AMPARO DIRECTO 81/2009. Número de registro: 22975 Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Tomo XXXIV, Julio de 2011 Página: 1882 AMPARO DIRECTO 81/2009. **********. CONSIDERANDO: QUINTO. Resultan infundados los conceptos de violación hechos valer por la quejosa **********, tal y como se podrá apreciar. En primer término, resulta conveniente destacar, que la ahora quejosa promovió juicio ordinario civil de prescripción positiva respecto del bien inmueble marcado con el lote ********** y ********** actualmente de la calle ********** del fraccionamiento **********, en contra de la menor **********, y de **********, actualmente mayor de edad, representados ambos por su padre ********** y **********. Seguidos las correspondientes etapas procesales, la Juez Tercero de Primera Instancia del Ramo Civil del Primer Distrito Judicial del Estado de Campeche, en fecha veintiuno de diciembre de dos mil siete, dictó sentencia definitiva en la cual, en su primer punto resolutivo, declaró improcedente el juicio de referencia. Inconforme con aquella determinación, la demandante del juicio de origen interpuso recurso de apelación, resolviendo la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado el seis de noviembre de dos mil ocho, confirmar la sentencia apelada, siendo éste el acto reclamado. Para una mejor comprensión de la conclusión a la que se arribará, es menester precisar algunas acotaciones en torno a la figura jurídica de prescripción. Los artículos 1141, 1142, 1144, 1157, 1158 y 1159 del Código Civil del Estado, disponen: "Artículo 1141. Prescripción es un medio de adquirir bienes o de librarse de obligaciones, mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley." "Artículo 1142. La adquisición de bienes en virtud de la posesión, se llama prescripción positiva; la liberación de obligaciones, por no exigirse su cumplimiento, se llama prescripción negativa." -1- AMPARO DIRECTO 81/2009. "Artículo 1144. Pueden adquirir por prescripción positiva todos los que son capaces de adquirir por cualquier otro título; los menores y demás incapacitados pueden hacerlo por medio de sus legítimos representantes." "Artículo 1157. La posesión necesaria para prescribir debe ser: "I. En concepto de propietario; "II. Pacífica; "III. Continua; "IV. Pública." "Artículo 1158. Los bienes inmuebles se prescriben: "I. En cinco años cuando se poseen con justo título, de buena fe, y pacífica y públicamente. Si falta la buena fe, la prescripción será de diez años; "II. En quince años cuando son poseídos sin título, en concepto de propietario y de manera pacífica, continua y pública; "III. Se aumentará en una tercera parte el tiempo señalado en las dos fracciones anteriores, si se demuestra, por quien tenga interés jurídico en ello, que el poseedor de finca rústica no la ha cultivado durante la mayor parte del tiempo que la ha poseído, o que por no haber hecho el poseedor de finca urbana las reparaciones necesarias ésta ha permanecido deshabitada la mayor parte del tiempo que ha estado en el poder de aquél." "Artículo 1159. Se entiende por justo título el que es traslativo de dominio." De los preceptos transcritos, puede advertirse que la prescripción es un medio de adquirir bienes o de librarse de obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley; la adquisición de bienes en virtud de la posesión, se llama prescripción positiva y la liberación de obligaciones, por no exigirse su cumplimiento, se llama prescripción negativa. Asimismo, se observa que la posesión necesaria para prescribir debe ser: I. En concepto de propietario; II. Pacífica; -2- AMPARO DIRECTO 81/2009. III. Continua; IV. Pública. Resulta necesario señalar que siendo uno de los requisitos para la prescripción que el bien inmueble se posea en concepto de dueño o de propietario, y que si al actor le corresponde probar los hechos constitutivos de sus pretensiones, de conformidad con el artículo 283 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Campeche, el "concepto de propietario", entraña actos positivos realizados por quien pretende usucapir un bien inmueble y, por esa razón, constituye hechos sobre los cuales se funda su pretensión. En tal virtud, resulta claro que no basta con revelar únicamente el origen de la posesión para tener por satisfecho el requisito de poseer en concepto de propietario o de dueño, sino que es menester que se demuestre la causa que originó esa clase de posesión. Por otra parte, aun cuando el artículo 1158, fracción II, del Código Civil del Estado de Campeche, no exija como requisito para la prescripción, el que la posesión esté fundada en "justo título", como sí se requiere en la fracción I del precepto en cita, entendiéndose por tal, según el numeral 1159 del propio ordenamiento "el que es traslativo de dominio", ello no quiere decir que la prueba del origen de la posesión sea intrascendente conforme a la legislación vigente. Es decir, al eliminarse ese requisito (justo título) en la fracción II del referido precepto 1158, no perdió importancia la prueba del origen de la posesión, porque en realidad sólo se reguló sistemáticamente la multicitada institución basada en una posesión obtenida mediante un hecho ilícito. En estas condiciones, aun cuando no se exija el "justo título" como elemento de la prescripción en el código sustantivo del Estado de Campeche (artículo 1158, fracción II), ello no significa que, de conformidad con el mismo, toda posesión sea apta para prescribir, ya que es evidente que para que prospere una revelación en el sentido de que se adquirió la posesión en concepto de dueño o de propietario, es menester que se demuestre la causa que le dio ese carácter, pues si sólo la posesión que se adquiere y disfruta en concepto de dueño de la cosa poseída puede producir la prescripción, es claro que no es suficiente para ello la posesión derivada o precaria. Considerar lo contrario, daría lugar a que, el simple detentador, el arrendatario o depositario, a su capricho, podrían constituirse en poseedores en nombre propio, cambiando su verdadera condición de poseedores precarios para pretender, luego de cierto tiempo, adquirir la propiedad del inmueble por prescripción, con la sola manifestación de que siempre han poseído en concepto de dueños o de propietarios, en virtud de determinado acto jurídico de -3- AMPARO DIRECTO 81/2009. dominio, cosa jurídicamente inaceptable, en atención a que una posesión derivada o precaria debe continuar con esa calidad, mientras no sobrevenga la mutación de causa establecida por el artículo 1145 del citado código sustantivo civil de la entidad. Mutación que sí debe probarse. De manera que estos preceptos no tendrían razón de ser, si sólo se exigiera la simple revelación del origen de la posesión, sin necesidad de prueba alguna, porque el poseedor precario, con su sola manifestación de ser poseedor en concepto de dueño en virtud de determinado acto traslativo de dominio, podría prescribir un bien inmueble. Así las cosas, cabe concluir que el origen de la posesión no sólo debe revelarse, sino que también es necesaria su prueba fehaciente, pues siendo un elemento de la prescripción el que la posesión se tenga en concepto de dueño o de propietario, es un hecho cuya prueba es a cargo de quien pretende usucapir, en los términos del artículo 283 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Campeche. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 3a./J. 18/94, sustentada por la entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 30, junio de 1994, Octava Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Número 78; Genealogía: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, Tomo IV, Materia Civil, Primera Parte, tesis 317, página 214, con el rubro y texto siguientes: "PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA. PARA QUE SE ENTIENDA SATISFECHO EL REQUISITO DE LA EXISTENCIA DE LA ‘POSESIÓN EN CONCEPTO DE PROPIETARIO’ EXIGIDO POR EL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL Y POR LAS DIVERSAS LEGISLACIONES DE LOS ESTADOS DE LA REPÚBLICA QUE CONTIENEN DISPOSICIONES IGUALES, ES NECESARIO DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE UN TÍTULO DEL QUE SE DERIVE LA POSESIÓN. De acuerdo con lo establecido por los artículos 826, 1151, fracción I, y 1152 del Código Civil para el Distrito Federal, y por las legislaciones de los Estados de la República que contienen disposiciones iguales, para usucapir un bien raíz, es necesario que la posesión del mismo se tenga en concepto de dueño o de propietario. Este requisito exige no sólo la exteriorización del dominio sobre el inmueble mediante la ejecución de actos que revelen su comportamiento como dueño mandando sobre él y disfrutando del mismo con exclusión de los demás, sino que también exige se acredite el origen de la posesión pues al ser el concepto de propietario o de dueño un elemento constitutivo de la acción, el actor debe probar, con fundamento en el artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, que inició la posesión con motivo de un título apto para trasladarle el dominio, que puede constituir un hecho lícito o no, pero en todo caso debe ser bastante para que fundadamente se crea que posee en concepto de dueño o de propietario y que su posesión no es precaria o derivada. Por tanto, no basta para usucapir, la sola posesión del inmueble y el comportamiento de dueño del mismo en un momento determinado, pues ello no excluye la posibilidad que inicialmente esa posesión hubiere sido derivada." -4- AMPARO DIRECTO 81/2009. Ahora bien, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 70/2006-PS, sostuvo que en el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges conserva la propiedad y administración de sus respectivos bienes, y pueden establecer su domicilio conyugal en un inmueble que sea o no propiedad de ambos o que pertenezca sólo a uno de ellos, ya sea que lo haya adquirido antes o durante el matrimonio. En este último supuesto, cuando existe un régimen de separación de bienes, el inmueble ocupado como domicilio conyugal permanece como propiedad del cónyuge que lo adquirió, conservando éste la posesión originaria, mientras que el otro integrante del vínculo tendrá una posesión que deriva a causa del matrimonio (posesión derivada o precaria). Ahora bien, una vez disuelto el matrimonio celebrado bajo el régimen de separación de bienes, sin haber hijos procreados por ambos esposos, el cónyuge que tenga el carácter de poseedor derivado debe desocupar el inmueble, por haber terminado el acto jurídico causal de la posesión e, incluso, puede ser condenado a ello, si así se reclamó en la sentencia que declare el divorcio y, en caso de que no exista la condena a la desocupación y entrega del inmueble en la sentencia de divorcio, y el cónyuge poseedor derivado se abstenga de desocuparlo voluntariamente tras la disolución del vínculo matrimonial, el propietario del bien tiene derecho a recuperar la posesión, a través de una acción personal basada en dicha disolución, en virtud de que los poseedores derivados sólo pueden ser compelidos a restituir un bien mediante acciones personales relacionadas con el vínculo jurídico que les permitió adquirir la calidad de poseedores. Lo antes expuesto, encuentra fundamento en la jurisprudencia 1a./J. 89/2006, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 40, Tomo XXV, febrero de 2007, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con el rubro y texto siguientes: "ACCIÓN REIVINDICATORIA. ES IMPROCEDENTE SI SE INTENTA CONTRA QUIEN DETENTA LA POSESIÓN QUE DERIVA DEL VÍNCULO MATRIMONIAL CELEBRADO BAJO EL RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES, POR LO QUE DEBE EJERCERSE LA ACCIÓN PERSONAL BASADA EN LA DISOLUCIÓN DE ESE VÍNCULO. En el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges conserva la propiedad y administración de sus respectivos bienes y pueden establecer su domicilio conyugal en un inmueble que sea o no propiedad de ambos o que pertenezca sólo a uno de ellos, ya sea que lo haya adquirido antes o durante el matrimonio. En este último supuesto, cuando existe un régimen de separación de bienes, el inmueble ocupado como domicilio conyugal permanece como propiedad del cónyuge que lo adquirió, conservando éste la posesión originaria, mientras que el otro integrante del vínculo tendrá una posesión que -5- AMPARO DIRECTO 81/2009. deriva a causa del matrimonio. Ahora bien, sin menoscabo de ese dominio exclusivo de uno de los cónyuges, el bien inmueble debe destinarse principalmente a la satisfacción de los alimentos del otro cónyuge y de los hijos que, en su caso, se hayan procreado, cubriéndose así, específicamente, el rubro relativo a la habitación. Por tanto, una vez disuelto el matrimonio celebrado bajo el régimen de separación de bienes, sin haber hijos procreados por ambos esposos, el cónyuge que tenga el carácter de poseedor derivado debe desocupar el inmueble, por haber terminado el acto jurídico causal de la posesión, e incluso puede ser condenado a ello, si así se reclamó, en la sentencia que declare el divorcio; además, tal desocupación también procede si el cónyuge poseedor derivado tiene derecho a alimentos, pero en tal supuesto el esposo deudor alimentario debe otorgarle el valor correspondiente al rubro de habitación que dejará de cubrirse con el que fuera el domicilio conyugal. En ese sentido, y en caso de que no exista la condena a la desocupación y entrega del inmueble en la sentencia de divorcio, y el cónyuge poseedor derivado se abstenga de desocuparlo voluntariamente tras la disolución del vínculo matrimonial, el propietario del bien tiene derecho a recuperar la posesión, pero no a través de una acción real, como la reivindicatoria, sino de la acción personal basada en dicha disolución, en virtud de que los poseedores derivados sólo pueden ser compelidos a restituir un bien mediante acciones personales relacionadas con el vínculo jurídico que les permitió adquirir la calidad de poseedores. De similar forma, es decir, por medio del ejercicio de la acción personal correspondiente, puede reclamar la desocupación del inmueble a los hijos con derecho a alimentos que, tras el divorcio de sus padres, hayan permanecido en él, pero en tal caso debe otorgarles el valor correspondiente al rubro habitación. Asimismo, igual acción personal debe ejercerse si el cónyuge o los hijos, como acreedores alimentarios, permanecieron en el inmueble con posterioridad al divorcio por virtud de un convenio o sentencia que así lo previniera, ya que en esa hipótesis la modificación o cesación de la obligación alimenticia que promueva el cónyuge propietario del bien puede llevar a su desocupación." De lo antes expuesto, se puede concluir: 1. Que no obstante la fracción II del artículo 1158 del Código Civil del Estado de Campeche, señala como uno de los requisitos para la prescripción de un bien inmueble que sea en concepto de propietario, sin la necesidad de un título, ello no significa que toda posesión sea apta para prescribir, pues sólo se liberó el requisito de demostrar únicamente mediante prueba documental tal circunstancia; pero no debe la posesión dejar de evidenciarse en el juicio, aun con otro medio probatorio que debe ejercerse en concepto de propietario, esto es, con pleno dominio del inmueble en cuestión; por lo tanto, es evidente que para que prospere una revelación en el sentido de que se adquirió la posesión en concepto de dueño o de propietario, es menester que se demuestre la causa que le dio ese carácter, pues si sólo la posesión que se adquiere y disfruta en concepto de dueño de la cosa poseída puede producir la prescripción, no así la posesión derivada o precaria. -6- AMPARO DIRECTO 81/2009. 2. Cuando existe un régimen de separación de bienes, el inmueble ocupado como domicilio conyugal permanece como propiedad del cónyuge que lo adquirió, conservando éste la posesión originaria, mientras que el otro integrante del vínculo, tendrá una posesión que deriva a causa del matrimonio, esto es, una posesión derivada o precaria, respecto del citado inmueble. Antes de proceder al estudio de los conceptos de violación hechos valer por la quejosa, este Tribunal Colegiado considera necesario señalar que el alcance de la garantía de defensa en relación con el principio de exhaustividad y congruencia, no llega al extremo de obligar a los órganos jurisdiccionales a referirse expresamente en sus fallos, renglón a renglón, punto a punto, a todos los cuestionamientos, aunque para decidir deba, obviamente, estudiarse en su integridad el problema, sino a atender todos aquellos que revelen una defensa concreta con ánimo de demostrar la razón que asiste, pero no a los diversos argumentos que más que demostrar defensa alguna, revela la reiteración de ideas ya expresadas; se dice lo anterior, toda vez que, en el caso concreto, del estudio de la demanda de garantías, se advierte que la quejosa en el apartado de "hechos", entrelazó sus conceptos de violación con los antecedentes del acto reclamado y diversas apreciaciones personales; por lo que este órgano colegiado procederá a contestar los conceptos de violación que se deducen de dichas argumentaciones, pues no pasa inadvertido que la demanda de amparo debe estudiarse como un todo. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia VI.3o.A. J/13, que este Tribunal Colegiado comparte, sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito, visible en la página 1187, Tomo XV, marzo de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyos rubro y texto son: "GARANTÍA DE DEFENSA Y PRINCIPIO DE EXHAUSTIVIDAD Y CONGRUENCIA. ALCANCES. La garantía de defensa y el principio de exhaustividad y congruencia de los fallos que consagra el artículo 17 constitucional, no deben llegar al extremo de permitir al impetrante plantear una serie de argumentos tendentes a contar con un abanico de posibilidades para ver cuál de ellos le prospera, a pesar de que muchos entrañen puntos definidos plenamente, mientras que, por otro lado, el propio numeral 17 exige de los tribunales una administración de justicia pronta y expedita, propósito que se ve afectado con reclamos como el comentado, pues en aras de atender todas las proposiciones, deben dictarse resoluciones en simetría longitudinal a la de las promociones de las partes, en demérito del estudio y reflexión de otros asuntos donde los planteamientos verdaderamente exigen la máxima atención y acuciosidad judicial para su correcta decisión. Así pues, debe establecerse que el alcance de la garantía de defensa en relación con el principio de exhaustividad y congruencia, no llega al extremo de obligar a los órganos jurisdiccionales a referirse expresamente en sus fallos, renglón a renglón, punto a punto, a todos los cuestionamientos, aunque para decidir deba obviamente estudiarse en su integridad el problema, sino a atender todos aquellos que revelen una defensa concreta con ánimo de demostrar la razón que asiste, -7- AMPARO DIRECTO 81/2009. pero no, se reitera, a los diversos argumentos que más que demostrar defensa alguna, revela la reiteración de ideas ya expresadas." La quejosa aduce que la sentencia reclamada le causa perjuicio, en razón de que, contrario a lo manifestado por la Sala responsable, la causa generadora de posesión es el vínculo matrimonial que sostenía con el señor **********, desde el año de mil novecientos ochenta y dos, en concreto su calidad de esposa o cónyuge, de allí que han pasado veinticuatro años desde que se encuentra en posesión del predio, no así la donación o regalo que el citado ********** le hizo. Que la responsable, no tomó en consideración las pruebas aportadas en su escrito de demanda, esto es, las declaraciones testimoniales de **********, ********** y **********, personas que viven enfrente de su casa. Que su posesión para prescribir es mejor que la de terceros, en razón de tener el inmueble materialmente desde el año de mil novecientos ochenta y dos y ellos jamás lo han tenido. Son infundados los argumentos antes sintetizados y que a título de conceptos de violación se formulan en la demanda de amparo. Se estima lo anterior, en virtud de que la Sala responsable estuvo en lo correcto al confirmar la determinación de primer grado, que estimó improcedente la acción de prescripción positiva que hizo valer la actora, aquí quejosa. Se llega a esta conclusión, en razón de que la propia quejosa en su escrito de demanda relativa al juicio ordinario civil de origen, manifestó que el día dieciocho de diciembre de mil novecientos ochenta y uno, contrajo matrimonio con el señor **********, bajo el régimen de separación de bienes, estableciendo su hogar conyugal, a partir de dicha fecha en el predio número ********** y ********** actualmente ********** de la calle ********** del fraccionamiento **********, de esta ciudad de San Francisco de Campeche; de lo expuesto por la quejosa se advierte que tal y como lo manifestó la Sala responsable, no se cumplió uno de los requisitos establecidos en la fracción II del artículo 1158 del Código Civil del Estado, concretamente el relativo a que la posesión del bien inmueble debe ser en concepto de propietario. Se dice lo anterior, pues tal y como se ha mencionado en líneas precedentes, no obstante la fracción II del artículo 1158 del Código Civil del Estado de Campeche, señala como uno de los requisitos para la prescripción de un bien inmueble que sea en concepto de propietario, sin la necesidad de un justo título, ello no significa que toda posesión sea apta para prescribir, pues sólo se liberó el requisito de demostrar únicamente mediante prueba documental tal circunstancia; pero no debe la posesión dejar de evidenciarse en el juicio, aun con otro medio -8- AMPARO DIRECTO 81/2009. probatorio que debe ejercerse en concepto de propietario, esto es, con pleno dominio del inmueble en cuestión. Por lo tanto, es evidente que para que prospere una revelación en el sentido de que se adquirió la posesión en concepto de dueño o de propietario, es menester que se demuestre la causa que le dio ese carácter, pues si sólo la posesión que se adquiere y disfruta en concepto de dueño de la cosa poseída puede producir la prescripción, no así la posesión derivada o precaria. En consecuencia, en el caso a estudio, al existir un régimen de separación de bienes, entre la peticionaria y **********, el inmueble ocupado como domicilio conyugal, el cual es el motivo del juicio ordinario de origen, permanece como propiedad del cónyuge que lo adquirió, esto es, del señor **********, conservando éste la posesión originaria, mientras que la quejosa **********, tiene una posesión que deriva a causa del matrimonio, esto es, una posesión derivada o precaria; la cual no es apta para la prescripción. De lo expuesto, se puede concluir que si bien es cierto que la peticionaria **********, tiene en posesión desde el año de mil novecientos ochenta y uno, el predio número ********** y ********** actualmente ********** de la calle ********** del fraccionamiento **********, de esta ciudad de San Francisco de Campeche; también lo es que dicha posesión no es apta para computar el término de la prescripción, pues la misma no es una posesión en concepto de propietario, sino una posesión derivada del contrato matrimonial celebrado con el dueño del inmueble **********. Respecto del concepto de violación que hace valer la quejosa en el sentido de que la responsable no tomó en consideración las pruebas aportadas en su escrito de demanda, esto es, las declaraciones testimoniales de **********, ********** y **********, personas que viven frente de su casa, resulta infundado pues la Sala responsable, contrario a lo expuesto por la peticionaria, tomó en consideración la totalidad de las probanzas que obran en el juicio ordinario civil de origen; sin embargo, las testimoniales de referencia, tal y como correctamente las valoró la responsable, no son suficientes para acreditar la posesión en concepto de propietario que debió probar la actora, aquí quejosa. Finalmente, respecto del concepto de violación que hace valer la peticionaria en el sentido que su posesión para prescribir es mejor que la de terceros, en razón de tener al inmueble materialmente desde el año de mil novecientos ochenta y dos, y ellos jamás lo han tenido, el mismo, de igual forma, resulta infundado, pues como se ha manifestado a lo largo de este considerando, no toda posesión es suficiente para el cómputo del término de la prescripción, sino que debe ser en concepto de dueño o de propietario, lo cual no ocurre en el presente caso, pues la quejosa ostenta una posesión derivada en razón del vínculo matrimonial celebrado con **********. Ante tales consideraciones, al resultar infundados los conceptos de violación, lo que procede -9- AMPARO DIRECTO 81/2009. es negar el amparo solicitado. Negativa que se hace extensiva respecto del acto de ejecución que también se reclama a la autoridad señalada como ejecutora actuario adscrito a la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Campeche, con sede en la ciudad de San Francisco, al no haber sido impugnado por vicios propios, en términos de la jurisprudencia número 91, sustentada por la Primera Sala de la H. Suprema de la Corte de Justicia de la Nación, que bajo los siguientes rubro y texto establece: "AUTORIDADES EJECUTORAS. NEGACIÓN DE AMPARO CONTRA ORDENADORAS.-Si el amparo se niega contra las autoridades que ordenen la ejecución del acto que se estima violatorio de garantías, debe también negarse respecto de las autoridades que sólo ejecutaron tal acto por razón de su jerarquía." La cual es consultable en la página setenta y dos, Tomo VI, Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000. Por lo expuesto y fundado, con apoyo además, en los artículos 77, 78, 80, 158, 184, 190 y demás relativos de la Ley de Amparo, se resuelve: ÚNICO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********, contra los actos de la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado, con sede en esta ciudad y del actuario de su adscripción, consistentes en la sentencia de seis de noviembre de dos mil ocho, dictada en autos del toca de apelación ********** así como su ejecución, por los motivos expresados en el último considerando. Notifíquese; como corresponda anótese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el expediente. Así, lo resolvió el Tribunal Colegiado del Trigésimo Primer Circuito, por unanimidad de votos de los Magistrados licenciado José Atanacio Alpuche Marrufo, como presidente, licenciado David Alberto Barredo Villanueva y licenciada Mayra González Solís; siendo ponente la última de los nombrados. En términos de lo previsto en el artículo 8 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en ese supuesto normativo. -10-