ACEPRENSA BOLETÍN MENSUAL • MAYO 2016 • Nº 58 TENDENCIAS VISÍTANOS EN www.aceprensa.com SUMARIO 02 01 DE FONDO DE LIBROS 03 DE CINE FAMILIA – Padres que impiden crecer LITERATURA – Todos nuestros ayeres – La familia Karnowsky – El Ruiseñor ESTRENOS DE CINE – El libro de la selva – Los milagros del cielo – Los recuerdos EDUCACIÓN INFANTIL Y JUVENIL CINE EN DVD – Deberes: agobios y resultados – No es invisible – El puente de los espías 04 DE OCIO VIDEOJUEGOS – Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016 DE FONDO FAMILIA PADRES QUE IMPIDEN CRECER por Josemaría Carabante Una actitud excesivamente protectora, como la que muestran los llamados “padres helicóptero”, resulta perjudicial para los hijos y dificulta su desarrollo Los psicólogos hablan de la paradoja de la crianza para referirse a esa ambigüedad que sienten todos los padres: a la satisfacción por ver crecer a sus hijos, se añade una intensa ansiedad por su seguridad y por su futuro. Hoy este temor parece haberse acentuado y se habla de padres helicópteros en referencia a aquellos que se muestran excesivamente protectores con sus hijos y cuyo modo de educar resulta contraproducente. How to Raise an Adult (Henry Holt & Company, Nueva York, 2015), de Julie Lythcott-Haims, es uno de los últimos ensayos dedicados a denunciar ese estilo “invasivo” y controlador que impide que los niños maduren. Con el fin de protegerles y ayudarles, muchos padres bienintencionados ahorran a sus hijos situaciones incómodas que resultan imprescindibles para su formación. A juicio de esta autora, los “padres helicóptero” terminan no tanto “preparándoles para la vida como protegiéndoles de ella”. Desde que en la década de los noventa Foster Cline y Jim Fay llamaron la atención sobre la excesiva implicación de los padres como consecuencia de cambios culturales y económi- ACEPRENSA MAYO 2016 cos, el fenómeno de los “padres helicóptero” –continuamente revoloteando sobre sus hijos– se ha extendido entre las clases medias y altas. Pero ¿a qué se refiere? Algunos especialistas han resumido que se trata de un estilo educativo que tiende a resolver todos los problemas de la vida del hijo, adelantarse a sus deseos y a tomar decisiones por ellos, con independencia de si pueden o no hacerlo por sí mismos. La mejora en las condiciones de vida y una mayor conciencia sobre su responsabilidad como padres han involucrado más a las familias en la educación. Según el estudio “Modern Parenthood”, realizado en 2013 por el Pew Research Center, los padres y las madres pasan más tiempo ahora con sus hijos que hace décadas. También han caído ciertas barreras; existe más cercanía y se han desprestigiado las actitudes autoritarias. Todo ello ha redundado en beneficio de la vida familiar. Pero también es cada vez más fácil desarrollar inclinaciones hiperprotectoras. Si las deficiencias educativas de los baby boomers se achacaban a la despreocupación de sus padres, quizá las de las nuevas generaciones se deba a su presencia excesiva. de la autoestima en los niños, aunque entendida desde una óptica sentimental. Los hijos de hoy día pertenecen a lo que se ha llamado “la generación que siempre consigue un premio”, y en parte se debe al esmero con que los padres se cuidan de no herir los sentimientos de sus hijos. En la vida académica y familiar se ofrecen recompensas y gratificaciones por acciones o conductas que antes se consideraban normales o exigibles, y se aplaude como logro cualquier acción del niño para no dañar su autoestima. Sin embargo, como algunos estudios han mostrado, esto hace a los niños muy susceptibles y más inseguros. Crea en ellos además “una percepción equivocada de lo que es excelente y la falsa idea de que, hagan lo que hagan, ahora o en su vida adulta, tendrán de alguna manera que ser premiados”. Un niño con la agenda llena Por otra parte, los padres también se han implicado más en la vida de sus hijos debido a la obsesión cultural por el éxito o por lo que David Brooks ha llamado los “logros de currículum” (ver Aceprensa, 15-06-2015). Los “padres heLa obsesión por la seguridad licóptero” quieren que sus hijos alcancen determinados esLythcott-Haims, que dirige el departamento de asesoramien- tándares y que triunfen, y les estimulan hasta el agotamiento y orientación de alumnos en la Universidad de Stanford, to, sometiéndoles a un horario sobrecargado de actividades se ha percatado de una de las conseacadémicas y extraacadémicas que cuencias de esa obsesiva implicación: les saturan. Sin embargo, a juicio de se ha retrasado el ingreso en la vida Madeline Levine, que trabaja como Los “padres helicóptero” adulta y los jóvenes de hoy requieren psicóloga con adolescentes desde dificultan que los niños de la ayuda de sus padres para hacer hace más de treinta años, esta estraadquieran responsabilidades cosas que antes resolvían sin su contegia no tiene buenos resultados. y les dan una infancia curso, como afrontar por sí mismos Tanta exigencia, que contrasta libre de peligros, pero problemas académicos, profesionacon la condescendencia que muestambién de oportunidades les o emocionales. tran en otros aspectos, es la que para progresar En un artículo publicado en la repropuso en su momento la ya covista Education and Training (2014), nocida Madre Tigre, Amy Chua (ver dos investigadoras, J. Bradley-Geist y Aceprensa, 3-01-2012). LythcottJ. Olson-Buchanan, mostraron que era más probable que los Haims denuncia versiones menos severas pero igual de hijos sobreprotegidos carecieran de ciertas “aptitudes blan- perjudiciales para la salud psicológica de hijos y progenitodas”, como iniciativa, responsabilidad o capacidad de apren- res. Y, sobre todo, advierte de la transformación de la vida der de los propios errores, importantes en el mercado laboral. familiar que ha provocado esa presión: “Ha habido un gran Asimismo, relacionaron la “crianza invasiva” con una menor cambio cultural. El tiempo pasado en familia ha dejado de eficacia en el empleo y con una mayor probabilidad de tener ser un tiempo relajante y de descanso. Ahora todo está esproblemas de adaptación en el entorno de trabajo. tructurado, parcelado y organizado y repleto de actividaSin embargo, para Lythcott-Haims, esas actitudes de los des”. padres helicópteros que tan perjudiciales se muestran para la En una jornada infantil llena de ocupaciones impuesvida adulta nacen ya en esa desmesurada solicitud con que, tas, con la sensación de que hay cada vez más deberes, los por ejemplo, protegen a sus hijos pequeños. Se evita que los padres ejercen la función de “asistentes” de sus hijos. Así niños salgan solos de casa a una edad a la que ya podrían ha- evitan que asuman tareas domésticas o que se distraigan cerlo sin peligro, se acolcha el entorno para evitar lesiones, se en juegos poco productivos, para que se centren y cumplan les impide hablar con adultos o se contesta por ellos, etc. Los con las ambiciosas expectativas depositadas en ellos. “padres helicóptero” miman tanto a sus hijos que dificultan Sin embargo, la proyección de esta elevada exigencia que adquieran de un modo natural autonomía e independen- en la niñez y en la adolescencia, además de haber increcia. mentado los casos de estrés y ansiedad de padres e hijos y extenuarles, aumenta las posibilidades de frustración tanto Una autoestima solo sentimental del niño, que no cumple con lo que se espera de él, como de Para Lythcott-Haims, la proliferación de este modelo cons- los padres, que cuando no logran los resultados esperados, tituye una reacción a la cultura familiar precedente y una piensan que han fracasado en su labor educativa. respuesta a la presión social que existe sobre el éxito. Pero además ha contribuido a su difusión la relevancia pedagó- Ayudar, no reemplazar gica que desde hace varias décadas ha adquirido la cuestión Hay cierta contradicción en los modos de actuar de los “pa- ACEPRENSA MAYO 2016 dres helicóptero”, que oscilan así entre la indulgencia en las cuestiones relacionadas con el carácter de sus hijos y sus desorbitadas expectativas académicas. Lythcott-Haims propone un estilo educativo intermedio y lleno de sentido común que paulatinamente prepare a los hijos para la vida adulta. Eso implica, entre otras cosas, la difícil decisión de dejarles hacer las cosas por sí mismos, aun cuando se equivoquen. Ayudarles, señala, no es lo mismo que hacer todo por ellos. De modo general, y recogiendo los consejos de psicólogos infantiles, hay que evitar tres actitudes: hacer por ellos lo que pueden hacer solos; hacer por ellos lo que casi pueden hacer solos y que, por esta razón, les enriquece; y, por último, evitar que las exigencias estén motivadas por las aspiraciones de los propios padres –por su propio ego–, pues de otro modo “estaríamos construyéndoles un camino que tiene que ver más con nosotros mismos que con ellos”. En su libro Teach Your Children Well, publicado en 2012, Levine recomienda ejercitar un mayor desapego. Eva Millet en Hiperparternidad (Plataforma, Barcelona, 2016), siguiendo a la psicóloga americana, propone una “sana desatención” –confiar más en ellos, evitar controlarles y no atosigarles–. Se trata, en definitiva, de que como educadores los padres pongan fin a esa “crianza invasiva” que coarta el aprendizaje, cohíbe la adquisición de responsabilidades y ofrece a los niños una infancia vicaria, libre en efecto de peligros, pero también de oportunidades para progresar. Jugar, una inversión segura Para contrarrestar el estilo educativo de los “padres helicóptero”, Lythcott-Haims sugiere recuperar espacios lúdicos y reconocer la potencia pedagógica del juego. Jugando libremente, los niños desarrollan virtudes y destrezas: aprenden a manejarse en el entorno y a relacionarse con los demás, ponderan sus deseos y los expresan, se habitúan al esfuerzo, ejercitan la generosidad y la paciencia, posponen la gratificación… Jugar es, en todos los sentidos, “una inversión para la vida”. Pero no se trata de incluir momentos concretos de esparcimiento en el atareado día a día de los niños, sino de establecer “tiempos no estructurados” que les descansen y relajen. Recomienda evitar los juegos programados y electrónicos, ya que en ellos los niños son normalmente espectadores pasivos y por tanto no fomentan su creatividad. La asignación de tareas domésticas a los hijos es también insustituible en su desarrollo. Lythcott-Haims defiende su provecho formativo incluso también cuando se cuenta con empleada del hogar. Ayudar en casa les enseña a cumplir de un modo natural con lo que se espera de ellos, les instruye sobre el valor del sacrificio, contribuye a que aprecien las cosas y es un modo sencillo de que asuman responsabilidades. Comer y dialogar en familia La sobreprotección puede dañar también la autonomía intelectual de los niños y complicar los procesos por medio de los cuales elaboran opiniones propias, así como debilitar su pensamiento crítico. ¿Cómo fomentar el desarrollo intelectual y emocional de los hijos? Lythcott-Haims lo tiene claro: comiendo en familia. Cuando en la mesa se favorece la conversación y se pregunta a los niños por sus cosas, ofreciéndoles oportunidades para expresarse, se comparten situaciones y hay un ambiente distendido y amable, se está formando adultos independientes, estables emocionalmente y maduros. El diálogo entre padres e hijos es, así, una estrategia valiosa que les enseña a pensar. Por medio de preguntas, y evitando sobre todo ofrecerles respuestas inmediatas, los padres ayudan a que los hijos saquen sus propias conclusiones y les orientan en la formación de sus propios criterios. Para Lythcott-Haims, la educación tiene como objetivo que el niño adquiera competencias y construya hábitos que le ayudarán después en su vida adulta a alcanzar una existencia plena y satisfactoria. Pero también es consciente de que no es posible educar sin el ejemplo. Con frecuencia, en la literatura pedagógica se pone el acento en la mejora de los hijos, pero tanto Lythcott-Haims como Levine o Millet creen que es preciso que los padres tengan una vida propia. Por eso les invitan también a “invertir en sí mismos”, cuidar sus relaciones y convertirse en los padres que quieren ser, pero también en los que sus hijos realmente necesitan. ACEPRENSA MAYO 2016 EDUCACIÓN DEBERES: AGOBIOS Y RESULTADOS por Aceprensa La abundancia de tareas para casa puede causar estrés en los escolares y no siempre asegura buenas notas El caso de las matemáticas En la mayoría de países, a partir de los 13 años las chicas se No obstante, entre la sensación de agobio y el número de sienten más agobiadas que los chicos por las tareas escolares. horas dedicadas a los deberes no siempre hay una relación La relación entre tiempo dedicado a las tareas y rendimiento directa; o al menos, la relación varía por países. Según un académico es clara a nivel intra-nacional, pero no en la com- reciente análisis de la OCDE, centrado en los estudiantes paración internacional. de 15 años que en la prueba PISA de 2012 obtuvieron malos Un informe de la Organización Mundial de la Salud pre- resultados en matemáticas, algunos de los que más tiempo sentado recientemente ha analizado varios indicadores de sa- emplean semanalmente en hacer deberes son los italianos, lud y bienestar en la juventud europea, y las diferencias entre irlandeses o españoles, tres países que también aparecían sexos y clases sociales. Un apartado estudia la relación entre arriba en el ranking de agobio. Sin embargo, holandeses y la “presión escolar” y la calidad de vida, en ambos casos según griegos, que no decían sentir especial presión por las tareas, la percepción de los propios jóvenes. Los autores señalan que también dedican un tiempo superior a la media. A la inversa, la sensación de agobio por los deberes del colegio está rela- en Eslovenia o Finlandia, muchos sienten agobio, según la cionada con un aumento en la prevalencia de determinadas OMS, pero, según el informe de la OCDE, la dedicación a los enfermedades o molestias, como dolores de cabeza o proble- deberes está por debajo de la media. mas digestivos. En cambio, sí parece haber una En la mayoría de países, los esturelación objetiva entre tiempo emdiantes de familias adineradas dicen pleado en tareas escolares –de todas En la mayoría de sentirse más agobiados por las tareas las asignaturas– y rendimiento en países, los estudiantes escolares que los de clase social más matemáticas. Incluso descontando modesta. El fenómeno se observa en el factor socioeconómico y la trayecde familias adineradas los dos sexos, aunque es más acusatoria anterior en la materia, a más dicen sentirse más do entre ellas. Algunos de los países dedicación mejores resultados. Cuaagobiados por las tareas donde la diferencia es mayor son Litro horas de deberes a la semana auescolares que los de clase tuania, Eslovenia o Italia. En España, mentan claramente la probabilidad social más modesta en cambio, la renta apenas influye de alcanzar el nivel mínimo. Entre en este aspecto, ni para los chicos ni los que llegan y los que se quedan por para las chicas. debajo, la diferencia de dedicación a Por lo general, la sensación de agobio aumenta con la tareas es de una hora semanal. edad, sobre todo entre las chicas. De media, a los 11 años se No obstante, si se considera el estudio de las matemátisienten presionadas por las tareas un 22% de las chicas y un cas fuera del colegio, resulta que son los alumnos con peores 24% de los chicos. Es la única edad en la que ellos están por notas los que más horas dedican. Quizá se vean obligados delante. A los 13, ya son un 38% y un 33% respectivamente, y por sus padres a acudir a clases de refuerzo; pero también a los 15, los porcentajes llegan al 51% y 39%. Solo en dos paí- parece que se apuntan más a actividades complementarias ses la presión de los chicos es similar a la de sus compañeras. relacionadas con la materia, sobre todo si comportan algún En cambio, la diferencia resulta especialmente abultada en componente lúdico. Estos cebos sirven para atraer a los maNoruega, Suecia, Portugal, Italia o Inglaterra. los estudiantes, pero no están ayudando a cerrar la brecha En la mayoría de países, los estudiantes de familias adi- con los otros. neradas dicen sentirse más agobiados por las tareas escolares De todos modos, la relación entre deberes y rendimiento que los de clase social más modesta solo es clara en cada país; cuando se comparan unos países Los estudiantes españoles aparecen entre los más agobia- con otros, no lo es tanto. En algunos de los mejor situados en dos, sobre todo a partir de los 13 años. Hasta entonces, los la última prueba PISA de matemáticas, como China o los Paíchicos sienten más la presión de las tareas. Después la ten- ses Bajos, los alumnos hacen más deberes que la media. En dencia se invierte, aunque la diferencia entre sexos está por cambio, los chicos finlandeses logran también buenas notas debajo de la media. con el mínimo estrés. ACEPRENSA MAYO 2016 DE LIBROS LITERATURA TODOS NUESTROS AYERES Natalia Ginzburg Lumen. Barcelona (2016). 360 págs. 20,90 € (papel) / 12,99 € (digital). Traducción: Carmen Martín Gaite. El próximo 14 de julio de 2016 se cumple el primer centenario del nacimiento de Natalia Ginzburg (Palermo 1916-Roma 1991), una de las escritoras más importantes de la literatura italiana del siglo XX. En castellano se han publicado sus novelas más conocidas, como Léxico familiar y Las pequeñas virtudes, además de sus ensayos. Sus novelas suelen ambientarse en la época fascista y durante la Segunda Guerra Mundial, con la influencia de este clima político en las relaciones de los personajes, siempre tratados con sencillez y humanidad. Todos nuestros ayeres (que fue traducida al castellano con el título Nuestros ayeres) fue publicada en 1952. El libro ofrece una visión del periodo de la resistencia y posterior clandestinidad en una Italia en guerra, a través del concierto de las voces de unos jóvenes de familia burguesa. La mirada de Natalia Ginzburg, particular e individualista, se modela a golpe de experiencia y de cotidianeidad; lo que importa son las trivialidades y pequeñas grandezas de los personajes, que resultan tratados con mimo por su autora, aunque no les ahorra el verse enfrentados a un destino difícil. La prosa, condensada, precisa, lírica y contenida a un tiempo, desvela una singular maestría en el retrato íntimo del alma humana, en especial la femenina, a la que con frecuencia atribuye un cierto toque ingenuo que la embellece. La tristeza lapidaria de algunas secuencias queda amablemente compensada por el tono humorístico habitual en esta novelista y que recuerda el de otros narradores italianos de posguerra. BEGOÑA LOZANO LA FAMILIA KARNOWSKY Israel Yehoshua Singer Acantilado.Barcelona (2016). 553 págs. 29 €.Traducción: Rhoda Henelde Abecasís y Jacob Abecasís Hachuel. Originariamente, esta novela fue publicada en yiddish en 1943. Su autor, polaco de origen judío, nació en 1893 y murió en Nueva York en 1944, donde vivía desde 1934. Comenzó a escribir y a publicar en yiddish en 1916. Es uno de los tres hermanos Singer, todos escritores. Los otros son el hermano menor, Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura, y Esther Kreitman, la hermana mayor. Todos firmaron como Singer, derivado de su apellido real, Zinger. El libro recrea tres generaciones de la familia Karnowsky que viven en dos escenarios distintos, Berlín y Nueva York. Todo, enmarcado en un cambio de época, con una guerra por medio y la inminente llegada de los nazis al poder en Alemania. Cada generación da nombre a una parte de la novela. La primera (David), la del abuelo, es grandiosa. Es un personaje que se rebela contra la actitud pueblerina de los judíos de Polonia, que rechazan la cultura y todo lo que suene a intelectual. Por eso, David se traslada con su mujer a Berlín, donde las corrientes judías son más avanzadas. La mujer vive en una constante sumisión al marido, además de sufrir porque su alemán es muy deficiente y solo se encuentra a gusto hablando en su yiddish natal. Esto la retrae del contacto con otras personas, aunque sean judías; solo está a gusto con los familiares de su pueblo que han emigrado como ellos, a los que su marido no acepta. Tienen un hijo, Georg. La segunda generación es la de Georg, que se ha casado con una mujer cristiana y aria, lo que provoca una ruptura con las tradiciones familiares de las que realmente siempre ha estado desvinculado, pues él se siente judío solo a medias. Es un médico afamado, pero la familia de su mujer tampoco le acepta plenamente por ser judío. Esta segunda parte, más compleja, acaba con la llegada de los nazis al poder. La tercera generación vive ya en Nueva York. El último de la línea, Yegor, un inconformista y un fracasado, no se adapta ni al nuevo país ni a su condición de judío. Las dos primeras partes son más literarias y dan pie al autor para recrearse en los ambientes y en las costumbres judías. La última parte, la más trágica, es quizás la más débil desde el punto de vista literario. Lo mejor de esta interesante y ambiciosa novela es la confluencia de caracteres, muy dispares, y el retrato de las costumbres y tipos judíos. La descripción de los conflictos de los distintos personajes es profunda y realista. ALBERTO PORTOLÉS ACEPRENSA MAYO 2016 EL RUISEÑOR Kristin Hannah Suma de Letras. Barcelona (2016). 592 págs. 19,90 € (papel) / 4,99 € (digital). Traducción: Laura Vidal. Novela de ficción histórica, ambientada en Francia, que arranca en la década de los cuarenta y se extiende hasta la actualidad. La norteamericana Kristin Hannah presenta una historia de amor y guerra ganadora de premios como el Publishers Weekly, el Barnes & Noble y el Gooodreads. 1939. En la población de Carriveau, en pleno Valle del Loira, resi- den las hermanas Mauriac: Vianne e Isabelle. Los nazis están a punto de invadir Francia cuando Vianne despide a su marido, Antoine, que marcha al frente. Su hermana Isabelle es una joven rebelde e inconformista que vive a su aire. Así arranca este extenso relato que crece en intensidad conforme avanza la narración. Son dos mujeres muy diferentes entre sí, con modos casi antagónicos de afrontar los problemas, por lo que no faltan las desavenencias. Vianne es prudente y temerosa, mientras Isabelle es audaz y atrevida. Sin embargo, el dolor les unirá cuando la crudeza de la vida les exija ser heroicas. El ejército alemán domina el país, comienzan los bombardeos y los ataques. Isabelle se niega a plegarse al gobierno de Vichy y, tras conocer a un partisano, se une a la Resistencia. Conocida con el nombre clandestino de El Ruiseñor, realiza arriesgadas misiones. Mientras, en casa de Vianne, que ha rescatado a numerosos niños judíos, se instala un capitán alemán con quien tendrá que convivir en una comprometida situación. Como telón de fondo discurren los hechos históricos, pero lo importante en el libro no son los acontecimientos sino las personas, su lucha contra la injusticia y su esfuerzo por sobrevivir. Los personajes están tallados sin idealismo, pues Hannah los dibuja de forma creíble: con dudas, sombras y errores, ante la presión que han de soportar. Además, tiene el acierto de lograr una obra emotiva sin deslizarse hacia el melodrama ni el sentimentalismo. Lógicamente, se describen atrocidades bélicas, pero en el conjunto destacan más las secuencias emocionantes. El Ruiseñor es una novela amena, contada con frescura y calidez. Una obra sobre la Resistencia desde un punto de vista psicológico que describe distintos modos de reaccionar ante el horror. Dos personalidades y dos formas de enfrentarse a la guerra. años, van a tomar un avión a Nueva York: Laureth necesita que Benjamin la guíe de modo que nadie se dé cuenta de su ceguera. El motivo del viaje es que su padre, un escritor conocido, ha desaparecido y, aunque su madre no parece preocupada, Laureth sí lo está, y más aún cuando lee un correo electrónico misterioso en el que alguien de Nueva York le dice a su padre que tiene su libreta de notas. Una parte de la tensión que comunica el relato está en que Laureth no hace descripciones de lo que cualquiera vería, sino de sonidos y olores, y que su narración va siguiendo su hilo de recuerdos y pensamientos, las conjeturas que hace y las tácticas que usa para que, a su alrededor, nadie descubra su ceguera. Su hermano Benjamin es también un personaje formi- dable, que combina reacciones propias de niño de siete años con otras de chico muy listo (tal vez demasiado) que, además, tiene un don particular con los aparatos electrónicos: se funden cuando los toca, quiera o no. El libro incluye, a veces, textos a mano de la libreta del padre de los protagonistas, un hombre con una gran obsesión con el significado que pueden tener las coincidencias y con lo que han dicho autores como Jung, Pauli o Einstein acerca de la cuestión. Todo esto, que también comenta Laureth para ir resolviendo los distintos pasos de la intriga, podría estar más simplificado. Una parte del desenlace, la solución al misterio de la desaparición del padre, desentona de la brillantez de otros tramos de la novela. REYES CÁCERES LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL NO ES INVISIBLE Marcus Sedgwick Bambú. Barcelona (2014). 276 págs. 11,90 €. Traducción: Julia Alquézar. A partir de 13 años. Novela original, divertida e inteligente, que se podría calificar de novela puzle y de novela filosófica. Su principal baza es la narradora, Laureth, una chica ciega de dieciséis años. La historia empieza cuando ella y su hermano Benjamin, de siete LUIS DANIEL GONZÁLEZ ACEPRENSA MAYO 2016 DE CINE CARTELERA EL LIBRO DE LA SELVA Director: Jon Favreau. Guion: Justin Marks. Voces originales: Bill Murray, Ben Kingsley, Idris Elba, Scarlet Johansson, Lupita Nyong’o. 105 min. Todos. En 1894, Rudyard Kipling (Bombay, 1865-Londres, 1936) publicó una recopilación de cuentos que habían ido apareciendo en periódicos. En 1967, Disney dulcificó la historia en una gran película, cuyo principal logro fue traducir el humor vitalista de Kipling en unas coreografías prodigiosas que forman parte del gran cine musical norteamericano. El neoyorquino Favreau, primer director de la saga Iron Man y productor de Los Vengadores, está muy marcado por los comic de la Marvel. La lectura que hace Favreau del cuento es propia de un comiquero (fíjense en el plano final y en los créditos) y está hecha para comiqueros: un relato sincopado que busca satisfacer a un público amplio, contando la historia, con espectacularidad, realismo y verosimilitud dramáticas que no obvian la violencia del relato, pero la mitigan con hábiles secuencias que asustan aunque sin aterrar, por el uso de la elipsis y el fuera de campo. La apertura de la película es fascinante e incluye una de las mejores transiciones que ha hecho Disney. La presentación de personajes y el primer acto tienen un tempo muy conseguido. Centenares de diseñadores gráficos usan la tecnología para digitalizar paisajes y animales, logrando que su interactuación con el simpático niño protagonista sea deslumbrante. Las voces originales de actores muy conocidos contribuyen. En el resto de la película, la larga secuencia con los monos no funciona bien, y el tercer acto es vibrante y épico, quizás demasiado. Buena película. El 3D está bien, pero también en este caso me parece un incordio. Los niños muy pequeños pueden asustarse. ALBERTO FIJO LOS MILAGROS DEL CIELO Directora: Patricia Riggen. Guion: Randy Brown. Intérpretes: Jennifer Garner, Queen Latifah, Martin Henderson, Eugenio Derbez, Kylie Rogers. 109 min. Todos. Los milagros del cielo cuenta una historia real: el calvario que sufre la familia Beam desde el momento en que diagnostican a la pequeña Anna, de 10 años, una pseudoobstrucción intestinal –enfermedad rara e incurable–, hasta su insólito desenlace. Los Beam –Christy, Kevin y sus tres hijas– son una familia feliz, profundamente cristiana, pero esta enfermedad supone una dura prueba para su fe. La cinta está basada en el libro homónimo escrito por Christy Beam, en la que cuenta su historia. El guion de Randy Brown (Golpe de efecto) se centra en la lucha de la madre por salvar a su hija. El guion aboceta, y hay que lamentar que no insista más, una serie de temas de gran calado: la propia reacción de Christy y su marido ante el silencio de Dios, la falta de solidaridad de algunos santurrones oficiales, la reacción de las hermanas ante el vuelco de la situación familiar, etc. Randy Brown se limita a rozar estos temas, como si temiera un rechazo, y cada uno de ellos bastaría para proporcionar al filme otro calado, como hizo El aceite de la vida, o el propio Frank Capra en la mucho más sensible ¡Qué bello es vivir! Riggen conmueve, principalmente, con el retrato del sufrimiento hospitalario de la niña y de su madre, y con la magnífica interpretación de Jennifer Garner, actriz que suele rendir por debajo de sus posibilidades. Después lanza un mensaje entusiasta y lleno de alegría, apostando por la fe. La película está pensada para un público creyente y cumple su objetivo con creces, pero sin duda el guion daba más de sí, y la película podría haber resultado más redonda y profunda. FERNANDO GIL-DELGADO LOS RECUERDOS Director: Jean-Paul Rouve Guión: Jean-Paul Rouve y David Foenkinos, a partir de la novela de este. Intérpretes: Michel Blanc, Annie Cordy, Mathieu Spinosi, Chantal Lauby, William Lebghil, Flore Bonaventura. 92 min. Jóvenes. La anciana Madeleine acaba de enviudar. Su recién jubilado hijo Michel, ACEPRENSA MAYO 2016 de acuerdo con sus hermanos, la manda a una residencia para la tercera edad, lo que ella acepta a regañadientes. Casi lo único que ilumina sus días son las frecuentes visitas de su nieto Romain, que sueña con ser escritor, y trabaja de recepcionista de noche en un hotel. Amable comedia de esas que entrega el cine francés con pasmosa facilidad. El actor Jean-Paul Rouve, en su tercera película como director, adapta una novela de David Foenkinos (ver Aceprensa, 20-022013), y logra lo más difícil en un film de este tipo, el ritmo perfecto, adecuado para una trama entrañable, de tono optimista y esperanzado, que reconcilia con el género humano. Personajes bien descritos, relaciones creíbles, buenas ocurrencias y conflictos. Las oraciones en el cementerio, con la llegada impuntual de uno y otro personaje, escenas con que se abre y cierra el film, son un buen botón de muestra de la sólida estructura. Mathieu Spinosi resulta muy adecuado, con su aire naif y soñador, para componer al nieto, y hace creíble la conexión especial con su abuela, la veterana Annie Cordy. Y Michel Blanc encarna bien las neuras del hijo, buen tipo, algo cuadriculado, sosainas y con problemas de comunicación, que atraviesa una pequeña crisis conyugal con el amor de toda su vida, bien encarnada por Chantal Lauby, el sentido común y la paciencia en persona. Además hay una buena pléyade de secundarios, en muchos casos con solo una escena, perfectamente escogidos; se nota que el director es actor. JOSÉ MARÍA ARESTÉ CINE EN DVD EL PUENTE DE LOS ESPÍAS Director: Steven Spielberg Guion: Matt Charman, Ethan Coen, Joel Coen. Intérpretes: Tom Hanks, Mark Rylance. Amy Ryan, Alan Alda, Sebastian Koch. 141 min. Jóvenes. (V) Oscar: actor de reparto (Mark Rylance). Hacía mucho tiempo que Steven Spielberg no rodaba una buena película, o si se prefiere una película que se acercara a sus obras de mejor nivel. A mi juicio, estamos ante su obra más lograda desde Minority Report (2002). Spielberg recupera el ritmo narrativo con una sátira escrita por los hermanos Coen y Matt Charman sobre la guerra fría y el espionaje que cuenta con habilidad un caso real. El diseño de producción es, como siempre, excelente, aunque Spielberg trabaja por primera vez con el ganador del Oscar Adam Stochhausen (El Gran Hotel Budapest): la recreación de la construcción del muro es sencillamente inolvidable y supone una nueva muestra de poderío del que es desde hace años uno de los productores y directores que realmente hace lo que quiere. La fotografía y el montaje de los habituales compañeros de viaje Janusz Kamilski y Michael Kahn hace que desde el primer minuto te sientas en territorio Spielberg. El que no estaba y ha vuelto es Spielberg, el narrador que nos mantenía en el borde de la butaca durante dos horas. Las aventuras son las de James Donovan, un abogado experto en seguros, al que proponen la defensa de un espía ruso, detenido en Nueva York. La película construye un héroe muy propio del director, un buen profesional ya maduro, que tiene que cumplir un papel decisivo en un mundo que no es el suyo, con las armas que conoce. El ritmo pausado, la manera de evitar situaciones grandilocuentes y la tensión narrativa del tercer acto son excelentes. Hanks y Rylance se lucen en unos diálogos en los que la mano de los Coen se percibe con nitidez. El retrato de la CIA es inteligente. Spielberg enfría todo lo que cuenta, lo simplifica, le quita barroquismo. Viene a decir que te puedes esperar cualquier cosa de la CIA, porque al final, lo que cuenta son las personas. ALBERTO FIJO ACEPRENSA MAYO 2016 DE OCIO VIDEOJUEGOS MARIO & SONIC EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS: RIO 2016 Género: Deportes Plataformas: 3DS, Wii U (próximamente). Desarrollador: SEGA. Distribuidor: Nintendo. PEGI: 7. Contenidos: Violencia caricaturizada. Idioma: Español. Precio: 39,95 euros. De nuevo, con motivo de los JJ.OO., se lanza la entrega correspondiente de la franquicia que convierte en atletas a los personajes más conocidos de SEGA y Nintendo. Pensado para todo tipo de usuarios, es un producto accesible. Se aprecia en el control, que emplea la pantalla táctil y tres botones para demandar ritmo y frecuencia en las pulsaciones; se confirma con el planteamiento de las pruebas, que carecen de complicación y se explican someramente al comienzo. Aunque no se exige un conocimiento detallado de cada modalidad, quien desconozca sus peculiaridades puede tener una pequeña desventaja porque ciertos movimientos (como inclinarse para cruzar la meta) se obvian en las instrucciones. En total se incluyen catorce pruebas, una cantidad sustancialmente menor que en la entrega de 2013, que apuestan por la variedad aunque a la larga resulten monótonas. Para compensarlo se han incluido versiones Extra de las mismas, variantes que introducen nuevas normas y útiles para aumentar el desafío. Las novedades más destacables son el fútbol y el golf. La primera prueba ofrece partidos de siete jugadores sin demasiada dificultad. La cosa se complica en el golf, donde hay que calcular la dirección y fuerza del golpe teniendo en cuenta el viento y el palo adecuado. Una modalidad sorprendentemente sólida dedicada a los más pacientes. Además de las competiciones clásicas, se incluyen tres modos de juego adicionales. El primero es Aventuras en Río, donde controlaremos la carrera deportiva de nuestro Mii pudiendo entrenarle, vestirle y hacer que se relacione con los demás personajes para avanzar su anecdótica trama. Otro modo es el clásico VS, juego competitivo local en el que el propietario del juego se enfrenta a otros tres usuarios de la consola permitiéndoles descargar los datos necesarios. Se echa de menos el juego a través de Internet aunque las partidas se prestan más a la compañía presencial. El último de los modos es la curiosa Maratón de bolsillo. Aquí el reto implica al usuario y a su entorno real porque consiste en recorrer 42,195 km siendo la máquina quien lleva la cuenta de los pasos. Afortunadamente no se exige un cumplimiento estricto sino que cada paso contabiliza como un metro, haciéndolo más llevadero. Se fomenta además el ejercicio otorgando recompensas con el uso y el cruce con otros jugadores por la calle. Artísticamente cumple, destacando las voces en español de los personajes de SEGA, aunque su apartado técnico sea mejorable al perder fluidez por momentos. Pese a poder escoger el propio Mii como atleta, su otra pega es la obligatoriedad de escoger entre cinco de los cuarenta personajes disponibles de las compañías enfrentadas. Esto limita las posibilidades sin razón aparente, y relega a la mayor parte de la plantilla al puesto de contrincantes durante las pruebas. Un título recomendado para toda la familia por su inocuidad y sencillez de control pese a que los jugadores experimentados lo encontrarán demasiado simple. Con un uso adecuado, fomenta la sana competencia, la constancia y la superación. ENRIQUE CANTO GAITERO SIGLAS CINE / VIDEOJUEGOS V violencia S detalles sensuales X sexo explícito D diálogos soeces ACEPRENSA Núñez de Balboa, 125, 6º A, 28006 Madrid, España, T. (+34)915158974 | SUSCRIPCIONES [email protected] | CONTACTO info@aceprensa. com | DIRECTOR GENERAL Miguel A. Sánchez del Moral | DIRECTOR EDITORIAL Rafael Serrano | EDITA Fundación Casatejada Depósito Legal M. 35.855-1984 | ISSN 1135-6936 | Se pueden adquirir los derechos de reproducción mediante acuerdo por escrito con Aceprensa