programa - Baluarte

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T E M P O R A DA F E B R E R O - M AYO 2 014
2 2 M AYO
Orquesta
del Mozarteum
de Salzburgo
Paul Goodwin, director
Daniel Ottensamer, clarinete
Orquesta del Mozarteum
de Salzburgo
Paul Goodwin, director
Daniel Ottensamer, clarinete
i parte
w. amadeus mozart (1756-1791) Sinfonía nº 36 en Do mayor, k 425 ‘Linz’
Adagio, Allegro con spirito
Poco adagio
Minuetto
Presto
28’
w. amadeus mozart
Concierto para clarinete en La mayor, k 622
28’
Solista: Daniel Ottensamer
Allegro
Adagio
Rondo: Allegro
ii parte
ludwig van beethoven (1770-1827)
Sinfonía nº 8 en Fa mayor, op. 93
Allegro vivace e con brio
Allegretto scherzando
Tempo di minuetto
Allegro vivace
27’
En el universo de la música brillan con potencia dos genios: Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven.
Comparten su precoz desarrollo musical bajo la tutela de
sus padres, también músicos, así como su gran talento y
su gran conocimiento musical. Las creaciones de Mozart y Beethoven son el máximo exponente de la composición musical de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Hoy, su música es valorada
por su innegable calidad y porque ambos
han tenido una influencia indispensable
en el desarrollo de los posteriores lenguajes musicales y han sido fuente de inspiración para muchos compositores. Tristemente, esta pareja de genios
también comparte una vida desdichada y un triste final.
Mozart fue una persona enfermiza y con penurias económicas toda su vida. Murió tras una breve pero intensa enfermedad. A su entierro, el 6 de diciembre de 1791, en una
fosa común, asistió tan sólo una persona. Beethoven, quien
tuvo que convivir con su sordera, murió tras una prolongada enfermedad y, aunque en vida fue un ser solitario, su
ataúd fue escoltado por más de 20.000 personas.
En agosto de 1782, Wolfgang A. Mozart contrajo matrimonio con Constanza Weber. El enlace no contó con la
aprobación del padre de Wolfgang, Leopold, quien no asistió a la ceremonia. Para mejorar la relación, el joven matrimonio emprendió viaje de Viena a Salzburgo para visitar a Leopold en el verano de 1783. La visita no consiguió
su objetivo y la pareja decidió volver a Viena. De camino,
hicieron escala en la ciudad de Linz donde fueron atendidos en casa del conde Thun, uno de los benefactores de
Mozart. Aprovechando la estancia del compositor en la
ciudad, el entusiasta mecenas organizó un concierto en
el teatro de la ciudad. Mozart no llevaba consigo ninguna
de sus partituras pero gracias a su reconocida facilidad
para componer, en cinco días tuvo terminada la Sinfonía
SOBRE EL
PROGRAMA
nº 36 en Do Mayor, a la que se le dio el sobrenombre de
la ciudad, Linz. Esta sinfonía tiene la particularidad de excluir de su orquestación la flauta y el clarinete, así como
el uso de trompetas y timbales, algo que probablemente
se deba a que ambos instrumentos no estaban en la plantilla de la orquesta del conde Thun. Es una obra de esquema clásico y en la que se aprecian influencias de Haydn.
Tiene cuatro movimientos: el primero Adagio; Allegro con
spirito, comienza con una introducción de carácter enérgico que conduce a un dulce motivo de los violines en diálogo con el fagot y el oboe. Continúa con el Allegro, estructurado sobre dos temas; el primero es expuesto por
las cuerdas y el segundo por las maderas. El segundo movimiento, Poco adagio, tiene un marcado carácter lírico
con cierto toque de melancolía. El trío del tercer movimiento, Minuetto, se caracteriza por las delicadas imitaciones entre el oboe y el fagot. La obra finaliza con el Presto,
movimiento alegre y de gran vitalidad gracias a los frecuentes cambios dinámicos.
Si la contribución de Mozart a la historia de la Sinfonía es indudable, no es menos su aportación al repertorio de concierto para diversos instrumentos. El clarinete es uno de los instrumentos que más tardíamente
se incorporaron a la orquesta sinfónica; las primeras
menciones datan de principios del siglo XVIII porque
ocasionalmente se incluía en las orquestas de ópera,
pero habría que esperar varios años más para escucharlo
formando parte de orquestas sinfónicas y grupos de cámara. El Concierto para clarinete en La mayor fue
compuesto en 1791 para el clarinetista Anton Stadler,
amigo y cofrade masón de Mozart. En este momento,
Mozart estaba ya muy enfermo —apenas le quedaban
unos meses de vida— y se encontraba componiendo varias de sus obras maestras como La Clemenza di Tito,
La flauta mágica, el motete Ave Verum Corpus o la obra
que quedaría inconclusa, el Réquiem.
La obra tiene la estructura de concierto tradicional en
tres movimientos pero, a diferencia del resto de conciertos de Mozart, éste no prevé una cadencia para el solista
en el primer movimiento, aunque sí en el segundo. El primer movimiento, Allegro, se inicia con una introducción
orquestal en la que las cuerdas presentan el tema principal. Éste será después tomado por el clarinete, quien lo
expone de forma ornamentada y desarrollada, con ágiles
escalas y arpegios. Es posible apreciar el contraste entre
el registro agudo y el grave del instrumento solista. El segundo tema, de carácter melancólico en tono menor, es
presentado por el solista. El segundo movimiento, Adagio, es tranquilo y de carácter sumamente lírico. Aquí el
clarinete canta sobre un suave acompañamiento de la orquesta, casi reducida a la cuerda. Tras el lirismo del movimiento central, aparece la gracia ligeramente burlona
del primer tema del Rondo. La parte central del movimiento permite al solista lucir sus cualidades líricas y expresivas. Esta obra se puede considerar, gracias a su incuestionable perfección y transparencia, el testamento
musical de Mozart.
Al morir Mozart en 1791, Ludwig van Beethoven tenía
21 años y gozaba de una excelente fama como niño prodigio del piano, pero al que pocos auguraban la trascendencia que tendría en el mundo de la composición. Entre ellos, su profesor de armonía, Joseph Haydn, quien
no supo ver la potencialidad del joven Beethoven. Pero
en febrero de 1814, momento del estreno de la Octava
Sinfonía, su situación era muy distinta y gozaba ya de
gran fama como compositor. Beethoven comenzó a escribir esta sinfonía a finales de 1811 y quedó terminada en
octubre de 1812. Es la más corta de sus sinfonías exceptuando la Primera, por lo que la llamó su “Pequeña Sinfonía”. Beethoven atravesaba una época complicada en
su vida, renunció al único amor profundo que había conocido, sufrió el alejamiento de su hermano y contem-
plaba la posibilidad del suicidio cuando, sin embargo, compuso su sinfonía más alegre y despreocupada. La obra no
posee la grandiosidad que tienen las sinfonías de Beethoven a partir de la Tercera, pero destaca por su frescura
y alegría. Hay quien la considera un retroceso del autor a
su primera época debido a la poca extensión de la obra,
su sencillez y la vuelta al uso del Minué como tercer movimiento, algo que Beethoven había sustituido por el
Scherzo. La Octava Sinfonía consta de los cuatro movimientos tradicionales, pero en ella Beethoven sustituye
el típico segundo movimiento lento por un Allegretto
scherzando que da a la obra un carácter humorístico. El
primer movimiento, Allegro vivace e con brio, tiene un
marcado ritmo ternario y carácter optimista y activo. El
segundo movimiento, Allegretto scherzando, está basado
en el tema de un canon que Beethoven dedicó a Mälzel,
inventor del metrónomo. Se trata de un movimiento muy
rítmico, casi mecánico y con pinceladas de sarcasmo. Le
sigue Tempo di menuetto, en el que Beethoven recupera
el modelo clásico, al estilo de Mozart y Haydn. En el Trío,
evocador de un ambiente rústico, las trompas y el clarinete tienen un papel preponderante. El último movimiento, Allegro vivace, comienza con la presentación del
primer tema en pianissimo por los violines, que repetirá
la orquesta en un rotundo fortissimo. Contrasta con este
primer tema alegre un segundo amable, expuesto también por las cuerdas. Tras un corto desarrollo, la extensa
coda será una recapitulación de los dos temas principales. Siempre se dice que las “buenas” sinfonías de Beethoven son las impares, pero la Octava merece un puesto
destacado en el mundo musical y en el universo creativo
del compositor, que con esta obra cierra uno de sus periodos más prolíficos de composición musical y merece
ser valorada en el 200 aniversario de su estreno ❖
patricia rodero oscoz
Paul Goodwin
director
Paul Goodwin es reconocido por sus
interpretaciones historicistas, su
amplio repertorio y su interés en la
música contemporánea. En la actualidad es el Director Artístico del
Carmel Bach Festival en California
y ha dirigido a las más prestigiosas
orquestas entre las que figuran la Filarmónica de la BBC, Royal Scottish
National, Orquesta de La Haya, Nacional Sinfónica de Washington, Orquesta Nacional de España y Filarmónicas de Rotterdam, Helsinki y
Estocolmo, entre otras muchas. En
ópera, los éxitos más recientes de
Paul Goodwin incluyen producciones en la Komische Oper de Berlín,
Teatro Real de Madrid, Ópera de
Australia y Ópera de Escocia. Entre
sus próximos compromisos figuran
sus conciertos con las Orquestas de
Padua, Filarmónica de Malasia y Capella Cracoviensis, así como su relación estrecha con la Orquesta de
Cámara de Basilea.
Durante 11 años, Paul Goodwin ha
sido el Director Adjunto de la Academy of Ancient Music, con la que
ha realizado extensas giras por todo
el mundo y diversas grabaciones de
Schutz, Mozart y Tavener. Tres de
estos discos fueron nominados tanto
a los Grammy como a los Premios
Gramophone. Además, Goodwin fue
durante 6 años el Principal Director
Invitado de la English Chamber Orchestra y colaboró con artistas de la
talla de Kiri Te Kanawa, Joshua Bell,
Maria João Pires, Mstislav Rostropovich y Magdalena Kozena. Entre sus grabaciones se encuentran discos dedicados a Strauss,
Hartmann, Handel, así como una
aclamada grabación de la Nursery
Suite de Elgar para el sello Harmonia Mundi. En 2007 Paul Goodwin
recibió el prestigioso Premio Honorario Handel que concede la ciudad
de Halle, en reconocimiento por sus
extraordinarias interpretaciones de
las obras de G. F. Handel ❖
Orquesta del Mozarteum
de Salzburgo
El origen de la Orquesta del Mozarteum, la orquesta sinfónica de Salzburgo, de su Festival y de su Ópera,
se remonta a la fundación de la Asociación de Música de la Catedral y
Mozarteum en 1841 con la ayuda de
los hijos de Mozart, Franz Xaver y
Karl Thomas, así como de su viuda
Constanze. En 1908 el conjunto
adoptó el nombre oficial de Mozarteum Orchester y hoy en día es una
de las principales orquestas sinfónicas de Austria. Ivor Bolton es su
Director Titular desde 2004.
La Orquesta del Mozarteum ofrece
dos ciclos de conciertos en Salzburgo: los Maitines Dominicales en
el Großes Festspielhaus, en los que
ofrecen grandes obras sinfónicas clásicas y contemporáneas interpretadas por importantes directores y solistas, y los Conciertos de los Jueves,
en los que se ofrece un programa que
busca el equilibrio entre obras orquestales famosas y piezas nuevas o
redescubiertas.
La Orquesta del Mozarteum participa también en importantes producciones de ópera. En el Festival
de Salzburgo de 2009 Ivor Bolton
dirigió Armida de Haydn; en 2011,
Iolanta de Chaikovski, con Anna Ne-
trebko y Piotr Beczala, y Le Rossigno
de Stravinsky. En 2008 y 2010 la orquesta —una vez más con Anna Netrebko en el papel principal— interpretó Romeo y Julieta de Gounod
bajo la dirección de Yannick NézetSéguin. En 2012, la orquesta participó en la ópera El laberinto o La lucha contra los elementos, “segunda
parte” de La flauta mágica de Peter
von Winter en el Festival de Salzburgo. Para el Landestheater de Salzburgo la orquesta interpreta también teatro musical.
Todos los años la orquesta actúa
en los Mozart Matinees del Festival
de Salburgo y también interpreta varios conciertos en Salzburg Mozart
Week así como para la Asociación
Cultural de Salzburgo. En sus giras
internacionales la orquesta representa a la ciudad y el estado regional
de Salzburgo y actúa como embajador musical. La orquesta se compone
de 91 miembros y ha sido dirigida
por directores internacionales de la
talla de Giovanni Antonini, Robin
Ticciati, Marc Minkowski, Yannick
Nézet-Séguin, Mark Elder, Frans
Brüggen, Andris Nelsons, Mark Wigglesworth y Thomas Dausgaard. En
la temporada pasada fue Trevor Pinnock quien, como Principal Director Invitado, intensificó su colaboración con el conjunto.
Una de las preocupaciones prin-
cipales de la Orquesta Mozarteum
es el trabajo con jóvenes músicos y
amigos de la música. Desde la temporada 2010-11 se está desarrollando
un programa escolar anual que permite a los estudiantes asistir a talleres interactivos y participar en ensayos y conciertos escolares. Además, en 2008 la orquesta presentó
un proyecto titulado 2 Orquestas,
que representó por primera vez la
combinación de una orquesta profesional y una joven orquesta. El proyecto continuó en 2010 con una obra
de Toshio Hosokawa.
El trabajo de la Mozarteum Orchester Salzburg está ampliamente
documentado en CD y DVD. Los discos editados por el sello Oehms Classics incluyen numerosas obras de
Mozart, los oratorios Las estaciones
y La Creación de Haydn, L’Enfance
du Christ de Berlioz así como un ciclo de sinfonías de Bruckner. Sus
DVD incluyen Romeo y Julieta de
Gounod con Rolando Villazón y zarzuelas con Plácido Domingo ❖
Daniel Ottensamer
clarinete
Daniel Ottensamer ha sido galardonado en concursos internacionales
de gran prestigio, como el Carl Niel-
sen en Dinamarca (2009), el Concurso para clarinete Animato Foundation de Zúrich (2006) y con el primer premio del Concurso de la Sociedad de Conciertos de Múnich
(2005).
Como solista, es invitado regularmente por orquestas como Mozarteum de Salzburgo, NHK Symphony
Orchestra, Radio de Múnich, Radio
en Colonia, Folkwang Chamber Orchestra de Essen, Radio Symphony
de Viena, Orquesta de Cámara de
Viena, Sinfónica de Odense y la Sinfónica de Tokio. Ha trabajado con directores como Maazel, Fischer, Bolton, Weikert…, y ha desarrollado una
intensa actividad de conciertos, haciendo giras en Asia, Estados Unidos
y Europa. Ha sido primer clarinetista
de la Filarmónica de Viena y de la Orquesta de la Ópera Estatal de Viena.
Como músico de cámara ha actuado con artistas como Angelika
Kirschlager, Barbara Bonney, Thomas Hampson, Bernarda Fink, Julian Rachlin, Clemens Hagen, Stefan Vladar y con el Cuarteto Steude
y el Cuarteto Aron. Es miembro de
The Clarinotts, The Philharmonics
y del Baole Quintet. Daniel Ottensamer trabaja también en la enseñanza y ha dado clases magistrales
en Austria, Alemania, Suiza, Israel
y Japón ❖
Y el próximo 2 de agosto
CLÁSICA
Joven Orquesta
Nacional de España
Lutz Köhler, director
Concierto de clausura del Encuentro que la Joven Orquesta
Nacional de España celebrará en Baluarte a finales de julio
La Fundación Baluarte
programa la temporada
de espectáculos
Apoyando la cultura
construimos Navarra
D.L. NA 673-2014
18€ Sala · 10€ Palco · 5€ con Carné Joven
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