Una decisión bajo la presión del "qué dirán" Pilato quería quedar bien con el pueblo, así que puso en libertad a Barrabás. Ordenó a los guardias que azotaran a Jesús y luego lo entregó para ser crucificado Mr 15:15 PDT OBJETIVO: Que los hermanos puedan ver en la vida de Poncio Pilato una representación del hombre moderno, que elude responsabilidades y compromisos por el temor al “que dirán”. INTRODUCCIÓN: Pilato fue un gobernante que posicionó su nombre entre el pueblo judío. Representaba a Roma pero, en procura de mantener contentos a todos, trataba de conciliar las decisiones trascendentales con ellos. Tal como ocurrió cuando ante la decisión de liberar a Barrabás o a Jesús, sabiendo que él era inocente, optó por una decisión arbitraria. Es evidente que le preocupaba el "qué dirán". DESARROLLO 1) Pilato se vio confrontado con la decisión de ser justo: Tener el poder es algo fabuloso. Un gerente de una empresa, por ejemplo, tiene poder para llevar la compañía a buenos puertos o también, a un abismo sin fondo si ejerce mal su tarea como administrador. Todo depende entonces de las decisiones que adoptamos. Pueden ser para bien o para mal. Poncio Pilatos tenía esa prerrogativa. Sus decisiones eran respetadas en el territorio de su jurisdicción. No obstante, este mandatario, enfrentaba enormes problemas con el desequilibrio de las medidas que adoptaba. La Biblia nos dice que gobernaba Judea en tiempos de Jesús (Lc 3:1). Una zona muy amplia, sin duda. Además, éste gobernante provincial, registra en su contra el obrar injustamente, aplicando con arbitrariedad la posibilidad que tenía de decidir sobre sus gobernados. No honraba a Dios y, como es evidente que sus principios morales no eran rectos, atacaba a quienes en el ejercicio de su inclinación religiosa, adoraban al Creador. A tal punto perseguía sus convicciones, que un incidente trágico se nos narra en el que dio muerte a varios que realizaban un sacrificio en el Tempo. (Lc 13:1) Si bien es cierto, actuaba con desatino, privando de la libertad y de la vida a quienes estaban bajo su gobierno, también es cierto que Poncio Pilato tenía la prerrogativa de tomar decisiones apropiadas. Tuvo la posibilidad de hacerlo en el caso de Jesús, pero no lo hizo. 2) Pilato se vio confrontado con la decisión injusta que tomó: En la actuación de Poncio Pilato aquél día que se produjo el juzgamiento del Señor, salta a la vista por lo menos dos motivaciones. La primera, falta de equilibrio para saber cómo juzgar, y la segunda, inseguridad porque aunque conocía lo injusto de aquella acusación contra el Maestro, no fue capaz de decidir en justicia sino bajo el miedo. Aquí podemos ver la falta de equilibrio de Pilato. Dos hombres estaban siendo blancos de juicio. El primero, un revolucionario que estaba abiertamente en contra del Imperio Romano. Además de revoltoso, violento. Estaba convencido de que sólo bajo las armas, se podía alcanzar la libertad de su pueblo. Hablamos de Barrabás. El segundo es Jesús. Era revolucionario pero desde otra perspectiva. Creía en la libertad del hombre, pero no bajo principios humanos sino sometidos al poder de Dios. La Biblia nos relata que Pilato siempre les ponía en libertad a el preso que el pueblo les pedía (Mr 15:6-8). No necesitaba mayores argumentaciones para que, al momento de tomar una determinación, lo hiciera motivado para honrar la justicia. Sin embargo, no lo hizo. También podemos ver la falta de fidelidad al juicio propio, en la vida de Pilato. Todos los seres humanos tenemos una perspectiva y valoración de todo cuanto acontece a nuestro alrededor. Y si somos fieles a unos principios de equidad y de justicia, obraremos en consonancia. No obstante, y como relata el Evangelio, el gobernante de Judea no era fiel ni a sus principios ni a la justicia (Mr 15:9-10). Jesús era inocente. Barrabás, no. La decisión al respecto era fácil. Aún con la inconformidad del pueblo que sentenciaba: "Crucifícalo, crucifícalo", él pudo sobreponer su criterio y hacer lo justo. Pese a ello, no lo hizo. 3) Pilato se vio confrontado con la decisión de disponer la muerte de Cristo: En Pilato convergen dos inclinaciones: la primera, a eludir sus responsabilidades, y la segunda, a obrar bajo la motivación de ser aprobado por los demás, así esté actuando en contra de su voluntad. Pilato eludía responsabilidades sin duda (Mt 27:24). Tal vez conoce a personas así. Saben que tomar una decisión trae consecuencias. Por eso prefieren que sean otros quienes elijan. Es la línea de la menor resistencia. 4) Pilato era un hombre que tenía temor al “que dirán”: Hay quienes, como Poncio Pilato, jamás toman sus propias decisiones sino que permiten que los demás decidan por ellos. Obran motivos por la presión. En lo más profundo de su ser anida el deseo de recibir aceptación por parte de quienes les rodean. Quienes obran así, jamás alcanzan ni la felicidad ni la realización personal. Son esclavos de las determinaciones de terceras personas. Poncio Pilato es un vivo retrato de esta situación (Mr 15:15). ¿No pudo acaso obrar correctamente, dejando en libertad a Jesús? Por supuesto que sí. No obstante, Pilato no quería quedar mal. Le inquietaba lo que opinaran los demás. APLICACIÓN: Es probable que ocurra lo mismo con usted, pero en otro plano. Sabe que la Salvación está en Cristo Jesús. Sin embargo no lo recibe en su corazón, conociendo que es lo que realmente necesita, por temor a la opinión de quienes están cerca de él. Probablemente su familia es un impedimento en su acercamiento a Jesús y usted no quiere llevarles la contraria. O tiene miedo de asumir nuevos valores y principios que vayan en contravía de los parámetros trazados por el mundo. Decídase. Hoy es el día. Emprenda el camino apropiado. Recuerde que tal vez mañana no haya una nueva oportunidad, no porque Dios no quiera sino porque usted la despreció.