Transición española

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En 1975, a la muerte de Franco, cumpliendo las previsiones sucesorias, decretadas por el propio Caudillo, se
produjo la restauración monárquica en la persona del Príncipe Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII,
que fue proclamado Rey de España con el nombre de Juan Carlos I
Éste designó como presidente del Gobierno a Adolfo Suárez en 1976, quien desmanteló el sistema político del
franquismo mediante la llamada transición democrática y dirigió el retorno de España a la democracia
parlamentaria.
En las elecciones celebradas en 1977 resultó vencedora la coalición centrista U.C.D., organizada y presidida
por el propio Suárez, y en 1978 se promulgó la Constitución vigente, consagrando el Reinado de España como
un Estado organizado en comunidades autónomas en el marco de una democracia parlamentarias bicameral.
Suárez abandonó el Gobierno en 1981 a causa de las contradicciones surgidas en el seno de su propio partido
y en la sesión de investidura de su sucesor, L.Calvo Sotelo, se produjó un golpe de Estado el 23 de febrero,
cuyas cabezas visibles fueron el teniente coronel A. Tejero y los generales A. Miláns del Bosch y A.
Armanda.
Las elecciones legislativas de 1982 dieron el triunfo al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Su
secretario general, Felipe González, formó nuevo gobierno en 1986, 1989 y 1993. Durante la primera década
en el poder, los Socialistas firmaron la adhesión de España en la C.E.E. (1985) y situaron el país con plenos
derechos en todos los foros políticos y económicos internacionales. En el interior, consolidaron el sistema
democrático y llevaron a cabo la conflictiva reconversión de la industria española para situarla en condiciones
de competir dentro del bloque mundial de países industrializados. La crisis económica mundial de 1993 afectó
gravemente a la todavía frágil economía española y también negativamente a sus gobernantes. Felipe
González pudo formar un nuevo Gobierno socialista gracias al apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos.
En 1996 el PSOE pierde las elecciones generales a favor del Partido Popular (PP). Su secretario general, José
María Aznar, formó un nuevo Gobierno dándose inicio así a lo que algunos analistas dieron en llamar la
segunda transición .
En noviembre de 1975, Juan Carlos I iniciaba su reinado como jefe del Estado y sucesor, por tanto, del
general Franco. Anteriormente, como príncipe, ya venía estableciendo contactos con diferentes políticos
españoles y europeos, consciente de que el régimen del anciano dictador, desde años antes, se descomponía
sin salida posible. Incluso la Iglesia, abandonado el nacionalcatolicismo, de la mano del cardenal Vicente
Enrique y Tarancón, apostaba ya por la democracia.
El Rey pudo apoyar este cambio inevitable porque disponía del único poder efectivo: el del Ejército. Y porque
entre los principales protagonistas sociales triunfó el llamado `consenso', aceptado tanto por los políticos del
régimen, que plantearon la llamada `reforma', como por los que se hallaban fuera del sistema, que renunciaron
a la `ruptura'. Como fondo y aparente sujeto pasivo se encontraba la sociedad española, que asumió la
necesidad de un cambio progresivo.
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El diseño inicial del cambio se debió a Torcuato Fernández−Miranda, que ya en 1969 aseguró a Juan Carlos
que se podría cambiar el sistema de la ley a la ley. Para ello, en julio de 1976, el Rey pidió la dimisión al
presidente del gobierno y todavía `heredero' del dictador, Carlos Arias Navarro. Fernández−Miranda
maniobró para que en las propuestas del Consejo del Reino figurara el elegido por Juan Carlos I, Adolfo
Suárez, que aceptó pilotar la transición, con lo que ésta se puede dar definitivamente por comenzada. Así, se
preparó una Ley de Reforma Política, que la izquierda rechazó por insuficiente, pero que las propias Cortes
franquistas aprobaron y, en diciembre de ese año, obtuvo el refrendo plebiscitario solicitado. La Ley permitía
todos los partidos y la libertad sindical, y aunque los jefes militares creyeron que no consentiría la acogida del
Partido Comunista (PCE), el Sábado Santo de 1977 éste era legalizado; Santiago Carrillo, su principal líder,
podía aparecer en público y se convocaban para el 15 de junio las primeras elecciones democráticas, a las que
acudieron 106 partidos políticos.
Triunfó en ellas la Unión de Centro Democrático (UCD), una agrupación promovida por el propio Suárez. El
nuevo gobierno decretó la amnistía, entabló relaciones con los países del Este europeo y restableció la
Generalitat de Cataluña, así como la legitimidad del gobierno vasco (formación del Consejo General Vasco).
Regresaban Jesús María de Leizaola (1979) y Josep Tarradellas (1977), representantes de los poderes
autónomos en el exilio vasco y catalán, respectivamente. Las nuevas Cortes, presididas por la destacada
comunista Dolores Ibárruri (Pasionaria), se declararon Constituyentes.
Lo habitual es que en España todas las Constituciones hayan sido redactadas con rapidez y hayan durado poco
tiempo. En este caso, la larga elaboración de la Constitución pretendió conseguir el mayor acuerdo posible
entre las fuerzas políticas. Siete diputados, tres del gobierno y cuatro de la oposición, prepararon un borrador
que fue luego objeto de discusiones en el Congreso y el Senado. En octubre de 1978 fue votado por amplia
mayoría en las Cortes y sometido luego a un referéndum con idéntico resultado positivo. El acuerdo sólo se
logró, sin embargo, gracias a mantener una cierta vaguedad sobre cuestiones relativas a la organización
territorial del Estado.
La Constitución española consta de 11 títulos y 169 artículos. Tras una generosa declaración de derechos y
libertades el texto declara la aconfesionalidad del Estado, aunque parte de la idea de la necesidad de mantener
relaciones de colaboración con la Iglesia católica. La Constitución se fundamenta en la división de poderes
entre el Gobierno (ejecutivo), los jueces (judicial) y las Cortes (legislativo). El poder legislativo es bicameral,
pero el Congreso tiene unos poderes muy superiores al Senado. El Congreso es elegido por sistema
proporcional y el Senado por sistema mayoritario.
La parte más polémica del texto constitucional es la que se refiere a la organización territorial del Estado
(Título VIII). La razón que lo explica deriva de la necesidad de dar satisfacción al mismo tiempo a aquellas
regiones sin tradición nacionalista y a las que sí la tienen, para las que se emplea en la Constitución el término
nacionalidad que nisiquiera es definido. Sin embrago, lo esencialmente positivo de la Constitución española
es el procedimiento de consenso con el que ha sido elaborada.
Un mes después, la naciente democracia española afrontó su última prueba: el 23 de febrero estalló el golpe
de Estado que se venía preparando. El teniente coronel Antonio Tejero, con 150 guardias civiles, se apoderó
del Congreso de los Diputados durante la votación de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, el sucesor de
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Suárez. Todos los parlamentarios quedaron encerrados allí. El general Jaime Milans del Bosch tomó la ciudad
de Valencia, sede de su Capitanía General. Algunas fuerzas de la División Acorazada Brunete (Madrid)
ocuparon las instalaciones de Radiotelevisión Española (RTVE). Pero Juan Carlos I ejerció inmediatamente el
mando militar. En la madrugada del día 24, el Rey anunció que el golpe había sido dominado. La monarquía
parlamentaria y la democracia española superaron así su prueba de fuego.
El colofón cronológico a todo este periodo ha sido puesto frecuentemente por los estudiosos en la victoria
electoral del PSOE en las elecciones generales de octubre de 1982, con lo que se demostraba la verdadera
transformación permitida por el sistema político. En octubre de 1976, Manuel Fraga había creado Alianza
Popular, la formación política que, en 1989, se refundó con la nueva denominación de Partido Popular (PP) y
que acabaría siendo la alternativa de centro derecha al socialismo, al cual sustituyó en el poder tras ganar las
elecciones de marzo de 1996 y obtener para su principal dirigente, José María Aznar, el acceso al cargo de
presidente del gobierno, dándose inicio así a lo que algunos analistas dieron en llamar la `segunda transición'.
Por orden de utilización:
• Diccionario Enciclopédico Universal
• Microsoft Encarta 99
• Geografía e Historia 4º ESO
• Petit Larousse Ilustrado 99
Imágenes:
• Microsoft Encarta 99
Pagina 1 : La Transición
Pagina 2 : Los inicios de la Transición
Pagina 3 : La Constitución de 1978
Pagina 4 : El 23 de febrero
Pagina 5 : Bibliografía
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