NUEVO MODELO DEL ARTIFICIO DE JUANELO MODELO CON ESCALERAS DE VALTURIO Francesc Xavier Jufre Garcia Ingeniero Industrial [email protected] www.artificiodejuanelo.org ÁREA TEMÁTICA: HISTORIA DE LAS INFRAESTRUCTURAS DEL AGUA 1. Introducción Existió en el siglo XVI una obra mecánica excepcional, considerada la principal infraestructura hidráulica Europea del Renacimiento, los artificios del agua de Toledo, diseñados y construidos por Juanelo Turriano, muy conocidos en su momento. El primero de los dos artificios instalados entró en funcionamiento el 1569, siendo el último de ellos desguazado definitivamente el 1640. Nunca se ha conocido con certeza como eran ni como funcionaban, pues no se conservan planos ni referencias técnicas que los definan claramente, tan solo se dispone de descripciones y citas indirectas de viajeros y personajes ilustres que los visitaron. Des de finales del siglo XIX hasta hoy en día, ha crecido el interés por redescubrir los ingenios del agua de Toledo, llegando ha plantearse en varias ocasiones la reconstrucción de un tramo como elemento turístico y revalorizador del patrimonio histórico de la ciudad de Toledo, aunque por el momento no se ha llevado a cabo. Los investigadores han sondeado archivos, bibliotecas, tratados de máquinas y manuscritos de la época, hallando suficiente información para elaborar algunas conjeturas, como por ejemplo la de “Torres Oscilantes”, que ha sido considerada en las últimas décadas como la más probable. Recientemente ha aparecido un nuevo modelo, “Modelo con escaleras de Valturio”, que ofrece respuestas a las principales incógnitas que han acompañado a las conjeturas existentes de los artificios, permitiendo caracterizarlos en su totalidad. Los artificios de Juanelo Turriano 1 2. Historia de Juanelo y los artificios 2.1. Al Servicio de Carlos V Giovanni Torriani (Cremona, 1500 – Toledo, 1585), llamado Janello o Juanelo Turriano, nació en la Lombardía renacentista de los Sforza. Aprendiz en talleres artesanos, pronto fue capaz de diseñar y construir ingenios mecánicos poco habituales. En el año 1530 es coronado Carlos V en Bolonia, el gobernador de Milán le obsequia con el “Astrario”, reloj astronómico de Giovanni di Dondi considerado la joya de la mecánica medieval Europea, que aunque magnífico, su mecánica dañada le impedía funcionar desde hacía ya largo tiempo, a pesar de los numerosos intentos de reparación que nunca tuvieron éxito. La búsqueda de un relojero experto, llevó a Juanelo a inspeccionar el “Astrario” poco tiempo antes de la coronación, comprende los mecanismos y dictamina la falta de piezas esenciales, recomendando que sería mucho mejor construir un reloj astronómico nuevo y mejorado, comprometiéndose a intentarlo. Transcurren 20 años en los que Juanelo diseña y construye “El Reloj Grande” o “Planetario”, y en 1554 es entregado al emperador Carlos V, quien al poco tiempo lo manda llamar para nombrarlo relojero real, creándose entre ellos una gran confianza, de tal manera que Juanelo es una de las pocas personas que Carlos V llevará consigo al retirarse al monasterio de Yuste, donde el emperador pasó los últimos años de su vida (1557-1558). Inmerso en el aislamiento del monasterio, y siendo Carlos V un gran aficionado a la mecánica, era frecuente hallarlos a ambos, pasando largos ratos en el taller detrás del claustro, junto a herramientas, engranajes, relojes y artilugios mecánicos. 2.2. Al servicio de Felipe II Fallecido el emperador en 1558, Juanelo se incorpora al servicio de su hijo Felipe II, y es en este momento cuando empieza a tomar cuerpo el diseño del artificio del agua. El Toledo romano se había abastecido del agua que el acueducto conducía des de la presa ubicada en el río Guajaraz, pero desgraciadamente ya se encontraba en estado de ruina. El Toledo del siglo XVI requería de centenares de aguadores, que con sus mulas y cántaros, transportaban sin descanso agua des del Tajo a la ciudad. Ingenieros alemanes y flamencos fracasaban una y otra vez en sus intentos por bombear agua des del río hasta el Alcázar, el desnivel existente de 90 metros y la presión de columna de agua que supone, terminaba por reventar las conducciones e instalaciones que proyectaban, aun disponiendo incluso de tramos de tubería de fundición, cuando los materiales habituales eran la madera, la cerámica, la piedra o el plomo. Un último intento fallido en 1561 despierta el interés de Juanelo, que en aquellos momentos realizaba tareas de asesoramiento en obras hidráulicas reales, participando a la par en la reforma del calendario impulsada por el Papa Gregorio XIII. Los artificios de Juanelo Turriano 2 2.3. El diseño del artificio Con 65 años, el relojero real de Felipe II, con un sueldo asignado de 400 ducados anuales, pago de ingenios encargados por el rey aparte, taller y ayudantes en la torre dorada del Alcázar de Madrid, e invitado a participar en las obras del monasterio del Escorial, por voluntad propia se enfrenta al desafío de lograr subir agua des del río Tajo hasta el Alcázar de Toledo. Diseña una propuesta de trasvase a presión atmosférica, la muestra en una maqueta a pequeña escala al rey y a los representantes de la ciudad de Toledo, y se compromete a costear en primera instancia el artificio, de tal manera que si la máquina no cumple con las expectativas redactadas en contrato, ni la ciudad de Toledo ni el rey deberán de pagarle ninguna remuneración. 2.4. El primer contrato y la construcción del primer artificio El 18 de abril de 1565 se ratifica el contrato entre la ciudad, el rey y Juanelo. El ingenio mecánico deberá subir a una arca en la plaza delante del Alcázar, 12.400 litros de agua repartidos durante todo el día, 6/7 partes del total serán para el uso de la ciudad, y el resto para el Alcázar del rey, Juanelo asume la financiación del artificio, y solo cuando haya sido constatado oficialmente el buen funcionamiento de la máquina, el rey costeará la obra civil y pagará a Juanelo 8.000 ducados, mientras que la ciudad de Toledo se compromete en abonar anualmente a Juanelo y sus descendientes, 1.900 ducados anuales en concepto de mantenimiento, siempre y cuando el aporte pactado de agua se mantenga. Trabaja Juanelo intensamente coordinando las obras, materiales, peones y oficiales durante casi 4 años, y el 23 de febrero de 1.569 entrega el artificio terminado y operativo. El 13 de mayo del mismo año, los aforos indican que la cantidad de agua que llega a la arca del Alcázar, es un 50% superior al volumen pactado. Es tal el entusiasmo desbordante del momento, que se habla de construir tres artificios mas, uno al lado del actual, otro en San Juan de los Reyes, y un tercero en la Puerta de Bisagra. Juanelo cuenta ya 70 años, y ha terminado de construir su obra más famosa. 2.5. La construcción del segundo artificio Dan comienzo las obras del segundo ingenio, que a imagen del primero, se sitúa adyacente al existente. Juanelo coordina las tareas, pero pasan los días y la ciudad de Toledo no hace efectiva ninguna suma de dinero. Juanelo no puede hacer frente a pagos pendientes de la financiación del primer artificio, y mucho menos a los costos que le supone la construcción del segundo, viéndose en la necesidad de endeudarse para poder mantener el artificio viejo en funcionamiento, que día y noche sin descanso, sube agua des del río al Alcázar, temeroso que si llegase a detenerse, la ciudad esgrimiría este motivo como justificación de su morosidad. Dan comienzo discusiones y litigios con los representantes de la ciudad que no conducen a ninguna parte. Parece ser que el fondo del problema residía en la distribución del agua, pues esta llegaba sin problemas Los artificios de Juanelo Turriano 3 al Alcázar, pero los oficiales de las obras de remodelación que en el se llevaban a cabo, la utilizaban en su totalidad, y bien poca cosa o mas bien nada, se destinaba a la ciudad. No existía queja del buen funcionamiento del artificio, pero si sobre la cantidad de agua que la ciudad recibía. 2.6 Un nuevo pacto El 21 de marzo de 1.575 Juanelo llega a un nuevo pacto con el rey y la ciudad de Toledo. Se terminará el segundo ingenio, el artificio viejo trabajará en exclusiva para el Alcázar, el artificio nuevo será de uso preferente para la ciudad y deberá estar terminado en menos de cinco años. Juanelo será el propietario del ingenio nuevo y pactará la venta del agua a quien mejor precio le ofreciese con preferencia para la ciudad, no podrá vender el artificio nuevo sin la autorización del rey que se guardaba una opción de tanteo sobre el precio final de la oferta. Felipe II financiaría el costo de las obras (unos 10.000 ducados), y la ciudad de Toledo cedería los terrenos y entregaría a Juanelo una contribución de 6.000 ducados. En el año 1.581 se termina el artificio nuevo a imagen del artificio viejo. Envejecido y con 81 años a sus espaldas, Juanelo no deseaba ya nada más que olvidar los sufrimientos padecidos por él y su familia en los últimos tiempos. Pero aun viendo funcionar sin pausa sus dos ingenios, de nuevo aparecieron serios contratiempos. Seis años antes durante el redactado del último contrato, el rey Felipe II añadió de puño y letra en un margen del documento un instante antes de firmarlo, la cláusula que en su momento y debido a la desesperada situación económica en que se encontraba Juanelo, aceptó y ahora se tornaba en una nueva fuente de problemas: “...si yo hubiera menester pueda tomarla”. De nuevo el rey utilizaba toda el agua de ambos artificios para el uso del Alcázar, nada que vender a la ciudad, nada que ingresar. 2.7. El desenlace Enfermo y asediado por las deudas, Juanelo vende el segundo artificio al rey Felipe II. Muere Juanelo en Toledo, el 13 de junio de 1.585, a la edad de 85 años en extrema pobreza. Al ser una máquina singular, requería que su mantenedor comprendiera su funcionamiento, para ser entretenido de la misma manera como Juanelo lo hubiera hecho. Sus primeros mantenedores fueron familiares de Juanelo, hasta que su nieto muere en 1.597 llevándose consigo la esencia del movimiento de la máquina. Quien vino mas tarde no supo o no quiso prestar la atención que el asunto requería, en 1605 el ingenio viejo ya no funcionaba, y se desmantelará para construir la nueva propuesta de trasvase de agua basada en bombas tesíbicas de Juan Fernández del Castillo. En 1624 los oficiales del Alcázar deciden detener temporalmente el ingenio nuevo. Finalmente los restos existentes de los dos artificios son desguazados en 1639. Los artificios de Juanelo Turriano 4 2.8. Última carta de Juanelo antes de morir. Dirigida a Felipe II cuando este estaba de viaje. Carta póstuma enviada al Rey en abril de 1586 : “Ya que Dios nuestro señor no es servido que yo pueda ver volver a V. Md. (pues a lo que dicen los médicos y a lo que yo de mi siento el fin de mi vida será muy presto) quiero por este memorial hazer saber a V. Md. que por dos cosas la dejo con grandissimo desconsuelo. La una porqué por mis muchas deudas y por ser yo estrangero y morir en esta ciudad aonde me han tratado como sabe V. Md., queda con mi muerte mi casa en tan extrema necesidad, que se avra de pedir limosna para me enterrar...”. 3. Imágenes del artificio Los artificios de Juanelo estaban ubicados en el interior de construcciones escalonadas de obra adosadas entre ellas, con motivo de proteger totalmente la maquinaria de las inclemencias del tiempo, los hurtos de materiales valorables como el cobre, y resguardar el agua transportada. Los gravados que se conservan de los artificios, siempre nos muestran su vista exterior, apreciándose únicamente los edificios de obra que lo cubrían, aumentando el secretismo del ingenio. En 1639 se desguazan definitivamente ambos artificios, pero no los edificios, que en estado de ruina se han conservado aunque sea en pequeños tramos hasta el s. XIX. La observación de estos edificios escalonados en gravados y fotos, presentan una estructura continua, remontando la ladera de forma serpenteante entre el Tajo hasta el Alcázar. Actualmente puede apreciarse a orillas del río Tajo, cerca del puente de Alcántara, los restos de la presa que utilizaban las ruedas hidráulicas de los ingenios. 4. Los Artificios, máquinas singulares de diseño complejo Los artificios fueron muy famosos en su época, por ser singulares y diferentes de las demás máquinas hidráulicas conocidas. A la complejidad de diseño se debe añadir que estaban ubicados en el interior de edificios de obra, dificultando que terceras personas pudieran plasmarlo con exactitud en planos y esquemas. A modo de ejemplo se cita a Jehan Lhermite, el cual formó parte de la corte real entre 1597-1602, y publicó “Le passetemps de Jehan Lhermite, depuis son voyage d’Espagne”, donde se cita: “Aunque es cosa ciertamente muy admirable que, como he dicho, ya he descrito, nunca he podido obtener un proyecto o representación fidedigna de esta máquina para satisfacer mi deseo de presentar una imagen viva que pueda contentar ocularmente a mis lectores, y si bien creo que el entendimiento humano y su intelecto pueden entender lo que es, difícilmente es posible comprender el artificio, industria e invención de este ingenio sin ver una representación suya. Así pues, me esforcé mucho en Los artificios de Juanelo Turriano 5 obtener una imagen fidedigna, pero hasta el día de hoy no he conseguido nada, y también resultaron vanas las muchas solicitaciones que hice sobre este punto ante Juan Baptisto Monnegro, arquitecto del rey, presidente en el mencionado palacio, que es la persona que lo gobierna, quien no dejó de persuadirme en todo momento para que desistiera de mi empeño [...] me escribió en una breve nota que me envió en la que me decía en sustancia que para dar a entende bien y explicar cabalmente el misterio de este ingenio sería necesario en primer lugar hacer un libro lleno con las diferentes representaciones y que después todavía, para dar aún inteligencia más viva de ello, sería menester componer varias maquetas de madera, puesto que – me escribió- no hay en el mundo hombre capaz de comprender lo que es este ingenio por una sola representación” 5. Los relatos conservados Tras la muerte de Juanelo en 1585, el mantenimiento de los Artificios es realizado por sus herederos, hasta que en 1598 la tarea recae en Juan Fernández del Castillo. Hacia el año 1600 aparecen en los Artificios numerosas averías de complicada solución, que junto a desperfectos generados por crecidas del río Tajo, y la dificultad de concepción del funcionamiento del artificio, provocan que se detenga definitivamente el artificio viejo, y Juan Fernández del Castillo decide proponer al rey y a la ciudad de Toledo, el diseño de un nuevo ingenio basado principalmente en bombas ctesibicas. Realiza pruebas en el tramo más cercano a la orilla del río, que termina y deja en funcionamiento en 1602. Felipe III autoriza la construcción del ingenio de Juan Fernández del Castillo en 1606, y ordena desmantelar el artificio viejo de Juanelo para aprovechar todos los materiales reutilizables en la construcción de la nueva propuesta. El ingenio de Juan Fernández del Castillo discurría por el exterior y adosado a los edificios que protegían los artificios de Juanelo, estando expuesto a la intemperie, y siendo visible sin impedimentos. Los viajeros, cronistas, curiosos..., que visitaron los artificios en el s.XVII, es probable que observaran el ingenio de Juan Fernández del Castillo y no los Artificios de Juanelo, este hecho valoriza todas las descripciones fechadas en el s. XVI, y en particular la de Ambrosio de Morales (1575), cronista de Felipe II y uno de los pocos amigos de Juanelo, quien le mostró personalmente la maqueta previa a la construcción del artificio, y más tarde el primer ingenio terminado y funcionando. El relato de Ambrosio de Morales “Las Antigüedades de las ciudades de España. Que van nombradas en la crónica con las averiguaciones de sus sitios y nombres antiguos, que escribía.” (1575), es la principal fuente de información del “Modelo con Escaleras de Valturio”. Los artificios de Juanelo Turriano 6 6. referencias tecnologícas de lOS artificioS La crónica de Ambrosio de Morales deja patente que el espíritu de la máquina reside en la dificultad existente en el diseño y cálculo de los artificios y sus componentes, y en la habilidad para que todo el ingenio se mueva con harmonía, respetando el equilibrio del conjunto, la cadencia de movimientos y la distribución de tiempos, huyendo de la concepción puramente mecánica tradicional de la época, resultando ser unos ingenios técnicamente innovadores y rompedores en su diseño, motivo por el que fueron conocidos en toda Europa. Seguramente esta concepción tan particular de los artificios, es la dificultad a superar al intentar encontrar referentes de sus soluciones mecánicas en otros ingenios, que justifiquen su viabilidad técnica en el entorno del siglo XVI, no habiendo podido ser resuelta consultando teatros de máquinas de otros ingenieros coetáneos a Juanelo. Algunas conjeturas referentes a los ingenios, relacionan sus propuestas con las láminas número 95 y 96 de “Le diverse et artificiose machine” de Agostino Ramelli (París 1588), pero presenta lagunas importantes respecto a las descripciones del s.XVI, en particular la de Ambrosio de Morales. Estas referencias podrían ser halladas en otras máquinas construidas por el propio Juanelo, pero desgraciadamente no se ha conservado ninguna de ellas hasta nuestros días, a excepción de algunos pequeños autómatas que les son atribuidos. Con esta perspectiva, se ha planteado la búsqueda de máquinas que no siendo construidas por Juanelo, este hubiese intervenido en su elaboración o mantenimiento. Juanelo Turriano fue un gran maestro relojero renacentista, sus soluciones mecánicas en los artificios cabría esperar que pudieran estar inspiradas en mecanismos de relojería y no en construcciones hidráulicas. Partiendo de esta premisa, y conociendo que Juanelo estudió el “Astrario” (1380) de Giovanni Di Dondi, del que se inspiró para posteriormente construir para el emperador Carlos V el “Reloj Grande” o “Planetario”, (el reloj astronómico renacentista más completo y exacto del que se tiene noticia), se consigue relacionar implementaciones mecánicas de los artificios, con construcciones mecánicas utilizadas en el “Astrario”, sobretodo en cuanto a movimientos relativos entre piezas se refiere. Esta relación es posible gracias a que Giovanni Di Dondi, dejó un manuscrito detallando los pasos seguidos en la construcción mecánica del “Astrario”, y conociendo que los movimientos del reloj siguen las pautas del modelo Ptolemaico del universo, ha permitido la reconstrucción dinámica del mismo. 7. Las conjeturas del artificio Las conjeturas clásicas de los Artificios se agrupan en: Las defensoras de un ingenio continuo: Don Luis de la Escosura y Morrogh (1888), Theodor Beck (1899) y J.L. Peces Ventas (década de 1980). Las tres se consideran descartadas en la bibliografía sobre el tema, y en concreto las dos primeras por no poder remontar las fuertes pendientes existentes en el recorrido del Artificio Los artificios de Juanelo Turriano 7 La defensora de un ingenio discontinuo: Ladislao Reti (1967), a la que N. García Tapia introduce posteriormente alguna leve modificación. Este modelo llamado de “Torres oscilantes” es la que habitualmente presenta hasta ahora la bibliografía como conjetura más probable. Varios investigadores, y entre ellos destaca Ángel Moreno Santiago autor del libro “Juanelo y su Artificio. Antología” (2006), detectan dudas razonables referentes a la validez de la conjetura de “Torres oscilantes”, que ponen en duda. Recientemente (diciembre 2008) se ha publicado bajo el patrocinio de la “Fundación Juanelo Turriano” de Madrid, el “Col.legi d’Enginyers Industrials de Catalunya. Demarcació Central”, y el “Grup de Recerca Consolidat Espai, Poder i Cultura” de la Universidad de Lleida, el libro titulado “El Artificio de Juanelo Turriano para elevar agua al Alcázar de Toledo (s.XVI). Modelo con escaleras de Valturio”. Ed. Milenio, Lleida 2008, que con la presentación de un nuevo modelo basado principalmente en las descripciones del cronista de Felipe II Ambrosio de Morales, ofrece respuestas a las principales incógnitas y lagunas que han acompañado a las conjeturas existentes de los artificios, permitiendo caracterizarlos en su totalidad, y ser reproducidos informáticamente en 3D, ver www.artificiodejuanelo.org El nuevo modelo se basa en una máquina continua desde el río Tajo hasta el Alcázar, en la que se hallan grupos de cazos con sifones que se van traspasando el agua de unos a otros remontando la pendiente del terreno con la ayuda de “Escaleras de Valturio” (tal y como cita Ambrosio de Morales), movidas por una transmisión de tirantes forzantes que obtiene la energía de una rueda hidráulica ubicada en el mismo río Tajo. El ingenio toma como referente mecánico de algunas de sus implementaciones el “Astrario”. El artificio está compuesto por un inmenso número de piezas, de dimensiones variables según la pendiente del terreno, y que requieren para su diseño y concatenación de movimientos de numerosos cálculos, que son en esencia el alma del artificio, ya nos cita Ambrosio de Morales a Juanelo en su crónica, cuando este le muestra el primer artificio terminado y funcionando: “Porqué ¿veis todo lo que he hecho con los reloxes? Pues hombres he visto que saben tanta y mas astronomía y geometría que yo. Mas hasta agora no he visto quien sepa tanta aritmética como yo”. Ambrosio de Morales también escribe en su crónica: “Entendí yo luego algo desto, quando Juanelo me mostró la primera vez el modelo del acueducto, por ver como en los maderillos tenía assentadas por números arithméticos unas sumas tan largas, que yo no las podía aun comprehender.” 8. La fama de los artificios Debido a su singularidad constructiva, los artificios fueron conocidos en toda Europa, recibiendo numerosas visitas de cortesanos y personajes ilustres de la época, entre ellos Juan de Austria, Federico Zuccaro y Juan de Herrera (del que Juanelo fue maestro). Los artificios de Juanelo son citados en numerosas obras de los principales autores del siglo de oro, entre ellos: Lope de Vega, Cervantes, Quevedo, Góngora, Calderón, Tirso de Molina y Baltasar Gracián. Los artificios de Juanelo Turriano 8 Vi el Artificio espetera, Pues en tantos cazos pudo Mecer el agua Juanelo Como si fuera en columpios. Flamenco dicen que fue Y sorbedor de lo puro; Muy mal con el agua estaba Que en tal trabajo la puso. Quevedo, “Itinerario de Madrid á su Torre de Juan Abad”. Romance 75 Familiares de Juanelo pidieron permiso al rey Felipe II para cobrar una entrada a quien visitase los artificios, aunque nunca llegó a materializarse. Con toda seguridad un histórico indicio turístico de la ciudad de Toledo. 9. El carácter de Juanelo Existe una descripción de Leonardo da Vinci (Vinci, 1452 – Amboise, 1519) escrita unos 40 años tras su muerte por Giorgio Vasari, en que nos presenta a un hombre que actualmente calificaríamos como “mediático”, de aspecto bello, grácil en sus actos, fuerte y orgulloso, participe de las fastuosas fiestas de sus mecenas, valorado y apreciado por todos. Juanelo es el contrapunto a todo esto, se nos describe como un personaje tosco, distante, independiente e indisciplinado, podríamos calificarlo de “rebelde”, sus talleres al servicio de Carlos V y Felipe II estuvieron localizados en primera instancia en el claustro del monasterio de Yuste, posteriormente en una de las torres del Alcázar de Madrid, y mas tarde en una casa de su propiedad en Toledo, siempre buscando la intimidad y el recogimiento. Es necesario valorar su personalidad en la medida que si su obra ha pasado a la historia, realmente se debe a la importancia de la misma, y difícilmente a factores externos a los puramente científicos y técnicos. Esteban Garibay, uno de sus pocos amigos cita tras la muerte de Juanelo: “Fue alto y abultado de cuerpo, de poca conversación y mucho estudio, y de gran libertad en sus cosas: el gesto algo feroz, y la habla algo abultada, y jamás habló bien en la española.” En una carta enviada por el nuncio del Papa Gregorio XIII en 1578 a un cardenal italiano, que requería del informe encargado por Felipe II a Juanelo referente a la reforma del calendario Juliano, este escribe: “Aquí se encuentra Juanelo con su discurso que, a mi juicio, será digno de ser estudiado con detenimiento, porque, con un instrumento que él ha construido, se va demostrando fácilmente que no se puede desear mejor modo para esta reducción y sus razones. Y, como es un hombre que no hace las cosas sino cuando le viene en gana, es necesario que se tenga un poco de paciencia. Y, como se trata de un negocio de tanta importancia y que influirá en el futuro, me parece que hay muchos que esperan que no deje de trabajar en este instrumento. Yo seguiré de cerca, con la destreza que conviene, a este erudito cerebro con el cual no puede ni Rey, ni Reina, ni Torre, y espero que lo tendremos en breve” Los artificios de Juanelo Turriano 9 El conocido arquitecto Juan de Herrera (1530-1597) trabó una estrecha amistad con Juanelo Turriano, colaborando en varios proyectos, alojándose en su casa de Toledo y participando de su generosidad en 1575 al prestarle este, 2000 ducados como fianza de sus problemas con la Inquisición. A la muerte de Herrera, el inventario de sus bienes describe que en su casa estaban colgados los cuadros de su primera mujer María de Álvaro, el suyo propio y el de Juanelo Turriano. Hechos como este ponderan la talla científica y técnica de Juanelo por encima de otro tipo de consideraciones. 10. Para saber más Bibliografía: Moreno Santiago, A. y Moreno Nieto, L. “Juanelo y su Artificio. Antología”. Toledo : d.b. Comunicación, 2006. Jufre Garcia, Francesc Xavier. “El Artificio de Juanelo Turriano para elevar agua al Alcázar de Toledo (S.XVI). Modelo con escaleras de Valturio”. Lleida : Milenio, 2008. Entorno web: www.juaneloturriano.com www.artificiodejuanelo.org Los artificios de Juanelo Turriano 10