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Hormiguero
Agustín Antuña
Hormiguero
Agustín Antuña
Colección Plustiplum
Imaginante
editorial
Antuña, Agustín
Hormiguero. - 1a ed. - Buenos Aires : Imaginante, 2009.
70 p. ; 20x14 cm. - (Plustiplum)
ISBN 978-987-25107-1-8
1. Poesía Argentina. I. Título
CDD A861
Fecha de catalogación: 21/05/2009
Editor: Oscar Fortuna
© 2009 Agustín Antuña
[email protected]
© De esta edición:
2009 - Editorial Imaginante.
[email protected]
www.editorialimaginante.com.ar
Impreso en Argentina
Se permite la reproducción parcial de esta obra siempre que se haga
mención del título de la obra y el nombre del autor.
Poemas
Luego de la hermosura
Mientras paso/ veo tirado en la calle
El gato muerto, su hocico roto:
el descanso después de la violencia
el amor y el deseo a lo desconocido
esos ojos de gato sabían algo antes de/
pero la parca inevitable
No lo veo pisado, hinchado
destripado, fileteado
No veo la muerte como acción
sino latiendo/ presente
Y tenía sangre fresca manándole
a través de los finos dientes
y los pobrecitos bigotes
salpicados de rojo purpúreo
Los ojos mirando hacia no se dónde
7
Diafragma abierto por cinco segundos
Ella, la que vive todos los días allí. La niña que camina descalza
por las calles de Congreso, malabareando siempre esos mocos
semi húmedos sobre sus labios. Pide junto a su madre, una
tarde un poco fría, moneditas de cinco y diez centavos a los
trajeados que pasan.
Viste harapientamente pantalones de jeans pequeños, color
vereda. Un busito de manchones negros y fondo amarillo. Un
pelo duro, grasiento y reseco, mechones pegados.
Madre sentada, bebé amamantado, vaso de cartón con
monedas delante de ellos y la niña de presentadora. Ya
automatizada, resignarse no es lo que el destino les depara. Y
antes de arrojarse entre las bolsas negras y diarios en un banco
de plaza, hasta las nueve y media, diez tienen tiempo. El sol da
sus últimas señales de vida y va extinguiendo su brillo. Les
quedan un par de horas más.
Un cuadro inerte, la familia resiste y ella, con sus mocos de
nueve años, sigue descalza.
8
Patria exterior
Hay una furia allá afuera y todo el mundo lo sabe: el colapso se
acerca y no hay escapatoria alguna. En manadas se van
desplazando hacia las periferias en busca de algún refugio,
algún abrigo que los soporte. La histeria ha alcanzado las
grandes ciudades y se atraganta con todo lo que hay a su paso
sin piedad, sin remordimiento.
Atrás sólo quedan cenizas que alguna vez fueron casas, pastos,
calles, árboles, animales… Todo fue devorado atrozmente por
esta enfermedad y nadie pudo preverlo.
Vamos a morir en breve, se va acercando a los límites con
rapidez, sin aviso. Fuimos parte de la felicidad, la vida dentro
de este planeta. Ya nada queda, sólo esperar y esperar…
Cuando venga a engullirnos, el miedo nos habrá estado
agonizando desde hace tiempo, desde siempre.
9
Parte del día
La mente a la noche, a la madrugada, funciona de manera
extraña. Uno siente los sentidos aguzados, la soledad como
compañía y a una compañía como algo único e incomparable.
La oscuridad invita a la reflexión, los sonidos son más audibles,
los misterios más encriptados. La realidad y la fantasía por la
falta de luz natural causan conjeturas. La gente se vuelve a sí
misma, pero de otra manera: A algunos se les ocurre escribir
insignificancias.
A otros, vivir o dormir.
10
Éxtasis
Luego del techo
la pacificidad del espacio gris
y un nuevo suelo virgen
Alguien pasa por detrás
de los ojos cerrados
Hay rojo, naranja- verde
turquesa, violeta, dorado- blanco
mucho aire
Un lugar donde
no me quiero ir
El ideal de equilibrio
llegar y viajar un viaje
a la profundidad
sin moverse.
11
Un gesto pequeño
El calor se siente en los pezones como en ninguna otra parte del
cuerpo/ Es uno de esos días en que hace sol y dan ganas de decir
qué lindo día/ está hermoso/ Si la piel pudiera percibir la felicidad
de las cosas y las personas los demás sentidos quedarían inútiles/
los otros días con sus respectivas noches y días venideros/ hay
gente triste los días de sol/ hay gente feliz los días de lluvia/ será
acaso que las cosas fáciles se complican solas/ a los perros y a los
árboles les faltaría sonreír/ si los ojos permitieran ver las llamas
no servirían de nada/ así como el hombre desciende del mono
los animales por ende poseen sentimientos/ los días de sol a la
tardecita las personas se quieren con más fuerza/ los pájaros
vuelan porque adentro de las plumas hay aire/ la certeza de ser
feliz en un preciso instante genera a su vez una incertidumbre
de tipo cronológico/ te vas a morir algún día y te vas a resfriar si
no salís con un abrigo a la calle que hace frío y te podés enfermar
cuidáte nene que hay droga por todos lados porque te quiero
coméme bien que si salís con la panza vacía y después tomás te
va a caer mal y vas a vomitar volvé temprano y dormí bien y
llamáme para ver dónde estás te quiero dame un beso acá están
las llaves/ en la mar la vida es más salada/ no hay lugar como estar
en casa la cama es única el olor en la almohada cerrar los ojos y
si tenés suerte te dormís/ la sonrisa de Gardel pegada en la jeta.
12
Romance
Me ves y te estoy viendo
me leés y te estoy leyendo
el pensamiento
porque ambos
respiramos y vivimos
yo en una hoja
y vos en un lugar vacío.
No me mires
dejá de leerme
vas a gastarme
vas a gustarme
seríamos así una sola
personahoja.
cada vez que me leen
me hacen cosquillas
cada vez que me señalan
sonrío todo el día
hasta desacomodarme
las palabras de lugar.
Realmente no sé quién soy
realmente no sé que soy
realmente soy real
como vos que me leés
y no podés parar
porque nos leemos
de arriba abajo.
Es cierto
lo nuestro no va a funcionar
porque yo soy un poema
y vos una persona
y es cierto que el amor
a primera vista
no existe
y el amor entre una persona
y un poema
tampoco.
13
Comulgación incorpórea
Reposa sobre el altar
pero ni los ruidos oyen el zumbido
de la carne
[estéril la fosa nasal
el estornudo y el agua en estela
por sobre el aire reinante]
la plegaria y el perdón son uno
que se mezclan en un esbozo soñado
la alegría extrema
sin la carnalidad misma y la carne
otra vez inflamada,
sin remedio.
14
Mostrá de afuera
Cara
hay una cara
siempre hay una cara
que acosa y no te quiere
dormir es difícil/ cara despierta
en demasía aterroriza titilando pálida
recíprocamente vuelve/ no te muestra exacto
caras muertas aburridas absurdas absortas abandonadas
abstractas abstemias abusadas abrigadoras abrasadoras abren
las brazadas, abuelas volátiles, volcánicamente vacían vorazmente
las caras karmas caras caretas catárticas carótidas acartonadas caruchas
hay que ver los rostros antes de juzgar una cara perdida en la cara memoria
15
Sin casa
Hay moscas. Hay moscas y están por toda la casa, desde el techo
hasta el suelo. Están por todos lados: por el living [donde más
hay] vuelan rápido, se pegan fuertemente contra el vidrio de las
ventanas y son como una pared negra con huequitos de luz.
Algo se está pudriendo y tira olor a muerto en la cocina, en la
heladera repleta de moscas verdes que coparon la cosa muerta.
Ahora chupan asquerosamente y son una pelota [como una
sandía que zumba] que disfruta de placer angurriento.
Y en mi cuarto no sabés el asco que dan. Son gordas [están
satisfechas de sangre] descansan bajo la cama no me dejan
entrar, no me dejan dormir. Si me acuesto las voy a aplastar y el
ruido fétido y la sangre que se resbala por el costado del colchón
repugna.
Hace cinco días que estoy así [me están echando] mientras se
fue pudriendo ahí en la puta heladera. Larga un olor
impresionante junto con el zumbido de las moscas de mierda.
Y yo aguanto el vómito para que no empiecen a comerlo y se
vengan todas a consolarme con esa música indescriptible.
16
17
Acción impaciente
La espera
Dolor en la carne mal cocida
El churrasco jugoso que angustia
Helado derretido, caliente
La espera a desparramarse
Mate frío con gusto a azúcar
El asco mismo en la boca
Hierve presuroso el vómito
Por la tráquea herida del ácido
Espera instantánea al asco que
Duele, que es necesario.
18
Bien abajo
Presión. En la profundidad del océano yace expectante el de
dimensiones impensadas. Observa en la quietud reinante en
que todos estarían ciegos.
Días o semanas, el solitario se recuesta inmóvil, juntando
hambre.
La víctima. Se desprende del seno y sale a curiosear. Mira el
fondo y va adentrándose en el juego de ver menos.
Ahora sólo intuye.
El latigazo. Un tentáculo se adhiere para ahorcar, expande las
fauces y engulle de un bocado. Mientras se mueve, va doliendo
y muere su cuerpo en el caliente esófago, en la bestia.
19
Una y otra
Era hace una vez
y otra, y otra
En una, dos o tres
calles, veredas esquinas
te amaba te pedía toda
el cuerpo las tetas los ojos
el pelo las nalgas el alma
de ser tan pequeña frágil sencilla
y yo inarticulado sobre tu belleza
me siento bajo y te tiro profundo
me tiro profundo a la
absoluta
20
Domingo fatal
Hornallas, cenicero y
colillas humeantes
-el vacío no se llenacon aire nauseabundo
los billetes maricones
sin valor alguno
-todas las calles fríasconvergen en la misma
ciudad de mierda
-de papel masacradono existe en tal o
cual cosa sólo si
solamente sabemos
cuidar el remedio con que
dormimos la siesta.
21
Pifie fulero
Marea baja sube la fiebre repentinamente
en la frente la hinchazón late
y en el habla ni quejido
en el pecho, un pecho
en los dedos uñas tabaco de anoche
la panza de sinsalud
rodilla, tobillo, resbalón, tontera.
Cuando el sol brilla insolencia
el beso que nada nada
un sueño que tumba elefantes
comer dormir comer dormir viajar
tomarse un subte sin sabor sin soda.
22
Aprendiz
Dedicaría toda mi vida o lo que resta
a cronometrar cada uno de los momentos
que no voy a recordar jamás.
Con ganas me aferraría a toda la fe
que tiré por la borda y volvería a hacerlo
para ahogar la novedad antigua.
Incendiaría fósforos y encendedores para
extinguir todo el fuego
y evaporar el agua para que no moje.
En la nada, en el lugar sin nombre
un grano de arena, un pellizco de piel
me harán saber el porqué
de crear aire con aire.
23
Estando prevenido
Comienzo: Empieza así.
La humanidad y sus hechos naturales.
Reciprocidad intrínseca en las cuestiones
físicas y las leyes químicas.
A nada, a nado.
A salto en alto, en largo.
Todo lo remonta al agua bendita
y su bautismo purificador de suciedad.
La sangre, el fuego, el bienamado
y bendito pecado [sin el sexo]
el dar/ recibir vida pasaría a ser
una transacción irrelevante.
Gloriosa autoestima que deviene en ego.
Muerte que espera tranquila, jugando cartas.
Miedo que vigila humeando un cigarrillo
en la comisura, con la vista helada.
Tonto homo, despierta y duerme de
la misma manera.
24
Tiro boletos en la calle
Más que vagabundo
hoy entré y me di cuenta
que mi hora estaba demorada
más que un náufrago
flotar en el mar no es agradable:
me llenó la boca de sal
más nauseabundo
que el agua tibia
cae la lluvia, se enreda entre ella
moja lo que toca, sólo es agua
más que el verano alcohólico
y la suciedad en los pies
un aroma tranquilizador
te va a morder por la espalda
y más vale que te coma
porque los dientes clavados
en la nuca
siempre valen
la mejor exhalación
cortada
25
Evaporación, blanda evaporación de las cosas
No, no. ¡Yo no mato mis neuronas! Es que las dejo salir a volar,
que salgan por mi orejita derecha.
Pero imaginate si una persona puede llegar al asesinato de tan
simpáticos seres. Les presto un poco de libertad, para olvidar el
estrés, el hermetismo, la sofocación…
Algunas, a veces, vuelven al hemisferio al que pertenecían y se
acomodan (otra vez tras sus escritorios) para trabajar y firmar y
leer papeles y pensar un poco.
Sin ellas quizá sería un perfecto idiota. Y prohibiéndoles el
merecido vuelo, un imperfecto hipócrita, un diplomático de
problemática, de matemáticas ecuaciones, de estupideces y
rigideces.
Siempre abierta la jaula, ellas saben que deben o pueden hacer.
Confío en ellas, pues no carecen (de ninguna manera) de
coherencia o raciocinio alguno.
26
Panza llena
A un estómago le llegó
otro más pequeño.
Y mientras lo digería se dijo
que si algún día se terminasen
todos los estómagos del mundo
él mismo debería digerirse.
Y terminando con el pequeño
ya digerido, comenzó a
digerirse a sí mismo y así
no tener que esperar
una desgracia futura.
Mientras la realizaba
con dolor y tristeza
el estómago se fue desintegrando
a sí mismo de adentro
hacia fuera.
Y tuvo que morir
y murió,
bien estómago.
27
Al verrés
De atrás para adelante, de
atrás para adelan tarde, atrás
parar ade lantarde atráspa
rascar pica radar y reci ver
de adelante para atrás, de
atrás para adelante.
28
Número seis quinteto de vientos
La gacela de los parámetros (es el aura infernal) sentada aquí
frente a la agonía insistente. Dejar ser, lucrar el semen y todo lo
que ello conlleva, el estupor genital se hace presente en el
doquier característico del propio inconsciente. Las flautas y las
degollantes preceden así a la propia estadía del manantial.
Exactamente así concluye, en silencio.
29
Ensangrentado camino luz
En el puente que se cuelan
gotas de sal por sus costados
se llueve el agua mansa
en ése descansaba el líquido
en forma de cascada de placer
hasta el arroyo sombrío
y el sol reflexivo discutieron
por aquel paisaje
lo que ven los ojos voladores
lo que sienten los poros tapados de estímulos
afecta el propio paisaje
la esponja chupa sin descanso
el líquido que es la vida
nutre su existencia
para no morir en el intento
si algo realmente ocupa un lugar
en el espacio son las ideas
imágenes e historias vividas
y ante esa claridad innecesaria
un puente, el que lo moja todo
increíbles fotos y postales
aviones de verduras flotantes
pican debajo de las uñas
y también en los pelitos de la oreja
del sonido acordado
hizo llorar así el piso
hasta el arroyo mojado.
30
Axis
Laxo deseo insomne, nocturno
en reposo se posa en el cuero
la parte inguinal fluye y cede:
abierta la paleta en todas sus mixturas
el suelo como tal se presenta precipitadamente
el misterio, el azar, lo profundo
todo converge en fotografías y respiros
sensaciones sexuales y de ahogo y fatiga
de quietud en temor se apega y vuelve
en otro capítulo más agobiante o no…
La película tras los párpados, siempre
encontramos extendida la tela.
Un camino un pie y otro las huellas
el horizonte el aire lo claro del cielo
seguir el impulso, despertar calmo
medio muerto medio tonto.
31
Solo contra el viento
El subconsciente presenta
una sombra opaca.
Acecha la jauría del terror
el infierno acerca su calidez
y en las hordas agoniza el dolor.
No sólo existen las penas
el desengaño
la frialdad en la espalda
todos acaban en sudor malgastado.
En la mala pasada:
el licuado mínimo
el hedor maldito y la soledad llorando.
Una sonrisa crece ansiosa en el círculo abismal.
32
Psi
Soy yo por vos lo que al fin sos
o sólo existe en mi y la casualidad
la cálida calidad
calma claridad
la calumnia en su calamidad.
Tu clásica cleptomanía para deber ser
La mejor sobre mi yo despatarrado
solo en el suelo
sólo silencio.
33
Plutonio atómico
Varsovia, la puta antagonia
y los maltratados párpados noctámbulos
el frío recorre con ligereza
las puntas de nariz, dedos y orejas
ya hasta el iris se me eriza
[si el agua de los ojos siguiera impávida]
se cristaliza la saliva pegajosa en
el paladar, en las papilas golpeadas
el humo a cigarrillo y los labios
surcados por el viento
muere el invierno sin lápida
el cuerpo y la mente que añoran
primaveras más tibias
que la sangre caliente
resbalando por la frente caída,
apoyada sobre las raíces de este árbol.
34
Fina llovizna
El hartazgo en el cielo, la lluvia mediocre cae sobre el asfalto y
es de madrugada.
Un frío húmedo y un viento traicionero se unen para cagarle la
noche al que pasa mojado. Duele hasta la soledad: de ahí hasta
allá, son seis, diez, veintiún cuadras más.
Hasta el whisky, hasta el sueño, las orejas… Cae la lluvia y no
llueve.
35
Víctima de sí
Va subiendo peldaño a peldaño,
y cada uno lo cuenta como
el último
y cada exhalación un pedazo
de vida
que se esfuma/ sin darse cuenta
ya estaba
condenada a ser ella/ a no dejarse
caer
sube al fin se encuentra en la cima
del puente
testigo expectante/ el agua arde
de tan fría
exhala por última vez/ cuenta hasta diez
se tira
nariz, boca, ojos, pulmones todo con agua
la sangre
con agua/ la angustia, la muerte con agua
la muerte
de la poesía.
36
La persistencia
El poeta exhausto
la poetisa en penumbras
el verso que nunca llegó
a su propio final.
La fantasía de día
el entristecer de tarde
la maravilla de noche
y el ocaso de algo eterno.
Todo ello converge en
un azul extraño de poderoso saber
de la incongruencia
al creerse únicamente así
el propio gestor
la historia
sin principio, sin final
cuyo nudo está por desarrollarse
en este momento
37
Impulso
Ni el antes ni el después del ahora sino
el deseo
el único que mantiene en vilo al mismo instante
qué pasa
sin más remedio, sin otro anhelo que dejar ahí
todo eso
que el presente arrastra desde atrás del ayer
la llama
se mantiene el ardor y quema los nervios con el deseo hecho
la carne
arden las llagas de agua burbujeante, revienten al unísono
se salpicará
el fatigado pensamiento yace blando exhausto, ardua tarea
concluida
al fin sigue el espasmo, la marea estática aguarda hacia el
último temblor
de calor desprendido de la última gota de sudor de la frente
calma
38
Lo de ella
La espina que queda clavada en la tierra
esa será la culpable de la desgracia
la madera que desgrana el suelo
y el cielo se abre para dejar pasar
un rayo de luna
el acero nocturno
lo que nadie mide
eso es lo que todos vemos
la espina dorada de luna
39
De los nervios
Se desarraiga y empieza a flotar.
Un pelo que sale de la cabellera
a volar sin prisa, liviano.
Si no es meciéndose va con fuerza
o planea o se precipita y luego
remonta.
Finalmente se anida, hecha raíces:
germina, crece en grosor y brillo,
en altura y ramificaciones.
La planta de pelo castaño que
resplandece sobre el verde pasto sedoso.
Una persona caminante atraviesa lo verde
peina así una raya al medio
Al ver lo sucedido el pelo, de miedo,
encanece y ya nada volverá
a ser como antes.
40
El medio
Él está sentado sobre el filo de la espalda con un cigarro en la
boca, un whisky y dos gotas de sangre dentro de un grueso vaso
de cristal, la luna iluminando la penumbra del entrecejo. De pie
la silueta, a su lado, no le saca la vista. El filo se afila en la rudeza
locuaz, va empalándose lentamente y su hermetismo cede. Un
nombre escrito en las nubes lloviéndose, corta la luz lunar hasta
hilos de ella, las gotas resbalan por la nuca de uno, ambos.
Tiembla la tierra, el mango, el filo enfila hacia su columna.
Seduce, sucede, cede al fin, la muerte que no ahoga. Suspira,
respira, envejece y yace cortado al medio lleno, medio vacío.
41
Existencia prófuga
Luego del vapor, de la niebla con aroma a jabón, de tibieza y
purificación… Luego del baño y sobre la bañadera surca con
decisión una línea delgada desde la punta hasta el desagüe: la
gran gota desparramada de sangre sin responsable aparente.
Vibra en el instante rompiendo con el cuadro angelical.
Pero cuando es advertida por su dueña sta se dispone en cuclillas
y así pasa su lengua por sobre el camino sanguinolento hasta el
desagüe para luego tragar.
Y la pobre con las venas desgarradas, hechas jirones, satisfecha
por dejar la bañera limpia. Sonriendo se dispone a degustar su
propio heroísmo.
42
Costado
Al comienzo no intervienen imágenes
pasadas pero sí una sensación anterior.
El mentón empieza a temblar ligeramente
labio inferior se esconde bajo el superior
se frunce el ceño de manera inquietante
la garganta se anuda en temperatura elevada
y la vista se cristaliza anunciando
caen dos
es cierto
salinas
alimento
cuerpo alma
se unen
agradeciendo
la desdicha
el nudo cede
43
detestabilizador
Ala un ala
Ella lo sabe
que sólo sabe
que sabe algo y vuela
sin brisa que despeine
champaña, llueve alcohólica
se despluma ala sin ala sola sin
nada
44
Sabe
el ruido
el trueno
la luz
un par de gotas
el viento
la humedad
se percibe en el aire ese olor
los animales saben que viene
el perro ladra cuando el suelo vibra
el gato busca lo más cálido de la cocina
y la niña asustada
la madre dice va a pasar
mientras prepara
deja el lápiz un poco arrepentida
se acerca a la ventana a ver llover
y cae el agua de abajo para arriba
la calle parece río
el susto cae de nuevo
quietita, le late todo
Terminó ya de comer
en su cama, recostada
no sabe a qué le teme
45
Ingerir lo necesitado
Se mece en meses atrás
con una nube volando
las noches de verano
que son más frescas
que los días.
Decididamente se mecía
aquel eslabón
adyaciéndose a cierta culpa del ocio
del hastío en la liviandad fluctuante
y gozando en la índole desdichada
en trabajar el sudor de poro dilatado
se permitió por un momento
replantear su situación
de la siguiente manera:
ávido yo
acaso del amor que me espera
hacia las plantas y ríos que riegan
el dolor de vivir fuera
de ellas y de mí.
Me esperan con manos.
En vano pierden bostezos atrasados
el ocaso acerca el futurismo olvidado
y quiebra en mí una huerta
para florecer aquello que lo merezca
Mi espíritu riegue así
y marchite de una vez
lo que deba marcharse
Apagó la luz y más tranquilo
se dispuso a dormir manteniendo un ritmo
de respiración más aplacado.
46
El aguacero
Es duro ver el cauce blando creciendo lentamente
a través de lluvias, deshielos, calentamientos
inviernos se van, ya que las estaciones,
el tren, un amor, el odio, las palabras
¿De que vive el andén? Espera
Me gustaría la cosa, un pedazo de plastilina
la arcilla fría en humedad y calidez pierde
la compostura, la rigidez de las tripas
cuando se tuercen retuercen se estiran al fin
en alivio constante
eso es incomodar la materia
Cuando el cuerpo enferma
-¡La fiebre te hace crecer!- repiten
el eco no está en el silencio sino en las paredes
[cráneo
manos]
ojos ciegos- que son blancos de tan ciegosórbitas las nieblas,
palpas, en manos mojadas
las gotas se escurren.
Por el filo del caño
la escalera termina, ¿Cómo se llama?
Baranda, de lo que uno se toma al bajar
Sarna insípida
Viste cuando tenes flema está obstinado
en la tráquea, nunca mejor mencionada
porque no raspa y queda
Cuando hace frío y la gente se pone triste
piensa en lo que perdió y en el frío
y busca calor y recuerdos vivos pero el sueño
dormir tranquiliza el cuerpo los músculos
sería tan bonito…
Nadie tiene frío adentro del cuerpo
Hay veces, ahora, la lluvia cae
momentos en que tiende a ocurrir el aguacero
se contienen las nubes, se comentan demasiado
la causa expandiéndose
el río lo puede
los peces lloran de alegría
el río crece
47
Garrote a mansalva
Dame la eutanasia, la cicuta
y el cuento
y el besito de las buenas noches
que en esta celda de muertos vivos…
Que dentro de cada barrote
es un hueso el que vive
y viste el gastado smoking de carne.
El miedo se come al miedo
la bronca mastica bronca
se queda sola la cosa loca…
Eso que late bajo la planta,
los pies, el suelo, las tablas,
el anhelo del mito de la locura sin salida.
48
49
En el borde
Tobillos, talones de Aquiles, rectos, al igual que sus pantorrillas.
Pero el arqueo comienza en los glúteos, sigue por toda la espina
dorsal y el cuello laxo, mirando hacia abajo la cabeza, hacia atrás
la nariz. Brazos reflexivos, no están del todo flojos. La mirada
comparte esa misma experiencia.
Disminuye el ruido de a poco, también los latidos, respirar y
exhalar, las ideas… Todo va empequeñeciendo. De la punta de
los pies a los oídos, todo alerta, demorando la explosión. Sólo
el pitido y se va a desatar.
La hilera de cuerpos, en ambos lados, mudos.
La gente sentada en los extremos, rígida.
Señal de preparación, flexión de rodillas, manos en el borde,
vista al frente, casi respirando…
Largada.
En el aire puedo observar que va a cortar el agua con la punta
de los dedos.
50
Ad eternum
El miedo y el tiempo
un reloj sudando frío
una noche de noche cerrada
oscura, bien de noche sola
la noche no sale a bailar
El miedo que roe,
(termitas huelen la médula)
mirarse reflejado y observar
en la pupila dilatada la
silueta/ espejo/ respira/ eterno
ese jovencito Narciso
El miedo provocado, a provocar
catarata de vómito frutal
en la escala de lo sublime
misterio, la espantosa muerte
Cómo será, le pregunta, pero el lago pega media vuelta
y se va
51
Agua color plata
Te veo atravesado por la muerte
a través del espejo de las arenas
no existe negro
el rostro ensombrecido
cejas reflexivas
en medio
rencor
Observo ahora, detenidamente
tras los ojos sin luz
la muerte anterior
el cadáver
el placard
una lápida
fecha de vencimiento
En el taller de martillos blandos
serruchos de encías sensibles
morsas que mucho abarcan…
El polvo aburrido
decenas de libros cometen
actos suicidas al borrarse
goma en mano, página por página
La luz se apaga
un ojo rojo, el otro quieto
media sonrisa
Robé un puñado de arena
como amuleto para el sueño
52
Cronoscopio
Hay relojes y relojes
pero los hay nerviosos
cuando hacen su tic tac
en la noche, las moscas
dejan de volar
porque son de pared
y llevan ese pulso
hasta la hora siguiente
Si uno tiene la mala suerte
de desvelarse una noche
en la casa no tan familiar
que posea uno de esos
relojes grandes e incansables
escuchará el paso del tiempo
muy lentamente
-la angustia crece a lo oscuroEl tic tac no se cansa
y junta coraje
si mientras cincuenta y nueve
veces sesenta
late al fin la cantidad
de repiques estruendosos
que cortan el silencio
y tajan otra hora
Se te puede quebrar el pecho de espanto
al saber que entre el primer y único
-Blong- y el segundo y doble
-Blong, Blongha pasado una hora de noche
pensando en qué pasa
cuando no pasa mucho más
que algo/ tic tac
53
Él
Una corona de espinas empotrada sobre sus sienes
y la lágrima no rueda sino que
va dejando un rastro mientras resbala.
En simetría cae la sangre y no es acertado
nombrar los hilos, mas bien se asemejan
a finas tiras rojas, cortando las arrugas y los pliegues
de la frente y las comisuras oculares.
Los ojos sin vidrios ni nada por el estilo.
Son gemas grisáceas resecas, hartas del llanto,
pero ya la brisa y arena se ocuparán
de aguzar la aridez en todo su aspecto.
Nariz encogida hacia lo alto.
No pretende oler la muerte tras la madera,
la vigilia acecha pero la fatiga persiste.
Labios. Un camino de tierra surcado por carretas
tras la lluvia necia y seca ya, quedan pendientes
los rastros de lo insípido y solitario. Excepto la saliva.
Queda algo mucoso de origen incierto, se asemeja
a una pasta heterogénea que se presenta en forma
de bola blanca en el vértice entre superior e inferior.
Los hay largos y sucios, como jirones de tela,
pegoteados entre tanto líquido laxo y suciedad recogida.
Predominan también las tupidas torsiones en negro oscuro
desde la nuez hasta los pómulos extendiéndose a los
costados por debajo de orejas y fosas ya reseca.
El último suspiro de espera, no puede evitar que
lo tomen de las manos tibias, chorreantes, sin antes
relajar cada ínfimo músculo de su rostro dejando así
lo último de aire escapado por todo los poros.
En una última plegaria implícita
las pupilas rotan hacia el cielo (buscando la nada).
Y sin oxígeno se desliza la flojedad,
el descanso merecido.
Lo único que olvidó borrar
la leve sonrisa que acompaña
la cara abandonada de luz.
54
55
El honor
La calma de estos días me facilitó de manera enorme
las tareas espirituales encomendadas por las fuerzas
mayores. Todo lo aprendido a través de los momentos decisivos será sin dudas lo que me ayudará
en esta travesía. Dejando de lado los consejos
y las supersticiones me dirijo hacia donde
los reflejos y la agilidad mental hacen
de mi un simple objeto de la maravilla caótica. Armonioso como pocos, el
día así empieza; iluminando el
sol las gotas de rocío nocturno
el reino va despertando sus
ganas de seguir peleando.
Sólo yo estoy al alcance.
Mi objetivo es claro
y real: destruir
la duda y el
rencor. Sufrir por lo
que valga
la pena.
El
surgimiento
de un nuevo
amanecer, me trae
de regreso al confín de
los tiempos añorados por siempre.
La batalla de los necios nunca termina,
el corazón de un guerrero crece a cada paso,
el alma de su espada es blanda como el viento,
el acero del combate es rígido como montes nerviosos,
el agua corre con entusiasmo el mensaje de los supremos.
Todo se expande en la tierra del perdón, todo implica respeto
hasta que los nudillos se hundan en madera, cuando los sueños despiertan.
Los discípulos de la nueva hora esperan la llamada del primer pájaro gris,
los maestros se preparan para impartir su filosofía cargada de experiencia.
El reflejo del lago se precipita a mostrar su encanto ocultando la verdad.
En momentos como estos, la naturaleza se dispone a rezar su destino…
Ya nada volverá a ser como entonces, todo comienza y termina con las luces.
56
Triptípico
soy estoy viviré
no hay tal en acá
cuerpo mente alma
el amor la soledad y uno
tres el número impreciso
ser estar parecer semejar
seguridad relación comunicación
el tríptico se abre para no cerrar
los ciclos circulares nunca se estrechan
el tiempo presente pasado y la incertidumbre
la vida sin sentido aparente
aprendizaje es el motivo
el saber nunca culmina
índice, mayor, anular
el medio es uno
se van cerrando
uno es todo
y nada es
lleno
57
Cuentos
Los minutos contados
No sonó el despertador a las siete de la mañana.
Y a las siete y cinco, en vez de estar despierto, seguía soñando que orinaba
prolijamente en un inodoro gigante: en realidad, me estaba meando encima
y me dolían los riñones.
No había nadie, excepto el reloj, para despertarme. Hace dos años me mudé
de mi casa y uno que mi novia me dejó.
Miércoles. Mañana de verano. Ir a trabajar (previo baño y desayuno)… Siete
y veinte.
Al inodoro le empezaron a salir afilados colmillos en toda su boca que
desgarraba el pito meante. Desperté en un charco frío, con las manos
apretando el pecadillo mojado… Reloj, siete y cuarenta.
Urgente abro la ducha, ropa húmeda en el rinconcito, agua tibia que
despabila, froto jabón enérgicamente, espuma blanca y calculo: desayuno
rápido, diez minutos, parada y subida al bondi, quince minutos, viaje y
descenso, cuarenta y cinco minutos… No calculé vestirme, diez minutos más.
Dan un total de una hora veinte minutos y siendo las ocho menos diez y,
¡entro a las nueve!, ni para el taxi, fin de mes y segunda vez con retraso… El
puto laburo de oficina.
Toallón, seco rápido, pateo ropa mugrosa, camisa, corbata, medias, pantalón,
(casi olvido desodorante) saco, zapatos.
Llego a la cocina y café sin recalentar y un pan duro masticando por el pasillo,
ya maletín en mano y llaves en el bolsillo que cerraron la puerta.
Sexto B. Siempre me serenaron los paseos en ascensor, pero hoy no era el
día. Seis pisos, el espejo devuelve ojeras y mal aliento (mal sueño, olvido de
cepillado)…
Quinto. Once meses y dos días viviendo en absoluta soledad. Tendría que
comprar una mascota y la flaca de Recursos que histeriquea como ninguna,
me cansé de pagar putas…
Cuarto. Hace bastante no me junto con los pibes a jugar un fulbito, ahora
que las canchas no las alquila nadie.
Tercero. Enero y todavía no me voy de vacaciones, ¡me vieron la cara de
pelotudo! La segunda de Febrero pero igual para qué, el chalecito de mis
viejos en la costa, un embole, ni para invitar...
Segundo. Faltan dos, tres días para el sábado, ya quiero que termine la
semana, anoche me acosté dos menos diez después de haber visto…
Primero… esa película pedorra pero qué paja me clavé si no, no me dormía,
seguro que el portero ahora me dice “qué calorcito, ¿no?” y yo ni le contesto,
es un fracasado.
Planta baja. Apurate, corro las dos puertas, media vuelta, cierro ambas y el
portero tarado que no está… Puerta cerrada, tanteo, derecho, izquierdo, ahí,
abre.
Calle. Media cuadra hasta Corrientes, ningún auto en la calle. Llego a la
avenida, sin tránsito, sin gente caminando apurada, sin semáforos (todos
apagados), comercios cerrados.
Increíblemente, ningún ruido, ni señal de vida.
Nada.
Me paro en medio del asfalto y no viene ningún vehículo. Algo anda mal, muy
mal, pero parece que hoy no llego…
Me siento, miro parra arriba, las nubes pasan calmas. Sin ansiedad, sin miedo,
sigo sentado sin esperar o pensar en algo, pero me aprieta. No es la corbata,
el cuello o el pantalón. Es el reloj de pulsera. Corro el saco y veo la hora: siete
horas, cuarenta y nueve minutos, cincuenta y ocho segundos, cincuenta y
nueve. Alarmita.
Manotazo al despertador. Me doy vuelta todo meado. Menos diez. No llego.
Otro día que no llego.
60
Todavía el viento
I
En la inmensidad todo es más grande. La vista obnubila, no engrandece
a las cosas visibles. Es el espacio vacío y el camino no trazado por
delante, que comienza en el horizonte y culmina por detrás de la
curvatura redonda.
Los ojos en sí mismos no esconden más que imágenes que podrían
ser engañosas, como el mismo suelo firme o esas nubes que nadan en
el aire.
II
En cada minúscula grieta formada por pliegues y relieves en las yemas
de los dedos de ambos pies se arraigan, húmedos, los granos de fina
arena de seda. Los mares y océanos, producto de la transpiración
divina, han bañado los pisos secos de la tierra.
No pudo ver eso que estaba más allá de la curvatura horizontal, no
alcanzó más que la esfera de luz que lo cegaba sin descanso. No podía
y, sin embargo, la vibración en sus pies se hizo cada vez más inquieta,
creciendo en litros furiosos.
III
Avanzaba o, mejor dicho, avanzaban gota a gota el ejército de agua que
arrasaba con los minúsculos granos de arena.
Mientras el magnánimo líquido, ensordecedor, la vibración, cada vez
más fuerte.
Cuando la bola de luz bajó lo suficiente como para no obstruir los
ojos, la muralla negra galopaba con furia, con extremo poderío. Y más
rápido y más alto, tapando el sol con oscuridad.
IV
Alguien perecería en tan extraordinario hecho. Entre arena, furia y
agua existía algo, alguien más, perdido de sed en un lugar
desconocido.
Sólo el viento puede contar el resto, ni siquiera el sol brillante fue
testigo del acontecimiento o esas nubes que nadaban distraídas, como
si nada.
61
Relato encapsulado en un globo desinflado
La vida no es para vivirla. La vida es para vivir viviéndola. Es un regalo de la
vida, casi una vida. Nos da la ventaja de vivir viviendo cada instante, cada
milésima de vida que muere en el tiempo vivo.
Me encuentro encerrado en un parque de diversiones. Prisionero de la alegría,
el nerviosismo se transforma en frío que corre por las láminas mucosas del
fémur. Las caras horripilantes también se transforman a su vez en el aroma
de las palomitas de maíz que estallan en medio de un baño turco de almíbar.
¡Que bonito! Mis zapatos se desatan frente al desenfrenado fulgor de los
vistosos juegos, las luces brillantes que marcan mi retina, los globos inflados
de un helio feliz que llena sus barrigas abultadas de esperanzas... Maravilloso.
Retrocedo en mi vida para pedirle a mi padre, hombre admirable, un copo
azucarado que chorrea nubes. Postrado ante mis sueños, nutrido del fantástico
mundo viviente. Ese día me siento feliz. Este día seré cualquier zángano menos
yo mismo. Aquellos días hubiesen anhelado los copos, aromas, juegos...
Excitado, con una erección enfermiza en mi mente. Ya sabemos que todos los
niños, inclusive mi persona, deben enfrentar a sí mismos sus temores para
evitar el auto- rechazo. Así contemplaba la intensidad insoportable de la
montaña rusa “Canibal”.
En flashback, permanece todo en cámara lenta. Estiraba mi brazo izquierdo
hasta alcanzar los pantalones grises de mi padre, hombre al que he de admirar
mi vida entera. Tiré de ellos para proponerle la decisión más arriesgada de
mi vida: - “¡Quiero subir a ésa!”
Si, lo sabía. Me miró con una mueca burlona y preguntó si era tan grande
para ir: - “Por supuesto. Prometo no asustarme.” Si yo debía probar mi coraje,
era obvio que a los demás también.
Terminó la cámara lenta. Siguieron imágenes intermitentes que surcaron mi
pequeña estructura viviente. El vigor estaba impreso en toda mi dermis y la
adrenalina era un petardo de corta mecha.
Caminamos casi sin notar la presencia de los demás, evitando lo que nos
rodeaba, excepto a la expectativa. Esta creció desde los pies hasta la nuca en
forma de escalofrío abominable. La fila de personas que esperaban delante
nuestro, un martirio que punzaba.
...Ahora, ni antes ni después. Por fin. Sentados es ese carrito maquiavélico,
todavía recuerdo sus sabias palabras: “Si tenés miedo, gritá y cerrá los ojos.”
Me abrazó y sentí el peso del mundo que rodeaba mis extremidades
superiores.
Bajo presión se accionaban las cadenas en movimiento constante para
desplazar la fila de carritos hasta una cima vertical que culminaría en una
fatalidad de caída abrupta capaz de helar las neuronas. Luego seguía una curva
frenética, la más larga de todo el siniestro juego. Sentí un miedo vacío en las
costillas, en mi vientre, en mi vida, hasta la segunda caída. Impulsados ya por
la primera, ascendimos con ligereza hacia la cima. Ésta era más alta que la
anterior, ésta era tenebrosa, irradiaba podredumbre.
Caímos, morí, muerte, muertos, morimos y, a su vez murió el tiempo y la vida
y los globos y...
Murieron segundos de vida encapsulados en un carrito que decarriló y se
estrelló en el sendero lapidario de un rígido cemento. Mi vida pasó delante
de la muerte para despedirse de sí misma, con timidez pasajera.
Aquí no hay padre, no hay felicidad, ni si quiera vida o muerte. Existen cosas
vivientes que mueren junto a mí y el helio, alegre de seguir hinchando las
barrigas apretadas de los globos. De llenar los pómulos de niños con su gas,
lleno de esperanza.
Perdí mi vida, no la esperanza de vivirla.
62
63
El padre ha muerto
Cierra tus ojos lentamente e imagina que estás solo por un momento: Te has
quedado sin el habla y sin poder escribir. Te despertaste sin saber dónde estás
o dónde has estado. No te perdiste ni has quedado mudo o manco. Te
encuentras solitario en un cuarto húmedo y pequeño, pero a la vez acogedor.
El mismo tiene una cama pequeña de sábanas amarillentas y arrugadas. La
almohada parece una roca blanca, redondeada en su abdomen. El piso y las
paredes se encuentran demacrados por las manchas y el polvillo penetrante.
La mesita de luz casi desfalleciente, se sostiene todavía en pie gracias a la
casualidad y a su madera resistente. Por la ventana, a veces, sale un sol que
entibia la habitación de mala muerte. Solamente se mantienen erguidos e
intactos el piano blanco de cola y tu integridad física (has comprobado ésta
última en un espejo maltrecho y fracturado en sus cuatro vértices,
idénticamente)
En un momento algo te impulsa a querer acariciar las teclas inmaculadas de
ese instrumento fascinante. Algo que, para ti es desconocido, te produce una
incómoda sensación de abrir tu alma amnésica hacia un estado de
inconciencia por el aire.
Apoyas ambas manos y comienzas a tocar una sinfonía de Bach, deslizando
con delicadeza y gracia las notas armoniosamente interpretadas.
Tu mundo, como te has dado cuenta hace unos instantes atrás, está
compuesto solamente por el piano blanco y brilloso frente a ti. Te encuentras
parado, ejecutando con una frenética majestuosidad una música de insólita
prodigiosidad.
... Listo. Ahora abre lentamente tus ojos y cuéntame qué es lo que
experimentaste. Ganas de hablar, escribir. O quizá de despertar en otro sitio,
con otras facultades... Desesperación, ganas de gritar o, tal vez, ahogo,
desasosiego... Piénsalo y no me contestes, por favor, tómate tu tiempo...
La lección que nos enseña este “viaje en trance” (en el nombre que le he
concedido a esta experiencia), es lo que eres tú realmente. La vida y la muerte
que generas. La existencia, esencia, personalidad y capacidad que has
engendrado. Todos estos méritos tuyos que gracias a medios de aprendizajes
externos y vivencias internas has podido ejecutarlos, al igual que la música.
Y por último (y no tan pronto) quiero que reflexiones esto: ¿Crees que serías
feliz en ese cuarto, donde tú habitas en solitaria compañía de un piano blanco
de cola, con todas sus teclas y notas, (que permanece afinado infinitamente)
y vivieras así el resto de tus días?
¿Crees que crees en lo que no crees? ¿O acaso crees que no crees en lo que
crees que no crees?
Medítalo con tranquilidad, mientras yo sigo tocando el piano.
Sigmund Freud (1856- 1939).
Escrito encontrado en una habitación (idéntica a la descripta en el relato),
tras su fallecimiento. La policía encontró el cadáver sentado sobre la cama
(en el medio, exactamente). En su mano izquierda tenía una pipa pequeña
cargada hasta el tope de opio (en su mayoría) y tabaco. En su derecha, un
montículo de cocaína apenas rebajada. Las brazas que se desprendieron de
su pipa iniciaron el incendio que destruyó el piano blanco y parte del cuarto,
excepto el relato y la mitad de su cuerpo. El médico forense afirmó que tuvo
una muerte repentina por sobredosis a causa del consumo de estupefacientes
y sustancias tóxicas en gran cantidad.
Cuando lo hallaron, ya era tarde. Se encontraba sentado frente a un espejo
de cuatro vértices fracturados.
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Índice
Poemas
Luego de la hermosura ..............................................7
Diafragma abierto por cinco segundos........................8
Patria exterior ............................................................9
Parte del día ............................................................10
Éxtasis ......................................................................11
Un gesto pequeño ....................................................12
Romance ..................................................................13
Comulgación incorpórea ..........................................14
Mostrá de afuera ......................................................15
Sin casa ....................................................................16
Acción impaciente....................................................18
Bien abajo ................................................................19
Una y otra ................................................................20
Domingo fatal..........................................................21
Pifie fulero................................................................22
Aprendiz ..................................................................23
Estando prevenido....................................................24
Tiro boletos en la calle..............................................25
Evaporación, blanda evaporación de las cosas ..........26
Panza llena ..............................................................27
Al verrés ..................................................................28
Número seis quinteto de vientos ..............................29
Ensangrentado camino luz ......................................30
Axis ......................................................................31
Solo contra el viento ................................................32
Psi
......................................................................33
Plutonio atómico......................................................34
Fina llovizna ............................................................35
Víctima de sí ............................................................36
La persistencia ..........................................................37
Impulso ..................................................................38
Lo de ella..................................................................39
De los nervios ..........................................................40
El medio ..................................................................41
Existencia prófuga ....................................................42
Costado....................................................................43
Detestabilizador ......................................................44
Sabe ......................................................................45
Ingerir lo necesitado ................................................46
El aguacero ..............................................................47
Garrote a mansalva ..................................................48
En el borde ..............................................................50
Ad eternum ............................................................51
Agua color plata ......................................................52
Cronoscopio ............................................................53
Él
......................................................................54
El honor ..................................................................56
Triptípico ................................................................57
Cuentos
Los minutos contados ..............................................60
Todavía el viento ......................................................61
Relato encapsulado en un globo desinflado ..............62
El padre ha muerto ..................................................64
Este libro se terminó de compaginar
un día de abril, con un sol de otoño
que alimenta las plantas
y engrandece las almas
Agradecimientos
A los dibujantes:
Ezequiel Fernández (Tapa y Págs. 19, 49, 55),
[email protected]
Marco Dreyer(Págs. 9,14, 23, 31, 35, 41, 44, 51),
[email protected]
www.flickr.com/photos/elbellosentidodeltristealacran/show/
Eirik Helle Riise (Pág. 7), [email protected]
www.ehriise.blogspot.com
María Helene Knoph (Pág.53) [email protected]
Y Pablo Draletti (Págs.17 y 69). [email protected]
Gracias a mi Familia, amigos, conocidos y desconocidos por
darme la aprobación y el apoyo suficiente como para llenar de
hojitas y palitos las tenazas de hormigas que trabajaron con
tanta dedicación y esfuerzo.
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