Tribunal Constitucional. Sentencia, 19 de octubre de 2010, Recurso

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FS: 26/2010
Serie: Extinción de contrato
Noviembre 2010
DOCUMENTO ELABORADO POR EL GABINETE DE ESTUDIOS JURIDICOS DE CC.OO.
SENTENCIA: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, 19 de Octubre de 2010, Rec.
de Amparo núm. 3568/2006.
MATERIA: SUBCONTRATAS DE OBRAS O SERVICIOS. RESCISIÓN DE
LA CONTRATA por la empresa principal, ante la HUELGA y DEMANDAS DE
CESIÓN formuladas por los trabajadores de la contratista. El despido ante la
finalización de la contrata es un DESPIDO NULO por vulneración del derecho a
la tutela judicial efectiva el derecho de huelga.
ASUNTO: La empresa UNIGEL, S.L. era contratista de la empresa principal,
SAMOA INDUSTRIAL, S.A. Los trabajadores de UNIGEL venían realizando unas
reivindicaciones en aras de lograr que sus condiciones de trabajo se igualaran con las
de los trabajadores de la empresa principal, incluyendo varias jornadas de huelga, y
denunciando también la existencia de una cesión ilegal de trabajadores con respecto a
SAMOA ante la Inspección de Trabajo.
En este contexto la empresa principal comunicó a la contratista la rescisión parcial del
contrato de servicios en las secciones de soldadura y fresadora, rescisión que generó
dos despidos. Meses después, también se puso fin al contrato mantenido entre ambas
de arrendamiento de servicios, y, en este caso, se produjeron 24 despidos más, entre
ellos el de la demandante.
La trabajadora demandante en amparo fue objeto de un despido objetivo por la
empresa UNIGEL, S.L., contratista de otra empresa, SAMOA INDUSTRIAL, S.A.
Presentó demanda por despido instando la declaración de su nulidad por vulneración
del derecho fundamental de huelga y de la garantía de indemnidad, o
subsidiariamente su improcedencia, con condena solidaria a ambas empresas por
existencia de una cesión ilegal de mano de obra.
La demanda fue desestimada tanto en la instancia como en suplicación, por la STSJ
de Asturias de 10-03-2006, planteando la trabajadora el recurso de amparo ante el TC
con base en la vulneración de los arts 14, 28.2 y 24.1 de la CE.
DOCTRINA: El TC considera acreditado que la extinción del contrato de la
trabajadora se produjo como consecuencia de las movilizaciones previamente
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comisiones obreras
desarrolladas por los trabajadores en la empresa, materializadas en el ejercicio de sus
derechos a la tutela judicial efectiva y a la huelga. Sin embargo, en este contexto de la
subcontratación, la situación es algo más complicada: quien reacciona frente a los
trabajadores entendiéndose dañado por sus acciones no es el empresario que los
despide sino el titular de la actividad contratada, destinatario último de los servicios
prestados por aquéllos; mientras que quien efectivamente despide a los trabajadoressu empresario en la relación laboral- lo hace determinado por la previa decisión de la
empresa principal de rescindir la contrata mercantil, que, en las condiciones de
conflictividad laboral existentes, ha dejado de resultarle útil. En definitiva, dice el TC,
lo que se discute en este recurso es la determinación de la vigencia y contenido de los
derechos fundamentales de los trabajadores en el marco de las relaciones laborales en
régimen de subcontratación.
Pues bien, la sentencia mantiene que el ejercicio de las facultades organizativas del
empleador no puede traducirse en la producción de resultados anticonstitucionales,
lesivos de los derechos fundamentales del trabajador, ni en la sanción del ejercicio
legítimo de tales derechos por parte de aquél.
Dice el FJ 9: “Si a través de la técnica de la subcontratación se posibilita que
trabajadores externos contratados por una empresa contratista se vinculen
directamente a la actividad productiva de una empresa principal e, incluso, que la
propia vigencia de su contrato de trabajo se haga depender directamente de la
vigencia del contrato mercantil que vincula a ambas empresas, determinando, en
virtud de todo ello, que la efectividad de los derechos de los trabajadores pueda verse
afectada no sólo por la actuación del contratista sino también por la del empresario
principal, del mismo modo habrá de salvaguardarse que en el ámbito de esas
actuaciones los derechos fundamentales de los trabajadores no sean vulnerados.
Pues no sería admisible que en los procesos de descentralización productiva los
trabajadores carecieran de los instrumentos de garantía y tutela de sus derechos
fundamentales con que cuentan en los supuestos de actividad no descentralizada ante
actuaciones empresariales lesivas de los mismos”.
Dice al efecto que «en la práctica, si no pudiese otorgarse tutela jurisdiccional ante
vulneraciones de derechos fundamentales como éste, se originaría una gravísima
limitación de las garantías de los derechos fundamentales de los trabajadores en el
marco de procesos de descentralización empresarial, cuando no directamente su
completa eliminación, lo que resulta constitucionalmente inaceptable».
Por ello, declara la nulidad radical del despido de la recurrente y el restablecimiento
en la integridad de su derecho. Sin embargo, dadas las concretas circunstancias (la
finalización del contrato mercantil de arrendamiento de servicios suscrito entre una y
otra empresa, de la que trae causa la extinción de la relación laboral de los
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comisiones obreras
trabajadores de UNIGEL), se remite a lo que el Juzgado de lo Social determine al
efecto en incidente de ejecución, en orden a “si la efectiva readmisión de la
recurrente en su puesto de trabajo es posible y, de no serlo, la indemnización que
procediera abonar entonces a la misma, así como los salarios de tramitación, y la
responsabilidad de las empresas concernidas en orden a la reparación de la lesión de
derechos fundamentales ocasionada”
APLICACIÓN: Este pronunciamiento es muy relevante puesto que suponer abordar
uno de los problemas más graves que genera la técnica de la contratación en el ámbito
de las relaciones laborales. Al depender la vigencia del contrato de trabajo, no sólo de
las decisiones de la empresa contratista empleadora, sino también de la principal,
dado que esta es ajena al contrato de trabajo, no existe en la legislación mecanismos
eficaces para corregir las prácticas generadas por la empresa principal que pueden
determinar, a su vez, unos perjuicios profesionales, o incluso la extinción del contrato
de trabajo del personal de las empresas contratistas. En el caso que enjuicia el TC,
ello sucede con la decisión de rescindir la contrata adoptada por la principal, que
supone en definitiva la extinción de los contratos vinculados a la misma.
El TC sienta el criterio de que la tutela de los derechos fundamentales no permite
aislar a la empresa principal de las actuaciones que lleva a cabo y que afectan al
personal de la empresa contratista. Por ello considera que la decisión realizada en el
ámbito del contrato mercantil, de rescindir la contrata como represalia ante la huelga
y las demandas de cesión ilícita, es una decisión que lesiona los derechos
fundamentales de los trabajadores, y por tanto los despidos son nulos, aunque
realmente la decisión de despido la haya adoptado la empresa contratista, y ella no
hubiera sido la responsable de dichas vulneraciones. Si la readmisión no resulta
posible, la indemnización de daños por lesión de derechos fundamentales se impondrá
no sólo a la contratista, sino en particular a la empresa principal.
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