Ministerio de Bienestar Social [ Embajada Real de los Países Bajos en Ecuador ] mishqui-yacu, agua dulce mishqui-yacu, agua dulce Historia de un proyecto de desarrollo llevado a cabo con poblaciones indígenas del Ecuador mishqui-yacu, agua dulce índice 3 5 9 11 14 14 16 18 25 26 30 33 35 38 46 50 52 55 56 60 64 67 70 75 75 79 80 81 87 89 94 Prólogo Prefacio Presentación Introducción El Ecuador, tierra de contrastes La sierra La sed de agua en Hatun Cañar Los cañaris Las montañas: foco de poder Culebrillas: fuente del agua El agua y el desarrollo Iniciativas de desarrollo de los cañaris La propuesta inicial En pleno conflicto Patriotismo local El sistema de Huasipungo Las reformas agrarias Atrás queda la edad media En fase de organización La "cuestión indígena" y el auge de la CONAIE La UPCCC, el CARC y la dimensión política de la etnicidad en Cañar El estudio de referencia El cólera y el agua potable Crédito La función de la mujer y la emigración Política y renovación El coordinador de los campesinos El riego ¿Y los mestizos? Enseñanzas que se pueden extraer de un proyecto como el CARC Bibliografía © 2001 Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no suponen, de parte del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, juicio alguno sobre la condición jurídica del país, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. Las denominaciones de economías "en desarrollo" y economías "desarrolladas" se utilizan a efectos estadísticos y no expresan necesariamente un juicio acerca de la fase alcanzada por el país o zona en proceso desarrollo. Derechos reservados ISBN 92-9072-010-7 Preparado por: Jan Lundius para la División de América Latina y el Caribe del FIDA. Jan Lundius es un académico de nacionalidad sueca con un doctorado en religiones comparadas y con una especialidad en religiosidad campesina. Agradecemos a Jan Lundius que nos haya dado la oportunidad de aprovechar su vasto conocimiento y capacidad creativa para documentar experiencias en desarrollo rural. Producido por: Grupo de Publicaciones del FIDA Gráfica: Silvia Persi Todas la fotografías son propiedad del FIDA Susan Beccio: páginas 5, 6, 9, 11, 13, 17, 28, 32, 45, 51, 53, 57, 61, 63, 69, 74, 78, 81 - Giuseppe Bizzarri: carátula y páginas 7, 25, 35, 37, 59, 64, 72, 81, 82, 83, 85, 91, 93 - Jan Lundius: carátula y páginas 3, 20, 21, 23, 27, 41, 42, 46, 55, 67, 69, 72, 77, 85, 87, 89, 91 Impreso por: GMS Grafiche - Roma, Italia Abril de 2001 Via del Serafico, 107 – 00142 Roma, Italia Tel.: +39-06-54591 – Fax: +39-06-5043463 Correo electrónico: [email protected] - Página web: www.ifad.org prólogo Ecuador es un pequeño país enclavado en la mitad del mundo; en pocas horas se puede recorrer desde sus amplias playas a sus elevadas montañas y, en poco tiempo más, admirar su exuberante selva. Rico en recursos naturales, ha sido objetivamente descrito por Jan Lundius en este libro. En efecto, la naturaleza es pródiga, como pródiga es su diversidad de etnias, con sus propias costumbres, entre éstas los cañaris, aborígenes que habitan en el sur de la Sierra entre montes y valles. Este grupo humano fue apoyado por el Gobierno del Ecuador, ante el FIDA, para que este organismo financiara el proyecto de desarrollo rural, al que también contribuyó el Gobierno del Reino de los Países Bajos. Como leemos en el libro, las cosas no fueron fáciles; por el contrario, los obstáculos en el camino fueron grandes, pero la decisión de vencer prevaleció. El pueblo cañari, centro, sujeto y fin del proyecto, tiene su propia voz, y algunas veces dijo "No" a los técnicos mestizos, que quisieron "darles haciendo"; en este proceso, fueron acordando lo que debía realizarse, en un trabajo conjunto, donde la presencia de los holandeses Rudolf Mulder en un primer momento y posteriormente Gauke Andriesse fueron de vital importancia en el desarrollo de las actividades. Por la Ley de Reforma Agraria en 1963, el Estado devolvió la tierra a sus legítimos dueños: los indígenas. Si bien no fue una devolución justa, esta ley cumplió con un hecho histórico de mucha trascendencia, que fue el romper las cadenas que ataban a los indígenas con los terratenientes, superando de esta manera una etapa nefasta. [El pueblo cañari dijo "No"] 3 4 En todo caso, pasaron a ser propietarios de pequeños lotes de tierra (huasipungos), a lo que se suma la alta luminosidad con que contamos, por encontrarnos en el centro del mundo. Faltaba otro elemento: el agua. Los indígenas y campesinos, a la vez que sembraban los campos, regresaban a ver al cielo, con la esperanza de que pronto aparecieran nubes que descargaran las lluvias en los campos y así las plantas crecieran y ellos llenaran los cántaros para que la familia bebiera. De esta manera, el Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Rio Cañar (CARC), las organizaciones de indígenas cañaris y también campesinos mestizos, que se habían integrado al proyecto, deciden que el componente fundamental del CARC debía ser la construcción, rehabilitación y mantenimiento de canales de riego y abastos de agua, que con mucha claridad los testimonios nos hablan de todo este proceso, las dificultades que enfrentaron y cómo fueron superadas. Con la ejecución de estas actividades, paralelamente se deben ir cumpliendo otras, como son la capacitación y organización de las juntas de regantes para el uso racional y el manejo del agua, el fortalecimiento de las organizaciones que se benefician de los canales de riego, la asistencia técnica y el crédito, actividades complementarias que si no se realizan al mismo tiempo y de manera integral no permitirían que el componente fuera eficaz. El lector de este libro podrá apreciar que la historia de este proyecto no ha sido fácil: por el contrario, ha sido muy compleja, pero sus actores han tenido la entereza de seguir caminando a pesar de los tropiezos. Posiblemente no se diferencie mucho de otros, pero definitivamente el contexto en el que se ha desenvuelto sí es diferente. Lic. Rafael Guerrero Burgos Subsecretario de Desarrollo Rural Ministerio de Bienestar Social prefacio Además de apoyar la lucha contra la pobreza, ¿qué otras motivaciones, u orientaciones específicas, llevaron a la Cooperación al Desarrollo de los Países Bajos (Holanda) a cofinanciar, desde principios de 1992, el Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar (CARC)? Era obvio que la reforma agraria por sí sola no podía ser la solución definitiva para los principales problemas de los campesinos pobres de la provincia del Cañar. No bastaba con poseer la tierra para sembrar o pastar y no bastaba con esperar tener una "excelente" temporada de lluvias. El agua para el riego, como recurso muy escaso, era fundamental. Es así que junto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), con el apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Ministerio de Bienestar Social (MBS), a través de la Subsecretaría de Desarrollo Rural (SSDR), varias organizaciones indígenas y campesinas de segundo grado y la Cooperación al Desarrollo de Holanda apoyó la puesta en marcha del Proyecto CARC. El objetivo del mismo era impulsar la suficiencia alimentaria y los ingresos de los campesinos pobres de la zona, principalmente por medio del incremento de la disponibilidad de agua con la construcción o rehabilitación de sistemas de riego y con el mejor manejo del agua en las chacras o fincas. Luego del fallido y errado intento de construir el embalse de Culebrillas, sobre la marcha se reorientó, replanteó y reformuló el proyecto, pasando de priorizar los "sistemas de riego" a enfatizar el "manejo de aguas". Ello se fundamenta en las recomendaciones de una primera misión de revisión técnica y en los contenidos de un estudio de base (Economía campesina y sistemas de producción, estu- 5 6 dio de base de la sierra andina; DHV Consultores BV, Quito, 1995). El mismo estudio analizó la economía del productor en todos sus elementos, describió la agroecología de la zona y ayudó a entender sus interrelaciones. Además, facilitó la planificación, ejecución, seguimiento y evaluación del Proyecto, y proporcionó herramientas para la capacitación y asistencia técnica. La construcción y rehabilitación de la infraestructura, que incluía caminos vecinales, se complementó con el manejo sustentable y comunitario de los recursos forestales, el crédito agropecuario y la asesoría jurídica a las organizaciones. El nuevo arranque se dio realmente en 1996, pero solamente desde el año 1997 se pudieron tener logros concretos; esto a pesar de los recurrentes problemas, sobre todo de carácter político (inestabilidades gubernamentales), y en cierta medida de la falta de fondos de contrapartida nacional (crisis económica y financiera). Así pues, teniendo 1999 como horizonte de la fecha de terminación del Proyecto, se realizó una segunda misión de revisión técnica que concluyó que, a pesar del poco tiempo de ejecución efectiva, se habían tenido importantes logros, entre otros, la construcción de obras y el fortalecimiento de organizaciones locales. La ejecución a través de la subcontratación de organizaciones no gubernamentales (en el caso de obras para agua potable y de crédito) había sido un factor importante. Por ello se extendió el proyecto hasta fines del 2000, con el objetivo de poder completar la infraestructura física y consolidar y transferir el manejo de ésta y otras actividades a los grupos organizados de beneficiarios (juntas de riego y de agua), así como a otras organizaciones locales, y apoyar más las actividades productivas. Esta estrategia preveía la reducción significativa y progresiva del equipo de la Unidad Ejecutora del Proyecto (UEP), complementada con la transferencia de la responsabilidad de los servicios hacia orga- [Distribución equitativa del agua] nizaciones locales, tales como asociaciones de productores y de usuarios de agua, y la subcontratación de ONG por lo menos hasta fines del 2001. Estas últimas organizaciones (consorcios CICDA-CEDIR y PROTOS-SENDAS) se encargan de la transferencia, la asistencia técnica y la capacitación que permitan principalmente promover la diversificación productiva y la capacidad en poscosecha y mercadeo de las organizaciones de campesinos y campesinas y sus familias, en las zonas priorizadas de El tambo-Juncal y Suscal-Chontamarca. En otras palabras, en esta última etapa se busca intensificar la producción agropecuaria de las unidades de producción locales, como resultado de asegurar el acceso, control y beneficio de los recursos, servicios e infraestructuras productivas en relación con el riego y el agua potable, así como el fortalecimiento de sus organizaciones. Se busca entonces que haya una mejora en la disponibilidad, control y distribución equitativa del agua, el riego y el consumo humano; que las juntas de regantes y de agua asuman de manera autónoma y sostenible la gestión (administración, operación y mantenimiento) de sus sistemas y la gestión de sus conflictos; que se diversifique y/o intensifique la producción agropecuaria de las unidades de producción; que las asociaciones económicas de productores logren oportunamente comercializar productos de mayor valor agregado, en cadenas tradicionales o nuevas de comercialización, que permitan mejorar los precios de la producción local y que incentiven inversiones nuevas; que se promueva un mayor equilibrio en las relaciones de género, se visibilice y fortalezca el liderazgo de las mujeres en las juntas y en las asociaciones de productores y se logre equidad de género en el acceso de hombres y mujeres a los beneficios del proyecto; y que se sistematice y difunda la experiencia, capacitando a profesionales, técnicos campesinos y estudiantes sobre la valoración del agua en los sistemas productivos. 7 8 Por lo menos son tres las lecciones de importancia –de nuevoaprendidas en todos estos años de trabajo con este tipo de proyecto. En primer lugar, los factores de producción (agua, tierra, crédito) no pueden ser abordados de manera aislada, sino que necesitan complementarse con otras actividades en toda la cadena productiva, inclusive la comercialización, en un proceso de largo plazo. En segundo lugar, sólo con la participación de las organizaciones de los propios beneficiarios, en este caso juntas de riego y agua, asociaciones de productores, comunidades y organizaciones de segundo grado, se puede lograr resultados reales y sostenibles, conjugando y conciliando sus iniciativas y propuestas con el apoyo de las organizaciones no gubernamentales, las instituciones gubernamentales, así como con la cooperación internacional. Finalmente, los factores étnico-culturales, de los indígenas cañaris en este caso, son determinantes para el proceso de programación y ejecución y, sobre todo, de sostenibilidad de las actividades realizadas. La Embajada de los Países Bajos en el Ecuador, a pesar de las múltiples dificultades que tuvo que sortear, junto con todos los actores e interlocutores involucrados en la importante tarea antes descrita, pone a consideración el presente libro, como testimonio de una responsabilidad gratamente compartida. Jan Bauer Experto en Ambiente y Desarrollo Rural Embajada Real de los Países Bajos Quito – Ecuador presentación Conozco el Proyecto Cañar desde hace más de diez años. Su fase de diseño señaló el inicio, por parte del FIDA, de la atención a las poblaciones indígenas en varios países de América Latina. Como se puede leer en este libro, la historia de estos pueblos está marcada por etapas históricas dramáticas. El año 1992 recuerda los 500 años de la conquista de muchas tierras de las poblaciones indígenas –desde entonces, estas poblaciones han tenido que luchar por sus derechos, su tierra y el respeto a su cultura. El Proyecto Cañar no ha sido una excepción, pasó un período inicial muy tenso y difícil. En el diseño del proyecto no hubo suficiente atención a la historia y a las preocupaciones de las diferentes comunidades, que deberían ser los actores primordiales de esta intervención. Fue una lección dura para nosotros –la participación equitativa no había sido respetada en forma adecuada. En su segunda etapa, a partir de 1995, las organizaciones locales y el proyecto demostraron los frutos de una estrecha colaboración hombro a hombro. De esta forma se organizaron Juntas de Regantes y se superó una epidemia de cólera, logrando así la confianza de la población. También se instaló un sistema poco ortodoxo de agua potable (el "agua eléctrica") en varias comunidades y, por supuesto, se ha facilitado la llegada del agua a los cultivos a través de sistemas de riego. Habiendo llegado al final de este proyecto quisiéramos reflexionar, escuchar y reflejar la historia de los Cañaris a través de varias etapas de su existencia y recoger algunos elementos de lo que el Proyecto Cañar ha tratado de apoyar –mayor acceso al agua, mejora de la organización y una sociedad más equitativa entre hombres y mujeres. [Colaboración hombro a hombro] 9 10 El FIDA considera que este proyecto ha sido exitoso no tanto por haber logrado todos sus objetivos planteados al inicio, sino porque ha dejado en manos de las comunidades de El Tambo y Suscal una herencia que les debe permitir, en los próximos años y décadas, seguir mejorando la vida de sus familias. Estamos muy agradecidos a los Cañaris, sus organizaciones, los técnicos del Proyecto Cañar y de las ONG CICDA–CEDIR, PROTOS y SENDAS. Sin ellos no hubiéramos logrado tanto en tan poco tiempo. Del mismo modo quisiera agradecer al Gobierno de los Países Bajos que ha apoyado no solamente la financiación del proyecto, mediante una donación, sino que ha facilitado un apoyo crucial a la ejecución del mismo a través de los Codirectores y de varios expertos. Quisiera invitarles a leer la historia del Proyecto Cañar y de los Cañaris. No esperen un informe tradicional de cierre de un proyecto ni un elenco de éxitos, pero creo que en este relato simple y abierto se pueden apreciar los logros obtenidos por las diversas comunidades de Cañar y las dificultades enfrentadas para alcanzarlos. Raquel Peña-Montenegro Directora División de América Latina y el Caribe FIDA introducción Éste no es un libro sobre un proyecto; es un libro sobre los pobladores del área en la cual un proyecto de desarrollo ha tenido lugar. Los cañaris, indígenas ecuatorianos objeto de esta historia, hablan, critican, nos cuentan como el proyecto CARC (Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar), diseñado y apoyado por el FIDA, ha influenciado sus vidas, en qué medida los ha ayudado, en qué medida les ha abierto los ojos sobre las posibilidades y en qué medida éstas no han sido usadas totalmente. Es una historia importante la de los Cañaris. La parte que corresponde al proyecto CARC es solo una pequeña parte y constituye un capítulo en sí mismo. Es una historia de la guerra por el agua (para regar) y de la paz y la unidad traídas por el agua (para beber). Es una historia sobre la imprevisión por inmadurez y parcial desconocimiento de la historia por parte de bienintencionados "mestizos" o "ladinos" que llegaban de Roma. Pero también se resalta cómo las tuberías de agua potable, que esos mestizos trajeron después para combatir una epidemia de cólera que amenazaba devastar la población indígena cañari, permitieron unificar por abajo a los sujetos de este proyecto y, con ello, cambiarlo todo y transformar un instrumento burocrático en una forma de desarrollo democrático y concertado entre pobladores, consultores y funcionarios del FIDA, la Cooperación Holandesa y el gobierno nacional y local del Ecuador. Las lecciones de la experiencia señalan nuevamente la importancia de las organizaciones y del "sentimiento de propiedad" de los beneficiarios del proyecto. Señalan la importancia positiva de lo pequeño y controlable por parte de ellos haciendo sostenibles las actividades. historia de la [Unaguerra y la paz 11 ] traídas por el agua 12 Muestran también la importancia del diálogo franco entre organizaciones y entre sujetos de "dentro" y de "fuera" al servicio del desarrollo. El proyecto CARC enseña nuevamente cómo el desconocimiento inicial de tradiciones y costumbres por un lado, ligado al gigantismo de "obras decisivas", como fue el intento de construcción del dique en la laguna de Culebrillas, por el otro, no es ni la forma ni el camino para combatir la pobreza rural. Hay también lecciones menores y de detalle, sobre créditos, sobre las obras de infraestructura, sobre la asistencia técnica y la capacitación, lo que funcionó y lo que no funcionó dentro de estos detalles, pero lo trascendente y lo vibrante han sido las lecciones 100 veces repetidas de la unidad por abajo, el empuje de la mujer rural y la superación de las divisiones étnicas y políticas cuando, en primer lugar es la vida de la población lo que está en juego. El proyecto CARC debió a la fatalidad (el surgimiento de una temible enfermedad) y a las soluciones propuestas para combatirla el inicio de una segunda historia: la historia del desarrollo de la cuenca alta del río Cañar. En esta segunda historia tuvieron un rol destacado los hombres y mujeres de la Cooperación Holandesa en el Proyecto, en especial Rudolf Mulder y Gauke Andriesse, los esforzados funcionarios locales, indígenas y ladinos, del Ministerio de Agricultura del Ecuador y, por qué no, la ayuda de los funcionarios de Roma del FIDA. Pero el rol gigantesco lo cumplieron y lo están cumpliendo los hombres y mujeres indígenas, en primer lugar los cañaris y sus organizaciones, que han decidido depositar el destino en sus manos y en su esfuerzo. A ellos están dedicadas estas páginas que Jan Lundius supo construir recogiendo la voz local con entrevistas y con estudios. Esta pequeña historia, creemos, permitirá al lector que no conoce la región y el hábitat en que el proyecto CARC se ha desarrollado comprenderlo y valorarlo. Mishqui-Yacu, Agua Dulce, pues los Cañaris la han hecho dulce. Éste es el sentido de esta historia. Pablo Glikman Gerente de Operaciones División de América Latina y el Caribe FIDA [ ] mishqui-yacu, agua dulce El Ecuador, tierra de contrastes En relación con el resto de América Latina, el Ecuador es un país pequeño, con 284 000 km2 de superficie terrestre y una población aproximada de 12,5 millones de habitantes. No obstante, el país se caracteriza por los contrastes, al ser un mosaico de regiones geográficas singulares habitadas por individuos cuyos antepasados llevan miles de años viviendo en la zona o han ido llegando de Europa y África a lo largo de los últimos quinientos años.1 Al quedar dividido en dos partes por la línea del Ecuador, el clima se asemeja al de África Ecuatorial. Sin embargo, las influencias climatológicas de la fría corriente de Humboldt, que al lado de la costa se extiende como una vértebra de norte a sur, genera en combinación con los Andes una amplia gama de ecosistemas: de las llanuras litorales cálidas donde existen plantaciones de bananos, caña de azúcar y cacao, bordeadas por tramos extensos de playa de arena virgen, a estuarios donde se forman manglares que son en gran medida víctimas de una tala encaminada a dar cabida a criaderos de camarones, de cuyo funcionamiento suelen ocuparse trabajadores itinerantes procedentes de la sierra vecina. Basta un viaje en coche de unas horas para plantarse en valles de temperatura fresca donde una neblina húmeda suele cubrir el cielo azul. Los picos elevados o los volcanes amenazadores separan estas zonas de las selvas tórridas situadas al otro lado de la cordillera andina. Los ecuatorianos dividen el país en tres zonas generales: la Costa, la Sierra (es decir, las elevaciones andinas) y el Oriente (es decir, la zona del Amazonas). 14 La sierra Los Andes ecuatorianos están formados por dos cadenas montañosas paralelas, la Cordillera Occidental y la Cordillera Real u Oriental, cuyos picos alcanzan en uno y otro caso altitudes que oscilan entre los 4 000 y los 4 500 metros sobre el nivel del mar. En varios puntos las cordilleras están conectadas por estribaciones transversales denominadas nudos. Entre las dos cordilleras se encuentran los valles de la Sierra, denominados cuencas, cuya altitud oscila entre los 2 200 y los 1 Existen en el Ecuador al menos diez grupos étnicos nativos distintos que se consideran, cada uno por su cuenta, una nacionalidad bien diferenciada que goza de un idioma y una cultura propios. Existen, además, descendientes de africanos y de europeos. Según un censo de 1993, la población se reparte a grandes rasgos en los grupos siguientes: mestizos (un 40 por ciento), indígenas (un 40 por ciento), blancos (entre el 10 y el 15 por ciento) y negros y mulatos (entre el 5 y el 10 por ciento) (Holmberg (1998), pág.5). 2 800 metros sobre el nivel del mar. Los suelos de las cuencas, de notable fertilidad, suelen tener carácter volcánico. De cada cuenca parte un río que se dirige hacia el este o el oeste. Estos valles de la sierra llevan poblados muchos siglos. Empezando en el fondo de los valles se eleva por todas las laderas un mosaico de terrenos reducidos que da prueba de la explotación intensiva a que se somete hasta el último palmo de tierra. Los diversos sistemas agrícolas que han ido surgiendo en la Sierra se basan en técnicas de explotación complejas que combinan los cultivos de maíz, patatas (y numerosos tubérculos parecidos), quinoa y otras leguminosas. En la zona se practica la cría de animales domésticos como camélidos (llamas, alpacas y vicuñas) y cuyes (conejillos de Indias). La llegada de los españoles en el siglo XVI acarreó cambios radicales como la introducción de especies totalmente nuevas como el trigo, la cebada, el arroz, la caña de azúcar, los caballos, las vacas o los cerdos. Las nuevas técnicas agrícolas, como el empleo de la tracción animal y de arados con rejas de hierro, revolucionaron la agricultura al tiempo que trastornaban tradiciones antiquísimas y ponían en peligro ecosistemas sensibles propios de suelos volcánicos. A lo largo del siglo pasado, las zonas costeras registraron un espectacular crecimiento de la producción agrícola, pero los productos se destinaban en su mayor parte a los mercados internacionales, mientras que los valles andinos seguían produciendo la mayoría de los alimentos destinados al consumo doméstico. Sin embargo, la agricultura ecuatoriana corre peligro. La reducción, cada vez más acusada, de la cubierta vegetal de las laderas de los Andes ha provocado un descenso alarmante del volumen de recursos hídricos, al tiempo que el empleo ilícito de insumos agrícolas artificiales es perjudicial para el medio ambiente. ESMERALDAS CARCHI IMBABURA SUCUMBIÓS PICHINCHA NAPO MANABÍ COTOPAXI TUNCURAHUA LOS RIOS BOLÍVAR PASTAZA CHIMBORAZO GUAYAS CAÑAR AZUAY EL ORO [Ecuador] ZAMORA CHINCHIPE LOJA MORONA SANTIAGO 15 La disminución de la capacidad de producción de la tierra ha repercutido en las condiciones de vida de las familias de campesinos andinas. Decrecen las oportunidades de obtener un nivel de ingresos digno, se deterioran las condiciones sanitarias y, movidos por la desesperación, los campesinos suelen cifrar en la emigración todas las esperanzas de burlar un sombrío futuro de pobreza agrícola.2 Actualmente condicionan la vida del campesino ecuatoriano dos reformas agrarias, una movilidad social cada vez mayor y un clima político en evolución. Sin embargo, es triste que las tres cuartas partes de los cultivadores sigan tratando de ganarse la vida con parcelas cuya superficie, inferior a las cinco hectáreas, no suele bastar para cubrir las necesidades extremas de sus familias.3 El 75 por ciento de la población rural pobre del Ecuador sigue viviendo en condiciones de pobreza “absoluta”.4 16 La sed de agua en Hatun Cañar En la zona meridional de los Andes ecuatorianos se sitúa la cuenca del río Cañar, valle inmenso y ondulado circunscrito por los nudos de Azuay y Buerán y por las cadenas montañosas de la Cordillera Occidental y la Cordillera Real. Esta zona constituye el centro neurálgico de Hatun Cañar, la vieja “nación” de la población cañari cuyos descendientes aún viven en la zona.5 El río Cañar, que fluye veloz y tiene las aguas claras, atraviesa un territorio de color verde esmeralda y vegetación exuberante en la estación de las lluvias (de octubre a abril) y de vegetación marchita y color pardo y grisáceo en los meses secos. Durante la estación seca la pluviosidad queda lejos de satisfacer la demanda de agua, mientras que varias zonas carecen de agua a lo largo de todo el año. Las peculiaridades climáticas y la calidad del suelo varían notablemente entre zonas poco distantes. Aunque en la mayor parte de esta zona se riega, en todas partes es limitado el volumen de agua, que se emplea de 2 3 4 5 6 Gómez (1989) presenta un resumen completo de la geografía del Ecuador. Rossing (1996), pág. 102. FIDA (1995), pág. 6. Bolívar Zaruma (1980), págs. 17-20. El Ecuador se divide en 22 provincias que se subdividen en cantones. Administra cada cantón un consejo municipal encabezado por un alcalde. Un consejo municipal con sede en la ciudad de Azogues administra la provincia de Cañar, que se dividen en los cantones de Azogues, Biblián, La Troncal, Déleg, Cañar, El Tambo y Suscal. Los tres últimos cantones mencionados forman aproximadamente la zona de la cuenca alta del río Cañar (Freire Heredia y Usca (2 000), págs. 47 y 59-62). La superficie de esta zona es de 99 500 ha, mientras que la altitud oscila entre los 800 y los 4 400 metros sobre el nivel del mar. En el censo de 1990 se calculaba que su población ascendía a 77 100 habitantes adscritos en su mayor parte a la categoría de "indígenas" al ser cañaris (FIDA (1995), pág. 7). DHV Consultores (1995), págs. 159-60 y 259-60, y FIDA (1995), págs. 11-12. forma infrecuente e insuficiente. Los campesinos cañaris no cejan de construir y mantener acequias con intención de aprovechar al máximo la totalidad de los recursos hídricos de que disponen. Sin embargo, sigue siendo rudimentaria la infraestructura de riego existente. Es constante la necesidad de financiación y de asistencia técnica. La desorganización de los sistemas obstaculiza la distribución del agua y repercute en el tamaño, la inclinación y la forma irregular de las parcelas. La explotación defectuosa del riego destruye, año tras año, los suelos sensibles al arrastrarlos por las laderas pendiente abajo. La erosión y la falta de protección de los recursos hídricos se deben a la tala indiscriminada de árboles y a la eliminación de la cubierta vegetal protectora. La explotación excesiva y la compactación reducen la capacidad del suelo de absorber agua.6 Al hablar con los campesinos de la zona nunca tarda en surgir el tema del agua. Es normal oír frases como la siguiente: “El agua es a la tierra lo que la sangre al ser humano”. Aun así, a finales de la estación de lluvias cuesta imaginarse estos problemas. Una niebla densa baja por las laderas o se eleva de una costa distante e invisible. En varios puntos el agua se despeña por las laderas, mientras que por todas partes se ven manantiales y arroyos pequeños. Se perciben señales de inundación como caminos deteriorados y puentes desmoronados. Se puede seguir el curso del agua subiendo por laderas escarpadas hasta llegar a fuentes y lagunas ubicadas en un entorno majestuoso de llanuras frías y húmedas rodeadas por los picos formidables de los imponentes Andes. Plano de ubicación, zona del Proyecto Cuenca Alta del Rio Cañar Huigra Capzol CHIMBORAZO Compud Llagos Gral. Morales Chontamarca Suscal Rio Cañar Zhud Juncal El Tambo San Antonio Gualleturo Cañar Ingapirca Honorato Vásquez Chorocopte CAÑAR tierra lo que [El agua es alalasangre al ser humano] 17 Los cañaris 18 Todo paisaje va más allá de la topografía, las montañas y los ríos. Prácticamente cualquier terreno del mundo guarda una relación íntima con la vida de la población que se gana la vida en la zona. Los cañaris, que fueron quienes le dieron el nombre, constituyen el grupo más destacado de los que habitan en la cuenca del río Cañar. Antes de la invasión de los incas,7 la cañari era la mayor cultura que existía en lo que hoy se denomina Ecuador. Hoy quedan pocos restos de la cultura cañari original, la lengua ha desaparecido y sólo quedan unas cuantas palabras y costumbres, además de abundantes leyendas transmitidas oralmente y algunos yacimientos arqueológicos. Los Cañaris se dividían en varios señoríos independientes o curacazgos. Hoy persisten los nombres, como por ejemplo Checa, Sigsig, Molleturo, Cañaribamba y, por supuesto, Hatun Cañar, que al parecer era el del señorío más importante. La sociedad cañari estaba sumamente jerarquizada, como se desprende de la enorme riqueza de los artefactos encontrados en las tumbas de los nobles cañaris. Extraían oro y plata de minas riquísimas ubicadas en su territorio.8 Los cronistas españoles mencionan sobrecogidos la valentía y el carácter belicoso de los cañaris, que no dejaban de guerrear con sus vecinos. En particular, indican los españoles que los cañaris no tenían esclavos. Se distinguían de otros pueblos por la lengua, por el modo de vestir y por la manera en que los hombres y las mujeres llevaban el pelo muy largo. Los cronistas subrayan además que había entre ellos más mujeres que hombres, Cieza de León, que visitó el territorio en 1547, calculó que había 15 mujeres por cada hombre. La sangre de los cañaris había corrido en abundancia tras la invasión de los incas. Agrupados en la Duma, que era probablemente el título con que se denominaba la curaca de Sigsig, los cañaris, pese a las escasas posibilidades de victoria, lucharon en vano por no caer derrotados. Túpac Inca Yupanqui trató de aniquilar la oposición cañari trasladando la población de pueblos enteros a los alrededores de Figura mítica de la cultura cañari con rasgos humanos, de felino, de serpiente y águila Cuzco y suplantándola con mitamakuna, que le eran leales. Los mitamakuna eran colonialistas oriundos del interior del Perú que se asentaban en los territorios ocupados. Al conservar los vínculos con su patria de origen formaban un núcleo leal al estado en medio de grupos étnicos extranjeros. La política imperial aceleró el proceso de aculturación de los cañaris, como demuestra el hecho de que cuando llegaron los españoles los cañaris ya hablaban quechua, que era el idioma de los conquistadores incas. De la presencia de los incas quedan hoy los restos del imponente Ingañan, que era un camino adoquinado inca que atravesaba llanuras inhóspitas de las alturas andinas. Ingañan atraviesa la cuenca de los cañaris pasando cerca de la aldea de Ingapirca, situada al pie de una combinación de fortaleza y templo. Ingapirca, estructura impresionante levantada por medio de técnicas incas de albañilería fundadas en los denominados cantos “almohadillados”, se conserva en buen estado y es el yacimiento inca más famoso del Ecuador. Es probable que haya sido construida sobre estructuras cañaris anteriores que quizá constituyeran el centro político y de culto de Hatun Cañar. El pueblo cañari quedó subyugado con los españoles y los dirigentes cañaris optaron por la alianza con los nuevos invasores. Tres mil guerreros cañaris reforzaron las tropas de Benalcázar, que se dirigían a Quito para conquistar la ciudad. Los españoles, que observaron el coraje de sus aliados, afirmarían posteriormente que hubieran estado perdidos sin la ayuda y el eficaz asesoramiento que éstos les prestaron. Los cañaris acompañaron a los españoles mientras duró la conquista del Ecuador. La última gran campaña en que ayudaron a los españoles fue el aplastamiento en 1554 de las rebeliones de Lita y Quilca. Sin embargo, los españoles apenas agradecieron a los cañaris la ayuda prestada. En 1554 miles de cañaris eran obligados a trabajar en las minas de oro y plata de su antiguo territorio. En 1578 los españoles aplastaron sin piedad un levantamiento cañari motivado por la desesperación. Ayudaron a las tropas españolas en esa campaña los descendientes de los mismos incas con los que antes habían luchado ayudados por los cañaris.9 Se calcula que actualmente viven dispersos por toda la provincia de Cañar unos 40 000 indígenas cañaris que hablan quechua.10 7 8 9 10 Túpac Inca Yupanqui fue quien atacó las tierras de los cañaris en 1463, aproximadamente. Al entrar en Quito en 1492 terminó de conquistar lo que hoy constituyen las tierras altas ecuatorianas. La conquista española se inició en 1530; en 1549 los españoles habían doblegado a todos los grupos étnicos de lo que acabaría conociéndose con el nombre de sierra ecuatoriana. Pérez et al. (1998), pág. 29. En Moreno Yánez (1996), págs. 96-100, figura un resumen de la historia de los cañaris. Perrottet (1994), pág. 220. 19 20 Al haberse reanimado últimamente el orgullo de los cañaris, suelen mencionar en la actualidad la gloria de sus antepasados, a los que denominan abuelos. La retórica y el discurso político cañaris suelen recurrir a la evocación de los nombres de los guerreros que se enfrentaron a los incas y a los españoles. El orgullo de los cañaris también se manifiesta en el hecho de que muchos se empeñan en llevar su traje tradicional y sus largos guangos, nombre que se da a las trenzas que lucen hombres y mujeres. Los días de mercado, que en la ciudad de Cañar son los sábados, se observa una gran variedad de trajes tradicionales cañaris. Varios hombres llevan kushma, poncho reservado para los días de fiesta que es de color negro y suele llegar hasta la rodilla, pantalones de lana y camisas blancas de algodón con diseños bordados en las mangas y el cuello. Las mujeres llevan las faldas de colores características de toda la zona de los Andes. Sin embargo, son rasgos típicos del vestido de la mujer cañari las blusas bordadas cubiertas con un manto negro y de reborde rojo que llevan echado sobre los hombros. Se aseguran esta mantilla de lana mediante un tupu de plata, que es un prendedor grueso y adornado habitual en las antiguas tumbas cañaris. Los hombres y las mujeres llevan sombrero cañari, que está hecho de fieltro blanco y tiene un ala estrecha que suele doblarse hacia arriba en la parte delantera. La manera de vestir de los cañaris es un importante elemento del sentido de orgullo étnico y de su expresión individual, pues la sensación de pertenencia a la etnia suele estar determinada por el vestido y no por la “raza”. La mujer cañari asegura la mantilla con un tupu de plata [ ] El traje tradicional de los cañaris es un elemento de orgullo étnico Como mi aldea estaba bastante apartada, no veíamos muchos blancos. Todo el mundo se hablaba en quechua. Sólo los sábados, que eran día de mercado, nos íbamos andando a Suscal, donde veíamos a otra gente. En muchos sitios las cosas no han cambiado. Uno trabaja todos los días en el campo o en casa y baja el producto obtenido los días de mercado. Sin embargo, yo fui a la escuela en Suscal, donde me di cuenta de que existían distintos tipos de personas. Al tenernos que convertir en mestizos en la escuela, teníamos que cortarnos la trenza, el guango. Muchos niños y niñas cañaris padecieron en la escuela cambios dolorosos. No se nos permitía hablar en quechua; algunos nos avergonzábamos de nuestras propias tradiciones. Recuerdo que después de cortarme la trenza y de empezar a ir a la escuela pasé tres días renegando por completo de mis padres. Ya de joven, cuando estudiaba para ser maestro, volví a sufrir una crisis de identidad. Negaba por completo mis raíces, y no quería ser un runa.11 22 En 1971 fui la primera indígena que asistía a la escuela de ciclo secundario de Cañar. Me costó mucho. Me sentía marginada y discriminada. Cumplido el tercer curso, me salí del colegio. No fue por decisión propia. Una maestra me dijo que tenía que irme porque no llevaba uniforme. Mis padres no tenían dinero para comprármelo. Ella lo sabía, pero de todos modos tenía que irme. A veces la veo por la calle. Ella sabe que yo me acuerdo de quién es.12 Las tradiciones cañaris están particularmente arraigadas en la esfera de la medicina tradicional. El CARC, proyecto sobre el que versa este libro, comprende un componente menor orientado a formar a los beneficiarios con respecto a la utilidad de diversas hierbas y plantas. Esta actividad ha resultado útil en lo que respecta a sensibilizar a la población sobre la importancia de la atención sanitaria preventiva. 11 12 13 Entrevista con José Lema. La palabra runa, que significa "hombre" en quechua, se emplea a menudo en tono despectivo. Entrevista con Rebeca Pichazaea. Entrevista con Paola Guaman. La Rebeca que se menciona en la cita es Rebeca Pichazaea. Las medicinas que se venden en las farmacias nos salen demasiado caras. Una hija mía se puso muy enferma. Un día tuve que pagar 60 000 sucres para comprar medicinas; otro día la suma fue de 200 000 sucres. El médico me dijo que comprara los medicamentos; yo no sabía qué eran. Sí sé que los medicamentos de las farmacias son a menudo necesarios, pero cuando no podemos costear este tipo de medicamento tenemos que servirnos de los conocimientos que nos han transmitido nuestras abuelas. Éstas disponían de conocimientos y experiencia propios. Cuando la situación se pone mal de verdad tenemos que ir al médico, a la farmacia o al hospital. Rebeca nos comunica lo que sabe de la medicina occidental, pero también sabe mucho de nuestras tradiciones propias. Se ha formado en centros sanitarios; sabe parar hemorragias y ayudar en los partos. Cuando nuestro grupo de mujeres se reúne con ella, nos enseña a reconocer y a cultivar las plantas y nos dice dónde hay que venderlas. De ese modo saco algún dinero. Llevo muchos años en posesión de mi don, mis conocimientos. Los jueves y los viernes la gente acude a mí para que les cure. Sé lo que es el mal aire, el espanto, el desfrío y otras aflicciones. Sé curarlas con hierbas, baños, enjuagues y masajes.13 El reconocimiento de los conocimientos medicinales de la tradición cañari forma parte importante del programa de varias organizaciones indígenas. Los curanderos cañaris, que reciben el nombre de yachakes, son hombres y mujeres. Forman una jerarquía informal cuyos integrantes se mantienen en contacto. Algunos tienen aprendices. Caracteriza a todos los yachakes la convicción de estar al servicio de Pacha Kamak o Dios. Para que sus curas surtan efecto ellos tienen que impregnarse de la gracia de Pacha Kamak, es decir, tienen que seguir una vocación. José Lema entrevista a un campesino cañari que luce el guango (trenza) La utilidad medicinal de hierbas y plantas hace parte de los conocimientos y tradición cañari 23 Gran parte de la medicina tradicional gira en torno a conceptos relacionados con la pérdida y la obtención de energía. Se invoca a Pacha Mama, la madre tierra, para que confiera al yachak dotes de curación por medio de hierbas y a Mama Killa, la madre luna, y Taita Inte, el padre sol, para que se los confiera por medio de rayos curativos. Las curas consisten en baños, masajes, inmersión en baños de hierbas, duchas,14 aplicación de conejillos de indias a las partes afectadas, sesiones al sol o a la luna e ingestión de diversos brebajes de hierbas. La curación suele practicarse en la casa del yachak, si bien a veces tiene lugar en una de las contadas y prestigiosas casas de curación, denominadas Jambi Wasi. La sede de la Unión Provincial de Comunes y Cooperativas del Cañar (UPCCC), que es la organización indígena que más influencia ejerce en Cañar, se denomina Nucanchic Huasi y alberga una Jambi Wasi recién construida en la que la yachak Mercedes Chuma atiende a los pacientes a diario. Además de servir de centro de medicina tradicional, la Jambi Wasi de la UPCCC sirve también de lugar en el que se pueden detectar las enfermedades graves y se puede enviar a los enfermos a los centros de medicina occidental, es decir, a centros de asistencia sanitaria moderna.15 Todo proyecto de desarrollo que se proponga establecer contacto con la cultura cañari deberá integrarse en el paisaje cañari. El paisaje circundante condiciona en gran medida la manera de pensar y el comportamiento característicos de la cultura cañari tradicional. 24 14 15 16 17 18 El yachak rocía al paciente con aguardiente que escupe de sus propios labios. Entrevista con Mercedes Chuma. En vez de enterrar las momias en el suelo, se las colocaba en cavernas naturales. El culto a los muertos tenía una importancia capital en las sociedades andinas. Se pensaba que los cadáveres (mallquí, en quechua) actuaban de intermediarios entre los huacas y los vivos. El huaca es un ente dotado de energía espiritual, como por ejemplo un dios o un espíritu, pero también podían ser huacas las montañas, las lagunas y otros enclaves y fenómenos “poderosos”. Dada la vinculación entre huacas y mallquís, era lógico depositar estos últimos en el ámbito espiritual de las montañas (Bernand (1996), págs. 74-79). Landívar (1997), págs. 34-54. Luis Bolívar Zaruma, autor cañari, postula que la tendencia de los cañari a personalizar la naturaleza y los fenómenos naturales tiene su origen en el quechua, que es la lengua que hablan los cañaris. “En esta lengua, como en otras que se hablan en el continente americano, sólo se pueden expresar el contenido, el sentido y lo denotado recurriendo a cosas que existen en el mundo concreto”. Los cañaris no asimilaron la teología y la filosofía “occidentales” porque “el quechua es una lengua concreta [que consta de] símbolos concretos con que se describen el mundo y las cosas; no da lugar a la capacidad de abstracción” (Bolívar Zaruma (1980), pág. 25). Las montañas: foco de poder Los pueblos de los Andes siempre han contemplado las montañas sobrecogidos y con ánimo de veneración. En algunos picos de los Andes todavía yacen momias envueltas en vestiduras preciosas que son restos de sacrificios humanos ofrecidos a los señores de la montaña.16 Las montañas son terreno propicio a las leyendas. Se dice que en ellas habitan criaturas imaginarias, a medio camino entre animales y seres humanos, de talante vengativo y ominoso y dominadas por una sed insaciable de sangre humana. Es larga y amedrentadora la lista de monstruos de tal estirpe: los gagones (perros demoníacos), los carbuclos (gatos demoníacos), los shiros (enanos malévolos que persiguen a las mujeres), los cuscungus (aves de rapiña que presagian muerte), los chuzalongos (niños que chupan sangre), los agcha shuas (hombres lobo), las mama huacas (hembras que persiguen a los hombres) y otras muchas especies.17 A menudo se describen las montañas como si fueran individuos ancestrales, imponentes y difíciles de comprender.18 A la manera de padres benévolos, las montañas velan por los poblados y aldeas arracimados a su sombra. Las montañas proveen de agua a la población y esconden tesoros en sus entrañas. Unas veces son benévolas, otras, actúan por capricho y son peligrosas, como cuando infligen a los humanos indefensos catástrofes como huracanes, desprendimientos de tierras, erupciones volcánicas y terremotos. “Urcu significa ‘montaña’, chuncana ‘juego’ y cui viene de un verbo que significa ‘cuidar’ o ‘conceder’. Así pues, [urcu chuncanacui] significa “juego de toma y da practicado por las montañas”. En las noches en que luce la luna y surge un relámpago amarillo entre los picos montañosos se cree que las montañas se intercambian tesoros y animales […] Se cree que la montaña macho Taita Bueran tiene seis hijos de Las montañas proveen de agua y esconden tesoros en sus entrañas 25 los cuales está separado a causa de su cónyuge, la montaña Hacron Ventanas; las dos montañas se pelean muy a menudo. Así pues, por lo general se tiene gran respeto por las montañas, en las cuales se cifran muchas esperanzas. Por ejemplo, muchas personas tienen miedo de acercarse a la montaña Culebrillas llevando máchica, tonga [carne seca o en fiambre], pues creen que si proceden de ese modo puede levantarse el huracán del páramo y todo el mundo quedará privado de acceso”.19 Los páramos son llanuras amplias situadas entre 3 000 y 4 200 metros de altura sobre el nivel del mar y cubiertas en su mayor parte por pajonal, pasto amarillento que se utiliza para dar de comer a las reses y ovejas. Muchos páramos de la zona de Cañar son tierras comunales que poseen y explotan los integrantes de determinadas comunidades ubicadas en los valles de más abajo. 26 Culebrillas: fuente del agua El páramo que rodea la misteriosa laguna de Culebrillas es terreno de propiedad y explotación colectivas a cargo de cuatro comunidades comprendidas en el cantón de El Tambo. Este lago plácido está situado 3 880 metros sobre el nivel del mar a la sombra del imponente Yanaurcu, la montaña negra.20 Aunque en apariencia es terreno yermo, varias civilizaciones antiguas han dejado su huella. El camino inca Ingañan pasa cerca del lago. Por aquel entonces este camino estaba adoquinado y se mantenía en buen estado de Cuzco a Quito. Por la relación que guardan con los restos del camino, varias piedras señalan el emplazamiento de un tambo, que era una especie de posada o lugar de descanso para quienes recorrían el Ingañan. Al sur de la laguna se ubica una zona llana donde hay una cantera que la población autóctona denomina Labrazhcarrumi. Está formada por varias peñas rectangulares y grandes desperdigadas por una zona de unos 19 20 21 Castro Muyancela (1995), págs. 314-15. Manuel Castro Muyancela, recién elegido alcalde de Suscal, es un político “indígena” que ejerce influencia a escala nacional. El término “taita” que se menciona en la cita se emplea para dirigirse a las personas mayores y venerables, pudiendo traducirse por “padre” o “tío”. “Huracán” es la personificación de las violentas tormentas que suelen formarse en las montañas a grandes altitudes. Pinos y Rodríguez (1994), pág. 1, y Heriberto Rojas (1991), págs. 19-20. La versión de la leyenda transcrita se basa en narraciones orales de Rebeca Pichazaea y Francisco Chimboroza. 100 km2. Se desconoce el fin que tenían estos sillares de piedra, pero antes se creía que los incas los tallaron para represar la laguna. Aunque hace 500 años se vivía y trabajaba en la zona, hoy en día está muy desolada: es un paisaje espectacular, inhóspito y misterioso, cubierto de nieblas heladas procedentes de las montañas y centro natural de una maraña de leyendas que prácticamente cualquier cañari conoce en una u otra versión. “Un soldado se casó con una hermosa doncella. Sin embargo, sin que él lo supiera ella había subido hasta Culebrillas, donde la había visto una enorme serpiente que habitaba en el lago. Esa criatura tan horrible se había enamorado de la doncella y quería quedarse con ella. El día de la boda la serpiente irrumpió en la casa donde transcurrían las celebraciones, agarró a la doncella y se la llevó a su guarida, situada en el fondo de la laguna. El novio, enfurecido, empuñó una lanza y un hacha y salió guiado por las huellas de la serpiente. Encontró a la novia a orillas de la laguna. La enorme serpiente la tenía enrollada con su cuerpo y reposaba la cabeza en el regazo de la muchacha. La novia hizo un gesto a su esposo. Éste la obedeció escondiéndose tras una piedra mientras ella cantaba una canción de cuna a la serpiente. Cuando el animal se había quedado dormido, el esposo salió del escondite y le clavó la espada. La serpiente, frenética, se retorcía y escupía veneno, pero el valiente soldado le cortó la cabeza. Herida de muerte, la serpiente se alejó de la orilla del lago. Mientras se arrastraba hacia el sur, el pesado cuerpo dejó un surco en la tierra. De ese modo creó la serpiente el curso y los meandros del riachuelo de Culebrillas, que es el arroyo que saca agua de la laguna para verterla en el río de San Antonio. Desde aquel día, el agua de las montañas riega toda la región de El Tambo. Al final, la dama dio a luz un niño blanco hijo de la serpiente. Como no pertenecía a ningún sitio, el niño provocó muchos problemas.” 21 Laguna Culebrillas Se cree que estas peñas rectangulares eran utilizadas por los incas para represar la laguna 27 28 Esta leyenda recoge varias ideas populares sobre el páramo, que es donde habita sacha [lo desconocido, lo salvaje], a diferencia de uca [lo conocido, lo palpable]. El páramo representa la frontera entre lo fiero y lo domesticado. Es fuente de agua, pero también de tormentas y enfermedades. El páramo es el territorio de los niños y las mujeres, que son quienes guardan las ovejas y recogen el pajonal de la zona (pasto amarillento que se utiliza para forraje). Los niños guardan además una relación simbólica con el páramo. Los adolescentes, en particular, ocupan la frontera que separa el mundo de los adultos del de los niños. Por eso tienen cosas en común con el páramo, que ocupa el territorio situado entre los picos inhóspitos y los campos cultivados. Las mujeres mantienen asimismo un vínculo simbólico con el páramo, pues se considera que están más cerca de la naturaleza que los hombres. El motivo quizá sea el papel que les corresponde en cuanto origen de la vida y dispensadoras de cuidados, característica que comparten con Pacha Mama, la madre tierra.22 Es posible que la serpiente con que se encontró la mujer de la leyenda guarde relación con el fenómeno más temido de la mitología cañari: la serpiente del cielo o Taita Cuichi (padre arco iris), heraldo de vida y de destrucción. Taita Cuichi vive a orillas de los lagos. Siempre tiene una pata metida en el agua. Cuando alguien lo acosa desaparece zambulléndose en el lago sin dejar otra huella que una columna de humo. Quien inhale el humo padecerá cuichi japischca o contagio del arco iris, enfermedad mortal que debe recibir de inmediato un tratamiento consistente en brebajes de hierbas y baños curativos.23 Los distintos tipos de arco iris provocan distintos tipos de enfermedad. La peor dolencia sobreviene cuando Taita Cuichi “se apodera de una mujer”, es decir, cuando la deja embarazada. Cuando esto ocurre tesoro [El verdadero de la laguna es el agua] la mujer sufre dolores de cabeza intensos, le duelen las piernas y los brazos, siente náuseas y le duele el estómago. La mujer que ha quedado contaminada con la simiente de Taita Cuichi debe comer hierbas amargas para vomitar ese elemento no deseado que ha penetrado en su cuerpo. El miedo que inspira Taita Cuichi es muy intenso en algunas zonas de Cañar. Con frecuencia se le da el nombre de “diablo disfrazado con colores”. Se ha conjeturado que las extrañas ideas surgidas en torno a Taita Cuichi derivan de la combinación de viejos mitos precolombinos con hechos y circunstancias vitales de fecha más reciente. Así, por ejemplo, puede que el hecho de que el hijo de Taita Cuichi sea siempre blanco refleje las consecuencias no deseadas de la relación que se les impuso mantener con los antiguos dueños de la hacienda, es decir, los invasores españoles o los propietarios de las haciendas.24 Sin embargo, la serpiente de Culebrillas no es una criatura siniestra sin más; también guarda tesoros: Dicen que en el fondo de la laguna yace un tesoro. Nuestros antecesores hundieron en ese lugar unas pesadas barras de oro puro, puede que para ofrecer sacrificios a sus dioses. Hace unos años nuestras comunidades empleaban un guarda ahí arriba [en Culebrillas]. Aunque percibía un buen sueldo, un buen día desapareció y no se le volvió a ver. La gente supone que encontró el tesoro o una parte del mismo y que huyó con él a cuestas. Es probable que se fuera a los Estados Unidos o a Europa.25 Aunque se habla mucho de los tesoros ocultos de la laguna, la gente sabe bien que la verdadera riqueza que encierra el lugar no es de oro ni de plata, sino de agua. El principal cometido de Taita Cuichi es proteger el agua y la fertilidad para entregárselas a los humanos. No obstante, todos los campesinos de Cañar saben que hay que ir con cuidado y actuar con tacto al abordar la espinosa cuestión del acceso al agua. Todo el que se inmiscuya en los asuntos de una fuente de agua como Culebrillas se verá rodeado de problemas. Cabe interpretar como aviso la presencia legendaria de Taita Cuichi. “Que se ande con cuidado el que quiera vérselas con las aguas de Cañar. No se sabe qué poderes ocultos y qué conflictos no resueltos pueden salir a la luz”. 22 23 24 25 Bernal et al. (1999), págs. 49-51. Landívar (1997), págs. 37-39 y Einzmann y Almeida (1991), págs. 92-93. Einzmann y Almeida (1991), pág. 93. Entrevista con Manuel Zaruma, de Molino Huayco, que nos acompañó a Culebrillas. 29 Culebrillas es una de las principales masas de agua de la cuenca de los cañari. De la laguna parte el río San Antonio, que termina desembocando en el río Cañar tras llenar de agua nada más y nada menos que 14 acequias y regar 2 639 ha de superficie de los cantones de El Tambo y Juncal, con lo cual salen beneficiadas 1 100 familias.26 Dado que la laguna Culebrillas alimenta igualmente otros sistemas de abastecimiento de agua, la construcción de una presa eficaz junto al lago beneficiaría a aún más personas al bañar grandes superficies de tierra seca con un caudal constante de agua. El agua y el desarrollo 30 La agricultura ocupa un lugar destacado en todos los debates sobre políticas de desarrollo. Lejos de reducirse a una mera cuestión de rentabilidad, la producción de alimentos es un asunto candente de orden social. Aunque la producción agrícola orientada a los mercados internacionales puede reportar beneficios a un país, no siempre basta para resolver los problemas derivados de suministrar alimentos a una población hambrienta. Puede que con un sector agrícola eficaz que beneficie a los pequeños y los grandes productores se logre distribuir la riqueza del país de forma más justa y equitativa. De ese modo se puede contener el éxodo migratorio procedente de las zonas rurales y, tal vez, incluso elevar el nivel de vida, la eficiencia, la libertad de elección y el bienestar de una amplia población rural. En comparación con otros muchos países, el Ecuador goza de un apreciable volumen de recursos naturales que no se reducen a los metales preciosos y el petróleo, además de un clima favorable a la efectividad de la producción agraria. El país ha salido ganando con el crecimiento de los mercados de exportación de diversos productos como los bananos, el cacao o los camarones. Estos productos de las llanuras litorales han contado con el apoyo de los responsables políticos de la nación. El desarrollo y el cultivo de otros tipos de productos costeros como el arroz, el maíz y la soja gozan igualmente de diversos tipos de apoyo oficial. En las zonas montañosas se ha modernizado por completo la producción láctea, mientras que gracias al apoyo oficial se han podido comprar tecnologías locales e importadas. Aun así, la mayor parte de los pequeños productores de la sierra no han logrado beneficiarse de ningún tipo de inversión orientada a aumentar la producción. La producción de alimentos destinados al consumo nacional no basta para cubrir la demanda, y en varias zonas rurales la producción ha descendido. En la zona de Cañar han perdido importancia productos como el trigo, que antes era el principal cultivo, sobre todo como consecuencia de las subvenciones oficiales a la importación. Los organismos internacionales de desarrollo y algunas instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales han procurado frenar tal deterioro de la situación. Se han llevado a cabo numerosos experimentos e investigaciones. Parece que los informes nacionales coinciden en señalar que la eficacia del riego es la cuestión que más afecta a los campesinos andinos.27 En el Ecuador existen sistemas de riego desde la época precolombina. Sin embargo, hasta 1944 el riego procedía exclusivamente de iniciativas privadas. Ese año se fundó una Oficina Nacional de Riego (ONR). En 1966 se sustituyó la ONR por el INERHI (el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hídricos), que planifica y ejecuta proyectos de regadío además de encargarse del seguimiento y la supervisión de la ordenación de los recursos hídricos.28 Quien esté familiarizado con la ordenación de las aguas a escala comunitaria sabrá que un elevado volumen de inversión en el riego conlleva forzosamente muy diversos problemas. Los proyectos ejecutados por el INERHI han topado a menudo con graves problemas originados sobre todo en la falta de cooperación de las comunidades de campesinos. Con frecuencia ha surgido el desacuerdo entre los beneficiarios. La falta de organización entre los usuarios de los sistemas de riego ha privado de eficacia a la ordenación de las aguas. Los defectos de mantenimiento han destruido una infraestructura valiosa, mientras que en muchas ocasiones no se han construido los denominados sistemas terciarios, consistentes en canales cortos que riegan las parcelas de los campesinos, por falta de organización eficaz entre los beneficiarios.29 La ordenación de las aguas requiere disciplina, solidaridad y aptitud para las relaciones sociales. El cemento y las obras de ingeniería adecuadas no bastan para crear sistemas de riego funcionales. Es fundamental la cooperación entre todas las partes afectadas. Puede que los factores decisivos para dotar de eficacia a los sistemas de riego sean la apertura y la aptitud para las relaciones sociales. 26 27 28 29 DHV Consultores (1995), pág. 165. de Janvry y Glikman (1991), págs. 224-27. El 31 por ciento de las tierras cultivables está en régimen de regadío. Más del 70 por ciento de los cultivadores utilizan un 30 por ciento del agua empleada con dicho fin, mientras que el 70 por ciento del agua restante corresponde a las grandes haciendas (Cisneros et al. (1999), pág. 5). de Janvry y Glikman (1991), pág. 228. Ibíd., pág. 270. En 1994 se sustituyó el INERHI por el CNRH (el Consejo Nacional de Recursos Hídricos) (Cisneros et al. (1999), pág. 5). El Estado ecuatoriano ha puesto en marcha un proceso de transformación institucional delegando varias actividades de las que antes se encargaba el estado central a municipios, organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil y el sector privado. Varias veces se ha mencionado al INERHI (CNRH) en cuanto una de las organizaciones que se deben situar al margen del control ejercido por el estado (FIDA (1995), pág. 20). 31 [ ] Faltó comunicación entre planificadores y futuros beneficiarios Iniciativas de desarrollo de los cañaris Los campesinos cañaris se hacen oír. De los decenios de conflicto político surgieron varias organizaciones que hunden sus raíces en las comunidades de campesinos. Forma parte del programa de todas estas organizaciones la búsqueda de instituciones y organismos que estén dispuestos a financiar proyectos de desarrollo rural y a prestarles asistencia. En el decenio de 1980 varias organizaciones de base y el organismo de desarrollo regional CREA (Centro de Reconversión Económica del Azuay, Cañar y Morona Santiago) formularon planes de apoyo a los proyectos agrícolas. En 1980, recién reinstaurado el gobierno democrático,30 volvieron a abordarse las cuestiones relacionadas con el desarrollo rural y el Estado ecuatoriano declaró que estaba dispuesto a “… aplicar un enfoque integrado sin dejar de centrarse en los problemas del campesinado proponiendo la participación dinámica de los campesinos a fin de ir más allá de las soluciones sencillas de carácter técnico orientadas a la producción.”31 El CREA se fundó en 1958 para hacer frente a la crisis que atravesaba la producción de los lujosos sombreros de paja denominados jipijapas, cuyo centro se situaba en la provincia de Cañar.32 El repentino descenso de la demanda afectó de forma más o menos directa a 100 000 personas que se dedicaban a estas actividades artesanales. La principal función del CREA consiste en tomar parte en la planificación de proyectos de desarrollo regional en las provincias de Azuay, Cañar y Morona-Santiago. Coordina las iniciativas de desarrollo de los organismos nacionales e internacionales que operan en la zona. También ejecuta proyectos rurales por cuenta propia o en asociación con otras entidades (tanto públicas como privadas).33 30 31 32 33 Entre 1963 y 1965 gobernó en el Ecuador el ejército, mientras que entre 1966 y 1968 estuvo al mando del país un presidente interino que no fue elegido mediante elecciones generales. En 1968 se eligió por quinta vez presidente a José María Velasco Ibarra. En 1972 lo derrocó el ejercitó, que gobernó el país hasta 1979. Resolución oficial, citada por de Janvry y Glikman (1991), pág. 209. Aunque los jipijapas se originaron en el Ecuador, el nombre en inglés (“panama hat”) se debe a que se pusieron de moda entre los obreros que construían el Canal de Panamá. A partir de 1898 las tropas estadounidenses que guerreaban en los trópicos llevaban “sombreros de Panamá” ecuatorianos (se enviaron 50 000 sombreros a los soldados que luchaban en el Caribe y Filipinas). La industria alcanzó su punto álgido en 1946, año en que se exportaron cinco millones de sombreros que suponían el 20 por ciento de los ingresos anuales por exportación del Ecuador. Con la gradual evolución posterior de la moda se produjo una grave crisis a finales del decenio de 1950 (Perrottet (1994), págs. 131-33). de Janvry y Glikman (1991), pág. 283-85. 33 En 1982 el CREA presentó al Gobierno del Ecuador una propuesta de cooperación futura con el FIDA en la zona de Cañar.34 En 1987 una misión del FIDA otorgó al cantón de Cañar carácter prioritario por lo que respecta a la ejecución de un hipotético programa de desarrollo rural. El proceso de elaboración fue concluido por el FIDA en 1990. Una misión de evaluación ex ante presentó un informe que sirvió de base al acuerdo de préstamo firmado por el FIDA y el Gobierno del Ecuador. En marzo de 1992 el Gobierno de los Países Bajos accedió a cofinanciar el proyecto. Pese a la duración y la complejidad del proceso, el Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar (CARC) tropezó con graves dificultades aun antes de comenzar. Estaba previsto que el proyecto se ocupara de una amplia gama de cuestiones relacionadas con la producción agrícola. “El objetivo principal del proyecto es aumentar considerablemente los ingresos reales de los pequeños agricultores de la cuenca alta del río Cañar mediante la introducción de riego y tecnología adecuada para fomentar el desarrollo productivo de sus fincas.”35 Con arreglo a este principio, se incorporaron desde el principio varios componentes: crédito, asistencia técnica, infraestructura, organización de los productores y actividades productivas de la mujer. Sin embargo, no dejaba de recalcarse que el programa se centraba en el riego. “Este componente [la construcción y rehabilitación de infraestructuras de riego] reviste una importancia capital para la ejecución de los demás componentes del proyecto. De hecho, hasta que no se hayan incorporado medidas de riego adecuadas dotadas de suficiente alcance geográfico no podrán introducirse nuevas tecnologías y las prácticas necesarias para elevar la productividad agrícola de los beneficiarios.”36 El riego, cuestión espinosa, terminó exacerbando los sentimientos en la zona del proyecto propuesta. El ojo del huracán se situaba en Culebrillas, morada mística de Taita Cuichi y origen de la mayoría de las aguas cañaris. 34 34 35 36 37 38 39 Pinos y Rodríguez (1994), pág. 21. FIDA (1990), pág. 63. Ibíd., pág. 69. Citado en Villarroel, G. (1992). FIDA (1990), págs. 69-70. Villarroel, G. (1992). La parroquia es la dependencia administrativa situada por debajo del cantón. En la actualidad Suscal es un cantón. Antes de que El Tambo y Suscal fueran “cantonizados”, el cantón de Cañar comprendía 14 parroquias. En la actualidad pertenecen a Cañar 12 parroquias, mientras que los cantones de El Tambo y Suscal se sitúan a manera de “islas” en el seno del cantón de Cañar, de tamaño muy superior. Los alcaldes del cantón se eligen en elecciones generales, mientras que la administración nombra los tenientes políticos que gobiernan las parroquias. La propuesta inicial En 1992 se afirmó que “una de las obras más importantes en torno a las cuales gira el proyecto de desarrollo centrado en los campesinos cañaris es la construcción de la presa de Culebrillas”.37 En 1990 la misión de evaluación ex ante del FIDA describía como sigue el represamiento de Culebrillas: “El subsistema de Culebrillas exige la construcción de una zanja de tierra de 14 metros de alto y 72 metros de largo con la que se creará una presa sobre la laguna mencionada y se dotará a su boca de salida (el río San Antonio) de una capacidad de 10,5 hectómetros cúbicos. Estas obras de regulación servirán, por una parte, para alimentar con un máximo de 680 litros por segundo el subsistema de El Tambo (el cual se ampliará notablemente, con 991 ha extra, al prolongar cuatro kilómetros más el canal principal, denominado Canal Coronel) y, por otra parte, para encauzar agua suplementaria hacia el nuevo canal principal […], con lo cual podrán regarse unas 777 ha de las zonas de Juncal, Suscal y Chontamarca.”38 Dos años después se creía que “… [el sistema de Culebrillas] servirá para almacenar en invierno 7 millones de metros cúbicos de agua que se puedan utilizar en verano para regar 2 700 ha de tierra mediante una red de canales mejorados y la construcción de un nuevo canal que llegue hasta la parroquia de Suscal.”39 Efectuaron estudios preliminares de la presa y de la red de canales conectados con ella el CREA, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el INERHI y Latinoconsult, empresa de consultores argentina. El CREA se ocuparía del componente de riego del proyecto CARC, mientras que el INERHI prestaría asistencia técnica y se encargaría de todas las obras de construcción relacionadas con el riego. 35 riego [Elcuestión espinosa] El proyecto era ambicioso, pero las soluciones que ofrecía dependían demasiado de planes rígidos. El proyecto se basaba en el cemento; sólo se pensaba en relación con este material. Se planificó la construcción de la presa y los canales sin tener presente que la cuestión del riego no se reduce a suministrar más agua, sino más bien a practicar una ordenación adecuada. Hay que organizar el aprovechamiento del agua desde la fuente de origen hasta el punto donde concluye su recorrido. Las relaciones humanas forman parte de la cuestión. Aunque de antemano existían juntas de agua, éstas no participaron en el proceso de planificación; no sorprende, pues, que surgiera el conflicto.40 Aunque se planificaron cuatro sistemas de riego distintos, fueron los planes de Culebrillas los que despertaron una intensa oposición, quizá porque se iban a ver afectados 14 canales existentes. El nuevo canal suponía que se iban a reorganizar estos 14 canales. Quienes por aquel entonces hacían uso de los canales se sentían excluidos del conjunto del proceso de planificación. Tenían miedo de que corriera grave peligro el acceso tradicional a los sistemas de riego antiguos y estaban convencidos de que con las innovaciones del proyecto perderían agua. La situación empeoró con los planes de suministrar agua procedente de Culebrillas a la zona de Suscal. Aunque la capacidad propuesta de la presa de Culebrillas bastaba y sobraba para alimentar uno y otro sistema de riego, los usuarios de los canales existentes pensaban que con los nuevos sistemas todo iba a empeorar. Como el tamaño de los nuevos sistemas sería muy superior al de los antiguos, los usuarios originales de las aguas de Culebrillas dieron por supuesto que a todos les tocaría menos agua. Construyendo el nuevo canal que llegaba hasta Suscal, ¿no se corría el riesgo de privar a El Tambo de una buena parte de sus aguas? 36 CARC, el proyecto, había decidido construir la presa. Eso era todo; a nosotros no nos habían avisado. De repente, era un hecho. Un ingeniero de nombre Carran nos explicó que el agua partía en dirección a Suscal. Se iba a reunir toda el agua en un solo canal, el Canal Coronel. Nosotros pensamos que de ese modo El Tambo se 40 41 42 43 44 Entrevista con Rudolf Mulder, codirector del CARC por parte de los Países Bajos. Entrevista con Julián Guaman, presidente del comité de aguas del Canal Cachi-Banco Romerino Pillocapata. León (1993), págs.1-3. Entrevista con Daniel Rodríguez, ex alcalde de El Tambo. Entrevista con Abelina Morocho Pinguil, que es la actual alcaldesa de Suscal, aunque nació en El Tambo, donde sigue trabajando la tierra de su padre. Se casó en Suscal, donde también posee tierras. Es patente que conoce bien los problemas que plantea el riego en las dos zonas. quedaría sin agua. Se habló de alzarse en rebelión, de demandar al CARC y a todos los organismos participantes.41 Un angustiado rumor corrió por la parroquia de El Tambo: “Nos van a quitar el agua”. Los organismos de desarrollo hicieron lo posible por garantizar a la población de El Tambo de que se trataba de todo lo contrario: todo el mundo iba a salir ganando con la presa de Culebrillas. Pero no sirvió de nada; era demasiado tarde. Los usuarios de los sistemas de riego de El Tambo no habían participado lo suficiente en el proceso de planificación y ahora ya era tarde para remediar la situación. Parecía imposible evitar el conflicto.42 Abundaban las expectativas. Nunca antes se había invertido tanto dinero en la zona. Iban a mejorar la calidad de vida y la producción. Sin embargo, una vez detectados los problemas, faltó la comunicación entre los planificadores y los futuros beneficiarios. Se celebraron consultas con pocas organizaciones y comunidades de El Tambo; éstas no tomaron parte alguna en el proceso de planificación. Los técnicos trabajaban por cuenta propia sin guiarse por un plan integrado. Cuando la población se enteró de que la presa de Culebrillas iba a alimentar un canal nuevo además de los 14 canales existentes cundió el pánico, pues creía que iba a quedarse sin agua.43 No entiendo por qué no nos lo explicaron mejor; a fin de cuentas, nosotros éramos quienes utilizaríamos las aguas. Nosotros y nuestros padres conocíamos a fondo los problemas que plantean los sistemas de riego. Forma parte de nuestra vida. Trabajamos a diario con el agua. No cabe duda de que habríamos aportado abundante experiencia y conocimientos. Al abordar cuestiones tan delicadas hay que empezar por dialogar. Sin embargo, viene de lejos la costumbre de hacerlo todo pasando por alto nuestro parecer.44 [Nos van a quitar el agua] 37 En un informe redactado por un asesor técnico de la Universidad de Cuenca se señalaba la aparente falta de comprensión de las circunstancias socioeconómicas que evidenciaba la propuesta original: “En la información [presentada al coordinador de la Comisión Técnica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cuenca] no figuran análisis de los conflictos sociales y étnicos que existen entre las comunidades y parroquias de la zona del proyecto. A nuestro juicio, hay que poner de relieve estos problemas examinando los antecedentes de que se dispone y las reacciones diversas y contradictorias que han suscitado en las comunidades y los sectores sociales los planes del proyecto. […] En el marco de las actuales actividades de desarrollo, que dan cabida a la dimensión cultural y la ecológica, es imprescindible investigar a fondo estas cuestiones; es inevitable, aunque necesario, que tal enfoque genere conflictos. Puede que la ausencia [de ese tipo de estudio detenido de la situación social] se deba a una inclinación general que se desprende de los documentos que se nos han enviado: el tratamiento sociológico de la zona en cuanto espacio homogéneo […] no se examina la diversidad de la actual situación socioeconómica desde la óptica de la población por lo que respecta a la ocupación territorial. Además, deseamos insistir en que hace falta hallar un mecanismo directo e innovador para que los futuros beneficiarios del proyecto tomen parte en los debates y la adopción de decisiones al margen de las intervenciones paternalistas y verticales que caracterizan a los organismos públicos y privados.”45 38 En pleno conflicto La prensa local y nacional dio cuenta de la acumulación de diversos conflictos provocados por el plan de represamiento de Culebrillas. “Últimamente ha generado tanta polémica que bien se la podría denominar la laguna de la Discordia”.46 Ya en 1989, cuando los planes todavía estaban en fase de elaboración, empezaron a aparecer en los periódicos opiniones sobre la presa de Culebrillas. Después de que la misión de evaluación ex ante del FIDA presentara su informe en 1990, subió la temperatura del debate y los defensores y detractores se entregaron a exhibiciones de oratoria y a insultos: 45 46 Almeida Durán (1990). Villarroel, G. (1992). 39 “[Los cañaris] fuimos los primeros en luchar contra las huestes de Túpac Yupanqui. Hicimos la guerra a las tropas invasoras de Huáscar y Atahualpa. Los españoles nos engañaron con falsas palabras. Escondimos los tesoros y nos retiramos a los páramos helados, donde vivimos desde entonces, al margen de todo y sin posibilidad de labrarnos nuestro propio futuro. La imperiosa voz de Inti vino a conminarme y me sentí turbado. Ha llegado la hora de que nuestro pueblo se organice y se ponga en marcha. Hace falta decidirnos y prestar apoyo a la medida [el represamiento de Culebrillas], pues de ella depende que dispongamos todo el año de agua suficiente para regar y, por lo tanto, que no mueran nuestras cosechas.” 47 “La actitud que adoptan los representantes de la anticultura para mostrar sus dotes de ejecutivos, agentes activos y trabajadores les obliga a recurrir a sofismas y mentiras. Hacen lo posible por destruir la prehistoria y la historia del Ecuador. […] Como si estuvieran en trance, pretenden ejecutar sus planes haciendo caso omiso de la oposición y el rechazo del país y del ámbito científico y edificante de la cultura. En la presa que se proponen construir en Culebrillas falta un pequeño detalle: una placa que rece: ‘La presente es obra de ignorantes y analfabetos’.” 48 En un principio sólo se opusieron al proyecto quienes deseaban proteger los vestigios arqueológicos y la belleza natural de Culebrillas. Tales defensores del paraje eran fundamentalmente forasteros a los ojos tradicionales de los cañaris, pues la mayoría habitaba en la ciudad de Azogues, capital de la provincia, y en la gran ciudad de Cuenca, situada más al sur. Con la presa subiría el nivel del agua y quedarían inundados los Labrazhcarrumi, que son los restos de la cantera inca ubicados en la zona. Los técnicos propusieron que se trasladaran las piedras a otro emplazamiento, “como pasó con Abu Simbel, en Egipto”. Pero con esa solución no quedaban satisfechos los adversarios, que insistían en que la totalidad del entorno en que se ubica el lago es única en su género y que toda intrusión tendría consecuencias catastróficas. Los beneficiarios previstos de los sistemas de riego mejorados acogieron tales razonamientos con ira y desesperación. 40 47 48 49 50 Paulina Ati, recogido en Torres (1990). El pueblo que se menciona en la cita son los incas que estuvieron al frente de las tropas conquistadoras procedentes del sur antes de que llegaran los españoles. Inti es el rey sol. Egues (1990). Entrevista con el padre Víctor Vásquez, párroco de Suscal. León (1993), pág. 3. Era una tragedia. Se podrían haber llevado las piedras. A mí no me parecen tan valiosas como las pintan. Sea como sea, no han hecho nada por protegerlas pese a todas las tensiones y todos los intentos de impedir que se ejecutara el proyecto. Fueron muy injustos con nosotros. Hemos sufrido una grave pérdida de la que aún no nos hemos recuperado. Con esa agua se podría haber ayudado a cientos de familias. Aquí abajo seguimos a merced de la sequía.49 En Culebrillas un pastor cañari que lucía zahones de piel de oveja y llevaba un látigo cuyo mango era largo y estaba hecho de madera, argumentó lo siguiente a favor de la construcción de la presa: Yo creo que las piedras que se sacaban de Labrazhcarrumi se utilizaron para represar Culebrillas. Nuestros abuelos, que sabían hacer cosas como construir presas y canales de riego, ejecutaban tales obras para beneficiar a gente como nosotros, los campesinos. Les importaba su pueblo. Si ahora construimos una presa aquí arriba, es seguro que con el tiempo se convertirá en yacimiento arqueológico: igual que Labrazhcarrumi. Así pues, ¿por qué no construirla? Los habitantes del porvenir dirán que nos importábamos los unos a los otros, pues construíamos presas y canales. 41 El conflicto se agudizó cuando los arqueólogos y sus partidarios presentaron los planes de Culebrillas a diversos dirigentes del cantón de El Tambo.50 En 1992 ya se había movilizado a la mayor parte de los habitantes de la parroquia de El Tambo en contra del proyecto y la oposición empezó a adquirir un cariz más militante que antes. El 27 de noviembre de 1992 una delegación oficial integrada, entre otras personas, por el director del proyecto, el gobernador de Cañar, el alcalde de Azogues y representantes del FIDA y el CREA subieron a Culebrillas para dialogar sobre la construcción de la presa. De repente los rodearon 400 campesinos; cuatro horas después los funcionarios oficiales se vieron obligados a firmar un documento en virtud del cual La belleza natural de Culebrillas prometían que no iban a construir la presa. Con todo, camino de El Tambo detuvo a la delegación otro grupo de campesinos armados, procedentes esta vez de Suscal. Se repitió la escena y los campesinos de Suscal obligaron a la delegación a que firmara un documento en virtud del cual prometían que se construiría la presa.51 Una vez cumplidos sendos objetivos y tras la marcha de la delegación, los dos grupos de campesinos se encontraron. “A finales de la tarde se produjeron cerca de la laguna confrontaciones armadas entre los campesinos de El Tambo y de Suscal. Varias personas salieron heridas de las refriegas”.52 42 La delegación era grande. Para llegar a Culebrillas hicieron falta por lo menos quince coches. Al llegar allá nos recibió Antonio Carillo, arqueólogo de Cuenca, y dos colegas suyos de Quito. Los acompañaban representantes de las comunas que ejercen control sobre la tierra de la zona, gente de Sumi Corral, que está ubicado en la comunidad de Sigsig. No bien habían comenzado las conversaciones, bajaron de las montañas cientos de campesinos, la mayoría a lomos de caballo y algunos blandiendo palos y machetes. Algunos llevaban escopetas. Parecía una película del Oeste. Sus dirigentes llevaban un documento que, tras debates prolongados y violentos, nos obligaron a firmar. Lo extendieron sobre el capó de un coche. Las violentas discusiones se prolongaron de las diez de la mañana a las cuatro de la tarde. Todo el rato teníamos miedo, rodeados como estábamos por hombres armados y furiosos. Trataron de dar una paliza a un técnico que se parecía a Luis Chimbo. Este Luis es un indígena de El Tambo que habíamos empleado de chofer. Varias personas que se oponían al proyecto lo tachaban de traidor y querían echarle mano. Alterados por un incidente tan desagradable, de [Los campesinos El Tambo y de Suscal ] se enfrentan por el agua Remigio Padrón, actual director del proyecto CARC pusimos rumbo a El Tambo. Los dos arqueólogos de Quito, que pertenecían al grupo de oposición, nos siguieron hasta la carretera interamericana. En ese punto nos interceptó un grupo nutrido de personas procedentes de Suscal. Estaban muy enojados y atacaron de inmediato a los arqueólogos. Se produjo un gran revuelo mientras tratábamos de defender a aquellos infelices. Cuando los ánimos se calmaron un poco nos obligaron a ir a Suscal, donde se firmó otro documento, esta vez a efectos de que se tenía que construir la presa. No volvimos a Cañar hasta cumplida la medianoche.53 Con estos incidentes culminó la serie de tensiones que llevaban mucho tiempo acumulándose. Algunos empleados del proyecto reunieron a varios de los detractores más vehementes de los planes de represamiento de Culebrillas. La situación era muy tensa. Los detractores secuestraron a los técnicos y los tuvieron encerrados varios días. No dejaban de amenazarnos. Por aquel entonces no había más de dos o tres policías en toda la zona. Cuando la situación empeoró el Gobierno se ofreció a enviar tropas, pero nosotros no queríamos provocar confrontaciones violentas. Preferimos entablar diálogos con los habitantes de El Tambo. El incidente más espectacular se produjo cuando organizamos un encuentro en un lugar denominado la Granja de El Tambo. La cosa se puso fea de verdad cuando interrumpimos las conversaciones para tomarnos un breve respiro. Estábamos quince en una casita bebiendo café cuando de repente la rodearon cientos de personas. Algunos entraron y empezaron a golpearnos. Alguien me reconoció y, tras empujarme contra la pared, me dijo: “No te vamos a hacer nada si mantienes la boca cerrada y no te mueves”. Cuando un ingeniero salió corriendo de la casa, un grupo de atacantes airados lo siguió hasta el coche y, con él sentado en el interior, empezó a golpear el vehículo con palos y machetes. El que peor lo pasó fue Luis Chimbo: le dieron una paliza terrible y, de no estar presente Jenny Campoverde, la cosa habría terminado muy mal.54 51 52 53 54 El País (1992) y El Espectador (1992). El Espectador (1992). Entrevista con Remigio Padrón. Ibíd. 43 Jenny Campoverde es una enfermera que trabaja en Suscal en el proyecto CARC. Jenny, mujer de carácter sereno, dice hoy que no se explica cómo logró reaccionar como reaccionó aquel día. Formaban el grupo por lo menos cien personas a cuyo frente estaba un indígena gordo armado con un machete. Yo no lo conocía. Empezaron a gritarnos. Nos pillaron desprevenidos, pues estábamos bebiendo café. Presa de ira, la multitud se precipitó al interior de la casa destrozando las sillas y las mesas y arrancándoles las patas a los muebles para aporrear a la gente. Era horrible. La casa estaba atestada y fuera la gente se apiñaba para entrar. Gritaban: “Entregadnos la cabeza de Luis Chimbo”. El técnico Jacinto Caguana recibió varios golpes dados con la cara plana del machete. Arrastraron afuera a Luis Chimbo. Era horrible, demencial. Parecía que el miedo tenía a la gente paralizada. Varios hombres huyeron, una mujer se desmayó. Entonces vi que habían traído una lata de gasolina. ¡Iban a prender fuego a Luis Chimbo! No me cabía en la cabeza, me puse furiosa. Les planté cara y les grite: “¿Cómo puden presentarse en ese estado de ánimo? ¡Fuera!” Les desconcertó la fuerza de mi reacción y la mayoría se calmó casi de inmediato. Me escucharon. La situación era muy extraña. Para mí fue como una iluminación. Me sorprendieron su reacción y la mía; todavía me cuesta creerme lo que pasó esa noche.55 44 Estos incidentes tan espectaculares dan prueba de la complejísima situación social que imperaba por aquel entonces en la zona de Cañar. Para entender y calibrar lo que ha conseguido el proyecto CARC es importante tener en cuenta algunos elementos de la enredada malla de relaciones sociales característica del valle de Cañar, comprendidas cuestiones espinosas como el patriotismo local, las estructuras de la propiedad, el racismo, los conflictos religiosos y el populismo político. La experiencia práctica nos ha aclarado, a veces por la vía difícil, que las labores de desarrollo en general y la ordenación de las aguas en particular son actividades sociales complejas. Hay que ser muy sensible a las necesidades y la manera de ser de la población con que uno trabaja. Hay que andarse con tiento, escuchar y aprender.56 55 56 Entrevista con Jenny Campoverde. Entrevista con Pablo Arévalo, técnico que trabaja en PROTOS (organización no gubernamental vinculada con el proyecto CARC). [ ] Escuchar y aprender de quienes utilizan el agua Patriotismo local 46 Puede que parte del conflicto tuviera que ver con los esfuerzos de El Tambo por que se le reconociera condición de cantón. El Tambo era entonces una parroquia ubicada en el cantón de Cañar. Los políticos de El Tambo procuraban aprovechar asuntos cuyo impacto fuera suficiente para unir a la población urbana. Hace mucho tiempo que se considera a la ciudad de El Tambo distinta del resto de la zona cañari. El motivo que se da tradicionalmente es que la mayor parte de los tamberos descienden de trabajadores del ferrocarril. Muchos de estos trabajadores procedían de la ciudad de Tulcán, situada en el extremo septentrional del Ecuador. Acabada la construcción, varios se instalaron en El Tambo, que se fundó por motivo de la línea de ferrocarril. Desde entonces se ha tachado de forasteros a estas personas y sus descendientes.57 El padre Mello Storoni, que es el párroco católico de El Tambo, nació en un pueblecito italiano y pasó quince años en el Congo antes de venir al Ecuador. Sin embargo, es un patriota local que defiende a capa y espada lo que le parecen los intereses más favorables a sus parroquianos. Admite que muchos lo consideran “persona muy conflictiva” y admite que nunca se ha privado de decir lo que piensa. “Cabe decir que en cierto sentido me fascina la pelea.” El principal motivo de que me opusiera a la presa era el peligro que corrían los yacimientos arqueológicos de la zona. Confiaba en Antonio Carillo, arqueólogo capaz de Cuenca que representaba al Patrimonio Nacional. Además, no se había repartido debidamente el conjunto del proyecto entre los habitantes de la zona. Iban a desviar parte del agua a las tierras bajas de Suscal. Es cierto que allá abajo tienen menos agua que aquí, pero no es menos cierto que en esa zona llueve más y hay más humedad que en El Tambo. No Padre Mello Storoni, el párroco católico de El Tambo dependen del riego tanto como nosotros. Normalmente recogen una cosecha más que nosotros. […] La población de El Tambo siempre ha tenido la sensación de que los políticos de Cañar la dejaban de lado. Por motivos políticos, las autoridades locales han puesto en primer plano el bienestar de los habitantes de Cañar. El proyecto de Culebrillas se planificó a la vez que El Tambo reclamaba la condición de cantón. Las dos comunidades estaban en perpetuo conflicto. Varias personas de El Tambo levantaron barricadas en medio de la carretera interamericana para impedir que pasara la gente procedente de Cañar. La gente llegó a luchar al pie de las barricadas. Algunos jóvenes de Cañar vinieron a derribar las barricadas insultando a los tamberos. En medio de unos de esos incidentes un hombre de El Tambo se alteró, fue a buscar una escopeta y mató a otro hombre de Cañar.58 Los conflictos entre pueblos y aldeas remotos de los Andes son moneda común en diversas zonas. Parece que este tipo de “patriotismo local” afecta a los mestizos tanto como a los indígenas.59 “La aldea [y el entorno rural] se asemejan a un claustro montañoso que acota las actividades humanas y en el que éstas se ven limitadas por fronteras invisibles que nunca quedan muy lejos. El hombre está rodeado por montañas. Anochece pronto y la oscuridad parece eterna. ¿Cómo puede concebirse nada ajeno a las aldeas de este tipo, que no están comunicadas con el exterior y abarcan la vista, el cuerpo y hasta el espíritu? Las montañas ponen fin a los caminos, los ríos carecen de puentes y el hombre está atado a una tierra que absorbe todo su quehacer y aniquila su deseo de liberación. Cada aldea se asemeja a una caverna en la que el hambre está aprisionada y el hombre debe aceptar su destino […] De ese modo vive el hombre en compañía de la montaña.” 60 57 58 59 60 Entrevista con Remigio Padrón. La línea de ferrocarril se terminó de construir hacia 1935. "Tambo" es expresión quechua con que en un principio se denominaban los puntos de parada del sistema de caminos inca (Bark y Maier (1973), pág. 142). Entrevista con el padre Mello Storoni. Como ocurre en la mayor parte de los países de América Latina donde conviven grupos distintos, las "denominaciones" fundadas en la raza y la etnia no son rígidas y varían de una zona a otra. En la zona de Cañar se emplea el término "mestizo" para referirse a los "blancos" y a las personas de "sangre mixta". Los indígenas se definen en su mayor parte como "cañaris", si bien también se consideran "indígenas". En el Ecuador se suele considerar indígena a una persona que vive en una comunidad indígena, habla quechua (u otra lengua indígena) aparte del español, o en lugar del mismo, y viste de una manera determinada (en relación con las definiciones étnicas y el racismo en el Ecuador, véase Cervone y Rivera (1999)). La manera de vestir más característica de los cañaris comprende, aparte de ponchos y de camisas que llegan hasta la rodilla y se llevan sobre varias enaguas, sombreros de fieltro blanco hechos a mano y los guangos, trenzas individuales y largas que lucen hombres y mujeres. Uriel García (1986), pág. 143. 47 Lo que sigue es con bastante probabilidad una descripción auténtica de la zona de los cañaris hace unos cincuenta años: Los hacendados vivían lejos de aquí, en Cuenca. Como había mucha distancia, la mayoría permanecía aquí de junio a diciembre. Sus familias se iban en octubre porque los niños tenían que ir a la escuela. Antes de 1930 el tren no llegaba a El Tambo. Hasta 1970 no había vehículos en la zona. No había tractores (y sigue sin haberlos). Hasta el decenio de 1950 los productos se transportaban a la costa cargados en mulas. Al depender de la hacienda, la mayoría de los indígenas se pasaba la vida sin salir de ella.61 48 A raíz de los cambios radicales acaecidos en el último decenio, actualmente la población se relaciona de forma más estrecha con el mundo circundante. Sin embargo, puede que el aislamiento de entonces explique en parte el hecho de que las comunidades andinas tiendan a permanecer circunscritas y a desconfiar de sus vecinos. Cada miembro de una comunidad cualquiera suele sentirse parte integrante de un grupo de personas. Son fáciles de entender los motivos de orden geográfico que justifican esta sensación de pertenencia, pero existen además motivos históricos que se remontan a la época precolombina. Bajo la soberanía de los incas se cultivaba la tierra mediante ayllus, unidades domésticas a cuyo frente estaba el hatun-runa o cabeza de familia, que a su vez estaba sujeto al control exhaustivo que las curacas ejercían sobre todas las labores. Cada año las curacas redistribuían la tierra en función del volumen de mano de obra activa que hubiera en cada hogar. Los miembros del ayllus eran objeto de un control riguroso y cada habitante de las zonas rurales formaba parte de un complejo sistema administrativo. Las distintas categorías sociales eran objeto del control continuo y riguroso que caracterizaba a la totalidad del imperio inca. Este sistema generaba una vinculación estrecha entre los agricultores y la tierra que cultivaban. Así pues, al llegar los españoles se encontraron con un elaborado sistema de tributación y disciplina laboral dispuesto a la explotación. Cabe aventurar que el estricto control ejercido por los incas sobre la población rural se perpetuó durante la soberanía colonial e incluso republicana y sobrevivió hasta hace unos decenios.62 se planificó [Elaproyecto la vez que El Tambo reclamaba ] la condición de cantón Las ideas que fundamentan el “patriotismo local” se escuchaban con frecuencia en las críticas dirigidas contra el proyecto CARC: Siempre es lo mismo. Lo normal hubiera sido que El Tambo participara en la formulación del proyecto. Además, ¿por qué no permitieron que los tamberos formaran parte del cuerpo de administradores y técnicos? No insinúo que lo haga mal la gente de Cuenca y de Cañar que está actualmente a cargo de todo. Puede que estén más capacitados que la mayoría de los tamberos, pero estoy convencido de que éstos deberían participar en un proyecto de tanta importancia que nos afecta a todos; podemos aportar nuestra propia gente, nuestros propios técnicos. Aun así, no se permitió que el municipio de El Tambo participara ni en la formulación inicial del proyecto ni en la reformulación. Todo se dejó en manos de forasteros y de su idiosincrasia. Ahora se han traspasado todas las labores a organizaciones no gubernamentales, pero el personal es el mismo de antes. ¿Dónde están los tamberos? No se les ve por ninguna parte. Sigue sin haber técnicos tamberos en el proyecto.63 Algunos miembros de la comunidad de El Tambo expresaron con mayor contundencia el recelo que les inspiraban los agentes del desarrollo venidos de fuera. Un hacendado blanco que se dedicaba a la ganadería y deseaba guardar el anonimato dijo lo siguiente: Varias de esas organizaciones que se denominan no gubernamentales y hasta algunas organizaciones religiosas están integradas por forasteros que vienen con un programa de acción propio totalmente ajeno al de los ciudadanos respetuosos de la ley que habitan en la zona. Algunas de las organizaciones que se denominan de asistencia se dedican a infiltrar ideologías comunistas. Se organizan manifestaciones y protestas a título de acción comunitaria. Más que a título de individuos, la población participa en calidad de miembros de un grupo determinado. Tal actitud sirve de caldo de cultivo ideal al resentimiento dirigido contra los miembros de la comunidad que trabajan con las personas a las que se considera forasteros e intrusos. Puede que en tal circunstancia radique el enorme odio desatado contra Luis Chimbo, chofer del proyecto, cuya vida se vio amenazada varias veces. 61 62 63 Entrevista con el doctor Fernando Pozo Illingworth, pequeño hacendado (20 ha). Bernand (1996), págs. 67-68. Entrevista con Daniel Rodríguez, ex-alcalde de El Tambo. Varios técnicos del proyecto CARC respondieron a la crítica del alcalde puntualizando que la reformulación del proyecto suponía un proceso largo y complejo. Se invitó a todas las organizaciones de El Tambo a que participaran. El personal del CARC afirma que se negaron a participar varios tamberos que en un principio se habían opuesto al proyecto. Además, aclararon que, puesto que el proyecto hace hincapié en el desarrollo "rural", la participación popular es más evidente y activa en el campo aledaño a El Tambo ciudad. 49 Tras haberse mejorado la comunicación entre el personal del proyecto y sus detractores, pareció que de repente se disolvía todo el resentimiento dirigido contra Luis Chimbo. La mayoría de los tamberos volvieron a aceptarlo plenamente y él pudo reintegrarse a la vida de la comunidad. El sistema de Huasipungo La tierra y el agua revisten una importancia capital en el valle del Cañar. La población ha luchado y ha muerto en su nombre. Hace unos cuantos decenios muchos cañaris carecían de libertad de acceso a la tierra y el agua. En veinte años, muchos indígenas han atravesado una sucesión de etapas de desarrollo social que en Europa duró siglos. Personas que nacieron en condiciones de servidumbre y analfabetismo han ganado tierras y confianza en sí mismas. En virtud de un proceso a menudo difícil, han entendido que el control de la tierra y el agua suele ser sinónimo de poder. 50 La falta de riego sigue siendo el principal problema de la zona. Mientras no se pongan en práctica los planes de represamiento de Culebrillas y de construcción de nuevos canales, la gente va a sufrir. Aquí no hay agua, la zona es prácticamente un desierto y la situación va a peor. Culebrillas es la única fuente de riego de que disponemos. La causa fundamental de los problemas reside en las continuas disputas en que nos enzarzamos con nuestros camaradas de El Tambo. Ellos dicen que quieren proteger los yacimientos arqueológicos de su territorio, pero no es ése el mayor problema. Lo que cuenta es que la tierra pertenece a quienes la habitan. No podemos invadirla. No podemos servirnos de lo que les pertenece. Cierto es que el agua pertenece al Estado del Ecuador y no a un grupo de individuos cualquiera, pero sí les pertenece la tierra en que se origina el agua. ¿Qué podemos hacer? Aquí abajo lo pasamos mal en la estación seca, mientras que ellos disponen de agua todo el año. En eso reside el problema: ellos tienen agua y nosotros no tenemos 64 65 66 Entrevista con Isidor Pichisaca, maestro rural en el sector de Collahuco de Suscal. Entrevista con Pablo Arévalo. Bernand (1996), págs. 94-96. nada. El que tiene algo en su poder teme perderlo; el que no tiene nada tiene que pedirlo, y a nadie le gustan los mendigos, pues constituyen una amenaza.64 Todos los canales que parten de Culebrillas se dirigen a El Tambo. Eso significa para ellos que la vida se dirige hacia sus campos. Es natural que se considere motivo de amenaza a quien se inmiscuya en el suministro de agua.65 Los conflictos concomitantes al CARC se fundan en tradiciones antiquísimas y en tensiones étnicas que siempre han estado presentes, problemas en apariencia eternos que guardan una relación estrecha con la posesión de las tierras y el agua. Antes de la conquista de los españoles no existía el concepto de propiedad privada de las tierras. Con los incas todas las tierras pertenecían en teoría al sol y estaban en manos de su hijo, el inca. Sin embargo, el extenso imperio del inca estaba sometido al control de nobles poderosos. La riqueza de estos curacas no se medía por la tierra que poseían, sino por el número de casas, esposas, sirvientes, pertenencias y animales que tenían en su poder.66 Los conquistadores españoles adaptaron el sistema indígena a sus fines concretos. Por consiguiente, se obligó a los naborías, que antes pertenecían a ayllus controlados por los incas, a que pasaran a trabajar para sus amos españoles. Este tipo de labores tenía carácter de mita, lo cual suponía que los tributos se pagaban al acreedor en forma de trabajo. Ante la Corona Española, los indígenas eran jurídicamente vasallos libres, pero cuando se fundaron las ciudades de provincias la tierra que las rodeaba adquirió valor y terminó por dividirse en parcelas a cuyo cargo estaban clérigos y funcionarios españoles. A la par que adquirían diversos bienes y servicios ofrecidos por los habitantes de las ciudades, los campesinos fueron endeudándose poco a poco. Las deudas se pagaban en forma de mita y el crédito solía estructurarse de tal forma que el deudor quedaba atrapado de por vida. En poco tiempo la mayoría de los indígenas había entregado sus tierras a los acreedores y había adquirido la condición de siervo o huasipungero. Tierra y agua origen de tensiones étnicas desde tiempos remotos 51 Huasipungero es una palabra quechua (huasi significa casa y pungo puerta) con que se denomina la parcela que concede el hacendado a un trabajador de la hacienda.67 Dependiendo del período de que se tratara, el huasipungero trabajaba para su patrón tres o cuatro días por semana. De ese modo gozaba de acceso a una parcela (de tamaño variable según la zona en que estuviera ubicada, pero en muy pocos casos superior a las tres hectáreas) y de derecho a agua, leña y pastos. Todos los integrantes de la familia del huasipungero estaban obligados a trabajar para el patrón.68 Aparte de estos derechos y obligaciones, se garantizaba al huasipungero un salario mínimo mientras estuviera al servicio de su patrón (en 1962, el salario se situaba entre los 30 y los 90 sucres mensuales).69 Los huasipungeros no eran los únicos trabajadores que dependían de la hacienda. También había yanaperos, arrimados, allegados o apegados. Este tipo de cultivador era dueño de su tierra, pero las deudas heredadas de sus antepasados lo obligaban a trabajar para el hacendado varios días por semana. Solían trabajar en la hacienda más arrimados que huasipungeros.70 52 Las reformas agrarias Las reformas agrarias de 1964 y 1973 acabaron finalmente con el mundo apartado y restrictivo de las enormes haciendas y la servidumbre del huasipungo. Todavía cabe describir la situación que impera en el Cañar como período de transición. Por eso, las expectativas y las críticas de que es objeto el CARC derivan en parte de esperanzas y expectativas que tienen su origen en las fuerzas sociales desatadas por estas reformas. El mundo cambió. Sacaban a doña Florencia Astudillo subida a un palanquín como si fuera la virgen. La gente se arrodillaba a su paso. Nuestros padres nos decían que nos quitáramos el sombrero e inclináramos la cabeza cuando pasaran los patrones y los mayordomos. Sin embargo, la situación estaba cambiando. Dicen que doña Florencia viajó a Roma. A su vuelta se había arrepentido y era más religiosa que antes. Todo cambió. Se permitió a la población que fuera a la escuela. Se repartieron parcelas. Antes de morir, 67 68 69 70 Esta somera descripción de la complejísima evolución de los sistemas ecuatorianos de tenencia de tierras se basa en Moreno Yánez (1995), págs. 341-96. Ferrín S. (1982), págs. 161-69. En 1960, 30 sucres equivalían a unos 15 USD. Ferrín S. (1982), pág. 168. doña Florencia legó todas sus tierras a un grupo de monjas, que a su vez se las entregaron a la Iglesia antes de que acabaran en manos de una entidad denominada Asistencia Social. La situación apenas cambió. La tierra seguía en manos de los mayordomos y sus familias. Nosotros seguíamos viviendo como si fuéramos esclavos, pero en 1964 la tierra se dividió y se repartió. El huasipungo había quedado abolido. Llegó una organización no gubernamental denominada Misión Andina que prestaba servicios de instrucción y asistencia a los antiguos trabajadores de la hacienda. Vino el ejército a distribuir la tierra entre los huasipungeros. La estructura del poder empezó a cambiar. Sin embargo, los problemas abundaban: la repartición de las tierras era desigual, los antiguos mayordomos obtuvieron las mejores parcelas y muchos arrimados seguían viviendo en la misma situación de pobreza y marginación que antes. Sin embargo, ahora nos apoyaba la Iglesia, que había cambiado y se había puesto de parte nuestra; por lo menos, algunos sacerdotes se sumaron a nuestra reivindicación de tierras y justicia. El monseñor Leónidas Proaño, al que se conocía con el sobrenombre de “el obispo de los indios”, creó una emisora de radio en Riobamba y difundió un mensaje al que denominaban “teología de la liberación”. Pasamos muchos años envueltos en esa especie de misticismo. Muchos sacerdotes estaban de nuestro lado. El más radical era el padre Rafael González de Biblián, pero había más. Aquí en Cañar prestó servicios especialmente útiles una monja, la hermana Genoveva Rodríguez. Todos eran buena gente. Por aquel entonces no sabíamos mucho. No teníamos suficiente poder. Estábamos necesitados de ayuda. Así empezó todo. Aprendimos. Nos organizamos. Cañar se convirtió en el núcleo del movimiento. Se nos estaba agotando la paciencia. Empezamos a ocupar haciendas. Las reformas agrarias acabaron con la servidumbre del huasipungo 53 Aquí en el Cañar no hubo mucha violencia, pero en otros sitios se produjeron hostilidades. Los jóvenes de Cañar participamos. Salíamos por la noche y ayudábamos a nuestros hermanos de otras partes. En Chimborazo hubo enfrentamientos. Murieron por lo menos tres personas de disparos de bala. Uno de los muertos, Lázaro Condo, se convirtió en uno de nuestros héroes. Aprendimos a organizarnos a escala local y nacional. Me acuerdo de cómo nos miraban por encima del hombro los dirigentes de la sociedad. Nos gritaban, “¡Si quieren trabajar en el mundo profesional, múdense la ropa! ¡Civilícense!” Aún queda mucho por hacer. Nos hace mucha falta contar con más capacitación. Dicen que “los indígenas se politizan”. Yo digo que se nos está empezando a ver.71 Entre 1948 y 1960 el Ecuador atravesó una época de estabilidad política sin precedentes. La orientación de la política rumbo a la exportación estimulaba la economía, mientras que se generaba empleo en las zonas costeras, adonde empezaron a llegar cada vez más emigrantes. Mientras que la población de todo el Ecuador aumentó un 45 por ciento, en la costa el aumento fue del 100 por ciento. Sin embargo, a principios del decenio de 1960 cayeron en picada los precios de los bananos. Se apoderó del país una profunda crisis económica y se multiplicaron las huelgas. El ejercito, que suprimió los disturbios, tomó el poder en 1973.72 La Alianza para el Progreso creada en la época de Kennedy influyó en la política económica del gobierno militar. Como consecuencia, se propugnó el desarrollo económico interno en vez de atender los intereses de los influyentes exportadores agrícolas de la costa y los grandes hacendados de la Sierra. Antes de que ambos grupos lograran consolidar la oposición al gobierno militar y derrocarlo en 1966, el ejército puso en marcha la reforma agraria de 1964, inaugurando así el proceso que terminaría por remodelar totalmente el panorama social y político de Cañar. 54 71 72 73 Entrevista con Washo Camas. Holmberg (1998), pág. 12. Rossing (1996), págs. 98-99, y Bernal et al. (1999), págs. 70-71. Los efectos inmediatos de la reforma agraria fueron limitados. Se entregaron tierras que en su mayor parte pertenecían al Estado, pero las estructuras de propiedad existentes no se vieron afectadas de inmediato. El tamaño de las parcelas distribuidas solía ser muy reducido y en breve plazo se subdividirían poniéndolas en venta o repartiéndolas entre los herederos. Pese al nuevo auge agrícola propiciado por la reforma, el volumen de las tierras de cultivo se redujo a escala nacional por el hecho de que muchos de los grandes hacendados, movidos por el miedo a la expropiación, limitaron el tamaño de sus predios repartiéndolos entre los herederos o reorientando las actividades hacia la ganadería en detrimento de la agricultura.73 Atrás queda la edad media Las reformas agrarias propiciaron la movilización social, que pronto dejó de limitarse a la demanda de tierra. Poco a poco se fue conformando entre los indígenas cañaris un programa de realización personal y acceso al poder en el cual algunos deseaban dar cabida al CARC. No todos los indígenas son pobres; ni todos los blancos o mestizos que se dedican a la agricultura poseen tierras abundantes. Aun así, la cuestión de las tierras siempre ha estado en el Ecuador vinculada estrechamente con la difícil suerte de los indígenas. Sigue siendo habitual equiparar al campesino pobre con el indígena. En breve plazo surgió en torno a la reforma agraria un movimiento étnico orientado a la realización personal y el ejercicio de influencia. A la cabeza de dicho movimiento estaba la Iglesia católica. El padre Víctor Vásquez, oriundo de Cañar de ascendencia cañari que es en la actualidad párroco en Suscal, aclara lo siguiente: reformas agrarias [Laspropiciaron la movilización social] 55 Los sacerdotes que nacemos en esta zona sabemos de las peculiaridades de su población. Nos hemos esforzado por plasmar lo que empezó con la reforma agraria. Tratamos de adoptar una postura apolítica, pero estamos de parte de nuestros parroquianos, de los pobres. El milenio que viene habrá de regirse por el concepto de Dios entendido como protector del mundo. No era otro el cometido de la divinidad inca Pacha Kamak. Ahora nos percatamos de que el evangelio carece de límites; también concuerda con nuestra tradición cultural. Somos optimistas; nuestra misión consiste en aportar esperanza y conocimientos a la gente. La Iglesia era antes el principal latifundista. Como los pecados de la Iglesia eran motivo de honda preocupación entre el clero, adoptamos con apasionamiento el mensaje del Concilio Vaticano Segundo. Prestamos apoyo a Medellín, Puebla y Santo Domingo convencidos de que con el paso de los siglos la Iglesia había contribuido a perpetuar la vergonzosa situación de esclavitud y analfabetismo que imperaba en la Sierra. Al aceptar el mensaje de la teología de la liberación, apoyábamos la reforma agraria. Nos ocupábamos de la formación de organizaciones indígenas ayudándolas a que se hicieran oír en el ámbito social.74 56 Junto con Misión Andina, organización no gubernamental fundada para apoyar las reformas agrarias mediante movilización social, la Iglesia católica puso en marcha una gigantesca campaña de educación encaminada a crear organizaciones indígenas eficaces. En fase de organización En la zona de Cañar han proliferado las organizaciones. El CARC colabora con varios grupos de presión y cooperativas que representan fundamentalmente los intereses de los grupos de pequeños campesinos e indígenas. Las agrupaciones más importantes son la ASOAC, la AINCA, la AIEC y la UPCCC. Puede que describiendo sucintamente estas organizaciones se entienda mejor el surgimiento de organizaciones en el valle con posterioridad a la reforma agraria de 1964. La ASOAC (Asociación de Organizaciones Agrícolas de Cañar) se fundó en 1970 en Honorato Vásquez, aldea ubicada a las afueras de 74 75 Entrevista con el padre Víctor Vásquez. Entrevista con Remigio Hurtado, miembro del consejo de la ASOAC. Cañar. Se creó para organizar la distribución de las tierras y mejorar los recursos de producción correspondientes a cuatro comunidades distintas. La ASOAC opera en las esferas de la rehabilitación de los canales de riego, las cuestiones sanitarias, la adaptación de las nuevas técnicas agrícolas, el almacenamiento, etc. Con los años, la ASOAC ha establecido contacto con varias organizaciones no gubernamentales y otro tipo de organismos de desarrollo. Actualmente se ocupa de organizar a nada menos que 48 comunidades y se ha asociado con FENOCIN (Federación Nacional de Organizaciones y Organismos Campesinos Indígenas y Negros de Ecuador), organización de ámbito nacional. Junto con unas cuantas organizaciones semejantes, la ASOAC actúa de agencia de FENOCIN en el sur. Como su identidad no es exclusivamente la de una organización indígena, la ASOAC deseaba asociarse con FENOCIN porque ésta última está abierta a todos, fomentando, en particular, la cooperación con la población negra que habita en el litoral septentrional. Deseamos estar en situación de formar a nuestros propios técnicos y contribuir a la creación aquí, en Cañar, de un fondo local de conocimientos. Nuestra colaboración con el CARC ha sido excelente, ha tenido un carácter muy abierto y se ha basado en el respeto mutuo. Con el CARC hemos creado invernaderos recubiertos de plástico y hemos recibido capacitación con respecto a su explotación. El proyecto nos ha ayudado igualmente en lo que respecta al fortalecimiento institucional y a la manera de adquirir conocimientos prácticos en la esfera social y administrativa. También hemos colaborado en la reconstrucción de canales de riego. La política de la ASOAC consiste en respetar a todas las organizaciones hermanas sin discriminar a ninguna.75 Invernaderos recubiertos de plástico construidos con el apoyo del CARC 57 La AINCA (Asociación Indígena Cañar Ayllú) se fundó en Suscal en 1982. La necesidad de fundarla derivaba de la constatación de que las comunidades de Suscal no podían transmitir sus necesidades a las autoridades. Es opinión generalizada que los estratos inferiores de la población de Suscal están un tanto retrasados en comparación con la población que habita en el sector superior. A menudo nos denominan sachos, “del lomo de más allá” o mucos.76 Cuando no teníamos una organización propia no siempre resultaba fácil que se notara nuestra presencia a escala local y nacional. Procuramos atraer la cooperación y la asistencia del gobierno y las organizaciones no gubernamentales. Hemos luchado por recibir electricidad y agua, pero no dejan de surgir nuevos problemas. Antes era muy grave por aquí el problema del alcoholismo; ahora nos preocupa la situación de nuestros hijos. Con las recientes migraciones se vieron muy afectadas las familias y, en particular, las mujeres y los niños.77 58 La AIEC (Asociación de Indígenas Evangélicos de Cañar) es la organización de indígenas luteranos de la zona de Cañar. En 1970 misioneros noruegos introdujeron la fe luterana en Cañar. Tras abrir un centro de atención sanitaria tardaron poco en ganarse adeptos. La proclividad al trabajo de los luteranos, el rigor con que condenan la influencia del alcohol y la importancia que atribuyen a un sentido estricto de la moral impresionaron a varios cañaris. Sin embargo, en un principio fue enconado el enfrentamiento con la jerarquía de la Iglesia católica y con varios vecinos. A menudo nos acusaban de que éramos marionetas en manos de amos extranjeros, que obedecíamos todo lo que nos ordenaban, que renegábamos de nuestras raíces y que nos apartábamos de nuestros vecinos. Como la Iglesia católica apoyó aquí en Cañar el movimiento indígena, el mensaje que éste preconizaba solía mezclarse con la religión. Mello Storoni, actual sacerdote católico de El 76 77 78 79 Los mucos son unos pantalones cortos tipo bermudas que forman parte del traje tradicional de los Andes. Entrevista con Abelina Morocho, ex alcaldesa de Suscal. Entrevista con Gabriel Pichazaca, pastor de la Iglesia luterana de El Tambo. Entrevista con Reinaldo Tenezaca, ingeniero agrónomo que trabaja con la AIEC. Tambo, es buena persona y no nos ha dado problemas. Es cierto que algunos misioneros actuaron con excesiva vehemencia ante lo que les parecía idolatría, pero actualmente el respeto de nuestras propias costumbres y la rehabilitación de nuestra cultura particular son inseparables de nuestra Iglesia. El mensaje debe residir en la cultura del pueblo.78 La AIEC presta apoyo a una escuela de 286 alumnos procedentes de 22 comunidades distintas y de edades comprendidas entre los 6 y los 20 años. La enseñanza es bilingüe y los alumnos reciben abundante preparación práctica en la esfera de la agricultura. Procuramos que nuestras enseñanzas lleguen a las comunidades e incidan en las prácticas agrícolas. Se entrega a los niños un pollo que tienen que criar en casa. En el recinto de la escuela tenemos invernaderos cubiertos de plástico y tenemos prevista la creación de una explotación agrícola experimental centrada en la producción agrícola integrada. Los alumnos actúan de extensionistas. Hemos trabado buenas relaciones de cooperación con el CARC, con quien colaboramos estrechamente. A nuestro juicio, los técnicos del CARC adoptaron en un principio métodos de capacitación bastante tradicionales: demasiada teoría y demasiado trabajo de pizarrón. Sin embargo, van mejorando y actualmente nos aportan capacitación de altísima calidad. Colaboran con ellos siete personas de nuestra agrupación y se multiplican los programas conjuntos.79 la preparación [El CARC apoyaprática en agricultura] 59 Antes de pasar al origen y evolución de la UPCCC, que es la mayor organización indígena de la cuenca y la que más hincapié hace en la identidad étnica, merece la pena examinar las relaciones interdependientes que mantienen en el Ecuador el origen étnico, el racismo y la política. La “cuestión indígena” y el auge de la CONAIE En diversos momentos del siglo XX los científicos ecuatorianos esbozaron teorías sobre las diferencias entre los grupos étnicos del país. En su mayor parte, tal labor estuvo en manos de científicos que definían a “los otros” en función de patrones elaborados con arreglo al principio de la “superioridad de los blancos”. Por eso se afirmaba que el carácter de los afroamericanos que habitaban en el litoral era “viril” aunque rebelde y que, a diferencia de estos “hijos de la naturaleza”, los indios de la Sierra se caracterizaban por el carácter “dócil”, ya carecieran de energía, ya ejercitaran un tipo particular de “resistencia pasiva”. Se adujeron varias explicaciones pseudocientíficas para justificar la supuesta veracidad de esta situación. En el decenio de 1940 todavía había algunos antropólogos físicos que relacionaban la “docilidad de los indios” con “el pelo que crece en el cuerpo”. En vista de que, por lo general, el varón caucásico tiene más vello que el indígena, estos estudiosos asignaban al primero un carácter “más viril y más activo”. Partiendo de tales argumentos, un científico llegó a inscribir a los indios en un tipo racial que denominaba “infanto-feminoide”.80 Otras teorías atribuían la “docilidad de los indios” a las deficiencias nutritivas, mientras que unos cuantos científicos trataron de relacionarla con factores socioeconómicos y con la represión implacable. Uno de los principales motores ocultos del debate era la intención de los políticos “liberales” de aumentar la eficacia de la producción de alimentos en la sierra y lograr que los indígenas consumieran productos industriales.81 60 80 81 Alejandro Lipschütz (1941), citado en Clark (1999), pág. 118. Antonio Santiana era otro defensor destacado de teorías similares. Clark (1999), págs. 112-26. [ ] De cara al futuro Las reformas agrarias de 1964 y 1973 dieron pie a protestas de los hacendados influyentes. Algunos detractores de las reformas sostenían que el supuesto retraso e inercia de los indígenas terminaría siendo motivo de un desmoronamiento total de la producción agrícola del Ecuador.82 Sin embargo, parece que por aquel entonces se habían olvidado los argumentos fundados en la “docilidad” de los indígenas, que habían sido difundidos entre determinados grupos influyentes por la sensación de inseguridad y miedo. Gracias a los programas de reforma las fuerzas progresistas se ganaron a un número de indígenas mayor que nunca antes. Pese a la presencia y las actividades de varias organizaciones no gubernamentales, del gobierno y de distintos partidos políticos, la Iglesia católica demostró que contaba con los mecanismos más eficaces de ganarse a los parroquianos indígenas y de prestarles ayuda. Los obispos de América Latina, reunidos en Medellín (Colombia) en 1969, denunciaron las condiciones en que vivía la población pobre del continente. Con arreglo a esta orientación ideológica de la iglesia, en 1972 el clero radical se reunió con dirigentes campesinos en Tepeyac, Chimborazo, donde fundaron una organización denominada Ecuador Runacunapac Richarimui, ECUARUNARI.83 El nombre, que quiere decir “el despertar de los indios ecuatorianos”,84 deriva en cierta medida de las teorías racistas del decenio de 1940 en el sentido de que se entiende que los indígenas estaban dominados por el letargo. Los dirigentes de ECUARUNARI declararon lo siguiente: “Richarimui significa nuevo despertar, el despertar del indio ecuatoriano para incorporarse a una existencia anterior y a una situación que garantiza la igualdad de derechos y obligaciones de todos los ecuatorianos.” 85 62 82 83 84 85 86 87 88 Ibid. Bernal et al. (1999), pág. 73. Zamosc (1994), pág. 47. Citado en Pallares Ayala (1999), pág. 167. Ibíd., págs. 167-68. Bernal et al. (1999), pág. 74. El texto constitucional sobre los Derechos Colectivos se reproduce en Freire Heredia y Usca (2000), págs. 247-49. Bernal et al. (1999), pág. 74. La revitalización del indígena conllevaba la búsqueda de características étnicas con objeto de fundar en ellas un nuevo tipo de expresión personal: “Nos han marginado al decirnos que no éramos capaces de analizar los problemas del país. Nuestra cultura existe desde antes [de que se fundara este país]. Hemos conservado nuestras tradiciones. Se debe a esta marginación el que hasta la fecha no se hayan solucionado los problemas nacionales. Tenemos un comportamiento propio y mecanismos propios en materia de cultura y organización.” 86 ECUARUNARI contribuyó a la ejecución de programas bilingües que creó el Estado a lo largo del decenio de 1980. Además, la organización ejerció influencia en el contenido y la redacción de los nuevos textos constitucionales de 1998. Se incorporó a la Constitución del Ecuador todo un capítulo nuevo titulado “Los derechos colectivos” que afirma en la primera sección los derechos de los “pueblos indígenas y negros o afroecuatorianos”.87 ECUARUNARI firmó en 1987 un acuerdo con CONFENIAE, la organización de los indígenas del Amazonas, en virtud del cual se creaba una nueva organización, la CONAIE o Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador.88 un comportamiento [Tenemos propio en cultura y organización] 63 La UPCCC, el CARC y la dimensión política de la etnicidad en Cañar 64 El CARC se puso en marcha en 1992, año en que América Latina recordaba el aniversario de la llegada de los conquistadores europeos y los quinientos años tumultuosos subsiguientes. En toda América Latina diversas agrupaciones de indígenas elevaron protestas contra los quinientos años de opresión y exigieron cambios. Los futuros beneficiarios del proyecto se consideraban en su mayor parte indígenas; era natural que los turbulentos acontecimientos nacionales mencionados incidieran también en la zona de Cañar. Resultó incluso que en Cañar se originó uno de los conflictos étnicos más violentos registrados en el último decenio. Desde que empezó a operar, el CARC mantenía una vinculación estrecha con la UPCCC, que es la mayor y más influyente organización indígena de la zona. La organización, fundada en 1970 para defender los intereses de los indígenas cañaris, contaba por aquel entonces con el apoyo de católicos progresistas. Dispone de un consejo elegido por representantes de organizaciones de 8 parroquias distintas. El consejo, encabezado por un presidente, tiene un mandato de 2 años. La UPCCC está afiliada con la CONAIE. A mi juicio, nuestra relación [de la UPCCC] con el CARC ha resultado bastante decepcionante. Debo aclarar que se han efectuado numerosas labores positivas, sobre todo en las tierras bajas, pero lo cierto es que teníamos muy alto el listón de nuestras esperanzas. Creíamos que el CARC podía contribuir a transformaciones más radicales. El alcance de los organismos era antes muy limitado; pensábamos que si la UPCCC y el CARC partían de supuestos más amplios podrían obtenerse muchos resultados. Las demás organizaciones se fijan metas más limitadas; muchas se desenvuelven en el marco que prescriben sus convicciones religiosas. La UPCCC siempre ha tenido por objetivo superar las crisis económicas y Mejorar las condiciones de vida de los indígenas, sobre todo mediante obras de regadío, objetivo del CARC sociales de esta zona. Antes de 1994 la UPCCC encerraba un sinfín de posibilidades, pero con el incendio de la nueva sede (Nucanchic Huasi) quedó destruida también una parte importante de nuestra base social. El CARC no colaboró con nosotros como esperábamos. Contrataban a personas de fuera y recurrían a organizaciones no gubernamentales, pero no nos consideraban posibles asociados. A fin de cuentas, la UPCCC fue quien se planteó la propuesta original de un proyecto de desarrollo del tipo del CARC.89 La UPCCC firmó el acuerdo con el Ministerio de Bienestar Social. Se suponía que íbamos a coejecutar el proyecto CARC. Se nos llegó a decir: “es su propio proyecto”. La meta consistía en mejorar la condición de vida de los indígenas, sobre todo mediante importantes obras de regadío. La presa de Culebrillas sería el centro de las actividades. Por desgracia, los desatinos políticos aniquilaron estas intenciones y levantaron llagas. En medio de esa situación se incendió Nucanchic Huasi.90 A principios del decenio de 1990 la UPCCC atravesaba un período dinámico. La Iglesia le había concedido un antiguo hospital de Cañar y había ayudado a la organización de otras maneras. Entre otras cosas, el clero contribuyó al establecimiento en 1985 de un centro de enseñanza superior en materia de agricultura destinado a los jóvenes indígenas. La nueva sede, Nucanchic Huasi, contaba con un centro de atención sanitaria, un almacén de bienes de “necesidad básica”, una distribuidora de gas propano, un depósito de madera, un taller de carpintería y otro taller de productos de artesanía. Se construyó una biblioteca y se ubicaron en el recinto salas dedicadas a actividades de educación, archivos y oficinas administrativas. Teníamos un camión y dos furgonetas. En el campo circundante se llevaron a cabo varios programas de desarrollo dedicados a la capacitación en materia de producción agrícola integrada, la formación de grupos de mujeres, la rehabilitación de sistemas de riego y otros objetivos. La UPCCC contaba con el apoyo de varias organizaciones no gubernamentales; una organización noruega, la APN (Ayuda Popular Noruega), prestaba apoyo con especial generosidad. El organismo alemán GTZ prestaba apoyo a nuestros programas de educación bilingüe.91 89 90 91 Entrevista con José María Guamán, vicepresidente de la UPCCC. Entrevista con Jorge Lema, ex presidente de la UPCCC (1994-1996). Entrevista con Inocencio Lojo Alulema. 65 El evidente éxito de la UPCCC suscitó miedo y sospechas entre varios mestizos y “blancos” que habitaban en Cañar: Con la reforma agraria surgieron varios grupos deseosos de obtener tierras. Había grupos de mestizos y de indígenas y algunos grupos mixtos. Como los indígenas, muchos mestizos eran pobres y carecían de tierra. Sin embargo, tras la distribución de la tierra las organizaciones de mestizos dejaron de existir, mientras que las organizaciones de indígenas se mantuvieron en activo, a menudo con ayuda de la Iglesia. De ese modo, las organizaciones de indígenas siguieron atrayendo apoyo externo. Entretanto, los mestizos protestaban: “Sólo los indígenas reciben apoyo, nosotros no importamos a nadie”, y surgían acusaciones de mala gestión financiera. Se acusó a un dirigente de la UPCCC de vender un coche que se había donado a la organización en calidad de apoyo. La vida urbana cambió gradualmente; llegaban los indígenas y se marchaban los mestizos. Los privilegios de los blancos y los mestizos se deterioraban. Las actividades comerciales no iban bien y se empezaba a sentir la competencia de las tiendas y negocios de la UPCCC. Mientras tanto, una nueva generación de indígenas se radicalizaba oyendo la historia de los quinientos años de opresión. Los habitantes de la ciudad empezaron a decir que los indios querían convertirse en patrones.92 66 Tras una escalada gradual, las tensiones explotaron en junio de 1994 cuando se organizaron a escala nacional protestas dirigidas contra la promulgación de nuevas leyes agrarias. Se afirmaba que estas leyes, que contaban con el apoyo de los grandes hacendados, “aumentaban la efectividad de la agricultura”. Sin embargo, varias agrupaciones indigenistas juzgaban que las leyes iban en detrimento del pequeño agricultor. La agitación se propagó por todo el país. Miembros de la UPCCC recorrieron la ciudad de Cañar para manifestar su desacuerdo con las leyes. A raíz de estas protestas un grupo de jóvenes indígenas se dirigió con amenazas a algunos comerciantes. El 14 de junio por la noche una muchedumbre atacaba la sede de la UPCCC rodeándola y saqueándola. El interior del edificio empezó a arder y estalló un depósito de gas propano. 92 93 Entrevista con Remigio Padrón. Entrevista con Inocencio Lojo Alulema. Unas personas trataban de cerrar a otras el paso al mercado. Cuando los comerciantes les dijeron "Así nos ganamos la vida", el grupo se enfadó. Algunos recorrieron la ciudad rompiendo ventanas y amenazando a la gente. Poco después una muchedumbre rodeaba nuestra sede. Lo destruyeron todo y saquearon la tienda y los almacenes. Entonces comenzó el incendio. Cundió el pánico; algunas personas que se habían quedado dentro, temerosas de salir corriendo y caer en manos de la turba furiosa, saltaron desde la pared trasera. Como la altura era grande, varias quedaron heridas de gravedad y una murió. Los bomberos estaban de brazos cruzados mientras el edificio ardía; la biblioteca, las oficinas, la tienda: todo estaba envuelto en llamas. Los bomberos no se preocuparon de sofocar el fuego hasta que no empezó a correr peligro el resto de la ciudad. Fue un golpe horrible para todos, tanto mestizos como indígenas.93 La violencia étnica y política que estalló en 1994 asestó un duro golpe al proceso de desarrollo del valle del Cañar. El proyecto CARC ya había padecido la angustia derivada de las protestas contra la presa de Culebrillas; ahora la UPCCC, que muchos consideraban importante asociado en los planes de desarrollo del CARC, había quedado en parte paralizada por luchas intestinas y había sido objeto de rencores étnicos y políticos. El estudio de referencia En 1994 la situación era delicada y el futuro del proyecto no era nada halagüeño. La compleja situación política y social de la zona ponía trabas a diversos componentes del proyecto. Aún peor era la oposición al represamiento de Culebrillas, que obligaba a remodelar y transformar el plan original. El Gobierno de los Países Bajos y el FIDA debían tomar la difícil decisión de, retirar todo su apoyo, o bien tratar de superar los conflictos y dificultades. Tras celebrar intensos debates En 1994 la violencia étnica y política asestó un golpe al CARC 67 con el gobierno, con organizaciones locales y con el personal del CARC, se decidió reformular y reactivar el proyecto. Aunque se mantuvieron las labores centradas en algunos de los componentes anteriores, se hizo un mayor esfuerzo por incorporar al proyecto un enfoque más participativo. Los principales instrumentos y puntos de partida de este proceso fueron una misión de reformulación y un estudio de referencia completo. La misión de reformulación visitó Cañar en octubre de 1994 y presentó su informe el año siguiente. Entretanto, una empresa de consultores holandesa contratada por el FIDA se ocupaba de llevar a cabo un estudio de referencia completo en colaboración con el personal del CARC. Las actividades fueron positivas y complejas. Se llevaron a cabo ciento veinte entrevistas exhaustivas sobre el terreno. Conseguimos que los ecuatorianos se plantearan los problemas desde una óptica distinta. Sin el estudio de referencia no habríamos podido reorientar el proyecto. Todo el mundo participó. Todos aprendimos algo y estábamos orgullosos de los resultados. El proceso duró en total dos años: un año sobre el terreno seguido del procesamiento de los datos y nuevas actividades sobre el terreno. Nos volvimos a dirigir a los entrevistados cuatro o cinco veces. Siempre es delicado y difícil el planteamiento de determinadas cuestiones como, por ejemplo, las que tienen que ver con la situación financiera y con el reparto del trabajo entre el marido y la mujer. Aunque mantuvimos con el estudio una relación de amor y odio, al final todos pensábamos de manera distinta.94 68 El estudio demostró algo particularmente útil: la importancia que encierran los distintos niveles de altitud en relación con el conjunto de la agricultura de la zona. Todas las actividades dependen directamente de la altitud sobre el nivel del mar a la que se llevan a cabo. Los cultivos, la cría de ganado y las técnicas agrícolas deben adaptarse con arreglo a la altitud.95 Las intensivas labores del estudio de referencia pusieron al descubierto los defectos de los planes iniciales, sobre todo por lo que respecta a la participación. Quedó así establecido que las comunidades debían ocupar un lugar destacado en la actividad. El proyecto debía: 94 95 Entrevista con Rudolf Mulder. Ibíd. • tratar de ocuparse de los problemas cotidianos y más urgentes de las comunidades, • estudiar la manera en que las comunidades hacen frente a sus problemas y • ganarse la confianza y el respeto de la comunidad. Era importante detectar lo que necesitaban los beneficiarios, tratar de atender esas necesidades y, por encima de todo, organizar a los beneficiarios. Por lo que se refiere al riego, las actividades debían centrarse en las juntas de agua. El principio fundamental era que no tiene sentido organizar nada antes de que las organizaciones locales estén debidamente establecidas. Cada junta debe estar en situación de encargarse por cuenta propia de la rehabilitación y el mantenimiento de los canales. Con respecto a la asistencia técnica prestada a la agricultura, se consideró innecesario el hincapié que en un principio se hizo en los cultivos, sobre todo en vista de que el trigo sólo representa el 1 por ciento de la producción de la zona. Generan ganancias actividades suplementarias como la cría de cuyes (conejillos de Indias), invernaderos recubiertos con planchas de plástico en los que se plantan nuevos cultivos, presas para peces, etc. Habida cuenta de que se había concedido la mayor parte del crédito a la ganadería, el proyecto tuvo que centrarse más en la combinación de crédito y asistencia técnica con fines de mejora de los pastizales. El estudio de referencia demostró la gran importancia del riego y el agua. Había sido acertado el supuesto inicial de que el agua es fundamental para todas las actividades. El hecho de que un campesino perciba agua de forma palpable y sostenible mediante riego o en calidad de agua potable es un indicio de progreso y prueba que la producción del campesino y su bienestar van en aumento. No obstante, los planes iniciales fallaron al pasar por alto la importancia de los conocimientos locales y la colaboración de ámbito local. Un enfoque participativo, pilar fundamental de la segunda etapa del CARC 69 No existen garantías de que un proyecto de riego vaya a generar más agua; tal resultado depende fundamentalmente de la calidad del ordenamiento. El aprovechamiento del agua debe organizarse minuciosamente en relación con el recorrido total de los canales, desde sus puntos de origen a las desembocaduras. El resultado depende de las relaciones sociales, cuyo funcionamiento sólo puede apreciarse sobre el terreno.96 El cólera y el agua potable 70 Los conflictos pusieron de relieve la importancia de mantener relaciones recíprocas directas con los habitantes de la zona. Mientras llevaban a cabo el estudio de referencia y procuraban conocer mejor la vida, las actividades agrícolas y las prioridades personales de los beneficiarios, los técnicos del CARC fueron trabando relaciones cada vez más estrechas con los habitantes del valle. La participación de los beneficiarios es necesaria cuando se trata de hallar soluciones a problemas concretos inscritos en un contexto determinado. Aguzando bien el oído para oír lo que dice y quiere la población se puede saber quiénes son los verdaderos dirigentes de la comunidad. Para hallar el medio de acceso a las comunidades rurales no siempre hace falta colaborar con las organizaciones existentes, sino informarse de los personajes que merecen la atención y el respeto de los lugareños. Aun así, en muchas comunidades existían conflictos, miedos y sospechas que hundían sus raíces en el tiempo, mientras que los recientes disturbios sociales de la cuenca del Cañar no facilitaron las complejas labores del personal del CARC. Cuando nadie lo esperaba, una tragedia humana acabó ejerciendo importantes funciones de aliado. El espectro del cólera aglutinó a la población y le dio a entender que necesitaba ayuda del exterior. La necesidad de contar con agua potable no contaminada, que no se podía suministrar sin la colaboración de los beneficiarios y el personal del CARC, logró eliminar las barreras y obligó a la población a unirse de forma más estrecha. Desde el principio formaba parte del proyecto CARC un componente de agua potable, pero no se tuvo plena conciencia de su importancia hasta que brotó la epidemia de cólera. En 1993 terminó de construirse el primer sistema de agua potable, que en breve plazo demostró su eficacia en cuanto mecanismo de acceso a las comunidades. La mayoría de los técnicos coinciden en que sin el componente de agua potable habría hecho falta mucho más tiempo para atraer la cooperación local.97 La epidemia comenzó en 1992 y se aceleró en 1993. Las comunidades indígenas apartadas se vieron especialmente afectadas. Este hecho se debe probablemente a las costumbres tradicionales de enterramiento. Las personas se reúnen en el velatorio y beben de un mismo recipiente. El cuerpo no se entierra hasta el tercer día; tras el entierro se lavan los objetos personales del difunto. Es probable que se lave la ropa del difunto en el curso de agua del que varias personas sacan agua para lavarse o incluso para beber.98 Pacay fue la aldea que peor lo pasó; se contaminaron veinte familias y murieron una tras otra siete personas. Se negaban a tomar medicamento alguno, pues afirmaban que su supervivencia dependía de la voluntad de Dios. Todos habían acudido a una persona de Dos Bocas, de nombre Niño Suco, que decía ser el mensajero de Dios y les mandó que bebieran agua santificada. Era muy difícil convencerlos. El primer caso de cólera se produjo en la Pasta; poco después murió un trabajador que volvía a casa procedente del litoral. Se contaminaron 1 000 personas y murieron 30. Empezó a cundir el pánico entre la gente, que creía que todos los alimentos y bebidas estaban contaminados. Varios enfermos murieron de deshidratación a los tres días. La gente tenía miedo de tocar a los enfermos o a los cadáveres, pero la situación de emergencia puso sobre aviso a la población y al gobierno. Todos los organismos llevaron a cabo labores de prevención y en breve nos ganamos a la mayor parte de las comunidades. La epidemia de cólera resultó efectiva en cuanto medio de acceso a varias comunidades.99 96 97 98 99 Ibíd. Ibíd. Entrevista con Jenny Campoverde. Ibíd. El mencionado Niño Suco es un curandero legendario que habita en una zona selvática aislada de las tierras bajas cañaris. Su verdadero nombre es Juan José Carpio y tiene en la actualidad veintiún años, habiendo "recibido el don de curar a las personas a la edad de cuatro años". Suele acusarse al Niño Suco de entorpecer las labores que intentan llevar a cabo los organismos de desarrollo. Sin embargo, pocos trabajadores de desarrollo lo conocen personalmente. Cuando fuimos a visitarlo a la aldea "modelo" en que habita, de organización extrañamente eficaz, negó que entorpeciera las labores de desarrollo de ningún tipo: "Soy un hombre sin formación, agraciado con un don al que se debe que las personas acudan a mí. Vienen por voluntad propia; yo no los llamo ni les digo lo que deben hacer. Ellos me escuchan; yo los bendigo y les doy consejos. El único consejo que les doy es que tienen que vivir y respetar la vida. La mayor parte de la gente no vive; se engaña y va en pos de la vida. En eso reside su tragedia: en que no se dan cuenta de que están vivos. Si una persona está enferma, le digo que vaya al hospital. Tengo muchas ganas de relacionarme con los organismos de desarrollo. Aquí en la aldea nos hacen falta techos de cinc; puede que alguien pueda ayudarnos a obtener las placas que necesitamos". Se cree que Juan José, que es blanco, es hijo de un sacerdote. Su apariencia es bastante inofensiva y lo respetan mucho "sus" lugareños, que sienten por él orgullo y respeto. El Niño Suco es un ejemplo típico de "medio de acceso" imprevisto a una comunidad. 71 72 Crear sistemas de agua potable suele ser una tarea compleja fundada en soluciones viables que varían de una comunidad a otra. El valle del Cañar ejemplifica con impresionante claridad cómo se solucionan los problemas en estrecha colaboración con la población local. La comunidad de Cachi Pillcopata está ubicada en los alrededores de El Tambo, en una de las zonas más complejas y más propensas a los conflictos en las que el CARC efectúa actividades. Es probable que la extrema fertilidad de la tierra sea el único motivo de que la población se haya arriesgado a ganarse la vida en esta zona. La tierra se corre sin cesar. El suelo profundo está unido a una ladera que, aunque poco pronunciada, tiene una pendiente que impide que la tierra se agarre con firmeza a la superficie rocosa. Por eso el suelo se desliza constantemente ladera abajo. No obstante, el desplazamiento es mínimo y casi imposible de percibir. El agua potable llegó poco después de la reforma agraria. Ya en 1963 la Misión Andina nos ayudó suministrando agua a casi todas las familias. Lo difícil del terreno los obligó a emplear tubos de goma. Sin embargo, no se consiguió nada. Los tubos explotaban y se agrietaban con los movimientos telúricos. En el plazo de un año había quedado destruido todo el sistema.100 Los técnicos del CARC entendieron que Cachi Pillcopata les planteaba un verdadero desafío. La comunidad vivía en estado de conflicto. Esta comunidad ejerce control sobre uno de los canales de riego de Culebrillas, el Cachi-Banco Romerino Pillcopata, y sobre un canal importante que suministra agua a los campos de ochenta familias. La junta de aguas se hallaba dividida entre las diversas opiniones suscitadas por el represamiento de Culebrillas. Era difícil lograr que la población colaborara en el mantenimiento del sistema de riego. Y, sin embargo, cuando empezaron a celebrarse debates sobre el sistema de agua potable, la gente se mostró dispuesta a cooperar. En El “agua eléctrica” es un sistema de agua potable ideado por la comunidad de Cachi Pillcopata colaboración con los técnicos del CARC, los integrantes de la comunidad idearon una ingeniosa solución a sus problemas. Se levantaron del suelo tubos de agua utilizando postes semejantes a los postes tradicionales de la electricidad. Los tubos estaban asegurados con muelles a los postes, que se podían desplazar en caso de que la tierra se moviera demasiado en una zona. Mediante los postes y los muelles todo el sistema de tubos gozaba de flexibilidad, que así dejaba de verse amenazado por los movimientos telúricos. Los miembros del comité de agua potable supervisan constantemente los tubos, los postes y los muelles de un sistema que ya lleva varios años en funcionamiento. Mediante los tubos se abastece de agua potable a sesenta y cuatro familias; la denominada “agua eléctrica” 101 es motivo de orgullo entre la población local. Hasta se ha dedicado al sistema un programa de televisión distribuido en todo el mundo por la BBC.102 Parece que el éxito del agua eléctrica sirvió para agrupar a los lugareños. Aunque nunca se represó Culebrillas, los lugareños se dedican de forma efectiva a restaurar y mantener su sistema de riego. La gente menciona el sistema de agua potable y el canal a título de “maravillas”; el éxito se debe en gran medida a las actividades del personal del CARC. En colaboración con la organización no gubernamental belga PROTOS, el CARC suministra actualmente agua potable a comunidades de toda la zona de Cañar. Se ha terminado de implantar una red apropiada de abastecimiento de agua potable y están en preparación nuevos conductos que sirven para crear un sistema de abastecimiento de agua potable que abarque la zona de Cañar en su conjunto. Todo sistema de abastecimiento de agua potable actúa captando agua, con frecuencia en zonas montañosas elevadas, y transportándola mediante tubos a depósitos y centrales de cloración. Posteriormente se distribuye a los hogares. Los consumidores han creado sus propios comités encargados del mantenimiento del sistema y de la organización de las tareas diarias de cloración. La construcción de los sistemas no es la parte más difícil o importante del proceso en conjunto. La organización de los consumidores es el componente fundamental de todo lo que hacemos.103 100 101 102 103 Entrevista con Julián Guaman. Los tubos y los postes del sistema de agua se asemejan a los postes y los hilos de los sistemas de electricidad rurales. El manifiesto orgullo que suscita el sistema es motivo de que resulte un tanto difícil saber quién fue la persona a la que se ocurrió la idea. Algunos campesinos afirman con orgullo que fue idea suya, mientras que algunos técnicos dicen que sacaron la idea de un folleto peruano. Entrevista con Pablo Arévalo. 73 [ ] La mujer cañari trabaja con pala y azadón Crédito Los proyectos del FIDA llevan normalmente incorporado un importante componente de crédito. Sin embargo, en poco tiempo había quedado claro que el tamaño del componente de crédito era excesivo y que la institución responsable, el Banco Nacional de Fomento (BNF), era incompetente. Las tramitaciones llevadas a cabo por el BNF eran muy lentas. Las negociaciones de préstamo y la entrega efectiva llevaban entre dos y tres meses. La concesión de crédito no puede permitirse tanta lentitud. Los campesinos necesitan el crédito cuando de verdad les hace falta; se rigen por los ciclos de siembra y cosecha. El hecho de que los intereses se ajustaban a las condiciones de mercado quedó patente cuando se dispararon durante la guerra contra el Perú de 1995. Como sabían que el BNF era un organismo estatal, algunos prestatarios daban por supuesto, o hacían como si dieran por supuesto, que el proyecto regalaba el dinero. También se dieron casos de corrupción derivados de las malas costumbres de las autoridades.104 En 1997 no se había devuelto en condiciones aceptables el 40 por ciento de los préstamos. Tras actuar a fondo y con suma eficacia, en noviembre de 1998 el proyecto había logrado recuperar el 99 por ciento de los préstamos. Se firmó un nuevo acuerdo con la cooperativa Jardín Azuayo. El componente de crédito funciona actualmente con eficacia, estando el 80 por ciento de los préstamos destinado a la cría de ganado y el resto a la pequeña industria y la artesanía. La tramitación dura 15 días y los préstamos se devuelven dentro del plazo acordado.105 La función de la mujer y la emigración La campesina cañari suele estar agobiada de trabajo. La tradición era que la mujer cañari se viera obligada a tomar parte en todas las actividades agrícolas y no sólo en las que tradicionalmente entraban en la esfera de acción de la mujer, es decir, el hogar y su entorno inmediato. Son labores femeninas tradicionales la atención sanitaria de la familia y la preparación de la comida que ésta consume, aparte del cuidado de los niños, las aves de corral y los cuyes.106 Como tradicio- 104 105 106 Entrevista con Juan Segarra, empleado de la cooperativa Jardín Azuayo. Entrevista con Rebeca Pichazaea, que recuperó los préstamos cuyo plazo de devolución había vencido. Los cuyes o conejillos de Indias siempre han sido importante fuente de carne para las poblaciones andinas. Parece que la domesticación del cuy ya había empezado 5 000 años antes de Cristo. (Morales (1994)). 75 nalmente existen pocos tabúes laborales por lo que respecta a las mujeres, éstas suelen trabajar al lado de sus hombres. En las mingas, que son grupos de trabajo comunitario dedicados a arreglar carreteras y reconstruir canales, la mujer trabaja con pala y azadón, además de transportar enormes cargas de piedras y grava. Arar los campos es la única ocupación de carácter exclusivamente masculino. En la época de la conquista española había más mujeres que hombres en la zona cañari, lo cual puede que hoy siga siendo cierto. Los hombres cañaris llevan cien años desplazándose masivamente al litoral para trabajar por temporadas. Devengan ingresos suplementarios trabajando como empleados en plantaciones, en la cría del camarón o en la industria de la construcción. En promedio, pasan fuera de casa entre dos semanas y un mes y los contratos suelen durar dos semanas seguidas. Se puede trabajar todo el año en las plantaciones de banano, en criaderos de camarones o en obras de construcción, mientras que la zafra de la caña de azúcar dura seis meses.107 En los últimos cinco años se ha registrado en la zona del Cañar un éxodo en masa sin precedentes encaminado a los Estados Unidos, el Canadá, España e Italia. La mayoría de los emigrantes ecuatorianos trabaja en el sector agrícola, en restaurantes o en diversas empresas de limpieza. En los Estados Unidos también se les emplea en el sector industrial. Se calcula que 660 000 ecuatorianos viven en América del norte y 40 000 en Europa.108 Como la mayor parte de la emigración tiene carácter ilegal, es difícil disponer de cifras exactas, pero se calcula que en 1999 emigraron a los Estados Unidos y Europa 120 000 ecuatorianos de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. En la primera mitad de 2000 la cifra había llegado a 400 000.109 76 Hoy en día todos los jóvenes quieren marcharse a los Estados Unidos. Aquí no hay esperanza. Se van de mi distrito entre 15 y 20 jóvenes al año. Mientras sigan siendo tan malos los gobiernos la situación no cambiará. Un hijo mío trabaja de camarero en los Estados Unidos; tengo otros dos recolectando uvas en España. Hace cinco años que se fueron, pero sus familias siguen aquí.110 Yo también me propongo irme a los Estados Unidos. Me saldrá por 8 000 dólares. Aquí cerca viven “coyotes”. Yo los conozco. Me llevarán a Guatemala en barco. Desde allí tendré que cruzar la frontera 107 108 109 110 111 112 DHV Consultores (1995), págs. 52-54. Freire y Usca (2000), págs. 440-41. El Mercurio, 18 de julio de 2000. Entrevista con Luis Octavio Lema, el Tormento. Entrevista con Manuel Zaruma, Molino Huayco. Entrevista con un grupo de mujeres de El Tambo. a pie. Colaboran con otros coyotes. Como no hay garantías absolutas de éxito, se paga la mitad del dinero aquí y la mitad al llegar al otro lado, si es que se llega. Yo tengo familia allá que me ayudará. Sin embargo, siempre existe el riesgo de que lo atrapen a uno, en cuyo caso se pierde el dinero. Por aquí hay muchas personas endeudadas por el solo hecho de que su tentativa fracasó.111 La emigración nos resulta especialmente difícil a las mujeres. En los últimos tres años nos hemos quedado sin más de la mitad de la población masculina. Se han ido a España o a los Estados Unidos. Hoy muchos se van a España. Para entrar en el país sólo hace falta el pasaporte, 2 000 dólares de los Estados Unidos y una reserva de hotel. Sale caro, pero es más seguro que marcharse a los Estados Unidos. Una vez que se han ido los hombres, ya no volvemos a verlos. No es fácil volver cuando se es ilegal. Algunos envían dinero, pero no son muchos. La mayoría prefiere traerse el dinero si es que alguna vez vuelve. Lo peor es que algunos se han marchado dejándonos endeudadas. Marcharse cuesta 10 000 dólares; muchos pasan dos años trabajando exclusivamente para pagar las deudas contraídas, si es que no nos han dejado a nosotras a cargo de pagarlas. A la vuelta no les resulta fácil adaptarse. Las mujeres nos ocupamos de todas las labores del hogar y del campo. Algunas incluso hemos aprendido a arar. Nos prestamos ayuda las unas a las otras. El CARC nos facilita asistencia técnica. Con su ayuda hemos empezado a cultivar patatas, y la cría de cuyes ha resultado lucrativa.112 Aunque las mujeres cañaris suelen organizarse y se ven obligadas a adoptar decisiones por cuenta propia, persiste la tradición de que el hombre se encarga de tomar todas las decisiones importantes que afectan a la familia. Sigue, pues, siendo común que la mujer tenga que esperar a saber la opinión de su marido aún cuando éste viva en los Estados Unidos o Europa. Aunque las ecuatorianas están facultadas para firmar todo tipo de documentos, en algunos hace falta a veces Grupo de mujeres de El Tambo 77 78 que firmen los dos cónyuges, lo cual puede plantear problemas en caso de que esté ausente el marido. Además, el número de mujeres que saben leer y escribir es inferior al de los hombres. Este es el motivo de que el CARC haya incorporado un curso de alfabetización de adultos a sus actividades encaminadas a que las mujeres se organicen. Como ocurre con la mayoría de los programas de desarrollo rural, pronto quedó claro que la equidad entre el hombre y la mujer debía fomentarse en sentido amplio. Como las mujeres participan en todas las actividades agrícolas, no resultaba efectivo que sólo dirigieran a los hombres los técnicos hombres y que a las mujeres las dirigieran mujeres. No obstante, en vista de las restricciones tradicionales a que está sujeta la mujer, en alguna ocasión se pudo recomendar la formación de grupos de mujeres. El personal del CARC que se ocupa de la equidad entre el hombre y la mujer no ha cejado en su búsqueda de un método eficaz de abordar una cuestión tan delicada como ésta. Han participado en un proceso permanente de aprendizaje. Supone un importante avance que en la actualidad toda la capacitación interna se oriente sin discriminación alguna al conjunto del personal, sean hombres o mujeres. Los proyectos de desarrollo rural suelen estar obligados a ocuparse de los problemas derivados de la equidad entre el hombre y la mujer en dos frentes: por lo que atañe a los beneficiarios y por lo que atañe al personal técnico. El CARC no es una excepción a esta regla. Me incorporé al CARC en un período decisivo de mi vida. Tenía cuatro hijos y llevaba diez años trabajando de profesora en un centro de educación superior, inmersa en sistemas de aprendizaje. También he trabajado doce años de socióloga especializada en el desarrollo rural. Antes de incorporarme al CARC había llevado a cabo un estudio histórico de las cosmovisiones indígenas y la población de Azuay. Llegué cuando el proyecto pasaba por la peor fase. Nadie estaba contento con la organización y daba la sensación de que yo estaba de más. Era una sociológica forastera, de Cuenca, cuyo come- El CARC se ocupa de promover la equidad entre hombres y mujeres tido consistía en fomentar la paridad entre hombres y mujeres en el marco de un proyecto dominado por hombres y tendencioso desde el punto de vista técnico. El componente social estaba marginado y era el menos popular. Era difícil abordar las cuestiones relacionadas con la paridad entre hombres y mujeres, pero me resultó valiosa la ayuda que me prestó un experto holandés en la materia. Logramos ampliar el ámbito de la paridad abandonando la esfera que restringía a la mujer a la artesanía y la costura. Abordamos problemas como el analfabetismo, el monolingüismo y la emigración. Tratamos de familiarizar a las mujeres con actividades de todo tipo. El 85 por ciento de las personas que asistieron a las sesiones de formación eran mujeres; sin embargo, las mujeres trabajaban con mujeres y los hombres con hombres. Estudiamos todos los componentes desde la óptica de la paridad entre los sexos y terminamos convenciendo a la gente de que debían reunirse todas las actividades en torno a una idea rectora común.113 Política y renovación Mientras el proyecto CARC seguía dedicándose con diligencia a la reforma, el Ecuador sufría los efectos de complejas maniobras. La peor crisis política tuvo lugar en 1996 cuando Abdalá Bucaram, ganó las elecciones con un programa populista que se vino abajo de inmediato. Aumentaron espectacularmente los precios de la electricidad, el gas, las telecomunicaciones y el transporte. Cuando el año 1997 se inició con una huelga general, Bucaram se fugó a Panamá dejando a su paso un reguero de acusaciones de corrupción y mala gestión.114 A partir de agosto de 1996 las inversiones del CARC empezaron a detenerse y el proyecto pasó por una no renovación de los contratos del 75 por ciento de antiguos técnicos, a la vez que se suspendían todas las actividades por un período de dos meses a raíz de la caída de Bucaram. Sin embargo, las actividades del proyecto se reanudaron en marzo de 1997, esta vez con un cincuenta por ciento del personal renovado, todos ellos indígenas, lo cual era síntoma de que en la ejecución del proyecto participaban de forma más directa las organizaciones de campesinos.115 113 114 115 Entrevista con María Solís. Holmberg (1998), págs. 16-18. CARC (1998), pág 3. 79 Hasta la fecha, el proyecto ha resistido la sucesión de cinco presidentes y diez ministros a escala nacional y la de siete directores del proyecto. Parece que la resistencia se debe a dos factores: • un núcleo de técnicos locales eficientes y de gran dedicación; y • la presencia constante de técnicos holandeses. El coordinador de los campesinos Los violentos conflictos desencadenados por el represamiento de Culebrillas, lo complicado de las relaciones con la UPCCC y otras organizaciones de campesinos, la reformulación del proyecto en su conjunto y el aluvión ininterrumpido de rumores y acusaciones: todos estos factores obligaban al CARC a entablar un diálogo satisfactorio con las organizaciones de campesinos más importantes de la zona. 80 La principal crítica dirigida contra el proyecto era que no cumplía su misión por causa de conflictos políticos. Además, algunos técnicos no mostraban interés alguno por colaborar de forma directa con las comunidades. Yo soy de la parroquia de Zhud y soy miembro de la UPCCC. Me eligió coordinador la asamblea general de la UPCCC, decisión que aceptaron la AINCA, la AIEC, la UCOIT, la ASOAC y la AICT. Mediante diálogos y debates logramos llegar a un consenso unánime con respecto a la futura orientación del CARC. Entre técnicos y representantes de los campesinos, participaron en el taller inicial cincuenta personas, mientras que firmaron el documento definitivo los presidentes de todas las organizaciones y el director del CARC.116 Gracias a este consenso y a la incorporación de técnicos indígenas, el proyecto estaba preparado para el lanzamiento del programa reformulado, que partía con firmeza del estudio de referencia. El proyecto arrancó por fin y en los años posteriores las actividades estuvieron más centradas y recibieron un mayor grado de aceptación de la población cañari. 116 117 118 Entrevista con Fray Idolgo Gliuicota Quishy. Entrevista con Manuel Espíritu Quishpe, representante de la ATAIZ (Asociación de trabajadores autónomos indígenas de Zhud). Entrevista con Rudolf Mulder. El riego Muchos cañaris se quedaron muy decepcionados cuando la iniciativa de Culebrillas quedó aparcada con carácter definitivo: Me gustaría, en primer lugar, dar las gracias por todo lo que el CARC nos ha facilitado a mi organización y a mí mismo. La capacitación ha sido espléndida. Aunque no he estudiado, ahora tengo conocimientos sobre pesticidas y sobre la manera de cuidar ganado mayor y menor. Sé aplicar todo lo que he aprendido. Estoy muy contento con mi cría de cuyes. Tenemos a nuestra disposición nuestro propio taller de productos artesanales, la tienda, agua potable y otros muchos servicios que Uds. nos han facilitado. Sin embargo, no tenemos todo lo que queríamos. No hemos contado con mucho tiempo, de lo cual me lamento. Lo peor es que no disponemos del sistema de riego, aunque sé que es por circunstancias ajenas a su voluntad. Lamento esta situación porque sin agua nuestra agricultura no va a avanzar de forma concreta y a fondo. La falta de agua nos atormenta. Ya sé que todo el personal del proyecto ha hecho lo que ha podido, pero … esperábamos que llegaría el agua.117 Ya no estoy tan seguro. Luché por sacar adelante el proyecto de Culebrillas, pero desde el principio iba mal encaminado. No se reunían las condiciones necesarias. Nos enteramos de que es importante la participación. Es posible que hayamos logrado más cosas con el curso que siguieron los acontecimientos, quizá más de lo que hubiéramos logrado de haberse llevado a cabo el plan de Culebrillas.118 Aunque la presa de Culebrillas no se construyó, el riego siguió siendo la pieza clave del proyecto. Se han rehabilitado varios canales y se ha construido uno nuevo, el de Chontamarca. Se han construido depósitos y se ha potenciado la efectividad de los canales secundarios que pasan por los campos y los pastizales. También se han dispuesto sistemas de aspersión. Indígenas de Zhud Con la incorporación de técnicos indígenas, el CARC recibió mayor apoyo de los cañaris 81 [ ] El riego, la pieza clave del CARC ¿Cómo funciona un sistema de riego? ¿Qué aspecto tiene? Cada sistema es distinto. Los canales pasan por laderas, bosques frondosos, praderas exuberantes y caminos polvorientos. Siguen cursos diversos en virtud de una mezcla de conocimientos especializados y las peculiaridades del medio natural. Siguiendo a pie el curso de un canal de riego se constata el esfuerzo humano que conlleva su construcción y utilización; queda claro que el riego dista mucho de ser una actividad de carácter exclusivamente técnico centrada en cuestiones como la altura de caída, el caudal de agua por segundo o la filtración. Los usuarios del agua deben compartirla de forma equitativa, ocuparse de su cuidado, proteger el canal y colaborar al emprender estas tareas. A una altura considerable, ya cerca de la laguna, se llega a la sección “muerta” del canal de Chuichun, reconstruida y reparada por una minga de 80 personas y 15 caballos. Se denomina “muerta” la parte alta del canal porque en esa zona no existen usuarios del sistema de riego. El canal sólo está “vivo” cuando se hace uso del mismo. Se repararán 300 metros del canal de Chuichun bajo la dirección de un maestro de obra elegido por una junta de agua. En este caso concreto, el primer maestro elegido tuvo dificultades para colaborar con las mingas que estaban a su cargo y la junta acabó despidiéndolo. El CARC financia las obras costeando el precio de los materiales y la asistencia técnica, mientras que la junta aporta la mano de obra. Siempre se sigue el mismo procedimiento: la junta presenta una propuesta, el ingeniero del CARC examina el terreno, calcula las tareas que deben llevarse a cabo y examina estas cuestiones con la junta. Queda aceptado un plan financiero y establecido el diseño definitivo. Por último, la junta se abre al público, es decir, el CARC y la junta preparan un acuerdo. Esta última procede a elegir un maestro de obra El canal sólo está “vivo” cuando se hace uso del mismo 83 84 (de ser posible, perteneciente a la comunidad) que propone la manera de obtener el material necesario y de organizar las labores. El ingeniero autoriza el plan de gestión, se firma el acuerdo y el CARC ingresa el dinero en la cuenta de la junta. Al acercarse a las obras, se entra en una brecha, que es un camino abierto en la ladera de la montaña con objeto de que los camiones cargados de grava y arena se acerquen lo más posible al “canal muerto”. La niebla es espesa y, tras recorrer el difícil camino, se abre a los ojos un panorama de proporciones bíblicas. En medio de la niebla, una larga fila de personas se interna en un bosque frondoso siguiendo un camino estrecho. Las mujeres, que son mayoría, las niñas y los niños llevan amarrados a la frente grandes fardos en los que transportan cargas pesadas de cemento húmedo y grava. Otro grupo donde también son mayoría las mujeres llena los fardos con grava procedente de un montón enorme y con cemento procedente de otro más pequeño. Estas personas llevan la carga a las obras, situadas a 1 500 metros, transportándola por un camino estrecho y resbaladizo. Proceden de dos comunidades y ocho sectores distintos. Trabajan varios días hasta que llega otro grupo a relevarlos. Quien no acude a trabajar a la minga debe contratar a otro trabajador o pagar una multa que determina la junta. El camino se estrecha y se pone resbaladizo al bordear el canal. No se deja de oír el murmullo lejano de un río invisible que atraviesa el bosque. El camino está plagado de cantos y raíces que estorban aún más el avance de los que transportan el cemento. En medio de la bruma húmeda apenas se distinguen los vivos colores de las faldas de las mujeres. Nadie abre la boca, todos están concentrados en lo que hacen y caminan a buen ritmo sin dejar de fijarse en dónde pisan. Se llega por fin a las obras, donde se encuentran el maestro, el presidente y el secretario de la junta y descansan otros portadores. Ya es tarde y han depositado la última carga que les corresponde. Los trabajadores ya han dejado de reparar el canal. Al avanzar un poco más se llega a la toma de agua. Un río torrencial se precipita ladera abajo. Es el río San Antonio, que nace en Culebrillas. Es un lugar muy extraño: una garganta encajonada entre paredes escarpadas y oscuras rematadas por arbustos tupidos y rodeadas de árboles enormes de cuyas ramas cuelga el musgo. El agua del río, vaporizada, se mezcla con la niebla. En medio del río sobresale un espigón de cemento que encauza parte del agua hacia el canal. Esa es la toma. Derivan del río otras catorce tomas parecidas que encauzan el agua hacia un canal que recorrerá kilómetros y kilómetros transportando el agua a los campos sedientos. Esta es el agua que los miembros de la junta de agua de Chuichun tenían miedo de perder si se la encauzaba hacia la población de Suscal. Dejando atrás estas sierras de neblina aparece el Canal ChauchaSuscal, que, con 22 kilómetros de longitud, es el más extenso de la cuenca alta del Cañar. Este canal no parte, como el de Chuichun, de un territorio agreste, sino que se origina en las praderas verdes que rodean a un río pequeño denominado Chauchas. Una construcción de cemento de notable complejidad recibe la totalidad del río y lo convierte en un arroyo torrencial que corre por un canal revestido de cemento. La velocidad del caudal, que está regulada, es de 110 litros por segundo. De aquí sale el agua que consumen 74 familias. Sin embargo, se trata de un canal complicado que tiene al menos 20 puntos donde se ha denunciado el robo directo de agua. Alfonso Mogroveso Durán, es el presidente de la dirección del Chaucha-Suscal en los dos sectores de Suscal y Gun Chico. Don Alfonso se encarga del seguimiento de los primeros nueve kilómetros del canal. Los supervisa a diario todo el año. Empieza a trabajar a las seis de la mañana y termina a la una de la tarde. Viéndole en faena se constata que no es tarea fácil. El canal atraviesa bosques, pasa por puentes y precipicios y recorre laderas empinadas. Don Alfonso retira las ramas y las hojas que obstruyen la corriente por todas partes. Todos los días se acumulan en el canal detritos de este tipo. Alfonso Mogroveso Durán presidente del canal Chaucha-Suscal Hombres, mujeres y niños trabajan en la construcción de un canal 85 86 “La semana pasada tuve que sacar un caballo muerto; fue muy difícil”, cuenta don Alfonso. Tras recorrer a pie unos cuantos kilómetros más, se llega a los primeros campos y don Alfonso comprueba que la compuerta esté bien cerrada. La población de esta zona tiene suerte: el agua abunda. Mucho más abajo se encuentran los campos secos situados junto al cementerio de Suscal. Aquí el canal ha quedado reducido a una acequia descuidada desprovista del revestimiento de cemento y llena de tierra y basura. Este tramo final del canal estaría lleno de agua si la población de arriba hubiera respetado el contingente que se les asignó. Unos cuantos centenares de metros más arriba sigue corriendo el agua y, con ayuda del CARC y de PROTOS, la población ha construido amplios depósitos y ha reparado el canal. En esa zona se ven varios tubos entrecruzados por los campos que desembocaban de forma ilegal en el canal. No es otro el problema de los canales de riego: cuanto más escasea el agua, más ansiosa se siente la población de obtenerla y más dispuesta está a superar el contingente asignado y robar agua. Aquí abajo no hay agua suficiente, pues la población de las montañas se ha quedado con un mayor volumen del que le correspondía. En esta zona es patente la estratificación social. Los habitantes de los tramos superiores del canal son “blancos” y viven más desahogados que los indígenas y mestizos de más abajo. La gente de las zonas bajas suele trabajar arriba en las mingas, lo cual suele generar tensión. Otros canales se están construyendo en las tierras bajas de Cañar. La mayor parte de la población de esta zona está formada por mestizos pobres que a menudo han trabajado de jornaleros en los latifundios de la Sierra antes de mudarse a las tierras bajas secas para disponer de tierra propia. Muchos de estos mestizos trabajan por temporada en los campos de caña de azúcar o en las enormes plantaciones de banano del litoral. Luis Octavio Lema, es el experto a cargo de la construcción del nuevo canal del Tormento. La construcción del canal es muy complicada, pues atraviesa una ladera escarpada que en su mayor parte está formada por arena bastante suelta. Parece que es peligroso agarrarse a la pared del precipicio para verter cemento en la zanja de un canal a medio terminar. El canal transportará agua a una aldea cuya agricultura probablemente recobrará la vida. Como el canal recorre una distancia relativamente corta y como la población forma un grupo bastante homogéneo, es probable que este canal no dé pie a conflicto alguno. ¿Y los mestizos? La descripción del proyecto CARC se ha centrado, hasta ahora, en las disputas ocasionadas por el agua y las tensiones étnicas. De ese modo quedaron claros los obstáculos que tuvo que superar el proyecto y se constató que el personal encargado de ejecutarlo hizo lo posible por fomentar el diálogo y establecer la colaboración entre los beneficiarios. Sin embargo, los beneficios no han ido dirigidos exclusivamente a los indígenas. También salieron beneficiados muchos mestizos y “blancos” como, por ejemplo, David Lizandro Verdugo Martínez, que es el presidente del centro agrícola cantonal de Cañar. Él cuenta que sus labores de maestro de “cultura general” no le impiden criar ganado y cultivar. “Soy de Cañar, y el 90 por ciento de la población de Cañar guarda algún tipo de relación con la agricultura”. David Lizandro es uno de los organizadores de la feria ganadera y agrícola anual de Cañar que patrocina el CARC. Como muchas personas de Cañar de edad avanzada, lamenta los recientes acontecimientos e insiste en que la falta de interés por la agricultura de la que dan muestra los distintos gobiernos está acabando con el campo del Ecuador. David Lizandro opina que la política del Ecuador se caracteriza por el exceso de palabrería y por los intereses particulares. En su conversación destacan algunos temas característicos de toda la población blanca del valle. Es difícil determinar si sus opiniones tienen cierta base racista o si su objetivo es presentar los hechos. El éxodo de la población ansiosa de dólares empeora de un año para otro. El dinero que vuelve no se invierte en tierras o en agricultura, sino en casas y lujos de otro tipo. Los indígenas cobran fuerza. Se mudan a las ciudades y tienen más hijos que nosotros. Se está configurando una clase nueva que no está formada por los indígenas del campo, sino por un sector de la población totalmente distinto. Hablan de venganza sin saber de qué hablan. Así surge la marginación y la polarización. Un grupo determinado recibe apoyo de gente de fuera. Dentro de diez años habrá desaparecido el “granero del La construcción del nuevo canal del Tormento 87 hemisferio austral”. Dicen que el CARC ha favorecido a los indígenas; no es verdad. El CARC ha actuado bien, centrándose en cuestiones prácticas y manteniéndose al margen de la política. El CARC trató a todo el mundo con respeto y colaboró con todos los grupos sin hacer discriminación de ningún tipo. Si, como dicen, el CARC ha favorecido exclusivamente a los indígenas, yo también soy indígena.119 La construcción de caminos no cobró excesiva importancia, pero en un caso, el del camino de Paguankay, su importancia fue decisiva. Esta zona, que antes estaba aislada, se sitúa en las tierras bajas, inmediatamente por encima del río Cañar. El paisaje es prácticamente tropical. Los mestizos habitantes de la zona solían ganarse la vida con el aguardiente, bebida alcohólica fuerte hecha con caña de azúcar. Fue una verdadera sorpresa. Cuando llegaron los representantes y nos preguntaron si queríamos un camino los tomé por políticos y creí que me iban a engañar de uno u otro modo. Les podemos construir un camino, decían. Sí; y los burros vuelan, yo les contesté. A los dos meses volvieron con maquinaria y pidieron que se formase una minga. A los seis meses habían construido el camino en colaboración con el CREA y nos cambió la vida de arriba abajo. Cuando habían terminado el camino, nos ofrecieron muchas cosas: crédito para comprar cerdos, la instalación de una tienda comunal, almacenamiento de frijoles, nuevas variedades de maíz y frijoles. Yo utilicé el crédito para comprar cerdos. Instalé dos silos, creé un vivero y abrí un pequeño taller de carpintería dotado de la maquinaria necesaria para hacer estatuillas con las nueces de tagu.120 Tengo un huertecillo lindo y un criadero de gusanos; obtengo bastante ganancia vendiendo gusanos y plantones de árbol. He tratado de aprovechar todas las ofertas y no he perdido nada.121 88 Anselmo es uno de tantos pequeños campesinos que han sacado provecho del proyecto mediante el modelo incorporado de sistemas de agricultura integrada. Anselmo, además, representa un triunfo en el sentido de que sus vecinos adoptan algunas de las innovaciones que él ha puesto a prueba en su pequeña explotación. Puede que facilite este proceso el hecho de que muchos vecinos que habitan en la aldea de Santo Domingo Paguancay son familiares suyos. 119 120 121 122 123 Entrevista con Lizandro Verdugo Martínez. Una vez secas, estas nueces de gran tamaño se ponen muy duras. Al pulirlas y esculpirlas para crear efigies de animales pequeñas, adquieren una apariencia de marfil, motivo de que se las conozca con el nombre de “marfil orgánico”. Estas estatuillas artesanales cada vez gozan de más popularidad entre los turistas que visitan el Ecuador. Entrevista con Anselmo Calló. Ibíd.. Entrevista con Paola Guaman. Enseñanzas que se pueden extraer de un proyecto como el CARC En vista de todas las dificultades y de las críticas furibundas que encontró el proyecto, resulta increíblemente difícil escuchar opiniones críticas de verdad. La mayor parte de la crítica actual no hace hincapié en fracasos directos sino más bien en una sensación de decepción motivada por lo alto de las expectativas suscitadas: “no era tan revolucionario como creíamos que iba a ser”. “Contrataron a más gente de fuera que de aquí”. “Está a punto de concluir ahora que empieza a funcionar y a surtir efecto”. “No se construyó la presa de Culebrillas, pero mientras teníamos el CARC existían esperanzas, aparte de que es cierto que su intervención fue positiva por lo que respecta al agua potable y el riego”. Aun así, quienes pudieron participar en los programas del CARC, en su mayor parte campesinos procedentes de zonas apartadas, en su mayoría, suelen mostrarse agradecidos por la oportunidad de que dispusieron: Gracias a los proyectos muchas cosas han cambiado en mi vida. La posibilidad de observarlo todo desde un nuevo ángulo, de llevar una vida organizada en cuanto individuo y en cuanto integrante de un grupo, ha tenido para mí gran importancia.122 Aunque parezca raro, me da la impresión de que mi marido me ayuda. La paridad entre los sexos va consolidándose. Las mujeres somos más responsables que en ningún otro momento del pasado. El marido y la mujer disponen hoy de una especie de acuerdo. Adoptamos juntos las decisiones. Antes se nos discriminaba mucho, pero actualmente los hombres aprenden a tomarnos en serio. Cuando demostramos que somos concienzudas y que podemos traer dinero a casa se nos respeta. Debemos transmitir a nuestros hijos esta actitud, que me anima a concebir esperanzas de cara al futuro.123 Anselmo Calló, pequeño agricultor que aplica un sistema de agricultura integrada 89 A mí me gusta el trabajo y el CARC me ha brindado numerosas oportunidades de trabajar. El crédito es excelente, mientras que antes los intereses nos agobiaban. Aparte de facilitarme ingresos mejores, el CARC me capacita y me da a conocer métodos nuevos.124 En 1995, año en que me relacioné por primera vez con el CARC, recibí formación y semillas de papa mejoradas. Tras recibir más formación pasé a ser beneficiario de un programa de abastecimiento de agua potable. Colaborar con el CARC me ha reportado muchos beneficios. Cuando se van me siento un poco como un joven criado por su padre que ahora debe ejercer sus aptitudes por cuenta propia.125 Lo más destacado de los muchos encuentros mantenidos con los beneficiarios del CARC es que agradecen la formación que han recibido. Puede que esta circunstancia sea un síntoma de la sed de conocimientos propia de una clase social que lleva demasiado tiempo privada de educación y posibilidades de ejercer influencia. Los técnicos del proyecto también suelen describir su experiencia como proceso de aprendizaje: 90 Para mí ha sido como la escuela. He aprendido muchas cosas en distintas provincias del conocimiento, y en la actualidad percibo la importancia no sólo de los conocimientos técnicos y teóricos, sino también de la aptitud para las relaciones sociales y las buenas ideas. No cabe duda de que todo esto me resultará muy útil de aquí en adelante.126 En la actualidad, el proyecto está a punto de concluir. Ha dejado a su paso los siguientes beneficios: sistemas de riego mejorados y nuevos, un camino que puso en contacto con el mundo circundante a una comunidad apartada, una cooperativa de crédito eficaz, la existencia de varios usuarios de invernaderos recubiertos con planchas de plástico en que se cultivan frutas y otros productos importantes destinados al mercado, mejores métodos de cría de conejillos de indias con fines de garantizar la mejora de los precios en toda la región, un mayor conocimiento de los sistemas de agricultura integrada y la existencia de juntas de agua más eficaces y sistemas más adecuados de abastecimiento de agua potable. 124 125 126 Entrevista con Juan Tapia Vásquez. Entrevista con M. Espíritu Quizhpi. Entrevista con el ingeniero Clever Padrón. El proyecto también ha dado cabida a organizaciones no gubernamentales eficientes capaces de atender las futuras necesidades de los beneficiarios, como por ejemplo CICDA, CEDIR, SENDAS y PROTOS. Estas organizaciones disponen de conocimientos y experiencia acumulados en otros países en esferas semejantes, a lo cual se suma el conocimiento adecuado de la situación de la cuenca del Cañar que ha acumulado el actual personal del CARC. Estas organizaciones seguirán operando con apoyo de la Embajada de los Países Bajos en Ecuador. El CARC empezó siendo un programa de carácter sumamente técnico inserto en una sociedad enzarzada en conflictos. Como saltó a la palestra en medio de un proceso en curso, es natural que se convirtiera en un agente más. El proyecto fue objeto de ataques y calumnias, pero el personal guardó la calma y se dedicó con paciencia a entablar diálogos con los demás agentes. Se evitaron las maniobras políticas, y los técnicos, que se centraron en la colaboración directa con la población por lo que respecta a la producción agrícola de pequeña escala, ayudaron a los campesinos a organizarse y aprendieron a escucharlos. Hatun Cañar tiene sed de agua y de conocimiento. Una buena parte del relato de Cañar se ha centrado en el agua. Se procuró poner de manifiesto la función del agua en la mentalidad y la vida de los habitantes de la zona. A menudo han ocupado el primer plano determinados factores de importancia crucial: quién ejerce control sobre el agua y quién carece de acceso al agua. Se llegó a la conclusión de que, probablemente, el poder, el poder ejercido sobre las tierras y las aguas, sea la cuestión más destacada de la zona de Cañar, como también lo es en casi cualquier otra zona agrícola del mundo. Claro está que es imposible que un proyecto como el CARC modifique este aspecto de la noche a la mañana, pero se procuró con ahínco ayudar a las personas a organizarse, a hacerse oír y a obtener métodos, herramientas e instrumentos que servirán para que se ganen la vida ellas mismas y sus familias. Riego, agua potable, invernaderos, cría de cuyes, crédito son unos de los tantos beneficios del CARC 91 92 El agua puede ser amarga o dulce. Es amarga cuando origina disputas y cuando es difícil o imposible disponer de acceso a la misma; es dulce cuando llega a un campo y le da nueva vida al tiempo que dota de salud y de fuerza al campesino y sus hijos. El agua también es dulce cuando es posible acceder a ella trabajando con denuedo y colaborando con los vecinos. Aunque a menudo eran escasas las posibilidades, el CARC logró suministrar agua a muchas familias. No todo el mundo obtuvo el preciado líquido, pero la mayor parte de la población entendió que la esperanza más sólida de obtener y conservar agua reside en colaborar, en organizarse y en adquirir conocimientos. Se espera que la búsqueda siga su curso y que los cañaris terminen por saciar su sed de fuerza, conocimientos y agua. Aparte de su carácter palpable y fundamental en la vida cotidiana, el agua simboliza con enorme fuerza las esperanzas y los esfuerzos de la gente. La mayoría de las mitologías pone de relieve la patente adaptabilidad del agua, la manera en que se abre camino en el entorno natural adaptándose a la orografía al mismo tiempo que da una nueva forma al terreno y lo modela. Además, pese a su condición de adalid de la vida, el agua carece de presunción; no se impone a la fuerza. Se dirige a las zonas más bajas del medio natural siguiendo un curso que va de arriba abajo. Fomentando la expansión de la vida a partir de los segmentos inferiores engloba la totalidad del sistema. De ese modo, a semejanza de un proyecto de desarrollo eficaz, actúa de abajo arriba. Mishqui-yacu, agua dulce. [ ] mishqui-yacu, agua dulce bibliografía · Almeida Durán, Napoleón (1990), "Informe asunto Culebrillas" (MIMEO), Universidad de Cuenca. · Ayala Mora, Enrique (2000), Resumen de historia del Ecuador. Quito. · Bark, Albert y Maier, Georg (1973), Historical Dictionary of Ecuador. Metuchen, N.J. · Bernal, Fabián, Sánchez, Óscar y Zapatta, Alex (1999), Manejo de páramos y zonas de altura: Relaciones socio-organizativas y legales en el páramo y otras zonas de altura. Quito. · Bernand, Carmen (1996), The Incas: Empire of Blood and Gold. Londres y Nueva York. · Bolívar Zaruma Q., Luis (1980), Identidad de Hatun Cañar a través de su folklore. Cuenca. · CARC (El Proyecto Cuenca Alta del Río Cañar) (1998), Género y Desarrollo Rural: Un estudio de caso de la Cuenca Alta del Río Cañar. 94 · Cervone, Emma y Rivera, Fredy (eds.) (1999), Ecuador racista: Imágenes e identidades. Quito. · Cisneros, Iván, Zapatta, Alex, Sánchez, Oswaldo y Narváez, Edmundo (1999), Riego Andino: Organización Campesina y Gestión del Riego. Quito. · Clark, Kim (1999), "La medida de la diferencia: las imágenes indigenistas de los indios serranos en el Ecuador (1920 a 1940)", en Cervone y Rivera (eds.). · DHV Consultores BV (1995), Economía Campesina y Sistemas de Producción: Estudio de Base en la Sierra Andina. Quito. · de Janvry, Alain y Glikman, Pablo (1991), Estrategias para mitigar la pobreza rural en América Latina y el Caribe: Encadenamientos de producción en la economía campesina en el Ecuador. San José, Costa Rica. · Egues, Miguel (1990). “Opiniones”, El Mercurio, 19 de septiembre. · Einzmann, Harald y Almeida, Napoleón (1991), La Cultura Popular en el Ecuador: Tomo V!, Cañar. Cuenca. · El Espectador (1992), "Campesinos secuestraron a autoridades provinciales", 28 de noviembre. · El País (1992), "Autoridades estuvieron secuestradas: Levantamiento indígena en Cañar", 1º de diciembre. · Ferrín S., Rosa (1982), "La formas Huasipungo de trabajo a la economía comunitaria: Un caso de transformación de las relaciones sociales de producción", en Sepúlveda, Cristián (ed.), Estructuras agrarias y reproducción campesina: Lecturas sobre transformaciones capitalistas en el agro ecuatoriano. Quito. · Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) (1990), "Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar: Informe de Evaluación" (MIMEO). · Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) (1995), "Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar: Informe de la Misión de Reformulación" (MIMEO). Ministerio de Bienestar Social [ Embajada Real de los Países Bajos en Ecuador ] mishqui-yacu, agua dulce mishqui-yacu, agua dulce Historia de un proyecto de desarrollo llevado a cabo con poblaciones indígenas del Ecuador · Freire Heredia, Manuel y Usca, Nancy (2000), Almanaque Ecuatoriano: Panorama 2000. Quito. · Holmberg, Annica (1989), Ecuador. Estocolmo. · Landívar U., Manuel A. (1997), "Contribución a mitos y leyendas en el Azuay y Cañar", en Revista de Antropología, Sección de Antropología y Arqueología del Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Cuenca, diciembre de 1997. · León, Jorge (1993), Resumen del análisis preliminar sobre el conflicto en El Tambo a raíz del "Proyecto de Desarrollo Rural de la Cuenca Alta del Río Cañar", (MIMEO), IICA, Oficina Ecuador. · Morales, Edmundo (1994), "The Guinea Pig in the Andean Economy: From Household Animal to Market Commodity", en Latin American Research Review, Vol. 29, Nº 3. · Moreno Yánez, Segundo E. (1995), Sublevaciones indígenas en la Audiencia de Quito: Desde comienzos del siglo XVIII hasta finales de la Colonia. Quito. · Moreno Yánez, Segundo E. (1996), "Formaciones Políticas Tribales y Señoríos Étnicos", en Ayala Mora, Enrique (ed.), Nueva Historia del Ecuador. Volumen 2: Época Aborigen II. Quito. · Pallares Ayala, Amalia (1999), "Construcciones raciales, reforma agraria y movilización indígena en los años setenta", en Cervone y Rivera (eds.). · Perrottet, Tony (ed.) (1994), Insight Guides: Ecuador. Boston, Massachussetts. · Pérez, Juan Fernando et al. (1997), Catálogo de la Sala del Oro del Museo Nacional del Banco Central del Ecuador. Quito. · Pinos de R., Tania y Rodríguez L., Daniel (1994), "Culebrillas, su Represamiento: Beneficio o Conflicto Social" tesis de licenciatura, Universidad de Cuenca. · Rojas J., Heriberto C. (1991), Laguna de Culebrillas y el proyecto de embalse. Azogues. · Rossing, Anders (1996), Ecuador: Folk och fakta. Estocolmo. · Torres, Pepe (1990), "Desarrollo Rural Integral: Desde el Valle de Culebrillas", El Mercurio, 16 de septiembre. · Uriel García, José (1986), El nuevo indio. Cusco. · Villarroel G., Fernando (1992), "La laguna de Culebrillas y sus páramos misteriosos", El Universo, 8 de septiembre. · Zamosc, León (1994), "Agrarian Protest and the Indian Movement in the Ecuadorian Highlands", en Latin American Research Review, Vol. 29, Nº 3. · Viteri Gualingai, Carlos (2000), "Ecuador", en The Indigenous World 1999-2000. Copenhague. 95