procuraba eliminar todo activismo, pos, coma espectacular represaha a alguna acci6n guerrillera. Pero en la toda protesta social, toda expresi6n de pensamiento critico, toda posible mayoria de los casos las cadaveres se ocultaban, enterrados en cemente direcci6n politica de la mo vilizaci6n popular que se habia desarrollado rios coma personas desconocidas, quemados en fosas colectivas o arroja desde mediados de la decada anterior y que entonces era aniquilada. En dos al mar con bloques de cementa, luego de ser adormecidos con una ese sentido los resultados fue ron exactamente los buscados. inyecci6n. De ese modo, no hubo muertos, sino "desaparecidos". Las victim.as fueron muchas, pero el verdadero objetivo eran los vivas, Las desapariciones se produjeron masivamente entre 1976 y 1978, el el conjunto de la sociedad que, antes de emprender su transformaci6n pro trienio sombrio, y luego se redujeron a una e:x:presi6n minima. Fue una funda, debia ser controlada y dominada por el terror y la palabra. El verdadera masacre. La comisi6n que las investig6 document6 alrededor de Estado se desdobl6: una parte, clandestina y terrorista, practic6 una nueve mil casos, pero indic6 que podia haber muchos otros no denuncia represi6n sin responsables, eximida de responder a los reclamos. La otra, dos, mientras que las organizaciones defensoras de Ios derechos human.as pt'ibhca, apo yada en un orden jurfdico que ella misma estableci6, reclamaron por 30 mil desaparecidos, una cifra origlnariamente arbitraria silenciaba cualquier otra voz. No s61o desaparecieron las instituciones de que se carg6 de fuerte valor simb6lico. Se trat6 en su mayoria de j6venes la repliblica, sino que fue clausurada autoritariamente la expresi6n pUbhca de entre 15 y 35 afios. Algunos pertenecian a las organizaciones arm.adas: de opiniones. Los partidos y la actividad politica toda quedaron el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) fue diezmado entre 1975 y prohibidos, asi coma los sin dicatos y la actividad gremial; se someti6 a 1976, ya la muerte de Roberto Santucho, en julio de ese aiio, poco qued6 los medios de prensa a una ex plicita censura, que impedia cualquier de la organizaci6n. Montoneros, que tambiell experiment6 fuertes bajas en menci6n del terrorismo estatal y sus victimas, y artistas e intelectuales sus cuadros, sigui6 operando, aunque Umitada a acciones terroristas -hubo fueron vigilados. S6lo qued6 la voz del Estado, dirigiendose a un algunos asesinatos de gran resonancia, coma el del jefe de la Pohcia Fede conjunto atonrizado de habitantes. rat- desvinculadas de su anterior practica poHtica. Su conducd6n y sus Su discurso, masivo y abrum.ador, retom6 dos motivos tradicionales de cuadros principales enrigraron a Mexico, y desde alli organizaron atenta la cultura politica argentina y los desarro116 hasta sus Ultimas consecuen dos y otras operaciones, que terminaron de manera catastr6fica, coma el cias. El adversario -de limites borrosos, que podia incluir a cualquier posi "operativo retornoff. Lo cierto es que cuando la amenaza real de las organi ble disidente- era el no ser, la "subversi6n ap.itrida" sin derecho a voz o a zaciones ya habfa disminuido considerablemente, la represi6n continu6 su existencia, que podia y merecia ser exterminada. Contra la violencia no se marcha Cayeron militantes de organizaciones politicas y sociales, d:irigen tes argument6 en favor de una alternativa juridica y consensual, propia de un gremiales de base, con actuaci6n en las comisiones intemas de fabricas Estado repub lican□ y de una sociedad democr<ltica, sino de un orden que -algunos empresarios solian requerir al efecto la colaboraci6n de los res era, en realidad, otra versi6n de la misma ecuaci6n violenta y autoritaria. ponsables militares-, y junta con ellos militantes politicos varios, El terror cubri6 a la sociedad toda. Clausurados las espacios donde los sacerdotes, intelectuales, abogados relacionados con la defensa de presos individuos podian identificarse en colectivos mas amphos, cada uno qued6 politicos, activistas de organizaciones de derechos humanos. Algunos te solo e indefenso ante el Estado aterrorizador, y en una sociedad inmovili nfan relaciones indirectas con las organizaciones armadas; muchos otros zada y sin reacci6n se impuso -coma hadicho Juan Corradi- la cultura del cayeron por la sola raz6n de ser parientes de alguien, figurar en una miedo. Algunos no aceptaron esto y emigraron al exterior -por una com agenda Este archivo fue descargado de https://filadd.com binaci6n variable de razones politicas y profesionales- o se refugiaron en 244 ELPROCESO, 1976-1983 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE IA ARGENTINA 245 FI LA DD .C OM la impotenc'ia del poder politico ante los grandes grupos corporativos 1os trabajadores Organizados, pero tambien los empresarios- que alternativa roente se enfrentaban, generando desorden y caos, o se unfan yorfa acept6 el discurso estatal, justific6 lo poco que no podia ignorar de la para benefi ciarSe con las prebendas que arrancaban al Estado. Una represi6n con el argumento del "par alga ser.i", o se refugi6 en la delibe solud6n de largo plazo debia carnbiar los datos b.isicos de la economfa y rada ignorancia de lo que sucedia a la vista de todos. Lo mas notable, sin asi modificar esa configuraci6n social y politica cr6nicamente inestable. embargo, fue una suerte de asunci6n e internalizaci6n de la acci6n estatal No se trataba de encontrar la f6rmula del crecimiento -pues se juzgaba traducida en el propio control, en la autocensura, en la vigilancia del v que a menudo alli anidaba el desorden-, sino la del orden y de la cino. La sociedad se patru.116 a sf misma, se llen6 de kapos, ha escrito Gui seguridad. Invirtiendo lo que hasta entonces -de Per6n a Per6n- habian llermo O'Donnell, asombrado por un conjunto de pr<lcticas que -desde Ia sido los objetivos de las distintas f6rmulas politicas, se busc6 solucionar fam.ilia a la vestimenta o las creencias- revelaban lo profundamente arrai los problemas que la eco nomia ponia a la estabilidad poHtica, si era gado que estaba el autoritarismo, potenciado por el discurso estatal. necesario a costa del propio crecimiento econ6mico. El gobierno militar nunca logr6 despertar ni entusiasmo ni adhesi6n Segiin unbalance que progresivamente se imponia, el Estado interven explidta en el conjunto de la sodedad, pese a que Io intent6. A mediados ciorrista, benefactor y prebendario, que en forma gradual se habia consti de 1978, cuando se celebr6 el Campeonato Mundi.al de FUtbol, las maxim.as tuido desde 1930, era el gran responsable del desorden social; en cambio, jerarquias asistieron a los estadios donde la Argentina obtuvo el t(tulo, y a el mercado parecia el instrumento capaz de disdplinar por igual a todos fines de ese afto, agi.tando el turbio sentimiento chauvinista, poco falt6 para los actores, premiando la ef:iciencia e :impidiendo los malsanos que iniciaran una guerra con Chile. S6lo obtuvo pasividad, pero le alcanz6 comportamien tos corporativos. Este argumento, que con el tiempo lleg6 a para encarar la transformaci.6n profunda que -en su prospecto- habria de dontinar en los discursos yen el imaginario, oscureci6 lo que fue, en eliminar definitivamente Ios conflictos de la sociedad, y cuyas primeras definitiva, la soluci6n de fondo: al final de la transformaci6n que condujo consecuencias -la fiebre especulativa- contribuyeron por otra via a ta ato Martinez de Hoz, el po der econ6mico se concentr6 en un conjunto de mizaci6n de la sociedad ya la elirninaci6n de cualquier posible respuesta. grupos empresarios, trans nadonales y naci.onales, que acapararon las prebendas estatales y redujeron los tnargenes de la puja corporativa. Esta transformad6n no fue el producto de la fuerza autom.itica del mercado: LA ECONOMfA IMAGINARIA: INFLACI6N Y ESPECULACI6N requiri6 de una fuerte intervenci6n del Estado, para reprimir y desannar a los actores del juego corporativo, paraimponer las reglas que facilitaran el Esa transformaci6n fue conducida por Jose Alfredo Martinez de Hoz, minis crecimiento de los vencedores y para trasladar hacia ellos1os recurses del tro de Economia durante los cinco aiios de la presidencia de Videla. Cuando conjunto de la sociedad. asumi6, debia enfrentar una crisis ciclica aguda -inflaci6n desatada, rece La ejecuci6n de esa transformaci6n planteaba un problem.a politico, si6n, problemas en la balanza de pagos-, complicada por la crisis politica que ha expuesto Jorge Schvarzer: la conducci6n econ6mica debia durar en y social y el fuerte desaffo de las organizaciones armadas al poder del el poder un tiempo sufici.ente como para que las cambios fueran irreversi Estado. La represi6n inicial, que descabez6 la movilizaci6n popular, sumada bles. El ministro de Economfa y su grupo permanecieron durante cinco a una politic.a anticrisis clasica -mas o menos similar a todas las afios: el efecto se manifest6 de inmediato despues de su salida, cuando ejecutadas desde 1952- permiti6 superar la coyuntura Pero esta vez las sus sucesores fracasaron en el intento de cambiar alga del rumbo. Fuerzas Armadas y los sectores del establishment que las acompafiaban Martinez de Hoz cont6 inicialmente con un fuerte apoyo, casi perso habfan decidido ir m.is lejos. En su diagn6stico, la inestabilidad politica y Este archivo fue descargado de https://filadd.com nal, de 1os organismos intemacionales y los bancos extranjeros -que le social cr6nica nacia de un exilio interior, en alllbitos recoletos, casi domesticos, practicando el mi metismo a la espera de la brecha que permitiera volver a emerger. La ma BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA permiti6 sortear varias situaciones diffciles-, y del sector mas concentrado del establishment local La relaci6n con los militares fue mas compleja, en parte por sus profundas divisiones -entre lasarmas y aun entre facciones-, que se expresaban en apoyos, crlticas o bloqueos a su gesti6n, y en parte par el peso que entre ellos tenian muchas ideas y concepciones mas tradi ELPROCESO, 1976-1983 247 en un contexto de elevada i.nflad.6n, las preferidas fueron los plazos fijos a treinta dias y los titulos del Estado indexados. En un c1im.a altamente espe culativo, 1a competend.a entre las instituciones finand.eras mantuvo ele vada la tasa de interes, y con ella la inflad.6n, que el equipo econ6mico nunca pudo reducir, pese a su declarado prop6sito. En la nueva operatoria se mantuvo una norma de la vieja concepci6n: el Estado garantizaba no s6lo los tftulos que emitfa, sino los dep6sitos a plaza fijo, tornados a tasa libre por entidades privadas, de mod.a que, ante una eventual quiebra, se devolvia el dep6sito a los ahorristas. Esta combinaci6n de 1iberalizaci6n, eliminaci6n de controles y garantia estatal gener6 un mecanismo perverso, que fmalmente llev6 a todo el sistema a la ruina. la segunda gran modificaci6n se produjo en diciembre de 1978 con la llamada upauta cambiaria", adoptada poco despues de que el general Videla fuera confirm.ado por la Junta Militar por tres aftos en la presidencia, aven tando amenazas sabre la estabilidad del ministro. De acuerdo con la nueva doctrina monetarista en boga, se trat6 de fortalecer la previsibilidad cam biaria, y asi reducir por pasos la inflaci6n. El gobierno fij6 una tabla de de valuaci6n mensual del peso, gradualmente decreciente hasta llegar en al gun momento a cero. Pero la inflaci6n subsisti6, y el peso se reva1u6 de modo considerable respecto del d6lar. Su efecto se sum6 al de la progresiva apertura econ6mica y la progresiva reducci6n de aranceles, otra novedad en materia de polit:icas econ6micas. La consecuencia del d6lar barato y los bajos impuestos fue una inundaci6n de productos importados a precio in fimo, que afect6 con dureza a la industria local. La adopci6n de la pauta cambiaria coincidi6 con una gran afluenda de dinero del exterior, proveniente de los beneficios extraordinarios del petr6- leo, cuyo precio volvi6 a elevarse notablemente en 1979. El flujo de d6lares -origen del fuerte endeudamiento extemo- fue comiin en tad.a Ametica OM 246 FI LA DD .C cionales, con las que el ministro tuvo que encontrar alg(in punto de acuerdo. Fue una relaci6n conflictiva, de potencia a potencia. Los militares juzgaban que el control de los sindicatos y1a fuerte reducci6n de los ingre sos laborales debian equilibrarse, par razones de seguridad, con el mante nimiento de un nivel elevado de empleo, de modo que la receta recesiva mas cl.isica estaba descartada. Tambiell defendieron, por diversos motivos, la pervivencia de las empresas estatales. las relaciones con los empresarios tampoco fueron ftl.ciles, debido a Ia cantidad de intereses sectoriales que debian ser afectados; pero no conionnaron un frente unificado, y prim6 la inflexibilidad del ministro, unida a su capacidad de predicador, mostrando Ia tierra prometida al final del desierto, con mas seguridad y convicci6n cuanto mas desmentidos por la realidad resultaban sus pron6sticos. Su carta de triunfo principal fue haber colocado durante varios afios a la eco nomia en una situaci6n de inestabilidad tal que un cambio de piloto ga rantizaba una catastrofe. Cuando esto dej6 de funcionar, la concentraci6n y el endeudamiento ya habian creado Ios mecanismos para asegurar Ia continuidad de sus politicas. Las medidas iniciales de1 equipo ministerial no dieron idea del rumba futuro. Luego de intervenir la Confederaci6n General del Trabajo (cGT) y Ios principales sindicatos, supri.mfr las negodad.ones colectivas y prohibir las huelgas, se congelaron los salarios, queen 1976 cayeron en terminos reales alrededor del 40%. Con Ia ayuda suplementaria de los cteditos ex tern.as, Ia crisis cidica se super6 sin desocupaci6n. Desde mediados de 1977 -ya medida que la conducci6n se afirmaba comenzaron a plantearse las grandes reformas, que modificaron las nor Latina y en muchos pafses del Tercer Mundo, pero en Ia Argentina lo esti masb.i.sicas vigentes desde 1930. La reforma financiera elinrin6 la regula mul6 la posibilidad de tomarlos y colocarlos sin riesgo en el mercado fi ci6n estatal de la tasa de interes y se permiti6 la proliferaci6n de bancos e nanciero local, aprovechando las elevadas tasas de interes intemas y la institud.ones financieras. El Estado no dispuso ya de creditos subsidiados garantia estatal. sobre el pred.o de recompra de d6lares. Hubo mucho di nero en circulaci6n, se obtuvieron abultados beneficios nominales -la para asignar seg6n sus prioridades, fueran estas grandes designios econ6micos o simple prebenda. Las ofertas para los inversores se "plata duke"- y muchos pudieron comprar costosos productos importados o viajar al exterior. Pero la "tablitan -tal elnombre popular de la pauta diversificaron; Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM cam- Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA biaria- no redujo ni las tasas de interes ni la inflaci6n, en buena medida, por la incertidumbre creciente, a medida que la sobrevaluaci6n del peso anticipaba una futura e inevitable gran devaluaci6n. Mientras se constituia la base de la deuda externa, esta "bicicleta" se agregaba a la "plata duke" y a los "importados coreanos" para configurar la apariencia de una modifica ci6n sustancial de la economia y de sus reglas, beneficiosa para militar la crisis fue una constante. En marza de 1981, debia asumir el nuevo presidente, general Roberto Marcelo Viola; Martinez de Hoz dejarla el mi- OM 248 FI LA DD .C todos. Su verdadero coraz6n se hallaba ahora en el sector financiero, donde se lograron las mayores beneficios. Se trataba de un mercado altamente inestable, pues la masa de dinero se encontraba colocada a corto plaza y las capitales podian salir del pais sin trabas, si cambiaba la coyuntura, de modo que, antes que la eficiencia o el riesgo empresario, alli se premiaba la agilidad y la especulaci6n. Muchas empresas compensaron sus fuertes quebrantos operativos con ganancias en la actividad financiera; muchos bancos se convirtieron en el centro de una red de empresas, endeudadas con ellos y compradas a bajo precio. El Estado financi6 su deficit operativo y sus obras pUblicas con endeudamiento externo. Muchas empresas toma ron creditos en d61ares y los colocaron en el circuito financiero, y para de volverlos recwrieron a nuevas creditas; una cadena de la felicidad que, coma era previsible, en un momenta se cart6. El momento lleg6 a principios de 1980. Mientras la economia real aga nizaba, la economia imaginaria del mercado financiero rodaba hacia la vo r&gine. Las altas tasas de interes eran inconciliables con las tasas de bene ficio nonnales, de modo que ninguna actividad productiva resultaba rentable ni pod.fa competir con la especulaci6n. Muchas empresas tuvieron problemas, aumentaron las quiebras y los acreedores financieros, con infi nidad de creditas incobrables, buscaron salir del aprieto ofreciendo tasas mas ahas para captar mas dep6sitos. Las consecuencias de la combinaci6n de liberalizaci6n y garantia estatal quedaron a la vista. En marzo de 1980, finalmente, el Banco Central decidi6 la quiebra del banco privado mas grande y de otros tres importantes, que a su vez eran cabezas de sendos grupos empresarios. Para frenar la corrida bancaria, el gobiemo asumi6 sus pasivos, que representaban la quinta parte del sistema financiera. El problema financiero sigui6 agravaJldose, y hasta el fm del gobiemo Este archivo fue descargado de https://filadd.com ELPROCESO, 1976-1983 249 LA DD .C donar la paridad cambiaria sostenida A lo largo de 1981, y ya con la nueva conducc:i.6n econ6mica, el peso fue devaluado en un 400%, mientras que Ia infla_ci.6n recrudecida llegaba al 100% anual la devaluaci6n fue catastr6 fica para las empresas endeudadas en d6lares. El Estado, que ya habfa absorbido las perdidas del Sistema bancari.o, concurri6 en su auxilio en 1982 y se hizo cargo de la deuda extema de las empresas, aumentando su propio endeudamiento. La era de la plata duke" terminaba; probablemente muchos de sus beneficiarios no sufrieron las consecuencias del catastr6fico final, pero la saciedad toda debi6 cargar con las perdidas. La suba de las tasas de interes en Estados Unidos indic6 la aparici6n de un fuerte competidor en la cap taci6n de fondos financieros. En 1982 Mexico anunci6 que no podia pagar su deuda extema y declar6 una moratoria. Fue la seii.al. Los creditos filciles para las paises latinoamericanos se cortaron, mientras los intereses subfan espectacularmente y con ellos el monto de la deuda. En 1979, esta era de 8.500 millones de d6lares; en 1981, superaba los 25 mil millones ya prin cipios de 1984, los 45 mil millones. Los acreedores extemos comenzaron a imponer condiciones sobre las politicas estatales. OM nisterio, y con et cesaria la vigencia de la tablita lo quefueanticipado por una masiva emigraci6n de d6lares. Finalmente el gobiemo tuvo que aban LA ECONOMfA REAL: DESTRUCCI6N Y CONCENTRACI6N FI En cuanto a la economia "real", hubo un giro categ6rico. La idea de que el crecimiento econ6mica y el bienestar de Ia sociedad se asociaban con la industria y el mercado intemo fue abandonada. A la protecci6n industrial se le achac6 su falta de competitividad, y St;! apt6 por premiar la efidencia y Ia capacidad para campetir en el mercado mundial. Se trataba de un cuestionamiento similar al del resto del mundo capitalista, pero la res puesta local fue mucho mas destructiva que constructiva La estrategia centrada en el fortalecimiento del sector financiero, en la apertura y en el endeudamiento no benefici6 a ninguno de los grandes sectores de la economia -con losqueel ministro mantuvo frecuentes con flictos-, sino a actores· individuales privilegiados. La industria sufri6 la Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C competencia de los articu1os importados, el encarecimiento del cfedito, la supresi6n de muchos mecanismos de promoci6n y la reducci6n del poder adquisitivo de la poblaci6n. El producto industrial cay6 en las primeros cinco afios alrededor de1 20%, y tambien Ia mano de obra ocupada. Mu chas plantas cerraron y en conjunto el sector experiment6 una verdadera involuci6n. Como plante6 Jorge Katz, hubo una reestructuraci6n de la ac tividad, que en la mayoria de las casos supuso una verdadera regresi6n. Los sectores mas antiguos e ineficientes, coma el textil y el de confeccio la caida de las pre dos intemacionales de los cereales prolong6 su crisis. OM 250 FI nes, fueron barridos par la competencia, pero tambien resultaron muy golpeados aquellos nuevos, coma el metalmecallico o el electr6nico, que habian progresado notablemente. Par entonces se produda en el mundo un avance tecnol6gico muy fuerte, de modo que la brecha que separaba a la Argentina de esa vanguardia, que se habia achicado en los veinte aiios anterimes, volvi6 a ensancharse, ya de manera irreversible. En cambio cre cieron y se beneficiaron con la reestructuraci6n las grandes empresas elaboradoras de bienes intennedios, como celulosa, siderurgia, aluminio, petroquimica, petr6lea a cementa, y tambien las automotrices. Para ellas se mantuvieron los antiguos beneficios y promodones, propios del Estado prebendarlo, y se agregaron otros nuevos, para favorecer las exportaciones. Los mercados externos les permitieron superar las limitaciones del mer cado interno. El nuevo perfil exportador de la economia que se insinuaba se not6 tambiell en el sector agropecuario. Hada 1976 culminaba una verdadera revoluci6n productiva, que multiplic6 el producta: sernillas hibridas, agro quimicos, expansi6n de la frontera, desarrollo de cultivos oleaginosos y tambien crecimiento de la industria aceitera. Por entonces se abrieran nue vas mercadas, coma el de la Uni6n Sovietica, afectada por el embargo cerealero estadounidense, al tiempo que el gobierno eliminaba las reten ciones a la exportaci6n. Pero la sobreva1uaci6n del peso se comi6 los benefidos, y en 1981 el sector estaba en una situaci6n critica. Par otra parte, sus ingresos influfan menos en la economia general. Ya no subsidia ron a la industria manufacturera, a traves del Estado, y en cambio se vokaron al sector financiero, local o externo. Luego, cuando la debacle cambiaria volvi6 a colocarlos en Este buenas condiciones, archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C Si bien el sector industrial perdi6 mucha mano de obra, en el conjunto de la economia la desocupaci6n fue escasa, tal coma la conducci6n militar le habia demandado al ministra. Huba transferencias de trabajadores de la industria hacia las servicios, y muchos ensayaron la actividad por cuenta propia La mayor expansi6n se produjo en la construcci6n y sabre todo en las obras pllblicas. El gobierno se embarc6 en una serie de grandes proyec tos, aprovechando las creditos externos baratos: las obras del Mundial de Fti.tbol, autopistas y caminos, represas hidroelCctricas o centrales at6micas. La presi6n inicial para bajar los salarios fue cediendo en forma gradual, aunque la suspensi6n de las negociaciones colectivas posibilit6 fuertes dis paridades entre actividades y empresas. Pero a partir de 1981 la crisis, la inflaci6n y la recesi6n hicieron descender dramaticamente tanto la ocupa ci6n como el salario real. En visperas de dejar el poder, los gobernantes militares no podian exhibit en este campo ningdn logro importante. Cuando la burbuja financiera se derrumb6, qued.6 en evidencia que la principal consecuencia de la trauill3tica transfonnaci6n habia sido -junto conla deuda externa- una fuerte concentraci6n econ6mica. En este caso, el principal papel no correspondi6 a las empresas extranjeras. No hubo nue vas instalaciones; algunas se retiraron, o se limitaron a la provisi6n de par tes y de tecnologia, como las automotrices. Les resultaba dificil manejarse en un media altamente especu1ativo, sometido a bruscos cam.bias en las reglas, en el que las decisiones diarias signifi.caban grandes ganancias o grandes perdidas. Aqui los empresarios locales tenian ventaja. En estos afios, junta con algunas transnadonales, crecieron de modo espectacular unos cuantos grandes grupos local.es, directamente ligados a un empresario o a una familia empresarial exitosos, coma Macri, Perez Companc, Bulghe roni, Fortabat, o transnacionales con fuerte base local, coma Bunge y Born o Techint. Asi, el establishment econ6mico adquiri6 una nueva fisonomia. Los casos mas espectaculares fueron los de las conglomerados empre sariales, que combinaron actividades industri.ales, de servicio, comerciales y financieras, a veces por una estrategia de diversificaci6n y reducci6n del riesgo, pero sobre toda -en el contexto fuertemente especulativo--- por la bllsqueda de distintos negocios de rcipido rendimiento. Los grupos que crecieron contaron con un banco o una instituci6n financiera que les per rniti6 manejarse en forma independi.ente en el sector en que, par unos OM 251 ELPROCESO, 1976-1983 Este archivo fue descargado de https://filadd.com ELPROCESO, 1976 1983 aii.os, se obtuvieron las mayores ganancias. Muchos de ellos desaparecie ron luego de 1980. Sobrevivieron las que capitalizaron sus beneficios com prando empresas en dificultades, con las que constituyeron las conglome rados. Lo decisivo fue, sin embargo, establecer en torno a aJguna de las empresas una relaci6n privilegiada con el Estado. En los aii.os en que Martinez de Hoz condujo la economia, el Estado realiz6 importantes obras ptiblicas y contrat6 a empresas de construcd6n o de ingenieria pertenecientes a estos grupos, coma SADE, de Perez Com panc, o Techint. Por otra parte, las empresas del Estado adoptaron coma estrategia privatizar parte de sus actividades, contratando con terceros el suministro de equipos -coma con las telefonos- o la realizaci6n de tareas ACHICAR EL ESTADO Y SILENCIAR A LA SOCIEDAD La reducci6n de funciones del Estado, su conversi6n en "subsidiario fue uno de los prop6sitos mas finnemente proclamados por el ministro Marti nez de Hoz, recogiendo un argumento que circulaba con fuerza creciente en todo el mundo capitalista, donde estaban en plena revisi6n los princi pios del Estado dirigista y benefactor, constituido en la Argentina, sucesi vamente, en 1930 yen 1945. Su propuesta suscit6 un fuerte rechazo en buena parte de las Fuerzas Armadas, pero el ministro obtuvo una importante victoria argumentativa cuando logr6 ensamblar la predica de la lu cha antisubversiva con el discurso contra el Estado, e incluso contra el industrialism0. No es fiicil saber hasta que punto estaba clispuesto a actuar completa mente en coincidencia con esas ideas, Muchos empresarios que lo acom paftaban combinaban un generico liberalismo declarativo con la convic ci6n de que el Estado deb:fa proteger y subvencionar a cada uno de ellos. Entre las militares, habia machos que adherian a las ideas nacionalistas y dirigistas, y otros que aspiraban, mas simplemente, a sumarse a las benefi ciarios del man.a estatal. Por diferentes razones, am.hos coincidfan en el mantenirniento de las empresas pUblicas y en el desarrollo de las grand.es LA DD .C coma hizo Yacimientos Petrolfferos Fiscales (YPF) con la extracci6n d 253 OM BREVE HISTORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA 252 FI crudo, y en torno de esas actividades se constituyeron algunas de las mas poderosas empresas nuevas. Las empresas contratistas del Estado se bene ficiaron primero con las condiciones pactadas y luego con el mecanismo de ajustar los costos al ritmo de la inflaci6n que, dada la magnitud de esta y las dificultades del gobiemo para cumplir puntualmente con sus com promisos, tenninaba significando un beneficio mayor al.ln que el de la obra misma Otras empresas aprovecharon los regimenes de promoci6n, que, aunque en general se redujeron, continuaron existiendo para proyectos emprendimientos estatales. AU.n entre 1976 y 1981, cuando Ivlartinez de especfficos. Esos regimenes posibilitaban importantes reducciones imposi Hoz pudo imponer con mas firmeza sus criterios, las politicas econ6micas tivas, avales para creditos baratos, seguros de cambio para Ios creditos en recogieron esas tensiones y resultaron ambiguas y contradictorias con las d61ares, monopolizaci6n del mercado intemo, decisivo en el caso del papel principios declarados que las sustentaban. de diario, o suministro de energia a bajo costo, muy importante para las En un punto coincidfan quienes querian aplicar el liberalismo anties acedas o la fabrica de aluminio. De ese modo, muchos grupos tatista ortodoxo y quienes aspiraban a monopolizar sus beneficios preben empresarios, a menudo sin experiencia importante en el campo, podian darios: eliminar aquellos dispositivos estatales que limitaban el uso discre constituir su capital con minimos aportes propios. cional del Fstado par el gobierno. Particulannente, los construidos desde En un contexto de estancamiento, estos grupos crederon a costa de un 1930: la regulaci6n de! credito y de la tasa de interes, la politica Estado que habia pasado de la promoci6n general de algunos sectores de arancelaria y el control de cam.bias, que fueron suprimidos en general pero la economia a la prebenda individualizada, en beneficio de grupos que fre retomados en muchos casos singulares. Un compromiso parecido se cuentemente colonizaban sus oficinas. la colusi6n de intereses fue grande manifest6 en las empresas del Estado. Los militares defendieron su y desminti.6 el discurso del hberalismo. Los grupos acurnularon una fuerza supervivencia, e incluso toleraron el sobreempleo, viejo fruto de la colusi6n tal que en el futuro resultaria muy dillcil revertir las condiciones en que con los sindicatos. Pero tambien toleraron su fntim.a degradaci6n, para actuaban y, junta con los acreedores ex:tranjeros, se convirtieron en las que algunos hicieran su fortuna a costa de ellas. Los mejores cuadros nuevos tutores del Estado. Este archivo fue descargado de https://filadd.com fueron alejados, las bajas ta- 254 ELPROCESO, 1976-1983 BREVE HISTORLA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA 255 FI LA DD .C OM rifas que se establecieron crearon un desastre financiero, agravado poste La prim.era cuesti6n oscura era d6nde residia realmente el poder, pues rionnente par la recurrencia sistem.itica a creditos externos. la Hamada pese a que la tradici6n politica del pais era fuertemente presidenciahsta, y uprivatizaci6n periferica", realizada sin control ni regulaci6n alguna, pemn a que la unidad de mando fue siempre uno de las principios de las ti6 crecer a su costa a las competidores privados, cuyos directivos eran Fuerzas puestos con frecuencia al frente de ellas. Asi se endeudaron y deterioraron .Armadas, la autoridad del presidente -al principio el primero entre sus pa res, y luego ni siquiera eso- resul□t diluida y sometida a las empresas de servicios, hasta entonces relativamente eficientes, mien permanente es tras al mismo tiempo el Estado se hacfa cargo de infinidad de empresas y crutinio y Hmitaci6n par los jefes de las tres armas. El Estatuto del Proceso bancos quebrados par obra de su polftica econ6mica. y las actas institucionales complementarias -que suprimieron el Congreso, Se trataba de una manera parad6jica de achicar el Estado. Si ese era depuraron la Justicia y prohibieron la actividad politica- crearon la Junta el Militar, con atribuciones para designar al presidente y controlar una parte verdadero objeti.vo, las resultados fueron las contrarios. Antes que estimu iroportante de sus actos, pero las atribuciones respectivas de una y otro no lar la eficienda, el Estado premi6 a las que sabian obtener de el distintos quedaron totalmente deslindadas, y fueron mas bien el resultado del cam ti.pas de prebendas, por mecanismos no demasiado diferentes de los que se biante equilibria de fuerzas. Tambien se cre6 1a Comisi6n de Asesora habfa criticado, aunque naturalmente el actor sindical habia sido elirni miento Legislativo, para discutir las leyes; integrada par tres representantes nado. Ni siquiera mejor6 la eficiencia del Estado en el campo que le era de cad.a arma, que obedecian 6rdenes de sus mandos, dicha comisi6n se intrinseco e intransferible:la recaudaci6n y asignaci.6n de recursos fiscales. convirti6 en una instancia mas de las acuerdos y las confrontaciones inter Pese a la proclamada aspiraci6n a lograr el equilibria presupuestario, cen nas. Cada uno de las cargos ejecutivos, desde gobernadores a intendentes, tral desde la perspectiva adoptada para contener la inflaci6n, el gasto pU asi coma el manejo de las empresas del Estado y demiis dependencias, fue blico creci6 en forma sostenida, alimentado ptimero con la emisi6n y objeto del reparto entre las fuerzas, y quienes las ocupaban dependian de luego con el endeudamiento extemo. Una parte irnportante tuvo como una doble cadena de mandos: del Estado y de su Arma, de modo que el beneficia rio directo a las Fuerzas Armadas, que se reequiparon con vistas conjunto pudo asimilarse a la anarquia feudal antes que a un Estado cohe al con flicto con Chile primero y con Gran Bretana por las 1-lalvinas sionado en tomo del poder. despues, y otra tambien considerable se destin6 a los grandes programas La nrisma anarquia exi.sti.6 respecto de las normas legales que el propio de obras pli blicas. Los espacios para las negociaciones espurias se gobiemo se daba. Como demostr6 Enrique Groisman, existi6 confusi6n multiplicaron de bido a que las tres Fuerzas .Armadas se repartieron sabre su naturaleza -se mezclaron sin criteria leyes, decretos y reglamen prolijamente la admi nistraci6n del Estado y la ejecuci6n de las obras tos-, sabre quien las dictaba y sabre su alcance. Huba una notoria pUblicas, muhiplicando las demand.as de recursos. Se gastaba par varias reticencia a explicitar sus fundamentos, yen ocasiones hasta se mantuvo ventanillas a la vez, lo que, sum.ado a la fuerte inflaci6n, hizo borrosa la en secreto su misma existencia Se preflli.eron las normas legales existencia de un presupuesto del Estado. omnicom prensivas, y habitualmente se otorgaron facultades amplias a las El Estado se vio afectado de form.a mas profunda aUn. El llamado "Pro 6rganos de aplicaci6n, pero ademas se toler6 su perrnanente violaci6n o ceso de Reorganizaci6n Nacional" supuso 1a coexistencia de un Estado te incumpli miento. Contaminado por el Estado terrorista clandestino, todo el rrorista clandestino, encargado de la represi6n, y otro visible, sujeto a nor edificio juridico de la repliblica result6 asi afectado, al punto que mas, establecidas por las propias autoridades revolucionarias; pero que pri:i.cticamente no hubo limites normativos para el ejercicio del poder, sometian sus acciones a una cierta juridicidad. En la pr.ictica, esta distin que funcion6 como potestad ornnimoda del gobernante. La corrupci6n se ci6n no se mantuvo, y el Estado ilegal fue corroyendo y corrompiendo al extendi6 a la admi nistraci6n pUblica, de la que fueron apartados los conjunto de las instituciones del Estado y su misma organizaci6n Este archivojuridica fue descargado de https://filadd.com mejores elementos: las criterios de arbitrariedad fueron asumidos par los FI LA DD .C OM funcionarios inferiores, Este archivo fue descargado de https://filadd.com gida par su comandante Emilio Massera, quien, confiando en sus talentos BREVE HISIORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C convertidos en pequefios aut6cratas sin control y, a la vez, sin capacidad para controlar. En sum.a, la Reorganizaci6n no se limit6 a suprimir los mecanismos democr.iticos constitucionales o a alterar profundamente las instituciones republicanas, coma habia ocurrido con las regimenes militares anteriores. Desde dentro mismo se realiz6 una verdadera revoluci6n contra el Estado, afectando la posibilidad de ejercer incluso las funciOnes de regulaci6n y control basicas. La fragmentaci6n del poder, las tendencias centrifugas y la anarqui'.a derivaban de la escrupulosa divisi6n del poder entre las tres fuerzas, al punto de no existir una instancia superior a ellas que dirimiera las conilic tos. Pero tambien surgia de la existencia de definidas facciones en el propio Ejet'cito, donde con la represi6n surgieron verdaderos seftores de la guerra, que casi no reconodan autoridad sobre si. En torno a los generales Videla y Viola -su segundo en el Ejercito-, se constituy6 la facci6n ID.as fuerte, pero que distaba de ser dominante. Estos jefes respaldaban a Martinez de Hoz -muy criticado por los militares mis nacionalistas, que abundaban entre Ios cuadros j6venes-, pero reconocian la necesidad de encontrar en el futuro alguna salida politica. Asf, mantenfan comunicaci6n con las diri gentes de los partidos politicos, que se ilusionaban creyendo ver en ellos al sector mas civilizado y hasta progresista de los militares, quizi porque reconodan la necesidad de regular de alguna manera la represi6n. Otro grupo aftrmaba que la dictadura debia continuar sine die, y que la represi6n--que ejecutaban de manera especialmente sanguinaria- debia llevarse hasta sus Ultimas consecuencias. Sus figuras mas destacadas eran las generales Luciano Benjamin Menendez y Carlos Suarez Mason, coman dantes de las cuerpos de Ejercito III y I. con sede en C6rdoba y en Buenos Aires, a las que se asociaba el general Ram6nJ. Camps, jefe de la Palida de OM 256 la provincia de Buenos Aires y figura clave en Ia represi6n. En conflicto permanente con el camando del anna -con Videla y sabre todo con Viola Menendez se insubordin6 de hecho varias veces -en ocasi6n del conflicto con Chile, en 1978, estuvo a punto de iniciar la guerra por su cuenta- y de manera explicita una vez, en 1979, Io que forz6 su retiro. El tercer grupo lo constituy6 la Marina de Guerra, fumemente Este archivo fuediri descargado de https://filadd.com 257 EL PROCESO, 1976-1983 FI LA DD .C mismo al poder. Massera -que desde la Escuela de Mecallica de 1a Ar mada ejecut6 una parte importante de la represi6n y gan6 sus meritos en esa tenebrosa competencia- desarrol16 siempre un juego propia; jaque6 a Videla, para acotar su poder, y tom6 distancia de Martinez de Hoz. Se preocup6 por encontrar banderas para lagrar alguna adhesi6n popular al gobiemo: el Campeanato Mundial de Ftitbol -cuya organizaci6n fue pre sidida por el almirante Lacoste- y 1uego el conflicto con Chile, que prelu di6 la guerra de l\ilalvinas, tambiell promovida par la Annada. CUando pas6 a retiro, Massera mont6 una fundaci6n de estud.i.os politicos, un diario propio, un centro de pramoci6n internactonal en Paris, un partido -de la Democracia Social- y hasta un fant.istico staffintegrado par miembros de las organizaciones armadas secuestrados en la Escuela de Mecallica y que, a cambio de su vida, accedieran a calaborar en las proyectos politiw cos del almirante. La puja era mucho mas compleja, pero paco manifiesta. El grupo de Videla y Viola fue avanzando gradualmente en el control del poder, pero en mayo de 1978 Massera se anot6 un triunfo cuando logr6 que se separa ran las funciones de presidente de la Naci6n y de comandante en jefe del Ejercito, pese a que Videla fue confirm.ado coma presidente hasta 1981 y Viola lo sucedi6 como jefe del Ejercito, El desplazamientode Menendez fue un triunfo importante de Videla, aunque poco despues Viola pas6 a retiro y fue reemplazado al frente del Ejel'.cito por el general Leopoldo Fortunato Galtieri. En septiembre de 1980 Videla pudo imponer en la Junta de Cow mandantes la designaci6n de Viola coma su sucesor, pero a costa de una compleja negociaci6n, que augur6 el prolongado jaqueo a que serfa some tido el segundo presidente del Proceso. En suma, podrla decirse que la politica de orden empez6 fracasando con las propias Fuerzas Armadas, pues la corporaci6n militar se comport6 de manera indisciplinada y facciosa, y poca hizo para OM politicos, se propuso encontrar una salida palitica que lo llevara a el mantener el orden que ella misma pretend.fa imponer a 1a sociedad A pesar de eso, durante cinco afias lograron asegurar una paz relativa, como la de las sepulcros, debido a la escasa capacidad de respuesta del conjunto de la sociedad, en parte galpeada o amenazada por la represi6n y en parte dispuesta a tolerar mucho de un gobiemo que, luego del caos, aseguraba un orden mfnimo. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 258 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA S6lo hacia el fin del periodo de Videla, estimulados por el descontento que gener6 Ia crisis econ6mica, asi como par las crecientes dificultades que ELPROCESO, 1976-1983 259 FI LA DD .C OM en Ginebra. Este espacio les perrniti6 denunciar en el exterior las duras condiciones de los trabajadores y plantear al gobiemo distintas cuestiones. en contraba el gobierno militar y sus fuertes disensiones intestinas, las Los sindicalistas se agruparon, de manera cambiante, en dos tendencias: voces de protesta, todavia timidas y confusas, comenzaron a elevarse. los dialoguistas y los combativos, En abril de 1979, cuando1a represi6n ha Esta transici6n del silencio a la palabra vari6 segtin los casos. Los em bia menguado alga, los combativos realizaron un para general de protesta, presarios apoyaron el Proceso desde el comienzo, pero a la distancia. Pese que los dialoguistas no acataron y que concluy6 con la prisi6n de la a las coincidencias generales -sabre todo en lo relative a la politica labo mayo ria de los dirigentes. A fines de 1980, los combativos ral- habia desconfianzas reciprocas: las militares atribuian a Ios empresa reconstituyeron la cGT y eligieron como secretario general a Salli ubaldini, rios parte de la responsabilidad del caos social que se hab:fan propuesto un dirigente poco conocido de un pequefio sindicato. En 1981 la CGT modificar, y estos, por su parte, estaban divi.didos en sus intereses. Los es realiz6 una nueva huelga general, con consecuencias similares a la de pedficamente beneficiados todavia no constitui'.an un grupo organico, ins 1979, y a fines de ese aii.o una marcha obrera hacia la iglesia de San titucionalizado y con voz propia. Las voces corporativas -la Sociedad Ru cayetano -patrono de los desocupados-, reclamando "pan, paz y trabajo". ral, la Uni6n Industrial- criticaban aspectos especfficos de las politicas Por entonces, sus quejas se unian a las de los estudiantes o de algunos econ6micas que las afectaban y algunas politicas generales como la ele grupos de empresarios regiona les. Las huelgas parciales se hicieron mas vada inflaci6n, pero mas alld. de eso carecian de unidad y fuerza para pre frecuentes e intensas; el 30 de marzo de 1982 la CGT convoc6, por primera sionar en conjunto, y s6lo empezaron a hacerlo cuando el regimen militar vez desde 1975, a una movili zaci6n en la Plaza de Mayo, que el gobiemo dio, a la vez, signos de debilidad y de disposici6n a 1a apertura. El general reprimi6 con violencia: hubo dos mil detenidos en Buenos Aires y un Viola, buscando tomar distancia de la poli'.tica de Martinez de Hoz, convoc6 muerto en Mendoza especfficamente a los voceros de las grandes sectores empresarios y los Tambiell la Iglesia modific6 su comportamiento a medida que el regi in tegr6 en su gabinete, pero esa participaci6n concluy6 con su caida, y men militar empezaba a dar muestras de debilidad Al comienzo tuvo una desde entonces los numerosos empresarios sacudidos por la crisis fueron actitud complaciente, y el gobiemo estableci6 una asociaci6n muy estrecha inte-. grando con creciente entusiasmo el frente opositor. con la jerarqufa edesiastica. Esta acept6 mansamente los asesinatos de va El mov:imiento sindical recibi6 duros golpes. La represi6n afect6 a los rios religiosos -entre ellos el obispo Enrique Angelelli, de La Rioja-, call6 activistas de base ya muches d:itigentes de primer nivel, que fueron encar cualquier critica, hizo poco por quienes reclamaron su ayuda, justific6 de celados. Las principales fabricas fueron ocupadas militarmente, hubo "lis manera poco velada la llamada erradicaci6n de la subversi6n atea", y hasta tas negras", para mantener alejados a las activistas, y control ideol6gico toler6 que algunos de sus miembros participaran direct.arnente en ella. Pero para los aspirantes a un empleo. La CGT y la mayoria de los grandes sindi en forma progresiva esta respuesta inicial, que revelaba el triunfo del sector catos fueron intervenidos, se suprimieron el derecho de huelga y las nego local mas tradicional, fue dejando paso a otra mas elaborada, influida por ciaciones colectivas y los sindicatos fueron separados del manejo de las la orientaci6n del nuevo papa Juan Pablo II. Revisando sus anteriores posicio obras sociales. Privados casi de funciones, reducidos como consecuencia nes, la Iglesia se propuso renunciar a la injerencia directa en las cuestiones de los cambios en el empleo, que afect6 sobre todo a Ios industriales, los sociales o politicas -en cualquier sentido- y consagrarse a la evangeli'zaci6n sindicatos hicieron ofr poco su voz. de una sociedad excesivamente secularizada. En 1979, el Arzobispado de El gobierno mantuvo una minima comunicaci6n con los sindicalistas, Buenos Aires impuls6 la Pastoral Social para reconstruir el vinculo entre casi limitada a la conformaci6n de la delegaci6n que anualmente debia Iglesia y trabajadores, siguiendo el ejemplo del sindicato polaco Solidaridad. concurrir a la asamblea de la Organizaci6n Internacional del Trabajo (OIT) Tambiell se ocup6 de los j6venes para dar forma al nuevo impulso de reli Este archivo fue descargado de https://filadd.com giosidad que se manifestaba en las concurridas peregrinaciones a pie a Lu- lidad que la ya escasa de los partidos que la integraban, anquilosado-s y BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C jatl y llenar el lugar dejado vacante por la generaci6n anterior de activistas. Las preocupacionespar las cuestiones morales o por la familia se extendfan hacia los derechos individuales y la politica: el docu ment □ Iglesia y comu nidad nacional de 1981, aftrm.6 los principios republicanos, indic6 la op ci.6n de la Iglesia par la democracia, su apartamiento del regimen militar y su vinculaci6n con las crecientes redamos de la sociedad. El mas notable de ellos fue el de Ios derechos humanos. En media de lo mas terrible de la represi6n, un grupo de madres de desaparecidos -forma eufemfstica con que se denominaba a las victim.as del terrorism □ OM 260 FI de Estado- empez6 a reunirse todas las semanas en la Plaza de Mayo. Marchaban con la cabeza cubierta par un pafiuelo blanc□, reclamando por la aparici6n de sus hijos. Combinando lo dolorosamente testimonial con lo etico, en nombre de principios que las militares no podian cues tionar ni englobar en la "subversi6n", atacaron el centro mismo del dis curso represivo y empezaron a conmover la indiferencia de la sociedad. En forma gradual, las Madres de Plaza de Mayo -victimas ellas mismas de la represi6n- se convirtieron en 1a referenda de un movimiento cada vez mas amplio de asociaciones defensoras de los derechos humanos y fueron instalando una discusi6n pUblica, fortalecida desde el exterior por Ia prensa, los gobiernos y las organizaciones civiles. Desde fines de 1981, Ios militares se vieron obligados a dar alguna respuesta. Aunque en ge neral coinckUeron en que la cuesti6n debia darse por concluida, mostra ron diferenci.as y contradicciones que agudizaron sus anteriores disensio nes y ampliaron un poco mas la brecha por la que la opini6n pllblica, largamente acallada, comenzaba a reaparecer. Este clima empez6 a insuflar algo de vida a los partidos politicos. La veda politica, :impuesta en 1976, congel6 la actividad partidaria y a la vez prorrog6 a las dirigencias que, carentes de impulsos vitales, tuvieron una actitud escasamente cr(tica. La prohibici6n politica tennin6 de hecho en 1981. Los dispersos grupos de derecha fueron convocados para constituir una fuerza politica oficialista par el propio gobiemo, que ensay6 su aper tura politica, mientras peronistas y radicales entablaban conversaciones con otros partidos menores que culminaron, a mediados de 1981, con la constituci6n de la Multipartidaria. Esta organizaci6n no teni'a mayor Este archivo fuevita descargado de https://filadd.com eventual y lejana transici6n, pero no logr6 organizar ningl'.i.n apoyo consistente, ni tampoco atenuar la crisis econ6- mica. Lo hostigaban los sectores que habian rodeado a Martinez de Hoz, y 261 LA DD .C poco representativos. Ricardo Balbin, el veterano politico radical que anim6 este intento, muri6 en 1981 -su entierro convoc6 la primera gran manifes taci6n callejera de esos afios-, poniendo mas en evidencia la vacancia de direcci6n politica. Los partidos se comprometian a no colaborar con el go bierno en una salida electoral condici.onada ni. a aceptar una democracia sometida a la tutela militar. Se trataba de un acuerdo minimo. Pero tam bien ellos, progresivamente, fueron elevando su tono, se reclamaron los Unicos depositarios de la legitimidad politica e incorporaron las protestas de empresarios y sindicalistas o las vinculadas con los derechos humanos, aunque cuidando dejar abierta la puerta para una salida concertada. Junto con las otras voces sindicalistas, empresarios, estudiantes, religiosos, inte lectuales, y sabre todo defensores de derechos humanos- fueron formando un coro que, a principios de 1982, era diffcil de ignorar. OM ELPROCESO, 1976-1983 LA GUERRA DE MALVINAS Y LA CRISIS DEL REGIMEN MILITAR FI Desde 1980, los dirigentes del Proceso discutian la cuesti6n de Ia salida politica. Les preocupaba la crisis econ6mica, el aislamiento, la adversa opi ni6n internacional -en la que pesaban cad.a vez mas los reclamos por los derechos humanos, que el gobierno intentaba minimizar tachii.ndolos de ,ampafia antiargentina"- y, sobre todo, los enfrentamientos intestinos, que a la vez dificultaban los acuerdos necesarios para la salida buscada. Las disidencias se manifestaron publicamente con la designaci6n de Viola -a la que se opuso la Marina-, se agudi.zaron en el largo periodo que me di6 hasta su asunci6n, en marzo de 1981, y maduraron cuando fue evi dente la decisi6n del nuevo presidente de modificar el rumba de la poli tica econ6mica. Viola procur6 aliviar la situaci6n de los empresarios locales, golpeados por la crisis financiera y la violenta devaluaci6n de Ia moneda, y a la vez trat6 de concertar la politica econ6mica, incorporandolos al gabinete. Tom6 contacto con distintos politicos -las "amigos del Proceso- y discuti6 con ellos las altemativas para fue unadescargado de https://filadd.com Este archivo 262 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ELPROCESO, 1976-1983 distintos grupos militares lo acusaban de falta de finneza en la conduc tras el gobiemo argentino se acerc6 a las habitantes de las islas y les sumi nistr6 distintos servicios educativos y sanitarios. En el pais existia un re clamo uililllime en su fondo, aunque no en las form.as y en los medios para lograrlo. Desde Ia perspectiva de las militares, una acci6n militar para lo que llamaban "recuperar las islas" permitirfa unificar a las Fuerzas OM Arma das tras un objetivo comlln y ganar, de un golpe, la cuestionada Iegitimi dad ante una sociedad visiblemente disconforme. Una acci6n militar tendria una segunda ventaja; encontrar una salida LA DD .C ci6n. A fines de 1981, una enfermedad de Viola dio la ocasi6n para su des plazamiento y reemplazo par el general Leopoldo Fortunato Galtieri, quien retuvo su cargo de comandante en jefe del Eje!'cito, modificando asi la preCaria institucionalidad que las rnismos jefes militares habian establecido. Galtieri se present6 coma el salvador del Proceso, el dirigente vigoroso capaz de conducirlo a un final victorioso. En su reciente estancia en Esta dos Unidos habia sido asiduamente cultivado por miembros de Ia adrninis traci6n de Ronald Reagan. Galtieri se manifest6 dispuesto a alinear al pais con Estados Unidos y a apoyarlo en la guerra encubierta que libraba en America Central. El pais contribuy6 par entonces con asesores y arm.amen tos y obtuvo de Estados Unidos, junta con una ctilida adhesi6n personal a Galtieri, el levantamiento de las sanciones que la administraci6n de Carter habia impuesto al pais por las violaciones a los derechos humanos. Proba blemente fue entonces cuando Galtieri concibi6 su destino de conductor de la Argentina hacia el mundo de las grandes potencias, protegido por su poderoso aliado. Designado presidente, Galtieri se 1anz6 a la politica activa e intent6 annar un movimiento en el que los "amigos politicos" sustentaran su propio lide razgo, mientras anunciaba vagamente una futura institudonalizaci6n.Su mi nistro de Economfa, Roberto Alemann, se rode6 del equipo de Martinez de Hoz y retom6 a la senda inicial, defmiendo sus prioridades: "la desinflad6n [sic], la desregulaci6n y la desestatizaci6n". En Io inmediato, la recesi6n se agudiz6, y con ella las protestas de sindicatos y empresarios; para el largo plaza, anunci6 un plan de privatizaciones, particularmente del subsuelo, que suscit6 oposici6n incluso en sectores del gobierno. Asf, el impetu de Galtieri choc6 pronto con resistencias cada vez mils enconadas y altisonan tes, y hasta con movilizaciones callejeras, coma la lanzada por la cGT el 30 de marzo de 1982. Fue en ese contexto cuando se concibi6 y1anz6 el plan de ocupar las islas Malvinas, que aparecia coma la soluci6n para los muchos problemas del gobierno. La Argentina reclamaba infructuosamente a Inglaterra esas islas desde 1833, cuando fueron ocupadas por los britanicos. En 1965, las Naciones Unidas habian dispuesto que ambos paises debian negociar SUS diferencias. Los britanicos hicieron poco para avanzar en ese sentido, mien- al atolladero que habia creado la cuesti6n con Chile por e1 canal del Bea gle. En 1971, los presidentes Alejandro Lanusse y Salvador Allende habian acordado someter a arbitraje la cuesti6n de la posesi6n de tres islotes que dominan el paso por aquel canal, que une los oceanos Atlalltico y Pacifico. En 1977, el laudo arbitral los otorg6 a Chile, y el gobierno argentino lo re chaz6. En 1978, ambos pafses parecian dispuestos a dirimir la cuesti6n par las annas cuando, casi en el Ultimo minuto, decidieron aceptar la media ci6n del Papa, por intermedio del cardenal Antonio Samore. A fines de 1980, el Vaticano comunic6 reservadamente su propuesta, que en lo sus tantivo mantenfa lo establecido en e1 laudo, y el gobiemo argentino -im posibilitado tanto de rechazarla coma de aceptarlaopt6 por dilatar la res puesta y retomar la situaci6n de activa hostilidad con Chile. Por entonces habia cobrado fonna definida entre los militares y sus amigos una corriente de opini6n behcista, que arraigaba en una veta del nacionalismo argentino y se alimentaba con vigorosos sentimientos chau vinistas. Diversas fantasias largamente acufiadas en el imaginario de la sociedad -la "patria grande , los "despojos" de los que el pais habia sido vfctima- se sumaban a la nueva fantasia de "entrar en el Primer Mundo" mediante una politica exterior "fuerte". Toda ello se surnaba al ya tradicio nal mesiani.smo militar y a la ingenuidad de sus estrategas, ignorantes de las datos b.isicos de la politica :intemacional La agresi6n a Chile, b1o queada par la mediaci6n papal, fue desplazada hacia Gran Bretaiia, el tradicional imperio, que se suponia viejo y achacoso. Ya en 1977, la Marina habia planteado la propuesta de ocupar las islas, vetada par Videla y par Viola, que retom6 apenas Galtieri asumi6 la presidencia. La idea era senci lla y atractiva. Luego del golpe de mano, que presentaba pocas dificultades, se contaba con el apoyo estadounidense y Ia reluctante Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI 263 FI LA DD .C OM reacci6n de Gran Este archivo fue descargado de https://filadd.com 264 BREVE IDSTORIA CONTEMPORANEA DE IA ARGENTINA Bretana, que fmalmente admitirfa la ocupaci6n, a cambio de todas las con cesiones y compensaciones necesarias. En ninguna de las hip6tesis entraba Ia posibilidad de una guerra. El 2 de abril de 1982, las Fuerzas Armadas desembarcaron y ocuparon las Malvinas, luego de veneer la debil resistencia de las escasas tropas bri tanicas. El hecho, sorprendente para casi todos, suscit6 un amplio apoyo: ELPROCESO, 1976-1983 265 FI LA DD .C OM La reacci6n fue sorprendentemente dura en Gran Bretana, donde la prim.era ministra Margaret 1hatcher se propuso sacar rE:ditos politicos de una victoria militar. De inmediato se alist6 una fuerza naval de importan cia, que incluia dos portaaviones; el 17 de abril la Fuerza de Tareas se ha bia reunido en la isla Ascensi6n, en el Atlalltico, e iniciaba su marcha hacia las Malvinas. Gran Bretana obtuvo rcipidamente la solidaridad de la Comu la gente se reuni6 espont.ineamente en la Plaza de Mayo, y volvi6 a ha nidad Europea y el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Uni cerlo, en forma multitudinaria, alli y en las capitales provinciales, cuando das, que declar6 a la Argentina naci6n agresara y exigi6 el retiro de las fue convocada, una semana despues, en ocasi6n de la visita del secretario tropas. Este paderoso bloque apenas era contrapesado por el latinoameri de Estado estadounidense Alexander Haig. Ese dia, el presidente Galtieri cana -con excepd6n de Chile, que colabor6 con los britanicos-, amplia tuvo la satisfacci.6n de arengar a la multitud desde el "hist6rico balc6n" de mente solidario en lo declarativo pero de poco peso militar; a eso podia Per6n. Todas las instituciones de la sociedad -colectividades extranjeras, sumarse una distante simpatia de la Uni6n Sovietica y una actitud equidis clubes deportivos, asociaciones culturales, sindicatos, partidos politicos tante y mediadora del gobiemo estadounidense. manifestaron su adhesi6n sin reserva. Los dirigentes politicos viajaron, Sin respaldos consistentes, e ignorando sus reglas, el gobiemo militar junto con los jefes roilitares, para asistir a la asunci6n del nuevo goberna se lanz6 al juego grande del Primer Mundo. Suponian que, luego del dor militar de las islas, general Mario Benjamin Menendez, y a la hecho consumado, la cuesti6n se resolveria por media de una negaciaci6n, imposici6n de su nuevo nombre -Puerto Argentina- a su capital, llamada de modo que la reacci6n inglesa result6 inesperada. Estados Unidos, par hasta entonces Puerto Stanley. Los dirigentes de la CGT, que habfan sido me dia del secretario de Estado Haig, trat6 de encontrar una salida fuertemente reprinridos apenas tres dias atras, trataron de diferenciar su negociada y una f6rmula transaccional. El gobierno estuvo dispuesto a adhesi6n a la acci6n de un eventual apoyo al gobierno, pero esta distin aceptar distin tas condiciones, siempre que Gran Bretafia se ci6n no era facil de explicar. El gobierno militar habia obtenido una cabal comprometiera a reconocer, a plazo fijo, la soberanfa argentina sabre las victoria politica al identificarse con una reivindicaci6n de la sociedad islas, lo que era inaceptable para los britinicos. El gobierno militar arraigada en un profundo sentimiento, alimentado por una tradici6n na tampaco podia resignar lo que ha bia proclamada coma su objetivo cionalista y antiimperialista, que resurgi6 con vigor. Tambien habia fundamental. S6lo asi la aperaci6n padia ser presentada coma una victoria captado las formas pueriles y superficiales en que esos sentimientos se ante la sociedad y ante Ia multitud que se reunirfa en la plaza, cuya magia manifestaban, el torpe chauvinismo con que se mezclaba, asf coma el facil ya habian experimentado los militares. En las tE:rminos que etlos mismos triunfalismo y el belicisma acritico -fue sarprendente que en la prilctica habian planteado, cualquier atro resul tado equivalia a una derrota. Asi, los nadie discutiera la licitud de las medias-, revelador de una desintegraci6n gobernantes argentinos quedaron apresados par la movilizaci6n patri6tica de canvicciones paliticas que otrora habfan sido mas s6Hdas y prafundas. que habian lanzado, y los mas prudentes debieron ceder ante las voces de La saciedad que habia festejado el triunfo argentina en el Campeonato los mas exaltados. Mundial de FUtbol ahora se alegraba de haber ganado una batalla, y con El gobiemo argentino fue victima de un aislamiento diplamiltico cre la misma inconsciencia se disponia a avanzar, si era necesario, hacia una ciente, agravado por los antiguos reclamos sabre violaciones a los guerra. Si triunfaban, los militares habrian saldado sus deudas con la so derechos humanos, pues en el exterior se argument6 que su triunfo ciedad, al solo precio de conceder una cierta libertad para que se sign.tficaria con validar todo su desempefto anterior. De nada sirvi6 el expresaran voces no regimentadas. envio al exterior, para explicar la posici6n argentina, de empresari.os, Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM sindicalistas y politicos, quienes utilizaron la tribuna para seftalar sus criticas al gobiema. Tambien Este archivo fue descargado de https://filadd.com 266 EL PROCESO, 1976-1983 BREVE msrORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C pero de una manera amplia y general, que no implic6 un compromiso militar. Luego de un mes de intentar convencer a la Junta Mihtar, y en mementos en que empezaba el ataque britanico a las islas, Estados Uni dos abandon6 su mediaci6n; el Senado vot6 sanciones econ6micas a la Argentina y ofreci6 apoyo a Gran Bretafta Cada vez mas solo, el gobierno argentino busc6 aliados imposibles -los pafses del Tercer Mundo, la Uni6n Sovietica y hasta Cuba- que lo alejaban definitivamente de la ilu si6n de entrar al Primer Mundo. Mientras tanto, la batalla militar se acercaba de manera inexorable. En las Ultimas dias de abril la Fuerza de Tareas britanica, que habia OM diintent6 presionar a Estados Unidos a traves de la Organizaci6n de Estados Americanos (oEA). Los miembros mantuvieron su respaldo a la Argentina, llegado a la zona de Malvinas, recuper6 las islas Georgias. El 1 de mayo, comenzaron los ataques aereos a las Malvinas, y al dia siguiente Wl sub marina britanico hundi6 el crucero argentlno General Belgratw, ubicado lejos de la lfnea de batalla, con lo que la flota argentina opt6 por alejarse definitivamente del frente de guerra. Sigui6 luego un largo combate aeronaval: la aviaci6n argentina caus6 importantes daiios a la flota britanica, pero no logr6 impeclir que las islas quedaran aisladas del ten:itorio conti nental. En ellas, los jefes militares habian ubicado cerca de diez mil solda FI dos, en su mayoria bisofios -por alglln motivo, se prefiri6 destinar a Ia tropa mas entrenada a la frontera con Chile-, escasos de abastecimientos, sin equipos ni medias de movilidad, y sabre todo sin planes, salvo resistir. En Buenos Aires, se softaba con una resistenda heroica y con alglln cam bio en el mundo. En las islas, en cambio, sometidas a un demoledor ataque de artilleria y aviones, las dudas fueron trocalldose en desm.oralizaci6n. Un cambio similar se dio en la opini6n pU.blica, demorado en parte por la total manipulaci6n de las informaciones, que llegaban a un pllblico dis puesto a creer que la Argentina estaba ganando la guerra. En media del clima triunfalista empezaron a aparecer voces criticas: algunos reclamaban contra el alineamiento con regfmenes comunistas; otros exi.gian profundi zar Ios aspectos antiimperialistas del conllicto y atacar a las representantes locales de los agresores. En las actos de la CGT por el 1° de Mayo, volvieron a alzarse las voces agrias, mientras que dentro del radicalismo, cu.ya con Este archivo fueque descargado de https://filadd.com ducci6n oficial habia apoyado la politica de guerra, Raul Alfonsin, 267 OM LA DD .C rigia el sector opositor, propuso la constituci6n de un gobierno civil de transici6n, que encabezaria el expresidente Illia Asi, entre protestas cre cientes por la falta de informaci6n, el tema del pafs luego de la guerra se instal6 en la opini6n pUblica, y reafum6 a los militares en su convicci6n inicial: no habia otra salida que la victoria. El 24 de mayo, los ingleses desembarcaron y establecieron una cabe cera de puente en San Carlos. El 29 se libr6 un combate importante en el Prado de1 Ganso, donde varios cientos de argentinos se rindieron El 10 de junio, Galtieri pudo dirigirse por Ultima vez a la gente reunida en la Plaza de Mayo, y dos dias despues lleg6 el papa Juan Pablo II, quiza para prepa rar los animos ante la inminente den:ota. Antes de que finalizara su breve estadia, comenz6 el ataque fmal a Puerto Argentina, donde se habia atrin cherado la masa de las tropas. La desbandada fue rilpida y la rendici6n, prActicamente incondicional, se produjo el 14 de junio, 74 dias despues de iniciado el conflicto, que dej6 mas de 700 muertos o desaparecidos y casi 1.300 heridos. Los gobemantes convocaron al dia siguiente al pueblo a la Plaza de Mayo, s61o para reprimir en forma extremadamente violenta a aquellos que, convencidos por los medios de difusi6n de que la victoria estaba cercana, no podian ni entender ni admitir la rendici6n Por enton ces, los generales exigian a Galtieri su renuncia. LA VUELTA DE LA DEMOCRACIA FI La derrota agudiz6 la crisis del regimen militar e hizo pU.blicos los conllic tos hasta entonces disimulados. La cuesti6n de la responsabihdad de la derrota -que cad.a uno atribuia a las otros- se resolvi6 finalmente, luego de una investigaci6n a cargo de prestigiosos jefes retirados. Se culp6 a la Junta Militar, cuyos miembros fueron luego enjuiciados y condenados. En lo inmediato, en media de un conllicto entre las tres fuerzas, fue designado presidente el general Reynaldo Bignone, quien logr6 un consenso minimo de las fuerzas politicas para un programa de institucionalizaci6n, sin pla zas precisos. El gobiemo se proponia negociar la salida electoral y asegurar que su retirada no seria un desbande. Se intent6 lograr el acuerdo de los partidos Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA para una serie de cuestiones, futuras y pasadas: la politica econ6mica, la presencia institucional de las Fuerzas Armadas en el nuevo gobiemo y, sa bre todo, una garantia de que no se investigarian ni las actos de corrupci6n ni las responsabilidades en lo que empezaban a llamar la uguerra sucia". La 269 de activismo, mas laxa y menos facciosa que las traclicionales, que no inhi bia otras pertenencias. Las marchas de los jueves, con escasa concurrencia en los a:fios duros de la represi6n, se convirtieron luego de la guerra de Malvinas en nutridas "marchas por la vida", otro acierta discu sivo que identl.fic6 al enemigo con la muerte. Las organizaciones de derechos hu manos no s6lo instalaron Ia cuesti6n de las desaparecidos y el reclam.o de justicia. Impusieron a toda la pr8.ctica polftica una dimensi6n etica, un sen tido del compromiso y una valoraci6n de las acuerdos b8.sicos de la sacie dad por encima de las afiliaciones partidarias que, en el contexto de las experiencias anteriores, era verdaderamente original A medida que la represi6n retrocedia, empezaron a aparecer nuevos protagonistas sociales, junta con otros que habian sobrevivido ocult.'in dose. La crisis econ6mica gener6 motivos movilizadores: impuestos, in dexaci6n, suba de al.quileres, deudas impagas dejadas por una quiebra banca:ria; quienes reclamaron cuestionaban tanto la politica econ6:mica como la clausura de lo pU.blico. En otros casos fue tado un fragmento de sociedad -un barrio, un pueblo- el que se organiz6 para reclamar -a veces con violencia, como en los "vecinazos del Gran Buenos Aires a fines de 1982-, asi coma para buscar solidariamente soluciones al margen de las autaridades: cooperativas, asociaciones de fomento o ligas de amas de casa eran la respuesta a un Estado cuya crisis se hacia visible. El nuevo acti vismo social se manifest6 en las campos mas diversos. Los grupos cultura les, coma Teatro Abierto, que desde 1980 mostr6 la vitalidad de una pr.'ic tica cultural convertida en acci6n politica suced.inea. Lo mismo LA DD .C propuesta de las militares fue rechazada por la op:ini6n pUblica y par los partidos, que convocaron poco despues a una marcha civil en defensa de 1a democracia. La asistencia fue masiva y, casi de inmediato, el gobierno fij6 la fecha de elecciones para fines de 1983. Pero no dej6 de intentar ce rrar el debate: un documento sabre las desaparecidos declar6 que no habia sobrevivientes y que todos habian caido combatiendo; una ley estableci6 una autoamnistia, eximielldolos de cualquier eventual acusaci6n. Quiz.i la mayoria de la dirigencia politica se hubiera avenido a un acuerdo que implicara correr un tel6n sabre el pasado y asegurar una transformaci6n no traulllatica del fegimen militar en otro civil. Pero lo im ELPROCESO, 1976-1983 OM 268 FI pidi6 tanto Ia movilizaci6n cada vez mas intensa de la sociedad como la propia debilidad de las Fuerzas Armadas, corroidas por sus conflictos inter nos. El gobierno era incapaz de controlar el aparato represivo, que cobr6 algunas nuevas vfctimas, registradas con horror por la sociedad sensibili zada. Tampoco pod.fan tomar compromisos, porque de hecho las Fuerzas Armadas habfan entrado en estado deliberativo. Los militares debian en frentarse con la evidencia de su fracaso coma administradores de un pais desquiciado y como conductores de una guerra absurda. Deb:fan contem plar a sus antiguos aliadas -los empresarios, la Iglesia, Estados Unidos-, ganados par la nueva fe demacriitica, o a los otrora disciplinados jueces llevando a juicio a oficiales acusados de corrupci6n. Sabre todo, ocurri6 con las j6venes que animaban grupos en las parroquias, los que debian enfrentarse con una sociedad que asistia al show del horror y se nutrian las enteraba de la existencia de vastos enterramientos de personas multitudinarias peregrinaciones a Lujan o las gigantescos recitales de rock desconocidas, de centros clandestinos de detenci6n, de denuncias nacianal, que a su manera tambien resultaban actos politicos. El activismo realizadas par exagentes; en sum.a, de una historia siniestra, de la que renaci6 en las universidades, reclamando contra las cupos de ingreso o el hasta entonces pocos habian querido saber. arancelamiento, yen las fabricas, donde empezaron a reconstituirse las co Despues de un largo letargo, la sociedad despertaba, y encontraban misiones internas y la participaci6n sindical. nueva resonancia voces hasta entonces poco escuchadas, coma la de los La sociedad experimentaba una nueva primavera: el ene:migo coml.ln, militantes de las organizaciones defensoras de los derechos humanos y alga menos peligroso pero aUil temible, estimulaba Ia solidaridad y alen muy especialmente las de las .Madres de Plaza de Mayo. Su incontrastable taba una organizaci6n y una acci6n de la que se esperaban resultados con manera de desafiar el pod.er militar se combinaba con una form.a original cretos. Nuevamente, los conflictos de la reahdad aparedan transparentes, Este archivo fue descargado de https://filadd.com y la soluci6n de los problemas era posible si los hombres y las mujeres de BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA buena voluntad se organizaban en una fuerza consistente. Pero a diferen da de la anterior primavera, a fmes de los aiios sesenta, no s6lo habfa un repudio total de la violencia o de cualquier forma velada de guerra, sino tambien una confianza menor en la posibilidad de encontrar una gran so luci6n, Unica, radical y definitiva. Tambien era menor la seguridad de que perteneda a alguno de ellos. Las OM 270 FI LA DD .C el amplio conjunto de demandas planteadas definiera un gran protago nista, un actor Unico de la gesta, coma lo habia sido, por nmcho tiempo, el "pueblo peronista". En esa diversidad se nutri6 la nueva democracia, plura lista y consensual. Parte de este nuevo espiritu vino de la movilizaci6n sindical, que fue intensa: los sindicalistas sacaron a la gente a la calle para reclamar contra la crisis econ6mica yen favor de la democracia. A lo largo de 1982 y 1983, hubo una serie de paros generales y abundantes huelgas parciales, en las que se destacaron, por su nueva y aguerrida militancia, los gremios estata les. Pero los sindicalistas pusieron sus mejores esfuerzos en la recupera ci6n del control de los sindicatos intervenidos, la unormalizaci6n que ne gociaron con el gobiemo combinando la presi6n y el acuerdo. Las distinta.s fracciones coincidieron en este objetivo. Su acci6n movilizadora fue per diendo especificidad y confluy6 en la lucha mas general por aquello que concentraba las mayores ilusiones: la recuperaci6n de la democracia. La democracia fue en primer lugar una ilusi6n: la tierra prometida, que seria alcanzada sin esfuerzo par una sociedad cuyos integrantes, en su ma yorfa, muy poco antes, adherian a los terminos y las opciones planteados por los militares. Luego del d.oble sacud6n de la crisis econ6mica y la de rrota militar, la democracia aparecia como la llave para superar desencuen tros y frustraciones; seria una f6rmula de convivencia politica y tambiell la soluci6n de cada uno de los problemas concretos. Varlas decadas sin una prictica real hacfan necesario un nuevo aprendizaje de las reglas del juego, y tambien de sus valores y principios mas generales, de 1a democracia y tambien de la repliblica. Ese conocimiento vago y aproximativo, que su brayaba mas los derechos que Ios deberes, facilit6 que se encabalgaran en la nueva ilusi6n quienes nunca habfan crefdo en ella. Pero se la aprendi6 con intensidad y se la puso en prcictica pronto. La afiliaci6n a los partidos politicos -luego de que el gobierno levant6 archivo fue descargado de https://filadd.com definitivamente Ia veda- fue tan masiva que uno deEste cad.a tres electores FI LA DD .C movilizaciones en defensa de la democracia recordaron por SU mlmero a las de diez a.ii.as atras, pero, a diferencia de aquellas, no eran ni fiestas ni ejercicios para la toma del pod.er, sino la expresi6n de una voluntad colec tiva: mostrarse y reconocerse como integrantes de la civilidad. Esa diferen da se expres6 tarnbiell en los lugares de concentraci6n elegi.dos: junta con la tradicional Plaza de Mayo, estuvo el Cabildo o Ios Tribunales, lo que in dicaba el papel central que se esperaba de la Justicia. La afiliad6n masiva transform6 a los partidos politicos. Hubo un am plio deseo de participaci6n y se animaron los comites o las unidades ba5i cas. Tambiell se renovaron los cuadros dirigentes, y se incorporaron quie nes venfan de militar en organizaciones juveniles o estudiantiles, coma en el caso de la Coordinadora radical, asf coma muchos intelectuales, que re novaron los temas de la discusi6n. Los viejos cuadros dirigentes se vieron desafiados por otros que desde las mirgenes habfan planteado posiciones discrepantes, de modo que la renovaci6n fue amplia e integral. Las transformaciones del peronismo fueron notables, pues el viejo mo vimiento, siempre en tensi6n con la democracia, empez6 a convertirse en un aceptable partido. La cuesti6n del verticalismo qued6 postergada -Isa bel Per6n s6lo habfa ocupado simb6licamente la presidencia-, y el partido combin6 la organizaci6n territorial con la sindical. Timidamente, aparecie ron las formas participativas y los ternas democrciticos, que nunca habfan sido el fuerte del movimiento. Pero la renovaci6n mas sustantiva fue lenta. Los viejos caudillos provinciales compartieron las decisiones con el meta hlrgico Lorenzo Miguel, jefe de las 62 Organizaciones, y Herminia Iglesias, un sindicalista de trayectoria poco dara, fue candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. El candidato a presidente fue ftalo Luder, un jurista de prestigio, que no pudo disipat la desconfianza suscitada por el peronismo en sectores importantes de la sociedad. El radicalismo se renov6 por impulso _de RaUI Alionsin, que en 1972 habia creado el Movimiento de Renovaci6n y Cambia para disputarle el liderazgo a Ricardo Balbin. Durante el Proceso se distingui6 del resto de las politicos, pues critic6 a las mili.tares con mucha energia, asumi6 la defensa de detenidos politicos y el redamo por los desapareddos y evit6 envol verse en la euforia de la guerra de Malvinas. Desde el fin de la guerra, su ascenso fue vertiginoso y en la puja intema le permiti6 derrotar a los he- OM 271 EL PROCESO, 1976-1983 Este archivo fue descargado de https://filadd.com mi 272 poll- BREVE HISTORIA CONJ'EMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM rederos de Balbin. Rizo de la democracia su bandera, y la combin6 con un conjunto de propuestas de modernizaci6n de la sociedad y el Estado, una reivindicaci6n de los aspectos etlcos de Ia polftica y un discurso ganador, muy distinto del tradicional discurso radical, que atrajeron al partido a una masa de afiliados y simpatizantes. Radicales y peronistas cosecharon amplios apoyos y dejaron poco es pacio para otros partidos. A la derecha, como siempre, fue dificil unificar las fuerzas. Muchas de ellas habian militado entre los "amigos del Proceso. El ingeniero Alsogaray fund6 la Uni6n del Centro Democr.itico y predic6 el liberalismo econ6mico ortodoxo, pero sus mejores frutos vendrian aftos despues. A Ia izquierda, el Partido Intransigente logr6 reunir un amplio y heterogeneo espectro de simpatizantes, que, aunque compartian muchas de sus propuestas, eran read.as al dirigente radical Alimentados por la movilizaci6n de la sociedad y por esta segunda y apacible prtmavera de los pueblos, los partidos, sin embargo, tuvieron dill cultades para dar completa cabida a las mU.Itiples demandas y no Ilegaron a constituir plenamente un espacio de negociaci6n de Ios intereses. Las or ganizaciones de derechos humanos fueron cada vez mas intransigentes en un redamo -la aparici6n con vida y el juicio y castigo a Ios responsables que las partidos intentaban traducir en t€rminos aceptables para el juego politico. La misma dificuitad se manifest6 respecto de los intereses sociales mas estructurados, como los sindicales o 1os empresarios, que prefirieron canalizar sus demandas por los cauces corporativos tradicionales. No era un problema inquietante por entonces, pues en la sociedad se manifestaba una entusiasta adhesi6n a una democracia que entendfa coma Ia primacia de la civilidad. Las fonnas de hacer polftica del pasado reciente -la intransigencia de las facci.ones, la subordinaci6n de las medias a los fi nes, la exclusi6n deI adversario, el conflicto entendido coma guerra- dejaban paso a otras en las que se afirmaba el pluralismo, el respeto de las formas institucionales y una subordinaci6n de la prclctica polftica a la etica. Cele brando Ia novedad -en ri.gor,.el pais nunca habia conoci.do una democtacia institucional de este tipo-, se valor6 y hasta sobrevalor6 la eficacia de este instrumento. Para cuidarlo, nutrirlo y fortalecerlo, se puso sabre todo el acento en el consenso alrededor de las reglas yen la acci6n conjunta para la defensa del sistema. Se posterg6 una dimensi6n esencial de la practica Este archivo fue descargado de https://filadd.com 273 FI LA DD .C tica: la discusi6n de program.as y opciones, que necesariamente imphcan conflictos, ganadores y perdedores, y se confi6 s6lo en et pod.er de 1a civili dad unida. Esta combinaci6n de la valoraci6n de la civilidad con un fuerte voluntarismo deriv6 en un ci.erto facilismo, en una especie de democracia boba , aseptic.a y conformista. Los problem.as se verian mas adelante. Por el momento, la civilidad vi vi6 plenamente su ilusi6n, y acompafi.6 al candidato que mejor capt6 ese estado de clnimo colectivo. El peronismo encar6 su campafia con mucho del viejo estilo, convocando a la liberaci6n contra Ia dependencia, apel6 a lo peor de su folclore politico y pag6 Ios costos. RaUl .Alfonsin, en cambio, recurri.6 en primer lugar a la Constituci6n, cuyo Preatllbulo -seguramente escuchado por primera vez por muchos de sus j6venes adherentes- era un rezo laico". Agreg6 una apelaci6n a la transformaci6n de la sociedad, que definia coma moderna, laic.a, justa y colaborativa. Estigmatiz6 al regimen militar, asegur6 que se haria justicia con las responsables y denunci.6 un espurio pacto de impunidad entre militares y sindicalistas. Sohre todo ase gur6 que la democracia no s6lo podia resolver los problemas de largo plaza -las cincuenta afios de decadencia-, sino tambien satisfacer la masa de de mand.as acumuladas y prestas a plantearse. La mayor(a de la sociedad le crey6, y el radicalismo, con mAs de la mitad de Ios votos, super6 holgada mente al peronismo, que par primera vez en su historia perdia una elec ci6n nacional. Una alegrfa profunda y sustantiva, aunque un poco incons ciente, envo1vi6 a sus seguidores y en alguna medida a toda Ia civilidad, que por un momento olvid6 cuantos problem.as quedaban pendientes y que poco margen de maniobra tenfa el nuevo gobiemo. OM ELPROCESO, 1976-1983 Este archivo fue descargado de https://filadd.com OM LA DD .C VIII. El impulso y sufreno, 1983-1989 LA ILUSI6N DEMOCRATICA El nuevo presidente, Ralll Alfonsin, asumi6 el 10 de diciembre de 1983 y con voc6 a una concentraci6n en la Plaza de Mayo; para marcar las FI continuida des y las rupturas con la tradici6n politica anterior, desech6 los "hist6ricos balcones" de la Casa Rosada y eligi.6 los del Cabildo. Como en 1916, la mul titud que se volc6 a las call.es sentfa que la civilidad habia akanzado el poder. Pronto se puso de relieve no SOio la capacidad de resistencia de las enemigos juzgados vencidos, sino la dificultad para satisfacer el conjunto de demandas de todo tipo que la sociedad habia venido acumulando y que esperaba ver resueltas de inmediato, quiz.i porque a la clasica imagen del Estado provi dente se sumaba la convicci6n -alimentada por el candidato triunfante- de que el retorno a la democracia suponia la soluci6n de todos los problemas. Pero estos subsistfan, y sabre todo los econ6micos, aunque en la cam pafia electoral se hablo poco de ellos. Mils all.i de sus problemas de fondo, la economfa se encontraba desde 1981 en estado de desgobiemo y casi de caos: inflad6n desatada, deuda extema multiplicada y con fuertes vend mientos inmediatos, y un Estado carente de recursos, sin posibilidad de atender a Ios variados reclamos de la sociedad, desde Ia educaci6n o la sa lud hasta los de caracter salarial de sus propios empleados, y aun con una fuerte limitad6n en su capacidad para dirigir la crisis. Esa incertidumbre acerca de la capacidad del gobiemo democr.itico Este archivo fue descargado de https://filadd.com se extend.fa a los otros campos, donde los poderes corporativos -los mili- propuesta 276 BREVE HISlORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM tares, la Iglesia, los empresarios, los sindicatos- habian demostrado tener una enorme fuerza. Pero casi todos ellos habfan quedado comprometidos con el regi.m.en cafdo, o salpicados por su derrumbe, y se encontraban a la defensiva. Sus viejas solidaridades estaban rotas y faltaba un centro politico que articulara sus voces, de modo que debieron mantenerse a la expectativa, suma!ldose al coro de alabanzas a la democracia restaurada y rindiendo homenaje al nuevo poder democriitico. El adversario politico principal del radicalism.a gobemante, el peronismo, vivia una fuerte crisis interna, latente desde antes de la elecci6n pero agudizada luego de lo que fue su primera derrota en una elecci6n presidencial. Mientras el sin dicalismo peronista se separaba de la conducci6n partidaria y ensayaba su propia estrategia para enfrentar los embates del gobierno, el pero nismo politico busc6 sin exito definir su per:fil, atacandolo desde la dere cha o desde la izquierda, o desde ambos lados a la vez, como lo hacia el senador Vicente Saadi. El poder que adnrinistraba el presidente Alfonsin era, a la vez, grande Y escaso. El radicalismo habia akanzado una proporci6n de votos s6lo comparable con los grandes triunfos plebiscitarios de Yrigoyen o Per6n, y tenia mayoria en la Camara de Diputados, pero habia perdido en el interior tradicional y no controlaba la mayoria <lei Senado. Si el Iiderazgo de Alfon s:f.n en su partido era fuerte, la Uni6n Cfvica Radical (ucR) constituia una fuerza no demasiado homogenea, donde se discutieron y hasta se obstacu lizaron muchas de las iniciativas del presidente, quien prefiri6 rodearse de un grupo de intelectuales y tecnicos recientemente acercados a la vida po- litica, y de un grupo radical juvenil, la Coordinadora, que avanz6 con fuerza en el manejo del partido y del gobierno. Fuerte en la escena politica, el radicalismo no tenfa, en cambio -mas alla de las adhesiones que inicial mente cosecha todo triunfador-, muchos apoyos consistentes en el Ambito de los poderes corporativos, un territori.o donde sus adversarios peronistas se movian en cambio con toda fluidez. El Estado -que debia librar sus combates contra esos poderes y al que el gobiemo no controlaba por com pleto- carecfa de eficiencia y aun de credibilidad para la sociedad. Pero cuando asumi6 el gobierno, el presidente Alfonsin tenia detr.is de sf una enorme fuerza, cuya capacidad era ailn una inc6gnita: Ia Este politicas, archivo fue descargado de https://filadd.com civilidad, identificada toda ella, mas alla de sus opciones con la 277 FI LA DD .C de construir un Estado de derecho, al cual esos poderes corporativos de blan someterse, y consolidar un conjunto de reglas, capaces de zanjar los conflictos de una manera pacifica, ordenada, transparente y equitativa. Era poco y muchisimo: se trataba de una ident:idad politica fundada en valores eticos, que subsurnia los intereses especificos de sus integrantes, en mu chos casos representados precisamente por aquellas corporaciones, pero que en el entusiasmo de la recuperaci6n democrAtica quedaban posterga dos. Mucho mas alin que 1os gobernantes, la civilidad vivi6 la eufori.a y la ilusi6n de la democracia, poderosa y "boba a la vez. Con estos respaldos, en cierto sentido fuertes yen otros d€biles, el presidente debia elegir entre gobernar activamente, tensando al maxim.a el polo de la civilidad, lo que implicaba confrontar con intereses establecidos y aun introducir fisuras en su frente de apoyo, o privilegiar las soluciones consensuadas, los acuerdos con los poderes establecidos, lo que implicaba postergar los problem.as que requedan definiciones daras. El gobierno eligi6 en general la primera li nea, pero debi6 aceptar la segunda cuando algunos fuertes golpes le de mostraron los limites de su poder. No obstante, hasta 1987 mantuvo la iniciativa, buscando caminos altemativos y presentando ante cada con traste nuevas propuestas, que Alfonsfn sacaba -decian muchos observado res- como de la galera de un mago. En el diagn6stico de la crisis, los problemas econ6micos parecian por entonces menos significativos que los politicos: lo fundamental era elimi nar el autoritarismo y encontr.u los modos autellticos de representaci6n de la voluntad ciudadana. El gobieruo atribuy6 una gran importancia, sim b6lica y real, a la politica cultural y educativa, destinada en el largo plaza a remover el autoritarismo que anidaba en las instituciones, las pr.icticas y las conci.endas, representado en la difundida imagen del "enano fascista". Coincidiendo con los deseos de la sociedad de participaci6n y de ejercicio de la libertad de expresi6n y de opini6n, largarnente postergada, las con signas generales fueron la modernizaci6n cultural, Ia participaci6n amplia y sobre todo el pluralismo y el rechazo de todo dogmatismo. En este terreno se avanz6 inicialmente con facilidad: se desarroll6 un prograrna de alfabetizaci6n mas:iva, se atacaron los mecanismos represivos que anidaban en el sistema escolar y se abrieron los canales para discuti.r contenidos y form.as -a veces puestas en practica con una alta dosis de OM EL IMPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 278 ELIMPULSOYSUFRENO, 1983-1989 BREVE HISIDRIA CONTEMPOR.t\NEA DE LA.ARGENTINA 279 FI LA DD .C OM -cuesti6n que le interesaba de manera directa y profunda, par su fuerte utopismo y voluntarismo-, lo que debia culnrinar en un Congreso Pedag6participaci6n en la educaci6n privada- defendiendo, parad6jicamente, gico que, com□ el de cien at'ios atras, detenn.inaria que educaci6n querfa Ia con· tra un supuesto avance estatal, el pluralismo y la libertad de sociedad. En el cam p□ de la cultura y de 1os medias de comunicaci6n ma conciencia. nejados por el Estado, la libertad de expresi6n, ampliamente ejercida, per La Iglesia, que en 1981 se habia definido por la democracia -aunque miti6 un desarrollo plural de la opini6n y un cierto "destape para algunos sin hacer la critic.a de su relaci6n con el gobierno militar-, fue evolucio irritante, en las formas y en las temas. En la universidad y en el sistema nando hacia una creciente hostilidad al gobiemo radical, irritada por su cientifico del Estado volvieron los rnejores intelectuales e investigadores, escasa injerencia -al menos, menor a sus aspiraciones- en el area de la en· cuya marginaci6n habfa comenzado en 1966. Aunque en muchas univer sefianza privada, la sanci6n de 1a ley de divorcio y el tono en general laico sidades las c.ambios no fueron significati.vos, en otras, coma la de Buenos del discurso cultural que circulaba por las instituciones y los medios del Aires, hub□profundas transfonnaciones. Estas institudones, que debieron Estado. Confluyeron a ello un cambio en el equilibrio interno del episco· resolver el problema planteado por un masivo deseo de las j6venes de in• pado local y la orientaci6n general impresa a la Iglesia por el papa Juan gresar a ellas, se reconstruyeron sobre la base de la excelencia academica Pablo II, decidido a dar una batalla por la integridad de la comunidad ca y el pluralismo, yen algunos casos alcanzaron niveles de calidad similares t6lica que tenfa su centro precisamente en Io cultural. Ese com.bate, asu a los de su epoca dorada, a principios de la decada de 1960. mido por los obispos locales m.is conservadores, les penniti6 empezar a Ademas de volver a la vida academica, las intelectuales se incorpora• reconstruir su area de solidaridades con otros integrismos deseosos de vol· ron a la politica, y la politica se intelectualiz6. Su presencia fue habitual en ver. Enfrentado de manera creciente con el gobierno radical -el presidente los medias de comunicaci6n. Alfonsin recurri6 a ellos, como asesores 0 respondi6 de manera energica en un templo a las opiniones politicas de un funcionarios tecnicos, y su discurso, que traducia en clave politica lo que obispo, que ademas era vicario castrense-, este sector de la Iglesia, que las academicos elaboraban, result6 moderno, complejo y profundo, a tono paulatinamente empezaba a <laminar en ella, asumi6 el papel de censor con lo queen el mundo se esperaba de un estadista No fue el unico -su social, con un discurso de combate. La democracia -decian- resultaba sex mas notorio compaiiero en ese camino fue el peronista Antonio Cafiero- y el compendia de los males del siglo: la droga, el terrorismo, la pornografia la discusi6n politica adquiri6 brillo y, en menor medida, profundidad. o el aborto. El punto culminante de esta modernizaci6n cultural fue la aprobaci6n El discurso etico, centrado en los valores de la democracia, la paz, Ios de de la ley que autorizaba el divorcio vincular -un tema tabll- y posterior• rechos humanos, la solidaridad internacional y la independencia de los Esta· mente la referida a la patria potestad compartida, que avanzaba en el pro dos, fue puesto al servicio de una reinserci6n del pais en la comunidad in· yecto de modernizaci6n de las relaciones familiares, campo en el que la ternaciona1, que recientemente habfa censurado y hasta aislado al regimen Argentina estaba sensiblemente atrasada respecto de las tendencias mun· militar. Pronto, la oveja negra se convirti6 en el hijo pr6digo; los exitos en diales. La ley sobre divorcio fue sancionada a principios de 1987, luego de este terreno, expresados en la gran popularidad alcanzada por el presidente una breve pero intensa discusi6n. Los sectores mas tradicionales de la Igle- sia en distintos lugares del mundo, fueron utilizados para afianzar y fortalecer cat6lica intentaron oponerse, con las mecanismos habituales de presi6n las instituciones democr.iticas locales, todavia precarias. Con esos criterios y con manifestaciones en las que hasta la Virgen de Lujan fue sacada a la se encararon las principales cuestiones pendientes, con Chile por el Beagle calle. Fracasaron, por el alto consenso existente alrededor de la nueva y con Gran Bretana por las Malvinas. En el primer caso, el laudo papal, que norm.a, incluso entre sectores cat6licos, preocupad.os quizi porlas conse· los militares habian considerado inaceptable pero sin atreverse a recha· cuencias familiares de una prictica ya habitual en sus propios cfrculos. En zarlo, fue asumido coma la t'inica soluci6n posible para el gobiemo demo cambio, la Iglesia se moviliz6 con exito alrededor del Congreso Pedag6gico critico, que necesitaba reafirmar las valores de la paz y eliminar un conEste archivo fue descargado de https://filadd.com 1":•.i c.; BREVE ffiSIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA flicto capaz de mantener vivo el militarismo. Para doblegar las resistencias internas a su aprobaci6n -nutridas en el tradicional nacionalismo y en un reluctante belicismo-, se convoc6 a un referendum popular no vinculante, que corrobor6 el amplio consenso existente para esa soluci6n pad:fica e in FI LA DD .C mediata Aun asL la aprobaci6n por el Senado -donde el peronismo tenfa Ia mayoria- se logr6 por el minimo margen de un voto. En el caso de las Mal vinas, donde la torpeza militar habia llevado a la perdida de lo Iargamente ganado en la opini6n pllblica internacional yen las negociadones bilatera les, tambit'in se recuper6 terreno: las votaciones en las Naciones Unidas, instando a las partes a la negociaci6n, fueron cada vez mas favorables, in cluyeron a las principales potencias occidentales y aislaron al gobiemo bri tanico. Sin embargo, Ia expectativa de que ello sirviera para convencerlo de la conveniencia de iniciar una negociaci6n que incluyera de alguna manera el tema de la soberania result6 totalmente defraudada Asociada con otros pafses que acababan de retornar a la democracia -Uruguay, Brasil, Peru-, Ia Argentina se propuso mediar en el conflicto en Centroame!ica, y sobre todo en la cuesti6n de Nicaragua. Se trataba de apli car los principios eticos y politicos generates, y tambien de evitar los riesgos intemos que pod.fa acarrear uno de los episodios finales de la Guerra Fria. En discrepancia con Estados Unidos, pero aprovechando su buena voluntad hacia las democracias restauradas, logr6 que al final se alcanzara una solu ci6n relativamente equitativa Actuando con independencia, dialogando con los pafses no a1ineados, reivindicando Ios principios pero abstenielldose de Ios enfrentamientos mas duros -por ejemplo, constituir un "dub de deu dores" para negociar la deuda externa-, elgobierno argentino mantuvo una buena relaci6n con el estadounidense, que respald6 con firmeza las institu ciones democraticas, cort6 toda vinculaci6n con militares nostalgicos y apoy6 luego los diversos intentos de estabilizaci6n de la economia. nado cuando afront6 los problemas de las dos grandes corporadones cuyo OM 280 LA CORPORACI6N MILITAR Y LA SINDICAL En el terreno cultural y en el de las relaciones exteriores, el gobierno radi Este archivo fue descargado de https://filadd.com cal pudo avanzar con relativa facilidad, pero el camino se hizo mas empi pacto habia denunciado en la campafia electoral: la military la sindical En las dos terrenos, pronto qued6 daro que el poder del gobiemo era insufi ciente para forzar a ambas a aceptar sus reglas. El grueso de la sociedad, que habia empezado condenando a los mill tares por su fracaso en la guerra, se enter6 de manera abrumadora de aquello que hasta entonces habia preferido ignorar: las atrocidades de la represi6n, puestas en evidencia por un alud de denuncias judiciales, por los medias de comunicaci6n y, sobre todo, por el cuidadoso informe realizado por la Comisi6n Nacional sobre la Desaparici6n de Personas (CONADEP), FI LA DD .C constituida por el gobierno con personalidades independientes, y presidida par el escritor Ernesto Sabata. Su texto, difundido masivamente con el ti tulo de Nunca mds, result6 incontrovertible, aun para quienes querian justificar a los militares. En la sociedad se manifestaron algunas confusio nes y ambigiiedades: leran culpables de haber hecho la guerra de Malvinas, o tan s6lo de haberla perdido?; leran culpables de haber torturado, o siin plemente de haber torturado a inocentes7 Pero la inmensa mayoria los repudi6 en forma masiva, se moviliz6 y exigi6 justicia, amplia y exhaustiva, y castigo a las culpables. La derrota en la guerra de Malvinas, el rotunda fracaso politico, las di visiones entre las fuerzas, los propios cuestionamientos internos, que afec taban la organizaci6n jeratquica, todo ello debilitaba la instituci.6n militar, que, sin embargo, no habia sido expulsada del pod.er. Como se repetia por entonces, en la Argentina no habia habido una toma de la Bastilla Pronto, la solidaridad corporativa de los militates se reconstituy6 en torno de lo que reivindicaban coma su exito: la victoria en la "guerra contra la subver si6n". Rechazaron la condena de la sociedad, recordaron que su acci6n cont6 con la complacencia generalizada, incluso de las politicos luego su mados al coro de los detractores, y que a lo sumo estaban dispuestos a ad mitir "excesos propios de una "guerra sucia". En las rulos del Proceso, el presidente Alfonsin habia estado entre los mas energicos defensores de los derechos humanos, y habia hecho de ellos una bandera durante la campa:fia, en la que tambit'in fustig6 duramente a la corporaci6n militar. Sin duda compartia los reclamos generalizados de justicia, pero se preocupaba tambiell par encontrar la manera de subordi nar a las Fuerzas Armadas al poder civil, de una vezy para siempre. Para OM 281 EL IMPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 Este archivo fue descargado de https://filadd.com fr ;!':· 282 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA EL IMPUI.SO Y SU FRENO, 1983-1989 283 FI LA DD .C OM ell□ proponia algunas distinciones, l6gicas pero diffciles de ser admitidas y dispuso continuar la acci6n penal contra los delllilS responsables de las por la sociedad movilizada, y en particular por las organizaciones de dere-. operaciones. LaJusticia hab:fa certificado la aberrante conducta de los jefes chos humanos: separar el juicio a Ios culpables del juzgamiento a la insti del Proceso, habia descalificado cualquier justificaci6n y las militares ha tuci6n, que era y seguiria siendo parte del Estado, y poner lintite a aquel bian quedado sometidos a la ley civil Esta circunstancia fue absolutamente juicio, deslindando responsabilidades y distinguiendo entre quienes excepcional, y en ese sentido fue un fallo ejemplar y un fundamento nota dieron las 6rdenes que condujeron a Ia masacre, quienes se limitaron a ble para el Estado de derecho que Ia democracia se propon:fa establecer. cumplirlas y quienes se excedieron, cometiendo dehtos aberrantes. Se Pero no clausuraba el problema pendiente entre la sociedad y 1a institu trataba de con d6n militar, sino que lo mantenfa abierto. centrar el castigo en las cUpulas yen las mas notorias biks noires, y aplicar Deahl en mas, 1aJusticia sigui6 activa, dando curso a las mUltiples de al rest□ el criteria de la obediencia debida Sabre todo, el gobiemo nuncias contra oficiales de distinta graduaci6n, citandolos y encausalldoconfiaba en que las propias Fuerzas Armadas se comprometieran con los. La convulsi6n interna de las Fuerzas Armadas, y muy especialmente esta pro puesta, intermedia entre las demandas de la civilidad y Ia postura del Eje!cito, tuvo un nuevo eje: ya nose trataba tanto de la reivindicaci6n domi nante entre los militares, que asumieran la crftica de su propia global como de la situaci6n de las citados par los jueces, oficiales de menor acci6n y procedieran a su depuraci6n, castigando a los m.aximos graduaci6n y en actividad, que no se consideraban los responsables, sino culpables. Para ello, se procedi6 a refonnar el C6digo de Justicia Militar, los ejecutores de lo imputado. El gobierno, por su parte, inici6 un largo y estableciendo una prim.era instancia castrense y otra civil, y se dispuso el desgastante intento de acotar y poner limites a la acci6n judicial, para asi enjuiciamiento de las tres primeras Juntas Militares, a las que se swn6 la contener ese clima de fronda que fermentaba en los cuarteles, aliroentado cUpula de las orga nizaciones armadas Ejercito Revolucionario del por una solidaridad horizontal que desbordaba la estructura jera!quica. Se Pueblo (ERP) (de hecho, extinguida) y Montoneros. trataba de una decisi6n polit:ica, ni etica ni juridica, basada en un calculo Se trataba de transitar un dificil camino entre dos intransigencias. El de fuerzas que demostr6 ser bastante ajustado, materializada sucesiva primer contratiempo sobrevino cuando se hizo evidente que los militares mente en las leyes llamadas de Punta Final y de Obediencia Debida. La se negaban a revisar su acci6n y a juzgar a sus jefes: a fm del afio I984, prim.era, sancionada a fines de 1985, ponia un lfmite temporal de dos me cuando se sentian los primeros remezones en los cuarteles, los tribunales ses a las citaciones judiciales, pasado el cual ya no habria otras nuevas. castrenses proclamaron la correcci6n de lo actuado por las juntas, y enton Nadie acompafi6 al gobierno en la sanci6n de esta ley: la derecha, peroces el Ejecutivo traslad6 las causas judiciales a la Camara Federal de la Ca nista o liberal, porque era partidaria de una amnistla completa; las sectores pital. En abril de 1985, en un clima mucho mas agitado min, comenz6 el progresistas, incluyendo al peronismo renovador, por no cargar con sus juicio pUblico de los excomandantes. El juicio, que dur6 hasta fin de afm, costos politicos. Estos fueron altos, y sus resultados terminaron siendo termin6 de revelar las atrocidades de la represi6n, pero mostr6 una cierta contraproducentes, pues s61o se logr6 un alud de citaciones judiciales y perdida de militancia de la civilidad, mientras las organizaciones defenso enjuiciamientos que en lugar de aligerar el problem.a lo agudizaron. ras de los derechos humanos hadan oir una voz cad.a vez mas dura e in En ese contexto, se Ileg6 al episodio de Semana Santa de 1987. Un transigente. Comenzaron a escucharse otras voces, hasta entonces pruden grupo de oficiales, encabezado por el teniente coronet Aldo Rico, se temente silenciadas, que defendieron la acci6n de los militares y reclamaron acuar tel6 en Campo de Mayo, exigiendo una soluci6n politica a Ia su amnistia. A fin de 1985, poco despues de que el gobierno ganara las cuesti6n de las citaciones y, en general, una reconsideraci6n de la elecciones legislativas, se conoci6 el fallo de la Camara Penal, que conden6 conducta del Ejer a los excomandantes, neg6 que hubiera habido guerra alguna que justifi cito, a su juicio injustamente condenado. No se trataba de los tipicos cara su acci6n, distingui6 entre las responsabilidades Este de cada uno de archivo fueellos descargado de https://filadd.com levan tamientos de las anteriores 50 o 60 a:fios, pues las oficiales FI LA DD .C OM amotinados no Este archivo fue descargado de https://filadd.com 284 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA EL IMPUlSO Y SU FRENO, 1983-1989 285 FI LA DD .C OM cuestionaban el orden constitucional, sino que redamaban al gobierno no impusieron ninguna condici6n y aceptaron la responsabilidad de su ac que soluciona:ra el problema de un grupo de oficiales. Tampoco tuvieron, ci,6n. Sin embargo, pareci6 una claudicaci6n del gobiemo, en parte porque a diferencia de todos aquellos Ievantamientos anteriores, el respaldo de asi lo presentaron tanto los "carapintadas amotinados coma la oposici6n sectores civiles, que nonnalmente eran los motores de los golpes. Cuestio politica, que no quiso asumir ninguna responsabilidad en el acuerdo. Pero naban en cambio, y con vehemencia, a la propia conducci6n del Ejerctto: pes6 mucho mas el desencanto, la evidencia del fin de la ilusi6n: la civilidad los general.es que descargaban sus responsabihdades en los subordinados era incapaz de doblegar a las militares. Para buena parte de la sociedad, era el y que ade:tnaS eran responsables de la derrota en Malvinas y de la "entrega; fin de la ilusi6n de la democracia y el cornienzo de una prolongada del pais a los intereses extranjeros. Pues los amotinados asumieron las con desilusi6n. Para el gobiemo, el fracaso de su intento de resolver de manera signas del nacionalismo fascistizante, asi coma formas de acci6n en verdad digna el en frentamiento del Ejercito con la sociedad y el comienzo de un subversivas del orden militar, movilizando a las bases -es decir, a Ios ofi largo y des gastante calvario. ciales de baja graduaci6n-y proclamalldose como la conducci6n de lo que Comparativamente, el combate con la corporaci6n sindical, que tuvo Ilamaron el autentico Eje!'cito nacional. resultados similares, fue mucho menos heroico. El poder de las sindicalis Frente a ellos, la reacci6n de la sociedad civil fue unanime y masiva. tas, restaurado en parte al final del gobiemo militar, se hallaba debilitado Todos las partidos poHticos y todas las organizaciones de la sociedad -pa par la derrota electoral del peronismo -en cuya conducci6n los dirigentes tronales, sindicales, culturales, civiles de todo tipo- manifestaron activa sindicales tenian un peso importante- y en general par el repudio de la mente su apoyo al orden institudonal, firmaron un Acta de Compromise soci.edad a las viejas pr.icticas de Ia corporaci6n, que habfan aflorado du Democr<ltico --que incluia desde las organizaciones empresarias hasta a los rante la campafia, a lo que debia sumarse la profunda divisi6n existente dirigentes de izquierda- y rodearon al gobierno. La reacci6n masiva e ins entre las dirigentes. Par otra parte, su situaci6n era institucionalmente pre tantanea penniti6 evitar deserciones o ambiguedades, y cort6 toda posibi caria: buena parte de la legislaci6n que nonnaba Iaacci6n gremial habia lidad de apoyo civil a los amotinados. La civilidad se moviliz6, llen6 las sido barrida por el fegimen militar; muchos sindicatos estaban interveni plazas del pai'.s y se mantuvo en vigilia durante los cuatro dias que dur6 el dos, y en otros las dirigentes s6lo tenian titulos provisionales, o mandatos episodio. Muchos de ellos estaban dispuestos a marchar sabre Campo de prorrogados desde 1975, de modo que la normalizaci6n electoral debia ser Mayo. La tensi6n del polo civil -que en el fondo era el gran respaldo del inmediata. gobiemo- fue maxima. A1canz6 para detener un ataque &recto a la insti El gobiemo se propuso aprovechar esa debilidad relativa, asi'. como el tucionalidad, pero no fue suficiente para lograr que los rnilitares se doble respaldo de la civilidad, que, segun juzgaba, debia incluir sectores no des garan ante la sociedad. Aunque el motin suscit6 pocas ad.hesiones explici deftables de trabajadores, cuya voluntad participativa se manifestaba cla tas entre los militares, en el fondo todos acordaban con sus camaradas ramente. Se lanz6 a democratizar los sindicatos, para abrir las puertas a un ucarapintadasu: ninguno de ellos estuvo dispuesto a disparar un tiro para espectro mas amplio de corrientes. El ministro Antonio Mucci -un vete obligarlos a deponer su actitud. rano s:indicalista de origen socialista- proyect6 una ley de norrnalizaci6n Durante las cuatro tensas jomadas hubo muchas negociaciones, pero institucional de las sindicatos que incluia el voto secreto, directo y obliga estas no se concretaron hasta que Alfonsfn -quien presidia la gran concen torio, la representaci6n de las minorias, Ia limitaci6n de la reelecci6n y, sa traci6n dvica de Plaza de Mayo- no se entrevist6 con las amotinados en bre todo, la fiscalizaci6n de los comicios por el Estado. Se trataba de un Campo de Mayo. Se lleg6 a un extrafio acuerdo. El gobierno sostuvo que desafio frontal, ante el cual se unificaron todas las corrientes del pero haria Io que ya habia deddido hacer-lo queluego seria la ley de obediencia nismo, gremial y politico: en marzo de 1984 la ley fue aprobada en la Ca debida, que exculpaba masivarnente a los subordinados- y los amotinados mara de Diputados, pero el Senado la rechaz6, por un unico pero decisive Este archivo fue descargado de https://filadd.com EL IMPULSO Y SU FRENO, 19831989 BREVE HISTDRIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA voto. De inmediato el gobierno arri6 banderas, puso a funcionarios mas fle:xibles al frente de la negociaci6n con los gremialistas y acord6 con ellos nuevas norm.as electoral.es. A mediados de 1985 se habian nonnalizado los cuerpos directives de los sindicatos, y aunque las listas de oposici6n ha bian ganado algunos lugares, en lo esencial las viejas direcciones resulta 287 para sellar el arco de alia.m;as del mundo del trabajo y la pobreza, sino sabre todo parque su escasa fuerza prapia lo convertia en punto de equilibria en tre las distintas corrientes en que se dividia el sindicalismo. El gobiemo, que abri6 permanentemente los espacios para el dial.ago y la concertaci6n, pera sin poner en discusi6n las lineamientos de 1a poli:tica econ6mica, pudo resistir bien el fuerte embate sindical, pese a las inconve nientes que significaba para la estabilizaci6n econ6mica, en tanta cont6 con el apoyo consistente de la civilidad y la escasa presi6n de otras fuerzas car porativas. A principios de 1987 la apertura de distintos frentes de oposid6n, y muy parti.cularmente el militar, im.pulsaron al gabiemo a una maniobra audaz: concertar con un grupo importante de sindicatos-los "15 quein cluian a los mas importantes de la actividad privada y de las empresas del Estado-- y nombrar a uno de sus dirigentes en el cargo de ministro de Tra bajo. El acuerdo era transparente, e incluia la sanci6n del canjunto de leyes que organizaba la actividad sindical -de asociadanes profesionales, de con venciones colectivas, de obras sociales, controladas por las sindicatas- en terminos sunilares a las de 1975. A cambia de esas importantes concesiones, el gobiema --que sacrificaba principios enunciadas largamente- obtenia poco: una relativa tregua social, pues la oposici6n sindical qued6 profunda mente dividida, y un eventual apoyo politico, que en rigor nunca se con cret6. Quiza, tambiell, un respalda frente al embate de la corporaci6n tar, quneodebia darse par descontado. Luego de la victoria del peronismo en la e1ecci6n de septiembre de 1987, las sindicalistas abandonaron el gobiemo. Pero con Ia nueva legislad.6n, el poder de la corporaci.6n sindical quedaba recanstituido par completo y ta ilusi6n de la civilidad democriitica de same terlos a sus reglas se desvaneda OM 286 FI LA DD .C ran confumadas. El impulse civil y democr.itico habia experimentado un temprano y fuerte contraste ante el poder sindical reconstituido, que apoyalldose en las creci.entes dif:i.cultades econ6micas se enfrent6 sistematicamente con el gobiemo. Entre 1984 y 1988, cuando decidi6 concentrar su atenci6n en la campafia electoral, la Confederaci6n General del Trabajo (CGT) organiz6 trece paras generales contra el gobiemo constitucional, cifra que contras taba con la escasa movilizaci6n en tiempos del anterior gobierno militar. Salvo el breve periodo posterior a junio de 1985, cuando el gobiemo ob tuvo un respaldo importante de la sociedad para su plan econ6mico, con validado en la excelente elecci6n de noviembre, la presi6n de la CGT fue intensa. Se apoy6 en las indudables tensiones social.es generadas por la in flaci6n -que llevaba a una pennanente lucha por mantener el salario real y mas tarde en los comienzos del ajuste del sector estatal, que moviliz6 particulannente a los empleados pUblicos. Pero su car.icter fue doroinan temente politico. Los sindicalistas lograron expresar de manera unificada el descontento social, e integrar a sectores no sindicalizados, coma los ju bilados, pero tambien establecieron alianzas tiicticas con los empresarios, la Iglesia y las grupos de izquierda Los reclamos fueron poco coherentes -inclufan desde las aspiraciones mas liberales det establishmentecon6mico hasta pedidos de ruptura con el Fondo Manetario Internacional (FMih pero se unificaban en un camUn ataque contra el gabiemo, que incluy6 en algtin momenta de exaltaci6n el reclamo de que "se vayan . EL PLAN Aus,TRAL, LA INFLACI6N Y LA CRISIS DEL ESTADO La CGT no rehus6 participar en las instancias de concertaci6n que abri6 el gabierna, pero lo hizo con el estilo que habia desplegado exitosamente La cuesti6n econ6mica, que al principia pareci6 mucho menos urgente entre 1955 y 1973: negociar y golpear, conversar y abandonar la negacia que los problem.as politicos, era extremadamente grave y condicion6 las ci6n con un "portazo", lo cual permiti6 unir y galvanizar las fuerzas propias, politicas del gobiemo. La inflaci6n, un problema endemico, se habfa que en otros aspectos presentaban profundas diferencias. Su secretario ge acele neral, SaUl Ubaldini, proveniente de un pequefia sindicato, fue la figura ca rada desde mediadas de 1982. Tados los actores habfan incorporado el su racteristica de esta etapa, no s6lo por su peculiar estila politico, adecuado puesto de la incertidumbre a sus pr;icticas, y Ia gente especulaba incluso Este archivo fue descargado de https://filadd.com 288 BREVE HISIORIA CONfEMPOR.AfffiA DE LA ARGENTINA para defender modestos ingresos. Junto con el deficit fiscal y Ia deuda ex tema, que seguia creciendo, consti.tufa la parte mas visible del problema. Se prolongaba en una economia estancada desde principios de la decada, cerrada e ineficiente y muy vulnerable en lo externo. Escaseaban los em presarios dispuestos a arriesgar y apostar al creci.rniento, y las grupos eco n6micos mas concentrados -que absorbian una buena porci6n de las re EL IMPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 289 FI LA DD .C OM Las soluciones de fondo -ya instaladas en Ia discusi6n mundial- fue ron postergadas por el gobiemo de Alfonsin, cuya prioridad era consolidar la endeble democrada institucional. El gobierno evit6 tomar decisiones que dividieran al campo de la civilidad, su gran apoyo, o que significaran costos elevados para el conjunto de la sociedad. La necesidad de una re forma profunda del Estado tampoco era evidente desde la perspectiva del cursos del Estado- podian bloquear los intentos que eventualmente el radicalismo, que compartia con el peronismo la visi6n acerca de SUS obli gobierno hiciera para modificar su situaci6n privilegiada gaciones sociales. For otra pa.rte, si esas refonnas habrlan de tener un sen El flujo de capitales se habfa cortado desde 1981, pero la deuda tido democr.itico, equitativo y justo, era necesario un poder estatal Fuerte extema sigui6 creciendo por Ia elevaci6n de Ios :intereses, y al fin de la y s6lidamente respaldado, que primero debia ser reconstruido y consoli decada du plic6 con exceso los valores de 1981. El Estado, queen dado en lo politico y en Io institucional. 1982habfa asumido la deuda en d61ares de las particulares, cargaba con el Durante el primer afio del gobiemo radical, Ia politica econ6mica del pago de unos servi cios que insumian buena parte de sus ingresos corrientes. ministro Bernardo Grinspun se ajust6 a las f6rmulas dirigistas y Esas obligaciones se refinanciaban con frecuencia, pero s6lo cuando se redistribu tivas cl.isicas, similares a las aplic.adas entre 1963 y 1966, que en cont6 con la buena voluntad del FMI, que a cambio presionaba para la sus rasgos generales el radicalismo compartia con el peronismo hist6rico. adopci6n de politicas que priorizaran la capacidad de pago del gobierno. El La mejora en la remuneraci6n de los trabajadores, junta con cteditos .igiles pago de los Servicios era un componente muy importante del deficit fiscal a los em presarios medics, sirvi6 para la reactivaci6n del mercado interno y Sobre cu.ales eran las otras causas, habia un debate en parte ideol6gico y Ia mo- vilizaci6n de la capacidad oci.osa del aparato productivo. La politica en parte de intereses. Los crlticos liberales -muy escuchados por los incluia el control estatal del credito, el mercado de cambios y los precios, empresarios- culpaban a la emisi6n monetaria y a las gastos estatales y se completaba con importantes medidas de acd6n social, como el excesivos, particularmente en el empleo. Tambien apuntaban a los gastos Programa Alimentario Nacional (PANt que provey6 de las necesidades sociales, acrecentados por la pro metida satisfacci6n de muchas demandas minimas a los sectores m.is pobres, afectados por la recesi6n y el acumuladas. Otros comenzaban a sefialar a las subvenciones de todo tipo desempleo. Con todo ello se apuntaba a mejorar la situaci6n de los otorgadas a distintos sectores em presarios, a veces coma parte de politicas sectores medics y populares y a satisfacer las demandas de justicia y generales de promoci6n y otras coma resultado de eficaces presiones de equidad social, que habfan sido banderas en la campafia electoral los interesados. Pero empresarios y sindicalistas convergieron en la critica a esta poli Esa masa de gastos debia afrontarse con recaudaciones en baja, mer tica. Los empresarios cuestionaron en general el gasto y la intervenci6n madas por la inflad6n y la indisciplina de los contribuyentes. El Estado te es tatal, aunque cad.a uno hizo salved.ad de aquellas polfticas que lo nfa poco credito extemo, y el intemo escaseaba porque todo el mundo benefida ban dlrectamente. La CGT se moviliz6 tanto por razones transformaba sus ahorros en d6lares. Tampoco habia grandes masas de re sindicales como politicas, pues era la colullllla vertebral de la oposici6n cursos acumulados de los que apropiarse, como antafto lo habian sido los peronista Aunque sus acuerdos eran mfnimos, coincidieron en hacer excedentes del comercio exterior o las cajas de jubilaciones. El Estado s6lo fracasar la politica de concertaci6n sectorial a la que habian apostado pod.fa salir del paso emitiendo dinero, Io que producia mas inflaci6n, dis Grinspun y su equipo. torsionaba la econom.ia, afectaba la recaudaci6n fiscal y, finalmente, la pro El gobierno debi6 afrontar ese juego de pinzas de los dos grandes ac pia capacidad del Estado, ya menguada por el deterioro de su burocrada y tores corporativos y la puja desatada por la distribuci6n del ingreso, que Este archivo fue descargado de https://filadd.com de sus agencias. la inflaci6n agudizaba. Todo ponia de manifiesto la :insuficiencia de una FI LA DD .C OM polf- Este archivo fue descargado de https://filadd.com 290 BREVE I-ITSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA EL ThiPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 291 FI LA DD .C OM tica que no tomaba en cuenta la radical transfonnaci6n de las condiciones El ministro Sourrouille estuvo acompaftado por un equipo teCTlico de de la economia luego de 1975, yen especial el deficit fiscal y el deterioro excelente nivei que no venfa de la OCR. Al decidido apoyo del presidente del aparato productivo y su incapacidad para reaccionar eficientemente sum6 un re o amplio en toda la spciedad, pues pronto logr6 frenar la ante los estimulos de la demanda. Con la deuda externa -que afectaba in flaci6n, sin afectar especfficamente a ningun sector. No hubo caida de la tanto el balance fiscal coma la autonomia de las decisiones-, se oscil6 en acti vidad ni desocupaci6n, que con frecuencia acompafiaban los planes de tre dos caminos, que reflejaban el espfrltu del impulso democr.itico de la estabilizaci6n, pero tampoco se afect6 a las sectores empresariales, inclu hora. Se trat6 de lograr la buena voluntad de las acreedores, con el argu yendo a los que medraban con el Estado. El ajuste fiscal fue sensible pero mento de que las j6venes democracias debian ser protegidas, y tambien se no dram.itico: los salaries de los empleados estatales fueron congelados las amenaz6 con la constituci6n de un "club de deudores" latinoameri mas estrictamente que las del sector privado, pero no hubo despidos; la cano, que repudiara la deuda en conjunto. Ambos resultaron igualmente recaudaci6n mejor6, por la fuerte reducci6n de la inflaci6n, sumado a al inconducentes. gunos impuestos excepcionales, aunque no hubodristicas reducdones en A principios de 1985, cuando la inflaci6n amenazaba desbordar en las gastos del Estado. Los acreedores extemos apreciaron la manillesta in una hiperinflaci6n, la conflictividad social se agudizaba y los acreedores tend6n delgobierno de cumplir las compromisos, la mejora de las finan zas extemos hacian sentir en.forma enefgica su disconformidad, el presidente estatales y, sobre todo, el fume apoyo que el plan recibi6 tan.to del go Alfonsin reemplaz6 a su ministro de Economia por Juan Sourrouille, un biemo estadounidense coma de las principales instituciones financieras economista recientemente acercado al radicalismo, que lo acompafi6 casi mundiales. Tambien fue apoyado por los Mcapitanes de industria' el m1cleo hasta el final de su gobiemo. Por esos meses se sum6 otro elemento con de los grandes empresarios -Bu1gheroni, Macri, Rocca, Perez Companc, flictivo: la agitaci6n militar, en visperas del inicio del juido a las Juntas. A Pescarmona- que inclufa a los contratistas del Estado y a las benefidaros fines de abril se denund6 un posi.ble intento de golpe de Estado contra la de los diversos regimenes de promoci6n. El gobiemo mantuvo todos las fragil democracia; la civilidad, convocada a la Plaza de Mayo para defender mecanismos de promoci6n -incluso tos·mas daramente prebendarios- y al gobiemo, redbi6 el sorpresivo anuncio del inici.o de una "economia de agreg6 otros nuevos, para estimular las exportaciones industriales, cuyo guerrau. El 14 de junio de 1985, Sourrouille anunci6 el nuevo plan econ6incremento deberfa ayudar a mejorar el balance de pagos. A cambio espe mico, bautizado coma Plan Austral raba su colaborad6n para mantener estables los precios, y tambien que Su objetivo era superar la coyuntura adversa y estabilizar la economia repatrlaran sus capitales y los invirtieran en el pais. en el corto plaza a traves de un fuerte shock, de modo de crear las condi Se trataba del "plan de todos", quiz.i la mas pura de las realizaciones ciones para poder proyectar transformadones mas profundas. Lo primero de la ilusi6n democrcitica: entre todos, con solidaridad y sin dolor, se po era detener la inflaci6n, reduciendo las expectativas inflacionarias que la dian solucionar los problemas mas complejos, aun aquellos que implica impulsaban. Se congelaron simultaneamente precios, salarios y tarifas de ban choques de intereses mas profundos. El gobierno obtuvo su premio servicios ptiblicos, se regularon los cambios y las tasas de interes, se en las elecciones parciales de noViembre de 1985: apenas seis meses des supri mi6 la emis:i6n monetaria para equilibrar el deficit f1Scal -lo que pues de que el pais estuviera al borde del caos, logr6 un claro exito elec suponfa asumir una rigida disciplina en gastos e ingresos- y se eliminaron toral que significaba el apoyo general de la dvilldad a la politica econ6las me canismos de indexad6n desarrollados durante Ia etapa de alt.a mica La novedad estaba, sin embargo, en que en la preocupaci6n general inflaci6n y responsables de su mantenimiento inercial. Como sfmbolo del las cuestiones econ6micas, principalmente la inflaci6n, habian pasado al inicio de una nueva etapa, se cambi6 la moneda y el peso argentino fue primer plano, de modo que en lo sucesivo serian la medida de los exitos reemplazado por el austral. y de las fracasos del gobierno. Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISI'ORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA La placidez dur6 poco. Ya desde fines de 1985, se advirti6 la vuelta FI 293 incorporar empresas extranjeras al manejo de la Empresa Nacional de Te- LA DD .C in cipiente de la :inflaci6n, que el gobiemo debi6 reconocer en abril de 1986 con un "sinceramiento" y ajuste parcial Influy6 el derrumbe de los precios mundiales de los cereales, que oblig6 al Estado a eliminar una fuente de ingresos -las retenciones a las exportaciones-, pues Ios productores rura les estaban al horde de la ruina. Tampoco hubo inversiones significativas de 1os grandes empresarios, que aceptaron los beneficios recibidos sin dar mucho a cambio. A esto se sum6 el aflojamiento de 1a disciplina social re querida por el plan, muy sensible a cualquier modificaci6n de las precios relativos. Renaderon las pujas sectoriales, que realimentaron la inflaci6n: la CGT, embanderada contra el congelamiento salarial, que afectaba sabre todo a los empleados estatales, y los empresarios, liderados par los produc tores rural.es, que se movilizaron contra el congelamiento de precios. Esta vez, ambos coincidian en un reclamo comun contra el Estado. La reapari ci6n tan rilpida de los viejos problemas indicaba que, en el fondo, nada habia cambiado demasiado. El plan, eficaz para la estabilizaci6n rd.pida, no preveia cambiar las condiciones de fondo, o intentaba hacerlo con ajustes que no supusieran ni dolores ni conllictos. Desde fines de 1986 el gobierno comenz6 a considerar la posibilidad de reformas mayores, en particular en la relaci6n de colusi6n del Estado con un conjunto de empresas benefic:iar.ias de diversas prebendas. El pro--blema venia de antiguo, y derivaba de las politicas industrialistas y desa rrollistas de la posguerra. Los distintos regfmenes de promoci6n, basados originariamente en criterios de interes general, se fueron convirtiendo en prebendas que favorectan a grupos con capacidad para presionar al go bierno y hasta de dirigir sus decisiones. Las prebendas florecieron en las afi.os sesenta y setenta, y siguieron creciendo despues de 1976. Las empre sas del Estado, donde medraban los contratistas, sumaban otro EL IMPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 OM 292 element□ en la confonnaci6n del considerable deficit fiscal: el sobreempleo, fruto de su larga relaci6n de colusi6n con las sindicatos. Pablo Gerchunoff estim6 que ese conjunto de asistencias , que explicaba el deficit fiscal, insumia hasta el 10% del product□ bruto intern.a. El gobiemo explor6 distintos caminos para atacar el problema. Huba un proyecto para unificar y disciplinar su manejo financier □,y otro Este archivo fuepara descargado de https://filadd.com OM FI LA DD .C tecomunicaciones (ENTEL) y de Aerollneas Argentinas. Se intent6 reactivar la inversi6n extranjera, especialmente en el area petrolera -el presidente ;Jfonsin anunci6 este plan en Houston-, y tambien se esbozaron planes de reforma fiscal mas profunda y de desregulaci6n de la economia. Todo ello chocaba con ideas y convicciones muy firm.es en la sociedad, arraigadas tanto en el peronismo como en el propio partido gobernante, de donde surgi.eron bloqueos a estas iniciativas. Sabre todo, cualquiera de estos rum bos hubiera significado, a diferencia del Plan Austral, enfrentarse con al guno de los fuertes intereses constituidos, o tambiell hacer cargar al grueso de la socied.ad con las costos de la refonna. A medida que se hacia m.is dara ta necesidad de encarar soluciones de fond □,el gobierno radical des cubria que sus bases de apoyo eran mas tenues. No era facil mantener un rumba refonnista consecuente ya la vez sor tear las fuertes dificultades coyunturales. Los proyectos reformistas estaban en sintonia con los reclamos del FMI -cuya buena voluntad era indispensa ble a medida que aumentaba el incumplimiento de los pagos extemos- y tambien con el animo crecientemente liberal de los empresarios. Pero la conversi6n de esa sintonia en apoyos politicos concretos no era automi tica. Como ya se dijo, a principios de 1987, cuando volvi6 a agudizarse la conflictividad social, el gobiemo decidi6 incorporar a hombres de las sin dicatos mas importantes y de los grandes empresarios. Un sindicalista se hizo cargo del Ministerio de Trabajo, un politico radical de militancia en las asociaciones nuales fue nombrado secretario de Agricultura y un grupo de dirigentes de las grandes empresas ligadas a los contratos estatales se incor por6 a la direcci6n de las empresas piibhcas. Se renunciaba asi al prop6sito de controlar desde el Estado a los poderes corporativos. En lo inmediato, se consiguieron reditos politicos importantes. Huba una tregua social, y cuando en abril de 1987 los militares desafiaron al po d.er civil, por primera vez desde 1930 no encontraron ningun apoyo en la sociedad. En cierto sentido, la institucionalidad democriltica se salv6, a costa de renunciar a la postbilidad de una reform.a estatal mas profunda Y democritica. Ninguno de los grupos convocados dej6 de perseguir sus pro pios objetivos. Los sindicalistas reforzaron su poder y neutralizaron los proyectos de flexibilizaci6n laboral, alentados por los empresarios. Estos lograron ventajas especfficas, como la participaci6n en la explotaci6n de Este archivo fue descargado de https://filadd.com 294 BREVE HISTORIA CONTEMPOR.ANEA DE LA ARGENTINA las reservas de Yacimientos Petroliferos Fiscales (YPF). Pero no acompaiia ron otras refonnas, coma la privatizaci6n de las empresas ptiblicas, que EL IMPUISO Y SU FRENO, 1983-1989 295 FI LA DD .C OM nudo se le plante6 la opci6n entre dos alternativas: gobernar efectivamente, desplegando su voluntad pero tensando las cuerdas afectaban los subsidios y las ventajas de cada uno, pues aunque creian en institucionales, o tra tar de concertar las distintas opiniones y llegar a gem:ral en las virtudes del liberalismo econ6mico, cada uno reclam6 que acuerdos que, al costo de soslayar problemas y opciones, fortalecieran la se mantuvieran sus privilegios particulares. repU.blica. Tironeado par distintas tradiciones, el gobiemo radical adopt6, En septiembre de 1987, luego de la derrota electoral, la posici6n <let go mientras pudo, una suerte de via media. biemo se debilit6 aceleradamente. En noviembre, los gremialistas se alejaron Los grandes apoyos del gobierno se encontraban en el radicalismo yen del gabinete. El peronismo, sabre todo, apuntando con nuevo optimismo a el amplio conjunto de la civilidad que directa o indirectamente lo habia las elecciones presidenciales de 1989, se neg6 a respaldar reformas cuyo res paldado. Se trataba de un actor politico nuevo, mucho mas inestable costo social era evidente. De ese modo, la proyectada reconciliaci6n con las que aquel, pero que, par las peculiares circunstancias de la crisis del corporaciones, que supuso un fuerte deterioro de la imagen del gobierno regimen militar, tuvo en sus inicios un gran poder. La ucR habia sido radical ante la civilidad, tampoco rindi6 las frutos esperados en el terreno tradicional mente el gran partido de la civilidad, y el que contaba con econ6mico, donde la inestabilidad y la sensaci6n de falta de gobemabilidad mayores antece dentes y capacidades para organizarla. En realidad, se fueron crecientes. trataba de nn partido complejo y fragmentario, en el que coexistian variadas tendencias y donde se representaban mU.ltiples intereses, a menudo de peso local o regional, todo lo cual daba un gran mosaico, LA APELACI6N A LA CIVILIDAD dillcil de unificar. Desde 1983 Rall.I Alfonsin estableci6 un fuerte liderazgo partidario, Inicialmente el gobiemo radical s6lo habfa sido tolerado por las grandes capitalizando el apoyo que habia ganada en la civilidad. Su agrupaci6n in corporaciones -en rigor, el candidato peronista hubiera satisfecho mucho terna, el Movimiento de Renovaci6n y Cambia -que fund6 en 1972, mas cabalmente a las Fuerzas Armadas ya la Iglesia-, de mod.a que debfa cuando respaldarse en su poder institucional. Pero alli tambien su apoyo era limi disputaba la conducci6n con Ricardo Balbin-, era paco mas que una red tado, en particular en el Congreso: la mayorla que tuvieron las rad.kales en de alianzas personales, eficaz para ganar elecciones intemas, pero poco la Camara de Diputados hasta 1987 se contrapesaba con la mayoria relativa consistente cuando se trataba de proponer a la sociedad grandes lineas de los peronistas en el Senado, donde un grupo de representantes de parti prograrruiticas. Mas notable fue la acci6n de un grupo de dirigentes j6ve dos provinciales desempefiaba el beneficioso papel de .irbitro inconstante. nes, provenientes en su mayoria de la militancia universitaria, que integr6 Asi, las dos grandes partidos tenian en el Congreso -que debia ser el cora la Junta Coordinadora Nacional, la "CoordinadoraN. Surgido hacia 1968, el z6n del nuevo sistema democriitico institucional- la posibilidad de vetarse grupo conservaba rasgos de la etapa anterior a 1975: confluencia de tradi rectprocamente.Debido a que no hubo acuerdos previos sobre c6mo se ciones socialistas y antiimperialistas, sentido de la militancia organica y de con duc.irla el proceso politico, que nadie dudaba en calificar coma la disciplina partidaria, fe en la movilizaci6n de las masas. Volcados en transicional, fue mas dillcil aiin llegar a ellos cuando cad.a part:ido procur6 1982 a la vida partidaria detr.is de Alfonsin, aportaron algunos elementos desempe:fiar con eficacia sus respectivos papeles de oficialismo y oposici6n. ideol6gicos a su discurso, pero sabre todo una gran capacidad para la or Esta situaci6n le plante6 al gobiemo, necesitado de un fuerte apoyo ganizaci6n y la movilizaci6n de esa civilidad que estaba constituyendose politico, dificultades para encarar las problemas de la crisis, y tambien los en actor politico, y a la que Alfonsin convocaba con el programa de la del proceso de institucionalizaci6n de la democracia, todavia fragil. A meCanstituci6n. Tambien aportaron cuadros tanto para la lucha partidaria Este archivo fue descargado de https://filadd.com coma para la administraci6n del pais, que sabresalieron par su disciplina, FI LA DD .C OM su eficacia y tambien su pragmatismo para tejer alianzas y ejecutar politi- Este archivo fue descargado de https://filadd.com tradiciones politicas detras de nn Unico proyecto democr.itico y modemi296 BREVE HISIORLA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM c.as.s6lo genericamente filiadas en los contenidos programaticos originales. La Coordinadora gan6 mucho pod.er y suscit6 resistencias intemas, en un contexto de disputa partidaria en el que la unidad, dificil y precaria, s6lo pod.fa mantenerse gracias a la conducci6n, fuerte y en cierto modo caudi llesca, de quien era a la vez presidente de la Naci6n y del partido. El pacto entre Alfonsin y la civilidad se sell6 en la campa.fia electoral de 1983, con los actos masivos y con la fe com-Un en la democracia como panacea. Consciente de que alli residia su gran capital politico, Alfonsin sigui6 utilizando esa movilizaci6n, convocindola para resolver la cuesti6n del Beagle o enfrentar el cumulo de amenazas que se cemia en las visperas del Plan Austral. Sohre todo, trabaj6 intensamente en su educaci6n, en la cons tituci6n de la civilidad coma actor politico maduro y consciente. Para la movilizaci6n callejera -un estilo politico emparentado con el de las gran des jornadas de diez afios atr.is-, la Coordinadora era insustituible, pero para esta otra labor necesit6 del apoyo de un conjunto de intelectuales, convocados para asesorarlo en diversos lugares e instancias. Estos le sumi nistraron los insumos de ideas, reelaboradas y volcadas con singular peri c:i.a por un dirigente que --coma ha puntualizado Carlos Altamirano- es- taba convencido de que el Unico gobiemo legitimo era el que se basaba en el convencimiento de la sociedad por media de argumentos racionales. Alfonsin le propuso los grandes temas y las grandes metas. La lucha contra el autoritarismo y por la democratizaci6n cubri6 la primera fase de su gobiemo. Pero desde el Plan Austral, y sobre todo luego del triunfo elec toral de noviembre de 1985, su discurso se orient6 hacia los tern.as deI pacto democrtitico, la participaci6n y la concertaci6n, y hacia la nueva meta de la modemizaci6n, un concepto que incluia desde las estructuras institucionales hasta los mecanismos de la economia, en los que las cuestiones de la reforma del Estado, la apertura y la desregulaci6n aparecian formulados en el context□ de la democracia, la equidad y la etica de la so lidaridad. Toles temas se manifestaron en una serie de reformas concretas, de disunil viabilidad, que sucesivamente propuso: ta reforma del Estad.o, el traslado de la Capital al sur o la reforma constitucional, no concretadas pero con las que logr6 mantener Ia iniciativa en la discusi6n pU.blica. En todos ellos subyada una inquietud com.Un: la convergencia de distintas Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C z dor. Tambien una tentaci6n: la articulaci6n de esas tradiciones en un movimiento politico que las sinteti.zara y que, con referenc:i.a a los antece dentes del yrigoyenismo y el peronismo, comenz6 a denorninarse el tercer movimiento hist6rico. .Este planteo, que nunca lleg6 a explicitarse plenamente, hizo rechinar la estructura del partido gobernante, que ll.evaba cuatro decadas comba tiendo el movimientismo: de Per6n, de Frondizi, de Ia corporaci6n sindical, de algunos sectores empresarios. Pero sabre todo, la apelaci6n a la movili zaci6n de la civilidad, sumada al fuerte protagonismo presidencial, suscit6 dudas sabre su relaci6n arm6nica con el proceso de institucionalizaci6n democratica. Dado el equilibria de fuerzas y el reparto de posiciones insti tucionales, el gobiemo a menudo debi6 elegir entre atenerse estrictamente a las norrnas republicanas y aceptar una concertaci6n que lo alejara de sus objetivos programilticos, o combinar aquel apoyo, de naturaleza mas bien plebiscitaria, con el amplio margen de autoridad presidencial que las nor mas y los antecedentes acordaban, y asi presionar al Congreso desde la calle, pasarlo por alto, orientar quizas a la Justi.cia. En varios casos, el go biemo de Alfonsin avanz6 por este camino, pero sus s6lidas convicciones eticas lo frenaron pronto, y con ello moderaron una voluntad politica que, contra Maquiavelo, se negaba a convertir en raz6n suprema. Las fragiles bases de su poder residian en la coherencia y la tensi6n de esa civilidad que Io habia consagrado presidente. Sus lirnitaciones pasaban par la fidelidad al pacto inicial, construido en torno del principio del interes general, pronto corroido por el resurgimiento de los intereses sectoriales, por Ia primada de nuevas cuestiones, no contempladas inicialmente, com□ la econ6mica. y por la emergencia de nuevas alternativas politicas, que lo pri varon de Iainiciativa discursiva. Estas surgieron a izquierda y derecha, pero sabre todo de un peronismo renovado. Un heterogeneo conjunto de fuerzas provenientes de la izquierda y de la experiencia de 1973 se nude6 en torn□ del Partido Intransigente (PI), con un program.a que se ubicaba en el mismo terreno que el <lei a1fonsi nismo -la defensa de Ios derechos humanos, la reivindicaci6n de la civili dad y la democracia-, aunque agregaba consignas nacionalistas y antiim perialistas, aplicadas a la cuesti6n de la deuda externa. Inicialmente esta fuerza aspir6 -de una manera ya conocida en la izquierda- a capitalizar OM 297 EL IMPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA la prevista disgregaci6n del peronismo, pero luego se dedic6 a sefialar Ia infidelidad del gobierno al program.a primigenio y a radicalizar las consig nas de 1os derechos humanos, al tiempo que el antiimperialismo le permi tfa sintonizar con aquellos sectores del sindicalismo que levantaron la bandera del repudio a la deuda externa. No lograron, sin embargo, cons tituir un polo alternativo: el PI se disgreg6 y fue absorbido par el pero ELIMPUISOYSUFRENO, 1983-1989 299 De manera progresiva fue articul.indase dentro del peronismo una co rriente opuesta -la renovaci6n- que combati6 duramente con Ia conduc ci6n oficial, hasta que a fines del aiio 1985 conquist6 Ia preerninencia en el partido. El peronisma renovador ---entre sus prindpales figuras se encon traban Antonio Cafiero y el gobemador de La Rioja, Carlos Menem- se proponfa adecuar el peronismo al nuevo contexto demacratico, insertarse en el discurso de la civilidad y sumarle el de las demand.as sociales tradi cionalmente asumidas par el peronismo, compitiendo desde la izquierda de su propio terreno con el gobierno, al que acompaiiaron incluso en te mas como el plebiscito sobre el Beagle. Cuando se produjo Ia crisis militar de Semana Santa de 1987, las d:irigentes renovadores manifestaron una so lidaridad total con1a institucionalidad democr.itica y respaldaron sin con diciones al gobierno. No s6lo inscribian al peronismo en el juego democr.i tico, sino que, finalmente, parecian crear la condici6n de este: la posible altemancia entre partidos competidores y coparticipes. OM 298 FI LA DD .C nismo renovado. A la derecha, e intentando tambien aprovechar el debilitamiento de la bipolaridad de 1983, creci6 la Uni6n del Centro Democratico (uceoe), fun dada par Alvaro Alsogaray, el veterano mentor de las ideas liberales. Esas ideas, que gozaban de un gran predicamento en el mundo, en el contexto de las crisis del bloque sovietico y del Estado de bienestar, fueron traduci das aqui de una manera novedosa y atractiva por un partido que encontr6 en el contexto de la democrada la formula de la popularidad, particular mente entre las j6venes. Su exito electoral fue relativo -no logr6 afirmarse mas all.i de la Capital-, aunque pudo aspirar a convertirse en la tercera fuerza, que arbitrara entre radicales y peronistas. Mucho mas rotunda fue su exito ideol6gico, sabre todo a medida que la crisis econ6mica ponia de EL FIN DE LA ILUSI6N relieve la necesidad de soluciones de fondo. No es seguro que el Iibera lismo las tuVl.era, pero en cambio disponia de recetas faciles y atractivas, y El a:fio 1987 fue decisivo para el gobierno de Alfonsin. El episodic de Se de una aguda capacidad para sefialar los males del estatismo y del diri mana Santa represent6 la culrninaci6n de la participaci6n de la civilidad, gismo. Compiti6 con exito con el alfonsinismo en la educaci6n de la civili el maximo de tensi6n que se padia akanzar, y al mismo tiempo la eviden dad, y hasta reclut6 adeptos en el propio partido gobernante. cia de su litnitaci6n para doblegar un factor de poder tam.bit'.-n tensado. En Al competir con la fuerza gobemante en el terreno de la opini6n pll la Pascua de 1987, concluy6 definitivamente la ilusi6n del poder ilimitado blica, los partidos y las instituciones, izquierdas y derechas -con la salve de la democrada. Ademas, y ya embarcado en 1a negociaci6n con las dis dad de grupos extremos y minoritarios- contri.buyeron a reforzar la insti tintos intereses que habian sobrevivido al embate civil -militares, empre tucionalidad. Alga similar ocurri6 con el peronismo Iuego de una etapa sarios, sindicalistas-, Alfonsin perdi6 la exclusividad del liderazgo sabre la inicial de vacilaci6n. Inmediatamente despues de las elecciones de 1983, y civilidad. Si bien los competidores de derecha e izquierda cosecharon alga, en medio de un gran desconcierto y de profundas divisiones, predomina las mayores ganandas fueron para el peronismo renovador. En un clima ron quienes -encabezadas par el dirigente de Avellaneda Herminia Igle de deterioro econ6mico agudi.zado y de inflaci6n creciente, las elecciones de sias- quisieron combatir al gobierno desde las viejas posiciones naciona septiembre de 1987 les dieron un triunfo si no categ6rico, importante en Iistas de derecha, y alentaron el acuerdo de politicos y sindicalistas terminos de poder: el radicalismo perdi6 la mayoria en la Camara de Di peranistas con las militares y con quienes, coma el expresidente Frandizi, putados y el control de todas las gobernaciones, con excepci6n de las de se habian convertida en sus voceros. En ese contexta, se apusieron al C6rdoba y Rio Negro, t1nicos distritas, junto con la Capital Federal, en los acuerdo con Chile y fueron categ6ricamente derrotados en el plebiscito. que logr6 trtunfar. Este archivo fue descargado de https://filadd.com los amotinados terminaron BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA El gobiemo sinti6 fuertemente el impacto de una derrota que cuestio naba su legitimidad y su capacidad de gobemar, y desde entonces hasta que traspas6 el rnando, en jullo de 1989, las dificultades para su gest:i.6n fueron crecientes, hasta llegar a convertirse en un calvario. El plan econ6mico lanzado en julio y completado en octubre le dio un moroentaneo res OM 300 FI LA DD .C piro, SObre todo porque la oposici6n peronista acept6 compartir la respon sabilidad en la aprobaci6n de los nuevos impuestos necesarios para equilibrar las cuentas del Estado. Pero no acompaii.6 al gobierno en las transformaciones de fondo, coma el programa de privatizaci6n de empre sas estatales, de modo que la credibilidad de la nueva orientaci6n fue es casa y los signos de la crisis -fuerte inflaci6n, incapacidad para afrontar los pagos de la deuda-pronto reaparecieron. En el propio partido, alzaron sus voces los disconforrnes con la conducci6n de Alfonsin, quien r.ipidamente propuso como candidato presidencial para 1989 al gobernador de C6r doba, Eduardo Angeloz, proveniente de los sectores mas tradicionales y poco identificado con las tendencias del allonsinismo. La cuesti6n militar, no cerrad.a en abril de 1987, tuvo dos nuevos epi sodios, en parte porque la situaci6n de las oficiales segufa irresuelta, pero sabre todo porque los activistas militares estaban dispuestos a aprovechar la debilidad del gobierno. En enero de 1988, el teniente coronet Aldo Rico, jefe de aquel alzamiento, huy6 de su prisi6n y volvi6 a sublevarse en un Jejano reg:imiento en el nordeste. A diferenci.a del afio anterior, la moviliza ci6n civil fue minima, aunque tambien el respaldo militar a los sublevados result6 escaso: Rico fue perseguido por el Ejercito, y luego de un breve combate, se rindi6 y fue encarcelado en un establecimiento penal. A fines de 1988, hubo una nueva subtevaci.6n, encabezada por el coro nel Mohamed,Alf Seineldfn, que como Rico perteneda al grupo de los denominados "heroes de las Malvinas", y a quienes todos sindicaban como elverdadero jefe de las carapintadas Seineldin se sublev6 en un regimiento pr6ximo a la Capital y reclam6 una ampBa amnistfa, una reivindicaci.6n de la institud6n yuna renovaci6n de los mandos, pues simultineamente se di rimia una cuesti6n interna. Como en Semana Santa, se comprob6 que el grueso del Ejerdto, y probablemente porciones importantes de las otras ar m.as, se negaban a reprimirlo, compartian sos archivo descargado de https://filadd.com ideas y hasta hacian suyo su programa. Como en SemanaEste Santa, y pesefue a que 301 FI LA DD .C en prisi6n, el resultado final fue incierto. Desde el punto de vista del go bierno, quedaba claro que no acertaba a conformar ni a la civilidad -que lo encontraba claudicante- ni a los oficiales, cuyos reclamos pasaban de la "ampha amn:istia" al indulto a los condenados y la reivindicaci6n de la lucha contra la subversi6n. En definitiva, el proyecto de reconciliar a la sociedad con las Fuerzas Armadas habia fracasado. Aquella se sentia de1todo ajena a las inquietudes de los "carapintadas y aun quienes tradicionalmente habfan apelado a los militates repudiaban su actitud subversiva y el nacionalismo fascistizante que esgrimian. Estas, por su parte, se encerraban en reivindica ciones por completo corporativas, pues la demanda de su rehabilitaci6n se sumaba a novedosos planteos salariales que mostraban que tambietl ellos habian sido alcanzados por la crisis del Estado. En enero de 1989 un grupo terrorista, escaso en ntl.mero, pobre en re cursos, aislado y trasnochado, asalt6 el cuartel de La Tublada en el Gran Bue nos Aires, y el Ejercito encontr6 la ocasi6n para realizar una aplastante de mostraci6n de fuerza, que culmm6 con el aniquilamiento de los asaltantes. El reconocimientoque recogi6 por la acd6n fue elprimer indicio del cambio de prioridades y valores en la opini6n pllbllca. Podia anticiparse que final mente la cuesti6n militar abierta Uevarfa a la reivindicaci6n de los militares, el olvido de los crimenes de la "guerra sucia yelentierro de las ilusiones de la civilidad, aunque le tocaria al gobiemo de Menem dar el gran paso de am nistiar a los jefes condenados. La cuesti6n politica tampoco se cerr6 satisfactoriamente para la civili dad democrAtica. Luego de la elecci6n de septiembre de 1987 creci.6 la fi gura de Antonio Cafiero, gobemador de Buenos Aires, presidente del Par tido Justicialista (PJ) y jefe del grupo renovador, que se perfi.laba como probable sucesor de Alfonsin. En muchos aspectos, Cafiero y los renovado res hab(an remodelado el peronismo a imagen y semejanza del alfonsi nismo: estricto respeto a la institucionalidad republlcana, combinada con un persistente movimientismo; propuestas modern.as y democr.1.ticas, ela boradas por sectores de intelectuales; distandarniento de las grandes cor poraciones, y establecimiento de acuerdos minimos con el gobierno para asegurar el tra!l.sito ordenado entre una presidencia y otra. Quiz.as eso los perjudic6 frente a su competidor dentro del peronismo: el gobernador de La Rioja, Carlos Menein, tambien enrolado en la renova- OM EL IMPULSO Y SU FRENO, 1983-1989 Este archivo fue descargado de https://filadd.com conBREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C ci6n, pe:ro cultor de un estilo politico mucho mas tradicional. Menem de mostr6 una notable capacidad para reunir en tomo suyo diferentes segmen tos del peronismo, desde las clirigentes sindicales, rechazados par Cafiero, hasta antiguos militantes de la extrema derecba o la extrema izquierda de las a:iios setenta, junta con caudillos o dirigentes locales desplazados por las renovadores, coma Eduardo Duhalde, que le construy6 una s6lida base electoral en la provincia de Buenos Aires. Con este heterogeneo apoyo, ex plotando su figura de caudillo tradicional para diferenciarse de sus rivales modernizadores, y sin necesidad de precisar una propuesta o programa, gan6 la elecci6n interna -realizada mediante el OM 302 FI voto directo de las afilia dos-, yen julio de 1988 qued6 consagrado candidato a presidente. En las meses siguientes extendi6 y perfeccion6 su formula Se familia riz6 con las propuestas neohberales, que estaban ganando consenso, y se vincul6 con el grupo Bunge y Born. Teji6 en privado s61idas ahanzas con las dirigentes de la Iglesia y los oficiales de las Fuerzas Armadas, indu yendo a los ucarapintadas". Pero en piiblico ape16 al vasto mundo de "los humildes a quienes se dirigi.6 con un mensaje de estilo mesianico, con un despliegue escenografico que resaltaba su figura de sant6n, en el que la urevoluci6n productiva" y el "salariazo" preanunciaban la entrada en la tie rra de promisi6n. Si en el voluntarismo se acercaba al estilo de A1fonsin, todo lo demas lo diferenciaba, al tiempo que testimoniaba la realidad de una sociedad que estaba emergiendo, dominada por la miseria, en la que este tipo de discurso resultaba mucho mas eficaz que la interpelaci6n ra cional. En suma, nadie podia asegurar que haria exactamente el candidato peronista en caso de resultar triunfante, pero estaba claro que serfa prag lllatico y poco apegado a compromisos programiticos. El gobemador de C6rdoba, Eduardo Angeloz, su competidor, trat6 de capitalizar el temor que suscitaba el populism □ de Menem y tambien in tent6 captar al electorado que criticaba las facetas m.is progresistas de Al fons.in. Por ello, se acerc6 a las propuestas neohDerales, y mientras Menem prometfa volver al paraiso de la distribuci6n, Angeloz anticipaba un re Corte del gasto fiscal, que simbolizaba con un lapiz rojo dispuesto a tachar todo rubro innecesario. Es posible que con esas alternativas fuera inevitable el triunfo del can didato opositor, segiin una dinamica muy propia Este de las democracias archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C solidadas, en las que las dificultades de la sociedad se cargan en la cuenta de las gobemantes. Pero faltaba el ingrediente final, que transform6 una posible transici6n ordenada en otra catastr6fica. En agosto de 1988 el go bierno1anz6 un nuevo plan econ6mico, que denomin6 "Primavera", con el prop6sito de llegar a las elecciones con la inflaci6n controlada, pero sin realizar ajustes que pudieran enajenar la voluntad de Ia poblaci6n. Al con gelamiento de precios, salarios y tarifas -aceptado a regafudientes por las representantes empresarios-, se agreg6 la declarada intenci6n de reducir dtAsticarnente el deficit estatal, condici6n para lograr el indispensable apoyo de las acreedores externos, mucho mas remisos que antes. En con diciones politicas muy distintas que las de 1985, el plan march6 de entrada con dificultades: 1a predisposici6n de las distintos actores a mantener el congelamiento fue escasa; los cortes en los gastos fiscales fueron resistidos, sobre todo por las aguerridos sindicatos estatales; la negociaci6n con las entidades financieras extemas march6 muy lentamente, y los fondos pro metidos llegaron con cuentagotas; en cambio lo hicieron los capitales es peculativos, para aprovechar la diferencia entre tasas de interes elevadas y cambio fijo, contando con retornar en cuanto se anunciara la posibilidad de una devaluaci6n. Se trataba, en suma, de una situaci6n explosiva, que reposaba exclusi vamente sabre Ia confianza e:xistente en la capacidad del gobiemo para mantener la parldad cambiaria. En diciembre de 1988 ocurri6 el episodio de Seineldin, al que sigui6 una aguda crisis en el suministro de electricidad y, poco despues, el asalto al cuartel de La Tablada Por entonces el Banco Mundial y el FMI hmitaron sus creditos al gobierno argentino. Cuando am. bas instituciones hicieron este anuncio, todo el edificio se derrumb6. El 6 de febrero de 1989, el gobierno anunci6 la devaluaci6n del austral -que devor6 la fortuna o los ahorros de quienes no supieron retirarse a tiempo, incluyendo a importantes grupos empresarios- e inid6 un periodo en que el d6lar y los precios subieron vertiginosamente y la economia entr6 en descontrol. Luego de largos periodos de aha inflaci6n, lµbia llegado la hi perinflaci6n, que destruy6 el valor del salario y de la mooed.a misma y afect6 la producci6n y la circulaci6n de bienes. En ese clima se vot6 el 14 de mayo de 1989. El PJ obtuvo un rotunda triunfo y Carlos Menem qued6 consagrado presidente. La fecha prevista OM 303 ELIMPULSOYSUFRENO, 1983-1989 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA IX. La gran transformaci6n, 1989-1999 LA DD .C para el traspaso era el 1O de diciembre, pero pronto fue evidente que el gobiemo saliente no estaba en condiriones de gobernar hasta esa fecha, maxi.me cuando el candidato triunfante rehus6 toda colaboraci6n para la transici6n. A fines de mayo la hiperinflaci6n tuvo sus prim.ems efectos dramAticos: asaltos y saqueos a supermercados, duramente reprimidos. Poco despues, Alfonsfu renunci6, para anticipar el traspaso del gobierno, que se concret6 el 9 de julio, seis meses antes del plaza constitucional. La imagen de 1983 se habia invertido, y quien habia sido recibido coma la expresi6n de la regeneraci.6n deseada se retiraba acusado de incapacidad. y de c1audicaci6n. OM 304 9 DE JULIO DE 1989, el presidente Alfonsin entreg6 el mando al electo Carlos Salli Menem. Se trataba de la prim.era sucesi6n constitucional desde 1928, y de la prim.era vez, desde 1916, que un presidente dejaba el poder al candidato opositor. Por otra parte, comenz6 un nuevo ciclo de sucesivos gobiernos peronistas. El presidente electo puso su sello en la prim.era fase del segundo peronismo: el menemismo. Menem asumi6 en media de la crisis hiperinflacionaria e inici6 un vasto conjunto de refonnas econ6micas y estatales, cuyas consecuencias se fueron manifestando gradualmente. En 1995, fue reelecto, por cuatro aftos, luego de que la reforma constitucional de 1994 habilitara esa posibilidad. En 1999, al fin de su mandato, entreg6 el pod.er a Fernando de Ia RU.a, candidato de la Alianza, una coalici6n opo sitora que incluia a la Uni6n Cfvica Radical (UCR). El peronismo conserv6 importantes posiciones en los gobiernos provinciales y en el Congreso. Nuevamente, las principios institucionales paredan consohdados. FI EL AJUSTE Y REFORMA DEL ESTADO Menem inici6 su gobiemo en media de una crisis formidable: la hiperinfla ci6n, desatada en abril, se prolong6 hasta agosto; en julio la inflaci6n fue del 200%, y en diciembre todavia se mantenia en el 40%. Mientras todo el mundo convertia sus australes en d61ares, grupos de personas desesperadas Este archivo fue descargado de https://filadd.com asaltaron t:iendas y supermercados, y la represi6n dej6 varios muertos. FI LA DD .C OM Con Este archivo fue descargado de https://filadd.com 306 LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA un fisco en bancarrota, moneda licuada, sue1dos inexistentes y Violencia social, qued6 expuesta la incapacidad del Estado para gobernar y hasta para asegurar el orden. Para Menem, ademas, estaba en cuesti6n el poder que habfa ganado en las umas y que debfa legitimar con una gesti6n eficaz. Lo nuevo no era Ia crisis, sino su violencia y espectacularidad. Para en frentarla, existia una receta generica, elaborada en el mundo, en la decada 307 FI LA DD .C OM ban ni sus antecedentes ni tampoco su campaiia electoral, de estilo peronista tradiciona1. Pero con notable audacia, apartandose de su tradict6n ideol6gica y discursiva, dio un giro copernicano, anunci6 la necesidad de una ci.rugia mayor sin anestesia': abjur6 del "estatismo", alab6 la "apertura , proclam6 la necesidad y la bondad de las privatizactones y se bur16 de quienes "se ha.bean quedado en el 45''. Tumbien apel6 a gestos casi desme didos: se abraz6 con el almirante Rojas, se rode6 de las Alsogaray -padre anterior, reelaborada para Am€rica Latina en el llamado "Consenso de e hija- y confi.6 el Ministerio de Economia a un alto directivo del gru.po Washington' transmitida por el Fonda Monetarto Internacional (FMI) y el Bunge y Bom, de quien se deda que trafa un plan econ6mico salvador. Banco Mundial y difundida por econo:rnist:as y periodist.as, que fueron confor Con frases contundentes, dio testimonio de sus nuevas convicciones y de mando un nuevo sentido comUil: era necesaria una profunda transfonnaci6n su capacidad para llevarlas adelante, mas alla de presiones y vetos secto de la relad.6n entre el Estado y la sociedad, ta1 coma estaba fundonando riales. Quiz.i por eso fue que, de entre las muchas form.as de aplicar la desde 1930. Los gastos del Est.ado benefactor eran excesivos. Subsidios y receta reformista -graduar las tiempos, tomar las resguardos y calibrar las pre bendas restaban efictencia a la economfa y agravaban el deficit fiscal, que transiciones-, eligi6 una simple, tosca y destructiva. Es posible que tam se saldaba con emisi6n monetarta. La pertinaz ioflact6n habia desembocado bien calibrara la calidad de los instrumentos estatales disponibles, poco fi nalmente en el colapso fiscal La soluci.6n consistia en una drasti.ca reforma aptos para una instrumentaci6n mas refinada. y un ajuste del Estado, que a la vez suprimiera el deficit fiscal y liberara a la El gobierno emprendi6 con decisi6n el camino de Ia refonna y el ajuste eco nomia de una tutela asfixiante. estatal. El Congreso sancion6 dos grandes leyes, que daban al Ejecutivo am :Se trataba de un consenso generico. _Carlos Altamirano record6 consen sos similares en 1958 con el "desarrollismo" yen la segunda mitad de los plias prerrogativas. La ley de emergenda econ6mica suspendi6 todo tipo de subsidios, privilegios y regfmenes de promoci6n, y autoriz6 el despido de sesenta con el "cambio de estructuras". Cada uno Io interpret6 a su modo, a veces actuando para el mismo gobiemo. Luego, los resultados dependieron em pleados estatales. La de reforma del Estado declar6 la necesidad de privatizar una extensa lista de empresas estatales. De un plumazo se de otros factores, no siempre previsibles. Durante el Proceso, Martinez de elimin6 el lta mado "capitalismo asistido" -aunque hubo unas cuantas Hoz inici6 ese camino, aunque sin avanzar mucho, y, de otro modo, tam excepciones- y se redujo dra5ticamente el deficit fiscal. bien lo ensay6 Alfonsin al final, sin poder ni convicci6n. Habia fuertes El gobiemo se concentr6 en la rilpida privatizaci6n de la Empresa Na res:is tencias entre quienes asoctaban las refonnas con la dictadura y los grandes intereses; los empresarios, queen general acordaban con la cional de Telecomunicaciones (ENTEL) y de Aerolineas Argentinas. Perse reducci6n de la intervenci6n estata1, hacian la salvedad, cada uno, con su guia varios prop6sitos: demostrar voluntad y capacidad refonnista, obtener propio subsidio o prebenda. En 1989 la hiperinflaci6n allan6 las dinero contante para el fisco, dar sen.ales a los acreedores externos y com resistencias y convenci6 a todos de que no habia alternativa a la reforma pensar a los contratistas que perdian sus prebendas. Asf, se convoc6 a gru pos y el ajuste. mixtos, integrados par empresarios locales, operadores internacionales Carlos Menem fue uno de las conversos. Percibi6 el riesgo de Ia hipe expertos y banqueros que aportaban titulos de la deuda externa; estos fue rinflaci6n -terminar atrapado por la vorilgine, como su predecesor- y ron aceptados a su valor nominal, de modo que los acreedores cambiaron papeles de dudoso cobra par activos empresariales. Se asegur6 a las nue vas tambien la oportunidad:habi:a tanta necesidad social de orden ptiblico yes tabilidad que las refonnas, hasta entonces rechazadas, resultarlan tolerables, empresas un sustancial aumento de tarifas, escasas regulaciones y una y ad.em.is le permitirian reunir el apoyo necesario para consolidar su poder. situaci6n casi monop61ica En terminos parecidos, en poco mas de on afio Este archivo fue descargado de https://filadd.com Debia ganar 1a confianza del establishment econ6mico, pero no lo ayuda- BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA se habian privatizado Ia red vial, los canales de televis:i6n, buena parte de Ios ferrocaniles y de las areas petroleras de Yacimientos Petrolfferos Fisca les (YPF). Tambien se proclam6 la apertura econ6mica, atenuada por las LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 309 exteroo. Los resultados inmediatos fueron muy exitosos: cay6 la inflaci6n OM 308 y tambien la fuga de divisas, vo1vieron capitales emigrados, bajaron las ta FI LA DD .C sas de interes, hubo una r<lpida react:ivaci6n econ6mica y mejor61a recau urgencias fiscales. daci6n fiscal. Pese a la mejora en las ingresos, sabre todo par Ios fondos de las pri La convertibilidad -una driistica m dida- fue reforzada por otras dos vatizadones, no se alcanz6 el equilibria fiscal y la inflaci6n se mantuvo d:isposiciones. La reducci6n general de aranceles -cayeron a una tercera alta. A fines de 1989 se produjo una segunda hiperinflaci6n, con saqueos parte de su anterior valor- concret6 la tantas veces anunciada apertura y p.inico, aunque pas6 mas silenciosamente.El nuevo ministro de Econo econ6mica. Para mejorar r.ipidamente la recaudaci6n fiscal, se elevaron 1os mia, Antonio Ennan Gonzalez, del intimo drculo pres:idencial, actu6 de impuestos mas faciles de cobrar -al Valor Agregado ya las Ganancias-, a manera drilstica. Con el Plan Bonex se apropi6 de las dep6sitos a plaza costa de mejorar el ahorro y la inversi6n o de considerar alglin criteria de fijo de las ahorristas, que cambi6 par bonos en d6lares de largo plaza. A equidad social. Par otra parte, la Direcci6n General hnpositiva (DGI) logr6 eso agreg6 una fuerte restricci6n de las pagos estatales y de la circulaci6n una mejor recaudaci6n, persigui.endo a los evasores, incluso a los "ricos y monetaria. La inflaci6n se redujo, pero a costa de una fortfsima recesi6n famosos' y el rn1mero tributario personal -la Clave Unica de que, al cabo de un afi.o, habfa deprimido los ingresos fisc.ales. Para solucio Identlficaci6n Tributaria (curr)- se convirti6 en el nuevo documento de narlo, se ape16 de nuevo a la emisi6n, y la inflaci6n volvi6 a desatarse. A identidad. fines de 1990, con la economia otra vez en estado critico, estal16 el escan Con las cuentas fiscales mejoradas y con suficientes pruebas sabre la dalo del Swiftgate. seriedad del rumba adoptado, el gobierno pudo renegociar su deuda ex El embajador estadounidense denunci6 que el frigorifico Swift era pre terna, en el marco del Plan Brady, acordando un plan de pagos razonable. sionado par rniembros del circulo presidencial -la denominada "carpa La Argentina volvi6 a ser confiable para Ios inversores globales, en mo mentos en que una masa de d61ares circulaba par el mundo a la chica"- que reclamaban coimas para permitir la sanci6n de determinados decretos. El trafico de influencias, favorecido par la excepcionalidad de las bU.squeda de "mercados emergentes" mas rendidores que los medidas, era bien conocido; el diputado Jose Luis Manzano se hizo celebre metropolitanos, por en tonces retraidos. Entre 1991 y 1994, entr6 al pais por la frase "yo robo para la Corona". En este caso, Ia intervenci6n del go una cantidad considera ble de d6lares, con los que el Estado cumpli6 sus compromisos y sald.6 su deficit, y las empresas se reequiparon. La biemo estadounidense provoc6 una serie de cambios y rotaciones en el estabilidad lograda con la conver tibilidad potenci6 el primer proyecto ga binete que, a principios de 1991, llevaron al Ministerio de Economia al en reformista, retomado par el ministro Cavallo, un economista de formaci6n tonces canciller Domingo Cavallo. ortodoxa y con fuerte vocaci6n poli tica. Este incorpor6 a un grupo Cavallo encar6 el problema de la inflaci6n mediante Ia trascendente numeroso de economistas y tt'.-cnicos de alta capacidad profesional, lo ley de convertibilidad, que durante diez afios marc6 las pautas de la eco nomia. Se estableci6 una paridad cambiaria fija; embletnaticamente, un dirigi6 de manera coherente y disciplinada y lo proyect6 a diversas areas d61ar equivaldria a un nuevo "peso y se prohibi6 al Poder Ejecut:ivo emit:ir del gobiemo, logrando que estas se alinearan con su proyecto. Fue moneda par encima de las reservas, de modo de garantizar esa paridad. El decisivo el apoyo del presidente Menem, que se en carg6 sobre todo de Estado consigui6 desalentar las perspectivas inflacionar.ias, pero a costa lidiar con las viejos peronistas. Durante cuatro a.fi.os, ambos se de renunciar a su mas importante instrumento de intervenci6n en la potenciaron redprocamente, combinando claridad en el rumba con intuici6n politica Asi fortalecido, el equipo gobemante dej6 de estar a econo mia Culminaba asi una historia de reducci6n de la capacidad de merced de las humores de los operadores financieros, los acreedores o los acci6n del Estado, iniciada en 1976 y profundizada luego con el grandes empresarios, y pudo fijar un rumba en forma independiente de endeudamiento Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM sus requerimientos cotidianos. Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HlSTORIA CONTEMPORANEA DE IA ARGENTINA FI LA DD .C Cavallo avanz6 con firmeza en las reform.as estructurales iniciadas en 1989, pero con mas prolijidad Para achicar el deficit fiscal, el Estado nacio naltransfiri6 a las provincias la mayoria de los servidos de salud y educa tivos, aunque sinincluir los recursos presupuestarios correspondientes. Se continu6 con la venta de las empresas del Estado, pero la privatizaci6n de las de electricidad, gas y agua incluy6 garantias de competencia, mecanis mos estatales de regulaci6n y control y la venta de acdones a particulares; incluso se previ6 la participaci6n de las sindicatos en algunas de las nue vas empresas, con lo que gan6 la buena voluntad de las gremialistas. YPF, la emblemcitica empresa estatal, fue privatizada par etapas. Primera se la fraccion6, se vendieron las refinerias y se entreg6 a Ios contratistas las areas con reservas comprobadas de petr61eo, que pudieron exportar libreM mente. Luego se vendieron las acciones; diversas agendas del Estado con servaron una cantidad importante, y los trabajadores otra parte. Con los ingresas se saldaron deudas con las jubilados, lo que sirvi6 para atenuar las opiniones adversas. En atros terrenos las resistencias disminuyeron el impetu reformista. Se encar6 Ia privatizad6n del regimen previsional, lo que implicaba un problema fiscal inmediato, al perderse las aportes de las trabajadares; pero se esperaba un beneficio en el median□ plaza, cuanda estas nuevas empre sas privadas de jubilaci6n movillzaran una considerable masa de ahorro intern□.La reforma traia un cambia de criteria import.ante, pues se pasaba del conacida Sistema basado en la solidaridad intergeneracional a otro fun dado en el ahorro personal. Huba resistencias, que se expresaron en el Congreso, y finalmente se acord6 mantener en parte el regimen estatal. SiM milar criteria contemparizador se tuvo con la flexibilizaci6n <lei regimen laboral; las s:indicatos pudieron evitar cambios significativos, lo mismo que De ese mod□, merced a la feliz coyuntura financiera internacional, mientras se avanzaba en reformas irreversibles, se atenuaron sus efectos OM 310 con la desregulaci6n de las □b ras sociales. Con las provincias se firm.6 un Facto Fiscal, para que acompafiaran la politica de reducci6n de gastos, per□ se tuvo una amplia tolerancia con el empleo de recursos fiscales para paliar los efectos del ajuste. La provincia de Buenos Aires recibi6 un sustancioso Fond □ de Reparaci6n Hist6rica del Conurbano Bonaerense, que signific6 un mil16n de d6lares por dia. Este archivo fue descargado de https://filadd.com mas duros. Vistas en la perspectiva de lo pasado y lo par venir, fueron tres aftos dorados: el Product□Bruto creci6 en fonna sostenida, a tasas masque respetables, 1a inflaci6n cay6 dristicamente, creci61a actividad econ6mica y el Estado mejor6 su recaudaci6n y hasta goz6 de un par de afios de su percivit fiscal, en buena medida debido a las ingresos por la privatizaci6n de las empresas. El consumo se expandi.6, con cr€ditos pactados en d6la res; muchas personas viajaron al exterior y otras compraron articulos imM portados, abaratados par la baja de aranceles. Esta bonanza ocult6 par un tiempo los aspectos mas duros de la gran transformaci6n, particularmente el desemplea, que pas6 del 7 al 12% en LA DD .C 1994. Cada privatizaci6n estuvo acompa:fiada de una elevada cantidad de despidos, sabre todo en las empresas estatales, dotadas de planteles su perabundantes, par abra de 1a hist6rica colusi6n entre administradores OM 311 LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 FI pUblicos y sindicalistas. Los efectos se disimularon al principio, por las importantes indemnizaciones pagadas, pero explotaron a partir de 1995. Cerraron muchas empresas privadas, que sufrieron la competencia de los productos importados; sobrevivieron las que se tecnificaron, incorpora ron nuevas maquinarias y redujeron su personal, y tambit'n las que se convirtieron en importadoras. Otros sectores eran golpeados par el con gelamiento de sus haberes, coma las empleados estatales a las jubilados, par el encarecimiento de los servicios pUblicos, debido a la privatizaci6n de las empresas o por las cortocircuitos financieros de varios gobiemos provinciales. tejos de replegarse, en estas afios el Estado despleg6 una impartante actividad, dirigida a aliviar los costos de la transici6n a algunos sectores o empresari.os seleccionados y a paliar las consecuencias sodales mas duras. Sus medidas fueron singulares y discrecionales, ajustadas a las criterios de focalizaci6n de Ia intervenci6n estatal que difu.ndia el Banco Mundial. La Secretaria de Desarrollo Social pus □ en marcha distintos planes destinados a lo que se llam61a reconversi6n de las desocupados, coma par ejemplo el estfmulo a las microemprendi.mientos, pero fue una acci6n espor.idica e ineficiente. Mis consistente fue el apoyo a las grandes empresarios. La in dustria automotriz recuper6 casi todos sus beneficios, y las grandes expor tadores, perjudicados por el peso sobrevaluado, recibieron distintas com pensaciones ftscales. Los cantratistas del Estado tuvieron el premio mayor: Este archivo fue descargado de https://filadd.com 312 LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 BREVE HISTORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA 313 FI LA DD .C OM For su eficacia, el gobierno fue premiado electoralmente en 1995, y Menem -que habia logrado reformar la Constituci6n- fue reelecto con amplitud. Pero qued6 claro que la estabilidad econ6mica dependia de la convertibilidad, y que no existia la opci6n de abandonarla. Un data inquie tante era el crecimiento de la deuda externa, que pas6 de 60 mil millones de d61ares de 1992 a 100 mil en 1996. Definitivamente,la economia argentina dependia del flujo de capitales extemos y de las volatiles decisiones de las in credit□ subsi diado o el rnanejo de las tarlfas de los servicios pUblicos, y versores, cada vez mas preocupados por los sucesivos derrumbes en las mer s61□ mantuvo los reintegros a las exportaciones, propios del viejo cados emergentes. capitalismo asistido, que sign.ificaban para el fisco un cost□ no La restricci6n del flujo de inversiones signific6 recesi6n, penuria fiscal despreciable. La soluci6n tradi-· cional -una devaluaci6n que hiciera mas y mayores dosis de ajuste. Par ese camino, qued.6 poco margen para lo competitiva la producci6n lo cal- eraimposib1e, y la convertibilidad se que hasta entonces hab:fa hecho Menem, con la tolerancia de los tecnicos: iba convirtiendo en un lecho de Procusto. dis tribuir un poco, compensar, acallar quejas, ganar complicidades. Los Para sobrevivir dia a dia, enjugar el deficit y honrar los compromisos acree dores reclamaron ajuste en las cuentas fiscales, en momentos en que con los acreedores extemos, fijados en el Plan Brady, eran indispensables au mentaban los reclamos de distintos sectores de la sociedad. En ese nuevos prestamos. Ya la decisi6n no dependfa del FMI, del cual podia espe punto el gobierno abandon6 el disefio de largo plaza y se limit6 a capear rarse una mirada general, sino de inversores globales, como los grandes la situa ci6n, dia a dia. fondos de inversi6n, .igiles para encontrar en cada momenta el rendi Quien prim.era sinti6 el impacto fue Cavallo. EI roinistro sali6 con exi.to miento mils alto en cualquier lugar del mundo. Pero al ape1ar a este re de1a crisis de 1995. Inici6 una nueva Serie de privatizaciones -el Correo, curso, cualquier oscilaci6n global producirla una cascada de efectos loca las centrales nucleares-, declar6 la emergencia previsional y restringi6 los les desastrosos: por Ia convertibihdad, la economia argentina se habia fondos transferidos a las gobiernos provinciales, que pasaron par momen tornado extremadamente vulnerable. tos de zozobra; muchos no pudieron pagar los sueldos de sus empleados, Esa vulnerabilidad se manifest6 a principios de 1995 por e1"efecto Te y finalmente se vieron obligados a realizar su propio y doloroso ajuste. quila": una devaluaci6n en Mexico produjo una corrida mundial de inver Pero Cavallo qued6 en el ojo de la tormenta. Los politicos peronistas se hi sores que abandonaron los mercados emergentes. En la Argentina hubo cieron eco <lei fuerte malestar social, que sumaron a sus urgencias un retiro masivo de fondos externos, se precipitaron el deficit fiscal y la electorales, recordaron sus viejos discursos y desde el Congreso centraron re cesi6n, y Ia desocupaci6n trep6 al:ins6lito nivel del 18%. El gobiemo sus baterias en el ministro. Cavallo se enfrent6 tambieD con los allegados actu6 r.ipida y eficientemente: hubo unapoda presupuestaria, reducci6n de que rOdeaban a Menem, y desde la llamada "carpa chica" gestionaban ne suel dos estatales, fuerte aumento de impuestos y un consistente apoyo del gocios poco claros y muy rendidores. Con la ley de patentes medicinales, FMI y del Banco Mundial. En lo inmediato, la "crisis del Tequila" fue Cavallo choc6 con lo·s senadores, encabezados por Eduardo Menem, que superada. Pese a la corrida, el sistema bancario pudo ser salvado, aunque defendfan al poderoso lobby de los laboratorios locales. Con la privatiza unos cuan tos bancos cerraron o fueron vendidos. Muchos de los d61ares ci6n del Correo, choc6 con el empresario postal Alfredo Yabr.in, que fugados re tomaro:n. El Producto Bruto, que cay6 el 4% en 1995, se manejaba negocios vastos y poco conocidos, a quien acus6 de evasor de im recuper6 en 1996 y avanz6 con fuerza en 1997, creciendo por encima del puestos y de mafioso; tambien involucr6 a las ministros de Interior y de 8%. Pero la desocu paci6n no cedi6, y se mantuvo apenas par debajo del Just:i.cia, ambos del circulo intimo del presidente. Con sus aCusaci.ones, insEste archivo fue descargado de https://filadd.com 15 por ciento. participar de las privatizaciones en condiciones ventajosas. Aigunos gran des grupos, como Perez Companc o Soldati, cosecharon los beneficios ini ciales y luego se desprendieron de sus participaciones. Hacia 1994, pasada la euforia, muchos de eIIos ya podian advertir Ios limites de Ia transformaci6n. La sobrevaluaci.6n <lei peso, consecuencia de la convertibilidad, afect6 a los e:xportadores. El gobierno habia renunciado a las herramientas trad.icionales de compensaci6n, coma el 314 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ta16 en la discusi6n pllblica eI tema de la corrupci6n gubemamental, que creci6 vertiginosamente en Ios afios siguientes. La relaci6n con Menem se LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 315 FI LA DD .C OM por sobre jueces y camaras, mediante el novedoso recurso del per saltum. Para eliminar controles y restricciones, removi6 a casi tpdos los miembros rompi6, y en julio de 1996 cavallo fue reemplazado por Roque del Tribunal de Cuentas y al fiscal general -el prestigioso Ricardo Moli Fernandez, un economista ortodoxo que presidia el Banco Central nas-, nombr6 por decreto al procurador general de la Naci6n, redujo el Formado en la ortodoxia liberal, Fernandez se preocup6 principalmente rango institucional de la Sindicatura General de Empresas Pu.blicas y des <lei ajuste de las cuentas fiscales. Elev6 los impuestos, redujo el nfunero de plaz6 o reubic6 a jueces o fl.scales cuyas inidativas resultaban inc6modas. empleados pUblicos y recort6 e1 presupuesto. Ad.em.as, impuls6 las prlvatiza Mas tarde, cuando el Congreso empez6 a cuestionar algunas de sus inicia ciones pendientes: el Correo, los aeropuertos y el Banco Hipotecario Nacio tivas, Menem recurri6 a los vetos parciales de las leyes y a los Decretos nal, y vendi6 las acciones de YPF en poder del Estado, inclusive la "acci6n de de Necesidad y Urgencia. Toda ello fue convalidado por representantes, oro". EI sector politico del gobiemo, preocupado por las futuras elecciones fun cionarios y magistrados, quienes aceptaron esta delegaci6n de presidenciales, puso obstaculos. Asifracas6 en el Congreso el proyecto sabre autoridad fle:xibilizaci6n laboral, una cuesti6n tan emblelllatica para los empresarios y en el presidente. para el FMI como para los sindicalistas. Incluso fracas6 Menem, quien in tent6 A eso le sum6 unestilo de gobiemo singular. Se concentr6 en Ia polit:ica, sortear Ia resistencia con un Decreto de Necesidad y Urgencia, sorpre pero no se ocup6 mucho de las cuestiones de administraci6n o gesti6n, que sivamente objetado par laJusticia, En 1997, en pleno tiempo electoral, Me-de1eg6 en un grupo de colaboradores de destacada capaddad, como los mi nem abandon6 la reforma y su ministro de Trabajo acord6 con los nistros Carlos Corach, Roberto Dromi o el ya mencionado Cavallo. Despues gremial:istas una ley intrascendente. Fernandez sigui6 defendiendo la orto de separarse de su esposa, Zulema Yoma, a la que debi6 desalojar de la daxia presupuestaria: se opuso a una ley sobre mejoramiento salarial para quinta de Olivos, transfonn6 esta residencia en una suerte de corte, rodeado los docentes y rechaz6 un ambicioso proyecto de construcci6n de 10 mil km de un cin::ulo intimo, con el que tambiell recorri6 el mundo a bordo de un de autopistas, que hubiera signi:ficado un riipido descenso de 1a desocupa nuevo y Iujoso avi6n presidencial Jntegraban el grupo antiguos amigos ci6n, pero tambien un buen aumento del deficit En visperas de per sonales y compaiieros de su vieja vida noctuma, a los que sum6 a elecciones decisivas, y en un contex.to cada vez mas recesivo, el gobiemo politicos de provincia, sindicalistas o antiguos militantes, reclutados de los enfrent6 el m.is di versos.imbitos del peronismo. A los vinculos de amistad se desafio de encontrar un balance entre los criterios fiscales del ministro de sumaron otros, derivados del poder y sus benefi.cios. "El jef< coma empez6 Economia y los criterios electorates de los politicos. a llam.irselo, concedia a sus fieles protecd6n e impunidad, y distribuia con generosidad los frutos de un trafico de influencias practicado sin disimulo. Gradual mente la corrupci6n se hizo menos ostentosa, se confundi6 con el LAJEFATURA tradicio nal sistema prebendario y se integr6 con la maquina politica Los agentes de los grandes lobbies; o quienes forjaban una nueva fortuna al Luego de electo, en 1989, y mientras se ganaba la confianza del establish calor del poder, destinaban parte de los beneficios a las "cajas negras' cuyo ment Menem procedi6 a ampliar los mirgenes de pod.er del Ejecutivo, esti conte nido se redistribufa entre los funcionarios, segun predsas normas de rando los lirnites de lo legal y hasta subvirtiendo a1gunas de sus institucio rango nes. Las leyes de emergencia y de reforma le dieron importantes atribuciones, y jerarquia que manej6 discredonalmente. Con la ampliaci6n de la Cone Suprema -en Este circulo intimo comparti6 responsabilidades con el grupo de tecni la que design6 cuatro miem.bros de su confianza-, se asegur6 la mayoria; la cos dirigido por el ministro Cavallo, que a menudo entr6 en conflicto con Corte fall6 en favor del Ejecutivo en cada situaci6n discutida, y hasta avanz6 Este archivo fue descargado de https://filadd.com las huestes presidenciales. Los politicos se quejaron de los costos sociales FI LA DD .C OM y politicos de Ia gran transformaci6n y tambien del recorte de los recursos Este archivo fue descargado de https://filadd.com LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA respuesta r.ipida, que no requerfa de mocha deliberaci6n. En suma, Me nem demostr6 que, para gobernar, en Ultima instancia, podria prescindir del peronismo y de sus cuadros. Los recursos del F.stado prebendario fueron ampliamente usados para construir la jefatura. El movimiento "renovador" se disolvi6, y muchos de sus cfuigentes se incorporaron a la caravana menemista En la provincia de Bue nos Aires, Cafiero fue reemplazado por el vicepresidente Eduardo Duhalde, electo gobemador en 1991 y reelecto en 1995. Ayudado por el ya mencio nado Fond□ de Reparaci6n Hist6rica, que obtuvo del gobiemo nacional, Duhalde construy6 en la provincia un s61ido aparato politico y se perfil6 LA DD .C que ellos manejaban discrecionalmente. Preocupado por Ia opini6n de los inversores extemos, Cavallo trat6 de corregir las formas mas groseras de la corrupci6n y las escaDdalos, coma el protagonizado por Amira Yoma, cu iiada del presidente y su jefa de audiencias, que apareci6 vinculada con el trafico de drogas y el lavado de dinero. El talento de Menem se manifest6, sabre todo, en su capacidad para hacer que el peronismo aceptara las reformas, que suponfan un giro radi cal en sus tradidones. El peronismo de 1989 ya no era el de antes. Luego 317 OM 316 FI de la derrota de 1983, acept6 las nuevas condiciones de la democracia y se convirti6 en un partido de organizaci6n territorial. El control de com□ candidato a la sucesi6n presidencial. Entre los sindicalistas, Salll gobema ciones e intendencias y de sus recursos penniti.6 a Ios clirigentes Ubal dini intent6 nuclear a los golpeados por las reformas, como los politicos independizarse de los sindicalistas. Por otra parte, en el nuevo trabajadores estatales, pero Menem logr6 la adhesi6n de otros sindicalistas, contexto de pluralismo, se atenu6 la identificaci6n -raigal en su cultura que advirtie ron las bene:ficios de plegarse a la politica reformista, y sabre politica- del peronismo con el "pueblo". Los otrora "enemigos del pueblo" todo los costos de no hacerlo. Muchos dirigentes obtuvieron beneficios pasaron a ser simplemente adversarios y en ese sentido se mantuvo la personales, y algu nos gremios como Luz y Fuerza o la Uni6n Ferroviaria, convivencia poli tica instalada en 1983. transformados en or gani.zaciones empresarias, aprovecharon las prebendas Esos cambios no alteraron el tradicional criterio peronista de jefatura de la privatizaci6n. o liderazgo, aunque fue significativo que Menem-el primer lider, luego de En los comicios de 1991, Menem lanz6 al ruedo anuevos dirigentes: Per6n- llegara alli por una elecci6n interna. En la tradici6n de Roca, Yrigo el cantante Ram6n Palito" Ortega y el automovilista Carlos 1o1e Reutemann yen o Per6n, Menem sum6 los recursos de jefe partidario y presidente, para fueron electos gobemadores de Tucuman y Santa Fe respectivamente. mandar sobre un conjunto de dirigentes y cuadros acostumbrados a obe decer; Estas elecciones fueron un exito para el presidente y convencieron a los aunque expresaran sus disidencias, y hasta llegaran al enfrenta miento, rara dudosos de que el peronismo tenia un nuevo jefe. La excepci6n fue un vez estaban dispuestos a romper o -seg(in la colorida frase de Per6n- a "sacar pequefio grupo de diputados, "los ocho", que encabezados por Carlos los pies del plato". De acuerdo con la tradicional "vocaci6n frentista" del Chacho" .Alva rez abandonaron el partido. Por entonces Menem comenz6 peronismo, Menem sum6 apoyos fuera del movimiento, rule- cuados para su a hablar de la "actuallzaci6n doctrinaria" del peronismo: declar6 que se nueva orientaci6n: el ingeniero Alsogaray, jefe de la Uni6n del Centro apartaba de la li DemocrAtico (uceDe), o el periodista televisivo Bernardo Neus tadt, muy nea hist6rica trazada por Per6n -aunque asever6 que el Hder hubiera hecho ligado al establishment,que le organiz6 una de sus pocas mani festaciones Io mismo- y empez6 a pensar en la pos:ibilidad de su reelecci6n. plebiscitarias, la Ilamada "Plaza del s(", en abril de 1990. Fuera del peronismo, la opos:ici6n politica fue mfnima La UCR no pudo Menem no necesit6 ni la Plaza ni el balc6n para comunicarse remontar el descredito de 1989, yen las elecciones de 1991 s61□ gan6 en fAcil mente con la gente, mas alla de sus identidades politicas. Por ejemplo, la Capital Federal, C6rdoba, Rio Negro, Chubut y Catamarca En 1993 perdi6 ju gaba al futbol o al basquet, o visitaba los programas de televisi6n incluso en la Capital Federal, un distrito tradicionalmente adverso al pero popula res, opinando sabre las temas mas diversos y agregando aqu( y nismo. En rigor, las radicales no sab(an c6mo enfrentar a Menem, que lle alla su coletilla poHtica. Atento a los humores y a las demandas de la vaba adelante de manera brutal per□ exi.tosa la politica reformista que sociedad, percibidas a traves de la prensa o de las encuestas de opini6n, Alfon Slll intent6 encarar en 1987; las diferencias en su ejecuci6n, Este archivo fue descargado de https://filadd.com daba una FI LA DD .C OM aunque eran import.antes, no alcanzaban para sustentar un argumento opositor. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 318 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA En 1990 Menem clausur6 el flanco military cerr6, de un modo inespe LAGRAN1RANSFORMACI6N, 1989-1999 319 FI LA DD .C OM primer reconocimiento por parte de un protagonista. La declaraci6n de Balza tuvo poco eco en las otras armas y provoc6 reacciones hostiles en el Eje!cito, pero conWbuy6 al comienzo de 1a revisi6n de lo actuado de los carapintadas", que apuntaba a la remod6n de la conducci6n del durante el Proceso. Eje!'cito. Antes de llegar al gobiemo, Menem habia establecido s61idos con Un apoyo similar entontr6 Menem en la Iglesia, en el cardenal tactos con ellos, y en especial con el coronet Mohamed Ali Seineldin. A fi Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires. Un grupo de obispos, que nes de 1989 los indult6, junta con militares procesados, jefes guerrilleros creci6 a medida que se agudizaban los efectos sociales del ajuste y la y responsables de la guerra de Malvinas, dentro de su politica mas general reform.a, co menz6 a reclamar politicas compensatorias. Quarracino de reconciliaci6n, completada en diciembre de 1990, cuando indult6 a las moder6 a este coro de disconformes, y evit6 pronunciamientos masivos de integrantes de las Juntas Militares condenados en 1985, pese a la fuerte 1a Conferencia Episcopal; a su vez, Menem lo acompafi6 en la defensa de movilizad.6n en contra de la medida. Poco antes de este segundo indulto, las posiciones rn..is tradicionales, sostenidas par el Papa, coma el rechazo los "carapintadas': encabezados par Seineldin, se habian sublevado nueva del aborto y el "derecho a la vida". Asi, Menem se hizo aceptar por el mente, reclamando el cumplimiento de nna promesa de Menem: remover grueso de la jerarqufa eclesiastica, ciertamente pragrn.itica, si se t:iene en al alto mando military entregarles la canducci6n del Ejercito. Menem or cuenta su condici6n de den6 una represi6n en regla y -a diferencia de lo que venia sucediendo divorciado y su conducta personal poco recatada. desde 1987- los mandos militares acataron la orden. Huba en total 13 citro apoyo importante lo obtuvo de las presidentes estadounidenses. muertos y mas de 200 heridos; las respansables fueron juzgados y Seinel de entonces. Menem estableci6 excelentes vinculos personales con George din fue condenada a prisi6n perpetua Bush, las recre6 r.ipidamente con Bill Clinton, y pudo acudir a e11os en Paco despues asumi6 la jefatura cl.el Ejercito el general Martin Balza, busca de respaldo. El canciller Guido Di Tella estableci6 relaciones que de que acompafi.6 a Menem hasta el final de su segundo gabiemo. Balza logr6 nomin6 "carnales", que fueron complementarias del acuerdo alcanzado mantener la disciplina y la subordinaci6n del Ejercito al poder civil, en me dia con las bancos acreedores. La .Argentina abandon6 el Movimiento de Pai ses de circunstandas diffciles. El presupuesto militar fue dr.isticamente re No Alineados, se clausur6 el Proyecto C6ndor de construcci6n de mi siles, se ducido, en el contexto del ajuste de las gastos estatales, y se privatizaron respaldaron todas las posiciones internacionales de Estados Unidos y se lo nmnerosas empresas militates. En 1994 muri6 en Zapala el conscripto Omar acompafi6 en sus empresas militates, enviando tropas al Golfo Per sico y a la Carrasco, victim.a de malos tratos; el escindalo, cuando Menem preparaba ex Yugoslavia. Involucrarse en las cuest:iones de Media Oriente tuvo un su reelecd6n, culmin6 en la supresi6n del servicio militar obligatorio y su precio; dos terribles atentados con explosivos, uno en la embajada de Israel y reemplazo par un sistema de voluntariad.o profesional. La funci6n de las otro en la Asociaci6n Mutual Israelita .Argentina (AMIA), sede de las Fuerzas Armadas se desdibuj6, pero el gobiemo encontr6 para las oficiales instituciones asistenciales jud:fas, probablemente hayan sido conse cuencias una alternat:iva profesional atract:iva en la participaci6n militar en acciones derivadas de aquellas acciones. intemadonales, lideradas por las Naciones Unidas o por Estados Unidos. Di Tella inid6 negociaciones con Inglaterra sabre las islas Malvinas, y En 1995, sorpresivamente, Balza realiz6 una critica de la acci6n del posterg6 la cuesti6n de la soberania, para solucionar las nuevas y urgentes Ejercito en la represi6n dandestina, y afirm6 que la uobediencia debida" cuestiones sabre derechos pesqueros. Con el mismo espiritu, en 1991 no justificaba los actos aberrantes cometidos. Coincidi6 con la confesi6n zanj6 todas las cuestiones limitrofes pendientes con Chile, con excepci6n de un ofidal de Marina, quien declar6 haber participado en los Haro.ados de dos: Laguna del Desierto, donde el arbitraje internacional fue favorable "vuelos de la muerte . Se sumaron asi la primera autocritica militar y el a la Argentina, y los Hielos Continentales, que suscit6 un fuerte debate y Este archivo fue descargado de https://filadd.com rado, el proceso iniciado en 1983. La cuest:i.6n militar tenia dos a:;pectos: el castigo a los responsables del terrorismo de Estado y el sostenido reclamo FI LA DD .C OM posterg6 el acueido final hasta 1999. Durante todo este periodo, Menem Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA viaj6 mucho al exterior y luci6 su imagen de vencedor de la mflaci.6n y re formador exitoso. Fue un personaje popular en el mundo. Pese a la dureza del ajuste, el gobiemo enfrent6 inicialmente escasa oposici6n a las reform.as. Huba algunos incipientes movimientos de resis LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 321 dad de una reelecci6n consecutiva -pero sinvedar la electividad futura-, creaci6n del cargo de jefe de Gabinete, designaci6n de las senadores par voto directo, induyendo un tercero par la minoria, elecd6n directa del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, creaci6n del Consejo de la Ma gistratura y reglamentaci6n de los Decretos De Necesidad y Urgencia. Al fonsfn fundament6 su decisi6n en los riesgos institucionales que tendria una reform.a llevada adelante par el presidente sin el consentimiento de las fuerzas polfticas, asf coma las beneficios que podrian obtenerse del acuerdo para la modernizaci6n institucional. El partido radical lo acept6 a regafta dientes, pero en el resto del ambito opositor el rechazo fue import.ante. En las elecciones para convencionales de abril de 1994 el justidalismo perdi6 votos y la ucR sufri6 un fuerte drenaje en beneficio del Frente Grande, opuesto a la reform.a, que alcanz6 el 12% y se impuso en la Capital Federal yen Neuquen. Era una fuerza politica nueva, que reuni6 a los peronistas di sidentes de Chacho Alvarez, grupos socialistas y democristianos, y militantes de organizaciones de derechos humanos coma Graciela Fernandez Meijide. En la Convenci.6n, reunida en Santa Fe y Parana, los partidos mayoritarios respetaron el acuerdo y aprobaron en bloque las coincidencias b.isicas, que debian luego ser reglamentadas por el Congreso. A principios de 1995, la ya mencionada "crisis del Tequila" dio nueva fuerza a la campafi.a reeleccionista, pues Menem pas6 a encarnar en la opi OM 320 FI LA DD .C tencia: trabajadores de empresas privatizadas, empleados de estados provinciales, con problemas para cobrar sus sueldos, jubilados y docentes. La Central de Trabajadores Argentinos (CTA), no encuadrada en el pero nismo, y luego el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), peronista disidente, encabezado por el camionero Hugo Moyano, lograron coordinar sus protestas en la Marcha Federal, de julio de 1993, y un posterior paro ge neral al que no adhiri6 la Confederaci6n General del Trabajo (cGT). En didembre de 1993, se produjo en Santiago del Estero un estallido violento: una pueblada, con incendio de edificios ptl.blicos y viviendas de politicos, que inici6 una nueva forma de protesta. Desde 1991, Menem comenz6 a plan.tear la cuesti6n de su reelecci6n, lanzando la consigna uMenem 95". Se apoy6 en el precedente de un pro yecto de Alfonsin para modernizar el texto constitucional. Menem trabaj6 con notable empefio en su reelecci6n, super6 todo tipo de dificultades, po liticas y personal.es -rma enfermedad grave y la muerte de su hijo- y final mente lo logr6. No le fue facil. En el peronismo encontr6 reticencias entre quienes aspiraban a sucederlo, y el establishmentecon6mico temi6 por las posibles conflictos aparejados. El problema principal estaba en el Congreso: ni6n el orden y la estabilidad, amenazados por la crisis. En las elecciones la reforma constitucional debia ser habilitada en ambas C.imaras, par dos enfrent6 a una ucR debihtada y a una nueva fuerza, el Frente Pais Solidario tercios de los votos. En 1993, Menem logr6 la aprobaci6n del Senado, y (Frepaso), que sumaba al Frente Grande un nuevo grupo peronista disidente convoc6 a una consulta popular, no vinculante, para presionar a los dipu encabezado por el exgobemador mendocino Jose 0. Bord6n. Menem, acorn tados de la oposici6n. Tambien explor61a posibilidad de hacerla aprobar paiiado por Carlos Ruckauf, derrot6 a la f6rmula Bord6n-Afvarez, que dej6 por ley, contando con la futura convalidaci6n de la Corte. La UCR estaba al candidato radical Horacio Massaccesi en un lejano tercer lugar. El triunfo dividida, pues.Alfonsin se oponia, pero las gobemadores radicales, que de de Menem fue muy claro: logr6 pricticamente el 50% de las votos. El pendian de los aportes del fisco nacional, eran mas proclives a un entendi poder miento. Sorpresivamente, en noviembre de 1993, Menem y Alfonsin acor del jefe lleg6 alli al cenit. daron en secreto -el llamado "Pacto de Olivos"- las condiciones para la reforma constitucional, que habria de contener la clausula de reelecci6n y una serie de modificaciones impulsadas par la UCR para modernizar el UN PAfS TRANSFORMADO texto y reducir el margen de discrecionalidad presidencial: elecci6n di recta, con balotaje, reducci6n del mandato a cuatro aiios, con la posibillAl finalizar la decada de las noventa, estaba claro que la Argentina era un Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM pais nuevo, en cualquiera de sus dimensiones, muy distinto a la vieja Argen- Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA tina, vital y conflictiva, de las decadas anteriores. Asi lo muestra cualquier indicador que compare la situaci6n en 1974 yen 1999. El sentido total de esa transfonnaci6n no fue claramente percibido por las contemporillleos, sobre LA GRAN TRANSFORMACI◊N, 1989-1999 323 des grupas nacionales, contratistas del Esta.do, se asociaron con los consor cios internacionales para adquirir las empresas del Estado. Se trat6 de un negocio ocasianal; Ia mayoria vendi6 pronto su participaci6n y dedic6 esa ganancia extraordinaria a consalidar su nUclea principal Las autamotrices, nunca desprotegidas, encontraron su soluci6n integrando su producci.6n con plantas brasileiias al ampara del Mercosur. Este comenz6 a funcionar eficientemente y tambien fue aprovechada por otras empresas exportado ras. El gobiemo alent6 en especial las exportaciones mediante subsidios -otra subsistencia del antiguo capitalismo asistido-, destinados a los gru pos fabricantes de celulasa, aluminio o acero, los productores de aceite o golosinas y las empresas petroleras. Algunas de estas empresas instalaron filiales en otros paises y se convirtieron en cabeceras de grupos multina cionales. En sum.a, al fin de un proceso darwiniano, un grupo no menor se habfa adecuado a las condiciones de la economia globalizada, otro habia desaparecida y un tercero subsistia con dificultad Mas significativa aUn fue la transformaci6n del mundo agrario. Los precios intemacionales, bajos en las aftos ochenta, mejoraran desde 1996, y alentaron la profundizaci6n de los cambios productivos, ya in.iciados en la decada de 1970, sin que la caida fuerte de los precios desde 1999 produ jera un retroceso. El motor estuvo en las cereales y las oleaginosas, y fue el resultada de una cambinaci6n virtuosa de nuevos procedimientos tecno--16gicas y formas de organizar la producci6n Se incorporaron masivamente fertilizantes y herbicidas, lo que contribuy6 a aumentar la productividad, junta con el empleo de maquinarias de mayor envergadura y velocidad, la siembra directa y el uso de semillas transgenicas y del glifosato, un eficaz herbicida para la soja, que comenz6 a ser demandada en las mercados mundiales. Par otra parte, se generalizaron los pooles de s:iembra, que per mitieron combinar de manera efectiva distintos factores de la producci6n. OM 322 FI LA DD .C todo porque Io mucho que se derru.mbaba era mas visible que lo que ape nascomenzaba a emerger. Las politicas de la decada menemista, no siem pre coherentes, contribuyeron a esa transformad.6n, pero no fueron el uni.co factor. El cambio estaba en marcha desde mediados de los afms setenta, par razones que tambie!l hacen a procesos de la sociedad local y del mundo. Menem le dio un fuerte impulso al cambio y, sabre todo, cre6 un modelo de gest:i.6n politica, social y econ6mica que se mantuvo en la decada siguiente. En la economia, las cambios fueron consecuencia de las refonnas del gobiemo de Menem, y tambietl <lei cese de la inflaci6n, que habia acompa fiado a las argentinos desde mediados de siglo. En ciertos sentidos, los cambios profundizaron el giro iniciado en 1976. El Estado redujo la asisten cia estatal a muches sectores a traves de promociones o subsidios, hubo una apertura de la economfa a los capitales y a las bienes importados, y, coma altemativa, se promovieron las exportaciones. Las consecuencias fueron variadas. El golpe mas fuerte lo recibi6 el tradicional sector industrial volcado al mercada intemo, surgida en las afias treinta y cuarenta coma consecuen cia de las politicas de sustituci6n de importaciones. Una parte impartante de las empresas debi6 cerrar, en especial entre las pequeiias y medianas, y s6lo sabrevivieran las que pudieran reconvertir sus procesos de produc ci6n y adecuarse a las nuevos estandares mundiales. Algunas se convirtie ron en importadoras; muchas se vendieron a empresas extranjeras, aunque algunos empresarios locales pudieron aprovechar el tipo de cambio favo rable para comprar maquinarias y m?demizarse. Estas empresas ocupaban tradicionalmente a muchas trabajadores, de modo que las cierres y la tec nificaci6n produjeron una considerable reducd6n en el nivel de ocupa ci6n, lo que, sum.ado a los despidos en las empresas estatales privatizadas, coma YPF, confonn6 un importante primer gran contingente de desocupa das, cuya magnitud fue desde entonces uno de las rasgas dominantes de El pool reunia a diferentes inversores medianos, ajenos al campo, alquilaba la nueva Argentina tierras y maquinarias y colocaba a un profesional en la direcci6n. La fron Huba tambien ganadores, sabre todo entre quienes consiguieron apro tera agraria comenz6 a expandirse, superando los tradicionales tfmites de vechar las nuevas prebendas estatales o man.tenet las antiguas. Los granla pampa hllmeda La soja, las otras oleaginosas, las aceites y los cereales Este archivo fue descargado de https://filadd.com incrementaron significativamente las exportaciones del sector, que se FI LA DD .C OM asom6 a los mercados asi,ilticos, mientras que los productores de frutas y hortalizas encontraron su altemativa exportadora en el Mercosur. Este archivo fue descargado de https://filadd.com LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA la eficiencia de este reducido sector industrial y agrario, todavia inci piente, no mejor6 la demanda de empleo ni derram6 sus beneficios al resto incluso a los migrantes de los paises limitrofes. La tendencia, que se man tuvo aU.n con la fuerte conflictividad de las afi.os sesenta y setenta, cambi6 de sentido luego de 1976. La radicalidad de las cambios tard6 en perci birse, en parte por las fuertes oscilaciones dclicas, que combinaron mo mentos de dinero fa.cit con otros de depresi6n profunda, y en parte tam bien por la ilusi6n colectiva instalada en 1983 sobre la potencia de la democracia y del Estado para dar respuesta a las demandas sociales. Sin embargo, la ejecuci6n del Plan Alimentario Nacional {PAN) du rante la gesti6n de Alfonsin reve16 un problema hasta entonces insospe chado: vastos sectores de la poblaci6n padecfan hambre. La hiperinfla ci6n de 1989 desnud6 y escenific6 los cambios, que fueron profundizados -al menos en sus efectos inmediatos- por las politicas reformistas de los noventa. Tanto la apertura econ6mica como las privatizacionesde empre sas pU.blicas agravaron los problem.as de empleo, rnientras que las refor mas estatales provocaron el deterioro de los servicios de salud, educaci6n LA DD .C de la sociedad. Los empresarios tampoco abandonaron sus antiguas practi cas prebendari.as, que reaparecieron aqui y alla, cuando el Estado dispuso de algunos recursos. Este, en cambio, renunci6 a la posibilidad de regular a las actores econ6micos, incluso para salvaguardar las intereses ptlblicos b.'isi cos. A esto se sum6 la continua corrosi6n del instrument□ estatal. La reforma en curs□ no mejor6 su eficiencia, salvo quiza en lo fiscal, ni tampoco mejoraron los instrumentos estatales de control del gobierno, que despleg6 una autoridad d.iscrecional. Par otra parte, el Estado fue desentendiendose de sus fund.ones soci.ales, aun de las mas biisicas. Para achicar su deficit, el Estado nacional transfiri.6 su responsabilidad a las estados provinciales, y hub□ un deterioro en la calidad de las servicios. En general, abandon6 las principios de universalidad y, aplicando el principio de subsidiariedad, asu mi6 solamente la parte destinada a los pobres o indigentes, aunque de ma nera foc.alizada, de acuerdo con las urgencias, con la capacidad de presi6n sectorial o con las necesidades de construcci6n de la maquinaria politica. El discurso neoliberal, al que se apel6 para impulsar refonnas no siem pre coherentes, impuso en la opini6n sus propuestas y su agenda de pro blemas. Todo el debate pliblico se redujo a la economia, y sabre todo a la "estabilidad". Asi, se abandonaron ilusiones caras a Ia sociedad, revi.taliza das con el retomo a la democracia, como el buen salario, el pleno empleo, el derecho a la salud, la educaci6n, la jubilaci6n y, en general, a la igualdad de oportunidades, garantizada por el Estado. Luego de 1995, ante las con secuencias reales de la reforma y el ajuste, algunos actores recuperaron aquellas aspiraciones, pero de manera casi nostalgica, limitada por los pa rametros del pensamiento neoliberaL 325 OM 324 y seguridad. FI Vista en su conjunto, la sodedad se polariz6. La gran transformaci6n dej6 ganadores y perdedores. Mientras un vasto sector se sumergi6 en la pobreza o vio deteriorado su Divel de vida, muchos ricos prosperaron os tentosamente, de modo que las desigualdades no se disimularon, sino que se escenificaron y se espectacularizaron. El grupo uganador" incluy6 a una buena parte de 1os antiguos ricos -armque la reestructurad6n produjo al gunas caidas significativas- y a una pord6n de la antigua clase media, in corporada al sector mas diniimico de la economia. La antigua sociedad, relativamente homogenea e igualitaria en muchos aspectos, dej6 paso a otra muy segmentada, de partes incomunicadas, separadas por su diferente capacidad de consumo y de acceso a los servicios basicos, y hasta por des igualdades civiles o juridicas. Graciela Silvestri y Adrian Gorelik han mos trado la existencia en las ciudades -las llaman "maquinas de dualizar - de Los cambios en la economia yen el Estado le dieron a Ia sociedad un perfil un reflejo de estos cambios, que expresan a la vez el contraste y la exclu absolutamente diferente al que habfa tenido en las den aftos anteriores. si6n: deterioro de la infraestructura urbana y de los servicios, crisis del Desde fines del siglo xix y hasta la decada de 1970, un largo ciclo expan control y del orden pUblico, ruptura del espacio urbano homogeneo y de sivo fue conjugando crecimiento econ6mico, pleno empleo, fuerte movili sarrollo de algunos espacios aislados -el shopping, el country, ciertos ba dad y sostenida capacidad para integrar nuevos contingentes al disfrute de rrios privados- donde grupos reducidos creian vivir en un mundo orde las derechos, civiles, politicos y sociales. Fueron oleadas sucesivas de mo nado, seguro, pr6spero y eficiente. vilizaci6n e integraci6n, que en las Ultimas decadas del sigla xx Este archivo fue descargado de https://filadd.com alcanzaron BREVE IIlSTORIA CONI'EMPORANEA DE LA ARGENTINA Las dases medias, lo mas caracteristico de la vieja sociedad m6vil e nurbano de Buenos Aires, que ya alojaba a una cuarta parte de la pobla- OM 326 FI LA DD .C in tegrativa, experimentaron una fuerte diferendaci6n interna, particular mente en sus ingresos. Las actividades o las profesiones dejaron de indicar con certeza la posici6n social. Fueron historias singulares, con factores multiples, las que separaron a quienes lograron "salvarse" de quienes caye ron Los primeros pudieron conservar su vivienda y su auto, mandar a sus hijos a una escuela paga, tener un sistema medico prepago y mantener las expectativas de transmitir su posici6n social a las hijos. Otros muchos mantuvieron la respetabilidad a duras penas, resignando mucho de lo que crefan una condici6n de vida digna. Tambien cambiaron los valores de las viejas clases medias. En un mundo cambiante y ferozmente competitivo, la previsi6n -una desusvirtudes clasicas- dej6 lugar a una suerte de vivir al dfa, aprovechando las ocasiones -un viaje al exterior o la compra de un aparato electr6nico-, mientras se alejaba Ia tradicional expectativa de la casa propia, base del hogar burgues. Un extenso sector de las viejas dases medias se desliz6 barranca abajo en los afios ochenta y noventa, sum.an.dose gradualmente al heterogeneo mundo de Ia pobreza: empresarios medianos o pequefios, comerciantes o talleristas, abatidos en alguna de las crisis; empleados pU.blicos despedidos o con sueldos disminuidos, como los docentes; profesionales proletarizados, como los medicos, o egresados universitarios sin empleo. Las diferentes his torias personales tuvieron que ver con la edad y la capacidad de adaptaci6n a circunstanci.as cambiantes: poner un kiosco, manejar un taxi, desarrollar un emprendimiento original. Lo constante fue la vulnerabilidad en que que daron, pues a la precariedad laboral se sum6 la perdida de la atenci6n me dica o de la jubilaci6n. Quienes sefialaron estos fen6menos tempranamente hablaron de los intentos de salvar las apariencias y ajustar el modo de vida puertas adentro". Pero de manera progresiva la nueva pobreza se exhibi6 abiertamente, cuando la familia debi6 emigrar a una vivienda mas econ6- mica, o, como anota 1nes Gonzalez Bomba!, cuando frecuentaron los "clu bes de trueque", que se expandieron luego de 1996, buscando no s6lo la provision de las necesidades basicas, sino tambi€n la sociabilidad. La formaci6n de un extenso mundo de pobreza fue el dato mis signi Este archivo fue descargado de https://filadd.com ficativo de la nueva sociedad. Este mundo era visible sobre todo en el co FI LA DD .C ci6n del pais, y tambien en otros grandes conglomerados industriales, coma el de Rosario. Los cambios laborales fueron decisivos: reducci6n del ernpleo estable, aumento del trabajo ocasional y del empleo informal o "en negro': baja de los salaries y aumento de la desocupaci6n son Ios datos ge nerales. Desde el punto de vista del trabajador, signific6 una perdida de la cantidad y calidad del trabajo, y la combinaci6n habitual de ciclos de em pleo ocasional con otros de desocupaci6n. Pero el cambio fue mas pro fundo. Los indices que median niveles salariales o de desempleo fueron perdiendo su antiguo sentido, en beneficio de Ios referidos a la pobreza o indigencia, basados en Ios hogares y sus necesidades. Se ha estimado que en el Gran Buenos Aires hacia 2000 el fudice de pobreza variaba entre el 25% en las zonas mas protegidas y el 43% en las mas abandonadas. Las cifras globales no dan cuenta de la heterogeneidad de este mundo ni del impacto diferente que tuvieron tanto los cambios del antiguo mundo laboral como el ingreso de nuevos pobres, provenientes de los sectores me dias en dechnaci6n, asi como de nuevos contingentes de migrantes, tanto del interior coma de pafses vecinos. Maria del Cannen Feij6o traz6 un cua dro de esas diferencias en el Gran Buenos Aires en 2000, en visperas de la crisis. En los bani.os mas viejos y cercanos a la Capital, con pocos asenta mientos nuevos, habia muchos talleres cerrados, a menudo convertidos en kioscos. En el segundo cord6n, se encontraban las ruinas del antiguo mundo industrial -fabricas desaparecidas, reemplazadas por hipermerca dos- y muchos asentamientos nuevos, en tierras fiscales o privadas, en general inadecuadas para asentar viv.iendas. En el tercer cord6n, predo:mi naban los asentamientos posteriores a 1960, donde una habitaci6n precaria indicaba el inicio frustrado del proyecto de casa propia. El cuarto cord6n, el mis pobre, entre urbano y rural, carente de infraestructura y servicios, reunia a los expulsados de las villas de Buenos Aires con los imnigrantes recientes. Es un dibujo grueso, pues lo caracteristico del conurbano es el imbricado entrelazamiento de lo viejo y lo nuevo, los barrios deteriorados de dase media, las villas de emergencia mas pobres y tambiell los lujosos countries y barrios privados, cercados y vigilados. Otros cambios, mas profundos, tuvieron que ver con los valores y pro yectos de v.ida El mundo de los ricos y exi.tosos, profusamente ex:hibido por la televisi6n, puso en cuesti6n las expectativas de la antigua sociedad: OM 327 LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 Este archivo fue descargado de https://filadd.com 328 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA la "zona FI LA DD .C OM para que trabajar o ahorrar, para que estudiar, para que obedecer la ley, si no habfa recompensa probable. El cuestionamiento fue mas fuerte entre aquellos j6venes cuyos padres no llegaron a tener un trabajo estable, que no trabajaban ni estudiaban y combinaban el consumo de cerveza o de drogas con la delincuenda ocasional. Segun Gabriel Kessler, la misma com binaci6n entre trabajo y delito ocasional era frecuente entre quienes salian cad.a dia a buscar c6mo mantener a su familia y eventualroente hacerse de un ingreso extra. Pero la lucha par la supervivencia tambien estimul6 una solid.arid.ad orientada a unit y fortalecer las demand.as: tierra para una Vi vienda precaria, alimentos o alguno de las diversos subsidios repartidos por el Estado o las organizadones no gubemamentales. La retirada del Estado fue uno de las aspectos mas dram.i.ticos de la nueva situaci6n. La atenci.6n medica, que ya era desigual, declin6 especta culannente. Los hospitales publicos -que supieron ser el orgullo de la vieja Argentina- se deterioraron por sus escmilidos presupuestos y par la con currencia masiva de los pobres carentes de obras sociales sindicales. Aun que tambien deterioradas, las escuelas fueron de las pocas instituciones estatales que permanecieron en pie. Se convirtieron en agendas m6ltiples, dedicadas a ofrecer alimentaci6n, salud o contenci6n familiar, a costa de su funct6n docente especifica. Otros factores concurrieron en el deterioro de la escuela pU.blica: un sindicalismo que concentr6 sus huelgas en las escuelas estatales, un sostenido deterioro de la forrnad6n docente y, par Ultimo, una reforma educativa ma1 encarada -particularmente en la pro vinci.a de Buenos Aires-, que destruy6 las instituciones existentes sin al canzar a reemplazarlas par otras. Quien pudo pagarlo, abandon6 la escuela pU.blica, que perdi6 su tradicional papel integrador y se convirti.6 en otra instituci6n reproductora de la desigualdad. Tambien retrocedi6 el Estado en su funci6n de proveer seguridad. En las grandes conglomerados se hizo mis diffcil la prestaci6n de servicios, en parte por el acelerado creci.tniento de 1a poblaci6n y tambiell par el acen tuado cuestionamiento social a las normas, ya fuera par declararlas auto ritarias, por no percibir que hubiera sanciones par su incumplimiento o simplemente par ignorancia de su vigencia y sentido. Tambien contribuy6 la propia corrupci6n de la instituci6n policial, en particular la de la provin cia de Buenos Aires, y alga parecido ocurri6Este conarchivo la justicia. En fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C gris que caracteriz6 Javier Auyero, el dehto entr6 en la habitualidad so cial, y la policia particip6 de sus frutos y hasta lo organiz6. Con la aquies cencia de las autoridades provinciales, 1a celebre MBonaerense" particip6 en las distintas actividades delictivas: las tradicionales, coma el juego y la prostituci6n, y las mas novedosas, coma el robo de autos y camiones, el trafico de drogas o las secuestros. El Estado reemplaz6 las costosas y complejas politicas u.niversales de sus epocas de esplendor por intervenciones parciales y focalizadas, alli donde detect6 emergencias. Fue un conjunto de acciones esporadicas, no sistematicas y poco articuladas, menos costosas y a la vez mis Utiles para obtener feditos politicos. Se nutrieron de criterios y discursos diversos -<lesde la vieja beneficencia a la moderna solidaridad social- y foeron eje cutadas par agendas de distinto tipo: agendas estatales de distintos nive les, organizaciones no gubernamentales, de indo1e y seriedad diferente, y tambien las iglesias. Los fondos venian principalmente del Estado, aunque en muchos casos las recibia de organismos intemacionales coma el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que las recomen daron coma un sustituto factible de las antiguas politicas, que el Estado era incapaz de mantener. Se destinaron a programas muy variados: vi vienda, recalificaci6n Iaboral, fomento de emprendimientos, salud y edu caci6n. Es dificil cuantifi.car la magnitud de la ayuda y tambien hacer un balance de su eficacia Puede afirmarse que el mundo de la pobreza no desapareci6, sino que, por el contrario, se consolid6. Tom.bi.en que estas ac ciones, aunque de manera irregular y poco equitativa, contribuyeron a ha cer menos terribles las consecuencias de la gran mutaci6n social. OM 329 LA GRAN TRANSFORMACI◊N, 1989-1999 La gran transformaci6n tuvo efecto:i contundentes en la poHtica, sabre todo en el Gran Buenos Aires, de decisive peso electoral. En las barriadas pobres, Ia sociedad se articul6 en tomo de un complejo universe de socie dades de fomento, juntas municipal.es, cooperativas, comuni.dades parro quiales o evangelic.as -de notable crecimiento-, centros sociales y cultura les, clubes de futbol o comedores. En este en_tramado social surgieron dirigemes, comUnmente llamados "referentes", con capacidad para estable cer un cierto orden y ayudar en la so1uci6n de las situaciones de emergen cia. Su tarea requeria relacionarse con la administraci6n municipal que, a Este archivo fue descargado de https://filadd.com 330 BREVE HISTORIA CONTE.MPORANEA DE LA ARGENTINA IA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 331 FI LA DD .C OM traves de funcionarios de dist:into nivel, repartia de manera selectiva los decisi6n en la clipula del gobiemo. Los partidos acompafiaron esta transfor bienes y servicios otrora asignados con criterios mas universales. Se plan. maci6n y desarrollaron otras funciones, no menos importantes. Nuclearon te6 un desafio para las parti.dos politicos. Qtlien mas r.ipido se adecu6 a a una cantidad de gente joven que habfu decidido hacer de la politica su estos cam.bias fue el peronismo, a traves de una densa red de unidades ba profesi6n. La nueva generaci6n demostr6 eficiencia en manejar campaftas sicas, promovidas por espontfilleos punteros. Las unidades basicas fueron electorales de nuevo estilo -los medias masivos y las encuestas de opini6n simu1tinea o altemat:ivamente comedores, jardines o centros culturales, reemplazaron las antiguas pri:lcticas militantes- y en proveer de cuadros convertidos en potenciales beneficiarios de los subsidios destinados a las eficientes para el Congreso o el gobiemo, capaces de adecuarse a las 1ineas organizaciones no gubemamentales. Le dieron al Partido Justicialista (PJ} politicas establecidas por las jefaturas. Los dirigentes tambien se hicieron una organizaci6n permanente, flexible y autofinanciada, que tambien po• expertos en la construcci6n de sus carreras y, gradualmente, fueron dia conectarse con las wnas masoscuras de la sociedad -barras bravas y confor delincuentes de tiempo parcial- que pod.fan encargarse de una parte del mando una nueva corporaci6n. De ese rnodo, aunque la democracia fun trabajo politico. cion6 de manera normal, sin alteraciones institucionales, la ciudadania se Punteros y referentes sociales articularon las redes politicas y sociales. fue reduci.endo y los partidos perdieron vitalidad y representatividad. En una zona de legalidad imprecisa y lealtades cambiantes, circularon em Las instituciones republicanas, restablecidas en 1983, se fueron resin pleos precarios, bolsones de comida, medicamentos, favores variados y al t:iendo, sabre tOOo despues de 1989. Las urgencias de la crisis y la idea de guna protecci6n judicial o policial. Entre punteros y jefes barriales se nego je fatura del peronismo tensaron al linrite la relaci6n entre los poderes y de ciaban contingentes de votantes, importantes sabre todo para la disputa manera gradual se fue restableciendo la antigua concepci6n de la intema. Se trataba de conjuntos antes que de individuos: redes familiares dernocra cia de lider. Sin embargo, en momentos s:ignificativos el Congreso extensas, grupos unidos por diversos tipos de solidaridades o simplemente y laJusti cia, junto con la opini.6n pl.lblica, rnarcaron al Ejecutivo limites que habitantes de un par de manzanas. El individuo sufragante, presionado por la re form.a constitucional busc6 consolidar. Se trat6 entonces de la necesidad de asegurar la subsistencia y sin el am.para de otras institudo equihbrar las necesidades del gobiemo en tiempos de emergencia con las nes, se pareci6 poco al modelo de ciudadano racional y aut6nomo. Subsu exigencias re publicanas de controles, balances y contrapesos. mido en el grupo, encontraba en la elecci6n la ocasi6n para obtener, a En la segunda mitad de la decada de 1990, se advirti6 un cierto rena cam bio de su sufragio, alga de lo mucho que necesitaba. Pero el benefido ci.miento del espiritu ciudadano, que se manifest con intensidad en las concreto debia incluirse en un contexto de solidaridades, valores y discursos cuestiones pendientes del terrorismo de Estado. Las organizaciones de de compartidos, cuya construcci6n constituy6 todo un desafio para las organi rechos hurnanos trabajaron sobre una breclla legal de la ley de obediencia zaciones politicas. Allies donde el peronismo obtuvo una ventaja decisiva. debida -la sustracci6n de nm.as- que permiti6 retomar Ia acci6n penal En el resto de la sociedad, se produjo una evoluci6n convergente. A contra algunos de los responsables. Tambien hubo una acci6n militante partir de 1983 la ciudadania militante y comprometida dio nueva vida a por la construcd6n de una memoria colectiva mas :fiel a los principios de los partidos politicos, que discutieron las problemas de la agenda en un 1983. lnstituciones especializadas, un competente grupo de profesionales clima de concordia, tolerancia y consenso. Pero, gradualmente, perdi6 y hasta una nueva especialidad academica .revitalizaron, con saludables relevancia el debate de ideas y la forrnulaci6n de lineas y propuestas. A la controversias, el discurso politico moral original, que habia sido arrinco descon fianza hacia lo que se llam6 1as ideologfas': propia de la epoca, se nado al comenzar las a:fios noventa Su acci6n se desarrol16 al costado de sum6 el rephegue de la ciudadania activa de 1983, desilusionada con las la politica partidaria, acentuando su fund6n vigilante y censora. Par otra promesas no cumphdas de la democracia, y tambien la concentraci6n <lei parte, entre el activismo contestatario creci6 una nueva Iectura del pasado, Este archivo fue descargado de https://filadd.com poder de □ FI LA DD .C OM que record6 el cari:lcter de militantes de las llamadas "vfctimas inocentes': Este archivo fue descargado de https://filadd.com 332 BREVE HISTORIA CONfEMPORANRA DE LA ARGENTINA soslayado en la versi6n del Nun.ca mds. A Ia vez, iniciaron la reivindicaci6n de 1a lucha de los a:fios setenta-e incluso de su dimensi6n armada-, acorde con el nuevo clima de protesta social que se insinuaba LA GRAN TRANSFORMACI◊N, 1989-1999 333 FI LA DD .C OM Antes de 1995, las manifestaciones sociales habian tenido, en general, escasa difusi6n y proyecci6n. En 1995, se hicieron mas violentas y espec taculares en varias prov:indas, encabezadas por empleados pU.blicos que cobraban en bonos provinciales de dudoso valor; en Tucl.ll11ail se agreg6 el cierre de varios ingenios y en Tierra del Fuego, el retiro de las fcibricas elec EL FIN DEL MENEMISMO tr6nicas, ante el fin del !'egimen promocional. Al aii.o siguiente, mientras las organizaciones gremiales -la cGT, el MTA y la CTA- confluian para reali zar Cuando el anunciado final de su mandato colocaba al presidente Menem dos huelgas generales contra la ley de flexib:ilizaci6n laboral y 1a poli tica en la inc6moda situaci6n del "pato rengo , una nueva crisis intemacional econ6mica, la oposici6n polftica impuls6 una protesta ciudadana con desequilibr6 el edificio econ6mico e inici6 una larga recesi6n. La sistente en un apag6n electrico y un "cacerolazo". En esa epoca, la Iglesia deva Iuaci6n de Tailandia en julio de I997 dio lugar a una serie de cambi6 su anterior posici6n y empez6 a sumarse a las protestas. En 1997, derrumbes los gremios docentes instalaron frente al Congreso una "carpa blanca", -Corea del Sur, Jap6n, Rusia- que min6 la confi.anza global en las "econo donde desarrollaron una protesta de gran repercusi6n en los medias y la mias emergentes" y reorient6 las inversiones hacia mercados mas segu opini6n, sin el costo de la interrupci6n de las clases. ros. Otro golpe duro fue la devaluaci6n de la moneda brasilefia, a princi Por entonces, estaban surgiendo las organizaciones de desocupados, pios de 1999. La imprevista medida alter6 las relaciones comerciales, los "piqueteros , identificados en primer lugar por una forma novedosa de intensificadas desde 1995 con el Mercosur. Cayeron las exportaciones y protesta: el carte de la rota. Comenzaron en 1996 en Cutral C6, en Neu hubo un aluvi6n de importaciones. Las empresas locales reclamaron pro quen, y de manera mas contundente poco despues en Tartagal y General tecci6n, y las m.is grandes consideraron la posibilidad de trasladarse a Mosconi, en Salta. En ambos lugares Ia presencia de YPF era central en toda Brasil. La devaluaci6n del peso, que habria solucionado de manera senci la vida comunitaria, y los trabajadores spedidos encabezaron la protesta. Ua estos desequilibrios, era imposible por el regimen de la convertibili Los "piqueteros" cortaron las rotas, incendiaron neumciticos, organizaron dad, que comenz6 a mostrar su cara negativa. ollas populates y reunieron ademas a j6venes que nunca pudieron trabajar, La crisis fue mas profunda y prolongada que la del u1equila". Todo se a sus familiares y amigos, dispuestos a enfrentar a pecho descubierto, con sum6: aumento de los intereses de la deuda, escasez y alto costo <lei cre piedras y palos, una represi6n que fue muy dura. Era1a movilizaci6n de los dito, caida de los precios de productos exportables y recesi6n intern.a En desocupados, violenta y a la vez reacia a cualquier tipo de acci6n organi 1998, el PBI retrocedi6 alrededor del 4% y la producci6n de automotores zada. El gobierno a veces ape16 a la Justicia y otras a la Gendarmeria, y en cay6 casi a la mitad. Muchas empresas y bancos fueron vendidos a corpo tonces hubo violencia, heridos y hasta muertos. Otras veces negod6, entre raciones multinacionales o a grandes fondos de inversi6n El gobierno de gando ayuda en alimentos o ropa, y sabre todo contratos de empleo, Ios Menem lleg6 a su final sin margen siquiera para hacer beneficencia elec "planes Trabajar''. transitorios y siempre insufidentes; con ellos lograba un toral, y debi6 cerrar su presupuesto con un deficit abultado y una deuda alivio momentaneo del conllicto, pero a la vez generaba nuevos reclamos. externa que trepaba por entonces a 160 mil millones de d6lares, el doble La organizaci6n de los desocupados tambiell se desarro116, en un con texto queen 1994. distinto, en el Gran Buenos Aires, donde el mundo de 1a pobreza era mas Constrefi.ido a profundizar el ajuste, Menem empez6 a sufrir una opoantiguo y diverso. Alli habia una tradici6n de organizaciones sociales sici6n social cada vez mas activa. Quienes hasta entonces habian callado dedicadas a los problemas de la tierra -la falta de titulos de propiedad- y empezaron a hablar, y las demandas confluyeron, se e:xpresaron de manera de fa vivienda En la zona de La Matanza -un distrito que ya contaba con novedosa y efectiva y ganaron una nueva legitimidad. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 334 LA GRAN TRANSFORMACI6N, 1989-1999 BREVE HISTORIA CONTE.MPORANEA DE LA ARGENTINA 335 FI LA DD .C OM como la explosi6n de la fabrica de armamentos de Rio Tercero, que habria borrado las huellas del contrabando de armas, a costa de muchas vidas. Se trat6 de un "destape", que instal6 el tema de la corrupci6n en la :impulsaron los reclamos de los desocupados, y lo mismo hizo la Corriente agenda publica. La Policfa de la Provincia de Buenos Aires, "la Bonaerense' Clasista y Combativa (ccc), originada en grupos sindicales de izquierda. apareci6 implicada en varios casos de delincuencia, incluido el atentado a El gobierno nacional y el provincial distribuian par entonces distintos Ia AMIA, ocunido en 1994. Poco despues estall6 el "caso Cabezas": el planes de ayuda, coma el ya mencionado "Trabajar'', principalmente a brutal asesinato de un periodista grafico, por orden del empresario Alfredo traves de las intendencias y las redes politicas del peronismo. Las nuevas Yabrall, con la complicidad de miembros de la Bonaerense. Poco antes de orga:niza ciones reclamaron su parte en el reparto de planes, y lo hicieron ser capturado, Yabran se suicid6. Qued6 claro que la corrupci6n penetraba cortando rutas. En 1998, estas organizaciones estaban s61idamente en todas las instituciones del Estado, y que la violenci.a mafiosa era parte instaladas en La Matanza, y otros grupos se desarrollaban en la parte sur del conurbano. de la disputa por el poder y los negocios. En octubre de 1997, el justicialismo sufri6 una fuerte derrota en las Este tipo de movilizaci6n callejera se acentu6 a medida que avanzaba elecciones legislativas. Perdi6 induso en sus bastiones: Santa Fey Buenos la crisis, involucrando a grupos muy variados: estudiantes, empleados pll Aires, donde la esposa del gobernador encabezaba la lista de diputados. blicos, productores rurales o desocupados, que marchaban, cortaban las Duhalde, el "candidato natural", qued6 maltrecho, y Menem lo golpe6 min calles o atacaban edifidos pl.lblicos. Como en los aiios setenta, la politica m.is: afirm6 que s6lo el podfa ganar en 1999, y se lanz6 abiertamente a volvia a las calles; lo hacia sin la dimensi6n revolucionaria de aquella E! una nueva reelecci6n. Como en 1994, jug6 varias cartas: una interpreta poca, pero se desarrollaba ante la televisi6n, pues Ia espectacularidad fue clave en la nueva protesta. ci6n caprichosa de la Constituci6n por parte de la Corte, o un plebiscito Simult.ineamente, la perspectiva de las elecciones presidenciales de que demandara la refonna constitucional. A la vez, presion6 a los gobema 1999 agit6 el ambiente en el peronismo, donde comenz6 a cuestionarse Ia dores para alinearlos con et y dejar desamparado a Duhalde. Al fin la Justi cia declar6 que su proyecto era absolutamente ilegal. "gran transfonnaci6n". Ya en 1995, apenas reelecto Menem, el gobemador Enfrascados en su conflicto, Menem y Duhalde se desentendieron de de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, anunci6 su camlidatura, tom6 distan cia del "modelo" y reivindic6 las banderas hist6ricas del peronismo. Pese las instituciones, y tambien de Ia suerte del peronismo, cuya derrota se a que la Constituci6n era categ6rica al respecto, Menem intent6 jugar la adi vinaba Aunque fracas6, Menem pudo mantener viva la ilusi6n casi carta de otra reelecci6n -la re-reelecci6n"-, en parte para tratar de conser hasta el final de su periodo. Ademas, logr6 herir a Duhalde, que en la cam.pan.a elec toral tuvo que acentuar su perfil opositor al gobierno que var el poder hasta el final, y lanz6 de modo informal su candidatura, integraba, y pre sentar propuestas alternativas, que cuestionaban la distri buyendo millones de camisetas, globos y carteles que decian convertibilidad.Los go bemadores peronistas prefirieron tomar distancia del simplemente "Menem99"_ conflicto; abandonaron el proyecto de Menem, pero sin comprometerse con Se inici6 una guerra violenta entre el antiguo jefe del justicialismo y el destino de Duhalde, que no pudo enc.abezar un partido unido y quien pretendia sucederlo. Uno de los caminos fue la denuncia periodis galvanizado. Como en 1983, el peronismo lleg6 a la elecci6n de 1999 sin tica de hechos de corrupci6n, nutrida con infonnaciones que unos y otros lider, y fue derrotado. hacian circular para perjudicar a sus ocasionales rivales. Los medios Por entonces, el despertar de la civilidad se manifest6 en la polftica. difun dieron ampliamente episodios como Ia venta clandestina de armas a Fue una nueva "primavera ciudadana, mas modesta que las anteriores, Croacia y a Ecuador, las exportadones ficticias de la "mafia del oro", la pero indicativa de que Ia sociedad seguia viva. A las batallas por la "aduana paralela mastolerante que la oficial, o los sobomos de Ia empresa archivo fue descargado de https://filadd.com memo ria y la protesta social, se agreg6 el debate pUblico sabre la injustici.a IBM a los directores del Banco Naci6n. Tambien hubo Este hechos violentos, mas de un mill6n de habitantes-, la Federaci6n de Tierra y Vivienda (FTV) y la CTA ---que incluia distintos grupos gremiales y sociales no peronistas FI LA DD .C OM social, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 336 LA GRAN1RANSFORMACI6N, 1989-1999 BREVE HISTORIA CONTEMPO:RANEA DE LA ARGENTINA 337 FI LA DD .C OM su fe en la convertibilidad, se acord6 no cuestionarla y poner el acento en la corrupci6n, el abuso de poder y la impunidad. En ese contexto, la pro la equidad social, las instituciones republicanas y la lucha contra la co puesta del Frepaso, una coalici6n politica reciente, 1ogr6 dar forma al en rrupci6n. La candidatura presidencial se resolvi6 mediante una elecci6n tusiasmo y Ia voluntad colectivos. abierta, en la que De la RUa venci6 ampliamente a Fernandez Meijide. Lo En 1995 -se dijo antes-, el Frepaso habia tenido en su debut un promisorio desempefio en las elecciones presidenciales, aunque casi en se acompa:fi6 en la f6rmula Chacho Alvarez; en el justicialismo, Falito Or tega hizo lo propio con Duhalde; por su parte, Domingo Cavallo cre6 otra guida se alej6 su candidato presidencial, Jose 0. Bord6n. Pero a fin de ese fuerza politica, Acci6n para la RepUblica, para ganar el voto del sector de afio, Graciela Fernandez Meijide fue electa senadora par la Capital Federal, con el 46% de las votos, mientras el gobierno sufria otras dos derrotas, en centroderecha. En las elecciones de octubre de 1999, De la RUa y Alvarez obtuvieron Tucuman y en Chaco. Convergian en el Frepaso disidentes del peronismo un triunfo claro: el 48,5% de las votos, casi diez puntos masque Duhalde. y del radicalism□,socialistas y otros grupos de izquierda, movimientos so En el momenta de asumir, la Alianza gobernaba en seis distritos y tenia ciales, vinculados con la CTA, asf coma fragmentos de Ia maquinaria elec mayoria en 1a Camara de Oiputados; el justicialismo tenia amplia mayorla toral justicialista. Fue una fuerza politica sin una gran inserci6n territorial en el Senado y controlaba 14 distritos, entre ellos Ios mas importanteS: ni una estructura institucional clara, pero con un dirigente de fuerte lide Buenos Aires, Santa Fey C6rdoba, donde en el a:fio anterior Ios radic.ales razgo: Chacho Alvarez. El Frepaso recogi6 distintas aspiraciones del mo habian perdido la gobemaci6n por primera vez desde 1983. De 1a RU.a re menta: la renovaci6n de la poli'.tica y de las hombres, y la constituci6n de cibi6 un poder limitado en lo politico y condicionado par la crisis econ6una fuerza de centroizquierda, alternativa de Ios dos partidos tradicionales. mica, que seguia su desarrollo. Pronto se agregaria la d:ificultad para Sin repudiar de raiz las politicas de la gran transformaci6n de los noventa, puso el acento en los problemas sociales y en las cuestiones eticas y poli trans formar una alianza electoral en una fuerza gobernante. Mientras ticas: la conupci6n y el deterioro de las instituciones. Manej6 con habili tanto, el segundo peronismo, replegado en sus bastiones, continu6 dad las nuevas tecnicas de comunicaci6n y logr6 imponer su mensaje. desarrollando su proceso de transformaci6n y arraigo. La UCR logr6 superar los efectos del final de la presidencia de Alfonsin y obtuvo algunos exi.tos electorales significativos, sabre todo con Fernando de la RUa, electo en 1996 primer jefe de Gobiemo de la Ciudad de Buenos Aires, cuya autonomia politica habia sido establecida en la reforma consti tucional de 1994. Desde 1995, la UCR y el Frepaso iniciaron conversaciones para concertar su acci6n y avanzar hacia una alianza formal, no f.icil de establecer, pues la UCR tenfa una vieja resistencia a las acuerdos politicos. Pero prim6 la convicci6n de que juntas podian veneer al justicialismo. En 1997 crearon la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educaci6n, y obtu vieron un notable triunfo en las elecciones legislativas: en total, superaron al PJ por diez puntos, y Graciela Fernandez Meijide, dos veces triunfadora en la Capital, venci6 en la provincia de Buenos Aires a Chiche Duhalde, la esposa del gobernador. Mientras el justicialismo se desgarraba en su pelea interna, la Alianza avanz6 hacia el triunfo en 1999.Como la mayoria de la opini6n tenia Este archivo fue descargado de https://filadd.com puesta OM FI LA DD .C X. Crisis y reconstruccion, I 999-2005 EL G0BIERN0 de la Alianza debi6 enfrentar un complejo problema econ6mico, centrado en el mantenimiento o el abandono de la convertibilidad. El presidente De la RU.a renunci6 en diciembre de 2001, cuando empezaba una profunda crisis econ6mica, politica y social, y Eduardo Duhalde fue elegido por el Congreso para completar su mandato. Durante 2002, la cri sis se despleg6 plenamente, pero a comienzos de 2003 el gobiemo habfa conseguido encarrilar las principales problemas. En mayo de ese aiio, fue electo presidente Nestor Kirchner, quien en el inido complet6 la tarea co menzada por Duhalde, con ta colaboraci6n del ministro de Economfa Ro berto Lavagna En 2005, ya con la economia en e:xpansi6n y las cuentas fiscales saneadas, Kirchner despidi6 a Lavagna y se hizo cargo plenamente del gobierno. Se cerraba Ia transici6n y se inauguraba el kirchnerismo, la nueva fase del segundo peronismo. EL GOBIERNO DE LA ALIANZA Encabezada por Fernando de la RU.a, la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educaci6n lleg6 al gobierno con un amplio C!'edito de confianza y varios problemas de soluci6n casi imposible. Su poder estaba limitado por la pre sencia dominante del peronismo en el Senado y en la mayorfa de las pro vindas. En el interior de la coalici6n, habia diagn6sticos y propuestas dife rentes y poco ensamb1adas. La movilizaci6n social, latente desde 1998, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 340 BREVE HISTORIA CONIBMPORi\NEA DE LA ARGENTINA CRISIS Y RECONS1RUCCI6N, 1999-2005 341 FI LA DD .C OM seguia presente y articulada. Sobre todo, la economia ponfa un limite fe a:fios noventa el gobierno no habfa controlado los gastos, habia rreo a la acci6n del gobiemo. alimentado la maquinaria politica, cuyo apoyo necesitaba, y tambiell al El nuevo gobiemo recibi6 una economia que estaba en recesi6n desde vasto sector de prebendados y depredadores de distinto tipo que sorbian 1998, un deficit fiscal mucho mayor del previsto y un regimen de conver sus recursos. tibilidad cuyo merito residfa en limitar estrictamente la acci6n estatal en En 2000, no se discutian tanto las causas profundas como las conse-materia monetaria y garantizar a las inversores globales -preocupados por cuencias: quit'ines serian Ios afectados por la inevitable reducci6n fiscal y sus fondos- que el pafs cumplirfa con sus compromisos. Qued6 en eviden c6mo se equilibrarian las presiones de los afectados, III.as impuestos, me nos cia toda la fragilidad de la bonanza de los aiios noventa. Asi lo entendi6 la salarios, menos fondos para los gobiemos provinciales. Este era un pro blema opini6n pUblica: todo reposaba sabre la convertibilidad, y mantenerla fue particularmente complejo, en el que se cruzaban cuestiones politi cas y la nueva ilusi6n colectiva y tambien el principal respaldo del gobiemo. sociales; el gobiemo nacional necesitaba reducir las transferencias a las Las poHticas que contribuian a sostener la convertibilidad, con la es provincias; los afectados -en especial los empleados estatales provincia lesperanza de que se reiniciara el ciclo virtuoso, profundizaban la recesi6n reaccionaban de manera violenta y los gobernadores debian afrontar esos local. El estancamiento se m.anifestaba en la experiencia cotidiana: elevada conflictos y a la vez negociar con el gobienio nacional. desocupaci6n, empleo "en negro", tasas de interes altisimas, retracci6n co La politica econ6mica fue conducida de manera eclectica y razonable mercial, atraso en los pagos del Esta.do y desaliento a los inversores. Para por el ministro Jose Luis Machin.ea, combinando un poco de ajuste salarial, convencer a sus acreedores, el pais debia cumplir con sus compromisos, y un poco de elevaci.6n de impuestos y un poco de reducci6n de gastos. Par esto s6lo era posible con nuevos prestamos. El Fonda Monetario Interna otro !ado, apost6 a Ia reactivaci6n y trat6 de atraer a los empresarios redu cional (FMI) se mostr6 tolerante y benevolo con el pais mientras dur6 la ciendo las costos salariales mediante la reforma de la ley laboral. Sohre administraci6n Clinton en Esta.dos Unidos. Pero1a perspectiva de quienes todo, consigui6 el apoyo del FMI, que a fines de 2000 acord6 fondos para manejaban los grand.es fondos de inversi6n privados era distinta: s6lo les el "blindaje" de la deuda externa. preocupaba abandonar a tiempo un mercado riesgoso. El "riesgo pais , la Pero la recesi6n no cedi6, la desconfianza de los inversores se mantuvo, sobretasa de interes que debia pagarse en los mercados financieros mun continu6 la fuga de capital.es, aument6 el riesgo pais y se alejaron las diales, registraba la fragilidad de la solvencia, sostenida por hilos cada vez posi bilidades de nuevos prestamos. En marzo de 2001, Machinea dej6 su mas tenues. lugar a Ricardo L6pez Murphy, quien apost6 por reducir el deficit del Esta.do La convertibilidad, sumada a diez aftos de inflaci6n interna, tuvo me-- diante un drastico recorte de gastos. Hubo una reacci6n social y como consecuencia un peso sobrevaluado, que hacfa dificU competir en politica generalizada, y el ministro abandon6 su cargo de inmediato. los mer cados mundiales; asi retrocedieron las exportaciones industriales, Entonces De la RU.a convoc6 a Domingo Cavallo, el padre de la que ha bian sido uno de los pilares de la transformaci6n de los a.nos convertibilidad trans formado en la Unica esperanza de salvaci6n para laya noventa. Pa gar los vencimientos de la deuda requerla un enorme esfuerzo desesperada opini6n pUblica. Cavallo se convirti6 de hecho en un fiscal y una reducci6n de los gastos del Estado: congelar salarios, suprimir superm:inistro , un papel ade cuado a su personalidad. partidas, achicar Ia inversi6n. Todo ello profundizaba la recesi6n y En media de una crisis social ya desbocada, Cavallo ensay6 una solu ademas reduda los ingresos provenientes de los impuestos. ci6n no ortodoxa: cerrar las importaciones y reactivar las exportaciones Asi, los distintos problem.as confluian en el "ajuste" fiscal. El Estado industriales, mediante estimulos fiscales. Pero el elevado costo :fiscal de gastaba III.as de lo que percibfa. En parte porque no recibia nuevos presta esta politica aument6 la desconfianza de 'tos inversores y la fuga de d61a mos, en parte por la recesi6n y en parte porque durante la bonanza de los res. For entonces, se habi'.a agregado otra dificultad: la nueva administra Este archivo fue descargado de https://filadd.com ci6n estadounidense, encabezada par George W. Bush, retace6 su apoyo FI LA DD .C OM al Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA 343 El "escindalo del Senado" desencaden6 la ruptura. En abril de 2000, se aprob6 la ley de reform.a laboral, resistida por los sindicatos. Paco despues trascendi6 que un grupo de senadores, peronistas y radicales, habia sido sobamado para que la aprabaran. Al parecer, se trataba de una practica habitual durante el gobiemo de Menem, a la que habria recurrido el mi nistro de Trabaja Alberto Flamarique, encargado de la aperaci.6n. Chacho .Alvarez, en su calidad de presidente del Senado, impuls6 una investigaci6n profunda, acorde con la propuesta del Frente Pais Solidaria (Frepaso) sabre LA DD .C gobierno argentino y despues del episodio del 11 de septiembre de 2001 se desentendi6 completamente de su suerte. Al borde de la cesaci.6n de pagos, Cavallo se concentr6 en la deuda ex terna. Primero acord6 con 1os acreedores un "megacanje , permutando ven cimientos inmediatos por otros a mayor plazo y mayor interes. Intent6 fle xibilizar la convertibilidad, combinando en la paridad d6lares con euros, con resultado catastr6fico: el Estado estaba admitiendo que la insolvencia estaba cercana La ultima y desesperada medida para recuperar la confianza de los inversores fue anunciar en julio de 2001 un presupuesto de "dl2ficit cero"; el Estado s6lo pagaria el equivalente de lo que recaudara. Enseguida se adv.irtieron las consecuencias: recortes de sueldos y jubilaciones y sobre todo reducci6n de las transferencias a las provincias. Para pagar las sueldos, los gobiemos provincial.es emitieron bonos y otras cuasi monedas que s6lo circulaban en cada provincia Pero a juzgar por el riesgo pafs queyalle gaba a las nubes, nada cambi6 las expectativas de los inversores. CRISIS Y RECONSTRUCCJON, 1999-2005 OM 342 1a reforma politica. Los senadores peronistas y radicales se unieron para obstaculizarla y defender al cuerpo, y Alvarez s6lo tuvo un tibio respaldo de De la Rlla. Al fin, apenas hubo algunas renuncias entre las senadores y la investigaci6n se paraliz6, pero Alvarez, visiblemente desautorizado p_or el presidente, renunci6 a su cargo en octubre de 2000. Su renuncia desencaden6 una crisis en el gobiemo. Aunque Alvarez sostuva que el Frepaso segui'.a integralldala, e incluso continu6 aconse jando a De la RU.a -por ejemplo, sobre la incorporaci6n de Cavallo al gabi nete-, los diputados de ese partido se desgranaron. A fin de 2000, varios grupos desprendidos de la ucR, el Frepaso y el socialismo constituyeron Afinnaci6n para una Repllblica Igualitaria (ARI), que encabez6 Elisa Carri6. Las medidas de ajuste que en marzo propuso L6pez Murphy, aunque efi meras, sumaron nuevas deserciones y acabaran con la frcigil mayaria que el gobierno tenia en Diputados. La designaci6n de Cavallo, que funcion6 como un virtual jefe de gabinete, distanci6 a Alfonsin, quien comenz6 a explorar la alternativa de un gobiemo de unidad nacional capaz de iniciar el abandono de la convertibilidad. Aislado de sus aliados y encerrado en un circulo muy reducido, el go bierno enfrent6 las eleccianes legislativas de octubre de 2001. En ellas, el FI Al implacable avance de Ia crisis fiscal se sum6 una movilizaci6n social de creciente intensidad. Pese a ello, el gobiemo de la Alianza tuvo inicial mente un razonable margen de maniobra. El peronismo, muy desarticu lado, no lo obstaculiz6 de manera sistem.itica: los gobernadores negocia ron las fondos de sus provincias y los senadores lo hicieron con sus votos para la aprobaci6n de las leyes. Por otra parte, a medida que se revelaba la fragilidad de la convertibilidad, la opini6n pllblica apoy6 firmemente a un gobierno que pareda ser la Ultima garantia de su mantenimiento. Pero la Alianza, exitosa en lo electoral, no funcion6 como coalici6n de gobiemo. Par razones profundas o mezquinas, la Uni6n Civica Radical (ucR) tuvo friccianes cad.a vez mas fuertes con el grupo que rodeaba a De la Rlia Alfonsin fue tomando distancia de Ia defensa a ultranza de la con desempefi.o de la ucR fue malo; el peronismo, que tambieTI. perdi.6 muchos vertibilidad. El vicepresidente Carlos Alvarez, nexo entre ambos votos, sin embargo avanz6 considerablemente en el control de las cama dirigentes radicales, procur6 ampliar la Alianza dialogando con el espectro ras. Los partidos de izquierda y el ARI obtuvieron buenos resultados. Pero no pero nista, mientras que el presidente apost6 a la colaboraci6n de las lo mas notable fue lo que se llam6 el "voto bronca" o "voto castigo": senadores y Ios gobernadores justicialistas. Combinar tendencias y puntos un 22% de las sufragantes vot6 en blanco o anul6 su voto. El 24% no fue a de vista divergentes no era imposible, pero hubiera requerido un liderazgo, votar, un porcentaje un poco mayor que el normal. El "voto bronca" fue una decisi6n y un talento politico de los que De la RU.a carecia, de modo impulsado par una campafi.a sistemcitica, que dio form.a y expresi6n a la Este archivo fue descargado de https://filadd.com que las conflictos se agudizaroIL FI LA DD .C OM extendida discanfonnidad de la ciudadania. Se culpaba al conjunto de las Este archivo fue descargado de https://filadd.com 344 BREVE HISTORJA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA politicos de las dificultades econ6micas, de no hacerse cargo de las deman das de la sociedad y de preocuparse s6lo par defender sus privilegios. CRISIS Y RECONSTRUCCI◊N, 1999-2005 345 FI LA DD .C OM Pero los actores principales fueron las organizaciones "piqueteras". Su peso se increment6 cuando el gobiemo de la Alianza, que trataba de redu dr la influencia de las redes politicas peronistas, decidi6 negociar con ellas PROTESTA, CRISIS Y FINAL DE LA ALIANZA y encargarles la distribuci6n de los planes de ayuda Esto conf:irm6 la in tuici6n de Ios demand.antes: como en los afios noventa, el gobierno Las elecciones de octubre iniciaron la crisis final <lei gobierno. Los senado renun daba a aplicar politicas universales y se ocuparia de aquellos que res peronistas eligieron a uno de ellos -Ram6n Puerta- coma presidente presio naran adecuadamente. Como los beneficios otorgad.os eran provisional deI Senado, primero en la linea sucesorta luego de la renuncia precarios, las demand.as crecian y la competencia se hacia intensa, las de Alvarez. Anunciaban asi que se preparaban para retomar el gobierno. organizaciones deb(an permanecer activas, para defender lo recibido y Los gobernadores peronistas se organizaron para defender su parte de ampliarlo. De ese modo se cerraba el cfrculo: en definitiva, el Estado unos recursos fiscales que se reducian aceleradamente. El gobi.erno, huersubsidiaba y hacfa cre cer a los grupos que se habian organizado para fano del respaldo del FMI -pese a las desesperados intentos de Cavallo-, presionarlo. comenz6 a recortar todo ti.po de gastos, lo que agudiz6 las reacciones. Las organizaciones piqueteras eran complejas: al nU.cleo de desocupa dos La crisis fiscal reactiv6 la protesta social, que renaci6 a mediados de se sumaban jubilados, ocupantes de tierras y, en general, familias nece 2000 y creci6 de manera sostenida, hasta culminar en diciembre de 2001. sitadas. Constntir las organizaciones fue la tarea de veteranos militantes La singulariz6 su dimensi6n nacional, su heterogeneidad y la convergencia so ciales, antiguos dirigentes sindicales y tambien activistas politicos. Una prilctica. Prendi6 primero en algunas capital.es provinciales lejanas de Bue novedad fue la alta participaci6n de las mujeres, que articularon la dimen nos Aires. En mayo de 2000, hubo un nuevo corte en General Mosconi, si6n militante con las tareas comunitarias, de creciente importancia. Las or Salta, duramente reprimido, que concluy6 con una pueblada victoriosa e ganizaciones proliferaron, con diferencias de envergadura, perspectivas y importantes logros. En noviembre del mismo afio, las organizadones pi estrategias, aunque coincidieron en la tilctica -el carte de rutas y de calles queteras de La Matanza obtuvieron un exito similar, en momentos en que y en la practica organizativa, basada en las asambleas, en las que se discutia estallaba otro episodio violento en Mosconi. Las cosas fueron mas duras lo concreto y lo general Diferian en sus perspectivas de largo plaza. Para en 2001. El "deficit cero establecido por Cavallo en julio y su secuela de algunas, el horizonte estaba en las puebladas y en la insurrecci6n popular. re cortes presupuestarios profundizaron el descontento, involucrando Otras fueron promovidas por partidos de izquierda, que las acomodaron a ciuda des men ores y pueblos. A fines de afi.o, como se vera, los vecinos sus respectivas lfneas polfticas. Un grupo importante apunt6 a lo que de la ciu dad de Buenos Aires pasaron de espectadores a participantes llama ban la autoorganizaci6n popular. Un punto esencial eran los activos de una protesta que en las grandes conurbaciones incluy6 el subsidios esta tales, que solucionaban los problemas de los necesitados y saqueo, la vio lencia, la represi6n y las muertes. ademas posibili taban el funcionamiento y la expansi6n de las Los protagonistas se fueron ampliando y renovando. Las dos CGT y la organizaciones. Las organizaciones piqueteras procuraron darle un Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), unidas o separadas, convo significado diferente al que era com.tin en el atnbito de las redes del caron a huelgas generales y organizaron marchas nutridas y turbulentas. peronismo. Los subsidios no debian ser considerados una dcidiva, sino una Muy activos fueron los trabajadores estatales de las capitales provinciales, conquista El E.5tado tenia la obliga ci6n de garantizar las derechos b.isicos de y sobre todo los docentes. En los municipios, la protesta se profundiz6 al los ciudadanos: la salud, la edu caci6n, la a1imentaci6n, el trabajo y la sumar a organizaciones vecinales y otras redes de base territorial. vivienda. No hacerlo suponia una in justicia que debfa ser reparada, y en ello Este archivo fue descargado de https://filadd.com residia el derecho y la dignidad FI LA DD .C OM En 2001, las organizaciones piqueteras pasaron a primer piano, avan zando en su integraci6n y coordinaci6n. A fines de juho, se reuni6 una Este archivo fue descargado de https://filadd.com 346 BREVE HISIORIA CONrEMPORANEA DE LA ARGENTINA CRISIS Y RECONSTRUCCI◊N, 1999-2005 347 LA DD .C Asamblea Piquetera National y se acord.6 un plan de acciones en coniun ' que culmin6 el 7 de agosto con Cortes de rutas en todo el pais. Sin embargo, afloraron las diferencias estrategicas y hubo muchas escisiones. Las organizaciones mas antiguas, como la Federaci6n de Tierra y Vivienda (FTv) y la Corriente dasista y Combativa (ccc), impulsaban reformas soda les -como el seguro universal- que mejoraran la situaci6n de los desocu pados y no desdefi.aban negociar con las autoridades. Las que eran impul sadas por partidos de izquierda, como el Polo Obrero (PO), consideraban que existfa en el pals una situaci6n prerrevolucionaria y orientaron sus acciones en ese sentido. A principios de diciembre, este grupo profundiz6 la escisi6n conformando el Bloque Piquetero. OM adhesi6n casi unaTiime; ese dia, en muchas ciudades bubo manifestacio- En los ultimas meses de 2001, el fantastico nivel alcanzado por el "riesgo pais" descart.6 cualquier posibilidad de acceso al ct'edito intemacional Se [:(:, ,. t\. ,: ,. , , ., , , .. , , ;: FI f•;,/:-, _, o corporiz6 asi el fantasm.a del defaulto declaraci6n del cese de los pagos de la deuda. Unos sacaron sus d61ares del pais; otros retiraron sus dep6sitos de los bancos. La corrida amenazaba con destruir todo el sistema bancario. Para frenarla, Cavallo tom6 una medida excepcional, pronto conocida como "corralito": el 1° de diciembre redujo a una peque:fia suma la extracci6n de efectivo de las bancos, aunque s:iguieron habilitadas las transferencias, los cheques y las pagos con tarjetas. Pocos dias despues, ante la falta de res puesta del FMI, se anunciaron nuevos cortes presupuestarios. El "corralito" relanz6 la protesta social. La desafecci6n institucional, el cuestionamiento de todos los mecanismos de representaci6n y la bUs queda de nuevos canales se pusieron de manifiesto en la adhesi6n al ple biscito convocado por el Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPo), or ganizado por la CTA y otras agrupaciones sociales y politicas, que proponfa establecer un ingreso ciudadano brulico. Entre el 13 y el 17 de diciembre, votaron tres millones de personas. Los lugares de sufragio fueron organi zados por distintas instituciones: sindicatos, centros estudiantiles, parro quias, asociaciones profesionales, sociedades de fomento, hospitales, c.ir celes; su diversidad revela la extensi6n del cuestionamiento. Pof entonces, la protesta ya habia tornado otro rumba. El 13 de diciem archivo descargado de https://filadd.com bre, las tres centrales obreras organizaron un paro Este nacional quefue tuvo una a c i o s d e v i o l e n c i a q u e s e OM LA DD .C y manifes tantes en la Plaza y hubo cinco muertos. Ya habia renunciado el ministro Cavallo y el presidente, en un Ultimo intento, convoc6 a un gobierno de unidad nacional. Por entonces, los diri gentes peronistas y buena parte de los radicales habian coincidido en que con De la Rua la crisis no tenia salida. Por la noche, el presidente renund.6 a su cargo y en un helic6ptero abandon6 la Casa de Gobierno, sitiada por los manifestantes furiosos. En esos dias, habfan muerto un total de 39 perso nas. Curiosamente, De la RUa volvi6 al dia siguiente a Ia Casa de Gobiemo para esperar que su renunda fuera aceptada. FI c a l l e j e r a s prolongaron en Ios dfas siguien tes. Las organizaciones piqueteras reunieron a su gente alrededor de los grandes supermercados y negociaron con los gerentes y con algiin funci.o nario publico la entrega de bolsones de alimentos. Sin embargo, la acci.6n se extendi6 por todo el pais, y esa semana fueron saqueados unos trescien tos negocios. La represi6n fue inconexa, pero bubo 18 muertos -algunos a manos de los comerciantes- y cientos de heridos. El 18 de diciembre, comenzaron los saqueos en el Gran Buenos Aires y en otros grandes conurbanos. En los barrios populates, fueron asaltados rouchos supermercados pequefios, aprovechando la sospechosa pasividad de las fuerzas policiales, que se limitaron a proteger los locales de las gran des cadenas. Hubo una parte importante de espontaneidad, pero esos epi sodios tambi€n fueron estimulados por muchos diri.gentes peronistas loca les, con intenci6n de darle el Ultimo empuj6n al gobierno. El 19, la protesta esta116 en la Capital Federal, movilizando a nuevos actores. Al son de los cacerolazos, salieron a la calle muchos vednos de Buenos Aires, afectados por la crisis o movilizados por la indignaci6n y la desilusi6n. Por la noche, el presidente decret6 el estado de sitio; no tuvo ningdn efecto disuasivo, pero en cambio aviv6 el conflicto y puso en movimiento a quienes allll se mantenian apartados. En la Capital, se congregaron frente al Congreso o en la Plaza de Ivlayo muchedumbres de reclamantes, a las que se sumaron grupos del Gran Buenos Aires. El dia 20, la Policia reprimi6 a los n e s Asi termin6 el breve interludio de un gobierno no peronista en el ciclo del segundo peronismo. Surgida en un contexto de optimismo ciudadano que recordaba el de 1983, la Alianza entusiasm6 al prindpio con su promesa Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HIS1DRIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C de trabajo, educaci6n y justida, aunque termin6 concitando el apoyo de quienes, de manera mas modesta, querian salvar la convertibilidad. Am.bas aspiraciones eran igualmente ut6picas. Los datos duros de la economia ya .indicaban en 1999 que, salvo alg1in cambio importante en las condiciones externas, el derrumbe fiscal era imposible de detener. En los dos afl.os de gobiemo de la Alianza, los datos s6lo cambiaron para peor, en particular con Ia nueva politica de Estados Unidos y el FMI. La crisis politica transcurri6 sabre un fondo de violentas manifestacio nes sociales. Con la presidencia vacante, el protagonismo se traslad6 a la OM 348 Era inevitable que la crisis provocara un remez6n social y politico. FI Pudo haber sido diferente su form.a y su profundidad, y eso fue responsa bilidad del gobiemo de De la Rlla. Al menos hasta octubre de 2001, nadie se propuso definidamente derribarlo o ponerle obst.iculos imposibles de superar. La gesti6n de De Ia RUa no intent6 sumar a otras fuerzas politicas y tratar de hacerlas coparticipes de un derrumbe que se avizoraba, y del que tambiell eran responsables. Tampoco fue capaz de rnantener la unidad -precaria por cierto- de la Alianza. Con mayor habilidad politica, quiz.is hubiera podido evitar, si no el estallido social, al menos las muertes. Quizi tamblen hubiera podido morigerar el derrumbe :institucional y politico, que a la larga fue la herencia mis dura dejada par una crisis que en di ctembre de 200 I recien comenzaba a manifestarse. EL ANO DE LA CRISIS Desde entonces, y durante 2002, la crisis se despleg6 en todo su alcance. Se conjugaron la crisis econ6mica que origin6 el derrumbe de la convert:i bilidad, la crisis polftica derivada de la acefalia presidencial y profundizada par el cuestionamiento general a 1a legitimidad de las gobemantes, y la crisis social, alimentada par la de la economia y motorizada par la expre si6n de distintas for.mas de protesta y reclamo. Como trasfond.o, se desple garon imagenes terrorfficas, quizis e:xageradas, pero operantes: guerra ci vil, saqueos, quiebras en cadena, anarqufa. Toda form6 parte del "afio de la crisis". Curiosamente, a fines de ese aiio, las fantasmas estaban desapare ciendo y las problem.as paredan encam:inarse a Este archivo fue descargado de https://filadd.com una soluci6n. CRISIS Y RECONSTRUCCION, 1999-2005 LA DD .C Asamblea Legislativa, que design6 presidente interino al gobernador de San Luis, Adolfo Rodriguez saa, quien debfa Ila.mar a elecciones de inme diato para completar el mandate de De la RU.a. Pese a lo acotado de su mandato, el nuevo presidente anund6 queno se pagaria la deuda extema -decisi6n aprobada par el Congreso entre aplausos y vitores antiimperia listas- y encar6 proyectos de largo plaza, para los que busc6 respaldo en distintos sectores sociales y politicos. Pero apenas una semana despues las gobernadores justicialistas, que habian impulsado su designact6n, le reti raron el apoyo, y opt6 por renunciar, en dias en que una multitud asaltaba el Congreso de la Naci6n e incendiaba algunas oficinas. El primer dfa de 2002,1a Asamblea Legislativa design6 coma nuevo presidente -ahora para concluir el mandato de De la Rlia- a Eduardo Duhalde, exgobemador de Buenos Aires y candidate presidencial derrotado en 1999. Duhalde tenia una importante base en su provincia, contaba con el apoyo de las gobernadores peronistas y de la ucR y un buen respaldo en el Con greso. En cambio, la Corte Suprema de Justici.a -con mayorfa de jueces de signados par Menem- le era hostil. En la calle, las distintos grupos movili zados seguian reclamando con ira, de modo que la legitimidad del nuevo presidente estaba lejos de ser s6lida. El Congreso result6 el anda masconsistente de un gobiemo que debi6 dar respuesta a situacfones no imaginadas. Nadie habfa previsto el abrupto fin de la convertibilidad No habia una salida que pudiera conformar a todos, y la cuesti6n fue c6mo se repartirian las perdid.as. Cada actor presion6 por lo que consideraba suyo. Las prim.eras medidas, tomadas bajo presi6n, fue ron azarosas y frecuentemente contradictorias, pero sus efectos resultaron OM 349 FI contundentes. Rodriguez Saa habfa anunciado el default de la deuda ex terna privada, aunque se seguiria pagando la deuda con el FMI. El Con greso agreg6 el fin de la convertibilidad y confiri6 amplios poderes al pre sidente. Duhalde dispuso una devaluaci6n del 40%, llevando el d6lar a 1,40 pesos, y transform6 en pesos las deudas en d61ares, mediante la lla mada upesificaci6n asimetricau. Se dispuso que las deudas en d6lares se convirtieran a raz6n de un peso par d.61ar, mientras que las dep6sitos ban carios se pesificaban a raz6n de 1,40 pesos por d6lar. Simult.ineamente, se ex:tendi6 el "corralito -que pas6 a llamarse "corra16n- a las dep6sitos a plazo fijo. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 350 BREVE HISIORIA CONTEMPO:RA.NEA DE LA ARGENTINA Esta masiva ruptura de los contratos dejaba una cantidad de cuestio nes por resolver y una gran discusi6n sabre c6mo hacerlo. A los bancos se les prometi.6 un bona, para compensar 1a diferencia entre acreencias y deu das. Se refonn6 la ley de quiebras, para proteger a la masa de afectados CRISIS Y RECONSTRUCCI6N, 1999-2005 351 FI LA DD .C OM exhibido par las medias, expresaron su ira y sus reclamos, que nadie pudo ignorar. Tambien comenzaron a aparecer propuestas, fragmentarias, ut6pi cas, pero con una dosis de creatividad, para organizar de manera diferente la sociedad y la politica. Para muchos, la crisis fue una oportunidad. por los cambios. Muchos ahorristas recurrieron a Ia justicia y encontraron El escenario mis visible de la crisis, y tambiell el punto de mayor con jue centraci6n de sus expresiones, fue la ciudad de Buenos Aires, sede del po ces que, a veces con llamativa rapidez, les perroitfan recuperar sus dep6si der que concentraba las reclamos. Cada dia se vefan en la Plaza de Mayo, tos bancarios. La Corte Suprema, en guerra franca con el gobierno, ame el Congreso o las Tribunales manifestaciones de vecinos indignados que naz6 con declarar inconstitucionales todas las medid.as de excepci6n. golpeaban sus cacerolas o de ahorristas que atacaban a martillazos las se Entre tantas medidas forzadas, contradictorias o inconducentes, Duhalde des de las bancos, rompiendo vidrieras o pintando frases condenatorias. tom6 una decisi6n efectiva y de perdurables efectos: la creaci6n del Plan Los unia la consigna Nque se vayan todos'; referida en principio a los poli Jefes y Jefas de Hogar, destinado a los desocupados, para el que obtuvo ticos, pero tambien a otros grupos diri.gentes. Asimismo, cotidianamente fondos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). aparecian columnas de piqueteros, que lucian amenazantes, con sus palos El plan tenfa una cobertura mucho mayor que las anteriores -apuntaba a y las caras cubiertas con pasamontafias, reclamando subsidios y Nplanes". la universalidad- y su ejecuci6n se derivaba a las intendentes, aunque Por las tardes, los vecinos de las barrios se reunian en asambleas para de daba participaci6n a diversas organizaciones, entre ellas las piqueteras. La liberar y organizarse. Al anochecer, aparecian los cartoneros: familias y suma entregada era modesta -150 pesos, es decir, unos 40 d6lares-, pero grupos muy organizados que iban a buscar algo valioso entre las residuos. significativa. En 2002, se habian otorgado mas de un mill6n de subsidios, Otros vecinos se juntaban en clubes de trueque, para sustituir la moneda y un aiio despues llegaban a dos millones. y mantener el mercado. Soluciones de emergencia, protestas sin futuro, Los efectos tardaron unos meses en hacerse sentir, y en el aiio de la pero, a la vez, intentos de buscar un camino distinto. crisis esto era una etemidad. A fines de abril., el gobiemo habia perdido el Las jomadas de diciembre, con su €pica y sus martires, pusieron a los control y el d6lar se disparaba, lo rnismo que la inflaci.6n y la desocupaci6n, vecinos de Buenos Aires y de otras grandes ciudades en estado de movili especiahnente en el conurbano bonaerense. La mitad del pais se encon zaci6n. Continuaron marchando, golpeando sus cacerolas. Luego de derri traba par debajo de la linea de pobreza, y una cuarta parte traspasaba la bar a dos presidentes -pensaban-, su blanco era la Suprema Corte de Jus linea de indigencia El gobiemo debfa encontrar c6mo satisfacer simulta ticia, que para unos era el emblem.a de los aborrecidos aiios noventa, y para neamente a ahorristas con dep6sitos uacorralados'; a bancos amenazados otros, la esperanza de un fallo judicial que les devolviera sus ah.arras. Los por corridas, a acreedores sin la posibilidad de ejecutar a los deudores. ahorristas constituian el m1deo mas violento de Ios manifestantes urbanos; Ademas, el FMI le exigia Ncambios profundos" que llevaran a un nuevo era el grupo mas centrado en un objetivo especifico y tambiell contradic equilibria, como una "hiperinflaci6n controlada". Tras este cruce de tantos torio, pues la furia en contra de los bancos unfa a deudores ya acreedores. intereses contradictorios, se desenvolvia una crisis social profunda y una La mayoria de los vecinos, devenidos ciudadanos, asumi6 la responsa crisis radical de legitimidad politica no menos aguda. bilidad de construir el interes general. Lo hizo en las ya mencionadas asambleas barriales -funcionaron mas de cien en la Capital y otras tantas El doble cuestionamiento de la autoridad politica y de la moneda impuls6 o mas en el resto del pafs-, caracterizadas por la aspiraci6n a la horizonta el despliegue de la crisis social y politica. En el afio de la crisis, se agrav6 la lidad, al dialogo razonado y a una democracia directa que cerrara la bre situaci.6n de las "perdedores" de la gran transfonnaci6n de las dee.ad.as an cha dejada par el fracaso politico. En las asambleas, se debatieron grandes Este archivo fue descargado de https://filadd.com teriores y se les sumaron nuevos segmentos. En un escenario ampliamente BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA tantes piqueteros -Maximiliano Kosteki y Dario Santillan- estimul6 un acercamiento entre esas organizaciones y las vecinos. Pero a fin de afio, las aguas se fueron separando y comenz6 a predominar entre los vecinos el anhelo de una salida ordenada para la crisis. Fue di:ffcil dar una expresi6n polftica al "que se vayan todosu, del que s6lo se salvaban algunos politicos reconocidamente honestos. Muchos confiaron en regenerar la prclctica politica, y a mediados de afto se popula mente de las marchas, para defender lo conseguido, recuperarlo o acrecen tarlo en una dimimica asimilable a la de la tradici6n sindical. Los "planes ' y otros subsidios fueron el centro de las organizaciones y el origen de sus Las organizaciones piqueteras fueron las grandes protagonistas del ai1o de la crisis. Crecieron por el aumento de la desocupaci6n, pero sobre FI riz6 1a propuesta de una Asamblea Constituyente que refundara la repU blica, pero la iniciativa se diluy6. En ese afio admirable, hubo otros colectivos singulares. Los cartoneros --esos grupos que ocupaban la ciudad por la noche y desaparedan al amane cer- suscitaron tanto miradas horrorlzadas como humanitarias. Entre ambas perspectivas, pudo descubrirse en ese fragmento de los "perdedores de la nueva sociedad un orden propio: eran familias enteras, con su base en los barrios de1 conurbano. Tambiell su ligaz6n con aigun tentaculo del mercado, interesado en los metal.es, los papeles o el cart6n, y presto a construir los cir Cltitos articuladores de la recolecci6n. Otro colectivo notable fue el de las trabajadores que se hicieron cargo de las f.ibricas abandonadas por sus pro pietarios y las pusieron en funcionamiento, con la ambigua ayuda del Es tado, que alternaba entre la asistencia social y el rigor judicial. Tam.bi.en esta ban los dubes de trueque, potenciados por la crisis monetaria. Ademiis de su capacidad de contenci6n para 1os ID.as golpeados por la crisis, apostaron a construir un sistema autogestionado, altemativo del mercado, pero cuando la economia normal Este archivo fue descargado de https://filadd.com recuper6 su estabilidad declinaron r.ipidamente. 353 todo por la creaci6n del PlanJefes y Jefas de Hogar, que multiplic6 la ayuda social del Estado. La mayor parte fue repartida a traves de las redes vincu ladas con el aparato politico justicialista, pero una porci6n significativa se destin6 a las organizaciones piqueteras. Les era facil obtenerla de on go biemo cuya prioridad era apagar el amenazante conflicto social. La distri buci6n de paquetes de planes hizo posible el crecimiento de esas organi zaciones, pero tambien su divisi6n y reconfiguraci6n, en funci6n de sus relaciones con el gobierno y la politica. Las organizaciones piqueteras fueron islotes singulares en el mundo del conurbano, que convivieron en competencia con la red de base estatal. Los planes asistenciales y las contraprestaciones permitieron desarrollar la dimensi6n asistencial: copas de leche, comedores, talleres y otras iniciati vas de sentido autogestionario. Pero todas las conquistas eran precarias y discrecionales. Pertenecer a una agrupaci6n consistfa en participar regular LA DD .C cuestiones y otras mas especificas, de gesti6n barrial; se establecieron rela ciones solidarias con otros grupos -especialmente los cartoneros del ba rrio- y se organizaron marchas y "escraches": manifestacionesde tinte jaco bino contra personajes odiados, coma el exministro Cavallo o algunos represores inc6gnitos. Los partidos de izquierda se sumaron a las asambleas y trataron de im ponerles sus lineas politicas, dillcilmente conciliables con la autogesti6n vecinal La militancia asamblefsta alcanz6 sus picas en la marcha del 24 de marzo de 2002 y a fin de junio de ese afio, cuando la muerte de dos mili CRISIS Y RECONSTRUCCI6N, 1999-2005 OM 352 OM FI LA DD .C diferencias. La FTV y la ccc, las organizaciones grandes y tradicionales, pri vilegiaron el acuerdo mas o menos estable con las autoridades peronistas. Otras se preocuparon por consolidar el nUcleo social y por la defensa mili tante de lo que se le arrancaba al gobierno. Un grupo mayoritario se reuni6 en el Bloque Piquetero, organizado por los partidos de izquierda, conven cidos de Ia iruninencia del momento revolucionario, el "argentinazo", coma lo denominaba el Partido Obrero, trotskista. El gobierno, queen general prefiri6 negoctar con las organizaciones, en ocasiones ensay6 la represi6n. El 26 de junio de 2002, la Policia bo naerense intent6 detener una marcha en Avellaneda y, como se dijo, ase sin6 a dos militantes, Kosteki y Santillan. El hecho, que qued6 documen tado y tuvo otras repercusiones politicas, exacerb6 1a movilizaci6n piquetera, de presencia diaria, cortando mtas y calles, y estrech6 los vinculos con los vecinos movilizados, coma lo expres6 la consigna "pi quetes, cacerolas, la lucha es una sola". Por entonces, no habfa dia en que una marcha, grande o chica, no se manifestara frente a una dependencia gubernamental, generando un caos en el centro de la Capital yen otras grandes ciudades. La tclctica era efectiva, y la estrategia revelaba la con- Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISIORIA CONTEMPO:Rfi.NEA DE LA ARGENTINA LA DD .C vicci6n de que nadie tenfa derecho a ignorar los padecimientos de Ios perdedores. Quienes vivian en las ciudades solian tenet sentimientos mezclados: sohdaridad con quienes reclamaban y fastidio por las contratiempos. La misma dualidad tenfa el gobierno, que podia ignorar a las asamble(stas y trocadores, pero no a las piqueteros. Nadie dudaba de que el sistema de planes sociales era imprescindible en lo inmediato. Sabre esa base, el go biemo procur6 negociar con las organizaciones para acotar los efectos de las protestas y tambien para introducir divisiones. Pero a la vez debi6 en carar la cuesti6n del orden pUblico y tambien de la represi6n a quienes se aventuraban en la via insurreccional. Entre orden y represi6n habfa una zona gris, una frontera borrosa, tanto en lo conceptual como en lo pr.ictico, pues el gobierno no podfa controlar completamente a la Polida o a la Gen darmerfa, tal corno se mostr6 el 26 de junio. De modo que hubo una osci laci6n entre aceptar el derecho a la protesta y el deber de mantener el or den, que hacia fmes de 2002, y sabre todo en los meses siguientes, se fue inclinando mas hacia una represi6n solapada, practicada lejos de las cama ras de televisi6n. impuso a las empresas privadas. La inflaci6n tambifo increment6 los ingre- OM 354 FI A fines de abril de 2002, Duhalde se desprendi6 de su ministro de Econo mia, Jorge Remes Lenicov, quien habia llevado a cabo la tarea mas dura -la devaluaci6n y la pesificaci6n-, y design6 a Roberto Lavagna, quien lo acompail.6 hasta el final de su mandato, en mayo de 2003. Ambos confor maron una dupla exitosa. Duhalde resolvi6 razonablemente bien la crisis politica y Lavagna dirigi6 el tra.11sito de la crisis a un crecimiento econ6mico notable. Esto se debi6 en parte a la pericia del ministro, pero tambien al cambio del contexto nacional e intemacional. La salida catastr6fica de la converti bilidad, ademils de dejar un tendal de damnificados y un pais sumid.o en la :miseria, cre6 las condiciones para la recuperaci6n fiscal y econ6mica. Los salarios cayeron el 20%, y las jubilaciones, el 50%, lo que signific6 un alivio para el Estado y para las empresas, que tambiCn fueron estimuladq_5 por la reducci6n de las importaciones -consecuencia directa de la fuerte devalua ci6n- y por el congelamiento de las tarifas de servicios, que el gobie.rno Este archivo fue descargado de https://filadd.com CRISIS YRECONSTRUCCI◊N, 1999-2005 FI LA DD .C sos fiscales, mientras que los gastos debieron reducirse par el cese total del financiamiento extern.a. Todas estas mejoras, que eran la contracara de la crisis, hubieran sido effmeras si en simultalleo, y de manera inesperada, no hubieran aumentada de manera notable el predo y lademand.a internaci.o nal de Ia soja, coma cansecuencia sabre todo de las campras realizadas por los paises asiaticos. Con ese estimulo, la producci6n se recuper6 y, en 2003, duplic6 la de 1998. El gobierno impuso una retenci6n a las exportaci.ones del 23,5%, y esos ingresos tonificaron vigorosamente las cuentas fiscales. Desde entonces, y por varias afios, el superilvit fiscal prim.arto y el su per.ivit comercial fueron los pilares de la recuperaci6n ecan6mica. Sohre esa base, Lavagna comenz6 la tarea de desmantar todos los conflictos gene rados par la salida de la convertibilidad, que en conjunto constituian una bomba de tiempo. Los problemas eran muchos, y ninguna soluci6n podia dejar satisfechos a todos. Muchos propusieron salidas dr.isticas, que ignora ban las costos asf coma cualquier criteria de equidad -coma la mendonada "hiperinflad6n controladan sugerida par el FMI-, pero Lavagna opt6 par buscar soluciones intennedias, regulando los tiempos y ayudando a resta blecer una autoridad politica que se iba reconstituyendo gradualmente. Lo mas urgente era restaurar la confianza en los bancos y encontrar soluciones aceptables para las ahorristas. Lavagna ofreci6 a los depositan tes una serie de bonos optativos, que fueron aceptados de manera gradual, a medida que mejoraba la credibilidad en el fisco. Con las provincias tam bien sigui6 una via intermedia: redujo el envio de fondos -lo que las oblig6 a ajustar su dEfidt-, pero absorbi6 todas las "cuasi maned.as" y las bonos emitidos desde 2001. OM 355 Lo mas diffcil fue la negociaci6n con el FMI, que era un acreedor privi legiado, no comprendido par el default. No cumplir con esos pagos -muy acrecidos por los cuantiosos prestamos de los afios previos al derrumbe de la convertibilidad- imphcaba una ruptura con el mundo fmanciero mucho mas profunda que el default con los acreedores privados. El FMI se negaba a cualquier refinanciaci6n si el gobierno argentino no realizaba reformas dra5ti.cas, inaceptables para la sociedad y letales para la inicial recuperaci6n econ6mica Lavagna negoci6 largamente, pag6 a veces y dej6 de hacerlo en otras, concedi6 algunas de las demandas e ignor6 otras; hasta cont6 con el sorpresivo apoyo del gobierno estadounidense de George W Bush. Por fin, Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HJSTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA y el cordobes LA DD .C en enero de 2003, fum6 un acuerdo transitorio para refinanciar los pagos, v.igente hasta septiembre. Llegar a enero fue dificil. Pero paulatinamente los indicadores de 1a crisis fueron mejorando: baj6 la inflaci6n y el d6lar se estabiliz6 en un ni vel adecuado. En distintos momentos todo pudo derrumbarse, por la pre si6n de los distintos grupos damni:ficados, coma las ahorristas, respalda dos par una Corte Suprema enfrentada con el Ejecutivo. Sin embargo, Ia CRISIS Y RECONSTRUCCI6N, 1999-2005 OM 356 FI bonanza fiscal, la politica de subsidios y una cierta reactivaci6n econ6mica tranquilizaron las anirnos. En marzo de 2003, en vfsperas electorales, se liber6 parte de los ahorros y se convirti6 a los restantes en s6hdos bonos en d6lares. La mejora en la economia facilit6 la sahda polltica, que tuvo sus com plicaciones. El presidente Duhalde careda de legitimidad electoral y tam bien de dinero para repartir. Los gobernadores creian que aspiraba a ha cerse elegir presidente y le retaceaban su apoyo. En la sociedad movilizada, predominaba un an:imo general contrario a los politicos y regeneracionista, que haci'.a dudar del e:xito de una convocatoria electoral. El episodio de las muertes de Kosteki y Santillan lo decidi6 a acortar su mandato y a autoex cluirse de la candidatura. El sacrificio mejor6 su situaci6n, sobre todo porque conservaba un gran poder para incidir en la elecci6n de su sucesor. Desde entonces, tuvo el consistente apoyo de las gobernadores y del Congreso, incluyendo a la oposici6n radical. La Corte Suprema, donde dominaban los simpatizantes de Menem, sigui6 hactendole la guerra. La salida electoral estaba llena de incertidumbres. La ley electoral dis ponia que en cad.a partido se realizaran elecciones intemas abiertas -uno de los pocos logros de la proclamada refonna politica-, pero los partidos estaban en crisis y no representaban mucho. En el justicialismo, particular mente, el candidato de Duhalde deberia competir con Carlos Menern, quien conservaba mucho arraigo en las bases peronistas -que lo asociaban con tiempos mejores- y tambietl con el puntano Adolfo Rodriguez Saa. Duhalde contaba con un buen respaldo en el conurbano bonaerense, donde la po litica de asistencia social le habfa permitido construir una nueva maquina ria poHtica. Pero careda de un candidato adecuado, pues Carlos Reute mann, prest:igioso gobernador de Santa Fe, declin6 competir, Este archivo fue descargado de https://filadd.com 357 OM FI LA DD .C Jose Manuel de la Sota fracas6 en las encuestas de opini6n. Finalmente, Duhalde decidi6 cambiar las reglas electorates. Suspendi6 las internas abiertas, para evitar el probable triunfo de Menem, habilitando la presen taci6n de varios candidatos justicialistas, y reso1vi6 apoyar al gobernador de Santa Cruz Nestor Kirchner. Este, que tenia escaso reconocimiento fuera de las provincias del sur, acept6 el padrinazgo de Duhalde y tambien la continuidad de Lavagna, cuyo apoyo sum6 probablemente muchos vo tos a una candidatura algo escualida. De modo que el Partido Justicialista (PJ) concurri6 con tres candidatos, que dirimirian sus diferencias en la elecci6n national. Par fuera del PJ, sur gieron dos candidaturas de exradicales: Ricardo Lopez Murphy, defensor de la rigurosidad fiscal, y Elisa Carri6, impugnadora de la corporaci6n po litica; ambos coincidian en la valoraci6n de los principios republicanos. En la primera vuelta, realizada el 27 de abril de 2003, se impuso Menem, que obtuvo algo mas del 24% de los sufragios; lo sigui6 Kirchner, con el 22%; L6pez Murphy, Rodriguez Saa y Carri6 obtuvieron cad.a uno apro:ximada mente diez puntos menos que el ganador. El peronismo, en sus diversas variantes, mejor6 notablemente su peiformance, pues los tres candidatos justiciahstas lograron el 60% de los sufragios; la UCR, que postul6 a Leopoldo Moreau, s6lo obtuvo el 2%. Era el fin del bipartidismo. El apo"yo a Menem fue llamativo, pero se sabia que la resistencia que despertaba era suficiente para unir a buena parte del resto de los votantes. Sorpresivamente, Menem renunci6 a la cornpetencia y priv6 a Kirchner de una adecuada legitimaci6n electoral. Sin embargo, la elecci6n habia sido exitosa y mostr6 una renovada convalidaci6n del sistema representativo. Los partidos politicos habian quedado en el camino, pero el regimen demo cratico habia superado la crisis, al igual que la economia. LA SALIDA DE LA CRISIS Nestor Kirchner, nuevo presidente, recibi6 el gobierno cuando lo pear de la crisis habia pasado, aunque todavia quedaban muchas cuestiones por resolver y muchas demandas par satisfacer. La mas importante era la deuda en default, pero con las superavits comercial y fiscal las perspectivas Este archivo fue descargado de https://filadd.com CRISIS Y RECONSTRUCCION, 1999-2005 BREVE HISIORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA problemas pendientes. Uno de ellos fue la deuda con los organismos inter nacionales, y especialmente con el Club de Paris. Otro, el grupo de bonis tas que rechaz6 el canje e inici6 un largo litigio. For entonces no parecian urgentes, y se las desatendi6; pero apenas siete a.tios despues se convirtie ron en un problema grave. La recuperaci6n de la economia se mantuvo. EI Producto Bruto In terno (PHI) creci6 anualmente alrededor del 9%, y en 2005 alcanz6 el nivel que tenia en 1998, antes de que comenzara la larga recesi6n El d61ar en contr6 un punto de equilibria alto, que el gobiemo mantuvo. La industria orientada al mercado intemo, con elevada capacidad ociosa, aprovech6 la protecd6n cambiaria y la depreciaci6n de las salarios, y su react:ivaci6n co menz6 a influir sabre el empleo, de acuerdo con la vieja 16gica del stop LA DD .C de soluci6n eran buenas. En cuanto a la sociedad, la primera demand.a consistia en el restablecimiento del orden y de la autoridad presidencial Par detra.5 venian otras dos, que no tenian la misma unanimidad: encon trar una salida a la desocupad6n y a la pobreza extrema y restituir la legi timidad, el lazo entre gobernantes y gobernados. El nuevo gobiemo arrancaba con un handicap politico: su escasa legi timidad electoral. En su primera etapa, eso fue compensado par el respaldo de Eduardo Duhalde, quien le traspas6 a varios de sus ministros. Sabre esa base, el nuevo presidente se dedic6 a construir sus propios apoyos ya ade-, cuar el gobiemo a su estilo de conducci6n. La soluci6n del problema con las acreedores extemos fue la principal t.area de Kirchner y Lavagna. Este si.gui6 aportando su capacidad tecnica y su talento negodador, y Kirchner le agreg6 un fuerte respaldo politico y 359 OM 358 and go.El sector exportador, tanto agricola coma industrial, se benefici6 doble mente con el d6Iar alto y la mejora de las precios internacionales. Automo tores, siderurgia, aluminio y papel recuperaron sus beneficios -el petr6leo merm6 su volurnen exportable-, lo misrno que el sector agricola. La soja, en FI oca sionalmente una fructifera cuota de dureza e intransigencia. En septiembre de 2003, el precario acuerdo con el FMI fue renovado par tres a.ftos. El buen desempeiio argentino en materia fiscal y comercial y el control de la inflaci6n facilitaron el arreglo de la deuda a corto plaza. Los particular, aprovech6 la gran demand.a de China e India, que elev6 de un compromisos con el Fonda fueron minimos: mantener un superllvit fiscal mod.a considerable Ios precios internacionales. El Estado, que desde 2002 del 3%, iniciar aphcaba retenciones a las exportaciones, fue un socio privilegi.ado de este las negodaciones con las acreedores y aceptar la revisi6n peri6dica de las crecimiento. cuentas nacionales, que el Fonda practicaba con las paises deudores. For entonces, la politlca del Estado fue virtuosa. El super<lvit fiscal, ba Respecto de la cuantiosa deuda extema, el objet:ivo fue redudrla, sim sado en las retenciones a las exportaciones y en la reducci6n de las obli plificarla y sabre todo alargar las plazas de las vencirnientos, para impedir gaciones de pago de Ia deuda, se complet6 con una moderaci6n de las que el incipiente impulso econ6mico quedara sepultado par las exigencias gastos, en particular las transferencias a las provindas. Esto evit6 alentar la de pago. Tambiell se decidi6 tratar a todos las acreedores por igual. En inflaci6n, que pese a la reactivaci6n creci6 en fonna moderada, y subi6 del sep t:iembre de 2003, se hizo una prim.era propuesta; en noviembre de 3,7% en 2003 al 12,3% en 2005. Pese a las incipientes demandas -que cre 2004, se fonnul6 la propuesta final, y en febrero de 2005 se concret6 el cfan a medida que se reactivaba el empleo-, se contuvo el aumento de sa canje. Durante las negociaciones se argument6 que el pais s6lo podia larios, que s61o fue significativo en 2005. En cambio, el Estado volc6 dinero comprome ter en Ios pagos un 3% del super.ivit fiscal Unaley estableci6 en forma de subsidios social.es, con contraprestaciones laborales, y de que quienes no aceptaran los terminos quedarlan fuera de las obras pUblicas, que generaban empleo con rapidez. negociaciones y atados a algun lejano fallo judicial. Elcrecimiento de estos aiios estuvo principalmente en manos delsector El pais ya era por entonces mas crefule, y la aceptaci6n fue al.ta: el 76% exportador, consolidado en los afios noventa: productores agrarios y agroin de las titulos ofertados, a las que se les hizo una quita del 25%, de modo dustriales y de commodities; como el acero o el aluminio, junta con los que la deuda total se redujo de 191 a 126 mil millones de d6lares. Los pa automotores y su tradicional regimen especial, integrado con Brasil. En Este archivo fue descargado de https://filadd.com gos y vencimientos de importancia se postergaron hasta 2012. Quedaron 2004, una ley estableci6 importantes beneficios para las :inversiones de es- BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C tas empresas. La reactivaci6n del sector industrial dirigido al mercado in terno tampoco signific6 un cambio en su perfj.l. Basada sobre todo en la utilizaci6n de la capacidad ociosa, hubo pocas inversiones nuevas, lo que podi'.a augurar la llegada del clasico stap. Pero todos los sectores empresa rios tuvieron en estos a.nos de reconstrucci6n una rentabilidad muy ele vada, cimentada, coma se dijo, en el d61ar alto y los salarios bajos. La situaci6n de las trabajadores mejor6. El aumento en la ocupaci.6n fue significativo, aunque hubo una alta incidencia del empleo precario 0 "en negro", que incluia el trabajo "esclavo" en algunas fcibricas. Entre las ocupados se contabilizaban las benefici.arlos de las planes sociales, pues su m6dica contraprestaci6n laboral los ubicaba en esa categoria En cualquier de obras pllbli- OM 360 FI caso,1a reactivaci6n Ileg6 al empleo: algo en las sectares mas dinamicos, que ocupaban pocos trabajadares, y mucho en la industria yen la cons trucci6n. En los salarios camenz6 una lenta mejorla, que estuva por detra.5 del incremento del empleo. S6lo en 2008 se alcanzarfan los niveles de in _greso real de 2001, que ya eran bajos. El gobiemo comenz6 a elevar el sa lario minimo yen 2005 reinici6 la convocatoria a paritarias, lo que tuvo un fuerte efecto en la revitalizaci6n de las alicaidas organizariones sindicales y, consecuentemente, en el aumento de los conflictos laborales. Todo ello constituye el mejor illdicador de la recuperaci6n econ6mica. Los. niveles de pobreza declinaron, aunque las cifras -siempre discuti bles- siguieron siendo muy ahas: en 2005 habia 42% de pobres, que in duia el 20% de indigentes. La mejora en la acupaci6n tenia un techo y una masa considerable depend:i.6 de los planes sociales, que el gobierno distri buy6 ampliaroente; aunque ayudaban a sobrevivir, estaban lejos de cons tituir un trabajo digno o un ingreso sufidente. Fueron un buen elemento de contenci6n y, a la vez, una herramienta politica poderosa. Hacia fines de 2005, no s6lo habia pasado lo peor de la crisis, sino que el gobierno estaba en condiciones de desarrollar otro manejo politico. En materia fiscal, la mayoria de los impuestos, coma las retenciones a las ex partariones, no eran copartidpables con las provincias, de modo que hobo una centralizaci6n de recursos en manos del gobierno nadonal Este con virti6 su robusta caja fiscal en un instrumento de pod.er. Los gabemadores dependieron de la transferencia de recursos de la Tesoreria Este archivo fue descargado de https://filadd.com de Ia Naci6n para manejar el deficit de las provincias, o de la asignaci6n CRISIS Y RECONS1RUCCI6N, 1999-2005 cas, reahzadas por el Estado nacional, que aliviaban el deseropleo. La asig nari6n de los planes asistenciales fue otro poderoso elemento de negocia ci6n con las organizaciones sociales y con los intendentes. Con esos recursos fi.scales en sus manos, el presidente estaba en condiciones de Ile var adelante una politica de tipo discrecional, coma la que habfa practi cado en la decada anterior en su provincia, Santa Cruz. LA DD .C La crisis social, sin reabsorberse, se rnanifestaba de manera distinta. En el mundo de1a pobreza, habia mis gente con alglln tipo de trabajo y flufa mas dinero. Pero el nU.cleo duro se mantenfa. Se sobrevivia con las planes, pero no se vislumbraba una sahda. Su visibilidad era mayor en Buenos Aires y en Ios noticieros de televi si6n. Los cartoneros, tan temibles como inofensivos, estaban mucho mas organizados, aparedan a horas fijas y luego desaparedan. Pero el centro de la dud.ad seguia ocupado por vendedores ambulantes, cuidadores de autos o mendigos, tras los cuales se adivinaban otras red.es organizadas. Tambien habia delincuentes ocasionales, que se multiplicaban en el conurbano. OM 361 FI Este costado peligroso de la pobreza insta16 en la apini6n 1a cuesti6n de la inseguridad. En marzo de 2004, Juan Carlos Blumberg, padre de un joven asesinado tras un secuestro, organiz6 unas marchas multitudinarias recla mando cambios en las leyes penales, que fueron en buena medida aproba dos por el Congreso. Luego, se las recordaria coma unas de las escasas ocasiones en que Kirchner cedi6 ante una movilizaci6n pUblica. Las calles y las plazas de Buenos Aires siguieron ocupadas por colum nas de manifestantes provenientes del conurbano. Las habia de todo tipo, orientaci6n y objetivos. Muchos benefkiarios de planes del gobierno eran convocados para apoyarlo. Las organizaciones de perftl opositor se mani festaron con energia y rudeza para conservar los planes sociales logrados. Los partidos de izquierda, que apostaban a un nuevo brote insurrecrional, acentuaron su perfil confrontativo. Grupos de trabajadores combinaban el reclaroo sindical tradicional con el recurso a la calle y el corte, sabre todo los organizados en la crA, como los aguerridos trabajadores estatales y do centes. Tambien habfa grupos sindicales alineados con la izquierda. En cambio, no los acompaiiaban ya los sectores de clase media, fatigados de las molestias generadas por las cortes. Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISfORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA Habfa una demanda de orden pt1blico, recibida de manera ambigua por el gobiemo, que deseaba alejar a 1os grupos mas virulentos pero ternfa quedar asociado con alguna fonna de represi6n. Para desactivar la pro LA DD .C testa, atrajeron a las grandes organizadones sociales con mas afinidad po Utica e ideol6gica, coma la FTV, de Luis D'Elia, el Movimiento Evita, de Emi lio Persico, Barrios de Pie, de Jorge Ceballos, y Llbres del Sur, de Humberto Tumini. Sus dirigentes recibieron cargos en la administraci6n, desde donde pudieron favorecer a los suyos en el reparto de las planes sociales; par su parte, atemperaron las movilizadones y apoyaron activamente algobiemo. Los intendentes del conurbano tuvieron nuevos recurses para pero sin efecto retroactivo. Los juicios, por otra parte, no se habian inte- OM 362 fortalecer su poder: administraban una parte de las planes sociales y tambien ejecuta ban las □bra s pliblicas financiadas por el gobiemo nadonal, que utilizaban empleo local. Por esos caminos, a la vez que se contenian las expresiones de protesta mis duras, el mundo de la pobreza fue convirtietldose en una de las bases de poder del gobierno. FI Nestor Kirchner busc6 mas soportes para consolidar y amphar su autori dad, retaceada por un mezquino resultado electoral inicial. Explor6 otros aillbitos de la opini6n pllblica, atendi6 los reclamos pendientes dejados por la crisis y aprovech6 la disponibilidad del sector denominado "progresista , que anteriormente habia encontrado su cauce en el Frepaso. La primera medida importante fue Ia renovaci6n de la Corte Suprema de Justicia. Junto con los politicos, toda la Justicia habia sido cuestionada con dureza durante la crisis. La Corte en particular era un basti6n del me nemismo; en 2002, Duhalde habia iniciado el juicio politico a sus miem bros. A poco de asumir, Kirchner promovi6 su reanudaci6n y desat6 una fuerte campafia de opini6n. Finalmente, obtuvo la renuncia de cuatro de los jueces y la remoci6n por el Congreso de otros dos. Para designar a los reemplazantes, aplic6 un novedoso sisterna de consulta pU.blica y propuso a cuatro juristas distinguidos e imparciales. A lo largo del tiempo, la reno vaci6n de la Corte fue uno de los logros mas reconocidos de su gobierno. En simulta.D.eo, propuso la anulaci6n de las leyes de punto final y obe diencia debida, sancionadas en 1987, que bloqueaban los juicios a los res Este archivo descargado de https://filadd.com ponsables de la represi6n. Las leyes ya habian sido derogadas en fue 1998, 363 CRISIS Y RECONSlRUCCI◊N, 1999-2005 dispuesta por el Congreso y ratificada en 2005 por la Corte Suprematuvo un efecto ro tunda. Permiti6 encausar a todos los presuntos participes, militares, poli cias o civiles, sin distinci6n de rango. El proceso fue lento y coroplejo, yen 2015 muchas causas segufan sin conclusi6n. La opini6n acompafi.6 con entusiasmo estas medidas, que ampliaron el apoyo al gobierno. Sin em bargo, con el tiempo, crecieron las manifestaciones de preocupaci6n ante casos de manejo parcial de los FI LA DD .C jueces y, sabre todo, por la situaci6n de los ancianos, condenados o en proceso, a quienes se les neg6 de manera siste matica la prisi6n domiciliaria For entonces, el presidente estableci6 estrechos vinculos con las orga nizaciones de derechos humanos y en particular con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, encabezadas respectivamente por Hebe de Bonafllli y Es tela de Carlotta. El 24 de marzo de 2004, al recordarse el golpe de 1976, Kirchner realiz6 otro acto muy significativo: en el Colegio Militar orden6 al jefe del Ejel'Cito que retirara las cuadros de los expresidentes Videla y Bignone. Vistos en perspectiva, esos actos de fuerte carga simb6hca completa ban un largo proceso, iniciado en circunstancias muy di:ffciles en 1983, al que de un modo u otro contribuyeron los gobiemos anteriores, de acuerdo con sus fuerzas. Alfonsin habia sometido a juicio a los excomandantes, y Menem, que los indult6, logr6 la subord:inaci6n defmitiva del Ejercito al poder civil. Kirchner se apart.6 con vehemencia de esa tradid6n, afirmando que en veinte an.as el Estado no habia hecho nada por los derechos huma nos. Fue una de las primeras OM rrumpido por completo; continuaron los de apropiaci6n de bebes nacidos en cautiverio, y un ntl.mero importante de jefes militares estaba en prisi6n y habia recibido condenas. Pero la anulaci6n de las leyes - manifestaciones de su estilo politico confron tativo y polarizador. En otras areas de su gobiemo, se tomaron medidas tambien acordes con la sensibilidad progresista, coma las referidas a la procreaci6n respon sable y a 1a educaci6n sexual, as( como la declaraci6n de que la protesta social no seria criminalizada. En conjunto, todo eso se tradujo en un nivel de aprobaci6n del 75 por ciento. Sohre esa base, Kirchner se propuso construir una platafonna politica alternativa a la del PJ, donde sus rivales aUn conservaban un apoyo fume. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 364 BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA CRISIS Y RECONSTRUCCI6N, 1999-2005 365 FI LA DD .C OM Las aspiraciones de renovaci6n dejadas por la crisis y el deterioro organi cos. El recurs□autoritario plebiscitario, empleado para forzar la renuncia de zativo e identitario de todas las fuerzas politicas, :incluido el PJ, crearon las los jueces de la Corte, no se condeda bien con la institudonalidad demo condiciones favorables para formar una nueva corriente de opini6n, sus cril.tic.a. La anulaci6n retroactiva de una ley, como la de obediencia debida, tentada en el apoyo gubernamental y en un discurso capaz de aglutinar menos aun. Hugo QuirOga caracteriz6 este decisionismo democril.tico, simpatlas variadas. Este incipiente "relato" -como se lo llamaria despues construido en e1 margen del Estado de derecho, y a menudo fuera de et recuper6 la tradicional y algo olvidada linea nacional, popular y anti:impe Muchos recordaron que tal pr.ictica ya habia sido ampliamente desarro rialista del peronismo, rescat6 la tradici6n de los aftos setenta y repudi6 el llada por Kirchner en el gobiemo de Santa Cruz. Como en 1989 yen 2002, llamado "neoliberalismo" y las politicas de 1os aiios noventa. Pero ademas la emergenci.a fue un buen argumento para mantener las facuhades excep confront6 con buena parte de la tradici6n politica democrAtica construida cionales del Ejecutivo. Otro argumento fue la fragilidad de un Estado que en 1983. Reclam6 la paternidad de t6picos comunes -coma la condena de en aparienci.a.s6lo fundonaba cuando lo tensaba una mano dura. Lo mas las militares- y se apart6 de otras tradici.ones de entonces, como el respeto notable desde el punto de vista de la cultura politica es que estas prilcticas a la ley y a las instituciones, asi coma la pr.ictica del dialogo plural. no hirieron demasiado la sensib11idad mayoritaria. Con ese discurso aglutin6 a muchas organizaciones sociales, como En octubre de 2005 bubo elecciones parlam.entarias, en las que el go va rias de las dedicadas a la defensa de los derechos huroanos y otras bierno debia ratificar el consenso 1ogrado. La elaboraci6n de las listas le tantas de origen piquetero, que recibieron distintos tipos de permiti6 a Kirchner dividir aguas con Duhalde, con quien se neg6 a esta reconocimientos, ayudas y prebendas. Parte de la CTA acompafi6 esta blecer un acuerdo. Su esposa, Cristina Fernandez, derrot6 en 1a elecci6n de propuesta, a 1a que ter min6 suma.ndose la CGT encabezada por Moyano. senador bonaerense a Chiche Duhalde, esposa del expresidente. En las Tambien incorpor6 frag mentos sueltos de distintos partidos -cuya divisi6n elecciones legislativas nacionales las hstas del gobiemo obtuvieron, su alent6- y a figuras po liticas individuales, a las que atrajo. Quienes tenian mando todos los d.istri.tos, un ajustado 40%, suficiente para imponerse con responsabilidades de gobiemo -intendentes, gobemadores- fueron comodidad a un conjunto muy fragmentado de fuerzas opositoras. Sin em invitados convincentemente a unirse al nuevo movimiento, liderado par bargo, no lograron triunfar en dos grand.es ciudades: en Buenos Aires se quien administraba Ios princi pales recursos fiscales. La propuesta impuso Compromiso para el Cambia de Mauricio Macri, un recie!l llegado recordaba a la de Per6n en I 945: ha bfa llegado el momenta de barajar y a la politica, y en Rosario, Hermes Binner, del Partido Socialista, que gober dar de nuevo, constituyendo el Frente Transversal Nacional y Popular. naba la dudad desde 1995. Su instrumentaci6n enfrent6 problemas serios, coma la divisi6n in El resultado electoral confirm6 ampliamente el liderazgo de Kirchner. tema de las organizaciones de derechos huroanos y la CTA. Ademas, Kirch Unas semanas despues le pidi6 la renuncia a Roberto Lavagna, su roinistro de ner no pudo prescindir del PJ, pues a la hara de las elecciones era decisivo Economia. Concluida la aisis, comenzaba entonces la era de1kirchnerismo. el apoyo de quienes controlaban lo que se llamaba "el territorio". Para su bordinar al PJ en la decisiva provincia de Buenos Aires, debfa derrotar a Duhalde y su aparato partidario, al.go que logr6 con facilidad utilizando los recursos fiscales para disciphnar a las autoridades locales. De ese modo, junta con el ideol6gico e inestable frente transversal, construy6 un opaco pero efidente partido del gobierno. En esta construcd6n politica, asi coma en la gesti6n de1 final de la cri sis, Kirchner hizo un amplio uso de los recursos gubernamentales y politiEste archivo fue descargado de https://filadd.com OM LA DD .C XI. Una oportunidad perdida, 2005-2015 A FINES DE 2005, comenz6 el periodo dominado por las figuras de Nes FI tor y Cristina Kirchner. Una primera etapa se cerr6 en octubre de 2010, con la muerte de Nestor, que habfa ocupado la presidencia hasta di ciembre de 2007. Ese aiio lo sucedi6 su esposa, Cristina Fernandez, acom pafi.ada par el radical Julio Cobos. Nestor Kirchner conserv6 una partici paci6n importante en la direcci6n de las asuntos de gobierno hasta su muerte sorpresiva. En los Ultimas cinco afi.os del ciclo, Cristina Kirchner -reelecta en 2011- gobern6 sola e imprimi6 un giro importante, al punto que muchos comenzaron a distinguir entre el ''kirchnerismo" y el "cristinismo". Fue un periodo de fuerte concentraci6n del poder en el presidente, de polarizaci6n politica y de fragmentaci6n de la oposici6n, incapaz de ca pitalizar algunas victorias ocasionales. En los primeros afios, se despleg6 el impulso econ6mico iniciado en 2003. Desde 2007; comenzaron a cam biar las condiciones de bonanza e:xterna y se manifestaron los Hmites y las conttadicciones de lo que se 11am6 el umodelo", que el gobierno in tent6 disimular, a costa de agravar sus causas. En diciembre de 2015, al final del ciclo, cuando aquella bonanza era s6lo un recuerdo, la situaci6n del pafs, y en particular del Estado, era casi tan grave como a la salida de la crisis de 2001. La Argentina habia tenido una oportunidad para revertir su largo ciclo decadente, y el kirchnerismo la desaprovech6. Los costos quedaron para quienes los Este archivo fue descargado de https://filadd.com siguieron. 368 BREVE HISTORIA CONfEMI'ORANEA DE LA ARGENTINA LA ECONOMfA: LA SOJA Y LOS SUBSIDIOS UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 369 FI LA DD .C OM incidenda en el empleo, que consti.tuia la cuesti6n critica de la Argentina posterior a la crisis. El otro sector, mas directamente ligado a la Hasta 2007, durante los dos afios finales del mandato de Kirchner, la econo generaci6n de empleo y a la expansi6n del consume, era poco mia mantuvo su ritrno de crecimiento a "tasas chinas" del 8 o el 9% anual del competitivo, carecia de peso corporativo y recibi6 una atenci6n distraida Producto Bruto Intemo (PBr). Primera se atenu6 un poco, yen 2009 hubo por parte del gobierno. Dos procesos iniciados en Ios a.nos noventa -Ia una fuerte caida, seguida de una recuperaci6n parcial en 2010. La soja se creciente concentrad6n, asi como la compra de muchas industrias por roantuvo lid.erando el conjunto, pues India y China continuaron empresas exttanjeras- con tinuaron desarrollalldose y profundizaron las comprando porotos, aceite y pellets, usados principalmente para diferencias. alimentaci6n animal La mineria creci6 en la zona andina -La Rioja, Catamarca, San Juan Tambiell subieron los precios, queen 2007 duplicaron las de 2003, para ba por obra de grandes grupos dedicados sobre todo a la extracci6n de oro. jar un poco desde la crisis de 2009. Las mejoras tecno16gicas extendieron el Aunque la parte procesada localmente era reducida, su impacto en esas area sembrada hasta Santiago del Estero o Salta, sin reducir las dedicadas al provincias, escasas en recursos, fue importante. Tambien lo fue su contri mafz O al trigo, que conservaron sus mercados tradicionales. Asf, la produc buci6n al super.ivit comercial. En cambio, el sector de la energia se ci6n del conjunto de cereales y oleaginosas lleg6 en 2010 a cerca de 100 mi convir ti6 de manera gradual en un problema serio. En petr6leo y gas, Ia llones de toneladas, superando el record de 70 mill.ones obtenido en 2005. falta de inversiones redujo primero las reservas comprobadas y finalmente Los principales beneficiarios fueron 1os grandes productores o los pooles de la pro ducci6n. Tampoco hubo adecuada inversi6n en electricidad, de siembra, pero Ia bonanza Ileg6 tambiell a los chacareros pequeii.os o media modo que se debi6 importar fueloil y gas para salvar el deficit energetico, nos y se extendi.6 a 1os pueblos y dudades, donde fue visible la abundancia que se acentu6 con los afios. La era de la exportad6n de gas y de petr61eo de dinero. La situaci.6n no fue tan buena para el trigo, la came o los lacteos, habia concluido, y tambien la de la autonomia energ€tica. pues el gobiemo redujo las exportaciones para aumentar la oferta interna y El gobiemo decidi.6 reducir los precios de venta interna de los hacer bajar Ios predos de lo que se llam6 "la mesa de los argentinos". combus tibles y la electricidad, compensar a las empresas con subsidies y Las exportadones industriales aportaron lo suyo. Acero, aluminio, quf desenten derse de las inversiones, lo que gener6 un problema muy serio, micos y automotores ayudaron a confi.gurar el espectacular super.ivit comerpues las combustibles comenzaron a pesar en el saldo del comercio cial. Los grandes grupos empresarios del sector, ya benefidados con la apre exterior, soca vando el super.ivit comercial. A la vez, el aumento de Ia ciad6n del d6lar, recibieron adem.as subsidies gubernam.entales. En el sector producci6n indus trial y agropecuaria tambiell demand6 mas in.sumos y orientado al mercado interno, en cambio, comenz6 a notarse la reversi6n del bienes de capital importados y, coma en los viejos tiempos, todo el fuerte impulso posterior a la crisis. Como no hubo politicas de apoyo a las balance comercial de pendi6 de las exportaciones. La soja sostenfa casi pequeii.as y medianas empresas, ni inversiones que mejoraran 1a productivi todo, pero el peso de las importaciones comenz6 a reducir el margen de dad, la recuperad6n toc6 su techo had.a 2008 y, en un contexto de abarata la bonanza. miento del d6lar, las productos importados reaparederon en el mercado. Esto se manifest6 en el empleo. Hasta 2007, la ocupaci6n creci6 al 5% Hubo pocos cambios en la estructura del mundo industrial que se ha anual, aumentaron los salarios y se redujo la desocupaci6n. En 2008, el sala bia conformado en los a:fios noventa. La escisi6n en dos sectores, lejos de rio real habia llegado a recuperar el nivel que tenfa en 2001 antes de la crisis, atenuarse, se profundiz6. Uno estaba integrado en la economia mundial, al menos para los trabajadores regulares o en blanco, yen 2010 lo superaba obtenia importantes beneficios y sus empresarios podian influir en las de en un 10%. Desde 2007, el crecimiento de la industria y de la construcci6n dsiones econ6micas. Pero sus conexiones con el conjunto de la economia se estanc6, y la ocupaci6n apenas aument6 el I 0/o anual. La.1ocomotora de Estetodo, archivo fuepoca descargado de https://filadd.com eran limitadas, porque la reinversi6n era escasa y, sobre tenia FI LA DD .C OM la soja tiraba de la economia cada vez con mas dificultad, y esto se debia, en buena medida, al modo de intervenci6n del gobierno. Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA La fuerte intervenci6n gubemamental, que caracteriz6 a la gesti6n de estos afios, apunt6 a utilizar el amplio superivit fiscal para expandir el gasto so cial y politico, afectando lo menos posible a las otros pilares de 1a econo- mia. La presencia de Nestor Kirchner en las decisiones fue grande, cuando fue presidente y tambien despues. Huba varios ministros de aportado. La medida casi duplic6 el nfunero de jubilados y tuvo un signill- OM 370 FI LA DD .C Economia ' pero ninguno tuvo un per:fil comparable al de Lavagna, y se limitaron a ejecutar las lineami.entos marcados par el presidente. En las primeros afios, se avanz6 much.a en la reducci6n de la deuda ex tema. En diciembre de 2005, se sald6 la deuda con el Fonda Monetario In temacional (FMI); aunque se pagaron 10 mil millones de d6lares, que hubie ran podido renovarse a bajo interes, Kirchner eligi6 evitar las revisiones regulares del FMI y sus recomendaciones. En las afios siguientes se pag6 a las organismos internacionales, y en 2010 se cancel6 buena parte de Ia deuda no canjeada en 2005. Pero no se lleg6 a un arreglo con el Club de Paris, y un sector de tenedores qued6 fuera de1 canje. El gmeso de estos be> nos, unos 4,5 mtl millones de d61ares, estaba en manos de Ios llamados "fon dos buitre", cuyo negodo consistia en comprarlos a precios muy bajos ate nedores desesperanzados y entablar juicios en Nueva York, con vistas a obtener el valor pleno del bono. Esta circunstancia, a la que nose dioimpor tancia, generaria pocos aiios despues un problema casi insoluble. Por enton ces, el F.stado habia recuperado una porci6n importante de los bonos de la deuda, en manos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pen siones (AFJP), estatizadas en 2008. En conjunto, la deuda tenfa un peso mu chisimo menor que diez aiios atras, pero el pago de servidos y amortiza ciones, postergados en 2005, comenz6 a hacerse gravoso par la desconfianza de los inversores habituales y el aumento de las tasas exigi das. El gobiemo venezolano de Chavez, un aliado de las Kirchner, hizo un prestamo a una tasa del t 6°/iJ, el triple de la normal del mercado. Los recursos fl.scales se volcaron en parte a Ios subsidios socia!es. Los planes de ayuda existentes se mantuvieron y se agregaron otros, coma Ar gentina Trabaja, destinado a cooperativas de trabajo y repartidos por las in tendentes y tambiell por las organizadones piqueteras. A fines de 2006, cerca de las elecciones presidenciales de 2007, se extendieron los derechos Este archivo fue descargado de https://filadd.com jubilatorios a alrededor de dos millones de personas que nunca habian UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 FI LA DD .C cativo costo fiscal, compensado parcialmente con el congelamiento de los haberes jubilatorios, con excepci6n de los mfnimos. Esta situaci6n dur6 hasta 2008, cuando se dispuso una actualizaci6n semestral igua! para todos. En octubre de 2009, luego de la derrota en las elecciones parlamenta rias de junio, y con las elecciones presidenciales de 2011 en el horizonte, un decreto cre6 la Asignaci6n Universal por Hijo. El decreto, basado en otro ya presentado por la oposid6n en el Congreso Nacional, se limit6 al sector mas vulnerable, pero su impacto social y si.mb6lico fue enonne. Cost6 7 mil millones de pesos anua!es, monto algo menor que las 10 mil millones de Ia reforma jubilatoria. Los subsidios tarifartos fueron mucho mas costosos. Se destinaron a las empresas de electricidad, gas y transporte -colectivos, trenes, subtes-, cu yas tarifas habian sido congeladas en 2002 y reajustadas por decretos pre sidenciales, prescindiendo de lo establecido en las contratos. Fueron subsi dies sociales muy poco equitativos, pue_s se limitaron a la dudad de Buenos Aires ya su conurbano -lo que indica su prop6sito politico , y beneficiaron a todos sus habitantes, necesitados o no. Los subsidies, adjudicados de forma arbitraria y sin control, fueron la base de un sistema altamente co rrupto, que benefici6 a funcionarios ya "empresarios amigos". Por otro lado, generaron en las empresaS, sabre todo las energeticas, distorsiones en los precios yen los incentivos de inversi6n. Su costo fue creciendo, yen 2010 lleg6 a 40 mil millones de pesos, el 12% del total del gasto fiscal y el doble de lo asignado de manera directa a los sectores vulnerables. El Estado subsidi6 a sus empresas -la reestatizada Aerolineas Argenti nas recibi6 unos 700 millones de pesos por aiio- ya programas de asisten cia denontinados genencamente Para Todos. Hubo muchos, anundados en cada caso con gran despliegue propagandistico, aunque 1a mayoria de las veces los efectos fueron reducidos. El mas famoso fue el mas caro: la tele visaci6n <lei filtbol por canales abiertos, acordada con la Asociaci6n del FU.tbol Argentina (AFA), cost6, el primer aiio, 600 mill.ones de pesos, cifra que lleg6 a triplicarse. Huba tambien subsidios destinados a beneficiar a las grandes em presas. La Ofidna Naciona! de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) los distribuy6 entre las agroalimentarias, coma compensaci6n por la moderaci6n en la suba de precios de Ios alimentos. La llamada ''ley Techint" OM 371 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA -el holding recibi6 buena parte de los beneficios- favoreci6 al grupo de grand.es e:xportadoras. La obra pllblica -viviendas, calles y caminos, obras sanitarias- consti tuy6 una parte importante del gasto fiscal y un estimulo significativo al empleo. El gobiemo nacional distribuy6 a su arbitrio las fondos entre los gobiernos provinciales y locales. En la provincia de Santa Cruz, la cantidad de obras adjudicadas fue sorprendente. Otros fondos se destinaron a finan ciar el consumo, a traves de prestamos a tasa subsidiada, aplicados sabre todo a la compra de electrodomE'sticos, pantallas de plasma o productos similares. Esas ventas contribuyeron a mantener elevado el nivel de la ac UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 373 siguiente, sobrevino la crisis de Wall Street, y poco despues, en 2009, una sequia pertinaz y la caida de los precios de Ios productos primarios se su maron para golpear fuertemente las ingresos por las exportaciones. OM 372 FI LA DD .C Pasadas las elecciones presidenciales de 2007, el gobiemo busc6 recurses fiscales adicionales. El primer objetivo fue la soja. A fin de afio, se elevaron las retenciones a las exportaciones del 28% al 35%, yen marzo de 2008, en plena escalada del precio internacional, un decreto estableci6 un sistema de retenciones m6viles, que acompaftarian el aumento de! precio. La medida suscit6 un fuerte rechazo en todo el sector agropecuario y en un tividad econ6mica. amplio sector de la sociedad, generando un importante conilicto, que La expansi6n del gasto y el incremento del consume, en una economia culmin6, tres meses despues, cuando el Congreso no aprob6 la ley que no preparada para un crecimiento similar de la oferta, generaron inflaci6n. pretendia conva lidar el nuevo impuesto. Paco despues la cuesti6n se torn6 En 2006 ya fue del 12% yen los afi.os siguientes estuvo por encima del abstracta, pues a fin de afia el precio de la soja habi'.a caida el 40 por 20%· hasta 2010 acumul6 un incremento superior al 100%, casi el triple ciento. ' de lo reconocido por el Instituto Nacional de Estadistica y Censos En las meses siguientes, se discutieron diversas alternativas: una deva(INDEC), 1uaci6n dr.istica y la blisqueda de financiamiento extern.a, que hubiera re una prestigi.osa agenda que fu.e intervenida por el gobierno para adulterar querido un acuerdo con el dub de Paris. .Al final se encontr6 una soluci6n su mformaci6n. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que gan6 transitoriamente ef:i.caz: la estatizaci6n de las AFJP, creadas en las aiios no notoriedad por sus metodos contundentes y poco burocraticos, trat6 de venta para manejar Ios fondos de pensi6n privados. Los beneficios inme controlar la inflaci6n acordando bajo presi6n con supermercados y gran diatos fueron notables: los ingresos fiscales se incrementaron en 1.600 mi des proveedores, pero su efecto fue effmero. Otro recurso fue evitar que el Hones de pesos y el Estado se apropi6 de un fond.a de garantias de 100 mil valor del d61ar acompafiara la inflaci6n real, utilizando las abundantes re millones de pesos. El fondo incluia bonos de la deuda externa, con lo que servas del Banco Central. Por esa via, el peso se fue apreciando, y el valor la porci6n privada de esta se achic6 considerablemente, asi'. coma de la paridad, queen 2003 duplicaba el de 2001, en 2010 era s6lo de 1,29, acciones de grand.es empresas, lo que habilit6 al gobiemo a participar, coma no muy lejos de 1a recordada paridad de la convertibilidad. A fines de 2007, cuando Nestor Kirchner se aprestaba a transferir el accio- nista, en sus directortos. No result6 suficiente, pues 2009 fue un ma1afio. Lo fue par la crisis in poder a Cristina Fernandez de Kirchner, distintos problemas afectaban al temacional, la baja de las precios de bienes primarios, las devaluaciones de "modelo". El gasto fiscal se increment6 significativamente durante la cam las paises vecinos, especialmente Brasil, que dificultaron las exportaci.ones, patia electoral. Las expartacianes seguian viento en papa, pero el creci y tambien par la fuga de capital.es, esti.mulada por la convicci6n de que an miento de las impartacianes achic6 el salda comerci.al. Los "superavits ge tes o despues habria una actualizaci6n del precio del d6lar. Adernas, luego melos -el fiscal y el comercial-, pilares del crecimiento econ6mica, de la derrota electoral de junio y con el prop6sito de recuperar apoyo po estaban amenazados. La inflaci6n y el atraso cambiario i.mpulsaron una pular, el gobiemo decidi6 aumentar el gasto estatal, tanto en el area social incipiente fuga de capitales, que expresaba de manera clara las dudas y las -la Asignaci6n Universal por Hija- como en subsidios al consumo. Frente temores de los grandes inversores. Los pagos de la deuda y el manteni al problema de cerrar el deficit fiscal y cumplit con los vencirnientos de la miento de1 super.ivit fiscal comenzaron a constituir un problem.a Este archivo .Al fue aiio descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM deuda, apel6 a un nuevo recurso extraordinario: las reservas del Banco Este archivo fue descargado de https://filadd.com 374 BREVE HISTORIA CONIEMPOMNEA DE LA ARGENTINA impor taciones, el dt'ificit fiscal, los servicios de la deuda y la eventual fuga de FI LA DD .C OM Central, cuyo fortalecimiento habfa sido una de las claves del modelo" consolidado por Lavagna y Kirchner. Un decreto estableci6 el Fonda del Bicentenario, que autorizaba su uso para pagar la deuda. En 2010 hubo un respiro. La inflaci6n no cedi6, el d61ar sigui6 atra sado, se acentu6 la fuga de divisas y creci6 enormemente el gasto fiscal per las demandas electorales. Pero, en cambio, repuntaron los precios intema cionales, la producci6n cerealera se acerc6 a los 100 millones de toneladas, Brasil volvi6 a importar automotores y se negoci6 con casi 1a totalidad de los tenedores de bonos de la deuda que no habian ingresado al canje en 2005. El gobiemo celebr6 el Bicentenario de la patria con optimism□y un gran desphegue festivo. Sin embargo, en 2009 se habia vislumbrado el lfmite de la f6rmula que desde el fondo de la crisis de 2002 habia posibilitado uno de los crecimien tos mas espectaculares de la Argentina. Quienes poclian m.irar mas all.i de la fiesta de subsidios y de consumo caracteristica de ese afto advertian que las datos b.isicos habian cambiado de un modo sustancial. La locomotora de las exportaciones sojeras funcionaba a pleno, el endeudamiento externo se habia reducido al minima y las reservas del Banco Central eran consi derables. Pero en todo el resto lo que quedaba de1 "modelo" era poco. El aumento de las importaciones achic6 el super.ivit comercial; s6lo una parte de ell.as era prescindible, pues el grueso ---combustibles, bienes de ca pital e insumos- era esencial para el sector industrial, las exportaciones y el em.plea. El supertivit fiscal habia desaparecido, sin que se advirtiera ma yor preocupaci6n por revertir la situaci6u La inflaci6n se encontraba por encima de! 20%, alimentada por la politica gubemamental de incrementar el consumo, y el d6lar la seguia con gran retraso. Esa situaci6n de inflaci6n alta y d6lar bajo era excepcional en el contexto de los paises sudamerica nos -con excepci.6n de Venezuela-, que, al igual que la Argentina, se bene fici.aban con el aumento de las exportaciones. A la hara de las cuentas, la balanza de pagos oscilaba entre un 1igero superi1.vit o un ligero deficit. La posibilidad de obtener prestamos extemos era lejana, tanto por la crisis intemacional como por la err.itica politica gu bernamental. Por el contrario, la huida de capitales fue enorme. Las reser vas del Banco Central eran la Unica fuente segura para afrontar las Este archivo fue descargado de https://filadd.com 375 UNA OPORTIJNIDAD PERDIDA, 2005-2015 capitales. Aunque en otra escala, y con mucho mas margen de maniobra, a fines de 20 IO el pais se acercaba a la conocida situaci6n de los ciclos and go. EL ESTADO Y LA CAJA FI LA DD .C Los recurses disponibles-lallamada "caja"-y su uso discrecional para acu mular poder constituyeron la clave de las politicas <lei gobierno de Nestor Kirchner, quien ya tenfa una larga experiencia previa de ese tipo de m.anejo en su provincia. En las dos primeros afios, Kirchner acept6 las limitaciones impuestas por la presencia del ministro Lavagna y tambien par una opini6n pllblica que desde la crisis reclamaba mayor control de las gobernantes. Luego de la elecci6n de 2005, esas restricciones dejaron de preocuparlo. Las politicas tributarias se orientaron a conservar el superllvit logrado con las ajustes de 2002. Asi, se mantuvieron elevados los minim.cs impo nibles -pese a la inflaci6n-, el impuesto al cheque y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 21 %, establecidos durante la gesti6n de Cavallo, y se elevaron las retenciones a las exportaciones. Como se se:fia16, cuando el su per.ivit fiscal comenz6 a flaquear, se ape16 a ahorros acumulados, como las de las AFJP. El Ejecutivo tuvo una enorme libertad para disponer de las fondos. El Congreso prorrog6 las leyes de excepci6n que desde los aiios noventa le delegaban la reasignaci6n de partidas presupuestarias, asi como 1a ley de emergencia de 2002, que suspendi6 los regimenes de reajuste de las tarifas de servicios pliblicos. La sistem.itica subestimaci6n del presupuesto apro bado gener6 excedentes de libre disposici6n, estimados en unos 25 mil millones de d6lares entre 2003 y 2010. El Ejecutivo nacional se apropi6 de una porci6n creciente de los fondos provinciales, reduciendo la copartici paci6n. En suma, el presidente dispuso con llbertad de una parte impor tante de una caja fiscal cuyo tlenado se atendi6 prioritariamente. Tambien dispuso de una "caja negra", alimentada por las comisiones, los sobomos o las "coimas". Todo gobierno Ia tiene, en alguna medida. Con Kirchner hubo un enorme incremento y sobre todo una organizaci6n mas sistematica. Se trat6 de una nueva fase del Estado prebendario, que habfa OM de stop Este archivo fue descargado de https://filadd.com florecido en los afios sesenta, se expandi6 durante el Proceso y volvi6 a prosperar con las privatizaciones de los aiios noventa. Durante la gesti6n de Kirchner lleg6 a una fase superior, que merece una denominaci6n espe cifica: cleptocracia. Se trat6 del saqueo sistemtltico del Estado practicado desde el go LA DD .C biemo, en el que las actores privados tenian nn papel meramente auxiliar de los gobernantes. Este regimen habi'.a funcionado en Santa Cruz, basado en la renta petrolera y la obra piiblica, y Kirchner, desde la presidencia, lo proyect6 a escala nacional, con la colaboraci6n de funcionarios formados en Santa Cruz y conocidos coma "pingiiinos". Buena parte de la gesti6n pUblica estuvo destinada a promover activi zaron empresas concesionarias de trenes o recolecci6n de residues, o apro-- OM BREVE HISTORIA CONfEMPORl\NEA DE LA ARGENTINA 376 dades que hicieran posible este saqueo. Asi lo muestra, par ejemplo, la enorme cant:idad de obras realizadas en Santa Cruz, donde operaba el prin cipal ejecutor y testaferro de Kirchner: Lazaro B.iez. La obra pU.blica fue una clave de este esquema, desarrollado bajo el control personal del minis tro de Planificaci6n Julio de Vida, asociado con las empresas organizadas en la Catnara de la Construcci6n. En cada hcitaci6n, el gobierno adelan taba un primer pago del 15%, y la empresa retomaba, en "negro , una can FI tidad similar al intermediario. En los subsidios al transporte, oper6 el secretario Ricardo Jaime, con la colaboraci6n de los Cirigliano, duefios de empresas de colectivos y conce sionarios de trenes. Como las tari.fas se mantenian bajas, los empresarios recibian una compensaci6n por pasajero transportado, segdn una declara ci6n sistematicamente inflada, que nadie controlaba. Negocios similares se hicieron con los casinos y bingos -el rubro de otro gran empresario amigo, Crist6bal Lopez- o con los acuerdos comer ciales con Venezuela, manejados tambien desde el Ministerio de Planifica ci6n. Todo indica que cualquier decisi6n del gobiemo que involucrara in tereses tuvo caracteristicas similares. Otro rubro fue el asedio a algunas grandes empresas para apoderarse de parte del paquete accionario. Eso ocurri6 con Yacimientos Petroliferos Fiscales (YPF), que se explica mas adelante, lo mismo que el ataque al Grupo darin, que ademAs tuvo motivos politicos. archivo fue descargado de https://filadd.com Con estos negocios se atrajo aliados politicos. Los Este sindicalistas organi UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 vecharon los tradicionales subsidios para sus obras sod.ales. Dirigentes de las organizaciones sociales amigas -coma Luis D'EHa o Emilio Persico ocuparon fund.ones en la administraci.6n de subsidios sociales. Incluso la asociaci.6n Madres de Plaza de Mayo se incorpor6 al uclub de los subsidios , con un proyecto de construcci6n de viviendas organizado por Sergio Schoklender, que concluy6 en un desfalco fenomenal. Junto con este es quema central, otros muchos dirigentes emprendieron negocios similares, segdn sus respectivas capacidades. El mas nefasto fue el narcotrafi.co, que en esos afios se despleg6 plenamente en el pais. LA DD .C Con Kirchner se robusteci6 el poder del gobiemo, en detrimento de las ca pacidades estatales de control, ya reduci.das por las pnicticas cleptocriticas. Esta acci6n erosiva qued6 al.go oscurecida por un discurso oficial centrado precisamente en la recuperaci6n del Fstado, que se contraponia con el neo liberalismo de los aiios noventa. Pero el proceso de concentraci6n de las decisiones en el presidente, lanzado durante el gobierno de Menem, se de sarroll6 sin cambios en los afios de Kirchner. Lo mismo ocurri6 con la des trucci6n sistematica de las instituciones o agendas estatales encargadas de controlarlo. Par otro lado, el gobiemo ignor6 la opini6n disidente u oposi tora y descart6 promover la deliberaci6n OM 377 colectiva sobre politicas de Estado. La preocupaci6n por lo institucional, presente en los a:fi.os iniciales, fue abandonada desde fines de 2005. El Congreso ratific6 y ampli6 todas las leyes de excepci6n. Tambiefi FI modific6 la composici.6n del Consejo de la Ma gistratura, para dar mas peso a los representantes politicos oficialistas. El Consejo comenz6 a disci.plinar a los jueces, amenazindolos con el juicio politico. El desbalance de poderes se acentu6 con algunos notorios desco noci.mientos de fallos judiciales, incluso de la Corte Suprema, y con una campaiia en contra de lo que se Ilam.6 "la corporaci6n judicial", que desca lificaba a la Justicia toda. En el mismo sentido se oper6 sobre los medios de prensa. Los funcio narios vigilaron la opini6n de los periodistas y suguieron el desplazanriento de los mas criticos. Un instrumento efectivo fue la asignaci6n de la publi ci.dad oficial, reparti.da preferentemente entre aquellos medios que discipli naban su linea editorial. El pod.er de regulaci6n de las emisiones de radio y de televisi6n tambieII constituy6 un argumento importante, sabre todo Este archivo fue descargado de https://filadd.com LA DD .C con las empresas de televisi6n. Empresarios amigos del gobiemo compra ron radios y diarios, aunque rara vez lograron que creciera su circulaci6n. For otro lado, la radio y la televisi6n pU.blic.a y la agencia de noticias Telam se convirtieron en desembozadas propagandistas del gobiemo. La suma de presiones y el desarrollo de una cadena propia, con periodistas que se au todefinian coma "militantes·: configuraron un aparato mediatico si.gnifica tivo, que sin embargo estuvo 1ejos del monopolio, pues algunos grandes medias mantuvieron su independencia. Gradualmente, el Estado fue avanzando sabre las libertades personales y los derechos humanos. Los servidos de informaci6n se dedicaron al espio naje sistemcitico, que incluy6 hasta a funcionarios del gobierno. Las organi zaciones sociales y tambiell "patotas" o ''barras bravas" intimidaron en la calle a las opositores, y las policias y la Gendarmeria se involucraron de ma nera paulatina en acciones violentas, sabre todo cuando no habia camaras dejar que la normativa institucional limitara su libertad de acci6n. Paco preocupado por el largo plaza, practic6 un estilo de gobierno de algUn OM 378 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI de televisi6n cerca La intervenci6n del gobierno alcanz6 a las agendas estatales encargadas del control de los gobernantes. En la mayoria de los casos conm la Sindica tura General de la Naci6n o la Fiscalia de Investigaciones Administrativas-, se coloc6 al frente a funcionarios amigos. A la Auditoria General de la Naci6n -que debfa ser presidida par un representante del principal partido opositor-, se le recortaron las funciones. El caso extremo fue el del INDEC, una agenda de enorme prestigio. Para poder falsear los datos de la inflaci6n, fue interve nido en 2007, y se removi6 a buena parte de su planta tecnica. Desde enton ces dicho instituto dio informaciones falsas sabre inflaci6n, desocupaci6n, pobreza y otras cuestiones indispensables para llevar adelante un gobiemo responsable. Su falta de credibilidad fue decis:iva para desalentara inversores y prestamistas externos. Pacas personas crefan en esos datos, y hasta muchos partidarios del gobiemo reclamaron su normalizaci6n. Pero este corrvirti6 en cuesti6n de principio el no desandar el camino. En cada uno de los ambitos de! Estado se oper6 de la misroa rnanera, robusteciendo el vertice y achicando las instituciones. Se consolid6 asf el poder decisionista del Ejecutivo, cimentado en el desgaste y el desarme de Este archivo fue descargado de https://filadd.com la instituci.6n estatal, pero profundizado par la decisi6n de Kirchner de no mod.a err.itico, pero muy atento a las coyuntmas y muy consecuente en cuanto a su finalidad principal: la construcci6n y conservaci6n del poder. Gobernar a las golpes estuvo condicionado par las deficiencias del Estado, que recibi6 con su instrumental dafiado, pero cuyo deterioro, a la vez, con tribuy6 a agravar. El manejo de la inflaci.6n fue paradigtruitico. Para combatirla, se encara ron acuerdos de predo con1os grandes empresarios, logrados mediante pre siones y promesas y ampliamente publicitados. En general, eran precios no minales, de escasa vigencia real, pero el INDEC los us6 para construir FI LA DD .C un indice de predos en el que nadie crefa. Cuando se difundieron otras medido nes -basadas en parte en estadisticas provindales-, se prohibi6 su difusi6n. En el gasto pliblico tambien hubo una orientaci6n constante hacia la obtenci6n de reditos politicos. La centralizaci6n de las recursos fl.scales fue usada para disciplinar a los gobiernos prov:i.nciales y a 1os intendentes del conurbano. Una cuarta parte de los recursos de estos gobemantes prove nia de transferencias del Tesoro nacional ode fondos para obras pUblicas adnrinistrados par el todopoderoso Ministerio de Planificaci6n. EI reparto nunca se ajust6 a normas prefijadas, y una porci6n considerable se estable da en acuerdos especfficos con cada uno de los gobemadores o intenden tes. Quienes no 1os recibian debian enfrentar a empleados pllblicos furio sos por el atraso en sus sueldos. Asf, independientemente del partido politico que las hubiera llevado al gobierno, gobernadores e intendentes terminaron subordinandose al Foder Ejecuttvo. En suma, las afios de Kirchner se caracterizaron par una amplia dispo sici6n de recursos fiscales, de uso discrecional, utilizados para sostener, por distintos caminos, una estructura de poder obediente y disciplinada, que reproducia los recursos disponibles. De ese modo, se completaba la ecua ci6n que unia el poder con la caja. OM 379 UNA OPORTIJNIDAD PERDIDA, 2005-2015 LA SOCIEDAD: GANADORES Y PERDEDORES El resultado de la gran transfo:n:oaci6n de los a£ios noventa fue una socie dad globalmente empobrecida, polarizada y segmentada La crisis de 2002 profundiz6 todo esto y a 1a vez gener6 una movilizaci6n demand.ante y Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE ffiSTORIA CONTEMPORt\NEA DE LA ARGENTINA contestataria En 2005, se habfa superado lo peor de la crisis y el pais go zaba de una inedita bonanza econ6mica. Muchos pensaron que habia una oportunidad para que se recuperara Ia antigua dinamica social, su movili dad y capacidad para la integraci6n, o al menos para aplacar y canalizar de manera adecuada Ia conflictividad y reabsorber el terrible bols6n de prioridades era lograr la inclusi6n social. Pero sus politicas especificas atendieron preferen temente a objetivos a corto plaza, y los resultados globales fueron magros en relaci6n con los recursos disponibles. Al final del ciclo de Nestor Kirchner, el balance ya indicaba que el pals habia perdido una buena oportunidad, alga que serfa mucho mis claro cinco an.as despufa Los trabajadores fueron objeto de especial atenci6n del gobierno. Los efectos no fueron homogeneos, en parte por la poca sistematicidad de las politicas pU.blicas. El empleo creci6 de manera firme hasta 2007, y luego lo hizo de un modo sensiblemente menor, aunque desde entonces las cifras disponibles son poco seguras. El sector de los trabajadores formales o en blanco se benefici.6 con el restablecimiento de las convendones paritarias y el fortalecimiento de los sindicatos, piyos redamos fueron respaldados 381 personas que, pese a todo lo hecho, pennanecieron en la pobreza En mo mentos de maxima bonanza, se destin6 a las subsidios un 4% del PBI, aun que s61o una cuarta parte de ellos se dirigi6 alos pobres; el resto favoreci6 a sectores medios. No es f.icil saber si esto se debi6 a la tosquedad de los instrumentos estatales o a un prop6sito dehberado, quiz.i de tipo electoral. Despues de 2007, fue dificil sostener los subsid.ios con recursos fiscales nonnales y hubo que apelar a los extraordinarios, lo que puso en dud.a la sustentabilidad de estas politicas que, pese a todo, no habian reabsorbido el bols6n de pobreza. LA DD .C po-, breza que se habia constituido. El gobiemo dispuso de muchos recurses y de amplia hbertad para usarlos, y, seg6n afirm6, una de sus UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 OM 380 En materia educativa, uno de los terrenos mas afectados por la deser ci6n del Estado, una ley garantiz6 el aumento sustancial de la parte de1 PBI destinada a ese fin. Gl6balmente hubo mas fondos disponibles, pero sus efectos fueron desparejos, por el desigual reparto de los recursos fiscales entre las provinci.as, que afect6 en especial a la de Buenos Aires, la mas po blada. Los sueldos docentes mejoraron mucho, pero la cahdad educativa sigui6 declinando: asf lo mostraron las mediciones intemacionales,.en las que la Argentina fue quedando retrasada respecto de los otros pafses his panoamericanos. En las escuelas publicas, el deterioro fue grande y se re flej6 en la emigraci6n hacia las escuelas de gesti6n privada. Migraron in cluso aquellos sectores populares que materialmente podian hacerlo, de modo que la escuela estatal se consolid6 FI por el gobierno. Pero hubo importantes diferencias entre los distintos gre mios: los privados superaron a los estatales, y los camioneros estuvieron como la escuela de los muy po bres, reproduci.endo1a segregaci6n de la por delante de todos. Las disparidades mas importantes las padecieron los sociedad. En este aspecto, la poli tica de inclusi6n no dio muchos trabajadores informales o "en negro", no protegidos por los sindicatos, que resultados. poclian ganar la rnitad de sus pares "en blanco". Aunque el gobierno Dos problemas diferentes, emergentes de la gran transformaci6n so realiz6 varias campaftas en favor de1 ''b1anquearniento", hacia 2010 habfa cial, generaron cuestionamientos al Estado por su manejo de las fuerzas en el sector informal alrededor de cuatro millones de trabajadores. pohciales y de seguridad: las protestas callejeras, que afectaban el orden El gobierno canaliz6 muchos fondos fiscales para reducir la pobreza. pUblico, y el aumento de la criminalidad. Las politicas fueron ambiguas y El conjunto de Ios subsidios sociales, nunca contabilizados con precisi6n, cambiantes. En sintonia con su discurso progresista, el gobierno declar6 lleg6 a beneficiar a ocho o diez millones de personas. Dos grand.es progra que no reprimirfa ni criminalizaria la protesta social. Pero de manera cre mas, la moratoria jubilatoria y la Asignaci6n Universal por Hija, favorecie ciente y solapada, se reprimi6 duramente a las act:i.Vistas sociales adversos ron a Illas de cinco millones de personas. El area metrop0litana se via ade al gobierno, a veces con la colaboraci6n de "barras bravas" y organizacio mas beneficiada par los subsidios al transporte y a las servicios piiblicos, nes sod.ales. Otto aspecto fue la corrupci6n de la instituci6n policial. Con que permitieron mantener bajas las tarifas. Los pobres, que en el pico de la periodicidad, alg6n episodio delictivo mostraba la estrecha relaci6n de sus crisis de 2002 eran masdel 50% de la poblaci6n, se redujeron al 20%, una mi.em.bros con los criminales y con los funcionarios politicos. En el caso de Este archivo fue descargado de https://filadd.com cifra aiin menor que el 38% de fines de 2001. Pero eran diez millones de FI LA DD .C OM la Pohcfa. bonaerense, mas a1la de algunos intentos de reforma fracasados, Este archivo fue descargado de https://filadd.com estaban desertando de la 382 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C OM los gobernantes mantuvieron los acuerdos.espurios, para tolerar sus actiw vidades y lucrar con ellas. Algo parecido ocurri6 con la Pohcia Federal. Por otra parte, el delito aument6 de manera evidente, tan.to en nU.mero coma en violencia y espectacularidad, y la seguridad se convirti6 en el pro blema que mas preocup6 a la op:ini6n. Muchos lo asociaron con la emer gencia y el descontrol del mundo de la pobreza. Para minimizarlo, el go biemo sostuvo que se trataba sobre todo de una "sensad6n de inseguridad". Pero los resultados Iogrados en este cam.po fueron exiguos, sea por inconw secuencia o por incapacidad de gesti6n. El impulso de la economia y la masa de subsidios pennitieron algunas mejorias sectoriales, que no bastaron para que la sociedad recuperara su antigua dinamica de integraci6n y movilidad. Hada 2006, la distancia entre las ingresos de las muy_ ricos y los muy pobres -indicadora de la polariza ci6n social- se habia reductdo respecto de 2002. Por entonces, esta mejora se detuvo, y en 2008 la diferencia entre ambos extremos era mayor que la de 199Z En suma, en los diez a:tlos de gran prosperidad y de vigencia de un modelo declarado de inclusi6n social, en lo esencial la desigualdad gene rada por la gran transformaci6n de los afios noventa se mantuvo. Estos indicadores globales no dan cuenta de las fuertes disparidades internas, regionales y sociales. La mortalidad infantil se redujo en general, pero era alarmante en Formosa, donde habfa elevados indices de desnutri ci6n. En las zonas pobres, eran sorprendentemente altos los indices de mortalidad de los adolescentes, cuyas vidas eran tan intensas como breves. Diez :tnillones de argentinos carecian de servicios·bAsicos, como la co nexi.6n cloaca! o de gas, con el agravante de que las garrafas no recibian Ios beneficios de los subsidios. Se profundizaron las fracturas de una sociedad que decadas atr&s se habia caracterizado por la continuidad y la falta de cortes profundos. Hubo una polarizad.6n entre los de mas abajo y los de mils arriba; a algunos les fue extraordinariamente bien, induyendo al propio matrimonio Kirchner. Pero ademas, se profundiz6 Ia brecha que venia dividiendo a la tradicional clase media. Una parte encontr6 en la nueva dinamica social posibilidades de adaptarse y prosperar, sabre todo quienes disponian de los conocimien tos adecuados para manejarse en el nuevo mundo globalizado. Quienes elegfan una escuela de alto costo susfue hijos Este para archivo descargado de https://filadd.com 383 FI LA DD .C antigua empresa de Ia educaci6n comllll. Asi fonnados, muchos j6venes emprendedores se acostumbraron a mirar en primer lugar al mundo y se comprometieron menos con su pais, lo que agreg6 a la deserci6n una cuota de egoismo que aumentaba la fractura social. En el mismo batall6n creci6 otro contingente, que encontr6 en la politica un camino para mantener abierta la aventura del ascenso, aprovechando las gajes del Estado y "ha cienda una diferencia", legitima en estos afi.os y adecuada para afumarse entre los que "se salvaban". Una parte mayor de la vieja clase media venia siendo castigada par las nuevas reglas de la economia desde la hiperinflaci6n de 1989, que arras6 con sus ahorros. Entre ellos habfa profesionales, pequefios empresarios, co merciantes, cuentapropistas y docentes. SU deficit de saberes y conocimien tos adecuados para el mundo nuevo se acentu6, ya la vez sus tradici.onales limites eticos tambien operaron como una barrera para su adecuaci6n. Se empobrecieron relativamente -los subsidios que iban mas alla de los po bres fueron bien recibidos-, pero lograron mantenerse en pie. Luego de la experiencia de 2002, apreciaron el orden y la estabilidad, que muchos aso ciaron con el gobierno de las Kirchner. La misma fractura se produjo entre los asalariados. Los que trabajaban en condiciones fonnales estuvieron amparados por la 1egislaci6n protec tora, descuidada en los a:iios noventa y rehabilitada durante los tiempos de Kirchner. Tuvieron aumentos salariales regulares, protecci6n por despido y obras sociales. La Confederaci6n General del Trabajo (cGT) recuper6 las viejos metodos de presi6n y acuerdo y defendi6 exitosamente a sus afilia dos. La situaci6n fue muy distinta para quienes trabajaban "en negro y eran poco tenidos en cuenta par las organizaciones sindicales. No habfa para ellos ni convenios colectivos, ni obras sociales, ni jubilaci6n. La infor malidad acompaftaba tanto al trabajo ocasional como al llamado "esclavo . Muchas empresas importantes solian tener un sector informal significa tivo, cuyos reclamos eran asurnidos por comisiones inte:mas enfrentadas con las sindicatos, dirigidas por militantes de izquierda. OM UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 El escaso exito de las politicas de indusi6n se manifest6 en el mundo de la pobreza. Alli, la crisis de 2002 estableci6 un nuevo umbral. Si bien el nfunero de pobres se redujo, y fueron menos quienes debieron luchar por su supervivencia cotidiana, se mantuvo un nU.cleo duro e irreductible, Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA FI LA DD .C ajeno a Ia antigua cultura del trabajo regular. En el mundo de la pobreza, la v:ida se estructur6 sobre otras bases, con su 16gica y sus mecanismos de reproducci6n. El Estado tuvo una presencia ambigua, y no hubo mucha preocupa ci6n por mejorar el cumplimiento de las nonnas o penalizar las transgre• siones. Sus agentes -funcionarios, policias, jueces- se dedicaron, en cam• bio, a distribuir franquicias y concesiones entre los referentes barriales y fueron construyendo con ellos una versi6n local del Estado prebendario. Como mostr6 Jorge Ossona, los referentes -que frecuentemente eran las jefes de familias extensas y poderosas- tenfan autoridad para soludonar problemas cotidianos: litigios por la ocupaci6n de los terrenos, auto:riz.aci6n de remises ilegales, concesi6n de puestos de venta en calles o ferias. En un nivel mas alto, se autorizaban las boliches y prostfbulos, los talleres dan destinos o los desannaderos de autos, y se protegia u organizaba el robo de autos o el trafico de drogas. Colocado entre lo legal y lo ilegal -si esa dis tinci6n hubiera tenido sentido-, un club de filtbol convertfa a un grupo de muchachos del barrio en "barras bravas", que ingresaban en diversos trafi cos, incluyendo la droga, y estaban disponibles para tareas politicas que requerian presencia y potencia ffsica. Nada era nuevo, pero esto creci6 mu cho, y el gobierno, en general poco preocupado por el ordenamiento insti tucional, convivi6 con la situad6n y hasta encontr6 el modo de sacarle vinculadas OM 384 provecho. La presencia del Estado fue rotunda en la distribuci6n de subsidios so ciales. El PlanJefes y Jefas de Hogar de 2002 fue gradualmente reemplazado por otros mas eficientes. La Asignaci6n Universal por Hija de 2009 tuva un caracter mucho mayor que las anteriores -aunque s61o cubria a una parte de los padres o madres- y sabre todo redujo la intermediaci6n. Otros planes fueron mas focalizados, como Argentina Trabaja, que beneficiaba a coope rativas organizadas por los trabajadores. Estos planes eran distribuidos en conjunto por los intendentes y las organizaciones sociales. For esa via, el gobiemo fue reabsorbiendo la protesta social, todavia viva, y a la vez cons truy6 una maquinaria politica eficaz. Las organizaciones piqueteras perdieron alga de su anterior significa d6n, porla reducci6n del desempleo y el uso politico de los subsidios, aun que ninguna qued6 al margen del reparto de planes sodales. Este archivo fue Las descargado de https://filadd.com 385 FI LA DD .C con los partidos de izquierda, que radicalizaron su protesta, fueron estigma tizadas por los medios oficialistas, perseguidas judicialmente y hasta repri midas por la Gendarmeria, que fue ocupando el lugar de la Policia en el mantenimiento del orden. Pero conservaron sus comedores y cooperativas y sus movilizaciones. Marchar hacia un ministerio era el comienzo de una negoci.aci6n nunca interrumpida, que se concluia en la oficina de los fun cionarios encargados de autorizar los pagos. Por esa via, no muy diferente de la sindical, la protesta entr6 en el camino de la institucionalizaci6n. Otras organizaciones piqueteras redujeron su activismo cuando se su maron al kirchnerismo. La Federaci6n de Tierra y Vivienda (FTV) mantuvo su independencia formal, per□ el Movimiento de Trabajadores Desocupa dos Evita se fusion6 con otros grupos peronistas en el Movimiento Evita, que combin6 la tarea de promaci6n social con la competencia intema den tro del just:icialismo. Un caso singular es el de la agrupaci.6n jujefia Tupac Amaru, dirigida por Milagro Sala, que recibi6 un tratamiento preferencial, especialmente durante el segundo mandato de Cristina Kirchner. Sala ma nej6 mucho diner□ y ejerci6 un poder de hecho enorme, constituyendo en Jujuy un verdadero Estado dentro del Estado. For esa via, la reabsorci.6n de la protesta social se combin6 con Ia crea ci6n de una red politica e:x.tensa, en la que los gobiemos municipal.es de los grandes conurbanas cumplieron un papel central. Negociaron con el go biemo nacional la realizaci6n de obras pUblicas -fuente de empleo y pre bendas-, colaboraron de distintas maneras con las numerosas asociaciones vecinales -era reconocida una por barrio- y paralelamente organizaron una red politica. Los planes sociales estaban en el centro de la vida cotidiana de los po bres. Tener un beneficiado en la familia hacia una diferencia fundamental en sus vidas. Lograr y mantener un plan era un proceso largo y nunca aca bado. Habia que anotarse com□ aspirante, esperarlo, recibirlo, cobrarlo y eventualmente pedir la baja. El tramite podia trabarse en cualquier punto, y para reactivar el proceso habia que recurrir a facilitadores o gestores. For aquf se entraba, de man.era gradual, al universo de la politica. Julieta Qui r6s ha mostrado que en el mundo de la pobreza no era necesario compro meterse defmitivamente con ninguna de las alternativas que se ofrecian: el puntero politico, el referente social, el militante de una asociaci6n vecinal OM UNA OPORTIJNIDAD PERDIDA, 2005-2015 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA LA DD .C o una organizaci6n piquetera. Las lealtades se construfan de forma gra dual, por acumulaci6n. La sutil contraprestaci6n consistia en "acompaiiar' para fortalecer lo recibido: una marcha, un acto en apoyo de un dirigente, una gran concentraci6n, actividades para las que los organizadores sumi nistraban Ia logistica necesaria. Por esa vfa, las planes sociales llevaban a Ia producci6n de apoyo politico y, en Ultima instancia, del sufragio. variaciones OM 386 LA POLfTICA: LOS VOTOS Y EL DISCURSO FI Construir su poder, con independencia de otra finalidad, fue la preocupa ci6n principal de Kirchner. La tarea, permanente y cotidiana, realizada con pericia singular, se bas6 en dos pilares: la conversi6n de recursos estatales en sufragios y la imposici6n de un discurso capaz de convocar a amplios sectores fuera del peronisrno. Para la producci6n de sufragios, el conurbano bonaerense -decisivo en las elecciones- constituy6 un desafio especial. Se trataba no s61o de cosechar votos en el mundo de la pobreza -una tarea en la que el peronisrno ya habia sacado una buena ventaja-, sino tambien de mantener alineada y disciplinada una estructura politica caleidosc6pica. En la base, el trabajo capilar de los punteros se hacfa por conjuntos de votantes, o Mpaquetes , que correspondfan a las diversas form.as asociativas. A traves de los refe rentes barriales, los subsidios, las franquicias, las licencias o los favores co tidianos, los conjuntos se convertlan finalmente en votos. Pero nada era autom.itico, y siempre habfa demandas en competencia. A la tarea de ne gociar el Npaquete", se agregaba otra mascompleja: constatar que los acuerdos se hubieran cumplido. S6lo entonces el pnntero acreditaba su capaci dad de conducd6n. Por encima de la cadena jer.irquica de los operadores politicos, el inten dente era el administrador principal de los recursos y de los resortes admi nistrativos del proceso electoral en su fase local. Si era eficaz en su tarea, podia permanecer en el cargo o elegir a su sucesor. Por lo general, el pero nismo se alineaba en la CU.spide -el gobernador o el presidente, que solia intervenir directamente en los asuntos provinciales o locales-, pero en la base la competencia era intensa ya veces se complicaba Este archivocon fue las descargado de https://filadd.com LA DD .C o los conilictos en la provincia o la naci6n, que derivaban en cambios en la jefatura local, a traves de elecciones o, Ims simplemente, mediante la desti tuci6n del intendente. En 2005, todo el aparato que apoyaba a Duhalde se pas6 a Kirchner sin co:nfl.ictos, pero en 2009 se dividi6, y una parte apoy6 al grupo peronista disidente, vencedor en la ocasi6n. Disciplinar a los gobernadores provinciales -la otra pieza clave en la producci6n del sufragio- fue menos complicado. Kirchner emple6 el con tundente argumento de los fondos de Tesoreria. Les reclam.6 a los gober nadores que no saheran del redil y que lo apoyaran en el Congreso, y los dej6 en libertad en su manejo intemo. En muchas provincias, producir el sufragio fue relativamente sencillo, por el enorme peso de los empleados pllblicos. En otras habia tradiciones de partidos provinciales dominantes, y s61o en las mas grandes, como C6rdoba, Mendoza o Santa Fe, hubo una verdadera competencia electoral. Pero aun cuando triunfaran. partidos opo sitores, el presidente pudo disciplinary encarrilar a las autoridades electas con el manejo de los recursos fiscales. Captar a gobernadores, diputados o intendentes elegidos por otros partidos fue parte de una politica genericamente conocida como "transver salidad". Fue ensayada y abandonada varias veces, y le sirvi6 a Kirchner para regular sus relaciones con los jefes territoriales peronistas y para ali mentar con algo de consistencia el mito de la "nueva politica". Con vistas a la elecci.6n presidencial de 2007, Kirchner OM 387 UNA OPOR'IUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 FI convoc6 a la Concertaci6n Plural e incluy6 a gobemadores e intendentes electos por la Union Civica Radical (ucR). De este modo, Julio Cobos, quien concluia su mandato como gober nador de Mendoza, acompaii6 a Cristina Kirchner en Ia formula presiden cial triunfante. La Concertaci6n se disgreg6 en 2008, con motivo del "con flicto del cam.po'; que tambiell dividi6 profundamente al peronismo. Como es habitual en el peronismo, el frente politico kirchnerista no tuvo una forma organica. Era un movimiento que tam.bien incluia a la CGT, a las organizadones piqueteras afines y hasta a Madres de Plaza de Mayo. Para las elecciones, Kirchner disponfa del sello del Frente para la Victoria (FPV), amplio, flexible y capaz de incluir a quien se quisiera. EI Partido Justicialista (PJ) tuvo un funcionamiento intermitente yen mu ches lugares se dividi.6, sin que nadie lo abandonara o se considerara ex cluido. Tras las distintas denominaciones habfa, como ocurria desde Este archivo fue descargado de https://filadd.com UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 1989, una jefatura y un partido del gobierno, asentado sobre distintos poderes tenitoriales, no siempre peronistas, que funcionaba con las re cursos del Estado. Una fonna dificil de definir institucionalmente, pero de una eficacia demoledora. Por sus contenidos y por su modo de enunciad6n -qu exclui'.a toda forma de dial.ago--, este discurso se propuso dividir tajantemente el campo politico, integrar a los aliados y excluir a los enemigos. De un lado, la tra dici6n nacional y popular se sumaba al progresismo anti.dictatorial; en el lado opuesto quedaba "la derecha , en cuyo nU.cleo se hallaban 1os poderes corporativos, locales y mundiales. Retom6 asi una tradici6n arra:igada en la cultura politica argentina, queen 1983 se habia creido superada: la cons trucci6n de poder a partir del conflict 0, el enfrentamiento yla polarizaci6n. En el relato, se adecu6 la form.a dicot6mica basica a las cambiantes coyunturas, y en cada caso se defini6 un nuevo rostro del enemigo. Alli residi.6 la notable destreza de Kirchner, que manej6 los tiempos, eligi6 los temas, incluy6 unos hechos, ignor6 otros y acomod6 las LA DD .C El segundo pilar del pod.er kirchnerista fue un discurso construido con ha bilidad y difundido con eficacia. Kirchner asumi6 que, ademas de las nego ciaciones concretas, en la polftica habia una lucha por la interpretaci6n de la reahdad y que habia que imponer un "relato", coma se lo llam6. El relato le penniti6 trascender el ambito del peronismo y del mundo popular y con 389 OM 388 FI vocar a un amplio sector de la opini6n pi..iblica que se definia coma progre sista. Consistia en una lectura del pasado, reciente y lejano, un diagn6stico explicaciones. Apel6 a la fe y a la credulidad de sus seguidores, dispuestos del presente y una promesa para un futuro que ya estaba reahmndose. Se aliment6 de las tradiciones y las nostalgias, resumi61os reclamos de 2001 y a acompa fi.arlo en un juego que a menudo se apartaba gruesamente de los hechos. El caso del INDEC y de la inflaci6n constituy6 una verdadera se encabalg6 en Ia ola de prosperidad del presente. Incluy6 una reivindica ci6n de 1os j6venes idealistas de los afios setenta, yen especial de laJuven tud prueba para los creyentes. La condena generica a las corporaciones pudo coexistir con la amigable convivencia con muchas de ellas. La defensa de Pemnista (JP) y de Montonems. Asumi6 la bandera de los derechos hu manos, los derechos humanos coincidi6, en la presti.giosa aunque cuestionada voz entendidos s61o y estrictamente como el juido y castigo a los culpables de de Hebe de Bonafini, con la reivindicaci6n lisa y llana de la violencia, Ia represi6n dictatorial, asi como la construcci6n de una me moria pasada y pre sente, Viejos militantes de los derechos hurnanos debieron colectiva alrededor de ese tema. Desech6 casi todo lo que habia apor tado aceptar que sus organizaciones emblem<l.ticas Madres y Abuelasla democracia institucional de 1983, salvo el valor del sufragio, y con den6 las refonnas neohberales de los afi.os noventa. ingresaran sin reservas al frente politico oficiahsta y, fmalmente, al drculo Toda ello constituy6 el "infierno" heredado, del que el gobierno de de la corrupci6n gene Kirchner estaba saliendo. Se reivindic6 el pape1 del Estado, entendido rado por los subsidios. Las mismas osciladones oportunista.5 se registraron en el caso de las re Como poder no limitado, y sobre todo la autonomia de la polftica y la li laciones exteriores, manejadas de acuerdo con las necesidades discursivas bertad de acci6n de su jefe, mas alla de las restricciones provenientes de del frente politico interno. Cancelar la deuda con el FMI -de previsibles con los "poderes corporativos", y tambien de las instituciones "formales". Por secuencias onerosas- satisfizo a la opini6n progresista y antiimperialista. esta via, el discurso se tom6 en epopeya, pues se valor6 la audacia, la de Lo mismo ocurri6 con varios actos hostiles algobiemo de Estados Unidos, cisi6n y hasta la heroicidad de la jefatura. Las sucesivas expresiones de su voluntad, decantadas en hechos irreversibles, conformaban lo que deno iln1- tilmente ofensivos, como la agresi6n al presidente Bush en la minaron un "modelo econ6mico de acumulaci6n con matriz productiva Cumbre de las Americas reunida en Mar del Plata en 2005. Igual de diversificada e inclusi6n social", conocido conn1nmente coma el "modelo". inconsistente fue la gesti6n del conilicto protagonizado por los habitantes A diferencia de las concepciones planillcadoras previas, el "modelo" note de GualeguaychU contra una gran fabrica de pasta de papel instalada en nia una redacci6n explicita, lo que permitia su reinterpretaci6n cotidiana Uruguay. Ante el pro longado carte del puente internacional que por medio de la pal.abra. realizaron, el gobiemo no enw Este archivo fue descargado de https://filadd.com contr6 una respuesta adecuada que articulara su i'.ntima satisfacci6n por FI LA DD .C OM una gesta que podfa presentarse como nacional y antiimperialista, su nega- Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA 391 Cristina Ferruindez de Kirchner result6 electa en la prim.era vuelta; ob tuvo el 42%de los votos y dobl6 los de la segunda, Elisa Carri6, quien a su vez releg6 a la ucR al tercer lugar. Algo falt6 para que el triunfo fuera com pleto: aunque la mayorfa fue holgada y 1a diferencia con el segundo re sult contundente, el total de votos fue algo escaso para un regimen con vocaci6n plebiscitaria Los sectores medias urbanos fueron esquivos y el gobiemo volvi6 a perder en Buenos Aires y Rosario, donde se conf:irmaron los liderazgos de Mauricio Macri, quien gan6 el gobierno de la Ciudad Au t6noma de Buenos Aires, y del Partido Socialista, que consagr6 gobemador de Santa Fe a Hermes Binner. Comenz6 asi el segundo tu.mo del kirchnerismo, con una singular conducci6n dual la presidenta asumi6 todas las funciones de representa ci6n, con soltura y aplomo, pero Nestor Kirchner sigui6 a cargo del manejo de la politica y Ia economia. En la intimidad, compartieron las decisiones s61o con el jefe de Gabinete, Alberto Fernandez, que continu6 en su puesto. Pero lo mils importante era que ambos estaban habilitados para presen tarse en 2011, e incluso para alternarse indefinidamente, sorteando la lirni taci.6n que habia puesto fin al gobierno de Menem. Paco antes de entregar el mando a su esposa, Kirchner tom6 algunas medidas significativas: benefici6 al Grupo Clarin autorizando una impor tante fusi6n de empresas de televisi6n por cable; facilit6 la venta de □ LA DD .C tiva a cualquier ejercido de autoridad, en el caso del corte del puente inter nacional, y sus responsabilidades con el pafs vecino. Asi, dej6 que la situa ci6n se prolongara en forma indefinida. Esas medidas espectaculares e inconsistentes cosecharon un exito ficil entre el progresismo populista, ya daramente escindido del que conservaba su tradici6n socialdem6crata, y colocaron en dillcil situaci6n a quienes no querian ser ubicados en Ia ne fanda "derecha". UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 OM 390 FI Entre la elecci6n de media tiempo de 2005 y la presidencial de 2007, el kirchnerismo tuvo un period□ de esplendor, que no se repetiria en vida de Kirchner. La economia en crecimiento, la holgura fiscal y las avances importantes en las juid.os de 1esa humanidad" generaron satisfacci6n en tre todos las que lo apoyaban. Par entonces, comenz6 a discutirse quien serfa el candidato en 2007: si Nestor o su esposa Cristina Fernandez, de destacada actuaci6n politica, que habia obtenido en 2005 un resonante triunfo electoral en la provincia de Buenos Aires. El suspenso sabre si serfa upingilino o pingiiina", finalmente resuelto en favor de Cristina Kirchner, se mantuvo hasta pocos meses antes de las elecciones de octubre de 2007. Antes de resolverlo, Kirchner ya habia comenzado a armar la nueva alianza electoral. Con la Concertaci6n Plural sum6 el apoyo de casi todos las gobem.adores y de muchos intendentes radicales y min6 las bases de la UCR, principal partido opositor. Los partidos politicos nunca se repusieron de la catll.Strofe de 2001, afectados sobre todo par la crisis de representatividad, que provoc6 el deterioro de sus estructuras una parte de las acciones de Repsol YPF -a pagar con las beneficios de la organicas, las escisiones y las de serciones. Los nuevos protagonistas em presa- al banquero Sebastian Eskenazi, quien asumi6 su manejo; por fueron los dirigentes con alguna atrac ci6n personal y recursos para Ul timo, elev6 al 35% las retenciones a las exportaciones de soja, cuyo montar un aparato electoral, y tam.bi.en las coahciones, que se armaban precio estaba aumentando aceleradamente. El nuevo gobierno, preocupado persiguiendo el animo cambiante de la opini6n. La UCR llev6 como c didato por los primeros signos de carted.ad fiscal, decidi6 elevarlas aU.n mas, alexministro Lavagna, peronlsta y moderado, con buena irnagen por su introdu ciendo un sistema m6vil que pennitia al Estado apropiarse de la manejo de Ia crisis de 2002. Elisa Carri6, otro pro ducto de esa crisis, parte prin cipal de los futuros aumentos. La resoluci6n 125, del 11 de levant6 los temas de la corrupci6n y de las instituciones republic.anas, y marzo de 2008, no pas6 inadvertida; desat6 un conflicto que en pocos organiz6 la Coalici6n Civica, a la que se sum6 el Partido So ciahsta Dentro meses se llev6 buena parte deI apoyo al nuevo gobiemo. del justicialismo bubo alguna oposici.6n a Kirchner, como la de los hermanos La medida fue masivamente rechazada por lo que empez6 a denomi Rodriguez Saa, de San Luis. Ninguna de estas fuerzas logr6 desarrollar narse "el campo". Los productores rurales se reunieron con sus tractores debates importantes en una campafta anodina, dominada por la en las plazas de pueblos y ciudades, cortaron las rutas e iniciaron distin exitosa gesti6n presidencial y la amplia distribuci6n de subsidios. Este archivo fue descargado de https://filadd.com tas acciones de fuerza. Las cuatro principales organizaciones agropecua Rural y la Federaci6n Agraria, FI LA DD .C OM rias -induidas la Sociedad habitualmente Este archivo fue descargado de https://filadd.com 392 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 393 FI LA DD .C OM enfrentadas- se unieron en una Mesa de Enlace, que asumi6 la conduc una votaci6n empatada, que defini6 el vicepresidente Cobos con un sor ci6n del conflicto. Recibieron un amplio apoyo en toda la zona agricola, presivo voto Uno positivo", musitado en la madrugada del 17 de julio. ligada de un modo u otro a 1a prosperidad rural. A partir de la cuesti6n Se abri.6 asi una etapa critica para el gobiemo. Mientras la popularidad del campo, se form6 un movimiento de opini6n que cuestion6 toda la presidencial se derrumbaba, abandon6 su cargo Alberto Fernandez, que politica gubemamental. El 25 de marzo hubo cacerolazos en los barrios de hasta entonces era figura central del grupo gobernante, La Concertaci6n Buenos Aires, en las cercanias de ta residencia presidencial y en la Plaza de Plural comenz6 a disolverse, las grietas en el oficialismo llevaron a la forma Mayo, donde los manifestantes fueron expulsados con violencia par ci6n de un polo peronista disidente y la oposici6n comenz6 a afianzarse. En militantes de organizaciones sociales oficialistas. La agitaci6n sigui6 y las meses siguientes, las finanzas gubernamentales y 1a economia en reanim6 a los par- tidos politicos. Por primera vez desde 2003, el gene ral fueron afectadas por la crisis de Wall Street, pero sobre todo por gobiemo enfrentaba una el de rrumbe del predo internacional de Ia soja. Pero en octubre de 2008 la oposici6n de esa consistencia. esta tizaci6n de las AFJP signific6 un alivio para la caja fiscal y a la vez un Quiza por eso Kirchner decidi6 transformar el tema en una cuesti6n en golpe politico de efecto. El gobiemo habia encontrado un jugoso botin y un la que el gobiemo se jugaba algo politicamente importante. Rechaz6 cual tema que le permiti6 recuperar la iniciativa, polarizar la opini6n y ganar una quier negociaci6n, se propuso poner "de rodillas" al enemigo y desarroll6 am una argumentaci.6n ideol6gica, hasta entonces ausente, acorde con la epica plia franja progresista, ya movilizada par la lucha contra la llamada oligar revolucionarla del relato. La masa de productores rural.es, grandes, media quia, que asociaba la jubilaci6n privada con el detestado neoliberallsmo de nos y chicos, pas6 a ser la "oligarquia terrateniente , de Ia que hablaba el las a:iios noventa. Los partidos opositores, que no encontraron una respuesta revisionismo hist6rico, y quienes se oponian a la resoluci6n 125 tenfan pro comun adecuada, volvieron a exhibir su endeblez. p6sitos "destituyentes". La amplia difusi6n televisiva de las episodios saJien La medida solucion6 las problemas de caja, pero no detuvo Ia recesi6n tes del conflicto -las cortes, Ios actos y hasta la detenci6n de un dirigente econ6mica ocasionada por la extendida crisis internacional, que se pro lo llev6 a acusar a Ia "corporaci6n mediitica" y en particular al Grupo long6 hasta fmes de 2009. La popularidad presidencial sigui6 bajando, to darln. De ese modo, polariz6 la opini6n, galvaniz6 a sus simpatizantes, cando en di.ciembre el punt□ mils bajo desde el comienzo del ciclo kirchne incluso a los mas tibios, y facilit6 la organizaci6n de la oposici6n, que despues rista. El gobierno habia apostado a revertir la situaci6n en las elecciones de muchos afi.os encontr6 una brecha adecuada El tema de las retenciones se parlamentarias de junio. La fragmentada oposici6n comenz6 a agruparse, convirti.6 para unos en la lucha contra la oli.garquia y el imperialismo; para de manera confusa El Acuerclo Civico y Social reuni6 a la Coalici6n Civica otros, en el simbolo del decisionismo presidencial y del avasallamiento de las de Elisa Carri6, al sociahsmo santafecino y al radicalismo. Los peronistas institu ciones. En el interior del peronismo hubo fracturas im.portantes, pues disi dentes, antiguos o redentes, se agruparon de diversas maneras segdn el ma sivo apoyo de regiones y provincias al reclamo agrario moviliz6 a las provincias. En Buenos Aires, Francisco de Narvilez y Felipe Sola se muchos de sus dirigentes con arraigo local. Incluso los partidos de unieron con Propuesta Republicana (PRo) de Macri e hicieron pie en izquierda se su maron, con sus propios argumentos, a la condena al gobiemo. algunos pun tos del aparato politico del conurbano, mas dividido par el El 15 de julio, en visperas de la votaci6n decisiva en el Congreso, se carilcter local de la elecci6n. Kirchner decidi6 convertiI la elecci6n realizaron dos actos, uno oficialista en la plaza del Congreso y otro opositor legislativa en un test, encabezando la lista oficialista de diputados y en Palermo; las par tidarios del campo duplicaron en mlmero al oficialismo. ordenando que fun cionarios e intendentes lo imitaran. El experimento Previamente, el 17 de junio, el gobiemo habia dado un paso atrils al no funcion6. El ofi dalismo reuni6 en todo el pais el 30% de las votos, pedir al Congreso la ratificaci6n par ley de la resoluci6n. Pue aprobada en una cantidad igual a la del Acuerdo C(vico y Social, mientras que las Este archivo fue descargado de https://filadd.com Diputados, pero en el Senado las resistencias fueron mayores y se lleg6 a FI LA DD .C OM distintos grupos peronis tas disidentes alcanzaron el 25%. El oficialismo perdi6 en los grandes Este archivo fue descargado de https://filadd.com 394 BREVE HISTORIA CONTEMPOR.ANEA DE LA ARGENTINA distritos; C6rdoba, Santa Fe, Capital Federal, Mendoza, en la provincia de UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 395 FI LA DD .C OM de sus consecuencias inmediatas. Quienes se opusieron no lograron elabo Buenos Aires, e incluso en el basti6n del conurbano. Como consecuen rar una argumentaci6n alternativa convincente. A fines de 201D, la ley no cia, el gobierno perdi6 la mayoria propia en la Camara de Diputados y en habia tenido efectos pr.icticos, pero el redito politico fue grande, sabre el Senado. todo por la ga1vanizaci6n de sus partidarios, que asumieron con entu siasmo Nada de esto desalent6 a Kirchner, quien retom6 la inici.ativa. Con el la versi6n epica de los hechos. plan Argentina Trabaja, estrech6 vfnculos con los intendentes del conur La ultima medida de tramite urgente, ya instalado el nuevo Congreso, bano y las organizaciones piqueteras, ya traves de un decreto estableci6 fue un Decreto de Necesidad y Urgencia que autorizaba el uso de las reser la Asignaci6n Universal por Hija. Antes del recambio de legisladores, hizo vas del Banco Central para el pago de la deuda extema. La medida fue re aprobar en el Congreso varias leyes importantes, coma la renovaci6n de chazada par el Congreso, pero el gobiemo encontr6 un atajo con un la emergencia econ6mica y las facultades extraordinarias delegadas al nuevo decreto, ejecutado de inmediato, que torn6 abstracta cualquier Ejecu tivo. Pero la gran vi.ctoria fue la sanci6n de la ley de medias, clave objeci6n parlamentaria. de la guerra desatada contra el Grupo Clarin. De ahi en mas, el gobierno sigui6 obstruyendo con eficacia la activi Este grupo habia crecido de manera notable con el apoyo de distintos dad del Congreso y asi desnud6 la incapacidad para organizar una acci6n gobiernos, incluso el de Kirchner. Desde el conflicto con el campo, el en comU.n, acentuada por 1a perspectiva de las elecciones presidenciales de Grupo Clarin fue convertido en el enemigo principal, contra quien se 2011. Amediados de 2010, obtuvo otro triunfo de opini6n con Ia sanci6n libra ria la "madre de las batallas". Kirchner combin6 dos objetivos: la de la ley que habilitaba el matrimonio entre personas del mismo sexo, un politica ideol6gica y de confrontaci6n y el prop6sito de controlar los proyecto de la agenda progresista que dividi6 a los partidos. En el Con grandes me dias de comunicaci6n. En la guerra, se atribuy6 a "la greso, fue apoyada por la centroizquierda y por porciones import.antes del corporaci6n medici tica" la responsabilidad en todo ti.po de oficialismo y la ucR, y rechazada por un numeroso sector del justicialismo. conspiraciones. Para afectar su cre dibilidad, se lanz6 la consigna "Clarin En definitiva, el gobierno logr6 nuevamente mantener la :iniciativa, arras miente", repetida por funcionarios, periodistas y militantes. Con distintas trar a la opini6n progresista y descolocar a la oposici6n. medidas admin,strativas, hostigaron a sus principales empresas, coma Este avance politico sostenido c·oincidi6 con una mejoria general del Cablevisi6n y Fibertel. El gobierno le quit6 al grupo la televisaci6n de los clima econ6mico. Volvi6 a brillar la soja, la Asignaci6n Universal por H:ijo se partidos de filtbol, para acabar, seg(in se dijo, con el "secuestro de los hizo sentir y el C(edi.to expandi6 el consumo. Como al comienzo del kirchne gales". Se lo acus6 de oscuros negocios con la dictadura military se rismo, unos se entusiasmaban con la prosperidad y otros se ilusionaban intent6, sin exi.to, la expropiaci6n de Papel Prensa Ernestina de Noble, con la propuesta progresista, fervorosamente difundida par j6venes nu viuda del fundador de Clarinf fue acusada de haber adoptado a dos nifios cleados en la agrupaci6n La Campora, un nuevo protagonista de la politica hijos de desaparecidos. Nada se prob6, pero todo afect6 el prestigio y las El 25 de mayo se celebr6 el Bicentenario de la patria y el relato oficial finanzas del poderoso grupo. se renov6 con una visi6n de la historia argentina que abrevaba en el revi En ese contexto, el Congreso sancion6 nna nueva ley de medias, que sionismo historiografico. Segtln esa versi6n, el pais de 2010 se comparaba combin6 propuestas genericas, destinadas a democratizar el acceso a las con ventaja con el de 1910 -dominado por la oligarquia, el imperiallsmo medios de comunicaci6n, con medidas especificas, ti.tiles para afectar las y las corporaciones- y tambien aventajaba al de los anteriores afios pero posiciones del Grupo Clarln y, eventualmente, de otros medios oligop6li nistas. Aunque el "modelo" debia ser profundizado, los aiios kirchneristas cos. Como en el caso de las AFJP, el gobierno volvi6 a golpear en un punto representaban el punto m.is alto en la historia del pueblo y de la naci6n. sensible para la oposici6n progresista; una parte de ella se sinti6 obligada El gobierno volc6 abundantes recursos en la difusi6n de este relato en Este archivo fue descargado de https://filadd.com a acompaftar un proyecto Ueno de buenos prop6sitos, aunque desconfiaba 396 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA formas variadas, algunas refinadas y otras sencillas y efectistas. Hubo mo numentales festejos populates, que movilizaron multitudes, atraidas por la presentaci6n de artistas populares y par un espectacular show m6vi1 en el que se escenific6 el relato kirchnerista de la historia patria. Quiza fue la prosperidad, quiza el nuevo vigor del relato y de sus pro pagandistas, quiza las efectos del gran espect.iculo. Lo cierto es que la po pularidad presidencial comenz6 a subir a lo largo de 2010. Desde el 20% de 2009 -el punto minima de todo el ciclo kirchnerista-, la conform.idad trep6 en octubre de 2010 al 40%. No era abrumador, pero traducido en vo tos aseguraba el primer lugar en la prim.era vuelta electoral de las eleccio nes presidenciales de 2011; si ademas el segundo no llegaba al 30% -alga probable dada la fragmentaci6n opositora-, la elecci6n del nuevo presi dente estaba asegurada lQuiell seria? Todo indicaba que Nestor Kirchner tomarfa la posta. Era una decisi6n arriesgada, pues si bien todos reconocian que el era el jefe, su figura despertaba mas resistencias que la de su esposa. Su salud no era buena, y su desgaste ffsico era enorme. En febrero de 2010 fue operado de una obstrucci6n en la car6tida, y en septiembre otra vez, por la obstruc ci6n en una arteria coronaria Concentrado en la campaii.a electoral, no quiso dar muestras de debilidad y a las dos dias ya asistia a un acto de la JP. La realidad seguia siendo desafiante para un peleador constitutivo, como era Kirchner. El 15 de octubre asisti6 a un acto de la CGT; en el cal m.ado estadio de River Plate, escuch6 las Fuertes reclamos del secretario general Hugo Moyano. El 20 de octubre, el asesinato de Mariano Ferreyra, joven obrero ferroviario y militante de izquierda, puso al desnudo la trama de intereses de funcionarios gubernamentales y sindicalistas alrededor de los servicios de trenes. El 27 de octubre, en su casa de El Calafate, Nestor Kirchner muri6 victim.a de un ataque cardiaco. UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 397 FI LA DD .C OM nal decisiva. La involuntaria jugada culmin6 en la construcci6n de un nuevo liderazgo y en un giro importante en la form.a de conducci6n. La operaci6n de constmcci.6n del nuevo liderazgo comenz6 de inmediato, du rante el funeral de Kirchner, que record.6 al de Per6n en 1974. La transmi si6n televisiva se centr6 en la viuda doliente, parada junta al feretro, en soled.ad pero fuerte, dispuesta a asumir la responsabilidad. Una nueva ca mada de j6venes militantes, que entonces se politizaron aceleradamente, aliment6 la imagen del "Nestomauta", un Nestor que, desde algUn lugar, continuaba inspirando a la nueva conductora. La popularidad de Cristina creci6 de manera sostenida hasta fines de 2011. Ese aii.o la campaii.a electoral lo domin6 todo. La inyecci6n de dinero par el fisco y la oferta de cl'editos subsidiados postergaron un a.no la anun ciada crisis del st,op and go,estimularon el consume y mantuvieron viva la irnagen de la prosperidad. Cristina se mantuvo distante y silenciosa, pero unific6 su frente politico y eligi6 coma compaiiero de f6rmu1a a Amado Boudou, una figura tan simp.itica como intrascendente. La oposici6n, que no estaba preparada para enfrentar a la viuda de un Kirchner mit:ico, qued6 descolocada y sumida en sus peleas. En octubre, Cristina Kirchner obtuvo el 54% de las votos, con una abrumadora dife renci.a sobre sus opositores, el socialista Hermes Binner, con el 17%, y el radical Ricardo A1fonsin, con el 11%. La cont:inuidad estaba garantizada, pero era claro que, en soledad y con un apoyo electoral masivo, Cristina iniciaba una nueva etapa. La presidenta alej6 a las viejos amigos, operado res y testaferros de Nestor y reclut6 a sus cuadros en La Campora, la agru pad6n juvenil convertida en el centro del nuevo "cristinismo . Con res pecto al aparato cleptocriltico armada par su marido, es probable que se haya propuesto tomar distancia, pero no lo desarm.6. La crisis seguia latente. Al comenzar el nuevo perfodo, se ratific6 el "modelo econ6mico, pero "afmando la sintonia": gradual reducci6n de las subsidies al transporte y la energia, contenci6n del deficit fiscal y reapertura de las negociaciones con el Club de Paris y el FMI, con vistas a obtener fi CRISTINA VA POR TODO nanciamiento extemo. Se trataba de soluciones clasicas, como las recomen dadas par Boudou en 2009. Una serie de imprevistos detuvieron el impulso. La muerte de Kirchner pareci6 borrar todos las aspectos negatives del El mas grave fue el fallo de un tribunal de Nueva York, a cargo del juez ld.rchnerismo, dejando en pie s6lo los posit:ivos. Fue una suerte de gambito Thomas P. Griesa, que hizo lugar a la demanda de las 11amados holdouts, Este archivoposiciofue descargado de https://filadd.com de rey: el sacrificio de una pieza mayor para obtener una ganancia 398 UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA 399 FI LA DD .C OM tenedores de bonos que habian quedado fuera de los arreglos de la deuda gerencial capacitado, se lo supedit6 al min:istro Kicillof, partidario de avan zar con las estatizaciones. M.is calladamente, se pag6 a Repsol un impor de 2005. Nadie se habia ocupado de esa cuesti6n pendiente, que en sumo tante resarcimiento utilizando bonos del Estado. menta podrfa haberse solucionado con facilidad. El gobiemo estir6 la ne gociaci6n con el juez y con las acreedores, pero a la vez transform6 el pro Mientras trasladaba los problemas econ6micos a un futuro indefinido, Cristina Kirchner se concentr6 en el control total del poder. Uno de sus blema en una cuesti6n de soberania, despotricando en contra de las instrumentos fue el despliegue de un "relato" radicalizado, a traves del "fondos buitre". Cuando las negociaciones se estancaron, Griesa -tambien demonizado par el discurso oficial- autoriz6 el embargo de bienes en el dis ciplinado aparato comunicacional, que se ampli6 y consolid6. Distintos elementos empleados hasta entonces se ensamblaron con finneza exterior del Estado argentino, incluyendo los fondos que se destinaran al en el "relato": una porci6n, no muy grande, de peronismo tradicional; una pago de servicios regulares de la deuda. El pais qued6 al horde del default pa.rte signifkativa de "setentismo" juvenil y montonero, con mativas del y el costo del financiamiento extern.a subi6 fuertemente mientras que en revisio nismo hist6rico; otra porci6n de "derechos hum.arras': y el pais, donde el corrahto" no habia sido olvidado, se aceler6 1a fuga de finalmente una dosis de inclusi6n social, sintetizada en la consigna Para d61ares. Todos, aphcada tanto al flltbol coma a la comercializaci6n de algunos Otro imprevisto fue el escalldalo que afect6 al vicepresidente Boudou, alimentos con pre dos maxi.mos. uno de las impulsores de la normalizac:i.6n econ6mica. Btallaron denun La principal novedad estaba en el despliegue histri6nico de Cristina cias sabre la apropiaci6n fraudulenta de 1a empresa Ciccone Calcografica, Kirchner, la elaborada construcci6n de un personaje con alga de Evita y un encargada de la impresi6n de las titulos del Estado, y aunque fue poco de Tita Merello. Profundiz6 la linea de galvanizar a las amigos y esta protegido por el gobierno, a la Iarga tertnin6 procesado par la Justicia. Su blecer una brecha clara con los enemigos, combinando el tono violento influencia en el circulo presidencial se redujo, y ganaron espacio las con la autovictimizaci6n de quien desafiaba a los "poderosos". partidarios de recetas mas radicales: el secretario de Comercio Guillermo El rotundo exito electoral habia convencido, a ella y al grupo que la Moreno y el as cendente Axel Kicillof, viceministro de Economfa y rodeaba, de que no habia limites para su pod.er. "Vamos par todo" y "nunca miembro prominente de La Campora. menos" eran frases que identificaban al "cristinismo" como fase superior Ya con vistas a las cruciales elecciones de 2013, se abandonaron los del kirchnerismo. En su d.iscurso se fue profundizando una concepci6n del proyectos de racionalizaci6n del gasto y se recurri6 a la emisi6n monetaria poder democr.itica, plebiscitaria y no republicana. La Constituci6n debfa y a los bonos intemos para cubrir el deficit y seguir alimentando el con subordinarse a Ia voluntad del pueblo, y resultaba legl'timo reformarla sumo. Para frenar la salida de d6lares se impuso el "cepo cambiario", una para eliminar la traba que le impedia a la elegida del pueblo ser serie de prohibiciones administrativas que gradualmente fueron cerrando nuevamente reelecta. Tambiell debia allanarse el camino neutralizando lo la salida de divisas. El costo fue alto; hubo dificultades para la importac:i.6n que limitara el poder presidencial. El "cristinismo" estim.6 que el Congreso de insumos y equipos industriales, estancamiento del mercado inmobilia rio y de la construcci6n y aceleraci6n de la inflaci6n y recesi6n. podria llegar a dominarse par completo en las elecciones de 2013. Otro En ese contexto de radicalizaci6n, a mediados de 2012 se decidi6 ex baluarte de la Repllblica era el Foder Judicial, y hacia alu fueron. A los propiar la empresa YPF, que estaba en dificultades coma consecuencia del metodos tradicio nales de intimidaci6n, corrupci6n y faccionalizaci6n de las jueces, sum.a vaciamiento realizada par quienes la conducian: la espafiola Repsol y Se ran un argum ent □: laJusticia debia ser democratizada, subordinalldola al bastian Eskenazi, un banquero muy vinculado con Nestor Kirchner. Agi poder popular. tando la bandera de la soberania energt§tica, el gobierno obtuvo un amplio Otro limite po<lria surgir de la administraci6n del Estado. Las oficinas apoyo, incluso en la oposici6n. Ya estatizada, aunque se design6 un grupo Este archivo fue descargado de https://filadd.com de control ya habian sido domesticadas por Nestor Kirchner; Cristina FI LA DD .C OM Kirchner Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISIDRIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA coloniz6 sistem.iticamente los roinisterios y agencias de gobiemo con los UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 OM 400 401 En febrero de 2012, junta con el estallido del "caso Ciccone", se produjo un terrible accidente ferroviario en la estaci6n Once de la Ciudad de Bue nos Aires, que insta16 el tema de la pesima gesti6n de las ferrocarriles y la densa trama de corrupci6n generada par el sistema de subsidios. La prensa expuso otros casos de carrupci6n, coma la Hamada "ruta del dinero K", que hacia referenda al lavado de dinero. Voces activas y convergentes surgie ron de diversos atnbitos de una renacida soci.edad civil: muchos opinaron a traves de los medias de prensa; organtzaciones sociales de tada tipo con vocaron a debatir las problemas del pais y su posible soluci6n, y hasta las entidades empresarias, a las que hasta entonces el gobiemo habia mante nido disciplinadas, fueron suma:tldose al coro creciente de la opini6n opo sitora. El tema comiin era la importancia de las instituciones y el Estado de derecho para el funcionamiento de una sociedad normal. La normalidad comenzaba a confrontar con el culto kirchnerista de la excepcionalidad y el decisionismo. Las reiteradas cadenas nacionales -98 en su segundo periodo de go bierno- contribuyeron a la polarizaci6n de la opini6n pU.blica. En extensos discursos, coreados por una platea reducida pero entusiasta, Cristina Kirchner combin6 anuncios gubemamentales-a menudo intrascendentes- con vio lentas respuestas a sus criticos, en las que mezcl6 la ironia con la agresi6n. Los opositores se indignaron, y los "cri.stinistas" repr0dujeran estos ata Ese intento constituy6 el punto de inflexi6n. La oposici6n, hasta entonces ques, especialmente en las red.es sociales, que comenzaban a pesar en el dispersa y carente de un argumento convincente, encontr6 en el proyecto debate publico. Pero lo mas importante fue el impacto en la extensa zona reeleccion:ista el punto de apoyo que le faltaba para agruparse y movilizar media de la opini6n, sabre todo en quienes la habian apoyada en 2011, en a la opini6n independiente. Cada una de las fuerzas politicas se compro su etapa de viuda sola y fuerte, pero se fueron solidarizando con algunas meti6 pl.lblicamente a no apoyar la refonna, de modo que el oficialismo de las personas agredidas, o con sus ataques a huelguistas, coma los s6lo podria alcanzar en el Congreso las dos tercios necesarios con un docen tes, a quienes calific6 de "vagos . Tambien molest6 su falta de triunfa contundente en las elecciones de octubre de 2013. solidaridad con las victimas del accidente de Once o de otras catastrofes, Este acuerdo opasitor in extremis se asent6 en una reacci6n surgida en como la inun daci.6n de La Plata en 2013. El animo de las no definidos distintos .imbitos de la saciedad: malhumor por las crecientes dificultades habia comenzado a cambiar. El 13 de septiembre de 2012, el fastid.io se econ6micas, irritaci6n par la evidencia de la mala gesti6n y la carrupci6n manifest6 en cacero lazos multitudinarios en contra del gobierno, que se gubernamental -denunciadas por Ia prensa opositora- y finalmente un repitieron en dos oca siones el aiio siguiente. cierto resurgir de las valares de la institudanalidad republicana sacudidos El impulso lleg6 a un sector de laJusticia, hasta entonces tan amedren por un proyecto de una reforma constitucional que condujera a una tada coma los empresarios, que comenz6 a intervenir en las casos de reelec corrupci6n yen la defensa de las prindpios institudonales. Una de 1as batallas Este archivo fue descargado de https://filadd.com ci6n indefinida. FI LA DD .C j6venes cuadros tecnicos de La Campora Pero el archienemigo era el Grupo Clarin, contra quien se dispuso a librar la batalla final. Tambien se decidi6 a eliminar los potenciales enemigos intemos. Uno de ellos era el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, que en 2010 ha bfa tensado su relaci6n con los Kirchner y aspiraba a aglutinar a los disi dentes peronistas. Cristina Kirchner lo hostig6 de muchas maneras y final mente orden6 a los sindicalistas amigos que Io destituyeran, lo que provoc6 la divisi6n de la CGT y el enrolamiento de Moyano en la oposid6n sindical, fortalecida por las dificultades econ6micas del gobierno. El otro pehgro era el gobemador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, potencial can didato a sucederla, a quien hostihz6, a la espera de un gesto que justificara el anaterna. Scioli trat6 de jugar a dos punt.as: cultiv6 la imagen del roode rado conciliador, pero cuid6 de no enfrentarse con la presidenta. "Cristina etema erala frase que sintetizaba su aspiraci6n: conducir una sucesi6n presidencial que no limitara prematuramente su poder y que le asegurara luego una posici6n dominante. Podia optar por abrit una elec ci6n intema en el PJ o buscar un "hombre de paja#. Pero lo 1.lnico que se acomodaba a sus aspiraciones era una reforma constitucional que habili tara su reelecci6n. En eso consisti.6 finalmente el "ir par todo". 402 BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA se libr6 en tomo del Grupo Clarfn; los jueces detuv:ieron el asalto final, que el gobiemo habfa prometido concretar el 7 de diciembre de 2012, fecha en que caducarian muchas de sus Ucencias. La campaiia electoral de 2013 estuvo signada por estos componentes: du reza intransigente del oficialismo, creciente malestar econ6mico -atenuado por un fuerte estimulo al consumo-, confluencia de las voces de la socie dad civil y un desempeiio mas pragmatico de las fuerzas opositoras, que para la ocasi6n concretaron efectivos acuerdos. En la provincia de Buenos Aires se impuso el Frente Renovador, encabezado par Sergio Massa, exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner. Aliado con el PRO de Mauricio Macri, nu cle6 a los peronistas disidentes y a muchos independientes, y con el 44% de los sufragios derrot6 con claridad al oficialismo. El kircbnerismo tambiell fue derrotado en los grandes distritos -Santa Fe, C6rdoba, Mendoza y Ia Capitll-y en otras provincias, como Corrientes, Jujuy, Catamarca y Santa Cruz. Lejos del 54% de 2011, el ofidalismo apenas super6 el 300/o de las su fragios, perdi6 numerosas bancas yen el Congreso qued6 muy lejos de los dos tercios necesarios para la reforma constitucional.El proyecto de reelec ci6n qued6 clausurado. Para las fuerzas opositoras, se abria el desafio de evitar que sucediera lo mismo que con el triunfo logrado en 2009. UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 403 FI LA DD .C OM acuerdo; se dispar6 entonces la fuga de d6lares, pese a que se profundiz6 el cepo cambiario, que afect6 a importaciones esenciales. Mientras tanto, en sus frecuentes discursos, la presidenta seguia hablando de soberania econ6mica, financiera y energetica y de defensa del empleo y el salario. Si habfa algunas dificultades -decia-, se debian a que "se nos cay6 el mundo end.ma". Lanza.do a la batalla final, el gobiemo se radicaliz6 en sus acciones yen sus dichos. Otra vez, el objetivo fue la Justici.a, donde avanzaban diversas causas contra funcionarios del gobiemo y contra su mas notorio testaferro, Lazaro B.iez. Jueces y fiscales oficialistas, organizados en la agrupaci6nJus ticia Legitima, agitaron la consigna de la democratizaci6n de la justicia, promovieron la masiva designaci6n de nuevos fiscales y jueces subrogan tes y solicitaron la remoci6n de carlos Fayt, juez de la Corte Suprema. La dura pedagogia de Cristina Kirchner hab:fa logrado, por reacci6n, instalar en el debate pliblico la cuesti6n de las instituciones republicanas. Se sumaron nuevos participantes. El Foro de Convergencia reuni6 a las cinco organizaciones empresariales principales, adhiri6 a los principios re publicanos, asociando la inseguridad juridica con la buena marcha de las negocios. Con preocupaciones mas espedficas, el sindicalismo tambieTI. le vant6 cabeza, yen abril de 2014 la CGT hizo un para general, el primero Comenz6 entonces el tramo final del gobiemo de Cristina Kirchner, con en el cido de los Kirchner. Ia temida posibilidad de convertirse en un "pato rengo". Parafraseando La dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman el 18 de enero de 2015 al poeta Almafuerte, puede decirse que no se dio par vencida, ni alin tuvo lugar en este contexto de avance del gobiemo sabre las instituciones vencida, tratando de llegar a las elecciones de 2015 sin catastrofes y de polarizaci6n de la opini6n plibhca. Desde 2004, con el aval de Nestor econ6micas visi bles y ocultando las problemas con un discurso Kirchner, estaba a cargo de la c.ausa por el atentado de 1994 a Ia Asocia abrumador. ci6n Mutual Israelita Argentina (AMIA); investigando la "conexi6n de Ir.in En 2014 se hicieron algunos ajustes para soslayar la crisis y reunir pidi6 la captura de un grupo de funcionarios de ese pais implicados en el fondos para afrontar las elecciones. En enero se devalu6 la moneda el 18% atentado. Sorpresivamente, en enero de 2013 el gobiemo argentino fmn6 y se retom6 el plan de obtener financiamiento e:xtemo. Los costos de la en secreto con Ir.in un memorandum de entendimiento, por el que desistla de valuaci6n fueron grandes. Como en 2012, hubo recesi6n, especialmente de la acd6n judicial y acordaba procedimientos especiales para la causa. en el sector industrial; la inflaci6n, negada con tenacid.ad, alcanz6 ese afio Aprobado con rapidez por el Congreso, fue rechazado par las principales el 40%, el salario se depreci6 el 10% y el trabajo cay6 con fuerza, aunque organizaciones judias; en 2014 la justicia estableci6 su inconstitucionah lo compens6 el aumento del empleo estatal. La situaci6n extema no ayud6, dad, un fallo confrrmado de manera definitiva a fines de 2015. pues declinaron los precios de la soja y cay6 la exportaci6n de autos a un Nisman, que habia _comenzado a develar el plan terrorista de la "co Brasil en crisis. La cuesti6n de los hol,dauts se agrav6, ya que los negociado nexi.6n irani", present6 una grave denuncia por encubrimiento, responsaEste archivo fue descargado de https://filadd.com res argentinos, encabezados por el ahora ministro Kicillof, no llegaron a un BREVE HISTORIA CONIEMPORANEA DE LA ARGENTINA bilizando a la presidenta y al canciller Hector Timennan. El 19 de enero de 2015 debfa presentar las pruebas en el Congreso, pero el dia anterior apa reci6 muerto en su departamento. El suceso conmovi6 a la opini6n, que de inmediato atribuy6 a agentes del Estado el asesinato, disfrazado de suici dio. Las sospechas se fortalecieron por la campafta promOVida desde el l I II UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 OM 404 405 Por el lado ofidalista, no habia dudas de que seria Cristina .Kirchner quien decidiera sobre las candidaturas; sus propias vacilaciones demora ron la decisi6n. Daniel Scioh era el candidato con mas posibilidades, pero ella no confiaba en su fidehdad Como no tenia un nombre altemativo con buenas perspectivas, finalmente opt6 por apoyarlo, pero imponiendole go biemo para denigrar la investigaci6n y la propia persona del fiscal como Vice a Carlos Zannini, su hombre de confianza, desconoddo para Ios falle ddo. El 18 de febrero de 2015, a un mes de su muerte, hubo en votantes. Para la provincia de Buenos Aires, no logr6 encontrar una f6r Buenos Aires una multitudinaria marcha silenciosa en apoyo a un grupo mula adecuada a sus gustos y autoriz6 la competencia interna. En ella de fisca les dispuestos a llevar adelante la investigaci6n. triunf6 de manera ajustada Anfbal Fernandez, una de las figuras mas cono El afi.o 2015 era el de la gran disputa electoral, el de la batalla final. cidas de su gobiemo, pero de pesima imagen incluso dentro del justicia Ademas de presidente, se elegia a la mayoria de los gobemadores y se re lismo, pues se lo suponia vinculado con el narcotrafico. Esa victoria novaba una parte del Congreso. El mecanismo era complejo. A fines de intema serfa catastr6fic.a para el oficiahsmo. En el resto de las provincias, agosto se realizarfan las elecciones Primarias Abiertas Simultaneas y Obli la presi gatorias (PASO) nacionales. Dos meses despues, las elecciones generates. Y denta intervino menos, pero asegur6 que en las listas de diputados hubiera un cupo importante de j6venes de La cam.para. ii en estas Ultimas, la que definiera un presidente podia dar lugar, un mes Mauricio Macri, jefe del PRO, consigui6 el apoyo de Elisa Cani6; juntos despues, a una segunda vuelta o balotaje en novierobre. A fines de junio debian estar defmidas las alianzas y las candidaturas, que se irian decan confonnaron el frente electoral Cambiemos, al que luego se sum6 la ucR, despues de una agitada discusi6n en su convenci6n. Esta alianza electoral tando en cada elecci6n, sin posibilidades de modificaci6n. Nadie dudaba de que un candidato ofic:ialista tenia asegurado un mi se present6 coma la verdadera altemativa a1 regimen kirchnerista. Aunque incluy6 a muchos peronistas, rechaz6 un pacto formal con el nima del 30% de los votos. Para la oposici6n, habia dos desafios: llegar a justicialismo, en cualquiera de sus variantes. Sergio Massa, triunfador en la segunda vuelta con un c.andidato aceptable para todos los grupos y la provincia de Buenos Aires en 2013, tenfa el perfit del peronista atraer a una porci6n del electorado independiente, que hasta entonces aceptable para quienes no lo eran, y lo robustecia un calificado equipo habia acompafutdo al kirclrnerismo. tecnico. Sum6 el apoyo de peronistas disidentes, coma el gobernador Era casi imposible que el mosaico de fuerzas opositoras llegara a un cordobes De Ia Sota, y de otros acuerdo para marchar en conjunto, pues habia algunas afinidades y mu chas incompatibilidades. Los acuerdos debian constnmse gradualmente, a recien enrigrados del oficialismo. Trat6 de presentarse coma ta mejor op ci6n al kirchnerismo, pero no le result6 f.icil cautivar simultillleamente a medida que los resultados electorales fueran dando alguna precision sobre peronistas y a no peronistas. el humor de los votantes. Desde que comenz6 el proceso electoral, muchas voces influyentes Los agrupamientos de 2013 se habfan disuelto con rapidez. Mauricio sostuvieron que para derrotar al oficialismo era necesario un acuerdo en Macri y Sergio Massa siguieron sus propios caminos, con el PRO y et Frente tre Macri y Massa. Se:fialaban la posibilidad, m.uy cierta, de que con la divi Renovador, respectivamente, mientras que el promisorio Frente Amplio sion Scioli triunfarla en la primera vuelta. alla de otras razones, tanto Progresista sufri6 la ruptura de Elisa Carri.6, las dudas de la UCR y la defec Macri coma Massa confmban en llegar a la segunda vuelta y capitalizar ct6n del mejor candidato presidencial, el socialista Binner. Por fin, le toc6 a alli todo el voto antikirchnerista. Margarita Stolbizer el dudoso privilegio de encabezar Progresistas, una A partir de abril se realizaron elecdones provinciales, que fueron fuerza debil y fragmentada. Este archivo fue descargado de https://filadd.com LA DD .C I l FI l 'I i Mas orientando el humor electoral. El oficialismo acumu16 malos desempeiios, sobre todo en los grand.es distritos -C6rdoba, Ia Ciu- FI LA DD .C OM Mendoza, Santa Fe y Este archivo fue descargado de https://filadd.com 406 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA ria para atraer votos independientes. Eligi6 en cambio la "campafla del FI LA DD .C OM dad de Buenos Aires-, donde ganaron distintos segmentos de la oposici6n. A principios de agosto se realizaron las PASO, que equivalian a una gran encuesta. Sus resu1tados no fueron univocos. En las presidenciales, Scioli obtuvo un prometedor 38,6%, bastante cercano al 40% que eventual mente le pennitiria consagrarse en la primera vuelta de1a elecci6n general. Macri y sus aliados de Cambiemos reunieron el 30%, entrando en Carrera para una hipotetica segunda vuelta, y Massay los suyos, un 20,5% que las mantenia como una opd6n. En la provincia de Buenos Aires hubo una sor presa: la candidata del PRO Maria Eugenia Vidal, a quien se asignaban po cas chances, obtuvo un inesperado 30%, que le permitia competir con un justicialismo triunfante pero claramente dividido. En una situaci6n bas tante equilibrada, los votos de las ausentes, los que votaron en blanco y los de quienes qu:Iza cam.biarian su elecci6n inicial por otra estrategica podian modificar de forma sustancial la situaci6n. Persistieron los reclaroos para que Macri y Massa formalizaran un acuerdo contra el kirchnerismo, con el retiro de Massa de las elecciones, que finahnente no se concret6, A fines de octubre se realiz6 la primera vuelta electoral. Con mas vo tantes, Scioli obtuvo el 37%, levemente por debajo de su anterior desem pefto, mientras que Macri creci6 al 34%. Ellos protagonizarian el balotaje. Los votos de Massa, un 21%, seri'an decisivos, pero probablemente se divi dirian entre las dos opciones, una peronista y otra no peronista. La elecci6n tambien defini6 que en el Congreso ninguna de las fuer zas tendria mayoria propia El justicialismo y sus ahados sumaron 117 di putados, bastante menas de las necesarias para el quorum propio, y Caro biemos reuni6 91. En el Senado, la mayoria justicialista era contundente: 42 senadores contra apenas 15 de Cambiemos. El data mas notable fue el triunfo de Marfa Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, quien con casi el 40% de las votos derrot6 de forma clara a Anibal Fem.indez, victima de la defecci6n de muchos votantes justicialistas. Pue una cata5trofe para el PJ, que habia gobernada la provincia desde 1987; y un sopla alentador para Macri, tanto para el balataje como para su eventual gobierno. Macri mantuvo su decisi6n de no acordar con Massa, quien de todas modos ya no padrfa influir mucho en sus vatantes. Por su parte, Scioli no Estepareda archivo fue descargado de https://filadd.com se decidi6 a tomar distancia de Cristina Kirchner, algo que necesa UNA OPORTUNIDAD PERDIDA, 2005-2015 407 en particular el "ajuste neoliberal". Es clificil saber cu.auto gan6 y perdi6 con esa estrategia entre los votantes indecisos. En la segunda vuelta, a fines de noviembre, Macri obtuvo el 51,4% de 1os sufragios, y Scioli, el 48,6%. Fue ron casi 700.000 votos, una diferencia dara pero no amplia. Sin embargo, el resuhado fue trascendente: era la segunda vez que el peronismo perdia una elecci6n presidencial mientras ocupaba el poder. El traspaso del mando se realiz6 el 1O de diciembre. En esos dfas, Cris tina Kirchner protagoniz6 la Ultima de sus peiformances FI LA DD .C presidenciales. Escapando por un costado, logr6 evitar tener que entregar a su vencedor la banda y el bast6n presidencial. Para unos fue una escena pat€tica; para otros, el primer acto de lo que pronto comenzarian a Hamar '1a resistend.a". OM miedo": con Macri retomarian tados las demonios derrotados en 2003, y Este archivo fue descargado de https://filadd.com l ! I ! I I g I' Epi1ogo LA DD .C l OM I I ! I FI I El 10 de diciembre de 2015, se cerr6 el ciclo de doce afios del peronismo kirchnerista y comenz6 el gobiemo de Cambiemos, encabezado por Mau ricio Macri. Su prop6sito declarado es, precisamente, imprim.:ir un fuerte cambio en las orientaciones del gobierno; al momenta de escribir estas lf neas, con apenas quince meses de gesti6n, es muy temprano para vaticinar que resultara de esas intenciones. Conocemos en cambio cuales son las problem.as mas urgentes que de ben resolverse, para restablecer una normalidad b;:isica que permita la dis cusi6n sabre el rumba futuro. Estan desquiciadas las grandes variables de la economia -cuentas fiscales, emisi6n monetaria, ti.po de cambio, endeu damiento, inflaci6n, nivel de actividad econ6mica- y no sera sencillo reacomodarlas sin costos para las distintos sectores de interes, que defen deran celosamente sus respectivas posiciones. No ser.i facil reorganizar el funcionamiento de los poderes del Estado y las instituciones de la Reptlblica, dafiados por una decada larga de gobiemo autoritario y decisionista. El perjuicio mayor se encuentra en el Estado, su ad ministrad6n, el cuerpo de fundonarios ylas mecanismos de gesti6n. Tarnbiell est.i afectado el Estado de derecho, tanto par la arbitrariedad gubemamental como por el rechazo de la sociedad a cumplir las nonnas, asociadas con im posidones autoritarias. Doce afios de kirchnerismo ban dejado un enfrenta miento politico y discursivo muy fuerte, que imposibilita Ia discusi6n de los problemas. Pero lo mas grave es la rotunda brecha social y la consolidaci6n de un mundo de la pobreza que ya vive con sus propias y valores. Este archivo fue descargado denormas https://filadd.com ,no 410 BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LAARGENI1NA Los problem.as se imbrican, y su soluci6n requiere un poder politico que el gobierno de Macri esta lejos de tener. Sin embargo, revertir cada una de estas cuestiones es esencial para comenzar a superar la larga crisis de decadencia en la que vive la Argentina desde hace ya cuatro decadas. Si se sale de la coyuntura actual y se retoman los principales temas de este1ibro, se impone una conclusi6n: en la decada de 1970 -en su primera parte re volucionaria yen su segunda parte dictatorial-, la Argentina experiment6 un cambio profundo. Dej6 de ser un pa.is vital y conflictivo y se convirti6 en otro decadente, exangi.ie y mucho mas conflictivo. Il EPiLOGO 411 FI LA DD .C I I OM progresivamente colonizado por las corporaciones, perdi6 su autonomia y se convirti.6 en el cam.po de combate y a la vez en el botln de los grupos corporativos, hasta que Ios conflictos llegaron al paroxismo de las tempra nos aftos setenta La Argentina vital gener6 una ciudadania informada, activa y partici pativa, colocada por la ley Saenz Pefia en el centro de la politica. En la pri mera mitad del siglo xx, hubo dos grandes ci.clos politicos democr.iticos, uno radical y otro peronista. Mas alla de las diferencias de grado, que fue ron i.mportantes, existieron algunos rasgos comunes: se trat6 de un ti.po de democracia plebiscitaria, de lider, fuertemente unanimista y poco preocu La vieja Argentina se conform6 a fines del siglo XIX. Fue un pais vital y pada por la institucionalidad republicana El radicalismo prim.era y el conflictivo, con una economia relativamente pr6spera, capaz de dar em pero nismo despues se proclamaron coma la expresi6n de la naci6n y del pleo a los sucesivos contingentes que se incorporaron a la sociedad: la in pue blo. El jefe del movimiento, depositario de la voluntad colectiva, se migraci6n extranjera primero, los migrantes internos Iuega, los migrantes asignaba una misi6n regeneradora y no se creia limitado por normas e de los paises limftrofes en ultimo lugar. En el largo plaza, su sociedad fue instituciones. En nombre de Ia unidad del pueblo, los adversarios fueron dinamica, m6vil e integradora y con una fuerte tendencia a que los hijos considerados enemigos de1pueblo y de la naci6n. estuvieran en mejor situaci6n que los padres, en educaci6n, en empleos y El resultado fue una politica facciosa, intolerante e inestable, que atrajo en ingresos. A eso se alude con el concepto, tan esquivo, de dases medias, las sucesivas intervenciones militares. Hubo en las militares mucho de me permanentemente nutridas con hijos de los trabajadores que integraban sianismo, pero su acci6n no fue ajena a la lucha politica de las grupos de una clase obrera tambien dificil de conceptualizar. Asimismo fue una so ci.viles, que los convocaron para zanjar sus disputas. Los militares aprove ciedad conflictiva. Algunos de esos conflictos, coma el de 1945, fueron charon los conflictos de la democracia, y tambien las dificultades del Es propios de la incorporaci6n social acelerada. Otros, en cambio, se explican tado asi gobernado, para proponer la altemattva de la dictadura. La por las caracteristicas del Estado y su relaci6n con las diferentes corpora ejercie ron par perfodos cad.a vez mas largos y de manera cada vez mils ciones de intereses. Alli se encuentra una de las claves de la crisis de la terrible. vieja Argentina. La Argentina vital tambien produjo un nacionalismo robusto y ague Aquel Estado fue activo y potente e intervino de manera creciente para rrido, construido sabre la idea de la unidad y la homogeneidad de la na regular los conflictos de una sociedad cada vez mas campleja. Al desplegar ci6n, condensada en el Uamado "ser nacional". Este nacionalismo tuvo un sus funciones, desarroll6 su capacidad para conceder franquicias, privile cariz duro y agresivo, que lo singulariza en el contexto latinoamericano: gios, exenciones o, lisa y llanamente, prebendas. Del interes general, mas quiz.i fue la respuesta a la sociedad abierta, m6vil, plural y democrcitica, visible en los tramos iniciales, se fue deslizando hacia el favor a alguno de pero exasperada par sus conflictos. La definici6n de la nacionalidad fue en Ios grupos de interes organizados -las corporaciones-, que negociaban si misma conflictiva; aquel que i.mponia la suya tenfa la llave para decidir con el y lo presionaban de 1a manera adecuada. Fue caracterlstico de quien perteneda a la naci6n y quien era su enemigo. Poderosos enuncia aque lla sociedad que cada uno tratara de encuadrarse en una corporaci6n dores se autoproclamaron duefios de la naci6n. El Ejetcito, coma defensor aguerrida y combatiente, para obtener la resoluci6n ministerial, el decreto de sus valores fundamentales, que se ubic6 por encima de la repu:blica; la presidencial o la ley que necesitaba. En ese dial.ago, el Estado potente fue Iglesia, al declarar que la unidad argentina residia en su catolicidad; los Este archivo fue descargado de https://filadd.com FI LA DD .C OM movimientos politicos, que aportaron su propia definici6n esencial de la Este archivo fue descargado de https://filadd.com EPiLOGO BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA blicanas y del E.stado de derecho fue caracteristica de esas prim.eras af1.0s optimistas, en las que, a la vez, comenzaron a sentirse los costos mas duros de la gran transformaci6n: una deuda externa imposible de pagar y una inflaci6n imposible de controlar. Luego de la crisis hiperinflacionaria de 1989, Ia prioridad en la agenda pllblica pas6 de la democracia a la reforma y al ajuste del Estado. Esta transformaci6n tuva dos aspectos salientes. Uno fue la privatizaci6n de las empresas del Estado, que alivi6 el problema de la deuda externa y a la vez LA DD .C naci6n y de su pueblo. Awique diversas, estas imagenes concurrieron en un nacionalismo intolerante y paranoico, que comenz6 desconfiando de Ios paises vecinos, coma Chile, y termin6 condenando a la llamada sub versi6n" por ser "apatrida , La unidad nacional fue invoqida para legitimar la represi6n del Proceso y tambien la guerra de Malvinas, en 1982, cuando se manifest6 al extrema la patologfa nacionalista. Surgida luego de la crisis politica y social de inicios de los aftos setenta, la Ultima dictadura militar potenci6 al extrema los conflictos y las malas pasiones de la vieja Argentina y, a su manera, inici6 1a construcci6n de la nueva, en la que vivimos. Globalmente, es una Argentina decadente. Desde mediados de las aiios setenta, su economia experiment6 un giro profwido: 413 OM 412 FI much□ se destruy6, y tambien se construyeron algunas cosas nuevas, cu yos frutos se est.an cosechando en este siglo, coma un sector agropecuario apto para responder a una coynntura internacional excelente y un redu cido sector industrial tambien con capacidad para competir en el mundo. Sin embargo, no se vislumbra que esta prosperidad acotada alcance para remediar las consecuencias sociales de aquella gran transformaci6n. El "rodrigazo de 1975 inici6 un proceso de empobrecimiento y de re distribuci6n regresiva del ingreso; fue profundizado par otros colapsos, cada vez mas profundos, en 1982, en 1989, en 2001 yen los Ultimas rulos del kirchnerisma, que jalonaran la gran transformaci6n. Los cambios bene ficiaran a algunas, sabre todo a quienes tenfan una relaci6n privilegiada con el pod.er; pero hubo una masa de afectados que sucesivamente queda ron sumergidos en Ia desocupaci6n y en la miseria. El resultado ha sido una sociedad fragmentada y segmentada, en la que aquellas clases medias que supieron caracterizarla pesan cada vez menos. En ese contexto social, tan poco adecuado para la fonnaci6n de ciuda aliment6 a un elenco de beneficiarios de los spoils, los despojos de1Estado. El otro fue la ley de convertibilidad, que durante algunos afios contuvo la inflaci6n, pero cre6 las condiciones para un fmal catastr6fico. Cuando este lleg6, en 2001, reaparecieron los problemas de fondo de la nueva Argen tina, multiplicados por una profunda crisis politica y social. En lo mas hondo de la crisis, el pais comenz6 a resolver sus problemas gracias prin cipalmente a la soja, W1 grano muy apreciado por China, India y otros pai ses que par entonces se convertian en actores importantes en el mercado mundial. La exportaci6n de soja y de otros commodtttes permiti6 recompo ner las finanzas de manera casi milagrosa y aport6 los recursos para ate nuar la crisis social con una generosa distribuci6n de subsidios par parte del Estado. Las consecuencias sociales de la gran transformaci6n tuvieron un alivio, pero el nU.cleo duro de la pobreza, ya arraigado en una nueva cultura y una nueva form.a de vivir, no desapareci6. Fue un florecimiento breve. Desde 2009 cambiaron las condiciones in temacionales, ces6 el viento de cola" y se hicieron visibles los problemas de la gesti6n kirchnerista que la prosperidad habia ocultado. Los beneficios extraordinarios se gastaron de manera poco sensata, atendiendo mas a la coyuntura que al largo plazo, mas a la politica que al desarrollo. Otra versi6n de la fa.bu.la de la cigarra y la horrrriga. Eliminar el bols6n de la pobreza, res tablecer una sociedad integradora y no meramente inclusiva y encaminar la economfa en un crecimiento sustentable y capaz de extender sus beneficios no tiene que ver s6lo con los cambios en la econonria mundial. Toda eso se vincula sobre todo con el gobiemo y con el Estado argentinos. danos y de ciudadania, la Argentina hizo en 1983 su intent □ mis sistem.i tico y voluntariaso de construcci6n de una democracia republicana, coma nunca conoc:i.6 antes. La clave de esta paradaja se encuentra en que, por contraposici6n a los horrores de la u.ltima dictadura -el Proceso-, pudo instalarse en el imaginario social una democracia ideal, tan poderosa coma aquel, pero inequivocamente volcada al bien Tambiell retrocedi6 el nacio En 1993, cuanda escribi la primera versi6n de este libro, estaba conven nalismo integral y floreci6 un patriotism□ mas pluralista y menos para -coma muchos entonces- de que 1a clave se hallaba en la Este archivo fue descargado decido https://filadd.com noico. La valoraci6n de las derechos human.as, de las instituciones repu- FI LA DD .C OM democracia Este archivo fue descargado de https://filadd.com 414 BREVE HISTORIA CONfEMPORANEA DE LA ARGENTINA Il ErfwGO 415 l LA DD .C I' OM por la organizaci6n de un Sistema de saqueo del Fstado, instrumentado yen el gobierno democr.itico. El afio 1983 me pareci6 una bisagra funda por las politicos que ocuparon el gobierno. La cleptocracia fue alga asi mental en nuestra historia Hoy, en cambio, encuentro en el Estado la ma coma la fase superior de la corrupci6n. dre de todos los problemas, incluso del democrcitico. il Hubo y hay una importante traslad6n de ingresos par la via de Ia po En la construcci6n democrcitica de 1983, se combinaron un viejo co ' nocido de nuestra poHtica, el sufragio, y elementos hasta entonces poco litica, que explic.a una parte no menor de la po1arizaci6n social en que vi apreciados: la institucionalidad republicana, el Estado de derecho, la plu vimos. Pero ademas el Estado fue perdiendo su burocracia calificada, sus ralidad y la discusi6n racional, en la que se podian fundar acuerdos y aco procedimientos, sus agendas de control, sus normas y su etica. La ma tar disensos. Asimismo, era novedosa la interpelaci6n a una ciudadania quina funciona muy mal, aunque quedan piezas sueltas que pueden ser consciente y activa, no segmentada por pasiones facciosas. Tambien in utilizadas por gobernantes sin control. Gobiernos discrecionales fueron cluy6 una revisi6n del dogma de la naci6n y el pueblo una.nimes, que se destruyendo el Estado, pero en su situaci6n actual es dificil que pueda ser expresaban a traves de la voluntad de un lider. El balance es muy distinto gobernado de otra manera si nos ubicamos al fm del ciclo kirchnerista. No quedaba mucho de aquella En el cruce de estas dos cuestiones se ha consolidado el "segundo pe ilusi6n democr.itica, salvo el sufragio, lo que no es poco. Pero en la politica ronismo", el peronismo de 1a democracia, que lleg6 al poder en 1989. Es democratica hay un nUillero reducido de ciudadanos conscientes, reflexi un peronismo muy diferente del prim.ero, el que gobern6 entre 1945 y vos y comprometidos. Cada vez pesan menos las instituciones republica 1955. Aquel fue el peronismo de los trabajadores y de la justicia social; el nas, la opini6n publica y hasta el Estado de derecho, mientras que la fun actual es el peronismo de los pobres y de la inclusi6n. Aquel construy6 ci6n del sufragio se fue restringiendo a legitimar gobiemos que usaron estatalidad Este avanz6 sin prejuicios en el desmonte del Estado y parti discrecionalmente el poder. Estos gobiernos han refinado las tecnicas de cularmente de las distintos mecanismos de control. Legitim6 estas accio producci6n del sufragio utilizando las herramientas estatales. nes con un discurso que, en una primera versi6n, con Menem, esgrimi6 En 1983, hubo otra ilusi6n: se crey6 que el Estado podria llevar a la los argumentos del neoliberalismo y la modernizaci6n, y en la segunda, pr.ictica lo que el gobiemo democr.itico decidiera. Por entonces, su corro con los Kirchner, se hizo fuerte en el estatismo, el populismo plebiscitario si6n era visible: en sus agendas, su burocrada, su nonnativa, sus rutinas; y otros ingredientes plasm.ados con artillcio, como la reinventada tradi tambien en la incapacidad para subordinar a las grupos de interes que, ci6n de las af10s setenta o la reivindicaci6n de las derechos human.as. instalados en el, dirigian sus acciones. Los modos de obtener beneficios del Como ha sefialado Juan Carlos Torre, volvi6 a incluir en su interior dos Estado cambiaron. Se pas6 de incidir en la orientaci6n general de sus poli alternativas: una tesis y su anthesis. Reivindic6 al pueblo en contra de las ticas -co mo en tiempos de Frondizi o de Krieger Vasena- a la obtenci6n poderosos pero a la vez foment6 y legitim6 la construcci6n de poder y ri de beneficios para empresas o personas especificas, coma se manifest6 en queza a traves de la politica. el emblem.itico caso de Aluar en los tempranos ai:i.os setenta, o en casi cual Un costado negativo de nuestra democracia, construida con valores y quier negocio de importancia realizado luego de 1976. tradiciones tan debiles, fue la posibilidad del enriquecimiento personal a Predominaba entonces la opini6n neoliberal, que predicaba el achique traves de la politica. Aunque esto les cabe a muchos politicos profesiona del Estado, lo que en realidad signific6 desmontar sus principales instru les, en el segundo peronismo se ha convertido en una virtud. En politica, mentos de regulaci6n y control. Se avanz6 mucho en esto durante el Pro lo deseable es "hacer una diferencia", ya sea para llenar la "c.aja negra'; ceso, y mucho mas en los afios noventa. Pero la base del Estado in dispensable para la prilctic.a, o para asegurar una buena posici6n personal. prebenda rio se mantuvo y profundiz6. Mucho mas aun en la primera F.sa capacidad distingue al politico exitoso del fracasado. El segundo pero decada de este siglo xxr, cuando la corrupci6n pasiva de los funcionarios nismo, siempre abierto para recibir a nuevos creyentes, ha tenido capacifue reemplazada Este archivo fue descargado de https://filadd.com I I i I I l FI I I BREVE HISI'ORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENITNA dad para atraer a los politicos que miran las cosas de esa manera y sienten que una prictica otrora condenada es aceptada y valorada. EPfLOGO En ese punto est.3. la Argentina a principios de 2017. La democracia re publicana no es la Unica opci6n politica vigente, pero no deja de ser razo nable apostar por ella. Tendra exi.to si gana para si a una buena parte de la sociedad que hoy se alinea tras alguno de las fragmentos del segundo pe ronisrno. Porque probablemente la clave del futuro se encuentre en la ma nera coma el tercer peronismo se construya, ocupando su Iugar junta con otras corrientes, otros partidos y otras ideas. FI LA DD .C Los recursos para el enriquecimiento personal provienen, de una u otra manera, del Estado. El segundo peronismo, escaso en lo programa tlco, mas debit en lo identitario y abierto en lo organizativo, se consti tuye en el Estado, es dirigido par las mismas personas que lo gobieman y no sabe c6mo subsistir cuando le toca estar fuera del gobierno. Su tra bajo principal es reunir los-votos que legitimen a las gobernantes, utili zando los fondos del Estado y las capacidades que derivan del ejercicio de la autoridad del mismo. Esos son los grandes insumos de una maqui naria compleja, que llega hasta Ios niveles capilares de la sociedad, donde referentes sociales y punteros politicos realizan sus intercambios. El pri mer peronismo supo hacerlo, mas limpiamente, en el momento de auge de los trabajadores. El segundo peronismo ha encontrado, mucho mejor que ninguna otra fuerza politica, el modo de hacerlo en una sociedad po bre y articulada de maneras novedosas. Par esta via ha logrado resolver el enigma de la democracia: parafraseando a Hume, c6mo lograr que las mas elijan a las menos. De ese modo, Estado y democracia se im.brican ·de una manera muy diferente de lo que constitufa el horizonte de I983. Diferente tambien de lo que indica la Constituci6n, a la que, sin embargo, no es necesario refor mar demasiado para que acepte este funcionamiento. Luego de la pro funda crisis de 2001, que arras6 con legitimidades y normas bAsicas de convivencia, no se les pidi6 a las gobemantes fidelidad a la institucionali dad republicana, sino capacidad para construir Ia gobemabilidad. Esa his toria de decadencia y crisis encadenadas explica la tranquila aceptaci6n del autoritarismo ltirchnerista, que estuvo al horde de llegar a 1a dictadura. Pero, a la vez, la reacci6n de las Ultimas aii.os y la sorpresiva valoraci6n de la vieja y desprestigiada RepU.blica nos descubren que esta tradici6n, que ha sido minoritaria en el siglo xx y el XXI, todavfa esta viva y merece que se den algunos combates par ella, no s6lo par sus valores intrinsecos, sino tambiCn porque -como ha descubierto al menos la mitad del electorado sin institucionalidad republicana no hay soluci6n estable para las proble mas de distinto tipo -desde la economfa hasta la pobreza- que requieren, en primer lugar, un debate y una profunda reflexi6n Este colectiva archivo fue descargado de https://filadd.com 417 OM 416 Marzo de 2017 OM LA DD .C Bibliografta que aqui se indica, aunque no es exhaustiva, constituye un punto de partida para el estudio sisteIIl8.tico de las temas tratados en este libro. Como cualquier selecci6n, supone una opini6n acerca del inte res o la pertinencia de los textos. Esta ordenada en cuatro grandes secciones cronol6gicas. Cuando la obra abarca mis de una secci6n, s6lo se 1a cita en la primera. En cada sec ci6n, estan agrupadas en cuatro grandes areas tem.iticas: obras generates y prnblemas politicos; aspectos econ6micos; aspectos sociales, y aspectos cultutales e ideol6gicos. Tal clas:ificac:i6n es s6lo aproximativa, y las super posidones teIIl.3.ticas son muchas. FI LA BIBLIOGRAFfA I. fIAsTA 1930 1. Obras genera/es y problemas politicos ALONSO, Paula, Entre la revolucion y las urnas. Los origenes de la Union Civica Radical y la politica argentina en los aiios '90, Buenos Aires, Sudamericana y Universidad de San Andres, 2000. ARIC6, Jose A., La hipOtesis de Justo. Escritos sobre el socialismo en America Latina, Buenos Aires, SU.damericana, 1999. BoTANA, Nataho R., El orden conservador, 2• ed., Buenos Aires, Sudameri cana, 1994. 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Bordabehere, Enzo: 90. Bord6n,Jose Octavio: 321,336. BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA Bush, George W.: 319,341,355,389. Cafiero, Antonio: 236,278,299,301,302, 317. C&mara, Helder: 207. Cfunpora, Hector: 145,217,218,226, 234, 236. Camps, Ram6nJ.: 256. cane, Miguel: 29. Canitrot, Adolfo: 201. Cantilo, Jose Maria: 103. Carcano, Miguel Angel: 166. Cirdenas, Lazaro: 129. Carles, Manuel: 50. Carlotta, Estela de: 363. Carrasco, Omar: 318. Carrillo, Ram6n: 125. Carri.6, Elisa: 343,357,390,391,393,404, 405. Carter, James: 262. Cmnillo, Alberto: 137. D'Abernon, Edgar Vincent, lord: 73, 89. D'.Andrea, Miguel: 128. D'Elia, Luis: 362, 377. Dario, Ruben, Felix Ruben Garcia Sarmiento, llamado: 33. De Gaulle, Charles: 208. De Irtondo, Sim6n: 82. De la Plaza, Victorino: 44. De la Rua, Femando: 305, 336, 337, 339, 341-343, 347-349. De la Sota, Jose Manuel: 357, 405. De la Torre, Lisandra: 39, 42, 81, 90, 91, 94, lOZ De Narviiez, Francisco: 393. De Tomaso, Antonio: 70, 82. De Vido, Julio: 376. Delfino, Enrique: 57. Di Giovanni, Severino: 77, 78. Di Tella, Guido: 319. Dickmann, Enrique: 146. Discepolo, Ernique Santos: 57, 137. Dortlc6s, Osvaldo: 218. Dostoievsky, Fedor. 55. Doyon, Louise M.: 125. Dromi, Roberto: 315. Duhalde, Hilda "Chiche de: 336, 365. Duhalde, Eduardo: 302, 317, 334, 335, 337,339,349,350, 356-358, 362,364, 365,387. Duhau, Luis: 90. Galimberti, Rodolfo: 217,219. Gallo, Vicente: 68, 69_ Galtiert, Leopoldo: 239,257, 262-264, 267. Ganghi, Cayetano: 41. Garde!, carlos: 57. Gay, Luis: 125. Gelbard,Jose Ber: 227, 231. Gerchunoff, Pablo: 221, 292. Germani, Gino: 186. Goebbels, Paul: 130. Gdmez Morales, Alfredo: 140. Gonzalez, Antonio Ennan: 308. Gonzalez, Elpidio: 74. Gonzalez, Joaquin V.: 33, 38. Gonzalez, Julio V.. 94. Gonzalez Bombal, In.es: 326. Gorelik, Adrifill: 325. Gorostiza, Carlos: 138. Goulart,JoAo: 174. Eisenhower, Dwight: 142. Escude, Carlos: I 12, Gramsci, Antonio: 190. Granata, Maria: 138. Eskenazi, Sebastian: 391,398. Griesa, Thomas P.: 397, 398. Grin.spun, Bernardo: 289. Farrell, Edehniro: 111-113. Groisman, Enrique; 255. Fayt, Carlos: 403. Grondona, Mariano: 193. Feij6o, Maria del Carmen: 327. Gruskoin, Mario: 11, 12. Fernandez, Alberto: 391, 393. Guevara, Ernesto "Che : 166,207,211, Fernandez, Anibal: 405, 406. 212. Fernandez, Roque: 314. Este archivo fue descargado de https://filadd.com Castillo, Ram6n S.: 99, 101-103, 105, 106, 109, 112. Castro, Fidel: 166, 206. Cavallo, Domingo: 11, 308-310, 313-316, 337, 341-344, 346,347,352,375. Ceballos, Jorge: 362. Chavez, Hugo: 370. Ciria, Alberto: 130. Cirigliano, Claudio: 376. Cirigliano, Mario: 376. Clemenceau, Georges: 32. Clinton, William: 319,340. Cobos, Julio Cesar Cleto: 367, 387, 393. Col6n, Crist6ba1: 45. Cooke,John William: 142,147,191,209. Copello, Santiago: 128. Corach, Carlos: 315. OM Bunge, Carlos: 33. Fernandez de Kirchner, Cristina: 9, 11, 365, 367, 370, 372, 382, 383, 385, 387, 390,391,397, 399-403, 405-407, 415. Fernandez Meijide, Graciela: 321, 336, 33Z Ferrer, Aldo: 215. Ferreyra, Mariano: 396. Ferri, Enrico: 32. Figueroa Alcorta, Jose: 40, 68. Figuerola,Jo5e: 122. Filippo, Virgilio: 128. Flamarique, Alberto: 343. Fresco, Manuel: 82, 93, 97, 99, 114. Frigerlo, Rogelio: 161, 162, 166. Frondizi,Arturo: 134,142,147,150, 160169, 171,172,175,187,189,190,200, 215,297,298,414. Corradi,Juan E.: 243. Cossa, Roberto: 188. LA DD .C Born,Jorge: 235. Botana, Natalio R.: 19. Boudou, Amado: 397,398. Braden, Spruille: 118. Bramuglia,Juan; 119. Bunge, Alejandro: 52, 63, 64. fNDICE DE NOMBRES FI 432 Ii 433 Guido.Jose Marfa: 168. Gutierrez, Leandro: 16. Haig, Alexander: 264, 265. Halperin Donghi, Tulio; 62, 147. Hernandez Arregui, Juan Jose: 190, 209. Herrera de Noble, Ernestina: 394. Hitler, Adolf: 98, 104. Hueyo, Horacio: 82. Hume, David: 416. Huret, Jules: 32. Ibarguren, Carlos: 78, Ibsen, HenrikJohan: 95. Iglesias, Herminia: 271,298. Illia,Arturo: 170,171,174,178,181,193, 194, 198,221,267. Ingenieros, Jose: 45. Irazusta,Julio: 50, 70, 91, 107. Irazusta, Rodolfo: 50, 70, 91, 107. Ivanissevich, Oscar: 132. Jaime, Ricardo: 376. James, Daniel: 159. Jauretche, Arturo: 209. Juan XXIII: 207. Juan Pablo II: 259,267,279. Ju.irez Cehnan, Miguel: 68. Justo, AgustinP.: 71, 74, 77, 79-84, 89, 90, 92, 93, 97,99, 104, 105, 109, 130. Justo.Juan B.: 39. Katz, Alejandro: 11, 16. Katz,Jorge: 177,222,250. Kennedy,JohnF.: 166,175,190. Kessler, Gabriel: 328. Keynes,John: 85. Kicillof, Axel: 398,399,402. Kirchner, Nestor: 9, 11,339,357,358, 361-365, 367,368,372, 374-380, 382, 383, 386-394, 396-400, 403, 415. Korn, Alejandro: 94. Korol, Juan Carlos: 11, 16. Kosteki, Maximiliano: 352,353,356. fNDICE DE NOMBRES BREVE HISTORIA CONTEMPORANEA DE LA ARGENTINA Melo, Leopoldo: 45, 69,80, 82. Menein, Carlos Salli: 9-11, 299, 301-303, Kubi.tschek, Juscelino: 190. 305,306,309, 313-322, 332,334, 335, 343,349,356,357,363,377,391, 415. Menein, Eduardo: 313. Menendez, Luciano Benjamin: 144, 256, 257. Menendez, Mario Benjamin: 264. Mercante, Domingo: 11Z Merello, I.aura Ana ita": 136, 399. Miguel, Lorenzo: 231,271. Miranda, Miguel: 122, 140. Mitre, Bartolome: 32, 13Z MolJna, Juan: 93. Molina, Ram6n: 92. Molinas, Luciano: 93. Molinas, Ricardo: 315. Monroe, James: 103. Montt, Pedro: 32. Mor Roig, Arturo: 215. Moreau, Leopoldo: 357. Moreno, Guillermo: 372, 398. Moreno, Rodolfo: 109. Moreno, Zully: 137. Morgan, John: 59. Mruca, Enrique: 118. Mosconi, Enrique: 71, 72. Moyano, Hugo: 320,364,396,400. Mucci, Antonio: 285, Lagomarsino, RaUl: 122. Landru, Juan Carlos Colombres, llamado: 184. Lanusse, Alejandro: 202, 214-218, 263. Larralde, Cris6logo: 147. Lastiri, RaUl: 226. Lavagna, Roberto: 339, 354, 355, 357, 358, 365, 370, 374, 375, 390. Le Bret6n, Tomas A.. 62. Lencim1s, Carlos: 73. Lenin, Vladimir Ilich: 190_ Levingston, Roberto: 214-216. Llach, Juan Jose: 102. Llach, Lucas: 221 Lonardi,Eduardo: 150,151,153. L6pez, Crist6bal: 376. L6pez Murphy, Ricardo: 341, 343, 35Z L6pez Rega.Jolie: 226,231,232,236. Lucero, Franklin: 143. Luder, ft.ala: 236, 271. Lugones, Leopoldo: 50, 70. Luna, Felix: 147 Mugica, Adolfo: J 66. Mach.inea,Jose Luis: 341. Macri, Mauricio: 11,365,391,393, 404- 407, 409,410. Mallea, Eduardo: 108. Marechal, Leopoldo: 138- Mussolini, Benito: 46, 78, 107, 129. Neusta(h, Bernardo: 316. Nisman, Alberto: 403. :Manzano, Jose Luis: 308. Maquiavelo, NicoIAs: 297. FI Lacoste, Carlos Alberto: 257. Maiquez, Carlru D.: 105. Martf:nez, Enrique: 74. :Martinez de Hoz,Jose Alfredo: 11, 244, 245, 248,252,253, 256-258, 261,262,306. Martinez Estrada, Ezequiel: 108, ll6. Marx, Karl: 190. Massa, Sergio: 402, 404-406. Massacresi, Horacio: 321. Massera, Emilio Eduardo: 239,256,257. Maurras, Charles: 50, 1OZ Palacio, Ernesto: 70. Palacios, Alfredo L.: 38, 91, 92, 107, 136, 150, 166. Paladlno,Jorge: 202, 215, 21Z Palumbo, Gabriel: 12. Parnpill6n, Santiago: 202. Parravicini, Florencio: 5Z Pastor, Reynaldo: 146. Patron Costas, Robustiano: 109, 111. Peco, Jose: 94. Pellegrini, Carlos: 29, 39, 40. Per6n, Eva de: 126-128, 131,132,137, 139, 140, 143-145, 235,399. Per6n,Juan Domingo: 111, 113-ll9, 122-126, 128-133, 140, 142-146, 148-150, 153,154, 156-163, 165,167,170, 172-174, 192,195, 198,202,208, 209, 213-215, 217-219, 223,224, 226-236, 245,264,276, 297, 316, 317,364,39'7. Per6n, Maria Fstela "Isabel" de: 173, 174, 226,231,232,236,237,271. Persico, Emilio: 362, 377. Pettoruti, Emilio: 58. Pinedo,Federico: 70,82,83,90,93,99, 101-105, 121, 168, 178. Plat6n: 55. Pomar, Gregorio: 81. Portantiero, Juan Carlos: 156. Posada, Adolfo: 32. Prebisch, Rall!: 83, 158. Primo de Rivera, Miguel: 46.. Puerta, Ram6n: 344. Pueyrred6n, Honorio: 77. Puiggros, Rodolfo: 190,209. LA DD .C Krieger Vasena, Adafbert: 198,202,214, 414. OM 434 O'Connell, Arturo: 60, 8:Z O'Donnell, Guillermo: 223, 244. Ocampo, Victoria: 95, 146. Ongania,JuanCarlos: 169,174,184, 193196, 202,212,214,216,223,228. Ongaro, Raimundo: 201,231. Orftla Reyna}, Arnaldo. 187. Ortega, Ram6n "Falito : 317,337. Ortega y Gasset, Jose: 108. Ortiz, Roberto M.: 97, 99, 103, 105, 108. Ossona,Jorge: 384. Quadros, Janio: 166. Quarracino, Antonio: 319. Quijano,Jazmi:n: 117,130,147. Quino,JoaqufnSalvadorlavado, llamado: 185. Quintana, Manuel J.: 40. Quiroga, Hugo: 365. Quir6s,Julieta: 385. Ramirez, Pedro Pablo: 109, 11 l, 113. Ramos, Jorge Abelardo: 190, 209. Este archivo fue descargado de https://filadd.com 435 Ramos Mejia, Jose Maria: 33, 34. Rawson, Arturo: 111. Reagan, Ronald: 262. Real,JuanJose: 146, Rega Molina, Horacio: 138. Remes Lenicov, Jorge: 354. Repetto, Nicolas: 81, 94. Reuternann, Carlos "Lole : 317, 356. Reyes, Cipriano: 125. Rico, Aldo: 283, 300. Rivadavia, Bernardino: 32, 190. Roca, Deodoro: 94. Roca,JuJio Argentino (hijo): 77, 88, 103, 104, 108. Roca, Julio Argentina (padre): 19, 39, 40, 130, 137,210,316. Rock, David: 47. Rod6, Jose Enrique: 34, 45, Rodngo, Celestino: 231,232,236. Rodriguez, Manuel A.; 80. Rodriguez Sa&, Adolfo: 349,356,357,390. Rodriguez Saa, Alberto: 390. Rofman, Alejandro: 15. Rojas, Isaac F.: 153, 158,307. Rojas, Ricardo: 33. Romero, Ana: 12. Romero, Jose Luis: 27, 136, 219. Romero Brest,Jorge: 185. Roosevelt, Franklin: 103. Rosa, Jose Maria: 190, 209. Rosas.Juan Manuel de: 78, 91, 107, 137, 158,190,210. Rouquie, Alain: 115. Rozenmacher, German: 188. Rucci,Jose: 234. Ruckauf, Carlos: 321. Ruiz GuifiazU, Enrique: 104. Runciman, Walter: 88. Saadi, Vicente: 276. Saavedra Lamas, Carlos: 82, 103. Sabato, Ernesto: 281 Sabato, Jorge F.: 23, 86. Sabattini, Amadeo: 93, 98, 115. Saenz Pefia, Roque: 17, 40, 41, 69. Samore, Antonio: 263. San Martfn,Jose de: 137. Sanchez Sorondo, Matias: 78. Santillan, Dario: 352, 353, 356. Santucho, Marlo: 242. Sanniento, Domingo Faustino: 13, 15, 31, 33, 137. Sartre,Jean-Paul: 190, Scalabrini Ortiz, Raul: 107, 108. Schoklender, Sergio: 377. Schvarzer, Jorge: 86, 245. Scioli, Daniel: 11,400, 405407. Sebreli,JuanJose: 212. Seineld-fn, Mohamed Ali: 300,303,318. Sidicaro, Ricardo: 11, 16. Sigal, Silvia: 133,189,209,235. Silvestri, Graciela: 325. Sojit, Luis Elias: 13Z Sola, Felipe: 393. Solano Lima, Vicente: 170,218,226. Sourrouille,Juan: 290,291. Spivacow; Boris: 187. Stalin, I6sif: 98, 104. Stolbizer, Margarita: 404. Suarez Mason, Carlos: 256. Subiza, Rom.all: 129. fndice general Ubaldini, Sal11: 259, 286, 317. Ugarte, Manuel: 45, 91. Ugarte, Marcelino: 42. Uriburu,Jose Felix: 71, 72, 74, 77-81, 83, 84, 93, 112. Urquiza, Justo Jose de: 137. Valle, Juan Jose: 157. Vandor,Augusto: 165,167, 172-174, 192, 212. Vasconcelos, Jose: 45. Velasco .Alvarado, Juan: 207. Ver6n, Eliseo: 133,209,235. Vidal, Maria Eugenia: 406. Videla, Jorge Rafael: 11, 236, 239, 244, 247, 256-258, 263, 363. Viguera, Anibal: l l. Villanueva, Javier: 63. Vrilas, David: 58. Viola, Roberto: 239, 248, 256-258, 261-263. Wilson, 1homas: 45. Pre':'Jacw a Ia cuarta edm· o.,n ....., ................................................... 9 Prefacw ................................................. 13 I. Yabr.in, A1fredo: 313,335. Yoma, Amira: 316. Yoma, Zulema: 315. Yrig:oyen, Hip6lito: 17, 18, 39, 41, 43-45, 48-52, 55, 58, 60, 61, 63-74, 77, 78, 8082, 84, 90,105,113,130,210,276,316. Zannini, Carlos: 405. 1916..................................................... 17 La construcci6n...................................................................................18 32 Tens:iones y transformaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . II. Los gobiernos radicales, 1916-1930.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Crisis social y nueva estabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . 43 46 La economia en un mundo triangular . . . . . . . Dillcil construcci6n de la democracia. La vuelta de Yrigoyen . . . . . . . . . . . . . . 58 64 72 III. La restauraci6n conseroadora, 1930-1943 . . 77 Regeneraci6n nacional o restauraci6n constitucional. 77 Intervenci6n y cierre econ6mico. . . 83 La presencia britani.ca . . . . . . . . . . . . 87 Un frente popular frustrado . . . . . 92 La guerra y el "frente nacional"........................................................100 IV. El gobierno de Per6n, 1943-1955........................................................111 I.a ernergencia .................................•.•............111 Taborda, Sall!: 94. Tamborini,Jose P.: 118. Taylor,Julie: 139. Teisaire, Alberto: 130, 147. Teran, Oscar: 189, 191. Thatcher, Margaret: 265. Timennan, Hfctor: 404. Tonazzi, Juan: 105, 106. Toranzo Montero, Carlos: 165, 167. Tormo, Antonio: 137. Tornquist, Ernesto: 26, 86. Torrado, Susana: 182. Torre,Juan Carlos: 114, 156,230,409. Torres, Camilo: 207. Torres,JuanJose: 207. Torrijos, Omar: 207. Tosco, Agustin: 203, 231. Trotski, Le6n: 190. Tse-Tung, Mao: 190,206. Tumini, Humberto: 362. LA DD .C Sala. Milagro: 385. Salamanca, Rene: 231. OM BREVE HISTORIA CONTEMPCIRANEA DE LA ARGENTINA FI 436 Mercado intemo y pleno empleo............................................... 119 El Estado peronista....................................................................125 Unconflicto cultural ........................................................................134 Este archivo fue descargado de https://filadd.com BREVE HISfORIA CONTEMPORl\NEA DE LA ARGENflNA Crisis y nueva polftica econ6mica...................................................140 Consolidaci6n deI autoritarismo......................................................144 La caida.............................................................................................148 l fNDICE GENERAL 439 ......321 ....332 Un pais transform.ado... OM 438 El fin del menemismo .. El empate, 1955-1966............................................ 153 Llbertadores y desarrollistas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I57 Crisis y nuevo intento constitucional...............................................168 La economia entre la modernizaci6n y la crisis..............................175 Las masas de clase media.................................................................180 La universidad y la renovaci6n cultural....... La politica y las limites de la modernizaci6n. VI. Dependencia o Uberacion, 1966-1976. El ensayo autoritario ....... La primavera de los pueblos...... Militares en retirada ............. Epilogo......... 1973: unbalance ............... La vuelta de Per6n .............. VII. El Proceso, 1976-1983........... . X. Crisis y recanstmcci6n, 1999-2005 .. El gobierno de la Alianza ....,..... Protesta, crisis y final de la Alianza... . El afto de la crisis ..................... LA DD .C V. ...185 ..189 ..195 .....195 ........202 ............ 213 .....220 .....226 La salida de la crisis .................. XI. Una aportunidad perdida, 2005-2015........................................... 367 La economia: la soja y las subsidios................................................368 ElEstadoylacaja......................................................................375 La sociedad: ganadores y perdedores...............................................379 La politica: las votos y el discurso.................................................386 Cristina va par todo.................................................................396 ............................409 Bibliografta . . . . . fndice de nombres . FI .....239 El Estado terrorista. . ........... 239 La economfa imaginaria: inflaci6n y especulaci6n.........................244 La economia real: destrucci6n y concentraci6n..............................249 Achicar el Estado y silenciar a la sodedad.......................................253 La guerra de Malvinas y la crisis del regimen militar.......................261 La vuelta a la democracia.................................................................267 VIIlElimpulsoysufreno,1983-1989................................................. 275 La ilusi6n democr.itica.........................................................................275 La corporaci6n militar y la sindical.................................................280 El Plan Austral, la inflact6n y la crisis del Estado..............................287 La apelaci6n a la dvilldad................................................................294 El fin de la ilusi6n................................................................................299 Lagran transjormaci6n, 1989-1999 ............... IX. Ajuste y reforma del Estado .................... ..339 ..339 . .344 .. 348 . ... 357 La jefatura ..................................... Este archivo fue descargado de https://filadd.com .................419 ................431 FI LA DD .C OM ...305 ..305 ..314 Este archivo fue descargado de https://filadd.com