8. El evangelio según san Juan. 8.1. Trasfondo histórico-religioso del cuarto evangelio. ORIOL, J., (2010). El Evangelio es Jesús: Pautas para una nueva comprensión del evangelio según Juan. Navarra. Verbo Divino. CARRILLO, A., (2010). El evangelio según San Juan. Navarra. Verbo Divino. RAMOS, F., (1971). Escritos de San Juan: Evangelios, cartas, apocalipsis. Madrid. PPC. MATEOS, J., & BARRETA, J., (1979). El Evangelio de Juan: Análisis lingüístico y comentario exegético. Madrid, Ediciones Cristiandad. BLANK, J., (1984). El Evangelio según san Juan. Tomo I. Barcelona. Herder. Aunque la redacción del EvJn se realizó a finales del siglo I, hay que situar la comunidad joánica, a la que está dirigido este evangelio, en la segunda mitad del siglo I. Este tiempo se caracteriza por la reciente destrucción del templo –año 70 a.C.– y la creciente hostilidad de los judíos a los cristianos. Esta hostilidad se debió al tema de las pretensiones divinas de Jesús, pues seguían siendo una amenaza para la fe mosaica. En esa búsqueda por restringir su influencia y crecimiento, los judíos acordaron expulsar a los cristianos de las sinagogas, hecho que probablemente tuvo un influjo notable en la puesta por escrito de la tradición joánica (cf. Oriol, pp. 36-38). Los pasajes de este Evangelio parecen haber sido redactados para fortalecer la fe de los judío-cristianos, «los ataques proceden del judaísmo y la defensa puede observarse en varias ocasiones» (Ramos, p. 19). De igual manera, su apertura al helenismo, habiendo pasado los conflictos entre los judeocristianos y los cristianos griegos venidos del paganismo, provocó una consciencia más clara del universalismo de salvación. El Evangelio ha brotado de diversas fuentes. Entre ellas está el A.T.1, la vida del judaísmo del siglo I2, los descubrimientos del Qumrá3 y la tradición cristiana primitiva. Asimismo, se cree que otras formas de pensamiento dentro del ambiente cultural del hagiógrafo pudieron influir en el motivo de redacción. Entre ellos está el pensamiento helenista, el cual estaba influenciado en su mayoría por el platonismo, el estoicismo y la literatura hermética; por otro lado, el gnosticismo estaba agarrando más terreno en el pensamiento de la época. Existía también en el ambiente cultural algunas herejías nacientes dentro del cristianismo, la que importa a este evangelio es la de la secta del Bautista, ya que “Los disciṕ ulos del Bautista habían supravalorado la persona de su Maestro” (Ramos, p. 20). Es por ello que el evangelista sitúa a Juan el Bautista en el lugar que le correspondía4, así como también hace afirmaciones que hacen pensar van directamente contra las ideas docetistas5 (cf. Carrillo, pp. 54-68). 1 El autor del Evangelio hace referencias al Antiguo Testamento, por ejemplo: 2,22; 5,39; 7,38.42; 10,35; 1,45; 5,46. Esto en conexión con la historia de la pasión, la idea del cumplimiento de la Escritura en los padecimientos y la muerte de Jesús: 13,18; 17,12; 19,24.28.36.37; 20,9 (cf. Blank, p. 43). 2 En su templo ocurren los enfrentamientos decisivos entre Jesús y los judíos: 2,13-20. También conoce las fiestas judías, la fiesta de pascua, la de los tabernáculos y la dedicación del templo: 2,13; 5,1; 6,4; 7,2; 11,55 y las prescripciones de pureza cultual: 18, 28 (cf. Blank, p. 45) 3 Por la cuestión del origen del dualismo joánico, luz/tinieblas, arriba/abajo, bien/mal (cf. Blank, p. 48) 4 Por ello en el texto Juan Bautista reconoce a Jesús y da testimonio de Él: 1, 15. 5 Como la que se hace en 1, 14: «Y la Palabra se hizo carne […]». 8.2. Estructura literaria y temática. ORIOL, J., (2010). El Evangelio es Jesús: Pautas para una nueva comprensión del evangelio según Juan. Navarra. Verbo Divino. CARRILLO, A., (2010). El evangelio según San Juan. Navarra. Verbo Divino. MATEOS, J., & BARRETA, J., (1979). El Evangelio de Juan: Análisis lingüístico y comentario exegético. Madrid, Ediciones Cristiandad. WIKENBAUSER, A., (1967). El evangelio según san Juan. Barcelona. Herder. LÓPEZ, R. & RICHARD, P., (2006). Evangelio y Apocalipsis de san Juan. Navarra. Verbo Divino. El Evangelio de san Juan es «una interpretación de su persona y obra, hecha por una comunidad a través de su experiencia de fe» (Mateos, 14). Incluso diría Oriol Tuñi: «Jesús habla como la comunidad joánica, no como Jesús de Nazaret» (31). No hay que considerarla como una narración puramente histórica, pues existen incongruencias en la sucesión lineal de los hechos, omisión de datos y falta de lógica narrativa. Es por ello que la coherencia de este Evangelio ha de buscarse en su estructuración teológica, es decir, en la unidad temática de su plan teológico (cf. Mateo, 13-15). El Evangelio presenta dos grandes partes: El libro de los signos (1,19–12,50), cuya función principal es mencionar los signos obrados por Jesús con el fin de suscitar la fe en sus discípulos y comunicarles la vida eterna; y el libro de la gloria (13,1–20,31), aquí la muerte de Jesús y su regreso al Padre son considerados esencialmente por el evangelista como una exaltación y glorificación. Estas partes están precedidas por un prólogo y seguidas por un epílogo (cf. Carillo, pp. 28-30). El evangelio está sembrado de figuras literarias propias de la mentalidad oriental. En el escrito podemos ver inclusiones semíticas (repetición de una idea al principio y al final de una unidad literaria), por ejemplo: Jesús, el Verbo hecho carne, que es Dios (1,1 y 20,28). De igual manera, encontramos “quiasmos” (que consiste en la correspondencia de versículos A-B-B’-A’ o A-B-C-B’-A’). Así mismo posee diálogos como vehículos de pensamiento y grandes discursos metafóricos de revelación para entregar su pensamiento. «El EvJn es una narración confesional sobre Jesús de Nazaret, […] su teología (= discurso sobre Dios) se halla supeditada a la cristología (discurso sobre el Cristo), pues con la historia de Jesús se re-plantea también quién es Dios, el manifestado por y en la carne de Jesús, su Palabra (Lógos) y su Hijo» (López, 33). Por ello, la temática central es el misterio de la persona de Jesús. La revelación que el eterno Hijo de Dios hace de sí mismo constituye la esencia del Evangelio. La idea central es mostrarle al lector, mediante el testimonio, lo que Jesús es, para suscitar la fe en Él, o hacer más profunda su fe en la divinidad mesiánica y de Hijo de Dios y, así, conseguir la vida eterna (cf. Wikenbauser, pp. 41-47). 8.3 Perspectiva doctrinal. Brown, E., (1999). El Evangelio según Juan I-XII. Madrid. Ediciones Cristiandad. CARRILLO, A., (2010). El evangelio según San Juan. Navarra. Verbo Divino. WIKENBAUSER, A., (1967). El evangelio según san Juan. Barcelona. Herder. LÓPEZ, R. & RICHARD, P., (2006). Evangelio y Apocalipsis de san Juan. Navarra. Verbo Divino. Perspectiva trinitaria: El evangelista ve a Jesús como el Verbo eternamente existente en Dios, él mismo es Dios. Concibe a la primera Persona divina como “Padre” y “el Padre de Jesús” y lo ve íntimamente vinculado con el Espíritu Santo, principio de purificación pues lo enviará a sus discípulos (cf. Carrillo, 30-43). Perspectiva cristológica: Jesús es el enviado del Padre, que no sólo pronuncia sus palabras, sino que Él es la Palabra, y sus señales (milagros) lo acreditan. Acogerlo es creer en Dios y, con ello, la vida eterna. Por otro lado, en el Evangelio Jesús se designa el “Hijo del Hombre” para significar que es el revelador de los misterios celestes y juez escatológico, cuya necesaria glorificación será por medio de la cruz. Jesús es visto también como el Mesías. Desde el inicio del Evangelio se pregunta por la identidad mesiánica, y que, por Juan, el Bautista, se conoce que es Jesús (cf. López, 37; cf. Carrillo, 30-43). Perspectiva escatológica: Ve a Jesús como el nuevo “lugar” donde habita la presencia divina, así como también el nuevo hombre, el nuevo Adán. Es quien desea que todos los hombres no sólo se salven y alcancen la vida eterna (universalismo de salvación), sino que sean colaboradores de esa misión salvífica. Por otro lado, la doctrina sacramental eucarística está presente (cf. Carrillo, 30-43). Perspectiva eclesiológica: No porque no aparezca el término ekklesia significa que no posee eclesiología alguna. Este evangelio nos traza una comunidad de discípulos en torno a la persona de Jesús, que siguen sus mandamientos, y cuyo fruto es el amor mutuo. Una comunidad estructurada (pastores y ovejas) a la cual todos están llamados, y cuya permanencia en Cristo, por medio de la oración, les dará la fecundidad espiritual necesaria para participar en esa misión salvífica (cf. López, 38; cf. Brown, 141; cf. Carrillo, 30-43). Perspectiva sacramental: La Eucaristía, el Pan de Vida, carne y sangre del Hijo del Hombre (cf. Carrillo, 30-43). Perspectiva mariológica: María, madre de Jesús, madre de los creyentes (cf. Carrillo, 3043). Carácter teológico: En vez de usar “Reino de Dios”, usa “vida/vida eterna” como fórmula para anunciar la salvación. El término “Hijo del Hombre” significa que es el enviado de Dios a la tierra. La controversia no gira en torno al cumplimiento de la ley, sino en la fe y la incredulidad. La conducta moral la resume en el amor fraterno. Los milagros no son por compasión y misericordia hacia los hombres, sino para revelar su poder y majestad. En Juan los hombres no se dividen en pecadores y justos, sino en creyentes y no creyentes (cf. Wikenbauser, 39-43).