SERIE: LA DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE No.2- Derecho de Igualdad ante la Ley Observatorio de Derechos Humanos COMPILACIÓN DE ARTÍCULOS INFORMATIVOS MAYO DE 2014 ARTÍCULO II. DERECHO DE IGUALDAD ANTE LA LEY1 Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna. Viviana Del Pilar Arévalo Sánchez Secigrista Dirección General de Derechos Humanos Ministerio de Justicia y Derechos Humanos La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, estable en su artículo II, lo siguiente: “Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna”. Introducción La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre es un instrumento general del Sistema Interamericano de los Derecho Humanos. Su cumplimiento es de carácter obligatorio para los países miembros de la OEA, entre ellos el Perú. Dentro de las funciones establecidas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ésta debe emitir informes anuales pronunciándose sobre las violaciones que se cometen en cada país. En estos informes se señala enfáticamente que es obligación de los Estados dar cumplimiento a los artículos mencionados en la Declaración Americana. Cabe destacar que, aun no siendo un Estado que ha ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos o reconocido la competencia de la Corte Interamericana, la Declaración Americana es un instrumento vinculante a los Estados que son parte de la OEA. En caso de encontrarse que un país vulneró los derechos de un ciudadano, la CIDH recomienda indemnizar a las personas perjudicadas por el daño ocasionado. Como un ejemplo de lo mencionado, se puede destacar el siguiente caso llevado contra los Estados Unidos: 1 Citar este número como: Viviana Del Pilar Arévalo Sánchez, El Derecho a la Igualdad ante la Ley. Serie La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, No. 2, Lima: Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, mayo 2014. Disponible en (http://observatorioderechoshumanos.pe) Caso 12.626, informe No. 80/11, Jessica Lenahan (Gonzales) (Estados Unidos); aprobado el 21 de julio de 2011, la CIDH concluyó que el Estado no actuaba con debida diligencia para proteger a Jessica Lenahan y Leslie, Katheryn y Rebecca Gonzales de la violencia doméstica, lo cual incumplía la obligación del Estado de no discriminar y de proteger la igualdad ante la ley de conformidad con el artículo II de la Declaración Americana2 Como se puede apreciar, los derechos y deberes enumerados en la Declaración Americana son de estricto cumplimiento para los países miembros de la OEA. Además, es preciso acotar que una de las tantas recomendaciones dadas por la CIDH es que los países deben realizar una adecuada implementación de políticas públicas en sus niveles de administración de justicia, a fin de garantizar una igual protección ante la ley. El Perú ha ratificado varios instrumentos jurídicos internacionales en los que se refuerza la importancia y el reconocimiento del artículo II de la Declaración Americana. En esa línea, no estamos exentos de las decisiones adoptadas por órganos internacionales como la CIDH, al contrario, al ser un país miembro de la OEA, estamos en la obligación de reconocer la existencia y prevalencia de la “Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre”. Esta regla ha sido establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva OC-10/89 referida al valor jurídico de dicho instrumento. Como referencia, analicemos el caso 12.6703, que realiza la Asociación Nacional de Ex-servidores del Instituto Peruano de Seguridad Social y Otras. En este caso, los peticionarios alegaban que se violaron diferentes artículos de la Convención Americana y de la Declaración Americana, entre los cuales se encuentra el menoscabo al derecho a la igualdad ante la ley en la medida que otros pensionistas, como los adscritos al régimen militar, mantienen su derecho. En referencia a la reforma constitucional del 2004, a través de la Ley 28389 y la Ley 284449, se modificó el régimen pensionario regulado por el Decreto Ley 20530. A partir de su análisis, la CIDH concluyó que el Estado peruano no había violentado ningún derecho.4 Igualdad ante la ley La Declaración Americana en su artículo II indica que “Todas las personas son iguales ante la Ley”. Su concepción surge como tal con la Revolución Francesa de 1789. En estos casos, el reconocimiento de la igualdad es puramente formal, donde la posición jurídica prevalecía según la identidad de los destinatarios. Ello debido a la existencia de los diferentes ordenamientos legales donde la ley en aplicación en cada tribunal era diferente. 2 Ver Comisión Interamericana de Derechos Humanos “Informe Anual 2013”. Disponible en: www.cidh.org El presente informe acumula las peticiones registradas bajo los números P-957-05 (presentada por la Asociación de ex Servidores del Instituto Peruano de Seguridad Social – ASEIPSS), P-1049-05 (presentada por la Asociación Nacional de Pensionistas del Banco de la Nación), P-1177-05 (presentada por la Central Nacional de Jubilados – CENJUPE), P-1286-05 (presentada por el Centro Federado de Trabajadores y ex servidores del Seguro Social), P1287-05 (presentada por la Asociación de Cesantes y Jubilados de ENAPU S.A.), y P-1414-05 (presentada por el Colegio de Abogados del Cuzco). Ver en: http://www.cidh.oas.org/annualrep/2009sp/Peru12670.sp.htm#_ftn1 4 Se registró un voto concurrente, del comisionado Paolo Carroza 3 Posteriormente, se habla de una igualdad material, donde el poder estatal fluye con una participación limitada. Es decir, frente a las decisiones que tomen los “operadores de justicia” en un caso concreto, las ciudadanas y ciudadanos tienen en respaldo legal de reaccionar a lo que consideran fallos arbitrarios, porque entienden que la actuación de aquellos no es objetiva ni razonable. Así por ejemplo, un juez, no puede hacer entre los titulares de los derechos u obligaciones más diferenciaciones que las establecidas la Ley, porque sencillamente la Ley es la misma para todos, inclusive, debemos ser tratados todos por igual. La “igualdad ante la ley” constituye, indefectiblemente, un principio rector de la protección de los ordenamientos jurídicos contemporáneos y de los derechos humanos, incidiendo que todos somos iguales en dignidad y derechos. Comprendiéndose que la igualdad se desglosa de la misma naturaleza del género humano como tal e inherente a la dignidad esencial de toda persona. Por lo tanto, se puede afirmar que: “La noción de igualdad ante la ley se consagra como la exigencia de que todos los ciudadanos se sometan igualmente al ordenamiento jurídico, y que todos tengan igual derecho a invocar la protección de los derechos que el ordenamiento reconoce (;)5”. En este sentido, “la igualdad ante la ley” insta el derecho de las personas a participar del bien común en condiciones generales de igualdad, sin ningún tipo de discriminación, el mismo que implica a no ser objeto de un trato diferenciado por razones de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica. Para representar lo expresado tenemos que, un niño de la sierra, selva o costa tienen el derecho de acceder a una educación que configure una oportunidad de desarrollo cognitivo, emocional y sobretodo que se garantice el respeto de sus derechos humanos, en igualdad de condiciones, sin menoscabo a ser discriminados por ninguna índole. En la misma línea, todas y todos tenemos reconocidos los derechos y deberes consagrados en la Declaración Americana, en sus capítulos primero y segundo respectivamente. De este modo, las personas no pueden aceptar ser tratadas en condiciones de desigualdad y/o actos de discriminación, porque simplemente nuestros derechos y deberes como ciudadanos reconocidos en las leyes, tanto a nivel nacional como internacional, así lo ameritan. Es decir, una persona de la tercera edad, un adolescente, un abogado, una enfermera cuentan con los mismos derechos y deberes que una persona con discapacidad, un andino, un médico, Tú o Yo. 5 a Antonio E. Pérez, “El concepto de igualdadD”, cit. P 262; Miguel Rodríguez-Piñero y M FernandezLopez: Igualdad y discriminación, cit., pp 19 y 20