04 NACIONAL MARTES texto y fotos JULIO MARTÍNEZ MOLINA [email protected] CRUCES, Lajas, Rodas, Cienfuegos.— Cualquiera se confunde con este joven serio e introvertido. De no tener delante su hoja de servicios, pocas personas conocerían el extraordinario potencial laboral y humano de Lidier Vega Sánchez. El destacado productor de 25 años, perteneciente a la cooperativa de crédito y servicios fortalecida (CCS) Ramón Balboa, del municipio de Cruces, fue electo Vanguardia Juvenil Campesino durante 2009 y delegado al X Congreso de la ANAP, y es integrante de la UJC, de las Brigadas Técnicas Juveniles y de la Brigada Juvenil Campesina. Como si fuera poco,atesora otros méritos, entre los que se encuentran disímiles reconocimientos por su labor y el cumplimiento al 102 por ciento de su plan de entrega. Siembra cultivos varios: plátano, yuca, maíz,frijol,cebolla… sobre un área de 150 cordeles (un cordel equivale a 20,35 metros*). Según su criterio, los elementos imprescindibles para trabajar en el campo son: «voluntad, sacrificio, amor e inteligencia». ¿No hace falta además don, mano o cómo se diga?, le inquiero: «También. Eso que tú dices, yo lo heredé de mi padre, quien me enseñó los trucos del surco desde niño». Se ven muchos animales alrededor de su finca. Me aseguran que Vega Sánchez trabaja 12 horas diarias. Le pido me describa una jornada laboral típica. «Tengo vacas, puercos, gallinas. Al levantarme ordeño las vacas y les doy su comida a todos. Luego voy para el campo hasta las 11 más o menos, a dedicarme a lo necesario según el momento del cultivo. Regreso a las dos de la tarde, después del almuerzo, para permanecer hasta las cuatro o las cinco. Vuelvo entonces con los animales». Durante la siembra y recolección lo ayudan tres obreros de la CCS. Al muchacho le va bien en los ingresos y construyó una casa, para la cual compró todo lo necesario con el objetivo de vivir junto a su esposa Leydi y su niña Leydi Diana, de cuatro años. Cuando por cuestiones de oficio uno entrevista a otros jóvenes campesinos, no todos hablan en términos muy favorables de su relación con Acopio. A él, sin embargo, le funciona el mecanismo. «A mí me va bien en esa relación. Ahora le vendí 15 quintales de maíz y tengo contratados otros 40. Poseo el respaldo de la CCS y de la ANAP». ¿Nunca has afrontado siquiera un problema? «Bueno, alguna que otra traba; la cosa de las cajas que no aparecen para recoger determinada producción»… ¿Te sucedió con algún cultivo específico? «Me pasó con un tomate». ¿Qué hiciste? «Cogerlo para puré». Así es Lidier. A todo le halla solución, sin faltarle el ánimo. Quiere al campo y lo abre cada mañana a base de perseverancia. Labra sus días contento, amante de su labor, al lado de su familia y con unos ingresos más que decorosos, frutos de su sudor. UN MISMO IDIOMA El perfil de Yordany León Sánchez, de la CCS Antonio Maceo, del municipio de Lajas, resulta bastante similar (casado, niña pequeña, casa nueva, entradas favorables) salvo en que tiene diez años más que su compañero crucense. Este doble militante (UJC y Partido), secretario general de su comité de base, miembro no profesional del Buró Provincial durante dos años y medio, así como delegado a varios foros de relieve durante los años más recientes, conoce bien los intríngulis de la cadena producción-comercialización, en tanto integra la junta directiva de su CCS. 19 DE OCTUBRE DE 2010 juventud rebelde Tres locomotoras sobre el campo Lidier, Yordany y Yaisel, vanguardias juveniles campesinos, creen que la entrega, el don y el amor son la santa trinidad de un productor Entre las producciones de Lidier figuran varios cordeles dedicados al cultivo del plátano. Yaisel tiene planes de expansión en la ganadería. Él le saca hasta el último zumo a su caballería y media (una caballería equivale a 13,42 hectáreas*), donde produjo en 2009 más de 288 quintales (un quintal equivale a 46 kilogramos*) de cultivos varios, con lo que sobrepasó en un 44 por ciento su plan. En el actual año piensa llegar a los 600 quintales. «El problema fundamental que afrontamos los que trabajamos la tierra es que no siempre se relaciona el precio de los productos con la inversión efectuada por el productor. Hay un grupo de recursos que no siempre nos llegan y se nos encarece de forma notable el costo de la producción». Considera que en la leche y la carne de cerdo ya se dio en la diana en el tema, pero que aún constituye una asignatura pendiente para los productos agrícolas. «No cabe en la cabeza de nadie que el garbanzo te lo estén pagando a ocho o nueve pesos la libra, mientras al frijol, plato de la mayoría de los cubanos, Acopio le fije el precio en alrededor de los cuatro pesos», observa. Esta temporada a Yordany la cooperativa le asignó un grupo de recursos para estimular la siembra del arroz, lo cual agradece, pero no obstante aprecia que ello es insuficiente. También considera que existen «muchas trabas a la hora de comercializar. El contrato tampoco es algo muy serio; es más bien un pacto entre la cooperativa y el productor, pero que no cuenta con respaldo jurídico». Ahora Yordany tiene sembrados diversos frutales, plátano, yuca…, pero lo que más le urge es la cosecha del arroz, ya que se encuentra próximo al corte. Durante los pico de cosecha se contrata mano de obra, aspecto en el que observa que «la cooperativa ejerce un rol de intermediario que con frecuencia se dificulta. Son muy informales; vienen un día, al otro faltan y en otras vienen el doble de los necesarios para la jornada». Le propongo que me abra o sugiera una vía para resolver todas las problemáticas enunciadas. Y argumenta: «No va a haber solución total hasta que todos hablemos el mismo idioma, primen el orden y la organización, y además sean suplidas con mayor holgura las necesidades del productor». Afirma que «lo ideal sería contar con una tienda habilitada con lo necesario, aunque sé que las circunstancias económicas lo impiden por el momento». «Existe una tienda ya —complementa—, la de suministros agropecuarios o de “puntos”, como le llamamos, pero la compra es Yordany (con gorra) al lado de su hermano durante la guataquea de los aguacates. muy limitada. A veces está la mochila en exhibición, pero no existe para tú comprarla, no hay tu número de zapato,escasean cosas necesarias de la cotidianidad…». DOS MIL LITROS DE LECHE MENSUALES No le va todo lo favorable que desea con el tema «tienda» al ganadero de 28 años Yaisel González Estupiñales, de la CCS Orestes Jiménez, en el municipio de Rodas. Al igual que Yordany, conoce las limitaciones actuales de la economía, pero sugiere que se busquen variantes ante necesidades impostergables. «Cuando voy, casi nunca hay en existencia lo que requiero. Una de las cosas que más me golpea a mí, y a los ganaderos en general, es la ausencia de alambre para cercar. «Otra carencia es la mochila para el riego. Los vaqueros la necesitamos sobre todo en la seca, porque empieza la garrapata y hay que fumigar a las vacas; de lo contrario se enferman. Hacen falta igual otras cosas, pero eso es lo más importante y urgente», asevera. Yaisel abunda en el asunto: «Es bien difícil encontrar el líquido para fumigar el potrero. Nos deben vender el “potrerón” u otros pesticidas para matar el aroma, pero cuando entra a la tienda vuela». En cuanto a lo demás, todo le fluye de forma orgánica y favorable a este ganadero Vanguardia Provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, quien durante 2009 aportó 18 000 litros de leche y tiene un plan para este año de 25 000. Él posee en usufructo 13 hectáreas y media de tierra gracias al Decreto-Ley 259 (como Lidier, en Cruces). Recibió esta extensa superficie repleta de un marabú cuyo viejo tronco se cebó al paso del tiempo. En cuatro meses la limpió él solito, y luego la hizo producir con las vacas que compró. «Hoy tengo 35 reses. Aunque el volumen de leche depende de la estación y la cantidad de hembras paridas, he llegado a entregar hasta 2 300 litros mensuales, una cifra considerada alta. Empecé en baja, pero he ido subiendo; voy a seguir creciendo, porque ya tengo más novillas para parir, ocho exactamente». A Yaisel le fue muy favorable la decisión del Estado de aumentar el pago de la leche al ganadero. «Como vivo en un sitio muy intrincado y no puedo acarrearla hasta el lugar de la transportación, el carro va a mi finca y me pagan un poco menos, pero igual está bien, pues hablamos de 2,40 por litro», asevera. Sin ningún tipo de problemas le vende el alimento al Combinado Lácteo Escambray y a Comercio, específicamente a las bodegas. Solo su padre lo apoya en la faena diaria. El domicilio suyo está a poco más de un kilómetro de la finca, adonde llega a las cinco de la mañana y la abandona a las ocho de la noche. A esto se suman eventuales visitas del joven, o turnos de guardia de medianoche y madrugada para vigilar su ganado. Quiere que su pequeño Jean Michel, de un año, siga sus pasos. Falta haría, porque en su cooperativa, Yaisel es el único vaquero joven, de los cerca de 20 existentes. Y aconseja que pierdan el miedo todos aquellos tentados a trabajar en el giro, pero que experimentan duda o inseguridad. «Se pasa un poco de trabajo al principio, pero luego se le coge el hilo. Si hacen las cosas con entrega y amor, la ganadería los saca afuera». *Los equivalentes son tomados del tabloide del curso Metrología para la Vida, editado por el Instituto Nacional de Investigaciones en Metrología. juventud rebelde MARTES 19 DE OCTUBRE DE 2010 NACIONAL 05 El Che en la memoria Bailar en casa del trompo por HUGO RIUS [email protected] EN todo recuento de vida profesional suelen permanecer con mayor hondura y perdurabilidad los episodios que marcaron un punto de crecimiento crucial. Y a mí me sucedió al paso por Argelia, cuando muy joven, entrenaba armas del oficio de corresponsal, bajo la afortunada tutela del avezado Gabriel Molina, a quien traté de «exprimir» saberes y habilidades como siempre sería recomendable que hiciera con humildad una generación con la que le precede. Pocos ámbitos resultaban entonces tan propicios como el de esa deslumbrante porción del norte africano, que recién despertaba a la independencia tras una portentosa y ejemplar lucha por la liberación nacional, y hacia donde habían acudido internacionalistas cubanos ante la integridad territorial tempranamente amenazada, al igual que la primera de las misiones médicas que a partir de ahí han escrito y siguen escribiendo gloriosas páginas de solidaridad en diversos y remotos confines del planeta. Pero de todas aquellas experiencias de iniciado, la que más profunda huella me dejó en lo profesional, si lo consideramos en sus múltiples dimensiones, y en especial la política y la humana, fue la visita del Comandante Ernesto Che Guevara en abril de 1964, quien acababa de participar en un foro internacional sobre comercio y desarrollo en Ginebra, y de cuya presencia allí, por cierto, la escritora chilena Isabel Allende relata algunos pasajes en su libro más testimonial y personal. El Che llegó al país magrebino por segunda vez —después de haber estado en julio de 1963— derrochando su peculiar humor inteligente y agudo, en el inmediato contacto con el colectivo cubano. Entre otras anécdotas aludió a un equívoco que le había molestado durante su tránsito por París, donde había solicitado a las autoridades francesas que le recibieron en la terminal aérea de Orly, alojamiento en un hotel «discretito», en el intento de indicar que se tratara de uno económico para las circunstancias. En cambio sus interlocutores lo interpretaron en un sentido contrario, es decir «caro y lejos del centro de la ciudad». Antes, tan pronto como se supo del arribo de nuestro Ministro de Industria, me alisté como fotógrafo, un ángulo del ejercicio periodístico al que me había entregado con tal febrilidad que me procuré un cuarto oscuro, donde pasaba horas enteras revelando e imprimiendo las imágenes que capturaba mediante la fidelísima cámara Exacta que se fabricaba en la República Democrática Alemana, y hasta mis dedos comenzaban a mancharse a causa de las químicas que manejaba con aceptable destreza. Lo cierto fue que me convertí, y no sin temor por la responsabilidad que entrañaba, en el único fotógrafo que cubrió esa visita, que incluía el encuentro del Che con el presidente argelino Ahmed Ben Bella, en el palacio ejecutivo, y por consiguiente en el único suministrador circunstancial de la constancia gráfica difundida por la agencia nacional APS y los principales diarios de la época: Le Moujahid y Alger Republicain. por JULIETA GARCÍA RÍOS MÁS de una decena de caricaturas personales de intelectuales y artistas cubanos realizadas por el español Andrés Vázquez de Sola se expondrán en la XVII Fiesta Iberoamericana que tendrá lugar en Holguín entre el 24 y el 30 de octubre. La muestra estará dedicada al destacado humorista gráfico Tomás Rafael Rodríguez Zayas (Tomy), recientemente fallecido. En comunicación electrónica, Vázquez de Sola dijo sentir la «triste satisfacción» de participar desde la distancia en el merecido y, desgraciadamente póstumo, homenaje a Tomy en su pueblo natal. «Considero a Tomy como el Carlos Puebla del dibujo: uno y otro son las líneas paralelas, como las vías férreas sobre las que marcha el tren. Puebla con su ritmo, Al Che le apasionaba la fotografía, y cámara en ristre solía capturar las esencias visibles de la vida. Una noche apareció el Che en la casa-oficina de Prensa Latina, una preciosa edificación de dos plantas de auténtico estilo morisco, que fuera cuartel de la temible OAS colonial*, con un espacio central de losas y mosaicos de motivos caligráficos, rodeado de columnas delgadas y balcones interiores, y un techo artesonado, a lo que se añadió un mobiliario consonante, constituido por típicas mesas bajas de cobres labrados y cojines. Años después, sucesores los reemplazaron heréticamente por pesados butacones y juego de comedor occidentales. Con fina sensibilidad recorrió maravillado las estancias, y a continuación se detuvo en la colección de libros sobre África, de autores de tan disímiles pensamientos como René Dumont y Franz Fanon, que habíamos acopiado en el afán de conocer y profundizar en la historia y las realidades de un continente que los cubanos estábamos «descubriendo», y por el que el especial visitante se interesaba con pasión y curiosidad intelectual como el que más. Y no hace falta demasiada imaginación para adivinar que la mínima bibliografía pasó en un santiamén a las manos del ávido lector. Alguien, probablemente Gabriel, le mostró las fotos de su presencia oficial en el país, y sobre las cuales con la consustancial credulidad y el arrojo de la mocedad, mantenía el convencimiento de que me la había «comido», hasta que una cáustica observación del Che me hizo descender de las nubes, si bien el diálogo provocado se encaminó por otros senderos de mayor calado. Nada menos que tenía que vérmelas con un excelente fotógrafo, que cámara en ristre solía capturar las esencias de la visibilidad de la vida. En otros términos, me vi bailando en casa del trompo. Debo admitir que me sudaban las manos, visiblemente intranquilo, mientras escrutaba minuciosamente las fotos, hasta que preguntó quién las había hecho, y una vez informado, sentenció con peculiar humor: «Pues mire, dedíquese a estudiar Economía urgentemente». Solo atiné a preguntar: «¿Tan mal están, Comandante?». Y su respuesta me pareció en aquel momento desconcertante; al menos parecía un singular tranquilizante al embarazo, y solo con el tiempo he creído acercarme a descifrar su oculto mensaje. Dijo que estaba muy gordo en las fotos, lo que terminé interpretando como un hálito de reflexión autocrítica al confrontarse con una condición física pasajera no ideal, dada su proverbial autoexigencia, para el camino de guerrillero internacionalista que se trazaba en «otras tierras del mundo», y que precisamente emprendería en África, al año siguiente. Mas no le bastó con esa enigmática salida del trance en que yo mismo me había metido, sino que pasó a contarme que en México, exactamente en la populosa Plaza del Zócalo, durante un tiempo de revolucionario latinoamericano trashumante se ganó la vida retratando a transeúntes. Una vieja curiosidad guardada me picó de inmediato y apunté que si acaso no habría perdido material fílmico utilizado para quienes se mostraban indiferentes. A lo que replicó: «¿Tú te crees que era bobo? Yo simulaba tirar la foto, y si aceptaba el comprobante de recogida que le extendía, entonces le pedía que posara para mejorarlo, y era cuando en realidad oprimía el obturador de la cámara». Animado como estaba añadió que también vendió minúsculas esculturas de la virgen de Guadalupe, la patrona de los mexicanos, La Lupe, que inspiró musicalmente a Juan Almeida al zarpar el yate Granma de la epopeya liberadora de los expedicionarios comandados por Fidel. Pasado el tiempo no tuve que dedicarme a estudiar Economía como destino profesional, como pareció haberme indicado el Che, aunque sí como una disciplina elemental para entender mi escenario nacional y los acontecimientos. Llegué a convertirme en un fotógrafo bastante aceptable como para resolver las imágenes gráficas de mis propios reportajes y entrevistas, y hasta una que otra portada de la centenaria revista Bohemia, pero sin intentar nunca más bailar en casa del trompo. *Organización Ejército Secreto: grupo francés de extrema derecha, nacido tras el referendo que permitió la autodeterminación de Argelia. Atentó contra instituciones y ciudadanos franceses y argelinos. (Nota de la edición) XVII Fiesta Iberoamericana en Holguín Inaugurarán exposición sobre intelectuales y artistas cubanos Tomy con su humor, supieron reforzar, popularizar y acrecentar el lado más humano de la Revolución Cubana» expresó. La exposición del también periodista y escritor antifascista se titula Madre negra, como el volumen que presentó en Cuba durante la Feria del Libro de La Habana celebrada en 2008. El texto es un retrato de la Cuba actual, de su pueblo y su dignidad, así como lo son estas obras, donadas en esa fecha a la UNEAC y que por primera vez se exponen en nuestro país. Se podrá descubrir a Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Martí, Juan Marinello, Wifredo Lam, Alejo Carpentier y otras figuras paradigmáticas en los cuadros, la mayoría de los cuales tiene formato de 1,20 m x 1m. En su mensaje, Vázquez de Sola comentó que nuestra Isla, tan lejana geográficamente de España, es para él muy cercana ideológicamente: «En tiempos de mi juventud, del fascismo que nos oprimía a todos, nació vuestra Revolución. Desde ese momento me interesé por su cultura, su historia, sus alegrías y sus sufrimientos, haciéndolos míos. En esa modestísima colección de cuadros que tuve el placer de donaros, figuran algunos de los muchos cubanos —algunos de ellos de cuya amistad me honro— que completan el catálogo de mi obra». Sobre su amistad con Tomy, Vázquez de Sola contó que lo conoció junto a otros caricaturistas durante uno de sus frecuentes viajes a Cuba. En aquella ocasión tenía el objetivo de atesorar dibujos para organizar una exposición itinerante por Europa que diera a conocer la realidad cubana. «Entonces él se mostró muy sensible a la propuesta. Colaboró eficazmente y con entusiasmo», recordó el amigo español.