GL CLAMOR PUBLICO PERIÓDICO POLÍTICO; LITERARIO É INDUSTRIAL. riTHTdS BE SIJSCRICION. En 1* HedíccioD calle de Jardines, número 32, cuarto principal: y «I U« librerías de CuesU, calle Mayor; de Miyar, calle del Príncipe; de Castillo-Brun, calle de Carretas; y de la Amistad, calle de Jardines, número 16 , coarto bajo. IVám. ««9. BST8 PERIÓDICO SAtB TODAS LAS MAÑANAS •BNOS t o s LVNES. l a t i n e s 20 PRECIOS. En Madrid , un mes 16 rs. En las provincias 20. En Ultramar y el eslraniera í* ANUNCIOS. Cuatro cuartos línea, y dos para los suscritores. COMUNICADOS. Cuatro reales línea y dos para los suscritores. de Enero de 1S45. Kdielon de lladrid. W Can este número quedan indemnizado» Ademas, si el gobierno consideraba de necesi- dencíj mas servil, y en la condición mas humi- ma á los barceloneses, que empezará diciendo. u\Canuestros suseritores d e la falta q u e c s - dad todavía, la permanencia de los colegios de es- llante? ¿Qué estímulo ofrecerá la carrera al hom- tnlnnes, haiga'pazh) perimentaron e l miércoles 8 del actual. colapios, otros medios tenia sin acudir al del res- bre valiente y pundonoroso que compra con su sanH e m o s o i d o q u e e l jsrobicmo s e v é a p r r . sEcoiow POLÍTICA, UADBID 2 0 DE EXEBO. 0i'ilt!tie<i reüf^MMis d e l estado resalar. Pensábamos que con la breve contestación que dimos al Heraldo , quedaría suficientemente ventilado el asunto relativo á las Escuelas Pías; pero como todos los periódicos de la situación se han empegado en suponer que hemos incurrido en una contradicción al calificar el proyecto de ley, presentado por el señor Mayans en favor de los Escolapios , nos vemos en la necesidad de demostrar la consecuencia de rtuestras opiniones de una manera incontestable. Ligero anduvo el Heraldo al calificarnos de inconsecuentes, porque si una inteligencia suprema puede verse precisada en ocasiones, á mirar con indulgencia la modestia de nuestros conocimientos, estamos persuadidos de que en cuanto á la fijeza de principios , á la estabilidad de nuestras opiniones, y á la raiz de nuestras ideas, no cedemos al Heraldo ni á nadie. Tampoco hemts dado motivo para que se tache nuestra oposición de sistemática por* qae atacamos hechos , y hechos que controvierten el orden constitucional. Manifestamos en 11 de mayo, que uno de los establecimientos mas útiles y filantrópicos de enseflanza pública , que existen en España, es el ínstitituto regular de las Escuelas Pías, consagrado por voto y profesión á la instrucción gratuita de la niñez. Esto mismo repelimos en 10 de enero, aunque con distintas palabras y con mayor eficacia, al asegurar que antes de tomar la pluma , antes de decidirnos á escribir aquel artículo, habiamos sostenido una lucha en nuestro corazón , porque nuestro afecto particular á unos colegios en que recibimos la enseñanza primaria , se revelaba contra los consejos de la razón , y contra las consideraciones políticas , de que no podíamos desentendemos, á fuer de hombres de conciencia y de imparcialidad. Dirigiendo la palabra al gobierno en 11 de mayo, añadimos que si el ministerio no prestaba á este instituto una franca y decidida protección , tendría que limitarse en sus tareas benéficas, y tal vez se vería muy luego en la imposibilidad de continuarlas. Puede ser que en consecuencia de esta escitacion , el gobierno publicara la real orden de 25 de julio, reglamentando las escuelas públicas de instrucción primaria elemental de Madrid ; con cuyo motivo se nos dijo , que los dos colegios de Esculapios de la corte recibinn un ausilio de cincuenta mil reales anuales , mitad de cada uno, de los fondos municipales , con cargo á la Hacienda pública sobre la renta del derecho de puertas , como una protección dispensada en el orden civil á los servicios que prestan. Los antecedentes á que aludimos son positivos; y de ellos, aunque sin citarlos por afecto á las Escuelas Pías partían nuestros argumentos contra la medida del gobierno, instalando una comunidad religiosa del clero regular. Sí existe inconsecuencia , búsquela el Heraldo en las disposiciones del gobierno, que después de proveer á la educación gratuita de la niñe¡í desvalida, sujetándose á los medios hábiles en un país constitucional; que después de publicar una real orden por el ministerio de la Gobernación, encargado del ramo de instrucción pública , espide un decreto por el ministerio de Gracia y Justicia, restableciendo un instituto religioso con todas sus cffnseeuencías , con todos sus votos , con todos sus antigaos elementos. Cuando nosotros pedíamos en I I de mayo la protección del gobierno para las Escuelas Pias, deíendíamos la causa de la enseñanza, bandonada por falta de reglamentos y de sistema; invocábamos el amparo que la sociedad debe prestar á la niñez pobre y huérfana ; y no existiendo buen método sino en las Escuelas Pias,.just& era que el favor recayese sobre ellas. Pero esta escitaciónno cambiaba, ni podía mudar la sítuacian, en que la ley había colocado á h eomnoidad religiosa. tablecimiento del instituto. Sabido es que en España han existido congregaciones con voto libre, y aun sin votos, aprobadas por bulas pontificias , ó meramente toleradas por los reyes , y aun con el simple permiso de la Cámara de Castilla. Sabido es que en algunas de las indicadas congregaciones solo se admitian sacerdotes, y que se dedicaban á cierta clase de enseñanza mas elevada que la primaria elemental. Y concebimos cuan fácil hubiera sido disponer que en las Escuelas Pias solo pudiera ingresar un número determinado de ordenados in sacris, sujetándose aun voto temporal de tres á seis años. Esta es la franca y decidida protección que demandamos en 11 de Mayo; porque así se combinaba el medio de que subsistieran los colegios , donde fuese conveniente conservarlos ; que pudieran reducirse los gastos que ocasionan las escuelas, en los pueblos en que aquellos continuasen abiertos; y de que muchos jóvenes consagrados al estado eclesiástico por la recepción de las órdenes mayores, se pei'feccionasen en la enseñanza , si cumplido el voto temporal apetecían practicar esta misma enseñanza en el majisterio , fuera del colegio. Asi se atendía con notoria utilidad á muchos objetos , dignos todos de la alta consideración de un gobierno sabio y previsor: y así se daba un testimonio de gratitud al mérito contraído por las Escuelas Pías. El decreto del Gobierno es reaccionario, notoriamente reaccionario, y sin que nosotros le hayamos provocado ; no tan solo por el hecho aislado, sino por el precedente que establece , y esto lo conoce el Heraldo, y aun lo confesaría, sino tuviese los ojos cubiertos con una venda, pudiendo creerse que estaba ligado con un voto religioso, á defender toda clase de resoluciones de la comunidad ministerial. Exoneraciones miniares. Nunca , ni aun en los tiempos del absolutismo ha pesado sobre la benemérita clase militar un yugo mas duro y opresor. Desde el capitán general hasta el último soldado, sienten la mano dictatorial , que todo lo devasta y atrepella, leyes , justicia , fueros, preeminencias y servicios. No se citará una época en que haya habido tantas destituciones de oficiales, tantos destierros de los veteranos, honra y prez de la Milicia Española, tan violentos despojos del fuero y de las prerogativas de la clise, tan arbitrarios procedimientos para privar gubernativamente de sus grados y honores, á los que los ganaron en el campo de batalla vertiendo su sangre en defensa de la patria , y no en pronunciamientos liberticidas. Singular contraste forman las persecuciones injustas de los unos con la súbita elevación de los otros. Mientras hombres que eran ayer simples comandantes lucen hoy el entorchado, mientras que el general Narvaez, dueño y arbitro del gobierno, se recompensaba con su propia mano de sus funestos servicios con los grados de teniente general y capitán general, mientras las Gacetas vienen llenas de promociones inmotivadas, galardón de méritos estraños á la noble profesión de las ar m a s , an cíanos ilustres encanecidos en el servicio marchaban pobres, humillados y hasta presos á terminar de mares allende el último tercio de la existencia que habían consagrado á la gloria y esplendor de su patria. Y otros eran despedidos de servicio, condenándolos á perecer de miseria en premio de sus hazañas, sin los que se veían sujetos, como un reo al tormento, á la jurisdicción de tribunales incompetentes con mengua de sus fueros y preeminencias. Pero donde la arbitrariedad ha ido mas adelante es en la privación de los grados , títulos, honores y condecoraciones impuesta á ciertos generales por resultas de espedieiües- gubernativos. ¿Qué militar puede considerarse al abrigo de los tiros de la venganza y persecución? El gobierno que no respeta la ordenanza , que infringe las reales órdenes vigentes, ¿podrá detenerse en su despecho ante los títulos y los servicios de los que han tenido la desgracia de incurrir en su desagrado? ¿Y no queda entonces la clase militar en la depen- gre y con el dispendio de su patrimonio una posición noble, honrosa é independiente? De un modo terminanle está prescrito en la real orden de 2 de setiembre de 181G, que cuando algún gefe ú oficial quedase sin el mando que ejerza, se use de la palabra «suspenso» y no de la de «separado», porque á ningún ir.ilitar puede privarse de su empleo , sino por causa legalmenle probada y sentenciada. Asi también se declaró en el artículo 1. =• de la real orden de 5 de agosto de 1855, y á su tenor espreso, á la ordenanza en sus títulos y artículos respectivos á las penas contra los oficiales por faltas graves en el servicio , y al lustre y al honor de la clase ha faltado conocidamente el gobierno en el decreto de 10 del corriente, mandando que el Excmo. señor marques de Piodíl sea borrado de la lisia de los generales, y exonerado de iodos sus empleos lilulos, honores y condecoraciones, sin perjuicio de lo que contra el resulte en el proceso que se instruirá al efecto. Muy lejos estamos de conceder que las sentidas quejas que el general Rodil dirijo al ministro de la Guerra desde Burdeos en su comunicación de 3 del corriente justifiquen una condena tan exorbitante; pero aun cuando así fuera, el gobierno no pudo hacer mas que suspender de su empleo y sueldo al referido general, sometiéndolo al mismo tiempo al tribunal que fuere legítimo para que, justificada la causa y apreciada en su justo valor, recayese la sentencia conforme á la ordenanza y á las leyes. Pero comenzar imponiendo de real orden una pena gravísima, la mayor bajo cierto aspecto que puede fulminarse contra un militar, es un escándalo, y hasta un absurdo. Si mañana el general Rodil probase su inocencia en el proceso que se le manda formar , ¿cómo obtendría la debida reparación? ¿El Consejo ó Tribunal que lo juzgase , estarían facultado para revocar esa real orden? ¿ nó se hallaría notariamente impedido en sus funciones legítimas? Esto se llama administrar justicia como siglos atrás se practicaba en el imperio de la media luna. Se ajusticiaba al acusado , y después se instruía la causa para que se comprobase si mereciti ó no la imposición de la pena. Respecto á los motivos de un proceder tan violento y estrepitoso, remitimos á nuestros lectores al oficio del general Rodil. Allí verán hasta que punto se han llevado las vejaciones contra este benemérito español, ya obligándolo á usar de una licencia en un término perentorio, ya haciéndolo variar de residencia en Francia bajo los protestos mas ridiculos, ya faltando á las consideraciones debidas á su alta gcrarquia de Capitán general, y a l a s que particularmente merecía por su estado valetudinario. No debe parecer cstraño que á vista de tantos testimonios de mala voluntad , que á vista de las persecuciones de que son victimas sus compañeros de armas, el general Rodil se haya escusado de regresar á España con la premura que el gobierno le preceptuaba , y que no podia cumplir por la gravedad de sus dolencias. Tal vez con esta resolución habrá evitado que se le someta á un Consejo de Guerra ordinario , y otro escándalo mas sobre los que llora y lamenta la infeliz España . miado cada dia por las continuas exigencias del tiirronSi presenciaremos todavía el escándalo de que la criada se Vuelva respondona? fin n u e s t r o s n ú m e r o s f n n i e d i a t o s p e n samos obsequiar a nuestros lectores con los ensayos frenológicos de las molieras de los ministros y principales diputados del actual congreso. A algunos de los primeros tendremos que estudiarles aprovechando el feliz momento en que tengan las cabezas en paños menores. fil Sr. C a l d e r ó n C o l l a n t e s t i e n e f o r m n lada una enmienda al proyecto de ley sobre vagos , para que se comprenda que lo son cuantos pertenecen á la asquerosa plebe. n i c e e l Crlobo q u e e l Hr. P l d a l e s d e masiado ilustrado. Estos motes no son seguramente de los que cuestan desazones. ¿Si serán de los que cuestan dinero? En el Tiempo de ayer leemos lo siguiente: «Tenemos que dar á nuestros lectores la noticia de un acto que enaltece á S. M. la reina, y honra en gran manera al gobierno. S. M. se dignó firmar ayer tarde, á psopuesta del Consejo de Ministros, el indulto del general Prim, y ayer noche salió un extraordinario para comunicárselos al general, que permanece en el castillo de Saa Sebastian de Cádiz. La madre del general Prim ha llegado á Madrid estos dias á suplicar al gobierno que su hijo no fuese conducido á su destino de ultramar; anteayer tuvo, según parece, una entrevista con el presidente del Consejo, y esta ha sido la ocasión del indulto, al cual se mostró desde luego favorable S. M. El general Prim ha sido destinado de cuartel á Madrid. A este indulto seguirán, según se dice, algunos otros, que recaerán igualmente en reos de causas políticas.» El B e r a l d o a s e # « r » q u e n o c s c i e r t a la noticia dada por el Boletín del ejército de que se ha mandado salir para Valencia y Sevilla los regi-< mientos de la Princesa y San Fernando. CRÓNICA DE LAS PROVINCIAS. Kn e l p u e b l o d e l Padiil (provincia d e Granada) se armó hace algunas noches uu grupo de paisanos para matar al administrador de correos, y habiéndose asomado su hija al balcón , fué asesinada de un tiro. Signe I n t r o d u c i é n d o s e p o r t o d a s n u e s tras costas el contrabando con el mayor escándalo, ü a corresponsal de la Posdata dá noticia de haberse efectuado un considerable alijo por la parte del puerto de Santa María. D i c e n d e l a C o r n ñ a e l 14 d e l a c t u a l Hace dias reina un fuerte temporal, de que ha sido víctima la noche del viernes último una trincadura, que habiéndole faltado las amarras se estrelló contra la Puerta Real, sumergiéndose al instante; felizmente la trirulacion que se vio en tan grave conflicto se subió á los palos, de donde gracias al axilio del cuerpo de guardia de dicha puerta y de los serenos, se les pudo salvar, no sin trabajo. Be Cludad-Iteal escriben al Castellano refiriéndole los servicios que presta en la persecución de malhechores la compañía de escopeteros que marida el señor Feijoo Taboada. KI g e n e r a l R o n c a l ! c o n t i n ú a v i s i t a n d o las provincias que se hallan bajo su mando. El I'* salió de Cartagena para Lorca y se detendrá en este punto muy poco tiempo. Algunos periódicos d a n como positiva la noticia de que en las aguas de Pineda (Cataluña) ha sido apresado un buque holandés con 17 cajones da armas destinadas, según parece, á la Península. E l 15 d e l a c t u a l e n t r ó e n Ü a l a m a n e a e l provincial de Pontevedra procedente de Ciudad-Rodrigo. SECCIÓN LITERARIA. liO^ liOCOS D E IRLAMDA. VARIEDADES. CRÓNICA DE LA CAPITAL. C r e e n aIg;nnos á n g e l e s l i o b o s q u e s e e s tá organizando una fuerte oposición, y que el ministerio será derrotado al discutirse la autorización que pide para el an-egio de la deuda. B¡1 r e d a c t o r d e l C } u i r l g a y , I b r a h i m C l a r e te, ha recibido ya la gran cruz de Carlos III. Dicen que una señora de alta categoría influirá para que se le haga merced de título de Castilla. Seria cuanto nos quedara que ver. Kl ministerio b a utilizado ya la e s p a d a que le ofreciera en el congreso el general D. Manuel de la Concha. Kl m i n i s t r o d e l a s o r d a s f o r t u i t a s h a mandado al Sr. Gispert de gefe político á Barcelona, en atención á que es coronel y diputado. Este personage tan distinguido en administración como en la práctica parlamentaria, parece que trata de dirijir una procla- Al ver el cspiritu caritativo con que los Irlandeses cuidan d« sus pobres idiotas, nadie diría sino quo estos habitantes, como los de Turquía, hallan en la demencia una especie de inspiración: de ahí proviene sin duda el que muy raras veces traten las gentes del campo con aspereza á tales infelices, á quienes en Irlanda, lo mismo que en Escosia, se les apellida inocentes ó naturales. Verdad es que algunos son harto malicioso, mas no por eso dejan de hallar en todas partes benévola acogida, sin que jamás llegue á apurarse ese sentimiento de hospitalidad que á todas horas se muestra propicio á su desgracia. Vamos áreferir algunas anécdotas que sobemos, putó'con ellas se pintan las costumbres de un pais, cual se lograra «¡"w largas y minuciosas descriciones. Uno de los locos que hemos conocido en Irlanda se llama-ha Larry de Lexlip , y su pasión dominante era la generosidad para con los estranjeros, de tal suerte que Jamás encontraba alguno de estos sin que le hiciese algu" obsequio. No habia sin embarguen el fondo de su alma demasiada honradez, pues no reparaba en robar á Juan para dar á Pedro, como dice el adajio. Habia cobrado afición al vicario que auxiliaba al cnra de la parroquia en el ejercicio de su ministerio, hallábase estcdesayunándosecierta mañana, cuando adY¡rli<) que daban gol* en la eaza; eonoíen las ntadrigttefas d«A raposo; y hacen le^ I qne oraciones debemos creer que fuesen. St le daban limosna tieipai' de un ave bien guisadi, ; al entdneM le preguntabaa i vantar delante de la escopeta las perdices ó las codornices. nanea qneria tomar mas que dos cuartos. A los que se precia- ^nde había ido á pasar su entasiasmo en favor de las aves, Dentro de casa , cuidan de que los niños se diviertan hallándo- ban con él de generosos, les devolvía el esceso y les decia: eludía la interpelación con una carcajada. jTan exacta es que se autorizados al efecto para comprarles los juguetes necesarios. «Kl cobre paga á los amigos; la plata los hace, y el oro los el hombre, ora en su sano juicio, ora demente, no deja de ponerse á menudo en cootradtcion con los sistemas que el mismo Mantíéncnse con lo que sobra de la comida de los criados; y trastorna » Por lo demás siempre hablaba muy poco. se ha forjadol =' las trojes-del heno son sus habitaciones de dormir, no todas —¿Y por qué causa llamáis loco á ese anciano? Lo que mas me gustaba en Pedro Parcel era su afición á las casas de Irlanda procuran tener huéspedes semejantes; mas ~A fe que no es fácil responderos; pues en nada se diferensí en algunas no encuentran protección son á lo menos tolera- ciaba de las personas racionales, y si le tenían por loco seria buscar analojías entre las flores y las personas que trataba: yo dos siendo muchos los pcrsonages de antigua alcurnia que con- probablemente por tarazón qne os voy á referir. "Debéis tener solia acompañarle en sus paseos campestres, y entonces me dissideran al loco y al idiota del lugar, como un apéndice here- entendido que Grey TuUongh andaba continuamente de cemen- traía de ese modo, comparando por ejemplo la radiante María ditario de su servidumbre, estando en muchos de sus palacios terio en cementerio, cuidando de cortar los matorrales que so- Moore á la Margarita, la tímida Ana Fítzherald á la vioreservado un chírivitil para el loco , como el rincón del palio bre los sepulcros se estendian, y sin querer nunca arrancar las leta etc. Mas hay, que andaado el tiempo llegó para Pedro Pttutel, para el perro. zarzas, sino segarlas con su hoz, ocupándose en andar hacienAsi es como se halla colocado en el palacio de Johuvvston do igual operación por todos los lugares de la Irlanda. Jamás como para los demás hombres una hora de amargura y de desmi amigo el NATURAL Barney. Aunque respetuosamente adic- podré olvidarme de aquel dia en que le vimos por la vez pos- esperación, y fué cuando aconsejado mi padre por un entento á la familia que le alberga, familia cuyos beneficios se es- trera: habia pasado toda la noche del anterior en su entrete- dido jardinero, hizo una trasformacion completa en todas sus tienden muflió ma?, dando alivio y consuelo á todos los labra- nimiento acostumbrado: tanto mi marido como yo deseábamos propiedades. Los copados abetos, aquellos árboles respetables dores miserables, tiene Barney carta blanca para decir lisa y que nos acompañase á comer, y al efecto le hicimos ambos las donde los cuervos se anidaban, fueron condenados i venir al suellanamente su opinión. Allá en su juventud tuvo fama Barney mas vivas instancias, mas al ver que á todas ellas ni una sola lo. Con el mayor respeto hizo Purcel todo género de súpUcaa de ser gran comedor de jabón y de velas de sebo, devorándo- palabra contestaba, me dijo mí marido. «Sírvele y no le impor- é instancias para que el fallo fuese revocado: pero de nada le sirvieron. Al ver descargar los primeros hachazos sobre el allas con incrcible voracidad : desde que es el loco del palacio ha tunes: ¿qué sabemos que cosa habrá visto en esta noche?» «Jomas veo cosa alguna peor que yon repuso entonces el bergue de sos caros amigos, se puso frenético, furioso, y fué perdido esa original afición, estando hoy reducidos todos sus defectos al de enamorarse con demasiada facili;lad. Cuan- anciano, y di'spues de haber descansado un rato se marchó sin preciso encerrarle, mientras se hizo la devastación del bosqae. do la imagen de una linda cara llega á grabarle cti su ima- decir mas palabra, y sin haber probado siquiera la sopa que yo Salió al fin con el alma llena de amargura y fué corriendo á ginación , á Dios sueño, ya no puede reconciliarlo el pobre le habia servido. Seguímosle algún tiempo con la vista, no pu- una eminencia desde donde saS ojos buscaban en vano el árloco: entonces no hace mas que andar por todas partes bus- diendo entretanto dejar de hacer mil conjeturas acerca de tan bol corpulento, al cual solia llamar el Palacio del Cuervo Sey. cando azorado el objeto de sus ilusiones, y encaramándose á original respuesta; ¡quién podrá ser esc hombre que entre las el antiguo abeto habia venido al suelo como todos los demás: los sitios mas elevados á ver si consigue descubrirle. Una tar- muchísimas cosas que habrá visto desde que tiene uso de ra- esto era á la calda de la tarde, y las aves que así se veían do le vimos venir hacia nosotros, cantando, dando brincos en zón, jamás vio ningu a peor que éll Aunque parezca temera- privadas del asilo secular que hablan tenido, reboleteaban forel aire y vuelcos por el suelo, y cuando estuvo cerca le di- rio empeño el buscar la significación en las palabras de estos mando una nube funeral sobreestáraceaütde denria^M.^Oye^ inocentes, no pudimos dejar de creer que este buen hombre ronse entonces los lamentos de Pedro Purcel, el cual exaltánjimos : «Buenos dias, Barney; ¿ cuando has de ser buen mu- debía haber sido un gran pecador. Lo que es la generalidad de dose poco á poco hasta la indignación , comenzó i maldeci'r á las gentes del país, iba un poco mas lejos todavía, no siendo los bárbaros que no habían respetado el abrigo protector de los chacho? —¿Quién , yo! pues qué hay alguno qnc me ponga el pie según su opinión. Grey TuUongh, una persona humana, sino compañeros délas delicias de su vida. «Consolaos, ares quéri» mas bien un espectro , un fantasma. Sea de esto loque quiera, ndas, les dijo por último , el golpe qae acabáis de sufrir no es delante? lo cierto es que desde que él ha muerto crecen las zarzas en los »del todo irreparable , el aire os pertenece, y cuand*les que —Con todo, amigo Barney: hace ya cinco ó seis dias que »ahoraoshan tratado con tanta inhumanidad no tengan mas cementerios. (1) no te veo trabajar. La historia que llamó mas mi atención fue la de una intere_ sque un palmo de terreno, vosotras tendréis á vuestradisposi—No han querido darme azada. sante joven, á quien designaban solo con el nombre de Mary. »c¡on todos los espacios del aire , porque el aire es vuestro.« —Eso es falso, Barney. —¿Cómo qué falso?; ¡por mi honor os juro que es muy Había en sus ojos cierto modo de mirar vago y distraído. Ten- Su predicción se ha cumplido. dría como unos veinte años, esta loca cuando sin saber como ni cierto ! Y si no; ¿qué queréis darme si voy á trabajar? de que manera, la infeliz se hizo madre. Aunque todas las per—Un real de plata. —Corriente: pero primero me lo habéis de dar : porquo sonas que la conocían, se escandalizaron altamente con semeli» e s p i n a bajo la flor. muchas veces se me dice: te he de dar un real de plata y des- jante hecho, ese escándalo pasó para ella desapercibido. Fue pués no se vuelven á acordar de semejante cosa. Dadme pues, creciendo su niño y se desarrolló con formas bellas y una inteahora el real de plata, y de esa suerte en ningún tiempo se os ligencia precoz. Curioso era en sumo grado el ir estudiando No toques, paloma amada, las ideas que en el corazón de aquella pobre demente desperpodrá hacer por él un cargo de conciencia. La flor que tanto te agrada taba la sola vista de este niño, nacido de sus entrañas, alimen—Pues bien : hay está. Y ¿en qué piensas gástale? Por su fragancia y color. —En café! ¡respondió Barney con mucha formalidad.I Mas tado con su sangre, unido en fin como una agregación 4sn exisPues suele, ¡man de mi vida, tencia. Todos los días lavaba al recien nacido varias veces, y aun no bien le diera la moneda de plata, cuando al verla ya en Traidora estar escondida su mano, no pudo menos de soltar la carcajada esclamando no tenia mas gusto que ponerle cuantos adornos encontraba, La espina bajo la flor. «Bravo! gracias: pero ya he cambiado de intención : lo que voy coronándolo de llores y jugando con él, como juega una niña á comprar eon el real de plata es Whisky, ¡ oh, si, sí: con su primer muñeca. Mas sucedió que le atacaron las viruelas y fue preciso advertir á Mary qne no debía moverle, sino Mira cual le brinda el mund* Whisky!» En ilusiones fecundo ¡ FobrecíUo 1 Whisky fué en efecto lo que compró y bebió; y dejarle estar tranquilo en la pequeña cuna que una de sus tias Sus placeres á gozar. en lugar de irse á la noche sosegadamente á dormir sobre su le había proporcionado. No podiendo persuadirse Mary de que Bajo esa esfera azulada haz de paja, se empeñó en escalar una ventana á la altura de las marcas que veia sobre el cutís de su niño fuesen por sí soAl parecer consagrada cuarenta ó cincuenta pies del suelo, con la esperanza de ver á las una enfermedad como se le decia, y figurándose que aquellas eran manchas, cojiólo una mañana y llevándolo á la orilla Tanta dicha á cobijar. una tal cual bien parecida moza de servicio que allí se aposentaba. A la mañana del siguiente dia yacía tendida en los fosos del mar, sin que nadie lo a dvirtiera se puso á frotarle todo el Y escucha á cada momento La lumbre se inflama del castillo un cuerpo desfigurado y casi exánime, y recono- cuerpo con la menuda arena déla playa. Al dia siguiente amaTeloces cruzar el viento y brilla su llama: ciendo en él aquellas buenas gentes al infeliz Barney, lo saca- necieron cerrados ya los ojos azules de aquella hermosa criaMil acentos de placer, Reddy el trovador ron de allí inmediatamente y le dieron cuanta dase de reme- tura, para no volverse á abrir jamás... Caando en la noche anterior se quedó la madre dormida y satisfecha, el niño espiCuyos mágicos sonidos hasta la noche tendrá buen humor. dios puede inventar la mas cariñosa diligencia. Yo no creía volArrobando tus sentidos ver á verle ya jamás: pero, según me han dicho, Barney se ha ró en su seno. Una vecina, á cuyo cu ¡dado estaban madre é hijo, Su facilidad para verificar era ciertamente estraordinaria, restablecido casi por milagro y es cada dia mas entusiasta del desde que á este le salieran las viruelas, advirtió tan fatal suTe harán tras ellos correr. ceso, y pareciándole que el mejor obsequio que podia hacerse á pero no siempre estaba el numen pronto para corresponder á Whisky y délas lindas mozas de servicio. su apellido. Era también Reddy mordaz en demasía , y solía Mas, guarda paloma amada En la parroquia contigua á la nuestra vivía una pobre viuda, Mary era quitarle el niño, así lo ejecutó procurando hacer de emplear bástantelos epigramas, cspeciaimenle conira los dan- á quien después de irle quitando la providencia uno á uno casi modo que no pudiese dar eon él. De esa magia que anonada dys de la aldea. En cambio pasaba por el favorito de las lindas todos sus hijos , vino á quedarle solo el mas pequeño , que era Como era natural, al despertar la inocente Mary, lo buscó Con su acento seductor, lugareñas , á quienes encantaba con la viveza y originalidad de además idiota desde su nacimiento. por todas parles llena de ansiedad. Pasáronse muchos dias sin Que puede, bien de mi vida, sus ocurrencias. Traidora estar escondida Lo peor de todo es que al fin y al cabo, se quedó ciega la po- que fuese posible hacerle tomar ninguna especie de alimentos Guando llegaba el tiempo de cojer la paja, solía á veces queLa espina bajo la flor. bre viuda, y no pudiendopagar el alquiler de su pequeña cho- Andaba furiosa corriendo dia y noche por las inmediaciones, darse dormido en una pila. Según su opinión, no tiene el hombre za , la plantaron en la calle y tuvo que ir rodando de puerta en con el continua clamereo de «¿Dónde esta Baby?» y al fin rennisgun amigo mejor que el Sol, y en tal grado estimba Reddy dida se sentaba á llorar al pie de un árbol ó á lo largo de un puerta conducida por su hijo idiota. ¿De qué sirve que entre galas al rey del dia , que cuando este se dignaba concederle susbrimuro hasta que se quedaba dormida. Paréceme qne la estoy viendo todavía parada frente á núes, Desplegue el amor sus alas llantes rayos, creía que no debía hacer nada roas que aproveOtro linagc de demencia mas compleja, es la de Pedro Purtra ventana, con sus hermosos cabellos blancos recojídos, y Sembrando atractivos rail, charse de ellos. Sus necesidades eran corlas; jamás pedia licruzadas las manos sobre su delantal de cuadros , y al lado el cel, verdadero bufón que dice siempre en tono de burla las coSi son esas alas redes mosna, y cuando necesitaba alguna cosa, sabia tomarla motu pobre lazarillo, solícito y atento siempre al mas ligero de sus sas mas graves y profunda?; filósofo original que rico de reQue tiende para que quedes propio , sin ceremonias. Tenia una voz armoniosa y cantaba franes y aforismos suele pararse de repente enmedio de una movimientos. Bajo su yugo servil? bien las canciones irlandesas ; pero adolecía del achaque de no frase solo para reírse de sí mismo. Pedro Purcel tiene ademas Era de verlos caminar despacio, si bien contentos sienipre- la hábil dad de hacer equívocos y juegos de palabras; y por 3oncluir jamás ninguna. No entregues, no: tu inocencia Gustaban mucho las jóvenes de importunar al buen coplero, y animados, ó ya descansando sobre un carcomido tronco de decirlo todo de una vez, enmedio del completo estravio que Se oji8»anto, cerca del cementerio, y era curioso verlos arrodillarPor la fugitiva esencia queriendo saber su opinión respecto al matrimonio, y solían advierte en todas sus potencias, deja á uno lleno de admiración Que anhelas tanto aspirar; preguntarle en tono de ironía «Y bien Reddy; ¿ cuando te casas?» se en la parte esterior de la capilla, persignándose Jack é hin- y de sospresa con las felices ocurrencias que tiene. Gusta muPorque una vez apresada, cándose de rodillas á imitación de su madre, y ayudándola des- cho de andar bien vestido, si bien es un tanto original su traSu contestación era siempre invariablemente la misma: Tu porvenir, prenda amada, «Wife,... Slrife.... mujer bella.... querella ,» dejando entre pués á levantarse, ni mas ni menos que si ella fuese el hijo y ge, como cualquiera nota al ver su sombrero largo y puntiaguSerá sufrir y llorar. el la madre. Con el lícmpa la pobre anciana concluyó sus días do , rematando con un granpenacho de plumas de cuervo, á las arabas palabras una pausa para hacer un movimiento de cabeza en el'rincón de un granero; habíase acostado allí conforme que él airíbuyc un mérito supremo.... y henos aquí ya en la bastante significativo. Que aunque de atractivos llena He conocido áCloramcl , otro coplero por el mismo estilo, á acostumbraba acompañada de su inocente Jack, el cual al des- manía de Pedro Purcel. puntar el dia levantóse y salió diciendo á todo el mundo: «Mi La flor que á ti le enagena «¿No le dá vergüenja, le decia yo, de ser tan cruel que quién designaban con el apodo en paráfrasis de «lo mas fácil es madre duerme tan profundamente que no he podido hacerla Con su fragancia y color. has de matar los inocentes cuervos , solo para arrancarles las lo mejor» aunque su verdadero nombre era John Healy ó Ilaly, despertar.» Cuando se trató de darle sepultura se enfureció de No la cojas, por tu vida. plumas?» siguiendo su propia ortografía , pues estaba empeñado en que tal manera que fue preciso encerrarle para conlcnerle. El creía Que ia espina maldecida ~ ¿ Cómo ? I Yo matar los cuervos, esclamó estremeciéndose. la c en inglés es una vocal supcrflua, y que por consiguiente Se oculta bajo la flor. debe suprimiese del alfabeto. John Ilaly nació en el condado que su madre estaba durmiendo todavía, y nada bastaba pa- «¡ Como, malar yo á nadie? ¡yo que conozco la vida, que la de Kildarc, pero hace ya muchos años que reside en Típperary. ra disuadirle de su error. Las primeras semanas , después del siento, que sé apreciarla en lo que vale.... y matar cuervos Su «dad en el dia será de sesenta años , ó valiéndonos dei fallecimiento de su madre , estaba sumamente postrado y aba- y precisamente á esas aves tan negras, tan hermosas, que co¡Cuánto amor! ¡cuánta dulzural circunkMiuio que el emplea, estará á las inmediaciones de los tido , y aunque luego apar eeió mas conforme y resignado no nocen todos los caminos del aire, cuando vemos que los hom¡Cuánta risueña ventura! sesenta y uno. Vamos á referir su historia ;oii las mismas bre- podia verdaderamente sufrir su corazón la profunda herida bres mas sabios no aciertan á encontrar los de la tierra ; ¡ni Hoy miras, ángel de paz, vísimas palabras con que la cuenta él mismo. «Mi padre era un que aquella catástrofe le habia cansado; asi es que cuando cómo era posible que matase yo á los cuervos, que son mis Por ese prisma dorado «hidalgo; y yo seria actualmente propietario como él lo era, sí nadie se acordaba ya del suceso que envenenaba su existencia amigos, que me conocen" y me estiman, porque yo los estimo, Que te oculta, objeto amado, «á mis vecinos no les hubiera venido en mientes el tenerme le encontraron muerto una mañana sobre la pequeña colina que conozco su idioma , y que no tengo mas que hacerles una De la ilusión lo fugaz. pequeñaínsinuacicn, cuando/«'aüvI kraovl se presentan alins«por loco , con el laudable fin de apropiarse ellos la herencia. donde reposaban los restos de su madre. tantc á su querido Pedro, y me dan una pluma que han saca«Lastima» dije un dia al visitar los restos de una antigua «Y si no que me digan ¿qué es lo que tengo yo de loco?» — Conoce, tierna gacela, do del ala para mí, que soy su amigo, una preciosa pluma Jobn Haly se mantiene en parte de limosna, y en parte con iglesia , diiijiendo mis palabras á la mujer que me servia de Que esos placeres que anhela qne el mismo rey de los cuervos me regala....? ¡Qué ave» tan el producto de los recados que le encargan y que desempeña guía, «lastima que se dsjc crecer tanto la maleza en este ceTu sencillo corazón. bellas y tan sabias ! ¿No les habéis oído hacer oración ningua con ia niayji' exactitud y fidelidad. Criatura la mas pacífica menterio; pues así se van cubriendo enteramente los sepulcros Están envueltos en dolo vez? ¡Oh, pues yo, infinitas. Cuando al primor albor de la del mundo, incapaz de ofender á nadie y sobre todo parco en haciéndose imposible el registrar ni una sola de sus inscripcioPorque lo demás, tan solo. mañana se descorre el velo de la noche el anciano rey cuervo sumo grado, procura tener siempre á disposición de los demás nes.» A lo cual replicó mi cici^one. « ¡Ah I bien se conoce que Mentiras del mundo son. el que se posa en el grande abeto, despierta con su reina , y tal cual chiste inocente y una infinidad de coplas y re- ha muerto el pobre Grey TollüUgh.-¿Y ese quión era? le pre- entrambos llaman á su pueblo. Al punto los demás sacuden franes. Verdadero partidario de la unión de los tres reinos de la gunté.-Un hombro viejo ya, que se hallaba como aislado de sus plumas las gotas del rocío y alisan sus alas, y tomandoEleva tu pura frente Gran Bretaüa, trae casaca azul por Inglaterra, chaleco de cnmediode los demás hombres, una cabeza trastornada , un en seguida vuelo todos á la vez, cual si no fuesen mas que un Bella paloma inocente merino de cuadros por Escocia, y pantalones verdes por Irlan- natural, y sin embargo nadichubiera dicho algunas veces que solo cuervo, hacen su oración ! Que al mundo viniste ayer, da, Cuando tiene que pedir limosna se acerca á cualquiera di- aquella cabeza enteramente blanca estuviese también eniera-Pero, y ¿ qué dicen, Pedro ? Y tiende hermosa tu vnelo inente hueca. Yo le conocí siendo yo viejo, siempre viejo, y íiéndolc: «señor..: ó señora... —¡Qué han da decir! rogar por la abundancia y por la paz Para llegar hasta el cielo. mí madre me decía lo mismo ¿quién sabe lósanos que tenía? Por mi honor os juro Donde debiste naeer. Pero comedio de su situación menospreciada, advertíase en de Irlanda. ¡Escelentes cuervos! ¡esos si que son verdaderos que no hay un retrato este buen anciano cierto carácter singular, imponente hasta á irlandeses! ¡vivan los cuervos!» y diciendo y haciendo daba como el de oro puro ! » Que aquí, paloma adorada. los mismos niños, los cuales no obstante su afición á correr tras un sinlin de honrahs á sus amigos y echábales al aire su somPudieras ser engañada brero adornado con sus propias plumas. g¡ se accede á su petición , recibe lo que le dan, y en se- de los naturales, cuando estese acercaba llenos de respeto le Por el mundo seductor Escusado es aíadir que Pedro Purcel era el enemigo declaraguida en acción de gracias, recita su fórnmla acostumbrada: dejaban pasar : pcrmanecien do inmóviles á algunos pasos de Y suele, imán de mi vida, «Señor ó suiT.'ua , erco que no me tendréis por mendigo impor- distancia. Andaba siempre este loco respetable con cierta gra- do de los lazos ó arma^Üos puestos contra los animales : asi es Traidora estar escondida que no solo destruía todos cuantos preparaban en los sembravedad que daba miedo, y dejándose deslizar por el espacio su «luno : estamos á l í del mes, tened presente que no dcbei-j La espina bajo la flor. «darme nada hasta que pasen cuatro semanas. Dios os guarde, corpulenta y esténuada figura, parecía mas bien una sombra dos los guardas y jardineros , sino que daba libertad ímplia á cualquier animal que encontraba encerrado. Ocasiones ha haL. L. y C. «y en verdad os digo que no hay cosa mejvr i/tm la mas qucuonn hombre. Solía tiaersobre la espalda una hoz de forma bido de verse la cocinera sin los pollos que había puesto en el eslraña. Llevaba el cuerpo entcramenle recio, sin moverla cafácil.» Uay en Irlanda muchas familias antiguas que fomentan el beza y con la vista fija aunque se le dijese al encontrarle: « Dios gallinero para cebarlos. No obstante, Pedro no dejaba de parEditor responsable.—D. GABHIBI, Git. número de estos semi-locos, los cuales suelen adherirse á sus os guarde, buen hombre» nada responilia, ni un gesto, ni una (1) Con motivo de este loco irlandés, los lectores de Waltcr pairónos con cierto iüsíinto propio de animales, sí bien con Süla palabra., iba siempre andando, como si fuese hacía la eterlioa fidelidad iucomparablje. íirvcu por lo co^ua de picadores nidad; y solo á veces se le entreoía mmnitirar oraciones, si es Scoi recordarán sin duda el personaje de Oíd Mortalityea la IMPRENTA DE L 4 VIUDA DE MOmOlM Z WOOB, iauoúücioa & los cuentoi de mi huetped. i casas de sant» Citaliu frente á Cerrante*, Jes en la vidriera del eomedor, V habiéndose puesto en guardia vi(5'entrar por ella al bueno de Larry, quién al abrirla dijo; «Vengo á traeros un regalo» —«i Ola ; veamos, le contestó el -l'irario: ¿que regalo es ese?...^Vosestimáis de veras á Larry ¿no es verdad? Pues bien •. Larry quiere correspondcros. El cura tiene dos pelucas, y vos no tenéis ninguna; esto no es justo, tanto mas cuanto que el cura no estima á Larry y vos lo estimáis de corazón. Por consiguiente aquí os traigo la peluca que el Sr. cura se pone los domingos, i Al), qué hermosa peluca ! Ahora me vais á dejar que os la coloque en la cabeza.» •y diciendo y haciendo, Larry ajustó la peluca dominical del íura ala cabeza de su vicario , y enscíruida se puso á bailar y Jí cantar delante de el. Otro había á quien llamaban Dionisio el predicador, que desde por la mañana hasta la noche no cesaba un raomento de gritar repitiendo continuamente estas palabras : « Lo que censarais en la conducta ajena, correjidlo en la vuestra.» Otra mujer á quien conocí en igual situaci )n , se empeñaba al contrario en estar siempre callada, desde que el sol salia hasta el anochecer, ó cuya hora comenzaba á cantar con tono lastimero ! «Si la hermosura pasa , apenas brilla ; la muerte llega sin sentirse apenas.» Mátinia breve y compendiosa, pero llena de profunda sublimidad , realzada en aquella mujer ¡wr el decaimiento de su rostro, y el lánguido mirar de unos ojos que allá en mejores dias habrían sido tan bellos como seductores. De otra me acuerdo que acostumbraba á pasearse á orillas del mar después de puesto el sol, presentándose siempre con admirable ciaclilud algunas horas antes de levantarse alguna 4ornienta. designábanla por esta razón los habitantes del campo con la palabra storm-bírd, nombre irlandés un tanto poético, que propiamente significa « el ave déla tempestad;» y desde que la velan correr hacia las rocas, ni el labrador se descuidaba un momento en recojer sus ganados é inspeccionar *us trojes, ni el diestro pescador echaba su barquilla y sus redes a la mar. Manteníase esta mujer tranquilamente á pié firme si bien con cierto aire de tristeza y de dolor, hasta que el bramido de los vientos y el silvído de las olas llegaban á exaltar su imajinacion. Entonces, cual si se viera de repente poseída por el demonio de la tempestad, daba gritos, batía las |)alnias, desafiaba á las olas á que se adelantaran hacia ella, y parecía en fin una reina orguUosa llena de indignación al reprender á sus subditos. Ora cojia las píedrecillas de la playa que hacían rodar basta sus píes las olas, y las tiraba á lo lejos con muestras de desden; ora arrancando una gran mazorca de esas algas, á que llaman los niños Cintas de Sirena, la sacudía violentamente sobre su cabeza, y con ella en la mano apostrofaba al cielo y alas nubes. Bien se guardaban los vecinos en tales momentos de delirio de acercarse al «ave de la tempestad.) También conocí mucho á un personaje llamado Reddy el coplero. Algunos le tenían por un bribón y perezoso, que prefiriendo al trabajo una ociosidad privilegiada había tomado el oficio de loco, considerándolo mas agradable y provechoso que el camino de la sabiduría, porque es bueno advertir que nuestro Joco tenia también sus puntas y collares de erudito. Pasábase horas enteras cantando Tersos ó improvisando endechas por ^ste estilo.