Hola, me gustó la lectura sobre el cuchillo, siempre vuelvo a las mismas ideas, creo que están en la literatura gauchesca como el género que las forma y sus continuaciones en Güiraldes, Lugones, Borges, los Lamborghini, Rozenmacher, Walsh y otros. La figura de Rosas cubre el período de la gauchesca como poesía de partido. Luego, Perón es la figura que se instaura en la historia de las vueltas y retornos abiertas por el Martín Fierro: la del uso del género para producir literatura en otros géneros. El Matadero es crucial por sus reescrituras a la inversa y también lo es La Relafosa, los tópicos "reventar de ira" y "ahí comienza su aflición" creo que marcan a fuego todos los "enconos, miedos y disponibilidades" (cita de Rama) para los que se creó la gauchesca, ir a la guerra, predisponer los ánimos. Es impresionante entender que los escritores argentinos del XIX no conciben una separación entre literatura y política: Sarmiento, Mansilla, Echeverría (no publica El matadero), Mármol no vuelve a escribir después de la caída de Rosas. Los primeros deslindes entre el campo literario y el político se producen en 1880, cuando la política comienza a autonomizarse, no así la literatura, que inicia su proceso de autonomización a principios del siglo XX con la profesionalización del escritor como empleado a sueldo en los diarios, inmigración mediante y suicidios. Después la literatura y la política se desprenden más o menos. A propósito de la lectura de los monstruos, me acordé de "La fiesta del monstruo" que escribieron Borges y Bioy y circuló como hoja suelta por Montevideo en 1947 o El Fiord, que es otra vez la aflicción de la tortura y la desaparición, o los gauchos de pelo largo de los 70 detenidos por averiguación de antecedentes, lo mismo que denuncia Hernández en el Martín Fierro con la ley de levas, que por cierto De La Sota implementó en Córdoba. No estoy de acuerdo con quienes defenestran a Borges o a su literatura (en estas simplificaciones viene a ser lo mismo Borges que su literatura) con anécdotas traídas de los pelos, cosa que veo a menudo hoy día en cartelitos de facebook, habría que leerlo a Viñas, y ver cuál es el papel que le tocó desempeñar durante las dictaduras, su éxito y la confesión forzada: “soy conservador” en el prólogo a El Informe de Brodie (1971), en el que se lee a gritos que al fin encontró la voz de su personaje. Borges tuvo que ser la gran cultura propiedad de una clase y el personaje que iba de conferencia en conferencia por todo el mundo con el mandato de mostrar que Argentina no era una república bananera, junto con el premio Nobel de medicina Bernardo Alberto Houssay. El lamento o el desafío vendrían a ser los tonos de este género y sus proyecciones, y el desafío usa cuchillo. Y jodiendo con el cuchillo, me acuerdo ahora de otra inscripción en la gauchesca, yo la leo así, de Charly García, una canción que se llama Cuchillos: "hoy tal como ayer /desaparecer /es como sonreír /esa navaja gris /me cortó la voz /se hizo cuchillo al fin".