El significado de ser budista Ser budista significa que el Dharma, o el camino hacia la Iluminación, es una verdadera forma de vida y una visión real de desarrollo. El Dharma es una enseñanza amplia, y ha tenido un desarrollo rico y extenso a lo largo de los siglos. Sin embargo, para describir la esencia del Dharma podemos citar al Buda cuando le contestó a su madre la pregunta “¿cual es tu doctrina Señor?” El Buda le contestó: “De cualquier doctrina de la que puedas afirmar con seguridad que: Conduce al sosiego, y no a la pasión, A la libertad, y no a la esclavitud, A la vida sencilla, y no al incremento de beneficios en el mundo ordinario, A la simplicidad, y no a la avidez, Al contento, y no a la codicia, A la soledad (autosuficiencia), y no a la dependencia, A la energía (en búsqueda de lo bueno), y no a la pereza, A la bondad y compasión, y no al deleite en la maldad. De tales enseñanzas puedes afirmar: esto sí es el Dharma, este es el mensaje del Buda…” Al mismo tiempo existe otra definición del Dharma (no tan pragmática aunque más sistemática) en la cual los budistas nos comprometemos a transformar nuestra persona a través de un entrenamiento de tres etapas: Entrenamiento en Ética, entrenamiento en Meditación y entrenamiento en Sabiduría. Ya sea, a partir de encontrar un sentido y valor nuevo a la vida a partir del Dharma, o de seguir un “entrenamiento” de práctica más sistemático y formal, los budistas tomamos las enseñanzas y prácticas del Buda-Dharma como una verdadera directriz de vida. b. Seguir los 5 grandes preceptos éticos Los 5 preceptos Con acciones de amor y bondad, purifico mi cuerpo, Con generosidad sin límite, purifico mi cuerpo, Con tranquilidad, sencillez y contento, purifico mi cuerpo, Con comunicación veraz, purifico mi habla, Con conciencia clara y lúcida, purifico mi mente, Los preceptos éticos que ofrece el Dharma no son mandamientos, ni simples normas las cuales seguimos los budistas. Los preceptos son formas prácticas de entrenar nuestras acciones de cuerpo, habla y mente para acercarnos a ver más claramente las cosas como son. Son prácticas o herramientas para transformar nuestra experiencia. Cada uno de estos preceptos es una sencilla orientación de comportamiento, que nos abre al vínculo que verdaderamente tenemos con nuestro entorno, con otras personas y con nuestras cualidades más profundas. A la vez la práctica de los preceptos nos acercan a experimentar la interconexión con todo lo que existe para así actuar consecuentemente, reduciendo la sobre-identificación y el aferramiento que tenemos a nuestras ideas y con nosotros mismos.