ÍNDICE Portada Carta de presentación Tabla de contenido 4 Cuerpo del texto 9 Bibliografía 74 Anexos 78 Ruanda: un colonialismo simbólico Manuela Gómez Salgado Título de: Comunicadora social Campo profesional: Publicidad Director de tesis: Sergio Roncallo Pontificia Universidad Javeriana Comunicación Social Bogotá 2009 2 Bogotá julio 31 de 2009. Profesor Jurgen Horlbeck Decano Académico Facultad de Comunicación y Lenguaje Pontificia Universidad Javeriana Respetado Decano, Es para mí un placer presentar la tesis Ruanda: un colonialismo simbólico elaborada por la estudiante Manuela Gómez Salgado. Se trata de un trabajo novedoso, que explora la idea del poder simbólico en medio del conflicto y que, a pesar de tratarse de un tema poco trabajado desde la academia en comunicación, logra un interesante y original resultado. Así las cosas, considero que este trabajo cumple con los requisitos para que la estudiante opte por su título de comunicadora social. Cordialmente Sergio Roncallo Dow. C.C 79981430 de Bogotá. 3 Tabla de contenido Introducción I. Raíces del pueblo ruandés 1.1 Origen 9 1.2 Tradición oral 13 1.3 Había una vez 17 1.4 La jerarquía dinástica 21 1.5 Tradición dinástica 24 II. Colonización 2.1 Un alemán y la evangelización de los Padres Blancos llegan a Ruanda 27 2.2 La historia continúa: nuevo mandato belga 32 2.3 Colonización y colonialismo 34 2.4 Hacia un colonialismo mediático 37 III. Una guerra anunciada 3.1 Metamorfosis de los flujos. Poder y Contrapoder 45 3.2. Ésta es la voz de aquellos que no volverán a ser esclavos: Revolución de 1959 51 3.3 De lo que fue una tierra ensangrentada 57 3.4 La radiodifusión 60 Conclusión 69 Bibliografía 74 4 Introducción El 6 de abril de 1994 el mundo fue testigo de las imágenes de sangre, horror y dolor que las pantallas de televisión transmitieron desde el país africano, Ruanda. Una clase llamada Antropología Social en la Università degli di Roma Tre trataba temas relacionados con el África subsahariana; en particular, Ruanda. Para mí era un tema casi ajeno, mi único conocimiento al respecto era quizás lo que muchos saben: en un país del África subsahariana murieron miles de personas de distintas etnias llamadas Tutsi y Hutu. Gracias a esta clase pude llegar a conocer y a entender por qué en 100 días murieron alrededor de un millón de personas y quise a través de este breve escrito transmitir eso que aprendí como una experiencia o lección de lo que nunca debiera pasar. Los asesinos y las víctimas fueron rápidamente identificados y los medios así lo plasmaron, pero lo que no narraron fue la historia precedente y consigo los motivos reales por los que ése día Ruanda se convirtió en un mar de sangre. Este trabajo es un recorrido por la historia de Ruanda desde la edad precolonial hasta la colonización y los eventos sucesivos que llevaron a que se cometiera una de las masacres más sangrientas, resaltando aquellos elementos que hicieron parte del desarrollo de ésta. El texto en sí deja en evidencia los motivos que llevaron al trágico evento. El primer capítulo es una investigación acerca de los orígenes de una sociedad, conocer su estructura política, económica y social. Cuáles eran las costumbres, tradiciones, rituales, lengua, tradición oral y creencias de una dinastía fuertemente establecida en la edad precolonial, de tal manera que pueda haber una aproximación a aquello que era la cultura ruandés antigua y comprender los cambios que se dieron en ésta a partir de la colonización. El territorio estaba dividido en varias provincias en las cuales cada individuo cumplía con una función diversa. Había tres jefes importantes: el jefe de la tierra, el jefe del ganado y el jefe militar, que se encargaba de vigilar las colinas. Pero la cabeza de la jerarquía era el mwami, es decir, el rey de la dinastía quien gobernaba junto con su madre. 5 La entronización del rey era un ritual llevado a cabo por los hombres que mantenían los secretos de la dinastía, los abiiru, cuatro hombres que enterraban a los reyes difuntos, nombraban al nuevo rey y organizaban los rituales para el posicionamiento del nuevo mwami. Imaana era la divinidad, se puede decir que era como el Dios de la religión occidental, al que consultaban para saber cuál era la mejor época para la cosecha, la fecundación de las mujeres, el futuro de sus tierras y de la dinastía. Los Tutsi, Hutu y Twa vivían como un grupo, creían en la misma divinidad, hablaban la misma lengua, celebraban juntos y se respetaban. Era una relación basada en la economía, en la que cada uno cumplía una función determinada para sobrevivir como un universo social. El segundo capítulo relata, por un lado, la colonización y asimismo pone en evidencia los cambios culturales que surgieron a partir de ésta. En el siglo XIX llegaron los primeros europeos a explorar un territorio para ellos desconocido. Los primeros en establecerse fueron los alemanes, quienes de alguna forma utilizaron el poder militar para imponerse. Los ruandeses tenían un ejército y un jefe militar, sin embargo, la fuerza militar europea tuvo mucho más dominio sobre ellos. Pero además de esto, fueron introduciendo lentamente, una mentalidad europea. Asimismo, la misión evangelizadora de los Padres Blancos fue posicionándose, introduciendo así, la religión occidental. Los evangelizadores se situaron estratégicamente en la periferia de la ciudad ocupada por la realeza para hacerse amigos de los jefes y establecerse definitivamente, y así difundir sus ideologías y formas simbólicas. En un principio no tuvieron muy buena acogida, sin embargo, con el pasar del tiempo los ruandeses más pobres se refugiaban allí porque les concedían algunos privilegios como la educación. Los administradores alemanes respetaron algunas de sus tradiciones, sin embargo, la introducción de nuevas lenguas, creencias e ideologías, era un proceso que ya no tenía vuelta atrás. Luego de la Primera Guerra Mundial, los alemanes se vieron forzados a retirarse del país, pero quienes llegarían terminarían por acabar aquello que quedaba de la dinastía del antiguo reino de Ruanda. Los nuevos administradores des sacralizaron la realeza, se apoyaron fuertemente en la religión cristiana, abolieron todos los rituales que antes hacían parte de la identidad ruandés, introdujeron una nueva lengua, le quitaron lentamente la autoridad al rey, implantaron la política, pero aún 6 peor, introdujeron el término etnia para crear un concepto de superioridad e inferioridad y así, justificar la dominación de los Tutsi y la esclavitud de los Hutu, sólo por sus rasgos físicos. Los Tutsi eran más inteligentes, menos negros y más altos, los Hutu, por otro lado, eran más negros, más bajos y no eran considerados tan inteligentes como los primeros. Todos los privilegios eran otorgados a los Tutsi, tenían derecho a la educación, al conocimiento, a viajar y a someter a los Hutu. Ahora bien, el tercer capítulo relata la historia a partir de los acontecimientos luego de la Segunda Guerra Mundial, todo cambió. La Iglesia ya no apoyaba a los Tutsi ya que el poder de éstos se apoderaba cada vez más del país. Los Hutu aún eran dominados, así que la Iglesia les otorgó una libertad que antes no tenían. Sin embargo, esto les dio a los Hutu la posibilidad de unir sus fuerzas, de tomar consciencia y luchar por lo que ellos creían. A raíz de eso, se crearon partidos políticos tanto Hutu como Tutsi, pero el partido que ganó fue Hutu ya que la mayoría del pueblo era Hutu y los Tutsi, quienes tenían el poder, era una minoría. A partir de la victoria del grupo Hutu, hubo una serie de masacres que obligaron a los Tutsi a refugiarse en países vecinos. Las nuevas formas simbólicas transmitidas por los Hutu se difundían a través de la radio. Un medio técnico por el cual se escuchaban mensajes violentos en contra de los Tutsi y a favor del Hutu Power. La radio fue un elemento fundamental que aportó al genocidio. En un principio, transmitían noticias, música y algunas bromas; luego de una serie de ataques y supuestos enfrentamientos entre Tutsi y Hutu, hablaban solamente de matar al enemigo. Esto claramente fomentó el odio, el rencor y la venganza. Defendían el hecho de que, según estudios y literatura antigua, los Hutu fueron los primeros en llegar al territorio ruandés y que los Tutsi fueron los invasores, por lo tanto, debían ser exterminados, debían arrepentirse de haber nacido. Pero la cuestión es que aquello que los identificaba en un principio como Hutu, Tutsi y Twa, (aun con diversos orígenes) lograron establecer una forma de convivencia - no eran varias etnias, era un universo social -y ya no existía. Ya no sabían quiénes eran, cómo eran ni en qué creían. Como declaró el pueblo, 7 “Nunca más aceptaremos el regreso del mwami y el Karinga no sonará nunca más en el territorio de Ruanda”. 1 Asimismo, este último capítulo hace énfasis en cómo fueron utilizados los medios, en particular la radio, para promover la revolución de los Hutu y difundir sus causas. Los medios impresos circulaban alrededor del país, pero debido a que la mayoría de los Hutu eran analfabetas, la radio fue el mejor elemento para visibilizarse por medio de un flujo de mensajes y símbolos con los que los sujetos se identificaban. La radio es un medio por el cual no hay una reciprocidad de información; es decir, hay una producción, transmisión y recepción del mensaje enviado, pero no hay una intervención directa por parte del receptor. Por lo tanto, esto conlleva a que el mensaje sea incorporado por los individuos que lo reciben, lo decodifiquen y lo incorporen a sus vidas. En vista del poder que tenía la radio, el grupo opositor vio la posibilidad de utilizarla como forma para contraatacar a sus dirigentes y, a su vez, convencer al pueblo de reformar la situación política, social y económica. Ahora bien, los mensajes agresivos, violentos y discriminatorios era la forma de lograr un impacto y generar odio, e incentivar la venganza. 1 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.109. Traducido por Manuela Gómez. 8 I. Raíces del pueblo ruandés 1.1 Origen Los primeros europeos en tocar suelo ruandés lo describen como un país exótico, una tierra desconocida que aún no había sido perjudicada por manos extranjeras. El país de las “mil colinas” o de la “eterna primavera” se convirtió en escenario de una guerra sangrienta en la primavera del año 1994 que en dos meses dejó alrededor de un millón de personas sin vida. Conocido más comúnmente como el genocidio de Ruanda. Tiene una superficie de 26,338 km² y una densidad de 301,9 de habitantes por km². Según el Banco Mundial2, antes del día nefasto del 1994 registraba una población de 7’952,000 habitantes, de los cuales solamente 500,000 vivían en ciudades o pequeñas aglomeraciones. Ruanda tiene alturas que van desde los 1000 hasta los 2,800 metros, cosa que haría pensar que tiene una amplia zona forestal, tanto por sus condiciones climáticas como por su posición geográfica; sin embargo, ya desde la llegada de los primeros europeos describían la vasta deforestación. Por una serie de factores tales como: a) el tardío desarrollo de la investigación y su proceso sistemático, b) condiciones climáticas y ambientales, c) inestabilidad política; d) zonas del terreno demasiado ácidas para conservar elementos que, eventualmente, podrían revelar información, el estudio de la prehistoria de Ruanda es difícil de reconstruir. Ahora bien, luego de una larga trayectoria de investigaciones surgieron dos maneras que podrían ayudar a descubrir el pasado de este país africano. Estas técnicas son a través del radiocarbono3 y la 2 No es un banco como tal, es una institución que ayuda tanto financieramente, como técnicamente a países en “desarrollo” en el mundo. Tiene como apoyo a dos agencias conformadas por más de 185 países, las cuales son: the International Bank for Reconstruction and Development (IBRD) y the International Development Association (IDA). 9 termoluminiscencia 4 y gracias a ellas, es posible hablar de la historia de Ruanda a partir de la edad de piedra, cuando el ser humano aparece como un animal con capacidades distintas al del reino animal, hace alrededor de tres millones de años. “Esa combinación de capacidades físicas y mentales para la producción de herramientas –en otros términos, la superación de su condición biológica- y el hecho de depender cada vez más de esas capacidades y actividades extrabiológicas, es decir, culturales, distinguen al hombre de los demás animales, y definen…a la humanidad”5. En este orden de ideas, su inicio fue en el momento en el que comenzaron a elaborar herramientas de piedra, aunque es muy probable que hayan existido otros elementos de los cuales no se sabrá. De todos modos, se puede precisar que la piedra fue desarrollada de tal manera que se convirtió en herramienta esencial para la supervivencia de los seres; este comienzo se llama el Acheulense6. Sin embargo, es un periodo supremamente extenso en el cual surgieron nuevos cambios y herramientas y, por tal motivo, fue dividido en algunas etapas que se diferencian, básicamente, por la evolución de las técnicas utilizadas. Este periodo está caracterizado por utensilios líticos como la bifaz que es un objeto que “está tallado en las dos caras a partir de un canto o de un fragmento; su forma es oval o amigdaloide, su punta está mas o menos esbozada, su base es frecuentemente redonda […] y sus dimensiones son muy variables”7. Otro elemento característico es la hachuela, la cual tiene un corte en la parte superior. En los yacimientos se encontraron rastros de la presencia del Homo erectus, el cual vivía de la caza y de recolección y se asume que ya disponía del fuego. Los periodos sucesivos de la industria lítica están divididos cronológicamente en: el Sangoenense, el Lupembiense inferior, Lupembiense superior, Lupembo-Tshitoliense, el Magosiense y el Tshitoliense. En estas últimas fases se evidencia una evolución tecnológica en la fabricación de los elementos y, por ende, pueden ya ser asociados a los Homo sapiens. Por otro lado, los investigadores han llegado a dos conclusiones sobre la llegada del hierro en África central ya que no es posible encontrar un periodo de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, lo que hace pensar que hubo algún tipo de contacto entre las civilizaciones del este de África y el oeste que ya trabajaban el hierro. Sin embargo, la exactitud de estas teorías no es posible 3 Por medio de radioisótipos, los cuales son los variantes de un elemento que sugieren el número de neutrones que posee un objeto y ayuda a reconstruir su origen. Técnica utilizada a partir del año 1945. 4 Técnica basada en la modificación de los electrones en un cristal a través del tiempo. 5 J.E.G. SUTTON, Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO), Historia general de África I Metodología y prehistoria africana, 1982, Madrid, p. 485. 6 Industria lítica del periodo del Paleolítico Inferior hace alrededor de 750-120 millones de años. Se caracteriza por los bifaces y hendedores. Las primeras dos piezas se encontraron en Saint-Auchel, Francia. 7 R. DE BAYLE DES HERMENS, Historia general de África I Metodología y prehistoria africana, Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO) Madrid, 1982, p.562. 10 afirmar debido a la falta de datos disponibles. Pero hasta que no sea comprobada otra posible teoría, éstas podrían ser las más acertadas. La segunda conclusión es que la llegada del hierro fue por la migración de las poblaciones bantú: “Muchas veces se ha supuesto que la población bantú introdujo la tecnología del hierro en el África ecuatorial y meridional, pero esto todavía tiene que ser comprobado. Los lingüistas han propuesto fechas del inicio de la migración de la población de habla protobantú. Las fechas de los movimientos a través de la zona forestal ecuatorial hacia la región interlacustre varían entre el 3000 al 2000 a.C.”8. A su vez, fueron hallados objetos de cerámica que luego fueron clasificados en tres tipos: a, la más antigua, b y c las más recientes. La cerámica a fue detallada por primera vez en 1948 y nombrada urewe. Se caracteriza por ser una cerámica con depresión en la base y se atribuye a la primera población que ocupó la región de los Grandes Lagos quienes ya tenían conocimientos sobre el metal. Para ese entonces, la organización y base económica del África central había pasado de la caza y la recolección a una, esencialmente, agrícola. Esto trajo consigo un crecimiento en la población que fue estableciéndose en pequeñas aldeas. Gracias a las herramientas de hierro comenzaron a derrumbar partes de la zona forestal para construir casas de barro con techos de paja. Además de esto, la ganadería entra a ser parte como forma de supervivencia. Desde este punto en adelante, se puede hacer referencia a los tres grupos sociales que se establecieron en la zona de Ruanda: los Hutu, Tutsi y Twa. El kinyarwanda es la lengua oficial de Ruanda aunque también utilizan el swahili, una lengua antigua utilizada para el intercambio comercial entre el África central y oriental; nació en el encuentro entre la civilización bantú y árabe en la costa oriental y se usa todavía hoy. Ahora bien, hay varias teorías acerca del origen de cada uno de los grupos, pero la más aceptada, según estudios arqueológicos y basándose en la literatura antigua, es la siguiente: los Twa eran los habitantes autóctonos de la región; luego llegaron los Hutu que portaron consigo el hierro, la 8 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.21. Traducido por Manuela Gómez. 11 agricultura y la ganadería y los últimos en llegar fueron los Tutsi, quienes eran pastores, guerreros y nómadas. Los primeros son considerados pigmeos, con una altura máxima de 1,50 centímetros, con la nariz grande, de piel muy oscura, gordos, musculares y muy pelosos, sobre todo en el pecho. Pero no se puede hablar de sólo un grupo Twa, existían dos. El primero de ellos era semi nómada y vivían de la caza y la recolección; los otros sedentarios vivían tan solo de la elaboración de la cerámica. En la sociedad ruandés, los Twa eran relacionados con los animales, en especial con los monos por su manera de comer, la obsesión por el sexo y por su estupidez. Por este motivo, este grupo era marginado dentro de la estructura social y cumplían con las labores menos importantes. Pero sin embargo, hacían parte del clan de los Hutu y los Tutsi y convivían todos como uno; era una relación basada en la economía en donde cada uno desarrollaba una labor específica. Los Tutsi son descritos como altos, por lo general miden entre 1,80 y 1,90 centímetros, delgados, no muy oscuros, inteligentes, rasgos finos y eran relacionados con el poder. Los Hutu no son tan altos como los Tutsi, son de piel más oscura, más gordos, sus labios son gruesos y su nariz ancha. 12 1.2 Tradición oral “La mayor parte de las obras literarias son tradiciones, y todas las tradiciones conscientes son discursos orales. Como todos los discursos, la forma y los cánones literarios influencian el contenido del mensaje; esa es la razón primera por la que hay que colocar las tradiciones en el marco general de un examen de las estructuras literarias […]”9 En el caso particular de Ruanda, los géneros literarios se pueden clasificar de dos maneras: 1. la literatura popular y 2. la literatura de la corte. La primera es rápida y no es divulgada, a ella pertenecen fábulas, canciones y proverbios en los cuales se utiliza el lenguaje cotidiano. La literatura de la corte es oficial, comunican temas de interés público aunque es, comúnmente, controlado por figuras políticas. Los géneros literarios se pueden clasificar en varios grupos: Forma Nombre Descripción y características Periodo de origen Cuentos Ibitéekerezo Cuentos históricos y antiguos, fuentes oficiales o populares. Siglo XVI Amakuru Cuentos históricos recientes; fuentes no oficiales y precisa. 1875 ± Genealogía Ubucurabwenge Genealogía dinástica, fuentes oficiales. Genealogía familiar, fuentes privadas. Poemas y Canciones Siglo XVI 1750 ± Ubwiiru Código mágico y legal de la dinastía, fuentes oficiales. Siglo XVI Ibisigo Poemas dinásticos, fuentes oficiales. 1625 ± Ibyiivugo Poemas de guerreros, fuentes privadas. 1750-1840 ± Amazinay’nka Poesía pastoral, fuentes privadas. 1860 ± (Continúa) 9 VANSINA Jan., La tradición oral y su metodología, Historia general de África I Metodología y prehistoria africana, Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO), Madrid, 1982, p.163 13 Forma Poemas y canciones Nombre Descripción y características Innanga Canciones tocadas con el arpa, composición artística privada. Indirimbo Canciones guerreras Imigani Periodo de origen Siglo XVIII 1800 ± Canciones populares conocidas con nombres diversos y contenían datos históricos. Desconocido Proverbios, cada uno con interés Histórico, fuentes populares. Desconocido Notas de historias locales, fuentes populares detallada. Desconocido Notas de historias familiares, fuentes populares detallada. 1750/1800 Notas de historia general, fuentes Populares poco formuladas. Desconocido Precedentes jurídicos, fuente institucionalizada basada sobre los detalles. Desconocido Fuente: FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, 2000, Bollati Boringhieri, Torino, p.31 A través de los diversos géneros literarios se puede reconstruir la estructura social y política que para ese entonces era ya parte de su organización. En el siglo XIX, cuando los primeros europeos tocaron suelo ruandés, notaron que había ya una jerarquía organizada establecida, una política central y una economía basada en la ganadería y la agricultura. El reino era comandado por el mwami, es decir, el rey; a través de un tributo pagado al él mismo, basado en la entrega de tierras, las grandes familias Tutsi tenían el poder de la realeza y esto se ve reflejado a través de la tradición oral como: el ubwiiru que es el código de la realeza, el ubucurabwenge, que es la genealogía dinástica y el ibisigo, que son los poemas dinásticos y resaltan su poder. El ubwiiru es un texto secreto en el cual se encuentran los rituales dinásticos que sólo conocían los abiiru10 y eran los únicos que podían decidir cuándo y cómo recitarlo; el rey no tenía ningún poder 10 4 hombres consejeros escogidos por el rey que custodiaban los secretos de la realeza, preservaban el conocimiento ritual y acompañaban o dirigían las ceremonias. 14 sobre esta tradición. Se dice que se llevaba a cabo el ritual para proteger las eventuales calamidades naturales. La genealogía dinástica, o bien el ubucurabwenge era un texto transmitido oralmente como un poema por los abacurabwenge que significa “aquellos que forman la inteligencia”, es decir, la conservan. Dentro de la estructura social establecida, obtenían ciertos privilegios por parte del rey con tal de preservar la genealogía dinástica. El trabajo de ellos era dividir el texto ubucurabwenge en estrofas en las cuales algunas fueran dedicadas al rey, comenzaban desde el más reciente hasta el más antiguo; en cada estrofa debía hacerse presente el nombre del reino, del rey y de la madre reina que gobernaba junto a el. Además de esto, las estrofas debían mencionar el nombre del clan y la genealogía de la madre reina, al igual que la genealogía y el clan de la madre de la madre reina. Ibisigo son los poemas dinásticos y significa “dejar detrás de si”. A través de éste, se glorificaba el rey difunto y al mismo tiempo al rey de la época; tanto su difusión como su composición era secreta, aunque algunas veces era transmitido a través del canto a una serie de personas que gozaban de algunos privilegios otorgados por el rey. Dentro de la estructura social dinástica existía el ejército, el cual era representado en la tradición con los cantos guerreros llamados por ellos los indirimbo; éste se celebraba por la gloria de una armada o de una compañía, más que por una persona en sí. También se exaltaba la importancia del ejército por medio de las canciones acompañadas por la guitarra, o sea, las inannga y, finalmente, a través del ibyiivugo, o bien, el poema guerrero. Cada hombre componía su propio poema en el cual honraba sus actos heroicos y lo recitaba alzando su lanza y gritando para asustar al enemigo. “Las canciones del arpa”, o mejor dicho, las inaanga, eran recitadas acompañadas por un instrumento llamado inanga11; esta tradición tomaba lugar para honrar la victoria de una guerra, los advenimientos históricos y la inteligencia del rey. Los cuentos históricos de Ruanda se pueden dividir en dos grupos: los ibiteekerezo, cuentos históricos antiguos y los amakuru, cuentos históricos modernos. Los primeros mencionados son cuentos históricos largos que, por lo general, se refieren a las historias de los antiguos reinos antes del 1900. Entre ellos se pueden encontrar tanto historias de 11 Instrumento africano hecho en madera, sus dimensiones son entre los 75 a 115 centímetros de largo. En sus dos extremidades venían perforados de 8 a 12 huecos por los cuales pasan unas cuerdas llamadas umurya y son hechas de fibra vegetal o de nervios de buey. 15 Ruanda, como historias familiares. Las historias del país pueden ser clasificadas, a su vez, de dos maneras: los cuentos oficiales que eran presentados frente a la corte y preservados por ella misma; y los cuentos públicos que eran reservados al pueblo ruandés. Los cuentos históricos modernos amakuru recopilan información desde el año 1895 cuando era al mando el rey Rwabugiri hasta nuestros tiempos. Teniendo en cuenta los tipos de tradición oral se puede hacer un breve esquema sobre la estructura política de tal manera: Fuente: FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, 2000, Bollati Boringhieri, Torino, p.36 “Cada institución social y grupo social poseen también una identidad propia que va acompañada de un pasado inscrito en las representaciones colectivas de una tradición que da cuenta de ella y que la justifica12”. La tradición oral de esta antigua dinastía identificaba el pueblo ruandés, le daba vida a sus creencias y ratificaba su existencia. 12 VANSINA Jan., La tradición oral y su metodología, Historia general de África I Metodología y prehistoria africana, Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO), Madrid, 1982, p.167 16 1.3 Había una vez Los mitos del origen de la dinastía de Ruanda podrían clasificarse dentro de la categoría de la tradición popular de los imigani, leyendas, fábulas y proverbios, y también del género noble ibitéekerezo, los cuales relatan el origen. Kigwa significa “caído” y su historia narra como nació en el cielo y cayó en la tierra. Acerca del origen mítico de la sociedad ruandés se han desarrollado varias teorías y han llegado a las dos siguientes: a) Origen del Abanyiginya “príncipe de sangre de la realeza” Shyerezo y Gasani eran una pareja y tenían a su disposición una sirvienta llamada Impamvu. Shyerezo tenía unos adivinadores que le consultaban a los espíritus a través de las entrañas de los pollos y de las vacas, bañándolos antes con la saliva del rey. Un día, Shyerezo decide viajar hacia uno de sus otros Estados y Gasani, siendo estéril, aprovechó este momento para seguir el consejo de su sirviente Impamvu: “He examinado la situación y he constatado que este Imaana13 que han utilizado los divinos para la consulta ha sido de buen augurio. Ayúdame: debemos robar un corazón de vaca”14. Habiendo escogido la vaca indicada y el corazón apropiado, Gasani lo mete en un recipiente y cada día sacará leche; después de nueve meses nace un niño llamado Sabizeze. Visto que Shyerezo no estuvo presente para el nacimiento del niño, Gasani manda un mensajero para informarle sobre el recién nacido de tal manera que le fueran otorgados los regalos que usualmente se entregaban. Al enterarse de la noticia, Shyerezo se niega a creer que es verdad y manda al mensajero a matar el niño; sin embargo, el mensajero no cumple con su orden. Luego de que Shyerezo tuvo la oportunidad de conocerlo quedó atónito con su fuerza y la belleza impactante del niño, negándose a matarlo y declaró, a su vez, que Imaana había creado la perfección. Sabizeze, ya adulto, decide de huir luego de que un desconocido le dijo que no era hijo legítimo de Shyerezo; escapa junto a su hermano mayor Mututsi, su hermana, un pollo llamado Samúgambira, 13 14 Nombre de la divinidad en la religión tradicional ruandés. FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.38. Traducido por Manuela Gómez. 17 una gallina llamada Rubiká, una vaca, un toro, una garza que vigilaba los bueyes y, como arma, llevaron consigo serpientes. Se dirigían hacia la zona forestal y se instalaron en una región llamada Mumazînga localizada en el pueblo de Kabeeja, en el principado de Umubarí. Los recién llegados se presentan a la comunidad y comunican que están dispuestos a trabajar y a colaborar con la región para vivir juntos. Mututsi y Sabizeze se dieron cuenta de que todos los animales que había llevado con ellos se acopiaron y Sabizeze le propone a su hermano que se junte con su hermana. Pero Mututsi se rehúsa y fue entonces que Sabizeze decide alejarse con su hermana con la cual tienen un hijo y una hija. Fue en este momento que Mututsi decide seguir el consejo de su hermano que era el de ir a vivir al frente de ellos. Un día, fue a la casa de Sabizeze, se presentó como un “Umwega”, es decir, como aquellos del lado opuesto, y le pidió a su hija como esposa. Procrearon y dieron inicio a lo que sería conocido como el clan Bega. Los Banyiginya son los descendientes de Sabizeze que continuaron a procrearse entre ellos y esto fue lo que dio origen a los Abanyiginya. A ellos fueron otorgados tierras y recintos por Kabeeja al igual que su gente, los Bazigaaba, que les dieron un espacio para instalarse. Un día, el rey Kabeeja había salido a cazar, muerto de sed, pide una cerveza para beber. De repente fue golpeado por una tormenta de lluvia que lo obligó a refugiarse en la casa de una señora. Le pide, gentilmente, prender la chimenea por el frío que lo invade, sin saber que una chispa del fuego caería sobre un trozo de madera que se encontraba allí y la casa se quema junto con el cuerpo de Kabeeja. b) Origen del Abanyiginya “príncipe de sangre de la realeza” Este mito cuenta la existencia de una mujer en el cielo llamada Gasani la cual era estéril y le suplica a Imaana la posibilidad de tener hijos. Milagrosamente, nacen dos hijos, Kigwa y Mututsi y una hija, Nyiarampuundu. La única condición de Imaana para tener los hijos era que Gasani debía mantener en secreto la manera en como tuvo los hijos, pero ella no resiste y se lo cuenta a la hermana. Como castigo, Imaana decide mandar a sus hijos a la tierra de Mubari, al oriente de Ruanda en donde Nyiarampuundu se casa con su hermano Kigwa. Serían entonces, Mututsi y Kigwa los antecesores de los Tutsi. Pero en este mito, entra un nuevo personaje llamado Nkuba, el rayo, y sería el esposo de Gasani. 18 Teniendo esto en cuenta, se puede llegar a la siguiente conclusión: Nkuba, el rayo y Shyerezo, que significa la extremidad o el inicio, vendrían a ser la misma persona, el rey en lo alto y marido de Gasani. Sabizeze, hijo de Shyerezo, sería el mismo que Kigwa, es decir, el primer rey. Ellos son los caídos del cielo que organizaron la aristocracia y sus descendientes siguen hasta la aparición de Gihanga, quien fue el “creador”, el héroe cultural que fundó el imperio. Ahora bien, los dos mitos sobre el origen de la dinastía ruandés cuenta que los tres hijos de Gasani y Shyerezo, los caídos del cielo, abandonaron su tierra y partieron rumbo a Mubari, al oriente del país. Sin embargo, para entender quiénes eran los autóctonos y quienes llegaron después hay que clasificar los clanes de tres maneras diversas: 1) Clan dinástico Abanyiginya, descendientes de los caídos del cielo. 2) Clan de los Bega. 3) Clan de los Abazigaaba que son los que fueron encontrados sobre la tierra. Los cuentos populares históricos cuentan como los Abanyiginya venían de afuera e imponían su poder hasta reemplazar el anterior. Y en este caso, Kabeeja y los Abazigaaba serían los Hutu. Por lo tanto, los Tutsi llegarían a esta misma región alrededor de los siglos XIII y XIV; es decir, que no serían los habitantes autóctonos sino que llegaron después. Así mismo como se mencionaron los mitos acerca del origen de la dinastía de los “caídos del cielo” Tutsi, y los que fueron “encontrados sobre la tierra” Hutu y los Twa se pueden encontrar cuentos populares en los cuales se evidencia ya desde ese entonces, la diferencia entre estos tres grupos sociales. Pero no es una diferencia étnica o discriminatoria como lo fue después de la colonización; es una diferencia basada en las actividades que tenían cada uno dentro del mismo universo social para sobrevivir como un grupo. a.) La glotonería y la definición de los roles Gihanga le otorga un vaso de leche a cada uno. Gatwa, goloso, se lo bebe todo; Gahutu se bebe sólo hasta la mitad y Gatutsi no se lo bebe. Al ver lo sucedido, el padre Gihanga decide definir los roles que cada uno debía desempeñar como parte del grupo: a Gatwa no le pertenece ninguna posesión de 19 vacas, Gahutu podrá obtener su ganado sólo a través de su trabajo como agricultor y Gatutsi será el único encargado de las vacas. b.) Control de sí mismo Gatwa, Gahutu y Gatutsi fueron enviados por su padre Gihanga a donde un adivinador llamado Kibariro, este nombre significa “el que cuenta el tiempo”, para preguntarle información sobre el calendario. Los tres hermanos partieron con la misión de averiguar información acerca del tiempo justo para sembrar y recoger, el periodo de fecundidad de las mujeres y de las distintas especies de animales. Kibariro les ofrece de comer, Gatwa y Gahutu comieron hasta quedar dormidos y Gatutsi fue el único que logró regresar y darle el mensaje a su padre. c.) La inteligencia A los tres hermanos les es dada una misión por Imaana; les pide a cada uno de matar al otro. Gatutsi rehúsa, Gahutu sabe que necesita de ambos para sobrevivir, por un lado Gatutsi que es quien cuida el ganado, y por el otro, con Gatwa se divierte y tiene a su disposición la cerámica, así que también se rehúsa. Pero Gatwa, con el arma en mano decide de hacerlo. Imaana lo detiene y es maldito por no haber usado su inteligencia y por haber demostrado su falta de responsabilidad. Se puede ver entonces que ya en la literatura popular de la edad precolonial había una diferencia entre los tres grupos, pero sin embargo, convivían como un único conjunto social, en el cual la base de todo era la economía, no el hecho de ser Twa, Hutu o Tutsi que luego sería uno de los motivos que llevó a generar la violencia entre los grupos. 20 1.4 La jerarquía dinástica Antes de analizar los elementos simbólicos de Ruanda, de tal manera que se logren entender los componentes que conformaban sus tradiciones y cultura antes de la colonización, es importante ver la estructura social y política que conformaba el grupo social y el espacio en el que se ejercía la dinastía. El territorio ruandés estaba dividido en varios distritos llamados, comúnmente, ibikingi o también conocidos como ibiti, los cuales eran protegidos por el jefe de la armada llamado umu-tware w’ingabo, quien era escogido directamente por el mwami, al igual que los hombres del ejército, según sus necesidades, y se regían según las normas implantadas por el código militar. El jefe tenía un cargo importante en la estructura socio-política de Ruanda precolonial ya que no sólo debía proteger y defender el país, sino también inculcar los valores de la sociedad. Otro personaje dentro de la organización de los distritos era aquel que cumplía la función de “policía” que por lo general era un Twa, el cual era escogido por el rey. Por otro lado, los ibikingi tenían dos jefes principales, uno era el jefe de la tierra, o el Umunyabutaka, quien era el encargado de la agricultura, y el jefe del ganado llamado Umunyamukênke, quien tenía en su poder la crianza de los animales. Según un determinado numero de colinas, o bien las imi-sozi, se dividían los distritos en los cuales los Umunyabutaka y los Umunyamukênke ejercían sus debidas labores controlados por el umutware w’umu-sozi, jefe de las colinas quien era elegido por el jefe de la armada. Cada distrito tenía una capital en la cual dirigía la madre reina, en kinyarwanda sería llamada la umugabekasi. Tanto el jefe de la tierra como el del ganado eran subordinados por el estricto orden de la reina. En dado caso que falleciera la reina, la umuja, o esclava del rey, era quien se encargaba del orden de la casa de la realeza; sin embargo, no tenía ninguna autoridad para dirigir a los jefes. Los abiiru, hombres que mantenían los secretos de la dinastía, gozaban de algunos privilegios otorgados por el mwami. A algunos les era concedido un territorio privado y personal en los cuales 21 ni siquiera el rey mismo podía regir, sino un propio jefe llamado Bïru-Rey. Estos estaban incluidos dentro de una categoría particular de los abiiru que se hacía presente en el umwiiru, el código secreto de la dinastía. Gihanga, el fundador de Ruanda, escoge tres familias ricas de los cuales 12 hombres conformaban el consejo del Ubwiiru, agrupación de altos funcionarios, pero sólo 4 eran abiiru; es decir, aquellos que fueran escogidos eran los únicos que mantenían los secretos de la dinastía. Sin embargo, no sólo cumplían con el deber de acompañar al rey durante su mandato, inculcar los valores, llevar a cabo rituales, sino también asegurar la fortaleza y el sostenimiento de la tradición. La organización territorial de Ruanda antes de la colonización podría ser agrupada de dos maneras: por un lado, los jefes encargados de la tierra, el ganado y la vigilancia de las colinas, y, por otro lado, la madre reina, el rey, los abiiru y los “altos funcionarios” de la corte quienes gozaban de algunos privilegios. Así que el orden jerárquico de la sociedad ruandés en la era pecolonial se puede decir que era: el mwami, umugabekasi, la madre reina, los guardianes de los secretos dinásticos o abiiru y el consejo de los grandes jefes, aba tware b’in tebe. El siguiente gráfico hace evidente la organización, tanto del territorio como de las figuras representativas: Fuente: FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, 2000, Bollati Boringhieri, Torino, p.68 Ahora bien, el mwami era el jefe supremo, tenía el poder sobre la tierra de Ruanda, era la encarnación de la divinidad siendo “caído del cielo”, según lo reflejan los mitos. “La esencia de la 22 calidad de la realeza es expresado en el dicho que “el rey, el es Dios” entendiendo “Dios” como Imaana, la divinidad de la cultura ruandés”15; representaba el pueblo ruandés y, por ende, era la personificación de Ruanda como tal. Su muerte no era por causas naturales, los abiiru eran los encargados de declarar el momento de su fallecimiento tan pronto mostrara algún signo de vejez ya que no era indicio de juventud y prosperidad. Los hombres de los secretos dinásticos, practicaban una serie de rituales antes de sepultar el cadáver. En primera instancia le quitaban las uñas y el pelo, luego quemaban el cuerpo, lentamente, para evidenciar la plena descomposición del cuerpo. Esto con el fin de leer el cuerpo que indicaba los cambios del futuro próximo. Antes de elegir el nuevo rey, había un luto nacional y todas las actividades del reino venían suspendidas. Pero no era un proceso corto, por lo general duraba hasta cuatro meses. Sin embargo, el proceso aún no había terminado; envolvían el cuerpo en piel de toro y luego los abiiru decidían dónde sepultarlo y sólo ellos sabían el lugar exacto de la tumba en el cementerio de los reyes. Los hombres de los secretos dinásticos acompañaban al rey difunto a lo largo de su trayectoria y eran ellos mismos a hacer la ceremonia de entronización del nuevo rey quien era escogido por el mwami antes de morir. Por lo general era el hijo más joven quien continuaba con el comando ya que era un símbolo de fuerza. En este momento de transición, en donde las familias de linajes distintos peleaban para posicionar a sus hombres como reyes, era la madre reina del difunto rey quien controlaba, esperando la ceremonia de los abiiru que anunciara el nombre y reino del nuevo mwami. Es importante tener claro cómo era la estructura del territorio, sus personajes, sus comandantes, la relación entre ellos y la distribución de las tierras para entender el cambio drástico que tuvo luego de la colonización, en particular con la llegada de los belgas quienes reorganizaron la estructura socio-política, las relaciones entre el grupo; de hecho, crearon grupos étnicos, y la abolición de su cultura y sus rituales de tan alta importancia y significancia que constituían un pasado, una historia, un mito, una canción, un poema… pero sobretodo, un universo social. 15 VANSINA, Jan, Antecedents to modern Rwanda. The Nyiginya kingdom, The University of Wisconsin Press, Wisconsin, 2004, p.83. Traducido por Manuela Gómez 23 1.5 Tradición dinástica Los tambores Karinga, Cyimumugizi, Mpatsibihugu, el Kiragutse; dos Indamutsa, o bien los tambores del saludo y el Nyampundu, tambor de la exclamación, eran los que anunciaban la entronización del nuevo rey junto a la madre reina, […] “porque en la ideología de la región de los Grandes Lagos, un reino sólo existe si tiene un tambor dinástico […]”16. Pero antes que nada había una serie de rituales simbólicos llevados a cabo por los abiiru para la celebración del nuevo reino. La fabricación de los tambores se llevaba a cabo de la siguiente manera: los hombres de los secretos de la dinastía sacrificaban una vaca, bañaban su piel con sangre de toro y la extendían sobre el tronco de un árbol que, previamente, había sido escogido. De esta manera, la piel habla con el árbol, reproduce la música de la naturaleza viva y anuncia lo que sería el destino del nuevo reino. El tambor de mayor importancia era el Karinga y el segundo que acompañaba al primero era el Cyimumugizi, que significa “sobre el país reina una grande potencia”. Luego viene el Mpatsibihugu, “someterse al poder” y por último, el Kiragutse, “el país es extenso”. El Karinga era construido por los abiiru, en este caso eran llamados abalenmyi b’ingoma, que significa “creadores de los tambores”. Para la creación de éste mismo, escogían previamente un árbol llamado Umurama, que en Kinyarwanda significa “larga vida”, en Murama, un lugar sagrado del monte Kigari. Luego de haber tallado el árbol, lo limpiaban por dentro y cortaban sus dos extremos; en uno de ellos se ponía una piel llamada Uruhanga y en el extremo inferior, colocaban otra llamada Indiba. Por medio de unas cuerdas de fibra vegetal sujetaban las pieles puestas. En el interior del tambor, se inserían ciertos objetos simbólicos ligados a la realeza llamados Imitima y’ingoma, lo que vendría a ser el corazón del tambor. Estos objetos podrían ser estatuas o incluso el cerebro del rey difunto. Sólo el rey y los abiiru sabían cuál era el objeto que se colocaba dentro del tambor como corazón. Sin embargo, todos los elementos que componían el tambor, tenían un fuerte vínculo con la realeza y la sociedad ruandés. El ingoma, o el cuerpo del tambor era de origen vegetal, mientras que las pieles colocadas, la uruhanga y la indiba, eran del mundo animal. 16 VANSINA, Jan, Antecedents to modern Rwanda. The Nyiginya kingdom, The University of Wisconsin Press, Wisconsin, 2004, p.48. Traducido por Manuela Gómez 24 “A través del Karinga los abiiru “construyen” las bases simbólicas de la realeza, combinando los elementos heterogéneos del mundo vegetal y el animal y, entonces, la esfera de acción de los Tutsi y los Hutu”17. En la sociedad ruandés, el mundo vegetal y el mundo animal venían asociados al mundo social, representaba las diversas actividades y labores de los Tutsi como ganaderos y los Hutu como agricultores. Así que el tambor involucraba todo aquello que se hacía parte de su cultura, de su estructura social y de la realeza. Era como la representación de la sociedad, los tambores la hacían resonar y daban inicio a su nuevo reino. Fuente: FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, 2000, Bollati Boringhieri, Torino, p.80 Otro elemento simbólico de suma importancia era el llamado ubuhake o contrato pastoral. En la era precolonial había ciertas formas de acceder a las tierras: en primera instancia, podía ser otorgada 17 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.82. Traducido por Manuela Gómez 25 directamente por el mwami, por herencia y, por último, a través del contrato anteriormente mencionado. Si no era posible obtener acceso a través de la familia o del linaje, era necesario un intermediario que representara la realeza. Éste era llamado schebuja, que significa el “patrón”. El ubuhake era una forma de trueque. Es decir, el garagu, o el cliente, prometía pagarle al schebuja con trabajo y servicios, por lo general trabajos manuales, a cambio de obtener el usufructo de las vacas. Quiere decir que el ganado no venía trasladado directamente en su poder, sino más bien, podía obtener la leche de la vaca y podía conservar los toros que nacían, pero las vacas no eran de propiedad suya. El “patrón” tenía la obligación de entregarle el ganado a su cliente y darle protección a éste mismo. En caso que el garagu falleciera, la familia de éste tenía la posibilidad de continuar con el contrato o cancelarlo definitivamente. En todo caso, el ubuhake era una forma de sobrevivir para los seres que quizás no tenían suficiente y querían lograr obtener algo de más. No sólo esto, sino también era una manera para no pagar las tasas, o bien, la ubuletwa. De igual manera, el contrato era un elemento de la estructura económica que ayudaba tanto a la realeza como a los clientes. No era un sistema de esclavitud, era un beneficio para la sociedad ruandés; sin embargo, luego de la colonización, el ubuhake fue sometido a una serie de cambios que hizo que se convirtiera en un elemento de sometimiento violento. 26 II. Colonización 2.1 Un alemán y la evangelización de los Padres Blancos llegan a Ruanda Antes de empezar a hablar acerca de la colonización de Ruanda, es importante resaltar el contexto histórico en el que se encontraba el país. Kigeri Rwagbugiri, quien en ese entonces era el mwami, emprendió una expedición militar a lo largo del lago Kivu, pero murió en una batalla en el año 1895. Antes de morir, había elegido a uno de sus hijos llamado Rutalindwa para sucederlo; quien el mismo año fue entronizado como el mwami Mibambwe. Su madre, del linaje de los Bakono había muerto y era necesario escoger una madre reina para gobernar junto a él, Kanjogera, del linaje de los Bega, tomó su lugar. Sin embargo, Kanjogera planeaba un complot junto con su hermano Kabare para matar al mwami ya que ella quería que uno de sus hijos fuera el nuevo rey. Mibambwe Rutalindwa se dirigió hacia el lago de Kivu en una expedición militar para luchar en contra de los soldados belgas. Kabare, el hermano de la madre reina y “tío” de Mibambwe, aprovecha esta expedición para atacar, junto con sus hombres al rey, quien fue obligado a refugiarse en Rucuncu. El mismo Rutalindwa incendió la cabaña en la que vivía exiliado y murió entre las llamas junto con el tambor Karinga, símbolo de la realeza. Así mismo, todos los parientes del mwami y los abiiru de Rwagbugiri fueron exiliados o asesinados. La muerte de Kigeri Rwagbugiri desató en el país una ola de violencia en donde individuos de diversos clanes peleaban por obtener el poder. En consecuencia, el sucesor de Rutalindwa Mibambwe fue el hijo menor de Kanjogera, Juhi V Musinga quien se “posicionó” poco antes de la llegada de los alemanes. Sin embargo, habiendo sido cómplice del complot y sin tener el Karinga, era un rey impopular y despreciado. Nunca fue presentado oficialmente y eran pocas sus apariciones públicas. Por este 27 motivo, el mwami escogió algunos representantes para presentarse frente a los alemanes en su nombre. Estos eventos son de suma importancia para entender la colonización de los alemanes y la evangelización de los Padres Blancos en Ruanda. Fue en el año 1858 en el que llegó el primer explorador británico John Hanning Speke, quien buscaba recursos a lo largo del Nilo, pero se encontró con una tierra para el desconocida: Ruanda. Lo que nadie se imaginaba era que éste sería el principio de una nueva etapa de la historia del pueblo ruandés. Para ese entonces, el mwami Kigeri IV Rwabugiri ya tenía algún conocimiento acerca del los Abazungu, u “hombres blancos”. Nunca había tenido contacto alguno, pero en su interior tenía una breve descripción de cómo eran: hombres blancos en busca de marfil, pieles y esclavos. La curiosidad invadió la mente de Kigeri y no veía la hora de poder tener contacto con estos hombres que, para el, venían de un mundo lejano. En 1890, en la Conferencia de Berlín entre Alemania y Gran Bretaña se firmó un Tratado; este documento especificaba el territorio que les pertenecía a los alemanes que abarcaba desde la costa del África oriental hasta los Grandes Lagos y fue desde ese entonces que las exploraciones en esta zona del continente africano se intensificaron. A partir del año 1896, las expediciones militares alemanas se incrementaron ya que buscaban explorar meticulosamente el territorio para construir un ferrocarril que abriera el paso al comercio del país. Sin embargo, la expedición más simbólica para la dinastía ruandés y el imperio alemán fue dirigida por Hans Ramsay quien era capitán de la base militar de Udjidji. Un pacto de sangre hecho entre el expedicionario y el supuesto mwami Juhi V Musinga consagró un fuerte vínculo en el cual los alemanes, sin necesidad de usar fuerza o apoyo militar, se apoderaron fácilmente de un terreno que era para ellos de tanto interés. Ya que el verdadero Juhi V Musinga no hacía apariciones públicas, uno de sus representantes declaró que, no sólo quería ser amigo de los alemanes, sino que exigió una carta de protección y una bandera alemana. Y así, la fuerza alemana se apoderó del territorio. 28 Richard Kandt, quien era un militar alemán, además de ser médico y explorador, fue el primero en conocer a Musinga, el verdadero mwami en el año 1900 luego de haber esperado dos largos años después de su llegada a Ruanda. En este mismo año, en el cual el rey ya hacía apariciones públicas, los misioneros de la Société des Missionaires d’Afrique Pares Blancs18, fueron instalándose en todo el país. La estrategia de estos misioneros era establecer una residencia directamente en la capital de la realeza, localidad densamente poblada, con el fin de evangelizar a los dirigentes y estudiar la posibilidad de entrar definitivamente en el país. Sin embargo, este primer intento no fue del todo satisfactorio para los Padres Blancos dada la hostilidad de Musinga quien se refería a los misioneros como “bestias feroces”. Aún así, en febrero del año 1900 el misionario Jean-Joseph Hirth19 fundó la primera misión en Save. Ruanda era de su particular interés ya que no sólo había una ausencia de misiones protestantes, sino también por la densa población, la cual era gobernada por un solo jefe; de esta manera, era mejor que el pueblo fuera sometido a una evangelización. “Los misioneros católicos estaban bien posicionados. La estrategia de la corte era situar las misiones en regiones distantes de la corte central, zonas de individuos reacios a la autoridad de la dinastía ruandés […] En diez años, nueve misiones fueron establecidas, siete de ellas en la periferia para controlar las resistencias contra el poder de la corte. Esto fue, intencionalmente organizado por el rey para no permitir a los misioneros involucrarse con cualquier acontecimiento de la corte, pero también significó que todos los misioneros tomaran completo control sobre las distintas esferas culturales, al igual que todas las acciones sociales”20. De hecho, el centro del país tenía un fuerte vínculo con el mwami y la dinastía, que en su mayoría eran Tutsi; por el contrario de las zonas del norte de Ruanda quienes en su mayoría eran Hutu y vivían bajo sus propias condiciones, respetando sus tradiciones, pero alejados del poder central. Sin embargo el año 1903 marcó definitivamente la entrada y el dominio de los alemanes y los Padres Blancos en el territorio ruandés. El capitán von Baringe le exige al mwami otorgarle un hato de vacas y lo humilla públicamente, acusándolo de no haber respetado el pacto hecho con los militares alemanes. Luego, el subteniente von Nordeck le impone al rey aceptar la presencia de los misioneros en el centro del país. 18 La Sociedad de los Misioneros de África Padres Blancos fue fundada en 1868 por Carlos Lavigerie quien era arzobispo de Argel, Argelia. El nombre surgió en Francia debido a sus atuendos: túnica y capa blanca. 19 Nació en Alsacia en 1854 y fue nombrado sacerdote en el año 1878. Llegó a África en 1887 y en 1900 creó la primera misión en Ruanda. En 1912 crean el Vicariato de Kivu en Ruanda y fue nombrado director hasta el año 1921. 20 NEWBURY David, NEWBURY Catherine, The american historical review, Vol. 105 No. 3, Junio 2000, p. 845. Traducido por Manuela Gómez. 29 “La presencia alemana fue, estructuralmente esencial ya que inauguró una política colonial de poder indirecto, dejando considerables cambios en la monarquía de Ruanda; actuó directamente en la transformación de la edad pre-colonial hacia la centralización, propició cambios en las posiciones jerárquicas de los Hutu y el incremento del poder de los jefes Tutsi”21. Sin embargo, las primeras misiones no fueron del todo aceptadas, había una cierta resistencia pasiva que incluso se convirtió en una lucha violenta. Las personas que acudían a las misiones eran llamados ibiroge o aquellos que tomaron del veneno; aunque también se les decía ibigome que significa “rebeldes”. Los misioneros notaron que quienes acudían a ellos, por lo general, eran pobres, personas que la sociedad consideraba como paria, aquellos que veían la Iglesia como una forma de escapar de la autoridad de los jefes locales. A medida que pasaba el tiempo, la cantidad de personas que acudían a las misiones aumentaba; incluso familias Hutu para solucionar las discordias con el rey Musinga. En el año 1910 el padre Loupias fue asesinado ya que intervino en medio de una discusión entre Sebuyange y Rukara. El culpable de este homicidio fue Rukara, quien decidió refugiarse donde Ndunguste. Éste último aprovechó este evento para organizar una rebelión en contra del poder central. Ndunguste era hijo de Mibambwe Rutalindwa, el mwami que fue asesinado por el complot hecho entre Kangojera, la madre reina, y su hermano Kabare para que Musinga, hijo de Kangojera, fuera el nuevo rey. Ndunguste debió haber sido entronizado luego del asesinato de su padre; sin embargo, él y su madre fueron exiliados como consecuencia del complot. De igual manera era un personaje que gozaba de una gran popularidad y entre los años 1911 y 1912 comenzó a organizar un movimiento en contra del reino. Su ejército intentó entrar a la ciudad de la realeza, pero las fuerzas de Musinga no lo permitieron; así que decidieron dirigirse hacia el oeste y sur de la ciudad para entrar desde estos puntos. El teniente Gudovius le advirtió a Musinga de la amenaza que representaba Ndunguste y su ejército para el poder central y le sugirió intervenir con el respaldo de las fuerzas alemanas. Por consiguiente, Ndunguste decide pedir apoyo a los misioneros como intermediarios para hablar con los militares alemanes. Sin embargo, los Padres Blancos se negaron ya que él de una u otra manera había estado involucrado en el asesinato de uno de sus compañeros. 21 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p. 25. Traducido por Manuela Gómez. 30 Debido a la intervención de los militares alemanes, la lucha terminó en un baño de sangre. Pero los colonizadores no pretendían intervenir en la organización política y territorial del país. Teniendo pocos militares, el objetivo principal era defender las fronteras de los belgas e ingleses. Sin embargo, luego de veintidós años de colonización, debido a la crisis económica en Europa que, eventualmente hizo estallar la Primera Guerra Mundial, obligó a los alemanes a retirarse definitivamente en el año 1916. Ruanda, el país de la dinastía de los reyes y las reinas, de los hombres de los secretos, del Karinga, del Imaana, de la tierra y de los animales cada vez se iba alejando de lo que antes los unía, lentamente, todo lo que hacía parte de su cultura y sus tradiciones se iba apartando de sus realidades. La religión occidental, el poder, la política, la economía y la violencia iban tocando las puertas de los habitantes para finalmente apoderarse de ellos. 31 2.2 La historia continúa: nuevo mandato belga En 1917, después de la primera guerra mundial y luego del retiro de los alemanes en Ruanda, el nuevo mandato fue recogido por los belgas. La colonización de los belgas estaba íntimamente ligada al catolicismo; de hecho reafirmó el poder de los Padres Blancos. Es más, los misioneros aprovecharon el nuevo mandato para establecerse firmemente como autoridad. Al igual que los alemanes, los belgas decidieron ejercer una política indirecta de control, pero, contradictoriamente, entre los años 1926 y 1931 des sacralizaron la realeza, introdujeron una nueva lengua, evangelizaron la población, cambiaron sus bases simbólicas, inhabilitaron a los jefes locales, construyeron escuelas y el territorio fue reorganizado. Sin embargo, esta fue una de las declaraciones escritas hechas por los belgas dirigida al gobierno central: “Nosotros practicamos en Ruanda y Urundi una política de protectorado colonial. Esta política se basa en el mantenimiento de las instituciones indígenas y hace que los europeos actúen como guías y educadores. Excluye la administración directa y es perfectamente realizable en países en los cuales la organización es antigua y digna de atención y donde la clase dirigente ostenta talentos políticos evidentes. Esta teoría no sólo se limita a respetar a las instituciones indígenas y utilizarlas; sino que tiende a desarrollarse sobre sus propios fundamentos para adaptarlas gradualmente a las necesidades de la colonización y el progreso económico […] Nuestros administradores mantendrán la autoridad de la realeza y reforzará, conforme a las costumbres lo que era demasiado débil. Pero vigilará con el fin de no disminuir demasiado o aniquilar el rol de los grandes feudales. El criterio será el de no exponernos nosotros mismos como administradores directos del país y propiciar que el rey se vuelva demasiado poderoso y tome medidas para atacar nuestras acciones y para mantener sus abusos. Buscaremos entre estos dos elementos un balance racional, de tal manera que tanto los unos como los otros sientan la necesidad de nuestro apoyo y aprecien el valor de nuestras acciones. Además de nuestro compromiso de política colonial, tenemos el deber de proteger a los Wahutu. Tenemos que protegerlos contra los actos arbitrarios de los cuales son victimas, y asegurar la paz, la seguridad de sus bienes, su trabajo y la justicia. Pero no haremos más. No se puede, con el pretexto de 32 la igualdad, tocar los fundamentos de la institución política; encontramos a los Watuzi bien establecidos, inteligentes y capaces: respetaremos esta situación”22. Pocos años después los belgas ejercieron una política en la cual se creó una nueva clase dirigente que, gradualmente, fue constituyendo la fuente del poder y el camino a la violencia simbólica. Pero no fueron sólo los nuevos administradores, el obispo León Classe, quien había llegado a Ruanda para servir como pastor, dijo en un principio que, aunque los Batutsi se mostraban como un grupo de extraordinario “progreso”, era necesario respetar y admirar a los linajes Bahutu y Batwa y a todos sus descendientes. Sin embargo, tres años después declaró: “El más grande error que podría cometer este gobierno sería reprimir la casta Mututsi. Tal revolución llevaría al país a una anarquía directa y generaría un odioso comunismo anti-europeo. […] No tendríamos mejores, más activos y más inteligentes líderes que los Batutsi. Ellos son los más apropiados para entender el progreso y aquellos que la población quiere más. El gobierno debe, principalmente, trabajar con ellos”23. Poco tiempo después, todos lo jefes Hutu fueron reemplazados por líderes Tutsi, respaldados no sólo por los administradores belgas, sino también por los Padres Blancos. De ahí en adelante, el pueblo ruandés se vería sometido a un cambio drástico que poco a poco lo llevaría al trágico día en que la esencia de un país se desmoronó entre los machetes, la sangre y el horror. 22 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.109. Traducido por Manuela Gómez. 23 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p. 26. Traducido por Manuela Gómez. 33 2.3 Colonización y colonialismo Es necesario entender la expansión de los europeos en el mundo de tal manera que se pueda comprender el concepto de colonización y colonialismo. A finales del siglo XIX algunos países de Europa determinaron construir imperios alrededor del mundo; este fenómeno es conocido como “imperialismo contemporáneo”. “Los países industriales, necesitaban una salida hacia el exterior para dar cauce a sus productos y a los capitales que se habían formado en la Primera Revolución Industrial y, al mismo tiempo, solucionar, gracias a la emigración que ello traería consigo, el problema del excedente de población producido por el extraordinario aumento demográfico del siglo”24. Durante época de la Revolución Industrial se dieron grandes cambios científicos y tecnológicos y por ende, un cambio de mentalidad; nuevas exploraciones las potencias económicas llevaron a conocer nuevos lugares, paisajes, personas y creencias que, posteriormente, fueron cambiadas y reemplazadas por su mentalidad europea. En 1914 el 65% del mundo pertenecía a Europa; era, indiscutiblemente, la hegemonía mundial. El imperialismo es la actitud y doctrina de quienes propugnan o practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política. Ahora bien, “el colonialismo es el instrumento que utiliza el imperialismo para ejercer su dominio sobre amplios territorios en un momento determinado de la historia”. La diferencia entre imperialismo y colonialismo es que el primero no significa un asentamiento total por parte de los administradores, sólo implica el control sobre un determinado país; mientras que el colonialismo no sólo se refiere al poder ejercido, sino a su vez, la instalación permanente de los colonizadores. Se puede decir que la colonización es: “el asentamiento en nuevo país…un cuerpo de personas que se asientan en una nueva localidad, creando una nueva comunidad […]”25. Se puede decir que reemplaza una vieja comunidad. La edad de la colonización va desde el siglo XV hasta el XVIII y el colonialismo desde el siglo XIX hasta el XX. Tanto la colonización como el colonialismo corresponden a dos sistemas 24 25 COLORADO Arturo, Imperialismo y colonialismo, Grupo Anaya, S.A., 1991, Madrid, p. 4. LOOMBA Ania, Colonialism/postcolonialism, Routlegde, Oxon, 1998, p. 7. Traducido por Manuela Gómez. 34 socioculturales basados en la dominación: la aculturación forzada y la enculturación. La primera se refiere a un contacto entre dos universos culturales diversos que crean una transformación y la segunda depende de un contacto interno, es decir, se refiere al proceso por el cual un individuo adquiere los usos, creencias y tradiciones de la sociedad en la que vive. Ahora bien, el sistema de la colonización se basa en: 1. explotación de trabajo forzado y de los recursos de los cuales dispone el lugar, 2. colonización permanente basada en la esclavitud y 3. surgimiento de una nueva sociedad estructurada que se caracteriza por el encuentro y la fusión entre grupos de humanos diferentes. “[…] La colonización actuó gracias al juego de tres fuerzas difíciles de aislar – asociadas históricamente y vividas en forma estrechamente solidaria por quienes las sufren -: la acción económica, la administrativa y la misiona”26. Pero además de esto, “la colonización trabaja para descivilizar al colonizador, para embrutecerlo en el sentido literal de la palabra, par degradarlo, para despertar sus recónditos instintos en pos de la codicia, la violencia, el odio racial, el relativismo moral”27. El nativo era considerado como “el hombre natural” o “el salvaje”, el cual se presumía un ser irracional y considerado “bebé” ya que era necesario educarlo con los valores de una cultura europea; su superioridad técnica era la justificación de su expansión como misión “civilizadora”. Y éste fue el caso de Ruanda. No sólo explotaron los recursos naturales para fines económicos, introdujeron la política como tal, educaron y evangelizaron a quienes fueran escogidos, sino que también dividieron, clasificaron y discriminaron; lo que llevó finalmente a un odio entre los diversos grupos generado por la violenta imposición de los colonizadores. Por otro lado, el colonialismo se consolida a mediados del siglo XIX con el crecimiento del sistema industrial y la extensión de las comunicaciones. La edad del colonialismo no sólo se apoya en una expansión militar, sino que se basa en la necesidad de controlar directamente la explotación de los recursos y las materias primas para las nuevas necesidades de las producciones europeas. “El colonialismo no era únicamente un sistema de explotación, sino un sistema cuyo propósito esencial era el de exportar las ganancias a la “madre patria”28. Eso conlleva a una situación colonial en la cual surge un proceso de contacto y mutación en el que la dominación es impuesta por una minoría extranjera - que aún siendo menos y culturalmente diversos, se impone - y una mayoría autóctona que son materialmente inferiores. 26 BALANDIER Georges, El concepto de “situación colonial”, Editorial José de Pineda Ibarra, Guatemala, 1970, p. 13 CÉSAIRE Aimé, Discurso sobre el colonialismo, Ediciones Akal, Madrid, 2006, p. 15 28 RODNEY Walter, De cómo Europa subdesarrolló a África, Siglo xxi editores, s.a., 1982, p.176 27 35 Como consecuencia, “la sociedad está étnicamente dividida; divisiones fundadas en la historia indígena, pero utilizadas por la potencia colonial y complicadas por lo arbitrario de las “particiones” coloniales o las “divisiones” administrativas”29. De tal manera que, según la etnia a la cual se pertenece, se orientan las relaciones con los colonizadores, y al mismo tiempo la actitud frente a la colonización y la implantación de una nueva cultura. En el caso particular de África y como, efectivamente, sucedió en Ruanda: “El imperio colonial, al implantarse en los diversos territorios africanos, quiso edificar estados-nación coloniales conforme a su visión eurocentrista, en lo que las especificidades culturales africanas habrían de ser paulatinamente sustituidas por las culturas europeas consideradas indispensables, cuando no superiores. En realidad los colonizadores, para evitar que la conciencia anticolonial de los colonizadores se despertara muy pronto, prefirieron mantener cierta distinción entre los grupos socioculturales en el seno de cada territorio ocupado […] El sistema colonial, pues, a pesar de querer imponer su cultura, prefirió mantener separados a los diversos grupos étnicos, a fin de sacar mejor provecho de ellos y controlarlos”30. El problema, además de instalar una nueva cultura y cambiar por completo su estructura socioeconómica es que "el colonialismo nunca está satisfecho con tener a los nativos controlados sino que, por alguna extraña lógica, debe volver al pasado, desfigurar y distorsionarlo”31. Y por ende, exterminan por completo todo aquello que en un principio los unía. 29 BALANDIER Georges, El concepto de “situación colonial”, Editorial José de Pineda Ibarra, Guatemala, 1970, p. 29 DONÁ AGÜERO Celma, África: Inventando el futuro, El colegio de México, 1992, p. 173 31 SHEPHERD Nick, The Politics of Archaeology in Africa, Annual Review of Anthropology, Vol. 31 2002, p. 196. Traducido por Manuela Gómez. 30 36 2.4 Hacia un colonialismo mediático “La comunicación mediática sea, en un sentido fundamental, una reelaboración del carácter simbólico de la vida social, una reorganización de las formas en las que el contenido y la información simbólicas se producen e intercambian en la esfera social, y una reestructuración de las maneras en que los individuos se relacionan unos con otros y consigo mismos”32. Es decir que las formas simbólicas hacen parte de la comunicación mediática ya que ésta última produce, almacena y hace circular elementos que contienen significados particulares para los individuos que hacen parte de una sociedad. Pero, en este caso, lo importante no es detallar y analizar el contexto social de los seres humanos sino las formas simbólicas que se producen dentro de un universo social. Ahora bien, existen unos “campos de interacción”, como lo denomina Thompson, que son escenarios en los que los individuos actúan dentro de una sociedad. Sin embargo, los objetivos que se proponen, las actividades que desarrolla y la posición que un ser pueda llegar a tener depende de los recursos de los cuales disponga. Pero algunas posiciones pueden estar sujetas a unas reglas, órdenes y relaciones de tal manera que se “institucionalizan”. Así que se puede decir que las instituciones reforman los campos ya existentes, generan nuevas posiciones dentro de éste y sistematizan un nuevo orden para los individuos dentro de la sociedad. Por otro lado, las posiciones que los individuos obtienen dentro de una sociedad, están completamente ligadas con el poder, entendiendo éste como: “la capacidad para actuar de acuerdo a la consecución de los propósitos e intereses de cada uno, la capacidad de intervenir en el curso de los acontecimientos y de los resultados. Al ejercer el poder, los individuos emplean los recursos que tienen a su alrededor; los recursos son los medios que les permiten alcanzar sus objetivos e intereses de manera efectiva33”. Pero este poder se puede clasificar de cuatro maneras: poder económico, poder político, poder coercitivo y poder cultural, o bien, poder simbólico. 32 THOMPSON B. John, Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1998, p. 26 33 Ibid., p. 29 37 El poder económico deriva de la producción de materia prima, su comercialización y, finalmente, su consumo. El objetivo es obtener un conjunto de bienes y actividades que integren la riqueza de una colectividad o de un individuo. El poder político tiene como objetivo principal coordinar y regular a los individuos a través de las instituciones mejor conocidas como el Estado, el cual es un sistema de autoridad. Ahora bien, el Estado controla a los individuos de una sociedad a través de unas leyes y reglas que determinan el comportamiento y las acciones de los sujetos mismos y éstas a su vez son manejadas por un sistema judicial. Sin embargo, la autoridad que ejerce un Estado puede llegar a ser utilizada de manera violenta, utilizando la fuerza física para imponer el orden dentro de un grupo social, como puede ser el caso de una colonización. El poder político además, puede difundir elementos simbólicos que respalden y soporten sus planteamientos como autoridad. Por otro lado, la política está íntimamente ligada con las palabras ya que éstas persuaden e influyen a aquellos que estén dispuestos a escucharlas para, finalmente, creerlas. Existe un portavoz quien se dirige a un grupo de sujetos quienes están allí para atender las palabras que salen de aquel vocero que utiliza su poder y su palabra habla como fuerza autoritaria. “Las palabras contribuyen a conformar el mundo social”34. El juego de palabras puede fácilmente cambiar el mundo, es decir, transformarlo. Pero éstas también pueden ser la representación de un pueblo: “Por una parte los grupos, y en particular las clases sociales, son siempre artefactos: productos de la lógica de representación que permiten a un individuo biológico, o a un pequeño número de individuos biológicos, secretario general o comité central, papa u obispo, etc., hablar en nombre de todo el grupo, de hacer hablar y funcionar al grupo « como un solo hombre », convencer – y primero al grupo que representan – que el grupo existe. Grupo hecho hombre, el portavoz encarna una persona ficticia, esta especie de cuerpo místico que es un grupo. Sustrae a los miembros del grupo al estado de simples agregados de individuos separados, permitiéndoles actuar y hablar de una sola voz a través de él. En contraparte, recibe el derecho para actuar y hablar en nombre del grupo, de prenderse por el grupo que encarna (Francia, el pueblo), e identificarse a la función que le da cuerpo y alma, dando como resultado de un cuerpo biológico a un cuerpo constituido”35. Las palabras no sólo persuaden, sino a su vez identifican y “representan” y hacen un pueblo. 34 BORDIEU Pierre, ¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos. Entrevista realizada por Didier Eribon para el diario francés Libération, 19 de octubre de 1982, p. 2 35 Ibid., p. 3 38 El poder coercitivo “sirve” para forzar la voluntad o la conducta de los individuos, utilizando la fuerza física para destruir el oponente incluso a través de las armas. Como resultado, surge una institución llamada poder militar. “Tradicionalmente, el poder militar ha sido utilizado tanto para servir al propósito de la defensa exterior y la conquista, como para pacificar y controlar el interior”36. Además de que el Estado le impone a la sociedad ciertas normas a las cuales los individuos se deben someter, existe un poder militar que no sólo vigila que se cumplan las órdenes, sino que también castiga utilizando la violencia como medio para obtener su fin. El poder simbólico o cultural se refiere a la transmisión y recepción de elementos significativos que hacen parte de la vida social; los individuos están continuamente intercambiando y comunicando formas significativas como forma de expresión dentro de un universo social y esto, a la vez, hace que haya un intercambio de elementos que influyen e intervienen directamente en la manera como actúan los sujetos. Como lo sugiere Thompson, dentro de las instituciones paradigmáticas del poder simbólico están la iglesia, la universidad y los medios de comunicación, de los que me ocuparé con mayor amplitud en este trabajo en relación con los modos de visibilización y construcción del conflicto. Dice Thompson: “Las instituciones religiosas, que se ocupan básicamente de la producción y difusión de formas simbólicas relacionadas con la salvación, los valores espirituales y otras creencias mundanas; instituciones educativas, que se ocupan de la transmisión de los contenidos simbólicos adquiridos (o conocimiento) y la inculcación de habilidades y competencias; y las instituciones mediáticas, que se orientan hacia la producción y difusión generalizada a gran escala de formas simbólicas en el espacio y el tiempo”37. En el caso específico de Ruanda, se pueden evidenciar las diversas formas de poderes que utilizaron los colonizadores para que el sistema social, político y económico de la dinastía ruandés quedara en el pasado; introduciendo así, el concepto de política y religión occidental, una nueva organización territorial y social, y por ende, una nueva forma de pensar y actuar. Un cambio total de su cultura, entendiendo ésta como “[…] una forma integral de vida. Abarca tanto lo que las gentes comen como la ropa que visten, la forma en que caminan y hablan, la manera en que se enfrentan a la 36 THOMPSON B. John, Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1998,Ibid., p. 33 37 Ibid,. P. 35 39 muerte y cómo reciben a los recién nacidos”38. De esta manera, la cultura europea se posicionó y reemplazó aquello que simbolizaba el antiguo pueblo ruandés. A partir del año 1917 la autoridad del mwami fue, lentamente, desvaneciendo. Los belgas le impusieron una orden: el rey ya no tenía en sus manos la vida o la muerte de los individuos pertenecientes al reino ya que, según ellos, hubo varias muertes misteriosas. Luego, en el año 1922 Musinga, el rey, debió aceptar la participación de los administradores en las acciones judiciales y, peor aún, en el nombramiento de los jefes de las provincias. Es decir, el mwami no tenía el poder de nominar a los jefes sin antes haber hecho un acuerdo con los colonizadores. Pocos años después, las figuras tradicionales, anteriormente mencionadas, fueron abolidas; los jefes ya no debían recibir órdenes del mwami sino de los belgas. Además de esto, Musinga ya no tenía poder sobre el ibikingi, es decir el sistema que se basaba en la concesión de la tierra: “[…] Poco a poco, cada persona que tenía 10 o más vacas intentaba apropiarse de un ibikingi. El resultado fue la multiplicación de los ibikingi privados, creado con apoyo implícito de los administradores belgas”39. Así mismo, Musinga debió aceptar un decreto que declaraba la libertad de religión. Esto hizo que todo su poder como jefe supremo, divinidad y representante, no sólo de la realeza, sino también del pueblo ruandés perdiera por completo su valor. Aunque los administradores belgas le habían asegurado al mwami que la religión tradicional sería respetada para quienes aún creían en ella, las prácticas rituales fueron prohibidas ya que eran consideradas de mentalidad primitiva. Por otro lado, los administradores comenzaron a reclutar indígenas para hacer trabajo forzado. De hecho, el ubuhake, o bien el contrato pastoral que en el periodo precolonial se basaba en un intercambio entre dos o más personas, cambió durante ese periodo ya que los belgas exigieron que fuera entre dos personas únicamente. Por lo general este contrato se acordaba entre un Tutsi rico y un Hutu pobre; creando así una forma de esclavitud al servicio de aquellos que habían sido elegidos para gobernar. 38 RODNEY Walter, De cómo Europa subdesarroló a África, Siglo xxi editores, s.a., 1982, p. 45 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p. 29. Traducido por Manuela Gómez. 39 40 En el año 1925 fueron prohibidos todos los rituales que hacían parte del ubwiiru o bien, el código secreto de la dinastía. Musinga aceptó, sin darse cuenta que la realeza, su poder y el equilibrio de una sociedad perdía poco a poco su significado frente al dominio de los nuevos administradores. En 1930 se hizo el “Programa Voisin” – fue nombrado así por el gobernador de ese entonces Voisin – el cual pretendía cambiar la organización territorial; es decir, concentrar todas las funciones de los jefes en un solo poder. De esta manera, son elegidos jefes, en su mayoría Tutsi educados en escuelas belgas, para controlar el territorio. En la edad precolonial eran elegidos tres jefes: jefe de la armada, de la tierra y del ganado, pero de ahora en adelante había sólo uno que cumplía con todas las actividades. A partir de ese momento el territorio fue reorganizado en chefferies y no provincias como lo era en un principio. Sin embargo, en la periferia, donde la mayoría de los jefes eran Hutu hubo un impacto social fuerte y generó una relación conflictiva entre los dos grupos. El trabajo forzado y los cambios en el ubuhake incrementaron las tensiones entre los Hutu y los Tutsi. Además de esto, el ubuletwa, que en un principio era la tasa que debía ser pagada a la realeza y el trabajo de interés público llevado a cabo por grupos de individuos escogidos por sus familiares para cumplir con las labores, ahora era un sistema de trabajo forzado que fue impuesto en lugares en los cuales nunca antes existió. Era un sistema en el cual el jefe de cada provincia se encargaba de todos los individuos que hacían parte del grupo, pero a partir de ese momento los blancos lo consideraron como una obligación individual; es decir, los familiares ya no escogían a una persona sino que todos los miembros, incluyendo mujeres y niños, debían participar en actividades de trabajo forzado. Entre tanto los belgas y los Padres Blancos formaron una clase dirigente, en la que introdujeron la educación como otro mecanismo de poder. De esta manera, en 1919 se construye en Nyanza la primera escuela a la cual sólo los hijos de los jefes, quienes tenían un fuerte vínculo con la corte, tenían derecho a asistir. Allí les enseñaban tanto la lengua europea como la indígena, asuntos políticos, cómo tener buenas relaciones sociales e incluso salían preparados para la guerra. Los jóvenes Tutsi graduados fueron destituyendo los viejos jefes tradicionales y eliminando del poder a los Tutsi antieuropeos; es decir, quienes comandaban a partir de ese momento eran los mismos funcionarios de la administración colonial, creando así una nueva elite. Por otro lado, la cantidad de Hutu que accedían a las escuelas de los misioneros fue creciendo rápidamente, pero los belgas veían la alfabetización como un gran peligro. Si los administradores 41 manifestaran su preocupación y crearan un conflicto al respecto, los misioneros perderían todas sus escuelas y no obtendrían los privilegios otorgados por la administración. Así que, como consecuencia Classe decide hacer un contrato escolástico en el que la Iglesia tendría el poder completo del sistema educativo; esto llevó a que todas las escuelas públicas fueran cerradas y, por ende, los únicos que tenían acceso a la educación eran los Tutsi. Como resultado, los colonizadores, los misioneros y los Tutsi privilegiados – que además estaban condicionados a convertirse a la religión Cristiana- lograron el etnocentrismo de la nueva elite ruandés. La distinción étnica en la inscripción a las escuelas es notaria: Estudiantes Tutsi Estudiantes Hutu 1932 45 9 1945 46 3 1954 63 19 1959 279 143 Fuente: PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p. 33 Para obtener educación superior, los Hutu no tenían otra alternativa que estudiar teología en los seminarios de Kabgayi y Nyikibanda. Pero al graduarse tenían dificultades para encontrar trabajo, esto generó en ellos un sentimiento de frustración y amargura que llevaron consigo hasta los primeros movimientos revolucionarios en 1959. Los administradores belgas querían reformar la realeza; de hecho, el debate era si dejarla o no y fue enviado un comunicado al ministerio de las Colonias pidiendo la abolición completa de la monarquía para instaurar un régimen directo de administración. Sin embargo, el gobierno belga refutó la solicitud y en consecuencia en el año 1931 sustituyeron al mwami Juhi V Musinga por uno más “moderno” llamado Mutara IV Rudahigwa, hijo de Musinga. Además a los belgas nunca les gustó Musinga ya que luchó contra ellos, era necio, no obedecía las órdenes de los administradores y nunca se convirtió a la religión Cristiana. Los colonizadores buscaban una persona que hubiera sido educado en una de sus escuelas y la Iglesia quería un buen cristiano. Quienes lo proclamaron como el nuevo rey fueron el gobernador belga Pierre Ryckmans y el padre León Classe; una ceremonia completamente europea que desconsagró el significado del tambor Karinga y de los abiiru, u los hombres de los secretos de la dinastía quienes sonaban los tambores en el momento de la entronización, haciendo que el nuevo rey fuera llamado mwami w’abazungu, 42 es decir el “rey de los blancos”. Esto a su vez, no sólo hizo que la realeza cada vez fuera más insignificante para el pueblo ruandés sino también ratificó la permanencia de la administración belga y los misioneros de los Padres Blancos. “Las reformas de los belgas de los años 1926-31 que los belgas crearon concebían un Ruanda “moderno”: centralizado, eficiente, neo-tradicionalista y Católico- pero también brutal”40. El trabajo forzado había incrementado de manera notoria, los individuos debían mantener las calles, sembrar árboles y café, construir estructuras, etc. Incluso, si no cumplían su deber eran abusados y golpeados. Pero uno de los problemas principales, además de los ya mencionados, fue la introducción del término etnia y la carta de identidad en la que se constataba de qué etnia era cada individuo. En la edad precolonial existían tres universos sociales: Hutu, Tutsi y Twa, pero no había ningún tipo de discriminación o exclusividad; era una relación basada en un orden económica de supervivencia. Pero con la llegada de los belgas y el respaldo de los Padres Blancos, se creó una elite Tutsi que creían ser “superiores” y diferenciaron los “ricos, inteligentes y bellos” de los “pobres, feos y esclavos”. Según los belgas: “En Ruanda colonial, no había tres grupos étnicos, sólo razas41” y en 1933 “fueron obligados a identificarse legalmente como Hutu o Tutsi […] Por primera vez en la historia del estado de Ruanda, las identidades “Tutsi” y “Hutu” fueron permanentes42” y se convirtió en una identidad de poder. “[…] Las etnias no existen “objetivamente” como entidad fija e inmutable, sino éstas mismas vienen progresivamente interpretadas como “subjetivas” en la consciencia de los actores sociales”43. La etnia es como un mecanismo de identidad; es decir, es un concepto que ha sido inventado por los seres humanos de tal manera que se puedan clasificar y, a su vez distinguir a los individuos según los intereses de la autoridad como puede ser el caso de Ruanda. “Los símbolos son los instrumentos por excelencia de la “integración social”: en cuanto que instrumentos de conocimiento y de comunicación […] hacen posible el consenso sobre el sentido del mundo social, que contribuye fundamentalmente a la reproducción del orden social: la integración “lógica” es la condición de la integración moral […] Las relaciones de comunicación son siempre, inseparablemente, relaciones de poder que dependen, en su forma y contenido, del poder material o 40 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.35. Traducido por Manuela Gómez. 41 MAMDANI Mahmood, When victims become killers. Colonialism, nativism, and the genocide in Rwanda, Princeton University Press, New Jersey, 2002, p. 99. Traducido por Manuela Gómez. 42 Ibid., p. 101 43 AMSELLE Jean-Loup, M’BOKOLO Elikia, L’invenzione dell’etnia, Meltemi editore srl, Roma, 2008, p. 13. Traducido por Manuela Gómez 43 simbólico acumulado por los agentes (o las instituciones) comprometidos en esas relaciones y que, como el don o el potalch, pueden permitir acumular poder simbólico. En cuanto instrumentos estructurados y estructurantes de comunicación y de conocimiento, los “los sistemas simbólicos” cumplen su función de instrumentos o de imposición de legitimación de la dominación que contribuyen a asegurar la dominación de una clase sobre otra (violencia simbólica) aportando el refuerzo de su propia fuerza a las relaciones de fuerza que las fundan, y contribuyendo así, según la expresión de Weber, a la “domesticación de los dominados”44. La clase dominante ejerció su lucha, no sólo a través del poder económico, político y militar, sino también a través de las nuevas formas simbólicas que crearon, transformaron, hicieron creer e hicieron circular para imponer una nueva ideología, un nuevo orden, una nueva comunicación y un nuevo método de convivencia. El poder simbólico no existe como una institución como tal, sino que es el reflejo de aquella fuerza que los dominantes forzaron para re-estructurar e institucionalizar y que ahora autodeterminan a los individuos y mantiene las relaciones de fuerza, estructurada no sólo desde la reconfiguración de lo religioso sino también desde el ecosistema de los medios de comunicación. Así, la comunicación mediática, empleada por los belgas y, en particular por los Padres Blancos, reorganizó una buena parte de las formas simbólicas, reorganizó un territorio, un poder, un lenguaje y una religión; creó, difundió e intercambió elementos significativos que hicieron cambiar una sociedad y sus relaciones sociales. Un universo social quedó en las manos de los “modernos”, dejando a un lado aquello en lo que ellos creían, aquel rey que veían como divinidad y aquel tambor que sonaba a vida. Los Tutsi comandaban con el respaldo de los belgas, pero los Hutu sintieron odio, resentimiento y rechazo. Este mundo moderno que invadió Ruanda, les había quitado su dignidad, sus tierras, su lengua, sus creencias y su cultura que los identificaba como seres humanos dentro de un grupo social que gozaba de sus ritos y canciones, del trabajo y los animales y de la tierra y sus frutos. Claro está, el cambio no dependió tan sólo de los colonizadores, sino también de quienes se beneficiaban de ellos. 44 BORDIEU Pierre, Sobre el poder simbólico, p. 2. 44 III Una guerra anunciada 3.1 Metamorfosis de los flujos. Poder y Contrapoder Luego de la II Guerra Mundial hubo varios cambios. En primer lugar, hubo una ausencia de acción por parte de los colonizadores; y en segundo lugar, debido a la muerte del padre Classe en 1945, llegaron nuevos misionarios a Ruanda. Sin embargo, luego de la Guerra el mundo cambió, incluyendo la Iglesia. Los nuevos misionarios en Ruanda apoyaron el poder naciente de los Hutu, pero no propiamente para garantizarles una mejor posición en la sociedad, sino porque el poder Tutsi estaba tomando el control incluso de la Institución religiosa. Hasta ese entonces lo que había hecho la Iglesia, los belgas y los Tutsi era instaurar prácticas, pensamientos y una cultura de manera pasiva, de manera oculta evidenciando lo que Bourdieu ha llamado el “poder de constituir el dato a través del enunciado, de hacer ver y creer, de confirmar o transformar la visión del mundo y, mediante eso, la acción sobre el mundo”45, en otras palabras, reorganizar las prácticas, costumbres y modos de vida que sostienen a las diversas comunidades. No obstante, el apoyo de los Padres Blancos no sólo les brindó la posibilidad de tener más acceso a la educación, sino que a su vez, cayeron en la cuenta de que aquellas prácticas que creían y ejercían los Hutu como su realidad, como reafirmación de su posición dentro de su sociedad para dar sentido al mundo, no necesariamente eran las únicas; ellos también tenían un poder: los Hutu tomaron consciencia y unieron sus fuerzas para protestar en contra de los dominantes. Ésta es la génesis del Hutu Power46. La revolución de 1959 fue el resultado de éste nuevo choque de poderes ideológicos, que básicamente constituye “una conmoción simultánea de la conciencia y de la institución; lo que supone que se ataca a las relaciones de poder allí donde son el instrumento, la armazón, la 45 LITERAS Luciano, Poder simbólico y realidad social, Revista crítica de ciencias social y jurídicas, Nomadas 10, p.2 Contrapoder creado a partir de las acciones discriminantes de los dominantes (Tutsi) sobre los dominados (Hutu). Nace como símbolo ideológico de la represión, de la revolución y de la lucha por sus creencias. 46 45 armadura"47, un modo de reordenamiento a todos los niveles del entramado social. Desde ese entonces, la sangre no dejaría de correr por las colinas de Ruanda. Como consecuencia de esta revolución, se crearon varios partidos políticos en los que cada uno exponía su percepción estructurada para dar sentido a aquello que pensaban como verdadero: "el poder de construir la realidad, estableciendo un orden que lo haga comprensible, dando sentido al mundo, descansa en el poder simbólico como fuerza estructuradora y a su vez estructurada, de la percepción"48. Pero para respaldar y complementar los poderes que estaban en juego, surgió un medio que sería de suma importancia para el desarrollo y la visibilización de los violentos actos que tuvieron lugar de allí en adelante en Ruanda: la radio. Un medio como la radio, permite que los referentes compartidos se esparzan “más allá de las formas compartidas de la vida cotidiana49” y permite ampliar la circulación de las ideas y los refrenetes compartidos en un ámbito que va mucho más allá de lo que Thompson llama la interacción cara-a-cara; esto, a su vez, implica "la creación de nuevas formas de acción e interacción en la sociedad, nuevos tipos de relaciones sociales y nuevas maneras de relacionarse con los otros y con uno mismo"50 que, en el marco de un conflicto social y político como el que tenía lugar en Ruanda, resultaban fundamentales para comprender los nuevos tipos de tejido social que se originaban desde el conflicto y que se ahcían visibles desde los medios masivos, en este caso, la radio. Con la victoria de uno de los partidos políticos Hutu, miles de Tutsi se vieron forzados a huir del país y buscar asilo en países vecinos. Hasta que, el 6 de abril de 1994, armados y dotados, los Tutsi volvieron a Ruanda para nunca más volverse a ir. En 1946 las Naciones Unidas le concedió a Bélgica la tutela de Ruanda-Urundi con la condición de mantener la paz, sus valores y su progreso social. De esta manera, el gobierno belga decide reorganizar la administración y el 14 de julio de 1952 se constituye un decreto en el cual se establece un consejo electoral en cada uno de los sectores administrativos (sub-chefferie, chefferies, provincias, estado) pero no era una elección como tal, sino un nombramiento por parte de los jefes alternos y los jefes directos. Aún así, los Hutu nombrados eran explotados por los Tutsi que tenían casi todo el poder en sus manos. Ahora bien, en 1956 por primera vez en la historia de Ruanda se organizó un consenso popular en el que sólo los hombres podían participar. El resultado sin lugar a dudas, fue la victoria de los Tutsi 47 MORENO César Hugo, Bourdieu, Foucault y el poder, Ibero Forum, Otoño No. II, año I, 2006, p.6. LITERAS Luciano, Poder simbólico y realidad social, p. 1 49 THOMPSON B. John, Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1998, p.17 50 Ibid., p.17 48 46 quienes ya ocupaban la mayoría de los trabajos administrativos. Sin embargo, esto creó una tensión que venía creciendo entre los Tutsi y los Hutu ya que una vez más, los Hutu fueron excluidos de las funciones públicas. Los cambios sociales, políticos y económicos eran evidentes e irreversibles, los Tutsi eran la nueva clase dirigente y en consecuencia, se creó un grupo opositor conformado por individuos Hutu. Pero, en este caso, el poder que mantenían los Tutsi no era una fuerza directa; es decir, construyeron creencias y moldearon subjetividades reordenando las instituciones sociales paradigmáticas y, consecuentemente, los modos de vida. Con todo, .no hubo un choque inmediato entre los dos grupos, sino que el cambio fue pasivo. Las tensiones que se dan a lo largo del entramado social, se dan de un modo tal que “oculta” la realidad de las relaciones de fuerza y la forma en que éstas se dan. Permite que los “poderosos” mantengan ese poder y los “despoderosos” no aspiren a obtener poder […]”51. De este modo, la Iglesia lentamente fue introducida como Institución – la religión occidental-, al igual que la educación - la lengua- y el Estado como tal – la política y la economía- y, sin darse cuenta, aquello que pensaban y aquello en lo que creían ya no existía. O quizás si existía, pero las fuerzas del poder cegaban a los dominados - y a los dominantes mismos – del mundo que se había introducido de manera silenciosa. Luego de la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia reconsideró su posición frente a los dos grupos. Uno de los factores principales era el control de ésta misma; es decir, debido a que los Tutsi cada vez tenían más poder, los blancos poco a poco fueron perdiendo su autoridad. Para el año 1951 había equidad en el número de pastores blancos y negros. Sin embargo, después de los años treinta, la Iglesia también se enfrentaba a nuevos cambios políticos y sociales. Los primeros misioneros como monseñor Classe y monseñor Hirth, eran hombres de un alto nivel socio-económico y de ideales conservadores. Luego de la II guerra mundial, los misioneros que fueron enviados a reemplazar a aquellos que ya se encontraban en el territorio ruandés, eran de condiciones distintas; es decir, provenían de familias humildes con un nivel socio-económico medio-bajo. Los recién llegados no apoyaban la aristocracia Tutsi, pero sí en cambio se relacionaban y se identificaban con los Hutu reprimidos. 51 MORENO César Hugo, Bourdieu, Foucault y el poder, Ibero Forum, Otoño No. II, año I, 2006, p.8-9. 47 “La combinación de los cambios en el clérigo de los blancos, la lucha por el control de la Iglesia en Ruanda y el desafío creciente del orden colonial por la elite Tutsi, llevó a un lento y trascendental cambio en las actitudes de la Iglesia que pasó de apoyar a la elite Tutsi a ayudar a que los Hutu subordinados lograran una posición más alta dentro de la sociedad”52. Pero no tuvieron en cuenta que era demasiado tarde para cambiar lo que ya había sido reestructurado. El grupo opositor que se había formado a raíz del conflicto social tomó conciencia de su fuerza y lentamente se fue consolidando, buscando el apoyo de los misioneros que para ese entonces habían decidido respaldar a los dominados. Uno de los elementos principales utilizados por los Hutu para concientizar al pueblo ruandés del problema social por el cual estaban atravesando, fue la revista católica Kinyamateka que, en un principio trataba temas como la educación religiosa, los eventos programados del mes e información agrícola y científica; pero a partir de ese momento, los primeros artículos trataban cuestiones sociales y agrícolas, y en un segundo plano aquello relacionado con cuestiones religiosas. Desde el año 1954, la revista fue administrada por el dirigente Hutu Grégoire Kayibanda53 quien fue uno de los personajes principales en la Revolución de 1959. Para ese entonces se convirtió en la publicación más leída, con una circulación de más de 25.000 copias. El grupo opositor pretendía dar a conocer y divulgar los problemas Hutu a raíz de la colonización, haciendo un análisis de la sociedad y creando una nueva ideología diversa de aquella que sostenía la elite Tutsi. A mediados de los años cincuenta se posicionó el pastor André Perraudin54 como obispo de Kabyagi quien no favorecía a los Tutsi, pero sí en cambio a los Hutu. De esta manera, los Hutu comenzaron a disfrutar de los privilegios que la Iglesia ahora les otorgaba. Luego de que Kayibanda fuera nombrado secretario personal de Perraudin decidió asociarse a una cooperativa llamada TRAFIPRO (Trabajo, fidelidad y progreso) que fue fundada en 1956 gracias a 52 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.44. Traducido por Manuela Gómez. 53 Nació en 1924 y culminó sus estudios en los seminarios de Nyakibanda, que es reconocida como la primera institución que promovía el movimiento contra la clase dirigente. Del 1948 al 1952 fue profesor en una escuela de artesanía y luego fue nombrado secretario de la Asociación de Amistad belga-congolesa y jefe editorial de la revista católica L´Ami (1952-1956). En 1956 se creó la corporación agrícola TRAFIPRO (Trabajo, fidelidad y progreso) y fue nombrado director de ésta misma. 54 Nació en Suiza y fue profesor de Filosofía y rector de un seminario en Friburgo, Alemania durante la segunda guerra mundial. Antes de llegar a Ruanda, fue enviado como misionero a la selva en Burundi. Fue obispo de Kabyagi, Ruanda desde 1956 hasta 1989. 48 un terreno donado por la Iglesia para el procesamiento del sorgo, la sal, los frijoles, el café y el azúcar. Esta cooperativa, entre otras, era de gran ayuda ya que era una fuente económica para aquellos que no hacían parte de la elite Tutsi. En marzo de 1957 se redactó un documento por un grupo de nueve intelectuales Hutu, incluyendo Grégoire Kayibanda, llamado Notes on the social aspect of the racial native problem in Rwanda55, mejor conocido como el “Manifiesto de los Bahutu” el cual ponía en evidencia la autoridad de los Tutsi, acusados de ser la causa del problema en Ruanda: “El problema es básicamente el monopolio político de una raza, los Mututsi. En las circunstancias presentes, este monopolio político se convierte en un monopolio económico y social. […] Y dada la selección de facto en las escuelas, el monopolio político, económico y social se convierten en un monopolio cultural que condena a los Bahutu condenados a ser siempre trabajadores subordinados […]56 También fue requerida la abolición del trabajo forzado, el derecho al estudio y a las becas otorgadas al igual que la posibilidad de participar en las funciones públicas; la libre expresión, la colaboración de los administradores belgas y, más importante aún, de no considerar a la raza Tutsi superior a los Hutu, entre otros dieciséis requerimientos que fueron redactados en el Manifiesto. Éste último pone en evidencia el uso de los términos utilizados por los primeros misionarios y los colonizadores etnia y raza lo que indica una mentalidad europea y asegura la distinción y la creencia de ellos mismos de su inferioridad frente al poder de los superiores. Esto generó no un rencor hacia los colonizadores o misionarios, sino a la raza superior: los Tutsi, ya que fueron ellos quienes utilizaron esta terminología para asumir su posición de dirigentes, aún siendo una clasificación impuesta por los administradores y los evangelizadores. Hubo diversas reacciones por parte de los Tutsi hacia la publicación. En primer lugar, los conservadores con el mwami y los individuos cercanos a la corte vieron la amenaza y el peligro que podía traer el Manifiesto. En respuesta divulgaron mitos de sus orígenes en los que evidenciaban la superioridad Tutsi para justificar su autoridad. Por otro lado, los jóvenes évolués57 Tutsi estaban de 55 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.45. Traducido por Manuela Gómez. 56 57 Ibid., p. 45 Aquellos Tutsi de escasos recursos económicos. 49 acuerdo con las ideas progresistas de los Hutu y pensaban que quizás, a través de esta publicación, no sólo podían reformar el país, sino también liberarse de la administración belga. Inevitablemente, las tensiones sociales incrementaron ya que los Hutu, siendo un grupo mayoritario y ahora respaldados por la Iglesia, comenzaban a organizarse para enfrentar a la clase dirigente. Los Tutsi, siendo el grupo dominante apoyados por los administradores belgas, intentaban mantener su poder, pero la riqueza pertenecía tan sólo a una minoría. 50 3.2. Ésta es la voz de aquellos que no volverán a ser esclavos: Revolución de 1959 Los dominados cumplen con las prácticas que autodeterminan y afirman su posición en la sociedad porque esto es lo que conocen y creen como “verdad” ya que es lo que, a través de la religión o de los medios de comunicación, se ha transmitido, como una especie de flujo de símbolos que organiza y sienta las bases de la vida misma de una comunidad: . Ahora bien, en el momento en que esta “verdad” comience a definirse como una no-verdad; es decir, que las prácticas que conocían como verdad ya no son cumplidas o ejercidas, se desvincula del flujo de las relaciones de fuerza y surge un quiebre en lo que la sociedad concebía como verdadero. Así que cuando las prácticas que ejercen los dominados no sean ésa mismas que las relaciones de fuerza difundieron en un principio y entiendan que aquello que conocían como verdad puede cambiar, se crea un contrapoder, que a su vez, puede generar un nuevo modo de poder discursivo, nuevos flujos y nuevos regimenes de verdad. Fue precisamente cuando los Hutu entendieron que esa verdad que había sido impuesta por los administradores belgas y los Tutsi, no era la verdad absoluta, es decir, que no era ésta la única forma de actuar y pensar, contraatacaron con un nuevos modos de poder: aquél del Hutu Power que se convertía en el nuevo modo en el que se organizaba el régimen de verdad. Poco tiempo después de la publicación del Manifiesto nacieron algunos movimientos sociales que, posteriormente, fueron transformados en partidos políticos. Algunos de ellos fueron: el partido extremista MDR-PARMEHUTU (Rwandese Democratic Movement/ Party of the Movement and of Hutu Emancipation) que fue creado en octubre de 1959 con la idea de ser “Hutu” y “democrático”. Pero éste no nació como un movimiento antimonárquico, sino que planteó la posibilidad de crear una constitución monárquica, pero “insistía en una democratización genuina de todas las instituciones existentes antes de que les fuera otorgada la independencia”58. Asimismo, en octubre de 1959, Grégoire Kayibanda fundó el Movimiento social Muhutu o MSM que poco tiempo después se unió con el MDR-PARMEHUTU, creando así un solo partido. 58 MAMDANI Mahmood, When victims become killers. Colonialism, nativism, and the genocide in Rwanda, Princeton University Press, New Jersey, 2002, p. 121. Traducido por Manuela Gómez. 51 Un grupo Tutsi creó un partido llamado UNAR (Rwandese National Union) que fue fundado en agosto de 1959. Era un partido de monarcas y tradicionalistas y lo que pretendía era restaurar las costumbres antiguas e independizarse de la administración belga. Esta es una de sus declaraciones: “¡Ruandeses! “¡Hijos de Ruanda!” […] ¡Unamos nuestras fuerzas! No dejen que la sangre de Ruanda se derrame en vano. No hay Tutsi, Hutu, Twa. ¡Somos todos hermanos! ¡Somos todos descendientes de Kinyarwanda!”59. En noviembre de 1957 fue creado el partido APROSOMA (Association for the Social Promotion of the Masses), cuyo dirigente era Joseph Gitera. Era un partido populista, de la masa, que no pertenecía tan solo a los Hutu; se dirigía a los pobres, a los Hutu y a aquellos Tutsi que apoyaban las ideologías reformistas de los Hutu. Sin embargo, ya que los más pobres eran por lo general, Hutu terminó siendo un partido dedicado únicamente a éstos. El partido Tutsi RADER (Rwandese Democratic Union) 60 nació el 14 de septiembre de 1959. Su planteamiento era similar a aquel del UNAR, pero no querían desprenderse de la administración belga. El partido estuvo presente en varias elecciones, pero no tuvo la acogida que otros partido tuvieron. En un principio los líderes Hutu estaban dispuestos a cooperar y a trabajar con los Tutsi; sin embargo, poco tiempo después en un discurso hecho en septiembre de 1959, Kayibanda pronunció las siguientes palabras: “Nuestro movimiento se refiere al grupo Hutu humillado y despreciado por los Tutsi […]. Nosotros tenemos el deber de educar a la masa, estamos aquí para restituir el país a sus propietarios legítimos. Éste es el país de los Bahutu […]61. Los dos partidos Hutu operaban desde posiciones geográficas distintas. El PARMEHUTU estaba ubicado en dos lugares: norte y centro. Por otro lado, el APROSOMA estaba ubicado en el centro sur y sur occidente del país. Pero aquello que los diferenciaba era el enemigo. Es decir, mientras que los PARMEHUTU declaraban que “no sabían aún si la campaña iba a ser dirigida a todos los Tutsi 59 60 Ibid., p. 120 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.48. Traducido por Manuela Gómez. 61 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.135. Traducido por Manuela Gómez. 52 sin distinción alguna, contra la alta aristocracia o contra aquellos que abusaron” […]62, de igual manera la campaña era dirigida en contra de los Tutsi; el APROSOMA por otro lado, “sostenía era un nacionalismo popular ruandés y la posibilidad de trascender Hutu y Tutsi como identidades políticas construidas en la edad colonial”63. La creación de partidos políticos tanto Hutu como Tutsi muestra claramente que, "Las diferentes clases y fracciones de clase están comprometidas en una lucha propiamente simbólica para imponer la definición del mundo social más conforme a sus intereses, el campo de las tomas de posición ideológicas que reproduce, bajo una forma transfigurada, el campo de las posiciones sociales. Pueden plantear esta lucha ya sea directamente, en los conflictos simbólicos de la vida cotidiana, ya sea por procuración, a través de la lucha que libran los especialistas de la producción simbólica (productores de tiempo completo) y tienen por apuesta el monopolio de la violencia simbólica legítima (cf. Weber), es decir, del poder de imponer (ciertamente de inculcar) instrumentos de conocimiento y de expresión (taxonomías) arbitrarias (pero ignoradas como tales) de la realidad social. El campo de producción simbólica es un microcosmos de la lucha simbólica entre las clases: sirviendo a sus propios intereses en la lucha interna en el campo de producción (y en esta medida solamente), los productores sirven a los intereses de los grupos exteriores al campo de producción"64. La lucha de ideologías del poder y el contrapoder fue la respuesta al conflicto de diversos modelos políticos y sociales acordes con sus intereses y según como cada uno pensaba la realidad social, dividiendo y separando aún más la sociedad en dos o varios grupos. El 25 de julio de año 1959, misteriosamente el mwami Mutara Rudahigwa murió. El nuevo rey tenía veinticuatro años y se llamaba Jean-Baptiste Ndahindurwa65, quien era hijo del mwami exiliado Musinga, y fue nombrado Kigeri V Ndahindurwa. Debido a que la situación de violencia y rivalidad se había agudizado, la entronización del nuevo rey fue llevada a cabo sin el consentimiento de los belgas. De hecho, los colonizadores no sabían cómo controlar la situación; había llegado muy lejos y ya no había vuelta atrás. Mientras que las rivalidades entre los partidos políticos aumentaban, el primero de noviembre de 1959, el subjefe Hutu del partido PARMEHUTU, Dominique Mbonyumutwa, fue brutalmente 62 MAMDANI Mahmood, When victims become killers. Colonialism, nativism, and the genocide in Rwanda, Princeton University Press, New Jersey, 2002, p. 122. Traducido por Manuela Gómez. 63 Ibid., p.123. 64 BOURDIEU Pierre, Sobre el poder simbólico, p.3 65 Fue rey tan solo desde 1959 hasta 1961 ya que fue exiliado en Uganda y Kenya. 53 atacado por jóvenes pertenecientes al partido Tutsi UNAR. De allí en adelante varios jefes y subjefes Tutsi fueron asesinados o expulsados y algunas de las casas de éstos fueron incendiadas, independientemente de sus recursos económicos, lo único que prevalecía era su identidad Tutsi. La sublevación del poder Hutu y el poder dominante de los Tutsi esta vez se enfrentaron cara-a-cara para defender cada uno sus fuerzas: “las relaciones de fuerza que están ocultas por otras relaciones de fuerza donde lo que entra en combate son otros pertrechos, otras armas, donde el campo de batalla no requiere escenas sanguinolentas, pero sí la guerra”66. Luchas continuas con armas tradicionales como lanzas, palos y machetes llevaron a lo que se conocería como la revolución de 1959. Como consecuencia de los continuos ataques contra los Tutsi, el 6 de noviembre de ese mismo año, el mwami y los integrantes del grupo UNAR se unieron para atacar a los comandantes de los partidos Hutu, en especial el APROSOMA, quienes eran considerados los más peligrosos, sobretodo el líder Hutu Joseph Gitera67 quien había redactado un texto en el cual pedía la abolición del tambor Karinga. Para el 14 de noviembre de 1959, alrededor de 300 personas habían sido asesinadas y 1,231 (919 Tutsi y 312 Hutu) habían sido arrestadas por las fuerzas militares belgas68. El gobierno belga declaró un estado de emergencia y nombró en pleno conflicto al coronel Guy Logiest como comandante. Éste comenzó a reemplazar a los jefes Tutsi por Hutu; más de 300 jefes y subjefes Tutsi que habían sido asesinados, expulsados o aquellos que huyeron del país, fueron sustituidos por líderes Hutu. El coronel Logiest estuvo tres años en Ruanda y desde el principio su determinación fue clara: “Algunos de mis asistentes pensaban que estaba equivocado al ser tan parcial contra los Tutsi y que estaba llevando a Ruanda a una democratización cuyo final era distante e incierto… No, el tiempo era crucial para Ruanda. La gente necesitaba ayuda y protección. Mi rol fue esencial y fue importante haberlo podido ejercer hasta el veredicto final que resultaría de las elecciones comunales. Hoy, veinticinco años después, me pregunto qué fue lo que me hizo actuar con tal resolución. Era, sin lugar 66 MORENO César Hugo, Bourdieu, Foucault y el poder, Ibero Forum, Otoño No. II, año I, 2006, p.2 Gitera era un populista, cristiano y dirigente del partido APROSOMA. 67 68 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.49. Traducido por Manuela Gómez. 54 a dudas, la voluntad de devolverle a la gente su dignidad. Y era probablemente el deseo […] de exponer la duplicidad de una aristocracia, básicamente, opresiva e injusta”69. Bélgica estaba perdiendo el control sobre la situación. Para ese entonces había cerca de 130,000 Tutsi desplazados y la violencia era una amenaza constante; así que el gobierno belga decide promover unas elecciones municipales. Aunque el partido político PARMEHUTU era un conjunto de varios movimientos pequeños y Kayibanda no era un líder fuerte, en las elecciones que se llevaron a cabo entre el 26 de junio y el 30 de julio de 1960, el partido que obtuvo la victoria fue éste mismo con el 70% de los votos. Los nuevos administradores se llamaban burgomaestres70 y comandaban 229 communes; de estos 229 sólo 19 eran Tutsi y 160 eran PARMEHUTU. El coronel Logiest declaró que la “guerra había terminado”, sin embargo, entre los días 14 y 15 de octubre, luego de una disputa entre un policía y un Tutsi, trece Tutsi fueron asesinados, lo que generó un aumento de desplazamientos. “Los nuevos burgomaestres comenzaron a implementar el viejo hábito de un sistema “feudal” y estaban creando su propio clientelismo Hutu con el modelo utilizado por los Tutsi, muchas veces igual de opresivo a aquel de sus predecesores”71. Las continuas protestas por parte de los Tutsi desplazados llevaron a que la Asamblea de las Naciones Unidas le exigiera a la administración belga organizar una especie de reconciliación nacional, sin embargo, esto llevó a un golpe de estado por parte de los colonizadores y, finalmente, el 28 de enero de 1961, Grégoire Kayibanda, declaró la República. El 25 de septiembre de éste mismo año se llevaron a cabo las elecciones legislativas. El partido político PARMEHUTU volvió a ganar con un 78% de votos, el grupo Tutsi UNAR recibió sólo 17% de votos; era evidente que el grupo Hutu estaba imponiéndose como nueva autoridad. Una vez más Grégoire Kayibanda era el presidente electo. 69 Ibid., p. 49. Se dice burgomaster en inglés y eran aquellos elegidos alcaldes o jefes magistrales en algunos pueblos del norte de Europa. 70 71 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.52. Traducido por Manuela Gómez. 55 Un informe realizado por las Naciones Unidas declara que: “El desarrollo de los últimos 18 meses han llevado a una dictadura racial de una parte… Es muy probable que algún día seamos testigos de una reacción violenta por parte de los Tutsi”72. Pero esto ya se podía presenciar. Los Tutsi exiliados en Uganda y Burundi, llamados por los Hutu los Inyenzi o cucarachas, ya habían comenzado a atacar. Al intentar volver al país, quince mil Tutsi perdieron la vida. Para el año 1964, 336,000 Tutsi habían huido a países vecinos: Burundi 200,000 Uganda 78,000 Tanzania 36,000 Zaire 22,000 Fuente: PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p. 62 Los Hutu habían tomado consciencia de su poder y cambiaron aquellas creencias, ideologías y políticas para crear unas nuevas que defendieran sus causas. “El cambio social, […] no es probable mediante la movilidad social individual. Es preciso modificar el estatuto de las instituciones. Destruirlas para constituir otras, diferentes, imponer nuevos arbitrarios”73. Aún después de los episodios violentos, los atentados sangrientos y el desplazamiento forzado de los Tutsi que se llevaron a cabo, el 1 de julio de 1962, Ruanda declaró su independencia. 72 73 Ibid., p.53 MORENO César Hugo, Bourdieu, Foucault y el poder, Ibero Forum, Otoño No. II, año I, 2006, p.5 56 3.3 De lo que fue una tierra ensangrentada Para ese entonces el país “se había transformado en una isla […] Sus habitantes, confinados, padecían impotentes el debilitamiento del país. Y hay más, había sido instaurado todo tipo de censura: la que ponía en marcha el catolicismo triunfante, aquella impuesta por un poder que, temeroso de un resurgimiento popular con tendencia comunista, se mostraba policivo y que, por temor de la marca tutsi había prohibido las ceremonias tradicionales […] así, a las privaciones materiales sufridas 74 se sumaba una parálisis total de pensamiento” . Estudiantes, profesores y universitarios Tutsi eran constantemente amenazados e insultados, dejándoles sólo una alternativa: escapar. La república que había creado Kayibanda “no sólo declaraba representar a la mayoría; y ser la república, o sea la nación Hutu”75. “[…] Cuando el líder da una orden, debe ser obedecido, no porque sus ordenes caigan sobre una esfera sobre la cual tiene autoridad, pero simplemente porque el es el líder”76. El presidente tenía la responsabilidad de todos los nombramientos de la administración; luego del año 1964, todos los Tutsi fueron removidos del escenario político, sólo podían participar en escuelas, Iglesias y algunos cargos gubernamentales. Fueron creados unos comités de vigilancia y entre los años 1972 y 1973 las escuelas, las Universidades, la administración pública e incluso las organizaciones privadas fueron examinadas para asegurar que la cuota étnica77 estuviera siendo cumplida. Lo que pretendían era “limpiar” el país de cucarachas, como denominaban a los Tutsi, de tal manera que el país volviera a quienes les pertenecía. Sin embargo el gobierno de Kayibanda estaba perdiendo su fuerza, no sabía manejar las tensiones socioeconómicas que estaba sufriendo el país, el conflicto ya se había convertido en una guerra sin fin y sabía que debía cambiar de autoridad. 74 AMSELLE Jean-Loup, M’BOKOLO Elikia, L’invenzione dell’etnia, Meltemi editore srl, Roma, 2008, p. 210. Traducido por Manuela Gómez 75 MAMDANI Mahmood, When victims become killers. Colonialism, nativism, and the genocide in Rwanda, Princeton University Press, New Jersey, 2002, p. 134. Traducido por Manuela Gómez. 76 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.57. Traducido por Manuela Gómez. 77 Luego de la independencia se creó una política llamada la cuota étnica. Había oficialmente un 9% de sujetos Tutsi en Ruanda, así que debía haber tan sólo un 9% en las escuelas, en la administración pública; es decir, sólo el 9% de los Tutsi podían tener el derecho a trabajar en cualquier campo. 57 El 5 de julio de 1973, el mayor general Juvénal Habyarimana quien era comandante de la Guardia Nacional, por medio de un golpe de Estado se apoderó de la presidencia. Luego de doce años de liderazgo, el gobierno de Grégoire Kayibanda había llegado a su fin. Cuando Habyarimana asumió la presidencia “hubo un gran alivio, incluso para los Tutsi ya que el nuevo gobierno inmediatamente lesgarantizaaba su seguridad”78. Aunque algunas restricciones declaradas en el gobierno de Kayibanda en contra de los Tutsi fueron mantenidas, con el nuevo mandato, tenían otras posibilidades. Las escuelas, las universidades y los cargos de administración pública aceptaban a un poco más del 9% de los Tutsi que tenían derecho a asistir, de acuerdo con las normas del gobierno anterior; aunque preferían trabajar en el sector privado ya que, por lo general, había una cierta discriminación en el sector público. Por otro lado, la Iglesia, aún siendo dominada por los Hutu, no hacía distinción entre los dos grupos y mantuvo una posición neutral frente al conflicto. Sin lugar a dudas, la situación con el gobierno de Habyarimana había mejorado. Los Tutsi tenían más posibilidades de trabajar y acumular capital; sin embargo, el gobierno declaró el siguiente mensaje: “no se metan con la política, ésta es un dominio de los Hutu”79. En 1974, el presidente creó su propio partido llamado el Mouvement Révolutionnaire National pour le Développement (MRND) y a la vez declaró: “Yo sé que la mayoría de personas están a favor de un multipartidismo, pero por lo que me concierne, no he tenido ninguna duda en escoger un solo sistema de partido”80. Era un partido totalitario, todos debían pertenecer a él, incluso ancianos y bebés. A pesar de todo esto, se había logrado un periodo de paz frente a los tiempos violentos que había estado atravesando el país. Pero las tensiones, el rencor y la venganza se habían apoderado ya de la mente de los ruandeses y no había forma de remediarlo. A finales de los años ochenta, luego de casi 20 años de gobierno, el poder de Habyarimana poco a poco se debilitó. Aunque anteriormente tenía una popularidad de casi el 90% había perdido gran parte de su admiración. Poco tiempo después, ésta fue una de las declaraciones hecha por un Hutu y un Tutsi en una reunión con los exiliados. 78 Ibid., p.61 Ibid., p.76 80 Ibid., p.76 79 58 “El sistema político ruandés está a punto de colapsar y cualquier empujón desde afuera completaría el proceso”81. Luego de esta manifestación, a finales de los años noventa, la segunda generación de exiliados Tutsi, incluyendo hijo de éstos, conformó un grupo llamado el Frente Patriótico Ruandés, mejor conocido por sus ciclas FPR y organizó una ofensiva en el territorio ruandés. Luego del primer ataque, el presidente Habyarimana reunió todos aquellos Tutsi y Hutu que no respaldaban su régimen. Fueron encerrados, torturados y muchos murieron. Dos semanas después, el gobierno organizó una masacre que terminó con la vida de cientos de Tutsi; durante los próximos tres años, se organizaron 15 masacres de este estilo antes del genocidio de 1994. 81 Ibid., p.90 59 3.4 La radiodifusión Los medios de comunicación sin lugar a dudas han tenido un impacto social que ha aportado a un desarrollo de ideas, nuevas formas de comunicar y un flujo de información variable. Pero sobretodo “el uso de los medios de comunicación implica, como se insinuaba ya líneas arriba, la creación de nuevas formas de acción e interacción en la sociedad, nuevos tipos de relaciones sociales y nuevas maneras de relacionarse con los otros y con uno mismo”82. Cuando los seres humanos utilizan los medios de comunicación surge un modo de interacción diverso, no es una interacción cara-a-cara. Entiéndase la comunicación como “un tipo diferenciado de actividad social que implica la producción, transmisión y recepción de formas simbólicas”83. Ahora bien, los medios de comunicación producen y transmiten formas simbólicas a través de los medios técnicos que permiten fijar y almacenar la información; es decir, el emisor utiliza elementos materiales con los que fija y transmite formas simbólicas a un receptor. Por otro lado, los medios técnicos no sólo difunden, sino que también permiten una reproducción de la información o las formas simbólicas; así que un mensaje puede ser repetido cuantas veces se desee de tal manera que el receptor almacene esta información y de alguna manera cambia su forma de pensar y de actuar. Si los seres humanos están constantemente expuestos a mensajes emitidos por los medios técnicos de información que transmiten formas simbólicas, eventualmente lo acoplan como parte de sí mismos, como seres dentro de una sociedad que está construida de una manera y que exige un determinado comportamiento y pensamiento. En Ruanda, los medios de comunicación, y en particular la radio, tuvieron este efecto. La radio ha siempre sido una herramienta variable y supremamente poderosa, un medio de visibilización clave y “ha sido utilizada para implantar la guerra, pero también para coordinar actividades de socorro posteriores al desastre”84. Pero además de esto, es un medio de comunicación que sólo tiene una vía, es decir: “Los intercambios comunicativos en las interacciones cara-a-cara son fundamentalmente dialógicos. En la mayoría de las formas de comunicación de masas, por contra, el flujo de comunicación resulta 82 THOMPSON John B., Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1998, p.17 83 Ibid., p.36 84 METZL Frederic Jamie, Rwandan genocide and the International law of radio jamming, The American journal of International Law, Vol.91, No. 4 (octubre 1997), American Society of International Law, p.629 60 abrumador en una sola dirección. Los mensajes son producidos por un grupo de individuos y trasmitidos a otros que están por lo general situados en emplazamientos espacial y temporalmente alejados del contexto de creación original. De ahí que los receptores de los mensajes mediáticos no actúen como participantes en un proceso recíproco de intercambio comunicativo sino más bien como participantes dentro de un proceso simbólico de transmisión estructurada.”85. Uno de los objetivos de la radio como medio de comunicación es la libre expresión, pero también en muchos casos ha servido como medio para fomentar la propaganda política. La información transmitida a través de la radio es un proceso en el que los receptores reciben el mensaje, lo decodifican y dan sentido, pero no tienen la posibilidad de intervenir directamente. Por este motivo es que la radio ha servido como elemento en la difusión de ideologías políticas ya que los individuos que están expuestos a este medio de comunicación pueden ser persuadidos o se identifican con la información que es difundida. De este modo, al decodificar los contenidos mediáticos, “los individuos las incorporan dentro de su propia comprensión de sí mismos y a los otros, como base para reflexión sobre sí mismos, sobre los otros y sobre el mundo al cual pertenecen […] Al arraigar un mensaje e incorporarlo rutinariamente a nuestras vidas, nos implicamos en la construcción del sentido del yo, de quiénes somos y dónde estamos en el espacio y el tiempo […] Estamos modificando activamente un yo a través de los mensajes y el significado facilitado por los productos mediáticos (entre otras cosas)”86. En el caso particular de Ruanda, no sólo era un medio para expresarse libremente, sino un elemento político fundamental: “el rol de la radio incitando a asesinar demostraba la importancia de controlar los medios”87. Luego de los ataques del FPR el gobernante entendió la importancia de los medios de comunicación para mantener su poder y al mismo tiempo contraatacar a sus enemigos; como consecuencia, decide utilizar un instrumento, que luego se convertiría en uno de los elementos que fomentó el desarrollo del genocidio del 6 de abril de 1994, éste era la radio. Habyarimana nombró a Ferdinand Nahimana para encargarse de la oficina de información oficial, incluyendo la radio. 85 THOMPSON B. John, Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1998, p.45 86 Ibid., p.66 y 67 87 THOMPSON Allen, The media and the Rwanda genocide, Pluto Press, London, 2007, p.47. Traducido por Manuela Gómez. 61 Ya que la mayoría de los ruandeses no sabía leer ni escribir, este medio era de suma importancia. Además de informar las noticias diarias, anunciaba las reuniones gubernamentales, notificaba los candidatos seleccionados para estudiar en las escuelas secundarias y era también un instrumento para mantener en contacto aquellas familias que vivían a distancia. También transmitía mensajes diarios del presidente en los que les proclamaba a los ruandeses trabajar duro y tener una vida sana y moral. Además de esto, fue utilizado como medio para hacerle propaganda al partido de Habyarimana, el MRND. En Marzo de 1992 la radio llamada Radio Rwanda fue utilizada para promover una matanza de los Tutsi en un lugar llamado Bugesera, al sur de la capital Kigali. Asimismo el 3 de marzo del mismo año, la radio anunció un comunicado repetidas veces - supuestamente por una organización de derechos humanos localizado en Nairobi – para advertir a los Hutu acerca de un atentado que sería llevado a cabo por los Tutsi. La radio no sólo emitió una falsa noticia, sino que a su vez, convenció a los Hutu que debían protegerse y atacar primero. Miembros del grupo Interahamwe88 y civiles se unieron para matar a cientos de Tutsi en Bugesera. Grupos opositores al régimen del presidente le exigieron a éste mismo el derecho de participar en actividades del gobierno y hacer parte del nuevo ministerio de información. De esta manera, uno de los líderes del grupo opositor fue nombrado ministro de éste último. Gradualmente fue instaurando algunas medidas para terminar con el monopolio del MRND de los medios y garantizar una igualdad de los miembros en los partidos políticos. Poco tiempo después, Nahimana fue reemplazado como jefe de la información, y por ende, de la radio también. La radio se había convertido en el medio principal de persuasión, el instrumento por el cual no sólo notificaban ataques y noticias, sino también alimentaba el odio y la venganza; lo utilizaban como medio para incentivar sus actos violentos.De esta forma el RPF creó su propia emisora llamada Radio Muhabura que, aunque la señal no cubría todo el país, era el medio por el cual los Tutsi movilizaban a sus seguidores. La guerra siguió durante los años 1991 y 1992 con algunos momentos de tranquilidad y negociaciones esporádicas, pero nunca se llegó a un acuerdo bilateral. En febrero de 1993 el RPF se había apoderado de algunos territorios del país, pero Habyarimana tenía el respaldo político de 88 Soldados entrenados por los franceses; una milicia pertenecientes al partido político MRND de Habyarimana. 62 Francia además de que éste mismo les brindaba armas. Las tropas francesas se encontraban allí con la excusa de proteger a los ciudadanos franceses, sin embargo, era claro que el motivo principal era no dejarle el paso libre al grupo Tutsi RPF. Finalmente el 14 de julio de 1993 se firmó el acuerdo Arusha en Tanzania luego de casi cuatro años de guerra entre el gobierno ruandés y el RPF. Luego de la firma del acuerdo, surgió una nueva emisora independiente llamada Radio-Télévision Libres des Milles Collines (RTML) “la estación pretendía ser la voz del pueblo89” aunque transmitía mensajes persuasivos y violentos que ya se anunciaban en Radio Rwanda. Esta nueva estación de radio fue respaldada por los integrantes del MRND y de un nuevo grupo radical y racista Hutu llamado Coalition for the Defense of the Republic CDR. Nahirama, el antiguo jefe de información, se encargó de organizarla con el apoyo de Habyarimana, ministros, oficiales gubernamentales y militares. La RTML emitía música moderna, a diferencia de Radio Rwanda que sólo trasmitía música antigua; esta nueva emisora “ofrecía comentarios que parecían más como conversaciones entre los ruandeses que se conocían bien y se relajaban […]”90. RTML permitía que su audiencia llamara para solicitar sus canciones preferidas o intercambiar información. Los periodistas que hacían parte de esta nueva emisora tenían la posibilidad de caminar por las calles y hacer encuestas y esto permitió que se diferenciara de Radio Rwanda que trataba sólo temas políticos y sociales. RTML era un espacio en el cual las personas podían entretenerse, hablar, escuchar y reír de temas distintos de aquellos relacionados con el conflicto, muerte, gobierno u opositores. Sin embargo a finales de octubre de 1993, el presidente de Burundi y su acompañante Hutu fueron asesinados por oficiales militares. Esto ocasionó que el odio y la sangre despertaran una vez más; cientos de Hutu en Burundi salieron a las calles en busca de sujetos Tutsi, pero esta vez los Tutsi también se vengarían; este trágico evento le costó la vida a miles de personas tanto Hutu como Tutsi. RTML trasmitió una serie de noticias de este evento que no concordaban con la realidad. El presidente Hutu en Burundi en realidad murió por un bayonetazo en el pecho, pero aquello que se informaba a través de la radio eran supuestas torturas e incluso que había sido castrado. 89 THOMPSON Allen, The media and the Rwanda genocide, Pluto Press, London, 2007, p.49. Traducido por Manuela Gómez. 90 Ibid., p. 49 63 En la edad precolonial, los reyes Tutsi eran castrados cuando ganaban una batalla contra un enemigo y decoraban los tambores de la realeza con sus genitales. La radio emitió este mensaje para que los Hutu se acordaran de esto y sintieran más rabia y repulsión hacia los Tutsi; efectivamente, así fue. A partir de ese episodio RTML emitía noticias en las que resaltaban las diferencias entre los Hutu y los Tutsi, sus orígenes, que como anteriormente visto, según la literatura antigua y los estudios antropológicos, los Hutu ya se encontraban allí cuando llegaron los Tutsi; así que Ruanda pertenecía a éstos. También recordaba la injusta distribución de las tierras cuando el poder estaba en manos de los Tutsi y el trato que recibían por parte de ellos y alertaba constantemente a los Hutu de posibles ataques de los Tutsi de tal manera que pudieran estar preparados para una eventual ofensiva. Declaraba quiénes eran sus enemigos, Tutsi o Hutu; pero la violencia llegó a tal punto que el lenguaje utilizado era vulgar y agresivo. Por ejemplo, decían que “la milicia Interahamwe podía descuartizar a quienes creían que apoyaban al FPR”91. “Sabía usar un lenguaje coloquial, bromas obscenas y buena música que promovía mensajes racistas”92. Sin embargo “la gente la seguía escuchando con una especie de perplejo fascinante, incrédulos de la manera en que tranquilamente se bromeaba y desafiaba los valores más apreciados de los seres humanos. Esta fascinación se extendió a los hombres de batalla del FPR quienes preferían escucharla que Radio Muhabara, su propia emisora “políticamente correcta” y sermoneadora”93. En diciembre de 1993 alrededor de 600 soldados del FPR entraron a la ciudad de Kigali con el propósito de proteger a sus líderes políticos. Pero al mismo tiempo, políticos Hutu organizaron entrenamientos para integrantes de la milicia; armas fueron distribuidas por militares y oficiales para prepararse para una eventual guerra. Miembros de las Naciones Unidas, agentes de organizaciones internacionales e incluso algunos ruandeses alarmaron a la comunidad internacional acerca de una posible guerra ya que sabían que el gobierno y la milicia tenían planeado asesinar a alrededor de mil Tutsi, lo única que esperaban era un señal. Pero también advirtieron la influencia y el mal manejo de la radio. Sin embargo, no recibieron respuesta alguna. 91 92 Ibid., p.50. PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.189. Traducido por Manuela Gómez 93 Ibid., p.189 64 Poco tiempo después, uno de los funcionarios de RTML advirtió a los delegados belgas de las Naciones Unidas que enfrentarían una “guerra sin piedad” y “odio sin merced”94 si no se rendían y regresaban a su país. Los belgas denunciaron que el propósito de la emisora era “diseminar declaraciones provocadoras incitando el odio- efectivamente para la exterminación de los Tutsi”95. El ministro de la información les exigió reiterativamente a RTML moderar el lenguaje utilizado y los términos en los que emitían los mensajes en varias ocasiones; sin embargo, esta orden nunca fue cumplida. El 6 de abril de 1994 el presidente de Ruanda, Habyarimana, el presidente de Burundi, militares y oficiales estaban próximos a aterrizar en la capital de Ruanda, Kigali, pero el avión fue derribado. En cuestión de minutos los oficiales y militares dieron la orden de asesinar a quienes se oponían al poder Hutu y a todos los Tutsi. Las matanzas comenzaron en la ciudad y en las afueras de ésta y la influencia de la emisora RTML fue evidente cuando declaró que había organizado controles de carretera y tenía a su disposición una lista con los nombres de los enemigos quienes posteriormente fueron asesinados por la milicia. Según las emisiones, aquellos que no tuvieran la carta de identidad “deberían ser arrestados y podrían perder sus cabezas”96. Presentadores de la RTML felicitaban a aquellos oyentes Hutu por “sus actos heroicos” y aseguró que “RTML está con la gente que controla los bloqueos en la carretera”97 También declaró: […] Si no quieren que se exterminen los ruandeses…Párense, tomen acción… sin que les importe la opinión internacional”98. Luego del 6 de a Abril de 1994, RTML “pidió a todos los Hutu de levantarse como un solo hombre para defender a su país en lo que se decía que era la guerra final. Un anunciante declaró que la guerra exterminaría a los Tutsi del globo…háganlos desaparecer de una vez por todas”99. Como anunció uno de los miembros de la 94 THOMPSON Allen, The media and the Rwanda genocide, Pluto Press, London, 2007, p.51. Traducido por Manuela Gómez. 95 Ibid., p.51 96 METZL Frederic Jamie, Rwandan genocide and the International law of radio jamming, The American journal of International Law, Vol.91, No. 4 (octubre 1997), American Society of International Law, p.631. Traducido por Manuela Gómez. 97 Ibid., p.631 98 Ibid., p.632 99 THOMPSON Allen, The media and the Rwanda genocide, Pluto Press, London, 2007, p.52. Traducido por Manuela Gómez. 65 RTML […] “usando el término inyenzi o cucaracha para referirse a aquellos miembros del FPR y sus defensores, la crueldad de los inyenzi puede ser curada sólo con su exterminación total”100. Poco tiempo después del 6 de abril el director de Radio Rwanda escapó y ésta quedó en manos de la RTML. Ésta última organizó un debate político en el que uno de los políticos declaró: “Los Tutsi, dijo, te van a exterminar hasta que ellos sean los únicos que queden en este país de tal manera que puedan mantener el poder por miles de años como sus padres lo tuvieron durante cientos de años…No puedes rendirte en tus esfuerzos”101. Las autoridades utilizaban las dos estaciones para fomentar la guerra, para animar a matar, para cantar el himno contra los Tutsi, para informar aquellos que habían muerto en combate, los enemigos, las victorias y las pérdidas. La importancia de la radio era evidente, todos tenían la orden de escuchar la radio y obedecer como si fueran órdenes directas de las autoridades. Durante el genocidio, la estación RTML fue llamada por sus oyentes como la “radio vampiro pidiendo abiertamente más sangre y masacres”102. Y así fue hasta el último día que corrió la sangre en Ruanda. Los medios de comunicación internacionales emitían las noticias de la RTML, sin embargo lo notificaban como una guerra civil y no como un genocidio. Pero por otro lado, los medios nunca contextualizaron a los receptores del conflicto que ya venía desde hacía varios años; pero sobretodo no informaron la dimensión del genocidio ya que había confusión acerca de aquello que estaba sucediendo. Sólo tres semanas después reportaron la gravedad de la situación en Ruanda cuando ya más de 250,000 personas habían muerto. Durante las primeras semanas se reportó que la violencia había disminuido: “el 11 de abril, sólo 5 días después de que había comenzado la masacre, The New York Times reportó que los ataques violentos en Ruanda habían disminuido en intensidad. Tres días más tarde, Le Monde declaró que había una extraña sensación de tranquilidad en Kigali. Sólo el 100 Ibid., p.52 THOMPSON Allen, The media and the Rwanda genocide, Pluto Press, London, 2007, p.53. Traducido por Manuela Gómez. 101 102 PRUNIER, Gérard, The Rwanda crisis, history of a genocide, Columbia University Press, New York, 1995, p.189. Traducido por Manuela Gómez 66 18 de abril La Une Radio Network reportó que el declive de los reportes era porque la mayoría de los periodistas habían huido”103. Pero el problema fue que durante un mes, los medios de comunicación se concentraron únicamente en la ciudad de Kigali en donde había sólo un 4% de la población y declaraban que las ofensivas se habían trasladado a las afueras de la ciudad. Pero el número de las víctimas reportado era siempre inferior a lo que era en realidad. “Las noticias en este momento son dominadas por imágenes de violencia, caos y desastre104” pero no hubo referencias que contextualizaran aquello que mostraban. El problema de los reportajes de los medios de comunicación en Ruanda en primer lugar, era la falta de información acerca del conflicto, cada país de África tiene un historia distinta, un lenguaje diverso y hay un por qué, pero es necesario entenderlo desde su raíz. Como consecuencia, hay una confusión en la información brindada; es decir, no puede haber una claridad en el reportaje si no se entiende realmente el conflicto. “Ninguna organización británica o americana soñaría de mandar un representante a Francia sin saber hablar francés, pero es raro incluso de encontrar un trabajador de ayuda humanitaria que hablen una lengua africana”105. Finalmente, a principios de julio el FPR se había tomado el poder completo del país lo que ocasionó la huida de los miles de Hutu que aún se encontraban en Ruanda, y aunque el país nadaba en sangre, las masacres se habían terminado. El 3 de junio de 1994 el coronel Kanyarengwe, presidente del FPR, declaró en Radio Muhabara que un millón de personas habían sido asesinadas desde el comienzo de las masacres. Pero aún hoy no se han encontrado todos los cuerpos de las personas que murieron. Las matanzas que se llevaron a cabo durante el genocidio eran de una brutalidad inimaginable, pero había un elemento de violencia simbólica en la forma en como mataban. La idea era exterminar por 103 KUPERMAN J. Alan, How the media missed rwandan genocide, International Press Institute No. 1 (2000), p. 2. Traducido por Manuela Gómez. Fuente: http://www.hawaii.edu/powerskills/COMM.7.8.03.HTM 104 PHILO Greg, HILSUM Lindsey, BEATTIE Liza, HOLLIMAN Rick, Message received: Glasgow media group research, Longman, 1999, p. 215. Traducido por Manuela Gómez 105 Ibid., p. 227 67 completo todo aquello que los otros eran. Es decir, mutilaban a las personas de tal manera para que sus raíces se extinguieran. Muchas madres vieron como mataban a sus hijos, otras veces los maridos debían ver cómo mutilaban a sus esposas embarazadas. Quiza, como lo explica Fusaschi, “la espiral de la crueldad quiere obtener algo de más que la sola derrota del otro: la crueldad quiere arruinar a las víctimas al frente de sus propios ojos, quiere hacerle arrepentirse de haber nacido, la quiere destruir desde el vientre materno: la victima debe vivir para seguir con plena consciencia el camino de su propia destrucción […] El objetivo de la crueldad no es la muerte de la víctima, sino su nacimiento que tiene que deshacerse”106. Los administradores alemanes, belgas y los Padres Blancos introdujeron discursos y regimenes de verdad que cambiaron el todo de una cultura, pero sin darse cuenta, los ruandeses acoplaron esto como nuevas formas de pensar y vivir; es decir, los modos de vida fundados por los europeos se implantó de una manera silenciosa. Al introducir el término etnia o raza justificó la superioridad de unos y la inferioridad de otros, pero “¿Cuáles son los criterios para crear una definición de muhutu y mututsi? ¿Son las características físicas, raciales o son en realidad criterios políticos y económicos?”107 Sin embargo, los Tutsi aprovecharon de esta autoridad que fue otorgada para apoyar, inconscientemente, la difusión del poder simbólico impuesto. Ahora bien, los Hutu a su vez, utilizaron un contrapoder que cambió la forma de pensar y uno de los medios que utilizaron fue, precisamente, la radio para difundir este poder; pero este contrapoder generó una violencia simbólica que comunicó y puso en evidencia aquél poder que fue introducido y el rechazo de aquello que era ajeno a ellos, el aborrecimiento total por aquello en lo que ellos tenían que creer, pero que no hacía parte de eso que los caracterizaba como seres humanos. La identidad de los ruandeses estaba completamente perdida, vagando entre el odio y el deseo de un poder que terminó con la vida de alrededor de un millón de personas en 100 días. 106 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.151. Traducido por Manuela Gómez. 107 AMSELLE Jean-Loup, M’BOKOLO Elikia, L’invenzione dell’etnia, Meltemi editore srl, Roma, 2008, p. 190. Traducido por Manuela Gómez 68 Conclusión La identidad de un pueblo, “no nace de sí misma, nace de un encuentro; de maneras muy diversas: la aportan los conquistadores o en cambio la reciben de aquellos que los someten; desplazados que transportan su preciosa herencia de ideas y técnicas […] Pero los seres siempre reciben estas influencias externas a las cuales […] se acoplan y por ende, las asimilan, las desarrollan, las practican, las utiliza para vivir. Estas influencias pueden venir de muy lejos […] Así que para explicar y entender cada civilización, implica, antes que nada, buscar sus orígenes”108. Como se ha podido evidenciar, los tres universos sociales que existían en Ruanda, Hutu, Tutsi y Twa, sabían que sus orígenes no eran iguales, pero lograron de alguna manera establecerse como grupo y crear una identidad, un solo conjunto en el que cada uno cumplía una función distinta para el bienestar de la comunidad. Pero luego de la colonización, los rituales que compartían y las creencias que los identificaba como grupo, se perdió. Y fue precisamente ese encuentro entre colonizador y colonizado lo que impidió que la sociedad siguiera su recorrido natural. A través del poder militar, político, cultural y económico, lograron destruir un mundo del cual no hacían parte. Antes que nada, para entender el quiebre entre la edad precolonial y la era de la colonización, es de suma importancia entender quiénes eran, cómo fueron y de qué manera convivían para saber en qué condiciones los europeos introdujeron este poder cultural (simbólico) que se puede decir que es el "poder constituir el dato a través del enunciado, de hacer ver y creer, de confirmar o transformar la visión del mundo y, mediante eso, la acción sobre el mundo"109 y cómo reaccionaron los dominantes frente a los dominados y los dominados frente a los dominantes. De qué manera cambió una cultura, qué conceptos, lenguas e ideologías fueron introducidos o abolidos y de qué manera afectó al pueblo ruandés, sin importar si era Hutu, Tutsi o Twa, sólo un simple ser. 108 AMSELLE Jean-Loup, M’BOKOLO Elikia, L’invenzione dell’etnia, Meltemi editore srl, Roma, 2008, p. 9. Traducido por Manuela Gómez 109 LITERAS Luciano, Poder simbólico y realidad social, p. 2 69 La colonización en Ruanda se basó en la destrucción de todo aquello que era y esto generó un conflicto de identidades que finalmente llevó a que se desarrollaran violentas masacres que precisamente expresaban esa falta de igualdad entre ellos mismos al igual que un punto de referencia que antes los unía, como podía ser su religión . El elemento que más afectó al pueblo durante la colonización fue la división de los grupos, o bien, la introducción del término etnia o raza ya que estos conceptos en realidad no existen. Es decir, son terminologías inventadas por el ser humano para crear una clasificación, para justificar una superioridad y una inferioridad. Antes de que los europeos llegaran a África, había algunas diferencias entre los diversos universos sociales, pero no había una clasificación diferenciada; simplemente existían y convivían con ciertas funciones dentro de una misma sociedad. Aquello que era el mwami antes de la llegada de los europeos, se reemplazó por el concepto de Estado-nación. Imaana, la divinidad de la edad precolonial, se había convertido en el Dios del mundo occidental, la agricultura y la ganadería ya no eran formas de supervivencia, sino una forma de esclavitud. De manera lenta y oculta, el pensamiento moderno europeo fue introduciéndose con la producción de nuevas formas simbólicas que se difundieron y se aplicaron como nuevo poder y a quienes escogieron como mediadores para introducir estas nuevas formas simbólicas fueron los Tutsi. Luego de largos años de dominación, los Hutu, finalmente, obtuvieron el respaldo de la Institución religiosa que les dio la seguridad que antes no tenían; quizás no habían caído en cuenta de que todo lo que eran ya no era. Pero con la Iglesia sintieron quizás una fuerza que no conocían y crearon sus propias formas simbólicas con las cuales se identificaban y utilizaron la radio como medio para difundir sus conceptos del Hutu Power. Construyeron un contrapoder a través del cual argumentaban su superioridad con la justificación de haber sido los primeros en llegar al territorio que hoy se conoce como Ruanda, los Tutsi llegarían después; es decir que los invasores eran ellos, a quienes realmente les pertenecía la tierra era a los Hutu; por lo tanto debían morir. Los seres humanos han siempre interactuado, comunicado e intercambiado formas significativas como medios de expresión que circulan y se difunden para construir una sociedad y una cultura. La comunicación no sólo son los medios de comunicación. Al inculcar formas simbólicas para 70 re-crear una sociedad se está imponiendo una nueva forma de pensar, una nueva forma de actuar, una nueva forma de comunicar. “En todas las sociedades, los seres humanos se dedican a la producción e intercambio de información y contenido simbólico. Desde las más tempranas formas de gestualidad y uso del lenguaje hasta los desarrollos más recientes de la tecnología informática, la producción, almacenamiento y circulación de información y contenido simbólico ha constituido una característica central de la vida social”110. Si algún día te prohíben hablar como has siempre hablado, en la única lengua en la que te has sabido comunicar, si te clasifican de malo, feo e ignorante, si te niegan creer en tu fe, en tus ideologías; si eres dominado por una fuerza mayor, si no te permiten ser lo que eres ¿qué queda de tu esencia y de tu identidad como ser humano? Los Hutu no sentían más que rencor y odio por la manera en como, radicalmente, sus vidas cambiaron y fueron menospreciadas. La violencia se apoderó de ellos luego de ser dominados, humillados, aislados y esclavizados. Debían vengarse, hacerse sentir y valer, y por eso la manera en la que se expresaban era agresiva y fuerte. Debían luchar contra un poder, pero para hacerlo debían convencer al pueblo, utilizando el medio que estaba al alcance de todos. Inculcar un sentido de pertenencia, de autoridad y de retomar aquello que los hacía únicos y eso que los ligaba. El verbo gutema significa “cortar” y está relacionada con la cultivación y sus ciclos. Sin embargo, este término fue empleado para denominar algo completamente distinto. Después del 6 de abril gutema fue utilizado para decir “matar”. Ésta es la historia de una mujer que fingiendo estar muerta, milagrosamente, se salvó: La botaron al río con los pies y las manos amarradas y gravemente herida; sin embargo, unas mujeres que trabajaban en las orillas del río en Burundi la sacaron: 110 THOMPSON B. John, Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1998, p. 25 71 “Las mujeres la sacaron del agua. Como estaba amarrada, una de ellas cogió un machete para cortar las cuerdas y la mujer ha iniciado a gritar diciéndole que no la “cortara” utilizando el término gutema. De hecho, no se decía matar sino cortar”111. La crueldad con la que mataban era extrema, pero la idea era exterminar su raza, todo aquello que estaba relacionado con él o ella. “Los asaltantes comenzaban primero con fusiladas o tirando granadas, luego los asesinos llegaban con los machetes a “terminar el trabajo”, es decir, a terminar con los heridos”112. Esta violencia es simbólica ya que comunica aquella lucha de identidades porque eso que los identificaba se los había quitado, o mejor, lo habían reemplazado. Las nuevas guerras, como afirma Mary Kaldor, son luchas de identidad, de reclamar el poder en base a una identidad particular. Ya sea religiosa, clan o lingüística. “En un sentido, todas las guerras involucran un choque de identidades”113. “El objetivo es controlar la población eliminando todos aquellos que tienen una identidad diversa”114. La diferencia entre las viejas guerras y las nuevas guerras, como lo establece Mary Kaldor, es que en primer lugar, las viejas guerras nacen de una ideología, las nuevas guerras surgen de una falta de identidad o de un vacío político. Por ende, las nuevas guerras son en contra de la población, mas no con y para ella. Por este motivo, las nuevas guerras son crímenes de masa porque deben eliminar los obstáculos para cumplir su proyecto. Al socavarse la autoridad del Estado nacional y el modelo clásico de guerra internacional, aparecen nuevas formas de poder colectivo, alejadas de la influencia estatal. El conflicto en Ruanda es la clara evidencia de la falta de identidad y vacío político de un grupo que tenía una cultura establecida, pero que fue lentamente cambiada por los europeos y por quienes se beneficiaron del poder de los imperiales. El pueblo ruandés no se unió para luchar contra los invasores, sino que generó un odio hacia los Tutsi. Regresaron a sus orígenes para justificar una lucha y retomar su identidad. 111 FUSASCHI Michela, Hutu-Tutsi Alle radici del genocidio rwandese, Bollati Boringhieri, Torino, 2000, p.149. Traducido por Manuela Gómez. 112 Ibid., p.149 Traducido por Manuela Gómez. 113 KALDOR, Mary, New and old Wars. Organized violence in a global era, Stanford University Press, 1999, p.7. Traducido por Manuela Gómez. 114 Ibid., p. 9 Traducido por Manuela Gómez. 72 El genocidio en Ruanda se dio, no porque hubiera un conflicto civil, sino porque sus formas simbólicas fueron reconstruidas, su lengua, sus tradiciones y todo aquello que los identificaba como sociedad, como humanos, desvaneció entre los machetes y la sangre. “Alla mia età, e con tanto di quel sangue mescolato, non so più con sicurezza di dove sono – disse Delaura - , né chi sono. Nessuno lo sa in questi regni – disse Abrenuncio -, e credo che ci vorrano secoli per saperlo”. “A mi edad, y con toda aquella sangre mezclada, no sé bien de dónde soy –dice Delaura – ni quién soy”. Ninguno lo sabe en este reino – dice Abrenuncio -, y creo que pasarán siglos para saberlo”115. 115 AMSELLE Jean-Loup, Logiche mettice. Antropologia dell’identità in Africa e altrove, Bollati Boringhieri, Torino, 1999, p. 7. Traducido por Manuela Gómez. 73 Bibliografía AMSELLE Jean-Loup, M’BOKOLO Elikia, L’invenzione dell’etnia, Roma, Meltemi editore, 2008 (ed. or. Au cœur de l’ethnie. Ethnie, tribalisme et État en Afrique, Paris, Éditions La Découverte, 1985) AMSELLE Jean-Loup, Logiche meticce. Antropologia dell’identità in Africa e altrove, Torino, Bollati Boringhieri Editore, 2004 (ed. or. Logiques métisses. Antfropologie de l’identité en Afrique et ailleurs, Paris, Éditions Payot, 1990) AA. VV., África. Inventando el futuro, México D. F., El Colegio de México, 1992 AA. VV., Historia general de Africa. Vol. VII: Africa bajo el dominio colonial (1880-1935), Madrid, Editorial Tecnos, 1987 (ed. or. Histoire générale de l’Afrique. Vol. VII: L’Afrique sous domination coloniale (1880-1935), Paris, UNESCO, 1985) AA. VV., Historia general de Africa. 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William, Geographic Aspects of Genocide: A Comparison of Bosnia and Rwanda, Transactions of the Institute of British Geographers, New Series, Vol. 26, No. 1 (2001), pp. 57-75, Blackwell Publishing on behalf of The Royal Geographical Society (with the Institute of British Geographers) 77 ANEXOS ANEXO 1 78 ANEXO 2 F ORMULARIO DE LA DESCRIPCIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS O TRABAJO DE GRADO: Ruanda, un colonialismo simbólico AUTOR O AUTORES Apellidos Completos Gómez Salgado Nombres Completos Manuela DIRECTOR (ES) Apellidos Completos Nombres Completos Sergio Roncallo JURADO (S) Apellidos Completos Nombres Completos Montoya Catalina Valencia Daniela ASESOR (ES) O CODIRECTOR Apellidos Completos Roncallo Nombres Completos Sergio TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: Comunicadora social FACULTAD: Comunicación social y lenguaje PROGRAMA: Carrera X Licenciatura ___ Especialización ____ Maestría ____ Doctorado ____ NOMBRE DEL PROGRAMA: Comunicación social CIUDAD: BOGOTA AÑO DE PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE GRADO: 2009 NÚMERO DE PÁGINAS: 75 __________________________________________________ TIPO DE ILUSTRACIONES: 79 X - Ilustraciones Mapas Retratos Tablas, gráficos y diagramas Planos Láminas Fotografías DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVES EN ESPAÑOL E INGLÉS: Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Unidad de Procesos Técnicos de la Biblioteca General en el correo [email protected], donde se les orientará). ESPAÑOL Ruanda INGLÉS Rwanda Colonización Colonization Genocidio Genocide RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS: (Máximo 250 palabras - 1530 caracteres): Un breve escrito que repasa la historia de Ruanda desde la edad precolonial hasta el nefasto día del 6 de abril de 1994 en el que inició uno de los genocidios más atroces de la historia en el que en 100 días murieron alrededor de un millón de personas. Sin embargo, para entender el por qué, es necesario entender la situación en la que se encontraba el país; el quiebre entre lo que eran y en lo que se convirtieron luego de la colonización y la evangelización de los Padres Blancos. Asimismo, entender de qué manera se posicionaron los colonizadores a través, no sólo del poder político, económico y militar, sino cultural también; o bien, como Pierre Bourdieu lo define, poder simbólico. La abolición de sus rituales, la introducción de la religión occidental, la educación europea, una nueva lengua y la introducción del término etnia, cambiaron una cultura y una sociedad ya estructurada, creando rivalidades e inculcando diferencias que antes no había, vivían sólo tres grupos como universos sociales que convivían y cumplían ciertos roles para el bienestar de todos, los Hutu, Tutsi y Twa. Los Tutsi fueron beneficiados por los colonizadores, tenían acceso a la educación, a la política, pero los Hutu crearon un contrapoder y utilizaron los medios como forma de expresión y de visibilidad para difundir sus causas y justificar su revolución. Esta lucha de ideales y la búsqueda de identidad dejaron a un pueblo entre la sangre y los machetes. 80 A written brief reviews the history of Rwanda from the pre-colonial age to the fateful day of 6 April 1994 which launched one of the most heinous genocides in history in which in 100 days about one million people died. However, to understand why this occurred it is necessary to understand the situation that the country was going through, the break between what they were and what became of them after the colonization and evangelization of the White Fathers. It is also important to understand how the settlers were positioned through not only the political, economic and military but also cultural, or, as defined by Pierre Bourdieu, symbolic power. The abolition of their rituals, the introduction of Western religion, European education, a new language and the introduction of the term ethnicity, changed their culture and a society that was already well structured, creating rivalries and instilling differences that they had not previously lived. Only three groups and social worlds lived and performed certain roles for the welfare of all, the Hutu, Tutsi and Twa. The Tutsi were benefited by the colonists, had access to education, to politics, but the Hutu created a counter and used the media as a form of expression and visibility to publicize their cause and justify their revolution. This struggle of ideals and the search for identity left people in the misery of blood and machetes. 81