', \ COMPENDIO DE PSICOLOGIA FREUOIANA BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO 3 - W . Hollitscher: Introducci6n al psicoanálisis. 4 - F. Künkel I y R. E. Díckerson: La formaci6n del carácter. 5 - J. Rumney y J. Maier : Sociología. La ciencia de la sociedad. 7 - E , Fromm: El miedo a la libertad. 10 - E. Fromrn: El arte de H - 13 _ 14 lü _ 17 ,Hi _ 20 - 21 22 23 - amar. ) V. Klein: El carácter femenino . B. Malinowskí: Estu dios de psicología pri'm it iL'a , . d e1 1I Ana./.IS'S B. R usse: espíritu. L, Klages: Los [utulu mentos de la I'arlll'terologíu, E. Jones v otros : !'io. ciedad, cultura y psi . cOlm:ílisis de hoy. F. Alexander y otros: Seurosis, sexualidad y psicoanálisis de hoy. F . Dunbar v otros : Medicina psicosonuitica y psicoanálisis de hoy, P. Schilder y ot ros; Psiquiatría y psicoemálisis de hoy, \V . McDougall: I ntroducción a la psicología. G. Palmade: l.a ca· racter%gía. 24 - M. Reuchlin: Historia de la psicología. 25 - G. Viaud: La inteligencia. 26 - D. Lagache: El psicoanálisis, 27 - M. Mégret: La guerra psicológica. 28 - H. Baruk: Las terapéuticas psiquiátricas, 29 - P. Chauchard: La dicinll psicm'01náticu, 30 - P. Píchot: Lo« tests mentales. " me- ;31 - [. Maisonneuve: Psicologíu social. 32 - J. C. Ftlloux: Psicologuía de los animales. 33 - G. Palmade: La psi. cat écnica. 31 - R. Binois: La psic% gil' aplicada. 36 - M. Abeloos: El creci miento. :37 - P. Chauchard: La quí o mica del cerebro. 3S - .l. Delay: La psicofisiología humana. 39 - 1', Chauchard: La muerte. 40 - ~I. Merleau·Pontv; El oio y el espíritu.' 41- P. Chauchard: Fisiolo gía de la conciencia. 42 - E. Baumgardt: Las sensaciones en el ani· mal , 43 - F. Grégoire: El más al/á . 44 - P. Chauchard: El ce rebro humelflo. ( Si.,gIl/! en la págiHa 139 )' VOLUMEN 106 ( CAL VIN S. HALL COMPENDIO DE PSICOLOGIA FREUDIANA EDITORIAL PAIDóS BUENOS AIRES "I I I T ítulo del origina} inglés A PRIMER OF FREUDIAN PSYCHOLOGY TH~J Publicado por W OR LD PUBLISHI NG COMPANY Clevela n d y New York "' 1 Traducdón castellana de 1fARTA 1fERCADER 11fPRESO EN LA ARGENTINA (PRINTED IN ARGENTINA) Queda hecho el dep ósito q ue previene la Ley N Q 11.72 3 8l!- edición, 1918 © Copyrigh t d e tod as las ed iciones e n ca stella n u by EDI TO RIA L PAIDOS s, A. l. C. F . Dc tensa 599 . r .'·'· p iso Bu enos Aires .,I -, INDICE PÁG. PRÓLOGO . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. .. .. . . . 9 CAPÍTULO 1- . 13 . . . 13 16 CAPÍTULO 11 -LA ORGANIZACIÓN DE LA PERSONALIDAD I. El ello ~ ~ 11. El yo . 111. El superyó '. . 25 25 31 35 III - LA DINÁMICA DE LA PERSONALIDAD •• • • ' pSlqulca , . I. Energla . . . . . .. . .. . . . .. . . . . .. .. .. . . . • JI., Instinto .. • ... .. . ... ... . .. . . .... .... ...... .. . III. Distribución de la energía psíquica . IV. Catexias y contracatexias . V. Conciencia e inconsciente . VI . Los' instintos ' . VII. Angustia ' . VIII. Resumen .. .. . ... ... . . .. . . ... .. .. .. . . .. . .• . ,. 41 41 42 44 I SIGMUND FREUD (1856-1939) I. La herencia científica de Freud 11. Creación de la psicología dinámica III. ¿Qué fue Freud? ~ C APiTULO 20 56 61 65 69 79 81 IV - EL D ESARROLLO DE LA PERSONALIDAD • Identificación . 83 88 Desplazamiento y sublim ación . Mecanismos de defensa del yo .. • .... .. . . .. . . . .. 95 Transformaciones de los instintos ' . 110 El desarrollo del instinto sexual . , 116 , Resumen . 128 CAPiTULO 1. 11. 111. IV. V. VI. ' C APÍT ULO V- LA PERSONALIDAD ESTABILIZADA • •', . •• . 130 • Este libro está dedicado 'a mis discípulos, .que me ayudaron a escribirlo, y, a la memoria de 5igmllnd Fl'etld qlle proporciono las ideas. • 1 " PRóLOGO • .. i razones que me impulsaron a escribir este compendio fueron presentar de manera tan clara, breve jY sistemática como fuera posible las teorías psicológicas formuladas por Sigmund Freud, Varios escritores han resumido las contribuciones freudianas en el campo de la psicología anormal, de la piscopatología, de la psicoterapia y de la psiquiatría, pero no se ha presentado en forma sistemática y comprensiva la obra de Freud como teórico de la psicología general. Opino, al igual que un número cada vez mayor de colegas psicólogos, que el papel principal de Freud en la historia intelectual y científica es el de teórico de la:'-psi~ cología. Freud consideraba el psicoanálisis sobre todo como un sistema de psicología y no meramente como una rama de la psicología anormal o de la psiquiatría. Quería que se le recordara e identificara ante todo como psicólogo. Mi finalidad, pues, al resumir la psicología de Sigmund Fr éud, es rescatarlo del reino de. las perturbaciones menta- / les y colocarlo en su lugar legítimo dentro del dominio de la psicología normal. Al enunciar mi propósito de esta manera, no pretendo menospreciar las considerables contribuciones de Freud a la. psiquiatría, las cuales, por sí solas, le asegurarían un lugar en la historia. Sin embargo, creo que si se deja a Freud en manos exclusivas ' de una rama de la medicina, no sólo serán relegadas sus teorías fundamentales a una posición subordinada, sino LAS . i " , 10 e A LVI N S. H A L L que también la psicología saldrá perdiendo al pasar pof alto a una de sus más grandes mentalidades creadoras. Este manual es puramente expositivo. No he tratado de valorar o criticar las teorías de Freud o examinarlas comparándolas con otras teorías, porque creo que se debe comprender cabalmente algo para que la crítica tenga algún valor. Es fácil sentirse desalentado ante la abundancia de críticas basadas en comprensiones incompletas. Parece que Freud ha sufrido más, en ' este aspecto, que cualquier otro pensador ' de nuestra época. Se han tergiversado y deformado tanto sus teorías que al lector desprevenido le resulta casi imposible separar los hechos de las falsificaciones. Exponer la psicología de Freud no es fácil. Sus ideas están esparcidas a través de toda su obra, escrita desde comienzos de 1890 hasta los últimos años de la década del 30, y hay que leer todo lo que escribió para asegurarse de que no se omite ningún punto esencial. Además tuve que abocarme a la tarea de decidir respecto a las opiniones definitivas de Freud sobre varios puntos teóricos, ya que no creo que este libro deba ser una narración histórica de las ideas freudianas. Freud revisaba, modificaba y expandía continuamente sus teorías. Deseché muchas de sus opiniones de los primeros años y expuse en otras palabras muchas otras. Al tomar estas decisiones traté de utilizar todos los testimonios disponibles y mi propio juicio. Sin duda alguna , debe haber errores de apreciación. Es posible que haya "leído" en Freud lo que yo quería encontrar en él, pero he tratado de evitar tal error al recordar constantemente la posibilidad de incurrir en él, Cuando creí que podía estar interpretando en Freud algo que él no había dicho, volví a releer sus escritos para confirmar el punto de vista. Espero que el resultado sea objetivo . Al escribir este libro utilicé sólo las fuentes originales, es decir, las obras publicadas por Freud. Creí que mejor J. . COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 11 sería atenerme a lo que el mismo Freud había dicho en vez de depender de fuentes secundarias. Cualquier lector puede ir a las fuentes, recurriendo a la bibliografía que figura al final de cada capítulo, y también leyendo las obras completas de Freud. Este libro ha sido escrito tanto para el lector corriente como para los estudiantes de psicología. Las meditadas y prácticas sugerencias de mis alumnos, que leyeron el libro en' su manuscrito original, me han sido muy útiles. Me ayudaron a expresarme de manera más comprensible para el lector general cuyo conocimiento psicológico puede ser limitado. He tratado de expresar mi aprecio dedicándoles este libro a esos estudiantes. 1. CAL VIN S. HALL Departamento de Psicología. Western Reserve University . • ., CAPÍTULO I SIGMUND FREUD (1856-1939) 1. ' ,i ,, ¡ ;, , LA HERENCIA CIENTIFlCA DE FREUD Aunque Sigmund Freud nació en Freiberg, Moravia, y murió en Londres, pertenece a Viena, en donde vivió casi ochenta años. Si los nazis no hubieran ocupado Austria en 1937, obligándole a buscar refugio en Inglaterra, toda su vida, excepto los tres primeros añds, ' habría transcurrido en la capital austríaca. La larga vida de Freud, de 1856 a 19-39, abarca uno de los períodos más fecundos de la historia de la ciencia. El mismo año en que su familia llevaba al niñito de tres años a Viena se publicó el Origen de las especies de Darwin, libro que estaba destinado a revolucionar la concepción del hombre sobre el hombre. Antes de Darwin el hombre se ~paraba a sí mismo del resto del reino animal por poseer un alma. La doctrina evolucionista convirtió al hombre en parte de la naturaleza, en un animal más entre los animales. La aceptación de esa opinión radical significó que podía enfocarse el estudio del hombre según planteas naturalistas.• El hombre se convirtió en objeto de estudio científico,- no diferente, salvo por su complejidad, de las demás formas de vida. Al año siguiente de la publicación del Origen de las especies, cuando Freud contaba cuatro años de edad, Gustav Fechner fundó la ciencia de la psicología. Este gran, hombre de ciencias filósofo alemán del siglo XIX demos- (' -- '/ 14 o // // ! I 1 e A LVI N S. H A L L tró en 1860 que la mente podía estudiarse científicamente y medirse cuantitativamente. A partir de' entonces la psicología ocupó su lugar entre las ciencias naturales. Esos dos hombres, Da rwin y Fechner, ejercieron una tremenda influencia en el desarrollo intelectual de Freud, lo mismo que en el de muchos otros jóvenes de esa época. El interés por las ciencias biológicas y la psicología , floreció durante la segunda mitad de! siglo XIX. Louis Pasteur y Robert Koch, en virtud de su obra fundamental sobre la teoría microbiana de las enfermedades, establecieron la ciencia de la bacteriología; y Gregor Mendel, con sus investigaciones en los cultivos de guisantes, fundó la moderna genética. Las ciencias de la vida -irrumpían con violencia creadora. Los nuevos descubrimientos de la física influyeron también profundamente en Freud . A mediados de siglo el gran físico alemán Hermann van Helmholtz formuló el principio de la conservación de la energía. Ese principio afirmaba que, al igual que la masa, también la energía es cantidad, y que puede trasformarse pero no ser destruida. Cuando ·la energía desaparece de una parte de un sistema tiene que aparecer en otra parte del mismo. Por ejemplo, cuando un objeto se enfría otro objeto adyacente se calienta. El estudio de los cambios de energía en un sistema físico llevaron de un trascendental descubrimiento a otro en el campo de la dinámica. Los cincuenta años trascurridos entre la afirmación de Helmholtz sobre la conservación de la energía y la teoría de la relatividad de Albert Einstein fueron la época de la energía. La termodinámica, el campo electromagnético, la radiactividad, el electrón, la teoría de los cuantos, son algunos de los resultados de ese vital medio siglo. Hombres como James Ma:xwell, " Heinrich Hertz, Max Planck, Sir Joseph Thomson, Marie y Pierre Curie, James Joule, Lord Ke!vin, Josiah Gibbs, Rudolph Clausius, Dmitri Mendeleyeev -para nombrar J, -, ~ , \ COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 15 , , sólo a unos pocos de los titanes de la física modernaestaban literalmente cambiando el mundo can sus descubrimientos de los secretos de la energía. La mayoría de las invenciones que ahorran trabajo y hacen nuestras vidas mucho más fá ciles hoy, surgieron del gran cuerno de abundancia de la fí sica decimonónica . Todavía estamos cosechando los beneficios de esa edad de oro, como 10 atestiguara la nueva ~ra atómica. " Pero la edad de la energía y de la dinámica' hizo algo más que proporcionar al hombre artefactos eléctricos, tele'visión, automóviles, aeroplanos y bombas atómicas y de hidrógeno; también le suministró una nueva concepción del hombre. Darwin concibió al hombre como animal. Fechner demostró que la mente humana no escapaba a la ciencia sino que podía ser llevada al laboratorio para que se la midiera con precisión. La nueva física, empero, posibilitó una visión aún más radical del hombre: pudo concebirse que el hombre es un sistema de energía y que obedece a las mismas leyes físicas que regulan la burbuja de jabón y el movimiento de los planetas. Como joven hombre de ciencia dedicado a la investígación biológica durante e! último cuarto de! siglo XIX, Freud no pudo menos que sentir la influencia de las nue-: , vas corrientes. La energía y la dinámica introducíanse en todo laboratorio y penetraban en la mente de 'los cien, tíficos. Freud tuvo la buena suerte, como estudiante de medicina, de ser alumno de Ernst Brücke, a la sazón Director del Laboratorio de Fisiología de la Universidad de Viena y uno de los más grandes fisiólogos del siglo. Su libro Lecciones de [isiologi«, publicado en 1874, un año después de que Freud ingresara a la escuela de medicina, exponía la radical opinión de que el organismo vivo es un sistema dinámico al ' que se aplican las leyes de la ,química y la física. Freud admiraba mucho a Brücke y pronto aceptó la doctrina de esa nueva fisiología dinámica. Gracias a 'su genio singular, Freud habría de descubrir, / / / 16 r / 1 , e A LVI N S. H A L L veinte años después, que podía aplicarse la ley de la . din ámica tanto a la personalidad del hombre como a su aspecto corporal. Una vez hecho ese descubrimiento, Freud procedió a crear la psicología dinámica, que estudia las transformaciones e intercambios de energía dentro de la . personalidad. Esta fu e no sólo la gran hazaña de Freud, sino también una de las más impor tantes de la ciencia moderna. Por cierto, trátase del acontecimiento fund amen tal de la historia de la psicología. rr. I 1 CREACIÓN DE LA PSICOLOGIA DINAMICA Aunque Freud estudió medi cina y recibió su diploma de la Universidad de Viena en 1881, nunca tuvo la in-o tención de trabajar como médico. Quería ser un hombre' de ciencia. En pos de esa meta, ingresó a la Facultad de Medicina . de la Universidad de Viena en 1873, a los diecisiete años de edad, y emprendió su primer trabajo de investigación original en 1876. En esa investigación inicial trató de encontrar los recónditos testículos de la anguila, y logró hacerlo. Durante los quince años siguientes dedicóse a investigar el sistema nervioso, aunque no de manera exclusiva, porque la remuneración económica de la investigación científica no era suficiente para mantener a una e3posa, seis hijos y varios parientes. Además, el antisemitismo que prevalecía en V iena durante ese período impidió que Freud recibiera ascensos universitarios. En consecuencia, muy en contra de sus deseos y siguiendo el consejo de Brücke, se vio obligado a practicar la medicina. A pesar de ello, encontró tiempo para la investigación neu. .rológica, y luego de . pocos años había ya adquirido excelente reputación comd joven y prometedor hombre de . crencra. •1 COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA l. " ~! .j , { 17 En cierta manera, fue una suerte que Freud se viera obligado a trabajar como médico. Si sólo hubiera sido un investigador de la medicina, tal vez nunca habría creado una psicología dinámica. El contacto con los pacientes le sirvió de estímulo para pensar en términos psicológicos. Cuando Freud comenzó a practicar medicina fue natural, en vista de sus conocimientos científicos, que se especializara en el tratamiento de las perturbaciones nerviosas, rama de la medicina que se encontraba en un estado muy atrasado. No se podía hacer gran cosa por las personas que sufrían aberraciones mentales. jean Charcot, en Fran- " cia, solía alcanzar algunos éxitos mediante la hipnosis, particularmente en el tratamiento de la histeria. Freud , pasó un año en París (1885-1886) aprendiendo el método de Charcot. Sin embargo, no quedó satisfecho con la hipnosis, porque pensó que sus efectos eran sólo temporarios y no llegaban al fondo del problema. De otro médico vienés, joseph Breuer, aprendió los beneficios que se podían derivar de la forma de terapia catártica o de "quitarse de encima los problemas relatándolos". El paciente hablaba mientras el médico escuchaba. Aunque más tarde Freud desarrollaría nuevas y mejoradas técnicas terapéuticas, el método de "relatar" o de libre asociación le proporcionó un gran conocimiento de las causas subyacentes del comportamiento anormal. Con verdadera curiosidad y celo científicos, comenzó a sondar cada vez más hondo en la mente de sus pacientes. Su exploración reveló fuerzas dinámicas responsables de la creación de los síntomas anormales qqe él tenía que tratar. Gradualmente comenzó a bosquejarse en la mente de Freud la idea de que la mayoría de esas fuerzas eran in. conscientes. Este fue el punto culminante en la vida científica de Freud. Dejando de lado la fisiología y la neurología, se - trasformó en investigador de la psicología. La habitación en que trataba a sus pacientes se convirtió en su labora- 18 I X; I I ( e A L:Y 1 N S. H A L L torio, e! diván en la única pieza de su equipo, y las divagaciones de sus pacientes en datos científicos. Agréguese a ello la inquieta y penetrante mente de Freud, y se han nombrado todos los ingredientes que intervinieron en la creación de la psicología dinámica. En la última década de! siglo pasado. con su característico rigor Freud comenzó un intenso análisis de sus propias fuerzas inconscientes, para verificar e! material proporcionado por sus pacientes. Al analizar sus sueños y al decirse todo 10 que se le ocurría, pudo ver e! funcionamiento de su propia dinámica interna. Sobre la base del conocimiento adquirido en sus pacientes y en él mismo, comenzó a echar los cimientos de una teoría de la personalidad. La evolución de 'esta teoría ocupó sus esfuerzo, más creadores durante el resto de su vida . Más tarde escribiría: "Mi vida se ha dedicado a una sola meta: inferir o adivinar cómo está construido e! aparato mental y qué fuerzas interaccionan y se contrarrestan en él." ' Durante es~ última década escribió La interpretacián de los sueños, que sin embargo no fue publicada hasta 1900 . Era un auspicioso comienzo de la nueva centuria . Este libro, ahora considerado una de las obras más importantes de los tiempos modernos, es, más que un libro sobre los sueños, un libro sobre la' dinámica de la mente humana. El último capítulo, en particular, contiene la teoría freudiana de la mente. Pocos legos leyeron el libro cuando apareció, y los círculos médicos y científicos lo ignoraron. Ocho años fueron necesarios para vender la primera edición de seiscientos ejemplares. Pero tal fracaso inicial no desanimó a su autor . Con la confianza de! hombre que sabe que está en la buena senda, continuó explorando la mente hu mana mediante el método \,le! psicoanálisis. Al mismo tiempo que ayudaba a sus pacientes a superar sus dificultades, éstas le ayudaban a aumentar su conocimiento de las fuerzas inconscientes. " COM,PENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA . , .",. ) 19 A pesar de la pobre acogida tributada a La interpretación de los sueños, la pluma de Freud produjo una serie de brillantes libros y artículos durante los diez años siguientes. En 1904 publicó Psicopatología de la vida cotidiana, que presentaba la tesis de que los lapsus linguae: errores, accidentes y memoria imperfecta obedecen todos a motivos inconscientes. Al año siguiente aparecieron tres nuevas obras significativas. Una de ellas, La histeria,' daba un detallado informe de! método freudiano para rastrear las causas psicológicas de las perturbaciones mentales. Una teoría sexual exponía las opiniones de Freud sobre el desarrollo del instinto sexual. Muchos autores consideran que ésta es su obra maestra, exclusión hecha de La interpretación de los sueños. Se esté de acuerdo o no COn esa apreciación -y el autor de este libro no lo está- Una teoría sexual cimentó la injustificada reputación de Freud como pansexualista. El tercer volumen, El chiste y Sil relación con el inconsciente, demostraba cómo las bromas que dice la gente son producto de mecanismos inconscientes. Aunque Freud trabajó aislado del resto del mundo científico y médico durante varios años, sus escritos y el éxito del método psicoanalítico despertaron la atención de un reducido número de personas. Entre ellas se encontraban Carl Gustav Jung y Alfred Adler, quienes más tarde se alejarían del psicoanálisis para desarrollar escuelas rivales. Pero antes de la primera guerra mundial ambos fueron importantes discípulos de Freud y contribuyeron a establecer el psicoanálisis como movimiento internacional. En 1909 Freud recibió el primer reconocimiento académico, al ser invitado a hablar en el vigésimo aniversario de la fundación de la Clark University, en Worcester, Massachusetts. Stanley Hall, presidente de la Clark University, distinguido psicólogo, reconoció la importan. cia de la contribución freudiana a la psicología y le ayudó a difundir sus opiniones en los Estados Unidos. La obra de Freud fue difundiéndose cada vez más, y \ / \ J 20 e A LVI N S. H A L L después de la primera guerra mundial su nombre era ya conocido por millones de personas en todo el mundo. la influencia del psicoanálisis era evidente en todos los aspectos de la vida. Lit literatura, el arte, la religión, las costumbres sociales, la moral, la ética, la educación, las ciencias sociales, en todas se dejaba sentir el impacto de la psicología freudiana. Se consideraba de buen tono psi. coanalizarse y utilizar en la conversación palabras como subconsciente, impulsos reprimidos, inhibiciones, complejos y fijaciones. Gran parte del interés popular por el psicoanálisis debióse a su vinculación con lo sexual. Freud continuó escribiendo toda su vida. Casi no pasó un año sin que publicara por lo menos un libro o artículo importante. Freud fue un maestro de la prosa. Se expresaba con una facilidad y corrección sin par entre los escritores científicos. Sin hacer concesiones al lector, podía trasmitir sus ideas de modo vívido, interesante y lúcido. - Freud nunca creyó haber terminado su obra. A medida que recogía nuevos testimonios de sus pacientes' y colegas, ampliaba ' y revisaba sus teorías fundamentales. En la década de 1920, por ejemplo, cuando tenía setenta años, modificó completamente varias de sus opiniones fundamentales. Corrigió su teoría de la motivación, invirtió por entero su teoría de la angustia e instituyó un nuevo modelo de personalidad basado en el ello, el yo y el Juperyó. Rara vez cabe encontrar tal flexibilidad en un septuagenario. la resistencia al cambio es característica de la gente vieja. Pero Freud no puede ser juzgado según las normas comunes. Aprendió muy pronto la lección "de que la conformidad científica significa el embotamiento intelectual. III.¿QUfi FUE FREUD? ¿Qué fue Freud? Por su profesión era médico. Trataba a los enfermos mediante métodos por él mismo inventa. ,» , COMPENDIO DE PSICOLOGÍA · FREUDIANA 21 dos. Hoy sería llamado psiquiatra. La psiquiatría es una rama de la medicina que trata las enfermedades y las anormalidades mentales . Freud fue uno de los fundadores de la psiquiatría moderna. Aunque tenía que ganarse la vida practicando la medicina, Freud no había elegido ser médico. En 1927 confesó: "Después de cuarenta y un años de actividad médica, mi autoconocimiento me dice que nunca he sido médico en el sentido correcto. Me hice médico al verme obligado a desviarme de mi propósito original:" ¿Cuál había sido su propósito original? Entender algunos de los misterios de la naturaleza y contribuir un poco a su solución. "Los medios más prometedores de conseguir tales resultados parecían ser ingresar a la facultad de medicina; pero incluso entonces experimenté -sin, éxito- en el campo de la ·zoología y de la química, hasta que por fin, bajo la influencia de Brücke, que pesó sobre mí más que ninguna otra en toda mi vida, me dediqué a la fisiología, aunque en esos días estaba demasiado restringida a la histología." Según sus preferencias, Freud era un hombre de ciencia. Cuando joven estudiante de medicina y más tarde en . varios hospitales, investigó ciertos fenómenos fisiológicos. Aprendió a recoger datos por medio de la observación cuidadosa, a relacionar sus hallazgos, a llegar a conclusiones ya, verificar sus inferencias mediante nuevas ob- . servacíones. Aunque Freud no hizo ningún descubrimientos sobresaliente como fisiólogo, sus primeras experiencias en el laboratorio constituyeron una excelente disciplina en el método científico, y le enseñaron cómo llegar a ser hombre de ciencia. En la década de 1890 Freud descubrió qué clase de científico quería ser. En una carta a un amigo escribió: "Es la psicología la meta que me ha estado atrayendo e A LVI N 22 desde lejos." Durante el resto de su vida, es decir, unos cuarenta años más, Freud fue psicólogo. ¿Cuál es la relación de la psicología con el psicoanálisis? El mismo Freud contestó a esta pregunta en 1927: "El psicoanálisis es parte de la psicología; no de la psicología médica en el sentido antiguo, ni de la psicología de los procesos morbosos, sino simplemente de la psicología. No es por cierto toda la psicología, pero es su subestructura y quizás su base completa." Aquí Freud habla del psicoanálisis corno de una teoría de la personalidad. Pero también existe otra faceta del psicoanálisis. El psicoanálisis es también un método de psicoterapia. Es una técnica para el tratamiento de gente con perturbaciones emocionales. Para Freud, los aspectos terapéuticos del psicoanálisis venían después de los aspectos científicos y teóricos . No quería que la terapia se tragara a la ciencia. Es prudente, por lo tanto, distinguir, como lo hemos hecho en este libro, entre la psicología freudiana como sistema teórico de psicología, y el psicoaná lisis como método psicoterapéutico. Freud fue, a la vez, médico, psiquiatra, científico y psicólogo. Y también fue algo más. Fue fi lósofo. Lo vislumbramos en una carta que escribió a un amigo ' en 1896. "De joven no ansiaba nada más que el conocimiento filosófico, y ahora estoy en camino de satisfacer ese anhelo al pasar de la medicina a la psicología." No era inusual que los hombres de. ciencia del siglo XIX se sintieran atraídos por la filosofía. En realidad pa· ra muchos de ellos la ciencia era filosofía. ¿Acaso ésta no significa "amor al conocimiento"? ¿Y qué mejor rnanera de demostrar nuestro amor al conocimiento que dedicándonos a la ciencia? Eso era en sustancia lo que Goethe decía a todo intelectual alemán. Goethe fue la voz más influyente en el pensamiento del siglo XIX y el ídolo de Alemania, y Freud no permaneció inmune a su influencia. Por cierto, se decidió a elegir una carrera científica o o S. H A L L COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 23 después de conocer un inspirado ensayo de Goethe sobre la naturaleza. Los intereses filosóficos de Freud no fueron los de un filósofo profesional o académico: Su filosofía era social y humanitaria. Adoptó la forma de una filosofía de la vida. Los alemanes tienen una palabra especial para ella; la llaman 'W eltanschauung, que qu iere decir "concepción del mundo" . Freud sostenía una filosofía de la vida basada en la ciencia en lugar de la metafísica o la religión . Creía que una aut éntica y valedera filosofía de la vida tenía que basarse sobre el conocimiento verdadéro de la naturaleza hUlllana, conocimiento que sólo podía alcanzarse mediante la investigaci ón y el estudio científicos. Freud no creía que el psicoanál isis estu vie ra desti nado a desarrollar un a nueva concepció n del mu ndo. Sólo era necesario para extender la concepción científica del mundo al estudio del hombre. La propia filosofí a de la vida de Freud puede ser resumida en una frase: "El conocimiento mediante la ciencia." El íntimo conocimiento qu e de la naturaleza humana tenía Freud lo hizo a la vez pesimista y crí tico. No tenía una opinión muy elevada de la mayoría de la humanidad. Sentía que las fue rzas irracionales de la naturaleza humana son tan fuertes que las fu erzas racionales tienen escasas pos ibilid ades de éxito. Una peq ueña minoría podrá vivir una vida razonable, pero la mayoría de los hombres se sienten cómodos vivi endo con sus engaños y supersticiones en lugar de la verdad. Freud había visto a demasiados pacientes lu chando denodadamente por conservar. sus errores, como para tener g ran fe en el poder de la lógica y .la razón. Los hombres se resisten a conocer la verdad sobre sí mismos. Este punto de vista pesimista lo desarrolla en El porvenir de una ilusión, aunque también es el fundamento de mu chos otros de sus escritos. Freud fu e asimismo un crítico social. Creía que la sociedad, creada por los hombres, reflej a en alto grado la e A LVI N 24 S. H A L L irracionalidad humana. En consecuencia, cada nueva.generación se corrompe al nacer en una sociedad irracional. La influencia del hombre en la sociedad y de la sociedad en el hombre es un círculo vicioso del que sólo unas pocas almas intrépidas pueden liberarse. Freud creía que la situación podía mejorar si en la crianza y educación de los niños se aplicaran principios psicológicos. Eso significa, naturalmente, que los padres y los maestros deberían ser objeto de una reeducación psicológica para poder ser agentes eficaces de la razón y la verdad. Freud no minimizó la inmensidad de esa tarea, pero no supo de otro método mejor para crear una sociedad mejor con mejores personas. Las críticas sociales de Freud se encuentran en su libro El malestar en la cultura. ¿Qué fue, entonces Freud? Médico, psiquiatra, psicoanalista, psicólogo, filósofo y crítico: todas esas fueron sus vocaciones. Sin embargo, ya se las tome separadas o juntas, en realidad no transmiten toda la importancia de Freud para el mundo. Aunque la palabra "genio" se use de manera indiscriminada para describir a muchas personas, no existe otra que tan bien convenga a Freud. Fue un genio. Puede preferirse concebirlo, como lo hago . yo, como uno de los pocos hombres de la historia que poseyeron una mente ' universal. Al igual que Shakespeare, y Goethe y Leonardo da Vinci, Freud iluminó todo lo que tocó. Fue un sabio verdadero. " / \ CAPÍTULO II LA ORGANIZACION DE LA PERSONALIDAD La personalidad total, ' según la concebía Freud, está integrada por tres sistemas principales: el ello, el yo y el supel'Yó, En la persona mentalmente sana esos tres sistemas forman una organización unificada y armónica. Al funcionar juntos y en cooperación, le permiten al individuo relacionarse de .manera eficiente y satisfactoria con su ambiente. La finalidad de esas relaciones es la realización de las necesidades y deseos básicos del hombre. A la inversa, cuando los tres sistemas de la personalidad están en desacuerdo, se dice que la persona está inadaptada. Encuéntrase insatisfecha consigo misma y con el mundo, y su eficacia se reduce. " .' I. EL ELLO La f unción del ello es encargarse de la descarga de cantidades de excitación (energía o tensión) que se liberan en el organismo mediante estimulas internos o externos. Esa función del ello cumple con el principio primordial o inicial de la vida, que Freud llamó el priflcipio del placer. La finalidad del principio del placer es desembarazar a la persona de la tensión, o, si tal cosa es imposible -como lo es por lo habitual- reducir la cantidad de tensión a un nivel bajo y mantenerlo tan constante como sea posible. La tensión se experimenta como dolor o in-: 26 \ • e A LVI N S. H A L L comodidad, mientras que el alivio de la tensión se experimenta como placer o satisfacción. Puede decirse, entonces, que la finalid ad del p rincipio del placer consiste en evitar e! dolor y encontrar el placer. El principio del placer es un caso especial de la ten.' dencia universal de todo organismo vivo a mantener su equil ibrio frente a los desórdenes internos y externos. En su forma más primitiva el ello es un aparato reflejo 'q ue descarga por las vías motrices cualquier excitación sensorial que le llegue. Así, cuando una luz muy brillante alcanza la retina del ojo, el párpado se cierra para impedir que la luz llegue a la retina. En consecuencia, las excitaciones producidas por la luz en el sistema nervioso desaparecen y el organismo vuelve a un estado de reposo. El organi smo está equipado con muchos similares reflejos, como se los llama, que cumplen el propósito de descargar automáticamente cualquier energía corporal liberada por un disparador, el estímulo, que actúa sobre un órgano sensorial. La consecuencia típica de la descarga motr iz es la eliminación del estímulo. El estorn udo, por ejemplo, por lo general expele 10 que está irritando la membrana sensitiva de la nariz, y el llanto limpia de partículas extrañas los ojos. El estímulo puede llegar tanto desde el interior de! cuerpo como desde el mundo externo. Un ejemplo de estímulo interno es la apertura refleja de la válvula de ) la vejiga cuando la presión que se hace sobre ella alcanza cierta intensidad. La excitación (tensión) producida por esa presión desaparece cuando el contenido de la vejiga / se vacía a través de la válvula abierta. Si todas las tensiones que ocurren en el organismo pudieran ser descargadas mediante acciones reflejas, no habría necesidad de ningún desarrollo psicológico que trascendiera los límites del aparato reflejo primitivo. Sin embargo, tal no es el caso. Pues suelen presentarse muchas tensiones p ara las qu e no hay descarga refleja apropiada. l a r ejemplo, cuando aparecen las contracciones del harn - COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 27 bre en el estómago del bebé, ellas no producen automáticamente alimento, sino inquietud y llanto. Si Ji criatu ra na es alimentada, las contracciones aumentan en intensidad hasta que la fatiga las elimina; si continúa la fal ta de alimento, el bebé muere de inanición. La criatura hambrienta no está equipada con los reflejos necesarios para satisfacer el hambre, y si no fuera por la intervención de una persona mayor que le proporcione la comida, el bebé perecer ía. Cuando en forma adecuada se• lleva hasta la boca de la criatura el alimento, la succión, la deglución y los reflejos digestivos continúan funcionando sin ayuda y terminan con la ten sión producida ' por el hambre. No habría desarrollo psicológico si cada vez que el bebé comienza a sentir la tensión del hambre se 10 alimentara de .inmediato. iy si todas las demás excitaciones que surgen en su cuerpo fu eran de igual manera satisfechas por los esfuerzos cooperativos del cuidado paternal y los refle jos' congénitos. Sin embargo, a pesar de la solicitud de los padres, no es posible que éstos anticipen y satisfagan con rapidez todas las necesidades de la criatura. De hecho, al establecer un horario, instituir un entrenamiento y aplicar una disciplina, los padres crean tensiones al mismo tiempo queras reducen. El bebé inevitablemente experimenta cierto grado de frustración y malestar. Esas experiencias estimulan el desarrollo del ello . El nueva desarrollo que tiene lugar en el ello como resultado de la frustración se llama proceso primario. Para . ' comprender la naturaleza del proceso primario es necesario examinar algunas de las potencialidades psicológicas del ser humano. El aparato psicológico tiene una extremidad motriz y una sensorial. La segunda son los órganos de los sentidos, que son estructuras especializadas para recibir los estímulos; la primera está compuesta por los músculos, que son los órganos de la acción y del movimiento . 'Para la acción refleja sólo es necesario poseer órganos sensoria- 28 e A LVI N S. H A L L les y músculos y un sistema nervioso intermedio que transo mita mensajes en forma de impulsos nerviosos desde la extremidad sensorial a la motriz. Además de un sistema sensorial y de un sistema motor, el individuo tiene un sistema perceptual y un sistema nervioso. El sistema perceptual recibe excitaciones de los órganos sensoriales y forma un cuadro mental o reptesentación del objeto que se presenta a los órganos de los sentidos. Esos cuadros mentales se conservan como huellas mnémicas en el sistema de la memoria. Cuando se activan las huellas mnémicas, se dice que la persona tiene una irna- . gen mnémica del objeto que percibió originariamente. Mediante esas imágenes mnémicas el pasado es traído al presente. La percepción es una representación mental de un objeto, mientras la imagen rnnérnica es una representación mental de una percepción. Cuando miramos algo se forma una percepción; cuando recordamos 10 que hemos visto una vez se forma una imagen mnérnica. Volvamos ahora al ejemplo de la criatura con hambre. En el pasado, cada vez que el bebé sentía hambre se lo alimentaba. Durante la alimentación, la criatura ve, gusta, huele y siente la comida, y conserva estas percepciones en el sistema de la memoria. Por repetición, el alimento . se asocia a la reducción de tensión. Luego si no se alimenta de inmediato a la criatura, la tensión del hambre produce una imagen mnémica del alimento, con la cual está asociada. El proceso que produce la imagen mnémica de un objeto, que se necesita para reducir la tensión, es . llamado proceso primario. El proceso primario procura descargar la tensión éstableciendo lo que Freud llamó una "identidad de percepción". Al hablar de una identidad de percepción Freud quiso significar que el ello considera la imagen rnnémica idéntica a la percepción misma. Para el ello, el recuerdo del alimento es exactamente lo mismo que ingerir el alimento. En otras pala,bras, el ello no puede distinguir entre COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FRE UDIANA . ' I 29 un recuerdo subjetivo y una percepción objetiva del objeto . real. Un ejemplo familiar de la acción del proceso primario es el viajero sediento que imagina que ve agua. Otro ejemplo del proceso primario es ' el sueño nocturno. Un sueño es una sucesión de imágenes, generalmente visuales, cuya función es reducir la tensión al revivir recuerdos de sucesos y objetos pasados que de alguna 'm anera se asocian con una satisfacción. Un individuo que mientras duerme tiene hambre sueña con comida y cosas que asocia con ella, mientras el sexualmente excitado sueña con actividades sexuales y acontecimientos relacionados con ellas. La formación de la imagen de un objeto que reduce la ténsión se llama realización de deseos. Freud creía que todos los sueños eran realizaciones de -deseos o trataban de serlo. Soñamos con lo que queremos. Evidentemente, una persona hambrienta no puede comer imágenes de alimentos ni una persona sedienta calmar su sed bebi endo agua imaginaria . En el caso del individuo que sueña, Freud pensó qu e el soñar con objetos y acontecimientos deseables podía tener la finalidad de impedir que el durmiente se, despertara. Incluso en la vigilia el proceso primario no es del todo inútil, ya que es necesario para con ocer -es decir, para tener una imagen- lo que uno necesita ant es de que se proponga conseg uirlo. Una persona hambrienta que tiene un a representación mental del alimento hállase en mejor posición para satisfacer su hambre que otra que no sabe qué buscar. Si no fuera por el proceso primario, una persona ~ólo podría satisfacer sus necesidades mediante un comportamiento de ensayos y errores. Ahora bien; como el proceso primario de por sí no reduce efectivamente las tens iones, se desarrolla un proceso secundario. Pero este proceso secundario pertenece al yo, de modo que diferiremos su examen al 'ap artado siguiente. ' I Según Freud, el ello es también la fuente primordial Ide la ' energía psí quica y la sede de los instintos. (En el ,, 30 e A LVI N S. H A L L Capítulo III, "La dinámica de la personalidad", examinaremos las cuestiones de la energía y de los instintos.) Asimismo, e! ello está en más íntimo contacto con el cuerpo y sus procesos que con el mundo exterior. Al ello le falta organización si se lo compara con el yo y el superyó. Su energía está en estado móvil, de manera que se la puede descargar con prontitud o desplazar de un objeto a otro. El ello no cambia con e! transcurso del' tiempo; no puede ser modificado por la experiencia porque no está en contacto con e! mundo externo. Sin embargo, puede ser controlado y regulado por el yo. El ello no está gobernado por las leyes de la razón o de la lógica, y no posee valores, ética o moralidad. Sólo lo impulsa una consideración: obtener satisfacción para las necesidades instintivas, de acuerdo con el principio del placer. Hay sólo dos consecuencias para cualquier proceso del ello. O se descarga mediante la acción o realización de deseos, o sucumbe a la influencia del yo; en el último caso la energía queda ligada en lugar de descargarse inmediatamente. Freud habla del ello como si fuera la verdadera realidad psíquica. Con eso quiere decir que el ello es la realidad subjetiva primordial, el mundo interior que existe antes de que el individuo haya tenido experiencia del mundo exterior. No sólo son innatos los instintos y los reflejos, también pueden serlo las imágenes producidas por los estados de tensión. Eso signi fica que una criatura con hambre puede tener un a imagen de! alimento sin tener que aprender a asociar el alimento con e! hambre. Freud cree que las experiencias que se repiten con mucha frecuencia e intensidad en muchos individuos durante sucesivas generaciones, se convierten en depósitos permanentes del ello. Durante la vida de una persona se depositan nuevos contenidos en el ello como resultado de! mecanismo de la represión. (La represión se examina en el Capítulo IV, "El desarrollo de la personalidad" .) " COMPENDIO . DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 31 No sólo es el ello arcaico desde el punto de vista de la historia racial; también es arcaico en la vida del individuo. Es el fundamento sobre d cual se edifica la personalidad . El ello conserva su carácter infantil durante toda la vida. No puede tolerar la tensión y exige una gratificación inmediata. Es exigente, impulsivo, irracional, asocial, egoísta y amante del placer. Es el niño malcriado de la personalidad. Es omnipotente porque posee el poder mágico de realizar sus deseos mediante la imaginación, la fantasía, las alucinaciones ' y los sueños. Se le llama oceánico, porque, como el mar, lo contiene todo. No reconoce nada exterior a sí mismo. El ello es el mundo de la realidad subjetiva en la q ue la búsqueda del placer y 1" evitación del dolor son las únicas actividades que import an. Freud reconoce que el ello es la parte oscura e inaccesible de la personalidad, y que lo poco que se sabe de él se ha aprendido del estudio de los sueños y los síntomas neuróticos. Sin embargo, podemos ver al ello en acción cada vez que una persona hace algo impulsivo. Una peto sana, por ejemplo, que actúa impulsivamente tirando una piedra por la ventana, golpeando a alguien o perpetrando una violación, está dominada por , el ello. Y también lo está la que pasa gran parte del día soñando despierta y ' construyendo castillos en el aire. El ello no piensa. Sólo desea o actúa. , . 1, . ,! Il. EL YO L~s dos procesos mediante los cuales el ello descarga )a tensión, a saber, la actividad motriz impulsiva y la formación de imágenes (realización de deseos), no son suficientes para alcanzar los grandes fines evolutivos de la supervivencia y la reproducción. Ni los reflejos ni los deseos le proporcionan alimento a la persona hambrienta ni le ofrecen un compañero a la persona sexualmente I 32 eAL VI N S. H A L L :xcitada. De hecho, el comporta miento imp ulsivo puede ocasionar un aumento de tensión (dolor) al provocar el castigo del mundo exterior. A menos que el hombre tenga un cuidado r permanente, como duran te la in fancia, , durante el resto de la vida debe tratar de buscar su alimentación, su compañero sexual y muchos otros objetos necesarios para su vida. Para cumplir con éxito esas misiones le es necesario tener en cuenta la realidad exterior ( el ambiente) y, ya sea acomodándose él mismo al mundo o .afirmando su predominio sobre él, obtener de éste lo qu e precisa. Tales transacciones entre la persona y el mundo requieren la formación de un nuevo sistema psicológi co, el yo. En la persona bien adaptada el yo es el ejecutivo de la personalidad, que domina y gobierna al ello y al superyó y mantiene un comercio con el mundo exterior en interés de la personalidad total y sus vastas necesid ades. Cuando el yo cum ple sabiamente sus funciones ejecutivas, p revalecen la armonía y la adaptación. Cuando el yo abdica o entrega demasi ado de su poder al ello, o al superyó, o al mundo externo, se p roducen inadaptadones ..v desarmonías. El yo no está goberna do p or el p rin cipio del placer, sino por el principio de la realidad. Realidad significa lo que existe. La finalid ad del principio de la realidad es demorar la desca rga de energía hasta que haya sido descubierto o presentado el obj eto real que satisfará tal . necesidad. Por ejemplo, el niño debe aprender a no llevarse cualquier cosa a la boca cada vez que sien te h amb re. Tiene que aprender a reconocer el alimento , y a postergar la comida h asta que h aya localizado un obj eto comestib le. De otra manera, tend rá experiencias dolorosas. El demorar la acción sign ifica que el yo debe ser capaz de tolerar la tensi ón h asta que ésta pueda ser descargada por un a form a ap rop iada de compor tam iento. La institución del principio de la · realidad no implica que el prin- COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA , 33 cipio del placer sea rechazado, Sólo se lo suspende ternporariamente en interés de la realidad. A su debido tiempo, el principio de la ¡realidad lleva al placer, aunque la persona tenga que soportar cierta incomodidad mientras busca la realidad. , . El principio de realidad tiene a ~u servicio un proceso que Freud llamó proceso secundario porque se desarrolla después y se superpone al · proceso primario del ello. Para comprender lo que .significa el término "proceso secundario" es necesario ver exactamente adónde lleva al individuo el proceso primario en la satisfacción de sus . necesidades. Lo lleva sólo al punto en que se forma un cuadro del objeto que satisfará sus necesidades. El paso. siguiente será encontrar o producir el objeto, es decir, traerlo a la existencia. Tal paso se cumple por medio del proceso secundario. El proceso secundario consiste en descubrir o producir la realidad mediante un plan de acciónque se ha desarrollado por el pensamiento y la razón ( cognición). El proceso secundario no es nada más ni nada menos qu e lo que de ordin ario se llama resolver o pensar los problemas. Cuando una persona pone en efecto un plan de acción para ver si funciona o no, se dice que se ocupa de probar la realidad. Si 13, prueba no funciona, es decir, si no se produce o descubre el objeto deseado, se piensa y se prueba otro plan de acción. Esto continúa hasta que se encuentra la solución correcta (realidad) y se descarga la' tensión mediante una acción adecuada. En el caso del hambre, la acción adecuada sería ingerir alimentos. El proceso secundario cumple lo que -el proceso primario es incapaz de hacer, es decir, separa el mundo subjetivo de la mente del mundo objetivo de la realidad física. El proceso secundario no comete el error del proceso primario de considerar la imagen de un objeto como si fuera el objeto mismo. La inauguración del principio de realidad, el funciona- 34 e A LVI N S. H A L L miento del proceso secundario y el papel más significativo que el mundo exterior viene a desempeñar en la vida de una persona, estimulan el desarrollo y .elaboración de los procesos psicológicos de la percepción, la memoria, el pensar y la acción. El sistema perceptu al desarrolla facultades más finas de discriminación, de modo que el mundo externo se percibe con mayor precis ión. Aprende a examinar rápidamente el mundo y a seleccion ar del cúmulo de estímulos sólo aquellas características del ambiente que son pertinentes al pro· blema por resolver. Además de la información obtenida a través de los órganos sensoriales, el pensar utiliza la información acumulada en el sistema de la memoria. La memoria mejora mediante la formación de asociaciones . entre las huellas mnémicas y por el desarrollo de un sistema de notación: el lenguaje. El juicio personal se aguza, de manera que es más fácil decidir si algo es verdadero (si existe en realidad) o si es falso (si no existe). Otra serie de cambios importantes ocurre en el sistema motor. La persona aprende a manejar sus músculos con más habilidad y a ejecutar patrones más complejos de movimientos. En general, esas adaptaciones de las funciones psicológicas permiten que la persona se comporte de manera más inteligente y más eficaz y domine sus impulsos y su ambiente en interés de satisfacciones y placeres mayores. Cabe así considerar el yo como una compleja organización de procesos psicológicos que actúa como intermediaria entre el ello y el mundo externo. Además de los procesos que están al servicio de la realidad, existe otra función del yo que se parece al proceso· primario del ello. Es una función que produce fantasías y ensueños. Está libre de las exigencias de la prueba de realidad y está subordinada al principio del place.r. S~n embargo, ese proceso del y() difiere del proceso pnmano porque distingue entre la fa ntasía y la realidad. Las fan tasías producidas por el yo son reconocidas como tales, \ COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREVDIANA 35 es decir, imaginaciones juguetonas y placenteras. Aunque nunca se las confunde con la realid ad, le proporcionan al yo algo así como unas vacaciones con respecto a sus otros asuntos más serios . Aunque el yo es en gran parte producto de una inter-acci ón con el ambiente, la dirección de su desarrollo está .deterrninada . por la herencia y guiada por los procesos :naturales de crecimiento (maduración). Eso significa que cada ' persona posee potencialidades innatas para pensar y razonar. La realización de tales potencialidades se cumple mediante la experiencia, el aprendizaje y la educación. Toda educación formal , por ejemplo, tiene como objetivo principal enseñar a la ' gente cómo pensar con eficacia. Pensar con eficacia equivale a ser capaz de llegar a la verdad, siendo definida la verdad como lo que existe. \ III. EL SUPERYÓ L a tercera institución fundamental de la personalidad, el slIperyó, es la ram a moral o judicial de la personalidad. Representa lo ideal más bien que lo real, y pugna por la perfección antes que por el placer 9 la realid ad. El superyó es el código moral de la persona. Se desarrolla desde el yo como una consecuencia de la asimilación por parte dei niño, de las norm as paternas respecto de lo que es bueno y virtuoso y lo que es malo y pecaminoso. Al asimilar la autoridad moral de sus padres, el niño reemplaza la autoridad de ellos por su propia autoridad interior. La internalizaci ón de la autoridad paterna le permite al niño controlar su comportamiento según los deseos de sus padres, y al hacerlo se asegura su aprobación y evita su disgusto . Es decir, el niño aprende que ' no sólo tiene que obedecer al principio de realidad para obtener el placer y evitar el dolor, sino que también tiene que tratar de comportarse de acuerdo con los dictados morales de sus 36 e A LVI N . S. H A L L padres . El período relativamente largo durante el cual el niño depende de sus padres favorece la formación del ' superyó. El superyó está compuesto de dos subsistemas, el ideal del yo y la conciencia moral. El ideal del yo corresponde a los conceptos del niño acerca de lo que sus padres consideran moralmente bueno. Los padres le transmiten sus normas de virtud al recompensar al niño por su conducta si está de acuerdo con esas normas. Por ejemplo, si se lo recompensa constantemente por ser pulcro y ordenado, la pulcritud y el orden se convertirán en uno de sus ideales. La conciencia moral, en cambio, corresponde .a los conceptos. que el niño tiene de lo que .sus padres consideran moralmente malo, yesos conceptos se establecen mediante experiencias de castigo. Si se lo ha castigado con frecuencia por ensuciarse, considerará la suciedad como algo malo. El ideal del yo y la conciencia moral son caras opuestas de la misma moneda moral. ¿Cuáles son las recompensas y castigos mediante los cuales los padres controlan la formación del superyó del niño? Son de dos clases: físicas y psicológicas. La recompensa física consiste en objetos que el niño desea. Son alimentos, juguetes, la madre, el padre, las caricias y Lis golosinas . Los castigos físicos son dolorosos ataques ai cuerpo del niño, como, por ejemplo, las palmadas o la privación de cosas que desea. La principal recompensa . . psicol ógica es la aprobación paterna expresada ya sea en palabras o mediante la expresión facial. La aprobación significa amor. De la misma manera, privar al niño de amor ' es la forma principal de castigo psicológico. Ello se expresa mediante admoniciones verbales o miradas desaprobadoras. Por supuesto, las recompensas y los castigos físicos también pueden significar amor o privación de amor -para el niño. El niño al que le han dado unas palo madas, .no sóLo le duele sino que también puede sentir que el padre que lo ha castigado lo ha rechazado, esto es, COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 37 le ha retirado su amor. Sin embargo, el conceder o privar de afecto ejerce su poder sobre el niño, en primer lugar en virtud de su relación con la satisfacción o insatisfacción de las necesidades básicas. Un niño desea el amor de su madre porque ha aprendido que una madre que no lo ame probablemente no le dará alimento y por lo tanto prolongará su doloroso estado de tensión. De la misma .manera, un niño trata de no incurrir en la desaprobación del padre porque ha aprendido que un padre que no lo ame puede crear un estado doloroso al darle una zurra. En síntesis, las recompensas y los castigos, cualquiera sea su origen, son condiciones que reducen o aumentan la tensión interna. Para que el superyó tenga sobre el niño el mismo control <¡ue los padres, es necesario que posea el poder de hacer cumplir sus reglas morales. Como los padres, ' el superyó pone en vigencia sus recompensas y castigos. Estas recompensas y castigos se otorgan al yo, porque el yo, a causa de su control sobre las acciones de la persona, e,s considerado responsable de los actos morales e inmorales. Si la acción está de acuerdo con las normas éticas del supcryó, se recompensa 'al yo . Sin embargo, no es neceo sario que el yo permita que ocurra una acción física real para que sea recompensado o castigado por el supery ó, Puede recompensarse o castigarse al yo sólo por pensar en hacer algo. Un pensamiento vale lo mismo que un hecho a los ojos del superyó. En esto, el superyó se p ~­ rece al ello, que tampoco hace distinciones entre lo subjetivo y lo objetivo, lo cual explica por qué una persona que viva una vida virtuosa puede no obstante sufrir las torturas de la conciencia moral. El superyó castiga al yo por tener malos pensamientos aunque los pensamientos nunca se . traduzcan en acciones. ¿Cuáles son las recompensas y castigos de que dispone el superyó? Pueden ser físicos o psicológicos. El superyó . puede decir, en efecto, a la persona que ha seguido el 38 \ . • e A LVI N S. H A L L camino de la virtud: "Ahora que has sido bueno durante un tiempo, puedes permitirte pasarla bien." Eso podrá significar gozar de una buena comida, de un prolongado descanso o de una experiencia sexual. Unas vacaciones, por ejemplo, son por lo general consideradas como recompensa de un trabajo intenso. Al trasgresor moral el superyó puede decirle: "Ahora que te has portado mal, serás castigado sucediéndote algo desagradable." la desgracia puede ser una descompostura de estómago, un perjuicio o la pérdida de algo valioso. Esta penetración de Freud en el complejo y sutil funcionamiento .de la personalidad humana reveló una razón importante de por qué la gente se enferma, sufre accidentes y pierde las cosas. Todas las desgracias pueden implicar, en mayor o menor grado, un autocastigo por haber hecho algo malo. Ejemplo de ello es el joven que choca su auto poco después. de haber tenido relaciones sexuales con una chica. Por supuesto, una persona por lo habitual no se da cuenta de la relación entre la !conciencia culpable y el accidente. Las recompensas y castigos físicos . empleados por el su peryó son sentimientos de orgullo, o de culpa · o inferioridad, respectivamente. El yo se llena de orgullo cuando se ha comportado de manera virtuosa o ha tenido peno samientos virtuosos, y se siente avergonzado cuando ha caído en la tentación. El orgullo equivale al amor pro· pio, y la culpa o inferioridad alodio a sí mismo; ambos son la representación interna del amor y el rechazo pa· ternales. El superyó es el representante, dentro de la personalidad, de los valores e ideale s tradicionales de la sociedad, tal como se transmiten de padres a hijos. Al respecto debe recordarse que el superyó del niño no es reflejo de la conducta de los padres sino más bien de los superyós de los padres. Un adulto puede decir una cosa y hacer otra, pero es lo que dice, basado en sus amenazas y regalos, lo COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA 39 que importa en la formación de las normas éticas del niño Además de los . padres, otros agentes sociales participan en la formación del superyó del n iño . Los maestros, los ministros religiosos, los agentes de policía --por cierto cualquiera que po sea alguna autoridad sobre el niñopueden asumir la función de los padres . Las reacciones del niño ante estos representantes de la autoridad son determinadas en, gran parte, sin embargo, por 10 que ha asi- , milado de sus padres en una etapa previa. ¿A qué fin alidades sirve el superyó? En primer lugar controlar y regul ar aquellos impulsos cuya expresión no cont rolada pondrían en pelig ro la estabilidad de la sociedad. Tal es impu lsos son el sexo y la agresión. El niño desobediente, rebelde o sexualmente curioso es considerado como malo o inmoral. Al ad ulto sexualmen te promiscuo o qu e transg rede la ley y es p or lo general destructivo y antisocial, se lo considera mala persona. El supery ó, al frenar internamente la ilegalidad yla anarquía, le perm ite a la persona convertirse en miembro observante de la ley de su sociedad . Si se conside ra al ello como el producto de la evolución y el representante psicológico de la constituci ón biológica de la persona, y al yo como el resultante de la interacción de la persona con la realidad objetiva y la esfera de los procesos mentales superiores, puede decirse que el superyó es el producto de la socialización y el vehículo de la tradición cultural. El .lector debe recordar que no hay lím ites p recisos en tre los tres sistemas. El hecho de que tenga n nombr es diferentes no significa q ue sean entidades separadas. Los nombres ello, yo y superyó, no significan en realidad nada en sí mismos. Son una manera abreviada de designar procesos, funcion es, mecanismos y dinámicas diferentes dentro de la persona lidad total. El yo se forma a partir de! ello y e! superyó se for ma a partir del yo. Continúan interactuando y fusionándose 40 - e A LVI N S. H A L L entre sí .durante toda la vida. Estas interacciones y fusiones, lo mismo que las oposiciones que se desarrollan ' entre los tres sistemas, consti tuyen el tema del capítulo siguiente. BIBLIOGRAFI A FREUD, S. (1900), ( 19 11 ) , ( 1923 ) , ( 1925), (19 33) , ( 19 38 ) , La interpretación de los maños, Capítulo VII. Los dos princip ios del suceder psíquico. El yo y ·el allo. La negación. Nueu«: aportaciones al psicoanálisis. "Esquema del psicoanál isis", en Revista de Psicoanálisis, VIII, 1 (Buenos Aires, eneromarzo, 1951) . I Ir CAPÍTULO III LA DINAMICA DE LA PERSONAU DAD En el primer capítulo consideramos la organización de la personalidad y describimos algunos .de los procesos y fun ciones pri ncipales de sus tres provinc ias, el ello, el yo y el supcryó . En este capítulo nuestro propósito es mostrar cómo funcionan estos tres sistemas y cómo actúan en'tre sí y frente al ambiente. 1. ENERGfA PSfQUICA El organismo humano es un complicado sistema de energía, la cual proviene del alimento que se ingiere y. se invierte en la circulación, respiración, digestión, con, -ducci ón nerviosa, actividad muscular, percep ción, memo ria y pensamiento. No hay razón para creer que la enero gía que hace funcionar al organismo sea esencialmente diferente de la energía que hace funcionar al universo. La energía asume diversas formas -mecánica, térmica, eléctrica y química- y es capaz de ser transformada de una a otra. La forma de energía que op era en los tres sistemas de la personalidad se llama- energía psíquica. No hay nada místico, vitalista o sobrenatural en el concepto jle energía psíquica. Esta cumple un trabajo o es capaz de hacerlo como cualquier ,otra forma de energía. La energía psíquica cumple tareas psicológicas -es decir, pensar, percibir y recordar- de la misma manera que la energía .mecánica lleva a cabo trabajos mecánicos. 42 e A LV I N S. H A L L Se pue de hablar de la transformación de energía corporal en energía p síquica de la misma manera que de la transforma ción de energía psíq uica en energía corporal. Estas transformaciones ocurren de continuo. Pensamos (energía psíquica) y actuamos ( energía muscular), o sentimos el estím ulo de ciertas ondas sonoras (energía mecánica) y oímos (energía psíquica) h ablar a alguien. No se sabe exactamente cómo se llevan a cabo estas transformaciones. n, INSTINTO Toda la energía utilizada para llevar a cabo las tareas de la personalidad se obtiene de los instintos. Se define . un instinto como una condición innata que imparte instrucciones. a los procesos psicológicos. El instinto sexual, por ejemplo, dirige los procesos psicológicos de percibir, / recordar y pensar, hacia la meta de la consumación sexual. Un instinto es como un río que fluye por un curso de agua determinado. Un inst into tiene una ftiente, una finalidad, un objetivo y un ímpetu. Las fuentes principales de la energía instintiva son las necesidades o impulsos corporales. Una necesidad o un impulso es un proceso excitante en algún tejido u órgano del cuerpo que libera energía acumulada en el m ismo . Por ejemplo, la condición física del hambre activa el instirito del hambre al proporcionarle energía. - Esta energí a instintiva ent onces imparte instrucciones a los procesos psicológicos de la percepción, la memoria y el pensar, Uno busca el alimento, trata de recordar dónde lo ha encontrado en ocasiones previas, o forja un plan de acción para obtenerlo. La finalidad última de un instinto es la eliminación de una necesidad cor poral. La finalidad del instinto del hambre, por ejemplo, es eliminar la condición física del \ \ ~ \ \ COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA -, , • 43 hambre. Cuando se 10 hace, no se libera más energía corporal. desaparece el instinto del hambre y el individuo retorna . a un estado de r,eposo fisiológico y psicológico. Para decirlo de otra manera, la finalidad de un instinto es eliminar la fuente del mismo. Además de la finalidad última de reposo, Freud observó que existen también finalidades subordinadas que tienenque ser satisfechas para que se puedan alcanzar las finalidades últimas. Antes de poder aplacar el hambre es necesario encontrar e1 alimento y llevárselo a la boca. Encontrar el alimento y comerlo están subordinados a la elimina ción del hambre. Freud llamó a la meta final de un instinto su fil/alidad interna, y a las metas subordinadas del mismo sus finalidades externas. Se dice que un instinto es conservador porque su meta es que la persona retorne al estado de reposo que existía antes de la perturbación ocasionada por el proceso excitador. El curso de un instinto va siempre desde un estado de tensión a un estado de relajación. En algunos casos, sobre todo en la satisfacción del impulso sexual, hay una acumulación de la tensión antes de la descarga final. Esto de ninguna manera invalida el principio general del fun . cionamiento instintivo, porque el objetivo del impulso sexual es la liberación de la excitación, sin tener en cuenta cuanta tensión pueda generarse antes de la descarga final. Por cierto, la gente aprende a acumular grandes cantidades de tensión porque la liberación repentina de las mismas I proporciona intenso placer. Para decirlo en otras palabras, un instinto siempre trata de producir una regresión a un estado anterior. Esta tendencia del instinto a repetir una y otra vez el ciclo desde la excitación al reposo se llama compulsión de repetición. Existen numerosos ejemplos de compulsión de re~ petición en la vida diaria. Sirvan de ejemplo las fases . periódicas y regulares de la actividad durante la vigilia, seguida del sueño. Las tres comidas del día son otro ejem- / ? r I 44 e A.-L V1N S. H A L L _ plo, lo mismo que el deseo sexual seguido por su satisfacción. Para resumir, entonces, diremos que el objetivo de un instinto se caracteriza por ser conservador, regresivo y repetirse. El objetivo de un .instinto es el objeto o medio mediante el cual se realiza el objetivo. El objetivo del instinto del hambre es comer alimentos; del instinto sexual, la cópula; y del instinto de la' agresividad, la fucha. El objeto o medio es la característica más variable de un instinto, ya que muchos objetos y actividades .diferentes pueden ser , reemplazados por otros. Como veremos en el Capítulo IV, que trata del desarrollo de la personalidad, la elaboración de 'los medios por los cuales los instintos alcanzan su meta de reducir la tensión es uno de los caminos principales del desarrollo de la personalidad. .El ímpetu de un instinto es su fuerza, que se determina por la cantidad de energía que posee. El hambre intensa ejerce mayor peso sobre los procesos psicológicos que un ligero apetito. Cuando una persona tiene mucha hambre, su mente piensa en el alimento excluyendo de hecho toda otra idea. De la misma manera, cuando una persona está muy enamorada le resulta difícil pensar en otra cosa. La sede de los instintos es el ello . Como los instintos constituyen la cantidad total de energía psíquica, se dice que el ello es el depósito original de la energía psíquica. Para formar' el yo y el superyó, se retira energía de ese depósito. El tema del apartado siguiente es mostrar cómo ocurre eso. III. DISTRIBUCIÓN DE LA ENERGfA PSfQUI(:A A. EL ELLO. Se utiliza la energía del ello para la gratificación instintiva mediante acciones reflejas y realiza. ciones de deseos. En las acciones reflejas, como. son .inge- \ ,,\ \ , , COMPENDIO DE PSICOLOGIA FREUDlANA " 45 rir alimentos, vaciar" la vejiga y el orgasmo sexual, la energía se descarga automáticamente en acciones motoras, En la realización de deseo, la energía se usa para producir .un a imagen del objeto instintivo. El propósito de ambos procesos es gastar la energía instintiva de modo q~e elimine la necesidad y proporcione reposo al indivi- duo. , Invertir la energía en la imagen de un objeto, o consumirla en una acción de descarga sobre un objeto que satisfaga un instinto, se llama elección de objeto o caiexia de objeto. Toda la energía del ello se consume en catexias de objeto o catexias objetales. La energía empleada por el ello en elecciones objetales es muy fluida. Esto quiere decir que la energía se puede desviar fácilmente de '1.!n objeto a otro. Esta desviación de energía se llama desplazamiento, De esta manera, si no se encuentra alimento, un bebé hambriento puede colocar un pedazo de madera o su propia mano en la boca. Para el bebé, antes de que aprenda a discriminar, el alimento, un pedazo de madera o su mano son todos iguales. Se consideran los objetos como equiva1entes cuando existen parecidos específicos y concretos entre ellos. Dos objetos, tales como el biberón y un trozo de madera, por ejemplo, se perciben como idénticos porque ambos pueden ser asidos con la mano y llevados a la boca. La energía del ello se puede desplazar en gran medida porque el ello no es capaz de hacer distinciones precisas entre los ob, J.etos. - ,. , La tendencia del ello a tratar los objetos como si fueran iguales, a pesar de , sus diferencias, produce una deformación del pensar que se llama pensar predicativo. Cuando dos objetos, por ejemplo, un árbol y el órgano sexual masculino, son equiparados por la mente de una persona porque ambos comparten la misma característica 'física de tener una forma saliente, se dice que tal per,, sana está practicando el pensar predicativo. Este tipo de 46 e A L VI N J;{ , . S. H A pensar prevalece sobre todo en los sueños y explica el simbolismo onírico. Cabalgar o arar un campo puede representar o simbolizar el acto sexual porque se ejecutan movimientos similares al andar a caballo, al arar y en la cópula. También es frecuente e! pensar pr edicativo en la vigilia, provocándoles gran confusión a algunas personas al :impedirles hacer discriminaciones adecuadas. El prejuicio racial se debe a menudo al pensar predicativo. Como los negros tienen la pie! oscura y como la oscuridad se asocia con la maldad y la suciedad, se piensa que los negros son malos y sucios. De la misma maner a, se cree que la gente pelirroja tien e ,temperamento ardiente porque el rojo es e! color del fu ego. Cuando los procesos del yo o del superyó inte rceptan el flujo direccional de la energí a . instintiva, ésta trata de abrirse camino a través de las resistencias y descargarse en la fantasía o en la acción. Cuando consigue hacerlo, socava los procesos racionales de! yo. La persona comete errores al hablar, al escribir, al conversa r, al percibir, y al recordar, y sufre accidentes porque se confunde y pierde contacto con la realidad . Su capacidad para resolver problemas y descubrir la realidad disminuye a causa de la intromisión de los deseos impulsivos. Todo el mundo sabe qué difícil es prestar atención al trabajo cuando uno tiene hambre o está enojado o sexualmente excitado. Cuando el ello no puede encontrar salid as directas para la energí a instin tiva, el yo o el superyó se hacen cargo de tal energía y la utili zan para vigorizar las operacion es de sus sistemas. B. EL Yo. El yo no tiene energia propia . No puede, por cierto, decirse que existe hast a que la energía se desplaza del ello hacia los procesos latentes qu e constitu yen el yo. Al energetizar nuevos procesos -tales como la discriminación, el juicio y el razonamiento- que hasta ese entonces han existido como tendencias innatas y la- . , / \ I '\ COMPENDlO\DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 47 \\ ·' r tentes de la personalidad, el yo como sistema separado comienza su largo y complejo desarrollo. El punto de partida para la activación de esas potencialidades latentes del yo se encuentra en un mecanismo conocido como identificación. Para comprender la naturaleza de este mecanismo será necesario volver un poco sobre e! camino que ya hemos recorrido. Como se recordará, el ello no distingue entre las imágenes' subjetivas y la realidad objetiva. Cuando carga (o catectiza) la ima gen de un objeto, es decir, cuando la energía se invierte en un proceso que forma una representación mental de un objeto, esto equivale a cargar el objeto mismo. Para el ello, el objeto como imagen y el objeto como realidad externa son idénticos y no entidades separadas. El fracaso del ello para alcanzar alivio de la tensión suscita una nueva línea de desarrollo que echa los cimientos para la formación de! yo. En lugar de una imagen y un objeto real considerados idénticos, ocurre una sepa· ración entre los dos. Lo que ocurre como resultado de _,esa diferenciación en que el mundo interno, puramente subjetivo del ello, se divide en un mundo interno, subjetivo (la mente), y el mundo externo, objetivo (el arnbiente). Para poder adaptarse adecuadamente, la persona debe ahora poner en armonía esos dos mundos. Los estados mentales tienen que ser sincronizados con la rea. lidad para que la persona se adapte correctamente. Por ejemplo, cuando una persona con hambre tiene un!! imagen mnémica del alimento, tiene que localizar en el ambiente un objeto real que se corresponda con su imagen mnémica. Si ésta es precisa, el objeto encontrado será alimento. Si la imagen mnémica no es una representación correcta del alimento, tendrá que ser revisada hasta que lo sea. De lo contrario, la persona con hambre morirá de inanición. En una época se creía que la tierra era plana, pero esta concepción fue corregida cuando Colón y otros exploradores demostraron que era redonda. To- e A LVI N 48 S.H AL L / / dos los adelantos del conocimiento!consisten en convertir las representaciones mentales de! 'mundo en cuadros cada . vez más precisos de la realidad tal cual es. I El trabajo de convertir los contenidos mentales en réplicas fieles y precisas de los contenidos del mundo externo se lleva a cabo mediante el proceso secundario. Cuando la idea de un objeto concuerda con el objeto en sí, se dice que la idea se identifica con el objeto: La identificación de los pensamientos con la realidad debe ser estrecha y exacta para que el plan de acción preconcebido lleve a la persona a la meta deseada. Como resultado de este mecanismo de identificación, la energía que e! ello invertía en imágenes sin tener en cuen.ta la realidad, y por cierto sin ningún concepto de la misma, se desvía hacia la formación de representaciones mentales precisas del mundo real. A esta altura, el pensamiento lógico reemplaza a la realización de deseos. El desplazamiento de la energía, de! ello hacia el proceso cognitivo, señala el paso inicial en e! desarrollo del yo. Importa tener presente que esta, nueva adaptación de la personalidad depende de la separación de! sujeto (mente) y e! objeto (materia). Para e! ello tal separación no existe. En consecuencia, no hay identificación posible. La identidad de imagen y objeto en e! ello puede considerarse como una especie de identificación primitiva. Es mejor, sin embargo, utilizar el término identidad para este caso, y reservar el término identificación para aquellos donde hay un claro reconocimiento de la separación de las dos cosas que se identifican, es .decir, los acontecimientos mentales y la realidad externa. La separación entre la mente y el mundo físico de la realidad se produce como resultado de la frustración y. e! aprendizaje. Como dijimos, el ello no puede satisfacer acciones las necesidades vitales de la. vida sólo mediante , reflejas o la realización de deseo. Por 10 tanto, para so- : brevivir, la persona tiene que aprender, la diferencia entre \ \ '\ \ ,\ . \ COMPENDIO \DE PSICOLOGÍA FREUDIANA \ J 49 las imágenes y la realidad. Sin duda alguna, existe una predisposición congénita a distinguir entre estados mentales internos y realidad externa, pero la experiencia y ·la educación deben desarrollar esta predisposición. Desde edad muy temprana el bebé comienza a diferenciar entre lo que está. afuera, en el mundo, y lo que está en, su mente. Además, mediante la experiencia y la educación, aprende a hacer concordar lo que está en su mente con lo que verdaderamente existe en el mundo exterior. Aprende, para decirlo en otras palabras, a identificar ambas cosas. Un ejemplo de la diferencia entre identidad e identificación puede aclarar el significado de ambos términos. Cuando una persona sueña que lo persigue un león, se , siente por lo común como si un león verdadero lo estuviera persiguiendo. Durante un sueño, las imágenes no se distingue n de los objetos reales que representan. Son identidades. En 'consecuencia, el soñador experimenta la misma emoción que sentiría si los acontecimientos oníricos ' ocurrieran de verdad . De la misma manera, una persona que sufre una alucinación no la distingue de fa realidad. Por otra parte, si una persona, durante la vigilia; mira un programa de televisión o lee un libro, no cree que los cuadros o las palabras son los objetos verdaderos luismos. Se da cuenta de que sólo son representaciones de la realidad. Puede identi ficar los sucesos que ve en la televisión o que lee en el libro con la realidad, pero muy rara vez se engaña y piensa que son la realidad misma. Al ser identificadas con los objetos del mundoexterior, las representaciones subjetivas de estos objetos recio ben las catexias que anteriormente el ello invertí a en los objetos mismos. Estas nuevas catexias se llaman catexias del yo, para distinguirlas de las elecciones objetales instintivas del ello. Mediante la identificación, entonces, queda disponible la energía para el desarrollo del pensamiento realista (el proceso secundario) que reemplaza · la realización alucinatoria de deseos (el proceso prima- • '/ 1/ 50 e A LVI N S. H A 1: L ,I rio) . Esta redistribución de energía que pasa del ello al yo es un acontecimiento dinámico de gran importancia en el desarrollo de la s:oersonalidad. A causa de que las funciones racionales del yo tienen éxito para gratificar los instintos, cada vez se trasvasa más energía del depósito del ello hacia el yo. A medida que el yo gana en fuerza, el ello la pierde. Sin embargo, si el yo no puede cumplir la tarea de satisfacer las demandas del ello, las catexias del yo se vuelven a convertir en catexias objetales instintivas e impera nuevamente la infantil realización de 'deseos. Esto es lo que sucede durante e! sueño. Como el yo no puede funcionar con eficacia durante el sueño, se invoca e! proceso primario, que produce imágenes alucinatorias, Incluso durante la vigilia puede reactivarse el proceso primario cuando el yo no alcanza resultados directamente. Esto se conoce como pensamiento autista o de realización de deseos. Una persona que desee mucho que algo sea cierto, a veces se engaña a sí misma y cree que es cierto. Todos sabemos qué fácil es dejar que nuestros prejuicios y deseos dirijan nuestro pensamiento. Incluso el hombre de ciencia objetivo debe cuidar de que sus preferencias teóricas no influyan sobre sus observaciones y razonamientos. Por ello toma la precaución de establecer controles adecuados para sus experimentos y observaciones, y de repetirlos muchas veces para asegurarse de que lo que vio por primera vez es verdadero. El pensamiento autista siempre nos está tendiendo trampas. En condiciones normales, el yo monopoliza casi el monto de energía psíquica. ' Cuando ha atraído energía suficíente de! ello, puede utilizarla para otros propósitos que no son la satisfacción de instintos. La energía se usa para desarrollar los procesos psicológicos de percibir, atender, aprender, recordar, juzgar, discriminar, razonar e imaginar. Todos estos procesos se vuelven muy complicados y cada vez más eficientes a medida que el yo ~dqu iere el control \ \\ COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FRimDIANA , 51 de la energía. El- mundo cobra nuevos significados para una persona a medida que ésta aprende más sobre él, y con ese aumento de conocimiento está en mejor posición para dominarlo según sus finalidades propias. No sólo en la evolución del individuo sino también en la evolución racial y cultural del hombre existe un control cada vez más creciente sobre la naturaleza mediante el desplazamiento de la energía de los procesos no-racionales del ello hacia los racionales propios del yo. Parte de la energ ía del yo tiene que ser utilizada para inhibir y posponer la descarga de las excitaciones a través del sistema motor.' El propósito de esta postergación es permitir que el yo trace un plan realista de acción antes de actuar. Cuando se usa energí a para obstruir el flujo de la energía hacia la descarga final, se lIama a estas fuerzas bloqueadoras, contracatexias o contracargas. Una contracatexia es una carga de energía que se opone a una catexia. Las contracatexias del yo se dirigen contra las catexias del ello porque éstas presionan para encontrar alivio inmediato de la tensión. La región limítrofe entre el yo y el ello puede ser comparada a la frontera entre dos países, uno de los cuales trata de invadir al otro. El país amenazado de invasión erige fort ificaciones ( contracatexias del yo) para rechazar al invasor ( catexias del ello) . Cuando las contracatexias ceden, las catexias objetales del ello dominan al yo y p roducen un comportamiento impulsivo. Esto sucede cuando una persona habitualmente controlada se enoj a. La energía del yo también puede ser utilizada para formar nuevas catexias objetales. Estos obj etos no satisfacen directamente las necesidades básicas del organismo, aunque estén relacionados por nexos asociativos con objetos que las satisfacen. Por ejemplo, el instinto del hambre puede ramificarse en muchas direcciones y abarcar muchas actividades que .no son esencialmente la satisfacción del hambre. El coleccionar recetas culinarias raras y libros de ./ ,/ // 52 e A LVI N S. H A L L . cocina, adquirir finos juegos de porcelana y de plata para la mesa, instalar una moderna cocina eléctrica, descubri r restaurantes que sirven com idas exóti cas, leer y hablar sobre .platos y muchísimos otros intereses que se orientan hacia e! alimento, ocupan la energí a de muchas personas, aunque ninguno de ellos en realidad reduce e!'hambre. La razón por la cual el yo tiene energía suficiente para dedicar a finalidades no instintivas, es que .su funcionamiento eficaz produce un excedente de energía que sobrepasa la ' requerida 'para las necesidades vitales de la vida. Cuanto mayor es la economía con que funciona el yo para satisfacer las necesidades corporales, tanto más energía tiene para actividades de recreación. En el capítulo siguiente se examinará la manera como se originan estos intereses de! yo. Por último, la energía del yo se utiliza para realizar una síntesis o integración de los tres sistemas de la personalidad..El propósito de esta síntesis es alcanzar armonía interna y transacciones fáciles con el ambiente. Cuando el yo cumple sabiamente su función sintética, el ello, el yo y el superyó se fusionan en un todo unificado y bien organizado. Tendremos más que decir sobre la 'función de síntesis del yo en capítulos siguientes. En comparación con la movilidad de la energía del ello, la energía del yo es bastante menos fluida y está mucho más ligada. Con esto se quiere decir que se consume en operaciones mentales y no se gasta en acciones impulsivas o realizaciones del deseo . .El yo liga la energía al canalizarla hacia los procesos ps icológicos, consumiéndola en contracatexias , formando intereses del yo, y utilizándola para la síntesis. A medida que se desarrolla, el yo emplea cada vez más esta energía en tales funciones. C. El El miedo al castigo y el deseo de aprobación hacen que el niño se identifique con los preceptos morales de sus padres. Esta identificación con los SUPERYÓ. COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 53 padres produce la formación del superyó. Pero a diferencia de las identificaciones realistas del yo, las identificaciones en que se basa el superyó son las de los padres idealizados y omnipotentes, los que poseen grandes poderes para castigar y recompensar. En consecuencia, el supery ó también posee el poder de recompensar y castigar. Lo primero lo lleva a cabo el ideal del yo, lo segundo la conciencia moral. Las prohibiciones de la conciencia moral son inhibiciones o contracatexias que bloquean la descarga de la energía instintiva, ya sea directamente mediante el comportamiento impulsivo y la realización de deseos, o de manera indirecta por medio de mecanismos del yo. Es decir, la conciencia moral se opone al ello y al yo, y trata de suspender el funcionamiento del principio del placer y del principio de realidad. Una persona con una fuerte conciencia moral está en guardia constante contra los impulsos inmorales. Gasta parte tan grande de su energía en la defensa contra el ello, que no le queda la suficiente para llevar a cabo tareas útiles y satisfactorias. En consecuencia, se inmoviliza y vive una vida constreñida. . Las contracatexias de la conciencia moral difieren de las del yo. Las fuerzas de resistencia del yo tienen la finalidad de demorar la acción final para que el yo pueda desarrollar un plan satisfactorio de acción. Las prohibiciones de la conciencia moral, en cambio, tratan de abolir toda idea de acción . La conciencia moral les dice "no" a los instintos, el yo les dice "esperad" . El ideal del yo pugna por perfección. Invierte su energía en catectizar ideales que son los representantes ínternalizados de los valores morales de los padres. Estos ideales representan elecciones objetales perfeccionistas. Una persona cuya energía esté ligada en el ideal del yo, _será idealista y de pensamientos elevados. Su elección de .objetos y en gran parte de intereses se determina más por sus valores morales que por sus valores reales. 'Se ocupa · , / ./ ,/ 54 e A LVI N S. H A L L más en diferenciar el bien del mal que en distinguir entre lo verdadero y lo falso . Para tal persona la virtud es más importante 'que la verdad. Al identificarse con las elecciones objetales éticas , de! ideal del yo, e! yo experimenta sentimientos de orgullo. El orgullo es la recompensa que el ideal del yo otorga al yo por ser bueno. Es análogo al sentimiento que tiene el niño cuando sus padres lo alaban. Por otra parte, cuando el yo se identifica o elige un objeto que e! superyó considera carente de valor, el superyó castiga al yo haciéndole sentirse avergonzado y culpable. Esto también se parece mucho a la situación que se da cuando la madre o el padre castigan a un niñ o por portarse mal. El orgullo es una forma de narcisismo secundario, El yo se ama a sí mismo por hacer lo que es virtuoso. "La virtud es su propia recompensa." Del mismo modo po. dría decirse que el pecado es su propio castigo. Vemos así que la energía proveniente del ello se canaliza hacia el yo y el superyó mediante el mecanismo de identificación. Tal energía, entonces, puede ser utili- " zada por el yo y el superyó para promover o frustrar el objetivo del ello, que es la búsqueda del placer (libera. ción de la tensión) y evitar el dolor (aumento de la tensión). Hemos visto cómo e! yo se alía con e! ello con e! fin de gratificar a los instintos. Parecería, por otra parte, que el superyó, como enemigo de los instintos inmorales que tienden al placer, se opone siempre al ello. Pero no siempre es así. El ello puede manejar al superyó con e! propósito de obtener satisfacción para los instintos, Es decir, que el superyó puede actuar como agente del ello , en relación con el mundo exterio r y con el yo, Por ejemplo, el superyó de una persona moralista puede volverse muy agresivo contra , su yo. Se le hace sentir al yo que es malo e indigno. Una persona que siente tal cosa puede incluso infligirse daños corporales o suicidarse . Los actos de auto agresión satisfacen los impulsos agresivos del ello. \ / \ COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 55 El 'superyó de una persona de pensamiento elevado también puede gratificar al ello atacando a lá gente que se considera inmoral. La crueldad disfrazada de indignación moral no nos es desconoci da y ha sido incluso pract icada en gran escala. Lo atestiguan, por ejemplo, la brutalidad de la Inquisición, la quema de brujas y los asesinatos en masa perpetrados por los nazis. Esos ataques sádicos eran en apariencia instigados por un fervor moral de la más alta jerarquía. Sin embargo, representan en realidad la expresión de las fuerzas primitivas del ello. En tales casos, se dice que el superyó h a sido corrompido por el ello . El ello y el superyó tienen otra cualidad común. Ambos funcionan irracionalmente y deform an y falsifi can la realidad. Deberíamos más bien decir que el ello y el superyódefcrman el pensamiento realista del yo. El superyó obliga al yo a ver las cosas como deberían ser y no como son. El ello obliga al yo a ver el mundo como el ello desea que sea. En ambos casos, el proceso secundario, la prueba dé realidad y el principio de realidad son pervertidos por fue rzas irracionales. Para concluir este apartado sobre la distribución de la energía psíquica en la personalidad, debe recordarse que existe una cierta cantidad de energía y no más. Esto quiere decir que si el yo gana energía, el ello ( o el superyó -o ambos- tienen que perderla. La energetización de un sistema de personalidad significa la desenergetización de los otros sistemas. Una persona con un yo fuerte tendrá un ello y un superyó débiles. . La dinámica de la personalidad consiste en los ' cambios en la distribución de la energía a través de la personalidad . La conducta de una persona está determinada por su dinámica. Si la mayor parte de la energía está con- ~ trolada por el superyó, su conducta será moralista. Si está controlada por el yo, su conducta será realista. Y si deI ) 56 e A LVI N S. H A L L pende del ello, sus acciones serán impulsivas. Lo que una persona es y hace es inevitablemente una expresión del modo en que se distribuye !a energía. IV. CATEXIAS y CONTRACATEXIAS En uno de sus escritos Freud caracteriza el psicoanálisis como "una concepción dinámica que reduce la vida mental a la interacción de fuerzas que se impulsan y controlan recíprocamente". Las fuerzas impulsoras son las catexias, las fuerzas' controladoras las contracatexias. Como hemos visto, ' el ello sólo tiene catexias mientras que el yo y el superyó también poseen contracatexias. De hecho, el yo ,y el superyó se originan porque es necesario contener las acciones imprudentes del ello. Ahora bien: aunque los procesos que constituyen el yo y el supery6 actúan como frenos del ello, el yo v el superyó también . . tienen sus tuerzas impulsoras propias. Otra manera de considerar el concepto de la contracatexia es verlo como una fms/fación interna. La fuerza resistente frustra la descarga de tensión. Hay que distin guir este tipo de frustración de otro tipo llamado [rustración externa. En la frustración externa no se puede llegar . al objeto meta por razones sobre las cuales la persona no tiene dominio. Una ' persona puede necesitar alimento, pero si no lo hay en su ambiente o si se le impide alcanzarlo su hambre quedará insatisfecha. La frustración externa es un estado· de privación o de pérdida, mientras que la frustración interna es un estado de inhibición interna. Cuando una persona quiere hacer algo pero se interpone en su camino un obstáculo externo, se trata de una frustraciór: externa . Cuando una persona quiere hacer algo pero su yo o su superyó se 10 impiden, estamos frente a . una frustración interna. Freud observa que la frustración interna (contraes- I I COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 57 texia) no surge hasta que la frustración externa le prepara el terreno. Es decir, una persona tiene que experimentar privación o pérdida de algo antes de que pueda desarrollar controles internos. En el caso del superyó, por ejemplo, el niño no desarrolla una autodisciplina hasta que haya tenido la oportunidad de identificarse con las prohibiciones morales de sus padres. Un niño tiene que aprender lo que es malo mediante el castigo antes de que pueda establecer controles internos sobre su conducta. El concepto de fuerzas impulsoras y controladoras nos permite comprender por qué pensamos y actuamos como lo hacemos. En general, si las fuerzas impulsoras son más poderosas que las controladoras, se llevará a cabo alguna cIase de acción o se hará consciente alguna idea. Si las contracatexias superan en fuerza a las catexias, se reprimirá la acción o el pensamiento. Sin embargo, aun cuando no haya presente catexia alguna, el proceso mental puede estar cargado tan débilmente que no se llegue ~ r'roducir la conciencia 'o la acción. Tómese, por ejemplo, el caso de una persona que, trata de recordar algo. Puede no ser capaz de recordarlo porque la huella mnémica está cargada con una cantidad insuficiente de energía. La huella puede tener una carga débil de energía porque la experiencia no hizo demasiada impresión en la persona en primer lugar. O la energía de la huella puede haberse desviado hacia la formación de nuevas huellas rnnémicas. Aprender algo nuevo habitualmente significa que hay que olvidar o desaprender algo viejo.. La razón de esto es que una persona tiene una cantidad. limitada de energía psíquica. Cuando, se hacen nuevas inversiones, hay que pedir prestada energía a las catexias objetales ya establecidas . En consecuencia" las viejas catexias mnémícas se debilitan a medida que se agrega energía a las nuevas. , Se dice que las huellas mnémicas que poseen poca energía al comienzo o que la ha? perdido en beneficio de 58 e A LVI N S. H A L L otras huellas, han sido olvidadas. Pueden ser reinstaladas en la memoria- por repetición de la experiencia. Así, cuando alguien olvida un número telefónico puede cargar de nuevo la huella mnémica mirando el número en la guía. , A esto se lo llama refrescar la memoria. ' PO! otra p arte, uno puede no recordar alg o porque a la catexia de la huella mnémics se opone una resistencia o contracatexia. Se dice entonces que tales recuerdos están reprimidos, y no olvidados. Un recuerdo reprimido puede ser recordado reduciendo la fuerza de las contracatexias o aumentando la fuerza de las catexias. Ninguna de las dos cosas es ' muy fácil de hacer. Por lo general se encuentra' que cuanto mayor es el esfuerzo para tratar de irrumpir a través de la represión, mayor es la resistencia que se le opone. Técnicas especiales, tales como la h ipnosis o la asociación libre, se utilizan para debilitar las resisten cias. Las resistencias también tienden a debilitarse durante el dormir, de modo que po demos recordar en sueños algo que se reprime durante la vigilia. ¿Por qué se reprimen los recuerdos? Hay dos -razones principales. O el recuerdo en sí es doloroso o se asocia con algo que es doloroso. Por ejemplo, una persona puede olvidar el nombre de un conocido con el que ha tenido un encuentro desagradable. O puede olvidar su nombre porque se asocia a algo doloroso. En ambos casos, las contracatexias tienen el fin de proteger a la persona de la incomodidad y la ansiedad. Todo lo cual significa que es más fácil olvidar una cita con el dentista que una cita para ir a bailar. . La realidad de las fuerzas impulsoras y represivas de la personalidad se nos manifiesta con mucha frecuenc ia. Un ejemplo típico ~s e! impulso de vaciar la vejiga, que se reprime por reconocer la incorrección de! lugar y tiempo para hacer tal cosa. Otro ejemplo conocido es el impulso a hacerle a alguien una zancadilla, impulso inhibido por / COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 59 sentimientos sociales. Tener algo en la punta de la lengua indica que está funcionando una represión; cuanto más uno trata de recordarlo más difícil resulta hacerlo. Si uno presta atención a otros temas, puede debilitarse la resistenda y surgir en la conciencia de pronto, espontáneamente, el recuerdo reprimido. Podrían darse numerosos ejernplos más de la oposición de fuerzas . A veces una persona tiene conciencia de la oposición, mientras que en otras ocasiones todo lo que experimenta es un sentimiento de tensión, sin percatarse de la naturaleza de las fuerzas en pugna. La oposición de una contracatexia a una catexia se llama conflicto interno o endopstquico , Un conflicto endopsíquico reside dentro de la personalidad . Hay que distinguir estos conflictos de los conflictos entre la persona y su ambiente. Aunque hay innumerables conflictos endopsíquicos, tantos como existen catexias y contracatexias en pug(la, se los puede clasificar en dos categorías: los conflictos ello-yo, y los conflictos yo-superyó. No existen .conflictos en tre el ello y el superyó porque la oposición -, entre el ello y el superyó siempre implica al yo. Es decir, el ello y el superyó entran en conflicto porque cada uno trata de utilizar al yo para sus propios fines. Además, un conflicto simple entre el ello y el yo puede complicarse si el superyó alí a sus fu erzas con el ello contra el yo o con el yo contra el ello . El yo es el elemento común en todos ·10 5 conflictos, incluyendo los que implican opo sición con el mundo externo. Como el resultado de un conflicto es decisivo para la evolución de la personalidad, nos ocupa remos de nu evo de este importante tema en el capítulo siguiente. Prácticamente todo proceso de la per sonalidad está regulado por la interacción de las catexias y las contraestexias. A veces el equilibrio entre ellas es tan delicado que un ptqueñó cambio en la proporción de la fuerza de la catexia respecto de la f uerza de la contracatexia significará / 60 e AL V 1 N S. H A L L una diferencia entre hacer y no hacer algo. Un ligero aumento de la catexia o una ligera disminución de contracatexia cuando el dedo de la persona está en el gatillo de un revólver puede ser causa de que se· dispare el tiro, de que se mate a una persona, fe juzgue a un asesino, se lo ' condene y se lo ahorque. El delicado equilibrio del poder que a menudo existe entre las fuerzas impulsoras y represoras de la personalidad hace extremadamente difícil predecir con exactitud qué hará una persona en una situación dada. Así como una chispa puede ocasionar un desastroso incendio, de la misma manera un alza imperceptible en el nivel de la catexia puede iniciar una cadena de acontecimientos de profundas consecuencias en la vida de una persona y en la sociedad. Esta incapacidad para predecir el comportamiento de una persona impide que. la psicología sea una ciencia muy exacta. Freud tenía presente este hecho cuando escribió: "Pero Si emprendemos el camino Inverso, partiendo de las. premisas descubiertas por el anális is, e intentamos perseguir su trayectoria has ta el resultado, desap arece nuestra imp resión de una concatenación necesaria e imposible de establecer en otr a forma. Advertimos en seguida que el resultado podía haber sido distinto y que también hubiéramos podido llegar igualmente a comprenderlo y explicarlo. Así, pues, la síntesis no es tan satisfactoria como en análisis, o, dicho de otro modo, el conocimiento de las premisas no nos permite predecir la naturaleza del resultado. No es difícil hallar las causas de esta singularidad desconcertante. Aunque conozcamo s por completo los factores etiológicos determinantes de un cierto res ult ado, no conocemos más que su peculiaridad cualitativa, y no su energía relativa. Algunos de ellos habrán de ser juzgados ,por otros, más fuertes, y no participarán en el resultado final. Pero no sabemos nunca, de antemano, cuáles de los factores determinantes resultarán ser los más fuerte s y cuáles " Ios más débiles. Sólo al final podemos ) , COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FR.EUDIANA 61 decir que los que se han impuesto eran los más fuertes. Así, pues, analíticamente, puede descubrirse siempre, con toda seguridad, la causaci ón, siendo, .en cambio, imposible toda predicción sintética." 1 I Lo que Freud dice aquí es que a causa de que cambios muy sutiles en las intensidades relativas de las fuerzas excitantes e inhibitorias, y de que pequeños cambios en esas intensidades pueden producir efectos importantes, la ,psicología no puede ser una ciencia predictiva. Puede, empero, ser una ciencia postdictiva, pues es capaz de mirar hacia atrás y descubr ir las causas que produjeron un resultado. En el capítulo siguiente volveremos al tema del pape l que la catexia y la contracatexia desempeñan en el ,desarrollo de la personalidad. También examinaremos el problema de cómo una catexia puede evadir una resistencia al encontrar otra salida. v: CONCIENCIA E INCONSCIENTE En los primeros años del psicoanálisis, el concepto central de la teoría de Freud era el inconsciente. En las fo rmulaciones posteriores de Freud, a partir de 19 20 más o menos, el inconsciente fue rebajado de categoría y dejó de ser la región mayor y más importante de la mente para ser considerado una cualidad de los fenómenos mentales . Mucho de lo que antes se le había asignado al inconsciente se convirtió en el ello, y la distinci ón estructural entre conciencia e inconsciente fue reemplazada por la organización tripartita ello, yo y superyó. Aunque no es nuestro propósito aquí escribir una his1 Sigmund Freud, "Sobre la psicog énesis de un caso de homosexualidad Femenina" , en Obras completas, Madrid, Biblio'teca Nueva , 1948, vol. 1, págs. 1027-1028. 62 e A LVI N S. H A L L toria del desarrollo de las ideas freudianas en relación con la historia de la psicología, podemos señalar que la importancia declinante del inconsciente en el psicoanálisis fue paralela con la disminución del significado de la mente consciente en la psicología. Mientras que la psicología del siglo XIX se esforzó tratando de analizar la mente consciente, el psicoanálisis se ocupó de explorar la mente inconsciente. Freud creía que la conciencia era sólo una delgada corteza de la mente total, que como un témpano, tenía la mayor parte escondida debajo de la superficie consciente. Los psicólogos contestaron a Freud diciendo que la noción de una mente inconsciente era una contradicción en los términos; la mente, por definición, era consciente. La controversia nunca alcanzó a decidirse porque la psicología y el psicoanálisis cambiaron de objetivos durante el siglo xx. La psicología se convirtió en la ciencia de la conducta, y el psicoanálisis en la ciencia de la personalidad. En la actualidad existen muchos indicios de que las dos ciencias se están acercando para formar una sola . . CIenCIa. En la actualidad nos parece que lo que Freud trató de realizar en los treinta años que van desde 1890 hasta los cuales la mente inconsciente reinaba 1920, durante . como concepto soberano en su sistema psicológico, fue descubrir las fuerzas determinantes de la personalidad, que no son directamente conocidas por el observador. De la misma manera que la física y la química hacen conocer lo desconocido sobre la naturaleza de la materia, mediante experimentos y demostraciones, la tarea de la psicología era para Freud buscar factores desconocidos de la personalidad. Tal parece ser el significado de la afirmación \ siguiente de Freud: "N uestro trabajo científico en psicolugía consistirá en transformar los procesos inconscientes en conscientes, llenando de este modo las lagunas de las percepciones conscientes." Freud aquí fl1:e- COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 63 , ramente reconoce el hecho conocido de que la meta de todas las ciencias es sustituir la ignorancia por el conocimiento, Por ejemplo, el hombre no tiene conciencia directa del proceso de la digestión, pero la ciencia de la fisiología puede decirle qué sucede durante la digestión. Este conocimiento no le permite percibir (tener conciencia directa) sus propios procesos digestivos a medida que ocurren; sin embargo conoce (comprende) qué está sucediendo. De manera similar, uno no se da cuenta de los procesos mentales inconscientes, pero .la psicología puede enseñar qué está pasando debajo del nivel de la conciencia . Por ejemplo, una persona que sufre un accidente por 10 general no se da cuenta de que el accidente puede representar un deseo de herirse. Sin embargo, es precisamente eso lo que han demostrado numerosos estudios. Tampoco una persona que siente una avidez anormal por alimentarse o por beber tiene de ordinario conciencia de! hecho de que tal avidez puede haber nacido de un frustrado deseo de amor. Sin embargo, así sucede a menudo. Aun cuando un ind ividuo aprende (lue existe una relación entre la propensión al accidente y los sentimientos de culpa, o entre e! alcoholismo y el amor frustrado, probablemente no tiene conciencia directa de esa relación tal como existe en él mismo. Freud creía que para que la psicología pudiera llamarse ciencia, debía descubrir las causas desconocidas del com portamiento. Por eso es que asignó tanta importancia a la; causas o motivaciones inconscientes en los primeros años del psicoanálisis. Para Freud lo inconsciente es 10 que es desconocido. La teoría psicoanalítica, después de 1920, conserva la conciencia v lo inconsciente como cualidades de los fenórnenos mentales. El que un contenido mental sea consciente o no, de pende de la magnitud de la energía invertida en él y en la intensidad de la fuerza de resistencia. Una persona siente dolor o placer cuando la magnitud del . . o 64 e A LVI N S. H A L L dolor o del placer excede cierto valor catéctico, llamado ' ualor umbral. De la misma manera, percibe un objeto en el mundo cuando el proceso perceptualestá energetizado más allá de un valor umbral. Aun cuando la catexia sobrepase el umbral, la sensación o la percepción pueden no poseer la cualidad de conscientes a causa de los efectos inhi~itor.ios de la contracatexia, que le impide llegar a la conciencra. Por ejemplo, se conocen casos de individuos incapaces de ver, a pesar del hecho de que sus mecanismos visuales funcionan bien. Son ciegos porque no quieren ver. Esto quiere decir que la fuerza inhibitoria (contracatexia) blo quea efectivamente la catexia visual. La razón por la que no quieren ver es que el ver es demasiado ' penoso para ellos Tienen literalmente miedo de ver, como una pero sena que cierra los ojos en el cine para evitar ver tina escena particularmente horripilante. La, percepciones y los sentimientos son experiencias directas de algo que le está ocurriendo a la persona en el presente. Los recuerdos y las ideas, por otra parte, son representaciones mentales de experiencias pasadas. Para que las ideas o los recuerdos se hagan conscientes, es necesario que se asocien con el lenguaje. Uno no puede pensar o recordar a menos que lo que está pensando o recordando se una a palabras que ha visto u oído. En consecuencia, no se puede recordar conscientemente experiencias infantiles que ocurrieron antes de que comenzara el desarrollo del lenguaje. Sin embargo, pese al hecho de que uno no puede recordar las experiencias muy tempranas, ellas pueden tener importancia decisiva en el desarrollo de la personalidad. ro o , o Freud diferenció entre dos cualidades de inconscientes : lo preconsciente y el inconsciente propiamente djcho. Una . idea o recuerdo preconsc íentes son jos que pueden hacerse conscientes muy fácilmente porque la resistencia es débil. Un pensamiento o recuerdo inconscientes son más diííci- -, COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 65 les de hacerse conscientes porque la fuerza que se les , opone es poderosa. En realidad existen todos los gfildos de inconsciente. En un extremo de la escala está el recuerdo gue nunca podrá hacerse consciente porque no tiene asociaciones con el lenguaje; en el otro se encuentra el recuerdo que está en la punta de la lengua. Como se requiere una concentración relativamente grande de energía para que un proceso mental adquiera la cualidad de ser consciente, con tal fin hay que desviar ( energía de otros procesos mentales. Esto quiere decir que podemos tener conciencia de una sola cosa por vez. Sin embargo, el rápido desplazamiento de energía de una idea, recuerdo, percepción o sentimiento a otros, proporciona un amplio margen de percatación consciente-dentro de un breve espacio de ticmpo. U no puede pensar o recorrer , con la memoria una cantidad de cosas rápidamente, por la movilidad con que puede redistribuirse la energía psíquica . El sistema perceptual es como un mecanismo de radar que con rapidez registra y toma imágenes del mundo . Cuando el sistema perceptual descubre un objeto necesario o capta un peligro en , potencia en el mundo externo, se detiene y enfoca su atención sobre el objeto o el peligro. Se atraen entonces ideas y recuerdos del preconsciente para ayudar a la persona a adecuarse a la situación que se le presenta. Cu~ndo ha pasado el peligro o se ha satisfecho la necesidad, la mente vuelve su atención hacia otros asuntos. VI. LOS INSTINTOS Dijimos en un apartado anterior de este capítulo (véase apartado II, "Instinto") que un instinto es una suma de energía psíquica que imparte dirección a los procesos psicológicos, y que tiene una fuente, una finalidad, un objetivo y un ímpetu. ¿Cuántos instintos diferentes hay? / 66 e A LVI N S. H A L L . Hay 'tantos como necesidades corporales, puesto que un instinto es el representante mental de una necesidad corporal. Freud dijo que el número de instintos es algo que deberá ser determinado por la investigación biológica. En su planteo final Freud reconoció dos grandesgrupos de instintos: los que están al servicio de la vida y los qL'e están al servicio de la muerte. La meta final de los instintos de muerte es el retorno a la constancia de la materia inorgánica. En sus especulaciones, Freud pensó / que los instintos de muerte se encontraban en la materia viva en una etapa de la evolución de la tierra en que las fuerzas cósmicas que actuaban sobre la materia inorgánica la transformaron en formas vivas. Esas primeras cosas vivas probablemente vivieron sólo muy corto . tiempo y luego retornaron (regresaron) a su estado inorgánico primitivo. 'La vida consistía esencialmente en un estado .de perturbación producido por un estímulo externo. Cuando la perturbación cesaba se apagaba la chispa de la vida . Como resultado de estas condiciones presentes en la creación de la vida, la regresión a 10 inorgánico se convirtió en una finalidad de lo orgánico. Con la continua evolución del mundo, nuevas formas de energía crearon perturbaciones de mayor duración, de modo que aumentó el lapso de vida. A su .debido tiempo los seres vivientes adquirieron el poder de reproducirse. En ese punto de la evolución, la creación de la vida se hizo independiente de la estirnulación externa. Aunque el instinto de reproducción aseguraba la continuidad de la vida, la presencia del instinto de muerte significaba que ningún ser particular .podía vivir eternamente. Su destino final era siempre retornar a lo inorgánico. Freud creía que la vida era un camino indirecto hacia la muerte. Los instintos de muerte cumplen su tarea de manera invisible. Poco se sabe de ellos, excepto que inevitablemente cumplen su misión. No obstante, los derivados de los instintos de muerte, de los cuales la agresividad y la COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREVDIANA 67 desuucnvidad son algunos de los más importantes, son muy conspicuos. En el Capítulo IV, El desarrollo de la personalidad. se examinará el tema de los derivados de los instintos. Aquí baste decir que el derivado de un instinto es una fuerza impulsora que tiene la misma fuente y la misma finalidad que e! instinto de! que deriva, pero difiere en los medios por los cuales alcanza su fin. En otras palabras, e! derivado de un instinto es una catexia objetal sustitutiva. Los instintos de vida son mejor conocidos porque sus efectos son más manifiestos. Son los representantes meno tales de todas las necesidades corporales cuya satisfacción es necesaria para sobrevivir y reproducirse. Los instintos sexuales han sido los más profundamente estudiados de todos los ·instintos de vida y tienen gran importancia en la teoría psicoanalítica de la personalidad. Los instintos sexuales tienen sus fuentes en diversas zonas corporales, las llamadas zonas erágenas. La boca, e! ano y los órganos genitales son las principales zonas erógenas. Freud pensaba que una zona erógena podía ser una parte de! cuerpo que estaba sensibilizada por sustancias químicas (hormonas) segregadas por las glándulas sexuales. Los instintos sexuales surgen independientemente entre sí en la vida del individuo, pero en la pubertad (madurez sexual) se sintetizan normalmente al servicio de la reproducción. También interactúan con los demás instintos vitales. La boca es la entrada para el alimento, y también una parte de! cuerpo que, adecuadamente estimulada, produce placer sensual. El ano es el órgano por el cual se eliminan los residuos, pero también produce placer cuando se lo estimula de ciertos modos. El derivado principal de los instintos sexuales es e! amor. Examinaremos más ampliamen- . te 10-; instintos sexuales y sus derivados en e! capítulo siguiente. La forma de energía utilizada por los instintos vitales recibe el nombre de libido, pero Freud nunca le dio nom- . , / e A LVI N S. H A L L bre especial alguno a la forma de energía empleada por los instintos de muerte. En sus primeros escritos utilizó el término "libidó" para denotar la energía sexual, pero al revisar su teoría de la motivación la "libido fue definida como la energía de todos los instintos de vida. Los instintos de vida y de muerte y sus derivados pueden fusionarse entre sí, neutralizarse mutuamente o alternar recíprocamente. Ejemplo de una fusión de instintos es el dormir, ya que es a la vez un estado de tensión reducida (un retorno parcial por el camino que lleva a lo inorgánico) y un lapso durante el cual los procesos vitales se revitalizan. El comer representa una fusión de un instinto vital con la destructividad, esta última un derivado del instinto de muerte, ya que la vida se mantiene gracias a la comida, pero al mismo tiempo se destruye el alimento al morderlo, masticarlo y tragarlo. El amor, un derivado de los instintos sexuales, a menudo neutraliza alodio, un derivado de los instintos de muerte. También pueden- alternar entre sí, como cuando el amor se vuelve odio o el odio se convierte en amor. Los instintos residen en el ello, pero se expresan al guiar los procesos del yo y del superyó. El yo es el agente principal de Jos instintos de vida. El yo sirve a los instintos vitales de" dos maneras importantes. Originariamente nace para que las necesidades básicas del cuerpo alcancen su satisfacción. Lo hace aprendiendo a llevar a cabo transacciones realistas con el ambiente. El yo también sirve a los instintos vitales al trasformar los instintos de muerte en formas que cumplen los fines de la vida en vez de los de la muerte, Por ejemplo, el deseo primario de muerte en el ello se trasforma en el yo en.3gresión contra los enemigos del mundo exterior. Al cumplir una acción ag resiva una persona se protege a sí misma del daño o destrucción que podrían causarle sus enemigos. La agresión también le ayuda a superar barreras que dificultan la satisfacción de sus necesidades básicas. . COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA • 69 . Sin embargo, cuando uña person a es agresiva tropieza a men udo con contra-agresiones procedentes de autoridades y enemigos. Pa ra evitar el castigo, la persona aprende a . , identificarse con el agresor. Esto significa que se vuelve agresivo contra los mismos impulsos que lo hacen hostil hacia los demás. Es decir, desarrolla un supcryó que controla sus impulsos en forma similar a una autoridad externa. . El superyó, como autoridad internalizada, lleva en tonces una acción agre siva contra el yo cada vez que éste intenta ser hostil o rebelde contra una fig ura externa con autoridad. la serie de acontecimientos puede ser resumida así: 1) el niño es agresivo contra su padre; 2) el padre responde castigando al niño; 3) el niño se identifica con el padre que lo castiga ; 4) la autoridad del padre se internaliza y se conv ierte en superyó; 5) el superyó castiga al yo cuando éste desobedece una regla moral del super· yó. En los casos extremos el superyó trata de destruir al yo. Eso es lo que sucede, por ejemplo, cuando una persona se siente tan avergonzada de sí misma qu e llega al sui• cidio. Como el yo es el agente de la vida, el superyó , al tra tar de destruir al yo tiene la misma finalida d que el deseo original de muerte en el ello. Por eso se dice que el superyó es el agente de los instintos de muerte. • VII. ANGUSTIA la angustia es uno de los conceptos más importantes de la teoría psicoanalítica. Desempeña un papel importante tanto en el desarrollo de la personalidad como en la dinámica del funcionamiento de la personalidad. Ade más, posee un significado central en la teoría freudiana de la neurosis y psicosis y en el tratamien to de estos estados patológicos. Nos limitaremos aquí. a examinar la 70 e A LVI N S. H A L L parte que la angustia desempeña en el funcionamiento de la personalidad normal. La angustia es una experiencia emocional penosa producida por excitaciones de los órganos internos del cuerpo. Estas excitaciones son provocadas por estímulos internos o externos y están gobernadas por el sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, cuando una persona enfrenta una situación peligrosa, su corazón late más de prisa, respira rápidamente, se le seca la boca y las palmas de la mano traspiran. La angustia difiere de otros estados penosos, tales como la tensión, el dolor, y la melancolía, por alguna cualidad específica de conciencia. No se sabe con precisión qué determina esa cualidad. Freud pensó que podría ser algún rasgo característico de las excitaciones viscerales mismas. De todas maneras, la angustia es un estado consciente que puede ser distinguido subjetivamente por la persona de otras experiencias de dolor, depresión, melancolía y tensiones producidas por el hambre, la sed, el sexo y otras necesidades- corporales . Diremos de paso que no existe la angustia inconsciente, de la misma manera que no existe el dolor inconsciente. Uno puede no darse cuenta de la razón de su angustia, pero no puede dejar de darse cuenta del sentimiento de angustia. La angustia que no se experimenta no existe. Angustia es sinónimo de miedo. Freud prefirió el término angtJstia al de miedo porque por lo general se piensa que el miedo se refiere a algo del mundo externo. Freud reconoció que cabe tener miedo a peligros tanto internos como externos. ' D istinguió tres tipos de angustia : angustia real tJ objetiva, angastia neurótica y angtJstia moral. Estos tres tipos de angustia no difieren entre sí de manera cualitativa. Todos comparten la misma cualidad de ser desagradables . Difieren sólo respecto de sus fuentes. En la angustia real el origen del peligro está en el I COMPENDIO DE PSICOL<VGÍA FREUDIANA ': 1 71 mundo externo. Uno tiene miedo a una serpiente venenosa, a .un hombre con un revólver, o a un automóvil que no se puede dominar. En la angustia neurótica la amenaza consiste en una elección obj etal instintiva del ello. Una persona tiene miedo de ser. dominada por un impulso. incontrolable de cometer un acto o de tener un pensamiento que le serán perj udiciales. En la angustia moral la fuente de la amenaza es la conciencia del sistema superyoico. Uno teme que la conciencia moral lo castigue por hacer o pensar algo contrario a las normas del ideal del yo. Para decirlo en pocas palabras, los tres tipos de angustia que experimenta el yo son el miedo al mundo externo, el miedo al ello y el miedo al superyó. La distinción entre estos tres tipos de angustia no quiere decir que la persona que experimenta la angustia se dé cuenta de su fuente real. Puede pensar que tiene miedo a algo del mundo exterior cuando en realidad su miedo surge de un peligro impulsivo o de una amenaza del superyó. Por ejemplo, una persona que teme manejar cu. chillosafilados puede pensar que su miedo obedece a que los cuchillos afilados son intrínsecamente peligrosos, cuando en realidad lo que teme es volverse agresiva y herir a alguien al tener un cuchillo en la mano. De la misma manera, una persona puede pensar que teme estar en un-lugar alto porque los lugares altos .son objetivamente peligrosos, cuando lo cierto es que tiene miedo de que su conciencia aproveche la oportunidad de estar en ese lugar para castigarla por sus pecados haciéndola caerse. Un estado de angustia puede tener más de una fuente, Pueden fundirse las angustias neurótica y objetiva, o la angustia moral con la objetiva, o la angustia neurótica con la moral. También pueden mezclarse las tres. La única función de la angustia es actuar como una señal de peligro para el yo, de modo que cuando la señal aparece en la conciencia el yo pueda tomar medidas para enfrentar el peligro. Aunque la angustia es penosa y_uno e A LVI N 72 , S. H A L L podría desear que se anulara,cumple una función muy necesaria al 'alertar a un a persona ante la presencia de pel igros internos y externos. Una vez alerta, la persona puede h acer algo para protegerse o evitar el peligro. Por otra parte, si no se puede evitar el peligro, la angustia se acumula y por último abruma a la persona. Cuando esto ocurre, se dice que la persona ha sufrido un colapso nervioso. La angustia real es una expe· riencia emocional penosa que se produce al percibir un peligro en el mundo externo. Un peligro es cualquier condición ambien te que amenaza COn perjudicar a la persona. La percepción del peligro y el surgimiento de la angu stia p ueden ser innatos, en el sentido de ql¡e se hereda una tendencia a atemorizarse en presencia de ciertos objetos o condiciones del ambiente, o puede ser adquirida durante la vida. Po r ejemplo, el miedo a la oscuridad puede ser innato porq ue en el pasado generaciones de hombres fueron constantemente amenazados por peligros durante la noche, antes de que poseyeran los medios de encender luces; o puede ser aprendido, porque es más probable que se tengan experiencias peligrosas durante la noche que durante el dia. También es posib le que la herencia y la experiencia sean co-productoras del miedo a la oscuridad. La herencia puede hacer a una pers ona susceptible al miedo mientras que la experiencia pued e trasformar la susceptibilidad en realidad. De todos modos, los temores se adquieren más fácilmente durante la infancia, cuando la desvalidez del organismo inmaduro le impide enfrentarse con los peligros externos. El organismo joven se siente a veces avasallado por el miedo, porque su yo no se ha desarrollado aún hasta el punto de poder dominar (ligar) . cantidades CX C~ ~ sivas de estímulo. Las experiencias que colman de angustia se llaman traumáticas, porque reducen a la persona a un A. ANGUSTIA REAL. COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 73 . estado infantil de desvalidez, El prototipo de todas las experiencias traumáticas es el trauma del nacimiento. . El recién nacido es bombardeado por una estimulación excesiva proveniente del mundo externo, para la cual su protegida existencia fetal no lo había preparado. Durante sus primeros años el niño se encuentra con muchas otras situaciones .que no puede enfrentar, y estas experiencias traumáticas ponen la base para el desarrollo de toda una , red de miedos. Cualquier situación de la vida posterior que amenace reducir a una persona a un estado infantil de des validez, hará revivir la señal de angustia. Todos los miedos se relacionan con las primeras experiencias de desvalidez y derivan de ellas. Por eso es tan importante proteger al niño pequeño de experiencias traumáticas, Podemos aprender, y en efecto aprendemos, a reaccionar con eficacia cuando suena la alarma ele la angustia. Huimos del peligro o hacemos algo para anularlo. También adquirimos la capacidad de ' anticipar el peligro y tomar medidas para precavernos antes de que se haga traumático. Esta capacidad consiste en poder reconocer un ligero sentimiento de aprensión que indica que algo se hará más peligroso a menos que se lo detenga. Una per- . sena regula constantemente su comportamiento sobre la base ' de sentimientos incipientes de aprensión. Cuando una persona maneja un auto, por ejemplo, experimenta una sucesión de ligl'ras aprensiones que le previenen para que esté alerta ante los peligros posibles. Cuando no se puede hacer nada para protegerse del peligro, la angustia alcanza el punto en qlle la persona sufre un colapso o se desmaya. Se sabe que el miedo hasta ha matado a algunas personas. Como veremos en el capítulo siguiente, el yo posee otros medios de enfrentar la angustia. B. ANGUSTIA NEURÓTICA. La angustia neurótica es provocada por la percepción de un peligro proveniente de 74 e A LVI N S. H A L L . los instintos. Es miedo a lo que podría ocurrir si las contracatexias del yo son incap aces de impedir que las catexias objetales instintivas se descarguen en alguna acción impulsiva. La angustia neurótica puede manifestarse en tres formas. Existe un tipo de aprensión flotante que se conecta rápidamente con cualquier circunstancia más o menos adecuada del ambiente. Esta clase de angustia caracteriza a la ptrsona nerviosa que siempre espera que ocurra algo terrible. Solemos decir que una persona tal tiene miedo a su propia sombra. Mejor serí a decir que tiene miedo de su propio ello. En realidad teme que el ello, que constantemente ejerce pres ión sobre el yo, se apodere de éste y lo reduzca a un estado de impotencia. ( Otra forma observable de angustia neurótica es un miedo intenso e irracional, al cual se suele llamar fobia. El rasgo característico de la fobia es que la intensidad del miedo no guarda proporción alguna con la peligrosidad real del objeto que la persona teme . Esta puede tener un miedo mortal a las. polillas, a las lau chas, a los lugares elevados, a las multitudes, a los espacios abiertos, a los botones, a la, goma, a cruzar la calle, a hablar ante un grupo, al agua o a las bombillas eléctricas, para citar unas pocas de las muchas fobias que se han observado. En todos los casos el miedo es irracional, porque la fuente principal de la angustia se encuentra en el ello más que en el mundo externo, El objeto de la fobia representa la tentación de . proporcionarse una satisfacción instintiva o se asocia de alguna manera con una elección objetal instintiva. Detrás de cada . miedo neurótico hay un deseo primitivo del ello por el objeto que se teme. La persona desea 10 que teme; o desea algo asociado con el objeto temido o sirnholizade por éste. Por ejemplo, una mujer joven tenía un miedo mortal a tocar cualquier cosa hecha de goma. Ella no sabía por qué sentía tal miedo, sólo sabía que lo había experimen- COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 75 , tado desde que tenía memoria. El análisis descubrió los siguientes hechos: cuando era pequeña su padre había llevado al hogar dos globos, uno para ella y otro para su hermana menor, En un acceso de ira ella había roto el globo de su hermana, por lo cual su padre la castigó severamente. Además tuvo que darle su globo a su hermana. Análisis posteriores demostraron que había sentido muchos celos de su hermana, tantos que en secreto deseó que se muriera y la dejara como ' único objeto del cariño de su padre. Romper el .globo de su hermana significaba un acto destructivo contra ella. El castigo consiguiente y su propio sentimiento de culpa se asociaron can el globo de goma. Cada vez que entraba en contacto con la goma, el viejo miedo de desear destruir a su hermana la hacía huir. , La angustia moral puede aumentar las fobias cuando el, objeto deseado pero temido trasgrede un ideal del superyó. Por ejemplo . una mujer puede sentir un miedo irracional de ser violada porque en realidad desea ser, atacada sexualmente, pero el superyó se rebela contra su deseo. En realidad no tiene miedo de ser violada, sino que 10 desea. Tiene miedo de su propia 'conciencia moral por abrigar tal deseo. Es decir, una parte de su personalidad está en pugm con otra, El ello dice "deseo"; el superyó dice "i qué horrible!" Y el yo dice "tengo miedo". Esta es la explicación de muchos miedos intensos. La tercera forma de angustia neurótica se observa en reacciones de pánico o cuasi pánico. Estas reacciones se manifiestan repentinamente, aparentemente sin ser provocadas. A veces se lee que una persona enloqueció y disparó contra diversos individuos a quienes no conocía: y que no le habían hecho nada. Más tarde no pudo explicar por qué hizo tal cosa. Todo 10 que sabe es que se sintió tan trastornada y tensa que tuvo que hacer algo antes de explotar. Estas reacciones son ejemplos del comportamiento de descarga cuya finalidad es liberar a la per- 76 e A LVI N S. H AL L sana de una angu stia neurótica excesivamente penosa, haciendo lo que el ello exige, a pesar de las prohibiciones del yo y del superyó. El pánico es una forma de reacción extrema que a menu do se manifiesta en for mas menos viole ntas. Se jo ve cada vez que una persona hace algo que no concuerda con su comportamiento habitua l. Puede ser soltar de pronto una palabra part icularmente ofensiva, robar un art ículo de poco valor en una tien da, o h acer una observación insultante sobre alguien. En tales casos se dice que la 'persona está actuando según sus impulsos. Actuar según sus impulsos reduce la angustia neurótica al aliviar la presión que ejerce el ello sobre el yo. Está de más decir que tal comportamiento provocará un aumento de la angustia real cuando el acto impulsivo suscita una reacción amenazante por parte del amb iente, como por lo general ocurre. Un niño es castigado repetidas veces por seguir sus impulsos, de modo que habitualmente aprende a controlarlos. Si no apren de a hacerlo cuando niño y llega a ser un adulto impulsivo, la sociedad tiene recursos para tratar con él mediante p rocedim ientos legales. Aun así, se han conocido ciudadanos observantes de la ley que la han trasg redido bajo la" presión de la angustia neurótica. Sus controles se quiebran y los impulsos dominan el comportamiento . Aunque la gen te biencontrolada usualmente lam ent a las acciones impulsivas y las explosiones emocionales, después del estall ido expe rimenta una sensación de alivio. La ang ustia neurótica se basa en la angusti a real en el sen tido de que una persona tiene que asociar una demanda instint iva con un. pelig ro externo antes de que aprenda a temer sus inst intos. Pu esto que la descarga instin tiva no acarrea castigo, uno nada tiene q ue teme r de las catexias obj etales instintivas. Sin emb argo, cuando el comportamien to impu lsivo provoca dif icult ades a la persoIl a~ que es lo común, ésta ap rende cuán peligrosos son COMPENDIO I DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 77 los instintos. Las palmadas y las zurras y otras formas de castigo le demuestran al niño que la satisfacción impulsiva instintiva lleva, a un estado de incomodidad. El niño adquiere ansiedad neurótica cuando se lo castiga por ser impulsivo. \ La ansiedad neurótica puede ser para el yo una carga más pesada que la angustia objetiva. A medida que erecernes, desarrollamos medios para dominar o evitar las amenazas exteriores, e incluso de niños siempre pudimos huir de objetos o situaciones peligrosas. Pero corno la fuente de la ansiedad neurótica es un sector de la propia personalidad, es mucho más difícil manejad a y completamente imposible huir de ella. El desarrollo de la pe¡'sonalidad, corno veremos en el capítulo siguiente, está determinarlo en gran medida por los tipos de adaptaciones y mecanismos que se forman en el yo para enfrentar la angustia neurótica y la angustia moral. La lucha contra los miedos es una de las tareas principales del crecimiento psicológico, y el resultado influye sobremanera en el carácter fina,l de la persona. ' Antes de terminar esta secci ón el lector debe tener presente que la angustia neurótica no es posesión exclusiva de la gente neurótica. La gente normal también expe. rimenta angustia neurótica, pero ésta no domina su vida en, el mismo grado en que lo hace en la vida de los neuróticos. Después de todo, la diferencia entre un neurótico y' una persona normal es sólo de grado, y el límite entre los dos es muy impreciso. C. ANGUSTIA MORAL. La angustia moral, que se experimenta como sentimientos de culpa o de vergüenza en el yo, es suscitada por la percepción de un peligro proveniente de la conciencia moral. La conciencia moral, como agente internalizado de la autoridad de los padres, amenaza castigar a la persona por haber hecho o pensado algo que trasgrede los propósi tos perfeccionistas del ideal 78 I e A LVI N S. H A L L del yo q:!e los padres han inculcado en la personalidad. El miedo original del que deriva la angustia moral es un miedo objetivo: el miedo a los padres que castigan. Como en el caso de la angustia neurótica, la fuente de la angustia moral está en la estructura de la personalidad, y al igual que en la angustia neurótica, la persona no puede evitar los sentimientos de culpa tratando de huir de ellos. El conflicto es puramente intvnpsiquico, lo cual quiere decir que es un conflicto estructural y no implica una relación entre -Ia persona y el mundo, excepto en un sentido histórico, pues la angustia moral es una consecuencia del miedo objetivo a los padres. La angustia moral tiene lazos estrechos con la angustia neurótica, puesto que los enemigos principales del superyó son las elecciones objetales primitivas del ello. Estos lazos son creados por la disciplina de los padres, que en gran parte se dirige contra la expresión de impulsos sexuales y agresivos. Por eso la conciencia moral, que es la voz internalizada de la autoridad paterna, es un conjunto de prohibiciones contra la sensualidad y la desobediencia. Una de la" ironías de la vida es que la persona virtuosa experimenta más vergüenza que la persona no virtuosa. La razón de esto es que el mero pensar en hacer algo malo , avergüenza a una persona virtuosa . Una persona con gran autocontrol pensará mucho sobre las tentaciones instintivas, p ues no encuentra otra salida para sus necesidades instintivas. Una persona menos virtuosa no tiene un superyó tan fuerte, y es por lo tanto menos probable que la conciencia lo acuse cuando piensa o hace algo fuera del código moral. Los sentimientos de culpa son parte del precio que la persona idealista paga por su renuncia a los instintos. Hemos dicho que la angustia advierte al yo que está en peligro. En la angustia objetiva, si la persona no le presta atención a la advertencia, le ocurrirá algo perj udicial. Sufrirá un daño o un dolor físico, o experimentará COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 79 - alguna privación o pérdida. Al prestar atención a la advertencia, la persona puede evitar el daño. En la angustia neurótica y moral e! peligro no está en e! mundo externo ni es un daño físico doloroso o una privación física la que la persona teme. ¿Qué teme entonces? Tiene miedo del miedo en sí. Esto es evidente en e! caso de sentimientos de culpa que son directamente penosos para la persona. Pueden, en efecto, llegar a ser tan insoportables que la persona que se siente culpable puede provocar un castigo de! exterior para expiar su culpa y alcanzar alivio. Hay individuos que han cometido crímenes a causa de sus sentimientos de culpa. Se los atrapa con facilidad porque desean ser atrapados y castigados. De manera similar, la presión creciente de la angustia neurótica puede ser causa de que 'una persona pierda la cabeza y haga algo muy impulsivo. Las consecuencias del hecho impulsivo son consideradas menos penosas que la . angustia en sí. La angustia neurótica y moral no es sólo señal de un peligro inminente para el yo, es también el peligro mismo. vrn. RESUMEN Nos hemos ocupado en este capítulo de la personalidad como un complejo e intrincado sistema de energía. La forma de energía que hace fun cionar la personalidad y le permite llevar a cabo sus tareas es llamada energía psíquica. Esta energía procede de la energía vital del cuerpo, La energía vital se trasforma en. energía psíquica. No sabemos cómo ocurre eso. El depósito de la energía psíquica es el ello . La energía . del ello se utiliza para gratificar los instintos básicos de vida y de muerte. Mediante el mecanismo de identificación se retira energía del depósito ' y se la utiliza para activar el yo y el superyó. . La energía a disposición del yo y del superyó se emplea e A LV I N 80 S. H A L L con dos finali dades generales. Ayuda a descargar la ten; sión al ser ésta invert ida en catextas, o impide l a descarga de la tensión al ser invertida en contracatexias. Las contracatexias se establecen, principalmente, con el propósito de reducir la angustia y evitar el dolor. Lo que una persona piensa y hace está determinado por la potencia relat iva de estas fuerz as impulsoras y de resistenc ia. En último análisis, la dinámica de la personalidad consiste en los intercambios de energía psíquica entre los tres sistemas de la personalidad. BIBLIOGRAFIA Energía, instinto y catexia FRE UD, S. ( 19 15 ), Sobre las transmutaciones de los instintos ) especial mente del erotismo anal. (192 0) , (1 923) , ( 1924), , (1 933 ) , M,ís allá del princip¡« del place ), El yo y el ello . El problema económico del masoq uismo, Nuevas aportaciones al psicoanálisis. Conciencia e inconsciente (190 0) , La imerpretncián de los sueñ os. ( 1915) , "L o inconsciente", en M etapsicología. (1923), El 'yo y el ello . (1938), "Esquema del psicoanálisis", en Revista de Psicoanálisis, VIII, 1 (Bs . As., enero-marzo 1951 ) . , Angustia ( 1926) , lnbibici án, sintomn y angustia. (19 33), Nuevas aportaciones al psicoan álisis, Cap. V. CAPÍTULO IV EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD -, Uno de los hechos evidentes acerca de la personalidad , es que está en cambio y desarrollo constantes. Esto se advierte especialmente durante la infancia, la niñez y la adolescencia. Estru cturalmente, el yo se hace más diferenciado y dinámicamente alcanza un control mayor sobre las fuentes instintivas de energ ía. H ay una elaboración de pautas de comportamiento, una proliferación de catexias objetales en forma de intereses y vinculaciones, y un desarrollo de los pro cesos psicológicos de la percepción memoria y pensamien to. Toda la personalidad se hace más integrada, lo cual quiere decir que se facilitan los intercambios de energía entre los tres sistemas y con el mundo externo. Las catexias y las contracatexia s tienden a estabilizarse a medida que la persona crece, de manera que la personalidad fun ciona de modo más suav e, más ordenado y más congruente. Mediante el aprendizaje, se desarrolla una habilidad mayor para enfrentar las frustraciones y las angustias. Estos y otros cambios en la persona son el resultado de cinco condiciones importantes: 1) maduración, 2) excitaciones penosas resultantes de privaciones y pérdidas exte-rnas (frustración externa), 3) excitaciones penosas que surgen de conflictos internos (catexias versu s contracatexias) , 4) ina decuaciones personales, 5) angustia. L3. maduración consiste en series innatamente controlad-as de cambios evolutivos. Caminar es un ej ernplo de un 82 e A LVI N S. H A L L proceso de maduración. Al principio el bebé no , tiene pode r de locomoción; luego , como resultado del creéimiento de los h uesos, músculos y tendones, y de desarrollo s dentro del sistema nervioso, el bebé pasa por una serie de progresos bien definidos que comienzan con po der levantar la cabeza y que a su debido tiempo le llevan a poder da r unos pasos por sí solo . El desarrollo del leng uaje ma nifiesta un a serie similar de progresos desde el balbuceo del bebé hasta las verbalizaciones sign ificativas del niño . La percepción, la memo ria, el aprendizaje, el juicio y el pensamiento son influidos por la maduración del sistema nervioso 'central, y los instintos, especialmente el sexual, so n mod ificados por la maduración del sistem a . neuro-humoral integrado por el sistem a nervioso autónomo y las glándulas endocrinas. La maduración es un proceso gen eraliz ado ; probablemente no hay aspecto alguno del . desarroll o que no sufra su influencia. Sin embargo, es difíc il, si no imposible, sepa rar los efectos de la maduración de los del aprendizaje. La maduración y el aprendizaje corre n parej as en el desarrollo de la personalidad. Una frus tración es cualquier cosa que impide descargar una excitación penosa o incómoda. En otras palabras, un a frustración es algo q ue se interp one en el funcionamiento del princip io del placer. La persona puede frustrarse por· que no encuentra en el ambiente el objeto-meta necesario. A esto se le llama privación. El obj eto-meta puede estar presente pe ro no estar al alcance de la persona que lo desea. A esto se llama pérdida. La privación y la pérdida se clasifican como f rustraciones externas porque residen en el amb iente. La frus tración también puede deberse a algo dentro de la personalidad. Puede existir una fu erza opositora o cont racatexia que le impide a la persona alcanzar satisfacción . A esto se le llama conjlicto. O la persona puede carecer de la habilidad, la comprensió n, la inteligencia o la experiencia necesarias para log rar una adaptación sao -- COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 83 , tisfactoria, Estas d ebilidades o .limitaciones que residen en la persona reciben el nombre de inadecuaciones personales. Por úl timo, la frustración puede obedecer al miedo . El miedo puede ser real, neuró tico o moral, o una combinación de los tres. . Las maneras en que la persOna se enfrenta y trata de superar o adaptarse a esos obstáculos modelan su persona-; lidad. Este es el tema del capítulo presente. Examinaremos ahora algunos de los métodos principales que una persona utiliza para resolver sus fru strac iones, conflictos y angustias. Estos métodos son la identificación, el despl azamiento, la sub limación, los mecanismos de defensa y la trasformación de los instintos medi ante la fusión y la transacción. r. IDENTIFICACIÓN En el capítulo an terior se explicó mediante el mecnttismo de identificación la formación del yo y del superyó, Se dijo que el yo y el superyó atraen energía del ello al hacer identificaciones ideacionales y moralistas con las elecciones objetales instintivas del ello. Aquí examinaremos con m ayor detalle la naturaleza de la ident ificación y su papel en el desarrollo de la personalidad . En el presente con texto se definirá la identificación como la inco rporación de las cualidades de un obj eto externo, generalmente las de otra persona, a la propia personalidad . Una persona qu e se identi fi ca exitosamente con otra persona se parecerá a ella. U na de las razones por las que los niños se asemejan a sus padres es qu e asimilan las características paternales. La tend~ncia a copiar e imitar a otra gente es un factor importante en el moldeam iento de la personalidad. ¿Bajo qué condiciones tiene lugar la identificación? Hay por lo men os cuatro importantes. La primera tiene poco qu e ver con la frustraci ón R4 e A 1. V I N S. HA!. L y la angustia. Depende' solamente de la propagación de la " catexia narcisista ( amor a sí mismo ) a aquellos rasgos de otra persona que se catectizan en uno mismo. Por ejemplo, un niño que catectiza sus propios rasgos masculinos tendrá más proba bilidades de valorar los rasgos masculinos de otros hombres, no porque desee poseerlos sino porque son iguales a los suyos. Siempre tendernos a identificarnos con . gente que tiene las mismas características que nosotros. Esto se aplica tanto a los bienes materiales como a los rasgos personales. Es más probable que una persona que posea un Cadill ac se identifique con otras personas que posean Cadillacs que con los dueños de Fords. Este tipo de identificación recibe el nombre de identificación narcisista. Narcisismo es el término que Freud utilizó para el amor a sí mismo. Se origina en el mito de Narciso que se enamoró de su propia imagen que vio reflejada en un lago. Decimos que una persona es narc isista cuando pasa mucho tiempo admirándose a sí misma. No debe confundirs e la identificación ' narcisista con la elección objeta!. Cuando una persona hace una elección objetal la hace porque desea el obj eto, En la identificación narcisista la persona ya tiene el ob jeto que desea ; su catexia sólo se amplía para incluir a otra gente que posee el mismo objeto. Los homb res se identifican con los hornbres porque comparten ciertas características comunes, pero catectizan a las mujeres porque ellas son un medio para reducir tens iones de distintas clases. Si el factor narcisista es muy fue rte, una persona sólo alcanza satisfacción eligiendo un objeto amoroso que se le' parezca. Por eso una persona puede preferir la homo sexualidad a la heterosexualidad, o un hombre casarse con una mujer masculina o una mu jer con un hombre femenino . Al igual que Narciso, se ama la imagen refleja de sí mismo. Es muy posible que todas las elecciones objetales es- . tén en cierta medida influidas por el narcisismo. Dos pero COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 85 sanas, por ejemplo, comúnmente no se enamorarán sin que se parezcan entre sí en algún respecto. En general, es gente de la misma clase social y con Jos mismos intereses y gustos la que se enamora y se casa. La identificación narcisista es responsable de los vínculos que existen entre los miembros del mismo grupo. Los miembros de una fraternidad se identifican entre sí porque todos participan por Jo menos de una característica común : pertenecer a la misma organización. Cada vez que dos o más personas tienen algo en común, ya sea un rasgo fí sico o mental, un interés, un valor, un bien, pertenecer al mismo club, poseer la misma personalidad o cosas parecidas, se inclinarán a identificarse entre sí. Dos personas pueden identificarse recí procamente porque ambas desean la misma cosa, y sin embargo lucharán entre sí por la posesi ón del objeto deseado. Puede resultar paradójico hablar de la afinidad entre los enemigos o rivales, pero no puede haber dudas de que tales afinidades existen. Los enemigos a veces se convierten en amigos, y a veces la competencia se trasforma en cooperación. El policía se identifica con el ladrón y el ladrón con el policía. . Un segundo tipo de identificación surge de la frustración y de la angustia. Considérese, por ejemplo, la situación de una muchacha que quiere ser amada'. Ve a sus amigas que se enamoran y se pregunta qué tienen ellas que a ella le falta. Decide imitarlas, esperando con tal actitud alcanzar la misma meta. Este tipo de identificación, por la cual una persona frustrada se identifica can una persona exitosa para conseguir éxitos, recibe el nombre de identificación orientada a tina mela. Este tipo de identificación es muy común y tiene gran influen cia sobre el desarrollo de la personalidad. Un chico se parece cada vez más al padre si éste alcanza metas que el chico también desea. \Jna chica se identificará con su madre por la misma razón y con el mismo resultado. Por otra parte, si 86 e A LV I N S. H A L L la madre o el padre no persiguen propósitos que el hijo desea, éste buscará en otras partes modelos adecuados. Una de las razones de la popularidad del cine es que el espectador puede identificarse con el héroe o la heroína exitosos, o con el villano si lo prefiere, y de esa manera satisface por interpósita persona sus propios deseos frustrados. Cuando hablamos de satisfacción sustitutiva significamos que la persona no alcanza la meta deseada pero se identifica con alguien que la alcanza. Si uno no puede llegar a ser famoso puede obtener satisfacción sólo con asociarse a una persona famosa. Debe destacarse que las identificaciones orientadas a un propósito suelen referirse a algunas cualidades particulares de otra persona y no necesariamente a toda la persona. Un niño puede identificarse con la fuerza de su padre y no con su interés por la lectura o el golf, porque 10 que el niño considera importante es la fuerza y no las actividades recreativas del padre. No obstante, la identificación tiende a generalizarse. Esto significa que si una persona se identifica con algunos rasgos poseídos por otra persona, será probable que se identifique también con otros rasgos. Además, puede ser difícil aislar precisamente las características que hacen que una persona tenga éxito; en consecuencia, se hará una identificación total en vez de una parcial. Cuando una persona ha perdido o no puede poseer un objeto, puede tratar de recuperarlo o alcanzarlo haciéndose igual al objeto. A este tipo de identificación puede llamárselo identificación de példida de objeto. Ese tipo de identificación es común entre los runos que han sido rechazados por sus padres. T ratan de recuperar el amor paterno comportándose de acuerdo con lo que los padres esperan de ellos. Un niño se identificará can lo que cree que sus padres desean que él sea. Igualmente, una persona que ha perdido a uno de sus padres por separación o muerte puede resolver forjar su carácter COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREuDIANA -, 87 según los ideales del padre o la madre ausente. En estos ejemplos vemos que no es necesariamente el carácter de los padres el que determina la clase de identificación hecha por el niño; 'antes bien, el niño asim ila los valores y las normas de los padres. Es así como se forma el ideal del yo. La identificación de pérdida de objeto puede servir para restablecer el objeto real. Al ser bueno, el niño en realidad recupera el cariño paterno. T ambién pued e servirle para reemplazar el objeto perdido. Si uno adopta las características de la persona ausente, esa persona se convierte en parte de la propia personalidad. La persona· lidad, en el curso del desarrollo, sufre la: influencia de muchas catexias de objeto perdido. El cuarto tipo de identificación es aquella en que la persona se identifica COn las prohibiciones establecidas por algún representante de la autoridad. La finalidad de esta clase de identificación es permitir qu e se corte el castigo mediante la obediencia a las exigencias de un enemigo en po tencia. Uno se identifica por miedo más que por amor. Estas identificaciones son los cimientos sobre los cuales se construye la conciencia moral. La red de fuerzas restrictivas que form an la conciencia moral representan la incorporación de las interdicciones paternales . Al regular su comportamiento mediante restricciones autoimpuestas, ( contracatexias), el niño evita hacer cosas por las que sería castigado. A medida que crece, hace ident ificaciones similares con las exigencias de otra gente dominante. Al identificarse con los representantes de la autoridad, el niño se socializa. Esto significa qu e se somete a las reglas y norma s de la sociedad en qu e vive. Al someterse a ellas evita el dolor y obtiene placer. La estabilidad de la sociedad en gran parte depende de las identificaciones que la generación joven hace con los ideales y prohibiciones 'd e la generación mayor y dominante. La generación . joven puede rebel arse contra las convenciones, pero por lo general termina por conformarse a la sociedad. \ 88 eAL VI N S. H A L I. Antes de abandonar el tema, podemos mencionar una forma muy primitiva de identificación. Consiste en comer algo para llegar a ser igual a lo que se come. Por ejemplo, un cazador indígena come el corazón del león que ha cazado para ser tan poderoso como él. Este tipo primitivo de identificación persiste simbólicamente en el sacramento cristiano. Se supone que al recibir la hostia y beber el vino que son los símbolos de! cuerpo y sangre de Cristo, la persona se torna más semejante a Cristo. En esta sección examinamos cómo la identificación forja la personalidad al producir semejanzas entre una persona y las características de objetos, que por lo habitual son otras personas, existentes en el mundo exterior. El móvil de la identificación, aparte de la variedad narcisista, lo proporciona n la frustración, la inadecuación y la angustia, y la finalidad de la identificación es la descarga de la penosa tensión mediante el dominio de la frustraci ón, la inadecuación o la angustia. Examinamos cuatro tipos de identificación: 1) la narcisista, que se define como la propagación de las catexias propias hacia otras personas y cosas que se parecen a uno; 2) las orientadas a tilia meta, que se definen como el moldeamiento de la propia personalidad según la de la persona que alcanza metas que e! identificador querría alcanzar; 3) de. pérdida de objeto, que se definen como la incorporación de objetos catectizados que uno ha perdido o que no ha sido posible poseer, y 4) con 1111 agresor, que se define como la !ncorpotación de prohibiciones impuestas por un representante de la autoridad. . JI. DESPLAZAlvnENTO y SUBLIMACIÓN Al hablar sobre los instintos en e! Capítulo III se-señaló 'que la característica más variable de un instinto es e! objeto o métodos mediante los cuales se alcanza la finalidad • COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 89 del instinto, esto es, la reducción de la tensión. Si no se puede obtener el objeto, la catexia puede transferirse a otro que esté disponible. Esto quiere decir que la energía psíquica tiene la propiedad de desplazarse. El proceso por el ' cual se re-canaliza la energía de un objeto a otro recibe el nombre de desplazamiento . El desarro llo de la personalidad avanza, en gran medida, mediante una serie de desplazamientos de energía, o sustituciones de objetos. La fu ente y. la finalidad del instinto permanecen iguales cuando se desplaza la energ ía; sólo el obj eto meta varía. Las causas de desp lazamiento son las mismas que las del desarrollo de la personalidad, a saber, la maduración, la frustración, los conflictos, las inadecuaciones y la angustia. Considérese, por ejemplo, la serie de desplazamientos que ocurren en el caso de lo que se llama gratificación oral. La boca y los labios son zonas sensitivas í ntimamente asociadas con el acto de comer. El estímulo del pezón en el labio hace que el 'n iño mame. A unque la succión tiene el propósito de satisfacer el hambre, el suave estímulo de los labios es placentero en sí y la falta de tal estímulo por un tiempo prolongado es irritante. Existe, para decirlo con otras palabras, una necesidad de chupar, que de no ser bien satisfecha mediante la ingestión de alimento, se expresará de otras maneras. El bebé chupará sus propios dedos .u otros objetos a su alcance. Si se le castiga por chuparse el pulgar, el niño descubrirá otros objetos, o se le dará, por ejemplo, un caramelo que pueda chupar sin temor a que lo castiguen. A medida que crece, se abando nan las fo rmas infantiles de estimulación labial bajo la presión social y se adoptan formas adu ltas. Fumar, beber, mojarse los labios con la lengua, masticar goma o tabaco y escupir, son algunas de las actividades orales que practican los adultos. Eso no quiere decir que estas catexias objetales sustitutivas dependan solamente de la recanalización de la energía instintiva de la succión y el hambre. También otros e A LVI N 90 S. H A L L instintos pueden encontrar cierta satisfacción en el hábito oral , al mismo tiempo que se reducen las tensiones orales localizadas', El beso también produce satisfacción sexual y beber bebidas alcohólicas puede reducir muchas tensiones 'además de las labiales . En realidad, es una característica de las elecciones objetales adultas el estar determinadas por una confluencia de energía proveniente de muchas fuentes vitales, Se conoce esto con el nombre de [usi án de instintos. Los intereses y las preferencias adultas, a diferencia de las infantiles, tienen una motivación complej a, o, como lo expresó Freud, están sobredeterminndos. Por sobredeterminación se entiende que cualquier elección objetal puede satisfacer una multiplicidad de instintos. La fus ión de instintos y la sobredeterrninació n se conocen también como condensaciones. La canalización de varios instintos hacia un objeto rep resenta una condensación de fuentes de energía. Una actividad como la jardinería o un hobby como el aeromodelismo pueden reducir simultáneamente varias tensiones más omenos relacionadas. Una razón del interés persistente, firme y perdurable de un adulto en su trabajo o en su pasatiempo , es este factor de la motivación múltiplernente canalizada. Un niño se cansa pronto de lo ,que está haciendo, porque cada actividad es una expresión de sólo un motivo, o cuando más unos pocos, que se satisface muy pronto. ¿Qué determina la dirección que seguirá el desplaza. miento? ¿Por qué se selecciona un objeto en vez de otro como sustituto de la elección obj etal original? ¿Por qué una persona desarrolla un g rupo de intereses y afectos? ¿Por qué cambian los intereses y afectos durante el trascurso de la vida? H ay dos razones principales de los cursos particulares de los despl azamientos. En primer lugar, la sociedad, actuando a través de sus agen tes principales, los padres, influye en la dirección del desplazamiento al ap robar ciertas elecciones de objeto y prohibir otras. En la niñez, de ordina\ / COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FR EUDIANA 91 \ rio se condena el chuparse d dedo mientras que se permi te chupar golosinas. Se arriesgan a caer en el ridículo los adultos que comen golosinas, pero la sociedad les permite e incluso los alienta para que chupen cigarrillos, cigarros o pipas. Un adulto que chupara el chupete de un biberón sería objeto de desprecio y escarn io, pero puede beber cerveza de una botella con impunidad. La sociedad coloca restricciones sobre ciertas clases de elección de objeto, pero también ofrece por lo general sustitutos satisfactorios. Cuando la sociedad no proporciona sustituto s adecuados, la gente tiende a utilizar de todas maneras objetos prohibidos. Lo atestigua la respuesta dada a la pro· hibición de la manufactura y venta de bebidas alcohó licas en los Estados Unidos de Norteamérica durante la década de 1920. En todas partes surgieron contr abandistas y tao bernas clandestinas po rque la gente no permitió que se le negara esa forma de satisfacción oral. El segundo determinante importante de la dirección que toma el desplazamiento, es el grado de parecido entre el objeto original y el sustituto, o, lo que es lo mismo, el grado en que los objetos se identifican entre sí. Si se le impide a una persona descargar su tensión por una vía, buscará. otra salida que se parezca tanto a la senda pro· hibida como sea posible. Si también se frustra esa última salida, buscará un tercer objeto, y así sucesivamente hasta que encuentre alg una. El gra do de semejanza por lo general disminuye con cada despl azamiento sucesivo, de modo que la elecci ón final puede ser completamente diferente y po r lo tanto mucho menos satisfactoria que el -, . objeto original. Cuando se dice que un objeto es menos satisfactorio q ue otro, se quiere decir que el resultado de la transacción con el objeto reduce meno s la tensión. Es decir, el comercio ~on un objeto sustituto deja a la pero sona con un residuo de tensión sin descargar. Su elección final representa un compromiso; el objeto sustituto es mejor que nada pero es menos satisfactorio que la elección 92 e A LVI N S. H A L L \ original. El yo que controla la elección objetal final tiene que hacer muchas transacciones semejantes entre las demandas conflictivas del ello, el superyó y el mundo exterior. El ejemplo siguiente puede ilustrar una serie de desplazamientos en los cuales cada sustitución sucesiva se identifica cada vez menos con la elección original. El primer objeto amoroso del niño es por lo general su madre. Originalmente él la percibe como la mujer ideal. Pero le resulta imposible lograr una posesión exclusiva de su madre, y como descubre que tiene imperfecciones, se siente movido a buscar un sustituto que sea a la vez perfecto y asequible. La elección puede recaer en su maestra de primer grado o en' la vecina de al lado' o en una tía, hasta que encuentra que ellas también tienen sus desventajas o no son asequibles. Luego se enamora de una niña mayor, quizá de una hermana mayor ode la amiga de un hermano mayor o de la secretaria de su padre. Estas elecciones demuestran ser callejones sin salida. Puede comenzar a soñar despierto acerca de la mujer perfecta o tratar de encontrarla en el cine o en los libros. Si tiene talento, puede escribir poemas o pintar cuadros que materialicen su concepción de la mujer ideal. Al final, por lo común, se decide por una persona real, una persona que se parece a su madre o a una versión- idealizada de ella. En su búsqueda de un sustituto de la madre, un desplazamiento sigue a otro de manera que se construye una red de catexias objetales. La energía de una catexia bloqueada se distribuye en muchas nuevas actividades, de la misma manera que un río embalsado se escapa por otros nuevos cursos de agua: Sus intereses, pasatiempos, hábitos, y rasgos personales, valores, actitudes, sentimientos y afectos, pueden estar todos coloreados por el desplazamiento ce energía del deseo frustrado de obtener la posesión exclusiva de la madre ideal. Cuando un objeto sustituto representa una meta cultural más elevada, ese tipo de desplazamiento se llama subli- ·' , 93 COMPENDIO DE PSICOLOGIA FREUDJANA , marión. Ejemplos de sublimación son la desviación de energia hacia actividades intelectuales, humanitarias, culturales y artísticas. La directa expresión de los instintos sexuales y agresivos se transforma en comportamientos aparentemente asexuados y pacíficos. La fu ente y la finalidad de la energía instintiva son las mismas en las acti- . vidades sublimadas, como en todos los desplazamientos, pero cambian el objeto o medios por los que se reducen las tensiones. Freud observó . que el interés de Leonardo da Vinci en pintar rnadonas era una expresión sublimada de un anhelo de su madre, de la que había sido separado a una temprana edad. Los sonetos de Shakespeare, la poesía de W alt Whitman, la música de Ch . aikovski v la gran novela de Proust han sido considerados por algunos círculos como expresiones de la homosexualidad sublimada de esos hombres. Como no podían encontrar una satisfacción completa de sus vehementes deseos sexuales en la vida real, se dedicaron a creaciones de la imaginación. Gente con menos talento, que tiene tanta necesidad de sublimar como los grandes escritores y artistas, emplea derivados más comunes para sus energías instintivas. Freud señala qu e el desarrollo de la civilización es posibilitado por la inhibición de catexias objetales primitivas. La enero gía que se impide descargar de modos directos se desvía hacia cursos socialmente útiles y culturalmente creadores. La sublimación no produce la satisfacción completa; siempre queda alguna tensión residual que no puede ser descargada por las elecciones objetales sublimadas. Esta tensión es responsable, en parte, por la neurosis del hornbre civilizado, pero también es causa de las realizaciones más elevad as de la humanidad. Según Freud una persona nunca renuncia a su catexia objetal original. Con eso' significa que una persona siempre busca a su primer amor en el objeto sustituto. Al no encontrar un sustituto completamente satisfactorio, o continúa su búsqueda o se resigna a algo que no ~~S . 94 e A L VI N J S. H A L L tan . bueno, Cuando una persona acepta un sustituto se dice que compensa el objeto-meta original. Una persona baja que desea ser alta puede compensar "agrandándose" ; , una persona que quiere ser amada puede compensar be· ' biendo o comi endo demasiado; una mujer soltera con un deseo frustrado de tener hijos puede compensarlo haciéndose maestra. La estructura del carácter contiene muchas compe nsaciones de ese tipo; de hecho, la mayoría de los intereses y los afectos de los adultos son compensaciones de deseos fru strados de la infancia y la niñez. Esto no! quiere decir que las comp ensacion es en sí sean infantiles; sign ific a que las fuentes de energ ía de las que depende la existencia de la compensación se deriva n del desplazamiento de energía de las primeras elecciones objetales. Un abogado puede alcanzar mucha gratificación oral defendiendo un a causa ante un jurado, un cirujano puede encon trar una salida de sus impulsos agr esivos al operar a sus pacientes y un psi cólogo puede estar gratificando deseos in fantiles de información sexua l al realizar estudios cien tíficos sobre el comportam iento sexual ; no pode. mas, empero, decir que las actividades profesionales del abogado, del ciru jano o del psi cólogo sean infantiles e inm adu ras. Es la manera como se ut iliza la energía lo q ue diferencia al niño del adulto, no la fuente de la energía o los objetivos fi nales, q ue son casi los mismos en .todas las edades. El abogado puede reducir casi tanta tensión oral al presentar un caso ante el juez como el n iño al chupar un caramelo largo, pero los medios por los q ue se almace na esa reducción son completamente diferen tes. U na persona ,qu e consagra su vida a investigar el comportamiento sexual puede obtener ' casi tanto alivio de las tensiones sexua les como el Don Juan que practica lo que la ciencia estudia ; sin embargo los resultados de sus actividades son muy diferentes. Uno aumenta el conocím ient o, mie ntras que el otro sólo obtiene placer sensual. La capacidad de desplazar la energía de un objeto a \ <, COMPENDIO D'E PSICOLOGÍA FREUDlANA 95 otro es el instrumento más poderoso del desarro llo de la personalidad. Como vimos e~ el capítulo ante rior, la fo rmación del yo y del superyó se lleva a cabo por el des. plazamiento de grandes cantidades de energía de los procesos del ello hacia los procesos qu e configura n el yo y el superyó. El desarrollo ulterior del yo y del supery ó se realiza, en g ran parte, po r desplazamientos de energía dentro de cada sistema. T oda la compleja red de intereses, preferencias, valores, actitudes y afectos de los adultos, y la adquisición y el abandono de los m ismos durante el trascurso de la vida, son posibilitados med iante el desplazamiento. Si la energía psíquica no fuera desplazable y distribuible, no podría haber desarrollo de la personalidad. Cuando se dice que la energía psíquica es distribuible, se significa que la energía puede ser parcelada entre distintas activid ades. La misma fue nte de energía pued e llevar . a cabo muchas clases difere ntes de trabajo, de ' la misma manera que ,la instalación eléctrica de una casa puede utilizarse para ha cer tostadas, hornear una torta, hacer funcionar una aspiradora o afeitarse la barba. La energía del instinto sexual, por ejemplo, puede distribuirse entre actividades tan diversas como la jardinería, escribir cartas, asistir a un partido de baseball, o soñar despierto. III. MECANISMOS DE DE FENSA DEL YO Una de las tareas más impo rtantes del yo es enfren tar , . las amenazas y peligros que acechan a la person a y suscitan angustia. El yo puede trat ar de domin ar el peligro adop tando métodos realistas p ara resolver el problema, o puede tratar de aliviar la angu stia utilizando métodos que nieguen, falsifiquen o deformen la realidad y le impidan desarrollar su personal idad. Estos últimos métodos I 96 e A LVI N S. H A L L son llamados mecanismos de defensa del yo. Existen muchos mecanismos de este tipo, los más importantes de los cuales se describirán en este apartado. A. REPRESIÓN. La oposición de una contracatexia puede impedir que llegue a la conciencia una catexia del ello, del yo o del superyó, que produzca angustia. Se Ha.. rna represión la anulación o restricción de una catexia por una contracatexia. Hay dos clases de represión, la represión primaria y la represión propiamente dicha. La represión primaria impide que llegue a la conciencia una elección objetal que nunca ha sido consciente. Las represiones primarias son barreras determinadas innatamente (lue mantienen perma~entemente inconsciente gran parte de los contenidos del ello. Estas represiones primarias se han formado en la persona como resultado de la experiencia racial ante si, tuaciones penosas . Por ejemplo, se dice que el tabú contra el incesto se basa en un fuerte deseo de tener relaciones sexuales con el padre o la madre propios. Los padres castigan la expresión de este deseo. Cuando esto se repite continuamente en la historia racial de la humanidad, la represión del deseo incestuoso se incorpora al hombre y se convierte en una represión primaria. Esto implica que cada nueva generación no tiene que aprender a reprimir ese deseo ya que su represión misma es heredada. Digamos de paso que un tabú poderoso, como lo es el del incesto, significa que existe un fuerte deseo del objeto prohibido. Si no fuera así, no sería necesaria una prohibi. ción tan enérgica, Al ser mantenidas fuera de la conciencia , las elecciones obietales instintivas peligrosas no pueden provocar angus- . tia, puesto ' que aquello que no conocemos no puede herirnos. Sin embargo, esas elecciones objetales pueden afectar el comportamiento de varías maneras distintas o , COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA 97 pueden asociarse con materiales que se hacen conscientes, provocando por lo tanto angustia. El yo puede entonces enfrentarse con la penetración soslayada en la conciencia o en el comportamiento de catexias del ello peligrosas, y establecer la represión propiamente dicha. La represión propiamente dicha .(que de ahora en adelante llamaremos simplemente represión) obliga a una idea, percepción o recuerdo peligrosos a salir de la conciencia y erige una barrera contra cualquier forma de descarga motriz. Por ejemplo, la represión puede impedir que una persona vea algo que salta a la vista, o puede hacerle deformar lo que ve, o falsificar la información que le trasmiten los sentidos, a fin de proteger el yo no permitiéndole aprehender un objeto amenazante o asociado con un peligro que provoque angustia. Y de la misma manera obra sobre recuerdos traumáticos o recuerdos asociados con experiencias traumáticas. Los recuerdos asociados pueden \ ser perfectamente inofensivos en sI, pero al recordarlos la persona corre el riesgo de recordar tamhién la experiencia traumática. Por lo tanto, todo un complejo de recuerdos puede caer bajo la influencia de la represión, También se pueden reprimir ideas peligrosas. En todos los casos, ya sea una percepción, un recuerdo o una idea lo que se reprime, la finalidad es siempre anular la angustia objetiva, neurótica o moral, negando o falsificando la existencia de una amenaza, ~xt~rna, ? interna p~ra la, seguridad del yo; Aunque la represión es necesaria para el desarrolle de la personalidad normal y en cierto grado todo el mundo la utiliza, ~ay p~fSonas que dependen de ella y excluyen otras maneras de adecuarse a las amenazas. Se dice que esta gente es reprimida. Sus contactos con el mundo son Jimitadgs, y ~an la impresión de estar retirados, tensqs, rígidos y en guardia. Tienen les labios apretados y sus movimientos son torpes. Utilizan tanta energía para mantener sus amplias represiones, que no les queda mucha · 98 , e A LVI N S. H A L L para interacciones placenteras y productivas con el ambiente y con otras personas. A yeces la represión interfiere con el funcionamiento normal de una parte del cuerpo. Una persona reprimida puede ser sexualrnente impotente o frígida porque le tiene miedo al impulso sexual, o puede desarrollar lo que se llama ceguera histérica o parálisis histérica. En la ceguera o parálisis histérica, los ojos y los músculos están perfectamente sanos; 'pero las contracatexias impiden al individuo. ver o mover una pierna o un brazo. El mecanismo de la represión contribuye al desarrollo de muchas perturbaciones físicas, por ejemplo, la artritis, el asma y las úlceras, que se encuentran entre los más notables de los llamados trastornos psicosom áticos. La artritis puede surgir por la inhibición de la hostilidad. La inhibición se propaga l\ la musculatura, mediante la que se expresa abiertamente la agresión, y crea un estado de tensión dolorosa 9u~ si persiste durante un tiempo produce una condición artrítica crónica. También el asma puede deberse a la propagación de la represión al mecanismo respiratorio. Un estado de aprensión hace que una persona respire de modo ligero y poco profundo. En consecuencia no lleva suficiente oxígenQ al sistema respiratorio y no exhala suficiente bióxido de carbono. La resultante asfixia parcial produce la característica. respiración entrecortada de los asmáticos. ' Las úlceras pueden producirse cuando el miedo interfiere con la digestión. Aunque el yo es la sede de la represión, puede impol1,~rla por órdenes del superyó. Por lo tanto, cuanto más / influyente es el supery ó en la estructura del carácter, tantas más probabilidades habrá de que surjan represiones. Las represiones impuest as por el . superyó son la versión internalizada de las restricciones paternas impuestas sobre el niño. ¿Qué ocurre con las catexias reprimidas? Pueden existir sin cambio al~unQ en la personalidad, pueden abrirse ca- \ COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 99 mino a tr;vés de obstáculos que se les oponen, pueden expresarse mediante un desplazamiento, o puede ser levantada la represión. Por ejemplo, el ímpetu del instinto sexual puede aumentar tanto durante la adolescencia que llega a vencer las resistencias establecidas durante la niñez:' Bajo el influjo de una provocación intensa, una persona que ha reprimido sus necesidades agresivas puede hacerse muy beligerante. Cuando se rompe el dique de la represión, hay por lo general una intensa efusión de energía, corno cuando a un niño se le permite salir de la escuela. . El desplazamiento permite que las catexias reprimidas encuentren algún tipo de realización más o menos satisfactorio. Sin embargo, es necesario que el desplazamiento oculte la fuente original de la catexia, pues si no el yo descubrirá el subterfugio y apelará de nuevo al mecanismo de la represión. Las catexias reprimidas emplean toda clase de disfraces para asegurarse la descarga. Un niño que ha reprimido su hostilidad contra su padre puede expresada al llegar a la vida adulta en forma simbólica, trasgrediendo la ley o. rebelándose contra las convenciones sociales. Los deseos reprimidos a veces encuentran realización simbólica en los sueños. Soñar que se entra a una casa, por ejemplo, puede simbolizar un deseo incestuoso respecto de la madre, si la madre y la casa se asocian en la mente del soñador. La represión del deseo de castigarse a sí mismo puede llevar ' a una persona a castigarse de maneras indirectas:' sufrir accidentes, perder cosas, y cometer erro: res tontos. Una catexia reprimida puede expresarse en forma de negativa verbal ante la misma cosa que una persona desea realmente. "No deseo eso" puede querer decir en realidad "Quiero eso". El decir "Eso es lo último que se me ocurriría" puede significar que es precisamente eso lo que se pensó ante todo. Las represiones también pueden desaparecer cuando desaparece la fuente de la amenaza, pues la represión ya no / I 100 e A LVI N S. H A L L es necesaria. Sin embargo, e! levantamiento de la represión no ocurre automáticamente. Uno tiene que descubrir .que e! peligro ya no existe, y lo descubre mediante la prueba de la realidad. Es difícil realizar tal prueba cuando todavía opera la represión, pero la represión no desaparecerá si no se lleva a cabo tal prueba. Po r eso una persona puede arrastrar una cantidad de temores innecesarios que perduran desde la niñez. Nunca tiene oportunidad de descubrir q ue esos temo res no tienen ya fundamento . Aun q ue la represión es responsable de muchos estados anormales, su pape! en el desarrollo de la personalidad normal debe ser muy tenido en cuenta. La construcción de una batería de fuerzas represivas contra las catexias objetales instint ivas protege ;\1 yo infantil de los ataq ues del ello y permite que e! yo desarrolle sus recursos y capacidades latentes. Cuand o e! yo h a adqu irido sufic iente fuerza para enfrentar los pelig ros con métodos más racionales, la repres ión ya no es necesaria y su persistencia consti tuye un drenaje de la energía del yo. Al elim inarse las repres iones, a medida q ue uno crece, se li bera la energ ía que se invierte en las contracatexias para dirigirl a hacia empresas más productivas . B. PROYECCIÓN. Cuando a una persona le provoca angustia la presión de! ello o de! superyá sobre el yo, puede tratar de aliviar su angustia atribuyendo su causación al mundo externo. En lugar de deci r " lo odio", uno puede decir "me odia"; o en lugar de decir "mi conciencia me perturba", puede decir " él me molesta". En el primer caso, uno niega que la hostilidad surja de! ello y la atribuye a otra persona. En el segundo caso, uno niega la fuente de los sentimientos de persecución y los adscribe a otra persona. Este tipo de defensa del yo contra la angustia neurótica y moral recibe e! nombre de proyección. El rasgo esencial de la proyección está en que se cambia e! sujeto del sentimiento,. .que es la misma persona. Puede " , COMPENDIO DE PSICOLOGIA FREUDIANA 101 tomar la forma de un intercambio del sujeto por el objeto. "Yo te odio" se convierte en "tú me odias". O puede sustituir un objeto por otro mientras el objeto permanece igual. "Yo me castigo" se convierte en "él me castiga". Lo que el yo está tratando de hacer cuando emplea la proyección es trasformar la angustia neurótica o moral en una angustia objetiva. Una persona que teme sus propios impulsos sexuales y agresivos obtiene cierto alivio para su angustia al atribuir la agresividad y la sexualidad a otras personas. Ellos son los agresivos, los sexuales, no él. De la misma manera, una persona que teme a su propia conciencia se consuela con el pensamiento de que otra gente es la responsable de perturbarlo y que no es su conciencia la que lo molesta . La, finalidad de tal trasformación es convertir un peligro interno del ello o del superyó, que al yo le resulta difícil de manejar, en un peligro exterior, que al yo le resulta más fácil manejar. Una persona tiene por lo general más oportunidades de aprender a enfrentarse con temores objetivos que de adquirir habilidad para dominar la angustia neurótica y moral. La proyección hace algo más que contribuir a aliviar la, angustia. También proporciona una excusa para expresar los verdaderos sentimientos. Una persona que cree que se le odia o se le persigue, puede usar esta creencia como j ustificación para atacar a un enemigo imaginario. Al utilizar el pretexto de defenderse a sí misma contra sus enemigos, puede satisfacer sus impulsos hostiles. Alcanza placer sin sentirse culpable porque siente que su agresión está justificada. Desde luego, todo el asunto es un elaborado subterfugio o racionalización para eludir la responsabilidad personal por los propios actos culpando a otras personas. , El término racionalización se utiliza aquí en el sentido de encontrar una excusa justificable en el mundo externo para hacer algo que condena el superyó . La racionaliza• I / 102 e A LVI N S. H A L L ción también se refiere a la sustitución de un motivo que la sociedad no aprueba por otro que la misma acepta. Una persona que da mucho dinero para obras de caridad puede pensar que está obrando por bondad de corazón cuando en realidad 10 mueve el deseo de hacer alarde o una conciencia moral culpable. Evidentemente, uno no puede ser consciente de la proyección o la racionalización, pues de otra manera ·los mecanismos no aliviarían la angustia. Esto es verdad con respecto a todas las defensas del yo; deben operar inconscientemente para que sean efectivas en la reducción de la angustia. La proyección de las prohibiciones y los castigos del superyó se realizan muy fácilmente porque el superyó es el representante interno de algo que originariamente era externo. Antes de que se formar a el superyó los padres infligían prohibiciones y castigos. En consecuencia, lo que una vez era externo puede volver a ser externo de nuevo. Es más probable que ocurra tal cosa cuando el superyó no ha sido incorporado en forma segura a la estructura de la personalidad. Una persona con un superyó débilmente integrado esta muy dispuesta a atribuir sus sentimientos de culpa a la persecución de los demás, porque siente que las restricciones provienen de fuentes ajenas y no de sí misma. La proyección es un mecanismo de defensa muy corriente porque desde una edad temprana uno es incitado a buscar las causas del comportamiento propio en el mundo externo y lo desaniman a que examine y analice sus propios motivos. Además, una persona aprende que puede evitar el castigo y el' autorreproche inventando excusas plausibles y actos censurables. . Existe otro tipo de proyección que puede no parecer, a primera vista, de carácter defensivo. Consiste en compartir los sentimier;tos y pensamientos con el mundo. Uno se siente feliz y piensa que los demás también son felices, COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 103 o uno se siente desdichado y piensa que el mundo está lleno de miserias. Después de un análisis más profundo, se hace manifiesta la naturaleza defensiva de tales proyecciones compartidas. Cuando otras personas no son felices, la propia felicidad está en peligro, porque ser felices pue-de hacernos sentir culpables cuando otros no lo son. Para eliminar la amenaza, uno atribuye la felicidad propia también a los demás. Si una persona puede convencerse de que la mayoría de la gente es deshonesta, le resultará más fácil ser deshonesto sin sentirse culpable. Un estudiante que por lo habitual copia durante los exámenes se disculpa a menudo a sí mismo diciendo que casi todos los demás también 10 hacen. Igualmente, si cree que la promiscuidad sexual es común, puede utilizar esa creencia para excusar sus propias aventuras sexuales. Este tipo de proyección no entraña la represión del motivo real y su sustitución por otro. La persona reconoce que posee el motivo, pero su angustia moral se reduce al proyectar su motivo a los " demás. / C. FORMACIÓN REACTIVA. Los instintos y sus derivados pueden ser distribuidos en pares de opuestos: . vida versus muerte, amor versus odio, construcción versus destrucción, actividad versus pasividad, dominio versus sumisión, etc. Cuando uno de [os instintos produce angustia al ejercer presión sobre el yo, ya sea de manera directa o a través del supery ó, el yo puede tratar de contrarrestar el impulso ofensivo concentrándose en el impulso opuesto. Por ejemplo, si el sentimiento de odio hacia una persona causa angustia, el yo puede facilitar la salida. de amor a fin de ocultar la 'hostilidad. Podríamos decir que se sustituye el odio por el amor, pero eso no es verdad porque el sentimiento agresivo continúa existiendo debajo de la apariencia de afecto. Sería más apropiado decir que el amor es una máscara que encubre el odio. Este mecanismo, por el cual un instinto es ocultado a la con- .--' 104 e A LVI N , S. H A L L ciencia por su opuesto, recibe el nombre de formacióu ' reactiva. ¿Cómo puede diferenciarse entre una simple catexia hacia un objeto y una catexia que es producto de una formación reactiva? Por ejemplo, ¿qué distingue el amor como formación reactiva del ainor " verdadero"? El principal rasgo distintivo del amor reactivo es la exageración. El amor reactivo protesta demasiado; es excesivo, exorbitante,' ostentoso y afectado. Es una impostura, y su falsedad se descubre por lo general fácilmente. Otra característica de una formación reactiva es su compulsividad. Una persona que se defiende de la angustia mediante una formación reactiva no puede dejar de expresar lo opuesto de lo que realmente siente. Su amor, por ejemplo, no es flexible. No puede adaptarse a las circunstancias cambiantes como lo hacen las emociones genuinas; tiene que estar más bien en constante despliegue, como si cualquiera falla en su exhibición permitiera que el sentimiento contrario ascendiera a la superficie. Las fobias son ejemplos de formaciones reactivas. La persona desea lo que teme. No tiene miedo al objeto; tiene miedo al deseo del objeto. El miedo reactivo impide que el deseo temido se cumpla. Las formaciones reactivas también surgen del superyó; de hecho , puede concebirse el superyó como un sistema de formaciones reactivas que se ha desarrollado para proteger al yo del ello y del mundo externo. Elevados ideales de virtud y bondad pueden ser formaciones reactivas contra pr imitivas catexias objetales, y no valores realistas según los cuales se vive. Las ideas románticas de castidad y pureza pueden enmascarar crudos deseos sexuales, el altruismo pu ede esconder egoísmo y la piedad pecado. Las formaciones reactivas l e emplean contra las amenazas externas y también contra las internas. Una persona que teme a otra puede doblegarse ante ella para hacerse; su amiga .: Un temor a la" sociedad puede asumir la COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA lOS forma de obediencia estricta a las convenciones sociales. Cada vez que existe un conformismo exagerado y rígido a un grupo de reglas, cabe afirmar COn bastante segu· ridad que esa ac titud es una formación reactiva, y que detrás de la máscara de conformismo la persona está realmente impulsada por la rebelión y el antagonismo. Un ejemplo interesante de formación reactiva es el que manifiestan los hombres que temen cualquier signo de blandura y suavidad, al que identifican can la femineidad , Procuran encubrir sus tendencias femen inas siendo muy rudos y masculinos, pero el resultado es que se convierten en caricaturas de lo masculino más que en hombres de verdad . Las mujeres pueden tratar de ocultar SlÍ fcrníneidad bajo un arreglo y conducta masculinos. Una formación reactiva a veces satisface el deseo original contra el cual se la emplea como defensa. Una madre que teme admitir que se resiente por sus hijos puede interferir tanto en sus vidas, bajo el pretexto de preocuparse por su bienestar y seguridad, que su protección exagerada es en realidad una forma de castigo. Las formac iones reactivas son adaptaciones irracionales a la angustia. Gastan la energía en finalidades engañosas e hipócritas. Deforman la realidad y hacen de la persona· lidad algo rígido e inflexible. D. FIJACIÓN. Aunque d desarro llo psicológico, al igual que el crecimiento físico, es un proceso continuo y gradual durante las dos primeras décadas de la vida, es posible distinguir etapas bastante bien definidas que marcan el progreso de una persona. Por ejemplo, hay las cuatro etapas : la in Fancia, la niñez, la adolescencia y la edad adulta. Normalmente, una persona pasa de una etapa a otra en una progresión bastante regular. A veces la progresión se detiene cuando la persona se queda en un peldaño de la escalera del crecimiento en lugar de dar el paso siguiente. Cuando esto sucede en el desarrollo fís ico> -, 106 e A LV I N S. H A L L decimos que el crecimiento de la persona se ha detenido. Si ocurre en el crecimiento psicológico, decimos que la persona se ha fijado. La fijación es otra defensa contra la angustia. La pero sana fijada tiene miedo de dar el paso siguiente por los riesgos y trabajos penosos que cree encontrará más adelante. La mayoría de los niños siente cierta aprensión cuando parte hacia la escuela el primer día de clase, el adolescente de ordinario no está muy cómodo la primera vez que se cita con una chica, el estudiante secundario espera con una mezcla de inquietud y expectativa su inminente graduación, y prácticamente todo el mundo se siente un poco ansioso cuando entra en una nueva empresa de cualquier clase. La angustia que uno experimenta al abandonar lo viejo y familiar en pos de lo nuevo y desconocido es llamada angustia de separacián. Cuando la ano gustia de separación se hace demasiado grande/ la persona se inclina a fijarse en un modo antiguo de vida en vez de proceder a adquirir uno nuevo. ¿Qué teme la persona fijada? ¿Qué peligros interrurnpen el progreso de! desarrollo psicológico? Los peligros principales son la inseguridad, el fracaso y e! castigo. La inseguridad es un estado de ánimo que se presenta cuando una persona siente que no posee capacidad para encararse con las exigencias de una nueva situación. Siente que la nueva situación será demasiado para ella y que el resultado será penoso. El miedo al fracaso es de la misma clase, excepto que se le agrega el temor al ridículo por haber fracasado. El fracaso es un golpe a la propia estima (ideal del yo) . Por último, está el miedo al castigo, que puede ser el más importante de todos. Supongamos que un niño trata de lograr su independencia respecto de los padres adquiriendo intereses y afectos fuera de su familia. Es decir, que desarrolla catexias por otras personas y otras cosas. Puede hacer tales elecciones objetales de mala gana, porque teme que sus padres se venguen porque comparte I COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 107 su amor con otras personas, retirándole ,su amor pa ternal , y que por ende se quede solo y desamparado. Al mismo tiempo no puede estar seguro de que sus nuevas elecciones obje tales compensen la pérdida del amor paterno. Para el niño o el adolescente esto puede constituir un verdadero dilema, cuyo resultado determinará qu e progrese o se estanque. Es más probable que quede fijado si ya ha experimentado previamente un rechazo paterno. Es una ironía, pero no por eso menos cierto, que es más pro bable que un niño quede atado a las fa ldas de su madre por miedo que por amor. Teme lo que ella le hará en caso de que él trate de afirmar su independencia. Un niño que se siente seguro del afecto de sus padres y sabe por experiencia que no lo rechazarán, tiene menos probabilidades de quedar fijado en una etapa inmatura de su desarrollo. Además de la fij ación en objetos, también existen fi ja. cienes en el desarrollo de la estructura y dinámica de la personalidad. Algun as personas no avanzan más allá del nivel del pensamiento autista. Otras nunca aprenden a dif erenciar claramente entre el mundo subjetivo y el mundo objetivo. Otras viven bajo el domi nio de un superyó severo o permanecen bajo el domin io de los miedos in fan tiles. Alguna gente queda fijada en algún mecanismo de defensa particular, alrededor del cual gira toda su personalidad. Otros permanecen en el nivel del comportamiento impulsivo de descarga. H ay toda clase y grados de fijación, que impiden qu e los individuos realicen plenamente sus potencialidades psicológicas. E. REGRESiÓN. Habiendo llegado a cierta etapa del desarrollo, una persona puede retroceder a otra anterior a causa del miedo. .Esto recibe el nombre de regresión. Una mujer joven que sienta angustia después de la pr imera pelea con el marido pu ede volver a la seguridad del hogar paterno. Una persona a quien el mundo ha herido puede e A LVI N 108 I S. H A L L ~ encerrarse en un mundo privado, de ensueño. La angustia moral puede hacer que una persona haga algo impulsivo, _ de modo que se lo castigue como cuando era un niño. Cualquier fuga respecto del pensamiento controlado .y realista constituye una regresión. Incluso gente sana y bien adaptada de vez en cuando hace regresiones para reducir la -angustia, o, como dicen ellos, para largar pres ión. Fuman, se embriagan, comen demasiado, se enojan, se comen las uñas , se hurgan las narices, violan leyes, hablan como niñitos, destruyen pro· piedades, se masturban, leen historias de misterio, van al cine, se dedican a inusitadas prácticas sexuales, mastican goma y tabaco, se visten como niños, conducen vehículos a toda velocidad y temerariamente, creen en ' los buenos y los malos espíritus, duermen siestas, se pelean y matan, apuestan a los caballos, sueñan despiertos, se rebelan o se someten a la autoridad, juegan por dinero, se arreglan delante del espejo, representan dramáticamente sus impulsos, escarnecen a víctimas propiciatorias y hacen mil y una tonterías. Algunas de esas regresiones son tan comunes que se las toma por manifestaciones de madurez. En realidad son todas formas de regresión usadas por los adultos. El ensueño es un buen ejemplo de actividad regresiva, pues implica obtener placer mediante realizaciones mágicas de deseos. F. CARACTERÍSTICAS G ENERALES DE LOS MECANISMOS DE DEFENSA. Los mecan ismos de defensa del yo son ma neras irracionales de encararse con la angustia, porque deforman, esconden o niegan la realidad y obstaculizan el desarrollo psicológico. Ligan la energía psicológica que podría utilizarse en otras actividades más efectivas del yo. Cuando una defensa adquiere mucha influencia, domina al yo y redu ce su flex ibilidad y adaptabilidad . Por último, si las defensas no p ueden resistir, el yo no tiene COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 109 a quien recurrir yes abrumado por la angustia. La consecuencia es entonces un colapso nervioso. ¿Por qué existen las defensas si son tan perjudiciales en tantos sentidos? La razón de su existencia es de ín, dole evolutiva. El yo infantil es demasiado débil para integrar y sintetizar todas las demandas que se le hacen. Las defensas del yo se adoptan como medidas protectoras. Si el yo no puede redu cir la angustia por medios racionales, tiene que utili zar tales medidas para negar el peligro (represión), externalizar el peligro (proyección), esconder el peligro (formación reactiva) , permanecer en el mismo estado (fij ación ) o retroceder (regresión). El yo infantil necesita y usa todos esos mecanismos accesorios. ¿Por q ué persisten después que han cumplido su , propósito en beneficio del yo infantil? Persisten cuando el yo no puede desarrollarse. Pero una razón por la cual el yo no puede desarrollarse es que gran parte de su energía se consume en sus defensas . Se da así un círculo vicioso. No se pueden abandonar las defensas porque el yo es insuficiente, y el yo sigue siendo insuficiente siempre que dependa de las defensas. ¿Cómo puede el yo romper el círculo? Un factor importante es la maduración. El yo crece como resultado de cambios innatos en el mismo organismo, especialmente en el sistema ner vioso. Bajo la influencia de la maduración, el yo se ve obligado a evolucionar. . Otro factor importante para el desarrollo sano del yo es un ambiente que ofrezca al niño una serie de experiencias que se sincronizan con su capacidad para adaptarse. En ningún momento deben ser los peligros y riesgos tan grandes como para incapacitar al niño, o tan débiles como para no servirle de estímulo. En la infancia los riesgos de la existen cia deben ser pequeños, en la primera niñez las amenazas deben ser un poquito más fuertes, y así sucesivamente a través de Jos años de crecimiento. En una tal serie graduada de ambientes, el yo tendrá oportunidades 110 e A LVI N S. H A L L para despojarse de sus mecanismos de defensa (en condiciones. ideales nunca deberían aparecer) y de reemplazar. los por mecanismos más eficaces y más realistas. IV. TRANSfORMACIONES DE LOS INSTINTOS La diferencia más notable entre el bebé y el adulto, aparte de las diferencias físicas en tamaño y fuerza, es el contraste entre el limitado repertorio de conducta del bebé y el amplio margen de actividades del adulto. Un bebé consume sus energías sólo de muy pocas maneras, mientras que un adulto tiene posibilidades ilimitadas. ¿Cómo encuentra la energía nuevos canales para expresarse? ¿CÓ' mo ocurre que los instintos fundamentales de vida y muerte, que son la fuente de toda energía psíquica, se ramifican en todas direcciones y proporcionan la fuerza motriz para tantas clases diferentes de transacciones adultas con el ambiente? En primer lugar, importa aclarar ciertos puntos fundamentales. Los instintos de vida y de muerte en el ello originariamente contienen toda ·la energía psíquica. La energía psíquica se produce: por una transformación de la energía corporal. El fin de los instintos es eliminar las excitaciones corporales y hacer volver a la persona a un estado de reposo mental y fisiológico (liberación de tensión). Los instintos tratan de alcanzar ese fin invirtiendo energía en actividades psicológicas, tales como percibir, recordar y pensar. Cuando una actividad psicológica se ha completado, es decir, cuando se ha formulado un plan de / acción, se libera energía muscular en forma de acción /motrizo La persona hace algo, habla, o carnina, o utiliza sus manos para producir un resultado deseado. El resultado deseado siempre es una reducción de tensión, lo cual se logra eliminando la condición perturbadora que produjo la tensión. No se sabe exactamente cómo se transforma un o COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 111 plan mental de acción en actividad física. Pero tal transformación es evidente para todo el que haya pen sado conscientemente hacer algo y luego lo haya hecho. Cuando preguntamos por qué una persona hace algo, ya sea colecciona r mariposas, lavar su automóvil, manejar un torno o escribir un libro, lo que queremos saber es qué lo motiva. ¿Qué instinto particular diri ge sus procesos físic os de tal manera que lo llevan a coleccionar mariposas, lavar su automóvil, manejar un torno o escribir un libro? Podríamos pensar que existe un instinto específico para cada una de esas actividades, lo cual parece una explicación muy poco plausible. Po r lo menos no sería muy económica , y la ciencia se esf uerza por hacer economía. Debemos más bien buscar la respuesta en lo que Freud llamó " los instintos y sus vicisitudes". En un sentido, la respuesta a la pregunta de cómo el limitado margen de . la conducta del niño se amplía hasta llegar a la versatilidad del comportamiento adulto significaría volver sobre todo el terreno que ya hemos recorrido. Una respuesta concisa sería que la formación del yo y del sup eryó, la distribución de energía en los tres sistemas y su utilización én catexias y contracatexias, y la complicada red de interacciones entre el ello , el yo y el superyó, y de los tres con el mundo, explican el aumento en complejidad de la con. ducta. En vez de repetir todo lo que se ha dicho, limitemos nuestra atención a un as pocas cons ideraciones. En primer lugar, pocas o ninguna actividad adulta son resultado de un solo instinto de vida o muerte. Es más probable que cualquier acción particular sea consecuencia de una fusión de instintos. Una persona aprende por experiencia que puede reducir la tensión que surge simultáneamente de distintas fuentes al dedi carse a una actividad compleja. Un jugador de fútbol, For ejemplo, al jugar satisface varios instintos o sus derivados. Casi toda actividad es la conderúcíón de un complejo de , , l ·, t.f' J • 112 e A LVI N S. H A L L motivos. La fusión de instintos es realizada por la función sintetizadora del yo. Más adelante volveremos, sobre este punto. En segundo lugar, una actividad puede representar un compromiso entre las fuerzas impulsoras (catexias) y las fuerzas de resistencia (contracatexias). Como resultado de las resistencias, la persona no puede descargar directa" mente la tensión; debe encontrar un término medio entre la satisfacción completa y la completa insatisfacción. Por ejemplo, el afecto representa una transacción entre la satisfacción de una necesidad sexual y la resistencia del yo o las prohibiciones del superyó contra tal satisfacción. De la misma manera, las críticas verbales son un término medio entre una agresión física y la no-agresión . La razón de estas transacciones se encuentra en el viejo refrán: "a falta de pan, buenas son tortas". A causa de estos desplazamientos (pues eso son en realidad tales transacciones) se adquieren nuevos motivos (catexias objetales ): Cuando una persona sustituye al sexo por el amor, se dice que ha formado un nuevo motivo. Sin embargo, en realidad el nuevo motivo no entraña cambio alguno en la fuerza impulsora básica o en el objetivo final. La fuerza impulsora sigue siendo proporcionada por el instinto sexual, y la finalidad siempre es eliminar la tensión sexual. Lo que cambia son los medios para llegar al fin. U no trata de reducir la tensión sexual al desexualizar las expresiones de amor. Estos motivos catexias objetales nuevos reciben ' el nombre de derivados ° instintivos. Los derivados instintivos son tan numerosos como el número casi infinito de desplazamientos y transacciones que el hombre es capaz de hacer. Los afectos, las preferencias, los intereses, los gustos, las actitudes, los hábitos, los sentimientos, los valores y los ideales son formas de los derivados instintivos. Las catexias objetales a que se llega mediante una COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA -, 113 transacción, no descargan de ordinario toda la tensión. El amor romántico, por ejemplo. deja a la persona con un residuo de excitación sexual. Del instinto al cue , se le impide descargar 'toda su energía se dice que está inhibido en su objetivo. Los instintos inhibidos en sus objetivos producen fuertes catexias objetales y engendran persistentes fuerzas impulsoras porque no permiten la completa descarga de la tensión. En consecuencia, las excitaciones no descargadas engendran una corriente continua de energía que se utiliza para mantener las catexias objetales: Esto nos lleva a una conclusión aparentemente paradói ica. Los intereses, los afectos y todas las otras formas de motivos adquiridos, perduran porque son hasta cierto punto frustrado res y satisfactorios al mismo tiempo. Persisten porque no proporcionan satisfacción completa. Por ejemplo, una persona que tiene un interés intenso e insaciable en escuchar música clásica, no alcanza una gratificación completa, Escuchar música no es un sustituto completamente satisfactorio de una elección objetal más básica. El melómano no puede saciarse de música porque no es eso lo que en realidad desea. Sin embargo, es mejor <¡ue nada. Toda transacción es al mismo tiempo una renuncia. Una persona abandona algo que realmente desea pero que no puede tener, y acepta algo de segunda o tercera categoría que puede poseer. El amor duradero de un hijo por su madre, y el de la madre por el hijo, los buenos sentimientos qu.e los miembros de un club sienten entre sí, el amor a la patria y la multitud de otros afectos que la gente forma, están todos motivados por instintos inhibidos en sus objetivos. Una tercera vicisitud que sufren los instintos se produce por acción de los mecanismos de defensa. Se rccordará que las defensas surgen para ayudar al yo a ent rentarse con la angustia. Dado que una fuente de la angustia es el peligro de los instintos, los mecanismos de deftnsa 114 e A LVI N S. H A L L tratan de evitar el peligro modificando la elección objetal instintiva. El instinto de muerte, por ejemplo, es proyectado por el yo en forma de destrucción, agresión, domin ación, poder, explotación y competencia. Esto quiere decir que la elección objetal original es sustituida por objetos externos. Mientras la energía de los instintos de muerte pueda ser desviada de uno mismo, se conjura el peligro y la persona no se siente angustiada. Vemos aquí de nuevo el funcionamiento de un instinto inh ibido en su objetivo. En la medida en que la acción respecto de un objeto sustitutivo nunca puede ser totalmente satisfactoria, la proyección del instinto de muerte tenderá a persistir. Esto explica el hecho de que la agre· sividad sea una característica humana tal} prominente, y que las formas menores de agresión desplazada tales como el poder, el dominio, la explotación y la competencia sean aún más corrientes. Las expresiones menos termin antes abundan más que la agresividad desembozada, porque representan una transacción. En consecuencia, son motivadas de manera más persistente porque, al no poder reducir tanta tensión, siempre tienen alguna disponible para mantener el hábito. Una pelea a puñetazos es más satisfactoria (descarga más tensión) que una competencia entre comerciantes rivales, pero los adultos se pelean pocas veces a golpes y se dedican muy a menudo a hacerse lacornpetencia. Por regla general, cuanto más difiere la elecci ón objetal sustitutiva de la original al proporcionar alivio a la tensión, tanto mayor será su dominio sobre la persona . La represión de las elecciones objet ales instintivas da lugar a varias clases de formaciones sustitutivas, que permiten liberar energ ía en forma s disimuladas. El encubrimiento se l1eva a cabo mediante la sustitución de una elección objetal por otra . La finalidad del encubrimiento es impedir que el yo se angustie. Mientras el sustituto se las arregle para engañar al yo, y al mismo tiempo proporcione alguna reducción de la tensión, persistirá la elec- COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 115 ción objetal sustitutiva. Una persona que ha reprimido su instinto de muerte, por ejemplo, puede obtener alguna sao tisfacción leyendo avisos mortuorios y artículos necrológicos, yendo a funerales y escuchando cánticos fúnebres, o, mejor aún, puede convertirse en empresario de pompas fúnebres. Los sueños están llenos de representaciones disfrazadas e simbólicas de los deseos reprimidos. Cuando el disfraz es demasiado trasparente, el que sueña generalmente se despierta. Las pesadillas y los sueños angustiosos ~'son causados por el surgimiento de deseos reprimidos qiie angustian a la persona. La formación reactiva opera sobre los instintos, no sustituyendo un objeto por otro, como lo hace la proyección, sino invirtiendo tanta energía de un instinto en un objeto, que impide que la energía de otro instinto se exprese. La modestia, por ejemplo, puede esconder el deseo de exhibirse. En resumen, todas las amplias actividades de la persona adulta están motivadas por la energía de los instintos de vida y de muerte. Todo lo que hace una persona es: 1) una expresión directa de un instinto, en cuyo caso sería una simple elección objetal del ello, como comer, dormir, eliminar y copular; o 2) motivado por una combinación de instintos; o 3) representa una transacción entre fuerzas impulsoras y de resistencia; o 4) surge de una defensa del yo. . Hemos dejado de mencionar, sin embargo, otra importante clase de cambio que ocurre en los instintos. Aunque el objetivo de los instintos es constante durante toda la vida, la fuente de los mismos, que es una forma de excitación corporal, puede variar durante el desarrollo. Surgen nuevas excitaciones corporales y las viejas se modifican o desaparecen como consecuencia de la madurez, el ejercicio, los estímulos, la fatiga, los medicamentos, la dieta, la vejez y la interacción con otras excitaciones e A LVI N 116 S. H A L L corporales. Estos cambios pueden incorporar nuevos instintos, eliminar otros anteriores o modificarlos de alguna manera. V. EL DESARROLLO DEL INSTINTO SEXUAL La concepción freudiana del instinto sexual es mucho más amplia que la corriente. Incluye no sólo el gasto de energía en actividades placenteras que entrañan estimulación y manipulación genitales, sino que también abarca la manipulación por placer de otras zonas corporales. Una región del cuerpo en que los procesos excitantes e irritantes (tensiones) -tienden a concentrarse, y cuyas tensiones puedan ser eliminadas mediante alguna acción sobre tal región, como puede ser chupar o acariciar, recibe el nombre de zona erógena. La manipulación de una zona erógena es satisfactoria porque alivia la irritación, de la misma manera que rascarse alivia la picazón, y porque provoca un sentimiento sensual placentero. Las tres zonas erógenas principales son la boca, el ano y los órganos genitales, aunque cualquier parte de la superficie del cuerpo puede convertirse en centro excitatorio que demande alivio y proporcione placer. Cada una de las principales zonas se asocia con la satisfacción de una necesidad vital: la boca con el comer, el ano con la eliminación y los órganos sexuales con la reproducción. El placer proporcionado por la zona erógena puede ser, y a menudo es, independiente del placer que se deriva de la satisfacción de una necesidad vital. Por ejemplo, chuparse el pulgar o masturbarse redu cen la tensión, pero el primero no satisface el hambre y el segundo no sirve para la reproducción. ' Las zonas erógen as tienen gran importancia para el desarrollo de la person alidad porque son las primeras fuentes importantes de las excitaciones irritantes con las que el COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 117 bebé tiene que lidiar, y proporcionan las primeras expe. riencias placenteras importantes. Además, las acciones que implican las zonas erógenas llevan al niño a conflictos con los padres, y las frustraciones y angustias resultantes estimulan e! desarrollo de un gran número de adaptaciones, desplazamientos, defensas, transformaciones, transacciones y sublimaciones. A. LA ZONA ORAL. Las dos fuentes principales de placer derivadas de la boca son e! estímulo táctil, que se obtiene al poner cosas en la boca, y e! morder. El estímulo táctil de los labios y de la cavidad oral, por el contacto con objetos y con la incorporación de los mismos, produce placer oral erótico (sexual), y morder proporciona placer oral agresivo. El placer oral agresivo aparece más tarde en e! desarrollo porque tiene que esperar e! crecimiento de los dientes. Si la incorporación de! objeto es dolorosa, como cuando el bebé ingiere una sustancia de gusto amargo, el bebé se deshace del objeto ofensivo escupiéndolo. Como resultado de tales experiencias, .el bebé aprende a evitar el dolor cerrando su boca contra objetos irritantes. Por otra parte, si se quita un objeto placentero de la boca de! bebé, como, por ejemplo, el pecho materno o el biberón, el bebé tiende a retener. La boca, por lo tanto, tiene por lo menos cinco modos de funcionar: 1) incorporar, 2) retener, 3) morder, 4) escupir y 5) cerrar. Cada uno de esos modos es un prototipo o modelo original de ciertos rasgos de personalidad. Un prototipo significa un modo originario de adaptarse a un estado doloroso o perturbador. Sirve como modelo para adaptaciones ulteriores. En otras palabras, el niño, después de aprender a efectuar una adaptación particular, utiliza la misma adaptación cuando surgen posteriormente situaciones similares. Si ingerir cosas por la boca es placentero, como lo es cuando e! niño tiene hambre, entonces tomar o incorporar conocimiento o amor o poder 118 <, C A LVI N S. H A L L cuando uno se siente vacío, también puede ser placentero. Hablamos, en efecto, de hambre de conocimientos o de amor o de poder como si fueran cosas materiales que pudieran ser comidas. La boca proporciona muchas experiencias prototípicas que se transfieren o desplazan a otras situaciones similares. En realidad, la mayoría de las experiencias prototípicas implican el cuerpo, porque e! bebé está más preocupado por las funciones corporales que por el ambiente. Ingerir por la boca es el prototipo de la adquisitividad; retener, el de la tenacidad y determinación, morder, el de la destructividad, escupir, el de! rechazo y desdén y el cerrar e! de! desaire y e! negativismo. De la cantidad de frustración y angustia que se experimente en relación con la expresión prototípica, depende que estos rasgos se desarrollen y se conviertan en parte del carácter de la persona. Por ejemplo, un bebé al que se lo destete demasiado bruscamente puede desarrollar una fuerte tendenci a a retener c?sas para impedir una repetición de la experiencia traumática del des tete. Mediante desplazamientos y sublimaciones de diversa índole, la fijación en uno de los modos orales prototípicos puede convertirse en una red completa de intereses, actitudes y comportamientos. Una persona que haya adquirido una orientación predominantemente incorporativa, toma cosas no sólo por la boca sino también a través de los órganos de los sentidos, por ejemplo, mirando con los ojos y escuchando con los oídos. La actitud incorporativa puede abarcar cosas abstractas y simb ólicas, tales como la incorporación de amor, conocimiento, dinero, poder y bienes materiales. La codicia y la voracidad se originan al no recibir suficiente alimento o amor durante los prime. ros años de vida. La persona adquisitiva es insaciable porgue todo lo que adquiere, ya sea dinero o fama, es sólo un sustituto de lo que realmente desea, es decir, alimento de una madre amante. , , COM PENDIO DE PSICOLOG1A FREUDIANA I 1 119 Como el bebé depende de un agente externo, por lo general su madre, para mitigar su tensión oral y para la satisfacción de sus placeres orales, la madre puede controlar la conducta del bebé dándole alimento cuando es obed iente a sus deseos y retirándoselo cuando no obedece, Como el dar alimento se asocia Con el amor y la aprobación y la negativa de alimentos con el rechazo y la desaprobación , el bebé siente angustia cuando la madre lo rechaza o lo abandona, pues esto significa la pérdid a del deseable abastecimiento oral. Si se acumula mucha angustia sobre esta amen aza a los placeres orales del bebé, éste tiende a depender demasiado de la madre y también de otra gen te. Desarrolla un a actitud de dependencia h acia el mundo, En lugar de aprender a satisfacer sus necesidad es medi ante sus propios esfu erzos, eSfCra que le den las cosas cuando se po rta bien y que se las qu iten cuan do se porta mal. Se dice entonces que tal persona tiene una estru ctura caracterológica de dependencia oral. Si el deseo de depend encia hace avergonzar a una persona, pu ede desarrollarse un a form ación reactiva que hará que ella se resista a dep ender de cualquiera. N o puede pedir a nad ie nada porque eso significaría perder su "independencia, También puede uti lizarse la proyección como defensa con tra la dependencia, En vez de buscar ayuda, la persona que proyecta se sentiría obligada a ofrecer ayuda a los demás, Tal p ersona p uede empr end er obras sociales, convertirse en en fermera o demostrar otra vocación humanitaria, También pueden sus deseos oral es rep rimidos ap a· recer en forma disfrazada. Una persona puede interesarse poi: la lingüística, coleccionar botellas o ap render ven triloquia, · . . La agresividad oral mediante el morder es el prototipo de muchas clases de agresiones directas, despla zadas y disfrazadas. El niño qu e muerde con sus dientes puede de grande morder con los sarcasmos verbales, con el dcsp!e - 120 e A LVI N S. R 'A L L ' cío y el cinismo, o puede hacerse abugado, político o escritor de editoriales. Decimos que alguien es mordaz o que muestra los dientes cuando manifiesta una conducta agresiva, dominante, y autoritaria. Cuando uno se siente culpable, puede utilizar la agresión oral como forma de autocastigo. Uno puede morderse los labios o la lengua. La agresión oral puede dar lugar a sentimientos de angustia que a su turno se defienden mediante varios mecanismos del yo. Una persona puede reaccionar contra la agresión oral diciendo solamente cosas amables sobre otras personas. O puede proyectar su agresión oral de manera que se crea víctima de la agresión de un mundo lleno de enemigos. Puede fijarse en una etapa primitiva de agresión oral en su desarrollo o puede regresar a ella cuando las frustraciones de las etapas posteriores sean mayores que las que ella puede manejar. Escupir y cerrar la boca siguen de manera bastante pa, recicla los lineamientos del desarrollo del ingerir y el morder. Estos modos prototípicos de reacción se transforman de numerosas maneras, y dependen de las satisfacciones y frustraciones particulares que encuentren. El tipo "escupidor" de personalidad se caracteriza por el desdén y el desprecio, el tipo "cerrado" por su actitud ensimismada y cautelosa. La erección de defensas contra estos modos de comportamiento que provoca la angustia" afecta de muchas man eras el desarrollo de la personalidad. Por ejemplo, una aceptación indiscriminada de lo que uno dice o hace, caracterizada por la expresión "ese se traga cualquier cosa", es una formación reactiva contra el escupir. El sen'timiento de ser Ull exiliado ,social ante el cual el mundo ha cerrado sus puertas es una proyección de cerrar la boca contra un mundo doloroso. Se pueden ver las manifestaciones de estos cinco modos , de actividad oral en muchos aspectos de la vida. Apare. cen en las relaciones y afectos entre las personas, en las COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 121 actitudes económicas, sociales, políticas y religiosas, y en los intereses y preferencias culturales, estéticas, recreativas, atléticas y vocacionales. B. LA ZONA ANAL. En el otro extremo del aparato digestivo está la abertura posterior, el ano, a través del cual se eliminan del cuerpo los desechos de la digestión. En esta región surgen tensiones como resultado de la acumulación de la materia fecal. Esta materia ejerce presión sobre las paredes del colon, que es la parte del cordón intestinal que está inmediata al ano, y sobre los esfínteres anales, que son músculos que funcionan como válvulas. Cuando la presión sobre los esfínteres alcanza cierto nivel, se abren y se expelen los productos de desecho mediante el acto de la defecación. La expulsión proporciona alivio a la persona, al eliminar la fuente de tensión. Como consecuencia de experimentar una placentera reducción de tensión, puede ernplearse tal modo de acción para deshacerse de tensiones que surgen en otras partes del cuerpo. La eliminación expulsiva es el prototipo de los estallidos emocionales, las pataletas, rabias y "Otras reacciones primitivas de descarga. Por Jo común, durante el segundo año de vida o más temprano, los reflejos expulsivos involuntarios llegan a ser controlados mediante una serie de experiencias que se conocen con el nombre de educación del control de esfín teres. La educación del control de esfínteres es por lo habitual la primera experiencia decisiva que el niño tiene en relación con la disciplina y la autoridad exterier. la educación de esfínteres representa un conflicto entre una catexia instintiva (el deseo de defecar) y una barrera externa. Las consecuencias de este conflicto dejan por fuerza huellas indelebles en la estructura de la personalidad. los métodos empleados por la madre al educar al niño y sus actitudes con respecto a asuntos como la defecación, la limpieza, el control y la responsabilidad, determinan ? '" 1-'" CALVIN S. HALL en gran medida la naturaleza exacta de la influencia que la educaci ón de esfínteres tendrá sobre la personalidad y su desarrollo. Una persona se resiste naturalmente a que se interfiera y se regule sus actividades placenteras. Si la interferencia es muy estricta y punitiva, el niño puede vengarse ensuciándose intencionalmente. A medida , que crezca, tal niño se tomará su desquite con los repre- "_ sentantes externos de la autoridad, armando embrollos, actuando con irresponsabilidad, o de manera desordenada, siendo manirroto y pródigo. Los estrictos procedimientos para educar los esfínteres también pueden provocar una formación reactiva contra la expulsión incontrolada, engendrando pulcra meticulosidad, melindrosidad, orden compulsivo, frugalidad, disgusto; miedo a la suciedad, estricta administración del tiempo y dinero, y otros comportamientos supercontrolados, La constipación es una reacción defensiva corriente contra la eliminación. Por otra parte;' si la madre le suplica al niño que mueva el vientre y lo alaba demasiado cuando lo hace, el niño considerará el producto que ha hecho de gran valor. Más tarde en la vida puede . sentirse movido ' a .producir o crear cosas para complacer a Jos demás o para complacerse a sI mismo, de la misma manera que cuando ' defecaba para complacer a su madre. La generosidad, los regalos, la caridad y la filantropía pueden ser resultados de esta experiencia básica. Si se da demasiada importancia al valor de las heces, d niño puede sentir que ha perdido algo valioso cuando defeca. Responderá ante la pérdida sintiéndose deprimido, vacío y angustiado. Tratará de evitar pérdidas futuras negándose a eliminar sus heces. Si se fi já y generaliza este modo, l<l persona será ahorrativa, parsimoniosa y econó mica. l a retención de las heces es el otro modo de funcionamiento anal. Aunql1e pueda ser empleado como defensa contra la pérdida de algo que se considera valioso, la -, \ , \ \ COMPE NDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 12 3 retención es placentera de por sí. La suave presión sobre las paredes internas del recto que ejerce la materia fecal satisface sensualmente. La defecación acaba con este pla cer y deja a la persona con una sensación de vacío. Si la persona se fija en este modo de placer erótico, puede desarrollar un interés generalizado en coleccionar, poseer y retener obj etos. Una formación reactiva con tra la retención puede desarrollarse como resultado' de sentimien tos de culpa, en cuyo caso la persona se sentirá impelida a dar sus bienes y su dinero de mane r ~ atolondrada o a perderlos haciendo tontas inversiones jugando imprudentemente por dinero. Poseer cosas angustia tanto ' a esas personas que h arán cualquier cosa por ,deprenderse de ellas. Además, siente n cierta satisfacción en gastar su dinero de manera expulsiva. ° ¡ \ C. LA ZONA SEXUAL. La tercera zona cor poral placentera importante son los órganos sexuales. Acariciar y manipular los órganos propios (masturbación) produce placer . sensual. Al mismo tiempo, hay una intensificación del anhelo sexual del niño por los padres, que inicia una Serie de cambios importantes en sus catexias objetales. El período de crecimien to durante el cual el niño se preocupa por sus genitáles es llamado la etapa fálica. Dado que los órganos reproductivos masculinos y los femeninos son estru cturalmente diferentes, es necesario examinar los acontecimientos de la etapa fálica separadamente pa ra cada sexo. . 1) La etapa fálica masculina. Antes de la aparición del período fálico, el" niño ama a su madre y se identi fica con su padre. Cuando el impulso sexual aumenta, el amor del niño por su madre se hace más incestuoso y en consecuen cia se Fone celoso de su rival, el p adre. Este estado de cosas, en el que el niño anhela l¡t posesión sexual exclusiva de la mad re y siente antagonismo hacia el padre: recibe el nombre de complejo de Edipo, Edipo fu e una , / 124 CALVIN S. / / HALL eminente figura de la mitología griega, que mató a su padre y casó con su madre. El desarrollo del complejo de Edipo crea un nuevo peligro para el niño. Si persiste en sentirse sexualmente atraído hacia la madre, corre el riesgo de que el padre lo dañe físicamente. EL miedo específico que abriga el niño es que su padre le extirpe su órgano sexual ofensor del niño. A este miedo se le llama angllJtia de castraciá n. El niño cree en la realidad de la castración cuando ve la anatomía sexual de la niña, que carece de genitales prominentes como los masculinos. Al varoncito, la niña le parece castrada. "Si eso pudo sucederle a ella, también puede sucederme a mí", piensa él. Como resultado de la angustia de castración, el niño reprime su deseo incestuoso por la madre y su hostilidad hacia el padre, y el complejo de Edipo desaparece. Otros factores también conspiran para debilitar el complejo de Edipo. Ellos son: 1) la imposibilidad de satisfacer el deseo sexual con la madre, como lo hizo Edipo, 2) los desengaños que le produce la madre, y 3) la maduración. Cuando el niño renuncia a la madre, puede identificarse con el objeto perdido, su madre, o intensificar su identificación con el padre. De la fuerza relativa de los componentes masculinos y femeninos en la constitución del niño depende que ocurra lo primero o lo segundo. Freud supone que cada persona es constitucionalmente bi. sexual, 10 cual quiere decir que hereda las tendencias del sexo opuesto lo mismo que las del propio. Si las tendencias femeninas del niño son relativamente fuertes, tratará de identificarse con su madre una vez desaparecido el complejo de Edipo; si predominan las tendencias masculinas, acentuará su identi ficación con el padre. Tí picamente, siempre existe alguna identificación y alguna catexia objetal con ambos padres. Al identificarse con el padre, el niño participa de la catexia del padre hacia la madre. Al mismo tiempo, la identificación con el padre ocupa el lugar de la catexia femenina del niño hacia el t , COMPENDIO Dn \ PSICOLOGÍA FREUDIANA 125 padre. Al identificarse con la madre, obtiene satisfacción parcial de su anhelo sexual por el padre, mientras que la identificación ocupa el lugar de la catexia del niño hacia la madre. La fuerza relativa y el éxito de estas identificaciones determinan el destino del carácter del niño y de sus afectos, antagonismos, y grado de masculinidad y femineidad que demostrará mas tarde. Estas identificaciones también dan lugar 'a la formación 'del superyó. Se dice que el superyó es el heredero del complejo de Edipo, porque ocupa el lugar del mismo. Durante varios años, más o menos entre los cinco años -cuando se reprime el complejo de Edipo por miedo a la castración-, y los doce -época en que aumenta mucho la energía del instinto sexual debido a cambios fisiológicos del sistema reproductor-, los impulsos sexuales y agresivos del niño quedan dominados. Este período es llamado periodo de latencia. Con el despertar de la pubertad, los impulsos reviven y ocasionan las tensiones y vehemencias típicas de la adolescencia. Durante esos años adolescentes ocurren nuevas adaptaciones y transfor- , maciones que finalmente culminan en la estabilización de la personalidad. 2) La etapa fálica femenina. Al igual que en el niño, el primer objeto amoroso de la niña, aparte del amor a su propio cuerpo (narcisismo), es la madre. Pero a diferencia de lo que Ocurre con el niño, no hay muchas probabilidades de una temprana identificación con el padre. Cuando la niña descubre que no posee los genitales externos del varón, se siente castrada. Culpa a su madre por tal condición y por lo tanto se debilita la catexia hacia la madre. Además, la madre desilusiona a la niña en otros aspectos. La niña siente que la madre no le da suficiente amor, o que ella tiene que compartir el amor de su madre con hermanos y hermanas. A medida que se debilita la catexia hacia la madre, la niña comienza a preferir al padre, que posee el órgano que a ella le ~ªlta. 126 CALVIN S. / / // ,HALL El amor de la runa por su padre se mezcla con envidia porque él posee algo de que ella carece. Esto se conoce como envidia del pene. Es el equivalente femenino de la angustia de castración del niño. Estas dos condiciones, la envidia de! pene y el temor a la castración, son aspectos del mismo fenómeno general, llamado el complejo de castracián. Los complejos de castración y de Edipo son dos de los desarrollos más importantes de la etapa fálica El surgimiento del complejo de castración en el niño es la razón principal del abandono de! complejo de Edipo, mientras que en la niña el complejo de castración (envidia del pene) es el responsable de la introducción del complejo de Edipo. Ella ama a su pad re y está celosa de la madre. Aunque el complejo de Edipo femenino no es probable que desaparezca como en e! varón, se debilita en virtud de la maduración y por la imposibilidad de poseer al padre. Las identificaciones, entonces, reemplazan a las catexias objetales. Al igual que el niño, la niña es bisexual, y la fuerza de la identificación con cada progenitor está en parte determinada por la fuerza relativa de las predisposiciones masculinas y femeninas de la niña. Si e! componente masculino es fuerte, la niña se identificará más con el padre y se convertirá en un marimacho. Si predominan los impulsos femeninos, la niña se identificará más con la madre. Además, existe siempre algún grado de identificación y catexia con cada padre. La emulación de la niña por la madre la acerca al padre y también la compensa por la perd ida relación amorosa con la madre. De la misma manera, su identificación con el padre la compensa en cierto grado por la carencia de genitales masculinos y preserva la catexia hacia la madre. La fuerza y e! éxito de estas identificaciones influyen sobre la naturaleza de sus afectos y el grado de masculinidad y femineidad de su vida posterior, además de producir el. superyó, . COMPENDIO D "{SICOLOGÍA FREUDIANA 127 ·- tam bilen pasa pOr \ un peno , do d e i arenera, ' cuanLa runa do los impulsos están bajo ' el dominio de las formaciones reactiva s. Sale de la latencia al iniciarse la pubertad. También ella elabora los problemas de la adolescencia y fin alment e alcanza cierta medida de estabilidad como adulta. D . SEXUALIDAD G ENITAL. Tomadas en conjunto, las tres etapas de! desarrollo, la oral, la anal y la fálica, reciben el nombre de período pregenital. Este período .abarca los cinco primeros años de vida. La característica saliente del instinto sexual du rante el período pregenital es su narcisismo, El tipo de narcisismo llamado primario no debe ser confundido con el llamado narcisismo secun dario: El narcisi smo secundario se refiere a sentimientos de orgullo que el yo experiment a cuando se identifica con los ideales del superyó. El narcisismo pri mario se refiere a las sensaciones sensuales que surgen de la autoestimu lación. El narcisismo primario es placer corporal. Lo ejemplifican e! chuparse el pulgar, el expeler o retener las heces, y la masturbación. El instin to sexua l durante elperíodo pregenital , no se dirige hacia la reproducción. El ni ño catectiza su propio cuerpo porque es la fuen te de considerable placer. También .puede catectizar a sus padres, pero estas catexias se desarrollan porque sus padres, especialmente su madre, le ayudan a obtener placer corporal. El pecho de la madre es la f uente principal del placer oral, y las caricias, besos y mimos qu e ambos padres le prodigan al .niño son sexualmente gratificantes. Después de la interrupción del período de latencia, el instinto sexu al comien za su evolución hacia e! fin biológico de la reproducción. El adolescente comienza a senti rse atraído hacia miembros de! sexo opuesto. Esta atracción culmina eventualmen te en la unión sexu al. La fase última d'e'} desarrollo es llamada la etapa genital. La etapa genital ji 128 e A LVI N ,H AL L S. / se caracteriza por las eleccione~ objetales más ,q ue por el narcisismo. Es un período de socialización, actividades colectivas, matrimonio, establecimiento de un hogar y una familia, desarrollo de un interés serio en la profesión y otras responsabilidades. Es la etapa más larga de las cuatro, que dura desde los últimos años de la segunda década de la vida hasta que se manifiesta la senilidad, época en que la persona tiende a regresar al período pregenital. No se debe suponer, empero, que la etapa genital desplaza a las etapas pregenitales. Antes bien, las catexias pregenitales se fusionan con las genitales. Los besos, las caricias y otras formas de hacer el amor que de costumbre forman parte del esquema seguido por las parejas, satisfacen impulsos pregenitales. Además, los desplazamientos, sublimaciones y otras transformaciones de las catexias pregenitales se convierten en partes de .ta estructura caracterológica permanente. VI. RESUMEN El desarrollo de la"personalidad ocurre como res~ltado de dos condiciones principales: 1) la maduración o crecimiento natural; y 2) el aprender a superar las frustraciones, evitar el dolor, resolver los conflictos y reducir la angustia. El aprendizaje consiste en la formación de identificaciones, sublimaciones, desplazamientos, fusiones, transacciones, renuncias , compensaciones y defensas. Todos estos mecanismos de la personalidad entrañan la sustitución de las elecciones objetales instintivas por nuevas catexias objetales. También impli can la formación de contracatexias que se oponen a las catexias instintivas. La forma ción de catexias y contracatexias por el yo y el superyó, y su interacción recíproca, son responsables de la manera en que se desarrolla la personalidad. ,, BIBLIOGRAFIA Identificación FII F.t ' O. S. (1 921) , Psicología de las masas y análisis del JO , Capítulo VII. (1 923), El JO Y el el/o, Capítulo III. D esplazamiento y sublimació n ( 1908 ), El carácter y el erotismo anal. ( 1908), La moralidad sexual "cultural" y la nerviosidad moderna. ( 1908) , El poeta y la fantasía. (1 910) , Un recuerdo iJIfanlil de Leonardo da Vi JIci. (1 923) , El )'0 Y el el/o. (1 930), El malestar en la iu itur«, en Obras Completas, vol. X IX . Bs, As., S. Rueda. Mecanismos de defensa ( 1915), " La represión ", en IIfetapsicología. ( 1911) , " Los instintos y sus destinos", en II felapsicología. (1 937 ) , " Análisis terminable e intermin able" , en Esquema del psicoanálisis y otras obras p ás11I1l1aS, Obras Completas, vol. XXI, Bs, As., S. Rueda. ( 1939), Moisés y el monoteismo, Obras Completas, vol. X X, Bs. As" S. Rueda. El instinto sexua1 (1 905) , (1 923), (1 925), ( 1933 ), Una teoría sexual. La organizaci án genital illfantil. El filial del complejo de Edipo, N llevas aportaciones al psicoanálisis, Car 'ítulo V. / CAPÍTULO V LA PERSONALIDAD ESTABILIZADA Los cambios mayores en la personalidad ocurren durante las dos primeras décadas de vida. Ese es el período en eJ que una persona madura y aprende a superar o a adaptarse a las frustraciones externas e internas y a las insuficiencias personales, a adquirir hábitos y habilidades y conocimiento, a evitar el dolor y prevenir la angustia, a alcanzar objetos-meta y asegurarse satisfacciones, a compensar las pérdidas y las privaciones y a resolver los conflictos. Hacia el final de ese período, la personalidad por lo general ha adquirido cierto grado de constancia o equilibrio que persiste hasta que comienzan los procesos de deterioro de la vejez. Se dice que la organización y dinámica de la personalidad se han estabilizado. Cuando hablamos de personalidad estabilizada no queremos decir que todas las personas desarrollen la misma pauta o pautas parecidas de : personalidad. Hay muchas clases de personalidades estabilizadas. El equilibrio puede establecerse alrededor de un mecanismo defensivo particular como la represión, proyección, o formación reactiva, o puede basarse en una identificación' particular. mente poderosa, comq sucede cuando una persona se modeja a sí misma a semejanza de uno de sus padres o de un hermano mayor o de algún otro héroe. La estabilidad también resulta del desarrollo de desplazamientos, sublimaciones y transacciones 'habituales. El número de desplazamientos y transacciones diferentes es prácticamente infinito, c0!D0 resulta evidente si contemplamos la variedad COMPENDIO DE PSICO LOGÍA F REUDIANA 131 de las actividades de los adultos. H ay mil maneras de ocupar el tiempo. N o hay dos personas que tengan las mismas pautas de intereses, gustos y afectos; sin em bargo. cada uno llega a alcanzar un modo de vida que le proporciona cierta estabilidad. N o queremos tampoco significar, con el término persOllalidad estabilizada, lo que ot ros h an llamado personalidad madura, o sana, o bien adaptada o ideal. Todos estos términos pu eden describir tipos pa rticulares de personalidad estabilizada, pero muchas pe rsonas alcanzan estabili dad sin llegar nunca a ser maduras o adaptadas. Su estabilidad pu ede dep ender de fijaciones y síntomas neu róticos o de alejamientos psicóticos del mundo de la realidad. El alcohólico puede tener costumbres muy estabilizadas , y sin embargo no cabe decir que está bien adaptado. La personalidad de dependencia oral o la personali dad anal retent iva pueden desarrollar un alto grado de estabilidad, pero ninguno de esos tipos puede considerarse maduro. Muchas personalidades estabilizadas en realidad se h an detenido en su crecimiento, por ejemplo, el adolescente eterno que nun ca termina de crecer. Aunqu e el término personalidad estabilizada pueda imp licar que el adulto se ha ajustado a un a existencia rut inaria y monótona, no queremos que el lector entienda tal cosa. Estabilización no sign ifica necesariamente falta de variedad en la vida , aunque para algunas personas signifique precisamente eso. Estabilización por lo general significa que la variaciól1 se aju stará a una pauta bastante congruente y susceptible, clue puede predecirse. Un adulto puede cambiar de trabajo o de pasatiempo o de mujer con bastante frecuencia, pero el nuevo trabajo o la nueva muj er o el n uevo pasatiempo se parecerán mucho a los anteriores. Las variaciones sobre un mismo tema (Freud las llamó compulsián de repelición) , antes que una serie de temas nu evos, es 10 que caracteriza el comportamient o del adulto típicamente estabilizado. 132 CALVIN S. HALL Por último, no queremos decir que la personalidad estabilizada es la que no experimenta frustraciones, angustias u otra clase de tensiones. La vida nunca está libre de tensiones. La personalidad estabilizada, más bien, es fa. que ha hecho arreglos más o menos permanentes para manejar los aumentos de tensión. El presente capítulo examina en qué consisten esos arreglos. La manera más efectiva de manejar o impedir el aumento de tensión es utilizar el proceso secundario de! yo, que, se recordará, consiste en e! pensamiento realista, el razonamiento y la solución de problemas. Dados entrenamiento y experiencia suficientes para resolver los problemas de manera racional y lógica, durante los primeros veinte años de vida, y una maduración intelectual adecuada, un adulto podrá resolver de modo realista y satisfactorio la mayoría de los problemas que se le presentan . Para que el proceso secundario funcione eficazmente, es necesario controlar las catexias objetales del ello y las catexias idealizadas del superyó, erigiendo contracatexias. De lo contrario, esas catexias tenderán a deformar el. principio de realidad del yo, al contaminarlo con el pensamiento autista o moralista. Además, los procesos psicológicos de la percepción, memoria, juicio y discriminación deben tener a su disposición una corriente continua de eflergí~1 ya que el proceso secundario hace uso abundante de estas funciones. La canalización de energía hada los procesos del yo significa que la energía libre del ello se convierte en energía ligada. Se dice que la energía está ligada cuando . la carga libremente móvil de energía, característica de las excitaciones instintivas, se transforma en una carga tónica en relativo reposo. Esto se lleva a cabo invirti~ndq energía en las funciones de no-descarga del yo. Una analogía puede ayudar a aclarar lo que ocurre cuando la energía se vuelve ligada. Una persop.¡¡, mientras no tenga obligaciones o responsabilidades financieras, pU!id~ e~s~¡¡r COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FR EUDIANA 133 , libremente y de mane ra imnulsiva su dinero. Puede jugarlo o beber o gastarlo en los pl aceres que lo atraigan en un momento dado . Sin embargo, cuando asume obligaciones al comprar a crédito, al invertir su dinero o porque tiene que pagar impu estos, o cuando acepta la responsabilidad de proporcionarse alimento, casa y otras necesidades y comodidades de la vida a sí mismo y a otras personas, entonces se compromete a gastar su dinero con pro pósitos definidos. Ha ligado su dinero a las cuentas mensuales y a los gas tos fijos, y ya no puede gastarlo como más le pl azca. De la misma manera, la personalidad liga su energí a psíquica al invertirla en proceses del yo estabilizados y organizados. También se alcan za estabilidad al invertir energí a en los mecanismos de proyección, form ación reactiva, repre· sión, fijación y regresión. Si un a persona no puede en f rent arse con la realidad tal cual es, puede tratar de modificarla de acuerdo con sus deseos o sus ideales. Aunque esta estrategia por parte del yo defo rme y falsifique / la realidad, es con todo eficaz pues ofrece protección ante los efe ctos incapacitan tes de la angustia y la frustración . La estabilidad proporcionada por estos mecanismos de defensa puede ser precaria si las defensas son débiles, pero cuando unó ha p asado veinte año s fo rtaleciéndolas! e.s. muy poco probable que se desmoronen fácilmente. Las defensas drenan ene rg ía del proceso secundaría y ocupan el lugar del pensamiento realista. o Cu ando una persona llega a la edad adulta, lºs d('~­ plazamientos y las sublimaciones se estabilizan sobre una base bastante permanente, habiéndose casi completado la transformación y f usión de los instintos . Las experiencias de los veinte primeros años le han enseñado a hacer tran succ iones que son hasta cierto punto satisfactorias e tlue, si no satisfacen, por lo menos la ayudan a sopor tar el dolor y la angustia, Esas transacciones se expresan como intereses, actitudes, afectos y preferencias. Intervienen no 134 CALVIN S. HALL \ sólo en las decisiones fundamentales de la vida -por ejemplo, la elección de profesión y la selección de una pareja matrimonial- sino también en las numerosas pequeñas decisiones que hay que hacer todos los días. La congruencia con que se hacen estas elecciones y el llamado conservadorismo, o resistencia al cambio, del adulto, débense al carácter relativamente flojo de las catexias del adulto. La duración de estas catexias depende de dos factores importantes: 1) numerosas fuentes instintivas le proporcionan energía (fusión instintiva); y 2) no permiten la descarga completa de la tensión porque se les oponen contracatexias. El trabajo, por ejemplo, implica una cantidad de actividades diferentes que satisfacen una variedad de excitaciones instintivas, pero es muy . improbable que se alcance la satisfacción de todas las excitaciones al mismo tiempo. El ritual, la tradición, la costumbre, las convenciones, la uniformidad" el orden, el hábito y la repetición, que caracterizan a la personalidad estabilizada, representan todos transacciones entre las fuero, zas impulsoras (catexias) y las fuerzas de resistencia (contracatexias) . Esto nos lleva al p¡tl?d del superyó en la personalidad adulta Las catexias del ideal del yo representan sublimaciones de las catexias objetables primitivas. El carácter de las sublimaciones depende originalmente de las . clases de conducta por las cuales se recompensa al niño. Que una sublimación persista o no depende, a su vez, de la satisfacción, o de la disminución del dolor, que continúa proporcionando. Si, a la hlega, no proporciona ningún placer o mejora, la. sublimaci ón desaparecerá. Por lo tanto, durante las <lfiQs adultos, los ideales satisfactQrigs :¡¡e· atrincheran y los que ya no cumplen ningún propósito se dejan de lado . La personalidad definitiva contiene el residuo de las elecciones objetales que reducen la tensión. Las prácticas religiosas, el trabajo social, la participación en las actividades de la comunidad, las ocu- { r COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA 135 paciones culturales, estéticas y literarias ' y el estudio de la naturaleza sa n sublimaciones adultas representativas. De una manera similar, la red de prohibiciones (contracatexia ) que es la conciencia mo ral, también se estabiliza. Las prohibiciones se debilitan y desaparecen cuando la experi encia demu estra que los pel igros so bre los que se basan las prohibiciones han desaparecido, mientras que las pr ohibiciones que se refuerzan periódicamente por el temo r al castigo se fi jan en la personalidad. El yo se ve forzado a pac tar COn las catexias del superyó, y lo hace encontrando un punto medio en tre sus propias catexias o las del ello y las contracatexias de la conciencia moral. Este punto medio es responsable de otro rasgo co" mún de la personalidad estabilizada, su moderación. Por lo comú n h ay mu cho meno s espontane idad e impulsividad en el compor tamiento adu lto si se lo compara 'COn el de los jóve nes. SÍ11 embargo, si las con tracatexias del supery ó son muy f uertes en relación a las elecciones objetales del ello o del yo, la personalidad estabilizada se caracterizará, no po r la moderación, sino por la rigidez. El que tiene - tal personalidad vive una vida cauta, confinada a estrechos límites. Su estabilidad es la de una persona con chaleco de fuerza. En último análisis, la personalidad estabilizada es la " que ha logrado, mediante el aprend izaje y la maduración, un equilibrio ent re las catexias y las contracatexias. La natura leza de este equilibrio, es decir, que el mismo se incl ine hacia el lado de las realizaciones o hacia el lado de las restricciones o se qu ede en el med io, está determinada po r las influencias que ejercen presión sobre la person alid ad en desarrollo. Una prepo nd erancia de p rohibiciones, amenazas, peligros, castigos, fracasos, privacio nes, coerciones, fru straciones, insuficiencias y déficit, ten-derá a establecer fuerzas bloq ueadoras en la personalidad y a vigori zarl as; en cambio, abund antes éxitos, gr atificaciones, victorias y realizaciones tenderán . a favo recer f 136 -, e A LVI N s . H AL L la formación de catexias. En general, la presen cia de contracatexias fuertes aumentará el nivel de tensión de la persona lidad, ya gue las contracatexias impiden que se di. sipe la energía psíquica . Sin embargo, a pesar de la existencia de considerable tensi ón, la personalidad pued e ser muy estable en tanto se mantenga el equilibrio de fuerzas. Algunas personas que parecen estar a pun to de estallar, conservan su estabilidad porque las fuerz as en opa· sición están bien equ ilibradas. La estabilidad tamb ién es p roducida por la resolución de los conflictos entre las fuerzas instintivas opuestas o sus der ivados . La solución de un con flicto puede ocurrir de distintas maneras. Uno de los antagonistas p uede derrotar al otro. Por ejemplo, el amor puede conquistar o neutralizar el odio. Esto no quiere decir que el odio desaparezca; puede continuar existiendo en forma latente o suprimida . Si se debilitara el amor, el odio volvería a manifestarse de nuevo. También puede resolverse un confl icto al encontrar maneras de satisfa cer ambos móviles conflictuales, lo cual puede realizarse median te diferentes tra nsacciones con diferentes clases de objetos. Por ejemplo, uno puede manifestar amistad hacia sus asociados (el g rupo interno ) y hostilidad hacia los extraños (el grupo externo). Uno puede ser defe rente para con sus superiores y trat ar ma l a sus subordinados. También puede resolve rse un conflic.to expresando de modo alternado primero uno y luego el otro instinto sobre el mismo objeto. A menudo el amor alterna con el antagonismo en una relación Íntima. Esta forma de solución es como un péndulo que oscila entre dos polos. . Probablemente la forma más corriente de . resolver los conflictos es la fusión o integración. La persona encuentra una manera de satisfacer ambas fuerzas op uestas en una misma actividad. Por ejemplo, una persona que ocupa una flosición de responsabilidad como ' empleado asala riado en COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 137. una gran compañía, satisface su deseo de dependencia al se miembro asalariado de una organización segura }' más o menos paternalista, y su deseo de independencia al tener obligacion es y responsabilidades que requieren juicio e iniciativ a indep endientes. D e esta manera, tal person a no se siente demasiado angustiada por depender en grado extremo de otros, o demasiado insegura al ser compl eta mente independiente. Durante el período exploratorio de las dos primeras décadas de vida, la per sona aprende muchas maneras de integrar sus confl ictos. Aprende que, a diferencia del zo rro de la fábula, puede tene r el queso y la luna al mismo tiempo, aunque probablemente nunca obtend rá tanto como desea de am bas cosas. En resumen, entonces, la personalidad estabilizada es aq uella en que la energ ía psíquica h a encontrado maneras más o menos per manentes y constantes de co nsumirse en la realización de activid ades psicológi cas. La naturaleza precisa de estas activid ades está determinada por las caracterí sticas estructurales y dinámicas del ello, del yo y del superyó, por las , interacciones entre los tres, y por su historia evolutiva. BIBLIOGRAFIA FRE UD, S. (1910) , Un recuerdo il//a l/til de Leonardo da V il/á. (1 9 20), Alcís aJlci del pri ncipio del placer. (1 9 30), El malestar eII la cultura, en O bras Completas, vol. X IX , Bs, As., S. Rueda. ~ , BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO (Continuación de la segunda página) 45 - H. 'P í éron . La sensación. 48 - J. C. FiIloux : El tono • mental. 48 - R. S. Woodworth, Ch. Spearman y otros : Psicologias dinámicas y factoriales. 49- Y. Castellán : La metapsíquica. 51- H. Delacroíx y otros: , Psicología del len· guaje. 52 - K. B. Mayer: CúlSe y sociedad. 53 - E. K. Nottingham: Sociologíll de Ú1 religián. 54 - E. Chínoy: l ntroduccián a la sociología. 5.5 - G. Símpson: El hombre en la sociedad. 56 - J. Bram: Lenguaje 11 sociedad, 57 - C. de Ruggiero: Poliuca y democracia. 58 - J. Dewey: El hombre y sus problemas. OO-C. C. jung: Energ ética p.víq uica y esencia del sueño. 61 - ·M. S. Olmsted: El pequeño grupo. 62 ., D. H. Wrong : La poblacián. 63 - C. R. Wright: Comunicación de 11UlSas. 64 - W. Kohler, K. Koffka y F . Sander: Psicología de la'forma. 65 - I. P. Pavlov y otros: Psicología . reflexológica. 66 - P. Janet y otros: La psicología profunda. 87 -]. Dewey y otros: Herencia, conducta. IJ motivación. 68 - C. M. Sykes: El crimen y la sociedad. 69- J. B. Rhine: El alcance de la mente. 71 - N. W. Ackerman y M. ]ahoda: Psicoaruílisis del antisemitismo. 72 - H. J. Laski: El peligro . de ser gentleman. 73 - B. Russell : Misticismo IJ lógica. 74 - C. Berger: Carácter y personalidad. 75 _ M. Foucault: Enjermedad mental y per sonalidad. 76 - F. Crégoire : La natllraleza de lo pslqutco. 77 - R. Ruyer: La conciencia y el cuerpo. 78- R. Zazzo: La psicología norteamericana. 79 - A. Adler: Psicología del individuo. 81-J. D. Calderaro : La dimensión estética del hombre. 82 -A. Freud: El yo IJ los mecanismos de defensp. 83 - P. M. Blau : La burocracia en la sociedad moderna. 84 - R. K. Overton: Psico- ' fisiología del pensamiento IJ de la ac., ClOn. SS - S. A. Creer: Organi· zacián social. 86 - R. A. Schermerhom: El poder IJ la sociedad. BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO (Continuación de la página anterior) \V. Kohler: Dinámica 106 - C. S. Hall: Compendie en psicología. de psicología [reuduz 88 - J. B. Rhine: El nuevo . 107 _ . E .· na · · S '. El arte del Kn mundo de la mente., 89 - J. Bleger: Psicoanáliinsano. 108 - G. de Ruggiero: Filosis y dialéctica materialista. sofías del siglo XX. SO-A.F.C. WaIlace: Cul109-W. J. H. Sprott: Grudad pos humanos. 110 _ M. R. Cohen: Razón y tura y persona1i au . 91 - C . A. Seguin: Amor naturaleza. y psicoterapia. 111 - A. Binet: Grafología y 92 - H. Carr, \Y. McDouciencia. gaIl y G. S. Brett: Psi112 -C . K. O gd en e 1. A . cología del acto. ' Richards : El signifi93 - R. May, G. W. Allport cado del significado. y otros: Psicología 113-N. Abbagnano : Exisexistencial. tencialismo positivo . 94 - G. W . Allport : Des114 _ Ch. Bühler : El niño y su familia. arrollo y cambio. 95 - A. J. Heschel: El Sha115 _ W. Bechterev: La psibat 'y el hombre mocología objetiva. 116 _ W. Reich: Análisis del derno. 96-N. N. Glatzer: Hillel carácter. el sabio. Surgimiento 117 _ F . Alexander y T. M. del judaísmo clásico. French : Terapéutica 97 - S. H. Bergman: Fe y psicoanalítica. ' razón. 118- R. Mondolfo : Mo 98 - M . Adler: El mundo meatos del pensadel Talmud. miento griego y cris99-B. J. Bamberger: La tiano. Biblia. Un enfoque 119 _ M. Carlisky: Psicoanájudío moderno. lisis, teatro y cine . 100 - L. Lewisohn: ¿Qué es 120 _ L. D. Crow y-otros: la herencia judía? Conducta adaptada. UH-E. Kris: Psicoatuilisis 121-A. H. Maslow, L. F . del arte y del artista. Shaffer y otros: Méto102 - E. Kris: Psicoan:ílisis dos psicoterapéuticos. de lo cómico. 122 - A. Tallaferro: Curso 103 - R. Amadou : La pabáSico de psicoanálisis. 123 - H. Racker: Pmoanárapsicología. 104 - S. Akhilananda: Psicolisis del espíritu. logía hindú. 124-J. R. Musso : En 101 105 - J. C. Fliigel: Psicología límites de la psicodel vestido. logía. 87 - BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO (Continuación de la página anterior ) 125 - .l. Parkes: Antisemitismo. 126- J. S. Schapíro: Liberalismo. 127 - H. J. Eysenck: ¿Conoce su cociente intelectual? 128 - G. N. M. Tyrrell. La personalidad del hombre. 129 - L. S. Pérez: Muerte 11 neurosis. 130 - L. Bender, A. H. Maslow y otros: 'l'rastornos mentales y emocionales. ' 131 - G. N. M. Tyrrell: Apariciones. 132 - F. S. Keller: Apren. dizaie. 133 - J. Parkes: Historia del pueblo iudio. 134 - P. Schilder: Tratado de psicoterapia. 135 - W. Ebenstein: El totalitarismo. 136 - A. Adler: El carácter neurótico. 137 - H. W erner y otros: El método experimental en psicología !J psicoanálisis. 138 - J. P. Weber: La psicología del arte. 139'- J. P. Nafe y otros : La psicología estructural. 140 - E, V. Salerno : Fundamentos de .la serología . 141-.1 . Kogan: El lenguaje del arte. Psicología y sociología del arte. 142 - R. Aron: La sociología alemana contemIporánea. 143 - L. P. Thorpe y otros: La" personalidad !J sus tipos. 144 - M. Polanyi: El estudio del hombre. 145 - L. S. Kubie: Psicoanálisis. Asp ectos prácticos !J teóricos. 146 - P. A. Bertocci, M. · Mead y otros: Psicolo gía de la personalidad. 147 - E. R. Balken y otros: Psicología, semántica U patología del lengIUlj~. 148 - E. R. Guthrie y otros: Las funciones psicológicas. 149 - K. Dunlap y F. C. Sumiller: Psicología y Psiquiatría de la religi ón. 150 - J. Watson: Teorías del placer. Su significado y su historia. 151 - W. Odajnyk: Marxismo !J exlstencialismo, 152 - J. Bleger: Psicohigiene y psicología institucional. 153 - J. F. Brown y otros: Sistemas de psicolog Ul. 154 - 11 . Knhu: El naciona· lismo , Su significado y su historia. 155 - R.. H. ~eeler y otros: Clima, raza 11 comportamiento. 156 - H. N. Nissen y otros: Psicología y psicopatología animal. 157 - G. S. Blum: Teorlas psicoanalíticos de la personalidad, BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO (Continuación de lo página anterior) 158- H. M. [ohnson, K. Young y otros : Natu raleza, cult ura y per - sonalidad, 159 - R. E. Muuss: Teorías de la adolescencia . 160-J . M. Baldwin: flístorta de lo psicología (Vol. 1). 161 - [, M. Baldwin: Historia de la psicología (Vol. 2) . 162 - F. R. Alonso)' A. HezZ<'l~o : La nacela y ' la . sociedad argentinas. 163 - D. H. Yates y otros: Psicoterapia y psico· higiene. 164 - B. Mittelmann: Breve tratado de medicina psicosomática. 165 - E. R. Balken v otros: Ne urosis, psi copatía y psicosis. 166 - L. L. Thurstone y otros: La medición de la inteligencia, la aptitud y el interés. 167- E. Brunswick y otros : Los marcos de tejerencia en psicología. 168 - E. Lindemann y otros: Neuropsicología. . 169 - H. K. Merton y otros : T eoría y métodos de la sociología. 170- S. M. Lipset y ot ros: Sociología política y de otras instituciones. 171 - A. Inkeles y otros: El grupo y la personas 172 -K. Davís y otros: Demograiia y estructura social. 173-A. K. Cohen y otros: La sociología aplicada. 174 - W. F. Hill: Teorías contemporáneas del aprendizaje. 17.5 -A. Benami: El problema judío en la Unión Soviética. 176 - J. C. Peatman y otros: La psicología aplicada y el psicólogo . In - 1. Progoff : La psicología de C. G. [ung y . su significación social. 178 - A. P uyet : Historia de la libertad de pensamiento. 179 - J. Cazeneuve: Sociología de la radto-telecisión. 180 - K. Young, J. C. FHigel y otros : PsicologÚI de las actitudes. 181- M. Mead: Adolescencia y cultura en Sao moa . 182 - . K . Popper : La sacie dad abierta y ' sus enemigos. 2 tomos. l S3 _ W . Stern, C. W . Al!port y otros: Aportaciones a la psicolo gía de la personalidad. 184 - H. Rosinski: El poder y el destino humano. 185 - A. Mont agu: La reoolución del hombre. 186 - P.• L. Reynaud : La psicología económ ica. 187 - H . M. Johnson y otros: Sociología de la producción 11 el consumo. BIBLIOTECA DEL HOMBHE CONTEMPOHANEO (Continuación de la página anterior) 188 - H. M. Johnson y otros : El cambio so- cW1. 189 - W. ] . H. Sprott y otros: Psicología y sociología del líder. 190 - K. Young y otros: La opinión pública y la propa ganda. 191- E. V. Salemo: Ginecología psicosomática. 192 - H. W . Brosin, ·M. Mead v otros: Ciencias d él hombre. Influ encias. interrelaciones y aplicaciones. l!:J3- vr. J. H. Sprott, K. Young y otros : La muchedumbre y el auditori o. Su psicología y sociología . 191-H. ~1. [ohnson y W. J. H. Sprott: Sociología y psicolo gía social del grupo. i93 - T . Parsons y otros: Sociología d e la religión y la moral. 196 - H. Ma r , S. Schachter y' otros: La angustia nONJUlI y patológica . 197 - W . Stern, C . W . AH port y otros : El conocimiento de sí m ismo y de los d emás. 198 - C:. W . Allport , O . Fenichel y otros: Psicología y psicoanálisis de los rasgos de carácter. 199 - C . Ryle y otros : Psicología d e la motivación. 200- O. Fenichcl y otros: Psicologia profunda del carácter. 20l-J. Cazeneuve : Felici dad y civilización. 202 - E . V. Sal emo: La frigidez sexual de la mu[e r, . 203- A. C arrna : Psicoanálisis d e los ulcerosos. 2ü4 - B. Canal Feijóo: La leyenda anónima argentina. 203 - A. Haber: Un simbolo vivo. 206 - K. Young : Psicología social y aorendizaie de la interacción. 207 - K. Young: Psicología social d e la personalidad. 203 - K. Young : Psicología social del gru po, del líder y de los seguidores. 209 - K. Young : Psicología social de la muchedumbre y de la moda. 2 10 - K. Young: Psicología social de la opinión plíblica y de los medios de comunicación . 2 11 - K. Youn g: Psicología social de la propaganda . . 21 2 -- K. Young : Psicología social d el preiuicio . 2 13 - K. Young : Psicología social de la revolución y de la guerra. 214 - M. Aberastury y otros : La Organización In ternacional del Traba;0 en la uolítica mundial . 215 - S. C. Kohs: Las raíces del trabaio social. I Este libro se terminó de imprimir el día 12 de setiembre de 1978 e n la hlI'REl'TA DE LOS BU E:-;OS AYRES, S. A. , Rondeau 32i4, Bs. Aires. R epública Argentina. La edición consta de cuatro mil ejemplares.