sEcoiow POLÍTICA, VARIEDADES. SECCIÓN LITERARIA.

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GL CLAMOR PUBLICO
PERIÓDICO
POLÍTICO; LITERARIO É INDUSTRIAL.
riTHTdS BE SIJSCRICION. En 1* HedíccioD calle de Jardines, número 32, cuarto principal: y
«I U« librerías de CuesU, calle Mayor; de Miyar, calle del Príncipe; de Castillo-Brun, calle de
Carretas; y de la Amistad, calle de Jardines, número 16 , coarto bajo.
IVám. ««9.
BST8 PERIÓDICO
SAtB TODAS LAS MAÑANAS
•BNOS t o s LVNES.
l a t i n e s 20
PRECIOS. En Madrid , un mes 16 rs. En las provincias 20. En Ultramar y el eslraniera í*
ANUNCIOS. Cuatro cuartos línea, y dos para los suscritores.
COMUNICADOS. Cuatro reales línea y dos para los suscritores.
de Enero de 1S45.
Kdielon de lladrid.
W Can este número quedan indemnizado»
Ademas, si el gobierno consideraba de necesi- dencíj mas servil, y en la condición mas humi- ma á los barceloneses, que empezará diciendo. u\Canuestros suseritores d e la falta q u e c s - dad todavía, la permanencia de los colegios de es- llante? ¿Qué estímulo ofrecerá la carrera al hom- tnlnnes, haiga'pazh)
perimentaron e l miércoles 8 del actual. colapios, otros medios tenia sin acudir al del res- bre valiente y pundonoroso que compra con su sanH e m o s o i d o q u e e l jsrobicmo s e v é a p r r .
sEcoiow
POLÍTICA,
UADBID 2 0 DE EXEBO.
0i'ilt!tie<i reüf^MMis d e l estado resalar.
Pensábamos que con la breve contestación que
dimos al Heraldo , quedaría suficientemente ventilado el asunto relativo á las Escuelas Pías; pero como todos los periódicos de la situación se han empegado en suponer que hemos incurrido en una
contradicción al calificar el proyecto de ley, presentado por el señor Mayans en favor de los Escolapios , nos vemos en la necesidad de demostrar la
consecuencia de rtuestras opiniones de una manera
incontestable.
Ligero anduvo el Heraldo al calificarnos de inconsecuentes, porque si una inteligencia suprema
puede verse precisada en ocasiones, á mirar con
indulgencia la modestia de nuestros conocimientos,
estamos persuadidos de que en cuanto á la fijeza de
principios , á la estabilidad de nuestras opiniones,
y á la raiz de nuestras ideas, no cedemos al Heraldo ni á nadie. Tampoco hemts dado motivo para
que se tache nuestra oposición de sistemática por*
qae atacamos hechos , y hechos que controvierten
el orden constitucional.
Manifestamos en 11 de mayo, que uno de los
establecimientos mas útiles y filantrópicos de enseflanza pública , que existen en España, es el ínstitituto regular de las Escuelas Pías, consagrado por
voto y profesión á la instrucción gratuita de la niñez. Esto mismo repelimos en 10 de enero, aunque
con distintas palabras y con mayor eficacia, al asegurar que antes de tomar la pluma , antes de decidirnos á escribir aquel artículo, habiamos sostenido una lucha en nuestro corazón , porque nuestro
afecto particular á unos colegios en que recibimos
la enseñanza primaria , se revelaba contra los consejos de la razón , y contra las consideraciones políticas , de que no podíamos desentendemos, á fuer
de hombres de conciencia y de imparcialidad. Dirigiendo la palabra al gobierno en 11 de mayo,
añadimos que si el ministerio no prestaba á este
instituto una franca y decidida protección , tendría
que limitarse en sus tareas benéficas, y tal vez se
vería muy luego en la imposibilidad de continuarlas.
Puede ser que en consecuencia de esta escitacion , el gobierno publicara la real orden de 25 de
julio, reglamentando las escuelas públicas de instrucción primaria elemental de Madrid ; con cuyo
motivo se nos dijo , que los dos colegios de Esculapios de la corte recibinn un ausilio de cincuenta
mil reales anuales , mitad de cada uno, de los fondos municipales , con cargo á la Hacienda pública
sobre la renta del derecho de puertas , como una
protección dispensada en el orden civil á los servicios que prestan.
Los antecedentes á que aludimos son positivos;
y de ellos, aunque sin citarlos por afecto á las Escuelas Pías partían nuestros argumentos contra la medida del gobierno, instalando una comunidad religiosa del clero regular. Sí existe inconsecuencia , búsquela el Heraldo en las disposiciones del
gobierno, que después de proveer á la educación
gratuita de la niñe¡í desvalida, sujetándose á los
medios hábiles en un país constitucional; que después de publicar una real orden por el ministerio
de la Gobernación, encargado del ramo de instrucción pública , espide un decreto por el ministerio de Gracia y Justicia, restableciendo un instituto religioso con todas sus cffnseeuencías , con todos sus votos , con todos sus antigaos elementos.
Cuando nosotros pedíamos en I I de mayo la
protección del gobierno para las Escuelas Pias, deíendíamos la causa de la enseñanza, bandonada
por falta de reglamentos y de sistema; invocábamos
el amparo que la sociedad debe prestar á la niñez
pobre y huérfana ; y no existiendo buen método sino en las Escuelas Pias,.just& era que el favor recayese sobre ellas. Pero esta escitaciónno cambiaba,
ni podía mudar la sítuacian, en que la ley había
colocado á h eomnoidad religiosa.
tablecimiento del instituto. Sabido es que en España han existido congregaciones con voto libre, y
aun sin votos, aprobadas por bulas pontificias , ó
meramente toleradas por los reyes , y aun con el
simple permiso de la Cámara de Castilla. Sabido
es que en algunas de las indicadas congregaciones
solo se admitian sacerdotes, y que se dedicaban á
cierta clase de enseñanza mas elevada que la primaria elemental. Y concebimos cuan fácil hubiera
sido disponer que en las Escuelas Pias solo pudiera
ingresar un número determinado de ordenados in sacris, sujetándose aun voto temporal de tres á seis años.
Esta es la franca y decidida protección que demandamos en 11 de Mayo; porque así se combinaba el
medio de que subsistieran los colegios , donde fuese conveniente conservarlos ; que pudieran reducirse los gastos que ocasionan las escuelas, en los pueblos en que aquellos continuasen abiertos; y de que
muchos jóvenes consagrados al estado eclesiástico
por la recepción de las órdenes mayores, se pei'feccionasen en la enseñanza , si cumplido el voto
temporal apetecían practicar esta misma enseñanza en el majisterio , fuera del colegio. Asi se atendía con notoria utilidad á muchos objetos , dignos
todos de la alta consideración de un gobierno sabio
y previsor: y así se daba un testimonio de gratitud
al mérito contraído por las Escuelas Pías.
El decreto del Gobierno es reaccionario, notoriamente reaccionario, y sin que nosotros le hayamos provocado ; no tan solo por el hecho aislado,
sino por el precedente que establece , y esto lo conoce el Heraldo, y aun lo confesaría, sino tuviese
los ojos cubiertos con una venda, pudiendo creerse
que estaba ligado con un voto religioso, á defender toda clase de resoluciones de la comunidad ministerial.
Exoneraciones miniares.
Nunca , ni aun en los tiempos del absolutismo
ha pesado sobre la benemérita clase militar un yugo mas duro y opresor. Desde el capitán general
hasta el último soldado, sienten la mano dictatorial , que todo lo devasta y atrepella, leyes , justicia , fueros, preeminencias y servicios. No se citará una época en que haya habido tantas destituciones de oficiales, tantos destierros de los veteranos,
honra y prez de la Milicia Española, tan violentos
despojos del fuero y de las prerogativas de la clise, tan arbitrarios procedimientos para privar gubernativamente de sus grados y honores, á los que
los ganaron en el campo de batalla vertiendo su
sangre en defensa de la patria , y no en pronunciamientos liberticidas.
Singular contraste forman las persecuciones
injustas de los unos con la súbita elevación
de los otros. Mientras hombres que eran ayer
simples comandantes lucen hoy el entorchado,
mientras que el general Narvaez, dueño y arbitro
del gobierno, se recompensaba con su propia mano
de sus funestos servicios con los grados de teniente
general y capitán general, mientras las Gacetas
vienen llenas de promociones inmotivadas, galardón de méritos estraños á la noble profesión de las
ar m a s , an cíanos ilustres encanecidos en el servicio marchaban pobres, humillados y hasta presos
á terminar de mares allende el último tercio de la
existencia que habían consagrado á la gloria y esplendor de su patria. Y otros eran despedidos de
servicio, condenándolos á perecer de miseria en premio de sus hazañas, sin los que se veían sujetos, como un reo al tormento, á la jurisdicción de tribunales incompetentes con mengua de sus fueros y
preeminencias.
Pero donde la arbitrariedad ha ido mas adelante es en la privación de los grados , títulos,
honores y condecoraciones impuesta á ciertos generales por resultas de espedieiües- gubernativos.
¿Qué militar puede considerarse al abrigo de los
tiros de la venganza y persecución? El gobierno
que no respeta la ordenanza , que infringe las reales órdenes vigentes, ¿podrá detenerse en su despecho ante los títulos y los servicios de los que han
tenido la desgracia de incurrir en su desagrado?
¿Y no queda entonces la clase militar en la depen-
gre y con el dispendio de su patrimonio una posición noble, honrosa é independiente?
De un modo terminanle está prescrito en la
real orden de 2 de setiembre de 181G, que cuando algún gefe ú oficial quedase sin el mando que
ejerza, se use de la palabra «suspenso» y no de la de
«separado», porque á ningún ir.ilitar puede privarse
de su empleo , sino por causa legalmenle probada
y sentenciada. Asi también se declaró en el artículo 1. =• de la real orden de 5 de agosto de 1855,
y á su tenor espreso, á la ordenanza en sus títulos
y artículos respectivos á las penas contra los oficiales por faltas graves en el servicio , y al lustre
y al honor de la clase ha faltado conocidamente el
gobierno en el decreto de 10 del corriente, mandando que el Excmo. señor marques de Piodíl
sea borrado de la lisia de los generales, y exonerado de iodos sus empleos lilulos, honores y condecoraciones, sin perjuicio de lo que contra el resulte en
el proceso que se instruirá al efecto.
Muy lejos estamos de conceder que las
sentidas quejas que el general Rodil dirijo
al ministro de la Guerra desde Burdeos en su
comunicación de 3 del corriente justifiquen una
condena tan exorbitante; pero aun cuando así
fuera, el gobierno no pudo hacer mas que
suspender de su empleo y sueldo al referido
general, sometiéndolo al mismo tiempo al tribunal
que fuere legítimo para que, justificada la causa y
apreciada en su justo valor, recayese la sentencia
conforme á la ordenanza y á las leyes. Pero comenzar imponiendo de real orden una pena gravísima, la mayor bajo cierto aspecto que puede fulminarse contra un militar, es un escándalo, y
hasta un absurdo. Si mañana el general Rodil probase su inocencia en el proceso que se le manda
formar , ¿cómo obtendría la debida reparación?
¿El Consejo ó Tribunal que lo juzgase , estarían facultado para revocar esa real orden? ¿ nó se hallaría notariamente impedido en sus funciones legítimas? Esto se llama administrar justicia como siglos
atrás se practicaba en el imperio de la media luna.
Se ajusticiaba al acusado , y después se instruía
la causa para que se comprobase si mereciti ó no
la imposición de la pena.
Respecto á los motivos de un proceder tan violento y estrepitoso, remitimos á nuestros lectores al oficio del general Rodil. Allí verán hasta que
punto se han llevado las vejaciones contra este benemérito español, ya obligándolo á usar de una
licencia en un término perentorio, ya haciéndolo
variar de residencia en Francia bajo los protestos
mas ridiculos, ya faltando á las consideraciones
debidas á su alta gcrarquia de Capitán general, y
a l a s que particularmente merecía por su estado
valetudinario. No debe parecer cstraño que á vista
de tantos testimonios de mala voluntad , que á vista de las persecuciones de que son victimas sus
compañeros de armas, el general Rodil se haya
escusado de regresar á España con la premura que
el gobierno le preceptuaba , y que no podia cumplir por la gravedad de sus dolencias. Tal vez con
esta resolución habrá evitado que se le someta á
un Consejo de Guerra ordinario , y otro escándalo
mas sobre los que llora y lamenta la infeliz España .
miado cada dia por las continuas exigencias del tiirronSi presenciaremos todavía el escándalo de que la criada
se Vuelva respondona?
fin n u e s t r o s n ú m e r o s f n n i e d i a t o s p e n samos obsequiar a nuestros lectores con los ensayos
frenológicos de las molieras de los ministros y principales diputados del actual congreso. A algunos de los
primeros tendremos que estudiarles aprovechando el
feliz momento en que tengan las cabezas en paños menores.
fil Sr. C a l d e r ó n C o l l a n t e s t i e n e f o r m n lada una enmienda al proyecto de ley sobre vagos , para que se comprenda que lo son cuantos pertenecen á
la asquerosa plebe.
n i c e e l Crlobo q u e e l Hr. P l d a l e s d e masiado ilustrado. Estos motes no son seguramente
de los que cuestan desazones. ¿Si serán de los que
cuestan dinero?
En el Tiempo de ayer leemos lo siguiente:
«Tenemos que dar á nuestros lectores la noticia de
un acto que enaltece á S. M. la reina, y honra en
gran manera al gobierno.
S. M. se dignó firmar ayer tarde, á psopuesta
del Consejo de Ministros, el indulto del general Prim,
y ayer noche salió un extraordinario para comunicárselos al general, que permanece en el castillo de Saa
Sebastian de Cádiz.
La madre del general Prim ha llegado á Madrid
estos dias á suplicar al gobierno que su hijo no fuese conducido á su destino de ultramar; anteayer
tuvo, según parece, una entrevista con el presidente del Consejo, y esta ha sido la ocasión del indulto, al cual se mostró desde luego favorable S. M.
El general Prim ha sido destinado de cuartel
á Madrid.
A este indulto seguirán, según se dice, algunos
otros, que recaerán igualmente en reos de causas
políticas.»
El B e r a l d o a s e # « r » q u e n o c s c i e r t a
la noticia dada por el Boletín del ejército de que se
ha mandado salir para Valencia y Sevilla los regi-<
mientos de la Princesa y San Fernando.
CRÓNICA DE LAS PROVINCIAS.
Kn e l p u e b l o d e l Padiil (provincia d e
Granada) se armó hace algunas noches uu grupo de
paisanos para matar al administrador de correos, y
habiéndose asomado su hija al balcón , fué asesinada
de un tiro.
Signe I n t r o d u c i é n d o s e p o r t o d a s n u e s tras costas el contrabando con el mayor escándalo, ü a
corresponsal de la Posdata dá noticia de haberse efectuado un considerable alijo por la parte del puerto de
Santa María.
D i c e n d e l a C o r n ñ a e l 14 d e l a c t u a l
Hace dias reina un fuerte temporal, de que ha
sido víctima la noche del viernes último una trincadura, que habiéndole faltado las amarras se estrelló
contra la Puerta Real, sumergiéndose al instante; felizmente la trirulacion que se vio en tan grave conflicto se subió á los palos, de donde gracias al axilio
del cuerpo de guardia de dicha puerta y de los serenos,
se les pudo salvar, no sin trabajo.
Be Cludad-Iteal escriben al Castellano
refiriéndole los servicios que presta en la persecución
de malhechores la compañía de escopeteros que marida el señor Feijoo Taboada.
KI g e n e r a l R o n c a l ! c o n t i n ú a v i s i t a n d o
las provincias que se hallan bajo su mando. El I'* salió de Cartagena para Lorca y se detendrá en este punto muy poco tiempo.
Algunos periódicos d a n como positiva
la noticia de que en las aguas de Pineda (Cataluña)
ha sido apresado un buque holandés con 17 cajones da
armas destinadas, según parece, á la Península.
E l 15 d e l a c t u a l e n t r ó e n Ü a l a m a n e a e l
provincial de Pontevedra procedente de Ciudad-Rodrigo.
SECCIÓN LITERARIA.
liO^ liOCOS D E IRLAMDA.
VARIEDADES.
CRÓNICA DE LA CAPITAL.
C r e e n aIg;nnos á n g e l e s l i o b o s q u e s e e s tá organizando una fuerte oposición, y que el ministerio será derrotado al discutirse la autorización que pide para el an-egio de la deuda.
B¡1 r e d a c t o r d e l C } u i r l g a y , I b r a h i m C l a r e te, ha recibido ya la gran cruz de Carlos III. Dicen que
una señora de alta categoría influirá para que se le haga merced de título de Castilla. Seria cuanto nos quedara que ver.
Kl ministerio b a utilizado ya la e s p a d a
que le ofreciera en el congreso el general D. Manuel de
la Concha.
Kl m i n i s t r o d e l a s o r d a s f o r t u i t a s h a
mandado al Sr. Gispert de gefe político á Barcelona, en
atención á que es coronel y diputado. Este personage
tan distinguido en administración como en la práctica
parlamentaria, parece que trata de dirijir una procla-
Al ver el cspiritu caritativo con que los Irlandeses cuidan d«
sus pobres idiotas, nadie diría sino quo estos habitantes, como
los de Turquía, hallan en la demencia una especie de inspiración: de ahí proviene sin duda el que muy raras veces traten
las gentes del campo con aspereza á tales infelices, á quienes
en Irlanda, lo mismo que en Escosia, se les apellida inocentes ó
naturales. Verdad es que algunos son harto malicioso, mas no
por eso dejan de hallar en todas partes benévola acogida, sin
que jamás llegue á apurarse ese sentimiento de hospitalidad
que á todas horas se muestra propicio á su desgracia.
Vamos áreferir algunas anécdotas que sobemos, putó'con
ellas se pintan las costumbres de un pais, cual se lograra «¡"w
largas y minuciosas descriciones.
Uno de los locos que hemos conocido en Irlanda se llama-ha Larry de Lexlip , y su pasión dominante era la generosidad
para con los estranjeros, de tal suerte que Jamás encontraba
alguno de estos sin que le hiciese algu" obsequio. No habia
sin embarguen el fondo de su alma demasiada honradez, pues
no reparaba en robar á Juan para dar á Pedro, como dice el
adajio. Habia cobrado afición al vicario que auxiliaba al cnra
de la parroquia en el ejercicio de su ministerio, hallábase estcdesayunándosecierta mañana, cuando adY¡rli<) que daban gol*
en la eaza; eonoíen las ntadrigttefas d«A raposo; y hacen le^ I qne oraciones debemos creer que fuesen. St le daban limosna tieipai' de un ave bien guisadi, ; al entdneM le preguntabaa i
vantar delante de la escopeta las perdices ó las codornices. nanea qneria tomar mas que dos cuartos. A los que se precia- ^nde había ido á pasar su entasiasmo en favor de las aves,
Dentro de casa , cuidan de que los niños se diviertan hallándo- ban con él de generosos, les devolvía el esceso y les decia: eludía la interpelación con una carcajada. jTan exacta es que
se autorizados al efecto para comprarles los juguetes necesarios. «Kl cobre paga á los amigos; la plata los hace, y el oro los el hombre, ora en su sano juicio, ora demente, no deja de ponerse á menudo en cootradtcion con los sistemas que el mismo
Mantíéncnse con lo que sobra de la comida de los criados; y trastorna » Por lo demás siempre hablaba muy poco.
se ha forjadol
='
las trojes-del heno son sus habitaciones de dormir, no todas
—¿Y por qué causa llamáis loco á ese anciano?
Lo que mas me gustaba en Pedro Parcel era su afición á
las casas de Irlanda procuran tener huéspedes semejantes; mas
~A fe que no es fácil responderos; pues en nada se diferensí en algunas no encuentran protección son á lo menos tolera- ciaba de las personas racionales, y si le tenían por loco seria buscar analojías entre las flores y las personas que trataba: yo
dos siendo muchos los pcrsonages de antigua alcurnia que con- probablemente por tarazón qne os voy á referir. "Debéis tener solia acompañarle en sus paseos campestres, y entonces me dissideran al loco y al idiota del lugar, como un apéndice here- entendido que Grey TuUongh andaba continuamente de cemen- traía de ese modo, comparando por ejemplo la radiante María
ditario de su servidumbre, estando en muchos de sus palacios terio en cementerio, cuidando de cortar los matorrales que so- Moore á la Margarita, la tímida Ana Fítzherald á la vioreservado un chírivitil para el loco , como el rincón del palio bre los sepulcros se estendian, y sin querer nunca arrancar las leta etc.
Mas hay, que andaado el tiempo llegó para Pedro Pttutel,
para el perro.
zarzas, sino segarlas con su hoz, ocupándose en andar hacienAsi es como se halla colocado en el palacio de Johuvvston do igual operación por todos los lugares de la Irlanda. Jamás como para los demás hombres una hora de amargura y de desmi amigo el NATURAL Barney. Aunque respetuosamente adic- podré olvidarme de aquel dia en que le vimos por la vez pos- esperación, y fué cuando aconsejado mi padre por un entento á la familia que le alberga, familia cuyos beneficios se es- trera: habia pasado toda la noche del anterior en su entrete- dido jardinero, hizo una trasformacion completa en todas sus
tienden muflió ma?, dando alivio y consuelo á todos los labra- nimiento acostumbrado: tanto mi marido como yo deseábamos propiedades. Los copados abetos, aquellos árboles respetables
dores miserables, tiene Barney carta blanca para decir lisa y que nos acompañase á comer, y al efecto le hicimos ambos las donde los cuervos se anidaban, fueron condenados i venir al suellanamente su opinión. Allá en su juventud tuvo fama Barney mas vivas instancias, mas al ver que á todas ellas ni una sola lo. Con el mayor respeto hizo Purcel todo género de súpUcaa
de ser gran comedor de jabón y de velas de sebo, devorándo- palabra contestaba, me dijo mí marido. «Sírvele y no le impor- é instancias para que el fallo fuese revocado: pero de nada le
sirvieron. Al ver descargar los primeros hachazos sobre el allas con incrcible voracidad : desde que es el loco del palacio ha tunes: ¿qué sabemos que cosa habrá visto en esta noche?»
«Jomas veo cosa alguna peor que yon repuso entonces el bergue de sos caros amigos, se puso frenético, furioso, y fué
perdido esa original afición, estando hoy reducidos todos sus
defectos al de enamorarse con demasiada facili;lad. Cuan- anciano, y di'spues de haber descansado un rato se marchó sin preciso encerrarle, mientras se hizo la devastación del bosqae.
do la imagen de una linda cara llega á grabarle cti su ima- decir mas palabra, y sin haber probado siquiera la sopa que yo Salió al fin con el alma llena de amargura y fué corriendo á
ginación , á Dios sueño, ya no puede reconciliarlo el pobre le habia servido. Seguímosle algún tiempo con la vista, no pu- una eminencia desde donde saS ojos buscaban en vano el árloco: entonces no hace mas que andar por todas partes bus- diendo entretanto dejar de hacer mil conjeturas acerca de tan bol corpulento, al cual solia llamar el Palacio del Cuervo Sey.
cando azorado el objeto de sus ilusiones, y encaramándose á original respuesta; ¡quién podrá ser esc hombre que entre las el antiguo abeto habia venido al suelo como todos los demás:
los sitios mas elevados á ver si consigue descubrirle. Una tar- muchísimas cosas que habrá visto desde que tiene uso de ra- esto era á la calda de la tarde, y las aves que así se veían
do le vimos venir hacia nosotros, cantando, dando brincos en zón, jamás vio ningu a peor que éll Aunque parezca temera- privadas del asilo secular que hablan tenido, reboleteaban forel aire y vuelcos por el suelo, y cuando estuvo cerca le di- rio empeño el buscar la significación en las palabras de estos mando una nube funeral sobreestáraceaütde denria^M.^Oye^
inocentes, no pudimos dejar de creer que este buen hombre ronse entonces los lamentos de Pedro Purcel, el cual exaltánjimos :
«Buenos dias, Barney; ¿ cuando has de ser buen mu- debía haber sido un gran pecador. Lo que es la generalidad de dose poco á poco hasta la indignación , comenzó i maldeci'r á
las gentes del país, iba un poco mas lejos todavía, no siendo los bárbaros que no habían respetado el abrigo protector de los
chacho?
—¿Quién , yo! pues qué hay alguno qnc me ponga el pie según su opinión. Grey TuUongh, una persona humana, sino compañeros délas delicias de su vida. «Consolaos, ares quéri»
mas bien un espectro , un fantasma. Sea de esto loque quiera, ndas, les dijo por último , el golpe qae acabáis de sufrir no es
delante?
lo
cierto es que desde que él ha muerto crecen las zarzas en los »del todo irreparable , el aire os pertenece, y cuand*les que
—Con todo, amigo Barney: hace ya cinco ó seis dias que
»ahoraoshan tratado con tanta inhumanidad no tengan mas
cementerios. (1)
no te veo trabajar.
La historia que llamó mas mi atención fue la de una intere_ sque un palmo de terreno, vosotras tendréis á vuestradisposi—No han querido darme azada.
sante joven, á quien designaban solo con el nombre de Mary. »c¡on todos los espacios del aire , porque el aire es vuestro.«
—Eso es falso, Barney.
—¿Cómo qué falso?; ¡por mi honor os juro que es muy Había en sus ojos cierto modo de mirar vago y distraído. Ten- Su predicción se ha cumplido.
dría como unos veinte años, esta loca cuando sin saber como ni
cierto ! Y si no; ¿qué queréis darme si voy á trabajar?
de que manera, la infeliz se hizo madre. Aunque todas las per—Un real de plata.
—Corriente: pero primero me lo habéis de dar : porquo sonas que la conocían, se escandalizaron altamente con semeli» e s p i n a bajo la flor.
muchas veces se me dice: te he de dar un real de plata y des- jante hecho, ese escándalo pasó para ella desapercibido. Fue
pués no se vuelven á acordar de semejante cosa. Dadme pues, creciendo su niño y se desarrolló con formas bellas y una inteahora el real de plata, y de esa suerte en ningún tiempo se os ligencia precoz. Curioso era en sumo grado el ir estudiando
No toques, paloma amada,
las ideas que en el corazón de aquella pobre demente desperpodrá hacer por él un cargo de conciencia.
La flor que tanto te agrada
taba
la
sola
vista
de
este
niño,
nacido
de
sus
entrañas,
alimen—Pues bien : hay está. Y ¿en qué piensas gástale?
Por su fragancia y color.
—En café! ¡respondió Barney con mucha formalidad.I Mas tado con su sangre, unido en fin como una agregación 4sn exisPues suele, ¡man de mi vida,
tencia.
Todos
los
días
lavaba
al
recien
nacido
varias
veces,
y
aun no bien le diera la moneda de plata, cuando al verla ya en
Traidora estar escondida
su mano, no pudo menos de soltar la carcajada esclamando no tenia mas gusto que ponerle cuantos adornos encontraba,
La espina bajo la flor.
«Bravo! gracias: pero ya he cambiado de intención : lo que voy coronándolo de llores y jugando con él, como juega una niña
á comprar eon el real de plata es Whisky, ¡ oh, si, sí: con su primer muñeca. Mas sucedió que le atacaron las viruelas y fue preciso advertir á Mary qne no debía moverle, sino
Mira cual le brinda el mund*
Whisky!»
En ilusiones fecundo
¡ FobrecíUo 1 Whisky fué en efecto lo que compró y bebió; y dejarle estar tranquilo en la pequeña cuna que una de sus tias
Sus placeres á gozar.
en lugar de irse á la noche sosegadamente á dormir sobre su le había proporcionado. No podiendo persuadirse Mary de que
Bajo esa esfera azulada
haz de paja, se empeñó en escalar una ventana á la altura de las marcas que veia sobre el cutís de su niño fuesen por sí soAl parecer consagrada
cuarenta ó cincuenta pies del suelo, con la esperanza de ver á las una enfermedad como se le decia, y figurándose que aquellas
eran
manchas,
cojiólo
una
mañana
y
llevándolo
á
la
orilla
Tanta
dicha á cobijar.
una tal cual bien parecida moza de servicio que allí se aposentaba. A la mañana del siguiente dia yacía tendida en los fosos del mar, sin que nadie lo a dvirtiera se puso á frotarle todo el
Y escucha á cada momento
La lumbre se inflama
del castillo un cuerpo desfigurado y casi exánime, y recono- cuerpo con la menuda arena déla playa. Al dia siguiente amaTeloces cruzar el viento
y brilla su llama:
ciendo en él aquellas buenas gentes al infeliz Barney, lo saca- necieron cerrados ya los ojos azules de aquella hermosa criaMil acentos de placer,
Reddy el trovador
ron de allí inmediatamente y le dieron cuanta dase de reme- tura, para no volverse á abrir jamás... Caando en la noche
anterior
se
quedó
la
madre
dormida
y
satisfecha,
el
niño
espiCuyos
mágicos sonidos
hasta la noche tendrá buen humor.
dios puede inventar la mas cariñosa diligencia. Yo no creía volArrobando tus sentidos
ver á verle ya jamás: pero, según me han dicho, Barney se ha ró en su seno. Una vecina, á cuyo cu ¡dado estaban madre é hijo,
Su facilidad para verificar era ciertamente estraordinaria, restablecido casi por milagro y es cada dia mas entusiasta del desde que á este le salieran las viruelas, advirtió tan fatal suTe harán tras ellos correr.
ceso, y pareciándole que el mejor obsequio que podia hacerse á
pero no siempre estaba el numen pronto para corresponder á Whisky y délas lindas mozas de servicio.
su apellido. Era también Reddy mordaz en demasía , y solía
Mas, guarda paloma amada
En la parroquia contigua á la nuestra vivía una pobre viuda, Mary era quitarle el niño, así lo ejecutó procurando hacer de
emplear bástantelos epigramas, cspeciaimenle conira los dan- á quien después de irle quitando la providencia uno á uno casi modo que no pudiese dar eon él.
De esa magia que anonada
dys de la aldea. En cambio pasaba por el favorito de las lindas todos sus hijos , vino á quedarle solo el mas pequeño , que era
Como era natural, al despertar la inocente Mary, lo buscó
Con su acento seductor,
lugareñas , á quienes encantaba con la viveza y originalidad de además idiota desde su nacimiento.
por todas parles llena de ansiedad. Pasáronse muchos dias sin
Que puede, bien de mi vida,
sus ocurrencias.
Traidora estar escondida
Lo peor de todo es que al fin y al cabo, se quedó ciega la po- que fuese posible hacerle tomar ninguna especie de alimentos
Guando llegaba el tiempo de cojer la paja, solía á veces queLa espina bajo la flor.
bre viuda, y no pudiendopagar el alquiler de su pequeña cho- Andaba furiosa corriendo dia y noche por las inmediaciones,
darse dormido en una pila. Según su opinión, no tiene el hombre
za , la plantaron en la calle y tuvo que ir rodando de puerta en con el continua clamereo de «¿Dónde esta Baby?» y al fin rennisgun amigo mejor que el Sol, y en tal grado estimba Reddy
dida se sentaba á llorar al pie de un árbol ó á lo largo de un
puerta conducida por su hijo idiota.
¿De qué sirve que entre galas
al rey del dia , que cuando este se dignaba concederle susbrimuro hasta que se quedaba dormida.
Paréceme qne la estoy viendo todavía parada frente á núes,
Desplegue el amor sus alas
llantes rayos, creía que no debía hacer nada roas que aproveOtro
linagc
de
demencia
mas
compleja,
es
la
de
Pedro
Purtra ventana, con sus hermosos cabellos blancos recojídos, y
Sembrando atractivos rail,
charse de ellos. Sus necesidades eran corlas; jamás pedia licruzadas las manos sobre su delantal de cuadros , y al lado el cel, verdadero bufón que dice siempre en tono de burla las coSi son esas alas redes
mosna, y cuando necesitaba alguna cosa, sabia tomarla motu
pobre lazarillo, solícito y atento siempre al mas ligero de sus sas mas graves y profunda?; filósofo original que rico de reQue
tiende para que quedes
propio , sin ceremonias. Tenia una voz armoniosa y cantaba
franes y aforismos suele pararse de repente enmedio de una
movimientos.
Bajo
su yugo servil?
bien las canciones irlandesas ; pero adolecía del achaque de no
frase solo para reírse de sí mismo. Pedro Purcel tiene ademas
Era de verlos caminar despacio, si bien contentos sienipre- la hábil dad de hacer equívocos y juegos de palabras; y por
3oncluir jamás ninguna.
No entregues, no: tu inocencia
Gustaban mucho las jóvenes de importunar al buen coplero, y animados, ó ya descansando sobre un carcomido tronco de decirlo todo de una vez, enmedio del completo estravio que Se
oji8»anto,
cerca
del
cementerio,
y
era
curioso
verlos
arrodillarPor
la fugitiva esencia
queriendo saber su opinión respecto al matrimonio, y solían
advierte en todas sus potencias, deja á uno lleno de admiración
Que anhelas tanto aspirar;
preguntarle en tono de ironía «Y bien Reddy; ¿ cuando te casas?» se en la parte esterior de la capilla, persignándose Jack é hin- y de sospresa con las felices ocurrencias que tiene. Gusta muPorque una vez apresada,
cándose de rodillas á imitación de su madre, y ayudándola des- cho de andar bien vestido, si bien es un tanto original su traSu contestación era siempre invariablemente la misma:
Tu porvenir, prenda amada,
«Wife,... Slrife.... mujer bella.... querella ,» dejando entre pués á levantarse, ni mas ni menos que si ella fuese el hijo y ge, como cualquiera nota al ver su sombrero largo y puntiaguSerá sufrir y llorar.
el
la
madre.
Con
el
lícmpa
la
pobre
anciana
concluyó
sus
días
do , rematando con un granpenacho de plumas de cuervo, á las
arabas palabras una pausa para hacer un movimiento de cabeza
en el'rincón de un granero; habíase acostado allí conforme que él airíbuyc un mérito supremo.... y henos aquí ya en la
bastante significativo.
Que aunque de atractivos llena
He conocido áCloramcl , otro coplero por el mismo estilo, á acostumbraba acompañada de su inocente Jack, el cual al des- manía de Pedro Purcel.
puntar
el
dia
levantóse
y
salió
diciendo
á
todo
el
mundo:
«Mi
La
flor que á ti le enagena
«¿No
le
dá
vergüenja,
le
decia
yo,
de
ser
tan
cruel
que
quién designaban con el apodo en paráfrasis de «lo mas fácil es
madre
duerme
tan
profundamente
que
no
he
podido
hacerla
Con
su fragancia y color.
has
de
matar
los
inocentes
cuervos
,
solo
para
arrancarles
las
lo mejor» aunque su verdadero nombre era John Healy ó Ilaly,
despertar.»
Cuando
se
trató
de
darle
sepultura
se
enfureció
de
No
la
cojas, por tu vida.
plumas?»
siguiendo su propia ortografía , pues estaba empeñado en que
tal
manera
que
fue
preciso
encerrarle
para
conlcnerle.
El
creía
Que
ia
espina maldecida
~
¿
Cómo
?
I
Yo
matar
los
cuervos,
esclamó
estremeciéndose.
la c en inglés es una vocal supcrflua, y que por consiguiente
Se oculta bajo la flor.
debe suprimiese del alfabeto. John Ilaly nació en el condado que su madre estaba durmiendo todavía, y nada bastaba pa- «¡ Como, malar yo á nadie? ¡yo que conozco la vida, que la
de Kildarc, pero hace ya muchos años que reside en Típperary. ra disuadirle de su error. Las primeras semanas , después del siento, que sé apreciarla en lo que vale.... y matar cuervos
Su «dad en el dia será de sesenta años , ó valiéndonos dei fallecimiento de su madre , estaba sumamente postrado y aba- y precisamente á esas aves tan negras, tan hermosas, que co¡Cuánto amor! ¡cuánta dulzural
circunkMiuio que el emplea, estará á las inmediaciones de los tido , y aunque luego apar eeió mas conforme y resignado no nocen todos los caminos del aire, cuando vemos que los hom¡Cuánta risueña ventura!
sesenta y uno. Vamos á referir su historia ;oii las mismas bre- podia verdaderamente sufrir su corazón la profunda herida bres mas sabios no aciertan á encontrar los de la tierra ; ¡ni
Hoy miras, ángel de paz,
vísimas palabras con que la cuenta él mismo. «Mi padre era un que aquella catástrofe le habia cansado; asi es que cuando cómo era posible que matase yo á los cuervos, que son mis
Por ese prisma dorado
«hidalgo; y yo seria actualmente propietario como él lo era, sí nadie se acordaba ya del suceso que envenenaba su existencia amigos, que me conocen" y me estiman, porque yo los estimo,
Que te oculta, objeto amado,
«á mis vecinos no les hubiera venido en mientes el tenerme le encontraron muerto una mañana sobre la pequeña colina que conozco su idioma , y que no tengo mas que hacerles una
De la ilusión lo fugaz.
pequeñaínsinuacicn, cuando/«'aüvI kraovl se presentan alins«por loco , con el laudable fin de apropiarse ellos la herencia. donde reposaban los restos de su madre.
tantc
á
su
querido
Pedro,
y
me
dan
una
pluma
que
han
saca«Lastima» dije un dia al visitar los restos de una antigua
«Y si no que me digan ¿qué es lo que tengo yo de loco?» —
Conoce, tierna gacela,
do del ala para mí, que soy su amigo, una preciosa pluma
Jobn Haly se mantiene en parte de limosna, y en parte con iglesia , diiijiendo mis palabras á la mujer que me servia de
Que esos placeres que anhela
qne
el
mismo
rey
de
los
cuervos
me
regala....?
¡Qué
ave»
tan
el producto de los recados que le encargan y que desempeña guía, «lastima que se dsjc crecer tanto la maleza en este ceTu sencillo corazón.
bellas y tan sabias ! ¿No les habéis oído hacer oración ningua
con ia niayji' exactitud y fidelidad. Criatura la mas pacífica menterio; pues así se van cubriendo enteramente los sepulcros
Están envueltos en dolo
vez? ¡Oh, pues yo, infinitas. Cuando al primor albor de la
del mundo, incapaz de ofender á nadie y sobre todo parco en haciéndose imposible el registrar ni una sola de sus inscripcioPorque lo demás, tan solo.
mañana se descorre el velo de la noche el anciano rey cuervo
sumo grado, procura tener siempre á disposición de los demás nes.» A lo cual replicó mi cici^one. « ¡Ah I bien se conoce que
Mentiras del mundo son.
el que se posa en el grande abeto, despierta con su reina , y
tal cual chiste inocente y una infinidad de coplas y re- ha muerto el pobre Grey TollüUgh.-¿Y ese quión era? le pre- entrambos llaman á su pueblo. Al punto los demás sacuden
franes. Verdadero partidario de la unión de los tres reinos de la gunté.-Un hombro viejo ya, que se hallaba como aislado de sus plumas las gotas del rocío y alisan sus alas, y tomandoEleva tu pura frente
Gran Bretaüa, trae casaca azul por Inglaterra, chaleco de cnmediode los demás hombres, una cabeza trastornada , un en seguida vuelo todos á la vez, cual si no fuesen mas que un
Bella
paloma inocente
merino de cuadros por Escocia, y pantalones verdes por Irlan- natural, y sin embargo nadichubiera dicho algunas veces que solo cuervo, hacen su oración !
Que al mundo viniste ayer,
da, Cuando tiene que pedir limosna se acerca á cualquiera di- aquella cabeza enteramente blanca estuviese también eniera-Pero, y ¿ qué dicen, Pedro ?
Y tiende hermosa tu vnelo
inente hueca. Yo le conocí siendo yo viejo, siempre viejo, y
íiéndolc: «señor..: ó señora...
—¡Qué han da decir! rogar por la abundancia y por la paz
Para llegar hasta el cielo.
mí madre me decía lo mismo ¿quién sabe lósanos que tenía?
Por mi honor os juro
Donde debiste naeer.
Pero comedio de su situación menospreciada, advertíase en de Irlanda. ¡Escelentes cuervos! ¡esos si que son verdaderos
que no hay un retrato
este buen anciano cierto carácter singular, imponente hasta á irlandeses! ¡vivan los cuervos!» y diciendo y haciendo daba
como el de oro puro ! »
Que aquí, paloma adorada.
los mismos niños, los cuales no obstante su afición á correr tras un sinlin de honrahs á sus amigos y echábales al aire su somPudieras ser engañada
brero
adornado
con
sus
propias
plumas.
g¡ se accede á su petición , recibe lo que le dan, y en se- de los naturales, cuando estese acercaba llenos de respeto le
Por el mundo seductor
Escusado es aíadir que Pedro Purcel era el enemigo declaraguida en acción de gracias, recita su fórnmla acostumbrada: dejaban pasar : pcrmanecien do inmóviles á algunos pasos de
Y suele, imán de mi vida,
«Señor ó suiT.'ua , erco que no me tendréis por mendigo impor- distancia. Andaba siempre este loco respetable con cierta gra- do de los lazos ó arma^Üos puestos contra los animales : asi es
Traidora estar escondida
que
no
solo
destruía
todos
cuantos
preparaban
en
los
sembravedad
que
daba
miedo,
y
dejándose
deslizar
por
el
espacio
su
«luno : estamos á l í del mes, tened presente que no dcbei-j
La espina bajo la flor.
«darme nada hasta que pasen cuatro semanas. Dios os guarde, corpulenta y esténuada figura, parecía mas bien una sombra dos los guardas y jardineros , sino que daba libertad ímplia
á
cualquier
animal
que
encontraba
encerrado.
Ocasiones
ha
haL. L. y C.
«y en verdad os digo que no hay cosa mejvr i/tm la mas qucuonn hombre. Solía tiaersobre la espalda una hoz de forma
bido
de
verse
la
cocinera
sin
los
pollos
que
había
puesto
en
el
eslraña.
Llevaba
el
cuerpo
entcramenle
recio,
sin
moverla
cafácil.»
Uay en Irlanda muchas familias antiguas que fomentan el beza y con la vista fija aunque se le dijese al encontrarle: « Dios gallinero para cebarlos. No obstante, Pedro no dejaba de parEditor responsable.—D. GABHIBI, Git.
número de estos semi-locos, los cuales suelen adherirse á sus os guarde, buen hombre» nada responilia, ni un gesto, ni una
(1) Con motivo de este loco irlandés, los lectores de Waltcr
pairónos con cierto iüsíinto propio de animales, sí bien con Süla palabra., iba siempre andando, como si fuese hacía la eterlioa fidelidad iucomparablje. íirvcu por lo co^ua de picadores nidad; y solo á veces se le entreoía mmnitirar oraciones, si es Scoi recordarán sin duda el personaje de Oíd Mortalityea la IMPRENTA DE L 4 VIUDA DE MOmOlM Z WOOB,
iauoúücioa & los cuentoi de mi huetped.
i
casas de sant» Citaliu frente á Cerrante*,
Jes en la vidriera del eomedor, V habiéndose puesto en guardia vi(5'entrar por ella al bueno de Larry, quién al abrirla dijo;
«Vengo á traeros un regalo» —«i Ola ; veamos, le contestó el
-l'irario: ¿que regalo es ese?...^Vosestimáis de veras á Larry
¿no es verdad? Pues bien •. Larry quiere correspondcros. El
cura tiene dos pelucas, y vos no tenéis ninguna; esto no es
justo, tanto mas cuanto que el cura no estima á Larry y vos
lo estimáis de corazón. Por consiguiente aquí os traigo la peluca que el Sr. cura se pone los domingos, i Al), qué hermosa peluca ! Ahora me vais á dejar que os la coloque en la cabeza.»
•y diciendo y haciendo, Larry ajustó la peluca dominical del
íura ala cabeza de su vicario , y enscíruida se puso á bailar y
Jí cantar delante de el.
Otro había á quien llamaban Dionisio el predicador, que
desde por la mañana hasta la noche no cesaba un raomento de
gritar repitiendo continuamente estas palabras : « Lo que censarais en la conducta ajena, correjidlo en la vuestra.»
Otra mujer á quien conocí en igual situaci )n , se empeñaba
al contrario en estar siempre callada, desde que el sol salia hasta el anochecer, ó cuya hora comenzaba á cantar con tono lastimero !
«Si la hermosura pasa , apenas brilla ;
la muerte llega sin sentirse apenas.»
Mátinia breve y compendiosa, pero llena de profunda sublimidad , realzada en aquella mujer ¡wr el decaimiento de su rostro, y el lánguido mirar de unos ojos que allá en mejores dias
habrían sido tan bellos como seductores.
De otra me acuerdo que acostumbraba á pasearse á orillas
del mar después de puesto el sol, presentándose siempre con
admirable ciaclilud algunas horas antes de levantarse alguna
4ornienta. designábanla por esta razón los habitantes del campo con la palabra storm-bírd, nombre irlandés un tanto poético, que propiamente significa « el ave déla tempestad;» y
desde que la velan correr hacia las rocas, ni el labrador se
descuidaba un momento en recojer sus ganados é inspeccionar
*us trojes, ni el diestro pescador echaba su barquilla y sus
redes a la mar. Manteníase esta mujer tranquilamente á pié
firme si bien con cierto aire de tristeza y de dolor, hasta que
el bramido de los vientos y el silvído de las olas llegaban á
exaltar su imajinacion. Entonces, cual si se viera de repente
poseída por el demonio de la tempestad, daba gritos, batía las
|)alnias, desafiaba á las olas á que se adelantaran hacia ella, y
parecía en fin una reina orguUosa llena de indignación al reprender á sus subditos. Ora cojia las píedrecillas de la playa
que hacían rodar basta sus píes las olas, y las tiraba á lo lejos
con muestras de desden; ora arrancando una gran mazorca de
esas algas, á que llaman los niños Cintas de Sirena, la sacudía violentamente sobre su cabeza, y con ella en la mano apostrofaba al cielo y alas nubes. Bien se guardaban los vecinos en
tales momentos de delirio de acercarse al «ave de la tempestad.)
También conocí mucho á un personaje llamado Reddy el coplero. Algunos le tenían por un bribón y perezoso, que prefiriendo al trabajo una ociosidad privilegiada había tomado el oficio de loco, considerándolo mas agradable y provechoso que el
camino de la sabiduría, porque es bueno advertir que nuestro
Joco tenia también sus puntas y collares de erudito. Pasábase
horas enteras cantando Tersos ó improvisando endechas por
^ste estilo.
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