Revista del Ilustre Colegio de Abogados 50 de Granada fundación LaLafundación III Jornadas de Valoración de Daño Corporal p Una jornada de lujo como broche de oro para un curso de máximo nivel L a Fundación de Estudios y Prácticas Jurídicas de Granada celebró el pasado 31 de enero la 3ª Jornada sobre Valoración del Daño Corporal, que tuvo lugar en el Hotel Nazaries de la capital al quedarse pequeño el aforo del salón de actos del Colegio de Abogados. Más de trescientos letrados, tanto de Granada como de otras provincias, no quisieron perderse la oportunidad de asistir a esta magnifica jornada, una de las que más expectación ha causado en las últimas convocatorias y que sirvió de clausura y broche de oro a la tercera edición del Curso de Valoración del Daño Corporal que cada año organiza la Fundación. Las sesiones de trabajo comenzaron con la ponencia del abogado, director de la Escuela de Práctica Jurídica de Granada y secretario general de la Asociación Española de Abogados Especializados en Responsabilidad Civil y Seguro, Javier López y García de la Serrana, que trató sobre ‘La valoración del daño corporal en los accidentes laborales’. La segunda ponencia fue de Mariano Medina Crespo, abogado y presidente de la Asociación Española de Abogados Especializados en Responsabilidad Civil y Seguro, cuya exposición se centró en ‘Los principios institucionales de la valoración del daño corporal’. Por último intervino el magistrado y presidente de la Sala Primera del Tribunal Supremo, Juan Antonio Xiol Ríos, prestigioso jurista cuya ponencia se tituló ‘La aplicación del Bare- Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada mo en materia de accidentes de circulación’. Los tres ponentes estuvieron acompañados en la mesa por el vicedecano del Colegio de Abogados, Eduardo Torres, y el presidente del Grupo especializado en Circulación y Seguros del ICAGR, José María Hernández-Carrillo, que intervino como moderador de las jornadas. Xiol dejó clara su postura sobre la necesidad de actualizar el baremo de indemnizaciones para las víctimas de tráfico, después de los más de doce años que han trascurrido desde su entrada en vigor, al entender que hay muchos extremos del Sistema de Valoración aprobado por la Ley 30/95 que deberían aclararse e incluso rectificarse. El presidente de la Sala Primera del Supremo consideró que debería regularse claramente la valoración del daño patrimonial, ya sea daño emergente o lucro cesante, pues un sistema de reparación del daño corporal derivado de los accidentes de circulación exige la reparación íntegra del lucro cesante derivado del daño corporal. Y es que, en palabras del ponente, la STS 181/2000 declaró la inconstitucionalidad del apartado LA FUNDACIÓN B) de la tabla V del Anexo de la LRCSCVM (factor de corrección por perjuicios económicos en incapacidades transitorias). Sin embargo, resulta evidente que, salvadas las diferencias notables que existen en cuanto a la posibilidad de prueba del lucro cesante en unos y en otros supuestos (pues la prueba del lucro cesante ya producido no es la misma que la del futuro), y la distinta condición de los perjudicados, el factor de corrección por perjuicios económicos tiene el mismo carácter en todas las tablas, por lo que no cabe duda de que los argumentos que el Tribunal Constitucional utiliza respecto de la Tabla V son aplicables también al lucro cesante en caso de fallecimiento y lesiones permanentes. Parece por tanto indispensable, a juicio de Xiol, una modificación del Sistema de valoración del daño para las víctimas de accidentes de circulación, al objeto de que se regule el lucro cesante partiendo de principios idénticos respecto al fallecimiento, lesiones permanentes o lesiones temporales, fundándose inexcusablemente en el principio de total indemnidad de la víctima. 51 Revista del 52 Ilustre Colegio de Abogados LA FUNDACIÓN Presentación del Manual de Valoración del Daño Corporal Al final de la jornada se presentó el libro editado por la prestigiosa Editorial Aranzadi ‘Manual de Valoración del Daño Corporal. Guía de aplicación del sistema de baremación para accidentes de circulación’. En esta obra dirigida por Javier López y García de la Serrana, presidente del Comité de Dirección de la Fundación de Estudios y Prácticas Jurídicas de Granada han participado todos los profesores del Curso de Valoración del Daño Corporal que cada año organiza la Fundación: y que son los siguientes (por orden de intervención): Juan Miguel Ossorio Serrano, catedrático de Derecho Civil de la UGR, Concepción Rodríguez Marín, profesora titular de Derecho Civil de la UGR, Laura Gázquez Serrano, profesora titular de Derecho Civil de la UGR, Antonio Olivares Espigares, abogado, José María Hernández-Carrillo Fuentes, abogado y presidente del Grupo de Abogados de Derecho de la Circulación y Seguros del Colegio de Abogados, María del Carmen Ruiz-Matas Roldán, abogada y secretaria del Grupo de Abogados de Derecho de la Circulación y Seguros, Norberto Gallardo San Salvador, médico especialista en Medicina del Trabajo y Master en Valoración del Daño Corporal, José María Peco Moreno, médico especialista en Medicina Legal y Forense, Javier López García de la Serrana, abogado y secretario general de la Asociación Española de Abogados Especializa- de Granada dos en Responsabilidad Civil y Seguro, y por último, Mariano Medina Crespo, abogado y presidente de la Asociación Española de Abogados Especializados en Responsabilidad Civil y Seguro. El libro se encuentra prologado por el magistrado y presidente de la Sala Primera del Tribunal Supremo, Juan Antonio Xiol Ríos, que fue quien realizó la presentación del mismo. Además del innegable interés suscitado por la publicación del mencionado Manual de Valoración del Daño Corporal -que supone el inicio del fondo editorial de la Fundación, pues los distintos autores del mismo cedieron sus derechos sobre la obra a la propia Fundación en un acto que les honra-, sin duda alguna también supuso una oportunidad única para poder asistir a unos debates doctrinales del más alto nivel, tanto en su contenido como en la preparación de los ponentes, entre los que destaca, por inusual pero a la vez trascendente, la presencia por primera vez en Granada del presidente de la Sala Primera del Tribunal Supremo, que además de impartir una magistral ponencia vino a esta ciudad para presentar un libro de unos profesores de la Escuela de Práctica Jurídica de Granada; ejemplo de lo que desde Granada se esta consiguiendo organizar, obviando -para bien del jurista granadino- la necesidad de buscar estos conocimientos fuera de nuestra provincia. Juan Antonio Xiol Ríos y Javier López García de la Serrana ojean el manual. Revista del Ilustre Colegio de Abogados 53 de Granada prisma cultural cultural prisma La diosa de la Justicia busca hueco en Granada El Colegio de Abogados de Granada propone instalar un monumento escultórico frente a la Real Chancillería, que representará a Astrea E l Colegio de Abogados de Granada se ha embarcado en un proyecto pionero donde los haya. La propuesta es rendir un homenaje a la Justicia a través de una estatua que debería ir ubicada en Plaza Nueva, el “kilómetro cero de la justicia andaluza”, según nuestro decano. Iustitia es el nombre elegido para esta diosa alegórica de la Justicia. Su creador es el escultor granadino José Salobreña, un artista que se ha involucrado al cien por cien en el proyecto. Prueba de ello fue la excepcional puesta en escena que preparó el día en que se presentó el monumento a la sociedad granadina. Para dar a conocer esta idea se diseñó el programa ‘Abre tu corazón a la Justicia’. En el patio del Colegio se recreó, con un mimo, el resultado final de la obra. Varias maquetas virtuales, paneles informativos y pequeñas representaciones en bronce de la estatua completaron el despliegue artístico. Revista del 54 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada cín, Manuel Navarro Lamolda, que mostró su apoyo al proyecto. El alcalde excusó su presencia pero sí estuvo presente la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto. La edil dijo estar encantada con la iniciativa pero aseguró que deberán estudiarla a fondo. Por ahora no sabemos qué han decidido. El presidente de la Audiencia Provincial, José Requena, y el decano de los Notarios, Andrés Tortosa, entre otros, también quisieron apoyar nuestra iniciativa con su presencia. La presentación fue un éxito. Acudieron representantes de varias instituciones granadinas, incluido el presidente de la Asociación de Vecinos del Bajo Albai- Autoridades y miembros del Colegio presentan el proyecto a la sociedad. Iustitia ha sido diseñada como una escultura de bronce de 3,5 metros de altura con un basamento Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada PRISMA CULTURAL de 2 metros de mármol de Sierra Elvira. Su ubicación ideal sería plaza Nueva, en el espacio libre que queda frente al palacio de la Real Chancillería. La localización definitiva de la estatua queda en manos del Ayuntamiento de Granada, que antes debe pronunciarse sobre si acepta o no la invitación formulada por este Colegio de homenajear a la justicia en una ciudad tan estrechamente vinculada con ella. José María Rosales de Angulo considera que Astrea, diosa de la Justicia en la mitología griega que ha servido de inspiración para nuestra la escultura, “nos recordará los principios del Estado democrático de Derecho, el bien común y los derechos fundamentales de las personas”. El artista añade que la estatua “recordará a los paseantes que la Justicia está en el corazón de todos”. El decano recibe una miniatura de la estatua de manos del escultor José Salobreña. 55 Revista del 56 Ilustre Colegio de Abogados PRISMA CULTURAL de Granada Historias de abogados El caso de la juez de Órgiva Miguel Ruiz de Almodóvar Sel Abogado D esde que ando y pleiteo por estas tierras de la Alpujarra granadina, donde florecen los juicios tanto o más que las amapolas por primavera, tres casos judiciales han sobresalido con creces por encima de cualquier otro, llamando poderosamente la atención de la opinión pública y los medios de comunicación nacional. Me refiero, y por orden cronológico, a los ya históricos de “la juez de Órgiva”, “el pastor de la manzanilla” y más recientemente el del “jamonero de Trevélez”. Tres episodios judiciales con innumerables connotaciones sociales, no exentas de sensacionalismo informativo, que hicieron correr la tinta de forma abundante y caudalosa por todos los periódicos y micrófonos de España, aparte de abarrotar de cámaras y periodistas las puertas y pasillos de los juzgados orgiveños. Dada la cercanía con la que me tocó vivirlos, siquiera sea como uno más de los vecinos y el indudable interés que todavía suscitan, provocan este intento recordatorio que hoy dedicamos al primero de ellos: la detención -y posterior ingreso en prisión- de un abogado en pleno ejercicio de su actuación profesional en la vista de un juicio penal, decretada por la titular del Juzgado de Instrucción de Órgiva el 2 de mayo de 1987. Hace por tanto de eso 21 años. Comenzaré diciendo que no se trataba de un juicio normal y corriente, el que dio origen a tamaño dislate, y ello no sólo por celebrarse una mañana de sábado, para más “inri” en mitad del puente del día de la Cruz, sino porque se trataba de la vista de un Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada PRISMA CULTURAL la prensa, un aspecto desenfadado y moderno, y en concreto era físicamente alta, huesuda, espigada, de melena alborotada, morena y rizada. procedimiento penal donde se iba enjuiciar la posible conducta negligente de un abogado que había sido denunciado por su cliente, al constatar que se le había pasado el plazo de reclamación de una indemnización por responsabilidad civil. Es decir la prescripción de la acción por descuido inexorable, una esos grandes temores y amenazas que nos persiguen y atenazan a los abogados como una de las mayores desgracias profesionales que puede pasarnos. El compañero denunciado, naturalmente disconforme con la acusación, acudió a juicio con su correspondiente abogado, quien en el fragor de la defensa entró en una espiral de polémicas y enfrentamientos con la juez que acabaron, al término de la segunda sesión, con sus huesos en la cárcel. Un hecho inusitado donde los haya que carecía de todo precedente en nuestro país, y del que internacionalmente tan sólo se conocía la detención e ingreso en prisión del decano del Colegio de Abogados de Estambul por su actuación profesional en un resonante proceso político cuando la dictadura turca en 1.983, hechos que motivaron incluso la intervención de las Naciones Unidas. Pero quizás para comprender mejor lo sucedido en el juzgado de Órgiva, y en parte encontrar si acaso alguna de sus claves, nada mejor que partir del perfil entonces de ambos protagonistas de la historia: la juez y el abogado. La juez era Concepción Escudero Rodal, de 27 años, natural de Vigo (Pontevedra), soltera, con dos años de ejercicio y titular en los últimos diez meses del Juzgado Primera Instancia e Instrucción de Órgiva. Familiarmente conocida entre amigos por ‘Code’, tenía a tenor de las numerosas fotografías publicadas en El abogado era Darío Fernández Álvarez, de 48 años, natural de Santa Fe (Almería), separado, prototipo del abogado penalista, brillante, ambicioso y tenaz, que alcanzó fama y notoriedad en 1981, y a raíz de su valiente actuación como acusador particular en el denominado ‘caso Almería’ por el que fueron condenados como homicidas tres miembros de la Guardia Civil. A este le siguieron otros no menos famosos, como el ‘caso de los Caracoles’, el ‘caso Pleguezuelos’, o la defensa de los nueve musulmanes en Melilla. También el de los gitanos de Martos, sin olvidar la defensa del mafioso italiano Antonio Bardellino. Era físicamente alto y de aspecto elegante y circunspecto. Había una clara y evidente desproporción de experiencias jurídicas y vitales que se puso de manifiesto con extraordinaria virulencia en la primera sesión del juicio, celebrado el miércoles 29 de abril de 1987 y que sin duda fue origen de la trascendental decisión tomada tres días después. Efectivamente, la estrategia de la defensa lo fue claramente procesalista pues perseguía, sin tapujos, evitar la celebración del juicio, o como mínimo suspenderlo y retrasarlo. A tal fin fueron planteadas toda una batería de excepciones procesales que la juez iba sorteando como podía, suspendiendo en más de una ocasión la vista para dar ocasión a examinar documentación o resolver cuestiones prejudiciales. Una de ellas, quizás la más sobresaliente, fue la pendencia de un juicio civil -uno de menor cuantía por reclamación de daños y perjuicios-, cuestión resuelta por la juzgadora dictando un auto “in voce” en la misma vista del juicio penal por el que archivaba el procedimiento civil, y notificaba sobre la marcha a la procuradora allí presente, todo ello sin posibilidad de recurrir. A ello se sumó otras como la incompetencia jurisdiccional al haberse cometido el presunto delito en Adra, etc…Todo un verdadero tropel de incidentes que elevaron la tensión de la sala a temperaturas de explosión hasta que al final, y tras casi tres horas de duración, se decidió la suspensión y continuación del juicio para tres días después, dejando de por medio la festividad del Primero de Mayo. Tres días durante los que se fraguó la estrategia de una y otra parte. De esta manera se llegó a la mañana del sábado 2 de mayo, fecha de la segunda sesión del juicio, con la sensación colectiva de que allí iba a pasar algo 57 Revista del 58 PRISMA CULTURAL Darío Fernández sale de la prisión provincial. gordo. Sin duda la juez iba dispuesta a que el juicio se celebrase a toda costa, pero también quería evitar que se repitiese el espectáculo de confrontación de la sesión anterior, en el que claramente no supo controlar la situación, sintiéndose desbordada por la actuación del letrado. Por la parte contraria se barruntaba algo similar, de ahí que el letrado requiriera la presencia de una representación del Colegio de Abogados de Granada formada por su vicedecano Julio de Castro Hitos y el diputado tercero José Jiménez-Casquet, presentándose además en la vista oral con una grabadora para recoger todo lo que pudiera ocurrir en ella, dos circunstancias que a la postre hicieron tensar todavía más la situación, concluyendo apenas comenzado y cuando se llevaba escasamente veinte minutos de juicio. Esta fue la génesis aproximada. La juez consideró impertinentes dos preguntas formuladas por el abogado a su cliente. Una, si había intentado poner una denuncia contra la juez y si se la había aceptado y otra si era competente o no el juzgado de Órgiva para entrar en el fondo del tema objeto del juicio. Negativas a la que siguieron por parte de la defensa la protesta Ilustre Colegio de Abogados de Granada Concepción Escudero, jueza de Órgiva. y petición de suspensión del juicio alegando que se estaba restringiendo su libertad de actuación profesional, así como que era consecuencia inevitable de la recusación formulada contra la propia juez, intentos ambos que finalmente fructificaron al mismo tiempo que su inesperada detención, previo aviso a la Guardia Civil a través del agente judicial. El detenido se encontraba todavía en sala, y con la toga puesta. La grabadora quedó requisada. Desde allí fue conducido inmediatamente al arresto municipal, sito en los bajos del Ayuntamiento, en una habitación con rejas al más puro estilo del viejo Oeste. Allí quedó enjaulado a la vista de cualquiera que subiera a las dependencias municipales. La gente observaba perpleja una estampa totalmente desacostumbrada como era un señor con traje y corbata en el interior del arresto. Posteriormente se iniciaron las diligencias de un nuevo juicio esta vez contra el abogado defensor por desacato tomándole declaración a las siete de la tarde durante tres horas siendo asistido por los propios letrados del Colegio de Abogados, culminando a las 10 de la noche con un auto de prisión incondicional y sin fianza, en el que se Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada acusaba al abogado de haber cometido un presunto delito de desobediencia a la justicia, al propio tiempo que se reservaba el término de 72 horas para decir finalmente si era o no procesado. Entre otras cosas el auto señalaba: “Considerando que dada la trascendencia pública y social que tiene un acto de juicio oral, en cuya vista el señor letrado Darío Fernández desobedeció reiteradamente las órdenes de la Juez de Instrucción haciendo caso omiso de sus advertencias, se acuerda la prisión sin admisión de fianza por ahora”. La orden de prisión incondicional y su inmediato ingreso en prisión, tuvo que retrasarse hasta la llegada de un furgón de la Guardia Civil ara trasladarlo a la prisión provincial de Granada, en la que hizo su entrada a las 1.40 de la madrugada del domingo 3 de mayo. El escándalo estaba servido y las declaraciones en contra de esta inaudita decisión empezaron a desfilar. El propio decano del Colegio de Abogados, Luis de Angulo Rodríguez, declaró: “No vamos a permanecer impasibles ante el hecho grave de que a un abogado, con la toga puesta, se le detenga e ingrese en prisión por el mero hecho de ejercer la profesión. La independencia de los abogados y sus derechos de libre expresión y defensa en el ejercicio profesional es la médula de la profesión de abogado y sin estos derechos plenamente tutelados no se puede ejercer la profesión”. Darío Fernández con el decano, Luis Angulo. PRISMA CULTURAL Efectivamente, la mañana siguiente, domingo y día de la Cruz, las gestiones y movilizaciones de unos y otros fueron incesantes, dado el sentir general acerca de lo desproporcionada que era la medida adoptada. Empezando por el propio Colegio de Abogados, que a través de su Junta de Gobierno convocada de forma urgentemente no dudada en calificar lo acontecido como un ataque frontal a la abogacía, convocando a continuación todos sus colegiados a junta extraordinaria para las 13 h. de la tarde del lunes 4 de mayo en el salón de actos del Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago, lugar donde por entonces se celebraban los actos colegiales debido a las obras de la Real Chancillería y de la nueva sede colegial. Pocas veces había tenido una respuesta tan numerosa y masiva un llamamiento colegial, acudiendo a la misma un número siete veces mayor de lo acostumbrado, en un ambiente de abierta solidaridad con el letrado en prisión A esa muestra de apoyo se sumaron numerosos telegramas recibidos de todos los colegios de abogados de España, en los que se 59 Revista del 60 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada Junta General Extraordinaria, celebrada en el Colegio San Bartolomé y Santiago. expresaba su indignación por lo sucedido, al propio tiempo que daban su total respaldo a los acuerdos que se adoptasen por los abogados de Granada, que a la postre consistirían en ratificar unánimemente las decisiones tomadas al respecto por su decano y Junta de Gobierno, y en reiterar la inmediata puesta en libertad del abogado, apremiando para ello incluso al Ministerio Fiscal, a fin de que ejercitase las acciones conducentes al restablecimiento de la legalidad vigente. Por su parte el Grupo de Abogados jóvenes de Granada, acordó su encierro en la sede colegial hasta tanto no se pusiera en libertad al compañero en prisión A esta movilización colegial siguió toda una campaña mediática con titulares que resaltaban lo sucedido como un atentado a la imagen de la Justicia en España y en particular al ejercicio del derecho constitucional de defensa. Un clima de crispación que fue creciendo conforme pasaban las horas del abogado en prisión y se anunciaban la presentación de querellas contra la juez, por un presunto delito de abuso de autoridad o detención ilegal, así como se pedía la exigencia de responsabilidades disciplinarias. Este ambiente hizo que brotaran algunos conatos de enfrentamiento corporativista, pues para otros la actuación de la juez se atenía a las funciones estrictamente jurisdiccionales, considerándolo sin más como una campaña de acoso y derribo de una juez. Tensión que llegó al máximo en la mañana del martes 5 de mayo. Y así, cuando todo el mundo esperaba que la juez cambiara su decisión, aunque curiosamente nadie interpusiera formalmente recurso solicitando la libertad provisional, la sorpresa fue mayúscula dando un nuevo varapalo a la opinión pública, y en particular a los medios jurídicos, por cuanto lejos de aquella suposición y pasadas las una del mediodía del martes 5 de mayo, la juez dictó un auto de 10 folios ratificando la prisión incondicional sin fianza, por un presunto delito de desacato y desorden público. Unn nuevo mazazo que dejó a todos perplejos y desconcertados con lo que estaba ocurriendo, hasta que por fin, unas horas mas tarde, se decretaría la ansiada libertad del letrado, mediante un nuevo auto esta vez de de reforma del anterior, donde la juez de oficio revocaba y dejaba sin efecto la prisión decretada, al propio tiempo que se abstenía del conocimiento de las actuaciones por considerarse parte perjudicada, dejando en manos de la Sala de Gobierno de la Audiencia Territorial la designación de un juez especial que las continuase. La pesadilla había terminado. No había tiempo que perder. Sería el propio abogado defensor, Julio de Castro Hitos, quien trasladara personalmente desde Órgiva el auto decretando la libertad de su defendido, que se produjo a las ocho y dos minutos de la tarde del martes 5 de mayo de 1987. En esos momentos, y entre un batir de palmas y pañuelos blancos que le daban la bienvenida desde terrazas y balcones circundantes, así como de un número in- Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada determinado de curiosos, amigos y periodistas, salía de la prisión provincial de Granada el abogado Darío Fernández Álvarez, tras pasar en ella sesenta y seis horas. Lo hacía con un semblante muy serio, llevando una manta en una mano y su cartera de trabajo en la otra. A pesar de todo, y tras fundirse en abrazos con sus familiares, con el temple y saber estar, propio de un veterano, mostró su satisfacción por el apoyo recibido declarando de forma algo solemne: “No soy yo quien sale de prisión sino la abogacía española” Con esta decisión, aparte de los prolegómenos que le siguieron, se ponía punto final a una historia cuyo colofón lo pondría meses después el juez especial, designado al efecto, quien tras la práctica de las pruebas pertinentes, entre ellas la declaración de los asistentes al juicio y la audición de su grabación magnetofónica, dictó auto de archivo de las diligencias previas abiertas contra el citado abogado, a petición del Ministerio Fiscal. Antes de esta resolución, sin embargo, la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial ya había acordado archivar la información practicada en relación con la juez por entender que “no existían indicios que permitieran encajar la actuación de la juez en ninguna infracción disciplinaria”. PRISMA CULTURAL Finalmente también fue definitivamente olvidada y diluida en el tiempo el anuncio de la interposición de querellas y con ello recuperado el ambiente y armonía tradicional entre la abogacía y la magistratura, que de siempre, y al decir de todos, había sido excelente. Un episodio en suma que pasaría a la historia no sólo por ser una de las noticias sobresalientes del anuario de 1987, sino principalmente por ser el primer caso conocido en toda la historia de la abogacía española, algo que sin duda tuvo presente nuestro decano cuando tras la liberación del colegiado Fernández Álvarez pidió con energía ante los medios de comunicación que “ni una sola vez más se vuelva a producir la detención de un abogado con la toga puesta y en el ejercicio de defensa de los derechos de los ciudadanos”. Una exigencia tajante y contundente con la que se ponía un broche de oro al papel fundamental que supo jugar el Colegio de Abogados de Granada en todo este asunto. 61 Revista del PRISMA CULTURAL de Granada &ODVFOUSP con Granada Antonio Navajas Fiscal rutas con encanto 62 Ilustre Colegio de Abogados D e nuevo vuelvo a enfrentarme con la tarea de hablar sobre Granada, en esta ocasión empujado por un amigo, y, como otras veces, me encuentro con dos dificultades, por un lado superar mis grandes limitaciones para escribir, y por otro vencer la idea de que ya está todo dicho sobre esta ciudad. Aunque es cierto que Granada ha sido, desde antiguo, foco de atracción para muchos escritores, y que existen numerosos libros y guías que la describen, siempre he pensado que lo más interesante es tomar esos textos como referencia y punto de partida, para después hacer mis propias observaciones, de ese modo he descubierto que la realidad no siempre viene descrita en dichas obras. En el caso de la Granada hispanomusulmana, todavía conservamos magníficos ejemplos de murallas, puertas, puentes y baños cuya contemplación y estudio puede ser una buena excusa Revista del Ilustre Colegio de Abogados PRISMA CULTURAL de Granada para realizar agradables paseos, y de esa manera formar una idea aproximada, pero propia, de por donde discurrían los contornos de GARNATA, que es como los árabes la llamaban. De este modo descubriremos que aún hay mucho que investigar sobre ella. Ya he dicho que existen, dispersos por el casco antiguo de la ciudad, numerosos vestigios de construcciones hispanomusulmanas. Pues bien, voy a sugerir un agradable paseo para conocer algunos de ellos. ¡Ojalá! mueva el interés de alguien en conocerlos por si mismo. Para redactar estas líneas, he vuelto a realizar una excursión que ya hice, hace más de diez años, y de nuevo he experimentado lo agradable que es descubrir rincones de Granada. Pero pongámonos a la tarea sin más demora. Si una mañana de sábado o día festivo nos subimos a un autobús de la línea siete, provistos de ropa y calzado cómodos, comprobaremos que el trayecto hasta la carretera de Murcia es muy agradable, por las estupendas vistas que se contemplan. A continuación, si nos apeamos en la parada que está más próxima a la muralla árabe y caminamos hacia la misma, pronto observaremos, sobresaliendo de los edificios, las puntiagudas almenas de la Puerta de Fajalauza, a la que llegaremos girando a la derecha. El nombre de Fajalauza significa ‘Cerro de los Almendros’ y coincide perfectamente con lo empinado del lugar. Al observar la citada puerta, sorprende el que sea mucho más alta que ancha, e imagino que fue construida así para permitir el paso Puerta de Fajalauza Por poner un ejemplo, diré que me parece frustrante el hecho de que, todavía hoy, a pesar del amplio desarrollo que han tenido los estudios lingüísticos, nadie -que yo sepa- haya explicado satisfactoriamente qué significa el nombre árabe de GARNATA. De todo lo que he leído, el dato que más me ha convencido, aunque sea incompleto, es la indicación que hace Raquel Arié, en su obra España Musulmana, según la cual aquel nombre deriva del vocablo beréber KERNATA, aunque no explica su significado. En otros textos he leído que el prefijo CAR, en árabe antiguo, era sinónimo de “elevación montañosa“, lo que casa perfectamente con la orografía de esta ciudad. de gente a caballo, al tiempo que su estrechura facilitaría su defensa. Otra característica que llama la atención, es que su entrada y salida están en línea recta y no en ángulo, como es típico en las puertas hispanomusulmanas. Sobre este punto el desaparecido cronista Villar Yebra, en una obra de 1984 sobre las murallas de Granada, menciona que quizá existiera aquí una entrada transversal, desde el Callejón de la Alberzana, que está muy próximo. Como colofón de esta descripción, diré que encima de la puerta hay una especie de azotea, cercada de almenas, desde la que se divisa todo el contorno. Para continuar nuestra ruta hemos de desandar el camino y volver a la carretera de Murcia, hasta toparnos, de nuevo, con la muralla árabe. Al llegar, observaremos que toda la zona está cerrada con una cerca de malla metálica, pero si la examinamos con más detenimiento veremos que hay un tramo donde la malla es sustituida por una barandilla, la cual tiene huecos suficientemente grandes para permitir el paso de una persona. Tras introducirnos por uno de ellos, rápidamente llegaremos hasta la citada muralla, y atravesándola, podremos continuar nuestro paseo bajando por la Cuesta de San Antonio. 63 Revista del 64 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada Puerta de los Halconeros Si bajamos por la misma, unos trescientos metros, enseguida veremos a nuestra izquierda otra puerta. Aunque tradicionalmente es conocida como Puerta de San Lorenzo, opino que es otra puerta nazarí, la Puerta de los Halconeros (Bab al-Bayyazin), que menciona el historiador Luis Seco de Lucena en sus descripciones, aunque nunca la situó de forma precisa sobre el terreno. Es indudablemente una puerta árabe, ya que si se observa la mampostería de la muralla y la de la puerta, se ve claramente que son idénticas. Esta puerta tiene una historia reciente muy curiosa, porque un erudito como Gómez Moreno no identificó su nombre, y por su parte Gallego Burín incluso la daba por desaparecida, pero gracias a las investigaciones de D. Cesáreo Jiménez Romero fue redescubierta alrededor de 1984, medio oculta por escombros y maleza. Si a ello unimos que se trata de una puerta especialmente diseñada para no ser divisada fácilmente por el enemigo, se comprende la dificultad que hubo en identificarla. Si la observamos de cerca veremos que el torreón que la contiene no es paralelo, sino transversal al eje de la muralla, de manera que cuando un hipotético enemigo se acercara a ella de frente, no la viera. Por lo demás es una típica puerta árabe, con salida en ángulo y con una altura suficiente para permitir el paso de una persona a caballo. La puerta en ángulo fue una innovación de la arquitectura militar musulmana. Su finalidad es debilitar la fuerza de un ataque contra la misma, al tener que girar el atacante hacia un lado u otro. Además está claro que contra estas puertas no pueden utilizarse arietes. Después de leer algunos textos de historia y meditar sobre la estructura y situación de esta puerta, muchas veces he pensado que los caballeros cristianos que participaron en las entrevistas celebradas en Granada, para la entrega de la ciudad, debieron utilizarla, ya que permite una entrada oculta y disimulada. Pero hemos de continuar, y para ello caminaremos en paralelo a la muralla, hasta el final de la cuesta, y aunque veremos la salida cerrada con una valla, hay una vereda a la derecha, junto a un poste eléctrico, que nos permitirá acceder a la carretera de Murcia. A continuación, debemos ascender por ella hasta una pronunciada curva a la izquierda, y allí, si nos asomamos al pretil, no solo divisaremos una de las mejores vistas de la ciudad, sino que además, si miramos con más atención, veremos como asciende la muralla árabe desde la ciudad, formando tramos escalonados, para unirse a la parte que hemos dejado atrás. Ade- Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada PRISMA CULTURAL Muralla árabe más, trazando una línea imaginaria desde el final de dicha cerca hacia la ciudad comprobaremos que se dirige a la Iglesia de San Ildefonso (donde antes hubo una mezquita), y desde ésta a la Puerta de Elvira, de la que se divisa su cima almenada, dándonos así una pista de los contornos de la Granada musulmana por esta parte. Contemplemos un momento más este excepcional paisaje. Tras descansar un momento, continuaremos subiendo, y de esa manera llegaremos al Mirador de San Cristóbal, donde, de nuevo, contemplaremos un panorama absolutamente ensoñador. Si miramos al frente, veremos la muralla zirí, en primer termino, y más allá las esbeltas siluetas de la Torre de la Vela y del resto de la Alhambra. A nuestra derecha divisaremos prácticamente toda la ciudad. No creo que haya una sola persona que pase por este lugar sin detenerse siquiera un momento. Mirando a nuestra izquierda veremos la Iglesia de San Cristóbal, cuya fachada norte tiene la peculiaridad, ciertamente irrespetuosa, de estar construida con lápidas de tumbas musulmanas. Pero hemos de proseguir nuestra marcha, para lo cual bajaremos por la tortuosa y empinada calle de Veredillas de San Cristóbal, que comienza tras el mirador, y dejando a la izquierda la Placeta de los Yesqueros, continuaremos descendiendo, pero con mucha atención, si no queremos que el rottweiler de una casa que hay a la izquierda nos de un buen susto, como hizo conmigo. Tras concluir la cuesta, atravesaremos la calle de Alhacaba y nos introduciremos en el Carril de la Lona. Nada más iniciarlo divisaremos la majestuosa Puerta de las Eras (Bab al-Unaydar), aunque vulgarmente sea conocida como Puerta de Monaita. A primera vista sorprende su remozado aspecto, debido a recientes restauraciones. De su historia hemos de recordar que era una de las principales entradas a la alcazaba zirí, que ocupaba gran parte del Albaicín, y es muy anterior a la Alhambra. Está formada por dos arcos de herradura, separados por una puerta metálica, construidos en piedra de la Malahá, con inclusiones de piedra de cantería. Lápidas musulmanas en la iglesia de San Cristóbal 65 Revista del 66 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada En este punto considero necesaria una breve explicación. La piedra de la Malahá (que toma su nombre de dicho pueblo) es esa piedra de aspecto arenoso y color marfileño que tan frecuentemente aparece en las construcciones antiguas granadinas, por ejemplo, todos los muros exteriores de nuestra catedral están hechos de ella. La piedra de cantería es esa otra más oscura y de aspecto agujereado, también muy usada aquí. Todo el exterior de la Chancillería de Plaza Nueva, se construyó con esa piedra. Para terminar la descripción de la citada puerta, diré que vista desde abajo tiene un aspecto realmente solemne y parece ser mayor de lo que es en realidad. Puerta de Monaita o de las Eras Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada PRISMA CULTURAL Puerta de Elvira Continuando nuestra andadura por el Carril de la Lona, si miramos a nuestra derecha, divisaremos una gran parte del barrio del Cenete, y cruzaremos frente al esbelto campanario de la Iglesia de San Andrés. Me viene a la memoria que, muy próximos a la misma, se encuentran unos baños árabes, que examiné en su día mientras los restauraban, y espero que pronto puedan ser abiertos al público. Llegamos a una finca que se encuentra a la derecha, en el número 35 del carril, si nos asomamos al pretil y miramos hacia abajo, veremos los restos de un torreón que están adosados al muro. Son los vestigios de otra puerta zirí, la Puerta del León ( Bab al-Asad ), de la que sólo queda parte de sus cimientos, hechos de bloques de la Malahá, sobre los que se alza una especie de torre de ladrillo y mampostería de canto rodado. La existencia de esta puerta (poco citada en los textos árabes) es indudable, no sólo por los mencionados restos, sino, además, porque aquí sitúan las crónicas cristianas el Portillo de San Miguel. Para proseguir nuestra ruta hemos de introducirnos en las calles Bocanegra y San José, con lo que pronto nos encontraremos ante la iglesia del mismo nombre. Lo más interesante de ésta es que muy cercano, pero separado de ella (caso único en Granada), se encuentra un alminar de época zirí, del siglo X, que pasa por ser el más antiguo de España. Además es un prodigio de conservación. Todo el cuerpo está formado por bloques de la Malahá, con alguna inclusión de piedra de cantería, salvo la parte del campanario que es un añadido de época cristiana. Si nos retiramos un poco y giramos en torno a la misma, observaremos todas las caras de su esbelta y sugestiva estructura. Aunque los expertos señalan que es de época zirí, si nos fijamos en un ventanal que hay en la cara Este, observaremos que tiene forma de ojo de cerradura, diseño muy típico de la arquitectura califal. En la Mezquita de Córdoba y en Medina Zahara he observado puertas y ventanales muy parecidos. Aunque estamos llegando al final de nuestro paseo, todavía quedan un par de lugares por examinar. Si descendemos por la calle Grifos de San José, pronto llegaremos a la bulliciosa calle Calderería, donde se encuentra la Iglesia de San Gregorio. Si tenemos la 67 Revista del 68 PRISMA CULTURAL curiosidad de entrar, encontraremos una pequeña y sencilla iglesia de paredes blancas, que con su silencio invita al recogimiento. Al salir podemos bajar por la calle Cárcel Alta y así caminaremos junto a los muros de la Chancillería, que tiene, al comienzo, una interesante (y poco conocida) puerta. Más adelante, si miramos a ras de suelo, veremos dos pequeños ventanucos, pertenecientes a las mazmorras que aquí había, y que nos recuerdan que este edificio no solo era palacio de justicia, además era prisión. Buena prueba de ello la tenemos en las inscripciones de las columnas que sustentan el segundo patio del edificio. Son una crónica grafica, Ilustre Colegio de Abogados de Granada con nombres y fechas, del encierro de diversos presos en este lugar. En muchos casos sorprende la calidad de la caligrafía que utilizaron. Y aquí en Plaza Nueva, uno de los corazones de Granada, con la vigilancia permanente de la Torre de la Vela, concluimos nuestra andadura. Pero hay mucho más que conocer de nuestra ciudad, quizá otro día hablemos de los puentes árabes que hay aquí mismo, bajo esta plaza, o demos un paseo por el lecho del río Darro, pero, como he dicho, eso será otro día. ar de Almin oca la ép Zirí Revista del Ilustre Colegio de Abogados PRISMA CULTURAL de Granada José Robles Pozo, abogado José Luis Delgado López Historiador E ntre las muchas llamadas “casas de paso” que había en Granada, ésta se situaba entre las calles Sancti Espiritu, que no tenía salida, y la calle de la Colcha para dar acceso a Pavaneras y San Matías. Que se lo pregunten a la ilustre familia de los Jiménez Casquet que por allí vivieron muchos años. Era el pasaje bautizado con el nombre del propietario de la finca, el abogado D. José Robles Pozo que lo era de los ilustres colegios de Granada y Madrid. Poco se sabe de él hasta que salga a la luz la obra, actualmente en prensa y firmada por el autor de este artículo, que desvelará no solamente sus rasgos biográficos sino los de su hijo Rogelio, también licenciado en Derecho y a cuya iniciativa se creó la llamada “Fundación Robles Pozo”. Hasta tanto aparezca dicha publicación respetaremos el contenido. Pero un somero acercamiento a la figura de su padre nos pone en situación de lo que luego sería el patrimonio de esa fundación, de cuyos beneficios se 69 Revista del 70 PRISMA CULTURAL aprovechan los alumnos más aventajados de la Escuela de Artes de Granada. Resultaría injusto dejar en el olvido a este como a otros tantos granadinos por el hecho de no haber tenido descendencia, aunque permanezca su beneficiosa y anónima huella. Como en tantas ocasiones la sociedad se suele aprovechar de la cosecha de unos frutos sin conocer quién los sembró. José Robles Pozo nació el 30 de agosto de 1853 a las ocho de la tarde, en la calle de la Colcha, siendo bautizado en la Iglesia de San Gil. Contrae matrimonio con Dª. Encarnación Romero-Saavedra Vargas-Machuca con la que tendrá tres hijos, siendo el último superviviente precisamente el mayor, D. Rogelio. Realizó sus estudios de Segunda Enseñanza en el Instituto de Granada ubicado en el Colegio S. Bartolomé y Santiago de la calle S. Jerónimo, obteniendo el título el 29 de abril de 1870. Se matricula curiosamente en la Facultad de Medicina a la edad de 17 años, pero en marzo del 71 su padre envía al rector una petición de traslado de matrícula argumentando que su hijo no puede estudiar Medicina “por razones de salud”, porque dice que “no puede ver cadáveres”, por lo que solicita el traslado a la Facultad de Derecho. No sabemos qué padecimientos podría tener pero se conserva otro documento en su expediente en el que de nuevo el padre solicita al rector, el doctor Duarte, que le aplace la fecha del examen de Derecho Romano por no poder asistir, dado que se halla tomando “los baños de mar” hasta mediados de septiembre. Obtiene el título de Licenciado en Derecho Civil y Canónico en 1876. Finalizados sus estudios pide al rector autorización para seguir cursos de Doctorado en la Universidad de Madrid. El Sr. Robles Pozo compaginará luego su actividad profesional con la científica. Conocemos la publicación de al menos un par de obras (con dos partes cada una), relacionadas muy directamente con sus conocimientos profesionales. En 1888 publica la Primera Parte del ‘Derecho Procesal de España. La ley y la jurisprudencia vigentes del enjuiciamiento criminal’ y en este mismo año también la Primera Parte del ‘Derecho procesal de España: la Ley y la jurisprudencia vigentes del enjuiciamiento Civil’. Será unos años después, en 1896, cuando publique las segundas partes de sus obras que titula ‘Las leyes y la jurisprudencia del Enjuiciamiento Criminal’ (2ª parte). Ilustre Colegio de Abogados de Granada El abogado Melchor Almagro y el padre Manjón Lleva en su interior una interesante dedicatoria manuscrita, en la que se lee: “A mi distinguido compañero y particular amigo el Sr. Abogado Melchor Almagro Díaz. El autor”. Aunque no conocemos bien la relación de Robles Pozo con el senador por Canarias y por Granada Melchor Almagro Díaz. En las páginas finales de la obra aparece una relación alfabetizada de más de cien señores que adquirieron la primera parte y en la que se lee: “señores que han adquirido el primer tratado sobre Derecho Procesal de España o sea ‘La Ley y la Jurisprudencia vigentes del enjuiciamiento civil (agotada)”. En ella se citan entre otros, a: D. Eduardo Amaro Arroyo, D. Melchor Almagro, D. José España Lledó, D. Emilio Esteban Casares, D. Enrique Gamir Colón, D. Antonio González Garbín, catedrático de la Universidad de Granada, D. José López Guevara (librero), D. José Marcelino González, juez de 1ª Instancia del distrito del Sagrario, D. Enrique Mendoza Calvo-Flores, escribano de Cámara de Granada, D. Pedro Mirasol de la Cámara, D. Antonio Peñafiel Calderón, D. Eugenio Pons (librería), D. Francisco Raso (librería)… personajes todos conocidos en el ambiente sociocultural granadino. En la portada de la obra ‘El Código Civil y su jurisprudencia hasta el 1º de enero de 1896’, que él comenta, hace un estudio didáctico, exegético y sinóptico bajo el punto de vista del derecho Civil común, foral e internacional. En la contraportada figura una nota en la que se advierte que el libro se halla a la venta al precio de diez pesetas en las principales librerías de Madrid y de provincias, y en la casa del autor, calle de la Colcha, 13, Granada. Transcurrió la vida profesional del Sr. Robles Pozo entre Granada y Madrid, hasta la fecha de su fallecimiento en 1901, coincidiendo con ese periodo de la Historia de España que se abre con la Restauración de 1875 y los reinados de Alfonso XII y, desde 1886, de Alfonso XIII. Son años de una interesantísima vida social y política en España, donde se suceden en el gobierno los partidos conservador y liberal, bipartidismo que en Granada estaba representado por figuras como Eduardo Rodríguez Bolivar, presidente del partido conservador hasta 1897, cuando le sustituye el banquero Manuel Rodríguez-Acosta y Palacios. El partido conservador acogía en sus filas a lo más granado de la burguesía granadina como eran Mariano y Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada PRISMA CULTURAL Calle Reyes. Valentín Agrela Moreno, Juan López Rubio, José Ruiz de Almodóvar, etc. del siglo, las de la Cofradía del Avellano, de Ganivet y Gómez Moreno. El partido liberal era en realidad un conglomerado de tendencias con el denominador común del progresismo. Quizás los miembros más caracterizados sean Juan Ramón la Chica, Fernando Pérez del Pulgar y Blake, Mariano Zayas y Francisco Ruiz Villena, entre otros. En el seno del republicanismo habría que situar a Melchor Almagro Díaz y Joaquín Alonso Pineda, que había sido alcalde de Granada durante la I República. Granada contaría aproximadamente con unos 70.000 habitantes y por estas fechas (1880) estaba recibiendo a un curioso personaje, el que luego sería el Padre Andrés Manjón, catedrático de Derecho Canónico y educador de gitanos en las laderas del Sacromonte con sus ejemplarizantes Escuelas del Ave María. Vivió las interesantes décadas de la Granada finisecular cuando estaría iniciando lo mejor de su carrera profesional. Acontecimientos tan interesantes como el protagonizado por el Cantón de Granada del año 1873 o la fundación del Centro Artístico. El 12 de abril de 1885 se reunían en el número 20 de la Plaza Nueva, en la conocida como ‘casa de Gavarre’ (edificio de los Juzgados), un grupo de granadinos para fundar el ‘Centro Artístico’ llamado a “promover el progreso y desarrollo de las Bellas Artes granadinas y satisfacer una necesidad imperiosa que venía sintiéndose desde mucho tiempo”. Unos años antes venía funcionando ya esa curiosa sociedad artística y literaria de La Cuerda (1850). Son las décadas finales La amistad de D. Andrés Manjón con el Sr. Robles Pozo está documentada y a ella se refiere en su Diario cuando dice, por ejemplo, “me llamaron para visitar a un enfermo de la ciudad, D. José Robles Pozo, y no pude ir [estaba en la cama, enfermo del dengue] aunque era mi amigo y yo le amaba”. Murió el día 6 de abril de 1901. Al año siguiente se celebró misa de funeral, en la capilla del Ave María y el Padre Manjón refiere que el Sr. Robles Pozo “fue amigo del Ave María”. En esta misma década de los 80 tan fecunda se crea la famosa revista ‘La Alhambra’ (1884) gracias a la iniciativa de Francisco de Paula Valladar. Dicha publicación resulta imprescindible para el conocimiento 71 Revista del 72 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada cha, nº 13, a la de la Calle Méndez Núñez, 15 y 17 y a los intentos de compra de la finca vecina, en la calle Santi Espiritu 17 y 19, que por fin se la adquiere a los herederos de D. Fernando Quesada. La finca formaba parte de uno de los lugares más apreciados de la ciudad, junto al río Darro, muy cerca de la Chancillería y de la vivienda que un día perteneció a la familia de Don Álvaro de Bazán, donde nació el ilustre marinero. En el plano que de la ciudad de Granada nos dejan en 1894 Ramón González Sevilla y Juan de Dios Bertuchi ya se aprecia con claridad la manzana ocupada por las propiedades de Robles Pozo, entre las calles Colcha y Sancti Espíritu. Se observa que ésta no tiene salida a Pavaneras y de ahí la necesidad de abrir el Pasaje que llevaría, como hemos señalado, el nombre de ‘Robles Pozo’. La muerte de José Robles Pozo Vista aérea de la casa Robles Pozo. más profundo del ambiente cultural granadino y de sus manifestaciones artísticas y literarias. Años también de catástrofes como la crecida y desbordamiento del río Darro el 14 de mayo de 1887, acontecimiento de la vida local que tal vez pudo contemplar Robles Pozo desde los propios balcones de casa. Pero mucho peor fueron un poco antes los terremotos y la epidemia de cólera del año 84. La casa de Robles Pozo Guarda el Archivo Histórico Municipal de Granada una interesante documentación relacionada con las posesiones inmobiliarias de Robles Pozo. Entre los años 1892 al 1896 lo encontramos enzarzado en pleitos de expropiaciones, indemnizaciones, compras de fincas, pagos por instalaciones de vallas en la vía pública cercanas a su finca, reclamación a algunos inquilinos por falta de pago, etc. Pero los más densos problemas los va a tener con el Ayuntamiento que entonces presidía el Sr. Tejeiro, siendo el arquitecto municipal D. Modesto Cendoya. Dicha documentación hace alusión a las casas de su propiedad en la Calle de la Col- En la partida de defunción, que obra en el Archivo Parroquial de San Gil y Santa Ana, se lee: “D. José Robles Pozo, (casado). Como cura párroco de San Gil de esta ciudad mandé dar sepultura al cadáver de D. José Robles Pozo, natural de ésta, de cuarenta y cinco años de edad (sic, cuando en realidad debía tener 48), casado con doña Encarnación Romero Vargas, hijo de D. José y Dª Dolores, falleció el día anterior a las dos de la tarde a consecuencia de un cáncer del estómago, según certificación del facultativo, no testó, recibió el Stmo. Sacramento de la Extremaunción, vivía en la calle Hernández Velasco [Sancti Espíritu]”. También a su muerte se refiere el P. Manjón en su Diario cuando dice: “Murió ayer D. José Robles Pozo y hoy lo entierran, asistiendo muy pocos de entre sus muchos amigos. Sé de todos, atiende a todos, y muérete enseguida, para ver cuántos se acercan a ti. Si Dios no hubiera, el sacrificio de los hombres sería tontería. A otros defendió y guió en pleitos y testamentos, y en los suyos ni testó ni dejó negocios acabados, por lo cual son de tener pleitos. Tal pasó con D. José Robles Pozo”. No deja de ser interesante y esclarecedora la cita, porque algo se refleja no sólo del carácter del personaje estudiado sino también de la sociedad y las amistades granadinas de las que pudiera haberse rodeado. Algo más sabemos ahora de aquel abogado que un día dio nombre al pasaje por donde corríamos los niños del barrio y hoy todavía a una noble Fundación benéfica. Revista del Ilustre Colegio de Abogados PRISMA CULTURAL de Granada La vida de un diplomático en la sombra El almirante Canaris y su relación con España (I) Larry Connemara Abogado Un joven de principios A comienzos del año 2007, se cumplieron ciento veinte años desde que nació, un 1 de enero de 1887 en Aplerbeck, villa cercana a Dortmund, Wilhelm Canaris en el seno de una familia burguesa de clase mediaalta. Y precisamente ahora, se cumplen noventa años de la peligrosa huida que protagonizó en España en la que puso varias veces en riesgo su vida. Su padre, cuyos ascendientes originarios del Norte de Italia se habían adaptado perfectamente a Alemania ya en el siglo XVIII, era director de una fábrica siderúrgica en la fértil cuenca del Ruhr. Su madre, hija de una estirpe de silvicultores de Franconia, fue una mujer cultivada intelectualmente y le transmitió al pequeño Wilhelm su sensibilidad y ansia de progreso así como el gusto por los idiomas y su amor por los animales. Si no hubiera sido por su etapa como Jefe del Servicio Secreto Militar alemán (Abwehr) durante el periodo nazi, nuestro personaje podría haber pasado a la historia como un magnífico precursor, desde la política o la diplomacia, de una transición hacia un futuro más esperanzador después del fracasado y frus- 73 Revista del 74 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada como un héroe, mas bien como a una figura sensata, pero intrigante, que llevó el engaño ligado a su personalidad. trante, para Alemania, Tratado de Versalles. La ruptura de la decadente República de Weimar dio paso, de inmediato y sin anestesia alguna para Alemania, a un sistema político abominable como el nazismo Tal vez entonces, habrían tenido sentido sus enormes esfuerzos en los años 20 y 30 por engrandecer a la Marina de Alemania a espaldas de los vencedores de la Primera Guerra Mundial con objeto de colocarla en la órbita de las verdaderas potencias coloniales como eran Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos o Japón. En la práctica, el auge de todas estas actividades ilegales de aumento desmesurado de los límites navales marcados por el Tratado de Versalles1, cayó en manos de la maquinaria totalitaria nacionalsocialista sin remisión. Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos para deshacerse de la sofocante máquina del partido nazi, de esquivar a Hitler con notable éxito en multitud de ocasiones y, sobre todo, de tejer una magnífica conexión con los aliados, antes y durante la guerra, para llegar a la paz, a pesar de ello, considero el deber de vencer la tentación de presentar al Almirante Canaris Pero, la historia de su vida, además de conformar una apasionante aventura plena de ansiedad, lucha y compromiso moral, con el enigmático ingrediente del hermetismo propio de las personas que han llevado su vida por el angosto y arriesgado sendero de la doble vida y el espionaje, además de ello, digo, posee un grandioso detalle que no escapa a cualquier buen conocedor de la figura del Almirante y éste fue su gran afinidad con España y su fuerte y poderosa relación con la idiosincrasia del pueblo español, al que conocía y apreciaba a partes iguales. Realmente, llegó a ser un estupendo conocedor de la cultura hispana y del marcado carácter emotivo y acogedor de sus gentes, pero también de las limitaciones de sus políticos o las carencias de su economía. En esta disección del personaje habrá que hacer un paréntesis a propósito de su relación con el dictador español Francisco Franco2, con quien tuvo una más que correcta amistad que incluso rayaba en el aprecio mutuo, algo que jamás tuvo con ninguno de los grandes jerarcas nazis, gente como Goering, Himmler, Heydrich, Goebbels, Ribbentrop o el mismo Hitler, a los cuales detestaba. Quizá la raíz latina de su familia paterna tuviera algún gen que moldeara la habitual frialdad y fidelidad incondicional del alemán e hicieran de él la persona sensible, inteligente, con fino humor3, pero intrigante que resultó ser. En el plano físico era de estatura baja y de tez tostada, lejos del estereotipo del alemán alto y de piel blanca. De pequeño, Wilhelm Canaris destacaba por su enorme astucia y gran capacidad observadora, no en vano fue apodado por sus compañeros de clase como el “mirón”. En su juventud, un viaje familiar en barco por el Mediterráneo le despierta una peculiar pasión por el mar y los buques; tanto es así que lucha contra viento y marea con su padre para ingresar en la Marina, cosa esta que ocurre a la muerte de su progenitor en 1904. El arrogante Karl Canaris no creía propicio que el joven Wilhelm se hiciera militar de profesión y en caso de una fuerte convicción del chico, esperaba que al menos ingresara en un regimiento de Caballería donde figuraba gran parte de la noble élite prusiana de principios de siglo. En la Academia Naval de Kiel, principal base de operaciones de la Marina Imperial Alemana, fue un alumno brillante que además dominaba varias lenguas, a causa de sus estudios Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada en Inglés y Francés, pero también debido a su aprendizaje en los diferentes lugares que visitaba en sus viajes de adiestramiento. Hasta 1912 hace instrucción en diversos buques y torpederas del Mar del Norte y más tarde se incorporó al crucero de guerra “Dresden” con algunas importantes misiones negociadoras; en ellas parece que se empapa de la importancia de la diplomacia en el Mediterráneo y Oriente Medio. La Gran Guerra Pero su vida cambia por completo en el verano de 1914 a raíz de una operación de rescate en Tampico, México, a bordo del crucero ligero Dresden, donde ostentaba el rango de Subteniente de Informaciones. Los rebeldes mexicanos hostigaban a la ciudad donde se refugiaba el presidente Huerta, y unos cuantos barcos de distintos países esperaban mar adentro ante la amenaza de los sublevados de verter combustible de la refinería cercana al mar e incendiarlo en caso de rescate a las fuerzas del presidente. El buque alemán, que igual que los demás, sólo pretendía poner a buen recaudo a los ciudadanos de su país amenazados en tan agonizante situación, remontó el cauce del río hasta la ciudad y pudo llevar a cabo con éxito su misión. A la vuelta, el Dresden debía regresar a Europa, pero justo entonces estalla la Primera Guerra Mundial, prendida por la mecha de los siempre conflictivos Balcanes. En ese momento se ordena al buque unirse a la flota del Almirante Von Spee que se dirigía hacia el PRISMA CULTURAL Atlántico Sur desde las colonias alemanas del Índico. En la Isla de Pascua hacen los alemanes recuento de sus efectivos en hombres y barcos, y deciden atacar a la flota inglesa, saliendo a su encuentro. El primer combate cerca de las Islas Coronel frente a la costa chilena es un rotundo éxito teutón en el que hunden dos cruceros ingleses y ponen en fuga a otros dos más; pero, envalentonados por ello, deciden que la flota (compuesta por dos acorazados y tres cruceros) intente sorprender a los británicos junto a las Islas Malvinas, Base Naval Inglesa de Operaciones en el Atlántico Sur. En este caso, los ingleses esperaban con ansiedad que su presa se metiera en la boca del lobo e infringieron a los alemanes una severa derrota, hundiendo todos sus buques menos uno, el Dresden, que gracias a la potencia de sus turbinas logra huir en dirección a las costas y fiordos de la Patagonia chilena. Corría el mes de diciembre de 1914 y Wilhelm Canaris estaba a punto de empezar su larga historia de peripecias. Durante tres meses, el barco alemán burla la caza a la que le somete más de la mitad de la Flota Inglesa del Sur, temerosa esta de dejar que un solo buque enemigo amenazara las líneas marítimas de comunicación y suministro de materias primas, tan necesarias para el Gobierno de su Majestad ahora que comenzaba el esfuerzo bélico en Europa y dado que el pulso de fuerzas era tan igualado. Ese quebradero de cabeza que supuso para la Royal Navy la búsqueda del 75 Revista del 76 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada yes Marítimas Internacionales, que determinaban que un buque de un país en guerra estaba a salvo en las aguas territoriales de otro declarado neutral, como era el caso de Chile. El Glasgow no hizo caso y antes de intentar bombardearlo, los alemanes explosionaron las cargas de dinamita para hundirlo con honor. Todos los tripulantes habían tenido tiempo de desembarcar en tierra y fueron confinados por el Gobierno de Chile en una isla cercana a la localidad chilena de Concepción. La aventura había terminado y todo el mundo estaba contento; los ingleses por fin podían respirar tranquilos y enviar buques de guerra de esa zona al más necesario teatro bélico europeo; y los alemanes habían salvado sus vidas y consiguieron entorpecer durante bastante tiempo al perplejo Alto Mando de la Royal Navy e incluso al First Sea Lord, Jackie Fisher. Dresden no hubiera sido posible sin el excelente trabajo de desinformación propiciado por el joven suboficial de informaciones Wilhelm Canaris, que introdujo constantes trucos y añagazas mediante telegramas falsos dirigidos a inexistentes barcos de enlace o a supuestas carboneras de suministro de combustible. En el instante en que los ingleses recibían determinados cables con posiciones falsas, tenían que comprobarlo y en hacerlo perdieron todo el tiempo. Más aún, Wilhelm, mezclaba informaciones falsas con ciertas para desconcertar al enemigo y que este tuviera que comprobar cada una de las pistas sobre la posición y latitud del buque huido. La interminable red de fiordos chilenos sirvió perfectamente como madriguera y, para rematar la faena, los Servicios de Información ingleses, que buscaban contactos en las inhóspitas islas de la zona, encontraron verdaderos problemas para hallar personas que pudieran divisar al barco en cuestión. Al fin, en marzo de 1915, los alemanes son divisados por el HMS Glasgow en la Isla Mas a Tierra del archipiélago de las Juan Fernández, justo en el epílogo de su escapatoria cuando se encontraba ya aprovisionado de víveres y combustible para desaparecer del cerco inglés. La tripulación salvó la vida por una treta más de Canaris que buscó conferenciar con el buque inglés, dados los términos de las Le- El joven Canaris, experto en las dotes del engaño, también había podido aprender un aceptable “castellano” durante sus diversos viajes por Sudamérica, lo cual le hizo acreedor a una nueva aventura, esta otra en solitario. Como quiera que su físico podría pasar desapercibido en un país como Chile, huyó del confinamiento en el islote y buscó el contacto de una amiga chilena de ascendencia alemana en Concepción; llegó a su casa vestido con un elegante abrigo de la mejor lana europea y salió de allí camuflado de mendigo. A través de ocho largos meses atravesó la Cordillera de los Andes desde Santiago de Chile hasta Buenos Aires, por ferrocarril, carruaje, a caballo, en trasbordador y a pié, llegando a la casa Von Bulow, su contacto alemán de Buenos Aires, exhausto y desvalido. Con un pasaporte falso a nombre de Reed Rosas, un viudo chileno que viaja a Holanda para recibir una herencia de su madre inglesa, se embarca en un transporte holandés, pero por culpa de la guerra, es desviado por Gran Bretaña de su ruta original hacia el puerto inglés de Plymouth. Su estrategia de hacerse amigos ingleses dentro del barco le reportó un beneficio inesperado, cuando la policía inglesa le requiere el pasaporte; usando a sus nuevas amistades del barco logra evitar el último escollo antes de regresar al puerto de Rotterdam, ya fuera de peligro. Al llegar a Alemania, se le condecora por el honroso hundimiento del Dresden, pero sin embargo muy pocos tomaron en cuenta lo que este arriesgado hombre había conseguido hacer para regresar a su patria. Uno de los que sí dio importancia a este hecho fue el Jefe del incipiente Servicio de Espionaje III-B, el Coronel Nicolai, quien para captarle, hace acopio de su impresionante expediente y le envía a España en una Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada misión igualmente peligrosa, pero a la vez demasiado relevante para ponerla en manos de un espía al uso. El objetivo era buscar apoyos españoles para que los submarinos alemanes del Mediterráneo pudieran aprovisionarse en las costas de las Islas Baleares, ahora que Italia había cambiado de bando y volcado el equilibrio de fuerzas del Mediterráneo en favor de la Entente Franco-Británica. Pero Wilhelm, algo reacio hacia esta nueva misión, termina aceptando y llega, en la primavera de 1916 a Madrid con el nombre de Reed Rosas en su pasaporte. En principio, el Teniente Canaris vigila desde Algeciras la Base de Gibraltar y viaja por numerosas ciudades españolas buscando los apoyos en España que el Kaiser Guillermo y el Mariscal Luddendorff le pedían al Coronel Nicolai. Los rostros que buscaba tenían nombre y apellidos y eran Horacio Echevarrieta, el banquero y naviero más importante, que además pasaba por ser la fortuna más grande en España, y sobre todo el insigne hombre de negocios Juan March con el que llegó a trabar Wilhelm Canaris una profunda amistad y respeto. El empresario mallorquín puso a un ejército de contrabandistas a actuar y aprovisionó con todos sus PRISMA CULTURAL suministros disponibles a los sumergibles de Alemania que surcaban los alrededores de las Islas Baleares. Lo hacía por medio de un acuerdo comercial beneficioso para ambos, debido al más que probable trato hecho, por el cual la Marina Imperial Alemana, encargaría la construcción de barcos en los astilleros españoles y ello lo pagarían los bancos alemanes en el más estricto secreto. A nuestro Reed Rosas no le agradaba la guerra, pero flirteaba con las corrientes europeas del comercio armamentista exclusivamente motivado por el engrandecimiento del potencial de la Marina Alemana, algo esto, que le permitiera al Imperio defender sus colonias con honor y entereza, tal y como lo hacía la Armada Británica, a la que Wilhelm Canaris admiraba profundamente. En aquellos momentos, las embajadas británica, francesa y alemana en Madrid echaban humo y eran grandes nidos de espías. En el transcurso de una delación, la identidad y cometido de Reed Rosas fueron descubiertos, teniendo que huir apresuradamente en tren. Utiliza como excusa de su viaje a Suiza, una cuestión de salud, pero a punto de pasar la frontera italo-suiza, le apresa la policía italiana y le 77 Revista del 78 PRISMA CULTURAL Ilustre Colegio de Abogados de Granada envía a una fría cárcel de los Alpes junto a su compañero de viaje, un sacerdote español quien le ayudaría a salir del atolladero con su influencia vaticana y los contactos españoles de Rosas. Después de presiones a distintos niveles, los italianos toman una decisión salomónica; colocan a Canaris en un barco español con rumbo a Cartagena, pero con la condición de que la nave debe atracar antes en Marsella para que los franceses comprueben que en verdad no se trataba de la identidad de un espía. El poder de persuasión de Canaris se pone de nuevo en marcha, y termina por desahogarse con el capitán del barco español, revelándole que lo que de verdad le espera en Marsella es la ejecución por espionaje, tal y como sucedería con Mata-Hari unos meses después en París. El resultado es que el barco le lleva a Cartagena sin hacer escala en Marsella. Durante los meses posteriores, Reed Rosas se percata que la guerra se recrudece y empieza a perder toda ética, cuando conoce que desde Berlín se mandan a España ampollas de cristal de carbunco, unas bacterias mortales para envenenamientos masivos de aguas en la frontera luso-española con la intención de dificultar las comunicaciones entre portugueses y aliados. El hecho en sí nunca se llegaría a producir pero, a causa de ello, decide Rosas abandonar la misión y regresar a toda costa a Alemania a un puesto cualquiera en la Marina. La respuesta de Berlín es “no”, pero ante la insistencia de Rosas se manda un submarino para recogerle y de nuevo tiene lugar una aparatosa y arriesgada huída frente a las costas de las islas Baleares con un buque francés que, en sus mismas narices, no puede evitar el enlace del Señor Rosas con la nave alemana, deslumbrado por la luz cegadora del sol. El fin de un Imperio Al llegar al puerto austriaco de Cattaro se le concede la Cruz de Hierro de Primera Clase por la peligrosa Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada PRISMA CULTURAL difícilmente podía controlar la, heredada por la guerra, carencia de recursos económicos, la descontrolada inflación y los desórdenes sociales creados por los rebeldes espartaquistas Karl Liebnecht y Rosa Luxemburgo, quienes pretendían instaurar en Alemania la misma República Socialista que Lenin había creado en Rusia. Estos líderes son asesinados en una rápida acción llevada a cabo por compañeros de armas de Canaris, cuando él, ignorando la trama criminal, estaba de viaje por el Sur de Alemania. Como todos los imputados en la causa son detenidos, para más tarde salir en libertad, surgen duras críticas, por parcialidad en favor de los acusados, hacia uno de los asesores del Consejo de Guerra, que no es otro que Wilhelm Canaris. Esto le cuesta el arresto por unos días. misión llevada a cabo y el Teniente Canaris decide que se hará de nuevo a la mar, esta vez aprendiendo a pilotar un submarino. Antes de que acabe la guerra llega a ser Comandante de su propio sumergible, obteniendo numerosos éxitos en aguas del Mediterráneo. Al acabar el conflicto, en noviembre de 1918, lo que debería resultar algo alegre para él, se convierte en frustrante y desagradable; cuando llegan las naves alemanas al puerto de Kiel, ve ondear en todos los buques atracados la bandera roja de una rebelión comunista, la cual, había convertido en desorden, incendio, saqueo y asesinato los restos y despojos de la Marina Imperial. Es en esta época, cuando el joven Canaris se vuelve un anticomunista impenitente y, con el rango de Capitán de Corbeta, hace una pequeña y delicada incursión en la política durante 1919. En el nuevo curso para Alemania, iniciado por la República de Weimar, ostentaba cargos de Oficial de enlace y consejero del Ministro de Interior Gustav Noske. Son años muy complicados para Alemania y esta nación, La débil República de Weimar aspiraba a molestar lo mínimo al descontento Ejército, así que proliferaban los pustch militares para imponer el orden. En uno de ellos se ve envuelto nuestro hombre a causa del dilema de decidir entre el Ejército, al que pertenece, y el Ministro, a quien representa. Elige lo primero y cuando el intento se frustra es encerrado en una celda del Presidium de Berlín durante unos días. Desilusionado por la inestabilidad política y económica que vive la República, nuestro amigo vuelve a un puesto naval en Kiel, con la misión de restaurar la normalidad en una Base Naval desmoralizada y paralizada por el desorden. Entre 1920 y 1923, la bipolarización de la política en Alemania era un hecho y las luchas callejeras entre comunistas y nacionalistas, detractores ambos de la República, se radicalizaron. En ese entorno de confrontación, había surgido una alternativa fanática y violenta que contrastaba con la frialdad y desinterés con el que la República de Weimar observaba las, vergonzosas para Alemania, indemnizaciones de guerra del Tratado de Versalles; era el partido Nacionalsocialista de los Trabajadores de Adolf Hitler, el NDASP. En 1922, nuestro personaje conoce, como Comandante de un Buque-escuela, a un inteligente cadete llamado Reinhard Heydrich, que sería quince años después su peor enemigo, el temido Gruppenfuhrer SS que puso en funcionamiento la infame maquinaria nazi de la Solución Final para la cuestión judía. Posteriormente, el joven fue expulsado con deshonor de la Marina por un lío de faldas, justo cuando mejor futuro le presagiaba su propio Comandante. Sin embargo, un tiempo después, se alistaría en la nueva Policía SS, donde años más tarde se haría indispensable mano derecha del Reichfuhrer SS Heinrich Himmler. 79 Revista del 80 PRISMA CULTURAL Nuevos tiempos Wilhelm Canaris, con el transcurrir de los años y el ascenso del Nazismo en 1933, se encontró atrapado entre un régimen político agotado como la República de Weimar, a la que no estimaba, y la dictadura de un partido excluyente, violento y racista al que detestaba. En un principio pensó que tal vez ese régimen sería tan sólo una digresión en la historia de Alemania, algo que garantizaría un milagro económico y que más tarde, la población alemana, mayor de edad, no tardaría en dar la espalda. Sin embargo, estaba menospreciando la capacidad intimidatoria que sobre la población tendría el aparato nazi y sus instrumentos de represión, las Tropas de Asalto SA, y más tarde las SS. En su retiro báltico de las playas de Swinemunde, donde comandaba la Base Naval Oriental, el nuevo Kapitan zur see Canaris, recibe la propuesta de su amigo, Conrad Patzig, de hacerse cargo de la Jefatura del Servicio Secreto Militar alemán, que este mismo ostentaba, por su impotencia para hacer entrar en cintura al SD y la Gestapo de Heydrich que se inmiscuían constantemente en su cometido. En enero de 1935 jura su cargo de Jefe del Abwehr, uno de los cinco servicios secretos con que entonces contaba el III Reich. Jamás Canaris tuvo la inconsistencia moral de dudar entre un juramento dado a una persona (Hitler) o a una Patria (Alemania); es decir, a su Patria no la traicionaría jamás, pero a Hitler lo haría desde el principio, viéndose obligado a conspirar contra él. Con el tiempo y una reunión con Heydrich, consigue separar las funciones de su Servicio Secreto, con objeto de que ni siquiera la Gestapo, de la que odiaba sus métodos, pudiera colarse en su cometido. También, desde el principio crea un clima en su Servicio de oficiales antinazis y ello convertirá a su edificio en un nido de disidentes contra el régimen. Por último, potenciará el Abwehr de modo que lo convertirá en el más importante Servicio Secreto de Alemania con una red de agentes por todo el mundo que superaría los 50.000. Sin embargo, pronto se dará cuenta que el verdadero enemigo lo tiene en la casa de al lado y es que Reinhard Heydrich, su azote desde su llegada a Berlín, no solo domina al SD y la Gestapo rivales del Abwehr, sino que se traslada a vivir a una mansión berlinesa colindante a la suya para tenerle vigilado e infundirle el temor a ser descubierto por el feroz y Ilustre Colegio de Abogados de Granada despiadado servicio de seguridad que comandaba y con el que campaba a sus anchas por el Reich, deteniendo y torturando. En julio de 1936 se desata la rebelión contra la República en España, pero desde el primer momento fracasa en Madrid y Barcelona. El Ejército de África del General Franco está inmovilizado en territorio marroquí por lo que necesita aviones de transporte para disponer sus tropas al otro lado del estrecho. El Jefe del Abwehr es uno de los primeros en saber del levantamiento y ya preveía su desencadenamiento debido al profundo conocimiento que tenía de muchos de los militares españoles, con quienes había coincidido muchas veces (desde otra época incluso) y sobre todo por la desesperada, violenta y quebradiza situación social que reinaba en España. Los jerifaltes nazis disfrutaban en el festival de Wagner de Bayreuth, mientras una comisión española encabezada por el Capitán Arranz llegaba allí para demandarles ayuda con una carta redactada por Franco. La posición general del departamento político nazi expresada por Dieckhoff fue clara desde el principio; nada de entregar armas a los rebeldes que supusiera comprometer los intereses comerciales alemanes en España. Y el Ministro alemán de Exteriores ratificaba esa idea. De madrugada, Hitler reune al Mariscal de la Luftwaffe Hermann Goering, al ministro de la guerra, el Mariscal Von Blomberg y al Jefe del Servicio Secreto Wilhelm Canaris. A la pregunta de Hitler de “¿qué hacemos?”, ni Goering ni Blomberg estaban decididos a defender la posición de los sublevados españoles, debido a que para ellos, era mucho más importante no tomar riesgos ahora que habían recuperado Renania, y añadir esto, podría conllevar dificultades con Francia e Inglaterra. Sin embargo, ocurrió que Canaris hizo un retrato muy halagador de Franco, diciendo que era un hombre excepcional de personalidad cautivadora que incluso pintaba para calmar sus nervios. Un General inteligente, prudente y pragmático que admiraba los valores de la disciplina y el orden y que con 33 años había llegado a ser el General más joven de Europa después de Napoleón. Para rematar dijo que la única posibilidad de los rebeldes de que no se instaurara el comunismo soviético en España era ayudarle, ya que la industria y la riqueza de su país aún estaba en manos de los rojos. Se guarda de decirles que Franco no siente ninguna simpatía por el Nacionalsocialismo y que no aprueba las leyes raciales de Nuremberg. Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada Hitler quedó impresionado por su exposición y, aunque seguía teniendo dudas, se inclinó por dar una ayuda discreta y limitada a pesar de que sus dos acólitos no veían claro que el único beneficio para tal empresa fuese la puesta a prueba de los nuevos aviones y el entrenamiento de los jóvenes pilotos alemanes. Días después, se destinaron a Marruecos veinte aviones de transporte Junkers 52 y séis cazas Heinkel 51 con los correspondientes suministros de piezas de recambio. A partir de entonces, Canaris se convertirá en el hombre indispensable para encaminar las relaciones de Alemania con la España de Franco. La primera conversación entre Franco y Canaris desde el pronunciamiento, tiene lugar los primeros días de Octubre de 1936 en el Palacio Episcopal de Salamanca. El alemán viajó hasta allí en un avión de transporte, entre bidones de gasolina y con pasaporte argentino a nombre de Juan Guillermo. Al llegar a la ciudad española es invitado a almorzar y en la mesa solo se habla del estado optimista de a guerra tras la liberación de Toledo y la preparación de la inminente ofensiva hacia Madrid. Pero hasta que Canaris no se queda a solas con el General Franco no le expresa sus dudas con respecto al balance de la situación. Le informa de que, según sus agentes, la ayuda extranjera a la República es enorme; tanques, armas, aviones y municiones no cesan de llegar desde Francia y la URSS a los puertos republicanos del Mediterráneo. Además, se refuerzan con 50.000 voluntarios de las Brigadas Internacionales, prestos a intervenir, por lo que insiste a Franco que debe pedir más ayuda a Roma y Berlín para equipar considerablemente a su Ejército. PRISMA CULTURAL Sin embargo, el alemán se percata pronto de que a Franco no le agrada demasiado la idea de depender de nadie. Le comunica, por un lado que no debe temer por la independencia de su pueblo porque está garantizada y que Alemania no le pedirá nada que pueda perjudicarla. Pero, por otro, le traslada la preocupación de la Wehrmacht, porque la creciente llegada de ingentes suministros a los republicanos llegue a comprometer a los Nacionales no solo el resultado global de la contienda sino hasta los resultados ya obtenidos por Franco. La guerra se está llevando de modo demasiado vacilante, se cree desde Alemania. Sin embargo, el Generalísimo le responde que su idea no es la de exterminar al enemigo, ni arrasar sus ciudades ya que a ese pueblo exterminado y a esas ciudades destruidas tendrá que gobernar cuando acabe la guerra. Canaris entiende muy bien y aplaude la delicadeza con su pueblo, pero le recuerda que tan pronto tome la capital tendrá el reconocimiento hacia su gobierno de Alemania, Italia y Portugal. El General Franco acaba, suplicando al Jefe del Abwehr, que no le obliguen a precipitarse y vencer a toda marcha, lo que significaría la muerte de más españoles de la cuenta. El encuentro acaba en tablas porque Franco consigue que Canaris le apoye contra los dirigentes nazis cuando estos amenacen con abandonarle e incluso defendería la idea del dictador de que la ayuda alemana se supeditara al mando único que representaba el mismo Franco; y Canaris, consigue que Franco pida más ayuda, tanto humana como material, a Italia y Alemania, lo que a la larga sería crucial para que los Nacionales ganasen la guerra El Tratado de Versalles firmado por Alemania y las potencias vencidas en la Primera Guerra Mundial, ante los aliados, contenía numerosas cláusulas abusivas tanto en el ámbito económico (desproporcionadas indemnizaciones de guerra) como en el ámbito territorial (grandes posesiones perdidas por Alemania o puestas bajo dominio francés, además del desguace de su imperio colonial). En la esfera militar, Alemania se vio desprovista de la mayor parte de su Ejército y hubo de entregar a las comisiones aliadas toda su maquinaria bélica terrestre, aérea, artillera y naval. En lo que concierne a esta última, todos los barcos construidos por Alemania, únicamente para la defensa de sus costas, debían pasar exhaustivos controles por parte de la Comisión de Control Naval de los Aliados. Se entregaron a Inglaterra la mayoría de sus buques y la totalidad de sus submarinos y la dotación de personal naval se redujo a 15.000 hombres, incluido oficiales. Canaris no tardó en contactar con Basil Zaharoff, un importante y enigmático armamentista que conoció en España, con el que consigue armar un modo de burlar esa humillante castración que lastró el futuro y la dignidad naval alemana. 2 El Almirante tenía en su escritorio una foto dedicada del General Franco y veía en él a alguien honrado, astuto y prudente; sin embargo según dice Richard Bassett, advirtió a éste de los peligros de la dictadura en estos términos “si le entiendo bien, España será una Monarquía sin monarca y por tanto Vd. será un Rey sin corona. Pero, ¿No existen en esta, vuestra particular forma de totalitarismo, riesgos similares a lo que yo he podido detectar en Alemania?” 3 Quienes le conocieron bien, decían que Wilhelm Canaris mantenía su buen humor a pesar de la tensión que exigiera el momento. En cierta ocasión, dialogaba el Almirante con un General de aviación, quien le anuncia en tono de superioridad, que los ingleses caerán bajo el fuego de la Luftwaffe en un espacio de tiempo de seis semanas. Pero Canaris le interrumpe “Nada de eso. Parece ser que el Fuhrer no les da más de quince días. Y el Fuhrer siempre tiene razón”. En otra circunstancia, el Almirante viajaba por una estrecha carretera de Castilla junto a sus más estrechos colaboradores del Abwehr. De repente una manada de cabras se cruza por el camino y el coche se detiene delante del rebaño. Entonces, Canaris se baja e insiste en que todos lo hagan también. Se cuadra y hace el saludo nazi con el brazo en alto y los demás le imitan. Cuando, ante el asombro del pastor, le preguntan sus compañeros porqué lo hacían, él les dice “Quien sabe, podría ir en el rebaño algún General de nuestro Alto Mando”. 1 81 Revista del Ilustre Colegio de Abogados 82 de Granada a disfrutar a disfrutar la receta Huevos sobre puré y roquefort Pablo Amate Miembro de la Academia Española de Gastronomía y de la Real Academia de Veterinaria de Andalucía Oriental Director del Curso de Gastronomía, Enología y Nutrición del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada Miembro de la APM y FAPE S on muchos los que piensan que al escribir mi columna diaria en las cinco ediciones del periódico IDEAL, diario regional de Andalucía, oficio de cocinero o tengo un restaurante. Craso error. Yo lo que soy es critico gastronómico de IDEAL, y de una famosa guía gastronómica, entre otros medios de comunicación nacionales, donde trabajo. Por eso, como comensal, quizás más “chinchoso”, les propongo a esta letrada audiencia que, igual que yo, se animen y cuenten su experiencia personal y particular coquinaria. Elaborar algún plato en casa, o en el Corpus, donde he visto a queridos y afamados juristas darle a los pucheros con gran soltura y calidad, es un ejerció relajante, no exento de felicidad y hedonismo. Que en los tiempos que corren, es mucho. Huevos sobre puré y roquefort Ingredientes 4 huevos. Aceite de oliva virgen extra Hojiblanca 100 g de puré de patatas. 200 g de queso Roquefort. 1 decilitro de leche Elaboración Escalfar los huevos con agua hirviendo, sal y un chorrito de vinagre. Con ayuda de la espumadera envolvemos la yema con la clara y sacamos cuando se hayan cuajado la clara alrededor de la yema. Reservar en caliente. Deshacer el queso roquefort con la leche muy caliente. Reservar. Hacer el puré de patatas y colocar los huevos sobre puré caliente y por encima del huevo salseamos con la emulsión del queso roquefort. Acompañamos unas patatas pajas fritas. Ojo con el uso de la sal, pues el queso azul, aporta la suya. Revista del Ilustre Colegio de Abogados A DISFRUTAR de Granada Recetas de letrados... Manuel Martín Vargas Potaje de garbanzos con bacalao Y de postre... Ingredientes - Un bote de garbanzos remojados (400 gr.) o tres puñados de garbanzos secos y los ponéis en remojo la noche anterior. - Unos 200 gramos de bacalao ya desalado (en remojo al menos 24 horas y con varios cambios de agua) desmigajado (migajas no demasiado pequeñas) - Unos 100 gramos de espinacas troceadas - Un par de pimientos choriceros - Unas almendras (10 o 12) - Una pizca (generosa) de comino - Un diente de ajo - Un chorreón de vinagre Para el postre os sugiero uno muy sencillo y con un resultado muy vistoso, se trata del llamado PAN DE CALATRAVA o como le dicen en algunos pueblos del cinturón de Granada PAN DE PERDIZ. Elaboración Poner en una olla exprés los garbanzos, junto con las espinacas y los pimientos choriceros, cubrir someramente de agua y cocer durante unos 20 minutos (según el tipo de garbanzo que utilicéis, si usáis secos remojados darles de 5 a 10 minutos más). Tras lo anterior y una vez se pueda abrir la olla, sacar los pimientos, abrirlos y “rasparle” la carne que tienen en el interior y echarla en un mortero. Añadir al mortero las almendras previamente fritas, el pellizco de comino, el diente de ajo y el chorreón de vinagre y majarlo todo. Volcar el majado en la olla y con esta destapada volver a hervir unos minutos a fin de que se liguen los sabores y en su caso rectificar de sal (si para vuestro gusto, lo encontráis “bajo” de sabor, le podéis añadir en lugar de sal una pastilla de caldo de pescado). Este plato se suele servir picando un poco de huevo duro sobre el. Ingredientes - Medio litro de leche - 5 huevos - 150 gramos de azúcar - 3 magdalenas - La corteza de un limón - Un palo de canela - Una vaina de vainilla (sirve también una cucharilla de azúcar vainillada, que se encuentra en cualquier supermercado y sale mucho más económica) Elaboración Poner a hervir la leche con el palo de canela, la vainilla ( o el azúcar vainillada ) , la corteza de limón y el azúcar. Cuando hierva dejar que se enfríe un poco y colar la leche vaciándola en otro recipiente en el que se puedan batir los huevos. Añadir a la leche (una vez este templada) los 5 huevos enteros y batir con el brazo batidor. Caramelizar un molde del tamaño adecuado y volcar la mezcla de leche y huevos. Desmenuzar con las manos las magdalenas, sobre la mezcla (que se empapen las migas de magdalena -si hace falta le ayudáis suavemente con una cucharilla-) Ponerlo a cocer al baño maría en el horno durante una hora a fuego medio (180 grados). Transcurrido ese tiempo dejar enfriar (y después lo guardáis en el frigorífico) y cuando este totalmente frío, volcar en una fuente. Si queréis lo podéis decorar con guindas, frutas en almíbar, etc. (si lo hacéis tened cuidado con la forma de colocar la fruta que después a la hora de cortar y repartir el pastel es un problema) Envíe sus recetas a [email protected] 83 Revista del Ilustre Colegio de Abogados 84 de Granada colaboraciones colaboraciones colaboraciones Vitorino R. Álvarez de Morales Abogado In memoriam Ilmo. Sr. D. Carlos de Valdivia Pizcueta Presidente da la Sala 5ª de esta Audiencia Provincial D etenido un ciervo escapado de un núcleo zoológico existente en un coto de caza, “bautizado” bajo el nombre que sirve de enunciado, ante la negativa del capturador a devolver el mismo a su legítimo dueño, el hecho da lugar, en definitiva, a la promoción de un proceso civil que inicia éste para recuperación de la res. La peculiaridad del caso, la escasa jurisprudencia en la materia y, fundamentalmente, por lo que ahora aquí interesa, el enjuiciamiento amplio de la cuestión por la sentencia que pone fin al mismo definitivamente (objeto de amplia difusión en su momento en las revistas especializadas), en tiempos de “sequía” argumental en las resoluciones judiciales, y la indudable proyección que en Derecho tiene la misma, ya serían suficientes para dar a la luz estas líneas, cuando, además, hoy encuentran perfecta oportunidad con la falta de quien fuera su ponente. Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada Ante el planteamiento de demanda en que se ejercita acción reivindicatoria sobre la res, el capturador demandado, circunscribe su defensa a una simplista y limitada argumentación, amparada exclusivamente en el transcurso del plazo de veinte días que establece el art. 612 del CC para ocupación de animales amansados, al pretender haber recobrado aquélla su primitiva libertad, y, en consecuencia, tratarse de “res nullius”, siquiera no sólo acepte la propiedad de la res por el titular del dominio; la retención de su parte de aquella aun consciente de tal hecho; y que su actitud sólo es debida a la idea de aparearlo, buscando a tal fin una cierva, cuando echase los cuernos. Ya la sentencia de primera instancia, al estimar la demanda, ordenando restituir el animal, por estimar la acción reivindicatoria ejercitada, y condenando en costas al demandado, al rechazar tal postura mantenida por el mismo, señala, acertadamente como base de su decisión, dos argumentos irrefutables, el primero, falta de buena fe en el demandado, que ya cierra el camino a su COLABORACIONES alegación puesto que al constarle la existencia de dueño de la res y el carácter amansado de ésta, su detentación, durante el tiempo que duró, no es determinante de la adquisición del dominio, sino una prolongación de la titularidad de aquel, cuanto, en segundo lugar, y por si algo faltara, hasta la falta del requisito específico del ánimo de hacer suya la cosa como propia, ante la idea de retenerlo solo a los fines dichos. En explícita concurrencia con dichos argumentos, de los que parte y hace suyos, la de apelación, dictada como consecuencia del recurso interpuesto por el capturador (en el que se vuelve, sencillamente, a insistir en la argumentación ya mantenida en la instancia), confirma aquella íntegramente, imponiendo, asimismo, las costas de la alzada al recurrente. El hilo conductor de la argumentación que mantiene la doctrina que sirve a sentar esta resolución está nucleado y de aquí ya sólo su importancia en estos tiempos, de donde la procedencia de ponerlo de manifiesto, ya propiciada por el citado infausto mo- 85 Revista del 86 COLABORACIONES tivo que me hace traerla a colación, en una evidente llamada a la ética social, la convivencia, los valores de honradez, corrección, lealtad, y, en suma, el respeto debido a las obligaciones, conceptos todos ellos bien conocidos y ejercitados a todo lo largo de su carrera por quien fue ejemplo de caballeros y de magistrados íntegros, de aquí la facilidad de su empleo, que la familiaridad con los mismos le daba. A partir de aquí se va partiendo y aludiendo a una serie de principios arquetípicos que vienen a conformar cómo debe ser el estado de obrar recto, de comportamiento personal, de mutuo respeto, en suma, de conducta intachable, imprescindibles en la sociedad civil y que dan sentido a la vida humana, entendida en el marco de la justicia, no sólo positiva, sino natural, dotando de contenido moral las apetencias humanas, componiendo una convivencia exigible en toda relación plural, abriendo así las puertas a la razón, completando un pensamiento y dando aplicación práctica al débito riguroso de tales valores. Es un encuentro, pues, entre ética y filosofía, acertadamente desarrollado en el marco de una disertación llevada a cabo en derecho, cuya imbricación, al final, permite obtener una conclusión que sirve al jurista y hoy, por desgracia, bien cercana al olvido: no cabe hacer un planteamiento simplista del derecho, porque sus bases se nutren también de las enseñanzas que todas aquellas, rectoras del comportamiento humano, proporcionan, por lo que Ilustre Colegio de Abogados de Granada resulta imposible particularizar el mismo sin un criterio previo de globalidad, tanto de la normativa legal como de sus fuentes y materias afines cuando no parentales, que ya sólo su figura, su finura de trato, el hondo sentido del deber que le ha llevado, con los obligados paréntesis impuestos por su enfermedad, a permanecer en activo hasta el fin de sus días, da la medida de la profundidad del sentir de un jurista puesto al servicio de la comunidad. Se puede afirmar de la sentencia que se abre al aire de valores de muy escasa repercusión en estos tiempos, recordándolos y trayéndolos a colación, sentando ejemplo de que su excepcionalidad debería constituirse en lo “normal”, y, por ello, constituye, al fin, una pieza que, por vía de sancionar lo que no se debe hacer, da la medida de la Justicia, en la que Carlos siempre creyó, aplicándola siempre con equidad y estricta observancia de sus principios. Tras esa primera aproximación al “latir” de las sentencia, desde un punto de vista ya estrictamente legal, al señalar como la ocupación, modo originario de adquirir el dominio, requiere en cuanto al sujeto que toma posesión, de unos requisitos que, exquisitamente se analizan aplicándolos con rigor y que dan pié, además, para que se puedan llevar a cabo reflexiones sobre términos, conceptos, ideas relegadas ya casi a la “teoría” del Derecho cuando no simplemente reducidos al recuerdo de los estudios de la Ciencia, dignificando el deber de juzgar. Revista del Ilustre Colegio de Abogados de Granada En primer lugar saltea el “ánimus domini”, cuyo estudio ya preludia en este supuesto la inexistencia de los requisitos que legitimaría la postura del capturador, y que implica, ni más ni menos, que la intención de poseer y conducirse como verdadero dueño. El “elemento intencional”, caracterizado en el “ánimus”, que se revela trascendental en la doctrina del negocio jurídico en general, y, en particular, en la “pérdida de la propiedad y posesión” de las cosas, que solo tienen lugar por la tradición a otro ó por el abandono hecho con ánimo de abdicar el dominio, de ahí que “cosa perdida” no equivalga a “abandono”, dando entrada, a la distinción entre “res nullius” y “res derelictae”, es argumentación que permite a la sentencia, profundizando más en la cuestión, poner de relieve, que la pretensión del capturador de estar la res, semoviente, incursa en la primera de dichas “cosas”, carece de sustento alguno. El “abandono”, explica, término que procede del latín derelictus, implica acción y efecto de dejar ó desamparar, dimitir ó renunciar a personas ó cosas, existiendo, también, cuando se hace dejación, por propia voluntad u obligadamente. El abandono está reflejado en el hecho que constituye la renuncia, siquiera aquel sea más general y esta mas reducida, por cuanto el contenido u objeto de ambos es diferente, al caber dejar todas las cosas cuando la renuncia es invariable. Dejando de lado los modos de producirse el abandono, lo cierto y verdad, aclara, es que cuando este no está suficientemente probado y evidente no se pierde la relación ó dependencia que existe entre el sujeto y el objeto del derecho. El abandono, pues, concluye, es una postración de la facultad anímica del hombre, lo mismo en el sentido de adquirir un derecho, que en el de dejarlo, y como no siempre la voluntad es manifiesta, la ley consuma o da efectividad a la presunción del ánimo dentro de un plazo determinado, presunción que ha de resultar cierta, es decir no ser desmentida o anulada por la evidencia de no haber existido la intención manifiesta en el sujeto pasivo que demuestre que las omisiones constitutivas de la presunción fueron debidas a imposibilidad circunstancial o fortuita para actuar, y, en este caso, se revierte el derecho a su antiguo titular a pesar de haberse cumplido al plazo señalado por la ley para la prescripción. COLABORACIONES Es más, una de las características de los “derechos reales”, es la facultad de persecución de la cosa dondequiera que se halle. Nuestro derecho privado positivo pasa a exponer a continuación que no se refiere al abandono de animales especialmente y de manera expresa, conteniendo sólo preceptos que, mas ó menos directamente, se refieren a la cuestión y que la doctrina comentada analiza y aplica en correcta conjunción y en términos que son propios, por lo que su alusión siquiera no haría sino incidir en argumentos en aquellas ya expuestos para negar el “abandono”. El abandono obliga y lleva de la mano, como hace la sentencia, a aludir a la “buena fe”, puesto que tal concepto en nuestro Derecho Civil vigente exige, con respecto a la posesión, el desconocimiento o ignorancia de que en el título o modo de adquirir existe un vacío que la invalide, refiriendo la creencia no solo a la existencia de justo título, sino a la validez o eficacia del mismo. La buena fe en la posesión se basa, pues, en una creencia lógica y aceptable que permite suponer, mientras no se demuestre lo contrario, que el dominio de la cosa fue adquirido hábilmente de quien fuera su dueño. Se requiere, en consecuencia, que la ignorancia del vicio que invalide el título de adquisición se extienda de la misma forma al modo de adquirir la posesión, de otra forma no cabe hablar de buena fe, como, en consecuencia, y así lo razonan aquellas, ocurre en este supuesto. El “ius prohibendi”, puede servir de “cierre” a los argumentos comentados de la sentencia, imponiendo que se produzca la vuelta del venado a su propietario legítimo, en cuanto que la procedencia del animal, integrado en núcleo zoológico correspondiente a un coto de caza, hace que sólo pueda adquirirse por el legítimo ejercicio de la caza, lo que abona la normativa civil sobre conservación de la posesión, siendo inmune a su pérdida el “despojo”, lo que, en definitiva, lleva a sentar que si el animal salió del poder del propietario sin ó contra su voluntad, este conserva su dominio y podrá reivindicarla de quien la posea, aunque se trate de poseedor de buena fe. Si, pues, como queda dicho, y a modo de recapitulación, el detentador lo es de mala fe, conforme él mismo reconoce al indicar la forma en que tomó la posesión del animal, y, en todo caso, la circunstancia de su despojo impide, aunque la posesión lo fuera de buena fe, el dominio de aquél, por lo que el propietario conserva éste y puede reivindicarlo. 87 Revista del 88 Ilustre Colegio de Abogados COLABORACIONES de Granada colaboraciones La abogacía española en las organizaciones internacionales (I) El Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) E l Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) es una asociación sin ánimo de lucro que representa, a través de los Consejos de la Abogacía de los 31 Estados miembros y 6 miembros observadores, a más de 750.000 abogados. CCBE se fundó en 1960, tras la fundación de la Comunidad Europea por el Tratado de Roma en 1957, como respuesta a los problemas de aplicación del Tratado a la profesión de abogado. Su leyenda dice que todo comenzó a bordo de un barco suizo que navegaba el río Rin hacia Basilea con ocasión de un Congreso de la Unión Internacional de Abogados (UIA). Aquella reunión dio lugar a la primera convocatoria de las abogacías de los seis Estados miembros de la entonces CEE por la Unión Internacional, a principios del mes de diciembre de 1960. Entre sus logros más importantes, se encuentran la negociación de las dos directivas sectoriales de libre circulación y libre establecimiento de abogados, la creación de un Código Deontológico Europeo (asumido en su artículo primero por el Código Deontológico de la Abogacía Española) y la creación de un carné de abogado europeo. Hoy en día, CCBE cuenta con el reconocimiento de los Colegios de Abogados y los Consejos de Abogacías nacionales de ser el portavoz de los abogados europeos ante las Instituciones europeas. El CCBE mantiene contactos institucionales con los funcionarios de la Comisión Europea y con los miembros y funcionarios del Parlamento Europeo responsables de los asuntos que afectan a la Abogacía. Además, CCBE trabaja en estrecha colaboración con otras organizaciones de abogados no europeas y organismos internacionales. CCBE organiza o par- Revista del Ilustre Colegio de Abogados COLABORACIONES de Granada CCBE puede ejercer cierta influencia en la legislación de varias áreas de derecho sustantivo, como el Derecho penal, el Derecho civil (contractual, familia, etc.) o el Derecho de sociedades. Además, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos consultan periódicamente a CCBE sobre los cambios en las normas de procedimiento. ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA Secretariado ticipa en una gran variedad de conferencias relativas a temas jurídicos de actualidad como los seguros de responsabilidad profesional, la seguridad social de los abogados, o la evolución de la legislación sobre tecnologías de la información. Estos acontecimientos reúnen a destacados profesionales de la Justicia y representantes de los gobiernos de Europa, y es otra manera de difundir nuevas políticas. ESTRUCTURA OPERACIONAL Comités de CCBE La base del trabajo de CCBE se realiza desde comités especializados y grupos de trabajo compuestos por expertos designados por las delegaciones nacionales que analizan e informan sobre numerosas áreas que afectan a la Abogacía europea. Los temas tratados incluyen la deontología, la libre competencia, la libre circulación de abogados, el comercio internacional de servicios jurídicos o los Derechos Humanos. En los últimos años, se han creado también grupos de trabajo que abordan asuntos como el blanqueo de capitales, la justicia gratuita, la solución alternativa de conflictos o la responsabilidad social de las empresas. Estos comités y grupos de trabajo se reúnen varias veces al año. Debido a las buenas relaciones que mantiene con la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, El secretario general administra, a tiempo completo, la vida diaria de la organización a través de una Secretaría con sede en Bruselas. La Secretaría General cuenta con personal administrativo y con asesores legales, abarcando todas las áreas de interés dentro de la Abogacía Europea. Actualmente, el secretario general de CCBE es Jonathan Goldsmith. COMPOSICIÓN Existen tres categorías de miembros de CCBE: miembros, miembros asociados y miembros observadores. Todos los Consejos nacionales de la Abogacía de los veintisiete Estados miembros de la UE y de los tres del Espacio Económico Europeo (Noruega, Liechtenstein e Islandia) son miembros de CCBE, además de Suiza. Además, otros Colegios y Consejos de la Abogacía de otros países europeos son miembros asociados (países del Consejo de Europa en negociaciones oficiales con vistas a su adhesión a la Unión Europea) o miembros observadores (otros países del Consejo de Europa). Los observadores también deben, al igual que los miembros de pleno derecho, adherirse a los estatutos de CCBE y adoptar su Código Deontológico. Cada delegación nacional está compuesta como máximo por seis personas, dependiendo del tamaño del país y de la organización de su Abogacía. Los países asociados u observadores están autorizados a tener un representante en las sesiones plenarias y a acudir a otras reuniones de Comités a invitación del presidente de CCBE. CCBE se financia a través de las aportaciones anuales de sus miembros de pleno derecho, asociados y observadores. 89 Revista del COLABORACIONES de Granada autodefinido 90 Ilustre Colegio de Abogados fácil sodoku difícil