6-7 LOS CRUCEIROS DE BRETAÑA QUE RECORRIÓ CASTELAO CULTURAS DEVIAJE SÁBADO, 7 DE SEPTIEMBRE DEL 2013 LA VOZ DE GALICIA texto y fotos Santiago Garrido VIAJE TRAS LAS HUELLAS DEL ESCRITOR RIANXEIRO, QUE EN 1929 RECORRIÓ LA FISTERRA FRANCESA Y ANALIZÓ LAS SIMILITUDES DE SUS CRUCES CON LAS GALLEGAS, UNO DE MUCHOS ELEMENTOS COMUNES «Todos saben das cruces celtas sica y, por supuesto, las cruces de Irlanda, dos calvarios da Bre- que separan caminos y recuertaña e dos cruceiros de Galiza, dan a los muertos. pero poucos saben aínda que as Castelao decidió conocerlos y terras bretoas están estradas de analizarlos: «Non se pode falar cruceiros idénticos aos nosos». dos nosos cruceiros sen ter viAlfonso Daniel Rodríguez Cas- sitado os da Bretaña, e alá fun». telao comienza, con estas pala- Ya entonces se lamentaba de que bras, el prólogo de su libro As «van derrubándose a eito sen ser cruces de pedra na Bretaña, una estudados»,, en la gran penínobra publicada en 1930, fruto sula francesa, que en extensión del trabajo de cuatro meses, y población es casi equivalenentre mayo y agosto te a Galicia, y en su propia tierra. Aun del año anterior. Un «Hai tales libro ameno, ins- semellanzas así, eran incalculables: «Os cruceiros tructivo, que sigue da Bretaña son tanvigente, en el que cos galegos el escritor, político, que cómpre tos que non poden intelectual y médico contarse». Metódico, pensar en algo Castelao distingue rianxeiro, además de detallar con esmero máis que unha en su trabajo las cruy precisión quirúr- simple ces primitivas, genegica algunas de las ralmente derivadas casualidade» piezas que observa, del culto a las piedibuja y fotografía, dras, adaptadas en el completa con comentarios poé- proceso de cristianización, por ticos y reflexivos que van más lo que no es (o no era) extraño allá de un tratado descriptivo. verlas sobre menhires o dólme«Tense dito moitas veces que nes. Los cruceiros, en segundo a Bretaña é o país das cruces. lugar; los cruceiros-púlpitos y Con razón, pois en ningunha los calvarios, que representan terra cristiá, fóra de Galiza, ato- escenas de la vida y la pasión de paredes cruces de pedra con Cristo y, estéticamente, resultan tanta fartura, e dende logo en espectaculares, como pequeñas ningures poden ollarse tipos capillas plagadas de esculturas tan variados do símbolo fun- en entornos muy bellos. damental», señala el autor en A los cruceiros dedica el grueun libro que, editado por Gala- so de su libro. Y no es extraño. Cualquier viajero que llegue xia, todavía puede encontrarse en algunas librerías gallegas y, por primera vez a la Bretaña desde luego, en las buenas bi- se sorprenderá al detenerse en bliotecas gallegas. Además de un pueblo al azar, sobre todo su carácter instructivo, es una del Finistère (y especialmente excelente guía para seguir las en la zona norte, dependiente huellas del viaje que Castelao del obispado histórico de León, y su esposa Virginia realizaron. aunque también hay en CornuaSorprende constatar que poco o lles) y encontrarse con uno o nada ha cambiado en el entor- varios elementos, además de los no de los cruceiros y calvarios existentes en los cementerios, dibujados (la mayoría, 151) o fo- rodeados de la misma vegetatografiados (12). Probablemente ción que dejó en Galicia. hasta la velocidad del viaje se También lo vio así el autor: mantenga similar: hace 84 años, «Non hai cemiterio, adro parropor las evidentes carencias de quial, muro de capela ou encruinfraestructuras; hoy, por las cillada de camiño vello que non constantes rotondas en las exDATOS DE INTERÉS celentes carreteras secundarias La ruta de los cruceiros es una que ya forman parte del paisaje del departamento de Finistère, buena manera de descrubir los atractivos de Bretaña, muy uno de los cuatro que integran numerosos. En la web www. la Bretaña, la Galicia soñada que vacaciones-bretana.com dijo algún autor, la hermana de toxos, xestas, granito, leyendas, aportan opciones. Vueling tiene mar, agricultura, carácter, mú- numerosos enlaces. teña un cruceiro», señala. Muchos presentan un fuste espinoso, con bultos, herederos de la peste bubónica que afectó a la región entre los siglos XVI y XVII. Otros, con pequeños altares o mesas para dejar los cadáveres. Por lo general, con la imagen de Cristo en el anverso y la de la Virgen en el reverso, aunque tal vez más dramáticos que los gallegos, con representaciones de sangre en las llagas, por ejemplo. La similitud que encuentra entre unos y otros no le sorprende. Los situados «á beira dos valados e dos camiños son idénticos aos galegos». Más aún: «O tipo común de cruceiro en Bretaña é idéntico ó de Galicia, con tales semellanzas que cómpre pensar en algo máis que unha simple casualidade», relata, y define uno por uno esos puntos en común. Aventura además que, si los bretones trajeron el Camino de Santiago y la materia bretona, ellos «levaron, en troques, os cruceiros, e despois, todo se explica: nas dúas terras irmás a mesma semente deu froitos idénticos, e nasceron bosques de cruceiros coma denantes nasceran de carballos». En los recogidos cementerios, el escritor se detiene y juzga: «É máis axeitado dicir que a igrexa está dentro do cemiterio a dicir que o cemiterio está ó redor da igrexa. Tal é a importancia que alí ten o camposanto. É o centro do pobo, un lugar que adoita visitarse por deber e por gusto, como se alí vivisen os mortos. Alonxalos das vilas é botar aos vellos lonxe da casas dos seus fillos». Elogia los calvarios, pero aprecia lo más simple: «Os calvarios bretóns, comparados cos cruceiros, resultan catedrais comparados coas capelas, pero nos cruceiros aparece máis nitidamente a estética do xénero e a ialma limpa do pobo celta e cristián». LESCOFF. Castelao inclu obra. Una de ellas, toma pocos metros del Pointe turístico y geográfico. Lo por el cruceiro ni por su SAINT-THÉGONNEC. Está cerca del de Guimiliau. De 1610, al lado de una iglesia monumental. Dice Castelao que forma parte de un nuevo estilo arquitectónico, en el que los jóvenes maestros querían imponer su arte.