02 PSICOLOGÍA CLÍNICA RELACIÓN DE AUTORES Y COLABORADORES José Luis Santos Ruiz. Luis Javier Sanz Rodríguez. Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. FEA Psicología Clínica Hospital Complejo Hospitalario de Toledo. Hospital Virgen de la Salud. SESCAM. Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. FEA Psicología Clínica Hospital Universitario de Guadalajara. SESCAM. Laura Hernangómez Criado. Psicóloga Especialista en Psicología Clínica. Psicoterapeuta acreditada por ASEPCO. FEA Psicología Clínica Hospital Complejo Hospitalario Tema 21. de Toledo. SESCAM. Temas del 1 al 5 y del 10 al 21. Temas del 10 al 20. Alfonso Ladrón Jiménez. Patricia de los Ríos Alfonso. Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. Psicólogo Clínico Infantil. Encarnación Navas Collado. Psicóloga Especialista en Psicología Clínica. FEA Psicología Clínica Hospital Universitario de Temas del 7 al 9. Guadalajara. SESCAM. Doctora en Psicología. Especialista en Psicología Clínica. Unidad Hospitalaria de Tratamiento y Rehabilitación del Instituto Temas del 10 al 15. Psiquiátrico José Germain. Temas del 16 al 20. Lidia Isabel García. Sara Izquierdo Pérez. Laura Álvarez-Cienfuegos Cercas. Psicóloga Especialista en Psicología Clínica. FEA Psicología Clínica Hospital Virgen de la Salud de Toledo (centro de especialidades). Psicóloga Interno Residente del Hospital Universitario La Paz. Madrid. Psicóloga Interno Residente del Hospital Universitario de Guadalajara. Tema 6. Temas del 1 al 5. Marta Álvarez Calderón. Paula Román Castillo. Psicóloga Interno Residente del Hospital Universitario de la Princesa. Madrid. Doctora en Psicología. Psicóloga Interno Residente del Hospital Universitario Temas del 1 al 5. La Paz. Madrid. Temas del 7 al 9. Temas del 7 al 9. TODO EL MATERIAL, EDITADO Y PUBLICADO POR EL CENTRO DOCUMENTACIÓN DE ESTUDIOS Y OPOSICIONES, ES ÚNICO Y EXCLUSIVO DE NUESTRO CENTRO. ISBN obra completa: 978-84-92856-67-1 ISBN: 978-84-939596-1-6 Depósito Legal: M-45433-2011 EDITA Y DISTRIBUYE: CEDE 2ª EDICIÓN: enero 2012 ES PROPIEDAD DE: © CENTRO DOCUMENTACIÓN DE ESTUDIOS Y OPOSICIONES © RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento, incluyendo la reprografía y el tratamiento informático sin la autorización de CEDE. 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 5 PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN El área de Psicología Clínica constituye un aspecto clave en la preparación del examen PIR. En las últimas convocatorias se aprecia un mayor peso de las materias clínicas (Psicopatología −Adultos e Infantil−, Psicoterapias y Psicología Clínica) en detrimento de áreas no clínicas (Experimental, Biología, Básica) que se traduce en un aumento del número de preguntas de éstas áreas. Los 21 temas englobados en el apartado de Psicología Clínica han generado 55 preguntas de media a lo largo de todas las convocatorias PIR (1993-2010), observándose una tendencia significativa al alza en los últimos exámenes (87 en el año 2007, 81 en 2008, 74 en 2009 y 84 en 2010). Una variable importante asociada a este aumento de preguntas se relaciona con la inclusión en este área de las preguntas sobre “Tratamientos psicológicos eficaces”, que se han convertido en fijas en el examen en las últimas convocatorias. ESTRUCTURA DE LOS TEMAS Todos los temas tienen una estructura común: Introducción histórica, Concepto y criterios diagnósticos, Epidemiología y curso, Teorías, Diagnóstico diferencial, Evaluación, Tratamiento y Esquema resumen de contenidos. A lo largo de todo el texto, se han ido incorporando las preguntas por convocatorias relacionadas con cada contenido concreto de la materia. Con esta organización se pretende: en primer lugar, organizar de forma clara los contenidos más relevantes y actualizados de la materia, y, en segundo lugar, facilitar el estudio y posterior recuerdo manteniendo una estructura común en todos ellos. ASPECTOS RELEVANTES DEL ÁREA De forma general, si bien el tipo de preguntas depende de los temas concretos, hay dos aspectos clave: a) Criterios diagnósticos DSM-IV-TR (puntualmente también se pregunta por los criterios CIE-10). b) Tratamiento (especialmente Tratamientos Eficaces). En cuanto la importancia de las materias, han recibido mayor atención los temas relacionados con Trastorno del Estado de Ánimo y Trastornos de Ansiedad así como los trastornos relacionados con funciones corporales. En los trastornos del estado de ánimo y ansiedad las preguntas se centran en tres aspectos: 1. La definición de los trastornos. Especialmente según son descritos por el DSM. 2. Los modelos explicativos sobre el origen y mantenimiento de los trastornos. 3. Las terapias desarrolladas para su intervención, y en los últimos años centradas en los tratamientos considerados de eficacia probada. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 6 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA Las preguntas de los temas 1 y 2 (Delirium y demencia, Trastornos amnésicos) se centran en la definición y criterios diagnósticos (concepto de demencia y las distintas formas clínicas, especialmente la demencia debida a la enfermedad de Alzheimer) y los datos actualizados de prevalencia de dichos cuadros. En el tema dedicado a las sustancias, además de las categorías diagnósticas principales (dependencia, abuso, intoxicación y abstinencia), la preguntas incluyen los programas de tratamiento eficaces para las sustancias analizadas (alcohol, cocaína, heroína y nicotina principalmente). Dentro de los trastornos psicóticos y la esquizofrenia las preguntas se han centrado en: definición (criterios diagnósticos, sobre todo DSM-IV-TR), epidemiología y curso, modelos explicativos (biológicos y psicológicos) (especialmente de la esquizofrenia), tratamiento (psicológico y biológico) (especialmente de la esquizofrenia). Los temas 10 al 16 generan unas 12 preguntas por convocatoria, con una importante dispersión en cuanto al número de preguntas por convocatoria, oscilando éstas entre un mínimo de 3 preguntas y un máximo de 28. Las preguntas se centran en tres aspectos principales: a) Criterios diagnósticos DSM-IV-TR (puntualmente también se pregunta por los criterios CIE-10). En este apartado es en el que se concentran el mayor número de preguntas, sobre todo del primer bloque de temas (10, 11 y 12). b) Epidemiología y Diagnóstico Diferencial. c) Evaluación y Tratamiento (especialmente Tratamientos Eficaces). En los temas 16-20 se describen los trastornos del sueño, trastornos del control de los impulsos, trastornos adaptativos y trastornos de la personalidad. El tema 19 es el más relevante de este bloque (Trastornos de Personalidad) y tiene unas cuatro o cinco preguntas por año. Los temas 16 (trastornos del sueño) y 17 (trastornos del control de impulsos) unas tres preguntas por cada tema y en concreto, el tema 18 (Trastornos adaptativos) solo ha habido dos convocatorias con preguntas y lleva tiempo que no preguntan sobre la materia. Finalmente, del tema 20 (trastornos específicos de otras culturas), sólo han hecho una pregunta (PIR 05). Finalmente, en el tema 21 se desarrollan conceptos, propuestas teóricas y novedades relevantes en el área de la Psicología Clínica que, por su reciente aparición en la literatura no forman parte aún de las clasificaciones diagnósticas al uso (DSM-IV-TR y CIE-10) y se anticipan los cambios más destacados del DSM-5. Para toda el área, el manual básico de consulta para prácticamente todos los trastornos del bloque de clínica, es el Manual de Psicopatología de Belloch et al (2008) (vols. 1 y 2), Manual diagnóstico y estadístico DSM-IV-TR y Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10 para la definición y criterios diagnósticos, así como la compilación de Marino Pérez para los tratamientos empíricamente validados. © C E D E – www.pir.es CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 7 NÚMERO DE PREGUNTAS EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE PREGUNTAS POR CONVOCATORIA 87 86 85 84 83 82 81 80 79 78 77 76 75 74 73 72 71 70 69 68 67 66 65 64 63 62 61 60 59 58 57 56 55 54 53 52 51 50 49 48 47 46 45 44 43 42 41 40 39 38 37 36 35 34 33 32 31 30 29 28 27 26 25 24 23 22 21 MEDIA 52 PREGUNTAS 5 4 3 2 1 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 AÑO DE CONVOCATORIA CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 20 02.01 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA DELIRIUM Y DEMENCIA ORIENTACIONES El tema hace un breve recorrido histórico sobre el devenir de ambos cuadros (delirium y demencia) para terminar con la descripción recogida en los sistemas clasificatorios actuales DSM-IVTR y CIE-10. Un problema presente en ambas clasificaciones es el de la propia definición del concepto de demencia al utilizar como prototipo la demencia debida a la enfermedad de Alzheimer. Esto implica considerar que el déficit de la memoria ha de ser un síntoma común y obligatorio a todas las formas de demencia para su diagnóstico (hecho que como veremos no siempre sucede). El rápido avance del conocimiento científico en éste área nos obliga a tratar y explicar otras formas clínicas de demencia no recogidas en las clasificaciones DSM y CIE que son importantes para el examen. Para facilitar el estudio y comprensión, recomendamos intentar utilizar el esquema de las demencias siguiendo la clasificación clínica de las mismas. ASPECTOS ESENCIALES La demencia constituye un trastorno mental debido a una etiología orgánica muy diversa que da lugar a una serie de síntomas comunes: déficit cognitivos, motores, sociales y cambios en la personalidad. Los trastornos de este apartado se caracterizan por un cuadro clínico con sínto- © C E D E – www.pir.es mas comunes, pero se diferencian en base a su etiología No son una causa natural del envejecimiento. La demencia más importante y más prevalente (aproximadamente 35%) es la demencia debida a la enfermedad de Alzheimer. Se desconoce su causa, y el diagnóstico definitivo sólo puede realizarse mediante autopsia postmorten. Los déficits más importanes desde los momentos iniciales de la enfermedad son las dificultades mnésicas. Las nuevas formas clínicas de la demencia (demencias frontotemporales, Cuerpos de Lewy) y su descripción está ayudando a la comprensión y mejor tratamiento de las mismas. Dentro de la demencia frontotemporal se describen 3 variantes: variante frontal, demencia semántica y afasia progresiva primaria. Por su parte, la demencia por cuerpos de Lewy ha pasado a ser la segunda causa de demencia degenerativa tras el alzheimer. El diagnóstico diferencial entre delirium y demencia ha sido objeto de pregunta de examen en repetidas ocasiones (nivel de atención y/o conciencia alterada en el primero, y conservado en la demencia en los momentos iniciales). La clasificación clínico-anatómica nos permite retener las principales características de todas las formas clínicas de demencia. Ésta nos divide entre localizadas vs no localizadas. Dentro de las primeras tenemos: corticales (caracterizadas por la pérdida de las funciones de los lóbulos frontales más el síndrome afaso-apraxoagnósico), subcorticales (caracterizadas por el enlentecimiento de las funciones superiores, síntomas afectivos de carácter depresivo y síntomas psicomotores) y axiales (caracterizadas por el deterioro marcado de la memoria reciente junto a anosognosia, sin el enlentecimiento típi- CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA co de las subcorticales, ni el síndrome afasoapraxo-agnósico de las corticales). PREGUNTAS REPRESENTATIVAS 1) 2) 3) 4) 5) 21 Demencia vascular. Enfermedad de Parkinson. Enfermedad de Huntington. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Enfermedad de Pick. PIR 05, RC 5. 94. El diagnóstico diferencial más habitual respecto al delirium consiste en: 1) Evaluar el deterioro de la memoria. 2) Establecer los procedimientos de tipificación para cada tipo de delirium. 3) Atender al grado y cualidad de las ideas delirantes. 4) Establecer el pronóstico, sin considerar la etiología. 5) Establecer si el sujeto padece una demencia en lugar de un delirium. PIR 01, RC 5. 113. En la demencia debida a la enfermedad de Parkinson: 1) La sintomatología es de tipo cortical. 2) La evolución es rápida. 3) Es característico el síndrome afaso-apraxo-agnósico. 4) El curso es reversible. 5) Es frecuente la asociación con depresión. PIR 99, RC 5. 95. Si el delirium se sobreañade a una demencia previa debida a enfermedad médica, ¿qué diagnóstico debemos realizar, según el DSM-IV?: 1) No se diagnostica demencia, queda incluida en el diagnóstico del delirium actual. 2) Deben realizarse ambos diagnósticos. 3) Se diagnostica únicamente la demencia. 4) Se diagnostica únicamente la demencia, sólo si establecemos la etiología. 5) No se diagnostica ninguno, se establece únicamente el mecanismo fisiológico por el que la demencia se estima etiológicamente relacionada con enfermedad médica. PIR 01, RC 2. 107. ¿Cuál de los siguientes cuadros clínicos tiene más probabilidades de presentar el síndrome afaso-apractoagnósico?: CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 22 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 02.01 DELIRIUM Y DEMENCIA 1. Delirium 1.1. Introducción histórica 1.2. Definición y descripción 1.3. Clasificación 1.4. Epidemiología 1.5. Curso 1.6. Diagnóstico diferencial 1.7. Etiología 1.8. Tratamiento 2. Demencia 2.1. Introducción histórica 2.2. Definición y descripción 2.3. Clasificación 2.4. Epidemiología 2.5. Curso 2.6. Diagnóstico diferencial 2.7. Etiología 2.8. Evaluación 2.9. Tratamiento 1. DELIRIUM 1.1. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA En la antigüedad ya había un reconocimiento de una manifestación que se ajustaba a lo que actualmente denominamos delirium; fue descrito en la época de Hipócrates. El término delirium aparece por primera vez en unos documentos escritos por Celso en el primer siglo después de Cristo. En 1813, Thomas Sutton describió el síndrome clínico específico del delirium tremens relacionándolo con el consumo habitual de alcohol. Posteriormente Emil Kraepelin postuló la existencia de síndromes mentales específicos para cada trastorno somático. Bonhoeffer en 1910 estudiando las alteraciones psicopatológicas que aparecen de forma aguda en el curso de diferentes enfermedades globales identificó y describió cinco agrupaciones sindrómicas o variedades clínicas: delirium, excitación epiléptica, estado crepuscular, alucinosis, y debilidad mental. Descartando la existencia de una relación biunívoca entre el síndrome clínico y la etiología, es decir, diversas enfermedades podían producir la misma sintomatología psíquica, de igual forma que una misma enfermedad es capaz de producir, en distintos pacientes o en el mismo, en diferentes épocas, diversos síndromes mentales. Bonhoeffer denominó reacciones exógenas a estos cuadros que aparecen como reacción o respuesta inespecífica del organismo ante di- © C E D E – www.pir.es versas agresiones (intoxicaciones, infecciones, endocrinopatías, etc.). Eugen Bleuler posteriormente consiguió imponer su concepción de clasificar los síndromes psicológicos relacionados con una base orgánica en dos grandes unidades: cuadros agudos y cuadros crónicos. Zbigniew Lipowski influyó en la concepción unitaria del concepto y la descripción de una variedad de síndromes conductuales, algunos globales, otros focales, y algunos similares a otros trastornos mentales. Existen distintos términos para hacer referencia a este tipo de trastornos que principalmente afectan al nivel de conciencia. Entre dichos términos se encuentran los de estados confusionales, delirio agudo, confusión alucinatoria aguda, delirio onírico, confusión mental primitiva, reacción exógena aguda y síndrome orgánico cerebral agudo. En la clasificación americana se mantiene el término delirium que cuenta con una amplia tradición en el mundo anglosajón. El delirium se relaciona con los cuadros confusionales, al ser el síntoma predominante una alteración en el nivel de conciencia. De forma similar entronca con el onirismo debido a que el paciente verbaliza contenidos imaginarios parecidos a los del sueño, intercalando éstos con momentos lúcidos. Unido a su característica de inicio súbito y curso agudo. El término delirium indica su clara relación con el delirio, que en ocasiones ha dado lugar a confusión. Este cuadro mantiene en su terminología la forma latina para diferenciarlos, aunque fenomenológicamente sean trastornos muy diferentes. En la CIE-9 estaba enclavado en el grupo de las psicosis orgánicas transitorias. Dada su consideración de cuadro psicótico, con una etiología orgánica que le podía diferenciar de otros cuadros psicóticos, y con un curso agudo frente a otros cuadros como la demencia que se consideraban crónicos. Viene establecido con varias denominaciones; por un lado estado confusional agudo y estado confusional subagudo; por otro, delirium tremens en relación con el alcohol y síndrome de abstinencia de droga. La CIE-10 retoma la denominación de delirium introduciéndolo dentro de los trastornos mentales orgánicos y los debidos a consumo de sustancias, como indica su denominación enlazándolo con el síndrome de abstinencia con delirium. El DSM-III-R lo incluye en los trastornos mentales orgánicos asociados a estados o trastornos somáticos. En el DSM-IV desaparece la denominación de trastornos orgánicos, organizándose principalmente por las alteraciones psicopatológicas básicas relegando el CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 23 factor etiológico a un segundo lugar como base de la clasificación. En la siguiente tabla se recogen los trastornos mentales debidos a una causa orgánica recogidos en DSM-IV-TR y CIE-10 que desarrollaremos a lo largo de los temas 1 y 2: DSM-IV-TR Delirium, demencia, amnesia y otros trastornos cognitivos Delirium − Debido a problemas médicos generales − Inducido por sustancias − Debido a múltiples etiologías Demencia − Tipo Alzheimer • De inicio temprano (antes de los 65 años) • De inicio tardío (después de los 65 años) − Vascular − Debida a problemas médicos − Inducida por consumo de sustancias − Debida a múltiples etiologías Trastornos amnésicos Trastornos amnésicos debidos a problemas médicos Trastornos amnésico inducido por sustancias CIE-10 Trastornos mentales orgánicos incluidos los sintomáticos Demencia en la enfermedad de alzheimer − En la EA de inicio temprano − En la EA de inicio tardío − En la EA atípica o mixta − En la EA sin especificación Demencia vascular Demencia en las enfermedades clasificadas en otro lugar Demencia sin especificación Síndrome amnésico orgánico no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas Delirium no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas Otros trastornos mentales debidos a lesión o disfunción cerebral o a enfermedad somática − Alucinosis orgánica Trastornos de la personalidad y del comportamiento debidos a enfermedad, lesión o disfunción cerebral Trastorno mental orgánico o sintomático sin especificación 1.2. DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN Los criterios diagnósticos recogidos en DSM-IV-TR y CIE10 son: DSM-IV-TR CIE-10 A. Alteración de la conciencia A. Deterioro de la conciencia y con disminución de la capaci- de la atención. dad para centrar, mantener o dirigir la atención. B. Cambios en las funciones B. Trastorno cognoscitivo global. cognoscitivas o presencia de una alteración perceptiva. C. La alteración se presenta en un breve espacio de tiempo y tiende a fluctuar a lo largo del día. C. Trastornos psicomotores (hipo o hiperreactividad, cambios imprevistos de un estado a otro…). D. Etiológicamente relacio- D. Trastornos en el ciclo de nada con una enfermedad sueño – vigilia (insomnio, sommédica, con los efectos persis- nolencia diurna…). tentes del consumo de sustancias o con ambos factores E. Trastornos emocionales. Las características comunes de estos cuadros serían las siguientes: 1. Identidad patogénica. El cuadro es muy similar independientemente de la etiología subyacente. 2. Inicio súbito (en horas o días). 3. Repercusión más o menos intensa del estado general. 4. Duración relativamente escasa. 5. Posibilidad de recuperación completa. 6. Se dan cambios en la sintomatología a lo largo del día. La alteración principal del delirium es una alteración del estado de conciencia y por consiguiente de la atención, que presenta fluctuaciones a lo largo del día. Y que es acompañado por otras alteraciones en las funciones cognoscitivas (memoria, pensamiento, lenguaje, orientación, percepción...). Su desarrollo es rápido, y tiene una duración muy corta en el tiempo (especificando en la CIE-10 un tiempo inferior a 6 meses, en contraposición al diagnóstico de demencia que requiere al menos una duración de 6 meses). A lo largo del día acontecen cambios en la sintomatología. Existe evidencia de que el delirium es producido por una enfermedad, por el consumo de sustancias, ya sea por intoxicación o por abstinencia, por el consumo de medicamentos, por la exposición a tóxicos o por una combinación de factores. La alteración del nivel de conciencia puede variar desde la obnubilación al coma. Se manifiesta una disminución de la capacidad de atención al entorno. Tanto en el deterioro en la capacidad para dirigir, focalizar, mantener o despla- CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 24 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA A la alteración de la conciencia la acompañan otros síntomas cognoscitivos: diurna o agitación nocturna e inversión del ciclo sueño vigilia. Suele haber un empeoramiento vespertino de los síntomas, ensueños desagradables o pesadillas que pueden prolongarse durante la vigilia en forma de alucinaciones o ilusiones. − Algunos autores consideran trascendental la alteración del campo de la conciencia (estado confusional). La confusión consiste en la dificultad para distinguir entre la realidad externa y el sueño o las alteraciones perceptivas (fruto de su imaginación). En ocasiones dichas alteraciones parecen intromisiones en la vida de vigilia de productos propios del ensueño. Alteraciones del comportamiento psicomotor. Muchos sujetos están inquietos e hiperactivos, frecuentemente mostrándose agitados. Por otro lado, puede haber una disminución de la actividad psicomotora, con inactividad y letargia cercanas al estupor. La actividad psicomotora puede oscilar de un extremo a otro a lo largo del día, incluso con cambios imprevistos de un estado a otro. − Deterioro de la memoria, que suele afectar más frecuentemente a la memoria reciente (sucesos ocurridos minutos u horas antes), también afecta a la memoria inmediata (sucesos que han ocurrido pocos segundos antes). Mientras que la memoria remota (los hechos ocurridos en el pasado) permanece relativamente intacta. Los síntomas emocionales que el sujeto puede manifestar son ansiedad, miedo, depresión, irritabilidad, ira, euforia y apatía. Algunos individuos mantienen el mismo tono emocional a lo largo de todo el delirium y otros pasan de un estado emocional a otro de manera rápida e imprevisible. El miedo es frecuente y algunas veces es el resultado de alucinaciones amenazadoras o de ideas delirantes pobremente sistematizadas. La alteración del estado emocional predomina por la noche y cuando falta una estimulación ambiental adecuada. zar la atención, como en una gran distraibilidad ante estímulos irrelevantes. − Desorientación, principalmente referida al tiempo y al espacio. En el delirium leve el primer síntoma que suele aparecer es la desorientación temporal. Menos frecuente es la desorientación autopsíquica y en el reconocimiento de personas. − Alteraciones del lenguaje, la alteración del lenguaje se hace evidente con la disnomia (deterioro de la capacidad para nombrar objetos) o la disgrafia (deterioro de la capacidad para escribir) y la dificultad de comprensión. En algunos casos el lenguaje es vago e irrelevante y en otros, caudaloso e incoherente, con saltos imprevisibles de unos temas a otros. Pudiendo llegar a ser disgregado o incoherente. − Alteraciones del pensamiento, tanto en el curso (que puede ser fragmentario, ilógico y desorganizado) como en el contenido (presentando ocasionalmente delirios). − Alteraciones de la percepción, las alteraciones perceptivas pueden incluir interpretaciones erróneas, ilusiones o alucinaciones. Las alucinaciones y falsas percepciones sensoriales son sobre todo de tipo visual, pero también pueden pertenecer a otras modalidades sensoriales, incluyendo la alteración en la percepción del paso del tiempo. Las percepciones erróneas pueden ser simples y uniformes o altamente complejas. A menudo hay una convicción delirante de la realidad de las alucinaciones y una respuesta emocional y comportamental congruente con sus contenidos. Con frecuencia se acompaña de una alteración del ciclo sueño-vigilia. Pudiendo incluir insomnio, somnolencia © C E D E – www.pir.es Estos pacientes además tienen una hiperactividad del sistema simpático, pudiendo presentar una serie de síntomas como taquicardia, sudoración (vasoconstricción e hipersudoración), sensación de frío, una elevación de la tensión arterial, hiperventilación... El EEG es típicamente anormal, mostrando tanto un enlentecimiento generalizado como una actividad rápida. 1.3. CLASIFICACIÓN La clasificación en DSM-IV-TR y CIE-10 es la siguiente: DSM-IV-TR CIE-10 DELIRIUM − Debido a problemas médicos generales. − Inducido por sustancias. − Debido a múltiples etiologías. DELIRIUM − Delirium no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas. Pueden establecerse diferentes clasificaciones entre las que destaca la hecha en función de la etiología que subyace al cuadro clínico: a) Delirium debido a enfermedad médica Prácticamente todas las enfermedades de medicina interna pueden causar un cuadro de delirium. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 25 b) Delirium inducido por sustancias Puede ser causado por la intoxicación o por la abstinencia de sustancias, por efectos secundarios de la medicación o por exposición a tóxicos. Las sustancias que pueden causar un delirium por intoxicación son: alcohol, alucinógenos, anfetaminas y sustancias afines, cannabis, cocaína, fenciclidina y sustancias de acción similar, inhalantes, opioides, sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, y otras sustancias. El delirium por abstinencia de sustancias se puede dar con los siguientes tipos de sustancias: alcohol (denominado "delirium tremens"), sedantes, hipnóticos y ansiolíticos y otras sustancias. Entre los medicamentos que pueden causar delirium se incluyen anestésicos, analgésicos, agentes antiasmáticos, anticonvulsivantes, antihistamínicos, medicación cardiovascular y antihipertensiva, antimicrobianos, fármacos antiparkinsonianos, corticosteroides, medicación gastrointestinal, relajantes musculares y medicaciones psicotrópicas con efectos secundarios anticolinérgicos. Puede presentarse a cualquier edad, pero es más frecuente en niños y en personas mayores de 60 años. Otras personas con riesgo son pacientes con patología cerebral preexistente, adictos al consumo de drogas, personas que han sufrido un traumatismo craneal. 1.5. CURSO El comienzo del cuadro suele ser rápido, en el espacio de horas o días, el inicio puede ser brusco pero normalmente los síntomas evolucionan hasta aparecer el cuadro completo hacia el tercer día. A veces presenta unos síntomas prodrómicos como fatigabilidad, astenia, apatía, labilidad afectiva, fluctuaciones en la atención, concentración, y memoria, sensibilidad a la luz y al sonido, insomnio. Se presentan fluctuaciones de la sintomatología a lo largo del día, con empeoramientos nocturnos, pudiendo tener intervalos de coherencia, especialmente por las mañanas. Su duración suele ser breve, difícilmente llega a un mes. El cuadro se puede resolver en pocas horas o persistir durante semanas, en especial en sujetos con demencia coexistente. Los tóxicos señalados como causa de delirium incluyen anticolinesterasas, insecticidas organofosfatados, monóxido de carbono, dióxido de carbono y sustancias volátiles como la gasolina o la pintura. Si se corrige o autolimita pronto el factor etiológico subyacente, es más probable que la recuperación sea completa. El cuadro también puede evolucionar hacia un deterioro crónico como el caso de la demencia, al coma u otro trastorno de la conciencia, o a la muerte. c) Delirium debido a múltiples etiologías 1.6. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Cuando hay más de una etiología responsable del delirium. a) Demencia: d) Delirium no especificado Lo más habitual consiste en establecer si el sujeto padece una demencia en lugar de un delirium (PIR 01, 94), si tiene sólo un delirium o si éste se sobreañade a una demencia preexistente. En la demencia el sujeto no tiene la alteración del nivel de consciencia característica del delirium sino que se presenta vigil. Para determinar la preexistencia de una demencia cuando hay síntomas de delirium, la información de los familiares, los cuidadores del enfermo o los datos de la historia son de mucha ayuda. El código de delirium puede ser sobreañadido a los diferentes tipos de demencia. Incluye delirium donde se sospecha que pueda ser debido a una enfermedad médica o al consumo de una sustancia, pero no hay pruebas suficientes para establecer su etiología específica. Y delirium debido a causas no enumeradas previamente como por ejemplo por deprivación sensorial. 1.4. EPIDEMIOLOGÍA Es probablemente el trastorno mental orgánico con más alta incidencia. Dada su alta incidencia en trastornos médicos, especialmente en los que afectan a personas mayores. La prevalencia en la comunidad es baja, pero es alta en hospitales. Así, la prevalencia del delirium en la población general es del 0,4% en adultos mayores de 18 años, y del 1,1% en individuos de edad igual o superior a 55 años. Mientras que en sujetos hospitalizados oscila entre el 10 y el 30%. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 b) Trastornos psicóticos: En el delirium los síntomas psicóticos fluctúan, son fragmentarios y no sistematizados, se presentan en el contexto de una disminución de la capacidad para mantener y dirigir la atención y van a menudo asociados a alteraciones del EEG. En el delirium es frecuente el deterioro de la memoria y la desorientación que no se dan en estos otros tras- © C E D E – www.pir.es 26 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA tornos. Por último, en el delirium suele haber pruebas de la existencia de una enfermedad médica subyacente, de una intoxicación o una abstinencia de sustancias, o del consumo de un medicamento. c) Trastornos del estado de ánimo y de los trastornos de ansiedad (trastorno por estrés agudo): El delirium se caracteriza por cambios en el estado de ánimo y ansiedad. Debe diferenciarse en ocasiones del trastorno por estrés agudo si existen síntomas disociativos, temor y ansiedad. En el caso del delirium estos síntomas fluctúan habitualmente y se presentan en el contexto de una disminución de la capacidad para mantener y dirigir la atención. Finalmente, en el delirium es necesaria la existencia de una enfermedad médica subyacente, de una intoxicación o una abstinencia de sustancias, o del consumo de un medicamento. d) Simulación y trastorno facticio: En estos trastornos es frecuente la presentación atípica de los síntomas y la ausencia de una enfermedad médica o de una sustancia que se relacione etiológicamente con la aparente alteración cognoscitiva. Los principales diagnósticos diferenciales del delirium, que son los que se producen con la demencia (cuyo principal exponente es la de tipo Alzheimer) y los trastornos psicóticos (con su máximo representante, la esquizofrenia) pueden atender a los criterios referidos en el siguiente cuadro (los datos son los más característicos de los respectivos cuadros, aunque no se cumplan en todos los casos): ESQUIZOFRENIA DELIRIUM ALZHEIMER Comienzo Súbito Insidioso Insidioso Curso Fluctuante Breve Estable Prolongado Estable Prolongado Alerta (nivel de conciencia) Disminuida Normal Normal Atención Alterada Puede estar conservada Puede estar conservada Deterioro Recuperación total Deterioro progresivo Deterioro progresivo Alucinaciones Visuales Poco frecuentes Auditivas 1.7. ETIOLOGÍA Existen muchas causas que pueden dar origen a un delirium: © C E D E – www.pir.es a) Degenerativas: − Demencias. b) Lesiones invasivas: − Tumores cerebrales. − Hematoma extradural, subdural, intracerebral, absceso cerebral. c) Traumatismos. d) Infecciones Sistémicas: − Neumonía. − Septicemia. − Gripe. − Infección del tracto urinario en personas mayores. − Meningitis, encefalopatía. e) Vascular: − Trombosis o embolias cerebrales. − Isquemia cerebral transitoria. − Hemorragia subaracnoidea. − Encefalopatía hipertensiva. − Lupus eritematoso sistémico. f) Epilepsias: − Crisis psicomotoras. − Estados de pequeño mal. − Estados postictales. g) Metabólicas: − Encefalopatía hepática. − Uremia, desequilibrio de la diálisis renal. − Trastorno obstrusivo crónico del pulmón, asma. − Lesión congestiva cardíaca, lesión ventricular izquierda, y edema pulmonar, shock y arritmia. h) Enfermedad metabólica o endocrina: − Hipoglucemia, hipoxia, hipercapnia. − Encefalopatía de Wernicke. − Déficit de tiamina. − Pelagra. − Déficit en ácido nicotínico. − Tirotoxinas. − Trastorno de Cushing, trastorno de Addison. − Secreción inapropiada de hormona antidiurética. − Fallo en el balance electrolítico (nutricional, postquirúrgico). i) Tóxicos: − Encefalopatías alcohólicas. − Intoxicaciones por otras drogas o por fármacos. − Intoxicaciones por plomo, arsénico, compuestos mercuriales, disulfuro carbónico. j) Abstinencia: − Alcohol, barbitúricos, meprobamato, benzodiazepinas. k) Causas ambientales: − Privación de sueño. Éstas son las causas más comunes del delirium, pero la lista de posibles causas puede comprender todas las enfermedades de medicina interna. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 27 Se ha considerado que la alteración primaria se produce por una afectación del sistema activador reticular ascendente (SARA) situado en el tronco cerebral, y en regiones subcorticales. Aunque también parecen estar afectadas otras estructuras mantenedoras de la atención como son el sistema límbico, y los lóbulos frontales. 1.8. TRATAMIENTO El principal tratamiento del delirium es el dirigido a resolver la causa que originó el cuadro. Dicho tratamiento es de gran importancia pues puede hacer revertir el trastorno de forma rápida y evitar un agravamiento de la patología. Este trastorno puede implicar una gran cantidad de complicaciones, que pueden prevenirse a través de una serie de intervenciones preventivas. Por lo tanto es importante además con estos pacientes adoptar unas medidas generales que permiten una mejor situación del paciente. Estas medidas incluyen: − Prevenir el desencadenamiento del delirium en pacientes que presenten alguno de los factores de riesgo, por ejemplo es probable que acontezca en pacientes demenciados que son cambiados de entorno, y especialmente si interactúan con el consumo de determinados fármacos. En los postoperatorios, especialmente en personas mayores, y en general en ancianos hospitalizados. − Prevenir la aparición de complicaciones como pueden ser accidentes, la aparición de infecciones, problemas con la aspiración pulmonar de restos de comida producto de problemas de deglución, complicaciones surgidas fruto de la inmovilidad del paciente como úlceras por presión. Estas complicaciones pueden aminorarse manteniendo las funciones básicas con el aporte adecuado de alimentos y líquidos, y situando al paciente en un entorno adecuado, tranquilo, y alejado de los ruidos excesivos. Disponer los medios adecuados para evitar que se lesione en caso de agitación, manteniendo los cuidados y la vigilancia apropiada. Una habitación bien iluminada, con luz clara puede reducir la aparición de ilusiones o alucinaciones visuales reduciendo el grado de ansiedad del paciente, así como evitar los cambios en el entorno, y manteniendo próximos a los familiares y los cuidadores conocidos que evitan la aparición de una mayor desorientación y transmiten tranquilidad. También es recomendable darle a menudo pistas de orientación. Y ofrecerle una explicación coherente de los síntomas que pueden causar un gran temor. − Un tratamiento dirigido a aminorar la repercusión de los síntomas, es la sedación en los casos en que se presente agitación. Se recomienda el uso de neurolépticos de alta CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 potencia a dosis bajas, evitando sedantes de baja potencia como las benzodiacepinas ya que suelen empeorar el estado del delirium. Estas intervenciones deben limitarse al mínimo imprescindible. También se emplea tratamiento dirigido al reajuste del ciclo sueño-vigilia. La mejora de su orientación puede aminorar a su vez la aparición de otros síntomas como los emocionales, facilitando por lo tanto un mayor bienestar físico y mental del paciente. 2. DEMENCIA 2.1. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA Al igual que en el caso del delirium, Celso en el primer siglo de nuestra era utiliza el término demencia, con un significado parecido al empleado actualmente. En el siglo pasado el término demencia hacía referencia a dos conceptos: por un lado identificaba el carácter incapacitante que podría ser causado por distintos trastornos mentales, y por otro lado daba nombre a un síndrome que afectaba a las capacidades cognoscitivas de la inteligencia y la memoria. A este síndrome, y en relación con los descubrimientos de Alois Alzheimer en torno a 1906 de la demencia que lleva su nombre, se le añadió posteriormente una nueva característica que era la irreversibilidad o incapacidad de volver a la situación premórbida. A finales del siglo pasado se fue depurando el concepto de demencia, y de este modo se excluyen del trastorno demencial los cuadros que podían alterar tales funciones cognitivas, pero, que pertenecían al ámbito de la psicosis, como en el caso de la esquizofrenia (que Emil Kraepelin denominó demencia precoz), y los cuadros con un curso agudo y que solían ser reversibles que venían denominándose "demencias agudas" cambiando su denominación por otros términos como estupor, confusión o delirium. Esta evolución en el concepto dio lugar a que en la primera parte del siglo XX se reconociera como demencia a un deterioro patológico de la inteligencia, caracterizado por una evolución crónica, e irreversible y debida a lesiones anatomopatológicas del sistema nervioso central. En cuanto al deterioro intelectual, no hay duda de su existencia, pero también se acentúa la presencia de otras áreas afectadas como en el caso del área motora, emocional, etc. En cuanto a la visión longitudinal del cuadro, han aparecido discrepancias en cuanto a su irreversibilidad y cronicidad; producto del reconocimiento de una serie de cuadros demenciales que pueden ser detenidos e incluso en algunos casos presentar un cierto retroceso. Estos hallazgos © C E D E – www.pir.es 28 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA junto a los avances terapéuticos actuales hacen que la evolución del cuadro no sea progresiva e irreversible. Tomando estas consideraciones el DSM-III abandonó la connotación de irreversibilidad en sus criterios de demencia, si bien hay que señalar que muchos cuadros demenciales mantienen su condición de crónicos e irreversibles. matológica y no implica evolutividad ni causalidad de forma apriorística. Como podemos apreciar el conocimiento de las demencias está en plena evolución, el incremento en el número de personas que alcanza una edad avanzada ha provocado un gran incremento en la incidencia de este trastorno, lo que a su vez ha provocado un crecimiento en su estudio e investigación, lo que ha aportado nuevos conocimientos que nos hacen replantearnos la concepción actual del concepto. Destacar que en el DSM-IV desaparece la etiqueta "trastornos mentales orgánicos" y la clásica distinción en la demencia tipo Alzheimer entre demencia senil (por encima de 65 años) y presenil por la denominación de inicio temprano si el inicio es a los 65 años o antes, y de inicio tardío si es posterior a los 65 años. En resumen la relativa inestabilidad de los tres pilares básicos del concepto de demencia ha producido cierta debilidad del término. La definición de demencia se establecía a veces con criterios sociales (ej., deterioro de las actividades diarias), otras según criterios intelectuales globales (ej., deterioro mental) o subfunciones intelectuales (ej., disminución de la capacidad intelectiva y de la memoria) y también según criterios de supuesta etiología (deterioro mental de la vejez). Los criterios diagnósticos recogidos en DSM-IV-TR y CIE10 son: Los intentos de introducir alternativas terminológicas y conceptuales han sido numerosos. El DSM-I incluía las demencias en el apartado de síndromes cerebrales crónicos, término que por su implícita condición de irreversibilidad fue reemplazado por el de síndromes orgánicos cerebrales en el DSM-II. La CIE-9 incluye las demencias bajo el encabezamiento de los trastornos orgánicos psicóticos seniles o preseniles y los distingue de los trastornos orgánicos no psicóticos. El DSM-III evita la dudosa distinción psicótico-no psicótico y elimina el criterio de irreversibilidad. En realidad, las definiciones actuales de demencia varían según el énfasis y mención de diferentes manifestaciones, bases etiológicas y repercusiones en el curso clínico. Sin embargo, estas concepciones oficiales resultan a veces incompletas, como ocurre por ejemplo, frente a los estados demenciales que aparecen en trastornos psiquiátricos funcionales como la depresión y que han sido denominados como "seudodemencias" por algunos autores. Otro término notablemente difundido en países anglosajones es el de "deterioro cognitivo". Consiste en una referencia sintomatológica a la que se añaden los calificativos de global, crónico u orgánico. Otra sugerencia desde el campo de la neuropsicología es la de utilizar el concepto de síndrome de deterioro neuropsicológico, que también se basa en una evaluación sinto- © C E D E – www.pir.es En primer lugar se debe de reconocer el síndrome demencial y luego identificar el proceso neuropatológico que subyace. 2.2. DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN DSM-IV-TR CIE-10 A. Múltiples déficit cognoscitivos que incluyen: 1) Deterioro de la memoria (2), y, 2) Al menos una de las siguientes alteraciones cognitivas: • Afasia • Apraxia • Agnosia o • Alteración de la capacidad de ejecución A. Deterioro de la memoria (registrar, almacenar y recuperar), sobre todo para el aprendizaje de nueva información. B. Déficit en otras habilidades cognitivas: • Pensamiento y del razonamiento • Planificación y organización, etc. B. Interfiere de forma significa- C. Interferencia en la vida cotitiva las actividades laborales y diana sociales y puede representar un déficit respecto al mayor nivel previo de actividad del sujeto C. Los déficit no aparecen D. Deterioro del control emocioexclusivamente en el transcur- nal (labilidad, irritabilidad, apatía, so de un delirium embrutecimiento en el comportamiento social) D. Etiológicamente relacio- E. Conciencia clara. Posible el nada con una enfermedad diagnóstico conjunto con el médica, con los efectos persis- delirium tentes del consumo de sustancias o con ambos factores G. Síntomas presentes al menos 6 meses H. Debido a una enfermedad del cerebro (generalmente crónica o progresiva) Actualmente la demencia se considera un cuadro en el que aparecen y se desarrollan múltiples déficit cognoscitivos, que debe incluir un deterioro de la memoria y una CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 29 de las siguientes alteraciones cognoscitivas: afasia, apraxia, agnosia o una alteración de la capacidad de ejecución (ej. planificación, organización, secuenciación y abstracción), mientras que la conciencia permanece clara. Así, si dichos déficit cognitivos aparecen exclusivamente con una alteración de la conciencia, el diagnóstico será probablemente de delirium (y no se haría el de demencia). Sin embargo, si la demencia está presente cuando está y cuando no está el delirium, deberán hacerse los dos diagnósticos. La alteración cognoscitiva repercute de forma apreciable en las actividades cotidianas, laborales o sociales. En algunos ambientes poco exigentes (por ejemplo ciertos ámbitos rurales) la enfermedad puede no alterar las actividades cotidianas y sociales, por lo que no puede hacerse el diagnóstico. Para la mayoría de las demencias (excepto la de Alzheimer, y la de Pick) se exige como criterio la demostración a través de la historia clínica que es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica o que están etiológicamente relacionados con un consumo persistente de sustancias (incluyendo la exposición a tóxicos) o la combinación de ambos factores, ya que la característica principal de la demencia es su etiología orgánica. La excepción hecha a la demencia tipo Alzheimer y la demencia de Pick se debe al hecho de la imposibilidad de hacer tal demostración mientras el paciente se encuentra con vida. Por lo que para hacer el diagnóstico tendrán que descartarse otras posibles causas que expliquen el trastorno (ya sean causas orgánicas como las enfermedades de Parkinson, Huntington, vascular, o trastornos funcionales como esquizofrenia, trastorno depresivo mayor, etc.). Para poder hacer el diagnóstico, las alteraciones no han de estar presentes exclusivamente en el curso de un delirium, de estarlo el diagnóstico sería el de delirium y no el de demencia. Sin embargo, si la demencia está presente cuando está, y cuando no está el delirium, deberán hacerse los dos diagnósticos. Para comprobar si estamos ante un delirium o una demencia tendremos que atender al nivel de conciencia que permanece en un estado vigil en la demencia, mientras que en el delirium está alterada. La CIE-10 introduce otro criterio según el cual los síntomas demenciales deben estar presentes por lo menos un período de 6 meses. En el caso de la demencia, igual que ocurre en los otros cuadros producidos por una causa orgánica determinada, tendremos que identificar en un primer momento el síndrome (demencia, delirium, trastorno amnésico, etc.) y CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 después deberemos determinar la causa del trastorno. Ya sea una enfermedad, o la relación mantenida con una determinada sustancia (ej. demencia debida a la enfermedad de Alzheimer, demencia postraumática, demencia inducida por alcohol). El diagnóstico de demencia ha de ser clínico, es decir por medio del juicio clínico sobre las manifestaciones del trastorno. Ya que no existe ninguna prueba diagnóstica (ni de laboratorio, ni EEG, ni de neuroimagen) que permita hacer el diagnóstico, aunque estas pruebas si permiten identificar determinadas causas de demencia. En los cuadros demenciales inevitablemente aparece un deterioro de la memoria que suele ser la primera manifestación de la enfermedad. Los déficit en la memoria suelen afectar al aprendizaje de nuevas informaciones (amnesia anterógrada), y a recuperación de informaciones aprendidas en el pasado (amnesia retrógrada). Pudiendo aparecer también confabulaciones. Estas alteraciones suelen evolucionar rápidamente hacia el deterioro y el paciente aparentemente no es consciente de estos trastornos −anosognosia− (lo que suele diferenciarlo de la seudodemencia). Estos problemas evolucionan hacia la desorientación temporoespacial (el paciente no sabe dónde está, ni en que día vive) apareciendo posteriormente la desorientación de personas (el paciente no reconoce a sus familiares, no recuerda su nombre). Las alteraciones del lenguaje pueden presentarse de múltiples formas como afasia, disartria, lentitud, lenguaje telegráfico, lenguaje vago o vacío, circunloquios. Es frecuente que tenga dificultades o sea incapaz de nombrar objetos (anomia) (PIR 09, 52), para lo que puede utilizar estrategias como la utilización de términos indefinidos como cosa o ello. En demencias subcorticales (ej. Parkinson, Huntington y algunos casos de demencias vasculares) es típico el lenguaje farfullante. Las alteraciones del lenguaje pueden manifestarse por dificultades tanto en la emisión como en la comprensión del lenguaje. En las fases avanzadas los sujetos pueden tender hacia el mutismo o presentar graves alteraciones del lenguaje como la ecolalia (repite lo que dicen los demás, como si fuera un papagayo) o palilalia (repite varias veces un determinado sonido o palabra). En la apraxia (ej., deterioro de la capacidad para llevar a cabo movimientos o gestos simples, cuando no están alteradas las capacidades motoras, la función sensorial ni la comprensión de la tarea a realizar), el deterioro parece seguir un patrón estable, afectando primeramente a las praxias constructivas, posteriormente las praxias ideomoto- © C E D E – www.pir.es 30 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA ras y por último las praxias ideatorias. A nivel motor también pueden aparecer alteraciones en la marcha, que puede dar lugar a caídas. Puede aparecer agnosia (fallo en el reconocimiento o identificación de objetos, a pesar de que la función sensorial esté intacta). Son frecuentes alteraciones en el plano afectivo, manifestándose labilidad e incontinencia emocional. Un elevado número de pacientes presenta ansiedad y depresión. Frecuentemente aparecen alteraciones de otras funciones superiores (en las demencias corticales) como son las alteraciones de la ejecución que implican deterioros en el pensamiento abstracto y de las capacidades para planificar, iniciar, secuenciar, monitorizar y detener un comportamiento complejo. Es frecuente la pobreza de introspección, de juicio crítico y del control de los impulsos manifestándose por valoraciones poco realistas de su capacidad (planifican acciones desestimando sus déficit y los riesgos implicados), por conductas violentas, un comportamiento desinhibido, bromas inapropiadas, descuido del aspecto personal y la higiene, una indebida familiaridad con extraños o desprecio por las normas convencionales. En algunos casos aparecen síntomas psicóticos, como ideas delirantes preferentemente de índole persecutoria. Las alucinaciones se presentan en todas las modalidades sensoriales, siendo las más frecuentes las visuales. También pueden presentarse alteraciones en la personalidad tanto en forma de una alteración como en forma de acentuación de los rasgos premórbidos. Observándose frecuentemente irritabilidad y dificultad en el trato. Los individuos con demencia son especialmente vulnerables a los factores estresantes, tanto físicos (ej., una enfermedad o intervención quirúrgica) como psicosociales (ej., ingreso en el hospital, pérdida de un ser querido), lo que puede agravar sus déficit intelectuales y los problemas asociados. Las propuestas para el DSM-V en relación a las demencias son las siguientes: − La neuropsicología pasa a ser el nuevo enfoque introducido en esta categoría; se recomienda explícitamente la realización de una evaluación neuropsicológica. − Se adopta el criterio estadístico de deterioro basado en dos desviaciones típicas de forma estandarizada respecto © C E D E – www.pir.es a la edad, escolaridad, sexo, nivel intelectual premórbido y cultura. − Se elimina el término “demencia” y se sustituye por “trastorno neurocognitivo mayor” y “trastorno neurocognitivo menor”, correspondiendo el primero a una puntuación de dos desviaciones por debajo de los baremos y el segundo a una. − Se operativiza el término de problemas funcionales en las actividades de la vida diaria en términos de independencia. La atención pasa a centrarse de la discapacidad a el daño, para una evaluación más objetiva. 2.3. CLASIFICACIÓN 2.3.1. Clasificaciones diagnósticas La clasificación de los diferentes cuadros demenciales en DSM-IV-TR y CIE-10 es la siguiente: DSM-IV-TR CIE-10 DEMENCIA − Tipo Azheimer. • De inicio temprano (antes de los 65 años) • De inicio tardío (después de los 65 años) − Vascular. − Debida a problemas médicos. − Inducida por consumo de sustancias. − Debida a múltiples etiologías. DEMENCIA − Demencia en la enfermedad de Alzheimer. • De inicio temprano • De inicio tardío • Atípica o mixta • Sin especificación − Demencia vascular. − Demencia en las enfermedades clasificadas en otro lugar. − Demencia sin especificación. El DSM-IV-TR y la CIE-10 incluyen una categoría de Demencia debida a otras enfermedades médicas, en las que incluye todas aquellas demencias cuya etiología es distinta a la enfermedad de Alzheimer o la cerebrovascular. Se recogen las siguientes enfermedades: VIH, Parkinson, Huntington, Pick, Creutzfeldt-Jakob, debida a traumantismo craneoencefálico y otras, entre las que destacan hidrocefalia normotensiva, hipotiroidismo, tumor cerebral y deficiencia de vitamina B12. 2.3.2. Clasificación neuroanatómica Esta clasificación viene determinada por la localización cerebral aproximada de la lesión y los síntomas que son característicos. Existen dos grupos: Demencias localizadas (que a su vez pueden subdividirse en corticales, subcorticales, y axiales) y demencias globales. Aún no siendo totalmente exacto, podemos pensar en una demencia cortical si aparece un déficit progresivo de la memoria con una aparición sucesiva de afasia, apraxia, y CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 31 agnosia, donde no aparece sintomatología neurológica. Por contra, podemos pensar en una demencia subcortical, si hay trastornos neurológicos motores extrapiramidales, junto a un retardo en las distintas acciones, unido a apatía, y no aparece el síndrome afasoapraxoagnósico. 1. DEMENCIAS LOCALIZADAS A. Demencias corticales Afectan principalmente a la corteza cerebral, por lo que las funciones superiores son las más deterioradas. La sintomatología característica es el deterioro de las funciones del lóbulo frontal como el procesamiento de la información, la abstracción y el juicio, alteraciones en la memoria y la orientación, deterioro en las áreas de asociación cortical, lo que desemboca en el típico síndrome afaso-apraxo-agnósico (PIR 05, 107). El paciente muestra un pobre control de los impulsos desembocando en conductas extravagantes, de las que el paciente no parece percatarse. La afectividad también se presenta en forma incontinente y muy lábil. Los signos más precoces suelen ser la afectación de la memoria (el paciente olvida nombres, grifos abiertos, etc.) así como los cambios conductuales y afectivos. El prototipo es la enfermedad de Alzheimer y el correlato anatómico, la corteza cerebral frontal, temporal, y parietal. A1) Demencia debida a la enfermedad de Alzheimer (EA) En 1907 Alois Alzheimer describió por primera vez la demencia que lleva su nombre. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa cerebral primaria, de etiología desconocida (se piensa en alteraciones genéticas como posible causa). Su inicio suele ser gradual, e implica un deterioro cognoscitivo continuo. Su curso tiende a progresar lentamente, de forma homogénea y uniforme; con una duración media de 810 años. Es la única que debuta con afectación de las áreas temporales y parietales. Aunque también se ha observado ocasionalmente afectación del lóbulo frontal y del área límbica. Produciéndose en estos casos una mayor afectación de la personalidad y del área afectiva. la degeneración neurofibrilar y granulovacuolar y la acumulación de lipofuscina, unido a la atrofia cortical, a la dilatación de los surcos y al ensanchamiento de los ventrículos. El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos de la Comunicación y de Accidentes (National Institute of Neurological and Communicative Disorders and Stroke −NINCDS−) junto a la Asociación sobre Alzheimer y Trastornos Relacionados (Alzheimer’s and Related Disorders Association −ADRDA−) han desarrollado unos criterios para posibilitar el diagnóstico del Alzheimer en tres categorías, posible, probable, y definitivo. En la enfermedad de Alzheimer existe una fase previa en la cual aparece un déficit cognitivo ligero, principalmente de tipo amnésico, con dificultades en la memoria prospectiva. Tiene un curso evolutivo progresivo característico en el que se pueden diferenciar tres fases. La fase inicial oscila entre 2 y 4 años, su comienzo es generalmente insidioso, y la característica principal es un deterioro de la memoria reciente, suele hacerse patente a través de las dificultades para recordar las tareas cotidianas y para el aprendizaje. En el lenguaje es habitual la pérdida de la riqueza de vocabulario debido a las dificultades para encontrar las palabras (anomia) que se intenta solucionar empleando circunloquios y parafasias de diverso tipo, siendo típicas las semánticas (que consisten en la sustitución de una palabra por otra de contexto similar) y desembocando en un lenguaje empobrecido. También pueden aparecer cambios en la personalidad, como apatía, irritación, agresividad, rigidez, etc. El paciente puede ser consciente de su enfermedad. Aparece un desinterés por las actividades diarias, y alteraciones afectivas generalmente depresión. La segunda fase viene a durar entre 3 y 5 años. Continúa el deterioro intelectual (aparece el síndrome afaso-apraxoagnóstico) y el mnésico (aparece la amnesia retrógrada que el enfermo evita mediante la confabulación). Se deteriora la capacidad de juicio y el pensamiento abstracto. Del mismo modo el resto de la sintomatología se agrava. Pueden aparecer síntomas psicóticos. La desorientación espaciotemporal es muy acusada. El paciente a estas alturas es incapaz de sobrevivir sin supervisión aunque puede defenderse en las actividades diarias. En la tercera fase la duración es variable. Se agudizan los signos neurológicos. El paciente no se reconoce en el espejo, ni a las personas más allegadas, síntomas compa- A nivel neuropatológico los hallazgos más característicos del Alzheimer son los ovillos neurofibrilares del interior de las neuronas, las placas seniles o neuríticas, ricas en amiloide, CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 32 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA tibles con el «síndrome de Kluver-Bucy»1. El paciente va enlenteciendo el lenguaje, llegando al mutismo.Se producen graves alteraciones de la marcha (es característica la «marcha a pequeños pasos») que pueden dar lugar a caídas, terminando con la apraxia de la marcha, que imposibilita que el paciente ande. En esta fase el paciente necesitará ayuda para realizar prácticamente todas las actividades. Esta fase suele terminar con el encamamiento del paciente, siendo característica la adopción de la postura fetal. Primera fase Segunda fase 2-4 años 3-5 años aproximadamente aproximadamente Amnesia anterógrada Cambios en la personalidad y estado de ánimo Síndrome afasoapraxo-agnósico Amnesia retrógrada Deterioro capacidad de juicio Incapaz de vivir sin supervisión COGNITIVAS En fase inicial Tercera fase Variable Deterioro muy intenso Desorientación autopsíquica y de otros Graves alteraciones de la marcha (marcha a pequeños pasos) Sindrome de KluverBucy. Encamamiento y postura fetal FUNCIONALES CONDUCTUALES Memoria Anomia Solución de problemas Capacidad de juicio Cálculo Rendimiento laboral Manejo del dinero Cocinar Labores del hogar Lectura (PIR 09, 54) Escritura Aficiones Apatía Retraimiento Depresión Irritabilidad En fase moderada Memoria reciente Anomia, parafasias Autoconciencia Orientación Capacidad visuoespacial Pérdida AIVD Pérdida de objetos Desorientación Dificultad para vestirse Ideas delirantes Depresión Vagabundeo Insomnio Agitación Conservación de la HHSS En fase avanzada Atención Apraxia Afasia grave Pérdida ABVD (vestido, aseo, baño, comer) Incontinencia Marcha Lentitud Agitación Insomnio Manifestaciones clínicas de la EA (Tomado de Ramos, Fernández y Pérez, 2008) 1 El síndrome de Kluver-Bucy se caracteriza por: 1. Mansedumbre y falta de temor; 2. Hiperoralidad, ingesta indiscriminada; 3. Hipersexualidad, conducta sexual aumentada e indiscriminada; 4. Hipermetamorfosis, o tendencia a atender y a reaccionar frente a cualquier estímulo visual; 5. Tendencia a examinar los objetos con la boca; 6. Agnosia visual (incapacidad para reconocer su propia imagen y la de los demás); 7. Reacciones de rabia; 8. Alteración de la memoria. © C E D E – www.pir.es El factor de riesgo más poderoso es el envejecimiento; también el sexo femenino y algunos genotipos como el de la apolipoproteína E4 (ApoE4); tener niveles de colesterol o de proteína homocisteína elevados. La diabetes, los traumatismos craneoencefálicos, el estrés, la hipertensión y el tabaquismo también aumentan la probabilidad de desarrollar la demencia tipo Alzheimer. Los estudios muestran que tienen más riesgo de padecer la enfermedad las personas con algún familiar de primer grado con demencia, los pacientes con síndrome de Down por encima de los cuarenta años, las personas con antecedentes familiares de Parkinson o de hipotiroidismo. Y las personas con antecedentes personales de traumatismo craneal y depresión. La demencia provocada por la enfermedad de Alzheimer puede ser clasificada aludiendo a su edad de inicio: de inicio temprano (si comienza a los 65 años o antes, tradicionalmente se denominaba presenil) o de inicio tardío (si comienza después de los 65 años, tradicionalmente denominada senil). También se codifica en el DSM-IV-TR si cursa con o sin alteración del comportamiento (andar sin rumbo, agitación, etc.). Otras características clínicas significativas (ideas delirantes, ánimo depresivo, etc.) se codifican por separado en el eje I. En la actualidad el diagnóstico de demencia de tipo Alzheimer continúa siendo un diagnóstico de exclusión, debiéndose descartar en primer lugar otras causas. A2) Demencia con cuerpos de Lewy Fue descrita por primera vez por Kosaka en 1984. Es una demencia degenerativa cuya lesión histológica característica es la presencia en la corteza cerebral de los cuerpos de Lewy, inclusiones citoplasmáticas eosinofílicas que se acumulan por un defecto de fosforilación. La presencia de cuerpos de Lewy y placas de amiloide, así como el déficit de acetilcolina y dopamina sugieren que esta demencia representa un punto medio entre la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. Pero la ausencia de atrofia temporal medial permite distinguirla del Alzheimer. Es una demencia de curso progresivo, caracterizada por un deterioro cognitivo progresivo, con un déficit grave de la atención y alteraciones en la función ejecutiva, no siendo evidentes en las primeras fases las alteraciones de memoria. Son significativos los síntomas de parkinsonismo (lentitud de movimientos, rigidez articular, temblor), las alucinaciones visuales y los delirios. También pueden sugerirla los CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 33 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA trastornos del sueño, la depresión y caídas repetidas y síncopes. Hoy día se considera que tiene una prevalencia del 1020% del total de las demencias, lo que la sitúa como la segunda causa de demencia después de la enfermedad de Alzheimer. Su edad media de presentación son los 60 años. Y es más prevalente en varones. Son un grupo de demencias de creciente interés, muy diverso y heterogéneo. Su diagnóstico requiere la presencia de una demencia cortical degenerativa de comienzo focal con afectación frontal y/o temporal y la ausencia de lesiones neuropatológicas tipo Alzheimer. Han de excluirse otras causas como un infarto, un tumor cerebral, una enfermedad del tiroides u otra enfermedad psiquiátrica. No tiene una etiología conocida. La mayoría tienen una herencia autosómica dominante y se asocian con mutaciones en el gen que codifica la proteína tau (una de las que mantienen el esqueleto neuronal) localizado en los cromosomas 17 y 3, por lo que se llaman «taupatías». Se caracteriza por cambios acusados de personalidad, caracterizados por falta de control de la conducta y dificultad para modificarla, que traen consigo problemas de afectividad y de relación con los otros. O por defectos cada vez más importantes del lenguaje, tanto en la expresión como en la comprensión. Estos síntomas ocasionan trastornos en el funcionamiento familiar, social y laboral que previamente no existían. Su evolución es gradual y continuada. Se distinguen tres variantes principales: la demencia frontotemporal propiamente dicha o variante frontal, la afasia progresiva primaria y la demencia semántica. Demencia semántica Afasia primaria progresiva Cambios de personalidad, del comportamiento, del afecto, del lenguaje y funciones ejecutivas Pérdida del significado de las palabras. Aspectos fonológicos y sintácticos conservados Dificultades para la nominación; anormalidades en el discurso; parafasias fonológicas; alteraciones en la velocidad del lenguaje, la articulación y la prosodia y errores gramaticales. Más frecuentes en hombres (2:1) Más frecuentes en hombres (2:1) Más frecuentes en mujeres Progresión rápida (3-4 años) Progresión más lenta (más de 6 años) CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 Datos Edad de inicio A3) Demencias frontotemporales Variante frontal Debe distinguirse de la demencia tipo Alzheimer por la precocidad de los trastornos de personalidad y conducta, los defectos limitados a la región frontotemporal en los estudios de neuroimagen y la normalidad del EEG. Comienza entre los 40 y los 70 años y su frecuencia no aumenta con la edad. DFT Entre 40 y 70 No aumenta su frecuencia con la edad EA Después de los 65 Aumenta con la edad Localización Lóbulos frontales y de lesiones temporales Cara interna del lóbulo temporal (hipocampo), desde donde se propagan a todo el temporal, parietal y frontal Tipo de lesiones Pérdida de neuronas y sinapsis, presencia de proteína tau, neuronas abalonadas y posible aparición de cuerpos de Pick Pérdida de neuronas y sinapsis, depósito de amiloide, placas neuríticas y ovillos neurofibrilares Inicio Alteración de la persona- Alteraciones de la melidad, conducta frontal moria, desorientación Síntomas Pérdida de insight, desinterés, atención defectuosa Ligeros trastornos de memoria (mejora con claves) Lenguaje estereotipado, ecolalia, mutismo Perseveración. Funciones visoespaciales preservadas Incontinencia y reflejos involutivos Ansiedad, insight y atención defectuosos Amnesia franca Anomia, circunloquios, afasia Apraxia. Funciones visoespaciales defectuosas Mioclonías, crisis La demencia debida a la enfermedad de Pick, tradicionalmente es una de las principales demencias degenerativas primarias. En la actualidad, se engloba dentro del grupo de demencias frontotemporales, representando el 20-25% de las mismas (SEN, 2000). La enfermedad de Pick es una enfermedad degenerativa del cerebro, que afecta en forma de atrofia selectiva a los lóbulos frontales (PIR 07, 200) y temporales de forma simétrica. Este tipo de atrofia la diferencia de la enfermedad de Alzheimer, donde se presenta de forma más generalizada. En el análisis microscópico pueden observarse dos lesiones patognomónicas: los cuerpos de Pick y neuronas abalonadas. Se caracteriza por iniciarse con cambios de la personalidad, deterioro de las habilidades sociales, embotamiento emocional, desinhibición comportamental y anomalías © C E D E – www.pir.es 34 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA llamativas del lenguaje. Uno de los diagnósticos diferenciales más complicados entre las demencias se produce entre la demencia tipo Pick y los cuadros atípicos de demencia tipo Alzheimer que producen alteraciones de la corteza frontal y comienzan con alteraciones afectivas y de la personalidad. pos por el caso de "las vacas locas". Está causada por agentes que pueden ser transmitidos y son conocidos como "virus lentos", sin embargo no se trata de virus sino de proteínas sin ácido nucleico llamadas "priones" (agente infectante cuya estructura es más elemental que la de los virus). A lo largo del curso, generalmente a partir de los dos años desde la aparición de los primeros síntomas, se presentan dificultades de memoria, apraxia y otros síntomas habituales de demencia. Pueden hacerse patentes reflejos primitivos (cabeceo, chupeteo, agarramiento). Cuando la demencia progresa puede acompañarse de apatía y agitación intensa. Típicamente los pacientes manifiestan la triada clínica formada por demencia intensa y devastadora de curso rápido, enfermedad piramidal y extrapiramidal con movimientos involuntarios (en particular mioclonías) y actividad particular del EEG (presencia de ondas trifásicas). Sin embargo, más del 25% de los individuos con el trastorno presentan cuadros clínicos atípicos. A menudo aparecen algunos componentes del «síndrome de Kluver-Bucy» como incremento del apetito y de la ingesta, incluyendo la aparición de pica y la introducción de muchas cosas en la boca. Y como aumento de conductas sexuales sin discriminar la pareja, exhibicionismo y masturbación pública. Suele presentar múltiples signos neurológicos y una parálisis espástica progresiva de los miembros, acompañada de síntomas extrapiramidales tales como temblor, rigidez y movimientos coreoatetoides. Otras variantes pueden presentar ataxia, déficits visuales, fibrilaciones musculares y atrofia muscular. En relación con los habituales cambios en la personalidad, que se produce por la afectación frontal, puede producirse una pseudopsicopatía y una pseudodepresión. Los pacientes pueden estar desinhibidos, incumpliendo las normas de comportamiento social y abandonando las responsabilidades. O mostrarse apáticos, abúlicos, carentes de autocrítica y de consciencia del déficit. Puede presentarse a cualquier edad, pero su presentación más típica es entre los 40 y 60 años. El 5-15% de los casos tiene un componente familiar. Los síntomas prodrómicos incluyen fatiga, ansiedad o aparente descoordinación, visión alterada, marcha anormal o movimientos mioclónicos, coreoatetósicos o balísticos. La enfermedad suele progresar con rapidez en pocos meses, llevando a la muerte en uno o dos años. También aparecen alteraciones como rasgos obsesivocompulsivos, ecolalia, ecopraxia, y escritura reiterativa y micrográfica. Cuando hay una alteración en el lóbulo temporal izquierdo se produce afasia progresiva. Mientras que suelen mantenerse las praxias ideomotrices y constructivas, y la orientación espacial. Con frecuencia, el trastorno se manifiesta entre los 40 y 50 años, aunque puede presentarse en sujetos mayores. Generalmente la prevalencia no se incrementa con la edad sino que aumenta hasta los 58 y posteriormente disminuye. El curso del trastorno suele durar entre 5-15 años, acabando con la muerte del paciente. Se estima que hay un caso de demencia tipo Pick por cada 50-100 casos de Alzheimer. A4) Demencia debida a la enfermedad de CreutzfeldtJakob (CJ) La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es una encefalopatía espongiforme subaguda, popularizada en los últimos tiem- © C E D E – www.pir.es B) Demencias subcorticales Las demencias subcorticales, que son características de algunos síndromes extrapiramidales (Parkinson, Huntington, etc.), afectan principalmente al tálamo, los ganglios basales y el tronco cerebral. Se caracterizan por la ausencia del cuadro afasoapraxoagnóstico, la presentación de dificultades de memoria y orientación, y la alteración de las funciones de los lóbulos frontales como son la abstracción y la planificación. La diferencia fundamental con las corticales es que estas funciones superiores en las demencias subcorticales sufren un enlentecimiento o inhibición, junto con una alteración de la motivación y la atención. Mientras que en las corticales se produce una pérdida de la función. Uno de los principales síntomas es una disminución de la motivación que se manifiesta por un enlentecimiento de los movimientos, un descuido en las actividades realizadas. Progresando hacia un descuido en la apariencia, un progresivo aislamiento y una menor atención hacia el trabajo y las relaciones interpersonales. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 35 Existe también una alteración de la concentración y una gran distraibilidad que provoca junto al déficit de motivación que el paciente aparezca como olvidadizo, aunque no presente grandes deterioros de la memoria, que parecen ser fruto de una enlentecimiento en evocar la información previamente consolidada (forgetfulness) más que una alteración para registrar material nuevo. El lenguaje está afectado desde las primeras fases, apareciendo entre otros hipofonía (disminución del volumen de la voz) y más adelante disartria (déficit de articulación). b) La memoria de reconocimiento está mucho más deteriorada en el Alzheimer que en las subcorticales. c) Las tasas de olvido en los primeros momentos es consistentemente acelerada en el Alzheimer y en las subcorticales es normal. d) La amnesia retrógrada en Alzheimer está graduada temporalmente, mientras que en las subcorticales es igual de severa a lo largo del tiempo. B1) Demencia debida a la enfermedad de Parkinson La exploración neurológica revela generalmente trastornos motores, dado que las estructuras subcorticales están involucradas principalmente en el control motor. Según la etiología aparecen cuadros parkinsonianos, coreicos, ataxias, etc. Estas características prototípicas de las demencias corticales y subcorticales pueden resumirse en el siguiente cuadro: DEMENCIA CORTICAL FUNCIONES MENTALES Lenguaje Memoria Cognición Aprendizaje PERSONALIDAD Afasia, anomías y/o parafasias Amnesia Afectación severa (afasia, apraxia, agnosia) Alterado Inapropiada o normal SISTEMA MOTOR Habla Normal Postura Normal Movimientos Normales Velocidad motora Trastornos del movimiento ANATOMÍA ALTERADA METABOLISMO NEUROTRANSMISORES ALTERADOS Normal Normal Córtex Hipocortical Acetilcolina DEMENCIA SUBCORTICAL Normal Mala evocación Alterada Normal Apática Hipofónica, disártrica, lenta Encorbadaextendida Rigidez-temblordistonía Lentitud Comunes Ganglios basales, tálamo, mesencéfalo Hiposubcortical Dopamina, GABA En cuanto al rendimiento en pruebas de memoria se han apreciado ciertas diferencias: a) En las subcorticales se mantiene la capacidad de codificación léxica, que aparece bastante deteriorada en el Alzheimer. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 La enfermedad fue descrita por James Parkinson en 1817. Es una alteración primaria (su etiología es desconocida), y debe distinguirse de los síntomas parkinsonianos que aparecen fruto de otra gran variedad de enfermedades. La enfermedad produce una degeneración de estructuras subcorticales, sobre todo la sustancia negra, aunque también el globo pálido, el putamen y el núcleo caudado. Suele afectar a las células dopaminérgicas sobretodo al fascículo nigroestriado que está formado por neuronas que se originan en la sustancia negra y se proyectan hacia el estriado, aunque también afecta a otro tipo de sistemas. Su prevalencia es de 190 por 100.000 habitantes. Suele iniciarse en torno a los 50-60 años, aunque también puede hacerlo dos décadas antes, su evolución es crónica y suele desembocar en una incapacidad grave unos 10 años después del inicio de la enfermedad. La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica lenta y progresiva que se caracteriza por síntomas motores como temblor en reposo, rigidez producida por el aumento en el tono muscular, cuando se realiza un movimiento pasivo (alguien mueve el músculo) se produce lo que se conoce como rigidez en “rueda dentada” moviéndose los miembros ligeramente y se detienen, vuelven a moverse y a detenerse y así sucesivamente, acinesia o pobreza de movimientos que suele manifestarse primeramente por la falta de parpadeo y por la inexpresividad facial, lentitud de movimientos (bradicinesia), inestabilidad postural, marcha festinante (acelerada), arrastrando los pies y con pequeños pasos, con escaso balanceo de los brazos, con dificultades para iniciarla, girar y detenerla, anormales reflejos posturales que originan una postura flexionada y encorvada. La demencia afecta aproximadamente al 20-60% de los pacientes de Parkinson siendo más frecuente en personas mayores, en las que presentan una enfermedad más grave y avanzada, si el comienzo es tardío, en hombres y cuando hay escasa respuesta a la levadopa. © C E D E – www.pir.es 36 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA Se caracteriza por enlentecimiento motor (bradicinesia) y cognoscitivo (bradipsiquia), alteraciones visoespaciales, disfunción de la capacidad de ejecución, deterioro de la memoria, dificultad de utilizar los conocimientos adquiridos y alteraciones en la personalidad. También aparecen alteraciones en el habla como afonía y disartria. Más raramente pueden aparecer taquifemia (aceleración del habla) y palilalias (repetición compulsiva de palabras o frases). También se observan alteraciones prosódicas. El deterioro de las funciones cognoscitivas en los individuos con enfermedad de Parkinson se exacerba frecuentemente con la depresión. En la exploración se encuentran hallazgos característicos, como son signos anormales de la actividad motora (temblor en reposo, enlentecimiento y pobreza de movimientos, o rigidez muscular y pérdida de movimientos asociados). El diagnóstico se suele basar en las características clínicas y en la respuesta al tratamiento. En ocasiones se apoya en técnicas de imagen. El diagnóstico diferencial puede ser especialmente difícil con la demencia con cuerpos de Lewy y la demencia tipo Alzheimer. El patrón neuropsicológico es inverso al de la demencia tipo Alzheimer, predominando una intensa afectación en tareas ejecutivas frontales y visoespaciales y un moderado déficit en tareas de memoria (fallan en la recuperación, pudiendo permanecer normales el recuerdo y el reconocimiento), lenguaje y motricidad. El perfil de la demencia con cuerpos de Lewy suele caracterizarse por un deterioro cognitivo más rápido y agudo, siendo frecuente la desorientación temporoespacial acompañada de trastornos del lenguaje y los síntomas psicóticos más precoces e intensos. Si bien ambas presentan cuerpos de Lewy en el Parkinson aparecen en la sustancia negra y otros núcleos del tronco cerebral, mientras que en la demencia con cuerpos de Lewy aparecen en la corteza y en el tronco cerebral. El tratamiento de primera línea es mediante fármacos anticolinérgicos y dopaminérgicos (ej. L-dopa). Actualmente se está investigando la implantación de células dopaminérgicas. © C E D E – www.pir.es DLw DEP Demencia Signos Alteración temprana de memoria y atención EA Alteración temprana de atención y percepción visual No alteración temprana Delirium Ocasional Típico Raro Alucinaciones visuales Ocasional Típico Ocasional Delirios Típico Típico Ocasional Parkinsonismo Raro Al progresar la demencia Primera manifestación Rigidez, bradicinesia Ocasional Típico Típico Temblor Raro Ocasional Típico Placas seniles Típico Típico Raro Ovillos neurofibrilares Típico Ocasional Raro Cuerpos de Lw corticales Raro Típico Ocasional Cuerpos de Lw subcorticales Raro Típico Típico Déficit colinérgico Típico Típico Ocasional Déficit dopaminérgico Raro Típico Típico B2) Demencia debida a la enfermedad de Huntington La enfermedad de Huntington es una enfermedad hereditaria, transmitida por un único gen simple autosómico dominante, con penetrancia completa en el curso de la vida, situado en el cromosoma 4. Puede dar lugar a una demencia progresiva y degenerativa que afecta las funciones cognoscitivas, las emociones y el movimiento. Esta enfermedad afecta a los núcleos basales, está causada por la degeneración del estriado, del caudado, del putamen y del globo palido, especialmente de las neuronas GABAérgicas y colinérgicas. La enfermedad suele tener un inicio insidioso y su duración media se encuentra en torno a diecisiete años. Antes de la aparición de la demencia suelen aparecer la corea de Huntington formada por movimientos coreiformes que son involuntarios e impredecibles que afectan al tronco, las extremidades y la cara, en forma de torsión que recuerdan un baile, espasmos que aparecen en reposo y se detienen al comienzo de otra actividad, hipercinesia, tics sobre todo de la cara, manos y hombros o de la marcha. Los pacientes pueden suprimir los movimientos durante un período de tiempo y pueden desaparecer durante el sueño. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 37 Mientras que en la enfermedad de Parkinson lo que se produce es una pobreza de movimientos en el Huntington se producen movimientos incontrolados, que parecen partes de movimientos controlados entre los que se encuentran espasmos en las extremidades que se inician con el reposo y cesan con el inicio de una actividad (corea viene de la palabra griega Khoros que significa baile). Estos síntomas suelen preceder a la demencia y rara vez faltan antes de que la demencia esté muy avanzada. reducción de la espontaneidad, retraimiento social, y ocasionalmente ideas delirantes o alucinaciones. La demencia se inicia con cambios insidiosos del comportamiento y la personalidad, que incluye depresión, irritabilidad, ansiedad y delirios de persecución. Posteriormente aparece una afectación de las funciones de los lóbulos frontales como problemas en la planificación y la ordenación secuencial (también se ha detectado en estos pacientes una atrofia cortical en los lóbulos frontales), la memoria está muy afectada ya en las fases iniciales de la enfermedad. Mientras que no presentan apraxia, si que manifiestan importantes alteraciones visoespaciales. La evolución es lenta y progresiva llevando a la muerte normalmente al cabo de 10 o 15 años. Suele evolucionar casi siempre de forma rápida, en el plazo de semanas o meses hacia una demencia global grave, estado de mutismo y la muerte. La prevalencia es de unos 8 por 100.000 habitantes. La incidencia es la misma para ambos sexos. Con frecuencia la enfermedad se diagnostica entre los 30 y 40 años, pero puede empezar en la infancia y después de los 85 años. En algunos sujetos se presenta con anomalías del movimiento parecidas a la inquietud por nerviosismo y más tarde progresa hacia la característica coreoatetosis. A veces hay síntomas psicóticos y un lenguaje desorganizado. C) Demencias axiales La asociación de movimientos coreiformes, demencia y antecedentes familiares de la enfermedad de Huntington es altamente sugestiva del diagnóstico. El diagnóstico clínico se suele confirmar con los estudios genéticos. Actualmente no existe un tratamiento eficaz. El tratamiento para la corea es sintomático. Es por lo tanto muy importante el consejo genético en las familias afectadas. B3) Demencia debida a la enfermedad por VIH El complejo demencia-sida es un término propuesto por Navia y cols. (1986) y Price y Brew (1988). Las alteraciones neuropatológicas suelen afectar a la sustancia blanca y a las estructuras subcorticales en forma de destrucción difusa y con múltiples focos. La demencia que se asocia a la infección directa del sistema nervioso central por VIH se caracteriza por olvidos, enlentecimiento, dificultad de concentración y dificultades para la lectura y la resolución de problemas. Las manifestaciones comportamentales más frecuentes son: apatía, CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 En la exploración física se observa a menudo temblor, deterioro de los movimientos rápidos y repetitivos, falta de equilibrio, ataxia, hipertonía, hiperreflexia generalizada, signos positivos de liberación frontal y deterioro de los movimientos palpebrales y de seguimiento ocular o sacádicos. La prevalencia de demencia entre los pacientes con sida se ha establecido entre el 9-20%, siendo 2 o 3 veces mayor la de deterioro sin llegar a cumplir criterios de demencia. Los niños también pueden desarrollar demencia debida a la enfermedad de VIH, que de forma típica se manifiesta por retraso del desarrollo, hipertonía, microcefalia y calcificación de los ganglios basales. Las estructuras axiales principalmente afectadas, corresponden al hipocampo, los cuerpos mamilares y el hipotálamo. Debido a la función que desempeñan dichas zonas, los síntomas principales son un deterioro de la memoria reciente y en el aprendizaje. Estas demencias no presentan el síndrome afasoapraxoagnósico típico de las corticales, ni el enlentecimiento típico de las subcorticales. La grave incapacidad para el aprendizaje, provoca que el paciente no pueda recordar un material nuevo poco tiempo después de que le sea presentado, así olvida en muy poco tiempo sus experiencias recientes y las actividades que acaba de realizar. Pueden aparecer otros signos neurológicos como ataxia y temblores; esto depende del tipo de patología y las zonas cerebrales afectadas. El paciente aparece poco preocupado por su gran deterioro de la memoria y suele mostrarse cooperativo, sin que aparezcan muestras externas de la patología. El prototipo es la enfermedad de Wernicke-Korsakoff. 2. DEMENCIAS GLOBALES Las demencias globales son las que presentan combinaciones de las precedentes, especialmente córtico-subcorticales, como ocurre en la mayoría de las demencias avanzadas, cuyo ejemplo típico es la enfermedad de Alzheimer con algunos años de evolución. Sin embargo, la demencia © C E D E – www.pir.es 38 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA vascular y algunas debidas a enfermedades tóxicometabólicas e infecciones por virus lentos presentan a menudo sintomatología cortical y subcortical simultáneamente. Hay un grupo de enfermos parkinsonianos que padecen, además, demencias alzheimerianas. 1) Demencia vascular (antes denominada demencia multiinfarto) Está provocada por una enfermedad cerebrovascular (donde lo más frecuente son repetidos infartos cerebrales que destruyen pequeñas zonas). Puede ser cortical, subcortical o afectar a múltiples estructuras cerebrales, dependiendo del lugar donde se desarrolle el accidente vascular. depresivo o no complicada, dependiendo de la sintomatología predominante. Aparecen síntomas y signos neurológicos que incluyen hiperreflexia, respuesta de extensión del reflejo plantar, parálisis seudobulbar, anomalías de la marcha, exageración de los reflejos tendinosos profundos o debilidad de una extremidad. Estos pacientes presentan una serie de características que facilitan el reconocimiento del trastorno, que se recogen en la escala de Hachinski (como son antecedentes de hipertensión arterial, antecedentes de ictus, presencia de arterioesclerosis, síntomas y signos neurológicos focales). ESCALA DE HACHINSKI Debe manifestarse un déficit cognitivo amplio, afecta a diversas funciones intelectuales, tales como memoria, coordinación o lenguaje. Pueden aparecer alteraciones en la personalidad, labilidad e incontinencia emocional y depresión. Su inicio es típicamente brusco, y es característico un deterioro en "escalones", relacionados con la reaparición de problemas isquémicos, seguido por un curso fluctuante que se caracteriza por rápidos cambios de la actividad del sujeto, más que por la lenta progresión típica de otras demencias como la de Alzheimer, y con recuperaciones parciales. Generalmente la demencia empeora conforme pasa el tiempo. Frecuentemente, el patrón de deterioro es irregular, dependiendo de las regiones del cerebro afectadas. Algunas funciones cognoscitivas se afectan antes, mientras que otras se mantienen relativamente sin deterioro. Es habitual que tras un deterioro súbito se produzca una recuperación parcial y aunque no aparezcan nuevos accidentes la sintomatología fluctúa periódicamente. Suele existir cierta conciencia de enfermedad por lo que es habitual la presencia de síntomas depresivos, aunque también es frecuente la labilidad y la incontinencia emocional. Frente a la demencia tipo Alzheimer que tiene un deterioro global y uniforme, en la demencia vascular es típico el deterioro en “parches”, es decir mientras que unas funciones están muy alteradas otras se mantienen intactas. La afectación depende del área afectada, así puede aparecer afasia, apraxia y agnosia, pero no suele aparecer el síndrome afasoapraxoagnósico típico del Alzheimer. En la memoria normalmente no se afecta la memoria remota, mientras que es habitual que lo haga la inmediata. La demencia vascular es el único tipo de demencia que utiliza subtipos para indicar la presencia de sintomatología asociada: con delirium, ideas delirantes, estado de ánimo © C E D E – www.pir.es Características Puntos 1. Inicio repentino................................................. 2. Deterioro escalonado....................................... 3. Curso fluctuante............................................... 4. Confusión nocturna.......................................... 5. Preservación relativa de la personalidad......... 6. Depresión......................................................... 7. Quejas somáticas............................................. 8. Incontinencia emocional................................... 9. Historia de hipertensión arterial........................ 10. Historia de episodios vasculares cerebrales.. 11. Evidencia de arteriosclerosis asociada.......... 12. Síntomas neurológicos focales...................... 13. Signos neurológicos focales........................... 2 1 2 1 1 1 1 1 1 2 1 2 2 El tipo de demencia resultante depende de la cantidad y la zona del cerebro afectada por el accidente vascular. La demencia vascular y la de tipo Alzheimer pueden coexistir a la vez en un gran número de casos. 2.3.3. Clasificación clínica Otra forma de clasificar la demencia es en función del nivel de gravedad. Puede ser clasificada en mínima, leve, moderada y severa. Será mínima si el sujeto manifiesta pequeños déficits mnésicos; leve si existe un deterioro significativo pero se mantiene la capacidad de autonomía para la higiene personal y una capacidad de juicio relativamente poco afectada; moderada si está alterada la capacidad de autonomía y el sujeto necesita cierto grado de control; y será severa si el sujeto necesita un control continuo. Para valorar el grado de demencia se emplean diversas escalas entre las que se encuentran la escala de demencia de Blessed (Blessed y cols. 1968), la Global Deterioration Scale (GDS) (Reisberg y cols.1982) que describe siete niveles, normal, muy leve, leve, moderada, modera- CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 39 damente severa, severa, y muy severa. Una tercera escala es la Clinical Dementia Rating Scale (CDR) (Hughes y cols., 1982) que va de 0 (sin discapacidad) a 5 (demencia severa). 2.3.4. Demencias primarias vs. secundarias Se consideran demencias primarias aquellas en las que no se consigue establecer un diagnóstico de causalidad, tras aplicar los procedimientos clínicos apropiados; entre ellas se encuentran la enfermedad de Alzheimer, la demencia con cuerpos de Lewy y la demencia frontotemporal. Las demencias secundarias son aquellas en las que se establece un diagnóstico de causalidad, tras aplicar los procedimientos clínicos apropiados. Pueden dividirse en reversibles, originadas mayoritariamente por causa endocrina o neurológica; e irreversibles, entre las que destaca la demencia vascular. 2.3.5. Clasificación etiológica A Enfermedades degenerativas: (PIR 02, 191) 1. Enfermedad de Alzheimer. 2. Enfermedad de Pick. 3. Enfermedad de Parkinson. 4. Enfermedad de Huntington. 5. Demencia de Guam. 6. Enfermedad de Wilson. 7. Parálisis supranuclear progresiva. 8. Enfermedad de Hallervorden-Spatz. 9. Degeneración estrio-nigral. 10. Síndrome de Shy-Drager. 11. Enfermedad de Fahr. 12. Atrofias cerebelosas (atrofia olivopontocerebelosa, etc.). 13. Demencia en el síndrome de Down. 14. Enfermedad de Steinert. 15. Degeneración talámica bilateral. 16. Degeneración espinocerebelosas. 17. Enfermedad de Gerstmann-Straussler. 18. Gliosis subcortical progresiva (Neuman-Cohn). 19. Demencia de los cuerpos de Lewy. 20. Otras. B. Demencias vasculares: 1. Multiinfarto (aterotrombosis, embolismo, tromboflebitis). 2. Enfermedad de Binswanger. 3. Vasculitis (infecciosas, inflamatorias). 4. Otras (hematomas múltiples, hiperviscosidad, malformaciones vasculares). C. Demencias infecciosas: 1. Neurolúes (parálisis general progresiva). 2. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 3. Enfermedad de Gerstmann-Straussler. 4. Kuru. 5. Panencefalitis esclerosante subaguda. 6. Leucoencefalopatía multifocal progresiva. 7. Síndrome de inmunodeficiencia adquirido (SIDA). 8. Encefalitis herpética. 9. Enfermedad de Whipple. 10. Meningoencefalitis brucelar. 11. Meningoencefalitis tuberculosa. 12. Cistercosis cerebral. 13. Otras meningoencefalitis (bacterianas, víricas, parasitarias y hongos). 14. Abcesos cerebrales. D. Hidrocefalias: 1. Obstructiva. 2. Arreabsortiva. E. Neuroplasias cerebrales: 1. Tumores cerebrales primarios. 2. Metástasis cerebrales. 3. Meningitis neoplásica. 4. Síndromes paraneoplásicos (encefalitis límbica). F. Demencias metabólicas: 1. Degeneración hepatocerebral adquirida. 2. Hipo/hipertiroidismo. 3. Hipo/hiperparatiroidismo. 4. Hipoxia/isquemia. 5. Enfermedades de depósito. 6. Síndrome de Sjörgren. 7. Lupus eritematoso sistémico (LES). 8. Anormalidades electrolíticas. 9. Hipoglicemia. 10. Hiperlipidemia. 11. Déficit nutricionales. 12. Otras. G. Demencias carenciales: 1. Déficit de ácido fólico. 2. Déficit de vitamina B12. 3. Pelagra. 4. Otras. H. Demencias tóxicas: 1. Alcohol. − Enfermedad de Korsakoff. − Enfermedad de Marchiafava-Bignani. 2. Fármacos. 3. Metales. 4. Compuestos orgánicos. 5. Monóxido de carbono. 6. Agentes industriales. 7. Otros. I. Demencias traumáticas: 1. Hematoma subdural crónico. 2. Demencia postraumática. © C E D E – www.pir.es 40 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA J. Demencias desmielinizantes: 1. Esclerosis múltiples (EM). 2. Otras. K. Enfermedades psiquiátricas. 2.3.6. Clasificación pronóstica En función del pronóstico junto a la posibilidad de tratamiento y la eficacia de éste sobre las alteraciones cognitivas del sujeto se han clasificado las demencias en: I. Demencias tratables y potencialmente reversibles: 5. Esclerosis múltiple. 6. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. 7. Demencia dialítica. 8. Enfermedades paraneoplásicas. 9. Esclerosis lateral amiotrófica (ELA). 10. Enfermedad de Hallervorden-Spatz. 11. Adrenoleucodistrofia. 12. Leucodistrofia metacromática. El siguiente cuadro refleja las características que generalmente aparecen en los principales trastornos cognoscitivos (no implica que aparezcan en todos los casos): A. Enfermedades metabólicas y carenciales: 1. Hipoglucemia. 2. Enfermedades tiroideas. 3. Hipo/hipersecreción corticosteroidea. 4. Hipo/hipercalcemia. 5. Pelagra. 6. Déficit de vitamina B12 y ácido fólico. 7. Encefalopatía hepática. 8. Degeneración hepatolenticular. 9. Uremia. 10. Porfiria. 11. Enfermedad de Wilson. 12. Enfermedad de Whipple. B. Enfermedades inflamatorias de los vasos sanguíneos. C. Intoxicación crónica por drogas y metales. D. Enfermedades infecciosas: 1. Meningitis crónicas. 2. Neurosífilis. 3. Encefalitis. E. Procesos intracraneales: 1. Hidrocefalia normotensiva. 2. Tumores cerebrales. 3. Hematoma subdural. II. Demencias tratables, irreversibles: A. Demencia vascular: 1. Demencias multiinfarto. 2. Síndrome del arco aórtico. 3. Demencia secundaria a estenosis carotídea. B. Alcoholismo: 1. Enfermedad de Wernicke-Korsakov. 2. Enfermedad de Marchiafava-Bignami. C. Demencia postraumática. III. Demencias no tratables, irreversibles: 1. Enfermedad de Alzheimer. 2. Enfermedad de Pick. 3. Enfermedad de Parkinson. 4. Enfermedad de Huntington. © C E D E – www.pir.es CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 41 DELIRIUM DEMENCIA ALZHEIMER DEMENCIA PICK DEMENCIA VASCULAR DEMENCIA PARKINSON DEMENCIA HUNTINGTON COMIENZO BRUSCO INSIDIOSO INSIDIOSO BRUSCO INSIDIOSO INSIDIOSO DURACIÓN BREVE (HORAS O DÍAS) LARGA (8-10 AÑOS) LARGA VARIABLE LARGA LARGA (10-15 AÑOS) CURSO FLUCTUANTE PROGRESIVO Y ESTABLE PROGRESIVO Y LENTO ESCALONADO Y VARIABLE LENTO Y PROGRESIVO PROGRESIVO CONCIENCIA REDUCIDA NORMAL NORMAL NORMAL NORMAL, Y LIGERA PERPLEJIDAD NORMAL, Y LIGERA PERPLEJIDAD ATENCIÓN ALTERADA NORMAL O DISMINUIDA NORMAL NORMAL DISMINUIDA CON FALLOS DISMINUIDA CON FALLOS MEMORIA DETERIORO BÁSICO EN MCP DETERIORO DETERIORO DETERIORO DETERIORO (ESPECIALMENTE LA MLP) DETERIORO PENSAMIENTO NO DETERIORO (ENLENTECIDO) GRAN DETERIORO DETERIORO DETERIORO ENLENTECIDO DETERIORO ALUCINACIONES VISUALES AUSENTES AUSENTES RARAMENTE RARAMENTE RARAMENTE SÍNTOMAS MOTORES VARIABLES APRAXIA AUSENTES AUSENTES ESPECÍFICOS (TEMBLOR, LENTITUD, RIGIDEZ, ETC.) SÍNTOMAS COREIFORMES LENGUAJE INCOHERENTE AFASIA ALTERADO ALTERADO LENTO Y APAGADO LENTO Y APAGADO ETIOLOGÍA MÚLTIPLE NO CONOCIDA NO CONOCIDA ENFERMEDAD CEREBRO VASCULAR ENFERMEDAD DE PARKINSON ENFERMEDAD DE HUNTINGTON (GENÉTICA) 2.4. EPIDEMIOLOGÍA 2.5. CURSO La prevalencia depende de la edad de los sujetos. En población adulta se ha estimado una prevalencia de casi un 3% de deterioro cognoscitivo grave. Se estima que el 5% de la población mayor de 65 años padece demencia tipo Alzheimer, siendo otros tipos de demencia mucho menos frecuentes. La prevalencia de la demencia tipo Alzheimer y de la demencia vascular aumenta con la edad, en particular después de los 75 años la de tipo Alzheimer alcanza una prevalencia del 20%, siendo ésta superior por encima de los 85 años. El curso del cuadro demencial depende de la etiología que se encuentra en la base del trastorno y de la rapidez y disponibilidad de aplicación del tratamiento eficaz. La demencia generalmente evoluciona de forma progresiva hacia un deterioro irreversible, sin embargo pueden existir demencias que no avanzan en su deterioro o incluso remiten y el deterioro cognoscitivo desaparece, volviendo el paciente a la situación premórbida. En la actualidad la frecuencia de las demencias es del 710% en mayores de 65 años; a los 80 sube a un 30-50%. La demencia de tipo Alzheimer pura ha disminuido del 50 al 35%, siendo aún la más frecuente. La enfermedad de Alzheimer combinada con patología vascular (demencia mixta) ocurre en un 15% de los casos; y la vascular pura un 10%. La demencia causada por cuerpos de Lewy, prácticamente desconocida hasta hace unos años, comprende un 15%. El 25% restante se debe a otras causas. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 El deterioro social, en gran parte motivado por las dramáticas consecuencias en las capacidades cognitivas del paciente, también está influido por el apoyo social y los cuidados que recibe. Así como por la aparición de eventos estresantes que pueden alterarle en gran medida dado los escasos recursos con los que cuenta el paciente para hacerlos frente. Una vez que el cuadro está en estado avanzado, el paciente generalmente necesita de intensos cuidados, incluso para las actividades cotidianas. En la mayoría de los casos © C E D E – www.pir.es 42 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA el cuadro es deteriorante, terminando en el fallecimiento del paciente. 2.6. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL a) Delirium: En el delirium coexiste con la alteración de memoria y una alteración en el campo de la conciencia. Mientras que en la demencia, sin delirium, el paciente tiene un nivel de conciencia normal. El delirium además presenta dificultades en la atención, especialmente en las tareas que requieren su focalización o mantenimiento. El delirium tiene un inicio brusco, un curso breve y presenta fluctuaciones constantes mientras que la demencia tiene un inicio generalmente más insidioso, una duración mayor y suele mantener de forma estable sus síntomas. El delirium puede sobreañadirse a la demencia, y en tal caso se diagnosticarán ambos trastornos (PIR 01, 95). Cosa que ocurre frecuentemente puesto que la enfermedad cerebral subyacente a la demencia puede aumentar la susceptibilidad a los estados confusionales. Generalmente ambos cuadros se diferencian en (PIR 05, 117): DEMENCIA (Alzheimer) DELIRIUM Inicio Insidioso Agudo Curso Permanente Transitorio Alerta Normal Disminuida Pronóstico Irreversible Reversible Curso diario Constante Fluctuante Alucinaciones Inusuales Frecuentes Otras características que les diferencian son: DEMENCIA (Alzheimer) DELIRIUM Sexo predominante Mujeres Hombres Inteligencia Deterioro severo y progresivo No existe deterioro Fallos en memoria MLP MCP Personalidad Alterada Intacta b) Trastorno mnésico: Este trastorno no presenta otros deterioros significativos de la función cognoscitiva aparte del deterioro de la memoria (PIR 02, 138; PIR 03, 167; PIR 09, 44). © C E D E – www.pir.es c) Retraso mental: El retraso mental no se asocia necesariamente con el deterioro de la memoria, y es anterior a los 18 años. Si se cumplen los criterios para ambos trastornos, se diagnosticará retraso mental y demencia, la alteración no puede explicarse exclusivamente con el diagnóstico de retraso mental. d) Esquizofrenia: En la esquizofrenia el inicio suele ser más temprano, con un patrón de síntomas característico y ausencia de una etiología específica. El deterioro cognoscitivo asociado a la esquizofrenia es típicamente menos intenso que en la demencia. e) Trastorno depresivo mayor: Es difícil realizar el diagnóstico diferencial entre ambos cuadros, sobre todo cuando coexisten síntomas depresivos y síntomas cognitivos, ya que en los cuadros depresivos pueden aparecer deterioros cognoscitivos y en la demencia pueden aparecer síntomas depresivos secundariamente. De igual forma cabe destacar la alta frecuencia de la presencia concomitante de los dos cuadros. En la depresión (los déficit cognitivos en la depresión reciben el nombre de "pseudodemencia", dada su similitud con los cuadros demenciales) no suele existir una etiología orgánica, su inicio suele estar bien delimitado y ser brusco, su curso es fluctuante, el paciente suele tener conciencia de su enfermedad (son típicas las quejas del paciente acerca de sus déficit de memoria), su estado de ánimo es depresivo, suelen existir antecedentes familiares de trastorno del ánimo, y los déficit cognitivos tienen buena respuesta al tratamiento antidepresivo y suelen desaparecer. Por contra, en las demencias existe una etiología orgánica, su inicio suele estar mal delimitado y suele ser insidioso, su curso suele ser progresivo e irreversible, el paciente no suele ser consciente de sus déficit y por lo tanto no suele quejarse de sus "olvidos", su estado de ánimo es lábil (puede ser depresivo o no serlo), no suelen existir antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo, y los déficit cognitivos no tienen buena respuesta al tratamiento antidepresivo. Existen una serie de criterios que son las características más típicas de los diversos cuadros y que pueden servirnos de indicios para decantar el diagnóstico, aunque no definitivamente, hacia un trastorno u otro. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 43 CARACTERÍSTICAS SEUDODEMENCIA (DEPRESIVA) DEMENCIA (ALZHEIMER) CARACTERÍSTICAS De depresión o manía. Ausencia de antecedentes (o de Alzheimer) 2. Preocupación familiar. Por la memoria del paciente. Por la incapacidad del paciente. DEMENCIA (ALZHEIMER) PRUEBAS COGNITIVAS ANTECEDENTES FAMILIARES 1. Antecedentes psiquiátricos. SEUDODEMENCIA (DEPRESIVA) 22. Tipo de respuestas. Frecuentes respuestas “no lo sé”. Responde con aproximaciones “equivocaciones próximas” 23. Quejas. Mayor queja de trastorno cognitivo que el objetivado. Menor queja de trastorno cognitivo que el objetivado. HISTORIA CLÍNICA 3. Antecedentes psiquiátricos. Probables de depresión. Poco probables. 24. Cálculos simples. Errores importantes. Fracasos inmediatos. 4. Inicio del cuadro. Subagudo (semanas). Insidioso (meses). 25. Pérdida de memoria. 5. Deterioro cognitivo. Rápido, irregular y no progresivo. Lenta y progresiva. Pérdida de memoria reciente y remota similar; lagunas. Mayor pérdida de memoria reciente; sin lagunas. Se delimita con precisión. Se delimita con poca precisión. 26. Respuesta a las pruebas. Destaca los fallos. 6. Momento del Inicio y cambio de los síntomas. Se complace en los éxitos. 27. Resultados en conjunto. 7. Inicio de los síntomas. La depresión precede al El deterioro cognideterioro cognitivo. tivo precede a la depresión. Aislado / Contradictorio. Presentan un rendimiento variable en los diversos test. Global / Concordante. Presentan un rendimiento uniforme en los tests (disminuido). 8. Duración de los síntomas. Menos de 6 meses (generalmente corta). Más de 6 meses. 28. Apraxia, afasia o agnosia. Ausencia. Presencia. 7. Pérdida de habilidades sociales. Precoz, prominente. Tardía, oculta. 9. Variación diurna. Empeora por la mañana. Empeora por la noche. 10. Capacidad de afrontamiento. Mala. Buena. 11. Presenta las molestias. De forma detallada. De forma vaga. 12. Acusaciones. Exagera sus limitaciones. Se queja de los demás. 13. Preocupación por los síntomas. Se muestra preocupado. Se muestra despreocupado. 14. Apetito. Alterado. Normal. PRESENTACIÓN CLÍNICA 15. Presencia Desaliñado, descuidado Inapropiado 16. Estado de ánimo. Abatido, de forma continua. Despreocupado, superficial. 17. Afecto. Monótono. Lábil 18. Contenido del pensamiento. Restringido. Amplio. PRUEBAS COGNITIVAS EXAMEN FÍSICO 29. Marcha. Normal. De base amplia. 30. Reflejos. Normales. Palmomentoniano, succión. 32. Antidepresivos. Mejoran los síntomas cognitivos. Pueden empeorar los síntomas cognitivos. f) Simulación y trastorno facticio: Los déficit cognoscitivos de estos cuadros no deben ser consistentes en el tiempo y suelen diferir de los típicos de la demencia existiendo una inconsistencia en la evaluación neuropsicológica: en general se observa una discrepancia en los resultados y muy bajo rendimiento en pruebas que sujetos con lesiones realizan adecuadamente. La fiabilidad test-retest es baja, aparecen respuestas absurdas e ilógicas, bajas puntuaciones en tareas motoras y sensoriales, los resultados en pruebas de memoria de reconocimiento y atención están exageradamente alterados, el efecto de posición serial se ve reducido… siendo el rendimiento final por debajo de lo esperado. 19. Atención. A menudo conservada. Normalmente deficitaria. g) Envejecimiento: 20. Motivación. Abandona fácilmente. Trata de obedecer. 21. Orientación. Mejor de la esperada. No se pierde en lugares conocidos. Confunde lo inhabitual con lo habitual. Se pierde en lugares conocidos. En el envejecimiento normal existe una pérdida de memoria, y un enlentecimiento en las actividades. En la demencia existe un deterioro mucho mayor y más evidente, afectando a múltiples facetas de la vida. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 44 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA Diversos autores han considerado la existencia de una entidad a la que han denominado Afectación de la Memoria Asociada a la Edad (AMAE) o AAMI que consiste en una afectación de la memoria de poca gravedad. Esta entidad no tiene implícita una determinada causa, ni un curso determinado. Y se compone de quejas subjetivas de memoria que afectan a la vida cotidiana, y una pérdida objetivada por una prueba estandarizada superior a una desviación típica. Esta entidad debe excluirse en el caso de existir otro cuadro. h) Deterioro cognitivo ligero Este término sirve para denominar la pérdida progresiva ligera más allá de lo que cabría esperar considerando edad y nivel educativo. Los pacientes con deterioro cognitivo ligero no tienen demencia ni alteración significativa de otras funciones cognitivas. Delimita un grupo de riesgo para el desarrollo de una demencia −12% frente al 1-2% en mayores de 65 años− (Manubens, 2002), especialmente de tipo Alzheimer. Las personas con un envejecimiento normal también pueden tener algunos déficits leves, por ejemplo, su velocidad de proceso mental o su memoria para los nombres. Sin embargo, el seguimiento longitudinal de estos sujetos muestra escasos cambios con el paso del tiempo y, además, estos cambios no llegan a suponer materialmente deterioro funcional importante. Los intentos de caracterizar los cambios cognitivos asociados al envejecimiento normal han generado expresiones como Olvido Senil Benigno, Deterioro de la Memoria Asociado a la Edad o Deterioro Cognitivo Asociado a la Edad. Estos términos quieren reflejar generalmente los extremos del envejecimiento normal, más que describir a un precursor del envejecimiento patológico. Actualmente, el concepto más utilizado para referirnos a este estado entre el envejecimiento y la demencia es el de deterioro cognitivo ligero (DCL), propuesto por el equipo de la Clínica Mayo (Petersen y cols.) a finales de los 90 y que se refiere, como ya hemos avanzado, a un estado transitorio entre la normalidad y la demencia que parece delimitar un grupo heterogéneo de individuos que se encuentran en una situación de riesgo superior a la observada en la población general para el desarrollo de una demencia, especialmente EA. Mientras que el criterio de DCL se acepta universalmente, en principio, la operacionalización de este criterio es poco clara, tal y como propone el propio Petersen. El paso inicial en la operacionalización del concepto de DCL radica en comprobar que la queja cognitiva del paciente, corroborada © C E D E – www.pir.es por el familiar, se da en un contexto de una función cognitiva general conservada y que no tiene efecto en las actividades de su vida diaria, condiciones fundamentales para descartar el diagnóstico de demencia. El uso de criterios diagnósticos de deterioro cognitivo leve (DCL) permite clasificar a los pacientes en tres tipos de DCL: DCL amnésico puro, DCL con afectación de múltiples funciones cognitivas y amnesia y DCL con afectación de múltiples funciones cognitivas sin amnesia o DCL no amnésico. El deterioro cognitivo de múltiples funciones cognitivas y afectación de la memoria es el que con más probabilidad evolucionará hacia una enfermedad de Alzheimer, si bien esta clasificación no deja de ser algo controvertida tal y como proponen Mardomingo y Peraita (2008). El deterioro cognitivo leve (DCL) tipo amnésico, el más estudiado y, según Petersen el más frecuente y el que más se relaciona con enfermedad degenerativa; se caracteriza por una pérdida reciente y ligera de memoria más allá de la pérdida que cabría esperar considerando la edad y el nivel educativo del paciente. En los pacientes con DCL no hay demencia ni tampoco afectación significativa de otras funciones cognoscitivas. Es un cuadro que difiere de la simple pérdida de memoria asociada a la edad, que no suele ser progresiva. Nada menos que el 10-12% de estos pacientes evolucionan cada año a un cuadro de enfermedad de Alzheimer comparado con el 1-2% de los sujetos sanos de la misma edad. De ahí la importancia que reviste el correcto y precoz diagnóstico de este tipo pacientes, a pesar de lo controvertido del propio concepto de DCL, así como de tratar adecuadamente a estos pacientes, ya que puede prevenir o enlentecer su evolución a una EA. Existen varios criterios para el diagnóstico de DCL, pero los más aceptados y utilizados son los de Petersen: − Quejas de pérdida de memoria, preferiblemente corroborado por otra persona (familiar o cuidador). − Alteración de la memoria con respecto a lo que correspondería para la edad y el nivel educativo. − Función cognitiva general conservada. − Actividades de la vida diaria intactas. − No cumple criterios para diagnóstico de demencia. Actualmente no existe un criterio uniforme acerca de si los factores sociodemográficos afectan a la prevalencia de DCL, aunque algunos estudios reflejan una prevalencia mayor en individuos con nivel educativo bajo, aunque no existe unanimidad al respecto, y no suelen hallarse diferencias entre los sexos. CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 45 i) Lesiones cerebrales focales: Estos trastornos originan síndromes neuropsicológicos focales similares a la demencia. Sin embargo no se produce una alteración global ni un deterioro tan importante como en las demencias. Síndrome de lóbulo frontal Síndrome amnésico del lóbulo temporal Síndrome del lóbulo parietal − Pérdida de orientación visoespacial. − Desorganización topográfica. − Agnosia espacial. − Apraxia del vestirse. − Desintegración social. − Desinhibición emocional. − Negligencia personal. − Pérdida de juicio. − Pérdida de memoria reciente. − Incapacidad de aprendizaje. − Confabulación. Otros signos − Incontinencia. − Ataques de oposición. − Anosmia − “Grasping” (reflejo de prensión). − Dificultad en encontrar la palabra. − Afasia de Broca − Hemianopsia. − Convulsiones. − Afasia de Wernicke. − Pérdida sensorial cortical. − Hemianopsia. Funciones preservadas − Inteligencia. − Memoria. − Funciones visoespaciales. − Praxis. − Inteligencia. − Personalidad. − Funciones visoespaciales. − Inteligencia. − Personalidad − Memoria. − Lenguaje. Déficits 2.7. ETIOLOGÍA La demencia, al igual que en el delirium, es un cuadro que puede ser causado por los efectos fisiológicos directos de una enfermedad, por los efectos de una sustancia psicoactiva o a múltiples etiologías como se expone en la correspondiente clasificación etiológica. 2.8. EVALUACIÓN En la evaluación de la demencia es muy importante realizar una buena entrevista clínica, ya que es el funcionamiento y la evolución del paciente lo que va a decantar el diagnóstico. En la exploración clínica hay que evaluar el estado mental del paciente (criterios transversales, la psicopatología que presenta en el momento de la evaluación el paciente). En CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 primer lugar hay que evaluar el nivel de conciencia y la atención (ej. restar desde 50 de tres en tres), ya que es un prerrequisito para el resto de la evaluación cognitiva y de estar alteradas nos harían pensar en la presencia de un delirium. También hay que valorar las alteraciones de la memoria como puede ser la incapacidad para aprender nuevas informaciones y tareas, y el funcionamiento de la memoria reciente (ej. recordar tres palabras en cinco minutos), y de la memoria remota (recuerdos generales del pasado, ej. presidentes del gobierno) y recuerdos autobiográficos. Hay que evaluar la orientación en sus diferentes vertientes, tiempo, lugar, persona. Las alteraciones del lenguaje se pueden evaluar a través de las dificultades para expresar pensamientos, sentimientos, y para encontrar las palabras adecuadas. Además hay que atender a la presencia de circunloquios y parafasias en el discurso, y a la riqueza o pobreza en primer lugar del vocabulario y después en las estructuras sintácticas. La riqueza de vocabulario se puede evaluar pidiendo al paciente que nombre objetos de una categoría (ej. cosas que puede comprar en un supermercado o palabras que empiecen con una determinada letra). Y la presencia de anomia a través de tareas de denominación (se le presentan una serie de objetos que el paciente tiene que nombrar), y tareas de copia al dictado; también hay que evaluar otras áreas cognitivas como la capacidad de juicio. Las apraxias pueden también estar afectadas, tanto las ideacionales (serie de actos secuenciales para obtener una meta dada, ej. el paciente tiene que hacer un recorrido por la habitación para conseguir un objeto), las constructivas (ej. copia de figuras geométricas, y el dibujo de un reloj con una determinada hora); y las ideomotoras (gestos simples que implican un significado, ej. saludar con la mano) y la capacidad de marcar un ritmo. Las habilidades perceptivas y visoespaciales, se evalúan a través de tareas de reconocimiento visual. Para evaluar las actividades cognitivas se emplean tareas de semejanzas, diferencias, refranes, cálculo y resolución de problemas. En el afecto hay que atender a la presencia de síntomas como depresión, ansiedad, ira u otras alteraciones emocionales, la continuidad o labilidad de la emoción, y el ajuste de dicha emoción a los distintos momentos de la evaluación. La capacidad del control emocional (o la presencia de incontinencia emocional), la resonancia afectiva (o su ausencia o indiferencia afectiva), en términos genera- © C E D E – www.pir.es 46 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA les y en particular ante los posibles déficits (valorar la presencia de anosognosia). También hay que valorar la personalidad, y el funcionamiento. Hay que tener en cuenta tanto la información del paciente como la información de las personas que viven con él o cuidan de él, ya que el paciente puede tener problemas para dar una información veraz. En cuanto a instrumentos de evaluación, se pueden clasificar en tres grupos: exámenes del estado mental, escalas de apreciación y pruebas multidimensionales. En cuanto a exámenes de estado mental, los más importantes son el Mini Mental State (Folstein y cols., 1975), el Mental Status Questionaire (MSQ) (Kahn y cols., 1980) y una adaptación del MMS al español de Lobo y cols. (1979) denominado Mini Examen Cognoscitivo. Dichas pruebas sirven para una primera valoración, también llamadas “pruebas de screening”. MINI-MENTAL STATE (FOLSTEIN) 1. Orientación Contestar las preguntas siguientes (10 puntos) − Día del mes − Mes − Año − Día de la semana − Estación del año − Nombre del hospital − Planta − Ciudad − Provincia − País 2. Recuerdo Inmediato Repetir las siguientes palabras (3 puntos) − Peseta − Caballo − Manzana 3. Atención y Cálculo Contar de tres en tres desde 30 para atrás (5 puntos) Repita 5,9,2 hacia delante y hacia atrás (3 puntos) 4. Recuerdo Decir las tres palabras anteriores (3 puntos) 5. Denominación Mostrar dos objetos que debe nombrar (2 puntos) (ej. bolígrafo, reloj) 6. Repetición Repetir la siguiente frase (1 punto) En un trigal había cinco perros 7. Orden en tres etapas Ejecutar la orden en secuencia (3 puntos) − Tome el papel con la mano derecha − Dóblelo por la mitad − Póngalo en el suelo 8. Lectura Ejecutar una orden escrita (1 punto) − Cierre los ojos 9. Escritura Escribir una frase (1 punto) 10. Copia Copiar dos pentágonos cruzados que se le enseñan (1 punto) En cuanto a las escalas de apreciación tenemos la Mattis Dementia Rating Scale (MDRS) (Mattis, 1976), la Blessed Dementia Scale (BDS) (Blessed y cols., 1968) la Gobal Deterioration Scale (GDS) (Reisberg y cols.,1982), y la Clinical Dementia Rating Scale (CDR) de Hughes (Hughes y cols., 1982). Entre las pruebas multidimensionales nos encontramos con la escala de inteligencia para adultos de Wechsler (WAIS), una prueba muy costosa (por su duración y por el esfuerzo cognitivo requerido) de pasar en personas ancia- © C E D E – www.pir.es CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 47 nas, además de no existir baremos para personas mayores de 45 años. Por lo que la valoración ha de ser individual para cada individuo teniendo en cuenta la puntuación de los diferentes subtests. Permite hallar un índice de deterioro (ID), considerando que existen pruebas que mantienen su rendimiento con la edad (Información, Comprensión, Rompecabezas, Figuras Incompletas y Vocabulario), y pruebas que no lo mantienen (Dígitos, Aritmética, Claves, Cubos y Semejanzas). El ID se calcula dividiendo los primeros por los segundos y multiplicando por 100. Permite observar el perfil de puntuaciones y un retest del individuo tiempo después para conocer la evolución de las puntuaciones. Otra prueba compleja es The Cambridge Examination For Mental Disorders Of The Elderly (CAMDEX) (Roth y cols., 1986) que es una entrevista de evaluación que cuenta en su interior con una exploración neuropsicológica denominada CAMCOG. La escala ADAS (Alzheimer’s Disease Assessment Scale), diseñada para evaluar la gravedad de las alteraciones cognitivas y no cognitivas en pacientes con demencia tipo Alzheimer, está adaptado y normalizado para la población española. a algunas actividades de la vida diaria (AVD) permitiendo una evaluación más escalonada que el anterior en los grados de discapacidad. Entre las actividades valoradas están: comer, trasladarse entre la silla y la cama, aseo personal, uso del retrete, bañarse/ducharse, desplazarse, subir y bajar escaleras, vestirse o desvestirse, control de heces y control de orina. La puntuación del sujeto oscila de 0 a 100. Shah et al (1989) sugieren la siguiente interpretación: 0-20: dependencia total, 21-60: dependencia severa; 61-90. dependencia moderada; 91-99: dependencia escasa; 100: independencia. La Escala de Lawton y Brody fue publicada en 1969 en el Centro Geriátrico de Filadelfia dirigida a población anciana, institucionalizada o no, con el objetivo de evaluar autonomía física y AIVD (actividades instrumentales de la vida diaria). Obtiene una puntuación entre 0 y 8 (0: dependencia total, 8: independencia). La escala es más útil en mujeres, pues algunas de las actividades valoradas nunca han sido realizadas por algunos hombres. Las actividades valoradas son: capacidad para usar el teléfono, hacer compras, preparación de la comida, cuidado de la casa, lavado de la ropa, uso de medios de transporte, responsabilidad respecto a su medicación y manejo de asuntos económicos. 2.9. TRATAMIENTO También debe realizarse una evaluación funcional del paciente, es decir, las capacidades que permiten a la persona ser independiente en su entorno y mantener relaciones sociales. Esta evaluación se lleva a cabo con escalas conductuales multidimensionales como, por ejemplo la Escala de Lawton y Brody. Índice de Katz o el Índice de Barthel. El Índice Katz valora 6 funciones básicas (AVD) (baño, vestido, uso de W.C, movilidad, continencia de esfínteres y alimentación) en términos de dependencia o independencia, agrupándolas posteriormente en un solo índice resumen. Ideado inicialmente en el Hospital Benjamín Rose de Cleveland en 1958 para fracturados de cadera se ha popularizado por su simplicidad. Resulta más eficaz en pacientes con alto grado de dependencia. Considera independiente una persona que no utiliza ayuda o utiliza ayuda mecánica, y considera dependiente a aquella que necesita ayuda de otra persona, incluyendo la mera supervisión de la actividad. Permite clasificar a los pacientes en 7 grupos de (de mayor dependencia, a mayor independencia). El Índice Barthel o "Índice de Discapacidad de Maryland" es uno de los más utilizados para valorar la función física. Se empezó a utilizar en 1955 en los hospitales de enfermos crónicos. Se trata de una medida genérica que valora el nivel de independencia del paciente con respecto CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 En el tratamiento de la demencia, lo primero de todo es realizar un adecuado diagnóstico. Para después evaluar la posible causa e iniciar el tratamiento adecuado. Existen ciertas demencias que tienen un tratamiento etiológico que conduce a la resolución, mejoría o estancamiento del cuadro, generalmente se trata de un tratamiento médico que dependerá del factor etiológico responsable. También existen cuadros que se asemejan a una demencia (como son las pseudodemencias ya sean depresivas, histéricas, o de otro tipo, y los trastornos de ansiedad), que tienen tratamientos específicos. Una vez realizado el diagnóstico existe una serie de medidas generales que previenen la aparición de complicaciones y accidentes, como es apoyar y transmitir información a los familiares o cuidadores, mantener la actividad física y mental que venía desarrollando el paciente hasta el momento del inicio del trastorno, ya que un ambiente pobre en estímulos puede incrementar el deterioro, lo que se ha denominado como déficit ecológico. Mantener una serie de hábitos de vida saludables como son una adecuada nutrición, ya que estos pacientes son propensos a abandonarse en la alimentación y esto puede conducir a un empeoramiento debido a la debilidad consecuente, y evitar en la medida de lo posible los fármacos con acción sobre el sistema nervioso central. © C E D E – www.pir.es 48 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA Si no se llevan a cabo dichas recomendaciones pueden aumentar las alteraciones previas. También es importante mejorar la red de apoyo psicosocial del paciente, intentando evitar la aparición de grandes cambios en el entorno. Y adaptarlo progresivamente para ir introduciendo apoyos para el paciente, conforme va evolucionando la enfermedad. En el caso de la demencia vascular son muy importantes las medidas preventivas, por medio del control de la dieta y la práctica de ejercicio físico. Como controlando diversas enfermedades que pueden empeorar el funcionamiento vascular y conducir a la demencia, como son la diabetes, y la hipertensión. Debido a las muchas contraindicaciones que suelen presentar los fármacos, como la complicación y agravamiento del cuadro, en la población geriátrica (gran foco de presencia de la demencia) y en la población con demencia. Es de gran importancia la intervención de índole psicológica ya que puede reducir el consumo de fármacos que en los ancianos se produce de forma muy generalizada y en grandes cantidades. Otra de las líneas de intervención va encaminada al tratamiento sintomatológico, ya que permite por una parte restringir los síntomas que resultan molestos para el paciente y sus cuidadores, disminuyendo la aparición de complicaciones, y facilitando el mantenimiento de las capacidades funcionales. Entre los síntomas sobre los que se puede intervenir están las alteraciones de la memoria, las alteraciones del lenguaje, los trastornos afectivos, los trastornos de conducta, la ansiedad, las alteraciones del patrón de sueño, y la incontinencia. Este tipo de intervención puede dividirse a su vez en tres grupos en función del área de intervención: a) Alteraciones cognitivas Para mejorar los déficit de memoria se han elaborado diferentes programas de rehabilitación cognitiva, en dichos programas se emplean distintas técnicas que facilitan el aprendizaje como son la práctica real, el feedback, los ejemplos, los ejercicios de revisión, el reforzamiento discriminativo, etc. En estos programas se trabajan tanto las funciones de memoria como las de atención, intentando provocar que diversas tareas que se realizan habitualmente de forma automática se transformen en tareas controladas. En la memoria se trabaja para potenciar tanto las ayudas internas, denominadas cognitivas, como las externas. Las ayudas internas consisten en técnicas que modifican la información como la imaginación visual, la codificación verbal, la formación de asociaciones verbales, y la elaboración en categorías más profundas, y la organización. Entre las ayudas externas tenemos el uso de relojes, agendas, diarios, listas, notas, la ayuda de otras personas, etc. Resulta de gran importancia la validez ecológica de estos programas pues uno de los principales factores para la mejora global del paciente y en este caso de la memoria es la mejora de la motivación del paciente. Entre los tratamientos dirigidos a las alteraciones cognitivas encontramos la Terapia de Orientación a la Realidad (TOR), desarrollada por Folsom en 1968 (PIR 00, 109). Se centra en la desorientación temporoespacial, pero actúa también sobre la memoria, el lenguaje y la comunicación, y la interacción social. Esta intervención consiste en un proceso continuo en el que se presentan al paciente información sobre el día, la hora y el lugar, junto al nombre de los participantes en las actividades, actuando como estímulos sensoriales. También se trabajan conceptos temporales y se fomenta la relación interpersonal. Este tratamiento sólo resulta útil en pacientes con deterioros iniciales, siendo ineficaces para personas con un grado de deterioro moderado o severo. Otra intervención son los Programas de Psicoestimulación Se trata de programas individualizados. El objetivo no es ofrecer el mayor número de estímulos posible, lo cual puede sobrecargar y resultar por tanto perjudicial, sino ofrecer un programa adaptado a las capacidades con las que cuenta cada paciente y que han sido previamente evaluadas. Se elaboran actividades y ejercicios en los que el sujeto ejercita sus habilidades cognitivas, sus sentidos (ej. a través de la música), y se fomenta la interacción social. Utilizando actividades lúdicas, manualidades, ejercicios de relajación, etc. La Terapia de Reminiscencia (TR) se apoya en el concepto de “repaso de la vida” como una actividad propia de la vejez. En esta terapia se anima a recordar su pasado, fomentando el hecho de recordar y poniendo en relación diversos acontecimientos. Se facilita la tarea a través de diferentes materiales del paciente, como imágenes o sonidos que facilitan la aparición de recuerdos de su pasado. Hay que actuar con precaución para evitar procesos emocionales intensos que pueden dañar al paciente. Memoria Autobiográfica y Reminiscencia Erickson (1959) sugirió que en la vejez puede aparecer un conflicto entre la integridad del yo y la desesperación. La © C E D E – www.pir.es CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 49 forma principal de resolver esta crisis consiste en examinar las experiencias pasadas tratando de evaluar si alcanzaron sus metas y objetivos de vida. De forma similar, Butler (1963) describió el proceso seguido para examinar los eventos del pasado de la propia vida, llamándolo revisión de vida (RV), afirmando que ocurre universalmente como respuesta a la realización personal. La RV es un proceso en el cual la persona recorre mentalmente una amplia etapa de su vida recordando diversos sucesos tratando finalmente de integrarlos o resolverlos para lograr la integridad del yo. Actualmente, las técnicas de reminiscencia son entendidas como herramientas potenciales dirigidas a mejorar algunos problemas que pueden aparecer en las últimas etapas de la vida, si bien ha sido recientemente a través de modelos de memoria como el de Williams (2006), cuando hemos podido tener acceso a modelos teóricos integrados que explicaran los efectos positivos encontrados en técnicas cómo la RV para la mejoría de la sintomatología depresiva y cognitiva. Probablemente, la explicación más sugerente sobre las razones de la eficacia de la reminiscencia es la que la relaciona con los procesos de construcción del self (yo). Como ha señalado Conway en diversos trabajos, la memoria autobiográfica y el self están unidos de forma simbiótica: la MA guía y sesga la reconstrucción cognitiva del recuerdo, además el acceso al material biográfico puede estar limitado debido a los problemas la disminución de los recursos cognitivos, sobre todo, la disminución del funcionamiento del lóbulo frontal, relacionado con las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo, conlleva un incremento en las dificultades de acceso a acontecimientos específicos del pasado personal quedándose este recuerdo a un nivel mucho más superficial y categórico que es conocido como sobregeneralización (“overgenerality” −OMG−, Williams, 2006). La reminiscencia, por tanto, contribuye al mantenimiento y a la integración del autoconcepto, y a darle significado al momento actual a través de la evocación y aceptación del pasado. b) Alteraciones emocionales Para la intervención sobre los trastornos del estado de ánimo, los trastornos de ansiedad, los trastornos de conducta, y las alteraciones en el patrón de sueño se pueden emplear con las adecuadas adaptaciones las técnicas empleadas para el resto de personas. Ya sea el tratamiento farmacológico como el psicoterapéutico. c) Alteraciones conductuales En este ámbito se incluyen las intervenciones sobre conductas como el vagabundeo o la deambulación, la incontinencia urinaria y fecal, las conductas sexuales inapropiadas, problemas de autocuidado (como el aseo y la alimentación) y otras actividades de la vida diaria (AVD). CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 − Vagabundeo En el vagabundeo el paciente camina de forma inquieta y sin propósito aparente. El paciente puede perderse, entre otros aspectos por su desorientación, o sufrir un accidente. Se ha empleado la sedación, y la restricción de movimientos. Sin embargo las intervenciones conductuales plantean que dicha conducta está regulada por estímulos ambientales. Por lo que las intervenciones han de dirigirse a crear espacios apropiados para desarrollar tal conducta. Especificando un tiempo y un espacio físico dedicado a su realización y adecuadamente acondicionado. Estableciendo medidas que lo faciliten como barandillas, una buena iluminación, señales de dirección, eliminando obstáculos, y con estímulos aversivos para los sitios peligrosos (ej. escaleras, ventanas). O creando espacios suficientemente estimulantes para los pacientes. − Incontinencia Se emplean técnicas de modificación de ambientes que facilitan el desarrollo de las actividades de evacuación en el baño, como es mejorar la localización del baño, y el establecimiento de hábitos. También se emplean contingencias (refuerzos) en relación con las conductas exitosas. − Conductas sexuales inapropiadas (exhibicionismo y masturbación pública) Estos comportamientos no son problemáticos por sí mismos, sino por desarrollarse en sitios inadecuados. Hay que tener en cuenta que en ocasiones actúan como métodos de autoestimulación, y en otras ocasiones suponen una pérdida del control. La intervención se dirige a acciones de control estimular, permitiendo la conducta en determinados lugares y durante un tiempo determinado, impidiéndola en el resto de situaciones. Se emplean reforzamientos diferenciales y selectivos. − Actividades de la vida diaria (AVD) Son actividades que todos hacemos todos los días y por lo tanto es muy importante que el paciente pueda realizar por sí mismo de forma independiente, pero que suele verse afectada por la edad, y agravarse en los casos de demencia (utilizándose en ocasiones como índice de gravedad) convirtiendo al paciente en una persona muy dependiente de otras para realizar dichas actividades. Suelen dividirse en AVD Básicas y AVD Instrumentales. © C E D E – www.pir.es 50 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA AVD Básicas AVD Instrumentales Vestirse Usar el teléfono Movilidad Hacer compras Comer Cocinar Comunicarse Limpiar Controlar esfínteres Cuidar la casa Arreglo personal Cuidar la ropa Usar el servicio Usar transportes Bañarse o ducharse Manejar dinero Para la recuperación y el mantenimiento de estas actividades de forma independiente por parte del paciente existen muchos programas que se apoyan en las diversas técnicas conductuales. − Tratamiento Farmacológico En el Alzheimer se ha empleado para la memoria la tacrina y el donepezilo, que son dos fármacos que pretenden incrementar la actividad colinérgica, ya que en la enfermedad de Alzheimer se ha evidenciado un déficit en la transmisión colinérgica. A nivel sintomático se emplean fármacos como los neurolépticos, los antidepresivos y los ansiolíticos, que aunque pueden ser útiles pueden producir complicaciones en el cuadro. El tratamiento farmacológico del Parkinson se dirige a mejorar el estado de ánimo y el movimiento, ya que no existe ningún protocolo que mejore los síntomas cognitivos. Suelen emplearse los precursores de la dopamina como la levodopa para las alteraciones motoras, actualmente se están desarrollando nuevas técnicas quirúrgicas que pretenden mejorar los síntomas motores. Para los síntomas anímicos se emplean los clásicos tratamientos antidepresivos. En la demencia vascular la mejor terapia es la prevención del accidente cerebro vascular. Por lo que la intervención suele centrarse en el control de los factores de riesgo, es decir el control de la hipertensión arterial, el control de la diabetes, la normalización de los lípidos, y la mejoría de la circulación (por ejemplo con antiagregantes plaquetarios). © C E D E – www.pir.es CEDE ‐ C/ Cartagena, 129 ‐ 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 51 ESQUEMA DE CONTENIDOS • • ALTERACIÓN PRINCIPAL: “alteración de la conciencia que se manifiesta por una disminución de la capacidad de atención (centrar, mantener o dirigir) al entorno”, de aquí derivan múltiples dificultades: DELIRIUM • • • • • Memoria (alteración en memoria anterógrada – inmediata y reciente -) Orientación (principalmente en tiempo y espacio) Pensamiento y Lenguaje (disartria, disnomia, disgrafía, afasia) Percepción . Principalmente alucinaciones visuales Motora. Agitación o enlentecimiento. Emocional (ansiedad, miedo, depresión, irritabilidad, ira, euforia, apatía) (predominan por la noche y c uando falta una estimulación ambiental adecuada) Alteración del ciclo sueño -vigilia CLASIFICACIÓN de las demencias: DEMENCIAS GLOBALES LOCALIZADAS AXIALES CORTICALES VASCULAR MIXTAS SUBCORTICALES Alzheimer Pick Creutzfeldj-Jacob Cuerpos de Lewy Pérdida funciones lóbulos frontales Sd afaso, apraxo, agnósico Parkinson Huntinton Enlentecimiento funciones superiores Disminución motivación Síntomas motores CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 Korsakoff Deterioro de la memoria Zonas de asociación Anosognosia No sd a-a-a No enlentecimiento Demencia vascular Deterioro en escalones © C E D E – www.pir.es 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 549 PREGUNTAS PIR TEMA 2 TEMA 1 Apartado del tema (Año) Nº pregunta 1. DELIRIUM Definición (95) 28 (96) 145 (98) 101, 127 (03) 114 (05) 117 Alucinaciones (94) 174 (97) 88 Otros síntomas (99) 228 Diagnóstico diferencial (96) 104 (01) 94 (08) 44 2. DEMENCIA Definición (93) 141 Alzheimer (93) 132, 137, 138 (95) 56 (08) 59 (09) 52, 54 Parkinson (98) 90, 96 (99) 113 Huntington (95) 233 (96) 97 (99) 110 Epidemiología (97) 260 Diagnóstico diferencial (01) 95 (02) 138 (08) 54 (09) 44 Seudodemencia (93) 131 Etiología (97) 259 (02) 191 Tratamiento (93) 139 (96) 191, 193 (99) 245 (00) 109 Apartado del tema (Año) Nº pregunta 1. TRASTORNOS AMNÉSICOS Amnesia anterógrada/retrograda (94) 182 (95) 13 (97) 69 (03) 4 Amnesia Global Transitoria (94) 186 Amnesia postraumática (99) 236 Síndrome amnésico (95) 11, 12 (97) 65 (98) 104, 126 (99) 231 (01) 73 (02) 137 Wernicke-Korsakoff (94) 138, 185, 187 (96) 255 (99) 111 (00) 36 (02) 16, 130 (03) 113 Amnesia anterógrada y priming (94) 183 (95) 158 Diagnóstico diferencial (94) 184 (95) 14 (96) 107 (97) 10 (99) 233 (00) 45, 68 (02) 139 (03) 118, 167 Etiología (95) 232 (07) 75 2. OTROS TRASTORNOS ORGÁNICOS Trastorno psicótico orgánico (01) 90 Catatonia (00) 25 (03) 115 Pick (05) 107 (07) 200 (08) 55 CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 © C E D E – www.pir.es 568 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA TEMA 1 CONVOCATORIA 1993 131/--PS/93. ¿A qué nos referimos cuando utilizamos el concepto de seudodemencia?: 1) A un deterioro parcial de la inteligencia. 2) A la presencia de sintomatología aparentemente demencial que surge en el contexto de cuadros psicopatológicos funcionales, de los cuales el más frecuente es la depresión mayor. 3) A un déficit cognitivo inicial que progresivamente, dada su irreversibilidad, termina por convertirse en un cuadro demencial. 4) A un déficit cognitivo que se asocia con la evolución crónica de ciertos tipos de esquizofrenia. 5) A la fase inicial de la enfermedad de Alzheimer. 2) El tratamiento de la depresión puede ser efectivo para aliviar los síntomas depresivos. 3) Los fármacos antidepresivos son poco eficaces en estos pacientes. 4) La propia medicación del síndrome de Alzheimer puede aliviar los síntomas de la depresión y prevenir un mayor deterioro mental. 5) Es necesario realizar una terapia psicológica de tipo cognitivo. 141/--PS/93. ¿Cuál es la característica principal de la demencia senil?: 1) Su carácter de alteración orgánica cerebral. 2) Ser un proceso involutivo normal de envejecimiento. 3) Aparecer más entre el sexo femenino. 4) Tender a rutinización de la vida del paciente. 5) Aparecer hacia los 70-75 años. 132/--PS/93. ¿Cuál es el cuadro clínico en el que se produce la desintegración conjunta, homogénea y uniforme de las funciones corticales superiores?: 1) 2) 3) 4) 5) La demencia multiinfarto. La enfermedad de Creutzfeld-Jakob. La demencia Wernicke-Korsakoff. La enfermedad de Parkinson. La enfermedad de Alzheimer. 137/--PS/93. La causa de la enfermedad de Alzheimer es: 1) 2) 3) 4) 5) Una lesión cerebral. La arterioesclerosis. La senilidad. Desconocida. El deterioro patológico de la inteligencia. 138/--PS/93. Aunque el ritmo de progresión de la enfermedad de Alzheimer es variable, la esperanza de vida media desde su comienzo es de: 1) 2) 3) 4) 5) 6 meses-1 año. 1-5 años. 6-12 años. 15-20 años. Más de 21 años. 139/--PS/93. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta con respecto al tratamiento de un paciente que tiene la enfermedad de Alzheimer y que además está deprimido?: 1) Normalmente es inútil tratar la depresión, ya que los sentimientos de tristeza e incapacidad son parte de la evolución del trastorno. © C E D E – www.pir.es CONVOCATORIA 1994 174/--PS/94. ¿Qué tipo de alucinaciones se encuentran con más frecuencia en el delirium?: 1) 2) 3) 4) 5) Alucinaciones visuales. Alucinaciones auditivas. Alucinaciones gustativas. Alucinaciones táctiles. Alucinaciones somáticas. CONVOCATORIA 1995 028/--PS/95. ¿Cómo se llama la alteración de la conciencia en la que se dan una disminución de la atención, fragmentación del pensamiento conceptual, alteraciones perceptivas y alteraciones de la memoria, que se desarrolla en un tiempo breve (horas a días), presentando oscilaciones en su curso?: 1) 2) 3) 4) 5) Delirium. Obnubilación. Demencia. Estado oniroide. Coma. 056/--PS/95. La investigación preliminar sobre el papel de la genética en la enfermedad de Alzheimer sugiere que: 1) Los parientes cercanos de un individuo afectado por la enfermedad de Alzheimer conforman un grupo de alto riesgo. 2) La enfermedad de Alzheimer se transmite siempre de forma hereditaria. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 3) La enfermedad de Alzheimer se hereda sólo si ambos padres son portadores de dicho síndrome. 4) La enfermedad de Alzheimer se hereda si uno de los padres es portador de la mima. 5) La enfermedad de Alzheimer no se transmite de forma hereditaria. 233/--PS/95. ¿Cuál de las siguientes enfermedades degenerativas del sistema nervioso central se transmite genéticamente de forma autosómica dominante con penetrancia completa?: 1) 2) 3) 4) 5) Enfermedad de Parkinson. Parálisis supranuclear progresiva. Corea de Huntington. Gilles de la Tourette. Enfermedad de Alzheimer. 569 3) Las alteraciones de memoria en estos cuadros no se deben a ningún efecto fisiológico directo de una enfermedad o consumo de sustancias. 4) Estos cuadros se presentan conjuntamente asociados al trastorno de identidad disociativo. 5) Para diagnosticar un trastorno amnésico la alteración de memoria ha de aparecer exclusivamente en el transcurso de un delirium o de una demencia. 145/--PS/96. ¿Cuál de las siguientes características es propia de los cuadros de “delirium”?: 1) 2) 3) 4) 5) La hiperprosexia. La confabulación. Las fluctuaciones del nivel de la conciencia. La hipersomnia. La jargonofasia. CONVOCATORIA 1996 097/--PS/96. Indique la enfermedad producida por un alelo dominante: 1) 2) 3 4) 5) Fenilcetonuria. Corea de Huntington. Tay-Sachs. Anemia falciforme. Fibrosis quística. 104/--PS/96. Una de las características esenciales para diferenciar el delirium de la demencia es que el delirium: 1) Cursa con alteraciones de memoria y la demencia no. 2) No tiene etiología orgánica y la demencia sí. 3) Tiene etiología orgánica y la demencia no. 4) Cursa con alteración de la conciencia y en la demencia el sujeto está vigil. 5) La demencia y el delirium cursan conjuntamente y se diagnostican conjuntamente como “demencia delirantis”. 107/--PS/96. El deterioro de la memoria es un síntoma común del síndrome amnésico (o trastorno amnésico), del delirium y de la demencia, sin embargo: 1) Las alteraciones mnésicas en el delirium se encuentran asociadas a múltiples déficits cognoscitivos (afasia, apraxia, agnosia...). 2) Las alteraciones mnésicas en la demencia se acompañan de múltiples déficits cognoscitivos (apraxia, agnosia, afasia...). CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 191/--PS/96. ¿Cuál es el efecto de la información orientativa en los pacientes con enfermedad de Alzheimer (ej. recordarles la fecha y el lugar en que se encuentran)?: 1) Produce resultados negativos en su memoria. 2) Enlentecerá el proceso del trastorno. 3) Induce a más confusión en la mayoría de los pacientes. 4) El mayor o menor éxito de este tipo de ayudas depende de la gravedad de la demencia. 5) Sólo es eficaz en los casos de demencia grave. 193/--PS/96. ¿Qué papel juega la nutrición en la enfermedad de Alzheimer?: 1) Una nutrición adecuada puede prevenirla. 2) Una nutrición adecuada puede contribuir a que los síntomas remitan. 3) Una pobre nutrición puede empeorar los síntomas. 4) Una dieta rica en hidratos de carbono, ginseng, jalea real y otros oligoelementos puede detener la progresión de la enfermedad. 5) No juega un papel relevante. CONVOCATORIA 1997 088/--PS/97. ¿En qué cuadro, de los siguientes, son más frecuentes las alucinaciones visuales?: 1) Esquizofrenia. 2) Trastorno bipolar. 3) Enfermedad de Alzheimer. © C E D E – www.pir.es 570 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 4) Cuadros orgánicos agudos. 5) Trastorno delirante. 259/--PS/97. Los cuadros clínicos resultantes de los síndromes cerebrales agudos o crónicos, se deben esencialmente a: 1) Perturbaciones de la función cerebral normal por alteraciones bioquímicas, eléctricas o mecánicas. 2) Un cambio de personalidad. 3) Alucinaciones visuales, auditivas, táctiles, de contenidos típicamente paranoides. 4) Patologías de la psicomotricidad. 5) Trastorno mental orgánico no especificado. 260/--PS/97. La mayoría de los síndromes mentales orgánicos crónicos se deben a: 2) 3) 4) 5) La negligencia hemiespacial. La resistencia a la distraibilidad. El incremento de la capacidad de focalización. La facilidad para desplazar y sostener la atención. 127/--PS/98. ¿Cuál de los criterios siguientes es considerado esencial en el diagnóstico del delirium?: 1) Deterioro de la memoria. 2) Alteración de la conciencia con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la atención. 3) Alteración en funciones cognoscitivas: afasia, apraxia y agnosia. 4) Alucinaciones visuales y/o auditivas. 5) Ideas delirantes. CONVOCATORIA 1999 1) 2) 3) 4) 5) Psicosis funcionales. Epilepsias. Trastornos endocrinos. Afecciones difusas del cerebro. Lesiones invasivas. CONVOCATORIA 1998 090/--PS/98. La degeneración del fascículo nigroestriado se ha relacionado directamente con: 1) 2) 3) 4) 5) La enfermedad de Parkinson. La afasia de Broca. Los movimientos balísticos. La corea de Huntington. La enfermedad de Alzheimer. 096/--PS/98. Una paciente tiene trastornos de la expresión psicomotora, asociados a déficit en el control del inicio y en la organización del ajuste del movimiento, dificultad en la posición postural y en el movimiento de los miembros superiores, aunque tiene conservadas las coordinación motora y el movimiento voluntario. Indique la región neuroanatómica más implicada en este trastorno psicomotor: 1) 2) 3) 4) 5) Ganglios basales. Cerebelo. Médula espinal. Córtex motor primario. Hipotálamo. 101/--PS/98. ¿Qué caracteriza la alteración de los procesos atencionales en el delirium?: 1) La disminución de la capacidad, dirección y sostenimiento. © C E D E – www.pir.es 110/--PS/99. Señale cuál de las siguientes alteraciones se observa en la Corea de Huntington: 1) 2) 3) 4) 5) Afasia. Apraxia del vestir. Agnosia cromática. Déficit en funciones frontales. Amnesia disociativa. 113/--PS/99. En la demencia debida a la enfermedad de Parkinson: 1) La sintomatología es de tipo cortical. 2) La evolución es rápida. 3) Es característico el síndrome afaso-apraxo-agnósico. 4) El curso es reversible. 5) Es frecuente la asociación con depresión. 228/--PS/99. ¿En cuál de los siguientes cuadros es frecuente observar agitación psicomotriz?: 1) 2) 3) 4) 5) Episodio depresivo. Trastorno obsesivo. Enfermedad de Parkinson. Esquizofrenia residual. Delirium. CONVOCATORIA 2000 109/--PS/00. ¿A qué cuadro clínico se ha aplicado la terapia de orientación a la realidad (Folsom, 1968)?: 1) Demencia. 2) Esquizofrenia. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 3) Trastorno delirante. 4) Trastorno de la personalidad esquizotípico. 5) Trastorno de la personalidad esquizoide. 571 4) Enfermedad de Binswanger. 5) Demencia de Guam. CONVOCATORIA 2003 CONVOCATORIA 2001 094/--PS/01. El diagnóstico diferencial más habitual respecto al delirium consiste en: 1) Evaluar el deterioro de la memoria. 2) Establecer los procedimientos de tipificación para cada tipo de delirium. 3) Atender al grado y cualidad de las ideas delirantes. 4) Establecer el pronóstico, sin considerar la etiología. 5) Establecer si el sujeto padece una demencia en lugar de un delirium. 095/--PS/01. Si el delirium se sobreañade a una demencia previa debida a enfermedad médica, ¿qué diagnóstico debemos realizar, según el DSM-IV?: 1) No se diagnostica demencia, queda incluida en el diagnóstico del delirium actual. 2) Deben realizarse ambos diagnósticos. 3) Se diagnostica únicamente la demencia. 4) Se diagnostica únicamente la demencia, sólo si establecemos la etiología. 5) No se diagnostica ninguno, se establece únicamente el mecanismo fisiológico por el que la demencia se estima etiológicamente relacionada con enfermedad médica. 114/--PS/03. ¿Qué alteración padece un sujeto alcohólico crónico que tiene desorientación, fluctuación del nivel de conciencia, alucinaciones, miedo intenso, temblores con agitación motora e hiperreactividad vegetativa?: 1) 2) 3) 4) 5) Intoxicación alcohólica. Síndrome de Korsakoff. Alucinosis alcohólica. Encefalopatía de Wemicke. Delirium tremens. 167/--PS/03. ¿Qué trastorno se caracteriza por el deterioro de la memoria en ausencia de otros deterioros cognoscitivos significativos?: 1) 2) 3) 4) 5) Demencia tipo Alzheimer. Demencia debida a la enfermedad de Huntington. Trastorno amnésico. Demencia vascular. Delirium. CONVOCATORIA 2004 No hay historial de preguntas. CONVOCATORIA 2005 107/--PS/05. ¿Cuál de los siguientes cuadros clínicos tiene más probabilidades de presentar el síndrome afasoapracto-agnósico?: CONVOCATORIA 2002 138/--PS/02. ¿Cómo identificaríamos la presencia de una demencia y no de un síndrome amnésico, en un paciente con continuas quejas sobre su memoria?: 1) 2) 3) 4) Por la edad del sujeto. Por la gravedad de las alteraciones de memoria. Por la conservación de la memoria operativa. Por la presencia de deterioro intelectual que progresa a medida que avanza el trastorno. 5) Por el estado afectivo del sujeto. 191/--PS/02. ¿Cuál de las siguientes demencias no es una enfermedad degenerativa?: 1) Enfermedad de Alzheimer. 2) Enfermedad de Pick. 3) Enfermedad de Parkinson. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94 1) 2) 3) 4) 5) Demencia vascular. Enfermedad de Parkinson. Enfermedad de Huntington. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Enfermedad de Pick. 117/--PS/05. ¿Qué cuadro clínico se caracteriza por un comienzo brusco y de corta duración, con disminución de la conciencia, alucinaciones intensas, ideas persecutorias, fallos en la memoria a corto plazo y predominio en varones?: 1) 2) 3) 4) 5) Pseudodemencia. Delirium. Enfermedad de Pick. Enfermedad de Parkinson. Enfermedad de Alzheimer. © C E D E – www.pir.es 572 02. PSICOLOGÍA CLÍNICA 118/--PS/05. ¿En qué cuadro clínico son muy frecuentes las alucinaciones visuales?: 1) 2) 3) 4) 5) Esquizofrenia. Depresión mayor. Trastorno delirante. Trastorno disociativo. Delirium tremens. CONVOCATORIA 2006 No hay historial de preguntas. 4) Enfermedad de Parkinson. 5) Enfermedad de Alzheimer. 059/--PS/08. ¿En qué cuadro clínico es más frecuente que aparezca la alexia?: 1) 2) 3) 4) 5) Esquizofrenia con síntomas negativos. Enfermedad de Alzheimer. Enfermedad de Wilson. Alcoholismo crónico. Paranoia. CONVOCATORIA 2007 CONVOCATORIA 2009 200/--PS/07. ¿En cuál de los siguientes cuadros clínicos se presenta a nivel macroscópico la atrofia de los lóbulos frontales?: 044/--PS/09. ¿Cómo podemos diferenciar un cuadro demencial de un síndrome amnésico en un paciente con continuas quejas de memoria?: 1) 2) 3) 4) 5) Enfermedad de Pick. Enfermedad de Parkinson. Enfermedad de Creutzeldt-Jakob. Enfermedad de Huntington. Enfermedad de Alzheimer. 1) 2) 3) 4) Por la edad del sujeto. Por la presencia de amnesia retrógrada. Por la conservación de la memoria operativa. Por la presencia de deterioro cognitivo global que progresa a medida que avanza el trastorno. 5) Por la presencia de amnesia anterógrada. CONVOCATORIA 2008 044/--PS/08. El delirium tremens es un trastorno que se produce en algunos casos de: 1) 2) 3) 4) 5) Esquizofrenia paranoide. Ataque de pánico. Demencia. Dependencia del alcohol. Trastorno bipolar. 054/--PS/08. ¿Cómo podemos diferenciar un cuadro demencial de un síndrome amnésico en un paciente con continuas quejas sobre su memoria?: 1) 2) 3) 4) Por la edad del sujeto. Por la presencia de la amnesia retrógrada. Por la conservación de la memoria operativa. Por la presencia de deterioro cognitivo global que progresa a medida que avanza el trastorno. 5) Por la presencia de amnesia anterógrada. 055/--PS/08. ¿Cómo se denomina a la enfermedad degenerativa que da lugar a una demencia de patrón cortical caracterizado por la atrofia lobular, que afecta principalmente a los lóbulos frontales y temporales?: 1) Enfermedad de Binswanger. 2) Enfermedad de Huntington. 3) Enfermedad de Pick. © C E D E – www.pir.es 052/--PS/09. ¿Cuál es la alteración del lenguaje que se suele encontrar en la fase inicial de la enfermedad de Alzheimer?: 1) 2) 3) 4) 5) Dificultades de articulación. Dificultades de pronunciación. Dificultades de denominación. Dificultades de lectura. Dificultades de escritura. 054/--PS/09. ¿En qué cuadro clínico es más frecuente que aparezca la alexia?: 1) 2) 3) 4) 5) Esquizofrenia con síntomas negativos. Enfermedad de Alzheimer. Enfermedad de Wilson. Alcoholismo crónico. Paranoia. CONVOCATORIA 2010 No hay historial de preguntas. TEMA 2 CONVOCATORIA 1993 No hay historial de preguntas. CEDE - C/ Cartagena, 129 - 28002 Madrid Tel.: 91 564 42 94