DOCUMENTO DE TRABAJO EN ESTUDIOS FISCALES Y FINANCIEROS INuEFF-Universidad de Murcia DOTEFF nº 4, Marzo 2006 ÉXITO Y FRACASO DE UNA RED PÚBLICA DE CRÉDITO AGRARIO: LOS PÓSITOS EL SIGLO XIX Ángel Pascual Martínez Soto [email protected] Departamento de Economía Aplicada Facultad de Economía y Empresa Universidad de Murcia DOCUMENTOS DE TRABAJO EN ESTUDIOS FISCALES Y FINANCIEROS – DOTEFF- (Fiscal and Financial Studies Working Papers) es una publicación digital de carácter académico promovida por el Instituto Universitario de Estudios Fiscales y Financieros (InUEFF) de la Universidad de Murcia. Para mayor información, ver http://www.um.es/inueff 1 ÉXITO Y FRACASO DE UNA RED PÚBLICA DE CRÉDITO AGRARIO: LOS PÓSITOS EL SIGLO XIX Ángel Pascual Martínez Soto (Universidad de Murcia) RESUMEN: En el presente trabajo se analiza la evolución a lo largo del siglo XIX de una de las redes asistenciales de índole benéfico-económica más antiguas de nuestro país: los Pósitos. Se aborda sus cambios jurídicos administrativos y la actuación de los poderes públicos, locales, provinciales y estatales, sobre estos institutos. También se repasan sus procedimientos crediticios y las detracciones a que estuvieron sometidos. Otro aspecto de este análisis lo constituye el debate a que estuvieron sometidos durante toda la centuria sobre su reforma, orientación, liquidación, etc., llevado a cabo por tratadistas, economistas y políticos de todo signo. Finalmente, se estudia su actuación económica e incidencia en el mundo agrario. PALABRAS CLAVE: Pósitos, crédito agrario, régimen jurídico, préstamos, red. 2 ÉXITO Y FRACASO DE UNA RED PÚBLICA DE CRÉDITO AGRARIO: LOS PÓSITOS EL SIGLO XIX Ángel Pascual Martínez Soto (Universidad de Murcia) "...Es el Banco del pobre, para quien no se ha instituido otro banco que le socorra en sus pequeñas labores, prestándole capital con la sola garantía de su crédito personal, que sólo el Municipio puede aquilatar en las reducidas poblaciones rurales. Es el pósito, en fin, la verdadera caridad realizada anónimamente y sin pretensiones de ostentar ni especular con el socorrido; el derecho popular del pobre al trabajo proteccionado, y el progreso social latente, puesto en acción por esfuerzos del comunismo local... ...así debe reconocerse por los hombres de todos los partidos en que se divide la escuela liberal, que deberán reconocer al Pósito en el fondo moral y social que entrañan sus obras pías...”. José Gracia Cantalapiedra, 1881 Introducción La evolución de los Pósitos durante los siglos XIX y XX constituye un tema poco estudiado, a pesar de haber sido una de las instituciones públicas de crédito más duraderas y más extendidas en nuestro país. Tan sólo algunas monografías de carácter general en la década de los setenta trataron el tema en un contexto estrictamente histórico1 y más recientemente algunos trabajos plantearon el tema con una visión más acorde con los planteamientos de la historia económica2. Estos institutos constituyeron una realidad polivalente para 1 Se trata de obras que en algún capítulo abordaron el estudio de los pósitos: J. López Yepes (1969), pp. 21 y 29 y (1971); G. Anes (1968), pp. 39-69; (1969), pp. 73-94 y (1973), pp. 328 y ss.; F. Ruiz Martín (1970); J. Del Moral Ruiz (1979), pp. 59-61. 2 P. Carasa Soto (1983) y (1991) y AP. Martínez Soto (1994) 3 la investigación económica y, como tal ofrecen múltiples puntos de vista que permiten desarrollar diferentes hipótesis de trabajo. Económicamente hablando, los pósitos fueron una forma de lucha contra las crisis de subsistencia de antiguo régimen; también intentaron controlar el movimiento de los precios de los cereales hasta finales del siglo XVIII y más tarde se orientaron hacia el crédito agrícola, intentando frenar el desarrollo de la usura en los campos. En algunas ocasiones actuaron como un medio eficiente para salvar parte de la producción cerealera o al menos a algunos pequeños productores, en este sentido constituyeron un exponente del circuito autárquico, cerrado y local, de la agricultura y el comercio de granos durante el antiguo régimen. Su existencia era un exponente de los problemas que el campo español padecía en el terreno de las financiación, almacenaje, abastecimiento de semillas, etc. El aspecto que perduró a lo largo del siglo XIX y primer tercio del XX fue su faceta financiera, en este sentido estos institutos constituyeron un interesante ensayo de crédito agrícola, muy discutido por tratadistas, agrónomos y economistas, debates que generaron nuevas experiencias y, sobre todo, soluciones teóricas al crédito rural. Los 5151 institutos existentes en 18003 eran una base sólida para haber establecido una red eficaz de crédito que hubiera cubierto una buena parte del campo español, suministrando la financiación necesaria para los pequeños productores. Institucionalmente constituyeron una interesante manifestación de los vínculos solidarios y comunitarios ante la necesidad y la emergencia en el mundo rural. En manos de los ayuntamientos se convirtieron, en muchos casos, en unas instituciones al servicio de los intereses de las oligarquías locales, las cuales manipularon la administración de sus fondos en beneficio de sus redes clientelares. También el Estado utilizó sus fondos para financiar situaciones de emergencia y proyectos de banca pública, incluso las autoridades provinciales recurrieron a estos capitales para atender necesidades extraordinarias (epidemias, emergencias, catástrofes, guerras, etc.), en este sentido se convirtieron en parte de la red pública de beneficencia. En algunos casos incluso actuaron como centros de promoción rural, pues financiaron escuelas, mejoras de obras públicas, mecanización agrícola, etc. 3 La cifra está tomada de J.P. Gutiérrez Higueras (1921), pp. 30-31, se refiere a los pósitos reales, no están incluidos los pósitos píos y los de fundación privada. 4 Durante la primera mitad del siglo XIX estas instituciones vivieron en un caos administrativo por el abandono del control que había ejercido el Estado hasta ese momento, por la utilización de sus fondos por parte de una deteriorada red de servicios públicos y por la visión que sobre los mismos tenían las autoridades liberales, las cuales no veían su encaje dentro de la nueva administración, catalogándolas como entidades anacrónicas, al tiempo que reconocían su utilidad en algunos momentos y su arraigo popular en un marco de lenta transformación de las estructuras económicas rurales. En la segunda mitad de ese siglo los institutos estuvieron controlados y regulados con eficacia durante algún tiempo, lo que permitió su recuperación, posteriormente sus fondos fueron instrumentalizados por las oligarquías locales, en muchos casos, durante su administración descentralizada en manos de los ayuntamientos. En este trabajo nos centraremos en el estudio de sus implicaciones económicas, sin abandonar su vertiente “benéfica”. En este sentido abordaremos los pósitos como un conjunto de instituciones estables en el sistema económico agrario durante la etapa 1800-1935 que manifiestan los ritmos y variaciones de las estructuras agrarias en las que se insertaron. Para ello utilizaremos cortes sincrónicos para el siglo XIX que nos permitirán seguir su evolución a grandes rasgos, debido a que las fuentes existentes para este periodo, estadísticas elaboradas por el organismo director del ramo4, no permiten la seriación. Para el primer tercio del siglo XX disponemos de fuentes continuadas elaboradas por la administración estatal5 responsable. Completan estas fuentes una serie de manuales y obras analíticas y polemistas publicadas a lo largo de la etapa estudiada6. En el desarrollo de este trabajo abordaremos en primer lugar una síntesis de los cambios políticos –administrativos por los que atravesaron estos 4 La Superintendencia en 1733; la Contaduría General; la Real Orden de 9-II-1861; la Dirección General de Administración en los años1864 y 1866; la Estadística de 1885 aparecida en la Reseña Geográfica y Estadística de España de 1888; la Delegación Regia de Pósitos de 1906; Censo de la población española (llamado de Godoy) para 1797; El Diccionario de Hacienda de Canga Argüelles de 1834; El Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar de 1845-1850; los Anuarios Estadísticos de España correspondientes a 1859-1867 y las Memorias que desde mediados de siglo elaboraron los encargados del ramo. 5 Estas estadísticas se publicaron en los Anuarios Estadísticos de España. 6 F. Guardiola (1802); Pérez Morga (1826); J. Abella (1878), (1881) y (1893); Viñas y Ortiz (1878); J. Gracia Cantalapiedra (1881); F. Barca (1886); J. Pando y Valle (1880); E. Roca Roca (1965); J. B. Delgado (1946); F. Calbetón (1910); Conde de Retamoso (1909); J. Díaz de Rábago (1883); L. Durand (1891); J. Gascón y Martínez (1891); J.P. Gutiérrez Higueras (1921); L.E. de P. (1923); R. Martín Lázaro (1920); Marqués de Valdeiglesias (1914); marqués de Riscal (1881); P. Prieto de Castro (1918a), (1918b) y (1920); L. Redonet López Doriga (1905) y (1924); A. Rico Valarino (1888); F. Rivas Moreno (1909), (1913a) y (1913b) y Vizconde de Eza (1909). 5 institutos durante la etapa indicada. A continuación nos centraremos en la visión económica y social de estos institutos, presentando su implantación territorial, la evolución de sus capitales y su actuación como instituciones de microcrédito destinadas a pequeños productores agrarios. 1. El proceso institucional de los pósitos A finales del siglo XVIII los pósitos atravesaron una situación crítica debido a la coyuntura agraria de los 1770 a 1790. Un detallado reglamento de 1792 trató de recuperarlos equilibrando sus funciones crediticias entre el crédito a la producción y el crédito al consumo y cortando los abusos más habituales7. En el siglo XIX los institutos se consolidaron como instituciones de crédito agrícola, a pesar de los vaivenes legislativos y las polémicas que suscitó su existencia entre políticos y tratadistas. La relativa salud económica con que iniciaron el siglo les hizo objeto de la intervención y de la exacción de las instituciones públicas y de las oligarquías municipales. Los planteamientos liberales sobre la institución se mantuvieron en la línea de convertirlos en instrumentos financieros al servicio del mundo rural aunque en esta tarea los logros fueron muy escasos. Francisco Barca8 señalaba en 1866 que estos institutos ya estaban liquidados como remedio a los periodos de escasez, pues los conflictos de subsistencias iban desapareciendo y la liberalización del comercio interno abastecía mejor a las ciudades y nivelaba los precios, en consecuencia fue el primero en proponer la monetarización de sus fondos en granos, hecho que no se logró alcanzar totalmente ni siquiera en el siglo XX. Los pósitos eran instituciones ligadas a un mundo mental muy resistente al cambio e insertos en unas estructuras agrarias de lenta transformación. Su dependencia de la administración local les convirtió en objeto de manipulación por parte de los poderes municipales lo que hizo fracasar la posibilidad de generar, a partir de ellos, un sistema de crédito rural de corte moderno. El inmovilismo, los abusos administrativos, la deprimida coyuntura económica, las guerras (independencia y carlistas), el peso de las exacciones extraordinarias del Estado, la existencia de una masa de deudores 7 Sobre esta etapa ver los trabajos de: G. Anes (1968) y (1969); F. Ruiz Martín (1970) y López Yepes (1969). 8 Francisco Barca (1866), p. 21 Este autor fue Director General de Administración Local. 6 insolventes y su escasa operatividad fueron las causas de hundimiento en la primera mitad del siglo XIX. En la segunda mitad del siglo XIX los poderes públicos estatales lograron recuperar sus reservas de granos y de dinero a través de una actuación administrativa y política más rigurosa, aunque no tuvieron tanto éxito en la adaptación a las necesidades de una agricultura en transformación, en proceso de cambio de las técnicas de cultivo, de las finanzas y del mercado. Los institutos continuaron como instituciones residuales, difícilmente encuadrables en el esquema económico liberal y cada vez más orientados a atender las necesidades de subsistencia de los cultivadores más precarios con una orientación al microcrédito. 2. La situación administrativa y legislativa hasta 1906 Durante el siglo XVIII se había centralizado la administración de estos institutos con la creación de la Superintendencia General de Pósitos en 1751 y desde 1790 la Dirección General de Pósitos. En 1792 volvieron al control directo del Consejo de Castilla, regulándose su funcionamiento en la dirección de apoyar a la sementera. En 1800 se suprimió la Dirección General del ramo y pasaron a depender de la Contaduría General lo que relajó su control y vigilancia9. Las Cortes de Cádiz hicieron depender a estas instituciones de las diputaciones provinciales y de los ayuntamientos. En 1814 volvieron a ser controlados por Consejo de Castilla pero la poca eficacia de este provocó que un R.D. de 1818 restableciera la Superintendencia bajo la dependencia del Ministerio de Gracia y Justicia. En 1824 regresan otra vez a la dependencia del Consejo de Castilla. Este recorrido finaliza en 1836 al suprimirse la Dirección General de Pósitos, cayendo en un abandono total. La supresión de la Dirección del Ramo en 1800 trajo consigo graves consecuencias para los Pósitos al quedar estos sin ningún control central, hasta el punto de que en 1804 la vida de los mismos era más imaginaria que real. En los años comprendidos entre 1792 y 1863 el número de pósitos pasó de 8.082 a 3.407, las 9.425.692 fanegas de trigo a 2.606.806 y los 55.105.419 9 Un análisis de este proceso en J. Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 258 y ss. 7 reales a 28.680.88310, lo que permite apreciar grado de deterioro, en buena parte debido a los abusos de los gobiernos liberales que detrajeron de las cajas de los establecimientos grandes sumas para atender los más variados imprevistos presupuestarios. Durante los años cuarenta, algunos tratadistas hicieron propuestas que trataban de recuperarlos para que desempeñaran su función de financiación de los agricultores, de esta manera se abrió un debate sobre su pervivencia o su transformación en bancos agrícolas o su desaparición como instituciones inútiles11. En esta última línea actuaron algunos ministros, así una R.O. de 13-III-1854 decretaba la condonación de las deudas del Estado hacia los pósitos entre los años 1814-1853, aunque reconocía la obligación de restituirles el capital retirado de los mismos para la fundación del Banco Español de San Fernando por un valor de 3,4 millones de reales, deuda de la que se restituiría el 94 % del capital mencionado. Un decreto de la Regencia proponía en 1841 refundir los pósitos y convertirlos en bancos agrícolas y territoriales, tan sólo lo hizo el pósito de Jerez de la Frontera. El problema de la usura y de la descapitalización de la agricultura empujó a los gobiernos liberales a fijarse en estos institutos, así en 1854 se emitió una Real Orden (31-III) que reclamaba datos a los gobiernos civiles para conocer el estado real de estos establecimientos, se descubrió que aún existían 3.410 funcionando y que cincuenta años de exacciones habían acabado por destruir 4.300 establecimientos. La mayor parte de los proyectos para organizar el crédito agrícola en nuestro país a partir de 1850, tomaron como base a estos organismos al ser las únicas instituciones públicas que a pesar de todos los procesos descritos aún contaban con capitales disponibles, tanto en efectivo como en deudas de difícil cobranza, pero ninguno de ellos traspasó los límites del debate parlamentario. En 1861 la Dirección General de Administración Local inició una reorganización de estas instituciones intentando reflotar su actividad por medio de varias disposiciones de ese año dispuso la venta de censos y fincas de los institutos, también reguló el pago de las creces (interés de los préstamos) y deudas pendientes y se dedicó a inspeccionar su contabilidad y las existencias reales de granos y dinero. Estas actuaciones y el control sobre su 10 Los datos de 1792 proceden del Preámbulo del R.D. de 11-VI-1878 y los datos de 1863 de A.E.E. del 1862-1865, pp. 420 y 421. 11 Sobre estas polémicas consultar A.P. Martínez Soto (1994), pp. 278 y ss. 8 administración lograron que los pósitos revitalizaran su actividad crediticia. En 186212 se pusieron en movimiento 2.416.378 fanegas de granos y 19.545.669 reales, para atender a 141.175 labradores, con unos créditos individuales medios de 274 reales, lo que es un índice del grado de reorganización que se logró a partir de la R.O. de 9 de febrero de 1861. Durante el año de 1863 se valoró el capital total de los pósitos en 189 millones de reales13 y se atendieron 150.306 labradores al tiempo que se recuperaban 3.645.712 reales de deudas pendientes obra de una mayor vigilancia por parte de la Dirección General de Administración local a través de visitas de inspección a los pósitos14. Producto de este tipo de actuaciones positivas de la administración fue la recuperación de estos institutos. La inestabilidad político-administrativa hasta 1875 implicó la paralización de las labores de reorganización y saneamiento de estas instituciones y regresaron las prácticas abusivas por parte de las autoridades locales. En 1877 se reemprendieron las tareas de recuperación con la Ley de 26 de junio y su Reglamento (11-VI-1878). Estas normativas seguían confiando la administración de los pósitos a los ayuntamientos, a la vez que establecía un organismo coordinador en cada provincia, Comisión Permanente de Pósitos, bajo el control del gobernador, con la función de investigar las existencias de los pósitos a partir de los datos de 1863, también debía regular las deudas pendientes y las moratorias concedidas y solicitar la contabilidad de cada entidad para su control. Las Comisiones Provinciales previstas en esta ley para controlar a los pósitos se convirtieron en un instrumento inoperante e incluso, en muchos casos, favorecieron la manipulación partidista de sus fondos al dejar actuar libremente a las autoridades locales encargadas de su administración, dando lugar con ello a todo tipo de corruptelas y favoritismos clientelares. Con posterioridad la Ley de 1880 (29-VI) planteaba la transformación de los pósitos, promoviendo la instalación de cajas de ahorros en los correspondientes pueblos utilizando sus fondos. A pesar de esta corriente liquidadora y transformadora también surgieron voces autorizadas que 12 Datos obtenidos de la: Memoria y resumen general por provincias del movimiento de fondos que realizaron los Pósitos hasta fin de 1863 presentada al Sr. Ministro de Gobernación por el Ilmo. Sr. Director General de Administración Local D. Francisco Barca. Madrid. 1866. 13 Francisco Barca, Memoria y resumen general por provincias del movimiento de fondos..., op. cit. 14 Las Reales Órdenes de 24-VII-1864 y 24-IX-1864 reglamentaban estas visitas de inspección que giraban "subdelegados especiales" con la finalidad de fiscalizar la gestión administrativa y la contabilidad de los fondos de las entidades que gestionaban los ayuntamientos. 9 defendieron la existencia de esta red, pues los consideraban los únicos organismos válidos para practicar el microcrédito especializado con destino a los pequeños agricultores y afirmaban que si no podían desempeñar sus funciones correctamente, no era por ser caducas, sino por el entramado de intereses socio-políticos que las paralizaban. Dentro de estas líneas se movieron los que podríamos denominar "populistas conservadores", cuyo máximo representante será José Gracia Cantalapiedra15, también el economista Joaquín Díaz de Rábago teórico del crédito agrícola estuvo en esta tendencia, poniendo de manifiesto su utilidad ya que se carecía de una alternativa real para responder a las demandas de crédito por parte de los pequeños campesinos y, por lo tanto, su conversión en bancos agrícolas suponía poner en peligro la única red existente que atendía a los pequeños cultivadores16. La legislación de 1877 no surtió el efecto deseado y los poderes públicos iniciaron una nueva reforma de los institutos a través de la Ley de 26 de enero de 1906, la cual asumía parte de las propuestas del grupo favorable a la pervivencia de los mismos especialmente lo concerniente a la conversión en metálico de las existencias en granos. También debemos señalar que la propuesta de transformación de las paneras en almacenes de depósito de la cosechas de los agricultores de la localidad, sirviendo éstas como base prendaria para demandar préstamos y de esta manera evitar malvender los granos en épocas de precios bajos, supone una sugerencia muy novedosa que el autor del texto recoge de los almacenes cooperativos belgas y de los sindicatos agrícolas franceses y que suponía poder plantear el crédito sin desplazamiento de prenda y los warrants agrícolas, dos propuestas que desde distintas posiciones se irán planteando a lo largo de todo el primer tercio del siglo XX17. La Ley de 1906 creaba la Delegación Regia de Pósitos como organismo de control, haciéndole depender del Ministerio de Fomento para evitar, de esta manera, los condicionamientos a que les había sometido su dependencia del Ministerio de la Gobernación y que había supuesto su conversión en instrumentos privilegiados de las redes caciquiles. Los objetivos básicos de la 15 J. Gracia Cantalapiedra (1881), p16. Parte del programa de esta tendencia se condensa en el texto de J. Díaz de Rábago (1899) Vol. II, pp. 266-279 17 En este sentido, ver la obra de Rafael Ramos Bascuñana (1910): La prenda agrícola o la hipoteca mobiliaria, Madrid. Este autor desarrollará los presupuestos de Díaz de Rábago. 16 10 Ley eran: conservar lo que se denominó el "espíritu de los pósitos" y ensayar la creación de establecimientos que ayudasen a las pequeñas explotaciones agrícolas, no sólo con préstamos en dinero y especies, sino a través de la unión cooperativa para el ahorro, uso de máquinas, adquisición de semillas, abonos, animales reproductores y cuanto pudiera contribuir al "fomento del trabajo y de la producción rural". También pretendía limpiar a los pósitos de su documentación "borrosa" y su contabilidad enmarañada, originada por el abandono de todas las instancias responsables y las distintas vicisitudes producto de la inestabilidad político-administrativa. Como novedad aparecía la posibilidad otorgada a los sindicatos agrícolas, asociaciones y corporaciones particulares para la fundación de pósitos con un ámbito de actuación más amplio18, en la línea de las cajas rurales y de las cajas de ahorros, con capacidad para facilitar la adquisición de insumos agrarios a las pequeñas explotaciones. También podían las entidades admitir depósitos de granos y prestar sobre estos hasta el 50% de su valor19. Los préstamos de especies fungibles sólo podían hacerse a los labradores (se excluían a los rentistas) y para fines puramente agrícolas, necesitándose en todo caso un fiador. Las creces (intereses), en los adelantos de grano no deberían exceder de dos kilogramos por ciento y los intereses del dinero no sobrepasarían en ningún caso el umbral del 4%, lo que suponía una reducción del 2% respecto a las normas fijadas en la Ley de 1877. El tiempo de concesión se limitó a un año prorrogable por otro siempre que se mantuviese la garantía o fianza, aunque se restringía el concepto de insolvencia de los mutuarios y la de sus fiadores de cara a frenar los impagados, de tal manera que en caso de no poder hacer frente a la devolución, serían los vocales de la Comisión que otorgó el préstamo o los administradores del pósito los que responderían del pago, se trataba de una medida con la que se pretendía poner coto a los desmanes de los ayuntamientos en cuanto a la realización de "créditos políticos". Dentro de las novedades que establecía esta norma legal hay que reseñar el cambio de orientación de los establecimientos a través de la ampliación de sus operaciones, hasta ese momento reducidas a los repartos de sementera y barbechera, como hemos indicado anteriormente. Se suprimían 18 Artículo 2º de la Ley de 26 de enero de 1906. Esta consideración iba en la línea de las propuestas que Joaquín Díaz de Rábago formuló a finales del siglo XIX, y denota la influencia de las normas de funcionamiento de las cajas raffeisenianas y de las italianas de Wollemborg y Luzzatti. 19 11 los préstamos hipotecarios y los garantizados con obligaciones mancomunadas, conservándose como formas los simples e individuales garantizados con fiadores, mientras que en la legislación anterior, cuando las concesiones superaban las 500 pesetas, era requisito indispensable la hipoteca, con esta medida se trataba de evitar que las entidades agrarias o los pequeños propietarios se viesen afectados, en caso de impago, por las ejecuciones judiciales que les harían perder sus propiedades, a la vez que se impedía que los pósitos colocaran sus capitales en unas cuantas hipotecas y dejaran de atender a la masa campesina a través de pequeños préstamos. La Ley de 1906 establecía la creación de un órgano gestor encargado de la liquidación de los pósitos, de investigar su número real, sus capitales y bienes, la realización de los créditos pendientes y la transformación de sus existencias en granos a metálico. Este instrumento fue la Delegación Regia de Pósitos que asumió todas las competencias que en esa materia habían desempeñado los gobiernos, autoridades delegadas, comisiones permanentes provinciales y ayuntamientos, correspondiendo el nombramiento del Delegado Regio al Ministerio de Fomento. A pesar de las múltiples facultades de esta institución así como la centralización que suponía en aras de un control más efectivo, se le dotó de la insignificante cantidad de 50.000 pesetas para atender a los gastos de su administración. 3. La actuación de las administraciones sobre la red: impuestos y exacciones Durante el periodo que estudiamos los institutos estuvieron sometidos al pago de contingentes (impuestos) a la administración estatal que los tutelaba. Ya en 1792 se estableció el pago de 2 maravedíes por fanega de grano que existiera en la panera (lo que implicaba un 0,3%) y otros 2 maravedíes por cada 20 reales (otro 0,3%). Las condiciones adversas de los primeros años del siglo XIX y la decadencia administrativa de los poderes centrales permitieron que se dejaran de pagar los contingentes, situación que alivió a las entidades de las exacciones fuertes que habían sufrido con motivo de las guerras. En 1861 se reanudó el cobro sobre la red aunque bastante más atenuado, se cargaron 6 céntimos de real por cada fanega de grano (lo que implica un 0,2%) y 30 céntimos de real por cada 20 reales (el 1,5%). La cobranza de estos impuestos no se realizó de manera continuada y rigurosa por los fallos de la 12 propia administración central20. La Ley de 1877 equiparó los contingentes situándolos en el 0,75% en ambos casos (0,25 pesetas por fanega y la misma cantidad por cada 100 pesetas en caja). Poco después, en 1879, se elevó el contingente sobre el dinero al 1%, quedando igual el de granos. La Ley de 1906 lo igualó todo al 1%. Estos impuestos ordinarios no implicaron un lastre duro para los pósitos, en cambio las exacciones extraordinarias si supusieron un grave problema para la subsistencia de esta red, en este análisis coincidieron tratadistas de orientaciones opuestas21. En este aspecto la responsabilidad fue compartida entre la Hacienda Pública y las haciendas municipales que fueron las responsables de las desviaciones más importantes de fondos más importantes que se emplearon en solventar distintas crisis por las que atravesaron. Este tipo de práctica fue más frecuente durante la primera mitad del siglo XIX, aunque se siguió registrando hasta finales del siglo. La primera exacción de importancia la realizó Carlos III que impuso a los pósitos la entrega de fondos para la fundación del Banco de San Carlos a cambio de acciones, hecho que provocó una crisis para toda la red. Más tarde, al liquidarse el banco y refundirse en el de San Fernando (1829), se les redujo el valor de sus aportaciones22. El tratadista de la red de pósitos J. Gracia Cantalapiedra (1881:22) estimaba el conjunto de exacciones entre 1751 a 1836 en un total de 1000 millones de reales que no se reintegraron nunca. En 1861 los institutos sufrieron la desamortización de sus bienes raíces y rentas, que se incluyeron en el término general de “bienes de propios” de los ayuntamientos, lo que debió afectar a los títulos expedidos por los ayuntamientos, aunque no existe ningún tipo de estudio al respecto. La intervención del Estado sobre los fondos de la red fue disminuyendo en la segunda mitad del siglo XIX, aunque queda claro la apropiación de fondos destinados a atender a la población rural más necesitada por parte del Estado y de las corporaciones locales como un medio de detracción fiscal para atender otros servicios públicos, militares o para atender otros intereses de los grupos dominantes en las localidades. En este sentido la red de pósitos terminó por 20 En 1851 se presupuestaron por la administración central 200.000 reales de contingente y tan sólo pudo recaudar 56.960 reales y en 1853 de 150.000 reales se recogieron 15.741. Estadística Administrativa de la Dirección General de Contribuciones, Madrid, 1855. 21 Por el lado conservacionista: J. Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 291-300 y Mauricio García Isidro (1929), pp. 54 y ss. Por la corriente transformadora de los institutos: F. Rivas Moreno (1889), vol. II, pp. 62-63 y J. Díaz de Rábago (1899) Vol. II, pp. 266-279: 22 De 7257 acciones se les quedaron en 1426, lo que implicaba pasar de una deuda reconocida de 17 millones de reales a algo menos de 3,5 millones. J. Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 291-300 13 convertirse durante buena parte del siglo XIX en la mayor contribución que la pobreza rural realizó a la crisis hacendística, bélica y sanitaria del país. La Real Orden de 9-II-1861 reconocía esta actuación del Estado y los municipios y achacaba la crisis de los institutos a esta causa, junto con el descuido de la vigilancia administrativa y los trastornos experimentados por la nación, pero a continuación justificaba ese desvío de fondos porque con ellos se pudo atender a los conflictos nacionales. Las detracciones habían sido posibles porque con anterioridad el campesinado pobre (colonos, pequeños cultivadores y jornaleros) había nutrido la red con sus aportaciones. El cese de las detracciones entre 1850-1864 dejaba un panorama23 de recuperación, así en esta última fecha los institutos habían puesto en movimiento 2,4 millones de fanegas de granos y 19,5 millones de reales, traducido todo a moneda de aquel año representaba un capital de 116,2 millones de reales. En la sementera de 1862 se atendieron las demandas de crédito de 141.175 labradores a los que se les repartieron 501.109 fanegas de trigo, 16.733 de cebada y 49.034 de centeno y 1,16 millones de reales. 4. La red de pósitos un eje de debates sobre la financiación agraria Desde la época de reformismo ilustrado24 la red fue sometida a todo tipo de análisis y críticas sobre su administración y posibles reformas que mejoraran su funcionamiento y su conversión en otro tipo de organismo (montes de piedad, cajas de ahorros, bancos agrícolas, etc.). Ante la complejidad legislativa que ordenaba a la red de pósitos fue frecuente la publicación de manuales de funcionamiento, en los cuales se ordenaba y comentaba la normativa25. En 1833 Javier de Burgos reabría la polémica en torno a la utilidad de estos institutos, pues según su criterio la libertad de comercio de cereales había dado un nuevo impulso a la producción y hacía 23 Agustín Alfaro (1864) Los trabajos de Zavala y Muñón (1732); F.J. Peñaranda (1789); ambos criticaron los vicios de la administración de los institutos, las elevadas tasas de interés y los abusos y corruptelas cometidos por los pueblos. Otros como M. Navarro (1793) proponían su transformación en montes de piedad dedicados a préstamos en especie y dinero para los labradores, G. Jovellanos citado por López Yepes (1969), p.100 tachaba a la red de inútil y de ruinosos los intereses que cobraba. A finales del siglo XVIII con motivo de un concurso de memorias convocado por la Sociedad Económica de Madrid, autores como F.B. Ladrón de Guevara, N. Fernández Moratín, V. Calvo, entre otros, criticaban los préstamos en especie y pedían que sólo se realizasen en dinero (citado en la voz “Pósito” de la Enciclopedia Espasa, vol. XLVI, p.849). 25 Entre ellos destacan los trabajos de algunos administradores como L. Guardiola Sáez (1802); F. Pérez Morga (1827) o J. Gracia Cantalapiedra (1881). 24 14 inútiles la existencia de los mismos, incluso se planteaba si estos institutos eran onerosos o por el contrario favorecían a los labradores “atrasados” con la anticipación de una o dos fanegas de trigo con gastos desproporcionados, si se socorría a los colonos pobres o si sólo servían para la especulación de los ricos y sí una diferente distribución de sus fondos en lugar de préstamos de granos sería más eficaz para las nuevas necesidades agrícolas. La iniciativa pública participó en esta polémica abogando por un proyecto de transformación de los pósitos en bancos agrícolas (R.O. 16-IV1838; el Decreto de la Regencia de 1841 y el Decreto de las Cortes de 1844). La guerra carlista, la disminución de sus capitales, las dificultades de inversión y el entramado legislativo por el que se regía la red imposibilitó esta posibilidad de cambio. La polémica prendió en los medios especializados26, así el periódico El Amigo del País apoyó la transformación de los pósitos en bancos agrícolas, mientras que el semanario “de interés agrícola La Esteva propugnaba su mantenimiento con reformas. En los años comprendidos entre 1849 y 185627 se realizaron numerosas encuestas y concursos sobre el crédito agrícola, en los cuales organismos públicos, autoridades, sociedades y particulares expresaron puntos diversos sobre la utilidad de los pósitos y sus posibilidades de subsistencia en la nueva organización económica liberal. En la segunda mitad del siglo XIX se produjo una intervención de la administración del Estado más decidida y firme sobre la red. Destacó la labor del ministro de la Gobernación, Posada Herrera y su R.O. de 9-II-1861; del oficial del negociado J. Gracia Cantalapiedra y el Director General de la Administración Local, F. Barca, autores estos dos últimos de trabajos muy valiosos para la restauración de los fondos de los institutos. La intencionalidad de esta intervención radicaba en la imposibilidad de invertir en la agricultura debido a las pobres expectativas que el sector ofrecía, por otro lado el ahorro agrícola era detraído a través de la imposición fiscal, lo que provocaba una baja productividad y colateralmente la huída de capitales y la carencia de estímulos. Ante estas perspectivas la fundación de bancos agrícolas era nulas, por eso los gobiernos de la época trataron de reformar los pósitos para que cumplieran su papel de prestamistas con ciertos niveles de eficacia, a la espera de que los pequeños esfuerzos inversores del Estado en el ámbito rural (infraestructuras, 26 Las obras de los polemistas se pueden encontrar en Braulio Antón Ramírez (1888), pp.153, 188, 494, 616, 729, 843-844 y en J. Arias Miranda (1862), pp. 117-118. 27 Boletín del Ministerio de Fomento. Un estudio de los mismos en A.P. Martínez Soto (1994). 15 beneficencia, educación, capacitación agraria, etc.) surtieran sus efectos de reactivación del sector. En línea con esta actuación estatal sobre la red, y en aras a mejorar la gestión de los institutos aparecieron varios manuales de procedimientos destinados a tesoreros y secretarios28. También los tratadistas y estudiosos de la legislación específica se lazaron a realizar propuestas de transformación, junto a los citados anteriormente, destacan los economistas J. Pando Valle (1880) que preconizaba su mantenimiento y reforma y J. Díaz de Rábago (1883) defensor de la autonomía de los institutos y de la supresión de los préstamos en granos. Todas las encuestas oficiales que se realizaron entre 1850 y 191029 coincidieron en destacar los principales defectos de la red, la necesidad de su reforma y las dificultades financieras del campo español. También existen aportaciones muy valiosas en las memorias de los responsables del ramo que se editaron a partir de 190630. A pesar de todo este arsenal de estudios la reforma de red fracasó y a las causas señaladas anteriormente hay que añadir la actuación negativa, en muchos casos, de las autoridades municipales que utilizaban los fondos de los institutos para alimentar sus redes clientelares y además para favorecer a los prestamistas locales. Los agricultores usuarios de los servicios de los pósitos se mostraron también refractarios a los cambios, dado que otras experiencias oficiales y privadas habían fracasado como medio para atender sus necesidades de financiación (Banco Hipotecario, la pléyade de pequeños bancos que desaparecían en un corto plazo, etc.) 5. La actuación económica de los pósitos El panorama general de los pósitos en el siglo XIX es de un deterioro continuado con algunos momentos de recuperación que se afianzaran a partir de 1906. En el siguiente cuadro se puede apreciar la evolución de las existencias de los pósitos (granos y capital en metálico) a lo largo del siglo XIX: 28 Villalba (1862); F. Abella (1878); Viñas y Ortiz (1878). La Encuesta Agrícola de 1849-1856 del Ministerio de Fomento; Informaciones de la Comisión de reformas Sociales (1883); Encuesta sobre la Crisis Agrícola y Pecuaria del ministerio de Fomento (1887); La Encuesta del proyecto de Ley de Crédito Agrícola del Ministro de Fomento Fermín Calbetón (1910). 30 A destacar las de los Comisarios Regios J.M. Zorita (1906); Conde de Retamoso (1908); E. Gullón (1910) y R, Martín Lázaro (1918-1919). 29 16 CUADRO I EVOLUCIÓN DE LA RED DE PÓSITOS DURANTE EL SIGLO XIX AÑO 1792 1800 1826 1831 1836 1850 1859 1862 1863 1885 1902 NÚMERO DE PÓSITOS 8.0821 5.1512 9.896 -6.300 3.410 3.297 3.043 3.407 3.451 3.410 GRANOS DISPONIBLES Miles de fanegas 10.003 9.308 6.795 7.413 6.000 2.612 2.192 4.348 4.770 3.380 5.023 CAPITAL DISPONIBLE EN METÁLICO Miles de reales 55.105 54.350 22.656 38.615 47.000 18.296 14.548 19.545 29.785 86.334 207.877 1. Según el Preámbulo del R.D. de 11-VI-1878 la cifra ascendería a 9.604 institutos. En la cifra de pósitos están incluidos los píos y de fundaciones particulares. 2. Sólo están incluidos los pósitos reales, faltan los píos y los de fundación privada. FUENTES: Elaboración propia a partir de los datos de: 1792: Mauricio García Isidro (1929), p. 21. que los toma de D. pedro Escolano escribano de Cámara. 1800 y 1869: Juan P. Gutiérrez Higueras (1921). p. 30-31. 1826, 1831, 1836, 1850, 1862, 1863: José Gracia Cantalapiedra (1881): pp. 183, 194, 258, 259, 266, 267, 331, 338 y 382. 1859: Anuario Estadístico de España 1859-60, Comisión de Estadística General del Reino, Madrid, 1860. pp. 173-174. 1885: Reseña Geográfica y estadística de España, 1888, Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico, pp.871, 890-891. 1902: José María Zorita (1907): p.40. 5.1. El número de pósitos y su distribución territorial En transcurso del siglo XIX se produjo un descenso pronunciado en el número de institutos y de sus capitales, este proceso fue más rápido desde las últimas décadas del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Esto es una muestra de las dificultades por las que atravesó la red en su funcionamiento (exacciones de los gobiernos, efectos de la guerra, detracciones de los ayuntamientos, etc.). El cese del control centralizado de la red de institutos, con 17 la supresión de la Dirección General de Pósitos en 180031, provocó la caída de fondos la primera mitad del siglo XIX, situación que se irá mejorando lentamente desde 1862, a partir de esta última fecha se frenó el deterioro, manteniéndose estable el número de organismos y el capital repartido entre los agricultores se incrementó. El declive en cuanto a número de institutos fue menor en las regiones meridionales y levantinas que en las del centro y las del norte (ver Anexo I), en cuanto a los fondos descendieron aproximadamente el 50% en las regiones periféricas y un 75% en las del interior. La recuperación a partir de 1850 fue más homogénea, debido a la acción centralizadora del Estado y sus medidas administrativas y de control de la contabilidad de los pósitos, en palabras de Joaquín Costa32 se logró una “petrificación” de los mismos. Gráfico 1 DISTRIBUCIÓN DE LOS PÓSITOS 1850-1907 (% DEL TOTAL) 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 1850 1859 ANDALUCÍA CASTILLA LEÓN CUATRO REGIONES 1860 1863 1864 1907 CASTILLA LA MANCHA VALENCIA RESTO DE REGIONES Fuente: Ibidem cuadro III. Las cuatro regiones: Andalucía, Castilla la Mancha, Castilla y León y Valencia. Si atendemos al reparto regional del número de pósitos para la segunda mitad del siglo (gráfico 1 y Anexo 1) se comprueba como éstos se concentran 31 Real Cédula de 6 de octubre de 1800. De los 8.082 establecimientos existentes cuando se suprime la Superintendencia General en 1792, se pasó a 3.407 en 1863. Las 9.425.692 fanegas de grano pasaron en esta última fecha a 4.770.000 y los 55.105.419 millones de reales a 29.785.000 millones. 32 Joaquín Costa (1902), Vol. I, p.167. En esta obra Costa realiza una interesante crítica a la acción caciquil en la administración municipal de los pósitos así como los vicios de la central: “…Sin duda ninguna, la gestión de las corporaciones municipales es imperfecta, deficientísima, asiento de todo latrocinio y de todo desorden, pero ¿por ventura son menos malas la Administración central y provincial?” 18 en cuatro regiones, las cuales cuentan durante esos años con más del 80% de los institutos, entre estas destacan las dos Castillas que juntas llegan a tener más del 50% de los establecimientos. La implantación se corresponde con las principales zonas cerealeras del país, los institutos están ausentes de la fachada cantábrica, Galicia, Baleares y prácticamente no existen en Cataluña. En la zona levantina (Valencia y Murcia) si tienen una presencia relativamente importante, constituyendo una excepción tratándose de territorios con una importante agricultura de regadío. En este periodo se puso freno a la continuada desaparición de entidades, fenómeno que había tenido su punto álgido en los años comprendidos entre 1773 y 1830. Los institutos, como se ha señalado, no están presentes en la cornisa cantábrica (Cantabria, Asturias y País Vasco), Galicia y Navarra, y su presencia es residual en Cataluña, según un analista de la época (J. Díaz de Rábago 1899: 316) la razón de esta ausencia se debía a la diversidad y alternativas de cultivos existentes y a la proximidad de la mar que permitía abastecerse de granos fácilmente; los tipos de cereales dominantes, como en el caso del centeno que no tiene creces naturales, sino mermas, esto anularía las creces pupilares (tasa de interés) que sirven para atender los gastos de administración, en cuanto al maíz sería difícil verificar el reintegro (¿en espiga o en grano?), además los gastos de entroje en hórreos y desgranamiento complicaría el mantenimiento de la entidad, así como su almacenamiento que requiere de instalaciones y cuidados muy complejos (ventilación, traspalamiento, limpieza continua para evitar la fermentación, etc.). Todas estas circunstancias explicarían la ausencia de pósitos en estas regiones. Como consecuencia de la Constitución de 1812 se produjo un traslado del control de la red a los ayuntamientos. En 1818 se estimó como urgente volver al control centralizado de la misma restableciéndose la Superintendencia General y la Dirección General dentro del Ministerio de Gracia y Justicia (R.D. 20-V-1818) dado que el cese de la acción controladora y fiscalizadora de las contabilidades de los institutos se dejó sentir sobre el capital de los mismos que se fue reduciendo paulatinamente (exacciones, sacas oficiales, impuestos, corrupción, etc.), al tiempo que crecía el monto de los préstamos incobrables. Después de diferentes alternativas en 1836 la Administración se desentendía por entero de sus funciones de inspección y vigilancia sobre la red, al considerar a los establecimientos como organismos puramente locales y, por 19 tanto, de la exclusiva competencia de los Ayuntamientos, esta situación abrió un nuevo periodo de deterioro acelerado de la misma. 5.2. El capital de los pósitos y su evolución Los pósitos se nutrían de capital por dos vías: las creces naturales que eran aportaciones que realizaban los vecinos de la localidad siguiendo un reparto por el sistema de cupo obligatorio que establecía el ayuntamiento, y en alguna ocasión se les autorizó a establecer arbitrios sobre el tránsito de especies, corredurías de granos, caldos y otros artículos de consumo (R.O. 21/01/1806) y las creces pupilares o intereses de los préstamos. El reparto territorial de los fondos en los inicios de la segunda mitad del siglo (cuadro II) nos permite introducir matices importantes, así las regiones castellanas que eran las que mayor número de institutos tenían (más del 50% del total) no eran las que mayor participación tenían en el conjunto del capital de estas entidades. La mayor parte del capital lo tenía los pósitos de Andalucía (58,8% de los granos y el 71,6% del dinero) que estaban sostenidos por los potentes ayuntamientos de la agrociudades andaluzas, seguidos muy de lejos por los de Castilla y León en cuanto al capital en especie (14,1% del total) y de Castilla la Mancha en el capital en dinero (5,9% del total). Si analizamos el reparto de capital por unidad destaca poderosamente el nivel de los institutos de Murcia que sobrepasan a los del resto de regiones tanto en capital grano como en capital en metálico, se trata de entidades ubicadas en los pueblos del Valle del Segura (agricultura de regadío) y en las principales agrociudades33 (Lorca, Caravaca, Yecla, etc.), muchos de los cuales estuvieron ligados a las Pías Fundaciones del cardenal Belluga34 de ahí su capitalización. Les siguen en los institutos de Andalucía y los de Canarias en ambas modalidades. Los pósitos de las zonas genuinamente cerealeras (ambas Castillas y Aragón) tienen unos capitales por debajo de la media nacional y, por lo tanto, escasos para atender las demandas de préstamos de los “labradores pobres” en tiempos de sementera. 33 Se trata de localidades que sobrepasan los veinte mil habitantes y por lo tanto sus ayuntamientos disponían de fondos para el sostenimiento de los pósitos. 34 El cardenal Luís Belluga Moncada fundó en Murcia una empresa denominada “Pías Fundaciones” cuyos ingresos provenían de los arrendamientos y censos de las tierras drenadas y saneadas que el obispado de Murcia poseía en la Vega Baja del Segura, estos fondos se utilizaron, entre otras obras, para financiar y sostener los Monte Píos Frumentarios (pósitos específicos del Sureste). 20 CUADRO II REPARTO DEL CAPITAL DE LA RED DE PÓSITOS EN 1850 REPARTO DEL CAPITAL NÚMER O PÓSITO S Andalucía Aragón Canarias Castilla-La Mancha Castilla-León Cataluña Extremadura La Rioja Madrid Murcia Valencia España 604 270 37 697 1224 30 206 12 11 18 301 3410 EN GRANO (fanegas) EN DINERO (reales) 1.036.644 9.296.749 56.146 61.612 18.659 492.705 149.012 763.622 247.828 558.108 4.727 31.263 89.159 560.749 2.805 7.700 1.407 105.334 56.057 511.056 101.412 594.828 1.763.856 12.983.72 6 REPARTO DEL CAPITAL % GRAN O 58,8 3,2 1,1 8,4 14,1 0,3 5,1 0,2 0,1 3,2 5,7 100,0 CAPITAL EN CAPITAL EN GRANO POR DINERO POR DINERO PÓSITO PÓSITO (fanegas/pós (reales/pósito ito) ) 71,6 1.716 15.392 0,5 208 228 3,8 504 13.316 5,9 214 1.096 4,3 202 456 0,2 158 1.042 4,3 433 2.722 0,1 234 642 0,8 128 9.576 3,9 3.114 28.392 4,6 337 1.976 100,0 517 3.808 Fuente: Datos tomados de José Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 266-267. Para una mejor apreciación de este capital podemos utilizar la comparación con una institución italiana análoga a los pósitos, se trata de los Monti Frumentari de Italia, que también prestaban grano para la sementera y, en ocasiones, lo hacían en invierno para atender las necesidades de consumo de los campesinos pobres35. En 1853 existían en Italia 1919 Monti con un capital estimado de 1.759.500 fanegas de cereal, cantidad muy cercana a las existencias en grano en la red de pósitos en 1850. El tipo de interés que aplicaban los institutos italianos era superior al de los españoles pues oscilaban entre el 5 y el 15%. La mayor concentración de Monti se registraba en el Reino de las dos Sicilias (1200 institutos con un capital estimado de 1,6 millones de fanegas de grano) y en el centro del país (no existían en el norte del país), una implantación muy parecida a la de los institutos españoles. En 1863 existían 2.051 Monti36 aunque su importancia dentro del conjunto de operaciones de crédito agrario en el país era poco relevante y a finales del siglo XIX, en 1894, 35 Sobre los Monti Frumentari ver: Salvatore Bruno (1922) y Giuliano Muzzioli (1883). La influencia de los Monti Frumentari en la institución de los pósitos parece contar con fundamentos probatorios, especialmente sobre los fundados a mediados del siglo XVIII en el Reino de Murcia por el Cardenal L. Belluga (Monte Píos Frumentarios), sobre este aspecto Salvatore Bruno (1922), p. 324. 36 G. Garrani (1943), p. 60 y S. Bruno (1922) p. 325. 21 quedaban operativos 1.665 con un capital aproximado de 12 millones de liras37. El deterioro de estos institutos italianos era evidente y continuado durante la segunda mitad del siglo, viéndose relevados en el ámbito del crédito agrario por las nuevas cajas rurales cooperativas (las de León Wollemborg y L. Cerrutti) y los bancos populares (fundados por L. Luzzatti). La evolución de la red de pósitos españoles en la segunda mitad del siglo fue diferente a la de los “monti frumentari”, se recuperó capital y se reactivaron en su función prestamista, además no existía una alternativa real como en el caso italiano. Sobre los Monti operó una legislación confusa y restrictiva, hasta que en la Ley de Opere Pía de 1890 los definió como instituciones públicas de beneficencia38 y los colocó bajo la tutela del Estado. Esta decisión fue muy controvertida y, finalmente, bloqueada en 1896 por el Consejo de Estado. La nueva normativa de 1906 específica de la Sección de Crédito Agrario del Banco de crédito de Sicilia les permitió actuar de nuevo como entidades de crédito agrícola asociadas. Como en el caso español con los pósitos, se registró una intensa polémica entre detractores y partidarios de que los Monti continuasen funcionando como entidades de crédito agrícola. Entre los defensores de más relevancia estuvieron Luigi Luzzatti (fundador de los Bancos Populares) y Giustino Fortunato (teórico del crédito cooperativo)39 como en el caso de España lo estuvieron Joaquín Díaz de Rábago y Pando y Valle. En la segunda mitad del siglo XIX el capital de los institutos (cuadro V y Anexo II) se recuperó de manera considerable, a pesar de la pésima actuación de las Comisiones Provinciales Permanentes (creadas por la Ley de 26-VI1877) que tan solo se preocuparon por aumentar el número de favorecidos por el contingente40. 37 38 39 40 P. Sitta (1933), p. 52. S. Bruno (1922), pp. 326-327. G. Fortunato (1888) y L. Luzzatti (1900) M. García Isidro (1929), pp. 29-30, cita como nefastas las disposiciones de 30 de junio de 1878 y 25 de octubre de 1879. 22 CUADRO III CAPITAL TOTAL DE LA RED DE PÓSITOS 1850-1902 GRANOS (hl) 1850 Capital en caja grano Capital en deudas seguras grano Capital en deudas dudosas grano Capital deudas incobrables grano Capital Total Capital en caja metálico Capital en deudas seguras metálico Capital en deudas dudosas metálico Capital en deudas incobrables metálico Capital Total METÁLICO (reales) 979.920 471.553 125.118 431.775 2.008.366 9.350.654 5.312.717 2.347.292 7.570.220 24.580.883 1863 Capital en caja Créditos aplazados campaña Créditos aplazados en moratorias Capital Total 620.176 645.548 182.502 1.448.226 8.942.840 17.215.052 1.911.703 28.069.595 1885 Capital en caja Capital en créditos Capital Total 108.162 1.698.126 1.806.288 6.368.508 78.516.574 84.885.082 1902 Capital en caja Capital en deudas seguras Capital Total 1.900.265 890.140 2.790.405 116.096.052 91.781.468 207.877.520 ∆ Capital grano 1850-1885 (%) ∆ Capital metálico 1850-1885 (%) ∆ Capital grano 1850-19021 (%) ∆ capital grano 1863-19021 (%) ∆ capital grano 1885-19021 (%) ∆ Capital metálico 1850-19021 (%) ∆ capital metálico 1863-19021 (%) ∆ capital metálico 1885 -19021 (%) -10,06 245,30 38,93 92,67 54,48 745,68 640,57 146,29 Fuente: datos elaborados a partir de Reseña Geográfica y estadística de España, 1888, Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico, pp.871, 890-891. (1) Se han realizado los cálculos sobre el capital real en granos y metálico. La recuperación de capitales fue más efectiva en Andalucía y Levante que en las zonas más cerealeras -las dos Castillas y Aragón- (Anexo II y gráfico 2) en la cuales los institutos eran más pequeños, más dispersos y 23 menos capitalizados. En general, el declive de las instituciones y sus fondos durante la primera mitad del siglo fue menor en las primeras zonas y la recuperación de la segunda mitad del XIX fue más homogénea, posiblemente por la acción centralizadora del Estado que estabilizó toda la red. La labor desarrollada por los funcionarios del ramo perteneciente al Ministerio de la Gobernación de control de la contabilidad de las entidades y las comisiones provinciales, la monetización de parte del capital grano; el pago de deudas antiguas, etc., permitió que en 1902 la recuperación de caudales fuese una realidad y que al finalizar el siglo los pósitos contasen con un capital real de 68,8 millones de pesetas (51,9 millones de pesetas en metálico) que suponían un gran incremento respecto al capital existente en 1850 (7 millones de ptas). Gráfico 2 REPARTO DEL CAPITAL EN GRANOS DE LOS PÓSITOS EN 1850 REPARTO DEL CAPITAL EN METÁLICO DE LOS PÓSITOS EN 1850 REPARTO DEL CAPITAL EN GRANOS DE LOS PÓSITOS EN 1885 REPARTO DEL CAPITAL EN METÁLICO DE LOS PÓSITOS (%), 1885 Fuente: Ver Anexos 24 Estas instituciones de crédito agrario deberían lograr un desarrollo sostenido en aquellas zonas caracterizadas por una mayor demanda, para producir o para consumir, allí donde la superficie de cultivo destinada a los cereales era mayor y donde era más extensivo, en este sentido los pósitos eran más numerosos en las dos Castillas, pero su dotación de fondos era inferior a los de Andalucía y Levante. En esas primeras regiones la clientela se componía de una multitud de “labradores pobres”41 residentes en pequeños ayuntamientos, la mayor parte de los cuales no tenían capacidad económica y de gestión para mejorar sus respectivos institutos. En el segundo caso, los pósitos estaban establecidos en agrociudades con corporaciones que contaban con administradores cualificados y con suficientes fondos para capitalizarlos en caso de necesidad, pero en muchos casos eran utilizados como un instrumento de control social y de atención a las clientelas por parte de las oligarquías municipales, con frecuencia se daban procesos de corrupción en la gestión de los préstamos. La recuperación de los capitales de la red de institutos durante la segunda mitad del siglo se debió a una combinación de elementos y condiciones, entre otros: mayor control del Estado sobre las contabilidades de cada uno de ellos, control y vigilancia sobre las actuaciones de las autoridades locales y provinciales encargadas de la gestión directa, monetización parcial del capital en granos, venta de activos (inmuebles, fincas, valores, etc.). Todo ello posibilitó que en 1902 la red contara con un capital real en metálico de 207,8 millones de reales que suponían un incremento del 745,6 % respecto al existente en 1850 y 2,8 millones de hectolitros de grano, 38,9 % de incremento respecto a 1850 (cuadro V), cantidades importantes que les permitía generar un microcrédito con destino a la sementera y el consumo de los “labradores pobres”. En ese momento el conjunto de las nacientes cajas rurales, sindicatos agrícolas, cámaras agrarias, asociaciones agrícolas y otros tipos de cooperativas no contaban con el capital del que disponía la red de pósitos así como un conjunto de más de tres mil establecimientos repartidos por buena parte del país, esto la colocaba en una herramienta fundamental para la financiación de los pequeños cultivadores a través de operaciones de microcrédito. 41 Esta expresión, labradores pobres, fue acuñada por J.J. Castillo (1979) al referirse a la afiliación de la Confederación nacional Católica Agraria, especialmente a la masa de pequeños labradores castellanos que estaban afiliados a sus sindicatos agrícolas, cooperativas y cajas rurales., loas mismos que durante el siglo XIX eran la clientela de los pósitos. 25 La relación de los pósitos con variables financieras (precio del dinero e instituciones de crédito) es problemática a la hora de sacar conclusiones. La falta de capitales en la agricultura y el alto precio de los mismos (tasas de usura) era un problema señalado por todas las encuestas oficiales y tratadistas del periodo. El crecimiento de los fondos de los pósitos en el periodo comprendido entre 1850 y 1902 no guarda mucha relación con el crecimiento del número de bancos, cajas de ahorros o cooperativas agrarias de crédito en esos mismos años. Los dos tipos de instituciones, los pósitos y las nuevas entidades financieras de la segunda mitad del siglo XIX (bancos, cajas de ahorros, cajas rurales, etc.), no tuvieron ningún tipo de relación. Las segundas no desplazaron a los institutos que constituían una red más amplia, ni tan siquiera complementaron sus respectivas labores allí donde convivieron, se trataba de dos mundos escasamente interrelacionados. Más coincidencia se daba con los usuarios de las cajas rurales (cooperativas de crédito ligadas en muchas ocasiones a sindicatos agrícolas), pero la eclosión de este tipo de entidades se produjo después del periodo que estudiamos (1915-1920). 5.3. La clientela de los pósitos La clientela hipotética de la red se situaba en un termino medio entre los grandes propietarios y los jornaleros desposeídos, los primeros no necesitaban de sus préstamos y éstos últimos no podían hacer frente a las fianzas y garantías exigidas para retirar granos o dinero, si lo lograban solían quedar endeudados con el pósito y, por tanto, excluidos para obtener un nuevo crédito. Por lo tanto, los mejor situados para ser beneficiarios de los institutos eran los pequeños propietarios, los arrendatarios y los modestos cultivadores directos que necesitaban por una parte sus préstamos y por otra, podían presentar unas garantías suficientes. En el caso de este último grupo el destino fundamental de los créditos era la sementera, el grupo de los jornaleros solo buscaba la subsistencia a través de adelantos en grano para panadeo, en este caso los préstamos exigían unas fianzas y creces menores. Las zonas de predominio del pequeño propietario y arrendatario tenían unos pósitos orientados a la producción (Aragón y Castilla-León), mientras que en los territorios de predominio de la gran propiedad con una gran presencia de jornaleros, los institutos eran más grandes, urbanos y más orientados a atender el consumo, con una mayor actividad “social” (cuadro VI) pero más expuestos a 26 acumular créditos impagados (Andalucía). La actividad de los pósitos orientados a la producción presentan unas oscilaciones en sus operaciones ligadas al ciclo agrícola, mientras que los orientados al consumo dibujan curvas más uniformes a lo largo del año42. CUADRO IV ESTRATIFICACIÓN SOCIAL Y PÓSITOS EN ESPAÑA A MEDIADOS DEL SIGLO XIX Andalucía Aragón Canarias Castilla-La Mancha Castilla-León Cataluña Extremadura Murcia Rioja Valencia España Índice Índice Índice Índice Fondos/habitantes Propietarios Arrendatarios Jornaleros 200 78 70 120 37 130 36 95 50 90 102 105 119 121 75 92 77 121 151 75 5 99 63 109 131 103 52 108 197 65 144 112 6 108 111 92 37 117 83 94 100 100 100 100 Índice Pobres 85 80 84 101 121 65 92 109 127 83 100 Fuente: Datos tomados del Censo de Población española de 1860 y los referentes a los pósitos 1863: Gaceta de Madrid de 28-IV-1864 y de 23-IV-1866. Los índices se han construido señalando el peso de la cantidad regional respecto a la media nacional que se considera 100. El alto índice de propietarios de Aragón, las dos Castillas y Valencia puede relacionarse con el alto número de pósitos, aunque debería tratarse de un tipo de propietarios medianos y pequeños en su generalidad que podían acudir a estos pósitos en búsqueda de financiación. La presencia masiva de jornaleros en Andalucía se relaciona con unos institutos grandes y urbanos, como ocurre en caso de Murcia o Extremadura. La orientación “benéfica” de la red de pósitos no alcanzaba a los pobres (pobres de solemnidad o jornaleros más precarios), su operativa estaba destinada a un sector de la población rural desprotegida pero que no llega a los límites de la pobreza (pauperismo). En este sentido los institutos estaban bien orientados en cuanto a su papel sociobenéfico y a su clientela meta pero una pléyade de problemas administrativos y la mala gestión de las autoridades municipales les impedían realizar con eficacia este cometido. Con frecuencia su actuación se insertaba en las redes clientelares que controlaban las oligarquías municipales y sus préstamos 42 Rafael Marín Lázaro (1920), pp. 36-37, presenta unos gráficos de los préstamos realizados a lo largo de los meses de una serie de años en las provincias de Valladolid y de Valencia en los que se aprecia este comportamiento. 27 estaban destinados a alimentar estas estructuras, o bien, en algunos casos, la corrupción hacía que el microcrédito acumulado en varias operaciones simuladas abasteciese de capital a prestamistas privados y logreros que negociaban con este capital “barato” para ellos. A pesar de la existencia de esta realidad, la red de pósitos atendió la demanda de numerario (en grano o metálico) de un número importante de pequeños cultivadores pobres. 5.4. La actividad prestamista de los pósitos Las tasas de interés (creces pupilares) fueron tradicionalmente de un celemín por fanega de grano prestada, lo que representaba una tasa de interés del 8,33 % al año. Esta cifra fluctuó a lo largo del tiempo, así en 1775 de redujo a medio celemín por fanega (4,16 %), para subir de nuevo en 1800 hasta tres cuartillos por fanega (6,25 %), con la idea de recuperar a los institutos de las exacciones a que les sometió el Estado. En 1861 el interés se situó otra vez en medio celemín por fanega para los granos (4,16 %) y un 6% para el dinero. La Ley de 1906 rebajó estas tasas a un 2% en los de grano y el 4% en los de dinero, tipos que eran más bajos que los que ofrecían las cajas de ahorros y las cajas rurales existentes. Los réditos se destinaban al mantenimiento de gastos de conservación, administración y pago de contingentes a los organismos centrales. Los institutos que funcionaban con corrección (sin intromisiones ajenas a su cometido) lograban acrecentar sus fondos, constituyendo un tipo de reserva. A menudo los fondos de reserva desaparecían por el lastre de los impagos de los prestatarios de sus respectivos préstamos. La verdadera debilidad de estos institutos consistía en la dificultad que suponía lograr un equilibrio entre la necesidad y la solvencia de sus usuarios. A pesar de los procedimientos normales de fianza de los créditos y de las precauciones a la hora de seleccionar a los prestatarios entre los más solventes y “honrados” de los agricultores necesitados de la localidad, la debilidad más acusada de la red fueron los créditos no recuperados ni recuperables. Una cosecha más floja de lo habitual o tan solo dos años irregulares sucesivos provocaba un alud de créditos cuyos reintegros era inviables, de tal manera que uno de los puntos centrales de las reformas de mediados de siglo para el saneamiento económico de los institutos siempre fue el intento de realizar una liquidación y clarificación de las deudas pendientes, especialmente las antiguas. 28 Esta situación endémica convertía a los pósitos en una red avocada a las polémica y las críticas y, posiblemente, una de las causas de que fuera tan refractaria a todo tipo de reformas hay que buscarla a la complejidad de intereses que crecieron en torno a ella, así como la facilidad que daba para solventar situaciones apuradas de otras instituciones públicas ajenas a sus fines. El mayor o menor grado de esta situación de impagos varia unas a otras regiones, en función de la actuación de las administraciones locales y la solvencia de sus usuarios. Así, un hecho destacable es la situación de los pósitos andaluces en 1863 que tenían el 57% de los fondos de la red y en deudas impagadas acaparaban el 71,2%, situación que volvemos a encontrar en estadísticas posteriores, también tenían dificultades para el cobro los institutos de Extremadura y los de Castilla y León. Mejor situación presentaban los de Canarias, Levante (Valencia y Murcia) y Aragón, que eran los más solventes y mejor gestionados. CUADRO V LOS PRÉSTAMOS DE LA RED DE PÓSITOS EN 1850 CAPITAL PRESTADO POR PÓSITO EN DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO (reales) (fanegas) (reales) 1.911 14.934 9.020.410 62,36 59,57 30 0,44 400 11.089 410.288 0,80 2,71 485 2.701 1.882.720 18,26 12,43 44 305 373.089 2,93 2,46 197 254 7.611 0,32 0,05 717 6.174 1.271.840 7,98 8,40 55 709 8.509 0,04 0,06 44 2.421 26.627 0,03 0,18 3.721 89.813 1.616.626 3,62 10,68 205 1.744 524.843 3,34 3,47 15.142.563 100,00 100,00 543 4.441 CAPITAL PRESTADO Andalucía Aragón Canarias Castilla-La Mancha Castilla-León Cataluña Extremadura La Rioja Madrid Murcia Valencia ESPAÑA EN GRANO (fanegas) 1.154.358 8.098 14.811 337.969 54.150 5.896 147.671 658 487 66.977 61.769 1.851.205 CAPITAL PRESTADO % Fuente: elaborado a partir de José Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 266-267. La red no sólo actuó en el terreno del crédito agrario, sus fondos también se utilizaron por las autoridades locales para financiar obras públicas, para atender los efectos de calamidades o epidemias, como estímulo a la 29 innovación43 (adquisición de maquinaria agraria), en escuelas públicas y otras muchos destinos: Pero su tarea más importante se centró en el microcrédito, en una línea de centros benéficos orientados a un sector social agrario. J. Pando y Valle (1880:16) señalaba que en 1800 los 9.600 pósitos (incluidos los pósitos píos), con 480 millones de reales, atendieron las demandas de 160.000 labradores pobres. A mediados del siglo los pósitos prestaban 1,8 millones de fanegas de grano y 15,1 millones de reales (cuadros V y VI). Destaca el papel de los pósitos andaluces que concentran el 62,3% del capital prestado en granos y el 59,5% del prestado en dinero. Pero si atendemos por lo realizado por termino medio por cada instituto los de Murcia fueron los que más capital prestaron en consonancia con el capital disponible junto con los de Andalucía, Canarias y Valencia. En 186244 los pósitos prestaron a 141.175 labradores un total 501.109 fanegas de trigo, 49.034 de centeno y 16.733 de cebada (58% del trigo existente, el 49% del centeno y el 46% de la cebada) y un capital en metálico de 2.168.900 reales (38% de lo que existía en caja), siendo el valor del préstamo medio de 274 reales, cifras que muestran la implantación de los institutos como entidades de microcrédito especializadas. En 186345 se socorrían a 150.306 labradores pobres para la sementera, lo que implicaba que este año se superaron en 850.078 fanegas de grano y en 10.363.196 reales los préstamos realizados en el año 1862 y que se socorrieron 9.131 labradores pobres más que el año anterior, también el capital efectivo recobrado en metálico por los institutos aventajó en 3.645.712 reales al de 1862. Estas cifras nos muestran la recuperación que experimentaron los institutos en la segunda mitad del siglo, incluso se trató de reorganizarlos ante esta perspectiva (Real Orden 25-IV-1866) sobre la base de: monetización de sus capitales (conversión a metálico de los granos de los pósitos, venta de inmuebles, liquidación inmediata de los créditos y condonación de deudas según los periodos de los que procedan); disminución de la tasa de interés de los préstamos y medidas de racionalización administrativa (seguridad en los reintegros, simplificación de la contabilidad, administración gratuita, rendición de cuentas con periodicidad acordada y siguiendo las directrices del organismo central). 43 44 45 Fermín Calbetón (1910), pp. 122-123. José Gracia Cantalapiedra (1897), p. 371. Ibidem, página 372 30 CUADRO VI LOS PRÉSTAMOS DE LOS PÓSITOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX Número de labradores atendidos Capital prestado en granos (Hl.) Capital prestado en dinero (Ptas.) 1850 1859 1.028.447 3.785.640 790.891 2.007.610 1862 141.175 786.089 3.461.206 1863 150.306 850.078 4.780.969 1885 1.801.553 18.640.353 1902 335.285 890.140 22.945.367 Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1859: José Gracia Cantalapiedra (1881): p. 268; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1863 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907): p. 40. Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección General de Administración Local. Las inspecciones que se giraron a las provincias en 1862 resultaron muy efectivas, empezando a corregir las ocultaciones, los abusos en la administración y en la contabilidad, los repartimientos y reintegros simulados, la parcialidad en la concesión de créditos y otras muchas corruptelas que paralizaban los institutos. Este modo de proceder de la Administración mejoró las reservas de conjunto de la red, de esta manera para el reparto de la sementera de 1863 disponía de 363.456 fanegas de trigo, 55.091 fanegas de centeno, 12.981 fanegas de cebada y 4.540.139 reales en metálico. El capital real de los pósitos en ese año (contando solo los créditos realizables) ascendía a 116.200.789 reales46 La evolución de los pósitos entre 1863 y 1885 no es desconocida, los institutos vivieron un periodo de desorganización de la red debido a los avatares políticos y al traspaso de competencias a las Comisiones Provinciales de Pósitos (Ley 20-VI-1877) las cuales dejaron de rendir cuentas47. La Dirección General de Administración Local emitió una circular (15-V-1880) reclamando a los Gobernadores que le remitiesen el estado contable de sus respectivos institutos, resultado de esta iniciativa se plasmó en el estado contable de 1885 que significó un nuevo paso en la reorganización de la red, que culminaría con la Ley de 23 de enero de 1906 creadora de la Delegación Regia de Pósitos. A menudo los fondos de reserva desaparecían por el lastre de los impagos de los préstamos. La verdadera debilidad de estos institutos consistía en lograr un equilibrio entre la necesidad y la solvencia de sus usuarios. A 46 Datos tomados de la Gaceta de Madrid de 18-IV-1864 (Memorias y Estados de los Pósitos). Según M. García Isidro (1929), p. 29: “Los órganos creados para dar cumplimento a la ley [Ley 20-VI1877] fueron bien pronto invadidos por el vicio que corroía nuestra vida política…los Pósitos cayeron nuevamente en el marasmo…desde 1877 las Comisiones Permanentes se preocuparon tan sólo de aumentar el número de favorecidos por el contingente sin control…los Pósitos no interesaban a sus administradores.” 47 31 pesar de los procedimientos usuales de fianza de los créditos (personales, comunales, propias o ajenas), y de las precauciones a la hora de seleccionar a los prestatarios entre los más solventes y “honrados” de los agricultores necesitados de cada localidad, la debilidad más acusada de los pósitos fueron los créditos no recuperados ni recuperables. Una cosecha más floja de lo habitual o tan solo dos años irregulares sucesivos provocaba un alud de créditos cuyos reintegros eran inviables. De esta manera uno de los puntos centrales de las reformas que se emprendieron en la línea de saneamiento económico de los institutos siempre fue el intento de realizar una liquidación y clarificación de las deudas pendientes. Un alud de normativas y resoluciones de la Administración a lo largo del siglo XIX trató de regular, contabilizar y liquidar las deudas pendientes, algunas de carácter “histórico”, que tenían paralizados a un buen número de institutos48. En las memorias y estadísticas consultadas hemos encontrado una coincidencia obsesiva por el control y clasificación de las deudas. En 1850 el 51% de los granos estaban en manos de deudores, y de ellos solo se consideraban cobrables el 46%, dudosos el 12% e incobrables el 42%49. En cuanto a los préstamos en dinero estaban en débito el 62% de los concedidos y de estos se consideraban ejecutables el 34,8%, dudosos el 15,4% y no recuperables el 49,8%.En la estadística de 186350 se volvió a investigar las deudas pendientes, evaluándose que de todos los granos de las reservas estaban pendientes de cobro el 70,6% que estaban en manos de antiguos prestatarios, tan solo el 23,6% estaba en posesión de los prestatarios de ese año. En 188551 una nueva estadística muestra que el estaban en manos de deudores el 94% de los granos y el 95% de los fondos metálicos. La Ley de 1906 trato de arreglar esta situación, pero las deudas existentes después de su aplicación revelan que se trataba de un mal crónico que se había acrecentado A esta situación se añadía que los pósitos adelantaron al Estado, las provincias y las localidades de 1800 a 1907 la cifra de 206 millones de pesetas52 que estaban pendientes de pago en esa última 48 Sobre este aspecto ver Mauricio García Isidro (1929): Circular de 24-XI-1801; Circular de 24-XI-1804; Circular de 17-II-1804; R.O. de 9-VI-1833; R.O. de 13-III-1854; Ley de 4-III-1856 y Ley de 26-I-1906. 49 Gaceta de Madrid de 20-II-1861. 50 Gaceta de Madrid de 23-IV-1866. 51 Reseña Geográfico Estadística de España en 1885, estado 15. 52 Ver la Memoria del delegado regio Conde de Retamoso (1908). La voz “Pósito” de la Enciclopedia Espasa elevaba esta cifra a 300 millones de pesetas. 32 fecha, por lo tanto el daño a la red también procedía de sus propios administradores. El reparto de los préstamos de la red en la segunda mitad del siglo XIX (Cuadro VIII y Anexo III) nos muestra la fuerza de los pósitos andaluces, en consonancia con sus capitales, y en segundo lugar los de las dos Castillas a bastante distancia. En general es destacar el crecimiento de los créditos en metálico en el último tercio del siglo, lo que es un indicador del proceso de monetización de los capitales de los pósitos. CUADRO VII REPARTO TERRITORIAL DEL CAPITAL PRESTADO POR LA RED DE PÓSITOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX (en %) Andalucía Aragón Canarias Castilla-La Mancha Castilla-León Cataluña Extremadura La Rioja Madrid Murcia Valencia ESPAÑA 1850 1862 1885 1907 EN EN EN EN EN EN EN EN GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO 62,36 59,57 54,17 65,28 58,96 61,98 68,35 69,13 0,44 1,99 0,13 2,61 0,33 2,71 0,67 0,80 2,71 1,39 9,03 0,93 6,48 18,26 12,43 18,69 10,62 12,53 9,40 8,82 8,07 2,93 2,46 7,51 2,28 12,20 9,60 10,94 9,25 0,32 0,05 0,28 0,09 0,09 0,45 0,02 0,46 7,98 8,40 7,66 1,40 4,82 1,53 4,05 1,77 0,04 0,06 0,08 0,59 0,17 0,10 0,08 0,06 0,03 0,18 0,09 0,05 0,16 0,68 0,06 0,31 3,62 10,68 0,57 0,31 4,55 4,02 1,03 1,82 3,34 3,47 7,57 10,21 3,91 11,84 3,93 8,44 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907). Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección General de Administración Local. Cuando se observa con más detenimiento el reparto del capital prestado y se atiende a la media por instituto obtenemos resultados más concretos, así los establecimientos de Murcia, Canarias, Andalucía y Valencia son los que prestaron más capitales en metálico y en grano, con el añadido de Extremadura en este último caso. La hipótesis más plausible de este reparto sería la de unos pósitos más capitalizados, establecidos agrociudades que contaban con corporaciones que podían colaborar mejor con ellos (gestión y capitalización) al tiempo que tenían intereses en mantener el microcrédito como una herramienta de control social y de mantenimiento de la pequeña explotación agraria como estabilizadora de los conflictos socio-económicos, 33 también permitían los préstamos en granos para consumo destinados a los jornaleros. Gráfico 3 RATIO DE APROVECHAM IENTO DEL CAPITAL DE LOS PÓSITOS (CAPITAL PRESTADO DEL CAPITAL TOTAL) 1863 1,00 0,90 0,80 0,70 0,60 0,50 0,40 0,30 0,20 0,10 0,00 ESPAÑA VALENCIA MURCIA MADRID LA RIOJA EXTREMADURA CATALUÑA CASTILLA Y LEÓN CASTILLA LA MANCHA CANTABRIA CANARIAS ARAGÓN ANDALUCÍA RATIO METÁLICO RATIO GRANO Fuente: Elaborado a partir de los datos contenidos en la Gaceta de Madrid de 28-IV-1864 Como hemos señalado anteriormente los institutos contaban con el problema de los créditos antiguos impagados y con pocas posibilidades de reintegrarse, a lo que se añadían los más recientes que incurrían en sucesivas moratorias, todo ello limitaba su capital real y por tanto sus posibilidades de atender la demanda de su clientela. Además, con frecuencia los gestores municipales de los institutos reducían voluntariamente la capacidad prestamista de sus entidades, especialmente en las fases de mayor control de la Administración sobre la contabilidad, tratando con ello evitar la responsabilidad subsidiaria en la que incurrían en caso de impago de los prestatarios. Ante esta situación las autoridades centrales evitaron ejercer esta posibilidad que les ofrecía la normativa vigente, dado que ello implicaba la casi paralización de la actividad prestamista de la red. Con todos estos condicionantes se comprueba (Gráfico 3) como la mayor eficiencia (ratio de aprovechamiento del capital disponible) la registran los pósitos de Canarias y Andalucía, que serían los mejor gestionados en este sentido, disponiendo para el préstamo más del 60 % de sus disponibilidades tanto en metálico como en grano. 34 Conclusiones En el presente trabajo se ha analizado el funcionamiento de la red de pósitos, mostrando una fuerte resistencia a cualquier reforma o cambio, lo que posibilitó una creciente pérdida de su identidad y función. Durante el siglo XIX, fue muy contestada desde círculos intelectuales y políticos, al estar los pósitos manejados por las oligarquías municipales, mediante redes clientelares, y por las administraciones, estatal y local, en función de sus apremios financieros. Tampoco sirvieron para resolver los problemas financieros de los agricultores más necesitados de dinero para mantener sus explotaciones. Su mayor implantación se dio allí donde el cultivo extensivo de los cereales predominaba como forma de explotación. La estructura de la propiedad y el régimen de tenencia de las tierras influyeron en que se diferenciasen dos tipos: de un lado, los pósitos de las zonas latifundistas de amplia presencia de masa jornalera, fuertemente concentrados y urbanos, y orientados al consumo y endebles en la liquidez de sus fondos; de otro, los institutos de las zonas del minifundio y de la pequeña propiedad, de los arrendatarios y colonos, que eran reducidos, mucho más rurales, y por tanto dispersos y destinados sobretodo a la producción. Su éxito residiría en el siglo XIX en la capacidad de atender las necesidades de un segmento de la pobreza rural. Tenían así una orientación benéfica-asistencial, aunque su capacidad de llegar a la masa campesina indigente fue muy limitada, tanto en número como en cuantía de los créditos. Su fracaso se debió en parte a su carácter amortizador de una masa de fondos paralizados y, sobre todo, por la actuación de las administraciones locales, provincial y estatal. Estas los utilizaron para atender sus necesidades, sin plantear una reforma en profundidad de sus funciones, por lo que dejaron de ser un instrumento útil como red de financiación agraria. Las deficiencias estructurales y las políticas liberales determinaron su relativo fracaso que no su extinción. 35 BIBLIOGRAFÍA ABELLA, J. (1881): Derecho Administrativo Provincial y Municipal, Madrid, vol. III. ANÉS, Gonzalo (1972): Economía e Ilustración en la España del siglo XVIII, Barcelona, Ed. Ariel. ANTÓN RAMÍREZ, Braulio (1865): Diccionario de Bibliografía Agronómica y de toda clase de escritos relacionados con la Agricultura, Madrid. BARCA, Francisco (1886): Memoria presentada al Excmo. 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REPARTO PROVINCIAL Y REGIONAL 1850 1858 1859 1861 1862 1863 1885 1907 81 82 54 81 85 85 34 34 32 34 37 37 PIOS NACIONALES TOTAL PIOS NACIONALES TOTAL ALMERÍA 81 1 CÁDIZ 34 36 CÓRDOBA 69 GRANADA 154 82 83 7 36 34 74 69 69 9 60 69 66 73 73 69 69 16 136 152 22 132 154 136 137 133 125 125 54 54 3 43 46 49 52 42 55 55 70 75 13 63 76 73 75 14 75 75 HUELVA 54 JAÉN 77 5 MÁLAGA 66 11 45 56 31 43 74 75 76 76 74 74 SEVILLA 69 1 70 71 1 66 67 69 72 72 73 73 ANDALUCÍA 604 70 526 596 120 481 601 584 571 525 593 593 HUESCA 131 27 17 44 73 80 137 152 152 TERUEL 52 16 26 42 52 79 82 105 105 ZARAGOZA 87 98 98 26 41 67 50 69 77 81 81 ARAGÓN 270 98 98 69 84 153 175 228 296 338 338 CANARIAS 37 39 39 21 17 38 41 42 2 2 2 2 1 1 52 14 28 39 45 48 31 53 53 CANTABRIA ALBACETE 2 35 2 2 49 11 41 CIUDAD REAL 54 6 49 55 18 45 63 60 65 63 63 63 CUENCA 223 99 193 292 43 142 185 129 196 157 155 155 GUADALAJARA 295 13 273 286 68 245 313 245 296 301 297 297 TOLEDO 73 16 62 78 56 76 79 97 97 CASTILLA LA MANCHA 697 132 682 156 522 678 535 681 631 665 665 ÁVILA 122 113 113 3 86 89 113 114 120 105 105 BURGOS 146 8 122 98 40 138 165 175 170 166 166 LEÓN 71 19 99 118 116 122 124 79 79 PALENCIA 196 SALAMANCA 113 SEGOVIA 197 SORIA VALLADOLID 91 550 114 136 227 77 140 217 157 157 157 160 160 110 110 19 104 123 123 124 123 118 118 70 264 334 82 176 258 253 216 220 237 237 129 147 62 97 114 ZAMORA 153 CASTILLA Y LEÓN 1224 543 686 5 BARCELONA 9 3 LÉRIDA 18 36 209 129 62 191 213 221 169 214 214 114 40 70 110 115 117 116 110 110 11 18 29 29 31 32 51 51 1229 478 795 1273 1284 1277 1231 1240 1240 8 3 5 8 3 5 2 4 4 36 6 10 16 20 20 29 28 28 3 4 4 4 44 12 15 27 27 29 35 32 32 TARRAGONA 3 CATALUÑA 30 3 BADAJOZ 122 15 84 99 88 73 78 95 95 CÁCERES 84 10 52 62 51 77 77 73 73 EXTREMADURA 206 25 136 161 139 150 155 168 168 LA RIOJA 12 3 3 4 32 34 33 33 39 5 MADRID 11 2 9 11 2 11 13 9 9 9 30 30 MURCIA 18 5 19 24 7 20 27 26 30 34 25 25 ALICANTE 82 43 28 71 39 102 77 47 47 CASTELLÓN 62 7 59 66 6 61 67 67 68 66 60 60 VALENCIA 157 62 150 212 71 112 183 111 186 189 178 178 VALENCIA ESPAÑA 301 3.410 69 999 209 2.004 278 3.003 120 1.015 201 2.282 321 3.297 217 3.043 356 3.407 332 285 3.284 3.451 40 285 3.410 ANEXO I (CONTINUACIÓN). RESUMEN REGIONAL Y REPARTO PORCENTUAL A) NÚMERO DE PÓSITOS 1850 1858 ANDALUCÍA 604 70 ARAGÓN 270 37 CANARIAS 1 CASTILLA Y LEÓN TOTAL 1861 1862 1863 1885 1906 120 481 601 584 571 525 593 593 98 98 69 84 153 175 228 296 338 338 39 39 21 17 38 41 42 2 2 2 2 2 2 526 41 2 1 1 697 132 550 682 156 522 678 535 681 631 665 665 1224 543 686 1229 478 795 1273 1284 1277 1231 1240 1240 30 39 5 44 CATALUÑA EXTREMADURA NACIO. 596 CANTABRIA CASTILLA LA MANCHA 1859 PIOS NACION. TOTAL PIOS 12 15 27 27 29 35 32 32 206 25 136 161 139 150 155 168 168 12 3 3 4 32 34 33 33 LA RIOJA MADRID 11 2 9 11 2 11 13 9 9 9 30 30 MURCIA 18 5 19 24 7 20 27 26 30 34 25 25 301 69 209 278 120 201 321 217 356 332 285 285 3410 999 2004 3003 1015 2282 3297 3043 3407 3284 3451 3410 VALENCIA ESPAÑA B) REPARTO PORCENTUAL 1850 1858 1859 PIOS NACION. TOTAL PIOS NACION. TOTAL 1861 1862 1863 1885 1906 ANDALUCÍA 17,7 7,0 26,2 19,8 11,8 21,1 18,2 19,2 16,8 16,0 17,2 17,4 ARAGÓN 7,9 9,8 0,0 3,3 6,8 3,7 4,6 5,8 6,7 9,0 9,8 9,9 CANARIAS 1,1 3,9 0,0 1,3 2,1 0,7 1,2 1,3 1,2 0,0 1,2 0,0 CANTABRIA 0,0 0,2 0,0 0,1 0,2 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 0,0 CASTILLA LA MANCHA 20,4 13,2 27,4 22,7 15,4 22,9 20,6 17,6 20,0 19,2 19,3 19,5 CASTILLA Y LEÓN 35,9 54,4 34,2 40,9 47,1 34,8 38,6 42,2 37,5 37,5 35,9 36,4 CATALUÑA 0,9 3,9 0,2 1,5 1,2 0,7 0,8 0,9 0,9 1,1 0,9 0,9 EXTREMADURA 6,0 0,0 0,0 0,0 2,5 6,0 4,9 4,6 4,4 4,7 4,9 4,9 LA RIOJA 0,4 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,1 0,1 0,9 1,0 1,0 1,0 MADRID 0,3 0,2 0,4 0,4 0,2 0,5 0,4 0,3 0,3 0,3 0,9 0,9 MURCIA 0,5 0,5 0,9 0,8 0,7 0,9 0,8 0,9 0,9 1,0 0,7 0,7 VALENCIA 8,8 6,9 10,4 9,3 11,8 8,8 9,7 7,1 10,4 10,1 8,3 8,4 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 ESPAÑA Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1858 AE.E. año 1858; 1859 A.E.E. año 18591860; 1861 A.E.E. 1860-1861; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1863 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907). Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección General de Administración Local. Canarias1: En el año 1863 Canarias aparece sin datos, ello se debió a que no se recibieron los datos al cierre del Anuario. 41 ANEXO II EVOLUCIÓN DE LOS CAPITALES REALES DE LOS PÓSITOS EN 1850 Y 1885. 1850 (1) PROVINCIAS ALBACETE ALICANTE ALMERÍA ÁVILA BADAJOZ BARCELONA BURGOS CÁCERES CÁDIZ CANARIAS CASTELLÓN CIUDAD REAL CÓRDOBA CUENCA GRANADA GUADALAJARA HUELVA HUESCA JAÉN LEÓN LÉRIDA LOGROÑO MADRID MÁLAGA MURCIA PALENCIA SALAMANCA SANTANDER SEGOVIA SEVILLA SORIA TARRAGONA TERUEL TOLEDO VALENCIA VALLADOLID ZAMORA ZARAGOZA TOTALES 1885 (2) NÚMERO DE PÓSITOS EXISTEN-CIAS EN GRANOS Fanegas CAPITAL EN METÁLICO Reales NÚMERO DE PÓSITOS EXISTENCIAS EN GRANOS Fanegas CAPITAL EN DINERO Reales 52 82 81 122 122 9 146 84 34 37 62 54 69 223 154 295 54 131 77 71 18 12 11 66 18 196 113 -197 69 129 3 52 73 157 97 153 87 16.844 25.886 45.484 12.455 50.157 2.539 21.388 39.002 39.092 18.659 22.366 46.249 197.381 12.585 39.566 65.615 -18.633 182.100 10.210 1.883 2.805 1.407 145.107 56.057 70.137 24.995 -45.538 387.914 22.638 -10.200 7.719 53.160 34.552 5.915 27.313 184.554 355.153 410.631 242.044 724.720 23.648 11.944 351.11 2.406.864 800.172 102.589 561.005 2.336.088 430.443 941.127 65.784 252.101 3.532 1.402.247 10.546 9.735 16.200 131.960 1.603.282 1.388.492 107.384 110.328 -50.600 2.479.185 1480 -22.279 230.968 364.875 89.527 39.385 35.800 53 47 85 105 95 4 166 73 37 41 60 63 69 155 125 297 55 152 75 79 28 33 30 74 25 160 118 1 237 73 214 1.878.376 1.856.264 5.081.368 986.300 867.828 238.532 312.616 8.325.208 4.962.236 2.151.116 2.491.964 10.856.520 843.772 2.502.844 743.568 1.245.480 37.784 5.149.440 83.984 406.696 79.856 578.356 4.480.232 3.224.160 2.562.768 2.225.496 48.756 536.952 11.400.396 41.720 190.272 1.795.572 1.671.364 6.116.196 231.304 128.888 3.410 1.763.871 18.297.783 3451 48.533 22.199 60.264 17.701 104.609 0 36.367 57.901 156.726 30.314 2.792 58.075 369.335 184.606 235.408 82.327 139.493 46.318 449.581 24.676 2.857 6.988 5.164 288.223 153.556 103.430 40.727 0 98.141 290.050 58.007 0 36.488 65.911 60.025 102.697 9.094 22.574 3.471.15 4 105 97 110 178 51 81 86.334.184 FUENTE: Elaboración propia a partir de: (1) José Gracia Cantalapiedra, Tratado histórico-legal..., op. cit., pp.266-267. (2) Reseña Geográfico-Estadística de España en 1885, pp. 890-891. 42 ANEXO III CAPITAL PRESTADO POR LA RED DE PÓSITOS, 1850-1906 A) CAPITAL PRESTADO TOTAL 1850 ANDALUCÍA ARAGÓN CANARIAS CASTILLA LA MANCHA CASTILLA Y LEÓN CATALUÑA EXTREMADURA LA RIOJA MADRID MURCIA VALENCIA ESPAÑA 1862 1885 1906 EN EN EN EN EN EN EN EN DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) 1.154.358 9.020.410 1.703.252 9.037.922 1.911.938 46.214.048 3.416.546 124.901.100 8.098 62.604 18.177 84.571 248.588 135.398 1.203.480 14.811 410.288 43.728 1.250.832 30.031 4.835.148 337.969 1.882.720 587.624 1.470.477 406.346 7.010.812 440.888 14.582.440 54.150 373.089 236.176 316.042 395.701 7.156.032 546.736 16.709.436 5.896 7.611 8.696 12.540 2.857 337.824 1.111 825.680 147.671 1.271.840 240.884 194.064 156.319 1.144.084 202.567 3.205.776 658 8.509 2.536 81.502 5.623 73.056 4.126 114.208 487 26.627 2.752 7.036 5.117 510.168 3.204 555.428 66.977 1.616.626 17.932 42.707 147.560 3.000.396 51.361 3.291.336 61.769 524.843 238.172 1.413.525 126.761 8.826.448 196.623 15.239.948 1.851.205 15.142.563 3.144.356 13.844.824 242.795 74.561.412 4.998.559 180.663.500 B) CAPITAL PRESTADO POR PÓSITO 1850 1862 1885 1906 EN EN EN EN EN EN EN EN GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO (fanegas) (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) (reales) 1.911 14.934 2.917 15.476 3.224 77.933 5.761 210.626 ANDALUCÍA 30 358 104 250 735 401 3.561 ARAGÓN 400 11.089 1.067 30.508 732 117.930 CANARIAS 485 2.701 1.098 2.749 611 10.543 663 21.928 CASTILLA LA MANCHA 44 305 184 246 319 5.771 441 13.475 CASTILLA Y LEÓN 197 254 322 464 89 10.557 35 25.803 CATALUÑA 717 6.174 1.733 1.396 930 6.810 1.206 19.082 EXTREMADURA 55 709 634 20.376 170 2.214 125 3.461 LA RIOJA 44 2.421 306 782 171 17.006 107 18.514 MADRID 3.721 89.813 690 1.643 5.902 120.016 2.054 131.653 MURCIA 205 1.744 1.098 6.514 445 30.970 690 53.474 VALENCIA ESPAÑA 543 4.441 1.033 4.550 940 21.606 1.466 52.980 Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907). Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección General de Administración Local. 43 ANEXO IV SITUACIÓN DE LOS PÓSITOS EN 1863 NÚMERO DE PÓSITOS % DEL TOTAL DE PÓSITOS a) EXISTENCIAS EN CAJA METÁLICO (reales) 262.006 590.256 929.809 252.454 43.124 606.296 934.584 862.124 4.480.653 18.448 7.245 109.694 48.191 24.971 137.194 76.697 114.432 536.872 20.444 20.444 1.539 3.246 2.773 7.558 467 212 103.377 325.002 65.118 111.330 252.812 857.639 3.643 15.340 20.822 27.565 14.248 81.618 3,7 5,2 3,8 4,8 3,8 6,8 5,2 3,6 1,0 37,8 77.014 62.842 13.296 365.498 229.884 197.197 3.058 400.425 49.043 1.398.257 6.346 14.637 7.733 28.119 18.152 28.027 16.211 12.139 3.310 134.674 2 29 4 35 0,1 0,9 0,1 1,1 40.047 104.074 5.048 4.067 144.121 815 2.436 391 3.642 78 77 155 2,4 2,4 4,8 57.799 94.780 152.579 34 1,0 31.199 81 34 73 137 42 14 76 72 529 2,5 1,0 2,2 4,2 1,3 0,4 2,3 2,2 16,3 HUESCA TERUEL ZARAGOZA ARAGÓN 137 82 77 296 4,2 2,5 2,4 9,1 1.126 72.829 58.335 132.290 31.488 391 8.580 40.459 2 0,1 28.408 31 63 157 301 79 631 1,0 1,9 4,8 9,3 2,4 19,4 120 170 124 157 123 220 169 116 32 1.231 ALBACETE CIUDAD REAL CUENCA GUADALAJARA TOLEDO CASTILLA LA MANCHA ÁVILA BURGOS LEÓN PALENCIA SALAMANCA SEGOVIA SORIA VALADOLID ZAMORA CASTILLA Y LEÓN BARCELONA LÉRIDA TARRAGONA CATALUÑA BADAJOZ CÁCERES EXTREMADURA LA RIOJA MADRID ALICANTE CASTELLÓN VALENCIA VALENCIA ESPAÑA (a+b) CAPITAL TOTAL METÁLICO (reales) 502.451 815.614 4.796.686 332.276 248.550 7.373.612 2.050.494 2.599.538 18.719.221 GRANO(hl) ALMERÍA CÁDIZ CÓRDOBA GRANADA HUELVA JAÉN MÁLAGA SEVILLA ANDALUCÍA CANTABRIA b) CAPITAL PRESTADO 14.469 24.345 45.900 62.214 9.873 54.473 34.598 44.099 289.971 METÁLICO (reales) 240.445 225.358 3.866.877 79.822 205.426 6.767.316 1.115.910 1.737.414 14.238.568 GRANO (hl) GRANO (hl) % DEL CAPITAL TOTAL METÁLICO GRANO 32.917 31.590 155.594 110.405 34.844 191.667 111.295 158.531 826.843 1,8 2,9 17,1 1,2 0,9 26,3 7,3 9,3 66,7 2,3 2,2 10,9 7,7 2,4 13,4 7,8 11,1 58,0 1.126 72.829 78.779 152.734 33.027 3.637 11.353 48.017 0,0 0,3 0,3 0,5 5 28.620 472 1.551.991 400.125 188.991 136.964 128.502 2.406.573 38.113 31.537 25.152 5.397 7.342 107.541 1.655.368 725.127 254.109 248.294 381.314 3.264.212 116.661 32.278 2.725 2.339 799 5.713 2.337 1.141 313 11.240 5.564 32.171 % DEL CAPITAL PRESTADO METÁLICO GRANO CAPITAL TOTAL MEDIO POR PÓSITO RATIO DE APROVECHAMIENTO (a/b) METÁLICO GRANO METÁLICO (reales/pósito (hl/pósito) 6.203 406 0,48 23.989 929 0,28 65.708 2.131 0,81 2.425 806 0,24 5.918 830 0,83 526.687 13.691 0,92 26.980 1.464 0,54 36.105 2.202 0,67 35.386 1.563 0,76 GRANO 1,3 1,2 20,2 0,4 1,1 35,4 5,8 9,1 74,5 2,3 0,9 13,5 5,9 3,1 16,9 9,4 14,1 66,1 2,3 0,3 0,8 3,4 0,1 0,1 0,2 0,4 0,3 0,9 8 888 1.023 516 241 44 147 162 0,00 0,00 0,26 0,13 0,05 0,89 0,24 0,16 0,1 0,0 0,001 0,001 14.310 236 0,01 0,01 41.756 46.877 45.974 32.962 21.590 189.159 5,9 2,6 0,9 0,9 1,4 11,6 2,9 3,3 3,2 2,3 1,5 13,3 8,1 2,1 1,0 0,7 0,7 12,6 4,7 3,9 3,1 0,7 0,9 13,2 53.399 11.510 1.619 825 4.827 5.173 1.347 744 293 110 273 300 0,94 0,55 0,74 0,55 0,34 0,74 0,91 0,67 0,55 0,16 0,34 0,57 193.675 95.120 13.296 474.296 240.205 205.486 3.058 501.322 93.035 1.819.493 9.071 16.976 8.532 33.832 20.489 29.168 16.524 23.379 8.874 166.845 0,7 0,3 0,0 1,7 0,9 0,7 0,0 1,8 0,3 6,5 0,6 1,2 0,6 2,4 1,4 2,0 1,2 1,6 0,6 11,7 0,6 0,2 0,6 0,1 0,04 0,3 0,3 0,1 0,7 0,3 0,1 0,0 1,4 0,7 4,0 1.614 560 107 3.021 1.953 934 18 4.322 2.907 1.478 76 100 69 215 167 133 98 202 277 136 0,60 0,34 0,00 0,23 0,04 0,04 0,00 0,20 0,47 0,23 0,30 0,14 0,09 0,17 0,11 0,04 0,02 0,48 0,63 0,19 45.095 108.141 0,05 0,03 0,2 0,001 0,2 22.548 3.729 4.378 523 137 101 155 0,11 0,04 0,5 0,1 0,3 0,0 0,4 0,03 0,02 153.236 1.046 3.973 403 5.422 0,2 0,4 9.115 231 1.537 12 1.780 0,06 0,22 0,39 0,03 0,33 14.995 13.001 27.996 137.066 7.653 144.719 34.497 38.057 72.554 194.865 102.433 297.298 49.492 51.058 100.550 0,7 0,4 1,1 3,5 3,6 7,0 0,7 0,04 0,8 4,2 4,7 8,9 2.498 1.330 1.918 635 663 649 0,70 0,07 0,49 0,70 0,75 0,72 2.090 71.795 582 102.994 0,4 0,2 0,4 0,1 3.029 79 0,70 0,22 108.798 10.321 8.289 100.897 43.992 421.236 0,5 0,2 2,2 0,56 0,23 0,71 0,44 0,72 0,72 0,69 0,72 0,65 9 0,3 16.000 989 113 16.000 2.672 1.102 0,1 0,1 0,014 1.778 122 0,00 0,10 77 66 189 332 2,4 2,0 5,8 10,2 261.268 287.905 1.152.541 1.701.714 2.776 11.646 17.628 32.050 418.207 64.229 1.328.778 1.811.214 9.042 3.476 40.771 53.289 679.475 352.134 2.481.319 3.512.928 11.818 15.122 58.399 85.339 2,4 1,3 8,8 12,5 0,8 1,1 4,1 6,0 2,2 0,3 6,9 9,5 1,1 0,4 5,0 6,6 8.824 5.335 13.129 10.581 153 229 309 257 0,62 0,18 0,54 0,52 0,77 0,23 0,70 0,62 3.254 100,0 8.942.860 613.956 19.123.876 812.465 28.066.736 1.426.421 100,0 100,0 100,0 100,0 8.625 438 0,68 0,57 44 ANEXO V SITUACIÓN DE LOS PÓSITOS EN 1885 NÚMERO DE % DEL TOTAL PÓSITOS DE PÓSITOS EXISTENCIAS EN CAJA METÁLICO (pts) a) CAPITAL PRESTADO b) CAPITAL TOTAL GRANO(hl) METÁLICO (pts) GRANO (hl) METÁLICO (pts) % DE EXISTECIAS % DEL CAPITAL PRESTADO % DEL CAPITAL TOTAL RATIO DE APROVECHAMIENTO (a/b) GRANO (hl) METÁLICO GRANO METÁLICO GRANO METÁLICO GRANO METÁLICO GRANO CAPITAL TOTAL MEDIO POR PÓSITO METÁLICO GRANO(hl) (pts) ALMERÍA CÁDIZ CÓRDOBA GRANADA HUELVA JAÉN MÁLAGA SEVILLA ANDALUCÍA 85 37 69 125 55 75 74 73 593 2 1 2 4 2 2 2 2 17 124.199 118.488 102.539 83.027 22.872 49.652 112.276 93.807 706.860 1.005 2.292 16.237 8.764 2.721 5.212 5.000 1.625 42.856 1.146.143 1.962.814 2.611.591 542.684 288.498 1.237.708 1.007.782 2.756.292 11.553.512 32.475 84.778 188.949 122.018 74.775 244.555 155.124 159.514 1.062.188 1.270.342 2.081.302 2.714.130 625.711 311.370 1.287.360 1.120.058 2.850.099 12.260.372 33.480 87.070 205.186 130.782 77.496 249.767 160.124 161.139 1.105.044 7 7 6 5 1 3 6 5 41 1 2 15 8 2 5 5 1 39 6,1 10,5 14,0 2,9 1,5 6,6 5,4 14,8 62,0 1,8 4,7 10,5 6,8 4,2 13,6 8,6 8,9 59,0 6 10 13 3 1 6 5 13 57 2 5 11 7 4 13 8 8 57 0,9 0,9 1,0 0,9 0,9 1,0 0,9 1,0 0,9 1,0 1,0 0,9 0,9 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 14.945 56.251 39.335 5.006 5.661 17.165 15.136 39.042 20.675 394 2.353 2.974 1.046 1.409 3.330 2.164 2.207 1.863 HUESCA TERUEL ZARAGOZA ARAGÓN 152 105 81 338 4 3 2 10 3.900 17.925 5.264 27.089 3.349 5.535 2.676 11.560 5.546 29.643 26.958 62.147 22.383 14.736 9.865 46.984 9.446 47.568 32.222 89.236 25.732 20.271 12.541 58.544 0 1 0 2 3 5 2 10 0,0 0,2 0,1 0,3 1,2 0,8 0,5 2,6 0 0 0 0 1 1 1 3 0,6 0,6 0,8 0,7 0,9 0,7 0,8 0,8 62 453 398 264 169 193 155 173 CANARIAS 41 157 1.208.787 16.684 1.240.559 16.841 2 6,5 0,9 6 1 1,0 1,0 30.258 411 12.189 - 0 1 31.772 1 0 2.200 53 63 155 297 97 665 2 2 4 9 3 19 17.062 65.636 30.935 38.407 33.570 185.610 522 491 9.226 6.051 2.102 18.392 452.532 557.355 180.008 147.485 415.323 1.752.703 26.441 31.773 93.333 39.686 34.515 225.748 469.594 622.991 210.943 185.892 448.893 1.938.313 26.963 32.264 102.559 45.737 36.617 244.140 1 4 2 2 2 11 0 0 8 5 2 17 2,4 3,0 1,0 0,8 2,2 9,4 1,5 1,8 5,2 2,2 1,9 12,5 2 3 1 1 2 9 1 2 5 2 2 13 1,0 0,9 0,9 0,8 0,9 0,9 1,0 1,0 0,9 0,9 0,9 0,9 8.860 9.889 1.361 626 4.628 2.915 509 512 662 154 377 367 105 166 79 160 118 237 214 110 51 1.240 3 5 2 5 3 7 6 3 1 36 124.199 23.455 9.718 76.227 20.474 25.722 635 75.167 410 6.648 2.324 8.203 2.460 5.026 1.900 2.177 246.575 59.633 20.996 640.692 556.374 134.238 10.430 417.841 57.826 2.144.605 9.834 20.204 13.709 57.461 22.626 54.523 32.226 33.347 5.052 248.982 0 6 2 7 2 5 2 2 21 - 29.148 9.424 13.556 11.385 49.258 20.166 49.497 30.326 31.170 5.052 219.834 7 1 1 4 1 1 0 4 355.597 122.376 36.178 11.278 564.465 535.900 108.516 9.795 342.674 57.826 1.789.008 0,7 0,2 0,1 3,0 2,9 0,6 0,1 1,8 0,3 9,6 0,5 0,8 0,6 2,7 1,1 2,7 1,7 1,7 0,3 12,2 1 0 0 3 3 1 0 2 0 10 1 1 1 3 1 3 2 2 0 13 0,5 0,6 0,5 0,9 1,0 0,8 0,9 0,8 1,0 0,8 1,0 0,7 0,8 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 1,0 0,9 2.348 359 266 4.004 4.715 566 49 3.799 1.134 1.730 94 122 174 359 192 230 151 303 99 201 4 28 0 1 17.218 84.456 1.587 101.674 1.587 1 - 0,5 0,1 0 0 0,8 1,0 3.631 57 0,5 0,1 0 0 0,8 1,0 3.177 50 CANTABRIA ALBACETE CIUDAD REAL CUENCA GUADALAJARA TOLEDO CASTILLA LA MANCHA ÁVILA BURGOS LEÓN PALENCIA SALAMANCA SEGOVIA SORIA VALADOLID ZAMORA CASTILLA Y LEÓN BARCELONA LÉRIDA TARRAGONA CATALUÑA 9.989 12.189 0 - 0,1 26 0,1 0,8 - - - 32 1 17.218 95 73 168 3 2 5 9.090 9.090 LA RIOJA 33 1 1.700 MADRID 30 1 17.047 26 127.542 2.843 144.589 2.869 1 0 0,7 0,2 1 0 0,9 1,0 4.820 96 MURCIA 25 1 55.941 3.331 750.099 81.978 806.040 85.309 3 3 4,0 4,6 4 4 0,9 1,0 32.242 3.412 47 60 178 285 1 2 5 8 51.600 120.903 151.779 324.282 19 148 348 515 412.466 416.876 1.377.270 2.206.612 12.314 1.403 56.706 70.423 464.066 537.779 1.529.049 2.530.894 12.333 1.551 57.054 70.938 3 7 9 19 0 0 0 0 2,2 2,2 7,4 11,8 0,7 0,1 3,1 3,9 2 2 7 12 1 0 3 4 0,9 0,8 0,9 0,9 1,0 0,9 1,0 1,0 9.874 8.963 8.590 8.880 262 26 321 249 3.451 100 1.734.406 110.182 18.640.353 1.801.553 21.583.546 1.928.419 100 100 100,0 100,0 100 100 0,9 0,9 6.254 BADAJOZ CÁCERES EXTREMADURA ALICANTE CASTELLÓN VALENCIA VALENCIA ESPAÑA 84.456 1.587 101.674 1.587 3.439 3.439 216.957 69.064 286.021 58.116 28.728 86.844 216.957 78.154 295.111 58.116 32.167 90.283 758 18.264 3.124 19.964 3.882 1 1 1 3 3 1,2 0,4 1,5 3,2 1,6 4,8 1 0 1 3 2 5 1,0 0,9 1,0 1,0 0,9 1,0 2.284 1.071 1.757 612 441 537 0 1 0,1 0,2 0 0 0,9 0,8 605 118 45 559 ANEXO VI SITUACIÓN DE LOS PÓSITOS EN 1907 NÚMERO DE PÓSITOS % DEL TOTAL DE PÓSITOS EXISTENCIAS EN CAJA METÁLICO (pts) GRANO(hl) a) TOTAL CAPITAL PRESTADO b) CAPITAL TOTAL METÁLICO (pts) GRANO (hl) METÁLICO (pts) GRANO (hl) % DE EXISTECIAS METÁLICO GRANO % DEL CAPITAL PRESTADO METÁLICO GRANO %DE LOS LABRADORES LABRADORES PRESTATARIOS PRESTATARIOS ALMERÍA CÁDIZ CÓRDOBA GRANADA HUELVA JAÉN MÁLAGA SEVILLA ANDALUCÍA 85 37 69 125 55 75 74 73 593 2 1 2 4 2 2 2 2 17 67.783 145.412 188.413 206.975 32.615 85.598 14.597 107.496 848.889 240 301 783 1.957 112 1.609 455 90 5.547 2.775.334 5.858.214 6.045.442 1.661.842 407.752 3.419.905 3.219.236 7.837.550 31.225.275 48.937 158.494 350.935 267.066 59.844 506.436 268.704 237.665 1.898.081 2.904.453 6.273.315 6.714.634 2.178.990 491.852 3.856.403 3.361.286 8.604.055 34.384.988 49.176 158.795 351.719 268.783 59.955 508.045 269.159 237.755 1.903.387 2,2 4,7 6,0 6,6 1,0 2,7 0,5 3,4 27,2 0,4 0,5 1,3 3,2 0,2 2,6 0,7 0,1 9,0 6,1 13,0 13,4 3,7 0,9 7,6 7,1 17,4 69,1 1,8 5,7 12,6 9,6 2,2 18,2 9,7 8,6 68,4 10.434 12.277 31.757 17.290 14.509 35.191 16.079 16.388 153.925 3,0 3,5 9,1 5,0 4,2 10,1 4,6 4,7 44,3 HUESCA TERUEL ZARAGOZA ARAGÓN 152 105 81 338 4 3 2 10 28.990 51.232 14.517 94.739 231 6.771 276 7.278 51.554 82.478 166.838 300.870 39.557 23.385 12.279 75.221 85.672 140.077 184.055 409.804 4.823 30.154 12.755 47.732 0,9 1,6 0,5 3,0 0,4 10,9 0,4 11,8 0,1 0,2 0,4 0,7 1,4 0,8 0,4 2,7 8.925 4.508 3.987 17.420 2,6 1,3 1,1 5,0 1 0 3.487 8.667 5,6 0,0 53 63 155 297 97 665 2 2 5 9 3 20 18.506 98.378 8.532 46.695 66.662 238.773 481 658 1.528 4.446 1.575 8.688 748.701 1.294.876 245.037 359.444 997.552 3.645.610 37.753 39.517 51.239 62.580 53.849 244.938 891.152 1.530.545 318.263 503.780 1.174.224 4.417.964 1.490 40.175 52.768 67.027 55.425 216.885 0,6 3,2 0,3 1,5 2,1 7,7 0,8 1,1 2,5 7,2 2,5 14,0 1,7 2,9 0,5 0,8 2,2 8,1 1,4 1,4 1,8 2,3 1,9 8,8 6.729 9.203 10.609 12.633 11.681 50.855 1,9 2,6 3,1 3,6 3,4 14,6 105 166 79 160 118 237 214 110 51 1.240 3 5 2 5 3 7 6 3 1 36 30.138 51.249 12.313 337.207 439.754 93.023 44.036 207.765 11.906 1.227.391 1.140 5.038 2.031 7.470 277 10.190 5.850 2.057 205 34.258 305.557 182.746 59.485 1.218.475 1.097.023 260.394 76.059 841.170 136.450 4.177.359 18.356 23.828 18.581 74.882 4.005 72.988 49.814 34.044 7.244 303.742 340.887 252.547 143.475 1.689.036 1.540.753 424.754 125.473 1.080.039 155.520 5.752.484 19.497 28.868 20.612 82.352 83.177 55.664 36.101 7.449 333.720 1,0 1,6 0,4 10,8 14,1 3,0 1,4 6,7 0,4 39,4 1,8 8,1 3,3 12,1 0,4 16,5 9,5 3,3 0,3 55,3 0,7 0,4 0,1 2,7 2,4 0,6 0,2 1,9 0,3 9,2 0,7 0,9 0,7 2,7 0,1 2,6 1,8 1,2 0,3 10,9 4.639 5.348 3.269 7.472 8.741 13.557 4.479 7.215 2.058 56.778 1,3 1,5 0,9 2,2 2,5 3,9 1,3 2,1 0,6 16,3 4 28 32 0 1 1 7.392 16.924 24.316 24.678 181.742 206.420 240 377 617 340.887 198.666 539.553 19.497 377 19.874 0,2 0,5 0,8 0,1 0,4 0,5 0,01 0,01 0,0 4.639 743 5.382 1,3 0,2 1,5 95 73 168 3 2 5 15.013 25.568 40.581 484 489 973 513.013 288.431 801.444 68.971 43.566 112.537 597.776 330.949 928.725 69.455 44.056 113.511 0,5 0,8 1,3 0,8 0,8 1,6 1,1 0,6 1,8 2,5 1,6 4,1 19.987 12.883 32.870 5,8 3,7 9,5 LA RIOJA 33 1 26.971 1.226 28.552 2.292 55.523 3.519 0,9 2,0 0,1 0,1 907 0,3 MADRID 30 1 44.021 138.857 1.780 191.084 1.781 1,4 0,3 0,1 976 0,3 MURCIA 25 1 25.055 14 822.834 28.534 1.023.562 31.694 0,8 0,0 1,8 1,0 9.805 2,8 47 60 178 285 1 2 5 8 45.659 323.810 178.940 548.409 15 245 171 431 333.893 652.024 2.824.070 3.809.987 6.980 964 101.291 109.235 392.439 995.029 3.036.373 4.423.841 7.946 1.209 101.463 110.618 1,5 10,4 5,7 17,6 0,0 0,4 0,3 0,7 0,7 1,4 6,3 8,4 0,3 0,0 3,6 3,9 1.582 4.385 12.493 18.460 0,5 1,3 3,6 5,3 3.410 100 3.119.145 61.902 45.165.875 2.776.977 52.139.681 2.565.836 100,0 100,0 100,0 100,0 347.378 100,0 CANTABRIA ALBACETE CIUDAD REAL CUENCA GUADALAJARA TOLEDO CASTILLA LA MANCHA ÁVILA BURGOS LEÓN PALENCIA SALAMANCA SEGOVIA SORIA VALADOLID ZAMORA CASTILLA Y LEÓN BARCELONA LÉRIDA CATALUÑA BADAJOZ CÁCERES EXTREMADURA ALICANTE CASTELLÓN VALENCIA VALENCIA ESPAÑA 12.153 46