LA LEY Nº 26.075 DE FINANCIAMIENTO EDUCATIVO Y SU INCIDENCIA EN LAS FINANZAS PÚBLICAS PROVINCIALES Lic. Rosana M. Jan Casaño RESUMEN Ciertamente el gasto público en educación, cuenta con el apoyo general de la mayor parte de las sociedades modernas. Gran parte de este apoyo se debe al calado social que ha conseguido la teoría del capital humano (Gary Becker, 1962), según la cual la educación es considerada como un bien de inversión. Como tal, repercute positivamente en el propio individuo que la adquiere, dotándole de un mayor nivel de productividad y aumentando, consecuentemente, sus posibilidades de rentas futuras. No sólo son las rentas monetarias las que aumentan en un futuro sino que éstas también aumentan la utilidad y el bienestar social. La Ley Nº 26.075 de Financiamiento Educativo, sancionada el 21 de diciembre de 2005, establece que el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deberán aumentar progresivamente la inversión en Educación, Ciencia y Tecnología entre los años 2006 y 2010, hasta alcanzar en este último año una participación de 6% en el Producto Bruto Interno, frente al punto de partida de 4,1% en 2005. La Ley de Financiamiento Educativo ha significado un gran avance para incrementar la inversión educativa en la Argentina y para institucionalizar las relaciones entre los diferentes niveles de gobierno. Los objetivos de inversión educativa no han sido alcanzados por el gobierno nacional pero si por el conjunto de las jurisdicciones, no obstante la inversión educativa se ha situado sistemáticamente por encima de las metas establecidas por la norma para cada año de implementación. Sin embargo, existe un grupo de jurisdicciones que ha tenido dificultades para alcanzar los objetivos de financiamiento. Estas desigualdades, que se originan principalmente en las distintas capacidades fiscales de las provincias tienen un impacto directo en las variables propiamente educativas. El presente trabajo se basa en la recopilación, sistematización, procesamiento y análisis de la información de la Dirección de Análisis de Gasto Público y Programas Sociales del Ministerio de Economía y Producción y de la Coordinación General de Estudio de Costos del Sistema Educativo del Ministerio de Educación. El año 2011 se inició sin una norma que regule la inversión educativa. Existen instrumentos que se han creado y mejorado en estos años, como los convenios bilaterales y la paritaria docente nacional, y también se cuenta con un objetivo general fijado por la Ley de Educación Nacional, de alcanzar el 6% del PBI destinado exclusivamente a Educación. Pero no se tiene un instrumento marco que establezca responsabilidades de cada nivel de gobierno y de cada jurisdicción provincial en el financiamiento de la educación, como tampoco las metas anuales de inversión. El desafío es sostener la inversión, al tiempo que se desarrollen políticas educativas efectivas que mejoren la calidad de la educación y promuevan una mayor igualdad. LA LEY Nº 26.075 DE FINANCIAMIENTO EDUCATIVO Y SU INCIDENCIA EN LAS FINANZAS PÚBLICAS PROVINCIALES Lic. Rosana M. Jan Casaño I. INTRODUCCIÓN Existen diversos enfoques teóricos que explican la importancia de la educación. La teoría del capital humano sustenta una tesis económica, a través de la cual se afirma: “La educación aumenta las calificaciones de los individuos y, por lo tanto, sus salarios. Esta perspectiva...considera que la inversión en las personas es semejante a la inversión en capital. Cuando mayor es la inversión, mayor es su productividad...”.1 En otro orden de ideas, de acuerdo con la teoría del sector público, las economías producen y suministran bienes públicos y privados. Los mecanismos de mercado son capaces de asignar eficientemente los recursos para producir los bienes privados. Sin embargo, en el caso de los bienes públicos, tales mecanismos son incapaces de obligar a los individuos a revelar sus preferencias, esto puede conducir a que los agentes privados destinen recursos insuficientes para su producción. Para corregir esta falla de mercado, el Estado debe intervenir a través de la asignación de los recursos presupuestarios para la suficiente producción y suministro de los bienes públicos.2 La educación reúne los atributos de los bienes privados: “La educación no es un bien público puro. El costo marginal de educar a un niño más dista de ser cero; de hecho, los costos marginales y medios son (al menos en gran escala) aproximadamente iguales. Y no es difícil cobrar a un individuo por el uso de este servicio”.3 Si la educación tiene las propiedades de un bien privado, ¿por qué participa el Estado en su suministro? La existencia de la educación pública se relaciona con la eficiencia económica y la equidad. Stiglitz afirma: “Los que tratan de justificar a la educación pública aduciendo a que existe un fallo en el mercado centran la atención en la importancia de las externalidades; a menudo se dice, por ejemplo, que tener unos ciudadanos educados genera importantes externalidades. Una sociedad en la que todo el mundo sepa leer puede funcionar con mucha más armonía que una sociedad en la que pocos sepan leer”.4 Para Rosen: “Las escuelas pueden ser un importante factor de socialización...También se ha argumentado que la educación es un vehículo de adoctrinamiento político que potencia la afinidad de los ciudadanos con los gobiernos, contribuyendo de esta manera a la estabilidad política”. Agrega: “Estos argumentos de apoyo a la intervención pública en el mercado educativo guardan relación con la eficiencia económica. La economía del bienestar sugiere que también se debe considerar la equidad, y desde esta perspectiva también existen argumentos a favor de la educación pública... Puesto que el acceso a la educación demuestra ser un factor importante de movilización social, se está ante un importante servicio que debe estar a disposición de todos los ciudadanos”.5 1 Joseph E. Stiglitz (2000), “La economía del sector público”. Tercera edición. Antoni Bosh. España. Página 450. 2 Harvey S. Rosen (2002), “Hacienda Pública”. Quinta edición. Mc Graw Hill. España. Página 49. 3 Joseph Stiglitz. op cit. Página 448. 4 Idem. 5 Harvey S. Rosen. Op cit. Página 72. II. LEYES QUE MARCARON LA TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO ARGENTINO La organización federal del país tiene como consecuencia, un complejo ordenamiento jurídico. Las bases legales que rigen la educación nacional están constituidas por la Constitución y las leyes nacionales. Las constituciones y las leyes provinciales, los decretos dictados por el Poder Ejecutivo Nacional y por los poderes ejecutivos de los gobiernos provinciales, las resoluciones ministeriales nacionales y de los gobiernos provinciales. Los instrumentos legislativos más recientes y significativos en materia educativa se presentan en el Gráfico II y se relacionan con la participación del gasto público consolidado en educación, cultura, ciencia y técnica en relación con el PIB para el período1980/2010.6 6 La Ley Nº 24.049 de 1991, mediante la cual se establece la transferencia a las provincias de los servicios educativos que aún dependían del Gobierno Nacional. La instrumentación del proceso de descentralización de los servicios educativos se llevó a cabo entre 1992 y 1994 mediante la suscripción de convenios de transferencia entre el Estado nacional y cada una de las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Ley Nº 24.195, Ley Federal de Educación, sancionada en 1993. La ley plantea los lineamientos básicos para la transformación de la educación de los niveles primario y secundario. Asigna al Estado el papel de formular las políticas, controlar la calidad educativa y compensar las diferencias, mientras que los servicios educativos dependen directamente de los gobiernos provinciales. La Ley Nº 24.521, relativa a la Educación Superior, sancionada en 1995, se ocupa del nivel terciario tanto en lo que hace a la universidad como a los estudios terciarios no universitarios, entre los cuales se encuentra la formación de docentes. La Ley Nº 26.075 sobre el Financiamiento Educativo, sancionada en diciembre de 2005, Los datos para el año 2010 indicados con * son estimados. señala que el incremento gradual de la inversión en educación, ciencia y técnica debería alcanzar en el año 2010 el 6% del Producto Interno Bruto. La Ley Nº 26.206, Ley de Educación Nacional, a diferencia de la LFE no tiene fecha de vencimiento. Esta última norma establece que, a partir de 2011, la inversión en educación debe alcanzar el 6% del PBI, lo cual significa un aumento respecto del esquema anterior porque excluye en su cálculo los recursos destinados a las políticas de Ciencia y Tecnología. III. GASTO PÚBLICO POR FINALIDAD Y FUNCIÓN Y POR NIVEL DE GOBIERNO El total del gasto en educación, cultura, ciencia y técnica del país se forma con la contribución de la Nación en promedio del 27,34%, las provincias y la C.A.B.A. con el 70% y el sector municipal con un 2,36%. A partir de la transferencia definitiva de los servicios educativos nacionales a las provincias en 1994, la división del gobierno de la educación estableció un nuevo correlato en el financiamiento educativo: entre 1983 y 1991, gasto promedio del gobierno nacional fue del 39%, luego disminuyó entre 1992 y 2010 al 22% (Gráfico III.1) Cuando estos datos se desagregan por niveles educacionales se encuentra la siguiente situación: las provincias y la C.A.B.A. asumen prácticamente la totalidad del nivel básico, mientras que la Nación tiene casi la exclusividad del nivel terciario: profesorados y universidades. Un aspecto a destacar a partir de 1994, cuando el Ministerio de Educación de la Nación se quedó sin escuelas, es la evolución del esfuerzo financiero por la educación en ambos niveles, el nacional y el provincial. El dato referido al porcentaje del gasto total destinado a educación es el mejor indicador del esfuerzo que realiza el Estado en comparación con otras áreas de gobierno. En el Gráfico III.2. se puede observar que el esfuerzo nacional (también el provincial) por financiar la educación se mantuvo constante a lo largo del período 1995/2010. Este es un dato muy interesante, porque en buena parte de ese período, durante la aplicación de la reforma educativa entre 1995 y 1999, se había destacado un importante incremento del gasto educativo. Sin embargo, ese incremento de la inversión educativa no implicó un mayor esfuerzo del Estado nacional frente a otras áreas de gobierno. Recién en 2006 y 2007 comienza a observarse un incremento del esfuerzo financiero nacional por la educación, en coincidencia con la puesta en marcha de la Ley 26.075 de Financiamiento Educativo (Gráfico III.3.). El 95,09% del gasto público en ciencia y técnica está a cargo del gobierno nacional, sólo el 4,91% es asumido por los gobiernos provinciales y la C.A.B.A. En el caso del gasto público en cultura se cambian los roles y el mayor esfuerzo lo realizan los gobiernos provinciales y la C.A.B.A. con un 65,03% y el resto el gobierno nacional. En el Gráfico III.4. se puede observar que la participación del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales y la C.A.B.A. se mantiene a lo largo del período bajo análisis. En el Gráfico III.5. se puede observar que la participación del gobierno nacional en el financiamiento de la cultura, viene disminuyendo en los últimos años con una leve tendencia a incrementarse. En el Gráfico III.6. se puede observar que la participación del gobierno nacional en el financiamiento de la educación y cultura sin discriminar viene disminuyendo en los últimos años con una leve tendencia a la baja. IV. GASTO PÚBLICO EN EDUCACIÓN POR NIVEL DE GOBIERNO El gobierno nacional concentra más de la mitad del gasto público consolidado, mientras que las provincias ejecutan cerca de 40% y los municipios menos del 10%. En el área educativa, en cambio, desde la descentralización definitiva de los establecimientos educativos en 1992, la inversión está concentrada mayormente en las provincias. El gobierno nacional financia cerca del 32% de la inversión educativa y más de la mitad de estos recursos se destinan al sistema universitario. Por su parte, los municipios hacen un aporte marginal. La Ley de Financiamiento Educativo buscó incrementar la participación relativa de la Nación en el sector, con una pauta de aumento de la inversión educativa mayor a la de los gobiernos subnacionales. Este objetivo se cumplió parcialmente y la participación relativa de cada nivel de gobierno fue variando cada año. A continuación se analiza el gasto público en educación por nivel de gobierno. A. GOBIERNO NACIONAL El gobierno nacional destina a educación básica y universitaria el 74% de su gasto en educación, cultura, ciencia y técnica. Esto representa el 5% del gasto total del gobierno nacional. La evolución del gasto nacional muestra una importante caída en los años posteriores a la crisis del 2001, con una leve recuperación, que supera valores anteriores sólo a partir del 2007 (Gráfico IV.A.1.). B. GOBIERNOS PROVINCIALES Y C.A.B.A En la participación del gasto de los gobiernos provinciales y la C.A.B.A. en educación básica queda puesto de manifiesto el esfuerzo de los mismos para hacerse cargo de las escuelas transferidas. La descentralización educativa que terminó de definirse con la transferencia de escuelas nacionales a las provincias a principios de la década de los noventa, configuró el esquema de financiamiento actual, que depende mayormente de las provincias. A continuación se muestra la evolución de las transferencias totales a las provincias para el período 1983-2010 (Gráfico IV.B.1.). B.1. Gasto público en educación de la C.A.B.A. y las provincias avanzadas En el Gráfico Nº IV.B.2. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la C.A.B.A. para el período 1993/2010, que representa en promedio el 9,33% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.3. se muestra la evolución del gasto público en educación y cultura de la provincia de Buenos Aires para el período 1993/2010, que representa en promedio el 33,45% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.4. se muestra la evolución del gasto público en educación y cultura de la provincia de Santa Fe para el período 1993/2010, que representa en promedio el 33,45% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.5. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Córdoba para el período 1993/2010, que representa en promedio el 7,32% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.6. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Mendoza para el período 1993/2010, que representa en promedio el 4,10% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. B.2. Gasto público en educación de las provincias de baja densidad En el Gráfico Nº IV.B.7. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Santa Cruz para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,63% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.8. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de La Pampa para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,25% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.9. se muestra la evolución del gasto público en educación y cultura de la provincia de Río Negro para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,07% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.9. se muestra la evolución del gasto público en educación y cultura de la provincia de Neuquén para el período 1993/2010, que representa en promedio el 3,02% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.11. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Tierra del Fuego para el período 1993/2010, que representa en promedio el 0,91% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.12. se muestra la evolución del gasto público en educación y cultura de la provincia de Chubut para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,86% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. B.3. Gasto público en educación de las provincias intermedias En el Gráfico Nº IV.B.13. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de San Juan para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,80% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.14. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de San Luis para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,23% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.15. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Entre Ríos para el período 1993/2010, que representa en promedio el 3,34% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.16. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Tucumán para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,97% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.17. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Salta para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,11% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. B.4. Gasto público en educación de las provincias rezagadas En el Gráfico Nº IV.B.18. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de La Rioja para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,25% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.19. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Catamarca para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,47% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.20. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Corrientes para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,24% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.21. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Jujuy para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,94% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.22. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Misiones para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,21% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.23. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Chaco para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,91% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.24. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Santiago del Estero para el período 1993/2010, que representa en promedio el 2,13% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. En el Gráfico Nº IV.B.25. se muestra la evolución del gasto público en educación, cultura, ciencia y técnica de la provincia de Formosa para el período 1993/2010, que representa en promedio el 1,61% del gasto público consolidado jurisdiccional en educación, cultura, ciencia y técnica. C. GOBIERNOS MUNICIPALES En el Gráfico IV.C. se muestra el gasto público de los gobiernos municipales en educación, cultura, ciencia y técnica, período 1983/2009. V. EL FINANCIAMIENTO EDUCATIVO EN EL MARCO DE LA LEY Nº 26075 La Ley Nº 26.075 de Financiamiento Educativo (LFE), sancionada el 21 de diciembre de 2005, establece que el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deberán aumentar progresivamente la inversión en Educación, Ciencia y Tecnología entre los años 2006 y 2010, hasta alcanzar en este último año una participación de 6% en el Producto Bruto Interno (PBI), frente al punto de partida de 4,1% en 2005. Del articulado de la Ley se desprende: Art. 1º- “El Gobierno Nacional, los Gobiernos provinciales y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aumentarán la inversión en educación, ciencia y tecnología, entre los años 2006 y 2010, y mejorarán la eficiencia en el uso de los recursos con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades de aprendizaje, apoyar las políticas de mejora en la calidad de la enseñanza y fortalecer la investigación científico-tecnológica, reafirmando el rol estratégico de la educación, la ciencia y la tecnología en el desarrollo económico y socio-cultural del país.” Art. 3º “… El presupuesto consolidado del Gobierno Nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado a la educación, la ciencia y la tecnología se incrementará progresivamente hasta alcanzar, en el año 2010, una participación del SEIS POR CIENTO (6%) en el Producto Interno Bruto (PIB).” Art. 4º “... el gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología del Gobierno Nacional crecerá anualmente —respecto del año 2005—, de acuerdo a los porcentajes que se consignan en el siguiente cuadro: Donde: GEC: Gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología. PIB: Producto Interno Bruto. GEN: Gasto en educación, ciencia y tecnología del Gobierno nacional. 40% = Participación del Gobierno nacional en el esfuerzo de inversión adicional para el cumplimiento de la Meta de crecimiento anual de GEC/PIB. Art. 5º … el gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se incrementará anualmente —respecto del año 2005—, de acuerdo a los porcentajes que se consignan en el siguiente cuadro: Donde: GEC: Gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología. PIB: Producto Interno Bruto. GEP: Gasto en educación, ciencia y tecnología de las provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 60% = Participación de los Gobiernos provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el esfuerzo de inversión adicional para el cumplimiento de la meta de crecimiento anual de GEC/PIB.” La LFE buscó incrementar la participación relativa de la Nación en el sector, con una pauta de aumento de la inversión educativa mayor a la de los gobiernos subnacionales. Este objetivo se cumplió parcialmente y la participación relativa de cada nivel de gobierno fue variando cada año. En el Gráfico Nº V.1. se muestra la evolución del gasto jurisdiccional en Educación, Ciencia y Técnica de las provincias avanzadas y C.A.B.A. en relación con el gasto provincial y como participación del PBI. En el año 2005 el GEP/PBI representó el 62,02%, en promedio el 61,68%, para alcanzar en el año 2010 el 61,09% de gasto total jurisdiccional en relación al PBI. En el Gráfico Nº V.2. se muestra la evolución del gasto jurisdiccional en Educación, Ciencia y Técnica de las provincias intermedias en relación con el gasto provincial y como participación del PBI. En el año 2005 el GEP/PBI representó el 11,57%, en promedio el 11,39%, para alcanzar en el año 2010 el 11,54% de gasto total jurisdiccional en relación al PBI. En el Gráfico Nº V.3. y V.4. se muestra la evolución del gasto jurisdiccional en Educación, Ciencia y Técnica de las provincias rezagadas en relación con el gasto provincial y como participación del PBI. En el año 2005 el GEP/PBI representó el 10,98%, en promedio el 10,85%, para alcanzar en el año 2010 el 10,86% de gasto total jurisdiccional en relación al PBI. En el Gráfico Nº V.5. y V.6. se muestra la evolución del gasto jurisdiccional en Educación, Ciencia y Técnica de las provincias rezagadas en relación con el gasto provincial y como participación del PBI. En el año 2005 el GEP/PBI representó el 15,43%, en promedio el 16,09%, para alcanzar en el año 2010 el 16,52% de gasto total jurisdiccional en relación al PBI. En el Gráfico V.7. se muestra la participación relativa del gasto público jurisdiccional consolidado y del gobierno nacional en Educación, Ciencia y Técnica en relación con el PIB. Como se puede observar tanto el gobierno nacional como el conjunto de las jurisdicciones han ido cumpliendo con sus correspondientes metas de inversión, situación que se repite desde inicio de la implementación de la LFE. Es decir, durante todo el período gobiernos provinciales han realizado el esfuerzo de inversión necesario para dar cumplimiento a los objetivos propuestos por la LFE. La LFE buscó incrementar la participación relativa de la Nación en el sector, con una pauta de aumento de la inversión educativa mayor a la de los gobiernos subnacionales. Este objetivo se cumplió parcialmente y la participación relativa del gobierno nacional alcanzó en el 2010 el 1,8% del PBI, 0,6% por debajo de lo fijado en la LFE Sin embargo, será necesario hacer un análisis del esfuerzo financiero por la educación que realiza cada una de las provincias dadas las desigualdades regionales. El federalismo argentino se caracteriza como extremadamente desigual en sus condiciones sociales de vida, en los recursos estatales y en la representatividad política de las provincias. Estos factores dan lugar a una injusticia estructural de los sistemas educativos provinciales. Un factor determinante de las desigualdades educativas es la capacidad fiscal de las provincias. Dado que la educación depende fundamentalmente del financiamiento estatal, la disparidad extrema de recursos fiscales de las provincias tendrá un correlato directo en la inversión por alumno. Las provincias se financian principalmente con recursos coparticipados por el gobierno nacional y recursos propios. En ambas fuentes de financiamiento se presentan fuertes disparidades: por un lado, la distribución de la coparticipación por habitante perjudica a las provincias de mayor tamaño, mientras que las provincias patagónicas perciben los mayores ingresos. Por otro lado, se observan grandes diferencias en la recaudación de las provincias. En este caso, la situación favorece a las provincias patagónicas, gracias a la alta percepción de ingresos en concepto de regalías, mientras que las provincias del norte argentino presentan la situación más crítica, con una base imponible que se nutre de la población más pobre. En el Gráfico V.8. se muestra la evolución de los recursos tributarios de las provincias y C.A.B.A. según el origen de los mismos: ingresos tributarios de origen provincial y nacional. La causa más profunda de estas desigualdades está asociada con los niveles de desarrollo muy dispares de las provincias y con el esquema impositivo vigente, que centraliza la mayor parte de los impuestos en la Nación y los distribuye a través de distintos mecanismos. El principal dispositivo de distribución de los recursos estatales entre las provincias es la Coparticipación Federal de Impuestos. La Coparticipación fue modificada a lo largo de la historia argentina hasta llegar a su distribución actual entre las provincias a través de la Ley 23.548 de 1988. La reforma constitucional de 1994 estableció un plazo de dos años para actualizar esa fórmula que se preveía como transitoria. A su vez, señaló que la distribución entre las provincias debe ser “equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional” (Art. 72, Inciso 2, Constitución de la Nación Argentina). Sin embargo, nunca se cumplió con el mandato constitucional y la Coparticipación se ha convertido en la principal causa de las extremas desigualdades en los recursos fiscales de las provincias y, por lo tanto, en el financiamiento educativo. En la LFE se estableció, por el plazo de 5 años, a partir del año 2006, una asignación específica de recursos coparticipables en los términos del inciso 3 del artículo 75 de la Constitución Nacional con la finalidad de garantizar condiciones equitativas y solidarias en el sistema educativo nacional, y de coadyuvar a la disponibilidad de los recursos previstos en el artículo 5° de la presente ley en los presupuestos de las Provincias y de la C.A.B.A. Será objeto de tal afectación el incremento, respecto del año 2005, de los recursos anuales coparticipables correspondientes a las provincias y a la C.A.B.A. en el Régimen de la Ley N° 23.548 y sus modificatorias y complementarias. El monto total anual de la afectación referida será equivalente al 60% del incremento en la participación del gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología en el Producto Interno Bruto La determinación del monto de la asignación específica correspondiente a cada provincia y a la C.A.B.A a partir del monto total que surge de la aplicación del artículo anterior, se efectuará conforme a un índice que se construirá anualmente en función de los siguientes criterios: La participación de la matrícula de cada provincia y de la C.A.B.A. en el total de los niveles inicial a superior no universitario, correspondiente a todos los tipos de educación, ponderación 80%. La incidencia relativa de la ruralidad en el total de la matrícula de educación común de cada provincia y de la C.A.B.A., ponderación 10%. La participación de la población no escolarizada de 3 a 17 años de cada Provincia y de la C.A.B.A. en el total, ponderación 10%. En el gráfico siguiente se muestra el ranking por provincia y C.A.B.A. las transferencias de recursos en virtud de la ley de financiamiento educativo. Como se puede observar en el Gráfico Nº V.9, la Nación transfirió a la provincia de Mendoza, durante el período 2006/2010, en concepto de fondos según la ley de financiamiento educativo, en promedio $ 554,14 millones de pesos que representan $/hab. 323,30 pesos per cápita. La provincia de Mendoza es la tercera en el ranking de transferencias de fondos en el marco de la Ley de financiamiento educativo. La posición de la provincia de Mendoza mejora un lugar si se consideran las transferencias totales (Coparticipación federal de impuestos, fondos específicos y LFE). Las provincias con más población son las más perjudicadas, especialmente la provincia de Buenos Aires, que recibe apenas $387 por habitante, mientas el promedio nacional es de $1.300,7 y Tierra del Fuego recibe $2582,4 anuales (datos promedio 1994/2009). La arbitrariedad se observa más claramente en provincias con perfiles sociales similares: Misiones, Salta y Tucumán tienen niveles similares o superiores de pobreza que Catamarca, Formosa y La Rioja, sin embargo reciben la mitad de recursos coparticipables por habitante. Las provincias con menos pobreza, las despobladas de la Patagonia, son las que reciben más recursos coparticipables, exactamente lo opuesto a lo que marca la Constitución, que establece un criterio progresivo para beneficiar a las poblaciones más vulnerables. La provincia de Mendoza ocupaba el penúltimo lugar en percepción de recursos coparticipables por habitantes. VI. INDICADORES EDUCATIVOS La evaluación de las políticas educativas requiere de indicadores. El componente clasificatorio de recursos apunta a dimensionar la magnitud, tipo y calidad de los servicios educacionales como recursos que se ofrecen a la comunidad, en tanto debe ser de interés de la sociedad garantizar oportunidades educativas a todos los ciudadanos, teniendo en cuenta la atención de situaciones inaceptables en términos de equidad. Asuntos como la calidad, uso y adecuación de la infraestructura escolar, el tema referido al personal docente como recurso humano, el gasto en educación o las variables referidas a la organización del servicio educativo, son dimensiones de este componente, determinantes del tipo y calidad de la educación que se ofrece. 7 7 Para la definición de los mismos y cálculo, consultar: Sistema Nacional de Indicadores Educativos. Laboratorio de Estadística - Red Federal de Información Educativa. Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología – ARGENTINA. VII. CONSIDERACIONES FINALES La mayoría de los análisis que se han realizado sobre el gasto en educación, consideran a la educación de forma global, como un servicio único. Muy posiblemente esta consideración haya sido determinante del hecho de que generalmente aparezca como obligada la intervención pública en educación, en cualquiera de sus niveles. Sin embargo, es importante identificar la educación según sus distintos niveles a la hora de desarrollar argumentos teóricos realmente coherentes con la Teoría de la Hacienda Pública para defender dicha intervención. No cumple los mismos objetivos en las sociedades desarrolladas actuales, la educación primaria y secundaria que la educación superior. La educación básica tiene como objetivo proporcionar una formación mínima que ayude o posibilite al individuo su integración como un miembro más de la sociedad. La educación secundaria, tiene como objetivo el acercamiento de los individuos a algunos sectores concretos del mercado laboral. La educación superior pretende formar individuos que sean capaces de impulsar el desarrollo económico y social de un país. A su vez estos individuos tienen un objetivo personal que es aumentar su renta o bienestar futuros. El signo distintivo por excelencia del nivel superior de educación es la innovación; es la investigación. El resto de los niveles tienen unas finalidades menos ambiciosas. Tan solo pretenden que el individuo esté integrado en la sociedad. El no ser analfabeto supone una condición prioritaria hoy en día para ser miembro de nuestra sociedad. O, conectar al individuo con profesiones necesarias y muy dignas pero menos innovadoras, en principio, que las universitarias. En este sentido, se considera a las universidades como empresas "multiproducto" capaces de producir dos tipos de outputs distintos: docencia e investigación. Existen otros signos distintivos de la educación superior como son el prestigio social, el gusto por el trabajo a desempeñar, etc. A partir de este último ciclo reciente de prioridad en la inversión educativa frente a otras áreas de gobierno, el gran desafío para el futuro de la educación argentina es doble: continuar mejorando en el largo plazo la dotación de recursos estatales para la educación e implementar políticas acordes que los traduzcan en mejores resultados de acceso, equidad y calidad. Los objetivos de inversión educativa no han sido alcanzados por el gobierno nacional y sí por el conjunto de las jurisdicciones, no obstante la inversión educativa se ha situado sistemáticamente por encima de las metas establecidas por la norma para cada año de implementación. Sin embargo, existe un grupo de jurisdicciones que ha tenido dificultades para alcanzar los objetivos de financiamiento. Esta situación es una señal de alerta que merece ser estudiada en profundidad. Estas desigualdades, que se originan principalmente en las distintas capacidades fiscales de las provincias tienen un impacto directo en las variables propiamente educativas. Los instrumentos previstos por la LFE para enfrentar este problema no han sido suficientes para lograr una disminución efectiva de las brechas de inversión entre las jurisdicciones. La Ley de Financiamiento Educativo ha significado un gran avance para incrementar la inversión educativa en Argentina y para institucionalizar las relaciones entre los diferentes niveles de gobierno. El año 2011 se inició sin una norma que regule la inversión educativa. Existen instrumentos que se han creado y mejorado en estos años, como los convenios bilaterales y la paritaria docente nacional, y también se cuenta con un objetivo general fijado por la Ley de Educación Nacional, de alcanzar el 6% del PBI destinado exclusivamente a Educación. Pero no se tiene un instrumento marco que establezca responsabilidades de cada nivel de gobierno y de cada jurisdicción provincial en el financiamiento de la educación, como tampoco las metas anuales de inversión. Por esto, el desafío es sostener la inversión, al tiempo que se promueven políticas educativas efectivas que mejoren la calidad de la educación y promuevan una mayor igualdad. BIBLIOGRAFÍA ALBERGUCCI, R. H. (2000) Educación y Estado. Organización del sistema educativo, Editorial Docencia, Fundación Universidad a Distancia “Hernandarias”. BRAVO, H. F. (1972) Bases constitucionales de la educación argentina, Buenos Aires, Paidós. CALDERÓN, Mónica., CECCARINI, M. Fernanda y RÍOS ROLLA, Mariela A, Economía de la educación, Universidad Nacional de Cuyo, 2008. DE PABLOS ESCOBAR, Laura, El gasto público en educación: Algunos aspectos de interés, Documento de Trabajo, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Departamento de Economía Aplicada VI, Facultad de CC. EE. UCM. 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