Platón y la educación. Una mirada a la ley chubutense de educación bajo la luz platónica María Gabriela Balek* Resumen El siguiente trabajo escrito tiene como finalidad vislumbrar algunas concepciones filosóficas implícitas en la Ley Provincial de Educación VIII Nro. 91, aprobada el 4 de noviembre de 2010 en Rawson, que regula la educación en la provincia de Chubut. Es sabido que todas las ideas ya sean explícitas o implícitas en cualquier ley, encierran cuestiones filosóficas, ideológicas y políticas relacionadas al momento socio-histórico de su implementación. En esta oportunidad se analizarán las concepciones filosóficas implícitas en la Ley Provincial de Educación de Chubut, a partir de “La República” de Platón. En un primer apartado para desplegar esta idea, se expondrá un marco teórico que desarrolla las ideas de Platón en cuanto al Estado, la educación y la justicia; el trabajo docente y los contenidos de enseñanza. Estas ideas platónicas se encuentran muy vinculadas al Enfoque del Liberador y a las ideas de Paulo Freire. Las tres ponencias coinciden en la importancia de la educación a las personas desprotegías, cada uno desde sus particularidades. En cuanto al trabajo docente desde una perspectiva crítica se rescata el concepto de profesor intelectual y la importancia de repensar y reformar las tradiciones y condiciones que hasta ahora han impedido que los profesores asuman todo su potencial como académicos y profesionales activos y reflexivos. Finalmente, en relación a los contenidos de la enseñanza, se rescatan las nociones platónicas y el concepto de paideia teniendo en cuenta cuántas de estas ideas se mantienen en la actualidad en los currículos escolares. El segundo apartado presenta el análisis del documento de la ley, mostrando ejemplos concretos donde se visualizan las ideas platónicas en la legislación educativa vigente. Se concluye el trabajo recalcando la importancia de la teoría platónica en la actualidad, teniendo en cuenta todas las nociones que se encuentran implícitas en la Ley Provincial de Educación VIII Nro. 91 de la Provincia de Chubut. Palabras clave: Alegoría de la Caverna – Enfoque del Liberador – profesores intelectuales – paideia – educación – Chubut. El Estado, la educación y la justicia En los textos de Platón el término educación se relaciona al sentido común: quien transita la verdadera educación se ve obligado a superar el sentido común, la forma media de ver las cosas, para descubrir lo que hay detrás. La verdadera educación implica la adopción de una óptica nueva que se adquiere cuando uno se aleja de lo cotidiano o, mejor aún, cuando comienza a mirar lo cotidiano con ojos diferentes. La Alegoría de la Caverna, pasaje del diálogo La República en el que Platón habla del "estado de nuestra naturaleza según esté o no esclarecida por la educación" (Platón 1996), presupone esta concepción de hombre: el hombre educado es aquél que, comprendiendo que el mundo sensible es sólo una imagen confusa del realmente real, se eleva de lo sensible, mudable y material a lo eterno, inmutable, inteligible e inmaterial, a las ideas; y al hacerlo descubre que está llamado a vivir como un dios, en trato directo con lo eterno. El pasaje relata que un grupo de hombres vive dentro de una caverna, encadenados de nacimiento, pudiendo ver solamente una pared. Los separa del mundo exterior un camino escarpado, difícil de transitar. Otro grupo de personas, se pasea por el lugar transportando objetos y hablando. Una hoguera que se encuentra dentro de la gruta, refleja la luz de los objetos en la única pared que los prisioneros pueden ver. Por lo tanto, ellos toman a las sombras por realidad. Cuando uno de los prisioneros es liberado, se enceguece con la luz del sol y busca las sombras. Al descubrir el nuevo mundo, quiere comunicarles la noticia a los demás prisioneros, pero ellos no le creen, pues solamente conocen las sombras de la caverna, viviendo así en el error y el engaño. Para Platón, este mundo subterráneo, es el mundo sensible, que se conoce a través de los sentidos y en el que el ser humano se encuentra antes de educarse. El mundo externo, es el mundo inteligible, al que el hombre accede a través de la razón. Cuando el hombre se identifica con sí mismo en el mundo inteligible, se identifica con el alma. Para Platón, el alma todo lo conoce porque ya ha vivido, sólo debe recordar (Teoría de la Reminiscencia). El sol, también presente en la caverna simbolizado en la hoguera, es la fuente del bien y la verdad, idea suprema para Platón. La educación consiste así, en atravesar el difícil camino de la caverna para llegar al exterior, al bien. El hombre que atraviesa el camino, es el hombre educado que ha realizado el proceso. Él sufre y se confunde al enfrentarse con el mundo superficial y sensible. Pero, a pesar de ello, él debe volver a la caverna para iluminar a quienes aún viven en la oscuridad. Según Platón, la educación es vocación para quien ha sido educado, es un llamado que exige renuncia y que no se acepta buscando placer u honor sino soportando las molestias en pos de la superación social de la ignorancia. Para Platón, la educación es entonces el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la existencia de otra realidad, más plena, a la que está llamado, de la que procede y hacia la que se dirige; que es necesario mostrar a los otros hombres. El hombre educado comprende que esta vida no es sino un paso, un eslabón de una cadena de reencarnaciones que deben aprovecharse para dejar lo sensible en pos de lo inteligible, haciendo el mérito necesario para superar esta condición corporal de modo definitivo. El concepto platónico de educación, es comparable a uno muy vigente en el ámbito educativo llamado Enfoque Liberador de la educación (Fenstermacher y Soltis, 1999). Fenstermacher y Soltis describen distintas concepciones de enseñanza, es decir distintas ideas sobre lo que es o debería ser la enseñanza, que son producto del ser humano y susceptibles de evaluación y crítica. Estas son: Enfoque del Ejecutivo, Enfoque del Terapeuta, Enfoque del Liberador. El primero considera al docente un ejecutor, él produce el aprendizaje y gobierna la clase, dedica gran parte de su tiempo a cumplir con las disposiciones políticas provenientes de las regulaciones estatales, el currículum es cuidadosamente elaborado y progresivo, el fin de la educación es formar ciudadanos bien informados en una sociedad democrática. En la segunda concepción, el docente ayuda a cada individuo en su crecimiento personal, por eso lo que se aprende se conecta con las propias experiencias de vida y la educación da una perspectiva a cada individuo sobre sí mismo. En este caso, el currículum no está prefijado, y los materiales son el egidos por los alumnos según sus intereses.1 El Enfoque del Liberador tiene sus raíces más profundamente arraigadas en la filosofía de Platón y Aristóteles, ya que la noción de educación liberal es decididamente griega. El punto esencial de la enseñanza emancipadora es liberar los espíritus de los estudiantes de la influencia inconsciente de ideas opresivas que los paralizan. Los alumnos son considerados personas capaces de pensar, formarse opiniones e ideas válidas, por eso también pueden buscar los materiales de la clase, generar hipótesis y examinarlos. En esta concepción de enseñanza, se relaciona fuertemente la educación a la política y se introduce en el análisis la relación entre la educación y el poder. Volviendo a pensar en la imagen de la caverna, se ve a los oprimidos allí, en la oscuridad, lejos del conocimiento y de la realidad, aceptando la versión que se les muestra; pero sólo hasta que alguien les anuncia y pueden reconocer la luz del conocimiento. Uno de los autores latinoamericanos más reconocidos que enunció tempranamente esta perspectiva es Paulo Freire. Su preocupación fundamental es la liberación de las personas pobres, débiles e ignorantes que han estado sujetas a una dominación semejante a la esclavitud por parte de los ricos y poderosos. En su obra se encuentra presente la influencia de lo social, económico y político en lo educativo 2. Bien se evidencia en el Enfoque del Liberador, la importancia que se le atribuye a la educación de las clases sociales más pobres económica y culturalmente. En cuanto a la clase inferior, no prescribe Platón ninguna educación especial. Aunque aclara que no se debe proponer por objeto la felicidad de una determinada clase de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos; las mujeres también debían ser educadas en la misma forma que los hombres, porque la diferencia que se hacía con la mujer, era una diferencia social. 1 2 Kemmis y Fitzclarence (1988) realizan una clasificación similar refiriéndose a las concepciones curriculares. Para mayor información ver la obra de Paulo Freire (1985) Pedagogía del Oprimido. Sabe Platón que la educación comienza desde la más tierna infancia. Por eso recomienda no emplear la violencia cuando se dan las lecciones, sino que se instruyan jugando así se podrán conocer las disposiciones de cada uno. También afirma que “es preciso llevar a los niños a la guerra a caballo, hacer que presencien el combate y hasta aproximarlos a la pelea cuando no haya en ella gran peligro…” (Platón, 1996, p. 303). Sin necesidad de leer literalmente este fragmento e intentando una generalización actual, la cita se puede relacionar al método de enseñanza vinculado a la necesidad en la primera infancia de la experiencia directa, manipulable. Para Platón, así como el individuo llega mediante la educación a ser justo y a vivir una vida moralmente buena, a gobernar las tendencias concupiscible e irascible con la razón; del mismo modo sólo mediante la educación puede formarse una sociedad justa, moralmente buena. Rigiéndose según la justicia, según la idea de bien –idea suprema en la concepción platónica–, la sociedad alcanza su máxima posibilidad, tornándose perfecta y dichosa. La función que cumple la educación en una sociedad justa es la de formar, en primer lugar, a los futuros gobernantes, educándolos en el amor a la verdad y al bien y en el dominio de las pasiones. De la buena educación brindada por el Estado depende la formación de sus futuros gobernantes y su propia suerte. En las ideas de Platón, el Estado, por tanto, encuentra en la educación el medio más idóneo para alcanzar su fin: la justicia. De ella depende que logre o no su ideal. En el Enfoque del Liberador, el Estado –representando el poder– también tiene un papel fundamental: define qué debe ser enseñado, qué debe excluirse, quiénes deben aprender qué contenidos, quiénes y cómo deben enseñarlos, entre otras cosas. Estas decisiones no son menores y no se toman fuera de las presiones de grupos de interés, cuestiones ideológicas, intereses corporativos, etc. Aquí también, el Estado encuentra en la educación el medio más idóneo para alcanzar su fin. Los contenidos de enseñanza El Enfoque del Liberador pone especial atención a la relación entre conocimiento y poder en el momento de seleccionar los contenidos que han de integrar el currículum, es decir al momento de buscar los saberes socialmente significativos. Por eso, es importante problematizar esta categoría de saberes socialmente significativos, ya que es conocido que algunos saberes pueden ser significativos para algunos grupos sociales y no para otros. Por ejemplo, el estudio de la lengua española, será más significativa para quienes la manejan usualmente en sus hogares, no así para los grupos originarios que no la utilizan de manera natural. Se sabe que los contenidos que son seleccionados para formar parte de los que se enseñan en la escuela, forman parte de una ideología que se transmite, que no es neutra, ni libre de conflictos. Todos ellos, son reproducidos en la escuela, al igual que el mundo social se reproducen en las relaciones del aula. “El conocimiento y el currículum corporifican relaciones sociales, son producidos y creados a través de relaciones sociales particulares entre grupos sociales interesados” (da Silva, en Gentili comp. 1997). En cuanto a los contenidos escolares, se rescata la idea de paideia, idea griega, que se encuentra en el centro conceptual del enfoque liberador de la enseñanza. Paideia es el nombre de un sistema de educación utilizado en la Grecia y la Roma clásicas. Su currículum incluía gimnasia, retórica, gramática, matemática y geografía. Estas son las disciplinas en las que se piensa hoy cuando hablamos de educación liberal. El estudio de tales disciplinas hace una “persona acabada”, prepara al individuo de manera general para la vida. Se ha señalado que “la enseñanza no especializada tienen la cualidad que más se ajusta a la naturaleza humana. Por eso, desde el punto de vista práctico y de utilidad, es mejor que cualquier otro tipo de enseñanza.” (Mortimer y otros, citado en Fenstermacher, 1999, p. 101). Platón considera a la música como un medio privilegiado de educación, y se declara contrario a las armonías muelles, melosas, que no sirven para la educación del guerrero. Se pronuncia a favor de las armonías fuertes y las tranquilas, que recuerdan a un hombre que invoca a los dioses. Además, los jóvenes deben ser formados en la gimnasia. Tanto la música como la gimnasia tienen por fin educar el alma. La primera aporta suavidad, cortesía y dignidad, y la segunda valentía y fuerza. La educación en la música y la gimnasia debe alcanzar no sólo al varón sino también a la mujer. La igualdad de los sexos es resaltada con fuerza en La república. “En nuestro sistema es preciso que todo sea común entre los dos sexos” (Platón 1996, p. 308) Dice Platón que los futuros gobernantes han de ejercitarse en un gran número de ciencias desde su juventud, para ver si sus espíritus son capaces de sostener los estudios más profundos. La primera de las ciencias que los ayudarán a pasar de las tinieblas de lo mudable y sensible a la luz de lo inteligible, son la aritmética y la ciencia del cálculo. Junto con estas ciencias debe cultivarse la geometría, que “atrae al alma hacia la verdad y forma en ella el espíritu filosófico, obligándola a dirigir a lo alto sus miradas, en lugar de abatirlas, como suele hacerse, sobre las cosas de este mundo” (Platón, 1996, p. 290). La tercera ciencia que han de estudiar los futuros filósofos y hombres de Estado es la astronomía. La belleza del cielo debe verse como un reflejo de la belleza del cielo inteligible. La ciencia propia del filósofo es la dialéctica, mediante la cual se eleva de lo sensible a lo inteligible y de las ideas a la idea suprema, la idea de Bien. Según Platón, los jóvenes deben unir a su conocimiento del bien, el de lo bello y el de lo justo. Actualmente se agregan a estos criterios platónicos, los criterios de utilidad y criterios de verdad, para que un objeto cultural comience a ser contenido a enseñar (Gvitrz y Palamidessi, 2000). El docente y su trabajo Para la perspectiva emancipadora, la tarea primaria del educador es tratar a los oprimidos como agentes humanos activos que merecen ayuda a fin de poder alcanzar su propia liberación. Esto debe lograrse mediante el diálogo. El emancipador ve el mundo social como un lugar de lucha continua y opresión en el que aquellos que tienen poder, privilegios y status se afirman cada vez más; y aquellos que se perciben como personas inferiores aceptan su destino y su debilidad. Por eso como afirma Platón, en este enfoque también la educación es vocación para quien ha sido educado, es un llamado que exige renuncia, en pos de la superación social de la ignorancia. En este sentido es necesario que el mismo educador sea crítico y no se encuentre “en la oscuridad de la caverna”. Para retomar este concepto es preciso recurrir a los aportes de Henry Giroux al referirse a los profesores como intelectuales que combinan la reflexión y la práctica académicas con el fin de educar a los estudiantes para que sean ciudadanos reflexivos y activos; y así puedan ver la luz del conocimiento. Señala Giroux al respecto: “El profesor como intelectual debe convertirse en un intelectual transformativo orgánico que interprete constantemente el mundo y lo dote de sentido, compartiendo su esfuerzo con otros, desde el mundo. Debe transformar lo pedagógico en político y lo político en pedagógico, y debe encarnar intereses políticos de naturaleza liberadora” (Giroux, 1990). El profesor intelectual se compromete, participa, se responsabiliza del importante papel que desempeña, el de guiar a los prisioneros a la luz del conocimiento. Esto lo puede hacer si muestra a los prisioneros la realidad misma, si los ayuda a transitar el camino engrampado; es decir si desnaturaliza lo que para las clases que se creen inferiores es natural, los ayuda a liberar su mente, a cuestionar y cuestionarse. Según Platón, el objetivo de la educación es elevar la conciencia crítica de los oprimidos de modo que puedan liberarse de una vida dominada por otros. Desde el punto de vista platónico, la óptica nueva que adopta el oprimido le permitirá salir de los límites de la experiencia cotidiana, de la inercia y ver más allá de la oscuridad de la caverna. Para Platón, el hombre es burlado sin siquiera saberlo. Vive en el engaño, despreocupado, ignorante. Pero esa situación no es necesariamente definitiva. El hombre posee los medios para escapar de ella: la razón y la educación. Platón afirma que: “cada cual tiene en su alma la facultad de aprender mediante un órgano destinado a este fin; todo el secreto consiste en llevar este órgano y con él el alma toda, de la vista de lo que nace a la contemplación de lo que es, hasta que pueda fijar la mirada en el bien. No se trata de darle la facultad de ver, pues ya la tiene; lo que sucede es que su órgano está mal dirigido y no mira donde debería mirar, esto es lo que debe corregirse. (…) cuando las cualidades del alma no se han obtenido de la naturaleza, se adquieren mediante la educación y la cultura” (Platón, 1996, p. 278). Respecto a la facultad de saber, como es de naturaleza divina, jamás pierde su virtud, se hace solamente útil o inútil, según la dirección que se le da. En este sentido, se evidencia cómo Platón, hace miles de años, daba la respuesta a un debate del que todavía se habla en educación. El conflicto entre lo hereditario o genético, por un lado y la influencia del contexto y las motivaciones del estudiante a la hora de aprender, por otro. El libro “The Bell Curve” (1994) escrito por Richard Hernstein y Charles Murray por ejemplo, propone que las razones por las cuales las personas negras y pobres no tienen un mejor rendimiento en las escuelas son sus características genéticas colectivas. Así, negros, indígenas y pobres, no tienen empleos decentes, porque tienen un mal desempeño en las escuelas. Michael Apple expone una rotunda crítica a este libro y afirma que: “la circulación de ideas como las que resume The Bell Curve ofrece un poderoso ejemplo sobre los efectos de las relaciones de dominación y de subordinación social y cultural, al mismo tiempo en que posee un alto impacto en el diseño de la política educativa y social.” (Apple, 1997) Por otro lado, Carina Kaplan (2005) subraya el riesgo de estigmatización y ghettización de los sujetos que se perciben a sí mismos como intrínsecamente pobres, por eso opta por pensar a la escuela como el lugar de lo posible, donde los sujetos puedan torcer los destinos que se presentan como inevitables, resaltando el papel transformador de la educación. Platón considera que el hombre siempre tiene capacidad de aprender, entonces se podría decir que prioriza el contexto sobre lo hereditario. Lo importante es que el hombre al ser educado pueda dirigir su órgano hacia el bien. Para eso necesita de alguien que lo guíe y acompañe. Es allí donde se hace evidente el papel del “profesor intelectual”. Allí radica la importancia de su trabajo; un trabajo comprometido y responsable que puede “sacar a los prisioneros de la oscuridad de la caverna”, de la ignorancia, y mostrarles todas las posibilidades que sus mismos ojos no pueden ver. Análisis ¿Cuál es el fin de la educación... qué alumnos se pretende formar... a dónde y cómo orientar el proceso educativo y a las personas que en él participan...? Entre muchas otras, son preguntas que han acompañado toda la historia de la educación. El desarrollo de sus respuestas ha sido múltiple, ha involucrado diferentes perspectivas tanto filosóficas, como políticas, económicas, sociológicas, etc. Actualmente se encuentran vigentes ciertas concepciones que dirigidas desde el Estado Nacional y Provincial, subyacen en las leyes, reglamentos, documentos que rigen la educación. En esta oportunidad serán foco de análisis las perspectivas filosóficas que se encuentran implícitas en la Ley Provincial de Educación VIII N° 91/2010 3 de la provincia de Chubut. Bajo esta mirada se han elegido tres categorías consideradas relevantes para el 3 Dicha ley fue refrendada por Dto. Nº 1684/10 de la provincia de Chubut. análisis. Ellas son: el Estado, la educación y la justicia; los contenidos de enseñanza; el docente y su trabajo. Para el estudio de las mismas, se expondrán algunos artículos de la Ley trabajada vinculándolos al Marco Teórico anterior para arribar luego a las conclusiones. El Estado y la educación Dentro de la Ley VIII Nº 91 de Educación de la Provincia del Chubut, La relación entre Estado y educación puede verse a lo largo de varios artículos. Por ejemplo, en el Art. 2 de dicha normativa se lee: “La Educación se constituye en política de estado, para construir una sociedad justa y equitativa; reafirmar la soberanía en un marco de respeto a las identidades, diversidades culturales y de género, profundizando el ejercicio de la ciudadanía democrática y republicana, garantizando el pleno ejercicio de los derechos humanos, fortaleciendo el desarrollo económico-social de la Provincia, la unidad nacional y provincial; respetando las particularidades municipales, comunales, regionales y comarcales” Este artículo se relaciona a una concepción platónica de educación, ya que el mismo se refiere a la construcción de una sociedad justa mediante la educación. Se deja explícito que mediante la educación puede formarse una sociedad justa, moralmente buena. Como diría Platón, rigiéndose según la justicia, según la idea de bien, la sociedad alcanza su máxima posibilidad, tornándose perfecta y dichosa. En este marco, el Estado, encuentra en la educación el medio más idóneo para alcanzar su fin: la justicia. De ella depende que logre o no su ideal. Esto se refleja también en el Art. 6: “El Estado Provincial tiene la responsabilidad principal e indelegable de proveer, garantizar y supervisar una educación integral, inclusiva, permanente y de calidad para todos los habitantes, asegurando la igualdad, gratuidad, equidad y justicia social en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias”. También en el Art. 13 referido a los fines y objetivos de la política educativa provincial se lee: Art. 13, Inc. a): “(…) posicionando la educación como factor promotor de la Justicia Social.” Ahora bien, para lograr los fines que se propone el Estado a través de la educación, el mismo debe contar también con distintas Políticas Públicas que deberá llevar a cabo. Por ejemplo en el Art. 2 se refiere a “garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos, fortaleciendo el desarrollo económico-social (…)”; estas no son metas que se alcanzarán solamente con la implementación de las Políticas Educativas. Como plantea Luis Rigal (citado en Imbernón, 1999) es fundamental el papel del Estado en la generación de una mayor equidad en la distribución de los bienes económicos, sociales y culturales, agregando también una activa e interesada participación ciudadana en la vida pública, atendiendo a la construcción de un espacio público, pensado como heterogéneo, multisocial y multicultural. Por eso, se rescata la opinión de los críticos cuando plantean que el fin de la escuela del siglo XXI es construir una escuela orientada hacia el pensamiento crítico, que pretenda dotar al sujeto individual de un sentido más profundo de su lugar en el sistema global y de tu potencial papel protagónico y transformador en la construcción de la historia, creando conciencia de las inequidades. El papel del Estado en este sentido, es garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, no sólo a través de un organismo de control, ni de escasas políticas educativas; sino, sobre todo, a través de variadas políticas públicas y sociales que devuelvan a la sociedad la cultura del trabajo y la responsabilidad. De esta forma se podrá contribuir a una sociedad justa y equitativa. Los contenidos de la educación Respecto de los contenidos, se puede señalarse algunos aspectos del Art. 13, el cual se refiere a los fines y objetivos de la Política Educativa Provincial: Art. 13, Inc. t): “(…) Garantizar, a través de la educación física, el desarrollo actualizado y dinámico de las prácticas corporales, motrices y deportivas como condición básica para la construcción de la corporeidad activa y participativa de la ciudadanía”. Art. 13, Inc. v) “Brindar una formación desarrollando los contenidos propios de cada uno de los lenguajes artísticos y estimular la creatividad, el placer y la comprensión de las distintas manifestaciones del arte y la cultura”. Los contenidos que Platón consideraba importantes en la educación, como brevemente se expuso, son la gimnasia, la música, entre otros. En los artículos anteriores extraídos de la ley analizada, se encuentran presentes los contenidos referidos a la música y a la gimnasia, contenidos que Platón consideraba necesarios para darle sabiduría al alma. Así como Platón consideraba la educación de los más pequeños, la Ley Provincial se refiere en su Título III: Niveles Educativos, Capítulo I: Educación Inicial a la educación de los niños de 45 días a 5 años. En relación a los objetivos de la Educación Inicial, se puede mencionar el Art. 22: Art. 22, Inc. d) “Promover el juego como contenido de alto valor cultural y educativo para el desarrollo cognitivo, afectivo, ético, estético, motor y social”; Art. 22, Inc. e) “Desarrollar la capacidad de expresión y comunicación a través de los distintos lenguajes, verbales y no verbales: el movimiento, la música, la expresión plástica, la literatura y otras expresiones artísticas”. Art. 22, Inc. f) “Garantizar el acceso al desarrollo de la disponibilidad corporal, por medio de la educación física y artística, necesario para favorecer la integración social, la interacción con el medio ambiente, la preservación de la salud y el disfrute activo.” Se evidencia cómo en estos incisos referidos a un nivel en particular, el nivel inicial, también se encuentran presentes los contenidos platónicos. Además se destaca la importancia del juego, que según Platón es necesario para que los niños hasta los seis años se instruyan jugando para conocer las disposiciones de cada uno. Respecto de la Educación Primaria, dentro del Art. 28 se encuentran los siguientes objetivos Art. 28, Inc. h) “Brindar oportunidades equitativas a todos los/as niños/as para el aprendizaje de saberes socialmente significativos en los diversos campos del conocimiento, en especial el de la lengua y la comunicación, las ciencias sociales y la cultura local, provincial y nacional, las ciencias naturales y el cuidado del medio ambiente, la educación matemática , tecnológica, el cuidado de la salud en todas sus dimensiones, la educación física, las expresiones del arte y la formación del ciudadano democrático, atendiendo al pleno desarrollo de las capacidades individuales.” Para el desarrollo de esta categoría se retomará el concepto de “paideia”4 referido al sistema educativo de la Grecia y Roma clásicas, que incluyen los contenidos de retórica, matemática, gimnasia, geometría, gramática. Los educadores liberales retoman esta idea de educación general porque aseguran que prepara mejor al hombre para vivir buenas vidas humanas, que una educación específica. En el Art. 28 de la ley, se tienen en cuenta esas disciplinas generales y se agregan otras más específicas relacionadas también al contexto actual. También son foco de análisis las palabras que se explicitan en la ley “niños y niñas”. Para Platón la educación debería ser igual para los niños que para las niñas. Él pensaba que las diferencias entre los sexos era algo relacionado a la sociedad, más que a la capacidad; por lo tanto en la sociedad debía estar el cambio también. Por último es susceptible resaltar brevemente el concepto de saberes socialmente significativos. Es sabido que toda selección cultural implica un hecho de dominación, un lugar de lucha que no es políticamente inocente, ni neutral. Siempre al incluir ciertos 4 Paideia: lo que debe ser y hacer el hombre para alcanzar su perfección. saberes o contenidos, se excluyen otros. Pero ¿a qué se debe esta selección? ¿Qué criterios se tienen en cuenta para decidir? Sin dudas, el lugar ideológico que ocupa cada contenido y a qué grupo de poder responde, son aspectos fundamentales a tener en cuenta. Foucault afirmaba que el poder siempre se impone. Podemos trasladar esta frase a la selección de contenidos escolares: el poder siempre se impone. Desde la Teoría Crítica se menciona la necesidad de “desfetichizar” el currículum, es decir mostrar su carácter relacional, haciendo visible lo invisible, teniendo presente que es construcción y producto de las relaciones sociales. Esto lleva a considerarlos dispositivos históricos y culturales. Seguramente esta será tarea de las propias instituciones educativas y del docente en particular. El docente y su trabajo En cuanto a este eje de estudio, la Ley plantea varios ítems, de los cuales se han seleccionado los que se consideran más relevantes a este análisis. En el Art. 94, referido a los derechos de los docentes, se destacan los siguientes: Art. 94, I - Derechos de los Docentes: Inc. d) “A la activa participación en la elaboración e implementación del proyecto institucional de la escuela”; Art. 94, Inc. i) “A participar en el gobierno de la educación por sí y/o a través de sus representantes”. Art. 94, Inc. m) “A la libre asociación, a la participación gremial y al respeto integral de todos sus derechos como ciudadano/a”. Art. 94, Inc. n) “Disponer el acceso libre y gratuito de los datos de estadística educativa”. Se evidencia que estos incisos se relacionan con la idea de “profesor intelectual” de Giroux, ya que se estimulan los modos democráticos y críticos de participación. Hay que insistir en la idea de que los profesores deben ejercer activamente la responsabilidad de proponer temas serios acerca de lo que ellos mismos enseñan, sobre la forma en que deben enseñarlo y sobre los objetivos generales que persiguen. Esto significa que los profesores tienen que desempeñar un papel responsable en la configuración de los objetivos y las condiciones de la enseñanza escolar. En el sentido más amplio, los profesores como intelectuales han de contemplarse en función de los intereses ideológicos y políticos que estructuran la naturaleza del discurso, las relaciones sociales del aula y los valores mismos que ellos legitiman en su enseñanza. Ellos deberían visualizar esto en sus aulas y escuelas y mostrárselos a sus alumnos para que deje de ser algo “natural” para comenzar a ser objeto de análisis, reflexión y crítica. Aquí cobra mayor importancia el trabajo del profesor como intelectual, porque es él quien podrá desnaturalizar esta situación y convertirla en objeto de análisis, crítica y reflexión. Respecto a las obligaciones de los docentes, se puede mencionar: Art. 94, II - Obligaciones de los/as Docentes: Inc. a) “Respetar y hacer respetar los principios constitucionales, las disposiciones de la presente ley, el ideario, la normativa institucional y la que regula la tarea docente.” b) “Cumplir con los lineamientos de la política educativa establecida por el Gobierno Provincial y con los diseños curriculares de cada uno de los niveles y modalidades.” Estos incisos parecerían contradecirse con los anteriores, ya que considerarían al docente como un “ejecutor” de los lineamientos nacionales y provinciales acerca de la educación. Como se sabe, la escuela es una institución que reproduce el saber social, legitimando unas prácticas y excluyendo otras, de esta forma se distribuyen significados que se vinculan con implícitas relaciones de poder, tanto del Estado, como de organismos privados. Las escuelas sirven para introducir y legitimar formas particulares de vida social. Más que instituciones objetivas alejadas de la dinámica de la política y el poder, las escuelas son de hecho esferas debatidas que encarnan y expresan una cierta lucha sobre qué formas de autoridad, tipos de conocimiento, regulación moral e interpretaciones del pasado y del futuro deberían ser legitimadas y transmitidas a los estudiantes. Todas esas ideas se plasman en los idearios y normativas tanto nacionales, provinciales e institucionales, como en el llamado “currículum oculto”, todo amparado por las políticas educativas que establecen los gobiernos de turno. Por eso, se insiste en la importancia del trabajo del “profesor como intelectual”. Son ellos los que sacarán a los prisioneros de la caverna. Pero no pueden hacerlo si ellos mismos están dentro de la caverna, si solamente se encargan de cumplir las órdenes determinadas por el Estado (que tiene el poder) y ejecutar sus lineamientos. Conclusiones Toda reforma educativa o legislativa se adecúa a un determinado ideario político vinculado al momento socio-histórico que le toca vivir a la comunidad. La ley analizada no es ajena a esta situación y también responde a un gobierno y a una sociedad específicos. Estas cuestiones deben tenerse en cuenta en la difícil tarea vinculada a vislumbrar algunas ideas platónicas de la educación en este documento, ya que el contexto actual no es el mismo contexto histórico, social, político, ideológico, económico, que el relacionado a Platón y sus ideas. Pero, a pesar de la gran diferencia temporal que separan a Platón de esta nueva Ley de educación y después de lo analizado y ejemplificado, se puede afirmar que en la Ley Provincial de Educación VIII N° 91 de la provincia de Chubut, se encuentran presentes algunas ideas platónicas de educación, aprendizaje, infancia, tarea docente. Pero tampoco se debe cerrar aquí las ideas expuestas en la Ley, esto sería por lo menos inadecuado e incorrecto, ya que se sabe cuántas ideas más han pasado con el tiempo, ideas que también influyen en la sociedad misma y en el documento en particular, y en consecuencia también se ven plasmadas en él. Referencias bibliográficas APPLE, Michael (1997). “El Neoliberalismo y la naturalización de las desigualdades: genética, moral y política educativa” en GENTILI, Pablo (comp.) Cultura, política y currículo. Ensayos sobre la crisis de la escuela pública. Buenos Aires: Losada. BANCHIO, Laura (2004). “La educación según Platón”. Academia de Ciencias Luventicus. 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