Capítulo 29 Síndromes de compresión nerviosa en el antebrazo Jo y C. MacDermid, David M. Walton Epidemiología Anatomía 370 371 N e rv io cu b ita l 371 N e rv io ra d ia l 371 N e rv io m e d ia n o 372 Anatomía patológica Diagnóstico 373 373 N e rv io cu b ita l 373 N e rv io ra d ia l 376 N e rv io m e d ia n o 376 Pronóstico Tratamiento conservador 377 377 P rin cip io s g e n e ra le s del tra ta m ie n to 377 N e rv io cu b ita l 378 N e rv io ra d ia l 378 N e rv io m e d ia n o 378 Conclusiones 379 EP ID EM IO LO G ÍA La neuropatía p o r com presión puede presentarse en cual­ quier lugar a lo largo de un nervio, si b ien todas las locali­ zaciones descritas son infrecuentes en com paración con la com presión del túnel carpiano. La segunda localización en frecuencia de una compresión en la extremidad superior afec­ ta al nervio cubital en el túnel cubital (M ondelli et al., 2 0 05). El nervio cubital tam bién puede estar com prom etido en el conducto de Guyon. Se ha calculado una incidencia anual de com presión en el túnel cubital del 0 ,8 % por persona-año 370 en trabajadores que realizan tareas repetitivas (D escatha et al., 2 0 0 4 ). Según un único estudio de gran tam año, la tasa de anom alías electrofisiológicas del nervio m ediano en la extremidad superior es dos veces mayor que la tasa del nervio cubital (Pascarelli y Hsu, 2 0 01), además la probabilidad de presentar síntom as es dos veces mayor en el nervio mediano afectado, es dedr, la probabilidad de síntom as es de 4 a 1 en el síndrom e del túnel carpiano en relación con el síndrom e del túnel cubital (Seror y Nathan, 1993). La com presión del nervio m ediano en la zona proximal del antebrazo es relativam ente infrecuente, aunque es un com ponente im portante del diagnóstico diferencial y una posible explicación del fracaso del tratamiento del síndrome del túnel carpiano. Los síndrom es de com presión más fre­ cuentes son el síndrome del pronador redondo y el síndrome del nervio interóseo anterior (Kiloh-Nevin). En una serie de gran tam año, esta patología supuso el 1% de los síndrom es de com presión de la extremidad superior. El nervio radial presenta varios lugares de com presión en el antebrazo; el «túnel radial» es el m ás frecuente. Los autores n o se p onen de acuerdo sobre los abordajes o los criterios diagnósticos de una com presión del nervio radial en el antebrazo y no se han definido con claridad sus tasas de incidencia y prevalencia. En una amplia serie de pacientes con trastornos de tipo laboral en la extremidad superior, el 7 % fue diagnosticado de síndrome del túnel radial (Pascarelli y Hsu, 2001). Los factores de riesgo de desarrollo de una com presión nerviosa en el antebrazo están relacionados con la actividad y con la persona. «Sostener una herramienta en posición» fue un factor predictivo del riesgo del túnel cubital (CP, 4 ,1 ). El riesgo de obesidad (CP, 4 ,3 ) fue parecido y la presencia de tendinosis concom itante en la extremidad superior tam bién aum entó el riesgo (Descatha et al., 2 0 0 4 ). Se ha establecido un efecto del sexo en el síndrom e del túnel cubital, en el que los varones tienen un riesgo mayor (Richardson et al., 2001). En un a revisión sistem ática se exam inaron las relaciones 2013. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos Capítulo |29 | Síndromes de compresión nerviosa en el antebrazo CO N CLU SIO N ES Los nervios pueden estar com prom etidos en el antebrazo com o consecuencia de fuerzas anatóm icas, biom ecánicas o extemas. La exploración de los músculos y la exploración sensitiva demostrarán cuál es el nervio afectado y la locali­ zació n m ás probable de la com presión. Para establecer el diagnóstico preciso es imperativo obtener mediciones cuan­ titativas de la fuerza del músculo y del um bral de detección sensitiva, y tam bién para vigilar los avances del tratam iento. En lo s casos de com presión nerviosa leve o m oderada se tendrá éxito aplicando un programa terapéutico que atenúe las fuerzas compresoras, facilite la cicatrización del nervio, restaure el deslizam iento norm al, aplique su jeciones posturales y corticales para norm alizar el equilibrio anatóm ico e incluya la interpretación de las respuestas del nervio y el aprendizaje de los pacientes para que se mantengan activos en la identificación de las posibles fuentes de com presión en su trabajo y en su conducta habitual (y para que las m o­ difiquen adecuadamente). U na compresión avanzada puede requerir la liberación quirúrgica; está indicada la fisioterapia inicialm ente. Las evidencias sobre técnicas o programas de fisioterapia son insuficientes, tanto por su calidad com o por su cantidad, y se necesitan estudios que analicen el efecto inm ediato de las intervenciones específicas en la función de los nervios y el efecto funcional global de los programas de fisioterapia a más largo plazo. Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito. B IB LIO G R A FÍA Banta, C.A., 1994. A prospective, nonrandomized study of iontophoresis, wrist splinting, and anti-inflammatory medication in the treatment o f early-mild carpal tunnel syndrome. J. Occup. Med. 36, 166-168. Baysal, O., Altay, Z., Ozcan, C., Ertem, K., Yologlu, S., Kayhan, A., 2006. Comparison o f three conservative treatment protocols in carpal tunnel syndrome. Journal o f Clinical Practice 60, 820-828. Coppieters, M.W., Alshami, A.M., 2007. Longitudinal excursion and strain in the median nerve during novel nerve gliding exercises for carpal tunnel syndrome. J. Orthop. Res. 25, 972-980. 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(2 0 0 0 ) enco ntraron factores de riesgo parecidos: aplicación de una fuerza > 1 kg (CP, 9 ,1), carga estática prolongada de la mano (CP, 6 ) o trabajo con el codo en extensión (CP, 5 ) (Roquelaure et al., 2 0 0 0 ). A N ATO M ÍA N ervio cu b ital El nervio cubital es vulnerable por su localización, su reco­ rrido en el antebrazo y los efectos que provocan la postura y el m o vim iento. Las raíces nerviosas C 8 y T I dan lugar al cord ón m edial del plexo braquial, que se ramifica en el nervio cubital y com ponente m edial del nervio m ediano. El nervio cubital recorre la cara medial de la arteria braquial en la parte proxim al del brazo, para perforar a m itad de cam ino el tabique intermuscular y continuar sobre la cabeza medial del tríceps. En el codo atraviesa el túnel cubital, un surco entre la ep itró d ea y el olécranon, y después avanza entre las dos cabezas del flexor cubital del carpo hasta llegar al antebrazo entre los m úsculos flexores profundo y superfid al de los dedos. Inm ediatam ente debajo del codo envía sus ramas had a el flexor cubital del carpo y la mitad cubital del flexor profundo d e los dedos (FPD ). En su recorrido hay d n co lugares posibles de compresión: • • • Zona 1: nervio cubital proximal a la bifurcation. Zona 2: rama profunda. Zona 3: rama o ramas superficiales. La arcada de Stmthers, una banda fibrosa que va desde la cabeza m edial del tríceps hasta el tabique intermuscular m edial (esta banda fibrosa se presenta solo en el 70% de las personas). El tabique intermuscular medial. El túnel cubital o canal epitródeo-olecraniano (localization más frecuente), donde el ligamento colateral m edial del codo form a el suelo y el ligam ento arqueado (retináculo del túnel cubital) form a el techo. La aponeurosis entre las dos cabezas del músculo flexor cubital del carpo (banda de O sbom e). La cobertura aponeurótica entre los flexores profundo y superficial de los dedos puede ser, en ocasiones, una zona de com presión. Se describen variantes anatómicas, habitualm ente en estudios de casos, com o causas poco frecuentes de com presión nerviosa. La rama profunda (m otora) inerva el abductor del meñique (AM), después cruza b a jo una de las cabezas del flexor del m eñique (FM), al que inerva, y cruza por encima hasta iner­ var al oponente del meñique (OM) antes de rodear el gancho del hueso ganchoso para entrar en el espado palmar medio e inervar otros músculos de la mano. Esas zonas anatómicas se correladonan con la sintomatología dínica. Después de la zona 1, el nervio se bifurca en sus ramas superfidal y profunda. Estas ramas terminales comprenden la rama cutánea superficial hada la portion cubital de la palma y las superficies palmares del meñique y medio anular en el lado cubital, la rama motora profunda que pasa adyacente al gancho del ganchoso y la ra­ ma profunda que inerva los músculos hipotenares, el tercer y cuarto lumbrical, d aductor d d pulgar, todos los interóseos y la cabeza profunda d d flexor corto del pulgar. Dependiendo dd lugar exacto de la com presión dentro del conducto de Guyon, se puede ver conservado d AM o el AM y d FM. El OM está siempre afectado, junto a los interóseos, lumbricales tercero y cuarto y aductor del pulgar. Los padentes con compresión de la zona 1 pueden presentar lesiones motoras, sensitivas o mixtas; la com­ presión de la zona 2 provoca lesiones motoras y de la zona 3, solo sensitivas. La compresión de la rama profunda es la más frecuente y, normalmente^ se produce a la altura del arco fibroso de los músculos hipotenares. El conducto distal tam bién es localization frecuente de gangliones que surgen en la muñeca. Se requiere una media de 5 mm de margen en el recorrido del nervio cu bital en el codo para acom odar el m ovim iento d d hom bro entre 30 y 110 ° en abducción y el movimiento del codo entre 10 y 9 0 °. En la muñeca, este margen es de 14 mm cuando el nervio cubital se mueve en la m uñeca entre 6 0 ° de extensión y 6 5 ° de flexión. Cuando se com binan todos El nervio radial es la rama más larga d d plexo braquial (cordón posterior) y recibe fibras de C6, C 7 y C 8 (y, en ocasiones, T I). Cruza d dorsal ancho en la zona profunda respecto a la arteria 1. 2. 3. Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito. los m ovim ientos de la m uñeca, dedos, codo y hom bro, el recorrido extra es de 2 2 m m del nervio cubital en el codo y 2 3 m m en la m uñeca. C on la flexión en el codo y en la m u ñeca co n la exten sión y desviación radial se produce una ten sió n del nervio cu bital del 1 5 % o mayor (W right et al., 2 0 01). El estudio ecográfico de 20 0 personas normales demostró que el nervio cubital m odifica su recorrido en la región de la banda fibrosa, 11,5 m m distal a la epitródea. Los estudios dinám icos demostraron que durante la flexión del codo el nervio se movió hasta la punta de la epitródea en el 2 7 % de los casos, mientras que se luxó anteriormente en el 2 0 % (O k am oto et al., 2 0 0 0 ). Algunos autores piensan que la subluxadón del nervio durante el m ovim iento puede contribuir al síndrom e del túnel cubital. En la muñeca, el nervio cubital discurre po r encim a del retináculo flexor lateral al ten d ón del m úsculo flexor cu ­ bital del carpo y m edial a la arteria cubital. En lo s huesos proximales del carpo discurre entre el pisiform e y el gancho d d ganchoso a la entrada del conducto de Guyon (el techo del canal está formado por una extensión del ligamento transverso del carpo que une esos dos huesos). Se han definido tres zonas del nervio cubital dentro de la zo na distal del túnel cubital, de la siguiente forma: 4. 5. N ervio rad ial 371 Parte |5 | Regiones de la muñeca y la mano axilar, pasa por debajo del borde inferior del redondo mayor, se em olía rodeando el húmero y después entra en el músculo tríceps entre las cabezas larga y medial. Continúa avanzando siguiendo el surco espiral del húmero para perforar el tabique intermuscular lateral y discurre entre el músculo braquial y el braquiorradial, para situarse por delante del epicóndilo del húmero. Las ramas para el braquiorradial y para el extensor radial largo del carpo nacen en la zona inmediatamente proxi­ mal al codo. El ancóneo recibe una rama y el nervio se divide a continuación en una rama superficial y una rama profunda. El extensor radial corto del carpo (ERCC) recibe su inervación del propio nervio radial o del nervio interóseo posterior (N IP). La rama superficial, que es puramente sensitiva, discurre bajo la cubierta del braquiorradial en el antebrazo. A 8 cm en sentido proximal a la punta de la estiloides radial, el nervio perfora la fascia medial al braquiorradial para discurrir dorsalmente a los tendones extensores. Se divide en una rama medial y una rama lateral para inervar la zo na radial de la m uñeca (con cierta superposición variable con el nervio cutáneo lateral del antebrazo), zona radial dorsal de la m ano y dorso de los tres dedos y medio de la zona radial hasta aproximadamente el nivel de la falange media. La rama profunda o NIP gira h ad a el dorso del antebrazo, rodeando la cara lateral del radio y atravesando las fibras m usculares del supinador corto. Después, se divide en las ramas medial y lateral, cada una de las cuales inerva diversos m úsculos extensores. El NIP inerva el ERCC y el supinador antes de entrar en la arcada de Frohse. Esta arcada es una es­ tructura fibrotendinosa en el origen proxim al del supinador y es el lugar más frecuente de la compresión del nervio radial. En el 2 5 % de lo s sujetos el NIP llega a tocar la cara dorsal del radio en el lado opuesto a la tuberosidad bid p ital. Por tanto, la fija d ó n de una fractura (con placas) situadas en la parte alta de la superficie dorsal del radio puede dejar atrapado el nervio bajo ella. La localización m ás frecuente de la com presión es en el músculo supinador corto, si bien se sospecharán lesiones proximales en caso de fracturas de húmero. La parálisis del nervio radial asodada a una fractura es m ás frecuente después de la fractura en el tercio medio del húm ero (frartura de Holstein-Lew is) o en la u n ión de lo s tercios m edio y distal. El nervio tam b ién puede estar comprimido por el tabique intermuscular lateral. Los lugares de com presión m enos frecuentes so n el arco fibroso de la cabeza lateral del músculo tríceps y el músculo subescapular accesorio-redondo mayor-dorsal ancho. La etiolo g ía del sínd rom e del NIP es parecida a la del síndrom e del túnel radial. La com presión del NIP se asocia con mayor frecuencia a hipertrofia del tendón en la arcada de Frohse y engrosam iento fibroso de la cápsula articular entre el radio y el capítulo hum eral. La causa puede resi­ dir en algunas lesiones com o el lipom a, el quiste sinovial, la sinovitis reu m atoide o u n aneurism a vascular y deben valorarse cuando lo s síntom as no respondan a las fuerzas m ecánicas com o cabría esperar. Las actividades de tiem po libre o laborales asociadas a m ovim ientos de su pinación repetitivos y enérgicos predisponen a la neuropatía del NIP. El traum atism o crónico que sufre la superfide de flexión en el antebrazo tam bién puede ser fuente de problem as. Las 372 m u letas que incluyen an illos en el antebrazo, las férulas de antebrazo m al realizadas (p. ej., en el codo de tenista) o una ropa apretada pueden causar esta com presión externa. La compresión afecta a las ramas que inervan los extensores de la zo na radial de la m uñeca y el nervio radial sensitivo (NRS). Después de surgir del supinador corto, el nervio puede estar comprimido antes de bifurcarse en las ramas medial y lateral, causando una parálisis com pleta de los extensores de los dedos y la desviación dorsorradial de la muñeca co­ m o consecuenda de la parálisis del extensor cubital del carpo (ECC). Si la com presión se produce después de que el nervio se bifurque, se produce una parálisis selectiva de los mús­ culos, dependiendo de la rama que esté afectada. La co m ­ presión de la rama m edial provoca la parálisis del ECC, el extensor del dedo meñique (EDM) y el extensor común de los dedos (ECD). La compresión de la rama lateral causa la parálisis del abductor largo del pulgar, el extensor largo del pulgar y el extensor del índice (E l). Otras etiologías posibles de la disfundón del N IP consisten en traum atism os (fracturas de M onteggia), sinovitis (reumatoide), tumores y lesiones yatrógenas. El sínd rom e de W artenberg, o la co m presió n del NRS, es una entidad única porque presenta síntom as sensitivos aislados. El inicio puede ser insidioso si se aso d a a la teno­ sinovitis de D e Quervain, o agudo después de una lesión posquirúrgica, una com presión externa o un traum atism o sobre la cara radial de la muñeca. La localization anatóm ica de la compresión se corresponde con el paso del nervio desde su p o sid ó n submuscular por debajo del braquiorradial a su posición subcutánea sobre el ERCL. C on la pronadón, esos dos músculos pueden crear un efecto de tijera comprimiendo el NRS. N ervio m e d ian o El nervio m ediano surge de los cordones lateral y medial del plexo braquial y viaja con la arteria braquial sobre el lado medial del brazo entre el bíceps braquial y el braquial. En la parte superior del brazo es lateral a la arteria pero después cruza anteriorm ente para discurrir m edial a la arteria dentro de la fosa cubital, por delante del punto de inserción del músculo braquial y por detrás del bíceps. El nervio mediano da lugar a una rama articular en la parte superior del brazo cuando atraviesa la articulación del codo y después pasa en­ tre las dos cabezas del pronador redondo. Inerva el pronador redondo (PR), el flexor radial del carpo (FRC) y el flexor super­ ficial d e los dedos (FSD). Discurre entre el FSD y el FPD antes de surgir entre el FSD y el FRC. El nervio m ediano da lugar a dos ramas cuando atraviesa el antebrazo: la rama interósea anterior discurre con la arteria interósea anterior e inerva el flexor largo del pulgar (FLP), FPD del segundo y tercer dedo y pronador cuadrado. Termina inervando el pronador cua­ drado. La rama palmar cutánea del nervio m ediano surge en la parte distal del antebrazo y aporta la inervadón sensitiva a la cara lateral de la piel de la palm a (pero no de los dedos). La com presión del nervio m ediano en el antebrazo pue­ de surgir com o consecuencia de las variadones anatóm icas (apófisis supracondílea, ligamento de Struthers, aponeurosis bidpital) en d bíceps braquial o sobreuso/tirantez d d músculo Capítulo |29 | Síndromes de compresión nerviosa en el antebrazo PR o del FSD. C on m enor frecuencia se puede ver una cabeza accesoria anómala del FLP (m úsculo de Ganzer) o una arteria mediana persistente. Otras causas menos frecuentes de com ­ presión extrínseca del nervio mediano son el síndrome crónico com partim ental o la rotura parcial de la porción distal del tendón del bíceps (o bursitis del tendón bidpital). La localizad ó n más frecuente de la compresión del nervio mediano es d origen tendinoso de la cabeza profunda del pronador redondo. A N A TO M ÍA PATO LÓ G ICA La com presión nerviosa puede producirse directamente por las estructuras anatóm icas, co m o se ha com entado anterior­ mente. Los traumatismos agudos o repetitivos sobre el nervio pueden provocar alteradones microvasculares (isquémicas), edem a o lesió n de la vaina de m ielin a y alteraciones es­ tructurales de las m em branas tanto de la vaina de m ielina com o del axón nervioso. La degeneradón walleriana de los axones y las alteraciones fibróticas permanentes de la unión neuromuscular pueden impedir que la reinervadón sea com ­ pleta cuando se alivie la com presión. Seddon ha dasificado las lesiones de los nervios en tres categorías: • • Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito. • Neuropraxia: episodio transitorio sin alteradón d d nervio o su vaina. Se espera su recuperadón completa. Axonotmesis: alteración del axón, pero con m antenim iento de la vaina de Schwann. En este caso, se esperan efectos motores, sensitivos y autónomos, y la recuperadón puede ser completa o incompleta. Neurotmesis: el daño del nervio y su vaina y la recuperadón incom pleta son habituales. La afectación de las fibras nerviosas no es uniform e, sin o consecuenaa de su proximidad al origen de la com presión. Las fibras situadas su perfidalm ente tiend en a soportar lo peor de la compresión, mientras que las fibras centrales están relativam ente conservadas. D ado su diám etro grande, las fibras m ás mielinizadas so n más sensibles a la compresión que las poco mielinizadas, y su afectadón es mayor y explica el deterioro más prematuro y pronundado de la sensibilidad del tacto ligero (vibración) en los trastornos de compresión nerviosa. La com presión leve produce una condu cdón tran­ sitoria co n alteradón del flujo axoplásm ico, que puede ser so lo evidente con m aniobras de provocación. En la co m ­ presión crónica, la desm ielinizadón segmentaria da lugar a una conducción m ás lenta y a síntom as más persistentes. Si la situadón empeora, se produce axólisis en los segmentos com prim idos con degeneradón walleriana distal. Se ha pu­ blicado un um bral crítico de presión de 3 0 mm Hg para el inicio de las alteradones en un nervio (M addnnon, 2 0 0 2 ). D IAG N Ó STICO La compresión nerviosa se presenta con pérdida de la fundón sensitiva y m otora cuando se afectan nervios mixtos. La com ­ presión nerviosa en el túnel radial o la alteradón sensitiva distal son ejem plos de situadones en las que esos síntomas se pueden presentar por separado. En general, la progresión de los síntomas motores puede comenzar con derta torpeza o dolorimiento para evoluaonar a una pérdida importante de la fuerza y la resistenda de los músculos. En el m om ento en que el padente identifica su debilidad se puede medir una pérdida im portante de la fuerza de prensión. La atrofia muscular es norm alm ente un hallazgo tardío. Las anom alías sensitivas tienden a avanzar partiendo de parestesias dependientes de la postura o la actividad que pueden asoaarse a dolor hasta llegar a la persistenda de los síntomas. En estadios avanzados, el entum ecim iento puede ser tan intenso que ni el dolor ni las parestesias son tan pronundados. Las anomalías sensitivas se detectan primero por sus umbrales de vibrad ón o tacto y después aparecen al estudiar la discrim ination táctil entre dos puntos. En las tablas 29-1 a 29-3 se muestran los signos d ín ico s, las pm ebas espedales y el diagnóstico diferendal m ás frecuente en fundón del lugar de la compresión nerviosa. N ervio cu b ital Los síntom as de presentación de la afectación del nervio cu bital co n sisten en entu m ecim iento u horm igu eos que afectan prindpalm ente al dedo meñique, pero con pérdida de la función sensitiva en todo el territorio del nervio. Ha­ bitualm ente, se describe un dolor sordo y la pérdida de la función de m ano. Los síntom as se agravan en posidones de flexión (y por la n o ch e). El deterioro sensitivo y m o to r es variable y se recom ienda utilizar técnicas de electrodiagnóstico antes de proceder al tratam iento quirúrgico (Nakazumi y Hamasaki, 2 0 0 1 ). Los padentes con neuropatía cubital de in id o gradual no traum ático pueden referir antecedentes de flexión repetitiva o apoyo prolongado del codo sobre una superfide dura. La flexión del codo crea la estenosis del túnel cubital co m o co n secu en aa de la tracd ó n en el ligam ento arqueado y p rotm sión del ligam ento colateral m edial. La flexión del codo tam bién contribuye a la lesión al aum entar la presión intraneural. C on la cicatrizadón y las adherendas del epineuro, el alargamiento acentúa el efecto de an d aje en lo s axones. Estos efectos se acentúan por la noche, cuando el paciente duerme con el codo en flexión. La exploradón sensitiva y motora de la m ano demuestra debilidad de prensión, atrofia de los músculos tenares y de­ bilidad del pellizco (m úsculo aductor del pulgar). La atrofia de lo s m úsculos afectados se observa más fácilm ente en el primer interóseo dorsal. La incapaddad de cruzar los dedos puede indicar debilidad de los interóseos, aunque tam bién se puede utilizar la exploradón manual de los músculos. El FCC y el FPD hacia el dedo anular y el m eñique no están afectados norm almente. Las pmebas espedficas son el signo de Froment, en el que se observa la flexión pronundada de la articuladón interfalángica (IF) del pulgar cuando se coge un papel entre el pulgar y el índice, ya que el FLP se utiliza para estabilizar el papel en sustitución de la fuerza aducto­ ra inexistente. Si el nervio cu bital se afecta por debajo de la zo na m edia del antebrazo se puede produdr una m ano en garra cu bital («m ano de predicador»), ya que las arti­ culaciones m etacarpofalángicas del cuarto y q uin to dedo 373 Parte |5 | Regiones de la muñeca y la mano Tabla 29-1 Síntomas y signos en función de la localización de la compresión nerviosa Nervio cubital Nervio mediano Nervio radial Síndrome del túnel cubital Síndrome del conducto de Guyon Síndrome del nervio interóseo anterior Síndrome del túnel radial Síndrome del nervio interóseo posterior Síndrome distal del nervio radial sensitivo (síndrome de Wartenberg) Zona de síntomas Medial del codo Todo el 5.° dedo y mitad cubital del 4.° dedo Cara palmar del 4.° y 5.° dedo solo: la sensibilidad debería estar conservada en la cara dorsal Mal localizado en la cara palmar proximal del antebrazo Aproximadamente 5 cm distal al epicóndilo Sobre la arcada de Frohse Cara dorsal de un dedo y medio radiales, llegando distalmente hasta las articulaciones interfalángicas proximales. La región subungueal3 debe estar conservada Tipo de síntomas Dolor, entumecimiento u hormigueos, debilidad Alguno o todos entre dolor, entumecimiento u hormigueos, debilidad Dolor y/o debilidad Dolor y fatiga, debilidad Debilidad Dolor, entumecimiento u hormigueos Signos motores Prensión o pellizco débil Posible signo de Fromentb Posible signo de Wartenbergc Puede haber dificultad para cruzar el 2.° y 3.er dedo Debilidad específica del 1 interóseo dorsal, abductor del dedo meñique y flexor profundo del 4 ° y 5.° dedo Signo de Fromentb Signo de Wartenbergc Debilidad de los interóseos dorsales y palmares y de músculos hipotenaresd Debilidad del flexor largo del pulgar y del flexor profundo del 2 ° dedo. El paciente no podrá formar un círculo juntando las puntas del pulgar y el 2.° dedo Sin debilidad muscular evidente en etapas inicialese Si la parálisis es completa. los pacientes no podrán extender el pulgar o los dedos en las articulaciones MCF También tendrán dificultad o no podrán extender la muñeca en posiciones neutras o cubitales' No debería haber debilidad muscular evidente “Región situada directamente bajo la uña. bNormalmente se explora pidiendo al paciente que coja un papel entre el pulgar y el índice y el examinador tira de él. La prueba se considera positiva de parálisis del nervio cubita si el sujeto no puede sujetar el papel o realiz una flexión excesiva del flexor largo del pulgar inervado por el mediano (flexión de la 1.a articulación IF). cAbducción y extensión del 5.° dedo. dOponente del dedo meñique, abductor del dedo meñique, flexor corto del dedo meñique. eLa compresión prolongada del nervio radial puede provocar debilidad de los músculos inervados por el radial en el antebrazo, ncluidos el extensor de los dedos, los extensores largo y corto del pulgar y el extensor cubital del carpo. Si hay debilidad, la afección se conoce como síndrome del nervio interóseo posterior. 'Las ramas que inervan el ERCC y el ERCL normalmente proceden del nervio radial antes de entrar en la arcada de Frohse y, por tanto, están conservadas. MCF, metacarpofalángicas. 374 |29 | Capítulo Síndromes de compresión nerviosa en el antebrazo Tabla 29-2 Exploraciones especiales en fundón de la localización de la compresión nerviosa Nervio cubital Nervio mediano Nervio radial Síndrome del túnel cubital Síndrome del conducto de Guyon Síndrome del nervio interóseo anterior Síndrome del túnel radial Síndrome del nervio interóseo posterior Síndrome distal del nervio radial sensitivo (síndrome de Wartenberg) Exploración neurodinámica positiva de la extremidad superior con desviación del nervio cubital Signo de Tinel positivo en el túnel cubital3 Prueba de flexión del codo positivab Dolor a la palpación o hiperalgesia sobre el túnel cubital0 Exploración neurodinámica positiva de la extremidad superior con desviación del nervio cubital Signo de Tinel positivo sobre el conducto de Guyon Exploración neurodinámica positiva de la extremidad superior con desviación del nervio mediano Pueden reproducirse los síntomas con la palpación profunda de las dos cabezas del pronador redondo Exploración neurodinámica positiva de la extremidad superior con desviación del nervio radial Dolor a la palpación sobre el túnel radiald Dolor con la extensión contra resistencia del 3.er dedo El dolor puede reproducirse con la supinación del antebrazo activa o contra resistencia con la muñeca en flexión Exploración neurodinámica positiva de la extremidad superior con desviación del nervio radial Dolor con la pronación extrema Dolor a la palpación sobre el túnel radial Dolor con extensión contra resistencia del 3.er dedo El dolor puede reproducirse con la supinación del antebrazo activa o contra resistencia con la muñeca en flexión Exploración neurodinámica positiva de la extremidad superior con desviación del nervio radial Signo de Tinel positivo sobre el lugar de salida del NRSe Los síntomas aumentan cuando se juntan con fuerza el pulgar y el 2.° dedo formando una pinza El dolor puede reproducirse con la pronación extrema aUn signo de Tinel positivo en el túnel cubital no es un hallazgo infrecuente en personas asintomáticas. bFlexionar el codo más de 90°, antebrazo en supinación y muñeca extendida. La prueba es positiva si reproduce el dolor o la molestia antes de 60 s. Para aumentar los síntomas se puede añadir la abducción del hombro. cEntre la epitróclea y el olécranon. dAproximadamente 5 cm distal al epicóndilo. eEntre los tendones del braquiorradial y del extensor radial del carpo, aproximadamente en el límite del tercio distal del antebrazo. NRS, nervio radial sensitivo. Tabla 29-3 Diagnóstico diferencial más frecuente en función de la localización de la compresión nerviosa Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito. Nervio cubital Nervio mediano Nervio radial Síndrome del túnel cubital Síndrome del conducto de Guyon Síndrome del nervio interóseo anterior Síndrome del túnel radial Síndrome del nervio interóseo posterior Síndrome distal del nervio radial sensitivo (síndrome de Wartenberg) Lesiones de la raíz C8-T' Síndrome del conducto de Guyon Síndrome de la abertura torácica superior Inestabilidad del ligamento en valgo Sistémicos: diabetes, alcoholismo Tumor de Pancoast Fractura de la epitróclea Lesiones de la raíz C8-T1 Síndrome del túnel carpiano Síndrome de la abertura torácica superior Sistémicos: diabetes, alcoholismo Tumor de Pancoast Avulsión del flexor profundo de los dedos Lesión medular lateral Radiculopatía C8 (poco frecuente) Síndrome de Parsonage-Turner Epicondilalgia Lesión del plexo braquial Radiculopatía C5-C6 Radiculopatía C5-C8 Epicondilalgia Rotura del extensor de los dedos Tenosinovitis de De Quervain Lesión del plexo braquial Radiculopatía C5-C8 375 Parte |5 | Regiones de la muñeca y la mano están hiperextendidas po r efecto de lo s extensores largos (debido a la ausencia de equilibrio por la debilidad de los lumbricales de esos dedos), con una tensión residual del FPD que produce la flexión de las articulaciones IF. La garra no se presenta si el com prom iso del nervio cubital se sitúa por encima de la zona media del antebrazo, ya que entonces se afecta tam bién el FPD. La deformidad indica norm alm ente una com presión más intensa. La evaluación sensitiva debe com prender la exploración del umbral del tacto o de la vibración para detectar compre­ siones más leves. Tam bién puede aplicarse la pm eba de Tinel (percusión), aunque la pm eba positiva aislada no debe con­ siderarse una pm eba definitiva de neuropatía cubital dado el carácter superficial del nervio, con un resultado falso positivo en personas asintom áticas del 2 4 % (Rayan et al., 1 9 92). La pm eba de com presión (presión con la yema del dedo sobre el nervio cu bital) puede ser m ás precisa, si b ien lo s datos so n escasos. En un estudio de pequeño tam año se describió que la pm eba de provocación más sensible para el diagnós­ tico del síndrom e del túnel cubital fue la flexión del codo com binada con la presión sobre el nervio cubital. La pmeba de provocación consiste en m antener la flexión del codo y es positiva si reproduce los síntom as antes de 1 m in. En un estudio sobre la pm eba de flexión del codo en 216 codos con las cuatro posiciones de Rayan se indicó que la tasa de falsos positivos era del 3 ,6 % a 1 m in y del 1 6,2% a los 3 min (Rosati e ta l., 1998). S i el com prom iso del nervio cubital tiene lugar en la m u­ ñeca, se puede obten er una respuesta de Tin el (calam bre, pinchazo u horm igueos en el territorio del nervio) co n la percusión en el conducto de Guyon. La pm eb a de flexión de la muñeca (que norm alm ente se utiliza para el síndrom e del túnel carpiano), que produce parestesias en lo s dedos anular y meñique, tam bién es un hallazgo positivo. La pal­ p ación y la observación perm iten buscar anom alías en el gancho del g anchoso o un a tu m efacció n que indiqu e la presencia de ganglios o masas. No es infrecuente encontrar antecedentes de «martilleo» o traum atismos repetidos en la palma. La presentación clásica es la de un hom bre joven con atrofia indolora de los músculos hipotenares e interóseos con conservación del grupo tenar. Puede haber pérdida sensitiva y dolor que afectan a un dedo y medio del lado cubital. La compresión cubital distal puede diferenciarse porque el dor­ so de la m ano está preservado, mientras que la sensibilidad de la com presión del túnel cubital se ve afectado en el dor­ so de la m itad cubital del dedo anular y el meñique, ya que la rama cutánea dorsal, que sale del nervio cubital antes de entrar en el conducto de Guyon, debería estar conservada si la com presión se produjo solo en el conducto de Guyon. N ervio rad ial El síndrom e del túnel radial se caracteriza por dolor sobre la zona anterolateral proxim al del antebrazo en la región de la cabeza del radio, que puede agravarse por la extensión repetitiva del codo o la rotación del antebrazo. El síndrom e del túnel radial puede presentar síntom as parecidos a los de una epicondilalgia (Henry y Stutz, 2 0 0 6 ), si bien el punto de 376 dolor m áxim o a la palpación se sitúa norm alm ente a unos cuatro dedos distal al epicóndilo y no directam ente sobre él. Basándose en un estudio de cadáveres se propuso una p m eb a clínica para el túnel radial que im plicaba dibujar nueve cuadrados iguales en la cara anterior del antebrazo. El NIP discurre en la colum na lateral (atraviesa dos o tres cuadrados laterales) (Loh et al., 2 0 0 4 ). Los síntom as se pue­ den reproducir al extender el codo y poner el antebrazo en pronación. Además, la supinación y extensión activas contra resistencia del dedo m edio pueden causar d o lor (pm eba del dedo m ed io ). La pm eb a de com presión, en la que se usa el pulgar para com prim ir el túnel radial (parecida a la utilizada para provocar la com presión del carpo) es positiva si reproduce los síntom as o el dolorim iento muscular. Esta pm eba parece ser el hallazgo m ás constante en el síndrom e del túnel radial (Rinker et al., 2 0 0 4 ). El síndrom e del NIP se presenta con debilidad o parálisis de la m uñeca y lo s extensores de lo s dedos. Puede haber dolor, pero norm alm ente n o es un síntom a principal. Los intentos de provocar la extensión activa de la muñeca a m e­ nudo dan lugar a la desviación dorsal radial leve debido a la conservación de los extensores radiales de la muñeca, pero co n afectación del músculo ECC y del extensor com ún de los dedos. Estos pacientes no presentan un defecto sensitivo. La exploración de los m úsculos debe incluir la extensión de las articulaciones metacarpofalángicas, que será débil, m ien­ tras que la extensión de las IF se mantendrá intacta porque la inervación de los lum bricales estará conservada (nervio cubital). Com o el El y el EDM son independientes del ECD y su inervación es diferente, la afectación de los dedos índice y m eñique es m enor que la extensión del tercer y cuarto dedo. La presencia de un hueco en extensión entre esos dos dedos cuando el índice y el m eñique están extendidos («signo de los cuernos») indica la com presión del N IP Los pacientes con com presión del NRS se quejan de dolor sobre la zona distal radial del antebrazo asociado a pares­ tesias sobre la cara dorsorradial de la m ano. Además, con frecuencia describen el aum ento de lo s síntom as al mover la muñeca o durante un movim iento de pinza intenso entre el pulgar y el índice. El signo de Tin el es positivo sobre el NRS y aparece dolor local a la palpación. La hiperpronación del antebrazo puede provocar el signo de T in el positivo. U n elevado porcentaje de esos pacientes muestra en la ex­ ploración hallazgos com patibles con una tenosinovitis de De Quervain y la sinovitis puede ser un factor contribuyente a la com presión del nervio. Por tanto, es necesaria una ex­ ploración m inuciosa para distinguir el diagnóstico aislado de cualquier afección frente a una patología asociada. La p m eb a de Finkelstein puede ser positiva en am bos casos, pero la exp loració n sensitiva cuantitativa dem ostrará un defecto cuando exista com prom iso del NRS. N ervio m e d ian o Los p acien tes co n sín d rom e p ron ad o r n o rm alm e n te se quejan de d o lor en la cara anterior del antebrazo, agrava­ do po r la rotación del m ism o. A diferencia del cuadro del túnel carpiano, los síntom as no em peoran por la noche. La Capítulo |29 | Síndromes de compresión nerviosa en el antebrazo compresión del nervio mediano se sugiere por los trastornos sensitivos y m otores que afectan a pulgar, índice y m edio, y en ocasiones por un fenóm eno de «anillo partido» en el que la cara lateral del dedo anu lar se n o ta distinta de la cara medial. Si tam bién está afectada la palm a de la mano, lo m ás seguro es que la co m p resió n se sitúe proxim al al túnel carpiano. D ebe intentarse explorar los músculos para diferenciar las posibles estructuras que causen la compresión, com o la aponeurosis bicipital (supinación y flexión contra resistencia), el FSD (la flexión independiente del dedo medio localiza el nivel de com presión en la arcada fibrosa del FSD) o el PR (p ro n ació n y flexión de la m u ñeca). U na pm eba de co m p resió n en la que se usa el pulgar para presionar sobre el músculo pronador para reproducir las parestesias antes de 3 0 s es diagnóstica. El diagnóstico diferencial de la radiculopatía C6/C7 puede determinarse explorando la función de los músculos inervados por las porciones C6/C7 del nervio radial (extensores de la m uñeca y tríceps). La afectación del nervio interóseo anterior (NIA) puede distinguirse de la del nervio m ediano propio porque se trata principalmente de un nervio motor, excepto por las pocas ra­ mas sensitivas que emite hacia las articulaciones radiocubital distal y carpianas. Estas últimas pueden contribuir al dolor de la m uñeca que se encuentra en este síndrom e, pero en ausencia de parestesias. El NIA inerva el FLP, la mitad lateral del FPD y el pronador cuadrado. U n diagnóstico erróneo más frecuente es la avulsión del FPD, ya que la pérdida de la flexión de la articulación terminal puede interpretarse com o la pérdida de la integridad del tendón. Los pacientes con síndrom e del NIA se quejan principalm ente de debilidad, mientras que lo s que presentan un síndrom e del pronador acuden con dolor y parestesias que pueden confundirse con el síndrom e del túnel carpiano. Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito. PRO N ÓSTICO La extensión del daño del nervio afecta a lo s síntom as y al p ron ó stico , co m o ya se h a co m entad o . En general, la com presión grave detectada m ediante electrodiagnóstico, la atrofia, las alteraciones de la discrim inación entre dos puntos y el entum ecim iento persistente indican un daño más grave del nervio y, por tanto, un peor pronóstico. Du­ rante el seguim iento de una cohorte de 128 pacientes que habían recibido tratamiento no quirúrgico por un síndrom e del túnel cubital, D ellon et al. (1 9 9 3 ) encontraron que a los 5 añ o s el 8 9 % de lo s p acien te s so lo te n ía sín to m as, el 6 7 % tenía anom alías en los um brales sensitivom otores y el 3 8 % de los casos con densidad anóm ala en las inervaciones sensitivom otoras n o h abía llegado a necesitar cirugía. Los antecedentes de lesió n en el codo em peoraban significati­ vam ente el desenlace (P < 0 ,0 2 ), no así lo s resultados del estudio electrodiagnóstico previo al tratam iento. En cuanto a los pacientes que se som etieron a la liberación del túnel cubital, los resultados so n m ejores si la fisioterapia se inicia en los 3 días siguientes que cuando se difiere hasta lo s 14 días (Warwick y Seradge, 1 9 95). TRATAM IEN TO CO N SERV A D O R P rin cip io s g e n e ra le s del tra ta m ie n to Com o la mayor parte de los síndrom es de com presión ner­ viosa que se com entan en este capítulo so n poco frecuen­ tes, prácticamente n o disponem os de evidencias específicas de gran calidad sobre lo s m ejores abordajes terapéuticos. La fiabilidad de las recom endaciones b aja m ucho al tener que extrapolar la eficacia de algunas técnicas específicas es­ tudiadas en las neuropatías por com presión más frecuentes (com o el síndrom e del túnel carpiano). En el programa de tratam iento norm alm ente se seleccionan varias técnicas que abordan objetivos específicos tales com o: factores alterados que contribuyen a la com presión o que comprom eten el ner­ vio, promueven la recuperación del nervio, m ejoran su des­ lizam iento y facilitan la reorganización cortical normalizada. D e form a rutinaria se aplican técnicas que reducen las posturas estáticas (com presivas), lo s traum atism os repeti­ tivos o las fuerzas extemas. A continuación, se com enta en cada sínd rom e las posturas o actividades específicas que deben evitarse. U na exploración detallada de las estructuras contráctiles respecto a las fijas puede delim itar el origen de la com presión. C uando la hipertrofia m uscu lotendinosa sea u n factor contribuyente, el refuerzo de esos m úsculos puede empeorar los síntomas, pero es necesario para lograr la realineación postural y así reducir la com presión nerviosa postural. El entrenam iento muscular puede ser im portante para prevenir el edem a co n la actividad o lo s patrones de movimientos anóm alos que contribuyen a la compresión. Se puede necesitar reposo para reducir la compresión relaciona­ da con la inflamación, pero es probable que la extensibilidad muscular deficiente empeore los síntomas. En consecuencia, se necesita una exploración minuciosa de los posibles lugares y etiologías para adaptar la estrategia de reposo, movilización y realineación a cada paciente. La progresión generalizada de la actividad debe ir desde el reposo con ejercicios suaves de deslizamiento del nervio para reducir los síntomas, pasando por lograr el objetivo de restaurar el músculo y la longitud de la extensibilidad del nervio hasta recuperar el refuerzo y el equilibrio funcional o postural. U n objetivo im portante de todo el tratamiento es garantizar que se utilizan la mecánica corporal y el reclutamiento muscular adecuados durante las tareas funcionales y laborales. La recuperación del nervio se estim u la principalm ente cuando se elim ina la causa com prom etedora o las fuerzas compresivas y deja que el cuerpo cure las fibras del nervio que aún sean viables. Esta recuperación se acelera mediante agentes físicos adyuvantes, que tam bién pueden utilizarse para facilitar la m ovilización del nervio. La aplicación de ultrasonidos de baja intensidad (1 w/cm2) y larga duración (sesiones de 15 m in, cinco veces a la sem ana durante 2 se­ m anas y después dos veces por sem ana durante 5 sem anas) dio lugar a una velocidad de co nd u cció n nerviosa m ejor en pacientes co n síndrom e del tú nel carpiano tanto al fi­ nal del tratam iento com o 6 meses m ás tarde (Ebenbichler et al., 1 9 9 8 ). No se ha dem ostrado que dosis m ás altas a 377 Parte |5 | Regiones de la muñeca y la mano intervalos m ás cortos sean eficaces. En u n estudio de pe­ queño tam año se aplicó iontoforesis con dexam etasona y lidocaína a pacientes en lo s que h abía fracasado el uso de férulas para u n sínd rom e del tú nel carpiano, y 11 de los 19 casos se recuperaron (Banta, 1 9 9 4 ). En otro estudio se propuso la eficacia de la iontoforesis y los ultrasonidos, y lo s sínto m as se redujeron en 10 casos leves o m oderados (Dakowicz y Latosiewicz, 2 0 0 5 ). E n el apartado de an a to m ía ya h e m o s co m e n tad o la capacidad de deslizam iento del nervio entre diversas es­ tructuras en el antebrazo. M ás recientem ente se h a pro­ puesto que algunas «técnicas de d eslizam iento» pueden m ejorar la m ovilidad del nervio a la vez que producen m e­ nos tensión (Coppieters y Alshami, 2 0 0 7 ). Tam bién parece que u n abordaje que m ejore la m ovilidad del nervio sea beneficioso, aunque lo s estudios clínicos actuales son es­ casos en relación co n estos ejercicios co m o adyuvantes del uso de férulas y tienden a tener una potencia insuficiente (Svem lov et al., 2 0 0 9 ; Baysal et al., 2 0 0 6 ; Pinar et al., 2 0 0 5 ; Coppieters et al., 2 0 0 4 ). Se recom ienda a lo s lectores que revisen la dinám ica del nervio en el capítulo 3 8 . Está jus­ tificado (nivel 5 de evidencia) utilizar la exploración deta­ llada de los efectos de la movilidad, la activación y la postura en los síntom as que so n característicos de una fisioterapia correcta para identificar las estructuras que requieren una movilización específica, si b ien se trata de aspectos que son difíciles estudiar en un estudio clínico. N ervio cu b ital El pilar del tratam iento del síndrom e del túnel cubital ha sido corregir la postura por la noche, m odificar la actividad (Padua et al., 2 0 0 2 ), el uso de férulas de codo en extensión y ejercicios de deslizamiento del nervio. Aunque es frecuente utilizar férulas term oplásticas duras a m edida, el cu m pli­ miento puede ser un problema y las versiones blandas que li­ mitan la flexión completa pueden ser más aceptables para los pacientes. Este tipo de férulas varían de férulas comerciales baratas (de neopreno y otros materiales) o m étodos caseros (se utiliza un par de calcetines para crear una funda y un bloque en flexión) com o ortesis alm ohadilladas a medida. Los cam bios conductuales deberían incluir evitar la com ­ presión (codo en reposo, codo en flexión, presión externa en el co d o ) y la flexión repetitiva o cualquier actividad en posturas extrem as. Las personas que trabajan en oficinas deben evaluar su lugar de trabajo y recibir entrenam iento postural y ergonóm ico. La m ovilización lentam ente progresiva del nervio puede ser útil, pero se pondrá cuidado en evitar una sobrem ovilización agresiva que contribuya al problem a m ediante la tracción del nervio cubital. Existen datos em píricos de que las «técnicas de deslizamiento» provocan un desplazamiento del nervio cubital en el codo m ucho mayor que el logrado mediante «técnicas de tensionado» (8 ,3 frente a 3,8 m m ) y que un desplazamiento más am plio se asocia a una variación de la tensión m ucho m enor (Coppieters y Butler, 2 0 0 8 ). El estiram iento diferencial de cada m úsculo (FSD ) tam bién 378 puede aumentar la movilidad. Aunque puede existir compro­ m iso de la fuerza y los objetivos funcionales pueden indicar la necesidad de m ejorar la fuerza, los terapeutas deben tener precaución porqu e el reforzam iento puede aum entar los factores compresores. Las evidencias relacionadas con el tratamiento conservador son escasas y poco concluyentes. En un estudio reciente de pequeño tam año se propuso que el 7 5 % de lo s pacientes co n neuropatía cubital moderada m ejoraban a los 6 meses, pero que el em pleo de férulas y deslizam iento del nervio no aportan un beneficio añadido respecto a la modificación de la actividad (Svem lov et al., 2 0 0 9 ). Es m uy posible que u n estudio de 70 pacientes n o tenga p otencia suficiente, pero sí indica la necesidad de profundizar en este cam po. La posibilidad de una evolución natural con recuperación con modificaciones m enores (Szabo y Kwak, 2 0 0 7 ) indica que, com o primer abordaje, deberían intentarse la m odificación de la actividad y la evaluación de una vía de recuperación. La ausencia de respuesta ante un programa de fisioterapia más exhaustivo indica la necesidad de proceder a la liberación quirúrgica (Lund y A m adio, 2 0 0 6 ; R obertson y Saratsiotis, 2 0 0 5 ). N ervio rad ial No hay datos sobre la efectividad del tratam iento conserva­ dor en relación con el túnel radial (Huisstede et al., 2 0 0 8 ). Puede ser útil movilizar las posibles estructuras compresoras y el m ovim iento diferencial de m úsculos y tendones. Las modificaciones ergonóm icas en los lugares de trabajo pue­ den consistir en el em pleo de teclados inclinados, partidos o modificados para reducir la rotación excesiva o las posturas extremas de la muñeca. La presión sobre el tejido indica que la flexión y supinación del codo y la extensión de la muñeca ejercen estrés y tensió n m ínim os en el túnel radial. No es un m étodo funcional, pero los pacientes se pueden benefi­ ciar de un soporte de m uñeca que la coloque en extensión moderada; se aconseja evitar la rotación del antebrazo y la extensión del codo durante la actividad. Com o los síntomas derivados del nervio radial pueden confu ndirse co n una epicondilalgia, será necesario reevaluar a los pacientes que m ejoren o em peoren al utilizar una férula con contrafuerte para codo de tenista para descartar un p o sib le síndrom e del tú nel radial, cam b ian d o a u n a férula co n exten sión de la muñeca. N ervio m e d ian o Las m o d ificacio n es de la actividad que reducen la irrita­ ció n del nervio m ed ian o co n sisten en evitar la rotació n repetitiva del antebrazo y la prensión enérgica frecuente. En ocasiones, se utiliza durante un breve espacio de tiem po una férula de reposo que mantiene una rotación leve, aunque no se ha demostrado que sea necesario (Lee y LaStayo, 2 0 0 4 ). La evolución natural de los trastornos compresivos sugiere que es más im portante m odificar la actividad. Pueden ser útiles el estiramiento del PR y el deslizam iento del nervio.