BOLETIN LEYRE 159.indd

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LeYRE
Boletín de la Abadía de Leyre
Número 159/ ABRIL 2014
H
Cristo de Leyre (s. XVI).
LAS HERIDAS
DEL DESAMOR
oy en día, con mucha frecuencia nos encontramos con personas que sufren a causa de
sus problemas familiares, en cuyo centro encontramos la raíz amarga del desamor por parte de
los suyos. La proximidad de la celebración del
Misterio Pascual creo que nos iluminará no poco
a esclarecer el problema del mal, como amor no
correspondido, en nuestras vidas.
A poco que ahondemos intuimos en estas personas almas heridas, con una cicatriz no curada, y
además, por eso duele más, por el daño inferido
por los seres más cercanos, a quienes se supone
más próximos al corazón. Esa herida enturbia el
alma, le roba la paz interior y la endurece. Es
que las heridas que provienen del desamor son las
que más daño hacen. No es de extrañar entonces
que el corazón humano albergue dosis de resentimiento, rencor, desilusión, desencanto, decepción
y frustración. En estas situaciones el fondo del corazón se vacía, encontrándose oscuro y sin amor.
Y es que sin amor no nos entendemos a nosotros
mismos, y nuestra vida termina careciendo de
sentido. En estas situaciones, sin embargo, existe
el deseo latente de abrirse al amor de Dios, para
no ser prisionero de uno mismo y no ahogarse.
En el fondo se concibe ya el deseo de recibir el
amor de Dios para ser sanado. La contemplación
del Corazón de Cristo ofrecía, y ofrece la verdadera solución.
Y es que Jesús sabe mucho de estas cosas.
Como nadie, Él ha experimentado la decepción
del amor por parte nuestra. Él sabe muy bien lo
que es sentirse rechazado por los suyos, «Él era
la luz, y las tinieblas no la recibieron. Vino a su
casa y los suyos no lo acogieron» (Jn 1,5.11). Él
ofrecía sólo la verdad y la misericordia, el perdón
y la confianza, la vida eterna y el amor verdadero, y al final de su vida terrena conoció el mayor
sufrimiento moral que nadie haya conocido: verse como el Amor rechazado, escupido, ultrajado,
desechado por los hombres, maldito y odiado. Sí,
Él conoce muy bien lo que supone un corazón
roto, un alma herida. Lo ha vivido desde dentro.
Y ¿cómo es posible que el Amor sea rechazado y
despreciado?, los hombres somos así de ciegos y
miserables. Si Jesús es la máxima demostración
del amor, habría que preguntarse por qué está clavado en una cruz, ¡qué misterio tan grande!
Y es precisamente en esa cruz, de la cual no quiso bajar, donde
se manifiesta lo infinito de su amor por nosotros y al mismo tiempo
lo grande e irracional de nuestra miseria que lo clavó en ella. Esto
es lo que debemos meditar y contemplar en estos días: cómo, ahí en
la cruz, en el abandono por parte de los suyos, en el sentirse ante el
Padre cargando con todos los pecados del mundo, con los míos y los
tuyos; cómo en esa situación tan contraria al amor que un ser humano
pueda experimentar, precisamente ahí, colgado en una cruz se revela
y pone de manifiesto el máximum del Amor de Dios, que es mayor y
más grande que nuestras rebeldías. Cómo todo el mal del mundo lo
transforma Jesús en una sobreabundancia de amor. Él desde la cruz
nos muestra que la última palabra no la tiene el odio ni el mal. La
última y definitiva palabra
proviene de Dios, que no es
un discurso sino un hecho:
la Cruz de Jesús y el amor
que de ahí surge. Jesús en
la cruz nos descubre hasta dónde llega el pecado,
la maldad de los hombres
y nuestro pecado, pero al
mismo tiempo hasta dónde
es capaz de llegar el amor,
su Amor. Para desarmar
nuestras rebeldías, nuestro
desamor, Dios propone una
sobreabundancia de amor.
Sobre la cruz levantada en
la encrucijada de los siglos
Jesús se convierte en el
contrapeso del amor desgarrado, sangriento, desequilibrado, en cierto modo por
exceso de todo el peso de
nuestros desórdenes, apagando así todos nuestros
odios. Jesús en la cruz logra
poner en el mundo un amor
mucho más grande que todo
el odio que puedan acumular los hombres a lo largo de
la historia.
La Agonía de Jesús en el Huerto. Goya.
En ninguna parte Dios
es tan Dios como en la cruz: rechazado, maldecido condenado por
los hombres, pero sin dejar de amarlos, siempre fiel a nosotros, permaneciendo en «estado constante de amor». En ninguna parte Dios
es tan poderoso como en la «impotencia» sangrante de la Cruz. Si el
misterio del mal es tantas veces indescifrable, ¡el amor de Dios lo es
todavía más! La Cruz de Jesús es la última tentativa del Amor para
disolver en nosotros el odio, para desarticular nuestros egoísmos,
para iluminar nuestras tinieblas y sanar nuestra heridas. ¿Cómo es
posible tanto amor de Dios, que muera en una cruz por nosotros?,
y es que existe así la posibilidad para nosotros de nacer de nuevo al
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amor, que sea engendrado en nosotros un nuevo ser, libre y liberado
para siempre, como hijos de Dios. Colgado del árbol de la Cruz,
Jesús nos invita a acercarnos a Él y vivir de su amor entregado, «Él
me amó y se entregó por mí» (Gal 2,20). Todos tenemos necesidad
de ser salvados y perdonados. Todos somos culpables ante este Jesús
clavado en la cruz que tiene sed de nuestro amor, y que nos dice:
«¿Qué más podía hacer yo, que soy el Amor, que no haya hecho
ya?» Todos tenemos necesidad de desarmarnos ante el Amor y de
reconocernos prisioneros de nuestros pecados y afectados por los
pecados ajenos, pero también de sentirnos amados por Dios. Ante el
mal y el sufrimiento humanos, –proveniente de los otros, y de nosotros mismos– Jesús responde con su silencio elocuente amasado
de sufrimiento traspasado
por el amor que redime en
la cruz y con la promesa
de la victoria final. Si nos
aplasta en determinados
momentos el peso del mal,
si nos parece más violento,
más crudo y más espeso, si
ningún consuelo humano
parece ofrecer alivio alguno, si estamos atravesando
entonces el momento de la
prueba, de la oscuridad de
la noche, en definitiva, que
nos sentimos solos ante el
misterio del mal…, mucho
más grande es el misterio
que se esconde detrás: el
de la inmensidad del bien
que ha de venir. Mientras,
aceptemos vernos desarmados por el amor, que Jesús
fue el primero que se vio
desarmado ante nuestra repulsa, en la «debilidad de
su amor». Como Jesús, somos invitados a entrar en la
prueba, en el sufrimiento,
en la injusticia, sin defensa alguna, vueltos hacia el
Padre Eterno que nos ama.
Ante el encuentro decisivo con el mal nos encontramos en Getsemaní y en el Calvario. A la locura de la rebeldía y del mal no hay más
respuesta que la locura de amor que brota de la Cruz.
Si consentimos que el amor de Cristo manifestado en la cruz
entre en nosotros seremos fuertes, con una fuerza que viene más allá
de nosotros, porque proviene de un Corazón que nos ama desde toda
la eternidad, y va más allá de la muerte: «Yo soy la Resurrección y
la Vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá y el que está
vivo y cree en mí, no morirá para siempre» (Jn 11,25-26).
P. Fco. Javier Suárez, osb
¡VIVE LA SEMANA SANTA
EN LEYRE!
A
través de estas páginas queremos ofrecer a nuestros lectores
un breve recorrido por la Semana Santa tal cual la vivimos
en nuestro monasterio, a la vez que les invitamos a participar en
ella. Y como hilo conductor de nuestra narración utilizamos el
precioso himno cristológico del capítulo segundo de la Carta de
San Pablo a los Filipenses (Fil 2,6-11), cuyos textos aparecen en
cursiva.
tras tanto en Jerusalén, en el templo, en el lugar santo por excelencia, en la morada de Dios se ha tramado ya la muerte de
su hijo, ha habido traición por parte de uno de sus doce, uno de
sus más allegados…Y nosotros entramos en el Jueves Santo, en
el «Día del Amor Fraterno». Día centrado en el Misterio Eucarístico, en la Cena Pascual de Jesús, donde el Señor anticipa
sacramentalmente su Sacrificio en la Cruz, que consumará al día
siguiente. Siguiendo el precioso ritmo litúrgico de la Misa in
Cristo a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su Coena Domini y acompañando a Jesús en su mesa, celebraremos
categoría de Dios (Fil 2,6).
tres realidades inherentes a su persona y de las que él nos invita
El Domingo de Ramos nos marca litúrgicamente el comienzo a participar: Siervo de Yawé, Sacerdote de la Nueva y Eterna
de la Semana Santa, Semana de Muerte y Vida, Semana grande Alianza, y Pan de Vida, que se parte y se reparte, que se entrega
para la Iglesia. En este día acompañamos a Jesús en su entrada como Alimento de Vida Eterna.
triunfal en JerusaCon el rito del
lén. El Pueblo lo
Lavatorio de los
aclama como Mepies, que tras Lisías, como el Hijo
turgia de la Palabra
de David, y sin
realiza el P. Abad
embargo, al divisar
a varios miembros
la ciudad el Señor
de la comunidad
llora, pues pocos
y a algunos fiedías después todas
les, celebramos y
esas voces que hoy
recordamos algo
lo aclaman se volinaudito, celebraverán en su contra,
mos a Jesús despedirán para él la
pojado de su rango
Cruz… Más para
y asumiendo en su
esto ha venido. En
persona la condieste domingo son
ción de siervo. Del
los hombres quieSiervo de Yawé,
nes lo exaltan y
de quien profetizó
aplauden, los que
Isaías. Jesús reagritan con júbilo,
liza algo increíble
mientras que Dios,
a los ojos de sus
su amado Padre,
discípulos, él, el
calla…
Maestro y el Señor,
Lavatorio de los pies. Se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo…
Domingo
de
se pone a lavarles
Ramos, como los niños hebreos salimos en Leyre monjes y fieles los pies antes de cenar, como un siervo o esclavo cualquiera a
a recibir a Jesús. Comienza la celebración en la plaza del monas- quienes estaba reservado este servicio. Concluye con el manterio donde el P. Abad bendice los ramos, y se proclama el Evan- dato: «Pues si yo, el Maestro y el Señor os he lavado los pies,
gelio propio de la entrada del Señor en Jerusalén. Y desde allí nos también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado
dirigimos procesionalmente hasta la iglesia, entonando cantos que ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros tamrecuerdan aquellos con los que el pueblo aclamó Jesús. Si bien, bién lo hagáis.»
nuestras miradas están ya puestas en el Triduo Pascual, de ahí la
La Liturgia Eucarística adquiere en esta tarde del Jueves
solemne proclamación a tres voces de la Pasión –este año la de san Santo una connotación especial, pues es el día en el que el Señor
Mateo– que tiene lugar en la misa y los ornamentos rojos con los instituye el Sacramento del Pan de Vida. Así, la Cena Pascual
que el P. Abad preside la liturgia en este día. Ornamentos del color yo no rememora la liberación del pueblo esclavo en Egipto, sino
de la Sangre redentora de Cristo, derramada en la Cruz y servida la liberación del nuevo pueblo al precio de la Sangre de Cristo.
como Bebida de Salvación en la Eucaristía.
Ahora esta Cena, es la Cena sacrificial de Jesús, la Cena de su
Pascua. Y en ella nos da a comer y a beber su Cuerpo entregado
Al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de y su Sangre derramada. Se nos da él mismo como Alimento de
esclavo, pasando por uno de tantos (Fil 2,7).
Vida Eterna. Y de nuevo otro mandato «Haced esto en memoria
Hemos dejado atrás las aclamaciones del domingo y mien- mía», mandato con el que perpetúa y transmite su sacerdocio.
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Sacerdocio común para sus discípulos de todos los tiempos, y
ministerial, además, para los Apóstoles y sus sucesores.
Y celebramos también el «Día del Amor Fraterno», el día
en el que Jesús proclamó y nos dejó su Mandamiento Nuevo:
«Amaos los unos a los otros, como yo os he amado». Lo que
supone otro nuevo mandato, íntimamente unido a los dos anteriores, hasta constituir los tres uno todo inseparable: ServicioEucaristía-Amor. Un todo que perpetúa la entrega de Jesús. En
este «Día del Amor Fraterno» la colecta va íntegramente destinada a Cáritas.
Finalizamos la solemne Misa
con el traslado del Santísimo al
Monumento Eucarístico, instalado
en la capilla de las santas Nunilo
y Alodia, donde habitualmente se
le adora. Y allí entrada ya la noche
concluimos el día. Y lo hacemos en
oración, como Jesús. Después del
Oficio de Completas celebramos
una Hora Santa ente el Santísimo,
y ahora también monjes y fieles.
Acompañamos a Jesús en su desgarradora oración de Getsemaní, en
su agonía, y meditamos a la vez las
elocuentes e íntimas palabras que el
Señor nos ha dejado en la sobremesa de la Cena. Pronto llegarán a por
él los que vienen a prenderle conducidos por Judas.
Canto de la Pasión, a tres voces, en este día siempre la de san
Juan, el discípulo amado, el testigo fiel y veraz de los grandes
acontecimientos del Triduo Pascual. Posteriormente el simbólico
rito de la adoración de la Cruz, evidentemente no como instrumento de tortura y muerte, sino de glorificación y como camino
de Vida Nueva. El oficiante principal va descubriendo la imagen
del Crucificado cubierta con un paño rojo, mientras por tres veces proclama. «Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la Salvación del mundo». Y seguidamente todos, monjes y
fieles pasamos a adorar la Cruz con
el gesto de la genuflexión y con un
beso. Finalmente esta solemne liturgia concluye con la Comunión, en
la que recibimos al mismo que ha
sido clavado en la Cruz.
Más tarde, ya entrada la noche
practicamos el ejercicio del Vía crucis, participado también por monjes
y fieles, recorriendo la Vía dolorosa
de Jesús, acompañando a María, a
quien esta tarde en el Calvario hemos recibido por Madre. Y luego
silencio meditativo en la penumbra
de nuestra iglesia contemplando la
Cruz, contemplado al Cristo muerto. Y Dios, su amado Padre, calla…
Envueltos en este silencio y en
la oscuridad de la noche, entraremos en el Sábado Santo. Silencio
y dolor, pero sobre todo esperanza, cada vez más se barrunta algo
grande, algo distinto, tanto amor
y tanta ternura no pueden quedar
para siempre encerrados en aquel
sepulcro nuevo, al que José y Nicodemo llevaron a Jesús, seguidos
de algunas mujeres. Hoy lo mismo
que ayer viernes en nuestro Oficio
de Vigilias resonará el canto de la
Lamentaciones.
Y así actuando como un hombre
cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y a una
muerte de Cruz (Fil 2,7-8).
Estamos ya en el Viernes Santo.
Día en el que todo se centra en la
Cruz, y en el que ni siquiera celebramos la Eucaristía. El Santísimo
ha quedado reservado en el Monumento, pero ahora ya sin luces y sin
flores. Hoy todo está centrado en el
Crucificado. Hacia él, clavado en
Por eso Dios lo levantó sobre
la Cruz alzamos nuestra mirada. Y
todo, y le concedió el «Nombre soen ella hay dolor, sí, pero hay sobre
bre todo nombre»; de modo que al
todo esperanza, porque esa miranombre de Jesús toda rodilla se doble –en el Cielo, en la Tierra y en el
da resulta para nosotros sanante y
Abismo–, y toda lengua proclame:
porque detrás de las tinieblas que
oscurecen aquellas primeras horas
¡Jesucristo es Señor!, para gloria
de la tarde en el Calvario, detrás de
de Dios Padre (Fil 2,9-11).
aquellas nubes negras, el sol sigue
En este Sábado Santo todas las
Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la Salvación
luciendo, con una luz inusitada, que del mundo.
miradas están puestas en la noche,
se hará patente en la madrugada del
en esa noche en la que no habrá osDomingo. Jesús ha sido ya juzgado y condenado, e incluso nega- curidad ni tinieblas –lo contrario a la tarde del Viernes Santo–,
do por su querido Pedro. Y Dios, su amado Padre, calla…
pues todo será Luz, la Luz del Resucitado. Mientras todo permaEn Leyre comenzamos este día como todos, con el Oficio de nece en silencio, nosotros seguimos acompañando a la Madre. Y
Vigilias, pero hoy con una particularidad: el canto de las Lamen- aquí en Leyre preparando todo para la solemne Vigilia Pascual.
taciones. Y por la tarde la Celebración de la muerte del Señor. Noche tan santa y tan grande merece una espléndida celebración.
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SEMANA SANTA EN LEYRE
DOMINGO DE RAMOS:
Bendición de ramos, procesión y Misa a las 12,00
JUEVES SANTO:
Misa de la Cena del Señor a las 18,00
Completas a las 21,00
Hora Santa a las 21,30
VIERNES SANTO:
Vigilias – canto de las Lamentaciones a las 6,30
Laudes a las 8,30
Celebración de la muerte del Señor a las 17,00
Completas a las 21,00
Via crucis a las 21,30
SÁBADO SANTO:
Vigilias – canto de las Lamentaciones a las 6,30
Laudes a las 8,30
Vísperas a las 19,00
Solemne Vigilia Pascual a las 22,45
DOMINGO DE PASCUA:
Laudes pontificales a las 8,30
Misa solemne a las 12,00
Vísperas pontificales a las 19,00
Esta larga Vigilia está compuesta de cuatro partes: el Lucernario, la Liturgia de la
Palabra, la Liturgia Bautismal y la Liturgia
Eucarística. El Lucernario comienza con la
bendición de fuego, del que se encenderá el
Cirio Pascual, que representa al Resucitado.
Su luz –la Luz de Cristo– se reparte a todos
los fieles. Y por tres veces resuena en el silencio y en la oscuridad de la noche la aclamación: «Luz de Cristo». A continuación, después que el Cirio ha sido colocado en un lugar
destacado, se canta el Pregón Pascual. Canto
de gozosa alegría en el que la Iglesia se une
a los coros angélicos, ante el singular acontecimiento de la Resurrección del Señor. Se
proclaman las grandezas de esta Noche Santa
en la que Dios ha hecho tan excelsas maravillas en favor nuestro. En nuestro monasterio
es solemnemente cantado por alguno de los
miembros de la schola, salvo que hubiera algún diácono.
Y así entramos en la Liturgia de la Palabra,
con las siete lecturas del Antiguo Testamento,
que nos van recordando la obra salvífica de
Dios con el Pueblo de Israel y los oráculos de
los Profetas, acerca de una Alianza Nueva. Se
canta solemnemente el Gloria y se proclama
la epístola, tomada de la Carta de Pablo a los
Romanos. Después se canta el Aleluya y se
Luz de Cristo.
proclama el Evangelio. Esta parte de la celebración cuenta con
una buena participación de los fieles asistentes, pues casi todas
las lecturas son proclamadas por ellos.
En la Liturgia Bautismal, se bendice el agua y todos los fieles
con sus velitas encendidas de la luz del Cirio renuevan las promesas del Bautismo, el sacramento que nace de la Pascua y que
nos introduce en la Vida Nueva del Resucitado.
Y la celebración continúa con la Liturgia Eucarística y la Comunión, como hacemos en cualquier misa. Y tras la bendición
solemne final, el «podéis ir en paz» seguido de un sonoro y repetido Aleluya. En Leyre además concluimos la Vigilia felicitando
a la Madre del Resucitado, a María. Si en estos días la hemos
acompañado compartiendo su dolor, su soledad, su silencio y su
esperanza; en esta Noche Santa de la Resurrección, no podemos
menos que congratularnos con ella y compartir su gozo, porque
su Hijo está vivo. Con nuestros ojos fijos en la imagen de Santa
María de Leyre, cantamos solemnemente la antífona marina Regina Coeli, propia de la Pascua, con la que finalizaremos diariamente el Oficio de Completas a lo largo de toda la Cincuentena
Pascual.
Hemos entrado ya en el Domingo de Pascua, el domingo más
largo del año, un domingo que dura cincuenta días. En esta Noche Santa se ha dejado sentir el Paso del Señor, su Paso de la
Muerte a la vida. Pero el Resucitado no está de paso, se queda
con nosotros hasta el fin de los tiempos, se queda de una manera
nueva y más plena. Y también en esta Noche Santa se rompe por
fin el silencio de Dios, en ella el Padre amado habla… Da su Si
pleno y definitivo a su Hijo predilecto, a su Unigénito.
Y cuando llegue el alba nosotros nos gozaremos con las mujeres al ver el sepulcro
vacío y como la Magdalena escucharemos
nuevamente la voz del Maestro que nos llama por nuestro nombre, mostrándonos el
recuerdo de su pasión, las cinco llagas en su
cuerpo ahora ya glorificado. E igualmente
nos saldrá al camino como a los discípulos
de Emaús, y como ellos lo reconoceremos
Vivo y Resucitado, cuando diariamente nos
sentemos con él a la mesa para la Fracción
del Pan.
Entrado ya el día celebramos en Leyre
nuestros oficios litúrgicos más solemnemente
que nunca y a las doce, con gozo y alegría,
nuestra Misa Conventual, junto a un buen
número de fieles, muchos de los cuales habrán compartido con nosotros esta Semana
de Muerte y Vida. Ahora junto a María y los
discípulos y discípulas de Jesús nos dispondremos para recibir el gran don de la Pascua,
el gran regalo que Jesús nos envía desde el
Padre: el Espíritu Santo.
Amigo lector, si quieres puedes venir a
vivir la Semana Santa a Leyre, a participar
de todas nuestras celebraciones litúrgicas. La
Comunidad Benedictina te acogerá fraterna y
cordialmente.
R. L. M.
5
E
l pasado día 1 de marzo se han cumplido los doscientos
años del nacimiento de una de las figuras más destacadas
de nuestra Orden Benedictina en los tiempos modernos: Dom
Rosendo Salvado, monje español, misionero en Australia Occidental, y fundador y primer abad-obispo de la Misión y Abadía
Nullíus de Nueva Nursia, desde donde desplegó una encomiable tarea evangelizadora y civilizadora entre los aborígenes de
aquellas latitudes.
El P. Salvado, hombre de fe recia y profunda, de tenacidad
y abnegación a prueba de todo, de una proverbial austeridad y
dotado de brillante inteligencia, figura además entre los restauradores de la Orden Benedictina en España. Aunque no fundó
ningún monasterio en nuestro país, con su empeño en la promoción vocacional contribuyó a la consolidación de las primeras abadías restauradas tras la desamortización de Mendizábal:
Montserrat, Silos y Samos.
En el seno de una acomodada familia de Tuy (Pontevedra)
nacía Lucas José Rosendo Salvado Rotea el 1º de Marzo de
1814. Inclinado hacia el sacerdocio ingresa muy niño en el seminario de su ciudad natal, donde destacó tanto por su afabilidad, como por sus dotes artístico-literarias y sobre todo musicales. Dotes éstas de las que haría gala toda su vida y que pondría
al servicio de su trabajo misionero.
Adolescente todavía se siente vivamente atraído por la vida
monástica, por lo que, siguiendo los pasos de su hermano Santos, ingresa en la abadía benedictina de San Martín Pinario en
Santiago de Compostela. Con quince años emitía su profesión
el 25 de julio de 1829, prosiguiendo ya como monje sus estu-
6
dios sacerdotales. Durante dos años permaneció en el monasterio asturiano de San Juan de Corias, cursando filosofía, a la vez
que perfeccionaba sus conocimientos de órgano, convirtiéndose
así en el organista de su ilustre abadía.
Imbuido de una profunda vida de piedad, nuestro joven
monje se hallaba enfrascado en sus estudios y en su música,
cuando llegó una hora muy amarga para el monacato hispano,
pues por la ley de desamortización y exclaustración de 1835 era
desposeído de sus propiedades y arrojado de sus monasterios.
Triste momento para Rosendo Salvado, que animado por su
profunda vocación vuelve al seminario de Tuy, pues si no le
dejan ser monje, nadie le impide llegar al sacerdocio.
Inquieto, y añorando muy de veras la vida monástica que
había profesado, marcha tras el P. José María Benito Serra,
monje de su misma comunidad, hacia la Abadía de la Santísima
Trinidad de la Cava, en el reino de Nápoles. Allí, y tras concluir
los estudios teológicos en Roma, sería ordenado sacerdote en
1839, pasando a ejercer los cargos de mayordomo y organista.
Monjes de la Cava, Salvado y Serra, sienten muy vivo el
ideal misionero, al estilo de aquellos antiguos benedictinos que
evangelizaron y civilizaron buena parte del continente europeo. Y puestos en contacto con la Congregación de Propaganda
Fide, serían agregados a las misiones de Australia Occidental,
pues en este lejano continente sabían ya del buen hacer de los
monjes, gracias a la presencia en él de los benedictinos ingleses.
Tras ser despedidos por el Papa benedictino Gregorio XVI,
nuestros dos monjes misioneros parten rumbo a Australia el 8
de junio de 1845, pasando primeramente por Francia con el fin
de recoger fondos para su nueva empresa. En el monasterio de
Santa María de París, tendrán la oportunidad de conocer personalmente al abad restaurador de Solesmes, Dom Próspero Guéranger, con quien Salvado entablará una entrañable y fraterna
amistad. Ambos, aunque embarcados en empresas de signo diferente, tenían una común filiación benedictina y un profundo
amor a la vida monástica.
Bicentenario de
DOM
ROSENDO
SALVADO
Fundador de la abadía
misionera de Nueva
Nursia, en Australia
Un largo viaje de ciento trece días de navegación y por fin el
continente soñado. La expedición misionera llegaba a Australia
el 7 de enero de 1846. Y el 1º de marzo, el mismo día en que
cumplía sus 32 años, Rosendo Salvado se internaba en la salva,
para dedicarse en cuerpo y alma a los nativos que allí vivían.
Apóstol de recio temple, su amor hacia estos pobres negros,
perseguidos y diezmados por los colonos blancos, llegaría al
extremo de pedir al Gobierno británico el ser declarado y considerado legalmente aborigen. Se hacía, al estilo de san Pablo,
uno más entre ellos para ganárselos a todos y transmitir así mucho mejor el mensaje evangélico.
A él y a su compañero el P. Serra se les había asignado un
territorio que bautizarían como Nueva Nursia, en recuerdo del
lugar que viera nacer a san Benito.
En 1849, después de tres años de inauditas privaciones de
todo género en los bosques australianos, Salvado era consagrado obispo de la colonia inglesa de Puerto Victoria, en el
norte de Australia. Abrazaba su ministerio episcopal desde una
encomiable obediencia, aunque no por gusto, pues creía que
con ello la obra de sus amores –su misión entre los aborígenes–
quedaría desbaratada. Providencialmente, el Gobierno británico abandonó la mencionada colonia, con lo cual nuestro celoso
misionero quedaba libre para volver de nuevo con sus queridos
nativos. Pero como era de esperar, enseguida sonó su nombre
para ocupar alguna otra sede en España o en Hispanoamérica. Se le propusieron entre otras las diócesis de Puerto Rico
y Lugo, pero el no las aceptó. Dirigiéndose a la reina Isabel
II rechazó la sede lucense con estas palabras, que lo retratan
fielmente: «Gracias, Señora; prefiero las almas a las rentas. Me
marcho a Australia».
Así, se quedó de por vida en aquel continente, con sus aborígenes y con los monjes que junto a él estaban dando vida a
aquella obra monástico-misionera. Y en 1867 el monasterio
que él había fundado en Nueva Nursia bajo el nombre de la
Santísima Trinidad, pasaba a convertirse en abadía Nullius, dependiendo directamente de Roma y con un vasto territorio a
su cargo, del que Dom Rosendo sería su primer Abad-Obispo.
Pronto Nueva Nursia se convirtió en una floreciente abadía,
en la que sus monjes volvieron a realizar, con óptimos frutos,
el antiguo sistema benedictino de evangelización: extendiendo
la fe cristiana entre aquellos nativos australianos, enseñándoles
a trabajar la tierra, dándoles a conocer distintas artes y oficios,
y abriendo escuelas para la educación de sus niños y niñas. El
propio Salvado, puso en juego hasta sus propias dotes musicales, que le resultaron enormemente beneficiosas en su tarea
evangelizadora, y lo mismo de cara a la pastoral con los nativos,
que dando conciertos a fin de recaudar fondos para la misión.
Pero la acción benéfica de Salvado no irradió tan sólo en
Australia. En 1868, con el apoyo de su íntimo amigo san Antonio María Claret, obtuvo de Isabel II el establecimiento de un
colegio misionero-benedictino en El Escorial, como centro de
formación de vocaciones monásticas destinadas a Nueva Nursia, centro, que la revolución de aquel mismo año cerró tras una
efímera existencia. En 1885, y por real decreto del Rey Alfonso XII, logró Mons. Salvado que el monasterio de Montserrat
fuera declarado Colegio de Ultramar (centro de formación para
las misiones), pues con ello la célebre abadía catalana, que hasta entonces no había podido reclutar novicios, pudo abrir sus
puertas a numerosos postulantes y poblar a su tiempo antiguas
abadías españolas o establecer nuevas casas. Y el mismo privilegio obtuvo nuestro celosísimo monje-obispo para las abadías
de Silos y de Samos, haciéndose acreedor al glorioso título de
restaurador de la Orden Benedictina en España, título que, con
toda justicia, le dio el abad de Silos Dom Ildefonso Guépin, en
la hermosa semblanza que le dedicó en el Boletín de Silos de
febrero de 1901. E igualmente la solicitud de Dom Rosendo
en favor de los monasterios españoles recién restaurados hizo
que sus comunidades se expandieran con un profundo espíritu
monástico-misionero hacia Filipinas e Hispanoamérica.
En cuatro ocasiones Dom Salvado viajo hasta Europa –a España e Italia principalmente–, reclutando vocaciones y fondos
económicos para la obra misionera de Nueva Nursia. En uno de
estos largos viajes acudió a Roma para participar en el Concilio
Vaticano I. El último y definitivo, tendría lugar en 1899-1900,
a la avanzada edad de ochenta y siete años. Presintiendo ya su
fin quiso dejar su obra bien asegurada, incorporando definitivamente su abadía de Nueva Nursia a la Provincia Española de
la Congregación de Subiaco. En Roma participó en el primer
Congreso de Abades benedictinos. Y fue en la Ciudad Eterna
donde dio por terminada su obra en este mundo. Habiendo caí-
Iglesia abacial de Nueva Nursia.
do enfermo de muerte en el monasterio de San Pablo Extramuros, lugar en el que se hospedaba, falleció el 29 de diciembre
de 1900, consumido por los trabajos de cincuenta y seis años de
fecundo apostolado. Años después sus restos fueron trasladados
a su abadía de Nueva Nursia. En ella, Salvado había dejado
una buena comunidad benedictina, ahora gobernada por otra
gran figura, el abad-obispo Dom Fulgencio Torres, monje de
Montserrat (fallecido en octubre de 1914), que consolidó y amplió notablemente la obra emprendida por su ilustre predecesor.
Misionero, músico, escritor, indigenista, abad, fundador,
obispo, aventurero… Dom Rosendo Salvado nos ha dejado
también hermosas páginas de una buena producción literaria
donde da a conocer la vida y costumbres de sus queridos nativos, así como la exuberante naturaleza australiana, con sus
distintas especies –él fue quien trajo a España la semilla del
eucalipto–. Y por supuesto no podían faltar en sus escritos los
relatos de sus incidencias misioneras.
Ahora bien su mejor semilla y la que mejor fructificó fue su
semilla evangelizadora, regada con su propio sudor, trabajada
con el esfuerzo de sus manos y con sus rodillas hincadas en
tierra delante del sagrario o rosario en mano, en sus largas horas
de oración.
Dada la importancia de su obra evangelizadora y civilizadora la Iglesia Católica ha considerado siempre a Fray Rosendo
Salvado como uno de sus más heroicos misioneros, y el Estado
de la Australia Occidental, a su vez, como mentor de todos
los gobernadores que guiaron los primeros pasos de la joven
colonia.
Fr. Ramón Luis Mª. Mañas, osb
7
EL ÓRGANO DE LEYRE (II)
¿N
trapartida, una reconstrucción es un reto mucho mayor que una
ueva construcción, restauración o reconstrucción?
En el anterior boletín explicamos a nuestros amigos nueva construcción: es más fácil y seguro trabajar una tubería
cómo era necesaria una intervención en el órgano de Leyre para nueva que reconducir sonoramente una tubería ya existente.
Evidentemente para logar este objetivo había que contar con
hacer frente a su progresivo deterioro. Había que encontrar un
medio de que este importante instrumento, patrimonio de Na- un experto maestro organero capaz de realizar un estudio pormevarra, saliera de su ruinoso estado y estuviera en condiciones de norizado de la tubería y del material existente, y hábil para conofrecer un mejor rendimiento, tanto en el servicio litúrgico que seguir un inteligente y cualificado aprovechamiento del mismo.
se celebra en la iglesia abacial, como en las actividades culturaEl proyecto europeo «Virila»
les o docentes que pudiera protagonizar.
Quedaba otra cuestión no menor: conseguir fondos para esta
¿Cómo proceder en esta puesta a punto? No han faltado
obra, pues nuestra modesta ecoprofesionales del órgano que hunomía no se podía permitir este
bieran deseado una solución ragasto. Los programas europeos
dical: prescindir del instrumento
Feder-Poctefa nos ofrecieron una
anterior y optar por la construcoportunidad única. Eso sí, para
ción de un nuevo instrumento
beneficiarnos de ellos era preciso
de tubos, tal y como se ha hecho
idear un buen proyecto cultural
recientemente en varios lugares
transpirenaico y llevarlo a cabo.
de España. En opinión de dichos
Era, ciertamente, toda una
profesionales, la significación
aventura para nosotros y conllehistórica del lugar, la singular bevaba asumir un duro trabajo, pero
lleza de su iglesia románica y la
teníamos buenas razones para
distinguida condición de muchos
acometer esta tarea, humanas y
de sus visitantes, requería un nuedivinas. Por lo pronto, conservar
vo y cualificado instrumento en
el patrimonio que se nos había
consonancia con la singularidad
confiado y sacar de su ruina e imdel monumento y de su entorno.
Según argumentaban, esta consproductividad un elemento valioso de Leyre.
trucción supondría para Navarra
En estos tiempos, de dura
una oportunidad única y llenacrisis, hay que intentar poner en
ría un vacío músico-cultural de
valor todos los recursos disponinuestra Comunidad Foral.
bles. El órgano, en buenas condiSin desestimar el valor objeciones, nos daría juego para una
tivo de estas razones, y después
mayor actividad cultural (muy
de haber consultado ampliamenacorde con nuestra tradición bete y estudiado el tema –creo que
nedictina) y podría ser un atracexhaustivamente– nos decidimos
tivo más a los turistas. Y, sobre
por otra solución que nos pareció
todo, contaríamos con una eficaz
más adecuada en nuestras circunstancias: ni una nueva consayuda para ennoblecer nuestra
trucción ni una mera restauración
liturgia y hacerla más sugerente,
(que no resolvería los problemas
más bella. ¿Cómo no recordar las
palabras, todavía recientes, del
estructurales), sino una reconsDiseño de Javier Sancho y María del Olmo.
Papa Benedicto XVI insistiendo
trucción del actual instrumento.
Permitidme un solo párrafo más técnico en atención a los más en la importancia de la belleza de los signos en la liturgia? Os
entendidos en la materia. Mediante una reconstrucción se man- propongo dos textos suyos que nos han acompañado en este protendría y se «reciclaría» lo más valioso del órgano existente (un yecto:
«La relación entre el misterio creído y celebrado se manifies75 % de su tubería y una parte importante del restante material);
ta de modo peculiar en el valor teológico y litúrgico de la bese podrían resolver muy dignamente las principales deficiencias
lleza. La liturgia, como también la Revelación cristiana, está
y carencias del instrumento, sobre todo su sistema.
vinculada intrínsecamente con la belleza: es veritatis splenMediante una reconstrucción cabía también la posibilidad de
dor. En la liturgia resplandece el Misterio pascual mediante
reorientar la estética del instrumento (hacia un estilo sinfónico
el cual Cristo mismo nos atrae hacia sí y nos llama a la comumoderno), reorientar su sonoridad (hacia la cabecera de la iglenión [...] La belleza de la liturgia es parte de este misterio; es
sia, evitando así los rebotes acústicos), completar los juegos del
expresión eminente de la gloria de Dios y, en cierto sentido,
órgano y disponerlos de un modo más coherente.
un asomarse del Cielo sobre la tierra. La belleza no es un
Una reconstrucción también resultaría más económica que
elemento decorativo de la acción litúrgica; es más bien un
una nueva construcción y por lo mismo más viable. Pero, en con-
8
elemento constitutivo, ya que es un atributo de Dios mismo y
de su revelación» (Sacramentum Caritatis, 35).
«La belleza –en la liturgia– nunca será lo suficientemente esmerada, lo suficientemente cuidada, elaborada, porque nada
es demasiado bello para Dios, que es la Hermosura infinita.
Nuestras liturgias de la tierra no podrán ser más que un pálido
reflejo de la liturgia, que se celebra en la Jerusalén de arriba,
meta de nuestra peregrinación en la tierra. Que nuestras celebraciones, sin embargo, se le parezcan lo más posible y la
hagan presentir» (Discurso del 12 septiembre 2008).
Creo que esta línea de pensamiento del Papa Benedicto centra nuestro proyecto en su principal objetivo. «Virila» no es solo
un proyecto de interés patrimonial y cultural sino que incluye
una dimensión espiritual: pretende ser una apuesta decidida por
una liturgia más bella en Leyre.
Volvamos a nuestro proyecto, que también es vuestro, pues
muchos de vosotros estáis colaborando con la compra simbólica de uno o varios tubos. El proceso de un proyecto europeo es
bastante complejo. Se requiere un buen proyecto (que verdaderamente sea una aportación), contar con un socio del otro lado
del Pirineo, disponer de técnicos competentes para la gestión del
proyecto y, por último, estar dispuesto a cumplir los deberes adquiridos.
Nuestro amigo, el conocido organista pamplonés D. José
Luis Echechipía, se encargó de redactar un interesante proyecto
y nos puso en contacto con un «socio» musical: la escuela de
órgano de la parroquia de Urrugne (Francia). La gestión técnica
quedó en manos de un experto de confianza, D. Rubén Aguado.
La comunidad se encargaría de la ejecución de sus compromisos,
particularmente de las actividades culturales y docentes anejas, y
de tutelar la reconstrucción del órgano.
Faltaba un nombre para nuestro flamante proyecto europeo:
lo hemos llamado «Virila», en recuerdo de nuestro santo abad. La
famosa leyenda de san Virila evoca la actividad musical que está
en la base del proyecto. Los dos polos de intercambio musical
transfronterizo somos: la asociación «Les Orgues d´Urrugne»
y su escuela de órgano (Francia), y nuestro monasterio de Leyre (España), sito en las estribaciones del Pirineo. En Leyre, el
proyecto «Virila» está articulado en torno a la rehabilitación de
su órgano y mantiene una particular referencia al legado de la
antigua música gregoriana, que aún permanece viva en el monasterio.
¿Vale la pena tanto trabajo? ¿Qué ventajas o beneficios cabe
esperar razonablemente de la realización completa de este proyecto de reconstrucción?
Como monjes, solamente por mejorar la calidad de nuestras
acciones litúrgicas estarían ya justificados todas nuestros afanes
y trabajos. La liturgia es la tarea por excelencia del monje, nuestro primer servicio a Dios y nuestro principal apostolado.
Pero el proyecto «Virila», además de esta vertiente espiritual comportará otras ventajas considerables. Por lo pronto
la reconstrucción emprendida va a favorecer la debida conservación del patrimonio de Navarra, del cual el órgano forma
parte. El Proyecto «Virila», va a hacer posible que el órgano
de Leyre deje de ser un bien patrimonial deteriorado e improductivo, reducido al mínimo uso, y se convierta en un instrumento de referencia, apto para actividades musicales de calidad, sean litúrgicas, culturales o formativas. Respecto de este
punto hay muchas expectativas respecto al proyecto de Leyre
entre los jóvenes organistas de nuestra zona y sus profesores
del Conservatorio.
Otra ventaja será la incorporación del sistema Replay. Gracias a este adelanto, los miles de visitantes que Leyre registra
cada año (procedentes de ambos lados del Pirineo) podrán escuchar el órgano no solo en los oficios religiosos sino también
durante las visitas guiadas. Así, desde este emblemático lugar,
se ofrecerá un nuevo atractivo cultural que contribuya creativamente a la promoción del lugar y de la zona. Quisiéramos que las
visitas guiadas ganaran calidad cultural y espiritual. Sí, también
espiritual, porque en un marco tan sugerente como es nuestra
iglesia, ofrecerle a un turista una pequeña audición de música
sagrada para órgano, es ya una invitación a entrar en sí mismo y
a levantar suavemente su corazón a Dios.
Actos inaugurales del Órgano
La reconstrucción del órgano ha sido confiada a la afamada
empresa catalana Blancafort, Orgueners de Montserrat SL, en
sus talleres de Collbató (Barcelona). El taller es muy valorado
en el ámbito nacional y extranjero, que cuenta con importantes
realizaciones: los órganos de la Sagrada Familia (Barcelona), de
la Abadía de Montserrat, del auditorio de Tenerife, entre otros.
Avanzados los trabajos de reconstrucción según el calendario
previsto, esperamos que con la ayuda de Dios podremos bendecir el reconstruido Órgano de Leyre el próximo día 7 de junio,
primeras Vísperas de Pentecostés. Todos nuestros Amigos estais
invitados a esta celebración. La inauguración «oficial» tendrá lugar en ese mismo mes, con ocasión del Homenaje a los Reyes
de Navarra y entrega del Premio «Príncipe de Viana». La fecha
se desconoce todavía, pero suele ser a lo largo del mes de junio.
Y el día 28 de junio, sábado, tendrá lugar el primer concierto, a
cargo de José Luis Echechipía. Otros actos se irán sucediendo a
lo largo del verano.
Consultando nuestra Web www.monasteriodeleyre.com, en
la sección del órgano podréis encontrar la programación.
No quiero terminar este artículo sin agradecer a la Institución Príncipe de Viana su competente y amable colaboración.
No solo en lo que se refiere al diseño exterior del instrumento,
sino a los trabajos acometidos en nuestra iglesia que complementan la reconstrucción del órgano. Una vez más nuestro sincero
agradecimiento a los directores y arquitectos de esta benemérita
Institución.
+ fr. Juan Manuel Apesteguía, Abad
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CRÓNICA DE LEYRE
DICIEMBRE 2013-MARZO 2014
ACONTECIMIENTOS
El noviciado representa a la comunidad en Silos,
nuestra abadía madre, el día 20 de diciembre, solemnidad del Tránsito de Sto. Domingo de Silos.
El 28 de febrero terminan las obras de limpieza,
instalación del nuevo cancel y de la nueva iluminación de la iglesia, el principal monumento arqueológico de Navarra, que estaba necesitada de un buen
repaso. El 3 de marzo comienzan, respectivamente,
la instalación de nuevo sistema de megafonía y la primera etapa del montaje del nuevo órgano que será una
gran ayuda para nuestra liturgia. En el próximo número esperamos poder informar a los lectores de nuestro
Boletín del alcance de estas importantes obras. Adelantamos que van a contribuir a dar mayor realce a la
monumental iglesia, no solamente a la bellísima bóveda gótica de la gran nave, calificada como la mejor
El día 7 del mismo mes, quinto aniversario de la elección abacial del
P. Juan Manuel, a quien tenemos muy presente en las preces de la misa
y del oficio divino.
AGENDA DEL P. ABAD
Acompañado del P. José Antonio, el 3 de diciembre representó a la
comunidad en la festividad de San Francisco Javier en su castillo-santuario. Los dos concelebraron con el Sr. Arzobispo, Mons. Francisco Pérez,
en la tradicional y solemne misa en la que participó el Gobierno de Navarra en pleno y luego en la misa de entrega del crucifijo a los misioneros.
Con ocasión de las fiestas de Navidad y para felicitarles el Año Nuevo,
los días 5 y 10 de enero, acompañado de varios monjes, visitó a nuestras
hermanas de Sta. María Magdalena de Alzuza y de S. Benito de Estella, los
dos monasterios de monjas benedictinas que existen en Navarra.
El día 11 de marzo, acompañado del P. Luis Mª, asistió en Pamplona
a la entrega de la Medalla de Carlos III al musicólogo P. Jesús Mª Muneta, de la Congregación de la Misión (PP. Paúles), que ha colaborado en
nuestro proyecto “Virila”.
Por lo demás, el P. Abad continúa con sus gestiones ante el Gobierno
de Navarra que van dando su fruto con la reconstrucción del órgano y las
obras de restauración de nuestra iglesia.
MINISTERIOS EXTRAORDINARIOS
El 1 de febrero el P. Fco. Javier Suárez dictó la conferencia Teología
para la Vida Contemplativa en la Casa de Ejercicios de Burlada a las
monjas y monjes contemplativos que se congregaron en Pamplona para
participar en la celebración del Día de la Vida Consagrada en la catedral.
Y durante los días 10-15 de marzo predicó los Ejercicios espirituales
anuales a nuestras hermanas benedictinas del monasterio de Sta. María
Magdalena de Alzuza.
Por su parte, el P. José Antonio Pedroarena, como asistente que es
de las benedictinas de la Federación Galaico-Leonesa, del 11 al 17 de
febrero giró su visita a los monasterios de Zamora y de Alba de Tormes.
Nuestra iglesia en obras.
de Navarra, sino también a la cabera y a los muros
románicos de dicha nave.
Desde el monasterio de la Ascensión de nuestras
hermanas benedictinas de Zamora nos comunican la
noticia de la elección de nueva abadesa en la persona
de la Madre Concha Galán de Mera, que tuvo lugar el
día 4 de marzo.
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VISITANTES MÁS DESTACADOS
Una veintena de sacerdotes, seglares y religiosos de diversas congregaciones que recibieron el crucifijo de misioneros en Javier participaron
en nuestras Vísperas el 3 de diciembre.
El día de la solemnidad de la Purísima Concepción nos acompañó un
Obispo carmelita del Ecuador que se hallaba haciendo el mes completo
de Ejercicios ignacianos en Javier. Concelebró en nuestra misa conventual, predicó la homilía, comió con la comunidad en el refectorio y durante una recreación festiva nos habló de sus andanzas misioneras. Y a
sus 80 años, piensa partir para África como misionero.
El 8 de enero, de camino hacia el santuario de El Pueyo de Barbastro,
pasaron por Leyre cinco monjes del monasterio benedictino de Valvanera (La Rioja). Pernoctaron en nuestro monasterio, participaron en nuestra
liturgia, compartieron con nosotros una animada recreación y nos obsequiaron con miel de sus colmenas.
El mismo día, al término de unos días de retiro en la Casa de Ejercicios de Javier, recibimos la visita de los novicios jesuitas de España.
Seis días más tarde nos visita un grupo de monjes del Instituto del
Verbo Encarnado que actualmente dan vida al santuario-monasterio de
Ntra. Sra. del Pueyo en la ciudad de Barbastro. Al frente del grupo venía
el P. José, superior de la comunidad, que desde la pasada beatificación del
13 de octubre se encarga de la Causa de nuestros Mártires Benedictinos.
El 21 de mismo mes tuvimos la alegría de acoger al cardenal Juan Luis
Cipriani, arzobispo de Lima. Le atendieron el P. Abad y varios monjes.
El día 12 de febrero recibimos la visita del nuevo párroco de Adahuesca, lugar del nacimiento de nuestras santas Nunilo y Alodia, don Rafael
Batalla, a quien acompañaban don José Mª Cabrero, párroco de Alquezar, y un feligrés de esta última parroquia, pariente del Beato Mariano
Sierra, monje de la Comunidad Mártir de El Pueyo.
Visita de nuestros hermanos benedictinos de la Abadía de Valvanera.
El 23 del mismo mes nos visita el Arzobispo de Quito, acompañado
de ocho sacerdotes de su diócesis, los cuales cursan sus estudios superiores en la Universidad de Navarra. Después de visitar el conjunto monumental, participaron todos en nuestras Vísperas
Durante los días 24-28 de febrero los seminaristas de la diócesis de
Tarazona, Cesar Augusto Gómez y Bayron David Alvizures, practicaron
los Ejercicios espirituales, previos a su ordenación de diáconos, celebrada el 14 de marzo en la S.I Catedral de Tarazona. Dichos Ejercicios
fueron dirigidos por el P. Ramón Luis Mª.
El día 8 de marzo, sábado por más señas, recibimos la visita de las
Sras. Presidenta y Vicepresidenta del Gobierno de Navarra. Acompañadas de algunos familiares y amigos, participaron en el oficio de Vísperas,
pernoctaron en la hospedería externa y, al punto de la mañana, peregrinaron a Javier para participar en la primera Javierada.
El 15 del mismo mes, y con motivo de su peregrinación a Javier,
nos visita, el Sr. Obispo de Huesca y de Jaca, Mons. Julián Ruiz, acompañado de D. Fernando Jarne, Vicario General de la diócesis de Jaca y
huésped habitual de nuestro monasterio.
HOSPEDERÍA INTERNA
A todos los visitantes reseñados en esta crónica, queremos añadir
otros que se acogen a la hospitalidad de la comunidad para pasar unos
días en el monasterio y compartir su modo de vida. Una característica
propia de los monjes ha sido siempre la de recibir y hospedar a todo
aquel que se llega al monasterio. Como es sabido, en Leyre atendemos
a dos hospederías: la hospedería externa y la hospedería monástica, propiamente dicha. En esta última solamente se acoge a hombres. El año
pasado acogió a 374 huéspedes. Se trata de personas de toda condición:
obispos, sacerdotes, religiosos y seglares que pertenecen a todos los estamentos de la sociedad y que desean dedicar un tiempo (dos o más días)
a encontrarse consigo mismos, a orar y dar sentido
pleno a su propia vida. Todos se alojan dentro del monasterio, se benefician del ambiente de soledad, silencio y de paz que rodea a los monjes, participan en su
liturgia y comen con ellos.
A estos huéspedes, cabe añadir los «transeúntes»
y «peregrinos», que son alojados en unas habitaciones
reservadas para ellos. El pasado año acogimos a 156.
NAVIDAD, CUARESMA, SANTORAL Y OTRAS
CELEBRACIONES EXTRAORDINARIAS
Aunque oficiamos toda nuestra liturgia en la Sala
Capitular a causa de las obras que se están llevando a
cabo en la iglesia, tanto la Vigilia y la Misa del Gallo,
como los demás oficios del día de Navidad, los hemos
celebrado con la solemnidad acostumbrada. Pero para
la Misa solemne del día nos trasladamos a la cripta a
fin de favorecer la participación de los fieles.
El último día del año, tenemos un recreo festivo
y, seguidamente, celebramos una solemne Vigilia con
el Santísimo expuesto en honor de la Madre de Dios.
Finalizamos la vigilia cantando el Te Deum laudamos,
acompañado del toque de las campanas, en acción de
gracias por los beneficios recibidos durante el año que
termina. Con esta especial celebración nos queremos
encomendar a Santa María en este año que comienza.
Y los días de Año Nuevo y de Epifanía, igual que
el día de Navidad, la Misa conventual volvió a oficiarse en la Cripta.
La celebración del Día de la Vida Consagrada en
la catedral de Pamplona, presidida por el Sr. Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, este año bajo el lema La
alegría del Evangelio en la vida consagrada, tuvo
lugar el día primero de febrero. Nuestra comunidad
estuvo representada por el P. Fco. Javier Suárez y Fr.
Ernesto Biain.
El 10 del mismo mes, fiesta de Santa Escolástica,
presidió la liturgia el P. Subprior. Y como las monjas
benedictinas consideran a la hermana de N.P.S. Benito como a la discípula más aventajada suya (y no les
falta razón), varios monjes compartieron dicha fiesta
con las benedictinas de Santa María Magdalena de
Alzuza, comunidad que principió su andadura monástica en Leyre.
Como es costumbre desde hace casi 40 años, el
4 de marzo celebramos nuestra Javierada Monástica,
este año bajo el lema Cristo, un camino por recorrer.
Nos acompañaron: una representación de monasterio
cisterciense de la Oliva, algunos sacerdotes y fieles
del Apostolado de la Oración y feligreses de las parroquias cercanas de Liédena, Yesa, Lumbier, Cáseda
y Aibar. Presidió la misa de pontifical el P. Luis Mª
y predicó la homilía nuestro arcipreste y párroco de
Lumbier, D. Santiago Garisoain
Entre los actos extraordinarios de Cuaresma vamos a reseñar, entre otros: el rito de imposición de
las cenizas, con el que la iniciamos el 5 de marzo.
Después de Vísperas tuvimos el acostumbrado acto
11
capitular durante el cual el P. Abad nos habló de la Cuaresma
como don de Dios y tiempo fuerte de conversión en preparación
a la Pascua. Y como señala la Santa Regla, nos entregó a cada
monje su correspondiente libro para la lectio divina.
Como suele ser habitual, los Ejercicios espirituales tuvieron
lugar durante la Cuaresma. Este año, del 23 al 30 de marzo y
fueron dirigidos por D. Ángel Moreno, capellán del monasterio
cisterciense de Buenafuente del Sistal. Como es nuestra costumbre durante Ejercicios, uno de los días celebramos un acto
penitencial comunitario tal y como lo prescribe el Ritual.
LIBROS LEÍDOS EN EL REFECTORIO DURANTE LOS
MESES ÚLTIMOS
Los monjes en la Edad Media, de fray Justo Pérez de Urbel;
Juan Pablo II: El final y el principio, de George Weigel; Un
adolescente en la retaguardia. Memorias de la Guerra Civil
(1936-1939), de Plácido Mª Gil; Ignacio de Loyola, solo y a
pie, de José Ignacio Tellechea.
A estos libros cabe añadir los Mensajes de Navidad y de
Cuaresma del Papa Francisco y algunos otros artículos de opinión de revistas de divulgación y de diarios con motivo de los
eventos eclesiales y nacionales más señalados.
Grupo de monjes del Instituto del Verbo Encarnado en su visita a Leyre
del 14 de enero.
NOS CONGRATULAMOS CON:
El Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. FERNANDO SEBASTIÁN,
Arzobispo emérito de Pamplona, creado cardenal por el
Papa Francisco en el Consistorio del pasado 22 de febrero.
Mons. Fernando Sebastián nació en 1929 en Calatayud
(Zaragoza). Ingresó en los Misioneros Claretianos en 1945. Ordenado sacerdote en 1953, se doctoró en Teología en 1955 y
amplió después su formación teológica en París y en Lovaina.
En 1967 comenzó su docencia de la Universidad Pontificia de Salamanca, donde ejerció los cargos de Decano de la
Facultad de Teología (1970) y de Rector entre 1971 y 1979,
en que fue nombrado obispo de León. De 1982 a 1988 fue Secretario General de la Conferencia Episcopal y posteriormente
hasta 2005 Vicepresidente. En 1988 fue nombrado arzobispo
coadjutor de Granada y desde 1993 rigió la Iglesia de Navarra,
hasta su renuncia en 2007. Creado cardenal en el Consistorio
del pasado 22 de febrero, recibió de manos del Papa Francisco
el anillo, la birreta y su título cardenalicio. Lo cual supone un
merecido reconocimiento a su entrega incondicional a la Iglesia, como obispo y a su dilatada labor teológica.
D. Fernando, muy apreciado por esta comunidad legerense,
como pastor de nuestra diócesis presidió en Leyre la bendición
abacial del P. Luis Mª. y la ordenación sacerdotal del P. Óscar.
En 2008 nos predico los Ejercicios espirituales, edificándonos
con su palabra, con su profunda espiritualidad y con su ciencia.
El P. JESÚS MARÍA MUNETA, colaborador de nuestro
proyecto “Virila”, que ha recibido la cruz de Carlos III, el
Noble.
El P. Jesús María Muneta nació en Larraga el 27 de diciembre de 1939. Es sacerdote de la Congregación de la Misión (PP.
Paúles).
Estudió en el Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma
(1971-1975). En 1976 cofunda el Instituto Musical Turolense,
después convertido en Conservatorio de Música, del que fue
director. Como musicólogo es académico correspondiente de la
Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (2000), y
en 2006 recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio del Ministerio de
Educación. El pasado 11 de marzo recibió la Cruz de Carlos III
el Noble de Navarra. Como compositor, su catálogo contabiliza
más de 500 obras. Sus composiciones han sido interpretadas en
escenarios de toda Europa.
El P. Muneta ha colaborado generosamente en nuestro proyecto «Virila» en calidad de «compositor invitado» escribiendo
varias obras para el órgano de Leyre.
D. ALBERT BLANCAFORT, maestro reconstructor de
nuestro órgano, que ha sido nombrado miembro de la Real
Academia de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona.
Inició su formación en 1982 con su padre, el maestro Gabriel Blancafort. Completó su formación en los talleres Rieger
de Austria (1984) y Johannes Rohlf en Alemania (1986). Desde
2002 colabora con la Universidad de Stuttgart (Alemania) en
proyectos europeos de investigación. Es miembro de la Asociación Internacional de Organeros y ha participado en la organización diversos meetings y eventos a nivel internacional. En su
producción de organería emplea los últimos avances técnicos
para producir instrumentos de nuestro tiempo, que inspiren a los
organistas en su arte de interpretación del repertorio organístico
o en la improvisación y creación de música contemporánea.
En la actualidad está reconstruyendo el órgano de Leyre.
El pasado día 15 de enero tuvo lugar en la Real Academia de
Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona la aprobación de su
nombramiento como miembro de esta institución.
NUESTROS DIFUNTOS
El 20 de diciembre fallece en Pamplona Dña. Arsenia Elizaga, madre de D. Jesús Ascunce, Director de Servicio de Patrimonio Histórico (Institución Príncipe de Viana). El 1 de febrero
falleció sor María Victoria Miranda Ustés, monja benedictina
del monasterio de Sta. María Magdalena de Alzuza. El día 3 del
mismo mes murió en Barcelona don Juan García, cuñado del P.
Luis Mª. A mediados de febrero fallece en Zaragoza un hijo de
nuestros amigos D. Constancio Díez y su esposa Dña. Margarita. El 11 de marzo, en Aibar, Dña. Carmen Lanas, madre de
Dña. Mercedes Artieda, nuestra médica de cabecera. Y el 19 de
marzo muere en Tafalla Dña. Amparo Sola, madre de nuestro
amigo D. Carlos Ayerra, Deán de la Catedral de Pamplona.
¡Descansen en paz¡
Fray Ramón Molina Piñedo
BOLETÍN DE LEYRE. Publicación cuatrimestral de la Abadía de San Salvador de Leyre.
www.monasteriodeleyre.com
Para suscripciones al Boletín y contactar: [email protected]
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