Mis Primeros Versosn

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ANGEL i~l. CARRIISCAL ~ .
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(Enrique F/ora/bo)
MIS PRIMEROS
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CENTRAL
Ocaña: MCMXIX
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no cstc;n en sazón todcLf)ia, pero se
han desprendido dil rOllZaje .Il IWIl
caido al predio; los Ile rrco,r.;idu !J
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los traigo, NosotroS sois SllS Ir!!~it¡1Il0S dlœlios. tornadla.e; como prop ..Ú.~·.
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A guisa de proemio
Hace algunos dias que el autor de este
manojito de versos, se acercó a mí y me dijo:
<don Luis, lea estas composiciones, pienso publicar un folleto, y quiero que usted escriba
el prólogo.) Por el momento pensé excusarme, por insuficiencia de mi parte. pero el temor de que aquello se tomase por una evasiva sin razón, me decidió a aceptarlo, y efectivamente la hice de buen grado.
¿Y quién es Enrique Floralba? Enrique
floralba es un jovencito; no, un jovencito, no,
es un niño; pero es un niño que ya tiene una
alma suceptibJe de emociones, una alma que
sueña, que sabe sentir y expresar la que siente con sutilezas propias a su estado juvenil.
En sus versos todavía no hay una orientación definida, varían con las caprichosidades
desiguales y raras de las cosas incompletas,
mas se advierte en éllos, potencia, inspiración
-5-
y diversidad de idea~. Nótase también que
persigue la forma moderna, cuya corriente
abre hoy sendero propicio a la generación intelectual que se levanta.
Bien merece este joven un elogio, y que
se le haga atmósfera simpática en la ruta
que le guía, tanto por la nobleza de la lucha,
como porque en tan temprana edad su espfr¡tu delicado y comprensivo, experimenta ya
la amable caricia de las musas.
Lectores: cuando leais estos versos, pensad que quien los escribe apenas se inicia, y
sed por ese mismo hecho benévolos con él,
rodeándolc de cariño.
LUIS DEL
Ocaña-1919
CASAL.
--~-------------
"Mis Primeros Versos n
Con este sencillo rúbro hoy dá a la luz
pÜblica su primer libro de versos el joven intelectual Enrique Floralba.
¿Qué podría yo decir COll respecto a estas inmaculadas páginas en donde su autor ha
pucsto toda la esencia de su espíritu ínquieto
y transparente
acaso C0l110 una maravillosa
cristalización de aguas traviesas? En verdad
que es bien raro este conjunto de rimas, breves
unas cual mariposas que huyen en busca de
azulidades, y cansadas otras, cual bandadas
de palomas, cuyos plumajes, más blancos aparecen cuanto más se acercan a la blancura de
la incomprensible y de la triste.
Muchos quizás al recibir entre sus manos
estas primeras flores mañaneras que Ploralba
ha cultivado, pueda que dejen adivinar. una
leve sonrisa de desprecio, y de poca conmiseración. Más .... que importa? ¿Que no gus-
-7-
tais de leer versos? Pues entonces cerrad el
libro, y con esto habréis cerrado la puerta por
donde en la mañana primaveral del joven que
hoy se inicia, penetran lo:; primeros rayos que
dan vigor al sentimiento, y que brindan abrigo al corazón fustigado por los impetuosos
cierzos de la cruel existencia.
MARIO
DEL
VALLE.
¡\ COLOi\\BIA
Eres madre un girón de t!crra santa,
y l'II el fOlldo tic mí almi1 se lenllltél
ntl
dlt;·lr
D(iÏô
tí,
¿¡itar donde oficia (1Ohli::llll.'lltC
este alllor que te gunrd,) rl'\'l'ITl1te
y que cual pirn ni dcntro ck llli.
lit1
Bella Colombia, duciia del carifio
que' aquí cn mi corazùn de pobre nifio
por sicmpre vivírÜ;
dulce madre que élrrulla los cantares
de Íos eternos mares;
y r¡;¡d¡c, nadie dl' ti IlIC npmtanL
1by qu~ tus hij8s !:jl!us amorosos
tu ba:lderd le\',lllldn orgullosos
para ro¿eartc a ti:
este c{lIltko humilde cil> nli lira
exhalo de mi pecho que delira
de júbilo cn su loco frcncsÍ.
Porque el veinte de julio fuc aquel di:t,
que destruida ia oprcsiÓIJ Ímpia
la IibertCllI surgió,
después de sücriiicios y dolores,
dL' crucntas Im'has J: de mil horrores,
qne la :::angrl' proL:l'ra le ufrl'lldó.
CIl
LA MUERTE
La muerte que parece un desencanto:
es el fin del dolor, la pena el llanto;
y no es una ironía:
la muerte es un bien inapreciable
y el hombre no comprende la insondable
que encierra el antro de la losa fría.
Llega la muerte, y con su beso yerto,
nos hace trasladar al nuevo puerto;
y en la fosa sombrla,
se quedan los despojos mater~les
y aquellas vestiduras terrenales,
que animaba el espíritu en la via.
No debemos temerle a ese-descanso
de la muerte, la muerte es un remanso,
que se ofrece al vivir triste y sombrío,
vivir de padeceres
donde son tan pequeños los placeres
y tanta la amargura 'y el hastío.
MI CIELO ES TU SONRISA
La luna tibia su fulgor hundía ~---- - - -.
tras \ln follaje silencioso y triste
semejando el amor que tú entreviste
_..
aquel amor que entre mi pecho ardía.
Mas hoy no es como ayer, la desventura
en mi alma se posó, princesa mía,
al negarm~ tu amor con esa fría
indiferencia que mi ser tortura.-
y mientras busco tu pasión perdida
te sigo amando con filial carifío
dulce visión que enajenó mi vida.
No me niegues tu amor mi dulce anhelo;
¿tú no ves que te adoro como un nifío
qué imploro tu sOllrisa quc es mi ciclo?
~'71
/?J.(Cl.
if
VISION
Sobre la fuente cristalina y pura
la blanca luz del cielo descendía;
y al través dcsù \impida ternura"
la imagen de mi amada se veía.
En medio
la sombra
más al fin
de que su
de frenética locura
de su faz yo perseguía;
me alejé con la tristura,
imagen de mi lado hÜía.
Visión aquella de mi mcnte loca,
que píensa en csa imagen que la evoca
en toda hora de amor y alivio ardicnte.
Fué ]a silueta que copiaba el río,
y ahora a solas con un grave hastío,
çomprendo que la adoro intensamente.
QUIA1ERA
En tu lecho de sombra estÚ tendido
lin pÚjaro infernal y carnicero,
con los ojos cerrados, y dormido
cJstigando tu aillor fiel y sincero
Grazna impaciente;
está como mi amor;
como la espiga que
muere en el fondo
de inquietudes lleno,
triste y sombr(o,
en el hondo cieno
de su mismo hastío.
Corriendo avanza hacia el olvido incierto,
busca el recuerdo del amor ya muerto,
busca lo dulce que ci placer le diera.
y por fin al alzar su rauJo vuelo
cruza incansable el infinito cielo,
lIe';ando entre sus garras la quimera.
CUANDO i\\UERA
Cuando muera con ansia kr'.-pros;)
recuerdo:; dejaré para mi anwda;
un suspiro dc amor junto a ln alm lwda
y un abrazo a la madre cariiiosa.
En mi tumba que diga: aquí repos 1;
un cuerpo sin el alma enamorada;
la tierra do nació dejó olvidada,
y se aleja a la vida silenciosa.
QlIe la muerte vendrÚ. yo estoy
SI.:~·1.1í(),
y ya cn su îrio y silencioso apuro
lin beso me dará, y esa ('S mi suerte.
Con tristeza daré mi despedida,
LlI1 suspiro de adios para la vida,
y lin sllspiro de amor para la muerte.
~,mG~¡f
JESUS
La image)l de jesÚs crucificaùo
Ullél VCi: cuntemplaba tristemcnte;
pcnsé
ai murir sería ilJOcl'nte,
si
si era cicrto la herida del costado.
y que en cruz de madero fuc clavado
<il JlllJrir un dia fusforeccnte,
en que lIernba el sol en el poniente
y d cllerpu ue JesÚs cllsélllg-rcntado.
Por reùimir
al trisi(~ pecador,
jesÚs vino él morir lkno de amor
y a C¡¡Sellar sus leyes por la Aidea.
y se obscureciÓ el sol un triste día,
en que despierta la traición impía
llJati1rOI1 a jesús de Oalj]ea.
fi' t;-,t!'
/}J
Al Pbro. Dr. Benito OvaI!e 1\.
EN SUS ;sü[lt'.S
DE PLATA
Dulce Pastor en nuestra Iglesia 'sama,
que llenas de virtud los corazones,
con el ejemplo de tus nobles done~,
y donde quiera tu bondad encanta.
Como altar en tu pecho se levanta
el amor al progreso, donde pones
el impulso de todas tus pasiones
y a tu lado el avance se agiganta.
y al trazar con mi pluma este soneto,
que acá desde la Ieios con respeto
te dedico en tus bodas; de alegria
me lleno el corazón entusiasmado,
y hago votos por tí Pastor amado,
en la gloria indecible de este día.
OFRENDA
AL POETA
VICTOR
DIAZ
GRANADOS
(GRANAIlI:\O)
Poeta esclarecido, la armonia
de tu verso divino vibra tanto, .
que llega al alma y siempre la extasia
del aroma supremo del cncanto.
Si tus
si son
y todo
que el
rimas son tristes, viene el llanto;
alegres vicnc la alegria,
dc tu pelctro da el encanto,
misterioso corazón ansia.
Cada estrofa que brinda tu amorosa
alma blanca, es tan bella, tan hermosa,
que cautiva con magia sorprendente.
¡Salve oh bardo! tu mente esclarecida,
que ha sido por las musas bendecida,
y que se torna en astro reluciente.
/],
/
~'{TI7tr::-~¿//
/:'
.
--
.
-17-
LOS FEROCES DEL NORTE
Mi corazón patriota entristecido
llora inquieto amargado enfurecido
de ver la humanidad tan loca y vana,
de ver que algunos hombres han querido
humillar a Colombia la sultana.
y son los yanquis alma de dragones
esos reconocidos por ladro11es,
los que pretenden usurparnos todo,
hombres que tienen corazón de lodo
y roban con d~caro las naciones.
Pero quiera el buen Dios que en 110lejanos
momentos castigue esos los villanos,
de negros corazones pervertidos,
y que el oro los tiene ya imbuidos
creyéndose absolutos potentados .
./'
---18-
EL 'PADRE NUESTRO
Es esta la oración santa y primera
y la que encierra nuestro dogma cierto,
fue de Jesús la bella y lastimera,
de su última pasión allá en el Huerto.
y en mí loca ilusión y en mi postrera
hora mirando el porvenir incierto,
imploro de Jesús ¡oh que aún siquiera
pronuncie su oración antes de muerto.
Padre Nuestro que estais en el Cielo,
Padre Nuestro te pido el consuelo
de amparanne en mis horas dolientes,
de llevarme a tu seno de gloria,
cuando deje este mundo de escoria,
donde arrastro mis días inclementes.
L--'.
-19-
,0~ufij
A MI RELOJ
PARA
EL AMIGO
LlJCANO
ARIAS
Marca el reloj mis horas lentamente,
mis horas de agonfa
y las miro correr tan tristemente
que me tornan el alma indiferente
a todo la que está en mi compañía.
y mi reloj con taciturno paso
sigue frío en su marcha de indolencia
y a solas le pregunto ¿eres acaso
el símbolo fatal de la inclemencia?
Nada responde el pobre
y su tic tac prosigue
cual si llevara ~obre
su círculo el dolor que me persigue ... !
-20-
Tríptico
PASADO
Ciegamente le amé en tiempo pasado,
y solo pudo herirme el corazón.
Dura impiedad que helome la pasión,
y me quedé muy triste y desolado.
Perdónala señor si se ha olvidado
de esa injusta y maléfica traición.
Hoy qu~ recobro ya nueva razón
con su recuerdo vivo acongojado.
Yo de mi parte herido le perdono
su cruel indiferencia y su abandono,
y que en mi corazón dejó gravados.
Fué u,na mala mujer enfurecida
que llena de rencor me hizo una herida.
en esog tiempos tristes y pasados ...
L-
.c:....'~./)
-21-
.
/
S~!;
t(j
l.
PRESENTE
Aunque de lejos, le amo todavfa,
y creo que su traición aun fué inocente.
Perdón para el pasado y el presente
porque ella dijo que sí se arrepenHa.
Más amarla no debo, todavía
con::ervo su recuerdo amargamente,
y ci dolor de mi herida está latente
sin que se haya aliviado un solo día.
y sonrió con el alma lacerada
al ver que loS suefíos 110 son nada,
y que todo se acaba y todo muere.
y desprecio el «ayep porque mi orgullo
jamás se inclina al desencanto suyo
dunque con dardo punsador le hiere.
~.In.
6~
FUTURO
Con mi espíritu enfermo del pasado,
y sin una esperanza en el futuro,
dejo que pase mi existir obscuro,
y de mi propia suerte abandonado.
¿Para qué memorar lo que ha volado
cuando se vive en el amargo y puro
exccptisismo, como yo que apuro
gota a gota la sangre que he brotado?
Mejor que pase mi existencia sola
sin que se envuelva en la terrible ola
de! «mañana) el «ayer» y el "presente>.
y en en sus horas vagas, ella triste,
110 pase por su mente que aun existe
el que un tiempo la amó tan locamente.
,
~
/
l ~/
(/J~'cr 1/
AMERICA Y COLON
Colón en las regiones de lo ignoto
vió una pequeña luz que fulguraba;
dirigiose con ansia el gran piloto,
en busca de la América que ansiaba.
Repercute el cañón con voz gigante,
y ruge el viento en el confin desierto;
la noche se diluye, y la brillante
aurora surge para el gran experto.
El minuto llegó de realidades,
en que n:lció la América serena;
y Colón contempló las clarIdades,
para su lucha y su tenaz faena.
y así rué como el sublime loco,
trepÓ la dma de sus ansias puras;
salvando los escollos poco a poco,
en mediú de.tortuosas amarg~ras .
.•
/1 1;1- tI¡·
y
J
-24-
SONETINO
Escribo este sonetino
con el alma acongojada,
pensando solo en mi amada
y en este amor peregrino.
Tampoco pienso en mi sino
ni en ]a vida sonrosada;
soy cual ave enamorada
a la vera del camino.
No busco ni los fulgores
de los felices amores,
que encienden e] corazón.
Vivo la vida sonriendo,
y ya me estoy desprendiendo
de la miel de la pasión.
'-"
+Jn. tf:
~I.
DEJAME
Quiero ver en mis labios si revive
mi risa entristecida y casi muerta;
que tan solo un momento se despierta
cuando mi corazón un verso escribe.
No quiero que tu amor a
del ensueño, y que luego
en mística ave soñadora,
que nunca de ese sueño
mi alma prive
se convierta
y muerta
se percibe
Cuid",do me perturbas soñadora;
que yo estoy solo sin amor, sin vida
en esta noche desconsolalÍortl.
y déjamp acabar este soneto
para alegrar mi risa entristecida.
Pues ya está escrito el último terseto.
OYE!
y hay una ave lacera en tu ventana
que canta de dolor entristecida;
pero llora las penas de la vida,
las grandes penas de la edad temprana.
Viendo tu sombra se contempla ufana,
y creyendo que le amas, sueña herida
que aunque triste es por ti correspondida,
~ que a solas te besa en tu ventana.
Despireta ya del sueflO y no ve nada,
ni siquiera tu sombra buena amada,
ni tu grande recuerdo acongojado.
y es mi alma convertida en ave triste,'
en esa ave lacera que tu viste
cantando con el pecho desgarrado.
DECIMA
Para
~EL ARTESANO»,
Es mi conciencia fdtiga
de mi dolor lastimero,
y creo que al amor sincero
la mujer siempre maldiga;
y aunque muy loco le. siga
siempre sensible aborrece,
hasta que se desvanece,
y quedando coadyuvado
hace culpar al pecado
y en el fondo palidece.
/fhv~.
.
J.
Girardot.
LOS HIJOS DE LOYOLA
(AL REVERENDO
PADRE ÚFAEL
TORO)
Estos nobles y santos misioneros
que llevan la verdad por donde quiera;
son los más efectivos mensajeros,
que la doctrina de Jesús tuviera.
Adoran la enseñanza y son certeros.
en inculcar su ciencia donde quiera;
y en todo son ejemplos verdaderos
de la pureza y la virtud sincera.
Por su amor a la Iglesia han derramado
su sangre de campeones, y llevado
en alto su pendón de convencidos;
y siguen por el mundo sin temores,
sus luchas don.de se hacen vencedores,
y se hacen respetables' Yl1ueddo~
j
~\
V//t
IIV
/{J' {¡,
.
AL SUICIDA
Perdona al 1oco suicida;
no le vayas a culpar;
pues tampoco supo amar
los placeres de la vida.
En su tumba está rendida
y no deja de llorar
el ave que va a eantar
las tristezas del suicida.
En hora triste y nocturna
un eco se oye' en la urna
del que supo abandonar;
y es el eco de la vida
que dice al. infiel suicida: .
~no te deben de culpar.~.
HORAS TRISTES
Hay unas horas tan
y que amargan del
y es de tanto dolor
y es de tanto dolor
tristes en la vida,
alma nuestra pena;
que se halla llena,
que se halla herida.
En el recóndito eterno
llegó el amor por vez
sonriendo con la vida
muy lleno de virtud y
de mi alma
triste y primera,
lastimera,
blanda calma.
Fueroh horas repletas de congoja,
nacidas del recúerdo entristecido,
y que dejaron el corazón rendido
cual la flor que marchita se desh~ja.
EL POBRE Y EL RICO
Eleva el pobre su plegaria al cielo,
y con sonrisa que aprisiona el alma,
deja en el triste y desolado suelo
hondos pesares e infinita calma.
Tambien el rico su mirada inclina
hacia la tierra inmaterial, maldita,
• donde el pesar abrasador fulmina
y enciende alodio que en mi fé palpita.
Las lágrimas del pobre se enlutecen,
y se duermen sus labios coralinos
exhálando narcóticos divinos
que a las almas sensibles.adormcen.
Recoge el pobre entre la mies perdida
• los granos aguanosos y nacientes
. que abruma el rico en bárbaras corrientes
. }~janas, muy lejanas de la vida. /
."
Am:~1
I
NOCHE DE DIFUNTOS
Ah!..Que noche tan triste y solitaria;
do ~e oye la campana funeraria
que aflige enternecida el corazón
con su tañido, cuya nota varia
nacida es del recuerdo y la aflicción.
La noche ya se avanza, y todo triste
con ese oscuro manto se reviste.
Es noche de difuntos, todos floran,
y en cada corazón llorando existe
el recuerdo de los que vivos moran
en el lugar llamado camposanto,
donde el dolor engrandecido es tanto,
Vive en las almas, do el amor renace
por un instante, y llega el desencanto.
porque en su :echo amor jamás halla~
¡Î
':,\'
«'lin{WJ.
AMO A DOS?
Yo no amo con pasión a dos mujeres,
pues 'una a mi alma entristecida hirió
_y en el sendero de su vida halló
solamente la sombra de los seres.
Una es alegre de las dos mujeres,
la otra triste, que enfurecida h~ló
el vestigio de amor, y despreció
la sombra de las dichas y placeres.
No amo a una mujer con grata- calma;
si a una mi alma con amor le adora
a la otra le amaré con vida y alma.
'Pero el mirar de la alegre me entanta;
me muero por la triste cuando llora,
me muero por la alegre cuando canta.
-.'r1--
EL CAMPESINO
AL NOTABLE
DOCTOR
MARTIN
PEDAGOGO
RESTREPO
MEjlA
Labra la tierra el diestro campesino,
y se alza como un héroe del trabajo,
jamás piensa en las cosas del destino
y sigue su camino
hallando en su labor un agasajo.
No le afanan las penas de la vida,
pues los placeres que le da natura
le mantienen el alma sonrcída,
y en ese corazón siempre se anida
la flor de la ilusión y la ventura.
En su mirada hay siem¡:JreIa pureza
del cariño leal y lo sincero; .
allí nunca se encuentra la tri1;tcza
de la illfal~¡
ni tal~. co eSél~·,
falsa palalJré~1 clIg a artero ..
La ambición ~unca··lfe
de su ser, y ës feli~.en
porque se mira siempre
COll lo poco que Jenga,
por grandeza de.tantos
. ?podl'rarse
sil~ida,
corifoi1nnrse
y no afanarse
perspguidéJ.
-35-
Para él todo es luz y todo hermoso,
unido con su duke compañera
su existencia se pasa en alboroso,
y sus hijos le dan i\ mayor gozo'
allá en la liberta~r de la pradera.
Cuando la tard~imuere ensangrel}tada,
y él regresa a ~u chosa y cansado
" J1!espues de la jornada,
s4, ,~sposa c.on!~plma entusiasmada
alIvIa la fatlgl;J pe su amado.
'
}
.
,
.
y cuando· la noche tiende su enlutada
sombra por todo el universo entero,
él reposa tranql1i1o sin que nada
le inquiet~.ni perturbe; y la alborada
espera,d'~ otro día más placentero.
"
',j
" ;' j
f
J
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"
-36-
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