Sistema Lagrimal Anatomía Clínica Exploración Terapéutica 3ra EDICIÓN Dr. Horacio Serrano Autor: Dr. Horacio Serrano Diseño y diagramación: Maria Beatriz Beaujon B. MB design ca Composición de la portada: María Beatriz Beaujon B. Todo Dalí en un rostro: Edt. BLUME, Barcelona, España Derechos de autor, Edición en español, 2010, por Horacio Serrano. Todos los derechos están reservados y protegidos por el derecho de autor. Ninguna sección de este libro podrá ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en ninguna forma o medio, fotocopias, mecánico, grabación u otro, ni sus ilustraciones copiadas, modificadas o utilizadas para su proyección sin el consentimiento escrito de su productor. Como este libro llegará a los oftalmólogos de diferentes países con diferente entrenamiento, cultura y antecedentes, los procedimientos y prácticas descritas en este libro deben ser implementadas en cumplimiento de los diferentes estándares que determinen las circunstancias de cada situación específica. Se han realizado grandes esfuerzos para confirmar la información presentada y para realizarla con las prácticas de aceptación general. El autor, el director y el productor no pueden aceptar la responsabilidad por los errores o exclusiones o por el resultado de la aplicación del material aquí presentado. No existe ninguna garantía expresa o implícita de este libro o de la información por él emitida. Cualquier reseña o mención de compañías o productos específicos no pretende ser un respaldo por parte del autor o del productor. Derechos de autor: Dr. Horacio Serrano. “Sistema lagrimal, anatomía, exploración, clínica y tratamiento” ISBN N 980-12-0105-3 INTRODUCCION INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA EDICIÓN Es un privilegio para mí pertenecer al grupo de autores que han publicado sus experiencias oftalmológicas bajo el patrocinio de la Sociedad Venezolana de Oftalmología. Ve la luz este trabajo con motivo de conmemorarse el XXXV Aniversario de la fundación de nuestra Sociedad. La buena acogida dada por su Presidente, Dr. Henry Lugo Romero, el empeño, la dedicación de su Secretaria la Dra. Yanina Brito de Mendoza y la aprobación en pleno de toda la Junta Directiva hicieron que las páginas manuscritas se transformaran en esta experiencia fantástica de la letra impresa. Los “responsables” directos de estos apuntes son los alumnos de postgrado del Hospital Militar de Caracas, porque constituyen el resultado de las clases y de los seminarios de la Cátedra de Cirugía. Plástica Ocular que dicto en dicha Institución. La idea de escribir este libro es hacer un resumen recopilado de las afecciones y de los medios de exploración, que el oftalmólogo general debe tener en mente, a mano y en su consultorio; así se evita tener que estar buscando en diferentes libros en los cuales se encuentra esta información dispersa. Hay infinidad de tratados donde se tocan exhaustivamente todos los puntos que aquí se tratan, pero al estar separados hacen difícil una consulta El reunirlos hace que en un momento determinado el oftalmólogo general pueda consultarlos todos juntos. Al mismo tiempo va dirigido a los Residentes de Oftalmología que, en su fase de formación, deben tener una información general y no tan especializada. Después si están interesados pueden ampliar con la bibliografía adjunta. Uno de los primeros problemas prácticos que el oftalmólogo en formación encuentra, además de los problemas refractivos, es el de la patología de las vías lagrimales. Es frecuente la epífora en el recién nacido, la lagrimación en los jóvenes y adultos, los problemas “incomprensibles” de muchas patologías que se etiquetan de “conjuntivitis” y que pasan de médico en médico mandándole, cada uno, un colirio diferente y sin resolver el problema. Muchos casos son ojos con sequedad ocular que por no tener una sintomatología precisa o porque el médico no piensa en ello se dejan pasar y el paciente va de uno a otro buscando alguien que lo alivie. No es un tratado erudito con continuas referencias bibliográficas, es una reunión de datos donde se pueden encontrar los métodos exploratorios más comunes y el repaso de la patología general que pueda originar una lagrimación o un ojo seco, todos ellos reunidos en unas pocas páginas. Intencionalmente no se exponen las técnicas quirúrgicas no sólo porque para el que se inicia es difícil verlas escritas, sino también porque hay infinidad de tratados donde se exponen detalladamente y sólo los verdaderamente interesados en el tema recurrirán a ellos. Además cuando se empieza a operar no hay un criterio de elección y el principiante se ve confundido entre tantas técnicas y no sabe cuál elegir. XV Sólo la educación dirigida hace que una técnica tenga sentido e indicación precisa y primero el maestro induce a la elección y posteriormente el oftalmólogo ejecuta la que en su experiencia práctica le ha dado mejores resultados. El estudio del ojo seco o mejor dicho la sequedad ocular es verdaderamente importante por su alta incidencia en la población y sobre todo por la falta de atención por parte del médico en general. Cuando llega un ojo seco con una sintomatología florida, acompañado o no de enfermedades asociadas, ricas en síntomas, no tiene problema diagnóstico y el médico se aboca a ella sin dudas diagnosticas, pero cuando hay sequedad ocular con algún signo subjetivo y pocos o ningún signo objetivo el problema se convierte en un problema grave, la falta de intuición, la falta de conocimiento, el exceso de trabajo del médico hace que no se le dé importancia y se quita de encima al paciente, recomendando un colirio que actúa como placebo y en el peor de los casos agrava el problema de sequedad ocular. Es tan variada y tan imprecisa la sintomatología subjetiva que, muchas veces, se tilda al paciente de “neurótico” cuando cuenta que le cuesta abrir los párpados al levantarse, un picor o ardor no definido y no continuo, una lágrima pegajosa, una secreción filamentosa y otros muchos más, hacen que el oftalmólogo no precavido salga del paciente sin mayor exploración. Es frecuente ver a estos pacientes que van gritando su diagnóstico sin que el médico sepa escucharlo; son pacientes que han pasado por muchos oftalmólogos y cada uno de ellos le ha mandado un colirio distinto, sin mayor éxito. Mi editor, crítico, corrector y amigo, el Dr. Oscar Beaujon, hizo que todo el proceso resultara más apasionante. Los errores son míos. A la tipografía Miguel Angel García e Hijo y a todos sus colaboradores quiero agradecerles su ayuda, su paciencia y esmero en la presentación de este libro. Para todos ellos vaya el testimonio de mi gratitud y de mi amistad. Caracas, octubre de 1988 XVI PRESENTACIÓN Es realmente motivo de profunda satisfacción y gran honor el prologar un libro especialmente si consideramos que para todo autor su obra es producto de un gran esfuerzo, de una vasta experiencia y de una envidiable voluntad sobre todo en nuestro medio donde estas actividades requieren de mayor aporte para un menor reconocimiento, Esta satisfacción y honor se ven incrementados cuando nos corresponde por decisión del Dr. Horacio Serrano prologar su excelente libro que sobre Vías Lagrimales ha escrito y que la Sociedad Venezolana de Oftalmología con gran criterio y vocación de servicio, ha publicado. Adicionalmente escribir el preámbulo del libro Sistema Lagrimal constituye una gran responsabilidad, para con el autor porque debe reflejar lo que es y representa el contenido; para con el Editor, la Sociedad Venezolana de Oftalmología, porque debe enunciar la importancia que representa para la educación oftalmológica y las valederas razones para su respaldo; para con los residentes y oftalmólogos del país porque debe estar acorde con lo expresado en el texto, tanto en calidad como en contenido científico y por último, conmigo mismo porque constituye realmente un reto el expresar en pocas líneas lo que significa esta obra para la oftalmología venezolana, su importancia en el contexto de la bibliografía médica nacional al mismo tiempo de cumplir airosamente con el tremendo compromiso que el Dr. Serrano me ha impuesto, más que por ninguna otra razón, por la amistad y respeto mutuo que nos une. El libro que sobre Vías Lagrimales ha escrito el Dr. Horacio Serrano es publicado por la Sociedad Venezolana de Oftalmología en el año de su XXXV aniversario y debo felicitar a la junta Directiva, presidida por el Dr. Henry Lugo Romero, por esta acertada decisión. Con esta publicación ratifica la Sociedad su permanente preocupación por el desarrollo de la oftalmología nacional, su continuo respaldo a las actividades que represente de una u otra forma, el mantener actualizado al oftalmólogo y a aquellas que favorecen una mejor y más completa formación del residente. Este libro a su vez representa la continuación de las importantes obras que la Sociedad Venezolana de Oftalmología ha estimulado, publicado y promocionado y que han servido en gran parte para enriquecer la bibliografía oftalmológica no sólo nacional sino latinoamericana. Recordemos los libros sobre Catarata (1976), Bibliografía Oftalmológica Venezolana (1977), Valor del Fondo de Ojo en la Hipertensión arterial (1978), El Desprendimiento de la Retina (1979), Glaucoma Primario, Diagnóstico y Tratamiento (1983). Todos ellos, conjuntamente con la Revista Oftalmológica Venezolana son demostración permanente de la preocupación de la Sociedad Venezolana de Oftalmología por la divulgación de importantes obras que por una parte den a conocer y propagar el alto nivel de la especialidad en el país y por otra colaboren con la información y formación del residente y oftalmólogo venezolanos. En su libro sobre Vías Lagrimales, el Dr. Serrano enfoca en una forma clara y orientada permanentemente hacia el análisis lógico de los estudios y hallazgos en su fisiología y patología para buscar siempre la solución más sencilla que garantice los mejores resultados al problema del paciente. El libro está dividido en 11 capítulos que contemplan el estudio tanto del sistema secretor como del excretor lagrimal. La primera parte está dedicada al análisis XVII del Sistema secretor lagrimal que incluye la descripción anatómica y fisiológica de las diferentes glándulas responsables de la secreción lagrimal, la importancia de cada una de ellas, las características, composición y funciones de sus diferentes secreciones para culminar con una detallada discusión acerca de las funciones, tanto primarias como secundarias, de las lágrimas haciendo hincapié, en la importancia capital para la visión de la integridad del film lagrimal. Hace un análisis detallado del film lagrimal, su composición, su funcionamiento, el mecanismo de ruptura fisiológica para su inmediata reposición y de las principales causas que pueden alterarlo. Vale la pena detenerse un tanto en el análisis que el autor hace acerca del ojo seco, sus manifestaciones y estudio adecuado. Este capítulo es de extrema importancia porque a pesar de lo ampliamente difundido del tema, ve uno con preocupación la frecuencia con que es insuficientemente estudiado a incluso olvidado cuando se examina un paciente, especialmente aquel que sin tener unas manifestaciones aparatosas está permanentemente insatisfecho y con múltiples síntomas menores que reiteradamente son menospreciados por el oftalmólogo y algunas veces agravados con terapéuticas sintomáticas. No tiene mucho mérito hacer un diagnóstico de ojo seco cuando existen signos de lesión corneal, xerosis, sequedad de otras mucosas o simplemente son pacientes referidos por el internista o reumatólogo para su evaluación. Debemos hacer verdadero hincapié y así lo hace el autor, en el estudio pormenorizado de aquellos pacientes que puedan ser sospechosos de alteraciones del film lagrimal, y para ello se debe incrementar los esfuerzos en el interrogatorio, historia clínica, exploración local y evaluación oftalmológica exhaustiva. Con frecuencia el interrogatorio orienta hacia el diagnóstico y por desgracia también con más frecuencia de la deseable, la falta de una buena comunicación médico-paciente hace cometer omisiones e incluso errores diagnósticos. Ante aquellos pacientes que nos refieren sensación de cuerpo extraño. sensación de pesadez ocular especialmente en la mañana, pequeña legaña en el ángulo interno al levantarse, incremento de las manifestaciones en ambiente contaminado o en aire acondicionado, etc., debemos intensificar nuestros esfuerzos para comprobar o descartar la posibilidad diagnostica de una deficiencia lagrimal y no cometer el error frecuente de indicar un placebo que puede ser perjudicial si contiene vasopresores o realmente yatrogénico si contiene esteroides. En los Capítulos II y III el Dr. Serrano hace un exhaustivo estudio de la historia clínica, exploración, hallazgos a la lámpara de hendidura haciendo énfasis en los test sencillos de fácil realización y bajo costo que nos aporte verdadera y valiosa información, como por ejemplo el test de ruptura del film lagrimal, las pruebas cuantitativas de secreción (Schirmer, etc.), Rosa de Bengala, biopsia, pero sin dejar de mencionar y analizar otras diferentes pruebas, que sin estar al alcance de todos los oftalmólogos en la práctica diaria, tienen importancia en el estudio del film lagrimal y sus alteraciones como por ejemplo las pruebas de dilución, colocaciones especiales, estudios enzimáticos, etc. El capítulo IV está dedicado a la clasificación de la patología general que puede producir sequedad ocular. El capítulo V es realmente interesante, en él se describen las diferentes causas XVIII del ojo seco, se analizan las manifestaciones clínicas, tanto locales como sistémicas, se hace hincapié en algunos síndromes muy especialmente en la queratoconjuntivitis sicca degenerativa y en el Síndrome de Siögren, en las causas neurológicas y muchas otras más en las que destacan las yatrogénicas de las cuales no nos debemos olvidar y que nos recalcan permanentemente que el ojo no es un órgano aislado sino que es parte de un todo anatómico y funcional y que puede ser reflejo de otras alteraciones a distancia y sufrir consecuencias secundarias de medicamentos sistémicos o tópicos. En los capítulos subsiguientes el Dr. Serrano analiza con detalle las diferentes alternativas terapéuticas posibles haciendo un estudio de la composición de los medicamentos utilizables y una vez más, lo que es la tónica del libro, enfocando desde el punto de vista práctico el manejo terapéutico de los diferentes estadios de gravedad de la afección y su tratamiento con los medios disponibles en el país, Para complementar el estudio del sistema de lubricación lagrimal, el autor hace una excelente revisión de la interacción entre los lentes de contacto y las lágrimas, de la influencia e importancia en la adaptación y de las características de los diferentes tipos de lentes y su requerimiento acuoso al igual que el comportamiento de los mismos en situaciones especiales. Se hace hincapié en la importancia del análisis exhaustivo de la lubricación del paciente antes de intentar adaptar lentes de contacto, de esta forma se evitarían fracasos e incluso complicaciones, algunas graves, en el uso y abuso de los lentes de contacto. Los capítulos finales están dedicados al análisis detallado de¡ Sistema secretor. En ellos se sigue la misma metodología de la primera parte, es decir, comenzando por una excelente descripción anatómica que es complementada con comentarios de importancia práctica en la exploración y clínica de la patología de las vías lagrimales, continúa con el análisis de las diferentes formas de exploración incluyendo la prueba de Jones y el sondeo lagrimal, haciendo hincapié, no sólo en lo que se debe hacer para el estudio adecuado, sino también en aquellas maniobras que no debemos realizar so pena de provocar más daño al paciente. Prosigue con el análisis detallado de las patologías más frecuentes del sistema excretor lagrimal, para culminar con un capítulo de gran interés donde analiza la conducta terapéutica práctica ante las diferentes posibilidades de las afecciones de las vías lagrimales, bien sea pre a postsaculares. Todo el libro está ilustrado con múltiples esquemas y fotografías, la mayoría realizadas por el Dr. Serrano, que complementan la comprensión de las claras exposiciones del texto. Se trata en resumen de un excelente libro de estudio de las vías lagrimales, que refleja la amplia experiencia del Dr. Serrano y que al decir de él mismo en la introducción, está dirigido a las promociones jóvenes, pero tengo la certeza que servirá de base para una mejor comprensión de este importante tema no sólo a aquellos oftalmólogos en formación sino también a todos los que deseen permanecer actualizados en las múltiples y complicadas facetas de la oftalmología, Caracas, septiembre 1988 Dr. Oscar Beaujon Rubín XIX INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA EDICIÓN Por suerte la primera edición se agotó y en vez de reimprimirla sin modificaciones, se ha intentado estructurar la exposición actualizando conceptos, incluir nuevas terapéuticas, incluyendo las indicaciones de la cirugía de las vías excretoras, la descripción de las técnicas quirúrgicas más frecuentes, mejorar las ilustraciones y, en general, presentarla de manera clara. Se han mantenido en su totalidad las características físicas, químicas y fisiológicas de las lágrimas por considerar que su conocimiento ayuda a comprender el funcionamiento y la patología del complejo sistema lagrimal. Se ha incluido en el capítulo VIII la descripción de la anestesia troncular y regional, exponiendo la anatomía de los nervios sensitivos de la cara, las zonas inervadas por cada nervio, donde se localizan, cual es su indicación para su selección y la técnica detallada para su ejecución. La gran mayoría de las figuras están tomadas de mi libro “Anestesia local en oftalmología” que publicó Highlights of Ophthalmology, en el año 2002. También se ha incluido un Glosario lagrimal con los términos más frecuentemente utilizados y así facilitar la comprensión de algunos términos. Por la popularidad y por el continuo aumento de los medios audiovisuales, sobre todo las computadoras u ordenadores, se ha incluido un capítulo haciendo una revisión médica, fisiológica, psicológica y laboral sobre la continua preocupación y la frecuencia del motivo de consulta, atribuyendo su preocupación y sus posibles defectos al uso de estos aparatos. Se analizan los factores de humedad, medio ambiente, atención y disminución del parpadeo como causas de casi todas las quejas que llevan a la persona a consultar al oftalmólogo. De nuevo tengo que volver a reconocer al Dr. Oscar Beaujon por la nueva lectura, las nuevas sugerencias a las correcciones recomendadas y agradecerle la gran amistad que siempre nos ha unido. La Dra. Laura Campos de Pagés ha aportado su gran y valioso conocimiento sobre la relación de las lágrimas y los lentes de contacto, actualizando y enriqueciendo esta edición. Para ella va mi reconocimiento por tenerla como redactora de su excelente capítulo. Quiero agradecer a la Dra. Johanna Jacob, por haberme permitido volver a utilizar las fotos de su hermosa cara para ilustrar el capitulo de anestesia. Mil gracias al DI Orlando Rengel por la elaboración de los gráficos. A la Lic. Maria Beatriz Beaujon Balbi, que ha diseñado integramente y de manera muy profesional este libro y lo ha hecho de tal manera, a mi modo de entender, que la lectura sea fácil y la inclusión de los gráficos y figuras sean claras y explicativas. De nuevo Highlights of Ophthalmology me honrra con la publicación de esta segunda edición y con su prestigio y difucion hace mucho más accesible este trabajo. El sistema Lagrimal está dedicado a los oftalmologos en formacion pues ellos han sido el motor y la causa de su publicación. XX INTRODUCCIÓN A LA TERCERA EDICIÓN Con gran satisfacción personal sale a la luz esta tercera edición, dado que he oído o he creído, que al agotarse la segunda la demanda todavía existe y algunos me la han solicitado. Aquí está. La tercera edición del Sistema Lagrimal tiene el mismo objetivo que las dos ediciones anteriores, ayudar a entender a los oftalmólogos que se inician en esta subespecialidad, y que piensen que el aparato lagrimal secretor como excretor es un sistema hidráulico con una producción de un líquido, las lágrimas, y una vía de desagüe; si falta líquido se produce un ojo seco y, por el contrario, si hay rebosamiento es por un exceso de producción lagrimal o por una dificultad en el drenaje. Por esto les digo a los residentes, que piensen colmo lo hacen los plomeros; ellos tratan a toda costa que tanto la producción como la salida del líquido sea fluida y equilibrada. Si se habla del ojo seco, quiero repetir lo que le oído repetidamente al Dr. Murube: ¨El ojo seco es la patología más frecuente en oftalmología, pero la más difícil de curar. Esta observación es para alertar a los oftalmólogos que se conforman mandando cualquier tipo de lágrimas artificiales, sin siquiera sospechar que son, además de oftalmólogos, son médicos de todo el cuerpo y que muchísimas veces el ojo seco es un síntoma de otra patología hormonal, del colágenos y tantas otras más. Les recomiendo que lean el capítulo dedicado a la composición de la lágrima y que luego, lo comparen con los múltiples productos farmacéuticos que existen en el mercado, que vean la diferencia y que ninguna puede sustituir, en su totalidad, la lágrima producida por el ojo normal. Son de gran ayuda pero solo alivian, nada más, que algunas de patologías. También les recomiendo los capítulos que están dedicados a las tantas posibles causas del ojo seco y que el tratamiento de alguna de estas patologías cura o alivia, al menos, el ojo seco. El capítulo de Anestesia se ha resumido circunscribiéndose a la parte que interesa en la presente exposición. Se han agregado dos técnicas quirúrgicas, aunque no tengo experiencia en su práctica he buscado en la literatura lo que parece más actual XXI y creo que es imprescindible, al menos, conocerlas para aquellos que quieran ampliarlas y practicarlas. Son ellas: la dacriocistorrinostomía endonasal y la dacriocistorrinostomía ayudada con láser. Tiene sus indicaciones, dificultad y técnicas diferentes a la dacriocistorrinostomía externa. Se han agregado los colirios oftalmológicos, actualmente en mercado, que logré encontrar, puede faltar alguno, no por omisión voluntaria, pues me acerqué a algunos laboratorios quienes me prometieron mandar información y ninguno lo hizo. Creo que lo importante de esta mención es para que cada oftalmólogo elija el que crea más conveniente para su paciente, dado que con el nombre comercial del producto y el laboratorio que lo procesa se ha agregado los componentes de cada uno. También se ha incluido la acción, ocular, específica de bastantes componentes que se incluyen en cada colirio. Horacio Serrano XXII “El ojo seco es la patología más frecuente en oftalmología, pero la más difícil de curar” Dr. Juan Murube CAPITULO I Anatomía del sistema lagrimal Anatomía del sistema secretor Anatomía del sistema excretor CAPITULO I ANATOMÍA DEL SISTEMA LAGRIMAL Todas las estructuras de aparato visual están hechas y formadas para proporcionar una buena agudeza visual. Dentro de estas estructuras se encuentran las vías lagrimales secretoras y excretoras, factores importantes, que proporcionan las lágrimas y se encargan de su expulsión del ojo. Dentro de la anatomía de la región se deben incluir, además del sistema secretor y excretor lagrimal, las cejas, párpados, pestañas, conjuntiva, córnea, lágrimas, glándulas lagrimales principales y accesorias. (Fig. 1-1).Todos ellos son importantes pues no sólo protegen el globo ocular, sino que lo lubrican y le proporcionan los elementos necesarios para el metabolismo corneal. El sistema excretor está formado, además de Fig. 1-1.- Corte transversal de ojo y de sus anexos: 1, músculo orbicular; 2, tarsos; 3, retractores del párpado inferior; 4, músculo oblicuo inferior; 5, músculo recto inferior; 6, músculo de Müller; 7, aponeurosis del músculo elevador; 8, fondo de saco superior y 9, fondo de saco inferior. 3 los párpados, por los puntos lagrimales, canalículos, saco lagrimal, conducto lacrimonasal y sus válvulas, que impiden el retorno de las lágrimas. Se hará un repaso de cada una de estas estructuras anatómicas que ayudarán a entender todo el funcionamiento del sistema, la patología cuando exista y los medios terapéuticos cuando sean necesarios. Cejas. Situadas sobre el reborde orbitario superior, tienen una forma estrecha y alargada, ligeramente arqueada a nivel medio, la cabeza más ancha que la cola. Fig.1-2 Está formada por una hilera de pelos dirigidos hacia la parte temporal y con glándulas sebáceas y sudoríparas. Entre ambas cabezas hay un espacio hirsuto, llamado glabela Fig.1-3. Fig. 1-2.- Corte lateral de la ceja: 1, porción pretarsal del orbicular; 2, porción preseptal del orbicular; 3, porción orbitaria del orbicular; 4, ceja con el tejido subcutáneo; 5, músculo frontal; 6, hueso frontal; 7, seno frontal; 8, grasa pre y postseptal; 9, capa superficial y profunda de la galea; 10, periostio y 11, galea aponeurótica. Fig. 1-3.- Rasgos de la razas oriental y amerindia y de la raza occidental. 4 Las cejas al estar ligeramente elevadas, son una barrera para evitar que el sudor de la frente caiga sobre los párpados y los ojos, al mismo tiempo ayuda a evitar el deslumbramiento. Se elevan por acción del músculo frontal, se contraen por el orbicular y se acercan por la contracción del músculo superciliar o coarrugador. Párpados. Los párpados son dos velos músculo membranosos móviles que protegen el polo anterior del ojo y cierran la cavidad orbitaria. La separación de sus bordes forman la hendidura palpebral que se abre y se cierra para permitir la visión, proteger el ojo durante el sueño y distribuir uniformemente el río lagrimal, generado por la lagrima. Por su parte anterior están recubiertos por una fina piel y por su parte interna por las conjuntivas palpebrales que se unen a la conjuntiva bulbar a nivel de los fondos de saco superior e inferior. El borde del párpado superior cubre unos 2 ó 3 mm. el limbo corneal superior y el borde del párpado inferior se sitúa a nivel del limbo corneoescleral inferior. Sus bordes tienen un ancho de 2 a 3 mm., donde se aprecia la línea gris que separa la lamina musculocutánea anterior de la tarsoconjuntival posterior. A este nivel se implantan dos o tres hileras de pestañas. En el borde superior hay alrededor de 100 a 150 y en el inferior de 50 a 75, menos largas y más finas. Cada pestaña está asociada con una o dos glándulas sebácea de Zeis y, más atrás, con una sudorípara de Moll. Las de Meibomio, intratarsales, en número de 25 a 40 en el borde superior y de 20 a 30 en el inferior, se abren en la parte posterior del margen palpebral. 5 Músculo orbicular. El músculo orbicular es la primera capa muscular superficial y se divide en dos porciones: palpebral y orbitaria Fig. 1-4 La porción palpebral, a su vez, está subdividida en tres partes: Fig. 1-4.- Músculo orbicular: 1, porción orbitaria; 2, porción preseptal; 3, porción pretarsal y 4, músculo frontal. La porción marginal preciliar formada por haces que van por delante de los bulbos pilosos y del ligamento palpebral interno de la cresta lagrimal posterior y terminan en el hueso malar. La porción marginal retrociliar tiene inserciones análogas a la porción preciliar y está situada detrás de los bulbos pilosos de las pestañas, ésta parte también se conoce como músculo de Riolano o músculo ciliar. La porción pretarsal cubre la región de los tarsos, está firmemente adherido a los mismos y su trayecto los recorre, desde que se separa de la aponeurosis del elevador y de la extensión tarsal del recto inferior, en el párpado inferior. Las fibras superficiales y profundas terminan insertándose en la parte media del reborde orbitario interno. La porciones internas, superior, inferior, superficial y profunda tienen dos terminaciones, la superficial que se inserta en el tendón cantal medio y la profunda pasa por detrás para insertarse en la cresta lagrimal 6 posterior. Por la parte lateral externa las porciones superior e inferior se unen en el tendón común, de unos 7 mm. de longitud y este, a su vez, se inserta en el tubérculo orbitario externo. Las fibras de la porción preseptal se colocan delante del septum orbitario y se adhieren débilmente a él. Lateralmente se unen con la fibras del párpado inferior, con el tendón común y terminan en la región zigomática. Toda la porción palpebral del orbicular se apoya en la segunda capa de tejido celular laxo que lo separa de la piel y del septum orbital. El músculo de Horner es un músculo pequeño, plano, delgado, situado en la cara posterior del tendón reflejo del orbicular. Se inserta por dentro, en la cresta lagrimal posterior, por detrás del tendón reflejo del orbicular; desde allí se dirige hacia afuera, aplicado a la cara posterior de este tendón. Al llegar a la extremidad externa del ligamento palpebral interno se divide en dos partes que envuelven los canalículos lagrimales. Las fibras llegan a la extremidad interna de los tarsos, donde se mezclan con las fibras del orbicular. La porción orbitaria es la parte periférica del músculo y se fija, en su parte más externa, en el reborde orbitario. En la parte superonasal cubre el coarrugador y se une lateralmente con el frontal. Se une, también, al ligamento palpebral interno, por abajo cubre la región malar formando el músculo del mismo nombre. Esta porción es la encargada del cierre palpebral voluntario y reflejo. Por la capa de tejido celular laxo corren las arterias palpebrales y las ramas terminales del nervio facial. Parpadeo Los párpados tienen un movimiento de apertura y de cierre denominada parpadeo. El músculo elevador del párpado superior y 7 el de Müller levantan el párpado superior y el retractor del párpado desciende el párpado inferior. Para cerrarlos se contrae el músculo orbicular. En la elevación del párpado superior, además de estar accionado por el elevador, se asocia con la contracción del músculo recto superior, de tal manera que cuando se dirige la mirada hacia arriba el párpado se eleva acompañando al ojo (fenómeno de Bell). En cambio en el acto reflejo del parpadeo, el globo ocular y el párpado se mueven en direcciones opuestas. El globo ocular se eleva cuando los párpados se cierran y desciende cuando se vuelven a abrir. El párpado inferior prácticamente no se mueve, incluso desciende de 2 a 3 mm. en el canto lateral y en menor cantidad en el centro. Las porciones pretarsal y palpebral del músculo orbicular actúan en el parpadeo voluntario o involuntario y la porción orbitaria se pone en acción cuando se produce el blefaroespasmo, reforzado por la contracción de las cejas Estos movimientos pueden ser involuntarios y voluntarios. Existen tres tipos de parpadeo involuntario: reflejo, espontáneo y blefaroespasmo. El de origen reflejo está producido por estímulos externos que se pueden resumir en: táctil, por el contacto de cuerpos extraños, aire, calor o frío que toquen o irriten las pestañas, los párpados, la cornea o la conjuntiva, la amenaza o la proximidad o movimientos de objetos cerca de los ojos. El parpadeo luminoso por la incidencia de luces sobre la retina y en el deslumbramiento. El parpadeo auditivo lo desencadena fuertes ruidos o estridencias sonoras. Dentro de este grupo se incluye el parpadeo espontáneo o fisiológico que se produce en individuos normales, a intervalos frecuentes, durante las horas de vigilia, sin que intervenga ningún estímulo externo fuera de lo normal, pues la ruptura espontánea y 8 normal de la película lagrimal produce también este tipo de parpadeo. Es completo cuando los dos bordes palpebrales se unen y es incompleto cuando los bordes no llegan a tocarse. Es el mecanismo por el cual se renueva la capa lagrimal, se renueva el tiempo de ruptura del film lagrimal, mantiene el polo anterior húmedo, regula la temperatura corneal, empuja el río lagrimal hacia los puntos lagrimales, arrastra los detritus acumulados y ayuda a expulsar la grasa de las glándulas de Meibomio (Chew y col.). La presión que hace el borde del párpado superior sobre el polo anterior del globo ocular lo empuja hacia adentro y crea una especie de vacío que atrae las lágrimas hacia la cisterna palpebral. Cuando se eleva el párpado superior arrastra el componente acuoso, seguido por la capa lipídica, engrosando y estabilizando la película lagrimal precorneal El ritmo promedio del parpadeo espontáneo es variado, pero se estima que tiene una frecuencia entre 5 y 10 veces por minuto, con una duración de 0,3 a 0,4 de segundo y con un intervalo entre ellos de 5 a 7 segundos. Este ritmo no produce interrupción de la visión secuencial Durante los primeros meses de la vida el parpadeo es mucho menos frecuente, no obstante la córnea no sufre desecación. Con la atención disminuye significativamente la frecuencia del parpadeo espontáneo, hasta reducirse a 4 ó 6 por minuto, por lo cual hay una mayor evaporación, mayor sequedad y mayor incomodidad. Esta es una de las causas por las que el trabajo en las computadoras, la asistencia al cine o la televisión producen mayor sequedad, escozor, picor y enrojecimiento. El blefaroespasmo es la contracción brusca, espasmódica y más o menos continua de los párpados, accionados por el orbicular, 9 el coarrugador de las cejas y por el frontal. Puede ser una enfermedad general, como el blefaroespasmo esencial, o ser un síntoma que acompaña a cuerpos extraños, heridas, infecciones o inflamaciones del globo ocular El parpadeo voluntario, denominado también guiño, es el cierre consciente de uno o de los dos ojos. Está producido por la contracción de las porciones palpebral y tarsal del músculo orbicular. Es un acto, muchas veces, útil para apuntar un arma, para observar por aparatos ópticos monoculares e incluso como un gesto gracioso e insinuante. Durante el sueño se produce una estimulación tónica del orbicular, asociada y una inhibición del elevador. Al comenzar el sueño desaparecen los reflejos que producen el parpadeo, pero se conserva el reflejo corneal hasta que se mitiga, y casi desaparece, en el sueño muy profundo. Durante este periodo la secreción lagrimal se reduce hasta quedar una secreción basal mínima. Esta es una de las razones por la cual en pacientes con sequedad ocular sienten dificultad en abrir los párpados al despertarse. Al abrir los párpados la porción acuosa de la lágrima, acumulada detrás del párpado superior, desciende hasta la cisterna lateral externa y desde allí se funde con la lágrima situada en el párpado inferior. Asciende y se sitúa encima de la capa mucínica del espacio retropalpebral y depositada sobre la córnea. La capa lipídica es empujada por la capa acuosa y la cubre. Al cerrar los párpados, arrastran las lágrimas hasta su lugar de drenaje para que, después de algunos movimientos, se renueve paulatinamente toda la lágrima. La eliminación de ella se hace principalmente al salir por los puntos lagrimales hasta llegar a la nariz, mojando su mucosa, y contribuir a humedecer la corriente aérea que entra con la respiración. También una parte se elimina por evaporación 10 y se complementa, en menor cantidad, por la absorción de las paredes palpebrales. Pestañas. Son la primera línea de defensa ante el contacto de cuerpos extraños que se acercan o tocan los párpados. En el borde del párpado superior se localizan unos 100 a 150 pelos encorvados hacia afuera y dirigidos hacia arriba. Forman dos o tres filas y están localizadas delante de la línea gris. Son pelos redondos, gruesos y cada uno crece a partir de un folículo piloso. Cada folículo tiene un plexo nervioso sumamente sensible, capaz de desencadenar un parpadeo reflejo o voluntario cuando son estimuladas o tocadas. En su base se sitúan las glándulas sebáceas de Zeis. Para una mejor protección solar las pestañas tienen un tinte más oscuro que el del cabello y que se va aclarando, hasta llegar a ser blancos, con la edad. En el párpado inferior tienen las mismas características que las del superior, pero en un número aproximado de la mitad. El promedio de vida de cada pestaña es de 3 a 5 meses y si se arrancan tardan en volver a salir aproximadamente en un mes. Conjuntiva. Detrás de los tarsos y de los músculos palpebrales se encuentra la conjuntiva. La conjuntiva es una membrana mucosa, delgada, lisa, brillante y transparente que tapiza la superficie interna de los párpados y el polo anterior del ojo, respetando la circunferencia corneal. Está firmemente adherida a los tarsos hasta su borde superior, se libera cuando termina el tarso y se sobrepone sobre el tejidos laxo que la separa de los músculos palpebrales. Se continua con la conjuntiva bulbar por medio de los fondos de saco superior e inferior. 11 Estos fondos de saco tienen unos pliegues, que según se piensa, están diseñados para permitir la movilidad del globo ocular. Pero, según Murube (1981), este plegamiento, además, está estructurado para albergar y dar cabida a una mayor cantidad de células caliciformes, productoras de mucina, para ayudar a la limpieza ocular y, en el fondo inferior, facilitar la sedimentación de detritus. Los fondos de saco reciben, también los nombres de fondos oculo-palpebrales y fornix. El fornix superior está separado del músculo elevador y de las expansiones de la aponeurosis de Tenon por un tejido celular laxo que le da una gran movilidad a la conjuntiva. Histológicamente es de tipo cilíndrico y se compone de un corion y una epidermis. El corion o dermis conjuntival está formada por un tejido conjuntivo y sirve de lecho para las glándulas, vasos y nervios. Encima de esta estructura se sitúa una capa más fina formada por fibras colágenas elásticas que contiene histiocitos, plasmocitos y linfocitos. La epidermis es un epitelio estratificado no queratinizado separado del corion. Las células de la epidermis localizadas en la conjuntiva bulbar son un epitelio pavimentoso estratificado, contrastando con las localizadas en las conjuntivas palpebrales que están formadas por un epitelio mucosos cilíndrico Alrededor de la periferia de la córnea se forman las células matrices limbares o células madres, que parten del epitelio corneal y se continúan con el epitelio conjuntival. Estas células son las encargadas de la formación de la células epiteliales corneales pues, se ha comprobado, que la cicatrización del epitelio corneal comienza en la periferia hasta llegar al centro y, al mismo tiempo, sirven de protección para impedir la invasión de la conjuntiva hacia la córnea. 12 La conjuntiva bulbar o conjuntiva ocular cubre la esclerótica y, por su parte posterior, está separada de la cápsula de Tenon, pero alrededor de 2 a 3 milímetros del limbo corneoescleral se fusiona con la cápsula de Tenon, formando el anillo conjuntival, incluyendo algunas células pigmentadas. El pliegue semilunar o plica semilunar es un pliegue conjuntival, vertical, falciforme, con la convexidad orientada hacia la córnea y situado por delante de la carúncula. Aumenta su profundidad cuando el ojo se dirige hacia adentro y casi desaparece cuando se dirige hacia fuera. Esta formada por un tejido submucoso mesodérmico que contiene vasos linfáticos, vasculares y nervios. Es rica en glándulas mucíparas, también tiene criptas mucosas y algunas acuosas. La carúncula es una elevación de unos 3 a 4 mm, situada en el ángulo interno y de una rica estructura glandular. El epitelio tiene células caliciformes, linfocitos y plasmocitos. Paulatinamente avanza hasta unirse y transformarse en conjuntiva y en su interior se alojan folículos polisebáceos, glándulas de Moll, mucíparas y alguna glándula acuosa de Krause .Tiene algunas criptas, ligeros acúmulos pigmentarios y es frecuente el crecimiento de algunos pelos. Córnea. La córnea ocupa la parte anterior del globo ocular, es transparente, con un índice de refracción apropiado (1,376), resistente, tiene una curvatura anterior y con un poder dióptrico de 48,8 dioptrías como promedio, que le permite, junto al cristalino, enfocar las imágenes sobre la retina y más concretamente sobre la fóvea. Está formada por el epitelio, la membrana de Bowman, el estoma, la membrana de Descemet y el endotelio 13 El epitelio corneal es un epitelio pavimentoso estratificado escamoso, no queratinizado y está compuesto de 5 o 6 capas de células, con un espesor promedio de 60 µm. La capa basal está formada por células cilíndricas donde se observan numerosas mitosis. Esta células están íntimamente unidas a la base profunda y a su vez unidas a la membrana de Bowman, por medio de unos corpúsculos de unión denominados desmosomas Las más superficiales son células planas, escamosas y están superpuestas, siendo su característica el ser similares a la células epiteliales de la piel. Las capas medias tienen forma cilíndricas y la capa profunda también es cilíndrica y está fuertemente adherida a la capa basal. La células de la capa epitelial es lisa, cuando está recubierta por la película lagrimal, pero al observarse al microscopio tienen unas microvellosidades que se adentran en el film lagrimal para fijarlo y mantener la humedad corneal. Estas células epiteliales producen unas glicoproteínas, bajo la forma de mucina, que ajusta el equilibrio de todas las capas lagrimales. Numerosas ramificaciones terminales del trigémino, no mielinizadas, terminan a nivel de la capa basal del epitelio corneal, razón por la cual la superficie corneal es tan sensible ante cualquier estímulo. La membrana de Bowman sirve de apoyo al epitelio y tiene un espesor de 12 µm. Está formada por unas fibras uniformes de material colágeno y no tiene células. Para dar paso a las terminaciones nerviosas la membrana tiene una serie de perforaciones. El estroma y la membrana de Descemet tienen relativa poca importancia para el mecanismo lagrimal, a no ser que haya heridas perforantes, edema, inflamaciones o infecciones del estroma, pues al hidratarlo producen alteraciones en el epitelio y en la membrana de Bowman. En cambio, cuando hay lesiones del endotelio modifican 14 toda la estructura corneal con gran alteración del epitelio, como, por ejemplo, la distrofia endoepitelial de Fuchs. El endotelio es una capa de células únicas adosada al estroma y bañadas por el humor acuoso. ANATOMÍA DEL SISTEMA SECRETOR Glándulas lagrimales o dacriogládulas. Todo el sistema secretor, comenzando por la producción lagrimal hasta su expulsión final del mar lagrimal, es un sistema hidráulico que se inicia en las glándulas que las producen y el sistema que las desagua. La división de la producción de la lágrimas más didáctica para ordenar el tipo de secreción es: Glándulas de secreción mucosa: Células epiteliales. Células caliciformes. Criptas mucosas de Henle y Manz. Glándulas de secreción acuosa o serosa: Glándula principal (Galeno, Rosenmüller) Glándulas accesorias (Krause, Wolfring, Ciaccio). Glándulas de secreción lipídica o sebácea: Glándulas de Meibomio. Glándulas pilosebáceas de Moll y Zeiss Glándulas pseudosudoríparas. Tanto la glándula principal como las accesorias tienen una 15 distribución topográfica específica como se muestran en las figuras 1-5, 1-6 y 1-7 Fig. 1-5.- Localización de la glándulas lagrimales: 1, músculo elevador; 2, músculo de Müller; 3, glándula de Krause; 4, criptas de Henle; 5, músculo recto superior; 6, glándula de Manz; 7, glándula de Wolfring; 8, glándula de Meibomio; 9, glándula de Moll; 10, glándula de Zeiss y 11 septum orbitario. Fig. 1-6.- Distribución de las glándulas lagrimales en el párpado inferior: 1, tarso; 2, glándulas de Meibomio; 3, línea gris; 4, glándula de Moll; 5, folículo piloso: 6, glándula de Zeiss y 7, glándulas sudoríparas. 16 Fig. 1-7.- Esquema de la distribución de las glándulas accesorias: 1.- Conjuntiva bulbar; 2, glándula de Meibomio; 3, glándula de Wolfring.; 4, conjuntiva palpebral; 5, glándula de Manz; 6, células caliciformes; 7, glándula de Krause y 8, criptas de Henle. Glándulas de secreción mucosa. La secreción mucosa forma la capa más profunda de la película lagrimal. Por su composición cumple acciones muy precisas y necesarias para el funcionamiento lagrimal integral. Entre estas funciones están: la capacidad de lubricar la córnea y facilitar el parpadeo; cubrir la capa epitelial superficial, uniformizar la uniones celulares y hacerla completamente lisa; bajar la tensión superficial de la capa acuosa y hacer que se extienda uniformemente; degradar algunos componentes lípidos y servir de arrastre para eliminar detritus y cuerpos extraños. Conjuntamente con las células epiteliales mucíparas, también llamadas células caliciformes, tienen una alta concentración en el tercio nasal de la conjuntiva y de la carúncula, una concentración de media a alta en el fondo de saco inferior, una concentración media o baja en la conjuntiva palpebral y una baja concentración en el tercio lateral de la conjuntiva bulbar. Prácticamente no se encuentran alrededor de la conjuntiva del limbo esclerocorneal 17 Las criptas mucosas de Henle (Fig. 1-8) se localizan en la conjuntiva tarsal, especialmente en su mitad lateral, en la conjuntiva bulbar media y en los fondos de saco. Es una invaginación de la mucosa conjuntival y con gran capacidad para producir moco. Fig. 1-8.- Distribución de las criptas de Henle (Vedel y Kessing) Las células calicifor-mes (Fig. 1-9) se forman en estrato basal y van ascendiendo a medida que maduran, hasta llegar a la superficie donde se abren y vierten su contenido mucoso. Una vez vacías y empujadas por las que vienen detrás son expulsadas a la cuenca lagrimal, donde son arrastradas y eliminadas. Son unas vacuolas que se cierran y se abren expulsando su contenido, formado por glucoproteínas. Tienen una población de más de un millón de unidades y una producción de 2 a 3 ml al día. No se ha identificado una inervación para este tipo de glándulas; la vasodilatación, la irritación local y el parpadeo estimularían la secreción. Últimamente se ha descubierto un polipéptido segregado por la glándula principal que en contacto con las glándulas mucínicas provocan su secreción. 18 Fig.1-9.- Distribución de las células caliciformes (Vedel y Kessing) Glándulas de secreción acuosa o serosa. La secreción serosa está nutrida por la glándula principal y las glándulas accesorias. Glándula lagrimal principal. Fig.1-10.- Anatomía de la glándula lagrimal: 1, lóbulo orbital; 2, ductos secretores de la glándula; 3, arteria y nervio lagrimal; 4, lóbulo palpebral de la glándula; 5, aponeurosis del elevador; 6, ligamento de Whitnall; 7 músculo elevador del parpado superior; 8, músculo recto superior y 9, músculo de Müller. Se aloja en la fosa lagrimal del frontal, situada en la parte superior y externa de la órbita; está dividida por la expansión de la aponeurosis del elevador del párpado superior, formando dos porciones: la orbital (GI. de Galeno) y la palpebral (GI. de Rosenmüller). Compuesta de un estroma y un parénquima. El estroma está envuelto en una cápsula lobulada que contiene el parénquima, vasos, nervios, linfáticos, linfocitos y células plasmáticas. (Fig.1-10) El parénquima es secretor exocrino, formado por unidades celulares funcionales, llamados lacrimocitos o células secretoras 19 lagrimales. Los lacrimocitos se agrupan alrededor de un canal central, se unen entre sí por medio de los microvellosidades, formando los accinis. Los canales de un grupo de accinis desembocan en un colector común que a su vez forman un lobulillo y estos lobulillos forman un lóbulo. Los varios lóbulos constituyen las porciones orbital y temporal. Los pequeños ductos desembocan en 6 a 15 canales que llevan la secreción al fondo de saco superior. En la Fig.1-11 se observa la localización de la glándula lagrimal y su relación con las glándulas de Wolfring-Ciaccio y las glándulas de Krause. Fig.1-11.- Distribución de las glándulas serosas. El área sombreada es la proyección de la glándula principal Los círculos con puntos representan la glándula principal. Los círculos con puntos indican las glándulas de WolfringCiaccio y los círculos con líneas las glándulas de Krause. (Vedel y Kessing). Glándulas accesorias Las glándulas accesorias suman un total de 30 a 50 y en su conjunto representan una décima parte de la glándula principal. Histológicarnente y funcionalmente son similares. La glándula de Krause (Fig. 1-12) localizadas en el fondo de saco superior, en número de 10 a 30, en menor número (2 a 5) en el 1/3 externo del fondo de saco inferior y de 1 a 3 en la carúncula. Son formaciones de tipo accinotubulosas. 20 Fig. 1-12.- Distribución de las glándulas de Krause (Vedel y Kessing) Las glándulas de Wolfring-Ciaccio están formadas por pequeños accinis situados por encima del borde superior del tarso. Hay entre 10 y 20 glándulas en el párpado superior y 2 a 5 en el inferior. La secreción de ambas glándulas es similar a la producidas por la glándula principal. El estímulo secretorio es humoral y no se ha demostrado una inervación parasimpática. Producen fundamentalmente lacrimación basal. Glándulas de secreción lipídica Glándulas de Meibomio Son glándulas sebáceas (Fig. 1-13) intratarsales, en número de 25 a 35 en el párpado superior y de 23 a 28 en el inferior. Tienen una longitud entre 4 y 8 mm, siendo más grandes las del párpado superior y desembocan en el borde libre del párpado, por detrás de las pestañas. Fig. 1-13.- Distribución de las glándulas sebáceas. Las glándulas de Meibomio están representadas por pequeños círculos y las de Moll y Zeis por pequeñas cruces. (Vedel y Kessing) 21 No tienen una inervación específica y son estimuladas por factores humorales; aumentan la secreción con la vasodilatación local, lo mismo que con descargas de andrógenos. Sus canales no son contráctiles y la expulsión de la grasa se hace por medio de la repleción de las mismas y por la presión que ejercen los bordes de los párpados cuando se cierran. Tienen un gran contenido de lípidos y el 90% son ésteres del colesterol y el 10% restante son ácidos grasos, alcoholes alifáticos y glucolípidos. La función principal de esta glándula es formar una capa grasa que impida la evaporación; al mismo tiempo aumentar la barrera hidrofóbica para impedir el desbordamiento de las corrientes lagrimales de la superficie cutánea del párpado inferior. Glándulas de Zeiss Son glándulas pilosebáceas holocrinas que evacuan su secreción en el interior de los folículos de las pestañas y de la carúncula. Hay dos glándulas por cada folículo y el número total, entre los dos párpados, es alrededor de 200. Vacían, la mayoría, su contenido dentro del lecho del folículo y algunas directamente en el borde libre. Ver Figs. 1-5 y 1-13. Tampoco tienen una inervación específica y son estimuladas por la vasodilatación y por procesos hormonales. Secretan un sebo compuesto por ácidos grasos libres, triglicéridos, diglicéridos, monoglicéridos, ésteres y parafina. Hay autores que opinan que la función de estas glándulas es impermeabilizar el borde libre de los párpados para evitar la tumefacción producida por el exceso de humedad lagrimal. Otros opinan que, además, contribuye a la formación de la película lagrimal. 22 Glándulas de Moll. Son glándulas sudoríparas o pseudosudoríparas apocrinas, situadas en el borde libre de los párpados y de la carúncula y unas se abren en los folículos de las pestañas y otras en el borde libre de los párpados. Ver Figs. 1-5 y 1-13. Tienen una inervación simpática adrenérgica y feromónica. Lo mismo que la GI. de Zeis parece ser que entran poco en la formación de la película lagrimal y tienen fundamentalmente una función impermeabilizadora. En general las glándulas lagrimales son exocrinas y se diferencian por la naturaleza de la secreción que producen y por el mecanismo como las secretan. De acuerdo a la naturaleza se clasifican en: Serosas, es una secreción fluida y con gran contenido de enzimas proteicas. Mucosas, es una secreción viscosa con gran contenido de mucoproteínas o polisacáridos. Sebáceas, es una secreción grasa con gran contenido de lípidos. Sudoríparas, es una secreción fluida rica en electrolitos. De acuerdo al mecanismo de producción se clasifican en: Secreción merocrina y exocrina: la secreción que se produce en la célula glandular es expulsada por exocitosis (Fig. 1-14-A) en forma de granos, sin destrucción de la célula. Secreción holocrina: la célula secretora llena su protoplasma del producto de secreción hasta llenarlo completamente, en ese momento se rompen las paredes de la célula y su contenido es expulsado al exterior (Fig. 14-B). 23 Fig. 1-14.- Mecanismo de producción de las glándulas lagrimales: A, secreción merocrina y esocrina; B, secreción holocrina y C, secreción apocrina. La secreción apocrina: (Fig. 1-14-C) es el mecanismo por el cual el producto de secreción se va almacenando en el extremo apical de la célula y lo va expulsando al conducto glandular. Por estos tres mecanismos, las glándulas lagrimales se agrupan de la siguiente manera: Glándula lagrimal principal: es seromucosa y merocrina. Glándulas lagrimales accesorias: son seromucosas y merocrinas. Células caliciformes: son mucosas y merocrinas y apocrinas cuando son irritadas. Criptas mucosas de Henle: son mucosas, merocrinas y apocrinas cuando son irritadas. Glándulas de Meibomio: son sebáceas y holocrinas. Glándulas polisebáceas: son sebáceas y holocrinas. Glándulas de Moll: son sudoríparas, sebáceas y apocrinas. Un individuo normal segrega un promedio de 1,5 litros de lágrimas al día, de esta cantidad la glándula principal produce, con mucho, la mayor proporción, quedando para las accesorias de un 10 a un 15% del total. El 75%, aproximadamente de la producción total se elimina por las vías excretoras y el resto, el 25 %, se elimina por evaporación y por absorción conjuntival. Estos porcentajes cambian con la temperatura y la humedad del medio ambiente. 24 ANATOMÍA DEL SISTEMA EXCRETOR. El sistema excretor (Fig. 1-15) está formado, además de los párpados y del músculo orbicular, por los puntos lagrimales, canalículos superior e inferior, saco lagrimal, conducto nasolagrimal y numerosas válvulas. Fig. 1-15.- Anatomía del sistema excretor: 1, puntos lagrimales; 2, canalículos; 3, saco lagrimal; 4, cornete; 5, conducto nasolagrimal; 6, cornete inferior y 7, válvula de Hasner. Es conveniente recordar las medidas de los conductos lagrimales para efectuar las maniobras de exploración de acuerdo a éstas (Fig. 1-16). La anatomía de la región ayuda a la localización topográfico de las estructuras. 25 Puntos y canalículos lagrimales. Situados en la unión del 1/6 externo con los 5/6 de los bordes palpebrales internos superior e inferior ,en la porción más interna del borde palpebral. Ligeramente inclinados hacia adentro con la finalidad de ponerse en contacto con el río lagrimal para el comienzo de la salida de la lágrima. Ambos puntos no coinciden verticalmente, estando el superior ligeramente desplazado hacía la zona nasal. Cada canalículo Fig. 1-16.- Medida de los conductos lagrimales excretores comienza en el punto lagrimal, tienen un diámetro aproximado de 0,3 mm, toman una dirección vertical de aproximadamente 2 mm y un trayecto horizontal de 8 mm., uniéndose en la pared lateral del saco formando el canalículo común. Los canalículos están rodeados por fibras musculares elásticas, músculo de Horner, en todo su contorno, menos en la cara posterior que sólo está cubierto por la conjuntiva. El saco lagrimal está alojado en la fosa lagrimal, formada por el hueso frontal y la rama ascendente del maxilar. Está cubierto por el tendón cantal medio y por las fibras del orbicular que se insertan a ese nivel. Fig.1-17 26 El conducto nasolagrimal pasa a través de un canal abierto en el hueso maxilar, con una dirección posterolateral, desde la fosa lagrimal al meato inferior, formando un ángulo de 15 con la vertical Es importante recordar este dato para orientar la sonda en el momento de la exploración, la sonda suele coincidir con la cabeza de la ceja. El conducto tiene una longitud promedio de 12 mm., se abre en la cara superior del meato inferior y está coronado por la válvula de Hasner. Hay gran cantidad de Fig.1-17.- Localización del la válvulas que existen en todo el fosa ósea lagrimal. trayecto de la vía excretora, todas juntas contribuyen al flujo normal de la lágrima, del ojo a la nariz, impidiendo al mismo tiempo el reflujo de las mismas. Las válvulas de Bochdalek, situadas en las porciones verticales de los canalículos, no son propiamente unas membranas que se abren y se cierran sino que cierra el conducto, como si fuera un esfínter, en el momento del cierre palpebral Las válvulas de Foltz son repliegues mucosos situados en la ampolla lagrimal, donde el canalículo se convierte de vertical a horizontal. Según Foltz, estos repliegues aparecen cuando se cierran los párpados y desaparecen cuando se abren. Hay también algunos de estos repliegues a nivel de las porciones horizontales de los canalículos La válvula de Rosemüller se sitúa a nivel del canalículo común, antes de su entrada al saco lagrimal. (Fig 1-18) 27 La válvula de Beraud o de Krause se sitúa a mitad del conducto nasolagrimal y sus función está dividida. Unos autores piensan que simplemente es un lugar donde se remansa la lágrima durante un tiempo y otros opinan que es un estrechamiento del conducto para impedir el reflujo lagrimal hacia el mar lagrimal. La válvula de Taillefer también es un estrechamiento de la mucosa que muchos autores ponen en duda su existencia. La válvula de Hasner, más conocida por este nombre, recibe también los nombres de Bianchi y de Cruveilhier. Se sitúa al final del conducto lacrimonasal y se dice que durante la vida fetal permanece cerrada y en el momento del primer lloro se abre por presión positiva del conducto. Es la válvula que deber ser abierta más frecuentemente en los niños, por medio de un sondaje. Fig. 1-18.- Válvulas del sistema excretor 1. Puntos lagrimales; 2. Válvulas de Bochdalek; 3. Válvulas de Foltz; 4. Canalículos lagrimales; 5. Saco lagrimal; 6. Válvula de Rosemüller; 7. Válvula de Bereaud o de Krause; 8. Válvula de Taillefer; 9. Válvula de Hasner; 10. Conducto lacrimonasal; 11. Cornetes; 12. Meato inferior; 13. Tabique nasal y 14. Seno de Maier. 28 CAPITULO II Estructura de la película lagrimal Tipos de lacrimación Inervación Funciones de las lagrimas Ruptura de la película lagrimal Composición de las lágrimas Mecanismo de eliminación lagrimal CAPÍTULO II ESTRUCTURA DE LA PELÍCULA LAGRIMAL Se puede decir que la película lagrimal es la sexta capa de la córnea y es extremadamente compleja. La película lagrimal está formada por las glándulas secretoras palpebrales y conjuntivales y es un elemento importante para la salud ocular; sus funciones principales son: Mantener lisa la superficie corneal, necesaria para la óptica ocular. Humedecer el polo anterior del ojo (córnea y conjuntiva). Evitar la evaporación excesiva. Acarrear los detritus celulares y los metabolitos. Contribuir a la oxigenación corneal. Contribuir a la deshidratación corneal, por ser hipertónica. La mucina hace que la superficie hidrófoba del epitelio corneal se convierta en hidrófila permitiendo el intercambio metabólico. Es parte importante de la nutrición corneal Es bacteriostática, bactericida y produce inmunodefensas. El film o película lagrimal está compuesto por tres capas: lipídica, acuosa y mucosa. Las lágrimas son una secreción mixta compuesta principalmente por una secreción seromucosa y poco contenido en secreción sudorípara. (Fig. 2-1) Capa externa o lipídica Formada por ceras y por ésteres del colesterol. Tiene un espesor de 0.05 µ a 5 µ, dependiendo del momento del parpadeo. Está formada por la secreción de las glándulas de Meibomio, de Moll y de Zeiss. Las glándulas de Meibomio están situadas en el espesor de los tarsos, en número es de 25 a 35 el párpado superior y de 20 a 25 en el inferior. Sus bocas se colocan detrás de la línea gris del borde palpebral. 31 32 Fig. 2-1.- Estructura de la película lagrimal Las glándulas de Moll son sudoríparas de tipo glomerular y los canales excretores se sitúan entre las pestañas. Las glándulas de Zeis son sebáceas, situadas alrededor de las pestañas y su contenido lo vacían junto al folículo Sus funciones son: mantener lisa la superficie corneal favoreciendo la óptica ocular, evitar la excesiva evaporación acuosa de la lágrima, mantener una viscosidad continua que contribuye a la uniformidad del espesor de la película lagrimal, unirse a la capa mucoide a nivel del limbo corneal, mantener la capa acuosa, encerrada entre dos capas protectoras, que aseguran la humedad y la tersura de la película corneal comprendida entre los párpados. El llenado y la presión del borde del párpado superior exprime las glándulas de Meibomio, dado que estas glándulas ni se contraen ni tienen inervación propia Capa intermedia acuosa o serosa Es la capa más importante de la lágrima. Formada por agua en la cual están disueltos iones de sal inorgánica como el Na, K y CI, glucosa, urea, enzimas, proteínas y glicoproteínas. Está producida por la secreción de la glándula principal y accesorias. Tiene un espesor de 6µ a 10µ dependiendo del momento del parpadeo. Las glándulas de Wolfring se localizan en los borde periféricos de los tarsos y en los fondos de saco. Las de Krause se agrupan en mayor número en los fondos de saco superior y en menor número en el inferior y tienen una estructura histológica igual a la glándula principal. Ruskell y Singh demostraron que al administrar atropina hay una disminución sensible de la secreción acuosa y por lo tanto hay una regulación de su producción debido a un control parasimpático. 33 La glándula principal y de Galeno producen principalmente secreción refleja y está localizada en la región temporal y superior a nivel del reborde orbitario. La secreción basal está producida por las glándulas accesorias de Wolfring, Krause y Ciaccio, desprovistas de inervación, y su producción asegura, en gran medida, la humedad normal del ojo. La experiencia ha demostrado que cuando hay una ablación parcial o total de la glándula principal produce una queratoconjuntivitis seca, lo cual demuestra que la secreción basal es insuficiente para mantener la humedad indispensable para la salud del ojo. La capa acuosa puede subdividirse en dos porciones, una más superficial, donde la dilución de los elementos que la componen es baja y otra capa más profunda, donde la concentración es más alta (Fig.2-2). Fig. 2-2.- Concentración de la mucina en la capa acuosa. Moléculas de cera y esteres del colesterol. Moléculas de ácidos graso y fosfolípidos. Hidratos de carbono y fosfolípidos formando mucoproteínas. 34 Las funciones de esta capa son: humedecer la córnea y la conjuntiva; transportar los anabolitos y catabolitos que llegan y salen del lecho corneoconjuntival; por ser hipertónica contribuye a la deshidratación corneal permitiendo salir el agua del estroma y mantener la córnea transparente. El contacto de la capa acuosa con la capa lipídica y mucínica produce un intercambio acuoso, por su composición de moléculas hidrófobas o hidrófilas, debido a la interacción lípidos-agua y mucinaagua. La cantidad de secreción acuosa es variada dependiendo de las circunstancias y de los autores que la investigan, la cantidades son la producción mientras se está despierto: Nover (1952 y 1965) Ehlers (1967 y 1992) Saracco (1974) Murube (1981) 1,0 ml 1,2 ml 0,6 a 1,1 ml 5 a 10 ml Göbbels (1992) 0,5 a 2,2 ml Capa interna mucínica o mucoproteínica Formada por mucopolisacáridos y glucoproteínas. Secretadas por las células caliciformes y por las glándulas pilosebáceas de Henle y de Manz que producen las glicoproteínas de peso molecular elevado, las de peso molecular menor son secretadas por la células epiteliales. Tiene un espesor de 0.02 µ a 0.05 µ. Kessing y Norm han calculado que existen un millón y medio de mucocitos localizadas en todas la superficie conjuntival pero fundamentalmente se concentran en mayor número en la parte nasal (Fig. 2-3). Secretan una milésima parte de la secreción lagrimal total. 35 Fig. 2-3.- Distribución de las células caliciformes, localizadas, en alta concentración en el tercio nasal de la conjuntiva y en la carúncula; concentración media en el fondo de saco inferior, baja en la conjuntiva palpebral y en el tercio lateral de la conjuntiva bulbar. No se encuentran alrededor del limbo esclerocorneal Es una capa muy delgada que se adhiere a las microvellosidades de la superficie de las células epiteliales corneales, a la interfase de la unión intercelular y a las mismas irregularidades de la superficie celular. La capa mucosa se prolonga dentro de la capa acuosa por medio de unos filamentos formando una verdadera red que se entremezcla con su parte posterior y la sujeta. La mucina conjuntival está formada mayormente por glicoproteínas que permite explicar las variaciones del volumen y viscosidad del moco en función de su hidratación. El párpado superior, por su mayor presión sobre el globo ocular, distribuye más uniforme y compactamente la mucina. El párpado inferior, menos tenso y con menor recorrido, distribuye la mucina en menor superficie y de una manera menos uniforme, quedando una zona intermarginal más desprovista que se compensa por el movimiento del globo ocular hacia arriba en cada parpadeo (signo de Bell), es por esto que cuando hay alteraciones en el film lagrimal, por alteración de la capa mucínica, la zona corneal primeramente afectada es la zona interpalpebral. Las funciones de la capa mucínica son: Retiene la capa acuosa sobre la superficie corneoconjuntival. Lubricación corneal para facilitar el deslizamiento palpebral. 36 Mantiene liso el film lagrimal, parte importante del dióptrico ocular. Protección mecánica por el deslizamiento de los párpados. Acción bacteriostática de las glucoproteínas. La mucina por su propiedad de ligarse y retener agua, forma una capa protectora sobre la córnea y el epitelio conjuntival, evitando la desecación y la penetración del agua al estroma corneal. Si no existiera la mucina la película lagrimal resbalaría sobre la córnea, sin mojarla, pues el epitelio es hidrófobo y la mucina, al disminuir la tensión superficial de la lágrima, permite humedecer el epitelio corneal y se convierte en hidrófilo. Al mismo tiempo el epitelio es lipófobo y si no estuviera la mucina repelería la capa serosa lagrimal apareciendo, en córnea y conjuntiva, islotes secos y manchas de Bitot. En los pacientes con xeroftalmía, se ve este fenómeno y los islotes se cubren con lípidos meibomianos. La función limpiadora se efectúa porque el moco, más espeso, se acumula en el fondo de saco inferior bajo la forma de filamentos a los cuales se adhieren las partículas presentes en la superficie del ojo como polvo, gérmenes, pequeños cuerpos extraños y células descarnadas. El parpadeo ayuda a la evacuación de este moco y lo incorporar al río lagrimal. La viscosidad del moco impide la anidación de las enzimas que son imprescindibles para la penetración en las células epiteliales de algunos virus (mixovirus). Así mismo el moco, en contacto con el epitelio, retiene y fija las inmunogiobulinas A, y opone una barrera de anticuerpos a la penetración de los gérmenes. Se calcula que un 30% de inmunoglobulina A, está fijada al moco. 37 TIPOS DE LAGRIMACIÓN. Hay tres tipos de lagrimación: basal, refleja y psicógena. Cada una tiene una función específica y su funcionamiento depende de las necesidades del ojo. Hay, también, una interacción neurogénica y funcional entre las glándulas lagrimales y las salivares, de aquí que se hacen transposiciones de algunas glándulas salivares a los espacios subconjuntivales o se transpone el conducto de Stenon para humedecer el ojo seco. Innervación. Es importante conocer el mecanismo de acción de la producción lagrimal a través del la inervación de la sus glándula secretoras. En general la regulación neurogénica de la secreción lagrimal proviene del cortex límbico, de la corteza frontal, del tálamo óptico y de la región hipotalámica. Desde estos lugares salen las fibras que se conectan con los núcleos y vías lacrimosecretoras simpáticas y parasimpáticas. (Fig.2-4) Los estímulos palpebrales provenientes de la piel, pestañas y cejas, la estimulación de la córnea por el aire, humedad y presión, junto a los estímulos hidrosensores de sistema excretor, llegan al bulbo espinal, al núcleo lagrimal y de allí, pasando por el hipotálamo terminan en los diferentes cortex cerebrales. Los estímulos luminosos provenientes de la retina, llegan al mesencéfalo occipital y se unen al resto de los estímulos siguiendo el núcleo lagrimal, hipotálamo y cortex. El cortex envía su respuesta a todas las glándulas lagrimales, pasando previamente por el asta intermedio lateral cérvicio dorsal y, 38 desde allí, pasando por el ganglio cervical superior para terminar en la respuesta lagrimal adecuada a cada situación. El control nervioso de la secreción lagrimal proviene del trigémino, del facial y de las fibras cervicales del simpático que llegan a la glándula lagrimal hasta llegar al nervio lagrimal. Fig.2-4.- Dibujo esquemático de la inervación de la glándula lagrimal: 1. cortex frontal; 2. retina; 3. glándula lagrimal; 4. conjuntiva; 5. mucosa nasal; 6. tálamo; 7. hipotálamo; 8. núcleo lagrimal; 9. ganglio trigémino; 10. médula; 11. ganglio cervical superior; 12. ganglio basal; 13. puente de Varolio. (según Jones) 39 La producción refleja puede ser de origen sensorial periférico, estimulando el quinto nervio craneal (córnea, conjuntiva, piel y nariz) teniendo lugar a través de las fibras aferentes de la rama del oftálmico del trigémino. Las vías de los reflejos de origen sensorial central (retina, luz o psicogénica) no están perfectamente definidas aunque está involucrado el lóbulo frontal, los ganglios basales y el hipotálamo. El lagrimeo reflejo se produce por estimulación del trigémino por medio de las fibras parasimpáticas preganglionales, originadas en la calota protuberancial, cerca del núcleo facial. Pasan por el nervio intermediario del facial, continúan por el ganglio geniculado para llegar al nervio petroso mayor, por fuera del ganglio de Gasser. Se unen con el nervio petroso profundo y forman el nervio viridiano, las fibras preganglionares se juntan con el ganglio esfenopalatino y con las fibras postganglionares que terminan en la glándula lagrimal a través del nervio zigomático, rama del nervio maxilar del trigémino. Los impulsos aferentes son conducidos por el nervio lagrimal procedente de la rama oftálmica del trigémino. Los impulsos eferentes se dirigen a la glándula por las fibras parasimpáticas (colinérgicas) del nervio facial, también hay impulsos eferentes del ganglio esfenopalatino, a través de los nervios orbitarios ascendentes. Al mismo tiempo es una glándula de secreción refleja, estimulada por reflejos físicos, químicos, luminosos, psíquicos, etc. y produce, también, secreción basal y emocional. Hay muchos casos de ablación de la glándula principal que convierten al ojo en un ojo seco; demostrando que las glándulas accesorias no son suficientes para mantener por sí solas la humedad ocular, incluso las resecciones parciales de la glándula lagrimal alteran la producción, casi total de las lágrimas, pues si se reseca el lóbulo posterior se lesiona la inervación 40 y si se reseca el lóbulo anterior o palpebral, se lesionan los conductos de salida del lóbulo posterior. La secreción acuosa cambia con la edad, disminuyendo a medida que se envejece. Mientras la secreción refleja de la glándula principal está controlada por el parasimpático, la secreción básica está regida por el simpático que controlan las glándulas situadas en los párpados y en la conjuntiva Es curioso leer en la Historia de la Medicina el concepto que tenían en la Edad Media sobre el origen y producción de las lágrimas. Al Razes, médico árabe, en el año 932, decía que las lágrimas eran segregadas por el cerebro cuando la persona estaba triste. Lagrimación basal o peripatética Es la secreción lagrimal que mantiene el ojo húmedo cuando no hay estímulos externos ni internos anormales o excesivos. En la lagrimación basal intervienen las glándulas accesorias, las células caliciformes, las criptas mucíparas de Henle, las pilosebáceas y las glándulas de Meibomio. Este tipo de lagrimación comienza a funcionar, en los fetos, entre el 6 y 7 mes de vida intrauterina. Los recién nacidos no vierten lágrimas, sólo tienen una lagrimación basal suficiente para humedecer la córnea y la conjuntiva. La lagrimación refleja comienza a las 4 semanas de nacido, teniendo variaciones individuales. La lagrimación aumenta a medida que las glándulas lagrimales maduran; es abundante en la juventud y va decreciendo en los adultos y ancianos. Jones determinó la cantidad de secreción basal, con anestesia de la conjuntiva y de la córnea y papel absorbente, eliminando la lagrimación refleja, demostrando la disminución de secreción que ocurre con la edad. En la tabla y en la gráfica de la fig. 2-5, se observa la secreción basal. 41 Años 0 a 9 10 a 19 20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 > 60 m. m. 15,0 11,0 11,0 8,5 7,5 7,0 7,0 Fig. 2-5.- Secreción basal según la edad (Schirmer II, con anestesia, Jones y col.) Las causas de la actividad secretora basal están determinadas por: 1.- La capacidad autónoma basal de las glándulas. 2.- Por estímulos del parasimpático. 3.- Reflejos trigeminales originados en la órbita, vías lagrimales y retina. 4- Factores normales, no excesivos, como: a.- Contacto atmosférico y humedad del medio ambiente. b.- Parpadeo rítmico y normal. c.- Hidrosensibilidad del aparato lagrimal. d.- Fotoestimulación ocular. e.- Durante el parpadeo y con los ojos cerrados f.- Hiposecreción lagrimal después de instilar anestesia tópica. Si se aplican en exceso, estimulan la lagrimación refleja. g.- Dentro de esta lagrimación se incluye la lagrimación durante el sueño. Unos autores dicen que no hay ninguna lagrimación durante el mismo, otros dicen que sí la hay, pero muy disminuida. En la fase profunda del sueño (fase no onírica) la secreción es extremadamente baja y aumenta, un poco, a medida que se va superficializando, es la fase onírica y de los movimientos oculares. 42 Lagrimación refleja La lagrimación refleja se produce cuando la glándula lagrimal principal es estimulada por el arco reflejo del trigémino. El estímulo puede originarse en cualquier parte del cuerpo. Es variable la aparición de este reflejo pues en algunos niños comienza a funcionar a las dos semanas después del parto y en otros puede aparecer más tarde, esto explica el porqué el niño recién nacido cuando llora no lagrimea. Es frecuente observar este fenómeno que puede prolongarse hasta las primeras 8 semanas. Esta hiposecreción que se manifiesta en las personas mayores de 50 años explica la estenosis senil que se produce en los puntos lagrimales para impedir el exceso de drenaje en un ojo hiposecretante. De aquí una conclusión lógica terapéutica: no dilatar puntos estenosados seniles si no hay lagrimación; no hacer operaciones fistulizantes lagrimales en personas que no tienen lagrimación, dacriocistitis aguda ni síntomas subjetivos. El mecanismo de producción de la secreción refleja es siempre el mismo, independiente de cuál sea el origen del estímulo, pues la respuesta viene dada por el sistema parasimpático que actúa sobre las glándulas lagrimales principales y accesorias y por el simpático para las glándulas de Krause y Wolfring. Los estímulos pueden ser: Oculares directos: Corneales, conjuntivales, carunculares, márgenes del párpado y pestañas. El mecanismo es producido por un reflejo del simpático. El más frecuente y el de mayor respuesta es el reflejo corneal, seguido por el reflejo conjuntival. Las causas pueden ser: sequedad del ambiente, frío, calor, viento, gases irritantes, agentes químicos, cuerpos extraños, traumatismos, queratitis, conjuntivitis y blefaritis. Puede ser monocular únicamente o bilateral. Suele ir 43 acompañado, además del lagrimeo, de blefaroespasmo, fotofobia y ojo rojo. Oculares reflejos: Iritis, iridociclitis, uveítis, glaucoma agudo, glaucoma congénito y glaucoma crónico simple de elevadas presiones. Al mismo grupo pertenecen el lagrimeo producido por estímulos luminosos fuertes, generalmente es bilateral. Nasales: Son producidos por el estímulo de la primera y segunda rama del trigémino. Los agentes más frecuentes son: el frío, los cuerpos extraños, pólipos, rinitis, gases irritantes, alergias nasales, etc. Bucales: También producidos por el estímulo trigeminal. Las causas: abscesos dentarios, periodontitis, erosiones y úlceras de la mucosa bucal, afecciones de la úvula, glositis, úlceras y quemaduras de la lengua. Algunos estímulos gustativos fuertes como el alcohol, bebidas y comidas muy aromatizadas o picantes. Las causas más frecuentes de estos reflejos son: Gustativas, casi siempre localizadas en la lengua: ácidos (limón, vinagre), sustancias amargas (quinina, tanino), dulces (chocolate, azúcar, sacarina), especies (comidas fuertemente sazonadas), temperaturas altas (frío o calor); movimientos mandibulares que se producen con la apertura y cierre de las mandíbulas o solamente con la masticación. Puede presentarse en el Síndrome de Marcus Gunn. Faríngeos y esofágicos: Producidos por el estímulo del nervio pneumogástrico: atragantamientos por bolos alimenticios muy grandes, líquidos que entran en la tráquea, cuerpos extraños (espinas y huesos) etc. Óticos: Estimulando el nervio auricular: algunas otitis, petrositis y cuerpos extraños. Dolorosos. Cuando fuertes estímulos dolorosos estimulan cualquier parte del cuerpo desencadenan lagrimeo, como: golpes, 44 pellizcamientos y quemaduras; incluso puede haber lagrimación con la defecación de grandes bolos fecales y otros estímulos dolorosos más. Se denominan lágrimas de cocodrilo, aquéllas que se producen en el acto de masticar. Este fenómeno puede ser congénito o adquirido. El mecanismo de producción, en el congénito, es discutido, la teoría más aceptada es que hay una conexión, anatómica o funcional, del nervio facial y la protuberancia del ganglio geniculado, o entre el ganglio geniculado y el ganglio ptérigo-palatino. Secreción total, es decir la suma de la lagrimación basal con la refleja Murúbe y col. encontraron, con el test de Schirmer I, las siguientes cifras. (el test de Schirmer I, sin anestesia, mide juntas la secreción basal y la refleja). Las tablas son muy ilustrativas y enseñan a evaluar la cantidad total de lágrimas en las diferentes edades. No se puede aplicar indiscriminadamente la misma cantidad de secreción a todos los individuos y considerar patológico a un paciente que, por su edad, no produzca el promedio de 28,7 mm. que correspondería estadísticamente a la edad adulta. La cifra promedio admitida mundialmente es de 21,5 mm. en 5 minutos, en individuos sanos y en edades comprendidas entre 20 y 40 años. De aquí que cuando se está haciendo la prueba, en pacientes con ojo seco, se estima como patológico un humedecimiento del papel de filtro de 5 mm. o menos, en un tiempo de 5 minutos de la duración de la prueba. Murube es el investigador que ha encontrado mayor volumen de secreción lagrimal en individuos normales. (Fig 2-6) 45 Secreción total en individuos normales Años 1 a 10 11 a 20 21 a 30 31 a 40 41 a 50 51 a 60 61 a 70 71 a 80 mm. 42,0 4,3 43,9 31,5 24,7 17,4 8,7 4,1 Fig. 2-6.- Secreción total según la edad (Schirmer I, sin anestesia, Murube y col.) Henderson y col. (1950), por su parte, encontraron que había una ligera variación con la edad: (Fig.2-7) Años 16 a 25 26 a 35 36 a 45 46 a 55 > 60 mm. 21,0 17,4 16,4 13,5 13,2 Fig. 2-7.- Secreción total según la edad (Schirmer I, sin anestesia,Henderson y col) Stieve y col. (1962) también encuentran variaciones con la edad.(Fig.2-8) 46 Secreción total en individuos normales Años 1 a 25 20 a 39 40 a 59 60 a 79 mm. 27,6 20,0 14,6 8,3 Fig. 2-8.- Secreción total según la edad (Schirmer I, sin anestesia, Stieve y col) Según Liotet y col. no hay una diferencia significativa en función del sexo, pero si la hay con la edad, como se ve en el siguiente cuadro: (Fig. 2-9) Secreción total en individuos normales Según al edad y el sexo Años 25 35 45 55 65 75 mm_____ Fem. Masc 25,0 22,0 19,0 19,0 18,0 18,0 13,5 13,5 12,0 12,5 12,5 12,5 Fig. 2-9.-Secreción total según la edad (Schirmer I, sin anestesia,Liotet y col) 47 También hicieron un estudio de personas que no tenían sintomatología subjetiva ni objetiva, y el porcentaje con una secreción lagrimal total encontrada era de 5 mm. o menos. En el cuadro se expresa el porcentaje de secreción lagrimal en las diferentes edades. Llama la atención la relativa incidencia, sobre todo, en personas jóvenes que no tienen síntomas de sequedad a pesar de tener 5 mm. o menos de secreción total. (Fig 2-10) Años < 25 25 a 29 30 a 34 35 a 39 40 a 44 45 a 49 50 a 54 55 a 59 60 a 64 65 a 69 > 70 %. 9,53 6,70 11,52 17,27 8,15 9,69 6,33 9,45 8,87 5,88 6,61 Fig. 2-10.- Porcentaje de pacientes que no tienen sintomatología subjetiva ni objetiva, con secreción total de 5,5 mm. o menos. (Schirmer I, sin anestesia, Liotet y col) 48 Según Van Bijstrveld hay una disminución de la secreción refleja en algunas enfermedades como en la queratitis herpética. Lo mismo sucede cuando se padece una queratoconjuntivitis sica: (Fig. 2-11) < 5 mm. Testigo16,99 % Q.C.S. 84,89 % > 5 mm. 83,00 % 15,10 % Fig. 2-11.- Cantidad de secreción total en ojos con QCS y ojos normales, según Van Bijstrveld. Lagrimación refleja psicogénica La secreción psíquica se desarrolla entre el 2 y 4 mes de nacido. Este tipo de lagrimación es producido por un estado anímico que puede ser patético y/o estético. El lagrimeo patético como el miedo, el dolor anímico y el susto, son las causas más frecuentes, suelen ir acompañados de un estado de angustia y de excitación. Parece ser un medio de catarsis ante un estímulo que supera la expectativa individual. Los niños lloran cuando tienen hambre, están sucios, se sienten solos o quieren llamar la atención, aparte de la mala crianza. Es una lagrimeo bilateral. El lagrimeo estético o anímico es otra causa de reflejo psicógeno, la misma felicidad o el placer ante un hecho placentero o ante un ser querido puede producir llanto, donde la felicidad desencadena un fenómeno aparentemente contradictorio. Lagrimación ante la muerte o ante situaciones conflictivas de desesperación y de fuertes angustias. La lagrimación histérica se produce en personalidades histéricas, estando más o menos conscientes, persiguiendo o no un fin determinado. El llorar se produce ante estímulos que no producirían pesar en personas normales. 49 Y entre otras muchas causas más, está la lagrimación voluntaria, que no es nada más que la habilidad que tienen algunas personas para producir lágrimas a voluntad en el momento y bajo la circunstancia que ellos eligen. No hay más que ver los miles de litros de lágrimas que producen nuestros actores en las telenovelas. Después de ver estos estudios hay que evaluar muy cuidadosamente el test de Schirmer y no tomarlo como una prueba única y aislada para hacer un diagnóstico de certeza de ojo seco. La sintomatología subjetiva, los signos objetivos y las otras pruebas formarán un conjunto que dará un cuadro global. Hipersecreción e hiposecreción: El exceso de lágrimas puede estar producida por una hipersecreción lagrimal pura y las causas más frecuentes son las irritaciones de la rama del nervio oftálmico del trigémino. Inflamaciones, infecciones, cuerpos extraños corneales, conjuntivales e intraoculares, irritantes gustativos, olfativos e incluso auditivos, hipotiroidismo y la administración de anticonceptivos, entre otros más. Cuando hay una obstrucción de las vías excretoras con producción lagrimal normal, generalmente se comprueba porque esta vía está obstruidas, porque el test de Schirmer está dentro de límites normales y la prueba de la fluoresceína muestra un flujo del río lagrimal normal. La hiposecreción raramente es congénita, en cambio la adquirida es consecuencia de infecciones repetidas de la conjuntiva, inflamación crónica de la glándula salivar y lagrimal, como en la síndrome de Mikulicz y el de Sjögren, la atrofia senil de la glándula lagrimal, la sarcoidosis, artritis reumatoidea, menopausia y enfermedades autoinmunes. 50 FUNCIONES DE LAS LAGRIMAS La película lagrimal forma una pantalla protectora entre el medio exterior y la superficie anterior del ojo y su funciones son múltiples: La lágrima aísla al ojo del medio exterior dándole una protección mecánica física, química e inmunológica. Se pueden agrupar de la siguiente manera: Funciones primarias: Optica. Humectante Metabólica. Limpiadora y protectora. Antimicrobiana. Lubricante. Inmunológica. Funciones secundarias: Fotoabsorbente y reflexiva. Tamponadora. Humectante nasal. Neovasogénica. Anticicatrizante. Como mecanismo de defensa. Protección mecánica: El parpadeo y la renovación lagrimal continua producen un barrido y una limpieza mecánica que impiden la anidación de microorganismos y cuerpos extraños. La capa mucosa atrapa las partículas sólidas y en particular los gérmenes que adheridas a ella se eliminan por arrastre. Todo esto impide, en gran medida, que los microorganismos 51 ataquen al epitelio, que a su vez se defiende de la agresión por su gran cohesión intercelular, la falta de soluciones de continuidad y las defensas propias de la membrana de Bowman. Funciones primarias: Óptica La lágrima regulariza la superficie irregular de la córnea, factor imprescindible para una visión nítida. Estas irregularidades están producidas por las uniones intercelulares del epitelio corneal, causado por las microvellosidades de su superficie y su continua descamación. Cumple esta función por su baja tensión superficial, evitando el astigmatismo que se produciría sin la película lagrimal. Al ser el índice de refracción de la lágrima (1,333) y el de la córnea (1,336) prácticamente iguales no hay ninguna difracción. Este factor óptico garantiza el enfoque de la imagen en la retina dado que posee el más fuerte poder de refracción. Humectante: Con su humedad protege las células epiteliales corneales y conjuntivales de la desecación, manteniendo un equilibrio acuoso permanente poniendo en función todos los elementos de los que está formada la lágrima. Metabólica La córnea al ser avascular, la mayor parte de las substancias que necesita para su metabolismo debe tomarlas de las lágrimas Las funciones de las lágrimas en este sentido son amplias y muy importantes, si se considera la intensa actividad metabólica de las células epiteliales y su duración sobre la córnea, (vida media de 52 7 a 10 días) se entiende que todo el metabolismo debe ser rápido y complejo La lágrima aporta un promedio de oxígeno de 5 a 7 ml/hora/cm2, un 40% es utilizado por el epitelio, un 39% por el estroma y el 21 % restante, el endotelio. Esto explica el edema epitelial que producen los lentes de contacto al disminuir la oxigenación y aumentar la hipoxia, en estos casos el organismo intenta compensarlo con la formación de neovasos perilímbicos. La lágrima sirve también de vehículo para la eliminación del CO2, (21 ml/hora/cm2) que proviene no sólo del tejido corneal sino también del humor acuoso, contribuyendo a mantener el pH alcalino de la lágrima. Por otra parte, al ser la permeabilidad del epitelio 100 veces menor que la del endotelio, el aporte de glucosa al metabolismo corneal es insignificante en relación al proveniente del humor acuoso. La intervención del film lagrimal hace que la alfa amilasa que contiene intervenga, a nivel del epitelio, en la endohidróIisis del glucógeno, liberando la glucosa que proviene del estroma. Adicionalmente, el contenido de electrolitos y en especial del potasio, aumenta el rendimiento de la bomba de sodio del epitelio, fundamental para la deshidratación del estroma corneal, que a su vez se ve favorecida por estar entre dos líquidos hiperosmóticos, la lágrima y el humor acuoso, que continuamente absorben los líquidos intraestromales. Limpiadora y protectora. Tiene una protección mecánica ante los cambios de temperatura, contra el viento, cambios de humedad del medio ambiente y cambios de la química ambiental de la polución. 53 La lágrima arrastra mecánicamente los detritus epiteliales corneales que se producen por la continua descamación. Se estima que se eliminan 2 millones de células epiteliales al día. Elimina también cuerpos extraños, polvo que flota sobre el epitelio, otros que llegan a la capa acuosa sin tocar el epitelio y otros que llegan a la capa epitelial, lesionándola o no. La lágrima los arrastra por medio del flujo lagrimal y el parpadeo, los diluye produciendo una hipersecreción refleja y los envuelve en la mucina acumulada en el fondo de saco inferior evacuándolos por los puntos lagrimales, si son pequeños, o los desbordan sobre los párpados si son grandes; diluye también agentes químicos disueltos en la atmósfera, elimina agentes patógenos, por arrastre, llevándolos a las fosas nasales. La evaporación y continuo flujo lagrimal mantienen una temperatura constante del polo anterior. La protección química se efectúa por medio de las mucoproteínas de la capa mucosa que neutralizan la acción de la enzima viral; la neuraminidasa viral ataca los mucopolisacáridos de la pared celular para poder penetrarlos. Al estar íntegra la pared celular se impide el paso del virus al cuerpo celular. Antimicrobiana Hay una primera acción antimicrobiana mecánica de arrastre producida por el flujo continuo de la corriente lagrimal y el parpadeo. La acción antibacteriana específica de la lágrima la descubrió Fleming, en 1922, encontrando la lisozima o muramidasa que produce una lisis de las paredes celulares de algunas bacterias. Posteriormente 54 se descubrió la betalisina que actúa de la misma manera. La lactoferrina produce un factor bacteriostático y la arilsufatasa A es antibacteriana por actuar sobre los sulfolípidos de la membrana bacteriana. La acción citológica de la lágrima se manifiesta también, por la presencia en ella de neutrófilos que actúan sobre las bacterias y por los linfocitos que actúan sobre los virus. El pH. lagrimal alcalino también es elemento bacteriostático y con la baja temperatura del film corneal (30º ) dificulta el crecimiento bacteriano. La temperatura de crecimiento bacteriano más adecuada está entre 35° y 37° C. Lubricante La acción lubricante de la lágrima se produce por su contenido de mucina, el agua y los lípidos que contiene. Su baja viscosidad, produce un colchón para permitir el desplazamiento libre de los párpados sin mayor fricción, lo mismo que los movimientos rotatorios del globo ocular. Al estar húmedos y lubricados los párpados y el polo anterior se facilita el parpadeo. Inmunológica La acción inmunológico de las inmunoglobulinas lagrimales, cumplen su función antibacteriana, antiviral no específica. Un sistema complejo de proteínas no específicas, que contienen anticuerpos, células fagocitarias y otros elementos inmunológicos comunes en todas las secreciones externas. La descripción de cada una de las inmunoglobulinas se verá en detalle en otro apartado. 55 Funciones secundarias Acción fotoabsorbente y reflexiva No por ser funciones secundarias dejan de ser importantes. La acción fotoabsorbente se manifiesta porque la película lagrimal absorbe una cantidad significativa de rayos ultravioleta. Su ausencia hace que los rayos ultravioleta incidan directamente sobre el epitelio corneal, produciendo una irritación constante. Esta característica es una de las teorías para explicar la formación y crecimiento de los pterigiones y de las pinguéculas. La elevación de la cabeza crea un área de desecación y recibe más cantidad de rayos ultravioleta de lo normal, con la consiguiente irritación y la proliferación de nuevo tejido fibroso, para cubrir el área desecada. Esta teoría explicaría el porqué los pterigiones no crecen nada más que hasta el centro corneal, pues al llegar el párpado al centro de la córnea se adosa perfectamente sin dejar espacios vacíos. Al mismo tiempo hay un fenómeno reflexivo parcial de la luz, que se hace a expensas de la capa lipídica, esta reflexión contribuye a disminuir el deslumbramiento. Función tamponadora La lágrima tiene el poder de estabilizar el pH, neutralizando las desviaciones hacia la acidez o hacia la excesiva alcalinidad. Las molestias tipo picor, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento y lagrimeo, pueden surgir por una variación del pH (7.7 normal); las molestias son más acusadas cuando la lágrima tiende hacia la acidez que hacia la alcalinidad. Es de interés práctico conocer esto, pues los colirios con un pH bajo, ácido, penetran mal en la córnea por su alta ionización, 56 producen una la hipersecreción refleja, aumentando en 5 ó 10 veces el volumen lagrimal normal, arrastrando el principio activo del colirio y disminuyendo su acción. Por el aumento de volumen el colirio es expulsado en parte y parte es neutralizado, absorbido y diluido. Un colirio ligeramente alcalino no produce estos efectos y es más efectivo. Los mismos medicamentos suministrados en forma oleosa o en pomada se liberan lentamente y la lágrima es capaz de mantener un pH constante. El mismo medicamento en forma de colirio necesita una dosis de 4 a 8 veces superior que en forma de inserto o en forma de pomadas. En los ojos secos, con deficiencia mucínica, los colirios ácidos hacen más viscosas las glucoproteínas y la mucina lagrimal, dificultando la lubricación y su extensión por la superficie córneoconjuntival. En las inflamaciones, en las conjuntivitis bacterianas agudas y alérgicas el pH se acidifica, se alcaliniza en las conjuntivitis crónicas, en la uveítis, en la dacriocistitis, queratoconjuntivitis, iritis y queratitis, entre otros. El medio alcalino favorece el desarrollo de los neumococos y el diplobacilo de Morax-Axenfeld y en medio ácido se cultiva mejor el estafilococo y el bacilo de Koch-Weeks. Función humectante nasal No es el factor fundamental ocular, pero sí contribuye a que la mucosa nasal permanezca permanentemente húmeda a pesar de la corriente de aire que continuamente pasa en la respiración. Es frecuente que haya una hipersecreción lagrimal cuando el paciente presenta sequedad nasal, es un medio vicariante para humedecer la mucosa de la nariz. 57 Función neovasogénica Hay autores (Szeghy) que han experimentado con córneas donde falta el epitelio corneal y la membrana de Bowman, demostrando que la lágrima en contacto con el estroma corneal produce una neovascularización periférica primero y profunda después; esto explica, en parte, la neovascularización en lesiones corneales por quemaduras o por destrucciones extensas del epitelio y de la membrana de Bowman. Acción anticicatrizante La lágrima en contacto con heridas superficiales producen un retardo de la cicatrización. Esta característica de la lágrima, explicaría la fistulización de las heridas practicadas en la dacriocistorrinostomía. en la lagodacriocistorrinostomía y el retardo de la cicatrización en las operaciones y heridas del borde de los párpados. Por lo tanto los puntos de sutura deben ser retirados más tardíamente, no siendo menor de 5-7 días. Protección biológica. El mecanismo de defensa biológica se cumple por medio de las proteínas antimicrobianas no específicas (lisozima, lactoferrina y transferrina) y por las defensas inmunitarias específicas. Las más específicas son las inmunoglobulinas, anticuerpos que aumentan su concentración en el ojo cuando es agredido, este aumento responde a un estímulo de las defensas antigénicas locales o por filtración a través de la barrera hemato-lagrimal. En el complemento se han puesto en evidencia los factores C3 y C3 Bb en las lágrimas, cuando se activan por el desencadenamiento provocado por procesos inmunológicos y por los producidos por el contacto de proteínas del sistema complementario con numerosas 58 substancias químicas como, por ejemplo, los polisacáridos de las paredes celulares de ciertas bacterias. Las substancias antivirales están ausentes de la lágrima normal y sólo aparecen cuando hay una infección viral; estas defensas se han identificado con el interferón gamma y se sintetizan localmente por las células que responden a la agresión viral. A nivel conjuntival existe normalmente una diapédesis continua, más o menos importante, de polinucleares neutrófilos y de células macrofágicas que se encuentran en las lágrimas que estimulan las defensas celulares. Los polinucleares provienen fundamentalmente del epitelio (10.000/mm3) y del estroma (3.000/ mm3), los hístiocitos provienen del estroma (3.000 mm3 ). Los polinucleares eosinófilos y los basófilos no existen en sujetos normales ni en el epitelio ni en el estroma conjuntival y aparecen cuando se sufre una agresión alérgica. Las células de Langerhans, situadas en el epitelio conjuntival límbico, juegan un papel importante en el reconocimiento de los antígenos exógenos y en la estimulación de los linfocitos T. Son la primera línea de defensa que llega a la superficie ocular. En el estroma corneal y en la conjuntiva se encuentran linfocitos B y T en altas concentraciones. Los plasmocitos están ausentes en el epitelio y presentes en el estroma, en la glándula lagrimal principal y accesorias, en la conjuntiva bulbar, en el fornix, en la conjuntiva tarsal y en menor concentración en el limbo. Las defensas locales están prontas para una defensa rápida y el mecanismo se hace por medio de las proteínas antibacterianas no específicas, la IgM en continuo alerta en respuesta de las agresiones microbianas a repetición, la activación del complemento por contacto directo con las substancias químicas bacterianas, la barrera de IgA 59 fijadas en el moco y la diapédesis continua de células fagocitarias. Parece ser que la flora saprofita tiene también un cierto papel protector contra los gérmenes patógenos por la competencia nutritiva que se establece entre ellos. RUPTURA DE LA PELÍCULA LAGRIMAL. Es el mecanismo de desecado normal del film lagrimal. La estabilidad de la película lagrimal es un factor determinante para la salud del polo anterior y para la buena adaptación de los lentes de contacto. Se dice que un film lagrimal es estable cuando más puede adelgazarse sin producir su ruptura. Esta estabilidad depende del equilibrio de las capas que lo componen y de los elementos que lo forman. La película lagrimal tiene una corta estabilidad, pero suficiente para mantenerse intacta entre dos parpadeos. Se estima que se parpadea mecánicamente cada 8 a 10 segundos y el film lagrimal normal dura sin romperse entre 15 y 45 segundos. La aparición de las manchas de ruptura indican que la córnea ha retornado a ser hidrófoba; como con cada parpadeo se renueva totalmente la película lagrimal, el ritmo de parpadeo asegura un flujo constante de lágrimas, impidiendo intervalos grandes que produzcan desecación. La patología de las glándulas secretoras, la falta de parpadeo, las enfermedades y lesiones conjuntivo-corneales alteraran el equilibrio de la película corneal y serán los causantes de un ojo seco en mayor o menor grado. 60 Mecanismo normal del desecado de la película lagrimal. La desintegración de la película lagrimal (tisc/but) se produce por dos mecanismos: el adelgazamiento de la capa acuosa, el acercamiento y el contacto de las capas lipídica y mucínica. El mecanismo de ruptura del film lagrimal se puede resumir así: La evaporación es el factor principal en el adelgazamiento del film lagrimal. En el momento de abrirse los párpados la lágrima tiene un espesor aproximado de 10 µ, adelgazándose progresivamente (siempre con el ojo abierto) hasta llegar a las 4 µ que suele coincidir con una nueva oclusión palpebral que, al arrastrar la película lagrimal vieja (Fig. 2-12) y la renueva por una nueva, la mantiene en sus condiciones normales de funcionamiento. Fig. 2-12.- Espesor normal de la película lagrimal. Desde el momento que se inicia la evaporación lagrimal, las capas oleosa y mucínica se van acercando. Los lípidos y los fosfolípidos mucínicos interactúan formando compuestos hidrófobos rompiendo la capa acuosa y apareciendo un islote puntiforme de desecación que estimula el parpadeo. En ausencia de éste se va agrandando hasta la desecación total (casi 10 minutos); siempre y cuando no ocurra un nuevo parpadeo (Figs. 2-13). 61 Fig. 2-13.- Primera fase de la ruptura de la película lagrimal: desecamiento y acercamiento de la capa lipídica a la mucínica. Fig. 2-14.- Segunda fase: contacto de la capa lipídica con la mucínica, formando compues-tos hidrófobos provocando la ruptura de la película y formando islotes de desecación. Fig. 2-15.- Tercera fase: agrandamiento de los islotes y aparición de unos nuevos, hasta la desecación total, si no existe parpadeo. El islote de desecación aumenta de tamaño, porque los lípidos se ponen en contacto directo con la mucina y se unen rápidamente; a esto contribuye también el progresivo adelgazamiento de la capa intermedia y la proximidad mayor de las capas internas y externas (Fig. 2-14 y 2-15). Las áreas de desecación se suelen repetir topográficamente y a medida que pasa el tiempo aparecen nuevos islotes, haciéndose confluyentes, hasta la desecación total de la superficie córneoconjuntival. (Fig. 2-16) 62 Fig. 2-16.- Ruptura lagrimal. Cuando hay alteraciones de la superficie corneal, bien sean elevaciones o cuerpos extraños, la película lagrimal se rompe más precozmente no sólo porque es más delgada la capa sino también por la irregularidad de su superficie. En la figuras se pueden ver las tres causas y el mecanismo de ruptura de la película lagrimal: elevación corneal (Fig. 2-17), cuerpo extraño (Fig. 2-18) y pterigion (Fig. 2-19). En el pterigion la elevación del tejido conjuntivo epiescleral límbico impide que el párpado extienda uniformemente la película lagrimal aumentando la desecación, la descamación y favoreciendo la ulceración. Fi g . 2 - 1 7 . - M e c a n i s m o de ruptura de la película lagrimal a nivel de una elevación corneal: 1, epitelio corneal; 2, película lagrimal; 3, elevación corneal. Fig. 2-18.- Mecanismo de ruptura de la película lagrimal a nivel de un cuerpo extraño corneal, 1. epitelio corneal; 2. película lagrimal; 3. cuerpo extraño y 4. islote de desecación yuxta-meniscal. 63 Fig. 2-19.- En el pterigion la elevación del tejido conjuntivo epiescleral límbico impide que el párpado extienda uniformemente la lágrima, aumentando la desecación y favoreciendo la ulceración En los ojos normales y sin patología lagrimal, el tiempo de aparición de la ruptura de la película lagrimal es variado y muchas veces contradictorio, pues en los mismos individuos y repetido el procedimiento varias veces, los tiempos obtenidos son de los más dispares. Los diferentes autores que se han preocupado por este problema han encontrado cifras que oscilan entre 15 y 45 segundos (Metairen y col., 1977), 30 y 50 segundos para Holly en 1978, para Norm el promedio es de 30 segundos con una dispersión de 3 a 132 segundos y para Marx el tiempo oscila entre 10 segundos y 6-7 minutos. A pesar de las cifras tan diferentes encontradas hay un acuerdo internacional, más práctico que experimental, por el cual se acepta que el promedio normal debe oscilar entre 20 y 30 segundos. Tiempos por debajo de 15 segundos se deben considerar sospechosos y patológicos, cuando son de 5 segundos o menos. Parece ser que ni el sexo ni la edad influyen en el proceso de desecación, aunque algunos autores como Marquardt y Brown encontraron tiempos relativamente más cortos en los viejos. Cuando se hable de los medios de exploración se especificará el procedimiento a seguir para poner en evidencia este fenómeno. El tiempo de ruptura de la película lagrimal está en relación íntima con la desecación de la capa acuosa, pero no siempre es esta capa la única causante, también son las capas mucosa y lipídica. Se dan casos en que la cantidad de lágrimas (Schirmer) es normal y la ruptura de la película es patológica, generalmente es debido a una alteración de la capa mucosa y en menor 64 grado la lipídica. Las diferentes causas que pueden alterar el tiempo de ruptura del film lagrimal dependen de la alteración de las capas que la componen. Tiempo de ruptura y capa mucosa El acortamiento del tiempo de ruptura producido por esta capa se debe a varios factores: una secreción deficiente de mucina, una composición cualitativamente anormal de la película lagrimal, una mala distribución mucínica superficial y/o varios de estos factores asociados. Las causas más frecuentes son: Avitaminosis A. Ausencia congénita de las células caliciformes y/o de las glándulas de Manz y de Henle. Pénfigo ocular. Eritema multiforme (Síndrome de Stevens-Johnson). Tracoma. Una mucina cualitativamente anormal puede tener un origen congénito o adquirido. Se especula sobre el carácter congénito y puede manifestarse en la incidencia mayor de pterigiones familiares, queratodistrofias epiteliales punctatas y otras queratodistrofias. La disminución del tiempo de ruptura de la película lagrimal, por una deficiencia cualitativa de la mucina, de tipo hereditario, con predominio de las sialomucinas sobre las sulfomucinas o viceversa, son la causa de estas afecciones. Ha sido demostrado que hay una diferente viscosidad y por lo tanto una mayor fragilidad en el tiempo de inicio de ruptura y como consecuencia una mayor predisposición a ciertas patologías conjuntivo-corneales. Y el carácter adquirido se debería a procesos degenerativos. 65 La mala distribución de la mucina puede estar producida por una deficiente distribución mecánica de la mucina como ocurre en las siguientes enfermedades: Parálisis facial. Flacidez senil de los párpados. Cicatrices retráctales de los párpados o de las conjuntivas. Enoftalmias. Lagoftalmos. Colobomas. Ectropiones. Pterigiones. Queratoprótesis. Ampollas quísticas exuberantes en las operaciones antiglaucomatosas. Lentes de contacto. Se produce generalmente donde no hay pleno contacto entre el párpado y la conjuntiva, la falta de uniformidad de la capa mucínica produce un acortamiento del tiempo de ruptura y una mayor predisposición hacia la patología corneal (Dellen). Tiempo de ruptura y capa acuosa. Se puede subdividir en dos grandes grupos: Cuando hay una hiposecreción de las glándulas con la disminución del volumen lagrimal, disminuye así el espesor de esta capa serosa y hay una mayor y más fácil desecación. Las causas más frecuentes son: Dacrioadenitis. Lesiones traumáticas. Agenesia de las glándulas lagrimales Lesión de las glándulas lagrimales Lesiones quirúrgicas. 66 Enfermedad de Mikulicz. Intoxicaciones por atropina y benzodiazepina. Cuando hay irregularidades en la superficie corneal también hay alteración de este tiempo de ruptura como cuando hay: Pterigiones. Ulceras corneales. Heridas corneales. Cicatrices exuberantes. Cuerpos extraños. Lentes de contacto. Triquiasis. Tiempo de ruptura y capa oleosa. Se puede producir un acortamiento del tiempo de ruptura de la película lagrimal por las siguientes causas: Por defecto de la secreción puede haber disminución y aumento en la evaporación y un acortamiento del tiempo de ruptura (tisc/but), son afecciones raras, entre las que se encuentran Déficit estrogénicos. Déficit androgénico. Fiebre tifoidea. Displasia ectodérmica anhidrótica. También cuando hay un exceso de secreción de lípidos como, por ejemplo: Dermatitis seborreicas. Acné rosáceo. Seborreas hormonales. Meibomitis. 67 Irritaciones locales como quemaduras térmicas por infrarrojos y las quemaduras químicas. El almacenamiento de los lípidos en la cuenca lagrimal por causas mecánicas, también produce acortamiento. Entre las enfermedades más frecuentes que la producen están: Parálisis facial. Eversiones de los puntos lagrimales. Ectropiones. Si hay una alteración cualitativa de los lípidos, producida por un exceso del contenido de ácidos grasos interaccionando rápidamente con las glucoproteínas mucínicas, se produce un acortamiento del tiempo de ruptura. En algunas meibomitis microbianas los gérmenes que las producen, segregan una lipasa que hidroliza los lípidos y libera ácidos grasos. Otra causa es la iatrogénica causada por el exceso de uso de colirios que contienen benzalconio, la gran mayoría de los colirios descongestionantes actúan sobre la capa oleosa y favorecen la evaporación, de tal manera que este tipo de colirios está contraindicado cuando hay un ojo seco o se sospecha que puede existir, en mayor o menor grado, una sequedad ocular. COMPOSICIÓN DE LAS LAGRIMAS Características físicas Las cifras que se dan a continuación están dentro de límites normales: Humedad: 98% de agua y su peso es de 1,004 a 1,005. Evaporación: 2,2 a 3,7 ml/hora/cm2 (Mishima). pH. alcalina: 7,3 y 7,7, con variaciones normales que van de 6,5 a 7,5 (Fischer y Wiederholt). 68 Osmolaridad: Medida con micrométodos, promedio que oscila entre 302 a 310 mOsm/l. Viscosidad: 0,3 dina/cm (Hamano). Conductibilidad térmica: Coeficiente K de la fórmula de Fournier es 2 144. 10-5. Índice de refracción: 1,336 a 1,337 (próximo al de la córnea). Conductancia: 0,5. 10-5 mho Tensión superficial: 40 a 43,2 dina/cm. Temperatura: 30 C y 35 C; con los ojos abiertos desciende 1 C, y con los ojos cerrados sube 0,5 C. Características químicas Gases: Oxígeno. equivale a una atmósfera de 7,7% de oxígeno a una presión de 55 mm. Hg., equivalente a una presión de 120 a 130 mm. Hg. Co2: 27,5 mm. Hg. Electrolitos: Na: 134 a 170 mM/l = 3.2 g/l. K: 20 a 40 milimoles/l. mM/1=585 mg/l. Magnesio. 20.5 mg/l. Ca: 28.4 mg/l. Hierro: 0.86 mg/l. Cobre: 1,35 mg/l. Zinc y manganeso: Trazas. Aniones: Bicarbonatos: 26 mEq/l. ClNa. 130 mEq/l 8-10 g/l. Fosfatos: 8- 1 0 mEq/l 69 Compuestos orgánicos: Urea: 4-7 milimoles. Amoníaco: 50 mg/l. Glucosa: 0,5 milimoles. Acidos Orgánicos: Pirúvico.- 41 mg/l. Cítrico: 6 mg/l. Láctico. 1,25 milimoles. Vitaminas: Ac. ascórbico: 1,4 mg/l. B12: 250 m/l. B2: Trazas. Retinol: 16 ± 2 m/l. Acidos Aminados: 50 mg/l. Colesterol: 0,1 a 0,8 milimoles. Proteínas Totales: 6 a 10 mg/l. Proteínas séricas: Albúmina: 50 mg/l Inmunoglobulina G. 3 a 5 mg/l. Haptoglobulina: 1,04 mg/l. Alfa -2- macroglobulina: 0,63 mg/l. Inmunoglobulina A: 100 mg/l (±50 a 200 mg/l). Inmunoglobulina E: Trazas. Inmunoglobulina M: 1,84 mg/l Transferrina o Siderofilina. 15 mg/l. Alfa -2- antitripsina: 26 mg/l. Beta -2- microgiobulina. 10 mg/l. 70 Alfa -1- antitripsina: 1-20 mg/l. Zinc-Alfa -2- glucoproteína: 10 mg/l. Lactoferrina: 1,45-2 g/l. Proteínas del complemento: C3: 3,12 mg/l. C3: Convertasa. 1,1 mg/l Inmunoglobulinas: Las inmunoglobulinas lagrimales forman parte muy importante en el mecanismo de defensa inmunológica ocular. La procedencia de las inmunoglobulinas es discutido, unos autores piensan que se produce localmente y otros que provienen del suero. La IgA está demostrado que procede de los plasmocitos de los accini de la glándula principal. El resto de las inmunoglobulinas se producen en la glándula lagrimal y en los plasmocitos existentes en toda la extensión de la conjuntiva, además hay una transudación sérica importante de inmunogiobulinas lagrimales. Inmunoglobulina G (IgG): Procede de la IgG del suero, a través del epitelio conjuntival. Se ha demostrado que cuando hay un aumento de IgG sérica hay un aumento del contenido de IgG lagrimal. En las irritaciones conjuntivales, traumatismos mínimos, erosiones epiteliales y corneales, en las infecciones e inflamaciones y en la hipersecreción lagrimal hay un aumento de la IgG. También ocurre en algunas enfermedades intraoculares como la iritis, coroiditis y periflebitis retinianas. La función de la IgG es neutralizar las toxinas bacterianas y facilitar su fagocitosis, fijándose a los microorganismos. Los valores séricos de la IgG varían con la edad y el valor promedio está entre 7 y 12 mg/l. 71 En la lágrima, la concentración de IgG es más baja y oscila entre 10 y 38 mg/l o, según Murube, 0,04 mg/g, pero cualquier estimulación antigénica provoca un aumento de su síntesis local por medio de los plasmocitos conjuntivales y su concentración puede llegar a varios gramos por litro. La IgG fija el complemento de muchas células (macrófagos, polinucleares) poseyendo receptores de superficie capaces de fijar el fragmento Fc de las IgG y el C3b; esta fijación explica el mecanismo desencadenante de la fagocitosis. Los niveles de IgG en lágrima no varían con el sexo, pero sí con la edad, siendo más bajos en los niños que en los adultos. Inmunoglobulina A (IgA): La IgA está sintetizada por los plasmocitos de los accini de la glándula lagrimal y en los epitelios celulares oculares. Se unen al moco formando una película continua de anticuerpos bacterianos y virales locales. La concentración es de 100 mg/l y una desviación de 50 a 200 mg/l. La IgA de secreción, asociada a la lactoferrina, se convierte en bactericida contra ciertas cepas bacterianas. La IgA proveniente de la sangre, por filtración a través de la barrera hemolagrimal, tiene cuantitativamente una menor importancia. La interacción de las proteínas del sistema inmunitario provocan una potencialización de la lisozima por el piruvato, la lactoferrina y la IgA; la lactoferrina se convierte en bactericida ante ciertas cepas bacterianas. La concentración de IgA lagrimal es inferior a la IgA sérica. La función de la IgA es antibacteriana y su mecanismo de acción es poco conocido, pues no fija el complemento a la manera clásica; parece ser que producen una bacteriolisis o bien se adhieren a los 72 microorganismos impidiendo la penetración en los epitelios sanos. Con la hipersecreción refleja la concentración de la IgA disminuye y continúa disminuyendo cuanto mayor y más prolongada es la hipersecreción lagrimal. En las inflamaciones e infecciones extraglobulares no hay modificación de la IgA, en cambio, en las infecciones intraoculares hay un descenso de la IgA lagrimal. Los valores séricos normales de IgA son de 1,5 a 2 g/l. En la lágrima son entre 130 a 350 mg/l o, según Murube, 0,24 mg/g. Inmunoglobulina M. (IgM): Una parte de la IgM lagrimal se produce en las glándulas lagrimales y otra parte pasa del suero a la lágrima a través del epitelio. La concentración de la IgM está en estrecha relación con los niveles de la IgM del suero. La IgM normalmente presente en bajas concentraciones en la lágrima es la primera en activar el complemento y son las que primero responden ante numerosos antígenos. Además la IgM es capaz de reaccionar contra los antígenos timo-independientes, tales como los antígenos polisacáridos de la cápsula del neumococo. Esta inmunoglobulina es la más abundante en la superficie de los linfocitos B. La función de la IgM es aglutinante y citolítica. En la hipersecreción lagrimal los valores de la IgM no varían, lo mismo que en la conjuntivitis y en los procesos irritativos. Los valores séricos normales son mucho más altos que en la lágrima, variando con la edad y aumentando con la misma; oscilan, en la edad adulta, entre 500 mg/l y 1 g/l. En la lágrima, es de 36,1 mg/l ± 14,1 mg/l o, según Murube, 0,10 mg/g. 73 Inmunoglobulina E. (IgE): La IgE proviene únicamente del sector vascular, pero cuando hay un estímulo antigénico se sintetizan localmente a expensas de los plasmocitos de la conjuntiva. Aunque se ha encontrado IgE en los plasmocitos de las glándulas lagrimales, no se han encontrado en cantidad suficiente para justificar la concentración lagrimal, la mayor fuente de producción es el suero, hay autores que sugieren todo lo contrario y le atribuyen una mayor importancia a la producción local. La IgE tiene una función eminentemente antialérgica. En todo tipo de alergia ocular se encuentra una elevación de la IgE lagrimal, incluso en el asma bronquial, en las rinitis alérgica, dermatitis atróficas, etc. Los valores séricos normales son de 20 mg/l. En la lágrima los valores varían según los autores: Para Mc Clellay y col. y Murube. son 0,25 g/l, para Allansmith y col. es de 0,061 g/l y para Yusa y col. es de 11.100 U/l. Este último autor comprobó que en la conjuntivitis primaveral los valores, en la fase de agudización son de 265.900 ± 213.700 U/ y descienden a 177.400 ± 89.300 U/l en la fase de remisión. Inmunoglobulina D. (IgD): La IgD no está presente en las lágrimas normales, solamente aparece cuando se produce una reacción alérgica o se han encontrado indicios. En el suero, la concentración es de 3 a 40 mg/l. Yusa ha encontrado en la conjuntivitis primaveral, entre 62.5 ± 37.6 Ul/ml en el suero y no encontró en la lágrima. Murube encontró en 1977, 3-400 mg/l 74 Enzimas: Dentro de la gran cantidad de enzimas que se encuentran en las lágrimas se hará hincapié en la muramidasa o lisozima o mucopeptidoglucohidrolasa. Son las glándulas lagrimales las productoras de esta enzima y cuando hay una hipersecreción refleja disminuye su concentración lagrimal, no porque haya una disminución de la producción sino porque hay una mayor dilución. La muramidasa que se adhiere a los mucopéptidos de la pared de ciertas bacterias Gram positivas. Actúa fundamentalmente sobre los gérmenes saprofitos conjuntivales. La actividad de la lisozima lagrimal humana equivale a la actividad de una solución de 4 a 6 g/l de lisozima de clara de huevo. La lisozima se encuentra en la saliva, moco nasal, pus, suero, semen y leche; la mayor concentración se encuentra en la lágrima y existe en concentraciones cien veces mayores que en el suero. Los valores normales en la lágrima son de 4g/l a 6 g/l. Para el oftalmólogo, para determinar su capacidad antibacteriana, lo que le interesa saber es si hay o no una concentración normal de lisozirna en la lágrima o en la saliva, para ello se ha tomado como patrón la cantidad de lisis que es capaz de producir, en una placa de agar sembrada con micrococus lysodeikticus. Se considera que un diámetro de lisis menor de 21,5 mm es patológico e indica una baja concentración de lisozima lagrimal. A mayor concentración de muramidasa mayor será el diámetro de lisis en la siembra de agar. Existe una correlación directa entre el diámetro de lisis y la concentración enzimática lagrimal, así a 21.5 mm de lisis corresponden 1.425 mg/ ml = 1,42 g/l. (Fig. 2-20) 75 Fig. 2-20.- Test Test de van Bijsterveld para medir el poder de lisis de la lisozima, en un medio de agar con una de micrococo lysodeikticus. La concentración de lisozima varía con la edad alcanzando el máximo entre los 20 y 30 años. La vigilia aumenta su concentración y en el sueño disminuye. Hay mayor concentración en la lagrimación refleja que en la basal, los valores son más bajos en los prematuros que en los fetos nacidos a término, posteriormente la concentración de la enzima crece a partir de esta edad vuelve a disminuir. Hay también variaciones en el transcurso del día siendo la concentración más elevada entre las 9 a.m. y las 12 m. (Horwitz y col.) y disminuye en la noche entre las 12 y las 6 a.m. Como valor diagnóstico, en la sequedad ocular es más preciso que el test de Schirmer. Bonavida y col. encontraron que los valores normales de la concentración de lisozima lagrimal disminuye con la edad, alcanzando un máximo entre los 10 y 40 años. (Fig. 2-21) Existe una relación directa entre la concentración de lisozima y por lo tanto de su poder de lisis, que también disminuye con la edad. Tomando como valor normal de lisis 22,5 mm., equivalente a 1.425,48 mg/m,l. Por debajo de esta cifra se considera patológico. (Fig.2-22) La lisozima tiene una acción antibacteriana importante, principalmente sobre los gérmenes Gram positivos y los saprofitos. Posee una acción antibacteriana sobre el estafilococo, estreptococo, neumococo, meningococo, gonococo, brucella, salmonela, bacilo diftérico, bacilo antracis, tuberculoso y otros más, con mayor o menor 76 Años 1 10 20 30 40 50 60 70 80 Años 25 35 45 55 65 75 mg./ l. 2.000 1.875 1.750 1.600 1.500 1.350 1.120 930 875 Fig. 2-21.- Disminución de la concentración de lisozima lagrimal según la edad. (Bonavida y col.) mm. de lisis 26,4 24,8 24,6 24,6 24,7 24,5 Fig. 2-22.- Relación entre el diámetro de lisis y la concentración de lisozima lagrimal, según la edad. Liotet y col. 77 actividad sobre cada uno de ellos. También se ha comprobado su acción sobre el virus del herpes simple y herpes Zoster. Las queratitis, las conjuntivitis agudas y crónicas, el herpes simple, la queratoconjuntivitis seca y el Síndrome de Sjögren, producen también disminución de la concentración de muramidasa lagrimal. La acción bactericida se ejerce porque la lisozima se adhiere a los mucopolipétidos de la pared bacteriana produciendo su destrucción y su lisis. Tiene, la muranidasa, una acción hemocoagulante ligera por ser antiheparínica, una acción antinflamatoria seguramente debido a su acción bactericida y una acción cicatrizante que aún no está demostrada totalmente. La concentración de lisozima lagrimal sufre variaciones dependiendo de las afecciones oculares, de los medicamentos locales administrados y de la medicación general. Ya se dijo que con la hipersecreción refleja la lisozima disminuye su concentración por dilución, por esto aumenta su concentración cuando se administran fármacos de acción hiposecretante, como por ejemplo: atropina, escopolamina, autohemoterapia y vacunas. Hay disminución de la muramidasa lagrimal cuando se administra pilocarpina o por irritantes locales directos o por contaminación ambiental, todos ellos producen hipersecreción lagrimal y dilución de la muramidasa. Hay también otros como la insulina, los corticoides orales, bloqueadores beta-adrenérgicos como el practolol. Parece ser que el Timolol a bajas dosis no la modifica. Las enfermedades generales como la sífilis, el lupus eritematoso, la hiponutrición y la avitaminosis A, también disminuyen la concentración de muramidasa lagrimal y por consiguiente la capacidad defensiva de la lágrima. 78 Células lagrimales: El mar lagrimal contiene gran cantidad de células de descamación provenientes de la córnea y de la conjuntiva. Esta descamación está formada por células epiteliales, polinucleares neutrófilos e histiocitos. Norm en 1966, determinó que se descaman 1.390 células epiteliales por minuto y que en un día representa un total de dos millones de células. Es un dato más que contribuye al diagnostico de algunas enfermedades, pues en unas estará aumentado su número, si hay hiposecreción, y en otras estara disminuido, si hay hipersecreción. Al tratar las diferentes afecciones oculares se hará resaltar este dato, si es procedente. Flora microbiana saprofita: Provenientes del mundo exterior el ojo se puede infectar con gérmenes que son neutralizados por las defensas inmunitarias de las lágrimas y que se renuevan continuamente. Por esto no es raro encontrar bacilos Gram positivos que se cultivan en el mar lagrimal y en la conjuntiva, son gérmenes saprofitos donde predomina el estafilococo coagulasa positivo y el coribacterium xerosis. En los usuarios de lentes de contacto predominan la pseudomonas y el enterobaxter. Algunas veces se encuentran algunas familias de hongos que también son saprofitos. Lactoferrina: Es una glucoproteína con una concentración de 1.5 a 2 g/l. Tiene una acción antibacteriana importante y se comporta como un antibiótico, fijando todo el hierro del medio, privando así al germen de este elemento que es imprescindible para su crecimiento. Tiene una actividad antitóxico contra las endo y exotoxinas. 79 El 90% se produce en las células epiteliales de los accinis de las glándulas principales y accesorias. La concentración en las lágrimas reflejas es de 3,27 ±1,8 g/l y en las basases de 1,37 ± 1,02 g/l. Otras proteínas lagrimales: Simplemente se dará una lista pues su concentración y actividad no juegan un papel fundamental en la clínica. Transaminasas: Glutaminopirúvicas. Glutamino-oxalacética. Amilasas lisosomales: Su estudio permite hacer un diagnóstico de las enzimopatías congénitas: Alfa-D-manosidasa. Alfa-D-fucosida’sa. Alfa-D-galactosidasa A. lfa-D-galactosidasa B. Beta-B-Hexaminasa A y B. Alfa y Beta-D-glucosarnidasa. Beta-D-glucoronidasa. Beta-D-galactosidasa. Catepsina D-metil-BeUiferil-fosfatasa. Fosfodiesterasa. Beta-Gammaesterasa. Arilsulfatasa A. Metabolicos: Catecolaminas Dopamina. Adrenalina. Noradrenalina. Dopa. Histamina 10 mg/l. 80 Hormonales: Prostaglandinas F: 75 ph/ml. Tiroidea T3.- 23 a 42 g/l. T4: igual a la del suero. Tiroxina: Trazas. MECANISMO DE ELIMINACIÓN LAGRIMAL El mecanismo de eliminación de las lágrimas está en continúa discusión. Son varios los factores que entran en juego y no hay uno solo que sea la única causa. De todos ellos el parpadeo parece producir la mayor proporción de drenaje, pues se elimina hasta un 75% de la producción total y el 25% restante se elimina por evaporación. La clínica lo comprueba pues en las lesiones del canalículo superior la epífora no existe o es mínima, en cambio cuando la lesión es en el canalículo inferior la epífora es abundante. Saco lagrimal. Lester Jones hizo la disección cuidadosa de las estructuras que rodean la fosa lagrimal (Fig. 2-23) y que explican, en parte, el mecanismo de la salida de las lágrimas. Se ponen de manifiesto las inserciones de los tendones de las porciones preseptales y pretarsales del músculo orbicular. Obsérvese cómo forman un anillo alrededor de la fosa lagrimal y al producirse los mecanismos de apertura y de cierre ensancha o cierra el saco, acortando o alargando el canalículo lagrimal; todo ello junto se comporta como una verdadera bomba aspirante-impelente. 81 Fig. 2-23.- Esquema de origen de las cabezas del músculo orbicular: a y a”, cabezas profundas superior e inferior de los músculos pretarsales; b y b “, partes profundas de los músculos preseptales; c y c”, cabezas de los músculos pretarsales; d y d”, origen superficial de los músculos preseptales; e y f, origen superficial y profundo del músculo orbitario superior; e”, origen del músculo orbitario inferior; g, parte anterior del tendón palpebral medio y h, unión de los canalículos en la entrada al saco. (tomado de Lester Jones). Al cerrarse los párpados (Fig.2-24) se produce un ensanchamiento del saco lagrimal por contracción del orbicular. El ensanchamiento sacular produce una presión negativa intrasacular que atrae, hacia él, las lágrimas acumuladas en el fondo de saco lagrimal. Se acortan los canalículos ayudando el paso de las lágrimas. Fig. 2-24.- Mecanismo de bombeo del sistema lagrimal excretor: 1. tarso; 2. ampolla; 3. canalículos; 4. saco lagrimal (según Lester Jones). Ver texto 82 Los párpados comienzan a cerrarse por su parte temporal y terminan su movimiento en la parte nasal, empujando las lágrimas hacia los puntos lagrimales. La aposición mecánica de ambos párpados ocluyen los puntos lagrimales reforzando la presión negativa del saco, causando un mayor vacío. Así todo el sistema excretor está lleno de contenido acuoso. Cuando se abren los párpados el tarso se eleva, se relaja el orbicular y su inserción a nivel de la fosa lagrimal, se estiran y se ensanchan los canalículos y las paredes del saco se contraen. Todo ello crea una presión positiva intrasacular empujando las lágrimas al meato inferior. Parpadeo. El cerrar los párpados, en el momento del parpadeo, crea sobre la lágrima una fuerza positiva determinada por la presión externa de los párpados sobre el globo ocular y empuja la lágrima hacia los puntos y canalículos. Una vez en los canalículos es músculo de Horner ayuda al fluir de la lágrima. Al cerrarse los párpados hay un desplazamiento lateral de los puntos lagrimales, movilizan el río lagrimal que está en el mar lagrimal y lo empujan hasta los canalículos. Es conocido que los puntos, superior e inferior, no coinciden y no se superponen al cerrarse los párpados, el superior está ligeramente desplazado hacia la parte temporal. Con el parpadeo se produce un desplazamiento horizontal contrapuesto de ambos puntos que movilizan la lágrima hacia el canto interno. Al cerrar los párpados la lágrima es empujada hacia abajo, sobre todo hacia el ángulo externo donde se sitúa la cisterna lagrimal y, al cerrarse se unen los meniscos superiores y los inferiores y son empujados hacia el canto interno. La capa acuosa arrastra la mucina 83 degradada y la lipídica para ser expulsadas en su conjunto. Al abrir los párpados el río lagrimal asciende arrastrado por la succión del menisco superior uniéndose a la capa lipídica. A nivel del canto externo se acumula la lágrima que proviene de la glándula y es la lágrima que continuamente está nutriendo al río lagrimal que se va eliminando por evaporación y por gravedad. Al mismo tiempo al cerrarse los párpados producen una fuerte presión sobre el globo ocular y la contracción de la porción pretarsal del músculo orbicular exprime el contenido lipídico de las glándulas de Meibomio. Evaporación. La evaporación directa de la lágrima contribuye a la eliminación de la capa acuosa, no siendo un factor determinante a no ser que el individuo esté en corrientes de aire o aire acondicionado. La lágrima basal se elimina casi íntegramente por evaporación y cuando hay hipersecreción es la evaporación nasal. Este proceso se efectúa por la corriente aérea nasal cuando pasa por la desembocadura del canal nasolagrimal, creando una baja presión, una vez drenada la lágrima en la fosa nasal. Esta corriente, también, aspira por vacío, la lágrima que está en el conducto lacrimonasal y, además de humedecer el aire aspirado por la nariz, moja la mucosa y evita que se seque. Se calcula que en una atmósfera exterior del 40% de humedad, un 8% de la producción lagrimal es eliminada por evaporación. En ojos secos la evaporación es casi el doble, lo mismo que cuando el grado de humedad es menor. Esto explica porqué no se sienten las lágrimas y no son deglutidas cuando la producción es normal. La rinorrea o el “moqueo” se produce cuando se llora. Al haber una hipersecreción lagrimal 84 abundante no sólo hay un desbordamiento sobre los párpados sino que también la corriente aérea que pasa por la nariz es insuficiente para evaporar la gran cantidad de lágrimas que se vierten en el meato inferior. Gravedad. Se arguye que la simple presión de un liquido que se acumula en una región y tiene un punto de salida, lógicamente tiende a salir por la simple gravedad. A esto hay que agregar que la vía lagrimal actúa como un sifón acodado y cuando se acumula la lágrima en el lago lagrimal el peso de la columna del conducto descendente es superior al tramo ascendente y de menor peso y por lo tanto la lágrima sería succionada hasta el meato inferior. A todo esto hay que agregar, y está demostrado, que el paso es más rápido y con más volumen cuando la persona está sentado o de pie que cuando está acostada. Capilaridad. La capilaridad se basa en la propiedad de algunos líquidos de caminar por un tubo por medio de las fuerzas moleculares de superficies antagónicas de cohesión y adhesión. La cohesión o tensión superficial es la fuerza de atracción de dos moléculas de un liquido. La adhesión es la fuerza de atracción de un liquido con las paredes que lo contienen. Estos dos fenómenos explican el paso de un liquido por el interior de un tubo, formando unos meniscos redondeados, y el que la lágrima se siga drenando cuando se coloca un tubo de silicona en la vía lagrimal. A pesar de que la luz interior del tubo no esté en contacto con el liquido. La lágrima se adhiere a la pared externa del tubo y la gravedad y el parpadeo empujan la lágrima hasta el meato inferior. 85 No hay duda que la capilaridad no es la única fuerza del drenaje, parece ser que la capilaridad actúa llenando los canalículos y el resto de los otros factores complementan la salida. De todas formas son todas y cada una las que componen el drenaje lagrimal, siendo cada una un factor coadyuvante sin que ninguna, por sí misma, sea determinante. La unión de la gravedad, capilaridad y el parpadeo juntos forman en conjunto más determinante. Parece que hay una acción dinámica de los canalículos accionada por el parpadeo que hace que cuando se cierran los párpados los comprimen y cuando se abren se produce un vacío con la consiguiente aspiración de las lágrimas. Válvulas lagrimales. Hay algunos autores que estiman que las válvula lagrimales no influyen en la expulsión lagrimal, otros dicen que también juegan algún papel, pero no hay duda que cada una de ellas contribuye al empuje de las lágrimas hacia el meato inferior. Al aceptar que el mecanismo excretor actúa como una bomba aspirante-impelente es necesario reconocer que estas válvula tienen un función. En la maniobra de Valsalva, cuando se ocluye la nariz, se cierra la boca y se sopla por la nariz, no hay salida del aire por los puntos lagrimales y esto es debido a que las válvulas impiden el retorno lagrimal y aéreo. También impiden que las secreciones nasales lleguen al lago lagrimal. Cuando se hace una operación fistulizante vicariante, una de las cosas que dice el paciente es que al sonarse pasa aire de la nariz al ojo. 86 CAPITULO III Exploración del sistema lagrimal secretor Pruebas para determinar la secreción lagrimal cuantitativas de dilución indirectas cualitativas biopsia conjuntival citología conjuntival por impregnación cristalización lagrimal de secreción proteica de secreción lipídica alteraciones córneo-conjuntivales CAPITULO III EXPLORACIÓN DEL SISTEMA LAGRIMAL SECRETOR La buena orientación de los pacientes afectos con problemas lagrimales depende de una exploración exhaustiva de todo el aparato lagrimal: sistema secretor, sistema excretor y anexos oculares. Debe comprender: historia clínica, exploración local, pruebas para la secreción lagrimal, pruebas para la excreción lagrimal y exámenes complementarios generales. Historia clínica Dada la gran variedad de patologías locales y generales que pueden alterar la secreción lagrimal se debe interrogar rutinariamente los síntomas que pueden inducir a una sospecha. Muchas veces, es ignorada por el oftalmólogo, sobre todo si son enfermedades de comienzo o la sintomatología es poco precisa. Peor aún, cuando el médico no lo sospecha o los ignora. Muchos pacientes van gritando su diagnostico y no hay más que escucharlos. Cuando hay una epífora o una lagrimación evidente son el motivo de la consulta, pero el diagnóstico es menos fácil o es ignorado cuando son síntomas subjetivos imprecisos y los signos objetivos, que debe explorar el médico, los pasa por alto. Por esto dentro del interrogatorio es obligatorio preguntar si hay reacciones alérgicas a algunos medicamentos, alimentos o al medio ambiente. No olvidar el medio donde trabaja, si hay ventiladores o aires acondicionados fríos o calientes, si empeora con el aire acondicionado del automóvil. Si hay cambios de las molestias subjetivas en las diferentes estaciones del año y si mejora cuando hay mayor humedad en el ambiente. 89 Los síntomas por los cuales el paciente acude al médico casi siempre no son específicos y pueden indicar muchas cosas. Es de sospechar un ojo seco, en sus variedades más simples a una gravedad extrema, cuando el paciente relata alguno o algunos de los síntomas que se exponen a continuación. No porque parezcan banales o porque no se presenten de una manera continua y dramática debe dejarse pasar por alto pues son estos pacientes los que van de médico en médico y cada uno le prescribe un colirio que en muchas ocasiones agrava el cuadro. Sintomatología: La gran variedad de síntomas que se presentan deben hacer sospechar un ojo seco. El ojo seco es un síntoma muy frecuente y fácilmente no diagnosticado en las fases iniciales, porque la sintomatología es muy imprecisa y la evolución muy lenta. Se estima que un 30% de personas mayores de 40 años padecen de sequedad ocular y un 70% en personas de más de 50 años. La gran mayoría no llega a ser nada más que un síntoma molesto. Hay que sospechar de un ojo seco en aquellos pacientes que han recorrido muchos oftalmólogos y que después de ponerse “toda” clase de colirios no mejoran. Aparentemente no se ve “nada”, pero si se busca se encontrará mucho. Por su frecuencia, se resumen en los siguientes cuadros: Síntomas objetivos: Erosión puntiforme del epitelio corneal Secreción filamentosa en el saco inferior Hiperemia conjuntival Falta de brillo corneal y conjuntival Inyección pericorneal 45% 43% 35% 28% 25% Ptosis leve 15% 90 Síntomas subjetivos: Sensación de cuerpo extraño Sensación de sequedad Ardor o quemazón Fatiga palpebral Aumento del número de parpadeos Ojos con dolores imprecisos Fotofobia Picor 75% 73% 70% 60% 45% 35% 33% 23% Alteración de la visión próxima 18% En general los síntomas subjetivos aparecen antes que los objetivos, el promedio prodrómico oscila entre los 4 meses y los 2 años. Además de los síntomas descritos se darán un serie de ellos, no tan frecuentes, que se presentan, dependiendo de la gravedad del ojo seco: Sensación de cuerpos extraños localizados de una manera difusa por todo el ojo o localizados en el ángulo interno, sobre todo al despertarse en la mañana. Se le pegan los párpados con secreción espesa y difíciles de movilizar. Al despertarse los párpados están adheridos y debe abrirlos con el dedo. Dolores oculares difusos. Fotofobia. Ardor en los bordes palpebrales Enturbiamiento de la visión cuando se mira hacia abajo. Lagrimación paradójica Cambio de lentes frecuentes y los bifocales se soportan mal. 91 Fatiga ocular, estando bien corregidos ópticamente. Fatiga ocular en el cine y televisión. Frecuentemente el paciente piensa que es una alergia Muy preocupados por la tensión ocular Los puntos lagrimales sueles estar estenosados o atrépsicos. El río lagrimal no se mueve, está inmóvil o muy lento. Boca, nariz y vagina seca. Aumento de las molestias en aires acondicionados o con el viento Las molestias mejoran con los baños de mar. Cambios subjetivos cuando cambia la humedad del ambiente. Picor y ardor excesivo con cualquier tipo de colirio. Aumento de la sequedad con algunos medicamentos generales y locales. Impresión de lagrimeo, aunque el ojo esté seco. Es importante no dejar pasar por alto estos síntomas que, ayudados por las pruebas de secreción, pueden poner en evidencia el comienzo de un ojo seco. Exploración local. Hacer una buena exploración local para determinar patología corneal, conjuntival, exoftalmos, posición de los párpados y de sus bordes, buscando si hay o no un entropión o un ectropión. En el ojo seco la exploración local va íntimamente unida a las pruebas de tinción con fluoresceína y rosa de Bengala, al test de Schirmer, el brillo corneal y verificar el tiempo de ruptura de la película lagrimal, etc. 92 Lámpara de hendidura. La lámpara de hendidura es una ayuda invalorable pues permite una apreciación de la calidad del film lagrimal. Una aspecto empañado, sin brillo, bridas mucosas en suspensión, modificación del efecto del reflejo en espejo de la superficie corneal hacen sospechar una alteración cualitativa de las lágrimas. El brillo corneal y conjuntival es producido por el reflejo de la luz de la lámpara. Una deficiencia del brillo corneal puede indicar una alteración de la capa lipídica de la lágrima y puede ser el principio de un ojo seco. El mecanismo de ruptura de film precorneal ya se ha expuesto anteriormente. Para verificar el tiempo de ruptura de la película lagrimal se puede hacer con luz blanca o luz azul de cobalto, si se emplea fluoresceína. Se debe buscar el rompimiento, prematuro o no, de la película lagrimal (tisc/but). Para observarlo el paciente debe permanecer 15 segundos con los ojos fijos y sin parpadear. Si en este intervalo aparecen zonas sin brillo y secas es indicio de una alteración de la película lagrimal. Si se agrega fluoresceína y se usa la luz azul de cobalto se hace más patente la ruptura de la película lagrimal y es posible ver las tinciones del epitelio corneal. Se hace parpadear al paciente y se le ordena no volverlo a hacer durante 15 segundos, se anotan las zonas secas y el número de ellas, se vuelve a repetir el procedimiento y pueden ocurrir dos alternativas: una, que las zonas desecadas ocupan el mismo lugar y sean en igual número, siendo entonces indicio dé alteración del epitelio corneal o conjuntival. La otra alternativa es que las zonas de desecación cambien de lugar y varíen en número, indicando que la alteración está en la calidad de la lágrima, sobre todo en la capa mucínica, y no en el epitelio corneal y/o conjuntival. 93 Se estiman que los siguientes tiempos establecen la normalidad o la anormalidad: 20-30 segundos para lágrimas normales. 15 segundos o menos, sospechosos. 5 segundos o menos, patológicos. Las tinciones con fluoresceína y rosa de Bengala evidencian la integridad o la alteración del epitelio corneal. Cuando el epitelio está íntegro, la fluoresceína se desliza libremente sobre la capa lipídica sin impregnar ningún punto o zona corneal. Cuando hay alteración del epitelio, la fluoresceína tiñe las zonas lesionadas por la afinidad que tiene el colorante de fijarse en las zonas desepitelizadas. Las queratitis punctata, así como cualquier otro tipo de queratitis con participación del epitelio cornal, el herpes simple, uveítis, cuerpos extraños, úlceras, erosiones, inflamaciones y heridas se identifican mejor con este colorante y la biomicroscopía. Pequeñas erosiones o infiltrados epiteliales corneales (Fig. 3-1).Secreción mucosa abundante (Fig. 3-2).Secreción elástica en el ángulo interno. Hiperemia conjuntival difusa o a nivel de la hendidura. Pliegues conjuntivales temporales (Fig. 3-3).Secreción elástica en el ángulo interno. Queratitis filamentosa (Fig. 3-4) Fig. 3-1.- Erosiones corneales puntiformes. Fig. 3-2.- Secreción mucosa en el síndrome de Sjögren 94 Fig. 3-4.- Queratitis filamentosa Fig. 3-3.- Pliegues conjuntivales temporales. Hiperemia conjuntival difusa o a nivel de la hendidura. Movilización de la conjuntiva con el desplazamiento del párpado. Pérdida del reflejo corneal y disminución del menisco lagrimal. Aumentó de la frecuencia del parpadeo y oclusión con fuerza de los párpados. Enrojecimiento del borde libre de los párpados. Espuma blanca sobre los bordes palpebrales y en el ángulo externo. Inmovilidad o lentitud en el desplazamiento de las corrientes lagrimales y con disminución del volumen Las lágrimas se ven sucias con depósitos. Cuando hay lagrimeo o epífora se deben enfocar detenidamente los puntos lagrimales, sobre todo el inferior, cuyos diámetros deben ser de 1 a 2 mm aproximadamente, se pueden observar: una ausencia de los mismos por agenesia, estenosis más o menos marcada o un cerramiento por procesos inflamatorios o traumáticos. 95 No olvidar que con la vejez hay una hiposecreción lagrimal y como mecanismo de compensación el punto lagrimal se estenosa parcialmente para mantener el ojo húmedo y evitar la desecación. De tal manera que si se observa este tipo de punto en un anciano y no hay epífora, no hay que dilatar el punto porque se puede inducir un ojo seco. Observar, bajo la lámpara, la posición de los puntos lagrimales en el momento del parpadeo, pues la mala posición de los mismos puede ser otra causa de lagrimeo. Los puntos lagrimales normales deben estar ligeramente invertidos, en contacto con la conjuntiva del lago, la eversión de los mismos, y más concretamente del punto inferior, puede ser causa de lagrimeo por rebosamiento. Algunas veces se pasa por alto este detalle y si no se procede a su reubicación, no cesa el lagrimeo. En el capítulo de la terapéutica se dan las indicaciones y detalles de los procedimientos a seguir. En la parálisis facial es frecuente este tipo de fenómeno y al quedar evertido el punto inferior, la lágrima llena el fondo de saco, se derrama por no encontrarse el punto en su lugar; por gravedad la lágrima cae al exterior, sin que los mecanismos de capilaridad y parpadeo puedan impedirlo. Lo mismo puede ocurrir con cicatrices viciosas del canto interno, con el exoftalmos y en algunos tumores palpebrales. Una papila del punto lagrimal hinchada y roja suele indicar una canaliculitis. Se debe comprimir el trayecto de los canalículos, llevando una presión suave de dentro a fuera, pues algunas veces pueden aparecer dacriolitos o pequeños cuerpos extraños. El examen de los ríos lagrimales y de su desplazamiento permiten una estimación aproximada del volumen del film lagrimal, una altura menor de un milímetro del río lagrimal inferior es anormal. 96 Fig.- 3-5.- Río lagrimal normal y escaso El flujo lagrimal, o río lagrimal, está formado por las lágrimas al desplazarse entre los párpados y el polo anterior del ojo. (Fig.- 3-5) La continua producción y eliminación de las lágrimas crea una corriente que va desde la región temporal a la región nasal. El parpadeo empuja la película lagrimal hacia los puntos de drenaje haciendo que por cada parpadeo sea expulsada una determinada cantidad y sustituida por otra cantidad de lágrima nueva. El flujo lagrimal se puede observar, a la lámpara de hendidura, visualizando los acúmulos lagrimales que se localizan en los bordes palpebrales, superior e inferior, y que por la tensión superficial se mantienen adheridos al ángulo formado por el borde de los párpados y la conjuntiva bulbar. Estos acúmulos lagrimales se desplazan hasta el cantó interno formando los “ríos” o “corrientes lagrimales” estableciendo un flujo continuo. Con fluoresceína se facilita la visualización de estas corrientes. Puede haber cuatro alternativas: primero, la presencia de las corrientes, sin epífora, que indica normalidad en la secreción y en el drenaje; segundo, un aumento en el espesor de los ríos lagrimales, con poca epífora, indicando una hipersecreción lagrimal; tercero, un aumento del volumen de las corrientes, habiéndose comprobado una obstrucción, total o parcial, en el sistema de drenaje y cuarto, una 97 disminución o ausencia de las corrientes lagrimales, indicando una hiposecreción o una falta total de lágrimas. PRUEBAS PARA DETERMINAR LA SECRECIÓN LAGRIMAL. Existen muchas pruebas para determinar la secreción lagrimal, unas buscan cuantificar la cantidad de lágrimas o producción acuosa, unas determinan sólo la secreción basal y otras determinan la secreción refleja; otras la secreción basal más la secreción refleja; hay pruebas cualitativas, selectivas, buscando la secreción mucosa; otras buscan determinar la producción proteica; algunas determinan el tiempo de ruptura de la película lagrimal y por último hay pruebas cualitativas de la secreción lipídica. Para una mejor exposición se agruparán de la siguiente manera: Pruebas cuantitativas, con papel absorbente: Test de Schirmer I. Prueba de secreción basal o test de Jones. Test de Schirmer II. Test de Schirmer III. Pruebas de dilución: De Nover y Jaeger. De dilución de Norn. De citodilución de Ehlers. Pruebas indirectas: Prueba de citotinción con rosa de Bengala. Pruebas cualitativas: Secreción mucosa Coloración vital específica al azul Alcian. Reacción al PAS. 98 Biopsia conjuntival. Cristalización de las lágrimas. Citología conjuntival (por impregnación de papel de filtro). Secreción proteica: Valoración de la lisozima. Estabilidad de la película lagrimal (ruptura del film tisc/but). Secreción Lipídica: Coloración al rojo Sudán. Estudio por biomicroscopía de interferencia. Pruebas cuantitativas. Estas pruebas utilizan un papel absorbente para poder captar la cantidad de lágrima producida, buscan medir la secreción lagrimal en una unidad de tiempo; unas pruebas intentan medir la secreción basal únicamente y otras buscan medir la secreción total, es decir la secreción basal más la secreción refleja. Fig. 3-6.- Test de Schirmer. Colocación de una Se emplean tiras de patira de papel Whatman 41 en la unión del pel preparadas para tal fin tercio externo con el tercio medio del borde o en su defecto se puede palpebral inferior. usar papel de filtro What- man No 41. Estas tiras deben tener 5 mm de ancho por 35 mm de largo. (Fig. 3-6). 99 El tiempo de duración de la prueba es de 5 minutos. La tira se dobla en un extremo, unos 5 mm., para facilitar la introducción en el fondo de saco inferior a nivel de la unión del tercio externo con el tercio medio del párpado inferior. Después de los 5 minutos se saca la tira de papel midiendo toda la parte mojada, no se debe medir la parte doblada, que estaba dentro del fornix. Antes de empezar la prueba se debe explicar al paciente en qué consiste el examen, los objetivos que se buscan y la conducta que debe observar durante la misma. Hay autores que practican las pruebas tratando de que el paciente parpadee el menor número de veces posible, otros la hacen con los ojos cerrados y otros parpadeando normalmente. Nosotros preferimos la última pues parece que no hay grandes diferencias entre ellas y al ser más cómoda facilita el examen. Se le debe indicar, que no mueva el ojo lateralmente para evi- tar que la córnea toque el papel y se desencadene un reflejo lagrimal mayor; la iluminación de la habitación no debe ser intensa ni debe haber corriente de aire. Schirmer I. Busca la secreción lagrimal total, basal y refleja. No se emplea anestesia y se procede de la forma antes descrita. Si la cantidad de papel humedecida, durante los 5 minutos, es de 15 mm o más se considera que no hay disminución de la secreción; pero si es de menos de 15 mm se considera sospechosa y si es de 5 mm o menos es francamente patológico. 100 Cuando el papel se moja más de 30 mm se puede sospechar de una hipersecreción, aunque hay autores que comprobaron, como Jones, que una secreción normal puede llegar hasta 91.5 mm, aunque se considera una cifra media normal 33 mm (Shapiro). Se ha comprobado que individuos que mojan aproximadamente 15 mm excepcionalmente se quejan de molestias de sequedad; los que mojan entre 5 y 10 mm, unos se quejan y otros no y se quejan casi todos los que mojan 5 mm o menos. No olvidar que esta prueba es parte de una examen que debe complementarse con la clínica, la sintomatología, los signos objetivos, pues no todas las hiposecreciones, cuando no producen alteraciones, hay que tratarlas. Prueba de secreción basal o test de Jones. Esta prueba trata de buscar la secreción basal pura, para ello se instilan una o dos gotas de un colirio anestésico, en ambos ojos, y se espera uno o dos minutos para que la hiperemia reactiva y la secreción refleja desaparezcan. Se seca el fornix y se introduce la tira de papel. El tiempo de duración es el mismo y las condiciones ambientales también iguales. Se considera que el promedio de humedecimiento normal está entre 8 y 15 mm, dependiendo de la edad, pues el sexo no interfiere. Singh y col. (1973), encontraron las siguientes cifras de secreción basal normal, dependiendo de la edad. (Fig. 3-7) El medir solamente la secreción basal tiene gran importancia para verificar el estado de las glándulas de Krause, Wolfring y Ciaccio y su contribución a la secreción lagrimal total. Pero desde el punto de vista práctico es más significativa la secreción total, del Schirmer I, 101 Edad 0 – 9 10-19 20-29 30-39 40-49 50-59 > 60 m.m. 15 11 11 8,5 7,5 7,0 7,0 Fig. 3-7.- Secreción basal según la edad, lo mismo que la secreción total disminuye con la edad Sigh y col. pues la persona en su vida normal no anda con los ojos anestesiados y sin ningún estímulo reflejo externo ni interno pues está continuamente sometido a los estímulos ambientales. El tener los ojos abiertos o cerrados durante la prueba no mo- difica el resultado. Schirmer II. Esta prueba busca determinar la secreción refleja a través de la vía aferente del reflejo nasolagrimal. Es una prueba relativamente molesta y engorrosa por lo que prácticamente no se usa. Se procede anestesiando localmente la conjuntiva y se colocan las tiras de papel de filtro lo mismo que en el Schirmer I. Se introduce en la fosa nasal, del lado del ojo a explorar, un pincel o una torunda de algodón esponjado y se hacen movimientos de rotación. Inmediatamente después comienza un lagrimeo bilateral, pero más pronunciado por el lado que se estimula la mucosa nasal. Si se producen estornudas se le hace respirar profundamente por la boca. El procedimiento dura 2 102 minutos. El resultado es similar al Schirmer I: 15 mm o más es normal, de 15 a 5 mm, sospechoso y 5 mm o menos posiblemente patológico si se reconfirma con la clínica y con las otras pruebas adicionales. Schirmer III. Es similar al Schirmer II pero usando como estímulo la vía óptica. Se procede como en las pruebas anteriores y se hace mirar al enfermo al sol o a una luz potente, deslumbrante. Los resultados son parecidos a las pruebas anteriores. No es un procedimiento cómodo y es poco usado. Casado González introduce una variante al test de Schirmer que consiste en teñir el papel con fluoresceína y lo deja secar. Comienza a teñir a 2-3 milímetros del doblez del papel, que queda fuera del ojo. Al fluir la lágrima va desplazando la fluoresceína hacia abajo, dejando el papel limpio. Tiene la ventaja de que se visualiza mejor la zona humedecida y que la tira de papel se puede anexar a la historia, viéndose gráficamente la evolución del volumen de lágrima secretada, en el tiempo. Pruebas de dilución. Prueba de Nover y Jaeger. Para efectuar esta prueba es necesario tener unos patrones cromáticos previamente preparados que sirvan de patrón referencial. Para prepararlos se toman 10 tiras de papel Whatman 41 del mismas dimensiones anteriores (5 mm. de ancho por 30 mm. de largo), se impregnan, cada una, con una solución de fluoresceína de concentración decreciente y para ello se prepara una solución de suero fisiológico 103 y fluoresceína sódica al 2% para formar soluciones al 2%, al 1%, al 0,75%, al 0,50%, al 0,30%, al 0,10% , al 0,075%, al 0,05%, al 0,03%, al 0,01%, al 0,0075% y al 0,005 % . Con cada una de estas diluciones se tiñe cada una de las tiras de papel, se dejan secar, y se colocan ordenadamente según la intensidad del color para servir de patrón de control. Con el paciente en decúbito supino, se pone una gota de fluoresceína al 2% en cada ojo. Se debe disponer de un gotero que contenga un centímetro cúbico y que dispense 30 gotas por cada cc para que la prueba sea repetible y uniforme. El paciente debe permanecer un minuto acostado y otro minuto sentado. Al cabo de los dos minutos se pone una tira de papel, sin teñir, en el lago lagrimal hasta que absorba el contenido del lago lagrimal. Esta tira se deja secar y se compara con los papeles patrón previamente coloreados. Los resultados de normalidad son: En individuos menores de 40 años debe haber una dilución equivalente al 0,1 0,3%, y en mayores de 40 años entre el 1 y 2%. Si hay una hiposecreción los valores aumentarán pues al haber menos líquido la concentración de fluoresceína será mayor. Prueba de dilución de Norn. Esta prueba utiliza como colorante una mezcla, a partes igua- les de fluoresceína al 1 % y rosa de Bengala al 1 %. Se puede tener preparado en el consultorio y la mezcla se efectúa como sigue: Fluoresceína sódica 50 mg. Rosa de Bengala 50 mg. CINa 45 mg. Agua destilada c.s.p. 104 5 c.c. Se instila una gota en cada ojo, con el mismo gotero que se empleó en la prueba anterior. Al comienzo la superficie ocular se tiñe de un rojo intenso, que se va aclarando paulatinamente. A los 5 minutos, y en individuos normales, se debe encontrar una coloración amarilla o naranja pálido por haberse diluido fundamentalmente el rosa de Bengala. En los casos de hiposecreción la coloración roja continuará por mayor tiempo, viéndose depositados los pigmentos en las zonas conjuntivo-corneales degeneradas y secas. Prueba fluorométrica de Mishima, Jordan y Baum. Es un método poco usado en la clínica corriente pues necesita un laboratorio específico. Métodos radio-isotópicos. Procedimientos que usan compuestos radiactivos colocados directamente en la cuenca ocular o por vía intravenosa que determinan, por cintilografía, la calidad y la función de la vía lagrimal. Prueba de citodilución de Ehlers. También es un procedimiento poco usado pues requiere de un laboratorio especializado en la cuenta de células epiteliales. Se basa en el hecho de que al día se descarnan dos millones de células epiteliales; esto equivale a 1.390 células por minuto. A menor secreción mayor concentración y a mayor secreción menor concentración. El resultado se obtendría haciendo el recuento de las células epiteliales encontradas en el río lagrimal, en un minuto. 105 Pruebas indirectas. Prueba de citotinción con rosa de Bengala. El rosa de Bengala es una anilina que tiñe selectivamente el núcleo de las células degeneradas o muertas, las células que tienden a la queratinización, así como puntos de erosión corneal y conjuntival. Se puede afirmar que este test tiene un valor discriminatorio más grande y específico que el test de Schirmer. Otra ventaja es que en los casos de queratoconjuntivitis seca muestra la insuficiencia lagrimal sobre la córnea y conjuntiva. Si no hay tinción, la lágrima es normal en cantidad y calidad. Cuando hay tinción la prueba es positiva, pero hay que tener muy en cuenta que puede ser positiva en las conjuntivitis infecciosas, alérgicas y formas irritativas de conjuntivitis crónicas no secas. El porcentaje de error es del 10%. El resto de la historia clínica y las pruebas de secreción determinarán las diferencias. Se procede de la siguiente manera: se instila previamente una gota de anestésico y al cabo de medio minuto se coloca otra gota, en cada ojo, de rosa de Bengala al 1%, o se introduce una tira coloreada preparada ex profeso, se deja que el paciente parpadee normalmente durante medio minuto, luego se lava con solución fisiológica y se observa a la lámpara de hendidura. Cuando hay ojo seco se manifiesta así: Pruebas positivas: Tipo A o grado 1: (Fig. 3-8). Indica el mayor grado de hiposecreción. Se manifiesta por dos anchos triángulos rojos pericorneales, cuya base es el limbo y los vértices son los ángulos interno y externo respectivamente. Al mismo tiempo se impregna el reborde palpebral inferior y la parte inferior de la córnea. 106 Fig. 3-8.- Test de rosa de Bengala: Tipo A o grado I.indica un mayor grado de hiposecreción; tinción de ambas conjuntivas, nasales y temporales y tincíón de la parte inferior de la córnea. Tipo B o grado 2: (Fig. 3-9). Indica una sequedad ocular intermedia. La coloración está reducida a una banda coloreada estrecha que se extiende desde la carúncula hasta ángulo externo, impregnando la parte inferior de la córnea. Fig. 3-9.- Test de rosa de Bengala: Tipo B o grado II: indica un grado intermedio de sequedad ocular; tinción de una banda rosada de la conjuntiva y de la parte inferior de la córnea que va de la carúncula hasta el ángulo lateral, se circunscribe al reborde palpebral inferior. Fig. 3-10.- Test de rosa de Bengala: Tipo C o grado III, indica una hiposecreción moderada; tinción microscópica y puntiforme, no homogénea y ocupando la hendidura palpebral a nivel del borde inferior del párpado. Tipo C o grado 3: (Fig. 3-10). Indica que hay una hiposecreción pero no tan grave como los grados 1 y 2. Aparece una coloración miscroscópica, puntiforme, no homogénea, donde sólo se ven puntos diseminadas que ocupan la hendidura palpebral inferior incluyendo córnea y conjuntiva. 107 Una causa de error puede ser la aparición de una zona coloreada roja en el lugar donde previamente se insertó el papel de filtro para realizar un Schirmer; por lo tanto es conveniente distanciar, al menos 30 minutos, entre el test de Schirmer y la prueba del rosa de Bengala, para evitar resultados falsos positivos. La prueba será negativa cuando no se colorea ninguna parte del epitelio conjuntivo-corneal. Pruebas cualitativas De secreción mucosa: Coloración vital específica al azul Alcián. El azul Alcián tiñe de azul específicamente los mucopolisacáridos ácidos. La prueba se efectúa así: se instila una gota en el fondo de saco inferior de una mezcla de tetrazoilo y de azul Alcián, a partes iguales. En ojos normales se observa en el fondo de saco inferior un filamento de moco netamente colorado de azul. Si hay hiposecreción el filamento es escaso y fragmentado y aparece con un color celeste pálido. Si aparece una coloración roja, por el tetrazoilo, indica una probable infección Tinción vital con PAS. Esta prueba indica la presencia o ausencia de mucina en la lágrima. Para efectuar la prueba se coloca una tira de algodón de 1 cm de largo y 3 mm de ancho en el fondo de saco inferior y se deja durante 5 minutos. Al cabo de este tiempo el algodón se pone en contacto con 108 el PAS (periodato ácido de Schiff). Si el algodón no tiene mucina, al cabo de un minuto, se verá una coloración púrpura oscura. Si contiene mucopolisacáridos, el algodón se va tiñendo de rosa. La coloración será más intensa cuanto mayor sea la concentración mucínica que tenga la lágrima. Biopsia conjuntival. La biopsia conjuntival es un medio que permite contar el número de mucocitos, verificar si hay inflamación conjuntival por la presencia de infiltrados linfocitarios o leucocitarios y/o esclerosis del corion. La técnica es como sigue: 1. Anestesia local por medio de un colirio tópico. 2.- Resección de un porción de conjuntiva de 4 x 4 mm. La elección del lugar es sumamente importante pues la distribución de los mucocitos no es igual en toda la superficie conjuntival. El lugar donde hay mayor concentración es a nivel de la conjuntiva bulbar nasal. 3.- Una vez obtenida la muestra, bien extendida, se adosa por la superficie sangrante a un papel con poca fibra libre (son buenos los cartones de las suturas oftálmicas). 4.-Se fija en alcohol de 95 . 5.-Se colorea con hematoxilina y con PAS o con azul Alcián. 6.-El número de mucocitos se expresa por la relación que existe por cada 100 células epiteliales. El número normal de mucocitos es del 10 a 15 %. Por debajo de esta cifra se considera patológico. 109 Por lo tanto esta prueba permite contar el número de mucocitos, (Fig. 3-11) verificar si hay evidencia de una reacción inflamatoria, que puede manifestarse como un infiltrado linfohistiocitario o leucocitario Fig. 3-11. Biopsia conjuntival normal y una o no esclerosis del corion. con numerosos mucositos Evaluar la integridad de la mucosa, aunque no hay una relación muy estrecha entre el número de mucocitos y la severidad de la sequedad ocular. De todas formas en todas las patologías donde hay una sequedad ocular hay una disminución del número de mucocitos y evalúa la integridad de la mucosa conjuntival Fig. 3-12.- Biopsia conjuntival con queratinización y ausencia de mucocitos (Figs.3-12). La biopsia conjuntival es bastante específica, es una técnica sencilla y la obtención de muestras se puede hacer repetidamente, si es necesario y sin gran daño a la mucosa conjuntival. Fig. 3-13.- Citología conjuntival por impregnación, aspecto normal de las células y presencia de mucocitos. 110 Citología conjuntival por impregnación. Es un método diagnóstico que puede sustituir a la biopsia conjuntival con los mismos resultados. Tiene las ventajas siguientes: Rapidez, inocuidad, no lesiona la conjuntiva, tiene bajo costo, posibilidad de repetirlo cuantas veces sea necesario, indolora, conserva la estructura del tejido observado, permite el estudio morfológico y celular, se pueden contar las células mucosas y permite hacer el estudio de las reacciones inmunológicas como de inmunofluorescencia o inmunoezimología. El método a seguir es el siguiente: 1.- El material para obtener la muestra es cualquier membrana de acetato de celulosa; ya existe un papel de filtro (Millipore GSWP) en el mercado. Viene en discos de 13 mm de diámetro que se deben cortar por la mitad. Una parte del filtro tiene textura rugosa y otra lisa. 2.- El paciente mira hacia abajo, se eleva el párpado superior y se aplica sobre la conjuntiva bulbar, a la hora 12, la superficie rugosa del papel con la parte recta hacia arriba, entre el limbo y el borde del párpado elevado . 3.- El papel se adhiere a la conjuntiva cuando se empapa de lágrimas. Se deja por unos 2 ó 3 minutos y se retira con una pinza. En la parte anterior del papel, en la parte lisa, se adhiere el moco y en la parte posterior o rugosa (en contacto con la conjuntiva) se adhieren las células conjuntivales. 4.- Debe hacerse sin anestesia local pues el colirio puede producir cierto desgrasamiento. En los individuos aprensivos se puede instilar una gota de un colirio anestésico. 111 5.- Se retira el papel con una pinza y si se va a estudiar solamente la citología conjuntival se fija con una solución de formol al 10 %; si se va a hacer un estudio con microscopio electrónica el fijador debe ser un glutaldehído al 3% en un medio tarnpón de cacodilato. Para estudios inmunológicos el fijador debe ser una solución de formol al 4% durante un tiempo de 10 minutos.(Fig. 3-14). Fig. 3-14.- Citología conjuntival por impregnación con papel Millipore CSWP, colocación y retiro del mismo después de 2 ó 3 minutos. 6.- Se colorea con hematoxilina. Este colorante impregna la cromatina nuclear, pero no las células mucosas. El colorante que tiñe simultáneamente la cromatina nuclear y las células mucosas es el violeta de Cresyl. 112 7.- Después se sumerge el filtro en xilol y se pone entre la lámina y la laminilla. Este método permite un estudio citológico conjuntival y específicamente el estudio de los núcleos celulares y de la cromatina. Al mismo tiempo permite contar el número de mucocitos por mm2. El número de mucocitos en individuos normales, por campo, es de 10 a 25 por mm.2 (Fig. 3-15), un número menor es característica de ojo seco. Nelson y Wright estiman que la especificidad de este método alcanza un 87% en la queratoconjuntivitis seca. En todos los síndromes de sequedad ocular hay una modificación patológica epitelial evidenciable por este método, además evidencia la patología epitelial en aquellos casos donde los test clínicos son normales o ligeramente anormales. La duda diagnostica se aclara por este método. El patólogo, por medio de la biopsia conjuntival y por la citología conjuntival, tiene en la mano Fig. 3-15.- Citología conjuntival por impregnación, con anomalías morfológicas de los mucocitos. la posibilidad de hacer diagnósticos diferenciales no sólo por el número de mucocitos sino también por las alteraciones específicas de los mucocitos y de las células epiteliales. El cambio de forma, tamaño, coloración, estructuración, queratinización, anisocitosis, condensación del núcleo, vacuolización del citoplasma y muchas otras características que se presentan específicamente en cada afección. La práctica sistemática de este procedimiento permite constatar que en la sequedad severa siempre hay modificaciones patológicas del epitelio y que con sequedad leve o mediana, donde hay pocos signos 113 clínicos, la prueba de impregnación pone de manifiesto algún tipo de alteración epitelial. Cristalización de las lágrimas. Tabara y Okumoto aplicaron el test de Papanicolaou para observar la cristalización del moco lagrimal. Gran parte del moco se encuentra en la capa acuosa y cuando se deseca, cristaliza en forma de rama de helecho, formando una arborización muy organizada, cuando la lágrima es normal; a medida que el ojo es más seco la estructura arboriforme se va rompiendo hasta que en ojos secos severos hay desintegración total,. La técnica consiste en tomar, con una micropipeta o con un tubo microcapilar, la secreción lagrimal del fondo de saco conjuntival inferior y depositarla en una laminilla limpia, seca y desgrasada. Se deja a la temperatura ambiente durante 5 a 10 minutos y se observa al microscopio a mediano aumento. Se deben tener las siguientes precauciones para no alterar el resultado: No remover la lágrima. No utilizar ni la primera ni la última gota. Se debe observar la cristalización entre el centro y la periferia de la gota para evitar el efecto de hiperosmolaridad de la región central que se deshidrata de último. Los resultados son: Tipo I. Normal (Fig. 3-16). Se observa en el campo una ramificación tupida con unas vetas centrales fuertes y las ramas entrando perpendicularmente (asemeja a las hojas de los helechos). 114 Tipo II.- También indica normalidad. (Fig. 3-17). Es similar al tipo I, siendo las ramas más cortas, menos ramificadas y con un mayor espacio vacío. Tipo III (Fig. 3-18). Sequedad leve o moderada, todavía se reconocen algunas arborizaciones pero las ramas son muy pequeñas e incompletamente formadas. Aparecen cristales romboidales y los espacios de separación son muy grandes. Fig. 3-16.- Cristalización de las lágrimas tipo I, indica normalidad y se observa la arborización abundante y definida. Fig. 3-17- Cristalización de las lágrimas tipo II, también indica normalidad, la arborización es menos abundante y definida. Indica normalidad y se observa la arborización abundante y definida. Fig. 3-18.- Cristalización de las lágrimas tipo III, indica sequedad moderada, no se ve la arborización y aparecen cristales y detritus. 115 Tipo IV. (Fig. 3-19). En la sequedad grave ya no se ven arborizaciones, se observa una cristalización homogénea, la presencia de detritus y estructuras amorfas. Fig. 3-19.- Cristalización de las lágrimas tipo IV, indica gran sequedad con desaparición completa de las formas de cristalización y sólo se ven acúmulos diseminados. Rolando ha encontrado un 82,7 % del tipo I y II en individuos normales y un 91,7% del tipo III y IV en queratoconjuntivitis sicca y en otras enfermedades que producen ojo seco. La saliva (Fig. 3-20) y el humor acuoso (Fig. 3-21), cuando son normales, cristalizan de una forma muy parecida a las lágrimas. Se encuentra un patrón similar en cada uno de estas secreciones cuando hay patología. Fig. 3-21.- Cristalización del humor acuoso normal. Es bastante semejante a la cristalización de las lágrimas. Fig. 3-20.- Cristalización de la saliva normal. Es semejante a la cristalización de las lágrimas. 116 De secreción proteica Valorización de la lisozima Existe una correlación bastante estrecha entre el grado de lisozima lagrimal y el ojo seco, pues a mayor normalidad mayor concentración de lisozima. Lo mismo que hay una disminución de secreción con la edad hay también una disminución de la concentración de lisozima a medida que se va envejeciendo. Liotet y col. determinaron, en individuos normales, la disminución de poder de lisis de la lisozima dependiendo del grupo etario. La concentración de la lisozima está en función del diámetro de lisis, medida en milímetros.(Fig. 3-22.) Años <25 35 45 55 65 75 mm. 26,4 25,5 25,0 24,0 23,8 24,2 Fig. 3-22.- Concentración de lisozima en sujetos normales según la edad (loitet y col.) Basados en el poder de lisis que tiene la lisozima hay un método para determinar el grado de gravedad de la queratitis seca. Tabara y col. establecieron el grado de gravedad de la queratitis seca, comparando la biopsia de la mucosa bucal y la cantidad de lisozima bucal. Comprobado que la relación es semejante entre la lisis de la lisozima y la histología de la mucosa conjuntival. 117 Los diferentes grados de gravedad son: Grado I: Poca o moderada sequedad, la lisozima está ausente en el 11 % de los casos. Grado II: Mediana sequedad, la lisozima está ausente en un 25 % de los casos. Grado III: Marcada sequedad, la lisozima está ausente en un 50 % de los casos. Grado IV: Sequedad grave, la lisozima está ausente en un 91% de los casos. Test de Van Bijsterveld. Busca la dosificación de la lisozima; aunque no es totalmente específica, pues evalúa la actividad antibacteriana total de las lágrimas, incluyendo la lactotransferrina y la transferrina, pero como la lisozima representa los dos tercios de la actividad total, prácticarnente se puede decir que es un test para evaluar la lisozima. El nivel medio normal de lisozima es de 1.425 g/ml (Liotet y col.) El método consiste en colocar una determinada cantidad de lágrimas en un cultivo de micrococus lysodeikticus y determinar el halo de lisis que provoca. La toma de la muestra se hace con un papel de filtro de 6 mm de diámetro, colocado en el fondo de saco inferior, no debe anestesiarse previamente, y debe comprobarse que el papel está completamente empapado antes de retirarlo. Se seca el exceso de humedad poniendo la muestra en contacto con un papel Whatman Nº 3. Si no se hace la siembra inmediatamente, se guarda la muestra en un frasquito, tapado herméticamente y conservado en nevera a 4ºC. El medio donde se debe sembrar es una placa de Petri de 9 cm de diámetro, sembrada de un cultivo de Micrococcus Lysodeikticus, de 24 horas, a razón de 50 millones por cc. Se colocan cuatro muestras y se incuba durante 24 horas a 37 ºC. Se consideran cifras normales 118 21,5 mm de diámetro o más de lisis; por debajo de esta cifra es índice de patología: A menor diámetro de lisis mayor gravedad de la enfermedad (ver fig. 2-20). Generalmente hay un aumento de lisozima en la fase inicial de la enfermedad e inmediatamente después desciende. Se ha comprobado que altos índices de polución en las ciudades hacen descender la concentración de lisozima, hecho que contribuye a una más fácil infección ocular. De secreción lipídica: Coloración al rojo de Sudán: No es un estudio específico y es poco usado, solamente permite ver los límites del film lagrimal y si hay alteraciones puntiformes en la capa lipídica La técnica consiste en colocar una pequeña cantidad de Sudán IV, en polvo, sobre la película lagrimal. El Sudán es liposoluble y tiñe las superficies donde hay una deficiencia o ausencia de la capa lipídica y colorea la boca de salida de las glándulas de Meibomio. Estudio por biomicroscopía de interferencia. Tampoco tiene una aplicación clínica práctica y es un método que se emplea para investigación. Alteraciones de la superficie corneo-conjuntival. La renovación de la células epiteliales corneales es de suma importancia para la salud de todo el tejido corneal. Hanna hace una 119 tinción con tiamidina triada de los núcleos de las células basales de la córnea y determinó que aproximadamente se renueva todo el epitelio una vez cada semana. En la queratoconjuntivitis sicca, la osmolaridad de la lágrima está aumentada con alteración del epitelio y un aumento en la velocidad de descamación. Manifestación clínica que se evidencia en las queratitis y erosiones epiteliales. Espesor corneal. Tanto la integridad del epitelio corneal como la osmolaridad de la córnea juegan un papel importante en el espesor y en la integridad de su parénquima. Cuando la lágrima es hipertónica, tiende a disminuir el espesor corneal y cuando es hipotónica, tiende a engrosarla por hidratación. Cuando se padece una queratoconjuntivitis seca la lágrima se convierte en hiperosmótica, dando como resultado la disminución de la hidratación corneal y su espesor. Pero la elevación de la osmolaridad puede provocar alteraciones del epitelio y, si la barrera está rota, se producirá un aumento del contenido líquido con el consiguiente aumento del espesor de la córnea. Parece ser que el factor más importante es la concentración de lisozima, cuando ésta disminuye el espesor lo hace también. También hay una correlación estadística y el valor del test de Schirmer, a menor impregnación menor el espesor corneal. Van Bijsterveld concluyó que es más importante el daño epi- telial que la hiperosmolaridad lagrimal y cuando se unen ambas el grado de hidratación es mucho más acentuado. 120 Biopsia de la mucosa bucal El paciente que padece el síndrome de Sjögren tiene una infiltración linfocitaria de las glándulas exocrinas y un modo sencillo de demostrarlo es haciendo una biopsia de la mucosa bucal. El procedimiento es: 1.- Evertir el labio inferior e infiltrar un anestésico submucoso. 2.- En la parte central y a un centímetro por debajo del borde del labio se secciona una porción de 8 a 10 mm cuadrados, asegurándose que están incluidas las glándulas salivales. 3.- No es imprescindible cerrar con un punto, pues la epitelización es rápida y no produce mayores molestias. 4.- La pieza se introduce en una solución de formol al 10%. Según Chisholm se clasifican según su positividad: Grado 0: sin ninguna infiltración, dentro de límites normales. Grado 1: ligera infiltración, puede estar dentro de límites normales. Grado 2: infiltración moderada, sospecha de síndrome de Sjögren. Grado 3: infiltración de 50 a más células mononucleares, indican enfermedad. Grado 4: dos o más focos de infiltración, confirma la enfermedad Histológicamente primeramente en los infiltrados se observan linfocitos T alrededor de los ductos y posteriormente aparecen linfocitos B y plasmocitos en la periferia. Se observa también destrucción de 121 los conductos excretores, atrofia de los accinis con destrucción del parénquima. Puede recurrirse a la gammagrafia y a la sialografía radiológica para determinar la calidad y composición de la saliva y el estado de la glándula parótida, dado que pueden ser elementos diagnósticos importantes para el diagnóstico del síndrome de Sjögren avanzado y grave. 122 CAPITULO IV Clasificación y patología general del sistema lagrimal con hipersecreción lagrimal con hiposecreción lagrimal congénitas adquiridas CAPITULO IV CLASIFICACIÓN Y PATOLOGÍA GENERAL DEL SISTEMA LAGRIMAL El hacer un resumen sucinto de la gran cantidad y variedad de problemas que producen alteraciones de la producción y de la eliminación de las lágrimas es para poner en guardia al oftalmólogo para que no se circunscriba sólo al globo ocular y a sus anexos, sino que tiene que pensar en una gran cantidad de enfermedades sistémicas que pueden producir una hipersecreción, una hiposecreción o una alacrimia. La clasificación que se expone es una mezcla de las clasificaciones hechas por Murube, Farris y Spinelli, para así poner en guardia al oftalmólogo para que investigue sus posibles causas. Primero hay que diferenciar lagrimeo y epífora. El lagrimeo es una hipersecreción lagrimal sin que haya obstrucción de la vía excretora. La epífora es el rebosamiento de las lágrimas por obstrucción de la vía lagrimal excretora pudiendo ser la producción de lágrimas normal. En muchas literaturas se emplea indistintamente el término lagrimeo cuando se presenta un rebosamiento lagrimal sin diferenciar si es por hipersecreción o por la obstrucción en el drenaje. La hipersecreción lagrimal puede estar producida por un aumento de la capa acuosa o estar alteradas los sistemas secretores básicos, comprendiendo la secreción mucínica, la secreción acuosa (incluyendo la secreción de las glándulas de Kraus y Wolfring), y la secreción oleosa (incluyendo las glándulas de Zeis, Moll y las de Meibomio), o por vía refleja (principalmente producida por la glándula lagrimal principal y las accesorias). 125 Clasificación Con hipersecreción lagrimal Causa generales: Primarias, debido a alteraciones de la glándula principal. Central o psíquica: Estados emocionales Dolor Lagrimación voluntaria Lesiones corticomeníngeas Histeria Irritativas reflejas: Exposición a agentes externos: aire, frío, calor, luz. Infección o inflamación de párpados, conjuntiva, Glaucoma Uveítis Conjuntivitis Cuerpos extraños Irritaciones químicas, medicamentosas, gases o polvo córnea, senos, dientes y oídos. En los vómitos violentos o en los accesos de risa. Por alteración de la función palpebral: Entropion, ectropion, triquiasis, tracoma Alteraciones de los bordes palpebrales: Lagoftalmos nocturno Parálisis facial Retracción palpebral en el Basedow 126 Lentes de contacto Queratinización de los bordes palpebrales Simblefaron Exoftalmos Neurogénicas: Lágrimas de cocodrilo (reflejo gustolagrimal), producidas por causas congénitas, asociada con parálisis ipsilateral del recto externo, adquiridas, como primer síntoma de una parálisis facial o una secuela de la afección de las fibras parasimpáticas del ganglio ótico, a nivel del nervio petroso superficial o como consecuencia de la sección del ganglio petroso superficial. Por estimulación cortical, del tálamo, hipotálamo, ganglio simpático cervical, del núcleo lagrimal, incluyendo la parálisis pseudobulbar del Parkinson, demencias seniles, arteritis de células gigantes, tumores hipotalámicos, encefalitis y meningitis En el síndrome de Horner En el síndrome de Morquio-Brailsford Se puede presentar en el reflejo ótico con agua fría o caliente Miastenia gravis Tabes Ametropías marcadas Forias y tropias Astenopía 127 Por alteración del sistema de drenaje: Imperforación de los puntos lagrimales Atresia o ausencia de los canalículos Obstrucción del conducto lacrimonasal Fístulas del saco lagrimal o del conducto lacrimonasal Eversión de los puntos lagrimales y alargamiento de los canalículos Dacriocistitis Lesiones traumáticas del sistema lagrimal excretor Obstrucción canalicular por hongos, actinomices, papilomas o dacriolitos Uso prolongado de epinefrina Tumores como pólipos, hipertrofia papilar, neurofibromas Funcionamiento inadecuado de la bomba lagrimal Alteraciones de la superficie conjuntivo corneal Uso prolongado de algunos colirios Erosiones epiteliales Queratitis puntata Distrofias corneales Flicténulas Pterigion Pinguecula Inflamaciones postoperatorias Pseudo epifora, como por ejemplo de secuela de filtración de humor acuoso en una ampolla filtrante defectuosa. 128 Con hiposecreción lagrimal Congénitas: Síndrome de Riley-Day. Displasia anhidrótica ectodérrnica. Neuropatía sensorial congénita familiar con anhidrosis. Neoplasia endocrina múltiple. Síndrome de Holmes-Adie. Alacrimia congénita. Neuroparálisis congénita. Aplasia o hipoplasia de la glándula lagrimal. Neuroparalítica. Adquiridas, asociadas a enfermedades sistémicas: Fracturas de la base de cráneo, con ausencia de la lacrimación refleja y psíquica Lupus eritematoso Síndrome de Cret Síndrome de Sipple Algunos casos de diabetes Síndrome de Riley-Day Síndrome de Adie Alcoholización del ganglio de Gasser Síndrome de Barraquer y Hernández Síndrome de Mikulicz Síndrome de Sjögren Queratoconuntivitis sicca Síndrome de Steven-Johnson Anomalóa congénita de Bietti Síndrome de Lyell 129 Síndrome de Curtius Dsiplasias congénitas pontobulbares Tabes Quemaduras por ácidos, bases o ionizantes Avitaminosis: A, B2, y B 12 Alcoholismo Deshidratación Hiponutrición Depleción del potasio Atrofia senil de la glándula lagrimal. Atrofia idiopática de la glándula lagrimal. Atrofia de la glándula lagrimal asociada a enfermedades sistémicas. Por alteraciones del tejido conectivo difuso: Artritis reumatoidea. Reumatismo crónico Lupus eritematoso. Periarteritis nudosa. Esclerodermia. Por alteraciones hematopoyéticas. Linfoma. Púrpura trombocitopénica. Sarcoidosis. Macroglobulinemia. Tiroiditis de Hashimoto. Enfermedad celiaca. Enfermedad hepatociliar crónica. 130 Fibrosis pulmonar. Lesión linfoepitelial benigna. Enfermedad de rechazo. Atrofia postinflamatoria de la glándula lagrimal. Neuroparalítica. Extirpación quirúrgica de la glándula lagrimal. Inducido por drogas: Practolol. Atropina. Fenilefrina Escopolamina. Antihistamínicos. Anticolinérgicos, Antidepresivos tricíclicos. Irradiación. Traumatismos mecánicos. Dacrioadenitis viral. Por alteración de la película lagrimal: Alteración de las células caliciformes: Avitaminosis A. Destrucción conjuntival: Pénfigo cicatricial. Eritema multiforme. Tracoma. Tóxicos: químicos y físicos. Inducida por drogas: practolol sistémico. Tópicos: fosfoline yodado, sulfonamidas. 131 Por alteración de los lípidos lagrimales: Excesivo uso de lágrimas artificiales con algunos preservantes. Secreción excesiva de la glándula de Meibomio. Esta clasificación hace pensar que ante cualquier síntoma de ojo seco o hipersecreción lagrimal no se debe tener una posición simplista, pues puede ser, y de hecho es, el primer síntoma de una enfermedad sistémica y que el oftalmólogo está en la obligación de investigar la posible patología, local o general, que se manifiesta por medio de estos síntomas. 132 CAPITULO V Lágrimas y lente de contacto Estructura del film lagrimal capa prelental capa postlental menisco circunlental volumen cambios metabólicos permeabilidad a los gases lentes hidrogel, grupos I, II, III y IV tensión superficial electrolitos temperatura tisc-but parpadeo aire acondicionado uso de lágrimas artificiales ojo seco y lentes de contacto CAPITULO V LAGRIMA Y LENTES DE CONTACTO Dra. Laura Campos de Pagés Se incluye este capítulo no sólo por ser un tema actual, sino también porque es imprescindible conocer la interrelación tan estrecha que hay entre los lentes de contacto, el ojo y las lágrimas. Al realizar una adaptación de un lente de contacto hay que tener presente que se está alterando la fisiología ocular. Se trata de introducir un cuerpo extraño que va a permanecer “in situ” por varias horas. Para mantener el equilibrio de la fisiología ocular se cuenta con un aliado fundamental: la lágrima. El lente debe quedar sumergido en la película lagrimal a fin de minimizar el roce con el párpado y la córnea. Un adecuado film lagrimal garantiza una adaptación exitosa del lente de contacto al proporcionar seguridad y comodidad al paciente. Es importante entonces evaluar las alteraciones que produce la presencia del lente de contacto en el film lagrimal. ESTRUCTURA DEL FILM LAGRIMAL. Cuando se coloca un lente de contacto sobre la córnea la estructura de la película lagrimal queda alterada. El lente irrumpe en la uniformidad de la lágrima causando su división en dos capas: prelental y postlental (Fig. 5-1). 135 Fig. 5-1.- Alteraciones de la película lagrimal por la presencia del lente de contacto: 1, capa lagrimal prelental: 2, lente de contacto: 3, capa lagrimal postlental, 4 córnea y 5, menisco circulental. Capa prelental: La película lagrimal prelental es sumamente delgada. Su espesor varía entre 200 y 400 µm. (2) (3). En condiciones normales tiene las 3 capas de la lágrima aunque con algunas alteraciones. La capa mucínica está ausente inicialmente y una vez establecida es muy inestable. La capa acuosa está presente siendo de mayor espesor en los lentes de contacto blandos hidrofílicos que en los rígidos. La capa lipídica es delgada e irregular, con un patrón reticular que favorece la evaporación de la capa acuosa. La película prelental se dispersa con cada parpadeo y retrocede unos segundos después, dependiendo de la calidad de la lágrima y de la superficie del lente. En lentes nuevos suele ser más estable que en lentes con algún tiempo de uso ya que la superficie se vuelve menos hidrofílica. Capa postlental: De mayor grosor que la prelental, consta sólo de dos capas: la capa mucínica compuesta básicamente por el glicocálix del epitelio corneal y la mucina de las células conjuntivales es casi inexistente. La capa acuosa tiende a ser más gruesa y varía dependiendo de la curva 136 base del lente. Por tanto es más gruesa en los lentes de contacto rígidos y mas delgada en los lentes de contacto blandos. Pareciera existir un consenso entre algunos investigadores, ya que varios estudios reportan medidas similares de 11–12 milimicras (3)(4). La capa lipídica está ausente. Menisco circunlental: Aparece inmediatamente después de colocar el lente produciendo un lagrimeo reflejo. Tiene forma anular, alrededor del lente, y su altura dependerá del espesor del borde. Durante el parpadeo, este menisco ejerce un mecanismo de succión que desplaza la capa acuosa prelental favoreciendo la desecación de la superficie del lente. Volumen. Inmediatamente después de colocar el lente, hay un aumento del volumen lagrimal reflejo. Las modificaciones posteriores dependerán del tipo y estado del lente de contacto, así como de la existencia de patologías preexistentes como pueden ser ojo seco (leve ó moderado), alergias ó blefaritis. Debido a que los pacientes usuarios de lentes de contacto tienen una disminución de la sensibilidad corneal, en la mayoría de los casos, la secreción lagrimal refleja se encuentra disminuida. Con los lentes de contacto rígidos, debido a que el lente no se adapta a las irregularidades de la córnea, el espacio postlental es llenado con lágrimas. Esto provoca un aumento del volumen lagrimal total de 10 microlitros (valor normal, 15 microlitros). En el caso de los lentes de contacto blandos hay que considerar que el contenido acuoso del lente es sustituido con lágrima, elevando el volumen lagrimal a más de 15 microlitros (Durán de la Colina – Murube). 137 Cambios metabólicos. Recordando brevemente algunos aspectos de la fisiología ocular, hay que considerar, de manera particular, las modificaciones que ocurren por la presencia del lente de contacto. En primer lugar hay que recordar que la córnea tiene un metabolismo aeróbico muy activo, que es el responsable de mantener la transparencia corneal. El oxígeno utilizado, disuelto en la lágrima, provienen del oxígeno atmosférico y de los vasos conjuntivales. Existe un gradiente de presiones parciales que favorecen la entrada de oxígeno al estroma corneal y, al mismo tiempo, por la libre salida a la atmósfera del CO2 del humor acuoso, a través del estroma corneal.(Fig. 5-2.) Durante el sueño, es decir, con los ojos cerrados, la presión del O2 atmosférico cae y el O2 tan sólo se suministra de los vasos conjuntivales. El metabolismo se convierte en anaeróbico, con las siguientes consecuencias: aumento de la presión parcial de CO2, aumento del bicarbonato, aumento del ácido láctico, disminución del transporte activo de electrolitos hacia afuera del estroma, aumento de la osmolaridad, disminución del pH por acumulo de hidrogeniones (H) y tiende a acidificarse Fig. 5-2. - Gradiente de presiones parciales de O 2 y CO 2 entre la atmósfera y el humor acuoso. 138 Todo esto se traduce en un edema corneal fisiológico de aproximadamente 4%, que se recupera en los primeros 30 minutos después del despertar (Fig.5-3). Cuando se coloca un lente de contacto se producen cambios variables de hipoxia, dependiendo del tipo y material del lente, así como de las características de la adaptación. Los lentes de contacto duros de PMMA son prácticamente impermeables a los gases, de modo que la lágrima postlental obtiene el oxígeno del bombeo de lágrima, producto del balanceo del lente al parpadear. Este tipo de lente debe ser adaptado de manera que permita este movimiento. En lentes muy ajustados esto no es posible, y al no haber el recambio de la lágrima se agota el oxígeno y los cambio metabólicos llevan a la aparición de edema corneal e intolerancia al lente. Durante el uso de los lentes de contacto gas permeables, aún cuando tienen cierto grado de permeabilidad a los gases, (cuadro No. 1) el aporte de Fig. 5-3 .- Modificación del flujo de oxígeno se realiza de manera gases entre la córnea y la atmósfera con la colocación de un lente de contacto. similar a los lentes de contacto duros. 139 Cuadro No. 1.- Permeabilidad a los gases de algunos lentes gas permeables disponibles en el mercado Nombre Fabricante Dk Comercial (10-11) —————————————————————————————— ACRILATO DE SILICON: Boston II Polymer Technology 18 Boston 26 Paraperm O2 Paragon Vision Sciences 16 Paraperm EW 56 GP I Permeable Technology 18 SGP II 34 ACRILATO FLUOROSILICON: Boston RXD Polymer Technology Boston Equalens Boston 7 Boston XO SGP III Permeable Technology Fluorex 300 GT Laboratories Fluorex 500 Fluorex 700 45 64 73 100 44 30 50 70 En el caso de los lentes de contacto blandos, la película postlental es mínima, de modo que el suministro de oxígeno se realiza a través del lente por difusión de este gas en el contenido acuoso del lente (cuadro No. 2). Es por esto que este tipo de lentes presentan mayor permeabilidad de los gases mientras mayor es su contenido acuoso y menor su espesor. 140 Cuadro Nº. 2 .- Lentes de Contacto de Hidrogel según clasificación de la FDA. GRUPO I: NO IONICA, BAJO CONTENIDO DE AGUA (35 – 50 %) Nombre del polímero Nombre comercial Fabricante Contenido H2O Polymacon Optima 38 Bausch y Lomb Tefilcon A Ciba Soft Ciba Vision Hefilcon A Optima Toric Bausch y Lomb 38 % 38% 43% GRUPO II: NO IONICA, ALTO CONTENIDO DE AGUA (51– 80 %) Nombre del polímero Nombre comercial Fabricante Contenido H2O Alfafilcon A Soflens 66 Bausch y Lomb 66 % Hilafilcon A Soflens Confort Bausch y Lomb 59% GRUPO III: IONICA, BAJO CONTENIDO DE AGUA (35 – 50 %) Nombre del polímero Nombre comercial Fabricante Contenido H2O Phemfilcon A DURASOFT 2 Wesley Jensen 38% Ocufilcon A TRESOFT Wesley Jensen 44% Bufilcon A Hydrocurve Barnes Hind 45% GRUPO IV: NO IONICA, ALTO CONTENIDO DE AGUA (51% – 80 %) Nombre del polímero Nombre comercial Fabricante Contenido H2O Etafilcon A Acuvue Vistakon 58% Vifilcon A Focus Ciba Vision 55% Bufilcon B Hydrocurve II Barnes Hind 55% Phemfilcon B Durasoft 3 Wesley Jensen 55% 141 En condiciones normales muchos usuarios de lentes de contacto se encuentran “caminando sobre una línea entre la fisiología normal y la hipoxia” (6) . El problema es cuando caen hacia alguno de los dos lados. Se alteran el equilibrio osmótico y el pH lagrimal. El lente se deshidrata y se va ajustando, lo cual disminuye aún más el aporte de oxígeno. Aparecen enrojecimiento ocular y sensación de cuerpo extraño, lo cual se conoce con el nombre de síndrome del lente ajustado, muy común con el uso de lentes de contacto blandos con fines terapéuticos. En estos casos hay que realizar una readaptación con el lente más flojo para compensar esta alteración. Tensión superficial: La tensión superficial de la capa acuosa de la lágrima es de 39 – 40 dinas / cm. Para que la lágrima se extienda sobre una superficie sólida la tensión superficial de la superficie subyacente debe ser igual ó mayor a esta cifra. Si la tensión superficial de la superficie subyacente es menor, esta superficie se vuelve hidrófoba, rechazando la lágrima. Los lentes hidrofílicos como los de HEMA (Hidroximetilmetacrilato) ó los de ABC (Acetato Butirato de Celulosa) tienen una tensión superficial muy alta por lo cual se mojan muy fácilmente y permiten que la lágrima se extienda muy bien por la superficie del lente, sin embargo, estos materiales tienen una alta afinidad por los lípidos los cuales, al depositarse sobre el lente, bajan su tensión superficial a 30 dinas / cm haciéndolos hidrófobos. La consecuencia es la ruptura de la película lagrimal que lleva a una disminución de la agudeza visual. Con el próximo parpadeo se restituye la tensión superficial y vuelve a reiniciarse el ciclo. Los lentes de PMMA tienen una tensión superficial crítica de 39 dinas / cm, de modo que la capa de lágrimas es inestable lo 142 cual las hace hidrófobas. Con el parpadeo, la mucina conjuntival se deposita sobre el lente lo cual mejora la tensión superficial y favorece la estabilidad de la película lagrimal prelental convirtiéndola en hidrófila. Los lentes de silicona son altamente hidrófobos debido a que tienen una baja tensión superficial 19 – 21 dinas / cm. Estos lentes necesitan ser cubiertos de mucina para logra mantener la tensión superficial al punto de que no se rompa rápidamente la película lagrimal. Electrolitos. Los cloruros no sufren modificaciones. El cociente de Na y K sufre un aumento no muy significativo. Se cree que este aumento sea debido al daño epitelial mecánico ó al aumento del bombeo electrolítico de la córnea y/o de la conjuntiva. El calcio, a pesar de ser el depósito más frecuente sobre los lentes, no tiene modificaciones significativas en cuanto a su concentración en la lágrima. El depósito de calcio se produce por captación de ácidos grasos que se hayan depositado previamente y no por el aumento de su concentración. Temperatura:. En 1989, el Dr. Nathan Efron describió la similitud existente entre el calentamiento global del planeta por el acumulo de CO2 en la atmósfera (llamado “efecto Invernadero”), aumentando la temperatura de la lágrima cuando se usan lente de contacto (13). La temperatura normal de la lágrima es de 320 – 330 C en el apex corneal, aumentando a 340 C en los fondos de saco. Con el lente de contacto la temperatura de la lágrima, en el apex corneal, aumenta de 340 C a 350 C. Se cree que la causa más de este “calentamiento” es la 143 disminución del libre flujo de CO2 del estroma corneal a la atmósfera y la disminución de la evaporación de la lágrima, lo cual favorecerían el enfriamiento. La lágrima postlental permanece presente en la superficie corneal, sin evaporarse, al estar cubierta por el lente, lo cual trae como consecuencia una disminución de la secreción lagrimal refleja y del parpadeo. Areas de desecación - Tiempo de fragmentación lagrimal (tisc-but) : En los usuarios de lentes de contacto el tiempo de fragmentación o de ruptura lagrimal es menor debido fundamentalmente a estas razones: menor espesor de la película prelental mayor evaporación debido a que la capa lipídica es más delgada y reticular. la superficie del lente de contacto es menos hidrofílica que el epitelio corneal. disminución del parpadeo A esto hay que sumarle el efecto que ejerce el menisco circunlental. Cuando ocurre el parpadeo, hay un desplazamiento de líquido de este menisco. Para compensarlo, el menisco ejerce una succión sobre la capa acuosa de la lágrima prelental desplazándola y favoreciendo la aparición de áreas de desecación. La capa lipídica de la película prelental no se desplaza, con la capa acuosa, por lo que tiende a depositarse sobre el lente. La aparición de las áreas de desecación es muy frecuente en los lentes de PMMA y los de silicón, debido a su superficie es muy hidrófoba. 144 Parpadeo: Es conocido que los usuarios de lentes de contacto parpadean menos frecuentemente que los no usuarios. Se plantea que esto puede ser causado por la disminución de la sensibilidad corneal característica de estos pacientes (9). Por otra parte, estos pacientes presentan un parpadeo incompleto. Si los párpados no cierran completamente, el área comprendida entre las horas 3 y 9 se deseca. Este tipo de lesión es muy frecuente en los pacientes usuarios de lentes de contacto rígidos. Aire acondicionado: El aire acondicionado presente en oficinas o en aviones de pasajeros produce varias condiciones que alteran la fisiología de la lágrima llevando a la intolerancia a los lentes de contacto. En primer lugar, provoca una disminución de la humedad ambiental. La humedad adecuada para el cuerpo humano es de 40% de la saturación ambiental. En ambientes cerrados con aire acondicionado, y muy particularmente en aviones, esta saturación disminuye a valores del 3% al 15 % provocando un aumento de la evaporación de la lágrima . En segundo lugar, en los aviones las cabinas están presurizadas como si estuvieran entre 1.500 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, es decir, hay una disminución de la presión parcial de oxígeno. Si a esto se agrega la mayor dificultad del intercambio gaseoso en los portadores de lentes de contacto, se explica la intolerancia presentada por estos pacientes. En tercer lugar, en ambientes cerrados con aire acondicionado, se encuentran presentes agentes desinfectantes y desodorantes como el ozono, así como contaminantes ambientales reciclados como dióxido 145 y monóxido de carbono, nitrógeno, humo de tabaco, productos de limpieza, polvo ambiental. La intolerancia a los lentes de contacto en estas condiciones mejora con el uso de lágrimas artificiales y la ingesta de abundante líquido. Uso de lagrimas artificiales: Los pacientes con diagnóstico de ojo seco, la tolerancia al lente de contacto puede mejorar considerablemente con el uso de suplementos de lágrimas artificiales, sin embargo, el tipo de lágrima y la dosis deben ser considerados individualmente. En general, las lágrimas de alta viscosidad no son muy recomendables debido a que se depositan en la capa postlental, alterando la calidad de la agudeza visual. Por esto es preferible utilizar lágrimas convencionales o con acetilcisteína, y definitivamente, sin preservativos que puedan ser causantes de alergias ó irritación. En relación a la dosis, debe ser individualizada a cada paciente. La frecuencia puede ser determinada estimando el tiempo que el paciente permanece asintomático después de la colocación de la gota. De esta manera, el tratamiento se ajusta a las necesidades de cada uno. Esto es importante ya que hay que tomar en cuenta que cada gota colocada puede ocasionar un efecto negativo al “lavar” la capa mucínica y disminuir el tiempo de ruptura lagrimal. En el caso de lágrimas artificiales con preservativos es preferible no colocarlas más de 4 veces al día. 146 Nuevos enfoques del ojo seco con el uso de lentes de contacto. El aumento del número de pacientes con diagnóstico de ojo seco, en los últimos años, ha llevado a los investigadores a profundizar en el estudio de esta patología. Es por esto que desde hace unos 3 años hasta el presente el enfoque del ojo seco ha venido cambiando, principalmente en lo que respecta a su etiología. Como plantean los Dres. Donshik y Mathers (10) y (9), empieza a plantearse la existencia de una unidad funcional conformada por la superficie ocular (córnea, conjuntiva, glándulas lagrimales accesorias y glándulas de Meibomio) y la glándula lagrimal. Si una de estas partes de la superficie ocular se ve afectada , falla la secreción lagrimal. Esto puede resultar en una inflamación de base inmunológica (12) que puede afectar a la glándula lagrimal y a la superficie ocular inhibiendo la comunicación que existe entre ambos tejidos, es decir se ve afectado el lagrimeo reflejo ante cualquier lesión de la superficie ocular. En el caso de los lentes de contacto este planteamiento adquiere relevancia ya que la presencia del lente de contacto así como las alteraciones que éste produce pueden crear una especie de “feed–back” negativo con la subsiguiente hipofunción de la glándula lagrimal. 147 BIBLIOGRAFÍA 1.- Durán de la Colina, J. Complicaciones de las lentes de contacto. Tecnimedia Editorial. 1.998; 7 : 116 - 117 . 2.- Hamano H , Kaufmann H. Corneal Physiology and Disposable Contact Lenses. Butterworth – Heinemann. 1.997; 3 : 31 – 36. 3.- Nichols J, King-Smith E. Thickness of the Pre and Post- Contact Lens Tear Film Measured in Vivo by Interferometry. Invest. Ophthalm. Vis. Sci. 2003; 44 : 68 – 77. 4.- Meng L , Polse K , Mandell, R. Measurement of Post – Lens Tear Thickness. Invest Ophthalmology Vis Sci . 1999; 40 : 2833 – 2839. 5.- Efron N , Holden B. The Corneal Epithelium and Stroma. Contact Lens Monthly. 1986 ; 192:17. 6.- Schwarz C. Specialty Contact Lenses. Saunders Company. 1996; Appendix 4: 263 – 266. 7.- Murube J. Ojo Seco. Ciba Vision. 1997; 18 : 83 – 89. 8.- Efron N , Morgan P. Hydrogel Contact Lens Dehydration and Oxygen Transmisibility. Clao J 1999 ; 25 (3) : 125. 9.- Mathers W. Why the Eye Becomes Dry ? Conrad Berens Lecture . Clao J 2000; 3 (26) : 113. 10.- Donshik P. Dry Eye: Towards a New Understanding. Editorial. Clao J. 2000 ; 3 (26) : 168. 11.- Farris R.L. Contact Lenses and Dry Eye . International Ophthalmology Clinics. 1.991; 31 (2) : 83 – 89. 12.- Albietz J. Conjuntival Histological Findings of Dry Eye and Non Dry Eye in Contact Lens Wearing Subjects. Clao J. 2001; 27 (1) : 1 – 56. 13.- Efron N. The Greenhouse Effect and Contact Lenses. Transactions of the BCLA. 1989; 6 : 6 – 13. 148 CAPITULO VI Ojo seco incidencia causas conjuntivo-corneales alteraciones de las glándulas lagrimales queratoconjuntivitis sica degenerativa sindrome de Sjögren deficiencia lagrimal primaria defectos congénitos carencias nutricionales enfermedades dermatológicas causas neurogénicas exocrinopatías inmunes causas infecciosas exoftalmías causas hormonales sequedad y medio ambiente causas iatrogénicas CAP VI OJO SECO Introducción El término ojo seco engloba una gran cantidad de patologías que tienen como síntoma común la sequedad, más o menos acentuada, del polo anterior del ojo, una alteración de algunas de las capas de la película lagrimal y de la inflamación que está presente. Al mismo tiempo forma parte de una enfermedad y es parte importante de algunos síndromes. Tiene una sintomatología subjetiva y otra objetiva que el oftalmólogo debe conocer pues como dice Murube: “El ojo seco es la enfermedad más frecuente de la oftalmología, aunque afortunadamente sólo a veces la más grave”. Los estudios estadísticos ponen de manifiesto la alta incidencia y la gravedad de la enfermedad. Los siguientes autores lo resumen de la siguiente manera: De Rótth (1945): El 0,5% de la consulta oftalmológica tiene sequedad ocular. De este porcentaje el 0,15% tiene queratitis sicca. Jones y Coop (1965): El 15 % de los enfermos con artritis reumatoidea tienen un grado variable de ojo seco. Ruprecht (1977): El 11, 7% de la consulta oftalmológica general tienen algún síntoma de sequedad ocular. De estos, 2/3 tienen una prueba rosa de Bengala positivo y un 4,5 % tienen Q. C. S. Leopold (1979.): La secreción basal parece ser suficiente para no tener sequedad. La queratoconjuntivitis sicca (QCS),en U.S.A. es un problema grave y frecuente. 151 El 86% de las Q.C.S. son en mujeres, entre 40 y 60 años. Hay un 30% de hiposecreción en los pacientes mayores de 40 años. lchikawa (1981): El 50% de la Q.C.S. está asociado a un proceso autoinmune. Buonfligio (1983): El 50% de los pacientes, mayores de 50 años, que consultan por algún síntoma subjetivo de sequedad ocular padecen de una hiposecreción lagrimal Weil y col. (1985): El ojo seco alcanza del 20% al 25% de la consulta oftalmológica. Tsubota (1995): El 6% de toda la población japonesa tiene una forma de ojo seco, más o menos grave. Murube y col (1997): En España el uno por mil, de la población adulta, padece ojo seco grave (grado 3); un 5% padece un grado medio (grado 2) y un 30% de toda la población adulta sufre de un ojo seco leve (grado 1). Jacobson y col. (1989) y Schaumberg y col. (2002): llegan a la conclusión que dada la población de Estados Unidos hay más de nueve millones de pacientes de ojo seco, de mayor a menor grado y con alguna sintomatología subjetiva y objetiva. Si bien está determinado que la falta de producción de lágrimas es una causa importante del ojo seco, como está demostrado en la falta de los accinis y la destrucción de los conductos secretores que se presenta en el síndrome de Sjögren, no es solamente este factor el desencadenante del la sequedad ocular. Es de suma importancia el equilibrio de las tres capas que forman la lágrima, pues si hay falta de la secreción lipídica, como en las blefaritis crónicas, el tiempo de ruptura se hace más corto y la 152 evaporación de la lágrima se hace más rápida y la desecación evapora la serosa lagrimal. La deficiencia de la capa acuosa produce una alteración neuro-hormonal de la superficie corneal y de la glándulas lagrimales y como consecuencia una inflamación de las mismas, disminución del parpadeo y mala distribución de esa lágrima ya deficiente. La deficiencia de la secreción mucosa o, su exceso, produce un aumento de los detritus y desequilibra todo el sistema. De tal manera que la alteración de la película lagrimal, bien sea por su deficiencia de producción o por excesiva evaporación producirá un ojo seco. Se ha demostrado que hay muchos ojos secos con una producción de lágrimas dentro de límites normales pero con una alteración de los componente mucínicos o lipídicos. No hay duda que la reducción de la producción lagrimal produce un ojo seco y está demostrado en la queratoconjuntivitis sicca. Cuando se presenta esta patología se manifiestan dos mediadores inflamatorios importantes como la citoquina pro-inflamatoria IL-1 y la enzima degradadora de la matriz MMP-9 que se presentan sistemáticamente en la células epiteliales conjuntivales y corneales, aumentando estas cifras significativamente en los ojos secos. Actualmente se reconoce que la inflamación es parte integral en la patogénesis de la enfermedad y se pone énfasis en su tratamiento. A parte de la comprobación química de estos mediadores se ha observado que el tratamiento con antinflamatorios, esteroideos o no, mejora el ojo seco. Actualmente se está empleando la metilprednisolona, con buenos resultados, pues al reducir la osmolaridad lagrimal, anormalmente alta, hay un mayor volumen lagrimal y una mejor limpieza. La Ciclosporina A, en colirio, bajo el nombre Modusikeno A, del Lab. Sophia, inhibelaacción de los linfocitos. 153 Este conjunto de factores producen una inflamación de la glándula lagrimal, de la conjuntiva y de la córnea que se traduce por una hiposecreción. El equilibrio neurohormonal de estrógenos y andrógenos mantiene estable la lágrima, pero cuando la mujer llega a la premenopausia o la menopausia puede presentar sequedad ocular. Anteriormente se pensaba que era debido a una deficiencia de estrógenos, pero ahora se piensa que guarda una relación con la deficiencia de andrógenos producidos por los ovarios. La composición química de la lágrima se altera grandemente cuando se agregan colirios con preservativos que aumentan su hipertoxicidad de la película lagrimal cuando son administrados en pacientes con ojo seco. Reducen el nivel de las proteínas protectoras como la lisozima, la lactoferrina y el balance de los electrolitos. Si a esto se agrega una deficiencia en la producción de las glándulas de Meibomio aumenta la evaporación y disminuyen las defensas de la capa lagrimal Otro factor, no menos importante, es la incapacidad de la córnea de utilizar unas lágrimas que en su composición y en su cantidad son normales. Unas veces es debido a alteraciones de los párpados que no son capaces de distribuirlas uniformemente como en el entropion, parálisis facial, simblefaron, otras veces, por epiteliopatías o distrofias corneales que hacen la córnea impermeable. Las infecciones que afectan las glándulas secretoras como la dacrioadenitis, el tracoma o la blefaritis, junto a algunos traumatismos agravan o provocan sequedad ocular, Tseg demostró que a nivel del limbo corneal se localizan lo que llamó células madres. Estas células poseen estroma tisular conectivo laxo, ciertos tipos de colágeno de Tipo 4 y fibroblastos de soporte. Estas célelas limbares localizadas en el epitelio basal tienen altos niveles de 154 proteína anti-apoptótica P-63 con bajos niveles de células epiteliales proliferativas. Se ha demostrado que el trasplante de las células madres limbares pueden restaurar la superficie epitelial corneal. Como se está viendo el concepto de la patogénesis del ojo seco se ha ido complementando, pues si bien todos los elemento son importantes, no es solamente la falta del la producción lagrimal las causante. Hay que agregar que debe haber un equilibrio de las tres capas fundamentales de la lágrima. No hay que descartar que la falta de equilibrio de todos ellos producen un proceso inflamatorio importante que hace que se interactúen y cuando se vayan complicando y aumentando el ojo seco independiente de la causa primaria que lo originó. Con los signos y síntomas que se presentan hay gran cantidad de patología asociada, tanto congénita como adquirida. Más delante de hace un repaso de las enfermedades y de los síndromes que cursan con ojo seco o, al menos, con relativa sequedad ocular. Dentro de las queratitis neurotróficas se ha agregado una nueva y ha sido desde el empleo masivo del LASIK. En general, al hacer el corte de parte de la superficie corneal se produce una denervación que ocasiona una gran disminución del parpadeo y por lo tanto una peor distribución de la cantidad de la lágrima sobre la córnea. Al mismo tiempo, por la misma denervación, también hay una disminución del reflejo de lagrimación que, junto a la disminución del parpadeo, contribuye a desecar la conjuntiva y la córnea. Como en general este tipo de cirugía se hace en gente joven si se presentan los síntomas de visión borrosa, sensación de sequedad, irritación y enrojecimiento suelen desaparecer a los seis meses cuando la regeneración nerviosa vuelva casi a la normalidad. En las personas de mayor edad puede dudar más e incluso puede ser irreversible. 155 Este fenómeno se presenta en todos los pacientes operados con este tipo de cirugía refractiva pero, si además es una persona que padecía de sequedad, aunque no fuera manifiesta, la cirugía lo agrava. Esta debe ser una advertencia para explorar la cantidad de la lágrimas antes de proceder a la cirugía. El índice de sequedad ocular va en aumento y las causas son varias: La mayor supervivencia, la expectativa de vida cada vez mayor ha dado como resultado un mayor número de viejos y ancianos. Los climas artificiales en los lugares de trabajo y de recreo, como en oficinas, cines, restaurante, aviones, etc., aumentan el grado de sequedad en el medio ambiente. Los medios visuales como las computadoras, la TV y cine, entre otros, contribuyen a la sequedad ocular porque exigen gran atención, menor parpadeo y mayor cantidad de evaporación lagrimal. La ansiedad ha aumentado el consumo masivo de ansiolíticos. Las cifras son significativas y para el año 1990 el uso estimado de la población total es de: Francia Alemania Inglaterra Italia 49% 31% 23% 21% USA 13% Para los años 99 se estima que en Francia un 78 % de la población toma ansiolíticos, de una manera más o menos continua,. El uso cada vez más frecuente de climas artificiales, calientes y fríos. La sequedad ocular iatrogénica causada por el uso de nuevos medicamentos de administración endógena. 156 El uso indiscriminado de colirios con derivados de la adrenalina o de otros vasoconstrictores. El uso prolongado de colirios con cortisona que producen modificaciones epiteliales irreversibles, causan sequedad y pueden inducir un glaucoma. La contaminación o polución atmosférica, modificando el ph de la película lagrimal, produciendo acidificación, disminución de la concentración de lisozima, aumento de la incidencia de las conjuntivitis crónicas con aparición de la hiposecreción lagrimal. La mejor atención médica dada a la población en general y la mayor exigencia por parte del enfermo. La prevención diagnóstica de la consulta oftalmológica permite detectar precozmente esta patología. Por todo esto el estudio de la sequedad ocular y del ojo seco debe ser motivo de atención por parte del oftalmólogo. Hay que poner énfasis en la exploración rutinaria sistemática, buscando los signos y síntomas que inducen a pensar en ello. De esta manera hará que mejore la atención de nuestros pacientes. Así como no se concibe un examen oftalmológico sin la toma de la presión intraocular, no se debería concebir que en ese mismo examen se incluya el test de rosa de Bengala, la tinción con fluoresceína, el test de Schirmer y el tiempo de ruptura del film lagrimal. Con estos cuatro simples exámenes se descubren el 90% de las hiposecreciones oculares. No sólo ayudará al paciente que acude a la consulta de rutina, sino también el oftalmólogo entenderá gran cantidad de patología general y se pondrá en guardia ante estos pacientes “fastidiosos” que tienen un postoperatorio de cataratas, por ejemplo, lleno de incomodidades y de consultas sucesivas molestas. La sequedad ocular, 157 previa a la operación, se agravará después de la cirugía y muchos pacientes que en el preoperatorio no tienen signos subjetivos de sequedad, con la operación se desencadena un ojo seco que complica el postoperatorio. En todo paciente mayor que va a ser operado se debe explorar la cantidad de secreción lagrimal.. Causas oculares más frecuentes del ojo seco: Disminución de la cantidad de lágrimas. Modificación de la calidad de las lágrimas. Disminución de la estabilidad de la película lagrimal. Estabilidad de la película lagrimal que depende de: Integridad y calidad del epitelio conjuntiva corneal. Integridad de las células caliciformes. Integridad funcional de las glándulas lagrimales principales y accesorias. Integridad funcional de las glándulas de Meibomio. Integridad de la inervación del ojo y de sus anexos. ETIOLOGÍAS DE LA SEQUEDAD OCULAR Etiología. La etiología es múltiple y se pueden agrupar así: Causas conjuntivo-corneales. Alteraciones de las glándulas lagrimales y de sus de sus conductos excretores. Deficiencia lagrimal primaria. Defectos congénitos de las glándulas lagrimales. Carencias nutricionales Asociada a enfermedades dermatológicas 158 Causas neurogénicas. Exocrinopatías inmunes. Causas infecciosas. Alteraciones de los párpados. Exoftalmos. Causas hormonales Causadas por el medio ambiente. Causas iatrogénicas. CAUSAS CONJUNTIVO–CORNEALES: Queratoconjuntivitis sicca degenerativa. Esta enfermedad se tratará en el apartado III, dentro de la queratoconjuntivitis sicca. La característica fundamental de esta afección es la gran destrucción de las células caliciformes. Xeroftalmía o Xerosis Ocular. Este término indica simplemente ojo seco y se emplea específicamente para las anomalías producidas por avitaminosis A. La avitaminosis A, produce una serie de trastornos generales a nivel de todos los epitelios; además de la hemeralopia y de los trastornos del fondo del ojo, la avitaminosis se manifiesta por alteraciones a nivel de la conjuntiva y de la córnea. Esta xerosis puede ser conjuntival, corneal o de ambas. En la Xerosis conjuntival los signos subjetivos son: picor y escozor, sequedad ocular y fotofobia. Los signos objetivos, en una fase avanzada son: pérdida del brillo conjuntival que se empieza a manifestar en el cuadrante temporal superior y se extiende a los cuadrantes nasales inferiores y superiores. Al mismo tiempo los vasos 159 conjuntivales toman un tinte azulado. Disminución del volumen lagrimal. Desecación rápida de la córnea y de la conjuntiva cuando están los ojos abiertos. Con la mirada lateral se observan unos pliegues finos conjuntivales a nivel de la abertura palpebral. Las manchas de Bitot se caracterizan, al inicio, por una mancha oval, de color opaco y más tarde toma una forma triangular, cuya base se adosa al limbo corneal. En la fase inicial tienen una localización temporal y después aparecen en el limbo nasal; si la avitaminosis se agrava se unen por encima y por debajo del limbo dando un aspecto opaco y sin brillo a toda la conjuntiva bulbar. Es un signo patognomónico de la avitaminosis A. Xerosis corneal aparece después de presentarse la xerosis conjuntival manifiesta. Los signos objetivos son: pérdida de brillo corneal, aparición de microquistes epiteliales comenzando por los cuadrantes inferiores, más tarde ocuparán toda la córnea, la córnea se deseca y toma un aspecto granuloso, disminución de tiempo de ruptura del film corneal, aparición de zonas de queratinización a nivel de la hendidura palpebral, erosiones epiteliales, úlcera corneal superficial en el cuadrante nasal inferior, de bordes regulares y el epitelio que lo circunda está edematizado, necrosis del estroma, perforación de la córnea, infecciones secundarias frecuentes. La patogenia de la queratomalacia puede ser causada por el reblandecimiento del estroma por la acción de una colagenasa y de otras enzimas proteolíticas y de los leucocitos infiltrados en el estroma corneal. La avitaminosis A, produce una modificación de la función lagrimal provocando la apariencia de ojo seco con suficiente cantidad de lágrimas, disminución de las glicoproteínas de la capa mucosa, en contacto del epitelio corneal, disminución de las glicoproteínas disueltas en la capa acuosa, disminución de la estabilidad de la 160 película lagrimal, disminución del número de células caliciformes en la conjuntiva disminución no significativa de la secreción basal (promedio de mojamiento de la tira 10 mm en el 44 al 56% de los pacientes) y no hay disminución de la secreción lagrimal refleja. Ante estos pacientes, además, se debe buscar: Test de secreción basal (test de Jones con anestesia) que se encontrará disminuido en un 60% de los pacientes, con un promedio de humectación del papel de 10 mm. o menos, verificar el tiempo de ruptura del film lagrimal, que también estará disminuido, biopsia a nivel de la conjuntiva bulbar nasal inferior, coloración con fluoresceína y rosa de Bengala positivo, en las zonas conjuntivo corneales donde haya queratinización y erosión epitelial. Si es posible comprobar si hay alteración o no de la cristalización de las lágrimas. Este tema se amplía, más adelante, en el apartado de las enfermedades carenciales. Tracoma. Enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria clamidia tracomatys que produce una queratoconjuntivitis grave con formación de granulaciones y que en su fase cicatricial desencadena leucomas corneales, retracciones palpebrales y conjuntivales El comienzo de la enfermedad se manifiesta con dolor, fotofobia y lagrimeo. Asemeja una conjuntivitis folicular, que con el tiempo tiene tendencia a la cicatrización y retracción de las conjuntivas bulbares y tarsales, con deformidad de los párpados, por cicatrización de los tarsos, pudiendo provocar un entropion o un ectropion; puede haber triquiasis y queratitis severa. En algunas ocasiones se forma un simblefaron grave. En Venezuela la incidencia de tracoma es muy escasa y 161 los casos encontrados son extremadamente benignos, localizados principalmente en el estado Nueva Esparta. Vacunación y difteria. Estas dos afecciones pueden producir un ojo seco cuando ha habido una conjuntivitis grave en el transcurso de la enfermedad. Producen una cicatrización de la conjuntiva con destrucción de las células caliciformes y en algunos casos se destruyen, también, las glándulas lagrimales accesorias. El diagnóstico se hace preferentemente por el antecedente de la enfermedad y por las pruebas que determinan la deficiencia de producción acuosa. Quemaduras. Producidas por agentes físicos y químicos. Las lesiones que se pueden producir son: necrosis conjuntivales, cicatrización conjuntival, obstrucción de los canales excretores de las glándulas lagrimales y desaparición de las células mucosas con disminución de la cantidad de moco. Las causas más frecuentes son: agua caliente, vapor, explosivos, metales fundidos, ácidos , álcalis, gases lacrimógenos y radiaciones ionizantes. El diagnóstico es bastante evidente por el antecedente del accidente sufrido, la clínica, las pruebas de determinación de producción mucosa y la biopsia o la citología conjuntival, determinan la gravedad de la lesión al evidenciar la cantidad de mucocitos que hay en la conjuntiva. 162 ALTERACIONES DE LAS GLÁNDULAS LAGRIMALES PRINCIPALES Y ACCESORIAS Y DE SUS CONDUCTOS EXCRETORES. Queratoconjuntivitis sicca degenerativa. De etiología imprecisa, se presenta frecuentemente asociadas a otras enfermedades de origen alérgico, queratoconjuntivitis de etiología variada e involución senil de la glándula lagrimal. El proceso se caracteriza porque el tejido fibroso aumenta en cantidad, el tejido secretor se atrofia, los folículos linfoides disminuyen, los plasmocitos aumentan, aparecen depósitos pigmentarios y células degeneradas (oncocitos). Como consecuencia de este proceso el volumen lagrimal disminuye. La queratoconjuntivitis sicca es una manifestación local y si va asociada a una enfermedad sistémica recibe el nombre de Síndrome de Gougerot-Sjögren. La incidencia de Q.C.S. es mayor en mujeres que en hombres. La edad de aparición oscila entre los 40 y 60 años, entre la pre menopausia y la menopausia. La falta o la disminución de estrógenos es una de las posibles causas. Suele afectar más frecuentemente los dos ojos. Si sólo se manifiesta en uno ojo se debe pensar en las siguientes patologías: dacrioadenitis viral, extirpación quirúrgica de la glándula lagrimal, traumatismos de la glándula lagrimal, radiaciones ionizantes locales, quemaduras químicas y parálisis del VII nervio craneal. Las enfermedades sistémicas, más frecuentes, que deben buscarse son: enfermedades inmunes, enfermedades vasculares del colágeno, artritis reumatoidea, lupus eritematoso, hiperglobulia de Waldenstrón, púrpura, esclerosis sistémica progresiva, tiroiditis de 163 Hashimoto, enfermedad celiaca, fibrosis pulmonar y sarcoidosis. Es importante señalar que la queratoconjuntivitis sicca empeora después de la operación de cataratas. No es raro ver la aparición de filamentos y de ojos secos, después de la afaquia quirúrgica. Son pacientes que tenían una predisposición, una sintomatología subjetiva imprecisa, no había una sintomatología objetiva y si la había no se buscó. Se desprende fácilmente la conclusión que debe incluirse dentro de la rutina preoperatoria las pruebas del ojo seco. Para hacer una evaluación, aparte de la sintomatología descrita anteriormente, el diagnóstico se apoyará en el test de Schirmer, en el poder de lisis de la lisozima, el test de rosa de Bengala, en la biopsia de las glándulas sublinguales y la biopsia conjuntival. Como consecuencia de la involución que sufre la glándula lagrimal, con la edad, se produce una hiposecreción “fisiológica” y simultáneamente una disminución del poder de lisis de la lisozima. Dependiendo, por tanto, de la edad se estima que una humidificación de 5,5 mm o menos tiene valor diagnóstico afirmativo. No hay que olvidar que las variaciones de secreción normal son muy grandes y esta prueba tiene valor, con esta cifra, siempre que vaya acompañada de sintomatología subjetiva y objetiva. Liotet y col. establecieron la relación que existe entre la disminución de la secreción lagrimal y la disminución de la concentración de la lisozima. En la fig. 6-1 se observa cómo los porcentajes de sequedad ocular son mucho mayores en la queratoconjuntivitis sicca y llega hasta un 84,89% donde el mojado del papel de filtro (Schirmer I) es igual o menor de 5 mm. En cambio en el grupo testigo, el mojado del papel de filtro mayor de 5 mm es de 83%. 164 Testigo mm. % 0 - 1 1,36 2 - 3 7,54 4 - 5 8,09 6 - 7 7,45 8 – 9 7,18 10-11 5,73 12-13 7,03 14-15 7,10 16-17 7,90 18-19 6,18 20-21 5,54 22-23 5,00 24-25 3,63 26-27 3,91 28-29 3,63 30 9,72 < 5 mm. Q. C. S mm. % 0 8,14 1 29,06 2 20,93 3 9,31 4 8,14 5 9,31 6 5,38 7 3,49 8 0,00 9 2,32 10 1,16 11 1,16 12 0,00 13 0,00 14 0,00 15 1,16 % >5 mm. Testigo 16,99 83,00 Q. C. S. 84,89 15,10 Fig. 6-1.- Porcentaje de sequedad entre los ojos normales y los que padecen queratoconjuntivitis seca. (Schirmer I y col) 165 Con la lisozima ocurre lo mismo, en el grupo testigo normal, el diámetro de lisis menor de 22,5 mm es del 0,36% y en cambio en los pacientes que padecen queratoconjuntivitis sicca el 94,72% tienen un poder de lisis menor de 22,5 mm y sólo un 5,27% mayor de la cifra considerada normal (Fig. 6-2) Testigo mm. % lisis 30,6 0,54 29,5 4,00 28,5 8,27 27,4 18,5 26,4 26,7 25,3 22,7 24,3 13,6 23,2 5,18 22,2 1,09 21,1 0,36 Q. C. S mm. % lisis 23,2 1,60 22,2 3,65 21,1 4,65 20,0 10,3 19,0 8,14 17,9 12,62 16,9 15,11 15,8 19,77 14,8 11,63 13,7 4.65 12,7 1,62 11,6 4,65 10,5 1,62 Fig. 6-2.- Porcentaje de lisis en un grupo testigo y otro con queratoconjuntivitis sica (Schirmer I, Liotet y col). 166 Se creyó en un principio que la aparición de filamentos era debida a una hipersecreción de mucina, pero se ha comprobado que puede estar incluso disminuida, la hiposecreción acuosa concentra el moco y por su mayor viscosidad se dificulta la expulsión por los puntos lagrimales. El test de la lisozima es más específico que el de Schirmer. La dosificación de la lisozima en lágrima está por debajo de 767 g/ml. Hay una correlación entre 0,1 volumen lagrimal y la concentración de lisozima, a menor secreción menor concentración y por lo tanto menor poder de lisis. La queratoconjuntivitis sica involutiva se caracteriza histológicamente por la aparición, en la glándula lagrimal principal, de un infiltrado linfoplasmocítico que conduce a la degeneración glandular y a la hiposecreción. Como los infiltrados aparecen también en la glándula salivar sublingual, el hacer una biopsia de la glándula lagrimal puede precipitar la atrofia, por lo tanto es aconsejable hacer la toma de la muestra en la boca, siendo los resultados válidos. Síndrome de Gougerot-Sjögren. Entre los oftalmólogos se conoce como Síndrome de Sjögren pues fue el primero (1923) en describir el ojo seco en estos pacientes. En 1926, Gougerot describió la sequedad bucal y por eso se conoce bajo el nombre de Síndrome de Gougerot- Sjögren. El Síndrome de Gougerot-Sjógren es una conectivopatía autoinmune caracterizada por una artritis reumatoidea, una queratoconjuntivitis sicca, sequedad de boca, ojos y vagina. Es una enfermedad no muy bien definida y de límites amplios, los factores etiológicos son múltiples y el diagnóstico, a veces, muy difícil. 167 Aparece en un 90% de los casos en mujeres premenopáusicas o menopáusicas. Las alteraciones oculares no suelen ser los primeros síntomas en aparecer, la enfermedad se manifiesta generalmente por síntomas articulares. Es una enfermedad generalizada que ataca la casi totalidad del organismo. Se manifiesta, en mayor o menor grado, de la manera siguiente: Manifestaciones articulares La artritis reumatoidea es casi el denominador común del Síndrome de Sjögren. Mucho antes de aparecer el ojo seco el paciente sufre una poliartritis con poliartralgias. Esta modalidad de aparición tiene una incidencia del 80%. La poliartritis tiene la característica, en frente a la poliartritis reumatoidea, de no presentar signos radiológicos articulares y ceder fácilmente a los antiinflamatorios no esteroideos. Manifestaciones glandulares: La sequedad bucal suele preceder a la sequedad ocular. Hay hiposalia, dificultad para la deglución de los alimentos, necesidad de mojarse los labios y una sed constante. Posteriormente aparecen ampollas en los labios y lengua; las caries dentales son frecuentes, así como la caída de los dientes. La lengua está despulida, lisa y algunas veces ulcerada. La presión sobre la parótida no produce, o produce poca salida de saliva, por el conducto de Stenon. En un 30% al 80% de los casos hay tumefacción de las parótidas y en un 17 %, de las glándulas submaxilares. Esta hipertrofia puede ser uni o bilateral, aguda o crónica. Antes de etiquetar una boca seca como Síndrome de Sjögren se deben descartar otros factores que pueden producir una hipolacrimia como se exponen en los apartados de iatrogenia, afecciones glandulares salivares y afecciones neurológicas. 168 Manifestaciones oculares: Este tipo de manifestaciones y su clínica ya se han expuesto anteriormente pues son los mismos que los de cualquier ojo seco, pueden ser sólo sentidas subjetivamente por el paciente, demostradas objetivamente por los examanes complementarios que se exponen a través de todo este trabajo. Manifestaciones vaginales: Se presenta una sequedad vaginal en un 10% de los casos y se manifiesta por: sequedad, prurito y dispareunia (vaginismo y coito doloroso). Otras manifestaciones: Además, en un 15 % de los casos, la nariz se seca y se pueden formar costras; sequedad traqueobronquial, mayor propensión a las bronquitis y puede aparecer una neumonía intersticial linfoncitaria. La mucosa esofágica se atrofia y es fácil presa de una candidosis; hay, también, una hiposecreción del jugo gástrico. En algunos casos se asocia con pancreatitis aguda o crónica. En un 20% de los casos va asociado a una vasculitis, fenómeno de Reynaud, con la presencia de megacapilares. Hay dolores musculares y déficit motor a causa de una polimiositis. Se presentan alteraciones cutáneas del tipo de la púrpura y de la urticaria. Cuando se presentan asociadas adenopatías y esplenomegalia, se debe pensar en un linfoma, patología relativamente frecuente (20%). La anemia (25% a 40%) suele ser del tipo hemolítico autoinmune; hay leucopenia y/o eosinofilia. La velocidad de sedimentación esta aumentada. 169 El riñón sufre una alteración tubular con infiltración linfoplasmocitaria pudiendo evolucionar hacia una fibrosis tubulointersticial, hay acidificación de la orina y una disminución del poder de concentración. Las manifestaciones glomerulares son más raras y pueden conducir a una glomerulonefritis membranosa proliferativa. Las manifestaciones neurológicas son raras y cuando se presentan aparecen bajo la forma de neuropatías periféricas y con un toque del trigémino. Afecciones autoinmunes asociadas frecuentemente al síndrome de G. Sjögren. Las patologías más frecuentes son: poliartritis reumatoidea, esclerodermia, lupus eritematoso diseminado, conectivitis mixta, tiroiditis de Hashimoto, polidermatomiositis y hepatopatías con cirrosis De tal manera que ante la sospecha de un síndrome de Sjögren se debe investigar a fondo todas y cada una de las patologías asociadas incluyendo los pseudolinfomas, la proliferación linfoide, los linfomas, mielomas y timomas. Resumiendo, para hacer el diagnóstico del síndrome de Sjögren debe haber, al menos, una de las manifestaciones del primer grupo y otra, al menos, del segundo grupo. Primer grupo: Xeroftalmía. Xerostomia. Biopsia labial positiva. Segundo grupo: Poliartritis. 170 Afección autoínmune asociada. Anomalía inmunológica del tipo: Hipergammaglobulinemia. Factor reumatoideo. Crioglobulinemia. Factores antinucleares. Anticuerpos antitiroideos. Anticuerpos anti-mitocondrios. Si al menos se cumple uno de los tres criterios de cada grupo y la biopsia labial es positiva, el diagnóstico de certeza del síndrome se afianza. Se refuerza aún más el diagnóstico cuando se ha confirmado una patología frecuentemente asociada al síndrome. Métodos diagnósticos en el Síndrome de Sjögren: Medida del flujo lagrimal: La disminución de la secreción salivar se puede determinar por medio de cateterismo del conducto de Stenon o midiendo el grado de impregnación salivar de un algodón dental, colocado debajo de la lengua y a los lados de la misma. El pH salivar se torna ácido. Bioquímica salivar: Las pruebas más recomendadas son: Lisozima: Determinar la concentración en la saliva y los resultados son: (Pennec y col.). Individuos normales: 153 ± 40 mg/l. - En el Sjögren: 42,9 ± 39,5mg/l. S. Sjögren + reumatismo: 88 ± 38,2 mg/l. S. Sjögren + reumatismo + enfermedades autoinmunes: 45,8 ± 49 mg/l. Como se ve hay un descenso marcado de la lisozima salivar. 171 Inmunoglobulinas: IgA: Individuos normales 79 ± 33 mg/l. - S.Sjögren 253 ± 179 mg/l. S. Sjögren + reumatismo 177 ± 146 mg/l S. Sjögren + reumatismo + enfermedades autoinmunes 264 ± 177 mg/l. Hay un aumento marcado de la IgA. IgG: Individuos normales 31 ± 17 mg/l. - S. Sjögren 113 ± 48 mg/l. S. Sjögren + reumatismo 75 ± 62 mg/l. S. Sjögren + reumatismo + enfermedades autoinmunes 98 ± 83 mg/l. Hay aumento de la IgG. IgM: Individuos normales 5,4 ± 7 mg/l. - S. Sjögren 42 ± 35 mg/l. S. Sjögren + reumatismo 57 ± 51 mg/l. S. Sjögren + reumatismo + enfermedades autoinmunes 39 ± 43 mg/l. Hay un marcado aumento en todas las inmunoglobulinas salivares. B2 microglobulina: Individuos normales 0,776 ± 0,360 mg/l. - S. Sjögren 2,71 ± 2,57 mg/l. S. Sjögren + reumatismo 1,92 ± 1,73 mg/l. S. Sjögren + reumatismo + enfermedades autoinmunes 2,57 ± 2,31 mg/l. Hay un aumento de la B2 -microgiobulina. 172 Sialografía: Practicada a través del conducto de Stenon muestra una mayor permanencia del medio de contraste en la glándula salivar; el medio de contraste más indicado es el hidrosoluble y puede permanecer en la glándula varias semanas. Biopsia labial: Es el medio más específico para diagnosticar la enfermedad. Se encuentran infiltrados Iinfocitarios en mayor concentración de lo normal por rnm.2 Se considera patológico cuando hay, al menos, un infiltrado linfoplasmocitario por cada 4 rnm.2 . La sensibilidad de esta prueba es del 75 %. Proteínas: No hay alteración de las proteínas. Alteraciones de los conductos secretores: Al estar obstruidos producen una hipolacrimia más o menos marcada y las causas son: Traumatismos. Infecciones que producen cicatrización conjuntival. Quemaduras físicas o químicas. Radiaciones ionizantes. Todo aquello que impida el libre acceso de la lágrima desde las glándulas al polo anterior produce un ojo seco. 173 Dentro de este grupo se puede incluir la involución senil de la glándula lagrimal que en algunas personas se manifiesta solamente por una hipolacrimia poco acentuada, cuando está sometido a esfuerzos prolongados de lectura, cansancio o ambientes con aires acondicionados extremos. Liotet y col. demostraron (ver Fig. 2-9 del capítulo II), que sin estas condiciones anormales no producen ni síntomas subjetivos ni signos objetivos. Es simplemente que su producción lagrimal es suficiente para condiciones normales, son secreción de 5 mm.. Se comprueba fácilmente con la vuelta a la normalidad de su vida diaria. DEFICIENCIA LAGRIMAL PRIMARIA. Cursan con hipolacrimia o alacrimia y es debido a la falta de contacto entre el nervio y la glándula lagrimal, siendo la glándula de tamaño e histología normales. El síndrome de Cockayne es el exponente más significativo de este grupo. Se caracteriza por ser una trisomía 20, autosómico recesivo con una anomalía del grupo F del cromosoma 20, de aparición en el segundo año de vida. Se caracteriza por retraso mental, sordera, enanismo, tronco largo, piernas cortas, manos y orejas grandes, envejecimiento prematuro, lesiones cutáneas bullosas no inflamatorias, puede presentarse cuadriplejía espástica y ataxia cerebral. Oftalmológicamente hay degeneración pigmentaria de la retina, parálisis progresiva de la mirada, oftalmoplejía externa, atrofia óptica, cataratas e hipolacrimia. 174 El Síndrome de Bonnevie-Ullrich: Es una linfangiectasia congénita, con predominio femenino, caracterizada por ser una aplasia de la glándula lagrimal y se presenta con una hiperelasticidad de la piel, hipotrofia muscular, parálisis de algunos nervios craneales oculomotores, ptosis palpebral, epicanto, cataratas congénitas, hiposecreción lagrimal por ausencia de las glándulas lagrimales y de la carúncula y, algunas veces, se acompaña de una queratoconjuntivitis sicca. Displasia anhidrótica ectodérmica congénita, conocido también por Síndrome de Siemens, caracterizado por presentar una displasia ectodérmica hereditaria de carácter autosómico recesivo y con predominio masculino. Ausencia de las glándulas sudoríparas, sebáceas y puede haber ausencia de la glándula lagrimal y del timo. Hiperqueratosis folicular en el cuello y nuca, en palmas y plantas de los pies, disminución de la sudoración, anosmia, disfonía, disfagia, hipotricosis, pérdida del gusto y retraso mental. Ocularmente hay queratosis folicular de los párpados, blefaritis, madarosis, pérdida de las cejas, entropion, ojo seco, queratoconjuntivitis, erosiones corneales, distrofia corneal, miopía y cataratas congénita. Puede haber también microftalmía, opacificación vítrea y atrofia coriorretiniana difusa. Síndrome de Riley-Day: Síndrome familiar, caracterizado por ser una disfunción autosómica recesiva, disautonomía familiar congénita, atribuido a una insuficiencia de las catecolaminas. Disfunción neurovegetativa, con mayor incidencia sobre infantes judíos. Se manifiesta alrededor de los 2 años y se caracteriza por episodios de hipertensión arterial e hipotensión postural, retraso mental, inestabilidad emocional, incoordinación motora, vómitos, hiporreflexia, disfagia, manos y pies fríos, insensibilidad al dolor, 175 sialorrea y sudoración profusa. Ocularmente presenta anestesia corneal, exotropia, miopía, queratitis neuroparalítica, queratopatía en banda, úlceras corneales, anisometropía, anisocoria, ptosis y tortuosidad vascular retiniana, hiposecreción lagrimal por un defecto congénito del desarrollo de las glándulas lagrimales. El síndrome de Curtis es una displasia ectodérmica de la piel que cursa con gigantismo, ictiosis, hipertelorismo, catarata congénita, degeneración tapetorretiniana, colobomas de los párpados y frecuentemente con hiposecreción lagrimal. Son varias las causas de la destrucción o ausencia de las glándulas lagrimales. Entre las primeras están las infecciones de las propias glándulas, intoxicaciones, causas inmunológicas, infecciosas agudas directas o secuelas del sarampión rubeola y algunos tipos de virus gripales o crónicas como la tuberculosis, sífilis y tracoma. Las quemaduras y las variantes de las colagénosis son también causa de esta patología. Entre las anomalías congénitas está la agenesia congénita de las glándulas lagrimales, padecimiento bastante raro y que cuando se presenta y no hay una ausencia total de todos los acinos de las glándulas lagrimales se puede conservar una secreción basal suficiente para impedir un ojo seco grave. Generalmente la extirpación de la glándula lagrimal principal, accidental o quirúrgica, conduce a una queratoconjuntivitis sicca, aunque se reportan casos donde habiendo hiposecreción no hay ausencia total de lágrimas. Las glándulas accesorias, en la mayoría de los casos, no son suficientes para evitar un ojo seco. Hay algunos tumores como los angiosarcomas, cilindromas 176 y tumores mixtos que producen una obstrucción de los conductos excretores y como consecuencia una alacrimia CARENCIAS NUTRICIONALES Los síntomas de las carencias nutricionales se conocen desde hace tiempo, el escorbuto que se produce por la falta de vitamina C, era padecido por los marinos que no ingerían cítricos, todavía es un flagelo en algunos países subdesarrollados el raquitismo por falta de vitamina D, debido a la falta de una alimentación equilibrada. La xerosis ocular por la falta de la ingesta de vitamina A, que es un factor sumamente importante para la producción de un ojo seco. La avitaminosis A se manifiesta secuencialmente por. sequedad ocular, manchas de Bitot, xerosis corneal, ulceras corneales, queratomalacia y hemeralopia o ceguera nocturna. En un comienzo hay una hipersecreción lagrimal irritativa por el proceso metaplásico de la células mucíparas, con sensación de picor y de cuerpo extraño por el punteado epitelial de la córnea. Posteriormente la queratinización se produce en la conjuntiva y comienzan a desaparecer las células caliciformes que se traduce por una disminución progresiva del volumen lagrimal por estenosis de algunos conductos excretores de las glándulas lagrimales. El epitelio corneal sufre una alteración y a medida que el proceso se agrava el punteado inicial se convierte en zonas marcadas de desepitelización y comienza a degenerar el estroma hasta convertirse en una queratomalacia grave que puede llegar a la perforación Es muy típico el aspecto de estos ojos pues hay falta manifiesta de brillo corneal y conjuntival, mirada un poco ausente por la disminución 177 de la agudeza visual, ojos rojo y secos que se manifiesta, además de los signos señalados, por una prueba de Schirmer francamente baja y un tiempo tisc/but muy acortado. El síndrome de Plummer-Vinson puede aparecer en algunas mujeres con avitaminosis del complejo B y por deficiencia de hierro. Los síntomas más frecuentes son glositis, disfagia para los sólidos, anemia microquística hipocrómica, gastritis, aclorhidria y es frecuente que desarrolle un carcinoma de faringe o esófago. Ocularmente hay palidez de conjuntiva, ojos secos, dilatación venosa conjuntivales, hemorragias retinianas ocasionales y puede aparecer papiledema. El alcoholismo crónico produce un ojo seco porque generalmente estos individuos están mal nutridos y por la falta de la absorción intestinal de la vitamina A. La deshidratación por exceso de excreta urinaria en los diabéticos, la hiponutrición y la falta de potasio son también causa de un ojo seco. ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS. Entre las enfermedades dermatológicas que más afectan la conjuntiva y que producen ojo seco se encuentran: Pénfigo vulgar. Es una dermopatía con ampollos, mucosinequiante autoinmune de la conjuntiva y de otras mucosas (boca, nariz, vagina y ano), de evolución crónica, bilateral, con sequedad ocular, simblefaron 178 progresivo, pérdida de la visión central a causa de la opacificación y queratinización de la córnea. La fase terminal es un pénfigo cicatricial. Es una enfermedad crónica, hereditaria, de aparición tardía, alrededor de los 60 años y de mayor incidencia en el sexo femenino. Su aparición se manifiesta por: fibrosis conjuntival que comienza en el fornix inferior y se puede extender a toda la conjuntiva, formando un simblefaron o hasta un anquiloblefaron, disminución del volumen lagrimal, disminución del tiempo de ruptura del film lagrimal, obstrucción de los canalículos secretores de las glándulas lagrimales, destrucción de las células caliciformes, aparición de inmunoglobulinas en la membrana basal epidérmica, coloración lineal de la membrana basal en la inmunofluorescencias (es patognomónico), formación de bullas cutáneas por destrucción de la membrana basal, con acantolisis, con sus células unidas, separadas del corion. El penfigoide es menos activo y espectacular que el pénfigo vulgar y que el penfigoide de Lortat Jacob que es una dermatitis bullosa cicatrizante y mucosinequiante por destrucción de la membrana basal, raramente afecta la piel. Suele aparecer en personas mayores de 60 años comenzando por ampollas urticariantes y si se rompen curan espontáneamente. Puede atacar la conjuntiva y cuando lo hace llega a producir un ojo seco severo por destrucción de toda las estructuras conjuntivales y todos los conductos de las glándulas principales y accesorias. Síndrome de Lyell o epidermólisis necrosante subaguda. Necrolisis epidémica tóxica con manifestaciones cutáneas y oculares caracterizada por la aparición de manchas eritematosas cutáneas, seguido por la formación de ampollas con contenido claro 179 que después se ulceran, dando la impresión de quemaduras. Hay una forma idiopática, sin causa conocida, y se sospecha que puede ser producida por la toxina de un estafilococo llamado toxina epidermolítica o toxina exfoliativa. Las causas más frecuentes son la ingestión de. sulfamidas, penicilina, fenilbutazona, alopurinol, barbitúricos y sales de oro. Comienza bajo la forma de un eritema alrededor de la boca e inmediatamente se extiende por todo el cuerpo con fiebre, mal estado general y anorexia. En el ojo aparecen lesiones pseudo membranosas conjuntivales y unas placas ulcerativas. Estas lesiones producen una cicatrización conjuntival y una retracción conjuntivo palpebral y posible formación de un simblefaron. La destrucción de las células mucosas es la causa de la aparición del ojo seco. por destrucción de las glándulas conjuntivales. Sindrome de Reiter. Síndrome caracterizado por conjuntivitis, uretritis no gonocó- cica y poliartritis. Patología general no específica, más frecuente en varones jóvenes, entre los 16 y 40 años de edad, asociada, en algunas ocasiones con clamidia. La conjuntivitis tiene aspecto catarral o purulento por una metaplasia escamosa y disminución de las células caliciformes, retracción conjuntival pudiendo llegar a un simblefaron. Suele ir acompañado de una queratitis puntata superficial con infiltrados subepiteliales, uveítis con o sin hipopión y siempre con ojo seco. Los síntomas objetivos son: tinción con fluoresceína del punteado corneal, disminución de la secreción total lagrimal, disminución de las células caliciformes, aparición de antígenos de histocompatibilidad HLA B27 y cristalización de la lágrima anormal 180 Síndrome de Zinsser-Engman. Síndrome caracterizado por ser una disqueratosis congénita de etiología desconocida y de herencia recesiva ligada al sexo. Es una atrofia de la dermis y de la epidermis con queratinización de las mucosas y depósitos pigmentarios en el corion mucocutáneo. Se presenta con hiperpigmentación de la cara, nuca y cuello, telangectasias y zonas atróficas de la piel. Frecuentemente aparecen ulceraciones de la mucosa bucal, anemia aplásica, tombocitopenia, sudoración excesiva especialmente en manos y pies y ocasionalmente disfagia, divertículo esofágico y retardo mental. Ocularmente hay madarosis, blefaritis, conjuntivitis con ampollas, queratinización conjuntival con retracción de la misma que conduce a un entropion, opacificación corneal, xerosis conjuntival, y epífora por obstrucción del conducto lagrimonasal. Síndrome de Steven-Johnson o eritema polimorfo o eritema multiforme. Es un síndrome de etiología imprecisa y que en algunos casos puede ser la hiperreacción mucocutánea desencadenada por la administración general o tópica de sulfas, antibióticos, hidrocloruro de proparacaína, infecciones virales y algunas neoplasias. El eritema multiforme se puede confundir con el Síndrome de Lyell. En líneas generales las manifestaciones cutáneas son: aparición en niños y jóvenes, presentación repentina y febril, artralgias y mal estado general, aparición de ampollas hemorrágicas localizadas en cara, cuello, brazos y tronco, necrosis y cicatrización retráctil de las ampollas, duración del período agudo: 2 semanas y compromiso severo de la mucosa bucal, anal, vaginal y peneana que pueden evolucionar a un mayor o menor grado de retracción fibrosa. 181 Las manifestaciones oculares son: conjuntivitis mucopurulenta que evoluciona hacia una membrana y a una cicatriz retráctil dependiendo de la gravedad, simblefaron más o menos extenso, hasta la formación de un anquiloblefaron, triquiasis, entropion, queratinización del borde de los párpados, destrucción e isquemia de la conjuntiva, vascularización superficial y profunda de la córnea, infecciones secundarias frecuentes, queratoconjuntivitis sicca severa iridociclitis y panoftalmitis. CAUSAS NEUROGÉNICAS. Queratitis neuroparalítica. El mecanismo de producción de este tipo de queratitis es discutido. Son varias las teorías para explicarla, una, lo atribuye a la lesión del nervio trigémino o a la lesión, por infección, del ganglio de Gasser, produciendo una anestesia corneal y un aumento de la permeabilidad epitelial. Cuando hay una interrupción en la vía sensitiva conjuntival, corneal o en el trigémino, cualquiera sea su causa, puede producir un ojo seco más o menos severo. Cuando se aplica un anestésico tópico ocular, por ejemplo para la prueba de secreción basal, se interrumpe esta vía y hay una disminución del volumen lagrimal, por eliminación de la lágrima refleja. Cuando se aplica reiteradamente la acción tóxica del anestésico, además, daña el epitelio. La interrupción de la acción del trigémino provoca un aumento en la permeabilidad del epitelio corneal, un edema del estroma y una disminución de la respiración corneal. Hay disminución de la actividad mitótica del epitelio corneal y disminución de la tensión superficial crítica, que interrumpe el proceso de intercambio de la capa mucosa, 182 situada entre las microvellosidades de la capa superficial del epitelio corneal. Se ha demostrado que la lesión del nervio trigémino produce sequedad ocular, aunque la vía eferente de la glándula lagrimal esté o no intacta. La insuficiencia del volumen lagrimal debido a la interrupción de la vía eferente de la glándula no explica la sequedad ocular, pues se ha observado que se produce también sequedad con la vía eferente intacta. Hay disminución de la capacidad de la superficie corneal a ser mojada, esto supone una baja en la tensión superficial de la córnea y su desecamiento. Esta incapacidad de la córnea para dejarse humedecer trae como consecuencia, si no se pone remedio, primero una descamación del epitelio corneal, después una ulceración seguida por lisis del estroma corneal y perforación de la misma. Otra teoría trata de explicarlo por la disminución del parpadeo, pero la queratitis neuroparalítica suele ser unilateral y el parpadear es bilateral y automático. El ojo sano produce su ritmo de parpadeo normal y con ella arrastra el párpado del ojo enfermo y por lo tanto el ritmo de parpadeo en el ojo enfermo no se modifica. Hay otras causas que producen anestesia o hipostesia como las infecciones causadas por el herpes simple, sífilis congénita o en la avitaminosis A, intoxicaciones arsenicales, fracturas de la órbita, heridas perforantes del globo ocular, iatrogénicas como la aplicación prolongada de algunos corticoesteroides, epiteliopatías (ver el apartado siguiente), el uso de lentes de contacto impidiendo en gran medida la estimulación refleja de las lágrimas y por lo tanto produciendo una hipoxia corneal y disminución del parpadeo. Hay algunos casos con hipoestesia corneal por lesión del nervio facial pregeniculado, que produce homolateralmente hipolacrimación 183 basal, emocional, disminución de la cantidad de saliva y pérdida del gusto de la mitad del lado lesionado. Cuando el zona oftálmico toca el ganglio de Gasser, se produce una queratitis neuroparalítica. La clínica que se observa es la siguiente: Cuando en la fase aguda de un Herpes Zoster se inflama el ganglio de Gasser es un signo patognomónico de una queratitis neuroparalítica; se acompaña hiperemia e inyección superficial de la conjuntiva. En la córnea, la falta de capacidad de humidificación, se va a manifestar por tres signos: Primero, hay zonas de sequedad de la capa lagrimal en mapa geográfico y se observan más fácilmente si se tiñe con fluoresceína; desaparecen con el parpadeo y vuelven aparecer en el mismo lugar después de algunos segundos. Son en estas mismas áreas en las que, con el agravamiento de la enfermedad, se producen infiltrados epiteliales de forma puntiforme. Segundo: las fosetas de Gaule son al comienzo de la enfermedad y son pequeñas depresiones epiteliales de aspecto brillante y a medida que ésta avanza pierden el brillo y se hacen mates. Aparecen en el centro de la córnea y el parpadeo las hace desaparecer totalmente o en parte; la falta de parpadeo hace confluir estas áreas ocupando un gran espacio. Tercero, los dellen son áreas desecadas de la córnea que aparecen en la periferia corneal y detrás de un engrosamiento del epitelio conjuntival o corneal. Al no poder el párpado distribuir normalmente la lágrima por esa área hay una alteración del film lagrimal y una evaporación acelerada. Se diferencian de las fosetas de Gaule porque los dellen aparecen en la periferia y no desaparecen con el parpadeo; además los dellen son más grandes y más profundos. 184 Queratitis metaherpética. Las infecciones corneales por el virus herpes producen una anestesia corneal por destrucción de las fibras sensitivas corneales. Existe una correlación entre el número de recaídas y la gravedad de la infección con el grado de anestesia corneal. El virus produce una deficiencia en la capacidad adhesiva del epitelio corneal a la membrana de Bowman y por lo tanto hay una alteración importante en la estructura del film. lagrimal a nivel de la lesión. El factor neurotrófico juega un papel fundamental en la evolución lenta y en la curación tardía. Este mecanismo en la formación del ojo seco concuerda con las alteraciones neurotróficas de la queratitis neuroparalítica; hay una disminución marcada de la capacidad de humectancia de la córnea por la disminución de la tensión superficial de la película lagrimal. Al mismo tiempo el virus Herpes simple se puede aislar del ganglio de Gasser; como las fibras del parasimpático atraviesan este ganglio, la parte aferente de la secreción refleja se afecta y por consiguiente hay una hiposecreción refleja. Haciendo el Schirmer 1 se comprobará que el ojo enfermo tiene una secreción menor que el ojo sano. Herpes Zoster oftálmico (zona oftálmico). Esta enfermedad está producida por el Herpes Zoster y además de dar una sintomatología general y una erupción eritemovesicular cutánea produce alteraciones en el epitelio corneal, con modificación del comportamiento del film lagrimal que puede, junto a la hiposecreción refleja, producir un ojo seco. Algunas veces se acompaña con triquiasis por la cicatrización retractiva de las lesiones pustulosas que aparecen en los bordes palpebrales. 185 Herpes Zoster del ganglio geniculado. El síndrome de Hunt, llamado también síndrome del ganglio geniculado, síndrome de Ramsay-Hunt y zona auditiva. Causado por infección viral del ganglio geniculado del nervio facial. Se presenta con gran dolor en la cara y en la mucosa oral, parálisis facial, pueden estar afectados los ganglios de los nervios craneales VIII, IX y X y como resultado se presenta tinnitus, sordera parcial, vértigo y ronquera. Ocularmente hay lagoftalmos, aumento de la secreción lagrimal en la fase irritativa con posterior disminución, producida por la lesión de la vía eferente lagrimal. La combinación de un lagoftalmos por parálisis facial y la hiposecreción refleja conduce fácilmente a una queratitis sicca. Ectropion paralítico. El ectropion paralítico generalmente es debido a una parálisis del nervio facial, produciendo una disminución del tono de la porción pretarsal del músculo orbicular y una eversión del párpado inferior. El lagrimeo es debido a la falta de tono del párpado inferior lo cual dificulta la formación del río lagrimal y la conducción de las lágrimas hacia los puntos lagrimales; a mayor ectropion mayor epifora. Al mismo tiempo hay una eversión del punto lagrimal inferior, por el mismo ectropion, factor que aumenta la epifora por no poder las lágrimas alcanzar fácilmente su vía normal de salida. La hiposecreción se produce por la lesión de las fibras parasimpáticas que inervan la glándula lagrimal. Es bueno recordar que estas fibras parasimpáticas se unen al nervio facial de una manera directa y no a través del núcleo del nervio, posteriormente se alejan del nervio facial para convertirse en el nervio petroso superficial a nivel del ganglio geniculado. Una lesión a nivel del trayecto común 186 al parasimpático y al nervio facial se traduce por una disminución de la función lagrimal. Dependiendo del lugar de la lesión el ectropion paralítico puede cursar con hiposecreción refleja o con secreción lagrimal refleja normal. Cuando existe un lagoftalmos, por el ectropion paralítico, y hay lesión de las fibras parasimpáticas es más frecuente la aparición de un ojo seco. Cuando no hay hiposecreción también se instaura un ojo seco por la incapacidad de cerrar los párpados y favorecer la evaporación. Anomalías del parpadeo. Cuando hay una disminución del número de parpadeos por minuto se produce lagoftalmía, queratitis por exposición y una córnea seca. Las principales causas son: enfermedad de Parkinson, estados postencefalíticos que han tocado el cuerpo estriado, síndrome de Romberg (Hemiatrofia facial), parálisis facial y algunos tipos de jaqueca. Últimamente se está viendo con más frecuencia hiposecreción lagrimal en los operados con LASIK. Las razones son que al tallar la capa corneal se seccionan las terminaciones nerviosas y trae como consecuencia una falta de estímulo reflejo para las glándulas lagrimales con disminución marcada del número de parpadeos y mala distribución de la lágrima. Si esta cirugía se hace en personas que tienen una hipolacrimia anterior, el ojo seco se desencadena permanentemente. Esta puede ser la causa de las fluctuaciones de la visión, del punteado epitelial y de la queja de incomodidad. Al mismo tiempo la técnica quirúrgica del LASIK exige una elevación marcada de la presión intraocular para poder efectuar el corte corneal micrométrico y para ello necesita un anillo de succión que se apolla sobre el limbo. La altísima presión que ejerce daña e incluso mata las glándulas de producción mucosa y su falta desestabiliza el 187 equilibrio de toda la película lagrimal, induciendo y desencadenando una sequedad ocular e incluso un ojo seco. Casos menos frecuentes. A pesar de no ser muy frecuentes hay que pensar en ellos. Cuando los síntomas no se encuadran en una enfermedad o un síndrome de manera definida y es necesaria su ubicación para su oportuno tratamiento. Entre ellos están: Síndrome de Lubarsch-Pick. Síndrome de origen posiblemente congénito, de preferencia femenina, asociado a hiperglobulinonemia que produce una amiloidosis idiopática que afecta la lengua, hígado, páncreas, riñones, glándulas adrenales, piel, corazón, nervios periféricos y músculos esqueléticos. Ocularmente presenta opacidades vítreas, exudados perivasculares y hemorragias retinianas, oftalmoplejía interna y externa e hiposecreción lagrimal. Los depósitos amiloides se pueden acumular en córnea, en los nervios ciliares, en los vasos epiesclerales, conjuntivales, en la membrana de Bruch y en el sarcolema de los músculos extraoculares. Síndrome de Adie. Síndrome hereditario de etiología desconocida, caracterizado por miotonía, pérdida de reflejos tendinosos profundos e hiposensibilidad motora y sensorial. La patología ocular se caracteriza por reacción perezosa a la luz directa, tanto para la miosis como para la midriasis. Muestra una prolongada reacción a la convergencia, pérdida de la acomodación y oftalmoplejía interna total La pupila reacciona prontamente a los mióticos y midriáticos mientras que la pupila contralateral no reacciona ante la instilación de la metacolina al 2,5 %. Hay disminución de la secreción lagrimal por 188 una lesión de las fibras postganglionares periféricas al ganglio ciliar o a una lesión central hipotalámica. La lepra tuberculoide puede ser causa de un ojo seco porque hay una neuritis intersticial del nervio facial y del nervio trigémino provocando un ectropion paralítico e hiposecreción lagrimal. El botulismo y las enfermedades caquectizantes pueden ser causa también de un ojo seco. Lo mismo que la diabetes y la tabes con sus crisis de sequedad y lagrimeo. En la histeria y en la anorexia mental también se pueden presentar crisis de hiposecreción lagrimal. EXOCRINOPATÍAS INMUNES. Síndrome de Mikulicz. Caracterizado por una dacrio- sialoadenopatía, producida por una reticulosis o sarcoidosis generalizada, de aparición alrededor de la tercera década. Considerado como una variante del síndrome de Sjögren y por eso también se conoce bajo el nombre de síndrome de Mikulicz-Sjögren. Se presenta con hiperplasia de las glándulas salivares y lagrimales, atrofia parenquimatosa, con infiltración linfocitaria, hiposecreción lagrimal, sequedad bucal, faríngea, nasal y usualmente asociado a gingivitis y faringitis. Ocularmente se acompaña con xeroftalmía, xerostomía y puede presentarse una iritis. Síndrome de Felty. Síndrome que acompaña a la artritis reumatoidea deformante crónica de pies y manos, de origen desconocido y parece ser una forma del síndrome de Still-Chauffard. De aparición más frecuente entre los 40 y 60 años. Hay leucopenia agranulocítica, esplenomegalia, linfoadenopatías, pigmentación de 189 la piel, estomatitis, úlceras en las piernas y temperaturas subfebriles. Las complicaciones oftalmológicas son una queratoconjuntivitis sicca, epiescleritis, úlceras corneales y puede aparecer escleromalacia perforante. Sarcoidosis Dentro de este grupo está el síndrome de Besnier-Boeck- Schaumann también conocido como sarcoidosis de Boeck. Afección inflamatoria con pequeños nódulos por todo el cuerpo, de tipo granulomatoso crónico, con células linfoides y epiteliodes y sin formación de caseum. De origen desconocido aunque se le atribuye algún virus o al bacilo tuberculoso. Ocularmente se manifiesta por una coriouveítis con depósitos miliares poco numerosos, circunscritos y sin reacción inflamatoria vecina. Puede haber iridociclitis nodular, depósitos queráticos endoteliales en grasa de carnero, iritis, sinequias posteriores y densos depósitos vítreos. Suele ir acompañada por inflamación de las glándulas lagrimales y parótidas, así como adenitis, quistes de pulmón y pseudoquistes de las falanges. Pude ir aconpañado de una queratoconjuntivitis sica. El Síndrome de Heerfordt, es una forma del síndrome de Besnier-Boeck-Schaumann. Se caracteriza por fiebre, uveítis bilateral granulomatosa, e hiperplasia parotídea causado, en la mayoría de los casos, por una sarcoidosis, siendo anteriormente atribuido a tuberculosis y es más común en mujeres jóvenes. Se acompaña con adenopatías bilaterales inflamaciones de las glándulas salivares y esplenomegalia. En algunos casos puede presentar parálisis facial. 190 La Granulomatosis de Wegener es una forma de una vasculitis granulomatosa, enfermedad progresiva de origen desconocido, que afecta el aparato respiratorio (senos paranasales y pulmón) y el riñón. Se presenta con unos verdaderos granulomas alrededor de los vasos, causando la muerte celular. Ocularmente de manifiesta por escleritis, queratitis, uveítis, quemosis, edema palpebral, limitación de los movimientos del globo ocular y proptosis. Cuando afecta la glándula lagrimal produce hipolacrimia. CAUSAS INFECCIOSAS, ALTERACIONES PALPEBRALES Y CORNEO-CONJUNTIVALES. Las infecciones y las alteraciones anatómicas de los párpados, de la conjuntiva y de la córnea son causas de ojo seco; entre las afecciones más frecuentes se encuentran: En general las blefaritis, infecciosas producidas por el estafilococo aureus, producen una alteración de la capa lipídica, por aumento de la lipasa con la consiguiente destrucción más acelerada de la capa grasa y el consiguiente aumento de la evaporación. Esta blefaritis simple con la sola participación de la piel se acompaña de enrojecimiento y edema de los bordes. Cuando aparece la inflamación e infección de la glándulas de Meibomio recibe el nombre de blefaritis seborreica, pudiendo llegar a una forma grave de blefaritis ulcerativa necrosante. También puede presentarse en los casos de molusco contagioso y papilomas virales. En la hipoplasia o aplasia de las glándulas de Meibomio hay también un desequilibrio de la película lagrimal por ausencia de moco. 191 Son también frecuentes las blefaritis estreptocócicas, parasitarias producida por el demodex foliculorum, hormonales por insuficiencia androgénica, alérgicas, químicas o por la polución atmosférica, conjuntivitis papilar gigante producida generalmente por el abuso de los lentes de contacto, membranosas, ulcerosas luéticas, tuberculosas o lúpicas y las carenciales, sobre todo por la avitaminosis A, todas ellas pueden producir una hipolacrimia más o menos acentuada Esclerodermia. En el curso de la esclerodermia se produce un infiltrado palpebral que dificulta el parpadeo y en los estados más avanzados de la enfermedad, hay atrofia cutánea con retracción palpebral y formación de un ectropion; el ectropion retráctil produce queratoconjuntivitis sicca. Ectropion. Ya vimos el mecanismo de formación de la queratoconjuntivitis sicca causado por el ectropion paralítico; en el resto de los ectropiones paralítico, senil, espasmódico y cicatricial el proceso se repite. Las causas de la formación del ectropion son diferentes pero el resultado final es el mismo, cualquier ectropion puede conducir a una queratoconjuntivitis sicca. Cicatrices viciosas palpebrales. Cualquier lesión retráctil de los párpados que impida el cierre de los mismos contribuye a una evaporación más acentuada de lo normal, puede conducir a una queratitis por lagoftalmía. Las causas más frecuentes son: 192 Enfermedades infecciosas como la difteria, lepra, viruela, etc., que muchas veces producen lesiones ulceropustulosas en los párpados y conjuntiva y su posible retracción. Quemaduras químicas, físicas o por radiación. Lesiones mucosas con cicatrices retráctales, en el curso de algunas dermatosis, con formación o no de un simblefaron. Secuelas quirúrgicas conjuntivales o por hipercorrección de una ptosis. Miopía. En los miopes altos, cuando hay un exoftalmos marcado, puede ocurrir que el párpado superior sea insuficiente para ocluir totalmente la hendidura palpebral y conducir a una queratitis por exposición más o menos severa. Si al exoftalmos se le agrega un ectropion congénito un poco pronunciado, la lagoftalmía es mayor y el peligro de queratitis por exposición y el ojo seco es más frecuente. Dellen. Los dellen son zonas de sequedad corneal localizados en el borde de la misma, aparecen por detrás de una elevación de la superficie córneo-conjuntival como consecuencia de una cicatriz viciosa conjuntival como el simblefaron, como consecuencia de una intervención quirúrgica (a nivel de la cicatriz y sus puntos), de un proceso patológico córneo-conjuntival como el pterigión o de cualquier otra lesión que produzca elevación a nivel del limbo. 193 Patología conjuntival. Toda patología conjuntival que pueda provocar una destrucción de las células caliciformes puede conducir a una sequedad ocular. El grado de la sequedad estará en relación directa con el grado de destrucción celular. Se deben mencionar las quemaduras conjuntivales tanto químicas, físicas y térmicas. La queratoconjuntivitis epidérmica, las alergias conjuntivales prolongadas, las conjuntivitis crónicas mal tratadas, las resecciones amplias de conjuntiva con fines quirúrgicos y la Iatrogenia local medicamentosa que produzca una disminución de las células secretoras de moco. EXOFTALMÍAS Cuando el contenido de la órbita aumenta de volumen, bien sea el tejido graso, los músculos perioculares o tumoraciones intraorbitarias, hacen que el globo ocular protruya hacia adelante separando los párpados e impidiendo una buena oclusión de los mismos. El grado de sequedad ocular dependerá del grado del exoftalmos y de la patología que lo produce. Hay dos grandes grupos de noxas que pueden producir exoftalmos. Endocrinos. Dentro de este grupo el más importante es el exoftalmos tiroideo. La forma tirotóxica no infiltrativa no produce sequedad ocular; en cambio la forma tirotóxica infiltrativa, o enfermedad de Basedow-Graves, produce gran cantidad de sequedad, además de 194 los otros signos que lo acompañan. Hay quemosis, infiltración de la grasa orbitaria y de los músculos extraoculares, por perturbación de la movilidad ocular, diplopia y hasta edema papilar, con peligro de la pérdida de la visión. Cuando el exoftalmos es demasiado marcado y la infiltración orbitaria es grande recibe el nombre de oftalmía maligna hipertiroidismo maligno; en estos casos el lagoftalmos es muy marcado y la queratoconjuntivitis sicca se presenta con más frecuencia y con más gravedad. Exoftalmos por tumores y pseudotumores orbitarios. Son muchos y muy diversos y sería interminable enumerarlos todos, lo que interesa, en estos momentos, son aquellos pseudo- tumores o aquellos tumores que por su volumen produzcan una protrusión ocular lo suficientemente marcada como para impedir el cierre de los párpados con la formación de un lagoftalmos. Se admite que el tumor debe tener al menos 1 cm de diámetro para que se manifieste el exoftalmos. Los tumores retrooculares producen mayor exoftalmos que los tumores situados fuera del cono muscular. Lo importante de recordar esta causa de sequedad ocular es la de hacer pensar al oftalmólogo en esta patología e inducirle a un diagnóstico diferencial más profundo y más depurado. No hay que olvidar los tumores malignos y benignos de la glándula lagrimal, desde los tumores mixtos hasta los linfosarcomas y desde los fibromas hasta los angiomas, producen sequedad ocular por el daño directo a la glándula y por el exoftalmos que pueden producir. 195 CAUSAS HORMONALES. Hay determinadas alteraciones hormonales que producen, en muchas ocasiones, sequedad ocular. Entre las más frecuentes están: La falta en la producción de andrógenos y/o la inhibición del sistema nervioso autónomo pueden dar lugar a sequedad ocular, dada la gran influencia de estos andrógenos sistémicos sobre la glándula lagrimal, actuando también sobre las glándulas de Meibomio y por lo tanto sobre la producción lipídica de la lágrima. Se están suministrando andrógenos en el síndrome de Sjögren para estimular la inhibición de linfocitos T, administrando simultáneamente ciclosporina A localmente en forma de colirio. Insuficiencias luteínicas, en mujeres jóvenes, que se presentan con sequedad ocular, sequedad bucal y vagina¡, habiéndose demostrado (Soyeaux y col.) que no existía ni colagenosis, ni artritis reumatoidea y que con el tratamiento exclusivo de progesterona mejoraban los síntomas de sequedad. Presencia en la glándula lagrimal de receptores hormonales, en particular receptores de la prolactína, del ACTH y de la leucina encefalina. El síndrome de Sjögren presente en mujeres premenopáusicas o menopáusicas y se atribuye a la falta de producción de prolactina. En los pacientes con cáncer de próstata tratados con hormonas femeninas. 196 SEQUEDAD Y MEDIO AMBIENTE. Es totalmente imposible que el individuo normal o con sequedad ocular se aísle del medio donde vive, tanto en espacios abiertos como cerrados, pues es un ser social y trabajador que necesita su entorno para convivir. El medio ambiente juega un papel muy importante en la cantidad y en la calidad de la lágrima. Ya se sabe que con la edad disminuye el volumen lagrimal segregado; también está demostrada la hiposecreción en numerosas enfermedades generales y oculares y también es conocida la alteración que sufre la película lagrimal en los portadores de lentes de contacto. Los aires acondicionados con sistemas abiertos o semiabiertos donde se renueva, en parte, el aire ambiente produce menos sequedad que los ambientes climatizados de sistema cerrado donde el mismo ambiente se recicla y la humedad relativa cada vez se va haciendo menor. La sequedad ambiental normal y tolerable debe oscilar entre el 35% al 45% de humedad. Los aires acondicionados disminuyen sistemáticamente la sequedad ambiental y si son de circuito cerrado reciclan el aire agravando la sequedad y concentrando la polución. Lo mismo ocurre con el calor producido alrededor de las hogueras, y la proximidad a los hornos y cocinas. Las oficinas, hoteles, lugares de esparcimiento e incluso las viviendas cada vez se van climatizando con mayor frecuencia y la sequedad no sólo se manifiesta en las vías respiratorias sino también en los ojos. En general, gran parte de la lágrima se elimina por la evaporación, es la capa lipídica la encargada de retrasarla. La humedad y las corrientes de aire del medio ambiente pueden conservar o acelerar la evaporación de la persona normal y con mayor razón del paciente 197 con sequedad ocular. De tal manera que se debe crear conciencia al paciente de ojo seco que es un padecimiento de por vida y que debe cuidar su entorno. Las polución atmosférica de algunas ciudades es un factor dañino pues los productos químicos que transporta degradan la capa lipídica y aumentan la evaporación. El polvo que trasporta se acumula en el mar lagrimal bajo la forma de legaña y como no dispone de una cantidad suficiente de lágrima para eliminarlo, el ojo se irrita y si el paciente es alérgico aumenta su respuesta. Se estima que la contaminación llega a un punto crítico cuando entra a 0,15 partes por millón. Para minimizar esta acción es aconsejable la protección con lentes corrientes y para mayor seguridad con lentes de cierre hermético lateral. Es frecuente que se quejan de sequedad e irritación cuando trabajan en espacios cerrados, removiendo el polvo de las alfombras, cuando se trabaja con libros almacenados por mucho tiempo, cuando hay corrientes de aire en el campo o en la playa. Las corrientes de aire en los pasillos, las producidas por ventiladores, por aires acondicionados fríos y calientes, en la ventanilla del automóviles y, sobre todo, cuando se enfila directamente sobre los ojos aumentan la evaporación y deben evitarse. Los vuelos aéreos, cada vez más populares, también han contribuido a que el pasajero normal siente una sensación de sequedad, un enrojecimiento y un aumento del parpadeo. Los portadores de lentes de contactó saben que tienen que quitárselos durante el vuelo pues el grado higrométrico en la cabina desciende desde un 66% que hay con el avión en tierra hasta un 22% a 13.000 metros de altura. Runge y col. (1979) comprobaron que en los aviones comerciales a la altura 198 de 11.000 a 13.000 metros el grado higrométrico desciende al 3% 4% . La sensación de sequedad mejora instilando lágrimas artificiales o ingiriendo abundantes líquidos. Al grado higrométrico hay que agregar la baja tensión de oxígeno por la altitud y el aumento de la concentración de ozono que se usa como esterilizaste y desodorante. CAUSAS IATROGÉNICAS. Es importante conocer este apartado pues muchas veces se presenta una clínica de ojo seco, sin patología orgánica real, y sólo es producto de los efectos secundarios de una droga. La administración tópica puede producir un ojo seco temporalmente pero sus efectos no son intensos y su duración corta, el ejemplo más relevante es el colirio de atropina. Son los medicamentos administrados sistémicamente los que producen más frecuentemente un ojo seco porque su administración suele ser más prolongada y los efectos oculares más significativos. La clínica se puede confundir fácilmente pues tanto los síntomas subjetivos como los objetivos reproducen con exactitud la clínica de un ojo seco de otro origen, fundamentalmente causada por una enfermedad sistémica. Los medicamentos más directamente responsables son: Parasimpaticolíticos. Poseen una acción anticolinérgica bloqueando los efectos neuromediadores de la acetilcolina y los receptores postsinápticos. La atropina y sus derivados son los que más efecto producen; reducen marcadamente la secreción lagrimal a las dosis administradas corrientemente. Administrada a dosis de 1 a 2 mg por vía oral, reduce 199 la secreción de 15 ml minuto (secreción normal) a 3 y hasta 0,8 ml minuto (Randali). La concentración de proteínas, moco y lisozima aumenta por disminución del volumen acuoso. E s t o s m e d i c a m e n t o s g e n e ra l m e n t e s e u s a n c o m o antiespasmódicos, en úlceras pépticas, alteraciones del ritmo vagal, etc. Los principales medicamentos parasimpaticolíticos son: Atropina Isopropamida Prifinium Clinidium Jusquiamina Procielidina Difemerine Mepezolato Profenamina Dihexiverine Ofenandrina Fropantelina Difemanil Oxifeciclimina Propiromacina Etilbenzatropina Parapenzolato Prosapina Hexociclium Pentapiperidina Trihexifenidila Homatropina Pinpenzolato Tropatepina Tropicarnida Antidepresivos. Estos medicamentos, sobre todo los derivados tricíclicos, tienen un efecto parasimpaticolítico secundario y se emplean para combatir las depresiones endógenas o reaccionales. Generalmente producen cicioplegia, midriasis, glaucoma agudo en los ojos con ángulo estrecho por el cierre angular, ojo seco en sujetos normales y agravación en los portadores de la queratoconjuntivitis sicca. Los más usados son: Amitriptilina Amoxapina Butriptilina Clormipramina Demexiptilina Desipramina Dibenzepina Dosuiepina Doxepina Imipramina Metrotilin 200 Nortripfilina Noxiptilina Opipranol Popizepina Quinupramina Hay otros antidepresivoss que no producen o producen poca hiposecreción lagrimal; es bueno conocerlos para no descartar todos ellos y propiciar el tratamiento específico del paciente. Derivados no tricíclicos: Amineptina. Metapramina. Nomifensina. Inhibidores de la mono-amino-oxidasa: Benmoxina Isocarboxacida. Ciclicina Nialarnida Iproniazida Tranyciipropina Derivados serotoninérgicos: Oxitriptan. Idalpina. Derivados alfa-2-adrenérgicos bloqueantes: Mianserina Trazodone Dervados noradrenérgicos y serotoninérgicos: Oxaflozane Vidoxazina Neurolépticos: Los neurolépticos derivados de las fenotiazidas poseen un efecto parasimpaticolítico y por lo tanto pueden ser los causantes de un ojo seco Iatrogénico. Los derivados de la etilbenzamida poseen poco o ningún efecto neurovegetativo. Los más frecuentes son: Alimemacina Perciacina Ciarnemacina Perimetacina Etimemacina Thioridacina Levomepromacina 201 Con efecto polivalente: Acepromacina Ciorpromacina Ciorprotixene Flupentisol Triflupromacina Flufenacina Perfenacina Pipotiacina Prociorperacina Los derivados de la etilbenzaniida: Metociopromida SultoprideSulprideTriapride. Derivados de la fenotiacinas: Tioproperacina Trifluoperacina Derivados de las butirofenonas: Haloperidol Pimocida Peufliridol Trifluperido Antihistamínicos: Los antihistamínicos producen frecuentemente ojos secos al disminuir la secreción mucosa por bloqueo de los receptores Hl. La disminución del moco lagrimal favorece la intolerancia a los lentes de contacto y agrava las queratoconjuntivitis preexistente. Los principales antihistamínicos usados son a base de: Azatadíne Clemastina Isotipendil Bamipine Dexclorfeniramina Mepiramina Bronfeniramina Dimelacina Mequitacina Buciclina Dimenhidrato Oxamemacina Bufenina Difenhidramina Pimetixene Carbinosamina Doxilamina Prometacina Ciorfenosamina Histapirrodina Tiaciamiun Ciannaricina I-lidroxicina Tripolidina Tritoqualina 202 Beta-Bloqueadores: Estos medicamentos producen una mayor hiposecreción lagrimal e incluso se han descrito destrucción de las glándulas lagrimales con epidermización de la conjuntiva y ulceraciones corneanas. Estos efectos dependen del medicamento utilizado y de la edad del paciente; en pacientes mayores de 50 años el efecto es mucho mayor que en los pacientes menores de esta edad. Los principales medicamentos son: Acebutalol Labetalol Pindolol Alprenolol Metroprolol Propanolol Atenolol Nadolol Sotalol Betaxolol Oxprenolol Timolol Butafilol Penbutalol La administración local de Timolol, ha suscitado numerosos estudios por la importancia que tiene en el tratamiento del glaucoma. Hay autores que no han encontrado disminución de la secreción lagrimal, por muy prolongado que haya sido el tratamiento local. Van Bijsterveld y col., siguieron un grupo de pacientes con gotas de Timolol durante 1 año y encontraron una ligera disminución de la secreción lagrimal en los 6 primeros meses y que progresivamente se iba normalizando. La concentración de lisozima no cambia en los 6 primeros meses y aumenta a los 12 meses siguientes. 203 CAPITULO VII Tratamiento médico del ojo seco etiológico iratamiento médico sintomático sustitutos lagrimales soluciones salinas colirios, características colirios en el mercado nacional pomadas oftálmicas insertos gel lagrimales mucolíticos estimulantes de la secreción regenerativos tisulares medio ambiente antievaporantes lentes de contacto terapéuticos CAPITULO VII Tratamiento del ojo seco. En el capítulo VIII se exponen las ténicas anestesicas locales, que se deben ulilizar para el tratamiento quirurgico que se desarrolla en el capitulo IX Tratamiento médico: El modo de encarar el tratamiento del difícil problema del ojo seco se puede resumir en tres grandes grupos: etiológicos médicos y quirúrgicos, terapia médica y terapia quirúrgica. En este capitulo solamente se repasa la conducta ante las causas etiológicas y los medios médicos sustitutivos. Tratamientos etiológicos. Medios terapéuticos médicos Sustitutos lagrimales Dietéticos Antinflamatorios Mucolíticos Estimulantes de la secreción Regenerativos tisulares Medio ambiente Antievaporantes: Cámara húmeda Lentes de contacto Tratamientos quirúrgicos Irrigación derívativa. Preservación de la lágrima. Correctivos. 207 Conjuntivales. Palpebrales. Corneales. TRATAMIENTO ETIOLÓGICO. Es imprescindible la búsqueda de la causa primaria de la sequedad ocular para la mejor comprensión de la enfermedad y, al mismo tiempo, para orientar su tratamiento etiológico y sintomático. Cuando se encuentre una causa definida, se aplicará el tratamiento curativo correspondiente, resolviendo el problema definitivamente. Pero la mayor incidencia del ojo seco está ocasionado por varios mecanismos que deben ser atendidos por su etiología y mejorados con los tratamientos médicos o quirúrgicos paliativos. Esquemáticamente, y desde este punto de vista, los tratamientos se pueden orientar por algunas de sus causas originarias: Causas conjuntivales. La avitaminosis A y que su tratamiento se remite al lector a un apartado de este mismo capítulo. Las dermatosis como pénfigo, pseudo pénfigo, quemaduras térmicas y químicas y los síndromes de Lyell y Stevens Johnson, y cuando es identificado el medicamento que lo produce, debe ser suspendido y tratar las secuelas cuando las haya. El simblefaron debe ser atendido en la fase inflamatoria con antibióticos y antinflamatorios esteroideos y posteriormente quirúrgicamente con injertos de conjuntiva, mucosa bucal o amnios. Cuando hay obstrucción de los canales secretores de las glándulas lagrimales, como consecuencia de inflamaciones o 208 infecciones repetidas y hay bridas en el fondo de saco superior se puede intentar hacer una incisión retráctil para liberar las bocas de desagüe, siempre y cuando las glándulas sean funcionante. El procedimiento es incierto dado que el mismo proceso inflamatorio que produjo la retracción y la fibrosis siempre está presente y puede volverlas a tapar. Cuando hay alteración importante de la agudeza visual por opacidades corneales se puede recurrir a la queratoplastia penetrante, aunque el pronóstico es incierto y la mayoría de las veces hay rechazo. En todos estos casos hay que agregar lágrimas artificiales. Producidas por la ausencia o marcada deficiencia de la glándula lagrimal. En las raras formas congénitas, además de la administración repetida de lágrimas artificiales y de insertos, se puede intentar los trasplantes de glándulas sublinguales que ha preconizado y que practica el Dr. Murube. En las formas adquiridas y concretamente, la más frecuente, el síndrome de Gougerot-Sjögren y en la fases iniciales de la enfermedad, cuando todavía no hay destrucción total de la glándula, el uso de corticoides, por vía oral y locales en forma de colirios a base de betametazona o dexametazona mejoran, mejoran la cantidad de la secreción y la queratitis filamentosa. Estos resultados no pueden prolongarse indefinidamente por los efectos colaterales que producen. Al mismo tiempo estos medicamentos no son efectivos cuando, en las fases avanzadas, hay destrucción total de la glándula lagrimal. En los casos de reumatismo el uso de los antipalúdicos de síntesis son efectivos, pero tienen el inconveniente de alterar la funcionalidad de la retina. Si se usan se debe estar atento a las alteraciones del electrorretinograma que son las primeras manifestaciones de su toxicidad. 209 Si hay tumefacción de la glándula hay que determinar si es tumoral o inflamatoria. Si es tumoral se debe recurrir a la cirugía o a la radioterapia, dependiendo de su naturaleza determinado por biopsia. Si es inflamatoria se deben usar antibióticos de amplio espectro y se puede inyectar intraglandular un corticoide tipo betametazona, complementado también con la administración oral y colirios del mismo preparado. Si el ojo seco está producido por una enfermedad de Hodgkin, leucemia, linfoblastoma, enfermedad de Brill-Symmers o plamocitomas, debe establecerse el tratamiento específico en unión de las interconsultas necesarias. Blefaritis. Hay que poner mucha atención en diagnosticar correctamente las blefaritis pues son causa de la alteración de la capa lipídica y por tanto del aumento de la evaporación lagrimal. Se demostró hace mucho tiempo, que la radioterapia, a bajas dosis, no tiene efecto estimulante secretor sobre las glándulas lagrimales. Hay una serie de tratamientos físicos que pueden estimular la secreción, unos, usan el calor local y la estimulación mecánica de los párpados y otros emplean los rayos láser El calor local sobre los párpados fluidifica la grasa meibomiana, facilita su salida y hace fácil la expansión sobre la lágrima. El calor facilita la limpieza de los bordes palpebrales, ayuda a la desinfección cuando hay blefaritis y reconforta al paciente. La limpieza debe hacerse dos veces al día, al levantarse y al acostarse. Se recomienda usar el champú diluido, que usan los niños, aplicado con una torundita de algodón. La temperatura debe ser tibia y es más efectiva cuando se 210 hace antes del masaje palpebral. Los pacientes con blefaritis o meibomitis secretan mal el sebo meibomiano, de tal manera que el parpadeo forzado ayuda a la expulsión de la grasa y, mejor aún, el masaje activo sobre los bordes palpebrales. Deben hacerse varias veces al día, sobre todo en lugares que exijan atención, cines y televisión, que disminuyen el número de parpadeos o cuando se permanece un tiempo largo en lugares donde hay aires acondicionados. Los párpados superiores deben ser presionados desde arriba abajo y en forma circular, los inferiores el movimiento debe ser al contrario. La aplicación de láser He-Ne, con una potencia de 625 mW, sobre la región donde se sitúa la glándula lagrimal, ha dado resultados positivos, aunque nunca espectaculares. Todos estos procedimientos deben ir acompañados de colirios y pomadas con antibióticos específicos a cada germen o antibióticos de amplio espectro. Si es necesario el tratamiento local se reforzará con antibióticos por vía oral o parenteral. Causas corneales. Queratoconjuntivitis tóxicas y alérgicas. El tratamiento de la queratoconjuntivitis epidémica debe ser preventivo para evitar retracciones y fibrosis. El empleo de corticoides en forma de pomada y de colirios se deben comenzar tempranamente cuando empiezan las manifestaciones inflamatorias. Cuando se establece la sequedad ocular corneal, retracciones y fibras cicatriciales se emplearán, además de los colirios con dexametazona, los lubricantes locales de alta densidad con metilcelulosa o hidroximetilcelulosa, paños calientes y masajes palpebrales. 211 Queratoconjuntivitis por exposición. Si la causa es una parálisis facial, con un lagoftalmos marcado y punteado epitelial, además de la solución salina hipertónica al 5%, las lágrimas artificiales, la oclusión nocturna y la cámara húmeda, lo más indicado es hacer una blefarorrafia del tercio externo palpebral. En la fase inmediata a la parálisis se puede hacer temporal, sin reavivar los bordes, y si luego hay recuperación se sueltan los puntos. Si persiste el lagoftalmos y hay un daño del epitelio corneal la blefarorrafia se hace permanente, avivando y uniendo los bordes palpebrales. A pesar de la palabra permanente este tipo de blefarorrafia pude ser abierta posteriormente siempre y cuando se recupere el tono del músculo orbicular. La técnica de la blefarorrafia se describe en el apartado de la terapéutica quirúrgica. Si se presenta un ectropion retráctil por un escisión excesiva de la piel, después de una blefaroplastia, el tratamiento inmediato es la protección corneal con colirios, pomadas lubricantes, masajes y oclusión nocturna. Este tratamiento debe persistir al menos dos meses mientras el tejido de cicatrización está en pleno desarrollo. Si no ha desaparecido el lagoftalmos es necesario recurrir a un injerto libre de piel. Se puede obtener del párpado superior, si hay algún tipo de redundancia o tomar la piel detrás de la oreja. En los pacientes con exoftalmos el tratamiento estará indicado dependiendo de su causa. inflamatorio, infeccioso o tumoral. Un caso muy especial y de etiología frecuente es el exoftalmos por hipertiroidismo y más concretamente el hipertiroidismo maligno o enfermedad de Basedow. La sintomatología es crónica, evolutiva y el tratamiento depende en la fase en que se encuentre. 212 TRATAMIENTO MEDICO SINTOMÁTICO. Tratamientos paliativos Sustitutos lagrimales Es prácticamente imposible el reproducir totalmente una lágrima artificial que contenga todos los elementos físicos, químicos e inmunológicos que tiene una lágrima normal. Todas ellas se componen de alguno de los componentes que a continuación se enumeran y tratan de cubrir alguna demanda específica del ojo seco, como por ejemplo aumentar el tiempo de permanencia en la cuenca lagrimal. El fin principal de la lágrima artificial es el de sustituir las funciones de la lágrima normal, tratando de cumplir algunas de las deficiencias más importantes de la lágrima, como son: Mantener el ojo húmedo y facilitar el parpadeo. Mantener el equilibrio del film precorneal de sus tres capas. Mantener la superficie de la córnea lisa y uniforme para una mejor refracción. Aumentar el tiempo de permanencia de la lágrima en la cuenca lagrimal. Mantener el espesor de la película lagrimal. Garantizar una cierta protección antibacteriana e inmunológica. Diluir la capa mucínica cuando hay hiposecreción acuosa. Estos tratamientos paliativos son las soluciones salinas, los colirios, pomadas, insertos, gel, lentes de contacto terapéuticos o mecanismos de irrigación continua, sin ser quirúrgicos y adosados a los lentes. 213 Soluciones salinas El elemento más abundante en la lágrima es el agua que asciende a un 98%. El agua es el disolvente para algunas soluciones salinas y que se deben aproximar a una osmolaridad de 300 a 310 mOsm/l. Las más usadas son las soluciones salinas bajo la forma de: Los lavados oculares con suero fisiológico son de rápida eliminación, producen arrastre de detritus y no modifican sustancialmente el componente lagrimal. El suero fisiológico más ácido bórico al 1%, con o sin bicarbonato sódico al 1 % , producen alivio, bienestar y son ligeramente antisépticos. La solución salina hipertónica al 5 % produce deshidratación del epitelio y está indicada en los procesos edematosos córneo conjuntivales; favorece la epitelización y produce una rápida regeneración del epitelio corneal cuando hay edema producido por los lentes de contacto. El Ringer lactato está compuesto por lactato sódico, cloruro sódico, cloruro potásico y cloruro cálcico. Si se agrega metilcelulosa aumenta el tiempo de permanencia, lubrica bien el parpadeo y disminuye la sensación de sequedad La solución salina balanceada (BSS, Balanced salt solution) administrado localmente mejora la superficie ocular. Todos ellos se eliminan rápidamente y no modifican la estructura de la película lagrimal. Colirios Un colirio es una solución o una suspensión estéril, acuosa u oleosa, conteniendo varios sustancias y medicamentos destinados a 214 instilarlos en la cuenca ocular. Goldman en 1954 estableció las cuatro características que deben tener: estabilidad, esterilidad, tolerancia y actividad. La estabilidad viene dada por la temperatura y por el pH. Tienen que evitarse temperaturas que favorezcan el crecimiento bacteriano, y aunque no es imprescindible mantener el colirio refrigerado, es conveniente mantenerlo en un lugar fresco y no estar expuesto al calor del sol. que evitan la contaminación. El pH debe ser cuidadosamente establecido, pues las lágrimas naturales son alcalinas, con un pH alrededor de 7,7, con el inconveniente que en estas cifras la proliferación bacteriana es más fácil y más frecuente las cifras aceptables de los diferentes colirios que se fabrican están entre 5,0 a 9,0. Al mismo tiempo el pH no debe interferir en la actividad de los componentes activos de la preparación y deben estar compensados con los conservadores que suplan las variaciones de alcalinidad y acidez. No deben ser ácidos porque son irritativos a la conjuntiva y a la córnea, por esto el pH óptimos debería estar alrededor del punto neutro de 7,0. Dentro de esta estabilidad el colirio debe ser hipotónico para contrarrestar la elevación de la osmolaridad que tiene el ojo seco. Generalmente se agregan soluciones de cloruro sódico a 150mOsm/l para crear una solución isotónica. La esterilidad es indispensable en los colirios desde el momento de la fabricación hasta cuando se destapa y se puede contaminar con el medio ambiente, en contacto con la piel o con la conjuntiva en el momento de su aplicación. De aquí que los envases multidosis deben tener un agente antimicrobiano, sin que contrarreste sus propiedades curativas, no ser irritante y no producir reacciones alérgicas. Los más 215 utilizados se agrupan en dos categorías: la primera está compuesta por el cloruro de benzalconio y la clorohexidina y el segundo grupo formado por los parabencenos, el ácido eidético, el clorobutanol y los derivados mercuriales. El cloruro de benzalconio es un detergente catiónico que rebaja la tensión superficial y ayuda a formar la película corneal. Compuesto bipolar muy soluble en agua, bacteriostático preferentemente sobre la bacterias Gram positivas. Se usa en concentraciones entre el 0,001 al 0,004%, consideradas como dosis de seguridad. En concentraciones superiores a 0,01 produce daño en la capa lipídica, y en las capas del epitelio corneal tiene cierta toxicidad, pues emulsiona los lípidos de las paredes celulares y de la película lagrimal, factor agravante para el ojo seco. Mezclado con agentes anestésico locales aumentan su acción con lo cual contribuye a disminuir el parpadeo. La clorohexidina es un agente catiónico, soluble en agua, bajo la forma de digluconato, su máxima actividad es en medios neutros o ligeramente alcalinos. A las concentraciones de 0, 5% es eficaz, no retarda la regeneración epitelial corneal ni la conjuntival y tiene un tiempo relativamente largo de permanencia en la cuenca lagrimal. Es uno de los ingredientes utilizados para las soluciones destinadas a los lentes de contacto por su acción antisética. Los parabencenos bajo las formas de meti, etil y propilparabenceno, son más activos en medios ácidos, no son irritantes en concentraciones de 0,05%, pero si aumentan al 1,5% producen daño en las vellosidades epiteliales y opacifican la superficie corneal. Es frecuente la sensibilidad alérgica. El ácido eidético, EDTA, es un agente quelante formado por el ácido etilenodiaminotetracético, usado para remover los depósitos de calcio en el epitelio de la córnea y bajo la forma de sal disódica 216 neutraliza los medios necesarios para el metabolismo de virus y bacterias. Los iones cálcicos refuerzan la acción del timerosal y otros conservadores. La concentración debe oscilar entre 0,01 y 0,1% que no son irritantes para el epitelio corneal. El Clorobutanol es un eficaz conservador que garantiza la esterilidad del colirio a la concentración de 0,2-0,5 %, no es citotóxico ni irritante, estable con un pH alcalino, alrededor de 6,0 y se hidroliza rápidamente con el calor. El polisorbato 8O, es poco utilizado en la actualidad porque puede acelerar la ruptura de la capa lipídica y por lo tanto disminuir el tiempo de ruptura lagrimal. Los derivados mercuriales son muy eficaces a la concentración máxima autorizada del 0,1%, concentraciones mayores son muy tóxicas e irritantes para la conjuntiva y del epitelio corneal, produciendo intoxicaciones mercuriales que pueden llegar a opacificar el cristalino y producir una queratitis en banda. El derivado mercurial más empleado en colirios es el timerosal que usado por largo tiempo produce irritación lagrimeo, queratitis superficial y fotofobia. Se debe hacer una mención muy especial al timerosal, pues es bastante citotóxico y cuando existen úlceras corneales, cualquier tipo de queratitis o se sospecha cualquier queratopatía, puede provocar una queratopatía en banda (Lemp y col. 1977), con depósitos de fosfatos y carbonatos de calcio. Además, el uso de productos que contengan timerosal, cuando se usan lentes de contacto, puede ser un factor importante en la continua irritación ocular e intolerancia de los mismos. Los colirios ácidos, léase las gotas de limón, hacen que las glicoproteínas lagrimales se vuelvan más viscosas y se extiendan con mayor dificultad sobre la superficie ocular. En ojos normales no tienen 217 mayor importancia pues se elimina rápidamente por la hipersecreción refleja que produce y aunque la gente común cree que es bactericida, no lo es. En ojos secos, por exceso de producción mucínica, un colirio ácido agrava el cuadro. Los colirios anestésicos disminuyen el tiempo de ruptura lagrimal. Además usados por largo tiempo ayuda a la desfoliación de las células epiteliales produciendo punteado y hasta caída de gran parte del epitelio. El uso prolongado de los colirios “refrescantes” que contienen fenilefrina y similares pueden disminuir la producción lagrimal por su acción vasoconstrictora. Como consecuencia de esto disminuye el tiempo de ruptura del film lágrima¡ y reduce su es- pesor. Esto puede ocurrir también en ojos normales y se manifiesta más marcadamente en aquellos pacientes con predisposición o que padecen un ojo seco y en los portadores de lentes de contacto. El clorobutanol. la clorohexina y el cloruro de benzalconio son eficaces ante la pseudomona y el estafilococo aúreo y en orden decreciente son la clorohexina, el benzalconio, el clorobutanol y el timerosal. En cambio el timerosal es el más activo antifúngico. La tolerancia es la propiedad de soportar la dosis habitual de un medicamento sin manifestar síntomas aparentes de intoxicación. Esta propiedad está determinada por la esterilidad, la estabilidad y el pH, pues la alteración de alguna de éstas disminuyen la eficacia y su fácil uso. La actividad es sin duda el factor más importante de un colirio, pues debe cumplir los siguientes requisitos: aliviar la irritación ocular, asegurar y estabilizar la formación de la película lagrimal preservando 218 la agudeza visual, aumentar el volumen lagrimal y remplazar la capa mucínica deficiente. La actividad debe evitar que los preservativos como el cloruro de benzalconio disminuyan la tensión superficial de la lágrima. Por otra parte el tiempo de duración de una dosis, una gota, en la cuenca lagrimal es de suma importancia, pues se estima que es de 5 a 6 minutos, y en muchas ocasiones es un tiempo insuficiente para mantener la actividad de un medicamento. Por lo tanto se han buscado agentes que prolonguen su tiempo de permanencia, aumentado la viscosidad. Este aumento de viscosidad se obtiene por medio a unos polímeros hidrófilos formados por macromoléculas que contribuyen a la estabilidad de la película lagrimal. Las siliconas tienen el inconveniente de aumentar la salida más rápida del componente acuoso debido a su baja tensión superficial. Los más usado son: Los poli esteres, como el polisorbato 80. Eteres de la celulosa, como la metilcelulosa y sus derivados. Derivados polivinílicos, como el alcohol polivinílico y la polividona Los polisacáridos, como el dextran, el sulfato de condroitina y el ácido hialurónico. Los mucílagos tienen un gran tamaño molecular y por lo tanto una alta viscosidad; tienen un alto tiempo de permanencia ocular, no rebajan la tensión superficial, mantienen y aumentan el espesor de la película lagrimal y retardan el tiempo de ruptura del film lagrimal. Lo éteres son polímeros metílicos, etílicos y propílicos de la celulosa y, este último, está formado por largas cadenas de moléculas 219 de glucosa. Para individualizarlos , el nombre va seguido de una cifra que indica su viscosidad en centistokes de una solución al 2% a 200 centígrados. Los más usados en oftalmología son la metilcelulosa 1500 y 4000, la hidroxietilcelulosa (HEC), la hidroxipropilcelulosa (HPC), la hidroxipropilmetilcelulosa (HPMC), todas a 4000 y 4500. Estas soluciones son viscosas, transparentes, limpias, no irritantes y muy bien toleradas. Permiten un alargamiento del tiempo de la ruptura lagrimal a partir de una concentración del 0,3%. La hidroxipropilcelulosa tiene una viscosidad mayor que la hidroxipropilmetilcelulosa a la misma concentración. La hidroxipropilmetilcelulosa tiene una viscosidad intermedia y una tensión superficial superior a la hidroxipropilcelulosa. Todos ellos tienen prácticamente las mismas propiedades y se usan en concentraciones que van del 0,2 al 1 %. Son los agentes más utilizados actualmente como componentes básicos en la producción de lágrimas artificiales. La metilcelulosa no cambia la visión pues a la concentración del 1% tiene un índice de refracción igual a la lágrima de 1,333. Cuando los polímeros de la celulosa se aplican en forma sólida (tabla. 6-3) (insertos lagrimales) colocados en el fondo de saco conjuntival inferior, el tiempo que permanece la celulosa en el mar lagrimal es de 8 horas. En las queratoconjuntivitis sicca y en general en los síndromes de ojo seco severos prolonga el tiempo de ruptura lagrimal y mejora las molestias subjetivas del paciente. Esta forma de aplicación es muy práctica pues reduce a 2 ó 3 insertos al día, mientras que bajo la forma de colirio, la frecuencia de aplicación es de cada media o cada hora. Generalmente son bien toleradas aunque algunas veces producen una visión borrosa en los primeros minutos de la aplicación y después desaparece. 220 Según Aguilar a medida que aumenta la viscosidad aumenta el tiempo de permanencia ocular, expone la siguiente tabla: % Metilcelulosa 10 35 50 75 100 Minutos 1,00 1,25 2,59 3,50 3,92 200 4,33 Los polivinílicos fueron introducidos en las lágrimas artificiales por su alto tiempo de permanencia en el mar lagrimal: son poco viscosos y permanecen trazas de ellos en la lágrima hasta 30 a 45 minutos después de su aplicación. Rebajan la tensión superficial y ayudan a formar el film precorneal. El más usados es el alcohol polivinilo al 1,4%. El polivinilmetiléter rebaja aún más la tensión superficial Polivinilpirrolidonio es un componente usado en los líquidos para los usuarios de lentes de contacto por su poder humectante. Es interesante ver y comparar cómo se modifica el tiempo de ruptura del film lagrimal después de aplicar los colirios con los siguientes principios activos; está expresado en % el tiempo que se prolonga la ruptura de la película lagrimal: Lágrima artificial Tiempo de ruptura film Metileclulosa al 0,5% 36% Metilcelulosa al 1,5 % 336% Alcohol polivinílico al 1,4% 89% Alcohol polivinílico al 0 % 616% Jalea de petróleo y parafina (80-20) 444% 221 Las lágrimas artificiales que aumentan más el tiempo de ruptura son las que contienen Hidroxietilcelulosa. Benedetto y col., en 1975, determinaron que el espesor de la película lagrimal, después de poner lágrimas artificiales, dependía de la viscosidad del agente a mayor viscosidad mayor espesor. El alcohol de polivinilo, en su concentración óptima del 1,4%, permite una mejor visión, mayor tiempo de permanencia (tabla 6-35), no retarda mas la regeneración del epitelio corneal que la metilcelulosa a la concentración del 0,5%, a pesar de tener una viscosidad menor. El tiempo de eliminación, ojo-nariz, es un factor importante pues, por permanecer más tiempo en el ojo, exige menor frecuencia de uso. A continuación se da el tiempo de permanencia en el ojo de los componentes más utilizados en las lágrimas artificiales que se dispone en el mercado (según Lin y col.). Componente Tiempo en segundos Agua Hidroxipropilmetileclulosa 0,25% Hidroxipropilmetilcelulosa al 0,50% Hidroxipropilmetilcelulosa al 1% Hidroxipropilmetilcelulosa al 2,5 % Alcohol Polivinílico al 1,4% 60 90 140 210 255 70 Los polisacáridos como el dextrán, el condroitin sulfato y el ácido hialurónico se utilizan en el tratamiento del ojo seco. El dextrán usado en oftalmología es un polisacárido obtenido por la acción de la bacteria leuconostoc mesenteroides sobre la sacarosa, de peso molecular de 75.000 y a una concentración del 5% se obtiene una solución incolora, limpia, viscosa, con pH del 6,7, estable, con un índice de refracción muy próximo a la de la lágrima y 222 una tensión superficial vecina al agua destilada. Es bien tolerado por el ojo sano y por el enfermo, favorece la regeneración del epitelio corneal y el tiempo de permanencia es comparable con la metilcelulosa. Se emplea para mejorar el uso y la desinfección de los lentes de contacto El condroitin sulfato se obtiene de los cartílagos y de las córneas de vacas y otros animales Tiene una alta viscosidad, es muy hidrófilo, bien tolerado, con alto tiempo de permanencia en la cuenca ocular, tiene propiedades cicatrizantes y es rápidamente metabolizado por la córnea. Se usa al 3% en los colirios El ácido hialurónico es un mucopolisacárido ácido de la sustancia intercelular de los tejidos animales, sintetizado de la cresta de los gallos. Forma parte del humor acuoso y del vítreo. Es un polímero hidrosoluble en forma de soluciones muy viscosas que asemejan un gel. Es viscoelástico y se utiliza en forma de sal sódica al 1% (Healon y similares) para preservar la desecación corneal, preservar el endotelio corneal y mantener la cámara anterior formada cuando se hace una operación de cataratas. Por su viscosidad evita la formación de moco en los portadores de prótesis, después de una enucleación o evisceración. Al lubricar la conjuntiva se facilita el deslizamiento de los párpados sobre la superficie de la prótesis y, al mismo tiempo, evita su irritación y posible infección. La polyvidona es un antibiótico usado para infecciones postoperatorias El ácido poliacrílico es una macromolécula hidrofílica de alto peso molecular, por lo que imposibilita su absorción a través de las membranas, de tal forma que el tiempo de puede permanencia hasta de 1,5 horas. Perborato sódico: al entrar en contacto con la lágrima se descompone en agua y oxígeno por la enzima catalasa. 223 Hidroxipropilmetilcelulosa, reduce la tensión superficial de la lágrima e incrementa su viscosidad, con propiedades emolientes Dextrán 70 al 0,1% cuando se combina com lãs lágrimas aumenta el poder humectante sobre la córnea. El Timerosal es un antimicrobiano, compuesto orgánico que contiene mercurio, es un derivado del etilmercurio. Metil parabeno, es un derivado del ácido parahidroxibenzoico con propiedades antimicrobianas como hongos levaduras y bacterias Alcohol poliviniloco es un polímero, obtenido mediante la polimerización del acetato de vinilo, se puede utilizar para protegerse de los hongos y de la humedad. Carboximetilcelulosa sódica, es una solución viscosa, lubricante con propiedades protectoras útil para aliviar la sequedad del ojo, formando una película que protege a la conjuntiva y epitelio corneal, de irritaciones mecánicas y de la fricción de los párpados, facilitando la regeneración de los tejidos lesionados con una mayor potencia que El cloruro de benzalconio es un desinfectante, bactericida e inhibidor de la actividad viral. Su fórmula condensada es n-alquil metil bencil cloruro de amonio. Clorobutanol, antiséptico formado por una mezcla de alcohol y ácido nítrico Citrato de sodio dihidratado, es un antioxidante y anticoagulante Cloruro de calcio, es un estabilizador de la película lagrimal Cloruro de magnesio, es un metal divalente del grupo alcalinotérreo que activa y moviliza los leucocitos, y a favorecer la producción de anticuerpos 224 Actualmente tenemos en el mercado algunos sustitutos lagrimales LABORATORIO POEN Toptear Cada ml. contiene Hilurodinato de sódio 4,00 mg Fosfato de sódio anhidro Fosfato monosódico anhidro Cloruro de sódio, Sorbato de potásio Água purificada c.s. Acrylam Gel oftálmico Ácido Poliacrílico 2mg Cetrimida, sorbitol 1g. Top tear Cada ml contiene Hialurinato de sódio 4 mg Fosfato sódico dibásico Fosfato sódico monobásico Cloruro de sódio Sorbato de potasio Agua destilada c.s.p. LABORATORIO PFIZER SIccacfluid Cada ml contiene Carbocol 974P 0,25% Agua destilada c.s.p. Larmabak Cloruro de sódio 09 g. Água destilada c.s.p. 225 LABORATORIO VIVAX Optifresh Dextrán 1mg. Cloruro de Benzalconio 0,1mg. Cloruro de sódio Edeato de sódio U.S.P Cloruro de potasio U.S.P. Hidroxioripilmetilcelulosa Água destilada c.s. LABORATORIO ALLERGAN Lacrifort Cada ml contiene Hidroxipropilmetilcelulosa 0,3% Dextrán 70 0,1% Perborato sódico Timerosal Cloruro de benzalconio Clorobutanol Metil parabeno Grimalin Cada ml contiene Alcohol polivinílico 1,4% Clorobutanol 0,5 gr % Cloruro de sodio Agua destilada c.s.p. Refresh liquigel Cada ml contiene Carboxilmetilcelulosa dódica…10mg. Purite (oxicloruro sódico) Agua destilada c.s.p. Refresh liquigel Cada ml contiene Carboxilmetilcelulosa dódica…5mg. 226 Lacril Cada ml contiene Liquifilm (ácido polivinílico) 14 mg Cloruro de benzalconio 0,5% Fosfato sódico dibásico Fosfato sódico monobásico Edeato sódico Cloruro de sodio Agua purificada c.s.p. Restais Cada ml contiene Ciclosporina 0,05% mg. Ocufen Cada ml contiene Flurbiprofen 0,3 mg. Liquifilm 14 mg Timerosal 0,005 mg Edeato sódico, Cloruro de potasio Cloruro de sodio Citrato sódico Ácido cítrico Agua purificada c.s.p. LABORATORIO ALCON Lágrimas artificiales Cada ml contiene Dextrán 70 1,5 mg Edeato de sodio 7,5 mg Cloruro de sodio 15,5 mg Cloruro de potasio 18,5 mg. Cloruro de benzalconio 1,5 mg Hidroxipropilmetilcelulosa 45, 0 mg Agua destilada c.s.p. 227 Systane 04%- 03% Cada ml contiene Polietilenglicol 400 0,4% Propilenglicol 0,3% Tears natural II Cada ml contiene Hidroxipropilmetilcelulosa 3,0 mg Dextrán 70 1,0 mgPolyquad Edeato de sódio Cloruro de sódio Cloruro de potasio Hidroxipropilmetilcelulosa Polyquard. Lacrivisc Cada ml contiene Carboneer 3 mg Maniktol Timerosal 0,4 mm Hidróxido de sodio Agua destilada c.s.p. LABORATORIO OFTALMI Lacridos Cada ml contiene Dextrán 70 1,0 mg Hidroxipropilmetilcelulosa 1,0 mg Polyquatermiun Borato de sódio Cloruro de potasio Cloruro de sodio Agua destilada c.s.p. 228 Lacrimart Cada ml contiene Dextrán 70 1,5 mg Edeato sódico 7,5 mg Cloruro de potasio 18,5 mg Cloruro de sódio 15,5 mg Cloruro de Benzalconio Hideopropilmetilcelulosa 4,5 mg Agua destilada c.s.p. Lágrimas artificiales Cada ml contiene Dextrán 70 1,0 mgt. Polyquatermiun Cloruro de sodio Borato de sódio Cloruro de potasio Hideopropilmetilcelulosa 3,0 mg Agua destilada c.s.p. LABORATORIO ELMOR Optifresh Cada ml contiene Dextrán 70 1,0 mg Cloruro de benzalconio 0,1 mg Hialuronato de sodio Cloruro de sódio Hideopropilmetilcelulosa 3,0 mg Agua destilada c.s.p. LABORATORIO NOVARTIS Gen Teal Cada ml contiene Hideopropil metilcelulosa 3,0 % Carbacol 0,22 % 229 Viscotears 2 % Cada ml contiene Áidocid poliacrílico 2,00 mg Hipotears Plu 5% Cada ml contiene Provirona 5 mg Hipo tears plus Cada ml contiene Polyvidona 50 mg Cloruro de benzalconio Agua destilada c.s.p. LABORATORIO SOPHIA Lagricel Ofteno Hialuodinato de sódio 0,4R Modusikeno A Ciclosporina 0,1 mg Vehñiculo c.s.p.. Acuafil Cada ml contiene Alcohol polivinílico 1,4 mg mg Citrato de sodio deshidratado Cocuro de calcio Cloruro de magnesio dexadeshidratado Cloruro de potasio Timerosal Agua destilada c.s.p. Pomadas oftálmicas Una pomada oftálmica es un preparado semisólido, estéril, destinado a ser aplicado sobre el polo anterior del ojo y, además de 230 sus propiedades curativas, debe estar exento de acciones irritativas. Los lípidos suelen emplearse como vehículos para aumentar el tiempo de permanencia ocular del medicamento a administrar. Los vehículos más utilizados son: el petrolatum, lanolina, parafina, lecitina, vaselina, aceites minerales, aceite de ricino, aceite de oliva, vaselina, lanolina anhidra, glicerol, colesterol, colesterina, petrolato blanco. Si un medicamento, como el cloranfenicol, se administra en una solución acuosa en una concentración de 70 mg/l, a los 5 minutos se ha reducido a 1 mg/l, en cambio si esta misma concentración se administra en forma de pomada, a base de aceite mineral, han de pasar 2 horas para encontrarse en la misma dilución de 1 mg/l. El inconveniente de estas pomadas oleosas es que disminuyen el espesor de la película lagrimal y provocan impurezas de la mucina. Al mismo tiempo producen una visión borrosa, adhesión de las pestañas y disminuyen la oxigenación de la córnea. Las pomadas son medicamentos muy estables pero suelen infectarse más fácilmente y por lo tanto hay que renovarlas periódicamente. De aquí que las pomadas no mejoran el ojo seco. En los casos de oclusión palpebral insuficiente durante el sueño se usan, al acostarse, vaselina estéril que por su poder hidrófilo impiden la evaporación y la desecación. Insertos. Los insertos (Fig. 7-1) son polímeros hidrosolubles de hidroxipropilmetilcelulosa que colocados en el fondo de saco inferior liberan lentamente, durante horas, su principio activo y mantienen estable la película lagrimal precorneal. Provocan un aumento de la viscosidad lagrimal, disminuyendo la evaporación y hay un mejor retención del río lagrimal. 231 Fig. 7-1.- Inserto ocular con su envoltura y su apli-cador. Son polímeros hidrosolubles de hi-droximetilcelulosa. Se presentan en forma de pequeños cilindros deshidratados, de 3,5 mm. de largo y 1,5 de diámetro con diferentes pesos, pero los comercializados son de 5 mg. Vienen estériles, envueltos es compartimentos de aluminio, acompañado de un aplicador para facilitar su inserción. Para aplicarlo se manda mirar hacia arriba al paciente, se tracciona el párpado inferior hasta exponer el fondo de saco y se coloca el inserto a nivel de la unión del tercio externo con los dos tercios internos. Se suelta el párpado para que lo cubra y quede bien sujeto y no se desplace. Se limpia el aplicador con un chorro de agua tibia. La indicación es en el tratamiento de ojo seco severo y que no han dado resultado los tratamiento más simples. Está contraindicado cuando no hay suficiente espacio en el fondo de saco, como por ejemplo, en el simblefaron. La frecuencia de la inserción depende del grado de sequedad, desde una o dos al día hasta días alternos. Esa posible agregar otro tipo de colirios antibióticos, estimulante, tróficos e incluso reforzarlos con otras lágrimas artificiales. La mejora en el film lagrimal es patente por la liberación continua del polímero, aunado a esto la falta de acciones secundarias patológicas o molestas, por la ausencia del preservador, evita toxicidad, intolerancia y respuestas alérgicas. El medio estéril y en dosis únicas en que viene presentado evita infecciones secundarias 232 Gel lagrimales Los gel oftálmicos se emplean en los ojos secos muy severos y son, con los insertos, el modo de aliviar a estos pacientes. Son un lubricante semisólido, parecido a las pomadas, de alta viscosidad, y está formado por un gel de carboxipolimetilénico , de alto peso molecular y que en aplicaciones de una a cuatro veces al día produce los mismos efectos que los insertos. Tienen la ventaja en el modo simple de la aplicación, en la tolerancia, en contraposición con los inserto que tienen un procedimiento más laborioso. Mucolíticos Los mucolíticos son un poderoso aliado para el tratamiento del ojo seco, sobre todo cuando hay gran cantidad de mucina acumulada en la cuenca ocular y están produciendo una sensación desagradable de cuerpo extraño. La aplicación de un mucolítico alivia las molestias y aumenta el confort del paciente. De uso frecuente es la N-acetil-L-Cisteína, que fluidifica los excesos de mucina que se acumulan en pacientes con queratoconjuntivitis sicca, queratitis filamentosa y en el Síndrome de Sjögren. Rompe los polímeros glicoprotéicos del exceso de mucina y fluidifica el río lagrimal El colirio de acetilcisteína, al 10% , se aplica con intervalos más o menos frecuentes dependiendo de la gravedad del caso, desde 1-2 gotas al día hasta 1 gota cada hora. No se debe sobrepasar esta concentración pues produce edema estromal, necrosis superficial del epitelio y retardo en la regeneración epitelial. Administrada por vía oral a razón de 200 mg. tres veces al día, produce mejoría en los pacientes graves con el síndrome de Sjögren. El colirio es difícil encontrarlo en el mercado pero, entre 233 nosotros, se puede obtener fácilmente en la farmacia de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central. Simplemente se pide así: Acetilcisteina al 10 % diluida en lágrimas artificiales que contenga carboximetilcelulosa. La Bromohexina: (Bisolvon) es un mucolítico que se utiliza, por vía oral, en los síndromes de ojo seco muy severos. Se debe administrar en fuertes dosis, a razón de 32 mg, una o dos veces al día. La bromohexina puede bajar la concentración patológicamente elevadas de IgA, IgG, IgM y de los iones Na salivares. Para utilizar estos medicamentos hay que asegurarse que el ojo seco es consecuencia de la alteración de la capa mucínica. Estimulación de la secreción lagrimal Cuando la glándula tiene función total o parcial y se ha inhibido la producción lagrimal por causas iatrogénicas, lo primero que hay que hacer es suprimirlas y ayudar al retorno de su función estimulando el sistema nervioso autónomo, del sistema exocrino o estimulando el metabolismo de las prostaglandinas. Estimulación del sistema nervioso autónomo. Cuando hay hiposecreción por medicamentos neurolépticos o antidepresores se puede utilizar la dihidroergotamina a dosis fuertes. 10 gotas 3 veces al día, mientras dure la medicación. La pilocarpina por vía oral no ha dado buenos resultados y en colirio, aunque produce hipersecreción, las alteraciones visuales que produce la hacen poco recomendable. La hiposecreción producida por agentes psicotrópicos puede ser combatida por la administración oral de la Anetholtrithione a dosis de 25 mg. tres veces al día, durante 10 días. 234 Estimulación del sistema exocrino. Son estimulantes directos de las glándulas lagrimales. La fisalamina es una quinina polipéptida extraída de un anfibio sudamericano (Phylalcamus fuscumaculatus). Pequeñas cantidades estimulan la secreción del páncreas, de las glándulas salivares y lagrimales. La eledoisina es otra quinina extraída de un molusco mediterráneo con fuerte acción estimulante lagrimal. Es un endecapéptido a base de eloisina trifluoracetato que estimula las glándulas lagrimales en su secreción refleja. Esta comercializado, en USA, bajo el nombre comercial de Eloisin; se usa en forma de colirio y se administra una a tres gotas al día. Ambas se instilan en el fondo de saco conjuntival, pero éstas como tantas otras, que hemos mencionado, no se encuentran en el mercado nacional. La investigación de estas drogas fueron hechas por los italianos, Bertacini y col., en 1985. Estímulo de las postaglandinas. Horrobin y Campbell comprobaron experimentalmente la atrofia de la glándula lagrimal ante la insuficiencia de ácidos grasos esenciales, lo mismo que la carencia de piridoxina y de la vitamina C, factores importantes para la formación de postaglandina E; la administración de Vitamina C puede prevenir las manifestaciones de la atrofia glandular en el síndrome de Sjögren. Estos autores han comprobado también, el aumento de la secreción lagrimal administrando 2 cápsulas de 500 mg. de aceite de onagro (que contiene ácido linoleico y gamma-linoleico, en proporción de 73 y 10% respectivamente), 50 mg. de piridoxina y 1 gr. de Vit. C, diarios, durante 1 ó 2 meses de tratamiento. 235 Dietéticas. En general en todo ojo seco se debe instaurar una dieta alimenticia balanceada y en los casos específicos de avitaminosis A, la dosis a administrar, han sido aceptadas internacionalmente después de los trabajos de Tseng. Avitaminosis A severas. Vitamina A o retinol, en solución oleosa, en cápsulas o líquida, de 110 mg. de palmitato de retinol o 66 mg. de acetato de retinol, equivalente a 200.000 U.I. de Vitamina A, o una inyección intramuscular de 55 mg. de palmitato de retinol, equivalente a 100.000 U.I. Estas dosis se administrarán 2 días seguidos y se repetirá 2 ó 4 semanas después, dependiendo de la evolución clínica Desde el punto de vista profiláctico se debe administrar a los niños una dosis oral de 110 mg de palmitato de retinol ó 66 mg. de acetato de retinol (200.000 U.l.), una sola dosis con intervalo de 6 meses. En los recién nacidos y menores de 12 meses, la mitad de la dosis. En las mujeres embarazadas, no se darán dosis mayores de 10.000 U.l ‘por día y debe extremarse la precaución en el primer trimestre del embarazo, pues la vit. A se ha demostrado es teratogénicas al pasar al feto a través de la barrera placentaria. Es importante no dar dosis mayores pues, además de ser innecesarias, la vit. A se acumula y puede traer efectos secundarios, como describe Weber y col. Casos de retinopatía por acumulo excesivo de vitamina A; también. se deben evitar fuertes dosis cuando hay un tratamiento concomitante con substancias inmunomoduladoras en razón de los efectos inmunológicos y antinmunopresores de la vitamina A (Nuwayri-Salti y Murao) y evitar, así mismo, dosis mayores, de 10.000 236 U.l. en embarazadas que estén entre el 20 y 3er. mes de gestación por ser teratogénico. Entre nosotros es muy frecuente administrar indiscriminadamente vitamina A a dosis elevadas y por tiempos prolongados. En los casos severos se puede agregar pomada y colirios oleosos de vitamina A y mejora sensiblemente la queratomalacia al mejorar el metabolismo epitelial corneal y la producción de mucina. Avitaminosis B1 Se ha observado que la administración de 50 mg diarios intramusculares, durante 15 días de vitamina B1 mejora la secreción lagrimal durante unas semanas Avitaminosis B 12 .Esta vitamina por estar íntimamente relacionada con la protección de los radicales libres oxidantes y ser necesaria para la vida celular, la administración intramuscular o en forma de colirio ayuda al metabolismo corneal y conjuntival. La deficiencia de vitamina C también contribuye a una hiposecreción lagrimal que mejora con su administración por vía oral. Regenerativas tisulares. Son substancias “tróficas” que favorecen la nutrición, regeneración y cicatrización del epitelio corneal Calostro bovino El calostro bovino es rico en elementos nutritivos como la lactosa, ácidos aminados y vitaminas que contribuyen al crecimiento celular y la regeneración del epitelio corneal, al mismo tiempo proporciona una protección inmunológica gracias a las mismas proteínas y a la inmunoglobulina que toman de las lágrimas. 237 Se prepara eliminando las grasas insolubles y las células, en una solución tampón para mejorar la concentración proteica a 7 gr/l y un pH de 7.0. La frecuencia de instilación depende del grado de seque. dad y de la gravedad de las lesiones. Autosuero. El autosuero no está industrializado y es un método poco usado, aunque bastante eficaz. El autosuero se prepara sacando 10 c.c. de sangre venosa y dejándola en reposo, en posición vertical, durante una hora,. Se toman los 3 cc del suero decantado y se mezclan con 3 cc de solución salina fisiológica. Se aplica directamente en el ojo en forma de gotas. Estando refrigerado es eficaz hasta 10-15 días; es muy útil en las quemaduras de cal, pénfigo ocular y síndrome de Sjögren. Aporta mucopolisacáridos e inmunoglobulinas de una manera natural, pero tiene el gran inconveniente de la extracción y la poca duración. Heparina Filippone y col., han utilizado con éxito un colirio a base de la sal sódica de heparina al 5%, instilando una gota 4 veces al día. También se puede utilizar, a la misma concentración y con la misma frecuencia, el yodo heparinato de sodio. (Dioparine de los laboratorios H. Faure). Hormona trófica del páncreas. En forma de colirio (Troformone oftálmico de los laboratorios Roussel) favorecen la cicatrización y el trofismo epitelial. La Nandrolona al 1 % (Keraty de los lab. Chauvin-Blache) esteroide- anabolizante de síntesis, también en forma de colirio tiene sus efectos beneficiosos. 238 Lo mismo que los nucleósidos (adenosina, tímidina, citidina, uridina, guanosina-5 monofosfato disódico). (Vitacic de los lab. H. Fauré). Edeato disódico. En las lesiones corneales se liberan colagenasa y proteasa, que actúan lesionando el epitelio corneal. El edeato disódico al 0,35%, que se utiliza como conservador de algunos colirios, inhibe estas substancias y favorece la regeneración epitelial. La acetilcisteína y la bromohexina utilizados-como mucolíticos favorecen la formación de la película lagrimal y por lo tanto crean un medio mejor al crecimiento epitelial, aparte de su acción mucolítica. Las pomadas de Vit. A (Retinol), D, CB-y-B2, en forma de colirios o pomadas oftálmicas, también son regenerativos tisulares y se emplean en casos de sequedad ocular moderada y grave. El ácido retinoico, en forma de pomada al 0,01 o al 0,1%, aplicado 3 veces al día ha dado muy buen resultado en queratoconjuntivitis sicca, síndrome de Sjögren y pénfigo, impidiendo la metaplasia escamosa del epitelio queratinizado conjuntival no secretante. Los síntomas suelen comenzar a mejorar a los 10 - 11 días y hay franca mejoría a la tercera semana, a partir de este tiempo se puede reducir a una aplicación diaria durante siete semanas más. Antinflamatorios. La corticoterapia debe usarse con precaución y en los casos graves del S. de Sjögren; hay una indicación precisa cuando el ojo seco está producido por una enfermedad inmunológica. Con este tratamiento se trata de evitar la proliferación linfoplasmocitaria y su consecuente 239 reacción fibroblástica. Puede utilizarse la vía general, la local o las dos simultáneamente, dependiendo del momento evolutivo de la enfermedad y de la gravedad del caso. En el síndrome de Sjögren se instaura un tratamiento oral y precoz a base de prednisolona a razón de 0,5 mg/kg, al día en una sola dosis, o cada 48 horas; el tiempo de duración es de 6 a 12 meses consecutivos. Suele ser un tratamiento eficaz que se constata por el mejoramiento del test de Schirmer, el rosa de Bengala y la biopsia labial, mejoramiento que persiste de 5 a 10 meses después de parar el tratamiento. Localmente, se inyecta fosfato disódico de dexametazona o solución sódica de metilprednisolona, directamente en la glándula lagrimal, a razón, de 4 mg. de droga en 1 cc. El mejoramiento del test de Schirmer y el rosa de Bengala aparecen en las primeras 24 horas. Debe repetirse la misma dosis cada 2 semanas durante 3 meses y después una cada mes, al menos por un año. El Lab. Sophia está produciendo un colirio de ciclosporina A, bajo el nombre de Modusikeno A, a razón de un miligramo po centímetro cúbico, con grandes resultados antinflamatorios. Medio ambiente Los remedios terapéuticos del medio ambiente se reducen a tres grandes grupos: Evitar las corrientes de aire, eludiéndolas o con lentes protectores simples o cerradas herméticamente por las partes laterales. Tratar en lo posible no estar en ambientes con aires acondicionados y ventiladores y, si es imposible, evitar que la corriente de aire llegue directamente a los ojos. Poner dispositivos humectantes 240 en las habitaciones de trabajo. Usar lentes con cierre hermético amplio de tal manera que cubran parte de la piel y así, de esta manera, el sudor producido crea una cámara húmeda. También se pueden colocar algodones mojados debajo de las gafas o crear cámaras húmedas con plásticos impermeables. Antievaporantes. El fin que persigue este procedimiento es evitar la evaporación de la humedad del propio ojo y de la piel circundante. El objetivo es crear una cámara húmeda y asegurar una humedad constante al polo anterior del ojo. Si no hay gran sequedad, pero sí hay fotofobia, se puede utilizar simplemente lentes de sol. Si la sequedad es más grave se puede crear la cámara húmeda con unos lentes de nadador, herméticamente cerrados que al mismo tiempo cubran parte de la piel periocular para que el sudor producido contribuya a la humedad del mar lagrimal; en su defecto se pueden fabricar conchas de plástico y pegar con adhesivo a la piel, como vasos pequeños de plástico o conos hechos con placa radiográfica. Hay lentes que asemejan a los corrientes pero que se ajustan de tal manera a la nariz, frente y pómulos que crean la cámara húmeda (Fig. 7-2.) Para evitar el empañamiento de la parte interior del vidrio se puede utilizar un líquido antiempañante que se vende en las ópticas o simplemente poner una fina capa de jabón líquido, puliéndolo posteriormente con un fino paño de algodón. La indicación de estos antievaporantes está determinada por el fracaso de las lágrimas artificiales y en casos de sequedad severa, donde peligra la integridad de la córnea. 241 Fig. 7-2.- Lentes protegidos para evitar la evaporación excesiva Lentes de contacto terapéuticos. No todos los síndromes de ojo seco se benefician de un lente de contacto terapéutico. Hay indicaciones precisas y relativas. Las precisas son: Queratopatía bullosa. Erosiones y erosiones recurrentes de la córnea. Algunas distrofias corneales dolorosas. Algunas queratitis metaherpéticas. Hay una indicación relativa en el pénfigo y en el síndrome de Sjögren, cuando hay una fibrosis conjuntival con tendencia al simblefaron y en general cuando el párpado pueda lesionar la superficie corneal. Raramente se indica en la queratoconjuntivitis sicca, pues el lente terapéutico es poco eficaz, la razón es que la evaporación de la lágrima se produce más rápidamente en la cara anterior de la lente y el daño al epitelio corneal puede producirse más fácilmente por el roce y por la sequedad. El uso de lentes de contacto exige una serie de cuidados que se deben seguir rigurosamente y son: Instilación continua de lágrimas artificiales. Los lentes no evitan el ponérselas. Una asepsia rigurosa para su manipulación. 242 Asepsia periódica en los lentes de uso diario, semanal y permanente. La antibioterapia local sólo es necesaria si el test de la lisozima y de la lactoferrina demuestra una baja de defensas e infección. Prohibir el uso de lentes de contacto si hay infecciones bacterianas o fúnguicas. Vigilancia constante con la lámpara de hendidura observando: Infecciones secundarias. Neovascularización periférica Edema epitelial. Se debe hacer toma periódica de la presión intraocular. Observación de la cámara anterior buscando hipopión aséptico. Buscar la causa de las molestias. Las lentes de contacto terapéutico mejor tolerados son los blandos muy hidrófilos, ultradelgados, de bordes muy finos, poco móviles y un poco planos. Los lentes de contacto planos facilitan el bombeo lagrimal y mejoran el intercambio de líquidos con la consiguiente mejor oxigenación. 243 CAPITULO VIII Anestesia en las Vias Lagrimales y Por qué tiene que ser dolorosa su exploración Anatomía Anestesia Superficial Anestesia Profunda Accidentes y reacciones tóxicas causados por anestésicos locales CAPITULO VIII ANESTESIA EN LAS VIAS LAGRIMALES Y POR QUÉ TIENE QUE SER DOLOROSA SU EXPLORACIÓN Es frecuente en mi consulta, encontrar pacientes que han sido exploradas sus vías lagrimales y cuando tengo que volver a explorarlas, cualquiera sea la razón de repetir el procedimiento, oigo el lamento de la persona que pregunta si le va a doler lo mismo que cuando le hicieron la anterior o las anteriores exploraciones. Le aseguro que no y les voy a explicar la razón del porqué, a aquellos oftalmólogos que no lo conocen. Anatomía: Es imprescindible conocer la región para localizar los puntos de salida de los nervios, tratar de hacer anestesias tronculares y evitar el exceso de anestésico inyectado. Son más efectivas las dosis pequeñas puesta en el lugar justo, que tratar de anestesiar el nervio por infiltración masiva de la región, produciendo un gran edema que altera la relación anatómica de la misma. (Figs. 8-1 y 8-2) Fig.8-1. 4 y 5 supra e infratroclear 6, infraorbitario Fig. 8-2. Zonas anestesiadas 4 y 5 supra e infratroclear y 6 infraorbitario 247 Dependiendo del tipo de exploración o intervención, la anestesia puede ser superficial o profunda. En los niños se debe hacer bajo sedación o anestesia general. Anestesia superficial Indicaciones: La anestesia superficial sirve para la dilatación de los puntos lagrimales, y de los conductos; para practicar la técnica de Weber (ampliación vertical de los puntos lagrimales extenosados) y para la extirpación de la carúncula. Se debe disponer de un colirio anestésico, un gel o una pomada de Farmacaína al 5% y un aplicador con extremo de algodón. La concentración de la Farmacaína aplicada superficialmente, en contacto con la piel, la anestesia rápidamente y también puede usarse para mitigar el pinchazo en una anestesia subcutánea, lo mismo que para hacer una anestesia troncular o radicular. Técnica anestésica: 1.- Poner un par de gotas del colirio anestésico, en el fondo de saco lagrimal, para evitar la ligera irritación que produce el gel o la pomada de Farnacaína al 5%. Se debe esperar de 3 a 5 minutos para su mayor efecto (Fig. 8-3). 2.- Se impregna el algodón del aplicador con el gel o con la pomada de Faramacaine al 5%, se coloca sobre la carúncula, procurando que el anestésico cubra ambos puntos lagrimales. Se deja en esta posición durante un par de minutos, haciendo una ligera presión sobre los tejidos. 3.- Se pasea el aplicador, con el anestésico, sobre la piel de los bordes superior e inferiores palpebrales y por encima de las pestañas. 4.- Después de estos tiempos se puede proceder a dilatar los puntos, los canalículos y, si es necesario, hacer el corte vertical de los puntos (Operación de Weber). 248 Fig. 8-3 Fig. 8-4 Anestesia profunda. Indicaciones: Exploración profunda de las vías lagrimales, resección de tumores del canto interno y de la carúncula, para la dacriocistectomía, dacriorrinocistectomia, lagodacriocistectomía o conjuntivodacrorrinostomía, anestesiando, por contacto, la mucosa nasal Para la anestesia profunda, es necesario bloquear los nervios supra e infratroclear (nervio nasociliar), que inervan la carúncula, el tercio externo de ambos párpados superiores, y sus mucosas, la fosa lagrimal con en saco lagrimal, conducto naso lagrimal, etmoides, tabique nasal, cornetes y ala de la nariz. (Fig. 8-4). Técnica Anestésica: 1.- Colocar la aguja verticalmente un centímetro por encima del reborde palpebral, a nivel del canto interno. (Fig. 8-5) Fig. 8-5 249 2.- Se introduce la aguja un centímetro hasta que toque la lámina papirácea del etmoides, en este punto se encuentran los nervios supra e infratroclear, y se inyecta un cc. de una mezcla, a partes iguales de Buvipacaína al 0,75% y Xilocaina al 2% y Cifarcaína al 0,5%. Para las técnicas de la dacriocistorrinostomía endoscópica nasal y la trascanalicular con láser, además de usar la anestesia superficial y la profunda, se refuerza con el bloqueo de los nervios supra e infratroclear, pues ambos tienen también acción anestesia sobre la mucosa nasal. Hay que preparar localmente la mucosa nasal de la siguiente manera: 1.- Una hora antes de la cirugía se coloca un taponamiento de gasa o algodón con impregnado con Xilocaína al 5% y con epinefrina al 10.000. Esta anestesia debe durar dos hora para que cubra el acto quirúrgico y sea totalmente indoloro. 2.-Vasoconstricción antes de comenzar la cirugía. Accidentes y reacciones tóxicas causados por los anestésicos locales El uso de la anestesia local no excluye el anestesiólogo, pues aunque solamente el 2% producen reacciones tóxicas o mucho más graves, el anestesiólogo está preparado para resolverlos Las causas más frecuentes son: La inyección intravascular del anestésico, el abuso en la cantidad inyectada, o de la concentración del mismo. Las reacciones tóxicas se pueden manifestar por un edema angioneurótico, prutito, erupción cutánea, hipotensión arterial y espasmo bronquial. El abuso de la adrenalina y similares en cantidades excesivas, que se manifiestan por palidez, taquicardia, sudoración, palpitaciones, disnea e hipertensión arterial. 250 CAPITULO IX Tratamiento quirúrgico del ojo seco etiológico iratamiento médico sintomático sustitutos lagrimales soluciones salinas colirios, características colirios en el mercado nacional pomadas oftálmicas insertos gel lagrimales CAPITULO IX TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DEL OJO SECO En los casos de ojo seco severo el último intento terapéutico es la cirugía. Se debe tener una gran experiencia para practicar los procedimientos que a continuación se describen pues los resultados aportados no son totalmente seguros y, muchas veces, es debido a la falta del dominio de las diferentes técnicas. Todos ellos se pueden englobar en tres grandes grupos: irrigación derivativa, preservación de las lágrimas y correctivos, cada uno con sus variantes y sus diferentes técnicas. IRRIGACIÓN DERIVATIVA. Hasta el momento no hay una solución quirúrgica curativa verdaderamente efectiva que sustituya la función lagrimal. Se han intentado bombas lagrimales, derivación del conducto de Stenon, oclusión de los puntos lagrimales, implante de lacrimocitos cultivados, trasplante de glándulas submaxilares y sublinguales y blefarorrafias parciales. Si la sequedad tiene una causa o una consecuencia conjuntival o corneal, como simblefaron o úlcera corneal, deben resolverse por los procedimiento tradicionales, lo mismo ocurre en los casos de dellen y anormalidades de los párpados. Los trasplantes de células madre del limbo corneoescleral están indicados en quemaduras por álcalis y se recurrirá al recubrimiento de la córnea con conjuntiva e incluso a la queratoplastia cuando hay inminencia de perforación, siempre con un pronóstico reservado pues la incidencia del rechazo es sumamente alta. 253 Bombas lagrimales. Es una técnica prácticamente en desuso y se incluye a título informativo. Hay un procedimiento que lleva el tubo superficial por fuera, sobre la piel, que es antiestético y poco efectivo. Otro, el tubo tiene un trayecto subcutáneo desde el cuello hasta detrás del pabellón de la oreja. De aquí, también subcutáneo, llega al canto externo y desemboca en la cuenca lagrimal. En resumen el sistema se compone dos reservorios, uno para cada ojo, que cuelgan del cuello, que contienen el líquido a perfundir (Solución salina al 9%, BSS o lágrimas artificiales) y un tubo de polietileno delgado que lo hace desembocar en el canto externo. El reservorio puede comprimirse manualmente o puede tener un resorte con presión continua para asegurar un flujo conveniente y continuo. Es un método muy engorroso para el paciente y sólo se debe recurrir en los casos extremadamente severos de cualquier síndrome de ojo seco y que hayan fracasado los otros tratamientos. Los inconvenientes son muchos, entre ellos la infección del túnel que se debe hacer para colocar el tubo (tanto en el trayecto del tubo, en el canto externo como en el fondo de saco inferior); el volumen grande del reservorio y si no es grande la necesidad de cambiarlo frecuentemente. Como sustituto también hay unas monturas de lentes que llevan el reservorio a nivel de las patas y el tubo está colocado de tal manera que coincida con el canto interno, aunque no son prácticos al menos estéticamente resultan más aceptables. 254 Derivación del conducto de Stenon. La derivación del conducto de Stenon, consiste en modificar el trayecto de este conducto y hacerlo desembocar en el fondo de saco inferior. Hay bastantes inconvenientes que se pueden resumir así: Hay muchos ojos secos que cursan con hiposecreción salivar, por atrofia de la glándula. Debe haber una permeabilidad perfecta del conducto, hecho que se debe comprobar radiográficamente. Si la glándula salivar está sana y funcionante hay una secreción excesiva en los momentos de la comida y poca secreción en los intervalos. Algunos autores seccionan el nervio auriculotemporal para evitar las lágrimas de cocodrilo y la salivación, cuando se come. Riesgo de infección por pseudomona aureoginosa. Estos procedimientos son poco utilizados y menos en la actualidad cuando se disponen de insertos oculares. Injertos de glándulas salivares. El Dr. Murube preconiza, y está usando, este tipo de injerto que se pueden resumir en tres grupos: injerto de lacrimocitos, trasplante total de la parótida y trasplante de las glándulas sublinguales. Cultivo de lacrimocitos. Herzog y col. en 1976, cultivaron lóbulos de la glándula lagrimal de rata en un medio con colagenasa, hialurodinasa y tripsina. Por centrifugación aislaron los lacrimocitos y los sembraron en un 255 medio de Eagle. Comprobaron la proliferación funcionante de estos lacrimocitos pero no se ha comprobado el comportamiento en seres humanos al no haber reportes publicados. Trasplante de la glándula submaxilar. Técnica muy compleja y que resumiendo consiste en los siguientes pasos: 1.- Incisión de la piel a nivel de la región temporal, a nivel de la sien, disección del músculo temporal y resección de una porción del mismo, suficiente para dejar espacio para incorporar la glándula. 2.- Perforación ósea de la pared lateral de la órbita para conectarlo con la cuenca lagrimal. 3.- Incisión cutánea a nivel de la glándula submaxilar y disección cuidadosa del conducto de Wharton. 4.- Disección del nervio facial, cuidando no herirlo para evitar la parálisis facial. 5.- Extirpación de la totalidad de la glándula. 6.- Trasposición de la glándula en la cavidad hecha en el músculo temporal. 7.- Se introduce el conducto de la glándula a través del orificio óseo practicado. 8.- Se sutura la boca de salida del conducto de la glándula a nivel del fondo de saco temporal inferior. 9.- Sutura termino terminal de la arteria y de la vena de la glándula con la vena y arteria temporal superficial, todas ellas disecadas previamente. 10 – Cierre por planos 256 Trasplante de la glándula sublingual. Técnica de Murube Técnica menos complicada que la anterior, sin sutura vascular, donde se pueden trasplantar fragmento de las glándulas sublinguales, submaxilares o parotídeas. El autor prefiere la sublinguales por ser la cirugía menos agresiva y de más fácil localización. La técnica resumida consiste en: 1.- Se evierte el párpado superior con un separador de Desmarres. 2.- Incisión de la conjuntiva palpebral a nivel del borde superior de la placa tarsal, se secciona el tarso en todo su espesor separando los bordes y se diseca por debajo del músculo de Müller, hasta llegar al fondo de saco superior. (Fig. 9-1) Fig. 9-1.- Incisión de la conjuntiva palpebral a nivel del borde superior de la placa tarsal y se diseca por debajo del músculo de Müller, hasta llegar al fondo de saco superior. Fig. 9-2.- A nivel del frenillo se hace una incisión lateral hasta encontrar la glándula y se diseca cuidadosamente. 257 3.- A nivel del frenillo se hace una incisión lateral hasta encontrar la glándula y se diseca cuidadosamente. (Fig. 9-2) 4.- Es conveniente resecar junto a la glándula una porción de mucosa bucal para preservar los conductos secretores. 5.- Se secciona la glándula en rodajas. 6.- Se colocan los fragmentos sobre el tarso con la superficie mucosa hacia afuera. (Fig. 9-3) Unas variantes que propone y practica el Dr. Murube, son los injertos libres de tejido palatino de la boca o de la mucosa Fig. 9-3.- Se colocan los fragmentos sobre el tarso bucal del labio inferior. Las técnicas para los con la superficie mucosa dos son iguales, la variante es el cambio del hacia afuera tejido trasplantado, y se pueden resumir así: 1.- Obtención de las mucosas palatinas o bucales incluyendo las glándulas secretoras. 2.- Si la mucosa es palatina se anestesian los nervios palatino anterior y posterior. 3.- Se debe sacar la totalidad de la mucosa hasta llegar al hueso del paladar superior. 4.- Si la mucosa es bucal se anestesia por infiltración submucosa. 5.- La superficie de las mucosas , por regla general, son de 5 a 7 mm de ancho por 12 mm a 20 mm de largo. 6.- Eversión del párpado superior con un separador de Desmarres. 258 7.- Incisión de la conjuntiva palpebral a nivel del borde superior de la placa tarsal y se secciona el tarso en todo su espesor separando los bordes y se diseca por debajo del músculo de Müller, hasta llegar al fondo de saco superior. 8.- Inclusión del fragmento palatino o bucal en la superficie sangrante del párpado, con la parte mucosa hacia afuera. 9.- Sutura, borde a borde, de la mucosa bucal o palatina con la conjuntiva palpebral. Otra variante para regenerar las células mucíparas es el injerto libre de mucosa nasal. Se usa cuando hay un ojo seco con un simblefaron marcado debido a quemaduras o al Steven Johnson. La técnica es: 1.- Disección de la conjuntiva que forma el simblefaron hasta llegar a la epiesclera. 2.- Obtención de la mucosa nasal, tomada de la parte lateral, debajo del cornete inferior. 3.- Colocación de la mucosa a nivel del fornix superior, entre la superficie sangrante disecada del simblefaron, con la cara mucosa hacia afuera. 4.- Sutura de la mucosa nasal, tratando de formar el fondo de saco. Preservación de las lagrimas. Tiende este método a conservar las pocas lágrimas que haya, por medio de la oclusión de los puntos lagrimales superior e inferior. Este procedimiento puede ser provisional o definitivo. 259 Oclusión provisional La oclusión provisional se puede hacer por varios procedimientos: Actualmente existe en el mercado, unos botones de materiales sintéticos (Hema) que se insertan y desinsertan con facilidad. Tienen la forma de un yo-yo y se introducen previa dilatación de los puntos lagrimales. Los botones son bastante bien tolerados y si alguno fuera expulsado se repone fácil y rápidamente. La técnica y el equipo para introducir los botones sintéticos es la siguiente (fig. 9-4, 9-5 y 9-6): Fig. 9-4.- Botones de materiales sintéticos de diferentes autores. Fig. 9-5.- Instrumental para el implante del botón en el punto lagrimal. (tomado del folleto de Eagle Vision) 260 Fig. 9-6.- La técnica para introducir los botones sintéticos en el punto lagrimal (tomado del folleto de Eagle Vision). 1.- Anestesia por contacto a nivel de los puntos lagrimales o infiltración de los nervios supratroclear e infratroclear. 2.- Eversión y dilatación del punto lagrimal. 3.- El botón se sujeta con el dilatador introduciéndolo por el orificio que trae el botón 4.- Inserción del botón en el punto y canalículo dilatado. 5.- Instilación de un colirio antibiótico. El mismo procedimiento se usa para los tapones de colágeno, con la ventaja de que se reabsorben espontáneamente al cabo de dos semanas. Otro procedimiento es usando adhesivos a base de N-butilcianocrilato (Histoacryl). La técnica es así: previa dilatación del punto lagrimal se desbrida el epitelio del punto y se introduce una mínima cantidad del adhesivo. La oclusión se mantiene, durante 2-3 semanas, pues en ese tiempo se expulsa el tapón del pegamento. Puede ser removido fácilmente, si es necesario, en cualquier momento y puede repetirse unas cuantas veces. 261 Si no se dispone de los oclusores reabsobibles se puede dar un punto de seda o de nylon tomando el espesor del párpado y englobando la porción horizontal del canalículo, de tal manera que la sutura ocluya la circulación lagrimal. (Fig. 9-7) Si estos procedimientos son efectivos y se comprueba que aumenta el río lagrimal, se suelta el punto y se procede a una oclusión definitiva. Trasposición del punto lagrimal Fig. 9-7.- Punto de seda La trasposición del punto lagrimal tiene o nylon, atravesando la piel y el tarso, para ocluir la ventaja de que no se lesiona ni el punto ni temporalmente el calículo el canalículo y si fuera necesario se coloca lagrimal. en su lugar original. La idea es desplazar el punto lagrimal a nivel del borde externo del párpado y evitar que la lágrima desagüe directamente. La técnica es sencilla y efectiva: 1.- Anestesia por infiltración de los nervios supra e infra trocleares. Fig. 9-9. Fig. 9-8 262 2.- Con un clamp palpebral se produce una isquemia alrededor del punto. (Fig. 9-8) 3.- Incisión circular alrededor del punto lagrimal y prolongación hasta la piel. 4.- Disección de la porción vertical del canalículo. 5.- Desplazamiento del punto y del canalículo hasta la piel. (Fig. 9-9) 6.- Sutura de las heridas Parche conjuntival sobre el punto lagrimal. Técnica de Murube El parche del punto, tiene la ventaja de que puede ser una oclusión provisional o permanente sin lesionar estructuralmente ni el Fig. 9-10. punto y el canalículo. Esta técnica consiste en: 1.- Anestesia por infiltración de los nervios supra e infratrocleares. 2.- Se diseca y extirpa un área cuadrada de 2 X 2 mm. de la mucosa que rodea el punto lagrimal, dejando una superficie sangrantes. (Fig. 9-10) 3.- Se toma una porción de conjuntiva bulbar ligeramente mayor que la herida palpebral. 4.- Se sutura borde a borde con nylon 90 o 10. (Fig. 9-11) 5.- Se retiran los puntos al cabo de 5 Fig. 9-11. a 6 días. 263 Este procedimiento es reversible retirando el colgajo conjuntival La ventaja de la oclusión temporal es comprobar si esta oclusión es efectiva, antes de hacer la oclusión permanente. Oclusión definitiva. La oclusión definitiva sólo se hará en aquellos casos donde haya algo de lágrima, al menos un test de Schirmer I (sin anestesia) de 2 a 5 mm. Un Schirmer I totalmente negativo contraindica cualquier tipo de oclusión. Después de la oclusión temporal se medirá la cantidad de lágrimas acumuladas en el mar lagrimal y se harán los test de rosa de Bengala y de fluoresceína. Si ha habido una mejoría se puede proceder a la oclusión definitiva. La cauterización de los puntos lagrimales, si sólo se cauteriza el mismo punto y sin introducirlo en la porción vertical, tiene un tiempo de efectividad menor (de 3 a 6 días) y se practica con un cauterio (desechable o no). Se puede inyectar 0,5 c.c.,.de anestésico o también puede practicarse con anestesia por contacto. Si se quiere un menor tiempo de oclusión simplemente se pone el cauterio en contacto con el punto hasta que se vea una palidez y una estrechez del mismo punto. Si se quiere una oclusión un poco más larga, se introduce, un cuarto de milímetro, la punta del cauterio en el canalículo y se hace pasar la corriente hasta ver blanquecino el punto lagrimal. Si se usa el termocauterio incandescente (Fig. 9-12), la aguja debe introducirse profundamente ocupando la casi totalidad 264 Fig. 9-12. del canalículo. Luego se hace pasar la corriente hasta que los tejidos circundantes se pongan blanquecinos. Debe usarse una infiltración de anestésico local. El mismo procedimiento se usa con la diatermia. (Fig. 9-13) Se puede también escindir el punto lagrimal, avivar los bordes del canalícelo y colocar un punto de seda en U ocluyéndolo, retirar el punto a los 3-5 días. También pude usarse láser de argón para producir una destrucción y retracción de los tejidos. La potencia oscila entre 400 y 200 micras y 2W, haciendo varias aplicaciones alrededor del punto. El láser Fig. 9-13. también se emplea para abrir los puntos ocluidos. Tanto si se hace una oclusión temporal o una definitiva se deben tapar ambos puntos lagrimales, el superior y el inferior, para que el procedimiento sea más efectivo. Beflarorrafia parcial a nivel de los puntos. (Técnica punctal de Murube). La blefarorrafia a nivel de los puntos lagrimales es una variante de la oclusión puntual con la ventaja de que no se lesionan, puede ser reconstruida, si fuera necesario, disminuye la superficie expuesta al disminuir la fisura palpebral. Es un procedimiento sencillo pero 265 delicado tratando de evitar la lesión de los puntos y canalículos. Se procede así: 1.- Anestesia tópica y bloqueos de los nervios supratrocleares o por infiltración local. 2.- Se hace una primera incisión, en el borde del párpado inferior, de 3 mm de largo y 2 mm de profundidad paralela al borde del párpado y justo por delante del punto lagrimal (Fig.9-14 A) 3.- Se repite el mismo procedimiento en el borde del párpado superior. Fig. 9-14.- Beflarorrafia parcial a nivel de los puntos. (Técnica punctal de Murube). A, Incisión, en los bordes de los párpados, de 3 mm de largo y 2 mm de profundidad, paralela al borde del párpado y justo por delante del punto lagrimal. B, Se evierten ambos colgajos, se unen por sus caras cruentas y se da un punto en forma de U, protegido con un colchón plástico. 4.- Se evierten ambos colgajos y se unen por sus caras cruentas y se da un punto en forma de U, protegido con un colchón plástico. (Fig. 9-14 B) 266 5.- Para evitar que las tracción de los párpados pueda abrir la herida se debe hacer una tarsorrafia central provisional que se retirará después de 10 a 12 días. Beflarorrafia lateral. En los casos de lagoftalmos, exoftalmos endocrinos, parálisis faciales, ectropiones seniles no muy marcados, en algunos caso de ojo seco o de cualquier otro tipo, esta técnica conserva la humedad, conserva por más tiempo el río lagrimal y produce un mayor confort al paciente. La técnica es: 1.- Anestesia tópica y bloqueos de los nervios lagrimal, zigomaticofacial e infraorbitario. 2.- Se extirpa una superficie de unos 8-10 mm de largo por 2–3 mm de ancho a nivel del tercio externo del borde de ambos párpados. (Fig. 9-15 A) 3.- Si el lagoftalmos es muy marcado la resección del borde inferior debe ser un poco más amplia pues debe desplazarse hacia afuera para corregir el lagoftalmos. 4.- Se dan dos puntos en forma de U, acolchados poniendo en contacto las superficies cruentas. (Fig. 9-15 B y C) 5.- Se retiran los puntos a los 10 – 12 días. Fig. 9-15.- Beflarorrafia lateral. 267 Cisternoplastia. (Técnica de Murube). Es una variante de la blefarorrafia aunque, según el autor, lo que se pretende no es disminuir la fisura palpebral, sino crear un receso que aumente la cisterna natural y la retención de las lágrimas naturales o artificiales. El espacio creado puede retener de 0,1 a 1,5 c.c. de lágrima. Estéticamente el resultado es aceptable. La técnica es: 1.- Anestesia tópica y bloqueos de los nervios lagrimal, zigomaticofacial e infraorbitario, puede hacerse también por infiltración subcutánea. 2.- Depilar algunas pestañas de ambos extremos de los párpados. 3.- Se hace una incisión a nivel de la unión de la piel con la mucosa en el mismo ángulo externo y en la unión de los bordes de ambos párpados. (Fig. 9-16 A) 4.- Se profundiza la incisión dos o tres milímetros y se hacen dos incisiones a nivel de la terminación de las incisiones anteriores. (Fig. 9-16 B) 5.- Se rotan los colgajos y se suturan con uno o dos puntos. (Fig. 9-16 C) Fig. 9-16.- Cisternoplastia. (Técnica de Murube) 268 6.- Se introduce una torunda de gasa en el espacio detrás de la piel suturada, durante 10 a 12 días, para dar la oportunidad que se epitelice sin que invada la superficie posterior sangrantes de la piel suturada. 7.- Para evitar que se cierre, Murube, recomienda cubrir la superficie posterior con un colgajo de piel para formar el nuevo espacio. Correctivos Conjuntivales Es el simblefaron la patología más preocupante en el síndrome de ojo seco. Las quemaduras físicas y químicas, el pénfigo y el síndrome de Steven-Johnson son los más frecuentes destructores de las conjuntivas bulbares y palpebrales, llevándose consigo las células caliciformes y la obstrucción de los conductos secretores lagrimales. Al mismo tiempo de producir retracciones conjuntivales deforman los párpados impidiéndoles su función lubricadora. El tratamiento quirúrgico debe ir encaminado a la reconstrucción de los fondos de saco y a la liberación del tejido cicatricial que pueda obstruir la salida de las lágrimas. Dependiendo del grado de retracción y de la extensión del simblefaron dependerá la técnica quirúrgica a seguir. Desde una simple peritomía hasta los transplantes extensos de mucosa bucal, conjuntival o de amnios. Es importantísimo señalar que la simple sección de la brida fibrosa del simblefaron parcial nunca da resultado, pues vuelve indefectiblemente a hacerse la adherencia fibrótica. Las técnicas quirúrgicas son muy variadas y dependen de la patología que los creó y de la extensión del simblefaron. En los casos monoculares y si la extensión no es muy grande debe intentarse injertos conjuntivales del otro ojo; no sólo resuelve 269 la retracción, sino que también aporta elementos secretores nuevos y que han sido destruidos en el ojo afectado. En los casos extensos, mono o binoculares se recurrirá a la mucosa bucal o amnios para cubrir el defecto y liberar la retracción. Simultáneamente no debe olvidarse el tratamiento con lágrimas artificiales, antinflamatorios y antibióticos. Los dellen son causa también de sequedad parcial de la superficie corneal, la patogenia común es la falta de la película lagrimal como consecuencia de una elevación del tejido perilímbico. Las causas más frecuentes son: pterigiones; ampollas de filtración exuberantes después de filtrantes antiglaucomatosas; puntos de sutura corneo esclerales con nudos grandes, material grueso y muy apretados; cicatrices límbicas accidentales o producidas por la cirugía del estrabismo; hematomas subconjuntivales grandes y perilímbicos y algunas más que sean capaces de crear una zona seca. El tratamiento se orienta a corregir la causa desencadenante y va desde un corticoide para las causas inflamatorias hasta la cirugía del pterigion y la cirugía reconstructiva de la ampolla filtrante exuberante. Palpebrales Cuando existen malas posiciones de los párpados o pérdida de sustancia de los mismos, se crea una zona de exposición conjuntivocorneal, más o menos extensa, con aumento del grado de evaporación y una repartición no uniforme de la película lagrimal. Las lesiones dependen de la gravedad de la afección y van desde una simple molestia hasta la queratinización de la conjuntiva tarsal y de la córnea. Se pueden agrupar en 3 grandes bloques. Entropión y ectropión cicatricial y senil.(fig.9-17) Cicatrices palpebrales con pérdida de sustancia. 270 Fig. 9-17.Entropión y ectropión senil. Lagoftalmos por parálisis facial. El tratamiento específico de cada uno de ellos corrige el defecto y las técnicas se encuentran en todos los libros de técnicas quirúrgicas, con sus respectivas indicaciones y contraindicaciones. En ciertos casos graves de retracción del párpado superior se puede provocar intencionalmente una ligera ptosis, de la siguiente manera: 1.- Anestesia tópica y bloqueos de los nervios supraorbitario y supratrocleares. 2.- Eversión del párpado superior con un separador de Desmarres. 3.- Incisión de la conjuntiva a nivel del borde superior del tarso. 4.- Disección de la conjuntiva y localización del músculo de Müller. 5.- Sección cuidadosa de SOLO el músculo de Müller 6.- Sutura continua de la conjuntiva, borde a borde. Corneales La cirugía corneal se reduce a aquellos casos de ojo seco severo, y cuando hay una opacificación importante de la misma, que impida una visión útil. Las técnicas quirúrgicas utilizadas son: queratoplastia lamelar o penetrante y queratoprótesis. En general son de un mal pronostico por las siguientes razones, pues hay: Daño severo de las conjuntivas y alteración importante de las glándulas secretoras lagrimales; alteración que va a persistir después de la cirugía agravando el resultado final. 271 Vascularización superficial y profunda de la córnea, factor agravante para los transplantes. Hipolacrimia como consecuencia del daño conjuntival. Puede haber un glaucoma subyacente y que se puede presentar, con cierta frecuencia, en las quemaduras graves. La anestesia corneal, producida por quemaduras, trae como consecuencia el retardo de la epitelización del donante e incluso úlceras tróficas del mismo. Antes de hacer un injerto debe esperarse a que haya desaparecido la anestesia corneal. Antes de proceder a una queratoplastia se deben corregir estos síntomas y signos con el tratamiento médico adecuado y con la técnica quirúrgica oportuna para intentar que el índice de fracasos sea menor. Actualmente se están utilizando los inmunopresores como preparación previa a la queratoplastia; es conveniente ponerse de acuerdo con el inmunólogo para hacer el tratamiento en conjunto. Si el grado de opacidad y de vascularización de la córnea lo permiten se debe elegir una queratoplastia lamelar, si no es posible se recurre a la penetrante. Las queratoprótesis son el último recurso para intentar devolver una visión útil a estos pacientes. Es una técnica difícil, costosa y con resultados inciertos, pues siempre está latente la necrosis corneal a nivel del contacto con la prótesis y su consiguiente expulsión. Hay dos tipos de queratoprótesis: las que usan materiales sintéticos exclusivamente (lente de Cardona) y las que emplean un soporte biológico para sujetar el lente sintético. Además de tratar de corregir todas las complicaciones que se expusieron al referirse a la queratoplastia hay que estar seguros que haya una función retiniana útil. Se practican en casos desesperados cuando se ha practicado o 272 no una queratoplastia previa y cuando la agudeza visual impide una visión medianamente útil. Para evitar la necrosis corneal, por contacto, se introdujo la odontoqueratoprótesis, utilizando como soporte del lente un lecho formado por la pulpa de un diente extraído del mismo paciente. Al hacer la queratoprótesis se debe practicar sistemáticamente una afaquia y una vitrectomía. Exoftalmos. Por su etiología tiroidea y por la proptosis que produce hay retracción de ambos párpados, mucho más frecuente y acusado el superior con aumento de la hendidura palpebral, exposición de la córnea y de la conjuntiva, con quemosis, lagoftalmos, limitación del fenómeno de Bell por la infiltración de los músculos extraoculares, aumento e infiltración de la grasa orbitarias, disminución del parpadeo y, al mismo tiempo, el cierre palpebral no es completo. Toda esta sintomatología provoca una sequedad por la misma exposición, mayor propensión a una infección, sobre todo a la pseudomona aeroginosa, con posible necrosis y perforación corneal. (Fig.9-18) Para tratar de reducir la hendidura palpebral se pueden usar colirios que contengan guanitidina al 5%, instilándolo unas tres o cuatro veces al día. También se usan los agentes ß bloqueadores por vía oral y los corticoides, prednisona oral, Fig. 9-18. Exoftalmos por enfermedad de Basedow. todos ayudan a disminuir marcadamente la inflamación, la quemosis conjuntival, el edema palpebral, la oftalmoplejía, el exoftalmos y, si hay una neuropatía óptica, mejora la visión. Los corticoides deben ser administrados bajo el control del endocrinólogo por los efectos 273 colaterales que producen. Todos sin que influyan sobre la causa etiológica del exoftalmos. Hay duda sobre el uso de los inmunopresores tipo ciclofosfamida, unos autores la recomiendan y otros afirman que no se acompaña de mejoría (Bauer y Catz). La misma situación se presenta con el uso del yodo radioactivo y con la radioterapia que se emplean en casos extremos cuando la evolución va a peor y no se han conseguido resultados positivos con otros tratamientos. La descompresión orbitaria, la mayoría de las veces, persigue un fin estético, hay urgencia cuando hay papiledema, baja agudeza visual marcada por exposición corneal, ulceración y posible perforación. Esta descompresión se hace o bien ampliando la cavidad orbitaria extirpando las celdas etmoidales, suprimiendo la pared lateral o ampliando el espacio suprimiendo el piso de la órbita para que la grasa descienda al seno maxilar. También surte algún efecto extirpar bastante cantidad de grasa orbitaria por vía anterior. Todos estos procedimientos deben estar en manos de cirujanos con gran experiencia en oculoplastia. Para hacer descender el párpado superior se recurre a una miotomía del músculo de Müller y una liberación de las astas laterales del elevador e incluso una sección total y dejándolo que se reinserte espontáneamente más atrás. El peligro es una ptosis más o menos severa. Hay que elegir entre la gravedad del estado de la córnea y el posible riesgo. La retracción del párpado inferior es, por fortuna, menos frecuente y menos marcado. Si la hubiera se puede recurrir a un injerto de tarso para producir un alargamiento del mismo. En algunas ocasiones y cuando el exoftalmos no es muy marcado se puede practicar una tarsorrafia lateral para disminuir la hendidura palpebral. 274 CAPITULO X Exploración de las vías lagrimales excretoras historia clínica inspección y palpación pruebas de permeabilidad técnica del lavado de las vía lagrimales localización de la obstrucción sondaje de las vías lagrimales CAPITULO X EXPLORACIÓN DE LAS VÍAS LAGRIMALES EXCRETORAS El sistema lagrimal excretor está formado, además de los párpados y del músculo orbicular, por los puntos lagrimales, canalículos superior e inferior, saco lagrimal, conducto nasolagrimal y numerosas válvulas. Es conveniente recordar las medidas de los conductos para efectuar las maniobras de exploración de acuerdo a éstas. La anatomía de la región ayuda a la localización topográfico de las estructuras. Se remite al lector al capítulo primero donde en las figs. 1-15 y 1-16 se muestran las relaciones anatómicas y las medidas del trayecto excretor. Para una completa exploración de las vías lagrimales excretoras hay que hacer: Historia clínica completa. Inspección y palpación del globo ocular y de los anexos. Pruebas para determinar la excreción lagrimal. Lavado del sistema lagrimal. Sondaje de las vías lagrimales. HISTORIA CLÍNICA Antes de seguir adelante es conveniente diferenciar los términos lagrimeo y epífora. El lagrimeo es la hipersecreción lagrimal pura sin que haya alteración del sistema de drenaje. La epífora es el rebosamiento de la lágrima causado por la obstrucción parcial o total del sistema de drenaje, sin que necesariamente haya hipersecreción. 277 La evaluación del paciente comienza por la historia de sus síntomas. El lagrimeo, el síntoma más frecuente, es probablemente el menos específico pues puede ocurrir en cualquier desorden funcional. Generalmente un lagrimeo monocular de moderada o larga duración indica una obstrucción local que puede ser traumática, inflamatoria o producida por procesos infecciosos de las vías excretoras, si es de corta duración se debe buscar patología local. Si el lagrimeo es bilateral es más rara la patología de drenaje, aunque no hay que descartarla, hay que buscar causas nasales, alérgicas, iritis, queratitis, glaucoma, queratoconjuntivitis, patología sistémicas que produzcan lagrimación o alteren la calidad de la lágrima. Cuando hay epífora sin infección hay que pensar en una estenosis o una obstrucción de puntos o canalículos. En las enfermedades tiroideas, vasculares colágenas, sarcoidosis y otras, hay un pseudo lagrimeo debido a la alteración en la calidad de la lágrima. En la seudoepífora, por alteración de las glándulas de Krause y Wolfring, la calidad de la lágrima es inadecuada y aunque el ojo esté húmedo el paciente siente sensación de sequedad continua, produciéndose un mecanismo reflejo de hipersecreción acuosa. En los infantes es importante determinar el momento de la aparición del lagrimeo o de la epífora. La válvula de Hasner que cubre el punto final del conducto lacrimonasal, durante la vida fetal, se atrofia en las seis primeras semanas de vida, poniendo en comunicación la lágrima con la nariz. Si esta válvula no se abre aparece una epífora a las pocas semanas después del nacimiento. En el apartado de las anomalías de los conductos, que se exponen más adelante, se enumeran las posibles alteraciones congénitas del conducto nasolagrimal que producen epífora. Los recién nacidos lloran pero no lagrimean, la lágrima comienza después de la primeras seis semanas, por esto la epífora 278 no se manifiesta antes. Es típico que el pediatra le haya mandado un colirio sin ningún resultado. Suele ser unilateral aunque más raramente se presenta bilateral. Generalmente el sondaje perfora la válvula y al restituirse el flujo desaparece la infección. Pero si a pesar del sondaje continua la epífora es importante hacer hincapié en las anomalías congénitas de las vías excretoras, es imprescindible la interconsulta con el otorrinolaringólogo para determinar el estado de los cornetes. Si la sonda ha pasado adecuadamente y no se ve su salida por el meato, puede ser que el conducto nasolagrimal sea submucoso y no tenga salida a la nariz. También, más adelante, se explica cual debe ser la conducta terapéutica. Cuando la epífora se presenta en jóvenes o adultos se debe investigar si ha habido conjuntivitis purulentas agudas o crónicas, traumatismos que hayan podido seccionar u obstruir el conducto lacrimonasal, tumoraciones, historia de sinusitis, si la epifora o el lagrimeo es permanente o no. Si no es permanente indica que la causa no es una obstrucción definitiva de las vías de desagüe, en estos casos es necesario investigar las alergias, desviaciones del tabique nasal, ectropion, chalazion, triquiasis o eversión del punto lagrimal como se especificará en la inspección local. No es muy frecuente la epífora en personas jóvenes que presentan una secreción rebelde a todo tratamiento. Hay que pensar en el divertículo del canalículo que suele contener un dacriolito, formado por hongos, y que no desaparece hasta que se saca y se extirpa el divertículo. Si aparece es personas de mayor edad, lo primero que hay que pensar es en una estenosis de los puntos lagrimales. Se suele presentar simplemente con epífora sin secreción purulenta. No olvidar que con 279 la edad la producción lagrimal va disminuyendo y que el organismo, para evitar una sequedad ocular, disminuye el diámetro de los puntos y evitar mayor salida de las lágrimas. Algunas veces esta estenosis es más marcada de lo normal, bien por fibrosis o por conjuntivitis a repetición. En la mayoría de los casos, después de comprobar que el resto del drenaje es normal, por medio del lavado de los conductos, la simple dilatación no surte efecto definitivo, pues al cabo de poco tiempo vuelven a estenosarse. Si esto ocurre es necesario abrir los bordes de los puntos y marsupializar la mucosa para aumentar su diámetro (Técnica de Weber). En el capítulo del tratamiento quirúrgico se especifica la técnica. Investigar los medicamentos que está tomando o se está poniendo, como colirios con epinefrina o pilocarpina que pueden producir obstrucción pasajera. Investigar si hay antecedentes de conjuntivitis severas a repetición, irradiación cefálica, parálisis del II y VII nervios craneales, traumas, cirugías faciales o nasofaciales, pues todos ellos pueden causar anomalías de la glándula lagrimal. Como en toda historia clínica el oftalmólogo no se debe reducir a la parte oftalmológica, debe convertirse en un internista y pensar e investigar en las muchas patologías generales que producen ojo seco, epífora o lagrimeo. INSPECCIÓN LOCAL Examinar la posición de los bordes palpebrales, con los ojos abierto y cerrados para comprobar su correcta aposición. Bajo la lámpara de hendidura hay que comprobar si los puntos lagrimales están presentes, su ausencia indica una agenesia de los mismos que puede 280 estar localizada exclusivamente en los puntos o puede extenderse a los canalículos y es mucho más raro que haya una agenesia de todo el sistema. Descartar patologías palpebrales como blefaritis, así como patologías conjuntivales, corneales, uveítis, glaucoma, cuerpo extraños, ectropion, lagoftalmos. Descartar tumores palpebrales, cicatrices, orzuelos o chalaziones, blefaritis alérgicas o escamosas, carunculitis y epiescleritis. La presencia de una masa a nivel del canto interno puede indicar un absceso, un divertículo, un tumor o un dacriolito en el saco. En general hacer un diagnóstico orientado a buscar una patología que produzca una lagrimación refleja directa o indirecta. Buscar cicatrices y antecedentes traumáticos localizados a nivel del canto interno, especialmente aquellos que estén entre el punto lagrimal inferior y canto; la epífora puede ser causada por una sección u obstrucción postcicatricial del canalículo inferior y que tiene una conducta terapéutica diferente a las producidas por procesos inflamatorios de los canalículos, del saco y del conducto lacrimonasal. La presencia de secreción mucosa sugiere un proceso alérgico o viral. Si es mucopurulenta indica éxtasis a nivel del saco lagrimal, generalmente secundaria a una obstrucción del conducto nasolagrimal con infección bacteriana. La presencia de secreción serosanguinolenta hace pensar en lesiones erosivas en el saco y hay que descartar la presencia de un tumor. Una piel roja e hinchada, a nivel del canto interno, puede ser indicio de una dacriocistitis, más o menos aguda, y suele ir acompañada de secreción mucosa o purulento. Al presionar el saco aumenta la secreción. Se debe comprimir a nivel del saco lagrimal, haciendo presión sobre el mismo, evitando el tendón cantal medio, presionando 281 por debajo de él y buscando la fosa lagrimal. Para comprimir el saco se debe colocar el dedo debajo del borde inferior del tendón y presionar con un movimiento rotatorio (fig. 10-1) pues si se presiona con un movimiento ascendente y descendente el dedo puede ocluir el conducto común y los canalículos. Si al comprimir el saco sale una secreción mucosa o purulenta, más o menos abundante, es un indicio de una dacriocistitis crónica, con o sin mucocele. Las lágrimas de cocodrilo aparecen con la masticación y están producidas cuando hay una regeneración aberrante de la porción periférica del VII nervio craneal, después de una parálisis de Bell. Fig.10-1.- Manera correcta e incorrecta de comprimir el saco La localización de la tumoración a nivel del canto interno puede orientar, también, el diagnóstico. Si la tumoración se localiza encima del tendón cantal medio la patología más frecuente es la tumoral, si la tumoración se localiza por debajo del tendón es indicio de patología inflamatoria e infecciosa del saco (fig. 10-2). El eritema indica inflamación y la telangectasia indica tumor. La exploración de las fosas nasales complementa la exploración, pues las desviaciones del tabique, las. rinitis, las hipertrofias de los cometes pueden producir epífora, sin que haya alteración del sistema excretor propiamente dicho. La palpación a nivel de la glándula lagrimal principal puede evidenciar un proceso inflamatorio, tumoral o quístico. 282 Fig.10-2.- Dacriocistitis aguda La alteración del tono del músculo orbicular puede producir lagrimeo. Los entropiones congénitos o seniles, por espasmo de la porción pretarsal del orbicular, producen una irritación mecánica por contacto de las pestañas sobre la córnea y como consecuencia una hipersecreción refleja. La falta de tono, como en el ectropión o por parálisis facial, produce el mismo lagrimeo pero por desecación. Un buen examen debe incluir una interconsulta con el otorrinolaringólogo para descartar cualquier patología o alteración nasal. Después de la historia, de la inspección y de la palpación se completa el examen con diferentes pruebas que orientarán la causa del lagrimeo o de la epífora. PRUEBAS DE PERMEABILIDAD Hay que distinguir tres circunstancias que determinan y comprueban si las vías lagrimales excretoras son permeables o no, agrupándolas así: La permeabilidad funcional espontánea es cuando la vía está completamente libre, la impermeabilidad funcional indica que circunstancialmente la vía está parcial o totalmente ocluida, como por ejemplo por infecciones o inflamaciones, y que una vez resuelto el problema vuelve a ser permeable y, la tercera, la impermeabilidad orgánica es cuando es definitiva la falta total del transito lagrimal. Con la permeabilidad funcional espontánea, además de comprobar el libre transito de toda la vía, tiene la característica de que la evacuación de la lagrima se hace sin ninguna manipulación forzada. Se emplean las pruebas oculonasales de permeabilidad gustativa y de tinción. Las pruebas más usadas en niños es el test de los infantes y en adultos, la de la sacarina, la de fluoresceína y el azul de metileno: 283 El test de los infantes es un procedimiento sencillo y el procedimiento es como sigue: se instila una gota de fluoresceína en cada ojo y se esperan un par de minutos. Luego se coloca al niño en posición prona (fig. 10-3), sobre las piernas de la madre, de tal manera que quede la cabeza al aire. El médico flexiona ligeramente hacia abajo la cabeza del lactante con lo cual produce el llanto, para que las lágrimas desemboquen a las fosas nasales y evitar que las lágrimas vayan a la rinofaringe. Después de unos minutos se sienta al niño y se observa la salida de moco por las narinas. Fig.10-3- Después de instilar una gota Si la secreción que sale por los de fluoresceína se coloca al niño en orificios nasales está teñido de posición prona y se le estimula para amarillo indica que la vía o las vías que llore. lagrimales son permeables. Si sale el moco sin teñir, se demuestra que una o las dos vías lagrimales están obstruidas (fig. 10-4). Este procedimiento se usa más frecuentemente en niños de hasta 6 meses, pues mayores de esta edad es difícil controlarlos. Tiene la ventaja de ser incruento, de evitarse el lavado, la sedación o la anestesia, de producir una Fig. 10-4.- En este caso el moco nasal del lado derecho sale teñido, indicando que la vía es permeable. En el izquierdo el moco no se ve teñido, indicando una obstrucción. 284 falsa vía y de poder repetirse indefinidamente. Al mismo tiempo es un procedimiento que sirve para comprobar si el masaje sobre el saco lagrimal ha sido efectivo o no. Test de la sacarina. Consiste en instilar una solución de sacarina al 2% en el fondo de saco conjuntival y ver si el paciente percibe el sabor dulce y a veces amargo de la misma. Se instila una gota de anestésico en Fig. 10-5.- Test de la sacarina. el fornix inferior y después de 10 segundos se agregan unas gotas de solución al 2% de sacarina (fig. 10-5). El paciente normal debe percibir el sabor alrededor de 15 a 20 minutos después de la instilación. Tiempos mayores indican una obstrucción parcial del sistema y la ausencia de sabor indica una obstrucción total o una ausencia del sentido del gusto a nivel de la lengua Test de la fluoresceína o del azul de metileno. En los adultos se puede usar el test de Jones. Se basa en la tinción de un hisopo de algodón, colocado en el meato inferior, después de instilar un colorante en el fondo de saco lagrimal. La prueba se efectúa anestesiando los cornetes y los meatos con un aerosol de lidocaína al 4% o una torunda de algodón empapada en anestésico. Se instila en el fornix inferior una gota de fluoresceína o una solución de suero fisiológico mezclado con unas gotas de azul de metileno, se manda inclinar la cabeza hacia adelante para que la lágrima desagüe hacia la nariz y no se desvíe hacia la rinofaringe. También puede inyectarse la solución teñida por uno de los puntos. Se 285 Fig. 10-6.- A, hay tinción fácil y franca (permeable); B, se tiñe parcialmente (semipermeable) y C, no hay tinción (obstrucción total). introduce una torunda de algodón hasta llegar al meato inferior, a nivel de la desembocadura del conducto nasolagrimal El tiempo promedio normal de tinción debe ser de 5 a 10 minutos. y se observa si hay coloración del algodón, observado directamente o con un especulo nasal y con la luz azul de cobalto si se ha usado fluoresceína. La prueba debe hacerse por separado en cada lado. Pueden ocurrir tres eventualidades: 1.- Que se impregne el hisopo fácil y totalmente (fig. 10-6 A), esto indica que la vía es permeable. 2.- Que el hisopo se moje parcialmente o tarde más tiempo de lo normal, esto indica que la vía es parcialmente permeable (fig.10-6 B). 3.- Que el hisopo salga limpio, que deba aumentarse la presión en el émbolo, que se distienda el saco y todo el líquido refluya por el punto el otro canalículo, esto indica que hay una obstrucción total del conducto lacrimonasal (fig. 10.6 C). Cuando la prueba se hace instilando solamente la gota coloreada en el fondo de saco tiene bastantes factores de error, es más rápida y segura cuando se inyecta. 286 DACRIOCISTOGRAFÍA. L a d a c r i o g ra f í a e s u n procedimiento que usa un elemento radio opaco, los más frecuentes son el Yodo y el Hypaque que ponen gráficamente de manifiesto el Fig. 10-7 Se observa la anatomía radiológica normal de las vías excretoras; se visualizan claramente todos los elementos: canalículos, conducto común, saco lacrimal y conducto lacrimonasal. trayecto. En la fig. 10-7 se observa la anatomía radiológica normal de las vías excretoras; se visualizan claramente todos los elementos: canalículos, conducto común, saco lagrimal y conducto lacrimonasal. Véase la salida del contraste al meato. En la fig. 10-8 hay una obstrucción bilateral de ambos conductos lacrimonasales, se Fig. 10-8.- Obstrucción bilateral de ambos conductos. visualizan los canalículos y el saco distendido. No se ve el contraste en la fosa nasal. En la fig. 10-9 la vía lagrimal izquierda está permeable y en cambio, en el lado derecho, una ausencia de llenado en el saco y en el conducto lacrimonasal, sólo Fig. 10-9.- Solamente la vía lagrimal izquierda está permeable se llenan los canalículos, indicando una obstrucción postsacular total. 287 No hay duda de que aporta buenos resultados, pero debe reservarse para hacer diagnósticos diferenciales sobre todo con tumores y anomalías congénitas del conducto nasolagrimal. Es un procedimiento caro; si son niños exige anestesia general o gran sedación y, a nuestro modo de ver, no aclara mucho más que el simple lavado lagrimal. De tal manera que nosotros lo reservamos en casos donde después de hacer un lavado sospechamos una patología compresiva, malformaciones congénitas o traumáticas, patología asociada a la nariz y senos paranasales. La dacriocistocinematografía y la microcintigrafía son procedimientos muy sofisticados que se usan fundamentalmente para la investigación y para casos sumamente raros de diagnósticos diferenciales graves. LAVADO DE LAS VÍAS LAGRIMALES EXCRETORAS Técnica: El lavado de las vías lagrimales excretoras es el procedimiento más simple y accesible a todo oftalmólogo general. Es el procedimiento que da mayor información sobre la permeabilidad o impermeabilidad de las vías lagrimales excretoras. Se emplea una inyectadora de insulina Nº 26, a la cual se le ha cortado y limado la punta de la aguja para eliminar el bisel cortante y se carga con suero fisiológico. Usamos esta inyectadora porque es descartable, asegura la asepsia, es de fácil adquisición y porque la presión ejercida sobre el émbolo da información al dedo que aprieta, determinando la resistencia que ofrecen las vías lagrimales al paso del líquido. Este último elemento es sumamente importante pues hay “vías permeables” que en realidad no lo son. Un exceso de presión en el émbolo rompe un bloqueo parcial y hace salir el líquido a la fosa nasal, 288 induciendo a pensar que la vía es permeable. No hay que olvidar que la presión normal de la lágrima está dada por la contracción de los párpados, la capilaridad y la gravedad, siempre menor que la presión ejercida, en exceso, por el dedo sobre el émbolo. De tal manera que cuando se hace un lavado no se debe presionar fuertemente, pues puede ser causa de error. La presión debe ser suave y continua. Es una experiencia táctil difícil de explicar y que sólo con la práctica se adquiere. Es conveniente lavar individuos normales para adquirir “ese tacto” y después comparar. Para efectuar el lavado de los adultos se hace una anestesia local por contacto; en los niños es conveniente una sedación y la anestesia tópica o, también, una anestesia general con intubación. Si al niño se le ha sedado solamente, se debe hacer una anestesia local, por contacto, sobre el punto lagrimal inferior (así se evita una mayor profundidad en la sedación), se dilata el punto lagrimal, se introduce la aguja en el canalículo inferior y se inyecta el líquido. Como en la sedación superficial se conserva el reflejo de deglución y el reflejo tusígeno, al inyectar el líquido se produce uno de los dos reflejos, indicando que el líquido ha pasado a rinofaringe. Si se hace con anestesia general e intubación, se introduce una gasa en la rinofaringe y se inyecta a través del punto inferior el suero coloreado con azul de metileno o con fluoresceína. Si al sacar la gasa de la rinofaringe aparece teñida de azul o de amarillo, indica la permeabilidad de la vía. Es el mejor procedimiento, pues la observación directa de la rinofaringe por el anestesiólogo es más laboriosa y entra el factor de subjetividad. Nosotros preferimos la sedación por ser más rápida, más económica y por considerarla como prueba suficientemente clara para orientar el diagnóstico. No hay riesgo de asfixia pues la tos producida 289 es suficiente para impedir la entrada del poco líquido que se inyecta a las vías respiratorias. En los adultos se puede efectuar sentado o acostado. Es conveniente hacer una anestesia de contacto sobre los puntos lagrimales. La anestesia por contacto se hace aplicando una torundita de algodón, impregnada en tetracaína durante un minuto. Es una anestesia que atenúa las molestias de la dilatación del punto lagrimal. Si a pesar de todo el paciente es aprensivo o siente dolor se infiltran los nervios supra e infratroclear. Generalmente es conveniente la dilatación suave del punto para hacer la maniobra más suave; muchas veces, sobre todo en ancianos, la epífora está producida solamente por la estenosis del punto. Si el paciente está sentado se le hace flexionar la cabeza ligeramente hacia adelante y al inyectar el líquido, si las vías son permeables, el líquido saldrá por la nariz. Si el paciente está acostado, al inyectar el líquido lo sentirá en la rinofaringe. Antes de efectuar la prueba se explicará al paciente lo que va a sentir y se le inducirá a que lo trague. Generalmente el líquido deglutido tiene un sabor amargo y desagradable. Si el líquido inyectado no fluye por la nariz o por la rinofaringe es un síntoma de obstrucción, total o parcial, de las vías lagrimales. Si se inyecta el suero, con presión moderada, y no pasa a la nariz y refluye por alguno de los puntos lagrimales se puede repetir la prueba a una mayor presión para comprobar si la obstrucción es parcial. Si al inyectar, a una mayor presión, sigue refluyendo por los puntos, la obstrucción es total; si pasa parcialmente hay solamente una estenosis. Cualquiera de las dos eventualidades conducen a la misma conducta terapéutica. La obstrucción parcial no es útil para el funcionamiento normal excretor y hay que crear una vía alterna quirúrgica de drenaje. 290 Las características del líquido que refluye, empujado por el suero, puede ayudar al diagnóstico y al estado evolutivo de la obstrucción. Si cuando se inyecta el suero el saco lagrimal se abomba, se dilata y va acompañado por una expulsión de moco espeso y transparente, indica que hay un mucocele. Si el mucocele está infectado la secreción expulsada será pus. Si es pus el líquido expulsado, pero no hay tumoración a nivel del saco, es síntoma de una dacriocistitis crónica. Cuando hay pus, tumoración, enrojecimiento de la piel, dolor y edema son síntomas de una dacriocistitis aguda. LOCALIZACIÓN DE LA OBSTRUCCIÓN. Veamos, por separado, cómo se puede comportar el fluir y refluir del líquido una vez inyectado en las vías lagrimales. Para fines diagnósticos y terapéuticos es de suma importancia localizar la obstrucción. Puede ser presacular o postsacular; como su nombre indica la obstrucción presacular es la localizada antes del saco lagrimal, es decir en los puntos, en los canalículos superior, inferior o en ambos, o en el canalículo común. La obstrucción está situada antes de la válvula de Rosenmüller. La obstrucción sacular o postsacular está localizada en el saco mismo, en el conducto nasolagrimal en la desembocadura del mismo o hay anomalías de los cornetes. La obstrucción está detrás de la válvula de Rosenmüller. Es obligatorio explorar sistemáticamente los conductos superiores e inferiores. El lavado indica el lugar de la obstrucción, simplemente razonando como se comporta el líquido. 291 Vías permeables. Cuando fluye el líquido suavemente, sale libremente al meato, si el paciente está acostado lo sentirá en la rinofaringe y no se siente presión en el émbolo, es sinónimo de permeabilidad, no debe refluir líquido por el punto lagrimal opuesto a la inyección. En la (fig. 10-10) se han lavado los dos puntos con igual resultado, el líquido sale por la parte final del conducto nasolagrimal y no refluye por el punto no cateterizado. No olvidar que una vía puede aparentar no ser permeable si al introducir la aguja. en el canalículo tropieza con las paredes del mismo, por no haberlo distendido bien y obstruir la punta de la aguja. Lo que se nota es una fuerte oposición del émbolo sin que el mismo progrese. Obstrucciones presaculares: Las causas pueden ser diversas, pero la circulación del líquido se comportará de la misma manera. Las etiologías más frecuentes son: inflamatorias, traumáticas, tumorales, dacriolitos, cuerpos extraños, estenosis y agenesias. Al introducir la aguja por el canalículo se puede notar si entra Fig. 10-10.- Vías permeables. Explorando ambos canalículos el líquido no refluye por el punto contrario y pasa libremente a rinofaringe 292 libremente o se siente alguna obstrucción total o una cierta resistencia en el trayecto, siendo ya un indicio del lugar de la obstrucción. Si es una ligera estenosis se notará una cierta resistencia que cederá a una mayor presión. Se debe insistir en la presión dada a la sonda o a la aguja; la presión prácticamente debe ser nula, se debe deslizar suavemente para evitar perforar la pared del canalículo y establecer una falsa vía. Si se produce una falsa vía, sólo se notará por una mayor resistencia al paso de la sonda; si se está lavando se notará el edema intratisular en el extremo de la aguja. Se debe suspender el procedimiento y no seguir con la maniobra porque generalmente se vuelve a sondar la falsa vía hecha. Obstrucción del canalículo inferior (fig. 10-11, A). La localización de la obstrucción puede estar a cualquier nivel del canalículo. Si se irriga por el mismo canalículo inferior el suero refluirá por el mismo punto inferior, el paciente no nota ninguna sensación de líquido en la nariz o en la rinofaringe. Si se lava por en canalículo superior, el líquido no refluye por el punto inferior y pasa fácilmente a la rinofaringe. Obstrucción del canalículo superior. Como ya se dijo esta afección tiene mucho menos importancia que la obstrucción del canalículo inferior, pues sólo el 25 % de las lágrimas salen por él. No suele haber epífora y si la hay es de poca magnitud. Con el líquido ocurre lo mismo que cuando se lava el canalículo inferior. Si se lava por el canalículo obstruido el líquido refluye por el mismo punto explorado. Cuando se inyecta por el punto inferior el líquido fluye libremente al meato (fig. 10-12). 293 Fig. 10-11.- Obstrucción del canalículo inferior. Al explorar el superior el líquido pasa libremente a rinofaringe. Si se explora el inferior el líquido refluye por el punto explorado y no pasa a rinofaringe. Fig. 10-12.- Obstrucción del canalículo superior. Al explorar el inferior el líquido pasa libremente a rinofaringe. Si se explora el superior el líquido refluye por el punto explorado y no pasa a rinofaringe. 294 Si se lava por el canalículo inferior, el líquido no refluye por el punto superior y pasa fácilmente a la rinofaringe. Obstrucción del canalículo común (fig. 10-13): Si la obstrucción está a nivel del canalículo común, al explorar por el punto superior el líquido refluirá por el punto lagrimal superior y no pasa a rinofaringe. Se repite el mismo procedimiento lavando el canalículo inferior y el líquido refluirá por el punto lagrimal inferior y no pasa a rinofaringe. Fig.- 10-13.- Obstrucción del canalículo común: tanto si se explora cualquiera de los dos conductos, el líquido refluye por cada punto explorado y no pasa a rinofaringe. La obstrucción presacular es fácil de determinar, si sólo hay un canalículo afectado (lavando el otro canalículo). Es más difícil cuando la obstrucción es de ambos canalículos o del canalículo común. La historia clínica ayuda grandemente: una cicatriz a nivel de ambos canalículos, producidas por una herida cortante anterior (incisiva, mordedura o zarpazos de un animal) hace suponer, no siempre, que el saco y el conducto nasolagrimal están indemnes. 295 Una historia de dacriocistitis aguda o crónica a repetición complica el juicio diagnóstico, pues aunque refluye el líquido por el mismo canalículo no es garantía de que el saco y/o el canalículo no estén afectados. Lo mismo ocurre cuando hay antecedentes o sospecha de una fractura nasal que pueda haber afectado el conducto nasolagrimal. Con ayuda del otorrino se puede intentar un cateterismo y una dacriografía retrógrada. Procedimiento muy difícil y engorroso qué no siempre conduce a un diagnóstico preciso. Además de ser doloroso, el líquido de contraste rebasa el conducto, haciendo la lectura de la placa muy difícil. No es un procedimiento que se usa frecuentemente. Obstrucciones postsaculares. En las obstrucciones postsaculares el líquido inyectado se escapará por el punto lagrimal contrario al del cateterismo. En la fig. 10-14 se observa una obstrucción del conducto nasolagrimal y al lavar por el conducto superior el líquido refluye por el punto inferior y no pasa a rinofaringe. Lo mismo ocurre cuando se explora la parte inferior que el líquido sale por el superior. El lugar de obstrucción depende de la etiología que lo causó; si ha habido una fractura de los huesos de la nariz, la obstrucción se localiza en pleno canal óseo; si la obstrucción se debe a infecciones repetidas la localización está situada a nivel de la desembocadura. Se debe insistir, otra vez en la presión que se da al émbolo de la inyectadora, en el momento del lavado pues cuando sólo hay una estenosis del conducto nasolagrimal (fig. 10-15) en condiciones normales es causa de la epifora. Al hacer una hiperpresión sobre el émbolo se logra pasar algo del líquido hasta el meato; gran parte del suero refluye por el punto superior y algo, también, por el punto inferior. No se insistirá bastante sobre este punto pues siendo “permeable” continúa la epifora. 296 Fig. 10-14.- Obstrucción del conducto nasolacrimal: al inyectar el líquido por cualquiera de los puntos refluye por el punto contrario y no pasa a rinofaringe. Fig. 10-15.- Estenosis del conducto lacrimonasal. Si se inyecta el líquido con poca presión , en embolo de la inyectadora, el líquido no pasa a rinofaringe y refluye por el punto contrario. Si se inyecta a mayor presión, pasa poca cantidad a rinofaringe y parte del líquido refluye por el punto contrario 297 En el mucocele (Fig. 10-16), además de la tumoración en el canto interno, el lavado produce una salida previa del moco contenido en el saco, antes de salir el suero transparente. Si no está infectado sale una secreción espesa y mucoide, si está infectado sale pus neto. Cuando se ha instalado el mucocele, por largo tiempo, el conducto nasolagrimal está obstruido. Lo mismo ocurre procediendo a lavar ampos puntos. Ocurre lo mismo lavando por los dos conductos. Fig. 10-16.- Obstrucción postsacular con mucocele: además de la tumoración debajo del tendón cantal medio, al inyectar el líquido no hay paso a rinofaringe, el líquido distiende el saco y empuja la secreción mucopurulenta acumulada y sale por el punto contrario al punto explorado. Algunas veces, en la dacriocistitis aguda, puede no estar obstruido el conducto nasolagrimal y al ceder la infección quedan las vías libres, es raro pues la distensión del saco y la inflamación de la mucosa producen una fibrosis y una obstrucción o al menos una estenosis severa. 298 SONDAJE DE LAS VÍAS LAGRIMALES Normas Generales. En la actualidad el sondaje lagrimal se practica casi exclusivamente para recanalizar el conducto lagrimal y concretamente perforar la válvula de Hasner en los niños que nacen con este defecto. Las opiniones, con respecto a la edad de los niños a la que se debe sondar, son dispares, unos autores opinan que se debe sondar el niño en el momento en que se descubre la epífora; otros dicen que se debe sondar en el momento que hay secreción mucosa o purulenta y otros que se debe esperar hasta los 4-6 meses de nacido, independientemente de la sintomatología. Cada grupo aduce una serie de razones: Los del sondaje precoz dicen que así se evita la formación de una dacriocistitis crónica, con la infección y distensión del saco y las secuelas subsiguientes de alteración del epitelio del conducto nasolagrimal. Los que esperan hasta los 4-6 meses opinan que hay un alto porcentaje de resolución espontánea y se evita traumatizar, con instrumentos, la mucosa del la vía lagrimal. Particularmente espero esos 4-6 meses dependiendo del grado de infección del saco. Si sólo hay epífora y una secreción mucosa, no purulenta, enseño a la madre a dar el masaje en el saco lagrimal, con una torunda de algodón. Si hay infecciones repetidas, una secreción purulenta abundante y continua, efectuó el sondaje a cualquier edad. Es de suma importancia enseñar a la madre, y sobre todo a los pediatras, dónde se debe dar el masaje. Son los pediatras los que primero ven a los niños y salvo raras excepciones todos hacen dar el masaje en el dorso de la nariz. (Ver Fig. 10-1). Hay que explicar, a 299 ambos, que la presión se debe hacer sobre el saco lagrimal a nivel de la fosa lagrimal. El punto de referencia es el tendón cantal medio y se debe meter la torunda debajo del tendón para poder llegar a la fosa lagrimal. Es relativamente frecuente recanalizar las vías lagrimales cuando el oftalmólogo hace una presión correcta sobre el saco lagrimal; es más frecuente cuando viene con el saco distendido por acumulo de moco o pus. Cuando esto ocurre se ve una tumoración debajo del tendón y apretando fuertemente sobre ella, el dedo del explorador siente un chasquido y un vaciamiento del saco hacia el conducto lagrimal, apareciendo en la fosa nasal una mayor o menor cantidad de un líquido espeso, sanguinomucopurulento. Si esto ocurre la válvula de Hasner permanecerá abierta. El masaje de la madre no suele ser efectivo, fundamentalmente por temor de hacer daño al niño, por el llanto, porque no lo aplica en el lugar apropiado o no lo presiona suficiente. Para evitar o al menos minimizar las infecciones se instila una gota de un colirio antibiótico unos minutos antes del masaje, se hace el masaje siguiendo el dorso de la nariz y hacia abajo y se vuelve a instilar otra gota del antibiótico. No se aconseja sondar a jóvenes y adultos pues generalmente no se obtienen buenos resultados. El sondaje a partir de los 3-4 años, sobre todo si se ha convertido en una dacriocistitis crónica, produce una mayor fibrosis y por lo tanto una mayor estenosis, la sonda rompe lo poco que queda de la mucosa y la fibrosis cicatricial es mayor. Lo mismo ocurre con los canalículos estenosados en jóvenes y adultos. Técnica: Si se debe hacer el sondaje la técnica más apropiada es: Aunque en los niños de 3-4 meses se puede hacer sin sedación, 300 sólo con unas gotas anestésicas tópicas, no es aconsejable pues además de ser un procedimiento doloroso es muy difícil inmovilizar la cabeza del infante y los pequeños movimientos hacen muy difícil cateterizar el punto lagrimal, más todavía si hay que dilatar previamente. Si a esto se agrega unas manos no muy experimentadas, el riesgo de provocar una vía falsa es muy alto. Además de no resolver el problema lo agrava notoriamente. De tal manera que es aconsejable sedar o dar una anestesia general superficial. Aunque se sede al niño se deben poner unas gotas de un colirio anestésico tópico para que la sedación o la anestesia sea menos profunda. El uso del microscopio es muy útil, si no se dispone de él, una lupa es suficiente. Se debe tener a mano un dilatador de punta fina, unas sondas de 0000-000-00-0 y la inyectadora de insulina 26 ó 27 con la punta de la aguja cortada y limada. Aprovechando la sedación se hará simultáneamente el sondeo y el lavado de ambos puntos. Una vez dilatado el punto se introduce la sonda que quepa cómodamente. Se introduce la sonda verticalmente como se muestra en la fig. 10-17, mientras con el dedo tracciona el párpado inferior directamente hacia abajo. Una vez introducida verticalmente la sonda hay que desplazar el dedo en dirección temporal y oblicuo para que el canalículo se horizontalice. (fig. 10-18). Si se tracciona el Fig. 10-17.- Tracción borde del párpado verticalmente el canalículo vertical del párpado para puede acodarse y la sonda puede producir una introducir verticalmente la sonda en la porción vertical del canalículo. falsa vía. 301 Fig. 10-18.- Sondaje lacrimal: A la izquierda, posición correcta del dedo traccionando el canalículo hasta ponerlo totalmente en posición horizontal y a la derecha, posición incorrecta cuando el dedo tracciona hacia abajo, pues se produce un acodamiento del canalículo y si se presiona la sonda puede producirse una falsa vía. Se introduce la sonda 2 milímetros verticalmente y luego se da un giro de 90” hasta ponerlo horizontalmente en la dirección del canalículo. Se puede girar la sonda entre el pulgar y el índice para facilitar la penetración y se continuará ésta hasta que toque la pared nasal del saco, si se encuentra alguna obstrucción antes de llegar al saco y ésta ofrece resistencia, se ensaya el sondaje por el punto lagrimal superior. Se sabe con certeza que se está en el saco por la sensación de dureza que produce la punta de la sonda al tropezar con la pared ósea de la fosa lagrimal. 302 Con el punto de apoyo en la pared ósea se vuelve a rotar la sonda otros 90º aproximadamente hasta colocarla casi vertical y ligeramente inclinada hacia adelante (fig. 10-19) apoyando la porción distal de la sonda sobre la cabeza de la ceja. En esta posición se enfila sin mayor esfuerzo el orificio de entrada del conducto nasolagrimal. A este nivel se puede encontrar una resistencia, que si se está seguro de estar en el conducto se debe vencer, y continuar avanzado hasta llegar a la válvula de Hasner (unos 15 a 20 mm). Aquí puede notarse otra resistencia y que como se verá más adelante es la causa más frecuente de la epífora en los niños. No olvidar que el conducto nasolagrimal tiene una inclinación de 15º con respecto a la vertical, ligeramente inclinado hacia atrás. Antes de seguir adelante es bueno recalcar la necesidad de traccionar correctamente el canalículo horizontalizándole y facilitando el avance de la sonda Fig. 10-19.- Las secuencias numéricas indican los movimientos que se deben hacer para un buen sondaje. La linea continua numerada reproduce esquemáticamente lo mismo 303 Resumiendo y repitiendo, los movimientos del sondaje son : 1.- Se introduce de la sonda verticalmente en un trayecto de 2 mm. 2.- Rotación de 90 hasta colocar la sonda horizontalmente. 3.- Avanzar hasta tropezar con la pared ósea de la fosa lagrimal. 4.- Rotación de 90 , hasta colocar la sonda verticalmente. 5.- Introducción vertical, por el conducto nasolagrimal, hasta llegar a la nariz. 6.- Seguir en el diagrama la secuencia 1-2-3-4-5 de la figura Ya se dijo anteriormente que el sondaje prácticamente está reducido a las obstrucciones del recién nacido, la experiencia ha demostrado que en el joven, adulto y anciano no solucionan el problema, más bien lo agravan. 304 CAPITULO XI Terapéutica de la glándula lagrimal dacrioadenitis quistes de las glándulas principales ptosis de la glándula lagrimal tumores de la glándula lagrimal técnicas quirúrgicas para la biopsia para la extirpación para la extirpación con resección ósea adenoma pleomorfo CAPITULO XI Terapéutica de la Glándula Lagrimal En este capítulo se incluyen las patologías más frecuentes de las glándulas lagrimales principal y accesorias, con su respectiva orientación terapéutica lo mismo que las afecciones del aparato excretor. Dacrioadenitis. La dacrioadenitis es la inflamación de una glándula y en este caso concreto de la glándula lagrimal principal. Se presenta con molestia, dolor espontáneo o a la palpación a nivel de la parte supero externa de la órbita, enrojecimiento y cuando se levanta el párpado superior se observa una inyección conjuntival con una quemosis localizada. Puede asemejar un quiste y el diagnóstico diferencial se puede hacer por trasiluminación, en el quiste la luz se trasparenta y en la inflamación no. Es resistente a los antibióticos de amplio espectro y si se presenta un absceso con o sin supuración, está indicada una incisión, a través de la conjuntiva en los casos de localización en el lóbulo palpebral, y a través de la piel si el lóbulo orbital es el afectado. Quiste de la glándula lagrimal. El quiste de la glándula accesoria se manifiesta por elevación de la región cantal, lagrimeo y cuando se evierte el párpado superior protruye el quiste dislocado. El tratamiento consiste en abrir la conjuntiva, eliminar cuidadosamente el quiste y resecar el epitelio interna del mismo para evitar su reproducción. 307 Si el quiste se presenta en la glándula principal, se cataloga como un tumor que debe ser estudiado con ecografía, resonancia magnética y biopsia. Después del diagnóstico de certeza se procede a su extirpación teniendo sumo cuidado de no extraer toda la glándula para evitar una hiposecreción posterior. Técnica quirúrgica para la biopsia de la glándula: 1.- Se anestesian los nervios lagrimal, cigomático y supraorbitario, reforzada con anestésia tópica conjuntival. 2.- Para exponer la glándula, se manda mirar al paciente hacia abajo y hacia la parte nasal. Si no colabora se da un punto de tracción a nivel del limbo. (Fig. 11-1) 3.- Se extirpa el quiste o parte del la glándula, suficiente para la biopsia. 4.- Se da un punto en conjuntiva. Ptosis de la glándula lagrimal. Fig. 11-1.- Exposición de la glándula lagrimal principal para una biopsia. La ptosis de la glándula lagrimal puede presentarse en casos de la relajación adiposa senil de los tejidos y en la blefarochalasis marcada. Se manifiesta porque al evertir el párpado superior se ve la glándula caída y desplazada hacia abajo. Generalmente no produce mayores molestias sino las inherentes a la marcada blefarochalasis que puede estrechar la hendidura palpebral e incluso cubrir el área pupilar. El tratamiento consiste en abrir la conjuntiva, localizar el borde superior de la glándula y con una sutura de seda se sujeta la cápsula y fibras del tejido conectivo glandular y se ancla en el periostio del borde superior de la fosa lagrimal. No se debe extirpar pues a pesar de estar ptósica es un glándula funcionante. 308 En el mismo acto quirúrgico se debe hacer la cura de la blefarochalasis. Tumores de la glándula lagrimal. Los tumores de la glándula lagrimal requieren un estudio cuidadoso pues algunas veces se extirpan glándulas que no deben ser extirpadas y otras veces, se resecan parcialmente cuando deben ser extirpadas totalmente. En algunos casos, cuando hay propagación del tumor, hay que hacer una resección de la pared ósea de la órbita. El diagnóstico de los tumores benignos o malignos como el carcinoma quístico adenoideo, carcinoma pleomórfico, carcinoma mucoepidermoide, linfomas, granulomas específicos y no específicos y dermoides pueden ser difíciles pues el modo de presentarse es bastantes similar. Cada una de estas patologías tiene un tipo diferente de enfoque y tratamiento. Generalmente el diagnóstico definitivo se hace con el estudio histopatológico. Aparte de la clínica y tiempo de crecimiento, se debe recurrir al estudio radiológico con tomografía axial computada para estudiar la parte ósea orbitaria, incluidos los senos frontales, a la resonancia magnética para el estudio de los tejidos blandos y ver su profundización y extensión, a la ecografía para ver sus características de densidad, pero no hay ninguna duda que la biopsia es el mejor procedimiento diagnóstico para instaurar el oportuno tratamiento. No siempre el estudio microscópico congelado da un diagnóstico de certeza y entonces hay que recurrir a los cortes en parafina e, incluso, oyendo la opinión de otros histopatólogos, sobre todo cuando se estudian tumores malignos mixtos. Cuando se presentan estos casos es aconsejable la biopsia extemporánea en el momento quirúrgico, de esta manera se asegura la extirpación total del tumor. 309 Los tumores benignos mixtos y los malignos pueden infiltrar, a través de la cápsula de la glándula, el periostio y encontrar que hay focos en los que el tumor está firmemente adherido a los tejidos vecinos. Se debe extirpar y también mandarlos a examinar. Los tumores linfoides y los pseudotumores inflamatorios son más frecuentes que los carcinomas, en estos casos la radioterapia y los esteroides resuelven el problema sin necesidad de cirugía. Si se sospecha o se confirma un carcinoma quístico adenoideo hay que hacer una evaluación neurológica pues, este tumor, tiende a extenderse perineuralmente y puede invadir el seno cavernoso. Cuando, por la biopsia, es grande la duda de un carcinoma, la cirugía prematura está indicada pues son extremadamente malignos, invasivos y letales. Lo mismo ocurre con los tumores epiteliales, incluyendo los tumores benignos mixtos, pues tienen predilección de invadir el tejido óseo adyacente e incluso penetrar en el seno frontal. Hay autores, como Byron Smith y Callhagan, que ante estas patologías extirpan toda la glándula y la tabla ósea anterior de la fosa lagrimal, cuando hay invasión visible o presente una superficie rugosa. Consideran que aunque posteriormente el estudio histológico demuestre que es un tumor benigno, está justificada la radicalización para preservar la vida del paciente. Técnica quirúrgica para la extirpación de la glándula lagrimal. La técnica quirúrgica sigue, en gran medida, la técnica de Reese y de Kronlein: 1.- Es preferible la anestesia general. Si se decide la anestesia local se deben bloquear los nervios supraorbitarios, lagrimal y cigomático facial. 2.- Se practica una incisión lateral de 3 a 4 centímetros, 310 comenzando por el ángulo del canto externo, y con una ligera curvatura hacia arriba. En mitad de esta incisión se hace otra incisión, a un centímetro por debajo del reborde orbitario superior, siguiendo la curvatura del mismo. (Fig. 11-2, A) Fig.11-2. Ver texto 3.- Se profundiza hasta llegar al periostio y se le incide a nivel del reborde orbitario, dirigiendo la disección hacia arriba para situarse a nivel de la glándula. Con un disector se levanta el periostio por detrás de la glándula, pues debe ser también sacado junto a ella. 311 4.- Se separa el periostio de la pared lateral de la órbita y se profundiza la disección subperióstica en el interior de la órbita. Con una sierra de Stryker se hacen dos incisiones, perpendiculares al borde orbitario, para dejar al descubierto la fosa lagrimal. (Fig. 11-2, B) 5.- Cuando se separa el fragmento de hueso, fabricado por la sierra, hay que tener cuidado de no disecar el periostio y músculo temporal que lo recubre. Ellos servirán de punto de anclaje para la sutura y fijación posterior de este fragmento de hueso. (Fig. 11-2, C) 6.- Se extirpa el tumor y la glándula lagrimal incluyendo el periostio. (Fig. 11-2, D) 7.- Se repone el fragmento óseo en su lugar y se suturan el periostio y el músculo temporal. No es necesario hacer una fijación adicional del hueso pues al no tener movilidad, de estar bien cubierto por el periostio lateral y por el músculo, se asegura la vascularización. (Fig. 11-2, E) 8.- Sutura interrumpida de la piel y se asegura el cierre palpebral poniendo en el margen una sutura en U protegida con fragmentos de plástico blando. De esta manera se protege el globo ocular del edema orbitario y conjuntival postoperatorio. Si la biopsia demostró que era una carcinoma adenoideo quístico, un tumor epitelial o un tumor mixto y hay invasión ósea o, si al exponer el campo, se ve que hay erosión de la pared del hueso se debe extender la resección incluyendo la pared orbitaria lateral. A pesar de que la fosa lagrimal está cerca de la fosa craneal se reseca solamente la tabla anterior de la pared lateral orbitaria. 312 Técnica quirúrgica para la extirpación de la glándula lagrimal con resección ósea. 1.- Es preferible la anestesia general. Si se decide la anestesia local se deben bloquear los nervios supraorbitarios, lagrimal y cigomático facial. 2.- Se practica una incisión lateral de 3 a 4 centímetros, comenzando por el ángulo del canto externo, y con una ligera curvatura hacia arriba. En mitad de esta incisión se hace otra incisión, a un centímetro por debajo del reborde orbitario superior, siguiendo la curvatura del mismo. (Fig. 11-3, A) 3.- Se profundiza hasta llegar al periostio y se le incide a nivel del reborde orbitario, dirigiendo la disección hacia arriba para situarse a nivel de la glándula. Con un disector se levanta el periostio por detrás de la glándula, pues debe ser también sacado junto a ella. 4.- Se separa el periostio de la pared lateral de la órbita Fig. 11-3.Ver texto. y se profundiza la disección 313 subperióstica en el interior de la órbita. Con una sierra de Stryker se hacen dos incisiones, perpendiculares al borde orbitario, para dejar al descubierto la fosa lagrimal. (Fig. 11-3, B) 5.- Cuando se separa el fragmento de hueso, fabricado por la sierra, hay que tener cuidado de no disecar el periostio y músculo temporal que lo recubre. Ellos servirán de punto de anclaje para la sutura y fijación posterior de este fragmento de hueso. (Fig. 11-3, C) 6.- Se extirpa el tumor y la glándula. 7.- Se repone el hueso en su lugar y se sutura el periostio. (Fig. 11-3, D) 8.- Se sutura por planos Fig. 11-4. Ver Texto 314 Si se comprueba que es un tumor maligno hay que extirpar el fragmento óseo lateral y las tablas internas de los rebordes orbitarios que están encima y debajo del hueso resecado. Se hacen los pasos de la técnica anterior y se continuan con los que siguen: 1.- Se elimina el fragmento óseo hecho inicialmente, previa disección del músculo temporal. La resección y eliminación incluye la rama ascendente. (Fig. 11, 4, F) 2.- Con la sierra de Stryker se secciona el borde orbitario superior hasta las proximidades de la hendidura supraorbitaria y se extrae la tabla interna. (Fig. 11-4, G) 3.- Se repite el procedimiento, pero con un fragmento más pequeño, en el borde inferior del reborde orbitario. (Fig. 11-4, H) 4.- Se sutura el plano muscular y se termina con la reconstrucción por planos. Adenoma pleomorfo. El adenoma pleomorfo es un tumor benigno de células mixtas y es el más frecuente de la patología de la glándula lagrimal. Se presenta en edad adulta, a nivel del cuadrante supero externo de la órbita, con una hinchazón indolora, uniforme, firme, no dolorosa a la palpación, de crecimiento lento de más de un año de evolución. Es capsulado y se localiza en la porción orbitaria de la glándula, separado de la porción palpebral por la aponeurosis del elevador. Si crece hacia la profundidad de la órbita puede producir una proptosis que desplaza el ojo hacia adelante, hacia abajo y adentro. La resonancia magnética muestra la extensión, la forma. Generalmente no hay destrucción ósea. 315 El tratamiento es quirúrgico: si por biopsia se ha demostrado que no hay invasión ósea y es un tumor benigno, se puede hacer la extirpación parcial de la glándula sin necesidad de la resección ósea. Algunos quistes dermoides superficiales, localizados en la región temporal superior, pueden parecer patologías de la glándula lagrimal. Se desarrollan por delante del septum orbitario y nunca producen proptosis por estar situados en la porción preseptal. Se presentan en la infancia, de crecimiento lento, duro, no doloroso redondeados, adheridos a los planos profundos a nivel de la sutura frontolagrimal. El tratamiento es quirúrgico con la extirpación simple del tumor por vía transcutánea. Si el dermoide se sitúa en la porción postseptal puede invadir la profundidad de la órbita. El tratamiento es practicar una orbitotomía. 316 CAPITULO XII Terapéutica del sistema excretor puntos lagrimales canalículos sección traumática del canalículo dacriocistectomía técnicas fistulizantes lagocistostomía canaliculorrinostomía dacriocistorrinostomía externa dacriocistorrinostomía endoscópica nasal dacriocistorrinostomía con láser cirugia endocanalicular con láser lagodacriocistorrinostomía conjuntivorrinostomía: técnica de Murube conjuntivoantrostomía anomalias del conducto nasolagrimal y de los cornetes fístula del saco lagrimal tumores del saco lagrimal CAPITULO XII TERAPEUTICA DEL SISTEMA EXCRETOR La epífora puede estar causada por anomalías congénitas y adquiridas, localizadas en cualquier punto de su recorrido de salida, desde los puntos lagrimales, en cualquier parte del trayecto del conducto nasolagrimal hasta en los cornetes. Cualquiera de estas alteraciones producen un rebosamiento de las lágrimas que hay que investigar. PUNTOS LAGRIMALES. Epífora en los infantes. No es muy frecuente la estenosis severa de los puntos lagrimales y menos aún la agenesia de los mismos. Si se presentan estas anormalidades la conducta terapéutica es problemática pues, es relativamente frecuente, que estas alteraciones no se presentes solamente en los puntos, sino que pueden envolver los canalículos y el saco. Los punto lagrimales son la vía de entrada para la exploración de todo el trayecto y si no se puede entrar la conducta terapéutica cambia totalmente dependiendo la localización de la obstrucción. Si hay sólo una estenosis, de uno o de ambos puntos, bajo el microscopio, se intenta la dilatación progresiva que no debe exceder, en los niños, con sondas mayores de 00. Si son de mayor diámetro pueden romper la fibras de los canalículos y producir una estenosis cicatricial posterior que empeora el cuadro. Si se ha logrado dilatarlo y se ve la mucosa, con cuidado, se procede lentamente a introducir la sonda y determinar si llega o no al 319 saco lagrimal. No hay que olvidar que la porción vertical y la horizontal del canalículo es de 10 milímetros. De todas formas el tacto indica si hay obstrucción en el trayecto o estenosis. Si se logra llegar al saco, lo indicado es proceder a un lavado, con o sin colorante, y comprobar si el líquido pasa a la fosa nasal. Si no pasa y el trayecto hasta el saco ha sido fácil se hace una cateterismo. En este punto el oftalmólogo debe conocer la anatomía de la fosa nasal y si no la conoce debe pedir la colaboración de un otorrinolaringólogo para hacer la exploración en conjunto. Se debe ver como sale el líquido o la sonda por el meato inferior, en la desembocadura de la válvula de Hasner. Más adelantes se exponen las anomalías de la mucosa nasal, de los cornetes o la alteración submucosa o intrósea del conducto nasolagrimal. En los casos que la exploración aparenta estar en condiciones de permeabilidad, simultáneamente con el otorrino, se puede ver si la sonda está debajo de la mucosa o, habiendo introducido la sonda 25 a 30 milímetros, no aparece en el meato, quiere decir que la anomalía es nasal. En estas circunstancias la dacriografía con contraste está indicada para ver el lugar de la obstrucción. Cuando sólo hay ausencia de un solo punto y se comprueba que el resto de la vía es permeable, se aprovecha el punto abierto para introducir la sonda “rabo de cochino” y se intuba con un tubo de polietileno, (ver la técnica más adelante) dejándolo durante 4-6 semanas. Jones y Callaghan recomiendan un técnica delicada, intentando un cateterismo retrógrado, de resultados inciertos, poco recomendable, por el proceso inflamatorio. La técnica que describen es la siguiente: 320 Técnica quirúrgica para la recanalización retrógrada canalicular. 1.- A través de una incisión de la piel y disección del músculo orbicular, se localiza el saco lagrimal, el cual se abre. 2.- Una vez abierto el saco se explorará el conducto nasolagrimal y se verifica si es permeable o no. 3.- Siempre con el microscopio, se localiza el canalículo común, si no hay agenesia se ve fácilmente, y se procede a cateterizar cada uno de los canalículos hasta llegar a los puntos lagrimales, hasta perforarlos. 4.- Si el conducto nasolagrimal es permeable, con el “rabo de cochino” se pasa un tubo de polietileno de 0,10, intubando ambos canalículos 5.- Se sutura la cara anterior del saco y se cierra por planos. Si no es posible la técnica o no es visible el canalítico común hay dos alternativas: a.- Si los dos canalículos están obstruidos se procederá a una lagocistostomia. b.- Si también está obstruido el conducto nasolagrimal se debe practicar una lagodacriocistorrinosmía. Es mucho más frecuente la imperforación de la membrana localizada a nivel de la válvula de Hasner, al final del trayecto del conducto lacrimonasal. Normalmente esta membrana se atrofia en las primeras cuatro a seis semanas. Si espontáneamente no se atrofia aparece la epífora y si posteriormente se infecta hay legaña e incluso dacriocistitis. El tratamiento conservador es el masaje a nivel del saco lagrimal. Se instila en el fondo de saco inferior un colirio con antibiótico, para intentar llenar el saco, y posteriormente, el médico con el dedo, hace 321 una presión directamente sobre el saco. La presión positiva puede abrir la membrana que se nota porque desaparece el contenido del saco, puede oírse un pequeño “clic”y puede salir una secreción mucosa o mucopurulenta por el orificio nasal. Al decir anteriormente que es el oftalmólogo el que debe hacer esta maniobra, y no hacer los famosos masajes que los pediatras recomiendan a los padres, es porque no presionan sobre la fosa, porque no profundizan detrás del borde orbitario y porque como es una maniobra que molesta al niño, automáticamente la madre se inhibe. Es poco frecuente que se recanalice por este procedimiento. Si no ha dado resultado la maniobra anterior y, después de haber dejado pasar esas seis primeras semanas, se puede recurrir al test de los infantes que se describe en el capítulo X, (Fig. 10-3 y 10-4). Esta prueba no requiere ni sedación ni anestesia. Si el resultado también es negativo se procede, bajo sedación, a un lavado con suero fisiológico y a un cateterismo con las sondas lagrimales. No olvidar el examen de la fosa nasal por un otorrino. Epífora en la parálisis facial. En estos casos la epífora se produce por el lagoftalmos debido a la atonía del músculo orbicular y a la insuficiencia de parpadeo. Estos factores producen una irritación de la conjuntiva y de la córnea que provocan una secreción refleja. Al mismo tiempo, la laxitud del párpado inferior impide que el río lagrimal sea conducido al canto interno para ser expulsado por los puntos ya que el inferior esta evertido. Hay un remanso de líquido y por lo tanto rebosa. La exposición del polo anterior por la disminución e insuficiencia del parpadeo produce una falta de humedad en la hendidura palpebral, punteado epitelial y caída del epitelio corneal. Para evitar estos 322 inconvenientes y mientras se procede a la rehabilitación con masajes y con estimulación eléctrica se debe hacer una cantorrafia externa provisional, para tensar en borde del párpado inferior, estrechar la hendidura palpebral y humedecer la córnea. La técnica quirúrgica de la cantoplastia lateral externa se expone en las fig. 9-15 A, B y C, del capitulo IX. Estenosis Seniles Con la edad, se produce una disminución de la producción lagrimal y el organismo reacciona estenosando los puntos lagrimales, para evitar sequedad ocular. Algunas veces la producción no ha sufrido una disminución significativa, en otras ocasiones la estenosis de los puntos es más pronunciada y como consecuencia se rompe el equilibrio de producción y desagüe produciéndose la epífora. Es corriente observar una membrana blanquecina que recubre parcial o totalmente el punto. Esta membrana y la estenosis ceden a las dilataciones repetidas pero la gran mayoría de las veces se vuelven a estenosar. Cuando, con las dilataciones, el punto no permanece abierto, se procede a cortar las fibras que cierran el punto, abriendo la porción vertical del canalículo y marsupializando la mucosa, con la técnica de Weber: Técnica de Weber para la ampliación del punto lagrimal. 1.- Se instilan gotas de un anestésico tópico en el fondo de saco, se refuerza con anestesia por contacto y se infiltran los nervios supratroclear e infratroclear. 2.- Bajo microscopio, se dilata el punto lagrimal ampliamente y se comprueba que el resto de la vía es permeable. 323 3.- Si el resto de la vía es permeable se introduce una de las ramas de una tijera puntiaguda hasta llegar al final de la porción vertical del canalículo (Fig. 12-1) y se corta dejando al descubierto la mucosa del canalículo que se ve fácilmente entre los bordes de la herida. Fig. 12-1.- Operación de Weber. A. apertura de la porción descendente del canalículo inferior, por la parte interna conjuntival; B. canalículo seccionado y C, marsupialización suturando la mucosa del canalículo con la conjuntiva. 4.- Se sutura la mucosa del canalículo con la conjuntiva, con nylon 9-0 o 10-0, de tal forma que no quede un borde sangrante que favorezca la cicatrización y el cierre de la herida. 5.- Se debe dilatar los primeros 5-6 días pues si no se hace así la herida tiende a cicatrizar y puede obstruir de nuevo el punto. 6.- Para completar el tratamiento se repite la dilatación una vez a la semana durante dos o tres semanas. Se puede acompañar con un colirio antibiótico y antinflarnatorio para que la reacción sea menor. A través de la lámpara de hendidura se verá cómo el epitelio conjuntival va recubriendo la herida hasta llegar al epitelio del canalículo. Cuando esto sucede se ve un punto, desplazado hacia el fornix, más amplio que el natural pero de un aspecto normal y sin epífora. 324 Epífora intermitente. Si se presenta una epífora intermitente hay que pensar en procesos infecciosos o inflamatorios conjuntivales, canaliculitis, dacriocistitis agudas, tumores en crecimiento del saco lagrimal, tumores a nivel de la cavidad nasal, rinitis, inflamación de los cornetes infecciosos, alérgicos o inflamatorios o procesos gripales. Si se descartan los procesos infecciosos e infecciosos hay que investigar las patologías de la rinofaringe. CANALÍCULOS. Obstrucción sólo del canalícelo superior. Generalmente pasa inadvertida y si hay poca o ninguna epifora, no hay que hacer nada. Obstrucción sólo del canalícelo inferior Las obstrucciones del punto y canalículo inferior pueden estar producidos por infecciones o inflamaciones crónicas y son difíciles de tratar por la simple dilatación, pues hay una gran fibrosis retráctil y al dilatar se rompen estas fibras y cuando cicatriza nuevamente, la fibrosis es mucho más intensa y la estenosis más severa. Si la fibrosis es muy acentuada y antigua, y engloba la porción vertical del canalículo inferior, hay dos alternativas para resolverlo. Antes que nada hay que verificar que el resto de la vía es permeable. Al estar el punto y el canalículo superior libres la verificación es sencilla por medio del lavado. Abertura y marsupialización del canalículo inferior. 1.- Se instilan gotas de un anestésico tópico en el fondo de 325 saco, se refuerza con anestesia por contacto y se infiltran los nervios supratroclear e infratroclear o simplemente un infiltración a nivel del canto interno inferior. 2.- Se evierte el párpado inferior y, bajo microscopio, se localiza el trayecto de la porción horizontal del canalículo. (Fig. 12-2) Se abre horizontalmente la mucosa conjuntival y se debe estar bien seguro que se ha entrado en la luz del canalículo. Fig. 12-3.- Intubación con la sonda “rabo de cochino”. Fig. 12-2.- Abertura y marsupialización del canalículo inferior. 3.- Se introduce una sonda por la incisión hecha en el canalículo hasta llegar al saco y comprobar que no hay ni obstrucción ni estenosis 4.- Por esa misma vía se lava y se comprueba que el líquido sale al meato inferior. 5.- Se sutura la mucosa del canalículo con la conjuntiva. 6.- En días sucesivos se comprueba y se mantiene dilatada la herida. Intubación con la sonda “rabo de cochino”. La otra alternativa es introducir el “rabo de cochino” por el punto superior, pasarlo cuidadosamente hasta el saco, continuar por 326 el canalículo inferior llegando al punto de la obstrucción. Se abre la conjuntiva tarsal en el punto donde la sonda se ha parado, hasta que salga la punta. Para evitar la cicatrización se introduce un tubo de polietileno dejándolo el tiempo suficiente para que se forme una fístula nueva (Fig. 12-3). Obstrucción simultánea de ambos canalículos. La duda comienza cuando se piensa si solamente son los canalículos los obstruidos o es todo el sistema. Se verifica la obstrucción de cada canalículo porque al lavar cada uno de ellos el líquido refluye por el mismo punto donde se explora. También se verifica introduciendo suavemente una sonda lagrimal y se siente el lugar de la obstrucción. La conducta terapéutica tiene dos alternativas: a.- Se incide la piel, se separan la fibras del orbicular, se localiza el saco y se abre su cara anterior. Se cateteriza o se lava el conducto nasolagrimal. Si es permeable se complementa la cirugía con una lagocistostomía o una conjuntivocistostomía (comunicar el lago con el saco lagrimal) poniendo un tubo de pirex o de polietileno. Se sutura el saco y se cierra por planos. b.- Si después de abrir el saco se comprueba que el conducto lacrimonasal no es permeable hay que proceder a practicar una conjuntivodacriorrinostomía. Obstrucción de canalículo común. Esta alteración tiene las mismas dificultades de exploración y conducta terapéutica que la obstrucción de ambos canalículos. Primero, hay que comprobar que cada canalículo esta libre hasta llegar 327 a la desembocadura común. Se verifica introduciendo suavemente una sonda lagrimal y sentir el punto de obstrucción. Recordar que la porción vertical y la horizontal del canalículo mide aproximadamente 10 milímetros. Se verifica, también, porque al lavar cada uno de los canalículos el líquido refluye por el mismo punto donde se explora. Las cirugía alternativas son: a.- En el mercado se vende un tubo de polietileno flexible y en ambos extremos están adosadas dos sondas lagrimales metálicas (sonda de Guibor). Cada una de las sondas se pasan por cada punto y por cada canalículo hasta llegar al saco, luego se introduce por el conducto nasolagrimal, hasta verla aparecer en la fosa nasal. Allí se anudan y se dejan durante el tiempo suficiente, 4-6 semanas, hasta que se ha regenerado el epitelio del conducto común, impidiendo así la estenosis posterior. (Fig. 12-4). b.- Si se comprueba que el conducto nasolagrimal es permeable, se hará una lagocistostomía insertando un tubo de pirex o de polietileno. c.- Si se sospecha que también hay una obstrucción del nasolagrimal, la conducta es practicar una dacriocistorrinostomía con intubación con un tubo de polietileno. 328 Fig. 12-4 Obstrucción del canalículo común con tubo de silicona. Traumatismo del canalículo inferior con sección de los canalículos. Cuando hay una sección del canalículo lagrimal inferior debe restablecerse inmediatamente su continuidad pues, si no se obstruyen las luces internas muy rápidamente en el proceso de cicatrización, siendo una causa de epífora permanente. Si bien es posible reconstruir la continuidad de la luz canalicular después de haber pasado un tiempo largo después del accidente y con una cicatriz bien formada, la reconstrucción inmediata al accidente (horas) es más fácil y más funcional. El procedimiento ante las dos eventualidades es el mismo, la única diferencia sería que en los casos en que existe una cicatriz formada se la debe resecar, dejando al descubierto las terminaciones cruentas de los canalículos y proceder como si fuera una herida reciente. Técnica quirúrgica: 1.- La anestesia depende de la edad, si es posible la local, primero se instilan gotas locales de un colirio anestésico, luego, se bloquean los nervios supratroclear e infratroclear, el orbitario y el infraorbitario. 2.-Antes de la cirugía se debe tener preparado estéril un tubo de polietileno de 0,10 de diámetro y de 4 a 5 centímetros de largo. Por el interior del tubo se introduce una sutura de nylon 7-0 u 8-0 que sobresalgan un centímetro por cada Fig. 12-5.- Tubo de polietileno y sutura de 7-8- uno de los extremos. (Fig. 12-5). No se 00, que se debe introducir recomienda el uso de la seda porque al por la luz del tubo. mojarse se adhiere a las paredes y se desliza 329 A B C D E Fig. 12-6. Ver Texto. 330 difícilmente cuando se debe se tiene que anudar, como se explica en el apartado 6. Al introducir el nylon dentro del polietileno, permite hacer un anillo continuo, con el tubo, y no molesta a la córnea en sus movimientos laterales. Al mismo tiempo la tolerancia del tubo es mucho más grande y puede permanecer casi indefinidamente sin producir erosiones corneales por contacto. 3.- Siempre bajo microscopio se introduce el “rabo de cochino” (Fig. 12-6, A) por el punto superior, previamente dilatado. Para no hacer una falsa vía, se pone totalmente vertical la sonda y con sumo cuidado, se sigue el canalículo superior y el saco hasta encontrar el canalículo inferior, para salir por la porción distal de la herida. 4.- Se enhebra el nylon por el orificio de la sonda y se deshace el movimiento del “rabo de cochino” arrastrando consigo el nylon y el polietileno. 5- Se repite la misma maniobra empezando por el punto inferior (Fig. 12-6, B)y se arrastra otra vez, el nylon y el polietileno para terminar de cateterizar los canalículos. Es una maniobra más fácil pues el trayecto a recorrer es menor. 6.- Se sutura la herida palpebral (Fig. 12-6,C) haciendo coincidir bien la línea gris y la mucosa de los bordes del párpado y de la piel. 7.- Se desliza uno de los extremos del tubo hasta que sobresalga del punto lagrimal unos 2 milímetros y el otro extremo se corta también a unos 2 milímetros del otro punto. Como al cortar el extremo más largo del tubo se corta simultáneamente el hilo de nylon que lleva dentro, por el otro extremo se empuja el nylon hasta verlo salir y se anudan ambos extremos. (Fig. 12-6, D) 8.- Para mayor comodidad (Fig. 12-6, E) se rota el tubo de tal manera que el nudo de nylon quede en el saco lagrimal, así el asa que queda en contacto con la conjuntiva es suave y no erosione la cornea. 331 9.- El tubo debe permanecer al menos 4 a 6 semanas para permitir que las mucosas canaliculares restablezcan una continuidad y sobre todo esperar el tiempo suficiente para que no se produzca una estenosis cicatricial. Al permanecer el tubo por largo tiempo impide la estenosis. REPARACIÓN DEL CANALÍCULO SECCIONADO Cuando hay una sección de uno de los canalículos se pasa un tubo fino de silástic (aproximadamente de 1 milímetro) por el canalículo indemne, con un guiador, hasta que aparezca por la nariz. Cuando sale por el orificio nasal se hace un nudo y pequeñas perforaciones por encima de éste. Se estira del tubo, y el nudo se detiene el la válvula de Hassner. El líquido que se inyecta con una cánula saldrá por la porción distal del canalículo seccionado. Si han seccionados los dos canalículos, es mucho más difícil la reconstrucción y tratar de visualizar con el microscopio una de las mucosas del uno de los canalículos seccionados. Con cuidado y con hisopo impregnado ligeramente con azul de metileno se puede teñir la mucosa. Si no es posible la reconstrucción hay que recurrir a una lagodacriocistostomía. No inyectar colorantes pues impregnan la herida y la reconstrucción es más difícil. (Fig, 12-7 ) Fig. 12-7.- Reconstrucción de la sección del canalículo inferior suturando, bajo el microscopio, la mucosa. 332 Fig. 12-8.- Reconstrucción de la sección del canalículo inferior suturando, bajo el microscopio, la mucosa. Dacriocistitis. Si no cede al tratamiento médico, con o sin vaciamiento mecánico, o con la reabsorción espontánea del pus, se debe drenar a través de la piel con un bisturí de punta fina, se perfora la piel hasta llegar al saco, con una incisión relativamente amplia, de tal manera que permita la evacuación de todo el pus contenido en el mismo. Una vez vacío se introduce una gasa yodoformada, rellenando el saco. Se mantiene el taponamiento los días suficientes para dar lugar a que el tratamiento médico surta efecto, cuando se ha conseguido se retira la mecha. Generalmente la herida cierra espontáneamente sin sutura y sin dejar fístula. Otras veces, si persiste la dacriocistitis crónica, se puede fistulizar. Si la fístula está producida por la obstrucción del conducto nasolagrimal y los canalículos no están completamente permeables, la fístula persiste hasta que se extirpa y después se debe hacer una la dacriocistorrinostomia. Fístula del saco lagrimal. Tanto si la fístula es consecuencia de una dacriocistitis aguda con obstrucción del conducto nasolagrimal o es una fístula lagrimal congénita y que se localiza por debajo del tendón cantal medio y debe 333 ser extirparla, el procedimiento es como sigue (Fig. 12-9). Fig. 12-9.- Fístula lagrimal. A. teñido de la fístula con azul de metileno y cateterización de la misma con una sonda; B. incisión, en profundidad, hasta llegar a la luz del saco y extirpación de las paredes de la fístula y C. cierre de la herida con un punto profundo. 1.- Previa anestesia local de la región, se inyecta el trayecto fistuloso con azul de metileno para teñir el trayecto. También se puede meter un estilete hasta llegar al saco. De esta manera se identifica el trayecto y extirpa en su totalidad. 2.- Se hace una incisión en la piel en forma de huso, se profundiza alrededor del trayecto identificado y se va extirpando en bloque hasta llegar al saco. 3.- Un punto profundo (no es necesario llegar a la pared del saco) con catgut y un par de puntos en piel, resuelven el caso. Tumores del saco lagrimal Hay que sospechar de un tumor cuando un paciente tiene dacriocistitis rebeldes a todo tratamiento, se palpa una masa a nivel del saco y hay una secreción serosanguinolenta. Para confirmar el diagnóstico es conveniente hacer una dacriografía, un CT scan y una tomografía axial computarizada. Cuando se sospecha o se confirma un tumor del saco lagrimal. benigno o maligno, se debe extirpar total o parcialmente. Como la gran 334 mayoría de las veces el diagnóstico clínico o radiológico es difícil, es mejor en todos los casos hacer una extirpación total. Si el tumor está localizado exclusivamente en el saco y no hay erosión ósea ni invasión de tejidos vecinos, el tratamiento indicado es una dacriocistectomía. Si en la tomografía se evidencia que el tumor está acompañado de erosión ósea, además de la dacriocistectomía, se debe hacer una osteotomía amplia. Suelen comenzar con una epífora serosanguinolenta y si se infecta con secreción purulenta. La tumoración se diferencia, casi siempre, de una dacriocistitis porque el tumor se manifiesta por encima del tendón cantal y la dacriocistitis se expande por debajo del tendón. El diagnóstico definitivo siempre lo da la histopatología, siendo la patología más frecuente el linfosarcoma. Ante la sospecha de un tumor se debe practicar una dacriografía con contraste y un estudio radiológico. Una vez diagnosticado la indicación es la dacriocistectomía, seguido de una canaliculorrinostomía o una conjuntivorrinostomía. Dacriocistectomía. Es la extirpación del saco lagrimal. Esta indicada cuando el saco está invadido por un tumor. Técnica quirúrgica de la dacriocistectomía. 1.- Antes de hacer la incisión, si es posible, se localiza los vasos angulares y tratar de evitarlos. La gran mayoría de los casos es difícil y hay que proceder a la hemostasia inmediata para despejar el campo. 2.- Después de aplicar la anestesia seleccionada, se hace una incisión situada aproximadamente entre el puente nasal y el canto interno. De una extensión de dos a dos y medio centímetros, ligeramente arqueada y comenzando en la mitad o ligeramente por debajo del tendón cantal medio. (Fig. 12-10, A ). 335 3.- Se separan las fibras del músculo orbicular y se profundiza hasta encontrar el tendón cantal medio que no debe ser seccionado. Si por cualquier circunstancia debe desinsertarse, se debe poner un punto de referencia para volver a insertarlo al final. 4.- Se inspecciona el hueso y si no hay erosión se abre el saco por su cara anterior y se pone en evidencia el tumor o el dacriolito. 5.- Si a pesar de todo se decide sacar todo el saco se diseca con una torunda de gasa, separándole de la fosa lagrimal. Es conveniente abrir el saco si se sospecha o se comprueba que hay un cálculo causante del tumor. Si lo hay se saca y se cierra el saco. 6.- Si el tumor no invade la totalidad del saco y se comprueba con una biopsia extemporánea que no es maligno, se procede a su extirpación parcial. 7.- Si hay erosión ósea y el tumor invade la totalidad del saco se procede a hacer una osteotomía amplia y la extirpación de la totalidad del saco. 8.- Se incide el periostio que cubre el saco y se hace una disección roma liberando el saco y el periostio conjuntamente, en bloque. (Fig. 12-10, B ). 9.- Disección y localización del canalículo común, se secciona y se comprueba si hay o no invasión tumoral. Disección y localización de los canalículos. 336 Fig. 12-10.- Técnica quirúrgica de la dacriocistectomía. Ver texto. Si no han sido invadidos se seccionan y se cateterizan para proceder a una canaliculorrinostomía. 10.- Con un cincel de punta estrecha se saca la pared externa de la fosa lagrimal, incluyendo el conducto membranoso lacrimonasal. (Fig. 12-10,C). 11.- Una vez disecada la pared ósea se saca en bloque el saco, el periostio y el hueso. Se inspecciona la pared del hueso y si hubiera signos de invasión se procederá a la extracción total de los bordea afectados. (Fig. 12-10, D). Esta cirugía es aconsejable hacerla junto a un otorrino pues si hay invasión ósea es necesario proceder a la total limpieza. 12.- Sutura por planos del orbicular y de la piel con puntos separados. 13.- Dependiendo del estudio histológico, si es necesario, posteriormente el tratamiento se complementa con quimioterapia y/o radioterapia. CIRUGÍA FISTULIZANTE A continuación se exponen las técnicas quirúrgicas más frecuentes y sus indicaciones. Lagocistostomía: El fin que persigue esta técnica es poner en comunicación el lago lagrimal con el saco lagrimal. Se emplea cuando hay una obstrucción presacular de ambos canalículos y el conducto nasolagrimal está libre (Fig. 12-11). 337 Fig. 12-11.- Lagocistostomía. Ver texto. Técnica quirúrgica: 1.- Después de la anestesia seleccionada, se hace una incisión situada aproximadamente entre el puente nasal y el canto interno. De una extensión de dos a dos y medio centímetros, ligeramente arqueada y comenzando en la mitad o ligeramente por debajo del tendón cantal medio. 2.- Se localiza el saco y se abre. 3.- Se procede a extirpar la carúncula y a través del lecho sangrante se introduce un mosquitos o la hoja de un bisturí, hasta verlo aparecer en el saco. 4.- Es aconsejable volver a verificar que el conducto nasolagrimal es permeable, pues so no lo fuera habría que continuar con una conjuntivodacriocistorrinostomía. 5.- Si el conducto es permeable se sutura la conjuntiva del lago lagrimal a la mucosa del saco, dejando un tubo de pirex pequeño y acodado. 6.- Se cierra la herida por planos. 7.- El tubo puede permanecer indefinidamente en su lugar; si molesta se puede sacar cuando se vea que hay una buena epitelización y no tiene tendencia a la estenosis. Canaliculorrinostomía. Es la comunicación de los canalículos con la fosa nasal, previa osteotomía del hueso propio de la nariz. Se emplea cuando no hay saco lagrimal y está obstruido el conducto nasolagrimal. (Fig. 12-12). Es una técnica no muy usada pues se usa más frecuentemente la conjuntivorrinostomía. Técnica quirúrgica de la canaliculorrinostomía. 1.- Después de la anestesia seleccionada, se hace una incisión situada aproximadamente entre el puente nasal y el canto interno. De 338 una extensión de dos a dos y medio centímetros, ligeramente arqueada y comenzando en la mitad o ligeramente por debajo del tendón cantal medio. 2.- Antes de hacer la incisión, si es posible, se localiza los vasos angulares y se tratará de evitarlos. La gran mayoría de los casos es difícil y hay que proceder a la hemostasia inmediata para despejar el campo. 3.- Se separan las fibras del músculo orbicular y se profundiza hasta encontrar el tendón cantal medio Fig. 12-12.Canaliculorrinostomía. Ver texto que no debe ser seccionado. Si por cualquier circunstancia debe desinsertarse, se debe poner un punto de referencia para volver a insertarlo al final. 4.- Si ya ha sido sacado el saco se procede a la trepanación del hueso a nivel de la fosa lagrimal. La trepanación se puede hacer con la sierra de Stryker, con el cincel y el martillo o con la pieza de mano circular y dentada. El diámetro de la osteotomía debe ser de 10 mm. 5.- Se introduce una sonda lagrimal, primero, por un punto y por el canalículo hasta llegar al punto de obstrucción y se perfora. Se mete un tubo de polietileno hasta verlo salir por la incisión. Se repite la maniobra por el otro punto y canalículo. 6.- Se abre la mucosa nasal que se ve en la rinostomía. Para estar seguro que habrá una comunicación entre la nariz y el canalículo común, se introduce una pinza en bayoneta o un mosquito y sobre la punta, se abre la pituitaria. Al mismo tiempo esas pinzas sirven para pasar los extremos de los tubos hacia la cavidad nasal. 339 7.- Se anudan los tubos y se cierra la herida por planos. 8.- Como de costumbre en estos procedimientos filtrantes el tubo debe permanecer al menos de 3 a 6 meses. Dacriocistorrinostomía: El objetivo buscado es poner en comunicación el saco lagrimal con la cavidad nasal. Se emplea cuando hay una obstrucción postsacular del conducto nasolagrimal y los canalículos y son permeables. (Fig. 12-13). Técnica quirúrgica de la dacriocistorrinostomía externa. 1.- Seleccionada previamente la anestesia general o local, si es esta última se bloquean los nervios supra e infratroclear, y el infraorbitario. 2.- Se prepara una torunda alargada de algodón empapada de un anestésico nasal y epinefrina, para evitar el sangramiento. Se sujeta con un hilo y se introduce en la fosa nasal tratando de que ocupe toda ella. Esta torunda debe permanecer en su lugar hasta que se vaya hacer la apertura de la pituitaria y, cuando sea el momento, se extrae traccionando el hilo. 3.- Se hace una incisión curva situada en la mitad de camino entre el dorso de la nariz y el canto interno. (Fig. 12-13, A) 4.- Se profundiza la incisión hasta llegar al periostio del hueso nasal, tratando de evitar los vasos angulares. Si se seccionan hay que hacer hemostasia para dejar el campo limpio. (Fig. 12-13, B) 5.- Se incide el periostio sobre la cresta lagrimal y con un disector se separa de la fosa lagrimal. Como generalmente hay una inflamación y las paredes del saco están friables, la disección se hace más atraumática empujando una torunda de gasa en el interior de la fosa. (Fig. 12-13, C) 340 Fig. 12-13.- Dacriocistorrinostomía 341 6.- Se procede hacer la osteotomía a nivel del ángulo de la cresta orbitaria, englobando parte del hueso nasal y parte de la fosa lagrimal. Si se dispone de la sierra de Stryker se hace un orificio circular de un centímetro de diámetro. La sierra tiene la ventaja de la rapidez, de la limpieza de la sección ósea y como es vibratoria raramente perfora la pituitaria. Si no se dispone de la sierra se pueden utilizar unos trépanos manuales que tienen su extremo cortante con un extremo dentado. También puede emplearse un escoplo con el extremo curvo y de 3 a 4 milímetros de ancho. Se marca con golpes de matillo una superficie redondeada, sin llegar a perforar. Se profundiza hasta perforar el hueso, luego se abre el espacio suficiente para introducir una gubia de punta fina o una pinza de Citelli o de Kherrington. Se agranda el orificio hasta los diez milímetros, aproximadamente, hasta ver la superficie de la pituitaria. (Fig. 12-13, D) 7.- En este momento se saca la torunda de algodón de la fosa nasal y se introduce por la fosa nasal la pinza en bayoneta o un mosquito para ver como la punta abomba la pituitaria. Este procedimiento asegura la vía de drenaje y se evita caer en una celda etmoidal, si la osteotomía no se ha hecho en el lugar adecuado. Inmediatamente después se tapona la fosa nasal con una mecha de gasa para producir hemostasia. La pituitaria generalmente sangra bastante. (Fig. 12-13, E) 8.- Si es posible se hace una incisión en la mitad de la pituitaria y se separan los dos colgajos, el anterior y el posterior. No es imprescindible esta maniobra pues con sólo un colgajo anterior la fistulización posterior es efectiva. La otra alternativa, más recomendada, es hacer la incisión en forma semicircular, dejando un pedículo de unión en el borde anterior del hueso, para que posteriormente el borde libre de la pituitaria sea suturada a la cara anterior del saco. (Fig. 12-13, E) 342 9.- Se introduce una sonda lagrimal por el punto inferior hasta verla abombar en el fondo del saco y se incide verticalmente hasta penetrar en su interior, perforando el periostio y la pared del saco. Si es posible se hacen dos colgajos, uno, anterior y otro posterior. Si es difícil por el estado inflamatorio de la pared solamente se hace un colgajo anterior. (Fig. 12–13, F) 10.- Para evitar el cierre de la comunicación entre el saco y la pituitaria se introduce, por cada uno de los puntos lagrimales, un tubo de silicona, con un guiador metálico, hasta verlos salir por la abertura hecha en el saco. Se introduce una pinza mosquito por la fosa nasal, la punta se saca por la osteotomía y se toman los extremos del tubo hasta verlos aparecer en la fosa nasal. (Fig. 12-13, G) 11.- Si se hicieron dos colgajos. en la pituitaria y en el saco. se suturan el posterior de la pituitaria con el posterior del saco y el anterior con el anterior. Si sólo se hizo un colgajo se suturan borde a borde. (Fig. 12-13, H) 12.- Se reponen los tejidos suturándolos por planos. 13.- Se anudan los extremos del tubo de silicona de tal manera que no salgan por la narina y evitar que el paciente, sobre todo en niños, el cosquilleo les induzca a tirar de él y sacarlo. Se coloca una torundita de algodón a la entrada del orificio nasal que se cambia periódicamente cuando esté manchado. 12.- Se debe taponar firmemente la fosa nasal para evitar sangramiento. 15.- Analgésicos, antibióticos y antinflamatorios. 16.- A las 24 horas, y con la cabeza flexionada hacia adelante, se saca lentamente la mecha de gasa para no producir una descompresión brusca con el consiguiente sangrado. A pesar de todo sangra y para ayudar la coagulación, y con paciencia, se comprime la pared lateral 343 de la nariz durante un periodo de 5 minutos. La mayoría de las veces cede. Si no cede el sangramiento hay que volver a taponar la fosa nasal y prescribir coagulantes 17.- Aconsejar al paciente que durante la primeras 48 horas no se suene la nariz fuertemente, no desgarre la garganta y que no ingieran comidas ni muy frías ni muy calientes. 18.- Los puntos de la piel se retiran a la semana. 19.- Los tubos de silicona no se deben sacar antes de los 3 meses, habiendo comprobado que el lavado de la vía lagrimal es permeable. Las causas más frecuentes de fracaso son: a.- No localizar y abrir adecuadamente el saco lagrimal. Para evitar este inconveniente el introducir la sonda por el canalículo y abrir el saco en el punto donde abomba la sonda y comprobar que ha salido, garantiza la localización del saco. b.- Hacer una osteotomía pequeña, menor de un centímetro. c.- Hacer la osteotomía muy alta sin localizarla en la parte inferior del reborde orbitario. Este error explica la formación de un nuevo mucocele y cuando se hace un lavado la vía es permeable. La razón es que la lágrima por tener la boca de desagüe alta se forma un remanso que posteriormente se infecta. d.- Caer en una celda etmoidal gigante y creer que se ha penetrado hasta la nariz. Para evitar esto si se introduce una pinza en bayoneta o un mosquito, su punta, abomba la pituitaria y, sobre la punta de la pinza se abre, viéndose como penetra. e.- El no colocar el tubo de silicona desde los puntos lagrimales hasta la fosa nasal. La permanencia de los tubos aseguran la fistulización y la no oclusión de la unión de la pituitaria y del saco. También se 344 puede colocar un dren de látex que salga por la osteotomía, situado debajo de la unión de la pituitaria y del saco, sin excluir los tubos de silicona. Introducción a la Dacriocistorrinostomía endoscópica nasal y a la Dacriocistorrinostomía endocanalicular con láser. Las ventajas de la dacriocistorrinostomía endoscópica nasal o la endocanalicular con láser, que tienen sobre la dacriocistorrinostomía externa, se pueden resumir así: 1.- Se pueden hacer con anestesia local. 2.- Se reduce el tiempo quirúrgico 3.- No se hacen cicatrices externas en la piel del dorso nasal. 4.- Preservan las tensiones cantales medias y las del músculo orbicular. 5.- Hay mínima epistaxis 6.- Menos presencia de dolor postoperatorio. 7.- Prácticamente no hay hematomas palpebrales ni orbitarios. 8.- No hay necesidad de seccionar accidentalmente el tendón medio del orbicular. 9.- Se puede practicar en la estenosis parcial del saco lagrimal 10.- En la endoscopía, se puede practicar en niños cuando han fracasado los sondajes lagrimales. 11.- Cuando se practica la endoscópica nasal, habiendo infección aguda del saco lagrimal o mucocele, cuando no ha vaciado con el cateterismo o la comprensión. Complejidad de estas dos técnicas: 1.-Se debe conocer muy bien la anatomía endonasal del paciente 345 2.- Practicar de rutina la endoscopia nasal con los rinoscopios nasales. 3.- La primeras cirugías se deben hacer con un otorrino especializado, pues hay que tener cuidado de no lesionar la células etmoidales o penetrar dentro del cráneo. 4.- Antes de la cirugía se tienen que reconocer las posibles anomalías endonasales: pólipos, hipertrofia de cornetes, desviaciones marcadas del tabique nasal, estenosis de las ventanas nasales, que deben ser tratadas por un otorrino previamente. 5.- La intubación con láser con solamente se puede hacer como primera intervención, pues si se ha practicado la dacrio endonasal o la externa se altera la anatomía del campo. Anestesia local para ambos procedimientos: Ver el capitulo VIII Dacriocistorrinostomía Endoscópica Endonasal Equipo necesario: Un especulo nasal, recto y otro angulado con 30º de inclinación. Una potente fuente luminosa focal (frontoluz). Un monitor de 19 pulgadas colocada a la cabecera del paciente, con su equipo TV. Una fibra óptica luminosa para localizar, por transiluminación, el lugar exacto para hacer la osteotomía. Sondas lagrimales, cánulas, elevadores de periostio, hojas de bisturí con forma de media luna. Pinzas en bayoneta, pinzas largas con dientes muy finos, rectas y con curvas. Pinzas etmoidales rectas y anguladas para remover tejidos blandos. Pinza de Kerrison, para hacer y ampliar de la osteotomía. 346 Tubo de silicona para intubarlo bicanalicular, que después saldrán por el orificio nasal, favoreciendo la fistulización de la comunicación del saco con la fosa nasal. Para preparar la fosa nasal antes de la cirugía: 1.- Comprobar que no hay patología nasal. 2.- Una hora antes de la cirugía se descongestionan ambas fosa con un espray vasoconstrictor. 3.- De media a una hora antes de la cirugía, se introduce en la fosa nasal a operar, una banda de gasa retorcida i9mpregnada con una mezcla de bupicaína al 0,75% y lidocaína al 2% en partes iguales con epinefrina al 1;10.000 (que iguala una concentración equivalente de epinefrina de 1: 200.000) Anestesia local: Ver el capitulo VIII, anestesia profunda Técnica quirúrgica 1.- Para insensibilizar la piel de los párpados se puede poner, en el fondo de saco inferior, un colirio anestésico, para evitar la ligera irritación que produce el gel o la pomada de Farmacaína al 5%,y que cubra ambos puntos lagrimales. Se debe esperar de 3 a 5 minutos para su mayor efecto. 2.- Dilatación de ambos puntos lagrimales. 3.-Se inserta de la fibra óptica por el canalículo superior hasta llegar al fondo inferior del saco lagrimal y la iluminación aparecerá a nivel del meato a través del delgado hueso lagrimal medio. Solamente se introducirá la sonda por el punto inferior cuando el superior esté totalmente obstruido. (Fig. 12-14) 4.- Se puede desplazar el cornete hacia la línea media para ampliar el campo 347 Fig. 12-14.- Trasiluminación de la fibra ótica Fig. 12-15.- Doble incisión de la mucosa nasal 5. Se visualizará una pequeña cresta, formada por el proceso frontal del maxilar superior, y con el bisturí curvo se hacen dos pequeñas incisiones horizontales, una superior y otra inferior, que delimitarán el tamaño de las dos incisiones verticales de la mucosa nasal. (Fig. 12-15) 6.- Se incide la mucosa nasal justo por delante de la cresta lagrimal anterior hasta descubrir el hueso nasal, con dos incisiones en formas curvas, como un paréntesis. 7.- Se separan los bordes de las incisiones con el elevador del periostio, se retira la parte central de la mucosa libre, dejando espacio a la pinza de Kerrinton para que abra y amplíe la osteotomía. (Fig. 1216 y Fig. 12-17) 9.- La conexión entre en saco y la fosa nasal, no debe ser alto pues puede crear un remanso que al final mantiene el lagrimeo. 10.- Tratar de no abrir la pared posterior del saco, con la pinza de Kerrinton, y así evitar sangramiento; debe hacerse la osteotomía un poco baja para evitar el remanso y continúe la epifora. 11.- Con el bisturí se abre, verticalmente, la pared posterior del saco lagrimal unos 3 a 5mm. (Fig. 12-18) 348 Fig. 12-16.- Remoción de la mucosa nasal para exponer el hueso nasal Fig. 12-17.- Con la pinza de Kerrinton se hace la osteoromía 12.- Se procede a una intubación bicanalicular que aparecerá por la herida operatoria y se anudarán a nivel de la ventana nasal. (Fig. 12-19) 13.- Se tapona suavemente la fosa nasal operada, se retira al día siguiente. 14. Antibióticos y antinflamatorios. 15.- El tubo de silicona se puede dejar por tres o cuatro semanas, hasta estar seguros de que ha desaparecido la epifora. Periódicamente Fig. 12-18.- Se abre verticalmentela mucosa nasal hasta las 2 insiciones horizontales Fig. 12-19.- Extremo de los tubos de silicona que provienen de la vía lagrimal, por intubación bicanaliculari 349 Cuidado postoperatorio. 1.- Aplicar compresas de hielo el primer día. 2.- Gotas oculares de antibiótico y esteroides, tres a cuatro veces al día. 3.- Se puede retirar la intubación a las cuatro semanas y periódicamente se hace un lavado lagrimal con suero fisiológico. 4.- Se remueven las costras de la nariz, tratando de no producir sangramiento. Dacriocistorrinostomía asistida con Láser o Cirugía Endocanalicular con Láser Equipo necesario. 1.- Fibra óptica de 600 micras para transiluminación en el meato medio. 2.- Equipo de TV con su pantalla. (telescopio operatorio cilindro derecho de 5 mm. (KartStore Endoscopy, América, Culer City, California) y se adosa el viseoscopio con su pantalla de TV. 3.- Los equipos de láser, con longitudes de onda más útiles son las de fosfato de titanil potasio (KTP) (532 nanómetros, Lasercope, San , California) emite una luz verde, es absorbido por la hemoglobina y es hemostático. El holmio-itrio-aluminio granate (YAG) (2.100 nanómetros, Coherent Medical, Ins, Palo Alto, California), es absorbido por el agua tisular y facilita la osteotomía y las mucosas, este láser está en el rango infrarrojo y no es visible. También se utiliza el láser diodo 980 (EQUIPSA, Alicante, España) 4.- Endoscopios nasales rectos y angulados 5.- Fuente directa de luz (Frontoluz). 350 6.- Sondas lagrimales 3 y 4 ceros 7.- Dilatador de punto lagrimal. 8.- Mitomicina C al 0,002 % Para preparar la fosa nasal antes de la cirugía: 1.- Comprobar que no hay patología nasal vasoconstrictor. 2.- Una hora antes de la cirugía se descongestionan ambas fosa con un espray. 3.- De media a una hora antes de la cirugía se impregna una banda de gasa retorcida con una mezcla, en partes iguales, de bupicaína al 0,75% y lidocaína al 2% y con epinefrina al 1;10.000 (concentración igual de epinefrina de 1: 200.000 Anestesia local: Ver el capitulo VIII, anestesia profunda. Técnica quirúrgica. 1.- Para insensibilizar la piel de los párpados se puede proceder a poner un par de gotas del colirio anestésico, en el fondo de saco lagrimal, para evitar la ligera irritación que produce el gel o la pomada de Farmacaína al 5%. Y que cubra ambos puntos lagrimales. Se debe esperar de 3 a 5 minutos para su mayor efecto. 2.- Dilatar ambos puntos lagrimales y cateterizar por el punto superior para que la sonda llegue lo más bajo del saco lagrimal (salvo en los casos en que se hará por punto lagrimal inferior, por dificultad para realizarlo por el inferior). 3.- Los cirujanos deben llevar lentes protectores. 4.- Si es necesario, separar el cornete para una mejor visualización del campo. 5.- Proteger los ojos del paciente con compresas húmedas; las órbitas y la cara cubrirlas con papel de fino aluminio. 351 Fig. 12-20.-Anatomía de la región, haciendo resaltar los puntos y la relación donde se debe practicar la acriocistorrinostomía con láser. 6.- Inserción de la fibra flexible de 0,3. m.m, siguiendo el trayecto del canalículo y pared inferior y posterior del saco lagrimal. 7.- Con el rinoscopio, bien colocado, se verá la transiluminación de la fibra óptica a través del delgado hueso lagrimal, se verá, que la punta de la fibra está tocando en la pared posterior del saco. (Fig. 12-20) 8.- Se comprueba que la transiluminación de la fibra óptica, cuya ubicación correcta es inferior a la inserción del cornete medio, y a nivel del meato medio, posterior a la cresta lagrimal anterior, a nivel del meato medio. (Figs. 12-21 y 12-22) Fig. 12-21.- Esquema del lugar de la osteotomía y apertura de las mucosas 352 Fig. 12-22.- Lugar en el meato medio donde se debe Ver la trasiluminación de la fibra óptica 9.- Con el equipo de láser introducido hasta el saco, se da una potencia de 10 watios hasta que la fibra pasa a fosa nasal, visualizándose con el endoscopio. 10.- Posteriormente, se procederá a ampliar la osteotomía en dirección infero-superior hasta un orificio de 6 a 7 milímetros 11.- La conexión entre en saco y la fosa nasal no debe ser alto pues puede crear un remanso que al final mantiene el lagrimeo. 12-Si la sonda láser no puede ampliar la osteotomía, por ser demasiado dura o gruesa, se puede utilizar la pinza de Kerrison para agrandar la comunicación. 13.-Aplicar una torunda de algodón impregnada con Mitomicina C, al 0,002% durante 5 minutos, entre la osteotomía y el cornete, y posteriormente lavar profusamente. 14.- Tratar de evitar el contacto del láser con la pared medial y del cornete para evitar la formación de sinéquias y obstruir la comunicación practicada. 15.- Intubación bicanalicular con sonda de Ritleng. o de Guibor. (Fig. 12-23) 353 Fig. 12-23.-Intubación bicanalicular Cuidado postoperatorio. 1.- Aplicar compresas de hielo el primer día. 2.- Gotas oculares de antibiótico y esteroides, tres a cuatro veces al día. 3.- Se puede retirar la intubación a las cuatro semanas y proceder al en la 24 horas, del postoperatorio, un lavado de la vía lagrimal. 4.- Se remueven las costras de la nariz, tratando de no producir sangramiento. 5.- En postoperatorio inmediato se hace un lavado lagrimal con solución salina 6.- El tubo bicanalicular se puede retirar a las 4 semanas después de la cirugía. 354 Lagodacriocistorrinostomía o Conjuntivorrinostomía: Ésta técnica busca poner en comunicación el lago lagrimal con la cavidad nasal. Se emplea cuando hay una obstrucción presacular y postsacular, es decir los canalículos y el conducto nasolagrimal están obstruidos (Figs. 12-24) o se ha extirpado el saco lagrimal. Fig.- 12-24.-Lagodacriocistorrinostomía: comunicación de la conjuntiva con la mucosa nasal, a través de una perforación del hueso nasal. Vista de frente. Técnica quirúrgica: 1.- Después de la anestesia seleccionada, se hace una incisión situada aproximadamente entre el puente nasal y el canto interno. De una extensión de dos a dos y medio centímetros, ligeramente arqueada y comenzando en la mitad o ligeramente por debajo del tendón cantal medio. 2.- Se separa el orbicular y se localiza la cresta lagrimal y se abre el periostio 3.- Se diseca el saco o se expone la fosa lagrimal y se procede a hacer la trepanación ósea de 10 milímetros. 4.- Se procede a extirpar la carúncula y a través del lecho sangrante se introduce un mosquitos o la hoja de un bisturí, hasta verlo aparecer en el saco. 5.- Ver los pasos 7, 8, 9, 10 de la dacriocistorrinostomía porque son iguales 355 6.- Para evitar el cierre de la comunicación entre el saco y la conjuntiva se introduce un tubo de pirex o de silicona, de tal manera y un extremo se sutura a la conjuntiva. (Fig. 12-25). 7.-. Se cierra la herida por planos. 8.- El tubo puede permanecer indefinidamente en su lugar; si molesta se puede sacar cuando se vea que hay una buena epitelización y no tiene tendencia a la estenosis. Fig. 12-25.- Diferentes tubos de pyrex. Conjuntivorrinostomía de Murube. Es una variante de la lagorrinostomía y pone en comunicación el lago lagrimal y la fosa nasal. Lo original de la técnica es que no se trepana la pared orbitaria, es un procedimiento rápido que se puede hacer en personas de edad con gran epífora. El tubo va desde el lago, continúa por el tejido subcutáneo del dorso de la nariz y desemboca en la cavidad nasal a nivel de la unión del hueso propio de la nariz y del cartílago alar (Fig. 12-26). El inconveniente frecuente es la infección retrógrada del tejido subcutáneo proveniente de la nariz. 1.- Se aplica anestesia conjuntival tópica y se bloquean los nervios supratroclear e infraorbitarios y el infraorbitario. 2.- Se reseca la carúncula. 3.- Con un trocar, que lleva dentro de la camisa un guiador móvil con una punta afilada en su extremo, se punciona la mucosa nasal a nivel de la terminación del huero propio de la nariz y se desplaza por 356 Fig. 12-26.- Conjuntivorrinostomía externa, de Murube, Comunicación del lago lagrimal con la cavidad nasal, introduciendo un tubo en el tejido subcutáneo pegado al dorso de la nariz. el espacio subcutáneo, encima del periostio, hasta llegar y ver la punta del trocar apareciendo por el lugar donde había estado la carúncula. 4.- Se saca el guiador y se introduce, dentro de la camisa del trocar, el tubo de silicona en cuyo extremo superior lleva pegado un embudo de pirex que reposa en el lecho sangrante caruncular. Se dan un par de puntos, alrededor del tubo de pirex, para evitar que el tubo se desplace hacia abajo. 5.- Se saca el trocar y aparece el otro extremo del tubo plástico y se corta a la medida. 6.- Antibióticos y analgésicos. 7.- Si posteriormente hay infección del tejido alrededor del tubo hay que sacarlo. La conjuntivoantrostomía es la comunicación del fondo de saco inferior con el seno maxilar por medio de un tubo de silicona o de pirex. (Fig. 12-27) Es un procedimiento que no se usa actualmente y la única indicación sería cuando hay un exceso de flujo salivar en la cuenca ocular cuado se ha efectuado una transposición con éxito del conducto Fig. 12-27.- Conjuntivoantrostomía 357 de Stenon y en el momento de comer haya un exceso de saliva en el ojo. El gran inconveniente es que puede drenar más de lo necesario y producir sequedad ocular. Técnica quirúrgica: 1.- Además de la anestesia tópica conjuntival hay que bloquear los nervios infraorbitario y el ganglio de Gasser por vía palatina. El conducto palatino está situado en el surco gingival superior entre el segundo y tercer molar 2.- Se abre el fondo de saco conjuntival inferior, a nivel del tercio externo, y se diseca hasta encontrar el suelo de la órbita. 3.- Se perfora el hueso orbitario hasta llegar al seno maxilar y se introduce un tubo de pirex o uno de silicona. 4.- Se sujeta la cabeza del tubo con un punto, para que no se desplace al seno Se resumen esquemáticamente los procedimientos filtrantes: Lagoscistostomía (Fig.12-28): Obstrucción de ambos canalículos y comunicación del lago lagrimal con el saco. Dacriocistorrinostomía (Fig. 12-29): Obstrucción del conducto nasolagrimal y comunicación de los canalículos con la fosa nasal. Fig. 12-28.- Lagoscistostomía. Fig. 12-29.- Dacriocistorrinostomía. 358 Fig. 12-30.- Lagodacriocistorrinostomía Fig. 12-31.- Estenosis del conducto nasolagrimal Lagodacriocistorrinostomía (Fig. 12-30): Obstrucción de ambos canalículos y del conducto nasolagrimal y comunicación del lago lagrimal con la fosa nasal. Estenosis del conducto nasolagrimal y recanalización con unos tubos de polietileno (Fig. 12-31). Anomalías de los conductos excretores. Las patologías más frecuentes del sistema excretor se pueden dividir en congénitas y adquiridas. Congénitas: Agenesia de los puntos lagrimales. Es poco frecuente la agenesia de uno o de los dos puntos lagrimales y menos aún de uno o de ambos canalículos. La anomalía más frecuente es la imperforación de uno de los puntos, fácilmente comprobable por la simple inspección en la lámpara de hendidura. Si es un solo punto el ausente y se comprueba que el otro y los canalículos están libres, se puede intentar la recanalización y apertura 359 con el “rabo de cochino”. El instrumento se introduce por el punto no obstruido y al llegar al ocluido se abre. Para evitar que vuelva a cerrarse se pasa un tubo de polietileno o de silicona, de tal manera que quede como se muestra en la fig. 12-6 C D y E, de este mismo capítulo. Si la obstrucción se localiza en la parte distal del canalículo , se evierte el párpado, siempre bajo microscopio, se abre superficialmente la conjuntiva, a nivel del trayecto horizontal del canalículo, se incide la pared hasta ver claramente la mucosa y se marsupializan los bordes, suturando la mucosa del canalículo con la conjuntiva. Ver fig. 12-2 de éste capítulo. Si se comprueba que hay agenesia de los puntos y de los canalículos hay que proceder a una conjuntivodacriostomía. Patología muy rara, es la ausencia de los puntos, de los canalículos y del saco lagrimal. La conducta es hacer una conjuntovodacriorrinostomía o, lo que es lo mismo, una lagodacriocistorrinostomía. La causa más frecuente de la epífora en los niños se localiza en el extremo distal del conducto nasolagrimal, a nivel de la válvula de Hasner. Esta válvula permanece sin abrir durante la vida intrauterina para evitar que el líquido amniótico penetre en la cuenca lagrimal. Al nacer, con el llanto se abre y se establece la salida de la lágrima hacia la nariz. Es importante repasar detenidamente la variedad de causas que pueden suceder a este nivel, pues ayudará a explicar el porqué, en algunos casos, después de hacer el cateterismo aparentemente correcto, continúa la epífora y la infección del saco. Siempre hay que estar seguro de no haber hecho una falsa vía que justificaría la falta de progresión de la sonda y la recanalización del sistema. Es conveniente que el oftalmólogo se habitúe a hacer la rinoscopia y familiarizarse con la anatomía de la nariz. Muchas veces, 360 como se va a ver, es imprescindible valerse de la visón endonasal para identificar los cornetes y ver el orificio de salida del conducto nasolagrimal. De todas formas está indicada la interconsulta con el otorrino, pues ayuda a resolver muchos casos, de manera más simple, que de otra manera habría que recurrir a una cirugía más complicada. En estos casos, muchas veces, está indicada la dacriografía con contarte para poner de manifiesto el lugar de la obstrucción y orientar la conducta terapéutica. El repaso de la anatomía normal ayudará a comparar las anomalías que se pueden presentar. En la Fig. 12-32, se muestra un esquema donde se ve claramente la válvula de Hasner abierta y la interrupción de la mucosas nasal, a ese nivel, para dejar paso libre a las lágrimas. Hay varios tipos de anomalías: Imperforación de la válvula de Hasner con abertura de la mucosa nasal. Es la anomalía más frecuente y que con el simple cateterismo se abre definitivamente (Fig. 12-33). Fig. 12-32: Anatomía normal: La válvula de Hasner y la mucosa nasal están abiertas. Fig. 12-33:Imperforación de la válvula de Hasner. 361 Imperforación de la válvula de Hasner y de la mucosa nasal. En estos casos la rinoscopia pone en evidencia el abombamiento de la mucosa nasal. El abrir la mucosa y la intubación, por ambos canalículos, con el tubo de polietileno, resuelve el problema, comprobando que el tubo ha salido en el meato medio. (Fig. 12-34). Fig. 12-34: Imperforación de la válvula de Hasner y de la mucosa nasal. Fig. 12-35: Imperforación de la mucosa nasal y elongación del conducto El conducto nasolagrimal se alarga y diseca la mucosa nasal sin llegar a perforarla. Este es el caso en el que al hacer el sondaje, la sonda penetra hasta llegar al piso nasal y continúa el lagrimeo. La conducta es pedir la ayuda al otorrino, abrir la mucosa, el conducto y proceder a la intubación, por ambos canalículos, con el tubo de silicona. (Fig. 12-35). Cuando hay ausencia del desarrollo de la parte ósea del conducto nasolagrimal hay que proceder a hacer una dacriocistorrinostomía. (Fig. 12-35). 362 Fig.12-37: Anomalías de los cornetes Fig.12-36: Ausencia parcial de la parte ósea del conducto Ausencia parcial de la parte ósea del conducto. Fig 12-36 Cuando hay malformación o desviación de los cornetes, la causa puede ser bien por que el conducto se adhiera al cornete o por que el cornete se adhiera al conducto. Hay que intentar la cirugía, junto al otorrino, tratando de eliminar el cornete y comprobar que el sondaje es permeable, seguida por la intubación de ambos canalículos. (Fig. 12-37). Amniotocele, Anatómicamente los canalículos terminan en el seno de Maier, formando un canalículo común, entes de entrar en el saco lagrimal. El borde posterior de este saco forma la válvula de Rosenmüller, que impide el reflujo del fluido desde el saco al lago lagrimal. Cuando hay una obstrucción de esta válvula y una obstrucción del conducto nasolagrimal, se produce un acumulo de líquido que se manifiesta desde el mismo momento del nacimiento. Produce una distensión pronunciada y fluctuante a nivel del saco lagrimal, por debajo del tendón cantal interno. El contenido es mucoso y no está infectado, suele permanecer del mismo tamaño aunque, en 363 algunas oportunidades, puede crecer por la secreción de las células intrasaculares. El amniotocele, por ecografía, es ecosilente y hay que hacer el diagnóstico diferencial con un hemangioma que es reflectante. En el primero, la punción produce moco y en el segundo sangre. También hay que diferenciarlo con el meningoencefalocele que, también es reflectante a la ecografía, produce un líquido claro y se localiza encima del tendón cantal medio. Si con la simple punción y vaciamiento no se resuelve el problema hay que recurrir a una canaliculocistorrinostomía. Ausencia congénita de la válvulas. Es una afección sumamente rara y cuando se presenta la más afectada es la válvula de Hasner y la de Rosenmüller. Se manifiesta al sentir el reflujo de aire a nivel del ojo, cuando el paciente se suena la nariz. No produce otro tipo de alteración y no requiere tratamiento. Anomalías del saco lagrimal. El divertículo del saco lagrimal pasa generalmente inadvertido, si no es muy grande. Si es grande puede ocasionar una dacriocistitis aguda, cuando está infectado, o crónica si no lo está. Si produce molestias hay que extirparlo y si hay que resecar el saco hay que proceder a una conjuntivorrinostomía. La fístula lagrimal se localiza debajo del tendón y se manifiesta por un orificio epitelizado por donde sale la lágrima. Tanto si está o no infectado el tratamiento es extirparlo. 364 Adquiridas Canaliculitis y dacriolitiasis canalicular. Por no ser una afección frecuente, el oftalmólogo piensa poco en ella y no llega a su diagnóstico. Se caracteriza por la inflamación de uno o de los dos puntos lagrimales con salida de una secreción amarillenta purulenta, lechosa o sanguinolenta que se presenta cuando se exprime a nivel del saco o del canalículo, incluso puede haber un edema a nivel del canto interno. Generalmente va asociado a un divertículo localizado en el interior del canalículo, donde se alojan hongos o bacterias. Los hongos son los más frecuentes y es el actinomices, nocardia, cándida albicans y aspegilus. En el interior del divertículo se forma un cálculo que, si se comprime bien, suele expulsarse, confirmando el diagnóstico del divertículo. Si el cultivo demuestra que el agente causal es una bacteria, se pueden hacer lavados con una mezcla penincilina G y cefalosporina o con rifocina. Si esta producida por cándida o aspergilus se mejora con lavados de anfotericida B. El tratamiento médico suele ser ineficaz pues continúa formándose el cálculo en el interior del divertículo. La gran mayoría de las veces es necesario abrir el canalículo, bajo microscopio, buscar el divertículo, hacer un curetaje del mismo, intubarlo con un tubo de silicona y cerrar la mucosa. Lo más importante es pensar que existe y que la gran mayoría de las veces viene después de haber consultado otros oftalmólogos, con gran cantidad de tratamientos y sin ningún resultado. Comprimir el canalículo, y ver la salida del pus por el punto lagrimal. 365 Dacriocistitis. La dacriocistitis en la inflamación o la infección del saco lagrimal. La falta del fluir de las lágrimas y su estancamiento favorece la infección. Si no hay obstrucción del conducto nasolagrimal la dacriocistitis aguda formada cede al tratamiento antibiótico y se restituye el paso lagrimal. Cuando hay obstrucción del conducto nasolagrimal se alternan episodios de dacriocistitis aguda y crónica. Los agentes más frecuentes son el estreptococo neumonie, memofilus, estafilococo, seudomonas y, algunas veces, hongos. Se manifiesta por epífora y, si está en la fase aguda, hay enrojecimiento, tumefacción, dolor y abultamiento por debajo del tendón cantal medio. En la fase aguda hay que cubrirlo con antibióticos de amplio espectro, incluso abrirlo para drenar el pus y posteriormente, si es producida por obstrucción del conducto nasolagrimal, hacer una dacriocistorrinostomía. 366 CAPITULO XIII Conducta práctica ante la sequedad ocular normas generales sequedad discreta sequedad moderada sequedad grave CAPITULO XIII CONDUCTA PRÁCTICA ANTE LA SEQUEDAD OCULAR NORMAS GENERALES 1.- Escuchar atentamente los síntomas referidos por el paciente sin tratar de minimizarlos buscando la etiología. 2.- Hacer la historia clinica buscando patología general 3.- Examen detenido en la lámpara de hendidura, buscando: a.- Brillo conjuntivo corneal b.- El río lacrimal c.- Verificar el estado del epitelio de la conjuntiva y de la córnea 4.- Hacer rutinariamente: a.- Test de Schirmer b.-Tinción con fluoresceína c.- Tinción con rosa de Bengala d.- Tiempo de ruptura precorneal, tisc/but 5.- Si los síntomas y signos son significativos hacer: a) Biopsia conjuntival. b) Biopsia de la mucosa labial. c) Toma de muestra conjuntival por impregnación. 6.- El estudio más especializado se hará en pacientes con sintomatología específica y de difícil diagnóstico. Son pruebas que exigen una gran especialidad y equipo costoso. Las más útiles son: a.- Medida de la osmolaridad lacrimal: por debajo de 330 mos/ml es indicio cierto de sequedad ocular. b.- Electroforesis de las proteínas lacrimales y la dosificación de la lisozima. c.- Estudio de la cristalización de las lágrimas. d.- Determinación de Inmunoglobulinas lacrimales y salivares. 369 7.- Buscar la patología general asociada a la sequedad ocular. El concurso de otras especialidades es imprescindible para intentar llegar a un diagnóstico etiológico preciso. La positividad de estas pruebas apuntan más específicamente hacia un síndrome de Sjögren o una queratoconjuntivitis sicca degenerativa. TERAPEUTICA. En todos los casos la conducta terapéutica dependerá del grado de sequedad, si hay una enfermedad causante o intercurrente se debe hacer el tratamiento específico, si es que lo hay. En líneas generales se pueden seguir las pautas siguientes: Sequedad discreta: Lágrimas artificiales. Es importante aconsejar al paciente de su uso frecuente, sobre todo antes y durante las jornada de trabajo prolongada, con mucha lectura en libros o computadora, cuando tenga una sesión de entretenimiento en el cine o en la televisión. No olvidar que con la atención el número de parpadeos disminuye sensiblemente y aumenta la evaporación de las lágrimas, por esto, es aconsejable que el paciente parpadee voluntariamente periódicamente durante el trabajo. Un consejo práctico, ahora en la época de la computación, es que ponga, al lado del tablero de las letras, las lágrimas artificiales. De esta manera, aunque no las mire, el campo visual periférico la hace tener presente el frasco y le recuerda que debe parpadear. Estimular el parpadeo. No olvidar que con la atencion el numero de parpadeos disminuye sensiblemente y aumenta la evaporación de las lagrimas. Es aconsejable que el paciente parpadee voluntariamente durante el trabajo. 370 Ingestión de agua frecuente. Con la edad se suele tener menos sed y la ingesta de liquidos disminuye. Masaje y calor palpebral. Es aconsejable el frotar los parpados para estimular la salida del sebo palpebral y aumentar la capa lipídica para prolongar el tiempo de ruptura. Colirios de alta viscosidad. Si a mitad de la noche o al levantarse tiene sensación de ojo seco y le cuesta abrir los párpados, antes de dormir o en mitad de la noche debe colocarse colirios de alta viscosidad para mantener la humedad durante más tiempo. Modificación del entorno de trabajo. Evitar los aires acondicionados fríos y calientes y, sobre todo, protegerse de los aires directos a los ojos, lo mismo que habitaciones con una atmósfera llena de humo, principalmente de tabaco, polución atmosférica, tiza o remoción de alfombras en lugares cerrados. En general debe estar en un ambiente con una relativa humedad y, si fuera necesario, colocar humidificadores que contrarresten la sequedad ambiental. No olvidar la involución senil de la glándula lacrimal o los ojos de los miopes altos que fácilmente en medios con poca humedad o exceso de trabajo desencadenan ojos secos. Supresión de ciertos hábitos. Eliminar el alcoholismo, tabaquismo, cualquier avitaminosis y mejorar la nutrición. Supresión de medicamentos iatrogénicos locales y generales. Al hacer la historia buscando que medicamentos está tomando y verificar si después de tomarlos o después de instilárselos en los ojos producen el efecto del ojo seco. Los ansiolíticos y los colirios con anestésicos, con determinados preservativos, los que contienen vasoconstrictores o corticoides deben ser eliminados. 371 Sequedad moderada Hacer todas las recomendaciones anteriores y además: Lágrimas artificiales, instaladas con mayor frecuencia, colocación de insertos y uso de colirios de mayor viscosidad. Protección ocular, durante el día con lentes cubiertos lateralmente, cámaras húmedas, durante la noche dormir con antifaces, colirios de alta viscosidad y pomadas hidrófilas. Mucolíticos locales como la acetilcisteína y por vía general la bromohexina, sobre todo cuando está acompañada de una queratitis filamentosa. Estimulantes de la secreción lacrimal. Cicatrizantes epiteliales. Oclusión temporal de los puntos lacrimales. La oclusión debe ser primero temporal para comprobar si mejora la humedad comprobada por el test de Schirmer. La prueba más barata y tan eficiente como las otras es dar un punto que incluya y ocluya el canalículo, se hace con una anestesia infiltrativa y más tarde se retira. Otra alternativa es ocluirlos con tapones de colágeno que tienen un tiempo de reabsorción de unas dos semanas, también hay tapones de plástico fácilmente insertables y fácilmente extraíbles. Si se comprueba su efectividad se puede hacer la oclusión permanente cauterizando los puntos lacrimales o, mejor aún, ocluyendo los puntos con un porción de conjuntiva colocado sobre ellos. Murube aconseja desplazar los puntos hacia afuera para evitar que la lágrima desagüe directamente. Cuando más adelante se hable de las técnicas quirúrgicas se explicarán los procedimientos. Pomada de ácido retinoico. 372 Sequedad severa: Hacer todas las recomendaciones anteriores y además: Buscar las posibles etiologias o causas desencadenantes. Las lagrimas artificiales y los insertos instilados mucho más frecuentes Cámaras húmedas, lentes oclusores Cicatrizantes epiteliales Mucolíticos locales (acetilcisteína) y por vía general (bromohexina). Pomada de ácido retinoico. Lentes de contacto terapéuticos. Oclusión permanente de los puntos lacrimales. Estimulación de la glándula lacrimal. Corticoterapia local e inyección intraglandular reforzada con administración general Cirugía de los párpados, para disminuir la hendidura palpebral o sus posibles defectos. Cirugía sustitutiva del flujo lacrimal, con trasposición del conducto de Stenon o tratando de retener el mar lacrimal con la cisternoplastia. Trasplante de células madres. Cirugía de la conjuntiva, recubriendo la córnea si hay úlcera con peligro de perforación. Injerto de glándula Submaxilar o sublingual. 373 374 CAPITULO XIV El ojo, las lagrimas, las computadoras y los medios audiovisuales CAPITULO XIV EL OJO, LAS LAGRIMAS, LAS COMPUTADORAS Y LOS MEDIOS AUDIOVISUALES Son varios factores que intervienen en el cansancio y es el motivo de consulta oftalmológicas de muchas personas que atribuyen a los medios audiovisuales electrónicos su padecimiento ocular. Lo primero que manifiestan es que trabajan con computadoras. Lo extraño es que son pocas las madres que se quejan de lo mismo cuando sus hijos se pasan horas jugando con toda clase de aparatos electrónicos. La difusión masiva de las computadoras u ordenadores, como se conocen en las diferentes paises, ha generado una obsesión por el “daño” que producen a los ojos. El habito de la televisión y los juegos computarizados son una ocupación cotidiana que la gran mayoría de la población ve por algunas horas al día y esta ocupación y distracción exige una atención visual como no se había dado anteriormente. También se ha extendido enormemente el uso de los aires acondicionados, fríos y calientes, en oficinas, lugares de recreo, automóviles y en las propias casas residenciales. Además de producir confort, secan el ambiente y de todos es conocido que cuando hay una sequedad ocular, cualquiera sea la causa, una de la indicaciones más recomendadas es evitar estos climas artificiales, el flujo directo del aire sobre los ojos y usar lentes protectores. Es necesario hace un análisis enfocado desde varios puntos de vista: lógico, oftalmológico laboral y psicológico. Todos ellos harán comprender el por qué la mencionada obsesión. 377 Técnicamente se sabe que las pantallas de las computadoras tienen las mismas caracteristicas electrónicas que las pantallas de los televisores. Si es así, surge la pregunta lógica de ¿por qué no manifiestan las mismas preocupaciones los millones de niños y adultos que se pasan millones de horas al día viendo sus programas favoritos?. Si de verdad el computador y el televisor, produjeran alguna alteración ocular, por enfermedad o desencadenaran defectos refractivos, casi toda la población, de miles de millones de telespectadores y usuarios del computador, deberian tener alguna enfermedad ocular o llevar lentes. La experiencia demuestra lo contrario. Desde el punto de vista técnico se han implementado pantallas protectoras para “evitar o mitigar los rayos dañinos”, cuando cada aparato lleva un control de contraste, de luminosidad y de transparencia que el usuario puede tranquilamente acomodar a su gusto, las pantallas solamente quitan luminosidad y contraste que bien lo puede hacer el propio usuario. Si aceptamos que los “rayos” que emiten las computadoras no son más peligrosos que los producidos por los hornos de micro ondas, batidoras y otros aparatos que en su tiempo se pensó que también eran perjudiciales, se espera que dentro de poco los motivos de consulta irán disminuyendo. Desde el punto de vista oftalmológico, lo primero que manifiestan es su preocupación psicológica porque están trabajando con un computador y le atribuyen sus molestias, su falta de nitidez en la vision y, sobre todo, de su cansancio, como única causa de sus males. En muchas ocasiones estos pacientes tienen péquenos defectos hipermetrópicos y, sobre todo, astigmáticos que sólo se manifiestan con el prolongado trabajo ocular. No hay que olvidar que las personas 378 que comienzan la presbicia manifiestan además del alejamiento de la lectura, el cansancio precoz que pueden atribuir a trabajar con la computadora. La corrección oportuna y la explicación pertinente soluciona el problema. El aumento de usuarios de lentes de contacto es otro elemento que hay que considerar, pues por muy hidrófilos que sean, son un cuerpo extraño colocado sobre la córnea que divide la lágrima y acelera el tiempo de ruptura y por lo tanto aumenta la desecación. Si a esto se agrega la disminución del numero de parpadeos por la hipoestesia corneal y por lo tanto está disminuido el parpadeo reflejo. Suponiendo que no tienen ningún defecto refractivo o que están ya bien corregidos y que los usan regularmente, es bueno repasar una parte de la fisiología del polo anterior del ojo, haciendo énfasis en que éste debe estar húmedo y caliente, para así cumplir su metabolismo y hacer posible una vision nítida. La humedad se produce por el equilibrio de las tres capas de la lagrima: lipidica, acuosa y serosa que se renuevan continuamente por la producción de las mismas y por su distribución por medio del parpadeo. El parpadeo es de suma importancia, pues el espesor de la lágrima que cubre la córnea es sumamente delgada y debe renovarse continuamente para aportar el oxigeno necesario, uniformizar la superficie corneal y eliminar la ya utilizada. El parpadeo puede ser voluntario y reflejo, el reflejo está producido por el estimulo del medio ambiente, por la ruptura de la capa lipidica y la desecación de la capa acuosa. Normalmente un individuo normal efectúa de 10 a 16 parpadeos por minuto manteniendo así la lagrima en perfectas condiciones. 379 Ahora bien, todo acto de atención hace disminuir el numero de parpadeos y cuanto mayor es el interés y la atención, es menor el numero de parpadeos, pudiendo llegar a 6 por minuto. No hay que olvidar que el acto de cerrar los párpados interrumpe la vision, aunque sean milésimas de segundo y el observador inconscientemente trata de evitarlo. El trabajador interesado se “olvida” de parpadear y al estar el ojo más tiempo abierto, la desecación de la lagrima es más rápida y más frecuente. Esta desecación hace que la vision se empañe, produzca ardor y enrojecimiento. Este razonamiento lleva a una conclusión práctica, sobre todo en personas mayores que pueden tener un sequedad ocular, que no se manifiesta clínicamente, nada más que cuando hacen algún exceso de atención visual. Al mismo tiempo el ojo, como el resto del cuerpo, tiene que tener una grado de temperatura para su normal funcionamiento. Este punto se debe enfocar bajo dos aspectos: uno, al estar los párpados más tiempo abiertos, al ser la desecación y la evaporación lagrimal mayor habrá mayor evaporación y mayor enfriamiento. Esto puede explicar el enrojecimiento que se produce, y como consecuencia el organismo se defiende produciendo una vasodilatación conjuntival para aumentar el flujo de sangre y calentar el polo anterior del ojo. El otro agravante es el trabajo en climas artificiales, fríos y calientes. Ambos secan el ambiente disminuyendo el grado de humedad. Si la lágrima ya se evapora más rápidamente, por la disminución del parpadeo, y se le agrega un medio seco y, al mismo tiempo, el flujo del aire acondicionado está dirigido hacia la cara se van sumando factores que agravan el proceso y aumentan las molestias. 380 Desde el punto de vista laboral hay una veneración hacia la maquina y, muchas veces, se olvida que por muy fantástica que sea la maquina, ella es un servicio que sirve a la persona, pero la persona se convierte en servidor de la maquina. Se comienza a colocar la pantalla y el teclado a la distancia “que debe estar”, olvidando que deben estar a la distancia cómoda, sea donde sea, y a la distancia que se enfocan bien. Mucha gente tiene la pantalla encima del disco duro y debe levantar la cabeza para poder enfocarla. Este movimiento se agrava si el usuario usa lentes bifocales y terminará con dolor de cuello por el continuo levantamiento el mentón. Si, al mismo tiempo la silla está baja el movimiento del cuello es mayor y las molestias aumentan. No es menos importante la distancia del usuario a la mesa de trabajo, así como la postura del cuerpo, de las piernas y de los pies, pues al no estar bien sentado, con la espalda mal apoyada sobre el espaldar de la silla, las piernas mal flexionadas y al no apoyar la totalidad de la planta del pie sobre el suelo y no solamente apoyados sobre los dedos flexionados, termina cansado al final de la jornada. Es curioso como no se quejan de todos estos dolores y molestias y en cambio ponen énfasis casi exclusivamente en los ojos y, muchas veces, van a la consulta para una revisión y cuando se le pregunta si ven mal la contestación es: ” veo bien pero como trabajo con computadora quiero saber si estoy bien”. Si la persona es joven, menor de cuarenta años, que no necesita corrección óptica o está bien corregido, no tiene problemas visuales pues tiene el poder de acomodar para la vision próxima para la lectura del texto y la intermedia para el teclado y la pantalla. 381 Para los présbitas hay que tener cuidado de hipocorregir ligeramente su formula para que con un solo par de lentes enfoquen bien las distancias intermedias cercanas y la intermedia de 40 centímetros. En algunas ocasiones se recomienda un bifocal con vision próxima e intermedia. Para las personas que deben usar lentes para lejos lo aconsejable es prescribir unos multifocales, pues el bifocal, si no se coloca la pantalla en un plano inferior y se sube la silla lo suficiente, es condenarlo al dolor de cuello permanente. También es curioso que la gran mayoría de los televidentes no argumentan su defecto visual, si es que lo tienen, al uso del televisor, simplemente dicen ver mal. La posible razón es que cuando se está viendo un programa, los anuncios y las visitas a la nevera interrumpen la continuidad de la atención y es el momento de parpadear normalmente. También es muy poco frecuente que los niños o sus padres achaquen a los juegos electrónicos el daño o la necesidad del uso de lentes correctores. La explicación es la misma que se empleó anteriormente, la dedicación, siendo por tiempo prolongado, tiene intervalos al terminar un juego o al dejar que compita el compañero. El problema se manifiesta en las personas que tienen una atención excesiva como, por ejemplo, los programadores, escritores y en general los que tienen una idea en la cabeza que deben ir desarrollando continuamente y no pueden ni quieren distraerse. El factor psicológico es importante pues la creencia popular se transmite de unos a otros y se crea el mito de la posible alteración ocular que puede producir el trabajar con computadoras. 382 El modo de enfocar el tratamiento es, primero, corrigiendo los posibles defectos de refracción, aunque sean pequeños. Segundo, vigilando la función lagrimal e incluso hacer un test de Schirmer para descartar cualquier hiposecreción no sintomática subjetiva. Tercero verificar la tolerancia de los usuarios de lentes de contacto, poniendo énfasis en el epitelio y en el tiempo de uso. Ahora con los lentes de uso prolongado, la gran mayoría, abusa en el tiempo ininterrumpido de permanencia en el ojo, y no es raro ver un edema epitelial que se agrava por la falta de parpadeo y la hipoestesia corneal. Hay que explicar la postura correcta para el trabajo, la localización de la mesa, de la silla, de la distancia de la pantalla y del teclado. Es de suma importancia preguntar a que distancia quiere o está acostumbrado a trabajar y prescribir los lentes de vision intermedia y próxima que le sea cómoda a la persona. Explicar la razón por la que debe parpadear más frecuentemente y de manera consciente. El problema no suele dar resultado pues la misma atención hace olvidar el parpadear. Lo mismo ocurre cuando se le mandan lagrimas artificiales, pues al llevarlas en el bolsillo o en la cartera, el olvido se repite. Un modo practico de recordárselo es que coloquen un frasco de las lágrimas al lado del teclado y cuando lo perciben, por el campo visual periférico, les recuerda que deben cerrar los párpados e incluso ponerse unas gotas para humedecer el ojo. 383 384 CAPITULO XV Glosario lagrimal CAPITULO XV GLOSARIO LAGRIMAL A Adenoblefaritis: Inflamación de la glándula lagrimal y del párpado. Adenoftalmía: Inflamación de las glándulas lagrimales accesorias. Alacrimia: Falta de lágrimas. Alacrimia congénita: Falta congénita de secreción lagrimal. Este término se usa por lo regular para indicar la falta de secreción refleja y psíquica, conservándose la basal. Algibe lagrimal: Cisterna lagrimal, situada debajo del párpado superior en el canto externo. Ampolla lagrimal: Dilatación de la porción vertical de los canalículos. Angulo palpebral: Cada uno de los extremos de la hendidura palpebral. Aparato lagrimal: Sistema secretor y el excretor lagrimal. Apodacrio: Que impide la formación de las lágrimas. Atonía del saco lagrimal: Pérdida de la resistencia de las paredes del saco lagrimal. Atresia lagrimal: Ausencia de los canalículos lagrimales, acompañada de imperforación de los puntos lagrimales y del conducto lacrimonasal. B Blefaradenitis: Inflamación de las glándula palpebrales. Bomba lagrimal: Sistema lagrimal que hace de bomba aspiranteimpelente situado en la parte alta de las vías lagrimales y que promueve el flujo lagrimal. C Canal lagrimal: Conducto lagrimales que desaguan las lágrimas Canal lacrimonasal: Conducto orbitonasal que comunica el saco lagrimal con el meato inferior de la nariz. Canal orbitonasal: Conducto intraóseo que comunica la órbita con el meato inferior. Canaliculitis: Inflamación de los canalículos lagrimales. Canaliculitis lagrimal: Inflamación del canalículo lagrimal. Canalículo lagrimal común: (Canalículo lagrimal común): Unión del 387 canalículo superior e inferior para desembocar en el saco lagrimal. Canaliculorrinostomía: Operación quirúrgica que consiste en abocar directamente los canalículos en la fosa nasal. Canalículos lagrimales: Conductos componentes del aparato lagrimal excretor, situados en el ángulo interno de los párpados, son continuación de los puntos lagrimales y desembocan en el saco lagrimal a través de canalículo común. Hay uno en el párpado superior y otro en el inferior. Canaliculodacriorinostomía: Cirugía que consiste en extirpar la porción canalicular común y comunicalos con el saco lagrimal. Canaliculorrinostomía: (Canaliculorinostomy): (Canaliculorinostomía): Operación quirúrgica que consiste en abocar directamente los canalículos en la fosa nasal. Cantorrinostomía: Cirugía que consiste e poner en comunicación el canto interno con la fosa lagrimal, a través del hueso nasal. Cantos: Angulos interno y externo donde se unen el párpado superior con el inferior. Capilaridad es la propiedad de algunos líquidos de caminar por un tubo por medio de las fuerzas moleculares de superficies antagónicas de cohesión y adhesión. Carina: Pared nasal lateral situada delante del meato medio. Carúncula lagrimal: Prominencia carnosa, rojiza, mucocutánea, situada en el espacio triangular a nivel del canto interno, junto a la plica semilunaris. Contiene pelos, glándulas sebáceas y lagrimales. Cisterna palpebral: espacio que se sitúa debajo del párpado superior a nivel temporal superior. Cisterna lagrimal: menisco lagrimal situado entre el canto externo y la conjuntiva bulbar. Citología por impregnación se emplea para determinar el numero y las características de la células caliciformes. Coloración vital es una prueba para la determinación de la presencia o ausencia del moco. Los colorantes más empleados son: rosa de Bengala, verde lisamina, azul de metileno y PAS. Comisura palpebral: (Palpebral commissure): (Comisura palpebral: Cada uno de los puntos de unión, interno y externo, del párpado superior con el inferior. 388 Conducto lacrimonasal: Ducto que comunica la fosa lagrimal con el meato inferior de la nariz Conjuntivoantrorrinostomía: Cirugía filtante que pone en comunicación en fondo de saco inferior interno conel seno maxilar y a su vez comunicándole con la fosa nasal por una osteotomía situada más inferior. Conjuntivodacriocistorrinostomía: Intervención quirúrgica que consiste comunicar el lago lagrimal con la fosa nasal, haciendo una perforación del hueso nasal, por medio de un tubo de pyrex o de silicona. Está indicada cuando hay obstrucción de todo el sistema de drenaje lagrimal. Conjuntivodacriocistostomía: Intervención quirúrgica que consiste comunicar el lago lagrimal con el saco lagrimal Conjuntivoma: Tumor formado por células conjuntivales. De rara aparición y aparece a nivel de la conjuntivas palpebrales. Conjuntivoplastia: Trasplante de conjuntiva o mucosa bucal para cubrir un defecto conjuntival. Conjuntivorrinostomía: Técnica quirúrgica que consiste en hacer una anastomosis de la conjuntiva con la cavidad nasal. Se practica cuando están obstruidos los canalículos lagrimales y el saco lagrimal. Se puede hacer sin la perforación ósea (Murube) al. introducir un tubo que va desde la carúncula y camina por el tejido subcutáneo del surco nasal hasta perforar la nariz encima del cartílago nasal. Conjuntivodacriocistostomía: Fistulización lagrimal, colocando un tubo que va desde la conjuntiva del canto interno hasta la fosa nasal, pasando previamente por el saco lagrimal. Conjuntivoplastia: Trasplante de conjuntiva o de otro tejido como el amnios. Conjuntivorrinostomía: Fistulización lagrimal, que va desde la conjuntiva del canto interno hasta la fosa nasal. Cristalización lagrimal mide la estructura arboriforme de la lagrima normal cuando esta alterada indica una secreción mucínica deficiente. Cuenca lagrimal está formado por el espacio que hay entre la cara posterior de los párpados y el polo anterior del globo ocular y ocupado por el mar lagrimal. 389 D Dacriadenalgia: Dolor de la glándula lagrimal. Dacrioadenectomía: Extirpación de la glándula lagrimal. Dacrioadenitis: Inflamación de la glándula lagrimal y del saco lagrimal y que puede ir acompañada con inflamación de la glándula salivar. Dacrioadenocele: Hernia de la glándula lagrimal. Dacrioadenoma: Tumoración benigna de la glándula lagrimal Dacrioadenoptosis: Descendimiento de la glándula lagrimal por debilitamiento de su sistema de suspensión. Dacriagogo: Estimulante de las lágrimas. Dacrialjibe: Depósito de lágrimas artificiales que las libera lentamente para mantener el ojo húmedo en los casos de sequedad ocular. Dacrioblenorrea: Secreción purulenta de la glándula lagrimal. Dacriocanaliculitis: Inflamación o infección de los canalículos lagrimales. Dacriocele: Ver dacriocistocele.. Dacriocintilografía: Examen del aparato lagrimal excretor, obtenida por la medio de isótopos radioactivos. Dacriocintilograma: Examen obtenido por dacriocintilografía. Dacriocistalgia: Dolor a nivel del saco lagrimal. Dacriocistectasia: Dilatación anormal del saco lagrimal. Dacriocistectomía: Extirpación del saco lagrimal. Dacriocistectorrinostomía: Procedimiento quirúrgico que consiste en comunicar el saco lagrimal con la nariz. Se practica cuando hay un saco muy dilatado y, en algunos casos, se hace una resección parcial del mismo. Dacriocistitis: Inflamación o infección del saco lagrimal. Dacrioelcosis: Ulceración de las vías lagrimales por trauma o infecciones. Dacriocistitis aguda: Infección aguda del saco lagrimal, generalmente producida por una bacteria y como consecuencia de una obstrucción del conducto lagrimonasal. Dacriocistitis crónica: Dacriocistitis crónica): Infección recurrente del saco lagrimal debido a una obstrucción del conducto lacrimonsal. Dacriocisto: Término usado para indicar el saco lagrimal y la operación de la dacriocistorrinostomía. Dacriocistoblenorrea: Secreción purulenta del saco lagrimal por obstrucción del conducto nasolagrimal. 390 Dacriocistocele: Hernia del saco lagrimal Dacriocistografía: Radiografía de las vías lagrimales. Dacriocistografía con contraste radiactivo: Radiografía de las vías excretoras lagrimales usando un contraste radiactivo. Dacriocistograma: Estudio radiológico de la vía lagrimal excretora con contraste Dacriocistorrinoatrepsia: Imperforaciín congénita del conducto lacrimonasal. Dacriocistorrinoestenosis: Obstrucción parcial, congénita o adquirida, del conducto lacrimonasal. Dacriocistorrinostomía: Operación que consiste en unir el saco lagrimal con la pituitaria nasal, a través de una osteotomía hecha a nivel de la fosa lagrimal. Dacriocistorrinostomía asistida con láser: Operación que consiste en comunicar la mucosa del saco lagrimal con la cavidad nasal haciendo la perforación por medio de un rayo láser. Conocida también como Cirugía endocanalicular con láser Dacriocistorrinostomía endocanal i c u l a r c o n l á s e r : Ve r Dacriocistorrinostomía asistida con láser. Conocida también como Cirugía endocanalicular con láser. Dacriocistorrinostomía endoscópica endonasal: Operación que consiste en comunicar la mucosa del saco lagrimal con la cavidad nasal a través de la fosa nasal. Dacriocistorrinotomía: Cateterización de la vía lagrimal excretora, introduciendo una sonda o u tubo de silicona desde el punto lagrimal hasta la nariz. Dacriocistosiringotomia: Extirpación quirúrgica del saco y del conducto lagrimal. Dacriocistostenosis: Estrechez del saco lagrimal, congénita o adquirida. Dacriocistostomía: Apertura quirúrgica del saco lagrimal. Se practica generalmente en la dacriocistitis aguda purulenta, que no se vacía espontáneamente y es necesario drenas el pus a través de la piel. Dacriocistoplastia: Cirugía plástica del saco lagrimal. Dacrioectasia: Dilatación del saco lagrimal. Dacrioelcosis: Ulceración de las vías lagrimales por trauma o infecciones. Dacrioestenosis: Estrechamiento u obstrucción de las vías lagrimales excretoras. 391 Dacriohemorragia: Sangramiento de la glándula lagrimal. Dacrioide:: Que tiene forma de lágrima. Dacriolitiasis: Formación de cálculos en alguna parte del aparato lagrimal. Dacriolito: Cálculo de la glándula o de las vías lagrimales. Cuando es en el conducto lagrimal esta infectado por un hongo (nocardia), que forma un cálculo alojado en un divertículo. Dacriología: Ciencia que estudia las lágrimas y su sistema de producción,. Dacrioma: Tumor del sistema lagrimal. Dacriometría: Medida de la secreción lagrimal con tiras de filtros de papel. Dacriomucocele: Dilatación del saco lagrimal, repleto de secreción mucosa, no infectado, como consecuencia de una obstrucción del conducto lagrimonasal. Dacriopiorrea: Mezcla de pus y lágrimas. Dacriops: Quiste de retención de la glándula lagrimal, debido a la obstrucción de su conducto de drenaje. Dacrioptosis: Caída o desplazamiento de la glándula lagrimal. Dacriorrea: Secreción abundante y continua de lágrimas. Dacriorrinocistotomía: Intervención quirúrgica por la cual se comunica el saco lagrimal con la fosa nasal, a través de una perforación del hueso nasal. Dacriorrinostomía: Extirpación quirúrgica del saco lagrimal. Dacriocistosiringuectomía: Extirpación quirúrgica de una fístula lagrimal. Dacriofílico: Tejido corneal o conjuntival que acepta la lágrima. Dacriofóbico: Tejido corneal o conjuntival que repele la lágrima. E Epífora: Rebosamiento de las lágrimas y, generalmente se entiende, por hipersecreción. F Fascia del saco lagrimal: Membrana fibroelástica que cubre la cara anterior del saco lagrimal. Fluoresceína: Colorante vital fluorescente de color amarillo verdoso que tiñe los tejidos carentes de epitelio. 392 Fondos de saco: Plegamiento y unión de la conjuntiva palpebral y de la conjuntiva bulbar, situados uno superior y otro inferior. Foramen lacrimonasal: Orificio inferior del conducto óseo lacrimonasal. Foramen lacrimoorbital: Orificio superior del conducto óseo lacrimonasal. Fornix: Fondo de saco conjuntival. G Glándula lagrimal: Organo secretor del aparato lagrimal H Hendidura palpebral: Abertura situada entre los bordes de los párpados superior e inferior. Hipercrimía lagrimal: hipersecreción lagrimal Hipolacrimía: Disminución de la secreción lagrimal. Hordeolum: Es sinónimo de orzuelo. L Lago lagrimal: Espacio situado en el ángulo interno del ojo, engloba la carúncula y el pliegue semilunar y está bañado por las lágrimas. Lacoantrostomía: Cirugía filtrante lagrimal que pone en comunicación el fondo de saco inferior con el seno maxilar Lacocistirrinostomía: Es sinónimo de lacorrinostomía. Lacodacriocistorrinostomía: Cirugía filtrante lagrimal que pone en comunicación el lago lagrimal con la fosa nasal a través del saco lagrimal. Lacodacriocistostomía: Cirugía filtrante lagrimal que pone en comunicación el lago lagrimal con la el saco lagrimal. Lacrimación: Acción de lagrimar. Lagrimal: Relativo a la lágrima. Lacrimógeno: Que induce a la producción de lágrimas. Lacrimografía: Estudio radiológico de las vías lagrimales. Lago lagrimal: Acúmulo de lágrimas a nivel del canto interno. Lagofamía: Oftalmía ocasionada por un lagoftalmos. Lagoftamos: Dficultad o imposibilidad de cerrar totalmente los párpados. Lágrima: Fluido acuoseroso producido por las glándulas lagrimales. Lágrima basal: Es la lágrima peripatética, que produce el ojo, sin que intervengan ninguna motivación o reflejo. 393 Lágrima estetica: Lágrima producida por motivaciones emocionales como el amor y la alegría. Lágrima patética: Lágrima producida ante hechos tristes o dramáticos. Lágrima peripatética: El conjunto de lágrimas que se producen durante el tiempo de vigilia. Lágrimas artificiales: Intento de reproducir una lágrima natural. Lágrimas de cocodrilo: Hipersecreción lagrimal cuando se come o mastica. Se dice que son lágrimas hipócritas que se producen sin sentimiento Lagrimeo: Es sinónimo de epífora: Ligamento lagrimal: Tejido conjuntivo que sujeta la glándula lagrimal con el hueso frontal. Ligamento suspensorio glandular: Tejido conjuntivo que sujeta la glándula lagrimal con el techo de la órbita. Lisozima: Es sinónimo de la muramidasa. Llanto: Loro. Llorar: Derramar lagrimas. M Madarosis: Caída de las pestañas. Mar lagrimal: Espacio liquido formado por la lagrimas que llenan la cuenca lagrimal. Meato nasal: Canal inferior donde desemboca el conducto lacrimonasal. Meibomitis: Inflamación de la glándulas de Meibomio. Membrana nictitante: Tercer párpado .que cubre el ojo de algunos peces y reptiles y el pliegue semilunar es reminiscencia de este párpado. Mucocele: Acumulo de moco en el saco lagrimal Músculo de Horner: un músculo pequeño, plano, delgado, situado en la cara posterior del tendón reflejo del orbicular y recubre los canalículos lagrimales. N Narina: Orificio nasal. Nasolagrimal: Es sinónimo de lacrimonasal. O Oftalmoxerosis: Ojo seco, cualquiera sea su causa. Ojo seco: Sequedad ocular. 394 Ojo seco acuodeficiente: Ojo seco que tiene poca secreción acuoserosa en la película lagrimal. Ojo seco incongruente: Ojo seco producido por alteraciones de los párpados, que impide la distribución de una película lagrimal normal. Ojo seco epiteliopático: Ojo seco que tiene una secreción lagrimal normal pero hay alguna patología de los epitelios conjuntivales o corneales.. Ojo seco lipodeficiente: Ojo seco que tiene poca o ninguna capa lipídica en la película lagrimal. Ojo seco mucodeficiente: Ojo seco que tiene poca o ninguna mucina en el film lagrimal. Ojo seco tantálico: Ojo seco que tiene una secreción lagrimal normal pero no pude ser extendida por causas epiteliales corneales o palpebrales. Orbitonasal: Relativo a la órbita y a la nariz. P Parpadeo: Acción de cerrar y abrir los párpados Película lagrimal o film lagrimal: Capa líquida que baña el polo anterior del ojo. Está formada por las capas lipídica, acuosa y mucosa. Pericanalicular: Tejido que rodea los canalículos. Pestaña: Pelo corto y curvado que crece en el borde de los párpados. Pestañear: Parpadear. Plica semilunar: Ver pliegue semilunar. Pliegue semilunar o plica semilunar: Pliegue conjuntival, vertical, falciforme, con la curvatura orientada hacia la córnea y situado por delante de la carúncula. Reminiscencia del tercer PLIP: Siglas de Película Lagrimal Interpalpebral prebulbar. Es la parte del mar lagrimal que cubre la superficie expuesta del ojo ente los bordes de los párpados. R Río lagrimal: Corriente de lagrimas que se desplaza sobre los bordes, superior e inferior, de los párpados. Saco conjuntival: Mucosa que tapiza la cuenca lagrimal. Sistema lagrimal: Aparato lagrimal secretor y excretor. 395 T TISC: Siglas de las palabras latinas “Tempus Initii Sicciatis Corneae”: Tiempo de inicio de la desecación corneal Tisc/but: Procedimiento que mide la estabilidad de la película lagrimal. Tiempo de ruptura lagrimal (tisc/but): Tiempo trascurrido, en segundos, desde el momento que se forma la película lagrimal hasta que comienza su desecación, sin que intervenga el parpadeo. Tilosis ciliar: Es sinónimo de madarosis ciliar, caída de las pestañas. Tricotilomanía: Manía de arrancarse las pestañas. Tinción con rosa de Bengala: Procedimiento diagnóstico para poner en evidencia las células no cubiertas de mucina, especialmente las muertas. Tinción con fluoresceína: Procedimiento diagnóstico que impregna tiñe las superficies, corneales y conjuntivales, descubiertas de epitelio. Tisc: Tiempo que comienza la desecación de la película precorneal después de haber hecho un parpadeo y no haberlo repetido. Proviene del latín: Tempus initii siccitatis corneae, tiempo de iniciación de la sequedad corneal. Tubérculo lagrimal: Elevación del reborde palpebral interno donde se abre el punto lagrimal. U Unguis: Hueso nasal, en forma de uña, situado detrás del saco lagrimal. V Válvula: Pliegue en interior de un conducto que permite el paso de la corriente en una sola dirección. Vías lagrimales: Sistema tubular y excretor de las lágrimas. X Xeroftamía: Ojo seco. Xerosis ocular: Sequedad en la cuenca lagrimal. 396 BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA ALBIETZ J. Conjuntival Histological Findings of Dry Eye and Non Dry Eye in Contact Lens Wearing Subjects. Clao J. 2001; 27 (1) : 1 – 56. ALLEN, M., WRIGHT and RFID, L.: The human lacrimal gland: a histo- chemical and organ culture study of the secretory ecIL Areh. Ophthalmol. 88. 493, 1973. ALLANSMITH, M.R., KAJIYAMA, G., ABELSON, A.B., SIMON, M.A.-. Plasma cell content of main and accesory lacrimal glands and conjuntiva. Am. J. Ophthalmol. 82: 819-826, 1976. ALLANSMITH, M.R., GILLETE, T.E.. Secretory component in human ocu- lar tissues. Am. J. Ophthalmol., 89: 353-361, 1980. ARRUGA, H.: Cirugía ocular. 4 Ed. 1958. Edt. Salvat, 1958. Barcelona. AVISAR, R., MFNACHE, R., SAKFD, P., SAVIR, H.: Lisozyme content Of tears in some externas eyes infeccion. Am. OphthalmJ., 92: 55, 1981. BEIRA GARCIA, A.: Contribución a la cirugía de las vías lacrimales. lacorrinoplastia. Areh. Soe. Oftal. Hisp. Am. 4: 26, 1954. 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óptica humectante metabólica limpiadora y protectora antimicrobiana lubricante inmunológica Secundarias: fotoabsorbente y reflexiva tamponadora humectante nasal neovasogénica anticicatrizante biológica Ruptura de la película lagrimal: desecado del film lagrimal de la capa mucosa de la capa acuosa de la capa oleosa Composición de las lágrimas: físicas químicas inmunoglobulinas: IgG IgA IgM IgE IgD enzimas células lagrimales flora microbiana saprofita lactoferrina otras proteínas Mecanismo de eliminación lagrimal: saco lagrimal parpadeo evaporación gravedad capilaridad IV 51 52 52 52 53 54 55 55 56 56 57 58 58 58 60 61 65 66 67 68 69 71 71 72 73 74 74 75 79 79 79 80 81 83 84 85 85 válvulas lagrimales Capítulo III Exploración del sistema lagrimal secretor: historia clínica sintomatología exploración local lampara de hendidura Pruebas para determinar la secreción lagrimal: cuantitativas: Schirmer I basal de Jones Schirmer II Schirmer III de dilución: de Nover y Jaeger de Norm Mishima, Jordan y Baum radio-isotopicos de Ehlers indirectas: rosa de Bengala cualitativas: con azul Alcián con PAS biopsia conjuntival citología conjuntival por impregnación cristalización lagrimal de secreción proteica: valorización de la lisozima test de Van Bijsterveld de secreción lipídica coloración al rojo Sudán biomicroscopía de interferencia alteraciones corneo-conjuntivales: espesor corneal biopsia de la mucosa bucal Capítulo IV Clasificación y patología del sistema lagrimal Con hipersecreción lagrimal: por la glándula principal V 86 89 89 90 92 93 98 99 100 101 102 103 103 103 104 105 105 105 106 106 108 108 108 109 111 114 117 117 118 119 119 119 119 120 121 125 126 126 irritativas reflejas por la función palpebral neurogénicas por el sistema de drenaje conjuntivo corneales pseudo epifora Con hiposecreción lagrimal Congénitas Adquiridas por el tejido conectivo por causa hematopoyéticas enfermedad de rechazo neuroparalítica inducido por drogas irradiación por la película lagrimal por alteración de los lipídos Capítulo V Lágrimas y lente de contacto Estructura del film lagrimal: capa prelental capa postlental menisco circunlental volumen cambios metabólicos tensión superficial electrolitos temperatura tisc-but parpadeo aire acondicionado lágrimas artificiales nuevos enfoques de LC bibliografia Capítulo VI Ojo seco: Incidencia Causas conjuntivo-corneales queratoconjuntivitis sica xerosis ocular xerosis conjuntival xerosis corneal VI 126 126 127 128 128 128 129 129 129 130 130 131 131 131 131 131 132 135 135 136 136 137 137 138 142 143 143 144 145 145 146 147 148 151 159 159 159 159 160 tracoma vacunación y difteria quemaduras Alteraciones de las glándulas lagrimales queratoconjuntivitis sica degenerativa sindrome de Sjögren, etiología: manifestaciones articulares manifestaciones glandulares manifestaciones oculares manifestaciones vaginales otras manifestaciones afecciones autoinmunes diagnostico: flujo lagrimal bioquímica salivar lisozima inmunoglobulinas sialografía biopsia labial Deficiencia lagrimal primaria: síndrome de Cockayne síndrome de Bonnevie-Ullrich displasia anhidrótica ectodérmica síndrome de Riley-Day síndrome de Curtis Carencias nutricionales: avitaminosis C avitaminosis A síndrome de Plummer-Vinson alcoholismo Enfermedades dermatológicas: pénfigo vulgar penfigoide síndrome de Lyel síndrome de Reiter síndrome de Zinsser-Engman síndrome de Steven-Johnson Causas neurogénicas: queratitis neuroparalítica queratitis metaherpética herpes zoster oftálmico VII 161 162 162 163 167 168 168 169 169 169 170 171 171 171 171 172 173 173 174 174 175 175 175 176 177 177 177 178 178 178 178 179 179 180 181 181 182 182 185 186 ectropion paralítico anomalías del parpadeo causas menos frecuentes: síndrome de Lubarsch-Pick síndrome de Adie lepra Exocrnopatías inmunes: síndrome de Mikulicz síndrome de Felty sarcoidosis síndrome de Heerfordt síndrome de Wegener Infecciosas y corneopalpebrales blefaritis infecciosas esclerodermia ectropion cicatrices viciosas palpebrales miopia dellen patologías conjuntivales Exoftalmías: altas miopías endocrinas tumorales Causas hormonales Sequedad y medio ambiente Causas iatrogénicas: parasimpaticolíticos antidepresivos derivados no tricíclicos noradrenérgicos y serotoninérgicos neurolépticos derivados de la etilbenzanida derivados de la fenotiacinas derivados de las butirofenonas antihistamínicos beta-bloqueadores Capítulo VII Tratamiento médico del ojo seco: Etiológico: causas conjuntivales VIII 186 187 188 188 188 189 189 189 189 190 190 191 191 191 192 192 192 193 193 194 194 195 195 195 196 197 199 199 200 201 201 201 202 202 202 202 203 207 208 208 deficiencia de la glándula lagrimal blefaritis causas corneales: queratoconjuntivitis tóxicas queratoconjuntivitis por exposición Tratamiento médico sintomático: sustitutos lagrimales soluciones salinas colirios, características: estabilidad esterilidad tolerancia actividad colirios en el mercado nacional pomadas oftálmicas insertos gel lagrimales mucolíticos estimulantes de la secreción: del sistema nervioso autóctono del sistema exocrino de las postaglandinas dietéticos regenerativos tisulares: calostro bovino autosuero heparina hormona trófica del páncreas edeato disódico antinflamatorios medio ambiente antievaporantes lentes de contacto terapéuticos Capítulo VIII 209 210 211 211 212 213 214 214 215 215 218 218 225 230 231 233 233 234 234 235 235 236 237 237 238 238 238 239 239 240 241 242 Anestesia en Las Vias Lagrimales y por qué tiene que ser dolorosa su Exploración Anatomia Anestesia superficial: indicaciones técnicas IX 247 247 248 248 248 Anestesia profunda: indicaciones técnicas Accidentes y reacciones tóxicas Capítulo IX Tratamiento quirúrgico del ojo seco: Irrigación derivativa: bombas lagrimales derivación del conducto de Stenon injertos de glándulas salivares: de la glándula submaxilar de la glándula sublingual preservación de las lágrimas: oclusión provisional de los puntos transposición del punto lagrimal oclusión del punto lagrimal oclusión definitiva: con termocauterio con diatermia con láser blefarorrafia de los puntos blefarorrafia lateral cisternoplastia correctivos: conjuntivales palpebrales corneales por exoftalmos Capítulo X Exploración de las vías excretoras: historia clínica inspección y palpación local pruebas de permeabilidad: de los infantes de la sacarina de la fluoresceína del azul de metileno dacriocistografía lavado de las vía lagrimales localización de la obstrucción: vías permeables obstrucciones presaculares: X 249 249 249 250 253 253 254 255 255 256 257 259 260 262 263 264 264 265 265 265 267 268 269 269 270 271 273 277 277 280 283 284 285 285 285 287 288 291 292 292 del canalículo inferior del canalículo superior del canalículo común obstrucciones postsaculares: del conducto nasolagrimal mucocele Sondaje de las vías lagrimales: normas generales técnica Capítulo XI Terapéutica de la glándula lagrimal: dacrioadenitis quistes de las glándulas principales ptosis de la glándula lagrimal tumores de la glándula lagrimal: técnicas quirúrgicas: para la biopsia para la extirpación con resección ósea adenoma pleomorfo Capítulo XII Terapéutica del sistema excretor: epífora en los infantes técnica epífora en la parálisis facial estenosis seniles: técnica de Weber epífora intermitente canalículos: obstrucción sólo del superior obstrucción sólo del inferior: técnica de la marsupialización intubación con“rabo de cochino” obstruccion de ambos canaliculos obstrucción del común sección traumática del canalículo: técnica quirúrgica dacriocistitis fístula del saco lagrimal tumores del saco lagrimal dacriocistectomía: XI 293 293 295 296 296 298 299 299 300 307 307 307 308 309 310 310 310 313 315 319 319 321 322 323 323 325 325 325 325 325 326 327 327 329 329 333 333 334 335 técnica quirúrgica Cirugias fistulizantes: lagocistostomía canaliculorrinostomía dacriocistorrinostomía: técnica quirúrgica causas del fracaso dacriocistorrinostomía endoscópica nasal dacriocistorrinostomía endocanalicular con laser dacriocistorrinostomía endoscópica endonasal dacriocistorrinostomía asistida con láser lagodacriocistorrinostomía: conjuntivorrinostomía: técnica de Murube conjuntivoantrostomía: técnica quirúrgica anomalias congenitas Anomalias del conducto nasolagrimal y de los cornetes amniotocele ausencia congenita valvulares anomalias adquiridas: canaliculitis dacriolitiasis dacriocistitis Capítulo XIII Conducta práctica ante la sequedad ocular: normas generales sequedad discreta sequedad moderada sequedad grave Capítulo XIV El Ojo, las lagrimas, las computadoras y los medios audiovisuales 335 337 337 338 340 340 344 345 345 346 350 355 356 356 357 358 359 359 363 364 364 365 365 366 369 369 370 372 373 377 Capítulo XV Glosario lagrimal 387 399 Bibliografía XII