LA SOLIDARIDAD EN BUSQUEDA DEL BIENESTAR SOCIAL • La solidaridad es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común (de todos y de cada uno). • El bien común es el conjunto de condiciones que la sociedad ofrece al individuo para vivir una vida digna, gracias a sus propios esfuerzos. • La solidaridad es una opción de vida, • mediante la cual uno se relaciona con el otro pensando en su bien; • es un estilo de vida que es capaz de incluir al otro en la propia perspectiva; • es una actitud radical de ayudar a los demás que se verifica en la forma de acercarse a las personas. • La solidaridad constituye una exigencia antropológica en cuanto la realización del "yo" • sólo es posible dentro de una red de relaciones con "otros“, • por tanto, solo la configuración del "nosotros" permite la auténtica realización del "yo". • El ejercicio de la solidaridad parte del hecho del reconocimiento de todos como personas dentro de una sociedad. • La solidaridad nos ayuda a ver en el otro –sea persona o grupo social- un semejante nuestro que necesita nuestra ayuda. • La solidaridad se construye a partir de la empatía y se hace realidad en el compartir. • La empatía ética es la capacidad de sentir y asumir la condición humana como una responsabilidad entre todos, y, por tanto, • implica la vulnerabilidad frente a las necesidades de otros. • La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. La palabra empatía es de origen griego “empátheia” que significa “emocionado”. La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la capacidad de ayudar. Cuando un individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento de los demás poniéndose en su lugar, despierta el deseo de ayudar y actuar siguiendo los principios morales. • La empatía es auténtica en la medida que se traduce en la disponibilidad para compartir: el estar con se hace el ser para. • La solidaridad nace de la gratuidad de la donación de sí que se traduce en la comprensión de la vida como un servido al otro en la acogida respetuosa. • La persona es madura éticamente si toma decisiones teniendo en cuenta las consecuencias sociales. • La solidaridad conduce a la opción por los más necesitados, ya que en esta preferencia se verifica su autenticidad como empatía y como compartir. • El principio de solidaridad debe ser entendido como preocupación por el desarrollo humano de todos con una opción preferencial por los más excluidos. • Solidaridad y empresa • La solidaridad y su práctica por la empresa se han denominado filantropía. • Por filantropía se entiende la participación de la empresa en actividades de bienestar público. • La práctica filantrópica es una toma de posición ética, donde la acción institucional se ejerce responsablemente para construir una sociedad mejor. • La filantropía empresarial se suele denominar, también, como responsabilidad social empresarial. • En el “Simposio Internacional sobre Empresa Privada y Responsabilidad Social“, realizado en Cartagena en agosto de 1995, • se subrayaron cinco elementos que deben caracterizar la actuación de la empresa dentro de su papel social: • 1) El primero es entender que la empresa es un proyecto productivo pensado como “proyecto ético". • La empresa es una constructora de la sociedad y por tanto debe preguntarse cuál es el tipo de sociedad que desea. • La solución a esta pregunta exigirá a la organización un esfuerzo "visionario" que le permita decidir dónde quiere ubicarse en el largo plazo, y a la vez entender que para llegar a esa meta debe construir el escenario adecuado • 2) En segundo lugar, se debe entender a la empresa como una organización involucrada activamente en la configuración de un proyecto de sociedad, partícipe y responsable ante los principales problemas de la sociedad, y • que busca nuevas y fructíferas formas de interacción con otros actores sociales sin perder su especificidad, sin perder su naturaleza. • 3) En tercer lugar, • se ratifica la necesidad que tienen las empresas no solamente de modernizarse sino de entrar consistentemente en los procesos de modernidad que tienen que ver con la incorporación creativa e innovadora de conocimientos, • con el fortalecimiento de la autonomía, la racionalidad y la tolerancia • pero también con nuevos modos de actuar, de encontrarse, de sentir. • 4) En cuarto lugar, • la empresa empieza a pensarse como empresa ciudadana, es decir, como agente de cambio en medio de incertidumbres, con visión prospectiva y capacidad propositiva. • La empresa concibe estrechamente unida a la generación de riqueza, de prosperidad. • Tiene ante sí el reto -más importante aún en estos tiempos de apertura y globalización- de encontrar formas a través de las cuales amplios sectores de la población, especialmente los pobres, no se queden por fuera de las oportunidades de desarrollo • 5) En quinto lugar, • se insinúan modificaciones en cuanto a la redefinición de las relaciones de las empresas y de las organizaciones privadas con el Estado. • Las primeras tienden a participar mucho más en las decisiones políticas, en los procesos de concertación (no solo de aquellos que habitualmente les eran más familiares y cercanos), en la democratización de los gremios. • Todo esto nos lleva a un rebasamiento de la limitación de la responsabilidad social de la empresa únicamente a asuntos como la creación de empleo, el pago de impuestos o los procesos de producción inmediata y cortoplacista y • se empieza a encontrar una ubicación más activa de la organización empresarial en términos de su papel en la sostenibilidad del desarrollo, en la consecución del bienestar y de la calidad de vida para los ciudadanos. • Calidad de vida que además de económica es política, cultural, de sentido. • La ética ciudadana • La ética ciudadana consiste en un conjunto de éticos mínimos compartidos entre los ciudadanos con distintas mentalidades y que os llevan a una convivencia fecunda. • Es una normatividad básica para la convivencia, centrada en principios de justicia y no de felicidad que debería llevar a la solución pacífica de los conflictos. • Debe poner en evidencia aquello que nos mantiene juntos y nos potencializa como colectivo social. • Los contenidos mínimos de una ética ciudadana: • El respeto de los derechos humanos políticos, económicos, sociales y culturales. • Promoción de los valores de libertad, igualdad y solidaridad. • La equidad intrageneracional e intergeneracional. • Tolerancia de las diferencias. • Es una moral civil y no religiosa: el mínimo necesario para la convivencia en una sociedad plural. • Los creyentes deben profundizar en los grandes elementos de su tradición moral y desde ellos aportar en la construcción de un mínimo justo. • Las Iglesias debe apoyar las grandes exigencias de la ética ciudadana. • La ética ciudadana debe ser constructora de una cultura de la vida en paz, que asegure la vigencia para todos de los derechos humanos fundamentales. • Ética y paz van de la mano, porque la responsabilidad por la vida exige un esfuerzo por la construcción de la convivencia pacífica. • Al comienzo del nuevo milenio, la práctica de la filantropía ha pasado de la costumbre de dar limosna a los necesitados a la de atender verdaderamente las necesidades sociales mediante el manejo apropiado de los recursos. • Es el paso de la caridad a la solidaridad, a la filantropía pensada como cambio social. La filantropía no se agota en las donaciones sino se proyecta hacia la presencia cada vez más actuante y comprometida de la empresa en las dinámicas sociales. • Se ha pasado de una mentalidad asistencial a una promocional donde se trabaja con las personas para que ellas sean los artífices de su propia superación. • Comprendida y aplicada así, la filantropía se vuelve un agente transformador de los sujetos sociales, porque estimula procesos horizontales entre el dador y el receptor; procesos que son de conocimiento y aprendizaje mutuo. • La filantropía como estrategia considera a la empresa como un actor fundamental del desarrollo sostenible y se orienta a mejorar el contexto competitivo que le es propio. • La filantropía como estrategia considera a la empresa como un actor fundamental del desarrollo sostenible y se orienta a mejorar el contexto competitivo que le es propio. • La pregunta que nos debemos hacer es: • ¿debe la empresa llevar a cabo actividades de beneficio social? • Según Milton Friedman la única "responsabilidad social de las empresas" es "aumentar sus beneficios". • • Las contribuciones benéficas debían realizarlas los accionistas como personas particulares y no como organización. • Detrás de la posición de Friedman subyacen dos presupuestos. • El primero es que los objetivos sociales y económicos son diferentes, de modo que la inversión social de una empresa va en detrimento de sus resultados económicos. • El segundo es que la ayuda social que ofrecen las empresas es similar a la de un donante particular. • La filantropía como estrategia considera que las empresas pueden utilizar sus iniciativas benéficas para mejorar su contexto competitivo, es decir, la calidad del entorno empresarial en el lugar donde opera. • Utilizar la filantropía para mejorar el contexto alinea los objetivos sociales con los económicos y mejora las perspectivas a largo plazo de una empresa, con lo que se contradice el primer supuesto de Friedman. • Además, abordar el contexto permite que una empresa aproveche sus competencias en apoyo de causas benéficas, superando en mucho los proporcionados por donantes particulares, con lo cual se contradice el segundo supuesto de Friedman. • Con la vinculación de la filantropía empresarial a su negocio y a su estrategia, una empresa puede crear un valor social aún mayor que otros donantes a la mejora de un problema social específico. • Sus activos y sus conocimientos especializados, en definitiva, serán de la mayor utilidad para afrontar problemas relacionados con su campo concreto. • Las empresas no funcionan de manera aislada con respecto a la sociedad que las rodea. • De hecho, su capacidad para competir depende en gran medida de las circunstancias de los lugares en los que opera. • La mejora de la educación, por ejemplo, suele considerarse como una cuestión social, pero el nivel de formación de la fuerza de trabajo local afecta sustancialmente a la competitividad potencial de una empresa. • Una empresa puede aliarse con otras empresas para respaldar a las organizaciones no lucrativas en su intervención social. • Con esto, atraerá más fondos y dará lugar, así, a una asignación más eficaz de la inversión general en filantropía. • La reputación de una empresa puede influir en una vasta red de entidades de su conglomerado, que abarca a clientes, proveedores y otros socios. • Cuando interviene un grupo de empresas se logra un impacto social mayor. • Con la vinculación de la filantropía empresarial a su negocio y estrategia, una empresa puede crear un valor social mayor. • Sus activos y sus conocimientos especializados, en definitiva, serán de la mayor utilidad para afrontar problemas relacionados con su campo concreto. • Más aún, los conocimientos, la capacidad de investigación y el alcance que las empresas aportan a la filantropía pueden ayudar a las organizaciones no lucrativas a crear nuevas soluciones que ellas nunca podrían desarrollar por sí solas. • La manera más potente de crear valor social es, por tanto, desarrollar nuevos medios y mejores enfoques para afrontar los problemas sociales y generalizar su práctica. • El nuevo proceso implicará cinco etapas: • Examinar el contexto competitivo de cada una de las ubicaciones geográficas importantes de la empresa. • ¿Dónde podría la inversión social mejorar el potencial competitivo de la empresa? ¿Cuáles son las principales limitaciones de la productividad, la innovación, el crecimiento y la competitividad? • Revisar la cartera filantrópica existente para ver cómo se ajusta al nuevo paradigma. • Hay que ir más allá del apoyo indiscriminado a organizaciones cívicas o a causas preferidas por los empleados o al marketing con causa a través de las cuales una empresa concentra sus donaciones en una sola organización admirada, como el patrocinio de los Juegos Olímpicos. • Evaluar las iniciativas de donación empresarial existentes y potenciales como creadoras de valor social. • Dada su estrategia, ¿dónde puede la empresa crear el mayor valor a través de la donación de maneras que ninguna otra empresa pueda igualar? • Buscar oportunidades para la acción colectiva dentro de un conglomerado y con otros colaboradores. • La acción colectiva será a menudo más eficaz que un esfuerzo en solitario para afrontar el contexto y mejorar el valor creado. • En cuanto una empresa ha identificado oportunidades para mejorar el contexto competitivo y ha determinado las maneras en las que puede contribuir añadiendo un valor único, la búsqueda de colaboradores viene inmediatamente a continuación: ¿quién más se beneficiará de ese cambio en el contexto competitivo? • Seguimiento riguroso y evaluación de resultados. • Llevar a cabo un seguimiento de lo conseguido es esencial para la mejora continua de la estrategia filantrópica y de su implementación. • Al igual que en cualquier otra actividad empresarial, la mejora constante a lo largo del tiempo genera el mayor valor. • Los programas de más éxito no serán campañas a corto plazo, sino compromisos a largo plazo que sigan creciendo en escala y sofisticación. • Si el enfoque de la filantropía orientada al contexto competitivo se adoptara de una manera generalizada, el patrón de las contribuciones empresariales cambiaría significativamente. • El nivel general de contribuciones probablemente aumentaría y el valor social y económico generado crecería aún más. • Las empresas confiarían más en el valor de sus actividades filantrópicas y se comprometerían más con ellas. • Podrían comunicar con más eficacia sus estrategias filantrópicas a las comunidades en las que operan. • Las inversiones filantrópicas por parte de miembros de un conglomerado, ya sea individual o colectivamente, pueden tener grandes repercusiones en la competitividad del conglomerado y en el rendimiento de todas las empresas que lo constituyen. • La filantropía puede ser a menudo el medio más rentable, y en ocasiones el único, para mejorar el contexto competitivo. • Asimismo, la filantropía puede adaptarse a la acción empresarial colectiva, permitiendo que los costes se distribuyan entre varias empresas. • No hay contradicción inherente entre mejorar el contexto competitivo y adoptar el sincero compromiso de mejorar la sociedad. • De hecho, como hemos visto, cuanto más estrechamente relacionada está la filantropía de una empresa a su contexto competitivo, mayor será la contribución de la empresa a la sociedad.