Diario La Ley, Nº 7318, Sección Jurisprudencia, 12 Ene. 2010, Año XXXI, Editorial LA LEY TS 15-7-2009. Separación del servicio de guardia civil por haber utilizado en 69 ocasiones la tarjeta de crédito sustraída a un fallecido en accidente de tráfico. (El perjuicio ascendió a 1.323,13 euros que ya fueron abonados por el acusado y entregados a Constantino , Administrador de la Empresa.) Tribunal Supremo, Sala Quinta, de lo Militar, Sentencia de 15 Jul. 2009, rec. 2/53/2008 Ponente: Calvo Cabello, José Luis.Nº de Recurso: 2/53/2008. Jurisdicción: MILITAR GUARDIA CIVIL. Régimen disciplinario. Separación del servicio de un guardia civil condenado por un delito continuado de estafa en concurso con falsedad en documento mercantil al haber utilizado, para su beneficio propio, una tarjeta de crédito sustraída a una persona fallecida en un accidente de tráfico. Sustracción de la tarjeta aprovechando el momento que los guardias civiles encargados del atestado se habían ausentado de las oficinas del equipo de atestados del que él formaba parte. Tipicidad de la conducta pese a haber sido conmutada parte de la pena de privación de libertad. Proporcionalidad de la sanción. Irrelevancia de la atenuante y de la concesión del indulto, por padecer un trastorno adaptativo cuando cometió los delitos, en la modulación de la sanción impuesta atendiendo a la gravedad de la conducta. Pese a haber actuado sin voluntad plena, el sancionado conocía lo que hacía y quería hacerlo. PROCEDIMIENTO DISCIPLINARIO. Modificación del hecho originario y de su calificación disciplinaria tras recaer sentencia penal. El expediente se inicia para investigar si la apropiación de la tarjeta y su uso constituyen conductas contrarias a la disciplina y cuando recae condena penal por esos hechos se le imputa la infracción muy grave de haber sido condenado por sentencia firme por un delito doloso que lleve aparejada la privación de libertad. Correcta actuación de la autoridad sancionadora que podía reanudar el expediente y archivarlo, acordando la apertura de uno nuevo, o bien, como hizo, continuar aquél imputando al expedientado una falta distinta. Inexistencia de vulneración del principio acusatorio. Ausencia de indefensión. Prioridad del expediente sancionador en caso de concurrir con expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas. Distinción entre ambos procedimientos. El Tribunal Supremo desestima el recurso contencioso-disciplinario militar ordinario interpuesto contra resolución del M.º Defensa y confirma la sanción de separación del servicio impuesta al recurrente como autor de la infracción muy grave de haber sido condenado penalmente por un delito doloso que lleve aparejada pena privativa de libertad. Texto En la Villa de Madrid, a quince de Julio de dos mil nueve SENTENCIA En el recurso contencioso-disciplinario militar preferente y sumario núm. 204-53/2008, interpuesto por don Hilario , representado por la procuradora doña Mercedes Albi Murcia y asistido por el letrado don José María Díaz del Cuvillo, contra la resolución del Ministro de Defensa de 7 de abril de 2008 por la que le impuso la sanción de separación del servicio, como autor de la falta muy grave consistente en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código PL ZARAGOZA [email protected] 1 Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad", habiendo sido parte recurrida el Ministerio Fiscal y el Abogado del Estado, los Excmos. Sres. magistrados mencionados se han reunido para deliberación y votación bajo la ponencia del Excmo. Sr. D. Jose Luis Calvo Cabello. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- El 5 de agosto de 2003, el Director General de la Guardia Civil ordenó incoar el expediente gubernativo núm. NUM000 contra el guardia civil don Hilario para investigar si se había apropiado de una tarjeta de crédito de una persona fallecida y la había utilizado en beneficio propio en sesenta y nueve ocasiones; hechos que fueron calificados en la orden de proceder como constitutivos de la falta muy grave consistente en "Observar conductas gravemente contrarias a la disciplina, servicio o dignidad de la Institución, que no constituyan delito" . SEGUNDO.- Dado que por los mismos hechos supuestamente constitutivos de la falta mencionada el Juzgado de Instrucción núm. 3 de O Porriño incoara las diligencias previas núm. 463/2003 , el Director General de la Guardia Civil acordó la paralización del expediente gubernativo mencionado. TERCERO.- Como el 21 de junio de 2006, el Juzgado de lo Penal núm. 3 de Pontevedra dictara sentencia de conformidad condenatoria, por la que impuso a don Hilario la pena de prisión de un año y seis meses y la de multa de ocho meses a doce euros diarios, como autor de un delito continuado de estafa en concurso con un delito continuado de falsedad en documento mercantil, con la concurrencia de la atenuante del artículo 21.5 del Código penal y la del artículo 21.6 , en relación con el artículo 21.1 y 20.1 del mismo Código, el Director General de la Guardia Civil acordó reanudar el expediente gubernativo paralizado y modificar la calificación jurídica inicialmente establecida en la orden de proceder, en el sentido de no imputar ya al expedientado la falta muy grave descrita en el anterior fundamento primero, sino la muy grave consistente en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad" (artículo 9.11 de la L.O. 11/91, de 17 de junio). CUARTO.- Por resolución de 7 de abril de 2008, el Ministro de Defensa, poniendo término al expediente gubernativo núm. NUM000 , impuso al guardia civil don Hilario la sanción de separación del servicio como autor de la falta muy grave consistente en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad" (artículo 9.11 de la L.O. 11/91, de 17 de junio). QUINTO.- Contra dicha resolución, el guardia civil sancionado interpuso ante esta Sala recurso contencioso-disciplinario militar preferente y sumario, que se registró con el núm. 204-53/08 , solicitando en la demanda correspondiente con carácter principal su nulidad, y, subsidiariamente, la sustitución de la sanción de separación del servicio por la de suspensión de empleo. Asimismo, por medio de "otrosí", solicitó el recibimiento a prueba del procedimiento. SEXTO.- Mediante escrito presentado el 27 de enero de 2009 en el Registro General del Tribunal Supremo, el Abogado del Estado se opuso a las dos pretensiones del PL ZARAGOZA [email protected] 2 demandante argumentando que su "conducta es perfectamente típica a la luz de lo dispuesto en el artº 7 apartado 13 de la vigente Ley de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil 12/07, de 22 de octubre "; que "la conmutación de la pena acordada por el Consejo de Ministros no hace desaparecer la conducta típica del encartado"; que "el procedimiento disciplinario se ha tramitado con estricta sujeción a la normativa vigente"; y que " la separación del servicio es la sanción que mejor se acomoda a la gravedad de los hechos" . SEPTIMO.- Mediante escrito presentado el 12 de febrero de 2009 en el Registro General del Tribunal Supremo, el Ministerio Fiscal se opuso a la demanda argumentando lo siguiente: a) El derecho a un proceso sin dilaciones indebidas afecta exclusivamente a los procesos judiciales y no a los procedimientos administrativos. Por lo demás, que se haya producido o no la caducidad del expediente gubernativo no afecta a derecho fundamental alguno (el Ministerio Fiscal señala que el recurso contencioso-disciplinario militar interpuesto es el preferente y sumario). b) El tipo disciplinario describe el haber sido condenado por delito doloso que lleve aparejada privación de libertad, subrayando que la concesión del indulto afecta al cumplimiento de la pena, no a la sanción correspondiente por la conducta. c) Los hechos probados constituyen en la L.O. 12/07 falta muy grave (la del artículo 7.13), por cuanto la mera lectura de la sentencia condenatoria revela que la conducta tuvo plena relación con el servicio, "pues la tarjeta de crédito sustraída y utilizada por el recurrente pertenecía a una persona fallecida en el accidente de tráfico de cuyo atestado se estaba encargando el ahora actor." d) No existe vulneración de los artículos 14 y 23.2 de la Constitución Española, ya que "no puede invocarse el principio de igualdad en relación con uno mismo, sino que tertium comparationis debe ser ajeno e idéntico". e) No existe vulneración del principio de proporcionalidad, porque la sanción de separación del servicio guarda relación con la conducta del demandante y con la gravedad del delito cometido y la afectación del servicio. f) Es cierto que podía haberse sobreseido el expediente gubernativo y haberse incoado otro tras conocer el resultado de la sentencia, pero ello no afecta al principio acusatorio, ya que "la inalterabilidad de los hechos objeto de la acusación se mantiene desde el momento en que deja de imputársele una infracción disciplinaria por los hechos cometidos en 2003 y se le informa de que en adelante se le atribuye una falta muy grave del artículo 9.11 LORDGC " . g) No existe vicio de procedimiento susceptible de lesionar las garantías del artículo 24 de la Constitución, pues, si bien se modificó la calificación de los hechos probados después de que el demandante fuera condenado, lo cierto es que se le entregó una copia de la sentencia, se le dio audiencia, intervino con letrado, se designó nuevo instructor y secretario y, en definitiva, el expediente continuó como si se tratase de uno nuevo y distinto del inicialmente incoado. OCTAVO.- Por auto de 24 de febrero de 2008, la Sala recibió el procedimiento a prueba, y analizado el posterior escrito de proposición de prueba, por providencia de 17 de marzo se rechazó la prueba testifical y se admitió la documental. NOVENO.- Formuladas las conclusiones que las partes entendieron procedentes, la Sala, mediante providencia de 25 de junio, señaló el siguiente 14 de julio, a las 10.30 horas, para deliberación, votación y fallo. PL ZARAGOZA [email protected] 3 SOBRE LOS HECHOS PROBADOS De la prueba practicada resultan probados los hechos siguientes: a) El 21 de junio de 2006, el Juzgado de lo Penal núm. 3 de Pontevedra dictó sentencia de conformidad por la que condenó a don Hilario , como autor de un delito continuado de estafa en concurso con un delito continuado de falsedad en documento mercantil, con la concurrencia de la atenuante del artículo 21.5 del Código penal y la del artículo 21.6 , en relación con el artículo 21.1 y 20.1 del mismo Código , a las penas de prisión de un año y seis meses y multa de ocho meses a doce euros diarios. b) La mencionada sentencia condenatoria contiene la siguiente declaración de hechos probados: "Se declaran probados por conformidad del acusado los siguientes hechos: Entre las 23.30 y las 24.00 horas del día 11 de octubre de 2002 el acusado Hilario , mayor de edad, del que no constan antecedentes penales, en la Oficina del Equipo de Atestados del Destacamento de Tráfico de Porriño, donde prestaba sus servicios como Guardia Civil, para utilizarla en su provecho económico, cogió la tarjeta de crédito núm. NUM001 de la Entidad La Caixa, a nombre de Claudio . Se la llevó aprovechando un momento en que se ausentaron los dos agentes que se estaban encargando de confeccionar el atestado y reseñar los objetos encontrados con motivo de un accidente de circulación ocurrido ese día y en el que había fallecido el titular de la tarjeta Claudio . Días mas tarde comenzó a utilizar la tarjeta realizando compras, abonando la autopista y surtiéndose de gasolina en distintos lugares y establecimientos, en las siguientes fechas e importes: FECHA DESCRIPCION IMPORTE € 10.02 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.36 11.02 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.36 11.02 H24-EE. SS.EXGA 30.00 11.02 H24-EE. SS.EXGA 27.00 11.02 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.70 11.02 H24-EE. SS.EXGA 30.00 12.02 H24-EE. SS.EXGA 31.00 12.02 H24-EE. SS.EXGA 35.00 01. 01.03 H24-EE. SS.EXGA 25.00 05.01.03 H24-EE. SS.EXGA 32.00 12.01.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 19.01.03 H24-EE. SS.EXGA 34.40 21.01.03 H24-EE. SS.EXGA 42.60 25.01.03 E.S. PUXEIROS S.L. 27.50 29.01.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 29.01.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 29.01.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 05.02.03 H24-EE. SS.EXGA 17.00 07.02.03 H24-EE. SS.EXGA 23.00 08.02.03 FARMACIA SANTOS VELASCO 5.58 08.02.03 E- S LOS ANGELES-GETAFE 43.09 08.02.03 AUTOPISTA A-6 S.A. C.E. 7.50 09.02.03 H24 PENIBETICA OIL CASTEL DE FERRO 40.10 PL ZARAGOZA [email protected] 4 10.02.03 KARAVAN GRANADA 27.00 10.02.03 MERCADONA SALOBREÑA-GRANADA 14.64 10.02.03 AMBARI-GRANADA 25.90 10.02.03 AMBARI-GRANADA 27.00 11.02.03 E-8 PLASENCIA III 37.50 12.02.03 CONSULTA O PARQUE 36.00 13.02.03 H24-EE. SS.EXGA 34.50 14.02.03 RESTAURANTE ARCADIA 120.30 14.02.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.59 15.02.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.59 26.02.203 H24-EE. SS.EXGA 30.51 06.03.03 E.8 PONTEAREAS DERECHO 19.60 09.09.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.73 06.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.73 11.03.03 E.S.GRANXA 43.00 12.03.03 E.S. PUXEIROS 40.00 13.03.03 H24.EE. SS.EXGA 5.00 15.03.03 FEGOBLAN, SL. 9.20 16.03.03 E.8 AREA SER, QUIT-A CAÑIZA 18.75 17.03.03 AUTOESTRADAS DE GALICIA 1.10 17.03.03 AUTOESTRADAS DE GALICIA 0.66 19.03.03 BIKE-52 VIGO 54.59 19.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 19.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.73 21.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 0.73 27.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 27.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 28.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 28.03.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 40.00 02. 04.03 H24-EE. SS.EXGA 10.00 06.04.03 E.S. PEGOBLAN 16.36 07.04.03 LOSADA Y NOVOA-ORENSE 6.00 04.04.03 CEPIPSA-PM 2.44 07.04.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 08.04.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 08.04.03 AUTOPISTA DEL ATLANTICO 2.44 14.04.03 E.S. VERIN 33.90 15.04.03 EL SALINAR-VALENCIA 5.00 15.04.03 EL SALINAR-VALENCIA 20.00 19.04.03 ARTE CHINO XIANGY ANG-VALENCIA 20.00 19.04.03 CALZADO RUS-VALENCIA 20.00 19.04.03 CALZADO RUS-VALENCIA 24.10 20.04.03 E.S. ZAFRA DE ZANCARA 36.00 20.04.03 E.S. QUINTANS-CAÑIZA 37.60 25.04.03 E.S. SAN SIMON-VILABOA 11.01 Para realizar las operaciones anteriores firmaba los tickets a nombre del fallecido Claudio , cuando se lo requerían, así lo hizo, entre otros, en el establecimiento "Bika 52" el 19 de marzo de 2003, en el restaurante "Arcadia", el día 14 de febrero de 2003 y en la consulta veterinaria Parque Infantil el 12 de febrero de 2003. PL ZARAGOZA [email protected] 5 La tarjeta sustraída estaba vinculada a la cuenta bancaria número 21002220160200123810 de la empresa "Estuarte España, S.L." y el perjuicio ascendió a 1.323,13 euros que ya fueron abonados por el acusado y entregados a Constantino , Administrador de dicha Empresa. El acusado padecía un trastorno adaptativo mixto ansioso depresivo con alto grado de esquizotipia de carácter crónico, el cual le hizo actuar sin capacidad volitiva plena. " FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Ordenadas en atención a los efectos que produciría su eventual resolución en sentido favorable al demandante, las cuestiones que deben ser examinadas son las que consisten en determinar si la autoridad sancionadora: a) prescindió del procedimiento legalmente establecido cuando, después de que el Juzgado de lo Penal núm. 3 de Pontevedra condenara al hoy demandante como autor de dos delitos dolosos a pena privativa de libertad, no anuló el expediente gubernativo núm. NUM000 incoado por una supuesta falta muy grave consistente en " "Observar conductas gravemente contrarias a la disciplina, servicio o dignidad de la Institución, que no constituyan delito", sino que lo continuó imputando ahora al expedientado la falta muy grave consistente en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad" . b) infringió el principio acusatorio, causando indefensión, a causa de modificar el hecho y su calificación. c) vulneró el derecho fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas. d) vulneró el derecho al proceso debido en relación con el principio de igualdad. e) vulnero el principio de tipicidad, y f) vulneró el principio de proporcionalidad. SEGUNDO.- La primera cuestión ha de ser resuelta en sentido contrario al propuesto por el demandante, pues la actuación supuestamente infractora de la autoridad sancionadora no supuso prescindir del procedimiento legalmente establecido para la investigación y posible sanción de la falta por la que fue separado del servicio. El Director General de la Guardia Civil, ante el resultado de la investigación realizada por la Sección de Investigación Criminal de la U.O.P.J. de la Comandancia de Pontevedra, ordenó incoar el expediente gubernativo nº NUM000 a fin de investigar si el demandante se había apropiado de una tarjeta de crédito de una persona fallecida y la había utilizado en su propio beneficio en sesenta y nueve ocasiones. Estos hechos fueron calificados en la orden de proceder como constitutivos de la falta muy grave consistente en "Observar conductas gravemente contrarias a la disciplina, servicio o dignidad de la Institución, que no constituyan delito" . Después, cuando conoció que el Juzgado Penal núm. 3 de Pontevedra había condenado por los mismos hechos al demandante (hechos constitutivos de un delito continuado de estafa en concurso con un delito continuado de falsedad documental) a pena privativa de libertad, dicha autoridad administrativa, en lugar de reanudar el expediente, que había quedado suspendido a causa del procedimiento penal, y archivarlo, ordenando luego la incoación de otro, decidió continuarlo imputando al demandante una nueva falta: la consistente en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad" . PL ZARAGOZA [email protected] 6 Es cierto que formalmente los hechos por los que fue incoado el expediente gubernativo y el hecho por el que se reanudó son distintos: mientras que el Director General de la Guardia Civil ordenó incoar el expediente gubernativo para investigar si el demandante se había apropiado de una tarjeta de crédito de una persona fallecida y la había utilizado en su propio beneficio en sesenta y nueve ocasiones, después, tras la sentencia penal condenatoria, ya no le imputó esos hechos sino el de haber sido condenado. Pero también es cierto que entre los hechos primeros y el hecho posterior existe una relación sustantiva muy estrecha: los primeros, esto es, la apropiación de la tarjeta y su utilización en beneficio propio son los mismos hechos por los que el demandante fue condenado. De aquí que esta Sala haya considerado en ocasiones similares que la Administración sancionadora, una vez conocido el pronunciamiento penal condenatorio y dado que el ejercicio de la acción disciplinaria es preceptivo, puede archivar el expediente gubernativo y acordar la apertura de otro, o continuar aquel imputando al expedientado a partir de entonces una falta distinta. Esta segunda es la actuación que la autoridad sancionadora realizó, sin que ello signifique que prescindiera del procedimiento propio de los expedientes disciplinarios, ni de los trámites específicos de los expedientes gubernativos, ni de la singularidad establecida por el art. 53.4 de la L.O. 11/91 para las faltas muy graves del art. 9.4 (faltas consistentes en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad") . Así, fueron notificados al demandante los cambios de instructor y secretario del expediente; el nuevo instructor le hizo entrega de una copia de la sentencia condenatoria (la entrega de la sentencia sustituye al pliego de cargos, a tenor del mencionado artículo 53.4 de la ley aplicada) en una audiencia con intervención del abogado libremente designado; fue tramitada, si bien denegada, la petición del demandante de suspensión del expediente por causa de haber solicitado el indulto; el instructor formuló propuesta de resolución el 26 de noviembre de 2007 y el demandante la contestó mediante escrito del siguiente 7 de diciembre; el instructor valoró el hecho de la concesión del indulto y, tras decidir que no afectaba a la configuración de la falta, elevó el expediente a la autoridad sancionadora, la cual, recibidos los preceptivos informes establecidos por el art. 52 , dictó la resolución sancionadora que el demandante impugna; y, por ultimo, este interpuso recurso de reposición, que fue desestimado por acuerdo de 7 de abril de 2008. TERCERO.- Igual suerte corresponde a la segunda cuestión, referida a la indefensión del demandante por vulneración del principio acusatorio. El demandante entiende que la decisión del Director General de la Guardia Civil de continuar el expediente gubernativo nº NUM000 modificando el hecho originario y su calificación disciplinaria, en vez de archivarlo y ordenar la incoación de otro, le causó indefensión por quebrantamiento del principio acusatorio. Es cierto que la segunda falta nace porque el demandante fue condenado. La falta aflora por el hecho de la condena, no, pues por el que la condena es pronunciada. Pero, como indicó esta Sala en su sentencia de 30 de enero de 2007, citada a su vez por la de 18 de mayo de 2009 , "una cosa es que la falta muy grave segunda se consume por el hecho de la condena y otra diferente que no exista relación -y estrecha- entre los hechos. No se trata únicamente de que, para elegir la sanción adecuada de entre las tres imponibles, sea preciso valorar los hechos que la sentencia penal declara probados. Dado que el legislador no ha dispuesto una sola sanción para la falta derivada de la PL ZARAGOZA [email protected] 7 condena penal, ni tampoco la misma sanción para las condenas por una clase de delito, la declaración de hechos probados de la sentencia condenatoria se ofrece como valioso elemento valorable a fin de elegir la sanción adecuada. Se trata también -y esencialmente- de que los hechos [...] por los que la Administración incoó el primer expediente gubernativo [...] son los mismos por los que los recurrentes fueron condenados". Así, en el caso del demandante, ante el resultado de la investigación realizada por la Sección de Investigación Criminal de la U.O.P.J. de la Comandancia de Pontevedra, que instruyó el atestado que entregó al Juzgado de Instrucción nº 3 de Porriño, el Estado actuó de las dos formas exigibles: disciplinariamente, incoando el expediente gubernativo nº NUM000 , y penalmente por si los hechos constituían delito. En ambas respuestas la sanción de separación del servicio era imponible. Como respuesta a la falta muy grave del art. 9.9 ("Observar conductas gravemente contrarias a la disciplina, servicio o dignidad militar que no constituyan delito") y, si los hechos constituían delito, como respuesta a la falta muy grave del art. 9.11 ("Haber sido condenado por sentencia firme en aplicación de disposiciones distintas al Código penal militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad o cuando la condena fuera superior a un año de prisión si hubiese sido cometido por imprudencia"), la L.O. 11/91 disponía como sanciones imponibles (también lo hace la L.O. 12/07) la pérdida de puestos en el escalafón, la suspensión de empleo y la separación del servicio. Pues bien, la decisión de la Administración de continuar el expediente gubernativo nº 73/07, en vez de archivarlo e incoar otro, ni vulneró el derecho fundamental del demandante a conocer la imputación, ni causó a este indefensión alguna. Como dice el Ministerio Fiscal, los hechos imputados en el expediente fueron sustantivamente los mismos en todo momento: la apropiación de la tarjeta y su utilización posterior. Es cierto, como se ha dicho, que el hecho de la condena es un hecho nuevo, pero, además de la relación íntima existente entre ellos, sucede que ni los hechos delictivos, ni ese hecho nuevo fueron desconocidos en ningún momento por el demandante. De todos tuvo conocimiento cuando debía tenerlo. Y de todos se defendió como creyó conveniente. Cuando en el expediente gubernativo se le imputó la apropiación de la tarjeta y su utilización, el demandante manifestó ante el instructor que no deseaba declarar al amparo del art. 24 de la Constitución. Y cuando el expediente fue reanudado y se le imputó el hecho de haber sido condenado por aquellos hechos, el demandante, en el mismo acto en que, con asistencia del letrado libremente designado, recibió una copia de la sentencia, se expresó así: "que no tiene que añadir nada más distinto a lo que ya consta en la sentencia judicial". En definitiva, el principio acusatorio fue respetado y, como dice el Ministerio Fiscal, solo hubiera quebrado "si se hubiese informado al hoy demandante exclusivamente de la primera imputación y se le hubiera sancionado por la segunda, sin darle ocasión a articular su defensa." CUARTO.- Por lo que respecta a la tercera cuestión, dos razones se oponen a que sea resuelta como pretende el demandante. El demandante afirma que la Administración vulneró su derecho fundamental a un proceso sin dilaciones indebidas porque tardó en instruir el expediente gubernativo más de seis meses, lo que además era causa de caducidad. Pues bien, la primera razón es que, como tiene declarado el Tribunal Constitucional en su sentencia núm. 26/1994, de 27 de enero , el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas "es sólo atribuible a los procedimientos judiciales y no a los administrativos, debiendo en todo caso denunciarse el retraso en el curso del proceso y acreditar por PL ZARAGOZA [email protected] 8 ello la causación de un perjuicio, doctrina que hay que reiterar ahora, pues el término «proceso» utilizado por el art. 24.2 es equiparable a actuaciones jurisdiccionales, sin que sea extensible al procedimiento administrativo en el que las dilaciones (por cierto, no denunciadas en su momento por el recurrente), han de ser corregidas a través de cualquiera de los procedimientos existentes para dilucidar la responsabilidad de los funcionarios, pudiendo dar lugar al nacimiento de la oportuna pretensión resarcitoria" . La segunda es que, bajo la L.O. 11/91 , que fue la aplicada y continúa siéndolo (no hay posible debate sobre este particular, pues el apartado tercero de la Disposición Transitoria Primera de dicha ley establece que "Los procedimientos que a la entrada en vigor de esta ley se encuentren en tramitación continuarán rigiéndose hasta su conclusión por las normas vigentes en el momento de su iniciación"), cuando la Administración tardaba en concluir el expediente más de seis meses, que es el tiempo establecido por el legislador, la consecuencia no era su caducidad, como esta Sala ha declarado con reiteración: "A propósito de la caducidad del expediente sancionador" , razonó la sentencia de 14 de febrero de 2002 , como se recoge en la sentencia de 2 de abril de 2009, "es doctrina inconcusa de la Sala (recientemente SS. 21.02.2000 y 10.04.2000 ) que el régimen disciplinario específico de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, es ajeno a los efectos generales que se predican de la caducidad de los expedientes y procedimientos sancionadores; y se reitera ahora que no resulta aplicable lo dispuesto en el art. 44.2 de la Ley 30/1992, de 26 de Noviembre, del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (según reforma operada por Ley 4/1999, de 13 de enero ) sobre archivo de las actuaciones con los efectos previstos en su art. 92. No es aplicable en función de la especificidad salvada expresamente por la dicha Ley 30/1992 , en su Disposición Adicional 8ª y en su art. 127.3[...] . Y en dicha sentencia la Sala continuó razonando en estos términos: "[...] el efecto que se sigue del agotamiento del plazo previsto para la tramitación y conclusión del Expediente, de seis meses en el presente caso, es el de volver a contarse el plazo de prescripción de la falta, entendido como volver a computarse de nuevo e íntegramente el plazo prescriptivo que corresponda, que en las faltas muy graves es de dos años, y ello desde que se cumplió el tiempo ordenado para la terminación del expediente; momento a partir del cual comienza a correr de nuevo el periodo de prescripción" . QUINTO.- Sostiene el demandante -planteando así la cuarta cuestión- que el principio de igualdad resultó vulnerado porque "se produce la resolución del expediente gubernativo antes que la del expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas, siendo que el inicio de [este] es anterior a la fecha de inicio de [aquel]". Tras esta afirmación invoca el demandante la norma contenida en el artículo 74.2 de la Ley 30/92 , que dice: "En el despacho de los expedientes se guardará el orden riguroso de incoación en asuntos de naturaleza homogénea [...]". Con independencia de que el demandante no ofrece un solo dato que permita sostener la vulneración del principio de igualdad, por tres razones la cuestión enunciada tampoco puede ser resuelta como el demandante pretende. La primera es que, según resulta de las actuaciones, el expediente destinado a conocer el estado sico-físico del demandante no fue incoado antes que el expediente gubernativo: mientras que este fue incoado por orden de proceder de 5 de agosto de 2003 a fin de investigar unos hechos ocurridos en 2002 y 2003, el expediente de insuficiencia fue incoado, como resulta de la Hoja de Servicios del demandante, por resolución de 8 de PL ZARAGOZA [email protected] 9 julio de 2004. (De aquí que, cuando el instructor del expediente gubernativo solicitó información al respecto a la Jefatura de Personal de la Guardia Civil, esta le contestara así: "participo a Vd. para su conocimiento y efectos que [al guardia civil don Hilario ] hasta el día de la fecha [3 de octubre de 2003] no se le sigue ningún expediente de determinación de insuficiencia de condiciones psicofisicas".) De estos datos resulta -y el demandante parece olvidarlo- que éste cometió los delitos -uno continuado de estafa en concurso con uno continuado de falsedad documental- cuando estaba en servicio activo y antes de que se iniciara el expediente para determinar sus condiciones sicofísicas. La segunda razón es que el expediente destinado a conocer si el demandante conservaba la condición sicofísica necesaria para continuar en el Instituto de la Guardia Civil y el expediente gubernativo, que tiene como finalidad investigar si el guardia civil expedientado cometió una infracción muy grave, y, en su caso, imponer la sanción adecuada, no son homogéneos, por cuanto ni pertenecen al mismo género ni tienen iguales consecuencias. Mientras que el primero no tiene relación con la disciplina y carece de toda significación sancionadora, el segundo, como se ha dicho, es estrictamente disciplinario y, si procede, sancionador. Por otra parte, el posible apartamiento del Instituto, que puede producirse en ambos expedientes, tiene origen y finalidad bien diferentes: mientras que en el primer expediente su causa es la pérdida de aptitudes sicofísicas y produce el pase del afectado a la situación de retiro, en el segundo su causa es la comisión de una infracción muy grave y lleva consigo que el expedientado, a consecuencia de la sanción de separación del servicio, quede fuera de la Guardia Civil, perdiendo los derechos profesionales adquiridos, excepto el empleo y los derechos pasivos que hubiere consolidado. (Así lo disponía el artículo 17 de la Ley O.11/91; hoy, la vigente ley O.12/07, dispone en su artículo 12 que "la separación del servicio supondrá para el sancionado la pérdida de la condición de militar de carrera de la Guardia Civil, perdiendo los derechos profesionales adquiridos excepto los derechos pasivos que hubiese consolidado"). Y la tercera razón es que cuando concurren ambos expedientes -y en el caso concurrieron-" debe otorgarse prioridad al disciplinario-sancionador, con suspensión del destinado a conocer el estado sicofísico del guardia civil, pues lo contrario supondría un fraude de ley: declarada la inutilidad permanente para el servicio y decretado el retiro del guardia civil afectado, resultaría imposible, por haber cesado su relación funcionarial, imponer la sanción correspondiente por unos hechos cometidos mientras estaba en activo, esto es, cuando tenía como función proteger la vida y los bienes de los ciudadanos" (sentencia de esta Sala de 2 de abril de 2009). SEXTO.- Pretende el demandante que la quinta cuestión, referida a la vulneración del principio de tipicidad, sea resuelta a su favor por dos argumentos. En primer lugar afirma que, como el Consejo de Ministros le conmutó por Acuerdo de 23 de marzo de 2007 la pena privativa de libertad pendiente de cumplimiento por otra de un año y seis meses de multa, no concurren los requisitos exigidos por el artículo 9.11 de la L.O. 11/91: haber sido condenado por delito doloso que lleve aparejada pena privativa de libertad. En segundo lugar sostiene que, según la ley vigente hoy, la L.O. 12/07, los hechos probados "podrían ser calificados como falta grave prevista en el artículo 8.29 de la misma [...] y no como falta muy grave" . Ninguno de estos argumentos puede ser asumido. a) Por lo que respecta al primero, es doctrina de la Sala que de la configuración del elemento objetivo de la falta " no forma parte" -dice la sentencia de 7 de julio de 2009 PL ZARAGOZA [email protected] 10 " que el encartado haya debido cumplir efectivamente la pena privativa de libertad, sino más bien que el delito cometido llevare aparejada como castigo una pena de esta naturaleza, quedando así perfeccionada la tipicidad con independencia de las vicisitudes de la ejecución, lo que resulta por completo ajeno a la falta muy grave en cuestión". En el mismo sentido las sentencias de 18 de mayo de 1999 y 19 de junio de 2008, así como la de 7 de abril de 2006 , que, refiriéndose a un caso de sustitución de la pena privativa de libertad, explicó que "la falta muy grave prevista en el art. 9.11º de la LORDGC , exige que el delito objeto de condena lleve aparejada una pena privativa de libertad y lo que es más importante a los efectos examinados, que dicha pena se haya impuesto en la sentencia condenatoria firme, no importa que posteriormente y en aras del principio de individualización penal a que se acoge dicho CP, dicha pena pueda ser sustituida por otra, pues como hemos dicho en otras ocasiones, la sustitución de las penas privativas de libertad, regulada en los arts. 88 y ss. del CP constituye una forma especial de ejecución de la condena en beneficio del reo, pero no desnaturaliza ni desfigura el carácter de pena privativa de libertad impuesta en la sentencia origen de la condena por cuya razón este motivo debe ser desestimado" . b) Por lo que atañe al segundo argumento, lo primero que se observa es que el demandante no afirma que los hechos probados constituyan una falta grave de la L.O. 12/07 y no muy grave, sino únicamente que podrían constituirla. No existe tal posibilidad. La L. O. 11/91 no exigía para la comisión de la falta muy grave del artículo 9.11 que el delito hubiese producido ninguna consecuencia: era suficiente con el hecho de haber sido condenado por delito doloso que llevase aparejada pena privativa de libertad. La ley vigente hoy, la L.O. 12/07 , exige para la comisión de falta muy grave que el delito tenga relación con el servicio o cause grave daño a la Administración, a las personas o a entidades con personalidad jurídica. Sólo si no causa alguna de estas consecuencias, la falta sería grave. Pues bien -y por ello se rechaza el argumento del demandante- la relación del delito con el servicio es innegable (quizá por ello la demanda se ciñe estrictamente a la posibilidad de que los hechos configuren la falta grave), como resulta de la propia narración de hechos probados: "Entre las 23.30 y las 24.00 horas del día 11 de octubre de 2002 el acusado Hilario , mayor de edad, del que no constan antecedentes penales, en la Oficina del Equipo de Atestados del Destacamento de Tráfico de Porriño, donde prestaba sus servicios como Guardia Civil, para utilizarla en su provecho económico, cogió la tarjeta de crédito núm. NUM001 de la Entidad La Caixa, a nombre de Claudio . Se la llevó aprovechando un momento en que se ausentaron los dos agentes que se estaban encargando de confeccionar el atestado y reseñar los objetos encontrados con motivo de un accidente de circulación ocurrido ese día y en el que había fallecido el titular de la tarjeta Claudio . Días mas tarde comenzó a utilizar la tarjeta realizando compras, abonando la autopista y surtiéndose de gasolina en distintos lugares y establecimientos, en las siguientes fechas e importes [...]." SEPTIMO.- La última cuestión se refiere al principio de proporcionalidad que establece el artículo 5 de la L.O. 11/91; principio que, en opinión del recurrente, la autoridad sancionadora lo vulneró al imponerle la sanción de separación del servicio. Para sancionar las faltas muy graves, el legislador ha previsto en el artículo 10.3 del texto legal citado las sanciones de pérdida de puestos en el escalafón, suspensión de empleo y separación del servicio. Por lo tanto, la autoridad sancionadora puede imponer una de las tres, pero no una cualquiera, como si con todas se respetara el principio de proporcionalidad establecido por el artículo 5 de la L.O.R.D .G.C., que dice así: "Las PL ZARAGOZA [email protected] 11 sanciones que se impongan en el ejercicio de la potestad disciplinaria guardarán proporción con las conductas que las motiven [...]". Y, como indicó esta Sala en su sentencia de 18 de septiembre de 2001 , "Para que el militar sancionado pueda ejercer realmente su derecho a que la resolución sancionadora sea controlada por los Tribunales, y también para que ese control jurisdiccional pueda realizarse de forma adecuada, es preciso que la Administración motive su resolución, esto es, exponga las razones que ha tenido para dictarla" . Pues bien, la autoridad sancionadora cumplió su deber de motivar la elección de la sanción. La propuesta de resolución elevada por el Asesor Jurídico General al Ministro de Defensa, propuesta que esta autoridad incorporó a su resolución sancionadora, dice, tras citar la doctrina de esta Sala y la sentencia del Tribunal Constitucional 180/2004, de 2 de noviembre , que "con independencia de la valoración de las circunstancias atenuantes apreciadas en la sentencia judicial firme, nos encontramos ante una conducta objetivamente incompatible del todo con las exigencias de probidad y rectitud que, como norma de vida, imponen al militar los artículos 15 y 42 de la Ley 85/1978, de 28 de diciembre, de Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, con grave transgresión del decoro que a todo guardia civil exigen los artículos 2 y 10 del reglamento para el servicio del Cuerpo y de las exigencias de integridad y dignidad que se previenen en el artículo 5.1 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo , lo que lleva a considerar como correcta la elección de la sanción más grave[...]" Ante todo, dada la frecuencia con que la Administración sancionadora invoca la sentencia del Tribunal Constitucional número 180/2004, de 2 de noviembre, la Sala estima oportuno hacer dos consideraciones. La primera es que dicha sentencia contiene una declaración relevante en cuanto subraya el interés legítimo de la Administración en la irreprochabilidad penal de sus funcionarios, lo que justifica que, cuando un militar condenado penalmente es sancionado después en vía disciplinaria, no resulte quebrantada la prohibición de castigar dos veces por los mismos hechos. La segunda consideración se refiere a las interpretación que, quizá propiciada por las expresiones utilizadas por la sentencia, hace la Administración sancionadora, ya que la falta consistente en " Haber sido condenado por sentencia firme en aplicación de disposiciones distintas al Código penal militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad o cuando la condena fuera superior a un año de prisión si hubiese sido cometido por imprudencia" puede ser sancionada con la separación del servicio, pero también con suspensión de empleo o pérdida de puestos en el escalafón, como inequívocamente resultaba del artículo 10.3 de la L.O. 11/91 y resulta hoy del artículo 11.1 de la L.O. 12/07 . Antes y ahora, a la comisión de la falta muy grave basada en el hecho de la condena penal no le corresponde siempre la sanción de separación del servicio. Como esta Sala ha dicho recientemente (sentencia de 10 de julio de 2009) "[...] el mero hecho de la condena penal -determinante, indefectiblemente, de antecedentes penales para el reo- de un militar o Guardia Civil no puede configurarse como condición determinante, sin excepción o matización alguna, de la inidoneidad del condenado para el desempeño de su actividad profesional, pues ello avocaría, como lógica consecuencia, a que la única sanción posible a imponer en estos supuestos de la falta muy grave por condena penal hubiera de ser, siempre, la de separación del servicio [...]" . Dicho esto, la Sala comparte la justificación dada por la autoridad sancionadora para imponer al demandante la sanción de separación del servicio. El demandante argumenta que varios datos (concurrencia de la circunstancia atenuante del artículo 21.6 , en relación con los artículos 21.1 y 20.1 del Código penal; la concesión del indulto; la reparación del daño; su hoja de servicios; la falta de PL ZARAGOZA [email protected] 12 antecedentes penales; y la agravación de su estado físico) debieron llevar a la autoridad sancionadora a imponerle no la sanción de separación del servicio sino otra de las dos también imponibles. La Sala no estima suficiente esta argumentación. Lo primero que importa señalar es que la aplicación por el Juzgado de lo Penal núm. 3 de Pontevedra de la circunstancia atenuante, de un lado, y la concesión del indulto, del otro, son realidades que se fundamentan en el dato principal invocado por el demandante: la enfermedad que sufría cuando cometió los delitos; único dato de los invocados que podría modular la gravedad de la conducta, elemento básico -como se ha dicho- para elegir la sanción adecuada, porque los demás son ajenos a ella. Pero siendo cierto que el demandante actuó sin voluntad plena, como resulta de la sentencia penal condenatoria (en el último párrafo del relato de hechos probados se dice que "El acusado padecía un trastorno adaptativo mixto ansioso depresivo con alto grado de esquizotipia de carácter crónico, el cual le hizo actuar sin capacidad volitiva plena"), también lo es que conocía lo que hacía y que quiso hacerlo, si bien su voluntad estaba mermada. Si su voluntad hubiera estado anulada -es obvio- habría sido absuelto. La propia condena evidencia que el demandante, sobre cuyas facultades cognoscitivas nada se dice, quiso hacer lo que hizo: en primer lugar, apropiarse de la tarjeta de crédito de un fallecido en accidente de circulación aprovechando que los guardias civiles encargados del atestado se habían ausentado de las oficinas del Equipo de Atestados del que él formaba parte, y luego utilizarla en beneficio propio en sesenta y nueve ocasiones. Su voluntad, pues, no fue ajena a estas acciones que configuran una conducta singularmente grave. La gravedad de la conducta ni puede ser negada -es objetivamente incompatible con el ejercicio de las funciones de los miembros de la Guardia Civil- ni pierde entidad por la circunstancia atenuante apreciada. Pese a una disminución de la voluntad, que motivó la atenuación de la pena y debió de ser una de las razones determinantes de la concesión del indulto, la conducta fue realizada con innegable afrenta a valores esenciales del Instituto. El hecho de apropiarse de la tarjeta de crédito de un fallecido, aprovechando además su pertenencia al Equipo de Atestados, y el hecho de utilizarla luego en beneficio propio de forma tan reiterada son incompatibles rotundamente incompatibles- con el deber de proteger a las personas y a sus bienes que los miembros de la Guardia Civil han de cumplir cada día. OCTAVO.- Las costas deben declararse de oficio, al administrarse gratuitamente la Justicia Militar, conforme al artículo 10 de la L.O. 4/1.987 de 15 de julio . En consecuencia, FALLAMOS Se desestima el recurso contencioso-disciplinario militar ordinario interpuesto por don Hilario , representado por la procuradora doña Mercedes Albi Murcia, contra la resolución del Ministro de Defensa de 7 de abril de 2008 por la que le impuso la sanción de separación del servicio, como autor de la falta muy grave consistente en "Haber sido condenado por sentencia firme, en aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la privación de libertad". Se declaran de oficio las costas del recurso. Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.- PL ZARAGOZA [email protected] 13 Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Ponente Excmo. Sr. D. Jose Luis Calvo Cabello estando el mismo celebrando audiencia pública en el día de la fecha, de lo que como Secretario, certifico. PL ZARAGOZA [email protected] 14