Inicio Editorial y cartas Columnistas Santiago de Chile. Ma 12/7/2016 11:55 Buscar... Buscar Editorial Martes 12 de julio de 2016 Visión geopolítica china El sostenido progreso económico que ha experimentado el gigante asiático en las últimas décadas le está permitiendo sustentar una política exterior activa enfocada en recuperar aquel milenario sueño chino de ser el gran articulador del extenso territorio denominado Eurasia... Comente Todo indica que las disputas de China con sus vecinos por territorios insulares en el Mar de China tienen un telón de fondo que trasciende estos episodios. El sostenido progreso económico que ha experimentado el gigante asiático en las últimas décadas le está permitiendo sustentar una política exterior activa enfocada en recuperar aquel milenario sueño chino de ser el gran articulador del extenso territorio denominado Eurasia. Con una visión geopolítica aguda, el Presidente Xi Jinping ha impulsado una acción internacional que busca reforzar la presencia de su país más allá de su frontera. En efecto, en un intento por reconstituir la llamada "ruta de la seda", que unía comercialmente a Europa con Asia, numerosas empresas constructoras chinas se encuentran desarrollando -y en algunos casos eventualmente administrando- ambiciosos proyectos, entre los cuales se encuentra la construcción de una planta para reactores nucleares en Pakistán, mejoras en la infraestructura portuaria de Grecia, gasoductos que cruzan varios países, vías férreas y caminos en las ex repúblicas soviéticas tendientes a mejorar la conectividad en una de las zonas de mayor valor geopolítico del mundo por sus vastas extensiones territoriales. La ambiciosa iniciativa, que se ha denominado "un cinturón, una ruta", pretende reforzar los lazos comerciales y diplomáticos de la región con Europa, favoreciendo el denominado " soft power " en un momento internacional en que los anhelos nacionalistas rusos se ven obstaculizados por su frágil posición económica, y Estados Unidos opta por una menor presencia mundial. Pero esta mirada estratégica y geopolítica que se proyecta en Eurasia se complementa, además, con una creciente presencia marítima. China actualmente es el mayor constructor de barcos de gran tamaño, posee una de las mayores marinas mercantes y domina una buena parte del comercio de contenedores del mundo. A lo anterior se agrega un desarrollo de su poderío militar naval que despierta preocupación en el Mar de China, una de las principales vías marítimas del comercio internacional y donde la disputa por la soberanía de pequeños enclaves territoriales ha subido la tensión entre China y sus vecinos. En efecto, mientras en la zona este, Tokio y Beijing se disputan la soberanía de las islas Sensaku para Japón y Diaoyu para China, en el sur los países ribereños se enfrentan a los chinos por las islas Paracel y Spratley. Al respecto Filipinas recurrió al tribunal de La Haya para solucionar sus reclamaciones insulares, pero China ha dicho que solo cabe la negociación bilateral directa para resolver las diferencias. Washington observa con preocupación cómo la expansión del poderío militar chino comienza a alterar un equilibrio regional hasta ahora dominado por su presencia, lo que ha derivado en delicados incidentes militares entre fuerzas chinas y norteamericanas. El dinamismo que el Presidente Xi ha dado a la presencia internacional china comienza a producir importantes cambios en la configuración de los equilibrios internacionales. Sus iniciativas tendientes a combinar la diplomacia con acciones de poder indican que China ha dejado atrás su rol de potencia comercial para dar paso a un liderazgo sin apellido en el escenario mundial, con una evidente y actualizada visión geopolítica.