AUTO SALA DE LO SOCIAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CANTABRIA Rec. Núm. 1-2/2013 Medidas Cautelares. Presidente Ilmo. Sr. D. Rubén López-Tamés Iglesias Magistrados Ilma. Sra. Dña. Mª. Jesús Fernández García (PONENTE) Ilma. Sra. Dña. Elena Pérez Pérez En Santander, a 23 de diciembre de 2013. EN NOMBRE DE SU MAJESTAD EL REY, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria compuesta por los Ilmos. Sres. citados al margen ha dictado el siguiente HECHOS PRIMERO.- El día 3 de diciembre del año en curso, se han presentado ante esta Sala dos solicitudes de medidas cautelares, una presentada por la CGT y otra por UGT, a consecuencia de los recursos de suplicación anunciados. En ambas se solicita que por la Sala se acuerde la medida cautelar decretada por el Juzgado de lo Social nº 5 en Auto de 18 de septiembre de 2.013, en el proceso de conflicto colectivo nº 619/12, y que, por tanto, se suspenda cautelarmente la movilidad geográfica decidida por las demandadas, por CGT; y, respecto de la comunicación de la empresa Konecta Servicios BPO S.L., por UGT, hasta que se resuelva el recurso de suplicación planteado. SEGUNDO.- Que con fecha 5 de diciembre de 2.013, se dictó Auto acordando haber lugar a las medidas cautelares solicitadas por la Federación Regional de la confederación General del Trabajo de Cantabria y el Sindicato Unión General de Trabajadores, contra los pronunciamientos, no firmes, de la sentencia del Juzgado de lo Social nº Cinco de Santander de fecha 25 de noviembre de 2.013, proceso 619/13, contra cuya resolución se interpuso recurso de reposición por la Empresa Konecta Servicios BPO S.A. que fue impugnado de contrario. Por diligencia de ordenación de 19 de diciembre se acordó la celebración de vista, a la cual comparecieron las partes con el resultado obrante en el presente proceso. RAZONAMIENTOS JURÍDICOS PRIMERO.- En las presentes actuaciones se cuestionan medidas cautelares, planteadas a instancia de la Federación Regional de la Confederación General del Trabajo de Cantabria y Unión General de Trabajadores, en demanda colectiva por movilidad geográfica acordada por la empresa Konecta Servicios BPO S.L., empresa que se sucede en los contratos de trabajo con la anterior empleadora Telemarketing Gonden Line S.L., con centro de trabajo sito en Torrelavega, con efectos desde el 1-10-2013. Para su traslado al centro titularidad de la nueva empleadora en Valladolid. Entidades que solicitan que “…acuerde la medida cautelar de requerir la empresa Konecta Servicios BPO S.L.” para que deje en suspenso “de forma inmediata”, hasta tanto no se resuelva el recurso de suplicación interpuesto contra la sentencia de fecha 25 de noviembre de 2013, dictada por el Juzgado Social núm. 5 de Santander, en demanda de conflicto colectivo, sobre el traslado de los 152 trabajadores adscritos al centro de trabajo de Torrelevega y que vienen prestando servicios para la empresa Telemarketing Golden Line S.L., en la campaña de servicios para el cliente VODAFONE. Notificada mediante carta de fecha 28-11-2013, en la que la citada empresa les comunica a los empleados, el cierre del centro de trabajo de Torrelavega con fecha 1 de diciembre de 2013, comunicándoles que se habilita una oficina para llevar a cabo las extinciones laborales en Torrelavega y “que el traslado será efectivo el día 6 de diciembre de 2013”. Mediante auto de esta sala de fecha 5 de diciembre de 2013, se acuerda la medida cautelar solicitada, sobre los efectos suspensivos relativos a la movilidad geográfica acordada por la empresa. Ante el pronunciamiento, no firme, de la sentencia de instancia, sobre el referido traslado colectivo, hasta la resolución definitiva del recurso de suplicación. A consecuencia de la comunicación empresarial de Konecta Servicios BPO mediante carta de empresa que notifica que el traslado será efectivo el día 6-12-2013. Sin audiencia previa a la empresa demandada. La citada resolución ha sido objeto de recurso de reposición por la empresa Konecta Servicios BPO S.L., instando, en el primer motivo, la declaración de nulidad de actuaciones por infracción del artículo 744 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, 1/2000, de 7 de enero, con relación al artículo 24 de la Constitución española. Pretendiendo que la competencia para conocer de la solicitud de prórroga lo es el Juzgador de la instancia y no el presente Tribunal, por corresponderle la prórroga o mantenimiento de la medida cautelar acordada por el Juzgado de Social núm. 5 de Santander, una vez absuelta de la demanda, en sentencia de la instancia de fecha 25-11-2013. No habiendo sido remitidos los autos a la Sala, habiéndose únicamente anunciado recurso, no siendo de aplicación el art. 723 de la misma ley. Y, sin audiencia previa a la empresa, lo que considera ha imposibilitado que se pudiera llevar el análisis preceptivo para poder determinar con suficiente detenimiento el conocimiento las causas de la eventual subsistencia de los presupuestos y circunstancias que justificasen el mantenimiento o la adopción de dicha medida. Citando en su apoyo la doctrina contenida en el Auto del Tribunal Supremo Sala Primera de fecha 24 de junio de 2007. Esta resolución del TS S 1ª, se refiere al acuerdo de medida cautelar de anotación preventiva de embargo, en cuanto a las actuaciones practicadas a partir de que, por la Audiencia se dictara la Sentencia de segunda instancia que, como la dictada por el Juzgado de Primera Instancia resulta ser absolutoria de la demanda reconvencional en la que se solicitó la medida cautelar de anotación preventiva de demanda-. Y, que el actor, demandado reconvencional y recurrente, no solicitó el mantenimiento de la medida cautelar cuya vigencia había sido expresamente acordada en la primera instancia, tras la Sentencia absolutoria dictada por el Juez de Instancia. Razón por la cual, el Alto Tribunal declara que, “por tanto procedía que dicha medida se hubiera dejado sin efecto tal como impone el precepto transcrito; en dicha norma, el legislador impone al órgano judicial, en términos claramente imperativos y no a su arbitrio, el inmediato alzamiento de la medida que sólo puede ser enervado por la formal petición del solicitante de la medida cautelar de su mantenimiento, lo que en el caso que nos ocupa no ha acontecido, mantenimiento que, además, de acordarse lleva aparejado un aumento de la caución, según ya se verificó en el litigio cuando en trance de acceder a la segunda instancia el actor recurrente sí hizo uso de la facultad conferida en el artículo mencionado para que se procediera, durante la pendencia de la apelación, la medida cautelar”. De manera que –continua el TS-, no puede eludirse la previsión del legislador, basada en la relación que ha decidido dar, a una sentencia absolutoria, con relación a la adopción de medidas cautelares, mediante una solicitud –ya, ante el Tribunal de Casación-, de libramiento para prórroga de anotación una medida preventiva de embargo, que, en ningún caso, declara, puede ser considerada como una solicitud formal de su mantenimiento. Con inobservancia del art. 744 de la LEC. No obstante, en las presentes actuaciones, de conformidad con el art. 79 de la LRJS (citado expresamente en la solicitud de medida cautelar inmediata) y que resulta de aplicación, con relación a los preceptos que también citan, contenidos en los art. 721, 723, 727.7, 728 de la LEC, 303 de la LRJS y 40.1 del ET. En los que se precisa que la normativa civil a que remite el art. 79 de la LRJS, deberá adaptarse a las peculiaridades del proceso social. Así, en la presente litis, consta la solicitud ante Tribunal Superior de Justicia de la parte promotora de acción colectiva en materia de movilidad geográfica, ante la demanda, solicitud y auto acordando la medida cautelar de suspensión de la decisión empresarial del Juzgado Social núm. 5 de los de Santander de fecha 19-9-2013, frente a la notificación (ordinal primero del auto de la instancia), de las empresas demandadas con efectos desde la fecha 3010-2013, comunicando individualmente la decisión colectiva del traslado de la plantilla del centro afectado en Torrelavega. Que en su parte dispositiva acuerda suspender cautelarmente, hasta que se emita pronunciamiento en la instancia, en cuyo caso se acordará sobre su continuidad. Dictada sentencia absolutoria de la demanda planteada, de fecha 25-112013, expresamente alza la medida cautelar, previamente acordada. Por lo que ante esta nueva solicitud, y aquel alzamiento, justificando las entidades promotoras de la medida, la remisión por la empresa konecta Servicios BPO S.L., nueva carta de fecha 28-11-2013, que la efectividad del traslado, ahora, tendrá efectos desde el 6 de diciembre, siguiente a su notificación a cada empleado, anunciando el cierre del centro de trabajo y la habilitación de una oficina para la extinción contractual, así como, permiso remunerado con sueldo hasta el día 5 de diciembre. Justifica, por un lado, aunque en la solicitud de CGT al inicio se aluda a la “prorroga de la medida cautelar” de la instancia, lo cierto es que tanto en el cuerpo del escrito, como en su parte de suplica y la solicitud de UGT, se insta la adopción de nueva medida cautelar. Ya que, no estamos ante la actuación empresarial inicial que suspende el auto de la instancia (de septiembre con efectos a octubre de 2013), antes de la efectividad de la sucesión empresarial del art. 44 del ET entre las demandadas. Sino ante la reacción frente a una nueva decisión empresarial, esta ya dictada por la empresa Konecta Servicios BPO S.L., que por la premura que implica en su comunicación, por la notificación inmediata de la empresa al colectivo de los 152 trabajadores afectados, a 250 km., del centro de destino. Sin que la sentencia de instancia sea firme, que es el objeto del auto dictado por la sala impugnado. Persistiendo la apariencia de buen derecho, por los motivos que expone pese a la sentencia absolutoria de la instancia, en una primera aproximación a la causa. Y, se interpreta por la sala –de conformidad a lo solicitado-, como solicitud de nueva medida cautelar (ante nueva decisión empresarial) de los art. 79.1 de la LRJS, 730.3 de la LEC y 723.3 del mismo Texto legal y concordantes, que autorizan a la sala a su dictado, y no como mera prorroga de la anterior. Que reiteramos, paralizaba la comunicación previa de 30-8-2013, anterior al dictado de la sentencia de instancia. De tal forma que, incluso, de ponderarse la posible competencia de la instancia, ante el anuncio por la empresa del cierre del centro de trabajo y la inmediata reincorporación con efectos desde el día 6 de diciembre, no habría plazo temporalmente posible, para su adopción, antes de la efectividad del traslado acordado (el auto se dicto el día 5 de diciembre, siendo la solicitud de la medida del día 3 anterior). En especial, en modulada ponderación de los principios de celeridad y concentración procesal, propios del orden jurisdiccional social (art. 74 de la LRJS), en un intento cautelar, de asegurar la efectividad de recursos de suplicación anunciados. Con relación a la intervención de la demandada, por acordarse la medida sin audiencia previa a la empresa afectada, el propio artículo 733 de la LEC, que prevé esta audiencia, contempla la existencia de excepciones. Si, como regla general, el Tribunal proveerá a la petición de medidas cautelares previa audiencia del demandado, “cuando el solicitante así lo pida y acredite que concurren razones de urgencia o que la audiencia previa puede comprometer el buen fin de la medida cautelar, el Tribunal podrá acordarla sin más trámites mediante auto, en el plazo de cinco días, razonando por separado sobre la concurrencia de los requisitos de la medida cautelar y las razones que han aconsejado acordarla sin oír al demandado”. Precisamente, la inmediatez de la decisión empresarial una vez comunicada la decisión de la instancia desestimatoria de la demanda y alzando la medida cautelar, sin que sea firme (anunciando recurso de suplicación en igual fecha los solicitantes), y las posibles consecuencias perjudiciales a la tutela judicial efectiva de los promotores de la demanda colectiva, llevó a la falta de esta comunicación a la demandada, anterior a la decisión. Que no obsta a su audiencia, posterior, con las alegaciones y pruebas (se ha citado a comparecencia ante su oposición a la medida), que estimó pertinentes la parte demandada, en orden a la totalidad de las cuestiones relacionadas con ella. En el auto del mismo Tribunal Supremo, Sala Civil, cuya doctrina invoca la parte recurrente, en el de fecha 24-1-2003 (rec. 3093/2003), el propio Tribunal se estima competente (fundamento de derecho segundo), para acceder a la medida cautelar solicitada (también anotación preventiva de demanda, distinta como la invocada, de la que aquí nos ocupa), necesaria para asegurar la efectividad de la tutela judicial efectiva que pudiera otorgarse en la sentencia estimatoria de la demanda, del art. 721.1 de la LEC, en virtud del art. 723.2 del mismo texto, por justificarse razones para su procedencia. Aunque la AP había rechazado por auto por hallarse caudada la anotación preventiva de demanda, acordada en su día por Auto del Juzgado de Primera instancia. Lo que avala la decisión atacada en el recurso. En consecuencia, se desestima la declaración de nulidad de actuaciones instada, por considerarse la sala competente a su dictado y tratarse de la adopción de una nueva medida cautelar (frente a una también nueva medida empresarial), acordando, eso sí, la misma movilidad geográfica colectiva cuestionada desde la anterior efectividad en octubre de 2013. Contra la comunicación empresarial inmediata a la sentencia de la instancia, de fecha 28-11-2013, con efectos desde el 6 de diciembre siguiente (en cuanto a la movilidad geográfica buscada desde el inicio del litigio). Y, no, meramente la prórroga de la anterior, una vez alzada suspensión en la instancia. SEGUNDO.- La empresa recurrente en reposición, igualmente, pretende la declaración de nulidad de actuaciones, por pretendida infracción del artículo 733 de la LEC, con relación al art. 24 de la CE, al haberse acordado la prorroga sin audiencia de esta parte procesal, y aunque no fue solicitado de contrario. Exigiendo este precepto (el art. 733 de la LEC), su solicitud expresa, y que el demandante, acredite razones de urgencia, que afirma aquí no se dan. Incurriendo la resolución recurrida, pretendidamente, en incongruencia “extra petita”, al conceder más de lo pedio. Invocando en apoyo de su pretensión doctrina del Tribunal Constitucional que refiere, acarreando con ello, indefensión, vulneradora del derecho a la tutela judicial efectiva. Pues, no se le permite acreditar el especial daño que sufre de demorar la decisión del traslado adoptada, que en la instancia se declara ajustada a derecho. Acompañando contrato de alquiler y sucesivas prórrogas del centro de trabajo en Torrelavega y su finalización. Suponiendo la demora del traslado un claro perjuicio para la recurrente, durante el tiempo en que se substanció el procedimiento del JS 5º, lo que supuso un adición del conste de arrendamiento en 65.141,56 €. Que, actualmente los trabajadores estén disfrutando de un permiso con sueldo, puesto que se carece de centro de trabajo. Que, al notificarse la sentencia de instancia el 27-11-2013, la prórroga del contrato de cesión de uso del alquiler de la empresa Telemarketing G a la empresa Konecta S, que se había formalizado previas las medidas cautelares, que vencía el 30 de noviembre de 2013, no renovó. Siendo desmantelado el centro, por el propietario, estando ante el auto dictado ante una situación precaria, con 152 empleados, sin centro físico en Torrelavega, en el que prestar servicios. Lo que estima, conocen la representación sindical, pues así lo comunica en fecha 28-11-2013, acompañado con la solicitud de la medida. Siendo la sentencia de conflicto colectivo de instancia, directamente ejecutable. Citando a los empleados, para atenderles en el centro sito en el Hotel Marqués de Santillana. Lo que ha sido utilizado por la representación sindical para denunciar a la empresa por falta de ocupación efectiva y otras medidas. Comenzando por esta última argumentación, posibles denuncias policiales o a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, no son aquí cuestionables, dado que debe centrase el debate sobre la adopción por la Sala de medida cautelar, de suspensión de la decisión empresarial con efectos desde el 6-12-2013, de traslado colectivo, y sus posibles consecuencias, a raíz del dictado de la sentencia de instancia en materia colectiva. Ciertamente, sin audiencia previa de la empresa, reiterando aquí, que ello fue debido a la solicitud (en ambas medidas, se solicita expresamente con carácter “inmediato”), proporcional a la inmediatez de la comunicación empresarial previa, de ejecutividad del traslado colectivo (nuevo), acordado, esta vez, por la empresa KONECTA SERVICIOS BPO. Es cierta la expresión contenida en el art 733 de la LEC, sobre la solicitud sin audiencia al demandado, cuando el solicitante así lo pida y acredite que concurren razones de urgencia o que la audiencia previa puede comprometer el buen fin de la medida cautelar. Pero, la sala entiende que así se hizo, sin precisar la necesaria mención expresa del precepto en que se funda, dados los términos literales de la solicitud de medida cautelar de ambas entidades Sindicales, que lo implican, por su inmediatez (solicitada); pero también, en armonía a la inmediata efectividad de la medida acordada por la empresa, que con el fin anunciado en el recurso de intento de asegurar la efectividad del recurso de suplicación, no deja margen temporal alguno para su práctica. La medida se solicita el día 3-12-2013 y se acuerda el día 5, siguiente; el previo al día 6 de la efectividad del traslado. Que son las razones que han aconsejado acordarla sin oír al demandado, lo que solicita la parte promotora con su pretensión de resolución “inmediata” que lo impide, por la necesidad de comunicación previa a los afectados y respeto de plazos legalmente establecidos al efecto. Que una vez acordada con carácter cautelar la medida, son los que motivan la demora en la vista, que, por ello, tampoco se estima causen indefensión a la parte demandada, que también se opone a su respeto, en cuanto a plazos (art. 734 de la LEC). En la presente litis en las peticiones tanto de la CGT como de UGT consta, claramente, la pretensión de medida cautelar, que implica, dadas el resto de circunstancias invocadas en cada escrito que se acompaña de documental, tales como la reciente sentencia del JS 5 de fecha 25-11-2013, desestimatoria de la demanda y que alza la medida cautelar de la suspensión del traslado colectivo por movilidad geográfica, acordada por auto previo. Y, fundamentalmente, en virtud, de los hechos nuevos introducidos por voluntad unilateral de la empresa Konecta S, consistentes en la ejecutividad inmediata de la citada resolución, de tal forma que la empresa remite carta a los afectados comunicando, que el día 1 de diciembre procedería a cerrar el centro de trabajo con permiso retribuido a los empleados que el día 6 sería efectiva la medida del traslado. Que es lo que pretende evitar, para hacer menos gravosa la continuación del proceso hasta la resolución definitiva. Lo que como posteriormente se amplia, parece no ha sido posible, por justificarse la resolución del contrato de arrendamiento del centro, con anterioridad. Con relevancia a la causa de oposición a la medida acordada, aunque no a la formalidad de la adopción inicial sin previa audiencia, que busca mantener el estatus anterior al dictado de la sentencia de instancia, lo que, ahora, acredita ya había sucedido. Cuando, además, y en necesaria ponderación de la normativa procesal laboral en la materia (art. 79.1 de la LRJS), no se precisa la cita de fundamentación jurídica pormenorizada, como con evidencia se obtiene de la regulación contenida en los artículos 80.1, y muy especialmente, para el procedimiento de conflicto colectivo aquí seguido, del 157.1.e) de la LRJS. En los que se hace referencia, únicamente, en la demanda colectiva (innecesaria en la demanda ordinaria) de una “referencia sucinta a los fundamentos jurídicos de la pretensión formulada”. Por lo tanto, aun de forma escueta, se entiende suficiente la argumentación jurídica, y clara la fáctica, así como la solicitud expresa de medida cautelar inmediata, de los promotores de la medida, por la invocación tanto de los artículos que autorizan la medida, así mismo, justificada en la actuación unilateral de la empresa que tampoco permite un trámite más sosegado. Sin que se estime por la sala que, con ello, se pusiera en peligro la tutela judicial efectiva, ya que, posteriormente se ha observado, ha sucedido (por preverlo así la normativa aplicable), su posibilidad de defensa en toda su amplitud sobre la medida acordada, así como de practicar prueba. Lo que tanto la medida pretendía, cautelarmente, la momentánea paralización del traslado, hasta la resolución definitiva del recurso, en evitación de circunstancias, que sin embargo, ahora la empresa acredita, que dificultan o hacen más gravosa la medida. Lo que la sala estima, es distinto a que con la decisión inicial se causase indefensión. Pues, la ley permite tal decisión, sin dicha audiencia, que se produce con posterioridad. Siempre, en atención a los muy concretos datos fácticos que en cada litis se producen y que aquí, la sala estima justificaron la inmediatez (solicitada), de la decisión inicial acordada. La falta de audiencia previa, que pretende le causa indefensión, se resuelve legalmente en el mismo artículo invocado (con relación al art. 186 de la LRJS) con dicha audiencia en el recurso de reposición y con la cita a comparecencia, una vez apreciada la oposición del demandado a la cautelar acordada, de los 739 y 741 de la LEC. En la Sentencia del Pleno del TC 14/2012, de 10 de febrero, expresamente se declara que no se requiere plena certeza sobre el derecho protegido en la medida cautelar acordada, y que no es forzoso que se oiga con antelación a la parte que afecta la cautelar, por ser una facultad legalmente establecida. Por lo que, igualmente, se rechaza este motivo de nulidad solicitado (la oposición, se deja para el último motivo en que se cuestionan los requisitos para su adopción), al ajustarse, moduladamente la norma civil al procedimiento laboral colectivo, aquí seguido. El hecho de que el art. 160.4 de la LRJS, consagre que la sentencia será ejecutiva desde el momento en que se dicte. Se cuestiona por los promotores de la medida en el sentido de ser declarativa la de instancia, lo que obstaría al amparo de la decisión empresarial, una vez le es notificada la dictada que declara justificada la movilidad geográfica colectiva acordada. Pero dicho precepto, debe ponerse en relación a lo establecido en el art. 40 del ET y 138 de la LRJS, de tal forma que, aun siendo cierto que la parte dispositiva del fallo de la sentencia en materia de conflicto colectivo por movilidad geográfica se limita a lo previsto en la regulación legal de la materia. Su efectividad, tiene el efecto que la empresa pretende, sobre la decisión concreta de movilidad que a cada trabajador incumbe. A lo que, no obsta, la posibilidad del recurso que contra la misma pueda interponerse. Previendo expresamente el art. 303.1 al final, de la LRJS que las sentencias que recaigan en procesos colectivos, entre otros, serán ejecutivas desde que se dicten, según la naturaleza de la pretensión reconocida, no obstante el recurso que contra ellas pudiera interponerse y “sin perjuicio de las limitaciones que pudieran acordarse para evitar o paliar perjuicios de imposible o difícil reparación”. Pero, también, considera la sala que la falta de previsión expresa de medida cautelar, no significa que no le sea de aplicación la posibilidad de adoptar medidas cautelares de las previstas con carácter general en el art. 79 del mismo Texto legal, siempre que concurran las circunstancias precisas al efecto. Pues, el procedimiento colectivo no lo impide expresamente, y además, la concreta medida colectiva aquí cuestionada, de declararse injustificada o nula, implica que se reintegre a los trabajadores en la situación previa. Igualmente pretende la empresa demandada que toda movilidad geográfica implica un perjuicio, y que ello impediría la adopción de medidas cautelares, pues, en todo caso, serían posibles, lo que estima contrario al espíritu de la reforma del ET operado por R.D. Ley 3/2012, y posteriormente, por Ley 3/2012. Sin embargo, estima la sala que al no impedirlo la norma contenida en el art. 79 con relación a los art. 152 y siguientes de la LRJS, ello es posible. No siendo, en todo caso, idénticas las circunstancias a ponderar en una movilidad geográfica, pues habrá grandes variaciones en el número de trabajadores afectados, circunstancias de distancia del traslado, sector productivo en que se empleen, naturaleza de la causa organizativa, productiva o económica en que se funde, salarios o jornadas de los afectados…. Lo que dadas concretas circunstancias introducidas por la acción empresarial, debe ponderarse (en el motivo del recurso destinado a la concurrencia de los requisitos de la medida), tras la inmediata notificación de la decisión de la instancia, podrían dar lugar a la difícil (es cierto que no imposible) ejecutividad del reintegro a la situación previa del art. 138.7 de la LRJS. En cuanto a la pretendida incongruencia de la decisión de esta sala atacada hay que recordar la doctrina del Tribunal Constitucional, en su sentencia, entre otras muchas, de la Sala 1ª, de fecha 14-10-1998 (nº 202/1998, rec. 4111/1996, BOE 276/1998, de 18 noviembre 1998, EDJ 1998/29816), en la que se ha declarado que “…el vicio de incongruencia, entendido como desajuste entre el fallo judicial y los términos en que las partes formularon sus pretensiones, concediendo más o menos, o cosa distinta de lo pedido, puede entrañar una vulneración del principio de contradicción constitutiva de una efectiva denegación del derecho a la tutela judicial, siempre y cuando la desviación sea de tal naturaleza que suponga una sustancial modificación de los términos en que discurrió la controversia procesal…. De este modo, el juicio sobre la congruencia de la resolución judicial ineludiblemente presupone la confrontación entre su parte dispositiva y el objeto del proceso, delimitado por referencia a sus elementos subjetivos partes- y objetivos -causa de pedir y petitum-. Ciñéndonos a estos últimos, la adecuación debe extenderse tanto al resultado que el litigante pretende obtener, como a los hechos que sustentan la pretensión y al fundamento jurídico que la nutre, sin que las resoluciones judiciales puedan modificar la causa petendi, alterando de oficio la acción ejercitada, pues se habrían dictado sin oportunidad de debate, ni de defensa, sobre las nuevas posiciones en que el órgano judicial sitúa el thema decidendi. Los preceptos invocados como infringidos por la recurrente han sido objeto de una interpretación, ya consolidada, tanto por parte del Tribunal Supremo (SSTS, Sala 4ª, de fecha 23-11-2001, EDJ 2001/70977; 23-7-2001, EDJ 2001/35669; 14-1-1997, rec. 2040/1996, RJ 1997/25; y, 16-2-1993, EDJ 1993/1483), como del Constitucional (STC de 20-5-1988, EDJ 1988/407), debiendo partirse en cuanto al vicio de incongruencia, que tal infracción de las normas reguladoras de la resolución judicial garantiza, que debe incidir en el derecho fundamental de defensa. «La incongruencia de las decisiones judiciales, entendida como una discordancia manifiesta entre lo que solicitan las partes y lo que se otorga en aquellas concediendo más, menos o cosa distinta de lo pedido, puede llegar a vulnerar el derecho a la tutela judicial reconocido en el art. 24 CE, tanto por no satisfacer tal pronunciamiento la elemental exigencia de tutela judicial efectiva que es la de obtener una sentencia fundada sobre el fondo del asunto sometido al órgano judicial, como por provocar indefensión, ya que la incongruencia supone, al alterar los términos del debate procesal, defraudar el principio de contradicción» (STC 60/1996, de 15 abril [RTC 1996\60]), siempre que tal desviación suponga una alteración decisiva de los términos del debate procesal, «substrayendo a las partes el verdadero debate contradictorio y produciéndose un fallo o parte dispositiva no adecuado o no ajustado sustancialmente a las recíprocas pretensiones de las partes», constituyendo en definitiva una posible causa de lesión del derecho de defensa (SSTC 109/1985, 1/1987 y 189/1995, entre otras). La referida doctrina constitucional y jurisprudencial ha afirmado que la incongruencia omisiva (al igual que por exceso), lesiona, el derecho a la tutela judicial efectiva, habiendo establecido, en cuanto ahora específicamente nos interesa, que para que la incongruencia (en concreto, la llamada «extra petita») «tenga relevancia constitucional se precisa que el desajuste entre lo resuelto por el órgano judicial y lo planteado en la demanda o en el recurso sea de tal entidad que pueda constatarse con claridad la existencia de indefensión, por lo cual requiere que el pronunciamiento judicial recaiga sobre una cuestión no incluida en las pretensiones procesales, impidiendo así a las partes efectuar las alegaciones pertinentes en defensa de sus intereses relacionados con lo decidido» (SSTC 88/1992, 44/1993, 125/1993, 369/1993 [RTC 1993\369], 172/1994 [RTC 1994\172], 222/1994 [RTC 1994\222], 311/1994 [RTC 1994\311], 91/1995, 189/1995, 191/1995, de 18 diciembre, 13/1996, de 29 enero, 60/1996, de 15 abril [RTC 1996\60] y 98/1996, de 10 junio, entre otras). El Tribunal Supremo ha declarado en las sentencias referidas que “la exigencia de la congruencia en el proceso laboral resulta de la aplicación del art. 359 de la supletoria LECiv –vigente art. 218 de la LEC de 2000-, según el cual las sentencias deben ser congruentes con las demandas y con las demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito, y que la incongruencia supone confrontar la parte dispositiva de la sentencia con el objeto del proceso delimitado por sus elementos, subjetivos y objetivos, causa de pedir y «petitum», si bien tal confrontación no significa una conformidad rígida y literal con los pedimentos de los suplicos de los escritos (STS/IV 4 marzo 1996 [RJ 1996\1965]), bastando que el fallo se adecue sustancialmente a lo solicitado, pues, además, en el proceso laboral el principio dispositivo tiene menos rigor que en el civil, por lo que no es incongruente que el Juez Social aplique por derivación las consecuencias legales de una petición, aunque no hayan sido solicitadas expresamente por las partes, si vienen impuestas por normas de derecho necesario o, que se concedan efectos no pedidos por las partes siempre que se ajusten al objeto material del proceso (STS/IV 16 febrero 1993 [RJ 1993\1175]), de tal forma que, solo, existe incongruencia si se alteran «de modo decisivo los términos en que se desarrolla la contienda, substrayendo, a las partes, el verdadero debate contradictorio propuesto por ellas, con merma de sus posibilidades y derecho de defensa, y ocasionando un fallo no ajustado sustancialmente a las recíprocas pretensiones de las partes» (STS/IV 1 febrero 1993 [RJ 1993\1151]). Partiendo, por tanto, de que la congruencia tiene su fundamento en los principios dispositivo o de aportación de parte y de contradicción y, también tiene raíz en el derecho a la tutela judicial efectiva y a la no indefensión constitucionalmente consagrados (citada STS/IV 16 febrero 1993), debe concluirse que, en el caso ahora enjuiciado, la sala estima que en el auto recurrido no existe la incongruencia denunciada. Aquí no se considera que concurra la pretendida incongruencia extra petita, pues, los promotores de la medida cautelar, la solicitan con carácter “inmediato”, a lo que se ha accedido en el auto recurrido en un único plazo posible, de un día, antes de la efectividad del traslado que la empresa comunica a su plantilla. Lo que implica, la imposibilidad, antes de que sea totalmente efectiva esta decisión unilateral empresarial comunicada, su audiencia previa. Lo que está previsto legalmente, y al efecto, se contempla la posterior audiencia, en evitación de perjuicios a quien se opone a la medida cautelar provisionalmente acordada. Lo que no causa indefensión, precisamente, a consecuencia del recurso de reposición y la audiencia y prueba admisible, en el trámite aquí seguido. TERCERO.- La representación letrada de la empresa Telemarketing Golden Line S.L., opone a lo actuado la excepción de falta de legitimación pasiva, por haber tenido efectos la subrogación empresarial del artículo 44 del ET, con la empresa konecta Servicios BPO, con efectos desde el día 30-92013. Siendo esta empresa codemandada la que inicia el periodo de consultas para la tramitación de movilidad geográfica por cierre del centro de trabajo con la representación de los trabajadores. Sobre la que no puede imponerse medida cautelar, ya que no adopta la decisión atacada. Siendo, durante la substanciación de la anterior medida cautelar decretada por el Juzgado Social núm. 5 de Santander, mero arrendador de bienes muebles, y adoptando la cesión del arrendamiento del local sito en Torrelavega en que venían prestando servicios los empleados, al perder la contrata del cliente VODAFONE. Aportando los citados contratos a la litis. Ahora bien, únicamente, CGT promueve la medida cautelar contra la referida empresa, mientras que UGT, solo la dirige contra la empresa Konecta S, que remite la carta de ejecutividad del traslado. Luego, ni todos los partes promotores de la medida cautelar solicitan que se acuerde decisión alguna sobre dicha empresa, ni así se acuerda en el auto cuestionado en este trámite, que expresamente hace referencia tanto a la apreciación de la excepción invocada en la sentencia recurrida, como a la sucesión empresarial operada entre las codemandadas. Por lo que no es preciso hacer pronunciamiento alguno sobre la cuestión planteada. Que debatida en la sentencia recurrida, merecerá, en su caso, análisis en los recursos si se suscita de nuevo su legitimación pasiva en la demanda formulada. CUARTO.- Finalmente, de forma subsidiaria la parte recurrente denuncia la infracción de los artículos 79 y 160.4 de la LRJS, con relación al art. 728 de la LEC y art. 40 del RD Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, actualmente vigente. Pues, la parte recurrente considera que el auto de 5 de diciembre de 2013, incumple el requisito de presentación de argumentos y justificaciones documentales que conduzcan a fundar, sin prejuzgar el fondo de la litis, un juicio provisional o indiciario favorable al fundamento de su pretensión. Rebatiendo la sentencia de instancia el escrito de relaciones laborales de la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Cantabria de 21 de agosto de 2013 y declarando la medida ajusta a derecho. Con invocación de doctrina de diversas AP que refiere, considera que el auto recurrido infringe este requisitos, en especial, cuando tras la aprobado de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo debidas al RD Ley 3/2012, y Ley 2/2012, de 6 de julio, expresamente, prevén la ejecutividad del traslado, en el plazo de incorporación citado, eliminando la posibilidad establecida en la anterior redacción de que la autoridad laboral paralizara la efectividad del traslado. Así como, por la ejecutividad inmediata de la sentencia colectiva dictada. Ahora bien, ya se ha expuesto que la actual regulación del dictado de sentencia colectiva, no impide que se acuerden medidas cautelares, con carácter general y siempre que concurran especiales razones que lo justifiquen. Es cierto que, legalmente, se prevé la ejecutividad inmediata de la medida de traslado geográfico, pero también, la posibilidad de su impugnación por la vía del art. 138 y 153 y siguientes de la LRJS, tanto individual como colectiva. E, igualmente, de ser estimadas las pretensiones de los trabajadores, siendo la modificación injustificada o nula, la reposición en las condiciones anteriores a la decisión (art. 138.8 y 9 de la LRJS). Estado que busca la medida cautelar acordada, ante la dificultad que se aprecia, de extinguirse los contratos y ser cerrado el centro de trabajo, de su reposición en las circunstancias existentes antes de la movilidad acordada. A consecuencia por otro lado, de los perjuicio ocasionados a los trabajadores por la distancia del desplazamiento del domicilio de los trabajadores (a 250 km., de la anterior sede), mediado el curso escolar (hecho notorio), con especial incidencia en el supuesto de trabajadores con hijos en edad escolar, y con un salario medio de 700-900 € mensuales, según la jornada realizada (la empresa oferta ampliación de jornada de admitir el traslado). Y, que la empresa conoce, desde la negociación colectiva de la medida que por causar perjuicios relevantes a los empleados, implicaría la rescisión de la mayor parte de contratos de trabajo, lo que sin duda dificultaría la ejecución de la hipotética estimación del recurso. Cuando la decisión empresarial, al menos en principio, no busca tal extinción, sino el efectivo traslado. Lo que implica seguir abonando los salarios en el nuevo centro de trabajo, así como los costes, de aceptar el traslado (la opción final por la extinción, incumbe al trabajador), de su acomodación en nuevo centro de trabajo en Valladolid con sus respectivos costes de mantenimiento. Puesto que estamos contemplando la movilidad prevista de 152 empleados, y no de empleos aislados o poco numerosos. Costes que habría que deducir de los que pretende ahorrar con el cierre en Torrelavega. Y, tratándose de un servicio (teleoperadores y especialistas y gestores telefónicos), no se aprecian especiales dificultades para su realización en una u otra sede, al margen de las razones objetivas que pretenden justificar la movilidad, como tal servicio. A ello, se une que, la propia parte recurrente admite la posibilidad con sentencia absolutoria en la instancia, de acordar medidas cautelares que aseguren la pretensión contenida en demanda, concurriendo circunstancias muy específicas en cada litigio, respecto de las resoluciones de AP que cita (así lo estima igualmente el ATSJ de Castilla y León/Valladolid de 10-1-2007, núm. 1956/2007). Así, a modo de ejemplo, en la invocada AP Barcelona de 221-2010, por lo que se refiere a la apariencia de buen derecho, no solo desestima la demanda formulada que lo pretendía, sino que en la instancia se estima una demanda reconvencional, que incidía en la medida cautelar acordada, seguido el proceso y practica de prueba así como, análisis minucioso del objeto debatido. Siendo en muchas de ellas, lo analizado la medida, de anotación de demanda, e individualizadamente adaptadas a cada situación acreditada, ponderando el interés tutelable y resto de requisitos apreciables. Concurriendo aquí, sin duda, dicho análisis minucioso en la sentencia de instancia de la cuestión debatida, practicándose a presencia judicial la prueba que las partes estimaron oportuna, que fundan la decisión absolutoria y a declarar la medida justificada. Pero, en un primer y solo aproximativo análisis de lo actuado, con relación a la medida, persistiendo el Informe del Órgano Técnico Administrativo de la Dirección General de Trabajo, contemplada en el art. 138.3 de la LRJS, como de relevancia a la litis, por lo que se solicita su unión. Que el órgano jurisdiccional podrá recabar, que versa sobre los hechos invocados como justificativos de la decisión empresarial en relación con la modificación acordada y demás circunstancias concurrentes. En el que muestra objeciones a la decisión empresarial comunicada. Que la recurrida no acoge (no es en modo alguno vinculante), pero en sentencia que, reiteramos, no es firme. Con adicionales circunstancias introducidas por la empresa, tales como la inmediata ejecutividad de la sentencia colectiva, con trascendentes y gravosos efectos sobre los contratos de la totalidad de plantilla afectada. Al significar su cambio de residencia o extinción (de optar por ello los trabajadores), del contrato de trabajo, lo que no había sucedido, con tal premura en la decisión inicial, antes del planteamiento de demanda colectiva, que permitió con más sosiego la vista cautelar, sin duda por la necesaria antelación de 30 días en la ejecutividad del traslado del art. 40.1 del ET, que aquí, se reduce a seis. Si la adopción de medidas cautelares, es cierto que presupone la demostración por quien la solicita de una apariencia de “buen derecho”. No lo es en grado de plena convicción o certeza, que es necesario para la decisión definitiva del conflicto. Dualidad de planos que se traduce en que, precisamente, aquí, estemos ante un rango inferior de probabilidad, verosimilitud o racionalidad, de indicios bastantes (art. 726 de la LEC). En este orden, la Dirección General de Trabajo, emite informe el 21-82013, favorable a las pretensiones de los actores, en cuanto a una de las causas de oposición a la movilidad geográfica colectiva, a una posible ocultación por parte de KONECTA SERVICIOS BPO, de una de las verdaderas causas del traslado, la económica, que motiva la aportación de distinta documentación. Ya que, notificando las productivas u organizativas, así como, que durante la negociación la parte social era gravosa e iba a suponer la extinción de toda o gran parte de la plantilla. En ella, está cuestionada por el citado organismo, una causa real económica, siguiendo la línea argumental de la parte social (también se fundan en otras), en cuanto a una posible ocultación por parte de KONECTA de una causa económica para la adopción de dicha medida. Que funda en la misma documental del informe técnico aportado a la negoción por la empresa y que igualmente, funda la sentencia recurrida, del que deduce un trasfondo económico substancial, cifrando la reducción y optimización de costes derivados del traslado en 228.156,99 € al año, de costes fijos, entre los cuales y como más importante se sitúa el alquiler de Torrelavega. Lo que en la argumentación del citado informe del Servicio de Relaciones Laborales del GC de 21-8-2013, en orden al deber de negociar de buena fe, para un mejor desarrollo del periodo de consultas, y la posible afectación del periodo de negociación de la medida, cuestionado en la instancia. Y, el mayor detalle de la sentencia de instancia, al ir abordando las diversas causas de oposición, sin embargo, se funda en la misma documental técnica aportada a la negociación por la empresa, para fundar la causa organizativa que concurre. Que reiteramos, rebajando el indicio o probabilidad del derecho pretendido por los actores, deja subsistente la probabilidad de su efecto. Ahora bien, en cuanto al resto de requisitos que es necesario concurran, para mantener la medida acordada, sin audiencia a la empresa. Acreditado en las actuaciones, la rescisión del contrato de arrendamiento entre la propiedad y la empresa Telemarketing Gondel Line S.L., que había cedido su uso, por igual precio, mientras se produjeron los efectos de la medida cautelar acordada en la instancia, suscrito el 30-9-2013, así como el arrendamiento de muebles y material informático, que se prorrogó hasta el día 30 de noviembre de 2013. En esta fecha la rescisión y entrega del local y enseres, con entrega de llaves a Telemarketing Golden Line que era su titular, recuperando la posesión del mismo y los muebles y demás material arrendado. Este material mueble, ha sido almacenado en locales titularidad de Telemarketing Golden Line. El día 28-11-2013, estaba prevista una reunión entre representación de las empresas Konecta Servicios, Telemarketin Golden Line y el titular del local en Torrelavega, en que prestaban servicios los empleados afectados por la medida colectiva cuestionada, con el fin de efectuar un alquiler directo entre la nueva adjudicataria del servicio y que se sucede como empleadora de la plantilla del citado centro. Ante el dictado de la sentencia de instancia declarando ajustada la medida de movilidad geográfica de la plantilla, la reunión no se llegó a celebrar, por lo que se rescindió el contrato de cesión de uso, y el arrendamiento con Telemarketing Golden Line el día 15-12-2013. La propiedad del centro en Torrelavega se muestra, durante la substanciación de la vista, dispuesta a seguir con el arrendamiento con la empresa konecta Servicios, por igual precio al existente con la anterior entidad arrendataria. Luego, lo acreditado en la vista, ciertamente con la necesaria actuación de la empresa konecta, es la extinción del contrato de cesión de uso del local en que prestaba servicios la plantilla afectada por la medida en Torrelavega, así como, el desalojo de materiales muebles, de oficina e informáticos del centro por su titular. Junto al dato fáctico de que, tras la desaparición del centro, la medida cautelar acordada, no puede tener la efectividad prevista de continuar con la actividad hasta que se dicte sentencia en el recurso formulado. Siendo su única efectividad, el abono de salarios con contraprestación en Valladolid de los empleados que accedan al traslado (la medida acordada por la empresa), y del resto, sin prestación alguna de trabajo. Ponderando como autoriza la normativa citada, en especial el art. 721 y 726 de la LEC, una vez practicada la audiencia y pruebas propuestas por la demanda, respecto de la oposición a la medida cautelar, que no fue antes posible, por la premura en la decisión empresarial, inmediata a la notificación de la sentencia de la instancia, no firme. Que los efectos de la medida acordada se mutan en un abono de salarios sin contraprestación del trabajador, por hacerlo imposible el cierre del centro de trabajo en Torrelavega. Se deja sin efecto la medida acordada, por la ponderada gravosidad de la medida para la empresa, frente a la tutela pretendida por los trabajadores, de ejecutividad de la eventual resolución, pues no se revela como exclusivamente, con la mera petición de parte, en el mantenimiento de las condiciones existentes antes del dictado de la sentencia de instancia, sino en otras adicionales más gravosas, que la demandada acredita. Sería preciso concertar un nuevo contrato de arrendamiento de duración indeterminada, así como, de materiales para el ejercicio del servicio y su traslado y acondicionamiento. Conociéndose la buena disposición del titular del local, pero, ignorándose las condiciones que exigiría la titular de los muebles, anterior empleadora. Y, ante la tramitación de un recurso de suplicación que por la materia, también se realiza de forma preferente. En la necesaria ponderación de los intereses contrapuestos en la medida cautelar instada. Lo que justifica la medida cautelar (art 721 de la LEC), en general y en el proceso laboral, en particular, es asegurar la ejecutividad de la tutela judicial que pudiera otorgarse, aquí, en una eventual sentencia estimatoria del recurso (SSTC 238/1992, de 17 de febrero; 218/1994, de 18 de julio; y, 125/1997, de 1 de julio). De modo que no puede verse impedida o dificultada por actuaciones producidas durante la pendencia del proceso (art. 726.1.1º de la LEC). Siempre, sin prejuzgar la sentencia que se dicte (art. 726.2 de la LEC). Aquí, la acordada, provisionalmente, antes de oír a la demandada, tendente, a la conservación de la situación del centro de trabajo, existente al momento de plantearse el recurso. Pero, puesto que las medidas cautelares no son equiparables en modo alguno a una ejecución provisional “sin título”. Por ser dos instituciones claramente diferenciadas, con requisitos y regulación diferenciada, lo cierto es que, justificando la empresa que en las presentes actuaciones, en el breve tiempo existente entre la notificación de la sentencia de instancia, y la adopción de la medida cautelar aquí cuestionada, que se ha procedido a la extinción del contrato de arrendamiento al día 15-12-2013, y de cesión de uso del local a Konecta Servicios por su arrendataria Telemarketing Golden Line y de bienes muebles e informáticos, al día 30-11-2013, con entrega de llaves a su titular. Lo que convertiría la medida de mantenerse y no trasladarse los trabajadores a Valladolid en ejecución sin contraprestación de servicios, más propia de la ejecución misma que de una medida cautelar, tendente a mantener el estatus anterior al traslado. Se alza la medida acordada. No tanto por justificar la empresa perjuicios excesivamente gravosos, pues el coste del alquiler que pretende en el recurso de reposición, se corresponde al alquiler de la medida acordada en la instancia, que se ha dejado sin efecto. Y que la sala comparte, con las manifestaciones del magistrado de la instancia en el auto que lo acuerda, que ponderando los derechos de los trabajadores en pugna, del salario medio de los empleados afectados por la medida, a mitad del curso escolar, y por la distancia del traslado (250 km.) y de la empresa que adopta la medida, al tener que mantener el alquiler antes subsistente comparativamente, con los costes de la acomodación de la plantilla en el nuevo centro, no se considera excesivo. Sino por los hechos posteriores al dictado de la sentencia de instancia, que aun debidos también a actuación directa de la propia demandada, lo cierto es que se producen antes de la efectividad de la medida cautelar, acordada. Si la potestad jurisdiccional de suspensión, como todas las medidas cautelares responde a la necesidad de asegurar, en su caso, la efectividad del pronunciamiento futuro del órgano jurisdiccional: esto es, de evitar que un posible fallo favorable (en el recurso de suplicación), a la pretensión deducida quede (contra lo dispuesto en el art. 24.1 CE) desprovisto de eficacia por la conservación o consolidación irreversible de situaciones contrarias al derecho o interés reconocido por el órgano jurisdiccional en su momento (STConst. Pleno, de 17-12-1992, nº 238/1992, de 20 de enero de 1993, rec. 1445/1987, EDJ 1992/12533). Aquí, se pretendía en la cautelar acordada que se dejase sin efecto la medida de movilidad geográfica impugnada, cuya decisión, de ser estimatoria en suplicación, lleva el efecto de reponer a los trabajadores, de ser injustificada o nula, en la situación anterior, pero manteniendo las circunstancias existentes antes del dictado de la sentencia de instancia. Dada la dificultad, que ahora se observa, al cerrar, de hecho, el centro de trabajo la demandada. Pero una vez ejecutada la decisión (antes, de la notificación de la medida cautelar), pues, el día 30 de noviembre se ha rescindido el contrato de cesión de uso de arrendamiento, y el día 15 el arrendamiento. La vuelta a la situación previa, como medida cautelar, implicaría actuaciones que se estiman excesivamente gravosas y dilatorias (concertar nuevo contrato de arrendamiento de local y acondicionar con muebles y enseres necesarios a la actividad). Precisamente, por el carácter de transitoriedad de la medida solicitada, también a resultas de la decisión que se adopte en el recurso. Si el efecto previsto en la norma, la razón decisiva concreta en la presente litis, para justificar las medidas cautelares que quedan limitadas a los efectos de aseguramiento, lo que no autoriza la ejecución, sin título. Buscándose aquí desde el inicio la conservación de la situación existente al momento de dictarse la sentencia absolutoria, ante el recurso que se ha anunciado. Consistiendo en un mero aseguramiento, durante la tramitación del recurso de suplicación. Dadas la circunstancias fácticas acreditadas en el trámite de recurso de reposición, en que la empresa muestra su oposición por motivos de forma, pero también de fondo. Acreditando que la media solicitada, no tiene otra trascendencia fáctica, que dicha efectiva ejecución anticipada de un título ejecutivo, del que carece el solicitante. Y, por los perjuicios que su mantenimiento supondrían (abono de salarios sin contraprestación de servicios de los trabajadores no desplazados), lo que no viene amparado en la norma que autoriza la medida cautelar. Todo ello, también sin perjuicio, de lo que se resuelva sobre el fondo del recurso plantado, que no tiene que ser anticipado en esta resolución, y su eventual ejecución definitiva. Sin costas a los solicitante de la medida, dado que actúan en representación de los trabajadores y en proceso de conflicto colectivo. Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación PARTE DISPOSITIVA Estimamos parcialmente el recurso de reposición formulado por KONECTA SERVICIOS BPO S.L. frente al auto dictado en medidas cautelares solicitadas por CGT y UGT, el día 5 de diciembre de 2013, siendo partes litigantes CC.OO, CSIF, USO, COMITÉ DE EMPRESA y la empresa TELEMARKETING GOLDEN LINE, por la Sala el día 5 de diciembre de 2013, que se dejan sin efecto por el presente. Notifíquese esta resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia, previniéndoles que contra la misma no cabe recurso. Así, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.