Hormiguero Agustín Antuña Hormiguero Agustín Antuña Colección Plustiplum Imaginante editorial Antuña, Agustín Hormiguero. - 1a ed. - Buenos Aires : Imaginante, 2009. 70 p. ; 20x14 cm. - (Plustiplum) ISBN 978-987-25107-1-8 1. Poesía Argentina. I. Título CDD A861 Fecha de catalogación: 21/05/2009 Editor: Oscar Fortuna © 2009 Agustín Antuña [email protected] © De esta edición: 2009 - Editorial Imaginante. [email protected] www.editorialimaginante.com.ar Impreso en Argentina Se permite la reproducción parcial de esta obra siempre que se haga mención del título de la obra y el nombre del autor. Poemas Luego de la hermosura Mientras paso/ veo tirado en la calle El gato muerto, su hocico roto: el descanso después de la violencia el amor y el deseo a lo desconocido esos ojos de gato sabían algo antes de/ pero la parca inevitable No lo veo pisado, hinchado destripado, fileteado No veo la muerte como acción sino latiendo/ presente Y tenía sangre fresca manándole a través de los finos dientes y los pobrecitos bigotes salpicados de rojo purpúreo Los ojos mirando hacia no se dónde 7 Diafragma abierto por cinco segundos Ella, la que vive todos los días allí. La niña que camina descalza por las calles de Congreso, malabareando siempre esos mocos semi húmedos sobre sus labios. Pide junto a su madre, una tarde un poco fría, moneditas de cinco y diez centavos a los trajeados que pasan. Viste harapientamente pantalones de jeans pequeños, color vereda. Un busito de manchones negros y fondo amarillo. Un pelo duro, grasiento y reseco, mechones pegados. Madre sentada, bebé amamantado, vaso de cartón con monedas delante de ellos y la niña de presentadora. Ya automatizada, resignarse no es lo que el destino les depara. Y antes de arrojarse entre las bolsas negras y diarios en un banco de plaza, hasta las nueve y media, diez tienen tiempo. El sol da sus últimas señales de vida y va extinguiendo su brillo. Les quedan un par de horas más. Un cuadro inerte, la familia resiste y ella, con sus mocos de nueve años, sigue descalza. 8 Patria exterior Hay una furia allá afuera y todo el mundo lo sabe: el colapso se acerca y no hay escapatoria alguna. En manadas se van desplazando hacia las periferias en busca de algún refugio, algún abrigo que los soporte. La histeria ha alcanzado las grandes ciudades y se atraganta con todo lo que hay a su paso sin piedad, sin remordimiento. Atrás sólo quedan cenizas que alguna vez fueron casas, pastos, calles, árboles, animales… Todo fue devorado atrozmente por esta enfermedad y nadie pudo preverlo. Vamos a morir en breve, se va acercando a los límites con rapidez, sin aviso. Fuimos parte de la felicidad, la vida dentro de este planeta. Ya nada queda, sólo esperar y esperar… Cuando venga a engullirnos, el miedo nos habrá estado agonizando desde hace tiempo, desde siempre. 9 Parte del día La mente a la noche, a la madrugada, funciona de manera extraña. Uno siente los sentidos aguzados, la soledad como compañía y a una compañía como algo único e incomparable. La oscuridad invita a la reflexión, los sonidos son más audibles, los misterios más encriptados. La realidad y la fantasía por la falta de luz natural causan conjeturas. La gente se vuelve a sí misma, pero de otra manera: A algunos se les ocurre escribir insignificancias. A otros, vivir o dormir. 10 Éxtasis Luego del techo la pacificidad del espacio gris y un nuevo suelo virgen Alguien pasa por detrás de los ojos cerrados Hay rojo, naranja- verde turquesa, violeta, dorado- blanco mucho aire Un lugar donde no me quiero ir El ideal de equilibrio llegar y viajar un viaje a la profundidad sin moverse. 11 Un gesto pequeño El calor se siente en los pezones como en ninguna otra parte del cuerpo/ Es uno de esos días en que hace sol y dan ganas de decir qué lindo día/ está hermoso/ Si la piel pudiera percibir la felicidad de las cosas y las personas los demás sentidos quedarían inútiles/ los otros días con sus respectivas noches y días venideros/ hay gente triste los días de sol/ hay gente feliz los días de lluvia/ será acaso que las cosas fáciles se complican solas/ a los perros y a los árboles les faltaría sonreír/ si los ojos permitieran ver las llamas no servirían de nada/ así como el hombre desciende del mono los animales por ende poseen sentimientos/ los días de sol a la tardecita las personas se quieren con más fuerza/ los pájaros vuelan porque adentro de las plumas hay aire/ la certeza de ser feliz en un preciso instante genera a su vez una incertidumbre de tipo cronológico/ te vas a morir algún día y te vas a resfriar si no salís con un abrigo a la calle que hace frío y te podés enfermar cuidáte nene que hay droga por todos lados porque te quiero coméme bien que si salís con la panza vacía y después tomás te va a caer mal y vas a vomitar volvé temprano y dormí bien y llamáme para ver dónde estás te quiero dame un beso acá están las llaves/ en la mar la vida es más salada/ no hay lugar como estar en casa la cama es única el olor en la almohada cerrar los ojos y si tenés suerte te dormís/ la sonrisa de Gardel pegada en la jeta. 12 Romance Me ves y te estoy viendo me leés y te estoy leyendo el pensamiento porque ambos respiramos y vivimos yo en una hoja y vos en un lugar vacío. No me mires dejá de leerme vas a gastarme vas a gustarme seríamos así una sola personahoja. cada vez que me leen me hacen cosquillas cada vez que me señalan sonrío todo el día hasta desacomodarme las palabras de lugar. Realmente no sé quién soy realmente no sé que soy realmente soy real como vos que me leés y no podés parar porque nos leemos de arriba abajo. Es cierto lo nuestro no va a funcionar porque yo soy un poema y vos una persona y es cierto que el amor a primera vista no existe y el amor entre una persona y un poema tampoco. 13 Comulgación incorpórea Reposa sobre el altar pero ni los ruidos oyen el zumbido de la carne [estéril la fosa nasal el estornudo y el agua en estela por sobre el aire reinante] la plegaria y el perdón son uno que se mezclan en un esbozo soñado la alegría extrema sin la carnalidad misma y la carne otra vez inflamada, sin remedio. 14 Mostrá de afuera Cara hay una cara siempre hay una cara que acosa y no te quiere dormir es difícil/ cara despierta en demasía aterroriza titilando pálida recíprocamente vuelve/ no te muestra exacto caras muertas aburridas absurdas absortas abandonadas abstractas abstemias abusadas abrigadoras abrasadoras abren las brazadas, abuelas volátiles, volcánicamente vacían vorazmente las caras karmas caras caretas catárticas carótidas acartonadas caruchas hay que ver los rostros antes de juzgar una cara perdida en la cara memoria 15 Sin casa Hay moscas. Hay moscas y están por toda la casa, desde el techo hasta el suelo. Están por todos lados: por el living [donde más hay] vuelan rápido, se pegan fuertemente contra el vidrio de las ventanas y son como una pared negra con huequitos de luz. Algo se está pudriendo y tira olor a muerto en la cocina, en la heladera repleta de moscas verdes que coparon la cosa muerta. Ahora chupan asquerosamente y son una pelota [como una sandía que zumba] que disfruta de placer angurriento. Y en mi cuarto no sabés el asco que dan. Son gordas [están satisfechas de sangre] descansan bajo la cama no me dejan entrar, no me dejan dormir. Si me acuesto las voy a aplastar y el ruido fétido y la sangre que se resbala por el costado del colchón repugna. Hace cinco días que estoy así [me están echando] mientras se fue pudriendo ahí en la puta heladera. Larga un olor impresionante junto con el zumbido de las moscas de mierda. Y yo aguanto el vómito para que no empiecen a comerlo y se vengan todas a consolarme con esa música indescriptible. 16 17 Acción impaciente La espera Dolor en la carne mal cocida El churrasco jugoso que angustia Helado derretido, caliente La espera a desparramarse Mate frío con gusto a azúcar El asco mismo en la boca Hierve presuroso el vómito Por la tráquea herida del ácido Espera instantánea al asco que Duele, que es necesario. 18 Bien abajo Presión. En la profundidad del océano yace expectante el de dimensiones impensadas. Observa en la quietud reinante en que todos estarían ciegos. Días o semanas, el solitario se recuesta inmóvil, juntando hambre. La víctima. Se desprende del seno y sale a curiosear. Mira el fondo y va adentrándose en el juego de ver menos. Ahora sólo intuye. El latigazo. Un tentáculo se adhiere para ahorcar, expande las fauces y engulle de un bocado. Mientras se mueve, va doliendo y muere su cuerpo en el caliente esófago, en la bestia. 19 Una y otra Era hace una vez y otra, y otra En una, dos o tres calles, veredas esquinas te amaba te pedía toda el cuerpo las tetas los ojos el pelo las nalgas el alma de ser tan pequeña frágil sencilla y yo inarticulado sobre tu belleza me siento bajo y te tiro profundo me tiro profundo a la absoluta 20 Domingo fatal Hornallas, cenicero y colillas humeantes -el vacío no se llenacon aire nauseabundo los billetes maricones sin valor alguno -todas las calles fríasconvergen en la misma ciudad de mierda -de papel masacradono existe en tal o cual cosa sólo si solamente sabemos cuidar el remedio con que dormimos la siesta. 21 Pifie fulero Marea baja sube la fiebre repentinamente en la frente la hinchazón late y en el habla ni quejido en el pecho, un pecho en los dedos uñas tabaco de anoche la panza de sinsalud rodilla, tobillo, resbalón, tontera. Cuando el sol brilla insolencia el beso que nada nada un sueño que tumba elefantes comer dormir comer dormir viajar tomarse un subte sin sabor sin soda. 22 Aprendiz Dedicaría toda mi vida o lo que resta a cronometrar cada uno de los momentos que no voy a recordar jamás. Con ganas me aferraría a toda la fe que tiré por la borda y volvería a hacerlo para ahogar la novedad antigua. Incendiaría fósforos y encendedores para extinguir todo el fuego y evaporar el agua para que no moje. En la nada, en el lugar sin nombre un grano de arena, un pellizco de piel me harán saber el porqué de crear aire con aire. 23 Estando prevenido Comienzo: Empieza así. La humanidad y sus hechos naturales. Reciprocidad intrínseca en las cuestiones físicas y las leyes químicas. A nada, a nado. A salto en alto, en largo. Todo lo remonta al agua bendita y su bautismo purificador de suciedad. La sangre, el fuego, el bienamado y bendito pecado [sin el sexo] el dar/ recibir vida pasaría a ser una transacción irrelevante. Gloriosa autoestima que deviene en ego. Muerte que espera tranquila, jugando cartas. Miedo que vigila humeando un cigarrillo en la comisura, con la vista helada. Tonto homo, despierta y duerme de la misma manera. 24 Tiro boletos en la calle Más que vagabundo hoy entré y me di cuenta que mi hora estaba demorada más que un náufrago flotar en el mar no es agradable: me llenó la boca de sal más nauseabundo que el agua tibia cae la lluvia, se enreda entre ella moja lo que toca, sólo es agua más que el verano alcohólico y la suciedad en los pies un aroma tranquilizador te va a morder por la espalda y más vale que te coma porque los dientes clavados en la nuca siempre valen la mejor exhalación cortada 25 Evaporación, blanda evaporación de las cosas No, no. ¡Yo no mato mis neuronas! Es que las dejo salir a volar, que salgan por mi orejita derecha. Pero imaginate si una persona puede llegar al asesinato de tan simpáticos seres. Les presto un poco de libertad, para olvidar el estrés, el hermetismo, la sofocación… Algunas, a veces, vuelven al hemisferio al que pertenecían y se acomodan (otra vez tras sus escritorios) para trabajar y firmar y leer papeles y pensar un poco. Sin ellas quizá sería un perfecto idiota. Y prohibiéndoles el merecido vuelo, un imperfecto hipócrita, un diplomático de problemática, de matemáticas ecuaciones, de estupideces y rigideces. Siempre abierta la jaula, ellas saben que deben o pueden hacer. Confío en ellas, pues no carecen (de ninguna manera) de coherencia o raciocinio alguno. 26 Panza llena A un estómago le llegó otro más pequeño. Y mientras lo digería se dijo que si algún día se terminasen todos los estómagos del mundo él mismo debería digerirse. Y terminando con el pequeño ya digerido, comenzó a digerirse a sí mismo y así no tener que esperar una desgracia futura. Mientras la realizaba con dolor y tristeza el estómago se fue desintegrando a sí mismo de adentro hacia fuera. Y tuvo que morir y murió, bien estómago. 27 Al verrés De atrás para adelante, de atrás para adelan tarde, atrás parar ade lantarde atráspa rascar pica radar y reci ver de adelante para atrás, de atrás para adelante. 28 Número seis quinteto de vientos La gacela de los parámetros (es el aura infernal) sentada aquí frente a la agonía insistente. Dejar ser, lucrar el semen y todo lo que ello conlleva, el estupor genital se hace presente en el doquier característico del propio inconsciente. Las flautas y las degollantes preceden así a la propia estadía del manantial. Exactamente así concluye, en silencio. 29 Ensangrentado camino luz En el puente que se cuelan gotas de sal por sus costados se llueve el agua mansa en ése descansaba el líquido en forma de cascada de placer hasta el arroyo sombrío y el sol reflexivo discutieron por aquel paisaje lo que ven los ojos voladores lo que sienten los poros tapados de estímulos afecta el propio paisaje la esponja chupa sin descanso el líquido que es la vida nutre su existencia para no morir en el intento si algo realmente ocupa un lugar en el espacio son las ideas imágenes e historias vividas y ante esa claridad innecesaria un puente, el que lo moja todo increíbles fotos y postales aviones de verduras flotantes pican debajo de las uñas y también en los pelitos de la oreja del sonido acordado hizo llorar así el piso hasta el arroyo mojado. 30 Axis Laxo deseo insomne, nocturno en reposo se posa en el cuero la parte inguinal fluye y cede: abierta la paleta en todas sus mixturas el suelo como tal se presenta precipitadamente el misterio, el azar, lo profundo todo converge en fotografías y respiros sensaciones sexuales y de ahogo y fatiga de quietud en temor se apega y vuelve en otro capítulo más agobiante o no… La película tras los párpados, siempre encontramos extendida la tela. Un camino un pie y otro las huellas el horizonte el aire lo claro del cielo seguir el impulso, despertar calmo medio muerto medio tonto. 31 Solo contra el viento El subconsciente presenta una sombra opaca. Acecha la jauría del terror el infierno acerca su calidez y en las hordas agoniza el dolor. No sólo existen las penas el desengaño la frialdad en la espalda todos acaban en sudor malgastado. En la mala pasada: el licuado mínimo el hedor maldito y la soledad llorando. Una sonrisa crece ansiosa en el círculo abismal. 32 Psi Soy yo por vos lo que al fin sos o sólo existe en mi y la casualidad la cálida calidad calma claridad la calumnia en su calamidad. Tu clásica cleptomanía para deber ser La mejor sobre mi yo despatarrado solo en el suelo sólo silencio. 33 Plutonio atómico Varsovia, la puta antagonia y los maltratados párpados noctámbulos el frío recorre con ligereza las puntas de nariz, dedos y orejas ya hasta el iris se me eriza [si el agua de los ojos siguiera impávida] se cristaliza la saliva pegajosa en el paladar, en las papilas golpeadas el humo a cigarrillo y los labios surcados por el viento muere el invierno sin lápida el cuerpo y la mente que añoran primaveras más tibias que la sangre caliente resbalando por la frente caída, apoyada sobre las raíces de este árbol. 34 Fina llovizna El hartazgo en el cielo, la lluvia mediocre cae sobre el asfalto y es de madrugada. Un frío húmedo y un viento traicionero se unen para cagarle la noche al que pasa mojado. Duele hasta la soledad: de ahí hasta allá, son seis, diez, veintiún cuadras más. Hasta el whisky, hasta el sueño, las orejas… Cae la lluvia y no llueve. 35 Víctima de sí Va subiendo peldaño a peldaño, y cada uno lo cuenta como el último y cada exhalación un pedazo de vida que se esfuma/ sin darse cuenta ya estaba condenada a ser ella/ a no dejarse caer sube al fin se encuentra en la cima del puente testigo expectante/ el agua arde de tan fría exhala por última vez/ cuenta hasta diez se tira nariz, boca, ojos, pulmones todo con agua la sangre con agua/ la angustia, la muerte con agua la muerte de la poesía. 36 La persistencia El poeta exhausto la poetisa en penumbras el verso que nunca llegó a su propio final. La fantasía de día el entristecer de tarde la maravilla de noche y el ocaso de algo eterno. Todo ello converge en un azul extraño de poderoso saber de la incongruencia al creerse únicamente así el propio gestor la historia sin principio, sin final cuyo nudo está por desarrollarse en este momento 37 Impulso Ni el antes ni el después del ahora sino el deseo el único que mantiene en vilo al mismo instante qué pasa sin más remedio, sin otro anhelo que dejar ahí todo eso que el presente arrastra desde atrás del ayer la llama se mantiene el ardor y quema los nervios con el deseo hecho la carne arden las llagas de agua burbujeante, revienten al unísono se salpicará el fatigado pensamiento yace blando exhausto, ardua tarea concluida al fin sigue el espasmo, la marea estática aguarda hacia el último temblor de calor desprendido de la última gota de sudor de la frente calma 38 Lo de ella La espina que queda clavada en la tierra esa será la culpable de la desgracia la madera que desgrana el suelo y el cielo se abre para dejar pasar un rayo de luna el acero nocturno lo que nadie mide eso es lo que todos vemos la espina dorada de luna 39 De los nervios Se desarraiga y empieza a flotar. Un pelo que sale de la cabellera a volar sin prisa, liviano. Si no es meciéndose va con fuerza o planea o se precipita y luego remonta. Finalmente se anida, hecha raíces: germina, crece en grosor y brillo, en altura y ramificaciones. La planta de pelo castaño que resplandece sobre el verde pasto sedoso. Una persona caminante atraviesa lo verde peina así una raya al medio Al ver lo sucedido el pelo, de miedo, encanece y ya nada volverá a ser como antes. 40 El medio Él está sentado sobre el filo de la espalda con un cigarro en la boca, un whisky y dos gotas de sangre dentro de un grueso vaso de cristal, la luna iluminando la penumbra del entrecejo. De pie la silueta, a su lado, no le saca la vista. El filo se afila en la rudeza locuaz, va empalándose lentamente y su hermetismo cede. Un nombre escrito en las nubes lloviéndose, corta la luz lunar hasta hilos de ella, las gotas resbalan por la nuca de uno, ambos. Tiembla la tierra, el mango, el filo enfila hacia su columna. Seduce, sucede, cede al fin, la muerte que no ahoga. Suspira, respira, envejece y yace cortado al medio lleno, medio vacío. 41 Existencia prófuga Luego del vapor, de la niebla con aroma a jabón, de tibieza y purificación… Luego del baño y sobre la bañadera surca con decisión una línea delgada desde la punta hasta el desagüe: la gran gota desparramada de sangre sin responsable aparente. Vibra en el instante rompiendo con el cuadro angelical. Pero cuando es advertida por su dueña sta se dispone en cuclillas y así pasa su lengua por sobre el camino sanguinolento hasta el desagüe para luego tragar. Y la pobre con las venas desgarradas, hechas jirones, satisfecha por dejar la bañera limpia. Sonriendo se dispone a degustar su propio heroísmo. 42 Costado Al comienzo no intervienen imágenes pasadas pero sí una sensación anterior. El mentón empieza a temblar ligeramente labio inferior se esconde bajo el superior se frunce el ceño de manera inquietante la garganta se anuda en temperatura elevada y la vista se cristaliza anunciando caen dos es cierto salinas alimento cuerpo alma se unen agradeciendo la desdicha el nudo cede 43 detestabilizador Ala un ala Ella lo sabe que sólo sabe que sabe algo y vuela sin brisa que despeine champaña, llueve alcohólica se despluma ala sin ala sola sin nada 44 Sabe el ruido el trueno la luz un par de gotas el viento la humedad se percibe en el aire ese olor los animales saben que viene el perro ladra cuando el suelo vibra el gato busca lo más cálido de la cocina y la niña asustada la madre dice va a pasar mientras prepara deja el lápiz un poco arrepentida se acerca a la ventana a ver llover y cae el agua de abajo para arriba la calle parece río el susto cae de nuevo quietita, le late todo Terminó ya de comer en su cama, recostada no sabe a qué le teme 45 Ingerir lo necesitado Se mece en meses atrás con una nube volando las noches de verano que son más frescas que los días. Decididamente se mecía aquel eslabón adyaciéndose a cierta culpa del ocio del hastío en la liviandad fluctuante y gozando en la índole desdichada en trabajar el sudor de poro dilatado se permitió por un momento replantear su situación de la siguiente manera: ávido yo acaso del amor que me espera hacia las plantas y ríos que riegan el dolor de vivir fuera de ellas y de mí. Me esperan con manos. En vano pierden bostezos atrasados el ocaso acerca el futurismo olvidado y quiebra en mí una huerta para florecer aquello que lo merezca Mi espíritu riegue así y marchite de una vez lo que deba marcharse Apagó la luz y más tranquilo se dispuso a dormir manteniendo un ritmo de respiración más aplacado. 46 El aguacero Es duro ver el cauce blando creciendo lentamente a través de lluvias, deshielos, calentamientos inviernos se van, ya que las estaciones, el tren, un amor, el odio, las palabras ¿De que vive el andén? Espera Me gustaría la cosa, un pedazo de plastilina la arcilla fría en humedad y calidez pierde la compostura, la rigidez de las tripas cuando se tuercen retuercen se estiran al fin en alivio constante eso es incomodar la materia Cuando el cuerpo enferma -¡La fiebre te hace crecer!- repiten el eco no está en el silencio sino en las paredes [cráneo manos] ojos ciegos- que son blancos de tan ciegosórbitas las nieblas, palpas, en manos mojadas las gotas se escurren. Por el filo del caño la escalera termina, ¿Cómo se llama? Baranda, de lo que uno se toma al bajar Sarna insípida Viste cuando tenes flema está obstinado en la tráquea, nunca mejor mencionada porque no raspa y queda Cuando hace frío y la gente se pone triste piensa en lo que perdió y en el frío y busca calor y recuerdos vivos pero el sueño dormir tranquiliza el cuerpo los músculos sería tan bonito… Nadie tiene frío adentro del cuerpo Hay veces, ahora, la lluvia cae momentos en que tiende a ocurrir el aguacero se contienen las nubes, se comentan demasiado la causa expandiéndose el río lo puede los peces lloran de alegría el río crece 47 Garrote a mansalva Dame la eutanasia, la cicuta y el cuento y el besito de las buenas noches que en esta celda de muertos vivos… Que dentro de cada barrote es un hueso el que vive y viste el gastado smoking de carne. El miedo se come al miedo la bronca mastica bronca se queda sola la cosa loca… Eso que late bajo la planta, los pies, el suelo, las tablas, el anhelo del mito de la locura sin salida. 48 49 En el borde Tobillos, talones de Aquiles, rectos, al igual que sus pantorrillas. Pero el arqueo comienza en los glúteos, sigue por toda la espina dorsal y el cuello laxo, mirando hacia abajo la cabeza, hacia atrás la nariz. Brazos reflexivos, no están del todo flojos. La mirada comparte esa misma experiencia. Disminuye el ruido de a poco, también los latidos, respirar y exhalar, las ideas… Todo va empequeñeciendo. De la punta de los pies a los oídos, todo alerta, demorando la explosión. Sólo el pitido y se va a desatar. La hilera de cuerpos, en ambos lados, mudos. La gente sentada en los extremos, rígida. Señal de preparación, flexión de rodillas, manos en el borde, vista al frente, casi respirando… Largada. En el aire puedo observar que va a cortar el agua con la punta de los dedos. 50 Ad eternum El miedo y el tiempo un reloj sudando frío una noche de noche cerrada oscura, bien de noche sola la noche no sale a bailar El miedo que roe, (termitas huelen la médula) mirarse reflejado y observar en la pupila dilatada la silueta/ espejo/ respira/ eterno ese jovencito Narciso El miedo provocado, a provocar catarata de vómito frutal en la escala de lo sublime misterio, la espantosa muerte Cómo será, le pregunta, pero el lago pega media vuelta y se va 51 Agua color plata Te veo atravesado por la muerte a través del espejo de las arenas no existe negro el rostro ensombrecido cejas reflexivas en medio rencor Observo ahora, detenidamente tras los ojos sin luz la muerte anterior el cadáver el placard una lápida fecha de vencimiento En el taller de martillos blandos serruchos de encías sensibles morsas que mucho abarcan… El polvo aburrido decenas de libros cometen actos suicidas al borrarse goma en mano, página por página La luz se apaga un ojo rojo, el otro quieto media sonrisa Robé un puñado de arena como amuleto para el sueño 52 Cronoscopio Hay relojes y relojes pero los hay nerviosos cuando hacen su tic tac en la noche, las moscas dejan de volar porque son de pared y llevan ese pulso hasta la hora siguiente Si uno tiene la mala suerte de desvelarse una noche en la casa no tan familiar que posea uno de esos relojes grandes e incansables escuchará el paso del tiempo muy lentamente -la angustia crece a lo oscuroEl tic tac no se cansa y junta coraje si mientras cincuenta y nueve veces sesenta late al fin la cantidad de repiques estruendosos que cortan el silencio y tajan otra hora Se te puede quebrar el pecho de espanto al saber que entre el primer y único -Blong- y el segundo y doble -Blong, Blongha pasado una hora de noche pensando en qué pasa cuando no pasa mucho más que algo/ tic tac 53 Él Una corona de espinas empotrada sobre sus sienes y la lágrima no rueda sino que va dejando un rastro mientras resbala. En simetría cae la sangre y no es acertado nombrar los hilos, mas bien se asemejan a finas tiras rojas, cortando las arrugas y los pliegues de la frente y las comisuras oculares. Los ojos sin vidrios ni nada por el estilo. Son gemas grisáceas resecas, hartas del llanto, pero ya la brisa y arena se ocuparán de aguzar la aridez en todo su aspecto. Nariz encogida hacia lo alto. No pretende oler la muerte tras la madera, la vigilia acecha pero la fatiga persiste. Labios. Un camino de tierra surcado por carretas tras la lluvia necia y seca ya, quedan pendientes los rastros de lo insípido y solitario. Excepto la saliva. Queda algo mucoso de origen incierto, se asemeja a una pasta heterogénea que se presenta en forma de bola blanca en el vértice entre superior e inferior. Los hay largos y sucios, como jirones de tela, pegoteados entre tanto líquido laxo y suciedad recogida. Predominan también las tupidas torsiones en negro oscuro desde la nuez hasta los pómulos extendiéndose a los costados por debajo de orejas y fosas ya reseca. El último suspiro de espera, no puede evitar que lo tomen de las manos tibias, chorreantes, sin antes relajar cada ínfimo músculo de su rostro dejando así lo último de aire escapado por todo los poros. En una última plegaria implícita las pupilas rotan hacia el cielo (buscando la nada). Y sin oxígeno se desliza la flojedad, el descanso merecido. Lo único que olvidó borrar la leve sonrisa que acompaña la cara abandonada de luz. 54 55 El honor La calma de estos días me facilitó de manera enorme las tareas espirituales encomendadas por las fuerzas mayores. Todo lo aprendido a través de los momentos decisivos será sin dudas lo que me ayudará en esta travesía. Dejando de lado los consejos y las supersticiones me dirijo hacia donde los reflejos y la agilidad mental hacen de mi un simple objeto de la maravilla caótica. Armonioso como pocos, el día así empieza; iluminando el sol las gotas de rocío nocturno el reino va despertando sus ganas de seguir peleando. Sólo yo estoy al alcance. Mi objetivo es claro y real: destruir la duda y el rencor. Sufrir por lo que valga la pena. El surgimiento de un nuevo amanecer, me trae de regreso al confín de los tiempos añorados por siempre. La batalla de los necios nunca termina, el corazón de un guerrero crece a cada paso, el alma de su espada es blanda como el viento, el acero del combate es rígido como montes nerviosos, el agua corre con entusiasmo el mensaje de los supremos. Todo se expande en la tierra del perdón, todo implica respeto hasta que los nudillos se hundan en madera, cuando los sueños despiertan. Los discípulos de la nueva hora esperan la llamada del primer pájaro gris, los maestros se preparan para impartir su filosofía cargada de experiencia. El reflejo del lago se precipita a mostrar su encanto ocultando la verdad. En momentos como estos, la naturaleza se dispone a rezar su destino… Ya nada volverá a ser como entonces, todo comienza y termina con las luces. 56 Triptípico soy estoy viviré no hay tal en acá cuerpo mente alma el amor la soledad y uno tres el número impreciso ser estar parecer semejar seguridad relación comunicación el tríptico se abre para no cerrar los ciclos circulares nunca se estrechan el tiempo presente pasado y la incertidumbre la vida sin sentido aparente aprendizaje es el motivo el saber nunca culmina índice, mayor, anular el medio es uno se van cerrando uno es todo y nada es lleno 57 Cuentos Los minutos contados No sonó el despertador a las siete de la mañana. Y a las siete y cinco, en vez de estar despierto, seguía soñando que orinaba prolijamente en un inodoro gigante: en realidad, me estaba meando encima y me dolían los riñones. No había nadie, excepto el reloj, para despertarme. Hace dos años me mudé de mi casa y uno que mi novia me dejó. Miércoles. Mañana de verano. Ir a trabajar (previo baño y desayuno)… Siete y veinte. Al inodoro le empezaron a salir afilados colmillos en toda su boca que desgarraba el pito meante. Desperté en un charco frío, con las manos apretando el pecadillo mojado… Reloj, siete y cuarenta. Urgente abro la ducha, ropa húmeda en el rinconcito, agua tibia que despabila, froto jabón enérgicamente, espuma blanca y calculo: desayuno rápido, diez minutos, parada y subida al bondi, quince minutos, viaje y descenso, cuarenta y cinco minutos… No calculé vestirme, diez minutos más. Dan un total de una hora veinte minutos y siendo las ocho menos diez y, ¡entro a las nueve!, ni para el taxi, fin de mes y segunda vez con retraso… El puto laburo de oficina. Toallón, seco rápido, pateo ropa mugrosa, camisa, corbata, medias, pantalón, (casi olvido desodorante) saco, zapatos. Llego a la cocina y café sin recalentar y un pan duro masticando por el pasillo, ya maletín en mano y llaves en el bolsillo que cerraron la puerta. Sexto B. Siempre me serenaron los paseos en ascensor, pero hoy no era el día. Seis pisos, el espejo devuelve ojeras y mal aliento (mal sueño, olvido de cepillado)… Quinto. Once meses y dos días viviendo en absoluta soledad. Tendría que comprar una mascota y la flaca de Recursos que histeriquea como ninguna, me cansé de pagar putas… Cuarto. Hace bastante no me junto con los pibes a jugar un fulbito, ahora que las canchas no las alquila nadie. Tercero. Enero y todavía no me voy de vacaciones, ¡me vieron la cara de pelotudo! La segunda de Febrero pero igual para qué, el chalecito de mis viejos en la costa, un embole, ni para invitar... Segundo. Faltan dos, tres días para el sábado, ya quiero que termine la semana, anoche me acosté dos menos diez después de haber visto… Primero… esa película pedorra pero qué paja me clavé si no, no me dormía, seguro que el portero ahora me dice “qué calorcito, ¿no?” y yo ni le contesto, es un fracasado. Planta baja. Apurate, corro las dos puertas, media vuelta, cierro ambas y el portero tarado que no está… Puerta cerrada, tanteo, derecho, izquierdo, ahí, abre. Calle. Media cuadra hasta Corrientes, ningún auto en la calle. Llego a la avenida, sin tránsito, sin gente caminando apurada, sin semáforos (todos apagados), comercios cerrados. Increíblemente, ningún ruido, ni señal de vida. Nada. Me paro en medio del asfalto y no viene ningún vehículo. Algo anda mal, muy mal, pero parece que hoy no llego… Me siento, miro parra arriba, las nubes pasan calmas. Sin ansiedad, sin miedo, sigo sentado sin esperar o pensar en algo, pero me aprieta. No es la corbata, el cuello o el pantalón. Es el reloj de pulsera. Corro el saco y veo la hora: siete horas, cuarenta y nueve minutos, cincuenta y ocho segundos, cincuenta y nueve. Alarmita. Manotazo al despertador. Me doy vuelta todo meado. Menos diez. No llego. Otro día que no llego. 60 Todavía el viento I En la inmensidad todo es más grande. La vista obnubila, no engrandece a las cosas visibles. Es el espacio vacío y el camino no trazado por delante, que comienza en el horizonte y culmina por detrás de la curvatura redonda. Los ojos en sí mismos no esconden más que imágenes que podrían ser engañosas, como el mismo suelo firme o esas nubes que nadan en el aire. II En cada minúscula grieta formada por pliegues y relieves en las yemas de los dedos de ambos pies se arraigan, húmedos, los granos de fina arena de seda. Los mares y océanos, producto de la transpiración divina, han bañado los pisos secos de la tierra. No pudo ver eso que estaba más allá de la curvatura horizontal, no alcanzó más que la esfera de luz que lo cegaba sin descanso. No podía y, sin embargo, la vibración en sus pies se hizo cada vez más inquieta, creciendo en litros furiosos. III Avanzaba o, mejor dicho, avanzaban gota a gota el ejército de agua que arrasaba con los minúsculos granos de arena. Mientras el magnánimo líquido, ensordecedor, la vibración, cada vez más fuerte. Cuando la bola de luz bajó lo suficiente como para no obstruir los ojos, la muralla negra galopaba con furia, con extremo poderío. Y más rápido y más alto, tapando el sol con oscuridad. IV Alguien perecería en tan extraordinario hecho. Entre arena, furia y agua existía algo, alguien más, perdido de sed en un lugar desconocido. Sólo el viento puede contar el resto, ni siquiera el sol brillante fue testigo del acontecimiento o esas nubes que nadaban distraídas, como si nada. 61 Relato encapsulado en un globo desinflado La vida no es para vivirla. La vida es para vivir viviéndola. Es un regalo de la vida, casi una vida. Nos da la ventaja de vivir viviendo cada instante, cada milésima de vida que muere en el tiempo vivo. Me encuentro encerrado en un parque de diversiones. Prisionero de la alegría, el nerviosismo se transforma en frío que corre por las láminas mucosas del fémur. Las caras horripilantes también se transforman a su vez en el aroma de las palomitas de maíz que estallan en medio de un baño turco de almíbar. ¡Que bonito! Mis zapatos se desatan frente al desenfrenado fulgor de los vistosos juegos, las luces brillantes que marcan mi retina, los globos inflados de un helio feliz que llena sus barrigas abultadas de esperanzas... Maravilloso. Retrocedo en mi vida para pedirle a mi padre, hombre admirable, un copo azucarado que chorrea nubes. Postrado ante mis sueños, nutrido del fantástico mundo viviente. Ese día me siento feliz. Este día seré cualquier zángano menos yo mismo. Aquellos días hubiesen anhelado los copos, aromas, juegos... Excitado, con una erección enfermiza en mi mente. Ya sabemos que todos los niños, inclusive mi persona, deben enfrentar a sí mismos sus temores para evitar el auto- rechazo. Así contemplaba la intensidad insoportable de la montaña rusa “Canibal”. En flashback, permanece todo en cámara lenta. Estiraba mi brazo izquierdo hasta alcanzar los pantalones grises de mi padre, hombre al que he de admirar mi vida entera. Tiré de ellos para proponerle la decisión más arriesgada de mi vida: - “¡Quiero subir a ésa!” Si, lo sabía. Me miró con una mueca burlona y preguntó si era tan grande para ir: - “Por supuesto. Prometo no asustarme.” Si yo debía probar mi coraje, era obvio que a los demás también. Terminó la cámara lenta. Siguieron imágenes intermitentes que surcaron mi pequeña estructura viviente. El vigor estaba impreso en toda mi dermis y la adrenalina era un petardo de corta mecha. Caminamos casi sin notar la presencia de los demás, evitando lo que nos rodeaba, excepto a la expectativa. Esta creció desde los pies hasta la nuca en forma de escalofrío abominable. La fila de personas que esperaban delante nuestro, un martirio que punzaba. ...Ahora, ni antes ni después. Por fin. Sentados es ese carrito maquiavélico, todavía recuerdo sus sabias palabras: “Si tenés miedo, gritá y cerrá los ojos.” Me abrazó y sentí el peso del mundo que rodeaba mis extremidades superiores. Bajo presión se accionaban las cadenas en movimiento constante para desplazar la fila de carritos hasta una cima vertical que culminaría en una fatalidad de caída abrupta capaz de helar las neuronas. Luego seguía una curva frenética, la más larga de todo el siniestro juego. Sentí un miedo vacío en las costillas, en mi vientre, en mi vida, hasta la segunda caída. Impulsados ya por la primera, ascendimos con ligereza hacia la cima. Ésta era más alta que la anterior, ésta era tenebrosa, irradiaba podredumbre. Caímos, morí, muerte, muertos, morimos y, a su vez murió el tiempo y la vida y los globos y... Murieron segundos de vida encapsulados en un carrito que decarriló y se estrelló en el sendero lapidario de un rígido cemento. Mi vida pasó delante de la muerte para despedirse de sí misma, con timidez pasajera. Aquí no hay padre, no hay felicidad, ni si quiera vida o muerte. Existen cosas vivientes que mueren junto a mí y el helio, alegre de seguir hinchando las barrigas apretadas de los globos. De llenar los pómulos de niños con su gas, lleno de esperanza. Perdí mi vida, no la esperanza de vivirla. 62 63 El padre ha muerto Cierra tus ojos lentamente e imagina que estás solo por un momento: Te has quedado sin el habla y sin poder escribir. Te despertaste sin saber dónde estás o dónde has estado. No te perdiste ni has quedado mudo o manco. Te encuentras solitario en un cuarto húmedo y pequeño, pero a la vez acogedor. El mismo tiene una cama pequeña de sábanas amarillentas y arrugadas. La almohada parece una roca blanca, redondeada en su abdomen. El piso y las paredes se encuentran demacrados por las manchas y el polvillo penetrante. La mesita de luz casi desfalleciente, se sostiene todavía en pie gracias a la casualidad y a su madera resistente. Por la ventana, a veces, sale un sol que entibia la habitación de mala muerte. Solamente se mantienen erguidos e intactos el piano blanco de cola y tu integridad física (has comprobado ésta última en un espejo maltrecho y fracturado en sus cuatro vértices, idénticamente) En un momento algo te impulsa a querer acariciar las teclas inmaculadas de ese instrumento fascinante. Algo que, para ti es desconocido, te produce una incómoda sensación de abrir tu alma amnésica hacia un estado de inconciencia por el aire. Apoyas ambas manos y comienzas a tocar una sinfonía de Bach, deslizando con delicadeza y gracia las notas armoniosamente interpretadas. Tu mundo, como te has dado cuenta hace unos instantes atrás, está compuesto solamente por el piano blanco y brilloso frente a ti. Te encuentras parado, ejecutando con una frenética majestuosidad una música de insólita prodigiosidad. ... Listo. Ahora abre lentamente tus ojos y cuéntame qué es lo que experimentaste. Ganas de hablar, escribir. O quizá de despertar en otro sitio, con otras facultades... Desesperación, ganas de gritar o, tal vez, ahogo, desasosiego... Piénsalo y no me contestes, por favor, tómate tu tiempo... La lección que nos enseña este “viaje en trance” (en el nombre que le he concedido a esta experiencia), es lo que eres tú realmente. La vida y la muerte que generas. La existencia, esencia, personalidad y capacidad que has engendrado. Todos estos méritos tuyos que gracias a medios de aprendizajes externos y vivencias internas has podido ejecutarlos, al igual que la música. Y por último (y no tan pronto) quiero que reflexiones esto: ¿Crees que serías feliz en ese cuarto, donde tú habitas en solitaria compañía de un piano blanco de cola, con todas sus teclas y notas, (que permanece afinado infinitamente) y vivieras así el resto de tus días? ¿Crees que crees en lo que no crees? ¿O acaso crees que no crees en lo que crees que no crees? Medítalo con tranquilidad, mientras yo sigo tocando el piano. Sigmund Freud (1856- 1939). Escrito encontrado en una habitación (idéntica a la descripta en el relato), tras su fallecimiento. La policía encontró el cadáver sentado sobre la cama (en el medio, exactamente). En su mano izquierda tenía una pipa pequeña cargada hasta el tope de opio (en su mayoría) y tabaco. En su derecha, un montículo de cocaína apenas rebajada. Las brazas que se desprendieron de su pipa iniciaron el incendio que destruyó el piano blanco y parte del cuarto, excepto el relato y la mitad de su cuerpo. El médico forense afirmó que tuvo una muerte repentina por sobredosis a causa del consumo de estupefacientes y sustancias tóxicas en gran cantidad. Cuando lo hallaron, ya era tarde. Se encontraba sentado frente a un espejo de cuatro vértices fracturados. 64 Índice Poemas Luego de la hermosura ..............................................7 Diafragma abierto por cinco segundos........................8 Patria exterior ............................................................9 Parte del día ............................................................10 Éxtasis ......................................................................11 Un gesto pequeño ....................................................12 Romance ..................................................................13 Comulgación incorpórea ..........................................14 Mostrá de afuera ......................................................15 Sin casa ....................................................................16 Acción impaciente....................................................18 Bien abajo ................................................................19 Una y otra ................................................................20 Domingo fatal..........................................................21 Pifie fulero................................................................22 Aprendiz ..................................................................23 Estando prevenido....................................................24 Tiro boletos en la calle..............................................25 Evaporación, blanda evaporación de las cosas ..........26 Panza llena ..............................................................27 Al verrés ..................................................................28 Número seis quinteto de vientos ..............................29 Ensangrentado camino luz ......................................30 Axis ......................................................................31 Solo contra el viento ................................................32 Psi ......................................................................33 Plutonio atómico......................................................34 Fina llovizna ............................................................35 Víctima de sí ............................................................36 La persistencia ..........................................................37 Impulso ..................................................................38 Lo de ella..................................................................39 De los nervios ..........................................................40 El medio ..................................................................41 Existencia prófuga ....................................................42 Costado....................................................................43 Detestabilizador ......................................................44 Sabe ......................................................................45 Ingerir lo necesitado ................................................46 El aguacero ..............................................................47 Garrote a mansalva ..................................................48 En el borde ..............................................................50 Ad eternum ............................................................51 Agua color plata ......................................................52 Cronoscopio ............................................................53 Él ......................................................................54 El honor ..................................................................56 Triptípico ................................................................57 Cuentos Los minutos contados ..............................................60 Todavía el viento ......................................................61 Relato encapsulado en un globo desinflado ..............62 El padre ha muerto ..................................................64 Este libro se terminó de compaginar un día de abril, con un sol de otoño que alimenta las plantas y engrandece las almas Agradecimientos A los dibujantes: Ezequiel Fernández (Tapa y Págs. 19, 49, 55), [email protected] Marco Dreyer(Págs. 9,14, 23, 31, 35, 41, 44, 51), [email protected] www.flickr.com/photos/elbellosentidodeltristealacran/show/ Eirik Helle Riise (Pág. 7), [email protected] www.ehriise.blogspot.com María Helene Knoph (Pág.53) [email protected] Y Pablo Draletti (Págs.17 y 69). [email protected] Gracias a mi Familia, amigos, conocidos y desconocidos por darme la aprobación y el apoyo suficiente como para llenar de hojitas y palitos las tenazas de hormigas que trabajaron con tanta dedicación y esfuerzo.