Universidad Nacional Abierta Dirección de Investigaciones y Postgrado LA ORIENTACIÓN AL ESTUDIANTE DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Bermúdez, M. J. (1994, diciembre) La orientación al estudiante de la Universidad Nacional Abierta (UNA). Módulo 5: Sistema de Apoyo al Estudiante en la Modalidad a Distancia pp. 1-13. Caracas: CREAD-UNA (Compilación con fines instruccionales) María de Jesús Bermúdez LA ORIENTACIÓN AL ESTUDIANTE DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA (U.N.A.) María de Jesús Bermúdez Universidad Nacional Abierta Venezuela Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 1 María de Jesús Bermúdez RESUMEN El presente trabajo describe, en primer lugar, el marco legal, filosófico/conceptual y organizacional de la Orientación en la Universidad Nacional Abierta. Continúa con un análisis de sus aspectos críticos, los cuales han sido clasificados para este fin como estructurales, funcionales y políticos. Entre los aspectos estructurales, se analiza la dualidad de líneas de mando" y su repercusión en el desarrollo de los programas y funciones de Orientación. Entre los aspectos funcionales, se destacan problemas vinculados con la cobertura de sus distintas áreas, la multiplicidad de roles y funciones del Orientador, la falta de coordinación entre los programas de orientación y de asesoría académica, así como de recursos. En términos de aspectos políticos, se identifican tres etapas de la Orientación en la UNA, de acuerdo con la relevancia que le han atribuido, y el apoyo brindado por los equipos directivos a esta función. Por último, se plantean conclusiones que apuntan hacia la necesidad urgente de una mayor investigación y evaluación, tanto del modelo como de los programas implantados, y de la influencia del contexto institucional en la Orientación. Igualmente, se plantean algunas opciones de cambio a corto plazo, que apuntan hacia una redefinición del rol del Orientador en esta Universidad. Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 2 María de Jesús Bermúdez INTRODUCCIÓN Los servicios de apoyo al estudiante de la Universidad Nacional Abierta (UNA) descansan sobre dos pilares fundamentales: la Asesoría Académica y la Orientación. La primera consiste en el soporte académico que se ofrece a los estudiantes, durante su carrera, "de modo que puedan hacer uso apropiado de los medios disponibles y estrategias instruccionales en el contexto de su situación particular de aprendizaje" (UNA, 1981); está centrada en el contenido y evaluación de las asignaturas, siendo impartida por profesionales de diferentes disciplinascónsonas con las carreras de la UNA- a quienes se denomina Asesores Académicos. La segunda, la Orientación, está dirigida a facilitar los procesos de incorporación, adaptación y permanencia del estudiante dentro del sistema UNA, mediante estrategias de información institucional, asesoramiento en la toma de decisiones, entrenamiento en habilidades y destrezas para el estudio independiente, asistencia socioeconómica y promoción del uso productivo del tiempo libre. Es impartida por profesionales de la educación y disciplinas afines, especialistas en Orientación. En el presente trabajo se describen las bases legales, conceptuales y organizacionales de la Orientación en la UNA, así como sus aspectos críticos más resaltantes, desde la perspectiva estructural, funcional y política. Finalmente, se enuncian algunas conclusiones y recomendaciones, tendentes a la búsqueda de soluciones -aún parciales- a los problemas detectados, identificándose la misión principal de la Orientación, como ayuda al desarrollo personal y social del estudiante de la Universidad. Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 3 María de Jesús Bermúdez BASES LEGALES, CONCEPTUALES Y ORGANIZATIVAS La función de Orientación al estudiante de la UNA ha sido considerada desde la creación de esta Casa de Estudios. Así tenemos, que en el Proyecto de la Universidad Nacional Abierta (1977) se concibe a la Orientación como un factor importante, tanto para la incorporación del estudiante a la Universidad, como para el desarrollo de sus actividades de aprendizaje. En tal sentido, se identifican las principales funciones del Orientador como aquellas vinculadas con la Orientación institucional, vocacional y/o profesional, académica y educativa. Posteriormente, en el Reglamento de la Universidad Nacional Abierta (1978), se enmarca a la Orientación como una función del Subprograma Servicios al Estudiante, el cual tiene, entre sus atribuciones,"... elaborar los planes y programas de Orientación, acordes con las características de la Institución y de sus estudiantes, y ejecutar las acciones que se deriven de ellos." (Artículo 42, literal a). Igualmente, en dicho Reglamento se identifican como funciones de Orientación, las siguientes: "... información educativa, ocupacional y social; Orientación vocacional, profesional y personal-social..." (Artículo 115). De acuerdo con este marco legal, en 1991 se aprueba la Normativa que regula la Prestación de los Servicios de Orientación y Bienestar Social en los Centros Locales, en la que se establece su ámbito conceptual, funcional y operacional, así como el perfil académico y personal del Orientador, entre otros aspectos (UNA, 1991). Se ha asumido, que para tener un desempeño exitoso dentro de esta modalidad educativa, el estudiante- en general, un adulto joven con responsabilidades familiares y/o laborales, que le impiden acceder a una institución convencional de educación superior- debe desarrollar "un tipo de comportamiento... cónsono con las características de la educación abierta y a distancia, de tal manera que se responsabilice por su aprendizaje" (Reglamento UNA, 1978, Artículo 2do., literal j). De acuerdo con este supuesto, la Orientación en la UNA ha sido concebida dentro de un enfoque esencialmente humanista, como un componente de la educación que "fundamenta su acción en el conocimiento de que el ser humano tiene la capacidad, latente o manifiesta, de comprenderse y de resolver sus problemas de modo suficiente y eficaz para obtener un funcionamiento adecuado." (UNA, 1979: 5 y 6). Entendida entonces como una relación de ayuda, al estudiante de la UNA, sus propósitos han sido identificados como (UNA, 1979): • Ayudarlo a ser, mediante estrategias que faciliten su desarrollo como estudiante y como persona autodirigida, capaz de asumir la conducción de su aprendizaje y de su vida. • Ayudarlo a conocer, mediante estrategias que le permitan familiarizarse, tanto con la institución (con sus características y exigencias académico-administrativas), como con la realidad laboral circundante. • Ayudarlo a vivir, mediante estrategias que propicien su interacción adecuada y oportuna con la institución y con el medio ambiente, así como el uso óptimo de los recursos de información y de aprendizaje disponibles. Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 4 María de Jesús Bermúdez El logro de estos propósitos implica el desarrollo articulado, a manera de programas, de un conjunto de acciones tanto asistenciales como preventivas y de desarrollo. Estas acciones se concentran en cuatro (4) áreas prioritarias de Orientación, discriminadas de acuerdo con el tipo de servicio que se brinda (Camacho, 1987; UNA, 1991): • Orientación institucional • Orientación vocacional-profesional • Orientación educativa-académica • Orientación personal-social La Orientación institucional está destinada a ofrecerle al estudiante la información que requiere acerca de la UNA, de manera de facilitar su incorporación y desempeño dentro de la misma. Se distinguen aquí los programas de inducción, tanto al estudiante aspirante en el marco del Curso Introductorio, como al estudiante regular, en el nivel de los Estudios Generales. La Orientación vocacional-profesional se enfoca en el apoyo al estudiante para la toma de decisiones, acertada en cuanto a la elección o cambio de carrera, dentro de la Universidad. En esta área, más que programas se llevan a cabo actividades de información acerca de las oportunidades de estudio que ofrece la UNA, y de asesoramiento a los estudiantes que solicitan un cambio de carrera. La Orientación educativo-académica está dirigida a ofrecer al estudiante las informaciones, estrategias, técnicas e instrumentos necesarios para conducir, de una manera óptima, su proceso de aprendizaje. El programa más importante que se desarrolla en esta área es el Curso Introductorio, concebido como una estrategia de Orientación destinada a fomentar la ; adquisición de habilidades y destrezas necesarias para el comportamiento de estudio independiente. La Orientación personal-social persigue asistir al estudiante en su proceso de desarrollo como individuo, como miembro de la comunidad universitaria, y de la sociedad en general. Entre los programas que se ofrecen en esta área, están los de asistencia socioeconómica (becas, financiamiento) y los de desarrollo sociocultural y deportivo. En cuanto al énfasis que tienen todos estos programas dentro del modelo curricular de la UNA, se asume, que en la medida en que el estudiante adquiera las competencias necesarias para estudiar en forma independiente y dirigir su proceso de aprendizaje hacia el logro de las metas académicas previstas, sus necesidades de Orientación serán cada vez menores. De ahí que la mayor parte de los programas y actividades de Orientación se concentren en los primeros niveles curriculares especialmente en el Curso Introductorio- haciéndose prácticamente inexistentes en los más avanzados. Finalmente, la organización del servicio de Orientación se da en dos niveles: así tenemos que la planificación, coordinación y supervisión nacional de los programas y actividades correspondientes a las áreas antes descritas, está a cargo del Subprograma Servicios al Estudiante, adscrito directamente al Vicerrectorado Académico de la UNA y cuyas funciones fueron ya señaladas anteriormente (Reglamento UNA, 1978, Art. 42). Por otra parte, la ejecución de dichos programas y actividades es responsabilidad de los orientadores ubicados en los Centros Locales y Oficinas de Apoyo de la UNA, y adscritos, administrativamente, a la Dirección de Operaciones. Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 5 María de Jesús Bermúdez ASPECTOS CRÍTICOS Estos se han clasificado de acuerdo con su naturaleza, en tres tipos: estructurales, funcionales y políticos. 1. Estructurales El hecho de que el Subprograma Servicios al Estudiante- ente central responsable del diseño de los planes y programas de Orientación, así como de su coordinación y supervisión a nivel nacional- y los servicios de Orientación que se ejecutan a nivel regional y local, estén adscritos a diferentes instancias organizativas de la Universidad, ocasiona algunos problemas de índole administrativa que repercuten, en ultima instancia, en la calidad del servicio que se brinda. El Orientador, en la UNA, tiene dos (2) líneas de mando: una técnica, impartida por el Subprograma Servicios al Estudiante, y una administrativa, impartida por la Coordinación del Centro Local respectivo. Cuando estas directrices entran en conflicto, como por ejemplo en el caso de asignar prioridades y tiempo a determinadas tareas o, incluso, algunas de éstas que no corresponden a los roles y funciones del Orientador, este se ve en la necesidad de acatar las que son emitidas por su nivel supervisor inmediato, con lo cual puede afectarse el desarrollo de alguno de los programas. Por estas mismas razones, el Subprograma Servicios al Estudiante no puede ejercer, en forma eficiente, las funciones de supervisión y evaluación que le son propias, dado que las decisiones y acciones correctivas que de ellos se derivan, escapan, en su mayor parte, de su control y competencia. Igualmente, se dificulta la función de planificación a nivel nacional, por cuanto cada Centro Local constituye una realidad distinta, en términos de matrícula y características regionales. 2. Funcionales En teoría todas las áreas de Orientación anteriormente enunciadas, tienen la misma importancia y peso específico, en términos de su cobertura programática. Pero en la práctica se ha evidenciado a través de diferentes Jornadas Internas de Orientación (_19S6, 1990) y de la realización de algunos estudios diagnósticos (Camacho, 1987; UNA, 1991 1993) que la Orientación Institucional y la Orientación Educativa-Académica tienen prioridad sobre las restantes áreas, en relación a la frecuencia y volumen de ejecución de funciones con ellas asociadas, así como de la pertinencia que le atribuyen los Orientadores en relación con su rol. En los últimos años sin embargo, se ha observado algún incremento en las funciones asociadas con el área de Orientación Personal-Social, debido a la implantación de nuevos programas de ayuda socioeconómica y de desarrollo cultural y deportivo. Aún se carece de suficiente evidencia empírica que permita establecer si esta aparente "desviación" del modelo conceptual y normativo de la Orientación en la UNA, obedece a la falta de pertinencia de dicho modelo en relación con la Educación a Distancia y con las necesidades de su población estudiantil, o a fallas institucionales en el diseño, implantación y/o desarrollo de los programas correspondientes. Sin embargo, existen ya algunos estudios (Cordero, 1993; Maestre, 1992), que apuntan hacia el hecho de que las expectativas y necesidades de Orientación del estudiante de la UNA son, fundamentalmente, de carácter informativo y académico, si bien pueden existir algunas variaciones, dependiendo de la edad, la experiencia educativa previa y la ubicación geográfica. Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 6 María de Jesús Bermúdez Otro aspecto crítico por considerar es la multiplicidad de roles y funciones del Orientador de la UNA. En esta Universidad, el Orientador, además de su rol profesional típico, debe desempeñar el de Asesor Académico en los módulos del Curso Introductorio, y también en forma parcial, el de Trabajador Social, a los efectos de la administración de los programas asistenciales (becas, financiamiento, salud). Finalmente, cumple además funciones propias de un Promotor Cultural y/o Deportivo. Ello, sin tomar en cuenta otras funciones, como las de apoyo al proceso de admisión del estudiante al Curso Introductorio. En los casos donde existe más de un Orientador por Centro Local, es posible realizar una distribución más equitativa de la carga de funciones. Sin embargo, cuando sólo hay uno Orientador por Centro Local -afortunadamente son pocos los casos- se espera que éste desempeñe todas las funciones previstas, lo cual equivale a decir que no puede desempeñar ninguna con verdadera propiedad. Un tercer aspecto crítico, que vale la pena mencionar, lo constituye la falta de coordinación e integración de esfuerzos entre orientadores y asesores académicos, a los fines de la instrumentación de programas de Orientación profesional y/o académica, que tiendan a incrementar los índices de rendimiento y permanencia del estudiante en la Universidad. Si bien es cierto que en algunos Centros Locales se desarrollan, en forma conjunta, acciones en este sentido, en la mayoría de ellos parece existir poca comunicación entre orientadores y asesores, lo cual reduce considerablemente las posibilidades que tiene el Orientador de vincularse, en forma significativa, con el proceso de aprendizaje del estudiante regular. Por último, aunque no menos importante, está el problema de la cantidad y la calidad de los recursos humanos de orientación. Al respecto, un estudio realizado por la Universidad en 1990, reportó un total de sesenta y cinco (65) orientadores activos, evidenciándose, para el momento, un déficit nacional de quince (15) -de acuerdo con criterios matriculares- el cual aún no ha sido solventado. Si a ello agregamos que, en la actualidad existe un número significativo de ellos desempeñando funciones de coordinación de su Centro Local o de alguna Unidad dentro de dicho Centro- la conclusión obvia es que el número de orientadores existente, a nivel nacional, resulta; insuficiente para garantizar una adecuada cobertura del servicio. En cuanto a la calidad de estos recursos, si bien es cierto que la mayoría de ellos posee las calificaciones necesarias, en términos de formación profesional para desempeñar el cargo de Orientador, la experiencia laboral previa, de estos profesionales ha sido, principalmente, en el nivel de Educación Media, con estudiantes adolescentes, cuyas características y necesidades son diferentes a las de un adulto en situación de aprendizaje, dentro de una modalidad de educación superior a distancia. Esta condición, unida a la falta de motivación de algunos, así como a la carencia institucional de programas sistemáticos y pertinentes de actualización y perfeccionamiento del personal académico, puede estar afectando la calidad de los servicios de Orientación, y generando, descontento en la población estudiantil, cuyas expectativas en relación con los mismo si no se ven plenamente satisfechas. (Cordero, 1993). 3. Políticos La relevancia de la función de Orientación ha sido variable a lo largo de la historia institucional. A este respecto podemos atrevemos a identificar, al menos, tres (3) etapas en cuanto al papel que ha jugado la Orientación dentro del contexto de la Universidad. En una primera etapa, que abarca, aproximadamente, los primeros diez años, la orientación tuvo un papel muy destacado Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 7 María de Jesús Bermúdez como elemento de apoyo, no sólo del estudiante en su proceso de adaptación a la Universidad, sino también del desarrollo institucional y, en particular, de los Centros Locales de la UNA. En una segunda etapa, caracterizada por una considerable expansión geográfica y matricular de la Universidad -para la que no hubo una adecuada previsión de recursos- la Orientación como tal, comienza a perder terreno y a rutinizarse, adquiriendo un carácter más reactivo que proactivo, al igual que más asistencial y menos de desarrollo. Finalmente, en una tercera etapa que recién se inicia, comienza a observarse la tendencia hacia una Orientación más proactiva, y centrada en la atención de los problemas de aprendizaje del estudiante de la UNA. Es necesario destacar, que en el desarrollo de cada una de las etapas anteriormente señaladas, ha influido considerablemente la percepción que han tenido los diferentes equipos directivos de la Universidad, acerca de la naturaleza y utilidad de los servicios de Orientación en este contexto, así como el apoyo que le han brindado para su funcionamiento y desarrollo. Durante la primera etapa, la Orientación al estudiante fue considerada importante y necesaria; por ello, se le dio todo el apoyo posible, en términos de recursos. En la siguiente, coincidente con la crisis presupuestaria que comienza a afectar seriamente al país y, por ende, a las universidades venezolanas, las autoridades de tumo dieron prioridad a programas de ayuda económica y social, lo cual no contribuyó al desarrollo de la Orientación educativa como tal. Finalmente, el equipo directivo actual ha centrado su interés en los programas de asesoría académica, a los cuales está asignando una cantidad considerable de recursos humanos y presupuestarios; en cambio, los programas de orientación están recibiendo un mínimo apoyo, por ser considerados poco pertinentes para el estudiante y para la Institución. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Es evidente que la Orientación en la UNA, pese a disponer de un marco legal, conceptual y normativo, está confrontando una situación bastante crítica, en la que influyen aspectos estructurales, funcionales y de política institucional. Los problemas relacionados con la organización de los servicios, con la insuficiente capacidad para atender debidamente las necesidades de una población estudiantil heterogénea, con la multiplicidad de roles y funciones que se asignan al Orientador, con la falta de coordinación entre las labores de orientadores y Asesores Académicos, con la cantidad y calidad de los recursos humanos y con la percepción que se tiene de la Orientación y del Orientador en algunos estamentos de la comunidad universitaria, nos obligan a plantearnos una serie de preguntas, a manera de reflexión crítica, acerca del papel que ella cumple en esta Universidad: - ¿Es pertinente el modelo conceptual y normativo que rige a la Orientación del estudiante de la UNA, en términos del sistema de Educación a Distancia, de sus características y necesidades y de nuestro entorno social? - ¿Han sido bien concebidos e implementados los programas de Orientación que se han desarrollado para operacionalizar el modelo? - ¿Cuál ha sido el impacto de estos programas en la población estudiantil?. ¿Cómo están contribuyendo a facilitar la incorporación, el rendimiento académico y la permanencia del estudiante en la Universidad?. ¿Cómo lo ayudan a ser más autodirigido en la conducción de su aprendizaje y de su vida?. ¿Cómo han incidido en su desarrollo como persona y como miembro responsable y productivo de la sociedad? - ¿En qué medida las políticas institucionales y la organización sistémica de la UNA, contribuyen a impulsar o frenar el desarrollo de la Orientación? - ¿En qué medida el Orientador es un agente causal de algunos de los problemas detectados? Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 8 María de Jesús Bermúdez - ¿Qué cambios inmediatos pueden hacerse? - ¿Debe eliminarse la Orientación al estudiante de esta Universidad? Las respuestas a la mayoría de estas preguntas sólo pueden obtenerse mediante estudios de investigación y de evaluación, cuya realización debería emprenderse sin mayor pérdida de tiempo, bien por la vía institucional -a través del Instituto de Investigaciones Educativas y/o del Subprograma Servicios al Estudiante- bien por la vía particular, mediante los trabajos de ascenso y de postgrado del personal de Orientación de la UNA. Sin embargo, estamos conscientes de que por cualquiera de estas vías, el camino será largo y los resultados, admitiendo que sean confiables y válidos, se obtendrán en un mediano plazo. La solución no puede ser tampoco eliminar los servicios de Orientación al estudiante, máxime si tomamos en cuenta que a nivel mundial se está planteando, cada vez con mayor insistencia, la necesidad de más y mejores servicios de apoyo institucional al estudiante a distancia (Paúl, 1988; Rumble, 1992; Sewart, 1992). Obviamente, algunas decisiones deben ser adoptadas en el corto plazo, para garantizar la "supervivencia" de estos servicios. Pero ¿cuáles? Se proponen las siguientes opciones estratégicas, algunas no necesariamente excluyentes: • Descentralizar las funciones de Orientación, otorgando la máxima autonomía y competencia a los Centros Locales de la UNA, para el diseño de planes y programas cónsonos con las necesidades específicas de su población estudiantil. En este caso, el nivel central asumiría esencialmente una función contralora, a fin de velar por la calidad de los servicios en todo el país. • Reducir el ámbito de acción del Orientador exclusivamente al nivel del Curso Introductorio, de manera que pueda realizar una más efectiva labor de inducción y l entrenamiento al estudiante para su incorporación y desempeño dentro del sistema UNA. En este caso, la Orientación profesional y académica al estudiante regular, debería ser asumida en su totalidad por los Asesores Académicos; en cuanto a la asistencia socioeconómica, se contratarían los servicios de Trabajadores Sociales a tiempo convencional. • Incluir una (1) o dos (2) asignaturas relacionadas con el desarrollo de habilidades cognoscitivas y otras habilidades académicas en el curriculum de los Estudios Regulares, a fin de que el Orientador, como Asesor Académico de estas asignaturas –además del Curso Introductorio- pueda realizar un seguimiento y vincularse de una manera más directa con el proceso de aprendizaje del estudiante. • Dotar al Orientador de un amplio bagaje de herramientas conceptuales, metodológicas e instrumentales, de manera de incrementar su competencia en el desempeño de las funciones que tiene asignadas. • Promover el desarrollo sistemático de programas conjuntos entre orientadores Asesores Académicos, dirigidos a atender necesidades detectadas en las áreas orientación profesional, académica y/o educativa. Todas estas opciones tienen sus ventajas y desventajas y ninguna, por sí sola, suficiente para solventar todos los problemas detectados. Así, la primera, contribuye a elimina las dificultades de tipo estructural, pero no necesariamente las de tipo funcional, a menos que se Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 9 María de Jesús Bermúdez adopten, en forma paralela, otras medidas, y la segunda y la tercera permiten al Orientador especializarse más en determinadas funciones, pero al limitar su papel al de un Asesor Académico, contribuyen a erosionar su identidad como Orientador. Por otra parte, la tercera puede implicar además, una carga excesiva de asignaturas en los planes de estudio de las carreras, ya de por sí bastante recargados. En cuanto a la cuarta, si bien sus ventajas son obvias en términos del desarrollo profesional del Orientador y del mejoramiento de la calidad de los servicios, tiene la desventaja del alto costo para la Institución. La quinta opción parece ser la más viable, en términos de sus posibilidades inmediatas de implementación, así como de la optimización de los recursos, tanto de Orientación como de asesoría. Sin embargo, se hace necesario definir y diseñar con precisión las estrategias de coordinación y ejecución de los programas por desarrollar, a los fines de lograr una verdadera integración de esfuerzos que produzca resultados beneficiosos para el estudiante. Por último, aunque no menos importante, es indudable que la Orientación, dado su carácter de profesión de ayuda, está llamada a jugar un papel estelar en estos tiempos de crisis de valores que estamos viviendo. En tal sentido, comienza a surgir la necesidad de que la Orientación en las universidades venezolanas -al igual que en otras instituciones educativas asuma la misión, no sólo de contribuir al proceso de aprendizaje del estudiante, sino también a su desarrollo personal y social, mediante el "modelaje" y la promoción activa de actitudes y comportamientos que coadyuven a su formación ética y moral. El Orientador de la UNA no puede mantenerse indiferente ante esta demanda. ¿Estará dispuesto a asumir el reto que ella representa? Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 10 María de Jesús Bermúdez PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN Y DISCUSIÓN EN MESAS DE TRABAJO TEMA: ORIENTACIÓN AL ESTUDIANTE A DISTANCIA 1. ¿Cuáles son las necesidades de apoyo detectadas en el estudiante de su institución? /De qué manera son atendidas? 2. ¿Considera que deben ofrecerse servicios de Orientación al estudiante universitario a distancia? ¿Cuál debe ser la misión de estos servicios? 3. ¿Qué tipo de servicios de Orientación podría ofrecerse al estudiante universitario a distancia? ¿Cuáles serán los criterios a seguirse? 4. ¿Debe ser ejercida la función de Orientación por un especialista en la materia, o por el tutor/Asesor Académico? ¿Cuáles serían las ventajas o desventajas en cada caso? 5. ¿Cuáles serían los roles de un Orientador en un sistema de educación superior a distancia? 6. ¿Qué estrategias de Orientación pueden utilizarse para promover: a) la adaptación del estudiante al sistema b) la autodirección en el aprendizaje c) el rendimiento y permanencia estudiantil d) el desarrollo personal-social del estudiante? 7. ¿Cómo debe estar organizado un servicio de Orientación en una universidad a distancia? ¿Debería funcionar en forma centralizada o descentralizada? ¿Cuáles serían las ventajas y desventajas en cada caso? 8. ¿Cómo evaluar la efectividad de estos servicios en Educación a Distancia? ¿Cuáles deberían ser los criterios, métodos y técnicas a emplear para esta evaluación? 9. ¿Cuáles serían las áreas que ameritan investigación en el campo de la Orientación al estudiante a distancia? 10.¿Cómo diseñaría un programa de Orientación para preparar al estudiante a distancia en función de la realidad actual, y de los retos que plantea el futuro? Módulo 5 – CREAD/UNA - 28/11 al 2/12/1994 Pág. 11 María de Jesús Bermúdez REFERENCIAS Camocho, M. (1987). "El Ser y el Deber Ser de la Orientación en la UNA" Trabajo de Ascenso. Caracas: sin publicar. Cordero O (1993) "El Servicio de Orientación y las Expectativas de los Estudiantes en un Sistema Educativo Superior a Distancia". Trabajo de Ascenso. Caracas: sin publicar. Maestre E (1992) "Análisis de las Necesidades de Orientación del Estudiante de la Universidad Nacional Abierta. Centro Local Bolívar". Tesis de Maestría en Educación a Distancia. Caracas-, sin publicar. Paul R. (1988). "If student services are so important, why are we cutting them back?". En: Sewart, D. y Daniels, j. (Eds.). Developing Distance Education. Oslo: ICDE. Rumble, G. (1992). "Organizing and controlling". En: The Management of Distance Leaming Svstems. París: UNESCO. Sewart D (1992). "Student Support Systems in Distance Education". Ponencia presentada en la XVI Conferencia Mundial de Educación a Distancia. 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