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Daniel Toscani Giménez
Profesor Titular de la
Universidad de Valencia
Departamento de Derecho
del Trabajo y de la Seguridad Social
Las nuevas normas sobre la edad de jubilación ordinaria y determinación de la base
reguladora resultan aplicables a los trabajadores autónomos (disp. ad. 8ª de la LGSS).
Sin embargo, la ley 27/2011 presenta como
gran novedad directamente aplicable, no
programática, el reconocimiento del derecho a la jubilación anticipada en el proceso
mencionado de convergencia con el régimen
general.Y así la disp. ad. 8ª reconoce el derecho a la jubilación anticipada voluntaria a
los 63 años en las mismas condiciones que
los trabajadores del Régimen general de la
Seguridad social (art. 161 bis, apartado 1 y
apartado 2. B).
Queda, no obstante, pendiente la extensión de la jubilación anticipada por
crisis. En este sentido, el Gobierno, en
función de los resultados operados en
el primer año de vigencia del cese de
actividad establecido por la Ley 32/2010,
de 5 de agosto, efectuará los estudios
pertinentes sobre la posibilidad de que
quienes se encuentren en dicha situación
legal de cese de actividad puedan acceder
a la jubilación anticipada a los 61 años
(disp. adicional vigésima séptima). Una vez
consagrado el principio de cese involuntario de actividad en la nueva prestación
para los autónomos que arrancó con la
ley 32/210, ya no hay razones para que
los trabajadores por cuenta propia no
puedan jubilarse anticipadamente como
los asalariados expulsados del mercado
laboral por crisis. No obstante, hay que
tener en cuenta que habrá que traducir las
diversas situaciones de cese de actividad al
concepto y requisitos de la jubilación por
crisis de art. 161.bi A) LGSS, por lo que
no todas las situaciones legales de cese
de actividad podrán encauzarse a través
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Capital Humano
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Seguridad Social
El consultor
de la misma, sino sólo las del art. 5 que respondan a
motivos económicos o cese por violencia de género.
Como la lista del art. 5.1 de la ley 32/2010 no agota
todas las posibles causas económicas, sino que en las
listadas opera una especie de presunción (“en todo
caso”) que viene a ejemplificar la declaración genérica
del art. 5.1. a) en su primer párrafo cuando habla de
“motivos económicos”, podrán tenerse en cuenta otras
como la morosidad que haga insostenible o inviable
el negocio o la falta de acceso al crédito. No obstante,
habrá que estar a los pronunciamientos judiciales sobre
las situaciones legales de cese de actividad una vez entre
en pleno funcionamiento la ley 32/2010.
Más compleja resultara la cuestión para los TRADE por
extinción del contrato suscrito con el cliente del que
dependan económicamente, pues en principio tendrán
que acogerse en este punto a las mismas causas que
los demás autónomos. Las propias y específicas no
acaban de encajar en una situación de crisis como la
terminación de la duración convenida en el contrato
o conclusión de la obra o servicio, por rescisión de la
relación contractual adoptada por causa injustificada
por el cliente, de acuerdo con lo establecido en la Ley
20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo Autónomo, por muerte, incapacidad o jubilación del cliente,
siempre que impida la continuación de la actividad. No
obstante, hay otras como el incumplimiento contractual
grave del cliente, debidamente acreditado, que resultan
dudosas, Y especialmente la rescisión de la relación
contractual adoptada por causa justificada por el cliente, de acuerdo con lo establecido en la Ley 20/2007,
de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo Autónomo En
todo caso, a nuestro juicio, habrá que entrar a valorar
la causa alegada por el cliente de manera que las que
sean económicas para él mismo (pérdidas, morosidad,
etc.) también lo puedan ser para los TRADE, como lo
son para los trabajadores por cuenta ajena que empleo
el empresario cliente y que podrá utilizar a los efectos
del art.4.2 de la ley 32/2010 (“cuando el trabajador
autónomo tenga a uno o más trabajadores a su cargo
y concurra alguna de las causas del artículo 5.1, será
requisito previo al cese de actividad el cumplimiento de
las garantías, obligaciones y procedimientos regulados
en la legislación laboral).
Sigue pendiente para los autónomos la regulación del
adelantamiento de la edad de jubilación en trabajos
tóxicos, penosos y peligrosos, anunciado ya por la
LETA (art. 26.4).
Jubilación
anticipada y
jubilación parcial de
los autónomos
Habrá que tener en cuenta también la Disposición adicional vigésima tercera (Actualización de los coeficientes
reductores de la edad de jubilación) que encarga al
Gobierno aprobar, en el plazo de un año, las normas
necesarias sobre el procedimiento general de aprobación
de coeficientes reductores de la edad de jubilación en
los distintos sectores y ámbitos de trabajo, adecuando
en su caso los porcentajes actuales de cotización. Aun-
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Enero 2012
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El consultor
que, dadas ciertas referencias a condiciones de trabajo,
parece que este mandato reglamentario se refiera solo
a trabajadores por cuenta ajena no tiene por qué ser
así y podría comprender los “distintos sectores y ámbitos de trabajo”, se desarrollen por cuenta ajena o por
cuenta propia.
En cualquier caso, resultan de aplicación a los autónomos
las normas que desarrollan el art. 161 bis 1 sobre adelantamiento de la jubilación de discapacitados, como ya lo
eran antes de la modificación de la disposición adicional
8ª de la LGSS por la ley 27/2011.
En cuanto a la jubilación parcial la
disp. ad. 34ª de la ley
27/2011 establece
que “el Gobierno
presentará, en el
plazo de un año, un
estudio relativo a un
sistema específico
de jubilación parcial
a los 62 años, a favor
de autónomos que
cesen en su negocio o lo traspasen
a otra persona a la
que deben formar”.
Mientras tanto la
disp. ad. 8ª de la
LGSS seguirá excluyendo a los regímenes especiales
de la aplicación del art.166 de la LGSS.
Pese a todo, la ley 27/2011 si bien de manera más bien
programática y necesitada de una regulación específica
posterior, modificando el art. 1 de la LETA, ha reconocido,
que la actividad económica o profesional regulada por ésta,
autónoma o por cuenta propia podrá realizarse a tiempo
completo o a tiempo parcial. Lo mismo se establece en el
art. 24 a efectos de su encuadramiento en el RETA y en
el art. 25 en relación con sus repercusiones en materia
de protección social.
La cotización a tiempo parcial y consiguiente régimen
de Seguridad Social (aquellas normas propias o, en
su defecto, la disp. ad. 7ª de la LGSS y otras normas
reglamentarias de
desarrollo) no se
contempla, sin embargo con carácter
general para todos
los trabajadores en
régimen de autónomos, sino que solo
se podrá establecer
“para determinadas
actividades o colectivos y durante
determinados periodos de su vida
laboral”.
Una reivindicación histórica
de los autónomos es el
reconocimiento de la
posibilidad de cotizar y
trabajar a tiempo parcial
y converger así con los
trabajadores por cuenta ajena
Una vez que se regule el trabajo a tiempo parcial, se
despejará uno de los principales obstáculos para la
extensión de esta figura también a los regímenes especiales de autónomos (RETA y trabajadores del mar).
Una de las reivindicaciones históricas de los autónomos es el reconocimiento de la posibilidad de cotizar
y trabajar a tiempo parcial y converger de este modo
con los trabajadores por cuenta ajena. No es fácil, sin
embargo, introducir todo el sistema de la parcialidad
en esta forma de trabajo dadas sus características de
autonomía y las dificultades de comprobar y controlar
la naturaleza efectiva de esta forma de trabajo. En
la La Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del
Trabajo Autónomo (art.1. Supuestos incluidos) no se
distingue entre trabajo a tiempo completo y trabajo
a tiempo parcial .
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La introducción de
la figura del trabajo
a tiempo parcial teóricamente puede venir a despejar
algunos obstáculos para la aplicación de ciertos institutos de Seguridad Social que se daban en el trabajo
por cuenta ajena y no en el autónomo.
La ley 27/2011 (Disposición adicional trigésima cuarta) se refiere a uno de ellos, la jubilación parcial. Sin
embargo, dadas las múltiples restricciones impuestas
sobre la figura del tiempo parcial además de las distintas peculiaridades de la jubilación parcial, diferente
de la del Régimen general, en autónomos, su alcance
será limitado.
Así, ni la extensión será de forma generalizada para
todos los trabajadores que sean autónomos, ni parece tratarse de la misma jubilación parcial que la de
los trabajadores empleados por cuenta ajena, pues
el autónomo “cesa en su negocio” o lo traspasa. Ni
tampoco parece que se trate, en su caso, del mismo
contrato de relevo.¾
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