Oración sobre las ofrendas Concede, Señor, a tu Iglesia el don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas sacramentales que te presentamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Antífona de comunión (Jn 6, 57) El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él, dice el Señor. Oración después de la comunión La comunión de tu Cuerpo y Sangre, Señor, signo del banquete del reino, que hemos gustado en nuestra vida mortal, nos llene del gozo eterno de tu divinidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. PROPÓSITOS DE LA HOMILÍA “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo” Esta semana de las “40 horas” en esta Parroquia, hagamos muchos actos de fe y amor en la presencia real de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía. — Un afirmación de fe puede ser: Creo firmemente que estás realmente presente en la Eucaristía, con tu Cuerpo, con tu Sangre, con tu Alma y con tu Divinidad. Lo creo más que si lo viera con mis propios ojos. Creo, pero aumenta mi fe. Creo, adoro, espero y amo a Jesús Sacramentado” — Una acción concreta: Acude perseverantemente ante el Sagrario, de modo físico o con el corazón, para sentirte seguro, para sentirte sereno: pero también para sentirte amado..., ¡y para amar! (Forja 837) PETICIONES PARA LA ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES Por el Santo Padre Benedicto XVI en sus 60 años de sacerdocio en la próxima fiesta de San Pedro y San Pablo, miércoles 29 de junio. Para que Dios lo llene de vida y siga iluminando con su fe, fortaleza y sabiduría a la Iglesia y a la humanidad entera. Roguemos al Señor Por los frutos del 4o Congreso Eucarístico Nacional. Para que todos los católicos de Venezuela puedan comulgar debidamente confesados y con mucho amor a Dios. Roguemos al Señor SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 26 DE JUNIO DE 2011 JESÚS SACRAMENTADO HABLAR CON DIOS Nuestro Dios y Señor se encuentra en el Sagrario, allí está Cristo, y allí deben hacerse presentes nuestra adoración y nuestro amor. Se ha querido quedar con nosotros para alimentarnos, para fortalecernos, para que nunca nos sintamos solos. La Sagrada Eucaristía es el viático, el alimento para el largo caminar de la vida hacia la verdadera Vida. Jesús nos acompaña y fortalece aquí en la tierra, que es como una sombra comparada con la realidad que nos espera; y el alimento terreno es una pálida imagen del alimento que recibimos en la Comunión. Tomado de Hablar con Dios La Sagrada Eucaristía abre nuestro corazón a una realidad totalmente nueva. Aunque celebramos una vez al año esta fiesta, en realidad la Iglesia proclama cada día esta dichosísima verdad: Él se nos da diariamente como alimento y se queda en nuestros Sagrarios para ser la fortaleza y la esperanza de una vida nueva, sin fin y sin término. Es un misterio siempre vivo y actual. Señor, gracias por haberte quedado. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin Ti? ¿Dónde íbamos a restaurar fuerzas, a pedir alivio? ¡Qué fácil nos haces el camino desde el Sagrario! vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. No sea que te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto y de la esclavitud; que te hizo Oración colecta recorrer aquel desierto inmenso Oh Dios, que en este sacramento y terrible, lleno de serpientes y admirable nos dejaste el alacranes; que en una tierra árida memorial de tu pasión, te hizo brotar para ti agua de la roca pedimos nos concedas venerar de más dura, y que te alimentó en el tal modo los sagrados misterios desierto con un maná que no de tu Cuerpo y de tu Sangre, que conocían tus padres». experimentemos constantemente (Palabra de Dios–Te alabamos Señor) en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas. Salmo Responsorial (Sal 147) V/. Bendito sea el Señor. PRIMERA LECTURA R/. Bendito sea el Señor. Te di un alimento que ni tú ni tus padres Glorifica al Señor, Jerusalén, a conocían Dios ríndele honores, Israel. Él L e c t u r a d e l l i b r o d e l refuerza el cerrojo de tus puertas Deuteronomio (8, 2-3.14-16) y bendice a tus hijos en tu casa. En aquel tiempo, habló Moisés al R/. Bendito sea el Señor. pueblo y le dijo: «Recuerda el Él mantiene la paz en tus camino que el Señor, tu Dios, te fronteras, con su trigo mejor ha hecho recorrer estos cuarenta sacia tu hambre. Él envía a la años por el desierto, para tierra su mensaje y su palabra afligirte, para ponerte a prueba y corre velozmente. conocer si ibas a guardar sus R/. Bendito sea el Señor. mandamientos o no. Él te afligió, Le muestra a Jacob sus haciéndote pasar hambre, y pensamientos, sus normas y después te alimentó con el maná, designios a Israel. No ha hecho que ni tú ni tus padres conocían, nada igual con ningún pueblo ni para enseñarte que no sólo de pan Antífona de entrada (Sal 80, 17) El Señor los alimentó con flor de harina y los sació con miel silvestre. le ha confiado a otro sus proyectos. R/. Bendito sea el Señor. SEGUNDA LECTURA El pan es uno y los que comemos de ese pan formamos un solo cuerpo Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (10, 16-17) Hermanos: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan. (Palabra de Dios–Te alabamos Señor) ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 6, 51) Aleluya, aleluya. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. Aleluya. EVANGELIO Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 51-58) En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida». Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre». (Palabra del Señor–Gloria a ti