1 SUMARIO CONTENTS SOMMAIRE EDITORIAL ARTÍCULOS ORIGINALES 7 Hernia discal lumbar: correlación diagnóstica y evolución posoperatoria Lumbar disk herniation: diagnostic correlation and postoperative evolution Hernie lombo-discale: corrélation diagnostique et évolution post-opératoire Julio C. Escarpanter Buliés, Odalys Valdés Díaz, Ramón Sánchez Rauder, Yanet López Váldes y Celso López García Diagnóstico y evolución de la hernia discal lumbosacra mediante el uso de técnicas electrofisiológicas Diagnosis and evolution of lumbosacral disk herniation by using electrophysiological techniques Diagnostic et évolution de la hernie discale lombo-sacrée au moyen de lemploi de techniques électrophysiologiques 13 Remberto Martínez Suárez y Mahmood Shaker Al-Falahi Tratamiento quirúrgico de la hernia discal cervical por vía anterior (artrodesis intersomática) Surgical treatment of cervical soft disk herniation by anterior approach (intersomatic arthrodesis) Traitement chirurgical de la hernie cervico-discale par voie antérieure (Arthrodèse intersomatique) 18 Hilda Elena Roche Egües, Rodrigo Álvarez Cambras, Arturo López Álvarez y Luis Oscar Marrero Riverón Ciatalgia nocturna: osteoma osteoide del sacro Night sciatic: osteoid osteoma of the sacrum Sciatalgie nocturne: ostéome estéoïde de sacrum 24 José A. Lutfi Orantes, Alberto Ibietatorremendía Basterrechea, Raúl Lorié González y Maritza García Torres Diagnóstico y tratamiento de la parálisis braquial obstétrica Diagnosis and treatment of obstetric brachial paralysis Diagnostic et traitement de la paralysie brachiale obstétricale Luis Oscar Marrero Riverón, Nelson Cabrera Viltres, José Antonio Rodríguez-Triana Orue, Alfredo Navarro González, Antonio Castro Soto del Valle, Ricardo Tarragona Reinoso y Raúl Hernández Gutiérrez 28 2 Diagnóstico y pronóstico electromiográfico durante la rehabilitación de las lesiones del nervio radial Diagnosis and electromyographic prognosis during the rehabilitation of the radial nerve injuries Diagnostic et pronostic électromyographique lors de la restauration des lésions du nerf radial 40 Dhia Ddin R. Serheed y Remberto Martínez Suárez Anomalías congénitas de la mano: análisis exploratorio de los datos Congenital anomalies of the hand: exploratory analysis of data Anomalies congénitales de la main: analyse exploratrice des données 47 Nelson Cabrera Viltres, Taniushka A. Miranda Louro, Luis Oscar Marrero Riverón, Xiomara Remón Dávila y Emilio Cruz Sarmiento Ventajas de la supinación en la fractura de Colles Advantages of supination in Colles fracture Avantages de la supination dans la fracture de Colles 52 Eraclio Delgado Rifá y Raciel Escalona Zaldívar Ruptura del ligamento lateral externo del tobillo. Factores que predisponen la evolución del tratamiento quirúrgico Rupture of the external lateral ligament of the ankle. Factors that predispose the evolution of surgical treatment Rupture du ligament latéral externe de la cheville. Facteurs prédisposant lévolution du traitement chirurgical 57 Ricardo Rodríguez Beoto, Rolando Reguera Rodríguez, María Elena Orihuela de la Cal, Yovanny Ferrer Lozano y Julio Jorge Vergara Pages Valor de la decorticación en el tratamiento de la osteomielitis esclerosante difusa de la mandíbula Value of decortication in the treatment of diffuse sclerosing osteomyelitis of the mandible Valeur de la décortication dans le traitement de lostéomyélite sclérosante diffuse de la mandibule 61 José Manuel Díaz Fernández y Pablo Pécora Arias Análisis de las fracturas maxilofaciales en deportes de combate Analysis of jaw fractures in fighting sports Analyse des fractures maxillo-faciales en sports de combat 66 Juan Carlos Quintana Díaz y Bárbara M. Giralt López Incidencia de fracturas maxilofaciales en el municipio Artemisa Incidence of jaw fractures in the municipality of Artemisa Incidence des fractures maxillo-faciales à Artemisa 69 Juan Carlos Quintana Díaz, Daniel Hernández Izquierdo y Bárbara M. Giralt López Evaluación clínica de resultados de prótesis total de cadera Clinical evaluation of the results of total hip prothesis Evaluation clinique de résultats de la prothèse totale de la hanche Alfredo Ceballos Mesa, Roberto Balmaseda Manent, Roberto Puente Rodríguez y Mario Pedroso Canto 72 3 Analgesia acupuntural: su repercusión en el distrés posquirúrgico Acupuncture analgesia: its repercussion on postoperative distress Analgésie acupuncturale: son retentissement dans le distress post-chirurgical 77 Eraclio Delgado Rifá, Marcelo Peña Guerra y Reynerio Camejo Lluch Artrómetro de rodilla para lesiones de ligamentos cruzados (constrúyalo usted) Arthrometer of the knee for injuries of the cruciate ligaments (do-it-yourself) Arthromètre de genou pour des lésions de ligaments croisés (faites-le vous même) 81 Gastón Arango García, Olga E. Prado García y Antonio Méndez Fornaris Dermatofibrosarcoma protuberans. Presentación de un caso y revisión de la literatura Dermatofibrosarcoma protuberans. Case report and literature review Dermatofibrosarcome protubérant. Présentation dun cas et mise en revue de la littérature 84 Orlando M. de Cárdenas Centeno, Rodrigo Álvarez Cambras, Luis Oscar Marrero Riverón, Ninel Rey Valdivia, Eddy Sánchez Noda, Antonio Castro Soto del Valle y Rafael Álvarez Prieto Hibernoma. Presentación de un caso Hibernoma. Case report Hibernome. Présentation dun cas 89 Orlando M. de Cárdenas Centeno, Luis Oscar Marrero Riverón, Rodrigo Álvarez Cambras, Rubén Darío González Cabrera, Alicia Tamayo Figueroa y Eddy Sánchez Noda Calcinosis tumoral. Reporte de cuatro casos Tumoral calcinosis. Report of 4 cases Calcinose tumorale. Rapport de quatre cas 93 Luis Oscar Marrero Riverón, Orlando M. de Cárdenas Centeno, Vilma Rondón García, Rodrigo Álvarez Cambras, Eddy Sánchez Noda, Antonio Castro Soto del Valle, Mario Bernal González y Matilde Rodríguez Vázquez Elongación ósea de la tibia con injerto vascularizado osteomiocutáneo del 104 peroné. Presentación de un caso Bone lengthening of the tibia with vascularized osteomyocutaneous graft of the perone. Case report Elongation osseuse du tibia par un greffon vascularisé ostéomyocutané depéroné. Présentation dun cas Ricardo Tarragona Reinoso, Alfredo Navarro González y Antonio Castro Soto del Valle Fascitis nodular proliferativa. A propósito de un caso Proliferative nodular fascitis. A propos of a case Fascéite nodulaire proliférative. A propos dun cas 107 Luis Oscar Marrero Riverón, Orlando M. de Cárdenas Centeno, Alicia Tamayo Figueroa, Rubén Darío González Cabrera, Mario Bernal González y Eddy Sánchez Noda Supervivencia de un implante de silastic para cúpula radial en localización atípica Survival of a silastic implant for radial cupula in atypical localization Survie dun implant de silastic pour coupule radiale en localisation atypique Rodrigo Álvarez Cambras, Gastón Arango García y Olga E. Prado García 112 4 Presentación atípica de un miofibroma aponeurótico calcificante Atypical presentation of a calcifying aponeurotic myofibroma Présentation atypique dun myofibrome aponéurotique calcifiante Orlando M. de Cárdenas Centeno, Alicia Tamayo Figueroa, Rubén Darío González Cabrera, Luis Oscar Marrero Riverón, Mario Bernal González, Eddy Sánchez Noda y Frank Escandón León 117 5 EDITORIAL Estimados colegas: Presentamos este nuevo número de la Revista Cubana de Ortopedia y Traumatología coincidiendo con el inicio del año 1996; en este año celebramos el 30 aniversario de la creación del Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País", y los ortopédicos cubanos sentimos el regocijo y la satisfacción del desarrollo de esta institución, que al servicio de todos los ortopédicos del país, contribuyó a la consolidación de la Escuela Cubana de Ortopedia y Traumatología. En este aniversario rendimos homenaje a quien fue y es su motor impulsor: el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y a Celia Sánchez Manduley, que con el tesón y la dulzura que la caracterizó, materializó esta obra. Saludos Prof. Dr. Sc. Rodrigo Álvarez Cambras Director de la Revista Cubana de Ortopedia y Traumatología 7 HOSPITAL GENERAL DOCENTE "COMANDANTE PINARES". SAN CRISTÓBAL, PINAR DEL RÍO ARTÍCULOS ORIGINALES Hernia discal lumbar: correlación diagnóstica y evolución posoperatoria DR. JULIO C. ESCARPANTER BULIÉS,1 DRA. ODALYS VALDÉS DÍAZ,2 DR. RAMÓN SÁNCHEZ RAUDER,2 DRA. YANET LÓPEZ VALDÉS2 Y DR. CELSO LÓPEZ GARCÍA 2 Escarpanter Buliés JC, Valdés Díaz O, Sánchez Rauder R, López Valdés Y, López García C. Hernia discal lumbar: correlación diagnóstica y evolución posoperatoria. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):7-12. Resumen Se realizó un trabajo de correlación entre el diagnóstico clínico, el diagnóstico por complementarios (rayos X simple, TAC y mielografía) y los hallazgos transoperatorios de 100 pacientes operados por hernia discal lumbar en el Servicio de Ortopedia del Hospital General Docente "Comandante Pinares" de San Cristóbal, en el período decenal entre 1985 y 1994 (ambos inclusive). Se comprobó una alta correlación entre el diagnóstico clínico y el diagnóstico transoperatorio, una correlación adecuada entre el diagnóstico por TAC y mielografía, y también una correlación menos confiable por radiografía simple; asimismo se comprobó que los resultados finales del tratamiento quirúrgico en nuestra casuística sólo son totalmente alentadores en 1 de cada 2 pacientes, lo que reafirma el concepto de operar únicamente a pacientes en los que haya fracasado el tratamiento incruento. Descriptores DeCS: DESPLAZAMIENTO DEL DISCO INTERVERTEBRAL/ cirugía; DESPLAZAMIENTO DEL DISCO INTERVERTEBRAL/ radiografía; TOMOGRAFIA COMPUTARIZADA POR RAYOS X; MIELOGRAFIA; REGION LUMBOSACRAL/ patología; DOLOR DE LA REGION LUMBAR/ diagnóstico. El síndrome compresivo radicular lumbar (SCRL) en forma de hernia discal lumbar fue descrito en 1934 por Mixter y Barr, ésta es reconocida desde entonces como la causa más común de lumbalgia y ciatalgia,1 sin embargo en la mayoría de los casos no se produce prolapso del núcleo pulposo ni déficits sensoriales o motores.2 Dentro de los complementarios que contribuyen a realizar este difícil diagnóstico y que se utilizan regularmente se invocan los rayos X simples que aportan signos indirectos de relativa utilidad,3 también se usa la mielografía que se recomienda sólo si hay dudas y no como examen de rutina, debido a que es un proceder invasivo que 1 2 proporciona resultados falsos positivos y negativos;4 de igual forma se emplea la tomografía axial computadorizada (TAC) que desde finales de la década de los años 70 se utiliza mucho por ser un examen inocuo, pero que de igual forma presenta resultados falsos positivos y negativos.5 Otros complementarios que se utilizan son la electromiografía cuyos resultados para unos no son definitorios pero ayudan en el diagnóstico3 y para otros tienen una alta positividad;6 tanto con este estudio como con la resonancia nuclear magnética, la poca experiencia en su uso no nos permite invocar sus bondades; finalmente, la discografía y la punción lumbar no son utilizadas entre nosotros como medios diagnósticos habituales.3 Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Asistente y Vicedirector Docente. Hospital General Docente "Comandante Pinares". Médicos Posgraduados. Municipio San Cristóbal. 8 Los SCRL ocupan un lugar importante dentro de las entidades ortopédicas operadas en nuestro servicio,7 en ocasiones no se han encontrado signos compresivos evidentes en el canal durante el acto quirúrgico y la evolución posterior de los pacientes no ha sido la mejor, lo cual ha provocado desaliento al no hallar una justificación para la lumbociática y por ende la certeza de haber realizado una operación infructuosa a partir de un diagnóstico aparentemente certero. En coincidencia total con quienes afirman que el difícil diagnóstico de un SCRL ha llevado a muchos cirujanos a conducir pacientes al salón de operaciones sin tener una verdadera compresión8 y con los objetivos de realizar el estudio de una muestra de pacientes operados en nuestro centro con el diagnóstico de hernia discal lumbar y de detectar si existe o no correlación entre los diagnósticos clínico, radiográfico, tomográfico y/o mielográfico, con los diagnósticos transoperatorio y anatomopatológico y finalmente, para conocer el resultado final del tratamiento quirúrgico que se empleó, fue realizado el presente trabajo. Métodos Se realizó un estudio retrospectivo de revisión de los expedientes clínicos de 100 pacientes con diagnóstico de SCRL intervenidos quirúrgicamente en el Servicio de Ortopedia del Hospital General Docente "Comandante Pinares" de San Cristóbal, en los últimos 10 años (1985-1994). La muestra fue seleccionada aleatoriamente de un universo de 159 pacientes y en las historias clínicas revisadas en el Departamento de Archivo del hospital se estudiaron las variables edad, sexo, diagnóstico clínico, resultados de los estudios radiográficos, la TAC y la mielografía; de igual forma se revisaron los hallazgos transoperatorios y el estudio anatomopatológico del material discal extraído y se correlacionaron todos; finalmente se evaluó también el resultado obtenido con el tratamiento impuesto de acuerdo con el patrón de evaluación utilizado en un trabajo anterior3 con 1 o más años de seguimiento posoperatorio: Excelente: Regresión de todos los síntomas e incorporación a su trabajo inicial. Bueno: Desaparición de todos los síntomas, lumbalgia a los esfuerzos, cambio de trabajo. Regular: Desaparición de la radiculitis ciática, persiste la sacrolumbalgia. Malo: Mantienen el cuadro clínico igual o empeoran. El estudio estadístico se realizó mediante el análisis de tablas de frecuencia y de contingencia y "bondad de ajuste" (Chi cuadrado), se tomó como significativo todo valor de p ≤ 0,05 y muy significativo todo valor de p ≤ 0,01, utilizando el procesador matemático MICROSTAT en un ordenador IBM compatible. Resultados El 60 % de los pacientes de la muestra se encontraban en el grupo etario comprendido entre 31 y 45 años, con una edad máxima de 60 años, una mínima de 19 y una promedio de 38; le correspondía al sexo masculino el 76 % de los casos. En la figura 1 se puede ver cómo las hernias del espacio L5-S1 (50 %) y las del L4-L5 (46 %), en ese orden, fueron las más frecuentemente diagnosticadas por la clínica; se plantea sólo el 4 % de posibilidad de hernia en el espacio L3-L4. L5-S1 50 LS-L4 4 L4-L5 46 FIG. 1. Diagnóstico clínico de hernia discal. El resultado de los estudios radiográficos simples se detalla en la figura 2, donde en 81 de los 96 estudios realizados se encontraron signos indirectos de compresión radicular, en 15 los estudios fueron negativos; a 4 pacientes no se les realizaron estos exámenes. En este estudio de avanzada se utilizó la TAC en el 50 % de los casos (50 pacientes); se encontró una masa hiperdensa en el canal en el 84 % de los pacientes estudiados (p < 0,05), con un rango mínimo de 47 unidades Hounsfield (UH), un rango máximo de 75 UH y una media de 70 UH; la posición ventral de esa masa (lateralizada derecha o izquierda) se detectó en el 74 % de los casos; el estudio de la localización en 1 o más espacios lumbares mediante el topograma puede observarse en la tabla 1; sólo en el 16 % de los pacientes estudiados la TAC fue informada como normal. 80 60 54 40 34 26 15 20 0 9 En correspondencia con esto, el 87 % de todos los discos extraídos presentaron algún tipo de degeneración demostrada anatomopatoló-gicamente (59 % mixoide y 28 % fibrinoide), en el 10 % se observaron áreas de hemorragia, para una significación elevada de núcleos lesionados (p < 0,01) y en el 3 % el núcleo pulposo resecado fue normal. Hernia discal 53 Estrechamiento Escoliosis Rectificación Normal FIG. 2. Estudio radiográfico (96 exámenes). TABLA 1. Tomografía axial computadorizada (50 exámenes) Dato del Scan Hernia discal (masa hiperdensa) Ventral izquierda Ventral derecha Central Normal Topografía L3-L4 L4-L5 L5-S1 L3-L4 y L4-L5 L4-L5 y L5-S1 Frecuencia % 42 20 17 5 8 84 40 34 10 16 3 10 22 2 5 6 20 44 4 10 Unidades Hounsfield en masa hiperdensa Rango mínimo: 47 Rango máximo: 75 Rango promedio: 70 p < 0,01 (diagnóstico de hernia) El estudio contrastado (mielografía) realizado en 69 pacientes, en todos con contraste hidrosoluble, demostró en 38 pacientes (55 %) una compresión de la bala de contraste (fig. 3) y en 15 (22 %) una detención de éste, o sea, que el 77 % de los casos estudiados (53 pacientes) fueron informados como patológicos; la prueba resultó negativa en 16 casos (23 %). Los resultados del transoperatorio se muestran en la tabla 2; se comprobó la existencia de 59 casos con hernia (27 extruidas en el canal y 32 con abombamiento evidente del espacio, p < 0,05), en 34 pacientes se encontró un abombamiento discreto y en 7, a pesar de parecer normal el canal, se legró el material discal correspondiente al espacio presuntamente degenerado según lo diagnosticado clínicamente. Normal 16 FIG. 3. Mielografía (69 exámenes). TABLA 2. Informe operatorio Detalle operatorio Frecuencia % Hernia comprobada 59 59 Extruida en el canal 27 27 Abombamiento evidente 32 32 Abombamiento discreto 34 34 7 7 100 100 Canal normal Total p < 0,05 (hernia comprobada) En la tabla 3 se correlacionan los hallazgos operatorios con lo planteado en el diagnóstico clínico y se encuentra el 90 % de coincidencia entre ambos (p < 0,01); en el 80 % se correspondió el diagnóstico operatorio con lo planteado en la TAC (p < 0,01), en el 72 % éste se correspondió con lo planteado en la mielografía (p < 0,01) y en el 52 % con lo observado en los rayos X simples (p < 0,05). Finalmente, los resultados obtenidos tras evaluar los casos de acuerdo con el patrón establecido fueron: 52 % excelentes o buenos (fig. 4), 28 % regulares y 20 % no satisfactorios. 10 TABLA 3. Correlación hallazgo operatorio/complementarios Diagnóstico Por Por Por Por cuadro clínico rayos X simple TAC mielografía Sí 90 50 40 50 Correlación No 10 46 10 19 % de correlación 90 52 80 72 p < 0,01 (cuadro clínico) Favorable 52 Regular 28 Malo 20 FIG. 4. Resultados del tratamiento quirúrgico. Discusión Para Smith y otros sólo en 10 a 15 % de los pacientes con un SCRL los síntomas persisten y éstos se pueden beneficiar con la administración extradural de anestésicos locales y esteroides (bupivacaína con metilprednisolona o una asociación similar) y según su criterio 2 sólo un pequeño porcentaje responderá al tratamiento con acupuntura. Sin embargo, para otros, la electropuntura sin tratamiento medicamentoso unida a la psicoterapia para pacientes con lumbociatalgia sin etiología demostrada, pero dando por sentado que la mayoría padecen hernia discal, ofrece alivio para el 100 % de los casos; de ellos el 50,8 % lo logra con la primera sesión.9 Otros autores recomiendan la acupuntura con un 70 % de buenos resultados en el tratamiento del dolor lumbosacro crónico con o sin ciatalgia, sobre los tratamientos con diatermia o el láser;10 de igual forma hay también quien recomienda la acupuntura sobre la diatermia en el tratamiento de la lumbalgia y de la lumbociática, pero sin hernia discal.11 Según Sullivan y otros12 el dolor crónico de espalda baja va unido a un cuadro depresivo más o menos severo en un rango entre el 26 y el 78 % de los casos, mientras que para Hernández y otros el carácter psicofisiológico del dolor lumbar implica el miedo a "algo incontrolable que está detrás, que no es visible y simboliza lo que no está en nosotros y no podemos dominar" y el temor a ser incapaz de trabajar y no por falta de estímulo, sino por impotencia o miedo a volverse inválido. En un estudio realizado de 140 casos con persistencia de síntomas dolorosos y ausencia de lesiones orgánicas demostrables (estudios radiográficos, EMG, TAC y mielografías negativas o poco concluyentes), al ser tratados con analgésicos y psicofármacos encontraron remisión parcial del dolor 60 pacientes y total 80; se demostró así que el componente emocional que subyace en la psiquis de pacientes afectados de lumbalgia es determinante en la intensidad de la persistencia del síntoma doloroso.13 Sastre demostró que el tratamiento quirúrgico no es una panacea en el alivio de la hernia discal y señaló entre 25 y 50 % de recidivas;14 una de las graves complicaciones en el tratamiento operatorio del disco intervertebral es el síndrome doloroso posquirúrgico (del 5 al 15 % de los pacientes), que puede aparecer por varias causas como la ruptura de un disco adyacente, restos discales no extraídos, adherencias, necrosis avascular o condrosis vertebral, así como otras afecciones no diagnosticadas.15 Se recomienda ser muy cuidadosos en la selección de los casos con SCRL para su tratamiento quirúrgico,8 especialmente si se considera que al cuadro clínico de una compresión radicular, suelen añadirse alteraciones emocionales que pueden oscurecerlo; estos autores encontraron que los rayos X simples fueron útiles en sólo el 27 % de los casos, la TAC en el 22,2 %, la mielografía en el 78,5 % y la EMG en el 86,4 %, por lo que le dan más valor al cuadro clínico. Los resultados del presente trabajo no concuerdan totalmente con los del estudio citado anteriormente ya que se encontró correlación en el 90 % de los casos con el diagnóstico clínico (lo que coincide con ellos), pero la coincidencia con la TAC es mucho mayor (80 %) que la encontrada en ese trabajo; algo menor es la encontrada con la mielografía (72 %) y muy superior con respecto a los resultados de la radiografía simple (52 %). 11 Según los resultados del presente trabajo, el 52 % de los pacientes obtuvieron finalmente una evaluación satisfactoria (excelente y buena), pero aún así los resultados regulares (28 %) y malos (20 %), obviando lo rígido del patrón de evaluación, demuestran que en la práctica casi 1 de cada 2 operados por un SCRL no evoluciona todo lo favorablemente deseado; en esto coinciden todos los autores consultados. Se recomienda operar sólo cuando fallen todos los métodos conservadores y salvo en casos con evidente compromiso neurológico o crisis intratables o muy repetidas, de forma que impidan el normal desenvolvimiento de sus funciones, no debe sugerirse el tratamiento quirúrgico. El alto índice de recidivas, en muchos casos con mejoría posoperatoria inmediata, pero con reaparición de los síntomas de forma mediata en todas las estadísticas, sugiere tratar los SCRL con más cautela que la que habitualmente se tiene. Summary Conclusiones Un travail de corrélation entre le diagnostic clinique, le diagnostic par complémentaires (rayons X simple, TAC et myélographie) et les trouvailles trans-opératoires de 100 patients opérés, dû à une hernie lombo-discale, dans le Service dorthopédie de lhôpital général universitaire "Comandante Pinares" de San Cristóbal, a étéréalisé entre 1985 et 1994 (tous les deux ans y compris). La hautecorrélation entre le diagnostic clinique et le diagnostic trans-opératoire, une corrélation adéquate entre le diagnostic par TAC et par myélographie, et aussi une corrélation moins fiable par radiographie simple sont été constatées; de même quon a vérifié que les résultats finals du traitement chirurgical dans notre experience ne sont que tout à fait encourageants en 1 patient sur 2, réaffirmant le concept de nopérer que des patients chez lesquels le traitement non sanglant ait échoué. La correlación entre el diagnóstico clínico y los hallazgos operatorios de un disco lumbar herniado es alta, por lo que debe primar este diagnóstico sobre el realizado por los complementarios; la correlación entre lo encontrado en el quirófano y el diagnóstico planteado por la TAC y la mielografía, no obstante, es aceptable, mientras que es poco confiable el sugerido por el examen de los rayos X simple; además, en el diagnóstico topográfico debe prevalecer la valoración clínica, sobre la valoración realizada por los complementarios, que realizan sólo esa función. Los resultados finales del tratamiento quirúrgico de la hernia discal lumbar son alentadores sólo en 1 de cada 2 pacientes, por lo que a pesar de una correlación clinicoquirúrgica-patológica elevada, no es recomendable la discectomía de un disco herniado excepto en los casos imposibles de resolver por métodos no cruentos. El hallazgo de núcleos pulposos patológicos en la inmensa mayoría de las biopsias demuestra la existencia de "enfermedades discales", pero no está necesariamente indicada por esto la resección del disco. En el sexo masculino y las edades entre la cuarta y quinta décadas de la vida aparecen con más frecuencia pacientes aquejados de SCRL. The correlation existing between the clinical diagnosis, the diagnosis by complementary tests (simple X-ray, CAT and myelography) and the transoperative findings of 100 patients operated on of lumbar disc herniation at the Orthopedics Service of the "Comandante Pinares" General Teaching Hospital, in San Cristóbal, from 1985 to 1994 (including both), is apporached in this paper. It was found a high correlation between the clinical diagnosis and the transoperative diagnosis, and adequate correlation between the diagnosis by CAT and myelography, and a less reliable correlation by simple X-ray. It was also proved that the final results of the surgical treatment in our casuistics are completely encouraging in only 1 out of 2 patients, which reaffirms the concept of operating on just when the bloodless treatment fails. Subject headings: INTERVERTEBRAL DISK DISPLA-CEMENT/ sur gery; INTERVERTEBRAL DISK DISPLACEMENT// radiography; TOMOGRAPHY, X-RAY COMPUTED; MYELOGRAPHY; LUMBOSACRAL REGION/pathology; LOW BACK PAIN/diagnosis. Résumé Mots clés: DÉPLACEMENT DU DISQUE INTERVERTÉBRAL/ /Chirurgie; DÉPLACEMENT DU DISQUE INTERVERTÉBRAL/ /radiographie; TOMOGRAPHIE COMPUTERISÉE PAR RAKONS X; MKÉLOGRAPHIE; RÉGION LOMBO-SACRÉE/ /pathologie; DOULEUR DE LA RÉGION LOMBAIRE/diagnostic. Referencias Bibliográficas 1. Mixter WZ, Barr JS. Rupture of intervertebral disc with involvement of the spinal canal. N Eng J Med 1934;112:210. 2. Smith G, Covino BG. Ciática aguda. En: Dolor agudo. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1984:253-72. 3. Álvarez Cambras R. Afecciones de la columna dorsolumbar, el tórax y la pelvis. En: Manual de Procedimientos de Diagnóstico y Tratamiento en Ortopedia y Traumatología, t2. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1986:224. 12 4. Epstein BS. Hernias de los discos intervertebrales. En: Afecciones de la columna vertebral y de la médula espinal: estudio radiológico y clínico. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1981:638. 5. Escarpanter Buliés JC, Molina González RR, Uzquiano Alamo AR. Valor de la tomografía axial computadorizada en la hernia discal lumbar. Rev Cubana Cir 1986;25:381. 6. Díaz Rondón B, Lutffi Orantes JA, González Fundora N. Diagnóstico electromiográfico en la hernia discal lumbar. Rev Cubana Ortop Traumatol 1988;2(1):65. 7. Escarpanter Buliés JC, Molina González RR, González González JA. Morbilidad y mortalidad del servicio de ortopedia y traumatología. Rev Cubana Ortop Traumatol 1988;2(1):33. 8. Benítez Herrera A, Gómez Naranjo J, Garmendía García F. Síndrome compresivo radicular lumbar. Rev Cubana Ortop Traumatol 1994;8(1-2):43-8. 9. Bosh Valdés F, Rodríguez Mantecón A, Fernández Suárez L, Méndez García J. Utilidad del método de acupuntura en el tratamiento de las sacrolumbalgias. Rev Cubana Ortop Traumatol 1989;3(3):64. 10. González Roig JL, Martínez Sánchez H, López Trasobares EM. Estudio comparativo entre la acupuntura, el láser y la diatermia en el tratamiento del dolor lumbosacro crónico. Rev Cubana Ortop Traumatol 1990;4(2):67. 11. Carmenaty Baglaus I, Montoya Guibert E. Acupuntura y dolor lumbosacro. Rev Cubana Ortop Traumat ol 1991;5(2):93. 12.Sullivan MJL, Reesor K, Mikail S. The treatment of depression in chronic low back pain: review and recomendations. PAIN 1992;50(1):5. 13.Hernández RE, Aguilera A, Torrealba R. Yatrogenia en el tratamiento de las lumbalgias. Rev Cubana Ortop Traumatol 1987;2(2):51. 14.Sastre SL. Revisiones de conjunto. 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A todos se les realizó electromiografía, onda F de nervio peroneo y reflejo H y a 15 de ellos, potenciales evocados somatosensoriales de nervio tibial posterior y de dermatomas L5 y S1. La sensibilidad de la electromiografía fue del 84,8 % con una especificidad del 57,6 %. Ésta se incrementó al 90,9 % al añadir los resultados de onda F y reflejo H. En contraposición, la especificidad de los potenciales evocados somatosensoriales fue de sólo 26,6 %. En el seguimiento evolutivo, la electromiografía fue más sensible en apreciar la mejoría de los cambios neurológicos en comparación con la onda F y el reflejo H. Se concluye que la electromiografía, en combinación con los estudios de onda F y reflejo H muestra una destacada sensibilidad e importante especificidad en el diagnóstico del síndrome compresivo radicular lumbosacro y es útil en el seguimiento evolutivo de estos pacientes. Los potenciales evocados somatosensoriales de nervio tibial y dermatómicos se recomiendan sólo como estudio alternativo y no como examen de rutina. Descriptores DeCS: DESPLAZAMIENTO DEL DISCO INTERVERTEBRAL/ terapia; POTENCIALES SOMATOSENSORIALES EVOCADOS; ELECTROMIOGRAFIA/ métodos. Los estudios electrofisiológicos han probado ser útiles en la hernia discal lumbosacra cuando se quiere precisar la intensidad y la completa distribución de la afección nerviosa radicular.1-10 En el presente trabajo nos planteamos demostrar el valor diagnóstico de los exámenes neurofisiológicos más importantes referidos por la literatura, así como determinar el posible pronóstico en la evolución posterior al tratamiento quirúrgico, mediante el seguimiento prospectivo de un grupo de pacientes atendidos en nuestro Centro afectados de hernia discal lumbosacra. Métodos Nuestro universo de estudio lo constituye el examen prospectivo de 42 pacientes (24 hombres y 18 mujeres) con edad promedio de 41 años (221 2 63), los cuales fueron clasificados clínicamente como aquejados de proceso compresivo radicular lumbosacro en los niveles L4-L5 (raíz medular L5) y L5-S1 (raíz medular S1). Todos los pacientes fueron tratados conservadoramente al inicio, entre las 2-4 semanas. Posteriormente 33 de ellos recibieron tratamiento quirúrgico, a 15 de los cuales se les realizó estudios evolutivos. Los exámenes neurofisiológicos aplicados al grupo de estudio fueron: 1. Electromiografía (EMG). 2. Estudios de conducción nerviosa tardía: a) Onda F del nervio peroneo. b) Reflejo H. 3. Potenciales evocados somatosensoriales (PESS) de nervio tibial posterior y dermatomas L5 y S1 (se realizó a 15 pacientes seleccionados aleatoriamente). Especialista de II Grado en Neurofisiología. Jefe del Departamento de Electrodiagnóstico. Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación. 14 Los resultados del hallazgo quirúrgico fueron recogidos de acuerdo con el nivel de ubicación de la hernia discal con la finalidad de correlacionar estos hallazgos con los resultados de los estudios electrofisiológicos, los cuales fueron realizados mediante un electromiógrafo modelo Neurocid de fabricación cubana. Para el registro y estimulación eléctrica se utilizaron electrodos de agujas concéntrica y de estimulación bipolar de superficie marca Dantec, así como electrodos de aguja monopolar de confección nacional. En los estudios de onda F, reflejo H y PESS dermatómicos se emplearon los criterios de normalidad que se utilizan en el Departamento de Electrodiagnóstico del Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País". Para la reevaluación electrofisiológica de los pacientes que conforman nuestra muestra éstos fueron citados personalmente o por telegrama. De ellos asistieron sólo 15; 13 en un período comprendido entre los 2-5 meses del posoperatorio y 2 después de concluido el tratamiento conservador. Los pacientes fueron evaluados de acuerdo con la escala de puntuación propuesta por Shaker Al-Falahi obtenida mediante la comparación de los resultados de la EMG, onda F y reflejo H antes y después del tratamiento (Shaker Al-Falahi. Utilidad diagnóstica y pronóstica de los estudios electrofisiológicos en hernia discal lumbosacra [trabajo para optar por el título de Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Anexos 3 y 4] Ciudad de La Habana, 1996). Resultados El síndrome compresivo lumbosacro mostró una ligera mayor incidencia en el sexo masculino (57,1 %). El grupo de edad más afectado fue el de 31-40 años con 19 pacientes (45,2 %). De las alteraciones electromiográficas observadas encontramos que el patrón de contracción aislado ocupó el primer lugar en 36 pacientes (85,7 %), seguido por la presencia de potenciales de desnervación (54,8 %) (tabla 1). El reflejo H fue positivo en 26 pacientes (61,9 %) y negativo en 16 de ellos (38,1 %). La positividad se distribuyó según las variables estudiadas y predominó la ausencia de respuesta refleja observada en 17 pacientes (65,4 %) (fig. 1). TABLA 1. Alteraciones electromiográficas y distribución de acuerdo con las raíces medulares afectadas Alteraciones electromiogrtáficas Desnervación Patrón de contracción Potencial de unidad motora Diagnóstico de raíz afectada Reflejo H positivo ( 61,9 % ) 26 Pacientes No. % Sí Aislado Polifásicos L5 S1 L5-S1 Ninguna 23 36 14 9 21 7 5 54,8 85,7 33,3 21,4 50 16,7 11,9 Ausente 17 ( 65,4 % ) Amplitud reducida 6 ( 23, 07 % ) Latencia incrementada 3 ( 11,63 % ) Total : 42 pacientes 16 Reflejo H negativo ( 38,1 % ) FIG. 1. Resultado del reflejo H según las variables estudiadas. Los estudios de la onda F resultaron positivos en 20 pacientes (47,6 %) y en la distribución de los criterios de positividad vemos que predominó la reducción de la velocidad de conducción de F (VCF) en 15 de ellos (37,7 %) y la latencia incrementada en 14 pacientes (33,3 %). La ausencia de la respuesta F se presentó en sólo 2 de los pacientes (4,7 %) (fig. 2). La sensibilidad de la EMG en el diagnóstico de la hernia discal lumbosacra de acuerdo con los hallazgos quirúrgicos fue de 84,8 % y este porcentaje se incrementó al 90,9 % cuando se le añadieron los resultados de la onda F y del reflejo H (figs. 3 y 4). Se reportaron resultados anormales de los PESS en 8 de los 15 pacientes (53,2 %) con hallazgo quirúrgico de hernia discal (2 del nervio tibial posterior, 2 del dermatoma L5 y 4 del dermatoma S1). Sin embargo la correlación respecto al nivel de afectación fue sólo obtenida en 4 pacientes (26,6 %) (fig. 5). Onda F positiva ( 47,6 % ) Velocidad 20 de conducción Latencia incrementada de onda F reducida 14 15 ( 33,3 % ) ( 37,7 % ) 15 30 ( 90,9 % ) 3 ( 9,1 % ) Ausente 2 ( 4,7 % ) 22 Onda F negativa ( 52,4 % ) Total : 33 pacientes FIG. 2. Resultados del estudio de onda F según las variables estudiadas. EMG + REFLEJO H + ONDA F POSITIVOS FIG. 4. Sensibilidad acorde al diagnóstico quirúrgico del EMG+ reflejo H+ onda F. 19 ( 46,8 % ) 7 ( 84,8 % ) ( 15,2 % ) 14 Sensibilidad PESS positivo 19 8 ( 53, 2 % ) Sensibilidad ( 57, 6 % ) ( 73,4 % ) 11 , PESS positivo 4 ( 26,6 % ) 14 ( 33,4 % ) Especificidad Total : 33 pacientes EMG positivo FIG. 3. Sensibilidad y especificidad de la EMG en el diagnóstico quirúrgico. Especificidad Total : 15 pacien tes FIG. 5. Sensibilidad y especificidad del PESS con el diagnóstico quirúrgico. 16 De los 15 pacientes evolucionados durante 2 y 5 meses posteriores a la cirugía o a la conclusión de la terapéutica conservadora, acorde con el grado de puntuación para EMG antes y después del tratamiento, se halló que 9 tuvieron mejoría ( a n t e s <después) para un 60,0 %, 6 se mantuvieron iguales (antes = después) con un 40,0 % y ninguno de ellos empeoró (antes > después). De acuerdo con los grados de puntuación encontramos que, paradójicamente, en el reflejo H y la onda F antes y después del tratamiento, 9 de los pacientes permanecieron con el mismo grado de lesión radicular (60,0 %) e incluso 4 mostraron valores inferiores (26,6 %). Solamente en 2 pacientes (13,3 %) se observó normalización de acuerdo con los resultados evolutivos del reflejo H y la onda F (tabla 2). TABLA 2. Comparación según grados de puntuación para EMG, reflejo H y onda F antes y después del tratamiento (2-5 meses) Grados de puntuación Antes = Después Antes < Después Antes > Después Total Onda F No. % (n=15) EMG No. 6 9 0 40 60 0 9 2 4 15 100 15 Reflejo H % 60 13,3 26,6 100 No. 9 2 4 % 60 13,3 26,6 15 100 Discusión El patrón de reclutamiento aislado fue la alteración más común encontrada en la EMG, seguida por los signos de desnervación, pero su presencia es menos específica que la de estos últimos y acompaña casi siempre a los cuadros de lesiones neurogénicas, sean radiculares o no.3 La variable de mayor positividad en el reflejo H fue la ausencia de respuesta, por lo cual pudiera inferirse que en la radiculopatía compresiva de S1 predominó el hallazgo de daño axonal, motor y/o sensitivo. Por otra parte, en la afectación radicular de L5 en correspondencia con los resultados del estudio de onda F del nervio peroneo, donde las variables predominantemente alteradas fueron la prolongación de las latencias y disminución de la VCF, esta alteración es compatible con la lesión mielínica de los axones motores, lo cual concuerda con la literatura revisada.4,5,8 La electromiografía mostró una alta sensibilidad en el diagnóstico de hernia discal lumbosacra (84,8 %) y una llamativa especificidad (57,6 %) similar a lo encontrado por otros autores.1,3 Es de destacar que al añadir los resultados de la onda F y reflejo H se aumentó la sensibilidad de la EMG en el diagnóstico del síndrome compresivo radicular de las raíces medulares L5 y S1, lo que confirmó la importancia de aplicar este conjunto de estudios para el diagnóstico topográfico en la afección discal lumbosacra, en correspondencia con nuestros reportes y el de otros autores consultados.2,5,8,9 Los exámenes de potenciales evocados somatosensoriales (PESS) fueron positivos en 8 de los 15 pacientes seleccionados de la muestra. Sin embargo, el hecho de que en sólo 4 de ellos el resultado fue compatible con los hallazgos quirúrgicos, nos hace recomendar que éstos no deben ser utilizados de rutina en el diagnóstico topográfico de los procesos compresivos radiculares, pues su ejecución requiere de más tiempo y molestias al paciente y sus resultados no son más efectivos que los obtenidos por los otros métodos electrofisiológicos convencionales; sólo deben indicarse cuando estos últimos no sean concluyentes o normales, a pesar de persistir un cuadro de compromiso radicular. Estos criterios coinciden con lo planteado por algunos de los autores consultados, que refieren que los hallazgos de los PESS no son específicos y no deben ser utilizados como rutina,11,12 en contraposición a otros autores que recomiendan los estudios de los PESS dermatómicos como útiles en el diagnóstico de radiculopatía lumbosacra.7,10,13 En el seguimiento evolutivo de nuestros pacientes entre los 2-5 meses después del tratamiento quirúrgico o conservador, hallamos que en relación con las alteraciones en los patrones del EMG, sobre todo causadas por la presencia inicial de potenciales de desnervación, los pacientes en su mayoría demostraron comparativamente mejora del cuadro clínico y electromiográfico; sin embargo, en los hallazgos de los estudios de onda F y reflejo H éstos mostraron poco cambio e incluso empeoramiento de los resultados evolutivos. Pudiéramos justificar esta observación con el hecho de que los cambios anormales de la onda F y del reflejo H son progresivos y pueden perdurar un tiempo largo, aún no bien definido, acorde con lo citado por Daube,1 por lo cual éstos no deben recomendarse en el seguimiento evolutivo posquirúrgico de los pacientes, a no ser que exista la posibilidad de otra hernia discal en segmentos vecinos. Summary 42 patients who were served in our center with the diagnosis of lumbosacral disk herniation were studied. All of them underwent electromyography, F-wave of the perineal nerve and H-reflex. The somatosensory evoked potentials of the posterior tibial nerves and of L5 and S1 dermatomes were obtained. The sensitivity of electromyography was 84.8 % with 57.6 % of specificity. This rose to 90.9 % on adding the results of F-wave and Hreflex. The specificity of the somatosensory evoked potentials was just 26.6 %. In the evolutive follow-up, the electromyography proved to be more sensitive to appreciate the improvement of the neurological changes compared with F-have and H-reflex. It was concluded that electromyography combined with the studies of F-wave and H-reflex shows a significant sensitivity and an important specificity in the diagnosis of lumbosacral radicular compression syndrome, and that it is useful in the evolutive follow-up of these patients. The somatosensory evoked potentials of the tibial nerve and of the dermatomes are only recommended as an alternative study and not as a routine examination. Subject headings: INTERVERTEBRAL DISK DISPLA-CEMENT/ theraphy; EVOKED POTENTIALS, SOMA-TOSENSORY; ELECTROMYOGRAPHY/methods. Résumé Dans notre centre, 42 patients avec un diagnostic de hernie discale lombo-sacrée ont été étudiés. Une électromyographie, une onde F du nerf péroner et un réflexe H sont pratiqués sur tous, et despotentiels évoqués somatosensoriels du nerf postérieur du tibia etdes dermatomes L5 et S1 sur 15 dentre eux. La sensibilité de lélectromyographie a été de 84,8 %, avec une spécificité de 57,6 %. Celle-ci a aumenté à 90,0 %, en ajoutant les résultats de londe F-et du réflexe H. Par contre, la spécificité des potentiels évoqués somatosensoriels na été que de 26,6 %. Au suivi évolutif, lélectromyographie a été plus sensible en appréciant lamélioration deschangements neurotiques comparée à londe F et au réflexe H. On a conclu que lélectromyograhie, combinée aux études de londe F et du réflexe H, montre une sensibilité remarquable et une spécificité importante dans le diagnostic du syndrome compressif radiculaire lombo-sacré, et il est utile au suivi évolutif de ces patients. Les potentiaels évoqués somatosensoriels du nerf tibial et dermique ne sont conseillés que comme une étude alternative et non comme un examen de routine. Mots clés: DÉPLACEMENT DU DISQUE INTERVERTÉBRAL/ thérapie; POTENTIELS SOMATOSENSORIELS ÉVOQUÉS; ELECTROMKOGRAPHIE/méthodes. Referencias Bibliográficas 17 1. Daube JR. Electrodiagnostic studies in radiculophathies. Curso dictado por la Asociación Americana de Electrodiagnóstico y Electromiografía (AAEE). Americ Assoc Electromy Electrodiag 1985; Course A:37-43. 2. Fisher MA. F response latency determination. Muscle Nerve 1982;5:730-4. 3. Aminoff MJ, Goodin D, Parry G, Bárbaro N, Weinstien PH, Rosemblum M. Electrophysiologic evaluation of lumbosacral radiculopathies: electromyography, late responses and somatosensory evoked potentials. Neurology 1985;35:1514-8. 4. Sabbahi M, Kalil M. Segmental H-reflex studies in upper and lower limbs of patients with radiculopathy. Arch Phys Med Rehabil 1990;71:223-7. 5. Braddom R, Jhonson E. Standardization of H-reflex and diagnostic use in S1 radiculopathy. Arch Phys Med Rehabil 1974;55:161-6. 6. Katifi H, Sedgwick E. Somatosensory evoked potential from posterior tibial nerve and lumbosacral dermatomes. Electroencephal Clin Neurophys 1986;69:249-50. 7. . Evaluation of the dermatomal somatosensory evoked potential in the diagnosis of lumbosacral root co m p r e s s i o n . J N e u r o l N e u r o s u r g P s y c h i a t r y 1987;50:1204-10. 8. Martínez Suárez R, Burguet Lago ME. Estudio normativo del reflejo H: valor diagnóstico en el síndrome compresivo radicular de S1. Re v Cubana Ortop Traumato l 1992;6(1):31-6. 9. Martínez Suárez R, Burguet Lago ME, Martínez Sarda G. Study of F-Wave in the lumbosacral radicular compression syndrome: comparison of two methods. Rev Cubana Ortop Traumatol 1995;(1-2):48-54. 10.Eisen A, Hoirch M, Moll A. Evaluation of radiculopathies by segmental stimulation and somatosensory evoked potentials. Can J Neurol Sci 1983;10:178-82. 11. Vogel P, Vogel H. Somatosensory cortical potentials evoked by stimulation of leg nerves: analysis of normal values and variability; diagnostic significance. J Neurol 1982;228:97-111. 12.Kimura J. Abuse and misuse of evoked potentials as a diagnostic test. Arch Neurol 1985;42(1):78-80. 13.Pop P, Oepkes C, Notermans S, Vlek N, Stegeman D. Dermatomal somatosensory evoked potentials of the lumbar and cervical roots. Eur Arch Psychiatr Neurol Sci 1988;238:22-7. Recibido: 18 de abril de 1998. Aprobado: 18 de junio de 1998. Dr. Remberto Martínez Suárez. Complejo Científico Ortopédico Internacional " Frank País". Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa. Ciudad de La Habana, Cuba. 18 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Tratamiento quirúrgico de la hernia discal cervical por vía anterior (artrodesis intersomática) DRA. HILDA ELENA ROCHE EGÜES,1 PROF. DR. CM. RODRIGO ÁLVAREZ CAMBRAS,2 DR. ARTURO LÓPEZ ÁLVAREZ3 Y DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN1 Roche Egües HE, Álvarez Cambras R, López Álvarez A, Marrero Riverón LO. Tratamiento quirúrgico de la hernia discal cervical por vía anterior (artrodesis intersomática). Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):18-23. Resumen Se realiza un estudio retrospectivo de los pacientes con hernia discal cervical tratados quirúrgicamente en el Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País", desde enero de 1985 hasta diciembre de 1994, mediante la técnica de artrodesis intersomática por vía anterior, utilizándose el injerto autólogo de cresta ilíaca por el método de Robinson-Smith. Los niveles de afección más frecuentes se presentaron en los espacios C5-C6 y C6-C7. Los mejores resultados se observaron en los pacientes entre 30 y 39 años y los pobres, en aquéllos cuyas edades oscilaban entre 40 y 59 años. Todos los pacientes del sexo masculino tuvieron resultados satisfactorios con esta técnica, mientras que en el femenino fueron pobres en la mitad de los casos. Los resultados evaluados como pobres se observaron en aquellos pacientes con un tiempo de evolución prequirúrgica entre 4 y 6 años. Descriptores DeCS: DESPLAZAMIENTO DEL DISCO INTERVERTEBRAL/ cirugía; ARTRODESIS/ métodos. La elevada frecuencia de pacientes con trastornos cervicales que refieren dolor como síntoma fundamental, nos ha llevado al estudio de una de las afecciones de esta porción de la columna, cuya diferenciación de otras enfermedades en muchas ocasiones resulta difícil: la hernia discal cervical. Desde el punto de vista clínico esta afección se hace interesante por el cuadro sintomático tan variado que presenta y por las limitaciones que éste le impone al individuo.1 Nos disponemos a presentar un estudio retrospectivo de los pacientes con hernia discal cervical tratados quirúrgicamente en el Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País". con el diagnóstico de hernia discal cervical durante el período comprendido desde enero de 1985 hasta diciembre de 1994. La muestra quedó constituida por los pacientes a los que se les realizó tratamiento quirúrgico (artrodesis intersomática por vía anterior); la información necesaria se tomó de las historias clínicas y se escribió en un modelo de recogida de datos. Los resultados del tratamiento quirúrgico se evaluaron siguiendo la metodología que tiene en consideración el estado del paciente después de operado y que ha sido diseñada en nuestro hospital: Métodos Dolor Se revisaron las historias clínicas de los pacientes atendidos en el Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País", codificados 1 2 3 Desaparece Continúa mejorando Continúa igual Empeora Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Titular. Especialista de I Grado en Ortopedia Y Traumatología. Profesor Asistente. 10 7 3 0 Fuerza muscular Recuperada Mejorada Igual Empeora Sensibilidad Recuperada Mejorada Igual Empeora Movilidad de cuello Recuperada Mejorada Igual Empeora Complicaciones Ausentes Desaparece sin secuelas Con secuelas permanentes Situación laboral Reincorporación al mismo trabajo Se traslada Se jubila 19 El nivel de significación fue 95 % (p < 0,05). 5 3,5 1,5 0 Resultados 5 3,5 1,5 0 5 3,5 1,5 0 3 2 0 2 1 0 Los resultados finales fueron evaluados de acuerdo con la puntuación siguiente: Bueno 35 a 28 puntos Regular 27,9 a 21 puntos Pobre menos de 21 puntos Los resultados buenos y regulares se consideran satisfactorios y los pobres, no satisfactorios. Se empleó el test de Chi cuadrado para determinar si existía asociación entre: • • • • • Edad y niveles de la afección. Edad y resultados. Nivel de la afección y resultados. Tiempo de evolución prequirúrgica y resultados. Sexo y resultados. La mayoría de nuestros pacientes se encontraban entre los 30 y 39 años (6 pacientes) y entre los 40 y 49 años (7 pacientes). No existieron pacientes por debajo de los 30 años de edad (tabla 1). Existió predominio franco del sexo masculino, pues sólo se presentó la enfermedad en 4 pacientes del sexo femenino, en una proporción de 3:1 (fig. 1). Los niveles de afección predominantes en nuestros pacientes fueron los espacios C5-C6 y C6-C7, al hacer una sumatoria individual de todas las hernias discales (C5-C6=9 y C6-C7=9) (tabla 2). Como complicaciones inmediatas se presentó 1 paciente con una disfonía transitoria. En las posquirúrgicas tardías tuvimos 1 paciente con reabsorción del injerto. Nuestros resultados fueron satisfactorios en 14 pacientes, de éstos, 9 buenos y 5 regulares. Sólo 2 pacientes se evaluaron con resultados pobres. El 100 % de los pacientes entre los 30 y 39 años tuvieron resultados satisfactorios, entre los 40 y 49 años se presentó 1 de los evaluados de pobre (14,3 %) y el otro, entre 50 y 59 años (50 %) (tabla 1). Todos los pacientes del sexo masculino presentaron resultados satisfactorios (58,3 % buenos y 41,3 % regulares). Sin embargo, el 50 % de las mujeres tratadas quirúrgicamente con esta técnica tuvieron resultados pobres (fig. 1). Según el nivel operado (tabla 2), los resultados pobres se presentaron en el espacio C5-C6 (14,3 %) y en el 25 % de los pacientes afectados conjuntamente de los espacios C6-C7 y C7-T1. Del total de los 9 pacientes con buenos resultados el 44,5 % (4 pacientes) tenían menos de un año de evolución prequirúrgica, el 33,3 % (3 pacientes) entre 1 y 3 años, y el 22,2 % (2 pacientes) TABLA 1. Resultados según la edad Edad (años) Resultados 30-39 Pacientes % % 40-49 Pacientes Bueno Regular Pobre 3 3 - 50 50 - 4 2 1 Total 6 100 7 Porcentaje - Fuente: Historias clínicas. 37,5 - 57,1 28,6 14,3 100 43,8 % 50-59 Pacientes 60-69 Pacientes % Total Pacientes % 1 1 50 50 1 - 100 - 9 5 2 2 100 1 100 16 100 - 100 - 12,5 - 6,2 56,2 31,2 12,5 20 TABLA 2. Resultados según el nivel de la afección Nivel Resultados C5-C6 Pacientes % Bueno Regular Pobre 3 3 1 Total 7 Porcentaje - C6-C7 Pacientes % 42,8 42,8 14,3 100 43,7 2 1 - 66,7 33,3 - C5-C6 y C6-C7 Pacientes % C6-C7 y C7-T1 Pacientes % Total Pacientes % 2 - 100 - 2 1 1 50 25 25 9 5 2 100 4 100 16 100 - 25 - 100 3 100 2 - - 18,7 12,5 56,2 31,2 12,5 Fuente: Historias clínicas. 2 (50%) 44,5% 4 33,3% Bueno Pobre 56,3% 60% 22,2% 2 Bueno (n=9) < de 1 7 (58,3 %) 12,5% 100% 40% 2 2 2 (50%) Femenino 31,2% 3 3 0% 0% 0% 0 0 0 Regular (n=5) 1a3 Pobre (n=2) 4 a6 n=16 FIG. 2. Resultados según tiempo de evolución prequirúrgico. Bueno Regular 5 (41,7%) Masculino FIG. 1. Resultados según sexo. con 4 a 6 años de evolución. Los pacientes con resultados pobres estuvieron entre 4 y 6 años de evolución sintomática antes de operarse (fig. 2). Discusión Los discos cervicales herniados aparecen predominantemente en varones con una incidencia máxima en la tercera y cuarta décadas de la vida.1-5 Los pacientes de nuestra serie coinciden en cuanto a edad y sexo con lo planteado internacionalmente. El 95 % de las lesiones discales cervicales tienen lugar en el 5to. y 6to. espacios (C5-C6 y C6-C7).6-10 En nuestra casuística, aunque predomina la afección de estos niveles, el porcentaje es menor (82 %) y sin relación estadística entre la edad y los niveles de la afección (p > 0,05). Esta localización frecuente de la hernia discal cervical coincide con los lugares de movilidad máxima de dicha porción de la columna.1,11 El abordaje quirúrgico de la columna cervical por vía anterior que fue realizado en nuestros pacientes para llevar a cabo la artrodesis intersomática, tiene las ventajas siguientes:11 1. Se puede llegar al piso del conducto vertebral sin necesidad de replegar la médula espinal. 2. Se puede establecer la estabilidad de la columna si la cirugía o la enfermedad debilitaron los ligamentos de sostén. 3. Está reducida la exposición espinal y por lo tanto las posibilidades de dañar dicha estructura. 4. Los agujeros de las raíces nerviosas pueden abrirse mediante distracción de la vértebra y la fusión intersomática mantiene la altura del espacio intervertebral. 5. La colocación del paciente en posición y su preparación es menos complicada. 6. En la mayoría de los casos el posoperatorio puede ser menos doloroso; la deambulación y la movilidad comienzan más temprano. Las principales indicaciones12 para el tratamiento de la enfermedad discal son: 1. Fracaso del tratamiento conservador. 2. Déficit neurológico creciente. 3. Mielopatía cervical progresiva. En la mayoría de los pacientes la indicación está dada por la persistencia del dolor.12 Se empleó el injerto autólogo de hueso ilíaco según el método de Robinson y Smith,13 que brinda una mayor estabilidad de la columna cervical; la extracción del injerto es pequeña, lo que ocasiona al paciente mínimo de molestias y, por otra parte, disminuye la posibilidad de rechazo del organismo a dicho injerto. Además de practicar siempre la artrodesis intersomática se le colocó a todos los pacientes una inmovilización con minerva, que es la más apropiada porque logra una inmovilización más completa del cuello, permite las curaciones de las heridas con facilidad y le brinda más seguridad y sostén al cuello del paciente, lo que le permite deambular más rápidamente, venciendo así él mismo los temores del posoperatorio inmediato.3 No hubo que lamentar en nuestra estadística ningún accidente operatorio. Se presentó una alteración funcional transitoria de importancia causada por las maniobras operatorias: la lesión del nervio laríngeo inferior. Esta es la complicación más 21 temida por ser la más frecuente; en general el tono normal de la voz se recupera en pocos días.4 En 1 de nuestros pacientes se produjo la reabsorción del injerto. Esta complicación puede significar la reaparición de los síntomas de compresión radicular. La expulsión del injerto es la más temida de las complicaciones posoperatorias tardías, por lo menos a juzgar por los datos bibliográficos,6,8,14,15 lo que justifica en gran parte las precauciones y las medidas de inmovilización externa que habitualmente se aconsejan después de la intervención. En nuestra casuística no se presentó esta complicación. Las manifestaciones subjetivas que se pueden presentar en el posoperatorio (adormecimiento, calambres, dolor) por lo general desaparecen varias semanas después de la intervención.11 La técnica de fusión espinal cervical descrita por Robinson y Smith ha demostrado ser un tratamiento relativamente seguro y efectivo para pacientes con dolor en el cuello y en el brazo, refractarios a otros tratamientos provocados por enfermedad discal cervical.11 El 87,4 % de nuestros pacientes tuvo resultados satisfactorios; independientemente de la edad; es decir, que la edad no influye en los resultados que estamos dando (p > 0,05). De Palma, Rothman y otros11 indican 281 pacientes con resultados satisfactorios en el 92 % y otros autores tienen semejanzas con los resultados de éstos.5,8,9,13,14,16 Con respecto al sexo y los resultados finales, se han obtenido pobres resultados en las mujeres pues es frecuente encontrar en este sexo otras lesiones asociadas como causas de cervicobraquialgias, como el espasmo del escaleno anterior.10,15 Estudios en pacientes operados de hernia discal evidencian electrofisiológicamente el síndrome del túnel del carpo en algunos de éstos.17 En los pacientes de nuestra muestra el sexo influye significativamente en los resultados obtenidos (p < 0,05). En nuestra serie el nivel operado no influye en los resultados (p > 0,05). Las fusiones múltiples evolucionan tan bien como las fusiones en un solo nivel.11 No tenemos suficientes datos que hablen a favor de la evaluación del paciente en dependencia del nivel donde se realice la operación; pero en algunos estudios revisados pudimos notar que los resultados pobres pueden tener lugar en cualquier espacio.8,11,13,18 La historia natural del proceso patológico debe ser de conocimiento por el médico tratante que aconseja a su paciente la extirpación de un disco 22 cervical. En general aquellos individuos con protrusión aguda, con un fuerte componente de radiculitis y un déficit neurológico bien definido, responden bien a la descompresión de la raíz nerviosa. En los pacientes con degeneración discal crónica, con fuertes antecedentes de dolor y síntomas referidos en la extremidad superior sin signos de compresión radicular, la cirugía ofrece resultados menos seguros.11 Tomando como nivel de significación el 95 %, no existió relación estadística significativa entre los resultados y el tiempo de evolución prequirúrgica (p > 0,05); no obstante, para el 90 % de los pacientes existió dicha relación (p = 0,08). Con menos tiempo de evolución sintomática preoperatoria se obtuvieron mejores resultados. La degeneración discal que progresa con el tiempo seguida por un proceso reactivo con producción de osteofitos, cambios en las articulaciones de Lushka y cambios severos en las articulaciones apofisarias, tiene particular significación si reducen la luz de los agujeros intervertebrales comprimiendo su contenido, y así influyen negativamente en los resultados del tratamiento quirúrgico.11 Conclusiones 1. El sexo más afectado fue el masculino. 2. La hernia discal cervical se presentó con mayor frecuencia en adultos con edad laboral, entre los 30 y 49 años de edad. 3. Los niveles de afección más frecuentes se presentaron en los espacios C5-C6 y C6-C7. 4. Las complicaciones presentadas fueron la parálisis transitoria del nervio laríngeo inferior, y la reabsorción del injerto, en un paciente respectivamente. 5. Los mejores resultados se presentaron entre los 30 y 39 años y los pobres entre los 40 y 59 años. 6. Todos los pacientes del sexo masculino tuvieron resultados satisfactorios con esta técnica; no ocurrió igual en el femenino, en el que la mitad tuvo resultados pobres. 7. Los resultados evaluados como pobres se observaron en aquellos pacientes con un tiempo de evolución prequirúrgica entre 4 y 6 años. Summary It was conducted a retrospective study of the patients with cervical soft disc herniation surgically treated at the "Frank País" International Scientific Orthopedic Center, from January, 1985, to December, 1994, using the intersomatic arthrodesis technique by anterior approach and the autologous graft of the iliac crest by the Robinson-Smiths procedure. The most frequent levels of affection were observed in the C5-C6 and C6-C7 spaces. The best results were attained in patients aged 30-39, and the poor ones among those between 40 and 59 years old. All the males had satisfactory results with this technique, whereas half of the females had poor results. Those results evaluated as poor were found in patients with a presurgical evolution time from 4 to 6 years. Subject headings: INTERVERTEBRAL DISK DISPLACEMENT/ /surgery; ARTHRODESIS/methods. Résumé Une étude rétrospective des patients avec hernie cervicodiscaletraités chirurgicalement dans le Complexe scientifique orthopédique international "Frank País" au moyen de la technique darthrodèse intersomatique par voie antérieure, en utilisant le greffon autologue de crête iliaque à laide de la méthode de Robinson-Smith, a été réalisée depuis janvier 1985 jusqua décembre 1994. Les niveaux daffection plus fréquents ont été présentés dans les espaces C5-C6 et C6-C7. Les meilleurs résultats ont été constatés chez des patients âgés entre 30 et 39 ans, et les faibles, chez ceux dont leur âge oscillait entre 40 et 59 ans. Tous les patients du sexe masculin ont-atteint des résultats satisfaisants avec cette technique; alors quils ont été faibles en moitié des cas chez le sexe féminin. Les résultats évalués en tant que faibles ont été relévés chez des patients avec un délai dévolution pré-chirurgicale entre 4 et 6 ans. Mots clés: DEPLACEMENT DU DISQUE INTERVERTÉBRAL/ /chirurgie; ARTHRODÉSE/méthodes. Referencias Bibliográficas 1. Turek SL. Ortopedia: principios y aplicaciones. La Habana: Editorial Ciencia y Técnica, 1985;t2:883-939. (Edición Revolucionaria). 2. Epstein BS. Afecciones de la columna vertebral y de la médula espinal: estudio radiológico y clínico. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1983:671-9. 3. Álvarez Cambras R, Ceballos Mesa A, Murgadas Rodríguez R, Candebat Candebat R, Alemán López R, García Gutiérrez A, et al. Tratado de cirugía ortopédica y traumatológica. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1985;t2:188-217. 4. Lange M. Tratado de cirugía ortopédica. Barcelona: Labor, 1968:238-40. 5. Herkowitz HN, Kurz LT, Overholt DP. Sur gical management of cervical soft disc herniation: a comparison between the anterior and posterior approach. Spine 1990;15(10):1026-30. 6. Rosenom J. Anterior cervical discectomy with and without fusion: a prospective study. J Neurosurg 1983;59(2):252-5. 7. Ceballos Mesa A. Exéresis del disco intervertebral por vía anterior. Rev Cubana Cir 1976;15(2):287-98. 8 Brodke DS, Zdeblick TA. Modified Smith-Robinson procedure for anterior cervical discectomy and fusion. Spine 1992;17(10 Suppl):429-30. 9.Onimus M, Destrumelle N, Bangloff S. Surgical treatment of cervical soft disc herniation: anterior versus posterior approach. Rev Chir Orthop 1995;81(4):296-301. 10. Collazo Álvarez H, Miranda Rodríguez G, Pacheco de Cárdenas L, González Venegas F. Hernia discal cervical. Rev Cubana Ortop Traumatol 1992;6(2):115-9. 11. Rothman RH, Simeone FA. La columna vertebral. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 1985:471-532. 12.Crenshaw AH. Campbell: cirugía ortopédica. 8 ed. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 1988;t3:3226-36. 13.Parris, K. Anterior cervical fusion using vertical sulflocking graft. Cervical Orthop 1980;153-7. 14.Bastos Mora F. Dolor cervicobraquial: estudio clínico y terapéutica. Barcelona: JIMS, 1948:83-200. 23 15.Simmons JCH. Rotura de discos intervertebrales cervicales. En: Edmonson AS, Crenshaw AH. Campbell: cirugía ortopédica. 6 ed. La Habana: Editorial CientíficoTécnica, 1981;t3:2100-8. 16.Clements DH, OLeary PF. Anterior cervical discectomy and fusion. Spine 1990;15(10):1023-5. 17.Frith RW, Lichty WJ. Electrophysiologic abnormalities of peripheral nerves in patients with cervical radiculopathy (abstract). Muscle Nerve 1985;8:613. 18.Brodke DS, Zdeblick TA. Modified Smith-Robinson procedure for anterior cervical discectomy and fusion. Spine 1992;17(10 Suppl):418-26. Recibido: 20 de abril de 1998. Aprobado: 5 de mayo de 1998. Dra. Hilda Elena Roche Egües. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" , Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa. Ciudad de La Habana, Cuba. 24 HOSPITAL PEDIÁTRICO DOCENTE "JUAN MANUEL MÁRQUEZ". CIUDAD DE LA HABANA Ciatalgia nocturna: osteoma osteoide del sacro DR. JOSÉ A. LUTFI ORANTES,1 DR. ALBERTO IBIETATORREMENDÍA BASTERRECHEA, 2 DR. RAÚL LORIÉ GONZÁLEZ2 Y DRA. MARITZA GARCÍA TORRES 3 Lutfi Orantes JA, Ibietatorremendía Basterrechea A, Lorié González R, García Torres M. Ciatalgia nocturna: osteoma osteoide del sacro. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):24-7. Resumen Se presenta una paciente de 10 años de edad con ciatalgia nocturna del miembro inferior, a la que se le diagnosticó un osteoma osteoide del sacro, después de realizarle estudios complementarios como tomografía axial computadorizada (TAC), gammagrafía y rayos X de columna lumbosacra. Con la exéresis de la lesión se logró la desaparición de los síntomas y la curación de la paciente. Descriptores DeCS: OSTEOMA OSTEOIDE/diagnóstico; SACRO/cirugía; LUMBALGIA. En 1935 Jaffe1 describió por primera vez el osteoma osteoide (00), pero su localización en el sacro ha sido poco reseñada en la literatura.2-6 Cameron fue el primero en publicarlo en 1954 2 y posteriormente en 1986, Campanacci y otros estudian y publican una serie de pacientes portadores de 00 en el sacro, así como también García Alonso y otros en 1989.4 Nosotros presentamos una inusual ciatalgia nocturna del miembro inferior izquierdo, en una niña, provocada por la compresión del tumor sobre la raíz S1. Presentación clínica Se trata de una paciente de 10 años de edad, blanca, con historia de buena salud y que desde hace 4 meses comienza con dolor en el miembro inferior izquierdo que aparece a media noche en forma de ciatalgia y que sólo logra el alivio con el uso de aspirina y no de otro analgésico. Se mantiene indolora y realiza las actividades propias de su edad durante el resto del día. 1 2 3 Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista de I Grado en Neurocirugía Pediátrica. Al examen físico, como datos positivos encontramos: a la inspección, discreta atrofia de la musculatura del muslo izquierdo, limitación de la flexión del tronco y dolor a la palpación de la región lumbosacra, Lassegue positivo en el miembro inferior izquierdo a los 30 ° y contralateral positivo a los 60 °, reflejos aquiliano y medio plantar discretamente disminuidos en el miembro inferior izquierdo. Se indican exámenes complementarios como: rayos X de la columna lumbosacra, TAC de la región lumbosacra, gammagrafía ósea y exámenes de sangre; éstos aportan en los rayos X anomalía no precisada del arco posterior de S2; en la TAC se observa en el arco posterior de S2 aumento del grosor al nivel del izquierdo con área osteolítica (nicho) de éste. La gammagrafía nos muestra un marcado acúmulo del radiofármaco en la zona del arco posterior de S2; todos los exámenes hematológicos son normales (figs. 1, 1a y 2). Nos planteamos un osteoma osteoide del arco posterior de S2 que comprime la raíz de S1. Se realiza el acto quirúrgico con exéresis en bloque de la lesión tumoral en el hemiarco izquierdo de S2. Municipio de Salud. La Lisa. Ciudad de La Habana. 25 FIGS. 1 Y 1A. Rayos X de columna lumbosacra en vistas anteroposteriores donde se aprecia la alteración del arco posterior del sacro izquierdo. FIG.2.Tomografía axial computadorizada (TAC) del sacro donde se observa la presencia del osteoma osteoide del lado izquierdo en el arco posterior El informe anatomopatológico confirma la total escisión de la lesión (nicho), lo que ratifica el diagnóstico de osteoma osteoide. La paciente se ha mantenido asintomática y con buena evolución desde el posoperatorio inmediato y durante los 3 meses posteriores. Discusión En la consideración de esta paciente debemos señalar que la forma de inicio de una ciática como síntoma doloroso hizo sospechar al médico que la consultó por primera vez, en el posible tumor intrarraquídeo de origen intra o extradural, por lo que se le realizó una mielografía, la cual fue normal, así como estudios electromiográficos. Fue dada de alta con tratamiento sintomático, pero a pesar de esto la paciente continúa con dolor y es traída a nuestra consulta, donde se llegó al diagnóstico, tomando en consideración el dato del dolor nocturno y el alivio con el uso de la aspirina. Sin embargo, debemos señalar que la ciática es producto de la compresión del tumor sobre la raíz S1, objetivamente 26 FIG. 3. TAC posoperatoria demostrativa de la resección quirúrgica del tumor. demostrado en el acto quirúrgico, a pesar de la negatividad mielográfica.7-13 La TAC de la zona y la gammagrafía ósea indicadas confirmaron el diagnóstico y por supuesto, la información histológica del tumor, así como la presencia total del nicho en la pieza extirpada (fig. 3). En nuestra experiencia el 00 es un tumor frecuente de la infancia y ante síntomas tales como dolor y cojera sin antecedentes traumáticos, infecciosos o de otra causa en los niños, debemos pensar en él como posible diagnóstico. ostéome ostéoïde du sacrum, après lui avoir pratiqué des tests complémentaires tels que la tomographie axiale computérisée (TAC), une gammagraphie et desrayons X de la colonne lombo-sacrée, est présentée. La suppression des symptômes et la guerison de la patiente ont été obtenues par exérèse de la lésion. Summary 1. Jaffe HL. Osteoid osteoma: a bening osteoblastic tumor composed of osteoid and atypical bone. Arch Surg 1935;31:709-17. 2. Cameron BM, Fried LF. Osteoid osteoma of the sacrum. J Bone Joint Surg 1954;36-A:876-81. 3. Capanna R, Ayala A, Bertoni F. Sacral osteoid osteoma and osteoblastoma: a report on 13 cases. Arch Orthop Trauma Surg 1986;105:205-13. 4. García Alonso M, Palacios Cabezas J, Delgado L. Osteoma osteoide del sacro: a propósito de un caso. Rev Cubana Ortop Traumatol 1989;33-IB:195-9. 5. Pattine KA, Klassen RA. Osteoide osteoma and osteoblastoma of the spine. J Bone Joint Surg 1986;68-A:354-62. 6. Swee RG, Mc Leod RA, Beabout JW. Osteoide osteoma. Diagn Radiol 1979;130:117-29. 7. Gitelis S, Schajwicz F. Osteoid osteoma and osteoblastoma. Orthop Clin North Am 1989;20:31321. The case of a ten-year-old patient with night sciatica of the lower limb that diagnosed an osteoid osteoma of the sacrum after undergoing some complementary tests, such as CAT, scientigraphy and X-ray of the lumbosacral spine, is presented. The symptoms dissapeared and the patient healed with the exeresis of the injury. Subject headings: OSTEOMA, OSTEOID/diagnosis; SACRUM/surgery; BACKACHE. Résumé Une patiente âgée de 10 ans atteinte dune sciatalgie nocturne du membre inférieur, dont le diagnostic a été un Mots clés: OSTÉOME OSTÉOÏDE/diagnostic; SACRUM/ chirurgie; LOMBALGIE. Referencias Bibliográficas 8. Greenfield GB. Radiology of bone diseases. Philadelphia: Lippincott, 1986:618-54. 9. Healy JH, Ghelman B. Osteoid osteoma and osteoblastoma: current concepts and recent advances. Clin Orthop 1986;204:77-85. 10. Keim HA, Reina EG. Osteoid osteoma as cause of scoliosis. J Bone Joint Surg 1975;57-A:159-63. 11. Papanicolau N, Treves S. Bone scintigraphy in the preoperative evaluation of osteoma and osteoblastoma of the spine. Ann Radiol 1984;27:104-10. 27 12.Sim FH, Dahlin DC, Beabout JW. Osteoid osteoma: diagnostic problems. J Bone Joint Surg 1975;57A:154-9. 13.Wilner D. Radiology of the bone tumors and allied disorders. Philadelphia: Saunders, 1982;144-253. Recibido: 1 de octubre de 1997. Aprobado: 12 de diciembre de 1997. Dr. José A. Lutfi Orantes. 54 # 24315. Punta Brava, municipio La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 28 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Diagnóstico y tratamiento de la parálisis braquial obstétrica DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,1 DR. NELSON CABRERA VILTRES,2 DR. JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ-TRIANA ORUE,3 DR. ALFREDO NAVARRO GONZÁLEZ,4 DR. ANTONIO CASTRO SOTO DEL VALLE,5 DR. RICARDO TARRAGONA REINOSO5 Y DR. RAÚL HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ4 Marrero Riverón LO, Cabrera Viltres N, Rodríguez-Triana Orue JA, Navarro González A, Castro Soto del Valle A, Tarragona Reinoso R, Hernández Gutiérrez R. Diagnóstico y tratamiento de la parálisis braquial obstétrica. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):28-39. Resumen Se realizó una revisión bibliográfica sobre diversos aspectos de las parálisis braquiales obstétricas. Se expresan criterios de diagnóstico y se exponen opciones de tratamiento. Descriptores DeCS: PARALISIS OBSTETRICA/ etiología; PLEXO BRAQUIAL/ lesiones. Las parálisis braquiales obstétricas (PBO), dentro de las lesiones traumáticas del plexo braquial, presentan peculiaridades: se producen en el momento del nacimiento, tienen mayores posibilidades de recuperación y poseen mejor pronóstico que las lesiones del adulto. La primera descripción de una PBO fue hecha pos Smillie en 1768,1,2 pero hubo que esperar más de un siglo para que fuera planteada la tracción del miembro superior como causa de esta afección (Duchenne, 1872).1,2 Dos años después, Erb describe una parálisis similar en el adulto y sugiere que la produce la tracción o compresión de C5 y C6.1,2 En 1877 Seeligmüller2 describe por primera vez una lesión total del plexo braquial y en 1885, Klumpke describe clínicamente la parálisis de las raíces inferiores del plexo braquial.2 1 2 3 4 5 Concepto La parálisis braquial obstétrica ocurre por una lesión mecánica del plexo braquial, que tiene lugar en el momento del nacimiento. Su cuadro clínico depende de las raíces nerviosas que resulten lesionadas y de la extensión del traumatismo. Este concepto incluye varios aspectos importantes: 1. Se produce un déficit sensitivo-motor, es una parálisis. 2. Se debe a una lesión mecánica: la tracción del plexo braquial. 3. Sólo se produce en el momento del parto, fuera de este contexto no se considera una PBO. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Departamento de Medicina Nuclear. Complejo Científico Ortopédico Internacional " Frank País". Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Servicio de Miembro Superior y Microcirugía. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" . Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Servicio de Ortopedia del Hospital Pediátrico Docente "Juan Manuel Márquez" . Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Hospital Clinicoquirúrgico " Hermanos Ameijeiras". Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" . 4. Pueden lesionarse desde una hasta la totalidad de las raíces del plexo braquial. 5. Las lesiones pueden ser desde parciales (neuropraxia) hasta totales (neurotmesis). 29 bien al flexionar y lateralizar la cabeza y el cuello, cuando el hombro está detenido por detrás de la sínfisis del pubis (en la presentación cefálica), o al hacer tracción hacia un lado del tronco y el cuello del niño mientras la cabeza queda fija detrás del estrecho óseo (en la presentación pelviana) (fig. 2). Epidemiología – Incidencia: Tiende a disminuir en los últimos años,3 sobre todo por el empleo de mejores prácticas obstétricas. – Presentación: La pelviana tiene 5 veces más riesgo de PBO.4 – Es rara en niños que nacen sin ayuda artificial. – Peso al nacer: Macrosómicos (superior a los 4 000 g);3 en general, 1 000 g por encima de la media. – Generalmente es unilateral, bilateral sólo en el 5 % de los casos.2,5,6 – Miembro afecto: El miembro superior derecho es el más afectado, producto de ser más frecuente la presentación occípito ilíaca izquierda anterior. La lateralidad de la lesión depende de la rotación de la cabeza a través del canal del parto.2 – Tipo: El tipo de lesión varía según la presentación. El superior (C5-C6) es el más frecuente, en proporción de 4:1.2,4,7 A B F FIG. 1. Lesiones del plexo braquial. A) Ruptura de la raíz nerviosa; B) Avulsión de la raíz nerviosa. N: Neurona. F: Foramen Control semántico – Ruptura de la raíz nerviosa: Lesión de ésta más allá del agujero neural (fig. 1). – Avulsión de la raíz nerviosa: Arrancamiento de la raíz de su punto de origen en la médula espinal (fig. 1). – Lesión en continuidad: Aquélla en la que se mantiene la integridad anatómica nerviosa con pérdida de su función. Es sinónimo de elongación de la raíz nerviosa. – Lesión preganglionar: Aquélla que se produce antes del ganglio dorsal: es una lesión intraespinal.8-10 – Lesión posganglionar: La que se produce distal al ganglio dorsal.8-10 Mecanismo de producción11 Durante el parto se produce un ensanchamiento forzado del intervalo entre la cabeza y el hombro; Factores contribuyentes 3,11 Parto instrumentado (uso de fórceps o espátulas). Distocia de hombros. Parto prolongado. Contractura de los músculos pélvicos maternos. Relajación de los músculos del feto, debido al uso de anestesia profunda (explica la aparición de PBO en niños nacidos por cesáreas). – Exceso de volumen del feto. – Presentación pelviana, sobre todo en prematuros, donde no es tan importante el peso al nacer. – – – – – Clasificación Según la intensidad del daño – Neuropraxia. – Axonotmesis. – Neurotmesis. 30 A B FIG. 2. Mecanismo de producción de las parálisis braquiales obstétricas. A) Parto en presentación pelviana. B) Parto en presentación cefálica. Según los componentes del plexo braquial lesionados Poco después del nacimiento: – Tipo brazo superior o Duchenne-Erb: lesión de C5C6 y ocasionalmente de C7. – Tipo tronco radicular medio: lesión aislada de C7. – Tipo brazo inferior o Dejerine-Klumpke: lesión de C8-T1. – Tipo brazo total: lesión de C5-C6-C7-C8 y T1. – – – – Según el nivel funcional de la lesión – Lesión preganglionar (fig. 3). – Lesión posganglionar (fig. 3). Cuadro clínico El grado de lesión es variable, rango que va desde las parálisis intrascendentes (sólo duran pocos días) hasta aquéllas causantes de incapacidad permanente; y por otra parte, desde la afección de una sola raíz hasta la lesión de la totalidad del plexo braquial.1 Tipo brazo superior2,11 Están paralizados: – Deltoides. – Supra e infraespinoso. – Redondo menor. – Bíceps braquial. – Coracobraquial. – Supinador corto y largo. El miembro afecto pende a lo largo del cuerpo. Ausencia del reflejo del moro. Incapacidad de abducir el brazo. Antebrazo en pronación y codo en extensión o en ligera flexión. Varios días después del nacimiento: – Tumefacción en la región deltoidea, la fosa infraclavicular o en ambas por inflamación y hemorragia. – El niño reacciona adversamente cuando se le mueve el brazo, por la neuritis. – Lesión del nervio frénico; el paciente puede presentar respiración rápida, cianosis y frecuentes infecciones respiratorias. – Dedos y manos con movimientos normales. Es una mano sana en un miembro superior inerte. En el niño mayor los signos son los de la deformidad residual, en dependencia del desequilibrio muscular y de las deformidades óseas (figs. 4 y 5). – – – – – – – – Acortamiento del miembro afecto. Atrofia muscular. Hombro en aducción y rotación interna. Subluxación posterior del hombro. Limitación de la abducción del hombro. Pérdida del ritmo escápulo-humeral. Codo en abducción parcial y extensión. Pliegue del codo hacia adentro y la mano hacia atrás. 31 A B FIG. 3. Nivel funcional de las lesiones plexuales. A) Lesión preganglionar. B) Lesión posganglionar. 32 – Arqueamiento del cúbito. – Luxación de la cabeza del radio. – Antebrazo pronado o supinado. – Ausencia de los reflejos bicipital y radial. – Anestesia en la región deltoidea y disminución de la sensibilidad en la cara lateral del brazo y el antebrazo. Tipo tronco radicular medio Es una lesión extremadamente rara, en la que producto de una lesión aislada de C7, se paralizan los músculos inervados por el nervio radial, con excepción del supinador largo. Tipo brazo inferior Infrecuente lesión en la que inicialmente existe parálisis de todo el miembro superior, seguida de una rápida recuperación, quedando paralizados los músculos inervados por C8 y T1 y los elementos de la cadena simpática cervical (fig. 6): Flexores del carpo. Flexores largos de los dedos. Intrínsecos de la mano. Ausencia temprana del reflejo de prensión. Atrofia de las eminencias tenar e hipotenar. Mano en garra por parálisis de los intrínsecos. Es frecuente el síndrome de Claude-Bernard-Horner: miosis, enoftalmos y ptosis palpebral, que indica una avulsión de T1, pues el aporte simpático al ojo transcurre a través de dicha raíz.3 – La sensibilidad suele ser normal. – – – – – – – FIG. 4. Lesión del tronco radicular superior del miembro superior izquierdo. Tipo brazo total – Parálisis sensitivo motora de toda la extremidad, producto de una lesión total del plexo braquial. – Miembro completamente péndulo e insensible que no se presta, al menos, para tratamiento quirúrgico directo. Lesiones asociadas FIG. 5. Lesión del tronco radicular superior del miembro superior izquierdo. Se observa acortamiento, semiflexión del codo y escápula alada del lado afecto. – Fractura de la clavícula (fig. 7). – Epifisiólisis, fractura de la extremidad proximal del húmero o de su diáfisis. – Fractura de la escápula. – Fracturas costales. – Fracturas de apófisis transversas cervicales. – Cefalohematoma. – Parálisis facial. – Hemorragia intracraneal y hematomielia. – Lesión del nervio frénico. – Luxación congénita de la cadera. Vaina: 33 – Hemorragia y edema. – Tejido cicatrizal. – En ocasiones desaparece. Raíz: – Edema. – Discreta hemorragia intraneural. – Pequeños desgarros de fibras. Anomalías óseas: FIG. 6. Lesión tipo brazo inferior. Estas lesiones pueden presentarse aisladas o combinadas, en dependencia de la intensidad de la fuerza traumatizante. Anatomía patológica La lesión se localiza, generalmente, junto al punto de salida de las raíces de la columna vertebral, o en algunos casos en el interior del nervio (lesión en continuidad). – Cabeza humeral: subluxada en sentido posterior, osificación epifisaria retardada o irregular. – Cavidad glenoidea: erosión del reborde glenoideo. – Acromion: ensanchado; crece hacia abajo, adelante y afuera. – Coracoides: gruesa y alargada. – Escápula: elevada y rotada hacia afuera. – Radio: luxación posterior de la cabeza. – Cúbito: incurvado en sentido posterior. Estudios complementarios Tienen como objetivos determinar el sitio anatómico de la lesión;8,12 conocer el grado de severidad del daño;8,12,13 determinar las posibilidades de cirugía8 y establecer el pronóstico.8 Imagenológicos – Radiografías simples de columna cervical, hombro, tórax y brazo. – Mielografía cervical: se menciona para condenarla en el niño. – Tomografía axial computadorizada. – Resonancia magnética nuclear. Estos dos últimos estudios son bastante específicos, pues ofrecen información sobre el tipo de afección presente, delineándose perfectamente los vasos sanguíneos y los nervios.14 No obstante se necesita de mayor experiencia en las PBO. Neurofisiológicos FIG. 7. Fractura de la clavícula en un neonato con parálisis braquial obstétrica. Dependen de la técnica empleada, el equipamiento y la habilidad del explorador, se incluyen:9,15 34 – Velocidades de conducción nerviosa motora y sensitiva. – Electromiografía (EMG). – Potenciales evocados somatosensoriales (PESS). Se deben realizar antes, durante y después de la operación quirúrgica, pues permiten determinar:9 1. El nivel funcional de la lesión. 2. El número de raíces lesionadas. 3. La severidad del daño. 4. Los signos de reinervación. No obstante, el criterio más importante continúa siendo la exploración clínica. Tratamiento conservador Constituye la primera etapa del tratamiento de las PBO. La meta es evitar las contracturas de las articulaciones afectadas mediante la conservación de todo el arco de movimiento pasivo,10,11,16 pues si se recupera la función neurológica, los músculos reinervados necesitan articulaciones funcionales y si no se recupera, la prevención de las contracturas permitiría una mayor amplitud en la elección de los procederes reconstructivos. En la actualidad sólo se utilizan las férulas correctoras de las deformidades en pronación o en supinación del antebrazo. Las férulas para el hombro se mencionan sólo para condenar su uso. Durante las primeras 3 semanas del posoperatorio está indicada una férula con el hombro en abducción. Estimulación eléctrica Representa, de todas las posibilidades, la propiamente fisiológica. Debe ser racional no abusible. Se combina la galvanización con la impulsoterapia. Sus objetivos son: – Evitar la atrofia muscular. – Mejorar la irrigación sanguínea. – Estimular la regeneración. Si tenemos en cuenta que la mayoría de las PBO son ligeras o moderadas, pues sólo el 25 % llegan a presentar algún déficit intenso17 y que la gran mayoría de las PBO se recupera espontáneamente2-4,10,17 cabría preguntarnos: – – – – ¿Cuándo operar?, ¿A qué edad? ¿Cuáles pacientes deben ser operados? ¿Qué tipo de cirugía debe realizarse? ¿Qué esperar de la cirugía? Ejercicios Se comienzan inmediatamente después de diagnosticada la PBO. Son realizados por los padres durante los cambios de pañales y supervisados por el fisiatra 2 ó 3 veces al mes.17 Se realizan masajes y ejercicios pasivos, activando todas las articulaciones del miembro superior en su arco completo de movimiento y por medio de técnicas de estimulación se practican ejercicios activos guiados para desarrollar los patrones cerebrales normales. Tratamiento quirúrgico Férulas Criterios quirúrgicos Antiguamente, en el cunero, se inmovilizaba el brazo en abducción y rotación externa con el auxilio de un pañal, pero al levantar al niño se puede luxar el hombro. También se utilizaba la inmovilización en "Estatua de la Libertad", pero provocaba contractura en abducción del hombro, luxación posterior de la cabeza humeral y curvatura del cúbito con luxación posterior de la cabeza radial. Los mejores músculos para examinar en las parálisis tipo brazo superior, son los abductores/ /rotadores externos del hombro (inervados por C5) y los flexores del codo (inervados por C6). La presencia de función motora en ellos a los 3 meses de edad, indica la existencia de un aceptable potencial de recuperación y por tanto no se debe operar. En 1903 se realiza la primera reparación quirúrgica de una ruptura extraforaminal de C5C6.2,18 Sharpe, en 1916, reporta el 30 % de "buenos" resultados al realizar ablación del neuroma y sutura nerviosa.2 Pero no es hasta la década del 60 en que el inicio de la era microquirúrgica causa una revolución en el tratamiento de las PBO. La cirugía directa debe considerarse si a los 3 meses de edad no hay evidencias de recuperación motora del deltoides y del bíceps,7 o sea, si no existe contracción palpable de éstos.1,2,16,19 Las parálisis tipo brazo inferior presentan criterios quirúrgicos más oscuros, aunque se logra buena recuperación al aplicar los procederes reconstructivos. Cirugía directa Comprende las técnicas quirúrgicas en las que se reparan los elementos del plexo braquial. Incluye: 1. Neurólisis. 2. Neurorrafias. 3. Injertos nerviosos. 4. Neurotizaciones. La neurólisis es útil para remover las fibrosis cicatrizales y como paso previo a la realización de otros procederes.20,21 Debe reservarse para los casos que posean una adecuada conducción nerviosa a través del neuroma.2 La neurorrafia terminoterminal sólo es posible si no existe pérdida de tejido nervioso o cuando la distancia entre los extremos nerviosos permite su coaptación sin tensión.18,22 El injerto nervioso 22,23 está indicado para restaurar la continuidad nerviosa cuando la distancia entre los extremos no permite la coaptación directa; cuando la neurorrafia terminoterminal no está libre de tensión, y para unir el nervio donante con el cabo distal en las neurotizaciones. La neurotización o transferencia nerviosa es la única posibilidad de lograr la reinervación cuando existe avulsión de una raíz nerviosa. Neurotización equivale a reinervación. En ella un nervio donante, generalmente vecino, es separado de su territorio y su cabo proximal se conecta directamente, o por medio de un injerto, a la porción distal del nervio lesionado.18,24,25 Se produce el crecimiento de las fibras nerviosas desde el nervio transferido hacia los elementos denervados, se establece contacto entre estos últimos y las neuronas que formalmente comandaban otros territorios y que ahora asumen una nueva especificidad de órgano.24 La neurotización, usualmente, constituye una oportunidad para retornar la función a un solo grupo muscular, por lo que algunos autores3,24,26 emplean 35 varias neurotizaciones de forma simultánea cuando se han avulsionado múltiples raíces. Las neurotizaciones más usadas son: – Nervios intercostales al musculocutáneo. – Nervio espinal accesorio (XI par craneal) al supraescapular o al musculocutáneo. – Nervios intercostales al circunflejo. El nervio frénico, muy utilizado en el adulto, no se emplea en los niños menores de 1 año de edad. La sensibilidad sólo puede ser restaurada por reparación neurológica y la función que por este método se logra es superior a la obtenida por reconstrucción periférica, de ahí la importancia de efectuar la cirugía directa del plexo braquial, pues "una mano sin sensibilidad es una mano sin función".27 La recuperación suele comenzar entre los 7 y 9 meses después de realizada la cirugía directa y generalmente, el bíceps braquial y el deltoides se recuperan mejor que los rotadores externos; pero, la cirugía directa es sólo una parte del tratamiento. Si a los 2 a 3 años después de realizada no se han obtenido resultados motores útiles, comienzan a aplicarse los procederes reconstructivos.20,22 Procederes reconstructivos Son las técnicas quirúrgicas de partes blandas u óseas mediante las cuales se intenta sustituir las funciones perdidas producto de la lesión del plexo braquial. Incluyen: 1. Transferencias musculares. 2. Tenodesis. 3. Osteotomías. 4. Artrodesis. Los objetivos de estos procederes reconstructivos son restaurar el equilibrio muscular, liberar las contracturas y eliminar las deformidades. Zancolli11 clasifica las deformidades residuales en las PBO de la siguiente forma: 1. Mitad superior del brazo: afecta predominantemente al hombro y, a veces, al codo y al antebrazo (34,2 %). 2. Mitad inferior del brazo: siempre hay afección de la mano, con grado variable de parálisis de antebrazo, codo y hombro (65,1 %). 36 3. Parálisis fláccida de todo el brazo: afecta todos los músculos del miembro superior (0,7 %). En los 2 primeros casos existe contractura muscular o deformidades articulares; al contrario del último, en que sólo el trapecio "mueve" el brazo. Según las deformidades residuales se realizan los procederes reconstructivos siguientes: 1. Deformidad en rotación interna y aducción del hombro: limitada la abducción y la rotación externa. a) Hombro con reducción concéntrica, sin luxación, sin contracturas y con redondo mayor-dorsal ancho fuertes. Es la más común de las deformidades residuales en las PBO. Existe: – Debilidad de los abductores y rotadores externos: supra e infraespinosos, redondo menor y porción posterior del deltoides. – Normales o contracturados: subescapular, pectoral mayor y menor, dorsal ancho y redondo mayor. – Contracturados: bíceps y toracobraquial. Técnicas quirúrgicas (opciones): 10,11,28,29 – Transferencia del dorsal ancho y redondo mayor al manguito de los rotadores. – Técnica de Fairbank. – Técnica de Sever. – Técnica de LEpiscopo. – Técnica de Zachari. – Técnica de Zancolli. Pueden combinarse con la ablación de la coracoides larga y curvada y de la porción lateral del acromion. La transferencia del dorsal ancho y el redondo mayor es la preferida, porque con ella se puede preservar la rotación externa, fortalecer el manguito y estabilizar la articulación glenohumeral.10 Metas: – Llevar la mano a la boca, el cuello y la cabeza. – Mejorar la postura del tronco, pues la contractura en aducción del hombro agrava la lordosis lumbar. b) Hombro inestable luxado o subluxado, retrotorsión humeral, deformidad fija y redondo mayor-dorsal ancho débiles: Técnica quirúrgica recomendada: – – – – Osteotomía rotacional del húmero (proximal). No cambia la incongruencia articular. No reduce la articulación luxada. Mejora la postura y la función del miembro al ampliar el arco de abducción-rotación externa. 2. Deformidad en abducción y rotación externa del hombro: está limitada la aducción y la rotación interna del hombro; se produce por fibrosis de los abductores y rotadores externos (muy frecuente cuando se colocaban férulas en posición de "Estatua de la Libertad"). a) Articulación congruente o con subluxación mínima: – Técnica de Zancolli: elongación de los rotadores externos (supra e infraespinosos y redondo menor). b) Articulación incongruente y deformada: – Osteotomía rotacional interna de la porción proximal del húmero. 3. Deformidad en abducción pura del hombro: se produce por la contractura aislada del supraespinoso. – Elongación en Z del supraespinoso contracturado. 4. Luxación posterior de la cabeza humeral. – Capsuloplastia posterior y transferencia del fascículo largo del tríceps al acromion y a la espina de la escápula. – Técnica de Moore, si el niño es mayor de 8 años de edad. La artrodesis del hombro debe reservarse para: – Niños mayores de 12 años de edad.10,30 – Pacientes con deltoides paralizado y músculos paraescapulares funcionantes.30 5. Imposibilidad para la flexión del codo. Se produce por: a) Hiperacción de los flexores: bíceps braquial y braquial anterior. b) Abducción del hombro limitada. c) Deformidades óseas (del olécranon y de la coronoides). Técnicas quirúrgicas (opciones):10,11,31-33 – Flexorplastia de Steindler (modificada). – Transferencia del tríceps al bíceps. – Técnica de Clarck: transferencia del pectoral mayor. – Técnica de Bunnell: transferencia del esternocleidomastoideo. 37 8. Contractura en supinación del antebrazo: es muy frecuente en las parálisis totales; existen supinadores potentes con pronadores débiles o paralizados; al paciente le es imposible comer, vestirse y escribir. Se comienza con fisioterapia y férulas, tratando de lograr la pronación completa del antebrazo. La transferencia del pectoral mayor en las PBO debe limitarse, pues es antiestética. Si bien la transferencia del dorsal ancho permite lograr una potente flexión del codo, es preferible su uso como transferencia para los rotadores externos del hombro, debido a que la mayoría de los niños presentan parálisis del hombro y del codo simultáneamente. Técnicas quirúrgicas recomendadas: 6. Luxación posterior de la cabeza del radio: generalmente se produce por desequilibrio muscular (tríceps braquial potente con bíceps braquial y braquial anterior débiles) o por el inadecuado uso de férulas. – Técnica de Riordan. – Técnica de Brand. – Técnica de Littler. Técnicas quirúrgicas – Acortamiento del radio. – Exéresis de la cabeza radial, al final del crecimiento, cuando se estableció la deformidad "en clava". – Técnica de Zancolli: reorientación del bíceps braquial. 9. Restauración de la oposición del pulgar. Técnicas quirúrgicas (opciones): 10. Restauración de la abducción del pulgar. Técnica de Boyes. Transferencia del exterior corto del pulgar al cubital posterior. 11. Restauración del índice. Técnica de Phalen 7. Contractura en pronación del antebrazo: se debe a la existencia de unos pronadores potentes y unos supinadores débiles o paralizados. 12. Parálisis de los músculos de la eminencia tenar. Su tratamiento comienza con la aplicación de fisioterapia y férulas nocturnas, intentando llevar el antebrazo a la supinación completa. El tratamiento quirúrgico debe reservarse para niños mayores de 4 años. La artrodesis de la muñeca debe reservarse para casos de fallos de técnicas menos limitantes y para pacientes adultos. Las amputaciones nunca deben efectuarse en los niños, pues pierden la imagen cortical de la extremidad.10 Bloqueo óseo intermetacarpiano. Técnicas quirúrgicas (opciones): – Elongación del pronador redondo y transferencia del cubital anterior a: – Porción distal del radio (si los dorsiflexores del carpo son potentes). – Segundo radial externo (si los dorsiflexores del carpo son débiles). – Osteotomía radial en el sitio de inserción del pronador redondo: si existe bloqueo óseo de la rotación. Pronóstico El pronóstico de recuperación es multifactorial, depende de: – Edad en el momento de la operación. – Raíces afectadas (superiores o inferiores). – Tipo de lesión (ruptura o avulsión, pre o posganglionar). – Nivel funcional de la lesión. 38 El número de pacientes que se recuperan ha aumentado considerablemente en los últimos años, a causa de: Introducción de nuevas técnicas quirúrgicas. Operación temprana. Técnicas anestésicas más depuradas. Mejores prácticas obstétricas: Identificación temprana de fetos de gran peso. Inducción del parto en edades gestacionales tempranas. – Detección, por ultrasonido, de posiciones anómalas. – Nacimiento por cesáreas cuando existe alta posibilidad de parto traumático. – – – – – – A pesar de lo alentador del tratamiento actual de las PBO, recordemos que operar una PBO es:10 – Una decisión compleja. – Un desafío interesante. – Un proceder difícil, muy largo y riesgoso. – Una experiencia sin igual para el paciente. Summary A bibliographic review on the different aspects of obstetric brachial paralysis is made. Diagnostic criteria and treatment options are also approached. Subject headings: PARALYSIS, OBSTETRIC/etiology; BRACHIAL, PLEXUS/injuries. Résumé Une mise en revue bibliographique sur des aspects divers des paralysies brachiales obstétricales a été effectuées. Des critères de diagnostic sont exprimés et des options de traitement sont exposées. Mots clés: PARALYSIE OBSTÉTRICALE/PLEXUS BRACHIAL/ lésions. Referencias Bibliográficas 1. Boome RS, Kaye JC. 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La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 40 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Diagnóstico y pronóstico electromiográfico durante la rehabilitación de las lesiones del nervio radial DR. DHIA DDIN R. SERHEED1 Y DR. REMBERTO MARTÍNEZ SUÁREZ2 R. Serheed Dhia Ddin, Martínez Suárez R. Diagnóstico y pronóstico electromiográfico durante la rehabilitación de las lesiones del nervio radial. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):40-6. Resumen Se realizó un estudio prospectivo en 14 pacientes con lesión del nervio radial, los cuales fueron estudiados clínica y electromiográficamente durante los primeros 4 meses, con evoluciones a los 6 y 8 meses de tratamiento rehabilitador. Se encontró correlación entre los hallazgos clínicos y los electromiográficos, no así entre el seguimiento clínico y los resultados de la conducción nerviosa. Se obtuvieron mejores resultados en aquellos pacientes que iniciaron el tratamiento precozmente, sobre todo si existió una adecuada cooperación de éstos. Descriptores DeCS: NERVIO RADIAL/lesiones; ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFERICO/ / rehabilitación; ELECTROMIOGRAFIA. Las lesiones del nervio radial representan el 70 % de las lesiones de nervios periféricos en la extremidad superior y ocupan el segundo lugar después de las lesiones del plexo braquial.1,2 La mayoría de las lesiones de este nervio son producidas por fracturas del húmero en sus tercios medio y superior, además de las heridas por armas de fuego y laceraciones del brazo y de la porción proximal del antebrazo.1,3,4 La electromiografía es el método más importante en la evaluación de las lesiones de los nervios periféricos, pues brinda datos de importancia en relación con el diagnóstico y evolución de estas lesiones.5-9 En el presente trabajo nos propusimos realizar un seguimiento clínico-electromiográfico de las lesiones del nervio radial tratadas mediante indicaciones de rehabilitación tradicional. 1 2 Métodos Se estudiaron de forma completa 14 pacientes con lesiones del nervio radial, procedentes de los Servicios del Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País". Se realizaron 3 evaluaciones clínicas y electromiográficas, principalmente en los músculos tríceps braquial, extensor radial del carpo, extensor propio del índice y braquiorradial en las etapas siguientes: – Durante los primeros 4 meses después de la lesión del nervio radial. – A los 6 meses después de la lesión del nervio radial. – A los 8 meses después de la lesión del nervio radial. Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación. Especialista de II Grado en Neurofisiología Clínica. Jefe del Departamento de Electrodiagnóstico. En el examen clínico evaluamos la fuerza muscular (FM) de cada grupo según la escala convencional3 y la sensibilidad en el área de la piel inervada por el radial, de acuerdo con la escala sensibilidad ausente (grado 0), disminuida (grado 1) y normal (grado 2). Para la evaluación electromiográfica fue definida una escala de puntuación que incluye la actividad eléctrica durante el reposo, el patrón contráctil y el análisis de los potenciales de unidades motoras (PUM) individuales. Esta escala fue modificada a partir de un trabajo sobre lesión del nervio facial (López Hernández V. Utilidad de la electromiografía cuantitativa en el seguimiento evolutivo de las lesiones nerviosas periféricas [tesis, pp. 16, 19, 45, 57, 80]. 1993. La Habana). Además de la evaluación electromiográfica se realizó un estudio de conducción nerviosa motora, a partir de cuyos valores se conformó una nueva variable, también modificada de López, denominada grado de la lesión nerviosa (GLN) (López Hernández V. Utilidad de la electromiografía cuantitativa en el seguimiento evolutivo de las lesiones nerviosas periféricas [tesis, pp. 16, 19, 45, 57, 80]. 1993. La Habana). Sobre la base de la puntuación alcanzada en las escalas de fuerza muscular (FM), sensibilidad y electromiograma (EMG) convencional fue definida, con carácter retrospectivo, una nueva variable que intenta agruparlas con el objetivo de clasificar de una manera cuantitativa y global el grado de compromiso motor producido por la parálisis del nervio radial. Esta fue llamada grado de la intensidad de la lesión nerviosa (GILN). Se calculó el valor promedio de fuerza muscular y de los grados de EMG en los 4 grupos musculares en cada etapa de la evaluación y se sumó de la manera siguiente: GILN = Valor promedio del grado de EMG + valor promedio de FM + grado de sensibilidad De acuerdo con el GILN se clasificaron los resultados finales de la manera siguiente: Bueno 8-11 Regular 5-7 Malo 0-4 De acuerdo con el GLN, es decir la conducción nerviosa motora, los resultados fueron clasificados en: Bueno 0 Regular Malo 1-2 3-4 41 A los pacientes se les dividió según el tiempo del inicio de rehabilitación en 2 grupos: 1. Grupo precoz: Comienzo del tratamiento rehabilitador antes de los 3 meses de la lesión. 2. Grupo tardío: Comienzo del tratamiento rehabilitador después de los 3 meses de la lesión. Dentro de cada grupo a su vez, hay 2 tipos de pacientes de acuerdo con el tipo de cooperación con el tratamiento rehabilitador: Tipo 1. Buena cooperación: pacientes que acuden al tratamiento rehabilitador todos los días y utilizan el tratamiento postural correctamente. Tipo 2. Mala cooperación: pacientes que acuden al tratamiento rehabilitador 1 o 2 veces en la semana, o no acuden. Resultados Se realizó un estudio de 14 pacientes con lesiones del nervio radial: 8 pacientes (57,1 %) son del sexo masculino y 6 pacientes (42,9 %) del sexo femenino. De ellos, 8 (57,1 %) están comprendidos en edades entre 21 y 40 años. En cuanto a las causas de la lesión, según se muestra en la tabla 1, 6 pacientes (42,8 %) presentaron la lesión posfractura del húmero. También se halló que 6 pacientes (42,8 %) tuvieron la lesión posquirúrgicamente; sólo 1 paciente tuvo afectación por un síndrome compresivo postural y 1 por luxación recidivante del húmero. Si se observan las figuras 1 y 2 se encuentra que todos los valores obtenidos en los primeros 6 meses, se hallan por debajo o al mismo nivel de los valores obtenidos al examen físico y electromiográfico a los 8 meses. En el promedio de GILN se halló que los valores aumentan con el tiempo, es decir, que mejoran en cada paciente y que todos los valores obtenidos en los primeros 6 meses, se hallan por debajo de los valores obtenidos a los 8 meses (fig. 3). En cuanto a los grados de la lesión nerviosa (GLN) se halló que 2 pacientes (14,2 %) que habían obtenido un GLN bajo en los primeros 4 meses, después, a los 6 meses, tuvieron un GLN más alto, es decir, que han empeorado durante el tiempo de evolución; aunque se hallaron 11 pacientes (78,6 %) con grado 1, es decir, que mejoraron a los 8 meses de evolución (fig. 4). 42 TABLA 1. Causas de la lesión del nervio radial Causas Tratamiento Posquirúrgico (Fractura húmero) Posfractura (Fractura húmero) Posquirúrgico (Fractura antebrazo) Posquirúrgico (Luxación recidivante hombro) Herida por arma blanca Heridas penetrantes Síndrome compresivo postural No. Total % 3 21,4 Fijación externa Fijación interna (A) Reducción bajo anestesia Fijación externa (B) Fijación interna Yeso colgante Fijación externa Fijación interna 1 1 1 1 1 1 1 1 3 21,4 2 14,3 Sólo conservador 1 1 7,1 Injerto nervioso Exploración nervio y neurólisis Sólo conservador 1 1 2 2 2 14,2 14,2 Sólo conservador 1 1 7,1 Total 14 14 100 A: Posteriormente se realizó exploración del nervio. B: Posteriormente se realizó transposición tendinosa. 5 Promedio de grado de FM 4 3 2 1 0 14 pacientes 0-4 meses 6 meses FIG.1. Promediación de los grados de fuerza muscular según examen físico. 8 meses 43 Escala del EMG 4 3 2 1 0 14 pacientes 0-4 meses 6 meses 8 meses FIG. 2. Valores promedio según escala del electromiograma. 12 Promedio GILN 10 8 6 4 2 0 14 pacientes 0-4 meses 6 meses FIG. 3. Promedio de grado de la intensidad de la lesión nerviosa. 8 meses 44 4 Grado de lesión nerviosa 3 2 1 0 14 pacientes 0-4 meses 6 meses 8 meses FIG. 4. Grado de lesión nerviosa (nervio radial). En la tabla 2, donde se encuentran las indicaciones de la estimulación eléctrica en los grupos musculares, se indicó la corriente exponencial en los músculos extensores del carpo en 3 pacientes (21,4 %) y en los músculos extensores de los dedos en 8 pacientes (57,1 %) durante el tiempo de evolución. TABLA 2. Estimulación eléctrica a los músculos según el tiempo de tratamiento Músculo Tríceps Braquiorradial Extensión carpo Extensión dedos Tipo de estimulación Tiempo (meses) eléctrica 0-4 0-8 4-8 2-6 6-8 % Corriente farádica Corriente farádica Corriente farádica Corriente exponencial Corriente farádica Corriente exponencial 3 5 5 1 42,8 12 1 93,0 10 4 100 6 5 21,4 3 100 3 57 Según el grado de intensidad de la lesión nerviosa se obtuvieron los resultados durante las 3 etapas de evolución (tabla 3). Se halló que de 1 pa-ciente con resultado Bueno en los primeros 4 meses de evolución, 9 pacientes (64,6 %) alcanzaron la evaluación de Bueno a los 8 meses de evolución. Sólo 1 paciente permaneció con resultado Malo a los 8 meses de evolución. TABLA 3. Clasificación de los resultados mediante el valor de los grados de intensidad de la lesión nerviosa Clasificación No. % 7 6 1 50,0 42,8 7,2 0-4 (Malo) 5-7 (Regular) 8-10 (Bueno) 2 9 3 14,2 64,3 21,4 0-4 (Malo) 5-7 (Regular) 8-10 (Bueno) 1 4 9 7,1 28,5 64,6 Tiempo (meses) 0-4 (Malo) 0-4 5-7 (Regular) 8-10 (Bueno) 6 8 Total: 14 pacientes En la tabla 4 se encuentra la clasificación de los resultados según los grados de la lesión nerviosa. De 1 paciente con resultado Bueno en los primeros 4 meses de evolución, sólo 3 pacientes (21,4 %) obtuvieron buenos resultados al final de la evolución. En la tabla 5 se clasificaron los resultados de acuerdo con el tiempo de inicio del tratamiento rehabilitador y el tipo de cooperación del paciente con el programa de rehabilitación. De los 9 pacientes (64,8 %) que tuvieron resultados Bueno a los 8 meses de evolución, 7 (50,0 %) empezaron la rehabilitación precozmente y tuvieron una buena cooperación con el programa de rehabilitación. El único paciente que mostró un mal resultado a los 8 meses de evolución, empezó la rehabilitación tardíamente y tuvo una mala cooperación con el programa de rehabilitación. TABLA 4. Clasificación de los resultados de acuerdo con el grado de la lesión nerviosa Clasificación No. % (Malo) 2-1 (Regular) 0 (Bueno) 7 6 1 50,0 42,8 7,1 6 4-3 (Malo) 2-1 (Regular) 0 (Bueno) 5 7 2 35,7 50,0 14,2 8 4-3 (Malo) 2-1 (Regular) 0 (Bueno) 1 10 3 7,1 71,4 21,4 Tiempo (meses) 4-3 0-4 TABLA 5. Resultados obtenidos de acuerdo con el tiempo de inicio del tratamiento y la cooperación del paciente Tiempo de inicio Tipo de cooperación Precoz < 3 meses Tardía > 3 meses Buena Mala Buena Mala Total Resultados de la evaluación final Buena Regular Mala 8 0 3 3 7 0 1 1 1 0 2 1 0 0 0 1 14 9 4 1 Discusión Las causas más frecuentes que encontramos en las lesiones del nervio radial son las fracturas del húmero y las lesiones posquirúrgicas. Se invocan 2 causas posibles: 1. Relaciones anatómicas del nervio radial con los huesos en el miembro superior. 2. Inadecuada manipulación durante el acto quirúrgico. 45 Kasprzak10 mencionó en su estudio que de 16 pacientes, 13 tuvieron las lesiones del nervio radial por fractura de húmero o intervención quirúrgica. También Brown11 mencionó en su estudio que de 23 pacientes con lesiones neurales asociadas con fractura supracondílea de húmero, 5 pacientes (21,7 %) sufrieron lesiones iatrogénicas; en 1 de ellos la lesión afectó el nervio radial. Estos resultados, comparados con los nuestros, son muy bajos aunque Brown, sólo utilizó una muestra pediátrica con un único criterio de fractura supracondílea. De acuerdo con los valores obtenidos, según el examen de FM y EMG por cada grupo muscular y de cada uno de los pacientes de la muestra, se observa que se produjo una evolución gradual y sin retroceso hacia una mejoría parcial o total de los pacientes estudiados ya que las cifras obtenidas a los 6 meses, en todo momento se encuentran a niveles inferiores o iguales a los observados al final de la evolución, es decir, a los 8 meses, aunque es de destacar que los músculos más distales (extensores de los dedos) tardaron más en recuperarse, lo cual no fue logrado totalmente en la mayoría de los pacientes. Resalta el grado de semejanza apreciable entre las figuras 1 y 2, lo cual está en correspondencia con la similar valoración que ambos métodos realizan del estado fisiopatológico del aparato neuromuscular en cada movimiento explorado del miembro superior. Este criterio que expresamos coincide con el planteado por López,10 según el cual existe una gran correlación en los grados de FM y EMG. De igual manera existe una estrecha relación entre las variables descritas anteriormente en relación con el promedio de GILN, resultado esperado pues la primera está incluida en la definición de la segunda; este último es sólo un intento de esquematizar la forma en que se realiza habitualmente el seguimiento de una parálisis nerviosa. Resultados paradójicos se observan al comparar los resultados de las variables FM, EMG y GILN con el GLN pues se encuentran cifras que indican aparentes lesiones estáticas del nervio radial, ya que al final de la evolución sólo 3 pacientes obtuvieron resultados completamente satisfactorios y en 1 paciente los resultados fueron inferiores a los obtenidos durante su evaluación inicial. Pensamos que existen 2 hechos fisiológicos que pueden justificar este resultado. En primer lugar que el efecto clínico adelanta la dinámica del cuadro electrofisiológico. Según manifiesta Slobin12 existe una no correspondencia inicial entre el examen físico en 13 pacientes con lesión de nervios periféricos y la amplitud de la respuesta motora a la estimulación eléctrica de éstos. En segundo lugar, hay que destacar que el potencial motor a la estimulación del nervio radial se realizó por medio de la inserción 46 de los electrodos dentro del músculo extensor propio del índice que, según nuestros resultados, forma parte del grupo muscular que menos mejoró desde el punto de vista clínico y electromiográfico, y como resultado las respuestas motoras evocadas en este músculo permanecieron sin una significativa variación positiva a lo largo del tiempo de evolución en los pacientes de nuestra muestra, e incluso se alcanzaron valores más pobres, lo cual pudiera estar influido a su vez por la mala cooperación que pudiera mostrar el paciente durante el tratamiento rehabilitador. Estos resultados nos permiten considerar que la conducción nerviosa no es un parámetro totalmente adecuado en el seguimiento evolutivo de los pacientes con lesión del nervio radial, en especial aquéllos de causa traumática, por lo que recomendamos su aplicación en el diagnóstico inicial junto a la electromiografía, con la finalidad de establecer una mejor caracterización del grado de lesión nerviosa. De los resultados finales obtenidos se concluye que mientras más precozmente se inició el programa de rehabilitación y el paciente brindó una mayor cooperación, se obtuvo una mejor recuperación de la lesión del nervio. Si bien Licht13 plantea que la fisioterapia no tiene efecto sobre la reinervación, de nuestros resultados podemos derivar la conclusión de que la terapia rehabilitadora indicada ayudó, además de al proceso de regeneración nerviosa, al fisiológico proceso de reinervación. Conocidos los efectos de la fisioterapia en retardar la atrofia y la fibrosis musculares, su empleo evitaría la pérdida de fibras musculares activas, lo que ayudaría de manera indirecta al proceso de reinervación, es decir, a la incorporación fisiológica de las fibras musculares desnervadas por las unidades motoras vecinas no comprometidas en la lesión nerviosa, que de no recibir el tratamiento rehabilitador adecuado pudieran atrofiarse precozmente. Summary A prospective study of 14 patients with radial nerve injuries was carried out. These injuries were clinical and electromyographically studied during the first 4 months with evolution at the 6th and 8th month of rehabilitative treatment. A correlation was found between the clinical and the electromiographical findings, but not between the clinical follow-up and the results of nerve conduction. Better results were obtained among those patients who began the treatment earlier, mainly when they cooperated adequately. Subject headings: RADIAL NERVE/injuries; PERIPHERAL NERVOUS SYSTEM DISEASES/rehabilitation; ELECTROMYOGRAPHY. Résumé Une étude prospective chez 14 patients atteints dune lésion dunerf radial, lesquels ont été cliniquement et électromyographiquement étudiés lors des premiers 4 mois, avec des évolutions aux 6 et 8 mois de traitement restaurateur, a été réalisée. Une corrélation entre les trouvailles cliniques et les électromyographiques a été trouvée, il nen est pas de même entre le suivi clinique et les résultats du comportement nerveux. Des meilleurs résultats ont été obtenus chez ces patients-là qui ont précocement initié le traitement surtout sil a existé une coopération adéquate de ceux-ci. Mots clés: NERF RADIAL/lésions; MALADIES DU SYSTEME NERVEUX PERIFÉRIQUE/restaur ation; ÉLECTROMYOGRAPHIE. Referencias Bibliográficas 1. Crenshaw AH. Cirugía ortopédica. 8 ed. Buenos Aires: Editora Médica Panamericana, 1993;t3:2100,2127, 2104,2103. 2. González Más R. Tratado de rehabilitación médica. 3 ed. Barcelona: Editorial Científico Médica, 1976:2189,225,717,216,218. 3. Álvarez Cambras R. Tratado de cirugía ortopédica y traumatológica. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1985;t1:36,t2:63-5. 4. Ehni BL. Treatment of traumatic peripheral nerve injury. Am Fam Phys 1991;43(3):897-905. 5. Oh SJ. Electromyographic studies in peripheral nerves injuries. South Med J 1976;69:177. . Electromyography and peripheral nerve injury. 6. Sandorama 1982;2:9-12. 7. Ludin HP. Possibilities and limitation at electromyography in peripheral nerve lesion. Shweiz Rundsch Med Prax 1989;73(39):1058-62. 8. Weber GA. Nerve conduction studies and their clinical applications. Clin Pediatr Med Surg 1990;7(1):151-78. 9. Werner CO. Radial nerve paralysis and tumor. Clin Orthop 1991;(268):223-5. 10. Kasprzak H, Narolski W, Sniegocki M, Waliszek G, Sinkiewicz A. Surgical treatment of radial nerve injuries. Neurol Neurochir Pol 1995;29(1):53-8. 11. Brown IC, Zinar DM. Traumatic and iatrogenic neurological complications after supracondylar humerus fractures in children. J Pediatr Orthop 1995; 15(4):440-3. 12.Slobin BO, Serov SA. Clinico-electromyographic studies of muscular reinervation in injuries of the peripheral nerves. Sov Med 1989;(9):91-3. 13.Licht S. Electrodiagnóstico y electromiografía. Barcelona: JIMS, 1970:338,339,343-434. Recibido: 19 de junio de 1997. Aprobado: 15 de noviembre de 1997. Dr. Dhia Ddin R. Serheed. Complejo Científico Ortopédico Internacional " Frank País". Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA 47 Anomalías congénitas de la mano: análisis exploratorio de los datos DR. NELSON CABRERA VILTRES,1 DRA. TANIUSHKA A. MIRANDA LOURO,2 DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,2 DRA. XIOMARA REMÓN DÁVILA2 Y DR. EMILIO CRUZ SARMIENTO2 Cabrera Viltres N, Miranda Louro TA, Marrero Riverón LO, Remón Dávila X, Cruz Sarmiento E. Anomalías congénitas de la mano: análisis exploratorio de los datos. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):47-51. Resumen Se realizó un estudio retroprospectivo de 86 pacientes ingresados en el Complejo Científico Ortopédico Internacional " Frank País" entre enero de 1990 y diciembre de 1994, por presentar anomalías congénitas de la mano. De estos pacientes, 47 (54,65 %) pertenecían al sexo masculino y 39 al femenino; 29 pacientes presentaban anomalías bilaterales, por lo que el cómputo total de manos ascendió a 115. El 83,72 % de los pacientes se trataron antes de los 3 años de edad. La anomalía más frecuente fue la sindactilia (48,83 %). Fue necesario un promedio de 3 intervenciones quirúrgicas para lograr una mano funcional. Ciudad de La Habana aportó el 46,51 % del total de afectados. Descriptores DeCS: DEFORMIDADES CONGENITAS DE LA MANO/cirugía. Las anomalías o deformidades de la mano son afecciones que se presentan de diferentes formas. Deformidad, por definición, es la alteración de la forma de un órgano o parte de éste a consecuencia de lesiones tróficas, traumatismos o vicios funcionales ocurridos en el feto en vías de desarrollo (congénitas) o en el individuo adulto (adquiridas).1 Dentro de las anomalías se observan muchas combinaciones extrañas como presencia rudimentaria, ausencia total o parcial de una parte, duplicación, sinostosis, dislocación, contracturas y otras, motivo por el cual el tratamiento se torna extremadamente complejo, constituyendo en algunos casos verdaderos retos difíciles de vencer, que pueden traer como consecuencia –en más de un caso– resultados no satisfactorios.2 La mano es un órgano muy pequeño pero estructuralmente muy complejo, cualidades que provocan una elevada incidencia de anomalías 1 2 congénitas altamente incapacitantes en muchos casos,3-5 no obstante, la mano continuará siendo el órgano fundamental de trabajo del hombre, por lo que lograr su buena función en forma temprana constituye un objetivo primordial. Métodos Se realizó entre enero de 1990 y diciembre de 1994 un estudio longitudinal retroprospectivo de 86 pacientes ingresados en el Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" por presentar anomalías congénitas en la mano (115 manos). Se analizaron las variables sexo, edad, raza, diagnóstico, localización de la afección, edad a la primera consulta y al acto operatorio, número de intervenciones quirúrgicas y provincia de procedencia. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Servicio de Miembros Superiores y Microcirugía. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. 48 La incidencia de anomalías congénitas de la mano se determinó utilizando la siguiente fórmula: 39 47 Número de casos nuevos tratados Incidencia= x 1000 Total de casos tratados Masculino Discusión La composición por edades (fig. 1) nos muestra que 82 pacientes (95,34 %) fueron atendidos antes de los 10 años de edad, hecho que concuerda con las estadísticas de Simün6 y que es representativo de la gran accesibilidad y cobertura de nuestros servicios médicos. Femenino (45,35%) (54,65%) Fuente: Historias clínicas. FIG. 2. Distribución según sexo. 13 (15, 12 %) 80 70 72 9 (10,46 %) 60 Blanca 50 40 Mestiza 30 Negra 20 8 10 0 2 1 64 3 0-3 4-6 7-9 10-12 13 ó más Rango de edades (años) Número de pacientes Fuente: Historias clínicas FIG. 1. Edad a la primera consulta. Las anomalías congénitas de la mano se presentan con mayor frecuencia en el sexo masculino, llegando en ocasiones a existir una relación de 2:1.6,7 En nuestro estudio 47 pacientes eran masculinos y 39 femeninos (fig. 2). La figura 3 muestra la distribución de los casos según el color de la piel; aproximadamente tres cuartas partes pertenecen a la raza blanca (74,41 %). Por el alto grado de mestizaje de la población cubana es difícil establecer las diferencias raciales, no obstante la distribución observada está en correspondencia con las características étnicas de nuestra población. 8 Además, excepto para la polidactilia no existen pruebas suficientes ni diferencias significativas para establecer categóricamente el predominio racial.7,9 (74,42%) Fuente: Historias clínicas. FIG. 3. Distribución según color de la piel. Según la frecuencia de aparición (fig. 4) en primer lugar aparece la sindactilia (42 pacientes; 48,83 %), seguida de la mano zamba (10 pacientes; 11,62 %), las bridas constrictivas (8 pacientes; 9,30 %). En cuarto lugar aparece la polidactilia (6 pacientes; 6,97 %), le siguen en orden decreciente la macrodactilia, la clinodactilia, la agenesia de los dedos, el pulgar bífido, el dedo en resorte, la mano hendida y las deformidades en aducción y flexión del pulgar. Al nivel internacional se considera a la sindactilia como la más frecuente de las anomalías congénitas de la mano;7,10,20 nuestro estudio coincide con lo antes expuesto, no obstante, Borbolla11 plantea que la anomalía más encontrada en recién nacidos cubanos es la polidactilia. 45 49 42 40 35 n=86 30 25 2 2 2 1 1 Pulgar rotado y en flexico 3 Pulgar aducico 4 Mano hendida 5 Dedo en resorte 6 5 Pulgar bífido 8 Agenesia de dedos 10 10 Clinodactilia 15 Macro dactilia 20 Polidactilia Bridas constrictivas Mano zamba Sindactilia 0 Fuente: Historias clínicas. No. pacientes FIG. 4. Diagnósticos. De forma general se observó predominio de la localización derecha, seguida de la izquierda y la bilateral. Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de nuestra población es diestra,8 entonces, es cada vez más necesario obtener una rápida y útil incorporación del paciente a la sociedad. La sindactilia fue la única anomalía en la que la mayoría de los casos se presentaron en la mano izquierda y de forma unilateral (52,38 %), lo que coincide con otros autores.12-14 La mano zamba se presenta de forma bilateral en la mitad de los niños que acuden a la consulta, el resto es unilateral, con predominio derecho.7,9,10,15 Las bridas constrictivas son de aparición esporádica, no hereditaria y más frecuentemente de forma bilateral pero asimétricas;10 en nuestro estudio no hubo una localización específica. La polidactilia tuvo idéntica frecuencia para los casos bilaterales y los unilaterales, sin embargo Borbolla11 plantea que es más frecuente de forma bilateral y Barsky16 que predomina en una sola mano. La clinodactilia se reportó más frecuentemente de forma bilateral,7,10 resultados con los cuales coincidimos. Finalmente la macrodactilia, la mano hendida y el pulgar bífido se presentaron en la mano derecha en todos los casos. El 97,6 % de los pacientes (fig. 5) fueron sometidos a tratamiento quirúrgico. Sólo 2 casos no fueron operados: una agenesia de 4to. y 5to. dedos derechos y una brida constrictiva del 5to. dedo, por negativa familiar. Nuestros métodos de tratamiento, de forma general, coinciden con los mundialmente empleados.2,7,8,10,12,15,17 2 (2,4%) Quirúrgico Conservador 113 Fuente: Historias clínicas. FIG. 5. Tratamientos empleados. (97,6 %) 50 La edad promedio a la primera consulta estuvo por debajo de los 5 años, con un promedio general de 1,27 años, de igual forma se comportó la edad del acto quirúrgico, con un promedio general de 3,07 años. Se aprecia que medió un corto período entre el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico. Los parámetros de tratamiento quirúrgico seguidos internacionalmente plantean que la polidactilia debe ser operada alrededor del año de nacido; las bridas constrictivas de forma temprana; la sindactilia a partir del primer año de vida, en dependencia del tipo de presentación; 7 la clinodactilia, al no ser incapacitante, puede esperar hasta la adolescencia; 10 la macrodactilia, independientemente del momento de la operación, entraña enormes dificultades para su corrección.17 El 66,66 % de los casos de polidactilia y la totalidad de los de pulgar bífido, dedo en resorte, pulgar aducido y pulgar rotado y en flexión, necesitaron de una sola intervención quirúrgica. El 22,62 % de la muestra requirió de 2 intervenciones quirúrgicas y el mayor número (30,33 %) de 3. Fueron operados en más de 3 oportunidades 12 pacientes (14,28 %), destacándose 9 casos de sindactilia bilateral en más de 1 dedo. Del total de 86 casos, 40 pertenecen a la capital, seguidos por los de la provincia de La Habana (11,62 %), el resto de la muestra se halla distribuido por todo el país en porcentajes pequeños. Esto se debe a que nuestro centro atiende fundamentalmente a los pacientes de las provincias habaneras y casos muy complejos del resto del país. Con los datos estadísticos antes expuestos y conociendo el número de pacientes atendidos en nuestro centro entre los años 1990 y 1994, se calculó que la incidencia de anomalías congénitas de la mano en el Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" fue de 0,32 por 1 000 habitantes. Summary A retrospective study of 86 patients admitted at the "Frank País " International Scientific Orthopedic Center from January, 1990, to December, 1994, for having congenital hand anomalies was conducted. 47 (54.65 %) of these patients were males and 39 females. 29 patients had bilateral deformities, which rose the total number of hands to 115. 83.72 % of the patients were treated when they were under 3. The most frequent anomaly was syndactyly (48.83 %). An averaje of 3 surgical procedures was necessary to achieve a functional hand. 46.51 % of the total of affected individuals were from Havana City. Subject headings: HAND DEFORMITIES, CONGENITAL/ /surgery. Résumé Une étude retrospective de 86 patients admis dans le Complexe scientifique orthopédique international " Frank País" a été réalisée entre janvier 1990 et décembre 1994, du fait des anomalies congénitales de la main. De ces patients, 47 (54,65 %) étaient du sexe masculin, et 39 du sexe féminin; 29 patients étaient atteints danomalies bilatérales, pour autant le nombre total de mains a aumenté a 115. 83,72 % des patients ont été traités avant lâge de 3 ans. Lanomalie la plus fréquente fut la syndactylie (48,83 %). Il a fallu 3 opérations chirurgicales en moyenne pour atteindre une main fonctionale. La Havane en a eu 46,51 % du total datteints. Mots clés: DIFFORMITÉS CONGÉNITALES DE LA MAIN/ /chirurgie. Referencias Bibliográficas 1. Alemám López R. Deformidades. En: Álvarez Cambras R. Tratado de cirugía ortopédica y traumatológica. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1986;t2:1-12. 2. Edmonson AS, Crenshaw AH. Cirugía ortopédica de Campbell. 6 ed. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1981;t1:342-64. 3. Flatt AE. A test of classification of congenital anomalies of the upper extremity. Surg Clin North Am 1970;50:509-16. 4. Frantz CA, ORahilly R. Congenital skeletal limb de f i c i e n c e s . J B o n e J o i n t S u r g A m 1 9 61 ; 43(6):1202-6. 5. Lamb D, Wynne-Davies R, Soto L. An stimate of the population frequency of congenital malformation of the upper limb. J Hand Surg [Am]1982;7(4):563-70. 6. Simün L. Contribution of the research of malformations of the hand. Acta Chir Plast 1970;12(3):170-6. 7. Tachdjian MO. Ortopedia pediátrica. 2 ed. México, DF: Interamericana, 1994;vol 1:117-321. 8. Comunicado acerca de los resultados definitivos del censo de población y viviendas de 1981. Periódico Granma 1983;Sept 19:4-5. 9. Crenshaw AH. Cirugía ortopédica de Campbell. 8 ed. Buenos Aires: Editora Médica Panamericana; 1994; vol 4:3169-238. 10. Pellegrini VD. Care of the child with congenital hand deformities. En: McCollister EC. Surgery o f the musculoskeletal system. 2 ed. New York: ChurchillLivingston, 1990;t1:1001-85. 11. Borbolla L, García D, Almanza M, Duyos H. Polidactilia en recién nacidos cubanos. 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LAS TUNAS Ventajas de la supinación en la fractura de Colles DR. ERACLIO DELGADO RIFÁ1 Y DR. RACIEL ESCALONA ZALDÍVAR 2 Delgado Rifá E, Escalona Zaldívar R. Ventajas de la supinación en la fractura de Colles. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):52-6. Resumen Se realizó un estudio prospectivo de 90 pacientes con el diagnóstico de fractura de Colles atendidos en el Hospital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna" de las Tunas entre enero de 1993 e igual mes de 1996, para lo cual se compararon cantidades similares de pacientes inmovilizados con métodos y posiciones diferentes. Quedó demostrada la acción deformante del músculo supinador largo en la fisiopatología de esta fractura, así como las ventajas del yeso braquial y la supinación en el tratamiento de ésta, al evitar la recidiva del desplazamiento en el 93,3 % de los pacientes tratados con este método, además de evitar la luxación radiocubital inferior, la más frecuente de las complicaciones aparecidas con la aplicación de otros procederes. La supinación reduce el tiempo de rehabilitación, mejorando los resultados anatómicos y funcionales de esta lesión. Se refleja el alto índice de redislocación en los pacientes tratados con yeso antebraquial convencional. Descriptores DeCS: FRACTURA DE COLLES/ terapia; SUPINACION. Al referirnos a la fractura de Colles tenemos que remontarnos a 1814, año en que fue descrita por Abrahan Colles. Se trata de la fractura en extensión del extremo distal del radio de 2 a 3 cm de la articulación de la muñeca, cuyo fragmento distal se desplaza en sentido dorsal, hacia afuera, en impactación y supinación y que puede o no tener asociada una fractura de la estiloides cubital.1-4 Es característica de la senectud, aunque algunos autores refieren que no resulta excepcional encontrarla en pacientes jóvenes.5 El tratamiento usual de la clásica fractura de Colles ha sido tradicionalmente, la reducción cerrada y la inmovilización con un enyesado antebraquial.1-4,6,7 ¿En qué consiste la esencia del problema que hoy tratamos? En que un alto porcentaje de fracturas de Colles pierden la reducción obtenida al poco tiempo, lo que se atribuye a la disminución progresiva del edema, a que se afloja el enyesado y a los movimientos libres del codo y de la mano. Pero hasta ahora no se ha considerado el papel deformante de los músculos, elemento primordial 1 2 Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Residente de Ortopedia y Traumatología. que se debe tener en cuenta en la fisiopatología y aspectos terapéuticos de cualquier fractura. Al revisar una de las bibliografías consultadas, encontramos un aval teórico muy rico en este sentido, en el cual se hace referencia a la participación del músculo supinador largo en el desplazamiento de esta fractura, único músculo que se inserta en el extremo distal del radio por debajo de la fractura.8 Son múltiples las opiniones acerca de la posición del antebrazo y la muñeca a la hora de inmovilizar una fractura de Colles. Algunos autores abogan por la inmovilización estando la muñeca dorsiflexionada con menos redislocación; otros defienden la inmovilización en pronación, argumentando el papel del músculo pronador cuadrado en el desplazamiento de la fractura.9 Ninguno de los métodos terapéuticos de uso corriente evitan por completo el acortamiento del radio y la pérdida de su inclinación volar y radial. Es nuestra intención con este trabajo –no sólo con fines investigativos, sino también docentes y asistenciales– persuadir a todo interesado en el tema de cómo debe verse la fractura de Colles en el contexto de todos los demás fenómenos fisiopatológicos y consideraciones terapéuticas de la traumatología. Métodos Lo antes expuesto nos llevó desde hace 3 años a emprender un estudio sistemático y específico en este sentido en el Servicio de Ortopedia y Traumatología de nuestro centro. Se trata de un ensayo clínico terapéutico controlado, aleatorizado, prospectivo, abierto y monocéntrico de los pacientes con diagnóstico de fractura de Colles en el período comprendido entre enero de 1993 y enero de 1996. El universo de estudio estuvo representado por 97 pacientes, del cual se escogió una muestra representativa de 90. Se conformaron 3 grupos de estudio: el primero fue tratado convencionalmente con yeso antebraquial, el segundo con yeso braquial en pronación y el tercero con yeso braquial en supinación. La elección del método de tratamiento se hizo por semana de forma aleatoria, y se incluyeron pacientes con fractura de Colles extraarticular desplazada, no menores de 45 años, los que fueron seguidos durante 6 meses en una consulta especial creada con este fin. El yeso braquial sólo se mantuvo las 3 primeras semanas de tratamiento y luego se continuó con yeso antebraquial hasta completar la curación. Los pacientes fueron evaluados clínica y radiológicamente a la semana de evolución y después de curados. Se hicieron mediciones de la inclinación volar, longitud del radio y desviación radial, los resultados se juzgaron de acuerdo con los detalles anatómicos y con el desempeño funcional según los criterios siguientes. Buenos: Buena función articular. Flexión y extensión de 80°, supinación y pronación completa, no rigidez digital. Regulares: Función articular aceptable. Flexión y extensión de 60°, supinación y pronación limitada a 15 °, rigidez digital. Malos: Deterioro de la función articular. Flexión y extensión de 60°, supinación y pronación limitada a 15°, rigidez digital. Se excluyeron del estudio aquellos pacientes con pérdida del seguimiento, extravío de los estudios radiográficos y los que requirieron nuevas manipulaciones u otros procederes terapéuticos. Toda la información se recogió en una planilla elaborada al efecto. Resultados En nuestra serie la edad promedio resultó similar en los 3 grupos, pues osciló entre los 56 y 65 años. En cuanto a la recidiva del desplazamiento de la fractura (tabla 1), vemos que la redislocación ocurrió con mayor frecuencia en el grupo tratado con yeso antebraquial (30 % de los casos); sin embargo, a pesar de que en los grupos con yeso braquial el número de recidivas fue menor, éste resultó ser aún más bajo en los tratados en supinación (6,7 %) que en pronación (20 %). TABLA 1. Distribución de los pacientes según recidiva de la deformidad inicial Recidiva Métodos de tratamiento Criterios para los resultados anatómicos Buenos: Deformidad insignificante o nula. Angulación dorsal no mayor de 0° (neutra), acortamiento menor de 3 mm o pérdida de la desviación radial no mayor de 4°. Regulares: Deformidad leve, angulación dorsal de 1-10°, acortamiento de 3-6 mm o pérdida de la desviación radial de 5-9°. Malos: Deformidad marcada, angulación dorsal de por lo menos 11°, acortamiento de por lo menos 7 mm o pérdida de la desviación radial de 10° o más. 53 Criterios para los resultados funcionales Sí Pacientes Yeso antebraquial 9 Yeso braquial en pronación 6 Yeso braquial en supinación 2 % 30,0 20,0 6,7 No Pacientes 21 24 28 % 70,0 80,0 93,3 Fuente: Planilla de investigación. En la tabla 2 se reflejan las complicaciones ocurridas durante el tratamiento de la fractura, las cuales predominaron igualmente en los pacientes tratados con yeso antebraquial y en pronación; mientras que no se presentaron en el 93,3 % de los tratados en supinación. Se destaca la luxación 54 TABLA 2. Distribución de los pacientes según complicaciones Complicaciones Yeso antebraquial No. % Luxación radiocubital inferior Sudeck Capsulitis del hombro Deformidades Rigidez digital Sin complicaciones 6 2 5 1 22 Yeso braquial pronación No. % 20,0 6,7 16,7 3,3 73,3 3 1 2 27 10,0 3,3 6,7 90,0 Yeso braquial en supinación No. % 1 1 1 28 3,3 3,3 3,3 93,3 Fuente: Planilla de investigación. TABLA 3. Distribución de los pacientes según resultados anatómicos Métodos Buenos Pacientes % Yeso antebraquial Yeso braquial en pronación Yeso braquial en supinación 21 24 28 Regulares Pacientes % 70,0 80,0 93,3 4 5 2 13,3 16,7 6,7 Resultados Malos Pacientes 5 1 - % 16,7 3,3 - Fuente: Planillas de investigación. TABLA 4. Distribución de los pacientes según resultados funcionales Métodos Buenos Pacientes % Yeso antebraquial Yeso braquial en pronación Yeso braquial en supinación 24 27 29 Resultados Regulares Pacientes % 80,0 90,0 96,7 1 2 1 3,3 6,7 3,3 Malos Pacientes 5 1 - % 16,7 3,3 - Fuente: Planillas de investigación. radiocubital inferior como la más frecuente en ambos grupos, con 20 y 10 % respectivamente, y las deformidades de la muñeca en el 16,7 y 3,3 %, en ese mismo orden, ninguna de las cuales estuvo presente entre los pacientes tratados en supinación. Al analizar los resultados anatómicos, se observa en la tabla 3 una gran diferencia entre las 3 modalidades de tratamiento. El 93,3 % de los pacientes tratadosen supinación obtuvieron buenos resultados; en tanto que sólo el 80 y el 70 % de los tratados en pronación y con yeso antebraquial, respectivamente, alcanzaron esta calificación. Con respecto a los resultados funcionales ocurrió algo similar (tabla 4), pues se lograron buenos resultados en el 96,7; 90,0 y 80,0 % de los pacientes tratados en supinación, en pronación y con enyesado antebraquial, respectivamente. Discusión La extensión del enyesado, así como la posición que ocupan en éste el antebrazo y la mano, son 2 factores que varían según lo informado en la literatura, aunque en tal sentido la bibliografía no es muy amplia. Es por ello que nos propusimos ofrecer nuestra experiencia de 3 años en el tratamiento de la fractura de Colles. Es lógico atribuir las características de la recidiva de la fractura, de la forma detallada en los resultados, a la acción deformante del músculo supinador largo, el cual se halla insertado en el extremo distal del radio, en una situación ideal para hacer recidivar la deformidad, la que fisiopatológicamente coincide con las funciones de este músculo. De acuerdo con estudios electromiográficos realizados,8 se ha demostrado que este último actúa como un potente flexor del codo cuando el antebrazo se encuentra en pronación, pero pierde su fuerza con el antebrazo supinado; de ahí que sólo en el 6,7 % de los pacientes tratados en supinación ocurrió la redislocación de la fractura. La fractura de Colles está catalogada como una fractura-luxación, pues la luxación de la articulación radiocubital inferior es una lesión que con gran frecuencia la acompaña y es necesario tenerla en cuenta a la hora de tratarla; ni la pronación ni la fijación externa, a pesar de mantener una reducción adecuada, logran reducir esta luxación, ventaja que sí brinda la supinación. Es por ello que dicha complicación no apareció en los pacientes tratados en supinación y se halló presente en el 20 y el 10 % de los tratados con yeso antebraquial y en pronación, respectivamente. Frykman coincide con nuestros resultados, pues en su serie el 38 % de los casos presentaron esta complicación. El yeso braquial y fundamentalmente la supinación mejoran los resultados de esta lesión, tal y como plantea Sarmiento8 en su estudio; supera los resultados anatómicos y funcionales en relación con el yeso antebraquial convencional, al impedir el movimiento de pronosupinación que provoca la contracción del músculo supinador largo; y la supinación, como explicamos anteriormente, neutraliza la acción de este músculo y resulta muy útil, según nuestra experiencia, sobre todo en pacientes con marcada osteoporosis o con trazos oblicuos de fractura en los que resulta difícil mantener la longitud del radio, su ángulo volar y radial. No pocas veces hemos tratado fracturas no desplazadas del extremo distal del radio en presencia de osteoporosis severa con el enyesado antebraquial convencional, que más tarde pierden su reducción, a expensas de la longitud del radio la mayoría de las veces, lo que confirma todo lo antes expuesto en relación con la fisiopatología de la fractura de Colles. Todo esto explica los resultados satisfactorios alcanzados en los pacientes tratados en supinación en relación con los otros grupos en los que se aplicaron modalidades diferentes. Los resultados funcionales mostraron características similares a los anatómicos, pues lo primero depende en gran medida de lo segundo; 55 aunque en ocasiones discretas discrepancias anatómicas son compensadas por el paciente con su cooperación. Se sabe que muchas veces las modalidades terapéuticas se convierten en dogmas cuya validez se torna difícil poner en tela de juicio por su mera antigüedad; sin embargo, pensamos que en este estudio el yeso antebraquial ha quedado en desventaja frente al enyesado braquial y la supinación, con un alto índice de redislocación de la fractura. La supinación mejora mucho los resultados anatómicos y funcionales de la fractura de Colles, previene sus complicaciones más frecuentes y desempeña un importante papel en cuanto a mantener la reducción, sobre todo en pacientes con osteoporosis marcada u oblicuidad del trazo de fractura. Summary A prospective study of 90 patients with the diagnosis of Colles fracture that attended the "Dr. Ernesto Guevara de la Serna" Hospital, in Las Tunas, from January, 1993, to January, 1996, was conducted. Similar amounts of patients immbolized with different procedures and positions were compared. The deforming action of the long supinator muscle in the physiopathology of this fracture was proved, as well as the advantages of the brachial plaster cast and of supination in its treatment, on avoinding the relapse of the displacement in 93.3 % of the patients treated with this method and the inferior radiocubital luxation, which is the most frequent of the complications that appears with the application of other procedures. The supination reduces the time of rehabilitation and improves the anatomical and functional results of this injury. The high index of redislocation observed among patients treated with conventional antebrachial plaster cast is stressed. Subject headings: SUPINATION. COLLES FRACTURE/therap y ; Résumé Une étude prospective de 90 patients, avec un diagnostic de fracture de Colles, traités dans lhôpital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna " de las Tunas, a été réalisée entre janvier 1993 et janvier 1996, pour autant des quantités voisines de patients inmobilisés par des méthodes et des positions différentes ont été comparées. Laction déformatrice du muscle supinateur longue a été prouvée dans la physiopathologie de cette fracture, ainsi que les avantages du plâtre brachial et de la supination dans le traitement de celleci, en évitant la récidive du déplacement 56 à 93,3 % des patients traités avec cette méthode en empêchant également la luxation radiocubitale inférieure, la plus fréquente des complications survenuespar lapplication dautres procedures. La supination réduit le délai de restauration, en amériorant les résultats anatomiques et fonctionnels de cette lésions. Le haut taux de rédislocation chez les patients traités avec du plâtre antébrachial conventionnel estreflété. Mots clés: FRACTURE DE COLLES/thérapie; SUPINATION. Referencias Bibliográficas 1. Watson J. Fracturas y heridas articulares. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1980:678-90. 2. Álva rez R. Tratado de cirugía ortopédica y traumatológica. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1985;t1:250-9. 3. Edmonson A. Cirugía ortopédica. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1981;t1:700-3. 4. Álvarez R. Manual de procedimientos de diagnóstico y tratamiento en ortopedia y traumatología. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1986:25. 5. Jerry LN. Intra-articular fractures of the distal end of the radius in young adult. J Bone Joint Surg 1986;68A:647-59. 6. Blalter G. Which distal radius fracture can be treated conservatively? Schweiz Rundsch Med Prax 1990; 79:967-70. 7. Peltier LF. Fracture of the distal radius. Clinic Orthop 1989;189:18-21. 8. Sarmiento A. Tratamiento funcional incruento de las fracturas. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 1982;341-82. 9. Wahlström O. Treatment of Colles fr acture: a prospective comparison of three different positions of immobilization. Acta Orthop Scand 1982;53:225-8. Recibido: 9 de mayo de 1997. Aprobado: 20 de octubre de 1998. Dr. Eraclio Delgado Rifá. Calle B, Edificio 1, entre 77 y Luis Ramírez López. Reparto Médico, Las Tunas. 57 HOSPITAL PROVINCIAL DE MATANZAS "JOSÉ RAMÓN LÓPEZ TABRANES" Ruptura del ligamento lateral externo del tobillo. Factores que predisponen la evolución del tratamiento quirúrgico DR. RICARDO RODRÍGUEZ BEOTO,1 DR. ROLANDO REGUERA RODRÍGUEZ,2 DRA. MARÍA ELENA ORIHUELA DE LA CAL,2 DR. YOVANNY FERRER LOZANO3 Y DR. JULIO JORGE VERGARA PAGES 3 Rodríguez Beoto R, Reguera Rodríguez R, Orihuela de la Cal ME, Ferrer Lozano Y, Vergara Pages JJ. Ruptura del ligamento lateral externo del tobillo. Factores que predisponen la evolución del tratamiento quirúrgico. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):57-60. Resumen Las lesiones ligamentarias del tobillo ocupan el 15 % de los casos atendidos en Cuerpo de Guardia en nuestro país. Se estudiaron 220 pacientes tratados en nuestro Servicio en el período comprendido entre enero de 1990 y enero de 1994. Cada uno de ellos fue estudiado clínica y radiológicamente y tras la valoración inicial, fue sometido lo más rápidamente posible a tratamiento quirúrgico. Se analizó cómo influyen la edad, el tiempo preoperatorio y el grado de lesión ligamentosa en la evolución de estos pacientes. Se obtuvieron resultados excelentes en pacientes menores de 35 años intervenidos antes de las 24 horas. Descriptores DeCS: ROTURA/cirugía; LIGAMENTO LATERAL DEL TOBILLO/lesiones; LIGAMENTO LATERAL DEL TOBILLO/cirugía; TRAUMATISMOS DEL TOBILLO/cirugía; RESULTADO DEL TRATAMIENTO. Por todos es conocida la frecuencia de lesiones de los ligamentos en la traumatología actual y sobre todo las correspondientes al tobillo. Brostroem1 en 1966 encontró el 10 % de lesiones ligamentarias en toda la traumatología general. De ellas el 38 % corresponden a lesiones ligamentarias del tobillo, y de éstas el 97 % se trata de lesiones del ligamento lateral externo. Hackenbruch2 en 1974 coincide con él. Álvarez Cambras3 en 1985 reporta el 15 % de casos atendidos en el Cuerpo de Guardia con esta afección. Según Brostroem el 75 % de los llamados esguinces que presentan gran inflamación, hemartrosis e impotencia funcional llevan asociados lesiones por ruptura de los ligamentos. Como vemos, dada la magnitud de los pacientes se impone un diagnóstico preciso para la imposición de un tratamiento correcto. 1 2 3 Las primeras experiencias quirúrgicas en el tratamiento de la inestabilidad subsecuente al trauma las reporta Ruth en 1961, luego Mc Long en 1962, el propio Brostroem y Small en 1964, Dukenov en 1972, y un poco más recientes Grand, Niedermann y Álvarez Cambras, entre otros.3,4 Está bien probado por Herzt,5 Halzach6 y Fux7 que el tratamiento conservador produce entre el 5 y el 15 % de inestabilidades residuales (medidas por pruebas de estrés en rayos X, en las que se han informado más de 10 ° de varus y más de 10 mm de signo de Cajón). La biomecánica del tobillo demuestra que sus movimientos separan los extremos de los ligamentos lesionados en la marcha, 8 y que sólo la extensión dorsal profunda tensa además el ligamento peroneocalcáneo. Por lo tanto es recomendable la sutura del ligamento lesionado lo antes posible. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Candidato a Doctor en Ciencias. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Residentes de 3er. año de Ortopedia y Traumatología. 58 Hemos querido revisar nuestra experiencia en casos operados en el menor tiempo posible, así como observar y analizar los resultados de una serie que, previa selección rigurosa, fue operada y reconsultada en un período mayor de 1 año y menor de 4, pues hasta ahora sólo Spring9 reporta resultados serios sobre complicaciones y largo tiempo de evolución. Bueno Métodos Se hace una revisión de 220 pacientes tratados en nuestro Servicio por esta afección en el período comprendido entre enero de 1990 y enero de 1994. Cada uno de ellos fue estudiado clínicamente y con estudios radiológicos (radiografía simple anteroposterior y lateral, artrografía y pruebas de tensión ligamentaria del tobillo), para ser operados posteriormente. A todos se les realizó sutura terminoterminal de los ligamentos rotos, con material irreabsorbible Supramid 00 y cierre por planos con cromado 000; en la piel se empleó seda 00. Se les colocó una bota de yeso por un período promedio de 5 semanas (con un mínimo de 2 semanas y un máximo de 8). El tiempo quirúrgico promedio fue de 40 min (con un máximo de 90 y un mínimo de 25 min). El acto operatorio durante las primeras 24 h fue ejecutado en 174 pacientes, entre 24 y 48 h para 29 pacientes y sólo 17 pacientes se operaron entre 48 y 72 h. Ningún paciente presentaba a los rayos X línea de fractura. Todos fueron mayores de 15 años y menores de 40. Se reportaron el 61,9 % de hombres tratados y el 38,1 % para el sexo femenino. La lateralidad de la lesión correspondió al 51,4 % del lado derecho y el 48,6 % del lado izquierdo. Todos estos pacientes fueron reexaminados entre enero y marzo de 1994. De ellos el 39,1 % tenía entre 1 y 2 años de evolución, el 38,6 % entre 2 y 3 años, el 17,3 % entre 3 y 4 años y el 5 % más de 4 años. Los resultados fueron graduados según Niedermann4 y modificados por nosotros siguiendo los parámetros siguientes: Excelente No inhibición funcional, tanto en el deporte como en las actividades diarias. No recidivancia. Movilidad mayor de 90 % comparada Regular Malo con la del tobillo sano. Laxitud en varo o cajón negativo. No atrofia muscular. Buena fuerza muscular. Discreta limitación funcional del tobillo para el deporte y capacidad normal para las actividades diarias. No recidivancia. Movilidad mayor de 80 % en comparación con la del tobillo sano. Laxitud ausente. No atrofia muscular. Buena fuerza muscular. Discretas limitaciones funcionales para las actividades diarias y total para el deporte. Recidivancia no frecuentes. Movilidad menor del 80 % comparada con la del tobillo sano. Laxitud de ligamentos. Poca atrofia muscular. Fuerza muscular disminuida. Gran limitación funcional. Incapacidad marcada en las actividades diarias. Recidivancia frecuente. Limitación de la movilidad menor del 70 %. Laxitud en varo moderada. Atrofia muscular discreta. Fuerza muscular discretamente disminuida. Resultados Una vez realizado el reexamen de los pacientes, 126 (57,3 %) fueron evaluados de excelente, 73 (33,2 %) de bueno, 18 (8,2 %) regular y 3 (1,3 %) malo. En relación con tiempo de evolución se obtuvieron los resultados siguientes: el 66,7 % de los casos tratados antes de 24 horas tuvieron una evolución excelente; el 30,6 % de estos casos evolucionó con buenos resultados, y sólo una minoría, el 2,7 %, tuvieron evoluciones calificadas de regulares o malas. En el grupo de pacientes operados entre 24 y 72 h el 51,7 % fue calificado de bueno. Los resultados de regulares fueron moderados en todos los grupos. Se obtuvieron resultados malos en el 33,3 % de los pacientes operados de 24 a 48 h y en el 66,7 % de los casos operados entre 48 y 72 h. Con respecto a la edad el 79,4 % de los menores de 25 años fue evaluado de excelente. El 57,1 % de los mayores de 26 años tuvieron una buena evolución. Sin embargo, el 67,7 % de los pacientes mayores de 36 años tuvieron una evolución mala. La rehabilitación del paciente joven fue mejor, y la presencia de artritis postraumática fue causa de mala evolución en los mayores de 36 años que la presentaron. En cuanto a la participación de los ligamentos, la ruptura aislada del ligamento peroneoastragalino anterior (LPAA) representó el 72,4 % en los casos excelentes y el 40,9 % en los casos evaluados de bien. La asociación del LPAA y del ligamento peroneocalcáneo (LPC) representó el 45,5 % en los casos excelentes y el 41,3 % en los casos calificados de bien; en los regulares se reportó el 72,2 %. Por su número no es evaluable la ruptura de los 3 ligamentos, aunque ésta se observó en el 80 % de los casos que evolucionaron bien y regular. Discusión La incidencia del sexo fue mayor en el masculino que en el femenino, lo que coincide con otros autores (Álvarez Cambras, Brostroem, Spring) y cifras muy similares a las nuestras. Esto está dado por la mayor actividad del hombre y su mayor superficie corporal. Lo mismo ocurre con la edad, donde la curva fue mayor entre los 15 y 25 años. En nuestra serie encontramos una mayor frecuencia de lesiones de los ligamentos PAA y PC, para el 50 % de los casos. Las lesiones del LPAA aisladas ocuparon sólo el 47,7 % de los casos lo que está en desacuerdo con lo reportado por otros autores. Hackenbrock2 señala el 70 % de las lesiones del LPAA, así como el 25 % para la asociación LPAA/ /LPC, y el 5 % para todos los haces ligamentosos. En nuestro estudio la asociación de los 3 haces ligamentosos dañados fue algo menor (2,3 %). Nuestra diferencia con la literatura la entendemos por el diagnóstico y la selección de los casos más llamativos clínica y radiológicamente, así como por la realización de un estudio previo. La prueba de estrés (fig.) siempre fue realizada bajo anestesia y más tardía que la artrografía y no 59 FIG. Pruebas de estrés positivas en el tobillo. fue dada como elemento diagnóstico como exponen los autores de la escuela europea. Las complicaciones observadas no fueron de gran envergadura (tabla). TABLA. Complicaciones Entidad Dehiscencia de suturas Sepsis Sudeck del pie Trastornos nerviosos locales Trombosis venosa Artritis traumática Total No. de pacientes % 2 4 1 0,9 1,8 0,4 1 2 4 0,4 0,9 1,8 14 6,2 Fuente: Historias clínicas. Conclusiones 1. En nuestra serie sólo se encontraron pacientes menores de 40 años, de los cuales el 57,3 % tenían menos de 25 años. 2. El LPAA presentó una alta recuperación y magníficos resultados lo que pudiera justificar su no operación. 3. La lesión más frecuente fue la de los ligamentos PAA y PC con el 50 %. 4. Estos ligamentos tratados de forma conservadora han tenido malos resultados (según datos recogidos en la literatura); con tratamiento quirúrgico obtuvimos el 85 % de casos excelentes y buenos. Por lo tanto, señalamos la cirugía como indicación absoluta en este grupo. 60 5. Aunque pequeña la serie de los 3 ligamentos rotos, ésta demuestra ser la de peor evolución, por lo que el proceder quirúrgico está justificado en ella. 6. El 79,1 % de los casos fue operado antes de las 24 h y se obtuvieron resultados excelentes y buenos en el 90,5 % de ellos, lo que concuerda con lo encontrado en la literatura. Summary The ankle ligament injuries represent 15 % of the cases that received attention at the Emergency Department in our country. 220 patients treated in our Service from January, 1990, to January, 1994, were studied. Each of them was clinical and radiologically studied and after a initial evaluation was operated on as soon as possible. It was analyzed how age, the preoperative time and the ligament injury degree influence on the evolution of these patients. Excellent results were obtained in patients under 35 that were operated on before the 24 hours. Subject headings: RUPTURE/surgery; LATERAL LIGAMENT, ANKLE/INJURIES; LATERAL LIGAMENT, ANKLE/ /surgery; ANKLE INJURIES/surgery; TREATMENT OUTCOME. Résumé Les lesions du ligament de la cheville atteintent 15 % des castraités au Service durgence dans notre pays. 220 patients traités dans notre Service entre janvier 1990 et janvier 1994 ont été étudiés. Chacun dentre eux a été cliniquement et radiologiquement étudiés, et après lévaluation initiale, ils ont été opérés le plus vite que possible. On a analysé comment lâge, le délai pré-operatoire et ce degré de lésion ligamenteuse influent dans lévolution de ces patients. Des résultats excellents ont été obtenus chez despatients de moins de 35 ans, opérés avant les 24 heures. Mots clés: RUPTURE/chirurgie; LIGAMENT LATÉRAL DE LA CHEVILLE/lésions; LUGAMENT LATERAL DE LA CHEVILLE/chirurgie; TRAUMATISMES DE LA CHEVILLE/ chirurgie; RESULTATS DU TRAITEMENT. Referencias Bibliográficas 1. Brostroem L. Sprained ankles. Acta Chir Scand 1996;132:537-46. 2. Hackenbruch W, Noesberger B. Ein Haltapparat zum differen zierten Nachweis der fibulaten Bandlaession. Z Orthop 1976;114:669-702. 3. Álvarez Cambras R. Técnica para la reconstrucción del ligamento lateral externo del tobillo. Rev Cubana Ortop Traumatol 1987;1:9-18. 4. Niedermann B. Rupture of the lateral ligament of the ankle: operation or plaster. Acta Orthop Scand 1981;52:579-87. 5. Herzt H. Zur Operationsindikation der frischen fibularen Bandlaession: Vergleichende Stidis nach postoperative und Konservatioger therapie. Unfallchirurg 1981;7:311. 6. Halzach P. Die ambulate operation frischer Au β erbandrupturen des oberan Sprunggelenkes: Unfallchirurg 1985;11:141-7. 7. Fux H, Beck R. Diagnostik, Behanlung und Ergebnisse operativ versorgter frischer Auβerbandrupturen des oberen Sprunggelenkes. Unfallchirurg 1985;11:141-7. 8. Grase D. Lateral ankle ligament injuries. Clin Orthop 1985;183:153-9. 9. Spring R. Die frische Ruptur der fibulotalaren Baender: 5 Jahre Erfahrung mit Gipsfreire r, funktioneller Nachbehandlung ung Specialschunh Unfallchirurg. Versicherungsmedizin 1985;78:81-9. Recibido: 7 de abril de 1997. Aprobado: 14 de octubre de 1998. Dr. Ricardo Rodríguez Beoto. Calle Contreras entre Capricho y San Gabriel, Matanzas. 61 HOSPITAL PROVINCIAL DOCENTE "SATURNINO LORA". SANTIAGO DE CUBA Valor de la decorticación en el tratamiento de la osteomielitis esclerosante difusa de la mandíbula DR. JOSÉ MANUEL DÍAZ FERNÁNDEZ1 Y DR. PABLO PÉCORA ARIAS 2 Díaz Fernández JM, Pécora Arias P. Valor de la decorticación en el tratamiento de la osteomielitis esclerosante difusa de la mandíbula. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):61-5. Resumen Se evaluó retrospectivamente a 16 pacientes con osteomielitis esclerosante difusa de la mandíbula, a los cuales se hicieron 27 decorticaciones. Más de la mitad de ellos se mantuvieron asintomáticos durante 3,9 años después de la cirugía, mientras que en los restantes se realizó la decorticación entre 2 y 5 ocasiones, pero los síntomas recurrieron a los 6,3 meses como promedio después de la operación. Variables como sexo, localización, extensión y cronicidad de la enfermedad no parecieron influir en los resultados, pero sí la edad, la condición dentaria en el área afectada o adyacente a ella y la ejecución deficiente de la técnica quirúrgica; estos 2 últimos aspectos como posibles causas de los fracasos. En cuanto a los promisorios resultados obtenidos en 5 pacientes en los cuales había fallado la decorticación, la aplicación de terapéutica con miorrelajantes y retroalimentación muscular –basada en la hipótesis de que dicha osteomielitis constituye una hiperplasia ósea reactiva atribuible a una tendoperiostitis crónica por hiperfusión de los músculos masetero y digástricos– abre nuevos horizontes en el tratamiento de estos casos. Descriptores DeCS: OSTEOMIELITIS/ cirugía; ENFERMEDADES MANDIBULARES/ cirugía. El tratamiento de la osteomielitis esclerosante difusa de la mandíbula (OEDM) suele ser insatisfactorio, puesto que muchos pacientes experimentan recurrencias luego de una terapéutica antibiótica sistémica y local, administración de antiinflamatorios, oxigenación hiperbárica y exéresis de focos infecciosos y secuestros.1-3 Recientemente se han obtenido resultados promisorios con una fisioterapia que proporciona relajación muscular,4 así como determinados beneficios con el clorodronato disódico (inhibidor de la reabsorción ósea) en la compensación de algunos síntomas de la OEDM que se resisten a varios procederes; sin embargo, aunque se ha procedido a la decorticación de las áreas en diversos estudios,5,6 son sumamente escasos los informes publicados al respecto, tanto sobre los detalles de la técnica quirúrgica como acerca del seguimiento de los pacientes tratados. 1 2 En este trabajo nos propusimos no sólo evaluar retrospectivamente los resultados de la decorticación en la OEDM, su dependencia, exclusiva o no, del procedimiento quirúrgico y algunos factores relacionados con el paciente (edad, sexo, estado de salud y duración de los síntomas), sino informar de forma preliminar el uso de miorrelajantes en diferentes casos, a partir de la hipótesis planteada por Van Merkesteyn y otros.4 Métodos Durante los años 1985-1994 se realizaron en el Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Provincial Docente "Saturnino Lora" de Santiago de Cuba, 39 decorticaciones a 23 pacientes con OEDM. De ese total se excluyó a 7 porque los datos del Especialista de II Grado en Cirugía Maxilofacial. Profesor Asistente. Especialista de I Grado en Cirugía Maxilofacial. 62 seguimiento resultaban insuficientes, de modo que se estudió a 16 (10 mujeres y 6 hombres) con 27 decorticaciones. La edad promedio de estos pacientes al recibir su primera decorticación era de 42,9 años (rango de 22 a 65 años); de ellos, en 9 se realizó dicha técnica solamente una vez y en los 7 restantes en 2 o más ocasiones. Entre las indicaciones para repetir el proceder figuraban los síntomas recurrentes en la región previamente operada o en el lado contralateral de la mandíbula. El período de seguimiento de estos pacientes fluctuó entre 18 y 56 meses (promedio 25,2 meses). Los resultados del tratamiento fueron evaluados en términos de persistencia o ausencia de síntomas subjetivos y a través de imágenes radiográficas indicativas de nueva formación y trabeculación ósea, visibilidad roentgenográfica del conducto dentario inferior, así como manifestaciones clínicas de dolor o no presencia de éste, sensibilidad a la palpación, inflamación, trismus y cambios sensitivos en el sitio tratado. La conducta terapéutica se consideró satisfactoria cuando no se produjo recurrencia alguna durante el seguimiento operatorio. Los pacientes fueron divididos en 2 gupos según la ausencia (grupo A) o persistencia (grupo B) de los síntomas al final del seguimiento, lo cual permitió comparar determinados datos sobre las características de la enfermedad, técnica quirúrgica y hallazgos posoperatorios en ambos casos. Todos los procederes quirúrgicos se ejecutaron por vía intrabucal con anestesia general y también en la totalidad de la serie fue extraída la corteza bucal. En 9 pacientes se hicieron perforaciones con fresas quirúrgicas hacia la cavidad medular y cortical lingual, con liberación del nervio alveolar inferior (figs. 1-3). Se tomaron 27 muestras de tejidos para ser analizadas. FIG. 2. Remoción del hueso cortical lateral para exponer el hueso esponjoso. Estructura neurovascular alveolar inferior liberada alrededor del canal óseo cortical. FIG. 3. Orificios con fresas realizados a través de la cortical lingual. Los 5 pacientes cuyos síntomas se reprodujeron después de las decorticaciones fueron tratados a partir de 1994 con relajantes musculares (incluyendo instrucciones para consumir dieta blanda y evitar los hábitos parafuncionales detectados), ejercicios de rotación, retroalimentación muscular (fisioterapia) y miorrelajantes (diazepán, mefenesina o ambos). Resultados FIG. 1. Osteotomía en el hueso cortical bucal producida por cortes horizontales y verticales con fresa sobre la OED. Los 9 pacientes del grupo A (56,2 %) se mantuvieron asintomáticos, con notable mejoría luego del primer proceder quirúrgico; en tanto los 7 restantes (grupo B) presentaron síntomas aun después de haberles efectuado entre 2 y 5 decorticaciones. Las manifestaciones clínicas recurrieron aproximadamente a los 6,3 meses de realizada la operación (rango entre 2,8 y 14,7 meses), pero en la mayoría de los pacientes (71,4 %) lo hicieron en el transcurso de los 12 meses siguientes al acto quirúrgico. Los períodos libres de síntomas se prolongaron en la medida en que el número de decorticaciones se fue incrementando en el grupo B. Las características preoperatorias y del tratamiento quirúrgico se muestran en las tablas 1 y 2. El sexo, la localización y extensión de los síntomas, así como la duración de la enfermedad no afectaron el resultado terapéutico, pero en cambio se correlacionaron marcadamente con éste la edad, la presencia o ausencia de dientes en las áreas decorticadas, así como las perforaciones hacia la cavidad medular y cortical lingual durante el procedimiento de decorticación. Los pacientes que devinieron asintomáticos (grupo A) eran significativamente más viejos al inicio de los síntomas (p < 0,05) y la cirugía (p < 0,02) y significativamente más frecuentes entre los edentes (p < 0,05) (tablas 1 y 2). También hubo diferencias significativas con respecto a las técnicas quirúrgicas aplicadas en los 2 grupos (p < 0,02) (tabla 2). TABLA 1. Características preoperatorias de los pacientes sin síntomas recurrentes (grupo A) o con ellos (grupo B), después de la decorticación mandibular Características Sexo:Femenino Masculino Edad (en años) al comienzo de los síntomas: (X) Promedio Rango Condición dental: (+) Dentado Edente Localización de los síntomas (+) Regiones relacionadas con dientes Otras regiones Extensión de los síntomas Limitada Extensa Duración de los síntomas antes de la primera cirugía (en años) Promedio Grupo A (N = 9) Grupo B (N = 7) 6 3 4 3 51,5 34-65 34,3 22-46 1 8 7 - 1 8 7 - 4 5 4 3 5,1 2,9 X = Diferencia estadísticamente significativa (p < 0,05) + = Diferencia estadísticamente significativa (p < 0,005) Los síntomas posquirúrgicos aparecieron con inusitada frecuencia en las regiones adyacentes al área decorticada, pero su recurrencia (grupo B) se produjo siempre en zonas dentadas y con dientes desvitalizados en el sitio a operar, además de la 63 incompleta eliminación del hueso cortical bucal, la no perforación del hueso medular y la cortical lingual y la ausencia de liberación del nervio alveolar inferior. TABLA 2. Características quirúrgicas en los grupos A y B después de la primera decorticación Características Edad promedio (en años) al momento de la operación (X) Vía de acceso: Intrabucal Perforación del hueso medular y cortical lingual (X) Sí No Liberación del nervio alveolar inferior (X) Sí No Grupo A (N = 9) Grupo B (N = 7) 54,2 31,6 9 7 9 - 7 9 - 7 X = Diferencia estadísticamente significativa (p < 0,02) Los 7 pacientes con recidiva de la OEDM después del fracaso de las decorticaciones fueron tratados también con antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, oxigenación hiperbárica y combinaciones de estas medidas, al igual que los otros 9 sin remisión alguna del cuadro sintomático. A partir de 1994, los últimos 5 operados cuyos síntomas recurrieron luego de reiteradas decorticaciones, entraron a formar parte de un seguimiento especial de las manifestaciones de la OEDM por el autor principal de este estudio, puesto que en todos ellos se detectaron actividades parafuncionales (bruxismo, apretamiento dentario, onicofagia), asociadas a una relación estrés-exacerbación del síndrome. La palpación de los músculos temporal, masetero, pterigoideo interno y digástricos reveló sensibilidad en uno o más de ellos (tabla 3). La región anterior al ángulo mandibular y parte posterior del cuerpo mandibular se hallaban envueltos en 11 de los pacientes, ya que en los 5 restantes la alteración se localizó en la porción ventral de la mandíbula. En las biopsias efectuadas a estos últimos se pudo comprobar una lesión ósea reactiva, caracterizada por la formación de hueso subperióstico y remodelación del hueso subcortical y cortical, que redundaron en un incremento óseo. Estas alteraciones resultaron más pronunciadas en la parte distobucal del cuerpo mandibular (área de inserción del músculo masetero), aunque en algunos pacientes se 64 TABLA 3. Osteomielitis esclerosante de la mandíbula Paciente Sexo Edad Localización Dolor HiperRelación muscular actividad con estrés 1 F 39 2 F 57 3 F 59 4 F 22 5 F 32 6 F 29 7 M 39 8 M 65 9 M 54 10 F 35 11 F 52 12 M 43 D+U+Me+F+P 13 M 54 D+U+Me+F+P 14 F 33 15 M 48 16 F 35 TMD No Sí No Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí No No No Sí No No No No No No No Sí TMD Sí Sí MPD MD D Sí No No Sí No Sí Tratamiento D+A D+A D+A D+A+OH D+A+OH D+A+OH D+A D+A D+A+OH D+A D+A D+U+Me+F D+U+Me+F D+U+Me+F Dolor muscular: M: masetero; T: temporal; P: pterigoideo interno; D: digástrico. Tratamiento: D: decorticación; A: antibiótico; OH: oxígeno hiperbárico; U: diazepán; Me: mefenesina; F: fisioterapia; P: placa de mordida. encontraron cambios similares en la porción anterolinguinal de la mandíbula (área de inserción del músculo digástrico). Los 5 pacientes fueron tratados, presumiendo que padecían una tendoperiostitis crónica de la OEDM, con miorrelajantes, retroalimentación muscular (fisioterapia) y eliminación de hábitos parafuncionales (tabla 3), sin que ocurriera una regresión de los síntomas entre los 18 y 33 meses de evolución (15,7 meses como promedio). Discusión Montonen y otros5 notifican que la decorticación fue exitosa en 52,9 % de sus pacientes con OEDM; cifra ésta que se aproxima al 56,2 % alcanzado por nosotros. En nuestra casuística, 4 características clinicoterapéuticas estuvieron relacionadas con la recurrencia de síntomas: edad, tiempo de evolución de la enfermedad, presencia de dientes en el área decorticada y no cumplimiento de las normas técnicas en la decorticación. La recidiva sintomática fue inmediatamente adyacente al área decorticada y casi siempre se observó un diente cariado, lo cual sugiere que las partes decorticadas no resultaron todo lo extensas que se requería para completar la curación. La existencia de dientes desvitalizados parece contribuir con fuerza a mantener o perpetuar el proceso osteomielítico. En nuestra serie, la extensión de la decorticación se vio presumiblemente limitada a las áreas con cambios óseos macroscópicos al menos en los 7 pacientes en los cuales fracasó el procedimiento, hallazgo que nos hizo suponer que las áreas enfermas eran en realidad más extensas que lo encontrado en el examen clinicorradiológico y nos obliga a plantear la necesidad de utilizar otros medios de diagnóstico como la scintigrafía, que ofrece más detalles al respecto. Algunos autores7 recomiendan que en casos de fallas reiteradas en el tratamiento de la OEDM, se utilicen métodos más agresivos; sin embargo, consideramos que desventajas asociadas a estos últimos, tales como pérdida de la función del nervio alveolar inferior y problemas inherentes a la reconstrucción mandibular, imponen el uso de procederes más conservadores como repetición de la decorticación y eliminación de dientes desvitalizados. Aunque con carácter preliminar, en los 5 pacientes en los cuales habían fracasado la decorticación y otros métodos terapéuticos conservadores se decidió partir de una novedosa base etiológica de la OEDM, consistente en una tendoperiostitis crónica por hiperfusión de los músculos maseteros y digástricos (que es lo causante de la hiperplasia ósea reactiva) y así se obtuvo una excelente respuesta al tratamiento con miorrelajantes y retroalimentación, asociado a la erradicación de hábitos parafuncionales. Si a ello adicionamos la ausencia en estos pacientes de un evidente origen infeccioso, la revelación en la literatura de un mecanismo similar de reacción al estrés por parte del sistema muscular esquelético en otras regiones del cuerpo,4,6 así como la fuerte predilección de la OEDM por las áreas de inserción de los músculos masetero y digástricos (tabla 3), podrá suponerse la validez de esta hipótesis, que abre nuevos senderos en la investigación de dicha entidad. Summary 16 patients with diffuse sclerosing osteomyelites of the mandible, among whom 27 decortications were performed, were retrospectively evaluated. More than half of them were asymptomatic during 3.9 years after surgery, whereas the rest underwent decortication from 2 to 5 times. Symptoms recurred at 6.3 months as an average after the operation. Variables such as sex, localization, extension and chronicity of the disease did not seem to influence on the results, but age, the dental condition in the affected area or close to it and the deficient execution of the surgical procedure did affect the results. The two last aspects were considered as possible causes of the failures. As regards the promissory results obtained in 5 patients in whom decortication had failed, the application of therapeutics with myorelaxants and muscular feedback – based on the hypothesis that such osteomyelitis is a reactive osteal hyperplasia attributed to a chronic tendoperiostitis by hiperfusion of the masseter and digastric muscles– opens new horizons in the treatment of these cases. Subject headings: OSTEOMYELITIS/surgery; MANDIBULAR DISEASES/surgery. Résumé Una évaluation rétrospective de 16 patients atteints dostéomyélite sclérosante diffuse de la mandibule, sur lesquels on a pratiqué 27 décortications, a été réalisée. Plus de la moitié dentre eux est restée asymptomatique lors de 3,9 ans après la chirurgie, tandis que la décortication a été effectuée sur le reste entre 2 et 5 fois, mais les 65 symptômes ont réapparu à 6,3 mois en moyenne après lopéation. Des variables tels que le sexe, la localisation, l extensión et la cronicité de la maladie nont pas semblé influer dans les résultats, mais lâge, la condition dentaire dans la région atteinte ou voisine à celle-ci et la réalisation déficiente de la technique chirurgicale; ces deux derniers aspects en tant que possibles reisons des échec. Quant aux résultats prometteurs obtenus chez 5 patients, dont la déocortication avait échoué, lapplication de thérapeutiques par myorelaxants et par rétro-alimentation des muscles basées sur lhypothèse que la soi-disante osteomyélite constitue une hyperplasie osseuse réactive attribuible à une tendopériostite chronique par hyperfusion des muscles masséter et disgastriques- ouvre de nouveaux horizons dans le traitement de ces cas. Mots clés: OSTEOMYÉLITE/chirurgie; MANDIBULARES/chirurgie. MALADIES Referencias Bibliográficas 1. Jacobson S. Diffuse sclerosing osteomyelites of the mandible. Int J Oral Surg 1994;23(3):363-85. 2. Merkesteyn JPR van, Bakker DJ, Waal I van der. Hyperbares oxygen treatment on chronic osteomyelitis of the jaws. Int J Oral Surg 1984;13:386-95. 3. Ord RA, El Attar A. Osteomyelitis of the mandible children: clinical presentations and review of management. Br J Oral Maxillofac Surg 1993;31:27484. 4. Merkesteyn JPR van, Groott RH, Bras J. Diffuse sclerosing osteomyelitis of the mandible: a new concept of its etiology. Oral Surg Oral Med Oral Pathol 1990;70:414-9. 5. Montonen M, Jizuka T, Hallikainen D, Lindqvist CH. Decortication in the treatment of diffuse sclerosing osteomyelitis of the mandible. Oral Surg Oral Med Oral Pathol 1993;75(1):5-11. 6. Hammarström P. Decortication in treatment of osteomyelitis of the mandible. Int J Oral Maxillofac Surg 1994;23(1):179-83. 7. Obwegssel HL, Sailer HF. Experiences with intraoral partial resection and simultaneous reconstruction in cases of mandibular osteomyelitis. J Maxillofac Surg 1988;16(1):34-40. Recibido: 21 de mayo de 1998. Aprobado: 18 de septiembre de 1998. Dr. José Manuel Díaz Fernández. Calle Independencia No.125, entre 4a y Avenida de Céspedes, Reparto Sueño, Santiago de Cuba. 66 CLÍNICA ESTOMATOLÓGICA DOCENTE DE ARTEMISA. LA HABANA Análisis de las fracturas maxilofaciales en deportes de combate DR. JUAN CARLOS QUINTANA DÍAZ 1 Y LIC. BÁRBARA M. GIRALT LÓPEZ2 Quintana Díaz JC, Giralt López BM. Análisis de las fracturas maxilofaciales en deportes de combate. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):66-8. Resumen Se realizó un estudio en el cuatrienio 1992-95 donde se analizó el comportamiento de las fracturas maxilofaciales que tuvieron lugar durante la práctica de deportes de combate con respecto al total de fracturas y de las que se produjeron en otros deportes. Se determinó que éstas se correspondían con el 2,12 % del total, y que en el deporte que más se reportaron fue en el kárate con 8 casos para el 18,6 % siguiéndole el boxeo y el Taekwondo; la fractura nasal fue la más frecuente. Se concluye que se ha demostrado la disminución de este tipo de afección debido al mejoramiento de la protección de los atletas. Descriptores DeCS: FRACTURAS MAXILOMANDIBULARES/epidemiología; BOXEO/lesiones; ARTES MARCIALES/ /lesiones; TRAUMATISMOS EN ATLETAS. Desde épocas remotas se tiene conocimiento de la práctica del deporte en diversas partes del mundo y civilizaciones. Dentro de la variada etiología de las fracturas maxilofaciales se reportan los accidentes del tránsito como la causa más frecuente,1-4 sin embargo, en la literatura se exponen diferentes investigaciones donde se asevera que en la práctica deportiva se ocasionan entre el 3 y el 18 % del total de las fracturas faciales.4-8 Los deportes de combate y de fuertes contactos personales como el rugby, el hockey sobre hielo, el fútbol, el kárate, los deportes de montaña y otros, son los que reportan mayor cantidad de casos de esta afección,4,5,7,9 a pesar de los esfuerzos que se siguen por las federaciones deportivas de los diferentes países del mundo.10,11 El empleo de los correctos medios de protección, así como el arbitraje justo y preparado que haga cumplir las reglas de cada deporte, evitando que existan actitudes antideportivas, conllevan a una disminución de estas lesiones. Teniendo en cuenta que en nuestro país no existe el profesionalismo engendro tan cruel que lleva a lesiones que pueden 1 2 comprometer incluso la vida de un atleta y se exige un riguroso cumplimiento de las medidas de protección deportiva, nos dimos a la tarea de estudiar cómo se comportan en nuestro medio las fracturas maxilofaciales en deportes de combate planteándonos como objetivos: 1. Determinar con qué frecuencia se producen fracturas maxilofaciales durante la práctica de deportes de combate. 2. Conocer el comportamiento de estas fracturas según el deporte, el tipo de fractura y la causa que la produjo. Métodos Para realizar este trabajo se analizó en el cuatrenio 1992-1995, a todos los pacientes que fueron atendidos con fracturas maxilofaciales en el Hospital "Carlos J. Finlay", determinando mediante el interrogatorio y los exámenes clínico y radiográfico, cuáles se habían producido durante la Especialista de I Grado en Cirugía Maxilofacial. Profesor Instructor del ISCM-H. Licenciada en Cultura Física. práctica de algún tipo de deporte y específicamente, cuáles en deportes de combate. Una vez determinado esto, se le llenó a cada paciente una planilla donde se recogieron datos generales, edad, sexo, tipo de deporte, causa de la fractura, localización, si requería tratamiento quirúrgico o no y el tiempo de separación del deporte. El método empleado una vez recopilada la información fue el cálculo porcentual con una calculadora marca Sharp, para la confección de las tablas de salida y análisis de los resultados. Resultados En nuestro estudio se encontró que de 612 fracturas tratadas, 43 (7,02 %) ocurrieron durante la práctica de algún tipo de deporte y de ellas 13 fueron en deportes de combate (2,1 %). En la tabla 1 se expone la distribución porcentual de fracturas según el tipo de deporte y vemos que el kárate ocupó el primer lugar con 8 casos (18,6 %), siguiéndole en orden de frecuencia el boxeo y el taekwondo. TABLA 1. Distribución de fracturas según tipo de deporte Deporte No. de fracturas Kárate Boxeo Taekwondo Otros deportes 8 3 2 32 Total 43 % 18,6 6,9 4,7 69,8 100 En cuanto a las causas más frecuentes de estas fracturas se detalla en la tabla 2 que éstas correspondieron al golpe directo de otro atleta en el 69,2 % de los casos y a las patadas de otro jugador en el 30,8 %. TABLA 2. Distribución de fracturas según causa y deporte Causas Kárate No. % Boxeo Taekwondo Total No. % No. % No. % Golpe directo 6 46,2 Patada 2 15,4 3 - 23 - 2 15,4 Total 3 23 2 15,4 13 100 8 61,6 9 4 69,2 30,8 67 La distribución de pacientes según el tipo de fractura y deporte puede verse en la tabla 3 donde se observa que el mayor porcentaje de los casos tratados se correspondieron con fracturas nasales, la mayoría de las cuales se produjeron durante la práctica del kárate. TABLA 3. Distribución de fracturas según deporte Fracturas Kárate No. % Boxeo Taekwondo Total No. % No. % No. % Nasales 4 Maxilomalares 2 Dentoalveolares 2 30,8 15,4 15,4 3 - 23 - 2 - 15,4 9 69,2 2 15,4 2 15,4 Total 61,6 3 23 2 15,413 100 8 Discusión Al analizar los resultados encontrados en nuestro estudio coincidimos con la mayoría de los trabajos consultados en la literatura médica1-4 que plantean que las fracturas en el deporte oscilan entre el 3 y el 18 %. Es de señalar además que en deportes como el judo y la lucha no se reportó ninguna fractura maxilofacial y es importante apuntar esto pues son actividades en las cuales los atletas no realizan ninguna acción tirando golpes y que se desarrollan encima de un colchón. En cuanto a las causas más frecuentes también encontramos resultados similares a los expuestos por Sane,4 Tanaka7 y Seguin.8 Un papel muy importante desempeña en nuestro país la alta maestría deportiva alcanzada por nuestros técnicos y atletas, la utilización de medios de protección y la erradicación del profesionalismo, sobre todo en el boxeo, donde sólo encontramos 3 pacientes. Existen reportes de severos traumatismos craneofaciales sufridos por boxeadores profesionales en diversas partes del mundo, incluso muchos de ellos con pérdida de la vida, graves secuelas estéticas y neurológicas y una invalidez total para la práctica del deporte. La práctica del boxeo amateur se rige por reglas muy humanas como el empleo del protector bucal y la cabecera, el aumento del peso y tamaño de los guantes, lo cual resta fuerza a los golpes y la protección de los boxeadores por los árbitros y médicos para no recibir castigo innecesario. La fractura nasal fue la más frecuentemente encontrada por nosotros, dato similar a lo reportado 68 por otros autores,1,2,4 teniendo en cuenta que la nariz es la parte más prominente de la cara y que sus huesos son frágiles ante cualquier tipo de traumatismo. Del total de los casos con fracturas en deportes de combate tratados por nosotros 10 requirieron tratamiento quirúrgico, lo que llevó a un período entre 30 y 40 días para la recuperación de los atletas y su posterior incorporación al deporte; no hubo que lamentar en ningún caso graves secuelas que afectaran a los pacientes psíquica ni funcionalmente. Conclusiones 1. Las fracturas maxilofaciales que ocurrieron durante la práctica de deportes de combate se correspondieron con el 2,12 % del total de las fracturas estudiadas. 2. Los deportes donde se encontraron fueron el kárate, el boxeo y el taekwondo. 3. La fractura más frecuente fue la nasal y la causa fundamental que la produjo fue el golpe directo de otro jugador. Summary A study was conducted from 1992 to 1995 to analyze the behavior of the jaw fractures that occurred during the practice of fighting sports with respect to the total of fractures and to those reported in other sports. It was determined that these fractures accounted for 2.12 % of the total, and that they were mostly found in karate with 8 cases (18.6 %), folbwed by boxing and Taekwondo. The nasal fracture was the most frequent. It was concluded that this type of affection has been reduced due to the improvement of the athletes protection. Subject headings: JAW FRACTURES/epidemiology; BOXING/ injuries; MARTIAL ARTS/injuries; ATHLETIC INJURIES. Résumé Une étude entre 1992 et 1995, où lon a fait lanalyse du comportement des fractures maxillo-faciales ayant eu lieu lors de la pratique de sports de combat, par rapport au total des fractures, et de celles qui se sont produit dans dautres sports, a été réalisée. On a déterminé que celles-ci avaient correspondance avec 2,12 % du total et que le sport le plus rapporté a été le karate avec 8 caspour 18,6 %, suivi de la boxe et le taekwondo; la fracture du nez a été la plus fréquente. On conclut que la diminution de ce type daffection, du fait de lamélioration de la protection des sportifs, est prouvée. Mets clés: FRACTURES MAXILLO-MANDIBULAIRES/ / épidémiologie; BOXE/lesions; ARTS MARTIAUX/lésions; TRAUMATISMES CHEZ DES SPORTIFS. Referencias Bibliográficas 1. Brook IM, Wood N. Actiology and incidence of facial fractures in adults. Inst J Oral Surg 1983;12:293-8. 2. Telfer MR, Jones GM, Shepherd JF. Trends in the actiology of maxillofacial fractures in United Kingdom. Br J Oral Maxillofac Surg 1991;29(4):250-5. 3. Zachariadis N, Papavassilicu A, Koundoviris I, Papadometrico I. Fractures in the facial skeleton in Greece. J Maxillofac Surg 1983;11:142-4. 4. Sane J, Lindquist C, Kontio R. Sport related maxillofacial fractures in a hospital material. 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Aprobado: 12 de diciembre de 1997. Dr. Juan Carlos Quintana Díaz. Avenida 41 entre 34 y 40. Edificio 73, apartamento 13, 3er. piso, Artemisa, La Habana. 69 CLÍNICA ESTOMATOLÓGICA DOCENTE DE ARTEMISA. LA HABANA Incidencia de fracturas maxilofaciales en el municipio Artemisa DR. JUAN CARLOS QUINTANA DÍAZ,1 DR. DANIEL HERNÁNDEZ IZQUIERDO2 Y LIC. BÁRBARA M. GIRALT LÓPEZ3 Quintana Díaz JC, Hernández Izquierdo D, Giralt López BM. Incidencia de fracturas maxilofaciales en el municipio Artemisa. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):69-71. Resumen Se realiza un estudio sobre la incidencia de las fracturas maxilofaciales tratadas en el Servicio de Cirugía Maxilofacial de Artemisa, entre los años 1994-97. Del total de 167 casos tratados el 62,3 % correspondió al sexo masculino y el 37,7 % al femenino. Las causas más frecuentes fueron los accidentes del tránsito, las caídas, las riñas y los accidentes deportivos y del trabajo. Al igual que en la mayoría de los estudios la fractura nasal fue la más frecuente, siguiéndole en orden las maxilomolares, las dentoalveolares y las mandibulares. Descriptores DeCS: HUESOS FACIALES/lesiones; FRACTURAS CRANEALES/epidemiología; FRACTURAS MAXILOMANDIBULARES/epidemiología; FRACTURAS CRANEALES/etiología; FRACTURAS MAXILOMANDIBULARES/etiología. La etiopatogenia de las fracturas maxilofaciales es muy variada; según numerosos reportes de la literatura médica en el mundo se plantean los accidentes del tránsito como su causa más frecuente los que ocasionan además fracturas faciales más severas, teniendo en cuenta el desarrollo del automovilismo.1-5 Otras causas ocupan lugares importantes como las riñas, accidentes deportivos, domésticos y de trabajo, así como estados patológicos que, en ocasiones, producen fracturas espontáneas.4-10 El motivo de este trabajo es determinar cómo se comporta la incidencia de fracturas maxilofaciales en el municipio Artemisa desde 1994 a 1997, después de creado el Servicio de Cirugía Maxilofacial y de llevar el control estadístico de este tipo de afección, pues anteriormente se remitían todos estos pacientes para los hospitales de Ciudad de La Habana donde sí se recogían muchos trabajos de terminación de residencia con este tema como 1 2 3 los de Lacosta (1989), Ramos (1991), Castillo (1993) y otros. Los objetivos de este trabajo son: determinar cómo se comportan las fracturas maxilofaciales en Artemisa por edades y sexos, así como las causas más frecuentes y el tipo de fractura. Métodos Se realizó un estudio clínico en el Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital "Ciro Redondo" del municipio Artemisa en la provincia La Habana, a todos los pacientes que fueron atendidos con fracturas maxilofaciales, desde 1994 hasta 1997, los que fueron sometidos a interrogatorio y exámenes físico y radiográfico. Una vez determinado que los pacientes presentaban fractura del complejo maxilofacial se llenó su historia clínica para el tratamiento en nuestro Especialista de I Grado en Cirugía Maxilofacial. Profesor Instructor del ISCM-H. Estomatólogo general. Licenciada en Cultura Física. 70 Servicio y se recogieron datos generales, edad, sexo y causa, localización y tipo de fractura. Estos datos fueron llevados a unas planillas resumen con el fin de facilitar el procesamiento estadístico y la confección de las tablas de salida para el análisis y discusión de los resultados. Los porcentajes y promedios fueron determinados por métodos manuales con una calculadora marca "CASIO", y la ayuda de un bioestadístico; la clasificación de las fracturas se hizo según lo descrito en las Normas Cubanas de Cirugía Maxilofacial. Resultados En nuestro estudio se encontró en los 167 pacientes con fracturas maxilofaciales un predominio de los masculinos (62,3 %) sobre los femeninos (37,9 %). La tabla 1 demuestra que en cuanto a la edad en uno y otro sexos, aproximadamente el 75 % de los casos con estas fracturas fueron pacientes de menos de 45 años, mientras que el grupo de pacientes menores de 15 años representó el 5,9 % del total de los casos. TABLA 1. Distribución porcentual por edades y sexo Edades (años) 15 16-30 31-45 46-60 61 y más Total Masculino No. % Sexo Femenino No. % 4 pacientes se reportaron 2 fracturas a la vez. La fractura más frecuente fue la nasal (51,4 %), siguiéndole en orden la maxilomalar (22,8 %), la mandibular (11,7 %); los tipo Lefort y frontonasal no llegaron al 2 % de los casos. TABLA 2. Distribución porcentual según causa de la fractura Causas No. % Accidentes del tránsito Riñas Caídas Accidentes del trabajo Accidentes deportivos Otras causas Accidentes domésticos 64 33 37 10 10 7 6 38,4 19,8 22,2 5,9 5,9 4,2 3,6 Total Tipo de fractura No. % Nasales Maxilomolares Dentoalveolares Mandibulares Lefort Frontonasal 88 39 21 20 2 1 51,4 22,8 12,3 11,7 1,2 0,6 Total 10 77 38 20 22 Discusión 4,2 26,9 18,0 8,4 4,8 3 32 8 6 14 1,7 19,2 4,8 3,6 8,4 5,9 46,1 22,8 12,0 13,2 104 62,3 63 37,7 167 100 En la tabla 2 exponemos la distribución porcentual según la causa de la fractura donde correspondieron 64 pacientes (38,4 %) a los accidentes del tránsito de los cuales en 30 casos fueron partícipes ciclistas, cuya cifra ha aumentado considerablemente en nuestro país después de la década de los años 90. Siguieron en orden las caídas (22,2 %), las riñas (19,8 %) y los accidentes del trabajo y deportivos (5,9 %); los accidentes domésticos y otras causas no llegaron al 5 %. En la tabla 3 encontramos que se trataron un total de 171 fracturas maxilofaciales ya que en 100 TABLA 3. Distribución según tipo de fracturas maxilofaciales Total No. % 7 45 30 14 8 167 171 100 El predominio del sexo masculino y los grupos de edades menores de 45 años tiene relación con que los hombres y las personas más jóvenes de los 2 sexos realizan actividades cotidianas más fuertes e intensas que son capaces de causar estas fracturas, lo que resulta similar a lo encontrado por varios autores estudiados.5,6,9,11 En cuanto a los pocos casos encontrados en menores de 15 años esto puede relacionarse con la extrema elasticidad de los huesos de los niños, que éstos tienen más pequeña la cara en relación con el cráneo y que no están frecuentemente expuestos a traumatismos tan intensos como los adultos.8,12 Comparando nuestros resultados en cuanto a las causas más frecuentes de las fracturas maxilofaciales coincidimos con varios autores,1-3,5 en que los accidentes del tránsito ocupan el primer lugar, sin embargo el número de casos en que estas fracturas son causadas por la violencia interpersonal (riñas) sobre todo por el abuso de alcohol ha aumentado en todos los estudios consultados. Torgensen4 y Hammond13 la reportan en primer lugar y Hill9 encontró un incremento considerable. Las caídas continúan entre los primeros lugares de esta afección y los accidentes deportivos se correspondieron con la media internacional que plantea que entre el 3 y 18 % de las fracturas de la cara ocurrieron durante la práctica de algún deporte, sobre todo en algunos de gran rudeza a pesar del uso de medios de protección.1,6,7 En cuanto a los accidentes del trabajo se debe destacar que si sólo se registró el 5,9 % de los casos, se puede disminuir aún más su casuística si se vela por el cumplimiento de las normas de protección e higiene laboral que en ocasiones no se cumplen. Es necesario recordar que estas fracturas pueden invalidar al hombre por períodos prolongados de reposo y que, en ocasiones, producen considerables deformidades que afectan el estado psíquico por alterar la estética facial. En cuanto a las fracturas más frecuentes coincidimos con la mayoría de los autores,1-3,6,10,11,14 debido a que la nariz es la parte más prominente de la cara y queda expuesta ante la mayoría de los traumatismos. El tratamiento inmediato de estas fracturas determina en gran medida la restauración estética y funcional de estos pacientes; el 87 % de estos casos requirió de tratamiento quirúrgico en nuestro Servicio y en su gran mayoría hubo un resultado excelente, por lo que se incorporaron rápidamente a su vida social y laboral. Conclusiones 1. Se encontró un predominio de fracturas maxilofaciales en el sexo masculino y en pacientes más jóvenes. 2. Los accidentes del tránsito fueron la causa más frecuente con un elevado porcentaje de ciclistas. 3. La fractura nasal fue la más frecuente. Summary A study on the incidence of jaw fractures treated at the Service of Maxillofacial Surgery, in Artemisa, from 1994 to 1997, was conducted. Of the 167 cases that received treatment 62.3 % were males and 37.7 % females. The most frequent causes were traffic accidents, falls, quarrels, and sports and working accidents. As in most of the studies, nasal fracture was the most frequent, followed by maxillomolar, dento-alveolar and jaw fractures. Subject headings: FACIAL BONES/injuries; SKULL FRACTURES/epidemiology; JAW FRACTURES/epidemiology; SKULL FRACTURES/etiology; JAW FRACTURES/etiology. Résumé 71 Une étude su lincidence des fractures maxillo-faciales traitées au Service de Chirurgie maxillo-faciale dArtemisa a été réalisée entre 1994 et 1997. Du total de 167 cas traités, 62,3 % correspond au sexe masculin et 37,7 % au sexe féminin. Les causes les plus fréquentes ont été les accidents du trafit, les chutes, les bagarres et les accidents de sport et de travail. La fracture du nez a été la plus fréquente, de même que la plupart des études, puis les fractures maxillo-molaires, les dento-alvéolaires et les mandibilaires. Mots clés: OS FACIAUX/lésions; FRACTURES CRÂNIENNES/ /épidémiologie; FRACTURES MAXILLO-MANDIBULAIRES/ /épidémiologies; FRACTURES CRANIENNES/étiologie; FRACTURES MÁXILLO-MANDIBULAIRES/étiologie. Referencias Bibliográficas 1. Alzelius E, Rosen C. Facial fractures; a review of 368 cases. Int J Oral Surg 1980;9(2):25-30. 2. Telfer MR, Jones GM, Shepherd JP. Trends in the actiology of maxillofacial fractures in United Kingdom. Br J Oral Maxillofac Surg 1991;29(4):250-5. 3. Brook IM, Wood N. Actiology and incidence of facial fractures in adults. Int J Oral Surg 1983;12(4):293-8. 4. Torgesen S, Tornes K. Maxillofacial fractures in a Norwegian district. Int J Oral Maxillofac Surg 1992;21(6):335-8. 5. Muraoka M, Nakai Y, Shimada K, Nakaki Y. Ten-year statistics and observation of facial bone fracture. Acta Otolaryngol Suppl (Stockh) 1991;486:217-33. 6. Quintana JC, Giralt BM. Incidencia de fracturas maxilofaciales relacionadas con el deporte. Rev Cubana Estomatol 1996;33(2):87-90. 7. Sane J, Lindquist C, Kontio R. Sport related maxillofacial fractures in a hospital material. Int J Oral Surg 1988;17(2):122-4. 8. Thaller SR, Huang V. Midfacial fractures in the pediatric population. Ann Plast Surg 1992;29(4). 9. Hill CM, Crosher RF, Carroel MJ, Mason DA. Facial fractures. The result of a prospective four year study. J Craniomaxillofac Surg 1984;12(2):267-70. 10. Zachariadis N, Papavassilicu A, Papadometrico I, Koundoviris I. Fractures of the facial skeleton in Greece. J Maxillofac Surg 1983;11(1):142-4. 11. Levi Alfonso J. Análisis de las regiones del cuerpo afectadas en niños politraumatizados. Rev Cubana Estomatol 1984;21(2):223-31. 12.Levi J, Dou Ason N. Análisis de las lesiones faciales por traumatismos en niños que motivaron la hospitalización en un período de 2 años. Rev Cubana Estomatol 1985;22(2):268-75. 13.Hammond KH, Ferguson JW, Edwards JL. Fractures of the facial bones on the Otago region 1979-1985. NZ Dent J 1991;87(387):5-9. 14.Renner JR. Management of nasal fracture. Otolaryngol Clin North Am 1991;24(1):195-203. Recibido: 4 de julio de 1998. Aprobado: 17 de septiembre de 1998. Dr. Juan Carlos Quintana Díaz. Avenida 41 entre 34 y 40. Edificio 73, apartamento 13, 3er. piso. Artemisa, La Habana. 72 CENTRO DE INVESTIGACIONES MÉDICO-QUIRÚRGICAS (CIMEQ). CIUDAD DE LA HABANA Evaluación clínica de resultados de prótesis total de cadera DR. SC. ALFREDO CEBALLOS MESA, 1 DR. ROBERTO BALMASEDA MANENT, 2 DR. ROBERTO PUENTE RODRÍGUEZ3 Y DR. MARIO PEDROSO CANTO 3 Ceballos Mesa A, Balmaseda Manent R, Puente Rodríguez R, Pedroso Canto M. Evaluación clínica de resultados de prótesis total de cadera. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):72-6. Resumen Se presenta la evaluación clínica de los resultados de 33 caderas operadas con prótesis total primaria de cadera en 28 pacientes con edades entre 22 y 81 años, que tenían más de 2 años de operados por distintas causas muchas de las cuales habían sido operadas previamente por otras técnicas. Para la evaluación fue escogida la puntuación presentada por la Clínica de los Hermanos Mayo en 1985 que para los resultados clínicos da un máximo de 80 puntos. Como puntaje medio se obtuvo la cifra de 67,9; 16 caderas obtuvieron una puntuación por encima de ésta, para el 48,5 %. En el resultado final, entre excelente y bien (80-60 puntos), se encontraron 28 caderas para el 84 % lo que representa una adecuada reincorporación de nuestros pacientes a la vida social. Descriptores DeCS: CADERA/cirugía; PROTESIS DE CADERA. Desde los primeros trabajos de M. D´Aubigné1 varios autores han tratado de estandarizar un sistema de evaluación sobre los resultados de la prótesis total de cadera. Harris,2 en 1969, desarrolló una escala de puntaje hasta 100 donde incluia tanto la evaluación clínica como la radiográfica, especialmente para las prótesis cementadas. Amstutz3 en 1982 modificaría esta evaluación. El Hospital para Cirugía Especial (The Hospital for Special Surgery) desarrolló su escala de medición en especial la parte radiográfica, tanto para las cementadas como para las roscadas o atornilladas.4 En 1985, la Clínica de los Hermanos Mayo5 elaboró una nueva escala de medición de los resultados basada en especial en el síntoma dolor al que le asignó un valor de 40 puntos sobre los 80 de su máximo en Clínica, ya que es principalmente ésta la causa que lleva al paciente al acto operatorio. El resto de hasta 100 lo dividió entre las características radiográficas de fémur y acetábulo. Para nuestro trabajo hemos escogido esta escala que puede ser 1 2 3 reproducible por cualquier observador y que se mantiene en el tiempo para continuar las evaluaciones futuras del paciente. La variabilidad de nuestros elementos protésicos (cementadas y no, bipolares, híbridos) determinó que se excluyera la evaluación radiográfica sobre la cual, además, no hay criterios uniformes en cuanto a las variables medibles y su meticulosidad.6 Métodos El presente trabajo ha sido realizado con pacientes operados por prótesis total de cadera primarias, por el mismo equipo de cirujanos ortopédicos en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana, Cuba entre 1985 y 1993. Fueron incluidos pacientes que como mínimo tenían 2 años de operados con prótesis primarias, y se excluyeron aquellos a los que se les realizó recambio protésico, ya fueran de nuestro Centro o Doctor en Ciencias. Profesor Consultante de Ortopedia y Traumatología. ISCM-H. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Asistente. Jefe del Servicio de Ortopedia y Traumatología. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. remitidos de otras instituciones, y a los que habían fallecido o no fue posible evaluar. Se analizaron 33 caderas (23 de mujeres y 10 de hombres) en 28 pacientes cuyas edades en el momento de la operación oscilaban entre 22 y 81 años para un promedio de 53,7 ± años. El peso promedio de los pacientes fue 64 kg para las mujeres y 75 kg para los hombres; la estatura promedio fue de 160 cm para las mujeres y 175 cm para los hombres, lo que se adapta a la configuración del cubano. Los diagnósticos que llevaron a estos pacientes a ser operados fueron: Coxoartrosis esencial Necrosis aséptica Secuelas traumáticas Uso de esteroides Artrocatadisis Artritis reumatoidea 15 6 6 3 2 1 De los pacientes, un grupo había sufrido operaciones previas por variadas causas, entre ellas: Prótesis Thompson Clavos-placas Osteotomías Perforaciones Exéresis de cabeza femoral 4 2 2 1 1 El acto operatorio fue realizado por abordaje posterior en 25 caderas, anteroexterno en 5 y anterior en 3. En 5 pacientes se realizó osteotomía del trocánter mayor con osteosíntesis por alambres. Se emplearon distintos tipos de prótesis: Charnley Aesculap Etropal Howse Prowal 10 9 8 4 2 Se realizaron 16 prótesis cementadas, entre ellas en 12 se cementó el componente femoral siendo 4 híbridas al siempre cementarse la cúpula acetabular. En 17 caderas la prótesis fue no cementada, cotilo roscado y vástago femoral a presión. Para realizar la evaluación se revisaron los pacientes operados entre marzo/86 y diciembre/93 por medio de entrevista personal y en otros casos por evaluación de su historia clínica y encuesta por correo. 73 Se tomó la escala de la "Mayo Clinic" que evalúa los resultados de la clínica con un máximo de 80 puntos repartidos en: Dolor Ninguno Ocasional Moderado 40 puntos 40 35 20 Función Distancia a caminar Hasta 10 cuadras 6 cuadras 1-3 cuadras En la casa No camina 20 puntos 15 puntos 15 12 7 2 0 Uso de muletas o bastón Ninguno Ocasional Todo el tiempo 5 puntos 5 4 3 Movilidad y poder muscular 20 puntos Capacidad de movilizarse en vehículo 5 puntos Fácilmente 5 Con dificultad 3 Cuidado de sus pies 5 puntos Fácilmente 5 Con dificultad 3 Claudicación evidente a la marcha 5 puntos Ninguna 5 Moderada 3 Severa 0 Subir escaleras Normal Sosteniéndose Escalón a escalón No 5 puntos 5 4 2 0 Esta escala es la traducción de la publicada por Kavanagh.5 Para el análisis de la información se utilizaron los porcentajes medios y desviaciones estándar como medias de resumen calculadas mediante el sistema CSS. Resultados La aplicación de la escala de medición de la 74 "Mayo Clinic" se caracterizó por evaluar el dolor y la función más que por las mediciones de ángulos y movimientos como en otras, tampoco evalúa la ingestión de analgésicos u otros medicamentos. En 19 caderas (57,6 %) operadas los pacientes no refirieron ningún dolor, en 12 el dolor fue ocasional (36,4 %) y dolor moderado en 2 caderas 48,5% 48,5% 36,4% 3% N inguno 57,6% O casional Tod o eltiem po FIG. 3. Uso de muletas o bastón. necesitó apoyo todo el tiempo (figs. 2 y 3). 6% N ingún dolor O ca sional M oderado FIG. 1. Dolor. (6 %) (fig. 1). Al evaluar la función, la distancia al caminar fue de hasta 10 cuadras y 6 cuadras en 15 caderas (45,4 %) respectivamente; sólo en 3 la distancia fue de 1-3 cuadras (9,1 %). El número de caderas que no necesitó ningún tipo de apoyo al caminar fue de 16 (48,5 %), igual resultado se obtuvo para las que necesitaron apoyo ocasionalmente y sólo en 1 cadera (3,0 %) se La puntuación obtenida para la evaluación de la movilidad y el poder muscular se muestran en las figuras 4 a 7. El 60,6 % de las caderas operadas se movilizan en vehículos fácilmente, el 84,8 % tiene dificultad en el cuidado de sus pies; el 27,3 % no presentaron claudicación evidente a la marcha. El 69,7 % presentaron claudicación moderada y severa, sólo 1 cadera (3 %). En 8 caderas (24,2 %) la capacidad para subir escaleras fue normal; en 9 (27,3 %) necesitaban sostenerse; 15 (45,4 %) subían escalón a escalón y 1 (3,0 %) no puede subir escaleras. 39,4% 60,6% F ácilm ente FIG. 2. Distancia al caminar. C on dificultad FIG. 4. Capacidad de movilización en un vehículo. 15,2% 84,8% F ácilm ente C on dificultad FIG. 5. Cuidado de los pies. 75 De la suma máxima de 80 puntos la media de nuestros resultados fue de 67,9 puntos y se reportaron 16 caderas por encima de dicha cifra. El rango de valores para incluir a las caderas evaluadas dentro de los resultados establecidos en la práctica diaria, tanto en las escalas de Harris como en la "Mayo Clinic" se establece reduciendo 10 puntos del valor máximo para las distintas denominaciones. Sobre esa base la evaluación final en este estudio fue: en 3 caderas (39,4 %) y 15 (45,4 %), se obtuvo una evaluación de excelente y bien respectivamente, que representa un total de 84,8 %; en 4 (12,1 %) la evaluación resultó regular y en 1 (3,0 %) mal (fig. 8). % 45,4 M archa 39,4 69,7% 60 12,1 40 27,3% 3 20 E xcelente 3% 0 N inguna M oderada S eve ra B ien R egu lar M al FIG. 8. Evaluación final. FIG. 6. Limitación a la marcha. Discusión % 45,4 27,3 24,2 3 N o puede E scalón a escaló n S osteniéndose N orm al FIG. 7. Comportamiento al subir escaleras. Para analizar los resultados en cualquier tipo de operación o tratamiento de un grupo quirúrgico por parte de ellos mismos, se requieren escalas medibles que puedan ser realizadas por cualquier observador parcial o imparcial dado que las respuestas las brinda el propio paciente y no la interpretación del observador; de ahí la importancia de esta escala de la "Mayo Clinic". En esta modesta serie de evaluación clínica el 48,5 % de las caderas operadas mostraron resultados por encima de 67,9 puntos de 80 posibles y al sumar las que tuvieron puntuación por encima de 60 puntos donde se pueden incluir los conceptos de excelente y bien, este porcentaje se elevó al 84,8 %. Beckenbaugh e Ilstrup,7 utilizando la escala de Harris modificada encontraron un 85 % de resultados excelentes y buenos. Kavanagh e Ilstrup utilizando el esquema de la "Mayo Clinic" encontraron el 52 % entre excelente 76 y bueno y con el mismo material encontraron el 65 % cuando aplicaron la escala de Harris modificada, esto refleja la variación pero también la similitud final entre las distintas escalas de medición de resultados en las prótesis totales de cadera. Hemos encontrado pacientes con dolor ocasional o moderado junto con alguna cojera en especial en aquéllos en quienes se realizó osteotomía del trocánter mayor y también al revisar los exámenes radiográficos, imágenes que pueden interpretarse como de aflojamiento pero asintomáticas en el orden clínico. Si estas caderas van a avanzar hacia un futuro fallo clínico es impredecible pero podemos señalar que en esos casos el puntaje fue de menor cuantía, en ellos debemos profundizar en los estudios imagenológicos para precisar la necesidad del recambio protésico, al respecto Kavanagh ha señalado que en sus casos solamente el 30 % de los pacientes con imágenes radiográficas de aflojamiento presentaban síntomas clínicos.8 En conclusión pensamos que esta escala evaluativa de la "Mayo Clinic" 1985 refleja el estado del paciente y permite evaluar el pronóstico y evolucionarlo con un mismo patrón durante toda su vida de una manera sencilla por cualquier observador tanto en consulta externa, como por encuesta. Summary The clinical evaluation of the results of 33 hips operated on with total primary hip prothesis in 28 patients aged 28-81, who had been surgically treated more than 2 years age due to different causes, which had led to previous operations by other techniques, is presented. The scoring system used by the " Hermanos Mayo " Clinic, in 1985, that grants a maximum of 80 points for clinical results was selected for the evaluation. The mean scoring was 67.9. 16 hips obtained a higher scoring (48.5 %). In the final result, 28 hips were between excellent and good (80-60 points), accounting for 84 %, which represents an adequate reincorporation of our patients to social life. Subject headings: HIP/surgery; HIP PROTHESIS. Résumé Lévaluation clinique des résultats de 33 hanches opérées, avec une prothèse totale primaire de hanche chez 28 patient âgés entre 22 et 81 ans, ayant plus de 2 ans dopérés par différentes raisons dont beaucoup dentre elles avaient été préalablement traitées pard dautres techniques, est présentée. Pour cette évaluation, on a choise le score présenté par la Clinique des Frères Mayo en 1985 qui compte 80 points au maximum pour les résultates cliniques. Comme score moyen, on a obtenu un score supérieur à celui-ci, pour 48,5 %. Dans le résultat final, on a trouvé 28 hanches, entre excellent et bien (80-60 points), pour 84 %, représentant un retour adéquat de nos patients à la vie sociale. Mots clés: HANCHE/chirurgie; PROTHÈSE DE HANCHE. Referencias Bibliográficas 1. DAubigné MR, Postel M. Functional results of hip arthroplasty with acrylic prothesis. J Bone Joint Surg 1954;36A:451-75. 2. Harris W. Traumatic arthritis of the hip after dislocation and acetabular fractures: treatment by hold arthroplasty, an end result study using a new method of result evaluation. J Bone Joint Surg 1969;51-A:737-55. 3. Amstutz H. Revision of aseptic loose total hip arthroplasties. Clin Orthop 1982;170:21-33. 4. Pellici P, Philip D, Wilson Jr. Long term results of revision total hip replacement. J Bone Joint Surg 1985;67A(4):513-16. 5. Kavanagh B, Ilstrup D. Revision total hip arthroplasty. J Bone Joint Surg 1985;67-A(4):517-26. 6. Johnston RC, Fitzgerald R. Clinical and radiographic evaluation of total hip replacement, a standard system of terminology for reporting results. J Bone Joint Surg 1990;72A:161-8. 7. Beckenbaugh R, Ilstrup D. Total hip arthroplasty. A review of three hundred and thirty-three cases with long followup. J Bone Joint Surg 1978;60-A:306-13. 8. Neumann L, Freund K. Long term results of Charnley total hip replacement. J Bone Joint Surg 1994;76B(2):245-51. Recibido: 12 de diciembre de 1996. Aprobado: 6 de marzo de 1997. Dr. Alfredo Ceballos Mesa. Calle 62 No. 722, municipio Playa, Ciudad de La Habana, Cuba. 77 HOSPITAL "DR. ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA". LAS TUNAS Analgesia acupuntural: su repercusión en el distrés posquirúrgico DR. ERACLIO DELGADO RIFÁ,1 DR. MARCELO PEÑA GUERRA2 Y LIC. REYNERIO CAMEJO LLUCH 3 Delgado Rifá E, Peña Guerra M, Camejo Lluch R. Analgesia acupuntural: su repercusión en el distrés posquirúrgico. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):77-80. Resumen Se realizó un estudio descriptivo y prospectivo de 40 pacientes con el diagnóstico de síndrome del túnel carpiano, atendidos en la consulta de Ortopedia del Hospital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna" de las Tunas, durante el período comprendido entre julio de 1995 y mayo de 1996, operados con analgesia acupuntural. Se demostró la inocuidad y eficacia del método, con un distrés posoperatorio bajo y ausencia de dolor posquirúrgico en el 90 % de los pacientes. El nivel de ansiedad fue ligero, representativo del estado emocional del paciente. Se destaca el ahorro en el consumo de medicamentos en un período posoperatorio más confortable. Descriptores DeCS: ANALGESIA POR ACUPUNTURA; SINDROME DEL TUNEL CARPIANO/ cirugía; DOLOR POSTOPERATORIO/ terapia; ANESTESIA POR ACUPUNTURA; ANSIEDAD. Desde la antigüedad, en las civilizaciones occidentales el dolor ha sido tratado mediante el uso de fármacos, sobre todo con el opio y sus derivados, el alcohol, etc.; sin embargo, en las orientales la tendencia ha estado dirigida al empleo de terapéuticas del tipo de la estimulación, particularmente la acupuntura. En la actualidad, la medicina tradicional constituye una de las disciplinas de mayor interés en muchas regiones del mundo. La acupuntura y la moxibustión son sólo algunos de sus componentes y junto a la herbolaria, representan los métodos más antiguos que se conocen. Surgida hace unos 5 000 años en China, comienza como línea de investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1974. Fue introducida en Latinoamérica en 1948 y en nuestro país en los años 1960-1962.1-3 El dolor posoperatorio es un problema muy difundido y constante en los cuidados del paciente quirúrgico. Hace ya más de un cuarto de siglo, Keats observó que el enfermo patéticamente demacrado, 1 2 3 sudoroso, temeroso de moverse y hasta de respirar se había convertido en una de las características constantes en las salas de recuperación o de posoperatorio.4 Thompson llevó a cabo una revisión de la literatura en lo referente a la relación entre el control del comportamiento perceptible sobre un acontecimiento desagradable y la magnitud de la tensión que éste origina. La ansiedad es un fenómeno complejo, respecto al cual hay estudios teóricos importantes en cuanto a su naturaleza, causa y dimensión. Según algunos autores pudiera ser evidente antes de la intervención quirúrgica, caso en el cual sería anticipatoria, o después de ésta, siendo entonces concomitante con el dolor y determinada en parte por el componente emocional de la experiencia dolorosa.4 El dolor es un síntoma reconocido universalmente como frecuente y angustiante, con aspectos afectivos e interpretativos; la mayor parte de los autores trabaja la acupuntura en este sentido con excelentes resultados.5-9 Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Hospital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna". Residente de Ortopedia y Traumatología. Hospital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna". Licenciado en Psicología Médica. Policlínico "Piti Fajardo". Profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de Las Tunas. 78 Cada año alrededor de 23 millones de personas son intervenidas quirúrgicamente en los Estados Unidos, y a pesar de los analgésicos utilizados de modo general para controlar el dolor posoperatorio, la mayoría de los pacientes siguen experimentando un alivio incompleto de éste, lo cual significa que aún sigue generando sufrimiento con una frecuencia aterradora en el paciente quirúrgico. La analgesia acupuntural para operaciones comienza a desarrollarse en Shangai a partir de 1958; con esta técnica se observó que el paciente no presentó más dolor y que su estado general era tan satisfactorio que podía ingerir alimentos. Cuando hablamos de analgesia acupuntural, nos referimos al estado que se alcanza en el paciente al aumentar el umbral doloroso en el cual una intervención quirúrgica no produce dolor a nivel consciente. Compartimos el criterio de que la inconstancia en el uso de la técnica acupuntural y la falta de divulgación son responsables de la intermitencia de su popularidad en el mundo occidental; pretendemos con este trabajo y es nuestro principal objetivo, motivar a pacientes y médicos de nuestros tiempos con dicha disciplina. Métodos Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo y longitudinal de los pacientes atendidos en la consulta de Ortopedia del Hospital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna" de Las Tunas, con el diagnóstico de síndrome del túnel carpiano, operados con analgesia acupuntural en el período comprendido entre julio de 1995 y mayo de 1996. Se hizo un estudio sistemático en una consulta especializada abierta creada para este fin, donde se le llenó a cada paciente una encuesta diseñada al efecto, que contemplaba las variables de interés para la investigación. Todos los pacientes fueron evaluados en la consulta de Psicología del policlínico "Piti Fajardo" antes y después de la intervención. Para demostrar la repercusión emocional en el paciente se utilizó la escala de ansiedad personal, cuyo propósito es valorar los estados ansiosos de los sujetos expuestos o no a situaciones estresantes según la puntuación obtenida, en la que se plantea la siguiente clasificación: 1-18: ansiedad baja. 19-24: ansiedad moderada. 25 y más: ansiedad alta o patológica. Nuestro universo estuvo constituido por 40 pacientes, pues fueron excluidos aquellos enfermos con una personalidad ansiosa de base; todos fueron operados de forma ambulatoria y con la misma fórmula de tratamiento: Punto de la arteria axilar P5 IG1 1 hacia C3. Para valorar la eficacia de la técnica utilizamos los criterios del profesor vietnamita Nguyen Taij Thu: Bueno: La operación se desarrolla con toda seguridad, el paciente se halla consciente y no siente molestias por el dolor, manifestado clínicamente por un gesto o mueca. Satisfactorio: La operación se desarrolla sin incidente, el paciente está consciente, puede sufrir algún que otro dolor o sensación de pesantez, de malestar, pero todo esto soportable. Mediano: El operado está consciente, manifiesta molestias de tiempo en tiempo a través de movimientos o gemidos, pero soportables hasta el final de la operación. Fracaso: Se debe variar el método anastésico en el transcurso de la operación. Resultados La totalidad de los pacientes pertenecía al sexo femenino (100 %). En nuestra serie, los resultados alcanzados con el empleo de la analgesia acupuntural como técnica novedosa demuestran su eficacia, pues no hubo ningún fracaso; en el 70 % de los operados los resultados se catalogaron de buenos, mientras que en el 20 y 10 % restante estos fueron satisfactorios y medianos, respectivamente. No se observaron complicaciones importantes: sólo 1 paciente sufrió una lipotimia; el dolor en el período posoperatorio inmediato se presentó solamente en el 10 % de los casos y el 15 % tuvo necesidad de ingerir algún tipo de medicamento, ya fuera analgésico o sedante. En cuanto a la medición del estado de ansiedad, el 15 % de los pacientes estuvieron en la escala de ansiedad intensa antes de la operación, en tanto que el 55 y el 30 % se situaron en la escala moderada y leve, respectivamente; sin embargo, no ocurrió lo mismo con la ansiedad posoperatoria, ya que ningún paciente tuvo ansiedad intensa, sólo el 20 % moderada y leve el 80 % restante. Discusión Es nuestra intención con los resultados de este trabajo recopilar información sobre un proceder que ha soportado la prueba del tiempo y ha sido lo suficientemente eficaz como para que el anestesiólogo lo incorpore a su arsenal; además de que podría tener un impacto socioeconómico favorable, al ofrecer una alternativa viable en la cirugía de miembros superiores. Según la bibliografía revisada,10 existen estudios en los que mediante tomografía axial computadorizada se ha demostrado una estenosis congénita del canal carpiano en los pacientes afectados por este síndrome y a su vez se puso de relieve que en las mujeres el canal carpiano era significativamente inferior al de los hombres, lo cual explicaría el predominio femenino en esta enfermedad. En cuanto a los resultados obtenidos con la analgesia acupuntural, no tuvimos ningún fracaso con este proceder y sólo el 30 % de los pacientes presentaron en algún momento cierta sensación desagradable, y estos fueron precisamente los primeros casos operados en nuestra serie, lo que es lógico atribuir a la falta de adiestramiento o experiencia del cirujano al operar con este proceder, en el que debemos emplear una técnica delicada, sin provocar tironeamientos innecesarios, proteger el tejido nervioso, etc., habilidad que fuimos adquiriendo con el transcurso del tiempo, y pensamos que es uno de los requisitos imprescindibles para el éxito de la operación. La analgesia por acupuntura es un proceder inocuo y produce un distrés posquirúrgico bajo; sólo el 10 % de los pacientes presentaron dolor en el período posoperatorio inmediato, mientras que éste no se manifestó en el 90 % restante. La OMS ha demostrado los diferentes mecanismos de acción de la estimulación acupuntural; sabemos que a través de ella se producen desde el punto de vista humoral sustancias del tipo de las encefalinas, endorfinas y ACTH, con poder analgésico muy potente y que ejercen su acción a distancia de donde son producidas; además, se libera el AMP cíclico, que actúa sobre la memoria del dolor, entre otras sustancias, lo cual explica la analgesia posoperatoria que se alcanza con este método y cambia el patrón que estamos acostumbrados a ver en este tipo de paciente: anestesia-operación-dolor, por el de acupuntura-operación-no dolor, tal como plantean otros autores11 y que explica el bajo consumo de 79 medicamentos (sedantes y analgésicos) que tuvieron estos pacientes en el período posoperatorio. La medición del estado de ansiedad refleja el ligero malestar posoperatorio experimentado por nuestros pacientes; como vemos, la ansiedad preoperatoria y posoperatoria se manifestó de manera inversa, ya que pacientes con niveles elevados de ansiedad en el preoperatorio mostraron bajos niveles posoperatorios o concomitante, como la llaman algunos autores, pues generalmente concomita con la experiencia dolorosa. Consideramos que la ausencia del dolor quirúrgico es el dato de mayor interés en lo que respecta a la valoración de esta variable; pero, asimismo, a la acupuntura no sólo se le confieren efectos inhibidores del dolor, pues además se destaca, entre otras, su acción sedante, que también influyó en nuestros resultados, todo lo cual abre un amplio y fructífero campo en la psicología del paciente quirúrgico. Summary A descriptive and prospective study of 40 patients with the diagnosis of carpal tunnel syndrome that attended the Department of Orthopedics of the «Dr. Ernesto Guevara de la Serna» Hospital, in Las Tunas, from July, 1995, to May, 1996, and were operated on with acupuncture analgesia, was carried out. The inocuity and efficacy of the method was proved with a low postoperative distress and the absence of postsurgical pain in 90 % of the patients. The anxiety level was mild and representative of the emotional state of the patient. There was a considerable saving of drugs as a result of a more comfortable postoperative period. Subject headings: ACUPUNCTURE ANALGESIA; CARPAL TUNNEL SYNDROME/surgery; PAIN, POSTOPERATIVE/therapy; ACUPUNCTURE ANESTHESIA; ANXIETY. Résumé Une étude descriptif et prospectif de 40 patients avec un diagnostic de syndrôme du canal carpien, traités dans la consultation dOrthopédie de lhôpital "Dr. Ernesto Guevara de la Serna" de las Tunas, a été réalisée pendant la période comprise entre juillet 1995 et mai 1996, opérés sous analgésie acupuncturale. On a constaté linocuité et lefficacité de la méthode, avec un faible distress post-opératoire et la manque de douleur post-chirurgicale en 90 % des patients. Le niveau danxiété a été léger, montrant létat émotif du patient. On relève lépargne dans la prise de médicament dans une période post-opératoire plus confortable. Mots clés: ANALGESIC PAR ACUPUNCTURE; SYNDROME DU CANAL CARPIEN/chirurgie; DOOLEUR POST-OPÉRATOIRE/ /thérapie; ANESTHÉSIE PAR ACUPUNCTURE; ANXIÉTÉ. 80 Referencias Bibliográficas 1. Rigol Ricardo O. Manual de acupuntura y digitopuntura. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1992:1-2. 2. López G, Aldo V. Tratamiento con acupuntura del esguince de tobillo. Rev Cubana Med Deport Cult Fis 1991;2:106-10. 3. Rigol Ricardo O. Apuntes para la historia de la acupuntura en Cuba. Rev Cubana Med Gen Integral 1993;9:289-90. 4. Smith G. Dolor agudo. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 1987:23-39. 5. González R, Jorge L. Acupuntura, moxa y ventosa en el tratamiento de la radiculitis lumbosacra crónica. Rev Cubana Ortop Traumatol 1994;8:73-80. 6. Bosh VF. Utilidad del método de la acupuntura en el tratamiento de la lumbociatalgia. Rev Cubana Ortop Traumatol 1989;3:64-9. 7. González R, Jorge L. La electroacupuntura en el tratamiento de la radiculitis lumbosacra. Evaluación electrofisiológica de los resultados. Rev Cubana Ortop Traumatol 1993;7:76-80. 8. Carmenaty BI. Acupuntura y dolor lumbosacro. Rev Cubana Ortop Traumatol 1991;5:93-100. 9. Padrón MR. Acupuntura. Su valor en el tratamiento de la sacrolumbalgia. Rev Cubana Med 1989;28:471-7. 10. Roquer González J, Herraiz Rocamora J, Masó Subirana E. Síndrome del túnel carpiano. Estudio de 150 casos (220 manos) demostrados mediante estudio electroneurográfico. Rev Clin Esp 1987;180(3):136-41. 11. Urgellés MLA. Analgesia por acupuntura en el tratamiento por radium intracavitario en el cáncer de útero. Rev Cubana Oncol 1985;1:263-70. Recibido: 9 de mayo de 1997. Aprobado: 23 de octubre de 1998. Dr. Eraclio Delgado Rifá. Calle B, Edificio 1, entre 77 y Luis Ramírez López. Reparto Médico. Las Tunas. COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA 81 Artrómetro de rodilla para lesiones de ligamentos cruzados (constrúyalo usted) DR. GASTÓN ARANGO GARCÍA,1 DRA. OLGA E. PRADO GARCÍA2 Y TÉC. ANTONIO MÉNDEZ FORNARIS3 Arango García G, Prado García OE, Méndez Fornaris A. Artrómetro de rodilla para lesiones de ligamentos cruzados (constrúyalo usted). Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):81-3. Resumen Se muestra el método para construir un artrómetro que se emplea en la medición de las inestabilidades anteroposteriores de la rodilla en Servicios de Ortopedia con poco poder adquisitivo. El material utilizado es muy económico pues está compuesto por tiras de aluminio de ancho, espesor y longitud diferentes según los componentes, así como remaches y tiras de tela con hebillas para asir el dispositivo a la extremidad inferior. Descriptores DeCS: LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR/lesiones; EQUIPOS Y SUMINISTROS/economía; ORTOPEDIA/economía. En el SIGLO II de nuestra era el más famoso de los médicos romanos Claudius Galeno1 de Pergamo fue el primero en describir el ligamento cruzado de la rodilla The genus cruciata como una de las estructuras más importantes de la rodilla en su obra La utilidad de las partes del cuerpo. Noulis,1 de París, en 1875 probablemente fue el primero en describir la maniobra que hoy conocemos con el nombre de Lachman y que es útil para el diagnóstico de la lesión del ligamento cruzado anterior de la rodilla. Existen 4 características clínicas fundamentales al interrogatorio que sugieren fuertemente la existencia de una lesión del ligamento cruzado anterior según Feagin y Curl.2 1. Escuchar o sentir un fuerte chasquido en la rodilla al momento del traumatismo. 2. No ser capaz de seguir participando en la actividad en que estaba. 3. La rodilla se inflama groseramente. 1 2 3 4. La inflamación se hace máxima en las 12 h siguientes al trauma. La primera referencia que tenemos sobre reparación de un ligamento cruzado anterior corresponde a Mayo Robson3 en 1853; en cuanto a reconstrucciones del ligamento cruzado anterior las primeras referencias corresponden a Hey Groves4 en 1912, que utilizó fascia lata. Desde estos pioneros en el diagnóstico y tratamiento de las lesiones de los ligamentos cruzados se han realizado muchos tests diagnósticos y múltiples técnicas quirúrgicas, pero una vez decidido el tratamiento quirúrgico hay que tener puntos de referencias pre y posoperatorios que demuestren la disminución de la inestabilidad anteroposterior de la rodilla y así hacer valedera la eficiencia de la técnica quirúrgica utilizada. Uno de los tests más usados el de estrés haciendo la maniobra de cajón, requiriendo para esto radiografías laterales con la rodilla en 90° de flexión Especialista de II Gardo en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Servicio de Miembro Inferior No. 2. Artroscopista y Jefe del Servicio de Artroscopia. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Servicio de Miembro Inferior No. 2. Técnico en Bandajes. 82 sin aplicación del estrés sobre el extremo superior de la tibia y con el estrés además comparación con la rodilla sana, en esta prueba se consumen varias radiografías. Existen en el mercado artrómetros KT 10005 y KT 2000 6 que se utilizan para medir los desplazamientos anteriores de la tibia pre y posoperatorios. Para nosotros ambos métodos resultan caros por las dificultades económicas que presenta el país, dadas por el bloqueo y la escasez de divisas; por este motivo hemos creado un artrómetro criollo, muy económico y que puede ser fabricado a modo de entretenimiento por cualquiera en cualquier nivel del Sistema Nacional de Salud. Métodos Se utilizan pedazos de aluminio de las medidas siguientes: Componentes para el muslo: tira de aluminio de 40 cm de largo y 4 cm de ancho, 2 semianillos del mismo material, el proximal de 15 cm de largo y 3,5 cm de ancho y el distal de 14 cm de largo y 3,5 cm de ancho; 4 remaches de aluminio. Componentes para la pierna: tira de aluminio de 28 cm de largo, 4 cm de ancho, 2 semianillos, el proximal de 10 cm de largo y 3,5 cm de ancho, el distal de 8 cm de largo y 3,5 cm de ancho; 4 remaches de aluminio (fig. 1). Se deben usar 4 cintas de tela con hebillas o adherentes de velero para asir los componentes al muslo y la pierna (fig. 2). El espesor de las tiras de aluminio es de alrededor de 2 mm. El funcionamiento del artrómetro se explica por sí mismo en la figura 2. Con un aditamento extra muy sencillo sirve también para medir la laxitud del ligamento cruzado posterior, manipulándolo inversamente a la forma de medir el cruzado anterior. Mostrar la fácil construcción de un artrómetro para la rodilla en las lesiones del ligamento cruzado anterior. 5c 10 m 7c m Re 15 cm ac 5 3, 3,5 m m m 14 s he m 4 c cho an go cm cm 3,5 cm cm p Es lá or es m in as m FIG. 1. Planos del artrómetro de rodilla. al um 2 m m 8m 20 10 cm 8 4c de o in i m 8 ia S em 4 s n illo m 0c lar cm Objetivo cm C p om en on cm te pa ra la pi na er Escala graduada en cm Componente del muslo 83 Services with low purchasing power is presented. The material used is very economic since it is made of aluminum strips with different width, thickness and length according to the parts, and of rivets and cloth strips with buckles to hold the device to the lower limb. Subject headings: ANTERIOR CRUCIATE LIGAMENT/injuries; EQUIPMENT AND SUPPLIES/economy; ORTHOPEDICS/ /economy. Componente de la pierna FIG. 2. Funcionamiento del artrómetro de rodilla en las lesiones del ligamento cruzado anterior. Traccionando la tibia hacia delante en el sentido de la flecha podemos leer en la escala del componente fijado al muslo los centímetros de desplazamiento de la pierna en relación con el muslo en los casos de lesión del ligamento cruzado anterior. Resultados En nuestro servicio hemos tenido buen resultado con este artrómetro, pues la magnitud del desplazamiento anterior de la tibia sobre el fémur es fácilmente medible antes y después de la reconstrucción ligamentosa y muy económica pues no gastamos divisas en rayos X o en comprar aparatos como el artrómetro KT 1000 o 2000, que resultan inalcanzables para nosotros en estos momentos. Discusión Existen diversos métodos para medir las inestabilidades anteriores de la rodilla ya sea por pruebas de estrés o máquinas especialmente diseñadas;5-8 cada uno puede estar al alcance económico del Servicio y algunos son más exactos que otros, pero nosotros creemos que es importante contar con un método más para servicios con pocos recursos económicos, que pueda ser construido por cualquier ortopédico interesado. Summary A method to make an anthrometer that is used to measure the anteroposterior inestabilities of the knee at the Orthopedic Résumé La méthode pour construir, à bas coût, un arthromètre employé pour mesurer des instabilités antropostérieures du genou est montrée au Service dOrthopédie. Le matériel utilisé est très bon marché, car il est composé de bandes daluminium, daprès les composants, ainsi que des rivetages et des bandes détoffe avec des boucles pour saisir le dispositir à extrémité inférieure. Mots cles: LIGAMENT CROISE ANTERIEUR/lésions; EQUIPEMENTS ET FOURNITURES/économic; ORTHOPÉDIE/ /économic. Referencias Bibliográficas 1. Müller W. Kneeligaments Injuries International Orthopaedies. SICOT 1996;20:226-70. 2. Feagin J, Curl W. Isolet tear of ACL. AM J Sport Med 1976;4:95-100. 3. Scott M. La rodilla. Lesiones de ligamentos y el mecanismo extensor. Diagnóstico y tratamiento. Barcelona: 1 ed. Mosby Year Book, 1992:59. 4. Fu F, Schult K. Anterior geniciate ligament surgery. Clin Orthop 1996;(325):19-24. 5. Noyes F, Barber-Wertes S. Revision anterior cruciate ligament surgery: experience from Cincinati. Clin Orthop 1996;(325):116-29. 6. Johnson D, Swenson T, Irrgang J, Fu F, Harver C. Revision anterior cruciate ligament surgery: experiences from Pittsburg. Clin Orthop 1996;(325):100-9. 7. ONeill D. Arthroscopially assisted reconstruction of the anterior cruciate ligament. J Bone Joint Surg 1996;78-A(6):803-12. 8. Shelbourne D, Klootwyk T, Wilckens J, Carlo J de. Ligament stability two to six years after anterior cruciate ligament reconstruction with Autogenous Patellar Tendon Graft and participation in accelerated rehabilitation program. Am J Sport Med 1995;23(5):575-9. Recibido: 27 de octubre de 1997. Aprobado: 13 de diciembre de 1997. Dr. Gastón Arango García. Complejo Científico Ortopédico Internacional " Frank País". Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 84 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Dermatofibrosarcoma protuberans. Presentación de un caso y revisión de la literatura DR. ORLANDO M. DE CÁRDENAS CENTENO,1 PROF. DR. SC. RODRIGO ÁLVAREZ CAMBRAS,2 DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,3 DRA. NINEL REY VALDIVIA,4 DR. EDDY SÁNCHEZ NODA,5 DR. ANTONIO CASTRO SOTO DEL VALLE6 Y DR. RAFAEL ÁLVAREZ PRIETO4 Cárdenas Centeno OM de, Álvarez Cambras R, Marrero Riverón LO, Rey Valdivia N, Sánchez Noda E, Castro Soto del Valle A, Álvarez Prieto R. Dermatofibrosarcoma protuberans. Presentación de un caso y revisión de la literatura. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):84-8. Resumen Se presenta un paciente con un dermatofibrosarcoma protuberans en el muslo izquierdo, raro sarcoma de las partes blandas. Se expone el cuadro clínico y la terapéutica efectuada. Se revisa la literatura. Descriptores DeCS: DERMATOFIBROSARCOMA/ cirugía; NEOPLASMAS CUTANEOS/ cirugía. Los sarcomas de los tejidos blandos son neoplasias relativamente raras, representan el 1 % de todos los tumores malignos. Existen más de 20 tipos de sarcomas de las partes blandas, los que pueden desarrollarse a cualquier nivel del cuerpo.1 Los fibrosarcomas ocupan el segundo lugar en orden de frecuencia entre los sarcomas de los tejidos blandos,1 subdividiéndose histológicamente en bien diferenciados, poco diferenciados y dermatofibrosarcoma protuberans. El objetivo del presente trabajo es presentar un caso de dermatofibrosarcoma protuberans tratado en nuestro centro, así como una revisión de la literatura sobre dicho tumor. Presentación del caso Paciente masculino, mestizo, de 52 años de edad, chofer de ambulancia, que proveniente de otra provincia acude a nuestro hospital en abril de 1996 1 2 3 4 5 6 por presentar una tumoración en el muslo izquierdo desde hacía aproximadamente 10 meses, la cual había aumentado de tamaño de forma rápida en los últimos 3 meses luego de comenzar como una pequeña elevación de la piel. ANTECEDENTES PATOLÓGICOS PERSONALES No refiere EXAMEN FÍSICO Muslo izquierdo: en el tercio superior de su cara lateral existen múltiples nodulaciones induradas de diversos tamaños y de color pardo rojizo; la mayor de las mismas está pediculada, multilobulada, mide aproximadamente 10 cm y su superficie se halla necrosada y sangra fácilmente (fig. 1). Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Auxiliar del ISCM-H. Subdirector Docente. Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Titular Principal del ISCMH. Jefe del Servicio de Especialidades Ortopédicas. Director. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Departamento de Medicina Nuclear. Residente de 4to. año en Ortopedia y Traumatología. Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Jefe del Banco de Tejidos. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Exámenes complementarios – – – – – – – – – 85 Hemoglobina: 13,3 g/L Hematócrito: 0,40 Eritrosedimentación: 74 mm Leucograma: 7,6 x 109 Polimorfonucleares: 76 Linfocitos: 21 Eosinófilos: 02 Monocitos: 01 Serología: No reactiva HIV: Negativo Calcio: 2,0 mmol/L Fósforo: 1,2 mmol/L Radiografía de partes blandas: tumoración pediculada en 1/3 superior del muslo izquierdo. Biopsia por aspiración con aguja fina: dermatofibrosarcoma protuberans. TRATAMIENTO Se realizó exéresis de la zona tumoral, con un margen de seguridad de 3 cm (fig. 2). El defecto de piel se cubrió inicialmente con piel de cerdo (Banco de Tejidos ORTOP, La Habana, Cuba), posteriormente se realizó injerto de piel tomada del muslo contralateral. La anatomía patológica confirmó el diagnóstico; los tejidos de los márgenes no se encontraban infiltrados (B 96-178). Las figuras 3 y 4 muestran los hallazgos anatomopatológicos. En junio del 1997 el paciente se encontraba libre de síntomas y sin recidivas. FIG. 1. Aspecto clínico de la zona tumoral. Se aprecia la superficie necrosada y sangrante de la tumoración mayor. A) Vista anterior; B) Vista lateral; C) Vista posterior. FIG. 2. Exéresis en bloque de la zona tumoral, con margen de seguridad amplio. 86 FIG. 3. Anatomía patológica de la tumoración. Aspecto macroscópico. Discusión y revisión de la literatura El dermatofibrosarcoma protuberans es un raro tumor de la piel2,3 que se extiende al tejido celular subcutáneo y al músculo subyacente,4,5 formando masas protuberantes, nodulares o multinodulares,5 de crecimiento lento.6 También se conoce como dermatofibrosarcoma protuberans de Hoffman y como dermatofibroma progresivo y recurrente de Darier.5 Su origen es impreciso (histiocitos o fibroblastos).5 Se ha postulado que son de origen histiocítico y que pertenecen al creciente grupo de los fibrohistiocitomas.6-8 La ocurrencia de tumores histológicamente idénticos que contienen melanina (neurofibromas verticilares) sugiere que algunos de ellos pueden originarse de los nervios periféricos.6 Se ha demostrado la presencia de alteraciones cromosómicas idénticas en el dermatofibrosarcoma protuberans y en los tumores malignos de la vaina de los nervios periféricos en pacientes con neurofibromatosis.9 Puede aparecer a cualquier edad,1 aunque es más frecuente entre los 20 y los 40 años y es el sexo masculino el más afectado.5 Puede tener una localización tan profunda como el retroperitoneo, pero los sitios más frecuentes son el tórax, la pared abdominal, las extremidades, la cabeza y el cuello.5 Se inicia como una tumoración elevada y firme, nodular o multinodular4,5,8 de color rojizo, fija a la piel y desplazable sobre los planos profundos,5 su crecimiento es lento y no se le presta atención hasta que ha adquirido un gran tamaño.6,8 Sólo en un escaso porcentaje son dolorosos.2,5 Estos tumores no son encapsulados, pero poseen una seudocápsula de células comprimidas, normales y malignas.1 Se extienden siguiendo los planos aponeuróticos, haces musculares y vainas nerviosas, más allá del tumor macroscópico.1,5 Están formados por células fusiformes, en fascículos, orientados en diferentes direcciones; es característica la disposición radial de las células hacia un centro vacío (imagen en rueda de carro).5,6 La porción central es más celular, con predominio de fibras colágenas y reticulares. Las células neoplásicas tienen núcleos de formas diversas, muestran poco pleomorfismo y las figuras mitósicas son raras. Se consideran como localmente malignos y son muy frecuentes las recidivas luego de la exéresis limitada,1-6,8,10 pero las metástasis son raras (1 %), sólo ocurren después de múltiples recidivas y generalmente a los pulmones por vía hematógena1,2,5,8 y en menor frecuencia a los ganglios linfáticos regionales y a las vísceras.6 El tratamiento de elección es la resección amplia del tumor, con un ancho margen de tejido circundante,1-5,8 incluyendo la fascia subyacente;3 el margen de seguridad debe llegar 3 cm más allá de la lesión macroscópica y los bordes deben ser histológicamente negativos,10-12 de lo contrario las recidivas ocurren en cerca del 70 % de los pacientes. La primera resección es de vital importancia, dado que tras la primera exéresis inadecuada el tumor queda expuesto a un crecimiento local incontrolado.8 Cuando debido a la localización anatómica del tumor no es posible la resección o conseguir unos márgenes de seguridad lo suficientemente amplios, puede utilizarse tratamiento radioterápico aislado o en combinación con el quirúrgico.8,11 87 FIG. 4. Anatomía patológica de la tumoración. Aspecto microscópico. A) Proliferación de células fusiformes que toman disposición verticilar o "en rueda de carro " . Se observan algunos histiocitos en el estroma y mitosis atípicas. (HE x 10); B) A mayor aumento se evidencia aspecto verticilar. (HE x 10); C) Fibroblastos anaplásicos. Núcleos alargados y nucleolos prominentes. Límites celulares imprecisos. (HE x 100). 88 Summary A patient with a dermatofibrosarcoma protuberans on the left thigh, a rare sarcoma of the soft parts, is presented. The clinical picture and the therapeutics used are exposed. Literature is also reviewed. Subject headings: DERMATOFIBROSARCOMA/surgery; SKIN NEOPLASMS/surgery. Résumé Un patient atteint dun dermatofibrosarcome protubérant sur la cuisse gauche, un rare sarcome des parties molles, est présenté. Le tableau clinique et la thérapeutique effectuée sont exposés. La litérature est mise en revue. Most clés: DERMATOFIBROSARCOME/chirurgie; NÉOPLASMES CUTANÉS/chirurgie. Referencias Bibliográficas 1. Leffall LD Jr. Sarcomas de los tejidos blandos. En: Sabiston DC Jr. Tratado de patología quirúrgica de DavisChristopher. 11 ed. La Habana: Editorial CientíficoTécnica, 1985;t1:582-9. 2. Lai KN, Lai FMM, King WWK, Li PKT, Siu D, Leung CB, et al. Dermatofibrosarcoma protuberans in a renal transplant patient. Aus N Zeland J Surg 1995;65(12):900-2. 3. Kostakoglu N, Ozcan G, Gursu KG. Dermatofibrosarcoma protuberans: wide and deep block escision including underlying muscle. Eur J Plast Surg 1996;19(4):218-20. 4. Pickrell KL. Trastornos quirúrgicos de la piel. En: Sabiston DC Jr. Tratado de patología quirúrgica de Davis- Christopher. 11 ed. La Habana: Editorial CientíficoTécnica, 1985;t2:1647. 5. Valls O, Marinello Z, Paramio A. Tumores y lesiones seudotumorales de partes blandas. Madrid: Espax, 1975:92-3. 6. Rosai J. Patología quirúrgica de Ackerman. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1985;t1:145. 7. Ozello L, Hamels J. The histiocytic nature of dermatofibrosarcoma protuberans: tissue culture and electron microscopic study. Am J Clin Pathol 1976;65:136-48. 8. De Vita VT, Hellman S, Rosenberg SA. Cáncer: principios y práctica de oncología. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1985;t2:966. 9. Lothes Ra, Karhn R, Mandahl N, Mertens F, Saeter G, Heim S, et al. Gain of 17q24qter detected by comparative genomic hybridization in malignant tumors from patients with von Recklinghausens neurofibromatosis. Cancer Res 1996; 56(20):4778-81. 10. Dawes KW, Hanke CW. Dermatofibrosar coma protuberans treated with Mohs micrographic surgery: cure rates and sur gical margins. Dermatol Surg 1996;22(6):530-4. 11. Suit H, Spiro I, Mankin HJ, Efird J, Rosenberg AE. Radiation in management of patient with dermato fibrosarcoma protuberans. J Clin Oncol 1996;14(8):2365-9. 12.Gloster HM, Harris KR, Roenink RK. A comparison between Mohs micrographic surgery and wide surgical escision for the treatment of dermatofibrosarcoma protuberans. J Am Acad Dermatol 1996;35(1):82-7. Recibido: 6 de octubre de 1997. Aprobado: 12 de noviembre de 1997. Dr. Orlando M. de Cárdenas Centeno. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" . Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 89 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Hibernoma. Presentación de un caso DR. ORLANDO M. DE CÁRDENAS CENTENO,1 DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,2 PROF. DR. SC. RODRIGO ÁLVAREZ CAMBRAS, 3 DR. RUBÉN DARÍO GONZÁLEZ CABRERA, 4 DRA. ALICIA TAMAYO FIGUEROA4 Y DR. EDDY SÁNCHEZ NODA5 Cárdenas Centeno OM de, Marrero Riverón LO, Álvarez Cambras R, González Cabrera RD, Tamayo Figueroa A, Sánchez Noda E. Hibernoma. Presentación de un caso. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):89-92. Resumen Se presenta un paciente portador de un hibernoma del muslo izquierdo, raro tumor benigno derivado del tejido adiposo pardo. Se expone el cuadro clínico y la terapéutica efectuada. Se revisa la literatura. Descriptores DeCS: LIPOMA/cirugía; NEOPLASMAS DE LOS TEJIDOS BLANDOS/cirugía; PIERNA/cirugía. Meckel fue el primero en describir una tumoración de la grasa parda, a la que denominó pseudolipoma.1 En 1914 Gery1 le da el nombre de hibernoma debibo al parecido que posee con las glándulas de hibernación de ciertos animales.1-3 Dentro de los tumores lipomatosos benignos, el hibernoma es considerado como un grupo aparte,4 que se origina a expensas de la grasa parda o de los remanentes de la grasa fetal. 1-5 Sólo se han reportado cerca de 100 casos en la literatura mundial,1 lo que representa aproximadamente el 1 % del total de las masas tumorales del adulto.1 Presentación del caso Paciente masculino, mestizo, de 46 años de edad, mecánico automotriz, que ingresa en nuestro hospital en mayo de 1995. Desde hacía aproximadamente 5 años presentaba un aumento de volumen no doloroso en el extremo superomedial del muslo izquierdo, que en los últimos 6 meses había tenido un incremento rápido de su tamaño. 1 2 3 4 5 ANTECEDENTES PATOLÓGICOS PERSONALES Glaucoma EXAMEN FÍSICO Muslo izquierdo: en su extremo superomedial existe una tumoración de aproximadamente 8 cm, de forma redondeada, consistencia blanda, no dolorosa a la palpación, sin cambios locales de temperatura, no late ni fluctúa y se hace más evidente con la flexión-abducción-rotación externa de la cadera izquierda. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS Hemoglobina: 12,9 g/L. Hematócrito: 0,40. Eritrosedimentación: 4 mm. Serología: no reactiva. HIV: negativo. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Auxiliar del ISCM-H. Subdirector Docente. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Departamento de Medicina Nuclear. Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Titular Principal del ISCM-H. Director. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Jefe del Banco de Tejidos. 90 Ultrasonido diagnóstico: Muslo izquierdo (comparativo): Imagen de aspecto complejo con zonas de mayor ecodensidad que rememoran el aspecto lipomatoso con zonas de mayor ecolucidez, de aspecto redondeado y encapsulado. Cambios ecoestructurales del tejido muscular circundante (fig. 1). FIG. 1. Ultrasonido diagnóstico. TRATAMIENTO El paciente fue operado el 18-5-95. Se encontró una gran tumoración de las partes blandas de 10 cm de diámetro, redondeada, bien encapsulada, muy vascularizada y de color grisáceo, que se introducía en la profundidad hasta el hueso, sin afectarlo. Fue imposible la resección total, por lo que se tomó muestra para biopsia de la tumoración de las partes blandas y de los ganglios linfáticos regionales. Durante el acto se produjo un desgarro parcial de la vena femoral, el cual se suturó. El estudio anatomopatológico reveló un hibernoma y ganglios linfáticos con adenitis inespecífica (B 95-141). El 27-11-95 se realizó la exéresis total de la tumoración. La anatomía patológica confirmó el diagnóstico de hibernoma (fig. 2) (B 95-361). Discusión No se han establecido criterios de malignidad en el hibernoma6,7 por lo que, en general, se acepta como un tumor benigno derivado de la grasa parda,1 o sea, como una variedad de lipoma.1 La función del tejido pardo se desconoce, se plantea que participa en la regulación del metabolismo y en la termogénesis.8 Este tejido es FIG. 2. Anatomía patológica. A) Las flechas señalan los vasos sanguíneos (HE x 40); B) Se visualiza el citoplasma granular y altamente vacuolado (HE x 100). abundante en los animales que hibernan, aunque también se ha descrito en no hibernantes como el hombre. Sus localizaciones más comunes en el humano son: área interescapular, cuello, mediastino y retroperitoneo.1 Sinonimia: lipoma de la célula grasa fetal.2 Es un tumor del adulto joven,2 con su máxima incidencia en la tercera década de la vida1 y ligero predominio en las mujeres.1,2 Habitualmente se localiza en axilas,2,5 cuello,2,5 región inguinal,2,5 muslo, 1,2,7 hombro, 2 espalda, 2 mediastino2 y retroperitoneo.2 Suele presentarse como una masa no dolorosa, firme y móvil en todas las direcciones; la piel que la cubre puede estar caliente, producto de la hipervascularización del tumor.1,6,9 Su crecimiento es lento, llegan a alcanzar un diámetro mayor de 20 cm2 y un peso superior a los 900 g, en los localizados en el mediastino y el retroperitoneo.1,6 Debe diferenciarse de otras formaciones tumorales: Lipoma, fibroma y neurofibroma: son hipovasculares, y su temperatura es más baja que la de las zonas adyacentes.1,5,6 Angiolipoma.1,4,6 Liposarcoma.1,4,6 La ausencia de verdadera neovascularización y de fístulas arteriovenosas, en la angiografía, sugiere un proceso benigno. 1,10 La tomografía axial computadorizada (TAC) y la resonancia magnética (RM) pueden definir el contenido graso de una lesión; la presencia de baja densidad en la TAC y de áreas focales no homogéneas en la RM excluyen el diagnóstico de un simple lipoma.1 Los hibernomas son neoplasias solitarias, bien encapsuladas, lobuladas, de color marrón al corte y de tamaño variable.2,5 La grasa parda constituye una forma especializada de tejido adiposo con un alto grado de vascularización1-5,8 y características morfológicas que lo diferencian del tejido adiposo blanco.1,2 La rara e inusual histología del hibernoma hace difícil su diagnóstico, aun para el patólogo más experto en lesiones musculoesqueléticas.1 Sus células son poligonales,1 redondas u ovales;2 multivacuoladas;1,2 con citoplasma granular1,2 sudanófilas2 y núcleo esférico u ovoide 2 situado centralmente;1,2 se disponen de forma lobulada, limitadas por tabiques de tejido conectivo.2 Se observan numerosos capilares sanguíneos.1-5,8 Su ultraestructura es única, con relativa alta concentración de mitocondrias y escasez de organelos (retículo endoplásmico y complejo de Golgi).11 91 El tratamiento de elección es la resección local de la tumoración;1,2 con meticulosa hemostasia, identificación de los vasos nutricios; con prevención de hematomas y de la contaminación extracompartimental.1 El pronóstico es bueno, pues no se han reportado recidivas ni metástasis.2 Summary A patient with a hibernoma of the left thigh, which is a rare benign tumor derived from the brown adipose tissue, is presented. The clinical picture and the therapeutics applied are explained. Literature is reviewed, too. Subject headings: LIPOMA/surgery; SOFT TISSUE NEOPLASMS/surgery; LEG/surgery. Résumé Un patient porteur dun hibernome de la cuisse gauche, une raretumeur benigne résultant du tissu adipeux brun, est présenté. Le tableau clinique et la thérapeutique effectués sont exposés. La littérature est mise en revue. Most clés: LIPOME/chirurgie; NÉOPLASMES DES TISSUS Moux/chirurgie; JAMBE/chirurgie. Referencias Bibliográficas 1. Lewandowki PJ, Weiner SD. Hibernoma of the medial thigh: case report and literature review. Clin Orthop 1995;330:198-201. 2. Vals O, Marinello Z, Paramio A. Tumores y lesiones seudotumorales de partes blandas. Madrid: Espaxs, 1975:126-7. 3. Kindblom L, Angerwall L, Sterner B. Intermuscular and intramuscular lipomas and hibernomas: a clinical, roentgenologic, histologic and prognostic study of 46 cases. Cancer 1974;33:754. 4. Frassica FJ, Thompson RC. 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Hibernoma: distinctive light and electron microscopic features and relationship to brown adipose tissue. Hum Pathol 1983;14:677-87. Recibido: 27 de octubre de 1997. Aprobado: 13 de noviembre de 1997. Dr. Orlando M. de Cárdenas Centeno. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" . Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 93 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Calcinosis tumoral. Reporte de cuatro casos DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,1 DR. ORLANDO M. DE CÁRDENAS CENTENO,2 DRA. VILMA RONDÓN GARCÍA,3 PROF. DR. SC. RODRIGO ÁLVAREZ CAMBRAS,4 DR. EDDY SÁNCHEZ NODA, 5 DR. ANTONIO CASTRO SOTO DEL VALLE,6 DR. MARIO BERNAL GONZÁLEZ6 Y DRA. MATILDE RODRÍGUEZ VÁZQUEZ6 Marrero Riverón LO, Cárdenas Centeno OM de, Rondón García V, Álvarez Cambras R, Sánchez Noda E, Castro Soto del Valle A, Bernal González M, Rodríguez Vázquez M. Calcinosis tumoral. Reporte de cuatro casos. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):93-100. Resumen Se presentan 4 pacientes aquejados de calcinosis tumoral, rara entidad considerada dentro de las calcificaciones heterotópicas. Se ilustran y discuten los hallazgos clínicos, imagenológicos y patológicos. Se revisa la literatura. Descriptores DeCS: CALCINOSIS. La calcinosis tumoral es una rara enfermedad generalizada y progresiva, en la que los depósitos de las sales de calcio no ocurren en los sitios habituales predilectos, por lo que se considera dentro de las calcificaciones heterotópicas. En 1943, Alberto Inclán describe 3 niños con largas masas calcificadas en las regiones de las articulaciones mayores (caderas, hombros y codos), acompañadas de pequeñas masas adyacentes a la columna vertebral, pies, costillas, sacro e isquion; dicha entidad fue llamada calcinosis tumoral,1-4 aunque la publicación original se le atribuye a Duret en 1899.3,5 En 1953, Teutschlaender, la había nombrado lipocalcinogranulomatosis.3,4 Presentación de los casos Caso 1 Paciente masculino, negro, de 40 años de edad, que desde los 15 años era atendido en otros centros asistenciales por presentar "tumoraciones en 1 2 3 4 5 6 distintas partes del cuerpo"; fue intervenido quirúrgicamente en 5 ocasiones. Acude a nuestro hospital por presentar una tumoración en el muslo derecho por la cual drenaba una secreción blanquecina. Refería, además, astenia marcada. EXAMEN FÍSICO – Deambula con dificultad. – Miembro inferior derecho: se palpa una tumoración de aproximadamente 15 cm de diámetro que ocupa todo el tercio superior (regiones anterior y postero-interna), dolorosa a la palpación, de consistencia dura y adherida a los planos profundos, con un orificio en su cara externa por el que drena líquido blanco y espeso (aspecto lechoso). Existe circulación colateral. – Miembro inferior izquierdo: existe una tumoración de 10 cm de diámetro, de iguales características y localización que la anterior, pero sin trayecto fistuloso. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Departamento de Medicina Nuclear. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Auxiliar del ISCM-H. Subdirector Docente. Especialista de I Grado en Imagenología. Jefa del Departamento de Radiología. Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor titular principal del ISCM-H. Director. Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Jefe del Banco de Tejidos. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. 94 – Rodilla izquierda: se palpa tumoración de 5 cm de diámetro en la región suprarrotuliana. – Costillas inferiores del hemitórax derecho: tumoración palpable de aproximadamente 6 cm de diámetro. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS – Hematología y hemoquímica: normales (incluye calcio: 2,49 mmol/L y fósforo: 1,19 mmol/L. – Survey óseo (fig. 1): . Grandes masas cálcicas en los tejidos blandos alrededor de ambas caderas. . Calcificaciones en las partes blandas corresdientes a la rodilla izquierda, 9na a 11na costillas derechas, ambos glúteos y ambos codos. – Biopsia: Calcinosis tumoral (B77-6142 y 78-102). Caso 2 Paciente femenina, negra, de 46 años de edad, que a los 25 años descubre la presencia de nódulos en mama, cadera y rodilla izquierdas, acompañados de rash cutáneo, astenia y fiebre ocasional; se estudió un lupus eritematoso sistémico (LES), pero éste no fue diagnosticado. Evoluciona con cuadros de dolores articulares, fiebre y neumonías durante 2 años, lo que motiva varios ingresos. Acude a nuestro centro por notar incremento en el número de las nodulaciones y limitación progresiva de los movimientos. ANTECEDENTES PATOLÓGICOS PERSONALES Aborto espontáneo. Endometriosis de la vejiga. Pielonefritis a repetición. EXAMEN FÍSICO Deambula con extrema dificultad. Se palpan innumerables nodulaciones de tamaño variable, diseminadas por todo el organismo, localizadas fundamentalmente en la cabeza, los hombros, los brazos, los glúteos, las caderas, los muslos y las rodillas. Son de consistencia dura, adheridas a los planos profundos y dolorosas. Movilidad: muy limitada en ambas caderas. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS FIG. 1. Caso 1. Radiografía de la cadera derecha. Se observan grandes masas cálcicas en los tejidos blandos alrededor de ésta. Hematología y hemoquímica: normales. Estudio de LES: normal (incluye biopsia). Estudio de tuberculosis: normal (incluye biopsia). Survey óseo: numerosas lesiones de densidad cálcica, de diversas formas y tamaños, que involucran a las partes blandas; no existen alteraciones esqueléticas (fig. 2). Ha evolucionado con aumento del número y tamaño de las nodulaciones, las que se tornan calientes y dolorosas, abriéndose y drenando al exterior un líquido blanco "con peloticas". 95 FIG. 2. Caso 2. Se aprecia la gran cantidad de calcificaciones existentes en los tejidos blandos de la pelvis, muslos, codos y antebrazos. A) Pelvis; B) Muslos; C) Codos y antebrazos. Caso 3 ANTECEDENTES PATOLÓGICOS PERSONALES Paciente masculino, negro, de 52 años de edad, que "desde hace muchos años" presenta deformidades en manos y miembros inferiores; por las tumoraciones brota periódicamente un líquido blanco. Es traído al centro por presentar limitación de la movilidad del hombro izquierdo, acompañada de secreción en la región escapular y por el calcáneo derecho, así como dificultad para caminar. Trastornos psiquiátricos. EXAMEN FÍSICO Deambula con dificultad. Manos: deformidades y limitación funcional en todos los dedos de ambas manos. Hombro izquierdo: movilidad limitada. Tumoración dura y firme de aproximadamente 2 cm en región 96 escapular, la cual drenó líquido lechoso y que ahora presenta signos de sepsis. Calcáneos: tumoraciones de pequeñas dimensiones, duras y adheridas a los planos profundos, en las regiones posterior y plantar de ambos calcáneos. Por una de las tumoraciones del calcáneo derecho drena líquido blanquecino. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS Hematología y hemoquímica: normales (calcio: 2,0 mmol/L, fósforo: 1,4 mmol/L. Factor reumatoideo: negativo. Anticuerpos antinucleares: negativos. Cultivo de la secreción escapular: Estafilococo coagulasa positiva. Survey óseo: imágenes cálcicas polimorfas en las partes blandas adyacentes a (fig. 3): . Articulaciones de los codos. . 1ro. y 5to. artejos de ambos pies. . Ambos calcáneos. . Región supratrocantérica mayor izquierda. . Tercio proximal de la tibia derecha. . Tercio proximal del húmero y reborde escapular externo izquierdo. . Ambas manos (imágenes múltiples) con osteoporosis severa y subluxaciones. Caso 4 Paciente femenina, negra, de 20 años de edad, que acude a nuestro centro por presentar desde hace aproximadamente 2 años (1994) aumento de volumen del segundo dedo del miembro superior derecho y nodulaciones en la cara anterior de ambas piernas. EXAMEN FÍSICO Miembro superior derecho: segundo dedo con aumento de volumen de forma fusiforme, duro, con la piel tensa y brillosa y movilidad limitada (fig. 4). Ambas piernas: se palpan múltiples nodulaciones en sus tercios superior e inferior, duras y dolorosas, con piel suprayacente tensa y brillosa. Existen nódulos en otros sitios del organismo, de iguales características: tercio superior y medio de la cara externa del muslo derecho, espalda, cuarto y quinto dedos del pie izquierdo, punta del tercer dedo de la mano izquierda, glúteos y pelvis. FIG. 3. Caso 3. Calcificaciones polimorfas en manos y pies. A) Manos; B) Pies. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS Hematología y hemoquímica: normales (calcio: 1,8 mmol/L, fósforo: 1,8 mmol/L). Factor reumatoideo: negativo. Anticuerpos antinucleares: negativos. Creatininfosfoquinasa: 8,2 µmol/L. 97 FIG. 4. Caso 4. Aspecto preoperatorio de la mano derecha del paciente. Se aprecia la apariencia fusiforme del segundo dedo. – Electromiografía: normal. – Survey óseo. a) Calcificaciones diseminadas en las partes blandas a nivel de (fig. 5): . Articulaciones costovertebrales izquierdas de D4 y D10. . Glúteos. . Cara externa adyacente al trocánter mayor derecho. . Tercio medio del muslo derecho. . Cara externa de ambas piernas. . Falange distal del 4to. dedo del pie derecho. . Articulación de la primera cuña con el 1er. metatarsiano derecho. . Articulación de la 2da. cuña con el 2do. metatarsiano izquierdo. . Diáfisis del 5to. metatarsiano izquierdo. . 2do. dedo de la mano derecha. . Falange distal del 3er. dedo de la mano izquierda. . Agujero obturador derecho. . Deformidad del trasfondo acetabular derecho con calcificación que protruye hacia la pelvis. b) Ausencia de la falange distal del 4to. dedo de la mano derecha (traumática). – Survey gammagráfico (Tc99m-metilendifosfonato): captación del radiofármaco homogénea y de gran intensidad a nivel de las partes blandas de (fig. 6): . Acetábulo derecho. . Tercio superior y medio de ambas piernas. . 2do. dedo de la mano derecha. . Falange distal del 3er. dedo de la mano izquierda. . Apófisis transversa derecha de L3. . Varios puntos en el muslo derecho. . Articulación costovertebral izquierda de D3, D4 y D10 y derecha de D2. . Apófisis transversa derecha de C4. – Ultrasonido diagnóstico (fig. 7): imagen ecogénica en forma discontinua que se eleva sobre la cortical original de la tibia con sombra acústica correspondiente a tejido de origen óseo. – Biopsia excisional: no se observan lesiones en piel ni músculo. Calcinosis tumoral. (B97-25) (figs. 8 y 9). 98 FIG. 5. Caso 4. Se observan las calcificaciones en los tejidos blandos de las manos y tibias. A) Manos; B) Tibias. Discusión La calcinosis tumoral es una rara enfermedad progresiva de los individuos jóvenes. Se inicia entre la primera y segunda décadas de la vida,3-6 se considera como generalizada y dentro del grupo de las calcificaciones heterotópicas. En ella se producen numerosos depósitos calcáreos en los tejidos blandos, con preferencia en el tejido celular subcutáneo (TCS), que se extienden posteriormente por los tabiques del tejido conjuntivo hasta las capas profundas. No existe afección de la piel ni lesiones óseas destructivas. No tiene predisposición sexual3,4,6 pero sí tendencia familiar 3,5,6 y racial, con predominio en los negros.3,5,6 Su incidencia es muy difícil de determinar por lo aislado de los casos. Se han postulado numerosas teorías en cuanto a la causa y patogenia de la calcinosis tumoral: 3-8 calcificación posnecrosis grasa, error del metabolismo, enfermedades renales, desórdenes genéticos, cambios inflamatorios degenerativos y otras, pero las más aceptadas son el origen a partir de las células mesenquimatosas pluripotenciales3 y el defecto en el manejo de los fosfatos a nivel de los túbulos renales proximales.6,9 No se excluye el factor inmunológico.7 Se caracteriza por tumoraciones calcificadas, fijas, firmes, no dolorosas y de diversos tamaños, situadas predominantemente en las superficies extensoras de las regiones yuxtarticulares.3-7 Afectan sobre todo las caderas y los codos,3,7 pero involucran prácticamente a todo el organismo.3-8 Estas lesiones aumentan de tamaño progresivamente en el curso de los años.4,5 Usualmente no hay limitación de la movilidad articular, excepto en las lesiones muy antiguas,4,5 que además desfiguran.5 La piel suprayacente está tensa, pero intacta. Suele existir calor local y enrojecimiento, previos a la apertura de trayectos fistulosos,4 por donde brota un líquido blanco y espeso, con partículas suspendidas.4 Secundariamente pueden ulcerarse e infestarse.5,6 Las múltiples fístulas y la limitación de los movimientos pueden conducir a una caquexia extrema.4 No se comprueban alteraciones en el metabolismo del calcio y del fósforo;3-5 el calcio sérico y la fosfatasa alcalina sérica son normales. Ocasionalmente se halla elevado el fósforo sérico.3,5 Al examen radiográfico se observan depósitos calcáreos de diversos tamaños, en forma grumosa irregular o en estrías (pueden tener contornos redondeados u ovales); los septos fibrosos radiolúcidos que separan las masas cálcicas dan la apariencia multinodular.4,6 Las articulaciones contiguas y la densidad y textura del esqueleto no muestran cambios patológicos.3 En la gammagrafía se aprecia acúmulo de radiofármaco en la zona afectada, tanto al emplear Tc99m como Ga 67.5 99 FIG. 6. Caso 4. Survey gammagráfico. El examen macroscópico revela masas cálcicas que varían de tamaño según la localización: las ubicadas en los glúteos y los muslos son las mayores, llegando a pesar más de 3 000 g y medir más de 30 cm. Tienen coloración blanca o amarillo pálido, superficie externa lisa o rugosa y consistencia variable, desde suave y caseosa en unas áreas hasta sólida en otras. El espacio articular virtualmente no se afecta.6 Al corte se aprecian múltiples quistes separados por tejido fibroconectivo denso los cuales contienen un líquido pastoso, lechoso, de color blanco-amarillo. El análisis químico revela una mezcla de carbonato y fosfato de calcio microbiológicamente estéril.6 Por microscopia se observan masas de sales cálcicas en el TCS, que se manifiestan como cristales irregulares de diversos tamaños en medio de un estroma fibroso. Células gigantes a cuerpo extraño e histiocitos rodean los cristales.3,7 Recientemente se reconocen 2 fases de la enfermedad: activa e inactiva, que pueden ocurrir simultáneamente en una misma lesión. En la fase activa, macrófagos, células 100 gigantes multinucleadas e inflamación crónica rodean un área granular central de material calcificado. En la fase inactiva el material calcificado es rodeado por un tejido fibroso denso sin componentes celulares.7 En el diagnóstico diferencial de la calcinosis tumoral debemos incluir: 1. Calcificaciones distróficas: depósitos localizados de las sales de calcio en los tejidos muertos o degenerados, existe además material caseoso y necrosis grasa. Es normal el metabolismo del calcio y el fósforo.3 2. Calcificaciones metastásicas: precipitaciones de las sales cálcicas en los tejidos normales en presencia de alteraciones del metabolismo del calcio y del fósforo. Incluyen las calcificaciones de la osteodistrofia renal (hiperparatiroidismo secundario), de la hipervitaminosis D y del síndrome de la leche y los alcalinos.4 2.1. Osteodistrofia renal: la localización de las calcificaciones es idéntica a la de la calcinosis tumoral; no existen cambios óseos hasta avanzada la enfermedad; la hiperfosfatemia con elevación de la urea y disminución del calcio sérico hacen el diagnóstico.3 2.2. Hipervitaminosis D: existen calcificaciones en las partes blandas y los riñones, bandas de queratitis y elevación sérica y urinaria del calcio,3,4 acompañadas de alteraciones óseas.3 3. Calcinosis universalis: al igual que la tumoral ocurre en jóvenes pero existen manifestaciones sistémicas, atrofia muscular, contracturas y anquilosis. Los nódulos son pequeños y duros e involucran a la piel, el TCS y los músculos superficiales. Se localizan sobre todo a nivel de las extremidades. El 40 % de los pacientes presentan esclerodermia.3,4,10 4. Calcinosis circumscripta: se caracteriza por la tetralogía de: calcinosis cutis, fenómeno de Raynaud, esclerodactilia y telangiectasias.11 Las calcificaciones se localizan alrededor de la vaina tendinosa flexora de los dedos y la muñeca y menos frecuentemente en codos y rodillas,3,4,1113 afecta a la piel y al TCS.12 Presenta su máxima FIG. 7. Caso 4. Ultrasonido diagnóstico de la región anterior de la pierna derecha. 101 FIG. 8. Caso 4. Aspecto macroscópico intraoperatorio de las lesiones del segundo dedo del MSD. incidencia en la mujer de mediana edad 3,4 y se asocia a la esclerodermia, dermatomiositis, LES, artritis reumatoidea y acrodermatitis atrófica.12 tienen mayor edad y los antecedentes personales son esenciales para hacer el diagnóstico.3 8. Osteocondroma.6 5. Esclerodermia (síndrome de CREST): daño relativamente limitado a la piel, a menudo de las manos y la cara, con prominencia de calcinosis, fenómeno de Raynaud, disfunción esofágica, esclerodactilia, telangiectasias y demora en la aparición de manifestaciones internas.14 9. Condroma y condrosarcoma de las partes blandas.6 6. Condromatosis sinovial: enfermedad en la cual la membrana sinovial de articulaciones, bolsas o vainas tendinosas produce múltiples cuerpos libres osteocartilaginosos, debido a metaplasia cartilaginosa u osteocartilaginosa del tejido sinovial.15 7. Síndrome de Burnett: las calcificaciones de los tejidos blandos son el resultado del tratamiento antiácido de la úlcera péptica. Los pacientes Inclán1 abogaba por el uso de las radiaciones como tratamiento, pero ni éstas, ni el uso de esteroides han tenido éxito.6 Actualmente se reportan éxitos aislados al utilizar dietas restrictivas en calcio y fósforo,5,6 las que, a pesar de sus resultados alentadores, no son aplicables a los niños en crecimiento, ni a los pacientes clínicamente libres de síntomas. El tratamiento quirúrgico se aplica para evitar la aparición de complicaciones (fístulas, compresiones nerviosas) y por razones cosméticas. La exéresis debe ser meticulosa y completa, pues la recidiva es especialmente alta luego de una escisión incompleta. 102 FIG. 9. Caso 4. Aspecto microscópico de las lesiones. A) Depósito de sales de calcio amorfas en los tejidos blandos. Ausencia de respuesta inflamatoria y signos de reparación. (HE x 40); B) Imagen a mayor aumento de la figura 9 A. Se aprecia tabique de tejido fibroconectivo con paquete vasculonervi o s o y depósito de sales amorfas de calcio. (HE x 60). Summary 4 patients auffering from tumoral calcinosis, a rare entity considered within the heterotopic calcifications, are presented. The clinical, imaging and pathological findings are illustrated and discussed. Literature is reviewed. Subject headings: CALCINOSIS. Résumé 4 patients atteints de calcinose tumorale, une rare entité considérée dans les calcifications hétérotopiques, sont présentés. Les trouvailles cliniques, d’image et pathologiques sont revélées et discutées. La littérature est mise en revue. Mots clés: CALCINOSE. Referencias Bibliográficas 1. Inclán A. Tumoral Calcinosis. J Am Med Assn 1943;121:490-5. 2. Alberto Inclán (orbituaria). J Bone Joint Surg [Am] 1965;47-A(3): 646-7. 3. Harkess JW, Peters HJ. Tumoral Calcinosis: a report of six cases. J Bone Joint Surg [Am] 1967;49-A(4):721-31. 4. Smit GG, Schmaman A. Tumoral Calcinosis. J Bone Joint Surg [Br] 1967;49-B(4):698-703. 5. Kirt TS, Simom MA. Tumoral Calcinosis: report of a case with successful medical management. 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CIUDAD DE LA HABANA Elongación ósea de la tibia con injerto vascularizado osteomiocutáneo del peroné. Presentación de un caso DR. RICARDO TARRAGONA REINOSO,1 DR. ALFREDO NAVARRO GONZÁLEZ2 Y DR. ANTONIO CASTRO SOTO DEL VALLE3 Tarragona Reinoso R, Navarro González A, Castro Soto del Valle A. Elongación ósea de la tibia con injerto vascularizado osteomiocutáneo del peroné. Presentación de un caso. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):104-6. Resumen Se presenta un paciente que fue sometido a un injerto vascularizado de peroné (osteomiocutáneo) y luego se le realiza elongación ósea de 6 cm con una evolución satisfactoria. Se exponen de esta forma 2 técnicas muy útiles para el tratamiento de fracturas complicadas de la tibia. Descriptores DeCS: ALARGAMIENTO OSEO/ métodos; TRASPLANTACION OSEA/ métodos; FRACTURAS DE LA TIBIA/ cirugía; FRACTURAS DE LA TIBIA/ complicaciones; FRACTURAS EXPUESTAS/ cirugía. Ostrup, Fredikson y Doe y colaboradores fueron los primeros en comunicar su éxito experimental usando técnicas microvasculares para transferir costillas como injertos óseos a la mandíbula de perros. Su trabajo demostró que los injertos óseos vascularizados permanecieron viables basados en su circulación medular y perióstica y consolidaron sin sufrir sustitución lenta.1 En 1975, Taylor, Miller y Horn, fueron los primeros en comunicar un caso clínico de un injerto óseo vascularizado para reconstruir un gran defecto en una tibia en la que habían fracasado las técnicas de injerto óseo convencionales. Otros como Buneke, OBrien, Daniel, Gilbert, Tomai y Wiland, han demostrado la aplicación de esta técnica en diversos problemas ortopédicos, por ejemplo defectos de huesos largos secundarios a traumatismos, irradiación, exéresis tumoral, seudoartrosis 1 2 3 congénita de la tibia y defectos óseos congénitos y adquiridos de las extremidades superior e inferior.2 La transferencia de un injerto óseo vascularizado está indicada cuando no se pueden utilizar las técnicas de injertos óseos tradicionales, específicamente cuando la cobertura de tejidos blandos es inadecuada; también es de utilidad cuando las técnicas de injertos tradicionales han fracasado.2-4 La aplicación más espectacular que ha tenido la distracción con fijador externo es la elongación de los miembros, técnica operatoria que con distintas variantes se viene practicando desde hace varios años. Para ello se han usado injertos de huesos, decorticaciones periósticas, osteotomías oblicuas, en zeta u otras variantes. Ilizarov ha demostrado que la distracción debe ser lenta, a razón de 1 mm diario y que haciéndolo así no es necesario seccionar Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Servicio de Fijadores Externos. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País". Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Servicio Mano y Microcirugía. Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras". Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Servicio Mano. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País". 105 las partes blandas. Basándonos en estos estudios realizamos nuestra metodología para la elongación.5,6 Presentación del caso MMH, paciente de 17 años de edad que el 24/2/1994 sufrió un accidente del tránsito que le provocó una fractura abierta de tibia derecha tratada de urgencia con láminas AO de 10 orificios. A los 11 días comenzó con secreción purulenta por la herida evolucionada hacia una osteomielitis y más tarde hacia una seudoartrosis séptica con gran pérdida de tejido óseo (grado VII según RALCA).7 A los 3 meses se le retira la lámina AO y se le coloca un fijador externo para estabilizar la tibia que se mantenía expuesta y con pérdida de sustancia ósea. Durante el mes de marzo de 1994 lleva tratamiento con cámara hiperbárica diariamente, de lunes a viernes. El 3/8/1994 se le realiza un injerto osteomiocutáneo vascularizado de peroné contralateral previa resección del foco pseudoartrósico y séptico, resolviéndose dicho defecto. En septiembre de 1994 se le aplican nuevas sesiones de cámara hiperbárica. Posteriormente se realizan controles radiográficos mensuales; el 10/1/95 se comprueba la consolidación total del injerto (fig. 1) por lo que se retira el fijador externo y se observa que quedó un acortamiento de ± 2,5 cm. El 27/2/1996 asiste a nuestro Centro donde se constata una discrepancia de 6 cm a expensas del miembro inferior derecho comprobada por examen físico y escanograma (fig. 2), por lo que el 4/3/1996 se le realiza una corticotomía metafisaria en la tibia derecha y se coloca un fijador externo modelo RALCA (R), D.C.E.A-260, montaje No. 19,8 con el objetivo de realizar una elongación en tibia para corregir dicha discrepancia (fig. 3). La distracción comenzó a efectuarse a las 72 h de operado, a razón de 1 mm por día, dosificado a 1/4 de vuelta cada 6 h. Al realizar los controles radiográficos mensuales se observa una evolución favorable, por lo que el 31/10/1996 se retira el fijador externo y se observa que se ha logrado la corrección de la discrepancia (fig. 4). No se encontraron alteraciones en la zona previamente injertada. Discusión Este caso nos demuestra el arsenal terapéutico con el cual contamos los ortopédicos para resolver fracturas complicadas que tiempos atrás eran FIG. 1. Injerto vascularizado de peroné incorporado a la tibia. imposibles de solucionar y llegaban a provocar amputaciones en algunas ocasiones. Se muestra un paciente al que 14 meses después de un injerto vascularizado se le realiza una elongación ósea según los principios de Ilizarov sin provocar complicaciones de dicho injerto. Summary A patient who underwent a vascularized osteomyocutaneous graft of the perone and then a bone lengthening of 6 cm with satisfactory evolution, is presented. This way, 2 techniques that are very useful for the treatment of complicated tibial fractures are exposed. Subject headings: BONE LENGTHENING/methods; BONE TRANSPLANTATION/ methods; TIBIAL FRACTURES/surgery; TIBIAL FRACTURES/complications; FRACTURES, OPEN/ /surgery. 106 FIG. 2. Escanograma con discrepancia de 6 cm. FIG. 3. Resultado final de la elongación. Résumé Un patient ayant eu greffé avec un greffon vascularisé de péroné (ostéomyocutané), et puis traité avec une élongation osseuse de 6 cms, dune évolution satisfaisante, est présenté. Deux techniques trés utile sont ainsi exposées pour le traitement de fractures compliquées du tibia. Mots clés: ALLONGEMENT OSSEUX/méthodes; TRANSPLANTATION OSSEOSE/méthodes; FRACTURES DU TIBIA/chirurgie; FRACTURES DU TIBIA/complications; FRACTURES EXPOSEES/chirurgie. Referencias Bibliográficas 1. Crenshaw AH. Campbell: cirugía ortopédica. 8 ed. Buenos Aires: Editora Médica Panamericana, 1994;t3:2359-2457. 2. Attinger Ch. Soft-tissure coverage for lower-extremity trauma. Orthop Clin North Am 1995;26(2):295-334. 3. Judit H, Judet J, Gilbert A. Vascular microsurgery in orthopedics. Int Orthop 1981;5:61-8. 4. Gilbert A. Vascularized transfer of the fibularshaft. Int J Microsurg 1979;1:100-2. 5. Álvarez Cambras R, Ceballos Mesa A. Los fijadores externos en traumatología. En: Álvarez Cambras R, Ceballos Mesa A, Murgadas Rodríguez R. Tratado de cirugía ortopédica y traumatología. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1986;t.1i:560-603. 6. Ceballos Mesa A. Fijación externa de los huesos. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1981:19-23. 7. Álvarez Cambras R, Ojeda Pérez M. Retardo de la consolidación y pseudoartrosis. En: Álvarez Cambras R, Ceballos Mesa A, Murgadas Rodríguez R. Tratado de cirugía ortopédica y traumatología. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1986;t2:348-53. 8. Álvarez Cambras R. Fijadores externos. La Habana: Publicigraf, 1993:35. Catálogo de fijador externo. Recibido: 20 de abril de 1998. Aprobado: 18 de mayo de 1998. Dr. Ricardo Tarragona Reinoso. Complejo Científico Ortopédico Internacional " Frank País ". Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 107 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Fascitis nodular proliferativa. A propósito de un caso DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,1 DR. ORLANDO M. DE CÁRDENAS CENTENO,2 DRA. ALICIA TAMAYO FIGUEROA,1 DR. RUBÉN DARÍO GONZÁLEZ CABRERA,1 DR. MARIO BERNAL GONZÁLEZ1 Y DR. EDDY SÁNCHEZ NODA3 Marrero Riverón LO, Cárdenas Centeno OM de, Tamayo Figueroa A, González Cabrera RD, Bernal González M, Sánchez Noda E. Fascitis nodular proliferativa. A propósito de un caso. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):107-11. Resumen Se presenta un paciente con fascitis nodular proliferativa de la pelvis, tumor benigno derivado del tejido fibroso. Se expone el cuadro clínico y la terapéutica efectuada. Se revisa la literatura. Descriptores DeCS: FASCITIS. La fascitis nodular proliferativa es un tejido muy celular consistente en fibroblastos proliferantes, muchas veces en un estroma mixoide con un cuadro con predominio vascular, células grotescas y abundantes mitosis, de comportamiento clínico no maligno.1,2 Konwaler y otros en 1955, la deno-minaron fibromatosis subcutánea seudo-sarcomatosa;1-5 además ha recibido las denominaciones de fascitis seudosarcomatosa 1-3,5,6 y fascitis nodular.6 El término subcutánea se ha desechado, pues se observa en otras localizaciones.5 Presentación del caso Paciente femenina, negra, de 16 años de edad, estudiante, con antecedentes de salud, que aproximadamente en enero de 1996 comenzó a notar un aumento de volumen no doloroso en la cara lateral de la cadera derecha, que fue creciendo progresivamente y haciéndose doloroso, por lo que acude a nuestro centro en enero de 1997. 1 2 3 ANTECEDENTES PATOLÓGICOS PERSONALES Ovarios poliquísticos EXAMEN FÍSICO Cadera derecha: tumoración de aproximadamente 20 cm de diámetro, dura, adherida a los planos profundos, dolorosa a la palpación, que ocupa la cara posterolateral de la cadera, con extensión hacia la región glútea. No existen cambios de coloración ni temperatura. No sopla, no late. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS Hemoglobina: 12,2 g/L. Eritrosedimentación: 18 mm Serología: n/r HIV: negativo Leucograma: 8 x 109/L Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Auxiliar del ISCM-H. Subdirector Docente. Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Jefe del Banco de Tejidos. 108 N: 63 L: 25 M: 08 E: 04 – Radiografías de pelvis ósea: aumento de la densidad y volumen de las partes blandas adyacentes a la cadera derecha, de contornos bien definidos, que mide 13 x 7 cm. No se observa participación ósea. – Ultrasonido diagnóstico (transductor 7,5 Mhz): imagen compleja encapsulada con marcado aumento de la ecodensidad capsular y zona ecolúcida central (fig. 1-A). Hacia la porción distal se proyecta en forma enraizada con zonas de ecogenicidad y sombra acústica correspondiente, en posible relación con el origen tumoral (fig. 1B). – Gam m agrafía ósea (99mTc-MDP): acúmulo de radiófarmaco en las partes blandas posteroexternas de la cadera derecha, de forma redondeada y no unido al hueso (fig. 2). FIG. 2. Gammagrafía ósea de la pelvis. TRATAMIENTO El 9 de enero de 1997, se realizó exéresis en bloque de la tumoración y biopsia (B 97-19). ANATOMÍA PATOLÓGICA FIG.1. Imágenes ultrasonográficos. A: Porción central; B: Porción distal. – Descripción macroscópica: pieza quirúrgica de aspecto arriñonado, superficie lisa, ovalada, blanco-amarillenta, consistencia firme, de 16 cm de diámetro mayor, rodeada por tejido muscular y adiposo (fig. 3-A). Al corte se presenta aparentemente bien delimitada, nodular, el tejido blanco-grisáceo se dispone en haces o fascículos arremolinados resistentes al corte; al paso del bisturí emite un sonido metálico (fig. 3-B). – Descripción microscópica: crecimiento celular fibroblástico en un cuadro irregular que comprime y rechaza a las estructuras periféricas. El componente celular está dominado por células fusiformes en una densa matriz colágena. No se evidencian signos de citomalignidad (figs. 4-A y 4-B). – Resultado: Fascitis nodular proliferativa. FIG. 3. Macroscopia de la tumoración. A: Aspecto externo; B: Aspecto al corte. Discusión Se considera a la fascitis nodular proliferativa como un tumor benigno derivado del tejido fibroso; ubicado específicamente en el grupo de las fibromatosis.5 Bajo el término de fibromatosis se incluye un numeroso y variado grupo de proliferaciones del tejido conjuntivo, formado por fibroblastos bien diferenciados y abundantes fibras colágenas.5 Su ubicación entre los tumores benignos o malignos ha sido objeto de frecuentes discusiones. En favor de la naturaleza maligna está la alta frecuencia de recidiva local aún después de operaciones relativamente amplias,3,5 así como su poder de invasión.1-6 Por otra parte la ausencia de metástasis y la regresión espontánea de algunas fibromatosis obliga a incluirlas dentro del grupo de las proliferaciones benignas de tipo reaccional.5 109 Varios autores plantean que la fascitis nodular proliferativa es una proliferación fibroblástica benigna probablem ente reactiva2,3,5,6 o una lesión reactiva del colagenoblasto.3 Inicialmente se planteó su situación en la grasa subcutánea (de ahí el nombre original,1-5 y aunque habitualmente se extiende por encima de la fascia muscular, puede crecer por debajo de esta misma.1,2,4,5,7 En la actualidad se plantea que se origina en la fascia subcutánea o en la porción superficial de la fascia profunda.6 Su crecimiento tiene márgenes infiltrativos,4 puede invadir el músculo subyacente.1 De ahí su gran capacidad para simular un proceso maligno.3-5 La fascitis nodular proliferativa es una lesión del adulto joven, rara en niños y en ancianos;1,2,4,5,7 no existen diferencias en cuanto al sexo.5 Las localizaciones más comunes son la cara volar del antebrazo, el brazo y el hombro –más del 50 % del total–;1-5,7 tronco, cabeza y cuello4,5 y raramente en mamas, manos, pies, parótidas, tráquea5 y cráneo.4 En ocasiones se refiere un trauma precedente a la lesión.3,5 Aparece como un nódulo solitario3,5,7 o múltiple;5 la piel que lo cubre suele ser móvil,4 es indoloro o ligeramente doloroso5,6 y su tamaño casi nunca excede los 3 cm1-6 aunque se reportan casos de hasta 10,5 cm;5 su crecimiento es rápido en pocas semanas,3-7 para luego detenerse.6 Macroscópicamente se observa una lesión bien delimitada, pero sin cápsula, de color gris pálido o café claro y de consistencia firme. Al corte es, a veces, francamente mucoide.5 Por microscopia aparece como un crecimiento celular fibroblástico1-7 dispuesto en el seno de una matriz mucoide laxa.5 Existe proliferación vascular15 y células de inflamación crónica.1,2,4 Hay presencia de grandes células basófilas semejantes a las células ganglionares.4 Ocasionalmente existe compromiso de la pared y de la luz de las arterias y venas de mediano calibre (fascitis intravascular).4 Las figuras mitósicas son frecuentes, así como la extensión a los tejidos vecinos.5 Se han descrito células gigantes5 y proliferación de cartílago y hueso metaplásico.4,5 A causa de su gran celularidad, su actividad mitósica, su estroma rico en mucoide, su rápido crecimiento e invasividad puede hacernos pensar en un sarcoma.3-5 Su curso es benigno,4 el pronóstico es bueno si la exéresis es completa; la curación es total.5 Puede recidivar después de una escisión simple.3,6,7 110 FIG. 4. A: Crecimiento celular fibroblástico con signos de atipicidad en una matriz colágena: A-1: HE x 20 A-2: HE x 40 A-3: HE X 60; B) Presencia de grandes células fusiformes en un estroma fusocelular. Núcleos alargados y pignóticos (HE X 100). Summary A patient with proliferative nodular fascitis of the pelvis, a bening tumor derived from the fibrous tissue, is presented. The clinical picture and the therapeutics applied to the patients are approached. Literature is also reviewed. Subject headings: FASCITIS. Résumé Un patient atteint d’une fascéite nodulaire proliférative du bassin, une tumeur benigne résultant du tissu fibreux, est présenté. Le tableau clinique et la thérapeutique effectuée sont exposés. La littérature est mise en revue. Mots clés: FASCÉITE. Referencias Bibliográficas 1. Carnesale PG, Pitcock JA. Tumores. En: Edmonson AS, Crenshaw AH, eds. Cirugía ortopédica de Campbell. 6 ed. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1981;t2:1341. 2. Carnesale PG. Tumores de partes blandas y enfermedades no neoplásicas que simulan tumores óseos. En: Crenshaw AH. Cirugía ortopédica de Campbell. 8 ed. Madrid: Editora Médica Panamericana, 1993:269-91. 3. Aergeter E, Kikpatrick JA. Enfermedades ortopédicas: fisiología, patología, radiología. 4 ed. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1978:736-42. 4. Rosai J. Patología quirúrgica de Ackerman. Tejidos blandos. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1983;t3:1444. 5. Valls O, Marinello Z, Paramio A. Tumores y lesiones seudotumorales de partes blandas. Madrid: Espaxs, 1975:72-7. 111 6. R o s e n b e r g S A , S u i t H D , B a k e r L H , R o s e n G . Sarcomas de partes blandas y de los huesos. En: D evita VJ, Hellman S, Rosemberg SA. Cáncer, principios y práctica de oncología. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1984;t2:963. 7. Lefall LSD. Sarcomas de tejidos blandos. En: Sabiston DC. Tratado de patología quirúrgica de Davis-Chris- topller. 11 ed. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1980;t1:582-3. Recibido: 26 de abril de 1998. Aprobado: 18 de junio de 1998. Dr. Luis Oscar Marrero Riverón. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" . Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 112 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Supervivencia de un implante de silastic para cúpula radial en localización atípica PROF. DR. SC. RODRIGO ÁLVAREZ CAMBRAS,1 DR. GASTÓN ARANGO GARCÍA2 Y DRA. OLGA E. PRADO GARCÍA3 Álvarez Cambras R, Arango García G, Prado García OE. Supervivencia de un implante de silastic para cúpula radial en localización atípica. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):112-6. Resumen Las prótesis de silastic en un principio fueron creadas para aliviar y resolver el dolor en las afecciones de pequeñas articulaciones como las interfalángicas, los huesos del carpo, del codo, etc., en los pacientes con artritis reumatoidea. En este trabajo se utilizó una prótesis de cúpula radial en la articulación astragaloescafoidea del pie para sustituir el escafoides necrosado que además le producía mucho dolor al paciente como consecuencia de una fractura de dicho hueso. La sustitución del escafoides por la prótesis de silastic dio muy buenos resultados. Descriptores DeCS: HUESOS DEL TARSO/lesiones; PROTESIS E IMPLANTES; ELASTOMEROS DE SILICONA; FRACTURAS/ cirugía. La historia de las artroplastias de sustitución comenzó con Robert Judet,1,2 en 1946, al sustituir parcialmente una articulación, en este caso, el componente cefálico del extremo superior del fémur. A partir de ahí se hacen muchos intentos buscando la artroplastia ideal que sería aquélla que fuera "indolora, móvil, estable, durable y fácilmente retirable en caso de complicaciones." Swanson, en 1962,1,2 diseñó la prótesis de silastic, constituida por un elastómero de silicón, que es un material fuerte y flexible. El principio básico para la utilización de las prótesis de silastic de Swanson consiste en: Resección del hueso + Implante + Encapsulación = Nueva articulación. El implante de silastic actúa como un distanciador dinámico del espacio articular; mantiene el alineamiento articular correcto, sostiene 1 2 3 el nuevo sistema capsuloligamentoso que se desarrolla alrededor de él, por lo tanto, la articulación se reconstruye mediante el proceso de encapsulación. Cuando se desea mayor estabilidad se alarga el período de inmovilización. Las prótesis de silastic3-10 se diseñan en una sola pieza de goma siliconada. Fueron creadas para el tratamiento de las deformidades incapacitantes de la mano en la artritis reumatoidea; más adelante se fue ampliando su campo de aplicación y se han construido diversas prótesis para sustituir huesos completos como en el caso de los huesos del carpo y también para sustituir partes de huesos como el extremo inferior del cúbito y el extremo superior del radio3,6 (fig. 1). Los pacientes seleccionados para este tipo de implante7 deben ser saludables, tener en buen estado la piel, buena circulación de tejidos y piel, buena sensibilidad del miembro, buena función musculotendinosa para mover la articulación, así Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Titular Principal del ISCM-H. Director. Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe de la Sección de Miembros Inferiores # 2. Artroscopista. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Sección de Miembros Inferiores # 2. 113 FIG. 1. Radiografía que muestra la fractura múltiple del como buena cantidad de hueso con la calidad requerida para recibir la prótesis. Presentación de un caso por 8 semanas, al término de las cuales comenzó la rehabilitación, la cual fue interrumpida por un cuadro de celulitis de la herida quirúrgica. Ésta se resolvió en 3 semanas, y se le dio el alta en septiembre/97 para incorporarse a sus labores (figs. 2 y 3). Paciente femenina, blanca, de 47 años de edad, con HC 145793. Ocupación: dependiente gastronómica. A los 31 años de edad se cae de la bicicleta y recibe trauma en el pie derecho, es tratada en otro centro y en marzo/81 ingresa en nuestro Centro. Después de habérsele realizado estudios radiográficos de dicho pie, se llega al diagnóstico de fractura de escafoides tarsiano del pie derecho con signos de osteoartritis mediotarsiana. Se decide el 23/3/81 realizar artroplastia con prótesis de silastic (cúpula radial) de Swanson. Se inmovilizó por 6 semanas, posteriormente se comenzó la rehabilitación, y se le dio el alta definitiva en junio/81, para su incorporación a la vida social y laboral. En febrero de 1997 comienza con molestias dolorosas y acude a consulta, se le hacen radiografías y se detecta que hay fractura de la prótesis, por lo que se decide su ingreso nuevamente. El 16/4/97 es operada de nuevo para realizarle recambio de la prótesis (cúpula radial); se inmoviliza FIG. 2. Se observa la prótesis de silastic para sustituir el extremo superior del radio. 114 FIG. 3. Vista lateral del pie donde observamos la fragmentación de la prótesis de silastic al cabo de 16 años de uso. TÉCNICA OPERATORIA Primera intervención (23/3/81) Se realiza incisión sobre la articulación astragaloescafoidea, se abre cápsula dorso medial, se separa el tendón del tibial posterior dejándolo unido a un flap osteoperióstico, se reseca el escafoides tarsiano multifracturado y se coloca la prótesis de silastic para cúpula radial. En este caso el vástago de fijación equivalente al canal medular del radio se ancla en un canal hecho en la primera cuña; una vez articulada correctamente la prótesis con la cabeza del astrágalo se procede a suturar bien todos los tejidos blandos para que encapsulen la prótesis y se inmoviliza el pie en posición funcional por 6 semanas. EVOLUCIÓN La paciente se reincorporó a su actividad laboral y estuvo trabajando durante 16 años. En este tiempo comenzó con molestias en el tarso dadas por dolor moderado, acude a consulta y se realiza rayos X donde se observa fragmentación de prótesis8 (fig. 3) por lo que se decide su ingreso. Segunda intervención (16/4/97) En esta ocasión se realiza la misma técnica quirúrgica y se extrae el antiguo implante (de 16 años de colocado), el cual se encontraba multifracturado; no se halló en el área quirúrgica ningún signo de reacción al silastic, y se reimplantó una nueva prótesis de cúpula radial un número mayor. La paciente estuvo enyesada por 8 semanas, al término de las cuales presentó una celulitis8 en la herida quirúrgica que resolvió en 3 semanas (figs. 4 y 5). Discusión Las fracturas múltiples8 del escafoides tienen una nueva alternativa de tratamiento con la evidencia positiva de este caso, así que no siempre es necesario artrodesar la articulación astraga-loescafoidea o triple artrodesis. Summary The silastic protheses were created at first to relieve pain in the affections of small joints, such as the interphalangeal 115 A B FIG. 4. Radiografías de la segunda intervención donde se observa el segundo implante. A) Vista lateral; B) Vista anteroposterior. joints, the bones of the carpus, of the elbow, etc., and in the patients with rheumatoid arthritis. A prosthesis of radial cupula was used in the astragaloscaphoid articulation of the foot to replace the necrotic scaphoid that produced a lot of pain as a consequence of a fracture of this bone. The replacement of the scaphoid by the silastic prothesis gave good results. Subject headings: TARSAL BONES/injuries; PROSTHESES AND IMPLANTS; SILICONE ELASTOMERS; FRACTURES/ /surgery. 116 scaphoïde par la prothèse de silastic est parvenue à de très bons résultats. Mots clés: OS DU TARSE/lésions; PROTHÈSES ET IMPLANTS; ELASTOMÈRES DE SILICONE; FRACTURE/ / chirurgie. Referencias Bibliográficas FIG. 5. Foto del pie de la paciente. Résumé Au début, les prothèses de silastic ont été créées pour soulager et supprimer la douleur dans les affections de petites articulations telles que les interphalangiennes, les os du carpe, du coude, etc., chez les patients atteints darthrite rhummatoïde. Dans ce travail, une prothèse de coupole radiale a été utilisée dans la articulation astragaloscaphoïdienne du pied pour remplacer le scaphoïdenécrosé, entraînant en outre beacoup de douleur au patient en conséquence dune fracture de cet os. La sustitution du 1. Álvarez Cambras R. Tratado de cirugía ortopédica y traumatología. Ortopedia. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1986;t2:92-109. 2. Swanson AA. Reconstructive Surgery in the Orthoetec and foot. Clin Symp 1979;31(6):301-3. 3. Martinelli B. Silastic protheses for the head of the rodeus. J Bone Joint Surg 1996;78B(1):7. 4. Ceruso M, Beyaleni C. Silastic replacement of the trapezium. J Bone Joint Surg 1996;78B(1):8. 5. Jeffery AK, Moocraft R, Sanger LR. Metacarpophalangeal. Joint replacements using Swansons Silicone reeffer implants. J Bone Joint Surg 1995;77B (3):332-3. 6. Coenstow AH. Campbell: cirugía ortopédica. 8 ed. Buenos Aires: Editora Médica Panamericana, 1993;t1:624-5. 7. Aviña Valencia J, Olivera Barajas J. Conceptos actuales de la cirugía de muñeca y mano en el paciente con artritis reumatoide: revisión y presentación de resultados. Rev Mex Ortop Traumatol 1986;1(1):26-7. 8. Ferlic DC, Clayton ML, Halloway M. Complications of Silicone: implant surgery in the metacarpophalangeal joint. J Bone Joint Surg 1975;57 A(7):991. 9. Clayton ML, Leidholt J, Clark W. Arthroplasty of rheumatoide metatarsophalangeal joint. Clin Orthop 1997;(340):52-7. 10.Evarst CM. Surgery of the musculoskeletal system. 2 ed. New York: Charchill Livingstone, 1990;t2:1140. Recibido: 20 de abril de 1998. Aprobado: 18 de junio de 1998. Profesor Dr. Sc. Rodrigo Álvarez Cambras. Complejo Científico Ortopédico Internacional "Frank País" . Avenida 51 No. 19603, entre 196 y 202. La Lisa, Ciudad de La Habana, Cuba. 117 COMPLEJO CIENTÍFICO ORTOPÉDICO INTERNACIONAL "FRANK PAÍS". CIUDAD DE LA HABANA Presentación atípica de aponeurótico calcificante un miofibroma DR. ORLANDO M. DE CÁRDENAS CENTENO,1 DRA. ALICIA TAMAYO FIGUEROA,2 DR. RUBÉN DARÍO GONZÁLEZ CABRERA,2 DR. LUIS OSCAR MARRERO RIVERÓN,2 DR. MARIO BERNAL GONZÁLEZ,2 DR. EDDY SÁNCHEZ NODA3 Y DR. FRANK ESCANDÓN LEÓN2 Cárdenas Centeno OM de, Tamayo Figueroa A, González Cabrera RD, Marrero Riverón LO, Bernal González M, Sánchez Noda E, Escandón León F. Presentación atípica de un miofibroma aponeurótico calcificante. Rev Cubana Ortop Traumatol 1998;12(1-2):117-20. Resumen Se presenta un paciente con miofibroma aponeurótico juvenil de la pierna izquierda, localización atípica de este tumor derivado del tejido fibroso. Se expone el cuadro clínico y la terapéutica efectuada. Se revisa la literatura. Descriptores DeCS: CALCINOSIS/ patología; FIBROMA/ patología; NEOPLASMAS DE LOS TEJIDOS BLANDOS/ /patología. El miofibroma aponeurótico juvenil es una formación fibrosa infiltrante, poco frecuente, que afecta sobre todo a los músculos y a la grasa subcutánea de la palma de las manos, con tendencia a la calcificación.1 Descrito en 1953 por Keasby2 con el nombre de fibroma aponeurótico juvenil, se ha descrito también como fibroma aponeurótico calcificante,3 fibroma dérmico,1 tumor de Keasby y fibroma calcificante.1 Actualmente se conoce con el nombre de miofibroma aponeurótico juvenil, por su origen a partir del miofibroblasto. EXAMEN FÍSICO Claudicación a la marcha, a expensas del miembro inferior izquierdo. Aumento de volumen en la cara externa de la pierna izquierda, que ocupa tercio superior y medio. Se palpa una tumoración de ± 10 cm de diámetro, adherida a los planos profundos, de superficie lisa, bien delimitada, no dolorosa a la palpación, sin cambios de temperatura ni color. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS Presentación del caso Paciente masculino, mestizo, de 2 años de edad, con antecedentes de salud, que es traído a consulta en diciembre de 1996 por presentar "cojera" del miembro inferior izquierdo desde hacia aproximadamente 6 meses. 1 2 3 Hemoglobina: 12,3 g/L. Hematócrito: 0,36. Eritrosedimentación: 52 mm. Serología: no reactiva. HIV: negativo. Radiografía simple con técnica de partes blandas: aumento de la densidad de las partes blandas en Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Auxiliar del ISCM-H. Subdirector Docente. Especialista de I Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. 118 la cara anteroexterna de la pierna izquierda, con microcalcificaciones en su interior y erosión de la cortical externa del tercio proximal del peroné (fig. 1). Ultrasonido diagnóstico: imagen ecogénica que abarca la cara anteroexterna de la pierna izquierda en todo el trayecto muscular, con calcificaciones en su interior. Gammagrafía ósea (99m Tc-metilendifosfonato): intenso acúmulo de radiofármaco en el tercio superior de la cara anteroexterna de la pierna izquierda, visible en las 3 fases. Conclusiones: Miofibroma aponeurótico calcificante. TRATAMIENTO El 13 de enero de 1997 se realizó exéresis de la lesión. En el acto quirúrgico se encontró una tumoración constituida por tejido fibroso que sustituia el patrón muscular de la cara anteroexterna de la pierna izquierda; no se definía estructura anatómica alguna y el nervio ciático poplíteo externo estaba incluido en la tumoración. La cara interna del tercio proximal del peroné presentaba cambios de coloración y erosión de la cortical. Se realizó radioterapia posoperatoria. En abril de 1998 el paciente se encontraba libre de síntomas, sin signos de recidivas y utilizaba una ortesis para equino residual debido a la lesión nerviosa. FIG. 1. Radiografías anteroposterior y lateral. Las flechas señalan la masa tumoral. RESULTADO DE LA BIOPSIA Descripción macroscópica: lesión de las partes blandas de aspecto multinodular que invade y sustituye los músculos y el tejido fibroadiposo. Al corte presenta un crecimiento difuso en algunas áreas y en otras (predominantes) la disposición tiende a hacerse multinodular. Los nódulos son de tamaño variable, blanco-grisáceos, de consistencia firme, con evidentes zonas de calcificación. Descripción microscópica: lesión formada por la proliferación notable de células fusiformes y ovales que recuerdan a los miofibroblastos, dispuestos en haces o bandas entrecruzadas y paralelas. Tiene un crecimiento infiltrante e invasivo; sin embargo no hay caracteres histológicos de atipicidad. En algunas áreas de crecimiento nodular el tejido recuerda a la matriz condroide. En las áreas de calcificación las células que la rodean son células gigantes y la lesión toma un carácter nodular (fig. 2). Discusión El miofibroma aponeurótico calcificante es considerado una fibromatosis:1-4 proliferación de tejido conjuntivo formada por fibroblastos bien diferenciados y abundantes fibras colágenas.1 Lichtenstein y Goldman5,6 lo consideran como un crecimiento cartilaginoide atípico y según Aegerter y Kirkpatrick3 se clasifica como un hamartoma de las partes blandas derivado del colagenoblasto (al igual que la fibromatosis agresiva, la fibromatosis plantar, la contractura de Dupuytren y el mixoma). La presentación clásica es un nódulo en la mano,1,3,4,7-9 muñeca9 o pies1,3,4,7,8 de un niño menor de 2 años;1,3,4,7-9 aunque puede verse en los adolescentes1,9 y raramente en el adulto joven. 1 No encontramos referencias de su ubicación en el tercio superior de la pierna. No existe predominio sexual.1 119 FIG. 2. Miofibroma aponeurótico calcificante. Microscopio: A) H/E x 10; B) H/E x 20; C) H/E x 40; D) H/E x 100. A menudo el condroide se mineraliza, confiriéndoles a los nódulos un aspecto punteado, lo que permite su visualizaciónenlasradiografíassim ples.3,9 Aparece como un nódulo o masa mal delimitada (no encapsulada)1 en el tejido celular subcutáneo o adherida a un tendón;9 en su interior pueden existir focos de calcificación.1,3,7-9 Dichos nódulos están fijos a la piel y ocasionalmente a la fascia y el periostio. Al corte son de color blanquecino, de consistencia firme y tamaño variable, entre 0,5 y 1,5 cm.1 En ocasiones la lesión infiltra y sobrepasa la grasa subcutánea y el músculo, pero nunca aparecen metástasis.4 En su infiltración engloba al tejido adiposo, el músculo, los vasos sanguíneos, los nervios y a la piel vecina.1 Microscópicamente se aprecia un crecimiento fibroblástico difuso;9 los fibroblastos distendidos son menos elongados que los de la mayoría de las otras fibromatosis.7,8 Puede estar parcialmente calcificado1,3,79 y tener un patrón en empalizada peculiar,7,8 a veces se observa material condroide.1,7-9 No hay atipicidad y las mitosis son escasas.1,9 Las células que rodean a los focos de calcificación se parecen mucho a los condrocitos.5,6,9 Esta lesión se debe diferenciar de los sarcomas,1 por lo frecuente de su recurrencia después de una exéresis parcial. Otros diagnósticos diferenciales son: nódulo reumatoideo,9 neurilemoma9 y el resto de las fibromatosis.9 Siempre que no existan márgenes de seguridad amplios al realizar la exéresis, la recidiva es prácticamente segura. 120 Summary A patient with a juvenile aponeurotic myofibroma of the left leg, an atypical localization of this tumor derived from the fibrous tissue, is presented. The clinical picture and the therapeutics used with these patients are exposed. A literature review is made. Subject headings: CALCINOSIS/pathology; FIBROMA/ /pathology; SOFT TISSUE NEOPLASMS/pathology. Résumé Un patient atteint dun myofibrome aponévrotique jeune de la jambe gauche, une localisation atypique de cette tumeur résultant du tissu fibreux, est présenté. Le tableau clinique et la thérapeutique effectuée sont exposés. La littérature est mise en revue. Mots clés: CALCINOSE/pathologie; FIBROME/pathologie; NÉOPLASMES DES TISSUS MOOX/pathologie. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Referencias Bibliográficas 1. 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